Mirada empresarial Inna German Gómez Empresaria @Innagg
TRIBUTO A UN VIENTO QUE DEJÓ SOMBRA
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Hace algunos días falleció el escritor español Carlos Ruiz Zafón; hoy, con la libertad que me dan en este espacio, me encantaría hacer un tributo a su obra y contarles un poco de mi experiencia lectora. En algún momento de mi vida, y esto, recuerdo, fue muy pequeña, me gustaba leer. Me acuerdo vívidamente de libros con dibujos con los que aprendí a leer; es más, me acuerdo de un libro con una portada rosa en donde las frases eran: “mi mamá me mima”; no recuerdo el nombre del libro; sé que podría buscarlo por internet, pero prefiero fomentar su memoria o curiosidad. Ya como estudiante de segundo de primaria recuerdo vívidamente la cara de mi maestra cuando le comuniqué que ya había leído todos los cuentos que venían en el libro de texto para el segundo o tercer mes del curso. Me encanta leer, es como transportarte a otra época, vivir otras vidas y saborear espacios. Últimamente me ha dado por leer libros más técnicos o relacionados con negocios; el tiempo limitado me ha mantenido un poco al margen de las lecturas recreativas. Pero siempre hay un libro pendiente en mi mesa de noche. Bueno, ya regreso a contarles de Carlos Ruiz Zafón y mi experiencia con él; cuando entraba a la librería o pedía los libros que llegaran por correo, casi nunca me fijaba en los títulos, siempre leía la reseña; si me “latía”, lo compraba. Ahora con los libros electrónicos es mucho más fácil, porque tienes comentarios en línea de otros lectores y estrellitas que los evalúan. Pero esa vez, entrando a una librería vi sobre la mesa un libro cuyo título era: “La sombra del viento”. Me agarró desprevenida, y claro, me enamoré a primera vista. ¿El viento no tiene sombra? ¿Las nubes son viento? Esas sí generan sombra. ¿Cómo me imagino la sombra del viento? Tomé el libro y lo compré de inmediato; me senté un momento para ojearlo y la primera frase: ‘Cementerio de los libros olvidados’, ¡ya, listo!, me tenía completamente atrapada en la primera hoja. Eso ya no me había pasado hace mucho, te vuelves cínica y medio escéptica cuando lees mucho; olvidas esa primera frase que te sale de corrido. Una historia de amor trágica y con una narrativa increíble. Luego, después de ese, que sigue siendo mi favorito, vinieron todos los demás: “Marina”, “El prisionero del cielo”, “El juego del Ángel”, “El laberinto de los espíritus”, entre otros. Así que les dejo con esa chispa de curiosidad por leer a uno de mis autores favoritos. Lamento su muerte, porque eso quiere decir historias que ya no estarán. Así la vida y lo que se lleva con ella la muerte.
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Agosto 2020
En línea directa
Arturo Medina Galindo
Periodista, Director NITU.mx • arturo@nitu.mx Twitter @Arturo_Medina_G
VISITMEXICO ¿DÓNDE QUEDÓ LA BOLITA?
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arece increíble que el único medio de promoción turística que ha mantenido vigente el gobierno federal, VisitMexico.com, haya estado cinco días caído por “falta de pago”. Cuando digo que parece increíble, me refiero al hecho de que la Secretaría de Turismo permita que esta circunstancia llegue hasta estas instancias y no haga nada por resolverlo. Hago la aclaración, porque no es increíble que suceda por la forma como se manejó desde un principio. Como antecedente, vale decir que el portal es, según dicen, el segundo más visitado entre los portales de promoción turística de un país, con promedio de 700 mil visitas diarias, sólo superado por Australia. Este logro no es por lo que este gobierno ha hecho, sino por lo que se hizo desde el Consejo de Promoción Turística de México (CPTM) por más de 15 años. Los estados se promocionaban sin costo, sólo tenían que aportar, en el peor de los casos, material de video y fotográfico de sus destinos; lo demás quedaba a cargo del CPTM. Pero ante la mal entendida austeridad, desaparecen el Consejo y la página queda huérfana y la adopta la Secretaría de Turismo, pero como no tiene presupuesto, ni interés en operarla, se la da en concesión (sin licitación) a una empresa que a cambio de una “renta” se encarga de operar y comercializar los espacios en la página. Los estados que antes se anunciaban sin costo, ahora tienen que invertir. Es decir, se invirtieron los papeles: antes la Federación ponía y los estados recibían, hoy los estados invierten y la Sectur… bueno, sus concesionados cobran. Lo que no quedó claro, a pesar de muchas aclaraciones, es quién fue el que no pagó para que la página cayera cinco días. Tecnocen, empresa encargada de la parte técnica del portal VisitMexico.com, solicitó a Braintivity el pago de nueve meses pendientes de los 13 en los que ha ofrecido el servicio, y al no tener respuesta, suspendió la página durante casi cinco días. Otros dicen que Sectur es quien no ha pagado a Braintivity y esta decidió dejar de publicar. Sea como sea, es algo que el secretario Miguel Torruco deberá atender para que nunca vuelva a pasar; es la única promoción de México con alcance mundial, y no la cuida. La verdad, no debería ser tan complicado. Por cierto que Miguel Torruco volvió a ser noticia cuando su exsubsecretario, Simón Levy, quien renunció por motivos “personales” en abril del año pasado, buscando hacer un símil con el caso de Emilio Lozoya -que según dijo en sus declaraciones, todo lo malo que hizo en Pemex fue porque lo “obligaron”-, aseguró en un twitt que cuando le prohibió meterse con los hoteleros por las playas y lo obligó a callar, simplemente renunció. Además, también dejó claro algo que todos sabemos: las oficinas de la Secretaría de turismo federal en Chetumal son una falacia. En otro twitt escribió que le pidieron irse a unas oficinas en la capital del estado que no existen, y luego, mentir al presidente. Así está nuestra Secretaría de Turismo, pero de lo único que puedo culpar al secretario Torruco es de que aun no haya renunciado; está ahí, a pesar de ir en contra de todo lo que él cree y ha creído a lo largo de su vida sobre la forma de promover el turismo, a pesar de los desatinos forzados por un presidente que no ve y no oye, a pesar del desgaste con los empresarios del ramo. Por si fuera poco lo que hoy vivimos, el turismo en México tiene su pandemia particular.
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