M I N I S T E R I O C O N : N I Ñ O S · P R E A D O L E S C E N T E S · A D O L E S C E N T E S · U N I V E R S I TA R I O S
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AÑO I EDICIÓN 05 SEP - OCT 2017 @Lider625 LIDER625.COM
E N E S TA E D I C I Ó N : ROBERT BARRIGER
¿CÓMO EVITAR ESTANCARSE?
ANDRÉS CORSON
LUCAS LEYS
EL SUEÑO DE UNA IGLESIA CONTEMPORÁNEA
LA IGLESIA DE HABLA INGLESA DECRECE
JESÚS ADRIÁN ROMERO
ELLA | 1
STAFF EDICIÓN V / 2017 AÑO 01 | NÚMERO 05
CO N T E N I DO 4 editorial
TODO DEPENDE DEL LENTE CON EL QUE SE MIRA HOWARD ANDRUEJOL
6 liderazgo generacional
EL ROL DE LOS ADULTOS EN LA IGLESIA DE HOY SERGIO VALERGA
8 ¿CÓMO EVITAR ESTANCARSE? ROBERT BARRIGER
EDITOR EJECUTIVO HOWARD ANDRUEJOL howarda@e625.com
28 liderazgo
¿EL MICRÓFONO O EL CAFÉ? FERNANDO ALTARE
32 pastoral 34 area n
PUBLICIDAD info@e625.com
LOS RETOS MÁS COMUNES EN EL MINISTERIO INFANTIL XAUME BUENO
36 zona t
INGLESA DECRECE LUCAS LEYS
14 IGLESIAS QUE CRECEN
38 a2
IGLESIA PEQUEÑA APRENDÍ... MIGUEL ZERAVIKA
18 EL SUEÑO DE UNA IGLESIA CONTEMPORÁNEA ANDRÉS CORSON
22 iglesia
HABLEMOS DE IGLESIA GUSTAVO BARRERO
24 COMUNIDADES
INPERFECTAS, COMUNIDADES DE FE CÉSAR SOTO
30 ELLA
JESÚS ADRIÁN ROMERO
SÍGUENOS EN
melo@e625.com
DIRECCIÓN DE DISEÑO JUAN SHIMABUKURO DESIGN
10 LA IGLESIA DE HABLA
16 PASTOREANDO UNA
ASISTENTE EDITORIAL
MELODY ZERAVIKA
PREDICAR LA PALABRA JOHN MACARTHUR
EL SECRETO DE LA CAPACITACIÓN DEL LIDERAZGO GERMÁN ORTÍZ
ESTEBAN OBANDO
COEDITOR JUAN SHIMABUKURO juans@e625.com
EL VASO MEDIO VACÍO MARK OESTREICHER
40 u life
MINISTERIO UNIVERSITARIO MÁS URGENTE DE LOS QUE SOSPECHAMOS NEME PAREDES
42 educación
NEUROCIENCIA Y EDUCACIÓN: QUÉ ES IMPORTANTE PARA EL APRENDIZAJE FACUNDO MANES
44 reflexión
UNOS CUANTOS DÍAS AIXA DE LÓPEZ
46 citas citables
@Lider625
FOTOS DE PORTADA istock.com TRADUCCIÓN ARIEL CASTILLO, ALEXANDER LÓPEZ COLABORACIONES JOSUÉ CASTELLÓN, MARCELO MATALONI, SERGIO ZAPATA, WENDDY NECIOSUP MASTERMIND LUCAS LEYS BOARD
MARK OESTREICHER, JIM BURNS, FÉLIX ORTIZ, RICH VAN PELT, ESTEBAN FERNÁNDEZ, VALERIA LEYS, ESTEBAN OBANDO, PILAR SUÁREZ, WILLY GÓMEZ.
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DECLARACIÓN DE MISIÓN
Líder6·25 existe para servir a quienes trabajan con las nuevas generaciones ofreciéndoles reflexión e información que les ayude a madurar espiritualmente y a crecer en efectividad en sus ministerios. Los artículos publicados en esta edición representan la opinión de sus autores y no necesariamente la de los editores. Las personas que aparecen en la fotografías que ilustran los artículos no guardan necesariamente relación con su contenido. Autorizamos el uso del contenido de Líder6·25 siempre y cuando su fin no sea lucrativo y se dé crédito al autor, así como al número y volumen de Lider6·25.
editorial
e t n e l l e d e d n e p e d o Tod con el que se mira H OWA R D A N D R U E J O L Según el Nuevo Testamento, la iglesia es una comunidad en misión. Se trata de un equipo, un cuerpo, una familia espiritual, una construcción de piedras vivas que en unidad viven como embajadores en nombre de Cristo. Juntos nos edificamos unos a otros para una vida de acuerdo con este llamado (Efesios 4:1); por ello, encontramos más de veinte mandamientos del tipo «los unos a los otros» que constituyen el ministerio mutuo dentro de esta comunidad. Vivimos la vida espiritual juntos, nunca aislados. La iglesia es un organismo. Por otro lado, la iglesia también es una organización. En su sabiduría, el Señor de la iglesia nos habló del qué y del quién, pero nunca nos dijo cómo. Es decir, encontramos en el texto bíblico instrucciones acerca del propósito de la iglesia, enseñanza en cuanto a las personas que constituyen la iglesia, pero hay una enorme omisión acerca de la clase de programas o proyectos específicos que debe implementar la iglesia. No encontramos directrices que nos indiquen la forma de organizar los planes y presupuestos, de hacer planeación y demás; no hay, y eso es una muy buena noticia. El Señor nos ha dejado la libertad creativa para pensar y proponer las maneras de conectar a las personas (el quién) con sus propósitos (el qué). Si la Biblia hablara del cómo, todos tendríamos que hacerlo estrictamente igual, ¡y eso sería trágico además de imposible! Así que, al conversar acerca del crecimiento de la iglesia, me parece que debemos tener la mirada muy enfocada para evitar confusiones. Las dos dimensiones de la iglesia necesitan distintos tipos de crecimiento. La iglesia como organización existe al servicio de la iglesia como organismo. Los programas sirven a las personas, y no al revés. Si el énfasis bíblico está en la comunidad en misión, nuestra prioridad debería estar allí también. Nuestro esfuerzo principal debería ser la inversión en el crecimiento integral (madurez en Cristo) de cada oveja que pertenece al rebaño de Cristo. Esto se hace por medio de sembrar la Palabra de Dios y regar el terreno. Esa es nuestra parte; la parte de Dios es bendecir esta labor y dar el crecimiento. Este es un trabajo espiritual que requiere acercamiento personal, cuidado pastoral, conversaciones profundas, consejería. Se nutre con amor, paciencia, oración e instrucción bíblica profunda y práctica.
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Con el fin de lograr ese objetivo primordial, debemos también cultivar el crecimiento de la organización, y para ello se necesita pensamiento estratégico. Aquí aprovechamos todas las herramientas posibles que nos permitan gestionar el gran proyecto iglesia: cuán importantes son los conocimientos de administración financiera, planeación, mercadeo, comunicación, desarrollo de equipos de alto desempeño, delegación y muchos más, el encontrar personas con habilidades específicas y permitirles desarrollarlas (lo que será crucial para fortalecer el liderazgo), el escoger los indicadores de crecimiento, medirlos y tomar decisiones con esa información, lo que será también una necesidad constante. La comunidad en misión requiere relación; la organización requiere planeación e implementación. La evaluación en ambos casos es imperativa. El crecimiento de estas dos facetas se mide con instrumentos distintos. No puedo concluir que las relaciones se fortalecen solamente porque he medido un incremento de 20% en la asistencia a los eventos semanales; tampoco puedo afirmar que las personas del vecindario se acercarán a nuestro programa de fin de año porque todos los líderes que lo dirigen viven en integridad. Es triste ver que muchos líderes creen que la iglesia va bien porque las reuniones van bien. También lo es que otros líderes miren que las vidas van bien, pero la organización no crece. Me parece que tener en mente las dos dimensiones de la iglesia (comunidad en misión y organización) nos permite ahora describir el perfil de crecimiento en cada una. ¿Cómo se ve una comunidad en misión en crecimiento? ¿Cómo se ve una organización en crecimiento? Con ellos, podemos anotar indicadores específicos que nos permiten medir el progreso, evaluar para hacer correcciones. Trabajemos duro para que crezca la comunidad en misión donde Dios nos permite servir. Trabajemos bien para que crezca la iglesia organización donde Dios nos permite participar. ¡Queremos ser iglesias en crecimiento! Aprendamos juntos. Howard Andruejol - Editor ejecutivo @hac4j Es ingeniero, pastor de Iglesia El Mensaje De Vida en ciudad de Guatemala y director del Instituto e625. Autor de «Estratégicos y Audaces», y editor general de la Biblia para el Líder de Jóvenes.
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PALABRA de Dios
En una cultura deseosa por conocer la verdad, Dios no desea que simplemente leamos Su Palabra, Él desea que la conozcamos y que la vivamos. Explora la Biblia es un estudio libro por libro a través de la Escritura, presentando en cada pasaje su contexto bíblico, cultural y arqueológico apropiado. MUESTRAS GRATIS EN: www.lifeway.com/explora
liderazgo generacional
EL ROL DE LOS A D U L TO S E N L A IGLESIA DE HOY S E R G I O VA L E R G A
Conexión Intergeneracional
Sergio Valerga @sergiovalerga
es autor y conferencista nacido en Argentina. Graduado de la Advanced Leadership & Pastoral School de Christ for the Nations Institute, en la ciudad de Dallas (Texas) y ordenado por la misma Institución. Actualmente es el Director Nacional de Especialidades 625 Estados Unidos, además de ser pastor de la iglesia www.vive.cc
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Así nosotros, por el cariño que les tenemos, nos deleitamos en compartir con ustedes no solo el evangelio de Dios sino también nuestra vida. ¡Tanto llegamos a quererlos! (1 Tesalonicenses 2:8 NBD) Cuando la idea de familia se hace realidad en la comunidad de fe, en la convivencia de los adultos con los más chicos, la hospitalidad, la aceptación incondicional y el sentido de pertenencia comienzan a ser el sello de estas conexiones. Cuando promovemos que los adultos y los adolescentes se conozcan e interactúen en nuestras iglesias, esto no solo es beneficioso para los más jóvenes que reciben de la sabiduría y experiencia de los adultos, sino que los adultos son inspirados por la vitalidad de ellos y motivados por su fe. Las relaciones profundas e intencionales ayudan a la formación y al crecimiento espiritual de los más jóvenes. Cuando los adolescentes experimentan pertenencia y cuidado paternal, sus convicciones se afirman y su fe crece. Hoy más que nunca necesitamos a todos los adultos de nuestras comunidades de fe teniendo un rol protagónico, tomando la iniciativa de relacionarse saludablemente con los más chicos, mientras nosotros debemos honrar a las generaciones que nos precedieron y que abrieron brecha y caminos donde no había nada. Avancemos hacia lo que está delante
siendo ejemplo y modelo para aquellos que nos observan, mientras preparamos el camino para que las generaciones que vienen detrás puedan llegar más lejos que nosotros. Tengamos una influencia transformadora en sus vidas y que, capacitados e impulsados por nosotros, puedan llegar a ser la generación que cumpla con el propósito de Dios para ellos en este tiempo.
Qué podemos hacer por ellos?
No juzgarlos ni criticarlos. Trabajar para que la siguiente generación tenga éxito. No tratarlos como la iglesia del futuro sino como la iglesia de hoy. Delegarles autoridad, pues esto los hará líderes. Darles permiso para cometer errores. Entender que ellos son diferentes a nosotros, pero que esto no significa que no tengan lo que necesitan para ser usados por Dios. Celebrar el momento de la vida en el que estamos y compartir nuestra experiencia con ellos. Ser reales; no necesitamos fingir ser quienes no somos para liderar a la siguiente generación. No subestimar lo que Dios quiere hacer a través de ellos en este tiempo de la historia. ¡Adelante en la tarea de preparar una generación mejor que la nuestra!
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liderazgo generacional
LA IGLESIA DE HABLA INGLESA DECRECE LUCAS LEYS
Lucas Leys @LucasLeys Es el fundador de e625 y uno de los líderes más influyentes de la Iglesia en Iberoamérica. www.lucasleys.com.
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La iglesia en el mundo de habla inglesa ha estado cediendo terreno ya por casi dos décadas. Todas las encuestas y estudios demográficos y estadísticos indican una reducción en los índices de crecimiento del cristianismo en esa lengua, y varias denominaciones clásicas de los Estados Unidos ya hacen público el estar experimentando una asombrosa disminución en sus membresías.
La ilusión de las megaiglesias
Los bautistas del sur –por años, la denominación mundial líder en cuanto a presupuesto de misiones y fuerza misionera– tuvieron que despedir en el 2016 a más de 1000 misioneros, y las Asambleas de Dios, la denominación más numerosa del mundo, también muestra una disminución de miembros en las zonas donde no se han abierto nuevas congregaciones hispanas o en ciudades donde los hispanos no han rejuvenecido a congregaciones anglo, y esto se repite en las islas británicas, Nueva Zelanda y Australia. Claro que hay excepciones, pero ¿a qué se debe esta crisis? ¿Y qué están haciendo las excepciones?
Las denominaciones históricas nacidas en Europa como los presbiterianos, los luteranos y los metodistas reportan el cierre de congregaciones enteras que simplemente envejecieron sin recambio generacional y se vaciaron, y parte de esta triste estadística refleja que de los matrimonios jóvenes que nacieron en estas congregaciones, algunos se han perdido y otros son los que han preferido las iglesias urbanas con programas para sus hijos pequeños, y ahí está una de las primeras claves de qué están haciendo las iglesias que están esquivando la crisis: las iglesias que se mantienen en crecimiento le prestan atención a la demografía e invierten consecuentemente, sobre todo priorizando la atracción de niños. Por ejemplo, David Staal –de la influyente iglesia de Willow Creek, en las afueras de Chicago– confirma la intencionalidad con la que su congregación se ha concentrado en mejorar sus programas a los niños. Staal escribe: «Una iglesia que no concibe el ministerio de niños y preadolescentes como prioritario, envejece, y al envejecer decrece. Ese puede
Hoy hay más megaiglesias que hace algunas décadas atrás, y al ver videos de eventos realizados con estándares de producción del mundo anglo, muchos líderes cristianos del mundo de habla hispana «compran» la ilusión de que la iglesia en el mundo de habla inglesa está a la delantera en el crecimiento, sin sospechar que la multiplicación de megaiglesias en algunas ciudades de Estados Unidos no se corresponde con un crecimiento en el número de cristianos sino con una migración desde las iglesias pequeñas y rurales a las iglesias grandes y urbanas. Es el mismo fenómeno de la traslación demográfica entre los almacenes y negocios de barrio hacia el mall o centro comercial que sucedió en los años 90.
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ser un proceso lento e invisible para el ojo de quien no presta atención, pero sus resultados no tardarán en notarse y llenar de desánimo a toda la congregación». Otro caso distinto lo presentan la familia de iglesias Hillsong, el movimiento Passion y otras congregaciones que han sabido capturar la atención de jóvenes universitarios y matrimonios con hijos muy pequeños. Todavía está por verse cómo se desarrolla su crecimiento en los próximos años en la medida en que esos jóvenes se casan y esos niños pequeños se hacen adolescentes. La historia reciente de la iglesia en el mundo de habla inglesa enseña que tener un culto lleno hoy en día no es sinónimo de una iglesia en crecimiento y con familias sanas el día de mañana, ya que eso experimentaron otras iglesias que supieron hacer de los jóvenes su foco de atención en las décadas pasadas pero luego se quedaron haciendo lo que hacían, sin repensar sus estrategias una vez que esos jóvenes cambiaron de etapa.
Poscristianismo
En muchos eventos cristianos populares del mundo de habla inglesa ya se habla de poscristianismo o posevangelicalismo y de cómo navegar esta nueva realidad. Obviamente, el crecimiento o decrecimiento no debe medirse solamente en términos numéricos sino también en términos de influencia. Distintos reportes del Pew Research Center o del Barna Group han confirmado que los cristianos de Estados Unidos tienen percepciones más liberales de la realidad que sus antecesores y encuentran menos conexión entre los valores cristianos clásicos y el mercado laboral, el estándar moral o la política, y en este aspecto ha sido muy notable la divergencia de cosmovisión política de las generaciones cristianas de antes y el voto joven en las recientes elecciones de Estados Unidos.
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Desde el mundo hispano cuesta verlo a la distancia porque siguen siendo millones los evangélicos que cada fin de semana llenan los bancos de una iglesia en los países de habla inglesa, y sumado a que su poder adquisitivo es mayor que el que tenemos en promedio en Hispanoamérica, a simple vista todo pareciera indicarnos que todo estaría bien, pero las realidades de algunas iglesias con grandes ministerios mediáticos no es el estándar de la iglesia toda, y es tiempo de preguntarse el por qué antes de que se note incluso en las iglesias más visibles.
El adiós a un cómplice
Lo que muchos ignoran es que la iglesia en el mundo de habla inglesa ha perdido un cómplice silencioso pero eficaz en la transmisión de valores a las nuevas generaciones, y que estamos por perderlo en un futuro no muy lejano también en Hispanoamérica: este cómplice se llama índice de natalidad. En muchas congregaciones hay niños y adolescentes no porque esté haciéndose un gran trabajo sino porque los cristianos solemos tener más hijos que el promedio de la población. En los países anglo se suma la menor tasa de mortalidad y la prolongación de la vida, lo cual va creando un envejecimiento demográfico que tarde o temprano le llega a la iglesia, aunque a algunos les parezca poco espiritual tomar en cuenta esta variable. En algunas megacongregaciones se camufla la desproporción de nuevas generaciones porque el culto del domingo está lleno de una gran franja de personas de 30 a 60 años, pero lo que desnuda el problema es que si la membresía de una congregación es de 20 000 miembros, ¿cómo puede ser que en su ministerio de niños no tengan más de 2000 y en las reuniones de jóvenes no más de 1000 asistentes regulares?
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liderazgo generacional
La historia reciente de la iglesia en el mundo de habla inglesa enseña que tener un culto lleno hoy en día no es sinónimo de una iglesia en crecimiento y con familias sanas el día de mañana Claro, 2000 niños hacen mucho ruido y un grupo de 1000 adolescentes puede parecer ser muy grande, pero si la membresía es de 20 000, la proporción demográfica está desfasada y esa iglesia tiene que redefinir su visión estratégica o no va a tardar en decrecer sin recambio generacional. La pérdida de este cómplice silencioso también ha comenzado a asomar incluso en América Latina, particularmente en países como Uruguay, Chile y Argentina, y ya lleva rato afectando a España. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (CEPAL), la suma de censos del continente indica que el retroceso en el índice de natalidad va a llegar en pocos años a toda la región. A estos cambios sociales se les llama transiciones demográficas y son procesos que aunque a veces son imperceptibles o engañosos porque se dan incluso mientras la población sigue creciendo como consecuencia del descenso de la mortalidad, terminan por cambiarlo todo.
Rejuveneciendo
Mi amiga Kara Powell, del seminario teológico Fuller, recientemente publicó un libro titulado Growing young (Rejuveneciendo) donde trata de responder qué están haciendo las congregaciones que no están envejeciendo, y su investigación y otras traen a la luz tres cambios que una congregación debe hacer para no ser vencida por las inflexiones demográficas o estancarse en su poder de atracción a las familias:
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Las iglesias que rejuvenecen son congregaciones que invierten una gran porción de sus presupuestos en sus ministerios a nuevas generaciones.
Prácticamente cada pastor con que me cruzo dice que en su congregación se toman muy en serio el trabajo con las nuevas generaciones; sin embargo, cuando esas palabras se transfieren a dinero, presupuesto e inversiones, no siempre hay una coincidencia entre la importancia que dicen asignarle al trabajo con nuevas generaciones y el dinero que invierten para hacerlo mejor. Las congregaciones que van a crecer en los próximos años no son iglesias que crecerán por el índice de natalidad sino las que sean intencionales en desarrollar programas cada vez más eficaces en la evangelización y el discipulado de nuevas generaciones.
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Las iglesias que rejuvenecen aprender a involucrar a los adultos y a toda la familia en el ministerio de nuevas generaciones.
El paradigma por el cual se creyó que trabajar con nuevas generaciones era cosa de las nuevas generaciones para que practicaran hasta llegar al ministerio de adultos debe quedar atrás. En términos estratégicos, trabajar con adultos es curar mientras que trabajar con nuevas generaciones es prevenir, y por eso una congregación sana pone su mayor atención en su herencia generacional, así como lo hace una familia sana. Vengo destacándolo hace años: necesitamos adultos que ofrezcan modelos cercanos de madurez a las nuevas generaciones, debemos redistribuir las proporciones de adultos involucrados en el ministerio de niños hasta el ministerio con universitarios.
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Las iglesias que rejuvenecen tienen líderes que priorizan ser reales y crean refugios emocionales.
¿Será necesario que un pastor de entre 40 y 60 años cambie todo su vestuario para vestirse como los jóvenes de 20 que quiere alcanzar? La respuesta es no. Sin dudas se aprecia que los líderes cristianos evitemos quedarnos en el tiempo en cuanto a tecnología, tendencias, intereses e incluso moda, pero las investigaciones corroboran que las nuevas generaciones tienen otras prioridades a la hora de evaluar a qué tipo de líderes quieren seguir y qué tipos de ambientes prefieren frecuentar, y una de las palabras que salta más seguido en las conversaciones es que sean reales, o su versión inversa, que simplemente quiere decir que no sean hipócritas. Nadie es perfecto, y de hecho hasta los superhéroes de los medios masivos de comunicación dejaron de serlo. Las nuevas generaciones valoran la transparencia e incluso aprecian las expresiones de vulnerabilidad. Una iglesia que aparenta ser para gente perfecta tiene pocas posibilidades de ser atractiva para los niños, preadolescentes, adolescentes y jóvenes de hoy: ellos quieren líderes seguros y ambientes seguros para expresar dudas y preguntas difíciles y valorar que todos tenemos luchas distintas. Cuando una congregación local ofrece amor incondicional, libertad espiritual y refugio emocional a las nuevas generaciones, sencillamente no tiene competencia.
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pastoral
PASTOREANDO UNA IGLESIA PEQUEÑA
Aprendí... M I G U E L Z E R AV I K A
Miguel Zeravika Miguel nació en Santa Fe (Argentina), tiene 54 años y es gerente de una empresa de venta de materiales eléctricos. Fue líder de adolescentes y jóvenes por más de 20 años. Es padre y abuelo. Desde hace 3 años pastorea una iglesia en un pueblo en el interior del país.
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Aprendí que básicamente un pastor hace cuatro cosas por su rebaño: lo alimenta, lo guía, lo protege y lo restaura. Aprendí que las personas son más importantes que cualquier programa: Jesús no murió por nuestras actividades, el Señor Jesús dio su vida por las personas. Él dijo: «Vayan y hagan discípulos», no solamente encuentros. Podemos tener la mejor alabanza, el mejor mensaje, pero nada atrae como el amor. Después de todo, el Señor dijo que las dos cosas más importantes en la vida eran amarlo a Él y amar a los demás. La vida se trata de aprender a amar. Está comprobado que las personas que asisten a la iglesia por primera vez y deciden quedarse, en la mayoría de los casos lo hacen por el amor con que las recibieron. Vivimos en un mundo con una fuerte orientación hacia el esfuerzo individual y una mentalidad egocéntrica que producen un aislamiento nocivo, es por eso que necesitamos un lugar en donde podamos practicar el «los unos a otros» que enseña la Biblia. Ese lugar es la iglesia. Aprendí que la gente experimenta más a Dios en un ambiente de amor y aceptación que en un ambiente de religiosidad y legalismo. Aprendí que la única manera de servir al Señor es haciéndolo de una manera apasionada y con la antorcha del Espíritu en la mano, porque sin la unción del Espíritu Santo todo lo que hacemos para Él carece de sentido.
Aprendí que fuimos llamados no solo a creer en el Señor sino a pertenecer a su familia que es la iglesia: ese el gran invento de Dios para sentirnos contenidos, para aprender a madurar como personas y en equipo. Tenemos que decir con tristeza que muchas veces tenemos más sentido de pertenencia a un equipo de futbol o a una ideología política que a la iglesia; nuestros grupos de WhatsApp y redes sociales así lo demuestran. Aprendí que para Dios no hay nada imposible, que una iglesia que ora es una iglesia poderosa, que no tiene techo para la bendición del Señor. Aprendí que una de las dichas más grandes es la de ser un pacificador, ayudando a construir puentes entre los hermanos en lugar de muros; que donde hay unidad y armonía el Señor envía bendición y vida eterna. Aprendí que servir al Señor demanda tener un corazón recto, sin vanagloria, sin ansias de poder o reconocimiento. Muchos entran al ministerio para encontrar un espacio de poder que el mundo no les da. No me gusta que me llamen «pastor de una iglesia pequeña» porque nuestras limitaciones empiezan en la mente, y una iglesia nunca es chica cuando el Espíritu de Dios está presente cada día, cada semana, en cada encuentro… Estamos comprobandolo en nuestra pequeña gran iglesia.
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CREER - LA HISTORIA
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Las lecciones para niños contienen CREER: *30 lecciones para preescolares. *30 lecciones para niños hasta 8 años. *30 lecciones para niños hasta 12 años.
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