Revista RS8

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Una publicación de Gatos Gemelos Comunicación • Número 8 • $25.000 • ISSN 2011-1894

EulaliA

Arboleda

el liderazgo femenino en la banca colombiana


contenido

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Retos en la formación de los futuros líderes empresariales

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El éxito de las mujeres en la banca es producto de la disciplina y la metodología: Eulalia Arboleda

Joaquín Garralda se refiere a los retos que tiene la universidad para formar líderes empresariales que desarrollen sus profesiones más fácilmente en las empresas y que tengan capacidades para afrontar las épocas de crisis.

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Educación para el “consumo calificado” de la sociedad

El Observatorio de RS Universitaria fortalece los vínculos con los excluidos

Para Guillermo Carvajalino, precursor de la organización Empresarios por la Educación, la empresa privada debe complementar las acciones filantrópicas en educación con intervenciones que permitan influir en la calidad de las políticas educativas.

La responsabilidad social de la universidad es el compromiso que tiene la academia de contribuir al mejoramiento social. Siguiendo esta lógica, diversas universidades colombianas crearon el Observatorio de Responsabilidad Social Universitaria, con el objetivo de ayudar en la disminución de la pobreza en Colombia. Omayra Parra de Marroquín

De acuerdo a la presidente del Banco Caja Social Colmena BCSC, Eulalia Arboleda, la participación de la mujer en el cargo de presidencia en el sector financiero es significativa. Se refiere también a la responsabilidad social, la cual entiende como un concepto propio del empresario y no como un elemento para manejar la coyuntura.

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Educación Sostenibilidad Las empresas cada día son más conscientes del gran vehículo que es la educación y de su impacto para lograr un desarrollo sostenible para toda la sociedad. 4

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Marzo de 2009

Opinión Sin educación no habrá desarrollo

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Responsabilidad social universitaria: Autonomía, Acreditación, “Accountability”

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La formación responsable en Administración

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Educación, clave de la competitividad

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Hay gente tan pobre…

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Víctor Hugo Malagón

Guillermo Hoyos Vásquez

Orlando Salinas Gómez

Oscar Cabrera Izquierdo

Pedro Medina

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74 Premios y sellos de responsabilidad social Según Ramiro Restrepo González, una adecuada reglamentación y legislación a propósito de los sellos y premios en responsabilidad social ayudaría a corregir problemas como la ausencia de una diferencia clara entre sellos y reconocimientos, una generalización excesiva en el otorgamiento de distinciones o la falta de grados de madurez de algunos estándares.

Para Fernando Casado Cañeque, una definición de la base de la pirámide no puede limitar la obligación del Estado de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, lo que no quiere decir que el sector privado no cumpla también un papel crítico en la reducción de la pobreza.

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RSE en escuelas Un camino de de negocios bienestar hacia la educación

La RSE vincula al arte y la cultura en la empresa

Gustavo Yepes López plantea una serie de estrategias para que las escuelas de negocios den a conocer y hagan replicables los nuevos comportamientos empresariales que los futuros líderes del sector privado necesitan para enfrentar los próximos desafíos del desarrollo y el crecimiento.

La cercanía de la empresa con el arte y la cultura, bajo la perspectiva de la responsabilidad social empresarial, no está sujeta a experimentación; todo lo contrario, hay experiencias exitosas alrededor del mundo, apoyadas en cifras y balances cualitativos y cuantitativos. Olga Lucía Olaya Parra y Rodrigo Alberto Carvajal Cuenca

Alberto Espinosa afirma que para mejorar la educación y lograr un desarrollo sostenible en la sociedad es necesaria la existencia de una alianza entre el sector empresarial y las instituciones educativas, las cuales, aunque han mejorado en cobertura, deben profundizar en la calidad.

84 Modelos de negocios inclusivos en la base de la pirámide

responsabilidad sostenibilidad Además:

10 Editorial 46 Premio Compartir al Maestro 70 Charlas con RS 76 Asocolflores 82 Estudio RS 92 Normatividad 94 Reciclaje 98 Noticias 100 Buenas ideas 102 Agenda

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Casos

Empresariales La revista RS realiza un análisis de la estrategia de RSE de las compañías, resaltando sus fortalezas y oportunidades de mejoramiento.

Codensa y Emgesa

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Uniminuto

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responsabilidad sostenibilidad Consejo Asesor LUIS G. GALLO JAVIER JARAMILLO LUIS FELIPE JARAMILLO SANTIAGO MADRIÑÁN PEDRO MEDINA DANTE PESCE RAFAEL STAND FABIO TOBÓN Comité Editorial FELIPE ARANGO CLAUDIA CÁRDENAS ROBERTO GUTIÉRREZ JUAN CARLOS HERNÁNDEZ JOHN KARAKATSIANIS VÍCTOR HUGO MALAGÓN RAFAEL MATEUS ALEXANDRA OSPINA LUIS ERNESTO SALINAS JAVIER TORRES MARTA ELENA VILLEGAS BEATRÍZ WHITE GUSTAVO YEPES Gerente General Erick H. Pichot R. erick.pichot@rsrevista.com Director Administrativo y Financiero Javier Pineda Mahecha javier@gatosgemelos.com Asistentes YULY ALEXANDRA MOLINA CAMILO MORALES EMILSE MAHECHA Impresión TC impresores ltda.

ISSN: 2011-1894

Directora Irene bello gonzález irene.bello@rsrevista.com Editora claudia marcela ayala Gómez claudia.ayala@rsrevista.com Redacción IVONNE YULIZA GUERRERO ÁRDILA DANNY ARTEAGA CASTRILLÓN CAMILO ANTONIO FAJARDO LÓPEZ guillermo camacho cabrera redaccion@rsrevista.com Diseño y Diagramación Gatos Gemelos comunicación www.gatosgemelos.com Dirección de Arte Camilo A. Parra P. camilo.parra@gatosgemelos.com Coordinadora de Producción Leidy Joanna Sánchez leidy.sanchez@gatosgemelos.com Diseñadores carolina Arévalo VíCTOR LEONEL Gómez David Russi GUIDO DELGADO Fotografía Portada WILLIAM GONZÁLEZ GARCÍA Fotografía LEONARDO CIFUENTES JAIVER BONILLA Gerente Comercial CLAUDIA PATRICIA SÁNCHEZ claudia.sanchez@rsrevista.com Departamento Comercial HÉCTOR NAVARRO ZAIRA ZABALA PBX (1) 257 76 22 Ext. 104 Directora de Eventos MARÍA PATRICIA OSPINA patricia.ospina@rsrevista.com Suscripciones: SANDRA MILENA CASTAÑEDA PBX: (1) 257 76 22 Ext. 113 Cel. 310 850 77 23 suscripciones@rsrevista.com Información: info@rsrevista.com

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Oscar Cabrera Izquierdo Presidente Ejecutivo del BBVA para Colombia. Se ha desempeñado como director Corporativo de Planeación Financiera del BBVA en España. Egresado de la Universidad Complutense de Madrid, donde estudió una licenciatura en Ciencias Económicas y Empresariales, complementado con estudios en Alta Dirección en el IESE.

Fernando Casado Cañeque Director del Centro de Alianzas para el Desarrollo y Director Académico del Laboratorio de la Base de la Pirámide de la Universidad Pompeu Fabra en Barcelona, España. Asesor de organizaciones internacionales, como el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (Pnuma), El Banco Mundial, la División de Asuntos Sociales y Económicos de la ONU (Undesa), entre otras. Autor de los libros Las Alianzas PúblicoPrivadas para el Desarrollo y la RSE ante el espejo. Posee doctorado de la Universidad Central de Barcelona en Ciencias Económicas y Sociales, y un Máster de la Universidad de Columbia de Nueva York, especializado en Economía del Desarrollo y Periodismo.

Guillermo Hoyos Vásquez Actualmente es Director del Instituto de Estudios Sociales y Culturales, PENSAR, de la Universidad Javeriana de Bogotá; además. Colabora con la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), en los programas de Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS), y de Educación en Valores. Fue miembro del Consejo del Programa Nacional de Ciencias Sociales y Humanas (Colciencias). Ha sido profesor Emérito de la Universidad Nacional de Colombia en dos ocasiones.

Orlando Salinas Gómez Presidente del Consejo Directivo Nacional de la Asociación Colombiana de Facultades de Administración, Ascolfa. Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz. Es Administrador de Empresas de la Universidad Nacional de Colombia y Licenciado en Lingüística y Literatura de la Universidad Distrital. Magíster en Dirección Universitaria de la Universidad de los Andes. También ha efectuado estudios en Kellog Northwestern University y Berkeley Northwestern University entre los años 2000 y 2001.

Ramiro Restrepo González Consultor independiente y Presidente desde hace cinco años del Comité Técnico 180 del Icontec. Es precursor de la Guía Técnica Colombiana 180 en Responsabilidad Social. Miembro del Comité Espejo Colombiano ante la ISO en la discusión y construcción de la futura ISO-26000 en Responsabilidad Social. Ha sido Gerente de Gestión Humana del Grupo Corona, Vicepresidente de Gestión Humana de Cadenalco S. A., y Expresidente de la Asociación Colombiana de Relaciones de Trabajo (Ascort).

Pedro Medina Presidente de la Fundación Yo creo en Colombia. Se ha desempeñado como profesor de Desarrollo Empresarial en la Universidad de los Andes, Rosario y CESA. Es fundador de McDonald’s en Colombia. Ha sido reconocido como uno de los 20 empresarios del año por la Revista Dinero, como Colombiano Ejemplar por la Cámara de Comercio Colombo Americana y como uno de los 50 líderes menores de 50 años en Colombia por la Revista Cambio.


colaboradores

Omayra Parra de Marroquín Coordinadora del Observatorio Responsabilidad Social Universitaria; Docente Titular del Instituto Pensar de la Pontificia Universidad Javeriana. Fue Representante de Monash University para América Latina. Es Licenciada en Lenguas Modernas de la Pontificia Universidad Javeriana con Maestría en Estudios Latinoamericanos de la misma universidad.

Joaquín Garralda Vicedecano de Ordenación Académica y Director Académico de los programas Executive MBA del Instituto de Empresa. Secretario de la Asociación Española del Pacto Mundial y miembro del grupo de expertos de trabajo de AENOR sobre estándar de RSC y del Comité de RSC de AECA. Vocal de la Junta Directiva de la Asociación: Ética, Economía y Dirección (EBEN España). Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid, MBA por el Instituto de Empresa y obtuvo el diploma del I.T.P. por la London Business School.

Gustavo A. Yepes López Administrador de Empresas de la Pontificia Universidad Javeriana. Magister en Administración de Empresas de la Universidad Externado de Colombia. Aspirante al título de Doctor en Ciencias Empresariales de la Universidad Antonio de Nebrija, España. Director del Área de Gestión Social de la Facultad de Administración de Empresas de la Universidad Externado de Colombia.

Víctor Hugo Malagón Secretario General en Colombia de la Fundación Carolina. Economista de la Universidad del Rosario. Especialista en Integración en el Sistema Internacional de la Universidad Javeriana, con Máster en Acción Política y Participación Ciudadana, y MBA - Liderazgo Estratégico en España, como Becario de la Fundación Carolina. Becario del Programa Interamérica sobre Integración Continental de la Organización Universitaria Interamericana (OUI), en Canadá. Ha sido reconocido como uno de los ‘Diez jóvenes ejecutivos de Colombia’ en 2004, por parte de la Cámara Junior Internacional.

Olga Lucia Olaya Parra Doctora en Ciencias sobre Arte, Magister en Educación Especialista en Crítica e historia del arte. Licenciada en Bellas Artes, Consejera Mundial de la International Society for Education Through Art InSEA, Consultora y asesora de proyectos de formación artística y cultural a nivel nacional e internacional. Directora Ejecutiva de Ámbar: Corporación Cultural para la Investigación y el desarrollo del Arte la Cultura y la Educación Artística.

Rodrigo Alberto Carvajal Cuenca Especialista en pedagogía del Arte para Jóvenes. Gerente de proyectos especiales de la Línea de intervención de Ámbar: Arte y la Cultura en su empresa.

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editorial Sin educación no habrá desarrollo Reflexiones entre Capital Humano y Capital Social

En las últimas décadas, el mundo se ha visto estre­ mecido por acontecimientos que han vuelto a ensombrecer el horizonte de la humanidad. Nuestro país, en especial, ha pagado y sigue pagando un cruel tributo de dolor y de zozobra. El mundo, en general, vive hoy momentos de incertidumbre y dificultad, y es precisamente en tales instantes de confusión y crisis cuando necesitamos, como sociedad, tener la claridad de que los recursos y esfuerzos invertidos en la educación son, en el largo plazo, los más grandemente remuneradores. A propósito de la reflexión sobre temas de educación en una publicación que se dedica al análisis y difusión de la responsabilidad social en las organizaciones, considero opor­ tuno plantear la cuestión sobre la influencia de la educación sobre la construcción del capital social y de perfeccionamiento del capital humano, como una oportunidad de desarrollo en las prácticas de responsabilidad social de muchas organizaciones. Permítame, respetado lector, empezar recordando que existen dos corrientes que intentan definir y aplicar el concepto de Capital Social: por una parte, una corriente que llamaríamos “teórica” que lo sustenta en conceptos intangi­ bles y enfocados hacia el comportamiento y conducta huma­ nas, tanto a nivel individual como social (Coleman, Putnam, Fukuyama); por otro lado, existe una corriente que podría­ mos llamar “aplicada” que concibe el capital social en térmi­ nos prácticos y su influencia material en cuestiones como el desarrollo económico, la infraestructura, el medio ambiente, la regulación gubernamental, etc. (Dasgupta, Stiglitz, Shirley, Schultz). Definiciones de capital social como las de Francis Fukuyama nos indican que éste es capaz de acrecentar los beneficios de la inversión en capital físico y humano. Fukuyama, por su parte, define el capital social como “aquella parte del capital humano que permite que cada per­ sona confíe en el otro y que le hace avanzar a nuevas normas de cooperación social”; hace énfasis así en el predominio del factor confianza en una sociedad hablando de la “habilidad que tiene la gente de trabajar en forma cooperativa, en gru­ pos y organizaciones, basados en compartir ciertas normas y valores comunes que regulan su interacción”. Por otro lado, algunas definiciones tratan de acercase más a lo que anteriormente llamábamos corriente “aplicada” del pensamiento sobre capital social, ya que reconocen la exis­ tencia de un patrimonio colectivo que afecta de forma impor­ tante el crecimiento económico. Es así como esta visión incluye 12

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una serie de elementos que se alejan de la visión puramente teórica, tales como infraestructura y medio ambiente. Lo ante­ rior hace evidente que, aunque el capital social tiene una exis­ tencia propia, se ajusta dentro del concepto de capital humano. En este sentido el capital social potencia el capital humano y, de alguna forma, hace parte de él; sin embargo, ambos conceptos se identifican respecto del papel del capital social como patri­ monio colectivo que necesita de los conocimientos y desarrollos científicos y tecnológicos, además de la capacidad y confianza organizativa de los miembros de la sociedad. Para entender la correlación entre la formación de capi­ tal humano y social, podríamos acudir también a la definición de capital humano y capacidad humana que plantea el premio Nobel de Economía, Amartya Sen: “…el primer concepto (capi­ tal humano) se concentra en el carácter de agentes de los seres humanos, que por medio de sus habilidades, conocimientos y esfuerzos, aumentan las posibilidades de producción, y el segundo (capacidad humana) se centra en su habilidad para llevar el tipo de vida que consideran valiosa e incrementar sus posibilidades reales de elección. Ambas perspectivas están re­ lacionadas porque se ocupan del papel de los seres humanos y, en particular, de las habilidades efectivas que éstos logran y adquieren”. De esta forma, el nivel y la calidad de la educación recibida por la población, así como su experiencia productiva, determinan el potencial de ambos conceptos; el capital social potencia el capital humano, genera relaciones que amplían esa primera aceptación y nos ubica en predios conceptuales más extensos como el de la cultura misma. Desde el punto de vista de las organizaciones, es­ pecialmente aquellas dedicadas a la creación de valor y crecimiento, la teoría económica nos ha enseñado que la generación de la riqueza, crecimiento y desarrollo en una sociedad inmersa en la globalidad, ya no está determinada por aquellos estilos clásicos de capital físico, tierra, recur­ sos naturales y trabajo (entendido como mero esfuerzo fí­ sico), sino que en estas sociedades intensivas en el uso de tecnologías modernas y especializadas en la producción y comercialización de productos intangibles o servicios, cobra una relevancia especial el capital humano como factor que influye directamente en el proceso productivo y en el des­ empeño económico, es decir, habilidades, competencias, conocimientos y aptitudes que desarrolla el ser humano a través de su proceso cognoscitivo.


Victor Hugo Malagón Basto

En realidad, antes que un objeto de definición for­ mal, el capital humano se ha especificado en el estudio sobre la integralidad, intensidad y calidad de los procesos educativos y de formación profesional para el aprovecha­ miento colectivo de la inteligencia humana en pro de un mayor desarrollo individual, empresarial y social. Vistas así las cosas, se puede apreciar la importancia real de ésta va­ riable en la construcción y formulación de estrategias para el progreso colectivo y, en el ámbito microeconómico, en la definición de programas de responsabilidad social de las organizaciones comprometidas con el desarrollo del capital humano en sus distintos grupos de interés. Ejemplos de es­ ta cuestión serán abordados ampliamente y desde distintas perspectivas en esta edición de la revista RS. No es errado afirmar que sin promoción y formación de capital humano a través de esfuerzos en el perfecciona­ miento educativo y ampliación de las oportunidades para el acceso a la educación, no habrá desarrollo. Como aseguran Lucio, Paredes, Pinto, Posada y Rubio, autores de Formación de Capital Humano: “Es el elemento a partir del cual se cons­ truye, en un menor tiempo histórico, el proceso civilizador, se logra socialmente la comprensión de la globalidad y del rol individual en cada escenario, se habilita una participación económica con preservación de la decisión personal y con el discernimiento que implica un consumo moderno, y se puede convocar a que la colectividad, en torno a una base mínima axiológica, ética y social, haga de la ley como su intérprete, un verdadero referente general”. La inversión en capital humano a través de la edu­ cación aumenta la capacidad de aprendizaje, la motivación y capacidad de trabajo de las personas. Por estas razones, aumenta su productividad potencial y su calidad de vida. Las teorías del crecimiento endógeno, desarrolladas a partir de mediados de los ochenta, asignan un rol vital al capital humano como fuente de mayor productividad, competiti­ vidad y crecimiento económico. De esta manera, aquellos modelos que proponen el diseño de sistemas sostenibles de inversión en la capacitación y educación de talento humano cobran especial interés en momentos de crisis e incerti­ dumbre. Por ejemplo, la inversión en los llamados “fondos de talento” o “fondos de capital humano” ofrece niveles ra­ zonables de rentabilidad, promueve el desarrollo educativo y el acceso a las oportunidades de educación tan caras a

las expectativas del ciudadano promedio en países como el nuestro, diversifica el riesgo de los inversionistas y es, en sí misma, una acción socialmente responsable porque, en definitiva, está ayudando a generar desarrollo social. En este sentido, y según el también premio Nobel Robert Lucas, tradicionalmente se distinguen dos efectos importantes de la educación como formadora del capital hu­ mano sobre el crecimiento económico. El primero, conocido como el “efecto interno”, se refiere a la mayor productividad o eficiencia que la persona adquiere con mayores niveles de educación o entrenamiento en sus labores, que se refleja en mayor productividad laboral y empresarial, convirtiéndose en una de las principales fuentes de competencia esencial y dife­ rencial de las organizaciones y por lo tanto en activo intangible de su sostenibilidad y competitividad. El segundo, el “efecto externo”, es aquel beneficio generado por mayores niveles de escolaridad de la sociedad o por innovaciones tecnológicas que se intercambian entre las empresas y organizaciones. Es decir, es un efecto social, no individual, que indica que aque­ llas sociedades con mayores niveles de educación son más productivas y dinámicas que las demás. En otras palabras, este efecto también se refleja en mayor productividad de la sociedad y mayores tasas de crecimiento económico. Para alcanzar niveles avanzados de capital humano que redunden en beneficios visibles en el orden social, se ne­ cesita claridad y persistencia en las políticas educativas y de recursos humanos de todas las organizaciones, el reconoci­ miento social de que esta tarea representa una prioridad gene­ ral vital y la consolidación en el tiempo de complejos procesos socioculturales, estos últimos especialmente difíciles en el caso colombiano. De ahí la importancia de la reflexión sobre el papel definitivo que cumplen en nuestra sociedad distintos tipos de organizaciones comprometidas con la prioridad de la educación como garante del perfeccionamiento del capital humano y social. Esta edición de la revista nos propone, en­ tonces, un gran reto para la consolidación de un criterio más amplio en la teoría y en la práctica acerca de los planteamien­ tos, consideraciones y compromisos de las organizaciones al­ rededor de la educación; la observación de ejemplos reales de iniciativas de responsabilidad social en este sentido y, sobre todo, una oportunidad para ampliar e integrar conceptos que configuren una visión algo más completa de la educación co­ mo fórmula ineludible para el desarrollo. RS

El Capital Social y el Capital Humano son conceptos interdependientes, de los que depende la calidad de la educación recibida por la población y su experiencia productiva.

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entrevista


Eulalia Arboleda “El éxito de las mujeres en la banca es producto de la disciplina y la metodología”

Para la presidente del Banco Caja Social Colmena BCSC, el papel del género femenino ha sido significativo en el sector financiero. La ejecutiva habló con la revista RS sobre el impacto social de la banca en el contexto de la RSE.

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Para la presidente del Banco Caja Social Colmena BCSC, Eulalia Arboleda, no es “común encontrar a presidentes del género femenino en entidades bancarias”, no obstante, el número de mujeres que han ocupado estos cargos en la banca resulta mucho mayor que en otros sectores de la economía, como el industrial o el manufacturero. Para la ejecutiva, esta tendencia se debe a que el perfil de la mujer “ha jugado un papel importante en el tema del servicio en las responsabilidades, en la misma metodología y disciplina con que maneja el asunto”, explica, teniendo en cuenta la importancia de estos aspectos en el delicado sector financiero. De esta manera, existe “una sinergia interesante entre el género femenino y el éxito de su gestión, tanto en la gerencia de las oficinas bancarias como en la asesoría comercial”, agrega. Con más de 22 años de experiencia en el sector financiero, esta economista de la Universidad Javeriana, con un

programa de Alta Gerencia en los Andes, se refiere también a la responsabilidad social empresarial de las organizaciones como un concepto propio del empresario y no como un elemento para manejar la coyuntura. Con más razón, en el caso particular colombiano, “necesitamos que se desarrolle con compromiso, responsabilidad y profesionalismo”, asegura. En este contexto, destaca que un empresario socialmente responsable puede llegar a manejar de una forma más adecuada una situación económica difícil o de menor dinámica, que uno que no lo es, puesto que su recurso humano se encuentra mejor gestionado y, además, posee mayor capacidad de retener a sus clientes al ofrecerles servicios que responden realmente a sus necesidades y expectativas. De esta manera, “cuando el empresario es transparente en el manejo de sus ofertas y cuando busca una satisfacción genuina, su compañía tiene la posibilidad de manejar la disminución económica que experimenta el país”, asevera.

un empresario socialmente responsable puede llegar a manejar de una forma más adecuada una situación económica difícil o de menor dinámica, que uno que no lo es.

Servicios de calidad en el contexto de la RSE

“Yo creo que si una organización quiere trabajar en forma completa y genuina el concepto de la RSE, debe contar con el compromiso de sus accionistas y, desde luego, con el de las altas directivas, pero entendiendo lo que esto significa en su relación y gestión empresarial”, expresa Eulalia Arboleda. Opina que el verdadero concepto ha evolucionado y va mucho más allá de la filantropía; nace en la forma como la compañía gestiona su principal negocio. “Creemos que el empresario socialmente responsable tiene que entender el tema con esa dimensión”, afirma, lo cual equivale a ofrecer a la sociedad productos y servicios que respondan a sus necesidades, y a cumplir sus compromisos hacia el interior de la organización, promoviendo el desarrollo de sus colaboradores y empleados, así como el bienestar de sus accionistas. Según la Presidente del BCSC, el tema también ha progresado en el sector

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entrevista financiero colombiano. Revela que en la Asobancaria, que agrupa a las entidades bancarias del país, se ha construido un comité de RSE. “Hoy se divulga anualmente una especie de balance social de toda la banca, obtenida mediante una encuesta que se recibe de cada miembro”, ratifica. Este informe consolida el alcance del sector, desde el punto de vista social, en cuanto a impuestos, generación de empleo, valor agregado, entre otros aspectos.

El impacto social de la banca

En este contexto, uno de los aspectos más relevantes en torno a la RSE en el gremio, consiste en el grado de bancarización en el país. “Un impacto social importante se logra al vincular a la población colombiana que no ha tenido acceso ni posibilidad de ingresar al sistema financiero formal”, explica. La idea es que este segmento del mercado pueda obtener servicios que le facilite posibilidades de crecimiento y desarrollo. En el marco de este propósito, la banca maneja indicadores anuales sobre el número de colombianos nuevos que

“En Colombia no hay crisis” Con respecto a la crisis financiera internacional, afirma que la recesión económica que experimentan otros países no corresponde necesariamente con la situación de Colombia. “Aquí no hemos hablado de recesión todavía, aunque sí de una desaceleración o de un menor crecimiento económico”, expresa. En este sentido, si bien algunos sectores de la Nación resultan más impactados que otros, no se evidencia una crisis como tal. Aún así, añade, “el país ha venido entendiendo esas realidades y ha tomando decisiones en política monetaria y económica que buscan minimizar los efectos que pueden ocurrir en el ámbito local”. Para ella, aunque el país experimenta una desaceleración en el sector manufacturero e industrial, y una menor demanda efectiva en el país, el sector financiero se encuentra en buena posición desde la solvencia y desde los sistemas de gestión de riesgo (riesgo de crédito, operativo, entre otros). Menciona además que en Colombia han existido cambios normativos interesantes en los últimos años que han llevado al sector a obtener “una posición más sólida y con mucho más respaldo y solvencia que la del año 99”, cuando experimentó la crisis hipotecaria.

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acceden al sistema, los cuales “muestran que se está llegando a sectores que antes no eran atendidos”. En este punto adquiere trascendencia el concepto de microfinanzas, como mecanismo para atender las necesidades financieras en sectores determinados de la población, como son las microempresas y, de esta manera, “ayudarles a conseguir un vehículo que les permita su desarrollo integral”, asegura. De igual forma, destaca la importancia de los espacios de discusión y debate generados por el gremio, el Gobierno y la academia para buscar soluciones a los obstáculos en torno a los procesos de bancarización. La ejecutiva indica que en el proceso de bancarización se ha encontrado la necesidad de brindar servicios más integrales (cuentas de ahorro, cuentas corrientes, seguros, entre otros) y no sólo el mero sistema de crédito.

El conocimiento del cliente y la calidad de cartera

Con respecto a la capacidad de pago de este tipo de clientes, explica que “el secreto está en identificar su perfil,



entrevista

“Si uno se equivoca en la forma como se aproxima al cliente en su oferta de servicios y lo endeuda mucho más de la capacidad misma que tiene de pagar sus obligaciones, pues seguramente el resultado final será un problema de calidad de cartera”.

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sus niveles de informalidad y su grado de cultura financiera”. Así las cosas, en la medida en que las instituciones bancarias diseñen un modelo de relación que tenga en cuenta estas condiciones socioeconómicas, obtienen un conocimiento adecuado de las unidades productivas y, por consiguiente, pueden adecuar el producto o servicio a esa realidad. “Si uno se equivoca en la forma como se aproxima al cliente en su oferta de servicios y lo endeuda mucho más de la capacidad misma que tiene de pagar sus obligaciones, pues seguramente el resultado final será un problema de calidad de cartera”, expresa. No obstante, opina que la experiencia en Colombia desde las ONGs y desde los bancos que han tenido un acercamiento adecuado es favorable, puesto que existe capacidad de pago en este segmento de la población y, sobretodo, una “moralidad comercial muy positiva”. Desde esta perspectiva, la empresaria se refiere a otra modalidad de acercamiento, que consiste en redes de cobertura de acceso a zonas en las cuales no ha existido una presencia importante de la banca. “La figura de corresponsales no bancarios, que fue autorizada por el Gobierno hace un par de años, ha sido

una iniciativa importante a través de la cual se está llegando a zonas rurales o a sectores de las ciudades que, por su difícil situación o por lo costoso que resulta la operación ahí, no han contado con una oficina bancaria tradicional”, explica. Este agente económico de barrio en la zona, “llámese tendero o una persona que maneja una droguería, por ejemplo, se compromete a prestar unos servicios financieros básicos mediante un convenio”, explica. De esta forma, los habitantes del sector no necesiten desplazarse a otras zonas de la ciudad en donde ya existe oferta. La empresaria destacó, además, la preocupación por involucrar a estos segmentos del mercado en el contexto de la proliferación de mecanismos de crédito no formales, los cuales no sólo resultan costosos para los clientes sino que poseen esquemas de cobro poco ortodoxos. “Muchos de los productos que ha venido diseñando la banca tienen como finalidad llegarle a sectores que muchas veces terminan metidos en este tipo de ofertas, debido a que carecen de medios adecuados que les permiten obtener una solución real a su esquema de financiación”, concluye. RS



tema central 24

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Educación para el

consumo calificado de la sociedad

El sector empresarial colombiano, a propósito de su participación en el sector educativo, no debe limitarse a la filantropía, sino que debe llevar a cabo acciones de responsabilidad social empresarial que impacten positivamente en la calidad de la educación.

E

“Es difícil que un grupo humano entienda la educación en el contexto de la responsabilidad social de la manera como lo hacen los empresarios”, afirma Guillermo Carvajalino, uno de los fundadores de la organización Empresarios por la Educación y quien dirige la Fundación Desarrollo Institucional para las Organizaciones Sociales (DIS). Según el directivo, los empresarios asumen la trascendencia de este tema desde dos perspectivas: la necesaria capacitación de la mano de obra para el bienestar de su negocio y el hecho de que ellos mismos han gozado de oportunidades de formación mayores al promedio de la población. Explica que, de acuerdo con la encuesta sobre RSE que realiza periodicamente la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), una de las principales áreas de inversión en este contexto corresponde a la educación, la cual es dirigida por la empresa a su propio grupo humano o a la sociedad en general. Los resultados de la encuesta 2007-2008 muestran que el 82,8% de las compañías participantes realizan formación y capacitación de sus empleados, y el 77,6% desarrollan programas relacionados con educación. También revelan que, con respecto a los grupos involucrados, el 90% de las firmas tienen como prioridad el trabajo con los empleados, en el ámbito interno y el 71,2%, con la comunidad, en el ámbito externo.

Formación ciudadana y estándares de calidad

“La empresa requiere invertir en educación porque así obtiene mayor competitividad, equidad social y estabilidad en el ámbito político”, afirma el directivo, refiriéndose al impacto que ejerce en la sociedad la intervención del sector privado en este sentido. De tal forma, la educación contribuye con al menos tres aspectos trascendentes: el primero consiste en que la sociedad necesita desarrollar habilidades para que las compañías puedan crecer, desarrollarse y competir en los mercados internacionales. El segundo punto guarda relación con el hecho de que cuanto más equitativa resulta una sociedad, ésta cuenta con consumidores que exigen a sus empresas una mayor responsabilidad social y, por tanto, practican un consumo más calificado de los productos y servicios. En su opinión, este comportamiento “calificado” de los clientes beneficia a la empresa desde dos puntos de vista: la obliga a poseer mayores estándares de calidad y la libra de desperdicios por el uso erróneo de sus productos. De igual forma, constituye una oportunidad a largo plazo para aumentar la competitividad de la compañía, puesto que eleva el nivel de la industria del país, aunque en el corto plazo la situación obligue a desplegar un esfuerzo considerable. Por último, se refiere a la relación directamente proporcional que existe entre una ciudadanía educada y un sistema político sostenible, “menos sensible a la demagogia y más sensible al voto responsable”, expresa.

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tema central

Guillermo Carvajalino Director Ejecutivo de la Fundación DIS y Fundador de Empresarios por la Educación

Los empresarios deben complementar las actuaciones generosas con intervenciones que permitan influir en la calidad de las políticas educativas, con el fin de lograr cambios o transformaciones más sostenibles.

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El cambio sostenible desde las políticas públicas

Para Carvajalino, aunque los resultados de la encuesta de la ANDI muestran que la mayoría de los empresarios invierten en educación como parte de su estrategia de RSE, existe una fuerte tendencia a realizar acciones filantrópicas en torno a ese fin, lo cual, si bien puede ayudar, no cambia o mejora sustancialmente el tema de la educación. Desde esta perspectiva, los empresarios deben complementar las actuaciones generosas con intervenciones que permitan influir en la calidad de las políticas educativas, a fin de lograr cambios o transformaciones más sostenibles. “Si el empresario dona computadores a una escuela y no existen políticas que incentiven su uso, éstos terminan archivados”, indica. De tal manera, reitera la necesidad de estimular la acción corporativa desde las políticas educativas en el ámbito regional (municipal y/o departamental) y nacional, mediante el apoyo al Ministerio de Educación Nacional, a las secretarías de educación y a las autoridades locales, para mejorar la gestión de las escuelas. Afirma además que en este punto adquieren gran valor el conocimiento, el liderazgo y la capacidad de convocatoria de los empresarios para la ejecución conjunta de acciones concretas. “Muchas veces la ayuda no está representada en dinero sino en el tiempo que ellos invierten en el acompañamiento”, expresa el precursor de Empresarios por la Educación, quien además afirma que ha comenzado a avanzarse en esta dirección, puesto que en al menos 13 departamentos de Colombia, existen empresarios que apoyan la gestión de las políticas educativas locales y regionales. El directivo opina que las compañías deben orientar su trabajo con una escuela en particular o con un grupo de escuelas, de la misma manera. Destaca la creciente participación de empleados voluntarios que dedican parte de su tiempo a brindar asesoría en algunos colegios, con el propósito de que éstos mejoren su administración en temas de planeación. De igual forma, manifiesta que si bien el país ha logrado mejorar de manera sustancial la cobertura de la educación, aún falta mucho por avanzar en el tema de calidad, para lo cual resulta trascendente el papel de la empresa privada. RS



opinión

Responsabilidad social universitaria: Autonomía, Acreditación, “Accountability”

Un camino para que la sociedad civil aprenda pluralismo y tolerancia es desde la universidad, un espacio donde la comunicación y el diálogo tienen libertad. Por eso la importancia de la responsabilidad social de la universidad, la cual consiste en educar la ciudadanía para que ésta sea incluyente y comprometida con el bien común.

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Si se piensa que primero se habló de responsabilidad social empresarial (RSE), en desarrollo de la pregunta por la ética empresarial o por la ética de los negocios y las or­ ganizaciones, y sólo muy recientemente se propuso el tema de la responsabilidad social universitaria (RSU), pudiera surgir la sospecha de que esta secuencia corresponde a al­ go nefasto: la confusión de un problema real, caracterizado como el de las relaciones entre universidad y empresa, con un sentido de universidad como empresa. La sospecha bien puede motivarse y justificarse por el desarrollo en los últimos años, especialmente de las universidades privadas, al cual tampoco han sido ajenas muchas de las públicas, hacia empresas del conocimiento. Esto ha llevado a que la responsabilidad social universitaria se comprenda muchas veces como un tipo de responsabili­ dad social empresarial. Quiero aquí plantear que la pregunta por la respon­ sabilidad social universitaria está mal planteada si se la en­ tiende en analogía con la responsabilidad social empresarial, como si lo ético le adviniera en cierto sentido a la universidad desde fuera, como sí le adviene en cierta forma a la empresa. Es necesario volver a la vieja idea de universidad, su proyec­ to fundacional en occidente, para comprender que es ella misma la fuente del sentido de responsabilidad social, ante todo de la universidad misma, y por supuesto de la empre­ sa. Es un síntoma de que la universidad está perdiendo su identidad, cuando gentes de buena voluntad creen que hay que preguntar por el sentido de su responsabilidad social en cierta especie de emergencia terapéutica. Por tanto, no creemos que la universidad en cuanto tal, tenga que aprender responsabilidad social, por ejemplo, de la religión o de la política, y menos aun de la administración. Bas­ taría con que ella se reconociera e identificara con su idea co­ mo “universidad sin condición (gracias a las ‘humanidades’)”, en el sentido propuesto por Jacques Derrida en Stanford en abril de 1998 y de nuevo en Frankfurt en el 2000. Allí dijo que la universidad del futuro debería ser totalmente libre: en ella no debería obstaculizarse de ninguna forma la investigación. Y enfatizó: de lo que se trata en última instancia en la univer­ sidad es de la verdad; y hablaba especialmente de las cien­ cias del espíritu: “Las preguntas orientadoras que habría que considerar en esta universidad deberían ser, por ejemplo, las preguntas por los derechos humanos, la diferencia de género o el racismo. En esta universidad hay que trabajar filosóficamen­

te. Se desean análisis de conceptos, pero también resistencia. Una universidad libre es también una universidad sin poder; la universidad se comporta con respecto al poder ‘como un extra­ ño’. Finalmente la verdadera universidad debería ser un lugar donde lo impredecible pudiera volverse acontecimiento”. Una universidad que realiza su proyecto en el hori­ zonte de la utopía y de la crítica; que fomenta las ciencias del espíritu; que se ocupa de los problemas más relevantes de la sociedad, en especial de los derechos humanos tanto civiles y políticos como materiales, está precisamente constituyendo el sentido mismo de la responsabilidad social como tarea para la sociedad civil, para sus estamentos y sus egresados. Por eso, cuando se considera necesario hablar de responsabilidad social de la universidad es por­ que ésta perdió su brújula y necesita una reorientación que le permita volverse a encontrar con su razón de ser: orientar a la sociedad partiendo de las famosas preguntas de Kant: ¿Qué puedo conocer?, ¿qué debo hacer?, ¿qué me es per­ mitido esperar?, ¿qué es el hombre? Una universidad que no ha olvidado estas preguntas es porque sigue apostándole al cultivo de la humanidad me­ diante las ciencias, la moral y la cultura. Por ello, lo primero que debería resolverse al preguntar por la responsabilidad social universitaria, es si la universidad actual puede com­ prender este vocabulario. No es difícil que responda con la solución de un cuestionario con una serie de indicadores de desempeño y con resultados, como se dice hoy, que la acredi­ ten en el mundo de la competitividad, en el cual se confunde la autonomía kantiana con la tan en boga “accountability” —naturalmente en inglés—, porque también la universidad colombiana se está olvidando de pensar en español. Entonces, la universidad, sin la sensibilidad mo­ ral para percatarse de los males de la sociedad, no po­ drá ni siquiera justificarse a sí misma. Hay que reconocer que el debate radical acerca de la responsabilidad social de la universidad se debe a las presiones sociales que le exigen que justifique sus privile­gios ya que, hasta ahora, sus rendimientos culturales se han revelado como asom­ brosamente pobres. “Pues cuando varias críticas externas muy diferen­tes de la universidad —algunas profundamente hostiles, otras no hostiles, pero todavía profunda­mente crí­ ticas— han propuesto, desde fuera de las univer­sidades, pautas por las que tendrían que valorarse los éxitos de las universidades contemporáneas, y a tenor de las cuales ten­


Guillermo Hoyos Vásquez

drían que distribuírseles de ahora en adelante los recursos y los privilegios, los portavoces oficiales del statu quo aca­ démico han respondido, con raras excepciones, con tarta­ mudeantes inepti­tudes”, señala Alasdair MacIntyre en Tres versiones rivales de la ética. Por tanto, la responsabilidad social universitaria es un llamado, ante todo, a la universidad misma para reconocerse en su tradición: la de la mayoría de edad, la de la paz perpetua, la de una federación mundial y de la ciudadanía cosmopolita, la de la justicia como equidad, la de un nuevo humanismo en esa prodigiosa idea de la relación entre la teoría y la praxis que Kant formulara al principio de sus críticas, como la posibili­ dad del hombre de pensar con sentido aquello que no puede conocer. Porque gracias a la ciencia moderna parece que po­ demos ir siendo amos y poseedores de la naturaleza, pero el problema de la responsabilidad tiene que ver con un sentido de trascendencia, relacionado íntimamente con la libertad y la moral, la finitud humana y el sentido de intersubjetividad, la utopía del bien y lo sublime y el principio esperanza. Es en el diálogo de los saberes en el que la univer­ sidad puede ir haciendo sugerencias a la sociedad civil; porque “no es el filósofo, son los ciudadanos los que deben tener la última palabra”, afirman Jürgen Habermas y John Rawls en Debate sobre el liberalismo político. Lo fascinante de una universidad sin condición es constituirse en el espacio libre de la comunicación y el diálo­ go, en el que prima el comprender intersubjetivo como con­ dición absoluta de todo saber y en el que dicha comprensión significa el reconocimiento del otro como diferente en su diferencia y por tanto como interlocutor válido. Este es el clima y el talante de la ética discursiva y de la política deli­ berativa. Por tanto, lo primero que debe procurar la universi­ dad es educar para la ciudadanía de suerte que la sociedad civil aprenda pluralismo y tolerancia, sea incluyente y capaz de comprometerse políticamente por el bien común. Pero si la universidad ha perdido su sentido de crítica, de utopía; si su vocabulario ya no conoce ethos, humanismo, cooperación, ¿de dónde podrá sacar recursos para la respon­ sabilidad social empresarial en tiempos de crisis? ¿Dónde aprenderá solidaridad para ser sensible a la verdadera pro­ blemática de la desigualdad, la pobreza y la injusticia? Ya Marx en su momento, en los Manuscritos económicos filosóficos de París (1844), había señalado los peligros de una ciencia económica sin sensibilidad moral, algo seme­

jante a lo que pensaba Adam Smith, autor de La riqueza de las naciones y también de La teoría de los sentimientos morales. Ambos parecen haber previsto que la economía, como sucede hoy en día, dejada a sus propios principios, puede perder su norte. “La economía política (ciencia del capital) no conoce al trabajador parado, al hombre de trabajo, en la medida en que se encuentra fuera de esta relación laboral –relataba Marx en los mencionados Manuscritos—. El píca­ ro, el sinvergüenza, el pordiosero, el parado, el hombre de trabajo hambriento, miserable y delincuente son figuras que no existen para ella, sino solamente para otros ojos; para los ojos del médico, del juez, del sepulturero, del alguacil de los pobres, etc., son fantasmas que quedan fuera de su reino. Por eso, para ella, las necesidades del trabajador se reducen solamente a la necesidad de mantenerlo durante el trabajo de manera que no se extinga la raza de los trabajadores”. ¿Será que la universidad de hoy es capaz de recobrar su sentido de responsabilidad social, su sensibilidad moral y sus recursos ético-políticos, para reconstruir en diálogo con la economía política y con la empresa y la sociedad civil y el Estado, el auténtico sentido de responsabilidad social antes de que expertos en evaluaciones, mediciones, procedimientos, Marketing (¡en inglés, naturalmente!), competitividad e indicadores conviertan tan noble título en mero diploma? “Una conciencia de aquello que falta” se titula un librito que recoge la reciente discusión sobre filosofía de la religión en esta sociedad postsecular de hoy, entre el filósofo alemán Jürgen Habermas y jesuitas de la Facultad de Filosofía de Munich. Habermas que venía insistiendo en la posibilidad de enriquecer la discusión pública política con el mensaje moral de ciertas religiones, orienta con esta expresión el sentido de su tesis: la religión puede ayudar­ nos, también a los no musicales religiosamente, a hacer conciencia pública de lo que nos falta. La responsabilidad social empresarial antes que permitir a las empresas pa­ vonearse, al estilo de los políticos, de todo lo bueno que hacen, debería hacerlas sensibles de lo que nos falta y animarlas a acometer las tareas que puedan lograr menos pobreza, menos sufrimiento y exclusión, menos injusticia y desigualdad, menos autoritarismo y discriminación, menos violencia, en una sociedad que pueda orientarse, más con sus recursos de cooperación que con estrategias de compe­ titividad, hacia la paz perpetuamente. RS

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tema central

Alberto Espinosa, Presidente Alina S.A.


Un camino de bienestar hacia la educación

La alianza entre el sector empresarial y las instituciones educativas son el tejido de un nuevo camino que brinda garantías al mejoramiento de la calidad de la educación y al desarrollo sostenible de la sociedad.

E

En la actualidad, la mayoría de instituciones educativas, según Alberto Espinosa López, actual presidente de Alimentos e Inversiones de Colombia, Alina S.A., y uno de los precursores del proyecto Jóvenes Líderes Siglo XXI, no parecen concentrar suficiente atención en las herramientas de orientación estratégica, la cultura organizacional y su filosofía como institución, lo que genera fallas en el proceso de gestión y, por ende, en la calidad de la educación. Por esta razón, opina que es importante que las empresas realicen un acompañamiento a los colegios de todo el país para mejorar su calidad, implementando herramientas de gestión empresarial, tal como lo propone el programa de la Fundación Crem Helado “Jóvenes Líderes Siglo XXI”, que desde 1993 ha vinculado a 644 colegios, 268 empresas y 512 voluntarios en 10 ciudades del país. Asegura que la principal consecuencia de la falta de identificación de los proyectos de vida de las personas que hacen parte de la institución es que éstas vivan el día a día sin objetivos claros y sin un plan estratégico, lo cual finalmente se refleja en los resultados de la educación que se les brinda a los estudiantes. Esta es la razón principal para que las empresas entren en acción y puedan ser una guía para el camino de la educación. Sin embargo, cualquier iniciativa que desee alinear la gestión empresarial para acompañar los procesos de mejoramiento de la calidad, según el experto, debe poseer un núcleo fundamental: el individuo. “Una organización no es mejor que los seres humanos que la componen, y si partimos del mejoramiento personal de los directivos, los maestros y los padres de familia podremos llegar a estimular a los estudiantes para que construyan un proyecto de vida adecuado y puedan optimizarse los resultados de la institución”, aseguró. La construcción de alianzas sostenibles con el sector empresarial posee otros atributos que agregan valor a la gestión de las instituciones educativas. “Programas como Jóvenes Líderes Siglo XXI, u otras iniciativas por parte de Empresarios por la Educación, tienen la ventaja de que son proyectos de doble vía en los que las empresas aportan las herramientas de gestión y los colegios les enseñan a generar cambios constructivos a través de las experiencias vividas con la comunidad estudiantil”, dijo.

Educación y cobertura

A pesar de que las instituciones educativas han mejorado en cobertura, como lo expresa Alberto Espinosa, aún hace falta que se pro-

fundice en la calidad, razón por la cual, las empresas deben aportar de su tiempo, y no de sus ingresos, a través de trabajos voluntarios que vinculen proyectos de gestión moderna. Al ser la educación un vehículo de gran impacto para el desarrollo económico y político de la sociedad, las empresas, sin importar el sector al cual pertenecen, “deben entender que su compromiso con las instituciones educativas puede generarles grandes beneficios. Uno de ellos será que los estudiantes obtengan no sólo conocimientos específicos sobre historia o geografía, sino un modelo de vida que desempeñarán en comunidad”, aseguró el Presidente de Alina S.A. Asimismo, agregó que “los que estamos comprometidos con el tema de la educación, estamos convencidos del alcance que se puede tener cuando contribuimos a la sociedad, mejorando la calidad de una institución educativa, o asegurando que haya políticas públicas adecuadas, porque estamos realizando un aporte significativo a largo plazo”.

Jóvenes Siglo XXI

Uno de los programas en el que las empresas y los colegios están trabajando para el mejoramiento de la calidad educativa es Jóvenes del Siglo XXI. “El objetivo de este programa –explicó Alberto Espinosa, quien fue uno de sus precursores— es llevar a cabo un proceso de conceptualización y sensibilización de la calidad de educación actual, para que cada una de las personas de la institución, incluyendo padres de familia, reconozcan cuáles son sus creencias, valores, misión y su filosofía de vida. De esta forma, se pueden reconstruir y orientar estratégicamente la cultura organizacional de cada colegio”. Opina que, a través de este programa, sí se puede reconstruir el modelo de gestión de cada institución con la ayuda de las empresas. “Si un colegio no sabe cuáles son sus metas, su misión y su visión, mucho menos los estudiantes podrán realizar su proyecto de vida porque partirán sin bases sólidas que les permitan enfrentar y generar un proyecto de vida a mediano y largo plazo. Este programa les enseña a ser cada día mejores seres humanos”. Aunque el experto asegura que en la actualidad hay alianzas consolidadas entre empresas e instituciones educativas, cree que aún falta mucho trabajo por hacer, e invita a todo el sector privado a que adhiera a algún proyecto que beneficie la calidad de educación del país y así construir una sociedad mejor para todos. RS

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opinión Oscar Cabrera Izquierdo Presidente de BBVA Colombia

Educación,

clave de la competitividad

La capacidad de fomentar una educación de calidad en todas las escalas es limitada en los países en desarrollo, por lo que resulta fundamental y complementaria la vinculación de la empresa privada a estos procesos.

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No cabe duda, la competitividad de las sociedades actuales se mide por la educación que en ellas se imparte. Entendida como la suma de prácticas sociales que estimulan el aprendizaje, la educación es un proceso abierto y constante que compromete a todas las personas y, por supuesto, a las instituciones. Así, como palanca, la educación impulsa a la socie­ dad hacia su desarrollo y genera dinámicas y movimientos al interior de sus miembros que se reflejan en su avance o rezago: a mayor educación mayor desarrollo. Pero no es sólo desarrollo lo que impulsa la acade­ mia, la capacitación, el acceso a la información y todo el universo que se genera a partir de los procesos educativos y formativos propios de una sociedad interesada en el de­ sarrollo, también genera equidad, solidaridad y capacidad real en la toma de decisiones. Una sociedad formada y capacitada tendrá mayores posibilidades de ser el escenario ideal para que los nego­ cios que en ella se generen, tengan la probabilidad de desa­ rrollarse, y que sus beneficios alcancen a un mayor número de sus integrantes. En esencia, la educación es un factor generador de igualdad porque permite a todos los que se educan, ingresar a un nuevo escenario de visualización de su vida y de su entorno, es decir, un individuo con acceso a la educación es un ‘jalona­ dor’ de progreso y de oportunidades para quienes lo rodean. Países como Japón, EE.UU. e, incluso, varios euro­ peos, han tenido grandes periodos de crecimiento sosteni­ do, ya que sus necesidades de aplicar sistemáticamente el conocimiento a la producción, han vuelto más importantes la educación, la capacitación técnica y la formación labo­ ral. Ellos han entendido que la inversión en educación es la más importante para un país y, claramente, esto aplica también para las empresas. Por eso en BBVA decidimos que nuestras inversio­ nes en materia de responsabilidad corporativa sean inver­ tidas en educación, por tratarse de la más eficaz palanca de desarrollo y la más eficiente forma de alcanzar equidad social para los ciudadanos. Por otro lado, hemos entendido también que el pa­ pel del sector privado resulta fundamental a la hora de su­ mar esfuerzos. Es conocido por todos que la capacidad de

fomentar una educación de calidad en todas las escalas es limitada en los países en desarrollo, por lo que resulta fun­ damental y complementaria la vinculación de la empresa privada a estos procesos. Por esto, resulta importante una alianza firme y cons­ tante entre los sectores público y privado con el fin de llevar a cabo prácticas educativas serias en el seno de la sociedad, especialmente en la capacitación y formación de niñas, niños y jóvenes en busca de un camino que permita en un futuro cercano crear las condiciones necesarias para que el desarro­ llo económico sea una realidad y toque a todos por igual. La educación, a pesar de tener un fin en sí misma, parece cumplir con dos funciones fundamentales: en térmi­ nos sociales, distribuir el conocimiento; y en términos in­ dividuales, la preparación para asumir determinados roles. Estas funciones, quiérase o no, están ligadas de manera indisoluble a los procesos económicos, históricos y sociales que afectan hoy las naciones del mundo y, en ese marco, se deriva su fortaleza o debilidad. Hoy, el sector financiero es uno de los llamados a contribuir en este objetivo que se ha trazado la sociedad y esto significa un reto de mucha importancia porque es en esencia aportar de manera voluntaria al verdadero y cons­ tante desarrollo de la sociedad colombiana. Prácticas responsables de negocios, principios éticos en la proyección de su crecimiento, equidad y solidaridad en el manejo de las utilidades son principios que comien­ zan a hacer carrera en el ámbito bancario como modelo empresarial en las sociedades en las que actúa. La búsqueda del modelo ideal de la sociedad debe partir de los estamentos que la lideran y así, entonces, en BBVA estamos dando pasos a través de proyectos de inclu­ sión educativa, de reforzamiento alimentario de permanen­ cia escolar y de acceso a educación superior. Cabe destacar que el reto es para todos, no sólo para las instituciones públicas y las empresas, el reto es muy ambicioso e implica también el compromiso de to­ dos los actores de la sociedad colombiana, sobre todo de las personas, quienes somos en últimas los que hacemos posible que las instituciones existan, sean dinámicas y se constituyan en motores de desarrollo, para construir un fu­ turo mejor para todos. RS



tema central

La responsabilidad social empresarial

vincula al arte y la cultura

L

La responsabilidad social empresarial (RSE) ha generado una importante dinámica en la sociedad contemporánea, pues moviliza los ejes de impacto para el desarrollo humano sostenible y, por lo tanto, redimensiona índices e indicadores de aquello que hemos decidido llamar fundamental en la perspectiva humanizadora y responsable que conlleva efectos en las personas, que al estar vinculadas a un modelo de organización empresarial, consolidan proyectos que trascienden el ámbito ocupacional. El Siglo XXI establece un principio de confianza en las empresas que reflexionan y modifican su quehacer, atendiendo necesidades y expectativas de los miembros que hacen parte de un proyecto de emprendimiento. El vínculo, el ser o pertenecer a una determinada organización empresarial, conlleva en sí mismo nociones intersubjetivas, de identidad, apropiación y vocación de servicio al interior de trabajos en equipo, pues las empresas se construyen socialmente al servicio de una comunidad. Las empresas operan hacia círculos sociales cuyos segmentos han sido estudiados a la luz de marcos de competencia, mercado o intervención para la construcción de soluciones, sin embargo, el impacto fundamental es siempre la persona humana en comunidad. Las soluciones se convierten, por tanto, en proyectos empresariales cuya dimensión ética se ve legitimada socialmente a través de actividades humanas que atienden expectativas, sueños e ilusiones que propenden por elevar la calidad de vida, el bienestar económico, el cuidado del ambiente y la vida saludable. Ya no basta con emprender retos sostenibles y rentables, sino retos transformadores de una sociedad en permanente re-significación, donde apostemos al bienestar total, a estar cada vez mejor en nuestros entornos familiares, laborales, personales y ambientales. Hacer parte de este reto de bienestar total establece el vínculo que nos compromete con el proyecto de Nación, con el proyecto de Ciudad y con el proyecto de Empresa al cual pertenecemos, ninguno

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en la empresa

de ellos se ausenta de nuestra responsabilidad diaria para incidir en componentes normativos, operacionales, económicos, sociales, ambientales y culturales. Este último componente, el cultural, nos habita y nos permite leer esa visión integral de nuestra sociedad, lo cual repercute en el reconocimiento y comprensión de la expresión simbólica de los sujetos que interactúan en el ámbito empresarial. Al referirnos al componente cultural, se nos viene a un primer plano la expresión simbólica contenida en las múltiples prácticas culturales, que ponen de relieve las manifestaciones individuales y colectivas de las tradiciones, la creación artística y la celebración de la vida. Todas ellas acontecen en espacios de la cotidianidad, o en circuitos especializados del campo artístico y cultural, a los cuales accedemos o no, según los espacios, tiempos y modos de organización de nuestro proyecto de vida, de nuestro proyecto de emprendimiento o de nuestro espacio laboral. Los sonidos, los colores, las imágenes, los textos, los movimientos, los olores, los sabores hacen parte de un complejo entramado de materiales sensibles que, a partir de códigos o símbolos, construyen espacios de significación cultural, como la música, la pintura, el cine, la poesía, el teatro o la danza, llamados prácticas artísticas. Cuando los materiales sensibles se conectan con el sujeto en su experiencia cotidiana, se abre una puerta infinita al conocimiento del otro y a la comprensión de aspectos que desde la intersubjetividad complementan los procesos de apropiación, identidad y reconocimiento del bienestar o malestar institucional, el cual ha sido aprovechado por las vertientes de estudio sobre clima organizacional, en las dependencias de talento humano de las empresas, a partir de la oferta de programas de consumo y acceso a la oferta cultural en la empresa o fuera de ella. Pocas veces somos conscientes de la oferta artística cultural de una ciudad cosmopolita como Bogotá; no hace parte de nuestro entorno laboral, social o cultural, pues ha sido extraña a los hábitos y cos-


El campo artístico y cultural unido a la empresa forma una cadena de valor que genera una nueva perspectiva de responsabilidad social empresarial, basada en indicadores cualitativos y cuantitativos en torno a modelos de gestión. Internacionalmente ya se han venido realizando programas de RSE en esa materia. Por Olga Lucia Olaya Parra y Rodrigo Alberto Carvajal Cuenca

tumbres del consumo del ciudadano común el entrar en contacto con la expresión artística de la contemporaneidad. La mediación de prácticas artísticas o culturales, vistas en diálogo con la cotidianidad de todos y no por vía de excepción, permite que confluyan en algunas ocasiones la reflexión de utilidad y uso en beneficio de algunos escenarios habituales de la empresa, donde la socialización humana de funcionarios, ejecutivos, empleados, proveedores y clientes consolidan nuevos dispositivos hacia una huella de confianza, satisfacción y pertenencia a partir de nuevas herramientas para establecer modos de acercamiento a la singularidad de sus miembros, activando prácticas de creación e innovación cada vez más eficaces en estrategias de comunicación asertiva, donde las prácticas artísticas nutren nuestras grandes virtudes de interacción con otros. Aparentemente instrumentalizantes, las virtudes del acceso al campo artístico y cultural, queremos hacerlas ver no solo como una práctica artística en sí misma, que por lo mismo es esencial y no requiere sino de ser habitual y habitada; sino como un método desde el cual la empresa puede ampliar sus modos de interactuar y vincular todos los actores que hacen parte de la organización empresarial, implica algo más que consolidar en sí mismo la experiencia o acontecimiento del arte en la vida humana. Queremos establecer un vínculo íntimo, que deseamos destacar como cadena de valor en aquellas empresas que ya han visibilizado cómo el arte, vinculado a la empresa, genera una nueva perspectiva de responsabilidad social empresarial con base en indicadores tales como: • • • •

El conocimiento, confianza y valoración de sí mismo. El reconocimiento del otro, valorando la diferencia. La percepción ampliada de códigos múltiples de la expresión humana. El descubrimiento sensible de aspectos y necesidades del otro al comprender lo que le afecta o le atrae.


tema central

• • • •

• • • •

El fomento a una cultura de la convivencia a partir del reconocimiento en la diferencia. La interculturalidad como cadena de valor en el circuito empresarial. El principio de complementariedad por ocupación, vocación o talento natural. El ampliar la comprensión de los códigos de lectura de las manifestaciones y expresiones humanas a través del texto, el color, la imagen, el cuerpo, las emociones, los sentimientos y las percepciones, leídas como códigos de interacción humana. La confiabilidad, el compromiso de gestión, liderazgo, autenticidad, pertenencia y creatividad. La atención a la singularidad. La toma de decisiones asertivas. La concentración, el manejo del estrés laboral y el tiempo personal hacia el desarrollo humano total.

Del vínculo del arte y la cultura en la empresa surgen múltiples modelos de gestión humana que atienden necesidades o expectativas personales postergadas por la funcionalidad del principio generador de productos al interior de una empresa. Genera indicadores cualitativos y cuantitativos en torno a modelos de gestión que se suman ante múltiples perspectivas. En la revisión que se ha realizado de este tema, se destacan cinco modos de presencia de la implementación de programas de RSE a nivel internacional, por ejemplo: • •

La dimensión reivindicatoria de los Mecenas del Arte. La oferta de programas de educación artística en danza, teatro, música, artes visuales, artes audiovisuales, literatura, etc., al interior de la empresa o fuera de ella.

• • •

La formación de públicos a partir de proyectos de mediación cultural. Procesos de apropiación de ciudad a través de programas de turismo cultural. Las donaciones a corporaciones culturales de alto impacto artístico.

Todas las modalidades existentes en las empresas que la han asumido, no solo consolidan reportes de orden estratégico en el compromiso con el desarrollo humano sostenible, sino que dimensionan al campo artístico y cultural como aliado estratégico en la construcción de confianza, la construcción de identidad empresarial, la comprensión de la expresión humana cuya voz, desde la primera infancia hasta el final de los días, reclama su propio espacio para reconocerse, para ser aquella actividad humana que convoca y vincula la sensibilidad, la emoción y la razón no solo desde la estética y la ética, sino desde la vivencia del otro en un contexto plural e intercultural. La reivindicación permanente de indicadores de bienestar en la proximidad de la empresa al arte y la cultura, bajo la perspectiva de la responsabilidad social empresarial, no está bajo el estatuto de la experimentación, está comprobado en experiencias exitosas en Estados Unidos, Japón, Corea, Reino Unido, Argentina, Chile, España y Colombia, con base en cifras y balances cualitativos y cuantitativos, los nuevos indicadores, tanto desde el ámbito productivo, como desde la atención a la persona en interacción con las prácticas artísticas y culturales que modifican sus hábitos y asignan en su tiempo personal y familiar diálogos ampliados de los contextos contemporáneos de la creatividad, la innovación y la imagen corporativa relacional. RS

El vínculo entre el arte y la cultura genera múltiples modelos de gestión humana que atienden necesidades o expectativas personales postergadas por la funcionalidad del principio generador de productos al interior de una empresa. 50

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“Implementar la RSE desde un nivel medio no funciona”: Augusto Solano Según el Presidente Ejecutivo de Asocolflores, el compromiso para sacar adelante las estrategias de responsabilidad social al interior de las empresas debe venir de las cabezas, que deben conocer qué están haciendo y a qué se están comprometiendo.

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El presidente ejecutivo de la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores, Asocolflores, Augusto Solano Mejía, está convencido de que, a mediano plazo, ser socialmente y ambientalmente responsable, es rentable. Las estrategias llevan a un menor consumo de agua y de agroquímicos; “la gente trabaja más contenta, con más compromiso, es más productiva, hay más integración… Pero eso se va dando con el tiempo; no llega de la noche a la mañana. Se necesita mucha convicción, mucho compromiso y mucha dedicación”, agrega. No obstante, para el dirigente gremial, por encima de toda la planeación y la elaboración de los programas, lo más importante es que esta convicción venga de la cabeza de la empresa, porque cuando la implementación se hace desde un nivel medio, no funciona. “Debe venir de los dueños, la presidencia y la junta directiva, que deben estar convencidos de lo que van a hacer, porque no se trata de un programa marginal que vaya a funcionar por sí solo”, afirma.

Un sector indispensable para la economía

Pese a que el sector floricultor ha vivido unos años “dramáticos” como consecuencia de la revaluación y otros factores económicos adversos, ha mantenido todos sus programas sociales y de responsabilidad social. “Es una muestra 76

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del compromiso con esta filosofía y con el desarrollo sostenible. Este ha sido la columna vertebral de la asociación en los últimos años, principalmente cuando es una actividad tan intensa en mano de obra y donde más del 50% de los costos de operación pertenecen a este rubro”, comenta. Se estima que el cultivo de flores en Colombia genera 16 empleos por hectárea, cuando el siguiente sector agrícola genera uno o medio empleo por hectárea. Muchos de estos puestos –que son formales, con contrato de trabajo y seguridad social—, son ocupados por mujeres. Según Solano Mejía, el 25% de las mujeres que trabajan en el sector agrícola, están en el cultivo de flores. Para el presidente de Asocolflores, el sector ha sobrevivido estos años gracias al trabajo inmenso de los floricultores por mejorar en productividad, competitividad, buscar nuevos mercados, mayor valor agregado, y al apoyo del Gobierno. “Esto es a nivel general, porque a nivel individual, hay empresas que se han cerrado, hay empleos que se han perdido, lo que ha afectado la dinámica que hubiéramos podido tener con una mejor tasa de cambio”, añade. Reconoce que hay un comportamiento más favorable de la tasa de cambio, pero tampoco se puede hablar de bonanza; más cuando se compara con


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amigos gremios 80 la inflación de los últimos años, que da como resultado un incremento del 40% en los costos de producción en el sector, principalmente en el rubro laboral.

Setecientos millones de flores certificadas

La campaña de San Valentín Durante los últimos años, los exportadores de flores han venido buscando nuevas opciones y, en la actualidad, Rusia es el segundo mercado. Japón es otra plaza a la que le han venido apostando. No obstante, Estados Unidos sigue siendo el receptor del 80% de los flores colombianas, por lo que, con la coyuntura actual, el gremio ha tenido que recurrir a nuevas estrategias para mantener el mercado. Por eso, durante la pasada celebración de San Valentín, la fecha más importante para las flores en el mercado norteamericano, Asocolflores adelantó una campaña en Nueva York, Boston, Seattle, Chicago y San Francisco, encaminada a impulsar el consumo del producto. Para ello, personas que lucían pancartas al “modo antiguo” invitaban a los peatones de las zonas más transitadas, a expresar sus sentimientos con flores.

Pese a que el sector floricultor ha vivido unos años “dramáticos” como consecuencia de la revaluación y otros factores económicos adversos, ha mantenido todos sus programas sociales y de responsabilidad social.

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Florverde es el nombre del sello de Asocolflores, que hoy certifica a 700 millones de flores colombianas. Este sello, que nació hace más de 12 años como respuesta a las críticas hechas al cultivo nacional en algunos países europeos ante el manejo laboral y ambiental, evolucionó con la convicción de que era la única forma de darle sostenibilidad a la floricultura y como concepto de mejoramiento continuo. Junto con el de Globalgap, son los únicos sellos en el mundo auditados por terceros, porque en los demás, ellos mismos se auditan. Este es auditado por SGS, una empresa franco suiza de más de 130 años, y por el Icontec. “Esto da credibilidad al consumidor y los compradores. Además, permite aplicar un sistema de emulación de mejoramiento continuo, porque si un productor ve que el vecino lo está haciendo mejor, tratará de hacerlo de la misma forma”, dice. Por otra parte, el dirigente destacó que el sello Florverde contribuye a crear capacidad local y es una herramienta de

información sectorial, pues, a diferencia de otras certificaciones, permite ver qué está pasado en el sector, en términos sociales, ambientales, etc. Y eso permite impulsar políticas. “Los sellos externos vienen y le toman el examen y dicen si se ganó o no el diploma, pero toda la información se pierde, no queda conocimiento ni desarrollo, y eso es algo que defendemos, porque en estos momentos hay una proliferación de sellos”, comenta. Asocolflores cuenta con 350 fincas afiliadas, la cuales representan el 75% de las exportaciones de flores. De ellas, 170 están adelantando actividades con Florverde y cerca de 100 ya están certificados. Estas empresas tienen cerca de 45.000 empleados y producen cerca de 700 millones de flores certificadas. Adicionalmente, en el 2008 se logró la homologación con Globalgap, que es la certificación de buenas prácticas agrícolas de Europa, y en la cual están vinculados cerca de 80 supermercados. La empresa que se certifique con Florverde, automáticamente es reconocida por Globalgap. “Florverde es considerado un caso de éxito por parte de las Naciones Unidas porque se logró eliminar, gracias al trabajo, el consumo de bromuro de metilo en la producción de flores, que se está usando en otras partes”, informa. RS



información institucional

La Educación en COMPENSAR:

un proceso de Formación... y Alto Rendimiento

Compensar, en alianza con otras organizaciones públicas y privadas, hace un reconocimiento a aquellas instituciones que realizan programas para optimizar el sistema operativo del país y trabajan por un mejor desarrollo de la sociedad.

“Educar a los hijos es, en esencia, enseñarles a valerse sin nosotros” Mario Sarmiento

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COMPENSAR reconoce en la educación no sólo una oportunidad de progreso personal, sino el carácter de derecho fundamental. Partiendo de la premisa de que para superar la pobreza y alcanzar un desarrollo sostenible es indispensable un buen sistema educativo, y que es impensable lograr mejores condiciones de vida sin una educación pertinente y de calidad, COMPENSAR apoya desde hace cerca de seis años una de las distinciones más importantes del país al esfuerzo por la excelencia educativa: el premio GALARDÓN A LA EXCELENCIA. Este reconocimiento es otorgado por la Secretaría de Educación conjuntamente con COMPENSAR, la Cámara de Comercio de Bogotá y la Fundación Carolina, con la asesoría técnica de la Corporación Calidad, a aquellas instituciones educativas de la capital que demuestren experiencias ejemplarizantes en la construcción e implementación de enfoques de gestión participativa orientados hacia la calidad; según palabras del secretario de Educación de Bogotá, Abel Rodríguez, el premio es además “un instrumento de evaluación institucional que les permite confrontarse y exige la presentación de unos resultados que deben ser evidenciables en el ejercicio diario de la vida escolar”. En la más reciente ceremonia de entrega del GALARDÓN, en noviembre de 2008, COMPENSAR recibió de manos del alcalde Mayor, Samuel Moreno, una placa conmemorativa alusiva a la labor ininterrumpida que durante 30 años ha realizado en pro de una mejor calidad de la educación a través de la gestión de programas de alto impacto y construcción de tejido social como la operación de los comedores escolares de la ciudad, el apoyo al programa Escuela-CiudadEscuela, la realización de actividades de Jornada Escolar Complementaria, la formación deportiva, la Escuela de Capacitación en Artes y Oficios, la atención

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información institucional

Compensar y sus acciones de educación en hechos y cifras: Diariamente, en conjunto con la Secretaría de Educación Distrital, COMPENSAR brinda desayunos y almuerzos a cerca de 130.000 niños, niñas y jóvenes en 48 comedores escolares de la ciudad, alcanzando al año cerca de 3’500.000 servicios; esto representa un esfuerzo gigantesco de procesos de coordinación y operación logística que cuentan con el respaldo de certificación ICONTEC desde COMPENSAR. En 2008, COMPENSAR realizó acompañamiento y capacitación a más de 19.000 jóvenes que cumplieron su servicio social en los comedores escolares, acciones que permiten no sólo cumplir el requisito académico, sino brindar al estudiante herramientas y habilidades sociales, fortaleciendo valores como la solidaridad, el respeto y el cuidado de lo público. En conjunto con el Instituto de Altos Estudios Sociales Contemporáneos (IESCO) de la Universidad Central, COMPENSAR realizará la primera aproximación investigativa sobre el impacto y dinámica social generado alrededor del programa comedores escolares. En los programas Lunes Distritales y Lunes de Gambetas, en el 2008, participaron 14.000 niños, niñas y jóvenes entre los 4 y 17 años, que asistieron gratuitamente a las instalaciones de la Caja, realizando actividades recreativas con el eje temático de los juegos tradicionales colombianos. En los 12 jardines sociales que administra y opera COMPENSAR (incluido uno en Girardot que es el más moderno de dicha ciudad) se otorgan diariamente desayunos, almuerzos y refrigerios que proporcionan el 75% de los requerimientos nutricionales a cerca de 2.200 niños y niñas entre los 0 y 6 años. La Fundación Universitaria Panamericana cuenta en la actualidad con 5.200 estudiantes que cursan estudios en los diferentes programas de la institución: 7 programas técnico profesionales, 10 programas tecnológicos y 7 programas profesionales, en jornada diurna y nocturna.

integral para los niños y niñas en los Jardines Sociales, el programa Enlaces para discapacidad cognitiva, atención a dificultades de aprendizaje, capacitación de docentes, formación continuada y asesoría empresarial, entre otros. Para ampliar su oferta educativa para la vida laboral y el desarrollo empresarial, COMPENSAR incursionó a partir del año 2008 en la formación superior de carácter técnico y tecnológico. Luego de un detallado análisis sobre las necesidades de la comunidad afiliada, las empresas y los sueños de los jóvenes, COMPENSAR, a través de la Fundación Universitaria Panamericana (FUP), contribuye decididamente a la transformación social que requiere nuestro país, mediante un modelo educativo acorde con lo proyectos de desarrollo de la ciudad y la región que responde a las cambiantes condiciones del entorno laboral y los cada vez más exigentes requerimientos del sector empresarial e industrial. Con un moderno enfoque educativo de desarrollo de competencias y un esquema de ciclos que articula a los jóvenes de los grados 10° y 11° con la vida universitaria, la Fundación Universitaria Panamericana es ya reconocida por brindar la oportunidad de ingreso cada año a miles de esperanzados estudiantes que terminan su educación secundaria en la capital. COMPENSAR, a través de la Panamericana –en palabras de Lucía Pinto, asesora en educación de la Caja–, “busca brindar opciones a miles de jóvenes que cada año culminan sus estudios secundarios y mejorar la respuesta a las necesidades de asesoría, formación y actualización de las empresas, para mejorar su productividad. Nos interesa contribuir al desarrollo de las empresas afiliadas y ayudar a los jóvenes para que ingresen al mundo laboral, con las competencias que hoy en día se necesitan. Abundan profesionales, pero actualmente hay una creciente demanda por

técnicos y tecnólogos quienes, en algunos casos, alcanzan remuneraciones iguales o superiores a las de algunos profesionales”. El esquema de ciclos propedéuticos permite a los jóvenes que ingresan a la Fundación Universitaria Panamericana alcanzar su titulación como técnicos profesionales en dos años, como tecnólogos en un año más, y continuar sus estudios hasta alcanzar el título profesional, facilitando así una formación de nivel superior, acorde con las posibilidades económicas y con la demanda del mercado laboral. Un mejor mañana para Colombia se construye, sin duda alguna, creando condiciones de equidad en el acceso a la educación. Los jóvenes de hoy son nuestro futuro y es por esto que, pensando en el bienestar de las familias afiliadas y comunidad en general, “COMPENSAR, dentro de su filosofía de responsabilidad social y con el objetivo de promover la educación de nivel técnico y tecnológico, otorga cientos de becas para que más jóvenes tengan acceso a una formación de calidad que les abra las puertas a un futuro profesional promisorio, donde las alternativas de obtener mejores ingresos y, por tanto, mejor calidad de vida, se hagan realidad”. • – W. Nicolás Alvarado, Líder de Comunidad y Gobierno -

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los envases de tetra pak son 100% reciclables mediante opciones tan diversas como: • La recuperación de la pulpa de papel (materia prima renovable que conforma el 75% de nuestros envases) para la fabricación de cartones y papeles reciclados. • La producción de láminas de aglomerado para la elaboración de muebles y tejas termo-acústicas para la industria de la construcción, usando las capas de plástico-aluminio provenientes del proceso anterior. • El aprovechamiento energético de los residuos como combustible en hornos industriales. • La más recientemente desarrollada tecnología de Plasma Térmico que permite separar el plástico del aluminio para reincorporarlos a nuevos procesos productivos. Esta revista, elaborada a partir de materias primas obtenidas mediante el reciclaje de envases de Tetra Pak post-consumo, es un buen ejemplo de cómo aplicamos los conceptos de Renovabilidad y Desarrollo Sostenible, con los cuales estamos comprometidos.

Lo invitamos a visitarnos en www.tetrapak.com.co Tetra Pak es una marca perteneciente al Grupo Tetra Pak.

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