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Flashazos de exportación
Por Alejandro Fuentes y Javier Cendejas
Era un bar de “mala muerte” en la Octava Avenida de Manhattan.
Berny Flores esta ba ahí para ver una de sus bandas favoritas: El Gran Silencio. Además, eran sus paisanos, originarios de Monterrey. Había que ir a verlos.
Como siempre, llegó al concierto cargado de cosas. Y es que Berny no sale de su casa sin su gran mochila llena de cámaras y lentes. Más aún si estaba en Nueva York; había cientos de oportunida des de sacar una buena foto.
Comenzó el concierto y el lugar se llenó de mexicanos. Todos le entraron al slam. Y es que, bien dice la canción: “El Gran Silencio es la pura sabrosura”.
“¡Sanababish!”, gritó Tony al respetable.
“¡Sanaba-Bush!”, remató Cano arrancando las carcajadas.
Terminando el concierto Berny se acercó a los hermanos Tony y Cano y les propuso hacer unas fotos. Ahí en caliente. Quería hacer la versión de la legendaria foto de Abbey Road pero versión Gran Silencio.
Era sábado y esa avenida tenía el tráfico como si fueran las 12 del día. Eran cerca de la 1 de la mañana. A fin de cuentas es la ciudad que nunca duerme.
Aún así Berny consiguió presta da una extensión a una pizzería y le pidió a un par de amigos que le ayu daran a iluminar a la banda.
Paró el tráfico y rápidamente se vieron varios flashazos. La misma escena se repitió varias veces antes de que el semáforo cambiara a verde. Hasta que llegó la policía y la sesión casi termina en arresto.
La sesión valió la pena y el resultado fue una foto que dejó encantados a los músicos regiomontanos.
Los que conocen a Berny saben que una escena como esa es normal en la vida de este talentoso fotógrafo mexicano.
El creativo siempre va con una mochila llena de lentes y cámaras y al mismo tiempo una cabeza llena de ideas y locuras.
Berny encuentra locaciones don de otros ven lugares comunes y así captura ángulos distintos y sobre todo alcanza lo que todo fotógrafo busca: hacer un retrato que nadie ha logrado jamás en esa persona.
Con figuras como El Gran Silencio, Slash, Ricky Martin o JBalvin, entre cientos de otros, Berny ha compartido miles de historias y anécdotas que lo han posicionado como un creador de talla internacional.
Pero Berny no se detiene.
En entrevista con Latitudex, anuncia que en las próximas sema nas abrirá su estudio en la ciudad de Los Ángeles, California, donde continuará su carrera como fotógrafo de famosos y no tan famosos.
Y es que el talento de este mexicano no conoce fronteras, por eso seguirá buscando colocarse como un referente de la lente internacional.
“México lo tengo tatuado y quiero llevarme a mi país para allá”, dice desde su estudio en Monterrey.
“Pero me llevo de aquí el barrio… y con ‘barrio’ me refiero a siempre encontrar la forma de hacer las co sas de forma distinta”.
Pero, ¿cuál es la historia de Bernardo Flores? Asómate a los flashazos que han marcado su vida.
"Mis papás siempre fueron nómadas. Conocí a mucha gente de muchos barrios de muchas colonias. Yo siempre era el chavo nuevo en la escuela”.
"En la Prepa 15 me hice campeón de futbolito de mesa. Conocía al ‘Centavo’, al ‘Toronja’, a toda la banda de La Colonia Florida. Me hice bien vago pero nunca fui malo”. “Yo en ese entonces no tenía lana para una mochila, entonces agarré unos jeans, los corté, les hice uno nudos de la presilla al encuarte y era la famosísima ‘Nalgona’. Cuan do veían la ‘Nalgona’ tirada decía la raza: ‘Ahí está Berny en el futbolito’”.
Nunca me gustó la escuela: cero. Soy el campeón de hacer acor deones; unos que se veían con la luz del sol, otro que le daba la vuelta a las plumas y se podía leer.
“Luego me di cuenta que mi forma de estudiar era cuando hacía los acordeones y ya cuando los usaba pues ya me sabía todo”.
Un día en un concierto de Soda Stereo me tomaron una foto para un periódico de sociales, me preguntaron mi nombre y me puse ‘¡Bernardo Cerati!’ y así salí en el periódico y empecé a cambiarme los apellidos siempre que nos tomaban fotos en las fiestas.
“Me habló la editora del periódico y me dijeron que me querían entrevistar porque habían recopilado todos los nombres que me había puesto y se les hizo chistoso”.
“Entonces conocí el periódico El Norte y me impresioné cuando entré. Y le dije a la chava que me en trevistó que me interesaba trabajar aquí. Se rió y me dijo que solo era para periodistas. Pero saliendo me encontré a un fotógrafo amigo y le pregunté qué tenía qué hacer. Me preguntó qué sabes hacer y le dije: ‘Soy campeón de futbolito’".
“No sabía hacer nada, pero le dije ‘lo que me pongas a hacer, voy a hacer el mejor’ y entonces me dijeron: ‘Bueno ya que andas en la fiesta aprovecha y tómale fotos a tus amigos con una camarita y las traes al periódico, los revelamos y los publicamos’”.
"Una vez en una fiesta me subí al techo y a toda la fiesta la acosté en el patio y desde arriba tomé las fotos. La llevé al periódico y les gus tó mucho y la pusieron de portada en una de las ediciones sociales. Me dijeron: ‘haz más de esas’”.
"Cuando le pedí dinero a mi papá para comprarme una cámara y me dijo: ‘ponte a estudiar’”.
"Un día me contrató una revista para tomarle fotos a Francisco Céspedes y yo para romper el hielo compré un puro en el Seven de 18 pesos, por que sabía que le gustaba el puro. “Yo dije: ‘Le voy a caer muy bien’. Le dije: ‘Don Pancho le tengo un regalo’. Pero no lo quería prender. “Estaba preparando mi cámara y le tomé una foto cuando estaba ha ciendo caras por lo malo que estaba el puro. Me dijo, ‘mejor vamos a apagarlo y a utilizarlo’ y salió una de las fotos que más me gustan en la que sale mordiendo el puro hasta que se metió el puro en el pantalón y empezó a jugar”.
"La primera vez que fui a unos Grammy fue con mis amigos Los Claxons. Ya estaba allá en Las Vegas pero no tenía forma de entrar al evento. “Empecé a inventar mil pendejadas, que era el fotógrafo de Ramón Ayala, me brinqué bardas, bla bla bla. Acabé en la cuarta fila sentado”.
"Yo estaba en el Guitar Center de Sunset Boulevard y estaba esperan do a los de Kinky que les iba a hacer una sesión. Yo estando adentro estaba viendo guitarras y en eso empezaron a correr gente y de pronto muchos guardaespaldas y en eso llega un señor y me dice: ‘Are you John Smith?’ Y yo: ‘Yes’. Y me dijo ‘Sign here’. “De pronto armaron un set con cases y guitarras y apareció Slash y yo, ‘¿qué estoy haciendo aquí?’, pero en ese momento era John Smith y de pronto estaba haciéndole una sesión a Slash”.
"Yo siempre he pensado que los fotógrafos podemos trabajar en todo el mundo. El trabajo no tiene fronteras. Yo puedo tomar fotos donde quiera con mi cámara. El reto es que me paguen (risas)”.
"El Chivo’ Lubezki para mí fue un detonante. Es un güey que fue y cacheteó a muchos miembros del cine hollywoodense y les dijo ‘así se ha cen las cosas’”.
"Al Berny joven yo le diría: ‘Cálmate, no pasa nada, todo va a estar bien, diviértete. Haz más locuras, métete hasta donde truena el balero, hasta donde se funde todo. Hasta donde te digan ya no puedes más, dale un poquito más. Tu vida se va a solucio nar…’, pero nunca va a dejar de ver responsabilidades”.