Periódico Habitante Siete - Edición 47

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La educación como derecho fundamental debe protegerse siempre, por eso, la Institución Educativa San Vicente de Paúl cuenta con aulas que atienden los estudiantes en extraedad o tienen algún tipo de defiencia cognitiva que no les permite compartir en un aula regular.

Edición 47 Enero - Febrero2014

Pág. 8-9

¡Lo escribimos todos!

¡El zapatero de Palenque!

Pág. 14

Pág. 7

San Vicente

@Habitantesiete

Pág. 10

La Scout

Memoria de Robledo

Pág. 13

Colombia es posible

Pág. 15

Distribución Gratuita

Periódico Habitante Siete

10.000 Ejemplares

www.habitante7.com


Editorial

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¡Lo escribimos todos!

Dirección Luis Fernando Muñoz Gómez Comité Editorial Colectivo de Comunicaciones Comuna 7 Comunicaciones Natalí Chamorro Galeano Redacción Fernando Muñoz Gómez Yeison Camilo García Joana Rivera Gil Estefanía León Natalí Chamorro Galeano Elvis González Diseño, Diagramación y Pre-prensa Giovany Ramírez Organización Ejecutiva Mundo Urbano Comunicaciones Impresión La Patria. Los artículos firmados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y pueden ser reproducidos citando la fuente. Cll 75 # 69-194 PBX: 441 66 46 periodico@habitante7.com

Empiece bien el 2014 D

espués de las fiestas de fin de año, llega un período de ajuste y comienzo para todas las familias colombianas. Diciembre es un mes que, en palabras comunes y silvestres, representa “muchos gastos”, en los que se destacan especialmente los regalos para los seres queridos y los viajes para disfrutar de las vacaciones. Sin embargo, al llegar enero, el panorama cambia sustancialmente. Por eso, hacemos un llamado a la reflexión sobre la economía hogareña. Con un nuevo año, llega otros 365 días de jornadas escolares y numerosos gastos, por eso, al momento de comprar los útiles escolares tenga en cuenta lo siguiente: evalúe el estado de los artículos del año anterior, así podrá reutilizar algunos. Revise colores, lápices, esferos, borrador, e, incluso, uniformes. También, haga un presupuesto de las necesidades que debe suplir y tenga abiertas las opciones para el lugar de la compra. Visitando ferias escolares podrá adquirir artículos a muy bajo costo. A la par de la temporada escolar, llega el alza en la canasta familiar y con ella se esfuma la esperanza de ahorrar el afamado “diez por ciento del salario”. Servicios como el transporte subieron 50 pesos, la gasolina que, de acuerdo con el Ministerio de Minas y Energía, aumentó en $120 el galón y el Acpm en $98. Por eso, prefiera usar transportes alternativos como los sistemas integrados de transporte, incluso, si la topografía de su zona de residencia o su estado físico lo permite, use la bicicleta. Es un medio en auge y ya la ciudad ha dispuesto espacios, que aunque pocos, están siendo usados. En cuanto alimentación, prefiera las frutas y verduras que están en cosecha. Visite, además, las iniciativas que albergan a los campesinos de los corregimientos de la ciudad o las que comercializan los productos orgánicos, como los Mercados Verdes y los Campesinos. Si su inclinación está por el ahorro, busque opciones como un CDT, una cuenta de ahorro programado o cualquiera de los servicios bancarios para este fin. Sin embargo, podrá siempre acudir a destinar el diez por ciento del ingreso para ese fin. El llamado es a la planificación. Es bien sabido que para muchas familias es difícil reservar un porcentaje de sus ingresos para ahorrar, pues el aumento en el costo de vida, los impuestos y muchas veces, la disminución en el poder adquisitivo de los hogares complican de forma notable llevar a cabo objetivos o planes de ahorro, sin embargo, todo tiene un lugar y desde que exista una buena planeación y un presupuesto definido, los recursos estarán disponibles para este fin. Con información de www.finanzaspersonales.com

ISSN 2322-8628

Contenido JAC premiada

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Cucaracho Estéreo

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Un saludable 2014

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¿Sabías qué?

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Así vamos

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Una acción comunal qué impacta su territorio Por Fernando Muñoz Gómez

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uienes llegan de visita o habitan en Santa María Campestre descubren un lugar campestre dentro de la ciudad, situado en la comuna de Robledo, puede decirse que es una de las urbanizaciones donde el verde de su naturaleza prima en su alrededor. Sin embargo, hay algo que cautiva más y es el deseo mancomunado de sus habitantes por mantener una convivencia armónica, que permita ser buenos vecinos, y en ello ha sido pilar fundamental la junta de acción comunal, la cual fue galardonada el pasado mes de diciembre con el premio “La organización que tiene mayor impacto en su territorio”, que entregó la Alcaldía de Medellín en la celebración del día de la acción comunal. “El premio viene del gran esfuerzo de cada uno de los dignatarios de la acción comunal y con el apoyo de la comunidad se ha logrado una mayor integración y desarrollo del sector durante los últimos ocho meses de trabajo de la JAC, ya que nos habíamos retirado de lo comunal por el mismo período de tiempo, pero, por solicitud de los habitantes del barrio, regresamos”, afirma Víctor Conrado, presidente de la JAC Santa María Campestre. Conrado comenta, además, que esta es una labor en equipo basada en la experiencia que se tenía desde hacía unos tres o cuatro años, “donde fuimos dignatarios, siendo conocedores de los problemas sociales del territorio. Con las actividades que comenzamos a realizar después del regreso nos dimos cuenta que logramos reencaucharnos con la comunidad y, paulatinamente, ganamos su confianza y con el apoyo de la Secretaría de Participación Ciudadana obtuvimos el reconocimiento que recibimos en diciembre”. La acción comunal es considerada innovadora por implementar ideas que logren integrar a su comunidad. Entre sus estrategias, se encuentran la de un líder por cada cuadra, la acción comunal infantil y la juvenil. Santa María Campestre cuenta con 23 cuadras y en cada una de ellas se cuenta con un líder, el cual es elegido por los habitantes y es el vocero ante la junta de acción comunal para contar las necesidades e inquietudes de sus vecinos. “El líder de cuadra es un presidente chiquito. Siempre les digo: comprométanse, hablemos permanentemente para que logremos el mejoramiento de las dinámicas de nuestro barrio. Cuando son elegidos, enviamos una carta de presentación donde le decimos a la comunidad las funciones del líder y a ellos les inculcamos que se sientan importantes, son un brazo ampliado de la acción comunal”, comenta Conrado. La convivencia como parte fundamental del convivir es uno de los lemas de esta organización, por ello cada vez que llega un nuevo habitante a la urbanización es recibido con una carta de bienvenida donde se le cuenta qué es la acción comunal y la alegría de contarlo como nuevo vecino. También, le entregan un manual de convivencia y seguridad, donde se explican

cosas tan elementales como el cuidado con sus cosas personales, la precaución que se tiene que tener con el vehículo, si cuenta con mascota, las normas elementales que debe tener en comunidad, entre otros. “Estos métodos tan simples, pero muy humanos, nos han acercado más a la comunidad y sienten más la importancia de contar con su organización comunitaria, ese abrazo que se le brinda a cada familia cuando llega le permiten encontrar en nosotros un apoyo”, explica el presidente de la acción comunal. “Hemos logrado ser claros con la comunidad, cada que podemos realizamos boletines informativos, donde comunicamos todas las actividades que vamos hacer en los próximos días, exponemos lo que ejecutamos con los recursos que llegan a nuestro barrio y creo que eso es lo importante para la comunidad, pues nos da credibilidad con los vecinos”, afirma Jaqueline Pineda, secretaria de la organización.

“No necesitamos apoderarnos de ningún recurso que pasa por nuestras manos porque sabemos que son de los habitantes de Santa María y no nuestro, cada dignatario tiene su propio empleo y no necesita de la acción comunal para vivir, esos nos hace más serios y responsables”, manifiesta el señor Conrado. Santa María Campestre es un zona en expansión en la comuna de Robledo, que pasó de 194 viviendas hace menos de diez años a un 2014 con más de 595, esto ha hecho que la organización aumente el radio de acción y crezcan sus afiliados. A futuro, la acción comunal espera mejorar las necesidades que vive hoy el sector, como contar con una guardería, un colegio, ya que la población estudiantil de la urbanización debe trasladarse a otros lugares de la comuna y Santa María no cuenta con muchas rutas de transporte público.


AsĂ­ vamos

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Cultura Viva

“Abrazar el mundo en una red de caridad” Por Natalí Chamorro Galeano

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os pobres son nuestros amos y señores” era una de las frases célebres de San Vicente de Paúl, un sacerdote francés que vivió entre 1581 y 1660 y que es llamado el patrono de todas las asociaciones que hacen caridad. Entre ellas, una organización homónima (es decir, que lleva el mismo nombre) que está presente en Robledo. Teresa Montoya, una de las integrantes más antiguas de la Sociedad de San Vicente de Paúl en este territorio, comenta sus inicios en esa asociación: “Muchos de los profesores de la Universidad de Antioquia, el Pascual Bravo e, incluso, el colegio Marco Fidel Suárez, se trasladaron a vivir por los alrededores de las instituciones, especialmente, por el sector de San Germán, donde yo vivía. Ellos visitaban enfermos y enseñaban música a los niños de las familias más pobres de La Iguaná, cuando estaban todavía empezando el barrio. Entonces, cuando llegaron a mi casa, pues yo tenía seis hijos que alimentar, les dije: no me den mercado, denme trabajo”. Dicha noble labor tenía lugar los días sábados desde de las nueve la mañana, Montoya explica que, ella junto con los docentes, se trasladaban, no sólo hasta La Iguaná, si no también hasta el sector El Diamante que, según ella, eran solamente caseríos y tugurios. “Cuando uno llegaba, veía a las mamás tristes, doce personas viviendo en dos cuarticos, hijas en embarazo, cocinando con leña. Fue entonces cuando decidimos exponer este caso ante la Sociedad San Vicente de Paúl, que tenía su conferencia en San Germán, y ellos decidieron fomentar programas para el adulto mayor.” Según información de la Sociedad de San Vicente de Paúl, registrada en su sitio Web colombiano, esta organización es “una verdadera ‘multinacional de caridad’, está ubicada en 146 países, con cerca de 720 mil los socios quienes

Foto Elvis González

conforman 45 mil 440 conferencias, cuyas dos terceras partes están presentes en países en vías de desarrollo”. De los 36 años que Teresa Montoya lleva viviendo en la Comuna 7, 25 de ellos residió en San Germán, luego compraría un lote en Aures por quince mil pesos de la época: “Al principio, la casita no tenía ni agua, ni luz, ni alcantarillado, pero así me pasé. Mi hija mayor estaba muy triste.” Así que ella, junto con Morelia López, empezó a trabajar y a difundir el mensaje de la sociedad del sacerdote francés. “Formamos en 1993, la Sociedad de San Vicente de Paúl con la iglesia San Francisco de Sales”, relata Montoya. Hoy, su presidenta es Caridad Valencia. Tiempo después, se fundaría la parroquia Madre de Cristo Rey, y allí, Teresa volvió a aunar esfuerzos y creó la Sociedad San Vicente en ese territorio en 2001, un período de fuerte violencia entre grupos armados, tanto legales, como ilegales. “Hoy día, la Sociedad de este sector

Este medio es apoyado parcialmente con dineros públicos priorizados por habitantes de la Comuna 7 (Robledo) en el Programa de Planeación Local y Presupuesto Participativo de la Alcaldía de Medellín.

tiende dos grandes proyectos, el primero es el Club de los Recuerdos, que atiende a 38 adultos mayores. El segundo, es el programa de alimentos”. Este es un proyecto que alberga a 36 familias de bajos recursos y les provee alimentación, la cual es donada por la comunidad a través de una dinámica denominada “el tiquete al cielo”: cada persona que asiste a una eucaristía en Madre de Cristo Rey puede tomar de un canasto de mimbre un trozo de papel, en él hay consignados un pasaje bíblico y un producto de la canasta familiar. Quién desee donar el alimento, lo deposita en otro canasto. Los voluntarios de la sociedad recogen los donativos y, de esa manera, tienen alimentación variada. “No sólo arroz, papa y panela”, como afirma Teresa. “Visitamos a las familias para registrar a quiénes les llega verdaderamente nuestra ayuda, y ese siempre será nuestro objetivo”, concluye Montoya.


Cultura Viva

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Cucaracho Estéreo desempolva la música

Por Joana Rivera Gil

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na tornamesa, tres colecciones diferentes, la disposición y la pasión componen el llamado Cucaracho Estéreo, conformado por tres adultos mayores fanáticos de la música. Pedro Molina, un exmecánico de Diesel de 86 años, desempolva cada día la música en Long Play y Disco 78 que ha coleccionado por más de 60 años. Él, todas las tardes a eso de las dos, espera en su casa a sus dos grandes amigos, Rolando y Antonio, – también coleccionistas - para deleitarse escuchando tangos y boleros: su pasión. Hace un poco más de veinte años, desde la llegada de Pedro al barrio El Cucaracho, estos tres viejos realizan reuniones periódicas, no sólo para escuchar música, sino para hablar de ella. “Escuchamos un Long Play completo y hablamos de las canciones que lo componen. En qué época grabaron, quién las cantó, qué trascendencia tuvieron, y así nos la pasamos cuando nos reunimos”, comenta Pedro.

La vida de Pedro Molina Su primer trabajo fue de mecánico de bancos y tornos, sin embargo, ese no fue su fuerte y tiempo después experimentó con la mecánica automotriz. A los 26 años, trabajó como conductor de camiones en carretera, con lo que alcanzó la jubilación. “Ahí terminaron las labores en mi vida, lo último que hice como trabajador fue de camionero, y claro, en los regresos a casa traía música donde me la encontrara. Nunca desaproveché la oportunidad de conseguirla”, dice el coleccionista. Durante 60 años, ha coleccionado todo tipo de música en formatos que van desde Long Play hasta el CD. Anteriormente, llegó a obtener más de seis mil discos, mientras hacía los viajes como camionero e iba adquiriendo más, pero al momento de llegar a su casa ya se había desaparecido más de la mitad de la música. Hoy, aunque su colección no contiene ni la segunda parte de lo que tuvo en su juventud, don Pedro sigue amando y disfrutando de la buena música, que según él lo ha acompañado en sus mejores y peores momentos; incluso, no ha dejado de tener el sentimiento de orgullo, satisfacción y alegría al escuchar su autor preferido, Agustín Magaldi, un cantautor de tango argentino a quien le ha invertido en discos unos 80 mil pesos por álbum.

Todo empezó cuando este aficionado disponía de los sábados y domingos para sentarse en su acera y escuchar música de su colección. Constantemente, Pedro veía pasar a Rolando y Antonio por el frente de casa, hasta que un día se le acercaron preguntando por la música que escuchaba. “Me acuerdo que una vez en un encuentro ellos me preguntaron si yo era el que ponía la música. Yo les respondí que era yo quien reproducía unos disquitos, así que nos seguimos viendo donde inicialmente intercambiábamos música. Y así nos juntamos y cada día ellos van a mi casa”, agrega. La casa de don Pedro es el lugar donde cada día se encuentran, quizá porque él en su colección está lo necesario para hacer grabaciones de diferentes reproductores –casetes, CD, Long Play y discos 78 y 45 revoluciones- y equipos que en esta década son muy difíciles de conseguir; y tal vez porque posee la mayor colección entre sus compañeros.


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Mi Comuna

En la Institución Educativa

Vicente de Paul, las aulas especiales tienen sus puertas abiertas.

Por Yeison Camilo García

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egún la Fundación Dividendo por Colombia, en 2009 había casi tres millones de niños y jóvenes por fuera del sistema educativo nacional, y más de 2.300.000 personas mayores de 15 años que no sabían leer ni escribir. Desde hace algunas décadas, en Colombia hay tres fenómenos que sirven como obstáculos para el desempeño escolar de los niños y jóvenes, y para la labor social de la escuela: la inasistencia, la repetición y la deserción, problemáticas que están ligadas a otras situacio-

nes como la explotación laboral, la ausencia de recursos económicos y el reclutamiento y desplazamiento forzosos. Debido a eso, a partir del año 2002 la Fundación Dividendo por Colombia, conformada por personas y empresas solidarias, está comprometida con “el desarrollo y la implementación de programas y modelos que facilitan el ingreso y la permanencia en el sistema público de educación de niños, niñas y jóvenes en situación de vulnerabilidad”. Esa fundación, que trabaja en alianza con

la Secretaría de Educación y Gestión Educativa para garantizar el acceso y permanencia en el servicio educativo de personas en extraedad, está presente en Antioquia desde el año 2003 y ha establecido sus programas en las aulas de más de 20 escuelas y colegios de Medellín. Entre ellos, la Institución Educativa San Vicente de Paúl del barrio El Diamante, en donde funcionan las aulas de Aprendizajes (Procesos) Básicos y el aula de Aceleración del Aprendizaje.

Fotos Elvis González

“Una oportunidad para aprender a leer y a escribir”

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l aula de Procesos Básicos es un programa que beneficia a niños y jóvenes entre los 9 y los 14 años que, sin tener necesidades educativas especiales, se quedaron por fuera de la escuela y desconocen las herramientas básicas del lenguaje (lectura y escritura) y las operaciones matemáticas (suma y resta) necesarias para resolver algunos problemas de la cotidianidad. Blanca Lucía Ramírez, licenciada en Dificultades del Aprendizaje y docente de esta aula en San Vicente de Paúl, explica que los 24 estudiantes que tiene a cargo “están haciendo, prácticamente, desde un preescolar hasta casi un tercero de primaria. Luego pasan a Aceleración del Aprendizaje y allá terminarían lo que es tercero, cuarto y quinto, para después ingresar al bachillerato”. No obstante, los estudiantes deben superar todos los logros establecidos por el programa para ser promovidos. En el caso del lenguaje escrito, los logros comprenden aprender a escribir textos alfabéticos a partir del vocabulario cotidiano, a diferenciar los tipos de textos y a leer interpretando; mientras que en el caso del lógico-matemático, sumar, restar, multiplicar, conocer el valor posicional de los números y su equivalencia por unidades, decenas, centenas, etc. Esos son los campos con mayor énfasis, aunque se involucran todas las demás áreas del conocimiento. Al interior del aula, los estudiantes tienen a su disposición recursos expresivos como la Cartelera de

Sentimientos, en donde pueden escribir cómo se sienten y qué problemáticas los afectan en la casa o en la escuela para subsanarlas y fortalecer la confianza y el aspecto socio-afectivo. También, tienen un espacio para quejarse o reclamar ante alguna inconformidad o dificultad, y un tablero en el que están consignados unos pactos de aula que, de ser incumplidos, tienen unas acciones reparadoras. No obstante, el material esencial en esta aula es el módulo que entrega Dividendo por Colombia. Ahí están consignados los once proyectos y las actividades: El origen de mi nombre (identidad), Mis compañeros y mis amigos (convivencia), Los juegos y juguetes (recreación), Por una vida sana (salud y alimentación), La tienda escolar (emprendimiento), Creación docente (No más bullying), Protectores del mundo verde, de los animales, del planeta tierra (medio ambiente), Escuela amiga del planeta (hábitat) y Creación docente (Compartir en familia). Dos de los estudiantes de Procesos Básicos son David Arboleda Osorno de 11 años, quien dice que le gusta estar ahí “porque es muy divertido y compartimos mucho”; él asegura que ya “he aprendido a leer, a escribir, a sumar y a restar”. Y Kevin Estiven Hernández, que tiene 9 años y gusta de las actividades que se hacen en el interior y exterior del aula: “hacemos dibujos, vemos animales y películas, vamos a la sala de computadores y a la biblioteca”, dice.


Mi Comuna

“Un salto para culminar la

básica primaria”

E

l aula de Aceleración del Aprendizaje es un modelo educativo flexible que se implementó inicialmente en Brasil, en 1995, y que permite disminuir la situación de extraedad de los estudiantes de educación básica primaria. Esta, admite niños y jóvenes entre los 10 y los 15 años, que necesitan nivelar sus conocimientos para acceder a aulas regulares y continuar con el bachillerato. Para pertenecer a este programa, los estudiantes deben saber escribir, leer comprendiendo, dominar operaciones matemáticas como sumar y restar con dos cifras, y no tener necesidades educativas especiales relacionadas con discapacidades cognitivas, físicas o psicológicas. Sin embargo, esta última condición podría llegar a ser modificada por la ley que garantiza los derechos de las personas con discapacidad, entre ellos la inclusión educativa. Yen Vidal Villadiego, docente de San Vicente de Paúl, enseña desde hace 20 años, cinco de ellos en este programa. Ella dice que trabaja el valor de la resiliencia, que es la capacidad de sobreponerse a las adversidades, con los 29 estudiantes que tiene en el programa; niños y jóvenes que han sido excluidos o han estado ausentes de las aulas regulares por problemas de disciplina, seguridad o extraedad. La metodología diaria aplicada en esta aula inicia con una lectura que pone en contexto el tema a abordar, una pregunta orientadora que debe responderse en el transcurso de la clase, una actividad individual para socializarse, un juego que sirve de repaso y la tarea para la siguiente sesión. Todos estos momentos están ligados a los módulos que entrega la Fundación, en donde están divididos los proyectos y los productos que deben hacerse. Un objetivo fundamental en Aceleración del Aprendizaje es la construcción de los proyectos de vida. Juan Patiño Restrepo tiene 14 años y quiere ser profesor; él afirma que las enseñanzas del aula “son fundamentales para el crecimiento y el desarrollo personal”. Mientras que Wendy Cadamil Murillo, con 12 años, dice que su proyecto involucra a sus sueños y a su familia; ella quiere “ser modelo y odontóloga”.

Aulas con puertas abiertas

hasta febrero

P

or otra parte, la docente Vidal Villadiego afirma que está preocupada por el desconocimiento que hay en la Comuna de la existencia de estos programas, porque si no se reúne la cantidad mínima de estudiantes (25), esta oportunidad podría ser trasladada a otra institución educativa. Ella, en nombre de la Institución Educativa San Vicente de Paúl, y este periódico, Habitante Siete, extienden la invitación a las personas interesadas en formarse alguna de las aulas. Aceleración del Aprendizaje y Procesos Básicos funcionan de lunes a viernes entre las 7 a.m. y las 12 m. Los requisitos para ingresar son: tener entre los 9 y los 14 años, fotocopia del registro civil y del Sisbén o EPS y calificaciones de grados anteriores, si las hay. El resto de la información pueden ser consultado con las docentes Yen Vidal y Blanca Ramírez en el teléfono 257 00 03.

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Habitante 7

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Doña Regina Por Joana Rivera Gil

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n medio de cuentos, música, cine y un vaso de chocolate que calentaba mis manos, se me acercó una mujer blanca, carismática y con una cantidad de arrugas que daban a entender que tenía unos 65 años (aunque después me haya confesado que eran 83). Sin nunca haberme visto, me cogió la mano y me comentó lo bien que la estaba pasando en el evento, y que a pesar de haber sido programado para los jóvenes, a ella no le importó y se quedó a disfrutar. Estábamos en el momento de la presentación de cortometrajes, yo estaba muy ansiosa de verlos porque era lo que esperaba; pero no, esta mujer se quedó a mi lado sin dejarme concentrar. Traté de entender la producción, pero me fue imposible porque ella no paró de hablar. Un minuto antes de terminar la proyección, puso su mano en mi espalda frotándola suavemente y a la vez diciéndome “¡qué frío hace!, voy por un chocolate”. Se fue y por fin pude disfrutar un cortometraje. Pasados los cinco minutos que duró, mi cabeza dio un giro de noventa grados y logré captar a aquella linda mujer a quien todavía no le sabía el nombre. La vi, tenía en sus manos una guitarra, la tocaba y entonaba un bolero, y no lo niego, se me pusieron los pelos de punta. Pasaron por lo menos 15 minutos y yo no dejaba de disfrutar ver a tan maravillosa mujer moviéndose por la plazoleta sin quedarse quieta y sin dejar de sonreír. Esta vez decidí acercarme yo, quería saber de su vida, quería saber quién era doña Regina. Así que, antes de marcharme le pedí una cita para conversar y su número de celular para confirmar. Sin ningún problema me dijo: “llámeme y cuadramos un día. Los sábados me reúno con los Boy Scout a las dos”. Llegó el sábado y por fin la vi. Vestía el atuendo que caracteriza a su grupo scout. La invité a que tomara asiento y sin yo preguntar nada empezó diciendo: “mi nombre es Regina Rúa de Calle, nací en Remedios, Antioquia, a mucho honor. Me crié en el campo conociendo las necesidades de todo el mundo: de los niños, ancianos, agricultores, de aquellas personas que salían de la nada. Llegué a Medellín cuando tenía trece años y mis padres me internaron en un colegio de solo niñas donde el rector era Germán Montoya, primo hermano de la Madre Laura, de quien tengo la bendición”. Noté que Doña Regina tenía inclinación por la parte religiosa. Efectivamente, me lo confesó. Ha pertenecido a las comunidades religiosas tanto misioneras como vicentinas de Yarumal y Medellín. Doña Regina se ha caracterizado por ser una mujer alegre y caritativa. Cuando estaba en el internado, a pesar de que económicamente no le faltaba nada, afectivamente le faltaba todo. “Llegaban niñas de otras partes de Antioquia sin nada que ponerse y yo les ofrecí lo que tenía sin nada a cambio. Siempre me he preocupado porque todos estén bien, no me gusta ver sufrir a nadie y ayudar me parece milagroso”, expresa.

La scout Desde su residencia en Bogotá, hace más de treinta años, Doña Regina ha pertenecido a los grupos de Boy Scout. Su interés surgió cuando llevaba a sus hijos a los encuentros, hasta que un día decidieron no volver más, pero ella se quedó. En Medellín, exactamente en la Unidad Residencial Altamira, Doña Regina se desempeña en los Boy Scout Jorge Cock Quevedo como guía espiritual, y en el momento de salir a los campamentos es la intendente. “Para mí estar en este grupo es gratificante. Somos una familia, todos para mí son mis hijos, a parte porque me tratan bien y me cuidan; incluso, me reiteran que ya he trabajado mucho y no me dejan ni barrer. Yo amo esta comunidad”, dice ella.

La estudiante “Me encanta la música”. Es por ello que, a pesar de su edad avanzada, Doña Regina no le teme al aprendizaje. Estudia hace trece años música en el Tecnológico de Antioquia con el adulto mayor. Inclusive, asiste a clases de salsa y gimnasia en el mismo lugar.

La religiosa Es ministra de lectores y eucaristía en la Parroquia San Ambrosio. Con su grupo salen a visitar todos los jueves a los enfermos de la Legión de María en Altamira. Cada día esta mujer se dispone a recoger ropa y medicina para donarles a los enfermos de SIDA en El Hatillo. “Yo ayudo a quien lo necesita. A los enfermos les llevo las cositas. Yo llamo y bajan con una carretilla a recibir lo que les llevo”, me dijo. Así logré conocer a esta mujer. Nunca se me olvidará su buen despido, “muchacha, recuerda que la palabra vieja es sinónimo de sabiduría”.

Fotos Elvis González


Entre Todos

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Transversalizar: una apuesta por

la equidad de género

Por Natalí Chamorro Galeano

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orría el año 1995 en Beijing (China), mientras se celebraba la Cuarta Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Mujer. Allí, durante las sesiones previas y las actividades oficiales del certamen, se reunieron más de 150 países con un objetivo en común: promover la igualdad entre los géneros. Hoy, con el mismo propósito, Manuela López Muñoz, de séptimo grado de la Institución Educativa Bello Horizonte, junto a otros 35 estudiantes de esa institución asisten a los talleres de transversalización de género, ofrecidos por la Secretaría de Mujeres de la Alcaldía de Medellín en convenio con la Institución Universitaria Pascual Bravo. El Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC), definió la transversalización de género en los siguientes términos: “[…] transversalizar la perspectiva de género es una estrategia para conseguir que las preocupaciones y experiencias de las mujeres, al igual que las de los hombres, sean parte integrante en la elaboración, puesta en marcha, control y evaluación de las políticas y de los programas en todas las esferas políticas, económicas y sociales. El objetivo final de la integración es conseguir la igualdad de los géneros […]” María Victoria Moreno, reeditora del proyecto de transversalización de género para la Comuna 7, explica que “este es un proyecto de ciudad, pero en cada comuna hay 20 reeditoras, quienes se encargan de llevar los talleres a los colegios y los diferentes mensajes de la Secretaría a los colectivos de mujeres y haciendo énfasis en los tipos de violencia que pueden sufrir las mujeres y cómo pueden denunciarlos.” Manuela López Muñoz, estudiante participante de este proceso, comenta “el taller me ha parecido muy bueno. Porque aquí las mujeres nos damos cuenta de todos los derechos que tenemos. Además, yo comparto esta información con mi mamá y mi abuela”. Paulina Marín Balbín, también de séptimo grado, dice que “este espacio es muy bueno porque nos enseñan a respetarnos y a que los hombres también nos respeten. Esta información nos sirve mucho”. No sólo las mujeres en edad escolar acuden a estos espacios, los hombres también. Samuel Jaramillo García, quien cursa noveno grado, expresa: “a mí me parece normal que las mujeres practiquen deporte. A un hombre también le gusta eso, de hecho, las hace más interesantes,

diferentes a las otras. Por eso es muy importante respetarlas.” Por su parte, Carlos Mario Aristizábal, estudiante de noveno grado, señala que “el taller, en cierta medida, es importante, pero me enseña algo que yo ya tenía presente: hombres y mujeres somos iguales. Sólo que la sociedad juzga a la gente y hace que una sea más que otra, aunque no lo sea, sólo porque tiene miedo.” Moreno afirma que, dentro de la Comuna 7, son tres los colegios que han recibido los talleres, “específicamente, hemos trabajado en la Institución Educativa San Vicente de Paúl, tanto en su sede del Córdoba, como en su sede de El Diamante, y la Institución Educativa Bello Horizonte. Tenemos pendientes aún dos colegios que no han sido seleccionados.” A la par de estos talleres que ya llevan un año de estarse impartiendo, la administración municipal ofrece atención prioritaria y seguridad para aquellas mujeres que han sido violentadas, gracias a las rutas de acción ya establecidas. Ofrece, además, formación política para que sean las mujeres las que se apropien de los procesos y las representaciones de la esferas política y pública. También, hay iniciativas que se ocupan de las mujeres campesinas. Todo esto bajo el programa de seguridad pública que fue premiado en México el pasado mes de agosto.

Ruta de Atención a la violencia sexual

Para informarse: » Línea Emergencias 1-2-3 Niñas, niños adolecentes: Línea 106 » CAIVAS: 385 26 00 » Secretaría de las Mujeres: 385 57 65. Para denunciar: » Fiscalía: Sala de denuncias y Unidad de Reacción Inmediata (URI) del Bunker. » Centro de Atención Integral a Víctimas de Abuso Sexual CAIVAS - CR 44 # 31-156 Teléfono: 385 26 00 » Inspecciones de Policía. Para solicitar protección jurídica y material: » Jurídica: Comisaría de Familia o Juez de Control de Garantías. » Material: Secretaría de las Mujeres - Hogares de Acogida, Albergue. » Temporal: Cerfami Carrera 68 No 49-30, teléfonos: 230 97 75 - 260 14 00. Para solicitar protección jurídica y material: » Juridica: Comisarías de Familia (en caso de violencia en contexto familiar). » Inmediata: Secretaria de las Mujeres - Hogares de Acojida, Albergue temporal (CERFAMI - Carrera 68 No. 49-30, Teléfonos: 230 97 75 y 260 14 00.

Mujer conoce tus derechos, por una vida libre de violencias


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Signos Vitales


Aprender y Jugar

¡Robledo recuerda! Por Corporación Construyendo - info@corporacionconstruyendo.com

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os nuevos ritmos de vida, impuestos en su mayoría por los procesos socioeconómicos de la globalización, generan rápidas transformaciones sociales en nuestro contexto. De esta manera, las tradiciones, la música, el vestir, la comida y otros aspectos empiezan a incorporar algunas manifestaciones sociales que llegadas de los nuevos modelos globales. Entonces, los jóvenes de nuestra ciudad encuentran que quieren comer hamburguesas y no jugar tejo, usar gorras de equipos de béisbol norteamericanos, usar ropas de marcas extranjeras, parecerse a Messi o quizá a alguno de los protagonistas de Rápido y Furioso. Lo anterior permite identificar una serie de señales de alerta para empezar a rescatar nuestra historia. Y es que lo que realmente une a un determinado grupo humano es su propia historia, el territorio que ocupan, la forma en la que viven, las decisiones que toman, su visión y relación con el mundo conocido. Esencialmente, es la memoria colectiva la que contiene ese conocimiento que por generaciones un grupo determinado ha construido y acumulado, conocimiento tradicional que finalmente explica los actos de nuestra vida cotidiana. Recordar, es más que vivir; es entender que otros vivieron antes que nosotros y nos dejaron un legado, una manera de hacer las cosas, es también entender que, de nuestras decisiones actuales depende el futuro de las próximas generaciones. La memoria colectiva dará cuenta de la ciudad que recibimos y la que dejaremos a nuestros descendientes. Actualmente, la Corporación Construyendo desarrolla un proyecto de investigación social, con recursos del programa de Planeación Local y Presupuesto Participativo, relacionado con la recuperación de la memoria histórica y cultural de la Comuna 7, la cual comprende, entre otras actividades, la realización de siete recorridos e igual número de conversatorios en diferentes barrios de Robledo, resaltando que lo importante, finalmente, es que entendamos y conozcamos más el valor de nuestra historia, nuestra cultura y nuestro territorio.

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A Pulso

Con los zapatos

en las manos

Fotos Elvis González Paternina

Por Elvis González Paternina

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ace 23 años, Óscar Cano Ortega llegó a Medellín desde El Bagre, un municipio ubicado en la región del Bajo Cauca, cuya historia implica a Zaragoza y a la minería del oro. Este hombre, luchador y creativo, ha tenido a lo largo de su estancia en la ciudad múltiples trabajos y se ha ido adaptando a la dinámica de la urbe. Óscar recibió capacitación del SENA sobre atención al cliente, con lo allí aprendido, instaló su puesto como zapatero en el Parque de los Pájaros Caídos, del barrio Palenque. Desde entonces, con su trabajo y entusiasmo, ha conseguido buenos clientes y ha creado grandes lazos de amistad en el Parque y sus alrededores, amistades que hoy día lo llenan de alegría. Óscar nació en el corregimiento de Puerto Claver, allí vivió gran parte de su vida, trabajó como agricultor y después fue minero, el dinero que le pagaban por sus labores no era suficiente para él sostenerse económicamente en su pueblo, cansado de esto decide irse en busca de nuevas oportunidades. En 1991, llega a Medellín en busca de nuevos horizontes y con grandes expectativas para su vida: “Al llegar a esta cuidad me encontré con una situación muy dura, la violencia había traído una escasez de trabajo a la que me tuve que enfrentar”, explica Óscar. Al ver este panorama, se dedicó al rebusque, honesta y creativamente: vendió confites entre otros trabajos informales los que le ayudaron a ganar experiencia; experiencia que le sirvió para sobrevivir, sostenerse. En la zapatería El Oasis, Óscar aprende todo lo relacionado con este oficio: manejo de pegas, pinturas, tapas y suelas. Corría el año 1999. Un año después, Óscar se muda a la Comuna 7, a Palenque, y empieza a trabajar en una pequeña caseta que se encontraba en la entrada La 87, cerca de su nueva casa. Allí empezó a poner en práctica todos los conocimientos adquiridos. Por su carisma, el buen gusto, la calidad y los buenos resultados en su trabajo hicieron que

Óscar tuviera una gran acogida por parte de los vecinos del sector. Con el paso de los días, la caseta fue quedando pequeña, y por problemas con las lluvias, por eso en el 2004, Óscar se trasladara de la 87 al parque de los Pájaros Caídos, allí armó su caseta de nuevo, la adecuó con todo lo necesario y se quedó. Reparaciones de todo tipo, ampliaciones, tapas, media suela, suela entera, teñidos y costuras son las tareas que Óscar realiza en su zapatería siempre buscando la perfección y la satisfacción de un trabajo bien hecho, manteniendo el respeto con sus clientes, “yo garantizo un trabajo seguro y de buena calidad”, comenta orgulloso. “Por la misericordia de Dios tenemos una vivienda propia, la cual es una ventaja muy gran-

de”. Óscar vive con su esposa Natalia Zuleta y sus dos hijos, Valentina y Samuel. Él sale todos los días a cumplir con su jornada laboral que va desde las seis de la mañana hasta las ocho de la noche, el Parque es como su segundo hogar, y no solo para él, hay muchas personas que en las mañanas y en tardes van, se sientan a leer, a conversar, a disfrutar del ambiente que se vive en ese parque de los Pájaros Caídos. Óscar se percató de esto y en el 2007 amplió un poco su local, lo dividió en dos partes, una para su trabajo como zapatero, donde guarda sus materiales y accesorios, y la otra parte la abasteció como una pequeña cafetería, donde ofrece café, dulces y buena música a las personas que pasan por este lugar.


A Viva Voz

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¡Soñemos y

construyamos una

Colombia

posible!

Luis Fernando Jiménez Ramírez - luisgua89@hotmail.com

Ilustración por Giovany Ramirez

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lo largo de la historia, los seres humanos nos hemos interesado y preocupado por realizar análisis sobre las realidades naturales, sociales, físicas que nos rodean. De este estudio, no ha sido ajena la idealización de una forma de convivencia comunitaria que sea la adecuada para garantizar la supervivencia y, por ende, el bienestar de la especie humana. La vida en comunidad ha sido observada desde diferentes ángulos, y a la luz de diferentes teorías e ideologías, que nos han planteado un sinnúmero de posibilidades u opciones sobre lo que debe ser el medio de organización social para conseguir el fin anteriormente expuesto. El estado “ideal”, o mejor aún el estado posible, debe ser aquel en el cual se le ofrezcan al afiliado las garantías esenciales para el desarrollo en todos los aspectos, pero no sólo eso, debe ser aquel estado en el cual sus afiliados se reconozcan como seres íntegros y realmente importantes en las transformaciones y avances sociales propios de cada estado. Colombia ha estado a punto de convertirse en un estado “fallido”, pues el control de la fuerza a lo largo de la historia no ha sido exclusivo del Estado como tal. Las guerras civiles de principios de siglo, la violencia bipartidista, el surgimiento y posicionamiento de las guerrillas marxistas-leninistas, el flagelo del narcotráfico y, en las últimas décadas, el fenómeno paramilitar han puesto en riesgo la configuración y el éxito del Estado colombiano. Sin embargo, dicha situación no ha sido exclusiva de los diversos conflictos bélicos que hemos padecido, la mayor responsabilidad recae sobre la clase dirigente que ha “gobernado” nuestro país en los primeros doscientos años de “independencia”. Son ellos quienes han antepuesto sus intereses personales y sus ambiciones de poder y riqueza sobre los intereses de la comunidad. En hora buena, a finales de la década de los 80, un grupo de jóvenes universitarios propusieron la creación de una Nueva Constitución Política para nuestra patria, pues se hacia evidente que superar todas las dificultades que se presentaban, no era posible con un ordenamiento jurídico y en especial con una carta magna obsoleta y arcaica como lo era de 1886. La Constitución del 1991 es, sin duda, un avance significativo en lo referente a la estructuración del Estado y el reconocimiento de los Derechos Humanos (DDHH), o mejor aun la incorporación al bloque constitucional de la Declaración Universal de los DDHH. De este modo pretendemos construir nuestro Estado posible, no al amparo de una ideología en particular, sino que pretendemos allanar el camino para la aplicación efectiva de todo lo consagrado en la Carta Magna del 91, con la seguridad de que el respeto y el cumplimiento de estas normas nos permitirían consolidar el Estado posible.

Colombia no es simplemente una fracción de tierra ubicada en el extremo norte de nuestra querida Sur América. Colombia es mi casa, la herencia de mis abuelos y el futuro de mis hijos. No la amo, simplemente porque ella me ame. La amo porque aquí viven mis hermanos, el negro traído injustamente del África, el blanco, el mestizo, el mulato y el indígena quien es el verdadero dueño de mi casa, ¡esta es mi patria, nuestra patria! Está que ha sido usurpada por quienes no se conmueven con el dolor y el hambre de sus hermanos indefensos, la misma que ha carecido de un pueblo resistente y reivindicador de sus derechos. La que fuerzas extranjeras quieren explotar porque ellos “valoran” todas nuestras riquezas naturales, mucho más que nosotros mismos. Esta es Colombia y este es mi pueblo, aquel que está llamado a educarse, tomar conciencia y crear una verdadera sociedad civil, que propenda por rescatar nuestra dignidad como pueblo. Somos multiétnicos y allí es donde radica nuestra mayor riqueza, en la diversidad se encuentra nuestra fortaleza.


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Reverso

Por Joana Rivera Gil Diseño Giovanny Ramírez

• Hasta el año 1938, Robledo era considerado como un corregimiento de Medellín. Ese año, gracias al acuerdo 142 del Concejo de Medellín, fue incorporado al área urbana de la ciudad. • En los años 60, los habitantes Robledo ocupaban las primeras urbanizaciones, las cuales eran ilegales. A partir de 1970, empezó el proceso de formalización de predios mediante los desarrollos de vivienda del Instituto de Crédito Territorial que construyó las urbanizaciones Altamira, la más grande de la ciudad, y López de Mesa.

• La historia del barrio junto a la quebrada La Iguaná, nombre dado por lo indígenas porque por allí había muchas iguanas, comenzó en 1945 cuando llegó la primera familia, la de Leonidas Gómez, su esposa Julia Rendón y sus 7 hijos, quienes se dedicaron a sacar arena de la quebrada como sustento.

• Durante el siglo XVII en el Tambo de Aná, hoy conocido como el barrio San Germán, se asentó un núcleo de población al mando de Jerónimo Luis Tejelo, ellos serían los primeros pobladores del barrio.


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