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EL BALANCE VIDA-TRABAJO NO EXISTE

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UN DEPORTE SERIO

UN DEPORTE SERIO

Cervantes

Un amigo, padre de familia, fue despedido del trabajo después de casi 20 años de servir en una de las más importantes empresas de su ramo. Se sintió tan alegre, liberado y optimista, que se dirigió directo de la oficina de Recursos Humanos, al colegio de su hija adolescente para recogerle y darle la noticia.

LA JOVEN se sorprendió, usualmente se iba en el autobús del colegio, pero ese día ahí estaba su padre sonriente, descorbatado y sin pinta de tener prisa por acudir a la oficina. Cuando la hija supo la noticia se soltó en llanto. Experimentaban emociones contrapuestas, sin duda una mala comunicación.

Los líderes de las organizaciones solemos tener nuestras responsabilidades en el trabajo como el gran pretexto para no poner suficiente atención en los temas de la familia.

Muchos decimos que la familia es la razón por la cual trabajamos, por la cual soportamos el tráfico de la ciudad, a los jefes e, incluso, que por ella hacemos actividades que están alejadas de nuestra auténtica vocación.

Nos quejamos de la falta de tiempo para estar con nuestros hijos y pareja, pero cuando llegamos con ellos no logramos conectar. Solo hablamos de problemas.

En casa, como en la vida, hay que persuadir con el ejemplo. Hay que procurar llevar un ambiente alegre, optimista, positivo, que nos abra los corazones de sus miembros. Un dicho muy conocido es “no llevar los problemas del trabajo a la casa”. Así que cuando regresemos con la familia lo primero que debemos hacer es esforzarnos por poner como prioridad el apreciar las cosas buenas del día.

Para empezar, alégrate de verlos pero, como dice un comediante, “avísale a tu cara”: sonríe, pela los ojos, abre tus brazos, bésalos y concéntrate en las cosas buenas. A los hijos, a la pareja, pregúntales por las cosas buenas que les sucedieron. “¿Qué fue lo mejor que te pasó hoy?”, “¿qué aprendiste hoy?”, “¿qué cuenta Juan? (o Pedro o Bety, los mejores amigos de tus hijos o pareja)

Por tu parte, háblales de las cosas agradables de tu jornada. Hazte el hábito de platicar de forma personal con cada uno de ellos al menos 15 minutos diarios y pon verdadera atención en lo que te cuentan; compárteles lo que realmente te importa.

No hay que evadir los problemas, ayúdales apreciando las cosas positivas. Para las dificultades siempre hay tiempo. Recuerda que los seres humanos por una razón instintiva solemos detectar lo negativo, pero es un comportamiento que nos impide ser felices. Así que después de ver las alegrías, pues también se vale y es necesario escuchar o compartir lo que nos aflige.

Afortunadamente, mi amigo y su hija se dieron cuenta de sus diferentes percepciones de la vida y aprovecharon el tiempo libre para trabajar en ello. También se hicieron conscientes de que no es necesario esperar a que te corran para lograrlo.

Precisamente, me toca hablar de los problemas de comunicación en la familia en el foro Ambientes Positivos en Casa y Escuela, que organiza el Instituto de Ciencias del Bienestar Integral el 11 de marzo en el campus Tecmilenio de la Ciudad de México. Aprovecho para invitarte. Será transmitido por https://www. wellbeing360.tv/.

Estando bien en casa, seguro que podemos superar mejor nuestros retos profesionales.

Ya no pongamos de pretexto el trabajo, si lo que nos importa es la familia.

Fermentados

VINO REAL - JORGE FERRÁEZ

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