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M I N I S T E R I O C O N : N I Ñ O S · P R E A D O L E S C E N T E S · A D O L E S C E N T E S · U N I V E R S I TA R I O S

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revista especializADA EN LIDERAZGO GENERACIONAL

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AÑO I EDICIÓN 02 MAR-ABR 2017 @Lider625 LIDER625.COM

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E N E S TA E D I C I Ó N : EMMANUEL ESPINOSA

¿FORMANDO MÚSICOS O FORMANDO DISCÍPULOS?

HÉCTOR HERMOSILLO

¿ESTAMOS SIENDO UN BUEN EJEMPLO PARA NUESTROS HIJOS?

LUCAS LEYS

¿QUE LOS NIÑOS NO MOLESTEN?

SERGIO Y CARINA VALERGA

PADRES, HIJ@S Y LA IGLESIA | 1



Líder

revista especializADA EN LIDERAZGO GENERACIONAL

EDICIÓN II / 2017 AÑO 01 | NÚMERO 02

CO N T E N I DO 4 editorial

UNA CLASE NO ES SUFICIENTE HOWARD ANDRUEJOL

6 familia

PADRES, HIJ@S Y LA IGLESIA SERGIO Y CARINA VALERGA

8 LIDERAZGO generacional ¿QUE LOS NIÑOS NO MOLESTEN? LUCAS LEYS

12 estadÍsticas OBESIDAD INFANTIL

14 informe central LOS NIÑOS: NUESTRO PRESENTE Y NUESTRO FUTURO JESSICA IBARBALZ

20 disCipulado

¿FORMANDO MÚSICOS O FORMANDO DISCIPULOS? EMMANUEL ESPINOSA

24 educación

LA ENSEÑANZA A LOS NIÑOS ESTEBAN Y FANNY OBANDO

28 padres

¿ESTAMOS SIENDO UN BUEN EJEMPLO PARA NUESTROS HIJOS? HÉCTOR HERMOSILLO

26 padres

EDITOR EJECUTIVO HOWARD ANDRUEJOL howarda@e625.com

28 CÓMO AYUDAR A

CO-EDITOR JUAN SHIMABUKURO juans@e625.com

LOS NIÑOS A QUE AMEN APRENDER DAN SCOTT

melo@e625.com

30 DISCIPULANDO A LOS

DIRECCIÓN DE DISEÑO JUAN SHIMABUKURO DESIGN

NIÑOS KAREN LACOTA

31 5 HERRAMIENTAS

PARA TRABAJAR CON NIÑOS GLORIA VÁZQUEZ

32 Tendencias NATIVOS DIGITALES

34 EVANGELISMO

¿CÓMO ES «DEJAR QUE LOS NIÑOS VAYAN A JESÚS»... HOY? DENISE Y ALFREDO FERRARO

36 educación

EL MODELO DE JESÚS NATALIA HURTADO

38 educación

FORMACIÓN MÁS QUE INFORMACIÓN JUAN CARLOS SALAS

40 disCipulado

DISCIPULOS QUE DISCIPULAN GERMÁN ORTIZ

48 dinÁmicas ROMPEHIELOS

50 citas citables

LAS 4 «P» DE LA PATERNIDAD DAVID NOBOA

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STAFF

@Lider625

ASISTENTE EDITORIAL

MELODY ZERAVIKA

PUBLICIDAD info@e625.com FOTOS DE PORTADA istock.com TRADUCCIÓN ARIEL CASTILLO, ALEXANDER LÓPEZ COLABORACIONES JOSUÉ CASTELLÓN, MARCELO MATALONI, SERGIO ZAPATA, WENDDY NECIOSUP MASTERMIND LUCAS LEYS BOARD

MARK OESTREICHER, JIM BURNS, FÉLIX ORTIZ, RICH VAN PELT, ESTEBAN FERNÁNDEZ, VALERIA LEYS, ESTEBAN OBANDO, PILAR SUÁREZ, WILLY GÓMEZ.

CONTÁCTENOS

info@e625.com

DECLARACIÓN DE MISIÓN

Líder6·25 existe para servir a quienes trabajan con las nuevas generaciones ofreciéndoles reflexión e información que les ayude a madurar espiritualmente y a crecer en efectividad en sus ministerios. Los artículos publicados en esta edición representan la opinión de sus autores y no necesariamente la de los editores. Las personas que aparecen en la fotografías que ilustran los artículos no guardan necesariamente relación con su contenido. Autorizamos el uso del contenido de Líder6·25 siempre y cuando su fin no sea lucrativo y se dé crédito al autor, así como al número y volumen de Lider6·25.


editorial

Una Clase no es suficiente H OWA R D A N D R U E J O L Aún la más espectacular del planeta no es suficiente. Puede ser muy atractiva, tanto que todos quieren estar allí semana a semana. Puede estar llena de dinámicas y actividades interactivas, multimedia, colores y sabores. Puede contar con la energía de muchos voluntarios, ritmos y movimientos. Fantástico y envidiable, pero insuficiente. Como pastor, semana a semana expreso mi gratitud a todos los líderes que dirigen cada uno de nuestros programas para niños. Aprecio tanto la dedicación que muestran para prepararse y entregar con tanto empeño su energía a nuestras nuevas generaciones. Todos los domingos digo desde nuestro púlpito que estoy profundamente agradecido por esta labor. ¡Lo digo muy en serio! De hecho, en unos minutos tendré una reunión con quien coordina este ministerio, y lo repetiré de nuevo. ¡Gracias por el trabajo que hacen! Mi mejor deseo es que podamos invertir en formar hombres y mujeres que amen, sirvan y teman a Dios. Anhelo ver estas pequeñas vidas transformadas por el poder del evangelio, siendo usadas por Dios de formas inimaginables en un proyecto estratégico de vida misional. Los miro correr en el templo (y como pastor, es mi responsabilidad acercarme a regañar a los adultos que quieren impedírselos) y pienso que allí van nuestros futuros pastores, empresarios, académicos, políticos, deportistas, padres, madres. Conozco algunos casos de cerca; y sin exagerar, todas son historias con ciertas cicatrices. No existe familia perfecta, eso es una realidad. Pero algunas han sido golpeadas por crisis más agudas. Todas estas personitas fueron creadas con tanto potencial, pero un ecosistema familiar no saludable podría impedir que crezcan hasta la madurez. Muchos padres necesitan ayuda para lidiar con el peso de sus propias cargas, no digamos para llevar las de sus hijos. Cuando veo la iglesia como algo que sucede semana a semana, estoy satisfecho porque tenemos un programa los domingos que cubre la necesidad. Cuando veo las familias y el futuro de las pequeñas generaciones, considero que tenemos que hacer algo más. Las actividades del fin de semana deberían ser nada más la punta del iceberg del ministerio con niños. ¿Cómo vamos a discipular a estas generaciones? ¿Qué estrategias relacionales implementaremos para acompañarles a la madurez? ¿Cómo vamos a tener presencia e influencia en sus vidas, no solo hoy sino mañana también?

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Personalmente, no soy la mejor opción para dar una clase para los niños. En ocasiones no sé cómo llamar su atención, y en ocasiones molesto más que ellos. Tampoco pienso en figuras y colores (soy ingeniero y tengo poco de artista). No puedo cantar muy bien, ni sé dinámicas creativas. Básicamente, soy un descalificado para este trabajo en la iglesia. Y así hay muchos adultos, descalificados para lo que hoy conocemos como ministerio de niños. Sin embargo, quizás podríamos intentar algo atrevido. ¿Qué tal si reformulamos lo que significa hoy trabajar con niños? ¿Por qué no lo inventamos de nuevo, desde cero? No quiero descartar todo lo valioso que ya tenemos, pero veo que no es suficiente. Es decir, si replanteamos el objetivo del ministerio intergeneracional, podremos diseñar estrategias efectivas para lograrlo. Allí, ciertamente tendrán su lugar las actividades del fin de semana que ya hacemos. Y también tendrán lugar adultos como yo. Inventemos un espacio donde podamos cumplir nuestra responsabilidad y ser útiles. La misión de Dios es redimir al hombre, para ello nos encomendó el mensaje de la reconciliación y nos envió a hacer discípulos. Una clase es insuficiente. El objetivo es el mismo. Pero cada familia y cada iglesia tendrá que desarrollar su propio modelo. Será único, porque las personas que involucra son únicas -así como sus historias, necesidades, relaciones, dudas, oportunidades. Encuentro fascinante el detenerme a soñar en un discipulado muy activo de niños. Aunque no sea bueno para dar una clase, quiero ser un adulto involucrado en la vida de estos pequeños. Quiero estar cerca y ser una zona segura para ellos, un viejo que pueda amarles y enseñarles. Aunque no sea bueno para sus eventos, quiero que Dios me use para discipular a estos pequeños. Todavía no sé exactamente cómo; tendré que experimentar. Seguiré pensando. Seguiré intentando. Aprendamos juntos. Howard Andruejol -editor ejecutivo @hac4j Es ingeniero, pastor de Iglesia El Mensaje De Vida en ciudad de Guatemala y director del Instituto e625. Autor de «Estratégicos y Audaces», y editor general de la Biblia para el Líder de Jóvenes.

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PREPÁRATE

SERVICIO, EL LIDERAZGO Y PARA LA VIDA.

PARA EL

1 TIMOTEO 4:12

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familia

PA D R E S , H I J @ S Y LA IGLESIA S E R G I O Y C A R I N A VA L E R G A En 1 Corintios 12:14-20, Pablo pinta un cuadro bastante claro acerca de cómo debería verse la Iglesia: un grupo de individuos y familias trabajando juntos por un propósito en común, «traer gloria a Dios». Cada uno de los que formamos parte de la comunidad de fe (pastores, líderes, maestros, padres, hijos) tenemos un rol que cumplir: apoyar a otros y sus funciones en el cuerpo, a través de la cooperación, el compañerismo y la interdependencia.

Sergio y Carina Valerga @sergiovalerga @carinavalerga son autores y conferencistas nacidos en Argentina. Ambos son graduados de la Advanced Leadership & Pastoral School de Christ for the Nations Institute y ordenados por la misma Institución. Son los Directores Nacionales de Especialidades 625 Estados Unidos y pastores de Vive Comunidad de Fe en la ciudad de Dallas, TX. donde viven con sus hijos Sergio y Alan.

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Como educadores, mentores y adultos en liderazgo, tenemos una gran tarea y también una gran responsabilidad. De alguna manera, somos un puente o ministerio de reconciliación entre la iglesia (que es la columna integradora del proyecto), los padres (y familiares en general) y los hijos. Desde esta perspectiva, no debemos pensar en los padres como el gran problema del ministerio con los jóvenes, o el enemigo que tenemos para llevar a cabo nuestra tarea. Ellos no son nuestra competencia. Más bien, debemos pensar en cómo complementarnos e integrarnos con ellos en el proceso formativo espiritual de los más pequeños. A lo largo de la historia, el pueblo de Dios ha expresado su fe como una comunidad donde existe un vínculo común y una historia compartida. De hecho, esta comunidad se llama «familia» en el nuevo pacto que Jesús vino a traer: nosotros somos la familia de Dios. Nos pertenecemos y necesitamos los unos a los otros. L A I N F L U E N C I A D E L O S PA D R E S Y MADRES Muchos padres y madres piensan equivocadamente que los amigos u otras personas

tienen más influencia en la vida de sus hijos que la que ellos tienen. Por el contrario, la gran mayoría de los niños y adolescentes piensan que sus principales héroes son alguno de sus padres. Los padres son la influencia primaria en las decisiones y elecciones de los más chicos, y la herramienta más importante con la que cuentan para discipular a sus hijos es el ejemplo. Según varios estudios, las personas más influyentes en la vida de los niños, preadolescente, adolescentes y jóvenes son (en este orden): Padres y madres. Familiares cercanos. Otros adultos que se interesan en ellos, como pastores o maestros. Pares de su misma edad. Personas a través de los medios masivos de comunicación. Los tres grupos de personas que mayor influencia ejercen sobre los más jóvenes están conformados por personas adultas. Esto nos muestra la importancia que ellos tienen en el desarrollo del niño en su camino hacia la madurez. Nuestros hijos tienen la necesidad de encontrar modelos a quienes imitar y en donde

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Los padres son la influencia primaria en las decisiones y elecciones de los más chicos, y la herramienta más importante con la que cuentan para discipular a sus hijos es el ejemplo. puedan sentirse reflejados. Qué interesante es ver que generalmente esos modelos no son personalidades famosas de la farándula, sino simplemente hombres y mujeres que han estado con ellos en momentos específicos de sus vidas. Sabemos lo vital que es la influencia a largo plazo que se produce en ellos y ellas cuando se dan relaciones significativas y se modelan roles que son dignos de imitarse. Por tal razón, son sumamente valiosos aquellos adultos que serán los marcos de referencias y modelos para las generaciones futuras. Personas que tengan bien integrada la fe en la vida cotidiana, que sean espiritualmente prácticos y que modelen una fe que funciona para la vida. D E PA D R E S CO N S C I E N T E S A PA D R E S I N V E R S O R E S El hogar y no la iglesia debe ser la principal fuente de formación de la identidad espiritual de los más chicos. La manera más efectiva de tener hijos involucrados y serios acerca de su relación con Dios y con la comunidad de fe, es teniendo papás y mamás intencionales y serios en su relación con Dios y su comunidad de fe. Si deseamos tener hijos espiritualmente saludables, necesitamos animar y trabajar para tener padres espiritualmente saludables. Por razones obvias, y para atender mejor las necesidades pertinentes a cada etapa del desarrollo físico y emocional, preferimos trabajar con ellos separándolos por grupos de edades, lo cual facilita la interacción y también nos ayuda a ser específicos en el trabajo de dis-

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cipulado. Sin embargo, algo clave en la formación de las nuevas generaciones es entender nuestro trabajo con ellos en un contexto intergeneracional, en donde la familia se vea involucrada en el proceso como una parte fundamental. Los padres y madres tienen la responsabilidad del crecimiento espiritual de sus hijos, y la iglesia debe trabajar junto a la familia para aportar a esta tarea. ¿Qué si pensáramos nuestro liderazgo como parte esencial de la pastoral familiar en «un esfuerzo por sincronizar el liderazgo de la iglesia y los padres en torno a un plan maestro para construir la fe y el carácter en sus hijos e hijas»? Reggie Joiner hace un interesante planteamiento en su libro titulado Think Orange. Uno de los temas destacados es cómo nuestras expectativas sobre otros influencian sus comportamientos. Joiner escribe a los líderes: «Tu percepción del potencial que los padres tienen de cambiar y de involucrarse en el proceso de la formación espiritual de sus hijos, puede dirigir el modo en que respondes ante ellos». ¿Cómo podemos sincronizar el trabajo de la iglesia con el trabajo de los padres? Muchas veces, como maestros de niños o de preadolescentes, juzgamos a los padres en lugar de creer que ellos aman a sus hijos y quieren lo mejor para ellos. Joiner presenta una escala útil para describir los niveles de asociación entre los padres y los líderes: Los padres CONSCIENTES están preocupados sobre una situación particular o en desarrollo

de sus hijas e hijas. Estos padres están fuera de la iglesia, pero son abiertos a ella y les interesa convertirse en mejores padres. Los padres INVOLUCRADOS tienen una relación básica o inicial con la iglesia. Aunque solo se dediquen a llevar a sus hijos a la iglesia, estos padres están tomando pasos para influenciar espiritualmente a sus hijos. Los padres COMPROMETIDOS están decididos a trabajar en conjunto con la iglesia, están creciendo en su relación con Dios y asumen alguna responsabilidad del liderazgo espiritual de su hogar. Los padres INVERSORES proactivamente dedican de su tiempo y energía a colaborar con la iglesia. Ellos entienden la estrategia de tu ministerio y forman parte activa en el proceso de formación espiritual. ¿Qué pasaría si intentaras ayudar a los padres a moverse a un nivel más profundo en cuanto a su colaboración contigo? De CONSCIENTES a INVOLUCRADOS, de INVOLUCRADOS a COMPROMETIDOS, de COMPROMETIDOS a INVERSORES. Ese es quizás uno de los desafíos más grandes que tenemos por delante en el liderazgo de las nuevas generaciones: ayudar a que los padres y madres de nuestros chicos, intencionalmente, inviertan en la vida espiritual de ellos. Creemos familias firmes en su fe, que se vuelvan un motor inspirador para nuestros propios hijos e hijas y para cada niño y niña que Dios nos ha encomendado.

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LIDERAZGO generacional

¿QUE LOS NIÑOS NO MOLESTEN? LUCAS LEYS Compartir una clase con varones de ocho es un desafío. Interrumpen. Comentan la lección sin edición. Sueltan detalles «científicos» sin conexión aparente. Coleccionan cosas mientras escuchan. Se las muestran al de al lado. Piden agua. Se acuerdan de algún súper héroe. Piden ir al baño porque tomaron agua. Miran por la ventana y si no hay ventana, esa ilustración rara de la pared. ¿Es una jirafa o un dinosaurio desconocido? Responden la pregunta, pero esa no era la respuesta sino algo que se les ocurrió que no tenía nada que ver con la lección, y…. ¿ya dije que interrumpen?

Lucas Leys @LucasLeys Es el fundador de e625 y uno de los líderes más influyentes de la Iglesia en Iberoamérica. www.lucasleys.com.

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Los niños de ocho son una obra de arte. Lo sé porque di clases a niños de ocho, tuve ocho años, tuve un hijo de ocho. Y así como hay gente a la que le corre un sudor frío si tiene que hablar en público a un grupo grande, a mí me recorre ese mismo sudor si tengo que dar una clase a niños de ocho. Cada etapa de la vida es crucial y el liderazgo generacional justamente tiene que ver con respetar cada etapa y entender cada una de ellas en conexión con las otras. Que haya etapas es parte del diseño del gran artista celestial y aunque por años mi foco casi exclusivo fue el trabajo con los adolescentes, hoy entiendo mejor el gran efecto que tiene la niñez en la adolescencia. Por eso también me urge que la iglesia ejercite su mejor influencia lo antes posible.

Así como Dios pinta colores en los cielos por las tardes, diseñó un camino gradual de maduración. Es un ciclo para la vida; cuanto mejor entendemos este ciclo, más eficaces seremos los padres y la iglesia en sacarle el jugo hasta la última gota. Con los lentes de la iglesia, los dos mega bloques de la niñez pura van desde el nacimiento hasta los cinco y desde los seis hasta los nueve. 0-5 L A M AT E R N I DA D Los menores de cinco necesitan a sus padres. Los necesitan -necesitan. Sin atenuantes. Los pastores y líderes de la Iglesia debemos comprender que esos padres no pueden tener otra prioridad que no sea pasar tiempo con esos niños pequeños. Esos padres van a llegar tarde a las reuniones. Esos niños van a hacer ruidos molestos y regalarnos olores extraños cuando estemos con esos padres. Esas familias van a tener que hacer un gran esfuerzo por empezar la historia de esa criatura con un gran comienzo. El cerebro humano es un universo misterioso y para sorpresa de la ciencia, la posibilidad de leer y ver el movimiento de las neuronas ha avanzado más rápido que incluso lo que los más destacados científicos pudieron anticipar hace solamente unos años atrás. Hoy contamos con magneto encefalografía, tomografía por emisión de positrones, resonancia magnética funcional y espectroscopias magnéticas nucleares para entender que el cerebro se reorganiza a si mismo continuamente, lo cual se llama neuroplasticidad.

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Cada etapa de la vida es crucial y el liderazgo generacional justamente tiene que ver con respetar cada etapa y entender cada una de ellas en conexión con las otras. Lo que ocurre antes de los cinco años acelera o desacelera la neuroplasticidad para el resto de la vida. En palabras más simples, los primeros cinco años de vida tienen mucho más que ver con nuestra inteligencia de lo que antes sabíamos y también tienen que ver con la sana regulación de nuestras emociones. El Dr. David A. Souza, autor del influyente libro How the Brain Learns (Cómo aprende el cerebro), explica: «La ventana para desarrollar control emocional se abre entre los dos y los treinta meses. Durante este periodo, el sistema límbico (emocional) y el lóbulo frontal donde trabaja el raciocinio están evaluando la capacidad del otro para lograr que sus dueños obtengan lo que desean. Es una competencia injusta ya que hoy sabemos que el crecimiento biológico se da más rápido en los laterales que en el frontal con la consecuencia de que lo emocional tenga victoria sobre lo racional y aquí es donde si los padres incautos siempre compensan un brote emocional, están confirmando que ese es el sistema por el que ese individuo va a priorizar tomar decisiones cuando la ventana se cierre.» Este es un asombroso ejemplo de cómo la educación familiar puede influenciar a nuestra naturaleza y por qué es tan vital que los padres estén centrados en su tarea de crianza. Otro aspecto increíble es la adquisición de vocabulario. Varias investigaciones confirman que los niños a los que sus padres (y me refiero a hombres) les hablan más

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seguido, tienen vocabularios más completos. Las áreas lingüísticas del cerebro se activan entre los 18 y los 20 meses. A los 3 años podemos aprender diez palabras nuevas por día para luego a los 5 contar con un vocabulario cercano a las 3,000 y comenzar gradualmente la desaceleración neuronal del lenguaje. En esta etapa cada familia necesita la compresión de su comunidad cristiana. Necesitan pastores, líderes y amigos que continuamente los reactiven como padres y no que agreguen más razones para que sean padres distraídos que por otras «buenas» actividades, se pierdan ejercer al máximo su rol fundamental de moldear la naturaleza de sus hijos con intencionalidad. 6-9 L A N I Ñ E Z Las estadísticas destacan que los niños que cuentan con un mayor número de adultos involucrados positivamente en sus vidas, tienen mayores posibilidades de éxito en su adultez. En esta fase, los padres siguen siendo la principal influencia, pero las otras relaciones en el mundo de los niños comienzan tener un impacto cada vez mayor. Los niños necesitan relaciones estables para aprender a no descartar relaciones según las circunstancias. Un ejemplo son las cifras en la que diversos estudios confirman que los niños que experimentan el divorcio de sus padres en esta etapa, multiplican su probabilidad de divorciarse cuando son adultos.

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de 0 a 5 Cada familia necesita la compresión de su comunidad cristiana. Necesitan pastores, líderes y amigos que continuamente los reactiven como padres y no que agreguen más razones para que sean padres distraídos que por otras «buenas» actividades, se pierdan ejercer al máximo su rol fundamental de moldear la naturaleza de sus hijos con intencionalidad.

Las reglas comienzan a ser investigadas. Un sentido de justicia comienza a destacarse en sus razonamientos. Los regalos deben ser distribuidos de manera equitativa. Las reglas deben aplicar a todos y si no funciona así en la escuela o la iglesia, ellos perderán la confianza en que la Iglesia y la escuela son lugares seguros donde quieren pasar su tiempo. Las diferencias entre unos y otros comienzan a ser algo más que detalles. A partir de los 7, el mundo deja de solo tener sustantivos y ahora tiene muchos adjetivos. Pobre, rico, lindo, feo, inteligente, torpe, alto, bajo, atlético y lento comienzan a ser etiquetas. Todavía no hay mucho espacio para indagar que hay detrás de esos detalles, pero esas diferencias comienzan a crear percepciones en la manera de tratar a unos y otros. Un error muy usual en muchas congregaciones es pretender que la misma metodología de enseñanza que usamos con adultos puede funcionar correctamente con niños solo que cambiando las canciones, decorando del salón de clases y el «tono» que usamos al enseñar. Personalmente me he sorprendido al visitar algunas mega iglesias donde las clases de niños son igualitas a las reuniones de adultos solo que con esos «efectos especiales».

Los niños no son «mini adultos». En esta etapa tenemos la capacidad de retener información concreta como nunca después volveremos a tener, y por eso la niñez presenta una colosal oportunidad para enseñar la Biblia y algunas de las doctrinas fundamentales de la fe. El ministerio de niños no puede ser solamente un tiempo de cuidarlos mientras los padres asisten a las reuniones de adultos. Como en la educación secular, en la formación espiritual debe haber un programa de enseñanza con objetivos claros de aprendizaje y un plan panorámico de lo que estamos enseñando. Entre los 6 y los 9 años todos los humanos tenemos algo de científicos. Ansiamos descubrir cómo funcionan las cosas. Deseamos aprender, pero necesitamos repetición y hacer una aplicación clara de lo que aprendemos para conectarlo con nuestros comportamientos. Todos los padres del mundo están interesados en que sus hijos de estas edades aprendan la información correcta de matemáticas, lengua, historia, geografía y ciencias. Los padres cristianos deseamos que también aprendan la Biblia, pero lo que verdaderamente anhelamos todos todos, es que nuestros niños aprendan a ser responsables, trabajadores, sensibles, compasivos y disciplinados. La Iglesia deben conectar las historias bíblicas con los principios de Dios para la vida, porque justamente son poderosos para desatar las mejores capacidades del comportamiento humano.

El ministerio de niños no es un juego. Con los lentes de la Iglesia no puede ser visto como una guardería para que los niños no molesten mientras los adultos hablan de Dios.

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estadisticas

O B E S I DA D I N FA N T I L Tradicionalmente se consideraba que un niño con sobrepeso era un niño sano; y, en general, se aceptaba el concepto de que «cuanto más grande, mejor». Hoy día, estas percepciones están cambiando a la vista de las pruebas de que la obesidad en la niñez se asocia a graves y diversas complicaciones de salud y a un mayor riesgo de enfermedades prematuras.

DATO S Y C I F R A S S O B R E O B E S I DA D I N FA N T I L : ÎÎ En los países en desarrollo con economías emergentes, (clasificados por el Banco Mundial como países de ingresos bajos y medianos) la prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil, entre los niños en edad preescolar supera el 30%. ÎÎ Si se mantienen las tendencias actuales, el número de lactantes y niños pequeños con sobrepeso aumentará a 70 millones para 2025. ÎÎ Sin intervención, los lactantes y los niños pequeños obesos se mantendrán obesos durante la infancia, la adolescencia y la edad adulta. ÎÎ La obesidad infantil está asociada a una amplia gama de graves complicaciones de salud y a un creciente riesgo de contraer enfermedades prematuramente, entre ellas, diabetes y cardiopatías. ÎÎ La lactancia materna exclusiva desde el nacimiento hasta los seis meses de edad es un medio importante para ayudar a impedir que los lactantes se vuelvan obesos.

FAC TO R E S Q U E CO N T R I B U Y E N A AG R AVA R E L PROBLEMA La falta de información acerca de enfoques sólidos respecto de la nutrición, así como la limitada disponibilidad y asequibilidad de los alimentos sanos contribuyen a agravar el problema. La promoción intensiva de alimentos y bebidas hipercalóricos para los niños y las familias lo exacerban más aún. En algunas sociedades, ciertas pautas culturales muy arraigadas (tales como la creencia generalizada de que un bebé gordo es un bebé sano), pueden alentar a la familias a sobrealimentar a sus niños. El mundo, cada vez más urbanizado y digitalizado, ofrece menos posibilidades para la actividad física a través de juegos saludables. Además, el sobrepeso o la obesidad reducen las oportunidades de los niños para participar en actividades físicas grupales. Consiguientemente, se vuelven menos activos físicamente, lo que los predispone a tener cada vez más sobrepeso. P R E V E N C I Ó N D E L A O B E S I DA D I N FA N T I L El sobrepeso y la obesidad son en gran medida prevenibles. Las políticas, los entornos, las escuelas y las comunidades son fundamentales, pues condicionan las decisiones de los padres y los niños, y pueden hacer que los alimentos más saludables y la actividad física regular sean la opción más sencilla (accesible, disponible y asequible), previniendo, así, la obesidad. Los alimentos complementarios deben ser ricos en nutrientes y deben tomarse en cantidades adecuadas. A los 6 meses, deben introducirse en pequeñas cantidades, que aumentarán gradualmente a medida que el niño crezca. Los niños pequeños han de tener una alimentación variada que incluya alimentos como la carne, las aves, el pescado o los huevos, que deben tomar tan a menudo como sea posible. La comida del niño puede prepararse especialmente para él o bien a partir de los alimentos que se preparen para la familia, con algunas modificaciones. Deben evitarse alimentos complementarios ricos en grasas, azúcar y sal. L O S N I Ñ O S E N E DA D E S CO L A R Y L O S A DO L E S C E N T E S D E B E N : ÎÎ limitar la ingesta energética procedente de grasas y azúcares; ÎÎ aumentar el consumo de frutas y verduras, así como de legumbres, cereales integrales y frutos secos; ÎÎ realizar actividad física con regularidad (60 minutos al día).

[Fuente: Organización Mundial de la Salud (OMS) http://www.who.int/nutgrowthdb/en/]

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