Lo que Santo Domingo (República Dominicana) desea es conservar su cultura y sus costumbres como pueblo español e impedir la desintegración de su alma y la pérdida de sus rasgos distintivos. Lo único que se necesita para llevar adelante esa empresa de preservación nacional es que ambos pueblos se mantengan dentro de los límites territoriales fijados por el Tratado de 1936 y que Haití respete.