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Mayor integración de la industria automotriz
Por Dr. Manuel Montoya Ortega, Director general del Cluster Automotriz de N.L. (CLAUT-N.L.) y presidente de la Red Nacional de Clústers de la Industria Automotriz (REDCAM).
En el año 1994 comenzó el Tratado de Libre Comercio en Norteamérica (NAFTA). Este tratado diversificó la economía de nuestro país que era muy dependiente del petróleo y muy a tiempo México se convirtió en el hub de manufactura: fabricación de autos, autopartes, electrodomésticos, equipos de electrónica, etc. Tomando la ventaja de los mejores costos en el país, Norteamérica se favoreció y se volvió más competitivo.
Sin embargo, el NAFTA no favoreció la integración nacional. Las pequeñas y medianas empresas mexicanas no pudieron competir con sus homólogos de Estados Unidos y Canadá, se rompieron cadenas productivas y las transnacionales optaron por la importación de componentes. El NAFTA creó muchas fuentes de empleo y desarrollo en grandes zonas del país, especialmente en el norte y, después de 2009, en el Bajío. No obstante, no generó negocio para los empresarios PYMES de las regiones. Por ejemplo, tenemos empresas de autopartes que después de 25 años de estar aquí nos llegan a comprar el 10 por ciento del contenido de sus productos.
El T-MEC, el Nuevo Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, ha incrementado el contenido regional para los vehículos ligeros y pesados, pero también ha introducido reglas de contenido regional para las autopartes y para las Tier1. Esto está obligando a las transnacionales a buscar proveedores en México. En el evento de Proveedor Automotriz que el CLAUT organizó en junio pasado tuvimos más demanda de proveedores que de oferta. Especialmente hay ciertos commodities que se están buscando, pero que no existen suficientes proveedores en el país: forjas, inyección de aluminio, extrusiones, etc.
Para atender esta problemática, que también puede ser una gran oportunidad en el comité de Desarrollo de Proveedores, se han formado equipos de trabajo con los compradores de las empresas del Clúster. La intención es aprovechar la base actual de proveedores de México y apoyarlos para que crezcan. La otra alternativa es atraer a los proveedores de Asia o Europa para que vengan a atender los requerimientos de las transnacionales establecidas en México.
Esperamos que tras estas sinergias las cadenas automotrices en México salgan fortalecidas, que crezcan las Tier2 mexicanas y que, finalmente, el contenido mexicano de los autos en Norteamérica sea mucho mayor. Todo esto se traducirá en un crecimiento económico regional.