REVISTA LIBERAT n°7

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El caos

Agente C.A.O.S. Lourdes Loresi

Estancias

Diego Alegría Corona Bildungsroman del caos

Rosario Ferrari Nicolay

¿Quién quiere vivir para siempre?

Soraya Basil

SEMANA DE LAS LETRAS 2018 “LA IRA”

REVISTA DIGITAL DEL CENTRO DE ESTUDIANTES DE LETRAS UNIVERSIDAD CATÓLICA ARGENTINA


REVISTA LIBERAT DEL CENTRO DE ESTUDIANTES DE LETRAS DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA ARGENTINA - NÚMERO 7 - noviembre 2018 BUENOS AIRES, ARGENTINA PRESIDENTE Agustín Gari VICEPRESIDENTE Toia Pott SECRETARIA GENERAL Amalia Tesler TESORERO Eduardo Oderigo VOCALES Sofía Gatto Perkins Luz María Giordano Tapa “Chaos (La creación)”, 1841 - Ivan Aivazovsky Diseño y maquetación Ma. del Rosario Ferrari Nicolay Colaboran en este número Soraya Basil Eugenia Campos Carlés Bruno Flores López Lourdes Loresi Justina Pertini Somos del Mundo

Diego Alegría Corona Ma. del Rosario Ferrari Nicolay Agustín Gari Ayelén Skarbala Malena Vallecorsa UMI - Colectivo internacional de artistas


EDITORIAL Llegó el momento de lanzar el segundo tomo de la revista Liberat del 2018. Este segundo número tomó como eje “el caos” y debemos sincerarnos y decir que padecimos un poco el famoso nomen omen... luego de muchas idas y vueltas, cambios y reajustes, recién ahora puede encontrar un cosmos y ver la luz. A decir verdad, por momentos nuestra vida como estudiantes es bastante caótica, inmersos en el maremágnum de materias, preparando finales y llegando a tiempo a la fecha de entregas de trabajos de seminario. Pero lo importante es no sucumbir al caos y, si estamos aquí publicando el segundo tomo, es porque hemos logrado prevalecer. Mary Shelley en su prólogo a la edición de Frankenstein de 1831 nos dice:“la invención, debe admitirse humildemente, no consiste en crear del vacío sino del caos”. La ralidad es que la literatura supone muchas veces un proceso de transformación del caos en cosmos (no en vano Freud señala a los escritores como los individuos que no necesitan terapia porque a través del ejercicio de la escritura exorcizan sus propios demonios). Los escritores son poseedores de cierto don demiúrgico... algunos más que otros. De este modo, la literatura cumple un papel muy importante en la vida del ser humano: muchas veces leemos buscando respuestas, buscando algún tipo de amparo y resguardo del caos que nos rodea. Pero cuando cometemos el error (excesivamente humano) de Emma Bovary o de un tal Alonso Quijano, de no saber leer con la debida distancia e intentamos, en un afán cosomologizante, hacer de la ficción, realidad... el resultado no puede ser otro más que la exacerbación del caos. Como todos los buenos escritores tenemos el deber de intentar aprehender el cosmos que subyace en el caos que nos acontece para ser los dueños de nuestra historia y no una simple hoja arrastrada por el viento. Jamás olvidemos esos de tantos versos inmortales que nos regaló Borges en su sublime “Poema de los dones”: “algo que ciertamente no se nombra con la palabra azar rige estas cosas” Mi humilde recomendación es tomarse muy en serio esos versos, porque creer que todo es azar en esta vida es sucumbir a la angustia del caos. Siempre miremos con esperanza más allá del caos; que no prevalezca el caos. Agustín Gari Presidente Centro de Estudiantes de Letras Buenos Aires, noviembre 2018


6. La belleza de poder ser, 8. Cervus elaphus,

Bruno Flores López

Eugenia Campos Carlés

10. Fragmento de Heterotropías,

Agustín Gari

14. “Desde la lejanía de las sombras...”, 15. “Pálidos dedos bailan...”,

Ayelén Skarbala

Ayelén Skarbala

16. Estancias, Diego Alegría Corona 18. Agente C.A.O.S., Lourdes Loresi 20. Cuando me voy a dormir, 21. “Eres la belleza...”,

24. Bildungsroman del caos,

Justina Pertini

Malena Vallecorsa

Ma. del Rosario Ferrari Nicolay

28.Semana de las Letras 32. ¿Quién quiere vivir para siempre?, Soraya Basil



FICCIÓN La belleza de poder ser Bruno Flores López (Derecho - UCA)



FICCIÓN Cervus elaphus Eugenia Campos Carlés

Análogamente, en un mismo, pero distinto lugar y tiempo, otro cazador en una idéntica situación contempla un ciervo. Distanciados y atrapados en realidades dispares se unen por el mismo procedimiento de los actos. Esta vez el hombre está apostado sobre un tronco de un árbol caído cubierto por húmedos musgos. Ya es tarde. La anatomía imperial del ciervo cruza el sol y el bosque está repleto de esa necedad que tiene el aire cuando está solo. La humedad de la lluvia está estática en el silencio. Existe una trinidad espontánea: el hombre, el ciervo y el sol. El hombre apunta al ciervo y el ciervo apunta al


sol. Se prevé un sacrificio redentor. Proféticamente, el verde lorquiano se ve en cada ínfimo rincón. El misticismo natural de sus astas cérvidas que señalan al cielo, pronuncia lo que se acerca. Su salvajismo lo mantiene a salvo. El cazador recuerda el pasaje de la Eclesiastés 1:18: “en la mucha sabiduría hay mucha angustia, y quien aumenta el conocimiento, aumenta el dolor”. El animal es la inocencia y la fortaleza. Su silueta está pintada en tinta china. La belleza de la sombra no le pertenece al bosque o al hombre, es del sol. El momento escapa todo bosquejo de verosimilitud arrastrando a los protagonistas de la escena a un campo ficcional, aunque quizás debo decir sagrado. Inadvertido, el ritual se lleva a cabo lejos de cualquier aire de civilización poluta. La frescura del paisaje simula ser el Jardín del Edén y parece anunciar una nueva génesis. El cazador carga municiones con una cautela litúrgica. Luego, traza una línea imaginaria con su máuser traspasando el tallado del animal. El aire se siente sereno y furioso entre la suavidad de las hojas y la tensión de la brisa. En un nerviosismo, el cazador enfoca la mira y presiona el gatillo. Todo lo que antes era, ahora ya no es y raya todo indicio de silencio. El ciervo tiembla por unos segundos y se inmola. Instantáneamente, los dejos de humedad del día que aún estaban en su pelaje saltan cual lágri-

mas de dolor. El sol, ya desesperado por capturar a la víctima, libera una luz de siete colores sobre él. El tiempo se pierde y la quietud se distingue nítidamente en ese estallido cromático. La belleza se desnuda ante los ojos extasiados del cazador. La naturaleza, se sumerge en la profundidad del eco del disparo que parece eterno. Pero de pronto, el animal violentamente golpea el suelo con su cuerpo inerte y regresa el sacro silencio. La duración del martirio se inmortaliza en el crepúsculo. El ejecutor tiene la tentación de pensar que el desorden a veces tiene la velocidad de un disparo para luego convertirse en la más perfecta calma. Se pregunta si su reflexión es herejía. Lo ignora. Suspira agotado secándose la frente y nuevamente, se entrega a sosiego. 


FICCIÓN Fragmento de “Heterotropías” Agustín Gari Al llegar al final del pasillo conformado por las murallas de libros me hallé en una especie de claro circular enorme en el cual parecían confluir todos los pasillos, idénticos al que acababa de atravesar. El piso no se veía, era una gran extensión circular llena de montículos de libros pero en el centro se podía ver un gran tumor de libros. No sin pocas dificultades logré alcanzar ese centro y allí encontré lo que parecía ser el inventario de la biblioteca, eran tomos y tomos de manuscritos, prácticamente ilegibles, que se me deshacían en las manos. Estoy bastante seguro de que bajo todos esos volúmenes se ocultaba un escritorio, pero hubiera necesitado un tractor para confirmar mi presunción… A continuación transcribo el contenido de las primeras dos páginas:

Acá nomás y hace no tanto. (E 3; B D) El jardín de los cerezos que se bifurcan (E 121; B B) Carpín Tero (E 56; B 7) La muerte de Iván Cruz (E 9,5; B 33) Guerra y castigo (E 45; B Z4) The wasted purple land (E 63; B U9) Jacob y el mismo (E 12; B 83A) El mozo (E63; B78) Diario de un escritor rural (E 111; B J) Cien años de sobriedad (E 4; B A4) El amor en tiempos de polera (E456; B84A) Las mil y una (E π; B I8) Crónica de una Narnia anunciada (E2; D2) El ruido y la curia (E8b; B77) The lord of the flies - Tolkien (E66; B88) The lord of the rings - Golding (E66; B89) Memorias de un comedor de apio (E78; Bλ) El burlador de semillas (ε45; β5τ) La hija de re mil puta respetuosa (E03; B5q) El vómito (B24; E7)

E = Estante B = Biblioteca


Middsummer nightmare (B411; E-33) Romeo y Cloe (B99; E1111) Dafnis y Julieta (B99; E1111) En busca del {algo que no se lee en el manuscrito} perdido (PERDIDO) Las mujeres obvias (E7; BJ9) Maclet (B22; E44) Hambeth (B22; E44) La escuela de los paridos (B8U; E4R) La montaña trágica (B8×8; E5T) El hombre sumiso (EZ; B7) Vida vieja (E475; BJ10) Jacques el latinista (E67; B890) El libro de avena (E12; B58W) Of dice and men (E83; B29) No habrá más peras ni ombligos (E4R; B77) Celsius 232,8 (B62; EF457) El pastillero (B90; E3+3) The graves of wrath (B54; E72) Memorias de Adriana (Bx8; E9) The naked brunch (B5; E37) The life and opinions of Tristram Shandy, (not so) gentleman (B61; E93) Gulliver marvels (BGG; E23180) Las concesiones (BZ; E81) Bolita (BXY; E201) Modas de sangre (B13; E12) Elogio de la flacura (B1; E1) La apoplejía de Sócrates (B03; E47) Los tres motoqueros (B807; E2) Las flores del mail (B73; E128) To kill a fucking bird (B87; E238) El fumador (B784; E487) Poeta en Nueva Dehli (B6; E8C) The same old world (B39; E77Z) París era una mierda (B100; E99) Mierda (B100; E99) A tale of two hippies (B15; E32) Oliver Giro (B58; E11F) Great expoliations (B26; E2) Los infumables (B24601; E24601) Los bríos profundos (E3; B8)


La cabellera inexistente (E0; B0) Alguno, mejor ninguno y no sé, mil? (B61; E91) Los gargajos de Persiles y Seguismunda (B8; E93) J’abuse (B52; E12) El viaje hacia el bar (E90; B782) Fastuo (E555; B13) El círculo de pizza caucasiano (E34z; B821) Una temporada en Caracas (BGG; E4) Un cuarto impropio (E92; B503) Las piolas (E93; B4) Orgullo y sensibilidad (E2T; BF9) Sentido y prejuicio (E2T; BF9) Yo, la suprema (E66; B98) El señor reticente (E732; B5) Tiranos banderas (E55; B33) Los cartones (E33; B55) Desconcierto barroco (E8A; B78) Los casos perdidos (E57; B8J) Don’t you like it? (E90; B91) Memorias póstumas (de ultratumba) de Blas Cubas (E47; B72) El loro estepario (E5R; B6Q) Las lenguas de gigante (E21; B245) Las primeras cartas de Jacopo Ortiz (E61; B87) Un autor en busca de seis personajes (E17; B9)


Bandido o el pesimismo (E55; B550) Muerte de un pasante (E1; B1000) Mariel (E2; B2000) Don Segundo cobra (E63; B834) El mundo es estrecho y ajeno (B59; E93) El cantar de las pestes de Igor (E67; B238) Las lanzas coloreadas (E999; B1000) El viejo y el bar (E x^3; B-4) Cuando era infeliz y documentado (E518; B473) Memorias de mis putas felices (E2; B7492) La conjura de los precios (E100; B100000000) El guardián entre el benceno (E374; B901) El cantar de tuyo Cid (E45; B21) El ancho mar de los sablazos (E34; B708) La Venus de las mieles (E5; B55) Great exspoliations (E83; B78) El hombre de la rosa (E27; B68) Al llegar al final de la segunda página, algo grande, una masa informe, se deslizó a mi lado como una tromba; la llama de la vela se estremeció, cual víctima de un escalofrío, y se apagó. Las tinieblas volvieron a envolverme en su manto como lo hicieran a mi entrada en el recinto, sólo que ahora sabía que no estaba solo... 


POESÍA

“Desde la lejanía de las sombras...” Desde la lejanía de las sombras Yo, sombra, deseo quebrar la tierra Con estrepitoso incendio. Pero, ¡silencio! Que mi padre no me escuche. Él, quien yace en constante acecho, ¿Cómo reaccionará ante mi desobediencia? Él, quien recibe a los muertos en nuestra casa, ¿Cómo se sacudirá su desequilibrado temperamento Al notar que he huido Para observar, siempre a lo lejos, A aquella que ha de dar vida? ¡Silencio! Que ella no me escuche, Que no escuche mis profundos suspiros Que surgen al contemplar, maravillada, su encanto. ¡Salgamos, cuerpo de él y alma de ella! Ahora veo cuando antes, En el Hades, Solo furiosos ojos familiares Y la oscuridad Que me abrazaba Aunque allí nadie estaba. Convencida de que el frío calentaba, Y que nadie era alguien.

Ayelén Skarbala 


“Pálidos dedos bailan...” Pálidos dedos bailan Con fastidioso desorden. Tiemblan ignorando la belleza De huesos quebrarse en cada tecla. Sordos oídos sangran Por tan espeluznante melodía. El sin sentido aterra a esta morbosa alma Que toca el piano sin saber las notas, Grita sin nunca haber tenido voz, Ama sin saber qué es el amor. ¡Escúchate, hombre ridículo y sollozante! Escucha los corazones latiendo De aquellos que lograron combatir las penas Y escúchate a ti lidiando con puros fantasmas. Escucha los repugnantes sonidos de aquello que llamas música, Pero yo solo escucho frustrados golpes Y el impacto de tu alma desesperada contra tu pecho Una vez descubierto que morir ha de ser tu destino, ¡Ay! ¡Cuánto ruido! El camino del sufrimiento has elegido. ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¿Estás seguro que aún eres? Todos son y tú, una vez, ¡ay! ya no lo sé, fuiste.

Ayelén Skarbala 


POESÍA Estancias

cuando el cuerpo deja de sentir el cuerpo, y la piel comienza a ser la superficie de la sábana, y el ojo deja de distinguir la noche cuando no hay sonido pero algo se observa en el silencio cuando no hay mirada pero algo se escucha en lo informe porque todo vuelve a aparecer bajo una negra transparencia, como si las horas y los días se repitiesen en minutos y segundos y es la misma estrechez de la lluvia, el mismo desliz del cuerpo frente a un muro de espinas, la misma blanca quietud del páramo cuando hay sonido pero nada se observa en el silencio cuando hay mirada pero nada se escucha en lo informe porque todo vuelve a desaparecer bajo una negra transparencia, como si los segundos y los minutos se repitiesen en días y horas cuando el cuerpo comienza a sentir el cuerpo, y la piel deja de ser la superficie de la sábana, y el ojo comienza a distinguir la noche

Diego Aleg ía Corona (Chile, 1994) Licenciado en Lengua y Literatura Inglesas de la Universidad de Chile y Candidato a Magíster en Literatura de la misma universidad. Publicó Raíz abierta (Libros del Pez Espiral, 2015), su primer libro de poemas. Ha recibido numerosos reconocimientos literarios, como el Premio Municipal Juegos Florales Gabriela Mistral (Chile, 2012), finalista del Premio José María Valverde (España, 2014) y Beca Taller Fundación Neruda (Chile, 2017), entre otros. Parte de su obra poética, la cual ha sido traducida al inglés y al italiano, se encuentra en la antología Nueva Poesía y Narrativa Hispanoamericana del siglo XXI (España, 2017).



POESÍA Agente C.A.O.S.


Lourdes Loresi


POESÍA Cuando me voy a dormir He aquí todas las noches Oscilantes y sonoras Lentamente, van cayendo los ecos de tus besos suenan parecidos a ríos invernales son susurros en el cuello una nieve caliente que en mi cuerpo no puede dejar de brotar Otra vez llegará el crepúsculo mojado este remolino de la piel que sólo arde Otra vez el reflejo me habita la tormenta Yo siempre he sido Lluvia ¡ay de mí! todos llantos y gritos y gemidos y lamentos náufragos en mis ojos de mar no hay hogar ni recuerdo a donde ir el fuego de aquellos besos nunca dejaran de quemar ¡Basta ya! Déjame en paz maldito rosto jamás has sido mío deja de girar solo busqué ser quietud Ya lo sabes, mañana volverás ya lo sabes, me arroparás con tus brazos hechos de tinieblas ya lo sabes, cantarás la luz rojiza pegarás mis pestañeas con tu sublime y catastrófica voz caeré en un profundo sueño y todo volverá a repetirse otra vez

Justina Per ini




Gaula Libros

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VENTA DE LIBROS NUEVOS Y USADOS


RESEÑA

Ma. del Rosario Ferrari Nicolay

Adolescentes, los noventas, terremotos y Los Ángeles. Bildungs roman de la edad moderna.

Things that happened before the earthquake, por Chiara Barzini La compra nació en Instagram donde la tapa de bonitos colores la hacía la candidata perfecta para posar frente a la cámara. Pocas cuentas, bookstagrammers, HABLAN sobre los libros y la mayoría prefiere hacer una sesión de fotos en la que el pobre libro- sin leer- es víctima de una danza macabra que lo lleva a posar en el pasto, entre hojas secas, junto a una taza de té o velas… y volver al estante sin suerte. Tras una corta búsqueda encontré que la autora también estaba en las redes. Instagram se ha vuelto una gran máquina para promocionar obras. Se publicó primero en inglés y luego en italiano. Chiara Barzini- italiana que emigró con su familia a Estados Unidos y allí comenzó su carrera-, escribe a Eugenia, una joven que viaja

a Estados Unidos con su familia y tiene que adaptarse a su nueva vida. Es inevitable intentar calcular cuánto hay de biográfico. Ya el título es bastante sugerente y el diseño de tapa cumple con la feliz misión de orientar al lector en la dirección correcta. La imagen de las ediciones en inglés e italiano muestran a una mujer joven en cierta pose despreocupada y, junto con el título (que en castellano se puede traducir como “Lo que pasó antes del terremoto”), sugieren acontecimientos que no quedan reducidos a la esfera del fenómeno natural. La palabra poética trae aparejada un bagaje de significado enorme. “Terremoto” nos debe acercar a la idea de un sismo que también se produce en el ámbito espiritual. Se trata de un acontecimiento que cambia



la fisonomía de algo, o alguien, para siempre. En el caso de una mujer joven es una experiencia o series de sucesos que modifican su forma de ser y su visión, parte del proceso madurativo y de paso hacia la adultez. La obra cuestiona en qué consiste esa adultez hacia la que se dirige una adolescente inmigrante en Los Ángeles de los noventas. Eugenia pronto reconoce que no encaja en su nuevo hogar, pero tampoco puede volver ya a lo que había conocido como su tierra: es una ciudadana de ningún lado, desconoce hogar o familia. Factores históricos, sociales y económicos convergen y suman a la presión que, como el terremoto explota en el interior, fuerza a mutar y adaptarse a nuevas realidades. El estilo es desafectado y sencillo. En un comienzo me molestaban las descripciones. Parecía ser un muy elaborado tono despreocupado. Contaba el menor inconveniente y hechos traumáticos con una plástica despreocupación, y sólo parecía hacerlo en función de introducir la polémica para sostener la atención del lector. Sin embargo, pronto se hacía más claro que ese aparente despojo era necesario para poder contar los pormenores de una adolescente moderna y cómo vive el traumático paso hacia la edad adulta.

Tal vez éste sea el futuro del bildungsroman. Sin dudas las pruebas que tienen que superar los jóvenes de la modernidad se visten de ropas muy distintas a las de antes. Es el desafío de representar las dificultades de una mujer joven en toda su dimensión. Evitar el decoro que la convierte en un tabú, y evitar exagerarlo hasta convertirla en una caricatura. La novela que hoy habla de adolescentes los suele poner en situaciones adultas y omitir lo más escabroso, lo verdaderamente conf lictivo. El libro no se encuentra disponible en español (todavía) y debería. Una honesta lavada de cara al género que ahora se llena de sagas de literatura fantástica con monstruos no monstruosos, que pretende hablar sobre lo que atraviesan los jóvenes pero en las que no hay crecimiento alguno para nadie. Mejor o peor, la adolescente de Things that happened before the earthquake tiene que crecer, lo hace como puede y se muestra tal cual es. 



Una vez más la Semana de las Letras resultó un éxito. El tema propuesto esta vez fue “la ira” y no defraudó. Antes que iracundos, quedamos todos agradecidos por el compromiso y calidad de las exposiciones. Desde el Centro de Estudiantes los resultados superaron nuestras expectativas -que ya de por sí eran muy grandes. Tuvimos la oportunidad de escuchar a profesores de la casa, de amplísima trayectoria ,junto a alumnos (algunos con experiencia de pasadas ediciones de la SDL y a otros debutantes). Todos ellos, profesores, alumnos veteranos y novatos, compartieron un mismo escenario. Los profesores pusieron a nuestra disposición el enorme nivel que recibimos de ellos a diario en clase, con temas que no suelen incluirse en los programas de las materias y que dieron origen a esta Semana de las Letras. También nuestros propios compañeros compartieron con nosotros su trabajo, un ejercicio de intercambio de ideas al que siempre deberíamos dar un mayor espacio. Y hay que decir que el nivel demostrado tanto por alumnos como por profesores no hace más que dar cuenta del enorme capital intelectual con el que cuenta nuestra carrera en todos sus niveles. Como señaló el Decano en la apertura, la ira es un elemento germinal


de la literatura universal y eso es lo que hizo de esta Semana una tan intensa y tan rica. Somos humanistas y así como estudiamos todo aquellos que ennoblece y dignifica al hombre, como esa creatura superior que es, no podemos dejar de lado todo aquello más oscuro, más primario, y que, como quedó patentizado en muchas de las exposiciones, no siempre es necesariamente malo. La ira es algo tan humano como puede serlo la más alta de las virtudes. Aprendimos que hay iras de todo tipo que se manifiestan de las más diversas maneras. Desde la ira en el lenguaje, la ira que conduce a la violencia, la ira de Dios, la ira de los oprimidos y tantas más. Los temas de las exposiciones fueron particularmente variados, puesto que además contamos con la sorpresa del profesor Lavalle que se tomó el trabajo de preparar una mesa temática de personajes ampliamente conocidos por su iracundia: los piratas. A su vez tuvimos el honor de recibir al Dr. Mariano Sverdloff, director de la Colección Colihue Clásica que nos contó de su experiencia de trabajo en esta editorial. Un fondo que a los estudiantes de Letras nos resulta particularmente útil, tanto por la variedad de los títulos publicados así como por la calidad de sus traducciones.



También contamos con una lectura de poesía a cargo de la profesora Dra. María Amelia Arancet, de la cátedra de Literatura Argentina que nos trajo poesías iracundas de muchos poetas locales. Si la Semana de las Letras 2018 fue un éxito fue gracias a todos los que participaron de ella: expositores, espectadores, colaboradores. Pero especialmente queremos agradecer al Dr. González, al Dr. Lavalle, a la Dra. Avenatti, la Dra. Puppo, la Dra. Carrizo Rueda, el Dr. Altamiranda, la Dra. Arancet, la Dra. Cid, la Dra. Lastra Paz, el Dr. Del Percio y a nuestro invitado de honor el Dr. Sverdloff. En lo que a alumnos respecta, debemos destacar especialmente la ponencia de la alumna de primer año, Malena Vallecorsa, ya que no cualquier alumno de primer año se anima a exponer en su primera Semana de las Letras. Y al resto de los alumnos participantes: Sebastián Rizzo de segundo año; Toia Pott, Sofía Gatto Perkins, Agustín Tamai y Agustín Gari de tercer año; y a Valentina Catulo y Lourdes Raffo de cuarto año. Todos y cada uno de ellos se tomó el trabajo de preparar una ponencia para hacer de esta Semana de la Ira un verdadero éxito y una instancia de formación para el resto del alumnado. También queremos agradecer a todos los cursos por la enorme ayuda que dieron con la organización a la hora de traer algo para compartir en los cortes. Luego de esta Semana de las Letras no queda más que esperar que la próxima edición sea igual de exitosa y gratificante. ¡Muchas gracias! Centro de Estudiantes de Letras 2018


RESEÑA Soraya Basil 1995. En uno de los tantos trayectos que recorríamos con el auto, papá puso un cassette en el reproductor. Era A Night at the Opera, de Queen. Hay momentos que quedan inmortalizados para siempre en la memoria de una persona y, en mi caso, el día que escuché por primera vez a Queen entra en esa categoría. Cuando terminó de sonar “Bohemian Rhapsody”, le pregunté a mi papá que quiénes eran los cantantes (el término “banda” todavía me era un poco lejano) y obtuve como respuesta lo siguiente, con mamá a coro: “Queen. Esto es música, Sory.” A ese cassette le seguirían varios más que papá recuperaba o iba consiguiendo. También le seguiría una noche en lo de mi tío, escuchando Made in Heaven, un par de años más tarde, y a l u e g o d e l a m u e r t e d e

Freddie, episodio que mi padre siempre ha vivido como tragedia personal. Era necesaria esta introducción. Porque Queen es, para muchos de nosotros, la primera banda que nos rompió la cabeza. Y “Bohemian Rhapsody” es, sin lugar a duda, esa canción que nadie puede decir que no le gusta. Y, si lo hace, probablemente sea por tres razones: querer llevar la contraria, no haberla escuchado o tener un gusto musical tan espantoso que raya lo patológico. Por todo lo dicho, era más que evidente que, si una película sobre Queen o Freddie veía alguna vez la luz, iba a estar cargada y sometida a la visión de millones de personas alrededor del globo. Personas como yo y tan ta s o tra s qu e a l gu na ve z vi bramos con las notas de Deacon, nos emocionamos con la voz de Freddie


Dirección Dexter Fletcher, Bryan Singer Guión Justin Haythe, Anthony McCarten Música John Ottman, Brian May y Roger Taylor Fotografía Newton Thomas Sigel Montaje John Ottman Reparto Rami Malek, Gwilym Lee, Ben Hardy, Joseph Mazzello, Allen Leech, Lucy Boynton, Aidan Gillen, Tom Hollander, Mike Myers, Ace Bhatti, Michelle Duncan Género: Drama - Musical - Biopic

y juramos que podríamos reconocer la batería de Taylor o la guitarra de May en cualquier lado. La película tuvo un largo camino hasta su concreción. Los productores del film, entre otros, son Roger Taylor y Brian May, quienes desde el retiro del bajista John Deacon en 1997 decidieron tomar la posta y continuar con Queen (o con lo que quedaba de ella). Durante diez años hemos sido testigos de las idas y vueltas para hacer realidad el film. En un principio, Freddie iba a ser interpretado por Sacha Baron Cohen pero, con el devenir de los años, las diferencias creativas entre él, May y Taylor terminaron por dejarlo fuera del proyecto. Desfile de guionistas que parecían no ajustarse al proyecto, actores y cantantes que voluntariamente se ofrecían para hacer “algo” en la película y otros escollos dilataron el

film hasta 2017. En 2016, Channel 5 de Inglaterra estrenó en noviembre un docudrama de Freddie titulado Who wants to live forever?, que fue destrozado por la audiencia y los críticos por ser casi caricaturesco. Lo único rescatable, la actuación de John Blunt, actor británico que encarnó a Mercury. Probablemente eso haya apurado las negociaciones de Bohemian Rhapsody y puso a los productores a trabajar. Con todos estos antecedentes, la expectativa sobre Bohemian Rhapsody era alta. Tal vez por eso, Rotten Tomatoes la destrozó antes de su estreno comercial y muchos de nosotros fuimos con recelo a la sala del cine, esperando que, al menos, la experiencia de escuchar la música de Queen durante dos horas y cuarto hiciera valer nuestra entrada. La película tuvo dos directores y se


nota. Bryan Singer (Los sospechosos de siempre) fue el director convocado, pero, tras una seguidilla de comportamientos inconcebibles durante el rodaje, Fox lo despidió cuando aún faltaba un mes de filmación. Dexter Fletcher fue el elegido para finalizar el film. Esto cobra sentido cuando vemos la película y notamos una gran diferencia entre las escenas, el ritmo de la historia y la dirección de cámara. Sin embargo, y considerando la situación, el daño colateral no sobrepasa los límites de lo tolerable. Bohemian Rhapsody tiene tres pilares fuertes que la sostienen: la dirección de cámara, las actuaciones del cast y las escenas musicales. Las escenas previas al show del Live Aid, la cámara subjetiva ubicada entre la banda y Freddie generan la adrenalina digna de un concierto. Los cameos de Freddie caminando por su casa rodeado de sus amados gatos y la conferencia de prensa en la que Mercury es violentamente abusado por el periodismo son verdaderas gemas. Son estos momentos los que le dan el aire épico que una película como Bohemian Rhapsody demanda. Los primerísimos primeros planos se utilizan en su justa medida y atinadamente, lo que suma muchísimo al dramatismo de cada escena. Las secuencias musicales son inolvidables. Desde la gira por Estados Unidos en los 70’ (tal vez con una edición algo kitsch para cierta parte de la audiencia) hasta la recreación minuciosa del set que la banda

brindó en el ya legendario Live Aid de Wembley en 1985 (probablemente, el pilar más fuerte de todo el film junto con Rami Malek). Y ya que hemos tocado el tema, es menester mencionar que el cast es soberbio y está a la altura. Joe Mazzello (John Deacon) y Gwilym Lee (Brian May) están impecables como el bajista y guitarrista de la mítica banda: al impresionante parecido físico le suman un trabajo sobre la gestualidad que completa con broche de oro sus trabajos de interpretación. Ben Hardy (Roger Taylor) sortea el desafío con alguna dificultad. Más allá de no compartir gran parecido físico con el Taylor de los 70’s y 80’s, la voz carrasposa se le nota de a ratos forzada. Sin embargo, con un excelente trabajo de expresión corporal logra captar la esencia del miembro más explosivo de Queen. Nota aparte para el trabajo de Rami Malek. Si bien al principio es inevitable pensar que no hay un parecido físico importante, es su interpretación del cantante la que nos mete de lleno en la historia. Para el final de la película ya nos habremos olvidado de Malek porque estaremos convencidos de que, de alguna manera, es Freddie. Para lograrlo, entrenó con Polly Bennett, coreógrafa y directora de movimientos, quien lo ayudó a moverse hasta en lo más mínimo como Mercury. Quizá por esta razón no cae en la sobreactuación ni tampoco en un personaje patético: su mayor logro es poder interpretar a uno de los íconos


de la historia del rock alternando su cara pública con la privada, de una forma absolutamente acertada y respetuosa. Y eso es lo que logra el cast completo: interpretar, no imitar como si estuvieran en un concurso de talentos o en una banda tributo. Sin embargo, hay un “pero” enorme que tiene la misma sutileza que un elefante en una vidriera: el guión. Más allá de las incoherencias temporales y espaciales (calma, fanáticos puristas de Queen, que es con lo que van a lidiar), la simpleza del guión es tal que desaprovecha por completo la excelente dirección de cámara y el talento de los actores. Así, Mary Austin, el gran amor de Freddie (interpretada por Lucy Boynton), y Jim Hutton (Aaron McCusker), su compañero de los últimos años, se encuentran reducidos a escenas clichés que desaprovechan todo su potencial dramático. También cae de a ratos en desgracia el personaje de Roger Taylor, inmortalizado como un mujeriego, pero de la forma más superficial y aniñada posible. El guión oscila entre lo naive y lo oscuro, sin punto medio. Si bien la película es sobre Freddie, resulta poco creíble ver que sólo él fuera víctima de los desenfrenos de una celebridad del rock (y para quienes sean versados sobre la banda, ver a Taylor abandonar una fiesta por indignarse frente al descontrol de Freddie, es realmente ridículo). En el afán de mostrar el lado más humano de Freddie, los guionistas muestran la oscuridad de las debilidades

y ocultan el otro costado humano del cantante, aquel que sus allegados recuerdan como extremadamente generoso y cálido. Incluso, tampoco se le hace justicia a la estrecha relación que los miembros de la banda tenían entre sí. Estamos frente a un guión comercial que, básicamente, se escribió para que fuera apto para todo público, sin catalizar demasiado en cuestiones delicadamente intrínsecas que pudieran incomodar a May o a Taylor, productores de la película (la historia la cuentan los que ganan, o viven, en este caso). En conclusión, Bohemian Rhapsody cumple con la cuota de nostalgia y emoción, y vale la pena verla por las tremendas escenas musicales y por el excelente trabajo de su elenco, que bastante logra con un guión que no está a la altura de sus intérpretes. Al salir del cine, queda esa sensación agridulce que sólo puede provocar el recuerdo de algo que fue mítico, inolvidable, épico. Ese algo es alguien y es Freddie. Fue inevitable para mí tararear en mi mente las líneas de una composición de Brian May para Queen, del álbum News of the World: “All dead, all dead, But in hope I breathe… Of course, I don’t believe you’re dead and gone.” Larga vida a la Reina. 


REVISTA LIBERAT Número 7 noviembre 2018 REVISTA DIGITAL DEL CENTRO DE ESTUDIANTES DE LETRAS UNIVERSIDAD CATÓLICA ARGENTINA


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