El TIGUERE DOMINICANO -LIPECOLLADO

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El TIGUERE DOMINICANO -HACIA UNA APROXIMACIÓN DE CÓMO S'ON LOS' DOMINICANOS'-

EDiCiÓN

CORREGIDA Y AMPLIADA


ISBN- 99934-29-24-4

El Tfguere Dominicano Autor: Junio 1992:

Noviembre 1992:

Marzo 2002:

Marzo 2004:

@Lipe Collado Primera Edición, 2,000 Ejemplares. Segunda Edición, 3,000 Ejemplares. Tercera Edición Revisada y ampliada, 1,000 Ejemplares. Cuarta Edici6n, .1,000 ejemplares.

Diagramación y Portada:

Impresión:

Impreso en República Dominicana 'rínte. in Domínican Republic

@Yelidá Collado, Editora Collado. Editora Collado, S. A. Calle Leonor de Ovando, #106, Gazcue. Santo Domingo, Rep. Dom. Tel: (809) 686-2170 . Fax: (809) 686-2170. e-mail: pendienteOl@codetel.net.do


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DEFINICIONES' PRE\JIAS' Para edificar al lector extranjero sobre este Ensayo acerca del personaje típico dominicano -que es también una aproximación a cómo son los dominicanos; para refrescar la memoria de dominicanos de edad avanzada; y para edificar previamente a miembros de las últimas generaciones -principalmente a los hijos de dominicanos venidos al mundo fuera del territorio dominicano- a continuación adelantamos las definiciones de los diferentes tipos de tígueres: EL TIGUERE BIMBIN* era -¿o es? - un tipo de tíguere sin condiciones para estar entre los tígueres y salí¡ a paso enlas situaciones difíciles·. Era -¿es?- un bullanguero, aspavientoso, fácil de engañar y de vencer. EL TIGUERE BIMBIN es aún muy popular y esto obedece a que su nombre es el mismo del miembro viril del macho en el habla dominicana, y se le etiqueta corrientemente al miembro del niño. EL TIGUERE CINTURITA era -¿o es?- un mujeriego, bailarín. Experto bailador de son, danzón y merengue, de buen vestir, inclinado a usar joyas; y valiente como tíguere al fin. Dotado de una labia insuperable, EL TIGUERE CINTURITA se ufanaba

*En ellengua;e de boy la palabra "bultero" es la que más se aproxima a la expresi6n «Tiguere Bimbím>. Al "bultero" le gusta "hacer bulto", añadirse, colarse, figurar. Es uno más en un lugar en el que no deberla de estar. Como todo bulto. llena un espacio.


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-¿se ufana?- del número de mujeres entre sus redes amorosas. Su calificativo de "cinturita" le viene de la época en que se usaba la ropa pegada al cuerpo y la correa muy apretada. Exhibicionista, se ocupaba de ejercitarse, y se enorgullecía de su sexo... EL TIGUERE GALLO, el más genuino de los tígueres, dispuesto siempre a la bronca, a la lucha, a la violencia. EL TIGUERE GALLO, hclinado por la bebida, los ejercicios físicos, no era amigo del trabajo "duro", y para él "todos los trabajos son duros". EL TIGUERE RANKIAO. Sencillamente el Tíguere Cinturita o el Tíguere Gallo o el Tíguere Bimbín que lograba -¿qué logra? - escalar social y económicamente por encima de los tígueres, esto es, un triunfador. "Rankiao" le venía del "ranking", de los diez primeros lugares del beisbol. .. EL TIGUERE AYANTOSO es hoy por hoy aquel que usa el "ayante", la adulonería, para alagar o "dormir" a la persona que posiblemente será objeto de su engaño. A veces el ayante consiste en hacer creer que "se tiene" o "se es algo" a fin de impresionar. EL TIGUERE AGUAJERO es aquel que hace aspavientos sin llegar al fondo del asunto, sin demostrar en sí qué pretende, qué anuncia y qué hace. "Hacer un aguaje" es aparentar un acto como si realmente lo hiciera. Es intentar algo sin el propósito real de hacerlo.

y EL PARIGÜAYO... Es un individuo en la acera opuesta del Tíguere, carente de condiciones mínimas para salir exitosamente de cualquier


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situación problemática. EL PARIGÜAYO es un individuo que siempre lleva la de perder y que constantemente se lamenta. Es un hombre "sin carácter" para quien, según las palabras de Dante, es de noche mucho antes de la oración.


PARTE I EL TIGUERE: UNA PALABRA. UN )ER )OCIAL


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La palabra tfguere se incorpora al habla dominicana con la ocupación haitiana y se refuerza con la influencia

de la radio y

la música cubana. Junto con

elfamoso sanantonio "coño" es la palabra más usada por los dominicanos... El Tfguere es u"! ser de sicologfa propia cuya leyes "salir bien" de cualquier situación

' 't problema ,ca'o"caer para doo ,,*.

LA PALABRA "TíGU€R€" El uso indiscriminado de la palabra "tíguere" da lugar hoy día a confusiones al momento de estudiar este dominicanismo y sus acepciones, y a quien o quienes designa. La palabra "tíguere" (del mismo modo que el famoso "sanantonio" que va de boca en boca: "coño") adquiere matices diversos dependiendo de las entonaciones, el momento y hasta el lugar en que se pronuncie, Desde luego, entre la palabra "tíguere" y sus aumentativos, diminutivos y acepciones, y el famoso "coño" hay una franja significativa que los separa, y es el hecho cierto de que Tíguere sirve para designar a un ser social de características específicas. La palabra Tíguere es rica en variaciones de significados, aunque gira siempre alrededor del ser social

"La gráfica tnás representativa del tíguere es la de un individuo que, atado de pies y manos, lo lanzan desde la punta del obelisco de 30 tnetros de alto, en el tnaJecón dominicano, y en el aire se desata y "cae parado... y vivito y coleando",


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que etiqueta. Podría ser un reconocimiento, podría ser un rechazo, podría ser un calificativo despectivo, podría ser una advertencia; podría ser de diversos sentidos, dependiendo su uso de las circunstancias. Aunque el Tíguere Dominicano es un ser social peculiar, de estilo y sicología propios, la palabra ha adquirido una baja connotación superpuesta al personaje popular que probablemente ha provocado las mayores remedaciones en toda la historia nacional. Las madres dominicanas que son de mentalidad tradicional y conservadora, han contribuído a difundir un concepto erróneo respecto del Tíguere, siendo esto hoy compartido por muchos dominicanos. Para esas madres "el tíguere" o es un delincuente o está en el camino de serlo. Sencillamente, es un ser pern icioso ...

y es que las madres dominicanas, en una actitud de protección de sus hijos, principalmente si son hembras, acostumbran a prevenirlos de "los tígueres de la calle", equiparándolos con los más execrables y reprochables delincuentes. Cuando se refieren a algún violador sexual, pongamos por caso, hablan del "tíguere forzador", del "tíguere violador". Asimismo, para los miembros de las familias tradicionales de la sociedad dominicana -regularmente de su clase media alta en adelante- la palabra "tíguere" tiene una sola acepción y el Tíguere sólo es uno: maleante, callejero, sinvergüenza, ladrón...

y hay que admitir que la palabra "tíguere" en


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una de sus acepciones tiene una baja connotación: maleante, violador, ladrón; "malandro" como se le llama en Venezuela al delincuente común depredador. Es tan así que algunos hombres que se califican a sí mismos como "tígueres" se ofenden si les dicen "tígueres" en un lugar y momento dados. y es que se " pero "d e o t-ra cacgona l , " , es t o conSl.deran "t'19ueres, es, hacen un esfuerzo por separar, apartar, echar a un lado aquella baja connotación. Aunque existe el tígucre barriobajero, y aunque hay que admitir la existenda del "Hguere delincuente", hay que resistirse a la idea de creer que el tíguere es cualquier barriobajero o cualquier delincuente, porque estamos entonces admitiendo una pauta conceptual ficticia, un falso estereotipo y en cierto modo un prejuicio que lo ha estado cubriendo por mucho tiempo. Este no es un fenómeno sociológico nuevo. De ninguna manera. Joseph H. Fichter en la página 196 de su obra Sociología, explica al respecto: "Falsos estereotipos muy extendidos acerca de ciertas categorías de personas tienen con frecuencia más influjo en el ~omportamiento social que los juicios verdaderos acerca de las mismas personas". La pauta conceptual ficticia, o estereotipo, o prejuicio, o "acumulo''., o como se le quiera llamar, ha

• Un acumulo es una expresión campesina dominicana que se refiere a una acusación falsa. "Un acumulo" es la imputación de algo no cometido.


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devenido en concepto falso acerca de un personaje popular de origen puro y romántico, genuino, que en los momentos de máxima popularidad formó bandas y peleó en las calles y no escatimó esfuerzos para la agresión. Por lo demás, dada su baja condición social originaria, y dado que era un ser que "luchaba por la vida", que se fajaba "como el esposo de la vaca" -como un Toro-, incurría en acciones que aunque delincuenciales no eran propiamente execrables. Muchas de las acciones estaban o están en la penumbra de la interfaz de 10 condenable y lo permisible en el viejo y curioso juego social de "la doble moral". Otra acepción de la palabra Tíguere hace saber que a quien se designa sabe mucho de la vida y de "las diferentes vidas", que hace todos los rejuegos habidos y por haber con tal de lograr su objetivo, que es una persona"con agallas".

y

a propósito de "ag¡.¡llas", suele usarse la expresión "tíguere agallú", no para resaltar sus cualidades de luchador, sino para significar que es un individuo "ambicioso", un luchador por la vida que en su tránsito siempre quiere excederse, y efectivamente se excede, en procura de sacar ventajas para sí. Y es que el dominicano, con su vocabulario influenciado por el de los marineros y, en general, por el mar, sus seres, cosas y cualidades, usa la palabra"agallú" -con muchas agallas o con grandes agallas-, para designar o calificar a la persona que quiere abarcarlo todo, que 10 quiere todo para él. Entre los dominicanos "agallú" es igual a "ambicioso" y un poco más.


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También hay que anotar que en la mente de muchas personas la palabra "tíguere" está asociada con el "chulo" de los "cabarets" o prostíbulos. El chulo, y también el individuo que sin ser chulo desenvuelve su vida en los prostíbulos y sus alrededores, VIene a ser un Tíguere, según esta acepción.

y hay quienes asocian al Tíguere con el individuo que· se siente sin obligaciones y que es capaz de todo lo malo en los barrios marginados ... pero sin descender al nivel del ladrón. Sencillamente viene a ser aquel a quien se le tiene como un muchacho vago, malo y valiente... Para algunas señoras entradas en edad el tíguere es de aquellos que en las barriadas golpean a los más pequeños, gritan palabras obscenas, escandalizan "y beben mucho" ... Indudablemente que la palabra Tíguere es una de las más ricas en acepciones varias y, sin quizás, la palabra más usada por los dominicanos junto con "el sanantonio", el muy usado "Coño". Tanto así, tan extendido y hasta famoso el término tíguere, y el mismo ser social al que se le designa, que, según dominicanos que han cursado estudios o que han emigrado en grupos a otros países, se les llama con frecuencia "tígueres dominicanos" porque la palabra la llevan colgando de sus labios y -¿por qué no? - porque son dueños de "un tono", de un estilo personal que los distingue de los demás hispanoamericanos y -añadiría yo ahora- de los demás seres de la Tierra... He ahí entonces que el dominicano es un ser social de atractivo universal.


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La familia dominicana, como es natural -nunca olvidemos su condición de primera célula social-, ha incorporado la palahra a su desenvolvimiento cotidiano, y de ahí que la palabra Tíguere y sus derivaciones resulten tan comunes en el lenguaje familiar dominicano y en el lenguaje callejero y de salones: "Mis tigueritos", "mi tiguerona", "mi tíguere", "los tígueres de mi trabajo" (del lugar de empleo), "los tígueres del barrio", "los tígueres de la esquina", etc., son expresiones diarias cuando se refieren a sus hijos, a un amigo ("mi tíguere"), a los colegas del trabajo, a sus compañeros del barrio.

U n saludo que revela alguna familiaridad e intimidad normalmente lleva colgando la palabra: -¿Qué hay Tíguere? -¿Qué tal Tíguere? -¿Qué dice ese Tíguere? -iTiguerón! ¿Qué hay?-iAdiós Tíguere!.

y en otras situaciones también: -Oye, Tíguere. -Dime, Tíguere. -Ven acá, Tíguere. -Anda, Tíguere. -Vete, Tíguere. -Mi tíguere. -Búscate un tíguere. -Atigueriao.


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A veces el calificativo de tíguere equivale a un reconocimiento y en otras a una imputación. Otras veces resulta un bálsamo mental para la recuperación sicológica. N o pocos dominicanos principalmente en los núcleos urbanos- dicen de sí mismos que son unos "tígueres"; o se hacen la pregunta de si no 10 son para de una vez decirse que sí lo son... cuando están en ciertos trances de la ""d uros, " o en VI·d a, en mamen t os .. apre t a d os, momentos de confusión -indecisión- para tomar partido frente a una situación difícil dada. Individuos de la clase media de los barrios tradicionales de la ciudad capital, que en cierto modo reflejan mucho de la sicología del tíguere de barrio pobre, acostumbran a calificarse a sí mismo como "tígueres" usando la palabra en su beneficio para significar que saben mucho de la vida, que son muy hábiles y que no se dejan engañar. Hablamos de individuos que vivieron en San Miguel, San Antón, Santa Bárbara, San Carlos, Ciudad Nueva, Villa Francisca, Borojol, Galindo y otros barrios, antes de la caída de la tiranía trujillista, que desenvolvieron su vida "más en la calle que en la casa". Y también hablamos de los jóvenes de hoy que residen en esos y otros barrios, que imitan y a veces simulan lo que eltos entienden que es la manera "de ser un tíguere".


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ORíGENES' Si tomamos el camino de los orígenes del tíguere encontraremos una bifurcación que nos haría dudar hacia dónde dirigirnos:

1) Si en procura de cuándo se comenzó a usar esta palabra.

2) Si en procura de cuándo surgió este ser social.

Lo uno como lo otro es importante. El origen y la frecuencia del uso de la palabra tíguere nos acercan, nos dan el tono respecto a su significado y del porqué finalmente se lleva y trae en el habla popular y en la literatura dominicana. Del mismo modo resulta fundamental saber cuándo y de qué modo este ser social tuvo ya su configuración social e individual con características tales que lo marcaron para siempre e hicieron distinguirlo de los demás miembros del conglomerado social dominicano. Dentro de este esquema podríamos vernos tentados a saber qué fue primero:

1) Si el ser social. 2) Si el nombre. 1) Si primero la palabra se hizo popular (2) y luego sirvió de collar a un tipo de ser social(l). Podría suponerse de antemano que primero surgió el grupo social -que se venía conformando y desarrollando con ciertas características- que posibilitó que se le llamase de un modo especial.


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Sin embargo, tendría verosimilitud suponer lo inverso:

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más

grados

de

1) Primero surgió la palabra popularmente.

2) Luego ésta devino en terminología conceptual para el ser social. Al enfrascarnos en la tarea de irnos con y tras la palabra tíguere, indudablemente que tenemos muchas posibilidades interpretativas ... La primera debería de partir del significado lingüístico de esta palabra. El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua dice en su página 1308 del Segundo Tomo de la Vigésima Edición (de 1984 pero impreso en 1986) que la palabra "Tigre" -de donde viene nuestra palabra "Tíguere"- tiene su origen en el latín "Tigris", procedente a su vez del griego. A seguidas consigna: "Mamífero carnicero muy feroz y de gran tamaño, parecido al gato en la figura, de pelaje blanco en el vientre, amarillento y con rayas negras en el lomo y la cola, donde los tiene en forma de anillos. Habita principalmente en la India (... ) 2. Fig. Personal cruel y sanguinaria" (... ). Lo que se dice de su significado felino indudablemente que influyó en la popularización de la palabra "tíguere", pronunciación dominicana de tigre. Terminó usándose para calificar al individuo que, como la fiera que designa, proyecta la imagen de una "persona cruel y sanguinaria". Efectivamente, en Cuba la palabra "tigre" se usó


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profusamente durante décadas hasta el advenimiento de la Revolución Cubana de 1959, que llevando ya 42 años en el poder ha barrido con numerosos términos tradicionales y ha impuesto otros propios del vocabulario político. Por lo demás, hay que añadir que como fenómeno social y político dio nuevos frutos caraderológicos populares y minimizó la delincuencia callejera tradicional. En Cuba se usó la palabra tigre en asociaClOn con la fiera llamada Tigre, más que nada, y no para calificar a ningún ser social peculiar. Como bien sabemos, el Tigre goza de la fama de sangriento e implacable; una fiera que mata "por ver la sangre correr", según la imaginación popular. El "Tigre de Bengala" (o "Tigre Rayao", como se decía aquí hasta los aiíos sesentas) está considerado en la imaginación popular como la más sangrienta y temible de las fieras selváticas africanas. El cine, los libros de zoología escolar, los "muñequitos" a color y las lecturas deficientes de ciertas o inventadas historias de aventuras selva africana adentro, habrían contribuido aquí y en cuba a la popularización del término. En el caso de Cuba podría parecer más apropiado. Es más, en Cuba existió en una oportunidad una pandilla de bandoleros políticos cuyo papel principal era la represión sangrienta. Se denominó "Los Tigres de Maferrer" (Maferrer, apellido de orlando Maferrer, un cabecilla grupal de la derecha represiva cubana de los años cincuentas). Hay que consignar también que Daniel Cabrera Infante, escritor que vive ahora en autoexilio en Londres, escribió una novela sumamente interesante


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para el caso que nos ocupa: "Tres Tristes Tigres", que es la historia de ciertos delincuentes. Mención aparte merece la influencia de la Radio cubana en República Dominicana con sus sones y danzones, que, junto al merengue y las "mejicanadas" fueron músicas y bailes preferidos del tíguere dominicano. Cualquier dominicano de más de sesenta años que haya vivido en la capital dominicana durante los años cuarentas sabe ciertamente que las radiodifusoras cubanas se escuchaban en el país tanto como las dominicanas. Los partidos de beisbol y la música y conjuntos cuhanos gozaban de una extraordinaria popularidad entre los dominicanos; y no hay que olvidar que Cuha ejercía un liderazgo efectivo entre las naciones caribeñas, siendo objeto de una gran admiración y remedaciones sin fin. Tanto la Radio como la TV se instalaron en Cuba primero que en la República Dominicana y otras naciones caribeñas. Puede decirse que hasta el triunfo comunista de 1959 Cuba había sido primera en todos los adelantos de comunicación, con excepción de las comunicaciones internacionales por cables submarinos, ya que República Dominicana ha sido usada tradicionalmente como relevo o punto de enlace y envío de comunicación a otros lugares dada su privilegiada ubicación territorial y la nitidez del envío de señales de comunicación al exterior. Otro elemento a tomar en cuenta es el hecho cierto de que los barrios que fueron el asiento del reinado del tigueraje dominicano están próximos al puerto dominicano, y, cuando no, conexos a aquel. El tráfico marítimo-comercial entre Cuba y I.(epública


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Dominicana para los años cuarentas y cincuentas pudo haber sido considerable o no. Eso no pesa para el caso, ya que no pretendemos situar al tíguere dominicano como hijo del cubano. Es más, ni siquiera el nombre le viene de allá, pero sí ciertos rasgos; aunque hay que admitir que el contacto frecuente con el vocabulario cubano tiene que haber reforzado el uso cotidiano de este término en el país.

A pesar de la influencia del Tigre cubano en el Tíguere dominicano, y a pesar de la presencia inocultable del Tigre Cubano en la literatura, ¿ por qué en Cuba no cuajó con características que llegaran a tipificar al cubano?, ¿por qué en Cuba el Tigre no llegó a constituir un tipo social importante, significativo? Lo ignoramos. Una vez finiquitado el duro, cerrado y organizado gobierno del extraordinario político y orador Pidel Castro nos ocuparemos de hurgar en las raíces de este asunto.

ORIGEN HAITIANO DE LA PALABRA TíGUERE Es curioso y digno de observar que este personaje es una herencia oblicua de la cultura africana. La palabra "tigre", pronunciada en el creole de Haití como "tiguerrrrr" (arrastrando "la ere"), la popularizaron las tropas haitianas que ocuparon a Santo Domingo desde 1822 hasta el 1844 para designar a los jóvenes que deambulaban libremente haciendo y deshaciendo, sobreviviendo con sus propias garras. Todavía hoy día


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es bastante corriente la pronunciaClOn "tiguerrrr" o "tíguere" en Haití para designar al "Palomo", que es como llamamos aquí a esos jovencitos deambuladores llamados también de vez en vez "tigueritos". El palomo era -¿o es? - un antecedente del tíguere. L,os haitianos, descendientes de los esclavos traídos de Africa, han conservado mucho de la cultura africana. ¿Acaso el esclavo africano buscó en algún tipo de ser humano semejanza con aquella fiera libre sangrienta de su tierra? Uno de los integrantes de la expedición napoleónica enviada a Haití a principios de la década del 1800, que lucharían pelo a pelo con los negros esclavos haitianos declarados independientes un poco más tarde -morirían más de un millón de hombres- narra el fusilamiento de un tal "Foedon", comerciante y prestamista francés que llegó con las tropas. ]. B. Lemonnier Delafosse dice que un tal Nétervoode, comandante de la plaza, le mandó a fusilar para quedarse con un poco de oro de aquel, y por ello lo califica de "tigre": "y el asesino era un comandante de la plaza llamado N étorvoode¡ un verdadero tigre, un resto del 93 que había dado a sus satélites la orden de matar a un inocente". (Pág. 62 Segunda Campaña de Santo Domingo. ] .B. Lemmonnier Delafosse. 1946, Editorial El Diario). De modo que "tigre" ha servido en ambas partes de la isla desde hace muchos años para calificar a ciertos individuos que no escatiman pudores ni se detienen ante nada ni ante nadie cuando se trata de sus objetivos. Los rastreos entre personas de avanzada edad, y en escritos de los años cuarentas, hacen sospechar que la palabra


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"tíguere" se utiliza aquí desde principios de siglos para designar a cierto tipo de individuo, y esto se verá un poco más claro cuando acudamos a la novela dominicana "Eusebio Sapote", publicada en Bogotá en 1938, de Enrique Aguiar, que recrea la vida citadina entre finales del siglo pasado y principios de este siglo.

¿QUE Y QUIEN ES" UN ríGUERE7 El Tíguere ha sido el personaje típico dominicano por excelencia. Desde la declaración de la Independencia N acional de 1844 -o quizás desde mucho antesprobablemente no había surgido un ser social cuya conducta y sicología impregnaran sobremanera a la sociedad dominicana. En el fondo de la sicología de muchos dominicanos hay "un tíguere". Y, sino, residuos de haber querido serlo y hasta de haberlo simulado... "El Tíguere" ha sido una conducta global venida de reglas de comportamientos básicos regidos por la ley vertebral de "sobrevivir" a eosta de todo, y se le define por sus acciones y por la ley principal que lo gobierna: "caer parado", "salir bien" de cualquier situación, sin importar las armas a emplear; y en su consecución hay una suma de reacciones que lo tipifican: modos de conducirse, tonos al hablar, gestos, ademanes y otras características singulares. En gran medida la conducta del dominicano de estos tiempos ha sido lo que él cree que es la conducta del Tíguere.


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Entonces, para comenzar a conocer al dominicano hay que conocer al tíguere, expresión magnificada del "criollo". Ahora bien, muchas de las características de las personas consideradas como tígueres vienen a ser remedaciones y simulaciones dc rcmedacioncs del tíguere original, el que en los años cuarentas y cincuentas logró colocarse sobre las crestas del liderazgo juvenil dominicano de los contados barrios tradicionales e~ el reducido espacio urbano de la capital. En ese lapso de ticmpo y en esos barrios es cuando el Tíguere se monta sobre las crestas de las olas de su popularidad juvenil y provoca imitaciones y simulaciones inusitadas en segmentos importantes a nivel nacional. Desde luego, el tíguere hoy día es diferente del Tíguere de ayer... El Tíguere de ayer fue el primer gran germen social definido delnúclco urbano (el casco urbano colonial y su entorno, que se desarrollarían posteriormente como gran ciudad). Nace, crece y se desarrolla en el casco urbano de aquella vez, la vez en que nuestra sociedad era mayoritariamente rural o de origen rural. Un simple examen de los entornos y de muchos hechos y costumbres revelan que hubo diferencias de comportamientos claramente definidos entre los hombres del campo y el tíguere de aquella vez, pero hoy día hay rasgos comunes extendidos por toda la geografía nacional que son los propios del tíguere y que casi llegan a homogenizar a los dominicanos. Había un "tono humano" en el tíguere que fue adoptado por toda un generación-y por más de una


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generación-, y es que, como lo resalta la Sociología, esto está justificado y explicado en la tendencia impelente del ser humano a satisfacer sus aspiraciones en la competencia de ser como los otros. N o importa la barrera del tiempo ni el lugar, "Es una característica del individuo humano y describe el hecho de que todo hombre quiere aprender", (Pág. 39. Sociología. Joseph H. Fichter). Y aprende a partir de:

1) Lo que ve. 2) Lo que oye. 3) Lo que hace. Desde luego, lo del "tono humano" es una particularidad, una faceta, dentro del proceso total de aprendizaje de los miembros de una sociedad con relación a lo que hay que aprender en esa sociedad y a 10 que hay que aprender de los demás. Así se es y así se actúa ... y así se fue generalizando un modo de hablar, una forma de vestir, una manera de presumir, unas pautas, una siquis, ciertas leyes, formas laberínticamente escondidas de adoptar soluciones, de responder a lo que el medio le presenta.


PARTE Q ES- UN LíDER. IMITADO, S-IMULADO, REPRODUCIDO... S-E S-OCIAUZA.


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El Tíguere Dominicano implosionó a la sociedad dominicana

de

los años 40-50 a través

remedaciones que provocó por más

y así

se

produjo la popularización

de

las

de una década, de su sicología.

Muchos dominicanos son tfgueres generacionales, ~tros tígueres por imitaciones, y los demás por simulaciones.

S'OCIALlZACIÓN y REMEDACIÓN Del liderazgo del Tíguere, de la imitación al Tíguere y de la simulación de ser Tíguere devino la socialización del Tíguere desde décadas atrás hasta las nuevas generaciones. Hablamos, indudablemente, de un. proceso de socialización y sus remedaciones. Joseph H. Fichter explica claramente en qué consiste ese proceso en la página 39 de su obra SOCIOLOGIA: "El proceso de socialización puede reducirse en definitiva al hecho de que el individuo aprende por el contacto con la sociedad. Este proceso no se refiere a los conocimientos que adquiere un indi~iduo en particular, recibidos también por el contacto con los otros sino a un común conocimiento compartido por todos de trascendencia social. Este conocimiento se adquiere de la misma manera que todos los demás. La diferencia entre el simple aprendizaje y el aprendizaje social no está en qué aprender o en el modo como aprende, sino que estriba en lo que se aprende". En todo proceso de socialización hay dos requisitos fundamentales: contacto y comunicación. El tíguere ha sido fundamentalmente alegre y comunicativo


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mil por mil, casado con la parolina, que es en sí característica del dominicano -y virtualmente de todos los insulares y costeros caribeños-, y quizás estos sean nuestros mayores atractivos turísticos luego del clima tropical y las playas siempre bellas. La interacción a partir de grupos pequeños en las esquinas, en los patios y en las casas era más característico en el mundo del ayer, un mundo sin T\I; encerrado en la tiranía trujillista del 1930 al 1961, más restringido y reducido, asaz localista, tocado a veces por los vientos suaves del exterior y por la extraña presencia en sus calles de marinos mercantes y marineros militares rubios, que se ven en el recuerdo como claveles blancos largamente verticales caminando entre la lluvia de mulatos y negros dominicanos; o como claveles blancos arrastrando tras de sí a colas de niños negritos que extienden las manos y dicen: "Give Me one Cigarettes" . El marco político del trujillismo era como decir la cárcel, el cerco, la limitación, el corral... El contacto con el exterior era algo menos que un sueño para aquella vez: un tanto extraño para la mayoría de los dominicanos. Contactar a extranjeros que llegaban y viajar al exterior eran inusitados en términos generales·. Tanto la palabra "tíguere" como el personaje en

·Obtener un pasaporte era un privilegio y a veces una proeza. El interesa.do era investiga.do minuciosamente y sometido a interrogatorios por el Servicio de Inteligencia Militar (SIM).


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sí eran del dominio y uso populares a principios de la tiranía trujillista, a principios de los años treintas. Como veremos más adelante, así lo confirman publicaciones de la época, periódicos y escritos posteriores que se refieren a los años treintas. Y nosotros situamos a finales de los años -veintes y toda la década del treinta como los años de gestación, de formación de las principales características del ser social objeto de este estudio. Valga observar que su conformación coincide con los inicios de la Radio en la República Dominicana y Cuba. La Radio llega a la República Dominicana con las tropas norteamericanas de ocupación en 1916 como -un equipo militar, aún desconocido en el país para esa vez en vista de que apenas 16 años atrás, en 1900, se le había incorporado la voz humana a la llamada "radiotelegrafía", que derivaría en radiofonía. La primera estación radial comenzó a funcionar aquí el 3 ó 4 de octubre de 1924, la Radio HIH, y para los años treintas y cuarentas la Radio era ya muy popular pero el número de receptores era limitado y por ello la Radio se escuchaba en grupo y al igual que la esquina era un punto de concitación y hasta de unión. El aparato de radio, la música y la esquina unieron al tíguere enlazado por una siquis, del mismo modo que los alemanes se unieron y enlazaron en un solo haz guerrero y de orgullo nacional-previo a desatarse la Segunda Guerra Mundial- alrededor de las voces de Hitler, Goebels, y otros que salían de la única radio en casa,' escuchada cerca de la chimenea en procura del calor, empujados al ámbito familiar por el insoportable frío.


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y nadie se acordó de mencionar al generalísimo Trujillo

Molina. Los funcionarios que asistieron fueron o destituídos o amonestados por el tirano. A Trujillo le molestó en sí, explica Balaguer, "el hecho de que se exaltara en aquella forma apoteótica las virtudes de un buen ciudadano". (El doctor Joaquín Balaguer actuó activamente contra los organizadores de aquel banquete y fue el orador principal de un mitin en Santiago de "desagravio" a Trujillo".)

y el caso del equipo de beisbol amateur es aún más ejemplarizador: "Cuando en 1948, la selección dominicana obtuvo el campeonato de base-ball amateur en Nicaragua, -refiere Balaguer- el país recibió a los triunfadores con grandes demostraciones de júbilo y con aclamaciones triunfales. Ese entusiasmo popular despertó también la ira de Trujillo. Ordenó intempestivamente que los festejos fueran suspendidos e hizo que la prensa oficial cesara en sus comentarios elogiosos a aquel triunfo espectacular del deporte dominicano. Al plan del dictador, no le convenían los héroes populares. En la filosofía que aplicó a macha martillo para la dominación política del pueblo dominicano, todos los homenajes debían estar reservados para una sola persona: para el que dirigía aquella obra maestra de sojuzgamiento de la voluntad colectiva". (Pág. 207). Es más, debemos añadir, las capas más bajas en ningún momento de los 31 años de la tiranía tuvieron dominio e influencia sobre las escasas instituciones (militares, políticas, educativas, deportivas, etc.) que


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sirvieron de sostén a Rafael Leonidas Trujillo Malina. Fueron siempre individuos de las capas altas, o asimilados a éstas ya, en su mayoría, los que dirigieron y controlaron al Partido Dominicano, que debió ser la institución llamada a provocar o estimular el desarrollo de las aptitudes de por lo menos los miembros más destacados (1os líderes) de los jóvenes callejeros. Pensar en la posibilidad de un desarrollo de actividades y aptitudes contrarias al trujillismo se acercaba a lo imposible a menos que se quisiera pagar el "pecado" con la muerte. He ahí entonces que hubo un afincamiento de nuestra insularidad, de nuestro aislamiento, y esto hizo surgir; desde luego que sí, cierta conformación estrictamente propia y estrictamente característica, que terminó resumiéndose poderosamente en individuos denominados "tígueres", que descollaron en los barrios tradicionales. El tíguere que imperó en las esquinas y en las calles de los barrios tradicionales terminó siendo a la larga el líder de todos los estratos a pesar de ser de bajo "estatus social", una expresión de subalterno, de abajo, y esto también le impidió acceder a los instrumentos y medios necesarios para apologizarse. Hablamos, desde luego, del tíguere "no delincuente". Hasta aproximadamente dos décadas atrás la palabra "delincuente" tenía un significado restringido en la sociedad dominicana. Como delincuente se tenía al ladrón y al asesino. Los demás aetas delictivos se consideraban llevaderos, soportables. Hay que reconocer hoy día que "un ladrón" tiene un marco muy ancho y que ayer disponía de un marco muy estrecho para sus


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encuentra rápidamente las formas de comportamiento que se esperan de ella en las situaciones corrientes y diarias de la vida social. Y es también el depósito en el que va a buscar las semejanzas con el pasado que le ayuden a afrontar una nueva situación social". He ahí la necesaria explicación de la teoría sociológica ajustada a la realidad dominicana de estos años: en segmentos importantes de la población imperó la sicología del tíguere que virtualmente ha impregnado a la sociedad dominicana.

y

a pesar de la forma única, peculiar, personal de este ser social, el sociólogo dominicano no lo ha estudiado. Entretanto, sus costumbres y formas están socializadas constituyéndose en un verdadero fenómeno social. Tal vez la falta de un estudio detenido ha sido un obstáculo importante para que el tíguere sea exaltado como el personaje típico del país, aunque la razón más valedera reside, a nuestro juicio, en que durante todo el proceso de impregnación de los demás "la estructura social y la acumulación del poder y prestigio" restringieron "las oportunidades individuales" en razón de que había una pequeña clase dirigente dominando a las grandes masas del pueblo. y el tíguere fue sofocado, menospreciado, echado a un lado cual si fuera basura... Las cosas han ido cambiando luego de la revolución constitucionalista de 1965. Este acontecimiento tuvo un impacto aquí como lo tuvo en España la Guerra Civil. La mentalidad dominicana fue


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sacudida por los cambios vertiginosos con visos de asombros diarios. Las estruetu;as sociales se quebraron, '. su f-rieron variaciones en unos casos, y en otros importantes. En múltiples aspectos hubo un vuelco y en la política el liderazgo cambió vertiginosamente. Todos los hombres de apellido fueron barridos del liderazgo político. Se creÓ un ambiente que, aunque saturado en ocasiones, penumbroso otras veces, permitió el desarrollo de un liderazgo a través del cual los tígueres -y los herederos de los tígueres de aquellos primeros tiempos: remedadores' y simuladores- se colaron hacia arriba, hacia elevados escalones de la pirámide social. Tígueres genuinos y generaciones de remedadores y de simuladores de tígueres se volvieron definitivamente "adultos" o maduros y hoy imperan en la sociedad dominicana. y con ellos, y por ellos, los dominicanos terminaron aceptando las pautas del tígucre, porque, como ya vemos, las personas adoptan los l1ábitos ele la sociedad en que viven; y esto se verifica en el curso de un proceso de toda la vida que arrastra a la vez procesos subconscientes. y es que los influjos culturales se interiorizan, ensuelven al individuo, lo empapan. H u10 y hay un ambiente cultural del tíguere, como dijimos, pero debemos aclarar abara que no todas las experiencias sociales tienen iguales intensidad e importancia. Hay diferentes niveles de la experiencia social: es común a todos los seres humanos, es única para cada individuo y es específica de una cultura o sociedc1.d. Y nadie vive en el vacío y por eso todos se adaptan a los influjos que gravitan sobre ellos e interpretan personahnente lo aprendido.


PARTE 3 El TíGUERE GANA E:~PACIO EN lA pOE~íA, El CUENTO, lA NO\JElA, El ARTíCULO, El EN~AYO...


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Durante eldiscurrir delsiglo XX el Tfguere Dominicano aparece en la novela, la poesfa, el cuento, las memorias y el artfculo periodfstico. Los escritores dominicanos citan o desarrollan este personaje...Enrique Aguiar, Francisco Domfnguez Charro, RafaelDamirón, Mario Emilio Pérí!Z, pedro l7ergés, Manuel Rueda, René del Risco Bermúdez, Fermfn Arias Belliard..hablan de él

El TíGUERE EN LA LITERATURA Y OTRO)" E)"CRITO)" DOMINICANO)" Resulta curioso y hasta sintomático observar que así como carecíamos de un estudio y definición del Tíguere Dominicano, ha faltado una "definición" de la Literatura Dominicana y un estudio global que la explique y reubique en el contexto latinoamericano. Ambos -ser social y producción literaria- han sido tradicionalmente minimizados y a veces menospreciados. Y ambos se enlazan en su dualidad de indefinición y en la presencia casi permanente en la literatura dominicana del tíguere, de la palabra tíguere y sus derivaciones y hasta cierto punto por la preminencia de la sicología del tíguere. Se podría elaborar una lista de obras de décadas atrás hasta nuestros días que se refieren al tíguere. La lista y referencias serían prolijas y apabullantes aunque sobranceras. Hemos preferido tomar de aquí y tomar de allá, con pinceladas que 10 configuran claramente en la primacía como expresión del ser social dominicano que, paradójicamente, ha sido relegado al olvido por un manto de desprecios.


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Muchas obras literarias -poemas, cuentos, novelas ... - y muchos libros sociales y políticos contienen reiteradas y precisas referencias al tíguere y en muchos casos en que no se usa la palabra tíguere -llevada al lenguaje convencional escrito como "tigre" - el perfil trazado en ciertos personajes así nos lo recuerdan. Entre las producciones literarias hemos escogido el poema "Tíguere", de Francisco Domínguez Charro, la novela criollista "Eusebio Sapote", de Enrique Aguiar, el libro "De Soslayo", de Rafael Damirón, en el que aparece un artículo perioclístico suyo titulado "Tigre", la novela moderna "Sólo Cenizas Hallarás", de Pedro Vergés, el cuento "Ahora Que Vuelvo Tom", de René del Risco Bermúdez, y el Cuento "Palomos", de Manuel Rueda. Entre los escritos sociales y políticos hemos escogido El Destino Dominicano, del ex embajador de los Estados Unidos en el país, Jhon Bartlow Martin, el discurso de Lindan B. Johnson, Presidente de los Estados Unidos, en 1965, para justificar y explicar ante el público norteamericano la invasión de tropas norteamericanas en el abril de ese año; la obra Barrios En Armas, de José Antonio Moreno; "Mis Memorias", de Porfirio Rubirosa; un artículo del periodista Fermín Arias Belliard, titulado "Tiguerilandia", un artículo del periodista y estampista dominicano Mario Emilio Pérez, titulado "El Tranca y el Pariguayo", y, finalmente, fragmentos de interrogatorios practicados al ex segundo teniente policial Bernardo Santana Astacioy al ex teniente coronel aéreo-militar Félix María Bibieca Caro


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con motivo del develamiento de un supuesto complot contra el gobierno que presidía el siempre bien recordado don Antonio Guzmán Fernández en 1979.

POEMA EL TíGUERE fCO. DOMíNGUEZ CHARRO Luego de leer el poema de Prancisco Domínguez Charro, Tíguere, habría que preguntarse en qué medida y por cuánto tiempo en San Pedro de Macorís se asoció la palabra Tíguere con la de cierto tipo de trabajador de muelle, el "Brimolque", quien, al parecer, era una especie de "chiripero", "echa día", trabajador inestable del muelle que ayudaba a su vez a trabajadores del muelle que sí sabían su oficio. En una parte de su poema a-socia al Tíguere y al Brimolque y les canta y exalta. Domínguez Charro nos hace saber lle su experiencia en el muelle de San Pedro de Macorís, en el que para los años treintas, cuarentas y cincuentas había intenso movimiento marítimo de exportación azucarera y de otra índole y de importación de muchos artículos, incluyendo automóviles. Domínguez Charro deja traslucir en su extenso poema de 157 versos o líneas ciertos perfiles y peculiaridades del tíguere, a quien define e iguala a un personaje Argentino, el "roto", un simple andariego que pide comida en las calles o sencillamente trata de sobrevivir a duras penas realizando cualesquiera faenas menores. El poeta petromacorisano explica a la cabeza del poema: "Tíguere es el mote popular que se le da al


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"roto" dominicano. Tipo andariego y desgreñado que es una especie interesante de bohemio involuntario de tipo vario; ya bien pacífico, a veces, ora dispuesto a la camorra y a la aventura pueblerina; -que vive al vuelo de sus vivezas ... y se mantiene de lo que puede "fecundar" a su modo múltiple". Tanto este poeta como Rafael DanlÍrón en su artículo de opinión "Tigre" incurren en la ligereza de ubicar al tíguere simplemente como "un roto", como un andariego, uno más de la vida picaresca, con todo y que ambos hacen anotaciones que obligan a pensar que había algo más en este ser social que lo particularizaba de forma m uy especial. Al leer la definición de Domínguez Charro notamos de inmediato que le atribuye peculiaridades al decir que "es una especie interesante de bohemio" ... y que tenía cierta disposición "a la camorra" y a la "aventura pueblerina" ... Pero aún más importante es cuando dice que "vive al vuelo de sus vivezas .. y se mantiene de lo que puede" conseguir, esto es, que a la larga sobrevive, se impone, vence al medio, logra salir bien parado. Es digno observar que Domínguez Charro no lo asocia con el delincuente. En consecuencia, y a la luz del poema que reproduciremos a continuación, podemos enunciar tres ideas fundamentales:

1) La palabra "Tíguere" era usada popularmente en la década de los treintas. "Tíguere es el mote popular" (... ), dice él.


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2) El Tíguere era ya un personaje muy popular para esa misma época: "Tíguere es el mote popular que se le da al roto" (?) dominicano".

3) Había algo especial o característico en él que lo hacía popular y que despertaba la atención y creatividad poética. He aquí el poema:

ríGU€R€* Desde mi interno grito rompiendo mil escudos, hoy yo levanto el puño y te saludo. El cobre de mi canto cavará en tus harapos, metal para otro rito de más liviano cuño. Te saludo en tu sed insaciada de talleres, en tu anarquía de hereje errante y paradójica... Tú eres el raro Mesías destartalado!.. Déjame ser tu hermano bajo el cielo este cielo azul, -de Dios y de los hombresque es el tinglado de todos tus anhelos ... tus anhelos. ·"TíGUERE" es el mote popular que se le da al "roto" dominicano. Tipo andariego y desgreñado que es una especie interesante de bohemio involuntario de tipo vario: ya bien pacífico, a veces, ora dispuesto a la camorra y a la aventura pueblerina; -que vive al vuelo de sus vivez.....y se mantiene de lo que puede "fecundar" a su modo múltiple.


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Tíguere! tú eres el cero social excomulgado que nunca ha ido a la escuela, pero que te sabes de memoria el abecedario chino de todas las carencias. Cero es el cero -cero a la deriva de tu jerarquía sin tenencia, y cero es la valía de tu vigencia gris!.. Tu grito repercute silencioso en el roto mediodía de tus errancias; es infinita la distancia que te separa de ti ...

A veces -de tarde en tardeviene el olvido y entonces: Por las alfombras de arena se mojan tus pies caldeados con esas olas del río ... y te lavas de una vez con el frescor del salitre con el frescor del salitre en mundo azul de tus venas. Tígucre, Tú casi no tienes apellido; en tu cima proletaria nadie supo el estigma de tu paternidad. Pero tú eres un ciudadano y tienes tu cédula personal Dentro de tus harapos sólo te identificas con el hambre.


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El hambre es tu cara mitad ... Tú eres el tíguere popular y miras la opulencia desmedida como la cosa más natural. Un Packard es una joya de sol que abre una rosa de oro en tu alegría como en todo mortal. La ambición no te guía pero persiste dentro de tu cal. Tú eres el tíguerc simple, -personaje y bohemioque nunca ha pretendido razonar. Tienes lo que te dan. Lo que sobra: para que esté contenta la caridad! .. Tu silencio flagela la conciencia y tu ignorancia es una calamidad; y en tu furtiva inercia eres un anatema involuntario para la sociedad. Tíguere, ven, vamos al puerto tú y yo. En esta medianoche de silencios, déjame oír tu voz: muy bajo, -entre mil siluetascuéntame la historia de tu malignidad. Dime tu nombre, tú eres el tíguere "tal" dicen los marineros que te llamas "Brimolque" pero dime, Brimolque, qué más? Ah, cuando vienen trasatlánticos de hierro tú comes pan moreno


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con cerveza y jamón? Lo comes porque te lo dan los marineros rubios, pero vienen de Glasgow, Florida O New York.

Y cuántos tígueres natos tiene la cofradía de tu hermandad? Hay anales abiertos a la tiguerería nacional? tú eres la más comprensiva de todas las monedas, y la más nativa, la monedita grácil y andariega. Pareces una huelga, porque tú sola, casi nunca te puedes cotizar, más que los barri os tristes de la sorda carencia. Eres una protesta muda. D na protesta mundial. Te fugas como en viaje de retorno del barrio de la ausencia ... Y te vuelcas en mí, volatinera, con la inquietud profética y segura. Eres el medio centavo proletario sucio de olvido y revolucionario. Y saldrás de mi canto como un grito! Guerreando en el país de los harapos, traes la armadura sucia y gastada. Y la Biblia, aún visible de tu escudo, -aunque semi borradasigna la luz vidente de tu cruz.


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Eres el prieto medio centavo sucio de olvido. Te pareces un poco a mí, con tu algo muy algo, de monedita anárquica y poeta. Yo te recibo. Eres una moneda legal. Te reciben mi alma y mi esqueleto porque tú eres la única divisa desligada de los bazares locos de acaparamiento: chica, harapienta, nula y sin gloria, pero eres la eterna monedita insatisfecha. Las almas mezquinas te requieren a la hora de dar. Porque en algunos corazones, la ambición le escatima centavitos de sol a la miseria. Tú no anhelas codearte con monedas de oro porque eres una gota de amor. Yo te recibo como la más insigne monedita trigüeña. Tú eres mi banderita roja; mi bandera.. y yo enarbolo en ti, mi crepúsculo nuevo sin horario. Te pareces a mí. Sí, vas increíblemente y ya que en el mundo, tan insurgente como tu viaje.

te pareces ... tu coraje crece; nada hay los escalones de


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El más inicuo de tus pasaportes lo dietó una rendija inabordable; rendija que tenía -como túalgo muy algo de ventanita de luz inadvertida... Así perdida debajo del piso de cualquier ventorro, tu silencio -a menudose le duerme a las manos del olvido Fue una mañana blanca a la hora del Brimolque, tú eres el tíguere criollo que representas el déficit de la Antillanidad, pero tú eres el símbolo del desequilibrio Universal... Haraposo y hambreado, he ahí los únicos quilates de tu autenticidad. y aunque el Censo no quiera serás el anatem.a de la civilidad. Tíguere. Tíguere tal; tú te llamas Brimolque. Eres un tíguere formal. Arréglate la gorra marinera y vuelca las esperanzas de tus pupilas en la tranquila grandeza del mar... Que yo, rompiendo mil escudos, hoy enarbolo el puño y te saludo.


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El poema contiene ciertas expresiones de admiración y. da pinceladas claras de las peculiaridades del Tíguere como ser social definido. Lo veía y 10 presentía como ser muy particular que al propio tiempo marcabaa,l dominicano esa vez: "iTú eres el Tíguere Popular!" .. , , le pareces un poco a mI, "con tu a1go muy a1" go, .. , u~

"'T' le

, pareces a nn.

S'1 t e pareces .. "

y así insiste en identificarse con él, en sentirse un ser como él, y seguidamente lanza una aguda profecía, vista desde hoy y a partir de lo acontecido en el discurrir del tiempo en la República Dominicana: "Vas increíblemente y tu coraje crece; ya que eh el mundo, nada hay • • t, tan insurgente como los escalones de tu ViaJe.

y

al hacer un símil con una rendija insiste en presentirlo como un ser un poco más que especial: "rendija que tenía -como túalgo muy algo de ventanita de luz . d vert'd" lna 1 a .. Llega un momento en que el poeta le imprime un sello de bajo estrato social y a la vez muy nacional al compararlo con la moneda de medio centavo de aquella vez: "tú eres la más comprensiva de todas las monedas, y la más nativa, la monedita grácil y andariega".


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Ya antes el poeta había anunciado y luego reafirmado la baja condici6n socioecon6mica y de ser marginado: "iTíguere! tú eres el ser social excomulgado que nunca has ido a la escuela," "T/1 9uere. Tu casi no tienes apellido". Por lo demás el poeta -cual si al enunciar cada rasgo fuera esculpiéndolo- golpea apropiadamente en una característica de ese ser indisciplinado que es el tíguere dominicano: ..en tu anarquía de hereje errante y parad6jica.. " Indudablemente que estamos ante un importante poema un tanto desgreñado pero revelador de un tema con un profundo dejo sentimental y una extraordinaria luminosidad ambigua como cuanto toma al Tíguere y lo hace un símil de la moneda de a medio centavo como sin valor aparente y presta a rodar y a ir de mano en mano-o

A continuaci6n otros versos de suyo significativos para el caso: ... "Tú eres el tíguere simple -personaje y bohemioque nunca ha pretendido razonar... " (...) "cuéntame la historia de tu malignidad". (...)

..¿y cuántos tígueres natos


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tíene la cofradía de tu hermandad?" (... ) "¿Hay anales abiertos a la tíguerería . l?" (... ) naClona. "Yíguere. Tíguere tal; tú te llamas Brimolque. Eres un Tíguere formal". (... )

EL TIGRE RAFAEL DAMIRÓN En la obra "De Soslayo", que recoge escritos diversos del escritor dominicano fallecido Rafael Damirón', publicada por la Sección de Canje y Difusión Cultural de la Secretaría de Educación y Bellas Artes, en su colección Biblioteca Dominicana (1948), se recoge el artículo "El Tigre" que fue publicado en El Listín Diario. Dibuja al Tíguere (como se vio, al igual que otros autores dominicanos escribe "Tigre") como un desharrapado, como un desheredado de la fortuna, como un deámbulador, que resolvía su vida diariamente. Damirón lo rechaza de plano o cuando menos lo tíene como inferior. Sin embargo, como se verá, reconoce en él a un personaje singular y muy popular ya para los años treintas (¿cuarentas?) que capta la atención, al igual que en el caso de Francisco Domínguez Charro.

• Periodista y escritor de final",s del siglo XIX y principios del

:xx.


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Más adelante -luego de reproducir el citado escrito- analizamos con más detenimiento los juicios de Damirón, pero antes consignemos que este cuentista, novelista, dramaturgo, periodista, en fin, este polifacético y acucioso escritor resalta que .. el tigre" es "un nuevo tipo del ambiente capitaleño". y enfatiza, a fin de que no haya dudas: "No se trata de un sujeto desconocido".

"EL TIGRE" "Hoy nos vamos a ofrecer una tregua, dejando tranquilos a los poetas y trovadores que desde algunos días ocupaban nuestra atención, para hablar a nuestros lectores de un nuevo tipo del ambiente capitaleño, que en su evolución lo ha creado para tormento y preocupación de cuantos odian la parte fea de la sociedad". "No se trata de un sujeto desconocido. Las proporciones en que aumenta hace que sea para todos la cosa más familiar del mundo". "¿De dónde procede?" "¿Quién es su padre?" "¿Quién es su madre?" "¿Su hermana?"

"·S 6 u a bue1a 7" . ..¿ Su pariente más cercano?"

".Q.' 1 Ulen

1" sabe....


TIGU€R€ DOMINICANO

"Duerme en las ruinas de un caserón o a la intemperie, según las circunstancias se lo permitan".

"'E ¿ n d"onde come.7" "¿A qué hora lo hace?"

"N adie lo sabe. Pero él come alguna vez, duerme siempre y se viste de la manera más lastimosa, pero no anda en cueros".

"A la puerta de los hoteles y de los teatros, en donde quiera que una concurrencia de personas decentes hace acto de presencia, ahí está él. El rostro ennegrecido por el sol; las manos y los pies llenos de mugre, casi siempre desdentado y con el pelo largo, y los ojos hambrientos" . "En tiempo de cosechas de mangos y cajuiles, de limoncillos y de cangrejos, come a sus anchas y cree alimentarse como gran señor". "Ratero por necesidad unas veces y por vicio las más, es personaje conocido por los Juzgados y muy particularmente por la Policía. Juega a cara y cruz el dinero que ha hurtado o pedido, y su alma en esta lucha irresponsable se prepara al crimen, al dolor y a la traición. "En el pequeño mundo en que se agita, el amor propio no es cosa de honor, sino puntillo de hombre envalentonado por la necesidad de un dominio personal que lo cubra contra las indiscreciones de sus compañeros más cobardes".


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"Ignora la escuela, detesta el libro y las buenas formas que hacen de los que viven en otro plano,. una persona deseable", "Si reza es porque lo aprendió de alguien que en su niñez lo hacía para sobornar con promesa la piedad de los dioses; 10 practica para cubrirse contra los embrujos que ha aprendido en los bajos fondos sociales", "Es el producto natural del crecimiento rápido de una ciudad, a la cual le ha sido fácil conq:uistar para hacerla su pequeño dominio y en ella vivir a costa de todo y por todos los medios", "Sin domicilio legal, sin residencia fija, ha evadido maliciosamente todas las formalidades civiles que puedan servir para localizarlo cuando burla las leyes y desacata todas las reglamentaciones policíacas",

"N o ha aprendido a llorar y por ello su tristeza vive oculta bajo el cinismo de sus procedimientos y de su VI'da ", "Cuando se acerca a la mayor edad es ya un portador de vicios y de degeneraciones que infaliblemente 10 colocarán al margen de toda senda de bien", "La cárcel, el prostíbulo, el tapete verde, la trata de mujeres y cuanto por vil y por grosero resulta indigno de la piedad de los otros, lo hacen el más definitivo agente de prostitución". "Lo veréis lo mismo al amanecer de un día, que a medianoche, que en la tarde, circulando barrio arriba,


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barrio abajo, porque en su niñez la madre lo dejó a la intemperie durante todo el día mientras trabajaba por vil salario hasta la llegada de la noche, en que muchas veces el poco pan que ella llevaba no alcanzaba para repartirlo entre él y sus numerosos hermanos que ya se preparaban a tomar el camino de estos peregrinos del dolor que la vida emponzoña y el azar llena de cicatrices sus almas y sus pechos, sus pensamientos y sus ambiciones". "Nació como nacen las ratas: en una cueva, sin tener a su alrededor nada que le pertenezca. Al abrir los ojos y dar con la luz del mundo, nada de lo que lo rodeaba le pertenecía".

"Y sólo, bajo el frío de la impiedad que se hace más creciente a medida que las poblaciones se ensanchan, se prepara para la existencia errabunda que lo ha de convertir infaliblemente en el tipo nuevo que hoy ocupa nuestra atención: El Tigre". Diversas interpretaciones saltan a la vista: aunque lo juzga continuamente -y era cierto- como un desharrapado -"Duerme en las ruinas de un caserón o a la intemperie, según las circunstancias se lo permitan"le atribuye la tendencia a "codearse", impelido por necesidades, con estratos sociales y culturales superiores: "en dondequiera que una concurrencia de personas decentes hace acto de presencia, ahí está él". Para la época en que se publica la obra en cuestión, a finales de los años cincuentas, era signo de baja condición económica andar"corbejú" -de"corbeja" -


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con el pelo largo, alborotado. De ahí que para avalar su baja condición económica apunta que el tíguere además de desdentado tenía "el pelo largo", queriendo significar así que no tiene dinero ¡ni para pelarse! Como muchos otros dominicanos y dominicanas lo toma en demasía como un puro delincuente -de los de antes, porque ahora abundan de cuello y corbata y camisa b1anca- al decir que es un "Ratero por necesidad unas veces y por vicio las más", y que es un "personaje conocido por los Juzgados y particularmente por la Policía". Aunque 10 trata despectivamente, le llama la atención su "hombría" o valentía "por la necesidad de un dominio personal", apuntando así su condición de líder callejero, palabra esta, "líder", que Damirón no podía usar ya que era de uso exclusivo alrededor de la figura del tirano Trujillo Molina, como hemos podido ver. Damirón enuncia lo que yo he llamado "la ley principal" del Tíguere: salir bien parado en cualquier situación, sobrevivir, triunfar en sí mismo, aún en las condiciones más adversas y aún dentro del fracaso mismo -sacándole algún "provecho" a la caída o derrota-o Le atribuye al tíguere "vivir a costa de todo y por todos los · " me dlOS. Tan significativo como 10 anterior es su apuntalamiento, su ojo de buen cubero, al decir que el tíguere "Es el producto natural del crecimiento rápido de una ciudad, a la cual le ha sido fácil conquistar para hacerla su pequeño dominio".


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o,

lo que es lo mismo, y dicho con nuestras propias palabras en la página 25: "El Tíguere de ayer fue el primer gran germen social definido del núcleo urbano -el casco urbano colonial y su entorno, que se desarrollaría posteriormente como gran ciudad-". Es el producto humano urbano, cuando en el país sé inicia la gestación "del hombre de la ciudad", la mentalidad de la ciudad, que asume el liderazgo callejero, con cierto aire de barriobajero: "Lo veréis lo mismo al amanecer de un día, que a medianoche, que en la tarde, circulando barrio arriba, barrio abajo," (l ... ).

y luego de dibujarlo como creyente de brujería, de acercarlo a la figura del chulo -"el más definitivo agente de prostitución"-, de atribuirle la intoxicación sicológica del "rencor", de aborrecerlo al compararlo con las ratas -"Nació como nacen las ratas: en una cueva, sin tener a su alrededor nada que le pertenezca." -lo corona triunfalmente -según mi humilde entender, aunque era otra su intención- al asignarle una tipología especial y nueva: "el tipo nuevo que hoy ocupa nuestra atención: El tigre", Finalmente, retomamos una expreslon importante al principio del artículo, que no debemos pasar por alto porque encaja perfectamente en la extensión y pluralización de la personalidad del tíguere un poco más adelante de la fecha de este artículo, quizás de antes de 1939: "Las proporciones en que aumenta 1,i'lC!P. que sea para todos la cosa más familiar del mundo", Pedro René Contín Aybar, autor de las palabras


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introductorias de "De Soslayo", donde se incluye el artículo "El Tigre", le atribuye a Damirón en los escritos que de él recoge en esa obra, haber hecho, "sin duda, un magnífico aporte para el análisis, cotejo y conocimiento del carácter intrínseco del alma dominicana" .

.... y nosotros reafirmamos esa creencia de Contín Aybar, especialmente cuando habla "del carácter intrínseco del alma dominicana", y El Tigre es una prueba super elocuente.

LA NO\JELA EUS"EBIO S"APOTE ENRIQUE ACUlAR La novela Eusebio Sapote, de Enrique Aguiar, es un relato ambientado a principios de este siglo con algunos retazos ambientales del siglo pasado. En su obra Enrique Aguiar nos trae a colación un tipo de Tíguere que correspondió más adelante a una de las tipologías de la clasificación que el propio tíguere se' dio en un momento dado: El Tíguere Bimbín. Es ciertamente significativo que recree en su obra al tíguere como personaje de una relativa aunque significativa importancia. Y es aún más significativo e importante que en su anexo "Algunos Dominicanismos, Frases Hechas y otras Notas" -página XV- incluya al "Tíguere Bimbín", y asimismo su significado: "TIGUERE BIMBIN.- Persona de baja extracción que sea a la vez guapetón y pendenciero".


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Como veremos más adelante, al hablar del "Tíguere Bimbín", en la parte correspondiente a la Clasificación de El Tíguere, este personaje o esta definición del personaje varió en el tiempo de modo tal que para los años cuarentas en adelante el Tíguere Bimbín no era en sí un individuo '/ guapetón y pendenciero" sino un tipo de tíguere de pocas aptitudes para estar "entre el tigueraje", ya que, por su falta de condiciones, siempre llevaba las de perder. Precisamente, en la novela Eusebio Sapote el personaje Tíguere Bimbín llevó la peor parte, perdió la vida, al tratar de tomar para sí el dinero de una partida de dados en uno de los patios del Barrio de La Misericordia en la vieja ciudad de Santo Domingo. El hecho de perder la vida fácilmente al momento de una acción propia de un guapetón 10 retrata como un ser callejero de pocas condiciones en los bajos mundos~ aunque el hecho de que merodee en ese submundo en sí 10 acerca mucho al tíguere genuino, un ser capaz de desenvolverse en todos los ambientes. He aquí cuando el Tíguere Bimbín entra en escena (pág .126) : "Esa noche en que manoavispa, as del nuevo engranaje de Sapote, tiraba los dados de burro, ya quien se le notaba el contento por la facilidad con que acaparaba de guenza todo el dinero de la taifa, dijo preparándose para la última parada: señores, voy la moza; y maraqueando su infalible par de dados, agregó: topo y topo to... Aquel que puso su dinero sobre el tapete, otros se quedaron nada más que con la amanezca, en tanto que un tíguere


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bimbín del lugar, inconforme con la pérdida y después que le soplaron la trampa de los dados, le dio una galleta a la avispa, mientras con el puñal en la mano quiso imponerse para hacer la coca de hombre a hombre". "Eusebio Sapote, con la rapidez de un relámpago, ya que nadie se ha dado cuenta de aquella habilidad homicida, dióle tal pichazo en el redaño, al matrero agresor, que ni an pilló, como se dice, entre malhechores, a todos los que mueren de esta manera". "El pánico se apoderó del matute: la mujer del friquitín calló insultada, alguien de un palo apagó la lámpara cuyos tiestos se repartieron entre el suelo y el cuerpo del tíguere bimbín¡ la sangre, el gas desparramado, el carbón encendido de la mecha y muladares y letrinas, despedían un hedor insoportable de miseria y de muerte". Indudablemente que, de los dos, Eusebio Sapote es el verdadero tíguere, un tíguere "Bragao" -de bragueta, un Tíguere Gallo, buen peleador. y en todo el trayecto de las 260 páginas de la obra, Eusebio Sapote se conducirá como un tíguere genuino con muchas pintas de delincuente. Pero no es el caso entrar ahora en disquisiciones interpretativas al respecto sino de ocupamos de un hecho expreso y definido para reforzar nuestra tesis.

y no es esa la única mención del Tíguere Bimbín... El autor de la novela le atribuyó al personaje y al hecho mismo una significación de primacía ya que lo recordará en la página 173:


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"Eusebio Sapote, compelido por las circunstancias, por sus largos años de trágica y escandalosa experiencia, había dado un cambio de frente; comprendía que su negocio no era actuar como en el caso del tíguere bimbín, él hubiese deseado no imponer con sangre sus expedientes de fullero; pero lo hacía impulsado por su vocación natural, por su demonio interior, por esa idea monstruosa que consiste en rendirse parias a sí mismo" ... Mucho más adelante, cuando Eusebio Sapote cuenta a su mujer los hechos más importantes de su vida, el autor retrotrae nuevamente el caso del Tíguere Bimbín (página 246):

..."N o tuvo inconveniente en hacerle el historial completo de su vida; desde ese momento que la tragedia armó su brazo en un garito de San Tomás, hasta la noche en que el tíguere bimbín cayó fulminado de una certera pUñalada en un patio de la Misericordia, la confesión de sus crímenes, de sus estafas y de sus expedientes arteros, fue completa.. "/. De modo pues que el Tíguere tiene un nombre ganado en las calles y en la literatura dominicana desde más allá de medio siglo XX y esto para hablar con cierto comedimiento. Esta obra,· como dijimos, recrea el ambiente de los últimos años del siglo XIX y de principios del xx, aunque fue impresa en 1938 por Editora Selecta. El propio autor nos dice al presentar la obra: "Eusebio Sapote en un relato histórico y


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novelesco puramente regional; tanto los personajes que campean en esta obra, como sus crónicas y tradiciones; están animados del más estricto ambiente capitalino". Esta última observación nos confirma la importancia que el autor dio al Tíguere Bimbín y contribuye con nuestra afirmación de que el Tíguere era personaje popular desde principios del siglo XX y que es el primer germen social típico del núcleo o casco urbano que posteriormente sería la gran ciudad. Insistamos en las palabra del autor: "tanto los personajes que campean en esta obra" (...) "están animados del más estricto ambiente capitalino".

"S"ÓLO CENIZAS" HALLARÁs"". PEDRO \JERGÉS" En esta obra, inexplicablemente, se usa "tigre" en vez de "tíguere", y digo "inexplicablemente" porque su autor, Pedro Vergés, del sector capitalino de Gazcue, vivió parte del reinado del tigueraje y si no asimiló, cuando menos percibió lo que llamo la sicología del tíguere que se apoderó de la sociedad dominicana luego de permear a todos sus estratos. Tal vez usó la forma que he llamado "culta" -"tigre"- en vez de la "popular" - "tíguere"- para mantener la distancia intelectual, por así decirlo, aunque muy bien pudo haber tenido su raíz en que la escribió y publicó en la nación madre de la lengua, España, donde vivió por más de una década. Hay que resaltar que la palabra convencional


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~'Tigre" será una constante de ahora en adelante, y debemos atribuirla al hecho de que en el país hasta hace aproximadamente 30 años existía algo así como una "mística del idioma español", caracterizada por el respeto a las reglas gramaticales y por el uso cuidadoso de las palabras de parte de los diarios dominicanos. Era extraño que los diarios no tuvieran secciones dedicadas a velar por el uso correcto del idioma y que no contaran con profesores del idioma español, con intelectuales y con periodistas de alto vuelo entre su equipo de ejecutivos y correctores de estilo.

De ahí que, entonces, estos y otros (incluyendo al autor de este ensayo, que, años atrás, al escribir sobre "el tíguere", usó la forma convencional escrita "Tigre") terminaron formando el triángulo TigreTíguere-Tigre, esto es, la palabra inicial "Tigre" deviene en el habla en "Tíguere" para regresar, al ser escrita, a "Tigre". La palabra "tigre", y hasta la alusión al personaje en sí, se usan con frecuencia en la obra de Vergés. en la página

291 :

".Por Paolo, por el tigre Paolo" En la página

77:

"Había que verlo con aquella sonrisa, con aquellos bigotes, con aquel porte -zapatos lustrosísimos, piernas cruzadas, espejuelos oscuros .Ray Ban adquiridos en una


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compraventa -al lado de su novia, intentando olvidar un pasado de escasez y una primera juventud de tigre que alternó grandes borracheras con hondas depresiones y períodos de calma en los que inútilmente se esforzaba por salir a flote. Todo 10 que usaba, camisas, perfume, cigarrillos, estaba por encima de sus posibilidades y daba una imagen de sí mismo que el teniente se empeñaba en mantener, convencido de que el aspecto externo resultaba de un valor a veces superior a cualquier otro". En la página 31: ... "que si tigre Kepis" .. En la página

162:

"-Coño, qué frase, tigre -bromeó Wilson, encendiendo el motor -¿Dónde la leíste?" "-En ningún sitio -sonrió Freddy - Se me acaba de ocurrir. Salió bien, sí. Debe ser el sueño que tengo.

"w·l1 son

arranco/" .

"-y lo aceitado que te dejó la discusión de anoche, supongo. ¿Sólo estaban tú y él?".

"-y un tigre que tú no conoces, pero que durmió abajo y se puso a roncar en seguida". En la página

"...Y no

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últimamente, no me refiero solo a ese angustioso año 60 que todos estábamos viviendo con el temor de que en cualquier momento el país estallara en


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mil pedazos, sino ya mucho antes, antes incluso de meterse en amores con Conchita -a pesar de lo tigre que era-"... En la página 310: "... estimulado por las preguntas breves y bien dosificadas (fintas de Tíguere de barrio) del teniente"... Algunas de las citas anteriores nos dan la nota de ciertas peculiaridades de este ser social. El tíguere tiende al acicalamiento, al cuidado personal y a las poses exhibicionistas por lo menos durante su época de reinado y hasta los años sesentas. El autor de la obra, Pedro Vergés, nacido y criado hasta los años sesentas en un medio propio de los tígueres de clase media -Ciudad Nueva, etc.remedadores excelentes de los verdaderos tígueres, percibe y resalta ciertos tintes de un personaje, identificándolo como un tíguere en su primera juventud... "aquella sonrisa, con aquellos bigotes, con aquel porte -zapatos lustrosísimos, piernas cruzadas, espejuelos oscuros"; y luego habla de su pasado de primera juventud de tíguere con "grandes borracheras", resaltando así también la arista festiva de los tígueres. Más adelante dice de alguien "a pesar de lo tigre que era" i y es como querer decir: a pesar de lo mucho que sabía, a pesar de lo tremendo del tipo, a pesar de sus muchas mañas y "agallas". y luego observa: "fintas de ttgre de barrio", o sea, peculiaridades de un ser social de por sí peculiar. Hay que resaltar ahora que el personaje que nos pinta él más arriba con "fintas de tíguere" -hay que


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observar que usó ahora la palabra popular "tíguere" (?)un teniente militar, reúne algunas de las características del tíguere de los años cuarentas y cincuentas y de sus remedadores y simuladores:

1) Cuadroso: piernas cruzadas, espejuelos oscuros marca Ray Ban.

2) Atildado: zapatos lustrosísimos, bigotes cuidados; y "convencido de que el aspecto externo resultaba de un valor a veces superior a cualquier otro".

3) Presumido, queriendo aparentar más de la cuenta: "Todo lo que usaba, camisas, perfume, cigarrillos, estaba por encima de sus posibilidades"...Aún más: sus espejuelos habían sido "adquiridos en una compraventa" . En términos generales, al decir del propio lenguaje impuesto por los tígueres dominicanos, se trata de "un ayantoso ", que aparenta 1o que no es, y de un "aguajero", que exagera la nota de su poder y condición económica.

AHORA QUE \JUEL\JO TOM RENÉ DEL RIS'CO BERMÚDEZ Otro escritor cuyos relatos reflejan la vida barrial y las tipologías dominicanas, que recurre con frecuencia a la palabra "tigre" (insistamos en observar este cuidado de escribir "correctamente", en el lenguaje convencional o "culto"), es René del Risco Bermúdez. Sus cuentos,


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compilados bajo el título de "En El Barrio N o Hay Banderas", están saturados de expresiones y citas que marcan una atmósfera pasada, generadora de la tipología del tíguere. Su cuento "Ahora que Vuelvo Tom", que discurre en San Pedro de Macorís, revela una atmósfera y a un personaje (Tom) que nos hacen rememorar el diario vivir del tíguere, en el que la ingeniosidad creativa, la habilidad práctica y las correrías picarescas marcan a unos muchachos y jóvenes alejados de la delincuencia. Dice en el citado cuento (Pág.74): "Era para morirse de risa, Tom, para enlodarse los zapatos, para empinarse junto al brocal y verse en el espejo negro del pozo, cara de círculos concéntricos, cabellos de helechos, salivazo en el ojo, y después "Mira cómo te has puesto, cualquiera te revienta, perdiste dos botones, tigre, eso eres, un tigre, a este muchacho, Arturo, hay que quemarlo a golpes; pero entonces éramos tan iguales, tan lo mismo, tan "fraile y convento, convento sin fraile, que vaya y que venga", Tom, que la vida era lo mismo, "un " para todos ". gustazo: un trancazo, En otra parte dice, página 96: ..."Definitivamente las flacas son más calientes que las gordas yel "tinellel" tenía razón. "jEI Tinellel!" iQué tiguerito éste!". (Observemos que al decir "Tiguerito" en sí desechó lo culto y el diminutivo de "Tigre": u tigrito" .). En otro cuento, Un día, leemos en la página

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... ""T I vaya,

negra, que,

dura

es t'as.I E'J, una

pIe . dra, T'Igre .'". En fin, podríamos reunir una cantidad considerable de citas de palabras y situaciones plasmados por este autor de quien hay que decir que era "un tíguere de a verdad", de corte bohemio, remedador de los tígueres genuinos y con una indudable sicología de tíguere que aún siendo de clase media, de procedencia provinciana -i San Pedro de Macorís,de nuevo!- tenía un nivel cultural e intelectual considerable. Este narrador y poeta hasta el momento de su muerte en 1972, a la edad de 35 años, era tenido como un tíguere en el ambiente cultural, intelectual y publicitario capitalino, y aún fuera de este; y como buen tíguere de aquellos años era muy dado a las bebentinas, fiestas y visitas "a casas de citas". Pero es el caso que a gente como él se le ha preferido llamar "un tíguere decente" -que para el caso es un Tíguere Rankiao- a fin de establecer una separación fronteriza del tíguere barriobajero, maleducado e irresoluto, incapaz de la disciplina laboral continua.

CUENTO "PALOMO~" MANUEL RUEDA Este reputado intelectual dominicano -cuentista, autor teatral, crítico, pianista, etc.- publicó el valioso cuento "Palomos" a mediados de los años setentas, que narra la historia de un grupo de palomos -"tigueritos"que' organizaron durante la revolución de abril de 1965 un Comando d.e Palomos, de niños deambuladores,


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de la calle, cuya tarea principal consistía en llevar mensajes de los revolucionarios constitucionalistas, espiar y robar parque militar a las tropas de ocupación norteamericanas y de otras naciones que invadieron el país y ocuparon la capital dominicana. El autor presta su atención focal a estos niños callejeros, especie de "tígueres pequeños". Inicia así su historia ficticia: "Cuando la revolución éramos tos unos palomos, contimá nojotros mocosos peluses sin fijeza en na, callejeadores de oficio y para obligación, agregaría yo, porque la nuestra no era vagancia de riquito sino efeto de la escasitú y la encueré que teníamos por ley natural de la existencia". (Página 195. La Nueva Narrativa Dominicana. Lipe Collado. Casa Grande Editores. 1978). La historia tiene en su centro a Luis Emilio Rodríguez, o Cachaza, a quien desde pequeño le habían advertido "no metas mano en balde ajeno; hazte persona" y por eso "me diba a juntar con amigotes en el centro, donde había semáforo". Para su tiempo, a los 12 años, "todos los muchachos del barrio eran palomos alimentados de aire y boberías, de quiero y no puedo, de no puedo querer ni podré nunca"... Luego de resaltar la baja condición y el espíritu realengo de éstos, hace una pregunta que aborda su ignorancia: "¿sabe usté acaso lo que hay debajo del cacumen de un tiguerito desos?". (Página 199). En la página 201 narra cómo formaron el Comando Los Palomos y cita la palabra clave nuestra:


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"fue fácil el acuerdo y entonce principiamo a recoger el tigueraje palomilla: limpiadores de vidrios, cuidadores de carros en la puerta de cines", etc. Finalmente, en la página 218 el poeta Rueda pasa revista a los palomos del comando: "Aquí El Terror de los mares y sus palomos puratos, presente por los lados de la Misericordia. Aquí Manfloro y Manfloritos vigilando en las barricadas de la Bolívar. Aquí La Bemba en la casa Central esperando al compañero Cachaza, pésame por el Tiguerito ametrallado" . Ya antes, al precisar el origen haitiano de la palabra "tíguere", habíamos observado que en el vecino Estado de Haití servía para designar a quienes aquí llamamos "Palomos", o niños o mozalbetes deambuladores que no necesariamente son delincuentes. La lucha armada de 1965 incorporó a estos y a los "tígueres adultos", propiamente dicho, del lado de los constitucionalistas o lo que era lo mismo para aquella vez, del lado de las fuerzas revolucionarias que exigían la vuelta al gobierno constitucional del profesor Juan Bosch, que apenas un año y siete meses antes había sido derrocado por un golpe militar. El cuento de Rueda en ningún momento nos pinta al palomo -un tíguere en potencia- como un delincuente, y resalta, por el contrario, un consejo sano que le dieron a Cachaza desde pequeño: "no metas mano en balde ajeno; hazte persona"; y por eso era que -otro rasgo del tíguere:


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que se afina codeándose más arriba-: se iba "a juntar con amigotes en el centro, donde había semáforo".

"EL DESTINO DOMINICANO" JHON BARTLOW MARTIN J.B. Marlin escribió una importante obra sobre el acontecer dominicano de los primeros años de los sesentas focalizados en el gobierno del profesor Juan Bosch de 1963, su papel protagónico y los sucesos de abril de 1965 que provocaron el desembarco de tropas extranjeras. En su obra "El Destino Dominicano", que en inglés se tituló Overlaken by Events ("Desbordado por los Acontecimientos"), nos habla también del personaje social que ocupa nuestra atención pero usa la palabra y califica al personaje despectivamente. Para él el Tíguere (dice "tigre" en su obra) es una palabra despectiva y por eso la usa, por ejemplo, para referirse a un comunista que en una de las calles de la parle baja de la ciudad le gritó, durante los agitados días del 1963: iGou Home YankeeL Martín lo cita en español. Dice en la página 672: .. "ni el tigre del MPD que gritó: "V . a casa ".. lank'lS IrOS Podríamos citar otros usos de la palabra más o menos en ese mismo contexto, pero en sí no es necesario por lo ya reseñado y citado de otras obras. Hay que decir en favor de J.B. Marlin que en esa obra se convierle, quizás, en el primer autor de los últimos 50 años que logra trazar rasgos luminosos sobre


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cómo es el dominicano. En no pocas páginas refiere juicios profundos sobre la naturaleza humana del dominicano. Martin acierta la mayoría de las veces. y aún más importante para nuestro caso: Martin dibuja situaciones e individuos que nos hacen recordar en gran medida cuanto hemos dicho acerca del tíguere dominicano. Él mismo confiesa que se vio atrapado por fuerzas y naturalezas que le eran desconocidos. y llega a proclamar que éramos una sociedad "misteriosa", de fuerzas contradictorias. Indudablemente que el autor y diplomático tuvo que enfrentarse a tipologías y caracteres singulares que no habían tenido expresión política nunca. De ahí que le sorprenda un rasgo en dominicanos que compartían con él reuniones políticas y sociales, y que es muy común en el tíguere, que se ha extendido a casi toda la población: orgulloso y amigo de aparentar más de lo que es y más de lo que tiene .. o dicho de forma más popular: "ayantoso" ... "aguajero" ... En su obra, de 750 páginas, aparecen"el aguajero y el ayantoso al pecho", como solemos decir con imaginación de marinero y costero, cual símil del "agua al pecho", o "hasta el pecho" en una inundación, en una embarcación que ha hecho agua.


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DIS'CURS'O PRES'IDENCIAL DE lINDON B. JOHNS'ON LOS' ríGUERES' EN LA CAS'A BLANCA DE E.U. La creaci6n de un símil del tíguere con el delincuente (la superposición de la imagen del maleante sobre la del ser social puro y romántico, aunque violento y rudo), adquirió connotación internacional al producirse el desembarco de tropas de los Estados Unidos de N orteamérica en territorio dominicano el 28 de abril de 1965. El 29 de abril, cuando el Presidente norteamericano Lindon B. Jhonson se dirigi6 al pueblo norteamericano a través de los medios de comunicación masiva para justificar la invasión por aire y mar de la República Dominicana, hab16 de las "bandas de Tigres" dominicanos. Precisamente los tígueres -aunque a muchos les parezca extrañísimofueron un elemento de apoyo del discurso de Johnson para pintar un cuadro de caos -en el que resaltaban pinceladas de asaltos, violaciones sexuales, fusilamientosque sensibilizara a la audiencia norteamericana y admitiera como lógico y hasta natural la intervención de soldados a sangre y fuego en territorio dominicano. Las "bandas de Tigres" de Jhonson (eran de Johnson, porque confund.ía al tíguere con un "malandro", un delincuente común) andaban armadas por las calles de la capital y de las "aldeas" dominicanas, según aquel célebre discurso.


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En sus memorias, que abarcan su gestión presidencial de 1963 a 1969, Johnson justifica la orden de desembarco aéreo y marítimo volviendo a hablar de los "Tigres". (Johnson ni la primera ni la segunda vez usó la palabra "tígueres", sino "tigres"). Según la primera edición de sus memorias de 1971, los "Tigres" se habían especializado, desde los primeros días de la revolución constitucionalista, en asesinar policías, quitarles los uniformes, etc. Veamos lo que él dice ep la página 191 de la primera edición de "PERSPECTIVES OF THE PRESIDENCY-1969" . "THE TIGRES WERE MAKING A SPECIALITY OF KILLING POLICIMENT, AN THIS HAD PROMPTED MOST POLICE OFFICERS To SHED. THEIR UNIFORMS AND GO NOT INTO HIDING. LOW AND ORDER HOD BROKEN DOWN" La versión en español diría: "LOS TIGRES HICIERON UNA ESPECIALIDAD DE ASESINAR POLICIAS, HACIENDO QUE ESTOS ROMPIERAN SUS UNIFORMES Y SE ESCONDIERAN. LA LEY Y EL ORDEN SE QUEBRANTARON". ¿Por qué se ha difundido nacional e internacionalmente una connotación baja del "tigre"?


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Ya antes adelantamos consideraciones al respecto. Repitamos en principio que como el Tíguere formó bandas -lo más conocido de él- esto provocó confusión al apreciarlo. Todavía más. En barriadas de clase media de la capital dominicana se desarrolló en la década del 50 una práctica "atigueriada" en bandas de tígueres de hogares más o menos acomodados. Los choques de las bandas entre sí, principalmente en horas de la noche, se hicieron extremadamente populares al punto de que llegaron a organizarse apuestas en favor de una u otra banda. N o hay que entrar en detalles en tomo a las depredaciones propias de bandas enfrentadas. Esto contribuyó a la mala fama y a la desfiguración del Tíguere. Didier Anziud y Jacques-Ives Martin en la obra "La Dinámica de los Grupos Pequeños" (Editorial Kapeluz, 1971. Buenos Aires), dicen: "Cuando los individuos se reúnen voluntariamente, por el placer de estar juntos, por búsqueda de los semejantes, se trata de una banda". Significa, pues, que una banda no necesariamente tiene que tener características delictivas o violentas. Pero las bandas de los tígueres dominicanos cultivaban la violencia, aunque no acompañada del robo ni del homicidio propiamente dicho. Ahí es donde se equivocan J ohnson y otras muchas personas, que al querer atribuir robos, crímenes y depredaciones callejeras se refieren a los tígueres. Si quieren hablar de delincuentes, que hablen de "delincuentes", aunque en el caso


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específico de Johnson no se justificaba lo de delincuentes, ni lo de "Tigres" por delincuentes. En la página 50 de la obra citada, al hablarse de un caso de estudio de una banda de Boston aparece una aguda observación: "En los años 1930, William F. White (3310) orienta su investigación hacia la colonia italiana de Boston y la localiza sobre un pequeño número de bandas que estudia intensamente en forma de observadorparticipante. Se trata de bandas que se forman en las esquinas de los barrios pobres, y que no son necesariamente delincuentes". Aquí las bandas contribuyeron a dar uniformidad a sus miembros en el vestir, en el caminar, etc .. llegándose al punto de que "ser tíguere", la conducta de Tíguere, implicaba esas afinidades; porque en las bandas humanas los miembros multiplicaban sus signos exteriores e interiores de semejanzas: postura, vestimenta, peinado, lenguaje, objetos (guillo, anillo, cadenas, sevillanas, etc.) .. hacerse el loco, hacerse el pendejo, aparentar sabiduría, aguajear. Las bandas de Tígueres, todas, eran independientes. N o dependían de la tiranía trujillista, aunque de ningún modo se enfrentaron a ésta. No eran bandas políticas..pero la sociedad global, en cualquier sistema, desconfía siempre ~ los grupos pequeños espontáneos.

y el tíguere ha estado siempre bajo la mirada recelosa del ojo social.


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EL CLUB DE LOs" TfGUERES" En la obra Barrios En Armas, de José Antonio Moreno, página 83, se hace referencia al caso de grupos de jovencitos de San Miguel, al parecer tenidos' por su autor como delincuentes, que durante los acontecimientos bélicos referidos de abril a septiembre de 1965 formaron "El Club de los Tigres". Por considerarlo de interés para los fines de este ensayo, como una prueba más de la importancia social del ser y de la palabra que le designa, reproducimos cuanto se dice en la obra citada sobre el particular (Página 83).

"EL CLUB DE LOs" TIGRES"" "Hay que hacer aquí una mención especial sobre la organización del Club de los Tigres del padre Tomás Marrero". "Desde su llegada a San Miguel, a fines de mayo, había estado trabajando con un pequeño grupo de tigres de San Miguel y El Jobo. Mientras había estado en Montreal, el Padre Tomás había adquirido un gran interés en estudiar y ayudar a muchachos delincuentes, y en San Miguel encontró una excelente oportunidad para trabajar con algunos de estos muchachos. Durante las tardes, el Padre Tomás se pasaba horas sentado en el parque frente a la Iglesia conversando con los tigres. Después de unos días los muchachos lo seguían a donde quiera que él iba, y


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cuando él estaba comiendo .los muchachos se sentaban a la puerta de la casa esperándolo". "Un día del mes de julio decidieron organizarse en un club, el Club de los Tigres. Robaron un cartel del tigre de la estación de servicio de la ESSO y la pusieron en el frente de la estación de policía que el comando acababa de abandonar. Dirigidos por el Padre Tomás, limpiaron, pintaron y repararon la casa. Se organizaron en "unidades de comando" cada una con su propio líder. Permitiendo a los muchachos del Club de los Tigres organizarse en "unidades de comando", el Padre Tomás estaba usando lo que en ese momento era más atrayente a la imaginación de los jóvenes, esto es, la motivación de establecer su propia organización imitando lo que los hombres del barrio estaban haciendo para defender la ciudad. A cada unidad se le daba ciertas tareas para la semana: limpiar el club, ayudar en la distribución de la comida o barrer las calles o el parque". "El Padre Tomás les urgía también para que tomaran cualquier clase de trabajo y para que guardaran el dinero para comprar equipos deportivos. En las tardes, de seis a siete y media, todos los miembros del club tenían que asistir al curso de inglés que daba el Padre Tomás. Los muchachos organizaron su propia banda y todas las semanas presentaban una obra de teatro en la iglesia". "En mi última visita a Santo Domingo, el Padre Tomás estaba terminando una escuela que él y los tigres habían construído. De vez en cuando los muchachos volvían a sus viejas costumbres, rompiendo ventanas o peleando con otras bandas".


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"Dna noche los muchachos tuvieron un baile en el club para celebrar la victoria en el campeonato de Basquetball. Yo había invitado al Padre Tomás esa misma tarde a cenar y me preocupaba que él tuviera que dejar a los tigres solos en una reunión con muchachas. El me aseguró sonriendo: "Ellos saben cuidarse solos; ya no me necesitan más". Cuando regresamos, después del baile, todo estaba en orden. Las cosas realmente habían cambiado para los tigres de San Miguel". Como se ve, en el relato bay una asociaclOn íntima de tigre y delincuente. El autor de la obra, los dibuja como delincuentes y malhechores. Es interesante y curioso para el caso que nos ocupa que se tomara un aviso de la Esso Standar oil que tenía un cartel con el dibujo de la fiera 'rigre. Para esa vez la ESSO realizaba una intensa campaña puhlicitaria con el lema... "Y ponga un tigre en su l~mque". Desde luego, ese Club de Los Tigres, era realmente Club de los "Tígueres", y "tíguere" y no "tigre" decían ellos y decían y dicen los dominicanos -ya lo hemos recordado y explicado-, y todo es de común conocimiento, de donde para saberlo no hay que ser un experto del habla dominicana y de la realidad social nacional. Por lo demás, fuimos testigos directos de las actividades de este club de jovenzuelos, algunos de los cuales eran ajenos a los estudios, y -como se diría hoy- "Hermanos de Armando Lío", otros eran en sí delincuentes y la mayoría "palomos", de los muchachos que ya hemos explicado como deambuladores en procura de qué vivir sin que necesariamente sean delincuentes.


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MI) MEMORIA), PORFIRIO RUBIRO)A El célebre y muy celebrado hombre de la vida bohemia, Porfirio Rubirosa,calificado como "el más grande playboy del mundo", nacido en San Francisco de Macorís el 22 de enero de 1909, a q\lien análizamos y tipificamos como un tíguere en la parle 7 -de la página 159 a la 173- de esta de esta edición, fue de los que perc~ió también la existencia de una tipología social con psiquis sui géneris en su país. En sus memorias, escritas probablemente en los años 1963-1964, Rub¡~osa nos habla'del tíguere y, como todos los citados, usa la palabra "tigre". Rubi, como se le decía, reunía todas las características d~l tíguere. Sus experiencias en las calles de la capital datan de los finales de los años veintes en adelante. En sus memorias califica como tígueres asu papá Pedro María Rubirosa y al tirano Trujillo Molina. Veamos lo que nos dice de su padre, quien, luego de guerrear en montes y ciudades por 20 años al mando de una "banda de tígueres", llega a París, Francia, a los 39 años de edad. A Rubi, para entonces un niño de siete años de edad, le intrigaba que su papá, general de Concho Primo, abandonara las armas, la política y la patria para ir a Europa. "Yo creo que son tres las razones que motivaron esta decisión. La primera es de orden fisiológico. Mi padre ha debido sentir los primeros síntomas de la enfermedad del corazón, que se lo


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llevaría en el 1930. O esta existencia de "Tigre" no puede llevarse con un corazón afectado. De donde, esta partida es una ruptura". La "existencia de tigre" de su padre la define antes cuando nos dice que a sus 15 años tuvo su bautismo de fuego y que 20 años después ya era un general. "En esa época no se llegaba a general por nombramiento, uno se convertía en general. Aquel que por su valentía, su inteligencia, su suerte, se imponía como el mejor de la banda, tomaba ese título( ...). Era necesario ser un tigre para poder comandar un grupo de tigres com o este". Digamos ahora que un "tíguere General", un "tíguere Comandante" debía de ir adelante luchando ferozmente para ganar o sostener su autoridad sobre sus tígueres subordinados. Rubirosa se crece en sus reflexiones cuando focaliza al tirano Trujillo Molina como un tíguere digno de admiración porque logró imponerse en la jungla social dominicana adobada de un exclusivismo de clase y de orgullos hispánicos. Rubirosa nos habla de cuando conoció a Trujillo Molina y de sus primeros meses en la presidencia. Usa palabras y expresiones que nos dan la nota de las reacciones y comentarios alrededor del incipiente tirano. Algo "se cuchichea en los salones de la alta sociedad, donde el miedo se ha instalado: el general es un tigre, más cruel que los otros tigres que se hayan con(Y"l~Jf) en Santo Domingo hasta entonces".


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Pero Trujillo no era cualquier tíguere simplemente inclinado a la crueldad. Rubirosa atribuye a Trujillo otra singularidad: "Este tigre es por otra parte más astuto que un zorro", y luego enfoca sus simulaciones, sus comedias, su vocación a integrar bandas, su violencia... En fin, nos va dando las fintas de un tíguere gallo, totalmente rankiao, como lo fue Trujil10 Malina. Trujillo Malina, tíguere al fin, simuló y jodió a los que lo menospreciaron y subestimaron. y aún así "los salones se contentaban con burlarlo. Él era de pequeña extracción", nos dice Rubirosa. Y yo digo que debió insistir así: "El era un tigre" (tíguere, desde luego). Como buen tíguere, Trujillo Malina les respondía haciendo rodar bolas perfumadas sobre sus orígenes de un antepasado militar español y de un marqués francés, -esto es, quería aparentar más de lo que era y podía socialmente, - y entonces reían a gusto los que "pretendían pertenecer a la verdadera aristocracia dominicana" . Al margen de Rubirosa digamos que esos "dones" o "aristócratas" rechazaban al "tíguere militar" Trujillo Malina porque lo consideraban de "los de por allá atrás", siendo ellos, en cambio, de "los de por allá adentro". Ese tíguere dominicano, venido de "los de por allá atrás", se les impuso, sin embargo, por su astucia, inteligencia, garras, valentía y, ¿por qué no?, falta de escrúpulos. El tíguere Trujillo Malina, rencoroso y vengativo como todos los tígueres, los obligó a tragarse sus palabras y decires que "divertían


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enormemente a los grandes burgueses dominicanos que nada más les gustaba rebajar a los que detestaban".

T1GUERILANDIA FERMíN ARIAS" BELLlARD Ciertos rasgos del personaje social tíguere -el de ayer y el de hoy, el de cualquier posición socia1lo hacen ver pintorescamente, humorísticamente. Asume poses risibles y "fabrica" expresiones punzantes que nos hablan de su clara inteligencia. Bien sabemos que el humor es un excelente lubricante, convirtiéndose en un arma efectiva para salirse con la suya en una situación dada, y el "tíguere" anda siempre bien armado, iy hasta los dientes! De ahí que en algunas ocasiones en que se ha hablado de él en los Medios de Comunicación Social, lo han enfocado humorísticamente. Los periodistas Mario Emilio Pérez y Fermín Arias Belliard han hablado de este personaje, el primero a través de sus Estampas Dominicanas, y el segundo de vez en vez, de refilón, como quien no quiere tocar el tema a fondo; pero en una oportunidad Arias Belliard se detuvo en el tema y escribió un artículo titulado: TIGUERILANDIA. Hagamos un examen de este artículo publicado el martes 6 de marzo de 1979 en el diario El Sol en su columna BOCADILLOS. Arias Belliard no explica qué es un tíguere, no teoriza sobre este personaje, aunque, sí hay que


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reconocerlo, da las pinceladas certeras que revelan en parte su sicología. Con un lenguaje de intención humorística, en un escrito expresamente desorganizado, Arias Belliard enfoca a los tígueres como individuos de la calle que a veces delinquen, que murmuran mucho, que aparentan lo que no son, que son sobre todo pandilleros. Eso es lo que se infiere de algunas de sus consideraciones.

y la idea de escribir un artículo sobre "Tiguerilandia" le vino de un programa que se transmitía cada domingo por la emisora Radio Popular, en el que, de vez en vez, (creo que un domingo al mes) dedicaban "Una Hora con los Tígueres" (antes era "Media Hora con los Tígueres"). Este programa, producido por Rafael Corporán de los Santos, era el único de la radio que había intuído o ""l",¡hido algo "especial" en los Tígueres. Pero "Una Hora eDil ¡ll=' Ti':lil l"l''''' era una hora de son y danzones, los preferidos del Tíguere-Tíguere; del tíguere puro y romántico de los primeros tiempos de su reinado barrial. He aquí el artículo de Fermín Arias Belliard: "Una emisora donde se come mucho guineo' dedicó este domingo media hora de son de la loma para " 1os "t'19ueres. "De 10 que se infiere que fue un programa dedicado al país". 'Con esta expresi6n se aluJe a que Corporán Je los Santos es un negro. El dominicano suele igualar al negro y al mono y bien sabemos que las imágenes negro, mono y guineo se funJen. Por lo demás, Corporán de los Santos, Joseito Mateo, Jhonny Ventura y otros negros exitosos se reunían regularmente y se hacían llamar" El Club Je los Monos".


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"N o porque todos los habitantes de este terruño de guandules verdes sean tigres, sino porque antes de ser prominentes primero fueron tigres los hombres de este país". "Lo que demuestra que la base de nuestro suelo es una fauna recubierta de alfombra verde como la selva".

"N ingún país como el nuestro ha sido tan pintoresco como nosotros, por la sencilla razón de que no ha tenido buenos tigres, puesto que los tigres son el papiamento folklórico de la bicicleta que no llace ni cinco minuto,; la dejé en la puerta y ya voló". "A despecho de los tigres extranjeros, el tigre criollo es eminentemente sentimental; vive añorando su vieja y un par de muchachos que le pintó a una viejuca en el callejón de los perros, y un amigo entrañable que murió moro". "Para hablar con un tigre hay que sentirse tigre para palpar a fondo la corteza interior del tigueraje.

"-y que," t '19re. " "-Aquí guillao con este maldito guillo que ya no sé dónde ajorcarlo porque la cabra de aquella compraventa ya lo tengo pisao y entonces la vieja amaneció chiva esta mañana y escondería el menudo en él..o, diablo qué guachipita machula (se está samando la espalda en el "paluelú"). No botes la colilla, mira qué buena ñanga va por aquella acera, con una geba así me pasaría yo tres días batiando de jí, y qué lo tuyo, camarón".


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"-Igual, pájaro, con este decricaje que si me prestaran el Gobierno aunque fuera por un solo día andara el pescuezo bolao, la jugada de esta noche es donde Chucho, el lavachincha, adiós leona, yo quisiera saber qué es lo que se la dá esta pantera tumba cama que cada vez que uno la saluda y tu la ve en la feria a to tiro pá". "Cuando un tigre se topa con una persona más civilizada de la cuenta, el lenguaje sufre una ligera transformación porque yo quiero que usted sepa don Carlitas que yo respeto mucho mi destino y que por eso me veo incapaz de hacerle daño a ningún humano que se cruce en mi camino siempre y cuando no se meta con mi puta vida ay perdóneme que a veces se me va la lengua porque si el Gobierno se llevara de uno y planificara una mejor industria yo no fuera tan vago como usted, es decir como usted comprenderá, míreme esa mano, esos son callos pero pregúnteme qué hicieron con el chin de tierra que le ñampiaron al tieto e taita mío por pendejo aunque la verdad que con Trujillo había que andar pianito, tíreme peseta ahí don Carlitas que toy partía". "Luego se despide con mucha "respetancia" y al doblar la esquina le jondeará una piedra a un viral ata sin rabo". "Los tigres gozan de mucha simpatía y confianza de las muchachas del barrio, y son sus protectores. Es una especie de protección sin pedirla y las muchachas la aceptan para evitarse problemas. Si un tigre se propasa más de la cuenta con la "jediondita" que vive en la bajá,


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es objeto de reproche porque la vida tigueril también tiene su código, ahora, como te digo una cosa te digo la otra, cacuemaco: si es que la rolita esa te tiene requintao, písala pero con decencia, advirtiéndoselo primero, cuestión de que no se diga que aquí en monomojao hay tigres sin recomendación". "Antes de salir los vespertinos y matutinos, ya en la barriada se sabe por boca de los tigres lo que pasó la noche anterior en el país en aquel hotel que eso daba gusto y yo brechando como un puerco, papá, quien la veía a ella tan señorona y el maría comiendo bola, se le ven esos chifles desde la Catedral". "Comoquiera que no hay tales tigres, no porque uno le tenga miedo a los tigres, sino porque en este Año del N iño es necesario darle la mano a los descarriados para que no crezcan tigres y no haya que decir que estamos cundía de tigres en el pueblo arriba y en el pueblo abajo y donde tu menos lo sospechas pero no se puede decir".

"jEh CJ

,

t'19re.7"

Llamemos ahora la atención sobre expresiones e ideas del artículo. Luego de decir que una emisora había dedicado el "domingo pasado" (domingo 4 de marzo de 1979) media hora de "son de la loma para los tígueres", observa inteligentemente: "De lo que se infiere que fue un programa dedicado al país".

y aclara que no necesariamente los habitantes del


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país son tígueres "sill(l porque antes de ser prominentes primero fueron tigres los hombres de este país". Como veremos más adelante, a ese tipo de personas que ha si tíguere y ha podido escalar en la pirámide social, el tíguere lo clasificó como "Tíguere Rankiao" (Ver pá~ina 113).

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Luego almle a la agilidaJ y maestría del tíguere ante situaciones distintas. Dice que cuando el tíguere "se topa" con gente de mayor educación formal que él "el lenguaje sufre una ligera transformación", y se adapta a su mterlocutor. Resalta más adelante el sentimiento protector del tíguere luego de decir que "los tigres gozan de mucha simpatía y confianza de las muchachas del b.trrio, y son sus protectores. Es una especie de protección sin pedirla y las muchachas la aceptan para evitarse problemas". Indudablemente, pues, que Arias Belliard, hombre muy dado a la observación, rico en vivencias y experiencias personales en fiestas y bohemias de barrio, da en el justo clavo en buena parte de su artículo al estilo de un remolino estilístico. Pero hay algo digno de consignar y es el lenguaje que usa Belliard a veces como para decimos tácitamente que por ahí anda el lenguaje de los tígueres, que tienen un llabla desorganizada, construcciones peculiares y palabras exclusivas de su jerga" .. "un par de muchachas que le pintó a una viejuca en el callejón de los perros" (...) "aquí quillao, con este maldito guillo que ya no sé dónde' . l" - l) aJorcar o (empenar o (... )" a 1 ca b" ra '" "1 o tengo


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. " '" "h' / guac h'lpl't a mac hu 1a " , .. plsao c lva " '" " que "paloelú" (palo de luz/poste de luz) .. , "que buena " , '" "d ecncaJe", ' ." "1' nanga a Juga d a d e es t a noc h e " .,. "con e1 c h'" , " "t'le t o t al't a mIo /" ... In ... ,,-namplaron,.. "an d ar planl . 't" o ,,' "t oy par t'" 10 ••• ",Je d'Ion d'Ita " ... "C acuemaco " , . . , , l,., / ", , requlntao", pIsa1" a ,., e 1 mano . do bo 1" comlen a ". "cun d/" 10 '" iJ

EL TRANCA Y EL PARIGUAYO MARIO EMILIO P€REZ Ha sido, quizás, el autor de libros sobre temas cotidianos más leído y celebrado del país y el más popular de las últimas décadas, Un escritor "long-seller" para un público, lamentablemente, de país pequeño y de poco más de 8 millones de habitantes, La calidad, sencillez, claridad y puntualizaciones inteligentes resaltan en sus escritos, Bajo el título general de "Estampas Dominicanas" ha escrito centenares de artículos de opinión y narraciones que muchas veces configuran a un aventurero del diario vivir, a un bohemio del barrio con características particulares de Tíguere. Mario Emilio Pérez -un periodista de clase media remedador personal del tíguere de los primeros tiemposse retrata a sí mismo en algunos de sus personajes y a través de las expresiones de algunos ele los seres que incluye en sus escritos,


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Para ningún lector dominicano sería novedoso saber que en sus estampas habla de ciertas características sociales e individuales propias de la gente de barrio de clase media y de por debajo de la clase media. En alguna oportunidad no he estado de acuerdo con las denominaciones que ha usado para personajes y situaciones. Sufre una confusi6n conceptual, algo natural y hasta normal debido a los apremios periodísticos ante el reloj que, al decir del poeta Pedro Mir, "nos mira con su muerte secreta". Podríamos hacer una relaci6n extensa de las expresiones que revelan la imaginaci6n y frescura del pensamientó de este escritor y las del ser social denominado "tíguere", que en el caso personal de Mario Emilio Pérez viene a ser un "tíguere rankiao", pero ello no es necesario ahora ni para el caso. Queremos enfocar una Estampa Dominicana de Mario Emilio Pérez titulada "EI1Ianca y el Pariguayo". En este artículo, claro y bieri llevado, usa la expresi6n "Tíguere Tranca" como si se tratara de un tipo de tíguere. Como veremos en la clasificaci6n de los tígueres, su descripci6n se ajusta a la del "tíguere cinturita" de la época del reinado del tíguere. He aquí como describe Mario Emilio Pérez a quien llama Tíguere Tranca, y que yo juzgo como Tíguere Cinturita: "Obsérvenlo. Está parado en la esquina formada por la avenida Duarte y la calle Barahona". Da vueltas a un llavero. Luce un pantalón estrecho, tan ceñido a su cuerpo"... "Una esquina famosa en los años cincuentas y sesentas. Luego surge "la Duarte con París", cuya fama aún perdura.


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Un poco más adelante prosigue: "De seguro que ustedes ya lo han reconocido. Efectivamente. Es el Tíguere Tranca". Sin embargo, el Tíguere Tranca no existió nunca como ser social. La expresión "la tranca", o, sencillamente, "tranca", sí se usó por un tiempo breve en la ciudad capital y posiblemente en algunas provincias. "Yo soy una tranca", se decía. "jQué dice esa Tranca!", se saludaba. "Ese hombre es una Tranca", se afirmaba. Recordemos que la Tranca es el palo grueso que, para mayor seguridad, se atraviesa detrás de una puerta o ventana, correspondiente a la parte interior de un local o casa. Como se trata de un palo grueso y fuerte o resistente el uso de la palabra "tranca" se hizo extensivo a manera de elogio, para calificar a personas o individuos fornidos, enérgicos, resistentes. "U na tranca de hombre" era como decir "un hombre más hombre que todos los hombres" ... También tenía un cierto significado de "hombre exitoso, puntero" ... Fue un decir que resultó pasajero aunque de vez en vez alguien lo emplea tomado del arsenal del sustrato del habla popular que se encadena generacionalmente. Del mismo modo se usó, y se usa a veces, la palabra "pana", que significa "amigo" "Yo soy tu pana", se decía. "Qué dice mi pana", se saludaba. Al parecer, se originó en las películas norleamericanas "de vaquero". Los bandidos y vaqueros hablaban de "Parlner", de su socio, de su compañero. "Vamos, mi Parlner"...


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En cuanto a la palabra "Pariguayo", Mario Emilio Pérez la usa para calificar al individuo considerado en su época de juventud -por los años cincuentas, juzgo yo- como "un lego", alguien que provenía "de las zonas rurales". ("Lego" es palabra de origen religioso, que significa aquel que no tiene órdenes clericales. También se usa para sindicar a quien está "falto de letras o noticias "). Mario Emilio Pérez dice en su estampa: "El pariguayo por lo general proviene de b~ zonas rurales. Por eso los trancas acostumbran llamarle "campesino embullado". Realmente en el vocabulario del tíguere -y esto se extendió a todo el conglomerado social hasta hoy día- el "pariguayo" es un individuo sin condiciones para sobrevivir y para caer en la cuenta de las reconditeces mentales de los demás en la lucha diaria; de donde es una especie de "fracasado tranquilo". El pariguayo es un individuo que está en la otra acera, diferente de la del tíguere, y esto no significa que se le oponga, muy por el contrario, el pariguayo le teme. Es como si pintáramos al Tíguere de un rojo vigoroso y al Pariguayo lo dejáramos sin color. En fin, el Pariguayo es un individuo que "no tiene nada en la bola", que "no tiene nada de Tíguere". Puede ser "hijo de Papi y Mami", o de barrio marginado, puede ser de la ciudad o del campo ... sencillamente -reiterémoslo- el Pariguayo surge como el antípoda del tíguere: no tiene


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condiciones "para la vida", no tiene garras, no tiene agallas, cualquiera 10 engaña, 10 utiliza, etc. Es más, cuando un Tíguere es engañado, al darse cuenta de ello, dice que "hice la del Pariguayo". Pariguayo se asocia enteramente a "Pendejo" en el sentido que se le da popularmente en el país. En la página 122 sometemos la palabra Pariguayo a un examen lingÜístico hasta dar con su origen, y podemos ahora adelantar al lector que es una palabra compuesta, de uso idiomático correcto. Se compone ele la palabra "Pari", que significa igual, y la palabra "Guayo", que se deriva de "Guay", de gritar.

El S"UPUE:S"TO COMPLOT Cuando en octubre de 1979 el gobierno del nunca olvidado don Antonio Guzmán Fernández hizo saber que había develado "un complot" o conspiración para derrocarle, la palabra "tíguere" anduvo de boca en boca durante los interrogatorios. Independientemente de que aquel intento de asonada haya sido planificado e inducido por sectores colocados a distancia de aquella "comiquería", no es menos cierto que el Presidente don Antonio Guzmán Fernández reaccionó con presteza y hasta nerviosismo. Para hacer saber que sí hubo conciliábulos conspirativos, el gobierno hizo publicar extensos interrogatorios a militares y policías retirados que


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al parecer estuvieron de alguna manera involucrados en aquellos aprestos denunciados. Hemos escogido dos referencias al tíguere. Una se enmarca dentro de una expresión de saludo y la otra dentro de la variante "tiguerón", que es como en ocasiones le llaman al tíguere joven en los barrios marginados o de bajo nivel socioeconómico. Ambos interrogatorios fueron publicados en la página 11 de la edición de El Listín Diario del 17 de octubre de 1979: Interrogatorio hecho al segundo teniente retirado Bernardo Santana Astacio, :P.N. ... "En los barrios humildes los comentarios de los moradores o mejor dicho de los tígucres de los barrios, (SIC) comentan que la cosa está mala, iban a diferentes puestos, cogían las fundas, negociaban una parte y las otras las consumían". Interrogatorio hecho al ex-teniente coronel Félix María Bibiera Caro, de la Fuerza Aérea Dominicana: ... "el sargento Garabito lo llevó a usted de nuevo a su casa, despidiéndose usted en esta forma: "Adiós Tíguere", palabras textuales del sargento Garabito, ¿qué dice usted a esto?". Tal como hemos manifestado en páginas anteriores, la palabra tíguere es quizás la más usada por la gente de la calle, y el uso que le dan estos hombres de uniforme se asocia con su uso frecuente y con el individuo de barriada que trata de sobrevivir a como dé lugar, aunque no necesariamente mediante actos delictivos inexcusables. Hay que observar que el sargento


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Garabito se despide del ex coronel Bibiera Caro diciéndole: "Adiós, Tíguere", dándole el uso familiar y tradicional a esta palabra. En los casos citados se revela palpablemente por nueva vez la alta incidencia que tiene tanto la palabra tíguere como el personaje, de modo y manera que está presente hasta en los casos de conspiraciones político-militares.


PARTE 4 lOS' TIGRES': FES'TI\JIDAD \JAlENTIA PROGRES'O ECONÓMICO... S'US' AYANTES' S'US' AGUAJES' ...Y APARECE El PARIGÜAYO


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Los Tfgueres son clasificados de diversos modos, según ciertas caracferfsticas. El Tfguere Gallo es un peleador, valiente. El Tfguere Cinturita es un ser festivo y enamorado. El Tfguere Bimbfn tiene pocas 1. • "ae ' ti'gueraJe. . " conalC1ones

B'l/ '7"', .llguere Ran k'lao es

un

Tfguere que ha ascendido social y económicamente... I "t'Igueres aguaJeros . A estos se unen lOS y ayanl a sos"... y en la otra acera tenemos al Parigüayo.

CLAS'lfICACIÓN DEL ríGUERE Por más homogéneo que parezca o un grupo o un ser social, siempre encontraremos puntos distintivos que agrupados alrededor de unos y alrededor de otros tendrán separaciones necesarias para diferenciarlos dentro de su propia semejanza básica. Los tígueres se diferenciaron entre sí por características diferentes -dentro de su propia parigüaldad- y usaron denominaciones a fin de calificarse y clasificarse dentro de su propio red i l. A la propia designación conceptual añadieron otra::: designaciones terminológicas que definían a su vcz, a modo de separación interna, a los miembros de su grupo. Querían decir, en definitiva, esto: los tígueres somos cosa aparte y singular. Podrá percibirse fácilmentc que los tígueres clasificados se diferencian por cambios conductuales casuales y hasta aparentes. Pero en esencia todos son una misma cosa: tígueres. Es el mismo caso del agua, -para una mejor ilustración-: o en estado


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líquido o en estado sólido helada. Como quiera es agua. Por lo demás, "sólo es posible dividir lo que está dividido"; y en el caso del tíguere sólo puede clasificarse lo que en sí ya está clasificado. Como ocurre con los libros didascálicos, en el Ensayo la clasificación, además de constituir un método de desvertebración de las partes, permite colocar las piezas del todo de manera separada para comprenderlo totalmente. Para el caso, y como hemos visto, fueron la tradición y el propio tíguere, los que decidieron hacer sus propios deslindes y separaciones; las clasificaciones diversas dentro del conjunto de tipos que otorga la sicología del tíguere. Y vale para saber que no todos los tígueres eran iguales del mismo modo que hoy día da para saber que no todos los tígueres son iguales; o que no son iguales todos aquellos que se asumen hoy día tígueres a partir de su propia sicología y de las aristas que lo conforman finalmente. Los tígueres, al tenor de la tradición, de su propio vocabulario y de ciertas características conductuales, se clasifican colocando en primer término El Tíguere, y luego, dentro de estos:

1- El Tíguere Gallo.

2- El Tíguere Cinturita. 3- El Tíguere Ranquiao 4- El Tíguere Bimbín. Al propio tiempo que se usaron esas tipologías


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del tíguere, de vez en vez imperaron menciones de tígueres que se hicieron populares en sus sectores por encima de los demás. Del mismo modo, tígueres de un harria llegaron a ganar fama tal que sus nombres y acciones iban de boca en boca y eran temidos a la vez que admirados. Casos típicos el "Tíguere de Villa, "el Tíguere de Borojol", "El Tíguere de Galindo", "El Tíguere de San Carlos". La expresión "Tíguere de Villa" se refería más propiamente al "Tíguere de Villa Francisca" aunque podía también significar el "Tíguere de Villa Consuelo", barrio aún más distante que aquel del casco urbano tradicional, identificado por años por su mercado, el "Mercado de Villa Consuelo". Al clasificar y explicar cada tipo de tíguere debemos admitir fronteras un tanto borrosas entre unos y otros, de modo tal que un Tíguere Gallo podría ser también un Tíguere Cinturita y al final de su camino, ¿por qué no?, un Tíguere Rankiao*. El Tíguere Bimbín tenía también algo de Tíguere Cinturita y podía terminar siendo, en la movilidad social ascendente, un Tíguere Rankiao.

N o está demás consignar que en el lenguaje popular se usan también expresiones idiomáticamente correctas que les han sido puestas como collares al

"El play boy Porlirio Rubirosa y el tirano Trujillo Malina encarnaron las caracteristicas de los tres. Rubirosa era en un primer plano un "Tíguere Cinturita" que se había "Rankiao" pero tan Tíguere Gallo como el que más. El tirano fue un perlecto Tíguere Gallo que se Rankió, pero que delataba en mucho al Tíguere Cinturita.


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tíguere. Vimos un caso al examinar el artículo de Mario Emilio Pérez sobre el Tíguere Tranca, que designa a ese tíguere a partir de la palabra "tranca", que hoy cayó en desuso en el vocabulario popular. Hoy día se usan con frecuencia considerable, sin embargo, las palabras "ayantoso" y "aguajero". De ahí que se hable hoy por hoy del "Tíguere Ayantoso" y del "Tíguere Aguajero", expresiones y calificaciones de las que nos ocupamos al final de esta clasificación porque ciertamente tienen significados muy ilustrativos de la sabiduría popular dominicana y de la importancia y la influencia que se le atribuye al tíguere. Dentro de este tenor se habla con frecuencia de:

1) El Tíguere Ayantoso. 2) El Tíguere Aguajero.

EL ríGUERE GALLO El tíguere que se autocalifica y a quien los demás llamaban Tíguere Gallo era el tíguere genuino por excelencia y resumía todos los rasgos llamados a despertar la admiración máxima. Era, además de muy valiente característica sine qua non del tíguere-, un individuo de la calle dispuesto a resolver cualquier disparidad personal y grupal con el uso de la violencia sin importar consecuencias. Era un ser barrial de alta vocación conflictiva, muy inclinado a las polémicas, a la provocación, a la agresión, a la trifulca. Al propio tiempo se inclinaba por la bebida y, ¿por qué no?, pot "la vida


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alegre" de los "cabaretses", como se designaba hasta décadas atrás a los centros de prostitución. El temperamento del Tíguere Gallo era o es intrincado. Solía anticipar un ataque -en medio de una situación de desavenencia- callando repentinamente. Su silencio extendido era fácilmente comprendido por la otra parte y quizás era un paréntesis al contrario para que evitara lo peor. Incluso podía durar días esta situación hasta que sobrevenía el desenlace, generalmente "de marca mayor". Se trata, más bien, de un estilo de agresión antes que de una característica personal, y quizás se extendió a través de las películas de violencia de los años cincuentas en los que abundaban estos dramas adornados por un largo silencio del indignado detective o protagonista. "Yo soy un Tíguere Gallo" era una expresión de orgullo, ya modo de lema para avalar sus acciones y su conducta general y, también, como una forma de indudable advertencia "a cualquiera", "a quien sea"... Como práctica generalizada de una época entre los jóvenes y los tígueres en general, el Tíguere Gallo hacía ejercicios físicos y de pesas, y era gran nadador; en términos generales un individuo en condiciones físicas aptas para el uso de la fuerza ofensiva y/o defensiva. Al Tíguere Gallo, al tíguere en general, hay que verlo. dentro del papel natural ejercido por todos los seres vivos: luchar por la vida. Y el tíguere usaba o usa sus recursos con una alta dosis de fraudes, fundado


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en la violencia y protegido a veces por la parolina, típica también del cubano. Un carácter ventajoso, ofensivo o defensivo, coloca a estos seres del diario vivir callejero en situación favorable para el éxito, asegurando su vida y hasta su preminencia. "Yen efecto, -nos recuerda José Ingenieros en la página 23 de su obra La Simulación En La Lucha Por La Vida- en toda especie viva los individuos más robustos, más ágiles, más astutos, más prudentes, según las circunstancias especiales en que luchan por la vida, tienen más probabilidades de sobrevivir". Las prácticas de ejercicios físicos intensivos pesas, natación, gimnasia, etc.-, que desarrollaban su cuerpo y lo llevaban a exhibir sus biceps, molledos y aletas sobacales con aires viriles, eran también otro recurso, calculado o no, pero seguramente premeditado instintivamente; ya que, como nos lo consigna el mismo José Ingenieros, en la lucha por triunfar pueden ser decisivos factores un tanto curiosos: "es utilísima la fuerza muscular, la agilidad en el ataque y la defensa". Astuto, de inteligencia práctica poco cultivada, observador nato, pasional, voluble y cambiante, de adaptación circunstancial en adaptación circunstancial, con la voluntad del León y la fiereza del Tigre, y una facilidad de palabras, ideas e imaginaciones -a pesar de sus limitaciones educativas formales- este ser clasilicado como Tíguere Gallo es el genuino Tíguere y donde quiera que haya un dominicano' venido de él, con costumbre aprendida, o vivida por la observación -violento o no-, hay un "Tíguere", y como tíguere es "un hombre de


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carácter", que no se deja arrastrar tan fácilmente, y que, si sucede, marca la marcha con alguna modalidad o algún gesto afirmando su personalidad de ser singular. Finalmente, recordemos que el Tíguere Gallo usaba el símil del Gallo, del gallo de pelea genuino, de calidad, que mejor muere en la competencia pero que no huye. De ahí que para muchos dominicanos "Trujillo murió peleando como un Tíguere Gallo". Por lo demás, la competencia de juegos de gallos, junto con la práctica del beisbol, la natación, el boxeo y ejercicios de pesas, eran preferidos hasta las décadas del 40 y 50. Las lidias de Gallo al igual que los partidos de beisbol se mantienen aún en la preferencia de un grueso segmento de la población.

EL TíGUERE CINTURITA El Tíguere Cinturita se inclinaba marcadamente por las mujeres y por las fiestas. De modo que era un tíguere que gran parte de su tiempo lo ocupaba en el galanteo y en las actividades de diversión. y solía sacar la cuenta de las mujeres que estaban en sus redes en ese momento y de las mujeres que habían pasado por su vida. Era un experto bailador de son, danzón y merengue, que dedicaba tiempo, inteligencia y energía al refinamiento y cuidado de los pasos, giros y movimientos cadenciosos. En esta materia era un retador consuetudinario. Se afanaba por bailar mejor y por más tiempo que cualquier otro.


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El calificativo de "cinturita" nos dice de una época en la que imperaba el bailarín, usando el pantalón ajustado al cuerpo. La moda se impuso entre los hombres de las ciudades. También ajustaban la correa a la cintura de modo que dibujara una cinturita con un cierto aire femenino pero que, sin embargo, no le restaba aspecto viril. (Su cara dura, sus músculos ... ). Era una forma de resaltar sus anchas espaldas generalmente cultivadas con los entonces populares ejercicios de lagartijas que desarrollan las aletas, las espaldas propiamente dicho. El Tíguere Cinturita se podía distinguir por su ropa "chillona" y por su acicalamiento, así como por el uso de la vaselina abundante en su "pelo malo", crespo, si no se trataba de algún "Tíguere Blanquito", muy escaso por cierto·. Extremadamente enamorado, gustaba de pararse en las esquinas envolviendo y luego desenvolviendo, repetidas veces, en su dedo índice izquierdo, una "cadena de oro" .. tal vez de bronce o de cobre ... Era la forma típica de "hacer esquina" a las muchachas en los barrios tradicionales. El Tíguere Cinturita, sin que necesariamente llegara a ser "un gallo de hombre", era agresivo e imperativo, aunque estos son aspectos secundarios con relación a todo lo anterior que lo hacía distinguirse de los otros.. "Una fiesta es ella misma una invitación",

• Decir "un Tíguere" daba por descontado que no era un blanquito "de los de por allá adentro", Negro y tíguere, prieto y tíguere, mulato y tíguere se fundían y aún se funden en el habla común barrial.


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llegó a ser una sentencia de gente que como él eran capaces de adelantar el final de una diversión si se le objetaba al llegar intempestivamente.

EL ríGUERE RAN¡¿IAO El Tíguere Rankiao era aquel que lograba escalar social y económicamente por encima de sus parigüales. Era, a los ojos de los demás tígueres, un tíguere socioeconómicamente triunfador. El nombre de "Rankiao" le venía del término inglés "ranting", de los diez primeros lugares en el beisbol. Ranting debe pronunciarse "reinting" pero en el argot beisbolístico de la fanaticada dominicana se pronuncia "ranking", y de ahí devino a "rankiao". Ya ascendido, en otro mundo "superior", aunque ajeno, si partimos de su procedencia, el tíguere estaba "rankiao" y su ascenso se debía en gran medida a sus condiciones de tíguere, a sus condiciones de hombre que "se las sabe todas" y "se la juega". Los tígueres rankiaos se esmeran en el vestir cuidadoso y combinado como parte de un proceso de asimilación y de adaptación al nuevo medio ambiente procurando ocultar todo aquello que delate su procedencia. Este ocultamiento puede obedecer a la conducta típica de quien almacena sus armas o la esconde a la cintura o de quien se avergüenza por estar en el lugar que algunos entienden de otro tipo de persona, superior, digamos; aunque ocurre con sintomática reiteración que individuos con sicología


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de tíguere venidos de abajo y ascendidos a posiciones de preminencia (Tígueres Rankiaos) al llegar a puestos elevados se comportan con aire avasallador, prepotente y agresivo, lo que da lugar a que los demás comenten que "no ha dejado de ser un tíguere", o, sencillamente, "sigue siendo un tíguere cualquiera", encajándole el decir aquel de que "la mona aunque se vista de seda mona se queda".

y es que en el fondo de su psiquis un "rankiao" -salvo excepciones- tiene un oculto sentimiento de inferioridad. "La arrogancia, la cólera, la altanería, la crueldad, son, según Adler, disfraces con que se quiere ocultar el sentimiento íntimo de inferioridad y destacarse ... para compensar" (Pág.55). Como veremos más adelante, ha sido a través de los tígueres rankiaos, de los de clase media -llamémosles así hoy día- y de los venidos de más abajo -remedadores de los tígueres originales- que la sicología del tíguere mantiene una vigencia hoy por hoy en la sociedad dominicana. Podemos citar como un "tíguere rankiao", procedente de la clase media, a Freddy Beras Goico, y como Tíguere Rankiao, procedente de las capas bajas del sector de BorojoI, a Rafael Corporán de los Santos. El primero asume la conducta del tíguere por remedación -un ejemplo de lo excepcional como "tíguere blanquito"-, y el segundo se forja en la dura fragua de sus vivencias y de las escaseces agudas. Ambos son aspavientosos. Pero Beras Goico delata los repentismos y la imaginación provechosa del tíguere barrial creativo mientras que Corporán de los Santos muestra las vivezas venidas' de su astucia y otras aristas muy propias de la "cultura del tigueraje"


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EL TíGUERE BIMBíN El Tíguere Bimbín era un tipo de tíguere que, aunque tenido como tal, en definitiva carecía de ciertas condiciones para igualarse a los demás y salir a paso en las situaciones difíciles. El Tíguere Bimbín no cumplía la ley de salir bien parado en cualquier situación y la mayoría de las veces resultaba contrariado. Como decían , "se trancab a, " "se apretab a, " "fa 11 a b a " .. para esa epoca Por lo demás, se caracterizaba por ser más aspavientoso de la cuenta y a la vez poco avispado, siendo utilizado y engañado por los otros tígueres. Recordemos cómo Enrique Aguiar, el autor de Eusebio Sapote, relata el caso del Tíguere Bimbín, quien, aunque enfrentó a Sapote al saberse estafado en el juego de dados, llevó las de perder muriendo en el acto. Hay que recordar: a) Se dejó engañar por Sapote en el juego, b) Lo supo cuando otro jugador lo enteró de la estafa, y c) llevó las de perder totalmente. Desde luego, era un tíguere y, como tíguere al fin, estaba en aquel ambiente, en aquel lugar de juegos y riesgos y, como tíguere al fin, quiso quedarse con todo el dinero del juego: dio un pescozón a uno, sacó un puñal e iba a hacer la coca..pero Sapote, más tíguere y más delincuente que él, le mató de un pinchazo en el redaño.

y no olvidemos que Aguiar, al final, en el anexo de la obra, incluye un Vocabulario de dominicanismos usados en su novela. En el mismo define al Tíguere Bimbín como "de baja extracción", que es "guapetón y


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pendenciero". N o le atribuye mayores condiciones especiales fuera de la de "guapetón". y se puede decir que se ha mantenido vigente esta concepción y este personaje, aunque con ciertos cambios. El Tíguere Bimbín, en definitiva, a diferencia del Tíguere Gallo, del Tíguere Cinturita y del Tíguere Rankiao, no ve "mimes en el horizonte" ... El "tíguere bimbín" es hoy por hoy el más popular, el que llama más la atención, de entre aquella famosa fauna humana que hoy día pervive a través de su sicología. "Tíguere Bimbín" rueda de boca en boca, es llevado y es traído junto con una sonrisa. Se debe, en gran medida, a que se efectúa en la mente de la gente una asociación con el sexo del hombre. La última palabra de su mote recuerda el miembro viril del macho ya que en la República Dominicana se llama "bimbín" al miembro del hombre, aunque tiene un significado dual y ambivalente. Se le usa comúnmente y hasta "tiernamente" para referirse al -"bimbín"- miembro viril de un niño. Pronunciar la palabra en este caso no es contraria a las buenas costumbres. Pero entre adultos, hombres y mujeres, la referencia con la misma palabra al miembro de un hombre en particular significa que es de sexo exagerado. "Ese tipo tiene un Bimbín así" (y se hace una mímica que grafica un falo exagerado)".

"Esto se verifica también pronunciando "un Bitnbín" con cierto tonillo muy propio del dominicano de barrio popular.


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Como se ve, hay una significación ambivalente, contradictoria, pero que se ajusta a la mecánica mental dual del dominicano, inclinado a decir"sube para arriba", "baja para abajo", "entra para adentro", "tranca la puerta" (pero la puerta de referencia carece de Tranca.. ), "ese no es 1d / 'sIno que coge ". a ron, De modo que al decir "Tíguere Bimbín" se piensa en un individuo que a más de faldero está dotado de un falo exagerado, aunque ese no sea propiamente el significado de la expresión para el caso. En fin, al hablar del Tíguere Bimbín hay una reacción sonriente y se opera un rejuego mental en la próspera imaginación del dominicano a partir de la insinuación del mote. Sin embargo, cuando el propio grupo de tígueres usó la palabra para colocársela a cierto tipo de "partner" suyo, lo hizo para expresar su minimización, su falta de adultez, sus características añiñadas en comparación con las virtudes y resultados positivos de ellos. Era como decir: "es un tíguere . 1et o " .. " t /19uere que no desarro 11/" lncomp es un o , es "me d'10 t/19uere " ... En el grupo, el Tíguere Bimbín era objeto de abusos y le encargaban tareas nimias, aquellas en las que evidentemente no hacían faltas condiciones excepcionales. Ante un riesgo calculado, ante evidencias de resultados negativos, el tíguere real usaba al tíguere Bimbín para que "pagara la jaba". Si

estudiamos

al

Tíguere

Bimbín


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caracterológicamente podemos llegar a la conclusión de que estamos ante un ser social que ha tomado al tíguere de modelo y que ha simulado deformadamente ser como él. Se trata de una persona que en sí no reúne las facultades de quien admira y sigue, pero en su lucha por la vida ha adaptado su conducta "a las condiciones del ambiente en que se desenvuelve" Gosé Ingenieros La Simulación en la Lucha por la Vida. Pág.96). El Tíguere Bimbín, sin embargo, no debe ser subestimado porque lo que en sí es su conducta, una sumatoria de simulaciones de las condiciones de Tíguere, deviene de una "actividad mental" que "le permite distinguir las ventajas o desventajas que un hecho o una cualidad personal implican para el desenvolvimiento de la personalidad". "La conciencia de esas ventajas o desventajas hace que el individuo adapte su carácter a las condiciones de lucha, simulando las cualidades que la observación y la experiencia demuestran ventajas" .. (Pág. 96). De modo que un ser social así en un barrio dominicano es un tíguere, pero al fallar continuamente nos ha demostrado que es "un bimbín", un aniñado: un tíguere sí, pero en miniatura. El Tíguere Bimbín es, en definitiva, un simulador, alguien que finge valentía, coraje, presteza, como si fuera como los otros que son valientes, corajudos, prestos e impositivos. Concluyamos en que el Tíguere Bimbín es de por sí un ser astuto, característica ausente en los tontos


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e imbéciles. Y recordemos que "simular" consiste en fingir que se es y que se hace algo a semejanza de 10 pretendido o de 10 que en sí es.

El TíGUERE AYANTOS'O y EL TíGUERE AGUAJERO Vamos a añadir, por el interés que suscita, y como un aporte al estudio del dominicano y de su vocabulario, dos expresiones muy usadas en los años ochentas y noventas, aunque vienen de décadas atrás:

1) Tíguere Ayantoso. 2) Tíguere Aguajero. Son rasgos de muchos dominicanos -ayantosos y aguajeros- que les sirven de corona a nuestro ser social; y en los dos casos se vinculan con las formas de ser del dominicano que gusta de presumir más de 10 que ha sido y es, de endulzar, reconocer y elogiar excesivamente para abrir el camino a la consecución de algo de una persona y de aparentar arrestado, valiente, bravucón, y amenazar y sugestionar a la parte contraria en un enfrentamiento cualquiera. Hay que reconocer que ciertamente los individuos con sicología de tíguere tienden a ser "ayantosos" y hasta "aguajeros". Pero veamos cada caso a partir de los dos calificativos con que a veces coronan al tíguere.


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EL TíGUERE AYANTOS'O Cuando se habla de un "Tíguere Ayantoso" y de una persona "ayantosa" se califica y sindica a alguien que a fin de embaucar a otro, de obtener su objetivo o propósito, usa los medios de la adulonería para alagar a quien será objeto de su engaño. El Ayante es un recurso del astuto. A veces el ayante consiste en hacer creer que "se tiene" o "se es algo", a fin de impresionar a la persona para lograr el propósito procurado. .Es como si previamente se rindiera tributo a un ser, o a un Dios, al que se le va a solicitar algo ... Precisamente, "áyantoso" viene de "yantar", que era el tributo -generalmente productos alimenticios- que antiguamente se le daba al Dios para alegrarlo y obtener de él alguna gracia, alguna concesión. El yantar es el comer, y desde la antigüedad yantaban, comían los comerciantes para hablar de sus negocios con desahogo y libertad; de donde viene la hoy extendida costumbre de invitar a comer -o a yantar- a alguien con quien vamos a "negociar" o a alguien a quien queremos alegrar con fines ulteriores en provecho nuestro o de ambos. De modo pues que el yantar como tributo a un Dios o a un soberano, y el yantar como una comida de allanamiento entre dos se ajustan perfectamente para calificar al tíguere y a la persona con tendencia a "ayantar", a elogiar para luego


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solicitar; a aparentar que se tiene y se puede para entonces solicitar u obtener lo que se quiere. El ayantoso trata de "rendirle tributo" a una persona para agradada y luego obtener lo suyo, y es el caso de un hombre que, sin estar propiamente enamorado de una mujer, trata de agradarla regalándole flores y otras cosas para obtener lo que en sí quiere de ella (sexo, etc.) Procura así que esta piense que su interés tiene un cierto grado de sublimidad. En buen dominicano, se dice que "la está ayantando". Finalmente, debemos anotar que en cierto modo aquel que "ayanta" también "aguajea", porque realiza actos y/o movimientos para impresionar pero sin los efectos que de primera impresión uno creería que causaría.

El TíGUERE AGUAJERO El "Tíguere Aguajero" -y la persona aguajeraes aquella que hace aspavientos sin llegar al fondo del asunto, sin demostrar qué pretende, qué anuncia y qué hace en sí. "Hacer un aguaje" es aparentar un acto como si realmente lo hiciera. Es intentar algo sin el propósito real de hacerlo. "Aguajero" viene de "aguaje" y ésta es una palabra marina que quiere decir agua de la marea que entra a los puertos y luego se retira. Y "hacer aguaje" significa que el agua corre con mucha violencia.


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Puede decirse, figurativamente, de los movimientos del mar que lanzan olas a la playa que regresan sin entrar a tierra salvo durante tempestades, sunamis y maremotos. Entonces eso es lo que hacen un "tíguere aguajero" y una persona "aguajera": se halancea en la amenaza, entre el decir que va a hacer y el no hacer, entre el hacer poco y aparentar más ... En definitiva, el aguajero quiere impresionar.

y cuando alguien le sorprende en su juego y le enfrenta y, por lo tanto, le derrota -sea en lucha física o no- su fracaso, se semeja a la explosión de enormes pero déhiles glohos en las fiestas de cumpleaños d-e los niños.

EL PARIGUAYO La palahra "Parigüayo" y el uso dado a esta es una clara tendencia del dominicano -como lo hemos hecho ver antes- a la deshordante imaginación. Si sometemos esta palahra a un rastreo o pesquisa lingüística encontraremos un gran acierto en el sentido y uso dados popularmente y nos hace ver que fue o ideada, o creada, o escogida por personas de un cierto nivel educativo. La palahra Parigüayo es palahra compuesta. Se forma por la unión de "Pari", que significa "Igual" (Su significado es más claro cuando la usamos en este caso: "Parigüal", o sea, algo muy semejante,


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algo que es lo mismo, "tal cual"), y la palabra "Güayo", que puede tener diversos significados que apuntan cada uno él. un mismo centro: la expresión de un lamento. Pero veamos detenidamente esta palabra. ¿Qué es un "guayo"? Es una piedra con pequeños picados con la que los indios "guayaban" o rallaban la yuca y otras cosas. Es lo que en buen castellano llamamos "rallador". ¿Acaso el indio asoció el "Guayo" con el grito natural humano de ¡Guay!? Es difícil saberlo hoy día. Sin embargo, hay que recordar que de ¡Ay! viene ¡Guay! y se dice que uno tiene "muchos guayes" cuando padece "grandes achaques o muchos contratiempos de la fortuna", según la página 254 del Diccionario de 'la Real Academia de la Lengua. Luego nos explica que la palabra "Guaya" viene de "guayar" y que "Guaya" es un lloro o lamento por una desgracia o contratiempo. Dic'e que uno hace "la guaya;' cuando uno pondera o comenta los trabajos y miserias que padece, o las finge "para mover a compasión';. Al llegar a este punto podemos ver qué sentido más acabado y claro tiene la palabra Parigüayo, pero podemos aún añadir que existe la palabra "Güayado", que se usa para calificar ':los cantares que tienen por estribillo ¡guay! o ¡ay amor!". Por lo demás, la palabra Guayar, que proviene de iay!, significa llorar, lamentar, en buen castellano, yen Santo Domingo significa, como lo vimos ya, rallar. De modo, pues, que un Pariguayo es un "pari", un individuo "igual" a un "guayado", amigo del uso


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abusivo de "guayes", de los lamentos; en fin, "un hombre sin carácter", para quien, al decir de Dante, es de noche mucho antes de la oración. Es un hombre de pocas condiciones reales para enfrentar las adversidades y los retos encadenados de la vida caliente, dura y a veces selvática· del diario vivir dominicano.


PARTE 5 EL MEDIO AMBIENTE DEL "TIGUERE". LOS' GRUPOS' S'ON S'U ALIMENTO... S'U PAN DE CADA DíA.


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Hubo una atmósfera en la que el Tíguere surgió y se mantuvo. La radio, el grupo y la cerrazón trujillista conformaron su atmósfera, a más del espacio reducido de los contados barrios capitalinos de décadas atrás. Su equilibrio "homeostático", su equilibrio Psicosocial, sufre una ruptura violenta con las nuevas y rápidas construcciones en la capital.

MEDIO AMBIENTE DEL TíGUERE Hay un encuadre temporal, geográfico y medioambiental en el que el tíguere dominicano se va gestando, luego adquiere fisonomía propia e implosiona a la sociedad dominicana, sin proponérselo, desde luego, y con su conducta concita su atención, la atrapa, la ensuelve, y lleva a unos a ser como es él, a otros los obliga a remedado yana pocos a simularlo, y así este ser social impregna con su sicología virtualmente a todos. Se circunscribe inicialmente a unos pocos barrios dominicanos; se dispara ascensionalmente, cual espiral en movimiento, durante dos décadas, pero más propiamente durante la década de los años cincuentas; y luego reina dentro de una atmósfera que le fue entregada inicialmente y a la que él estampó con sus moldes conductuales, sus creatividades, y su propio ambiente hasta el punto de imponer "la cultura del tíguere". Como hemos visto en las citas de cuentos y novelas y en el poema de Francisco Domínguez Charro, la palabra "tíguere" era una expresión popular a


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principios del siglo XX; en los años treintas servía para designar a un cierto tipo de persona que se distinguía por uno u otro rasgo conductual y hasta físico o por una u otra razón; y luego de los años sesentas el ser social está a la vista de todos, en la boca de todos y viene a ser protagonista de primer orden en sucesos sociales importantes, y la palabra que es su collar queda totalmente integrada al habla diaria dominicana, y me atrevería a aventurar que, si me fuere dable medir la frecuencia de su uso, resultaría ser, con sus derivaciones, la más pronunciada. Realmente este personaje se fermenta en el incipiente crecimiento urbano de las décadas 40-50 e implanta su reinado en los barrios de Villa Francisca, Villa Consuelo, Galindo, Borojol, San Carlos, Ciudad Nueva, San Miguel, San Antón, San Lázaro.. hemos dicho anteriormente. Estos eran los barrios que constituían el casco urbano capitalino hasta la década del 60, específicamente hasta mediados de esa década. Luego de 1965 el entorno urbano sufrió violentas y rápidas transformaciones, alcanzando su clímax a finales de los sesentas. Luego de un receso de aproximadamente diez años, las transformaciones readquieren vigor hasta poco después de los años noventas. Al estudiar al tíguere corresponde ocuparnos del medio social en el que se movió, de su circunstancia inmediata; y esto se plantea no sólo por lo de Ortega y Gasset de que el individuo es él y su circunstancia.. Sicólogos y Sociólogos han estudiado al


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hombre tanto a partir del medio como a partir de su conducta y capacidad adaptativa. El ambiente social -el medio donde vive- es impositivo hacia el individuo, y viceversa. Si partimos de aquí, entonces tendríamos que ver al tíguere como un producto de su medio al propio tiempo que a su medio como un producto suyo ... en cierta medida, desde luego, dado que el conjunto de fenómenos que conforman un ambiente social viene a condicionar al individuo, aunque los individuos todos, en conjunto, los de todas las épocas, aportaron y a la vez contribuyeron a crear dentro de lo que encontraron. Enriquecieron o empobrecieron lo heredado.

F.

Meyer al hablar de "El Concepto de Adaptación" en la obra "Los Procesos de Adaptación", donde recoge planteamientos de diversos estudiosos, afirma: "Hay que decir, por lo tanto, que lo vivo se adapta no sólo a un medio que ya es, por regla general, un medio -por adaptación, sino que además se adapta por el medio que él suscita y estructura en función del primero. Toda adaptación concreta es; de algún modo, una adaptación a la adaptación más que una adaptación "al medio". Significa que un ser social se adapta "no sólo a un medio que ya es" de por sí un medio de vida creado respondiendo a la realidad de su contorno ("un medio- , por-adaptación") sino que se adapta empleando sus propios instrumentos, imprimiendo su sello personal, de donde se ve claro en este juego de adaptaciones que


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el medio también cambia (se adapta) de acuerdo a como es impregnado por los seres sociales. ¿Qué había de especial en los barrios de los Tígueres más famosos de las décadas citadas? ¿Cuáles fueron las modas imperantes? ¿El puerto, lo que llegaba por él, aportó algo? ¿La Radio estaba en su mayor apogeo? ¿La música por Radio influyó? ¿Las velloneras irrumpieron en su ambiente? ¿Los tríos, cuartetos, sextetos y Perico Ripiao modificaron su ambiente festivo? ¿De qué se vivía en ese tiempo? ¿Cuál era su filosofía, su pensamiento sobre la vida? ¿ Por qué se asentó en siete u ocho barrios? ¿Las esquinas fueron un punto de cohesión? ¿Los cabarets también? ¿Los patios, los callejones, las estrechas calles, el vecindario, todo, cohesionaron aún más? ¿La pulpería, la reunión en la pulpería, influyó también? Esas preguntas nos dan la punta de la conformación de un ambiente tal en el que se movió un ser de características especiales. Y nos sirven de pistas, indicios, ingredientes de un conjunto que da la sensación de que en él hay algo oculto: el parto de nuestro ser social por excelencia. Allí están las raíces de ese singular personaje que mientras se le repudia se le imita, que mientras se le vilipendia se le niega, que mientras se le niega se le corteja, que mientras se le rechaza se le utiliza; un personaje definido que hoy vive en un mundo de contrariedades, que hoy loquea por calles y barrios de Dios como individuo fuera de sitio que busca parte de la atmósfera que le ha sido arrebatada porque


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para su supervivencia el tíguere necesita su medio como una conditio sine qua non. Su estado de adaptación, el equilibrio entre él y su medio ("el equilibrio homeostático") se vio roto como consecuencia de los cambios producidos en las condiciones de su medio (nuevos edificios, nuevas calles, avenidas ... ). Esa ruptura, necesariamente, ha producido tensiones que, sin embargo, se reducen por el "comportamiento adaptativo infinitamente renovado", tan característico en los seres sociales. El llamado "equilibrio homeostático" del que hablan los sicólogos y sociólogos fue roto en las mismas narices del Tígucre desde los años sesentas, al desplomarse de golpe y porrazo parte del andamiaje urbanístico y social. Ha perdido parte de los "factores exógenos" suministrados por la naturaleza y el contorno social ya desaparecidos, pero ha conservado, digámoslo así, sus factores endógenos, ha podido salvarse al salvar su sicología conformada en aquel ambiente virtualmente desaparecido. Sobrevive. Sobrevive sin ambiente, valga repetirlo, lo cual apresura sino la desaparición cuando menos la atenuación de sus características originales. Cuando hablamos del equilibrio homeostático nos referimos al logrado en los barrios que eran asiento de su reinado. Significa, entonces, también, que esos barrios fueron asiento de su decadencia material a principios de los años sesentas. Es durante la década toda del 50, a nuestro juicio, que el tíguere asume el máximo liderazgo


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barrial definitivamente, se multiplica y resplandece en su mayor romanticismo y pureza. Es durante esos años y en esos lugares que el Tíguere viene a ser lo que ha representado hasta hoy el Chullita Quiteño para los ecuatorianos, el Guapo para los Argentinos, el Chulo para los cubanos, etc. "El chullita Quiteño" -llamado así en diminutivo en Ecuador- es un personaje típico de Quito, capital de Ecuador. El Chulla es un individuo un tanto bohemio y romántico que se enorgullece de un abolengo que no tiene y que caracterizó a las clases media y baja quiteña por mucho tiempo, y que aún hoy día su sicología se encuentra presente en gran parte de la clase media quiteña. (Para más detalles leer la novela "El Chulla Romero y Flores", del ecuatoriano Jorge Icaza). En cuanto al Guapo Argentino, se trata de un individuo mayormente inclinado a la conquista de la mujer, de corte romántico también, valiente y vividor a como de lugar; pero su sello principal, lo que 10 marca, es su eleg~ncia y su inclinación a la conquista. En cuanto al Chulo ¡;ubano, huelga cualquier explicación porque el Chulo es bien conocido en cualquier ciudad latinoamericana. Viene de la subcultura del prostíbulo y ambientes conexos yse caracteriza por vivir de las mujeres. Para que se tenga una idea precisa del grado de influencia perturbadora y subvertidora de los factores externos como los fueron las nuevas construcciones -y los nuevos efectos de los Medios de Comunicación


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Social, como veremos-, hay que saber que por más de tres décadas el medioambiente geográfico-barrial había sido un medio estático con dinámica interna particular.

y bien sabemos desde hace tiempo del vínculo necesario de las cosas, de un modo tal que un movimiento, social o no, es la causa de otro movimiento.

y no está demás decir ahora, para sellar el discurrir sobre el reinado del tíguere y de su comportamiento, que la mente de los jóvenes de esa época hubo necesariamente que desarrollarse en concordancia con el modo en que aprendió de otros a actuar; y que la percusión de la imagen del Tíguere generó en él percepciones y pensamientos admirativos y únicos. Por lo demás, pocos sucesos decisivos ocurren por azar: sino por alguna razón y por más de una necesidad, y bien sabemos que "la necesidad hace Ley". Pero no podemos cerrar este capítulo sin recordar que hay tres diferenciaciones necesarias al momento de estudiar al tíguere y su sicología. La primera se refiere al tíguere en sí, al individuo que ayer y al individuo que hoy día tiene conducta de tíguere de sello propio. La segunda es el individuo que remeda al tíguere, que imita su forma de hablar, de actuar, su tono general y que ha sido permeado por su sicología. La tercera es el simulador de tíguere, simulador de su sicología, que finge tener condiciones, que finge conocer la vida de la calle, que finge astucia, que finge todo cuanto pueda fingir para simular que es un tíguere. Desde luego, al fingir -finge valentía y se derrite por dentro- representa el papel del tíguere como lo caracteriza un actor en un


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drama y, por 10 tanto, ¿cómo decir que no es y cómo saber que no es? j Sólo un tíguere! Recordemos, finalmente, que cada individuo, "independientemente de la raza, clase o grupo a que pertenece -i ¡olvidemos al Pariguayo!! L.C.-, está obligado a luchar por la vida, adaptándose 10 mejor que pueda al medio social. Muy pocos hombres de personalidad firme resisten a la presión colectiva y pueden hacerlo conservando algunos de sus rasgos característicos. Los más están obligados a imitar las ideas, los sentimientos, las costumbres colectivas, y su éxito consiste en alcanzar la más perfecta adaptación al medio. Para ello no es necesario ser como los demás; basta con parecer. Eso es 10 útil; para ello se simula". (Pág.56-0b. Citada José Ingenieros.)

lOS' GRUPOS' Ya antes, al citar las palabras del Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Lindan B. Johnson, en 1965, intentando justificar el desembarco de tropas norteamericanas en el país, consignábamos que juzgó a los tígueres como delincuentes y en cierto modo habían ganado esa imagen porque integraron bandas durante la Era de Trujillo, que se peleaban en plena vía pública. En la página 81 decíamos: "Didier Anzrud y Jacques Martin en la obra "La Dinámica de los Grupos Pequeños" (Editorial Kapeluz,


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1971. Buenos Aires), dicen (página 18): "cuando los individuos se reúnen voluntariamente, por el placer de estar juntos, por búsqueda de lo semejante, se trata de una banda". Signí:fica, pues, que una banda no necesariamente tiene que tener características delictivas o violentas. Pero las bandas de los tígueres dominicanos cultivaban la violencia, aunque no acompañada del robo ni del crimen, propiamente dicho."

y dos párrafos más adelante decíamos: "En la página 50 de la obra citada, al hablarse de un caso de estudio de una banda de Bastan, aparece una aguda observación: "En los años 1930, William F. Whyite (3310) orienta su investigación hacia la colonia italiana de Bastan y la localiza sobre un pequeño número de bandas que estudia intensamente en forma de observador participante. Se trata de bandas que se forman en las esquinas de los barrios pobres, y que no son necesariamente delincuentes". Antes que bandas propiamente dicho, fue la formación de grupos lo que en sí configuró al tíguere. Un tíguere solo, era poco concebible. Los Tígueres se reunían en las esquinas" y en las cercanías de las pulperías, yen no pocos casos en los frentes de las casas y de los solares baldíos que tanto abundaban para aquella vez en lo que, visto desde hoy, se nos ocurre como "incipiente" casco urbano capitalino que luego sufriría un violento cambio.

"La esquina ha sido un punto estratégico de la vida callejera dominicana. Tiene su propia gravitación.


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U na característica singular del grupo del tíguere, era su número reducido. Al observarlo a partir de su cuantificación grupal tal vez nos explicamos parte de su conducta. Bien se sabe que los grupos pequeños se comportan diferentes a los grupos grandes. El grupo de tígueres era un grupo natural, que es aquel en el que sus miembros están circunscritos a un barrio, a una calle. Así se hablaba del "tíguere de Villa Francisca", de "los tígueres de la calle Abreu", de los "tígueres de Borojol". Pero adjunto a su condición de grupo natural está su integración como "grupo primario", cuyo número oscila de 7 a 8 miembros. . Los tígueres de Borojol y los de Galindo, en los alrededores del local del legendario sindicato POAS I, tenían, y allí se conserva aún entre los tígueres, un lenguaje exclusivo y especial conocido entre ellos como "PIDOCA". (Siglas de Pinturas Dominicana C. por A., y con las que se designa a la pintura que la compañía fabrica, y que es muy conocida de los habitantes capitalinos). ¿Cómo el grupo y el tíguere marcaron a la sociedad dominicana? ¿Por qué el grupo marcó al Tíguere? En sí el Tiguere es un hijo del grupo y su siquis de ser grupal pasa a ser otra expresión definitiva del ser social criollo dominicano. Difícilmente un dominicano trascienda más allá de su grupo de familiares, amigos y conocidos y sólo el


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reInICIO de las emigraciones y las divisiones políticas han agrietado en alguna medida esta característica. Y, con todo, la mentalidad de grupo del dominicano enlaza tan fuertemente que deja a un lado las banderías políticas a la hora de solidarizarse y darle la mano "al amigo", al de su mismo grupo o de mentalidad compartida. Tal vez de ahí proceden actitudes singulares curiosas del dominicano: "pasar revista" a lo que han hecho los otros y a la vez dar un informe de lo propio. Y el estilo tan arraigado de "pasar revista" o, quizás, "pasar inventario", arranca casi siempre con la pregunta: "-¿Cómo te va?", para más adelante ir llenándolo todo así: "-¿En qué paró aquello que me dijiste la última vez?". A los extranjeros les choca que al poco de conocerle el dominicano le somete a un interrogatorio, cual strep tease mental que le va despojando de las vestimentas imaginarias de su privacidad: qué edad tiene, qué trabaja, si le gusta la República Dominicana y cómo es la gente de su país; si es casado, si tiene familia y cómo está conformada; qué hace en este país, cómo vino, a qué vino, por qué vino..., y a la vez lo mucho que el dominicano le habla de sí mismo, del otro dominicano, de su país, de sus cosas, de lo que acaban de decirle...

Y de ahí que gente como el ya fenecido ex embajador norteamericano en el país, el escritor ]ohn Bartlow Martin, observador asaz certero y acucioso, diga de nosotros: "Caritativamente, lo atribuiría a la forma de ser dominicana: algo exhuberante y agradablemente pasada de moda (.. ) "De todas formas es la forma de ser dominicana" ... (Pág.238 ob.cit.)


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En la página 679 Bartlow Martin acierta al resaltar en el dominicano esta arista de su personalidad: gente con mente circunscrita a grupos de familiares, amigos y conocidos ... "La responsabilidad de un dominicano rara vez se extiende más allá de su propia tribu de primos para incluir a la comunidad más amplia -su barrio, su ciudad, su país." (Martín debió decir" su propia tribu de amigos, primos y allegados ... ", pero comprendemos la imagen que quiso atrapar: la mentalidad de grupo reducido). Si recordamos que durante la Era de Trujillo no hubo posibilidades de desarrollar liderazgos en la política o en cualquiera de las pocas instituciones de aquella vez -ya lo dijimos- podemos entender cómo el joven de aquellos tiempos hizo uso del grupo como si este fuera suyo, de su naturaleza, como una institución a su servicio. Y tenían su código oral, a veces caprichoso... sus "leyes", sus coordenadas, sus modos previstos de hacer las cosas. Digámoslo así: cada uno tenía que atenerse a la acción compulsiva de las leyes que los regían. Alguien "mandaba" o dirigía; alguien daba la cara en el momento difícil; alguien debía obedecer. Generalmente no había decisión mecánicamente impuesta aunque en determinados momentos sí se podía imponer. "El más tíguere" era el que normalmente mandaba o lidcreaba. y "el más tíguere" era generalmente un Tíguere Gallo, un "tiguerazo" casi a lo Trujillo, su máxima representación. Una comprensión mayor de cuanto hemos dicho a todo lo largo de este ensayo sería posible si recordamos


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que para los años veintes República Dominicana era un país de pocas carreteras, y las que llevaban ese nombre se aproximaban a lo que hoy llamamos "caminos vecinales". El hecho cierto de que la comunicación con gente de otros puntos fuera infrecuente, o cuando menos lenta, explica porqué la "mentalidad tribal", de grupo reducido, de "aldea", perduró durante tanto tiempo y aún perdura en muchos puntos de la geografía nacional. La concentración en sí mismo, con un espacio geográfico reducido, con una interaetuación humana relativamente reducida, con círculos estrechos de familiares y de allegados y de amigos, se explica también por la falta de vías de comunicación adecuadas, incluso en la misma ciudad capital de los años veintes, treintas y -¿por qué no- cincuentas. Había una conformación global -en definitiva- que nos llevaba a replegarnos en nosotros mismos y desenvolvernos en nuestros espacios reducidos, entre "nuestros tígueres" ... Nunca olvidemos que los grupos actúan y se influyen directamente unos a otros hasta crear una especie de "otro ser" que es el grupo en conjunto, diferente de la acción individual de cada uno. Gregario Fingerman lo apunta muy bien en la página 17 de su . ~ y G rupos de M asas... ""1 as o bra "c on dUCClon mentalidades individuales, al formar los grupos, dan origen a una nueva unidad síquica, con su propia mentalidad" . La unidad síquica del grupo de tígueres fue un refrendamiento y una prolongación de la mentalidad del tíguere dominicano.


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En términos generales el Tíguere genuino de los barrios tradicionales no iba a la escuela y si acudía era un estudiante deficiente. Sin embargo, los tígueres de los barrios de clase media sí accedían a las escuelas y, mal que bien, trataban de cursar el Bachillerato, y conste que para la época ser "Bachiller" era un timbre de prestigio porque presuponía una formación sólida previa a los estudios universitarios. Pero en términos generales el tíguere se diferenciaba de los demás jóvenes en que era desaplicado y de vocación callejera. El Hguere -al igual que el político de gran trascendencia- ha sido muy intuitivo. Su intuición le vino de una conjunción de factores. De mente lúcida y atenta, actuaba y cambiaba en su tránsito en procura de objetivos y si acaso no los tenía a la vista los iba creando en el ínterin. Quiere decir que este ser criollo, retratado en el Hguere, desarrolló una alta capacidad intuitiva suplantadora de su falta de educación formal. y desarrolló también una capacidad comunicativa que llegó a ser tan distintiva que se le calificó de "labia". y la labia es la "capacidad persuasiva y la gracia al hablar". Era un ser labioso y, como todo buen dominicano, repetimos, muy dado a la parolina. Paralelamente a su alta capacidad intuitiva y a su efectivo parloteo el Hguere desarrolló un sentido profundo y oculto de los hechos y de los acontecimientos a parlir de sus experiencias. En definitiva, puede decirse hoy día, que se hizo dueño de un temperamento que se generalizó en la República Dominicana.


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y bien sabemos que el temperamento es la suma de nuestras formas de actuar y pensar, que nos particularizan como seres humanos. Como ha podido verse el concepto de tíguere me surge, de suyo, de una combinación de cosas sencillas y ciertas. Y como ser social y como suma de conductas es ya suficientemente conocido. Independientemente de que sea aceptado o no como el ser social típico dominicano, existe, está ahí y sólo por necedad se negaría. Este no es en sí "un pueblo de tígueres" pero los tígueres forman parte importante del pueblo y su sicología lo ha impregnado de tal modo -principalmente a los hombres- que muchos dominicanos "privan en tíguere", expresión usada en la lengua de la calle para significar que se quiere parecer tíguere.

y ello también pareciera ser de la naturaleza de gran parte del pueblo dominicano. Dentro del proceso de aprendizaje hay diversos modos del aprendizaje social y uno de estos lo es la imitación: "La imitación es la acción humana por la que uno tiende a reproducir con mayor o menor exactitud el comportamiento de los demás. Se observa generalmente no sólo en la forma como los niños remedan a sus padres, sino también en la forma en que los adolescentes e incluso los adultos ya maduros adoptan las características de las personas a las que aprecian y admiran". (Pág.40). H. Fichter, Sociología. Aunque algunos le tienen aún como un ser


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social brutal y desagradable, en sí queda poco qué influir de parte del tíguere. Lo ha impregnado todo. Los individuos dominicanos han recibido dentro de su encuadre educativo todas las influencias exteriores del tigueraje, que se añaden a los factores, sociales y culturales que desarrollan sus potencialidades naturales. El "status social" bajo impidió al tíguere acceder a apologizarse ya que sólo en las últimas tres décadas individuos con sicología de tíguere se han ubicado en un puesto adecuado en la estructura social. El comportamiento del tíguere producto de su sicología corresponde a un conjunto de pautas sociales conceptuales difíciles de evaluar con gran rigor científico porque no hay métodos acabados para medir la presión social, los grados de conformidad y la valorización social. Las normas conceptuales son "lo que se ha de pensar", que de algún modo lleva a "lo que se ha de hacer". Podemos decir que para nadie es un secreto que en un sector amplio de la sociedad tiende a influir en lo que sucede en los demás sectores. "En la sociedad el espíritu de un individuo se comunica con el espíritu de otro" (Pág.198 G, Fichter, Sociología).

10 que sucede

y el espíritu de los tígueres y sus grupos se fundió para formar un espíritu homogéneo; o lo que es lo mismo: que el espíritu de cada uno separadamente respondió igualmente a un mismo influjo. Terminó pensando y sintiendo de manera semejante. Es tan cierto esto que todos, de alguna manera y alguna vez, hemos


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pasado por situación parecida: "Cada uno de nosotros ha pasado por la experiencia de verse influído emocionalmente o movido mentalmente por un grupo social. En cierto modo así se comienza a pensar como los demás". (Pág.190. H. Fichter. Sociología). El grupo y sus tígueres, el grupo de tígueres, trazó sus propias pautas culturales porque selló a muchos con su conducta, hizo costumbre, hizo ley consuetudinaria. Y sirvió de modelo. Pero es mejor decirlo junto al sociólogo H. Fichter, que el ser social Tíguere impuso su cultura porque ... " A) es un comportamiento acostumbrado en cuanto que se repite a menudo; 1) es realizado más o menos en la misma forma por muchas personas; c) actúa como guía, modelo o norma para las personas del grupo o de la sociedad" (Pág. 189 H. Fichter. Sociología). Por lo demás, esas pautas de comportamiento se hicieron ayer importantes -no lo vimos o no lo admitimos- y hoy son de trascendencia de primer orden porque: a) son casi universales, es decir, la realizan gran número de personas; b) a su realización se aplican presiones y sanciones sociales (" j Usted es un Pariguayo!", "No parece un Tíguere", "Ese no me sirve, yo lo que necesito es un Tíguere"); c) responden a las valoraciones sociales y la gente los considera de valor e importancia.


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RUPTURA DEl EQUILIBRIO PS'ICOS'OCIAl Las nuevas construcciones, la explosión demográfica, las inmigraciones y emigraciones, el activismo político, el auge de los Medios de Comunicación Social, yel establecimiento lento pero sostenido del Estado Recinto en la República Dominicana han sido factores determinantes en la alteración, cuando no en la desaparición de la atmósfera en la que surgió, se desarrolló y se sostuvo el tíguere como ser social. El tíguere tradicional ha perdido iniciativas, pero no ha desaparecido. Ha cambiado, se ha adaptado, en cierto modo, pero no ha desaparecido. El tíguere se ha quedado, sobremanera, a través de los representantes de su generación que liderean hoy día en muchos sectores nacionales y fundamentalmente a través de su sicología, como hemos reiterado. La Expansión de Santo Domingo. -Hubo un primer impulso generacional en los años 40-50 que llevó al tíguere al punto alto de su reinado -como vimosdentro de un encuadre urbanístico estrecho, simple y dominable: apenas 5 barrios. El cambio intenso y extenso del antiguo núcleo urbano moviéndose rápidamente año tras año hacia las afueras y siendo sustituído su centro por edificios multifamiliares, centros comerciales y nuevas calles y avenidas, hirió de muerte el reinado del tíguere porque resquebrajó el justo centro físico de su equilibrio homeostático geográfico.

"los desal' es " , o" repartos, OJOS en L os .. ensanc h el centro y las emigraciones hacia el exterior así como


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las inmigraciones de campesinos alteraron "su nido", por decirlo así. He ahí entonces porqué no es posible hoy estudiarlo en su propio caldo, pero sí a través de sus miembros más destacados -es una generación que aún vive- y de su sicología imperante. Hay que preguntarse, sin embargo, ¿hasta cuándo reinará su sicología con todo y la desaparición de su entorno? Algunos sostienen que cada 30 años, aproximadamente, se producen grandes cambios en las sociedades hacia nuevos derroteros. Cierto o no, 10 que sí resulta indudable es el hecho de que al cabo de un período de tiempo -difícil de precisar calendariamente- todo el personal de una sociedad es reemplazado por otro; y así como el personal de la sociedad que admiró, e imitó al tíguere, y asimiló su sicología, reemplazó al anterior en el curso del tiempo, a su vez ha comenzado a ser reemplazado por el personal de una sociedad con nuevas influencias, que aunque no se despoja de la sicología del tíguere, podría dejar de ser su característica fundamental. La Explosión Demográfica, Inmigraciones y Emigraciones.- Valga observar que la explosión demográfica ha expandido a la sociedad y sus miembros y que las inmigraciones de campesinos a la ciudad capital y otros núcleos urbanos importantes, y las emigraciones al exterior, principalmente a los Estados Unidos de N orteamérica, han desarticulado a la tradicional familia dominicana". El tíguere puro, romántico y tradicional "Las instituciones económicas han ido ocupando espacios importantes de la institución familiar, que ha sido agrietada por los divorcios.


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lidereó a un personal social más reducido que el de hoy día, que es de más de 2 millones de habitantes en la capital. Para las décadas de los 40 y 50 teníamos una franja de 300 mil a 600 mil habitantes capitalinos. Hoy contamos a nivel nacional con poco menos de 8 millones de habitantes. Aún más cierto es el hecho de que en 2002 hay más gente viva en el país que todos los que han muerto desde que llegó Cristóbal Colón el 12 de octubre de 1492. Pensamiento y acción van íntimamente juntos en el tíguere y en la persona con sicología de tíguere; aunque los modos de pensar se conservan más que los modos conductuales. De todas formas, resultan simultáneos muchas veces con todo y que la mente cambia con más lentitud. Con todo y la expansión democrática, con todo y las inmigraciones y emigraciones, con todo y la descohesión familiar tradicional, el tíguere pervive por las .. costumbres mentales" que, en su caso particular, responden a una "actitud de tíguere" equivalente a un "comportamiento aprendido". Aetivismo Político.- Los tígueres criados en la lucha para la lucha, alcanzaron su máxima expresión durante las grandes jornadas políticas, principalmente durante las otroras "jornadas revolucionarias". Su incorporación a la lucha política luego de la tiranía trujillista, de 1961 en adelante, fue como el impulso del torrente de agua largamente represada y a la que acababan de abrirle las compuertas. Las movilizaciones callejeras y el estallido armado cívico militar de 1965 -desde finales de abril hasta mediados de septiembre- han sido su


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caldo apetitoso; y hoy por hoy, como en el ayer, su participación política se evidencia, principalmente, en los sindicatos y en los comités barriales de partidos. Siendo la acción, el arrojo, parle de su naturaleza y razón de supervivencia el tíguere juega un papel exitoso y digno de admiración durante las jornadas políticas y revolucionarias y luego de éstas sufre una contradicción hustratoria: Los tígueres son automáticamente dejados de lado. Sencillamente, durante los períodos de paz el tíguere es portador de algo así como" aptitud inactual", del mismo modo que un hombre de paz es portador de una"aptitud inactual" durante los períodos de guerra y desestabilizaciones. Durante las reparticiones de cargos, en los períodos post guerra y post elecciones, o post movilizaciones electorales, el tíguere se descategoriza y en el caso contrario se categoriza. En la paz se le reduce a una situación jerárquica desfavorecida: "uno que se distingue en la lucha no encuentra en la paz más que una situación subalterna". (F. Meyer. obra Citada. Pág.17). Durante el conflicto armado de 1965 alcanzaron expresión máxima en las calles y hasta hubo Comandos armados integrados por verdaderos tígueres, líderes naturales barriales, como el denominado Comando de Los Rolitas, en el sector de San Carlos. Y hubo momentos harto difíciles para las fuerzas constitucionalistas y revolucionarias en que tígueres -a veces con fintas de delincuentes- jugaron papeles determinantes de arrojo y valentía. Serían prolijos los ejemplos, pero recordamos los casos de Rafael Guillén y


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de N ene Ro1ita, el primero de los callejones y patios de Villa Consue10- de "los tígueres de Villa" - con antecedentes de ladrón de baja estofa y con ciertas inclinaciones crimina10ides, y el segundo salido de los patios de "San Carlos Arriba", del sector de San Carlos, y quien fuera comandante del llamado Comando de Los Rolitas al que le llamábamos -los combatientes que estábamos de guardia en aquel sector para esa vez, "Comando de Los Tígueres Rolitas". ¡Todos habían crecido en las calles, en grupos, con todas las del TíguereL Se ocupaban de la defensa de una franja importante de San Carlos, en un perímetro en el que tenían que enfrentar bélicamente a tropas norteamericanas y hondureñas que integraban parte del cinturón tendido a los revolucionarios para obligarlos a rendirse ya que tenían como retaguardia el mar y el aire, y no tenían ni aviones ni barcos. Hay que recordar ahora ciertos rasgos comunes a los seres sociales que desde siempre se han distinguido más que los demás en la historia de los países, como son el alto grado de inteligencia, la fuerza de carácter ("un tíguere no echa para atrás nunca", dijo un encuestado), el sentido de responsabilidad, la valentía, la intrepidez y la serenidad misma en situaciones en que otros se derretirían, rasgos estos que podríamos encontrarlos en no pocos de los individuos con sicología de Tíguere, o con antecedentes de haberlo sido, que hoy día se desenvuelven en la vida pública y privada. Indudablemente que cuando Lindan

B. Johnson


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apoyó parte de su discurso en los desmanes de "los tígueres", hizo uso de un perfil aproximado de 10 que acontecía, ya que la revolución constitucionalista sería en su discurrir un caldo apetitoso para este ser que acostumbrado a ser rechazado personal y socialmente, está predispuesto a la lucha contra 10 establecido, contra lo que él entiende que es el sostén de sus calamidades. De ahí que durante cierto período de la lucha política -desde 1966 hasta 1978- se hablara de los tígueres "más conscientes" para tipificar a quienes adquirieron una conciencia política no necesariamente de izquierda extrema. Valga recordar ahora que el doctor José Francisco Peña Gómez se preguntó en una ocasión que porqué el doctor Joaquín Balaguer, brillante intelectual, se rodeaba de individuos de baja calaña, con algunos de ellos entre sus íntimos. ¿Acaso no serán individuos con sicología de tíguere que le sirven al doctor Balaguer como hilo conductor entre las nubes del mucho desarrollo intelectual, que a veces oscurece la realidad concreta, y la vida común diaria dominicana? Se trata de individuos "fieles hasta en la sopa" y capaces de lo peor, entre lo peor, " que, en este caso, es con ta1de "sa l·Irse con 1a suya, la del doctor. Auge de los Medios de Comunicación Social.Así como los inicios de la radio y la escasez de receptores en el país estimularon la vida grupal en las esquinas y fueron un factor de homogenización definiendo el gusto por cuatro tipos de música -el son,


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las "mejicanadas", el merengue y el danzón-, también el auge de la radio y la TY, y de los diarios, a parlir de 1965, y el indudable poder de influencia adquiridos por estos en la gran masa, horadaron la base de los tígueres y su sicología y se constituyeron en factor alterador de su equilibrio ya tradicional para esa vez. Es más, la Radio ha estado alterando -al imponer su lenguaje y sus estilos- la manera de hablar "a lo tíguere" de los tígueres. Y al imponer hábitos y preferencias también altera los de estos. Algo digno de anotar ahora es el hecho muy cierlo de que la Radio y la TV atentan contra el ritmo del habla del dominicano, y valga observar que "el ritmo", la manera como habla un pueblo, forma parle de su patrimonio cultural. Por ello en algunos lugares del mundo se ha legislado con miras a proteger el ritmo del habla de una sociedad amenazada por los auges de la radio y la TV. Precisamente, la TV y su programación también han impactado y contribuído a cambiar las costumbres del dominicano. Los receptores de TV irrumpieron con fuerza en los años sesentas y se instalaron cual extraños en los hogares dominicanos. La Tv, más que cualquier otro medio de comunicación social, sustrajo a los grupos de las esquinas. Para que se tenga una idea aproximada al respecto debemos consignar que en 1960 habían en el país una treintena de estaciones de radio A. M.; y para el 1992 teníamos 208 estaciones de Radio A.M. y F.M.;


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y en ese mismo orden teníamos en el 1960 dos estaciones de T.V y para el 1992, siete estaciones de T.V". El Estado Recinto.- Los métodos de control, dirección y sojuzgamiento implementados en el país desde 1965 hasta hoy día están circunscritos al llamado "Estado Recinto", que se manifiesta por la penetración del estamento militar y policial de todas las instituciones y actividades del país. Este control y dominio ha herido de muerte al tíguere tradicional. Fundamentalmente, la policía, recelosa, con su ojo avizor, ha pasado a controlar, directa e indirecta mente, a los tígueres, desnaturalizántlplos en ~'ierlo moao y reduciendo y frenando muchas de las espontaneidades del tíguere. La expansión de este control cuasi legal se ha convertido a la larga en un freno de la propia dinámica democrática y, como es lógico suponer, del propio desarrollo capitalista. Es en los propios Estados Unidos -¿y cómo no va a serlo en República Dominicana? - un factor aparentemente oculto de desaceleración de la dinámica que hizo posible aquel imperio virtualmente mundial. .. La am pliación del espectro delincuencial a la par de la falta de reales instituciones de justicia colocan al tíguere barrial al margen de u~a dinámica social normal, como lo era ayer, según aparece ante los ojos nuestros hoy día.

"En 2000 contábamos con 273 estaciones de radio EM. y A. M., y la televisión por cable y los canales U. H. E se habían multiplicado por mucho en 2002 el número de canales nacionales e internacionales superando el número 50.


PARTE 6 LAS- CARACTERíS-TICASDEL TíGUERE. DES'DE CON\/ERS'ADOR S'IMULADOR \/ALlENTE EJERCITADO . HAS'TA "S'U TONO" .


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El T,guere presenta una serie de rasgos a veces pintorescos y en otras propiamente conceptuales. Es muy dado a la parolina, gesticula mucho, habla duro, se ejercita, usa la mentira, se vale de

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"bien", se mueve en un grupo reducido, es intuitivo, divide a la gente en "amigos" y "enemigos"...

CARACTERís"TICAs" DEL TíGUERE Para la elaboración de una serie de artículos periodísticos a publicarse en el diario La N oticia a finales de 1980, encuestamos aproximadamente a 100 personas -profesionales, periodistas, estudiantes, amas de casa, etc.- acerca de a quienes consideraban un Tíguere y cuáles son las características de este ser social. Un examen de aquellas opiniones cotejadas con nuestro estudio nos da la nota de una serie de aristas que construyen un perfil adecuado del ser social Tíguere y de todos sus parigüales por imitación, simulación y asimilación de su sicología. Al tenor de lo compilado y de cuanto hemos planteado, las condiciones del tíguere podrían resumirse así, sin menoscabo de otras aristas: -Es una persona de inteligencia natural, graduada en la "Universidad de la Calle", o en la "Universidad de la Vida", con una conformación mental de amplio espectro dentro de su pequeño universo de vida en el que todas las cosas entran en las gamas de las probabilidades.


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-Es un actor, amigo del drama, que interpreta los diversos papeles que observa en los demás. Sus roles diversos lo presentan como cambiante. -Es un gran simulador social sin que sea necesariamente hipócrita, y dentro de sus simulaciones resaltan su tendencia a "aparentar relaciones" con "los de arriba", y, cuando efectivamente las tiene, pues, las exagera. -Es el héroe de todas sus batallas y las relata y recrea cuantas veces lo cree necesario. Aparece como el centro del drama y maneja la situación hacia sí favorablemente. -Es jocoso, divertido, que sabe la chanza y el rumor festivo del momento. Por lo demás, es un repentista y un satírico, que busca siempre el lado gracioso y caricaturesco de los hechos y las personas. -Es desconfiado por naturaleza, aunque cuando él decide la fidelidad se aferra firmemente a ésta. En principio, no cree en nadie ni en nada. -Tiene complejo de protector de amigos, allegados y familiares y quizás por esto se presta para servicios de ..guardaespaldas" en el campo político y empresarial. -Como buen dominicano, gesticula mucho, trata de aparentar más de 10 que es y más de lo que puede en sus actos y palabras. De ahí que aparenta que tiene "relaciones arriba", de donde hay que decir que "ayanta y aguajea". -Amigo de la parolina, labioso, asaz laborioso


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cuando emprende una tarea, es un ser vital hacia el exterior y de ese y de otros modos se entrega a pesar de sus desconfianzas evidenciando así una conducta dual tan propia de los niños; y rasgos infantiloides, evidentes en quienes hacen papeles de añiñamiento para confundir a los demás. -Es valiente en alto grado pero sagaz, retirándose cuando la circunstancia lo impone. Tiene altamente desarrollado el sentido de la oportunidad. -Es un ser potencialmente intuitivo, potencialmente observador, potencialmente rebelde. -Divide a las personas en "amigos" y "enemigos" y en "buenos" y "malos", siendo esto también parte de

sus rasgos infantiloides (bastantes extendidos en los dominicanos) . -Se mueve preferentemente dentro de un grupo reducido de amigos, allegados y familiares, lo que no significa que su experiencia social sea reducida y pobre. -En cierto modo es un oportunista, basándose en la ley principal de su sicología:' salir bien plantado en cualquier situación. Salirse con la suya. -Viste "bien", o cuando menos por encima de sus posibilidades. Trata de impresionar a los demás a partir de su apariencia en el vestir. -Se mantiene en condiciones físicas. Principalmente mantiene en forma sus hrazos y pecho como exhibiciones viriles y de fuerza física.


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-Tiende al uso de joyas y prendas, como son los anillos, cadenas y relojes, rasgo este que se extendió a los llamados "dominicanyork" también conocidos años atrás como "cadenuses", (a estos se les vinculaba con el negocio y consumo de estupefacientes). -Hay un "tono" en el tíguere difícil de describir: ciertos dejos al hablar, ciertos silencios, determinadas palabras del momento, algún ademán, la voz alta convenientemente, la voz baja convenientemente, oscilantes ambas, o quizás sólo la alta voz a modo del ..alarmoso", su manera de mirar, de sonreír y hasta de no sonreír, de mirar y no mirar.. -Es amigo de las mentiras, en camino de su objetivo. Normalmente se mete en embrollos, polémicas y contradicciones. Avanza en estas aguas como un tiburón en mar picado.


PARTE 7 EL ríGUERE PORFIRIO RUBIROS"A


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EL TíGUERE RUBIR05A Como estudioso del tíguere dominicano, de su sicología y tonalidades conduCbmles, veo en Porfirio Rubirasa, a esta distancia de décadas, a un tíguere consumado y ésta··confmnaci6n es a resultas de tenerlo cerca de mis ojos a través de sus «memorias», de las de sus ex esposas y de los recuerdos de las ex amantes y ex concubinas y de las referencias de personas que le trataran. Como sabemos, por leido y vivido, el tíguere es un individuo de sicología cultivada principalmente en las calles, con una ley básica: «salir bien parado»; esto es, obtener su objetivo, sin imporlar las annas a usar. En su tránsito se vale de la simulación, la mentira, el ayante, el aguaje, la labia, la imaginación... de cuanto le pueda ser útil. Todo lo envuelve en el celofán de una personalidad atractiva y simpática -el humor es un resorte sui géneris de soporte-que vista como un todo es una tipología conductual dominicana; generalmente viable. Rubirosa reunió características básicas del tíguere, tuvo plena conciencia de la trascendencia de este ser social dominicano y, por lo tanto, se tuvo a sí mismo como «un tíguere». Al igual que el tíguere común callejero, él cuidó su cuerpo con ejercicios y prácticas deportivas, fue un bailarín de primera, un fiestero de «apaga y vámonos», tuvo vocación de codearse «con los de arriba» -más arriba de él-; arrojado, cotorreador... mentiroso ... y su ley principal fue «triunfar», quedar bien -y quedaba bien- en cualquier situación. Podría ser clasificado como un «tíguere cinturita» que se había rankiao, valga decir, «un tíguere cinturita ranquiao», y esto gracias a sus condiciones


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particulares y a sus garras afiladas que lo llevaron a niveles sociales mucho más elevados que el que originalmente le era atribuible. Rubirosa no fue en su juventud en el país un representativo de la que hoy llamamos la cIase media dominicana. Fue él un dominicano de psiquis propia, de los que desarrollaron su vida en la calle y adquirieron una cultura a partir de esa estrategia. Era un hombre de la calle, un hombre de mundo, en el que su cultura criolla y familiar se apoderó de él a la vez que se le injertaba la cultura francesa en cuanto al hombre de mundo, de la calle. Entonces, debemos leerlo hoy como un crioll11 con influencia francesa salpicado de otras culturas ahsorhitias en su larga corrcría: alemana, italiana, norteamericana, egipcia, mcxicana, argcntina y hasta cubana. Aunque al sumar los tiempos vividos en Italia, Argentina, Estados Unidos -específicamente Nueva York-, Saint Thomas, Cuba y Alemania y sus primeros 13 años de vida en Francia -de los 6 a los 19 años de edad- tenemos 19 años, hay que juzgarlo a partir de la cultura portátil del criollo dominicano y del hecho muy cierto de que cultivó su enraizamiento nativo; y hay que verlo a partir de que era hijo de un «tíguere gallo», de un tíguere peleador que se enredaba en las faldas de las mujeres y que de alguna manera salía triunfante. Don Pedro María debió haber sido dueño de un tono y de ciertas fintas de la tipología del dominicano que al correr de los años devino en representativo del tíguere. Rubi emite juicios reveladores de su clara percepción de lo que era su papá dentro de la realidad y contexto dominicano:


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«E n esa época no se llegaba a general por nombramiento, uno se convertía en general. Aquel que por su valentía, su inteligencia, su suerte se imponía corno el mejor de la banda tomaba ese título -título este que exigía mucho de quien lo lIevaba-. En efecto, el general debía pagarle a su tropa, alimentarla, equiparla y conducirla a la victoria. Esta tenía que ser su intendencia, su lugarteniente, su gran cuartel general y su grupo de asalto. Era necesario ser un tigre para poder comandar un grupo de tigres como este» (... )

y

un poco más adelante al hablar del corazón enfermo de su padre -muerto en 1930-, dice que se fue al exterior porque (... ) «esta existencia de «tigre» no puede llevarse con un corazón afectado». Rubirosa escribió en los sesentas sus disquisiciones, su enfoque perceptivo sociológico. Focalizó un papel y ciertas circunstancias que se evidenciaron a partir de los años veintes, que "es precisamente la década en la que yo he situado el inicio de la definición de nuestro ser social típico llamado «tíguere» por asociación a la fiera «Tigre» y sus semejanzas.

TRUJILLO y RUBI: DO) TíGU€RE:) Rubirosa, hombre de mundo, con un almacén rico en datos, podía ver un mime a un kilómetro de distancia, y por eso sus percepciones, juzgando y situando a las personas y los hechos, afloraban claramente en él. Y fue quien proclamó por primera vez desde París que en el tirano Trujillo Malina estuvo ensuelto el tíguere


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dominicano porque eso era también el Tirano Trujillo Malina, un tíguere, que dirigió bandas de tígueres, en una nación acogotada por la cultura del tigueraje social y político con fintas de lo que hoy sería delincuencial.

A Trujillo Malina correspondió sentar la cultura del tigueraje en el Palacio Nacional con sus garras afiladas, sus ayantes y aguajes -los aguajes y ayantes tienen una sólida base de mentiras teatrales que ocultan verdaderas intenciones-, sus movimientos constantes, sus juergas, su ausencia de escrúpulos mezclados con destellos de solidaridades, sus «ayudas», su machismo olímpico, sus mujeres a "granel... Rubirosa dijo en sus «memorias» que Trujillo Malina era «un tigre con la astucia de un zorro»; valga decir, un «tíguere dominicano», una fiera en la jungla social de esos años, un ser social de condiciones especiales, lector de hombres y mundos que, por 10 demás, era muy astuto. A Rubirosa le cabe, pues, haber sido la primera persona que tipificó inteligentemente al tirano Trujillo Malina a partir de esta esencia social.

UN DEBATE INTERES'ANTE Otra persona que tuvo el fino olfato de encuadrar y calificar a Trujillo Malina como tíguere fue la profesora Lauren Derby, de la universidad de Chicago, quien habló en julio de 1997 en el seminario «La República Dominicana en el umbral del Siglo XXI -Cultura, Poder y Cambio Social», organizado por la Universidad Católica Madre y Maestra los días 24, 25 y 26 de julio.


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En su ponencia «La Seducción del dictador: género y espectáculo del Estado durante el régimen de Trujillo», la profesora Derb y vio en Trujillo Malina 10 que había visto Rubirosa. Ella vio en Trujillo Malina las características del tíguere -«símbolo dominicano de hombre desposeído que obtiene poder, prestigio y movilidad social haciendo uso de una curiosa mezcla de astucia, fuerza de voluntad, gallardía y cojones»y afirmó que Trujillo Malina «cedió» a Rubirosa «el título oficial de tíguere del régimen». Es de suyo interesante su punto de observación, por cuanto nos da un vector del desarrollo y liderazgo originarios de las características del tíguerc durante la Era de Trujillo de 1930 a 1961. Su afirmación es verdadera en buena medida. Coincide con nuestra línea argumental vertebral y me llevó a modificar en parte mi ensayo original sobre el tíguere dominicano en el que aunque veía a Trujillo Malina lidercando el mundo dominicano mediante la creación de una atmósfera propia que facilitó el surgimiento de una sicología y conducta sui géneris, en aquel momento no percibía a Trujillo Malina como tíguere Gallo por excelencia y máximo líder de los tígueres, quien aceleró el proceso en el que esa sicología imperó y permeó a la sociedad dominicana. La tesis de la profesora Derby fue rebatida por el doctor Marcia Veloz Maggiolo, prestigioso escritor y antropólogo que ha incursionado en importantes áreas del pensamiento humano. «Rafael Leonidas Trujillo era todo lo contrario de lo que en


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este país se considera un Tíguere», dijo al refutar a la Derby; y yo respondo que, por asociación de 10 contrario, entonces debemos decir que Trujillo Malina era un «pariguayo», dado que el pariguayo es exactamente el reverso del Tíguere. El pariguayo está en el reverso porque carece de condiciones para salir a paso en la vida dura. En otro lenguaje, es «un mamito», «un quejaito», alguien que se lamenta de sus fracasos. Esto me mueve a preguntarme si la imagen de Trujillo Malina, como los dominicanos 10 veíamos ayer y como lo vemos hoy, es la de un fracasado, la de un pariguayo, la de un «mamito», la de un «quejaito», la de «todo lo contrario» de un tíguere. No. Trujillo Malina era lo contrario de «todo 10 contrario de un tíguere», de donde, pues, era «un tiguerazo», que maleó al Estado, delincuenciándolo, a través de las fintas negativas del «tigueraje» que se le imponían en su personalidad. Veloz Maggiolo recurrió a su anecdotario para contraponer al juicio de la profesora Derby la moraleja que se desprende de la historia de tres barriobajeros llamados Suavecito (que era carretillero), José Báez (que era un «tira monedas» y jugador de barajas) y Antonio (pesista, «tira sacos» en el muelle). Tres infelices del submundo que aguajeaban y aparentaban ser fieras pero que al final de la historia los vemos fracasados: uno desaparecido por la policía y los otros dos mansitos, cargando «compras de amas de casas en el Mercado de Villa Consuelo». Que en relato atractivo nos presente a tres


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pariguayos barriobajeros que simulan ser tígueres gallos y que, por lo tanto, devienen en tígueres bimbines, es un recurso fútil de parte de un analista e intelectual tan vasto como él. Veloz Maggiolo incurre en una deformación interpretativa cuando le rebate a la profesora Derby su afirmación de que Rubirosa fue un tíguere: «Rubirosa (... ) es el peor modelo» (de tíguere. L.C.) sentencia Veloz Maggiolo ... «los parámetros del tigueraje dominicano nada tiene que ver con Rubirosa».

y añade que Trujillo Molina no podía ser tíguere porque era rural (?), y que Rubirosa no podía ser tíguere porque era «encopetado» (?); de modo que, según ese decir; para ser tíguere había que provenir de lo urbano y ser un dominicano urbano y emerger del «proletariado» (palabra que él emplea). Luego de Trujillo Malina, es Porfirio Rubirosa el mejor modelo del tíguere (trasuntado chulo). En Trujillo Malina y Rubirosa se concentran los «parámetros» más definidos del tíguere y de la cultura del tigueraje, asumiendo ambos los principales liderazgos de esta cultura que lleva en su médula al triunfador Valga decir que aunque el tíguere, convertido en personaje típico representativo del dominicano, es el que asume el liderazgo principal en los años cuarentas y cincuentas -imponiendo su sicología a nivel nacionaly es un producto final del crecimiento urbano y es expresión de los estratos bajos y medios, no era, ni puede ser bajo ningún concepto, puramente urbano con


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un entorno social en el que el 70 por ciento de la vida era rural. Trujillo Malina tenía una profunda vocación de vida urbana y se ejercitó en esta para lo que sería luego. Trujillo Malina, por lo demás, había nacido y se había criado en una «ciudad» a apenas 30 kilómetros de Santo Domingo, la capital dominicana, y desde niño tuvo contactos permanentes con los dos mundos a través del hotelito que era su casa de San Cristóbal, a través de los familiares y amigos de la capital y a través de sus primeros empleos de cultura típicamente urbana creciente y en la vida urbana. Para esa vez lo urbano era «el futuro» prometedor visto desde aquel «presente» que es hoy pasado, lo urbano era la autopista del progreso y del ascenso. Lo urbano tendía a imponer las reglas a través del poder, control y administración establecidos en la capital -» la capital es la capital»- desde que Ramón (Mon) Cáceres asumió el poder; y que fue completado y confirmado por Horacio V ásquez y por la ocupación militar de los Estados Unidos de 1916 a 1924. La mentalidad urbana era la que posibilitaba la sobrevivencia social sin descartar a una vida rural que hasta ese momento y de hecho era imperante e impelente. Trujillo, pues, es un producto social venido de una denominada «ciudad», con una cultura urbana vocativa, entronizada y desarrollada. Que montara a caballo, que ordeñara vac~s, que tuviera ganado y caballos en su Hacienda Fundación, que usara preferentemente frases tomadas de su entorno y de sus vivencias y conocimientos del mundo campestre dominicano -en proceso de debilitamiento- no descartó que también tuviera 10,000 corbatas, 2000 trajes de


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vestir, 500 pares de zapatos, adorara los au·tomóviles Packard -y le regalara a su hija flor de Oro un Packard al casarse con Rubirosa, en vez de regalarle o una mula de primera o un burro mañoso-, transmitiera telefonemas, tuviera casas que eran palacios en los que el mármol resplandecía por doquier; hiciera numerosas carreteras y calles y edificios ... TrujiHo Malina admiraba soterradamente a Rubirosa y esto se expresaba en cierta debilidad de su puño de hierro respecto a él y aconteció así desde el instante en que lo conoció en el Country Club y en el curso de los años se hizo patente a pesar de las «bellaquerías» frecuentes de Rubirosa, a quien calificó de «traidor» cuando siendo teniente hizo suya a su hija Flor de Oro, a pesar de que tuvo conocimiento de que la maltrataba y que supuestamente le contagió una enfermedad venérea que le «esterilizó», a pesar de que ordenó dos veces asesinarle y él sobrevivió con ardides del tigueraje callejero, a pesar de todos los pesares en el fondo le tuvo admiración y lo distinguió probablemente por lo mucho de él que veía en Rubirosa: un tíguere y, más que un simple «tíguere», un «tiguerazo» ... Resultan numerosos los testimonios de amigos y conocidos que sitúan a Rubirosa en un codeo con los niveles medios y bajos de la capital y en asunción de liderazgo. Era callejero, parrandero, boxeador, bailarín, valiente, «culto», educado, atractivo y dispuesto a hacerse notar ¿Cómo es posible su descarte del mundo del tigueraje porque supuestamente era un «encopetado» y alejado del producto proletario? Robert Crasweller,


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uno de los escritores convertido en fuente obligada y de prestigio en el contexto de la «trujillología», nos dice en la página 151 de su libro «Trujillo, la Trágica Aventura del Poder Personal»: «En uno de los barrios menos opulentos de la capital, en lo alto de la loma detrás de la calle Mercedes se alza una iglesia bastante humilde, San Lázaro. Próximo a ella hay una placita en la que, alrededor de 1930, solían realizarse combates de boxeo entre aficionados, en cuyo marco emergían nombres deportivos tan singulares como los de «Kid Gogo» y «Kid 22-22». Dos centavos costaba la entrada. En la administración de esta empresa se hallaba un joven de unos veintiocho años, de físico robusto y atractivo. Cuando no se hallaba ocupado en su negocio de espectáculos deportivos, se le veía a menudo sentado, sin camisa, en el bordillo de alguna acera, junto con otros deso~upados del lugar y, peor aún, piropeando, interpelando o silbando a las muchachas que pasaban. N o podía imaginar siquiera la carrera que estaba próxima a abrirse ante él. Su nombre era Porfirio Rubirosa». Crasweller habla de su educación en París, su ingreso al ejército de Trujillo Molina, su condición de ayudante del tirano y su habilidad. «De rápida inteligencia, su aptitud propendía a la astucia». La investigación de Crasweller para escribir el libro se desarrolló en los años sesentas. Aún vivían muchas personas contemporáneas de Porfirio Rubirosa y de Trujillo Molina -este era 18 años mayor que aquelTuvo como fuentes, además de las documentales, las


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testimoniales y casi cuanto nos dice sobre Rubirosa fue escuchado por nosotros de boca de personas que habían tratado a esos contemporáneos. Nacimos en el sector de San Carlos, relativamente próximo a San Lázaro, y nos criamos en una tríada de experiencias intensas: en las calles, en las aulas y en la casa; pero preponderantemente en las calles; y fueron frecuentes nuestros intercambios con jóvenes y adultos de San Lázaro. De 1955 a 1956 residimos en la calle María de la o, a unos 300 metros de San Lázaro, y estudiamos en la Escuela Eugenio María de Bostas a cuyo norte quedaba la lometa en la cual Rubi rosa instaló su cuadrilátero de Boxeo, y volvimos a cursar estudios en esa escuela de 1960 a 1961. El codeo de Rubirosa con los estratos bajos queda evidenciado en su propensión a los burdeles y sus prostitutas como en el hecho, testimoniado por Flor de Oro, de que llevó a la casa donde vivían a «Kid Gago» como «boxeador residente», quien, además de tener fama de boxeador la tenía de «Tíguere bragao»', un tíguere capaz de lo que fuere al tenor de las circunstancias. Por lo demás, «Kid Gago» había pertenecido a la ~artelera de boxeo de Rubirosa. E s forzoso aclarar que cuando en 1929 Rubirosa instaló su cuadrilátero de boxeo en la plaza de San Lázaro apenas tenía 20 años de edad y no 28 años como consignó el historiador. Posiblemente el ring dejó 'Sin6nimo de «Tiguere Gallo», dispuesto a la pelea y que es rico en experiencias callejeras.


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de funcionar en 1932 cuando él ingresó al Ejército Naciana!. Rubirosa había regresado en 1928, y vivió en la capital hasta que en 1930 se estableció en San Francisco de Macorís hasta la muerte del papá y regresó a la capital a vivir con su madre y hermanos en el segundo piso de una casa de tres pisos de la esquina formada por la Emiliano Tejera y la Arzobispo Meriño. TrujilIo Malina y Rubirosa fueron transgresores de las reglas sociales, morales y políticas a todos los niveles. Conquistaron en todos los terrenos, alcanzaron poderes, influencias, riquezas, «vivieron la vida» ... Simuladores, violentos, fiesteros, mujeriegos, bien vestidos -los tígueres se acicalan «para aparentar», para «no dejarse caer»-, labiosos, avispados, hipersexuales. La vinculación inexcusable de ambos la encontramos en diversos escritos. El intelectual mejicano Fernando Benítez, embajador de México en la República Dominicana, escribió una novela sobre el dictador Trujillo Malina en la que Rubirosa aparece estelarmente. En una entrevista concedida a Pedro Delgado Malagón, aparecida en la revista Rumbo de la semana del 17 al 23 de febrero de 1994, páginas 50, 51, 52 y 53, juzga a Trujillo Malina y a Rubirosa como dos seres singulares. «Trujillo es un dictador que no se parece a otros», dice. y de Rubirosa afirma que su «poder de seducción» era superior a don Juan Tenorio, a Casanova, etc ... » Rubirosa tenía un poder de seducción verdaderamente extraordinario», dijo. A su modo de ver resulta


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«increíble» el modo en que «trabajó en la cama para hacerse rico». De su parte Mario Vargas Llosa en «La Fiesta del Chivo» se refiere a esa coidentificación Trujillo-Rubirosa y viceversa, aunque se va de bruces al perfilar estos personajes a partir de deformadas construcciones narrativas alrededor de ambos.


PARTE 8 ANEXOS'


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PONDERACIONES' S'OBRE El ENS'AYO El ríGUERE DOMINICANO fRANC/S"CO COMARAZAMY Para escribir este libro el autor ha debido ser en algún tiem~o de su vida, si no lo es todavía, un "tigre"'¡ de cuerpo entero dentro de las múltiples caracterizaciones del vocablo. EI'''Tigre'', en la sociedad dominicana, representa rangos, categorías y diferencias culturales, económicas y políticas. Por ejemplo, hay tigres plebes y tigres aristócratas, pobres y ricos. En tiempo atrás quizás se le llamaría, según sus condiciones, social y económica, proletario o burgués. Pero en realidad es un tipo uniforme en su conducta y quehaceres para vivir o sobrevivir en la sociedad. Si un individuo ha triunfado es un Tigre y si ha fracasado es un Tigre·2. Está sujeto a las habilidades desarrolladas. Su clasificación no depende de los espejuelos con que se mira o identifica, sino del carácter y la manera de actuar. Y de ahí que Lipe Collado haya encontrado, para elaborar su tesis, una prolija cantidad de tigres procedentes de diferentes estratos.

'1 COInO heInos explicado antes, los dOIninicanos pronuncian "tíguere", pero escriben "tigre", la forIna "culta" de designar a este ser asociándolo a las fieras. Debi6 haber escrito "tíguere" que es COInO se pronuncia y denoInina en el lenguaje COInún dOIninicano. (LC) '2 Debi6 haber dicho (...) "y si ha fracasado es un pariguayo". (LC)


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El Tigre no es un desgraciado ni tampoco un malvado. Es simplemente una persona que se ha arbitrado un medio para desenvolverse dentro de los distintos parámetros sociales. Cada país de América Latina y el Caribe tiene su tigre. En el fondo de sus caracterizaciones no son iguales ni en el pensamiento ni en las actuaciones. Es el mismo personaje con diferente ropaje sometido naturalmente al clima y al folklore de su medio ambiente, miseria y esplendor creativo de la elegancia humana. El tigre no es, en modo alguno, un denostador de la personalidad humana. Es todo l~ contrario. Perpetúa una figura que se caracteriza por sus habilidades, su talento, su rudeza, su estulticia y su lenguaje, es decir, toda la gama de que está moldeada la irradiante magnificencia del ser humano. Puede ser un vendutero ambulante o un comerciante al por mayor, un médico o un curandero, un ingeniero o un obrero de la construcción, un escritor o un periodista, un pintor o un actor teatral, un político o un demagogo, un filósofo o un psiquiatra, un abogado o un leguleyo, un sacerdote o un brujo. Hombre o mujer, es decir, tigre o tigresa03. El Tigre actúa de acuerdo a las circunstancias. N o necesariamente debe ser un malandrín o un malicioso como se ha pretendido describirlo discriminatoriamente. Ahora bien, es un tipo astuto, ingenioso y repentista que sorprende con la magia de °3 Debi6 haber dicho "tiguerona", si nos atenemos al lenguaje común dominicano. (Le)


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una inteligencia pragmática. Naturalmente que existe el tigre malo y el tigre bueno; complejo, difícil de interpretar fidedignamente. Es susceptible. El Tigre no es el único animal comparable al hombre en el folklore dominicano. Están, verbi-gracia, el Caballo, el León, el Tiburón, el Zaramagullón, el Escarabajo, el Gallo, el Burro, el Toro, el Caimán, cada uno en sus confrontaciones y disciplina humana, y la tarea acelerada por inquietudes divergentes, unas veces ingenuas y otras maliciosas y grávidas de morbosidades. Estos tipos del tigre no alcanzan, sin embargo, todas las vertientes o caras del tigre que describe Lipe Collado, ni en sus respectivos estratos sociales, ni en el carácter personal ni en la influencia. Cada cual posee su carácter y modo de incidir en el medio ambiente. Quiero significar con estas separaciones la individualidad del tigre, ya que todos los tigres no caben ni por su cultura ni por su etnia en una misma encuadratura dimensional de la sociología dominicana. Hay Tigres en todas partes aquí. Los hay que tientan a sus congéneres a precipitarse al infierno, asedian hasta poner en el peligro a los demás, incitan al mal y a quebrantar las creencias religiosas. El orgullo y las ansias desmedidas de dominio, imposiciones tiránicas, abarcan, en ocasiones, el descontrol de sus facultades humanas. Que nadie venga a decir, hipócritamente o acomodado al convencionalismo, que no es así. Ni siquiera


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el autor de esta disección. ¿Quién no ha dado en algún instante de su vida más importancia a la maldad que al bien, olvidando que la vida es un privilegio que Dios ha prodigado generosamente al hombre? ¿Qué tigre no ha buscado honores y reconocimientos a sus debilidades? ¿Qué tigre no ha intentado de algún modo dominar a los demás e imponer su voluntad, en malo en bien? Yo creo que el Tigre ha existido desde el primer día de la creación. El hombre no podía ser, bajo ninguna concepción, un tipo uniforme ni mental ni físicamente. Tenía que haber inteligentes, torpes, lentos y vivos, comenzando con Adán con toda la enorme carga de la bellaquería sexual. Tal vez sería, en la nomenclatura de los Tigres de Li pe Collado, el primer Tigre de la humanidad. El Tigre en el fondo no es otra cosa que un individuo astuto. Su astucia consiste en ser atractivo, atrayente, presuntuoso, subyugado por los honores, los placeres y las diversiones, pero también impetuoso, detonante, imponente, avasallante. y no estará satisfecho hasta cuando haya conseguido su objetivo convirtiendo a los incautos en sus víctimas. Empero, afortunadamente, al fin de cuentas, sólo habrá proporcionado a la sociedad disolución como el típico "malo" de la película de vaqueros. El tíguere se desarrolla en todos los estratos sociales. En la política, la literatura, el bajo y el alto mundo, el VIP y el Jet Set, el campo y la ciudad, el hogar y la calle. Sin desintegrarse está en todas partes con el don de la ubicuidad.


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A Cristóbal Colón yo lo ubicaría por la audacia y el arrojo con que enfrentó la odisea del viaje del descubrimiento, como el primer "tigre blanco" que puso los pies en tierra del Nuevo Mundo. Y no creo aventurado decir esto porque quien se atrevió a piropear en plena corte y delante del Rey Fernando, a la excelsa soberana, necesariamente que está revestido de las características de un "tiguerazo" despachado. Según la tradición, el Almirante habría musitado a Isabel La Católica: "Realmente, su Magestad, pensaba que era usted mucho más mayor"; queriendo ablandar, veladamente, la vanidad femenina. La soberana le respondería, enternecida: "Parece que sabe congraciarse con las mujeres, Colón". La moraleja de esta anécdota es la artimaña de que se valió el Descubridor para arrancarle a la reina, mientras arrodillado le besaba la mano, las joyas que convertiría en monedas constantes y sonantes para realizar la portentosa hazaña. La literatura ha dado un famoso tigre en Ernest Hemingway. Sólo un hombre de sus condiciones y comportamiento puede escribir "¿Por Quién Doblan Las Campanas"? y "El Viejo y el Mar". Otro tiguerazo es Gabriel García Márquez con "Crónica de una Muerte Anunciada" y "El Amor en los Tiempos del Cólera". La política latinoamericana registra feroces Tigres. Ulises Hereaux, que se disfrazaba de pordiosero para detectar las murmuraciones de sus enemigos; Juan Vicente Gómez, que interrogaba a un supuesto


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conspirador con el machete sobre su cuello; Rafael Leonidas Tru;illo, que aullaba como un leopardo hambriento mientras daba órdenes de liquidar a un opositor; Carlos Menem, que gozaba con deshidratar el ambiente que lo rodeaba con su característica franqueza increíblemente extravagante. Hay muchos otros Tigres. Citar a todos sería lo de nunca acabar. Pero es bueno que se deje bien claro que es un personaje que nace de la propia entraña de la sociedad y actúa de acuerdo a la fauna social y cultural que lo alimenta y que cree que procede de buena fe, ya que lo más importante en el tigre no es el resultado o conclusión deductiva, sino la cualidad del intento del ser humano, aunque constauya en el fondo conceptual de su personalidad un desafío para quien quiera escrutarlo, ya sea políticamente, cuando trastea su estructura intrínseca, ya sea psicológicamente, cuando escudrifl.a el alma humana hasta sus rincones más secretos, o sea también las diversas posibilidades del ambiente sociológico. Lipe Collado ha pasado por el tamiz de la carrera periodística en un riguroso escalafón. Dijérase como si hubiera estado en un instituto castrense. De reportero, cazador de sucesos callejeros, salta a redactor de planta. y de éstas vertientes culminan sus aspiraciones y vocación primero como narrador, cuentista, novelista y biógrafo, y segundo como profesor universitario en humanidades con énfasis en la comunicación social. En su carrera este tigre de Lipe -Collado, Felipe en cristiano, la literatura cobra su auténtica expresión como vehículo propulsor, es decir, que tiene suficiente


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capacidad y virtud natural para percibir, formalizar y exponer increíbles impresiones de una situación, verbigracia, este texto de "131 Tíguerc Dominicano". Según un ilustre novelista francés, el esfuerzo conjunto del autor y el lector hace surgir lo objetivo y lo imaginario. Esto es, la realidad, lo palpable, y lo espiritual, lo sensible. El lector de "El Tíguere Dominicano" está delante de un fiero expositor sin preocupaciones por los límites convencionales que en la mayoría dc las veces amarra o somete a los suplicios de Tántalo al narrador. Quizás no sea realmente verdadero la descripción del Tigre (palabra que él escribe como el dominicano la pronuncia: "Tíguere"), demasiado fantástica o exageradamente verdadera. Pero el modo de Lipe pone en claro que la biografía del Tigre es exactamente como lo ha visto y describe, porque deja lugar a divisorias entre la documentación y la ficción que retoza en un cuerpo homogéneo, irrompible y coherente. Este periodista, novelista, cuentista, biógrafo y pedagogo, reúne, sin discrepancia, las condiciones que señala Jean Paul Sartre. Y que patentizan la omnipresencia de una jerarquía de profundidad cultural, ya que la información y la crítica aparece en sus manos no ya como un marco fijo, sino como un episodio de la comunicación.

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AS-UNTOS- MIGRATORIOS-

LA TIGUEROlOGíA EN WAS'HINGTON HEIGHTS' Por R. A. Ramírez Báez El autor analiza la obra "El Tíguere Dominicano", de Lipe eo1uI.o, y aparte de los tipolq(JaS citadas por Collado, él agrega otras que c:l.etini:rian a ·muchos dominicanos que viven en el barrio Washington Heights, de New York. Hace unos años el catedrático Lipe Collado publicó un breve y profundo estudio sociológico sobre la idiosincrasi.a del dominicano. De hecho, la investigación titulada "El tíguere dominicano" es un perfil depurado sobre el aspecto cultural de un pueblo que a regañadientes hay que reconocerle su paternidad primogénita del fatalismo histórico. Un pueblo que ha sido producto de una aventura que zarpó las aguas de lo que hoy llamamos Mar Caribe. Así, dicha obra es más bien un espejo agudo y sagaz donde inciden los rasgos complejos de la sociedad dominicana. Aquellos aspectos inherentes al raciocinio individual, cual si fuesen una especie de cromosomas sociales para codificar el devenir histórico de un pueblo singular, lentamente han ido definiendo su propia historia. Es posible que no se haya escrito sobre el pueblo dominicano una obra similar, dondE" hasta su propio autor, producto de una autenticidad conceptual


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ha dicho presente con la simplicidad del genio y con la humildad del sabio. Es ahí, donde tratamos de buscar cofias vivientes de la obra del profesor Lipe Collado: síntesis certera de la amalgama emotiva y el comportamiento cotidiano del dominicano, sin que sea ubicado en tal o cual relación de producción. O más bien sobrepasa esa pesadilla secular de encasillar al hombre bajo los moldes o patrones ideológicos, que por siglos han servido de mordazas religiosas. Es posible suponer que al célebre autor de "El tíguere dominicano", podría haberle ocurrido algo similar que el argentino Jauretche, autor de la obra "El medio pelo en la sociedad argentina", quien "con un lenguaje coloquial; nutrido en las vertientes más profundas del idioma hablado por los argentinos, resultó, sin proponérselo, un escritor clásico, quizás el último clásico argentino creador de una literatura política... El profesor Collado, convertido en pionero psicosocial del pueblo dominicano, ha sobrepasado simples definiciones, llegando a esclarecer ese epíteto rezagado por palmarias definiciones: Es así como esta virtuosa obra esclarece la concepción del más simple de los dominicanos hasta llegar a la Más encumbrada posición social. Esto marca lo que podría ser una especie de itinerario sociopolítico de un pueblo con costumbres esclarecidas, donde sin rodeos al doblar la esquina encontramos el tíguere culto, quien en un bolsillo lleva una obra de Osear Wilde, y otro, que cita estridentes frases de Carlos Marx; el tíguere culto y el tíguere ayantoso. Tenemos una especie de tíguere, al parecer en extinción que ha sido reconocido por tenerlas


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hlindadas, que ha podido gohemar con el puño cerrado

á. los demás felinos de la selva tropical. Y otro con las hipócritas cualidades del hamhú, ladino que hajo la somhra del flamhoyán, y escuchando los arpegios de una flauta indemne, ha sahido dormir a las demás fieras de la fauna criolla. Así hemos tenido aún el tíguere astuto: arquitecto del silencio y dueño indiscutihle de la espera. Toda esta amalgama está hien definida por nuestro experto en tiguerología, el profesor Lipe Collado. Sería superficial analizar la magnitud de una ohra en el aspecto local, aunque es parte esencial de su profundidad. En los últimos años ha surgido un nuevo concepto, quizás para interpretar a la sociedad y por ende la proyección de cualquiera de las ramas del arte: hahlamos del vocahlo "Glohal", compuesto de una de las palahras más usadas y desgastadas del momento: "Glohalismo", y la otra más antigua de connotaciones inertes: "Local". El término Glohal usado por los japoneses para dar a conocer los aspectos de la más remota de sus aldeas, usando las interconexiones de los ordenadores, mejor conocido como Internet. El término local es utilizado cual si se recuhriera de cursilerías, con el simple propósito de suavizar lo que hemos llamado "criollo" de manera acomodaticia y hanal. De ahí, que intentamos huscar lo que podría ser la parte más universal y glohal de "El tíguere dominicano". Este personaje criollo hace varias décadas que ha salido de su hahitat, insertando su patrón social en otras latitudes, enriqueciendo su modalidad y manteniendo los rasgos esenciales de un tigueraje


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inalterable, que no ha perdido el brillo de un pelaje, ni el filo de sus colmillos. Por eso, la clasificación expuesta y analizada de los diferentes tipos de tígueres, tales como: el t~guere bimbín; el tíguere gallo; el tíguere ayantoso; el tíguere cinturita; el tíguere ranquiao; el tíguere aguajero y, 10 que podría ser una especie de tíguere sin garras, hablamos del tristemente célebre personaje conocido como el pariguayo. Este personaje de la fauna criolla, se ha definido así: "El pariguayo es un hombre de pocas condiciones reales para enfrentar las adversidades y los retos encadenados de la vida caliente, dura y a veces monstruosa del diario vivir dominicano". Analicemos ahora lo que podría ser la parte globalista de la mencionada obra antecedida por algunos desagradables conceptos, expresados en la década del setenta por el presidente de los Estados Unidos, Lyndon B. Johnson. Nos referimos a la visión que el entonces mandatario le vendió al pueblo norteamericano para justiÍicar lo que sería la segunda intervención a Santo Domingo. Vemos una apropiada cita en la obra del profesor Collado (Pág. 72), la cual fue tomada de las memorias del presidente Johnson, "Perspectivas del Presidente-1969". "Los tigres hicieron su especialidad de asesinar policías, haciendo que estos rompieran sus uniformes y se escondieran. La Ley y el orden se quebraron". A ese precio el mensaje del presidente Johnson vendió la imagen de la vuelta a la Constitución, que reclamaba el depuesto gobierno del profesor Juan Bosch en 1963. Esta fue la proyección internacional enunciada en el célebre discurso, que luego dejaría más de seis mil muertos, ; quedaría en una cuestionable


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posición el propósito de los constitucionalistas. Todo eso sin que hasta la fecha, hasta donde conocemos, ninguno haya podido poner en su lugar a uno de los presidentes más hábiles en la política norteamericana. Ahora bien, se confirma en párrafo anterior la antesala condicionada de lo que sería el tíguere dominicano en los Estados Unidos, que se radicaría en ·la parte alta de la isla de Manhattan, conocida como Washington Heights. Esta es la parte que nos interesa abordar, sobre algunos aspectos que se mantienen inalterables en la obra de "el tíguere dominicano", aunque se le podrían insertar vocablos que tiempo después serían parte del léxico de un amplio debate de filólogos y lingüistas, que hasta cierto punto han sido la parte más ortodoxa de un lenguaje que cada vez más se mezcla con morbosidad y genialidad. De hecho, nos arriesgamos a rechazar un estricto anglicismo, como también una especie de hispanismo. Aunque el inglés aporta la palabra, la acción es del inmigrante que habla español y por tanto la connotación gramatical pierde su morfología, fonética y algo peor, su etimología. Por eso habría que buscar un vocablo para d.efinir este cruce maravilloso producto del lenguaje en su máxima expresión de acción, y una adaptación excepcional, sin que se desnaturalicen los rasgos culturales. Veamos ahora cómo el tigueraje específicamente en la populosa área de Washington Heights ha insertado varios vocablos que definen al mismo tigueraje criollo, que ahora deja caer en su pelaje la espesa nieve de las frías temperaturas del


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Gran Norte iAh, los colmillos mantienen el brillo del blanco marfil! iY esa ambición propia del tigueraje de salir parao de cualquier situación!. Es posible que Washington Heights resaltaría por esa parte con que el presidente Johnson confundiría a la sociedad Norteamericana para justificar la invasión con sus cuarenta y dos mil marines. Es así, que nace esa modalidad de un nuevo tigueraje: el tíguere frikiao (freak out), el tíguere en una situación difícil; el jukiao (Hook un), el tíguere embalao en el estado más óptimo de sus actividades; y el juceador (hustler), el buscavidas, el trafagon, el típico tiguerazo, que busca salir airoso en cualquier empresa. Estas serían algunas de las características de un estudio de la tiguerología en Washington Heights.

Jueves,

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Listín Diario Opinión Pág.: 9A de agosto del 1998.


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LA PIEL DE lOs" TíGRES" Señor director: Muy cordialmente me dirijo a usted con el fin de proponer a las autoridades que tienen que ver con el caso de los tigres de Bengala de nuestro Zoológico Nacional, muertos en ley de fuga. (De dicha especie tan solo sobreviven 898 en el globo terráqueo). Por lo que me atrevo a sugerir que las pieles de dichos felinos sean entregadas a las siguientes personas:

U na al señor Monchín Pichardo representante en los últimos años de la población más grande y autentica a nivel nacional Tigres del Licey. La otra al señor Lipe Collado intelectual criollo que ha hecho en nuestra sociedad los más profundos estudios socioeconómicos del Tíguere Dominicano. La conside"ración expuesta en el párrafo anterior la hacemos entendiendo que tanto el señor Pichardo como el señor Collado tienen los méritos acumulados para ser los custodios de las apreciables pieles. Por último aprovecho para saludarlo y ratificarle mi afecto por siempre.

'"'

Virgilio Ortiz Bosch

22 de agosto

de

1994

Listín Diario


E:l rIGUE:RE: DOMINICANO

191

BIBLIOGRAFíA 1-. Sociología-]oseph H. Fichter- 450 Págs.Editorial Herder-1965. 2- Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua -Vigésima Edici6n- 1984. 3- El Tíguere Dominicano -Folleto- Lipe Collado- 38 Pgs-1980 4- Tres Tristes Tigres- Daniel Cabrera Infante. 5- Segunda Campaña de Santo Domingo J. B. Lemonnier Delafosse- 1946- Editorial El Diario. 6- Periodismo Radiofónico Dominicano -Tesis de Grado- 1967- Lipe Collado. 7 - La Palabra Encadenada -Joaquín BalaguerFuentes Impresores -1975-. 8- La Dinámica de los Grupos Pequeños -Didier Anziud y Jacques- Ives Marlin- 1971- Editorial Kapeluz. Buenos Aires. 9- Poetas Petromacorisanos- Comp'ilación de Víctor Villegas- Publicaciones UCE- 1983. 10- Eusebio Sapote -Novela- Enrique AquiarEditorial Selecta-Bogotá- 1938. 11- De Soslayo -Rafael Damirón- Ediciones Secretaría de Educación- 1948. 12- Sólo Cenizas Hallarás -N ovela- Pedro Vergés- Editorial Prometeo-1980.


192

L1P€ COLLADO

13- En El Barrio No Hay Banderas-CuentosRené del Risco Bermúdez, Editora Taller. 14- Palomos -cuento-o Manuel Rueda. (En la obra La Nueva Narrativa Dominicana -Lipe Collado, Casa Grandes Editores). 15- El Destino Dominicano-Memorias- ]ohn Bartlow Martin-1975-Barcelona-España. 17- Barrios En Armas -José Antonio Moreno. 18- Tiguerilandia -Artículo- Fermín Arias Belliard-6 de marzo 1979- Diario El Sol. 19- Estampas Dominicanas -Mario Emilio Pérez- ECP-1971. 20- Recortes del Diario Listín Diario-17 de Octubre de 1929. 21- La Simulación En La Lucha Por La VidaEnsayo- José Ingenieros-Editoriall.. osada-1961. 22- El Concepto de Adaptación-F. Meyer- (En la obra Los Procesos de Adaptación-Jean Piagef; y Joseph Nuttin-1970). 23- El Chulla Romero y Flores-Novela- Jorge Icaza-CCE-Quito-Ecuador-1977. 24- Conducción y Grupos de masas -Gregorio Fingermann-Editorial El Ateneo-Buenos Aires-1969. 25- La Impresionante Vida de un Seductor: Porfirio Mirasa -Lipe Collado- Editora Collado. 3ra. Edición 2001. 26- Trujillo, La Trágica Aventura del Poder Personal. Robert Crasweller. 27- La Tiguerología en Washinton Heigts-R. A. Ramírez Báez -Listín Diario Pág. 9A-}ueves 27/5/1998.


INDICE

Palabras Preliminares

1

Definiciones Previas PARTE 1

7 11

La Palabra Tíguere

13

Orígenes

20

Origen Haitiano de la palabra Tíguere

24

¿Qué y Quién es un Tíguere?

26

PARTE 2

29

Socialización y Remedación

31

PARTE

43

El Tíguere en la Literatura y Otros Escritos

45

El Tíguere-Francisco Domínguez Charro

47

Artículo El Tigre-Rafael Damirón

57

Novela Eusebio Sapote-Enrique Aguiar

64

Novela Sólo Cenizas Hallarás-Pedro Vergés

68

Cuento Ahora Que Vuelvo Tom -René del Risco Bermúdez

72

Cuento "Palomos" -Manuel Rueda

74

El Destino Dominicano-J000 Bartlow Martín

77

Discurso presidencial de Lindon B. JoOOson Los Tígueres en la Casa Blanca

79

El Club de Los Tigres-José Antonio Moreno

83

"Mis Memorias"-Porfirio Rubirosa

86


Artículo "Tiguerilandia"-FennÚl Arias Belliard

89

Fstarnpa "El Tranca ye! Parigüayd'- MarioEmilio Pérez

95

El Supuesto Complot

99

PARTE 4

103

Clasificación del Tíguere

105

El Tíguere Gallo

108

El Tíguere Cinturita

111

El Tíguere Rankiao

113

El Tíguere Bimbín

115

El Tíguere Ayantoso y el Tíguere Aguajero

119

El Tíguere Ayantoso

120

El Tíguere Aguajero

121

EIParigüayo

122

PARTES

125

Medio Ambiente del Tíguere

127

Los Grupos

134

Ruptura del Equilibrio Psicosocial del Tíguere __ 144 PARTE 6

153

Características del Tíguere

155

PARTE

159

El Tíguere Porfirio Rubirosa

161

Trujillo y Rubirosa: Dos Tígueres...

"_0_0_

163

PARTE 8 A N E X O S - - - - - - - - - - - 1 7 5 l-Ponderaciones Sobre el Ensayo. Francisro Comarazarny-_ 177 184 3-La Piel de los Tígueres. Virgilio Ortiz Bosch 190 2-La Tiguerología en Washington Heigts . R. A. Ramírez Báez -


Colofón Esta Cuarta edición de 1,000 ejemplares de El Tíguere Dominicano de Lipe Collado, se terminó de imprimir en marzo de 2004 en Editora Collado, S. A., Santo Domingo, Rep. Dom.



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