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FRONTERAS Q

FRONTERAS

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“Todo lo que usted siempre quiso saber sobre educación sexual integral*

* pero nunca

se atrevió a preguntar”

CRÓNICA SOBRE LA IMPLEMENTACION DE ESI DIEGO BALCARCE Y SU FAMILIA: ALASKA EN VAN

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AÑO 5 - #9 ENERO-JUNIO 2019 ARG $75 ISSN 2451-5590


SUMARIO

NOTA DE TAPA

EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL

CANTANTE SIN EDAD

ANTIPRINCESAS

34

pág

4 16

pág HASTA ALASKA EN VAN

pág

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GABRIELA, LA CIENTÍFICA

26 29 38

UN DÍA EN LAS CARRERAS

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MAURO FLORES, ATLETA PENURIAS DEL EMPLEADO PÚBLICO

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HISTORIA GRÁFICA

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FÚTBOL A SECAS, DOMINIO DE HOMBRES

MACARENA Y SU LUCHA

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PUTE LE QUE LEE

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pág

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JUSTICIA POR MECHI CANTERO

BARBERO DE AVELLANEDA

pág

40


STAFF

FRONTERAS

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Revista de la Licenciatura en Comunicación Social de la Universidad Nacional de Quilmes Año 5 - Número 9 Enero - Junio de 2019

DIRECTOR: Leonardo Murolo

EDITORIAL

DIRECCIÓN PERIODÍSTICA: Ximena Carreras Doallo

DIRECCIÓN GRÁFICA: Javier Vidal

EDICIÓN: Cora Gornitzky Mónica Rubalcaba

CONSEJO EDITORIAL: Natalia García Leonardo Mora Doldán Pablo Morosi Alejandra Pía Nicolosi Leticia Spinelli Washington Uranga

ASESOR EDITORIAL: Daniel Badenes

ADMINISTRACIÓN Y WEB: Marianela Di Marco

PARTICIPAN EN ESTE #9: Anabella Antonelli Ezequiel Apesteguía Agustín Cassano Vanesa Cordara Camila Fariña Maite Fernández Leonardo Gonzalo Melisa Lata Daniela Martinez Fernando Martini Viviana Mendoza Camila Montalván Lautaro Núñez Lucía Orellana Alejandra Roa Malena Viacava Barbis

Fronteras nace en el conurbano bonaerense, en el seno de la universidad pública, inclusiva y de calidad. Desde sus páginas, juntos, estudiantes y graduadxs de la carrera de Comunicación Social narran historias mediante palabras e imágenes. Historias que dan cuenta de resistencias y luchas desde sus voces protagonistas. Desde Fronteras informamos, recordamos, analizamos, contamos. Pero también recordamos, revisitamos y ejercitamos el músculo de la memoria para evitar caer en un eterno ciclo. Este año se conmemoran dos eventos significativos para la memoria y el porvenir de los pueblos de nuestro país y nuesto continente: los 40 años del Cordobazo y los 60 de la revolución cubana. El primero refiere a la unión de obreros y estudiantes frente al gobierno de facto de Juan Carlos Onganía en la ciudad de Córdoba, el 29 y el 30 de mayo de 1969. Cuenta con antecedentes en Corrientes y en Rosario pero la movilización organizada de la clase obrera y el sector estudiantil, que fue reprimida con ferocidad, se convirtió en una rebelión popular que contó con el apoyo de la sociedad civil para poder decir basta. Estableció una ‘frontera’, puso un límite: renunció el gobernador Caballero y se reabrieron las negociaciones colectivas. Empezó a resquebrajarse el onganiato. La revolución cubana alcanzó el poder con el ingreso en Santiago de Cuba mediante el Ejército Rebelde el 1 de enero de 1959, y terminó con la dictadura de Fulgencio Batista. La revuelta

contó con el apoyo de obreros, peones rurales y campesinos, así como también de las masas de la ciudad. Dijeron basta, resistieron y avanzaron a una revolución social, política, económica y cultural. Hoy podemos acceder a una mayor conciencia del papel de los/as sujetos sociales y de la relevancia de la acción colectiva. Podemos entender el rol del lenguaje -como del peso del silencio-: movilizaciones como el 8M o aquellas contra el avasallamiento de derechos o por el reconocimiento de instituciones, intentan poner límites y buscan unirnos para cuidarnos entre tod@s. De fortalecernos en la frontera. La historia y la memoria son claves para la reflexión porque ayudan en la búsqueda de alternativas para mejorar tanto el presente como el porvenir. Las fronteras son espacios de encuentro, de resistencia y de lucha propias de los sujetos y se tejen en sus historias. Este nuevo número de Fronteras no es un límite, es una apertura. Se expanden los límites para las familias, para las mujeres futbolistas y científicas, para el lenguaje inclusivo y la educación sexual integral; para les deportistas y les docentes, para los familiares y amigos que buscan justicia. Y es una vidriera para quienes lucharon y luchan a diario: les cantantes, los peluqueros y peluqueras, les empleades públicos, les apasionades por el turf, las y los que desarollan el entretenimiento de niños y niñas, y las mamás, las más luchonas de todas. Bienvenides a la novena frontera.

FRONTERAS ES UNA PUBLICACIÓN DEL ÁREA DE PRODUCCIÓN GRÁFICA DE LA LICENCIATURA EN COMUNICACIÓN SOCIAL DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE QUILMES. Editor responsable: Norberto Leonardo Murolo Roque Sáenz Peña 352, Of. 118, Bernal, Bs. As., Argentina /ISSN:2451-5590 /Contacto: revistafronteras@unq.edu.ar


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Artes

COORDENADAS

SERGIO BARRERA, CANTANTE

“NO HAY EDAD PARA COMENZAR A HACER LO QUE A UNO LE GUSTA” Trabaja en el Puerto de Buenos Aires y de grande comenzó a cantar como un pasatiempo. Ganó siete premios y participó de los programas de televisión Soñando por Cantar y Laten Corazones. Sergio Barrera hoy colabora en un proyecto en conjunto de música italiana: Mandolinata Blu. Su misión es llevar la lírica a los barrios y su sueño es llegar al Teatro Colón. Por LAUTARO NUÑEZ

Hay quienes piensan que para ser bueno en algo tenés que hacerlo toda la vida. Sergio Barrera también lo creía hasta que en 2006, a los 38 años y con un trabajo estable en un barco remolcador del Puerto de Buenos Aires, descubrió en el canto una forma de tener fuerzas para afrontar la recuperación de su hijo luego de un accidente. Once años después, su carrera dejó de ser un mero hobbie para convertirse en algo profesional: participó dos veces en programas de televisión, ganó los premios internacionales FestiVegas de Oro y Disco de Platino en el Festival de la Canción Latinoamericana de California y, dentro de los nacionales, tres años seguidos el Premio Raíces. Su carrera como tenor demuestra que siempre podés hacer lo que te gusta. -¿Cómo te acercaste a la música? -Yo llevaba a mi hija a un taller de canto que da la Municipalidad de Berazategui. Un día la fui a buscar y me quedé toda la clase. Ahí hubo algo que me gustó, entonces pregunté si yo,

que ya era grande, podía ir. El profesor me dijo que sí, me tomó una prueba, y desde ahí nunca más dejé de cantar. El tipo de música fue una elección mía una vez que empecé a ir porque siempre me gustó la lírica. Se dio la casualidad de que en el taller tenía una compañera muy chica, 13 años, que cantaba muy bien. Para la Muestra Anual Educativa, que se hace todos los años para exponer lo que se realiza en todos los talleres municipales, preparamos con ella la canción “Vivo per lei”, que a pesar de ser una canción popular, en la parte del hombre tiene algo de lírico. Ahí me convencí de que era lo que tenía que cantar. En ese taller estuve hasta 2009 y ahí comencé a tomar clases particulares. Me hubiera gustado estudiar en el conservatorio pero por una cuestión de trabajo nunca pude. -¿Por qué comenzaste a cantar? -Cuando empecé a hacer esto fue porque lo sentía como un cable a tierra. En ese momento lo que me propuse fue llevar la música a los lugares donde

la gente por lo general no tiene acceso. No por lo menos a este tipo de música. Una vez me invitaron a una fiesta de fin de año de un jardín en Villa Mitre (un barrio de Berazategui) y fue impresionante: la gente nunca había escuchado esta música y me agradecían por haber estado ahí, por hacerles escuchar esas canciones. Creo que lo que hago con la música es un humilde aporte que puedo efectuar a la sociedad. La música en sí es un aporte pero no sólo la que hago. Poder llevar una banda de rock, que muchos chicos se enganchen con eso y vean ahí un futuro hacia donde caminar, en una realidad que muchas veces no te da esa posibilidad, creo que es algo muy importante. -Si dividiéramos tu carrera en etapas, la primera es la que te abre las puertas de la música, y la segunda inicia en 2009, cuando empezás a tomar clases particulares ¿Cómo fue esa decisión? -Fue dura. Habíamos formado un vínculo de amistad muy fuerte con los chicos


FRONTERAS COORDENADAS

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Artes

Sergio Barrera cuenta su experiencia de vida como cantante y sus proyectos de música italiana. del taller. Pero por otro lado sentí que era el momento de dar un paso adelante en eso que me gustaba porque siempre creí, y lo sigo haciendo, que si sabés que tenés condiciones para algo, tenés que ser lo más profesional posible. En esta segunda etapa comencé a tomar clases en Wilde con gente que era del palo del tango más que de la lírica pero que me enseñó un montón de cosas, más allá de lo estrictamente musical. No creo que haya sido una etapa en la que pueda considerarme profesional pero estaba cerca de serlo. Con ellos tuve la posibilidad de tocar en el Teatro Roma y de aprender a producir mis propios shows. -¿Y cuándo hiciste el click y te viste como un profesional? -En Wilde estuve hasta 2011 y ahí comencé a tener clases con Giselle Dufour,

una actriz y cantante muy conocida en el rubro de la comedia musical. Al ser ella una profesional y ver que me valoraba como un par, me dio la pauta de que ya estaba para pegar el salto. Yo, por ejemplo, nunca había salido de la zona sur del Gran Buenos Aires para cantar y fue en esta época donde empecé a conocer otros teatros, a cantar en Capital Federal, a relacionarme con mucha gente histórica del ambiente que capaz te dicen “qué bueno lo que hacés” y a vos te da un montón de fuerzas para seguir. -Quizás fue en esta tercera etapa donde tu carrera logró más notoriedad ¿Cómo contarías ese momento? -En esta etapa tuve la suerte de ser reconocido en muchos premios. En 2014, con una versión lírica de Alfonsina y el Mar, gané el premio FestiVegas de Oro

y el Disco de Platino del Festival de la Canción Latinoamericana de California. Después tuve la suerte de que me otorgaran en Argentina el Premio Raíces en tres oportunidades (2014, 2015 y 2016), el Arco de Córdoba y el Reina del Plata. Está buenísimo sentir que se valora lo que hacés. En ese momento tomé conciencia de que algo provocaba en el público, y me di cuenta que me lo tenía que creer para avanzar pero sin perder la humildad, sabiendo que siempre se puede mejorar. También participé de dos programas de televisión: Soñando por Cantar en 2014 y Laten Corazones en 2015, con mi hija. Más allá de la experiencia en sí de estar frente a una cámara, de esos lugares te llevás muchos consejos de gente que sabe un montón y que te ayudan, te guían para saber hacia dónde mirar. Esta etapa fue un antes y un después.


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Artes

COORDENADAS FRONTERAS

“Creo que lo que hago con la música es un humilde aporte a la sociedad. La música en sí es un aporte, pero no sólo la que hago”.

-Y ahora ¿en dónde estás en tu carrera? -Creo que estoy a punto de comenzar un período mucho más sólido y con mayor riqueza en la técnica, con una madurez en la voz que incluso me hará cantar distinto. Retomaré las clases, que había dejado por cuestiones de tiempo, esta vez con Sonia Ursini. Y eso se volcará de lleno en mi proyecto solista y en Mandolinata Blu, un trío de música italiana en el que participo desde hace, aproximadamente, dos años. -¿Creés en poder dedicarte, en el fu-

turo, tiempo completo a la música? ¿Te sentís referente del género? -No, por lo menos hoy no lo veo y no me lo propongo. Yo tengo un trabajo en el que estoy bien y me deja hacer esto que me gusta. Así que hoy no lo sé, en el futuro nunca se sabe. En algún tiempo, si todo va bien, cantaré en Italia, otro sueño que era inimaginable hace un tiempo. Entonces, dedicarme a esto como un trabajo es algo que, hoy, no es una prioridad. Y referente en cuanto a lo musical no, no me gustaría serlo ni creo serlo en

algún momento. Sí me gustaría ser un referente del mensaje de que no hay edad para comenzar a hacer lo que a uno le gusta, y poder ser reconocido como la persona que llevó esta música a lugares en los que nunca había estado. -¿Pero el sueño de llegar al Teatro Colón sigue intacto? -Si, por supuesto. Y sé que con esfuerzo, trabajo y dedicación podré cumplirlo, como cumplí tantos sueños en estos once años de trayectoria.


FRONTERAS OTRAS FRONTERAS

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ENTREVISTA A DIEGO BALCARCE

“NO TODOS ESTÁN DISPUESTOS A PAGAR UN PRECIO POR SER FELICES”

Recorrió junto a su mujer y su hija el continente americano, unieron el norte con el sur: fueron desde Alaska hasta Ushuaia. Tardaron 6 meses, visitaron 14 países y transitaron 40 mil kilómetros en una Van.

La entrevista es en el lugar de trabajo de Diego Balcarce en el barrio de Quilmes Oeste. Hay fotos de paisajes y animales, ropa, una gigantografía del Puente de Brooklyn, y suena música en inglés. Se acomoda en un banco de madera en el medio del salón y comienza a hablar y a preguntar sin tapujos. Balcarce es quilmeño, tiene 49 años y se describe como un apasionado por los deportes, los autos y la fotografía. No estudió ninguna carrera y tampoco terminó el secundario. A simple vista se lo ve inquieto, soñador y atrevido. Ahora vive en Quilmes pero no se sabe cuánto falta para encontrarlo en otra parte del mundo. El #vanlife (vida en camioneta) es su estilo de vida y los viajes se han convertido en una rutina. Lo heredó: su papá siempre soñó con poder armarse su propio motorhome y nunca pudo. Hace 9 años que con su mujer Andrea (50 años) y su hija Paloma (10 años) viajan en una camioneta Van. Ya recorrieron España, Francia, Italia, Aus-

tralia y la Costa Oeste, siempre con camioneta alquilada. Recién en 2013, armó la propia y empezaron a viajar por Argentina. En septiembre de 2017, Diego, Andrea y Paloma emprendieron la gran aventura: ir desde Alaska hasta Ushuaia. Era un sueño que tenía desde chiquito. -¿Cómo surgió la idea y cómo fueron los preparativos? -La decisión de viajar la tomamos en marzo de 2016. Estaba camino a una obra en Costa Esmeralda, solo en el auto y llamé a mi señora con la idea de hacer el viaje. Eso implicaba tomarnos medio año, queríamos descomprimir un poco porque teníamos mucho trabajo y stress. Así fue que decidimos patear el tablero, ella enseguida me dijo que sí, así que volví y empezamos a armarlo: nos llevó un año planificarlo. La Van ya la teníamos, pero tuvimos que hacer toda la logística: investigar en foros, hablar con gente, ver las rutas, organizar lo que teníamos que llevar, qué hacer ante cualquier falla de

Por MAITE FERNÁNDEZ la camioneta, poner la fecha, juntar la documentación y los medicamentos. No era igual viajar solo que con dos mujeres, tuve que pensar en su seguridad. Sentí mucha responsabilidad porque todos los días tenés un problema para resolver y si no estás preparado con una o más respuestas ante cada inconveniente, no se puede hacer. -¿Qué pasó con sus trabajos y la educación de Paloma? -Esa fue una de las decisiones más importantes que tomamos. Estamos en plena productividad, dejar todo era lo más arriesgado. Fue una manera de probarnos para saber si estamos dispuestos a soltar por un sueño. Y así fue, dejamos todo. Andrea renunció a su trabajo relacionado con el comercio exterior, Paloma dejó cuarto grado y yo prácticamente cerré mi


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FRONTERAS OTRAS FRONTERAS

EL RECORRIDO En septiembre de 2017 viajaron de Argentina a Seatlle , Estados Unidos con sus pasajes aéreos y la Van viajó hasta Alaska en barco. Una vez en Washington se trasladaron a Alaska por agua y allí se reencontraron con la Van. Luego conocieron ciudades de Canadá, Estados Unidos, México y comenzaron a regresar por 6 países centroamericanos hasta llegar a Colombia. Ecuador, Perú, y Chile los acercarían a la Patagonia. Ya en Ushuaia, Diego se quedó solo y tardó 15 días en regresar. Paloma y Andrea volvieron en avión por sus compromisos escolares.

empresa en la que hacía trabajos de diseño gráfico y fotografía. Sin embargo, Paloma continúo los estudios en el viaje, volvió y dio bien los exámenes. Andrea recién ahora, después de tres meses, consiguió trabajo y yo me reacomodo de a poco. Quizá el que pagó el precio más alto fui yo porque se me desarmó la empresa y los empleados se fueron casi todos. Pero bueno, no todos están dispuestos a pagar un precio por ser felices. -¿Qué fue lo más cómodo y lo más incómodo de vivir en una Van? -Lo más incómodo era el baño, muy chiquito, pero después la pasamos muy bien, la cama era cómoda para los tres. La van era austera, estuvimos seis meses viviendo en 5m2. El lugar era pequeño, pero nuestro parque era el mundo, parábamos en cualquier lado y ahí es cuando te das cuenta que no necesitás más. -¿Cuál fue el momento más difícil y cuál el más divertido? -El susto máximo fue cuando me picó una raya en Baja California (México), pensé que me moría, tomé medicamentos que teníamos, pero me llevaron a una salita y recién ahí con anestesia se me pasó. Después

también estuvimos en un pequeño terremoto en Perú: dormíamos y se nos empezó a mover la van, pensé que nos querían robar, pero al llegar a una estación de servicio nos contaron que había sido un terremoto. Todos los días fueron divertidos, pero lo que más me gustó fue encontrarme con amigos en el viaje, algunos me esperaron cuando crucé de Chile a Villa La Angostura con un costillar al lado del lago, fue uno de los momentos más lindos. -¿Cómo vivió el viaje Paloma? -Muy bien, lo disfrutó muchísimo. Siempre nos agradeció ser parte de la aventura, dice que nunca la olvidará. Le encantó conocer tantos países, animales, personas y culturas. Es más, nos dijo a Andrea y a mí que fue el viaje más importante de su vida. -¿Encontraste algún lugar en el que te quedarías a vivir? -Me gustaron todos los lugares, pero me enamoré de la Baja California en México por el surf y las olas. Volvería a Alaska, porque quiero conocerla mejor ya que no pudimos recorrerla como queríamos. La Costa Oeste me fascinó y Centroamérica ya lo conocía. Todos tienen algo distinto…


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EN VAN CANADÁ Vancouver ESTADOS UNIDOS Skagway, Alaska, AK San Diego, California, CA Yosemite, San Francisco, CA Cañón del Colorado, Arizona, AZ MÉXICO Tijuana, Baja California La Paz, Baja California Sur Mazatlán, Sinaloa Playa del Carmen, Yucatán BÉLICE, GUATEMALA, HONDURAS, NICARAGUA, COSTA RICA y PANAMÁ. COLOMBIA Cartagena y Medellín ECUADOR PERÚ CHILE hicieron base en Pucón para luego volver a ARGENTINA con destino Ushuaia.

-Tuviste como sponsors a Mercedes Benz y Bridgestone y ahora venderán los derechos de sus vídeos… ¿Cómo lograste eso? -El viaje me lo banqué de modo completo. Mercedes Benz y Bridgestone sólo me dieron repuestos y cubiertas. Lo que hice fue escribir contenido para las redes sociales de ambas marcas durante el viaje. Los quise seducir porque quería que me apoyen con el libro que hago del viaje, es un legado que le quiero dejar a Paloma. Cuando termine la maqueta, iré a verlos para ver si les gusta la idea. Los derechos de los vídeos se los venderemos a Discovery Channel. De casualidad, nos encontramos en California con una chica cuyo padre es productor de Discovery y le empezamos a mandar el material que teníamos. Era poco, pero les gustó. En marzo me fui a Los Ángeles, me hicieron una nota y un capítulo. Luego, vinieron a la Argentina a hacer otros dos. Necesitan que vayamos a filmar de nuevo a América Central tres meses, pero no podremos ir. Por ahora, se fijarán si con lo que hay pueden hacer algo, pero todavía no hay nada definido. -¿Qué viajes tenés planeados? -Manejé un Porsche de 1967 hasta Las

Leñas y recorrí la Cordillera. Me gustaría conocer Santiago de Compostela (España) y hacer los 1200 km del Camino de Santiago en bicicleta. En Van, por ahora ninguno, estamos con la resolución de situaciones y proyectos personales/ familiares. La idea es venderla y armar un camión para recorrer lugares inhóspitos, que con la Van no sería posible. -¿Qué aprendiste de este viaje? -El viaje me dio la fortaleza para creer en mis sueños y realizarlos. Lo más difícil es desconectarse y soltar. Todos están acá atados por obligaciones: el trabajo, el colegio y la facultad, lo peor que tiene el ser humano es atarse a lo material y a veces, podés volver. El tema es tener la capacidad para viajar y sentir con intensidad, pero también al regresar poner las energías para trabajar y reinventarse. Perdí el miedo, trabajo todos los días porque sé que el día que me quiero ir, me voy. Ya jugué el primer gran partido, cuando me quise desconectar, me desconecté, volví y seguí. Entonces, lo mejor que me dejó este viaje es el ejercicio de soltar, que todo lo que tengo, lo tengo, pero no es que todas esas cosas me tienen.


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FRONTERAS ENCRUCIJADAS

PENURIAS DEL EMPLEADO PÚBLICO

TU SUELDO SALE DE MIS IMPUESTOS El sociólogo alemán Max Weber (1864 -1920) concibió a la burocracia como un modelo de organización de la racionalidad. La definición de este concepto se basa en un tipo ideal, en el cual se realzan todos los aspectos positivos del mismo: precisión, velocidad, claridad, regularidad y exactitud. Para Weber, la burocracia es sinónimo de eficiencia, la cual se logra y mantiene a través de la división del trabajo, la supervisión jerárquica y, diversas y rigurosas regulaciones. Por otra parte, la burocracia puede ser entendida como un medio de dominación. La sociedad debe atenerse a las leyes y normas preestablecidas que no dejan margen para la improvisación o la aleatoriedad. La película “Brazil” (1985) dirigida por Terry Gilliam, ex miembro de Monty Python, muestra mediante el absurdo situaciones de la vida burocrática de las sociedades modernas. En una de las primeras escenas, un empleado publico mata a una mosca. El cadáver del insecto cae sobre una máquina de escribir, en el preciso instante de su uso y se produce así un error tipográfico:

se cambió el apellido del terrorista Harry Tuttle por el padre de familia Harry Buttle. La consecuencia de aquel error es la detención y posterior asesinato de Buttle por parte del aparato represivo del Estado. Mediante esa tragicómica escena, Gilliam obliga a reflexionar sobre el carácter disfuncional de la burocracia. En ella se representa la creencia instalada en el imaginario social, de que la burocracia es una desgracia, un martirio que hay que soportar. Desde mis cinco años de experiencia laboral en la administración pública, me es imposible negar las trabas y los errores burocráticos que se producen a diario. Con pudor debo admitir que he sido responsable de algunos de ellos, y los ciudadanos han padecido la crudeza del sistema en carne propia. Es probable que, para muchos de ellos, tanto mis compañeros como yo cumplamos con cada una de las características que hacen detestable a un empleado público. Principalmente, la ineficacia e inoperancia laboral. No obstante, sería hipócrita de mi parte no reconocer los cientos de ca-

Por VANESA CORDARA

sos que hemos resuelto de forma eficaz y expeditiva. Esta dualidad es explicada por el periodista Marcelo Colussi, quien afirma que “la excesiva actividad regulatoria acaba por producir una duplicación de esfuerzos y, en muchos casos, ineficiencia administrativa.” Entonces, si el problema de la ineficiencia de la administración pública es de fondo y no de forma, ¿por qué se demoniza al empleado público? Durante la década del 90, Antonio Gasalla condensó en su personaje “la empleada pública” el estereotipo del trabajador estatal. En tono humorístico llevó al extremo del ridículo la caracterización, mediante la presenta-


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ARCHIVO CANAL 7

Sketch de la empleada pública, El Palacio de la risa, ATC, 1992.

ción de un personaje chabacano, desagradable en su aspecto, de actitud prepotente e irrespetuosa para con el otro, vaga, poco inteligente y preocupada por asuntos banales y frívolos. En un contexto político – social donde gobernaba el neoliberalismo y la ley de Reforma del Estado fue una de las políticas públicas encaradas por el ex presidente Carlos Menem, el sketch televisivo reproducía el sentido común de la sociedad argentina a la vez que lo reforzaba. Por otra parte, la película “Relatos Salvajes” (2014) del director Damián Szifron, dramatizó la desesperación del ciudadano frente a una administración que no le responde de forma consecuente frente al problema que se le presenta ante el incumplimiento de

ciertas normas. A diferencia de la creencia social, los empleados públicos, en su mayoría, somos victimarios y víctimas del sistema. Victimarios por el simple hecho de ser agentes del Estado y haber cometido errores administrativos que se reflejaron en mayores inconvenientes para el ciudadano. Y víctimas porque a la hora de querer hacer bien nuestro trabajo, la burocracia se nos presenta como una pared inquebrantable, que muchas veces nos impide resolver cuestiones de maneras más expeditivas y eficaces. Para Max Weber, la burocracia es indestructible: “Una vez establecida de modo completo, la burocracia es, entre las estructuras sociales, la más difícil de destruir […] donde la buro-

cratización de la administración se ha llevado en forma completa se establece una relación poderosa, que es en la práctica, indestructible.” Ya que no puede acabarse con la burocracia, es necesario actualizar las leyes que la sustentan. Por ejemplo, el decreto ley 7647/70 que establece y regula el procedimiento administrativo a seguir en la provincia de Buenos Aires. Este, en el artículo 29 subraya que “los escritos serán redactados a máquina o manuscritos en tinta azul en idioma nacional, y en forma legible, salvándose toda testadura, enmienda o palabras interlineadas. Llevarán en la parte superior una suma o resumen del petitorio. Serán suscriptos por los interesados, representantes o apoderados. En el encabezamiento de todo


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FRONTERAS ENCRUCIJADAS

“Una vez establecida de modo completo, la burocracia es, entre las estructuras sociales, la más difícil de destruir”. Max Weber

escrito, sin más excepción que el que iniciare una gestión, debe indicarse numeración y año del expediente a que corresponde y en su caso, contendrá la indicación precisa de la presentación que se ejerza. Se empleará el sellado de ley cuando corresponda o papel tipo oficio u otra similar, repuesto con estampillas fiscales. Podrá emplearse el medio telegráfico para contestar traslados o vistas e interponer recursos.” En la actualidad, que la presentación

formal de una solicitud sea rechazada por no estar redactada a máquina o con tinta azul, suena irrisorio y hasta poco creíble. Lo mismo puede decirse sobre el uso de un “medio telegráfico para interponer recursos.” En plena Sociedad de la Información, donde la digitalización le gana terreno a lo analógico, es de carácter urgente la actualización de las normas burocráticas a fin que el Estado pueda brindar, a través de los empleados públicos, un

mejor servicio a la comunidad. Como afirma el politólogo Alejandro Cortés, “el problema no son las organizaciones burocráticas per se, sino la manera equivocada en que estas han sido manejadas y organizadas.” Como empleada pública, me esfuerzo a diario para resolver los problemas del ciudadano con criterio, responsabilidad, velocidad, precisión y ante todo con respeto de las normas impuestas por la burocracia administrativa. Mi mayor deseo es que algún día nuestro trabajo deje de ser desprestigiado y descalificado. Que frases como “tu sueldo sale de mis impuestos” dejen de ser dichas por aquellos ciudadanos que no valoran nuestro trabajo ni respetan la función pública, así como también se rompa con la idea general de que todos los trabajadores estatales somos unos parásitos como el personaje de Gasalla. Lamentablemente, los empleados públicos somos demonizados por la simple razón de ser la cara e imagen de la administración y quienes hacemos cumplir las regulaciones de la burocracia. Pero para que la concepción de la sociedad se transforme, no sólo se debe actualizar el sistema burocrático, sino que se debe refundar el concepto de que lo público es mejor que lo privado. Para eso, el cambio debe ocurrir sobre los cimientos culturales de la sociedad argentina.


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CAMINAR POR MECHI Crónica del dolor: marcha y pedido de justicia por Brian Cantero, el joven de 23 años que falleció tras ser aplastado por una máquina de la papelera Sein y Cía. en Florencio Varela.

Por FERNANDO MARTINI Se forma un círculo de personas, todas unidas por una causa en común: las conecta el dolor. Se construye un pulmón de 200 almas que esperan que llegue el horario de partida, se espera que comience el recorrido. Todos están juntos para levantar los brazos y para hacerse escuchar. Hay carteles, pasacalles, bombos, aerosoles y un poco de pirotecnia. Hay sufrimiento. El recorrido nace en la estación de Sourigues, partido de Berazategui. Patricia Cantero reúne a todos y a todas, alza la voz y comienza la caminata del dolor. Patricia es la tía y madrina de Brian “Mechi” Cantero. La marcha lleva el nombre de su sobrino, lleva su rostro, su juventud y su vitalidad. La marcha es por él, para pedir justicia y para que su caso no quede abandonado en el olvido. La mañana del 24 de octubre de 2018, Brian fue atrapado por los rodillos de una máquina de engrase de la papelera Sein y perdió la vida en el acto. Nadie estuvo ahí para poder rescatarlo. Murió a las 11 y tenía 23 años. El joven realizaba solo la tarea, sin ninguna supervisión y no estaba calificado para hacerla. La familia de Brian se encuentra en primera línea: Elvira, su madre, y su

papá, Daniel con sus hermanos Nahuel y Tamara cargan el pasacalle que pide justicia por Brian. Todos juntos, con la frente en alto y con el corazón abierto. Avanzan. Caminan a través del dolor. La muchedumbre los sigue y se canta por él. Cada paso se siente de manera lúgubre. La caminata duele y les pesa a todos los familiares, amigos y vecinos de Brian, que se acercan con lentitud a la fábrica Sein y Cía., ubicada en Florencio Varela. Camino General Belgrano los conduce al sufrimiento. Es un momento indecible y el lenguaje se desvanece entre la angustia. Patricia asume el protagonismo en la recorrida a puro grito. Ella lidera la marcha, alza la voz y libera su enojo contra las rejas sólidas que separan la papelera de la calle pública. Sus lentes no dejan ver los ojos llenos de lágrimas. Patricia respira, toma un sorbo de agua y vuelve a gritar. “No hay que olvidarse de Brian, él está en nuestro corazones. No lo vamos a olvidar”, afirma. Su voz atravesó un desierto, se introdujo en el viento y rodeó a todas las personas presentes en aquel vacío. “Él solo quería salir adelante, con lo que cuesta hoy conseguir un trabajo. Siempre fue trabajador y no tenía una cuota

de maldad. Esto nos destrozó a todos. Fue injusto para él y para todos los que lo amamos”, dice Elvira. “Recibimos mensajes. Cuando los compañeros de trabajo se contactan conmigo, rápidamente se tiran para atrás. Lo entiendo porque ellos tienen miedo de perder su trabajo pero tienen que comprender que no sirve su silencio. Al no cooperar, ayudan a los dueños de las fábricas y no a los obreros”, explica Florencia, la novia de Brian. Florencia habla con Carla Lacorte, dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) y referente contra el gatillo fácil; exhala un gran suspiro y le comenta que nadie la atiende desde la recepción de Sein. Florencia no baja los brazos. Se elevan las voces mientras ocho policías se paran en el portón de la fábrica y tres patrulleros bloquean la esquina para cortar el tráfico en Camino General Belgrano (la calle que divide a Berazategui de Florencio Varela). *** Brian tenía razones para estar feliz: sus fiestas tenían lugar en el fondo de su casa con sus amigos del barrio, y junto a su novia encontraba unión en sus tardes materas que se estiraban hasta


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horas inciertas de la madrugada. “Estaba aprendiendo a tocar la guitarra pero le sobraba paciencia para agarrarle la mano”, dice su madre Elvira. “Siempre lo veías con una sonrisa, bailando y contagiando al otro para que se anime a seguirlo. Escuchaba todo tipo de música pero lo enloquecía Green Valley, definitivamente era su banda”. -¿Qué era el trabajo para él? -Todo. Siempre trabajó. -¿Estaba contento cuando entró a Sein? -Brian estaba contento por su trabajo: no porque disfrutara específicamente de lo que hacía ahí sino porque no estaba desempleado. Eso era lo único que le importaba. Ningún trabajo sentía que lo alineara, la verdad que no sé cómo hacía. Él esperaba que llegara el fin de semana para pasar tiempo con sus amigos, tiempo con su familia y conmigo. No se quejaba de su trabajo, no lo hizo con ninguno. “Se sabía, se sabía, a Seín lo cuida la policía”… La multitud reproduce el canto acompañado por centenares de palmas. Los carteles golpean contras las rejas como si intentaran ingresar a la fábrica. Y se canta por Brian. Nadie quiere que Mechi sea olvidado, es lo que temen. Por eso alzan las voces hasta que las gargantas pidan descanso. *** Mechi trabajó en Capital Federal y también trabajó en Berazategui. Fue remisero y pintor. Y algo más. Lo operaron de menisco después de haberse caído de un techo en un accidente laboral. Tuvo que hacer reposo, lógico. Por ese motivo, lo echaron. Años después trabajó con su tío en una pizzería; sus amigos dicen que hacía unas pizzas deliciosas. Luego se inventó “El Varón de la Cerveza” y vendía alcohol a domicilio los fines de semana cuando estuvo desocupado. Siempre buscó la manera para ganarse un peso: Mechi siempre estaba pleno de optimismo, quería convertir todo en un emprendimiento que le asegurara una pequeña ganancia. Para él nada era imposible. Brian era vida en estado puro: alimentaba su amor con sonrisas y alegría repartidas a su familia, a su novia y a sus amigos del barrio 12 de octubre,

FRONTERAS ENCRUCIJADAS

Pedido de justicia de familiares y amigos en Sein y Cia S.A.

lugar donde se crió y donde creció. Mechi era hincha de Boca e intentaba convencer a Florencia de llevarla alguna vez a la Bombonera, al templo del Xeneize. No tendría suerte. Flor siempre se negó porque su corazón late por el Millonario. La pasión por la pelota siempre formó parte de su vitalidad: no se perdía un partido; se jugara a la mañana o a la medianoche, él daba el presente. Elvira siempre le decía que se cuidara pero Mechi no faltaba al deporte más dinámico ni aunque renguease. Si tenía la oportunidad jugaba más de una vez, si faltaba un jugador. En casa, Mechi encontraba refugio en su patio con la familia y seres queridos. Ese lugar de la casa era una extensión de Brian. Ahí tomaba mates, tocaba la guitarra, ahí charlaba con Tamara; ese lugar era el centro de las juntadas con sus amigos, ahí practicaba boxeo. Su vida giraba ahí. Amar al otro implica aceptar y querer la diferencia. Brian amaba a su novia y respetaba sus diferencias. Eran distintos pero sabían convivir con sus discrepancias. Brian le pedía calma a Florencia e iba a sostenerlo hasta que ella encontrara quietud. Él era una persona tranquila que sabía disfrutar de los pequeños detalles que hacen a la vida. La paciencia era parte de su idiosincrasia y eso le despertaba admiración a Florencia. Brian aseguraba que terminaría el secundario; lo pospuso porque estaba agotado por las jornadas laborales en la papelera pero le había prometido a su novia que en diciembre finalizaría sus estudios. Ambos sabían que eso sucedería porque Brian tenía la confianza y el entusiasmo necesario para hacerlo real. Le quedaban cinco materias para recibirse. *** Mechi tuvo contacto con la engrasadora solo dos veces. Se decía en la fábrica que era una máquina peligrosa. La muerte lo alcanzó cuando la engrasadora lo atrapó y murió al instante.

Pidió ayuda pero nadie se encontraba para auxiliarlo. Su hermano, Nahuel, estaba en el sector de limpieza de la fábrica en ese momento; cuando se enteró de lo sucedido debió comunicarse con su familia para explicar lo inexplicable. Su hermana y su madre llegaron a la papelera pero no les permitieron ingresar; momentos después sólo Elvira reconoció el cuerpo de su hijo. Tuvo menos de un minuto para identificarlo. Mechi trabajó sólo cuatro meses en Sein: consiguió ese puesto como tercerizado por la consultora Archy Instalaciones. Tenía un objetivo: quería quedar efectivo en la planta. Antes se ganó el pan en Rigolleau, una fábrica ubicada en Berazategui, pero su familia le insistió una y cien veces para que dejara ese trabajo por su seguridad. Brian trabajaba en las alturas y él nunca creyó que ese empleo podía ser riesgoso. “Brian desde hace seis meses trabajaba para esta contratista. Los primeros dos meses estuvo en Rigolleau: estaba en los techos colocando las chapas que se salían, era muy riesgoso y con la familia estábamos muy preocupados por eso y no queríamos que estuviera más ahí arriba. Justo surgió la posibilidad de ir a la papelera Sein con la misma contratista. La verdad que nunca nos imaginamos que ahí también sería peligroso”, explica Florencia. Brian fallece como engrasador aunque no había entrado a la fábrica para cumplir esa función, sino la de ayudante de encargado. La incógnita que subyace es quién le dijo que tenía que hacer esa tarea. Mechi lo hizo sin estar instruido. Entre la completa desidia y la negligencia, un joven obrero perdió la vida en su trabajo. Tareas inextricables que evidencian la desorganización de una fábrica que piensa más en acrecentar sus ganancias que en cuidar la seguridad de sus empleados; precarización laboral que desemboca en una trágica muerte: una muerte que


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podría haberse evitado si la empresa funcionara de modo correcto. No había inspecciones ni relevamientos de riesgo por parte del Ministerio de Trabajo. El problema constata tres fuentes de conflictos: Brian no estaba capacitado para hacer esa tarea, Brian no tenía a nadie que lo asesorara y nunca tendría que haberlo hecho solo. Él mismo tuvo que conseguirse el overol que utilizaba en la papelera, y es que le sobraba voluntad: sólo quería demostrar que estaba para ayudar y anhelaba dejar atrás los trabajos temporales. En su horizonte mental, Sein parecía un lugar prometedor donde creía que podía conseguir un aceptable puesto seguido por una mejor remuneración económica. Brian estaba ilusionado con conseguir el puesto de engrasador porque estaba vacante -habían echado a un empleado experimentado- y él haría todo lo posible por quedar fijo en la papelera. “Brian derramaba amor por todos lados, siempre pensaba en el otro. Un día le regaló $100 a una chica trans del barrio que pedía dinero, a él sólo le quedaban cincuenta mangos. Eso no le importó, la plata nunca fue un problema en su vida. Así era él y eso fue lo que me enamoró”, dice su novia. No hay apoyo que cure su dolor. Florencia fue un poco más allá: “Tenía una vida con él: éramos una pareja hermosa, teníamos planes. Queríamos formar una familia y no pudimos. Me lo arrebataron, nos cancelaron todos los sueños que teníamos juntos. Él soñaba con tener cuatro monitos

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conmigo. Así lo decía”. *** Y lo que pasa es tan adverso como injusto. Florencia golpea la puerta de la papelera, a la espera de una respuesta que no llega. El silencio atenta contra las gargantas desesperadas que ruegan respuesta de los empleados de la fábrica, de alguien del otro lado. Las rejas de Sein crecen a medida que el sol pierde fuerza en la tarde primaveral. Florencia saca de su mochila un aerosol rojo y cruza la calle contra el depósito que pertenece a Sein. Se arremanga y se toma dos segundos para comenzar por la primera letra. Empieza a imprimir la pared mientras cuatro policías compiten entre ellos por quedarse quietos. “Archy y Sein asesinos”. Florencia gira y da vueltas sin dirección. Llega a la esquina y regresa con el puño cerrado. Vuelve hacia la puerta de ingreso de la fábrica y continúa golpeando. Silencio. Ella busca complicidad en el rostro de Tamara Cantero que le responde con un parpadeo desganado. Florencia siente deseos de llorar pero nada ocurre en sus ojos o en su boca. Ella lo intenta otra vez y logra ingresar a la fábrica con Daniel Cantero. Las personas esperan de pie frente a las rejas. Después de 10 minutos, Florencia vuelve al centro del círculo de personas formado en la puerta de la papelera, le pasan un micrófono los muchachos del PTS y dice: “Hablamos con el jefe de planta, Antonio López, que

se lavó las manos. Nos dijo que Brian estaba trabajando en un lugar donde no debía estar. Supuestamente nadie le había dicho que fuera ahí. Está claro que no hay ningún tipo de control en la fábrica. Esto no fue un accidente, esto fue un crimen social ¿Quién va a creer que Brian quería quedar atrapado en esa máquina? Es una idiotez”. El recorrido de vuelta es la contracara de la ida porque prevalece el dolor interno de cada persona. La caminata tiene olas de silencio acompañada con rostros largos que reflejan la pérdida del amigo, del hermano. Un niño de 7 años levanta el cartel que tiene una imagen de Mechi sonriendo, mientras su hermanito lleva en las manos una pesada botella de gaseosa, que amaga con caer al suelo. Se llevan un metro de distancia y el de atrás camina cabizbajo. Los dos hacen fuerza: distintas fuerzas que se unen para recordar a un pibe del barrio. Recordar a un vecino de pocos años más que ellos. El dolor es compartido en el regreso cuando los bombos y las canciones se apagan. Y se camina por Mechi, se seguirá marchando para no olvidarlo. Una muerte en el ámbito laboral que estuvo lejos de ser un accidente. La huella de Mechi sigue intacta y la papelera no debería quedar impune. Sein, Archy Instalaciones y el Estado tendrán que hacerse cargo mientras amigos, compañeros y familia reclaman por un juicio y el castigo a los culpables.


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FRONTERAS

ENTREVISTA NADIA FINK, ESCRITORA

DISNEY HA MUERTO Por ANABELA ANTONELLI

Lejos de los estereotipos que impone Disney y su magia, en un mano a mano con la creadora de los antihéroes y anti-princesas repensamos la literatura infantil y el modo de abordar desde una perspectiva latinoamericana nuestra historia y nuestra cultura para los más pequeños. “Los monopolios son invencibles”, eso nos hicieron creer. También nos hacen pensar que somos un pueblo que no tiene historia ni cultura: la patria gran-

de debe adoptar lo que viene desde afuera. Princesas 90-60-90, héroes con súper-poderes y paisajes de castillos o rascacielos que nunca se vieron en nuestra tierra, esto es lo que se suele vender a grandes y chicos. Desde Buenos Aires se plantea otra mirada, la muerte de Disney y acercar a nuestros pequeños una nueva forma de entender el suelo donde nacieron. Las colecciones anti-princesas y antihéroes se sitúan en Latinoamérica

desde artistas reconocidos hasta santos paganos, una mezcla plurinacional, tal y como es la relación Estado-nación que vive el cono sur. Las anti-princesas y los anti-héroes vienen a romper con los estereotipos impuestos, plantean el acercamiento a la tierra natal, abordan la felicidad y la muerte. “Es un relato de la vida”, explica Nadia Fink al hablar de cada uno de sus libros. La autora argentina cuenta el doble


COORDENADAS FRONTERAS

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editoriales independientes se debían bastante el trabajo con los niños, entonces era buena la idea de empezar a pensar en esos seres que son también sujetos políticos.” Al pensar en los infantes, llegar a ellos y sus vivencias, Fink cuenta cómo desde la editorial le dan el enfoque a los cuentos y si es que existe algún tipo de adaptación para este público. “Son cuentos que se piensan desde un origen para chicos y chicas. Con lo cual la investigación, si bien es en clave adulta, soy adulta y recibo la información como una adulta, al igual que Pitu Saá cuando piensa en la ilustración, ya es en clave infantil. En los libros no hay una escritura para adultos y después una adaptación para infancia, sino que se van pensando y se arman para los más pequeños. Por suerte creemos que hay una buena recepción. Con lo cual somos coherentes con la idea que tenemos nosotras y nosotros de cómo perciben algunas cosas los niños y las niñas”. DISNEY Y SU MAGIA

desafío que en la actualidad atraviesa, por un lado enfrentar al monopolio y por otro, animarse a ganar el corazón de los pequeños con sus colecciones. Fiel a su estilo descontracturado, comenta cómo nació la idea, que pretendía ocupar un lugar que estaba vacante: “Surgió como una idea chiquita, que buscaba contar distintas historias. Con el fin de sacarlas un poco de la invisibilidad y también ponerse a trabajar con infancia. Nos parecía que las

El mundo de los pequeños es complejo, aun podemos recordar esa etapa y rememorar nuestra propia niñez. Reflexionar sobre aquellas cosas que la marcaron, la construyeron y cómo cada uno de nosotros la transitó. Es casi ineludible pensar en Barbie o en los Hot Wheels pero el más significativo e inolvidable es Disney. Ese monstruo comercial de la infancia, que se reinventa y se renueva con propuestas para niños y niñas de todo el mundo y todas las épocas de modo constante. -¿Cuál es la opinión de la editorial Chirimbote sobre Disney? -Creemos que Disney tiene una mirada muy mercantil de la infancia. Entendemos que tiene equipos geniales de gente laburando, porque se ve en la imagen, en los colores y en lo que generan. Eso atrae a los chicos y las chicas que lo eligen y les gusta, más allá

de que estén bombardeados por esa sola información. El consumo se exacerba en adultos, y durante la infancia Disney es monopólico. No podemos pensar la infancia sin pensar en Disney y tampoco podemos dejar de reflexionar en el boom de las princesas en los últimos 15 años, que se convirtieron en el modelo a seguir de las niñas.

“Creemos que Disney tiene una mirada muy mercantil de la infancia (...) El consumo se exacerba en adultos, y durante la infancia Disney es monopólico”. -Con respecto al estándar de princesas que impone Disney, ¿Cuál es tu opinión se adaptan o reproducen? -Más allá que traten de adaptarse con ciertos temas, hay otros que no modifican. Sobre todo el estereotipo físico para las niñas es muy impactante. Mujeres en serie que son muñecas, objetos, que son posibles de violentar, de usar, de descartar o de romper. Esto viene desde hace años, incluso el merchandising más fuerte de Disney son las princesas clásicas. Ellos se aggiornan en las películas, por ejemplo, Valiente o Rapunzel, sin embargo, no deja de ser una niña a la que le niegan su identidad durante 18 años. También creemos que es muy peligroso lo que muestran de la relación entre mujeres, donde rivalizan o pelean, donde no hay sororidad, que es algo tan importante que intentamos transmitir. TAMBIÉN ANTI-HÉROES Gran revuelo se armó en torno a las anti-princesas, Nadia Fink redobló la apuesta y se animó también por una colección anti-héroes. De esta colección son parte: Julio Cortázar, Eduardo Galeano, Ernesto “Che” Guevara y el


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COORDENADAS FRONTERAS

ENTREVISTA NADIA FINK, ESCRITORA

Gauchito Gil. Reescribir y reeditar nuestra historia latinoamericana es una idea innovadora y disruptiva. La elección de un santo pagano para uno de sus libros también lo es. -¿Cómo surge la idea de los antihéroes? -La idea fue pensar en una colección antihéroes para también desandar un poco los estereotipos de los varones. Esto de que tienen que salvar al mundo o ser fuertes, creo que es una carga muy pesada para esos niños, que no nacen con la idea ni de tener súper poderes, ni de jugar a la pelota, ni de no

“Surgió como una idea chiquita, que buscaba contar distintas historias. Con el fin de sacarlas un poco de la invisibilidad y también ponerse a trabajar con la infancia. Nos parecía que las editoriales independientes se debían bastante el trabajo con los niños, entonces era buena la idea de empezar a pensar en esos seres que son también sujetos políticos”.

llorar si algo les molesta. Entonces nos parece que es enfrentarnos un poco a eso, mostramos otras masculinidades y gente que queremos rescatar. -Con el Gauchito Gil ¿qué se intenta recuperar y por qué? -Venimos con la idea de que los santos populares son cercanos a nuestros niños y niñas. Lo viven cotidianamente, pero es algo que en ciertos ámbitos no se toca, no se trabaja en la escuela o como parte de nuestra cultura ni en futuras carreras, pero es parte de su vida y esta buenísimo que se labure. En el caso del Gauchito además de ser una

historia maravillosa, porque su verdugo es su primer devoto y tiene todos los condimentos: hablamos de un gaucho que desertó del ejército, por estar en contra de la guerra del Paraguay y de los abusos que cometían. Estamos en un momento en que las fuerzas de seguridad tienen una presencia importantísima y no queremos dejar de mencionar que siempre las fuerzas de seguridad fueron eso por lo que desertó el gauchito. Además tiene la riqueza de que está presente en casi todas las familias, en todos los lugares del país. Para nosotros que la colección sea federal es algo que realmente valoramos.


FRONTERAS COORDENADAS

MEJOR HABLAR DE CIERTAS COSAS Escribir sobre la muerte es complejo ytrabajar el final de la vida con los niños es una tarea ardua. “La muerte es algo que se aborda en literatura, pero es un tema muy tabú para nuestra sociedad como occidentales. Pero a la vez es algo que está muy presente en la vida de los chicos y las chicas. Porque se muere un abuelo, que es lo más y lo digo muy entre comillas, “natural”, porque se sigue diciendo que es la forma más natural de morirse. Pero asistimos a muertes que no son así: de pibes y de pibas, accidentes, enfermedades, paros cardíacos, cáncer… millones de formas en que la gente se muere todos los días. También está el bombardeo de la muerte que hacen los medios de comunicación […] 24 horas hablando de asesinatos, femicidios, desapariciones, hay una relación constante con la muerte. Los videos juegos también la promueven. Exis-

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te esa relación directa pero no hablar abiertamente de la muerte como algo permitido, entonces tratamos que sea parte de la historia de estos personajes y lo tomamos de esa manera. En el relato está la vida y está la muerte porque es lo que sucedió, no queremos faltar a la verdad y esto está presente. -¿Cómo lo trabajaron ustedes en sus cuentos? -Eso depende mucho del personaje, en el caso de Frida Kahlo lo trabajamos por el lado de la cultura mexicana y desde el realismo mágico. En el cuento de Violeta Parra lo eludimos, nos parecía muy fuerte hablar de un suicidio con arma de fuego y obviamos esa parte hablando de otra etapa de su vida. Es una licencia que tenemos absolutamente permitida porque es literatura. En el caso de Juana Azurduy fue un poco más sencillo, al igual que Clarice Lispector, porque ambas murieron como más

viejitas y es lo que la sociedad acepta como muerte. Y después el caso de Alfonsina Storni fue muy particular porque necesitamos hablar que había elegido morirse, que tenía una enfermedad terminal y no que era una poeta loca suicida que murió por amor. Eligió morirse antes de que la muerte la encontrara. Al rememorar como trabajó la historia de cada una de sus anti-princesas Nadia Fink explica que no hay recetas para hablar correctamente de la muerte. “Creemos que esa es nuestra manera, no sé si es la mejor. Hemos tenido experiencia directa con niños que han tenido pérdidas en sus familias y es algo que en algún momento hay que hablar. Siempre que esto se pone en palabras es muy terrible si no se charló antes. Creemos que es algo positivo poder decirlo… no la hacemos desaparecer porque no hablemos.”

Emiliano “Pitu” Saá es argentino y nació el 4 de junio de 1980. Es el dibujante e ilustrador que trabaja en equipo con Nadia Fink en las colecciones de “Antiprincesas” y “Antihéroes” de la Editorial Chirimbote. Se lo puede seguir en facebook.com/el.pitu.73 ILUSTRACIÓN: CHIRIMBOTE


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FRONTERAS ENCRUCIJADAS

PUTE LE QUE LEE Ahora que estás prestando atención, hablemos de lenguaje inclusivo en serio.

La culpa del trabalenguas del título es de Fontanarrosa, que me enseñó que la mejor frase para noquear desde el principio es «puto el que lee esto». Así, tan machirulo como el baño público de la estación de servicio en donde lo vio escrito. Pero tiene razón, es como meterle los dedos en los ojos a les lecteres para que las palabras no pasen desapercibidas entre las millones que se escriben todos los días. Lo mismo pasa con el lenguaje inclusivo. Molesta, incomoda, provoca. Pero usar el lenguaje de manera disruptiva no es una elección lingüística. Es una decisión política, una manera de pararse en el mundo para tratar de transformarlo. Vamos por partes. Primero, perdón por meterte los dedos en los ojos, a veces es la única manera de visibilizar el género masculino omnipresente. Vivimos en una sociedad muy desigual entre hombres y mujeres, en la que los varones tenemos preeminencia por nuestro género. Y el lenguaje inclusivo o no sexista ayuda a evidenciar esa disparidad. Por eso cada vez es más común escucharlo. Desde la vicepresidenta del centro de estudiantes del colegio Carlos Pellegrini durante la toma a favor de la legalización del aborto diciendo en la tele «Hay poques diputades que están indecises...» ; hasta la Real Academia Española (RAE) rechazando el uso de «todes» por considerarlo innecesario. Ese uso o rechazo generalizado, además de los debates interminables en Facebook y Twitter, también despiertan preguntas: ¿Tiene sentido hablar con lenguaje inclusivo? ¿A quiénes incluye?

¿Por qué resulta tan incómodo ponerlo en práctica? ¿Cómo afecta la forma en la que vemos el mundo? ¡BASTA, DEJEN DE QUERER CAMBIAR TODO! Comparto la sensación. En el mundo posmoderno las cosas cambian cada vez más rápido. La tecnología es un gran ejemplo: cuando nos adaptamos a un teléfono resulta que ya es viejo. No duran ni un año. Todo cambia. Todo el tiempo. La educación es diferente, la democracia es antigua, la música es rara y los deportes son nuevos, como el beach handball. En el medio de ese huracán sentimos que no tenemos de dónde agarrarnos, por eso nos aferramos al idioma. Para tener un lugar seguro. Por eso también el rechazo al lenguaje inclusivo es tan visceral: usarlo nos desnuda por completo. La forma en la que hablamos afecta profundamente cómo entendemos el mundo. Por eso usamos lenguaje inclusivo. Para hacerle frente al androcentrismo (lo masculino como lo universal, la norma general, el estándar) y darle protagonismo a las mujeres, pero también para incluir otras identidades de género que no responden al binario hombre/mujer, como les transexuales o les intersexuales, que forman parte de las siglas LGBTIQ+ . Es una herramienta para hablar de manera más inclusiva. Como explican la socióloga Sol Minoldo y el escritor Juan Cruz Balián, la usamos «cuando hablamos de personas o seres animades a les que les percibimos una

Por EZEQUIEL APESTEGUÍA

identidad de género (...) Es para dejar de referirnos a todes con palabras que sólo nombran a algunes». Pero cambiar es más difícil de lo que parece. Implica asimilar transformaciones radicales, como por ejemplo que las mujeres no son las únicas que pueden dar a luz. Sí, como leés. Por eso hablamos de «personas gestantes». Los chicos trans, que nacieron con órganos femeninos y después hicieron una transición de mujer a hombre, como Juani, el personaje de «100 días para enamorarse» interpretado por Maite Lanata, también pueden gestar y se identifican con el género masculino. La palabra «ellas» no les incluye. ¡ESTÁN DESTRUYENDO EL IDIOMA! No lo estamos destruyendo. Al contrario. «Una lengua que no se modifica está entre las lenguas muertas», como dice la filóloga Teresa Meana Suárez. Sino les 577 millones de hispanohablantes en el mundo seguiríamos hablando latín. El español es la segunda lengua materna más hablada del mundo, después del chino y justo antes del inglés, y continúa en crecimiento. Se dobla pero no se rompe. El lenguaje es una construcción social y está en constante movimiento. Muta y se transforma todo el tiempo, pero a veces lo hace tan despacio que tenemos la sensación de que no cambia nunca. Pasó con la integración del lunfardo y también con el voseo de los españoles que llegaron a América. Hoy en España prefieren el «tú» y en Argentina usamos


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el «vos» sin ningún quilombo o distinción de clase. Por eso no tengo que explicar qué significa quilombo. Hay muchas voces que dicen que el «verdadero» lenguaje inclusivo es la lengua de señas. En ese caso las personas con discapacidad -ya no se dice inválido o discapacitado, otro ejemplo de cambio- están claramente excluidas del idioma oral. Es decir, su desigualdad es evidente, por eso se vuelve una cuestión de sentido común señalar su inclusión. No sucede igual con las mujeres ni les colectives LGBTIQ+ en una sociedad patriarcal, por supuesto. YA ESTÁ, LA RAE DIJO QUE NO LO ACEPTA No es la primera vez y tampoco será la última. El lenguaje está vivo. No es una foto, es una película. Y la Real Academia Española no la dirige, sólo la filma. Por eso lo que diga al respecto no tiene importancia. Usar el inclusivo no es una decisión lingüística. Además, la RAE siempre llega tarde a incorporar estos cambios. Hasta 2012 no admitía en «matrimonio» la acepción entre parejas de igual sexo. En Argentina, la Ley 26.618 de matrimonio igualitario es de 2010 y en España de 2005. Y aún así, sólo la consideraba en la versión web del diccionario. Hasta la excluyó de la 23ª edición, que se publicó en 2014. Lo peor es que hay personas que no sólo patalean por el uso del lenguaje inclusivo, sino también por el uso del español neutro, como decirle «lodo» al barro, «pastel» a la torta o «columpio» a la

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hamaca. Esas palabras sí están aceptadas en el diccionario y, sin embargo, no quieren que las usemos. A ver si se ponen de acuerdo. ES LA NUEVA MODA ARGENTINA, PASARÁ La discusión sobre si era «presidente» o «presidenta» fue un hit nacional. También el «todos y todas» de la cadena nacional. Ahora los buzos dicen «Egresades 2019», los programas de chimentos se llaman «Chismoses» y hasta los clubes de fútbol dicen «nosotres». Pero el lenguaje inclusivo no es un fenómeno nuevo. Se viene construyendo desde el siglo pasado, impulsado por el feminismo y algunos ámbitos académicos para revisar el uso del lenguaje sexista, como nombrar ciertos trabajos sólo en masculino (los médicos, por ejemplo) o referirse a la humanidad como «el hombre». La lengua puede reproducir estereotipos sexistas y a veces ni siquiera lo notamos. Uno de los primeros ensayos inclusivos fue la barrita para hablar de los/as lectores/as, pero tiene un problema gigante: reduce el género a un sistema binario, sos varón o sos mujer. Y además es difícil de leer. Después llegaron propuestas un poco mejores como el asterisco (tod*s), la arroba (tod@s) y la x (todxs) para reemplazar la vocal que demarca género. Aunque se siguen usando para escribir, nadie sabe muy bien cómo se pronuncian. Por eso ahora usamos la e (todes) para señalar género neutro, que se puede escribir y pronunciar sin pelearse demasiado con el sistema lingüístico.

Pero el uso inclusivo del lenguaje tampoco es un movimiento exclusivo del castellano. Se da en el alemán, el portugués y también en el francés. En España hay guías para usarlo en oficinas del Estado, mientras que en Francia el gobierno lo prohibió en textos oficiales y la Academia de la Lengua lo describió como una «aberración inclusiva que pone en peligro mortal al idioma». ME DA BRONCA PORQUE ME OBLIGAN A USARLO Muchos medios ridiculizan a les jóvenes que usan lenguaje inclusivo porque son los primeros en adoptar estos cambios. Es normal. Cada generación cree que la lengua de sus padres es demasiado formal y la de sus hijos solo una versión degenerada. Pero el lenguaje inclusivo es simplemente una herramienta. Incluso se puede usar mal. No la necesitamos para referirnos a cualquier cosa. No empezaremos a comer con cubiertes, usar anteojes ni a tomar le colective todes les mañanes. No se trata de una imposición. El uso disruptivo del lenguaje es una decisión política que busca evidenciar una desigualdad tan real como lingüística. Es necesario porque el lenguaje moldea el mundo que nos rodea. Porque las palabras, además de las acciones, también construyen la realidad. Y porque esa realidad sigue siendo injusta. Para cambiarla no existen fórmulas mágicas. Decir amigues o chiques puede sonar ridículo, lo sé, pero es parte de la construcción de un mundo más igualitario.


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ENCRUCIJADAS FRONTERAS

ENSAYO

FÚTBOL A SECAS, DOMINIO DE HOMBRES

Emblema en la lucha por la profesionalización del fútbol femenino, Macarena Sánchez se convirtió en la primera futbolista con contrato de la Argentina. La ex delantera de UAI Urquiza firmó con San Lorenzo de Almagro junto a otras jugadoras. El club hizo historia al convertirse en el primero en profesionalizar su plantel, Las Santitas.

Hará cosa de un año empecé a jugar al futbol. Al fútbol femenino. Siempre sentí que eso de llamar fútbol femenino al fútbol en donde juegan mujeres y llamar fútbol a secas al fútbol donde juegan los hombres, ya decía mucho. En Argentina no hay clasificación de fútbol masculino porque ya se sabe que el fútbol es de hombres. Esta acepción indica que este deporte pertenece al mundo de los hombres (cis, es decir que no son trans) pero que bueno, le hacemos un lugar a las mujeres (cis) para que jueguen entre ellas. No es una cuestión de igualdad, es permitir que entremos en su dominio, siempre en inferiores condiciones y marcando bien la diferencia. NO es fútbol, es fútbol femenino, es un poquito menos. Puedo ilustrar esto con una experiencia propia: el año pasado la universidad de una de mis compañeras organizaba un torneo de fútbol para los estudiantes. Por supuesto, el torneo era sólo para hombres. Luego de hacer un poco de ruido nos permitieron participar. Nos llamó la atención que nuestro partido era el último, no coincidía con ningún otro, lo cual era extraño porque todos los demás se jugaron en simultáneo. Cuando arrancó el partido notamos por qué: todos los varones del lugar se reunieron alrededor de la cancha para vernos jugar. Pero no miraban como se mira un partido cualquiera, sino de forma condescendiente, adivinando si íbamos a salir 0 a 0 o 20 a 20. ¿Se matarán a pelotazos o no cazarán una? Nos dejaron bien en claro que no pertenecíamos

a ese lugar, que si bien nos habían dejado participar éramos más un entretenimiento que parte del torneo. El otro día me acordé de esto al ver la publicidad de unas toallitas femeninas que decía que a una lady cuando ataja le combina la ropa, y muestran a una chica jugando al fútbol toda vestida de rosa. ¿Ese es el lugar que se nos da dentro del deporte? ¿Las mujeres utilizamos el fútbol como excusa para combinar los botines con la camiseta? Me pareció nefasta. Como afirma Lucía Ciccia en “El sexo en las ideas; los presupuestos sexistas y androcéntrico en las actuales neurociencias”, los sexos se categorizan de manera binaria: o sos hombre o sos mujer, y el hombre piensa como hombre y la mujer piensa como mujer. Hay conductas sociales que responden al estereotipo de cada uno de ellos. Realizar deportes está asociado al ámbito de lo masculino, y en tal caso hay deportes específicos en el imaginario colectivo para las mujeres que osen realizarlos. Ciccia se pregunta si al tratar esto hablamos de un sexo biológico o un sexo construido en la cultura: “Si realmente existieran diferencias cerebrales entre hombres y mujeres, entre homosexuales y heterosexuales, entre cis-sexuales y transexuales, ¿podemos comprobar que son causa, y no consecuencia, de nuestras prácticas culturales? ¿Es posible hallar circuitos neuronales primitivos que no estén influenciados por nuestra cultura para corroborar qué es innato y qué no lo es? ¿No serán los estereo-


ENCRUCIJADAS FRONTERAS

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Querer entrar a un mundo en donde no encajás, tocar una pelota 23 años tarde. Lo difícil que es el fútbol si no sos hombre cis.

Por DANIELA MARTÍNEZ

tipos de género los que, antecediendo al sexo, formatean nuestros cerebros ajustándolos a normas sociales específicas?”. Estimo que Ciccia tiene razón en esto último. Aplicándolo al ejemplo del fútbol, a los niños se los estimula para que miren y jueguen al fútbol desde sus primeros años de vida. Esto no ocurre con las niñas. Entonces, al tener la creencia de que “el fútbol se asocia con lo masculino”, quien nazca con genitales masculinos seguramente será alentado para continuar con esta práctica, y seguir con el mito de que los deportes pertenecen al mundo de los hombres. Con respecto a eso, hace unos meses, el diario Olé publicó una noticia en que una mujer actuó como jueza de línea en el partido entre Rosario Central y Cañuelas por los 32avos del certamen. Los comentarios de la noticia fueron del tipo: “Está bien porque el partido era a las 19, llega bien para volver a su casa a cocinar y lavar los platos”, o “El lugar de ellas es la cocina y amamantar a los pibes”. Esto tiene que ver con lo que expresaba Ciccia: “Las características biológicas y culturales producen dos estereotipos sociales: hombre y mujer. En ellos, la mujer se presenta como un ser subjetivo, emocional, responsable del

cuidado y la procreación, en contraste con el hombre objetivo, racional y conquistador de la esfera pública productora de conocimiento”. Ahora bien, la clasificación “Fútbol femenino” suena a poco pero existe. Hay ligas, torneos, escuelas… pero ¿qué pasa con el “Fútbol trans”? Por supuesto no hay una clasificación así, ni sería bueno que existiera, lo ideal sería que puedan participar en la liga de la que se sientan parte. Sin embargo lamentablemente tampoco son bien recibidxs en el deporte profesional. Hay pocos casos en el mundo de deportistas trans jugando en selecciones, y lxs que lo logran tienen que transcurrir primero por un arduo camino. Recuerdo entonces el artículo de Mauro Cabral, “Cuestión de privilegios”, en donde asegura que, además de existir el sexismo, existe el cisexismo, que afirma que una persona trans vale menos que una persona cis. Ser identificado como hombre tiene privilegios que no tiene ser identificado como mujer, por ejemplo a ningún hombre se le cuestiona su gusto por el fútbol, ni si puede trabajar como juez de línea o se tiene que quedar en la casa lavando los platos. Sin embargo, ambxs tienen más privi-

legios que una persona trans, quien no pertenece a ninguna categoría de fútbol y en cualquiera de ellas se encontraría con barreras para poder jugar. En “Las reglas sugeridas para personas no transexuales que escriben sobre transexuales, transexualidad, transexualismo, o trans”, de Jacob Hale, figura como regla número dos “Cuestionar su propio lugar de sujeto”. Esto habla de repensar el poder que tiene una persona cis respecto de una persona trans, teniendo en cuenta el poder de acceder a algunos lugares, participar de ciertas actividades, etc. Relaciono este punto con el artículo de Cabral, quien le hace notar a lxs cis que, si bien nadie gusta de ser etiquetadx o señaladx, esto es importante para marcar una diferenciación y así poder desmantelarla. El fútbol, siendo el deporte más popular del país, debería hallar alguna forma de incluir mujeres y personas trans sin discriminarlas en categorías apartadas. Es insuficiente con elegir a dos o tres representantes y hacerlos noticia como “La primera línea mujer en un partido de primera” o “La primera mujer trans en jugar en la selección”, sino que debe hacerlo cotidiano, sin cuestionar.


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ENCRUCIJADAS

UN GOL A LA IGUALDAD Los libros de historia del fútbol femenino dirán que en Argentina este deporte se volvió profesional el sábado 16 de marzo de 2019. Ese día fue el puntapié inicial. Sin embargo, cuando se hable de los hechos previos para que se llegue a esa fecha, habrá que destacar algunos antecedentes decisivos/claves. El hecho más cercano al 16 de marzo fue el partido de repechaje clasificatorio al Mundial de Francia 2020 que se disputó entre la Selección Argentina y la de Panamá. La primera venció por 4 a 0 y se clasificó a la Copa del Mundo. Ese día la cancha de Arsenal se llenó y, off the record, dirigentes de AFA veían inminente el anuncio de la profesionalización. Ya en 2007, las chicas de La Nuestra de la Villa 31 habían ocupado una de las canchas más simbólicas, la del Barrio Güemes. “Fue una decisión importante tomar el lugar para poder jugar ya que éste estaba ocupado por varones” señala Mónica Santino, entrenadora del equipo y reconoce que gracias a esta conquista pudieron enfrentarse al discurso machista sobre lo que podían y no podían hacer: “romper con eso a través del fútbol armando una estrategia de empoderamiento colectivo entre jugadoras y directoras técnicas porque somos un cuerpo técnico entero de mujeres”. Luego, en 2014, en Santa Fe, las integrantes de Las Martas Fútbol Feminista se reunieron por primera vez en una cancha de fútbol 5: no eran más de 15. En la actualidad, 50 pibas juegan y organizan movidas para promover el fútbol de mujeres. En Córdoba, hicieron lo mismo las jugadoras de Abriendo La Cancha, una organización que se formó en 2016 después de participar en el Festival Latinoamericano de Fútbol y Derechos de las Mujeres.

Macarena Sánchez era jugadora de la UAI cuando le informaron que no continuaría en el club a mitad de temporada. “Lo único que quería era jugar al fútbol y además sentí que era muy injusto que me hayan desvinculado a mitad de torneo sin poder inscribirme en otro equipo hasta mitad de año. No pueden aprovecharse de que las jugadoras en Argentina, no tenemos contrato. Me pareció que tenía que llevar mi caso más allá y poder sacar algo positivo para mí y para todas las jugadoras en Argentina”. Sánchez visibilizó esta situación y como respuesta obtuvo amenazas. “Sentí miedo. Pero entendí que esas cosas llegan cuando estás por el camino correcto. También me sentí muy acompañada y eso hizo que el miedo se anule.” Luego del anuncio de la profesionalización del fútbol femenino, Macarena Sánchez dice que lo tomó como un primer paso positivo, pero también “hay que seguir trabajando para lograr las cosas que faltan. No nos vamos a conformar con 8 contratos, el desarrollo de la actividad tiene que ir más allá. Importantes en este proceso fuimos todas, es un pedido que se viene haciendo hace tiempo. Tal vez mi caso sirvió para terminar de darle la visibilidad que faltaba.” A partir de la profesionalización, Mónica Santino también señaló: “creemos que hay que seguir luchando por lo que ocurra en los clubes, pensar cómo fundamos los nuestros y pensar cómo hacer para que más mujeres ocupen lugares donde se toman decisiones con respecto al deporte”. El presidente de la AFA, Claudio Tapia, en agosto del año, expuso: “Deseo ser el presidente de la igualdad de género para el fútbol argentino”. Fue en el acto donde presentó el Torneo Oficial de Fútbol Fe menino de la temporada 2017-2018. Sin embargo, los presupuestos des-

Por AGUSTÍN CASSANO

Z MACARENA SÁNCHE te Ilustración: Chirimbo

tinados por federaciones y clubes al desarrollo del deporte no se condicen con el crecimiento del fútbol femenino y con el objetivo que se planteó la FIFA de duplicar la cantidad de jugadoras mujeres para 2026. La Confederación Sudamericana de Fútbol es la federación regional que menos dinero invierte en el desarrollo de este deporte. Según datos del informe de la FIFA, la federación regional sólo destina u$s 2.462.000 anuales, mientras que la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol invierte u$s 99.113.000 dólares por año. Es decir, solo el 2.5%.


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Derechos Humanos

O T N E I M I C E R B O P M EL E A I C A R C O M E D A L E D Por MELISA LATA, VIVIANA MENDOZA y MAITE FERNÁNDEZ

Los vecinos del barrio Sarmiento están indignados: las boletas de los servicios se volvieron impagables. En protesta deciden reunirse y cortar una de las avenidas principales, aunque dejan un carril libre, no está bien visto que reclamen por sus derechos. Por ende, enseguida llegan las Fuerzas Armadas, con lo necesario para desalojarlos… Si recordás, en algún lado de tu cabeza esta escena te resuena. Este relato no es verídico, es sólo un ejemplo de lo que puede llegar a pasar si las Fuerzas Armadas intervienen en la seguridad interna de nuestro país. El presidente Mauricio Macri expresó la necesidad de que los organismos de seguridad reciban el apoyo de las Fuerzas Armadas, que deberán adaptarse a las amenazas del siglo XXI y estar preparadas para enfrentar los problemas que nos preocupan. Pero… ¿Cuáles son aquellos problemas que preocupan a la gente? La inflación, la seguridad, no llegar a fin de mes, el acuerdo con el Fondo, el veto de la ley de tarifas, entre otros. Por el contrario, Macri dice que lo importante es que colaboren a lograr “una inserción inteligente al mundo” y que también puedan combatir las amenazas relacionadas con el terrorismo y el narcotráfico; sumado al refuerzo de la seguridad ciudadana frente al delito común. Capaz que con ese discurso, logren convencer a algún otro... La realidad es que la presencia de las Fuerzas Armadas en la calle genera dudas acerca de la estabilidad de la democracia y tomar la decisión de modificar la Ley de Defensa median-

te un Decreto de Necesidad y Urgencia empeora aún más la situación. Es decir, ni siquiera el Presidente de la Nación permite que exista un debate real en el Congreso sobre una decisión importante para el país. Además, ¿es posible que las Fuerzas Armadas, un organismo de seguridad en desuso, sean tan efectivas para terminar con las “amenazas globales”? ¿O es sólo una manera de intentar cambiar la imagen que tiene la gente sobre ellas? También, puede deberse a lo que mencionó Estela de Carlotto: “Quieren volver a la teoría del enemigo interno, quieren un país sometido al miedo, van a perturbar la paz”. Es decir, volver a recurrir a la idea que se instaló y difundió durante la dictadura que decía que aquel que luchaba por sus derechos, era subversivo y atentaba contra la paz. Años más tarde, se reforzó esta idea con la teoría de los demonios. Lo relevante es que la seguridad es un tema que incumbe a toda la sociedad y no puede resolverse de manera arbitraria. La democracia implica que el pueblo tenga derecho a incidir en la toma de decisiones sobre temas que afectan o afectarán su vida cotidiana. Sin embargo, lo que opine la sociedad, una vez más, no importará, y los conflictos entre los ciudadanos aumentarán al igual que la desconfianza en el otro. La democracia se va empobreciendo y ya ni siquiera resulta extraño que sucedan estas cosas. El retroceso en materia de derechos humanos se ha convertido en una rutina.


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GABRIELA GONZÁLEZ, CIENTÍFICA

“MIS COMPAÑEROS NO ESPERABAN DE MÍ ALGUNA FRASE DE VALOR” Gabriela González es argentina, tiene 52 años y es una de las principales exponentes del proyecto que prueba la existencia de agujeros negros y confirma una teoría expuesta hace más de cien años. Nacida en la ciudad de Córdoba, es investigadora y profesora en la Universidad Estatal de Louisiana.

Por MALENA VIACAVA BARBIS

En 1988 egresó de la Facultad de Matemática, Astronomía y Física de la Universidad de Córdoba (UNC) como Licenciada en Física, consiguió su Doctorado en la Universidad de Siracusa en 1995 y en agosto de 2017 la UNC le otorgó el Doctorado Honoris Causa. Gabriela es mundialmente reconocida por ser la vocera oficial de LIGO (Laser Interferometer Gravitational-Wave Observatory), equipo que contribuyó en el descubrimiento de ondas gravitacionales que confirman la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein y que le otorgó el Premio Nobel de Física de este año a sus tres principales exponentes. -¿Siempre supo que quería ser científica? -En realidad no. Cuando estaba en la secundaria ya pensaba que quería hacer, porque no había dudas que mi hermano y yo iríamos a la universidad. Me gustaba mucho la ciencia, la matemática y me encantaba la idea de poder explicar cosas pero la verdad no me

acuerdo querer dedicarme a la investigación y a la ciencia, encima en ese momento no existía Internet, por lo tanto no tenía cómo saber bien qué era. Así que fui a estudiar física porque quería conocer las explicaciones de todo y saber que todavía no había explicaciones para todo. Cuando llegué a la universidad, muchos de los profesores eran investigadores y ahí entendí que había un montón de preguntas sin respuesta, un montón de preguntas para hacer y me encantó eso. Tampoco me imaginaba en ese momento trabajar en un emprendimiento grande, nunca tuve tales ambiciones. Supe que quería hacer investigación científica, pero no me imaginaba lo que quería decir eso. Después, cuando vine a hacer el doctorado a Estados Unidos, me metí en proyectos y me especialicé un poco más. Fue un proceso gradual. -¿Cómo es ser mujer en una profesión que por lo general se relaciona con los hombres?

-Creo que eso depende de muchas cosas. Cuando elegí ser científica no decía: “Uh que pocas mujeres que hay en Física” o creía que no podían serlo, tampoco me quedaba claro que la gente pensara que las mujeres no podían hacer Física. Después, cuando empecé a estudiar, por supuesto había gente que lo decía pero era gente grande, profesores que no respetaba mucho, entonces la impresión que me daba era “qué viejo ignorante”. En realidad fue una sorpresa encontrar que eran pocas mujeres; empecé y recién al segundo o tercer año miraba a las profesoras y pensaba que eran pocas y en la especialidad que yo quería hacer, que era radioactividad, no había casi ninguna. Incluso le preguntaba a los profesores porque pensaba: “Pero en algún lugar del mundo debe haber”... y sí. Y cuando me recibí eran todavía menos mujeres, sobre todo en Estados Unidos, pero bueno, al menos yo nunca lo sentí como un obstáculo, ni siquiera a la hora de trabajar. Claro que hubo


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muchas opiniones, cuando hablaba, la gente me interrumpía o yo decía algo y no me escuchaban pero recién después me daba cuenta de que era porque no esperaban que yo dijera algo que fuera de valor para ser escuchado. Pero en ese momento no me afectaba, o sea no es que yo dijera: “No me respetan por ser mujer”, me daba cuenta después de que pasaba. -¿Qué tan cierto es el imaginario del científico que vive en un laboratorio? -En realidad creo que la mayoría de los científicos, sobre todo los que trabajamos en física experimental, somos apasionados por lo que hacemos pero así también son los artistas, los médicos. Pero el estar encerrado solo en un laboratorio, es un mito muy grande. Hoy ya no se trabaja solo, siempre se trabaja en equipo. La mayoría de los avances se hacen en conferencias, congresos. Tu trabajo depende de la relación e interacción con el otro. Esa es la manera en la que se progresa ahora, es trabajo en

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equipo y sobre todo de comunicación. -¿Cree que, en lo personal, hay cosas que no pudo hacer por el trabajo? -Sí, muchas cosas. He viajado muchísimo por trabajo pero no tanto por placer. Yo no elijo ir de vacaciones a muchos lugares pero he ido por trabajo y ya me canso de viajar. Igual no se si le daría una connotación tan negativa, uno elige trabajar en lugar de tomarse vacaciones. Me ha pasado también que he trabajado de más, me ha hecho mal y he tenido que parar un poco para restablecerme, que es lo más saludable. Además, con mi marido que es físico y argentino también, a los 2 años de casados empezamos a vivir en lugares diferentes y pasaron 6 años hasta que nos volvimos a ver. -¿En qué consiste el proyecto que recibió el Premio Nobel de Física de 2017? -El proyecto era construir detectores que tuvieran suficiente sensibilidad para detectar ondas gravitacionales de

eventos astrofísicos. Esto ya se había empezado a diseñar en los ´70 pero tomó décadas. Se sabía que llevaría bastante tiempo e inversión y en realidad pensábamos que serían algunos años más, pero hicimos los primeros descubrimientos aun antes de tener la sensibilidad máxima que queríamos. Lo que queríamos descubrir eran estas distorsiones del espacio-tiempo que se producen porque ha habido agujeros negros que colisionaron y se fusionaron en uno solo más grande o dos estrellas de neutrones, ese ha sido el descubrimiento más grande. Recién en agosto de 2017 vimos 2 estrellas de neutrones que se fusionaron y formaron lo que creemos que es un agujero negro, pero además emitieron ondas electromagnéticas que se vieron con muchos telescopios, así que no sólo nosotros vimos el evento con los detectores de ondas gravitacionales sino que también se vieron luces con telescopios de radio y se localizó la galaxia en donde había pasado esto.


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El primer descubrimiento fue una colisión de agujeros negros que, aunque todo el mundo pensaba que existían, no sabíamos que existían así de grandes ni nadie estaba seguro de que hubiera suficientes agujeros negros como para que se encontraran dos y formaran un sistema binario y eso fue lo primero que vimos el 14 de septiembre de 2015. Todavía es la señal más grande pero ya vimos 5 colisiones de agujeros negros a distintas distancias y en distintos lugares así que es realmente un observatorio. El objetivo de LIGO no es comprobar la teoría de la relatividad ni la existencia de agujeros negros o estrellas de neutrones, su existencia ya está comprobada por observaciones astronómicas. El objetivo es aprender más acerca de estos: cuántos hay, dónde están, cuán masivos son, cuán rápido giran, si están asociados a galaxias, qué pasa cuando se fusionan en colisiones violentas que son casi a la velocidad de la luz y tienen energías grandísimas. Como los agujeros negros no emiten ondas electromagnéticas, son muy difíciles de estudiar con astronomía “normal” y ahora sabemos más gracias a LIGO; hacemos astronomía con ondas gravitacionales. -¿Cuál fue su participación en este descubrimiento? -Yo estaba involucrada en esto con otros cientos de personas. Desde que empecé a hacer mi doctorado e incluso cuando elegí el tema de mi tesis doctoral ya estaba relacionada con este experimento y cuando me recibí, fui a trabajar al equipo de LIGO que luego

ganó el Premio Nobel. La etapa inicial de este proyecto me encantó, en realidad lo que me encantaba era la idea de que experimentábamos lo que sería un observatorio de algo que no se había visto nunca, que abriría una nueva ventana al universo, que es justamente el título de nuestra charla: “Una nueva ventana al universo”. Pero lo que me gustaba era trabajar en eso, primero progresar en la sensibilidad, después ver la construcción del detector avanzado. En los últimos años, cuando formamos la colaboración en 1997, ya éramos 200 personas más o menos y hacíamos grupos de trabajo, ahí empecé a liderar algunos de esos grupos. El vocero de la colaboración, es quien organiza todas las actividades científicas, no sólo presentaciones a la prensa y es electo de modo democrático por un término de 2 años. Fui electa vocera en 2011, por supuesto cada grupo de trabajo tenía sus líderes, pero yo era la responsable de todo, lo que andaba bien y lo que andaba mal. Fui reelecta en 2013 y 2015, y en 2017 no me presenté como candidata. -¿Hay algún tipo de acuerdo entre LIGO y la Universidad de Louisiana? ¿De qué manera inició la colaboración? -LIGO está formada por colaboradores de más de 90 instituciones, que incluyen la Universidad de Louisiana. Si un nuevo grupo quiere ser miembro de la colaboración, hay un proceso de admisión. He sido miembro desde que se formó en 1997, primero como jefa del grupo en la Universidad Estatal de Pensilvania desde 1997 hasta 2001 y desde

Gabriela González tiene en su haber más de 100 publicaciones realizadas sobre su campo de estudio auditadas por revisión de pares. En abril de 2017 recibió el premio NAS al descubrimiento científico de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

2001 al frente del grupo de la Universidad Estatal de Louisiana. -¿Había más mujeres en el equipo de trabajo? -No, en realidad hay pocas mujeres. En general el número que se maneja, que es un número común en casi todos los países, es un 20% y en nuestra colaboración es más o menos así. Por alguna razón, sobre todo en la época en la que comencé a liderar la colaboración, había varias mujeres encargadas de varios grupos, entonces tampoco era raro. No me sentía rara porque hablaba tanto con mujeres como con hombres, nunca era la única mujer en una reunión pero cuando contábamos en cantidad éramos, somos todavía, un 20%.


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UN DÍA EN LAS CARRERAS

UNA CRÓNICA ÍNTIMA DE PASIONES ECUESTRES Por LEONARDO GONZALO

Son las 12:20 de un mediodía frio de domingo. Estación de tren: La Plata. Las compuertas se abren y los viajantes desbordan el andén provisorio mientras buscan la salida por calle 1. Entre el enjambre de personas se distinguen familias con carritos de bebé, amistades de juventud entusiasta, solitarios con rasgos duros, viejas de paso estático, ciclistas, pobres diablos, en fin, lo de siempre; y como sospecho, entre ellos algunos “burreros”. Este término proveniente del lunfardo para mencionar a los aficionados a los “burros”, es decir, a los caballos de carrera, que parece haber caído en desuso, se ha convertido en un atavismo, más allá de que la mayoría de las personas que frecuentan el mundo hípico saben de qué se trata al primer golpe de oído. Hacia ese mundo voy. A pocas cuadras sobre la calle 116 está la entrada al Hipódromo de La Plata. El sol bien alto baña el día a la hora sin sombra. Camino unos 200 metros entre la procesión dispersa y expectante. Cruzo el estacionamiento atestado de automóviles. Al llegar a la calle principal del recinto se divisa un edificio de tres pisos, moderno, pintado de blanco con letras plateadas. “Tribuna Oficial”. Ahí calientan las butacas los dueños de los “Studs”, (criadores de caballos

de carrera), los patriarcas insoslayables de esas escuderías equinas, con apellidos nobilísimos, además de otras personalidades adineradas y jugadores del buen gusto. Los etiqueta azul del deporte ecuestre y la high-class-society de la zona. “Y allá a su frente Estambul”. En realidad, a su costado. Separado por un podio dónde se celebra la victoria de cada carrera, se encuentra otro edificio, antiguo y venido a menos, con una puerta clausurada para la ocasión: la “Tribuna Popular”. Las diferencias están a la vista. Una escalera angosta se retuerce hasta desembocar en la planta alta, en un lugar parecido a un buffet de escuela pública inaugurada por Juan D. Perón, donde los apostadores realizan sus jugadas. La primera impresión al pisar este sitio alude a una palabra: bullying. A un costado se encuentran las ventanillas de apuestas y por un pasillo están distribuidos unos cafetines con aspecto de hospital público donde uno puede sentarse y beber algo mientras mira las carreras. En este lugar abundan las pantallas. Y donde hay pantallas hay gente alrededor que observa el tanteador de las apuestas, cuánto paga a ganador cada caballo y cuál de ellos no correrá. Se

trata de un mercado bursátil donde de acuerdo a las apuestas hechas hasta el momento el marcador de ganancias sube o baja. Un Wall Street criollo donde los accionistas marcan en sus revistas de turf los candidatos, hacen sus cuentas, calculan, especulan sobre las posibles combinaciones a jugar. Suena la campana, los caballos están en el punto de largada. Se cierran las apuestas. Espero a la siguiente carrera para hacer mi juego, de momento conseguí la revista con el programa de la fecha: 15 carreras, de las cuales ya se corrieron 3. En este cambio de edificio parece estar cifrado todo el problema del capitalismo. La diferencia es notoria pero a nadie parece importarle. Acá, como en la vida de muchos allá afuera, se viene a lo mismo. A hacer una jugada y a esperar la ganancia que los salve, de momento. Llama la atención ver separado por unos pocos metros de distancia este cambio abrupto de realidades sociales. Opresores y oprimidos que comparten el espectáculo, otra tragicómica suspensión de la lucha de clases. Pero hubo en la historia alguna excepción. En la época del Imperio Romano de Oriente, un domingo como hoy del 532 después de la era común, la facción de los verdes, uno de los equipos


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que competían en las carreras ecuestres, acusó al emperador Justiniano de parcialidad hacia la facción azul. Esta reyerta desencadenó una feroz revuelta política que se extendió por 8 días. Los sublevados se levantaron al grito de “Nike, Nike” (victoria en griego). Hasta tal punto se extendió la sedición que el emperador estuvo a poco de abandonar Constantinopla. A último momento, ordenó al general Belisario que reprimiera la insurrección. El resultado: 30 mil muertos en el circo. Pero volvamos a lo nuestro. Suena la campana de largada y la gente se apiña contra los televisores para ver cómo fue la salida, puesto que los caballos largan del otro lado de la pista y desde las gradas sólo se vislumbran unas figuras indescifrables. Luego de la largada, una puerta al final del salón conduce a la tribuna. Y el mundo hípico estalla en las pupilas. La gente con los programas en las manos, mira tranquila mientras los jamelgos doblan la primera curva a los 200 metros de la línea de salida, pero cuando se acercan a la recta final, la adrenalina comienza a subir, la sangre bulle en un solo latido y muchos espectadores, hasta entonces sentados, se apiñan en los barrotes de metal, una especie de para-avalancha, para ver mejor el trayecto de la última recta. Por los altoparlantes el relator

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tiñe de dramatismo al espectáculo, su voz corre a la velocidad de la carrera, todos llegamos con el sonido y los jockeys y los caballos hasta la recta final, en un grito sordo y la clásica arenga para la bestia desde las tribunas, en este caso: “vamos Sussane vieja nomás, vamos Sussane vieja nomás”. Hasta que Sussane cruza el disco con un cuerpo y medio de ventaja sobre el segundo y este grito in crescendo es la victoria consumada, aquí y ahora y en ningún otro lugar del mundo. Música para mis oídos. Los programas se sacuden, mientras las caras de los apostadores menos afortunados se hacen notar, una puteada ahogada, una sonrisa cínica, de esas que parecen decir “lo sabía”. Pero solo dura un momento y todo a la vez, en un instante, se desparrama en los ojos. Habrá que esperar la siguiente carrera. El gran premio de la jornada. Bajo por las gradas de cemento hasta el costado de la pista, enciendo un cigarrillo y observo con detenimiento mi programa. Este es el momento donde los jugadores estudian con cuidado las posibilidades de ganar en la próxima carrera. Parecen verdaderos genios en la materia. Toman sus lapiceras y anotan sobre las páginas, comentan con sus compañeros, crean un estado de asamblea que me deja atónito. Si fue-

ra por esa postura de ceño fruncido y mirada audaz la mayoría ganaría. Pero no es así, los ganadores andan por ahí, supongo, sin hacer “bandera”. En la Tribuna Oficial, las familias disfrutan la jornada, hay un aire de autosatisfacción en esa “gente de bien”. Las maneras de apostar son distintas. El juego de caballeros es en realidad el juego de los que tienen detrás una solvencia económica que les permite no inmutarse ante la pérdida de tanto dinero en juego. Hay apostadores de toda índole, ubicados en todas las escalas de la desesperación humana. Es la otra cara de los “burros”. Y es delgada la línea que separa al juego del vicio. Se pierde más que dinero. En una carrera de 1400 metros se juegan negocios-familiares enteros. Recuerdo una vez a mis 20 años estar aquí, una noche de lluvia y mirar por una pantalla una carrera con un amigo y al terminar, una voz desesperada gritó detrás de nosotros: “perdí la verdulería”. Ni siquiera pude darme vuelta para ver ese rostro pero en su entonación estaban delineados todos los rasgos de una vida acabada. Es un juego donde hay que saber cuando detenerse, cuando “aflojar la cincha”. Pero a su vez, ¿qué otra cosa es el juego? Muchos vienen a este circo


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inaudito, sus caras se multiplican, gente que no busca la vida burguesa de la familia y el perrito limpio y la vereda barrida. Son extraviados sociales que se niegan a las 8 o 12 horas diarias de trabajo por el resto de sus vidas. El juego es así de potente y misterioso; y el perfume del peligro flota esta tarde por las tribunas. El repertorio de apostadores es muy amplio y va desde familias con niños, jóvenes de todas las edades, adultos y personas mayores, entradas en años hace años. Es decir, los típicos viejos “escolaseros”, con sus boinas y gafas en la punta de la nariz, que le dan a sus caras un oportuno tono de sabiduría hípica. Es un deleite ver a las parejas mayores donde, en muchos casos, el hombre no hace ni una sola jugada sin consultárselo a la mujer. Espera, con los ojos encendidos como de niño travieso, a que ella acepte tal o cual combinación. Entonces, con un asentimiento de cabeza mutuo, como en una especie de trance, él sale con paso firme hacia las boleterías. Vuelvo a subir la escalera. La gente sigue expectante los marcadores de las apuestas, me agolpo con ellos y aguzo el oído. Los que más hablan nunca poseen una “fija”, es decir, el dato de un caballo ganador para esta o aquella carrera. Es como si trataran de recabar

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información, en grupos, reunidos, mirando con recelo a sus costados. También hay gente supersticiosa que no quiere ser molestada con ningún comentario, de ninguna índole; sospecho que piensa que le pueden “mufar” la jugada. Acá hay mucho en juego como para andar tomándoselo en broma. ¿Y qué sentido tendría jugar sin seriedad? Un viejo que da vueltas por el salón me mira y ya lo veo venir, en un segundo lo tengo a mi lado y acomete con un comentario de esta naturaleza: “el dos viene muy bien, ya ganó la semana pasada”. Sonrío, asiento con la cabeza y vuelvo a mirar la pantalla, creo que también ando un poco supersticioso. El bullicio crece, caravanas de rostros cruzan por el recinto, es un clima extraño, como si todos jugaran a guardar un secreto que no le soltarán a nadie. Por supuesto que hago lo mismo y unos minutos antes de sonar la campana de salida voy a la ventanilla a hacer mi apuesta: “50 al Seis ganador”. Retiro el ticket y me acomodo frente a la pantalla para observar la largada. La pista es de arena y la superficie pesada. Debía haber pensado eso antes de la apuesta, pero no soy un estudioso de la materia. Hay demasiados detalles a tener en cuenta antes de realizar una jugada, es un deporte complejo y

creo que esa es la sal del juego. Suena la campana y largan los caballos. Los jockeys parecen suspenderse en el viento, sujetados a las bestias sólo por los estribos y las riendas. No distingo al número seis de los demás. Todo es patas y músculos y polvo. Salgo por la puerta hacia las gradas, apoyado sobre la baranda, para observar todo el recorrido. A lo lejos se acercan los jamelgos, los pelajes brillan como mármoles bajo el sol de la tarde. Recta final y la explosión de las tribunas. Gana el dos, le saca una cabeza al seis. Ya sospecho que una de las personas más afortunadas de la tierra es el ganador de carreras de caballos. Las horas pasan, la tarde va del naranja al negro y las luces se encienden. La mitad del público abandonó el hipódromo, pero las carreras continúan. Hago mis jugadas bajo la última hora de la tarde. A pesar de las tribunas diezmadas, la pasión por cada carrera no cesa. Pero ya es tarde y debo marcharme. Dan ganas de chiflarse un tango de Gardel o Pichuco por estas calles platenses. Ahí se quedan los entusiastas jugadores y amantes de este deporte, que componen el intenso, complejo, desigual mundo de los sueños ecuestres, de todas las esperanzas montadas a caballo.


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Por CAMILA FARIÑA Apasionado por su trabajo, su lugar y su gente. Es el “fígaro” de pistoleros, futbolistas, intendentes y comisarios de Avellaneda. Su barbería prosperó en Pavón y Mitre, centro comercial de la época.

Con 75 años, “Pichi” Aloe es el peluquero más antiguo de su localidad, se incorporó desde chico al oficio y transformó el corte de pelo en una pasión. Por sus manos pasaron personalidades reconocidas pero nunca pudo abandonar su lugar de origen. Hoy ejerce junto a su hijo, con igual energía que en sus comienzos. -¿A qué famosos recordás haberles cortado el cabello? -En toda mi historia le corté el pelo a 7 intendentes: Herminio Iglesias, Manuel Parodi, Carlos Radrizzani, Luis Sagol, José Luis Otero, Marcelo De Elía y “Cacho” Álvarez, al que todavía le corto. Jugadores de fútbol como Pastoriza, Raimondo, “La Vieja” Reinoso, “El Tano” Mircoli, Carlos Goyén, Martínez, “El Papu” Gómez, Roque Avallay, Miguel Angel Mori y montones más que ahora no recuerdo…Hasta a Julio Grondona. En el local de Pavón y Mitre, le corté el pelo a pistoleros de esa época, como Jorge Villarino “El Rey de la Fuga”, que le decían así porque se escapaba de todas las cárceles, después se fue a vivir a España y murió allá. También a Miloro, que lo mata-

A L N O C É R I R O M “

ROBERTO “PICHI” ron en Córdoba en un aguantadero, “El Negro” Monzón, a Villaflor. Todos pistoleros pero no asesinos, salvo Miloro. Cuando era un pibe y trabajaba en Pavón, ellos me daban hasta 4 veces más de lo que valía el corte. Era otro tipo de gente, ellos te veían que eras un pibe que quería laburar y te ayudaban. Después le corté a muchos comisarios de la Primera también, aunque ya a muchos no recuerdo, pasaron tantos años. También a Gustavo Cordera; su familia era cliente mía, igual que le voy a cortar si ni pelo tiene. Pavón y Mitre

era una zona como la calle Florida en Capital hoy. Ahí se manejaba todo. -¿Podrías contarme alguna anécdota que recuerdes? -Edgardo Cordera (el padre de Gustavo Cordera de la Bersuit) vino un día, junto con Gustavo. Como había mucha gente, me dijo si podía dejar al chico para que le cortara, mientras él hacía unos trámites, pasaron cinco horas y Edgardo no venía. Resulta que terminó sus trámites y se fue para la casa, cuando llegó, su esposa le preguntó por Gustavo. Ahí se acordó que me lo había dejado en la peluquería.


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” O N A M A L N E A R E IJ T

rebajarle un poco de atrás. También los muchachos que iban al baile se querían afeitar, así que me empezó a enseñar y a varios les corté la cara, literalmente, así se aprende. Años después me puse una peluquería en la calle Italia, en un edificio en construcción, ese local lo inauguré sin que el edificio estuviera terminado, ni agua tenía. Éramos 3 los socios. Ahí arrancó Kamote, estuve 40 años ahí, de los cuales 4 estuvo conmigo mi hijo. Cerré en diciembre de 2008 y días después me vine para Kamote II, en Mitre 2300. -¿Por qué el nombre “Kamote” de la peluquería? -Kamote se me ocurrió cuando pusimos la peluquería, así se le decía a la batata en Santiago del Estero y aparte Kamote se le dice al enamorado “kamoteado”. Antes se hablaba mucho lunfardo y esa era la palabra más llamativa que se usaba en ese momento. -¿Nunca pensaste ir a trabajar a otra parte que no sea Avellaneda? -Avellaneda es toda mi vida, es mi tierra y no me puedo ir. Mi vida eran los comercios que ya no están y los que quedan, las cafeterías, pizzerías, bares, son todos boliches en donde uno tenía o tiene a los amigos. Terminás de trabajar y vas a pasar un buen rato. Igual a estas alturas de la vida ya no me voy a ningún lado… salvo a Miami, ahí sí iría.

ALOE -¿Qué te llevó a abrir una peluquería? -Con más o menos 11 años iba a una peluquería de barrio en donde el peluquero tenía una bicicleta. En esa época, se le ponía al cliente una toalla encima y así se lo podía rasurar. Yo iba porque sabía que en general, a determinada hora, se quedaba sin toallas. Entonces me decía si le iba a buscar más toallas a su casa, y por agarrar la bicicleta hacía lo que sea. Siempre que estaba con el peluquero, miraba cómo cortaba. Un día llegó un muchacho que era enfermito (sic), él venía siempre y el peluquero no le cobraba. Entró,

se sentó en el segundo sillón que estaba vacío, y el peluquero le dijo: “Sentate que Pichi te va a cortar el pelo”. Le pregunté qué hacer y me dijo: “agarrá la máquina y empezá a pasarle”, pero no era de las eléctricas como ahora, era manual. No era fácil. Desde ese día le empecé a cortar el pelo a este muchacho; antes tenías que aprender la actividad. Salías de la escuela y si no querías estudiar, te mandaban a aprender un oficio, y de casualidad aprendí este. Después, otro día apareció otro muchacho y me dijo el peluquero que le saque la “pelusa”, que significa

-¿Qué sentís por la peluquería, es tu pasión o solo tu trabajo? -Hace 64 años que estoy en esto. No sólo es lo material, hay sentimientos que uno le tiene al lugar y la gente. Soy el peluquero más viejo que hay en Avellaneda y en el Centro Gallego de Avellaneda me entregaron una plaqueta, por ser el más viejo que quedó. Reconocen mi trabajo. La gente me conoce y uno comparte algo más allá del trabajo que hago. -Después de tantos años de trayectoria ¿sentís que ya es hora de retirarte o querés seguir? -Para eso sólo tengo una respuesta y es que moriré con la tijera en la mano.


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“¿SABE USTED LO QUE LE ENSEÑAN A SUS HIJOS?” Esta crónica se ubica en Berazategui y relata un día escolar en que dentro de las actividades y materias, el cuerpo docente trabaja en el taller de Educación Sexual Integral (ESI). Hace unos meses que el tema de la Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas está en boca de todos. Con la intención de develar un poco este misterio, el martes 6 de noviembre participé de una clase de ESI en una escuela de Berazategui. Es un día de primavera caluroso y a las 7:40, con un sol que empieza a arder, me subo al auto de Andrea. Ella es trabajadora social y durante las primeras cuatro horas de sus días laborales, es miembro del Equipo de Orientación Escolar (EOE) de la Escuela Primaria Rural N°11 “Nuestra Señora de Itatí” (EP N° 11) en Berazategui. El equipo se encarga de velar por los derechos de los chicos y chicas de la institución, entre ellos, su educación sexual. Andrea, junto con Cristina (Orientadora Educacional) y Yanina (Orientadora de los Aprendizajes), son las encargadas de las clases del taller Educación Sexual Integral (o ESI, como comúnmente se lo conoce) para todos los cursos de esta escuela. El 4 de octubre de 2006 se sancionó en Argentina la Ley de Educación Sexual Integral que tiene como objetivo garantizar que todos los niñxs y adolescentes tengan derecho a recibir una educación sexual integral (que articule aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos) en todos los establecimientos educativos sean públicos o privados. Entre sus objetivos se encuentran eliminar los estereotipos de género, fomentar el cuidado del cuerpo propio, promover actitudes responsables y el respeto por la diversidad sexual. Se constituye a la ESI como que los deja en la entrada. Sentados en los cordones de las veredas, con sus

Texto y Fotos CAMILA MONTALVÁN

caritas de sueño, se sostienen con una mano la cabeza y con la otra saludan a las seños que pasan camino a la escuela. “Si lo pierden tienen que caminar hasta el colegio, solo pasa en ese horario”, me comenta Andrea en referencia al colectivo. Los chicos solo tienen una alternativa a la caminata para llegar al colegio: la línea 159 de MOQSA que pasa

todos los días a las 7:30 y a las 7:50. *** Llegamos. Todo lo que imaginaba sobre el lugar se borró: no es una escuela como las que estaba acostumbrada a ver. No tiene portones elaborados, solo una tranquera de alambre que apenas


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permite que pase un auto a la vez. Es como la entrada del garaje de cualquier casa común, que funciona tanto para vehículos como para personas. Tampoco hay estacionamiento, los autos se estacionan por cualquier parte del amplio jardín del lugar. “Lo dejo acá siempre y no muy pegado a otros autos porque si no me cuesta salir”, me confía Andrea. Más adelante hay un patio de cemento chiquito donde está el mástil de la bandera nacional. El edificio tiene una sola planta con seis salones, dirección, gabinete, comedor, biblioteca y baños. El gabinete es un lugar especial para los alumnos, no sólo por la función que cumple el EOE, sino porque ahí tienen juguetes que los esperan. Después de izar la bandera con los chicos, lo conocí: es muy chiquito pero colorido. “Lo arreglamos un poco”, me dijo Cristina mientras buscaba tazas y azúcar en el armario para ofrecerme un té. Cansadas de la desidia estatal en los colegios, compraron pintura, cortinas y adornos. Ahora tiene paredes verdes manzana y cortinas que hacen juego con ellas. “Por lo general, los docentes hacemos todo. Este lugar era una pocilga, el gabinete se inauguró hace cinco años y el cuartito del colegio donde se guardaban las porquerías quedó como nuestro espacio. Hay mucho abandono, nuestra estufa explotó porque había una fuga chiquita de gas y la cortina nueva se llenó de hollín”, me cuentan, y yo sólo puedo pensar en la muerte de Sandra y Rubén. Sandra Calamano era la vicedirectora y Rubén Rodríguez el portero de la escuela primaria nro 49 de Moreno, provincia de Buenos Aires. Ambos estaban preparando desde temprano el desayuno para recibir a los alumnos cuando explotó una garrafa, en agosto de 2018. Pero en la escuela Nº 11 de Hudson, otro espacio fundamental para los chicos es el comedor. Esta es una escuela de doble jornada, por lo que ahí desayunan, almuerzan y meriendan. Conocí

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el comedor cuando llegó la hora del desayuno a interrumpir la clase de ESI, a las 9:30. Tiene doce mesas con sillas, dos para cada curso. Ahí los chicos se sientan sin preocupación a tomar el matecocido como todos los días, hoy con vainillas. Pero las seños sí se preocupan, porque como es costumbre, la comida que mandan no alcanza. Hacen malabares con las vainillas, y después de quince minutos, los chicos vuelven a clase. Cuando se hacen las 8:00 suena una campana. No hay timbre, ¡hay campana! Es la hora de izar la bandera y se siente un ambiente familiar, como si todos se conocieran. Tanto así que mientras hacen fila la gran mayoría me mira con intriga: sus caras dicen que no me conocen y que quieren saber quién soy, como después comprobé en los recreos cuando se acercaban a abrazarme e interrogarme. “Buenos días, señorita linda” corean todos y en seguida entonan la oración a la bandera. Pienso en que son pocos, y que seguro no deben ser todos los cursos. Después, Andrea en el viaje de vuelta me aclaró que esos son todos los alumnos. Hay seis grados, de primero a sexto, y me explica que asisten alrededor de 140 chicos a la EP N°11, en comparación con el otro establecimiento educativo donde ella trabaja al que asisten alrededor de 800 chicos. “Tomá, ponéte, acá te comen los mosquitos”, me invita Yanina mientras me alcanza un repelente del que más adelante estaré más que agradecida. Después del protocolo de entrada, todos pasan a clase. Y yo acompaño al gabinete a las “seños” del EOE, que aunque ellas en verdad no son maestras, a los chicos les basta solo con verles el guardapolvo para llamarlas “seño”. *** A las 9 y después del primer recreo, llegó la hora del taller de ESI en sexto

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grado. Hoy el tema a trabajar son los estereotipos de género. “Si hacen tanto barullo nos vamos, y después nos andan pidiendo que vengamos”, les advierte Andrea. Si fuera por ellos, tendrían ESI todos los días. Pero el EOE no puede estar siempre en las aulas, y lamentablemente, la ley actual no establece ESI como una obligatoriedad. Por ahora, dar ESI es más bien una iniciativa personal del EOE, es hacerle honor a la convicción de que es una herramienta a la que no se debe renunciar. Cuando por fin hay un poco de silencio, las seños les plantean dos preguntas disparadoras: qué es género y qué es estereotipo. Los chicos se toman su tiempo para pensarlo y después de unos minutos empiezan a brotar las respuestas un poco amontonadas. Los chicos son así, o se callan todos o gritan todos a la vez. No hay punto medio. “Masculino y femenino como en lengua, cómo se tienen que ver, formas de ser”, son algunas de sus respuestas, pocas según las seños. “Suelen ser más participativos, están un poco dormidos” me cuentan y les reprochan “¿qué impresión se llevará Camila?”. De todas formas, el vídeo de Los Simpson que se trabajará en la próxima hora generará un giro en ellos. Andrea: Estereotipo de género es una idea de cómo se debe comportar y los roles que debe cumplir una persona según su género, ¿qué pensamos cuando nace un bebé, qué color tiene que ser su ropita según si es nene o nena? Sexto: ¡Celeste y rosa! Yanina: ¿Y qué pasaba cuando íbamos al jardín, había un rincón de qué? Sexto: ¡Uno para nenes y otros para nenas! Andrea escribe bien grande arriba del pizarrón en donde anotó las respuestas de los chicos la palabra “patriarcado”, y les explica que la reproducción de los estereotipos de género tienen que ver con esto. Pero antes de revelar ese significado, les preguntan qué piensan ellos sobre la palabra, porque uno de


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Los afiches de la comedia de Woody Allen “Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo y nunca se atrevió a preguntar” de 1972 que inspiraron la tapa de este número 9 de Fronteras.

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los objetivos principales del taller es que sirva como un espacio de reflexión. La mayoría lo relaciona con “patriarca”, lo entienden como un jefe y concluyen con ayuda de las seños en que en un patriarcado el jefe es el hombre que actúa mediante la creencia de que es superior a la mujer. La seño propone como otro ejemplo de desigualdad el caso del CUBA (Club Universitario de Buenos Aires) en Belgrano, donde las mujeres no pueden ser socias si no son familiar de algún miembro varón, y aunque consigan la membresía, no pueden votar. -¿Qué les parece eso? ¿Por qué la mujer no puede participar de ese club de barrio? -¡Por el patriarcado! Parece una fantasía pero es real. La palabra patriarcado salía de la boca de un nene de no más de 12 años, y yo no podía creer escucharlo decir lo que le es imposible entender a muchos adultos. Patriarcado y femicidios van de la mano, así que este tema no queda afuera de la clase. La manera de hablar sobre femicidios de los chicos es contando la historia de Sheila, una nena de su edad que fue asesinada hace unas semanas. La noticia los afectó, y buscaron voluntariamente una canción que se llama “No es no” de Axel y Soledad Pastorutti para la clase de ESI. -¿Y qué es Ni una menos, lo saben? Yo sé que sí -Es un grupo de chicas que lucha para que los hombres dejen de discriminar y ser violentos con las mujeres, para que haya igualdad. Después del debate, empieza la parte preferida de los chicos: los videos. “¡Seño, seño!” le grita Marcelo a Andrea mientras ella conecta el proyector y pone el primer video del día. “A mi hermana le pegaba el marido, así que fuimos y lo apretamos para que no le pegue más”. Es la primera vez que escucho a un nene contar con tal naturalidad algo tan triste pero no es la primera vez para Andrea. Cuando la

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clase termina, me comenta que muchas veces en las clases de ESI los chicos encuentran el espacio para hablar de su realidad. Un año, una nena les sugirió trabajar la violencia en base a la canción “Ella” de La Beriso porque se sentía identificada con la letra y el vídeo; es que en su casa se sufría violencia, en especial su mamá. También está Mónica, de cuarto grado, que durante una clase en donde veían “El libro de Tere” (un video que trata sobre los cuidados de las partes íntimas del cuerpo) delante de toda la clase dijo que a ella la pareja de su madre, cuando estaban en Entre Ríos le tocaba esas partes de su cuerpo y que tenía miedo de estar embarazada. “Es importante por eso la ESI, para que ellos identifiquen el abuso intrafamiliar, es importante que se garantice este derecho”. Lo que dice Andrea es lo que se pide desde hace tiempo: la necesaria reforma de la ESI que garantice su acceso a todos los chicos del país. Por ello, en octubre de 2018 se aprobó en la cámara de Diputados el dictamen que plantea la reforma. Así, la Ley –cuyo debate en el Senado quedó pendiente para 2019sería aplicada obligatoriamente en todos los establecimientos educativos del país, ya que todas las provincias deberían adherirse; tendría en cuenta todas las leyes vigentes relacionadas como el matrimonio igualitario; contaría con una comisión interdisciplinaria para observar el nivel de conocimiento de los chicos y tendría un sistema de monitoreo en cada provincia. De vuelta a clase después del desayuno hay una sorpresa para los chicos: el segundo video de hoy es de Los Simpson. Es un compilado de escenas de machismo en la serie animada que después les servirá para hablar sobre estereotipos en los medios de comunicación. Es difícil volver a un clima tranquilo porque todos están eufóricos por ver los dibujitos, pero el orden en el aula llega de la mano de Edu, un nene con TGD que


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pide pasar al frente para hacer su aporte sobre el tema de hoy. Esta es la sorpresa para las seños. “Les voy a decir una cosa: la violencia de género está muy mal. Todos somos iguales, las mujeres son iguales que los hombres y los hombres son iguales que las mujeres”, sus compañeros aplauden su exposición. “¿Sabían que hay una película de Disney donde hay una feminista? Es la mamá en Los Increíbles”, termina. En los últimos minutos de la clase, Cristina les cuenta que hace unos años desde el equipo sólo tenían que hacer relevamiento de los varones que repetían, no se tenía en cuenta a las mujeres. “Uh, qué feo eso” dice uno de los chicos sorprendido, como si ese ejemplo le hubiera abierto los ojos a una realidad que para él era lejana. *** La clase de ESI de hoy terminó, pero el trabajo del gabinete no. Volvemos a su oficina y el equipo se sienta a planificar su agenda de la semana próxima. Entre sus actividades se encuentran las entrevistas a quienes solicitan vacante en la escuela, y entre todos los puntos

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que se plantean este año le dan importancia a uno: la ESI. “Es avisarles, no preguntarles. Es que entiendan que ESI se da porque así los establece la Ley 26.150 y porque es un derecho de los chicos”, dicen. Es la primera vez que tienen que plantear el tema de ESI en estas entrevistas. Es que la marea verde que luchó en 2018 por la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo despertó un movimiento celeste, que desde entonces tiene en la mira a la ESI. Desde ese momento los padres de algunos chicos quieren oponerse a la educación sexual con el argumento de “a mis hijos los educo yo, con mis hijos no te metas”, ignorando que sus hijos son sujetos de derecho y no su propiedad. “Si nosotras damos ESI les arruinamos la infancia, dicen”, explica Cristina en un momento del encuentro. Por su parte, Andrea cuenta que hace unas semanas, un grupo de padres la interceptó a la salida para exigirle que no dé más las clases a sus hijos. Que todavía son muy chicos. Que ven pornografía. Que ahora ellos no podrán tener más sexo por miedo a que los chicos se den cuenta de lo que están haciendo.

Se acerca el mediodía y la jornada de trabajo del EOE en la EP N°11 se termina. Los chicos en ese horario están en recreo y mientras nosotras recorremos el camino para llegar al auto ellos nos saludan. “Chau, Cami”, me grita una de las nenas de segundo a la que no recuerdo haber saludado y me sirve para terminar de entender que en un ambiente tan chiquito como es el de la EP N°11 nada pasa desapercibido. Volvemos a la entrada y mientras me despido de todos, veo a Andrea agachada junto a su auto buscando algo en el pasto. “Le perdí el pendrive a Cristina, parece que se me cayó del baúl por acá. Si lo ves, avísame”. Ahora que la veo buscando desconcertada el pendrive entiendo más por qué las otras seños le dicen “Dory”, como la pececita de la película de Disney que se olvida de todo. “Creo que tengo tantas cosas en la cabeza que me olvido todo”, me dice risueña. No es para menos, las cuatro horas de mi día que pasé hoy en la EP N°11 me alcanzaron para entender el enorme trabajo que es la docencia.


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ENTREVISTA A MAURO FLORES

“FUE LA FORMA DE SALVAR MI VIDA” Es profesor de Educación Física, tiene 40 años y vive en Florencio Varela. Mientras cursaba el cuarto año del profesorado le detectaron un tumor, por lo que le tuvieron que practicar una cirugía de amputación. Hace 13 años usa una prótesis en su pierna derecha que le permite ejercer la docencia. Es modelo de una reconocida empresa alemana.

Mauro Flores es egresado del Instituto Superior de Formación Docente N°101 de Avellaneda. En 2005, luego de la amputación de su pierna derecha y cuando aún se rehabilitaba, cumplió el sueño de recibirse. No fue una tarea fácil, pero tampoco imposible, con fortaleza logró sortear todos los obstáculos que su nueva condición física le presentaba. Su familia y la fe fueron los pilares para retomar sus actividades cotidianas transcurrido apenas un mes de su recuperación. Hoy se encuentra en pareja con Vanesa y juntos tuvieron una hija, Catalina, que hoy tiene cinco años. Además de enseñar Educación Física, dicta clases de Construcción de la Ciudadanía. Por otro lado, brinda un taller inclusivo: “Vida en la Naturaleza” en la Asociación Civil RISEL (Resilientes por la Inclusión Social, Educativa y Laboral). En todas estas instituciones, lo primero que hizo en el inicio de cada una de las clases, fue dar a conocer su condición física para que todos los niños y adolescentes se saquen la curiosidad que les genera su prótesis transfemoral. -¿Cómo decidiste ser profesor de Educación Física?

-Tenía 22 años. Había hecho el primer cuatrimestre de la carrera de Contador Público, me fue bastante bien porque venía de una formación en Economía desde la escuela. Pero algo a la hora de proyectarme en un trabajo me decía que no era el lugar en donde tenía que estar. Tengo un hermano más chico que en ese momento empezaba a entrenar para el ingreso al profesorado de Educación Física y me enganché con él porque la idea de ser contador no me cerraba. Además, yo formaba parte de un movimiento scout como dirigente, trabajaba con chicos de entre 7 y 11 años. El trabajo que yo hacía con juegos y al aire libre, los fines de semana, no se correspondía con lo que estudiaba en aquel momento. -¿Qué lugar ocupa el deporte en tu vida? -Hago poco deporte porque me cuesta, pero la actividad física en general y el juego del rol docente están presente a diario. El deporte desde la práctica es una deuda pendiente porque no tengo un equipamiento que me permita, por ejemplo, salir a correr, que es una de las cosas que más me gustaba hacer. A veces hago bicicleta fija en casa por-

Por ALEJANDRA ROA

que salir se me complica. Salí 2 o 3 veces con mi hermano que hace ciclismo urbano, pero es algo esporádico. -¿Cómo fueron esos días/semanas inmediatas tras haberte enterado que tenías un tumor en la pierna? -Fue un poco inconsciente como lo tomé. No tomé total dimensión de lo que significaba tener un tumor en la pierna. Tampoco tomé las medidas necesarias para cuidarme la salud. Me enteré en agosto de 2004 y seguí cursando todas las materias prácticas hasta diciembre, con el riesgo que me pasara cualquier cosa. Mi mayor temor era no poder cumplir el sueño de ser profesor de Educación Física. Pensé que si blanqueaba la situación se limitarían las posibilidades de poder recibirme, pero eso no sucedió, porque los finales que me habían quedado los pude rendir al año siguiente después de la operación. -¿Cómo fueron los días de recuperación? ¿Cuánto tiempo estuviste alejado de tus actividades cotidianas? -Poco tiempo. Luego de la operación respecto de lo físico estaba muy bien, cuando me dieron el alta volví a mi casa y empecé a probar qué podía y


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qué no podía hacer. En menos de un mes ya estaba equipado con una pierna de muleta, una “pata de pirata”, con eso me manejaba para todos lados. -¿Siempre tuviste buena voluntad, buena predisposición? -Sí, porque tenía en perspectiva que amputarme fue la forma de salvar mi vida. Entonces la pérdida de la pierna fue algo bueno para mí, dentro de lo malo. Un día una persona me preguntó: ¿si tuvieras la oportunidad de tener tu pierna la volverías a tener? Y le dije: “no, porque tendría cáncer”. No era una pierna sana, tenía un tumor y no estuvo en otra parte de mi cuerpo gracias a Dios, tuve suerte también. En el momento que salí de la cirugía lo primero que pensé es que ya no moriría, de ahí para adelante tenía todas las posibilidades. -Entonces ¿nunca pensaste en abandonar la carrera a pesar de todo lo que atravesabas? -Para nada. Enseguida me puse en contacto con un técnico en ortopedia y con centros de rehabilitación. Pedí en el hos-

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pital que me acercaran a una psicóloga, que hasta hoy me atiende y así empecé la recuperación. En menos de un año me fui a vivir solo. En marzo de 2006, conseguí mi primera prótesis mediante un subsidio del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, porque no tenía obra social ni manera de conseguirla. -Tu actual pierna ortopédica es de una reconocida empresa alemana, ¿cómo lograste conseguirla? -Me equipaba con una ortopedia de La Plata y por medio del dueño me empecé a contactar con gente de Ottobock Argentina. Fui a expos ortopédicas y ahí empecé a conocer a personas de la empresa. Mi historia, que soy profesor de Educación Física amputado, les llamó la atención y me empezaron a convocar para distintas actividades. En un momento me ofrecieron ser modelo de prótesis transfemoral y acepté. Desde 2015 participo de la empresa como modelo colaborador. -Sos docente de niños y adolescentes, ¿sentiste discriminación por parte de ellos? -No, de parte de los chicos no. En la

primera clase les cuento mi historia, lo que me pasó. Les muestro mi equipo protésico porque muchos fantasean que es una “pierna de robot”. Trato que ellos pregunten todo lo que quieran saber y después de la tercera o cuarta clase, la prótesis deja de ser un tema. Tuve varias experiencias con distintos alumnos, con padres que se han acercado a felicitarme. Un ejemplo es el de un hombre que tenía amputado el brazo y según él, gracias a mí, su hija cambió la mirada sobre la discapacidad y sobre lo que le pasaba a él. -¿Qué le dirías a alguien que pasa una situación como la que te tocó vivir? -Que hay que ir de a poco. Hay que ponerse metas cortas y desde ahí, construir. Que no pierdan la fe, que se aferren a las personas que quieren. Uno de los puntos más importantes en mi recuperación fue relacionarme con personas, no cerrarme. -¿Qué lugar ocupa Dios en tu vida? -Dios me dio la fortaleza. Por eso no puedo no creer en él.


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La periodista gráfica identificó en las redes sociales que el término “mamá luchona” es a menudo utilizado de modo despectivo para referirse a aquellas madres que viven su juventud a través de este rol convencional. Por esta razón eligió retratarlas.


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Por LUCÍA ORELLANA

MAMÁS LUCHONAS

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A pesar de los intentos de deslegitimar al movimiento de mujeres y a otros colectivos disidentes, la lucha feminista parece adquirir cada vez mayor fuerza. Los reclamos por conseguir sus derechos bรกsicos se visibilizan al tomar las calles en cada manifestaciรณn.


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AÑO 5- #9 ENERO-JUNIO 2019 ARG $75 ISSN 2451-5590

IMÁGEN DE CONTRATAPA GENTILEZA ANTIPRINCESAS EDITORIAL CHIRIMBOTE

FRONTERAS Q

ANTIPRINCESAS DISNEY HA MUERTO


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