TENDèNCIES
EL MUNDO. DIJOUS 18 DE DESEMBRE DE 2014
Izquierda: la despedida de la galería Iguapop, con su director Íñigo Martínez, Boris Hoppek, Rai Escalé, Catalina Estrada, Leticia Martínez y Miss Van. A la derecha, una obra de Enrique Baeza presentada en la feria Swab.
DOMÈNEC UMBERT
VANESSA GRAELL
Las calles de Barcelona fueron un museo al aire libre. En los muros de las fábricas del Poblenou, en las medianeras de Ciutat Vella o en rincones escondidos del centro, se podía encontrar un Miss Van, un Zosen, un Xupet Negre e incluso un Banksy. Artistas de toda Europa viajaban a Barcelona para dejar su huella en la pared. Pero en 2006 el Ayuntamiento socialista aprobó una restrictiva Ordenanza Cívica que condenaba toda forma de pintura mural a vandalismo. Y la meca del grafiti desapareció de un plumazo. Mientras la Guardia Urbana multaba a artistas del
ta 2010, cuando la galería cerró con la exposición colectiva Too cool for school (el título es un derechazo a todo lo institucional) con piezas de los artistas que estuvieron vinculados a ella, muchos de ellos extranjeros que escogieron Barcelona como lugar de residencia, cuando la ciudad aún tenía capacidad de atracción para el talento extranjero: Miss Van (la wonder woman francesa del grafiti), Catalina Estrada (colombiana de fantasía desbordante), Boris Hoppek (el enfant terrible alemán), Víctor Castillo (chileno que triunfa en Los Ángeles), etc. En el Born, muy cerca de la tienda y galería
DEL ‘STREET ART’ AL SURREALISMO POP spray, en 2008 la Tate de Londres consagraba el street art con una gran exposición que ya forma parte de la historia del arte y en la que el catalán Sixe intervino una de las paredes de ladrillo del centro. Barcelona perdió la oportunidad de erigirse en la capital europea del street art por la estrechez de miras de unos políticos que no ofrecieron alternativas legales a los artistas, más allá de los cuatro muros de la plaza de las Tres Xemeneies en Paral·lel. Con o sin prohibición, el wild style siempre ha estado en las calles. Pero el street art se fue sofisticando, adoptó nuevos formatos y pasó de la pared al lienzo. Y ahí entra en juego la mítica Iguapop, que fue un bastión del street art de 2003 has-
de Montana Colors –la marca catalana de aerosol, que nació hace 20 años, que hoy posee una gama tan variada como los Pantone y ha llegado a Sidney y Rio de Janeiro–, Iguapop creó un estilo, una tendencia. Y, tras su estela, muchas otras galerías –incluso las tradicionales– han apostado por el street art: Miscelänea, Eat Meat, Tres Punts, ADN, N2, Mito, Senda, Imaginart... Pero son los colectivos Kognitif, Difusor o Rebobinart, entre otros, los que potencian a pie de calle festivales, encuentros y una escena permanente. El grafiti ha desbordado sus propios límites. Y ha entrado de lleno en el terreno pictórico y en el canon de las Bellas Artes. Algo que se puede ver en Swab, la feria de arte emergente
SANTI COGOLLUDO
estrenada en 2007, que ha supuesto un escaparate para los artistas más jóvenes. Desde su primera edición, en Swab ha predominado el arte low brow y el surrealismo pop de aires californianos, un estilo que tiene en Barcelona a uno de sus máximos exponentes: el prodigioso Sergio Mora, que reinterpreta los clásicos a base de pop cañí, cierto kitsch y delirios espaciales. Como muchos de sus colegas, Mora tiene un estudio compartido en Poblenou, el barrio al que se han fugado artistas y galerías de nueva creación. Desde hace unos años, Poblenou concentra la masa creativa de la ciudad, con muchos espacios alternativos de exhibición al estilo Berlín este. Como el Wynwood Arts District de Miami o el Meatpacking District de Nueva York, el barrio quiere posicionarse como referente de la cultura alternativa: así ha nacido la asociación Poblenou Urban District, con sede en la galería La Plataforma (que une gastronomía, arte y diseño), para dibujar un nuevo mapa creativo. Mientras en Poblenou no dejan de aparecer nuevos y arriesgados espacios, en la tradicional milla de oro del galerismo de Consell de Cent y Enric Granados, las galerías tienden a echar el cierre, sobre todo con la subida de los alquileres por la Ley de Arrendamientos Urbanos. La mítica Joan Prats ha abandonado Rambla de Catalunya y hasta Carles Taché se va a plaza Espanya. No es el caso de Jordi Barnadas, que hace tan sólo un año ha abierto una sucursal en Singapur –la Barnadas Huang– para poner el pie en el mercado asiático y exportar a los talentos nacionales. Una de sus artistas, la barcelonesa Vanessa Linares, inaugura este mes su primera exposición indivual en China, donde sus cuadros están triunfando por su mezcla de estética manga, fantasía naturalista y líneas suaves. Barcelona ha sido y es capaz de atraer artistas de todas las latitudes, pero la asignatura pendiente sigue siendo la proyección internacional de los suyos.
JORDI SOTERAS
Sobre estas líneas: Vanessa Linares en la galería Barnadas. Dcha.: los talleres para artistas en el TPK de L’Hospitalet. Arriba: Sergio Mora en su estudio y la intervención de Sixe en la Tate. SANTI COGOLLUDO
EL MUNDO. DIJOUS 18 DE DESEMBRE DE 2014
TENDèNCIES
11 EL BROOKLYN CATALÁN
REBOBINART
L a modernidad también se escribe desde la periferia. En los últimos 10 años L’Hospitalet, el Brooklyn catalán, pisa fuerte con un circuito creativo construido desde la base, por los propios artistas. El atípico TPK, una escuela alternativa, un lugar de creación y de difusión, lleva 37 años luchando contra los cánones y la academia heterodoxa. Fundado por unos jóvenes Agustín Fructuoso y Xaro Castillo, recién licenciados en Bellas Artes, el TPK es el kilómetro cero de la creación más arriesgada. Ubicado en el recinto fabril Tecla Sala, con paredes de ladrillo vista de estilo ‘manchesteriano’, tiene como vecinos a la Fundació Arranz-Bravo, dedicada a la obra del popular escultor pero también al descubrimiento y al apoyo de artistas emergentes. Un ejemplo de éxito de la colaboración público-privada. Eduard Arranz-Bravo, ‘enfant terrible’ de los 80, apadrina a los jóvenes creadores. En L’Hospitalet también destaca Can Freixas, histórico edificio industrial (de color amarillo) reconvertido en residencia de artistas. Desde 2007, es la sede de la Asociación Cultural de Artes Plásticas fundada por la escultora británica Sophie-Elizabeth Thompson (Soforbis) y la ceramista italiana Paola Masi.
JORDI SOTERAS
Arriba: Zabu con su mural en el Festival Ús, que se celebró en los antiguos Encants de Glòries, y el estudio de escultura de tallerBDN. Izq.: los artistas Miquel Gelabert, Xavier González, Eduard Arranz-Bravo y Albert Mercadé en la fundación Arranz-Bravo de L’Hospitalet.
JORDI SOTERAS
Y en 2013, en pleno polígono del Mig, entre la autopista y naves abandonadas, abrió Espacio 120, una galería impensable en Barcelona: 2.500 metros cuadrados repartidos en dos plantas, en las que se exponen más de 500 obras de 100 artistas de todas las tendencias y estilos. Hacia el Besòs, Badalona se ha consolidado como referencia en el mundo de la escultura con tallerBDN, creado en 2005 por Josep Maria Camí: una nave especializada en una disciplina que requiere de maquinaria y grandes espacios para trabajar la madera, el metal, el plástico, la piedra...