Louis Aragon

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Louis Aragon

POEMAS



No hay ningún amor feliz El hombre nada adquiere jamás Ni su ternura Ni su amor ni su fuerza Y cuando abre los brazos La sombra que proyecta es una cruz oscura Y si abraza su dicha la destroza en pedazos Su vida es una extraña y espantable locura No hay ningún amor feliz Su vida se parece a un inerme soldado Que para otra estrategia ha sido preparado Que madruga y de noche sufre de hambre y de sed Y que en la tarde tiembla deshecho y desarmado Decid «mi pobre vida» y el llanto contened No hay ningún amor feliz Mi bello amor mi dulce amor mi amor perdido Dentro de mí te llevo como un pájaro yerto Y aquellos que de lejos nos vieron no han sabido Que mis propios poemas tras de mí han repetido Y que ya por tus ojos varias veces han muerto No hay ningún amor feliz El tiempo de aprender a vivir ya ha pasado Que lloren en la noche nuestros dos corazones Por el dolor que esconde cada recuerdo amado Las tragedias que nutren el éxtasis soñado Los sollozos que impregnan las menores canciones No hay ningún amor feliz No hay amor que no aflija al par que desespera No hay amor que no se halle mezclado a su dolor No hay amor que no espante No hay amor que no hiera No hay amor que no viva de lágrimas y espera Y el amor de la patria lo mismo que tu amor No hay ningún amor feliz Pero este es nuestro amor


Licantropía moderna El grado más alto de la tristeza tanto puede ser un general ciego mendigando a través de las islas como hacia las 3 de la mañana la avenida de la Ópera No hay límites para la melancolía humana Se cuenta siempre con una piedra para colocar sobre la pirámide de las lágrimas Están seguros de padecer tanto como una mujer estrangulada en el momento en que ella sabe que todo ha terminado y desea acabar Están seguros de que no valdría más ser ser estrangulado si uno piensa en los cuchillos de las horas que se acercan Desde hace tiempo vivo mi último minuto La arena que mastico es la de una agonía invisible y perpetua Las llamas que hago recortar de tiempo en tiempo por el peluquero son las únicas en delatar el negro infierno interior que me habita Como cuerpos privados de sepultura los hombres se pasean por el jardín de mi mirada Soñadores inexplicables o soy el único a quien golpea una mano desecada en este desierto poblado entre estas flores áridas Amo y soy amado Nada nos separa Por qué entonces estar triste en el corazón espléndido del amor El mundo sacude su estúpida cabeza Sabelotodo Amo aunque la vida sea mortalmente intolerable Amo aunque luego me vea obligado a aullar se extiende por el horizonte donde graznan inútilmente los cuervos Sin embargo en cada árbol hay un ahorcado que se balancea en cada hoja una mancha de sangre Qué puede haber peor que el cielo al amanecer o el betún de la tarde Qué es eso que me impide morder a los paseantes en los bulevares La amargura que siento crecer en mí puede ser el primer torrente de un diluvio a cuyo lado el otro parece un vulgar desborde de cloacas Recuerdo que en mil quinientos cuarenta y uno cerca de Pavía cuando me apresaron en la campiña por donde deambulaba víctima de los primeros efectos del mal los campesinos no quisieron creerme cuando les dije la verdad Rehusaron tomarme por lobo furioso a causa de mi piel humana y Santos Tomases eternos de la ciencia experimental


cuando les confesé que mi piel lupina estaba oculta entre pellejo y carne con sus puñales me hicieron tajos en los miembros y el cuerpo para verificar mis melancólicas afirmaciones no me tocaron la cara espantados por la atroz poesía de mis rasgos Qué es eso que me impulsa a aullar en las tumbas qué es eso que me obliga a escarbar irresistiblemente en el polvo donde duermen los enamorados en descomposición Qué vas tú a exhumar como si la luz viviente no tuviera bastante con las heridas de los vivos Dame el lenguaje tenebroso de los ajusticiados en la silla eléctrica el vocabulario último de los guillotinados La existencia es un ojo reventado Que se me entienda bien un ojo que hacen reventar a cada instante O lo haré examinar con engaños por un médico alienista o bien lo mataré fríamente amor mío durante su sueño mientras yace pálido y desnudo mientras los lobos surgen en torno de los cementerios donde duermen los bellos días que pasamos juntos amor mío


Todas las habitaciones de mi vida... Todas las habitaciones de mi vida Me habrán estrangulado con sus paredes Aquí los murmullos se ahogan Los gritos se rompen Aquellas en las que viví solo Con grandes pasos vacíos Aquellas Que guardaban sus espectros antiguos Las habitaciones de indiferencia Las habitaciones de la fiebre y aquella que Había yo instalado para ahí fríamente morir El placer alquilado Las noches extranjeras Hay habitaciones más hermosas que las heridas Hay habitaciones que os parecerán banales Hay habitaciones de súplicas Habitaciones de luz baja Habitaciones dispuestas a todo excepto a la felicidad Hay habitaciones para mí de mi sangre para siempre salpicadas En todas las habitaciones viene un día en que el hombre se despelleja vivo En que cae de rodillas que pide piedad Que balbucea y se vuelca como un vaso Y padece el suplicio espantoso del tiempo Derviche lento es redondo el tiempo que gira sobre sí mismo Que mira con ojo circular El descuartizamiento de su destino Y el pequeño ruido de angustia antes de las Horas antes de las medias No sé nunca si eso va a sonar por mi muerte Todas las habitaciones son habitaciones de justicia Aquí conozco mi medida y el espejo No me perdona Todas las habitaciones cuando por fin me he dormido Han lanzado sobre mí el castigo de los sueños Porque no sé de los dos lo peor soñar o vivir..


Habitaciones Aquel día en que te había perdido y hablo de ello En otro lugar tanto otro lugar siempre en otro lugar decir en otro lugar como quien grita ay un huir de codornices Digo otro lugar cada tres palabras No lo habréis observado Por cualquier cosa bajo insolentes pretextos de asonancia El pregón del sillero por la calle o En mí En otro lugar está en mí me pierdo en él Sería necesario Reagrupar todos esos ruidos de mí mismo esas Misteriosas palabras tachadas tiznadas ahogadas en un cuaderno Por ejemplo o bien hojas en un cajón que se encontrarán quién sabe Yo muerto o vivo incluso desdibujado poco a poco manchado despedazado por las arrugas para Notificar a la carne que nada cuenta o más aún este hombre Aún Una tachadura Todo lo que habré dicho inacabado esos comienzos esos relámpagos vistos Qué tenía en la cabeza que se desvaneció Aquel día en que había perdido Y el recuerdo vuelve con tanta violencia En mitad de la noche un sueño No nada de un sueño La evidencia de que uno se levanta En mitad de la noche por las habitaciones en sombra Espesa en que los muebles ya no están en su lugar jamás Nunca en su lugar Siguiendo una luz oscuramente oscura hasta Este lugar de escribir y los lápices esparcidos esas cosas de tinta y de espanto Y el papel apresuradamente sucio arrugado tirado a la papelera Ah qué hemos qué he hecho de nosotros la palabra nosotros en mi boca de rodillas Aquel día en que te había perdido Busco a ciegas ese laberinto de horas ese infierno Tranquilo un día de sol me parece y no es Seguro no es nada seguro no sé ya casi nada de esta noche anterior


Por la mañana palpo una mañana gris en ese gran cielo de vidrio Al final de los finales había dormido solo cedido solo al sueño Una mañana gris en el taller devastado de ti

Objetos Estúpidos el armario abierto No existe la Más pequeña razón para cerrar el armario Una cosa caída Aquella noche en que te había perdido Cuándo se levantó aquel día por qué se Levantó veo la habitación enorme y vacía donde todo Está disperso de ti desgarrado de ti devastado Me he Sentado como una ruina en el confín del mundo A la que jamás le será dada respuesta En los escalones acurrucado en los escalones de mí mismo No ver más el desván la cama reventada las sábanas Colgantes Pero cómo por dónde se levantó por dónde se levantó aquel día Brumoso y gris desierto mudo aquel día ciego y vacío Pero cómo se alzó de mí sobre mí aquel día sin día inmenso y blanco Aquel día sin más palabra que el ruido ínfimo en la puerta donde alguien deposita Una botella de leche abro arranco esa puerta Arranco esa puerta de sus goznes Ya no hay nadie Pasos en la escalera Nadie más Que una botella de leche Aquel día en que te había perdido

Todo un día ante mí su puerta abierta donde nadie lee el destino Todo un día de mil y mil detalles olvidados inolvidablemente Todo un día que comienza desde su herida y yo ignoraré siempre Si tuve frío si tuve hambre si tuve pena si


Ah moverse por qué moverse cambiar de lugar irse descender al fondo del agujero es qué tengo Necesidad de moverme de mirar la botella y el desorden Durante todo un día y cómo el cielo ha osado cambiar No sé siquiera si es aquí o es allá dónde ha cambiado el gris menos gris un verdadero Insulto y todos los gestos maquinales maquinalmente hechos Había sol en otro barrio de la ciudad Fantásticamente vacía nunca se sabe cuánto una ciudad puede Estar vacía Y sin palabras No hubiera Creído jamás a París capaz de esto Capaz de aquel día Aquel día en que te había perdido Aquel día aquel día No era yo más que un hombre de basura Un ser tirado como una lata vacía un Desperdicio la corteza Nauseabunda de un melón e incluso los ruidos Eran para mí el silencio Reinaba sobre París Aquel silencio de ti Ese extraño silencio interior en el que los Transeúntes tienen aires de peces sordos Nadie No hay nadie en sitio alguno más que unos pasos por la mantequilla Por qué es mejor aquí que allá por qué partir por qué quedarse Llevo un buen rato mirando al barrendero al Barrendero en la calle Campagne-Première El baile en otro lugar Habíamos hecho la guerra juntos La primera Nada hay tan singular como un barrendero Conocer A un barrendero Quién habla Al barrendero Quién se para con él Diciendo palabras de hombre al barrendero Quién le cuenta al barrendero


cómo llovía En mil cuatrocientos quince el día de Azincourt Quién soñaría en contarle la muerte de Patroclo entre lágrimas Los periódicos corren por la cuneta a lo largo de la acera Tampoco al barrendero le conté mi pena Era un día como cualquier otro un día sin pájaros Aquel día aquel día agujereado en que te había perdido




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