Persecución paranormal

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Persecuci贸n paranormal

Alejandra Fern谩ndez Parra Laura Hern谩ndez Cadavid Natalie Posada Franco

Reportaje

Profesor Carlos Mario Correa

Universidad Eafit Comunicaci贸n Social Proyecto final de Reportaje 2013-2


ÍNDICE

Introducción ............................................................................................ 3

Capítulos • Tres vidas en dos horas y media ......................................................... 4 • Entre ángeles y Catalina, no hay nada oculto...................................... 8 • “Los ángeles mandan a decir que los pongan a trabajar” .................. 17 • Custodiando la finca de El Patrón ...................................................... 21 • “Si uno aquí se asusta, se revienta”................................................... 21 • Leticia Vélez: ama de los Echavarría Misas, en esta vida y en la otra ..... 29 • El experto del trance hipnótico: lo normal de lo paranormal .............. 35 • “Ahora estoy feliz, vivo en paz, sé que el Señor está conmigo” ........ 42

Artículo de opinión • ¿Existen los espíritus? Por supuesto que sí. Por supuesto que no ... 45

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Introducción

Actividad paranormal es el nombre de la tan controversial película de terror que fingió basarse en hechos reales, pero en el mundo real, este que todos experimentamos, padecemos y disfrutamos; actividad paranormal denota un evento que no puede ser comprendido, explicado ni comprobado por la ciencia; aquella disciplina que, hasta donde le es posible, dictamina lo que es verídico y lo que no. Al escapar de la mirada científica, los fenómenos paranormales se rodean de secretismo y misterio que lo convierten en un tema tabú. Es el caso de la ciudad de Medellín, Colombia, en la que dichas prácticas paranormales, de forma directa o indirecta, han sabido inmiscuirse en las experiencias cotidianas de numerosas personas, incluso aquellas que se consideran a sí mismas escépticas e incrédulas frente a estas posibles realidades alternas. La fascinación que la gente manifiesta alrededor de este tema tabú en Medellín, resulta atractiva e impulsa nuestra vocación investigativa. No se trata solo del deleite personal de adentrarse en un mundo desconocido e incluso invisible ante la mayoría de los medellinenses, sino de encontrar qué tan real es este mundo, qué tan verificable resulta y qué tan serios son aquellos que pasan sus días sumergidos en él, tanto en la investigación como en la misma práctica y realización de los fenómenos paranormales.

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Tres vidas en dos horas y media

Por: Alejandra Fernández Parra Todo empezó cuando el profesor Carlos Mario Correa de la materia Reportaje nos asignó un proyecto de investigación para la realización de un reportaje. Teníamos la libertad de escoger el tema que quisiéramos. Desde ahí, mis compañeras, Laura Hernández y Natalie Posada, y yo empezamos a pensar temas. Natalie: bodas… Laura: extraterrestres… y yo: brujería. Queríamos un tema que impactara y no fuera muy conocido por la sociedad, o más bien un tabú en la sociedad. Así fue que llegamos a nuestro tema: los fenómenos paranormales. Eran las 5:00 de la tarde del jueves 15 de agosto. Mis compañeras y yo nos dirigíamos hacia el consultorio de Aurelio Mejía a realizar una entrevista a Luis Fernando Baena, parasicólogo, sobre un tema particular de los fenómenos paranormales: la hipnosis clínica. Todo terminó como nunca lo planeábamos… Ese día me desperté a las 4.30 a. m. ya que los martes y jueves tengo clase de 6: 00 a. m. a 8:00 p. m. Llegado el medio día me fui a almorzar a la casa de Laura en Patio Bonito y volvimos a la universidad Eafit a las 2:00 de la tarde para clase de Textos e hipertextos. En la clase me sentía muy cansada y con dolor de cabeza y sólo pensaba que faltaba poco para ir a entrevistar a Aurelio Mejía. Salimos de clase a las 4:00 p. m. Todavía faltaba una hora para la tan anhelada entrevista. Mis compañeras y yo decidimos ir al baño para organizarnos un poco, quitarnos la palidez de toda la mañana con un toque de rubor. Estábamos ansiosas y preocupadas a la vez porque no sabíamos cómo llegar al edificio donde se encontraba el consultorio, así que Laura decidió llamar a su mamá para que nos llevara al lugar de la cita. Llegamos antes de las 5:00 y la mamá de Laura nos dijo: “niñas, ¿no quieren una gaseosita?” Empezamos a buscar un lugar donde sentarnos y podernos tomar algo. Encontramos un restaurante pequeño que quedaba diagonal al edificio donde queda el consultorio. Entramos y nos sentamos, pedimos dos coca-colas y una botella con agua. Mientras nos tomábamos las bebidas hablábamos de un cuadro que tenía una punta de anca no muy atractiva. Se llegó la hora, entramos al edificio, saludamos al portero y preguntamos por el consultorio de Aurelio Mejía. El portero muy amable nos respondió: “subiendo las escaleras, el primer consultorio”. Llegamos y estaba la puerta abierta, entramos y nos encontramos con Luis Fernando Baena, el reemplazo de Aurelio Mejía; un señor no muy alto, de contextura gruesa, pelo negro y 4


braquetes. Su vestimenta no era tan formal. Llevaba puesto un pantalón beige, una correa café, una camisa tipo polo verde y unos tenis. Nos saludó con una sonrisa, estirándonos la mano: “mucho gusto, Luis Fernando”. Nos invitó a sentarnos. El doctor Baena muy amable, nos prestó la cámara para grabar la entrevista. Empezamos con una introducción sobre sus datos personales, su encuentro con Aurelio Mejía y la hipnosis clínica. Pasó una hora y media, y terminamos la entrevista. Nos levantamos de las sillas para tomarnos la foto con Luis Fernando. Yo me sentía muy agotada, cansada y con dolor de cabeza. Y mientras marcaba el CD de la filmación de la entrevista dije: “¡qué dolor de cabeza!”. Ahí mismo el doctor me interrumpió: “¿por qué te duele la cabeza?”. Le conté que no había dormido bien por miedo a que me volviera a dar una pesadilla que había tenido antes. De inmediato, me indicó que me parara y me hiciera al lado de él diciéndome: “Alejandra, no te cojas el cabello con esto (soltándome el chulito con el que tenía cogida la trenza). El cabello es una extensión del cerebro, si te lo vas a coger, cógetelo con el mismo cabello”. Me invitó a acostarme en la camilla. Yo estaba nerviosa y a la vez contenta porque me iba a quitar el dolor de cabeza. Me acosté en la camilla, ansiosa de saber qué me iba a hacer. El doctor me acomodó y me empezó a regular la respiración: “Alejita a la cuenta de uno inhala, exhala lentamente… a la cuenta de dos… de tres… cuatro…”. No sé cuánto tiempo estuve inhalando y exhalando. Solo sé que entré en un estado desconocido para mi cuerpo y mi mente. Los ojos me empezaron a parpadear muy rápido, tanto, que me asusté y le dije al doctor lo que me pasaba. Empecé a ver corrientes de luz blanca que pasaban con mucha fuerza de un lado a otro. De repente, todo se nubló, veía una luz blanca intensa en mis ojos. Luis Fernando me había hipnotizado sin yo saberlo. Mi cuerpo estaba muy rígido y mi cabeza estaba tirada totalmente para atrás. Mi cuello estaba lleno de betas rojas y las venas de él estaban brotadas y agitadas; Mis manos y mis pies no paraban de moverse. Estaba en una vida pasada. Luis Fernando empezó a hacer preguntas como: “¿eres hombre o mujer?”. La voz no me salía, era como si algo me impidiera hablar. Trataba de responder y no podía, solo balbuceaba. Luego, me repetía: ¿mujer? Y no hacía nada… ¿Hombre? Afirmaba con la cabeza. Me había regresado a una vida pasada, donde era un hombre que se suicidó ahorcado. El doctor empezó decir: “hay un espíritu con ella. Es un hombre que se suicidó ahorcado por eso es la posición en la que está y le da tanta dificultad hablar, mucha tensión en el cuello y movimiento en sus manos y pies”.

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Pasaron minutos en los que Fernando intentaba que hablara, me cogía el cuello como si tuviera una soga en él y me decía: “te voy a quitar todo ese peso de encima que no te deja hablar… a la cuenta de 1, 2 y 3” y quitaba la mano. “Ahora sí vamos a hablar”, decía el doctor. Y pasaba lo mismo, solo que balbuceaba más. Él me tocaba la frente diciendo: “déjame con Alejandra”. Ahí mismo abría los ojos. Mi mirada era muy fija y mi pupila estaba totalmente dilatada. Cuando me hacía preguntas respondía, cosa que no hacía cuando me dejaba en mi vida pasada. No sé cuánto tiempo duró. Solo sé que pasamos a otra vida. En esta vida, mi estado era muy diferente, sentía una angustia y agonía impresionante que empecé a llorar como si me estuvieran desgarrando lo más profundo de mi ser. En esta vida había sido una madre que abortó a su bebé y ese bebé no se había ido de mí, estaba aferrado y no me perdonaba lo que le había hecho. Luis Fernando empezó a hacer una terapia de perdón donde el espíritu del bebé me perdonaba y yo lo perdonaba por el daño que me hacía al no quererse ir de mí: “mamá, ¿perdonas a ese bebé que te ha hecho tanto daño? –Sí, lo perdono. –Bebé, perdonas a la mamá por hacer algo que tal vez no lo pensó y no era lo que realmente quería. –Sí”. De un momento a otro el llanto paró y la agonía cesó. Todo se encontraba más tranquilo y con mucha paz. Luego de esto, el doctor detectó en mí la presencia de otro espíritu también hombre. Este espíritu, según Baena, era el causante de la pesadilla que no me dejaba dormir. Laura me contó que ese fue el momento que más le impactó de la hipnosis ya que fue el único espíritu que habló: “Alejandra, te pido perdón por todo el daño causado”. Yo lo perdoné diciéndole: “te perdono por el daño que me causaste y quiero que tu vida esté llena de luz y amor”. De repente, volví a mi mundo, a mi vida real. Me sentía cansada, débil y a la vez con mucha tranquilidad e incrédula por lo que me habían pasado. El doctor me preguntó: “¿cuánto tiempo crees que estuviste ahí acostada?”. Yo lo miré, y me puse a pensar en por qué me hacía esa pregunta y respondí: “como cinco ó diez minutos”. Pues había pasado dos horas y media hipnotizada. Llegué a la casa muy cansada y con el dolor de cabeza más fuerte. Al otro día seguí con el dolor, hasta el tercer día. Todavía no entendía cuál era la causante de mi dolor pues soy una persona que sufre de migraña y muchos cosas como el no dormir bien y algunos alimentes me generan este dolor. Sin embargo, comentaba con mis compañeras que la hipnosis me alargó este molesto dolor, ya que fue una sesión larga y gasté mucha energía.

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En estado de hipnosis

Antes de la hipnosis. Luis Fernando Baena, Natalie Posada, Alejandra Fernández, Laura Hernández

Consultorio de Aurelio Mejía y Luis Fernando Baena en el Edificio Centro 43

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Entre ángeles y Catalina, no hay nada oculto

Por: Laura Hernández Cadavid Hace cerca de tres meses, en la primera de mis ya habituales terapias de psiquiatría, el diagnóstico me quedó claro como el agua: depresión temprana a causa de un par de duelos no del todo concretados, tendencia a trastornos alimenticios tipo bulimia o anorexia (el nombre pareciera no importarle) e indicios de un posible síndrome de pánico que es lo que genera mi baja autoestima y total carencia de seguridad. Aunque fuera un medicamento genérico, que mi difunto padre, John Jairo Hernández, ingeniero químico, tanto me aconsejó nunca consumir, consideré vagamente la posibilidad de tomar mi cura en cápsulas rosadas. Solo cuando descubrí que la EPS prepagada me facilitaría la tableta completa de Pragmaten Fluoxetina por menos de mil pesos y que esa especie de paranoia constante, que algunos llaman estrés, me estaba ensuciando las calificaciones, me decidí. Cuatro tabletas y media después, una muchacha que nunca he visto antes y con la que apenas he cruzado unas palabras de inocente saludo, me recibe con un consejo que me deja fría: “No seas tan temerosa, deja tus miedos a un lado que no hay razones para temer”. Catalina Franco Cardona es una mujer de 33 años que vive en un apartamento viejo en Envigado en compañía de su mamá, su hermana, su sobrino y su cuñado. Estudió psicología, le apasionan los temas humanos, es huérfana de padre y tiene un novio que vive en el exterior. Ella puede escuchar a los ángeles. El miércoles 4 de septiembre a las 5:00 de la tarde, pese al trancón de la Avenida de El Poblado, logro identificar el timbre correspondiente al apartamento 302 y lo hago sonar. Catalina me espera en la cima de una empinada serie de escalones (tres pisos para ser exactos) de no más de un metro, si acaso, de amplitud. Cuando logro llegar a ella, casi asfixiándome por el inconveniente de la sinusitis que nada tiene que ver con mi estado de paranoia, me doy cuenta de que, contrario a lo que pude creer, es una muchacha de lo más sencillo que he conocido.

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Con su pelo largo de rayitos monos, un legging negro, una camiseta rosada, chanclas de esas que resultan ideales para trabajar en casa, y con su cara blanca libre de maquillaje, nos recibe con una linda sonrisa, a mi mamá y a mí. Rápido y sin dolor, tan pronto cruzamos la puerta y depositamos nuestros bolsos en el sillón de tela amarilla, me invitó a pasar de una vez a su lugar de trabajo para iniciar la sesión. En un solo salón de pequeñas dimensiones, se concentra frente a mí: la angosta sala-comedor, la cocina (que está detrás del comedor), las escaleras hacia el segundo piso (que se elevan sobre el comedor) y la puerta que Catalina sostiene abierta para mí. Su habitación es pequeña pero suficiente para albergar una cama doble, un nochero y una repisa que sostiene el televisor. Al igual que en el resto de la casa, en la mesita de noche hay velas, bultos de la Virgen y todo tipo de arte en representación a los ángeles. Lamentablemente, solo pude reconocer el gran cuadro de la sala que, estoy segura, es idéntico a una estatuita que me regalaron en mi Confirmación como católica: era el Arcángel Miguel. Tomé asiento en la silla de plástico blanca a un costado de su cama y ella hizo lo mismo sobre su colchón. Fue allí que quedé atónita. No supe qué contestar cuando mencionó mi problema de temerosidad. No dije nada. A manera de introducción, Catalina le indica a sus pacientes cuál es el ángel que los acompaña. Todo el mundo tiene un ángel guardián pero algunos tienen, además, un maestro que complementa la asistencia. En mi caso, Catalina detecta una presencia femenina: “El ángel del Consuelo”, dice. En lenguaje más accesible, mi maestra es la Virgen María, madre de Jesús. Más tarde me enteraría de que es también la reina de los ángeles, mano derecha del Arcángel Rafael y portadora del don de la sanación. Tras la breve apertura, la sesión da inicio de manera oficial. Es mi turno de participar. Barajo por unos segundos un grueso morrito de cartas alargadas y luego, con mi mano izquierda, la mano del corazón, lo divido en dos y se lo entrego. Las cartas son necesarias porque le ayudan a concretar lo que los ángeles le trasmiten. Desde muy pequeña edad, Catalina sentía la ansiedad de emprender una búsqueda hacía algo que aún no tenía muy claro. Nada la satisfacía, ni su carrera de psicología ni su trabajo en una empresa ni su desconsuelo cuando 9


fue destituida del trabajo ni su angustia cuando fue rechazada en otros tantos. Por esas casualidades de la vida que no siempre tienen explicación, se enteró de la existencia de los seres de luz, quienes podían entablar comunicación con algunas pocas personas. Tras sumergirse en extensas lecturas, realizar un curso sobre ángeles y dedicar varios años de su vida al estudio de estos seres, Catalina comprendió la razón de su ansiedad y sintió al fin saciada su sed. Estando hoy en sus 33, “la edad de Cristo”, como ella dice, la joven angeóloga cuenta con nueve años de experiencia realizando consultas en las que canaliza el mensaje de los ángeles y lo trasmite a sus pacientes. “Laura, ¿alguna vez has sufrido por amor?”. De nuevo me quedo sin respuesta porque ya intuyo para donde va la charla. No supe qué responder porque me perturba conocer el por qué de la pregunta. Resulta que Catalina percibe una barrera abstracta, una especie de protección, que los ángeles han elevado frente a mí para mantenerme aislada del engaño, el despecho y la “tusa”; lo que en mi tiempo significaría: apartarme de cualquier experiencia amorosa. Sí, me causa impacto y sí, ella lo nota. Me siento obligada a reconocer que me considero identificada, pues si por algo me caracterizo, es por ser, como yo digo, de malas en el amor. Hasta ahora, lo del miedo y lo del amor no me suenan descabellados. Luego vienen los dones. En las cartas que seleccioné, que ahora están extendidas sobre su edredón verde, aparece que tengo tres dones: el amor incondicional, la protección y la alegría. Por eso lado, sigo concordado. La voz de Catalina es sorprendentemente angelical, así como los gestos de su cara y de sus manos cuando me interpreta cada vibración. De acuerdo a lo que me explica, lo que ella percibe no son mensajes hablados sino vibraciones, sensaciones claras; pero debido a su carácter abstracto, ella debe apoyarse en los dibujos de las cartas para determinar una adecuada interpretación. Catalina tiene contacto directo con siete Arcángeles, cada uno de los cuales puede distinguir con claridad y, en algunas ocasiones, consigue incluso verlos en forma de luz. Pero también puede escuchar a la Virgen y a Jesús, quien, asegura, es maestro de muchas otras personas que la han consultado a lo largo de su trayectoria. La joven angeóloga me pregunta qué quisiera consultarle a los seres de luz. La gordita figura de mi padre se me viene a la mente, quisiera saber cómo se encuentra. Mi interlocutora pregunta si mi padre tuvo una muerte trágica y su interrogante surte de nuevo ese efecto en mí: me deja helada.

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De hecho, no sé cómo murió mi padre y no es lo que vine a descubrir, pero por ahora, me limito a contarle el dictamen de Medicina Legal: le dio un infarto. Ella, sin ninguna información adicional, me cuenta que mi padre, en el momento de su muerte, que no fue corto, pudo presentir el fin de su existencia, tuvo tiempo de arrepentirse y de sufrir lo necesario para, entonces, pasar directamente a la luz; sin necesidad de quedarse en un estado intermedio purgando quién sabe cuántos errores que en vida cometió. Y esa es precisamente la razón por la que no he querido saber de su muerte, pero lo que me resulta inquietante es que yo en el fondo lo sabía y, pese a que me abstuve de comentarlo, ella lo dijo por mí. Tratando de pasar por alto los últimos segundos, le pregunto por la razón de mi sufrimiento: mi perrita Lulú a quien yo consideraba la razón de mi existencia; razón que murió de vieja hace menos de medio año. Ella no está con su papá, lo que por supuesto me desgarra profundamente pues si algo dejé claro en este hogar durante los 15 años en que Lulú nos acompañó, es que quien fuese que muriera primero de los tres, tendría la obligación de velar por el alma de Lulú. Me extrañó que Catalina no reprochara mi actitud cuando se lo dije, como lo hacen todas las personas cuando se los digo. Ella me dio su versión del asunto y me explicó que el alma de quien ahora estoy segura que nunca fue la razón de mi existencia —claramente sobreviví a su deceso— no es independiente como la de mi papá, y por ello ambas van a lugares separados. Concluyo entonces que mi angustia proviene de la falta de superación de esas dos ausencias que han dejado mi vida partida en dos; y digo en dos de modo literal pues, de ser cuatro miembros, en menos de un año pasamos a ser una familia de dos. Más tarde reluce el tema del miedo cuando le pregunto que si el camino que tomé en mi vida es el correcto, pues me siento profundamente dudosa y temerosa. Me responde: “Ya entiendo por qué los ángeles te recibieron con ese saludo”. Me explica que los seres de luz detectaron mi falta de seguridad. Ahora también a mí me queda claro de dónde vino ese comentario al aire con que Catalina me recibió. Tal parece que si conociéramos el lado paranormal del mundo —todos esos fenómenos que la ciencia jamás podrá comprobar como la brujería, la clarividencia, los ángeles e incluso los extraterrestres; todos ellos avalados por Catalina como reales y existentes— no tendríamos por qué sentir temor ante la incertidumbre del futuro desconocido.

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Según me cuenta, existen múltiples dimensiones en las que habitan innumerables seres de luz, algunos menos evolucionados que otros. El planeta Tierra, por ejemplo, tiene una vibración baja y, así mismo, sus habitantes son poco evolucionados en tanto hay en ellos abundante maldad e irracionalidad. En este sentido, dice Catalina, los extraterrestres pueden ser buenos o malos (evolucionados e inteligentes o primitivos y maliciosos). Respecto a otros fenómenos paranormales, ella me habla de la existencia de nomos y duendes, cuyas características fundamentales son el ego y la travesura; y me asegura que las hadas también son reales y que a menudo las percibe en forma de chispitas de luz. De nuevo quedó atónita. Para concluir la consulta de media hora, Catalina manifiesta su voluntad de leerme un mensaje de despedida por parte de los ángeles y me pide escoger con mi mano izquierda uno de los 10 ó 20 cartones cuadrados que me presenta. Mi mano seleccionó la carta del amor cuyo mensaje es el siguiente: “Si no te amas a ti mismo, ¿cómo vas amar el resto?”. Así fue como en media hora, una de las más emotivas que he tenido, Catalina, sin conocerme ni pedirme información relevante, me diagnosticó tres de los cuatro trastornos que mi psiquiatra había descubierto un tiempo atrás: un par de duelos no concretados, tendencia a una especie de síndrome de pánico y baja autoestima (en palabras de la carta del ángel: falta de amor a mí misma). Afortunadamente, la cura que me ofrece Catalina no es tan traumática como me resulta ingerir una de esas capsulitas rosadas cada mañana después del desayuno. Con el solo hecho de asistir a su consulta y escuchar su voz dulce, sentí una tranquilidad mayor a la que la Fluoxetina ha tratado de darme durante tres meses. Mi experiencia de gracia se solidificó aún más cuando, en su tiempo libre luego de la consulta oficial, Catalina me abrió un espacio para contarme unas cuantas anécdotas que hicieron de mi día un episodio memorable.

Poco antes de la graduación de un curso de ángeles al que asistió, su profesora le sugirió llevar un rosario en las manos en el día de la graduación. Para Catalina es habitual recibir mensajes que parecen incoherentes o descontextualizados y, cuando incluso la persona que se los trasmite encuentra inexplicable lo que acaba de decir como sucedió con la profesora, Catalina entiende que la nota proviene de los seres de luz. Cerca de tres semanas después de haber materializado la petición de los ángeles, la graduanda conoció al que describe como el amor de su alma: un 12


joven apedillado Rosario. Y es el amor de su alma porque luego de varias sesiones de hipnosis a las que ambos se sometieron, descubrió que sus almas fueron creadas juntas y que juntos han vivido cinco vidas.

Una noche, hace ya más de tres años, Catalina abordó un bus con ansias de llegar pronto a casa. Debido a la hora, el bus solo transportaba a una joven y, por supuesto, al conductor. Catalina, quien declara sentirse siempre acompañada y protegida, avanzó por el pasillo y tomó asiento un poco más atrás de la banca en que yacía la joven. Luego de sacar su celular, conectarle los audífonos y ausentarse un rato del vacío contenedor que observaba desde el fondo, Catalina de pronto percibió cómo dos hombres se bajaban del bus. Atónita, trató de encontrar en su memoria el momento en que dos hombres ingresaron al bus, tomaron asiento y luego decidieron bajarse; pero no lo encontró. Ella no sabía de dónde habían salido esos dos cuerpos. Enseguida, el conductor cerró la puerta del bus, se puso de pie y, dirigiéndose a las dos solitarias pasajeras, preguntó qué pertenencias les habían robado. Desconcertada, Catalina respondió que nadie le había robado nada. La joven compañera se volteó para mirarla y entonces la angeóloga percibió que su compañera estaba llorando. “Ella me dijo: ¿Usted no vio que nos sacaron revolver? A mí me robaron todo”. Ante la imposibilidad de explicar los hechos, Catalina llegó a la siguiente conclusión: “Me hicieron invisible. Ellos no me vieron y solo estábamos ella y yo; y yo los vi solo cuando se bajaron. A mí me pasan cosas así todo el tiempo, cosas mágicas”.

Poco antes de culminar nuestro encuentro, Catalina quiso ilustrarme la manera en que sus ángeles se comunican con ella constantemente a través de cualquier medio. Con su mano me señaló la mesita de noche. Entre las velas, las cartas y los bultos, vi dos figuritas hechas de esperma. Eran el resultado de dos velas que llegaron a su fin consumidas por el fuego y que tomaron una forma particular: la forma de la Virgen y la del Espíritu Santo. “Mira —me dijo— a mi se me acaban las velas y me dejan mensajes: este es el Espíritu Santo y esta es la Virgen”. 13


La figura de la Virgen y la figura del Espíritu Santo, lo único que quedó de dos velas blancas que se consumieron sobre la mesa de noche de Catalina

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La sala en que los pacientes esperan su turno para ingresar a la consulta

Imágenes de la Virgen y de Jesús sobre el comedor

La puerta de la habitación de Catalina, que es también su consultorio El cuadro del Arcángel Miguel colgado sobre la pared de la sala

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Figura de corazón hecha de esperma

“Cuando todo esté listo para el cumplimiento de tus deseos, una mariposa entrará en tu casa”. Catalina escribió una petición al Arcángel Chamuel y la colocó debajo de un plato. La vela roja que dispuso sobre el plato devino en la figura de una mariposa.

Durante una quema de peticiones, aparece en el fuego la imagen del Arcángel Miguel con su espada

Catalina Franco. Psicóloga y angeóloga de 33 años de edad

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“Los ángeles mandan a decir que los pongan a trabajar”

Por: Natalie Posada Franco

Luz Janeth Ortiz, cosmetóloga, terapeuta y reflexóloga del hotel Sheraton de la ciudad de Medellín, trabaja realizando a los huéspedes y clientes de la ciudad masoterapias, masajes y relajación. Pero esto no es su fuerte, pues se caracteriza por unas cualidades que obtuvo desde los quince años cuando realizó un viaje a Perú y tuvo sus primeros contactos extraterrestres. Esta mujer de 49 años, con su pelo rubio, ojos claros y piel lisa, transmite paz, con su humor y alegría al hablar de lo paranormal como si no existiese ningún temor hacia el tema. Comienza a descifrar los 34 años que ha convivido con diferentes experiencias psíquicas y de comunicación con ángeles y espíritus, que según ella se van perfeccionando como si fuese un estudio o una técnica que el destino la llevo a estudiar. Su “técnica” empezó a sus quince años, aunque desde pequeña jugaba con sus amigos imaginarios sabiendo que eran espíritus que la buscaban por esto le da las gracias a sus padres por no haberla llevado a control con psicólogos o psiquiatras ni haber tenido que ingerir drogas para la hiperactividad. Según Janeth, muchos de los niños hoy en día vienen cargado con una inteligencia y una energía fuerte que tiene un propósito específico, pero son interrumpidos por los padres que muchas veces optan por llevarlos a terapias o simplemente interrumpir esa conexión con los seres de luz mediante medicamentos que opacan a los niños. En el departamento de Huánuco, Perú fue la primera vez que presencio un ovni. Ella se encontraba turisteando y observando a las indígenas, comenta que al ser una adolecente traviesa, decide tomarle una foto a las indígenas de su ropa interior, pues había un rumor de que no utilizaban calzones. En ese momento al ver a través de la cámara al cielo vio un ovni esférico, inmediatamente entro en shock y comenzó a gritar. Todos los demás también lo podían ver, pero los indígenas la calmaron argumentándole que era algo completamente normal, pues a este sitio frecuentan los seres extraterrestres comúnmente. Desde entonces, todas estas actividades paranormales que para muchos son aterrorizantes se convirtieron en algo completamente normal para ella. Once años después, regresó a Colombia, donde comenzó a ver premoniciones y clarividencias, que aunque le causaran muchos dolores de cabeza y tenía

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muchas visiones de accidentes que sucedían días después de que ella lo percibiera, temía a contarlo o hasta predecirlo por el miedo a ser señalada como loca o bruja; justamente el día antes de que alguna catástrofe sucediera le daba un dolor de cabeza que no podía calmarse con ningún medicamento, pues debía esperar hasta el momento que sucediera el desastre. Debido a todas las visiones que tenía de accidentes, renegó y le sostenía a Dios que era un don que ella no quería tener, que no quería mantenerse atormentada por las catástrofes que iban a suceder en el futuro. Al regresar a Colombia, en donde formo un hogar, compuesto por dos hijas de 16 y 24 años y su esposo, se encontraba en su trabajo que en ese entonces era en una heladería en sabaneta. Un señor se le acercó y le dijo que ella era una médium, que tenía la capacidad de canalizar. Sin temor acepto la tarjeta del señor quien le decía que cuando lo necesitara lo buscara. Luz Janeth durante entre el 2008-1013 en Medellín paso por ser una médium, que en sus definiciones es recibir a espíritus, ángeles y personas recién muertas. Para ella, este fue el kínder, mientras que la primeria es la canalización con los espíritus, el bachillerato con los maestros ascendidos y la universidad con los ángeles. Esta es la mejor experiencia y el mejor cambio, pues es completamente poder comunicarse con los ángeles. Esa canalización no necesita realizarla en transe, sino que es algo donde la comunicación se vuelve telepática, lo define como un nivel de conciencia diferente y un despertar diferente. Esta católica, creyente en la Virgen María, a quien dice haber visto en varias oportunidades, le pidió que realizara una oración en honor a ella y también le pidió que aclarara que ella no era ninguna “virgen de los sicarios” y que jamás ayudaba a nadie a bendecir ninguna bala para matar a nadie; a pesar de su religión dice ser criada en el universo y creer solamente en la iglesia católica. La Iglesia Católica, hoy en día solo ha reconocido algunos ángeles, pero Janeth reconoce que hay más de 70 ángeles. Durante sus sesiones utiliza unas cartas en las que interpreta algún mensaje que los ángeles ponen en las manos de cada cliente. Ella primero escoge el ángel que es el que va a decir el mensaje y luego el mensaje. Cada persona tiene asignada un ángel que es el (ángel de la guarda) pero además de éste puede tener muchos más. Todos los seres humanos tenemos la opción de elegir, el “libre albedrio”, pero los ángeles tienen diferentes rangos en los cuales van ascendiendo dependiendo de lo invocados o llamados que sean por los seres humanos. La jerarquía angelical se encuentra divida por los serafines que son aquellos que tienen el rango más alto pues es el pensamiento de Dios y es el impulso mismo 18


de Dios; en segundo lugar están los querubines, que son la sabiduría, el conocimiento y la justicia divina; en el tercero, se encuentran los tronos que son los que se encargan del impulso, del orden de energía y del poder de la creación; en el cuarto, están las dominaciones que son para aflorar la espiritualidad, el orden y la sanación; en el quinto están las virtudes, que son los que se encargan de los milagros y las bendiciones; en el sexto, se encuentran las potestades, que son los que se encargan de la protección, ayudan para resistir lo negativo y en el séptimo lugar están los pincipados que son los guardianes de los grupos. Los Ángeles conocidos como San Gabriel que es el ángel de la comunicación, San Rafael de la sanación, San Uriel de la sabiduría, entre otros, se encuentran presentes para ayudar a los habitantes de la tierra que pidan constantemente su compañía y su guía. Santo Tomas de Aquino como el príncipe de los teólogos católicos, interpreta a Dios como un misterio y agrega que todo va en la programación. En la biblia cada mensaje debe ser interpretado por cada uno y va a tener un mensaje específico, y agrega que en el pasaje biblico Éxodo 14:22 tomado de la biblia: “Y extendió Moisés su mano sobre la mar, e hizo Jehová que la mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche; y tornó la mar en seco, y las aguas quedaron divididas”. Han realizado investigaciones y estudios donde han comprobado que en las aguas del mar rojo que se separaron ha sido debido a un ovni que se encontraba plasmado en el cielo y lanzo una luz blanco que separo el mar. Así mismo en el pasaje bíblico Juan 18:33-37 Jesús le afirma a Pilatos: “Mi reino no es de este mundo: si de este mundo fuera mi reino, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado á los Judíos: ahora, pues, mi reino no es de aquí”. “Que hermoso es sentir emociones, nosotros somos seres de luz que no sentimos ningún tipo de emociones” son las palabras que describen los ángeles al hacer parte de la esencia de ella en algunos tratamientos. Una de las experiencias de Luz Janeth fue en su consultorio ubicado en hotel Sheraton, cuando una señora de edad entro para una reflexoterapia, al ingresar la señora se desnudó sin haber ninguna necesidad de hacerlo y ella lo tomo con calma. Al empezar la terapia, Luz Janeth no sentía ningún tipo de conexión cuando le realizaba los masajes relajantes, y tuvo una premonición acerca de la persona que tenía en su camilla Inmediatamente se paró y le dijo que ella no pertenecía a este mundo “la tierra”, pues sus vibraciones eran completamente diferentes a la de un ser humano. La señora le respondió que venía a traerle un mensaje que debía escoger entre los dos caminos, Luz Janeth reaccionó y sus primeras palabras fueron “Jesús Cristo nuestro señor”. En ese instante cuenta que de la nada apareció un dije, en él estaba plasmada la imagen de una paloma, y hoy en día la conserva con ella. 19


Estas son algunas de las anécdotas que Luz Janeth quiso compartir. Agrega que en la ciudad de Medellín se están organizando grupos de personas iluminadas, sin importar a que género o creencia pertenezcan, todos han llegado a la misma conclusión de que la luz y la verdad se encuentra en el amor. Mensualmente se reúnen en diferentes partes de la ciudad para rezar, limpiar e iluminar la ciudad.

Luz Janeth Ortiz, cosmetóloga, terapeuta y reflexóloga.

A la izquierda: Luz Janeth Ortiz A la derecha: Natalie Posada

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Custodiando la finca de El Patrón “Si uno aquí se asusta, se revienta”

Por: Laura Hernández Cadavid El 22 de marzo de 1988 es una fecha que aparece en todos los periódicos del país. Ese día, a las 5:45 a.m. tres helicópteros, varios tanques y 2,000 soldados de la IV Brigada del Ejército, allanaron una lujosa casa finca conocida como “El Bizcocho” en Medellín. La “Operación Crisol”, como se llamó el operativo, fracasó. Pablo Emilio Escobar Gaviria logró escapar. Según los periódicos, aún estando en calzoncillos, el capo se escabulló entre los túneles, puentes y caminos escondidos entre la maleza, y huyó de la casa donde residió por cerca de un año. Los hallazgos en “El Bizcocho”, fueron alabados por los medios. En el allanamiento, comandado por el general Jaime Ruiz Barrera, fueron capturadas 25 personas, entre ellas, la esposa de Escobar, María Victoria Henao Ballén. Sin mencionar los 14 casetes hallados por las autoridades en los que se revelaba información importante de las actividades del Cartel de Medellín. 25 años después, “El Bizcocho” está olvidado junto con el bosque en que está ubicada la propiedad, en Altos de Los Balsos, barrio El Poblado. Pero lo que no se olvida son los recuerdos que quedaron sepultados entre las paredes de la vieja casa que; casa que legalmente pertenece a Gustavo Adolfo Upegui López, pero que fue por un tiempo el escondite favorito de Escobar. Hoy, la casa no pertenece a ninguno, pues está bajo medida de extinción de dominio, confiscada por la Fiscalía; pero sus memorias, sus energías, sus historias, incluso sus difuntos habitantes y visitantes, no abandonan el lugar. Al menos, eso es lo que atestiguan quienes hoy allí habitan: sus vigilantes. William Noreña de 44 años de edad, trabaja desde hace cinco años para la compañía de seguridad especializada Prosegur en Medellín; empresa que sostiene un contrato con la Fiscalía, gracias al cual tres empelados de

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Prosegur trabajan hoy como vigilantes de la casa finca bajo extinción de dominio. Los vigilantes de “El Bizcocho”, entre ellos William, trabajan en turnos de 12 horas distribuidos de la siguiente manera: dos días de jordana diurna (de 6:00 de la mañana a 6:00 de la tarde.), dos días de descanso, y otros dos, de jornada nocturna (de 6:00 de la tarde a 6:00 de la mañana). William cultivó su experiencia en los puestos de vigilancia de varios colegios de la ciudad y en otros sitios asignados por la compañía como bodegas de archivos. Acostumbrado a permanecer de pie durante turnos de 12 horas, William fue diagnosticado con una incapacidad que afecta sus pies y que restringe su labor a puestos de vigilancia que no requieran mayor actividad física, razón por la que, en septiembre del 2012, le fue asignada la tarea de custodiar la casa abandonada de Pablo Escobar. El miércoles 30 de noviembre de 2013, cerca de las 6:00 p.m., William narró su historia. Este es su testimonio. El enemigo no es de carne y hueso Para ser sincero, yo llevo un año trabajando en esta casa y al principio me enorgullecía decir: “A mí no me ha salido nada, no he visto nada”. Pero últimamente, de unos tres meses para acá, estoy escuchando cosas. No sé qué pasa.

Antes de iniciar mi trabajo en la propiedad, unos compañeros que ya trabajaban acá me lo advirtieron, no con ánimos de asustarme sino más bien en un tono serio porque son señores honestos y porque les han pasado cosas raras. Uno de ellos, quién ya llevaba un año laborando aquí, me dijo: -“Duerma donde quiera en esa casa, menos en la pieza de atrás, porque allá lo levantan a pata, le pegan a uno con el pie”-. No lo he ensayado. También me dijo: -“Si va a entrar la moto, no la vaya a meter acá en la sala porque le dan palmadas a su moto”-. No lo he ensayado. Cuando me mostró la pieza donde los antiguos residentes guardaban el reblujo, me dijo: -“Hermano, usted duerme ahí con calorcito, pero escucha voces afuera durante toda la noche”-. No lo he ensayado. Mentiroso fuera si digo que ahí he amanecido, aunque sí he entrado porque me ha tocado. 22


Esos dos vigilantes ya no trabajan aquí porque la empresa mandó otro personal. Rotaron. A mi no me movieron porque tengo restricción médica, sufro de talasía izquierda y talasía derecha. Esa incapacidad me dio por estar parado mucho tiempo y porque además yo peso mucho, casi 100 kilos. El primer día de trabajo salí de mi casa en Castilla a las 3:00 de la tarde y me vine a buscar este lugar. El vigilante se fue; me dejó solo. Esa noche cogí una silla, me senté en mi puestico y amanecí ahí sentado. Fue la noche mas eterna de mi vida, no pegué el ojo. Ya sabía que aquí pasaban cosas y, además, no había luz. No teníamos electricidad porque a esta gente a veces se le olvida pagarla, entonces la cortan. No se veía nada, pero esa noche tampoco escuché nada. Al otro día tenía que volver al turno de la noche y la verdad sí lo dudé, pero vine. Aún a la fecha, vienen en ocasiones a cortarme la energía, pero nosotros ya aprendimos a pegar los cables de nuevo. Esto aquí sin iluminación es tétrico. De todas formas, para ser una propiedad tan grade, tiene muy poquita luz, incluso si está prendida. Aún con luz, sigue siendo tétrico en la noche. El compañero me contó también que en el techo, allá en la esquina, venía una bruja por la noche a molestar a un compañero. Se sentía cuando aleteaba y luego caían tejas al suelo. Ese hombre se fue porque no lo dejaba dormir, pero ella siguió viniendo hasta que se cansó. No la volvieron a sentir. Yo por allá no paso. Yo me quedo acá en mi puesto. Cuando son las 11 o 12 de la noche cierro mi puerta; me encierro ahí adentro. El que venga, que me toque la puerta. Mientras tanto, me quedo viendo televisión hasta la 1 o 2 de la mañana. Me encierro, además, por motivos de seguridad; porque es posible que alguien suba y se me lleve la escopeta. Ya me han advertido: “Ojo que aquí el día menos pensado vienen a romper y a usted no le van a decir”. Porque anteriormente el terreno de la propiedad estaba lleno de huecos. Esto lo escarbaron mucho buscando caletas. Pero yo digo que en esto tan grande, solo encuentra algo el que lo escondió.

La historia de un sitio histórico La propiedad tiene diez mil metros cuadrados. Hace 20 años, la casa le fue confiscada al narcotráfico y desde eso el dominio está en venta. Yo no creo que lo vendan fácil. Por un lado, esto vale mucha plata, y por el otro, los que vienen sienten malas engerías. 23


Cuando la casa finca entró en extinción de dominio, la convirtieron en un convento. Aquí vivieron unos monjes, que, según me cuentan los compañeros, aquí mismo enterraban a sus muertos. Me dijo el muchacho: “Vea, ¿usted no ha visto unos huecos que hay en el muro, subiendo para la casa? Ahí enterraban a las mismas monjas”. Y sí, ahí se ven los huequitos. Después, esto fue un lugar de paso de drogadictos, como un centro de rehabilitación. En uno de los baños de la casa, mataron a un muchacho a puñaladas. Uno no sabe, pero la gente que viene me dice que siente malas energías. La casa no la han podido vender. Además, ninguna de las propiedades en este terreno tiene licencia de construcción porque están muy cerca de la quebrada y porque el suelo es muy húmedo. Si le quisieran montar otro piso, la casa se hunde.

20 años es mucho tiempo Cuando la casa fue habitada por Pablo Escobar, atrás de la casa, en un plano, había una cabaña de madera. Por algo se la llevaron. Era la cabaña de Pablo. Todavía ahora se ven cosas tenebrosas en la propiedad. En el bosque hay puentes y escondites. En el centro de la casa, en el patio, había una virgen. Era un Corazón de María. Se la llevaron para la Fiscalía. Hoy, la casa está muy abandonada, hay partes que se están viniendo abajo. El agua es de cañería, por lo que nos toca traerla en botellas. La carretera no está adecuada para los carros, hasta los supervisores que vienen en moto, evitan subir porque se caen. Los rieles se empantanan y cuando llueve son como jabón, hasta a pie se cae uno. Las luces, si están prendidas, no alumbran casi nada y si no, es porque a los encargados se les olvidó pagar la energía.

Las falsas alarmas Una noche no dormí en mi puesto; dormí en una de las piecitas de la casa, porque es más pequeñita y más calurosita. Como a las 3:00 a.m. sentí un estruendo. Pensé que de pronto era el supervisor que lo habían mandado a revisar, entonces me llené de valor, cogí la escopeta, le metí las dos cápsulas y me llevé también la linterna. Me fui pieza por pieza, empujando las puertas y alumbrando. Entré a la cocina haber si algún animal se había entrado. Todo 24


estaba intacta. Volví a entrar a la piecita pero ya no pude dormir. Esperé por si sonaba otra vez. Como a las 5:20 a.m. me levanté y prendí la luz del baño. Ahí vi que el espejo de moto que teníamos colgado se había caído sobre el lavamanos. Ese había sido el ruido. Por eso digo, unas veces aquí se escuchan cosas raras, pero también digo que aquí ventea mucho, las tejas se mueven, hay muchos animales: chuchas y hasta culebras. Cualquiera de esas cosas puede ocasionar los ruidos.

¿Falsas alarmas? Últimamente, no sé porque siento cosas. Por ejemplo, un domingo estaba sentado allí en el corredor, en la escalita, y escuché que me tosieron tres veces. Yo estaba solo en la propiedad. Pensé “Hay juemadre ¿Quién se me entró?”. Revisé y no había nadie. Una noche, por acá en el jardín, sentí botas. Como uno se pestañea aquí por la noche, pensé que el supervisor había venido a revisar. Entonces me levanté y salí con la linterna tratando de alumbrar la moto en la que había llegado. No había moto. ¿Y entonces las botas de quién eran? Volví y me recosté, volví y sentí pisadas duras, volví y salí y no, no vi nada. La semana pasada, me respiraron en el muro de mi puesto, a través de los vidrios. Salí porque pensé que era el perro de Claudino, el señor de la finca de abajo. Salí con la linterna. ¿Perro?, por ninguna parte. Volví y me entré. Volvieron a respirarme duro, era como una persona agitada. Volví a salir. Nada. Uno le busca lógica para no espantarse mucho, porque si me asusto con cualesquier ruido yo me reviento acá, me muero del susto, no vuelvo y pues a mí me toca venir a trabajar aquí. Por eso, cada vez que vengo, le rezo a mi papá, que en paz descanse, y le rezo tres padre nuestros a las ánimas, y bueno, me siento libre y descansado, porque la verdad las animas lo acompañan a uno. Dicho por muchos.

La visita del inquilino Ocurrió otra cosa que me tiene cabezón, más de lo que soy. A medio día, un muchacho subió en una moto con una muchacha detrás. 25


- Buenas, ¿puedo pasar?- me preguntó - Depende, ¿que necesita? - Es que yo viví acá. ¿Me va a dejar entrar a ver la cabaña? - No, arriba ya no hay cabaña-. Le aclaré. Los dejé entrar. Fueron al plano donde estaba la cabaña de Pablo. Luego caminamos por el corredor de la casa, se sentó en la escalita con la muchacha y empezaron a decirme cosas raras. - Hermano. Vea, yo le voy a decir algo, William - Vea, un momentico, ¿a usted quién le dijo que yo me llamo William? - Usted me dijo su nombre - Yo no le he dicho a usted el nombre mío. Si en ningún momento usted se me ha presentado o me ha dado la mano, para yo haberle dicho: “William”. - No, usted sí me dijo el nombre. - No, no me asuste-. Claro, uno no sabe quién lo mandó o por qué sabía mi nombre. Pero siguió diciéndome: -William, ¿sabe qué?, mis respetos para usted que amanece acá. - ¿Por qué? - ¿Usted aquí no siente cosas raras?- Entonces yo le comenté algunas cosas que me habían pasado. - ¿Usted también ha escuchado las cadenas?-. Me preguntó el muchacho. - No, yo no, pero mi compañero sí y el señor de la finca de abajo, Claudino, también. Una vez, Claudino estaba en la cocina de la casa y sintió que en esa sala grande, donde le dan palmadas a la moto, cayó como un manojo de llaves grade y escuchó como si lo hubieran rastrillado por el piso. Se escuchó como cadenas. El muchacho me dijo: - Yo viví aquí seis años, pero no viví solo. Yo dormía en la cabaña y aquí en la casa estaba el Ejército. En esta casa yo no amanecería. Mis respetos para usted. Luego le dije la verdad, que en la casa yo tampoco me quedo. Yo me quedó en mi puesto. Por acá no hay nada que cuidar, entonces ¿yo que me voy a venir a hacerle ronda a esto a la 1 o 2 de la mañana, si ese frio por acá es impresionante en la noche? Aquí se congela uno. Pero yo seguí preocupado porque él sabía mi nombre. Yo sé que no se lo dije. No sé.

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¡Animas del purgatorio, que no empiecen a asustarme! Nosotros no tenemos baño en el puestico. Hay que ir a la casa. Yo antes de acostarme hago mi necesidad y aguanto hasta el otro día. Por esta casa no vengo de noche, ¿para qué? En tres meses, habré entrado al baño unas cuatro veces. De resto, si voy a orinar, lo hago por ahí en la manga y eso que antes de salir, a la 1 ó 2 de la mañana, uno lo piensa. Esto es oscurísimo. Los otros dos vigilantes, los nuevos, no vienen por acá ni de día. Me doy cuenta porque cuando me voy, a las 6:00 a.m., yo les dejo prendida la luz de la casa. Cuando vengo por la tarde a recibir el turno, encuentro las luces prendidas. No vienen. Ni siquiera vienen cuando les digo: “Apaguen las luces que llegan de la Fiscalía y nos regañan”. De día, yo hasta barro el piso. Pero, ¡animas del purgatorio, que no empiecen a asustarme! Porque si me empiezan a asustar, yo sí pido traslado. No es justo dormir intranquilo.

Trabajando para el difunto Patrón Cuando dieron por primera vez la serie “Pablo Escobar El Patrón del mal” yo en esta casa no me lo veía. No era capaz de estar ahí sentado viendo eso, lo que hacía, lo que hizo. Para mí, ese señor fue buena gente, le ayudó a los pobres, tenía buenas intenciones… Después empezó a hacer cosas malas por el acoso del Gobierno y él creyó que haciéndole la guerra iba a ganar. Ese señor sí arrodilló al país, como dicen muchos. Pero ahora que están volviendo a dar la serie en la versión internacional sí soy capaz de vérmela en mi puesto. Ya no me da tanto miedo. Aquí me tengo que quedar entonces, yo que puedo hacer. Por eso digo, yo a este trabajo no renuncio, pero el día que me echen no vuelvo a buscar un trabajo así.

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El vigilante de la casa finca, William Noreña, de 44 años de edad.

El puesto de vigilancia en la casa finca anteriormente llamada “El Bizcocho”.

Patio central de la casa. Allí solía estar la escultura de la Virgen que se llevó la Fiscalía

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Leticia Vélez: Ama de los Echavarría Misas, en esta vida y en la otra

Por: Natalie Posada Franco En 1930 Diego Echavarría Misas, reconocido empresario de la ciudad de Medellín adquiere como vivienda el castillo ubicado en el sector del poblado, él y su familia constituida por Benedikta Zur Nieden y su hija Isolda Echavarría, eran vistos por la ciudad de tan solo 200 mil habitantes como una familia exitosa, generosa y rica. Don Diego Echavarría Misas, era una persona preparada pues había realizado sus estudios en Alemania y tenía como hobbie recorrer todo Europa. Su sueño era que su propio hogar, fuera un museo donde todas las personas de la ciudad pudieran tener accesibilidad a todas las culturas y exposiciones europeas. Isolda Echavarría, su única hija, dedico su corta vida a realizar ayudas comunitarias y actividades para ayudar a todas las personas de escasos recursos, desde niña pedía como regalos de cumpleaños construir escuelas públicas, clínicas, compartir sus muñecas e invitar a las niñas pobres a jugar a su casa, se caracterizaba por amar la cultura, la música y los viajes. Al concluir sus estudios decidió realizar los estudios superiores en Ohio Estados Unidos; después de uno de sus viajes realizado a Puerto Rico junto a una compañera de estudio , regreso a casa y aunque se sentía un poco cansada por el viaje, no daba ninguna explicación a lo que estaba sintiendo, pues un cosquilleo en sus piernas y un dolor comenzó a consumir su cuerpo en vida , solo hasta el momento en que todo empeoro decidieron informar a sus padres que se encontraban en Medellín, Isolda con tan solo 19 años murió a causa del síndrome del Guilliam Barré en 1967, sus padres decidieron 29


embalsamarla y trasladar su cuerpo a Colombia donde fue sepultada en el cementerio San pedro, causando un gran vacío no solo en El Castillo sino en los corazones de sus padres y de los habitantes de la ciudad de Medellín. El 8 de agosto de 1971, Diego Echavarría Misas fue abordado en la entrada de su casa (El Castillo) por unos hombres que fueron mandados por el jefe del cartel de Medellín, Pablo Escobar. La familia Echavarría siempre ha tenido una concepción, la cual consiste en evitar entregar dinero a este tipo de personas como secuestradores o guerrilleros. Cuentan que la reacción de don Diego al momento de ser abordado por los secuestradores fue quitarse su cadena y su reloj y tirarlos en el prado gritando “Ni esto para ellos!”. Un mes y medio después de este incidente fue encontrado el cuerpo sin vida de Don Diego causando conmoción y un dolor inmenso por la pérdida de un empresario y un hombre tan generoso que había cambiado la vida de muchos e incidió en el crecimiento de su ciudad fundando la clínica de San Antonio de prado, la biblioteca de Itagüí, la escuela Isolda Echavarría, la biblioteca de Barbosa y las residencias de Isolda entre otras. En 1983, Leticia Vélez Restrepo, una mujer nacida en el municipio de Belmira, ubicado en el norte del departamento antioqueño, procedente de una familia humilde, trabajadora y acostumbrada al campo, se traslada a la ciudad y por medio de su ex patrón consigue una cita para trabajar en El Castillo, donde considero un sueño, algo inimaginable poder estar en un lugar como este y más aún poder entrar a trabajar y aprender en un lugar tan prestigioso. Desde el momento en que entro, tomo cada actividad como un aprendizaje, y el amor y el respeto que comenzó a sentir por El Castillo es lo que la caracterizaba, sin importar en qué situación se encontrara o que trabajo debía cumplir, Leticia lo realizaba con el mayor de los gustos. Solo hasta el momento en que empezó a sentirse cansada por la sobre carga de trabajo en la que se encontraba, unos cuantos años después renuncio, comenzó a trabajar en la empresa transempaques, donde considera que en tan solo cuatro meses obtuvo mucho aprendizaje y diferentes conocimientos, durante ese tiempo continuaba recibiendo llamadas del Castillo donde le pedían un reingreso. Leticia, como una mujer creyente da gracias a Dios por haberla protegido en esos momentos, pues considera que Dios evito que ella se encontrara en este lugar en el momento de la tragedia donde un mayordomo y un vigilante murieron al ser violentados por un grupo de hombres que forzaron la seguridad del Castillo y saquearon tres elementos de gran valor pertenecientes al museo. Con gran nostalgia por la pérdida de sus compañeros pero con gran entusiasmo de volver a trabajar regreso al Castillo, comenzaron las largas jornadas y los trabajos cada vez más duros aunque mejor remunerados, las 30


noches en las que habían eventos se hacían lentas y su delirio de persecución cada vez mayor. Una noche después de finalizar un evento mientras cumplía con el cierre de puertas, escucho tres quejidos de un hombre, en un primer momento pensó que se trataba de algún invitado que tal vez le estuviese jugando una broma, pero estos ya se habían ido desde hacía varios minutos según le afirmo el vigilante, desde ese momento supo que habían comenzado a espantarla. Al finalizar otro evento, la encargada en ese momento quien era una compañera de Leticia, que debido a que ella no pudo asistir por motivos personales, llamo despavorida y afirmando que al cerrar las puertas para poner la alarma había sentido en el pasillo al lado de las escaleras tres gemidos, pues en ese mismo lugar fue donde encontraron muertos a sus dos compañeros de trabajos y comenzaron a sospechar que no se encontraban solas en el museo. Años después conoció a una médium proveniente de la ciudad de armenia por medio de Doña Orfa, quien al visitarla por cuestiones de trabajo sintió diferentes tipos de energías en el museo y supo las actividades paranormales por las que Leticia se encontraba pasando. La médium comenzó a recorrer el segundo piso del Castillo y al entrar a la habitación principal perteneciente a don Diego Echavarría se arrodillo, realizó una oración y comenzó hablar, sorprendida Leticia no pronuncio ni una sola palabra, pues decidió callar al ver que se trataba de Don Diego, según Leticia Don Diego le beso la frente y pronuncio las siguiente palabras: Gracias por cuidar mi casa, estoy muy agradecido contigo, te amo. Estas son las palabras que marcaron a Leticia e hicieron que su amor por el Castillo creciera cada vez más. Al continuar recorriendo el Castillo entraron a la casa del mayordomo, la cual no ha podido ser habitada por que según cuentan siempre los espantan, al llegar allí la médium sin ningún rezo comenzó hablarle como el mayordomo amigo y compañero de trabajo siempre le hablaba, lo primero que le dijo fue que le trajera un aguardientico de los que a él tanto le gustaba, durante la conversación el mayordomo le conto que él seguía trabajando en los jardines y que se encontraba feliz trabajando con sus patrones y que claro cada vez que venían ladrones él se encargaba, Leticia sorprendida no supo más que decirle y le pidió que le dijera el nombre de la persona que lo había asesinado, sin odio ni rencor respondió que ella sabía quién había sido esta persona, pero que igual eso ya no importaba. Después de esta visita, Leticia va constantemente a las habitaciones dándoles gracias por su trabajo, siempre siente la presencia de don Diego, y asegura saber en qué rincones, asientos o lugares le gusta estar. Desde ese entonces ha habido varias apariciones, cuenta de un día en que unas personas fueron a 31


grabar un documental y le pidieron el favor a Leticia de que no dejara pasar a nadie, mientras ella se fumaba un cigarrillo, los directores salieron enojados por la interrupción que había hecho un hombre alto, mono y educado, argumentan que fue a ofrecerles algo de tomar y les pregunto cuál era el trabajo que ellos se encontraban realizando, Leticia sorprendida, sin saber de quien se trataba los llevo y les mostro una foto de don Diego y todos afirmaron haber visto exactamente al mismo. Al parecer, don Diego sigue pendiente de las actividades que se realizan en su casa, pues otro de los acontecimientos que ha sucedido fue cuando un jardinero se encontraba regando las flores a lado de la fuente, vio cuando un hombre alto, con cargaderas lo observaba, pero en ese mismo instante dio la vuelta e ingreso a la casa y despareció, desde ese momento al jardinero no le gusta regar esa parte del jardín. Leticia siempre después de cada evento reparte las flores en jarrones y las lleva a las habitaciones, durante uno de estos recorridos uno de los jardineros la observo con una mirada de espanto por medio de un vitral, ella lo vio pero no sabía que era lo que estaba sucediendo, horas más tarde el jardinero le argumento haber visto a Isolda corriendo y jugando detrás de ella. Sin ningún temor Leticia argumenta que Isolda es una niña hermosa y sus manifestaciones siempre están llenas de amor y felicidad. Durante las visitas escolares que realizan los colegios al museo, Isolda se emociona se pone completamente feliz, argumenta Leticia. Dice, que cuando visitan su habitación, siempre comienza a mecer el coche y mover las muñecas, pues los niños siempre eran su mayor felicidad. Como anécdota, Leticia cuenta las apariciones que ha hecho Isolda jugando en el jardín, bailando ballet, pues algunas cámaras de los turistas han llegado a captarla, cuenta la historia de unas señoras, que se tomaron una fotografía y al llegar a su país a revelar el rollo fotográfico, observaron una niña bailando en el fondo, aseguran ver a Isolda Echavarría. Toda una familia que aunque vivan ya en el otro mundo siguen con su hogar y sus pertenencias en una historia de fantasías, Leticia como su ama de llaves, fiel y amante de este maravilloso lugar hace parte de su diario vivir, y aunque vivan en mundo diferentes, el contacto, las energías y el amor siguen vivos. Hoy año 2013, Leticia no deja de ser su ama de llaves y está pendiente de advertencias que le han hecho algunas personas por algo que según ella se encuentra en un muro que están tumbando para la construcción de unas oficinas, no hay duda alguna, de que en este lugar que parece sacado de Europa pero se encuentra en Medellín vive don Diego Echavarría Misas donde cada día se revelan secretos y aún quedan mucho que no han sido revelados.

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A la izquierda Natalie Posada Franco, a la derecha Leticia Vélez Restrepo

Diego Echavarría Misas

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Benedikta Zur Nieden

Isolda Echavarria Zur Nieden

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El experto del trance hipnótico: lo normal de lo paranormal

Aurelio Mejía Mesa es considerado por muchos el más reconocido hipnoterapeuta de la ciudad de Medellín. En su trayectoria de más de 25 años en el campo de las regresiones y la hipnosis clínica, Aurelio ha acumulado importantes logros como la publicación del libro Hipnosis: regresiones a vidas pasadas y las diversas giras por ciudades de Latinoamérica y de Estados Unidos en las que desempeña labores de conferencista experto en la materia. Actualmente, Aurelio Mejía se encuentra de gira por Norteamérica, pero su principal aprendiz, quien es también su socio y amigo, Luis Fernando Baena, estuvo dispuesto a concedernos una entrevista en la que habló del complejo tema de la hipnosis clínica. Luis Fernando Baena Restrepo trabaja como hipnoterapeuta en el consultorio que comparte con Aurelio Mejía. Desde el Edificio Centro 43, ubicado en la carrera 68 A No. 43-13 de Medellín, Luis Fernando realiza terapias de hipnosis clínica a los pacientes que lo visitan para dar alivio a algún sufrimiento, conflicto interno, enfermedad o trastorno psicológico como lo es la anorexia y la depresión. Al interior del campo de la regresión y la hipnosis, se presentan múltiples fenómenos que pueden considerarse paranormales en tanto no han sido explicados ni certificados por la comunidad científica. Luis Fernando, al igual que los demás hipnoterapeutas que aunque son pocos en la ciudad realizan terapias de hipnosis, se ha encontrado en su trayectoria con personas que lo visitan porque aseguran que han padecido la presencia de fenómenos paranormales que los asustan y atormentan, como los espíritus o los indicios de brujería. Asimismo, Aurelio y Luis Fernando han encontrado casos en que los pacientes, sumergidos en el estado hipnótico, revelan que en sus vidas pasadas fueron seres no terrestres o presenciaron la llegada de seres no terrestres. Los hipnoterapeutas, son conscientes de la existencia del mundo misterioso de lo paranormal y han aprendido a manejar y controlar la aparición de todos estos fenómenos. De acuerdo a Luis Fernando, es posible validar la existencia de fenómenos paranormales tales como: la reencarnación, los espíritus, los ángeles, la brujería, los extraterrestres y los médium.

¿Cómo llegó a convertirse en hipnoterapeuta? Descríbanos su formación 35


Mi formación fue inicialmente como vendedor y estuve mucho tiempo en la parte de mercadeo. En algún momento de la vida empecé a buscar algo, porque no me acomodaba dentro del común de la gente. Empecé a estudiar, me sentaba a mirar libros de psicología y medicina… me volví un ratón de biblioteca y en ese entonces conocí a Aurelio. Al hacerlo, parecía que ya nos conociéramos de mucho tiempo atrás. Parecía como si nos hubiéramos reencontrado pues cuando yo lo vi sucedió algo que se llama déjà vu (ya lo vi , ya lo viví). Ósea, mi espíritu ya estaba conectado de alguna manera con el de él. ¿Cómo explica ese reencuentro que mencionó? ¿Se refiere usted a que se conocieron en una vida pasada? El universo se confabula para encontrarnos con las personas con que nos tenemos que encontrar en el momento en que lo tenemos que hacer. Ósea, esto es un feliz reencuentro: hay una causalidad en el universo, porque de alguna manera ustedes necesitaban información. Nosotros no somos físicos, no somos solamente cuerpo, nuestra energía está en expansión como lo está el universo. Si nuestra energía está en expansión, igualmente mi energía se compenetra con la tuya, la tuya y la tuya, sin importar el lugar en donde estemos, porque somos lo mismo, somos el espejo del otro. …Yo continúe con mis negocios, al igual que Aurelio con sus empresas pues él era un empresario en Medellín. En un momento dado, nos dimos cuenta de que había una gran demanda de los procesos que veníamos haciendo hipnosis-. Se empezaron a montar los videos de las terapias que veníamos realizando a través de Internet en el canal de Hipnosis Clínica que lo pueden encontrar en YouTube. Actualmente venimos realizando este procesos vía Skype, con personas a nivel mundial, con maravillosas experiencias de diversas clases. ¿A qué tipo de experiencias se refiere? ¿Algún fenómeno paranormal? Dentro del fenómeno de la hipnosis, nos hemos encontrado con fenómenos de xenoglossia. Éste es un fenómeno en el cual el paciente, en estado hipnótico, recuerda idiomas o lenguas que no habla. Ha recordado idiomas o lenguas muertas, lenguas que ya no existen. Igualmente, en el canal pueden encontrar algunos videos con cantos indígenas muy antiguos, pueden encontrar fenómenos de xenoglossia en pacientes que 36


hablan en alemán y luego de que salen del trance se les pregunta en qué idioma hablan y dicen: “no, yo no hablo sino español”. ¿Qué es la hipnosis? Es un estado alterado de conciencia. En el proceso de electromagnetismo o electrodos que le colocan al paciente, se pueden dar cuenta de que el paciente baja los niveles frecuenciales del cerebro y entra a un estado alfa, un estado en el que sale del estado de vigilia (el que tú y yo tenemos en este momento). Estado de hipnosis o relajación o meditación guiada… no importa como lo llames. Algunos autores lo llaman sofrología, hipnosis clínica o programación neurolingüística. La programación neuro va al cerebro, lo reprograma a través del estado de la hipnosis en el paciente entra en ese estado intermedio entre el sueño y la vigilia. Y para tener en cuenta, es un fenómeno que todos los días lo viven las personas cuando están entrando en un estado de sueño. ¿Ósea que durante una hipnosis el paciente no está completamente dormido ni completamente consiente? Exacto, no está ni completamente dormido ni completamente despierto. Dentro del estado como tal, sucede que cuando tú estás allí tu espíritu de alguna manera expande la conciencia y puede traer recuerdos a tu mente. Digámosle subconsciente. Usted dijo que aprendió esta técnica de Aurelio Mejía, ¿cualquier persona es apta para aprenderla o es, por así decirlo, un don? Aquí el único que tiene un don es Aurelio que le dicen don Aurelio. Ésta es una técnica que se aprende. Aurelio Mejía es una persona que toda la vida ha dado sus conocimiento completamente gratis. Las personas que él ha formado, igual las que yo he formado, ninguna ha tenido que pagar ningún curso. ¿Se ha sometido alguna vez a un proceso de hipnosis? En Internet pueden ver una cirugía que yo me practiqué bajo hipnosis, sin anestesia, en la cual me hicieron una exodoncia de una muela anquilosada, pegada al hueso.

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Entonces, ¿es posible auto-practicarse la hipnosis? Sí, el cuerpo y la mente tienen el poder de entrar a su propio estado y revisar internamente lo que tenga que solucionar. Cuando tú entras a un estado meditativo, tú le puedes dar la orden a tu cerebro para que mande los anestésicos que necesita la parte en la que se va a trabajar. ¿Asimismo ayuda a sus pacientes cuando vienen a resolver algún conflicto psíquico, depresión, temor…? Dentro de todos estos procesos, la mente puede entender perfectamente que las emociones que hay en tu corazón son relaciones de esta vida o de otras que te han causado dolor o tristeza. Cuando tú entras a esa parte de tu corazón donde está esa emoción, sencillamente tú la transformas o la cambias. Programación neurolingüística: colocar la información nueva a un computador viejo pero que tiene la capacidad de soportarlo. ¿Cuáles son las consultas que hacen los pacientes generalmente? Estados depresivos, trastornos excesivos compulsivos, miedos, tristezas que no saben de donde provienen, abortos, abusos sexuales, sentimientos de rabia, desordenes físicos o emocionales que no tienen respuesta, enfermedades que no tienen ningún síntoma; hipocondriacos, personas que regularmente están enfermas. ¿Cuál es el estrato social más común entre ellos? Consultan pacientes de todos los estratos sociales. Hay personas que vienen aquí sin recursos y se les hace el tratamiento igual que a cualquier persona. Recuerden que lo que hacemos hay que filtrarlo por el corazón para poder ayudar a los demás seres humanos. Estamos haciendo un pequeño aporte al gran cambio multidimensional que está sucediendo en la Tierra. ¿Es posible realizar hipnosis a cualquier persona o el paciente debe necesariamente sufrir un padecimiento o conflicto psíquico? Normalmente se habla de que la hipnosis no se hace por curiosidad, pero muchas personas que vienen por curiosidad resultan ser las personas que más lo necesitan. Cuando una persona viene aquí a consultar regularmente, ni siquiera es ella la que trae la intención, es su espíritu. ¿Todas las personas que ha atendido aquí han tenido vidas pasadas o es posible que la persona que venga esté viviendo su primera vida?

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Igualmente como has estado aquí, has estado en otros planetas, porque el planeta Tierra no es el planeta más grande, no es el centro del universo, ni es el único planeta habitado; por lo tanto, tú como espíritu en expansión has podido estar en cualquiera de ellos. ¿Qué pasa con el espíritu cuando una persona muere? Cuando tu espíritu va a la luz igualmente allí tienes una escuela donde te reciben los maestros de la luz y allí te indican, te muestran, te enseñan y te orientan. ¿Qué ha sucedido con los espíritus que no han reencarnado, qué sucede con ellos y dónde quedan? Pasa que cuando yo por ejemplo estoy apegado a algo, a una materia, un tesoro o una riqueza o a alguna situación, yo empiezo a cuidarla y me voy con mi espíritu preocupado. Me quedé apegado a eso. ¿Dónde está mi espíritu? Apegado todavía a esa parte material. Dicen que la oración es una buena herramienta para que esos espíritus descansen. Otro, es ayudar a ese espíritu cuando la persona se encuentra en estado hipnótico: su espíritu se conecta con otro espíritu a través del hilo de comunicación que hay invisible entre todos los seres humanos en el entramado universal. Cuéntenos una experiencia con una paciente… Una cita con una niña que vino a solucionar una fobia que tenía a las agujas. El médico le dijo que debía someterse a un tratamiento en el que debían aplicarle varias inyecciones. Al sacar la jeringa, ella entró en pánico, sintió un olor a mugre, rincón y humedad. También me dijo que tenía el 95% de la vista perdida. Cuando entró en estado de hipnosis le pedí que fuera a mirar cuál era el pánico que le tenía a las agujas y se fue automáticamente para una vida pasada. En esta vida había sido encerrada por señalar a alguien de un asesinato, pues ella vio como sucedió. ¿Qué pasó con ella?, la cogieron quienes hicieron la masacre; la encerraron en un cuarto pequeño y con unas espadas la hacían sangrar. El lugar olía a mugre, humedad y era un cuarto oscuro. Entonces, al recordar esa memoria sanó las dos cosas de una vez: el miedo que le generaban los chuzones y, como era relacionado con algo que ella vio, entonces recuperó la vista. Todo lo puede sanar en la medida que encuentres el origen de la situación.

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¿Qué piensa usted de los Ángeles? De Ángeles hablan dos religiones: los musulmanes y la Iglesia cristiana católica. No importa como los llamen, los maestros de luz del universo son los mismos Ángeles. Si yo durante una hipnosis te digo que busques a tu maestro espiritual y me dices que es un Ángel, es completamente válido. Dentro del proceso hacemos preguntas capciosas para ver si verdaderamente es tu maestro de luz, o es alguien que te está haciendo brujería. ¿O sea que usted también valida la existencia de la brujería? La intención que utilizan aquellos que hacen vudú, mediante la energía de los elementales (tierra, naturaleza, fuego) es para hacer daño a otros. Aquellas personas que utilizan las fuerzas oscuras, algunas veces utilizan espíritus que están perdidos y buscan refugiarse en algunos sitios para causar daño a otros. Estos espíritus son inocentes porque son utilizados a cambio de ayuda. No hay que creer en la brujería, pero de que las hay las hay. Si yo tengo un elemento y tengo la mala intención, puede llegar a influir en ti. Pero todo esto se puede romper desde el amor. Hay algo peculiar de este dibujo que nos mostró, ¿por qué a los extraterrestres los dibujan con la misma característica? Durante la hipnosis los pacientes han descrito exactamente lo mismo que sucedió durante la construcción de las pirámides. La comunicación con estos seres de luz nos han dicho que las pirámides son medios de comunicación con seres de las estrellas. En la última terapia en la que me encontré con un ser de las estrellas, él dice que en el mar hay una burbuja que el hombre todavía no ha descubierto, donde hay otras pirámides. Nos dicen que estos seres no tienen sexo, son andrógenos, se comunican a través de la luz y la luz sigues siendo tú, por esto tienes comunicación con ellos. ¿Es posible que haya personas que a través de otros medios se puedan comunicar con los seres? Los médiums, son el medio por el que pueden comunicarte con el otro, pero para mí, si tienes un maestro, ellos te van a hacer llegar las cosas a tu corazón y no por medio de otras personas.

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En la entrevista hemos validado la existencia de siete fenómenos paranormales específicos: la reencarnación, los espíritus, la xenoglossia, los Ángeles, la brujería, los extraterrestres y los médium ¿En qué ciudades colombianas se frecuentan estas actividades paranormales? A nivel de Colombia, la parte energética más importante es el Amazonas, es muy limpia, pues las otras ciudades se encuentran contaminadas. Si nos damos cuenta que en el Valle de Aburrá solamente tenemos un río y es el río que tenemos contaminado, la energía no es del todo limpia, por lo tanto la energía del universo, con tanta contaminación, no entra bien, no entra limpia. Las partes mineras donde hay mucho cuarzo son un gran portal energético, por esto son utilizados en algunas terapias para sincronizar el cuerpo.

Consultorio de Aurelio Mejía y Luis Fernando Baena en el Edificio Centro 43

Luis Fernando Baena, Natalie Posada, Alejandra Fernández, Laura Hernández

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“Ahora estoy feliz, vivo en paz, sé que el Señor está conmigo” Lucrecia Gaviria

Por: Alejandra Fernández Lucrecia Victoria Gaviria Díaz, conocida en el mundo con el personaje protagónico del libro La Bruja de Germán Castro Caycedo, nació en Fredonia y realizó sus estudios primarios y secundarios allí. A la edad de 11 años empezó a descubrir el mundo del ocultismo, la brujería. En el libro se puede ver cómo Lucrecia se fue involucrando cada vez más en este mundo, empezó adivinando la suerte, leyendo el tabaco, las cartas… hasta llegar a la magia negra. La madre Alicia, una religiosa que le tendió la mano y le mostró el camino del cristianismo le ayudó a alejarse de la brujería junto con monseñor Alfonso Uribe Jaramillo y el sacerdote Guillermo Gil Bedoya. Después del exorcismo, Lucrecia se volvió una mujer muy creyente del catolicismo y se apartó por completo del mundo del ocultismo. “Antes creía en Dios, pero no estaba en mi vida por eso era vacía y buscaba tantas cosas”. Lucrecia ahora es una persona normal, de bien, es un gran apóstol que siempre está en la búsqueda de los caminos del Señor con sinceridad. Lo que más le gusta es hablar de Dios y llevarle muchas almas. “Yo ahora vivo feliz, estoy en paz, si tengo algún contratiempo o alguna preocupación yo sé que el Señor está conmigo”. Actualmente vive en Medellín con su hija de 24 años y una sobrina, en un apartamento de tres piezas, una sala-comedor y cocina, adornado con cuadros religiosos, cristos y vírgenes de porcelana y ornamentaciones antiguas. “A mi me encanta todo lo Antiguo”. Lucrecia Gaviria es la hija mayor de diez hermanos, nueve de ellos son profesionales, contándola a ella. Abogada de profesión. Ella siendo profesora trabajó con el gobierno 36 años y luego en la Contraloría como abogada, especializada en derecho administrativo y en gestión pública. En este momento ejerce su profesión litigando particularmente y da capacitaciones sobre el decreto de gobierno MECI (modelo estándar de control interno) en algunos municipios de Antioquia. Este modelo es la forma como debe manejarse las entidades públicas basadas en la gestión, ética, moral,

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principios y valores; cómo se organiza un código de ética y cómo se trabaja por procesos. Otra de la labores de Lucrecia es promover las comunidades eclesiales por el Reino de Dios y participar en la organización de la Semana Santa con la procesión del Corazón de Jesús. Lucrecia se dedica a esto porque en las comunidades eclesiales por el Reino de Dios fundadas por Pablo VI, impulsadas por Juan Pablo II, instituidas en Colombia por monseñor Ricardo Tobón Restrepo, les ha enseñado mucho a leer el evangelio del día: “al leerlo se vive el tiempo pasado, luego se pasa a la meditación, es decir se trae ese evangelio al día de hoy y en la meditación vemos que se debe cambiar nuestra vida. En la contemplación se espera que Dios nos hable, luego se hace una oración y un compromiso”. En su poco tiempo libre Lucrecia se dedica a leer literatura jurídica y religiosa (no le gusta las novelas) y a escribir. Le gusta el teatro y ve cine de vez en cuando. En este momento le parece muy entretenida e interesante la vida de San Francisco de Sales, un santo y obispo de Ginebra, abogado de profesión. Le gusta la diversión, la parranda, disfrazarse en las fiestas y salir a almorzar con su hija y sobrina. Su comida favorita es el pollo en todas sus formas y la espinaca. Le encanta mecatear, comer crispetas. A Lucrecia le gusta “Amo lo música clásica, le fascinan los Cantos gregoriano y la zarzuela me mata, pero mi favorita es la clásica”. Por otro lado, Le aterroriza montar en avión, pero le toca hacerlo ya que es una persona que viaja frecuentemente. Tampoco le gusta cocinar por lo que tiene una empelada que va todos los días a hacerles de comer y las labores del hogar. Es una persona muy activa, que duerme poco, se acuesta a la 1: 30 a. m. y se levanta a las 5: 00 a. m. y nunca hace siesta. Lucrecia tiene el pelo corto y rubio, sus son ojos café y su color de piel es blanca. Es de estatura baja y su contextura es gruesa. Usa gafas para leer y hacer sus cuentas del diario vivir. Es una mujer muy elegante, responsable, caritativa y querida por los seres que la rodean. El corre y corre de Lucrecia… Se levanta a las cinco de la mañana inicia el día con la oración, “le digo al señor que ponga en mis manos, en mi mente lo que Él quiera que haga y le ofrezco a la Virgen y a San José todo para que ellos hagan de mi lo que quieran durante el día y me muevan donde me tenga que mover para llegar a la gloria de Dios. Lo que haga, el centro es Dios”. También, lee el evangelio del día y luego va a misa. Después de la misa, se dedica a las tareas del día: Se reúne con una amiga a trabajar un tema sobre el MECI hasta las 11:30 a. m. A las 12:00 p. m. se reúne con unos amigos a almorzar. Luego, de 2:00 p. m. a 43


4:00 p. m. se encuentra con el rector del MECI para organizar un proyecto a futuro con los habitantes de la calle. Después, se vuelve a reunir con la amiga y hablan sobre el montaje de una capacitación en forma de película sobre MECI. A las 5:30 se va para la 70 a un lugar llamado “Déjame que te cuente”. De ahí se va para la casa, come y luego va a la casa de su mamá a rezar el rosario. Los miércoles a las 8: 00 p. m. ella va a La Consolata donde un grupo de jóvenes. Y los miércoles de cada mes se encuentra con un grupo de amigas que conserva desde kínder. Los sábados invita a su la familia a almorzar a su casa, ella disfruta mucho esto porque dice que es una forma de mantener unida a la familia.

En la casa de Lucrecia Gaviria *Lucrecia prefiere conservar algunos nombres como el de su hija y su esposo y allegados. También, prefiere que no sean reveladas fotos de su casa.

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¿Existen los espíritus? Por supuesto que sí. Por supuesto que no

El término “fenómenos paranormales” cubre un amplio espectro de temas, sucesos, técnicas y habilidades que suelen ser difíciles de concretar. En un principio, se sabe que la palabra “paranormal” designa todo acontecimiento que escape a una explicación racional, es decir, que no pueda ser entendido mediante ningún procedimiento científico que lo avale. Partiendo de dicha base, se suele categorizar a los fenómenos paranormales en distintos campos de estudio generales como: •

Clarividencia: percepción de sucesos lejanos o futuros.

Predicción: anticipación de acontecimientos futuros.

Telepatía: comunicación entre personas distantes a través la mente.

Telequinesis: capacidad de desplazar objetos con la mente y sin intervención de algún contacto físico.

Médium: quien tiene la

capacidad de entablar comunicación con los

espíritus. •

Levitación: capacidad de hacer que un cuerpo flote o quede suspendido en el aire.

Brujería: conjunto de conocimientos y actividades realizadas por personas con la finalidad de causar daño a un tercero.

Esoterismo: ritos, prácticas o tradiciones secretas de corrientes religiosas que resultan extrañas o incomprensibles por aquellos ajenos a la tradición.

Reencarnación: la posibilidad de que un espíritu se interne en distintos cuerpos a lo largo de su existencia.

En la ciudad de Medellín, siendo el segundo centro urbano más poblado del país, se manifiestan algunos de los fenómenos anteriormente mencionados, pero tres de ellos suelen ser los más notorios entre sus pobladores: la brujería, la comunicación con los espíritus y el vínculo entre hombres y ángeles. Pese a que en la ciudad son escasos los parasicólogos (profesionales en el estudio de los eventos paralelos a la ciencia), es posible encontrar personas que se dedican, incluso se especializan, en diversos fenómenos paranormales, y que por su labor se han hecho reconocer entre los habitantes de la ciudad interesados en estos asuntos. Debido a la naturaleza misma del tema, se hizo evidente desde un principio la imposibilidad de comprobarlo o refutarlo mediante pruebas racionales,

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científicas y concretas. Sin embargo, la experimentación e investigación de fenómenos concernientes a la brujería, la comunicación con espíritus y la comunicación con ángeles, también llamada angeología, nos brindó suficiente material para lograr un mayor acercamiento, tanto emocional como físico, a estos temas, y para construir una nueva concepción acerca de lo que se considera paranormal. Los femémonos paranormales, específicamente aquellos que investigamos, tienen gran potencialidad para generar incertidumbre. Durante su observación y experimentación, suelen generar una serie de emociones y reacciones que en el instante deslumbran la consciencia y la racionalidad, pero no por tal impacto se deduce su existencia. A lo largo de la investigación, en los diferentes escenarios en que nos enfocamos, percibimos esa sensación de espectacularidad y desconcierto propia de estos temas que, ya de por sí, son un tabú para la sociedad por su aspecto misterioso, su ocultismo y su intangibilidad. Ese carácter etéreo es una fortaleza para estos fenómenos y para aquellos que los practican, pues frente a su naturaleza inverificable y desconocida, cualquier sensación o emoción que se logré generar en las personas pasa a ser un punto a favor y un voto de confianza en la existencia de este mundo paralelo. Esa fue precisamente la reacción que nos causaron los sucesos vividos durante la investigación. Pese a la objetividad que como periodistas intentamos mantener a lo largo del proyecto, detectamos que el tema de estudio tiene facilidades para interferir en la neutralidad del investigador o, como es lógico, en las personas que se someten a estas experiencias como clientes de tales servicios. La puesta en práctica de los fenómenos inexplicables ante la ciencia está acompañada de un ritual que se apoya en objetos visuales y auditivos. Por ejemplo, en los escenarios que visitamos encontramos varias imágenes de vírgenes, santos, ángeles, budas, crucifijos y rosarios. Este fue el caso del encuentro que tuvimos con Lucrecia Gaviria, conocida como “La Bruja” gracias al libro de Germán Castro Caycedo del que ella es protagonista, y con Catalina Franco, angéologa en cuya casa, ambientada además por música propicia para la reflexión, realiza todas sus consultas. El ejercicio viene acompañado además de elementos como cartas, velas, inciensos, camillas e incluso cámaras, como fue el caso de la sesión de hipnosis que experimentamos con el hipnoterapeuta Luis Fernando Baena. Así, el ritual en el que se efectúa la praxis paranormal pareciera estar diseñado para generar credibilidad y confianza en el espectador; o al menos, esa fue la impresión que nos dejó. No obstante, ninguno de los accesorios certifica la existencia de tales eventos. Solo al tomar distancia de esos acontecimientos a los que nos sometimos en seis ocasiones diferentes, resulta posible reflexionar sobre lo vivido y determinar que no hay evidencia contundente que nos compruebe que existe la

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brujería, la comunicación con los espíritus ni el vínculo entre hombres y ángeles. Cuatro de los personajes que entrevistamos: Lucrecia Gaviria, antes experta en la práctica de la brujería y el ocultismo; Luz Janeth Ortiz, angéologa; Leticia Vélez Restrepo, quien se comunica con los espíritus; y William Noreña, testigo de experiencias fantasmagóricas, nos brindaron relatos testimoniales difíciles de comprobar, ya sea por su carácter espiritual o por la antigüedad del hecho. Durante el encuentro con el hipnoterapeuta Luis Fernando Baena tampoco fue posible certificar la veracidad de la reencarnación ni de la presencia de espíritus o extraterrestres como él afirmó, pues en la hipnosis la paciente no dio su testimonio de lo que veía o sentía mientras estaba en estado de trance, fue el hipnoterapeuta quien condujo la totalidad de la sesión sacando sus propias conclusiones a partir de los gestos y expresiones de la paciente. Lo mismo sucedió con la angéologa Catalina Franco, quien acertadamente afirmó hechos y sentimientos de la clienta, aunque sin entrar en detalles específicos, lo que nos dejó la duda de que tales afirmaciones fueron tan generales que pudieron haber sido aplicadas a cualquier persona. Del mismo modo, Catalina no pudo certificar la forma en que se comunica con los ángeles, se limitó a afirmar que los seres de luz le trasmiten sensaciones que ella interpreta mediante cartas. Los resultados de la investigación fueron tan subjetivos que la incertidumbre del tema no se logró resolver. Se sabe, sin embargo, que día a día no pocos habitantes de la ciudad de Medellín, entre ellos los entrevistados en este reportaje, habitan en el mundo de lo paranormal que ellos mismos construyen a su alrededor, y que tal mundo, veraz o falso; existe, pues cotidianamente lo exploran, lo expanden con sus habilidades y lo mantienen inmune a cualquier explicación racional. Mientras permanezcan ocultos al ojo de la ciencia, los fenómenos paranormales seguirán siendo un tabú. Seguirán siendo practicados y explorados por aquellos que tienen el don natural para ejecutarlos o por aquellos que encuentran la manera de simularlos mediante habilidades que no tienen que ver con lo paranormal sino más bien con intereses económicos.

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