Alan segunda entrega

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Ya en el lago, trato de pensar en lo que ha sucedido. Calculo cada gestión, y aun no consigo creer que está pasando. Observo el lago, tan cristalino y extraño como de costumbre; me están tocando la espalda, es una sensación escalofriante… volteo y me topo con Allison Collen. La que verdaderamente me ha gustado siempre… -¿Qué haces aquí? – Le apunto aturdido- Tú me citaste. Revisa tu móvil, y veras- dice indiferenteAsí lo hago, y efectivamente hay un mensaje mío pidiéndole que se acerque al auto. Le curioseo denunciando que como ha venido, tiene un auto. Un poco más costoso que el mío, claro está. Me mira frenética diciendo: -

¿Tienes idea de que hora es?

No, no tengo ni la más mínima idea. ¿Me dices que hora es?- Suelto, sonando más seductor de lo que quería. -

¿Puedes dejar de ser tan idiota y darme mi collar celeste?

Creo que me estoy volviendo loco. ¿Yo le robe el collar a Allison? O es que estas mellizas me están volviendo loco. -

Yo no tengo ningún collar Allison.

¿Cómo que no tienes ningún collar? Me dijiste en el mensaje que tenías mi collar. ¡Devuélvelo! Es muy importante para mí. Me lo dio mi hermana- comentó al mismo tiempo que se le humedecían los ojazos-

Tu hermana lo tiene… Pídeselo a ella.


Ella no me quita un ojo incrédula, tratando de sostener las frases que despido. -

¿Qué te pasa?- le menciono inquieto.

-

Mi hermana murió hace un año- aclara casi despreciada por mi acotación-

Pongo los ojos en blanco al mismo tiempo donde mi respiración se acelera, y todos mis vellos se erizan. -

¿Muerta? ¿Muerta?- murmuro.

-

Ahora soy yo la que está preocupada. ¿Qué te ocurre?

Yo…-tartamudeo- he visto a tu hermana. Parece tan real, ella hasta me beso. No puede ser… Habito despavorido. -

No juegues conmigo Alan. Te lo advierto…

Es cierto, te lo juro. ¿Ella murió desangrada en un baño, después de ser ultrajada y golpeada? Allison me mira aturdida frunciendo el ceño. Alice se suicidó- se apaga su voz, pero en seguida vuelve a abrir su bocaLuego de ser violada y golpeada en su colegio. Ella se ahorco, pero siempre tendía a cortarse las muñecas… Papá decía que era como mamá. “Sufría de esquizofrenia” -

Esto es serio, esto es muy serio- mascullo casi vomitando.

Pero mucho antes de todo eso, ella tenía trastornos. Siempre tenía que asistir al psiquiatra con tan solo 10 años. Decía que veía cosas… Como fantasmas, o tal vez demonios. Nunca la entendía… Una semana antes de ser trasgredida, y todo eso, me dijo que le hacía falta un cuaderno y que solo quedaban 2 personas. No sabía de qué estaba hablando… También dijo que si no lo hacía, él se pondría molesto. Y le haría daño a todos sus seres queridos, pero más a ella… Por no cumplir. Al final se descubrió que Alice había matado 3 personas. Y en la nota de suicidio escribió algo demasiado raro… Yo nunca lo entendí. Algunos decían que estaba poseída, otros que era un trastorno de personalidad… Se le olvidaban cosas. Y siempre hablaba de un tal Daniel, diciendo que era el causante de todo. Y a la vez cumplía el papel de príncipe en su historia. Trague en seco, y aclare la garganta. Ella me miro dudosa preguntándome si me llamaba Daniel; yo asentí. -

Yo tengo un cuaderno igual- susurre sin pensarlo-


Ella perpleja dice que necesita ver el cuaderno. Pero, yo le espeto que necesito ver la nota de suicidio de su hermana… -

Está bien- admite-

Nos vamos a la casa de Allison, ella me hace señas para que aguarde allí. Y baja enseguida con un trozo de papel… Ahora soy yo el que hace gestos, y le muestro que me siga. Vamos en automóvil; contemplo el reloj que marca un cuarto para las 2am. Me precipito, aterrizamos. Allison sale del auto, y yo la tomo de la mano musitándole al oído que haga silencio. Entramos por la parte trasera, y ascendemos. -

Nunca pensé que fueras tan ordenado- dice con una risilla-

Busco la caja de secretos, donde se encuentra el cuchillo y el librillo. Pero primero demando a Allison para que me muestre la nota de suicidio. -

¿Por qué el cuchillo esta ensangrentado?- lanza temerosa-

-

No lo sé, no recuerdo nada.

-

Estas empezando a sonar como Alice.

-

¡Ya, calla!- refunfuño quitándole el papelillo-

Me instalo a leer. No soy aceptada. Siempre he sentido que incumbo en otro planeta. Mi vida no me agrada, pero trato de sobrellevarla. ¿Qué harías si te dijera que un día puedo ir a por ti y llevarte al inframundo? ¿Y si me derrumbara, si no pudiera soportar más todo esto? ¿Qué harías, qué harías? Ella es una extraña para algunos, e inconforme con el mundo… No puede nunca conseguir suficiente amor, cariño, dulzura. Ella es fría como el hielo, y tal vez eso sea lo que atrae… No sabe hasta cuándo va estar así... ni cuando termina, ni cuando comienza. En su cara esta un plano del mundo, un sinfín de experiencias. Desde ayer esta el miedo, desde ayer está siguiéndola. El miedo le ha dejado un mensaje pero ella no quiere leerlo… es un agujero sin salida… NO PUEDE SALIR. Con solo ver su rostro puedes ver tu futuro. Hay voces en su cabeza que no la dejan en paz y le dicen: HAZLO…


HAZLO… HAZLO… Eso no te hará daño. Seguidamente se encuentra en un callejón sin salida, y atrás de Alice esta alguien, alguien especial… Pero ella simplemente no quiere saber quién es. Este personaje le dice que lo mate, que es una pérdida de tiempo dejarlo vivo, le hará mucho daño, con solo su existencia. AYUDAME! NO ME MATES POR FAVOR- Dice Daniel; un chico con grandes ojos negros, una que otra bolsa debajo de sus ojos, piel pálida, cabello lacio color chocolate con algo de musculatura en su cuerpo. Al girar su semblante, ella tenía el cuchillo filoso en sus manos dispuesto a apuñalarlo. Seguían las voces… Alice no lo soportaba más, no podía seguir viviendo en ese infierno, solo podía salir del sí mataba a aquel hombre. Fue directamente hacia el sosteniendo el cuchillo, clavándolo dejo salir un empuñado de sangre… Pero esperen no era el, si no ella. Ella era la que estaba siendo apuñalada. Y el personaje que la estaba apuñalando era él. Y atrás del misterioso chico estaba Yo… La muerte. ¿Y? ¿No te parece absurda? Es lo mismo que soñé yo. Pero en vez de eso, soy yo el asesino. No ella… -

Sí, es algo absurda.

Ahora me toca a mí.- Toma el cuaderno y empieza su lectura, traga en seco. Y su expresión es exorbitante, muy descompuesta- Alan, ¿Asesinaste a Esteban Peregrín? -

No lo sé, no me acuerdo de nada. ¡Joder! Esto me estresa tanto.

Se escucha un chirrido de puerta y yo estoy de espalda; Allison está sentada en mi cama con el libro entre manos. Pero al ojear la puerta se encuentra en la misma condición que la deje cuando nos allegamos a mi dormitorio. Allison no se percató del eco, y siguió leyendo… Estoy sintiendo un llamamiento, así que le digo a Allison que bajare a tomar un vaso de agua. Estoy en el comedor, sintiendo que una conmoción que me recorre el cuerpo; tomo asiento. Giro mi cabeza hacia el refrigerador entornando los ojos, porque allí hay algo escrito… Tal vez sea de mamá. Me acerco… -

Querido Alan, te faltan 4.

Me tiemblan las manos, y dejó caer la nota mientras en su transcurso va desapareciendo hasta no dejar ningún rastro. Alan- explica Allison a mi espalda- Son las 3am. Y mañana tenemos escuela, debería irme a casa. Ya sabremos cómo resolver este inconveniente… Solo trata de controlarte y no aniquiles a nadie, por favor.


La conduzco hasta la calle despidiéndola con un abrazo; ella se marcha. Ingreso a casa tomando un revolver de tantos que tiene mi padre y lo observo con sigilo; esta helado. En mi entorno están varios cuadros de papá, entre esos se nota uno con sus autos apoyado entre colegas. Trofeos por aquí, y por allá. Allí está el título del mejor cazador, y a su lado el diploma de profesor de latín. Siempre amenazándome de que saliera perfectamente en cada prueba de la escuela, y si no era así una paliza se me balanceaba. Me dirijo a mi paradero, me arrojo al suelo teniendo deseos prohibidos de matar. Toda mi vida soñé con asesinar a cada uno de mis compañeros de clases, siempre me hacían daño por ser buen alumno. Siempre me hacen daño… Pero solo lo vislumbraba, nunca tuve bastante coraje para ejecutarlo. Ni siquiera se asomaba el valor cada vez que papá me golpeaba, antes de que sufriera ese accidente frente a mis ojos. Aquel auto de carreras dando vueltas para liquidarse en llamas frente a mis lumbreras mientras yo imaginaba cada vez que me golpeaba, me denigraba e incluso dañaba a mamá sin misericordia alguna. Cuantiosas fechas reflexiono que fue mi falta, porque todo sucedió justamente cuando mi cólera estaba siendo recolectada y excretada por mi contemplación intensa, donde al mismo tiempo se convertía en el choque de carreras más fatales de los últimos tiempos… Fue extraño ya que el auto era nuevo. Más aún se asombraron en el funeral cuando me vestí de rojo y me pose frente a la tumba de papá con una sonrisa de oreja a oreja. Lo sé porque al siguiente día apareció mi celular con una foto de ese acto, si no jamás fuera recordado nada. <<Quiero leer quien es el siguiente de la lista>>. Aspiro expulsar estos pensamientos pero me es imposible. Enseguida aparece el cuaderno a mi lado pero esta vez tiene una imagen en su portada de un rostro conocido. << Matías Thompson>> Me acreciento dejando atrás al pavimento, me restriego los ojos dejándome llevar hacia el catre. Me despierto ¿Razón? Ruidos extraños. Iguales a un murmuro; tan parecidos a gritos ahogados por una cinta alrededor de la boca. ¿Dónde estoy? Este lugar no es mi cuarto, y mucho menos mi casa. Parece un salón de torturas, o tal vez una funeraria. Ya no estoy en mi colchón. Estoy sentado en un sillón negro de contemplación, parecido a las butacas de aquellos reyes de la antigüedad donde avistaban a los bufones de la época. Se ven varios compartimientos con cortinas, me adentro al primero ¡No puede ser, allí se halla Esteban Peregrín! Aprieto un alarido perturbado. Se ve tan anémico, y desgarrado con múltiples apuñaladas, pero aun peor es el olor que despide este lugar causándome ganas de vomitar. Salgo desequilibrado con una migraña proveniente del más allá, y me uno a la otra división grisácea donde descubro otro cuerpo, pero esta vez es el de Matías Thompson con una expresión desorbitante,


haciendo una mueca espeluznantemente satírica. Me derrumbo por sobre-exaltación escupiendo sangre y en ella misma se escribe ¡ASESINO! Me incorporo tambaleándome corriendo fuera de la sección. Ubicándome en frente de las mismas tratando de recuperar el aliento…. 1, 2, 3, 4, 5. Son cinco compartimientos coincidentes con el librillo de piel humana. Tengo claro que esto no es en juego; probablemente estos delitos los haya cometido yo irresponsablemente. Miro con el rabillo del ojo mi cuerpo; estoy con una túnica negra. Y en la esquina del cuarto desconocido esta una guadaña… Me acerco al baño de este abismo y el que observo en el espejo no soy yo. Él tiene la piel desgarrada, y ojos infernales retorciéndose en placer. Con una sonrisa diabólica. Se intercambian imágenes en el espejo: Soy yo, es él. Soy yo, es él. Maldigo en voz baja, y a mi lado está mi ropa antigua. Me desprendo de esta porquería, colocándome rápidamente el vestido. Reviso la repisa encontrándome mi caja de secretos, saco el cuaderno y están dos nombres tachados. Busco la salida. Hay dos; entre ellas está: Una escalera, y un túnel. Me jubilo surgiendo por la escala, y al abrir sale un chorro de agua. Lo cierro, apartándome el agua de la cara; me dirijo hacia el conducto… Estoy transitando y atrás de mí se perciben movimientos. Se agudizan y echo a correr sin voltear a ver; empiezan a reconocerse ruidos retorcidos y aullidos. A lo lejos se ve una luz, ya casi estoy llegando. Me tropiezo, consecuentemente miro lo que antes estaba atrás de mí, que ahora es mi frente. Legiones demoniacas, rostros espantosos, cuerpos descuartizados, oscuridad, un completo agujero sin salida si me quedaba allí. Sin embargo lo más tenebroso, era él y su guadaña. Me arrastro hacia la salida, con un sombrío recuerdo de su rostro frente a mis narices. Allí está el lago, por fin algo familiar, y debajo de todo esto esta ese cuarto maléfico. Cojeo hasta la vía automovilística y veo a alguien reconocible. Es Allison Collen deteniéndose frenéticamente -

¡Sube! ¡RAPIDO!

Me echo en el asiento y ella arranca, me está mirando boquiabierta -

¿Por qué estas echo un fiasco?

-

No debería decirte absolutamente nada.

Si no escupes lo que paso, me detengo y te tiro aquí mismo-gruñe- Y si lo hago, debería advertirte que ese tobillo roto se te pondrá mucho peor y te daría cangrena. Me desconcierto y aparezco en el asiento trasero. Adelante estoy yo, convertido en él y otra vez aparecen esos ojos infernales retorciéndose en placer tomándola por el rubio cabello golpeándola contra el vidrio que está cerca del volante, dejando brotar un


montón de sangre originaria del cráneo de Allison. Yo no quito un ojo sin poder hacer nada, es como sí mi alma estuviera atrás y ese ser que está sentado adelante estuviera endemoniado. Allison se desvanece y él retuerce su cuello hacia mí diciendo: Es tu hora, ella es la tercera. Sale por el techo del auto, dejando el mismo hecho trizas en la carretera. Luce su toga obscurecida y su hoz, despidiendo un olor siniestro; el olor de la muerte. Otra vez estoy adelante, y el auto esta fuera de control; junto a mí esta Allison inconsciente. Trato de paralizar el vehículo, cuando distingo que la persona que está a mi lado no es Allison si no Alice. Y a nuestra delantera esta un camión que desaloja destellos luminosos. Quedamos inconscientes… ……………………………………………………………………………………. ¡Hola! Mi nombre es Alan Cassavacchi. Vivo en California. Vida perfecta, novia perfecta y padres perfectos. No tengo más nada que pedir. Soy muy popular. Mi novia se llama Alice Collen, es preciosa. Pero tiene una hermana llamada Allison, quien le hace la vida imposible. Alice Collen es muy popular, aun siendo su aspecto algo tétrico. Empero, al parecer eso le incomoda muy poco a nuestra sociedad… Vivimos muy felices. Pero Allison Collen nos tendió una trampa a mí, y a Alice. Ellas son totalmente idénticas, y Allison se hizo pasar por Alice… Dándole a entender a muchos que “Alice es vendedora de drogas” Allison malvada de corazón, entregada a toda inmoralidad, le vendió heroína falsa a Rafael, el bandido del colegio. Haciendo citar a Alice al baño de chicas abandonado diciéndole que YO la estaba esperando allá. Maltrataron, ultrajaron y destrozaron el humilde corazón de mi agraciada Alice Collen. Caminaba por los pasillos, mirando el empedrado. Mis zapatos lucían más desorientados que nunca y mis agujetas no estaban amarradas. Tenía el cabello desordenado… Y el bolso estaba medio abierto; Alguien tal vez me había arrebatado una pertenencia. Era uno de esos días donde había tenido una mala nota… Los pasillos estaban vacíos y solo oía mi respiración. Los casilleros quedaban cerrados y yo parecía el único chico en esta instancia. Me detuve a escuchar algo que parecen sollozos, voces en conflicto, gritos agudos. Proseguí, aterrizando en un punto en el cual este grito aumento. Era en el viejo baño de chicas…


Decidí ser valiente y me acerque. Observe la puerta donde había sangre derramándose hasta el punto de llegar a mis pies. Entre al baño; no vi nada hasta que camine en dirección a la sangre derramada en el suelo, allí residía el inodoro y para mi mala suerte era Alice. Enseguida llame desde mi teléfono celular al 911. Este aceptó la llamada, ¿Hola? – Digo desesperado- Necesito ayuda- grito entre sollozos- Mi novia está herida, parece que ha sufrido algún daño, venga rápido. Por favor creo que va a morirEse fue el peor día de mi vida. Alice después de eso ya no era la misma, se estaba convirtiendo en una antisocial. Al final ella se suicidó… Y yo tome refugio en Allison quien se asemejaba a Alice, y llenaba un poco ese vacío que mi novia había dejado. Sin embargo, cuando empecé a estar con Allison, abordé al alucinamiento; ver demonios, fantasmas y todo tipo de actividad paranormal. Sufría cambios de personalidad, y se me empezaban a olvidar las cosas… Allison quien le diagnosticaron esquizofrenia, luego de haberme asesinado con drogas ilegales. Forjó a que alucinara; incluso hizo que me volviera loco y matara a 2 personas. Luego que me dormía, ella me farfullaba al oído: El cuaderno de piel humana, tiene un lapicero con un depósito de sangre y escrito en él están 5 nombres. ¡Tú los tienes que asesinar a todos! En tus manos se ha posado, en tus manos está. Deberás matar a estas 5 personas sin pensar y así obtendrás lo que siempre has deseado. No te asustes, si no cumples te arrepentirás y a tus seres queridos querrás matar. Tendrás que saciar tu sed de sangre o si no morirás. Has nacido con esto Alan Cassavacchi, no perteneces a esta tierra, un poder está oculto dentro de ti. Si cumples veré que no me equivoque, y mi reino será tu reino. Jugaba conmigo psicológicamente. Ahora es mi hora de venganza… ……………………………………………………………………………………. Estoy en el auto con un golpe en la cabeza; Allison esta junto a mi… Estoy llorando; porque la verdad habita en mí y tengo que deshacerme de ella. Afloro del auto, y Allison posee una respiración muy lánguida pero esta cedida… La arrastro fuera del vehículo y tomo una gran piedra, y antes de arrojarla contra su cabeza, ella me mira con sus tiernos ojazos celestes protestando mi nombre; dejo caer la piedra. Estoy lleno de sangre, y una mano esquelética y bien congelada toca mi hombro haciendo que me ruede precipitadamente. Ahí está el dándome una ojeada, con su segadera… y su atuendo tétrico. Yo me despeño al enlosado muerto del pánico mientras el aplaude comentando: -

Muy bien hecho-sonríe- Ya son cuatro. Cumpliste tu deber…


Su voz taladra gutural, y mientras atiendo a cada palabra que desahucia me pregunto quién fue la 4ta persona y quien será la 5ta. A fin de que leyó mis pensamientos se dirige hacia a mí: -

La 4ta persona fue Alice Collen.

Al ver mi rostro estupefacto y pavoroso, se acerca rozándome la oreja con sus huesos bocales que ahora son labios. Ella no se suicidó, tú la mataste. La que golpeaste en el auto, sí era Allison. Pero la otra chica a quien le arrojaste la piedra era Alice… Cuando salí por la cubierta del auto me lleve a Allison conmigo, mientras arrojaba a Alice. ¡Felicidades, mi reino es tuyo! Doy dos pasos hacia atrás, y saco el revolver de mi padre el cual nunca salió de mi bolsillo. Poniéndomelo en la boca doy un fin a mi vida… Siendo así el 5to de la lista.


Epilogo. Alan Daniel Cassavacchi Goldschmidt paciente del hospital psiquiátrico Luttenberger. Sufrió severos cambios de genio, Esquizofrenia y Trastorno antisocial de la personalidad; finalizando su vida con un desastroso disparate. Escribió en los muros de su morada con sangre proveniente de sus articulaciones “¿Qué harías si te dijera que un día puedo ir a por ti y llevarte al inframundo? “. En el transcurso de su estancia en Luttenberger realizo múltiples infracciones, diciendo raras cosas sobre el Hades y demás. Afirmo diciendo: El hades vendrá a por mí y los mío si no asesino a los 5 de la lista. Cuando estaba tranquilo pintaba cuadros de dos hermosas gemelas; Allison y Alice. Las dos con un mismo collar celeste, que más adelante se encontró sobre la nota de suicidio. Nunca se demostró la existencia de las Collen… Y siempre cuando le preguntaban su edad decía que tenía 15 años, cuando en realidad tenía 30. Culpándose por la muerte de su padre, y casi matando a su madre termino siendo internado en psiquiatría con 25 años de edad. Impactante nota de suicidio, escrita con sangre en un cuaderno de piel humana; donde aún no se ha desenmascarado el individuo de la piel del cuaderno. Expandida en todos los periódicos de California, impactando al mundo decía: 1)

No soy aceptado.

2)

Siempre he sentido que incumbo en otro planeta.

3)

Mi vida no me agrada, pero trato de sobrellevarla.

4)

¿Qué harías si te dijera que un día puedo ir a por ti y llevarte al inframundo?

5) ¿Y si me derrumbara? ¿Si no pudiera soportar más todo esto? ¿Qué harías, qué harías? 6) Él es un extraño para algunos, e inconforme con el mundo… No puede nunca conseguir suficiente amor, cariño, dulzura. Él es frio como el hielo, y tal vez eso sea lo que atrae… No sabe hasta cuándo va estar así... ni cuando termina, ni cuando comienza. En su cara esta un plano del mundo, un sinfín de experiencias. Desde ayer esta el miedo, desde ayer está siguiéndolo. El miedo le ha dejado un mensaje pero él no quiere leerlo… es un agujero sin salida… NO PUEDE SALIR. Con solo ver su rostro puedes ver tu futuro. Hay voces en su cabeza que no lo dejan en paz y le dicen: 7)

HAZLO…

8)

HAZLO…

9)

HAZLO…


10) Eso no te hará daño. Seguidamente se encuentra en un callejón sin salida, y atrás de Alan esta alguien, alguien especial… Pero el simplemente no quiere saber quién es. Este personaje le dice que la mate, que es una pérdida de tiempo dejarla viva, le hará mucho daño, con solo su existencia. AYUDAME! NO ME MATES POR FAVOR- Dice Allison; dulce rubia, de complexión delgada y estatura media. Al girar su semblante, Él tenía el cuchillo filoso en sus manos dispuesto a apuñalarla. Seguían las voces… Alan no lo soportaba más, no podía seguir viviendo en ese infierno, solo podía salir del sí mataba a aquella mujer. Fue directamente hacia ella sosteniendo el cuchillo, clavándolo dejo salir un empuñado de sangre… Pero esperen no era ella, si no el. Él era el que estaba siendo apuñalado. Y el personaje que lo estaba apuñalando era ella. 11)

Y atrás de la preciosa chica estaba Yo… La muerte.

12) Enamorarse es un gran problema, pero es algo que me eleva. Eres como un veneno, la causa del desastre… Como te amo, te amo tanto. No sé si yo sepa amar, no sé sí solo es ilusión contigo. En verdad no sé qué hago. ¿Qué hago? Esto que siento por ti ¿Será un error? Pues si lo es, no lo sé porque ya lo siento. Te amo, Te amo, Te amo. Te amo... ¿Cuantas veces decirlo? ¿Cuantas veces repetirlo? ¿Amor? Es algo más allá de todo entendimiento humano. En realidad no sé si lo que yo siento es amor, pero es tan confundible, tan confundible como un examen de matemáticas, tan confundible como un idioma nuevo, tan confundible como las religiones. 13) Se detiene, y me observa directamente a los ojos con una mirada que me quema. Yo frunció mi entrecejo 14) Amarte, es el problema de mi vida. El tropiezo de mis carreras, la espina de mis rosas, el dilema de mi novela. 15) 3) Porque los seres humanos al ver algo diferente a ellos, se asustan y tienden a eliminarlo, o puede que lo humillen hasta convertirlo en una cucaracha que puedan aplastar. No todas las personas tienden a convertirse a dicho patrón, pero la mayoría lo constituye.


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