Asfixia

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XXIV

Letras de Reserva

Asf i xia


Asf Letras de Reserva es: Inoniel, Kuranes, Ana Publinsky, R. Lis, D.R., Edmar Esgu letrasdereserva@hotmail.com http://letras-de-reserva.tumblr.com/


fixia ¿Y qué tanto es demasiado?, ¿Alguna vez han tenido, queridos lectores, la idea de que lo que ahoga, lo que oprime, es agradable sólo en algunas dosis moderadas?, Letras de Reserva les da la más cordial bienvenida e intenta en esta ocasión demostrarte que la asfixia también puede ser liberante, deliciosa (por qué no) y sobre todo un instrumento de creación. Deja que nuestro XXIV tomo suelte sus pequeñas letras por todo tu cuerpo hasta que pierdas el aliento en su abrazo. Como en este y en los demás tomos anteriores, es un placer seguir contando contigo para recorrerlo, sin más, deja que se vayan deslizando una por una estas hojas, hasta que por fin puedas sentir la asfixia.

Letras de Reserva


1 Olvidé respirar A s í c o m o h e o l v i d a d o o t r a s m u c h a s a c c i o n e s , eventos y deberes, olvidé respirar (si lo olvidé –creo– significa que alguna vez estuvo en mi memoria) fue un hábito o por lo menos lo hice una vez. No han sido tus manos, no ha sido la soga, no ha sido el astuto mar, no ha sido la almohada con el odio detrás, ni el intento no eludido. No he tragado sin querer un cuerpo extraño pequeño o mediano, no estoy a miles de metros arriba o abajo del nivel del mar, no padezco asma, no tengo tumores ni otras enfermedades, no me he accidentado, ni mis caídas han sido fatales.

No me he electrocutado. No he vivido lo suficiente para saber lo que significa el mareo, el vértigo, ésta sangre coagulada, éste zumbido que ensordece, ésta falta de aire limpio sin gases tóxicos. Éste no poder respirar.

No he sido yo. Ánimo ausente. Convulsiones, asfíctico episodio, cianosis, coma, paro. Se dice que todo lo que no me ha pasado es, lo que puede provocarme éste estado, pero yo sólo he olvidado respirar. Lo he olvidado, porque, creo que es lo mejor para mi vida. Olvidarme de eso y no del calor, la seguridad y el alivio de estar abrigada, de ser amada. El niño llora, no puedo olvidar que aún no tiene un año. Las estadísticas son terribles, las estadísticas nos dicen que, la asfixia es la primera causa de muerte violenta en niños menores de un año. No puedo olvidar que empezó a llorar hace ya varios minutos, ¿Cuántos, cuántos minutos ha llorado como cantando una súplica? ¿Han sido tres, cuatro, cinco minutos, habré olvidado cómo contar?, quizá olvidé también escuchar; llanto no escucho más. No puedo olvidar ser madre. Lo sea o no.

Haya olvidado respirar o no. Frizia Guerrero


Ana Publinsky


3

¡ASFIXIA!

¡Asfixia! La del potencial creativo con alas mochas, ¡Asfixia! La del marinero despojado del hermoso vaivén del agua salada. ¡Asfixia! la de la conciencia rota, desterrada quizá para siempre del corazón de los hombres… ¡Asfixia! La del decadente mundo y sus reflexiones lineales, el hermoso concepto de vida precipitado falazmente en el proceloso mundo del consumismo. ¡Asfixia! La del arte enclaustrada en arcaicas teorías, que consiguen poco a poco despojarle de su hermosa subjetividad, arrastrándola lentamente a ser una formula, pero ella tranquila “el pez no sabe que existe el agua” ¡Asfixia! La de el hombre, dividiéndose sin sentido, en países colores y religiones despojándose lentamente de su semejanza, consiguiendo por fin hacerse indiferente con su prójimo. ¡Asfixia! La del potencial creativo con las alas mochas, ¡Asfixia! la del marinero despojado del hermoso vaivén del agua salada. ¡Asfixia! la de la conciencia rota, desterrada quizá para siempre del nido cálido en el corazón de los hombres… y el Poeta que no se inmuta, sabe que su trabajo en medio de tanta asfixia No es reaccionar si no accionar… crear graciosa y simplemente un mundo punto y aparte.

Kuranes


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IRIS Tacto ĂĄspero

que desvanece el eco sofocado entre la piel del lenguaje

Mis ojos albergan el silencio de tus manos. MelodĂ­as que golpean mis retinas desde las significaciones de tu piel escapan de su ruta desaparecen cedidas al magma de tu roce explotan ante el horizonte.

En mis pupilas estallan las vibraciones de tus movimientos traducen la palabra nosotros para habitar lo que hay al otro lado.

Inoniel


5 Crónica de una muerte anunciada Funeral. Sin llanto, paz en el aire y asimilación atroz. Inconscientemente esperamos la muerte, deseosos y temerosos.

¡La muerte no agarra por sorpresa! El muerto estará mejor allá (quién sabe dónde); la templanza surge ante la resignación de aceptar que nunca volverá. Todo es jodidamente relativo, nada es seguro en esta puta vida. Una llamada cambió todo el contexto.

Interior/noche/velatorio Rodeado de gente vestida de negro (tanta) que alude al muerto; difunto que resultó no ser tan cercano; no dejo de pensar que yo podría estar en su lugar, dentro de una caja; espacio estrecho y asfixiante (triste), limitante en el deseo de llevar unos cuantos recuerdos contigo (a quién sabe dónde), todos los años de una vida; quizá es por eso que el alma escapa antes de secarse el cuerpo, pues sabe claramente lo que le espera en ese lugar tan pequeño llamado

ATAÚD.

Ana Publinsky


Edmar Esgu, Asfixia cíclica


7 Combustión Trecientos treinta y dos días, dos metros de profundidad secretos en la tierra datos sin analizar.

En silencio su cuerpo enflaquece, su cabello se cae, sus uñas no crecen lo comienzan a devorar.

Atrapado en el subconsciente ahorcado en el estandarte de humanidad depresores que languidecen prejuicios que ejecutan el final.

Años de intento alimento de frustración ahogado en el silencio ¡Da un salto en liberación!

El tiempo ha corrido la tierra deliberará descansa en tu sitio acábate el oxígeno ya.

R.Lis


8 Biocenosis Paramnesia refrendada. Abunda tu humanidad. Superficie entramada: Ruego. Espoleas paralelismo. Índole frugífera: Creadora de brumas fosforescentes. Entidad reprimida. Dualidad indefensa: Sólidos/hueros. Indolente muerte, la muerte inerte. Panorámica de la falta agigantada. Azorar semblantes, extasiar la autofobia. Soltarse de la condición esquiva, vacilante, quieta. Poblarse con nulo vaho. Sentir dentro el nidal de bestias imprecisas. Proferir epitafios multilingües. Firmar un contrato invisible al borde. Preparar la fatalidad. Ceder.

Frizia Guerrero


9

Lullaby — ¿Cómo

empezó?

— Realmente sabes cómo. Eran las tres de la tarde, comenzaste por buscar en el refrigerador la comida que sobró de los días anteriores, sabes que tu hermano o su fastidiosa pareja no iban a comer eso, ellos no, porque lo mejor para ellos es devorar lo recién frito, un refresco, algo graso, todo bien para ellos. Pero tú no, tú estás calentando los hongos con epazote de hace tres días, estas poniéndoles agua con un poco de consomé de pollo, te encanta experimentar, jugar al Chef, comete eso antes de que se enfríe, saboréalo, quedó bien ¿no?

¿Un café?, ¡no, no!, prefieres un vaso con agua y un poco de refresco. Exageras, piensas que así matas culpas azucaradas, esto es peculiar en ti, casi todo lo haces como si pidieras perdón, aunque no te culpo, tienes un pasado muy ridículo. Pasando a otro tema… ¿Recuerdas la película que dejaste inconclusa ayer?, pues qué esperas, ve por tu laptop y ponla mientras comes, anda, anda, date gusto.

Comienza a llover afuera, te encanta el sonido que produce la lluvia en las láminas de asbesto, oler todo el día a humedad y meados de gato, eso te gusta. Que cómoda resulta la vida para ti, tienes compromisos pero te valen, ahora lo único que quieres es volver a acostarte y taparte con esa cobija rancia que rara vez lavas. Duerme mi pequeño, duerme, ven a mí.


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¿Qué te pasa?, ¿Te da miedo como te toco, como inundo tu cerebro de sensaciones?, parece muy real esa textura plástica ¿No?, y esa suavidad de la cobija ¿No es así?, pero no estás seguro, porque no tienes control de nada, tú no estás moviendo nada, no está pasando realmente, porque nada se mueve, ni la cobija, ni el armazón de los lentes, nada se mueve. Date cuenta soy sólo yo, yo construyo todo, no puedes escapar, ahora estas en mi mundo, podría ahorcarte si quisiera, ¡vaya!, no es mala idea, se siente tan bien tu cuello, podría terminar con tu vida en este momento, puedo ahorrarte la pena de seguir existiendo.

Te ves muy miserable, pobre criaturita indefensa, que lástima me das, que patético eres, te dejare sólo porque no creo que estés a la altura de mi mundo tan fantástico, aunque te estaré vigilando, no te creas desatado, sigues conectado conmigo como estuviste conectado en algún tiempo a tu madre, cuando despiertes lo sentirás, te preguntarás si sigues soñando. ¡Anda, ya!, despierta niño miedoso, sigue disfrutando de tu mundo banal, al fin de cuentas, sé muy bien que volverás. ❧

Edmar Esgu


11

Calles enrejadas No concibo el paisaje tras las rejas de las calles sin nombre, ni los silencios oculares de esta ciudad atormentada.

Sus notas musicales se me incrustan

me asfixian galopo al sonido de tus pasos vierto soledades fétidas deshago un sol en llanto.

Concibo que las notas del suicidio secuestren la amarga razón en un callejón sin recuerdos.

Quiero que me guarden un trozo de melancolía para envolverme en un nuevo paisaje sentir que casi respiro por última vez.

Pido al viento anestesie mis palabras y me deje caer entre las hojas tibias porque no concibo que la voz muerda mi libertad.

Paola Villa Loredo


Nayelly Tenorio


13

Narciso Me avasalla el tiempo las centurias con las centellas

resplandecen

sin saber por qué sigo aquí el río corre con su agua de temperatura caliente

las cigarras lloran ante las luciérnagas. Sumerjo el rostro

no me veo en la gloria de las aguas de refracción cuento los segundos.

No hay aire, no hay nada más que yo

nada,

la respiración flota para legarle la nada a nadie.

Enrique Ramírez


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Mantis “… no

puedo creer que te estés convirtiendo en mantis ”

S kunk DF

Oí su respiración agitarse. Yo no podía dormir, la noche me tenía con insomnio y sudaba como nunca. Ella parecía cansada, durmió desde temprano. De momento creí que se serenaba, no se escuchaba sino el pequeño susurro del aire entrando y saliendo por su nariz. Me equivoqué, despertó abruptamente y me miró. Una mirada profunda y fría, eso principalmente, fría, pero a la vez intensa. Parecía querer, mejor dicho, desear algo. Fue desconcertante, como si no me conociera. Se acercó lentamente, me olió el rostro. Bajó la cabeza y me lamió el hombro. Siguió lamiendo poco a poco, recorriendo el brazo hasta llegar a la mano. Seguía quieto, pensé que era un juego. Ella lamía mi mano. Su cabellera no permitía ver como lo hacía. De momento escuché un crujido. La vi mover la boca de manera extraña. Dudé. Entonces decidí levantar su cabello y observar mejor. Masticaba algo. ¿Qué tienes en la boca?, pregunté. Ella alzó la cabeza y me observó, seguía masticando. Comencé a prestar atención, algo asomaba de su boca, una uña, un dedo. Eso era. Me sorprendí y miré mi mano, en efecto me faltaba uno, el índice para ser exacto. No había sangre, tampoco dolor, pero sí me asuste. Quise retirar mi brazo, pero me sujetó. No puse resistencia, actuó rápido. Abrió la boca, tanto como nunca lo había visto. Engulló mi mano. De nuevo no hubo dolor, en cambio el terror fue cegador. Estaba congelado. Sonó un nuevo crujido, mi mano se desprendía y ella masticaba. Se arrastro al final de la cama. Retrocedí lo que me permitió este pequeño espacio.


14

No me atreví a moverme más. Ella se acercaba de una manera sensual y extravagante. Cerré los ojos. Otra vez el crujido. Me faltaba un pie, el desgarro era notable, pero no dolía, no sangraba, algo iba mal. Paralizado como estaba no tardó en arrancarme la pierna. Después un brazo. La vi desgarrar mi otro muslo y comer uno a uno mis dedos. Crujía y crujía. Masticaba poco y tragaba. Yo estaba en estado de shock. Pude ver como rompía la piel y arrancaba trozos de vísceras. Seguía devorándome poco a poco. No tenía brazos, ni piernas, me faltaba la mitad del abdomen y ella seguía comiendo. Veía como mi cuerpo se acababa, inexplicablemente no dolía. Pude saber cuando sólo quedaba mi cabeza porque ella la sostenía entre sus manos. La mirada no había cambiado. Seguía fría y excitante. Se acercó, mejor dicho, me acercó hasta sus labios. Volví a sentir su aliento, una mezcla entre lo dulce de la hierba y lo amargo del vinagre. La sonrisa que se enmarcaba con sus líneas de expresión, tenía el toque de siempre. Esa mezcla entre ternura y perversidad. Sutilmente empezó a abrir la boca. Parecía que me besaría, hasta que llegó a cubrir mi nariz, mi barbilla, los ojos. Sentí sus labios recorrer mi frente. La obscuridad llegó. Un último crujir, tan fuerte, la cabeza me reventaba. Una textura suave resbalaba por mi rostro. Qué noche, decía ella. Ha sido fantástico. Creí desmayar con ese orgasmo. Parecías poseído. Otro totalmente. Asfixiante. Me devorabas. ❧ Alus J.


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UNA ASFIXIA DE VISION CINE

Me extraje el corazón herido. Lo abrigué con mi sarape, como a un recién nacido. Órgano gélido y moribundo. Vago, con la reminiscencia de nuestro último combate. Con mi visión cinematográfica del oeste y mi desaliñada esencia me enfrente a ti. La calle estaba entre polvareda, gemían lentas y deformes notas de banjo, Plano americano. Tu mano húmeda asfixiando la empuñadura.

Close up.


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ANTE LASTRE EMATOGRÁFICA

Tu gesto de tensión y la mirada encolerizada. En contra campo mi semblante infiel y arrepentido.

FX. Sonido balazo. Inerte, acogí el plomo maléfico y lacerante en las entrañas.Deformé. En este vampiro adultero y toxicómano, en un residuo de nitrocelulosa. Enclaustrado y proyectado en el cinema, sentenciado a cargar la pasión en las manos, durante una eterna marcha errante, sobre dunas de nieve y oscuridad. Arturo Dubey


Selene HepĂŠ


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Asfixia

S e n t í a c ó m o e n t r a b a e l a g u a p o r m i n a r i z , la sentía en los pulmones. Aquel día moriría, estaba segura. Entonces, mi vida comenzó a pasar frente a mis ojos. Cada segundo, incluso esas partes que no recordaba. El agua me seguía atrapando ¿Acaso nadie me salvaría?

Vivía la muerte, qué extraño sonaba eso, pero pasaba. No era la primera vez, aunque sí, de forma accidental. Cuando era más joven, ya había coqueteado con la idea de acabar con mi vida, fue en aquella época en la que todo es drama y fatalidad. Recuerdo que llegué a casa, tomé la cuerda que días antes había comprado en la tlapalería, y la aseguré en el marco de la puerta, para que justo cuando llegaran mis padres, vieran mi cuerpo a contra luz; así de ridícula era. Entonces puse la soga alrededor de mi cuello y, con un movimiento un tanto ridículo, tiré la silla de la que me apoyaba. Sentí el peso de mi cuerpo tirar hacia abajo, la cuerda se apretaba cada vez más, sin importarle mis esfuerzos por separarla con mis manos, ni los pataleos que daba. No podía respirar, ya estaba hecho, ahora era en serio. Moriría. Cuando desperté, desconocí el techo, su color blanco me hizo pensar en el cielo, pero al poco rato me di cuenta que se trataba de un hospital. Me ardía muchísimo el cuello, entonces recordé lo que había intentado y tuve un ataque de risa. Tendré que seguir soportando la vida—pensé— tendré que pensar en algún método más eficaz, mientras tanto seguiré en este mundo soportando el día a día, soportando el ahogarme con esta humanidad de mierda, sintiendo como me asfixio día a día con una existencia que yo ni siquiera pedí. ❧

Inoniel


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El despertar

A León Ostrov

Señor La jaula se ha vuelto pájaro y se ha volado y mi corazón está loco porque aúlla a la muerte y sonríe detrás del viento a mis delirios. Qué haré con el miedo. Qué haré con el miedo. Ya no baila la luz en mi sonrisa ni las estaciones queman palomas en mis ideas. Mis manos se han desnudado y se han ido donde la muerte enseña a vivir a los muertos. Señor. El aire me castiga el ser. Detrás del aire hay monstruos que beben de mi sangre. Es el desastre. Es la hora del vacío no vacío. Es el instante de poner cerrojo a los labios oír a los condenados gritar contemplar a cada uno de mis nombres ahorcados en la nada. Señor. Tengo veinte años. También mis ojos tienen veinte años y sin embargo no dicen nada. Señor. He consumado mi vida en un instante. La última inocencia estalló Ahora es nunca o jamás o simplemente fue. ¿Cómo no me suicido frente a un espejo y desaparezco para reaparecer en el mar donde un gran barco me esperaría con las luces encendidas?


20 ¿Cómo no me extraigo las venas y hago con ellas una escala para huir al otro lado de la noche? El principio ha dado a luz el final. Todo continuará igual. Las sonrisas gastadas. El interés interesado. Las preguntas de piedra en piedra. Las gesticulaciones que remedan amor. Todo continuará igual. Pero mis brazos insisten en abrazar al mundo porque aún no les enseñaron que ya es demasiado tarde. Señor. Arroja los féretros de mi sangre. Recuerdo mi niñez cuando yo era una anciana. Las flores morían en mis manos porque la danza salvaje de la alegría les destruía el corazón. Recuerdo las negras mañanas de sol cuando era niña es decir ayer es decir hace siglos. Señor La jaula se ha vuelto pájaro y ha devorado mis esperanzas. Señor La jaula se ha vuelto pájaro Qué haré con el miedo. De “Las aventuras perdidas” 1958.

Alejandra Pizanik


21

NECESIDAD ¿Cómo controlar las ganas que tengo de verte? El deseo se atora en mi garganta; sangre circulante carente de oxigeno; uno, dos, tres, no respiro, cuatro, cinco, seis, los minutos pasan. ¿Suena irónico morir de esta manera? Me vuelvo lenta y acepto con dignidad mi asfixiante, irónica y estúpida muerte.

Ana Publinsky


22

BRADIPNEA Me asfixio dulcemente en tu par de copas descubriendo el braille en tu piel de algodón pensando recuperar para siempre las alas rotas hurtando de poco tu aliento, convirtiéndome en vil ladrón. Me asfixio en el agua miel de tu oca dibujando simetrías debajo de tu ombligo. Chocando la realidad, volviéndola loca. Desafiando al tiempo, matando al enemigo. Me asfixio en el azabache de tu cabello perfumado en el dulce pliegue de tus muslos de esmeralda. La mejor droga que jamás haya fumado sintiendo las figuras de tus uñas en mi espalda.

Kuranes


23

Asfixia Brea en la cabeza que arde en un bosque podrido. Relámpagos que retumban en una cajita de zapatos. Todo en un gemido que se desgarra a si mismo. Todo en un sollozo que se consuela a si mismo.

Porque es más fácil querer el esputo. Porque es más fácil ser un Cristo. Cristo basqueado y atolondrado.

(Todo en una sublime conmiseración)


24 ¡MI SEÑOR HEDIONDO! ¡OH, MI SEÑOR CAGADO! Trozos de las uñas quiméricas de una furia desatada. Harapos desgarrados de una rolliza neurosis Todo en una garganta que se traga a si misma a brincos. Todo en una mejilla que se arrastra entre lágrimas mortecinas . La gran Babilonia de todas, la Gran Ramera

todo en una sublime conmiseración. Aldo Void


25

En la imaginación… Cada sueño es silencio cada parpadeo extiende sus alas, te pienso con sed que corre y escribe.

Alrededor ya no hay nada, muerdo ansias.

Aquí… El mismo individuo, golpea las paredes de la estancia, el celular aprieta una misma tonada la emoción le llena los pulmones, la mirada en el techo del apartamento comienza el color a pintarle la cara razones que mantienen el equilibrio, contesta, casualidades, veredas que convergen en el cielo y en la tierra…. él dice: hola esperaba tu llamada.

Así que…


26 El entorno se reduce el café que burbujea en espera convierte a los objetos en apariciones sin importancia, el camino se hace cada vez más precario suena el timbre, en un momento todo se vuelve nada cada palabras es única no hay una segunda oportunidad.

Un corazón frágil abre la puerta luces ancestrales de colores trasparentes y allí está ella bandadas de mariposas incandescentes toman el apartamento parece no haber leyes físicas comienza la gravedad horizontal.

La explosión del sol de un beso en la mejilla lo impulsa a decir: hola, ¡pasa! he venido por un momento contesta ella.


27 La belleza de la fuerza el desborde de la incertidumbre la sutileza con la que ella anda en la tierra casi lo hace perder la concentración sensaciones, aromas, dulces alientos, entonces suspira para que todo quede quieto.

Ahora… Sólo faltan sus manos apretándose a la despedida la sangre de sus labios se vacía el caos se desata y comienza a romperlo todo, los reproches, los insultos, lo que no se dijo la soledad está cerca levantando al amor que había muerto .

Término… Los dos respiran profundamente sonríen. -Pienso que sería de mí si te equivocaras a quererme todavíaella vuelve a sonreír y en respuesta, libera un beso en su mejilla él envía en vuelo limpio


28 sus brazos a su cintura entonces un extraño eco aparece, son otoños lejanos que practican sus cantos ríos de música clara, nueva, transparente, tibia la noche trae consigo delicadas arpas, sus pasos se alejan él la mira, inhala, arquea sus labios de nuevo se da la vuelta y entra al departamento

sólo eso.

Edmar Esgu


Ana Publinsky


30

AGRADECIMIENTOS: Frizia Guerrero Paola Villa Loredo Nayelly Tenorio Enrique Ramírez Alus J. Arturo Dubey Selene Hepe Aldo Void MENCIÓN: Alejandra Pizanik


Asfixia XXIV Letras de Reserva

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