Fotos: cortes铆a Amit Geron, Arquitecto Preston Scott Cohen y Museo de Arte de Tel Aviv
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Museo de Arte de Tel Aviv
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Combinar acertadamente iluminaci贸n natural con artificial y mantener intactas las obras de arte, todo en un espacio reducido, son solo algunos de los retos que se sortearon en el nuevo edificio del Museo de Arte de Tel Aviv, Israel. Detalles del proyecto.
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n las últimas décadas, Israel ha estado en las primeras páginas de la prensa internacional debido a los conflictos suscitados por su coexistencia con los estados árabes. No obstante, desde hace algunos meses la pequeña nación judía ha sido noticia por algo muy diferente y que, sin duda, impone un referente artístico: la inauguración del nuevo edificio del Museo de Arte de Tel Aviv, el Herta y Paul Amir, nombrado así en honor a quienes donaron los recursos para desarrollar la obra. Al ser el museo de arte moderno y contemporáneo más importante de Israel, localizado en el centro de la ciudad, y contar con un trazado triangular para el desarrollo de la nueva edificación –se encuentra entre las instalaciones del museo ya existente, la biblioteca y el centro para las artes escénicas–, la construcción de diez galerías, un centro de estudios fotográficos, una biblioteca de arte, un auditorio, un restaurante y varias oficinas, representaba claramente un gran desafío. Eso sin olvidar que la nueva estructura no podía romper con la arquitectura circundante. Pese a la dimensión del reto, en 2002 las directivas del museo abrieron un concurso de arquitectura para elegir el futuro constructor del edificio Amir. El seleccionado debería explotar al máximo el difícil espacio con el que contaba para satisfacer las necesidades del centro cultural y, además, garantizar con sus diseños e iluminación la preservación de todas y cada una de las obras allí albergadas y expuestas. Tras varias rondas de selección y eliminación, la propuesta elegida fue la del arquitecto estadounidense Preston Scott Cohen, conocido mundialmente por haber desarrollado varios proyectos de museos,
Cohen, quien dirige el programa de arquitectura de la Universidad de Harvard, tenía como objetivo lograr en cada galería una iluminación artificial de la misma excelencia de lo que consiguió con la luz natural.
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centros de artes y bibliotecas alrededor del mundo. Su obra en Tel Aviv es el primer edificio público en su haber.
La iniciativa de Cohen Para los 18.500 m², el arquitecto propuso “cuadrar el triángulo”, construyendo niveles de diferentes ejes, que fueran geométricamente muy distintos entre un piso y el siguiente, aunque irían uno encima del otro. En palabras del propio Cohen, “la idea era que a través de superficies que fueran parábolas hiperbólicas, las galerías se conectaran en ángulos dispares, aprovechando la luz natural para que la misma se refractara hasta en los recovecos más profundos de la edificación”. De esta manera, el arquitecto lograba amalgamar en un mismo espacio dos conceptos opuestos: por un lado, el tradicional museo de cuadros blancos neutros, y, por el otro, el museo del espectáculo arquitectónico. En otras palabras, el edificio Amir sería una obra de arte en sí misma que haría parte de las exposiciones permanentes del Museo de Tel Aviv; obra que gozaría de la admiración de todos los visitantes, como lo haría cualquier otra exposición.
Luz natural, eje estructural El terreno triangular, con todas sus dificultades, le otorgaba a Cohen un elemento que si era bien aprovechado, podría ser el protagonista y columna vertebral del proyecto: la luz natural. El arquitecto organizó los niveles del edificio en torno a lo que denominó lightfall (cascada de luz), que se puede describir como un espiral, de 87 metros de altura que atraviesa el edificio verticalmente – la parte superior del atrio iluminado– y que define su forma al torcer sutilmente y girar hacia arriba y hacia abajo las superficies del inmueble. Esto, al final, permite que la luz natural circule y llegue a cada rincón del Amir. Con la cascada de luz se solucionaba el asunto de ofrecer galerías y otros espa-
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Con la cascada de luz se solucionaba el asunto de ofrecer galerías y otros espacios bien iluminados usando inteligente y eficientemente la luz natural.
cios bien iluminados con un uso inteligente y eficiente de la luz natural, que transmitiera confort, amplitud y relajación a todos los visitantes y, sobre todo, que permitiera que la atención del espectador quedara siempre puesta en las obras que estuviera apreciando.
Luz artificial acertada La iluminación general del Amir –que parecía ser, de inicio, el reto más complicado– ya estaba solucionada, pero ahora Cohen y su equipo debían concentrarse en cómo implementar un sistema de iluminación artificial que garantizara la preservación de cada obra de arte, de acuerdo con sus características, tiempo de exposición y guarda, y sin afectar la esencia de color, textura, calidad, ni la percepción del visitante. Cohen, quien actualmente dirige el programa de arquitectura de la Universidad de Harvard, tenía como objetivo, entonces, lograr en cada galería una iluminación artificial de casi la misma excelencia de lo que consiguió en su trabajo con la luz natural. Para hacerlo, se apoyó en un hombre que para octubre de 2011 no pudo estar presente en la apertura al público del edificio Amir (falleció algunos meses antes). Se trata de Mordejai Omer, director y curador del museo, quien fue el gran líder de la nueva obra y guió a Cohen sobre cuáles eran los requisitos de luz que necesitaban las obras para mantener su excelencia artística. Teniendo claras las necesidades y los requerimientos, Cohen buscó a la mujer que, tal vez, más conoce de diseño de iluminación en los Estados Unidos: su compatriota, Suzan Tillotson. Ella, con su firma Tillotson Design Associates, ha desarrollado la
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iluminación de grandes obras como las Plazas del Lincoln Center de Nueva York, el Nuevo Museo de Arte Contemporáneo de la misma ciudad y el Centro Financiero Zhongguancun de Beijing, China. Tillotson comenzó a trabajar sobre la premisa de que la iluminación de cada recinto del Amir debía fusionarse con cada una de las obras que serían “intervenidas” por ella y, al mismo tiempo, pasar desapercibida para el visitante, sin dejar de ser imponente. El sistema de iluminación artificial de Tillotson para el Museo de Tel Aviv respondió a los siguientes parámetros: • Guiar al espectador por los puntos más relevantes y magníficos de la obra; del más impresionante al menos importante. • Generar recordación de largo tiempo en la mente del visitante, una vez haya abandonado el museo. • Poner la obra en contexto. • Conservar cada uno de los materiales de la obra y, por supuesto, el color original de sus partes. • Evitar los cambios de temperatura constantes, porque ello deterioraría las obras.
¿Qué se usó en el Amir? Con claridad sobre lo que buscaban lograr, Tillotson y Cohen se concentraron en desarrollar una iluminación que, además de ceñirse a ese plan, permitiera ahorrar en instalación, en recursos al entrar en operación, y garantizara el menor impacto ambiental posible. La tecnología LED fue la alternativa que eligieron, pues su largo ciclo de vida y su eficacia y reproducción cromática (sin componentes IR y UV) permitían un sistema eficiente de iluminación. Además, comparado con otros sistemas, las bombillas LED otorgan en promedio un ahorro del 73% en consumo energético, además de producir bajas emisiones de CO2 y cero contaminación por mercurio. Una vez determinada la tecnología, el siguiente paso fue definir los componentes
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Las luminarias usadas en el Amir se caracterizan por un espectro de radiación que no tiene componentes ultravioletas e infrarrojos, razón por lo que las piezas expuestas a ellas sufren un menor daño que si estuvieran bajo luz halógena. del sistema que debían usarse en cada sala según su necesidad y obras albergadas. Este es el resultado: • Proyectores o bañadores de pared: facilitan la iluminación flexible y acentuada, sobre todo, en exteriores. Esta herramienta aporta a la iluminación de esculturas y resalta detalles principales de obras de gran tamaño, que debido a sus amplias dimensiones, el espectador podría pasar por alto. Estos proyectores, disponibles tanto en luminarias LED de luz blanca neutra y luz blanca cálida, facilitan la adaptación de la luz a los colores de cada obra de arte y al espacio en que se van a usar. Ventaja: ofrece, de acuerdo con su adaptación, dispersión de la luz o luz uniforme, según el requerimiento. • Luminarias de orientación: se pueden definir como puntos de luz blanca o de color que son ideales para entradas, escaleras y vías de acceso. Al tiempo que cumplen esta función, permiten destacar líneas y aspectos significativos de espacios arquitectónicos. Están diseñadas para ser eficientes en ambientes claros, ser intermitentes o fijas, y desarrollar mayor o menor intensidad de acuerdo con las exigencias. Ventaja: tienen distintos diseños que las hacen ver más como elementos decorativos que de señalización y orientación. • Luminarias de superficie: facilitan tanto la iluminación específica de un objeto, como la general de un ambiente. Frecuentemente son usadas para bañar paredes con luz y ofrecen confort visual a quien observa la superficie o elemento iluminado.
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Tillotson comenzó a trabajar con la premisa de que la iluminación del Amir debía fusionarse con cada obra.
Además de ser ideales para dotar de luz atrios, entradas o arcos, ofrecen protección contra la humedad y el polvo; por ello, en los museos hay gran calidad de iluminación.
día. Por su función señalizadora, están desarrolladas para no causar deslumbramiento; evitan que la luz se disperse y la distribuyen de manera uniforme.
Ventaja: facilitan dirigir la luz con una amplia intensidad luminosa o básica y una distribución asimétrica en superficies verticales o proyecciones orientables que acentúen objetos o detalles de un espacio.
Son perfectas para dirigir la luz al lugar exacto a donde debe ir. Pese a su iluminación específica, están desarrolladas para que el orificio no permita una salida de luz intensa y cause fuertes contrastes sobre la superficie iluminada.
• Proyectores empotrables: estas luminarias permiten ser incorporadas totalmente al diseño arquitectónico. Las de tecnología LED ofrecen protección antideslumbramiento. • Balizas: pese a su tamaño discreto, las balizas iluminan de manera eficaz superficies y al mismo tiempo sirven como elemento orientador a cualquier hora del
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• Light boards: son ideales para la iluminación de exposiciones porque suministran un flujo de luz desde el más tenue hasta el más intenso, según el requerimiento. Contribuyen a mejorar la calidad en la reproducción cromática; permiten controlar cada color de la luminaria y optimizan la variación de la temperatura del color y luz con alto grado de saturación.
A lo anterior se suma su alta demanda para espacios como museos, puesto que, si son LED, funcionan muy por debajo de los promedios críticos de temperatura, preservando la calidad de las obras de arte sin dejar de lado la potencia en su funcionamiento. • Luminarias empotrables al suelo: ofrecen un efecto lumínico de alto impacto con una discreta fuente de luz. Son usadas en los museos o galerías de arte para montar escenografías de alto detalle, que requieren iluminar zonas y objetos con cierto camuflaje. De acuerdo con su forma y tamaño, se adaptan fácilmente a diseños arquitectónicos distintos, sin romper la estética de la edificación. El mercado ofrece variadas opciones según cada necesidad: focales, para des-
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tacar un punto específico en superficies verticales ya que muestran una escala lumínica más intensa de abajo hacia arriba; y de luminosidad super uniforme en la superficie, que evitan el deslumbramiento de quien observa. • Proyectores modulares: con ellos se puede ajustar de forma fija, a través de una escala de graduación, la posición y orientación de la luz. Con esto, el efecto lumínico se conserva incluso si la bombilla es cambiada. También permiten la adaptación de accesorios para facilitar distintos efectos luminosos, como de color e intensidad. Son ideales para recintos pequeños porque resaltan los detalles más significativos que se quieren dar a conocer al espectador. • Luminarias que integran distintas intensidades: presentan en una sola unidad varios focos que hacen que su intensidad sea flexible, por lo que son ideales en espacios donde la iluminación es variable todo el tiempo. Su cuerpo modular permite que sean orientadas de acuerdo con cada necesidad. Por ejemplo, haciendo que ningún espacio quede en la penumbra, si así se requiere, o que en una sola superficie existan distintas intensidades. El ahorro que supone este equipo radica en que no es necesario comprar varios de ellos para una sola superficie, sino que en el mismo espacio se puede usar un solo elemento y graduar la intensidad de la luz, según la exigencia.
2011: año del resultado Tras nueve años de trabajo, desde que se abrió el concurso hasta ubicar en cada galería las obras de arte, el Amir vio la luz en octubre del 2011. Este espacio, de uso público, se convirtió rápidamente en una de las obras arquitectónicas más importantes de Israel. La confirmación de lo que representa vino con el premio al Mejor Museo 2012, que recibió por parte de la prestigiosa revista norteamericana Travel and Leisure (Viaje y Placer). En
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las páginas de la publicación se destacó el Amir así: “En contraste con muchos nuevos museos del arte intensamente delineados, tiene éxito por ser impresionante y diferencial al arte en exhibición a la vez”.
FUENTES 1. Museo de Arte de Tel Aviv 2. Agencia Judía de Noticias 3. Arquitecto Preston Scott Cohen 4. Diseñadora Suzan Tillotson 5. Embajada de Israel en Colombia
ficha técnica Superficie Construcción Costo Apertura Equipo Socio encargado del diseño Arquitecto diseñador Asistentes de proyecto Consultores Project Managers Ingeniería estructural Eléctricas Iluminación Sistemas de seguridad Seguridad Ascensores Acústica
18.500 m² 4.500 m² USD$45 millones, aproximadamente Octubre de 2011 Preston Scott Cohen Amit Nemlich Tobias Nolte y Bohsung Kong CPM Construction Managment Ltd. YSS Consulting Engineers Ltd., Dani Shacham U. Brener - A. Fattal Electrical & Systems Engineering Ltd. Suzan Tillotson S. Netanel Engineers Ltd. H.M.T. ESL- Eng. S. Lustig - Consulting Engineers Ltd. M.G. Acustical Consultants Ltd.
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