La Trivial #16

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La Trivial Para dar voz a los jóvenes.

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Sobre Slavoj Zizek

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Para entender el mundo.

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Para entender el mundo.

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La triviaL - #14

Tirada más bien austera. Enero 2017 Edición La Trivial Diseño y maquetación: Roc Solà Fundada en 2015 Los artículos son responsabilidad de sus autores

En este número 16 de La Trivial, hemos dado un giro helicoidal, todo lo que conocían de la revista ha sufrido una revolución. De hecho, vuelvan a mirar la portada para estar seguros de que esto es La Trivial, ni el mismo que redacta estas palabras lo está del todo. Qué paranoia, pero, hoy en día, más vale ser precavido. La redacción de la mayor parte se ha hecho bajo el son de la lista de Spotify llamada: Giovanni Sartini, núm 6.


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¿Y esta revista? "Toda la vida en las sociedades donde rigen las condiciones modernas de producción se manifiesta como una inmensa acumulación de espectáculos. Todo lo que antes se vivía directamente, se aleja ahora en una representación." Cap. 1, sct. 1 "Turismo, la circulación humana considerada como consumo... fundamentalmente no es más que la zona de ocio para ir a ver lo que se ha convertido en banal." Cap. 7, sct. 168

Editorial

"Improvisar ideas. El significado de las palabras participa en la improvisación. El plagio es necesario. Que implica el progreso. Abarca una frase del autor, hace uso de sus expresiones, borra una idea falsa, y lo sustituye por la idea de derecho." Cap. 8, sct. 207 "Los jóvenes de todo el mundo han sido autorizados a elegir entre el amor y una unidad recogida de basuras. En todo el mundo han elegido la unidad recogida de basuras." "El aburrimiento es siempre contra-revolucionario. Siempre." "No es de extrañar que los niños empiecen con entusiasmo sus estudios a una edad temprana con el absoluto conocimiento de la informática, mientras que son incapaces de leer, para leer las demandas que las resoluciones judiciales de cada línea .... La conversación está casi muerta, y pronto también lo serán los que sabían cómo hacer uso de la palabra." Cap. 10 "El Sabio de Toronto ... maravillándome pasado varias décadas en las numerosas libertades creado por una "aldea global" al instante y sin esfuerzo accesible a todos. Aldeas, a diferencia de las ciudades, siempre han sido gobernadas por el conformismo, el aislamiento, la vigilancia, el aburrimiento y repetitivos chismes maliciosos sobre las mismas familias. Es una descripción suficientemente precisa de la vulgaridad actual del espectáculo." Cap. 12 "No hay nada más natural que el considerar todo como a partir de uno mismo, elegido como el centro del mundo, uno se encuentra por lo tanto, capaz de condenar el mundo sin siquiera querer oír su cháchara engañosa." Vol. 1, ap. 1 "Las citas son útiles en los períodos de ignorancia o creencias oscurantistas." Vol. 1, ap. 1

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BLACK MIRROR: ¿Un Mundo Feliz? de Blai Burgaya Balaguer

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e fascina la extraordinaria precisión de las predicciones que hizo Aldous Huxley en Un mundo feliz. Se escribió en 1932, desde entonces, nuestra sociedad (la occidental) no ha hecho otra cosa que acercarse a su modelo. Un modelo que se basa en un control exacto de la procreación, haciendo así, que esta acabe estando completamente disociada del sexo. En ese mundo la reproducción humana tendrá lugar en un laboratorio, en condiciones de seguridad y fiabilidad genética. Por lo tanto, desaparecerán las relaciones familiares, las nociones de paternidad y de filiación. A su vez, con los avances farmacéuticos, se eliminarán las diferencias entre las distintas edades de la vida. En el mundo que nos describe Huxley, los hombres de cincuenta años tienen el mismo aspecto físico, los mismos deseos, y llevan a cabo las mismas actividades que los hombres de veinte años. Más tarde, cuando ya no es posible aplazar el envejecimiento, uno desaparece gracias a una eutanasia consentida; con mucha discreción, sin dramas. La sociedad que describe Un mundo feliz es una sociedad feliz, donde han desaparecido la tragedia y los sentimientos violentos. Hay libertad sexual y no hay ningún obstáculo para la alegría y el placer. Aun así, quedan algunos breves momentos de depresión, de tristeza y de duda; pero se pueden tratar fácilmente con ayuda de fármacos; la química de los antidepresivos y de los ansiolíticos también ha hecho considerables progresos. A mi parecer este es exactamente el mundo al que aspiramos actualmente, el mundo en el cual desearíamos vivir. Sin embargo, el universo de Huxley se suele describir como una pesadilla totalitaria, se intenta hacer pasar ese libro por una denuncia; pura hipocresía. En todos los aspectos, control genético, libertad sexual, lucha contra el envejecimiento, cultura del ocio, Un mundo feliz es para nosotros el paraíso, es exactamente el mundo al que intentamos alcanzar. Solo hay un detalle que choca un poco con nuestro sistema de valores meritocrático, y es la división de la sociedad en castas,

dedicadas a tareas diferentes siguiendo su naturaleza genética. Pero ese es precisamente el único punto que ha llegado a ser más o menos inútil, con el desarrollo de la robotización. Aun así, no se puede negar que Aldous Huxley tuvo una intuición fundamental: la evolución de las sociedades humanas estaba desde hacía muchos siglos, y lo estaría cada vez más en manos de la evolución científica y tecnológica, exclusivamente. Para mí, el único error de Huxley fue evaluar mal la relación de fuerzas entre las consecuencias que originó la mutación metafísica que produjeron el materialismo y la ciencia moderna: el racionalismo y el individualismo. Más concretamente, su error fue subestimar el aumento del individualismo producido por la conciencia creciente de la muerte, de la ausencia del más allá. Del individualismo surgen la libertad, el sentimiento del yo, la necesidad de distinguirse y superar a los demás. Pero en una sociedad racional como la que describe Un mundo feliz, la lucha puede atenuarse. La competencia económica, no tiene razón de ser en una sociedad rica, que controla los flujos económicos. La competencia sexual, no tiene razón de ser en una sociedad en la que el sexo y la procreación, están perfectamente separados; pero Huxley olvida tener en cuenta el individualismo. No supo comprender que el sexo, una vez disociado de la procreación, subsiste no ya como principio de placer, sino como principio de diferenciación narcisista y lo mismo ocurre con el deseo de riquezas. ¿Por qué el modelo socialdemócrata sueco no ha logrado sustituir al modelo liberal/neoliberal? Porque la mutación metafísica operada por la ciencia moderna conlleva a la individuación, la vanidad, el odio y el deseo. En sí, el deseo, al contrario que el placer es fuente de sufrimiento, odio e infelicidad. La solución de los utopistas, de Platón hasta Huxley y pasando por Fourier, consiste en extinguir el deseo y con él, el sufrimiento que provoca. En cambio, el extremo opuesto, la sociedad erótico-publicitaria en la que vivimos se empeña


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“Así pues, Black Mirror, no cae en los mismos errores que Huxley, pues en esta serie se perfecciona lo que era el Mundo Feliz.”

en organizar el deseo, en aumentar el deseo en proporciones inauditas, mientras mantiene la satisfacción en el ámbito de lo privado. Para que la sociedad funcione, para que continúe la competencia, el deseo tiene que crecer, extenderse y devorar la vida de los hombres[1]. Así pues, Black Mirror, no cae en los mismos errores que Huxley, pues en esta serie se perfecciona lo que era el Mundo Feliz. La serie es conocida por presentar futuros distópicos donde la tecnología lo es todo en la vida de los seres humanos, pero en la que subyace también la crítica hacia la nueva ciencia o tecnología. Pero en su recién estrenada tercera temporada, Charlie Brooker, Michael Schur y Rashida Jones (los guionistas), se han inventado muy pocas cosas. Pues, la mayoría de tecnologías con las que fantasean en sus episodios ya están inventadas. ¿Entonces, la crítica es hacia la nueva ciencia o hacia la ciencia y tecnologia actuales? En el sexto capítulo de esta tercer temporada hay una frase demoledora que respon-

de a la perfección a esta pregunta: “no esperaba estar viviendo en el futuro, pero joder, sí lo estoy”. “Cuando hay que modificar o renovar la doctrina fundamental, las generaciones sacrificadas en las que se opera la transformación siguen siendo esencialmente ajenas a ella, y a menudo directamente hostiles.” AUGUSTE COMTE, Llamamiento a los conservadores [1] LAS PARTICULAS ELEMENTALES, Michel Houellebecq, 1998

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Fantasía como guión 6

de Àlbert Blanc

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uando indagamos sobre la ideología, como opera, como modifica comportamientos (sean a nivel individual o a nivel colectivo) es inevitable pensar en aquellas series que recientemente han tratado en profundidad la ideología a través de las fantasías. La tercera temporada de Black Mirror y la primera de WestWorld son dos referencias clave para entender como toda una serie de ficciones y símbolos, que usamos para entender nuestro mundo, nos evitan observar aquellas distorsiones que no cuadran. Black Mirror y el discurso del superego Estrenada en 2011 de la mano del guionista Charlie Brooker lleva ya tres temporadas a cuestas. La última fue lanzada este pasado octubre por Netflix. Vale la pena detenerse en la última temporada cuyo relato estructurador de los capítulos no es otro que el de un incesante acoso de la fantasías que diría el psicoanalista Slavoj Zizek. En lo fundamental, en la tercera temporada vemos un bombardeo sistemático del discurso del superego sobre las protagonistas. Estoy pensando concretamente en los capítulos de ‘Caída en picado’ y ‘San Junípero’. Allí, lo que se nos muestra es la primacía del superego sobre el ego y el ello. Entendiendo que la lógica del superego no es otra que la de actuar como un agente sádico que bombardea al sujeto con exigencias imposibles de realizar.

“La genialidad de Black Mirror, en los capítulos arriba citados, estriba en mostrar el discurso del superego que ordena una sociedad concreta”

La genialidad de Black Mirror, en los capítulos arriba citados, estriba en mostrar el discurso del superego que ordena una sociedad concreta. En la cual se bombardea a los sujetos con demandas imposibles de realizar para satisfacer el goce. Las cuestiones clave que cabe preguntarse aquí son; quien emite dicho discurso y cuál es la traducción social del superego. Es decir, que actor colectivo representa que obtiene su goce del fracaso del conjunto de todos los demás sujetos subalternos. En Black Mirror encontramos, de hecho, las respuestas a estas pre-


7 guntas justo en el primer capítulo de la última temporada, haciendo las delicias del escritor de ‘La Miseria de la filosofía’ (1847). En Marx, la tecnología no era una variable independiente sino que ejercía un papel de mediación, es decir, de representación de otras lógicas. Del mismo modo, entender Black Mirror significa pensar en qué lógica, y su discurso, ha llevado a que tengamos que obtener nuestro reflejo distorsionado ideológicamente gracias a la pantalla negra iPod. El horror de lo Real en WestWorld Si Black Mirror se centra en la primacía del superego como discurso nodal, WestWorld más bien se centra en el discurso del Ello. En dicho discurso, las fantasías juegan un papel clave ya que, como explicaba Zizek en El acoso de las fantasías (Siglo XXI, 2011), las fantasías, en términos psicoanalíticos, nos ocultan el horror de lo Real, al mismo tiempo que son parte constitutiva de lo reprimido.

tén simbólico cae en la quiebra. La última cuestión que queda por formular respecto a las fantasías es la de pensar, a la hora de hacer un análisis concreto de una situación concreta, que antagonismos están reprimiendo las fantasías y de qué ficciones ideológicas imposibles son partes constitutivas. Ya que al final lo que formulan dichas ficciones son unas coordenadas por las que se guían los sujetos. Lo más interesante de WestWorld y Black Mirror es que plantean que las fantasías y las ficciones ideológicas son partes constitutivas de las identidades individuales y colectivas. Muy en la línea, de hecho, de Althusser (en ‘Freud y Lacan’ 1964) cuando decía que los sujetos reales solo reconocen su ‘yo’ a través de formaciones ideológicas.

La doble tarea de estructurar la realidad como una ficción que podemos aceptar y a la vez representar ocultamente sus traumas, genera tensiones, es decir inconsistencias, que pueden amenazar con hacer saltar por los aires la fantasía que sostiene un determinado edificio ideológico. thumbnail_westworld-original-poster Es por ello que la fantasía necesita sostenerse en un determinado contexto ideológico con grietas, inconsistencias, mínimas. Pero qué ocurre si el contexto ideológico se derrumba y la fantasía ya no se sostiene a causa de la evidencia de sus inconsistencias. Esta es la pregunta de partida de WestWorld, de Jonathan Nolan y Lisa Joy, inspirada a su vez en la película del mismo nombre de Michael Crichton de 1973. Las y los protagonistas de esta serie, quizás también inspirados en la colección de relatos de Isaac Asimov ‘Yo, Robot’ (1950), se enfrentan a sus propias fantasías en estado puro y al horror real que reprimen y constituyen a la vez, cuando su sos-

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Uno se divide en dos: Internet. de Albert Castañé

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ufre el individuo de alienación consigo mismo al ser en Internet?, ¿de qué manera puede uno estar en contradicción consigo mismo al tener un perfil en la red y ser otro fuera de ella? Voy a intentar dar unas cuantas notas al respecto de esta temática.

“¿La idea domina a la materia? No, en absoluto es idealismo, se trata de lo mismo que la alienación religiosa: los creyentes disponen su suerte a un ente supuestamente por encima de ellos, alejado de su existencia, y confían en él para tener una existencia más satisfactoria”

La concepción (en mi caso la recibí de Zizek) de que en Internet podemos ser todo aquello que no podemos ser fuera por limitaciones varias tiene bastante peso y es una interpretación sólida del posible papel social de aquél. Pero si esto es así, y en Internet podemos desarrollarnos con más plenitud, ¿no se genera pues una disociación entre lo que somos en el mundo cibernético y entre lo que somos en el mundo material? En efecto, así puede llegar a ser: si en nuestras vidas no somos sujetos plenos, realizados, con proyecciones efectivas, es muy fácil que en el mundo ideal de la red podamos mostrarnos como tales. Esto significa algo bastante grave, y es que, si nos disociamos de tal manera, nuestro ser en las redes sociales y demás podría acabar esclavizando a nuestro ser real en el mundo. ¿La idea domina a la materia? No, en absoluto es idealismo, se trata de lo mismo que la alienación religiosa: los creyentes disponen su suerte a un ente supuestamente por encima de ellos, alejado de su existencia, y confían en él para tener una existencia más satisfactoria. Desconocen, pues, que esa divinidad

es mucho más cercana de lo que creen y que no es más que una proyección ideal de ellos mismos. De igual forma, un Dasein que viva de manera impropia, arrojado al mundo, sin conocimiento efectivo de sí mismo ni de su mundo, puede caer en el mundo idealizado de Internet y desarrollarse ahí de manera tal como quisiera en su verdadera existencia. Mas, no es necesaria tener unas condiciones materiales despreciables para disociarse de tal manera: al igual que en la alienación económica la burguesía también se siente abandonada por lo que otros hacen (los proletarios), también aquí el capitalista o el que está en pleno bienestar puede enajenarse de sí mismo y sentirse realizado en una instancia irreal como es la plaza web. Al crearse el sujeto real un perfil en una o varias redes sociales, éste se ve cada vez más integrado en tal mundo: interactúa con otros, comparte momentos, participa para con otros usuarios, y otras tantas posibilidades a hacer entre las que se nos ofrecen. Así, si no existe una base material para tales relaciones (amistad efectiva y material con los demás sujetos, por ejemplo, además de la vinculación necesaria entre lo que hacemos en Internet y lo que hacemos fuera) cabe la posibilidad de que nuestro ser en las redes se vuelva autónomo y sea otro completamente distinto del que somos en realidad: es decir, que lo que no podemos ser en el mundo material por las limitaciones de las que


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habla Zizek, se vuelva realmente un sujeto por encima de nosotros al que nos debemos, ya que es el que verdaderamente quisiéramos ser. Pudiera parecer algo absurdo en tanto que ese individuo en Internet somos realmente nosotros mismos pero con las proyecciones que deseamos hechas efectivas; el problema es que ocurre lo mismo con la creencia en los dioses, ya que, como ya hemos dicho, las producciones ideales religiosas son nuestros deseos no realizados, sino, nuestros pensamientos de poder, superioridad, omnipotencia… lo mismo ocurre con el sujeto en el que nos podemos convertir en Internet si no contamos con la vinculación necesaria entre nuestro ser real y nuestro ser ideal. Y, el hecho de mostrar, por poner un ejemplo, que hacemos o como vivimos en nuestras vidas y subirlo a la red, no implica el romper esa posible división entre ambas instancias: incluso puede reforzarla si creemos que en Internet tiene algún valor pues recibimos ‘X’ Me gusta o comentarios de otros individuos, pero las consideramos insustanciales en su verdadera existencia material. Si lo expuesto es correcto, y existe tal disociación, ésta se sumaría al resto de alienaciones existentes en el capitalismo y en la sociedad de clases, en las que nos vemos arrojados a fuerzas externas a nosotros y a las que nos sometemos, aunque no sean más que producciones de los seres humanos mismos. Los Dasein pues se dividen

en dos, teniendo un perfil realmente existente y un perfil idealmente existente, y en la que ambos se contradicen dialécticamente, uno imbuye al otro y viceversa, aunque, obviamente, sea el material el que permita y influencie de manera primitiva al perfil ideal y al que podemos acabar sometiéndonos. ¿Tal alienación tiene origen en el capitalismo? No necesariamente, es decir, aunque si bien es cierto que gran parte de las problemáticas humanas que surgen en los individuos son de causa económica (depresión, por ejemplo), no todas las causas de esas disociaciones se deben encontrar en la sociedad de clases. Creo que es esta alienación una bastante autónoma con respecto a la sociedad clasista, pues en realidad, la manera de superarla consiste en la clara vinculación, como ya hemos expuesto, entre el ser real y el ser ideal, que si bien ambos pueden estar imbuidos por las limitaciones que nos imponen las condiciones económicas, no siempre deben ser por tales causas. Pueden ser de índole psicológica, por ejemplo, una persona con timidez puede verse realizada en Internet y esa condición puede no ser superada en una sociedad sin clases (sin contar que tal persona quiera superar tal situación o no). Cabe apuntar que tal posible alienación no es un fenómeno por norma general, pudiera ocurrir o no, y son muchas las variables que pudieran provocar (o impedir) el surgimiento de tal disociación: la

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importancia que concedemos a las redes sociales, las metas que tenemos, nuestras particularidades humanas, preocupaciones, situación económica, o incluso si somos creyentes o no. Pero dado que las nuevas generaciones nacemos ya con un móvil en la mano pudiera ser una división subjetiva que se acrecentara en el futuro y con mucha más fuerza, observando algunas tecnologías que están saliendo ahora, como la realidad virtual, herramienta que permite vivir directamente en otros mundos.


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Nunca he sufrido discriminación en el mundo de los videojuegos por ser mujer… de @valkyrie_red

Hace unos días, a través de una serie de acontecimientos sucedidos en las redes sociales, comentaba con unos amigos las situaciones a las que se enfrenta una mujer cuando accede al mundo del videojuego. Todos nos sorprendíamos —para mal— de las palabras y actitudes de cierto sector que con sus ideas retrógradas y blandos argumentos trataban de vedar el acceso a los videojuegos a la mujer o justificaban el mal trato que llegan a recibir aludiendo a cuestiones tan absurdas como el tiempo, la costumbre, el mercado o incluso la revolución francesa —que qué tendrá que ver si aún no hemos sacado las guillotinas—. Al hilo de esta cuestión surgió la eterna frase que siempre me ha hecho sentirme un bicho raro en lo que a malas experiencias en el mundo femenino se refiere. No es que me queje de mi situación, al contrario, doy gracias por no haber tenido que aguantar muchas cosas, pero en cierto sentido eso también hace que no me sienta con derecho a protestar por algunos aspectos, que no me sienta con derecho a quejarme o a opinar sobre asuntos que, hasta ahora, no creí que me concerniesen. Y es que nunca he sufrido discriminación en el mundo de los videojuegos por ser mujer. Nunca me han acosado, ni insultado, ni humillado o menospreciado. Nunca en un juego he tenido una experiencia negativa

sólo por mi género. Nunca el ser mujer me ha llevado a una experiencia traumática. Y por eso mismo me siento como una intrusa cuando se hablan de estas cuestiones que sé que existen y se sufren a diario. Sin embargo, hay un matiz en esta frase, porque efectivamente, nunca he sufrido discriminación en el mundo de los videojuegos por ser mujer… …pero nunca he usado un nickname que explicitase mi sexo. Porque todo aquello que incluyese en mi nombre “chica”, “girl” o cualquier adjetivación femenina suponía una intención directa de señalar que era mujer y eso sería entendido como una invitación a ligar. Del mismo modo, en conversaciones jamás he sacado a relucir mi género y nunca he hablado de mí misma como si fuese mujer. Porque desde siempre he entendido que señalar mi sexo se interpretaría como una invitación al flirteo, como un indicador de que estoy abierta a que alguien muestre interés por mí. …pero nunca he sido “demasiado” simpática con ningún chico que supiese que era mujer. Ni tampoco he mantenido conversaciones personales con gente que he conocido dentro de un juego. Porque la simpatía y hablar de parejas, ex parejas, problemas personales o sentimentales siempre se interpretaría


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como una invitación a entrar en mi vida, formar parte de ella. ¿Y qué chica te invita a entrar si no es porque quiere algo? …pero me han juzgado simplemente por llevar un personaje femenino. Sin saber mi género, sin saber nada de mí más que el personaje que manejo, ha habido quienes me han insultado o alabado por ser mujer —no yo, ojo, mi personaje—. He recibido regalos y atención extra o menosprecio e insultos no por quién soy yo, no por mis habilidades, ni por mis palabras. No, he sido juzgada a través de un personaje y su sexo. …pero me ha dado rabia que un juego que me gustaba no tuviese personajes femeninos. Lo reconozco, siempre me ha encantado jugar con personajes femeninos. Es mi punto débil, me gusta jugar y me gusta hacerlo con mujeres. Desde luego no hay juego que deje sin probar simplemente porque el personaje protagonista sea un hombre. Sin embargo, sí me he llevado grandes decepciones sobre todo en casos en los que se puede elegir con qué personaje jugar al ver una carencia —total o parcial— de personajes femeninos. Desde la nula presencia de mujeres en algunos títulos, hasta el desequilibrio total que se da en muchos juegos con selección de personajes, la presencia —más bien ausencia— de mujeres en los juegos siempre me ha generado cierta tristeza. Con esto, lo que quiero señalar es cómo muchas mujeres interiorizamos una serie de pautas, de normas y de conductas “preventivas” que nos protejan de posibles malas experiencias dentro del entorno de los videojuegos. Del

mismo modo que se aconseja a las chicas que no vayan solas, que no lleven tan corta la falda, no vaya a ser que alguien les haga algo. Del mismo modo que se educa a las posibles víctimas para que se “protejan”, en lugar de educar a los posibles agresores para que no agredan. Así yo —y quizás muchas otras—, he interiorizado lo que no tengo que hacer, como si romper alguna de estas normas conllevase unas acciones negativas que serían responsabilidad mía. Asumimos también que hay situaciones inevitables, que la poca visibilidad femenina o la carencia de mujeres relevantes dentro de los videojuegos es un hecho. Que quejarse es ir en contra de lo establecido, “meter ruido”. Igual que se pretendía que asumiésemos en los orígenes que los videojuegos no eran un producto para las mujeres. Igual que nos educan para que los coches y los Action Man sean productos para un género que no es el nuestro. De manera preventiva he sido víctima de mí misma por no serlo de otros. Porque se nos ha dicho que, si hacemos algunas de las cosas anteriormente mencionadas, será culpa nuestra que nos acosen, que nos agredan, que nos insulten, que nos discriminen… Todo mi paso por el mundo de los videojuegos ha sido con la cabeza gacha, ocultando mi género, parte de mi identidad, por no llamar la atención, por no atraer situaciones indeseadas. Como si fuese culpa mía, he aceptado que “así son las cosas”, que “hay que prevenir”. Y he aceptado que yo no he sido una víctima de la discriminación, del machismo en los videojuegos. Por eso yo nunca he sufrido discriminación en el mundo de los videojuegos por ser mujer… …pero quizás esa frase no es del todo cierta.

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Grands soirs et petits matins: narración y acontecimiento en el Mayo del 68 de Marc Flores

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rands soirs et petits matins (1968) es un film de William Klein, rodado durante el Mayo del 68, en París, y que, en consecuencia, tiene la virtud de ser un film del Mayo del 68 y a su vez sobre el Mayo del 68. A continuación reflexionaré, más que sobre los hechos, sobre el cambio de paradigma narrativo que supone este film y, en relación con otros, los vínculos que se pueden establecer entre el cine nacido en tal contexto revolucionario y los planteamientos políticos y sociales defendidos por los actores del mayo francés. En este sentido, resulta interesante el hecho que la narración, aunque dirigida por el susodicho cineasta, no es ficción: los hechos se narran mientras éstos ocurren y los “personajes” son los verdaderos protagonistas de la revuelta estudiantil y obrera, que toman la palabra, que se representan a sí mismos, que dialogan entre sí, sin dirección. Lo único, a mi entender, que la hace una película en el sentido habitual, y no un grabación casera, es el hecho que en la película se estructure una narración. De este modo, la primera cuestión que se nos plantea es la misma naturaleza del film: ¿es un documental o algo más? En un primer vistazo nos puede parecer que se trate de un simple documental –y quizás lo sea–, puesto que se está grabando la realidad y se transmite, en este caso, un mensaje enteramente político, sin ficcionalización. Aun así, las condiciones de existencia de la narración no han sido fijadas en un guión, tal y como se procede habitualmente, incluso en los documentales; la narración, en este film, encuentra sus condiciones de posibilidad en el acontecer, en el presente que se despliega delante del objetivo de la cámara y no en un guión que encorseta su decurso, que es su precondición. No hay más determinación que la disección temporal que implica, siempre, el hecho de narrar: decidir cuál es el inicio y cuál es el fin, seleccionar, entre todas las posibilidades del presente filmado, qué parte devendrá discurso. Por lo tanto, si el hecho narrativo, como tal, implica necesariamente una delimitación y una definición (poner fin), es fácil concluir que la naturaleza de un film documental como éste, con o sin guión, es esencialmente igual que un film de ficción guionizado. Sin embargo, la experiencia de visionar uno u otro es radicalmente distinta. ¿Por qué? La diferencia reside, sin duda, en cómo se objetiva la narración. A Grands soir et petits matins, y filmes análogos, no hay narración sin acontecimiento, sin decurso autónomo de la posible materia de la narración: es el acontecer de los hechos el que crea la posibilidad de la narración y no la vo-

luntad narrativa la que concreta el acontecer de los hechos –como en los casos en que hay guión. En cierto modo, en el primer caso lo narrable actúa por sí mismo y después es definido por el narrador; en el segundo caso, en cambio, lo narrable es definido para seguidamente ser actuado. Es clara, pues, la relación entre el proceder narrativo de Grands soirs... y el movimiento situacionista que tanto arraigó en Francia en la década del ’60 y que se manifestó en el Mayo del 68. De hecho, uno de sus principales impulsores, Guy Debord, participó activamente en él. Situaciones, como momentos de la vida concretamente y deliberadamente construidos mediante la organización colectiva de un ambiente unitario y de un juego de acontecimientos ii, que Klein capta y contribuye a crear, con su cámara, durante todo el film: los estudiantes ocupando las universidades, las charlas entre éstos y los obreros en la puerta de las fábricas o Cohn-Bendit instando a hacer de las universidades lugares de acogida y foros de debate con otros estudiantes revolucionarios europeos. Son situaciones creadas mediante la organización colectiva que concretizan, a gran escala, las teorías de la Internacional Situacionista (1957-1972). Este planteamiento cinematográfico que podríamos calificar de situacionista, si bien no se ha definido nunca como tal, nacía como respuesta afirmativa a las preguntas que lanzan Amador Fernández Savater y David Cortés: ¿acaso no estaba entonces el mundo del cine también organizado bajo el dictado de la rentabilidad y lo rendimiento?, ¿sometido a la misma división entre los que saben (los ‘creadoras’) y los que obedecen (técnicos, especialistas) ?, ¿sujeto a la misma subordinación de la producción a la concepción, el ‘despotismo del director’ tal y como se produce incluso en los años de la Nouvelle Vague?, ¿destinado como mercancía de lujo al ‘entretenimiento’ en la división social del trabajo y las funcionas? Entonces, ¿podría ser el cine vuelvo a mayo del 68 un punto de partida posible para otra elaboración del recuerdo, más allá de la sobrecarga de ruido a la que llamamos‘conmemoración’?iii. El nuevo planteamiento narrativo que venimos analizando es la respuesta efectiva a las preguntas anteriores, a la transposición de las inquietudes políticas y sociales al lenguaje cinematográfico. En cierto modo se recuperaba el camino del cineasta soviético Dziga Vèrtov (1896-1954) y de los miembros del grupo Kinoks, que entendían que se tenían que eliminar del plano todos los elementos del cine convencional: desde la escritura previa de un guión hasta la utilización de actores profesionales, pasando por el rodaje en estudios, los decorados, la iluminación, etc. Su objetivo era captar la “verdad” cinematográfica, montando fragmentos de actualidad de forma que permitieran conocer una verdad más profunda que no puede ser percibida


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por el ojo: ver y mostrar el mundo desde el punto de vista de la revolución proletaria. Así pues, Klein deja hablar a los protagonistas y participar de la construcción narrativa, autorrepresentarse: son ellos los que dialogan, los que explican aquello que quieren sin sugestiones de ningún tipo. De este modo inserta “la creación cinematográfica en la sociedad: encontrarse y acompañar procesos colectivos, preguntar por la vida cotidiana, cuestionar así la propia función del cine y del cineasta como mero creador de obras destinadas a una contemplación pasiva”. v En definitiva, lo que se busca es poner la cámara donde hay creación colectiva para acompañarla, no sólo en su desarrollo, sino también en un sentido físico: llevarla más allá del presente creado, de la participación del acontecimiento, para participarla a otros. Mediante esta doble participación se consigue, ahora sí, crear una nueva situación de organización colectiva: la de los espectadores, ahora más que nunca creadores, que siendo participados del acontecimiento crearán otro, quizás también de dimensiones revolucionarias. La situación es el film: éste se transforma, una vez transportado, en la posibilidad de un nuevo proceso de creación colectiva, de diálogo, de un nuevo acontecimiento; hace propia la frase coreada por los manifestantes C’est ne que le debut, continuez le combat (“No es más que el principio, continuad la lucha”) y la hace cine: la película no es más que el inicio de la lucha, se tiene llevar más allá de si misma. Sin ningún tipo de duda nos encontramos ante un cine militante que no se conforma en performar, sino que pretende transformar y dar forma a un nuevo presente mediante las imágenes, que pretende captar y trasladar por todas partes la espontaneidad y la naturaleza multicéfala del proceso revolucionario francés. Es, pues, un film que encarna los ideales y objetivos de Mayo del 68: es parte de él y lo participa. Para acabar, y a modo de conclusión, un último apunte sobre la narración. Poner la cámara en un momento concreto y no en otro, montar una presa y no otra, son elecciones

narrativas que condicionan el discurso narrativo. Cuando se narra, no se puede huir de definir, de tal manera que incluso los actos previos a la narración la delimitan. Grands soirs et petits matins, y también las experiencias de dirección colectiva del grupo ARCO, por lo tanto, no es más realista o fidedigno a los acontecimientos de Mayo del 68 por dejar hablar a los protagonistas, por dejarlos intervenir en la narración, por dejarlos ser creadores activos de ésta. La cámara en ningún caso es un espejo que capta la realidad tal y como es, lo cual no desmerece el mester cinematográfico. De hecho, es precisamente el modo como William Klein y otros cineastas del 68 narran, el replanteamiento que hacen de cómo crear la narración, el que marca un hito histórico y lo que confiere un carácter revolucionario a su cine, doblemente: porque reformularon la narración cinematográfica y porque, a través de esta reformulación, pretendieron crear nuevas situaciones de organización colectiva con posibilidades revolucionarias. No es, pues, un testimonio de Mayo del 68, sino que es una acción más, una expresión palpitante de los anhelos de aquel estallido revolucionario. i Se puede ver en: https://www.youtube.com/watch?v=0nqsqfTC8p4 ii Debord, G. (): “Informe sobre la construcció de situacions i sobre les condicions de l’organització i l’acció de la tendència situacionista internacional”. Sacado de: https://ca.wikisource. org/wiki/Informe_sobre_la_construcci%C3%B3_de_situacions_i_sobre_les_condicions_de_l%27organitzaci%C3%B3_i_l%27acci%C3%B3_de_la_tend%C3%A8ncia_situacionista_internacional iii Fernández, A., Cortés, D. (2009): “Cine y mayo del 68”, p.2, laFuga, 10. [Data de consulta: 2017-01-17]. Disponible a: http://2016.lafuga.cl/cine-y-mayo-del-68/364. iv Vèrtov, Dziga (1919) “WE: Variant of a Manifesto”, a Simpson, P. et al. (eds.): Film Theory: Critical Concepts in Media and Cultural Studies. v Fernández, A., Cortés, D. (2009): op. cit., p. 3.

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La Sonrisa De Cheshire. Ideología Neoliberal En La Promoción Del Trabajo Sexual de Genís Plana La segunda virginidad que se pierde, la definitiva, parece no ser otra que la ingenuidad. Después de que Amarna Miller pasara por distintos talk shows contando la ausencia de incoherencia entre su convicción feminista y su dedicación a la industria pornográfica, recientemente fueron publicados un par de artículos, en elmundo.es y en elespanol.com, ampliamente viralizados en las redes sociales, en los que se recogen diversos testimonios de prostitutas que reivindican su oficio como resultado de una decisión plenamente libre. Tomemos como muestra las declaraciones de Amanda Carvajal, quien emplea el refinado nombre de escort para referirse a su actividad de acompañante sexual: “Yo decido cuánto cobro, la duración de las citas y qué se hace y no en ellas. El cliente acepta y, si no le gustan las condiciones, simplemente el encuentro no se produce. Eso para mí es igualdad de género, pues es un acuerdo en el que tanto él como yo salimos ganando”. Ocurre que al enfatizar las elecciones como propias y eximirlas de cualquier condicionante contextual, pareciera que nos situáramos ante las palabras de algún apologeta liberal que tomando un caso particular acaba por proclamar las evidencias empíricas del supuesto triunfo de un mercado completamente libre y autorregulado. Al término de la lectura, ya no cabía duda de quién pronunciaba el murmullo que de fondo escuchaba: resultaba ser Slavoj Zizek diciendo que “la percepción de que vivimos en una sociedad de elecciones libres (…) es la forma de aparición de su exacto contrario, de la AUSENCIA de verdaderas opciones”[1]. Siguiendo el camino asendereado por el filósofo esloveno, diríamos que el contenido de estos artículos nos conduce de lleno al vaporoso mundo de la ideología dominante, donde, así como el gato de Cheshire, la densidad de la figura se esconde detrás de una amplia sonrisa. Una sonrisa ilusoria que pregona la libertad formal ínsita en la autonomía laboral al tiempo que oculta los riesgos y las responsabilidades que asume el trabajador autónomo carente de normativa laboral. Porque si damos por cierto que el imaginario que proyecta el neoliberalismo se fundamenta en un individualismo metodológico a partir del cual el pleno desarrollo personal solamente puede lograrse rompiendo el amarre que suponen los marcos de regulación social, ya no hará falta más que atender a algunas de las declaraciones recogidas en los artículos mencionados para reparar hasta qué punto responden a percepciones y

“Dicho lo cual debo apresurarme a subrayar que no es el propósito de estas líneas cuestionar el trabajo sexual, sino tan sólo señalar la complicidad de ciertos relatos novedosos, por más transgresores que aparenten, con la racionalidad neoliberal”


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opiniones personales sumamente funcionales a la ideología dominante. Para empezar a darle leña al mono será conveniente apuntar que, si bien es cierto que las mujeres entrevistadas sitúan en la base de su decisión por dedicarse a la prostitución la precariedad y la ausencia de expectativas a la que se expone la fuerza laboral en estos tiempos de contrarrevolución neoliberal[2], no deja de ser menos cierto que no se considera más que una escapatoria individual que resulta ser concomitante al modelo de “emprendedor” preconizado por la retórica neoliberal. Se trata de “un empresario de sí mismo” por decirlo a la manera de Foucault, quien, ya sea instalando placas fotovoltaicas o ejerciendo la prostitución, asume como propia la inseguridad relativa a su régimen laboral por más que a ésta se la presente positivamente llamándola flexibilidad. Natalia Ferrari ofrece un botón de muestra al asegurar que “una de las ventajas de ser prostituta es que puedes dejarlo y volver cuando quieras”[3]. Pero aunque esta afirmación no necesariamente denote falsedad, su relevancia está en su involuntaria disposición por trazar líneas de fuga que, distanciándonos de la defensa colectiva de los derechos sociales, acaban por llevarnos a un resbaladizo lugar en que cualquier cooperación es reemplazada por competitividad. Veamos. Cualquiera que conozca las condiciones de trabajo a las que se expone parte considerable de la población ocupada en nuestro país comprenderá que Valérie May, trabajadora sexual, diga aquello de “no quiero seguir formando parte de este sistema laboral”. Sin embargo, aquello que no resulta fácil de comprender es que de ello se desprenda la exaltación de formas de autoempleo desprovistas de protección social. Por el contrario, pareciera que una postura verdaderamente consecuente con respecto al recha-

zo del actual mercado laboral reclame a su vez un rechazo de aquellos trabajos que, al margen de la remuneración que puedan proporcionar, se encuentran atravesados por mayor inestabilidad e inseguridad. Dicho lo cual debo apresurarme a subrayar que no es el propósito de estas líneas cuestionar el trabajo sexual[4], sino tan sólo señalar la complicidad de ciertos relatos novedosos, por más transgresores que aparenten, con la racionalidad neoliberal. Sólo así se comprende que los empleos presentados en los dos artículos mencionados se encuentren en sintonía con el empeño por reducir la cobertura de prestaciones sociales como el desempleo, los subsidios asistenciales y las pensiones de jubilación. Ante el progresivo deterioro de las condiciones de los trabajadores asalariados, la ideología dominante niega la dimensión social del problema, obstruyendo la posibilidad de enlazar un malestar compartido que provea de una respuesta colectiva, a la par que orienta cualquier tipo solución hacia un devenir-emprendedor en constante competitividad. Si el primer movimiento supone aniquilar el modelo laboral surgido de la sociedad del bienestar por medio de la escasez y la precariedad, la acción que culmina la operación pasa por canalizar el desasosiego social hacia presuntos proyectos de éxito personal en los que, sin ningún tipo de protección legal, cada persona se convierte en un producto susceptible de lanzarse al mercado laboral. A fin de cuentas la clave del éxito está en venderse más que los demás, por lo que, dado las implicaciones poco menos que vitales que ese panorama posee, no podemos más que reconocer que el horizonte que se nos muestra es aquél en que cualquier parcela de la vida acaba por subsumirse a una relación empresarial. Así que no resulta complicado advertir la lógica subyacente a la simbiótica figura del proletario-propietario, según la cual debiéramos sentirnos

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16 tanto más empoderados cuanto que mayor es nuestra capacidad para autoemplearnos, o dicho sin cortapisas, para explotarnos de manera voluntaria y sonriente[5]. Tanto es así que el trabajo deviene el principal modulador del autodesarrollo humano: para Natalia Ferrari, por ejemplo, el suyo es “un trabajo muy empoderador” que le permite “pagar el alquiler”. Pero si lo que se quiere es descubrir el sustrato ideológico del discurso, será apropiado remover sobre la fina capa de goce con que éste último es pronunciado: al hacerlo podemos airear las pestilencias que sotierra. Sugieren estas palabras que la ideología suele hallarse donde la obligación se disfraza de libertad y la desazón se camufla de conformidad. O para expresarlo en términos lacanianos, se trata de encontrar la procedencia de ese se por el cual los desgraciados se satisfacen. Sin especular más sobre esta conceptualización, su concreción se expresa a partir de la intuición que nos lleva a desconfiar de aquellos trabajadores que le componen un ditirambo a su realidad laboral: “como apunte diré que la primera vez sentí que tendría que haber empezado a trabajar como prostituta mucho antes” (Natalia Ferrari); “no conozco un trato más justo e igualitario que el que hay entre una prostituta y un cliente” (Andrea Carvajal); “es un trabajo que disfruto mucho y que me da muchas satisfacciones. Hoy en día no podría imaginarme trabajando de otra cosa” (María Riot). No me parece frivolizar si propongo un pequeño juego de abstracción por el que imaginar que aseveraciones como las aludidas corresponden a trabajadores de cualquier otro ámbito gremial; pues no creo que se le diesen demasiada credibilidad sino a condición de que formasen parte de un discurso

imbuido de publicidad. Porque habiendo perdido nuestra segunda virginidad, no seremos tan ingenuos como para no desconfiar de aquellas narrativas contemporáneas que, siendo tan usadas por el coaching empresarial, ofrecen bienestar emocional, motivación constante y superación personal en lugar de derechos en materia laboral. A estas alturas no cabe duda que se equivoca quien considera que la ideología de un discurso se sitúa al nivel epidérmico de las palabras que éste afirma; por el contrario, la ideología no aparece más que como un sustrato subcutáneo no necesariamente impregnado de sesgos cognitivos, opiniones preconcebidas o sentencias morales: no son pocas las ocasiones en que, a fin de legitimarse, la ideología se envuelve de posturas biempensantes[6] como pueden ser las relativas a la “lucha por la igualdad entre el sexo masculino y femenino y un justo reparto de roles” (N. Ferrari). Una vez más que sirva el testimonio de María Riot como ejemplo: “Sí, me considero una puta feminista. Veo a una parte del feminismo como una herramienta muy poderosa de empoderamiento. Nosotras nos creamos nuestro propio feminismo, el de las prostitutas, el más básico y necesario: el de poder hacer de nuestro cuerpo lo que queremos y luchar porque ninguna mujer le diga a otra lo que tiene que hacer con su cuerpo o sus genitales”. Aparte del ya mencionado aspecto del “empoderamiento”, aquello otro que resulta crucial de las palabras citadas se encuentra mixtificado por la afirmación “hacer de nuestro cuerpo lo que queramos”: prostituta no es quien hace de su sexo lo que quiere, sino quien temporalmente lo vende; mientras que no puede considerarse feminista quien si quiera intuye que las relaciones de poder que atraviesan los géneros se

“[...]no queda otra que admitir que detrás del supuesto feminismo por el cual cada mujer hace de su cuerpo lo que quiere aquello que se haya es la ideología neoliberal en su aspiración por mercantilizar el cuerpo humano”


17 sirven de la representación estereotipada de los cuerpos. Por lo que, si aceptamos que la significación ideológica de un enunciado solamente la obtenemos tensionando la vinculación del significante con el significado, no queda otra que admitir que detrás del supuesto feminismo por el cual cada mujer hace de su cuerpo lo que quiere aquello que se haya es la ideología neoliberal en su aspiración por mercantilizar el cuerpo humano. Así como la evanescencia de Cheshire está marcada por su sonrisa reluciente, la ideología se muestra con su mayor vehemencia cuando se presenta aparentando su ausencia. De ahí que la misma María Riot afirme que “nosotras no vendemos nuestro cuerpo (…) porque es nuestro y no se puede vender”. De ser llamativa esta afirmación no es porque conciba al cuerpo como un activo inalienable que debe gestionarse debidamente, sino porque al hacerlo lo degrada involuntariamente al estatus de objeto en propiedad: al ser propietario de sí mismo el individuo lo es de sus capacidades, las cuales deberá alienar –y ahí se encuentra lo paradójico del asunto– si como resultado de las mismas aspira a unos medios de subsistencia que no posee de antemano. No en vano ese proceso en última instancia contribuye a explicar las obligaciones contractuales por las cuales el cuerpo acaba circulando por un régimen de cesión de propiedad[7]. Ante lo cual, una apuesta decidida por sustraer el cuerpo de la mercantilización a la que lo expone el dominio laboral no parece que pase por reivindicar su propiedad, cual armazón mecánico dentro del que instalarse y al que emplear a partir de un cálculo de utilidad, sino más bien en impedir que a la vida misma se le atribuya un valor de mercado a partir de su función instrumental[8]. Para ir concluyendo será cuestión de resaltar que las declaraciones recogidas de los artículos referenciados no tienen otro propósito que ser usadas como palanca con la que levantar la losa que sepulta aquello que, no tanto como una certeza concluyente pero sí como una suposición plausible, expresa la ideología dominante. Se descubre entonces un pensamiento neoliberal que, en aras del ensanchamiento del campo de las libertades individuales, así como de un pretendido sentido de amplitud moral, articula un discurso de apariencia progresista que no viene más que a rubricar la plena inserción del cuerpo humano en operaciones de compraventa de servicios laborales. Ahora bien, si algo puede decirse es que difícilmente puede haber un planteamiento verdaderamente nómada sin que sea incómodo para el poder. [1] En Repetir Lenin, Ed. Akal, p.15 (las mayúsculas corresponden al texto original).

problemas con tener sexo con desconocidos se han lanzado a esto”. [3] Acto y seguido asevera: “Y siempre tendrás trabajo”. No sé yo si pasados los años y caídos los pechos su volumen de trabajo sea el mismo o, cuanto menos, de igual modo cotizado. [4] Ni siquiera el plantear su equivalencia con los demás empleos; siendo que ciertamente todos requieren la mediación del cuerpo humano, inclusive en aquellos denominados como cognitivos o desmaterializados. [5] Del mismo modo que la responsabilidad del éxito o del fracaso es únicamente individual en la medida que responde a un determinado grado de sacrificio y creatividad, ni que decir tiene que los réditos laborales son consustanciales al poder que tiene el emprendedor por emplearse a sí mismo. [6] Me parece oportuno citar nuevamente a Zizek cuando sostiene que “las hegemonías se presentan a menudo como posiciones minoritarias, como defensas contra lo que se percibe como posiciones hegemónicas” (Viviendo en el final de los tiempos. Ed. Akal, p. 62). [7] Que se produce en base a un contrato de servicios (locatio conductio operarum) por el cual se establece una relación asimétrica entre individuos: la venda de la fuerza de trabajo comporta, aunque temporalmente, alienar los derechos de sí mismo (alieni iuris). Así se entiende que ya para Aristóteles el trabajador fuese un esclavo a tiempo parcial. Por lo que, a la postre, la afirmación de Natalia Ferrari (“nosotras no vendemos nuestro cuerpo, sólo ofrecemos un servicio sexual”) acaba resultando un oxímoron aún cuando ese servicio ofrecido no fuese sexual. [8] A una concepción dualista (basada en la escisión de la entidad humana entre, por un lado, una esencia espiritual que constituye el sujeto en cuanto tal y, por otro, un cuerpo físico al que se posee en propiedad) no parece descabellado oponerle un planteamiento materialista según el cual el cuerpo supone el conjunto de actividades orgánicas constitutivas de la posibilidad de la propia persona. Sostener que la entidad fundacional del sujeto no se encuentra en un principio descorporeizado, sino más bien en la materialidad biológica de su ser, sugiere recordar al escritor Paul Valéry cuando afirma que “lo más profundo que hay en el hombre es la piel”.

[2] María Riot reconoce: “Desearía haberme dado cuenta antes de que podía ser trabajadora sexual, en vez de pasar años como cajera de supermercado o en locales de ropa, teniendo que soportar jefes, cumpliendo horarios y haciendo tareas insalubres como estar parada sin descanso durante ocho horas seguidas”. Por su parte, Natalia Ferrari afirma: “Mi trabajo en un museo no aportaba nada a mi desarrollo personal, por lo que decidí dejarlo y buscar alternativas. Y me di cuenta de que el sistema laboral sólo me ofrecía más de lo mismo”. Shirley lo expresa del siguiente modo: “lo que ha pasado con la crisis es que muchas mujeres, al perder su trabajo y no tener

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Entrevista

Arnau Ramírez: ”Qui més s’haurà d’esforçar és el govern del Partit Popular.” de Queralt Blanco, Víctor Tarruella i Jordi Romano Com diu la seva conta de Twitter, @arnauramirez és un politòleg del 89. És regidor a Sant Feliu de Codines i vice-primer secretari de la Joventut Socialista de Catalunya. També, és Secretari LGTBI de @socialistes_cat. La copa de vi sobre la taula també va ser idea seva. Com descriuries el moment actual del PSOE, veiem per una banda certes desavinences entre el PSC i el PSOE i per altra banda la problemàtica entre Pedro Sánchez i la gestora? Sí, tenim bastants fronts oberts. Jo crec que el moment actual del PSOE, com és evident, és molt complicat. El partit s’ha vist, per dir-ho subtilment, forçat a abocar-se a una abstenció davant d’un govern del Partit Popular, quan durant la campanya electoral vam dir que la primera prioritat era fer fora al PP i al Rajoy. Això ha provocat unes tensions internes molt importants. Fins i tot s’han carregat al Secretari General, el primer escollit per tota la militància, i també s’han enfrontat amb els socialistes catalans. Que som un altre partit polític però que hem treballat des de la transició conjuntament. Això genera molts fronts oberts i una dificultat interna. La investidura ja va passar, les desavinences ja s’han produït. Ara la qüestió és com ho arreglem. Des de la perspectiva del PSC, a nosaltres ens segueix interessant tenir uns aliats a nivell de l’estat espanyol. Un dels nostres companys ha dit una frase que ha tingut certa fortuna que és la següent: com hem d’explicar que a Catalunya hi cap Espanya si al PSC no hi cap el PSOE. Perquè la relació que exigim al PSOE és la que volem entre Catalunya i la resta d’Espanya. Des de la perspectiva del PSC volem seguir treballant junts, amb un projecte federal i per aconseguir-ho necessitem uns aliats a Espanya. Des de la perspectiva del Pedro Sánchez, a mi m’agradaria matissar el que representa el Pedro Sánchez, que és més que la seva simple persona. Ell representa, com a mínim, mig PSOE Alguns desitgem que sigui la voluntat majoritària dins del PSOE. En quin punt creus que està el procés independentista en aquests moments? Jo crec que està en una situació objectivament complicada, crec que això és bastant evident. El full de ruta marcat s’ha

anat canviant, sembla que el 27S eren unes plebiscitàries que al final no ho han estat. S’han promet coses impossibles, cadascú pot defensar legítimament el que vulgui, només faltaria, però sempre en base a un realisme, i això no s’ha produït. Els socialistes ja ho vam dir, quan alguns deien que el 27s decidirem i a partir d’aquí proclamarem l’estat català i farem lleis unilaterals... és molt fàcil dir-ho però res s’ha pogut fer. Dir les coses i poder-les fer és diferent. En el S.XXI, a occident, a la UE, tu no pots dir que faràs un estat en 18 mesos i jugar amb la il•lusió i sentiments de molta gent, que és efectivament independentista, i que s’ha cregut que això seria tant senzill. Ara ens trobem en una situació difícil de resoldre. En relació al Dret a Decidir quina és la teva postura? Sabem que no agermana la mateixa gent l’independentisme que el dret a decidir. Crec que s’ha prostituït l’expressió Dret a Decidir. Es confon, expressament, dret a decidir amb independència. Jo, personalment, crec que no seria cap drama la idea de fer un referèndum pactat i acordat amb la resta de l’Estat. Perquè sigui un referèndum realment vinculant i legítim. Un altre referèndum a l’estil 9N no serveix per res, més enllà d’un dia més de ritual processista. Tot i que sabem que és molt complicat pactar amb l’estat un referèndum, perquè la unitat d’Espanya és com un mantra que els hi costa una mica pensar que potser seria la manera de resoldre les tensions territorials que viu Catalunya amb la resta de l’Estat. Ara bé, en la situació tan complexa que vivim a Catalunya també penso: perquè hi ha tanta gent que fa poc temps no era independentista i ara si? Segurament hauríem de parlar de factors econòmics, socials, culturals, lingüístics. La crisis econòmica ha tingut un paper fonamental. El descontent amb els respectius stablishments es poden canalitzar per moltes vies diferents, unes més legitimes, altres menys. Aquí a Catalunya, és evident que una part del des-


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content s’ha canalitzat amb les ganes d’una nova república catalana, il•lusionant, meravellosa, fantàstica. Més que el referèndum pel Si o pel No, és important parlar de l’economia, d’un nou marc competencial, de polítiques socials, d’un nou marc d’encaix territorial. Això no sé si això es resoldrà en un referèndum d’independència. Tornant al partit Socialista, com valores el fet que el PSOE perd tants vots a territoris com Catalunya i el País Basc? El PSOE ha perdut, en general, vots a tot arreu. Però crec que tenim dos problemes electorals principals. Per una banda les grans ciutats, on hem deixat de ser primera força per passar a ser segona o tercera. Per altra banda en la població jove, en els menors de 35 anys. No només té a veure amb el projecte territorial que defensem, que no sempre ha estat clar. És més fàcil dir Viva España o Visca Catalunya lliure, el nostre projecte federal no és senzill d’explicar i no genera tant entusiasme, segurament ens ha faltat capacitat d’explicar-lo. En la política la coherència és molt important, i nosaltres segurament encara arrosseguem la llosa dels últims anys del Zapatero, en el que es van fer coses que no s’haurien d’haver fet. Creus que la solució al conflicte entre Catalunya i espanya s’ha de resoldre per la via judicial i pels tribunals o s’ha d’apostar més per una via política i de diàleg.? Jo perquè no quedi cap mena de dubte començo dient que sempre els conflictes en política s’han de resoldre parlant. Ara bé, tampoc penso caure en el discurs independentista que afirma que s’està judicialitzant la política. Si ara jo et trenco la cara tu em denunciaràs. Qui judicialitza el conflicte, tu que em denuncies o jo que he comès una il•legalitat? No és només el qui denuncia que judicialitza la política, també aquell que no respecta la llei. Des de Madrid, el govern del PP, que té una capacitat de negociar i de dialogar 0, i per això utilitzen evidentment l’advocacia de l’estat per portar tot el que puguin als diputats. Ara bé, també és evident que això ja li va bé a certs sectors de l’independen-

tisme. Quan un jutge cita a declarar a l’alcaldessa de Berga i ella decideix no presentar- se i en aquell moment sortir a la televisió, això també és judicialitzar la política. Els dos pols es retroalimenten. Per acabar, com preveus la legislatura en la que estem immersos? (Tenint en compte que el PSOE ha facilitat que el Rajoy sigui president). La legislatura serà imprevisible. Hi ha alguns elements que es poden preveure. Per exemple el PSOE haurà de gesticular molt per fer veure que l’abstenció era només una abstenció amb el nas tapat per permetre sortir del bloqueig i evitar unes terceres. També veurem que la majoria parlamentària de l’oposició permetrà canviar i derogar algunes de les lleis, com per exemple la llei mordaça, reformes en l’educació... A partir del maig, el president ja podrà convocar noves eleccions i crec que això ho utilitzarà com a amenaça per forçar que s’aprovin algunes lleis, els pressupostos... Qui creus que tindrà les mans més lligades aquesta legislatura? Crec que el PSOE tindrà les mans menys lligades del que sembla, perquè ens acabarem entenent. Som gent més sensata del que ha semblat aquests últims mesos i el PSOE acabarà escollint un líder aquesta primavera, espero. Per tant, cap por per anar a unes noves eleccions. En canvi el govern del Partit Popular i Mariano Rajoy no estan acostumats a dialogar amb ningú. Un dels elements que caracteritzarà aquesta legislatura és que serà una legislatura parlamentaria, que veurem un altre cop l’art de la negociació, l’oratòria, la discussió en el parlament. Ja no existeix la majoria absoluta i crec que això és una bona noticia, sembla una mica caòtic, però la negociació tornarà a ser la clau. Jo crec que qui més complicacions tindrà i qui més s’haurà d’esforçar és el govern del Partit Popular. Poso en dubte que tingui la capacitat d’adaptar-se a les noves situacions. Hem vist tot el que ha passat en els últims anys a Catalunya i en cap moment han estat disposats a dialogar.

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Fora Feixistes De La Universitat! Llibertat D’expressió, UAB i els Escacs de Roc Solà Imatge: @UAbantifa Benvolgut diari, aquest passat dilluns, 12 de desembre de 2016, va tenir lloc un fet força polèmic a la Plaça Cívica de la Universitat Autònoma de Barcelona. Per fer-ne un breu resum(i no un de la duració dels discursos de Fidel Castro): De bon matí arriben integrants de la plataforma Societat Civil Catalana, plataforma unionista afí al PP, Ciutadans, UpyD i Vox, i munten una paradeta per difondre el seu missatge. Cap a les dotze i pico, arriben un grup de joves caminant, amb pancartes, una mica estil 300, clamant que preferien que els feixistes estiguessin fora de la Universitat. Es comencen a produir intercanvis dialèctics sorneguers que obtenen alguna resposta amb el pèl massa eriçat. Els estudiants es comencen a congregar al voltant de l’esdeveniment. Exclamacions esporàdiques i cants mentre els alumnes perifèrics posen cara d’estar veient

de tot plegat El gambet de dama, en els escacs, és una de les obertures més estudiades. De fet, després d’aquests moviments existeix un gran ventall d’obertures i variants, que històricament s’engloben sota la denominació comú de gambet de dama. Com en tots els gambets, aquesta obertura es caracteritza per l’oferiment d’un peó a l’adversari, amb la finalitat d’assolir avantatge. Però el gambet de dama es un fals gambet, ja que les blanques poden recuperar el peó quan vulguin, i si les negres insisteixen en conservar el peó de més tendeixen a caure en posicions perdudes i, en tot cas, inferiors. Doncs crec que això és el que es va produir a la Plaça Cívica de la UAB. Provocació a consciència, rumiada i intel·ligent per part de SCC. Reacció de tigre feréstec per part de l’alumnat. Tot segons el previst per la plataforma afí a Ciutadans i al PP. Saben a quin sector de la població parlen. el Cirque du Soleil. Altres estan atents per acompanyar la processó i exclamar “Fora feixistes de la Universitat!” sense perdre el to. Cap a la una, com a reacció a l’apropament dels joves a la paradeta, apareixen els Mossos d’esquadra. A les dues ja estava tot desmuntat, també la paradeta dels missioners de SCC.

La magnitud de la tragèdia, diari meu, és que els espartans ferotges van, indirectament, donar arguments per a que l’inefable Albert Rivera pugui dir que a Catalunya s’ataca el castellà i la llibertat d’expressió. Els de la SCC van marxar amb el que volien, la resta només ho havien de fer els diaris.

Estimat diari, Twitter també va dir-hi la seva. Alguns defensaven la llibertat d’expressió, altres mostraven indignació per la presència de la Brigada mòbil dels Mossos a la Uni. Altres twits feien referència a que aquell mateix dia havien detingut a dos activistes per cremar fotografies del Rei. Indignació, indignació arreu.

Per saber-ne més:

Bé, diari meu, permet-me que t’expliqui el que en penso

http://www.elcritic.cat/investigacio/els-vincles-ocults-de-lextrema-dreta-amb-societat-civil-catalana-2365 http://politica.e-noticies.es/los-mossos-tienen-que-proteger-a-scc-enla-uab-106914.html


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