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LEAN La Revista Título: No se dejen bíblico-chamaquear Número: 4.4 Fecha: Noviembre — Diciembre 2018 Comité editorial
Shealtiel Durán Badillo — director y editor David Campos — director asociado LEAN La Revista busca divulgar y fomentar la reflexión teológica en la Iglesia cristiana a través de artículos que abordan cuestiones bíblicas, teológicas y ministeriales, a partir de un estudio académico riguroso. Los artículos son total responsabilidad de sus autores y LEAN La Revista no necesariamente comparte su opinión. La reproducción total o parcial de los artículos es permitida, siempre y cuando se otorgue el crédito correspondiente. Cada número de la revista puede ser adquirido en formato PDF por $50 MXN o $3 USD. Contacto Si deseas adquirir este u otro número de la revista, interactuar con los autores o enviar tus comentarios, puedes contactarte con nosotros a través de nuestros sitios en Internet: LEAN la revista
LEAN La Revista LEAN con amigos y café Diseño de portada: Rich Blz Diagramación: Shel LEAN La Revista © 2018
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Índice Presentación … 4 Escritores … 5 Infantilismo y credulidad en el cristianismo … 6 Por Salomón Melgares Jr. ¡Recuperemos el real sacerdocio! … 14 Por José Ossman Fajardo Postres teológicos … 18 Por Emmanuel Vargas El mensaje de Judas para la Iglesia de hoy … 24 Por Shealtiel Durán Anuncios … 36
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Presentación Queridos amigos y ávidos lectores: En esta publicación cerramos con el último enunciado del acróstico LEAN: “no se dejen bíblico-chamaquear”. En México, el término “chamaquear” se usa coloquialmente para referirse al engaño del que cualquier persona, como niño ingenuo, puede ser una fácil víctima. Al acuñar el término “bíblico-chamaquear” expreso el medio de este engaño. De ahí la tan chocante expresión: El engaño se realiza por medio del mal uso de la Biblia. Así, creyentes nuevos y con años ya en la Iglesia, son engañados por pastores, profetas, apóstoles, misioneros, cantantes, teólogos, blogueros y otros tantos con cierto título de autoridad, a través de predicaciones, conferencias, canciones, blogs, podcast, libros, revistas, programas de televisión, videos en redes sociales, memes, etc. Por esto mismo, Salomón Melgares Jr. escribe sobre el “Infantilismo y credulidad en el cristianismo”, evidenciando tal cual la problemática que se vive actualmente en las iglesias con la falta de madurez en los creyentes por el desconocimiento bíblico. Luego, José Ossman Fajardo nos reta a que “¡Recuperemos el real sacerdocio!”, ministerio al que hemos sido llamados por Dios, dejando de depender de manera absoluta de los líderes eclesiales. Emmanuel Vargas expone la dieta desbalanceada que algunos tienen viviendo sólo de “Postres teológicos”, a fin de que puedan cambiarla hacia la nutritiva comida de la Escritura. Por mi parte, presento una exégesis de la Epístola de Judas 17 al 25 titulada “El mensaje de Judas para la Iglesia de hoy”. Nuestro llamado, como lo comprobarán al leer cada artículo, es entonces a no dejarse bíblico-chamaquear. Con este número también llegamos al final de un excelente año en el que hemos podido seguir con nuestra misión de difundir el quehacer teológico. Nos hemos establecido como una revista teológica seria en diversos países de Centro y Sudamérica, gozando de una aceptación favorable por parte del cuerpo de Cristo en sus distintas denominaciones. Esto lo debemos a cada uno de nuestros escritores, hombres y mujeres fieles al Señor, quienes con gran disposición y excelencia nos han edificado a través de sus textos. Por todo esto, agradecemos a nuestro Dios Padre quien nos ha llamado a su servicio. Tenemos muchos planes por concretar el año que viene: conferencias, quizás alguna app, publicar a nuevos escritores, algunos ya conocidos y otros en formación, más programas para ‘LEAN con amigos y café’, y otras ideas. Mientras tanto, seguimos orando que el Espíritu nos dé sabiduría, guía y creatividad en el servicio a nuestro Señor Jesucristo para gloria de Dios Padre. ¡Feliz año!
-Shealtiel Durán Badillo
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Escritores
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Salomón Melgares Jr. Autor de varios libros ya publicados. Columnista de “Reflexión y Cambio” del diario La Prensa de San Pedro Sula, Honduras. Profesor en Teología por el Seminario Teológico Centroamericano (SETECA, Guatemala). Licenciado en Informática Administrativa por la Universidad de San Pedro Sula (USPS, Honduras). Diplomado en Educación Cristiana por la 2da. Iglesia Evangélica y Reformada de San Pedro Sula, avalado por el Instituto Teológico de esa ciudad. En la actualidad es miembro de la congregación Bandung Worship Center de la ciudad de Bandung, Indonesia, donde vive con su esposa e hijo. José Ossman Fajardo Pastor de la Iglesia Evangélica Centroamericana Llanos de Sula, desde el 2003 hasta el día de hoy. También es Misionero acreditado por la Fraternidad de Apoyo Misionero de Honduras, con miras a partir rumbo a España. Estudios completos de Magister Artium en Biblia y cuenta con un Profesorado en Estudios Teológicos (ambos realizados en SETECA). Ingeniero industrial y de sistemas, Universidad Tecnológica Centroamericana de San Pedro Sula, Honduras. Emmanuel Vargas
Presbítero ordenado de la Iglesia Metodista de México. Maestro en Estudios Teológicos (MTS) por The John Wesley Theological Seminary (Washington, D.C., EUA). Licenciado en Teología por el Seminario Dr. Gonzalo Báez-Camargo, de la Iglesia Metodista de México. Diplomado en Filosofía por la Universidad Iberoamericana (Ciudad de México). Está casado con Susy Tequianes y crían juntos a su hijo Emmanuel, “Manny”, de 10 años de edad. Shealtiel Durán Fundador y director de Clases de Biblia & Teología y de LEAN La Revista. Profesor del Seminario Teológico Presbiteriano de México (STPM). Licenciado en Teología con énfasis en Biblia y Teología (SETECA). Estudios en Biblia (Río Grand Bible Seminary, RGBS, Texas, EUA) y en Psicología en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala (FES-I, Universidad Nacional Autónoma de México).
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Infantilismo y credulidad en el cristianismo por Salomón Melgares Jr. Louisiana, televangelista causa revuelo esta semana al pedirle a sus seguidores la donación de fondos para comprarse un nuevo jet privado Dassault Falcon 7X. El avión de lujo de tres motores cuenta con un sistema de alto nivel de entretenimiento, una ducha a bordo, una cabina ejecutiva de “susurro tranquilo” (“whisper quiet”), y un impresionante rango sin escalas que le permite ir más allá que otros aviones en su clase. Oh, y también cuesta aproximadamente 54 millones de dólares. En un segmento de video semanal publicado en su sitio web, Duplantis explicaba que lo del jet surgió durante una conversación divina que tuvo con Dios. “Fue una de las mejores declaraciones que el Señor jamás me haya hecho”, dijo. “Jesse, ¿quieres venir adonde yo estoy? Quiero que me creas con respecto a lo del Falcon”. Esto es un extracto de la noticia que le dio vuelta al mundo y que, de entre tantos títulos, destacamos este de la CTVNews: “Predicador estadounidense dice que Dios le dijo que necesita un jet privado de $54M”.1 Lo cual fue justificado, a la vez, con estas palabras: “Si el Señor Jesús estuviera físicamente en la tierra
hoy, no andaría cabalgando en un burro… él andaría en un avión predicando el evangelio por todo el mundo”. Las sensaciones que origina un contexto como este son enmarañadas; tanto, que hace que se llegue a dudar de la veracidad del cristianismo que se dice seguir por aquellos que asisten a congregaciones donde se les dice cosas como estas. Duda que emerge de una incredulidad promovida por algo que se entiende como claro, como algo que se deja adivinar o vislumbrar sin declararse o manifestarse. Pero, ¿es así en realidad? ¿O lo es así siempre para cada cristiano y para cada cristiana? He ahí la cuestión. Encontrar una respuesta, entonces, será transcendental para nosotros. O de vida o muerte, se podría decir. Porque, “¿de qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida?2 ¿Hay algo que valga más que la vida?”.
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Recuperado en junio de 2018 de: https:// www.ctvnews.ca/world/u-s-preacher-says-god-toldhim-he-needs-a-54m-private-jet-1.3953213 (mayo de 2018). Ver también https:// edition.cnn.com/2018 /05/30/us/jesse-duplantis-plane -falcon-7x-prosperity-gospel-trnd/index.html.
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Y cuando hablamos de “mundo entero” no sólo nos referimos al dinero y a las cosas en sí, sino a todo aquello que ofrezca el mundo y su ideología diabólica que busque estorbar o arruinar la relación con Dios.
7 Sin pretender ser exhaustivo, el presente artículo presentará algunas ideas a partir de la Escritura y el pensamiento cristiano que puedan ―o más modestamente, que intenten― responder de forma clara y satisfactoria a las preguntas planteadas. Con la esperanza innegable de que esto resulte en algo positivo que impulse la reflexión y deliberación por parte del lector. Análisis del contexto dudoso Antes de decir algo con respecto al punto que nos compete, nos es necesario explorar primero eso “dudoso” del contexto que para muchos puede resultar muy claro y evidente. A fin de cuentas, y como tantas veces se ha dicho, en asuntos de verdadera importancia lo más práctico es tener una buena teoría. Pues bien, de eso se trata esta sección; lo cual nos servirá de base para lo que recapacitemos después. Para comenzar, planteémonos una pregunta fundamental: ¿puede este contexto venir verdaderamente de Dios? O mejor vayamos por partes: ¿puede Dios hablarle directamente a una persona para comunicarle algo? Si tomamos en cuenta lo que dice la Biblia: 1) que Dios es todopoderoso (Lucas 1:37; Apocalipsis 1:8); y 2) que es soberano (Salmos 115:3; 135:6; Daniel 4:35), y le sumamos los ejemplos donde se le aprecia hablando directamente con profetas y elegidos (Éxodo 3, por mencionar uno), habría que concluir que Dios cuenta con los atributos y el tonelaje para hacerlo. La respuesta sería entonces: sí puede.3 Esto vendría a responder asimismo a la otra 3
Lo cual apuntaría también a hablar directamente a través de su Espíritu; si bien, la manera de presentar los hechos tanto de la noticia como del predicador, dan a entender que la conversación fue de forma audible.
pregunta que pudiera estar rondando en nuestra cabeza con relación al uso de ese medio por parte de Dios hoy: sí puede usarlo, todo dependerá de si Él quiere hacerlo. Preguntémonos ahora: ¿puede Dios pedir algo como lo que menciona la noticia? Nuevamente, la respuesta sería sí, ya que esto apuntaría de igual forma a su soberanía, autoridad y a su firme y constante capacidad. No obstante, cuando lo que se pide se complementa con el contexto proporcionado por la noticia y por el mismo predicador, caemos en la cuenta, entonces, de que esa petición-necesidad ciertamente no pudo provenir de Dios. Entendámoslo bien. Dios perfectamente puede hacer peticiones que suenen extrañas o que parezcan desconcertantes, contradictorias o injustas.4 Si no fuera así, o si todo lo que hiciera o pidiere se ajustara a nuestro entendimiento, no sería Dios. Es Dios precisamente porque cuenta con el aforo de sobrepasar ―por mucho― nuestros patrones y razonamientos. Sin embargo, siempre que lo haga, seguirá ―creemos― estas premisas de acuerdo a lo que se observa en su Revelación: 1. Será para su gloria. 2. Tendrá siempre un propósito (pedagógico, probatorio, profético). 3. Convendrá con la revelación que haya dado hasta ese instante y con el contexto histórico de la época. 4. Y será una sola vez (algo único). 4
Las cuales siempre serán excepciones a la regla, casos muy especiales o asuntos extremos de Dios (ver el caso de la “guerra santa” en Deuteronomio, por ejemplo. O el de Abraham y la orden de sacrificar a su hijo en Génesis 22:1-2, el de Isaías andando desnudo y descalzo en 20:2 o el de Oseas casándose con una prostituta en 1:2, por mencionar otros).
8 Podemos cuestionar ahora: ¿concuerda el contexto planteado en la noticia con las premisas? Creemos que la respuesta es clara: no; un no en mayúscula y subrayado, si se prefiere. No sólo por la exaltación que se la hace al (¿dios?) dinero -lujo.5 y por la carencia de propósito pedagógico, probatorio o profético. Sino, y sobre todo, por el preocupante ―y hasta aterrador― desconocimiento de Jesús mostrado por el que dice predicarlo y seguirlo. Yo me pregunto, ¿qué diferencia hay con el tiempo? ¿Qué hace pensar que Jesús actuaría diferente si estuviera físicamente hoy en el mundo? Solamente aquel o aquella que no le conoce (y quizá con malicia en el corazón y deseos de sacar provecho) podría usar como justificación algo como lo que dijo el predicador. Recordemos: Jesús es Dios (cf. Juan 5:18; 12:45; 14:9-10). Y al ser Dios, es, por tanto, inmutable. Esto se aprecia claramente en el versículo de Hebreos 13:8: “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (ver también Malaquías 3:6; Santiago 1:17). ¿Cuál es, entonces, el patrón que mostró Jesús cuando estuvo físicamente en la tierra al momento de transportarse? Se le podría llamar “patrón siervo”. Es decir, de los medios de transporte de la época, Jesús prefirió los que estaban abajo: los pies, pequeñas embarcaciones y un burro. Por lo tanto, podemos concluir acá que ese sería el mismo patrón que usaría de hallarse hoy en la tierra; o sea, de los medios de transporte de nuestra época, Él usaría (o preferiría) aquellos que están abajo: los económicos, comunes y carentes de ostentación y lujo. 5
Cf. Mateo 6:19-24; Eclesiastés 5:10; Lucas 12:15; 1 Timoteo 2:9-10.
Por último, el contexto dudoso tampoco concuerda con la cuarta premisa planteada. Leamos: “No es que [el popular predicador] no pueda ya volar privadamente por su trabajo. Éste actualmente posee tres aviones privados comprados con el dinero de las donaciones de sus fieles seguidores. Es solo que el Falcon 7X le permitirá viajar ‘a cualquier parte del mundo en una parada’” (one stop). En este sentido, como se podrá notar, no es la primerísima ―y por tanto única― vez que Dios le pide algo como esto a su receptor.6 Tal vez por eso los redactores de la noticia jugaron un poco con la sátira y escribieron, “quizá lo que quiere es estar físicamente más cerca del cielo o esparcir el Evangelio a la velocidad de la luz… o quizás, lo que quiere es solo un buen jet” (que de conseguirlo, tendrá tantos aviones privados en su flota como el magnate estadounidense, Donald Trump).
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Ni tampoco en general. La noticia también nos cuenta que esto sucedió dos veces en el pasado cercano: una con el televangelista Creflo Dollar hace tres años y la otra con el predicador de la prosperidad Kenneth Copeland en enero de este año.
9 ¿A qué se llega con todo esto? Exactamente al punto que se quiere destacar en el artículo. Anteriormente se hizo alusión a la duda que genera un tipo de trama ―y en el fondo enseñanza― como esta. ¿Están todos ciegos? ¿Son verdaderamente cristianos? En lo particular, creo que sí, todos están ciegos. Y una de las razones que perfectamente puede explicar por qué lo están es lo que en teología se conoce como “cristianismo nominal”; el cual, por expresarlo de una manera resumida, es aquel que alude al nombre y a la teoría, sin el seguimiento y la práctica. En ese aspecto, los cristianos nominales no están interesados en los asuntos del reino (solo en sus propios asuntos), por ende, no sienten la urgencia de ejercitar sus valores ni de llevar a la usanza sus lecciones. No obstante, esto no nos autoriza a afirmar ―ni mucho menos a asegurar― que todos los que asisten a congregaciones con este tipo de sentencias ―y otras dudosas― son nominales. Esa certeza le compete únicamente a Dios. De ahí que la pregunta debiera ser: ¿hay cristianos genuinos dentro de esas membresías, dentro de ese grupo de gente? Yo me atrevería a decir sí. ¿Qué pasa con ellos entonces? Si no son nominales, ¿por qué no pueden ver? Ese es, justamente, el punto al que queremos llegar. La razón, según nuestra apreciación, se asentaría en dos talantes a tener en cuenta: 1) su primer estado después de hacerse cristianos; y 2) su contenido de simpleza y credulidad, que los lleva a ser presa fácil del engaño.
experiencia plena de la salvación. Pidan a gritos ese alimento nutritivo” (1 Pedro 2:2 NTV). “Con el tiempo que llevan de haber creído en la buena noticia, ya deberían ser maestros. Sin embargo, todavía necesitan que se les expliquen las enseñanzas más sencillas acerca de Dios. Parecen niños pequeños, que no pueden comer alimentos sólidos, sino que sólo toman leche” (Hebreos 5:12 TLA). De estos versículos deducimos dos cosas importantes: 1) el espíritu es como el cuerpo: tiene que alimentarse (saludablemente) para ir en aumento, desarrollando, para ir aventajando; y 2) al igual que el cuerpo, el espíritu también cuenta con un ciclo de vida, es decir, serie de fases por las que tiene que pasar. Claramente se detectan dos: la niñez y la adultez. La Palabra de Dios dice también: “Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar” (Marcos 9:42 RV60). Mateo y Lucas le añaden a esto: “Imposible es que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquel por quien vienen!” (18:7; 17:1 RVR19607). La enseñanza de este pasaje es sencilla e indiscutible, dice William Barclay, teólogo y profesor escocés. De esa claridad no explícita, pero sí implícita, deducimos, entonces, dos cosas importantes más: 1) aquellos que están en la etapa de niñez
La infancia espiritual: el primer estado del cristiano 7
La palabra de Dios dice así: “Como bebés recién nacidos, deseen con ganas la leche espiritual pura para que crezcan a una
Por el contexto, sabemos que Jesús tenía con Él a un niño (Marcos 9:36). Es probable, entonces, que siguiera en sus brazos mientras daba esta enseñanza, tratando de hacer visible la relación entre la niñez física y la espiritual.
10 (“mis pequeñitos” 8 ) son vulnerables (lo que desde el punto de vista bíblicoteológico se conoce igualmente como “debilidad”); y 2) ya sea intencionalmente o sin querer, hay personas que hacen “más fácil para otros el pecar”,9 caer, desviarse, “alimentarse mal”. Ahora, ¿qué es ser vulnerable o débil? El diccionario y la Escritura nos dan una respuesta fehaciente: “(vulnerable) que puede ser herido o recibir lesión, física o moralmente”; (débil) de poco vigor o de poca fuerza o resistencia; que por flojedad de ánimo cede fácilmente ante la insistencia o el afecto; escaso o deficiente, en lo físico o en lo moral”; “que todavía no entiende bien qué es lo que Dios ordena” (cf. Romanos 14:1 versión TLA); “que no están debidamente instruidos y no saben distinguir entre lo bueno y lo malo” (cf. 1 Corintios 8:9,12 versión TLA). Y ¿quiénes pueden ensamblar en el apelativo de “pequeñitos” ―y por tanto, vulnerables y débiles― en las congregaciones? Sin lugar a dudas, los recién convertidos (o todos aquellos y aquellas que han nacido de nuevo, esto es, que acaban de salir del “vientre materno” del Espíritu y que comienzan a tomar leche).
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Mikrós = pequeño (de edad o estatura), de poca importancia, insignificante, humilde. 9 Barclay, 1995, Comentario al Nuevo Testamento, Volumen 3 – Marcos, p. 270.
Entonces: ¿por qué un cristiano genuino no puede ver (= entender, captar, discernir)? Porque es recién convertido; porque está empezando a ser en las cosas espirituales. Y yendo más allá o siendo más específicos: ¿por qué cristianos genuinos que asisten a congregaciones donde se les dice y enseña cosas como las que menciona la noticia no pueden ver? Porque son recién convertidos a los que se les ha estado alimentando mal (≅ no estar pidiendo a gritos el alimento nutritivo). Pero todavía hay algo más que se le puede sumar a esto, lo cual se desprende también de uno de nuestros versículos clave: cristianos genuinos que hace tiempo salieron del “vientre materno” del Espíritu, pero que no han dejado la infancia. El infantilismo: simpleza, candidez y credulidad William Barclay, comentando el versículo de Hebreos citado antes, dice esto al comparar la niñez física con la espiritual: Hay personas que no han crecido en conducta. Se le puede perdonar a un chaval que se chupe el dedo o que coja una rabieta, pero hay muchos que tienen aspecto de adultos y muchas cosas de niños. Sería bueno que todos pudiéramos hacer nuestras las palabras de Pablo: “Cuando me hice mayor, dejé las cosas de niño”. Los casos de falta de desarrollo son patéticos; y el mundo está lleno de gente cuya vida espiritual se ha detenido. Dejaron de aprender hace años, y su conducta espiritual es la de un niño. Es verdad que Jesús dijo que el espíritu de un niño es la cosa más grande
11 del mundo; Pero hay una diferencia tremenda entre la auténtica actitud de la infancia y el infantilismo.10 El infantilismo remite, entonces, a la conducta de la persona, una conducta que no encaja con lo previsiblemente esperado de forma acorde a su edad. El diccionario ABC menciona esto con relación a este desbarajuste:11
El infantilismo no solo puede remitir al eterno síndrome de Peter Pan propio de la edad adulta que muestra el deseo de libertad absoluto y de evitar las obligaciones y los compromisos… En ocasiones, la causa del infantilismo también puede estar potenciada por el entorno más cercano. Por ejemplo, en el caso de aquellos padres que cometen el error de sobreproteger a sus hijos, no le dan la oportunidad de que éste desarrolle sus propios recursos para crecer de forma autónoma. Y más adelante, Existen cualidades de los niños que los adultos tienen en menor grado y que, sin embargo, son muy positivas. Por ejemplo, la ingenuidad y la inocencia. Un adulto con un alto grado de ingenuidad transmite una bondad especial en su corazón. De forma frecuente, los adultos suelen ser más desconfiados que los niños.
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Barclay, 1994, Comentario al Nuevo Testamento, Volumen 13 – Hebreos, p. 63. 11 Ver https://www.definicionabc.com/social/ infantilismo.php (acceso junio de 2018).
Atemos cabos ahora. Primero debo decir, que en lo particular, creo que todo esto aplica a muchos cristianos dentro del contexto general de iglesia que vivimos hoy. Cristianos que en algún momento de su vida creyeron en Jesús12 y comenzaron a beber leche, siguiendo así (¿con el “biberón” del domingo solamente?) hasta llegar a sentirla tan deliciosa, que no la dejaron más.13 Luego escucharon de este “evangelio depreciado”, suave, y, por su forma de ser infantil (¿se acuerdan?: deseo de libertad, evitar obligaciones y compromisos, agrandado, muy posiblemente, por la “sobreprotección” ―sinónimo de no haber sido empujados a ser autónomos― de las congregaciones a las que han asistido) lo abrazaron, se sintieron a gusto con él (pues el niño ahora piensa una cosa y mañana otra, Efesios 4:14), y como son pequeños y vulnerables, es decir, con ingenuidad e inocencia espiritual, continúan creyendo todo lo que se les dice, aun si su fondo suele perseguir frecuentemente intereses que nada tienen que ver con el verdadero evangelio. En pocas palabras: su infantilismo los convirtió en papanatas; es decir, en personas simples y crédulas o demasiado cándidas y fáciles de engañar ―según a como lo explica el diccionario. 12
Muy posiblemente, en este Jesús que mencionaba Pablo: “Es cierto que algunos predican a Cristo por envidia y rivalidad, pero otros lo hacen con buenas intenciones. Estos últimos lo hacen por amor, pues saben que he sido puesto para la defensa del evangelio. Aquellos predican a Cristo por ambición personal y no por motivos puros, creyendo que así van a aumentar las angustias que sufro en mi prisión. ¿Qué importa? Al fin y al cabo, y sea como sea, con motivos falsos o con sinceridad, se predica a Cristo. Por eso me alegro; es más, seguiré alegrándome” (Filipenses 1:15-18 NVI). 13 Lo que haya hecho volver a la “leche” deliciosa ―sinónimo de no crecer, de no comer “carne” o “alimento sólido”― dependerá del contexto individual de cada persona. Pueden ser muchos los factores. Algunos ya se han aludido aquí, como: no pedir con
12 Conclusión Al inicio preguntábamos, ¿el cristiano genuino lo ve todo traslúcido y claro siempre? Ciertamente que no. El “bebé espiritual” no nace con los ojos abiertos. Ni sale del “vientre materno” del Espíritu fuerte y pleno ya. La madurez es un proceso. Una acción de ir hacia adelante con el transcurrir del tiempo que demandará diligencia y tesón por parte de aquel o aquella que comienza a ver, a caminar y a beber leche (“procura con diligencia…”), así como de aquellos de quienes depende en estas primeras etapas de su vida espiritual (“que usa bien la Palabra de verdad”). Las implicaciones que cabe deducir de todo esto son claras. La primera, el espíritu es como el cuerpo: necesita alimentarse; y necesita hacerlo bien, de manera saludable cada día, siempre (autodidactismo). “Estudia constantemente este libro de instrucción”, le dice YHWH a Josué. “Medita en él de día y de noche para asegurarte de obedecer todo lo que allí está escrito. Solamente entonces prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas” (1:8 NTV, cursiva del autor). La segunda, el cristiano genuino que ha entendido esto se alimenta; siente la necesidad de “comer”, de sustentar el espíritu para que no se desnutra, o mejor, para que alcance su pleno desarrollo (= ganar la vida). No por iniciativa propia. Mas por la acción del “Nutricionista de Dios” que mora en él, a quien tiene que oír. ansias la leche pura (conformismo en 1ra persona) y ser adoctrinado superficialmente o con enseñanzas equivocadas (conformismo en 2da persona). Y le añadimos: por la falta de apoyo de un cristiano maduro que, notando el peligro, se preocupe por ayudarles a “alimentarse bien” (conformismo en 3ra persona).
Y la tercera, el infantilismo y la credulidad son síntomas, manifestaciones reveladoras de una enfermedad que puede volverse crónica. Por lo tanto, hay que combatirlos. No solo por parte de aquel o aquella que nota ―es imposible no hacerlo ― la señal o el indicio de algo que no está sucediendo en su vida ―(ya) no lee, no ora, no ayuna, no estudia, no canta, no escucha música cristiana, no siente deseos de congregarse, de servir, de ser generoso14― sino también por parte de aquellos (maduros) que son llamados a discipular, a alimentar (“dadles vosotros de comer”), a apacentar a las ovejas y a velar los unos por los otros (Filipenses 2:4). “Si te oyere", diría Mateo, “has ganado a tu hermano”. Para terminar, permítanme compartirles esta historia. Luego de un año de amistad-noviazgo a larga distancia con la que ahora es mi esposa, partí a su país para verla en persona y conocer su contexto sociocultural-espiritual del cual habíamos hablado cantidad de veces. Fue en ese proceso de entender, de advertir, de echar de ver que me topé con el infantilismo crédulo que ella padecía. Paradójico, ¿no les parece? Pues una de las cosas que me confirmaron que esta bella mujer era “la enviada de Dios” fue, precisamente, su contexto espiritual. Las bases estaban. Las doctrinas bíblico-teológicas cardinales también. El amor a Dios y al prójimo, los deseos de servir, de imitar a Jesús. Pero además la simpleza y la candidez y una idealización 14
Por el contrario, se está relacionando más con las cosas del mundo: solo pasa con el teléfono, en la internet, viendo películas, con los juegos de video, platicando de comida, novelas, deporte, política…, como dijera Phillip Yancey, pasando semanas enteras sin encontrar algo que le recuerde que este es el mundo de Dios.
13 sin titubeos del líder, que la llevaron (y llevó a la congregación) a ser presa del engaño. Era como si la palabra de este señor fuera la mismísima voz de Dios que se cree sí o sí, con temor y temblor. El proceso de desidealización y desifantilismo, entonces, no fue fácil. Ya que al principio me miraba como un blasfemo que acusaba al señor de echar fuera los demonios por el poder de Beelzebú. Pero una vez que fue entendiendo, que fue escuchando y razonando su fe (o en lo que había creído), la venda se le quitó (la acción del Espíritu Santo, por supuesto), y yo, ¡bendito sea Dios!, había ganado a mi hermana.
Salomón Melgares Jr. es autor de varios libros de espiritualidad y reflexión teológica, así como novelas impactantes, los cuáles se pueden adquirir en formato impreso o digital a través de Amazon, entre ellos:
No te compliques: Teología pastoral a favor del reino y la persona.
Desafíate. Los retos cristianos actuales desde una perspectiva latinoamericana.
¿Sólo heterosexualidad? Llegando al corazón del asunto.
La pequeña resurrección.
La lección.
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¡Recuperemos el real sacerdocio! por José Ossman Fajardo ¡Hay necesidad! ¡Sí que lo hay! Solamente es necesario tomarse unos minutos para conversar con una persona y nos damos cuenta de que hay necesidad de un conocimiento bárbaro de la Palabra de Dios, especialmente cuando esta persona enfrenta alguna necesidad. Sin embargo, lo más preocupante es que estas personas asisten a una iglesia. Vemos enseñanzas de todo tipo por todos lados, no por nada vivimos en la “Era Digital”. Si buscamos de enseñanza bíblica por el internet, encontramos para todos los gustos y sabores, enseñanzas que se “acomoden” a nuestros propios pensamientos. Si buscamos congregaciones adónde va toda la gente, puede que también recibamos la inspiración o motivación que buscábamos para luego a seguir buscando. Al final, puede o no haber un compromiso al cambio, en resumidas cuentas, en el “bufé doctrinal” que se nos ofrece hoy en día parece que todo es relativo, yo escojo o a veces el pastor/ predicador escoge por mí. Ya desde tiempos antiguos se nos ordenó “que prediquemos la palabra; que instemos a tiempo y fuera de tiempo; redarguyamos, reprendamos, exhortemos con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus
propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2 Ti. 4:2-4 RVR601). La pregunta es: ¿De quien es esta responsabilidad? ¿Quiénes son los llamados? ¿Los pastores? ¿Los líderes elegidos dentro de las congregaciones? Las respuestas son: Sí y No. Sí, los pastores y líderes tienen esta responsabilidad tanto fuera como adentro de las congregaciones. Sin embargo, también es responsabilidad de cada creyente. Si estamos conscientes de nuestro real sacerdocio (1 P. 2:9) como creyentes, comprenderemos que nuestra responsabilidad ante la humanidad es la de ser faros y guías ante un túmulo de falsas enseñanzas y prácticas. Por alguna razón, el creyente ha vuelto a abandonar su función sacerdotal y se ha conformado con la ilusión del clero y el laicado, dejando la preparación en el estudio de la Palabra a los líderes de las iglesias locales. Como consecuencia, la enseñanza limitada en las horas de culto puede que no sea la suficiente para afirmar las doctrinas bíblicas de cada miembro. Por tanto, como pastores-maestros de la Palabra de Dios es necesario tomarse el debido tiempo para enseñar a nuestros hermanos la importancia de un sacerdocio responsable. 1
Versión Reina-Valera 1960. Todos los textos bíblicos serán tomados de esta versión, salvo en los casos cuando se hagan las respectivas llamadas bibliográficas de otra versión. Palabras en negrita con énfasis mío para incluirnos a todos en los verbos de la oración.
15 Actualmente tenemos la “cultura” de que solamente las oraciones del pastor son las más eficientes (Stg. 5:16), que solamente los pastores pueden enseñar (2 Ti. 2:2), liderar (1 Tes. 5:12), etc. Esto ha generado una “pastor-dependencia” evitando el crecimiento sano de un creyente que muchas veces se limita a recibir las píldoras espirituales (1 Cor. 3:1-3) de nuestros sermones o enseñanzas. Terminamos siendo medios “dispensadores” de gracia solamente. Un gran maestro me dijo una vez “ya vas a ver que es más fácil reproducirse en un seminario que en la iglesia misma”. En cinco años de pastorado esto ha sido una verdad con la cual he luchado. Sin embargo, recordando las palabras de mi maestro y la claridad de la enseñanza bíblica sobre la responsabilidad de los creyentes, el enfoque ha sido crear líderes dependientes de nuestro Señor Jesucristo, capaces de estudiar la Palabra y que bajo la dirección del Espíritu Santo puedan ejercer su real sacerdocio.
Muchas iglesias ya establecidas y con años de funcionar se vuelven estructuras tan rígidas que no permiten el avance de los miembros. Se piden una serie de requisitos que muchas veces dejan fuera al creyente “promedio”2. 2
Si es que este término se puede utilizar.
Alberto Fernando Roldán comenta: Los que están en el liderazgo pastoral son responsables de la creación de ámbitos de expresión para la totalidad de los carismas. Es en la Iglesia de Jesucristo –donde actúa el Espíritu y, por lo tanto, hay libertad– que se despliegan los carismas del Espíritu y hay que facilitar su expansión. Por el contrario, cuando no se permite la libertad, cuando se cercena la espontaneidad, cuando no se admite la creatividad, el cuerpo eclesial tiende a caer en esclerosis espiritual y pérdida de visión. A este tipo de iglesia se aplican las palabras de Pedro que describen al cristiano que padece de amnesia y miopía: “Es tan corto de vista que ya ni ve, y se olvida de que ha sido limpiado de sus antiguos pecados” (2P 1.9 NVI).3
Es tiempo de avanzar del Efesios 2:89 al Efesios 2:10. Es tiempo de enfatizar que todos hemos sido equipados para la vida y la piedad (2 P 1:3). Me llama la atención el capítulo 3 de la Epístola de 1 Juan. El apóstol Juan en su tiempo enfrentó la paradoja entre el “creer tener un conocimiento bíblico es suficiente” y la verdadera manifestación de un conocimiento bíblico. Ante esto, Juan les amonesta en amor y les exhorta a comportarse como verdaderos hijos de Dios. El capítulo tres es rico en ejemplos de cuál es el verdadero camino del sacerdocio espiritual:
3
Roldán, A. F., “El sacerdocio de todos los creyentes y la misión integral”, en Padilla, C. René y Yamamori, Tetsunao Eds. (2003). La iglesia local como agente de transformación: Una eclesiología para la misión integral. Buenos Aires: Kairos. P. 117.
16 • • • • •
la pureza (3:1-3), la justicia (3:4-10), el amor verdadero (3:10-15), el sacrificio (3.16-18) y la confianza (3:19.24).
Todo esto, se lo dice a los creyentes no solamente a los líderes. Con este ejemplo pruebo que cada creyente debe ser responsable de su crecimiento espiritual y de prepararse para enfrentar toda tergiversación bíblica. Enseñemos a nuestros hermanos a empoderarse de la obra del Señor, a ser estudiosos de la Palabra, a ser hacedores de la misma. Tome un tiempo mi amado consiervo, mi amado hermano para buscar reproducirse en algún hermano. Tomemos en serio el ejemplo de los grandes hombres de la Palabra que prepararon a otros para continuar la obra. La sal ha sido un elemento importante en la vida de la humanidad.4 Jesús nos dijo que nosotros somos la sal del mundo. Boenhoeffer explica muy bien la importancia de esta metáfora: “Vosotros sois la sal”. No dice: Vosotros debéis ser la sal. No se deja a elección de los discípulos el que
quieran o no ser sal. Tampoco se les hace un llamamiento para que se conviertan en sal de la tierra. Lo son, quiéranlo o no, por la fuerza de la llamada que se les ha dirigido. Vosotros sois la sal. No dice: Vosotros tenéis la sal. Sería erróneo querer equiparar la sal con el mensaje de los apóstoles, como hacen los reformadores. Estas palabras se refieren a toda su existencia, en cuanto se halla fundada por llamada de Cristo al seguimiento, a esta existencia de la que hablaban las bienaventuranzas. Quien sigue a Cristo, captado por su llamada queda plenamente convertido en la sal de la tierra.5 “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 P. 2:9). Ayudemos a nuestros hermanos a recuperar su real sacerdocio. Solo así podremos hacer frente a un mundo lleno de falsas enseñanzas. Despojémonos del temor de que nuestros hermanos puedan ser intérpretes de la Palabra, más bien, proveamos de las herramientas necesarias para que ellos puedan guiarse en su camino del Real Sacerdocio.
4
“Historia de la sal.” Recuperado el 31 de agosto de 2018, de: https://www.institutodelasal.com/es/ sobre-la-sal/historia-de-la-sal. 5 Bonhoeffer, Dietrich. (2007). El precio de la gracia: El seguimiento. Salamanca: Sígueme. P. 78.
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Clases de Biblia & Teología La formación bíblica y teológica es de suma importancia para la Iglesia ya que provee a los creyentes fundamentos esenciales para comprender y vivir su fe de manera correcta. Fue San Anselmo de Canterbury quien expresó el lema que tomamos como nuestro: Fides quaerens intellectum, “la fe inquiere en el intelecto”. En otras palabras, la fe cristiana busca comprender. En ese mismo sentir, consideramos que el llamado de Dios requiere una preparación sólida para llevarlo a cabo, pero sabemos que no todos pueden contar con el tiempo o recursos para ingresar a un seminario. Por eso, nuestra misión es honrar a Dios sirviendo a pastores, líderes y hermanos de la Iglesia que ya cuentan con una responsabilidad ministerial o que desean profundizar en su fe, a través de cursos bíblico-teológicos, a un costo accesible y según la disponibilidad de horario. Así, esperamos servirte. Gracia y paz.
10° Aniversario Así es, ¡cumplimos 10 años de servicio! Ha sido un largo recorrido llegar a este punto, donde la experiencia se ha ido acumulando para poder ofrecerles cada vez una mejor formación teológica y bíblica.
Agradecemos al Señor Jesucristo, quien nos ha llamado a esta labor docente y nos ha permitido ser parte de la educación de cientos de alumnos, algunos de los cuales ya están hoy sirviendo al nuestro Señor a tiempo completo.
¡2 x 1! Como parte de nuestra celebración todos los cursos impartidos desde el mes de octubre hasta junio 2019 los ofrecemos al 2 x 1. Por lo que esperamos que puedas aprovechar esta oportunidad y contar con tu participación en las clases. Revisa nuestra página en Facebook o escríbenos y pregunta por los próximos cursos. ¡Inscríbete!
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Postres teológicos* por Emmanuel Vargas A través de muchos años, la Biblia ha sido fuente de inspiración para que muchas personas realicen grandes obras de arte que van desde la poesía hasta la pintura y escultura. También ha sido fuente de transformación para las vidas de individuos y, en cierta medida, de naciones. Otras veces ha servido para mantener a individuos o grupos en el poder y a otros sometidos; e incluso se ha tratado de tomar a la Biblia como una fuente para negar o afirmar principios sociales, raciales y/ o científicos. En fin, que además de ser uno de los libros más leídos en el mundo, la Biblia también ha sido uno de los libros de los que más se ha abusado. Mario Benedetti, tiene una pequeña fábula que de manera sencilla describe tanto la mala interpretación, como el abuso al que se somete a la Biblia. Benedetti cuenta que: Cierta lechuza tenía la costumbre de mirar siempre hacia atrás. Pero a diferencia de la mujer de Lot, en vez de convertirse en estatua de sal, seguía siendo lechuza. Una noche vino el búho y le preguntó por qué siempre miraba hacia atrás. La lechuza respondió: “quiero convertirme en estatua de sal”. Más desanimado que de costumbre, el búho hundió su mirada amarilla en la noche, exhaló un módico graznido y luego murmuró para si mismo: “hay gente que no debería leer la Biblia”.1 *
O lo que es lo mismo, “No me den nada que no sea dulce y fácil de tragar”.
En el México actual –y especialmente en estos últimos años– hay muchas personas que no deberían leer la Biblia y mucho menos predicar o exponer sobre ella si lo van a hacer como la lechuza de la fábula.
No me mal entiendan. No estoy tratando de regresar a los tiempos en que no sólo el estudio, sino incluso la misma lectura de las Sagradas Escrituras cristianas fue prohibida para el grueso del pueblo y se convirtió en el privilegio de unas cuantas personas. Solamente estoy preocupado por la manera en que la Biblia está siendo usada –y abusada– en nuestro país por una multitud de personas. En particular me preocupa el tipo de predicación que algunas personas están haciendo sobre lo que dice la Biblia. Parece ser que hoy ya no se hace un estudio serio y comprometido del contenido de la Biblia. Hoy, más bien parece que se trata de probar y comprobar con la Biblia las “experiencias” que una cierta persona o grupo ha tenido, para después reproducirlas en todos los demás. Es decir, en estos tiempos parece ser que la fuente para la 1
Benedetti, Mario. (1977). Letras de Emergencia. México: Nueva Imagen.
19 doctrina y la práctica de los cristianos ha dejado de ser la Escritura –la Palabra de Dios– y ahora lo ocupa la experiencia. Permítanme explicarlo de la siguiente forma. A partir el movimiento de Reforma del siglo XVI, la norma de fe y práctica para los protestantes/evangélicos ha sido la Escritura. Fue por esto que el gran reformador Lutero se apartó de la doctrina que dominaba en su tiempo y brotaban de una fuente que no era la Biblia. De hecho, ya para el siglo XVI la Tradición (lo que se había dicho en los Concilios y establecía la jerarquía) predominaba en la elaboración de la predicación, la interpretación de la Biblia y al hacer teología. Es decir, la tradición estaba a la misma altura que el contenido de la Palabra de Dios.
Es más, en muchas ocasiones la Tradición estaba por encima de lo que decía la Escritura.
El movimiento de Reforma hizo que se volviera a reconocer, y aceptar, la primacía y centralidad de la Escritura para elaborar la predicación y hacer teología:
Este retorno provocó un avivamiento en la iglesia, propició una relectura de las Escrituras y, por su puesto, una nueva manera de hacer teología. Así pues, las propuestas teológicas fueron diferentes a las que se habían obtenido durante los siglos precedentes. Lo cierto es que, cuando se pone más atención a lo que dice la Escritura, nos damos cuenta de cuán diferentes son nuestros pensamientos de los de Dios y qué tan lejos podemos estar de los caminos del Señor (Is. 55:8-9). Fue a partir de la Reforma, y durante todo este tiempo, que los protestantes/evangélicos se han preciado de seguir este modelo para formular su teología y elaborar su predicación. Sin embargo, para muchos grupos y personas en la actualidad, el centro para hacer su teología, elaborar su predicación y llevar a cabo su culto, ya no es la Escritura, sino la experiencia. Lo explico. Si en alguna ocasión Dios se manifiesta de una manera particular en la vida de una persona, o de un cierto grupo, esa persona o grupo comienzan a hacer que esa experiencia se vuelva normativa.
20 Y, para justificar esa normatividad, alrededor de esa experiencia se va tejiendo toda una supuesta “teología” con un pseudo fundamento bíblico. En otras palabras, se le va dando una “fundamento” bíblico a esa experiencia que fue individual y particular. Esto se logra seleccionando algunos versículos, o incluso ciertas palabras de algunos versículos que aparecen en la Escritura, pero que se toman fuera de contexto, o que son forzados para que digan lo que estas personas quieren que digan. Así pues, existe un “supuesto fundamento bíblico” que se convierte en el sustento escriturario de sus (pseudo)doctrinas. En términos más técnicos podríamos decir que estas personas están haciendo eiségesis (= introducir en la Escritura ideas preconcebidas). Es decir, al igual que la lechuza del cuento de Benedetti, estas personas introducen en la Escritura ideas preconcebidas que sólo están en la mente de quien la lee de esa manera. La consecuencia es que han abandonado la exégesis (=sacar de la Escritura lo que verdaderamente contiene la Palabra de Dios). Cuando se hace eiségesis, se desplaza a la Biblia de su lugar central (fig. 4), y se interpreta todo de manera privada (ver 2 Pedro 1:19-21):
Si la experiencia ocupa el lugar central tanto para la predicación como para hacer teología, esto significa que la Biblia se ha convertido en la sierva de la experiencia. Solamente así podemos entender por qué algunas de las “nuevas doctrinas” son tan disparatadas y tan fugaces, y por qué rápidamente tienen que ser substituidas por otras. Siguiendo el ejemplo de Lutero, el gran reformador, diríamos que él llego a su experiencia de justificación a través del “descubrimiento” que hizo de la declaración de Habacuc 2:4 (que recoge el apóstol Pablo en Romanos 1:17 y Gálatas 2:16 y 3:11) pero que todo el Nuevo Testamento declara y se confirma con los ejemplos de las personas a quienes la Palabra de Dios transformó. Como podemos ver, Lutero no tuvo primero su experiencia de justificación y después “la comprobó” con declaraciones de la Escritura; ni tuvo una “experiencia”, “iluminación” o “visión” donde Dios se le apareció y le habló directamente para “encargarle una misión” o “darle un ministerio”. Por el contrario, la declaración bíblica de que “el justo por la fe vivirá”, fue la que produjo en Lutero la experiencia de saberse perdonado por Dios por medio de la fe en Cristo Jesús. Por lo tanto, la única manera correcta de considerar la experiencia personal -tanto en la predicación como al hacer teología-- es que se le considere como la confirmación de lo que dice la Escritura. No se debe tratar de convertir cualquier experiencia privada en normativa (aplicarla a todos y para todo). Tampoco se pueden tomar algunos versículos o palabras de la Escritura fuera de su contexto y forzarlos para que digan lo que se quiere probar.
21 Cuando esto ocurre, siempre se abusará de la Escritura manipulando o tergiversando su contenido.
o reflexionar, más bien quieren algo que suene dulce y les diga que todo se resolverá rápido y sin dolor.
En otras palabras, debido a que la experiencia está fundamentada en las emociones (sentimientos) y estas son bastante inestables y fugaces, no se puede fundamentar una creencia en ellas y después tratar de comprobarla con la Escritura. Si el lugar central de nuestra teología y predicación lo ocupa la experiencia, nuestras creencias y doctrinas serán tan fugaces y cambiantes como lo son nuestras emociones.
El postre teológico no nutre, solamente da calorías, pero eso sí, ¡qué sabroso es al paladar! Solamente les recuerdo que las calorías se gastan rápido, por eso escuchamos con frecuencia que la gente tiene que ir constantemente a “cargar sus baterías” al culto.
Debido a la cultura en que nos estamos moviendo actualmente, parece ser que los creyentes ya no quieren estudiar ni pensar. Prefieren tener “experiencias agradables”, prefieren “sentirse bien”, y no tener que reflexionar o usar su razón. Esto quiere decir que ya estamos inmersos en una cultura groseramente hedonista donde es más importante “sentir cosas”, “experimentar cosas” que escuchar lo que la Palabra de Dios en verdad dice. Esta es una “cultura religiosa” que podríamos llamar pseudo protestante/evangélica. Y se debe a que en estos grupos “cristianos” se está desplazando a la Palabra de Dios de su lugar central al hacer teología o al elaborar una predicación, y se está colocando a la experiencia primero. En ese tipo de cultura religiosa las personas ya no quieren escuchar la Palabra de Dios, se han hecho “tardos para oír” y, por lo tanto, tampoco quieren alimento sólido, nutritivo. Lo que quieren son postres teológicos: algo dulce, fácil de digerir; algo que no les cause molestias o inquietud. No quieren algo que los haga pensar o
Los postres teológicos son todas aquellas “predicaciones” que nos hacen sentir bien, que nos hacen “experimentar” cosas (risa, caer al suelo, éxtasis, ver polvo de oro en las manos, etc.), son predicaciones que no nos incomodan y nos dan la ilusión de que “todo va a estar bien”. Vivir una vida cristiana así, es como querer tomar aspirinas para combatir el cáncer. Y todo ello porque la teología y la predicación está fundamentada en unos versículos (o palabras) bíblicos que fueron usados como se haría en cualquier curso de motivación psicológica (recordemos a los profetas del tiempo de Jeremías [18:18; 23:16-17, 3132], a los sacerdotes del tiempo de Amós y otros tantos). Ese tipo de “cristianos” son como niños que solamente quiere alimentarse de postres, y si lo hacen así sabemos que al paso del tiempo serán cristianos mal nutridos, hedonistas; gente que, cuando escuche a un predicador que en verdad venga en el nombre del Señor, le dirán lo mismo que le dijeron a Isaías en su tiempo: “No veáis… No nos profeticéis lo recto, decidnos cosas halagüeñas, profetizad mentiras; ... quitad de nuestra presencia al Santo de Israel” (30:10-11).
22 Es decir, le pedían a Isaías que solamente les diera postres teológicos, algo con un buen sabor, aunque no los nutriera. Le decían algo como: “danos experiencias, no nos des la Palabra de Dios, úsala pero solamente para que nosotros nos sintamos bien; danos todo aquello que nos permita seguir creyendo que estamos bien. No queremos oír la verdadera Palabra de Dios, sino lo que a nosotros nos agrade y convenga”. Son como los que tentaban a Dios en el desierto pidiendo comida a su gusto (Salmo 78:18); y como los del tiempo de Santiago que “pedían para gastar en sus deleites” (4:3).
alimentado con ella, verdaderamente nutre nuestra vida cristiana, nos fortalece (He. 6:14), nos vuelve al sendero, nos da la oportunidad de arrepentirnos y nos guía por el camino que conduce a la vida eterna, que nos hace entrar por la puerta estrecha que da acceso al Reino de Dios (Mt. 7:1314). La palabra de Dios nos disciplina aunque al principio no nos parezca agradable (He. 12:5-11).
¡Postres teológicos! ¡Postres teológicos! ¡Eso es lo que muchos quieren hoy día! Y se olvidan de que para ser un verdadero seguidor de Cristo, uno debe “negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirle” (Mc. 8:34). Se olvidan de que la cruz implica morir a nosotros mismos para que sea Jesucristo quien viva en nosotros. En las palabras del apóstol Pablo, “con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mi...” (Ga. 2:20; ver Ro. 6:1-8).
Parafraseando al apóstol Pablo, los invitaríamos a que –contrariamente a esta cultura hedonista– dejemos de ser niños fluctuantes que son arrastrados de aquí para allá por todo “viento de experiencias” por hombres y mujeres que hablan muy bien, que son grandes motivadores psicológicos, que pueden ser muy sinceros, ¡pero que también pueden estar muy equivocados! (Ef. 4:14). Los invitaríamos a dejar de ser niños que solamente quieren ser alimentados con postres, y volverse a la Palabra del Señor, al alimento sólido (He. 5:1214). Les exhortaríamos a volverse a la pureza de su Palabra (Sal. 19:7-10), aunque a veces esta no sea agradable para la comodidad de nuestras vidas. Los invitaríamos a nutrirse con la Palabra no adulterada del Señor (1 P. 2:2-3). Les alentaríamos a que en este tiempo –cuando nos hemos hecho “tardos para oír”– volvamos a considerar seriamente “los rudimentos de la fe” para después alcanzar la madurez y ejercitar nuestros sentidos y, así, poder discernir el bien y el mal (He. 5:11-14).
Las experiencias son los “postres teológicos”, el plato fuerte siempre debe ser la Palabra del Señor. En muchas ocasiones, esta es dura, incómoda, demandante, incluso es poco atractiva a la vista o para la vida; pero, una vez que nos hemos
Que Dios nuestro Señor nos ayude en ese retorno para escuchar, considerar y discernir seriamente su Palabra y para alimentarnos con la verdadera Palabra de Dios, y no solamente con “postres teológicos”. Amén.
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LEAN con amigos y café Nuestro canal está en YouTube, así que puedes seguirnos allí. Nuestro programa es un complemento a LEAN La Revista, donde presentamos conversatorios, entrevistas, reseñas y reflexiones teológicas con el equipo de escritores e invitados especiales.
En el primer video ofrecemos algunas reseñas de libros. En los siguientes dos episodios presentamos la entrevista realizada al Profesor de Historia Eclesiástica y Nuevo Testamento, Guillermo McKernon, quien nos visitó desde su natal Nueva Zelanda. En los siguientes les damos algunos tips para formar su propia biblioteca teológica. Para los siguientes programas tendremos una reseña de las casas editoriales más importantes en la divulgación teológica. A través pues de estos programas buscamos profundizar sobre las temáticas tratadas en las publicaciones y responder a sus comentarios sobre las mismas u otros temas de su interés, por ello esperamos su participación. Si tienen alguna propuesta, ¡escríbenos!
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El mensaje de Judas para la Iglesia de hoy por Shealtiel Durán Judas es una epístola breve, sólo cuenta con veinticinco versículos, no obstante es de suma importancia para la Iglesia en el combate contra las falsas doctrinas y contra los herejes. Las amenazas descritas en aquella carta continúan acechando a la Iglesia de Cristo. Personajes que se autodenominan “apóstoles”, “profetas”, “pastores”, “misioneros”, “salmistas”, y ahora hasta blogueros de poca monta, surgen por todos los rincones con doctrinas tergiversadas seduciendo a quienes pueden.
Ahora bien, en Judas no se habla tanto de las herejías, sino, más bien, de estos herejes, nos describe sus características y nos exhorta a luchar por la fe que nos fue dada. En este artículo estudiaremos especialmente los versículos 17 al 25, examinando tres aspectos a los que necesitamos poner atención inmediata.1
Judas 17-25 2
(17) Pero ustedes, amados, recuerden las palabras predichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo (18) que les decían: “al final del tiempo habrá burlones que se conducirán de acuerdo a sus propias pasiones impías.” (19) Estos son los que causan divisiones, mundanos, no tienen al Espíritu. (20) Pero ustedes, amados, edificándose sobre su santísima fe, orando en el Espíritu Santo, (21) manténganse firmes en el amor de Dios, mientras esperan la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna. (22) Tengan misericordia de algunos que dudan. (23) Salven a otros arrebatándolos del fuego, y tengan misericordia de otros con temor, detestando aún la ropa manchada por la carne. (24) Y al que es poderoso para guardarlos sin tropiezo y presentarlos sin culpa en presencia de su gloria con regocijo, (25) al único Dios Salvador nuestro, por medio de Jesucristo nuestro Señor: gloria, majestad, poder y autoridad antes de todo siglo, ahora y hasta todos lo siglos, amén.
1
En el caso de la Epístola de Judas, el contexto vital (o sitz im leben) es desconocido. Esto debido a la falta de certeza en la información que se tiene al respecto, como podrá darse cuenta el lector en los apuntes sobre este asunto al final del artículo. Por tal motivo, decidí entrar de lleno a la exégesis del texto.
2
Traducción personal a partir de Aland, K., et. al. (2001). The Greek New Testament. 4ª ed. Stuttgart, Alemania: Sociedades Bíblicas Unidas.
25 Esta sección podría bosquejarse en tres partes: A. Cuídense a ustedes mismos (17-21). 1. Recuerden las advertencias de los apóstoles (17-18). 2. Manténganse firmes en el amor de Dios (20-21). B. Cuiden a los demás (22-23). 1. Tengan misericordia de los que dudan (22). 2. Salven a otros arrebatándolos del fuego (23a). 3. Tengan misericordia de otros con temor (23b). C. Alabemos a Dios por su cuidado (2425). Cuídense a ustedes mismos (17-21)
En esta sección hay dos mandatos: el primero de ellos es a recordar las palabras de los apóstoles, y el segundo es mantenerse firmes en el amor de Dios. Recuerden las advertencias (17-19) Después de dar una descripción amplia de los hombres impíos que han entrado en la Iglesia subrepticiamente (4), Judas hace un marcado contraste. Utiliza el pronombre nominativo en segunda persona plural, junto a la conjunción adversativa y con el vocativo: “Pero, ustedes, amados” (Ὑμεῖς δέ, ἀγαπητοί), haciendo doble énfasis, llamando la atención de sus destinatarios para darles mandatos que deberán poner en práctica urgentemente, resaltando esto la necesidad que tuvo en escribirles (cf. 3).
Llama a sus destinatarios amados por la relación que tienen con Dios Padre, ya que él es quien los ama (cf. 1: τοῖς ἐν θεῷ πατρὶ ἠγαπημένοις, y 3: Ἀγαπητοί), son llamados y son guardados para3 Jesucristo (1: καὶ Ἰησοῦ Χριστῷ τετηρημένοις κλητοῖς). Ahora, nosotros como hijos de Dios, siendo hermanos, tenemos la confianza de exhortarnos los unos a los otros en amor. Por eso, las páginas como The Babylon Bee o El troll reformado, aunque pueden ser jocosas y entretenidas, no logran ninguna corrección ni que los hermanos se arrepientan, pues no comprenden que la exhortación ha de hacerse en amor y no por medio de la burla y el sarcasmo. Al momento de luchar ardientemente por la fe que nos fue dada, es necesario recordar que no luchamos contra nuestros hermanos, sino contra los falsos maestros y sus doctrinas. Mi hermano no es mi enemigo, la corrección que debe recibir ha de ser en amor. El primer imperativo que se presenta en la carta de Judas es: “recuerden las palabras predichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo” (μνήσθητε τῶν ῥημάτων τῶν προειρημένων ὑπὸ τῶν ἀποστόλων τοῦ κυρίου ἡμῶν Ἰησοῦ Χριστοῦ). La corrección de tales doctrinas no se puede hacer desde una argumentación ideológica o filosófica, se requiere de la enseñanza de Jesús y sus apóstoles como fundamento. Judas le da a la palabra de los apóstoles de Jesucristo la autoridad plena sobre todo asunto doctrinal y de vida cristiana. Por ejemplo, Hechos 2:42 indica que la comunidad cristiana se mantenía fiel a “la enseñanza de los apóstoles”, y a finales del 3
Se trata de un dativo de ventaja, por ello es mejor traducir “para” en lugar de “en” o “por”. Véase Wallace, Daniel B. (1996). Greek Grammar. Beyond the Basics. Grand Rapids, Michigan: Zondervan. Pp. 142144.
26 primer siglo Clemente escribiría: Los Apóstoles recibieron de Jesucristo el Evangelio para nosotros; Jesús, el Cristo, fue enviado por Dios. El Cristo, pues, de parte de Dios, y a los Apóstoles de parte de Cristo: ambas misiones perfectamente conformes a la voluntad divina (1 Clem 42, 1s).4
pericos”. La memorización es esencial pues esa palabra grabada en la mente y corazón, en el momento oportuno y junto con la enseñanza constante, cobrará sentido pleno. Ese acto de recordar es el primer escudo, por decirlo así, ante las falsas doctrinas. Pero no se puede recordar algo que no se ha aprendido.
De igual modo, Policarpo en su Carta a los Filipenses en el contexto de lucha contra falsos hermanos recalca la autoridad del Señor, los apóstoles, y los profetas: ¡Así, pues, sirvámosle con temor y toda reverencia, como Él lo mandó, y los apóstoles que nos anunciaron su Evangelio, y los profetas que vaticinaron la venida de nuestro Señor! Seamos celosos del bien y estemos apartados de los escándalos, de los falsos hermanos y de los que llevan el nombre del Señor hipócritamente, quienes seducen a hombres vanos.5 De ahí la importancia de conocer la Escritura y memorizarla. Si muchos se apartan de la fe es porque no han tenido un fundamento bíblico sólido, son un blanco fácil para los engañadores y sus doctrinas retorcidas. Por ello, la Iglesia debería reincorporar la catequesis para los nuevos creyentes. Incluso es necesario un catecismo para niños, pues muchos adultos piensan que los pequeños no comprenden y de nada sirve que, según ellos, “repitan como 4
Huber, Sigfrido. (1949). Los Padres apostólicos. Buenos Aires: Desclée de Brouwer. P. 142. 5 Ibíd., 240.
Judas, al escribir la carta, considera que ya vive en los tiempos finales (Ἐπ᾽ ἐσχάτου χρόνου), pues relaciona las palabras de los apóstoles dichas anteriormente: “al final del tiempo habrá burlones”, con “algunos hombres entraron subrepticiamente” (17, cf. 4; nótese el tiempo de los verbos en cursivas). Por lo que “al final del tiempo” es “una etapa de la historia de la salvación más que una proximidad temporal al final de la historia.” 6 Esto debe quedarnos claro para no confundir la entrada de los falsos maestros como una señal del final inminente, además nos exhorta a estar siempre alertas de estos hombres burlones. El término burlones (ἐμπαῖκται) solamente se halla en este versículo y en 2 Pedro 3:3 (que toma mucho del contenido de Judas). La LXX utiliza el verbo en 6
Brown, Raymond E., Fitzmyer, Joseph A. y Murphy, Roland E. Eds. (1972). Comentario bíblico “San Jerónimo”. Tomo 4. Madrid: Cristiandad. P. 318.
27 2 Crónicas 36:16. Pareciera que “burlón” no es actualmente un adjetivo para estas personas perversas a quien Judas se refiere. Sin embargo, la Escritura nos indica que el burlón: …desprecia la moralidad y la religión, [es] el arrogante y el libertino impío.’ Se oponen fuertemente al Señor en los Evangelios mientras lo ridiculizan y abusan de él (Mt. 20:19; 27:29, 31, 31; Mr. 10:34; 15:20; Lc. 22:63; 23:11). “Burlarse” es el acto supremo de deshonra en un intento de avergonzar a una persona.7 Judas recalca otra característica de ellos, se caracterizan por una conducta que responde a sus pasiones más bajas: “se conducirán de acuerdo a sus propias pasiones impías” (κατὰ τὰς ἑαυτῶν ἐπιθυμίας πορευόμενοι τῶν ἀσεβειῶν). Ya había indicado que convierten la gracia del Señor en libertinaje (4), y relaciona su castigo con el de Sodoma y Gomorra (7). ¡Este es un cuadro aterrador! Han sido muchas las Iglesias que han sufrido por “pastores” que dejan a su esposa e hijos por una aventura con su secretaria, o los escándalos de pedofilia perpetrados por sacerdotes en el seno de la Iglesia Católica.
Aunque pareciera que se requiere de un discernimiento especial para la elección del liderazgo en la Iglesia, lo que se necesita en la mayoría de los casos es nada menos que sentido común. Además, la Iglesia debe ser intolerante con cualquier indicio de inmoralidad que se manifieste entre sus líderes. Los falsos maestros son los que causan divisiones (ἀποδιορίζοντες). Tales divisiones no deben entenderse únicamente en el sentido doctrinal. La división es ocasionada específicamente en la comunión entre hermanos, que involucra también cierta posición social: Los falsos maestros de quienes está hablando Judas se han apegado a los ricos (11, 12, 16). Pero los ricos serían en lo principal los educados. Entonces podemos ver una “división” causada parcialmente por riqueza, demostrando una ostentación insolente en el ágape; en parte por posición social, rebelándose contra la autoridad de oficiales que no eran siempre hombres de mucha consideración en el mundo; en parte por la suposición de superioridad intelectual, de “conocimiento”.8 Aquel ambiente que debiera ser de comunión en torno a la comida del agape (amor) se ve fracturado por el egoísmo de tales personas. Es evidente la opulencia en la que viven ciertos “ministros” y “apóstoles” de gran popularidad: Benny Hinn, Creflo Dollar, Jesse Duplantis, Joel Osteen, Kenneth Copeland, Cash Luna, 8
7
Green, Gene L. (2008). Jude and 2 Peter. Grand Rapids, Michigan: Baker Academic. P. 115.
Biggs, Charles. (1903). A Critical and Exegetical Commentary on the Epistles of St. Peter and St. Jude. New York: Charles Scribner’s Sons. P. 339.
28 Guillermo Maldonado, David Diamond, entre otros. La búsqueda del beneficio personal a costa de la carencia doctrinal de los creyentes. Los falsos maestros, en definitiva, son “mundanos, no tienen el Espíritu” (ψυχικοί, πνεῦμα μὴ ἔχοντες). Algunas versiones traducen ψυχικοί, como sensuales (RVR60), o como los que siguen sus deseos naturales (DHH) o propios instintos (NVI). Aunque la palabra ψυχικοί incluye estas connotaciones, Judas la utiliza subrayando que no tienen al Espíritu, de ahí que se prefiera la traducción mundanos. Es necesario resaltar esto, no son hermanos, no son creyentes, no son cristianos, y están causando divisiones. Esta es la advertencia que debemos recordar. Manténganse firmes en el amor de Dios (20-21) Una vez más utiliza la expresión “pero ustedes, amados”, y presenta el segundo imperativo en el versículo 21. Aunque el significado primario del verbo τηρέω es guardar o conservar, en este pasaje debe traducirse como mantenerse firme. El mandato es: manténganse firmes en el amor del Señor.9 Los verbos anteriores del versículo 20: ἐποικοδομοῦντες y προσευχόμενοι son participios de manera. Los participios siempre dependen de un verbo conjugado, que en este caso es el imperativo “manténganse firmes”. Entonces, estos participios indican cómo se deben mantener firmes en el amor de Dios (“el amor de 9
Hay un contraste entre la conducta de los que causan divisiones y manchan los agapes (ἀγάπαις, v. 12) con la vida de los amados (ἀγαπητοί) de Dios.
Dios” significa el amor que los creyentes le deben a Dios): Primeramente, “edificándose en la santísima fe”. Utiliza un superlativo para destacar el carácter santo de la fe, la cual se refiere “no al sentido original de creer sino de la cosa creída”.10 La fe aquí entonces se refiere al conjunto de creencias del cristianismo, esto debe ser el fundamento de la edificación. Como lo mencionó en el versículo 3, la fe ya fue dada una sola vez. No hay lugar para doctrinas “novedosas”. La edificación en la fe se da mediante el estudio concienzudo de la Escritura, el análisis, la indagación, la exégesis, la meditación y la memorización bíblica. También, “orando en el Espíritu Santo”, que contrasta con los hombres mundanos que no tienen el Espíritu. “Lo que explícitamente marca a la Iglesia es la posesión del Espíritu y la comunión con Dios a través de su agencia. La oración en el Espíritu Santo define la vida de aquellos que realmente son pueblo de Dios.”11 Es solamente algo que pueden hacer los creyentes. Así, al conocer la doctrina cristiana, se le suma la oración constante. Ahora bien, la oración “en el Espíritu” no son jerigonzas ni galimatías sinsentido, tampoco es la generación de sentimientos intensos y emociones placenteras, menos cuestiones como el “polvo de oro”, “aceite” chorreando las paredes, la risa o el llanto incontrolable ni las caídas extáticas ni el vómito (!), nada de esta manipulación. 10
Robertson, A. T. (1934) Word Pictures in the Greek New Testament. Versión electrónica en Bible Works 7, CD-ROM, 2006. Dos son las connotaciones principales de ‘fe’ en el NT, una: la acción de creer, y dos: el contenido de lo que se cree. 11 Green, 2008, p. 121.
29 La oración en el Espíritu es aquella que se realiza en la comunión del Espíritu, es aquella que es resultado del señorío del Espíritu Santo en nuestra vida, una oración que se sujeta a la palabra de Cristo bajo la guía del Espíritu (véase, por ejemplo, la relación entre los resultados de la obra del Espíritu y de la palabra de Cristo en Efesios 5:18ss y Colosenses 3:16ss). La oración en el Espíritu nunca es hecha poniendo la mente en blanco ni dejando que otras voces hablen en la mente o pensamiento (!). La oración en el Espíritu se realiza con entendimiento (cf. 1 Co. 14:15a), este proceso es llevado a cabo por la reflexión de la Escritura, esto es, por el quehacer teológico. La oración demuestra la teología o doctrina que se tiene. Una teología básica o rudimentaria se verá en la oración superficial o en las prácticas extrañas mencionadas anteriormente. Una teología robusta se demostrará en la oración firme y constante, la oración que recuerda la Escritura, que se aferra a las promesas del Señor a pesar de la adversidad, que confía y aguarda la respuesta del Señor. Pero si un creyente es inconstante en su oración o la descuida o la vuelve mera rutina, será fácilmente engañado pues no estará firme.
En el versículo 21 utiliza otro participio presente: προσδεχόμενοι. En este caso es temporal, contemporáneo al verbo principal, por lo que es mejor traducir: “mientras esperan”.12 Entonces, la oración tiene una connotación escatológica. El cristiano espera la vida eterna que sólo se obtiene por misericordia del Señor Jesucristo. La lucha es momentánea, no durará para siempre, sin embargo el combate es necesario. Esta lucha se realiza sabiendo y confiando en que Cristo ha vencido. Cuiden a los demás (22-23) En los versículos anteriores Judas ordenó que cada uno de sus destinatarios creyentes, de manera personal (ἑαυτοὺς: pronombre reflexivo), se mantengan firmes en el amor de Dios. Ahora, en esta sección, los mandatos deben cumplirse en comunidad, dirigiendo la actividad hacia el otro. Ordena tres cosas correspondientes a tres clases de personas.13 12
“Para identificar un participio adverbial temporal, como se ha dicho, el participio temporal debe responder a la pregunta, ¿cuándo? Como tal, si un participio adverbial va a ser catalogado como temporal, éste debería ser el elemento primario que el autor desea acentuar.” Steffen, Daniel S. (1995). Sintaxis del Griego. Guatemala: Seminario Teológico Centroamericano. P. 343. 13 Nos encontramos con un problema de tipo textual. Algunos escritos se refieren a tres clases de personas, otros solamente a dos. “En vista de la predilección del autor por ordenar su materia en grupos de tres (como en los vv. 2, 4, 8, o en los ejemplos de juicio en los vv. 5-7, y de pecado en el v. 11), la mayoría del Comité se mostró dispuesta a reconocer como original el orden en tres de este pasaje, y consideró las otras formas como anomalías que, en parte, surgieron por el descuido de los escribas, en parte, por su inseguridad en cuanto al significado de διακρίνεσθαι, en el v. 22 (en el v. 9 significa “contender” con alguien, pero su sentido aquí es el de “dudar”), y en parte, por el deseo de incluir una frase principal después de tres (o
30 Tengan misericordia de los que dudan (22) El primer mandato se refiere a “algunos que dudan”. Aunque διακρίνω puede significar diferenciar, juzgar, en la voz media, en la que se encuentra en este versículo, puede traducirse como disputar uno con otro, presentar objeciones, o dudar: “El desarrollo del significado puede entenderse tanto desde el sentido de ‘hacer distinciones en uno mismo’ como desde el sentido de ‘hallarse en disputa con uno mismo’.”14 Tienen una crisis interna sobre lo que han de creer o hacer. El imperativo es un mandato a tener misericordia (ἐλεᾶτε)15 de ellos. Muy probablemente las acciones y enseñanzas de los hombres burlones influían en estos grupos de personas. Como ahora, algunos falsos maestros pueden aparentar muy bien y enseñar algunas cuestiones verdaderas, pero esto estará ensuciado ya sea por su comportamiento o por otras doctrinas heréticas. Parafraseando a Ireneo, mezclan yeso con agua, presentándolo como si fuera leche. Esto puede llevar a las personas que los siguen a dudar.
dos) frases relativas.” Metzger, Bruce M. (2006). Un comentario textual al Nuevo Testamento. 4ª ed. Brasil: Sociedades Bíblicas Unidas. P. 253. 14 Balz, Horst y Schneider, Gerhard. Eds. (2005). Diccionario exegético del Nuevo Testamento (ακ). 3° ed. Salamanca, España: Sígueme. P. 923. 15 Existe otra variante: “En lugar del verbo “tener misericordia de” (sea que se escriba ἐλεᾶτε, como en אB C2 Ψ 88, o ελεειτε, como en K L P 049 056 0142 Biz Lect), varios testigos dicen ελεγχετε, que significa “convencer” o “refutar” (A C* 33 81 1739 vg copbo arm Efrén Casiodoro).” En Metzger, Un comentario textual al Nuevo Testamento, 254. Por esta razón la versión RVR60 dice: “convencedlos”.
No se sabe concluyentemente si este grupo, “los que dudan”, es cristiano o no. Tampoco se puede establecer en qué consiste tal duda, si dudan de dejar a los falsos maestros o de escuchar la Palabra, quizás incluya ambas cuestiones. Como escribiría un gran exégeta, “Judas 22 es oscuro”.16 No ha de sorprendernos que muchos sucumban ante las falsas enseñanzas después de una gran lucha emocional, intelectual y espiritual. Sin embargo, el mandato es a tener misericordia de ellos. “Es posible que se tenga en mente la solicitud por el bienestar tanto eterno como temporal.”17 Pues realmente es doloroso cuando algún amigo es engañado y seducido a “ofrendar” tanto dinero a un pseudoapóstol o cuando alguna persona es llevada a judaizar. Por lo mismo, debemos ser misericordiosos alumbrando con la Escritura y disipando toda sombra de duda.
16
Bultmann, Rudolf. (2001). Teología del Nuevo Testamento. 4ª Ed. Salamanca, España: Sígueme. P. 661. 17 Kittel, Gerhard y Friedrich, Gerhard. (2003). Compendio del diccionario teológico del Nuevo Testamento. Grand Rapids, Michigan: Libros Desafío. P. 223.
31 Salven a otros arrebatándolos del fuego (23a) La acción de salvar (σῴζετε) es parte de la lucha. Si bien sabemos que la salvación es del Señor, debemos admitir y cumplir nuestra responsabilidad de compartir el Evangelio. La imagen que nos presenta es muy vívida: ¿qué hacemos cuando vemos que varias personas están atrapadas en un incendio? Quizás muchos creyentes hoy en día sacarían su celular y grabarían un video para las redes sociales. Pero el llamado de Judas es “¡Sáquenlos del fuego! ¡Sálvenlos!” El mandato es urgente. Y recordemos que el contexto de este llamado es al interior de la Iglesia, frente a los falsos maestros cuya doctrina va quemando destruyendo todo a su paso. Pero a diferencia del ejemplo de los hombres que no creyeron (5) y que por juicio divino sufrieron el castigo del fuego eterno (7), arrebatamos del fuego a quienes compartimos el Evangelio y son salvados. Tengan misericordia de otros con temor (23b) El tercer mandato se asemeja al primero, “tengan misericordia de otros”. Si en el primer mandato la misericordia se dirige hacia los que dudan, en éste la muestra de misericordia estaría dirigida a aquellos que son vistos como “irrecuperables”: A pesar de la dureza de las críticas efectuadas sobre los falsos maestros y de todas las acusaciones que la carta refleja y tras las serias advertencias dirigidas a los cristianos, a pesar del rechazo propuesto en la carta hacia todo lo relativo a los
impíos, libertinos y embaucadores, la llamada final de la carta a la compasión universal es una expresión de la gran altura de la dignidad de todo ser humano desde la perspectiva creyente, pues todos, hasta los malvados y perversos, han de ocupar un espacio en el corazón amoroso de los cristianos, aunque solo sea para encomendarlos a Dios en la oración. Esta es una gran lección con que nos sorprende el final de la carta. Entre los sentimientos de los cristianos no puede anidar nunca el odio hacia las personas, ni siquiera hacia aquellas que van contra la fe. El amor es la fuente inagotable de energía espiritual que suscita la compasión, incluso en las circunstancias más adversas.18 La misericordia no debe confundirse con la tolerancia. Sobre todo en la época posmoderna en la que vivimos, donde todos esperan de todos tolerancia absoluta. Las ideologías heréticas se introducen de igual modo en la Iglesia: hay pastores a favor no sólo del matrimonio homosexual como derecho civil sino que incluso están prestos a oficiar y dar su bendición como representantes y autoridades eclesiales, también hay quien dice que “Jesús acepta a las personas tal como son, sin esperar de ellas ningún tipo de cambio en sus vidas”. Rubem Alves expresaría “quien todo lo tolera, nada le importa”. El pecado es cosa que importa, si no ¿por qué murió Cristo? El cristiano no debe ni puede ser tolerante con el pecado. 18
Levoratti, Armando J. (2007). Comentario bíblico Latinoamericano. Estella, España: Verbo Divino. P. 1177.
32 Por eso, aunque ha de mostrarse misericordia con el que ha sido seducido e incluso con el falso maestro, dejándolos en las manos de Dios, Judas añade que hemos de ser misericordiosos “con temor” ( ἐλεᾶτε ἐν φόβῳ). Así, el temor es a “contagiarse del pecado”.19 Tiene que ver con su inmoralidad, el verbo μισοῦντες es un participio de modo: “detestando aún la ropa manchada por la carne”. El autor hace una exageración para demostrar lo peligroso del pecado, al mismo tiempo alude al Antiguo Testamento: Compárese los leprosos y otros contaminados, Lev. 13:52-57; 15:4-17: las ropas se tenían como inmundas, y quien las tocara era excluido, hasta que se purificase, de la comunión religiosa y cívica con los santificados de Israel. Los cristianos que reciben en el bautismo el ropaje blanco en señal de la santidad, no deben contaminarlo con ninguna aproximación a lo inmundo.20 Olvidando este mandato a aborrecer la inmoralidad, muchos creyentes, incluso iglesias enteras, han pecado dejándose llevar por los apetitos de la carne. Casi todo pecado inmoral en el cristiano es gradual lo que indica un progreso y alimentación del deseo. No podemos permitirnos “coquetear” con el pecado. Necesitamos mantener distancia de la “ropa manchada”. Aborrezcamos, odiemos, detestemos el pecado.
19
Robertson, 2006, Bible Works 7. Jamieson, Roberto, Fausset, A. R. y Brown, David. (1977). Comentario exegético y explicativo de la Biblia. El Paso, Tx.: Casa Bautista de Publicaciones. P. 756. 20
Alabanza a Dios por su cuidado (24-25) Judas concluye su carta con una doxología que manifiesta el poder y control absoluto de Dios sobre todo. A pesar de los peligros de hombres impíos y falsas doctrinas, Dios guarda a los suyos. Él es Salvador nuestro, pues es “poderoso para guardarlos sin tropiezo” (Τῷ δυναμένῳ φυλάξαι ὑμᾶς ἀπταίστους). Con todos los peligros de los falsos maestros mencionados en la carta, los cristianos pueden estar seguros y confiados de que Dios los guarda sin tropiezo. Comprendamos aquí tropiezo como “perdición” o “ruina”. También es poderoso para “presentarlos sin culpa en presencia de su gloria” (στῆσαι κατενώπιον τῆς δόξης αὐτοῦ ἀμώμους). Tenemos aquí otra imagen veterotestamentaria:
En el AT y en la literatura de Qumrán se dice también que los sacerdotes y la asamblea del culto “se hallan” ante Dios: Lev 9, 5; Dt 29, 9; Jos 24, 1; 1 Re 8, 14; 2 Crón 29, 11 […] El fondo de todo lo constituye la idea de un ámbito de santidad, que es el espacio donde mora Yahvé […] Lc 21, 36; Jds 24; Ap 7, 9 emplean este motivo para describir la consecución escatológica.21 Estas citas amplían el panorama y permiten comprender el poder de Dios para que el creyente pueda estar en Su presencia gloriosa. De modo que poseemos la santidad requerida para estar delante de Él por medio Cristo Jesús. No es por méritos propios, sino que es por su poder. “Sólo 21
Balz y Schneider, 2005, I, p. 2057.
33 con el auxilio de Dios podrán los fieles mantenerse sin caída y sin tacha y presentarse ante la gloria de Dios.”22 Por ello, los cristianos se encuentran ante Dios “con regocijo” (ἐν ἀγαλλιάσει). En la frase “Al único Dios Salvador nuestro”(μόνῳ θεῷ σωτῆρι ἡμῶν), Judas coloca el sustantivo Salvador a la par de Dios, reconoce de este modo que la salvación proviene exclusivamente de Él. Y “por medio de Jesucristo nuestro Señor” (διὰ Ἰησοῦ Χριστοῦ τοῦ κυρίου ἡμῶν) es que se le puede invocar, pues no hay otro medio (cf. Fil 2:9-11). Judas le rinde a Dios: “gloria, majestad, poder y autoridad antes de todo siglo, ahora y hasta todos los siglos” (πρὸ παντὸς τοῦ αἰῶνος καὶ νῦν καὶ εἰς πάντας τοὺς αἰῶνας, ἀμήν). Majestad, “μεγαλωσύνη en el NT siempre se refiere a Dios: en la doxología de Jds 25 aparece junto a δόξα, κράτος y ἐξουσία (cf. 1 Crón 29, 11); como circunlocución para no pronunciar el nombre de Dios.”23 Utiliza en esta doxología la palabra poder (κράτος), que tiene connotaciones de guerra y milicia: En la alabanza del poder soberano de Dios, estas predicaciones expresan la certeza de la victoria divina sobre los poderes a que ahora están expuestas las comunidades. Los motivos de la lucha de la fe (Jds 3) y el juicio (Jds 5ss) podrían explicar el uso de (poder) junto a otros
22 23
Nicolau, M., et. al., (1967), p. 570. Balz y Schneider, 2002, II, pp. 197-198.
términos en la doxología en honor de Dios en Jds 25.24 Por lo tanto, aunque algunos podrían creer que es por ellos que la Iglesia resiste o, incluso, si llegaran a pensar que son más “espirituales” o más “santos” que otros hermanos, Judas les hace ver, a través de esta doxología, que sólo hay un único Dios Salvador. Cada uno de nosotros, que confesamos que Cristo es Señor, debemos obedecer los mandatos dados en esta carta a fin de hacer frente a los falsos maestros. Y sólo por medio de nuestra obediencia podremos realmente glorificar a nuestro Dios. Conclusión ¿Qué pasaría si nuestra Iglesia recibiera esta carta ahora? En la comunidad, leen como su amado pastor les escribe urgentemente de las amenazas de hombres que subrepticiamente han entrado en su comunidad engañando ya a varios. Algunos ya saben a quiénes se refiere, algunos de estos hombres impíos se sienten aludidos mientras escuchan las descripciones que hace Judas de ellos, pero otros hacen muecas y se burlan a risotadas. Otros que escuchan no saben lo que sucede, han sido engañados y dudan ahora de la doctrina cristiana, otros se dan cuenta que ha sucumbido ante las seducciones de estos falsos maestros y se arrepienten entre lágrimas. Pero también hay un grupo de cristianos que se siente animado por la palabra de Dios en esta breve carta, pondrá por obra lo que se le ha ordenado, y reconoce, junto con el autor, que Dios los protegerá
24
Balz y Schneider, 2005, I, pp. 2399.
34 Ellos son los que proclaman: “al único Dios Salvador nuestro, por medio de nuestro Señor Jesucristo: gloria, majestad, poder y autoridad antes de todo siglo, ahora y hasta todos los siglos”. Y a una sola voz exclaman: “¡amén!”. De entre todos estos grupos, ¿a cuál crees pertenecer?
Frente a la amenaza de falsos maestros: Cuídense a ustedes mismos (17-21). •
Recuerden las advertencias en la Escritura; implica memorización.
•
Manténganse firmes en el amor de Dios. ¿Cómo?
Las falsas doctrinas y los falsos maestros continuarán surgiendo, introduciéndose a las comunidades cristianas y seduciendo a algunos. La exhortación de Judas para nosotros, permanece vigente: Cuídense, cuiden a los demás y alaben a Dios por su cuidado. Que el Señor nos ayude a luchar por la fe obedientemente.
Leyendo, estudiando, meditando y aplicando la Escritura en nuestra vida (esto es lo que significa “edificándose en la santísima fe”). Orando, siendo guiados por el Espíritu Santo y con base en el conocimiento robusto de la Escritura. Esto ha de hacerse cada día hasta la venida de Cristo (“mientras esperamos la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna”). La lucha es constante.
Cuiden a los demás (22-23). •
Tengan misericordia de los que dudan: la corrección, consolación y guía pastoral es necesaria.
•
Salven a otros arrebatándolos del fuego: ¡es una urgencia al interior de la iglesia!
•
Tengan misericordia de los “irrecuperables”, con temor, sin tolerar sus malas prácticas.
Alabemos a Dios por su cuidado (24-25). Él es quien nos guarda sin caída, estamos seguros en él.
35 Apuntes sobre el contexto de la Epístola de Judas Se desconoce quién es el autor exactamente. Podría ser Judas, hermano de Jesús (que aparece en tercer lugar en Mr. 6:3 o en segundo lugar en Mt. 13:55), precisamente porque se presenta como hermano de Santiago, quien a su vez era hermano del Señor, conocido mejor como Santiago el Menor (Ga. 1:19; 2:9; 1 Co. 15:7), martirizado en Jerusalén hacia el 62 d. C. Pero la exhortación del v. 17 a recordar las palabras de los apóstoles como si fueran algo lejano, hace dudar de esta identificación. Bien podría ser cualquier otro Judas, hermano de Santiago, cuyos nombres eran bien comunes25 o tratarse de una carta pseudoepígrafa. La fecha tampoco se conoce, algunos la ubican entre el 70 y 90 d.C.26 Otros entre el siglo I y II.27 Incluso se propone una fecha tardía, hacia el 120-150 d.C., junto con 2 Pedro,28 la cual ocupa contenido de Judas.29 Judas entró al canon del NT tras un largo proceso de aceptación, al igual que
25
Nicolau, et. al., 1967, p. 559. Ibíd. 27 Vilhauer, Philipp. (2003). Historia de la literatura cristiana primitiva. Salamanca, España: Sígueme. P. 615. 28 Vouga, François. (2001). Los primeros pasos del cristianismo. Escritos, protagonistas, debates. Estella, España: Verbo Divino. P. 22. 29 En este listado se presenta primero el pasaje de 2 Pedro y después de un guion largo la cita que hace de Judas: 1:2 – 2 (por ejemplo, aquí 2 Pedro 1:2 cita a Judas 2); 1:5 – 3; 1:12 – 5; 2:1-3 – 4; 2:4 – 6; 2:6 – 7; 2:9 – 6; 2:10 – 7, 8; 2:11 – 9; 2:12 – 10; 2:13 – 12; 2:15 – 11; 2:17 – 12; 2:18 – 16; 3:2 – 17; 3:3 – 18; 3:7 – 6ss; 3:14 – 23ss; 3:17 – 24; 3:18 – 25. Levoratti, 2007, p. 1143. 26
Hebreos, Santiago, 2 y 3 Juan, 2 Pedro y Apocalipsis. Por ejemplo, Orígenes, hacia la primera mitad del siglo III, cataloga aquellas epístolas como libros “disputados”. Eusebio de Cesarea (antes del 340 d.C.) indica que es un texto disputado, al igual que Santiago: “Sin embargo, sabemos que las dos se leen públicamente en muchas iglesias, juntamente con las demás” (Hist. Ecc. II, 23). San Atanasio lo incluye en el listado de los 27 libros del NT que conformaron el Canon.30 San Jerónimo da testimonio de su canonicidad y las dificultades que enfrentó para contarse entre los textos del Nuevo Testamento: “Judas, hermano de Santiago, dejó una breve carta de las siete católicas. La mayor parte la rechaza porque toma testimonios del libro de Henoc, que es apócrifo; sin embargo, ganó ya la autoridad por la antigüedad y por el uso y se enmarca entre las cartas sagradas.”31 En cuanto a su contenido, es una advertencia general y, por tanto, una carta católica o universal para toda la Iglesia a cuidarse de los falsos maestros al tiempo que exhorta a pelear ardientemente por la fe que ya ha sido una vez dada a los santos (v. 3). De manera que este escritor del Nuevo Testamento, Judas, sea quien haya sido, nos deja una exhortación que se debe obedecer. 30
Báez-Camargo, Gonzalo. (1992). Breve historia del Canon bíblico. México, D.F.: CUPSA. Pp. 136-146. 31 Citado en Nicolau, et. al. (1967), p. 560. Para más información específicamente sobre el canon: Bruce, F. F. (2014). El canon de la Escritura. Barcelona, España: Andamio. También: Wescott, Brooke Foss. (1987). El canon de la Sagrada Escritura. Barcelona, España: CLIE.
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