PSICO | ENTREVISTA
Juan Ramón Lucas
“Las puertas de la felicidad se abren hacia fuera”
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¿Qué es la verdadera felicidad? ¿Es innata en nosotros o tenemos que trabajarla para poder experimentarla? ¿Se puede ser feliz en la adversidad, la soledad o la enfermedad? Juan Ramón Lucas y su libro Hablemos sobre felicidad arrojan algo de luz sobre este tema permanentemente cuestionado Por Marta Bellmont
avier Fernández Aguado, uno de los pensadores europeos actuales más reconocidos y referente en el mundo del management, y Sandra Ibarra, presidenta de la Fundación de Solidaridad Frente al Cáncer que lleva su nombre, son grandes conocedores de la felicidad. El primero ha reflexionado y escrito en numerosas ocasiones sobre ella y la forma en que gestionamos nuestras emociones para orientar nuestras vidas y nuestros esfuerzos, y la segunda también la ha tratado en una obra testimonial, Las cuentas de la felicidad, y la ha buscado desde el lado menos amable de la vida: a través de la vivencia de su propia enfermedad. Ambos, catadores de la dicha humana desde distintos planos, tienen mucho que aportar a todo aquel que aspire a sacarle a la vida lo mejor que ofrece y esté abierto a la oportunidad de aprender de otros para lograrlo. En Hablemos sobre felicidad (LID Editorial), intelectual y activista frente al cáncer charlan sobre el particular dirigidos por los planteamientos de Juan Ramón Lucas. Conversaciones que no tienen ánimo de sentar cátedra ni de servir de guía para el crecimiento personal de nadie, sino que más bien pretenden ilustrar de forma amigable y próxima las vicisitudes vividas por los dialogantes y otras personas que, como ellos,
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han buscado, encontrado y protegido la felicidad pese a haberse enfrentado a contratiempos y desafíos vitales importantes. No te pierdas el resumen que hace el autor en estas páginas. PSICOLOGÍA PRÁCTICA: ¿Por qué un libro “más” sobre felicidad? ¿Qué aporta de nuevo? JUAN RAMÓN LUCAS: Desconozco la literatura sobre
el particular para poder definir si aporta o no algo nuevo. Nuestra intención no es hacer un libro más sobre nada, sino poner a disposición del lector que pueda estar interesado el diálogo sobre felicidad de una persona que ha experimentado la adversidad en primera persona en forma de enfermedad y otra que reflexiona y escribe sobre la condición humana. Lo hemos puesto negro sobre blanco y a partir de ahí cada cual que aproveche lo que le pueda ser útil. ¿Cómo es eso de que la felicidad puede ser camino y destino al mismo tiempo?
Casi todo en la vida es camino y destino. Si vives atento, claro. De todas formas, el asunto nos ocupa páginas enteras, de modo que no voy a ser tan pretencioso como para intentar resumirlo en dos líneas. En el libro está.
Diccionario de felicidad CÍRCULO DE POSITIVIDAD: es el poder de la actitud y las acciones. Un gesto grato, una sonrisa, invitan a quien se lo ofrecemos a responder de la misma forma, creando con ello una atmósfera agradable. CRISIS: oportunidad al poner ante nosotros un paisaje o un papel en blanco con la posibilidad de crear o buscar algo mejor que lo que había. PACIENCIA: es una actitud de dominio sobre el tiempo y las emociones. Es el camino hacia la tranquilidad. REFUGIO AFECTIVO: lo encontramos en el diálogo y la interrelación con los demás. Es ese territorio de seguridad que construimos con quienes se comprometen con nosotros y ante quienes nos sentimos comprometidos. SANTUARIO INTERIOR: ámbito de soledad y encuentro donde nos sentimos a gusto y en armonía. Está dentro de nosotros y es inaccesible.
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Juan Ramón Lucas
Es periodista y ha desarrollado prácticamente toda su carrera profesional en la radio y la televisión, medios en los que se mueve como pez en el agua. Ha sido galardonado con el Premio Ondas en dos ocasiones, una por su trayectoria profesional en la radio y otra por su labor como presentador televisivo.
Cierto, cada cual define la felicidad según como entienda la vida y según sus experiencias, valores y creencias, pero ¿cómo la define usted?
Es el equilibrio cotidiano, la alegría de sentir que lo que piensas y lo que haces, lo que quieres y lo que puedes, están en armonía.
Como recuerda Fernández Aguado, las puertas de la felicidad se abren hacia afuera. Somos en gran medida en relación a los demás.Y nuestra vida cotidiana son pequeños gestos: cuantos más hagamos por conseguir que las cosas funcionen a nuestro alrededor, mejor nos encontraremos. Al menos esa es mi experiencia.
A muchas personas parece que los contratiempos, los pequeños problemas, les amargan la vida. ¿Cómo cree que deberían asumirlos para que no mermen su felicidad?
Es propio de personas felices valorar las relaciones afectivas, ¿cree que uno puede estar más o menos solo, o relacionándose lo mínimo imprescindible, y ser feliz?
¿Y los grandes golpes vitales: una enfermedad grave, la muerte de un ser querido, problemas importantes de convivencia, etc., cómo encajan en la persona que quiere ser feliz?
¿Hasta qué punto necesitamos todos de un “refugio afectivo” para sentir satisfacción con la vida?
No soy psicólogo, pero desde mi experiencia la forma de vivir los contratiempos es considerando que forman parte del recorrido vital. No hay que resignarse, pero tampoco frustrarse por tenerlos.
Como dice Sandra Ibarra, y reitero, los paréntesis también son la vida. No se puede pretender ser feliz constantemente ni ahogarse uno en su propia desgracia. Está claro que la actitud y la disposición de cada uno son imprescindibles cuando se trata de ser feliz. ¿En qué fallan quienes, por más empeño que le ponen a intentar cambiar su forma de pensar y de sentir, no consiguen ser felices?
Hay mucha gente que no consigue ser feliz. ¿Por qué? No tengo respuesta. Probablemente si fuéramos siempre capaces de vivir el presente con intensidad y atención tendríamos mejores herramientas para gestionar lo bueno y lo malo. ¿En qué medida importan los pequeños gestos hacia los demás? 28 ■ Psicología
Por supuesto que sí. Entre otras cosas porque el punto de partida de nuestra relación con los demás somos nosotros mismos.Y a menudo es la soledad, el silencio, lo que nos ayuda a conocernos mejor.
En el libro se apunta esa necesidad de algo firme a nuestro alrededor. Supongo que es lo que nos hace sentirnos seguros. En el libro apuntan también a la importancia de los círculos de positividad, de moverse en ambientes optimistas y positivos donde nos podamos contagiar y así irradiar nosotros lo mismo a otras personas. Sin embargo, muchas personas trabajan o se desenvuelven en ambientes a veces no demasiado gratos y donde las dificultades y las trabas a cualquier intento de avanzar están a la orden del día. ¿Cómo encontrar motivación ahí y positividad que les impulsen a sentirse bien?
Los círculos de positividad tienen que ver con la actitud. En cualquier ambiente uno puede tratar de ser positivo, de mostrarse positivo hacia los demás, y ahí es donde empiezan a manifestarse los círculos de positividad. El ambiente afecta, pero lo esencial es la actitud.
Javier: Es difícil, pero sí creo que es posible no ser felices nunca. Si el camino que uno emprende es claramente equivocado y hay propósito de equivocarse, puede ser que uno vaya de placer en placer pero no llegue a ser feliz nunca.
Javier: No se trata de buscar culpables. Simplemente estamos señalando cosas que ocurren y que se pueden cambiar porque tenemos las herramientas para hacerlo. A veces necesitamos que alguien de nuestro entorno nos ayude o nos oriente. Esa es también la labor de los psicólogos y psiquiatras (...). Es difícil ser feliz sin quererlo, pero sí podemos serlo sin ser conscientes, sin darnos cuenta de que lo somos.
¿Existe la insatisfacción permanente? Sandra: Hay mucha gente con una insatisfacción constante. Nada les parece correcto, están ante un paisaje precioso y solo ven la parte fea. Ante la armonía y el equilibrio se fijan en lo que no está en sintonía, son capaces de ver lo negativo en un conjunto de cosas maravillosas. Y eso es un lastre.
JR Lucas: ¿Eso no es culpabilizar a quien no es capaz de liberarse de la insatisfacción?
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“Es más fácil mostrarnos como somos realmente cuando las cosas se nos presentan difíciles. Pero la frustración puede trabajarse, como también la tenacidad y la determinación” Sandra Ibarra apostilla que “no nos han enseñado a ser felices”. ¿Cree que la felicidad es algo que se puede aprender, o que se puede enseñar?
La felicidad no, pero las herramientas para trabajarla sí. La motivación, la autoconfianza, la disciplina, el respeto a los demás… todo eso puede enseñarse y debería tenerse en cuenta desde el principio en la educación infantil. ¿Y a aprender del fracaso, se puede enseñar? Porque con esto ya se conseguiría un pasito en ese camino que es la felicidad…
La frustración puede trabajarse. Si acostumbras a los niños al “no”, estás enseñándoles que no siempre se consigue lo que se quiere. A partir de ahí es más fácil trabajar la tenacidad, la determinación, el hábito de luchar por las cosas. ¿Está de acuerdo con la creencia de Javier sobre que “nadie se conoce a sí mismo hasta que no vive un periodo grave de contradicción física o psicológica personal o profesional”?
Probablemente es más fácil que se muestre lo que realmente somos cuando las cosas están difíciles o se nos complican.
¿Es eso lo que nos empuja a salir de la zona de confort en busca de la felicidad?
+ INFO HABLEMOS SOBRE FELICIDAD. Autor: Juan Ramón Lucas. Editorial: LID. Páginas: 192. Precio: 19,90 e. 30 ■ Psicología
Hay muchas cosas que nos impulsan en esa dirección: la ambición, el miedo, la duda… la atención. En todo caso, salir de la zona de confort es una lúcida manera de crecer. ¿La felicidad es un hábito, es decir, hay que practicarla y trabajarla para asumirla como normalizada?
Trabajarla, prestar atención, vivir el presente, pensar en los demás sí es algo que puede y debe trabajarse. A partir de ahí es más fácil encontrar esa alegría, ese equilibrio interior.
¿Y cómo encontrarla en el sufrimiento?
Es muy difícil. A menudo imposible, porque todo es tan duro que no nos deja margen para maniobrar. En esos casos nada se puede hacer salvo ser paciente. Lo cual, insisto, no es resignarse, sino esperar al momento adecuado para tratar de acabar con esa situación. En ese sentido, es importante unir fuerzas con quien también lo está pasando mal, no para sufrir todos juntos, sino para no sentirse solo y abrigar esperanzas en que juntos seamos más fuertes. ¿Echarle más humor a la vida sería una buena forma?
Es indispensable buscar la forma de echarle humor a las cosas. ¿Qué nos pasa con el tiempo, que no sabemos qué hacer con él?
Creo que eso sucede porque no lo valoramos. Cuando no sabemos lo que tenemos es imposible que sepamos qué hacer con ello. Se ha puesto de moda en el mundo del autodesarrollo destacar la atención plena como vía para conseguir muchas cosas: reducir la ansiedad y el estrés, tener éxito, ser más felices, tener mayor claridad mental… Ustedes también hablan de ella en su libro. En su caso, ¿cuál es la razón para aconsejar más atención?
Porque lo único que nos hace vivir de verdad es la atención. Si no estás atento al presente, te lo pierdes, no vives.Yo no sé si es cuestión de moda, pero es tan obvio que resulta difícil hasta dar una explicación. ¿Y cómo encontrarla en el sufrimiento?
En el sufrimiento la atención es mucho más fácil. Lo que hay que hacer es ser consciente y vivirlo tratando de buscar el momento en que podamos empezar a cambiar esa situación.