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El señ señor De la Cerda viví vivía con sus dos hijos, Juan y Simó Simón, en una casa bonita con un bonito jardí jardín y un bonito coche en una bonita cochera. En la casa estaba su esposa.
“Apú Apúrate con el desayuno, querida” querida”, le gritaba todas las mañ mañanas antes de irse a su muy importante trabajo. “Apú Apúrate con el desayuno, mamá” mamá”, á”, gritaban Juan y Simó Simón antes de irse a su importantí importantísima escuela.
Ya que se iban, la señ señora De la Cerda lavaba todos los platos del desayuno
Tendí Tendía las camas… camas…
Pasaba la aspiradora por las alfombras‌ alfombras‌
Y se iba a trabajar
“Apú Apúrate con la comida, mamá” mamá”, á”, gritaban los niñ niños todas las tardes, cuando regresaban a casa de su importantí importantísima escuela.
“Vieja, apú apúrate con la comida” comida”, gritaba el señ señor De la Cerda todas las tardes, cuando regresaba de su muy importante trabajo.
Tan pronto acababan de comer, la señ señora De la Cerda lavaba los platos… platos…
Lavaba la ropa… ropa…
Planchaba‌ Planchaba‌
Y guisaba de nuevo.
Y mientras tanto‌ tanto‌
Una tarde, cuando los muchachos regresaron a casa no hubo nadie que los recibiera.
“¿D “¿Dónde está está mamá mamá?”, preguntó preguntó el señ señor De la Cerda cuando regresó regresó a casa.
Todo era diferente‌ diferente‌
No la encontraron por ninguna parte. Sobre la mesa encontraron un sobre. El señ señor De la Cerda lo abrió abrió. Dentro habí había una hoja de papel.
“Y ahora, ¿Qué Qué vamos a hacer?” hacer?”, dijo el señ señor De la Cerda. Tuvieron que preparar su comida. Tardaron horas y les quedó quedó horrible.
A la ma帽 ma帽ana siguiente tuvieron que prepararse su desayuno. Tardaron horas y le qued贸 qued贸 horrible.
Al dí día siguiente y a la noche siguiente y al otro dí día, la señ señora De la Cerda tampoco estuvo en casa. El señ señor De la Cerda, Juan y Simó Simón trataron de arreglá arreglárselas solos. Nunca lavaron los platos. Nunca lavaron la ropa. Muy pronto, la casa parecí parecía una pocilga.
“¿Cu “¿Cuá Cuándo regresará regresará mamá mamá?”, gimotearon los niñ niños despué después de otra horrorosa comida. “¿C “¿Cómo voy a saberlo?” saberlo?”, gruñó gruñó el señ señor De la Cerda. Los tres se fueron haciendo má más y má más gruñ gruñones.
Una noche no hubo ya nada para cocinar. “No nos queda má más remedio que buscar por todas partes algunas sobras” sobras”, gruñó gruñó el señ señor De la Cerda. Y en ese preciso momento entró entró la señ señora De la Cerda.
“P-O-R FF-A-V-O-R, regresa” regresa”, gimieron todos.
La señ señora De la Cerda se quedó quedó. Desde entonces, el señ señor De la Cerda lava los platos,
Juan y Sim贸 Sim贸n tienden sus camas,
El se単 se単or De la Cerda plancha,
Todos ayudan a cocinar. ยกHasta se divierten!
Y mamá mamá tambié también está está feliz… feliz…
Y… Colorí Colorín colorado… colorado… Este cuento se ha acabado pazeigualdadenelcole.blogspot.com