BENITO ARIAS MONTANO CIERTA LUZ QUE ME ALUMBRABA
Asociaci贸n Literaria Huebra
BENITO ARIAS MONTANO CIERTA LUZ QUE ME ALUMBRABA
la biblioteca de la huebra colección dirigida por Manuel Moya y Rafael Vargas Cierta luz que me alumbraba © Del prólogo y las notas: Carlos Sánchez Sánchez © De las traducciones: las que se especifican puntualmente en cada caso. © Para la presente edición Asociación Literaria Huebra © Anagrama colección: Gerhard Illi © Diseño colección: Barco de Ideas ISBN84-932767-0-7 Asociación Literaria Huebra, C/ Cruz de Mármol, 16. Aracena (Huelva). 959 12 80 56. islahelena@wanadoo.es
CIERTA LUZ QUE ME ALUMBRABA
PRÓLOGO
Para la Colección “Biblioteca de la Huebra”, que sólo recoge en sus títulos autores y temas relacionados con la Sierra de Aracena, es un orgullo poder incluir el nombre de Benito Arias Montano, quien descubrió en La Peña que hoy lleva su nombre el rincón ideal para entregarse a la contemplación y al estudio. Allí, en La Peña, –Ex secessu nostro rupis apud Aracenam, como consignaba al final de sus prólogos- escribió buena parte de su obra. Desde el momento en que se inició esta Colección, tuvimos la idea de incluir en ella una Antología de este humanista, con el propósito de que nuestros lectores pudieran acercarse a la figura de Montano, sin intermediarios, mediante el acceso directo a sus textos, a su palabra. No se nos oculta la dificultad que entraña componer tal Antología de Arias Montano por varias razones: en primer lugar, por lo extenso y casi inabarcable de su obra. Miles de páginas salieron de su pluma con una letra-pulga menudísima que sería la pesadilla de los censores. Todavía el año antes de su muerte le escribía al arzobispo de Granada: sin espejuelos hago y leo muy menuda letra... al tiempo que ésta escribo, que es de noche, mirando a lumbre de aceite, que -7-
hace mejor y más uniforme sombra que otra lumbre de cera o sebo. Una segunda dificultad estriba en lo especializado de sus libros, muchos de ellos ajenos por completo al interés del hombre de la calle. Y a esto cabe añadir también el escollo de la lengua, pues sobre todo a partir de 1568, cuando se inician sus trabajos en Flandes, abandonó el español y escribió casi toda su obra en latín, acaso por considerar que esta lengua de cultura le era más rentable para trascender las fronteras nacionales e influir en Europa. (Una advertencia importante: en la Antología, los textos escritos por Arias Montano originalmente en español son aquellos en los que al pie no figura nombre alguno de traductor). Pero a pesar de dichas dificultades, no hemos querido renunciar a la idea de ofrecerle al lector medio una muestra -por breve y divulgativa que ésta sea- de los escritos de Montano, que no deberían permanecer por siempre encerrados en el círculo de los especialistas. Es preciso sacarlos de los laboratorios de filólogos y biblistas y darlos a conocer a un público más amplio. Sin duda la barrera del latín ha sido una de las causas de que las obras del biblista frexnense duerman en el olvido. Y esto nos invita a resaltar el papel de los traductores, sin cuyo saber las páginas latinas de Montano serían inaccesibles para la mayoría. Una palabra, por tanto, de agradecimiento para todos ellos porque esta muestra antológica es, en una parte sustancial, suya. Y de manera especial quiero manifestar mi agradecimiento al Profesor Joaquín Navarro López, de la Universidad de Cádiz, que generosamente nos ha ofrecido su traducción, aún inédita, de las Odas que figuran como muestra de Monumenta humanae salutis. Los traductores, utilizando la imagen que empleó el propio Montano, son como el pintor que copia del natural y nos reproduce fielmente la realidad. El traductor, cuyo nombre figura al pie de cada texto, reproduce con exactitud el paisaje natural –el pensamiento y los sentimientos de Montano- transportándolos a otro código lingüístico. Por eso, una vez más, nuestra gratitud y deuda para con ellos. Una Antología, pero ¿con qué criterios de selección? Seguro que ésta a muchos podrá resultarles superficial, desequilibrada e incluso -8-
arbitraria. Pero teniendo in mente el perfil de nuestros destinatarios más inmediatos, no hemos dudado en prescindir de textos que, aun siendo de capital relevancia en la obra montaniana, carecen de interés general por su carácter específicamente teológico, filológico o bíblico. Nos ha guiado la idea de que esta Antología, pese a su brevedad, refleje diferentes registros, resortes y temas de forma que nos permita asomarnos a ese extenso y variado horizonte que es la obra de Arias Montano. Hemos dividido la Antología en tres partes. En la primera, se espigan ciertos recuerdos personales para oír, de entrada, la propia voz del autor en primera persona. Algo así como un Montano par lui même. La segunda parte recoge unas calas de su poesía, modo de expresión constante y continuo de nuestro humanista hasta los últimos días de su vida: desde epigramas de carácter lúdico y circunstancial que el autor nunca publicó y a los que no les concedió importancia alguna, hasta obras de sólida estructura, concebidas con un criterio en el que se complementan el carácter estético y la finalidad pedagógica o catequética; desde versos intranscendentes de juventud hasta otros en los que palpita el sentir de sus últimos días. Y en lo que se refiere a su calidad, no debemos olvidar que Montano está considerado como el mejor poeta latino del renacimiento español. Hemos escogido, en fin, algunas páginas de su prosa en la última parte, pequeña muestra en la que ni siquiera aparecen representados sus Comentarios a los distintos libros de la Sagrada Escritura, que constituyen una porción esencial de su obra. Arias Montano es un mundo casi inabarcable. Quienes se acercan a él, apenas lo abordan tangencialmente, acotando un pequeño espacio: tan vasto es el horizonte de su saber y tan diversos sus campos temáticos. Creemos sinceramente que este humanista, de colosal talla, mantiene hoy su valor de modelo por la universalidad de sus conocimientos, por su curiosidad insaciable y erudición enciclopédica, por la amplitud interdisciplinar de su obra en la que todo converge en una visión unitaria. También resulta ejemplar por su empeño en abrir nuevos caminos. Superando la anquilosada ciencia medieval basada en la interpretación autoritaria del magister dixit, Montano se adentró por las modernas -9-
sendas de libertad que propiciaba el acceso directo a las fuentes de la antigüedad, gracias al conocimiento de las lenguas clásicas y del hebreo, y a su erudición filológica. Y todo ese saber universalista le empujó a buscar caminos de encuentro y a ser un hombre tolerante en medio de una sociedad que no lo era. Fue innovador, pero no revolucionario. No tuvo temple o madera de mártir, sino que supo sopesar el riesgo y actuar con astucia y prudencia. No se calló. Dijo lo que tuvo que decir –o lo que se atrevió a decir- y por ello a veces rozó situaciones apretadas, apuradas, pero acertó a medir el terreno atinadamente y salió por pies airoso del lance, pese a que algunos -entre ellos nada menos que el propio Inquisidor General- estaban convencidos de que Arias Montano ocultaba bajo una máscara sus verdaderos pensamientos. Modelo, en fin, por su carácter contemplativo y amante de la naturaleza. En muchas de sus páginas palpita un espíritu y una sensibilidad que hoy podríamos calificar de ecologista. Que este florilegio de sus páginas sirva de sencillo homenaje a quien fue el mayor escritor que jamás haya tenido esta Sierra de Aracena, a este hombre sabio y bueno que por tantos motivos dejó en nuestra comarca su huella y una estela casi mítica de sabiduría. Carlos Sánchez Rodríguez Aracena, 2002
-10-
I ARIAS MONTANO SEGÚN ARIAS MONTANO
§ Iniciación en las primeras letras, dibujo y lugares bíblicos. Cuando en mi niñez me educaba en aquella parte extrema de la Bética, que en la actualidad se llama Extremadura, además de otros excelentes varones que tuve por maestros de mis inicios en las letras y en la formación religiosa, disfruté también del trato, cuidado y enseñanzas de Santiago Vázquez, por segundo apellido Matamoros. [...] Él fue precisamente quien me inició y me enseñó el trazado de líneas en el dibujo. Dotado de aguda capacidad de juicio, anotó con exactitud cuanto vio [durante su estancia en Palestina] y lo expresó tanto por escrito, cuyo autógrafo me regaló en prenda muy querida de nuestra amistad, como también con dibujos realizados por él mismo. A menudo me enseñaba a mí, que entonces era un niño pendiente de su boca de narrador, casi todos los parajes de aquella región, cómo eran uno por uno, tal como parecían que habían sido en otro tiempo, cómo eran ahora, de forma que yo mismo siendo ya joven podía relatarles a otros de forma clarísima aquellas imágenes de los lugares, dibujados y referidos por él. También me regaló un cuadro muy logrado de la ciudad de Jerusalén y sus arrabales, pintado en -13-
lienzo con todos sus colores, de grandes dimensiones. No es de ponderar aquí en qué medida aquella imagen de los sagrados lugares impresa en mi mente gracias a este hombre, cuando leí los libros sagrados de ambos testamentos, me sirvió para el conocimiento de muchas cosas que contienen estos libros. [Prefacio a Nehemías] Trad. Andrés Oyola
-14-
§ Recuerdo emocionado de su padre, excelente calígrafo, que lo inició en los conocimientos de la astronomía
Conservo en mi poder estos queridos recuerdos de mi padre, estas prendas ante las que pueden rendirse en nobles combates todos los libros que han salido de la imprenta. Los movimientos de los astros y las órbitas del cielo, cuando ya era él bastante anciano, los había copiado para mí, hermosísimos regalos para un hijo y labor más hermosa incluso que los mismísimos astros, sobre los que me dejó unos conocimientos admirables. Nadie tenía una voz como la suya ni un canto más dulce, ni un talento mejor dotado; no había rostro ni manos que poseyeran más gracia, pues cualquier cosa que pretendía decir o hacer le salía fácilmente con soltura. [Retórica] Trad. Violeta Pérez Custodio
-15-
§ Grave enfermedad depresiva durante su estudio en Alcalá
Aún recuerdo [...] que cuando era joven y vivía contigo en la misma morada, dedicado a mis estudios en Alcalá, tal vez por la fuerza irracional de la bilis negra, o por alguna otra alteración espiritual o física, caí en un tormento de angustia y tristeza tal que me hastiaba la vida, y llegué a infundirte tanta piedad que te oí decir que deseabas y rogabas que se pudiera encontrar para mí algún término o remedio a aquel mal de cualquier manera que fuese, incluso con la muerte. [...] Y cuando ya se habían probado en vano todos los remedios médicos que hay escritos, y habían tenido igual resultado muchos consejos que yo había seguido, sólo uno me surtió efecto [...] y me repuse al fin de aquella enfermedad. Como tenía para mí muy cierto que David compuso este salmo [XII], estando alguna vez en la misma situación en la que yo me encontraba, y que lo recitó con gran provecho de sí, al meditar y repetir más a menudo este salmo para cítara, que yo tocaba entonces alguna vez, lo adapté para la lira y me resultó, y quedó probado como alivio de mi mal en los primeros días, y finalmente -16-
como remedio y medicina eficaz. ¡A cuántos amigos afectados de una tristeza similar aconsejé después que lo aplicaran con gran provecho! Comentario a los XXXI Primeros salmos. A Pedro Diez de León.] Trad. Mª Asunción Sánchez
-17-
§ Retiro en la Peña, tras la enfermedad. Afición por la Geografía
Tras haber adquirido conocimientos desde el principio de mi vida en las materias con que suele instruirse la infancia en las humanidades, puse tanto esfuerzo y trabajo en esta formación, que en poco tiempo y siendo sólo un muchacho –ya que tenía veinte años y han pasado veinticinco desde entonces hasta el día de hoypodía dedicarme a juicio de hombres muy instruidos a estudios más profundos [de Teología y Sagrada Escritura. En el número de estas disciplinas hay un apartado que se refiere a la Geografía sacra [...] Y al igual que suelen hacer quienes se han aficionado a algo que en cuanto pueden acceden a ello, así también yo, después de buscar todos los libros que eran necesarios para el conocimiento de esa ciencia, me retiré de la compañía y del trato de los demás a la soledad, como a un puerto. [...] En consecuencia, viví algunos años en esa soledad y no transitando por otros caminos que los campos, esto es, mientras me lo permitieron mis parientes y amigos, pues éstos, como no podían prescindir por más tiempo -18-
de mi compañía y conversación –según decían- y me echaban de menos increíblemente, me sacaron al fin de estos lugares con sus ruegos y súplicas. [Prólogo al libro Faleg] Trad. Mª Asunción Sánchez.
-19-
§ Experiencia mística al acceder al conocimiento de la Sagrada Escritura. Vocación a la soledad y al estudio.
No puedo explicar con palabras, por más extensas y expresivas que sean, hasta qué punto me siento feliz por haber conseguido alcanzar con la ayuda de Dios esta forma de vida. Pues entrenado previamente por las prácticas escolares (que abren un camino expedito para manejar correcta y sabiamente la palabra de Dios), cuando tuve acceso al misterio de los libros sagrados y, con el favor de Dios, me sentí apoyado en esa materia con la ayuda de las lenguas antiguas y con una especie de luz, me pareció sentirme transportado al más grato y ameno paraíso del que mana una fuente que, dividida en cuatro brazos, recorre toda la tierra y enriquece esas regiones por las que se desliza con el oro más puro, con las más extraordinarias perlas y piedras preciosas. También me pareció que, situado en un monte elevadísimo, contemplaba no ya la forma de la eterna gloria de Cristo y del reino de Dios, que ningún hijo de Adán puede ver siendo aún hombre mortal, pero sí intuía una especie de reflejo de cuya admirable belleza me quedé tan cautivado, que decidí plantar la tienda de campaña de -20-
mi vida en ese único lugar, y en dicho asentamiento, con sosiego, retiro y constante meditación sobre el modo de vivir, y con la posibilidad y oportunidad de cultivar mi espíritu, desearía conseguir algo de la bondad divina. Por eso durante este tiempo sólo pensaba en cuidar de mí, de mi espíritu, y en saber. Y prometía pasar aprendiendo el resto de mi vida. Alejado por esa razón del trato de los hombres, me había retirado a la soledad, donde me entregaría a la asidua y constante lectura de los libros sagrados. Y mientras vivo allí retirado, he conseguido por un especial don y favor de Dios lo que nunca puedo alcanzar por el estudio, mediante trabajo y esfuerzo, ni igualarlo por la fuerza de la inteligencia. [Comentario a los doce Profetas] Trad. Carlos Sánchez
-21-
§ Aprende cirugía con Francisco de Arce.
En mi juventud, en concreto durante mi aprendizaje de la medicina, topé con dos maestros del mayor prestigio y ciencia, que eran excelentes varones. El primero, Pedro de Mena [...] A menudo trataba conmigo de aquella parte de la medicina que los Griegos llamaron Cirugía, porque se ocupa de la curación de heridas, úlceras, de la luxación, dislocación y fractura de miembros, y se sirve principalmente de la destreza y oficio de las manos. [...] No dejaba de recomendarme con todas sus fuerzas y de ensalzar con especial ponderación la habilidad y admirable éxito en todo el ámbito de esta disciplina del médico español el doctor Francisco Arceo, y especialmente una cierta maravillosa excelencia en la práctica y ejercicio de la cirugía. Me aconsejaba que intentara tenerlo por mi maestro, si es que pensaba en los logros que se pueden alcanzar con aquella parte de la Medicina. A los treinta y dos años, hallándome en el retiro de mi Peña de Aracena, me ocurrió que la primera autoridad de la grande y famosa ciudad de Llerena, (situada en -22-
los límites de la Bética y frontera de la Lusitania), y gobernador de aquella provincia, y en especial los padres de la Inquisición, que igualmente tienen allí su tribunal, me invitaron a proclamar y explicar al pueblo la sagrada palabra durante el tiempo de Cuaresma enviándome como mensajero al referido Francisco Arceo, a quien yo conocía muchísimo ya desde los tiempos de mi niñez y estrechamente vinculado a nosotros por el trato frecuente con mi padre. Accedí yo gustoso al esta petición, [...] sobre todo por mi gran afecto al propio mensajero, el cual me ofreció espontáneamente su casa para que me alojara en ella, y me prometió enseñarme el arte de la cirugía que él mismo practicaba. Acepté, pues, encantado una y otra oportunidad y así pude tenerlo durante cuatro meses casi ininterrumpidos como huésped de exquisitos hábitos y conversación, como doctísimo maestro en el arte de la cirugía. No sólo me instruí con él en los preceptos y fundamentos de esta disciplina, sino que progresé y consolidé mis conocimientos con sus continuos y frecuentes casos de curaciones. [...] Le propuse que aunque brevemente, pero con claridad expusiese por escrito aquel método suyo de curar heridas y algunas enfermedades de difícil tratamiento y que lo publicase para provecho el género humano. [...] Escribió dos volúmenes, el primero de ellos de cirugía [...] y el otro de cómo acostumbraba a curar con precisión y éxito todo género de fiebres y algunas enfermedades de difícil cura, como la tisis. Después de repasarlos en España y mostrárselos con su total aprobación a médicos de España, Italia y Bélgica, he entregado los dos volúmenes a nuestro amigo Cristóbal Plantino, tan -23-
amante de tantos profesionales y aficionado al mundo de las letras para que los diese a su imprenta. [PrĂłlogo a la obra de Francisco de Arce Sobre el mĂŠtodo de curar las heridas...] Trad. AndrĂŠs Oyola
-24-
§ Enfermedad de ictericia. Todavía no me pude defender de la terribilidad del tiempo que no me acudiese en Nimega una ictericia, que me puso allí en gran aprieto, de manera que el Duque [de Alba] tuvo por bien darme licencia que me viniese a mi casa de Anvers a curarme, y vine en carro en cinco días con buena compañía; y porque V. S. entienda cuál es el tiempo de acá y el temple de la tierra, el carro en que yo venía y otros dos de compañía atravesaron el Rin y anduvieron media legua por la Mosa, agua arriba sobre el yelo y siempre corriendo los caballos a uso de Alemania. Hame hecho Dios merced de darme mejoría de ictericia con la cura que aquí he hecho, porque todo mi mal ha sido de chólera y calor de estómago, y hallando aquí buena agua para beber, se me ha templado mucho. [Carta a J. de Ovando 20-1-1573]
-25-
§ Elogio de La Peña
Persuádase v. m. que todas las partes necesarias para recreación de un Príncipe tiene este lugar, excepto los edificios que son de un pobre estudiante. [Para conservarse en el estado en que yo le tengo, bastará el precio de los frutos que pueden esperarse de lo que yo en ello he plantado y ordenado, que serán más de quinientos reales en cada año, cuando por cuatro años fuese en continuación el reparo y plantación que he hecho, y con esto será habitable para cualquiera caballero, para habitarlo un Príncipe.] Agua, piedra, monte, y cal hay, todo muy cerca, para cuando se quisiese edificar; y entreteniéndose ansí debajo del nombre y título de algún patrón poderoso, no faltará en todo tiempo persona que lo quiera habitar, ora sea estudiante para pasar con reposo sus estudios, ora algún eclesiástico amigo de aprovechar con buena doctrina, porque hay aquí buena disposición para ello; pues son más de mil casas las que están derramadas por estos montes de Aracena, en las cuales quien enseñase sin interés ganará mucho para con Dios. Este sitio está en término de Aracena, que es lugar de -26-
mill vecinos, dos leguas del, por un camino fresco; la una legua es del más hermoso camino de España y ansí cae en la jurisdicción de S. M. que todos estos montesinos son sus vasallos [...] Tengo confirmación apostólica del contrato y cualquiera Prior será contentísimo de que S. M. sea patrón de la ermita y se sirva del sitio; porque ninguno querrá encargarse de entretener lo que yo aquí dejare, aunque sea a costa de los frutos, no siendo el mismo prior aficionado a vivir en el campo, ni pudiéndolo hacer, porque ha de residir en su priorato en la iglesia; y sólo el nombre de S. M. y de sus sucesores entreterná y sustentará esto con algún alcaide natural de la tierra que ponga aquí el que lo fuere del Alcázar de Sevilla; y por mi vida ello se entreterná con orden que yo podré dejar, aunque esté en otra parte sirviendo a S. M. y me esforzaré a mejorarlo entendiendo que es de S. M. Y por el contrario, pensando que mañana moriré y quedará esto sin dueño, perderé el ánimo y propósito que tengo de mejorarlo.. Persuádase v. m. que todas las partes necesarias para recreación de un Príncipe tiene este lugar, excepto los edificios que son de un pobre estudiante. [...] Agua, piedra, monte, y cal hay, todo muy cerca, para cuando se quisiese edificar [...] Este sitio está en término de Aracena, que es lugar de mill vecinos, dos leguas del, por un camino fresco; la una legua es del más hermoso camino de España y ansí cae en la jurisdicción de S. M. que todos estos montesinos son sus vasallos [...] [Carta a Zayas. La Peña, 16 de octubre de 1578]
-27-
§ Deseo de soledad. Las continuas visitas le roban tiempo para estudiar
Yo me he quejado siempre que después que aquí vine, jamás me han faltado huéspedes ni otros desasosiegos de negocios ajenos, de parientes y amigos, y como yo fui muy conocido desde mochacho y acerté a hallar este sitio en parte tan cercana de parientes, que desde aquí hasta Mérida y Badajoz, que son 20 leguas, y a Mora, en Portugal que son... antes 200 casas conocidas de parientes, nunca me faltaron visitas ni embarazos [...] Como v. m. escribe era otro tiempo y otra edad, y otro pensamiento el de ellos: que el mío no se ha alzado del suelo hasta agora por beneficio de Nuestro Señor, y era vivo Roano, mi compañero, que sabía entretener y despedir los visitantes a sus tiempos. Después que entré en casa de S. M. pasan las casas de parientes, veros o apellidados, de seiscientas, sin los de Sevilla y Andalucía, y los pensamientos del menor de ellos y las esperanzas o expectativas puestas sobre el cielo de Júpiter. Éstos me han dado mal rato cada día con visitas, y no ha bastado decirles que tan Arias Montano soy como fui y no seré más, antes por ventura menos, lo cual no pueden oír, -28-
sino me desafían y afrentan sobre ello, imaginándose que los apoco en esta bajeza de estado en que me estuve y estoy. [...] Me quejé a v. m. de la molestia que recibía, ansí por no hallarme aquí tan solo como yo querría para mis intentos, como por la poca posibilidad que tengo para cumplir como es razón con los huéspedes y con otras necesidades precisas de algunas personas que yo tenía obligación de ayudar [Carta a Zayas. La Peña 4-1-1579]
-29-
§
Aun en La Peña, que ordinariamente en mi ausencia está solísima, por encubierto que allí me retire, en pocos días se torna en mesón cosario y lo mismo me pasa en una heredad [Campo de Flores] que tengo media legua de aquí, aunque en ésta son las noches mías por estar cerca de la ciudad. [Carta a D. Pedro Castro, arzobispo de Granada. Sevilla 7-XII-1593]
-30-
§ Melancolía y amargura en El Escorial. Se queja por haber tenido que abandonar La Peña y de su trabajo actual como bibliotecario
Si Dios no nos tuviese de su mano, asaz materia se ofrece cada día para henchir cerebro, corazón, estómago, bazo, y por concluir, cuerpo y alma de melancolías. Porque allende de ver lo que en el mundo pasa, se añaden muertes de parientes, cuñados y amigos; desamparos y orfandades de sobrinos y sobrinas; extrema pobreza en mí para poderles ayudar; ninguna esperanza de mejor comodidad; evidencia de mayor pobreza cada día, y de aquí en adelante enfermedad de mis criados, larga y sin mejoría alguna, desmán grande de estar en casa ajena cinco personas repartidas en tres partes a arbitrio y sujeción de mozos, de porteros, etc. [...] En Madrid el León [de Castro] bramando y procurando tragarme; deshonrándome por las audiencias y oidores y plazas e iglesias y monesterios, ayudándose de la terribleza y ímpetus de Lindano y de los demás que lo encienden. Haberme mi amo [el Rey] dado tanta priesa para que dejase mi rinconcillo [de la Peña], [...] pasado ya un mes que estoy aquí no haberme visto ni oído, ni entender que -31-
me quiere para otra cosa que para servir a esta casa en cosas que un muchacho podría y sabría mejor servir, y por solo memorial de un fraile verme ocupado en cosas de ningún fruto, con cincuenta y tres años a cuestas y con mucha flaqueza y ningún regalo. Persuasiones vanas de los que bien me quieren, de que por fuerza he de crecer en estatura de un gigante, antes hoy que mañana. Burlas y risadas de mis ejercitadores; contento de los que desean que mi nombre se rematase en el mundo. Escarnios, quise decir, títulos de librero mayor. [...] Todas estas cosas presentes y fervientes y otras muchas que de éstas nacen y nacerán, son bastantes para criar melancolía en las piedras, y aun desbaratarlas y quebrantarlas con ella, cuánto más con el cuerpo y sujeto tan frágil como el mío. [Carta a Zayas. El Escorial 10-X-1579]
-32-
§ Enfermedad. Cuatro años sin disfrutar de La Peña.
Aún me detiene una accidental flaqueza, que me reprime en grande manera el espíritu y vigor, con que solía caminar sin reparar en trabajo ni en variedad de aires, aguas ni tiempos; porque estos días pasados, queriendo dar una vuelta a la Peña, de donde había hecho ausencia por cuatro años sin salir de Sevilla, o del retiramiento [Campo de Flores] que tengo media legua de aquí, desde que partí de este lugar, cobré un catarro pesadísimo, que me ha durado casi tres meses, y aún me tiene en continuo ejercicio del pecho, no sin recelo de perpetuárseme, de que ni la edad, ni el modo ordinario de alimentarme y curarme no me asegura. Y es tanto que tampoco oso venir a la ciudad, si no es forzado de alguna obligación; porque aun en esta mudanza de media legua siento notable extrañeza, y los más doctos y amigos médicos y que más me conversan, me dan por más seguro regimiento el reposo, y procurar aire libre como lo es el de mi retiramiento aquí. [Carta a Pedro Castro. Sevilla, 30-IV-1597]
-33-
§ Montano expone claramente cuáles son los criterios por los que él se rige para comprobar la veracidad de cualquier asunto
Porque yo en cosas de fe siempre he tomado por fundamento la divina Escritura y la declaración de la Iglesia concerniente a la Escritura. Fuera de los fundamentos, que se reducen a uno firme, lo demás no me hace ni aún opinión fuerte. En las cosas naturales también he procurado saber lo que la Escritura enseña y, cuando no alcanzase esto, procuro la razón que no contradiga la experiencia. En los historiales ordinariamente he seguido los autores del mismo tiempo o cercanos a él, desnudos de afecto. Y a lo que por estas vías no averiguo, téngolo por incierto o por opinión, y así lo refiero. Testigo es v. m. que en el Concilio de Trento seguí este uso, y en los de Salamanca y Toledo, como lo saben los que se hallaron en ellos; y en mis escritos y coloquios lo hago así. [Informe al Deán de Granada. 4- V- 1593]
-34-
§ Coherencia intelectual. Unidad y cohesión interna de toda su obra
Recreado me ha V. Sª con haber aceptado el pequeño servicio mío del libro intitulado Anima, pequeño por la parte del nombre de su escribiente, porque por lo de su argumento y sustancia no parecerá pequeño a quien de veras ama la Escritura, de cuyas palabras y sentencias es toda la urdimbre y trama de esa tela, como también lo será la del Corpus magni operis, [...] Es verdad, como V. Sª significa, que [re]quiere atención esa lectura [del Opus Magnum] porque [...] es un perpetuo hilo, sin quiebra, nudo, maraña ni traviesa y conviene trabar la punta o primer cabo de él en la inteligencia de la prefación y no dejar el ovillo de la mano hasta no hallarle el postrero cabo; y por la misma misericordia [de Dios] ni en él ni en mis otros escritos se halla rabiza desatada ni que se tope o encuentre con otra. [Carta a D. Pedro Castro. Sevilla, 7-XII-1593]
-35-
SUPREMA Y PERPETUA DECLARACIÓN PÚBLICA DE BENITO ARIAS MONTANO ACERCA DE SUS ESCRITOS
Ves lo miembros dispersos del hombre, los cuales, unidos en un solo cuerpo, debes tú referirlos a su cabeza. Todas las cosas que hemos escrito son una sola; [recuerda que te hemos dicho esto, tú que deseas tener [nuestros escritos. Ya los elogies, ya los censures, en vano te atormentarás, si no llegara s a saber que Cristo es uno solo. [Primera parte de la Obra Magna, Alma.] Trad. F. Navarro Antolín
-36-
II POESÍA
INVITACIÓN A UN ALMUERZO1 A Diego de Aguilar
Si de almorzar unos lomos de cerdo, invernales [obsequios, Diego, eres capaz; si la uva pasa no es vulgar; si te gusta también el jamón que ya vio dos diciembres, y jugosas paletillas de carnero no te apestan, al mediodía después de misa quedarás hoy conmigo, y te daré vinos catados por otros, que no por mí. Adornarán los platos del postre, buen Diego, aceitunas que el Betis en sus mesas querría que estuvieran. Si estas cosas detestas, no puedo ofrecerte [otras mejores, hallarás (confía en mí) unos pocos Ambrosios2.
1
Este epigrama escrito (h. 1550-51) en Alcalá, nos presenta a un Arias Montano joven que, pese a su posterior fama de asceta, disfruta invitando a sus amigos a su mesa, en la que no falta el lomo de cerdo ni el jamón, pero en cambio ya aparece como abstemio, quizá por su naturaleza enfermiza. 2
Se refiere a que encontrará
comensales,amigos con los que conversar -39-
Trad. Joaquín Pascual
A AMBROSIO DE MORALES3 Cuando el dañino invierno manda sus malignos fríos [a los pobres y viste la triste tierra de nieve abundante; cuando la ventisca recluye en sus casas a las tiernas [muchachas, y cuando los zagales todos se retiran, encogidos [sus hombros, no es momento ni de leer ni de escribir amores. Así que te devuelvo, Morales, tu Ausias. Los Comentarios de Vitoria así como los desvelos [del padre Tomás, mándamelos tal como los ha copiado tu mano. Y además de esto, si es que tienes, alguna suerte de [libro docto y grave que yo pueda leer en el lecho o junto a los leños. Trad. Bartolomé Pozuelo 3
Mediante este epigrama de circunstancias, escrito en sus años de estudiante (h. 15548-1556), Montano le devuelve a su amigo Ambrosio de Morales una obra de Ausias March (13971459) y le pide algún libro para leerlo en invierno, estación adecuada para aplicarse a lecturas más serias en la cama o junto al fuego. De paso, este poema nos indica que Arias Montano no sólo leía obras teológicas y bíblicas, sino también literatura amorosa.
-40-
-41-
A AMBROSIO DE MORALES4 Somos aceitunas, orgullo del Betis, ganancia de la casta diosa, que venimos en busca de Ambrosio, alegría del Betis. Éramos más, pero el mandadero ha birlado las [que faltan: el bribón metió la mano en la exigua orza. Nuestras hermanas se lamentan, no tanto por haber sido robadas y extraviadas cuanto por no poder ser, amigo Morales, el complemento de tus cenas. Trad. Juan García Gutiérrez
4
Con ocasión de enviarle a su amigo Ambrosio de Morales una orza de aceitunas de Andalucía, que nunca faltaban en la mesa de Montano, éste le escribe un epigrama puesto en boca de las propias aceitunas. Estas piezas lúdicas muestran el humor del humanista. Como las composiciones anteriores, probablemente el autor las consideró meros entretenimientos y por eso las excluyó de su grandes compilaciones poéticas.
-42-
A ÁLVARO DE LUGO5 Cuán grande envidia os tengo, señor mío, de aquese vuestro deleitoso asiento y muy mayor de vuestro gran contento que vence todo reino y señorío. Cuando os contemplo junto al fresco río recogiendo el suave y manso viento, de libros rodeado, entonces siento cuán grande es el humano desvarío. Y no sé cierto qué descanso es éste que los ansiosos hombres van buscando, ni dónde está que nunca lo han hallado. Sé bien que a aquese vuestro no se ha dado mayor descanso y que tan poco cueste y que al Eterno más vaya guiando.
5
Álvaro de Lugo estudió con Montano en Alcalá, pasó temporadas con él en su retiro de La Peña y ambos compartieron el amor a la soledad y cierto desprecio por los afanes de los hombres. En este soneto dedicado a su amigo, Montano hace una proyección de su propio ideal de vida tal como lo sentía en su etapa inicial en La Peña.
-43-
A MIGUEL DE FUENLLANA6 Quien quiera acá del cielo ver la muestra, y de los suaves bienes que gozando están los que del vicio se apartando allá subieron por la senda diestra, oiga al grande Fuenllana, que él nos muestra cuando las dulces cuerdas va tocando una divina sombra, que escuchando a aquella eterna luz el alma adiestra. Cierto en el cielo aqueste fue enseñado, que en este val de revoltosa guerra cosa no vemos de tan alta lista. Y porque este gran don que le había dado no lo menguase en tratos de la tierra 6
Soneto escrito para figurar entre los poemas preliminares del Libro de música para vihuela (Sevilla, 1554) de Miguel de Fuenllana, músico ciego, uno de los mejores vihuelistas de la corte de Felipe II. La música, según las teorías renacentistas derivadas de los pitagóricos y neoplatónicos, tiene la virtud de desempolvar el recuerdo de otra música oída en ese otro mundo platónico, anterior y eterno, del que éste sólo es sombra y apariencia.
-44-
lo priv贸 Dios de la corp贸rea vista.
-45-
[LA SOLEDAD Y EL ALMA ENAMORADA]7 Quien las graves congojas huir desea de que está nuestra vida siempre llena, ame la soledad quieta y amena donde las ocasiones nunca vea. En ella de paciencia se provea contra los pensamientos que dan pena y de memoria de morir, que es buena para defensa de cualquier pelea. Mas el que está de amor apasionado, no piense estando solo remediarse, ni con paciencia ni acordar la muerte; porque la causa trae de su cuidado dentro en sí, y mientras más cura ampararse la fuerza de amor siente muy más fuerte. 7
Soneto sin título publicado por primera vez en 1857. Cuando el amor nos inunda, de nada valen los remedios tópicos que ofrece el estoicismo -la soledad, la paciencia o el recuerdo de la muerte que todo lo relativiza- para conseguir la serenidad, la imperturbabilidad.
-46-
-47-
PARÁFRASIS SOBRE EL CANTAR DE LOS CANTARES DE SALOMÓN EN MODO PASTORIL8 Canción Primera POETA En los floridos valles de Siona, junto con el otero do el hijo de Jesé, zagal chapado, por tirar con la honda muy certero, la su gentil corona ganando, fue entre todos señalado; allí en un verde prado vi debajo una sombra una pastora graciosa y bella, aunque algo tostadilla. Paréme por oílla, y a ver qué cosa fuese causadora 8
Con esta obra, escrita en español probablemente en La Peña hacia 1553, Montano pretende acercar el contenido del Cantar bíblico a la sensibilidad del hombre renacentista. Y para ello se vale de las dos formas principales en las que la literatura española había tratado el tema pastoril: la poesía popular y la culta italianizante representada sobre todo por Garcilaso de la Vega. Combinando materiales bíblicos, clásicos y romances, Montano inicia una nueva fórmula que tendrá éxito e imitadores y alcanzará su cumbre en el Cántico espiritual de Juan de la Cruz.
-48-
del ansia gastadora que dentro en sí tenía; porque con los suspiros que enviaba, tales que el aira ardía, encendida en deseo se mostraba. En su cantar sentí que amor la fuerza y no le da reposo, haciendo al delicado pecho guerra sólo por el deseo de un su esposo, al cual llamar se esfuerza tanto, que mueve a compasión una la sierra. No mucho se destierra su esposo, porque está también herido de otra flecha tanto más pujante por no poder apacentar sus ojos; y ya más no pudiendo sus ansias refrenar que no rompiesen, este cantar diciendo, lugar daba a sus quejas que saliesen: Capítulo I Theolampo mío, ¿qué tardanza es ésta? ¡Ay! ¿quién te me detiene? ¿Dónde estás? ¿No respondes? ¿Qué te has ehcho? ¿Cómo no quieres que en tu ausencia pene aquella a quien le cuesta tu amor el corazón que está en su pecho? Bien sientes qué despecho tendré conmigo misma no te viendo, porque tengo temor que no me quieras. -49-
Si tú mi amante fueras, vinieras, la mi pena no sufriendo. Yo juro que en te viendo sería yo guarida y, aunque la muerte ya de mí triunfase, tornaría a la vida, si un beso de tu boca yo alcanzase. [...] Hazme saber, oh amor de la mi alma, dó el tu ganado pace y hacia dónde aballas tu rebaño o cuando el sol en la mañana nace o cuando el aire encalma, dó le defiendes del calor extraño; porque si no me engaño en te buscar, sin ir do estás muy cierta, andando por los montes y las fuentes, amor, ¿no paras mientes que andaré fatigada y medio muerta, y si por caso acierta verme quien no conozca, al punto pensará de mí mil males, que ando de choza en choza buscando sin vergüenza los zagales? POETA Al dulce lamentar de aquesta amante callaba el campo todo, movido a compasión de una tal queja. Y no es tan vano el lastimero modo -50-
que el alma no quebrante a su esposo, que de ella no se aleja. Amor ya no le deja, ni su alma tierna puede ya sufrillo, atormentar su amada con silencio, que le es amargo asencio ver el mal de su esposa y no guarillo. Y con un son que oíllo bien pueda, le responde cantando, porque más su pecho mueva, desde las breñas, donde, por gran requiebro, su presencia encueva: ESPOSO Eumenia, para mí dulce y graciosa más que mujer de cuantas hoy se arrean, si tú no sabes, mi querida esposa, hallar las mis ovejas dó sestean, aballa tu ganado presurosa y tus cabritos que pacer desean; la huella ven siguiendo a los pastores, que entre ellos hallarás a tus amores. Capítulo VII9 ESPOSO 9
En este fragmento seleccionado de la Paráfrasis sobre el “Cantar de cantares”, los esposos se intercambian piropos y exaltan mutuamente su belleza.
-51-
En el meneo, en el andar tan diestro, los tus pies vencen toda hermosura, con su calzado rico y ornamento. La redondez del muslo y su juntura es como un bel collar que un gran maestro de oro torneó en gentil hechura. Tu ombligo fabricó tan bien natura como una bella luna en redondeza, y siempre es fuerte, siempre fruto tiene. Tu vientre, cual conviene, como un montón de trigo, que en belleza envuelto, y lirios, viene. Tus pechos, do se anidan los amores, son como dos cabritos saltadores. Tu cuello es una torre de marfil; tus ojos claros, llenos, refulgentes como piscinas hechas en Hesbón, junto a la puerta que a las muchas gentes recibe; y el tu rostro tan gentil parece al muy hermoso torrejón que hacia Damasco tiene el Libanón. La tu cabeza tiene semejanza a aquel Carmelo, monte muy famoso; y el oro muy precioso que de ella nace en hermosura alcanza a un rollo muy hermoso de púrpura que bien bebió del tinte; que no hay mejor cabeza que se pinte. Toda eres bella, y tienes el primado en hermosura, gracia y gentileza. -52-
No hay quien pueda acabar de bien loarte, grande es de tu estatura la belleza. Como quien mira palma el rostro alzado, así conviene en alto a ti mirarte. Tus pechos son racimos por bello arte de la natura obrados. Yo querría subir a estas plantas a coger sus ramos a placer. Tus pechos bellos son en demasía racimos de bel ver; y el suave olor que tu nariz respira olor de fruto es, que a todos tira. ESPOSA Cuando mi amado algún buen vino bebe, tanto aquella dulzura lo transporta, que habla como aquel que está dormido; cuando su paladar su habla corta, otra dulzura tanta dél nos viene, que a todos saca fuera de sentido. Yo toda soy de mi esposo querido, y él me quiere a mí bien, que bien lo entiendo. Si tú quisieses, ora, mi Theolampo, salgámonos al campo; iréte mis amores refiriendo, y cuánto por ti habré pasado en llanto, y dormiremos por las caserías, pasando así las noches y los días. Veremos la mandrágora si huele, si abierto ha ya su flor, y tanta fruta -53-
como tengo apartada para ti, que tengo mucha allí, de ella en sus ramos, de ella más enjuta, que muchos días ha que la cogí, pues tú la has de gozar, y no otro hombre, pues se cogió y guardó toda en tu nombre
-54-
SALMO 13810 Cual cazador experto, Señor, me has entendido y penetrado; y no te es encubierto si acaso estoy echado, o si ando por el campo levantado. De lejos comprehendes dónde pienso salir a apacentarme: mis veredas entiendes y adó suelo anidarme y allí sabes con lazos enredarme. Tienes cierta experiencia de mis senderos y hacia dónde acudo y con divina ciencia aun lo que hablar no pudo mi lengua, ya es a ti claro y desnudo. 10
Versión en español de los Salmos, escrita en 1573 (?) en Amberes, obra inédita. El salmo 138 tiene por tema la omnipresencia divina de la que el hombre no puede huir. El saber de Dios se extiende en el tiempo y en el espacio y penetra hasta lo más profundo del ser humano. Al presentar el argumento del salmo, dice A. Montano que el salmista, para explicar la omnipresencia de Dios, se vale de “la metáfora del cazador experto en comparación de una liebrecita o de otra cualquier cosa que se pueda cazar en el campo”.
-55-
Tu vista caudalosa ve lo de atrás y de adelante; tu mano poderosa a me formar bastante siempre está sobre mí fuerte y pujante. [...] ¿Adó de ti iré huyendo? ¿Adó me esconderé de tu semblante? Si al cielo voy subiendo allí te estoy delante, ni es el infierno a me esconder bastante. Ni aunque las ligeras alas con que el aurora va volando me ponga, y las riveras extremas vaya hollando que el ancho mar contino está bañando, Aún no podré valerme, que allí tu mano larga y poderosa sabrá asido tenerme; de allí (oh extraña cosa) me sacas a tu diestra victoriosa. Dije entre mí engañado: esconderme he en un lugar oscuro, allí no seré hallado, allí alegre y seguro la noche servirá de luz y muro. Mas, ay ¡qué niñería! -56-
que a ti la sombra no te esconde nada: a ti la noche es día, la oscuridad cercada no es menos que tu luz aventajada. Penetras mis entrañas aun hasta el más pequeño pensamiento: sabes todas mis mañas como quien de cimiento formó mi ser en el materno asiento. [...] El hueso y armadura de este mi cuerpo no te fue escondida; tuya es su compostura, labor de ti tejida, en la materna tierra concebida. [...] Haced, Señor, la prueba: mirad mi corazón dó está inclinado; mirad qué sendas lleva, qué ramas ha brotado, si va su tronco a vos enderezado. Mirad si en mí se halla cosa que al recto fin vaya torcida: venid a enderezalla por la senda escogida que lleva el alma hasta la eterna vida.
-57-
ODA A PEDRO VÉLEZ DE GUEVARA11 (fragmento) Cuando recuerdo los días compartidos y las gratas horas en el silencio nocturno, ni me evado de mi actual sufrimiento ni me reanimo, como acostumbraba. Por el contrario, al dolor y a la profunda tristeza en los que yo solo me hundo a todas horas, se suman las torturas del recuerdo del tiempo ya pasado, irrevocable. Y yo en la cueva de una roca apartada y alta, gocé feliz con tu enseñanza procurando mantenerme al abrigo y, sin temor al mar y a la borrasca, consagrar la vida y sus radiantes días 11
Esta Oda, que consta de 38 estrofas, la compuso Arias Montano para dedicar su traducción latina de los Salmos al canónigo sevillano Pedro Vélez de Guevara, su fiel amigo a quien le debía la concesión del patronato de La Peña. En estas estrofas seleccionadas, el poeta se lamenta de cómo las circunstancias lo han arrancado de su placentero retiro de La Peña para arrojarlo al turbulento mundo de la vida pública y de la política.
-58-
a los designios del supremo Dios y a las verdaderas palabras de los poetas sacros con sucesivas obras. Mas la suerte, envidiosa de mi dulc铆simo bienestar, me sac贸 a rastras de mi tranquilo rinc贸n y me arroj贸 al peligroso mar para ser zarandeado por los impetuosos vientos. Trad. Juan Capela
-59-
ODA DE ARIAS MONTANO A SU FUENTE12
Virgen Madre del todopoderoso Señor de Cielo y Tierra, tú que brillas más pura que las lumbres y los astros del firmamento. Santa a quien erigieron una ermita nuestros mayores en la agreste sierra, donde queda el recuerdo de la muerte de San Audito. Cuida, Virgen, de mi amada fuente que en la gleba mis manos excavaron, de la gravosa azada con el duro diente de bronce. 12
Arias Montano, empuñando con sus propias manos el azadón, abrió una fuente a la que le dedicaría un himno-plegaria (inédito hasta 1910) de clara inspiración horaciana, en el que invoca a la Virgen para que vele siempre por la pureza de sus aguas. Esta Oda transpira una atmósfera renacentista en la que con toda naturalidad las alusiones a la mitología pagana y las invocaciones a la Virgen se cruzan y confunden sin conflicto. Recientes investigaciones han demostrado que esta Oda no hace referencia, como hasta ahora se creía, a la fuente o manantial que Arias Montano descubrió en La Peña de Alájar.
-60-
Mira, fluyendo de la roca viva, precipitarse trémulas sus ondas, y cómo quieren derramarse en llanto sobre su lecho. Mira cómo en el fondo de la poza brillan multicolores pedrezuelas y cómo se reflejan las figuras en su onda clara. ¡Oh, puras aguas! Que salubres hierbas crezcan en vuestro entorno y no se cierna jamás sobre vosotras sombra alguna de árbol nefasto. Que no falten las violas encarnadas y cubra el tomillar tu umbrosa peña, que jamás hierbas de nocivo jugo osen mancharte. Si amaga la culebra venenosa tus limpias aguas, un crujido suene que espante al punto a las serpientes todas y ni te rocen. Y vosotras, del bosque sacras ninfas, dejando vuestros arcos y saetas, mitigaréis de Febo los ardores en esta fuente. Lavad aquí vuestros cabellos de oro, -61-
cantando aquí formad coros alegres, y este lugar ignoren los lascivos faunos y sátiros. Y vosotros, pastores de estos bosques, que cuidáis de las cabras y los bueyes, los que guiáis las ovejas de pellicos y los porqueros, calmad aquí la sed en pleno estío, tañed aquí las cuerdas con los plectros, mas no dejéis que puercos o cabríos toquen sus aguas. La deidad de su linfa cristalina no la enturbien los bueyes ni cabritos, ni osen manchar en el revuelto fango su limpio estanque. Así jamás temáis los negros lobos, ni dañe a vuestra grey con su veneno ignota hierba, mas os den los bosques pastos lozanos. Trad. Juan García Gutiérrez
-62-
AL CUADRO DEL MAR ROJO HIMNO HEXAMÉTRICO13
Donde la sinuosas costas de un mar de sonoras olas con su continuo reflujo repelen lejos de su roja orilla las apartadas tierras de los etíopes y las empapadas llanuras del errante Nilo de un lado, y de otro lado los sembrados de los árabes que exhalan olor a buen incienso y que están ornados de gemas y palmeras, allí permanecen estables a perpetuidad y permanecerán siempre los monumentos del triunfo divino otrora erigidos, mientras subsista la luz, mientras en el puro cielo subsistan los radiantes astros, mientras los vientos que soplan en asidua formación recorran las regiones del aire y mientras en el henchido piélago subsistan sus no vanos poderes entre las líquidas olas. En efecto, con estos soldados abatió Dios antaño a pueblos y al cruel tirano (a la sacrílega descendencia de Cam y a los colonos 13
Los Monumentos de la salvación del hombre (1571) constituyen una colección de 70 Odas (número que indica plenitud y simboliza las edades del hombre) dedicadas a otras tantas escenas fundamentales de la Historia de la Salvación. Es una obra –en la que se complementan el grabado y el texto poético- de carácter pedagógico y con una finalidad irenista en medio de las guerras de religión.
-63-
farios), y truncó sus furibundos planes, y ordenó que ellos mismos, entre enorme matanza y sin que ninguno en absoluto se salvase, descendieran a las negruzcas mansiones de la pálida muerte y a las tinieblas del Erebo, ellos que habían osado con resuelto afán y sumas fuerzas mancillar el juicio del Padre, a Quien los mayores y más variados seres del mundo obedecen según ley concorde, y Quien había ordenado que Su pueblo, llamado a los reinos prometidos, se sacudiese el injusto yugo y las crueles cadenas (todo lo cual Él Mismo había quebrado con excelsa mano) y que siguiese las señales del designio y del camino que le habían sido mostradas, gratamente memorables durante los años venideros. Así pues, un selecto puñado de personas, conducidas a través de las escindidas olas, asombradas de tal día dador de vida, contempla en la lejanía a sus enemigos desparramados por toda la costa y, en el piélago, a una masa de hombres exánimes carente de número; y observa a una parte sumergida en el profundo cieno y a otra sepultada en la arena; y el pueblo se regocija en libertad, Y LOA LAS HAZAÑAS DE DIOS TODOPODEROSO, Y CANTA LOS MONUMENTOS DE LA ARCANA SALVACIÓN. [Humanae Salutis Monumenta XIV] Trad. Joaquín L. Navarro López
-64-
AL CUADRO DEL NACIMIENTO DE JESÚS NENIA DE LA NATURALEZA HUMANA
Cuando del vientre virginal surgió resplandeciente el infante y dejó ilesos los templos de la castidad, la NATURALEZA, que ya se había quedado atónita ante la gravidez de un útero intacto, teme ahora con alegría el insólito parto. Y asombrada del nuevo linaje, gozándose también de varias maneras, se dice que cantó lisonjeros ritmos: “Sobrepasas mis leyes, Pequeño, por ser engendrado o por nacer; pero eres mío, porque eres pequeño y tierno. Por tanto, me superas, infante que sin mí naces. Y es que si me superas, eres, por tanto, Pequeño, Dios. ¡Oh Pequeño y con certeza Dios, oh tú que a mí te unes, hasta el punto de exceptuarte yo de mis papeles y deberes! ¡Oh Dios y en verdad Pequeño, oh yo que a Ti me uno, hasta el punto de engrandecerme más yo misma gracias a tu Divinidad! De mí recibirás, Pequeño, cuita y fatigas, recibirás el peso de la muerte (lo cual así Te place). De Ti yo recibiré la salvación, mas Dios la paz, y poder quebrar las cadenas de la muerte eterna”. [Humanae Salutis Monumenta XXXVIII] Trad. Joaquín L. Navarro López
-65-
AL CUADRO DEL SEPULCRO. EPITAFIO POEMA ELEGÍACO
Marmóreos sílices y pequeñas grutas que pronto se asombrarán de que se levante un cuerpo redivivo lo guardan. ¡Oh rocas más que felices por haberos sido depositada tal prenda, pero más dichosas aún por ir a devolver tal prenda! Proteged los miembros de un ser humano más puros que los cuales nada hay en lugar alguno, miembros muertos del Hombre, miembros vivos de Dios. No temáis la corrupción ni sus repulsivos olores, del todo ajena a estos males es esta carne. Lo que era propio de nuestra culpa, ya lo ha lavado Su muerte; más allá de la muerte nada debe Él por nosotros. Ahora (pues tiene poder para ello) Él se restablecerá a Sí Mismo su propia vida; y nos concederá poder vivir por siempre. Por tanto, esta roca será testigo de que han sido apaciguadas las iras, y de que al orbe le han sido renovadas las alianzas de la amistad. [Humanae Salutis Monumenta L XIV] Trad. Joaquín L. Navarro López
-66-
[PARÁFRASIS DEL ECLESIASTÉS]14
Digo que llevado de este afán comencé a levantar grandes obras pensando en el futuro; casas y moradas valiosas, por los materiales empleados y su aspecto; y variadas por su artificio, y también por el emplazamiento y situación utilizándolas según las épocas del año y las horas del día. Alcé para mí un emparrado que adorné con diversas especies de uvas y parrones frondosos injertados con variedades de racimos. No ahorré género alguno de árboles de pulpa, de baya o de bellota: ninguno faltó en mi huerto. Toda clase de frutales deleitarán a su dueño con el esplendor de sus hojas y flores, según el momento. Y no fue la menor de mis ocupaciones el cuidado de los jardines, donde aprendí a distinguir las especies de hierbas y flores, sus propiedades y aplicación, el lugar y 14
En su Paráfrasis del libro del Eclesiastés en verso latino, Arias Montano se identifica con el sabio judío Kohélet y se sirve de las palabras puestas en su boca (Ecc. 2, 4-6), pero siente la necesidad de amplificar el texto, de glosarlo, para describir con detalles inconfundibles las edificaciones, huertas y fuentes de su retiro en La Peña.
-67-
las épocas adecuadas a cada una, pues en los estudios de la naturaleza es ésta la parte más hermosa y la más gratificante. Y en fin, después de encontrar en el monte las fuentes de manantial profundo, las canalicé hasta estanques y lagos artificiales y desde allí, por acequias y a raudales regaba la arboleda y el bosque y cualquier árbol de los que proporcionan madera utilizable. [Hymni et Saecula. Eclesiastés] Trad. Andrés Oyola
-68-
VOTO A DIOS, EFICACÍSIMO HACEDOR15 Quien osó confiar su nave a ignotas aguas, resuelto a emprender, el primero, nuevas rutas, presto y deseoso por visitar, en remotos lugares del mundo, reinos apartados y nunca hollados, éste, si no conoce las estrellas, sus números y ventajas y no cumple su oficio con ojos atentos, [...] muchas veces es zarandeado por las furibundas olas, otras muchas es impelido por vientos contrarios, y, temeroso y amedrentado, suspira por la tierra amiga de su patria, que atrás dejó, y lamenta haberla abandonado. [...] Ni se hace promesa de puerto, ni cuida de que el ancla esté hondamente asida y fija en aguas seguras. Así debo yo recelar el temor de un peligro múltiple, mientras me dispongo a componer una obra jamás contada por otra boca. Pero si tú, mi Dios, arrojas antes tu luz, benévolo, sobre quien te ruega suplicante, nada temo. Pues tú, precediendo con tu lámpara luminosa, enseñas a tus pueblos a recorrer la senda segura en la noche. [...] Trad. Fernando Navarro Antolín 15
Con frecuencia Montano inicia o concluye sus obras con un poema votivo. Éste figura al inicio de su Libro de la Generación y Regeneración del hombre, que él considera, posiblemente, su obra cumbre. Al escribir esta obra, se está embarcando en una empresa difícil y arriesgada. Por eso, utilizando la imagen de la nave combatida por las olas, invoca a Dios para que lo libre de los escollos y peligros, pues sabe que se aventura por unos caminos sin explorar.
-69-
III PROSA
[TODO HOMBRE BUSCA LA FELICIDAD Y EL BIEN]16
El intento y propósito de todos los Filósofos que han tratado de la naturaleza, condición y costumbres del Hombre y dieron preceptos de cómo se ha de vivir, parece haber sido descubrir y mostrar un estado supremo y perfectísimo al cual habiendo llegado el Hombre, no tuviese más que desear, sino que poseyendo la mejor y más excelente fuente de cosas deleitables, gozase de un perpetuo descanso y suavísimo sosiego. Y a este estado se le dio nombre de Felicidad o Bienaventuranza. Porque ya estaba averiguado, por la experiencia ordinaria y uso continuo, que esta manera de vida, que comúnmente y en general tienen los hombres, sujeta a diversos cuidados, congojas, trabajos, dolores y desasosiegos de ánimo, estaba muy lejos de la perfección, descanso y sosiego de la Naturaleza Humana; y que no importaba 16
El Dictatum Chistianum o Lección cristiana (1575) fue quizás el libro de Montano que alcanzó mayor repercusión y difusión. Es una guía espiritual, un manual de conducta en el que se dibuja el perfil auténtico del hombre cristiano. El punto de arranque de esta obra es el que está en la base de toda filosofía moral: la insatisfacción radical del hombres y la consiguiente búsqueda de la felicidad o del Bien.
-72-
nada, ni hay diferencia alguna, quién, o cuáles sean los Hombres que tienen este género de vida, de alto, o de bajo estado, Reyes, Príncipes, Magistrados o Hombres plebeyos; ricos o pobres; sanos o enfermos. Pues era cierto que todos estaban fatigados y trabajados, y cada uno desabrido, y descontento de su estado. Por esta causa comenzaron muchos a intentar varios remedios, tomar nuevos caminos y hacer diversas pruebas por ver si podían hallar aquel supremo, puro y universal sosiego para los ánimos humanos. Pero todos apasionados y deslumbrados con sus particulares aficiones y propias imaginaciones, alejándose mucho del fin que buscaban, no hallaron ni aun el camino de hallar el verdadero bien, tanto que unos vinieron a decir que el Sumo Bien era los deleites y regalos del cuerpo; otros, tener honras y dignidades públicas; otros, la abundancia de riquezas; otros, el carecer de dolores, y otros, el no tener pasión ni perturbación alguna de ánimo. Y todos se disponían con reglas, obras y ejercicios para conseguir el que cada uno se proponía por Sumo Bien. [Dictatum Chistianum] Trad. Pedro de Valencia
-73-
[SAMUEL, EJEMPLO DE RECTITUD EN UN GOBERNANTE]17
En Ramatha, lugar pequeño y en la Sierra, nació Samuel. Allí le daban cada año sus padres de su pobre hacienda el vestido que se vestía. Después, ya hombre de edad madura, se encargó por disposición divina del gobierno de la República y casi cuarenta años enteros tuvo como Príncipe, Juez y Gobernador en la guerra y en la paz, el supremo lugar y mandó toda la República de las doce tribus, que comprendía muchos pueblos y estaba muy florida, muy rica y poderosa y abundante de todas cosas [...] Pero en todo ese tiempo de cuarenta años ni acrecentó su hacienda, ni mudó su casa del lugarcillo en que nació pasándose a otra ciudad más ilustre; ni se dio a ocio y descanso; ni a regalos y deleites valiéndose para gozarlos de las ocasiones y comodidades que la variedad de los lugares suele causar; sino habiendo ganado y cobrado con guerra todo lo que les pertenecía 17
Este tratado, Dictatum Chistianum, se divide en dos partes: una primera de principios generales y otra que aborda las obligaciones específicas de los distintos sectores de la sociedad. En esta página, Montano aduce el ejemplo de Samuel para ilustrar un tema siempre de actualidad: cómo deben usar los reyes y gobernantes el poder, no para provecho propio, sino al servicio del bien común.
-74-
a los Israelitas y puesto en paz toda la provincia y acudiendo a hacer audiencia cuando convenía, se volvió después de todo esto, por no ser gravoso a ninguna ciudad, ni familia ni aún persona, a su casa y a su pobreza. [...] Con el breve dibujo de esta historia nos muestra claramente el Espíritu Santo con cuánta diligencia y solicitud corrió este varón la carrera de Capitán General en la guerra y de supremo Gobernador en la paz [...] El cual, habiéndose despojado del gobierno y sucediéndole el rey que eligieron, no quedó más rico ni más poderoso, ni con más ilustre casa ni con más hacienda. Fuese, pues, Samuel a Ramatha, donde pasó el tiempo que le quedó de vida; porque ni en Ramatha ni en otra ciudad más ilustre había edificado palacios o grandes casas. Ni tampoco había prevenido para cuando muriese un suntuoso sepulcro que eternizase su fama con los títulos y epitafios que estuviese adornado; sino murió Samuel y juntóse todo Israel llorándole y enterráronle en su casa de Ramatha. [Dictatum Chistianum] Trad. Pedro de Valencia
-75-
SOBRE EL SERMÓN ARCANO18 MACHO En el género de todos los seres animados el macho es el más noble y digno. Por naturaleza, es también el más fuerte y hábil. Así siempre se le nombra en primer lugar: Macho y hembra los creó (Gen. 1, 27) Por esta razón el varón es escogido principalmente para administrar los asuntos públicos, como Todo varón entre la clase sacerdotal podrá comer de su carne. Es cosa muy sagrada (Lev, 6, 29). Y en el lenguaje arcano, masculino significa lo perfecto, firme y eficaz, y lo que sucede francamente, como Antes de estuviese de parto, dio a luz un hijo (Is. 66,7) Y Maldito el engañador que tiene un macho en su rebaño y lo promete, pero sacrifica un animal dañado (Mal. 1, 4) Y Dio a luz un hijo varón que ha de regir todas las naciones con vara de 18
Sobre el sermón arcano es una especie de tratado de semántica bíblica o léxico bíblico en el que se explican más de once mil pasajes de la Escritura poniendo el énfasis en el sentido simbólico, arcano y secreto que ciertos términos tienen en la Biblia más allá del mero sentido literal. Este tratado fue acusado de cabalístico y suscitó serios recelos frente a Arias Montano. Véase la carga ideológica y connotativa que esta pareja de palabras, macho/hembra, tiene en la Biblia, según Montano.
-76-
hierro (Apc. 12,25). HEMBRA La hembra es de menor robustez y fortaleza y, tanto en la guerra como en la paz, menos hábil para llevar a cabo grandes empresas. Es en cambio idónea para oficios menores y para la vida doméstica, como está escrito: Si es varón, matadlo, pero si es hembra, reservadla (Ex. 1, 16). Mátame no sea que se diga de mí: ‘una mujer lo mató’ (Jue. 9,54). En el lenguaje arcano, con este género se significa la cosa más débil e inferior, como las mujeres viniendo y enseñando, pues no es un pueblo sabio (Is. 27,11); la espada contra toda la gente que está en medio de él, y serán como mujeres (Jer. 50,37). Y se ha agotado su valor; se han vuelto como mujeres (Jer. 51, 30). [De arcano sermone] Trad. Víctor Bermúdez Bermejo
-77-
LA NATURALEZA DEL HOMBRE19
Dios quiso, en un principio, que el hombre fuera hecho de dos partes [...] Así pues, Dios, a partir de una única partícula de la heterogénea tierra, a la cual por su calor y vigorosa grasa se le dio el nombre de GHAPHAR, modeló un cuerpo apto para acoger al alma y obtener la vida [...] Y a esta creación forjada por Él, dióle el Hacedor espíritu y alma. [...] Pero esta doble porción de alma, para distinguirlas y delimitarlas, fue menester llamarlas con dos nombres distintos, [...] llamándolas unos appetitio y ratio, otros anima y animum, y otros de otras maneras; y que el hábito de la lengua original [hebrea] llama a la porción superior y mejor RVAHH, esto es, spiritus, a la inferior NEPHES, esto es, anima, y que, desde luego, el hombre tiene a un tiempo ambas porciones, siendo, no obstante, su fuerza y dignidad distinta y dispar, porque es sabido que la una es y se dice macho, la otra hembra. [...] 19
En todo individuo de la especie humana –en cada hombre y en cada mujer- hay un componente masculino (espíritu) y otro femenino (cuerpo material), de forma que, cuando Montano habla de la naturaleza del hombre, lo masculino y lo femenino no se identifica en absoluto con varón y hembra, respectivamente. Esta afirmación implica la absoluta igualdad entre el hombre y la mujer.
-78-
Con el vocablo de la lengua original IS se nombra al que la lengua romana llama Vir; por eso, el propio vir decidió que aquella ayuda tan semejante a él [la mujer] debía llamarse ISAH. [...] una ayuda, exceptuando la diferencia de sexo, muy semejante a él en todo, esto es, tanto en los miembros del cuerpo, como en la doble porción del alma, compuesta de macho y hembra. Que ambas energías y naturalezas, tanto la masculina como la femenina, las recibió del Hacedor, lo pone de manifiesto la lectura divina: Y creó al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, y lo creó macho y hembra. Lo que leemos antes de la creación de la mujer, hay también que referirlo a aquella creación anterior que fue modelada de la arcilla, aunque, al final, haya que transferirlo también a la creación de la compañera. [...] Y de este modo, toda esta creación a la cual damos el nombre de Adam o de homo, diferenciada en dos sexos, IS e ISAH, o hombre y mujer, que está constituida de una energía y naturaleza macho y hembra, esto es, de animus y anima, es la primera imagen de Dios formada en la tierra. [Libro de la Generación y Regeneración del hombre] Trad. B. Macías Rosendo
-79-
[LA PRIMERA DESCENDENCIA HUMANA: CAÍN Y ABEL]20
Conoció el hombre a Eva, su mujer, que concibió y dio a luz a Caín, y dijo: “He adquirido un varón con el favor de Dios”. Esta primera descendencia de Adán y Eva, esto es, del hombre terrenal y la mujer vital, fue más robusta, más insolente y, como más adelante señalaremos, menos humana. La segunda, en cambio, fue el primer ejemplo de probidad y piedad, nacida de idénticos padres, aunque reproducía la virtud, candor e ingenuidad del hombre interior. Del mismo macho y hembra proceden, pues, la insolencia, la desvergüenza, e inversamente, el pudor y la modestia; luego, a partir de esos mismos padres son engendrados hombres buenos y malos, cuyas mentes son diversas, ocupadas en afanes diferentes y llevan vidas 20
La disociación del bien y el mal aparecen ya subrayadas en las primeras páginas del Génesis mediante la contraposición de Caín y Abel: el hombre exterior y terreno, frente al interior y espiritual. A Caín, prototipo del hombre afincado en la tierra, se le atribuye la fundación de las ciudades, el desarrollo de la técnica y el invento de instrumentos de cálculo. Por contraposición, Abel, presentado con los atributos neoplatónicos del pastor renacentista, feliz en el contacto con la naturaleza, y entregado al otium attentum, representa el estado de perfecta bondad natural.
-80-
totalmente dispares. Fue Abel pastor de ovejas y Caín, labrador. En efecto, demostraba el modo de vida y oficio sencillo, pacífico y dulce, mesurado y complaciente del uno la tarea de apacentar ovejas, los más mansos sin duda de todos los animales, las cuales proporcionaban al pastor y a su dueño tanto el alimento sencillo de la leche, como el disfrute de vestidos y pagaban la recompensa apropiada a su custodia con la fecundidad y abundancia otorgada a ellas por la naturaleza, y ellas mismas se alimentaban del pasto de heno y sencillas hierbas que brotaban espontáneamente y no imponen a su pastor labor alguna, a no ser el arreo y custodia, y mientras pacen, dejan bastante lugar y tiempo libre para reflexionar, meditar y cultivar el espíritu con buenos propósitos. Y, en verdad, con tales pastores, buenos y dotados de un espíritu sensato y de un talante humano, la vida podía subsistir fácilmente. Y Caín labrador. Hombre rudo y vigilante, y azuzado por la codicia, consagrado en exceso al trabajo [...] acostumbrado a abrir y hender la tierra, y volcado en la invención de instrumentos con los cuales poder ejercer y facilitar la agricultura, conforme a las posibilidades de su siglo. Luego, como ningún reposo lo apartaba del trabajo, no disponía de tiempo en que dedicarse a sí mismo, o dirigir la mente y el espíritu a la contemplación de las cosas divinas y humanas, sino que, totalmente inmerso en procurarse el sustento del cuerpo y en acumular riqueza,, no conservaba la piedad para con Dios ni para con sus padres ni el afecto hacia su propio hermano. [Libro de la Generación y Regeneración del hombre] Trad. Baldomero Macías Rosendo
-81-
[CARÁCTER AMBIVALENTE DE LA POESÍA]21 La más hábil de todas [las artes], y sobre todo la más eficaz para disponer, para guiar e incluso para arrastrar los ánimos de los hombres es la poesía; la cual, en la medida en que también ella es pintura, ha aprendido a imitar y a modelar las cosas de tal modo que no sólo ofrece imágenes mudas e inmóviles para contemplarlas con los ojos, como hacen la pintura y la escultura, sino que sabe representar las cosas mismas, tanto las que están bajo el cielo como las que se consideran celestes, muy similares a la realidad, con vida, dotadas de movimiento, y destacándose con capacidad de hablar y por la facultad de actuar y ejecutar; y no sólo puede turbar y engañar la vista de quienes contemplan, lo cual también lo pueden hacer la pintura y la escultura, sino que es capaz de apoderarse de sus ojos, de sus oídos e incluso del espíritu y de la mente, y las cosas que pueden parecer más increíbles, hacerlas creíbles. [Libro de la Generación y Regeneración del hombre] 21
Montano, siguiendo las doctrinas de Aristóteles y Horacio, señala la poesía como la más completa de las artes. Pero precisamente por eso, por su máxima expresividad y capacidad de representar como real lo que no lo es, puede entrañar también un peligro.
-82-
Trad. Baldomero Macías Rosendo
NATURALEZA Y FUERZA DEL ACEITE22 El nombre más común a todo jugo graso es SEMEN, que los latinos interpretan como grasa, aceite o a veces ungüento. Ese dijimos que era uno y el principal de los dos principios o elementos de los cuerpos, distribuidos de forma varia por la sabiduría de la palabra del Creador, y mezclado con los diversos temperamentos de la sal, según dijimos. [...] Y ninguna cosa se compone sólo de grasa o de sal, a no ser la misma sal y el mismo SEMEN o jugo graso, que son los cuerpo primeros y más simples. [...] Común a toda grasa o SEMEN es la suavidad, por eso fácilmente se adhiere al manejarla o tocarla. Pero todo cuanto puede decirse de las demás grasas, eso mismo y de forma principal se puede aplicar al aceite de las 22
La Naturae Historia –segunda parte del Opus Magnum- está concebida como una gigantesca paráfrasis de los primeros capítulos del Génesis. En ella se abarca toda la realidad, toda la obra de la creación, desde los astros hasta las plantas y los productos derivados de ellas Parece decir Montano que la materia prima de todas las cosas está compuesta, básicamente, de dos líquidos: uno grasiento, dúctil y poco condensado; el otro, húmedo y salado. La mezcla de ambos líquidos, en distintas proporciones, da origen a las distintas naturalezas de las cosas. He aquí unas anotaciones sobre el aceite de oliva, como ejemplo de los líquidos más puros y ligeros.
-83-
aceitunas, que flota como el menos pesado sobre los demás líquidos a los que suele servir de protección cuando se preservan del daño del aire que los rodea. Por eso se cuenta que pensando los árboles en elegir un rey para que los presidiera (Iud, 9, 8-9) el olivo fue el primero de todos al que se le pidió que los gobernase. Así pues, sabemos por experiencia que éste es el más ligero de todos los líquidos y, por el contrario, la miel es el más pesado y espesa a los demás. Entre estos líquidos, unos aventajan a otros por determinadas razones en gravedad y suavidad. Junto con la suavidad es común a toda grasa (basta con que sea líquida) la lentitud. Por eso su fluir o su movimiento de rotación no es tan veloz como en el caso del agua y de los otros líquidos que reproducen la humedad del agua más que la grasa del aceite, ni suena o se queja el aceite cuando fluye, aunque le estorbe algún cuerpo más sólido que se le interponga en el camino, ni cuando se precipita así como hace el agua y los humores que tienen sal mezclada. Más bien avanza en silencio y, deslizándose poco a poco, llega finalmente a donde se dirige. Y entre todos éstos [líquidos grasos], el aceite de oliva ocupa, como dijimos, el primer lugar, pues hasta tal punto es fluido, dada su suavidad, que no permite que se le detenga, ni tolera que se le comprima o retenga en el puño de una mano, aunque sea fortísima. Por eso, los sabios se valen de esta naturaleza para hacer comparaciones y similitudes de la falacia o ambigüedad de lo que es suave: Miel destilan los labios de la mujer extraña y es su paladar más suave que el aceite. Pero su fin es amargo como ajenjo, punzante como espada de dos filos. (Prov. 5, 3-4) Y Gotera incesante en día de lluvia y mujer -84-
rencillosa, allá se van. Quien quiere contenerla, pretende parar el viento o retener aceite en su diestra. (Prov. 27, 15-16). La suavidad y grasa del aceite desempeña un papel importante para conservar la piel de los animales, y sobre todo la del hombre, protegerla del frío y mantenerla, y especialmente el aceite que se obtiene de la aceituna, en el que además concurre un grato olor, se cree que contribuye a la alegría y aumenta los goces. Así está escrito: Derrama el óleo sobre mi cabeza (Ps. 22, 5) Y El aceite que hace lucir sus rostros (Ps. 103, 15). Esta es la característica principal que hace del aceite un líquido admirable y útil, que se lanza a penetrar incluso los cuerpos más sólidos y más duros. Entendemos que éste es el secreto de su relevante suavidad hasta el punto de que Jacob, disponiéndose a consagrar un monumento en recuerdo de una promesa que había formulado, derramó aceite sobre la piedra en la que había hecho las ofrendas sagradas, que sin duda iba a conservar la marca del líquido con el que le había correspondido ser empapada penetrando incluso en sus zonas más íntimas: Levantóse Jacob bien de mañana, y tomando la piedra que le había servido de cabecera, la alzó, como memoria, y vertió aceite sobre ella. Llamó a ese lugar Betel (Gen 28, 18-19) [...] Por eso el aceite, puro o mezclado con medicamentos apropiados, es acreditado por su notoria capacidad de penetrar en los miembros enfermos afectados por una herida o úlcera en las curaciones y remedios que deben ser tratados por fuera. Así está escrito: Y penetré como agua en sus entrañas y como aceite en sus huesos (Ps, 108, 18). El aceite se evapora por efecto del sol mucho menos que los otros líquidos, pero se consume libre y suavemente -85-
por el fuego devastador sólo con que no carezca de fondo o base, lo que prueba que el aceite no conviene tanto a la nutrición del cuerpo humano como la leche y los otros líquidos [...] Por eso vemos que poquísimos insectos o reptiles sobreviven en el aceite o cerca del aceite, y tampoco los demás animales salvo algunos raros e impuros del tipo de las fieras que se alimentan de carne, como el cerdo, el perro o el gato. [Naturae Historia] Trad. Carlos Sánchez
-86-
IMPORTANCIA DEL CANTO EN LAS VIDA DE LOS NIÑOS23 [Con el canto] se divierten especialmente en sus juegos, en la calle, ocupaditos en su quehacer o incluso cuando están sentados en momentos de ocio, e imitando con admirable rapidez los cantos y ritmos de los mayores y de los varones, los repiten e igualmente no sólo imitan sus bailes y los reproducen, sino que, aun siendo inexpertos en tal arte, nos ganan con su gracia y aunque no saben ejecutar todo esto por sus propios medios a causa del corto desarrollo de su talento, por la moda de la época del momento o con cierta enseñanza de los mayores o siguiendo el ejemplo de los demás, lo asimilan y dominan en breve tiempo y con fácil preparación lo representan en sus teatros, esto es, en sus casas, en las plazas, en las encrucijadas y plazuelas, en los cruces, ya solos, ya en grupos pequeños o numerosos. Ningún criterio, pues, más seguro, ninguno más claro y rápido de las costumbres y hábitos comunitarios en las 23
La última y principal parte de Naturae Historia la ocupa el hombre, como centro de toda la Creación. Y Montano se detiene a estudiar especialmente en las distintas fases o etapas de la vida humana y sus distintas características. He aquí una observación sobre la niñez.
-87-
ciudades, en las villas y en las aldeas, que los juegos de los niĂąos, y entre ellos especialmente las cancioncillas que muchas veces en el teatro de la vida de los mayores transmiten la imagen de actores en aquellos diminutos personajillos. [Naturae Historia ] Trad. AndrĂŠs Oyola
-88-
ÍNDICE CIERTA LUZ QUE ME ALUMBRABA Prólogo, Carlos Sanchez, 7 I PARTE: ARIAS MONTANO SEGÚN ARIAS MONTANO, 11 II PARTE: POESÍA, 37 III PARTE: PROSA, 67