La Regaera 3 El Huevo y El Bollo y La Gira

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3 Semana Santa 2011

El Huevo y el Bollo y La Gira La religiosidad en nuestro pueblo es especial. Está muy ligada a la tradición popular, al sentimiento colectivo y a sensibilidades enraizadas en la noche de los tiempos. En base a estas peculiaridades, la Semana Santa cachonera está compuesta por manifestaciones propias de la religiosidad popular, junto a otras tradiciones que son las que ocupan las páginas de este boletín cultural. Una de estas tradiciones es la del Huevo y el Bollo, cuyas primeras menciones datan, según Emilio Rodríguez Beneyto, de finales del siglo XVII, aunque es muy posible que sus comienzos se sitúen más atrás en el tiempo, pues la comida en el cerro el domingo de Pascua surge como consecuencia de la función religiosa que se le hacía al patrón de la ermita, que entonces no era Santa Brígida, sino San Ginés. El libro “Aspectos históricos de Galaroza” indica que entonces se celebraba el evento por la mañana, con una misa, un petitorio de alimentos y una puja en el centro del pueblo. Después, se subía al monte de Santa Brígida para participar en la función de San Ginés y, tras finalizar ésta, almorzar en los alrededores de la ermita. Después de la misa mayor, que terminaba a primeras horas de la mañana, se salía a pedir la póstula, en pan y comestibles diversos, para las Hermandades y Santos de la Parroquia, y luego se vendían en pública subasta en la Plaza del Ayuntamiento. La celebración incluía fiestas y grandes bailes que a finales del XVII se prohibieron por resultar “escandalosos”, siendo eliminados totalmente en 1720. Esta coexistencia dice mucho de la especial relación entre religión y festividad que nos ha caracteriza.

Especialmente los cachoneros, tan dados a la algarabía y a la alegría, seríamos grandes partícipes de estos bailes, sin que ello nos impidiera mostrar nuestro respeto y devoción hacia el Santo, cualidad que todavía hoy mantenemos.


El Huevo y el Bollo y La Gira La fiesta del Huevo y el Bollo tiene como protagonista al cerro de Santa Brígida, desde donde su ermita domina todo el valle del Múrtiga. El edificio puede datar de los siglos XIV al XVI, aunque cuenta con varias reedificaciones. La portada es de ladrillo con arco de medio punto entre semicolumnas toscanas, más frontón triangular y una pequeña hornacina. La espadaña es sencilla, realizada en ladrillo por el alarife local Rafael Romero Romero, a fines del siglo XIX, tras la desaparición de las tres campanas originales por el efecto de una chispa. El cerro constituye un lugar simbólico para Galaroza y es muy frecuentado por los cachoneros, no sólo el Domingo de Pascua, sino a lo largo de todo el año, ya sea para pasear o para contemplar el magnífico paisaje que desde él se divisa. La talla de Santa Brígida que se conserva fue obra del artista cachonero Agustín Sánchez Cid, en 1885, que la representó con hábito blanco y toca marrón, aderezada con un libro y un canasto de manzanas. El retablo en el que descansa en el interior de la ermita es de estilo churrigueresco, y procede de la iglesia parroquial tras perderse el original durante la guerra. La Rosca y el Huevo Duro Los otros elementos esenciales de la celebración son la rosca y el huevo cocido, que sirven como excusa para la reunión de familiares y amigos en torno a una ocasión especial. Pero también los chiquillos, que todos los años se enarbolan ante la llegada de este día de fiesta, y se afanan en pintar las cáscaras de sus huevos con los más fantásticos colores y dibujos, rivalizando en originalidad e imaginación. La rosca adquiere un papel principal que se transmite durante generaciones, ya que todavía se mantiene la costumbre entre los tíos y padrinos de guardar una rosca para sobrinos y ahijados. El hecho de que se consuman estos productos puede tener sus raíces en los panecillos que se cocían el Domingo de Pascua a base de harina y huevo, o bien en que el pan y los huevos eran los principales alimentos que se consumían en esa fiesta.


El Huevo y el Bollo y La Gira Romería en Santa Brígida Mucho tiempo después, se celebraba una romería en el Cerro de Santa Brígida, tal y como es descrita por la prensa de los años cuarenta. Esta iniciativa no tenía nada que ver con la fiesta del Huevo y el Bollo, sino que tenía lugar en el mes de agosto. Así lo recoge el diario ABC el 29 de Agosto de 1947, aunque con anterioridad, el 18 de agosto de 1944, también el mismo diario se hacía eco de esta festividad. El cronista detalla cómo "el pasado día 23 a la caída de la tarde del templo parroquial de la Purísima Concepción con verdadera devoción en fila de niños, mujeres y hombres, salió el rosario que, después de recorrer las principales calles de la población, subió al cerro de Sata Brígida, a 857 metros sobre el nivel del mar, en cuya ermita, iluminada profundamente y exornada de flores naturales, aparecía su titular ante la que fueron entonadas las letanías por el pueblo y colonia de veraneantes". Este tono solemne continúa al describir el día siguiente, cuando, al amanecer, "la banda de música municipal recorrió la población tocando alegre diana y anunciando que a las diez, en la plaza del Marqués de Aracena, en la puerta de la Casa Capitular, se organizaba la comitiva que presidida por las autoridades civiles, eclesiásticas y militares, seguida de los romeros y típico tamboril volvió a subir el repetido Cerro en donde se celebró la Santa Misa …" Terminada la ceremonia religiosa, los romeros almorzaban en la explanada de la ermita, con mucha animación entre los asistentes, bailes y muchos jóvenes participando.


El Huevo y el Bollo y La Gira Esta celebración del Huevo y el Bollo constituye una originalidad en Galaroza, ya que mientras en otros pueblos de la Sierra dedican el domingo de Pascua al día de la Gira, los cachoneros lo destinan a esta festividad ancestral, dejando La Gira para el día siguiente. También ha cambiado el sentido de la celebración religiosa. Antes, la fiesta se hacía en honor a San Ginés, cuya imagen se perdió en 1936 por haber sido trasladado a la Parroquia en 1909, y según los libros de cuentas del siglo pasado, no tenía lugar todos los años, aunque, eso sí, cuando se celebraba se hacía el Dominica in Albis. Hoy, es la imagen de Santa Brígida la que procesiona por los alrededores de la ermita para, posteriormente, bendecir los campos de Galaroza, en una petición de protección para los cultivos de la población.

La bendición de los campos le otorga al evento un carácter de protección de la naturaleza que está relacionado con la actividad agricola y ganadera que se ha desarrollado en Galaroza desde siempre, y entronca con La Gira. Es una fiesta campestre, donde los cachoneros marchan a sus fértiles campos y conviven entre todos. Antes, casi todo el mundo iba al mismo sitio, convirtiéndose El Agrión en todo un símbolo para esta celebración. Ahora, cada familia marcha a su lugar preferido, siendo necesario potenciar y recuperar el significado ancestral que tenía para todos nosotros.

Ojalá sigamos subiendo al Huevo y el Bollo durante muchos años; ojalá que vaya mejorando con el tiempo. Ojalá que La Gira también siga celebrándose por todas las familias cachoneras. Demostraremos así que somos respetuosos con nuestra memoria, con nuestros sentimientos y con nuestra naturaleza.


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