Balance de la Dependencia
Nº 48 - noviembre 2014
INNOVACIÓN Y
Dar visibilidad y detectar los malos tratos a las personas mayores: un reto para todos El maltrato es una realidad que sufre cualquier sociedad y que consigue mermar la libertad de todos, de aquellos que son sujetos de esas situaciones, de quienes imparten la violencia y del resto también. Es una realidad que se tiñe de matices más dramáticos, si cabe, cuando quien recibe el maltrato es una persona mayor que, en muchos casos, es una persona dependiente para realizar las actividades de su vida diaria. Y las peculiaridades de esos sujetos y el hecho de que la mayoría de las situaciones de maltrato se produzcan dentro del hogar, las convierte en invisible en la inmensa mayoría de los casos para la sociedad en su conjunto.
Juani Loro - BALANCE La Organización Mundial de la Salud, la OMS, define los malos tratos a los mayores como “un acto único o repetido, o la falta de una acción apropiada, que ocurre dentro de cualquier relación donde existe una expectativa de confianza, que causa daño o angustia a una persona mayor. Puede ser de varias formas: físico, psicológico/emocional, sexual, financiero o simplemente reflejar negligencia intencional o por omisión”. En base a esa definición, el doctor Juan Manuel Espinosa, del grupo de trabajo de Atención a las Personas Mayores de la So38
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ciedad Española de Médicos de Familia y Comunitaria, semFYC, está convencido de que si la sociedad en su conjunto estuviese receptiva previamente, “en un alto número de casos no se habría producido el maltrato. Pero hasta ahora el histórico ha sido no entrometernos demasiado y considerar que eso forma parte de una realidad estereotipada”. En la prevención de estas situaciones todos tenemos algo que decir. No se trata de una realidad ante la que sólo cabe la actuación institucional o de los profesionales vinculados al cuidado de las personas mayores. Se trata de una realidad que ha
de enfrentar la sociedad en su conjunto de modo que cada uno, desde su propia responsabilidad personal y profesional, actúe en consecuencia ante una situación de alarma. El doctor Espinosa aboga porque “todos hemos de ponernos las gafas necesarias para ver que este problema es de una frecuencia mayor de la que nos creemos y no tiene que vivirse internamente dentro del domicilio”. El abanico de formas que toma la violencia contra los mayores es amplio: el maltrato puede ser psicológico, haciéndoles sentir que son una carga y que han perdido sus derechos; económico, ne-
gándoles la posibilidad de disponer de sus bienes y de su dinero; físico; sexual, farmacológico, negligencia o abandono, etc.
¿Una realidad invisible? El maltrato a las personas mayores es una realidad, pero no es siempre una realidad visible. No es un problema nuevo, aunque la gran mayoría de los casos (algunos estudios indican que entre cinco y siete de cada ocho), no se denuncian. Se trata de situaciones ocultas que pocas veces llegan a conocerse por diversos motivos. Algunos tan obvios como que a partir de cierta edad,