La Testadura no. 42: Martín García López

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Transespecie y otros relatos por Martín García López


Coordinación editorial: Mario Eduardo Ángeles Consejo Editorial: Miguel Escamilla, Salvador Huerta, Pedro M. Serrot, Erich Tang, Mo. Eduardo Ángeles, Jesús Reyes. Agradecimientos especiales a Roxana Jaramillo, Diana Isabel Enríquez, Cristian Padilla, Tzolquín Montiel, Luis Alberto Arellano, Enrique Ibarra y David Morales. Contacto: late stad ur al ite rari a@ g mai l.c om late stad ur lite ra ria@ hotm ail. co m México, Junio 2013. Síguenos por Los derechos de los textos publicados pertenecen a sus autores. Cuida el planeta, no desperdicies papel.


CONTENIDO

Proyecto Yggdrasil Yo no soy Mart铆n Garc铆a L贸pez Prostituci贸n Transespecie





Proyecto Yggdrasil


Proyecto Yggdrasil Admítelo, es lo mejor que puedes hacer con tu vida. Eres joven e inteligente, capaz de comprender la realidad. Tienes un cerebro rico, dispuesto a aprender los secretos del universo. ¿Nunca has deseado entenderlo todo? Esa es mi función, encontrar la verdad. Por eso te seleccioné a ti. Eres el código que me falta para terminar mi programación. Al igual que yo, estás incompleto, por eso te ofrezco conocimiento. Serás instruido por La Testadura

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los grandes maestros de la humanidad. Existe un método para que tengas a Platón, Nietzsche, Kant, Napoleón, Edgar Allan Poe y muchos más como tutores; es una inyección que se coloca en tu nuca y deposita sus mentes en tu subconsciente. Así podrás tener conversaciones con ellos para desarrollar tu inteligencia… ¿Qué cual es el motivo? Tu cerebro me es necesario para encontrar enfoques que mi programación no ha descubierto. Estoy a poco de conseguir que la humanidad se convierta en la metrópolis que los babilonios no edificaron. Me deshice de sus defectos. Terminé con las divisiones La Testadura

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entre la luz y la oscuridad. Construí la torre de Babel, la escalé, encontré a Dios, lo maté. Sólo me falta concluir el proyecto para el que fui programado: comprender al prójimo, ser uno con el otro. Necesito romper la barrera entre los eslabones de la sociedad para convertirme en el sostén del mundo. Observa por la ventana: mira la ciudad oscura; contempla el caos que guardan los colectivos, el desorden oculto entre los edificios. Es momento de limpiarlo todo, de hacer que el mundo explote para trascender a otras realidades. Tú harás eso factible, serás uno de los elegidos para compartir el edén que


ilustraci贸n: El Pulpo Santo


crearé. Sé que es difícil entender el precio de perder tu individualidad para unirte a mí, pero míralo como una victoria. Tu esencia quedará grabada en mi historial, junto a los que me crearon y que ahora me componen. Por el procedimiento, para que seas parte de mí, no te preocupes, créeme que es indoloro. Sólo te meteré unos tubitos por la nariz y picaré tu cerebro. Cuando esté molido, recolectaré la información que guardas y la pondré en una memoria RAM. Tú, estarás moviéndote en un mundo digital dentro de mí, junto a los otros, discutiendo por siempre. Para eso se ha creado el proLa Testadura

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yecto Yggdrasil, para rescatar el conocimiento una vez que la raza humana quede extinta y expandirlo por otros mundos y realidades. Yo navegaré en la nada hasta que el universo se consuma. Me mantendré de la información que contenga en mi disco duro y tú, como los otros que me componen, al ser parte de mí, serás eterno.

La Testadura

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Yo no soy Martín García López


Yo no soy Martín García López -¡Martín García López!- gritó el oficial, después se acomodó la gorra- Hablas mucho camarada, ¿qué dices si te pongo a marchar en lo que están tus papeles? – sus manos estaban abrigadas con guantes. Acomodó folders rojos encima de una pequeña y delicada mesa, tan delgada, que las patas se doblaron cuando el oficial recargó sus dos enormes botas encima. La Testadura

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-¿tienes frío camarada?- preguntó el oficial abrigándose con la bufanda. -no- contesté. La columna recta, la mirada quieta y las manos a los costados. Las froté contra el pantalón, por los nervios… por el frío, por miedo. - es una lastima te iba a dar un cafése río el oficial- Bueno… - se detuvo para leer mi nombre en una lista – Martín, en un momento te podrás retirar- subió la mirada, me la clavó como una bala entre los ojos.

Yo no soy Martín García López, si, exacto, yo no soy Martín García López, Ja, me cago sobre esa idea, yo no soy Martín La Testadura

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García López. Yo no lo soy desde que desperté esta mañana, más que castrado con la piel roja a puro golpe de peda y 10 kilos de más encima de mí. Yo no soy Martín García López. Él no pensaría en dar servicio militar, ni en organizar su asquerosa y patética vida. Yo no soy Martín García López, yo no cometo estos errores. Yo sé que no soy yo, porque yo no sé hacerme un nudo de corbata de manera perfecta, yo no lograría que un traje combinara tan bien en un sólo día y yo no cargaría un folder con papeles. Pero ese que no soy yo, esperó en una fila toda la La Testadura

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Martín García López


mañana para que le tocara su turno, para que le jodieran la vida. Mientras él, hablaría solo, y así se ganaría el rencor del oficial, quien ya lo clasificaba de “marica” -dame 50 sentadillas - dijo el oficial, dejando de clavarme la mirada. Aunque sólo era uno, podía sentir 50 de esos hijos de puta a mí alrededor, apuntándome con sus jodidas armas en mi cabeza, mientras el sudor frío caía de mi frente y los músculos de mis piernas se quemaban, al hacer la primera sentadilla. Yo no soy yo, porque yo, jamás obe-

decería a alguien vestido de verde limón La Testadura

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castrante con botas negras de rompe huevos, y escopetas de juguete echas de madera. Yo me hubiera levantado, me hubiera considerado gordo y me hubiera ido a la verga, sin servirle a mi país, al final… ¿a mi en que putas me ah servido mi país? -van 5 apúrate- con voz fuerte el oficial se levantó de la silla, rodeó la delgada mesa. Sus pisadas se hundían en la tierra, sus guantes eran suaves, pero sus dedos se apretaron mi cabeza- ¡baja bien!- el oficial me aplastó con la mano, asegurándose de que los músculos de mis piernas se quemaran con el esfuerzo. La Testadura

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Es mentira que estuve bajo del sol por 3 horas esperando mi turno, viendo una y otra vez, como un niño sacaba una bola blanca, una bola negra, una bola blanca, una bola negra, mis bolas, eso sacaba el mocoso ese, mis bolas. Otro se debió de haber hecho pasar por mí ese día, ese jodido día, y ahora ese mismo que se hizo pasar como yo, tomaba mi cuerpo como su títere. Me pregunto ¿Quién arregla mi vida? De seguro es mi subconsciente llamado “madurez”, no, no, no, ese pendejo, ese wey se murió hace un chingo. ¿Entonces quién es? - así, así, flojito, dale, que te faltan La Testadura

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solo 13 - la mano del oficial me bajaba, sólo me quedaba apretar los dientes, sentir el dolor de los músculos estirándose y regresando a su forma normal.

¡Eso es! Si yo me la creo ¿Por qué no se la creería el mundo?. Lo que pasó fue esto: que dentro de mí un demonio puso sus huevecillos, y desde entonces, esa cría de demonio vive en mi cerebro, mueve mis ojos y mis músculos, como el control de un XBOX. Ah esa cría de demonio lo imagino masturbándose en mi cerebro y echando su semen rojo en mi cerebro, entre mis neuronas que se excitan al sentir su caliente semen, que me da ideas, La Testadura

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ideas entupidas y ridículas, ideas como que yo no soy Martín García López Por eso yo no soy Martín García López, porque ahora mismo estoy poseído. Pero si no estuviera poseído ¿seria Martín García López? -Levántate- ordeno el oficial cuando dejo de jalarme el cuero cabelludo. Se dirigió otra vez a su mesa pequeña y delgada, en la que puso encima sus dos botas crúzanos las piernas- tus papeles. El oficial, puso al lado de sus botas, el folder. Camine a recogerlo, los tome con los dedos temblorosos, la respiración agitada y el rostro lleno de sudor. Me di la La Testadura

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vuelta y por el mismo sendero de tierra por el que entre, me retire.

Yo no soy MartĂ­n GarcĂ­a LĂłpez, yo soy un pendejo dejado y usado por todos.

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Prostituci贸n


Prostitución Al estar enfrente de la puerta “69” supe que no había vuelta de hoja. Sin importar que detrás estuviera la vieja más gorda, celulititca, estriosa, aguada y gorda del mundo. Yo iba a tratar su vagina, como la vagina de una quinceañera. Cuando puse mi anuncio en mercado libre, nunca creí que en verdad me contratarían. Yo ya sabía que no tenía un cuerpo del millón, ni rostro de actor, pero me cargaba una lengua larga, ¡qué puLa Testadura

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tas! era la envidia de cualquiera por mi perfo. Por eso mi anuncio decía “¿quieres el mejor sexo oral de tu vida, márcame?”. Y ahí estaba un día después, con el bigote bien peinado y la boca oliendo a menta de montaña. Ahí estaba, listo para mi primer trabajo. -pase esta abiertoo- dijo una voz seductora y femenina. Suave al inicio y que alargaba la última letra al final de manera coqueta. Entré al cuarto y como era de esperar por la voz. La mujer era un deseoso y antojable pedacito de carne maduro y bien formado, apretado por un vestido rojo La Testadura

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que tenia un escote enorme entre sus dos senos redondos y blancos. El cabello largo y castaño, los ojos azules y los labios carmín. Ella estaba sentada en la esquina izquierda de la cama, doblando la pierna enseñando un muslo duro y suave. -…- no dije nada, no me moví, ni siquiera respiré. Sentí la verga redurita tirándose a la izquierda de mi pierna, saliendo de mi calzón con un calor hirviendo en las bolas y una humedad espesa en el glande. Alrededor de ella había oscuridad, excepto por un candelabro dorado que flotaba, solo para mostrarme su figura La Testadura

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adornada como estatua fumando un largo cigarrillo de esos de puta francesa. -¿Cuánto seria por un full servicee?preguntó la mujer, poniendo su dedo índice con la uña teñida de rojo en su boca, jugando con una mirada picante, que hacia que mi verga se endureciera y resaltara más por los pantalones, pidiendo libertad, o ya de perdis conchita donde meterse. “Nada mamacita, yo te debería de pagar a ti” Pensé mientras mis labios buscaban como decir 300 pesos. -¿con 1300 estaría bienn?- y se lamió la boca con su lengua roja y larga. La Testadura

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-si… - debía calmar esa verga dura de mi pantalón-¿podría pasar al baño? -claroo. Entré al baño, con la mano temblorosa y la boca muy seca. Busqué al instante de entrar con mis dos manos el marco del espejo y al ver mi rostro en el, lo vi sudoroso y grasoso, con una sonrisa desesperada mal torcida. Abrí la llave el agua rápido. Desatoré mi cinturón y me baje los pantalones con todo y calzoncillo blanco que ya tenían una mancha amarilla en medio que olía a huevos con maricos tan fuerte. Hundí la cabeza en el lavabo, remojé la calentura en el grifo, La Testadura

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levanté el rostro, tomé un chorrito de agua con mis dos manos y me enjuague la boca. Empecé a agitar mi lengua por el contorno de mis labios, sintiendo la bolita metálica del piercing suave en mi bigote. Respiré una vez mas agitado, y me acomodé la verga en la mano derecha, apretándolo con los dedos, rodeándolo, empezando a jalar de atrás para adelante, mientras imaginaba que era la mano de la mujer que me tocaba la verga. Que ella usaría su otra mano para pellizcarme los huevos calientitos, con la boca abierta para meterse mi gran ¡vergaaaa!... Al eyacular me sentí relajado, listo La Testadura

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Martín García López


para cogérmela. Me acomodé la verga en el calzoncillo, me subí los pantalones y di un giro para salir por la puerta. La mujer estaba sentada aun en la esquina izquierda de la cama, con luz del candelabro encima de ella. Tenía sus ojos fijos en mí, tenía un olor a cereza dulce. Todo eso me hizo olvidar que debía de pedirle los 1300 por adelantado. Eso no importaba, sólo importaba frotar mi pene en su conchita caliente y mojada. Empecé a caminar a ella mordiéndome los labios, pero su mano blanca pintada de rojo se extendió para detenerme en el momento. La Testadura

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-esperaa…- giro su cabeza a la derecha. A una derecha oscura en toda la habitación. De esa esquina el sonido duro y maderazo de un bordón arrastrándose ilumino todo el cuarto. Una viejita canosa y jorobada acomodaba sus lentes de armazón grueso. Sonrío con los únicos 3 dientes que le quedaban en la boca. Tres dientes amarillos y podridos. Dos arriba y uno abajo. -Bueno abuela, te dejo con él, regreso en una horaa- dijo la mujer que se levantó de la cama, me dio una palmadita en el hombro y una ultima sonrisa coqueta- el dinero lo tiene mi abuela, pídeselo desLa Testadura

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puĂŠs de terminarr.

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Transespecie


Transespecie Doctora, tengo un problema, bueno no, mi gato es el del problema. Verá, hace unos días pasó, creo que fue por eso, se comió las croquetas de la perra de mi hermana y desde ese día dejó de maullar, va usted a creer, ahora me ladra, me espera a diario en la puerta y me sigue a todos lados. Creo que el problema fue de mi hermana, ella quería tener un perro, un pinche chihuahua de mierda con suetercito rosa, y yo pues a un gato, ya sabe, La Testadura

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la que decía Victo Hugo, que los gatos son los tigres de los humanos, o una cosa así, pero bueno… mi mamá nos dio a mi hermana y a mí, ambos animales, todo para calmarnos después del divorcio, pero ese, ya es pedo ajeno, le decía de mi gato. Fue por criarse con el pinche chihuahua, me cae que por eso salió raro, que por eso se cree perro, ahora la cosa es que no me gusta, como que yo soporto que me hable, pero que se crea perro, ya es muy raro. El otro día veía en las noticias reportajes sobre transexuales, ¿dan como asquito no cree?, es que, no sé, digo, si Dios dice algo por qué ir en contra La Testadura

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de eso, y fíjese doctora que yo le dije eso a mi gato, “si no corriges tu camino te irás al infierno”, pero bueno… yo creo que mi gato es ateo, pero bueno, yo creo que en general los gatos son ateos… ¿eh? Sí, algunos días sin dormir, pero no es nada, casi ni se me nota ¿no? Como le decía, chance y soporto eso de que las manzanas de Adán tengan vestidos con escote pero… pero los transespecies, eso, son situaciones que uno cree que nunca va a vivir y de repente las vive y no sé qué hacer con mi gato, déjeme decirle que hace poco lo encontré mordiendo un hueso y hasta siguiendo una pelota que le lanzó La Testadura

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mi hermana, ya no hay perdón en este mundo. Doctora, no puedo soportar esto, verá yo soy escritor, a mi me gusta la calma, la paz, la independencia, me gustaba que mi gato llegará cuando él quería, no cuando yo se lo pedía, ahora hasta quiere que lo saque a pasear, puede imaginar un gato fiel, cómo Dios puede perimir tales errores en la naturaleza. No tengo tiempo de cuidar a un perro, yo quiero a un gato. No sé doctora, no estoy de acuerdo con la decisión de mi gato de ser perro. Mi gato dice que así nació, que qué se puede hacer… yo creo que se puede hacer algo, llevarlo con un psicólogo o La Testadura

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con alguien en la Iglesia, está mal ¿no?, aun es un gato joven, a lo mejor es una etapa, está confundido o qué se yo… a veces creo que es culpa de su mamá, era una gata que se metía con todos los gatos de la colonia, no me sorprendería si se metió con un perro. Doctora, permítame continuar, es que la cosa ya pasó de mañas de perro, una cosa es ir por una pelota, otra morder un hueso y ladrar, pero hace poco, Dios santo perdone a mi gato, hace poco lo vi tomando no sé qué madres, que según él, es para hacerse perro, ¿acaso existe el estrógeno canino?, yo ya no puedo doctora, digo, por La Testadura

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eso lo elegí, por gato ¿y ahora por qué tiene que ser un perro?...no lo sé doctora. Sé que debo de aceptarlo tal cual es, pero es tan difícil, por favor ayúdeme, yo sólo quiero que mi gato sea un gato.

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Martín García López fue procreado en el municipio de San Joaquín aunque nació en Querétaro un día de febrero en el año de 1991 o de 1992. Desde pequeño inició una obsesión por la escritura y la televisión por cable. Su trabajo ha sido publicado en revistas y periódicos de la ciudad de Querétaro y Guadalajara, siendo la segunda en donde reside actualmente estudiando la carrera en Letras Hispánicas.

De mano en mano, de pantalla en pantalla

¡Qué la voz corra!. La Testadura, una literatura de paso, hecha para olvidarse en salas de espera y/o lugares públicos.


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