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Latitudex Edición 7 | diciembre | El Mundial del Comercio Internacional

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Del Mar al Cielo

Del Mar al Cielo

El gran mentor del comercio exterior

Con más de 120 libros publicados y cientos de conferencias por todo el país, el experto en comercio exterior habla para Latitudex sobre cómo se convirtió en el mentor de una generación que hoy es clave en la economía mundial

POR ALEJANDRO FUENTES Y JAVIER CENDEJAS

Mientras estudiaba la carrera de Relaciones Exteriores, Eduardo Reyes aún no tenía idea de a qué se iba a dedicar. Era joven, tenía ideas, sueños y proyectos, reconoce, no había encontrado ni su vocación ni una profesión que lo inspirara. Cursaba en la UNAM la que entonces era su primera carrera y cuenta que lo hacía más por inercia que por otra cosa. El tiempo después lo llevaría por un camino complementario, el de la abogacía.

Yo sabía lo que no quería hacer, pero no sabía lo que tenía que hacer”.

El conocido especialista en comercio exterior platica con Latitudex desde su despacho en la calle Liverpool.

Lo hace desde una sala que con tiene cientos de tomos sobre leyes y comercio exterior. Un cuarto contiguo expone las portadas de los más de 120 libros que ha escrito en su vida. Una cifra que impresiona a cualquiera.

Narra que mientras estudiaba tenía un socio con quien empezó a “jugarle al consultor cuando estábamos en la escuela”. Era el año de 1980 en el que comenzaron con diversos proyectos; conseguían permisos y trámites para empresas que fabricaban desde chocolates hasta tornamesas. La naciente empresa tuvo su primer crisis cuando un cliente se negó a pagarles. “Duré seis meses dedicado a tratar de cobrarle y nunca me pagó”, recuerda Reyes. “Ahí aprendí una lección y la Biblia lo dice: ‘No des tus perlas a los cerdos’ (...) Y entonces aprendí una segunda lección: si la gente te necesita, te paga. Y entonces hay que ser útil”. Aún y con eso, el entonces estudiante Eduardo Reyes no encontraba su vocación, pero vendría un momento que cambiaría todo.

“Ya sé que va a sonar poético pero yo no me encontré con mi tema, el tema me encontró a mí”, comenta.

“Tengo un amigo que era el rector de la Universidad Mexicana y se le ocurre sacar un diplomado en Comercio Internacional cuando no había diplomados en Comercio Exterior”. Recuerda que cada vez que le fallaba un expositor, lo llamaba. “Yo hablaba de logística, de finanzas, de lo fiscal y de pronto estoy metido en algo que no me gustaba hacer, que era hablar en público, pero pues era mi cuate”, destaca. “Entonces descubrí que hablando conseguía clientes”. La reacción del público era muy positiva ya que era muy joven, por lo que sus alumnos no tenían muchas expectativas. “Yo no tengo muchos talentos, estoy muy bendecido por Dios, pero hay un talento que no puedo negar que tengo que es ponerte en una hoja el problema más grande que tienes”.

Fue esa habilidad de entender los problemas, y al mismo tiempo comunicar las soluciones de una manera gráfica, eficiente y efectiva, lo que rápidamente fue colocando a Eduardo Reyes como una de las voces más autorizadas en el comercio exterior. “Yo entro con gráficos, con dibujitos y a la gente le gusta. Entonces se juntan los tres asuntos: lo gráfico, estoy chavo y sí estudio. Soy muy estudioso”.

Desde ese momento Eduardo Reyes conectó con una audiencia que él mismo fue consolidando y lo gró comunicar de una forma nove dosa y entendible los temas de un sector que se convertiría en clave en el futuro de la economía del país.

Una generación de profesionales

Con todos sus libros, conferencias y clientes, hay algo que Eduardo Reyes confiesa. “A mí me gusta escribir y no me gusta hablar en público”. Eso sí, su forma de escribir tiene una característica que lo hace único. “Pero al escribir, si hace falta algo y criticas, tienes que corregir, y esa es una lección de mis papás: Si criticas, corriges. Y si no lo hago, no se critica”. Pero, ¿cómo empezó ese hábito de escribir libros?

El experto en comercio se dio cuenta de que no existían textos sobre la materia y los que habían eran anticuados y sin especialización. “Acuérdate de que mi especialización en comercio exterior fue una triste materia sobre Hernán Cortés. Había un libro en el mercado y no era el de don Máximo Carvajal, pero era de la carrera de Derecho, de derecho aduanero”. Eso le abrió una ventana de oportunidad.

“Entonces escribí un libro que se llama ‘La mentalidad exportadora’. Porque nadie te enseñaba eso en mi época, te estoy hablando de los noventa. “¡Ese libro tuvo éxito! Lo leí hace poco y no está malo, ¡está lo que le sigue de malo!”, platica entre risas. ¿Y por qué un libro que era “malo” alcanzó tanto éxito?, le cuestionamos. “Porque es el único que había. Como se dice: ‘En el mundo del ciego, el tuerto es rey’. Pero estoy orgulloso del libro porque fomentó que se empezara a escribir. Y eso fue bueno”. Y es que ese texto abriría una cascada de títulos que se escribieron al respecto.

Pero más importante aún fue darle forma a la bibliografía de una personalidad que se convertiría en un gurú de un oficio que en ese momento no alcanzaba una profesionalización adecuada. “Me encontré con que el comercio exterior, que es donde está mi vida profesional, estaba des-dignificada”. “Y ahí nació una de sus misiones: dignificar a los profesionistas del comercio exterior, quienes hoy están convertidos en pieza clave de la economía global. “Hay un artículo importante que dice: dependen del comercio exterior la mayoría de las empresas que son exitosas. Y este año 2022 le debemos a las exportaciones el que no hayamos caído en una recesión”.

El abogado describe un estudio que realizó para conocer el nivel de salarios que existían en México en la industria. “El nivel de sueldos que existía en México era de 3 mil pesos. Ahorita estamos sobre los 20, 30 o 40 mil pesos. Claro, si quitamos inflación y todo eso, yo creo que, cuando me nos, está cinco veces más del nivel de suelo que estaba en los noventa”. Estas acciones han convertido a Reyes en un mentor de una generación de profesionales que han encontrado en él una guía constante en su quehacer.

Sin embargo, al preguntarle so bre su éxito y el sentimiento que le brinda, prefiere no abordarlo.

Confianza, el sexto sentido

“Mucha gente cree que soy mocho, pero no lo soy”. Pero si es algo que lo mueve, es la confianza.

Cuando cuestionamos a Reyes sobre los valores y habilidades que le han servido para tener una exitosa vida profesional, menciona uno que es clave para él. “La confianza es el sexto sentido que tienes en la vida que no ves. Y la confianza te hace ver”. Para el especialista, este valor está relacionado íntimamente con su fe y con su forma de ver la vida. “Si podemos valorar lo que significa la confianza, muchos tendrían que concluir: ‘Yo amo a Dios porque soy un convencido’.

“Sí, yo confío en Él. Por supuesto que me he llevado muchos dolores de cabeza y estoy bien, pero no puedes dejar de confiar en Él porque la confianza es tu sexto sentido”. Eduardo es un convencido de que solo teniendo un alto nivel de confianza se pueden alcanzar más objetivos. “Te permite correr más riesgos, les das menos importancia a los problemas y entiendes que los tropiezos te ayudan a formar la mejor versión de ti”. ¿Confianza en qué?, le preguntamos “Confía en que no importa lo que pase aquí”, responde. “Confianza en que en todo tienes mucho poder gracias a Dios y eso te permite atravesar problemas”.

Quizá es esa confianza que transmite es lo que permite que toda la industria voltee a ver a Reyes cuando sucede algo en el comercio exterior de la región, como es el caso de alguna reforma o modificación en las leyes. "Si no hay reformas, no requieren asesores, ¡Gracias a Dios!", dice entre risas.

Y es que el comercio exterior en México ha requerido de personas como Reyes que la estudien, la interpreten y con eso guiar a los profesionales que dedican su vida a un sector que siempre está en el ojo del huracán.

“La operación y la aduana mexica na lleva 100 años y es imperfecta la operación. ¡No lo puedo creer!

“O sea, si tú tienes 100 años haciendo algo, tú puedes establecer procedimientos que perfeccionen ese algo. Esa es la aduana. Entonces claro que me molesta. Sí me enferma que la aduana no quiere avanzar para cumplir su función, que es una función de control no intrusiva”.

¿Y eso solo pasa en México?, se le cuestiona.

“¡No!, no tengo la estadística pero debe ser la mejor aduana número 15 del mundo. Ya con eso te digo todo, o sea, hay 195 adua nas peor que nosotros. Pero no por la comparación significa que estamos bien”.

El mundo de Eduardo

Si hay algo que ha aprendido Reyes en su carrera como conferencista, abogado, escritor y experto, es a hacerse estudioso.

“Y digo ‘aprendí a estudiar’ por que aprendí a encontrarle el gusto a estudiar”, afirma.

“Y creo que aprendí a ser un po quito más maduro”.

Además, la experiencia le ha dado una visión del mundo distinta y al preguntarle cómo ve el mundo responde categórico:

“Creo que la enfermedad de este mundo es que nos enfermamos de poder rápido y en esa enfermedad de poder hay algo que se llama so berbia”, asegura.

“La soberbia se convierte en un tiro en el pie porque empiezas a pensar que el único que no tiene que cambiar es el que ves en el espejo y que todos los demás siempre lo hacen mal. Yo digo que debe ser al revés. Creo que al que puedes cambiar es el que está en el espejo”.

Y sobre el futuro del mundo y las tendencias que veremos en los próximos años, Reyes asegura que la globalización de la que tanto se habla ya llegó a su cúspide.

“¿Qué es la globalización? Cuando ya no alcanzas a ver las fronteras”, afirma.

“Hace 20 años todavía veías las etiquetas de los chones que ibas a comprar: Made in China. Ahorita te da lo mismo y no importa donde lo compraste.

Creo que estamos en un momento de bloques y el fenómeno de mayor transformación se llama logística”.

Además, comenta, el mundo entero ha pasado de una generación del hard skill y conocimiento técnico, para entrar al soft skill.

“El cambio más grande que yo veo en el mundo es el tema de la colaboración (...) El mundo ha hecho que un líder solamente es líder cuando tienes más líderes junto contigo.

“Lo digo con respeto por el presidente que tenemos ahorita. Él cree que puede tomar las decisiones. Me parece que no puede tener conocimiento de todo lo que pasa en este país. Y no hablo en contra de Morena ni del Gobierno. Aquí la cuestión es que el mejor resultado está en la colaboración”.

A final de cuentas, Reyes se remite al tema de la confianza, que es la base de todo lo que emprende. “Prefiero tener confianza y vivir más feliz, a tener desconfianza por que sufres un problema que ni si quiera llega. “Porque la confianza, créemelo, es el sexto sentido de todo ser humano. La confianza te da constancia, te da creatividad, te da sueños y entonces puedes tener un despacho aunque no sepas lo que quieras construir”, dice entre risas.

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