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Voz Vozla de mazarrón
AÑO XX NÚMERO 554 PRESIDENTE
Antonio Balanza DIRECTOR
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Antonio Balanza REDACCIÓN Y COLABORACIÓN
Marta M. Sampedro
Carlos Corvalán
José García García
Daniel José Aragón
Carlos Porres
Jay JC Buckley
Mateo García
Juan Eladio Palmis
Antonio Rico
Celestino López
Diego Hernández
Pepe Ortiz
José A. Ruiz Vivo
Leonor Sánchez Yepes
María Dolores Alarcón TRADUCCIÓN
Marta M. Sampedro DISEÑO Y MAQUETACIÓN
Tony B. Inglés FOTOGRAFÍA
Foto Vídeo López
Fotos Toledo
Daniel José Aragón
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Fco. Martínez Piña
Fco. García Jorquera www.mazarron.es
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Ángeles Balanza
EDITA
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'Panem et circenses'. Así era como describían los romanos los procedimientos de aquellos gobiernos que se esforzaban en mantener a la población entretenida y, de paso, ocultar algún que otro hecho controvertido. El resultado, la provisión a las masas de alimentos y entretenimiento en grandes cantidades, cuanto más derroche, más daba en lo que pensar. Mazarrón era uno de los pocos municipios de la Región de Murcia que celebraba el Carnaval el pasado fin de semana. Una fiesta que todos sabemos que es más que multitudinaria desde hace años gracias a la implicación de organismos y peñas, aunque aún lejos de hacer sombra a los de Águilas. Los carnavales pasaron de ser el desfile que conocíamos a necesitar de la instalación de gran cantidad de equipamiento en forma de sillas, vallas, gradas, iluminación, etc.
El municipio sacó a la calle a unas 8.000 personas en la jornada del domingo, en torno a las 5.000 personas el sábado y cerca de un millar en la gala del viernes. Un riesgo de rebrote asumido por Festejos y todos los que participaron, peñas y centros educativos que conformaron dos desfiles con mil personas. Todo ello entre medidas de seguridad, cumpliendo el plan de contingencia, aunque ya me dirán ustedes cómo se controla la seguridad de una masa de 8.000 personas. Cabe felicitar tanto las peñas como a los colegios participantes que hicieron su papel y se lucieron más que nunca. Lo cierto es que se echan de menos estos espectáculos y eso que se ha llamado la vuelta a la normalidad.
Como hemos podido escuchar en tantas ocasiones estos días, no creo que haya prisa por correr y la prudencia debería marcar esa normalización de nuestra vida cotidiana. De ahí que haya municipios con mucha más experiencia en estos temas, caso de Águilas, sin ir más lejos, que han decidido trasladar la celebración de los carnavales a la segunda quincena del mes de julio de este año, considerando más adecuada esta fecha y siempre en atención a la situación epidemiológica llegado el momento. Mismo caso de los carnavales de Cabezo de Torres, que se han desplazado al mes de septiembre o cuando las circunstancias lo permitan.
La actualidad política viene marcada por el anuncio a bombo y platillo de que de ahora en adelante los gastos realizados por las concejalías delegadas en Unión Independiente de Mazarrón se harían con luz y taquígrafos, de modo que no sólo se podrá ver la gestión de los grandes dineros sino que también veremos el gasto menor. Todo un ejercicio de transparencia que, para muchos y en el último año de legislatura, más se parece a una limpieza de imagen que a un afán extremo porque el contribuyente vea lo que se hace con su dinero.
En fin, los dineros son precisamente el tema que nos trae de cabeza y donde ya hemos visto que se hace hincapié en los últimos meses. Sin ir más lejos, ha sido noticia parte del gasto en horas extraordinarias de trabajadores del macro evento del verano en el mirador de Bahía que a los mazarroneros sólo nos sale por la cantidad de… ¿cuánto?, ¿cien mil?, ¿trescientos mil?, ¿medio millón?. Solo con ver ese gasto, ¡qué no valdrá todo lo demás!. Y muchos hosteleros se preguntan que esa cantidad de gasto en realidad sirve para… ¿qué?. Que todo eso está muy bien, pero que en el verano hace falta muy poco para vender Mazarrón. Es decir, el motivo por el que viene la gente no es porque haya música, teatro o charlas, es porque hay playa. Mejor sería cubrir deficiencias en servicios tan básicos como la simple limpieza viaria. Estos desfases son los que vienen marcando la realidad, es decir, la diferencia entre lo que hay que hacer y lo que inventamos para gastar dinero. Ideas que nos van a teletransportar a los mazarroneros 'hasta el infinito y más p´allá'.