TOMO 1
Mackenzie Yellbridge Narrador: El viento soplaba con fuerza azuzando las telas de las tiendas instaladas en el campamento de los equipos. Las ramas de los árboles que poblaban el Bosque Prohibido se volteaban a uno y otro lado y, como zarpas infernales, parecían querer atrapar a todo aquello que se moviese en la profunda oscuridad de la noche. De pronto, un relámpago alumbró el horizonte y, pocos instantes después, un gran trueno despertó a cuantos dormían en las tiendas de campaña, en Hogwarts y en los hoteles construidos alrededor del estadio. La lluvia comenzó a repiquetear en los ventanales de las altas torres del castillo, en las lonas de las tiendas, en las hojas, que la recién estrenada primavera, había hecho brotar de las ramas de los árboles. Poco a poco, la cortina de agua se fue haciendo más y más densa. Un segundo relámpago alumbró el firmamento nocturno y, en el mismo instante, otro haz de luz salió disparado desde la fortaleza hacia el centro del estadio. El trueno que sonó a continuación fue como un rugido que hizo temblar hasta la misma tierra. -¡La luz! ¡Que alguien apague esa luz! ¿Es que nadie va a poder dormir esta noche aquí? – Tontín se incorporó lentamente, haciendo un esfuerzo por entornar los ojos para ver qué estaba sucediendo -¡Qué flojera! ¿Es que no hay nadie? ¡Está bien, vagos, ya voy yo! Con gesto resignado Tontín se levantó y salió al exterior de la tienda. En medio de una cortina de agua, una luz cegadora invadía las tinieblas de una noche cerrada. Se llevó una mano a la frente a modo de visera y trató de distinguir unas extrañas formas que volaban y giraban en el centro de unas sorprendentes llamaradas. -¡Qué demonios! –exclamó. ***** Unos cientos de metros más allá, la Fortaleza del Dragón estaba sumida en un gran caos. Los gritos de los prisioneros se mezclaban con los rugidos de una malhumorada esfinge, al tiempo que Pepe Apestas corría a esconderse en un armario. -¡No! ¡Boggarts! ¡Fuera, maldito dragón, fuera, no te atrevas a tocarme! –Pepe Apestas alzó tembloroso su varita- ¡Ridikkulus! Con gran esfuerzo había logrado pronunciar el hechizo para librarse del boggart, pero algo a las espaldas de Pepe Apestas hizo que éste se girase en redondo con los ojos desorbitados. -¡No! ¡No! ¡No! –gritó el carcelero echando a correr tan rápido como su oronda figura le permitía- ¡Malditos cuidadores! ¡Vete! ¡Fuera!
Pepe Apestas corrió por uno de los pasadizos de la Fortaleza y giró a la derecha, a través de un angosto corredor, tratando de esquivar aquello que lo perseguía. Finalmente, respiró aliviado al llegar al jardín interior de la fortaleza, en donde estaban concentrados los prisioneros. -Señor Apestas, esto es un ultraje y me quejaré ante el Ministro de Magia si no hace algo a la voz de ya. La esfinge no nos deja salir, debe hacerla razonar, tenemos que salir de aquí, antes de que sea demasiado tarde – era Ron_lesson, que había llegado a la fortaleza con alguno de los prisioneros escapados. Pepe Apestas no contestó. Con los ojos fijos en la enorme cúpula abovedada en cuyo interior se custodiaba al dragón, avanzó unos pasos, apartando al prisionero y a su cazador, hasta situarse junto a una pequeña puerta, que aparecía entreabierta. Pasó la mano junto a unas manchas verdes en la pared junto a la entrada y penetró, tembloroso, al interior de la cúpula. -Sangre de dragón –murmuró el carcelero llevándose a la nariz la punta de los dedos, ahora manchados de aquella sustancia verdosa. Un boquete en el techo dejaba que la lluvia cayese a raudales en el interior y la luz de los intermitentes rayos y relámpagos se unía a una extraña luminosidad exterior, que crepitaba insistente y fija entre los negros nubarrones de la tormenta y se filtraba en el enorme recinto circular, donde se dibujaba un espectáculo dantesco. Docenas de cuerpos, vestidos con una túnica verde clara, con un dragón negro en la pechera, yacían inmóviles en el suelo, cubiertos de agua, barro y sangre y de aquella sustancia de color verde que se esparcía, aquí y allá, por las paredes, el suelo y el boquete abierto en el techado de la cúpula. El carcelero avanzó tembloroso hacia los cadáveres que yacían en el suelo. Algunos tenían los miembros cortados, a otros les faltaba la cabeza y muchos presentaban grandes mordeduras en el pecho. -¡Oh no! ¡Oh no! ¡Están todos muertos! ¡Muertos! – exclamó el carcelero, que esta vez echó a andar lentamente hacia atrás, sin poder apartar la vista de aquella macabra escena. -¡Ha matado a los cuidadores! –gritó Xheliana a las espaldas del carcelero. -¡El dragón! ¡Por las barbas de Merlín, el dragón se ha escapado! ¡Ha abierto un boquete en el techo y se ha fugado! – bramó un tembloroso Fernando Perea, mirando con aprehensión hacia sus compañeros. Nadie tuvo tiempo de reaccionar ante las palabras de Fernando, pues justo en ese momento, una gran llamarada cruzó el cielo desde las murallas de piedra negra que rodeaban el recinto de la Fortaleza. A pesar de la lluvia, la cúpula abovedada comenzó a arder con rapidez. El fuego empezó a expandirse por todo el interior de la fortaleza y, en el exterior, más allá de las murallas almenadas, grandes llamaradas recorrían el perímetro de la Fortaleza. Estaban rodeados por el fuego y, ahora también, dentro de él.
El crepitar del incendio se mezclaba con el sonido del espeso manto de agua, que caía implacable sobre la fortaleza. Los rayos iluminaban sin parar un firmamento teñido de naranja a consecuencia del fuego que ardía por todas partes sin descanso. El bosque prohibido, el estadio, las murallas, la fortaleza.... todo estaba envuelto en unas extrañas llamas que parecían girar y retorcerse elevando al cielo extrañas formas. Una enorme sombra cruzó el firmamento, volviendo a vestir la noche con su manto negro. Los temerosos prisioneros miraron al cielo, en mitad de la tormenta, justo en el momento en que un relámpago iluminaba la figura de un poderoso Colacuerno Húngaro volando justo por encima de sus cabezas. Aquel dragón era gigantesco y los enormes pinchos que emergían de su cola, tenían la apariencia de grandes agujas afiladas. Sus ojos amarillos se posaron en el grupo de prisioneros que rodeaban al carcelero y abriendo su boca exhaló una enorme llamarada. ¡¡¡¡Ahhhh!!! – gritó un Pepe Apestas fuera de sí, echando a correr delante de una quimera de fuego. -¡Oh no! ¿Qué es eso?–exclamó Sheila, otra de las prisioneros - ¿Qué clase de fuego está escupiendo ese dragón? El grupo de prisioneros corrió tras el carcelero, tratando de lanzar hechizos que pudieran detener las grandes llamaradas que se aproximaban hacia ellos, convertidas en un numeroso grupo de criaturas de fuego: Dragones, serpientes, quimeras y basiliscos de pura llama se mezclaban con la maraña de prisioneros despavoridos que seguían al carcelero en su huida hacia ninguna parte. Algunos caían al suelo, alcanzados por las llamas. -¡Es fuego maldito! – exclamó la inteligente Liliana, sin que la voz le temblara un ápice¿Cómo puede un dragón escupir fuego maldito? -Cualquiera sabe lo que es capaz de hacer ese bicho. ¿Cómo se les ocurrió a los organizadores traer a esa bestia a Hogwarts? –bramó una malhumorada Minimin entre jadeo y jadeo. El ruido era ahora ensordecedor en el interior de la fortaleza. Los truenos, el agua y el fuego pugnaban por dejarse oír sobre los agudos gritos de los prisioneros y los terribles rugidos de la esfinge y de un dragón, que ya no estaba dormido. -¡Las llaves Señor Apestas! ¿Dónde están las llaves? Tenemos que salir de aquí. -¿Las llaves? ¿Qué llaves? ¡Oh, las llaves! –el carcelero se palpó el cinturón en busca del enorme manojo de llaves y luego introduzjo sus dedos en los bolsillos, buscando frenéticamente-. No tengo las llaves, no sé dónde puse las malditas llaves ¡Oh no! Todo estaba perdido. Morirían allí, en aquella fortaleza, ya fuese atrapados por alguna de aquellas criaturas de fuego o devorados por un dragón que parecía tener extraños poderes. Y, si intentaban escapar, se los comería Alethea. *****
-No lo conseguirán –murmuró Circe, mirando las altas llamaradas que arrasaban el campamento de los equipos, el estadio y la fortaleza. Desde lo alto de la Torre de Astronomía de Hogwarts, las instalaciones del Torneo aparecían sumidas en un caos de fuego, carreras apresuradas y gente desconcertada. Un saliente en la piedra protegía a Circe, Merlín y Morgana de la lluvia que, también allí, caía con insistencia. -¿Dónde están los organizadores? –preguntó Morgana, tratando de divisar el punto en el que se encontraba el hotel en el que normalmente descansaban durante las jornadas de pruebas. Merlín señaló con la mano un pequeño edificio sobre el que podía verse la inequívoca señal de la Marca Tenebrosa. -¿Mortífagos? –preguntó Circe asombrada. -Nadie sabe con certeza lo que allí está ocurriendo, Circe, aunque eso parece –contestó Merlín. Los tres magos se sumieron en un silencio espeso, que denotaba una gran preocupación. Cuando el dragón alcanzó Hogwarts, las paredes temblaron de tal modo que, por un instante, pareció que el castillo se fuese a desmoronar. Las llamas alcanzaron una de las torres y el Colacuerno Húngaro giró hacia la torre de Astronomía. Circe, Morgana y Merlín, se apretaron contra la pared, impávidos. La enorme criatura acababa de pararse delante de ellos y unos ojos amarillos los miraban amenazantes. -Esto se acabó –consiguió murmurar Morgana. Merlín, movido por una súbita inspiración, levantó su varita hacia el dragón. No llegó a pronunciar hechizo alguno, más de pronto, la fiera emitió un terrible rugido y salió volando hacia el estadio. -¡Deprisa! ¡Hemos de encontrar el libro! –anunció el Mago. -¡Espera, Merlin! –ahora era Morgana la que hablaba- ¿De qué servirá el libro sin la llave? El mago calló. Morgana tenía razón, si no continuaba el torneo, nadie podría obtener esa llave. Y sin la llave, el libro no serviría de nada. -Si tratan de escapar, sin haber terminado el torneo, todo estará perdido –se lamentó Circe. Morgana sonrió enigmáticamente y levantó el brazo hacia la muralla que rodeaba todo el perímetro de Hogwarts y el bosque prohibido, en donde estaban las instalaciones del Torneo. -No podrán escapar. Aunque quisieran no podrían –susurró. Los tres miraron hacia donde señalaba Morgana. Casi en la línea del horizonte, más allá del Bosque Prohibido, el lago, la fortaleza del Dragón y el Castillo de Hogwars, se alzaba una muralla y sobre ella, unas sombras negras flotaban inmóviles en el aire, como guardianes de todo aquel infierno.
-¿Qué son? – preguntó Circe- Parecen…. -Dementores –contestó Merlín, sin dejar que Circe terminara la frase- Inferis y Dementores. Los tres se miraron con gesto extrañado. No podían explicarse qué hacían allí y resultaba irónico que la presencia de un ejército de inferis y dementores rodeándoles por todas partes, fuese precisamente, la única esperanza que restaba. -Si no pueden salir de aquí, quizás comprendan que su única oportunidad es llegar hasta el final –explicó Merlín-. Busquemos el libro antes de que todo esto se pierda entre las llamas. El dragón ha despertado y ha llegado la hora de actuar.
AteNa La noche abrazaba el campamento donde se encontraban los participantes del torneo descansando, la lluvia comenzó a precipitarse sobre todo Hogwarts y sus alrededores mojando completamente cada hoja del bosque, de pronto un relámpago se asomó en el horizonte seguido de un trueno que provocó que Atena saltará y cayera de su cama, se levantó y rápidamente caminó hacia el exterior de su campamento intentando no despertar a sus compañeros. Un rayo de luz atravesó el cielo rápidamente y enseguida volteó hacia la fortaleza que ahora emitía una luz cegadora, Atena entrecerró los ojos intentando vislumbrar lo que ocurría, no pudo ver nada así que decidió acercarse más, entró de nuevo a la tienda y luego de un momento salió con otra ropa. De pronto un gran estruendo hizo que un escalofrío recorriera todo su cuerpo. -Andrea- dijo en un susurro Corrió hacia donde estaba la fortaleza, la lluvia caía sobre ella mojando su cabello castaño y su ropa, no era la única que se apresuraba hacia la fortaleza para ayudar a sus compañeros, se podían escuchar los gritos temerosos de los prisioneros y un rugido que parecía provenir de la esfinge. Estaba a unos cuantos metros de la puerta cuando una enorme figura pasó encima de ella, volteó enseguida y miró a un enorme colacuerno, se quedó estupefacta, ese dragón era la única razón de que existiera aquel torneo, el objetivo era mantenerlo dormido, y sin embargo, ahí estaba, posado sobre la fortaleza y no parecía para nada dormido... Mica17 Un fuerte viento azotaba la tienda que compartía con los miembros de mi equipo. Sabía con certeza que ya no lograría conciliar el sueño, por lo cual me incorporé lentamente intentando no despertar a mis compañeros. Más allá del nerviosismo que aquella tormenta estaba causando en mí, no pude contener una leve sonrisa al mirar a Legolas, Ale y Vale, los tres dormían tan profundamente…
como niños pequeños… Era mejor que descansaran, estaban trabajando mucho en aquel torneo y necesitaban recargar energías. Con algo de dificultad salí de la tienda, el viento se sentía helado y tal vez mi liviana camisola de dormir no era la vestimenta adecuada para pasear por ahí una noche como aquella; pero no me importó. Un corto paseo lograría hacerme recuperar el sueño sin dudas. Mi castaño y largo cabello suelto se alborotaba más y más debido a la persistencia de aquella ventisca. Sin alejarme de mi lugar de descanso, caminé entre las tiendas. Mis pies descalzos disfrutaban sentir la caricia de aquel suave césped. En forma repentina, un relámpago surcó el plomizo cielo, y un trueno resonó en todo el lugar… Me alegré, ya que con seguridad más participantes habrían despertado, y no tardarían en imitarme y salir de sus tiendas. Pero me equivoqué, ya que fumen en cuestión de segundos para que se desatara la lluvia. Me abracé intentando mantener el calor de mi cuerpo, no sabía exactamente cuánto había caminado, y debido a que mi visión había disminuido por la creciente cortina de agua que caía, me era imposible adivinar cuál era mi tienda entre tantas. Por unos segundos creí ver a alguien corriendo por el campamento, pero tal vez había sido una impresión producto del intenso aguacero. Pensé que tal vez lo más adecuado sería pedir alojamiento a cualquiera de los equipos, y ya me estaba encaminado hacia la tienda más próxima pero ni bien di un paso hacia delante, pero me detuve al percibir un destello extraño. De inmediato volteé hacia el origen de aquel destello. Me quedé boquiabierta, con los ojos como platos al ver que provenía de la fortaleza… Un nuevo relámpago me cegó, esta vez el trueno fue seguido por una vos familiar: “¡La luz! ¡Que alguien apague esa luz! ¿Es que nadie va a poder dormir esta noche aquí?” “¡Qué flojera! ¿Es que no hay nadie? ¡Está bien, vagos, ya voy yo!” A pesar de que el sonido de las precipitaciones apagaba mucho el de la voz, supe enseguida que se trataba de Tontín, pero no pude descifrar la posición desde la cual hablaba… no debía estar muy lejos o no lo habría escuchado… Cuando mis verdes y centellantes ojos volvieron a recuperarse de la ceguera producida por el relámpago, noté que la luminosidad había aumentado. Unas extrañas llamaradas bailaban en la fortaleza, y unas figuras aún más extrañas volaban entre ellas. Sentí nuevamente la voz de Tontín, esta vez mucho más nítida: “¡Qué demonios!” Había ya salido de la tienda, por lo cual pude acercarme hacia su posición:
-Por Dios… ¿Que está sucediendo?- fue todo lo que me nació decir… un profundo temor comenzaba a invadirme.
lacrimosa La lluvia caía de una manera constante, ni mas fuerte ni más lenta, simplemente hacia que el paisaje donde se encontraban los equipos en el campamento, fuese un tanto grisáceo, como si algo en aquellas nubes sombrías pasara sin ser detectado por los competidores. Los relámpagos iluminaban las nubes de aquella noche de una manera extraordinaria, seguido de truenos que hacían vibrar los terrenos del castillo; sin embargo la lluvia seguía con su mismo ritmo, ni más lenta, ni más fuerte, solo seguía. Una gotera en el campamento de los Guardianes de Nurmengard, logro despertar a Lacrimosa, mientras que su cara estaba empapada de agua. -Genial, lo que me faltaba, que una gotera no me dejase descansar hoy - dijo lacrimosa en tono de asombro, mientras se levantaba y asomaba la cabeza por la entrada del campamento - Al parecer no está nadie despierto, no entiendo como logran dormir con tanto ruido... - levanto la vista mientras miraba el cielo, un cielo que imponía con el simple hecho de verloEntro rápidamente, en busca de algo apropiado para salir a caminar un poco, sin olvidar su fiel compañera la manzana. - Este paisaje seria genial para que algo sobrenatural apareciera - se dijo asi mismo mientras caminaba por el pasto mojado, y con una capucha de una sudadera para no mojarse tanto – A lo lejos vislumbro una sombra, parecía alguien, seguramente otro participante que no pudo conciliar el sueño por culpa de el estruendo, se acerco lentamente mientras comía su manzana y miro que era Atena. Mitsuki La tormenta no cesaba ni daba tregua cuando Mitsuki paso corriendo los terrenos del castillo para presentarse como prisionera, entro empapada a la fortaleza, con sus lentes sin marco totalmente empañados. Al principio penso que esta neblina hacia que la sala le pareciera vacía, pero pronto limpio los vidrios con la manga de su tunica y miro a su alrededor. El salon donde esperaban normalmente a los prisioneros estaba desierto y a lo lejos se percibian algunos sonidos. -¿Que... que paso?
Vio a lo lejos una libreta con la lista de los prisioeros, era la que comunmente llevaba el Señor apestas, la tomo y con una pluma que siempre traia en el bolsillo de su tunica escribio: "Eqiupo: Los Calzones de Merlin Casa: Gryffindor .ORG: Mitsuki /32187 .COM: Mitsuki18 /56292" Aun con la libreta en la mano se preguntaba que estaria pasando en aquel enorme lugar, un grito lejano le hizo retroceder instintivamente y sin saber como ni por que sus pies se enredaron en algo caido en el piso. -Estas son... No pueden ser Una enorme argolla de hierro estaba en el piso, en la cual se unian unas cuantas llaves pesadas. Las reconocia a la perfeccion, ya que muchas veces ella y otros prisioneros las habian mirado con ancias de libertad -Son las llaves de la fortaleza... las llaves del señor... El grito denuevo la trajo a la realidad. Esta vez se escuchaba mucho mas nítida una voz grabe y muchas mas jovenes. Tomo las llaves con alguna inseguridad y se las guardo en el bolsillo interior de su tunica de Gryffindor antes de emprender carrera hacia el lugar de donde se escuchaba el sonido. -Oigan! ¿Hay alguien que..?,AHHH Una enorme acromantula aparecio delante suyo, era el ser mas repugnante que jamas había visto en su vida, y solo prestandole atencion un segundo mas constato que estaba hecha de fuego. -Esto.. No es verdad, es un boggart. Debe ser la prueba de la esfinge, debemos vencer nuestro boggart, ay, ¡odio las malditas arañas! Reuniendo todo el coraje que le fue posible tomo su varita y ejecuto el ya conocido hechizo. -¡RIDDIKULUS! Miro a la enorme araña que se le acercaba lentamente esperando que se transformara en algo divertido, pero eso no sucedio. El ser ni siquiera parecia caminar, sino que se deslizaba sobre el suelo prendiendo fuego con el solo tacto los objetos que la rodeaban. Eso no podia ser un Boggart. A pesar de que sus dos grandes temores eran a las arañas y al fuego un ser po podia prender fuego las cosas. Sin un
segundo mas para meditar el enorme monstruo se abalanzo sobre ella, y a lo unico que atino fue apuntar al piso. -¡BOMBARDA! El suelo en el que estaba parada se resquebrajo y se sintio caer en el vacío. Su espalda retumbo al estrellarse contra el piso de piedra de un cuarto sumamente oscuro y se quedo sin aire. Muy lentamente abrio los ojos y pudo dislumbrar como las enormes patas envueltas en llamas del aracnido se alejaban, ya que no cabía por el pequeño boquete por el que había caído. Pero toda imagen se desvanecia lentamente. -Estuvo... cerca... Mitsuki cerro los ojos con fuerza y la acometio el miedo cuando sus sentidos empezaron a percibir esa sensacion extraña de que las cosas recien comienzan, y que todo pronto sera mucho peor. caroliinaa Desperté sobresaltada por una gran cantidad de gritos ¿qué estaba pasando aya afuera? ¿es que estaban de fiesta? Lentamente y sin preocuparme me levante y me puse una larga capa rosa luego ate mi largo y rubio pelo en una coleta y me dirigí hacia la entrada de la carpa. Había muchos otros participantes que parecían haber despertado por el ruido y estar igual de desconcertados en ese momento una gran cantidad de gritos llamaron mi atención. Intente ver algo peor estaba muy oscuro y mis ojos aun seguían sin acostumbrarse a la penumbra. Justo entonces un gran destello rojo ilumino el cielo me di vuelta para agradecer al que lo hubiera echo pero me di cuenta que no había nadie. Entonces lo vi volando arriba de la fortaleza gigante y amenazador estaba el dragón ¿el dragón? ¿como podía ser el dragón? el dragón era la razón de ese torneo era el torneo del dragón DORMIDO, pero ese dragón no parecía estar dormido ni siquiera cansado. Pero el dragón solo llamo mi atención por unos segundos porque otra imagen lleno mi mente, era la fortaleza, la fortaleza de los prisioneros se estaba prendiendo fuego. Quise volver a la tienda de mi equipo a despertarlos peor me di cuenta que inconscientemente había estado caminando hacia la fortaleza ¿es que acaso quería morir? no lo que pasaba es que los gritos de terror de los prisioneros me hacían ir allí,
quería ayudarlos ¿pero cómo? yo no era más que una simple maga ¿como una simple maga como yo iba a acabar con un dragón y lo que sea que hubiera allí?, no era por hacerme la valiente era que sentía miedo por ellos miedo por los prisioneros.
Darla Potter Black Un sonoro crack rompió el silencio en uno de los lugares más alejados del campamento del Torneo. Darla se había aparecido a unos pocos metros de la tienda de Rizos y Moscas. Su capitán se había cansado de decirle que pasara por allí. Había aparecido muy pocas veces, para saludar alguna que otra vez, para despedir a Antara y dar la bienvenida a Sagitas, para avisar que se entregaría como prisionera… pero esa noche había prometido a Coyo-T que pasaría a tomar algo con él… y a esa promesa no podía fallar… Los castaños ojos de la auror relucieron brillantes bajo la capucha de su negra capa de viaje. La joven echó hacia atrás su capa, levantando la mirada para observar el cielo.. un relámpago iluminó su pálido y ansioso rostro. Ya fuera por el instinto de vampiro, ya fuera por su costumbre de observar con cuidado el lugar donde se aparecía ó simplemente porque las noches de lluvia le traían mala espina, la expresión que se apreciaba en ella era de clara preocupación. Avanzó lentamente, sus altas botas negras apenas hacían sonido alguno en la verde grama del lugar. El viento arremolinaba no solo su capa sino también su túnica azul y sus cabellos castaños se sacudían sobre su espalda a pesar de estar atados en una cola de caballo. Por instinto la joven metió su mano en el bolsillo de su capa y sacó una varita de unos 18 cms., blanca, de aliso, en cuya empuñadura de avellano se lucía un grabado de un hocicorto sueco, la fibra de corazón de dragón parecía vibrar en el interior de Edelweiss, tal el nombre con el cual la Templario llamaba a su varita. Darla sintió la vibración en el mismo momento en que un gran trueno hizo vibrar cada fibra de su cuerpo y la lluvia empezaba a caer sobre ella, empapando la grácil figura de la vampiro. Entornó sus ojos, algo la detenía, no iba a ir ahora hacia la tienda, a lo lejos unos extraños sonidos y sombras se hacían sentir, una presencia… aguzó sus oídos y su vista, oteando hacia todos lados… la lluvia era casi una cortina impenetrable, pero para su agudeza de vampiro no escapaba que algo estaba ocurriendo… De repente el estruendo que había sentido a lo lejos pareció cobrar vida, una oscura figura atravesó el cielo. La joven quedó helada, una gran llamarada surgió de las fauces de aquella fiera y extrañas formas fueron devorando lo que se les cruzaba a su paso… -Fuego maldito! Casi fue un gruñido más que un grito, la joven empezó a correr bajo la lluvia, gritando para que los durmientes campantes despertaran, si no lograban escapar a tiempo del fuego, las mortales llamaradas harían presa fáciles de ellos… no sabía si maldecir ó bendecir la promesa que la había llevado esa noche
al campamento… Mientras corría sentía como la helada lluvia parecía querer marcar como dagas su rostro, la empapada ropa se pegaba casi a su cuerpo y sus cabellos lucían pegados contra sus mejillas. A lo lejos la fortaleza se veía envuelta en llamas. Una marca tenebrosa flotaba fantasmagórica sobre el hotel en que descansaban los organizadores. Debía hacer algo, debía buscar a alguien, se preguntó dónde estaría Coyo-T, lo necesitaba, por instinto acarició con su mano libre una herida que había recibido por una quemadura del fuego maldito… había tardado tiempo en sanarse… No sabía bien qué es lo que haría pero siguió corriendo hacia el hotel… los organizadores debían saber… alguna forma de detener al dragón… pero la marca tenebrosa… no importaba, si debía enfrentarse a mortífagos esa noche, no sería peor que el dragón que sobrevolaba furioso desde el campamento a la fortaleza… A su paso entre las tiendas escuchó las voces de los primeros que se iban despertando, a lo lejos en la fortaleza un rugido ensorcededor parecía querer sobrepasar los truenos que a cada instante quebraban la noche… Orión Black Una gran gota de sudor se resbaló por la blanca frente del Black. El cielo, antes estrellado, se había puesto negro al instante y un fuerte relámpago iluminó el cielo. Tras de él una cortina de lluvia. - Tenía que ser tan pronto. –Murmuró el mortífago.- ¡Rápido todos! Sus peores miedos se estaban cumpliendo. El Esperaba que se tardara más, o al menos que el equipo estuviera preparado para tal desafío. Sin embargo, la suerte estaba echada y debían moverse de inmediato. La carpa de los Masterpiece se iluminó. Mateo, tendido en su cama, murmuraba maldiciones por lo bajo; Wendy ya se estaba colocando las botas, obviamente conciente de que algo malo estaba pasando, y por último Litah, había dejado una nota, explicando sobre su asuencia esa noche - Rápido equipo, debemos alejarnos de aquí lo antes posible. –Volvió a apresurarlos, esta vez, con una voz mucho más temblorosa.- El dragón se liberará pronto. Los miembros de Slytherin se apresuraron . No necesitaban mucho para prepararse, tan, solo sus varitas, unas prendas cómodas y resistentes al frío y su máximo valor. Unos segundos después, ya todos estaban listos para partir hacia el castillo, con la esperanza de encontrar allí refugio.
- No se separen, debemos seguir camino recto para llegar alcastillo. Y Espero que hayan echo su tarea de duelos… Él grupo salió inmediatamente detrás del Mago Oscuro. La bota negra ya se había hundido en uno de los charcos de lodo que se formaban en el sendero que se dirigía hacia la infraestructura escolar. Y Como era de esperar, su gabardina negra y sus pantalones cortos lo sufrieron también. Los azulados cabellos del Black se pegaron a su tez blanca. Sus ropas pesaban más de lo normal y para completar, el céfiro golpeaba fuertemente sobre su cara. Mas aún, sus profundos y expectantes orbes azuladas habían captado en su retina claramente, la imagen del gran colacuerno húngaro enviando a sus fuegos malditos hacia el ataque. - ¿Cómo vamos a defendernos del fuego maldito? –Preguntó Wendy al grupo, lo bastante fuerte como para que el resto escuchara. Varios animales de fuego habían llegado a los campamentos, pero gracias a la anticipación del ojiazul ya habían tomado una ventaja considerable. - Si confían en mi, llegaremos vivos. –Murmuró Orión. No se detendrían ni por un segundo. Los cuatro corrían a más no poder con sus varitas aferradas y con la idea de que saldrían vivos de esta. Debían hacerlo - Vitae. –Exclamó con todas sus fuerzas el Black mientras apuntaba a un árbol muerto cerca del camino y blandía su fina varita de avellano cual látigo. Mas, los demás no se detuvieron a ver lo que realmente sucedía. La vegetación muerta desprendió sus raíces formando unas fuertes patas y atrás surgieron cuatro pares de fuertes alas. Un hipogrifo de fuego se apareció delante de su camino, pero, tal como él lo había calculado, el árbol hechizado se interpuso, protegiéndolos . Pronto lo consumió el fuego y el cuarteto pudo lo esquivarlo con total gracia. Era luchar o morir. Sol Black El silencio inundaba la noche, el campamento se había sumido en el, era momento de descansar y recuperar fuerzas para la siguiente prueba. Una hermosa bruja dormía placidamente en su cómoda cama, el sueño la había vencido pronto sin que ella pusiese mucha resistencia, sus negros y ondulados cabellos se esparcían por la almohada contrastando con al blancura de su funda, su blanca y marfilada piel brillaba con tenue luz que le daban las velas… El repiqueteo de la lluvia comenzó a hacerse mas constante y mas agresivo, la joven se removió en la cama por aquel molesto ruido. Pero aquel no era el único ruido que le perturbaría aquella noche…
Un golpe seco la despertó violentamente, que demonios pasaba, no era momento para fiestecitas, por que no respetaban el sueño de los demás equipos, molesta se puso de pie dispuesta a callar a quien fuera que causaba aquel alboroto, se coloco la bata sobre su pequeña pijama y salió de su habitación, sus compañeros parecían estar profundamente dormidos, o eso era lo que ella creía. -Lumus…- murmuro haciendo que la punta de la varita se encendiera al instante, pero enorme fue su sorpresa cuando vio el vestíbulo de la tienda totalmente iluminado. - ¿A donde vas?- pregunto una voz a sus espaldas que la hizo dar un bote y casi soltar la varita - ¡Alex por Merlín casi me matas del susto!- reclamo Sol a su compañero de equipo que parecía estar en el mismo estado de confusión de la bruja - ¿Que es lo que pasa?- preguntó el joven mago preocupado por el semblante de la bruja, algo estaba mal… muy mal… - No lo se Ciclón, pero creo que tenemos que salir de aquí, mi sexto sentido aunado a esos gritos me dice que no esta pasando nada bueno… Para ese momento el griterío se hacía presente, ganándole al repiqueteo de la lluvia cayendo sobre la lona del campamento. - Tenemos que despertarlos Alex…- dijo al bruja refiriéndose a sus compañeros que parecían tener el sueño bastante pesado.- Yo iré a ver que pasa…- continuo la mujer poniéndose la capa sobre la bata . - No te voy a dejar ir sola…- reclamo Alex negando con la cabeza. - No va a pasarme nada cariño… volveré enseguida, solo quiero saber que demonios sucede…tu despiertalos y que esten listos...- para cuando la bruja termino aquella frase sus cabellos se perdían por la puerta del campamento. ~*~ Sol apenas podía distinguir las figuras, magos y brujas corrían y lanzaban gritos aterrorizados, por un momento pensó que era un ataque mortifago, lo cual le causo mucha ilusión, de inmediato su vista se clavo en el cielo buscando aquella señal verde que aclararía todas sus dudas. No había señales de color verde en el cielo por el contrario desde aquel punto podía ver el fulgor naranja del fuego en el cual la fortaleza ardía. Su corazón comenzó a latir de manera acelerada, tenían que salir cuanto antes de aquel caos…
Alex93 La noche parecía ser una mas, la lluvia comenzó a caer a cantaros sin piedad sobre el campamento. Un joven y apuesto mago descansaba después de un largo y agotador día dentro del torneo, su sueño parecía tranquilo, abrazaba la almohada dándole un toque inocente, pero su sueño no duro demasiado el ruido procedente de la habitación contigua lo hizo despertar. - No se ira sin mi…- se dijo a si mismo mientras apresuradamente se ponía de pie para dar alcance a aquella persona que había perturbado su sueño, se calzo los zapatos y se coloco la bata sobre su pijama de algodón color verde, y abrió con sigilo la puerta, reconoció la silueta de Sol acercándose a la puerta de salida pro lo que de puntillas se acerco a ella. - ¿A donde vas?- le pregunto cuando estuvo lo suficientemente cerca, la bruja dio un bote asustada por su presencia inesperada - ¡Alex por Merlín casi me matas del susto!- le reclamo aquella mujer llevándose las manos al pecho intentando controlar su temblor. Después de algunos momentos en que ambos magos discutieron al situación y sin que ninguno pudiera dar respuesta a sus múltiples dudas, Sol decidió salir a investigar, Alex no estaba muy convencido de dejarla ir sola, pero la bruja le había pedido que despertara al resto del equipo. Alex tomo aire intentando calmarse, camino leprosa y toco un par de veces en la puerta de Jock. - ¿Quien es a estas horas??- pregunto el molesto mago por la interrupción a su visita al reino de los sueños - Hay problemas tenemos que salir de aquí…- no bien había terminado de decir aquella frase cuando Jock aparecía en la puerta con la varita en alto. - ¿Que es lo que pasa?- pregunto el mago preocupado al ver el pálido rostro del chico. - No lo se Sol fue a ver…- respondió alzándose de hombros - ¿Por que no me despertaron antes?- pregunto nuevamente Jock mientras con grandes zancadas se dirigía a la salida - No pienso quedarme aquí mientras ustedes van a investigar…- reclamo el chico siguiéndole los pasos olvidando al resto del equipo, el ruido no tardaria en despertarles…
Triple H Era una Noche Nublada y lluviosa la luna no aparecia y lo unico que se escuchaba era el golpeteo de la lluvia en las grandes carpas que parecian grandes casas de dos pisos,de repente el viento soplo fuerte y se escucho como se corria una tela para abrirse paso.
Resultaba que aquel que habia echo ese ruido era HHH,estaba con su capa de los Dragon's que tenia una gran insignia de color escarlata y dorado muy reluciente,luego tenia pequeĂąos botones de color tambien escarlata pero de un tono mas lugubre,atras de su capa habia algo que rezaba "Gryffindor Dragon's Capitan NÂş10". El chico era alto, y tenia el cabello medio desprolijo,sus ojos marrones combinaban con el tono del ambiente y su respiro era muy poco agitado,el chico comenzo a caminar a psao lento con su varita en mano ,caminaba mientras el pasto crujia en una combinacionde agua y cesped,las botas de HHH estaban un poco embarradas por la fuerte llovizna.De repente su escucho algo parecido a un fuerte grito pero era raro un grito grave y aterrador.
HHH saco rapidamente su varita de su capa y apunto hacia adelante en forma defensiva miraba para todos lados para ver si podia predecir el ataque sorpresa de lo que fuera la cosa que habia echo ese grito,HHH se adelanto un poco mas y se encontro con una arboleda de altos arboles con grandes copas que dejaban caer frias gotas que caian en la cabeza de HHH. Ahora se volvio escuchar ese escalofriante ruido aterrador que se habia escuchado antes,HHH apunto para todos lados hasta que de repente de la oscuridad salio un dementor con su capa negra y que creaba el ambiente mas lugubre y gris y lo mas triste que habia sentido HHH,en la cabeza de HHH solo revoloteaban pensamientos sobre el torneo mientras que el dementor empezo a absorber con su boca,HHH sentia un frio raro nunca antes lo habia sentido,parecia que su alma queria salir,pero el penso que si no reaccionaba moriria y no veeria mas a sus amigos,HHH levanto levemente la varita y dijo
-Expecto Patronum-
Una luz Gigante salio de la varita de HHH que poco a poco tomaba la forma de un leon de reluciente melena,el leon como viendo a una presa se abalanzo sobre el dementor y el dementor al verlo se fue volando hacia arriba mientras el leon rugia y se desvanecia solo quedando un
poco de brillo por el hechizo,luego HHH cayo al suelo estaba tieso y hacia frio,de repente se veia una capa roja tambien que vneia corriendo HHH no podia ver bien de tan grande esfuerzo era Minerva que venia corriendo con sollozos y luego agarraba a HHH y lo levantaba, solo sentia mucho movimiento cuando abri los ojos estaba de nuevo en la carpa.
Amya_An Viento Helado y Lluvia Torrencial que se cristalizaba en el Aire como por Encanto sólo para verse vaporizados al entrar en contacto con las Infernales Llamaradas del Fuego Maldito de un ColaCuerno Húngaro salido de quién sabe dónde. Gritos de Desesperación y Aroma a Terror invaden lo Poco que resta de lo que Alguna vez llamamos Campamento. ¿Dónde?, ¿a dónde se fueron los demás?. Amya_An avanza con tropiezos entre la multitud que a su vez corre sin saber con certeza hacia dónde ir ni que hacer. Algunos han sacado sus varitas en la esperanza de Contener de alguna forma el Ataque del Dragón y Otros, pobres ilusos, a la Criatura misma. Los Negros Ojos de Amya_An se han tornado Rojos porque ahora solo reflejan las encendidas Llamas que se adueñan de todo a su alrededor. Irónicamente solo puede sentir Frío. El Frío Sudor recorriendo todo su cuerpo mientras que se hace un Silencio casi Eterno, en donde solo se oye el frénetico palpitar de su aterrado corazón. ¿Dónde?, ¿dónde están?. Amya_An corre pero sus pies descalzos se hunden en el lodo y éste la aprisiona como si estuviese vivo. Su ligera bata ya no ondea con el viento. Su Cabellera Larga siempre recogida ahora sólo escurre agua. Su Tez Morena ahora se aprecia lívida. Las Siluetas de Sombras en el Horizontes solo pueden ser Dementores. joselinjim Las hojas de los árboles se movían con furia y los ruidos provenientes del exterior de la tienda evitaban que Josi pudiera descansar tranquilamente.
- No puedo dormir… - Josi levantó su cabeza, y miró a sus amigos, quiénes descansaban con una expresión de paz en sus rostros, que era extraña para ella en esos momentos – tengo un extraño presentimiento – dijo en susurros. Las palabras acababan de terminar de salir de sus labios cuando un gran relámpago iluminó todo el lugar, provocando gritos en algunos de los participantes que se encontraban sumidos en sueños. Sus amigos estaban aún dormidos, al parecer estaban muy cansados de la prueba anterior y el tan alto sonido del relámpago no logró traerlos de vuelta a la realidad. Asustada, corrió a llamarlos. - Rosa – dijo llamando a la persona de su derecha – Kris – dijo volteándose a su izquierda y viendo como despertaban sobresaltadas y la miraban confundidas – un extraño relámp… - comenzó a decir, cuando oyeron el sonido de un trueno que terminó de despertar a los participantes que aún se encontraban dormidos, excepto a Elvio. Josi se fue gateando a la esquina de la tienda, donde él se encontraba. Colocando su mano en su hombro, le habló. - Vamos despierta – logró decir entre los sonidos de los gritos y truenos que provenían del exterior. - Tuve un extraño presentimiento – les dijo luego de despertarlos entre jadeos, mirando a todos lados asustada – y luego oí el trueno. Corrió a la entrada de la tienda, cuando oyó la lluvia comenzando a caer en el campo, y seguidamente vio un haz de luz que la iluminó, haciendo resaltar su rubia y rizada cabellera y su metro sesenta de estatura. Salió mirando a todos lados con su pijama de cuadros azules, sus pantuflas de unicornio y Elvio a su lado, en busca del lugar de donde provenía la luz. Sus ojos, de un color verde oscuro, expresaban miedo y miraban a todos lados en busca de un rostro familiar. - Sheila, ¿Cómo estará? – preguntó a Elvio y lo miró con expresión preocupada, mientras otro relámpago iluminó una enorme figura en el cielo y la hizo entender que era lo que sucedía. - ¡El dragón! – gritó Josi fuertemente. Ese que debería estar durmiendo plácidamente, se había despertado y de alguna manera se había liberado de su encierro. Entre llamaradas de fuego que emergían de su boca, pudo entender la catástrofe en la que se encontraban y que difícilmente saldrían de ella con vida. Rosabonita Me encontraba junto con mis amigos en el campo de quidditch donde animábamos un partido interesante y lleno de sorpresas. Poco a poco todo se tornó pesado y algo inquietante, el cielo oscureció y comencé a oír un alboroto junto a mi nombre desde el medio del campo. Intentaba, con dificultad, averiguar de donde provenía la voz, pero no pude. Luego de un instante desperté sobresaltada y me di cuenta de que era Josi quién me llamaba y que todo era un sueño.
-¿Qué pasa?- Pregunté algo desconcertada. Josi jamás me levantaría por cualquier cosa, me sorprendió. Mientras me sentaba me estrujé los ojos, me coloqué las gafas y las sandalias que se encontraban en la orilla de la cama. La miré fijamente y noté la preocupación y el miedo en su cara. La tienda era cálida y de un color azul pitufinizado. Miré alrededor y todo parecía normal, cada cosa estaba en su sitio. Sin embargo, se oía gran estruendo fuera de la tienda producido por la lluvia y los relámpagos, al parecer, algunos otros estaban gritando. Josi despertó a mis compañeros Kris y Elvio, luego nos habló de un extraño presentimiento, el cual me inquietó. Inmediatamente los invite a averiguar conmigo lo que sucedía. Me asomé primero y llovía bastante fuerte, el paisaje se percibía denso y poco se distinguían las personas o demás tiendas que se encontraban del otro lado. Salí preocupada por el agite de las personas mas próximas; la lluvia empapó mi pijama de mono y blusa color rosa pálido, junto con mi cabello castaño y largo, haciéndolo más lacio de lo normal.
-¿Qué sucede?- intenté preguntar fuertemente a aquellos que se encontraban cerca. –La Fortaleza- alguien respondió pero no pude identificar aquella voz. Los relámpagos centellaban en el cielo continuamente y con los ojos entrecerrados e intentando divisar algo con claridad en medio de la tormenta, fui alejándome lentamente de la tienda de los Musos Pitufinos. Solo bastaron pocos minutos para comprender lo que sucedía. O eso creía. Una enorme bestia se veía volando por los cielos próximos a la fortaleza. En seguida supe que se trataba del dragón. Todo se consumía por las llamas lanzadas por la bestia.
-Sheila…- Dije en un susurro… La prisionera de nuestro equipo se encontraba allí… Estaban todos en problemas. Pensé si los organizadores estarían al tanto de todo esto.
-¿Formará esto parte de la prueba?- me pregunté en un susurro lleno de curiosidad y preocupación. Había caos en el ambiente. Mi adrenalina subió rápidamente; nerviosa y ansiosa por lo que sucedería comencé a caminar con agilidad en dirección al bosque, para llegar a donde provenía el alboroto. No sabía lo que me encontraría, pero algo tenía que hacer.
elvio hg Sentí escalofríos cuando Josi tocó mi hombro con su mano fría intentando despertarme. Cuando salí de aquel profundo sueño pude escuchar relámpagos muy tenues, que dieron inicio a una fuerte tormenta que parecía que inundaría todo el campamento si no terminase pronto. Los relámpagos interrumpían momentáneamente la oscuridad, y daba una sensación de peligro. Me levanté y el frío de la noche me golpeó de tal manera que se me entumecieron los dedos de las manos. Podía ver mi respiración y la de las demás salir de nuestras bocas
al hablar e incluso al respirar. Me puse mi túnica negra encima del pijama y mis pantuflas. El ruido del viento que azotaba los árboles del bosque y las tiendas del campamento, era tal que apenas se podían oír las palabras de Josi. La miré con una expresión de asombro, ya que cada vez que ella presentía algo negativo, ocurrían cosas malas. Un sonido como de una explosión, seguida de una luz cegadora destruyó la tranquilidad del campamento. Salí de la tienda con Josi rápidamente y observé el alboroto que había por todas partes, todos corrían hacia la fortaleza. Increíblemente pude escuchar la pregunta que me formuló Josi, aunque no le di mucha importancia. -Creo que estará bien, ya es capaz de cuidarse sola y eso nos lo ha demostrado en varias ocasiones –respondí a Josi, hablando muy fuerte para que pueda oírme-. Parecía haber actividad en la fortaleza, se veían siluetas moviéndose de un lugar a otro, y una figura de una criatura enorme volando en el cielo. -Se escapó… -dije tras escuchar a Josi-. Rápidamente nuestras ropas se empaparon por la lluvia y pensé que si nos quedáramos ahí parados nuestros pies terminarían por hundirse en el lodo. Ví como Rosa salía corriendo en dirección al bosque, que debía de atravesar para llegar a la fortaleza. Una imagen fugaz pasó por mi mente: Sheila estaba encerrada en la fortaleza y corría peligro junto con los demás prisioneros. -Vamos… -le dije a Josi, y fuimos, atravesando la fuerte lluvia, siguiendo a los demásVirgil La lluvia repicaba contra la carpa de nuestro campamento, todos estábamos descansando después de un día agotador por el torneo. Veía el techo de la carpa, ya que por alguna extraña razón no podía conciliar el sueño. A mi lado estaba mis dos compañeras, cada quien en su cama, mientras que en la sección contigua estaban mis otros dos compañeros. Se escucho un fuerte trueno, despertando a Alia. -Que fue eso?-me pregunto adormitada -Tranquila… solo fue un trueno- dije sentándome en la cama y volteando a verla. -Se esta poniendo muy feo el clima – mientras se acomodaba abrazando a su almohada -Si, pero…
A lo lejos se escucharon unos gritos, volteamos a la ventana que estaba frente a nosotros y viendo algunos rayos de color y gente movilizándose. -Alia despierta Anika, tenemos que irnos algo esta pasando- dije mientras me paraba y trataba de ponerme las botas. Me termine de poner las botas, mientras veía como Alia se paraba y le gritaba Anika tratando de despertarla, salí corriendo de nuestra sección para avisarle a los demás. -Lean, Francisco despierten!- grite entrando a su sección, viendo como ya estaban levantados y listos. -Están listas?...tenemos que salir de aquí – gritaba Francisco poniéndose una chamarra y agarrando su escoba. -Si, estamos listas – dijeron Alia y Anika entrando con sus escobas y con sus chamarras puestas. Salimos al living, agarre todas mis cosas y me puse la chamarra, abrimos rápido la tienda. Cuando salimos una negrura nos recibió, a los lejos vimos unas sombras moverse, todos salían sorprendidos de sus tiendas, en las caras se veía la determinación y la confusión. -Creo que esta noche tendremos que enfrentar la prueba mas difícil de todas…-dijo Lean volteándonos a ver con determinación a todos.
Legolas del Bosque Negro Un fuerte viento azotaba la tienda donde descansaba el equipo Moskismortis, todos sus miembros se encontraban allí, a excepción de Mike nuestro prisionero. Legolas a pesar de estar con sus ojos cerrados, comenzaba a disfrutar de aquella tormenta, cosa que le encantaba, mirar y escuchar todos sus sonidos. Comenzaba a quedarse dormido, cuando escucho unos suaves pasos pasar por su lado, abriendo apenas sus ojos y aferrándose a su varita, pudo comprobar que era solo su capitana que salía de la tienda muy cautelosamente, sin emitir casi ningún sonido, sonrió al pensar que la tormenta estaba causando mella en el sueño de Mica. Al cabo de unos minutos se disponía a acomodarse nuevamente y reiniciar su descanso cuando súbita y de forma repentina, un relámpago ilumino la cerrada oscuridad que reinaba hasta ese momento en el cielo, y un trueno resonó en todo el lugar… Una sonrisa se dibujo en su rostro, pues iba a disfrutar de esa tormenta, escuchando a la ya evidente lluvia que comenzaba a arreciar, cuando de repente recordó que Mica estaba sola, decidió levantarse y salir a buscarla, para cerciorarse que ella estaba bien. Se cambio poniéndose su capa, hechizando la misma con un encantamiento impermeabilizante y por las dudas cargo también su capa de invisibilidad.
Ni bien se encontró fuera de su tienda, se dio cuenta que no sería una tarea fácil, la lluvia caía de forma torrencial anegando sus ojitos verdes, sintió su pelo rubio completamente empapado, su visión era de apenas unos pocos metros, podría gritar o incluso hacer un encantamiento sonorus, pero estaban la mayoría de los participantes dormidos, por lo cual siguió caminando, intentando hallarla en algún lugar cercano a su tienda o tal vez en la de algunos de los equipos que nos rodeaban. Al seguir caminando, pudo observar algunas figuras correr por la noche en dirección al castillo, y en solo un instante todo se volvió confuso, un intenso destello ilumino toda la noche, casi al mismo tiempo escucho aTontín primero protestar porque no lo dejaban descansar y luego gritar cerca de su espalda, ―¡que demonios!‖, Legolas lo miro, y al seguir la dirección de su vista, en ese instante visualizo que un enorme colacuerno húngaro pasaba por sobre nuestras cabezas lanzando llamaradas de fuego que en el mismo momento tomaban formas de quimeras, basilisco, acromantulas y otras tantas formas de criaturas; aferrándose aun mas a su varita, mirando a Tontín con expresión incrédulo, pero su cara estaba mirando hacia la fortaleza, en ese momento Legolas contemplo las llamas circundantes y comenzaron a escuchar los gritos que provenían de ella. Sin dar crédito a lo que sucedía, logra observar como las extrañas llamaradas comenzaban a tomar la fortaleza, y unas figuras aún más extrañas volaban entre ellas. En ese momento no lejos de allí se escucho de nuevo a Mica ―Por Dios… ¿Que está sucediendo?‖; por todos lados comenzó a reinar la confusión, miembros de todos los equipos comenzaban a despertar ya, produciéndose un caos total, se escuchan nuevas explosiones y gritos aterradores dentro de la fortaleza, fue entonces que un sentimiento de desesperación se apodero de él, al recordar que Lili, Mike, y muchos amigos mas, estaban prisioneros en ella. Gracias a la intensidad de las llamas logra ver que sobre el hotel de los organizadores se posaba la marca tenebrosa, y supe que todo recién no había hecho más que comenzar, se acerco aun mas a Tontín, buscando que juntos pudieran, tal vez, defenderse ante cualquier cosa que pudiera pasar. andrea_tkm_hp El golpeteo de la lluvia en la venEl golpeteo de la lluvia en la ventana tenía hipnotizada a la joven vampira que miraba atraves de ella preguntándose por su equipo y por si su prima estaría bien. Esa tarde habían decidido, o más bien ella decidió que era su turno de ser prisionera. Atena merecía un descanso después de las pruebas y ella podría alejarse un rato del campamento que era un tiradero. Había ingresado en la tarde sin saber bien que pasaba con su mochila con lo indispensable para ella… un libro y su varita. Cuando empezaba a oscurecer decidió indagar por la fortaleza nueva para ella a ver si no se metía en problemas como era su costumbre.
No sabía realmente que era la fortaleza ni a quien encontraría, pero no importaba si su prima había sido tantas veces prisionera ella también podría. Empezó a indagar por los pasillos y por todas las puertas que encontraba abierta, la curiosidad siempre había sido un mal hábito suyo. No estaba muy interesada en socializar ese día y por lo poco que había indagado había descubierto que Mitsuki y Harry_miguel estarían por ahí. La noche llego y ella se asomo por una ventana de la fortaleza, pensando si encontraría a más leones aparte de ella y si su prima estaría descansando o recogiendo el campamento, a lo cual la respuesta era más que obvia. -Dulces sueños primita – dijo mirando la lluvia golpear la ventana, de repente varios gritos provenientes de algún lugar de la fortaleza –¿Habrá una fiesta y no me entere? – se preguntó inocentemente antes de tratar de localizar la fuente de los gritos. Corrió por los pasillos tratando de encontrar el lugar de donde venían los gritos cuando una serpiente de fuego salió a su paso. Rápidamente saco su varita e intento lanzar un aguamenti, el cual no sirvió de nada. Al ver que no pasaba nada decidió que sería mejor huir en la dirección contraría. No estaba de ánimo para jugar con fuego y menos con serpientes. Corría por los pasillos sin saber a dónde huir. Sus ojos cafés trataban de localizar un escondite, los gritos no se oían tan lejanos ahora, pero eso no le preocupaba, le preocupaba más poder salir viva de ahí. -Genial… vengo por primera vez y una serpiente trata de matarme. De verdad empiezo a creer que el destino quiere deshacerse de mí- se dijo a si misma antes de tropezar con una loza que estaba salida – ¡Ok! ¡YA ME HARTE! – gritó mostrando sus colmillos de la manera que provocaba que la gente huyera de ella cuando se molestaba, irritaba o desesperaba, lo cual era con bastante facilidad. Se ato su cabello oscuro en una coleta y empezó a lanzar bombardas a todo lo que veía mientras retrocedía tratando de huir de la serpiente que ahora estaba acompañada de una acromantula que no sabía exactamente cuando había salido. Su odio y terror por estos animales le impidió ver donde pisaba mientras retrocedía y cayó en un hoyo. -AUCH- se quejó al haberse pegado en el coxis al caer y tomo su varita que había caído junto a ella.
Minimin Skeeter Los Bonsáis Tenebrosos disfrutaban de una plácida noche cuando todo el tumulto afuera provocado llego a nuestros oídos, me puse de pie de un salto para correr hacia la puerta para ver qué era lo que estaba pasando.
-Oh, oh, esto sí que es malo, ¡chicoooos! –dije al tiempo que corría para avisarle a mi equipo que era lo que estaba pasando. – El dragón ah despertado tenemos que ir a rescatar a Woolf, tomen sus varitas y vámonos. Los tres Bonsáis corrieron como alma que lleva el diablo hacia la profundidad del Bosque, camino a la Fortaleza que era donde se encontraba todo el caos. Me detuve de pronto para analizar la situación fríamente, en eso note que la Marca Tenebrosa se aparecía en las alturas, sonreí pero no era momento de los orgullos mortífagos, tenía un equipo que salvar. Desafortunadamente el invernadero era de los campamentos más cercanos a la fortaleza, por lo que el Dragón no tardaría en ir a destrozarlo, lo único bueno es que habíamos llegado hasta donde estaba la puerta de la Fortaleza, Alethea custodiaba la entrada, nadie podía entrar o salir y yo comenzaba a ponerme histérica y de mal humor. -Cualquiera sabe lo que es capaz de hacer ese bicho. ¿Cómo se les ocurrió a los organizadores traer a esa bestia a Hogwarts? –dije con mi característico malhumor en esa clase de situaciones. En eso un bramido resonó, el dragón estaba lanzando fuego maldito a diestra y siniestra, ¿Cómo era posible que un dragón lanzara Fuego Maldito? -¡Diablos Erick ten cuidado! – le espeté al ver que se alejaba hacia donde el tumulto de gente quería entrar a por sus prisioneros, teníamos dos opciones, dejar a Woolf en la Fortaleza y esperar a que todo acabara para poder ir a ayudar a los demás equipos que se encontraban en problemas o quedarnos discutiendo con Alethea para que liberara a los prisioneros. -No pueden salir, si salen seria una peor catástrofe, y aun así, no pueden hacerlo no hay llaves el carcelero las ah perdido. – escuche decir a Morgana. -Esto es el colmo, por la Santa Pelona de Voldemort, ¿Dónde están los organizadores? – bramé cada vez mas enojada al tiempo en que me giraba para ver a Erick. -Fortificum - exclame para luego hacer una barrera de ladrillo la cual le protegió del fuego maldito que el dragón estaba por lanzarle. Sin embargo el dragón embravecido no era el único problema al que teníamos que enfrentarnos, pues un gran ejercito de Inferis y Dementores así como bogarts comenzaban a causar estragos por todo el campamento.
-¿Inferis? – musite casi en un susurro al ver como uno se movían lentamente para atacar a los presentes. Coyo-t Había tenido un día demasiado ocupado, sin duda alguna la candidatura era demasiado agobiante, pero aun así no podía escapar de mis deberes como capitán de los Rizos y Moscas Unidos así que sin demorarme mas tome a mi fiel compañera, mi varita Dryada y con una ligera floritura cambie mis ropas. Un pantalón negro al igual que las botas que usaba, una camisa blanca, apenas visible debajo de una larga gabardina del mismo color que la sangre fueron el atuendo seleccionado, finalmente para ocultar una gran cicatriz en mi rostro, aparecí unos lentes violeta que se posaron lentamente sobre mis ojos y por fin estaba listo para partir de mi oficina dentro de la Orden del Fénix. Justo antes de salir, tomé mi sombrero, del mismo color que al gabardina y cerré la puerta, en la cual se leía"Coyo-t Demon Hunter." No podía tardarme demasiado, ya que había quedado de tener una cita con mi amada vampirita, así que sin mas, di un pequeño giro y tras un ligero crack desaparecí del lugar. Apenas aparecí junto a nuestro campamento me di cuenta de que algo andaba mal, algunas tiendas estaban en ruinas y otras parecían que habían sufrido algunas quemaduras, por lo cual, rápidamente volví a sacar aDryada y seguí unas huellas. Alcance a divisar a algunos miembros de los demás equipos a los cuales rápidamente les pedí una explicación a lo que solo me respondieron… -―Se ha escapado el Dragón…‖ Con las prisas del momento decidí que lo mejor sería avisarles a los miembros del equipo así que sin demorarme un minuto mas levante mi varita y murmuré… -―Expectro Patronus‖ Inmediatamente 4 coyotes plateados aparecieron enfrente de mi y tras darles un breve mensaje desaparecieron en búsqueda de Elodia, Sandra, Sagitas y Laurus con la intención de informarles sobre la situación. Camine unos cuantos pasos vigilando a mi alrededor y a la vez en espera de que los demás miembros de mi equipo llegarán…
Wendy Bateria La noche se había ceñido sobre los campamentos de los equipos del torneo del dragón, la oscuridad que emanaba era sorprendente, la lluvia caía tímidamente sobre los toldos de lona... En la campaña de los sytherin's masterpiece podía sentirse una tranquilidad digna de un cementerio, todos sus integrantes se encontraban en sus habitaciones descanzando, o al menos eso parecía, Wendy había tenido un mal presentimiento toda la noche el cual no le había permitido dormir tranquilamente y fastidiada de intentar escapar al mundo de
Morfeo había tomado uno de sus libros y empezado a leer un poco con la esperanza de quedarse dormida en algún momento. En medio de la tranquilidad de la noche un repentino rayo cruzó el cielo; Wendy pudo sentir el caos repentino como si le cayera un cubo de agua fría en la espalda, la gente fuera de la carpa se oía gritar y correr de un lado a otro, la bruja sin pensarlo un segundo mas se pusó de pie, se ciñó a su delgado cuerpo una capa esmeralda y se recogió rápidamente en una coleta alta su cabello rojizo rizado. Su padre había salido de su habitación y los llamaba a gritos. -Rápido equipo, debemos alejarnos de aquí lo antes posible. - El dragón se liberará pronto. - Decía Orión. Wendy se dispuso a salir y antes de abandonar la carpa y dirigirse a cruzar aquel campo de batalla se giró a tomar su varita oscura de Tejo que descanzaba en la mesita de noche. Salió siguiendo al capitán del equipo, después de todo decía que los guiaría a un sitio seguro. El lugar parecía zona de guerra el colacuerno podía verse volar en circulos y por todos lados se podía observar como el fuego maldito iba consumiendo zonas enteras, los magos corrían despavoridos para salvar su vida, pero a la bruja sólo le preocupaba una cosa: - ¿Cómo vamos a defendernos del fuego maldito? –Preguntó Wendy al grupo, lo bastante fuerte como para que el resto escuchara. - Si confían en mi, llegaremos vivos. –Murmuró el Black. !Demonios¡ para mala suerte de Wendy por segunda vez en el día le pedían que confiara en una persona que no fuera ella, pero la situación no era de debatirse asi que confió en su padre y lo siguió, podía sentir a matteo corriendo a su lado, los dos magos lanzaban maldiciones a diestra y siniestra para abrirse paso y no ser alcanzados por las llamas, de pronto escuchó que alguien gritó detrás de ella; - Vitae.- Se trataba de su padre que se había rezagado para ayudarlos a escapar, el tronco de un árbol se había interpuesto entre un hipogrifo de fuego y ellos, la bruja parecía desconcertada pero alivida de haber confiado en la persona correcta, estaba segura de que lo lograrían... Pronto estarían a salvo y llenos de gloria...
Mateo Black La noche parecía crecer minuto a minuto, como si tomara litros y litros de calcio y nutrientes, cada vez el viento soplaba más fuerte golpeteando las paredes de lona de la tienda de los Slytherin's Masterpiece. Mateo estaba dentro, fumando de una pequeña pipa mientras moldeaba una especie de animal en un pedazo de madera con su daga de plata. El clima invitaba a una llovizna serena, y ésta a su vez invitaría al Black a conciliar sueño; y como si la noche fuera un genio de la lámpara, la tenue lluvia empezó a rociar el techo de aquella tienda, cubierta ahora de un rocío que de ser más espeso, atravesaría la fina tela de que estaba hecha la carpa. Pero la lluvia no se mantuvo, sino que cobró fuerzas –Oye, no exageres- Pensó Mateo con aire de indignación, dirigiendo su mirada al techo de la carpa. Varios relámpagos resonaron en los terrenos, cuando veía que una figura se acercaba por detrás. - Quieto, intruso. –Dijo, poniéndose de pie y girando sobre sus talones, con una voz macabra que nunca se le escuchaba. Una figura oscura se enfrentó a él, parecía agitado. Orión Black lo miraba detrás de mechones de cabello azulado que cubrían su pálido rostro. En ese momento, otro fuerte relámpago cubrió la carpa con una luz cegadora. Orión se volvió hacia de donde provenía el destello. - Tenía que ser tan pronto. –Murmuró el mortífago.- ¡Rápido todos!. Mateo odiaba que les dieran órdenes, y menos de su "Capitán", pero parecía cosa seria. Entre maldiciones y diversas menciones groseras hacia la madre de Orión, Mateo cogió su daga de plata, la varita de serval, y buscó en ropero su traje morado, pero no aparecía. –¿Donde demonios lo dejé?- Se preguntó entre bufidos. - Rápido equipo, debemos alejarnos de aquí lo antes posible. –Volvió a apresurarlos, esta vez, con una voz mucho más temblorosa.- El dragón se liberará pronto. Mateo se enderezó, giró sobre sus talones y examinó a Orión. No parecía broma, su cuerpo estaba agitado, su gabardina negra arrugada, y los ojos denotaban ansiedad, pero no expectación. Mateo se olvidó de su traje y se abotonó el chaleco verde, al tiempo que sostenía a Wendy que estuvo a punto de tropezarse con su escultura de madera. - No se separen, debemos seguir camino recto para llegar al castillo. Y Espero que hayan echo su tarea de duelos… - ¿Tareas? ¿Yo? ¿Duelos? –Dijo, arqueando una ceja. No necesitaba tareas para saber cómo liquidar a alguien. Wendy lo miró y sonrió en señal de acuerdo. El lugar ofrecía una escena digna de película. Las protagonistas eran las llamas que danzaban por los terrenos, y como ratas intentaban envolver el castillo. Pero de pronto divisó la fuente del desastre, un Colacuerno colosal se elevaba sobre la Fortaleza, escupiendo fuego a diestra y siniestra. –Conxuro está ahíPensó abriendo los grises ojos y conteniendo la respiración. - ¿Cómo vamos a defendernos del fuego maldito? –Preguntó Wendy al grupo, lo bastante fuerte como para que el resto escuchara.
Mateo divisó una serpiente de fuego intentaba envolverle la bota de cuero. Se sacudió y se alejó precavidamente. - Si confían en mi, llegaremos vivos. –Murmuró Orión. - ¿Y si no confiamos en ti? –Acotó Mateo, como oponiéndose a la suposición de su compañero. Pero éste hizo caso omiso, parecía más concentrado que nunca; y eso que solía ser de carácter cerrado. En ese momento Mateo divisó cerca del edificio de los organizadores una Marca Tenebrosa que presidía la escena. Pensó instantáneamente en Mistify y Mackenzie, pero también pensó en Buenamor. Ella no era mortífaga, no que él supiera. ¿Acaso las dos mortífagas habrían instado a Buenamor a unirse a ellas y todo terminó en tragedia?. Mateo solía pensar lo peor; no era pesimista, era realista.
- Vitae. –Exclamó con todas sus fuerzas Orión mientras apuntaba a un árbol muerto cerca del camino y blandía su fina varita de avellano cual látigo. Pero Mateo no prestó atención al efecto que esto generó en los frondosos árboles cercanos. Su mirada se clavaba en una figura femenina, cerca de una tienda, que miraba petrificada al cielo. Se colocó las gafas de Quidditch, y exclamó: -Impervius.- Su vista se esclareció y pudo distinguir a la persona que observaba. Era AteNa, su compañera de Quidditch. Inconscientemente se alejó de Wendy y Orión, cruzando al lado de un mago con una manzana –Que caos tan nutritivo- Pensó el Black burlonamente. Cuando se dio cuenta, estaba frente a AteNa, que ahora lo miraba con la misma mirada estupefacta. Estaba empapada, y se dio cuenta que él también lo estaba. - ¿Estás bien? ¿Y tus compañeros? –Inquirió Mateo. El aspecto de su amiga le preocupaba. cAsCaBeLiTaH Una silueta oscura dejaba ver dos jóvenes cercanos sentados bajo un árbol, la noche estaba tan oscura que se fundían con el césped que crecía bajo ellos. La chica reía sin timidez alguna levantando algunas veces ambas manos intentando controlar sus enmarañados rizos. - ¡Corre demasiado viento hoy! —se quejó Litah. - Lo siento, no debimos salir hoy. - Bueno, tampoco es que tuviéramos otra posibilidad —le dijo la chica mientras se ponía de pie para ver al lejano campamente del Torneo. - ¿Tienes que volver ya? —inquirió su amigo entretanto se ponía de pie. El joven se acercó para rodearle la cintura con ambos brazos no con intenciones románticas sino para atacarla con cosquillas que ella presintió e impidió girando justo a tiempo para lanzarle un manotazo sobre el hombro. - ¡No! —se quejó la chica mientras se soltaba a reír— Anda vamos, que posiblemente llueva esta noche.
Caminó unos pasos en la grama seguida de su acompañante ocasionando que momentos más tarde las escasas luces del campamento descubrieran sus rasgos delicados, los desordenados rizos que enmarcaban unos juguetones y sonrientes ojitos negros. El viento hacía que la blusa negra que llevaba puesta aquella noche se pegara a las formas caprichosas de su toráx en cada paso que daba. Y cuando estuvo por sugerirle a su amigo acampar ahí para no seguir maltratando sus preciosas botas de cuero negro, la lluvía rompió sobre su cabeza. - Bueno, siempre he pensando que te ves linda cuando estás bajo un chorro de agua —dijo él mientras se sacaba la capa para colocarla sobre los hombros de Litah—. ¡Vamos! - Ahora es que cuando me arrepiento de no traer escoba... El autoreproche de Litah se vio interrumpido por un estruendoso rayoque iluminó sus ya empapados rostros, la joven giró a ver a su acompañante que sin dudarlo la tomó de la mano mientras echaban a correr por el campo hacia el campamento. - ¡Nos vamos a caer! —chilló la chica mientras otro rayo la ensordecía. Para cuando llegaron a las primeras tiendas de campaña todo era un griterío y cuando estaba por preguntar que era lo que sucedía a alguno de los chicos que por ahí pasaban, el joven le apretó la mano haciendola mirar al cielo, una llamarada extraña dibujó la forma del dragón. - ¡El dragón se ha escapado! —rugió el chico mientras corría en busca de su tienda de campaña— ¡Mi equipo! - ¡Yo debo buscar el mío! —dijo Litah mientras intentaba safarse de las manos del joven— ¡Wendy debe estar asustada! - ¡No, quedate aquí hasta que estemos seguros! —sentenció el chico. La mente de Litah fue como siempre un paso más allá, buscando posibles formas de eludir la protección del inexperto mago mientras encontraba el camino hacia donde debía encontrarse su equipo. ¡Vaya manera de terminar la noche! —pensó la chica. AteNa La joven bruja se detuvo en seco a contemplar lo que hacía el dragón y palideció repentinamente al notar que este había lanzado llamaradas hacia la fortaleza, una tras otra para después salir volando hacia los campamentos quemando todo a su paso. Atena tardó un par de segundos en salir de su ensimismamiento, casi pierde el control por completo, la frustración de no poder ayudar a su prima crecía poco a poco, sin tomar en
cuenta el sentimiento de culpabilidad, siempre había sido ella la prisionera, y justo ahora que Andrea se había ofrecido para dejarla descansar ocurría esto... Caminó velozmente hacia la gran puerta de hierro de la fortaleza, intentó abrirla a base de golpes y hechizos pero ninguna de las dos cosas dio resultado, apoyó su cabeza contra la pared y cerró los ojos, intentó encontrar una buena idea entre toda la ola de sus pensamientos pero sólo pudo ver un sin fin de preguntas que se creaban dentro de su mente ¿Andrea estaba a salvo?, ¿qué ocurriría ahora?, ¿Era eso parte de la prueba? ¿porqué los administradores permitían que eso ocurriese?... tal vez era un espejismo Seguía sumergida en sus pensamientos cuando escuchó que alguien se acercaba, volteó y ahí estaba un joven alto de cabello negro con un chaleco color verde, al verlo, Atena quizo correr a abrazarlo, estaba feliz de que estuviera a salvo, había olvidado por completo que en los campamentos estaban sus amigos, se enfureció ante el hecho de no poder ayudarlos y sintió ganas de llorar. - ¿Estás bien? ¿Y tus compañeros? – preguntó Mateo Black Atena se quedó ahí, petrificada intentando no llorar, respiró profundamente y esperó un momento para responder. -En el campamento- comenzó- pero Andrea está en la fortaleza y el dragón lanzó llamas y no abren y no puedo entrar y no puedo hacer nada...- dijo a una velocidad impresionante y enseguida dejó de hablar, miró nuevamente la enorme puerta- por mi culpa está ahí, si no me hubiera quejado tanto. Agachó la mirada y cerró los ojos esperando que al abrirlos se diera cuenta que todo era sólo una pesadilla, que Andrea estaba bien, y todo aquello sólo era producto de su imaginación, sin embargo, eso no ocurriría esa noche, levantó la mirada hacia donde se encontraba el lugar donde los organizadores descansaban y abrió los ojos como platos cuando pudo divisar una peculiar marca sobre el edificio, era la marca tenebrosa...
deivid Después de andar en un profundo sueño, caigo al suelo despertándome de inmediato. Se ve un gran relámpago que me impide ver lo que sucede afuera de la tienda. Cuando vuelvo a recuperar la vista logro ver que todo esta bajo una capa de fuego, además de ver que en la fortaleza se esta armando un lio tremendo. -Oh no!!! Eli anda en la fortaleza, tenemos que ir a por ella- Tomo mi varita rápido, me cambio de rápido quedando con una camiseta negra sin mangas y unos jeans que tiene rota la parte de la rodilla, claro que no podía faltar una chaqueta de cuero negro que me había caracterizado dentro de el grupo de amigos y conocidos como: ―el hibrido de cuero negro‖
Al terminar de cambiarme logro ver que ninguna de mis compañeras en el campamento se ha dado cuenta de lo sucedido así que me apresure y sin importarme nada mas que la vida de Elí entro corriendo a sus habitaciones quitándoles privacidad que había establecido. -Paige!! Despierta-Digo mientras ando en la base de su cama-Luna!!! Ayúdame-No veo que ninguna de las dos despierten por lo que voy con la tercer chica-Dama de la Luna!!! – Al ver que ninguna despierta me apunto con la varita en la garganta y digo-Sonorus-Mi voz se incrementa a un tono de volumen de voz demasiado fuerte-Por Merlín que ninguna me va hacer caso? No piensan ayudar o que chicas? Despiértense ya!!!-Ya desesperado salgo corriendo de el campamento de los Badgers en ayuda de Eli que anda prisionera en la fortaleza. **************** En el transcurso del camino me encuentro a varios compañeros y alcanzo a oír a algunos decir que el dragón había despertado.Al no creerles seguía abriéndome paso hasta llegar a la fortaleza hasta que logre ver algo que … me intimida. -Oh!! Que hacen Inferís aquí?- Tomando valor pongo mi varita a la defensa y avanzo con paso firme hasta donde ya no logro encontrar paso alguno ya que Alethea había bloqueado la entrada de la fortaleza, aparte veía que se acercaban unos dementores directamente hacia el grupo de personas donde me encontraba -Que pasa? Donde están los organizadores, primero traen a esa criatura y ahora no se les ve por ningún lado-Digo alterado al no poder ver como están los prisioneros donde logro oír que se encuentran dentro parte de mis amigos y familia a lo cual me preocupo mas. Luego me agacho con rapidez ya que el dragón nos paso sobrevolando muy cerca al levantarme me doy cuenta que la marca tenebrosa se había dibujado en el cielo. Celestisima Y de pronto Celestísima despertó de su agradable sueño. ¿Por qué alguien querría despertarla de su ensueño para recordarle que simplemente se encontraba descansando tras una excitante, pero agotadora, jornada en el Torneo.? Sólo había sido alguien hablando fuerte y ella había pensado que era un grito... seguiría durmiendo... Volvió a cerrar los ojos intentando recordar el sueño que había tenido. Era una cálida tarde de primavera. El sol acariciaba sus largos cabellos castaños y el viento los revolvía. Mientras pensaba que él (nombrarlo hacía que lo extrañara más) encontraría su cabellera tan agradable como una gragea de frutilla, la joven comenzó a percibir que el viento era cada vez más frío...
Celestísima no lograba volver a dormir sino que se estaba despabilando. Al pensar en su sueño se dio cuenta de que el frío que habia percibido mientras dormía no era producto de su imaginación. Afuera llovía copiosamente y el viento sacudía la tienda de un lado a otro. Miró hacia ambos lados donde Magic Waterflower y karla_bellatrix no parecían haber percibido el espantoso clima y dormían apaciblemente. Era raro, porque Celestisima siempre dormía profundamente y a los demás les costaba despertarla. Algo debía haber ocurrido para que despertara de golpe de un sueño tan agradable. ¿Y si el grito que había escuchado a lo lejos estaba advirtiéndole algo? Un nudo en el estómago le hizo pensar en ValeriaR que no estaba allí con ellas y un clima tan adverso podría hacerla sentir mal. Celestísima sintió un impulso de ir a llevarle chocolate y ropa acorde para una noche ventosa. También pensó en el capitán de su equipo. Pero él estaría bien. Aunque ella nunca supiera donde iba a descansar siempre se las arreglaba para aparecer en el momento oportuno. En ese momento, un luz nada normal y anaranjada comenzó a alumbrar el cielo. Fue tan fuerte que pudo percibirla nítidamente a través de la tela de la tienda. No era parecida a los relámpagos de la tormenta. Al instante, comenzó a escuchar más gritos y corridas de otros participantes que se alojaban en el campamento. Las otras dos jóvenes se despertaron al instante y al ver a Celestísima despierta y dispuesta a salir de la tienda le preguntaron: ¿Qué pasa? -Aún no lo sé- respondió Celestísima - Voy a averiguarlo. Al salir se dio cuenta de que no iba a ser algo fácil de remediar. El primer pensamiento que acudió a su aturdida mente fue: "Menos mal que hoy me quedé dormida con las ropas que llevé durante el día". Es que ya no volvería a descansar en mucho tiempo: La Fortaleza ardía en llamas, el Dragón se había escapado y se dirigía hacia el castillo. No sabía qué hacer ni para dónde salir corriendo. Veía a tantas personas desconocidas o que se había cruzado un par de veces nada más y sintió que habia sido muy tonta en haber sido tan poco sociable ya que nadie la conocía y seguro que a nadie más que a sus compañeros le importaría la suerte que corriera su vida. No podía estar pasando eso. Tantas veces se había imaginado qué haría ella en caso de estar en una situación tan extrema y siempre había pensado que su inteligencia, digna de todo Ravenclaw, no la podría ayudar tanto como la valentía de un Gryffindor. Obviamente nunca lo había confesado porque no quería que nadie supiera que envidiaba a los pertenecientes a la casa del león. Pero en ese momento deseó ser más valiente que inteligente. Y sin embargo, lo único a lo que podía recurrir en ese momento era a todos los hechizos que había aprendido durante sus clases de magia. Y comenzó a realizar encantamientos protectores alrededor de la tienda. Sabía que era algo tonto y casi sin
sentido pero tal vez servirían durante unos minutos mientras decidían con sus compañeras qué hacer a continuación.
Amya_An Trágico Panorama de Fuego, Agua y Viento se vislumbra ahora. Muchos corren con Dirección hacia la Fortaleza que Arde en Grandes Llamas Implacables. Todo Parece Perdido. El Aire se hace cada vez mas denso y menos respirable. La Temperatura se eleva hasta ser casi Infernal. Entre Toda Aquella Confusión Amya_An grita desesperada el nombre de cada uno de sus Hermanos Treboleros. ¿ Será Posible que estén … ? Ella ignora sus paraderos. No, se dice a sí misma meneando la cabeza de un lado a otro tratando de convencerse de que eso era imposible, debía de ser improbable. ¿ Cómo Podría Perdonarse Si Algo le Hubiera sucedido a sus Hermanos ? De Pronto, un Súbito Pensamiento casi Macabro tomó por sorpresa a Amya_An dejándola paralizada de Horror. Los Prisioneros. ¿ Será Posible que Shaki o Flo estuvieran ya cautivos ? ¿ Qué había Pasado con Gr3y.P y Zmaster ? El Campamento ya no era posible de Distinguir y la Fortaleza quedaba en la Dirección Opuesta. Amya_An no sabe hacia dónde dirigirse ahora. Amya_An ha quedado presa de su Propia Incertidumbre.
pincorto Lo notaba, algo notaba, pero dormia tan profundamente que no me daba cuenta de lo que era, hasta que al final como pudo Pincorto abrió un ojo y vió a Pinca con la cara transformada, insistiendo en que me levantara...... _ Que pasa Pinca? Pinca en cabro, le explica a Pincorto que el dragón ha escapado, que sabe que hay muertos, que se ve sangre verde por ahí y que tambien hay fuego. _ Por partes Pinca, el colacuerno ha escapado dices?
no podian haber traido otro
dragón al colegió? no, no, claro que no!!! es mejor el dragón mas peligro que existe y encima se creerán que todos somos Harry Potter y que lo podremos esquivar como hizo el. Pincorto se levanta de la cama, se pasa los dedos por el pelo para poder ver mejor, se pone las gafas y empieza a pasear por la habitación...... _ Esta bien Pinca, lo primero es ponerte a salvo. luego veré si puedo ponerme yo, alguna forma habra de salir o de poder conseguir ayuda no? Pinca en su cabro materno le dice a Pincorto que a parte del dragón rondando por ahí tambien estan los dementores.... _ Estupendo!!!! por si no teniamos suficiente.......bueno da igual, lo importante es ponerte a salvo Pinca, recuerda que una de sus comidas favoritas son las cabras y no dejar´´e que te coma, si mueres tu muero yo Pinca, estamos unidas y cuidaré de ti. Pincorto abraza a su cabra como si firmaran un pacto sagrado. _ Bueno Pinca, ya podemos irnos.....*Pinca le comenta algo a Pincorto* que salga en pijama y no me vista?
te preocupa
no hay tiempo ademas que tiene de malo mi
pijama? *Pincorto se mira el pijama de fondo blanco y multiples minis corazoncitos de multiples colores* no se me ve sexy?
no contestes, no contestes!!!!!
Y ahí van, Pinca y Pincorto, saliendo del campamento de las Veelas a dos velas, con cuidado, mirando en todas direcciones, oyendo el caos que se formó, intentando llegar a ello..... Elodia Riddle Me levante muy temprano aquel día para alcanzar visitar a mi familia en Ottery, no sabía cual era la razón que me angustiaba tanto, pero sentía la imperiosa necesidad de verlos antes de hacerle compañía al dragón nuevamente.
Mi capitán me esperaría puntualmente en las afueras de la fortaleza antes del anochecer, razón por la que mi visita a la mansión fue breve, lamentablemente no alcancé ver a mi padre, quién de seguro andaba con mucho trabajo en la Orden. - Nos vemos pronto – me despedí escualidamente antes de desaparecer en los jardínes, tratando de sonar convincente aunque seguía angustiada en mi fuero interno. Aparecí en las afueras del campo de juego, mis pasos eran apenas audibles en el suelo fangoso, la lluvia se había dejado caer sin contemplaciones, el viento azotaba con fuerza todo a su paso ondeando bruscamente mi larga y empapada capa de viaje. A mi alrededor las tiendas de los demás equipos del torneo se iluminaban difusamente en medio de aquel tormentoso aguacero. Un rayo cruzo el cielo iluminando todo a su paso, y fue allí cuando distinguí la silueta de Coyo. - Y bien aquí me tienes capitán, que tal luzco – dije tratando de bromear un poco, ya que mis jeans, suéter y capa negra estaban empapados. El sonrió y bromeó con que esta vez sería la comida del dragón. - Ja!, muy gracioso – Comenté enarcando una ceja. No pude continuar hablando ya que las puertas de la fortaleza se abrieron dejando salir a Sagitas, quién con la ropa sucia y magullada se dirigió a nosotros saltando de alegría por haber resuelto correctamente enigma de la esfinge. - ¡Sagitas! – exclamé mientras corría a darle un efusivo abrazo – amiga estas en entera!, ahora ve a descansar te lo mereces – añadí antes dándole otro abrazo. En ese instante no me quedó más remedio que despedirme con un gesto rápido y correr a la fortaleza puesto que el carcelero casi me fulminó con la mirada por hacerle perder su valioso tiempo. Una vez dentro comencé a recorrer la estancia notando que todo seguía igual que la primera vez que estuve allí, muchos de los prisioneros se encontraban ya dormidos, así que me dirigí a una celda pequeña en la que pasaría la noche. Me quité la capa y la arroje a los pies de una roñosa cama, con un movimiento de varita seque mi ropa y solté mi negro cabello lacio de la
trenza con que lo había tomado, estaba haciendo mucho frío por lo que me abrigue con las escasas mantas sacándole el máximo de provecho al calor que emitían… hasta que mis párpados se fueron haciendo pesados y mis ojos carmesí se cerraron lentamente. ***** Un estruendoso ruido me despertó de golpe, sujete mi varita con fuerza mientras me paraba bruscamente de la cama poniéndome la capa con movimientos torpes. Una sucesión de gritos de pánico se dejaban sentir en las inmediaciones del edificio, junto con el resonar de pasos agitados golpeando el sólido piso de los corredores. Un escalofrío recorrió mi cuerpo por completo, podía sentir que mi corazón comenzaba a latir más de prisa, mientras que la sensación de angustia que había experimentado durante todo el día aumentaba. Respiré profundo y salí con pasos firmes a ver que sucedía… - No, no esto no puede estar pasando – susurre sin dar crédito a lo que estaba viendo, la fortaleza ardía en llamas, mientras que muchos de los prisioneros corrían presas del pánico, tratando de poner a salvo sus vidas. La escena era dramática, el fuego estaba consumiéndolo todo tomando forma de extrañas figuras, corrí tan rápido como mis piernas me lo permitieron, sumergiéndome en medio del gentío. Miles de imágenes se apoderaron de mi mente en apenas unos segundos, sobre todo de mis seres queridos… y por primera vez en todo lo que conlleva a las duras pruebas del torneo sentí miedo. A duras penas llegue a los jardines de la fortaleza, no lancé ningún hechizo de defensa tenía muy claro que nada iba a funcionar con el fuego maldito. Debía tener la mente clara e idear una mejor forma de alertar a mi equipo para que estuvieran preparados, tarea difícil en medio de las explosiones, rugidos y todo el caos que se había originado. -¡Oh! – fue lo único que pude articular en un grito ahogado cuando ví las docenas de cuerpos inertes de los cuidadores del dragón. No esto era demasiado el colacuerno húngaro había escapado, estaba allí surcando las alturas furioso destruyendo todo a su paso, mis compañeros estaban desesperados increpando al carcelero y a la esfinge para que diera la salida… estaba todo perdido.
En ese instante un plateado coyote se abrió paso entre el desastre corriendo velozmente hacia mí, lo reconocí inmediatamente, mi capitán ya estaba enterado de la situación. No esperé más concentrándome levanté con todas mis fuerzas mi varita y pronuncié en voz alta. - ¡Expecto Patronum! - De ella comenzaron a formarse cuatro panteras platinadas que esperaban mis órdenes – “ Lleven este mensaje urgente a Coyo-T, Darla, Sagitas y Laurus para que traten de buscar ayuda… si no pueden hacer nada para sacarme de aquí, que no pongan en riesgo sus vidas y se alejen lo más rápido que puedan de la fortaleza” Los cuatro felinos corrieron al instante hasta que desaparecieron de mi visión, eran mi única esperanza… seguí alejándome de las llamas del fuego maldito ganando segundos extras, la lluvia incesante limpiaba la sangre provocada por los rasguños que me había hechco anteriormente a los cuales no les presté atención. En medio de la aglomeración, dilucide a Eli Rider, quién por fortuna estaba a salvo, empuñando su varita valientemente como buen auror. - ¡Eli! – corrí hacia ella sintiendo alivio de verla viva – Eli, Eli querida cuanto me alegro encontrarte… temí lo peor – añadí dándole un tosco abrazo en medio de mi desesperación, aún manteniendo firme mi varita en mi mano. Tamarindo Tama estaba sola en el campamento, como de costumbre. El único que participaba con ella en aquel torneo que empezaba a sacarla de quicio siempre era el prisionero, por lo que siempre estaban separados. La chica era bajita y rellenita, pelo bastante corto pero con un intenso color caoba que brillaba a cada minuto del día. Sus gafas combinaban con su personalidad y tenia el extraño efecto de que todos a su alrededor querían protegerla… ¿Sería por lo inocente que era con todo? Tama estaba durmiendo profundamente, abrazada a su peluche Dori que le recordaba a alguien especial. Le gustaba tenerlo en brazos porque, cuando eso pasaba, esa persona estaba a salvo, lejos de la fortaleza… Pero esa noche la chica no pudo dormir todo lo bien que quiso. En el solitario
campamento empezaba a hacer unos ruidos extraños. Algo gutural no la dejaba dormir y al final abrió los ojos algo enfadada por no poder seguir durmiendo. Lo primero que hizo fue ponerse las gafas, ya que sin ellas no veía apenas nada. No tenía tiempo de vestirse, así que simplemente se puso sus convers, una roja y otra azul, y una sudadera gris que no le quedaba mal con el pantalón del pijama, granate con estrellas negras, y enfundó la varita en el bolsillo del pantalón. Salió aun adormilada y con Dori entre brazos a ver que pasaba, y se quedo boquiabierta. Tardó unos segundos en poder reaccionar. Ni siquiera su mente funcionaba, estaba paralizada por las escenas que veía. —Foung… —dijo en un susurro al ver la fortaleza en llamas. La gente iba de un lado a otro, gritaban y se buscaban unos a otros, y un fugaz pensamiento se le cruzó: El campamento Trebolero. Al estar sola en su campamento, por primera vez pensó que eso era una ventaja, no tenía que preocuparse por nadie más salvo por sus compañeros del torneo que tanto quería. Sin pensarlo ni un momento, se dirigió corriendo hacia el campamento Trebolero a buscar a sus amigos y por lo menos, intentar hacer algo con ellos, ya que ella sola no sabía que hacer en ese caos de gentío. Al, llegar al campamento de sus amigos, entre tanto caos que había, no pudo distinguirlos a todos… —¿Y Shaki? ¿Dónde está Shaki? —pensaba volverse loca al no poder encontrarlo. Se encontró con Amya_An y las dos se alegraron de verse, de encontrar una cara amiga entre tantos gritos e idas y venidas de las gentes. eli tonks Durante las últimas semanas había hecho lo mismo, esto ya parecía un ritual. Tras salir de la fortaleza el día anterior apenas había tenido tiempo de dormir a gusto en un colchón suave y atender ciertos asuntos pendientes, la torre de papeles acumulados en mi escritorio iba en aumento, era casi seguro que a mi regreso encontrara un verdadero desastre.
Sin embargo estaba ya lista para ingresar de nuevo a la fortaleza; había tomado un baño, y arreglado como más me gustaba: jeans y una playera, ropa muggle cómoda debajo de mi túnica negra, con el escudo de mi casa Hufflepuff bordado del lado derecho y en la espalda mi nombre completo "Elizabeth Rider", a pesar de que había sido muy clara al momento de comprar aquélla túnica que deseaba que allí estuviera el diminutivo de mi nombre por el cual todos me nombraban. El duro trabajo que habían realizado bien merecía la recompensa del descanso, por lo que los chicos se encontraban todos en la calidez del campamento, a pesar de su insistencia de querer acompañarme hasta la entrada una vez más, cosa que no dejé que sucediera. -Buenas noches señor Apestas; ya se que vengo tarde, lo siento. Una vez más vengo de prisionera- dije conteniendo la respiración mientras me anotaba en la conocida libreta con la lista de prisioneros. -Ohh no, no se preocupe, que esta semana vengo bien preparada- le enseñé la mochila que traía, repleta de comida y de todo tipo de instrumentos con los que entretenerse; el mago me miró con cara de pocos amigos y me abrió paso hacia mi destino, al parecer no olvidaba el incidente de la manzana ocurrido un par de semanas atrás. Mi celda, qué acostumbrada estaba ya a esa pequeña pieza. Era una cliente tan frecuente de aquél lugar que habían optado por dejarme en la misma celda siempre, la número 722; sin duda la numeración era extraña, pues en el lugar no había más de cien celdas, según mis conclusiones. pero aquélla era mía, cuyas paredes había pintado en los momentos de ocio con palitos que llevaban la cuenta de mis días allí dentro, como una auténtica prisionera. -Día 43- dije trazando una línea más, para después darme la vuelta sobre lo que había bautizado como mi dura cama, quedandome dormida a los pocos minutos. Calor... ¿Es que nos han puesto calefacción en la fortaleza?, ¿después de días haciéndonos pasar por el frío, lluvia, y todo tipo de clima que azotaba el lugar? Abrí los ojos, mirando alrededor en busca de una señal de lo que sucedía, situación la cual no fue difícil de entender; algo grave sucedía allí. Tomé la mochila, y empuñando fuertemente la varita salí de mi celda en busca de compañía, cubriéndome de la lluvia con mi delgada sábana. Algunos prisioneros se aglomeraban en un rincón, lejos del fuego maldito que invadía la fortaleza, por lo que decidí unirme a aquél pequeño grupo, averguar lo que pasaba y ayudar en lo que fuese posible. El fuego se acercaba lentamente; situación como esta no había enfrentado nunca, lo que me
hacía sentir un poco nerviosa, a pesar de la tranquilidad que intentaba aparentar. Apuntaba con la varita, dispuesta a intentarlo todo, cuando una voz conocida llamó mi atención. -¡Oh Elo!, no sabía que había entrado de prisionera, ¿te encuentras bien? ¿qué ha pasado?dije abrazando a mi amiga; la miré y sonreí para demostrarle que todo estaba bien. -¡Elo debemos encontrar al resto de los prisioneros!, ¡al señor Apestas!, ¡a quien sea!, ¡debemos salir de este lugar!- le tomé con la mano libre de la varita, no la soltaría a menos que fuese necesario, con el fin de no perderla.
esther--granger En la tienda del Ejército de Merlín, la noche empezó a transcurrir con tranquilidad, los cuatro miembros del equipo que se encontraban en ella dormían plácidamente. El repiquetear de la lluvia despertó a esther—granger, por un momento se quedo mirando con sus ojos color chocolate al vacío, mientras tanto se dio cuenta, que procedían murmullos fuera de la tienda. Tranquilamente se levantó y se puso las zapatillas y su bata de fuerte rojo para predisponerse a ver que era lo que sucedía. En el momento en que salió, no se esperaba ni mucho menos nada de lo que vio, fuera de la tienda era todo caos, los participantes del Torneo estaban desconcertados y alarmados y algunos chillaban, esther—granger se preguntaba porque la gente estaba tan alterada. De repente miro hacía el cielo y no podía creer lo que veía, el Dragón de la fortaleza estaba volando alto y provocando el caos, unos segundo más tarde, su cara se transformo en una expresión de horrible preocupación, la torre de los prisioneros estaba en llamas. Un instante después esther—granger pudo ver como el Dragón escupía fuego, pero no un fuego normal, sino que este se transformaba en basiliscos, quimeras, acromantulas y otras diferentes criaturas… - Fuego maldito- susurró para si misma. Después de un momento de no reaccionar, esther—granger, se dirigió corriendo a la tienda, y mientras se ponía ropa cómoda, iba gritando a los chicos que se despertaran, elladora, syl_potter_radcliffe y el magazo, se sobresaltaron de golpe. - Que sucede??? A que vienen esos gritos??- dijo medio dormida elladora.
- Chicos despierten, algo grave está pasando en el campamento, y el Dragón se ha liberado!!!- - corran, despierten y vístanse, tenemos que ir a rescatar a Fernando. Los chicos se levantaron lo más rápido que pudieron y fueron vistiéndose mientras el color de su cara se tornaba pálido… Liliana Ánderlin La fortaleza esa noche era húmeda y fría, ¿y qué noche no? Se pregunto la chica de negros cabellos e inmensos ojos verdes mientras se arrebujaba en su gruesa túnica de viaje, la tormenta arreciaba fuera, cerró los ojos y apoyo su cabeza contra la fría pared de piedra, le gustaba, le gustaba aquella lluvia, el sentir los relámpagos iluminando su pálido rostro, el sonido de los truenos a los lejos, pero le faltaba algo más que la comodidad de su cama para disfrutarla por completo. El grueso libro que había traído consigo yacía abandonado sobre sus rodillas, se había cansado de él a las 5 horas de estar allí, por muy interesante que pareciera la historia los lastimeros quejidos de los demás prisioneros habían conseguido romper su concentración, cosa verdaderamente difícil había que reconocerlo. Además, si lo terminaba ya, ¿Qué haría el resto de la semana? Suspiró mientras continuaba con los ojos cerrados intentando concentrarse en una escena en concreto, una que añoraba desde hacia tiempo y aquella lluvia había hecho que resurgiera en su mente. El ruido a su alrededor cada vez era más fuerte, ¿no podían tranquilizarse? no era un lugar agradable, las paredes eran húmedas y frías, la comida no era digna de restaurante, los rugidos del dragón y los amenazantes ojos de la esfinge no los dejaban descansar, pero todavía no los habían torturado, eso era de agradecer, deberían calmarse y reservar fuerzas para el enigma. Poco a poco el ruido pasó de ser una pequeña contrariedad a insoportable y Lili abrió uno de sus verdes ojos más molesta que curiosa y aparto el mechón de cabello rebelde que se empeñaba siempre en entorpecer su visión. Un segundo más tarde estaba de pie, el libro resbaló de su regazo hasta dar con el suelo sin producir ruido alguno en medio de aquel caos que comenzaba a originarse a su alrededor. La esfinge se había posicionado en la puerta arañando el suelo enfangado del jardin con sus garras, parecía que no estaba dispuesta a dejar a nadie salir de allí aunque los ancestrales muros se derrumbaran.
Justo detrás de ella apareció el enorme carcelero, los prisioneros se apresuraron a quejarse. -Señor Apestas, esto es un ultraje y me quejaré ante el Ministro de Magia si no hace algo a la voz de ya. La esfinge no nos deja salir, debe hacerla razonar, tenemos que salir de aquí, antes de que sea demasiado tarde – ¿qué hacía allí ron? Ese chico estaba en todas partes por Merlín. Siguió la aterrorizada mirada del carcelero hacia la cúpula donde dormía la fiera, ¿qué había pasado? Un agujero del tamaño de un autobús muggle dejaba entrar las torrenciales aguas dentro de la estructura. Asomó su curiosa nariz sobre el hombro del carcelero que pasaba su regordeta mano sobre la puerta de la cúpula. -Sangre de Dragón- esas simples palabras hicieron que Lili se estremeciera, era muy difícil dañar un dragón, si había sangre, el dragón no podía seguir dormido tranquilamente, y sus sospechas se confirmaron cuando entró en la cúpula. Los cuidadores de la gran bestia yacían destrozados, degollados sobre el suelo Fernando grito lo que era evidente ante los ojos de cualquiera que viera la escena, aunque esto no lo hacia menos terrible. -¡El dragón! ¡Por las barbas de Merlín, el dragón se ha escapado! ¡Ha abierto un boquete en el techo y se ha fugado!- y como si hubiera sido el pistoletazo de salida de una carrera la gran bóveda comenzó a arder. El fuego los envolvió en cuestión de segundos y una gran sombra apareció sobre ellos… ¡El dragón! Otra llamarada salió de su boca haciendo correr despavoridos a los prisioneros mientras el señor Pete Apestas corría delante de una quimera de fuego, ¿Qué clase de bestia infernal habían traído al colegio? -¡Es fuego maldito! –Gritó sobre el vocerío que amenazaba con tragárselos- ¿Cómo puede un dragón escupir fuego maldito?. A su lado Minimin materializo en palabras lo que pasaba por la cabeza de todos Cualquiera sabe lo que es capaz de hacer ese bicho. ¿Cómo se les ocurrió a los organizadores traer a esa bestia a Hogwarts?-¡Las llaves Señor Apestas! ¿Dónde están las llaves? Tenemos que salir de aquí.
-¿Las llaves? ¿Qué llaves? ¡Oh, las llaves! –el carcelero parecía fuera de si-. No tengo las llaves, no sé dónde puse las malditas llaves ¡Oh no! Lili conto las cabezas de sus compañeros, ¿estaban todos? Buscó a los Gryffindor, los que más conocía, lamentando no conocer mejor a los demás y no tener tiempo para ello, si sus cálculos no fallaban faltaban dos ¿Dónde estaban Mit y Andrea? Debían permanecer todos juntos o nunca saldrían de allí. Saco la varita dispuesta a luchar por su vida, los demás debían haberse dado cuenta, seguramente estarían en camino para ayudarlos, mientras, debían de sobrevivir. Puso una mano en el hombro de Fernando y miro a los que estaban cerca de ella. -Vamos, debemos estar juntos- y sin esperar respuesta y confiando en el espíritu de supervivencia de algunos de los mejores alumnos de Hogwarts se encamino hacia la entrada de la fortaleza, sorteando los cuerpos sin vida de los cuidadores y el terrible fuego, en busca de los demás, en busca de las llaves, y en busca de un lugar más o menos seguro hasta que llegaran los refuerzos, sus compañeros no los dejarían morir.
Avril Lestrange Avril recién se había reacomodado en su tienda, tenía todavía sus cosas en cajas y la ropa en una valija, algo desordenada. Es que hacía sólo un rato que había vuelto al torneo en lugar de un compañero que nos había abandonado…ya era hora de que se vaya –pensó, pero su equipo había quedado muy debilitado y por eso, decidió regresar. Y allí estaba, enfrascada en la lectura de su libro Animales fantásticos y dónde encontrarlos de su autor favorito Newt Scamander. Había visto el día anterior una criatura extraña en los Jardines Sumaes y quería informarse de que se trataba. De repente, escuchó un relámpago, bastante fuerte a decir verdad, y el repiqueteo de la lluvia se hizo presente al instante….Bueno, parece que va a llover-dijo arropándose con una manta polar que tenía a mano…Pobre Sara, quién sabe si en la fortaleza tendrá abrigo-pensó mientras miraba a su amiga Minganita dormir apaciblemente en su catre. -¡La luz! ¡Que alguien apague esa luz! ¿Es que nadie va a poder dormir esta noche aquí? – Fue el grito que se escuchó en el campamento…y era verdad, una luz tremendamente resplandeciente brillaba en las tinieblas, contrastaba con la oscuridad profunda de la noche. -¡Qué demonios! Se volvió a escuchar…y esto incomodó a la jovencita, su piel pálida de por sí, se tornó aún más cadavérica contrastando con sus largos cabellos negros, la chica daba la impresión de ser un ínferi.
Se levantó y fue a observar por el cierre de la tienda que era lo que estaba sucediendo. Min por favor, algo esta sucediendo, levántate rápido, abrígate…tal vez tengamos que salir huyendo de aquí- le dijo a su amiga que se despertó con cara adormilada y con gesto de que no entendía demasiado lo que sucedía. La muchacha vio unas figuras extrañas volando entremezcladas con unas llamaradas gigantes a lo lejos, cerca de la fortaleza ¡Sara por Dios! Fue lo único que fue capaz de pensar. Era evidente lo que estaba sucediendo, no pudieron controlar al dragón, y éste se había desbocado. La escena era alarmante, las llamas se extendían cada vez más, los gritos se escuchaban cada vez más nítidos, la gente había comenzado a salir de las tiendas con sus varitas empuñadas, completamente empapados por la lluvia. Comenzaba el caos. Apremió a Min para que terminara de vestirse, y a desgano, se volvió hacia Lamento y le dijo: Caos. Levántate si quieres sobrevivir. Abrígate. Y rápidamente se dispuso a salir de la tienda. No dejaría a Sara sola en la fortaleza. Se puso su capa de viaje negra, se aseguró de tener si varita pronta para cualquier imprevisto que se presentara, y salió rápidamente de la dependencia. Estaba todo muy confuso, y llovía profusamente. Al instante quedó completamente calada, pero corrió con todas sus fuerzas hacia la fortaleza, no le importaba si tenía que luchar contra Alethea, quería saber si Sara estaba a salvo. Mientras corría escuchaba chillidos histéricos como: ¡Están todos muertos! O ¡ He visto volar al dragón! O ¡Lanza fuego maldito! ¿Era posible eso? Pero no tenía tiempo para comprobarlo en su libro, el cual había quedado tirado en la tienda. A duras penas llegó a la fortaleza: ¡Sara! ¡Alguien ha visto a Sara Weasley! ¡Por favor!pero todos estaban en la misma situación, cientos de gritos desesperados se escuchaban y una figura monstruosa se divisó volando majestuosamente en las alturas….era el dragón, aparentemente enfurecido ¡Que Dios nos ampare!pensó la chiquilla ¡Justo ahora se le había ocurrido volver! Amya_An No Muy Lejos de donde Amya_An se hallaba, una Silueta de Forma muy Familiar se empezó a dibujar. Era Tamarindo.
La Dicha era Tan Dulce como Amargo el Pensamiento de que a Nuestros Hermanos Prisioneros finalmente se les Acabara la Suerte. Era Preciso Informarle a Tamy lo que era mas que Obvio, Shaki se había entregado Prisionero hacía apenas una hora pero ello ya no parecía ser necesario ahora. Tamarindo lo había adivinado en la Expresión de Pesar de Amya_An al Mirarla a ella, Mirar los Restos “Vacíos” del Campamento y a la Fortaleza que Continuaba Ardiendo en Llamas. No había nada mas que hacer ahí. Era Seguro que ninguno de los 3 miembros faltantes había estado en la Tienda de Campaña mientras ésta se Consumía con el Fuego Maldito. Amya_An pensó que de seguro ellos estaban a salvo, era una tonta por preocuparse de esa forma por ellos como si tratara de mago y brujas novatos. Así pues ambas, Tamy y Amya_An, se apresuraron a alcanzar al resto de los magos y brujas que se dirigían a la Fortaleza.
Mackenzie Yellbridge La bruja dormía apaciblemente en la habitación del Hotel habilitado en las instalaciones del Torneo para la organización y el Centro de Prensa. Aquella noche había dejado a Sophie a cargo del aya que la cuidaba y se había aparecido en las inmediaciones del estadio a una temprana hora de la tarde. Había todavía muchas pruebas que organizar y era necesario ir aligerando el trabajo pendiente. Se acostó temprano, ajena a la tormenta que se avecinaba y a todo lo que estaba a punto de ocurrir. A medianoche, una fina lluvia comenzó a golpetear en los cristales de la habitación y, poco a poco, el sonido se fue haciendo más y más intenso. En el interior de la mente de Mack, el olor a tierra mojada se mezclaba con el perfume de su amado. Elessar la atraía hacia si y su voz sonaba dulce y grave en sus oídos, como la más hermosa melodía.
De pronto un gran trueno perturbó aquel plácido sueño y la bruja se incorporó de golpe en la amplia cama, entre las sábanas de seda. Miró a través del cristal de la ventana justo en el momento en que un haz de luz salía disparado de la fortaleza y prendía fuego en el estadio. En pocos minutos, el caos se apoderó de todo cuanto su vista era capaz de alcanzar. La fortaleza ardía en extrañas llamas, al igual que el estadio y el campamento de los equipos. Los participantes corrían despavoridos, tratando de buscar a sus compañeros. Los gritos que salían de la fortaleza resonaban como un eco entre los truenos de la terrible tempestad. Y a lo lejos, en el horizonte, podían apreciarrse unas sombras negras, difíciles de identificar, pero que, en modo alguno, auguraban algo bueno. Mack se levantó y se colocó rápidamente una sencilla túnica de color violeta. Poco iba a dormir aquella noche –pensó con resignación-. Se miró en el espejo que colgaba de un hermoso mueble de madera labrada, mientras se cepillaba su larga melena castaña. Aún no había terminado de peinar sus cabellos cuando la puerta de la habitación se abrió de golpe. -¡Vamos nena! ¡Desembucha! ¿Qué es lo que has liado esta vez? –la voz de Antara sonaba preocupada y seria. -¡Diablos! ¿Yo? ¿Qué he hecho yo? – preguntó Mack extrañada. -¡Dí! ¿Qué pretendes? ¿Otra conspiración mortífaga de tus queridos papás? –la auror levantó la barbilla de la bruja con un dedo y acercó su rostro al de Mack con una sonrisa tan encantadora como amenazante. -¿Pero se puede saber de qué demonios me hablas, Antara? La auror tomó a Mackenzie del brazo y la condujo hacia el balcón, tocando con su varita los cristales, que se abrieron de golpe. La tormenta penetró en la habitación y empapó el rostro de ambas bujas, a la vez que el ensordecedor sonido hizo que la voz de Antara se elevara.
-¡Mira! ¡Dí que no tienes nada que ver en este caos! ¡El dragón ha escapado! ¡Y lo que es peor, está atacando a los participantes y desatando incendios por doquier! ¿Y sabes qué es lo que escupe ese dragón que te empeñaste en traer? ¡Fuego maldito! ¡Ni que fuera mortífago, él también! -¿Qué? –Los ojos verdes de Mack miraron a través de la intensa cortina de agua, tratando de comprobar lo que Antara acababa de decir. Un resplandor verde se mezcló de ponto con la iridiscencia naranja que producía aquel incendio en los negros nubarrones de la tormenta. Antara miró a Mack sorprendida. No podía ser ella quien la hubiera conjurado, la tenía delante suyo y su varita descansaba en el bolsillo de su túnica. Pocos segundos después, la puerta de la habitación se abrió de nuevo y dos brujas penetraron en ella. Eran Buenamor y Mistify. -¿Has sido tu verdad? ¡Tú la has conjurado! – exclamó Antara mirando fijamente a Mistify. Los pensamientos de Mack volaban con rapidez mientras Antara se enzarzaba en una ardua discusión con la mortífaga. Quizás no estuviese mal pensado. No sabía quien había conjurado la Marca Tenebrosa, pero tal vez aquello hiciera que pudieran llegar refuerzos. Ningún mortífago quedaría indiferente ante la llamada y ella necesitaba, más que nunca, a un mortífago en particular: su padre. Recordaba la conversación que habían mantenido hacía pocos días y, aunque entonces no le dio importancia, ahora le parecía de extraordinaria relevancia. -Mack, deberíamos vigilar a esos tres magos –había dicho Crazy. -¿Te refieres a Merlín, Morgana y Circe? ¡Bah! Esos tres son inofensivos. Seguro que se han escapado de un circo, dudo mucho que sean realmente quienes dicen ser. -Yo no estaría tan seguro de que sean inofensivos. Esos tres están tramando algo.
-¡Prejuicios de mortífago! El solo nombre de Merlín ya te pone malo –se rió la bruja. -No, no es eso. Además, mucho habría que decir sobre el verdadero Merlín –el mortífago miró a su hija con gesto preocupado y guardó silencio unos segundos, antes de continuar- Mis agentes les escucharon hace pocos días algo sobre el dragón y sobre un extraño libro que contiene un extraordinario secreto de magia antigua. Aquella conversación había seguido unos minutos más, hasta que la incredulidad de la bruja hizo que el mortífago dejara de exponer sus suspicacias. Pero ahora Mack se preguntaba si su padre no habría estado en lo cierto. ¿Y si todo esto fuese cosa de aquellos tres extraños magos? Tenía que salir de allí y tratar de encontrarlos. Una llamarada cruzó el firmamento como un rayo y alcanzó una de las torres de Hogwarts. Las cuatro organizadoras miraron con gesto preocupado una gran silueta que se alejaba del castillo y comenzaba a volar en círculos sobre la fortaleza, escupiendo largas llamaradas de fuego maldito. O paraban aquello o nadie iba a quedar vivo. -Tenemos que salir de aquí, hay que solucionar esto como sea –anunció Mack. La bruja miró con gesto preocupado a sus compañeras, esperando que la auror entendiera que aquello no era una conspiración mortífaga. No obstante, a Mack no se les escapaba que aquella Marca Tenebrosa que resplandecía sobre el hotel en el que se encontraban era tanto una llamada de ayuda a los mortífagos como una gran amenaza hacia los aurores. Y lo que menos necesitaban en aquellos momentos era que, al caos sembrado por el dragón, se sumase ahora el caos de una batalla entre aurores y mortífagos. dobbytxo A Dobbytxo le encantaba dormir con el sonido de la lluvia, había dejado la persiana de la ventana que había encima de su cama abierta para poder ver tumbado la lluvia caer. Escuchando el sonido de la fuerte lluvia repicar sobre los techos de los campamentos y viendo la intensa lluvia caer se quedó dormido. Aunque el escenario era muy placentero e incitaba un sueño relajante, esa noche Dobby tuvo un sueño muy extraño. El campamento del Torneo estaba desolado, estaba todo derruido, como si un gran huracán hubiese hecho pedazos cada uno de los ladrillos de cada una de las casas. Aunque en el sueño era de día, una espesa
niebla cubría todo el ancho y largo del lugar. Entornó los ojos para intentar visualizar mejor la escena. Había muchos bultos tirados por el suelo, se acercó a uno de los que tenía más cerca para descubrir horrorizado el cadáver de su compañera Padelilla. Se agachó corriendo con la mirada desencajada cuando de repente alguien le tocó el hombro. -Ahhhhhhh- Dobbytxo se despertó gritando con el corazón latiéndole mas rápido que el batir de las alas de un Billywig. Aun era de noche y seguía lloviendo. La persona que le había tocado el hombro no era otra que Padelilla. Logró volver a enlazar los recuerdos para darse cuenta que todo había sido un sueño. Aun así, la cara de miedo que reflejaba el rostro de su compañera, le hacía pensar que la vida real no iba a ser mejor que su pesadilla. - Despierta, Dobby, están pasando cosas, tienes que despertar- Repetía una y otra vez Pade agitando el hombro de Dobby para que centrara su atención en ella. Con la gran agitación que le había provocado la pesadilla no le costó escuchar a Pade contarle lo que estaba sucediendo fuera. Había que salir para intentar hacer algo, no sabían lo que podían encontrar afuera, pero era mejor que quedarse sentado, así que se puso una túnica negra que tenia encima de una silla y cogió su varita. Una vez que todos estuvieron listos en el salón de su refugio salieron por la puerta para ver lo que encontraban fuera...
nesii Los gritos ya eran costumbre en la torre de prisioneros, pero ahora mezclados con una densa lluvia que repiqueteaba por todos lados, no eran la mejor combinación para dormir un rato. Me pare del suelo y acomode mi ropa que llevaba varios días arrugada y un tanto sucia. No quise tocar mi pelo, que de tan largo que era, seguro que estaría hecho un completo desastre. De repente, se escucho un terrible trueno, seguido por una luz cegadora y un poco de silencio inundo la torre…parecía un milagro, tantas personas con ganas de dormir que ahora lo conseguirían…pero eso no fue todo, era el silencio que precedía la tormenta…excepto que la tormenta ya estaba desatada, y lo que se avecinaba era mucho peor. -¡Ha matado a los cuidadores!-grito una chica -El dragón! ¡Por las barbas de Merlín, el dragón se ha escapado! – grito alguien pero no llegue a reconocer quien era.
-¿Qué? …el dragón escapo?- pregunte con una exasperada voz… Era imposible…quien mato a esos hombre?... me acerque a una de las ventanas de la torre, para ver donde estaba el dragón y vislumbre entre la densa cortina de agua algo que era peor que eso. -la marca tenebrosa- suspire. Algunos de los prisioneros me escucharon y se acercaron a la ventana para ver también lo que pasaba. Como una auror en potencia, sentí que tenia que hacer algo..y si era necesario me escaparía de la torre para ayudar. ―por favor que mis amigos estén bien‖ le pedí al cielo que no les pasara nada, no soportaria perder a mis amigos. Salí de la celda en la que me encontraba y atravesé el tumulto de gente que corría y gritaba por todos lados. Alcancé a ver a Pete Apestas entre una muralla de personas que lo atocigaban con preguntas estupidas. -si nos escapamos Alethea nos comera- escuche que un niño dijo con tono asustado. -entonces correromos el riesgo- le conteste -quien esta conmigo?pregunte en voz alta levantando mis brazos ..Siempre habría algún valiente dispuesto a arriesgar su vida para ayudar. cAsCaBeLiTaH El caos reinante en el campamento la obligaba a respirar desesperación mientras veía como las llamas dejaban pocos caminos disponibles para ella, quien con extrema dificultad había safado de su acompañante nocturno en busca de los integrantes de su equipo. - ¡Maldita sea! —rugía cada cierto tiempo mientras esquivaba el fuego que se alzaba en casi todas las tiendas. Miraba rostros desconocidos y se odió a sí misma por no ser tan sociable como el resto de participantes del Torneo. Tomó a una chiquilla que parecía igual de extraviada que ella de los brazos y le urgió la pregunta que se agolpaba en su garganta. - ¿Dónde están los MasterPiece?
- N-no, no, no sé —dijo la asustada chiquilla mientras intentaba safarse de Litah. El rostro empapado le daba una apariencia menos dulce de lo acostumbrada y la palidez de su piel la ayudaba menos, soltó a la chiquilla y volvió a concentrarse en pensar dónde demonios estaría su equipo. Una llamarada más del dragón la hizo agacharse mientras enfocaba los ojos en dirección a la fortaleza. - ¿Quién está ahí adentro? —susurró con pánico.
Mica17 Permanecí unos instantes allí de pie, paralizada. Inconscientemente llevé mi mano hacia el dorado fénix que pendía de mi cuello. Mi talismán… pensé entonces en mi familia… en mis amigos, tanto quienes se encontraban en medio de tanto caos, como quienes permanecían en Ottery sin saber nada acerca de lo que estaba sucediendo. Presa del temor de no volver a ver a quienes tanto amaba, comencé a temblar por el miedo, por la ira, por el frío… sacudí mi cabeza, como intentando quitar de ella todas aquellas sensaciones, necesitaba poder poner mi mente en orden o no lograría llegar a nada. Llevé mí vista nuevamente hacia la fortaleza, mi visión se estaba nublada casi por completo… en parte por la lluvia, en parte por las lágrimas que comenzaron a brotar sin que lo notara. Pasé mi puño por mis ojos, intentando secarlos lo más posible. Alcé la mirada nuevamente hacia la fortaleza… el fuego la cubría casi por completo. El caos comenzaba ya a apoderarse del campamento también. Muchos de mis compañeros habían salido de sus tiendas y corrían en diferentes direcciones, algunos intentando huir, otros planeando entrar a la fortaleza… Luego de unos instantes sin poder hacer más que mantener mi vista en la fortaleza noté que Legolas también había salido de la tienda y se encontraba ya junto a nosotros. Noté que su vista no permanecía clavada en la fortaleza, sino en el hotel en que se alojaban los organizadores. Lo imité y al hacerlo descubrí que la inconfundible marca tenebrosa se alzaba orgullosa, como insolente, ante tanto revuelo. - ¡Mortífagos! – Dije sin poder disimular la ira que se apoderaba de mi - ¡Claro que son los culpables de
todo esto!- el tono de mi voz se alzó hasta concluir en un grito de histeria- Creo que lo mejor será ir hacia allá, necesitamos una respuesta. Miré a mis compañeros esperando sus opiniones conteniendo el impulso de correr hacia la marca. Sabía que debía calmarme o nos pondría en mayor peligro aún.
Mitsuki Mitsuki continuaba tendida en el suelo y con la espalda dolorida por la caida, sus pensamientos desordenados por miedo y malos presentimientos la hacian mantener los ojos cerrados. De pronto el dolor en su columna vertebral se traslado a su estómago. Algo le había caido encima de forma brutal y denuevo le corto el aire. Lo qu sea que la habia golpeado se deslizo hacia un costado con gemidos de dolor. Era un ser humano al menos, ¿o no?, mientras no fuera la esfinge lo tomaria como una buena noticia. -AUCH - Se le escucho proninciar a su compañera de desgracias. Pues no solo sabia ya que era una bruja, sino que le habia reconocido la voz de inmediato.Era andrea_tkm_hp, una de las prefectas de Gryffindor. - ¡Andrea! ¡Soy Mitsuki!, que gusto me da ver a alguien que no quiera comerme o prenderme fuego. Fue como si con esas palabras hubiera llamado al ataque. La mazmorra se ilumino de golpe por una luz amarillenta que parecio encenderse en el techo. Se veian ahora el cuerpo de ambas brujas tendidos en el suelo, andrea con la varita en mano. Cuando el resplandor ceso un poco no pudieron mas que retroceder arrastrandose. Una enorme serpiente de fuego se deslizaba amenazadoramente por el boquete que habia llevado hasta alli a ambas. La enorme acromantula que la perseguia a ella hace unos minutos hacia sonar el piso con sus ocho enormes patas que golpeaba freneticamente aparentemente para que un trozo mas de suelo cayera y poder bajar tras sus presas. -Supongo que nuestras enemigas se unieron. y ahora no tengo la menor duda, ¡esto es fuego maldito!
elladora La noche estaba demasiado inquietante, las ramas de los árboles golpeaban una y otra vez la carpa donde los miembros de El Ejército de Merlín trataban de descansar, todos estaban algo inquietos, Elladora intentaba en vano conciliar el sueño, pero no era por el rugir del viento ni por las gotas de lluvia que empezaban a caer fuertemente sobre
la carpa; en su mente había algo que no dejaba de darle vueltas y la tenía muy preocupada… -Siento que Fer no debió ir a la fortaleza, él me dijo que yo debía ser la prisionera esta semana, pero me rehusé a hacerlo y ahora presiento que esta vez si va a estar en peligro mortalLa joven bruja seguía inmersa en sus pensamientos, pero de pronto sintió que Esther se había levantado… -Tal vez, ella también se siente culpable por enviar otra vez a nuestro capitán, él quería descansar, últimamente no se sentía tan fuertePero un grito de Esther interrumpió su reflexión… - Que sucede??? A que vienen esos gritos? - Chicos despierten, algo grave está pasando en el campamento, y el Dragón se ha liberado!!! corran, despierten y vístanse, tenemos que ir a rescatar a Fernando- dijo Esther Los brillantes ojos cafés de Elladora parecían salirse de órbita, rápidamente sacó su pequeño y delgado cuerpo de la cama, no podía creer que Fer estaba en peligro, no podía dejar de sentirse culpable, su rostro estaba mas pálido de lo normal y sus delicados labios rojos habían perdido por completo su color, se vistió velozmente, tomó su capa de viaje, de un negro profundo con el escudo de Gryffindor grabado y buscaba algo en una de las mesas cuando un relámpago iluminó todo el lugar y pudo ver que los demás ya casi estaban listos, con una expresión temerosa, pero con un brillo indescriptible en los ojos, brillo que denotaba valor y que caracterizaba a todos los leones cuando se disponían para la batalla; la luz del relámpago también le permitió encontrar lo que buscaba, una pequeña cinta escarlata, que le había regalada la persona más importante en su vida y con la que ataba siempre su rizado cabello castaño rojizo, ató su cabello lo más fuerte que pudo y junto con sus compañeros salió en busca de Fer… mdrhpa De repente, mdrhpa reacionó por fin. No sabía muy bien lo que estaba pasando, pero estaba casi segura de que no era ni mucho menos algo bueno... Se oían gritos, llantos, voces y algunos sonidos que ni siquiera se podían identificar. Claramente, a mdrhpa, se la veía una bruja angustiada y en ese momento estaba más nerviosa que nunca lo había estado antes en su vida. Llevaba unos vaqueros negros un poco
sucios y desgastados, sus deportivas blancas, también un poco sucias, su camisa roja de manga larga en la que ponía Gryffindor Dragon's con letras amarillas, sus gafas rectangulares, y su capa azul cielo, que en ese momento parecía azul noche... En la habitación no quedaba nadie y se decidió a bajar por las escaleras, que estaban sucias y les faltaba a algunas parte de el escalón. Bajó lo más rápido que nunca lo había hecho en toda su vida, pero no sabía muy bien a donde ir. Fuera había cadáveres, humo, fuego, gente corriendo, edificios derumbados o casi y lo peor de todo... ¡¡¡EL DRAGÓN!!! Recordó entonces que había guardado su varita en el interior de su capa. Sacó la varita, cuando se dio cuenta de que en el oscuro cielo negro invadido por el dragón, se encontraba eso, lo que hacía que la gente se echara a correr si de repente lo veía por la calle, eso que daba más miedo que ver una casa ardiendo con gente dentro, eso era... la Marca Tenebrosa. Intentó que eso no la distragera, pero le costó un rato que fuera así, cuando por fin lo consiguió, cogió la varita marrón con fuerza para que no se la callera y la levantó a la altura de su pecho. No quería perderla de vista ni un momento por si tenía que utilizarla. Decidió que por el momento no atacaría al dragón, ya que eran muchos los que lo hacían ya y eran precisamente ellos, los que más y antes morían... Corrió en busca de refugió o simplemente a buscar algún organizador, profesor o simplemente compañero de equipo para entrar en acción y pensar que debía hacer. Conxuro de un momento a otro todo parecia confuso, paso de ser un lindo y tranquilo sueño a una situación confusa, habian golpeado la puerta con fiereza despertandonos a todos y haciendonos salir del trance, en el campamento de Slytherin 's Masterpieces se respiraba un ambiente tenso, 'El dragón se liberará pronto' fue lo poco que pude entender de las palabras de Orion que inspiraban un poco de ansiedad y regocijo, tarde solo un par de minutos en entender por que mis compañeros tomaban sus varitas y algunas prendas comodas y se despedian uno a uno deseandome suerte, Mateo, el Black mayor estiro su mano y con una sonrisa fuerte pero de aliento me dijo 'No abuses mucho de la esfinge, hazlo rapido', fue con esas palabras que entendi que mis compañeros debian salir en busca de otra victoria y yo estaria condenado a permanecer encerrado una vez más con la esfinge y los demás prisioneros, unos vagos recuerdos de como los prisioneros enloquecian la ultima vez que estuve alli me hicieron sentir que era hora de prepararme para salir hacia alli, no podia defraudar al equipo, más sabiendo que venimos de una victoria y estamos acostumbrados a ganar.
con un fuerte portazo mis compañeros salieron con sus capas y varitas listas y fue asi como tras de desenredar mi largo cabello castaño y lavar un poco la cara en la cual reposaban los ojos verdes bajo unas pestañas abundantes me dispuse a salir hacia el lugar donde muchos entran, pero pocos salen con su razon intacta, La Fortaleza. el viento soplaba ferozmente y golpeteaba con los arboles y ramas, afortunadamente aquella mañana llevaba puesto aquel gaban negro regalo de Wen en el pasado cumpleaños que me serviria para distraer el frio y las ansias de ver el proximo acertijo, el sendero era largo pero lo que realmente lo hacia intenso era ver el castillo a lo lejos que seria la meta de los proximos dias, un breve sonido me hizo mirar hacia atras donde parecian venir más prisioneros dispuestos a acabar rapido y sin dolor esta prueba, decidi no mirar más hacia atras y seguir mi camino hasta llegar al sitio que habia sido objeto de algunas pesadillas los ultimos dias. asi es como comienza el primero de varios horrorosos dias *Desde La Fortaleza* alvaromagic Alvaromagic se removió inquieto en sueños cuando una luz cegadora penetró a través de sus ojos cerrados. Se levantó sobresaltado mientras veía como Minerva entraba con HHH alzó la vista y vió como los campamentos estaban en el caos más absoluto. Su cabello negro completamente despeinado levantó alguna risa que otra entre sus compañeros de equipo. Su alto cuerpo se irguió completamente tras mirar a sus compañeras. Se pusó la túnica escarlata y dorada de mangas cortas que descubrían sus brazos y salió a los terrenos donde levantó barreras de protección con las fuerzas que había recuperado en el letargo. --¿Estáis bien?--inquirió a Minerva y a Mdrhpa, que cuidaban del capitán. --Si, pero HHH se ha enfrentado con un dementor y no sabemos que hacer. Además no sabemos donde se pude encontrar caro. --Tiene que aparecer rápido para que reforcemos las barreras. Por cierto Minerva, ¿no deberías estar en la fortaleza? --Está en llamas, ¿o es que acaso no la ves? Alvaro asomó la cabeza por la abertura de la tienda de campaña y vio como toda la fortaleza estaba en llamas también vio la sombra y la figura de caro que hacia alli se dirigía.
--¡No! Liliana Ánderlin A su alrededor todo era caos y desesperación, muchos corrían en diferentes direcciones, otros parecían perdidos por el castillo que servía como fría celda a los prisioneros. Lili seguía buscando desesperadamente a sus compañeros, debían encontrar un lugar seguro, no podían salir sin las llaves, nada funcionaria, los muros estaban cubiertos por varios hechizos y los encantamientos normales no funcionarían ni contra ellos ni contra la enorme puerta, es mas, Alethea no los dejaría salir tan fácilmente, tenía hambre y eso no era buena señal. Pero la terrible esfinge era ahora mismo el menor de sus problemas, escuchaba gritos a su alrededor, prisioneros de otras casas a los que reconocía vagamente intentaban encontrar también a sus compañeros, el humo era cada vez más y más denso haciendo que sus ojos verdes ardieran adquiriendo un intenso brillo esmeralda. Con los ojos entrecerrados y notando la presencia de algunos de sus compañeros a su alrededor bordeó el gran patio interior y se adentro en la fortaleza. El fuego maldito corria a su alrededor, nada podía pararlo. Repaso en su mente hechizo tras hechizo que pudiera servir en esa situación y no encontró nada, solo la recomendación de su profesor de no usar nunca ese hechizo prohibido puesto que era casi imposible de controlar. Pero por supuesto el dragón no iba a tener en cuenta recomendaciones. Pensó en lo que le había gustado la tormenta hacia escasos momentos, en las ganas que tenía de estar en aquel lugar con aquella persona, ¿Qué estaría pasando fuera? ¿estarían bien los chicos? En cuanto saliera de allí agarraría a Legolas de una oreja y se iría de fin de semana, pasara lo que pasara, a un sitio que lloviera torrencialmente y nadie los pudiera encontrar. Se consoló con este pensamiento y siguió adelante, seguro estaban bien y estaban haciendo lo que tenían que hacer, ella mientras debía cuidarse sola. Las criaturas de fuego poblaban el lugar, buscando estudiantes y cualquier cosa que pudieran devorar, con la mano que sujetaba la varita apoyada en la pared y la otra tapándose la boca para no inhalar el tremendo humo entro en uno de los corredores, el aire estaba más limpio allí, sus pulmones lo notaron enseguida, parecía desierto, a excepción de dos enormes criaturas de fuego que parecían muy interesadas en un agujero hecho en el suelo. ¿Habría alguien allí?
Se volvió buscando ayuda, ¿realmente alguien la había acompañado? esas criaturas no estaban allí por casualidad, alguien podía estar en peligro.
Mr Jocker Black Golpes muy fuerte se hicieron sentir en la puerta que daba a la habitación del capitán del equipo Walpurgis Brigade, que despertaron al ojimiel de un sobresalto. -- ¿Quién diablos molesta a esta hora?-- exclamó Jocker abruptamente en respuesta de aquel escándalo. -- Hay problemas tenemos que salir de aquí…- había alcanzado a decir el chico antes de que el mortífago abriera la puerta y saliera con la varita en mano. Hasta aquel momento el hechicero vestía nada más que con un boxer a rayas horizontales de varios colores y una camiseta de algodón ajustada a su cuerpo de color blanco. -- ¿Que es lo que pasa?-- preguntó el ojimel preocupado. La expresión de temor que tenía su hijo le preocupaba aún más. -- No lo sé, Sol fue a ver…-- respondió alzándose de hombros. -- ¿Por que no me despertaron antes?- preguntó el mortífago alzando una ceja en señal de reproche y dando zancadas hasta la salida. El frío característico de Hogwarts a esas alturas del año había desaparecido por alguna extraña razón y Jocker notó el cambio de inmediato. -- ¿Fuego?-- se preguntó observando las demás carpas que estaban cerca de la torre de los prisioneros. La palabra ―dragón‖ se vino de inmediato a su mente. -- ¡Oh, por Merlín santo!-- dijo Alex, que había llegado hasta su lado rápidamente. Por fortuna para los Walpurgis Brigade su campamento estaba bastante alejada de aquella torre en donde Kium se encontraba. -- ¿Vivi sigue durmiendo?-- preguntó Jocker a su hijo.
-- Creo que sí… a Vivi no la despierta ni un temblor-- rió Alex, pero el rostro del ojimiel se mantenía neutro. -- Busca a Sol por aquí cerca-- indicó sin quitar la vista de las llamaradas que se observaban a lo lejos-Yo iré por Vivi y juntos debemos ir a rescatar a Kium que de seguro está atrapada en la Torre de los Prisioneros. El mortífago comenzó a correr de vuelta hasta la carpa de su equipo. Había avanzado un par de metros cuando de pronto sintió su brazo izquierdo arder. La serpiente que tenía tatuada comenzó a moverse dolorosamente en señal de que la Marca Tenebrosa había sido conjurada. Efectivamente, al dar girar su cabeza para observar el cielo, una hermosa calavera con una serpiente brillaba en el cielo. Jocker se apresuró en ir por Vivi que ya había despertado por algún tipo de sexto sentido extraño que tenían las mujeres. -- ¿Qué pasa?-- preguntó asustada al ver entrar de golpe al capitán del equipo. -- Vístete-- dijo Jocker con tono autoritario antes de ir a vestirse él también-- vamos a ir por Kium. Algo ha pasado en la torre de los prisioneros. El mortífago sólo cogió unos jeans de color azul y una chomba negra bastante delgada antes de encontrarse nuevamente con Vivi que ya estaba lista para partir. -- Alex debería estar esperando afuera, junto con Sol-- comentó Jocker con la mirada perdida en sus pensamientos al tiempo en que salían de la carpa. -- ¡¡Alex!! ¡¡Sol!!-- gritó Vivi buscando a la pareja de magos-- ¿En qué parte iban a estar esperando? -- Le dije que no se alejara-- exclamó molesto el mortífago mirando a todos lados en búsqueda de alguna señal de su hijo.
alvaromagic
--¡Expecto Patronum! --exclamó Alvaromagic mientras veía como un dementor se acercaba peligrosamente. Un perro plateado salió de su varita y dio un par de vueltas alrededor de su dueño y, con un salto, se abalanzó sobre el dementor. "¡Hay que salvar a los prisioneros!" oyó Alvaro que se gritaba. Con una sonrisa pensó si Alethea estaría por la labor o al contrario, se comería a alguno y luego diría que había muerto en el incendio. Con una sonrisa vio como el dementor escapaba y su patronus se desintegraba. El campamento estaba lleno de magos peleando.Caro y él se estaban encargando de ayudar a proteger a los más indefensos y Minerva y Mdrhpa de asentar las defensas alrededor de su tienda, además de cuidar al capitán. --¡Incendio!--gritó cuando vió que una horda de animales desterrados a las profundidades se abalanzaban sobre una de las participantes. El hechizo rápidamente hizo arder las cuerpos de aquellos animales. Excepto el de uno que se abalanzó sobre el. --¡Rictusempra!- el rayo de luz plateado impactó en el cuerpo de la bestia que, no acostumbrada a reir, se ahogó. Alvaro se giró y vio como Caro se habia librado de aquella bestia y ahora mismo estaba luchando con otra. Con una sonrisa de agradecimiento volvió a la carga, no sin antes ver a Mdrhpa corriendo por los terrenos y al dragón sobrevolando el cielo y lanzando potentes chorros de fuego por sus fauces Fernando perea Ya acostumbrado a las noches en la fortaleza Fernando se dispuso a tratar de dormir un poco ya que si queria resolver la prueba del prisionero debia estar despierto y atento. En cuanto cerro los ojos un estruendo enorme hizo que Fernando se levantara de un salto y sacara su varita, solo por un reflejo. peor no lo habia hecho en vano, en cuanto levanto la mirada no podia creer lo que estaba viendo, era un caos. Llego a escuchar a Xheliana con miedo en su voz. -¡Ha matado a los cuidadores!¿Pero como era esto posible? sabia que debian terminar el torneo para mantener al dragon dormido pero.. quien lo pudo haber despertado? de inmediato penso en mortífagos. Los aborrecia, pero las circunstancias no lo pudieron dejar que siga pensando en su odio hacia los mortifagos, y despues de esto vio algo que aunque
sabia que era evidente lo grito sin darse cuenta y temblando entre una mezcla de miedo y nervios. -¡El dragón! ¡Por las barbas de Merlín, el dragón se ha escapado! ¡Ha abierto un boquete en el techo y se ha fugado! Seguido de esto la fria y oscura fortaleza paso a ser un mundo de fuego. Todo estaba rodeado de llamas lanzadas por el dragón, peor lo que mas le impresiono y asusto aun mas a Fernando fue que no eran llamas normales sino que era fuego maldito. y penso lo mismo que seguro muchos de los prisioneros hicieron, ¿como es posible? Ese pensamiento de Fer fue apagado por el los gritos de los prisioneros pidiendole a pepe apestas las llaves, las cuales este no tenia. Eso aumento mucho mas el temor de todos, estaban encerrados en la Fortaleza sin escapatoria. Ya sin saber que hacer Fer sientió una mano apoyada en su hombro, giró la cabeza y ve a lili con la varita en la mano, si eso es lo que debía hacer el también, actuar, quedansose ahi parado no haría nada, así que armandose de valor siguió a lili mientras pensaba en todo lo aprendido hasta ahora, si hiban a enfrentarse a un dragón que lanza fuego maldito debian estar preparados. Mientras caminaban con lili dedujo lo que seguramente había hecho lili, esas criaturas que acababan de ver querían algo, algo que estaba en ese enorme hueco.
Sagitas -- ¿Has oído eso? Una Sagitas somnolienta se negó a abrir los ojos y musitó una incoherencia. Siguió durmiendo. El sonido de un trueno conmovió los cimientos del hotel en el que se alojaba esta noche, el ―Unicornio en escoba‖ -- Debe de haber caído muy cerca. Sagitas no se dejó engañar por la voz de su acompañante y siguió sin abrir los ojos. -- Venga, Sagitas, despierta… Mujer, que te pierdes la tormenta.
-- Sólo es una tormenta. Y tú eres un tonto por despertarme tan temprano. Ya veo que amanece, pero déjame un poco más. Sintió los besos en su espalda denuda y sonrió, negándose a despertarse del todo. Movió ligeramente la cabeza y su melena violeta le tapó de nuevo la cara. Su amante enterró su mano entre sus rizos revueltos y le susurró delicias en el oído. Sagitas se estremeció de placer y se giró hasta quedar boca arriba. -- ¡Sigue! -- musitó, besándole con pasión. El sonido de la lluvia se hizo insoportablemente fuerte y le restó romanticismo a la escena que se desarrollaba dentro. -- Hmmmm, parece que el mal tiempo acompañará la prueba de hoy -- susurró él. -- La tormenta amainará de un momento a otro, ya verás. -- Le hizo cosquillas con sus pies y rodaron encima de la cama mientras los relámpagos se sucedían por la ventana. El fragor de otro trueno interrumpió de nuevo los escarceos amorosos. Realmente el hotel se había estremecido en sus cimientos de nuevo, como si un terremoto quisiera abatirlo. -- ¡Ostras! Sagitas se incorporó de golpe, la sábana de seda resbaló al suelo, dejando su cuerpo desnudo bañado por una luz anormalmente anaranjada que se reflejaba a través de la ventana. --Eso no es el amanecer -- sentenció él, acercándose y corriendo las cortinas. Un espectác*** dantesco se presentó ante ellos. Grandes llamaradas de un extraño fuego habían prendido en el horizonte; el estadio, a apenas unos dos kilómetros de distancia del albergue donde habían decidido pasar su aventura, se erguía en una pira inmoladora que consumía todo lo que era visible desde la distancia. No veía los campamentos ni la fortaleza entre aquella marabunta de chispas amarillentas y humo oscuro que se perdía en un cielo que suponía estrellado. Él le dio la mano y ella la apretó instintivamente, sin atreverse a dejar de mirar por la ventana. Se veía sobrevolar la figura de un dragón, enorme a pesar de la distancia que los separaba.
-- Sagitas, mira allá. Un resplandor verdoso…, en la colina, donde… --…donde se alojan los Organizadores -- acabó ella la frase. Apenas visible por la enorme luz de la fogata que era el espacio destinado al Torneo, apenas remarcada por el humo negro que se elevaba hacia la noche que debería haber sido oscura, allá se veía una tenue calavera del bando… -- ¡…mortífagos! – gritó él. Esa palabra sacó del asombro a la bruja del pelo violeta. Con una prisa inusitada empezó a buscar su ropa entre el lío de las sábanas. -- ¡Los Rizos están allá abajo! ¡Elodia está allá dentro! Una aparición asustó a ambos. En la oscuridad de la habitación acababa de Aparecer un Patronus, un hermoso y elegante coyote que habló con la voz de su capitán. Le escucharon en silencio, aturdidos por las noticias que les traía. En cuanto desapareció Sagitas siguió buscando sus pantalones negros de terciopelo. Los encontró bajo la cómoda, junto a uno de sus mocasines oscuros. La pareja estaba junto a la cama. Terminó de abotonarse la blusa blanca nacarada de pico con la que había entrado en el hotel y con un gesto nervioso se hizo una cola algo descentrada, en un intento de sujetar sus rizos violetas normalmente indomables. Rescató su capa verde botella de debajo del traje de Quidditch del muchacho, de gran colorido, e intentó mantenerla seca con un Impervius. Lo que estaba cayendo allá fuera seguro que tendría más fuerza que su hechizo, sin embargo. Otro Patronus, esta vez una pantera, se presentó delante de ella. Esta vez no la pilló de sorpresa y escuchó con los ojos entrecerrados lo que le decía la voz de Elodia. Estaba en peligro y les pedía que se alejaran. ¡Esa mujer era valiente! -- ¿Quién era esa? Se giró hacia él. También se estaba vistiendo. Decidió no perder más tiempo. -- Bueno… Sí… Fue… un placer… Después nos vemos…
Y desapareció en busca de sus compañeros de equipo con la esperanza de que todos siguieran vivos. black_03 Dormia en el campamento de Los innombrables. Debía de ser ya pasada la media noche, cuando la lluvia comenzo a azotar el techo, despertandola. Tapada con las frasadas hasta las orejas fue abriendo los ojos de apoco y de repente, un haz de luz invadío el campamento cegandola por unos instantes. Un gran estruendo silenció todo por unos segundos y luego, nuevamente ruido de tormenta, esta vez se le sumaron gritos. Se incorporó asustada y confundida y pudo ver como sus compañeros de equipo se miraban entre ellos -Que sucedio- Preguntó Abril a Alfonso, jefe de los Imnombrables, quien la miro totalemnte perplejo. La bruja se incorporo rápidamente y se asomo hacia fuera de su refugio. La luz nuevamente no le permitia distinguir nada entre los demas campamentos, solo se podía vislumbrar siluetas de los partisitantes, suponia Abril, que corrian en diferentes direcciones. -El dragon ah escapado y matado a los guardias!!-gritó alguien al pasar junto a su campamento. Abril fue hacia dentro donde aun estaban sus compañeros de equipoco y tomo su varita. -Parece que el dragon a escapado y a matado a los guardias! Tenemos que salir de aca o nos van a matar a todos!! Se volvío a asomar por la puerta y esta vez pudo distinguir, a lo lejos, unas figuras que volaban sobre la muralla y sobre el fuego. Mortífagos! NykOo Black NykOo estaba en el vestuario de Gryffindor Pride, se había dormido en uno de los cómodos almohadones, mientras esperaba que alguno de los miembros de su equipo se presentara para ver que hacer con la siguiente prueba. Un trueno impresionante seguido de gritos y sonidos de golpes despertaron al joven Black. Este se puso de pie de inmediato, mirando detenidamente la habitación, seguía solo, aguzó el oído y capto los sonidos en el exterior. Saco su varita y abrió la puerta.
Lo primero que pensó fue que era parte de la prueba, pero rápidamente se dio cuenta que no era así. Se podían ver las figuras de otras personas corriendo y gritando cerca de las carpas, luces salían de sus brazos extendidos, NykOo dedujo que eran hechizos, pero no sabia a que se lo lanzaban. Miro hacia la fortaleza y sintió que se hundía, la torre mas alta estaba destrozada, y de todos lados salían llamas enormes, la fortaleza del Dragón, donde estaban los prisioneros, estaba en llamas. -No puede ser… no puede ser, no puede haberse soltado el dragón –Pensó en voz alta NykOo tratando de mantener la calma. Mientras meditaba que hacer lo vio, un dragón colosal surcaba el cielo, en dirección a los campamentos de los equipos, pudo reconocer a los miembros de los Gryffindor Dragons muy cerca de donde estaba el. Alvaromagic lanzó un patronus contra un dementor que inmediatamente cambio de dirección, directamente hacia NykOo. El joven percibió un frío nunca antes experimentado, la criatura se acercaba rápidamente. Nunca había intentado tal hechizo, pero era su única salida. -Expecto Patronum –Dijo NykOo y un búho enorme salio de la punta de su vatita abriendo las alas delante de su creador, el dementor avanzó pero no pudo superar al ave plateada, por lo que retrocedió de inmediato. Al perderse de vista el dementor, el joven pensó en Alphonse, quien estaba de prisionero en la fortaleza en llamas, tenía que ir a ayudarlo. -Marco, José, Lluvia… ¡vengan de inmediato! ¡Necesitamos salvar a Alp! –gritó NykOo sin obtener respuestas. -Flagrante –murmuro en la pared del fondo del vestuario marcando la frase “Fui a rescatar a Alphonse, gracias por su ayuda”. Tras esto el chico Black se armó de valor y cruzo el campamento de los demás equipos, pudo reconocer a algunos chicos de otros equipos, con las varitas preparadas, pero el no tenia tiempo de pararce a ver quienes era ni si necesitaban ayuda, si rescataba a su compañero, quiza volviera a ayudar a los demas. Luego de caminar por bastante tiempo diviso a alguien que se acercaba, tambaleándose, al parecer estaba herido, de inmediato NykOo corrió a ayudarlo, pero al estas a dos metros de distancia se paro en seco, el sujeto era esqueléticamente flaco, con las ropas destrozadas y los ojos blancos, era un Inferi, un muerto reanimado.
Al estar cerca del joven, el Inferi se abalanzó para desgarrarlo. -Protego –Grito NykOo asustado. Pero unas uñas afiladísimas le arañaron el brazo de la varita, el protego no servia para evitar esos ataques, con un dolor terrible y antes que el Inferi saltase sobre el alcanzó a gritar -Depulso y la criatura se separo unos metros, pero volvía a caminar hacia el. Trato de poner la mente en blanco y por fin supo como detenerlo el tiempo suficiente para poder correr. Cuando el Inferi estuvo a dos metros de distancia dijo Incendio inmediatamente las llamas abrazaron al Inferi haciéndolo caer, NykOo aprovecho el momento para correr y alejarse de la zona. Corrió sin parar subiendo hacia la fortaleza en llamas, en el camino vio un patronus bajar a gran velocidad, sin duda era un mensaje desesperado de un prisionero. Subir allí era arriesgadísimo pero no iba a dejar al único miembro del equipo del cual que tenia certeza donde estaba.
goblin mononick ¡Vamos muchachos!, apresurémonos o nunca saldremos de aquí –mononick gritaba a sus compañeros mientras una escena apocalíptica se desarrollaba a sus espaldas en un laberinto que aparentemente no tenia finMitsuki, Ueki, vamos, levántense – una niebla densa se fundió sobre Mitsuki y Ueki que parecian paralizados mientras unas ramas gruesas atrapaban a Gata y Gio que gritaban de dolor – -¡NO!...mono se levanto sudando y agitado de manera brusca en su cama en el campamento. Sus cabellos de un tono castaño oscuro se encontraban alborotados y las pequeñas gotas de sudor daban un aspecto terrible a su rostro moreno que por el momento se encontraba tenso. Probablemente lo habían despertado los fuertes ruidos que se oían afuera. -A las fiestas nocturnas no las paran ni las tormentas- se levantó, Abrió las cortinas y se encontró con una escena terrorífica… llamaradas de fuego maldito cubrían la fortaleza del dragón, dementores revoloteaban muy
cerca del campamento y un Colacuerno Húngaro se encontraba volando en el cielo, girando sobre el punto central del caos. -Por las barbas de mer…- en ese momento una brisa gélida invadió la habitación de mononick, miro a sus pies y vio como una niebla grisácea se apoderaba del cuarto, el sonido de la puerta indicaba que nada bueno podía estar ocurriendo, ni allí ni en ninguna parte del campamento… Una figura encapuchada se presento ante mono, flotando de una manera fantasmagórica. Intentó acercarse en el momento que mononick grito -¡Expecto Patronum!- Un oso pardo de un color blanco plateado se abalanzó contra el dementor que huyó por la puerta principal y en ese instante el clima volvió a estar templado -Espero que los demás estén bien…-
krazywitch La tarde fue cayendo lentamente y ya había comenzado una semana más del torneo. Llegar hasta estas instancias no había sido fácil, pero había sido el logro de todos. Nos sentamos juntos a decidir quién sería el prisionero esta semana. Los cinco estábamos allí: - Bueno, pues la semana pasada ya fue mi turno, así que espero que ahora sea la ustedes – dijo Alex. - Pues yo no tengo problema en serlo nuevamente – dijo Gabry, pensando que si tenía suerte, tal vez se encontraría con algún lobito dentro de la fortaleza. - También puedo ir nuevamente– dijo Sorce. - Pero tú ya has ido 2 veces –le rebatí. - Iré yo – dijo Lee firmemente – esta semana yo seré la prisionera del equipo. Nos pusimos de pie y nos dirigimos juntos a la fortaleza. Alex y Lee iban de la mano, como siempre, su noviazgo andaba bien. Mientras caminábamos no notamos que casi era de noche y ni siquiera nos imaginábamos que la noche que se avecinaba no prometía ser nada compasiva. Llegamos hasta la entrada de la fortaleza, despedimos a Lee y vimos como se acercaba a Pepe para que le abriera paso para reunirse con el resto de los prisioneros. Nos dimos media vuelta y tomamos dirección nuevamente al
campamento. Ya había caído la noche y era casi imposible que pudiésemos ver el camino. - ¡Lumos! - pronunció Sorce, y nuestro camino se vio más iluminado. Había sido un día agotador y decidí que iría temprano a dormir, así que me metí dentro de la carpa, seguida por Alex, Gabry y Sorce, pues comenzaban a caer gotas en abundancia, lo que hacía predecir que se avecinaba una tormenta. Me senté en unos almohadones que estaban puestos sobre el piso, dirigí la mirada al suelo y me quedé pensando unos instantes. - Krazy, ¿estás bien? – Gabry me miraba con cara de preocupación. - No – les dije a los 3 – tengo un mal presentimiento – continué – no sé por qué, pero estoy preocupada por la seguridad de Lee. - Kraz, por favor, no nos asustes así – dijo Sorce. - Lo siento, pero es la verdad, algo pasará esta noche. Nos quedamos en silencio los 4, hasta que poco a poco fueron hasta sus camas, pues el cansancio que era evidente, nos fue venciendo de a uno. La tormenta afuera era cada vez más intensa, soplaba un viento que hacía mover con furia las ramas de los árboles del bosque, los rayos iluminaban el cielo y los truenos hacían parecer un diluvio más que una tormenta. Algo no andaba bien. Lo presentía aún. No podía conciliar el sueño, aunque mi cansancio seguía sintiéndolo. Mirando el techo de la tienda, empecé a escuchar ruidos y gritos desde afuera, lo que me sacó de mis pensamientos. Me incorporé de un salto, y recién noté que aún estaba vestida. Miré a los muchachos mientras me dirigía hacia la entrada de la tienda y se habían quedado dormidos con ropa también. Salí fuera de la carpa y vi que Tontín, Mitsuki y muchos otros de mis compañeros, apuntaban y miraban atónitos hacia la fortaleza. Dirigí la mirada hacia allá y fue espantoso observar aquel cuadro. En ese instante, Gabry, Alex y Sorce se paraban junto a mí, sin poder creer tampoco lo que veían. Las llamaradas de fuego estaban por doquier, el dragón se había soltado y las cosas parecían totalmente fuera de control. - ¡LEE! – gritó Alex e intentó salir corriendo en dirección a la fortaleza. - ¡¿Dónde crees que vas?! – lo increpé, alcanzando a tomarlo por la parte de atrás.
- ¡¿Qué no ves lo que pasa?! – me dijo - ¡Mi novia está en peligro! – dijo bastante enojado porque osaba detenerlo. - ¿Y tú crees poder controlar a un Colacuerno Húngaro? – le dije. Me miró atónito, por fin se daba cuenta que realmente no podría hacer nada solo contra el dragón, pero sabía que no podía quedarse ahí. - ¡Tengo que hacer algo! ¡No puedo quedarme aquí, sabiendo que la vida de mi novia peligra! –dijo. - Entonces ve a la tienda, trae las capas y las varitas que iremos todos. Las chicas me miraron y asintieron, mientras Alex corría velozmente y se metía a la tienda, para segundos más tarde reunirse con nosotros. alvaromagic Alvaromagic vio como fabiolanoris inquiria preocupada sobre su estado. Esbozó una sonrisa y se limpió un hilillo de sangre que bajaba por la comisura de la boca. Vio como uno de los componentes de Gryffindor Pride se libró del dementor que también había intentado ir contra el. --¡Protego!--una barrera apareció bloqueando a un grupo de mortífagos, sin duda novatos. Los magos tenebrosos se revolvieron y consiguieron destruir la barrera con una maldición asesina. No solo eso sino que también lo lanzaron contra él, Caro y Fabiola Consiguió a duras penas esquivar la maldición, sin embargo fabiola fue algo más lenta. En un intento de salvarla lanzo un encantamiento aturdidor, que dió en el blanco e hizo que pudiese esquivarlo. Se acercó a ella y con un encantamiento, la devolvió la consciencia. El dragón surgió el cielo con un rugido. --Mi madre...--consiguió susurrar-- me parece que de esta no salimos. El pelo se le revolvió cuando el dragón pasó por encima suyo, fue entonces cuando intentó algo arriesgado. Sabía que era ilegal pero, ¿no estaría bien lanzar al dragón contra los mortífagos? Necesitaba un par de magos y brujas poderosos para realizar aquella hazaña y giró la cabeza mirando hacia todos los lados. Todos estaban ocupados y a nadie podía avisar pero, debía hacerlo, y para ello deberían cooperar todas las casas.
heavenlee Las cosas en la fortaleza empezaban a rodar otra vez. Entregué el trozo de pergamino como prisionera de la semana, y avancé por aquel frío lugar. Aunque el lugar ya resultaba familiar para todo el equipo, daba escalofríos sólo el mirar alrededor. Manchas de sangre por las paredes, mezcladas con marcas de llamas de fuego y arañazos de Alethea, volvían el lugar poco acogedor. Seguí caminando, hasta que a lo lejos divisé la figura de la esfinge que se le veía platicando con Misty acerca de la poca consideración que tenían con respecto a dejarla comer y lo aburrido que se estaba volviendo su trabajo. Seguí caminando por la fortaleza, y empecé a pasar entre mis compañeros, para ir a sentarme lejos a oír algo de música en ese aparato muggle que compré la última vez que estuve en Londres. Sumida en mis pensamientos, no me di cuenta que comenzaba a oscurecer y las antorchas de las paredes se encendían. De repente, algo irrumpió mis pensamientos: un fuerte relámpago hacía parecer que el cielo se partiría en dos y la lluvia caía fuertemente sobre la fortaleza y los alrededores del colegio. El viento que soplaba, hacía doblar las ramas de los árboles y un ambiente tenso llenaba la fortaleza. Empezamos a mirarnos con algo de preocupación con el resto de los prisioneros, hasta que vimos entrar corriendo y gritando a Pepe Apestas a tiempo que se metía dentro del armario: - ¡Ah! –gritaba Pepe. - ¿Qué ocurre? – pregunté antes secundada por algunos de los prisioneros que se encontraban allí. - ¡El dragón!– dijo en un grito. Nos dirigimos corriendo hacia la entrada de la fortaleza y no podíamos dar crédito a lo que veíamos. El dragón, el temible colacuerno húngaro volaba a su antojo por los cielos del colegio, lanzando fuertes bocanadas de fuego a su alrededor. Retrocedimos de un momento a otro, pues el dragón, que parecía furioso, había lanzado una gran llama en dirección a la fortaleza y retrocedimos asustados. -¡Alex! – dije casi de inmediato – espero que esten bien todos en el campamento -reflexioné¿pero como puede ser que las cosas se hayan salido tanto de control? alethita
Un fuerte viento azotaba la tienda en donde todo el equipo moskimorti se encontraba descansando pero claro a excepcion de miguel que se encontraba en la fortaleza como prisionero. A pesar de estar recostada con los ojos cerrados no podia conciliar el sueño por los constantes azotes que recibia la tienda debido a la terrible tormenta que habia en ese preciso momento. Ya comenzaba a dormirme y a tranquilizarme cuando siento que cerca mio unos pasos, abro un poco mis ojos y veo una sombra que se dirige a las afueras de la tienda, camina con cuatela. Mire a mi alrededor y vi que vale y legolas aun dormian entonces pense - es la capitana mica - pero porque sera que salga a estas horas? Ya dispuesta a dormir veo como de la oscuridad surge una luz que ilumina toda la tienda un relampago, pensé- en ese preciso momento veo como legolas sale de la tienda con su capa y en la mano llevaba otra, seguro para mica, me dije. Decidi levantarme sin hacer el minimo ruido para que valeeS pudiera seguir decansando, no veia nada asi que decidí colocarme mis gafas de color morado que tapaban mis ojos color verdes, me recogi el cabello color castaño, me puse la capa encima y me dispuse a salir de la tienda. Al salir pude observar que habia mucho alboroto en el campamento, veia personas correr de aqui para alla y en todas direcciones en ese preciso momento veo a traves de mis gafas un destello que ilumino todo el campamento y pude notar que aquel destello provenia de la fortaleza -los prisioneros , pensé- pero que diablos esta pasando? a que se debe todo esto? En ese momento escuche a mica decir “Por Dios… ¿Que está sucediendo?" y pude observar que no se movia del lugar donde se encontraba debido al asombro que tenia. En ese momento cai en la cuenta de que algo estaba por pasar y que todos estabamos en peligro en especial los de la fortaleza que es donde todo comenzó
Alex_BlacKwood Comenzamos a caminar por los alrededores del campamento y vimos que muchos de nuestros compañeros se encontraban también por ahí. Todos teníamos cara de preocupación por lo que se divisaba a lo lejos en la fortaleza. Caminaba rápidamente, hasta que por acelerado, me caí al aún húmedo suelo y las chicas casi caen sobre mí: - ¡Alex! ¿quieres calmarte? No sacas nada yendo tan rápido – dijo Gabry preocupada. - ¡Lumos! – pronunció Sorce en lo que Gabry me ayudaba a ponerme de pie.
- ¡Por… todos los cielos! –dijo Krazy en lo que todos volteábamos a mirarla, mientras su mirada se dirigía a los alrededores del bosque prohibido. - ¿Qué ocurre? – preguntó Sorce en lo que dirigía la mirada al mismo sitio. - Inferis… ¡Inferis y Dementores en Hogwarts! Atónitos nos quedamos mirando a las espantosas criaturas que se vislumbraban a lo lejos, pensando en cómo le harían los organizadores para poner nuevamente las cosas en orden. Me puso de pie finalmente, y empezábamos a sentir como el frío de las horribles criaturas llegaba hasta donde nos encontrábamos, y además, recién notaban que estaban empapados por la fuerte tormenta. Proseguimos nuestro camino en dirección a la fortaleza, cuando una luz verde cruzó delante de nuestros ojos y personajes con capuchas se veían más adelante. La luz era dirigida al cielo, en donde apareció, después de mucho tiempo, la marca tenebrosa en el cielo. - Mortífagos – dije en un susurro. - ¿Qué hacen en el torneo? – se preguntó Gabry. - Ni idea – respondí. - Pero mejor nos apresuramos, o tendremos más problemas de los que ya hay – dijo Krazy en voz baja. - Nox... – dijo Sorce en un susurro. Sorce apagó la luz de la varita y en silencio, continuamos el camino hacia la fortaleza. Tamarindo Cuando Tama vio el rostro de Amya_An se le vino el mundo abajo, ahora no sólo temía por la vida de Foung, sino que su querido Shaki también podía estar en apuros. Y, sin más, Tamarindo se quedo bloqueada, por mucho que Amya le dijera lo que había que hacer, ella solo oía un zumbido ensordecedor, pero a la vez muy tenue que la mantenía alejada de todo lo que a su alrededor pasaba. Vio impasible como ardía la tienda de campaña de los Treboleros, pero es que después del shock de saber que a lo mejor no volvería a ver a sus amigos la dejó del todo ida.
De repente, sintió como una fuera tiraba de ella. Era Amya que la agarraba por un brazo y la llevaba hacia la fortaleza a salvar a los prisioneros.
Celestisima Pasados los primeros momentos de estupefacción, Celestísima decidió que era momento de actuar. Los hechizos defensivos que había hecho a la tienda no durarían mucho y, además, no podía refugiarse cobardemente mientras los demás intentaban hacer algo. Durante unos instantes lo había pensado. Tratar de esconderse y mantenerse a salvo junto a sus compañeras mientras alguien detuviera aquella situación era lo más cómodo y seguro. Pero de todas maneras podrían morir en el intento. Y antes que morir como una cobarde, prefería hacer frente a la situación y que por fin alguien reconociera su talento. Eran momentos desesperantes, pero su amor propio la hacía pensar en esas cosas aún en esa situación. Algo hizo salir a la joven de sus pensamientos: había divisado la Marca Tenebrosa que se alzaba sobre. - ¡Claro! ¡Mortífagos! - dijo en voz alta sin pensarlo. - Sí, ¡sabía que tenían algo que ver! - aseguró Magic a sus espaldas. - Tenemos que ir a buscarlos - decidió Celestísima en un arranque de valentía. - Seguramente ellos son los culpables de todo. Ella siempre había querido ser auror. Los mortífagos le producían un sentimiento de rechazo cada vez que pensaba en ellos, pero como conocía a algunos bastante nobles y talentosos, no había podido demostrar que sus emociones encontradas hacia ellos fueran fundamentadas. En ese momento de terror todo parecía claro: los Mortífagos habían planeado hacer algo así desde un principio porque no podían soportar que hubiera magos tan talentosos como ellos. Así que todo se reducía a la lucha entre Mortífagos y Aurors. No sabía cómo habían hecho para que el dragón estuviera de su lado y tuviera la capacidad de lanzar Fuego Maldito, pero en ese momento había cosas más importantes que resolver. Como adivinando sus pensamientos karla_bellatrix habló - Antes de hacer nada deberíamos ir a buscar a ValeriaR y asegurarnos dónde estaba en el momento en que las llamas comenzaron en la Fortaleza. A lo mejor todavía no había llegado a presentarse y la podemos ayudar.
Celestísima salió de su ensimismamiento y dijo: - Tenés razón karla. No podemos hacer nada antes de
salvar a nuestros compañeros. Ellos harían lo mismo por nosotras. Pero luego, debemos encontrar las razones por las que todo esto se desató. Si nosotras no hacemos nada, no estamos seguras de que alguien lo hará porque yo veo muchos magos correr de aquí para allá y defendiéndose pero no sabemos si están dirigiéndose a Hogwarts para averiguar si allí alguien tiene idea de cómo frenar esto. Las 3 brujas decidieron salir a buscar a ValeriaR y luego a su capitán. Él era el más experimentado y tal vez podría guiarlas en su plan de descubrir a los responsables del caos. Salieron del círculo defensivo que había alrededor de la tienda y se encaminaron hacia la Fortaleza a buscar a su compañera. Mientras se preparaban para poder conjurar sus patronus y realizar los más difíciles hechizos defensivos que hubieran tenido que hacer nunca. ariadna_granger No paraba de removerme,inquieta,en mi cama del campamento de mi equipo.Oía ruidos,gritos,golpes y ruidos que no llegaba a distinguir. -Ojalá el mundo se callara...-pensé yo--quiero dormir Como vi que el mundo se negaba a callar,me levanté y me vi sola en mi tienda de campaña,normalmente mi compañera,Anna,estaba ahí...sin embargo no estaba. -El dragón ha despertado!!! Oí ese grito y sentí que el mundo se me caía encima...el dragón...¿despierto?... No dude y me levanté enseguida me cambie de ropa lo más rápido que pude,me hize una coleta y salí de mi tienda con la varita en mano... Cuando salí pensé que eso era el apocalipsis:vi cuerpos en el suelo,oia gritos...no podía soportar lo que veía y oía por lo que alcé la vista al cielo pensando en que hacer...y lo vi:el colacuerno húngaro que tantas veces había visto dormido en la fortaleza ahora...estaba despierto. Vi como lanzaba llamaradas de fuego pero enseguida noté que no era fuego normal...era fuego maldito,instintivamente miré hacia la fortaleza y vi,para mi horror,como estaba ardiendo.
Sin pensarlo dos veces empezé a correr hacia la fortaleza cuando me di cuenta que en cielo aparte del dragón estaba también la marca tenebrosa... -La marca tenebrosa...es extraño...-dije en un susurro Me di cuenta de que estaba parada en un mismo lugar y que corría el riesgo de morir quemada o aplastada,por lo que inmediatamente y sin demora empezé a correr hacia la fortaleza que era donde se dirigía todo el mundo pero sin embargo estaba prácticamente sola y no sabía donde andaban mis compañeros. Con estos pensamientos y corriendo lo más rápido que podía me dirigí a la fortaleza...
Sagitas Me aparecí y el golpe de calor me sacudió tan fuertemente que tuve que luchar por no desaparecerme de nuevo de aquel horno. Todo eran prisas y desconciertos. Los campamentos eran un mar de llamas. El caos se había desatado en la explanada y los participantes corrían de un lado a otro, huyendo de un fuego que no desaparecía a pesar de la cortina de agua que seguía cayendo. -- ¿Dónde están los Rizos? – chillé. Mi melena se pegaba en la cara y no veía apenas nada a un palmo de mi cara. La lluvia era incesante y cada vez más espesa. Me era imposible orientarme en aquella marabunta de correrías, gritos y hechizos para controlar aquel fuego. -- ¡Aguamenti! De mi varita salió un chorro de agua inútil, no se distinguía de lo que ya caía del cielo. -- ¡No funcionan los hechizos! – me gritó una sombra en pijama que pasó corriendo por mi lado. Me giré intentando pararla pero me fue imposible. Algo estalló a mi alrededor y miles
de chispas anaranjadas me obligaron alejarme. Aquella tienda acababa de hundirse por completo. El estandarte de la entrada tenía un trébol verde. Suspiré, no era la de los Rizos. -- ¡Coyo-T! ¡¡Coyo!! Gritaba en vano, allá era imposible entenderse. Demasiada gente correteando, huyendo o dirigiéndose hacia todas partes. La marea humana me empujó hacia el borde del campamento y entonces un grito diferente se oyó por encima de nuestros gritos. -- ¡El beso…! ¡El beso de la Muerte! Me era difícil entender lo que decía. No era posible ver nada. Y sin embargo me di cuenta enseguida de lo que pasaba. Aquel frío incesante, aquella sensación de que nada merecía la pena excepto esperar la muerte, aquel desear que todo acabara de una vez. -- ¡Expecto Patronum! El grito me dio algo de esperanza y saqué mi varita negra, sencilla, procedente de una rama de un árbol quemado por un rayo. -- Expect… Expecto… -- Venga, Sagitas, tú puedes. Esa frase de aliento me ayudó a pronunciar el hechizo. Otros a mi lado también lo hicieron y poco a poco sentí como el desánimo desaparecía. Un poco al menos. Me abracé a mi amigo y mi capitán. -- Coyo, ¿qué ha pasado? -- No podemos huir, los Dementores nos impiden salir del recinto del Torneo. Sólo podemos hacer lo contrario. Acercarnos a la Fortaleza. -- Allá está Elodia… Pero está todo ardiendo.
-- Vamos, tenemos que intentar sacar a los prisioneros del recinto. El dragón de ha escapado. La organización… no sabemos nada de ellos. Habrá que reorganizarse. Empezó andar hacia las grandes llamaradas de la Fortaleza. Le miré alejarse y suspiré. Anduve detrás de él. Otros hacían lo mismo. Muchos caminábamos hacia la zona de máxima destrucción en busca de ayuda, de ayudar o de intentar encontrar una explicación lógica.
zmaster *entro corriendo al estadio después de terminar mis deberes, al tiempo en que mi túnica negra con destellos verdes y plata ondea al viento. Me encamino rumbo al campamento con paso firme y seguro. Me gusta caminar y por eso no me aparesco - digo para mis adentros-. Entro y cuando entro observo perplejo cómo la multitud corre Un estremecimiento me recorre el cuerpo y mis pasos se encaminan a mi campamento. Al pasar, mi vista se enfoca en los otros campamentos, destruidos totalmente. Sonidos de quejidos, lamentos y sollozos llegan a mis oidos, más sin embargo no les presto atención, me interesa mi equipo en este momento Me abro paso entre los escombros de mi campamento, saco la varita mágica de entre los pliegues de mi túnica y una luz sale directo a la tienda para revelar si hay algún sobreviviente al tiempo en que una lágrima resbala por mi mejilla izquierda al tiempo en que pienso lo peor ... * Sol Black La lluvia seguía cayendo y aun así no hacia frió el calor de las llamas llegaba hasta donde Sol estaba, cuando volvió la mirada atrás se vio en mas problemas de los que ya tenía, simplemente no sabia donde estaba. Había caminado tanto y sin darse cuenta, entre magos y brujas que corrían en todas direcciones, intento volver a tras pero la turba la aventaba hacia uno de los extremos del campamento por donde todos pretendían huir del caos, adentrándose en el bosque. - Tengo que volver atrás…- discutía mientras a empujones intentaba retroceder, le preocupaban sus compañeros, no podía simplemente correr y dejarlos ahí.
La bata que tenia sobre su pequeña pijama estaba ya empapada y solo le estorbaba, en lo que menos se fijarían era en su indumentaria por lo que se deshizo de ella para aligerar la carga, sus cabellos escurrían en su espalda, la ropa se le pegaba al cuerpo. La varita firmemente en su mano derecha mientras con la izquierda intentaba apartar a las personas que el impedían volver atrás llevándole cada vez mas hacia las profundidades del bosque. - Vamos, vamos…- le indicaba un joven mago ansioso por escapar - ¡¡Yo no quiero irme!!- le replico la chica enfadada. - Allá tu si estas loca…- le respondió aquel mago desconocido, Sol lo miro enfadada pero no era momento de ponerlo en su lugar debía encontrar a sus compañeros - ¡¡Sol!!- aquella voz le trajo el alma al cuerpo a unos cuantos metros su hijo le llamaba, por lo menos el estaba a salvo. - ¡¡Alex aquí!!- grito la bruja dando saltos entre la gente para que el mago la ubicara.¡¡Quédate donde estas yo voy ahora mismo contigo, no te muevas!! Entre empujones y un par de aturdidores la bruja logro llegar hasta donde Alex aguardaba con el rostro pálido, en cuanto estuvieron lo bastante cerca se abrazaron con fuerza, felices de verse. - Por que eres tan desobediente jovencito- reclamo la bruja una vez que se percato que el chico estaba perfectamente bien - Jock me dijo que te buscara…- se defendió el mago - Y ahora seguramente arderá Troya cuando no nos vea cerca, intentemos volver, ¿sabes donde esta el campamento?- el chico negó con la cabeza. - Santa Merope nos oriente por que o morimos a causa del maldito dragón o de la furia de tu padre… La bruja tomo la mano del chico firmemente mientras echaban a andar en sentido contrario al que la gente venía.
El chico la miro de arriba abajo antes de comentar. - Lindo atuendo mami…- dijo sin poder aguantar la risa, Sol lo miro intentando verse enfada pero le gano la risa… - Eres el colmo niño, estamos a punto de morir y tu fijándose en esas cosas…
Mateo Black Su amiga parecía a punto de llorar, cuando habló: -En el campamento- comenzó- pero Andrea está en la fortaleza y el dragón lanzó llamas y no abren y no puedo entrar y no puedo hacer nada...- dijo a una velocidad impresionante y enseguida dejó de hablar, miró nuevamente la enorme puerta- por mi culpa está ahí, si no me hubiera quejado tanto. Mateo se sintió mal por ella, pensó que debía abrazarla, pero se contuvo. Le apoyó la mano en la que llevaba un guante, -no le gustaba ensuciarse con sangre cuando usaba su daga de plata-, y la intentó tranquilizar. - Tranquila, no está sola dentro. Estoy yendo al hotel de las organizadoras, creo que deberíamos empezar por allí, esa Marca puede significar muchas cosas. –Dijo, mirándola a los ojos, tratando de convencerla. – Además, es más prudente buscar ayuda y así evitaremos más muertes que si nos la jugamos de héroes contra el dragón –Prosiguió. – Debemos trabajar juntos, sin diferenciar casas ni tendencias. Un dragón no distingue a la hora de matar. AteNa lo miró sorprendida por su intento tan morboso de tranquilizarla. Pero tenía razón; después de todo, era lo que destacaba al Black, tranquilidad hasta en los momentos más caóticos. Una vez que AteNa accedió, Mateo volvió sus grises ojos hacia la calavera esmeralda que reinaba sobre el hotel. Cuando la bajó, vio una figura casi esquelética de un blanco pálido que se movía de un lado a otro, tal vez gritando, no lo sabía, entre tantos gritos no se distinguía nada. Levantó su varita y apuntó hacia ella por precaución, pero al acercarse, se dio cuenta que era Avril Lestrange. Su rostro parecía más fantasmal que nunca, y sus negros cabellos no ayudaban mucho a su imagen. - ¡Sara! ¡Alguien ha visto a Sara Weasley! ¡Por favor! –Gritaba desesperada, esperando buscar una figura conocida entre tanta multitud.
- ¡Avril! ¡Por acá! –Mateó la llamó invitándola a acercarse. El rostro del mago parecía vivir una realidad diferente al resto. Casi sonriendo, emitía una confianza que contagiaba. La joven se acercó a ellos, e insistió: - ¡Sara! ¡Por favor! Debe estar allí dentro presa del pánico. –Exclamó entre sollozos. - Lo sé, pero no hay manera de entrar. Debemos buscar a Mack, Misty o tal vez Buenamor. – Comentó como para sí mismo. – Vamos, por aquí. –Indicó a sus acompañantes. ***** La gente tropezaba con cuerpos inmóviles, algunos competidores aprovechaban el caos y se divertían torturando gente presa del temor que infundía un dragón que escupía fuego maldito, la Marca Tenebrosa brillando en el cielo, y figuras fantasmagóricas que rodeaban el perímetro. Mateo caminaba decidido delante de sus 2 amigas, varita en alto, y con el semblante tan sombrío y furioso que parecía el causante de ese infierno. De pronto sintió que alguien le tiraba del brazo derecho. Un joven aterrado lo miraba con los ojos como 2 grandes platos. - ¡¡Por favor!! ¡Protejanme! –Gritó desesperado el chico con los ojos rojos. Había estado llorando. - Apártate. –Dijo el Black soltando su brazo con mirada de desprecio. – Vuelve al Bosque, allí estarás seguro, por el momento. –Le aconsejó mirándolo como si fuera una especie de retardado. –Y de paso, búscate una cosa llamada "Valor". –Terminó e indicó a sus amigas que siguieran. Estas pasaron al lado del chico petrificado por el terror, y le dieron la misma mirada de asco que Mateo. Un panorama espectral envolvía el terreno, Mateo pensó que se volvía ciego de tanta negrura.
- Lumos. –Murmuró. De la varita de Serval nació una luz que iluminaba al menos el radio donde los 3 magos estaban. Ahí fue cuando AteNa reaccionó ante lo que se acercaba lentamente. - Demen…tores. –Dijo, con la voz cortada. Los tres analizaron y se vieron rodeados de ellos. No hizo falta decirlo, los 3 sabían qué debían hacer.
- ¡EXPECTO PATRONUM! –Exclamaron al unísono. Un gran tigre blanquecino como la nieve saltó adelante mientras que un perro y un unicornio tan plateado como la luna misma, se dirigieron a abrir el camino por los costados. Mientras los dementores se alejaban, Mateo mantenía la vista fija en una luz encendida en el hotel y 2 sombras que se distinguían. XheLiana ¿Que podía hacer? Nada, se decía la chica a si misma. Ni siquiera sabía como había logrado articular palabras anteriormente. Debía haber sido el terror de haber visto el cadáver de los cuidadores. No. Eso le habría hecho quedarse exactamente como estaba ahora, completamente inmóvil, sin poder ni defenderse, solo a causa del terror. Pero entonces ¿que la había hecho reaccionar? Puro instinto. Quizás si, pero ¿porque no podía reaccionar ahora? De pronto vio al dragón, un Colacuerno Húngaro, casi encima de ella. Por fin salio de su ensimismamiento y se puso de pie rápidamente, sacando su varita de su bolsillo, para poder defenderse de aquella bestia que escupía fuego sin poder ser controlado. Solo salir con vida de aquí. Solo eso pido, por favor. -Aguamenti -grito, y un chorro de agua salio desde su varita, directamente hacia el fuego que se venía encima de ella. Sálvame. Sálvame. Solo pensaba en salvarse, en ella, en salir con vida de aquel siniestro lugar. Pero de pronto vio a Foungtan y empezó a mirar a su alrededor. Vio a muchos más de su casa. No podía dejarlos morir ahí, no podía ser tan egoísta. Tenía que salvarlos. Y no solo a ellos, a todos los que estaban ahí, en ese maldito lugar. -Aguamenti -gritó nuevamente, al ver fuego muy cerca de ella, antes de empezar a correr hacia los demas para poder ayudarlos.
Pero se detubo bruscamente. Habia escuchado gritar a Avril. Estaba preguntando por Sara. Y se le vino a la cabeza toda su familia. Sara, Sara. ¿Donde esta Sara? ¿Donde esta mi hermana? Y Minga, ¿donde se encontraria en ese momento? Y... y... Gode... el era un Dislexico tambien... tendria que estar buscandome... Oh, Dios., penso la chica desesperadamente. -Avril, Avril... -gritó desesperadamente la chica, corriendo hacia ella- ¿Donde esta? ¿Donde esta ella? Hay que encontrarla, no puede estar muerta. No, no... La chica rompió en llanto desesperadamente, al no saber sobre su familia que estaba participando en el maldito Torneo. Quizas donde estarian...
tontin dudley Fue una auténtica suerte que ese día me hubiera puesto mi pijama de felpa más cómodo. Era una noche perfecta para hacer lo que mejor sabía hacer: ¡CORRER! Mica17 me tocó el hombro, un un chispazo de estática le dio un calambrazo. Legolas fue más listo y me tiró una piedra. - ¡Tontín, deja de mirarte el pijama! Te queda fatal - me espetó Mica17.- ¿Vamos a hotel o no vamos al hotel? - Yo iré al hotel si me da la gana- Dijo Legolas.- Me lo estoy pensando. - Sí, Mica, yo haré lo mismo. Que Mackenzie dijo que no nos podías obligar a nada.- Así que me dedique a mirar cómo me quedaba el pijama por detrás.- Vaya, pues no está tan mal, ¿no? ¿A quién quería engañar? Si Sagitas me veía con ese aspecto, seguramente me descalificaría, me metería en el lago con un bote de gel, y me apuntaría con la varita hasta que estuviera tan limpio como la risa de Buenamor (L). Despeinado, desgarbado, maloliente, legañoso y con un aliento que se parecía al que debía tener Colagusano en su mañana más triste, no iba a ganar el premio al más pulcro del torneo. Me rasqué una axila, y miré fijamente a Mica.
- Bueno, ya me lo he pensado. Yo voy a ir. Pero no porque tú me lo pidas, voy porque quiero, y porque estos pantalones tan cómodos me lo permiten. ¡Cómodos y calentitos! Y hasta diría que me hacen más esbelto. Tú que crees, Legolas? - Yo aun me lo estoy pensando.- No entendía que se tenia que pensar, pues los pantalones de pijama eran a toda vista maravillosos.- Lo del hotel.- Ahora lo entendí mejor, eso no era tan fácil de decidir. Estiré las piernas. Hice 4 o 5 sentadillas. Unos 10 estiramientos por pierna, y empecé a caminar. - ¡Pero qué cómodos son, ja ja ja ja! Mortífagos e Inferis correteaban como en un patio de colegio público. Los hechizos iluminaban el cielo como en la noche de San Juan. No podía decir si los gritos que se oían por todas partes eran de júbilo o de terror, pero esos gritos animaban aun más la escena. Y es que yo podía ser feliz en las circunstancias más adversas. -¡Comodísimos!
Sheila Longbottom Sheila era la única de su equipo que no había sido prisionera; era tan buena escapándose que los Musos Pitufinos no querían tomar el riesgo de perder algunos galeones por su culpa. Pero esa semana estaban todos hartos y nadie quería ser el prisionero, Sheila se ofreció sin saber lo que decía y su equipo sin dudarlo aceptó. Ella se dirigió esa tarde a la fortaleza, no quizo que la acompañara nadie por que podía llegar sola. Como no sabía a lo que iba no fue preparada, ni si quiera una cobija llevaba, lo único que traía consigo era su varita. Esta era muy necesaria y nunca la abandonaba, una buena auror siempre debe de estar preparada para todo. Sheila después de apuntarse y tomar lista con el vigilante Pete Apestas, entró y se acomodó cerca de los jardines donde estaban la mayoría de los prisioneros. Casi no conocía a nadie, así que se limitó a sentarse y esperar que la esfinge les dijera el enigma. El tiempo pasaba y pasaba, la esfinge solo gruñia y discutía con Mistify sobre su
merienda. Los demás prisioneros jugaban o platicaban sobre diferentes cosas con otros más y también había algunas visitas que traían prisioneros fugados. La luz del día empezó a desaparecer y con esto el ruido dentro de la fortaleza. Todos empezaban a encontrar lugares cómodos para poder pasar la noche sin frío. Sheila se quedó en el mismo lugar que ya estaba un poco caliente y tan solo abrazó sus rodillas para pegarlas a su pecho. Luego de un rato no podía dormir y se puso a pensar en las cosas que tenía que hacer saliendo de la fortaleza. "Tengo trabajo en la Orden, debo pasarme por mi mansión, hace mucho no me paso por mis clubes en las tres escobas..." pensaba ella cuando de pronto se escuchó un trueno y el cielo se vió iluminado por una luz bastante fuerte. Esto trajo consigo el repiquteo de la lluvia en las ventanas y las voces de algunos prisioneros que se habían despertado, aunque otros seguían rocando felizmente. La lluvia se empezó a escuchar todavía mas fuerte y entonces se esucharon gritos desesperados de Pete Apestas, al parecer algo lo estaba persiguiendo y se dirigía a donde estaban todos los prisioneros. Ron Leson que había llevado a un prisionero fugado a esa hora, aprovechó para reclamarle que la esfinge no le dejaba salir ni a él ni a nadie; iban a morir quemados ahí adentro. Sheila se extrañó con esto, "¿quemados?¿por que?" pensó ella, poniéndose de pie para poder observar por la ventana, que es hacia donde se dirigía la vista de Ron. La fortaleza estaba rodeada de fuego, se empezaba a quemar todo. Pero uno era un fuego común y corriente, si no uno bastante rápido.. Terminaba con todo lo que estaba cerca en tan solo unos segundos. Todo se estaba incendiando y nadie podía hacer nada por que la esfinge estaba en la puerta impidiendo la salida. Pete Apestas ignorando el fuego y los reclamos, se acercó a una puerta que estaba cerca, pero Sheila no se había percatado de que existía. A un lado había una especie de sustancia verdosa, que parecía moco de alguna creatura. Pete aseguró que era sangre de dragón así que abrió rápidamenta la puerta para checar lo que había dentro. Oh! Todos se quedaron sorprendidos con lo que estaban viendo, un agujero gigante en el techo dejaba ver el cielo y la lluvia se filtraba por el. Pero eso no era todo, si no que en el suelo había docenas de pequeños soldaditos con un uniforme verde, muertos.. algunos
de capitados y algunos otros sin algunos miembros. Todo además estaba lleno de esa sustancia verdosa, sangre de dragón. Los prisioneros que estaban viendo esa escena empezaron a gritar cosas, el dragón había depertado y además había escapado llevándose consigo la vida de todos los soldados que habían tratado de evitarlo. Las cosas estaban fuera de control y ahora nadie sabía que iban a hacer. De pronto la cúpula que todos observaban empezó a arder con ese fuego no común, extendiéndose por toda la fortaleza al rededor de los prisioneros. Aunque que ellos se quemaran no era el mayor de los problemas, si no que todos los participantes corrían riesgos en el campamento que se estaba incendiando. -¡Oh no! ¿Qué es eso?– exclamó Sheila, otra de las prisioneros - ¿Qué clase de fuego está escupiendo ese dragón? Las llamaradas se convertían en diferentes criaturas y perseguían a los prisioneros por doquier. La mayoría seguía a Pete Apestas que ni sabía lo que estaba haciendo, pero Sheila se dirigió hacia el otro extremo. Alcanzó a escuchar que decían que era fuego maldito, pero que clase de dragón sacaba fuego maldito de su boca? solo ese.. el que habían traido a Hogwarts. Iba corriendo por la parte de atrás de la fortaleza, cuando no pudo evitar detenerse para observar algo en la ventana. -La marca tenebrosa..- susurró ella un poco enfadada. Todo esto era causa de los mortífagos y ella estaba ahí encerrada sin poder hacer nada. Esperaba que sus compañeros de equipo estuvieran bien. Siguió caminado hasta que de pronto escucho un ruido atrás de ella. Una llamarada con forma de dragón iba hacia ella. Kris... La luna llena se alzaba imponente entre los árboles, su luz iluminaba el sendero mostrándole el camino que debía seguir, los latidos de su corazón fueron aumentando conforme ella avanzaba a través del espeso bosque, sabia que ya estaba cerca.
Se detuvo a la orilla de un inmenso roble para comprobar que nadie la estuviera siguiendo, su cabello negro como el azabache le llegaba hasta la cintura y estaba recogido en una cola de caballo. Ella vestía una blusa rojo oscuro que resaltaba el verde claro de sus grandes ojos; los jeans y sus botas eran perfectos para salir a caminar, pero su ropa apenas era visible, encima llevaba puesta una túnica negra que la protegía de la fría noche. Unos cuantos pasos más y llegó al final del sendero, donde una extensa pradera se abría paso en el bosque, ella no pudo evitar sonreír, elevo la miraba hacia un cielo cubierto por un manto estrellado. - Es perfecto – susurro aspirando el aire fresco , era el lugar más hermoso y lleno de paz que jamás había visto; pero el cuadro no estaba completo, aún faltaba la verdadera razón que la había llevado hasta ese lugar y no tardo mucho encontrarlo. Allí alto, rubio e imponente, se encontraba el chico de sus sueños, que la esperaba con los brazos abiertos y una sonrisa matadoramente seductora. Llevaba puesta una camisa negra que se le ceñía al cuerpo haciéndolo ver como un dios del Olimpo. Sus penetrantes ojos grises que la miraban deseosos siempre hacían que ella perdiera la noción de todo a su alrededor. No pudo hacer más que regalarle su mejor sonrisa y correr a sus brazos. Se abrazaron con fuerza, con una necesidad desmesurada, el tiempo que están separados solo es vacío. El la soltó con suavidad temiendo que ese momento tan perfecto fuera a perderse, ella aprovecho la ocasión para contemplar su rostro una vez más como tantas otras noches había hecho. Sus ojos eran tan grises y misteriosos con aquella luna, que se reflejaba sobre piel dando la impresión de que tuviera luz propia. El la tomo de los hombros y lentamente fue acercándose hacia el sonrojado rostro de ella tan suave como la seda, que solo quería que el tiempo se detuviera, ella sentía como su corazón latía con fuerza respirando su aliento embriagador, esperando a probar sus seductores labios... De repente todo comenzó a moverse, la imagen del chico de sus sueños había desaparecido, ahora todo era negro, ella se sintió confundida pero fue consciente de que alguien la llamaba: - ¡Kris despierta! - en ese momento abrió los ojos como platos, sobresaltada en un
solo movimiento se sentó en la cama, todo comenzó a darle vueltas, llevo una mano a la cabeza esperando a que se le pasara el mareo, mientras con la otra buscaba a tientas su varita, que enseguida localizó, la guardaba siempre debajo de su almohada antes de irse a dormir, la agarro susurrando –Lumos. A medida que su visión comenzó a normalizarse, Kris fue cayendo en cuenta de la realidad-..estaba soñando...-dijo todavía en susurros, el extraño temblor que la hizo salir de su hermoso sueño lo había causado Josi, agitándola violentamente para hacerla despertar, Kris observo todo a su alrededor. La tienda estaba a oscuras, apenas eran visibles las siluetas de Josi y Rosa quien también había sido despertada por Josi, ahora había ido gateando a despertar a Elvio. Kris se percató de que afuera estaba lloviendo a cantaros, era extraño en esta época del año. Una cegadora luz iluminó la habitación, seguida de un estruendoso ruido haciendo que todos se sobresaltaran del susto. Su respiración se agitó y llevándose una mano al pecho trató de hacer que parara, pero era imposible. Manteniendo la varita en alto, se levantó, busco entre la oscuridad sus sandalias que hacían juego con su rosada pijama de hadas, en eso un grito rompió entre el sonido de la lluvia, y después muchos otros gritos de terror que le siguieron llegaron a nuestros oídos. Elvio ya se había levantado, todos nos miramos confundidos con extrañeza y temor, Josi fue la primera en reaccionar y corrió hacia la entrada de la tienda, seguida por Elvio y Rosa, quienes a pesar de la lluvia salieron afuera, para averiguar que estaba sucediendo... Kris se quedo estupefacta, inmóvil, parada al lado de su cama procesando todo lo sucedido, definitivamente algo no estaba bien, concluyó. Sin pensarlo camino hacia la entrada de la tienda, apenas podía ver a través de esa espesa cortina de lluvia, un escalofrió recorrió su cuerpo, se abrazo a si misma en un intento por calentarse. Escucho como alguien le respondió a rosa - la fortaleza - repitió extraña - ¿Que habrá pasado? - lo primero que le vino a su mente fue Sheila, ella estaba allá, encerrada, la preocupación se hizo presente en su pecho, a pesar de que Elvio dijo la verdad: Sheila sabia cuidarse muy bien sola...
Otro relámpago resplandeció el cielo nublado, esta vez iluminado el motivo causante de tanto alboroto; un gran dragón imponente, amenazante, negro como la noche, sobrevolaba por doquier. - ¡¡No puede ser, el dragón a despertado!! – gritó. Con los ojos como platos veía como el dragón enfurecido lanzaba fuego a todo lo que veía, estaba asustada, nunca se había enfrentado a una situación así. Un ligero temblor invadió todo su ser, aterrorizada vio como Rosa salió corriendo en dirección al bosque. - !!Nooo!! -le gritó intentando detenerla, no quería que le pasara nada malo, si salía seguro el dragón la podría atacar, pero Rosa no la escuchó y mas atrás la siguieron Josi y Elvio, otra vez se quedaba sola, confundida parada al pie de la tienda ¿que debía hacer? -!Corre, huye, Sálvate tú! -le gritaba su interior pero Sheila estaba en la fortaleza, corriendo el peor de los peligros, no la podía dejar, además ya todos estaban camino hacia allá,- ¡seguramente también necesitaran de tu ayuda!- dijo otra voz en su cabeza, pasaron unos segundos luego cuando Kris decidida volvió a entrar en la tienda, tomó su abrigo azul, recogió su largo cabello en una cola alta y busco en su bolso un pequeño frasco, que guardo en uno de los bolsillos del abrigo. Con paso decidido caminó hacia la entrada una vez más. Sus ojos verdes estaban llenos de preocupación y curiosidad ante lo que el destino les había preparado a todos. Kris salió hacia la oscura noche con determinación; la lluvia era muy fuerte, parecía que quería descargar toda su furia en una sola noche. Con la varita en posición de ataque y los ojos muy abiertos se dirigió hacia el bosque como todos los demás. Debía alcanzar a sus amigos antes de que la situación empeore. A partir de ahora ya nada será como antes...
Madame shaki Ya habían transcurrido varias horas , desde que la fortaleza había abierto sus puertas para el ingreso de los nuevos prisioneros, las puertas volvieron a sonar y esta vez era un chico no muy alto y poco regordete, cabello un poco largo pero muy negro
, en sus manos cargaba una guitarra acústica , un trébol , un peluche de shrek que le había regalado alguien muy importante para el y un manojo de naipes, era sin dudas Madame shaki ,que al ver caras muy familiares desde su ultima estancia en aquel recinto se fue junto a su amigo foung que se hallaba en un rincón un tanto nervioso, shaki al darse la vuelta pudo ver porque , la mirada de la esfinge , penetrante como siempre se hallaba fija en ellos. Los que sin saber que hacer se colocaron a jugar cartas y a conversar un poco en medio de aquel temible y deprimente lugar... Al rato, comenzó a surgir un olor , no al acostumbrado que yacía en la fortaleza , este era diferente , pero muy conocido , mientras la mirada de la esfinge no cambiaba de lugar , seguía concentrada en aquellos dos prisioneros, o quizás solo en foungtan .. En fin, la cuestión es que ya era notable la mirada de angustia y preocupación de todos y cada uno de los prisioneros, No sabían si ese olor a quemado tan peculiar, formaba parte del enigma de la esfinge. Después de un largo rato, ya ese olor era inaguantable, sin dudas algo estaba mal pues ya comenzaba el humo a penetrar aquella fortaleza, shaki y foug cruzaron sus miradas, sabían que teníamos que hacer algo y pronto, en aquel lugar hacia calor tremendo y apenas se podía respirar, La esfinge aun estaba en el mismo lugar, sin mover no una garra , actuaba con normalidad .... Padelilla No podía ser verdad, aquello no podía estar pasando, tenía que ser una pesadilla, Padelilla había visto los cadáveres de los guardianes con sus propios ojos pero aun así le costaba creerlo. Salió corriendo mientras sus lágrimas mojaban sus mejillas por el interior de los pasillos de la Fortaleza, dando una vuelta escuchó como el Colacuerno batía sus alas fuera y al dirigirse hacia la entrada se dio cuenta de que Alethea taponaba la puerta. Al girar una esquina vio como una gran acromántula se avalanzaba sobre una prisionera, tuvo que mirar dos veces para darse cuenta de que aquella bestia inmunda era... de fuego. ¡Estaba hecha de fuego! Vio como la bruja, a la que reconoció por la luz reflejada en su cara que emitía el fuego de su adversaria,Mitsuki, caía bajo el suelo.
Padelilla intentó acercarse cuando la acromántula paso de largo, pero otra joven bruja, andrea_tkm_hp si no se equivocaba, comenzó a lanzar hechizos a diestro y siniestro, Pade retrodeció justo a tiempo para apartarse del suelo que se desquebrajaba bajo sus pies, haciendo que callera la bruja, la acromántula y una extraña figura alargada de fuego justo donde minutos antes había caído también Mistuki. Pade no sabía que hacer... no podía dejar a aquellas dos brujas, no sabía como se encontrarían después de la caída. El mundo a su alrededor era un caos, la gente corría y chillaba, algunos se unían en grupos, otros increpaban a Alethea desde la otra habitación, que cada vez rugía más fuerte, tras las ventanas se podía ver como caía la lluvia y a lo lejos, una marca mortífaga sobre una torre. Aquello no podía ser nada bueno. Al asomarse al agujero del suelo, Pade vio a las dos chicas arrinconadas y a las dos bestias ardiendo dirigiéndose hacia ellas. Miró a su alrededor, debía actuar pronto. - !!AGUAMENTI!!! Chilló, lanzando el hechizo contra las ardientes fieras. Ésto sólo sirvió para distraerlas. - !!AGUAMENTi, AGUAMENTI!!- Sabía que sus hechizos no servirían de nada, debía de pensar algo rápido. Estaba tan al borde del agujero y tan concentrada en los hechizos que lanzaba que sin darse cuenta ella también resbaló. -¡Au! Mistuki llegó hasta su lado. -¿Estás bien? - Si gracias, lo siento, he hecho lo que he podido. Respondió Pade. Ahora eran tres brujas contra dos figuras en llamas, tres jóvenes brujas que iban a quemarse pronto. La acromántula y la serpiente parecían ahora unirse en una única bola de fuego, una bola que cada vez era más grande. Estaba quemando las vigas de madera que recubrían la estructura, pronto cedería y acabarían aplastadas por todo el peso del piso superior. El calor era insoportable, ni siquiera podían alzar la vista por miedo a que se quemaran sus ojos
Aquellos muros estaban protegidos contra todo tipo de hechizos y Pade no entendía como era que podían quemarse con el fuego, pero entonces lo comprendió todo, aquello no era fuego normal, era fuego maldito. Andrea_tkm_hp pareció darse cuenta de lo mismo. - Bombarda!- Gritó andrea-tkm-hp mietras dirigía su hechizo contra una de las paderes. El fuego maldito había debilitado la protección mágica de los muros y se abrió una brecha lo suficientemente grande como para que las tres chicas pudieran escapar del fuego. Ya bajo la lluvia que calmaba el calor de su piel, las tres chicas se miraron -¿Ahora que hacemos?- Dijo Pade. ¡Tendremos que ir al campamento, hay que avisar a todo el mundo! -Y qué hacemos con los prisioneros? No los podeos dejar atrapados aquí dentro. Contestó andrea-tkm-hp. Mistuki de pronto alzó su rostro y una sonrisa apareció en sus labios para la sorpresa de sus dos compañeras. Sacó entonces del bolsillo de su túnica un manojo de llaves. - Chicas, tengo las llaves, las llaves de Pepe Apestas. ¡Podemos abrir la puerta desde fuera! Padelilla sonrió también entonces. -Esta bien, yo me iré hacia el campamento, vosotras id hacia la puerta. Un tremendo rugido resonó en todos los terrenos y las tres brujas echaron a correr, cada una por su lado. ------Pade fue hacia el campamento, donde dobby todavía dormía y tuvo que hacer serios esfuerzos para conseguir despertarlo. esther--granger Todos estaban listos para adentrarse en el caos, porque era eso lo que se encontraba en el campamento, los concursantes andaban corriendo de un lado para otro, sin
saber que hacer, muchos, estaban mirando la fortaleza donde se encontraban los prisioneros, aterrorizados. Pero El Ejercito de Merlín hizo acoplo de todas sus fuerzas, había que despejar la mente y pensar en claro, para idear un plan y poder ir en ayuda de su capitán que seguía aprisionado en la fortaleza. - Solo espero que no le haya pasado nada – dijo esther—granger - si yo también – dijo elladora – me siento culpable, por haberle dejado ir de nuevo como prisionero. - No pienses en eso elladora, la tranquilizo esther—granger, lo que tenemos que hacer ahora es concentrarnos y organizarnos. Syl_potter_radcliffe y el mago asintieron; entonces en ese mismo momento agarraron bien fuerte varita en mano y se dispusieron en medio del caos camino de la fortaleza.
ariadna_granger Estaba corriendo hacia la fortaleza,cuando vi como un escenario dantesco se alzaba ante mi:la fortaleza ardiendo,hacía demasiado calor incluyo a aquella distancia,numerosos cuerpos en el suelo... No pude evitarlo y sin más empezé a correr en dirección al bosque,chocando contra varias personas a la vez que lloraba....estoy sola,no sé que hacer....esos pensamientos no paraban de recorrer mi mente... Una vez llegué al bosque con la cara surcada de lágrimas y empapada de sudor,me senté en el tocón de un árbol,no sabía lo que hacer no sabía a donde ir,estaba sola... Pero intenté que eso no hiciera mucha mella en mi y me levanté con cierta angustia,intentando ver si podía huir de ahí pero me llegaron unso gristos lejanos: -Hay dementores!! -Dementores?-pensé yo desesperada...
goderic slithering
El campamento de los Disléxicos Anónimos estaba tranquilo, demasiado tranquilo a decir verdad. Pero de pronto el chico del equipo, el mero macho, vió humo en el cielo, una gran nube de humo, proveniente desde la fortaleza. -¡Xhio! ¡Xhio, Rocío... Ven de inmediato! -grito rápidamente Goderic al ver el humo que venía de la fortaleza. La chica vino corriendo rápidamente al oír la desesperación en la voz de él. -¿Qué onda? ¿Qué te pasa Gode? ¿Te llegó la ruler? -dijo la chica riéndose. -No, estupida -dijo Gode, pegándole un zape de paso- Mira el cielo, mira ese.. humo. -Oh, no -dijo ella, desesperadamente-. Viene de la fortaleza. Oh, no. Xheli, ¡hay que ir allá de inmediato! Oh, no. Amantah... por favor, por favor que no te haya pasado nada, pensó ella desesperadamente. -¡Kira, Mela! ¡Traigan sus varitas! ¡Y rápido! ¿Xhio, tu que crees que paso allá? -dijo Goderic -¿Qué sé yo? Pero esto me huele a Dragón... Y hay que sacar a la Xheli de ahí, es urgente. *** Humo, mucho humo. Eso fue lo primero que vieron los chicos mientras mas cerca estaban de la fortaleza. Y de pronto, un dragón en el cielo. El Colacuerno que supuestamente estaba dormido. -¡EL DRAGÓN SE SOLTÓ! -gritaron los cuatro al unísono. Entonces, empezaron a correr desesperadamente hasta llegar a la fortaleza. Había que sacar a XheLiana de ahí, quizás ya estuviera muerta, pero no importaba, algo tenían que hacer por ella. Habían llegado. Por fin estaban allí, en la entrada. Aunque no se lograba ver mucho con todo el humo que había. Todo se estaba quemando. Vieron a muchos participantes y aurores tratando de entrar a la fortaleza. Pero nadie podía, los dementores no dejaban pasar. Y muchos prisioneros también trataban de salir. -¡EXPECTO PATRONUM! -gritó el chico, y su patronum, con forma de leopardo, corrió entre la multitud, y embistió a uno de los tantos dementores que allí se encontraban. Algunos lograron salir, y tan solo uno a entrar… No había servido de mucho pero algo había ayudado.
Foungtan El día había transcurrido de una manera inusual. El cielo no se decidía entre las nuebes y el sol, y producía pequeñas lluvias por cortos períodos. A veces algunos rayos solares se colaban entre las nubes y un gran Arco Iris se dibujaba en los cielos de Hogwarts. Todos disfrutaban de ver el Arco Iris cuando aparecía, algunos hasta iban en busca de la olla de monedas de oro que los Leprechauns tienen al final del Arco Iris. Pero un grupo reducido no pudo apreciar cómo estaba el día, ellos estaban encerrados en la Fortaleza custodiados por una Esfinge hambrienta. Aprisionados en una profunda y oscura mazmorra donde apenas se colaba un pequeño rayito de sol, si es que había, se encontraban los Prisioneros, entre ellos Foungtan. Foungtan es un joven muy tranquilo, sumiso, asustadizo, e inteligente. Él cada semana tenía encargada la tareade ser el prisionero de su equipo Los Guardianes de Cuanco. Asumía con responsabilidad su cargo en el equipo, aunque a veces le fallara a su capitana en algunos aspectos, sabía que ella confiaba en él, y, por eso, hacía su mejor esfuerzo. Cerca del crepúsculo, el clima cambió abruptamente a un feroz tormenta. Durante ésta misma, en la Fortaleza se escucharon grandes estruendos, que se mezclaban con los truenos y relámpagos, a la vez que un olor a quemado muy potente se comenzó a sentir en el ambiente de la Fortaleza. Cada vez más potente, más sofocante. La temperatura comenzó a elevarse y el humo hundía a la Fortaleza en tinieblas, convirtiéndola en un trampa mortal. Foungtan, que en ese momento estaba durmiendo, despertó, al igual que otros prisioneros, miró a a su amigo Shaki, y luego a los demás prisioneros que apenas veía entre el humo que entraba. Enseguida todos se dieron cuenta lo que había sucedido. Aquello que se temía había pasado. El Dragón había despertado y ellos estaban allí dentro atrapados y custodiados por la Esfinge. leankaus El viento volvio a sacudir la carpa donde dormiamos. Ya hacia una hora que me habia levantado y no podia volver a consiliar el sueño. Algo estaba pasando afuera. Nunca habia escuchado el viento sonar como esta noche. Finalmente me levante y fui hacia la salida de la carpa. En el camino me di cuenta que Alia estaba tambien despierta le hice una seña avisandole que
salia pero al parecer no me vio. Lo que vi al atravesar el umbral de la carpa me dejo atonito. Una lluvia torrencial se venia desde el castillo hacia las carpas. Parecia una fuerza descomunal imparable, como una legion de caballos dirigiendose a la guerra. Entre todo ese panorama logre divisar una silueta a unos metros de mi. Me intente acercar pero la lluvia me lo impidio. Al momento siguiente la silueta habia desaparecido. Di unos pasos mas tratando de acercarme al castillo pero nuevamente la lluvia me freno. Decidi que era mejor volver a la carpa, levantar a todos e ir juntos al castillo. Cuando atravese nuevamente el umbral de la carpa la escena que vi me hizo arrepentirme de haber entrado al torneo. Alex93 El joven mago se había alejado del campamento sin apenas darse cuenta del peligro que ello significaba y más aun estando solo. El estadio ardía en llamas y la torre de la fortaleza estaba consumiéndose de a poco a lo lejos, la gente avanzaba a empujones hacia el bosque, olvidándose en esos momentos de las leyendas de extrañas criaturas que el habitaban. - ¿Donde se metió esa mujer?- se pregunto a si mismo mientras intentaba encontrar su rostro conocido entre la multitud, no pasaba por su mente la idea de volver sin ella. Cada vez mas adentrándose en el bosque, aquello no le provocaba ninguna sensación agradable, a su mente venían todos los comentarios que siempre había escuchado desde niño.. Nunca entres en el bosque prohibido…de noche mucho menos…hay muchos peligros…existen criaturas que no puedes ni imaginar… Aquellas palabras daban vueltas una y otra vez en su mente y cuando estaba por perder la poca calma que el quedaba alcanzo a ver a Sol. - ¡¡SOL!!- grito con todas sus fuerzas, mientras la cabeza de la bruja giraba y sus ojos se encontraban a lo lejos a pesar de la distancia que les separaba.
- ¡¡Alex aquí!!- grito la bruja dando saltos entre la gente para que el mago la ubicara.¡¡Quédate donde estas yo voy ahora mismo contigo, no te muevas!! Cuando finalmente se encontraron se tomaron de la mano dispuestos a volver al campamento, esperando ver a los otros en el camino, todas sus esperanzas estaban puestas en ello, Jock lograría salir de ahí con Vivi a salvo, todos estarían bien… - Lindo atuendo mami…- comento viendo la poca ropa que llevaba su madre encima - Eres el colmo niño, estamos a punto de morir y tu fijándose en esas cosas…- la bruja empezó a reír, aun en los momentos mas extraños eran capaces de pasarla bien. - Todo estará bien verdad Sol…- pregunto el joven mago preocupado - Vamos a estar perfectamente cariño eso te lo prometo…- las promesas de Sol siempre le hacían sentirse mas tranquilo y aquella vez no seria la excepción
wolf nino Dormia, dormia como siempre en la cama que tenia preparada en el campamento, cada uno teniamos la nuestra aunque el capitan habia insististido en ponerme lo que el llamaba una cucha, esa quedo para la mascota finalmente.
Eso de que dormía era relativo, con mis problemas de sueño de sobra conocidos por el mundo mundial mundistico hacia horas que daba vueltas en la cama.El torneo me tenia completamente aburrido, no tenia muchas ganas de seguir y el cansancio me acosaba.
Mis pensamientos fueron interrumpidos por un estrepito proveniente del exterior, me volvio en la cama y mis colmillos de lobo brillaron en la noche, el que fuera que estuviera estorbando mi vigilia se arrepentiria, que no durmiera no queria decir que pudieran molestarme.
Levante mi cuerpo peludo de lobo humanoide de la cama y me prepare para comerme a alguien, estaba deseando hacerlo, eso me serviria para desestresarme mientras Lili estaba fuera, por lo general la unica que lograba calmarme era ella... ValeriaR Fue increíble lo rápido que todo sucedió.. Hace sólo un par de minutos atrás ValeriaR estaba descansando plácidamente (si se puede considerar plácido al frío piso de la fortaleza), cuando de repente hubo una luz muy fuerte y luego un estruendo más que terrorífico. Al abrir los ojos, Valeria no entendía que estaba pasando, y el caos reinante sólo lograba marearla más, hasta que escuchó: -¡El dragón! ¡Por las barbas de Merlín, el dragón se ha escapado! ¡Ha abierto un boquete en el techo y se ha fugado!Y de repente, cómo si el dragón hubiera escuchado, éste apareció volando sobre la fortaleza y escupió una llamarada de fuego que incendió las paredes. Pero... ¿El fuego se estaba moviendo?. Valeria tardó unos segundos en darse cuenta que no estaba dormida, sino que el fuego realmente se movía, y justo en ese momento uno de los prisioneros dijo lo que ella exactamente estaba pensando: -Es fuego maldito! Debían salir de ahí. Lo más rápido posible. Por un segundo pensó en su equipo, en sobre que estaba pasando en el campamento, y como acto reflejo miró al cielo. El humo se extendía de manera que no se veía demasiado, pero alcanzó ver que en las lejanías había una extraña mancha verde brillante. Sabía lo que eso significaba. Al ver la marca volvió en sí y recordó que debían escapar tan pronto como
pudieran. Mientras un grupo de personas se juntaba hacia dónde estaba el Señor Apestas, y lo escuchó gritar que había perdido sus llaves. -Genial-pensó la bruja- lo único que faltaba. La bruja miró a su alrededor y vio algunos prisioneros abrazados, otros en estado de shock.. Sólo esperaba que encontraran una forma de escapar de allí... keacher Tenía los huesos entumecidos después de pasar unas noches en la fortaleza, pero por fin me encontraba en el sofá de la tienda de campaña de las Veelas a dos Velas. Estaba durmiendo a pierna suelta, y daba gracias a Dios de que Liliana estuviera entre rejas, ya que cuando me oía roncar de la manera en que lo estaba haciendo esta noche, me metía un calcetín de Pincorto en la boca. Pero aquella noche no sería tan tranquila como me las prometía. Mis picudas y sensibles orejas de elfo escucharon algo. ¿Lluvia? Sí, seguramente fuera eso. media vuelta y a seguir durmiendo. Pero el ruido cada vez era mayor ahí afuera. Quizás fuera por la tormenta, pero si había la oportunidad de unirse a una fiesta, yo no me la iba a perder. Me puse mi ropa negra, mi gorra favorita, me peine como pude con saliva, y subí la cremallera de la entrada de la tienda con la cabeza. ¡Puro caos! Aquello era lo que había allí fuera. Vi a Tontín y a Mica discutiendo bajo la lluvia, y decidí ir a avisar a Wolf para que no se perdiera la diversión. Pero Wolf ya estaba despierto, y me miró con cara de pocos amigos. - Eres tu el que está montando este follón, elfo?- me dijo. - ¡No, pero ya me gustaría! ¿Vienes a dar una vuelta? El resto del equipo se lo están pasando bien sin nosotros.- Y subí del todo la cremallera con la cabeza (bueno, quizás del todo no, solo lo que me permitía mi corta estatura) y me dispuse a empezar esta nueva aventura. elladora Ela tomó aire un poco más tranquila después de lo que le dijo Esther, lo que
estaban viendo era horrible, el fuego envolvía el lugar, brujas y magos corrían de un lugar a otro, gritaban desesperados el nombre de sus amigos tratando de encontrarlos entre la multitud, volteó a ver a sus compañeros y todos estaban tan aterrorizados como ella, trató de decir algunas palabras de aliento, pero su mente estaba nublada, dio un paso adelante y tropezó con algo que parecía ser una tetera que había sido incinerada, siempre era muy torpe, pero en este momento no podía darse el lujo de cometer error alguno… -Listos chicos?, vamos adelante y traten de no separarseEla sabía que estar juntos era casi imposible con tantas personas yendo de un lugar a otro, pero debían intentarlo, miró hacia la fortaleza y vio como el colacuerno daba vueltas sobre ella y seguía escupiendo ese horrible fuego, giró su vista y la marca tenebrosa estaba sobre el hotel donde se hospedaban los organizadores… -Así que todo esto es su culp….Esther dio un terrible grito y Ela volteó a ver que le había ocurrido y con asombro vio a un dementor que se le acercaba… -Expecto Patronum!!!Un hermoso puma plateado salió de su varita y arremetió contra el dementor, que se alejó, pero no lo suficiente, sabía que entre tanta angustia y tristeza podría encontrar una víctima... -vamos, no perdamos tiempo, debemos llegar a la fortaleza… y mago??? Dónde está???La incertidumbre invadió de nuevo su corazón, pero no podía permitírselo, recordó a su familia y con su imagen se llenó de valor, sólo así podría continuar, unos inferis se estaban acercando demasiado, entonces decidieron correr sin parar hasta la fortaleza, luces de todos los colores se entrelazaban con dragones, basiliscos y quimeras de fuego, todo era caos, por donde se mirara había personas heridas, pero ningún rastro de mago…
Las chicas intentaban abrirse paso, hubo una variada invocación de hechizos y maleficios, ya estaban muy cerca de su objetivo, pero el fuego era cada vez más intenso, a pesar del torrencial aguacero que azotaba el campamento y se estaban quedando sin aire, unos pasos más atrás Elladora alcanzó a ver a goderic slitheringinvocando su patronus y a otros cuantos que no pudo distinguir tratando de esquivar quimeras... Decidieron rodear la fortaleza para encontrar un lugar donde el fuego no fuera tan sofocante, encontraron pronto un lugar frío y de repente una decena de inferís las rodearon…
Golden Snitch El cielo parecía amenazar con caerse. Los relámpagos iluminaban el campamento como si fuera de día. Cada equipo se encontraba descansando en sus respectivas carpas, cuando unas pocas gotas mojaron la tierra del lugar. Éstas que acababan de aterrizar, a su vez llamaron a otras, y rápidamente la cortina de agua se hizo mas densa. Los truenos hacían temblar el lugar, pero el mago que descansaba cómodamente en el catre de su tienda, parecía no notarlo. Sonreía plácidamente como si se encontrara en el mejor de los sueños. Ojalá nunca se hubiera despertado, no tenía ni idea del infierno que le esperaría cuando abriera los ojos. De vez en cuando, su pelo cambiaba verde cambiaba de tonalidad, se hacía mas claro o mas oscuro, seguramente según las cosas que pasaban por su cabeza en esos momentos. Un gran estruendo de luz logro despabilar un poco a Gold, que ya no sabía si estaba despierto o todavía soñaba. Luego de eso, un susurro, que en esos momentos sonó en sus oídos mas fuerte que el grito de una banshee. Abrió los ojos con dificultad y vió la espalda de Atena escurriéndose de la carpa. Le pareció demasiado extraño que su amiga saliera a semejantes horas de la noche. Cuando sus oídos se acostumbraron, logró darse cuenta que definitivamente la bruja no era la única que estaba despierta. Gold logró ponerse su túnica azulada como pudo y salió de la tienda. Al mirar el panorama, su pelo cambió rápidamente a blanco, sus ojos se tiñeron de morado y sus labios se tensaron.
- Que demonios pas… - el mago fue interrumpido por un rugido desgarrador que quebró la noche y respondió lo que había estado a punto de preguntar.
Un enorme colacuerno húngaro sobrevoló por el campamento, incendiando el cielorraso de las tiendas y el de la Fortaleza. El mago se quedó estupefacto por unos momentos, no entendía que pasaba, por qué el dragón se encontraba afuera. Mirando hacia el hotel de los organizadores, tal vez otra de las preguntas fue respondida. Sobre el lugar, yacía reluciente la Marca Tenebrosa. Gold apretó los dientes, se aferró a su varita de avellano guardada en su mano derecha y partió hacia la fortaleza, en busca de Andrea que aún se encontraba allí. Corrió entre el caos del lugar sin prestar atención a nada, tratando de encontrar alguna cara conocida. Luego de unos instantes buscando en vano, un resplandor plateado llamó su atención desde su derecha. A una buena distancia, tres animales plateados embestían a varios dementores con fuerza. Gold inmediatamente bajó la vista y reconoció a Atena que se encontraba junto a otras dos personas. Corrió con ganas al lugar, tratando de no perderla de vista, y los alcanzo con varitas en mano.
- Expecto Patronum! - gritó con fuerza a las espaldas de los tres, mientras un fwooper plateado salió de la punta de su varita, y volaba rápidamente para unirse a los otros tres animales - A ver si
me explican que demonios esta pasando aquí! – dijo Gold cambiando su pelo a rojo intenso, cuando se acercó a los magos, reconociendo Atena con cara de asustada, a su amigo Mateo con sus gafas de guardián y a una chica que le era desconocida.
nikithahH -¡Xhio! ¡Xhio, Rocío... Ven de inmediato! –escucho la chica gritar a Goderic, pero esto no le importo demasiado, así que siguió jugando tranquilamente en su cama con la varita.
Xheli, Gode y Xhio todos los días salían con las tonteras más estupidas del mundo, pero ya estaba acostumbrada a escucharlos, por lo que normalmente si gritaban no los tomaba en cuenta. Mmm… pensando bien en eso se dio cuenta cuanto extrañaba que la XheLiana no estuviera allí, conformando ese trío, que aunque estupido, era perfecto. Y también se dio cuenta, que quizás, los chicos la habrían extrañado mucho mientras ella estaba en la fortaleza.
Aunque no le interesaba en absoluto sus conversaciones, escucho atentamente lo que decían,
aunque no escuchaba realmente nada… Primero las risas de Xhio, luego murmullos… murmullos realmente desesperados de ambos… Quizas que le habria pasado ahora a ese Gode.
-¡Kira, Mela! ¡Traigan sus varitas! ¡Y rápido! ¿Xhio, tu que crees que paso allá? -dijo Goderic.
Ambas se miraron desesperadamente, agarraron sus varitas y fueron a encontrarse con ellos en la entrada del campamento.
-¿Qué sé yo? Pero esto me huele a Dragón... Y hay que sacar a la Xheli de ahí, es urgente –dijo Xhio.
Humo, mucho humo. Eso fue lo primero que vieron los chicos mientras mas cerca estaban de la fortaleza. Y de pronto, un dragón en el cielo. El Colacuerno que supuestamente estaba dormido. -¡EL DRAGÓN SE SOLTÓ! -gritaron los cuatro al unísono. Entonces, empezaron a correr desesperadamente hasta llegar a la fortaleza. Había que sacar a XheLiana de ahí, quizás ya estuviera muerta, pero no importaba, algo tenían que hacer por ella.
-Esto es horrible –dijo en un susurro casi inaudible la chica, soltando lagrimas de impotencia por su compañera y de mases que allí estaba encerrados.
Habían llegado. Por fin estaban allí, en la entrada. Aunque no se lograba ver mucho con todo el humo que había. Todo se estaba quemando. Vieron a muchos participantes y aurores tratando de entrar a la fortaleza. Pero nadie podía, los dementores no dejaban pasar. Y muchos prisioneros también trataban de salir.
-¡EXPECTO PATRONUM! -gritó el chico, y su patronum, con forma de leopardo, corrió entre la multitud, y embistió ha uno de los tantos dementores que allí se encontraban.
Algunos lograron salir, y tan solo uno a entrar… No había servido de mucho pero algo había ayudado.
-¡GODE! ¡Gode, sigue haciendolo… hay que sacar a la Xheli de ahí! Hay que… -dijo la chica, antes de caer al suelo bruscamente… todo se habai ido a negro para ella… estaba desmayada.
El Pitapatafrita El muchacho había estado paseando, como de costumbre, nunca tenía un rumbo concreto. Hacía mucho rato de que partiera del campamento de su equipo, por lo que se encontraba solo, aunque nunca le habia preocupado esto, ahora sentía que podría haber cometido un error mortal. El frío hace segundos inexistente, ahora congelaba todo a su paso; sin haberse dado cuenta, se encontraba a unos veinte metros de la fortaleza del dragón. Miró de golpe en dirección a la Fortaleza del Dragón, la explicación del súbito cambio de temperatura se encontraba frente a él.
-Ah, dementores. -susurró sin esperar respuesta. NykOo Black El chico mantuvo su curso rápido subiendo el camino hacia la fortaleza en busca de Alphonse, pero no podía pensar con normalidad, atrás, en los campamentos había un par de sus amigos y de seguro el resto del equipo, estaba preocupado por ellos, pero se fijó la idea de que ellos tres estaban juntos y que el que mas requería de su ayuda era Alp. Puedo oír un batir de alas sobre el, miró y vio horrorizado como el dragón sobrevolaba la fortaleza quemando todo a su paso…en su paso estaba el. NykOo observó una gran serpiente de fuego desintegrar todo cuanto tocaba, el avanzar era muy rápido y NykOo estaba en medio del camino, si no hacia algo ese sería su fin.
-Aguamenti –gritó y un gran chorro de agua salio directo a la cabeza de la serpiente roja, pero se evaporo. –FiendFire- pensó el chico… -no puede ser-. Solo le quedaba saltar a un costado o las llamas lo matarían, así que sin mas, aforrándose a la varita saltó. Al instante sintió como piedras y ramas destrozaban su túnica y desgarraban su cuerpo, rodaba cuesta abajo sin saber como pararía, con los brazos en la cabeza, recibiendo un gran daño en la espalda a causa de los golpes. Por fin la caída terminó, el joven golpeó fuertemente contra un árbol grueso que freno el fatal descenso. Pero estaba muy golpeado y sangraba mucho por el brazo lastimado por el Inferi, se puso de pie con un gran esfuerzo. -Episkeymurmuro casi sin aliento apuntando a las heridas del brazo, repitió el hechizo en las costillas, las piernas y la base de la espalda, cuando estuvo medianamente mas curado y pudo caminar casi con normalidad volvió a escalar todo el trayecto que cayo y siguió su camino a la fortaleza. -¡Que cerca estuve de morir! ¡Maldita sea el torneo y maldita la hora en la que me anote! –grito el chico al cielo Al continuar su camino no tubo mas problemas que el dolor que aun tenia en la pierna y la espalda, el episkey no había sido del todo efectivo, y por si fuera poco las heridas del Inferi se estaban abriendo de nuevo… el panorama era desolador y las posibilidades de salvarse de un nuevo ataque de alguna criatura eran muy pocos, estaba herido y debil, pero no renunciaría a su intento de salvar a Alp. Por fin llegó, estaba al pie de la entrada principal a la fortaleza, adentro quizá estuviera una esfinge encoleriza y mas peligrosa que nunca, y muy probablemente el dragón volviera, ya que ahí al parecer estaba descargando la mayor parte de su furia, aun así, no podía claudicar, no ahora, con lo que le había costado llegar. Confringo –dijo NykOo al frente de la puerta que estallo dejándole el paso libre.
Avril Lestrange Gritaba, lanzaba hechizos, trataba de pasar por entre las verjas de la imponente fortaleza, que estaba quedando reducida por las llamas. Había tantos prisioneros, todos aterrados, corrían de un lado al otro. Aparentemente no los dejaban salir, la esfinge amenazaba con comerlos vivos si alguno intentaba escapar sin adivinar correctamente su acertijo. Una crueldad. Y ella que seguía sin ver a Sara.
-¡Avril! ¡Por acá!- escuchó entre las voces de la multitud agitada. Se giró para poder ver quien la llamaba y se apresuró a correr hacia Mateo, el Black, su compañero de la Academia. - ¡Sara! ¡Por favor! Debe estar allí dentro presa del pánico. – le dijo al joven de chaleco verde y no pudo reprimir un sollozo. La situación la estaba desbordando. - Lo sé, pero no hay manera de entrar-Contestó el mago- Debemos buscar a Mack, Misty o tal vez Buenamor. –y cuando la chica levantó la vista hacia el hotel de los organizadores, vio la única cosa que le dio algo de ánimos en todo lo que iba de la noche, la marca tenebrosa. Seguramente sería un llamado de reunión ¿quien podría arreglar este caos sino los mortífagos?– Vamos, por aquí. –dijo Mateo y la muchachita, de un blanco fantasmagórico asintió a seguirlo.
Inmediatamente después vio a AteNA, que también tenía el rostro profundamente angustiado entre sus cabellos largos y castaños que se le pegaban a la cara de tan mojados que estaban. Sus ojos marrones destilaban aprehensión, claro la conocía muy poco. Inmediatamente Avril le dedicó una sonrisa tímida, como para hacerle entender que ella tampoco podía manejar las situaciones límite como su amigo, que también sentía una profunda conmoción por todo lo que estaba acaeciendo. *********** -Hacia la Marca entonces- enunció Avril con una voz entrecortada y algo ronca, de tanto gritar, y siguió al Black, con AteNa a su lado. Vio que Mateo empuñaba en una mano su varita y en la otra un puñal. Si fuera otro tipo de bruja tendría prejuicios, pero que podía opinar ella, cuando tenía una extraña fascinación con las pistolas muggles. En fin, ella también tenía su varita preparada.
De repente mientras caminaban se fijó en un chico con aspecto de desequilibrado que se acercaba de manera amenazante hacia nosotros. La jovencita levantó su varita casi al instante, estaba lista para lanzar cualquier hechizo que se le ocurriera para mantener a ella y a sus amigos a salvo esa noche, ya no le importaba la ridícula restricción de edad del ministerio. Haría cualquier magia, y de las buenas.
- ¡¡Por favor!! ¡Protéjanme!- gritó el muchacho ¡Bien valiente que era! ¡Ja! Su cara estaba surcada por las lágrimas y por el pánico. Era realmente patético el pobre. - Apártate. –Dijo el Black soltando su brazo con mirada de desprecio. – Vuelve al Bosque, allí estarás seguro, por el momento. –El chico lo miraba como a una cucaracha, pero al menos se dignó a prestarle un consejo. –Y de paso, búscate una cosa llamada "Valor". – Vaya, Mateo sí que era soberbio, pensó la chica para sus adentros y notó un dejo de admiración, después de todo era el único que las estaba protegiendo.
Siguieron avanzando, cautelosos, hacia la marca a tiempo que Mateo susurraba :-¡Lumos!. Hubiese sido mejor que no lo hiciera. A la luz de su varita se dejó ver un inmenso dementor que se acometía hacia el pequeño grupo. -Pequeño pero preparado- pensó Avril mientras levantaba su varita y conjuraba su patronus. De su vara salió un vivaracho unicornio tan plateado que podía encandilar a las pupilas más resistentes. A su lado un tigre blanco se agazapaba contra el dementor y un perro hacía otro tanto…
El muy mugroso era duro de vencer, y se les habían unido otros más, iban a necesitar algo más que tres patronus para vencerlos. De repente y desde la oscuridad, la chica avistó a un fwooper plateado que ayudo a sus hechizos a ahuyentar a los encapuchados.
Se fueron espantados de tanta luz y de tanta energía positiva. – ¡A ver si me explican que demonios esta pasando aquí! – dijo un joven con apariencia cansada. Tenia el cabello blanco y los ojos morados cuando había conjurado el patronus, pero en el exacto segundo en que nos preguntó que ocurría su aspecto cambió, su cabello se fue tiñiendo de un rojo sangre
realmente impactante. Debe de ser metamorfomago pensó la bruja que hasta ahora nunca lo había visto , pero parecía conocer a AteNa así que no existían motivos para desconfiar.
Después de una rápida explicación por parte de la chica de grandes ojos pardos, se nos unió y seguimos avanzando muy cuidadosamente. Ansiaba obtener respuestas de los organizadores, esto era realmente una negligencia de su parte, dejar escapar a la bestia…unos incompetentes totales.
Enfrascada en sus iracundos pensamientos, no se dio cuenta de que una figura gigante se movía justo encima de ellos. Al alzar la vista ante lo tan evidente, vio de lleno el estómago del dragón que volaba lento y bajo, estudiando todo el lugar y lanzando llamaradas aquí y allá. ¡Cuidado!¡ La bestia está encima nuestro! Gritó la chiquilla, con tal mala suerte, que lo único que consiguió fue atraer la atención del animal, que estaba deseoso de carne humana….¡Protéjanse!- gritó el Black- y entre todos lograron evitar la gran llamarada que les lanzó, gritando ¡Protego!- sobre sus cabezas.
Y pasó de largo, tenía miles de lugares por recorrer esa alimaña y no había nadie a salvo…Avril olió sus negros cabellos chamuscados por el fuego que logró penetrar el escudo, claro , era verdad que era fuego maldito, un simple protego no lo rentendría por mucho tiempo,pero al menos dio un poco de color a su rostro, que ahora mostraba manchas negras casi esfumadas, resultado del inesperado ataque.
¿Lograrían llegar alguna vez a la morada de los organizadores? La cosa pintaba mal, pero estaba convencida que allí encontrarían respuestas, o de lo contrario…vería ya que hacer con esos mortífagos…
Xhiio -Aquí estoy! -exclamó alegre la chica con cabello despeinado. Aunque estaba un poco enojada con el chico por haberla devuelto a la realidad, y odiaba cuando la gente cortaba así sin más, sus alucinaciones.
Había estado imaginando lo lindo que debería ser estar en la Fortaleza del Dragón cuando la esfinge se traga a la gente, y, sin darse cuenta, se rascaba la cabeza. Ese Goderic tenía la culpa, y pagaría por ello. Su grito desesperado era incomprensible, en ese momento decidió levantarse, llevando su varita, para matar a gode si es que el grito no valía la pena. -¿Qué onda? ¿Qué te pasa Gode? ¿Te llegó la ruler? -preguntó la chica riéndose. syl_potter_radcliffe syl_potter_radcliffe,aun dormida y medio atontada siguio el camino de sus compañeras,el calor era intenso y sofocante expecto patronus!!!!!*invoco*y de varita salio una magestuosa leona* siguio caminando junto a ester....al entrara al lugar frio los indeferis atacaron.... syl tomo su varita y junto a las demas gritaron incendio!!!!!!!!!.fue terrible el alcanse de las llamas y subio el calor juntandolo con el de afuera,casi si aire siguieron adelante....lanzando hechizos a diestra y sinestra los indeferis aumentaban su nuemro,se multiplicaban rápido de repente un alo de fuego lleno el lugar...los indeferis retroseden...en mago! mago!!!!*las chicas corren a el* todos juntos se siguen abriendo paso lo mejor es buscar a fer...es la prioridad*syl mira a elladora*sigamos!!!!!!! llegan al principio de una larga escalera oscura y ...... Virgil Empapados por la lluvia nos subimos a nuestras escobas, Lean se puso al frente tratando de darnos una formación, para poder protegernos entre todos. -Tenemos que estar pendientes- grito Lean tratando de hacerse escuchar sobre los gritos y los truenos.
Todo se veía tan oscuro, vi a mis lados, todos tenían cara de confusión y miedo, y claro que yo no era la excepción. Agarre fuerte mi escoba y pegue contra el piso para elevarme, todo hicieron lo mismo. -Hay que movernos rápido, nadie se atrase y tenemos que cubrirnos unos a otrosAlia gritaba, mientras volábamos manteniendo la formación. Otros integrantes volaban en sus escobas y pasaban por todos lados; la lluvia impedía que viera bien. Seguimos volando esquivando a los demás, nos estábamos acercando a la fortaleza cuando vi unas sombras negras acercarse a nosotros, al principio no identifique bien lo que eran… - No puede ser…son dementores- dijo Francisco, deteniéndose. Enfoque bien mi vista y los vi…cuatros dementores venían en nuestra dirección. Uno se acerco a Anika pero logro esquivarlo con gran precisión. -Tenemos que separarnos… No termine de escuchar la frase ya que vi como un dementor se acercaba a mi, nunca había sido buena con las escobas –todo por mi temor a alturas-, acelere separándome de mis compañeros Seguí avanzando hasta cuando pude visualizar “luz”, me acerque yendo un poco mas rápido, pero cuando estaba llegando… -El Dragón ah despertado…-susurre.
Minerva Evans El campamento de los equipos del Torneo parecía un infierno. Una densa lluvia calaba hasta los huesos, un dragón sobrevolaba el cielo, las llamas del fuego maldito asolaban las tiendas y los Dementores
rodeaban a los participantes. alvaromagic había salido corriendo detrás de unos magos que iban gritando algo sobre una Marca Tenebrosa y el hotel de los organizadores; HHH yacía en su litera, recuperándose del ataque de un dementor, y las pobres carolinaaa y mdrhpa luchaban denonadamente por apagar los fuegos encendidos por todas partes; y yo... Yo sólo podía pensar en una cosa: en lo culpable que me sentía por no estar en la Fortaleza de los Prisioneros... Si no hubiera llegado tarde de mi reunión con los magos de Barcelona, hubiera podido entrar antes en la Fortaleza... De acuerdo, no era mucho mejor estar atrapada en un sitio cerrado con un animal hambriento que en el campamento, pero ese debería ser mi sitio. Empecé a llorar amargamente. mdrhpa llegó con su túnica algo chamuscada y me vio sentada en el suelo, temblando violentamente a causa de los sollozos. Fue tan amable que, en vez de echarme en cara mi torpeza, me dijo. -No llores, Minerva. Si no fuera por tu amabilidad, yo estaría ahora mismo atrapada allí dentro con los demás. Me di cuenta de que me estaba portando como una egoísta. Allí estaba todo mi equipo, haciendo lo que podía por salvar a sus compañeros, pese a ser también rivales, y yo allí lamentándome por no estar junto a una Esfinge... Me levanté y le dije: -Voy a ver qué tal está HHH; por suerte, tengo una tableta de chocolate en mi mochila, la compré este fin de semana en Honeydukes mientras estaba con mis compañeros de Barcelona. Solo espero que le guste el chocolate negro... Entré en nuestra tienda con una idea fija en mi mente: sacar como fuera a los Prisioneros de la Fortaleza. Revolví mi mochila hasta que encontré mi varita, hecha con madera del árbol de limas y el pelo de un unicornio que había criado yo misma. También cogí la tableta y le di un gran trozo a mi capitán, que pareció despertar un poco. -¿Como están todos, Minerva? -Tranquilo, capi, gracias a tí todos están bien. ¿Y tú, cómo te sientes?
-Dolorido. Creo que me hice daño en la cabeza al desmayarme... -Déjame ver. Le incorporé con mucho cuidado y enseguida vi algo que no me gustó demasiado: sangre en la almohada. Por suerte, se trataba de una herida superficial pero, al ser en una zona con bastantes capilares, parecía más grave. Reposé su cabeza de nuevo en la almohada y revolví de nuevo en mi mochila: como tengo bastante tendencia a tropezar con mis pies, llevaba conmigo esencia de díctamo, así que la apliqué en una venda limpia y se lo puse en la herida. La cara de HHH reflejó alivio inmedatamente. -Si no te importa seguir cuidando del equipo, voy a descansar un rato... -Tranquilo, capi, no te fallaré. Salí de la tienda un poco contrariada. No entraba en mis planes quedarme allí, pero un pensamiento alivió un tanto mi desazón: no podía dejar solas a mis compañeras. Esperaría hasta que volviera alvaromagic y me escabulliría de alli. -¡Minerva!-gritó de repente carolinaaa-¿Puedes ayudarme a curar las quemaduras de este chico? Como ya he dicho, llevo de todo en mi mochila, por si acaso, y como la había sacado conmigo, rebusqué hasta encontrar la famosa pasta naranja para las quemaduras... *Desde la Fortaleza*
Danyellus Danyellus acababa de volver a la tienda tras entregar el reporte sobre la estancia de Padelilla en la fortaleza aquella semana y sin mediar palabra, se había puesto el pijama y se había acostado a dormir en su cómoda y acolchonada cama pensando en lo horrible que la pasaría Pade en aquella prisión, sin embargo, jamás se imaginó cuan mal la pasarían todos durante aquella noche... ***
La lluvia sonaba fuerte sobre el techo de lona de la tienda cuando un ruido lo había despertado de su profundo sueño... ¿El ruido había sido real o parte de sus ensoñaciones? Fué a despertar a dobbytxo sacudiendole el hombro; en aquel momento dobby hablaba tonterias sobre un cádaver de Padelilla en la tienda... era imposible, Pade estaba en la fortaleza así que mientras intentaba calmar a dobby, que insistía en llamarlo Padelilla, el vampiro ojiazul se asomó por la ventana Quedó estupefacto al ver la fortaleza entre llamas... *Pade!!!* fue lo primero que pensó... ¿Que había pasado?
De inmediato, Sabugo, dobbytxo y Danyellus se reunieron en la sala de la tienda con las varitas en ristre... el vampiro aún estaba en pijama pero tendrían que salir... el fuego estaba invadiendo el campamento...
-Chicos!, debemos salir de aquí ahora! Debemos mantenernos juntos!!!- dijo a gritos sobre la algarabía que había fuera de la tienda - Nuestra prioridad debe ser Padelilla, así que iremos a la fortaleza sin importar lo que pase... luego, cuando estemos los cuatro juntos, veremos cómo escapar...-
Sin esperar más, el vampiro salió con sus compañeros a la fría noche que ahora debían enfrentar y cual no fue sus sorpres a l ver un colacuerno gigante volando a pocos metros de donde se encontraban, de hecho... era el colacuerno del torneo, era el dragón dormido!!! Aunque, pensó, *está bastante despierto... demasiado para mi gusto*...
-Si nos perdemos, tendrán que escribir RR (Ravens Revolution) en el cielo e iremos por el que se pierda... esperne en el lugar que sea pero no tanto como para morir - terminó en tono sarcástico con el agua escurriendo de su ropa y su cabello...
La gente corría de un lado a otro sin saber que hacer así que sin penarlo demasiado, echó a corre también pero dirigido hacia la fortaleza... Padelilla era el único nombre que ocupaba su cabeza en aquel momento...
piroman La lluvia seguía cayendo en el campamento, algunos de los participantes estaban en la escoba volando, yo trataba de buscar mi escoba, pero la lluvia impedía que viera mas de mi nariz, como pude trate de buscar la escoba, pero fue inútil, por lo que decidí gatear y buscar cerca del campamento la escoba.
Se sentía frío, el ambiente ya no era como el de antes sino cambio drásticamente pensaba cosas tristes, cada vez se nublaba más, la lluvia caía a cantaros, solo escuche que un chico de nombre Francisco grito:
-No puede ser dementores-
Eran cuatro dementores que atacaban a los chicos que estaban en el aire, apenas se veían las escobas, pero las capas de los dementores lo logre ver, medio vi que a Virgil y Anika lograban esquivarlos.
Pero de repente vi una llama que Salía, si no lo podía creer de un Dragón, creo que el Dragón despertó.
Me olvide de la escoba, y trate de llegar a la tienda de los Bonsáis, entre y solo les dije:
-chicos el Dragón ha despertado-
Miminim, Woolf, Warju y Pitapatafrita, se vieron unos a otros, un poco, sorprendidos de mis palabras, los cinco corrimos por ayuda yo solo les dije:
-esperen, mejor vamos ayudar a los demás chicos, hay algunos volando haya fuera y también hay dementores, creo que vi a cuatro, pero como saben apenas la lluvia deja ver, pero del dragón si estoy seguro.
Los chicos y yo oímos los rugidos del dragón, en ese instante minimin me creyó, como la capitana nos dijo algunas cosas por si las cosas se ponían muy feas.
-No se separen, tratemos de irnos juntos, si se pierden, podemos localizarnos con la marca en el brazo, ya saben el bonsái tatuado, esa es la señal.
Salimos todos juntos, viendo la lucha en el cielo, alumnos contra dementores y el dragón que trataba de atrapar algunos. Todos corrían de un lado a otro, los bonsáis estábamos juntos, pero no por mucho tiempo, alguno de nosotros iba ser capturado por el dragón.
caroliinaa no podia ver todo ese fuego maldito quemando todo lo que estaba cerca si nadie hacia nada todo iba a terminar en cenizas, no mas torneo y probablemente muchos magos tampoco estarian mas, al parecer mdrhpa estaba pensando lo mismo ya uqe cuando lanze mi primer echizo para apagar una llama uqe tenia cerca enseguida comenzo a correr por el campamento realizando la misma tarea que yo apagar el fuego. corri hasta quedarme sin aire a causa del cansancio, el humo que llenaba el campamento me probocaba una sensacion calides, pero tambien de quemazon. pense en los competidores de la fortaleza y rese porque estuvieran bien eran mis rivales pero no queria uqe ninguno saliera erido, o peor aun que no saliera ya no podia pensar en ellos como rivales en ese momento todos eran compañeros, compañeros a los que debia ayudar. en ese momento me di cuenta que habia dejado mi tarea por pensar en los prisioneros, comenze nuevamente a apagar el fuego pero ¿donde estaba mdrhpa?, corri por el campamento buscandola y la encontre a poca distancia de nuestra tienda, estaba ayudando a levantarse a minerva, minerva entro a la tienda y mdrhpa siguio con lo uqe estaba haciendo. a pocos metro de distancia prendio de repente una gran llamarada, yo estando a metros de distancia senti un gran calor y la nesecidad de tomar gran cantidad de liquido y mojarme pero habia algo peor que mi calor un
chico gritaba, gritaba de dolor corri hasta el fuego y lo apague con mi varita. el chico estaba a un metro de distancia de donde se acababa de apagar el fuego. apesar de que no habia tocado el fuego las quemaduras que se veian parecian ser graves nesecitaba ayuda y la unica que estaba serca era yo. corri asia donde estaba el y lo ayude a levantarse no para de llorisquear me asuste mucho 多que podia hacerr yo?, no sabia nada de echizos para curar quemaduras, y mucho menos de quedeberia darle. con un poco de esfuerzo lo lleve hasta donde se encontraba la tienda de mi equipo con mi capi recuperandose del ataque de el dementor y minerva, minerva la persona uqe buscaba de verdad la nesecitaba ella sabria que hacer. -minerva- grite con mucho esfuerzo ya uqe me costaba hablar de tanto correr - 多puedes ayudarme a curar las quemaduras de este chico? minerva enseguida se puso a revisar en su mochila hasta que saco una pasta naranja, yo no sabia que era pero confiaba en minerva ella podria curarlo. le dije al chico que no se preocupe que iba a estar bien y sali corriendo a seguir apagando el fuego maldito. estaba muy distraida el estres no me dejaba pensar, los echizos para apagar el incendio salian de mi boca pero yo no lo pensaba, apague otra llama pero detras de lla habia algo que no habia esperado habia un boggart 多que hacia alli un boggart?, no tuve tiempo de pensar la respuesta porque el boggart en cuestion de segundos tomo la forma de mi peor miedo. siempre me habia atemorizado mas uqe cualquier otra cosa en el mundo y hay estaba parado con sus patas en un tama単o gigante era la cucaracha mas grande que nadie jamas ubiera visto. me concentre hasta recordar el echizo. - ridikulus - grite con la varita muy aferrada a mi mano enseguida el boggart tomo la forma de una cucaracha con un vestido de ballete, y yo aprobeche para salir corriendo alejandome de ahi. segui con mi tarea de apagar las llamas pensando como iba a ayudar a los que estaban en la fortaleza.
Mitsuki La serpiente de fuego y la acromantula acechaban a Mitsuki en la mazmorra de la fortaleza, ellas tiradas en el piso retrocedian lentamente, cuando de pronto se empezaron a escuchar gritos.
- !!AGUAMENTi, AGUAMENTI!!
Las bestias molestas retrocedieron un poco y voltearon, por el boquete cayo una chica a la que jamas había visto y disparaba inutilmente contra las bestias que ahora furiosas se acercaban a ella. Mitsuki avento en el piso con fuerza, hasta que deslizandose llego al lado de la valiente joven.
¿Estás bien?
- Si gracias, lo siento, he hecho lo que he podido - Respondió ella.
Y ambas callaron, porque un espectaculo ocurrio frente a sus ojos. Las dos enormes criaturas se fusionaron formando una esfera de fuego enorme que crecia tocando y empezando aprender fuego la madera que recubrían la estructura del techo de la mazmorra, que a su vez era el piso de la sala principal, ¡todo iba a desmonronarse!. Pero se suponia que todo estaba protegido magicamente, o seria que...
- Bombarda!- Gritó andrea-tkm-hp mietras dirigía su hechizo contra una de las paderes. Y en esta se abrio un agujero en el que podia caber una persona. Sin pensarlo dos veces todas se miraron y pasaron rapidamente dejando a la bola de fuego que se expandia lentamente.
Afuera aun llovia, y el frio de las gotas sobre sus rostros aliviaban el calor producido por el fuego.
-¿Ahora que hacemos?- dijo la recien llegada - ¡Tendremos que ir al campamento, hay que avisar a todo el mundo!
-Y qué hacemos con los prisioneros? No los podemos dejar atrapados aquí dentroContestó andrea.
Misuki entonces recordo, se metio la mano en el interior de la tunica y saco la gruesa argolla con las multiples llaves de la fortaleza.
- Chicas, tengo las llaves, las llaves de Pepe Apestas. ¡Podemos abrir la puerta desde fuera!
-Esta bien, yo me iré hacia el campamento, vosotras id hacia la puerta
Mitsuki y Andrea vieron como la tercera se alejaba velozmente hacia el campamento de los equipos, y ellas empezaron a correr hacia la puerta principal de la fortaleza con intencion de abrirla. Mitsuki volvio a meter su mano en el bolsillo interior de la tunica para guardar las llaves y se detuvo en seco.
-¡Mi varita!¡No tengo mi varita! Tengo que voler.. quedo en las mazmorras
Andrea puso los ojos en blanco
-Vamos mit, no me digas que estas hablando en serio, eso es una locura. Estan esas bestias espantosas y pronto se va a desmoronar un pedazo, no puedes... ¡MIT!¡MIIITSUKII!
Pero era inutil. Mitsuki amaba su varita y pereceria ella tambien si eso debioa hacer para recuperarla. Se saco su tunica ya rasgada al tiempo que metia su cabellera castaña y ondulada por el muro casi a la altura del suelo y volvia a entrar. Pronto cayo al piso de bruces, ya que Andrea se metio detras de ella.
-No voy a dejar una leona sola en este peligro. No seria buena prefecta.
Mitsuki no tuvo tiempo de contestar, ya no se veia a las dos bestias de fuego, pero un resplandor distante
le indico que aun seguian en las mazmorras aunque mucho mas lejos. Una tenue luz entraba por el boquete que daba a la sala e iluminaba su varita. Se apresuro a tomarla y en el momento en que sus manos se cerraron un espantoso crujido invadio el lugar.
-¡Va a ceder! ¡ANDREA!
Andrea salto hacia ella justo en el instante en que una biga enorme se despedazaba dejando caer decenas de piedras que antes habian formado parte del piso de la sala y techo de la mazmorra. El boquete inicial quedo cuatro veces mas grande que antes. Por muy poco se salvaron de morir aplastadas, pero ahora la mazmorra quedo dividida por un enorme muro de piedras que les obstruia el agujero en la pared por donde habian saluido anteriormente.
-BOMBARDA - Artticulo Mitsuki, pero los muros resplandecian un segundo y se mantenian inmunes BOMBARDA - Repitio, pero no paso nada. - Oh no, los encantamientos protectores de estos muros no estan debilitados, el encantamiento no sirve.
Ambas se miraron con terror cuando una voz se escucho clara y nitida, proveniente del piso superior.
Adri Lestrange d Evans Me encontraba en el campamento de "los Meigas Fritas" recostada en la cama, mi respiración acelerada no permitía que durmiera del todo bien, mis manos que estaban mas frías de lo normal cubrían mi cara con cierta precaución; no podía dormir, no dejaba de moverme de un lado para otro, espantada por todos los sueños que tenia, desastre... dolor, sangre... muerte.
Desperté por completo por culpa de un estruendoso sonido causado por la lluvia, lucia agotada... esos eran los únicos momentos en los que se podía disimular mas que era una vampiresa; por debajo de mis castaños ojos, no se podía dejar de notar las delicadas y finas marcas negras con un toque de lila, destacándose en mi pálida piel.
Me levante asustada, esos sueños, no podían ser solo sueños; hace solo unos días que ya
había visto algo parecido, pero que sin querer lo había dejado pasar, ahora... la lluvia me ocasionaba un extraño presentimiento... esto no era un buen augurio...
- Maiya, Anne, Manu –
Insistía a mis compañeros que se encontraban profundamente dormidos, me estaba empezando a desesperar... fuera del lugar se podía escuchar muchos gritos a pesar de la fuerte lluvia, pero lo único que llego a inquietarme de verdad fue el extravagante ruido que causo, lo supuse, el dragón.
<< maldición >> Pensé frustrada y salí de el lugar sin controlar mis pasos, mis compañeros ya habían despertado y al parecer no tardarían en hacer lo mismo que yo; ya fuera me quede congelada casi petrificada... mi respiración se detuvo, mi ojos estaba redondos como platos...
- pero que dem.. –
Mi marca tenebrosa me ardía intensamente, hace ya meses que no era una de ellos, pero me había sido imposible quitar aquella marca, me cubrí mi brazo izquierdo que no dejaba de molestarme y entrando otra vez al lugar saque mi capa, ahora si, con la insignia de "auror" puesta y con la varita en mano, preparada para todo.
El lugar era un desastre y la lluvia lo empeoraba, para mi suerte mis sentidos eran mucho mejor que el de cualquier humano, mi vista se fijo en la fortaleza, ardía en llamas al igual que ya varias secciones del campus, cubrí mi larga y castaña cabellera con la capucha y salí en busca de Lore,nuestra compañera que debía encontrarse ahí dentro.
La gente corría por todos lados desesperada, y la gran marca tenebrosa relucía en la oscura noche, no podía dejarme llevar por el pánico que me rodeaba, necesitaba ver a algún organizador, pero me era imposible ya que tenia a al menos unas cien personas corriendo como locos.. y peor aun, un dragón que no dejaba de atacar a las personas; me concentre lo
mas que pude, necesita o tener alguna visión o al menos reconocer entre los pensamientos el de alguno de los moderadores del torneo....
Sin tener algo fijo pero sabiendo que no era bueno quedarme quieta, con determinacion comencé a correr más cerca de la fortaleza para poder ayudar a los que se hallaba atrapados o en peligro...
Dama de la Luna Desperte de repente por el tremendo estruendo que habia, salte rapidamente de la cama, el suelo estaba caliente por el tremendo calos que hacia , fui corriendo hacia la puesta de la tienda y mire fuera .
Estaban todos corriendo de un lado a otro como locos y gritando algo asi como EL DRAGON DESPERTO Y LOS INFIRIS COMO LOS DEMENTORES NOS RODEAN , volvi corriendo dentro de la tienda de campaña me vesti a toda prisa y agarre mi varita , tenia que hacer algo ayudar a mis compañeros de equipo que como yo ya estaban todos en pie y a todos en general pues la situacion estaba muy dificil . Todos mos dispusimos a apagar el tremendo incendio que habia por doquier , y ha apartar toda clase de enjendros que habia por alli tales como infiris y dementores .
Derrepente me fije en la fortaleza estaba casi quemada y le faltaba casi todo el techo y en ese mismo momento nos fijamos en una gigantesca sombra sobre nuestra tienda era enorme monstruosa nos quedamos todos mirando hacia arriba y vimos como un emorme y gigantesco dragon nos miraba desde arriba y se disponia a arrojarnos su fuego infernal encima nuertro grite a mis compañeros CORRED
goderic slithering La tormenta seguía...y peor aún empeoraba...
El pelo teñido de nikithahH pegado a su cara, estaba en los brazos de Goderic, desmayada.
Vamos, chicas, no se detengan!!! debemos ir por la Xheli - Gritó el chico
Pero ¿qué sacamos con ir a buscarla? ¡no podremos hacer nada! - decía mela, con la voz quebrada
¡Cállate mela! si quieres te devuelves, pero nosotros seguiremos - dijo Xhiio y de paso le pegó una bofetada.
Bueno, sólo decía - dijo mela, con la voz aún quebrada.
El humo ya era parte permanente del ambiente, la atmósfera era penosa, mucho fuego, muchos heridos, talvez muertos.
¡Ennervate! - grita goderic, apuntando a nikithahH
Ehhh...gra..ci..as...gode, pero ¿Por qué no lo hiciste antes ? - Dijo nikithahH
Porque no se me ocurrió
ya me conoces
- dijo el chico entre risas
Bueno, hay que buscar a la Xheli - dijo mela, no soporto más este lugar
Cierto, vamos!!! tengan sus varitas preparadas - dijo Gode
Y a nuestros patronus, supongo - Añadió Xhiio
EXPECTO PATRONUM! - gritaron los 4 al unísono
4 Patronus, un leopardo, un delfín ,un ornitorrinco y un águila guiaban al grupo entre esa desastroza escena.
Liliana Ánderlin Al volverse en ese caótico lugar vio que Fernando la había acompañado, no estaba completamente segura de ello hasta ese momento, ¿Qué podían hacer?
Miró al chico y una momentánea desesperación apareció en sus ojos verdes que brillaron totalmente perdidos, ¿y si había alguien allí? ¿Cómo podían ayudarlo?. Aquel chico de pelo negro y ojos castaños la miraba todavía sin estar muy seguro de cómo ayudarla a ella o a los que posiblemente se encontraran en un apuro peor que el de ellos. Algo vendría en su ayuda, no sabían si era una gran ayuda pero les evito tener que decidir, justo en el agujero que tan entretenidas tenia esas criaturas se escuchó un gran estrepito, un grito salió de él.
-¡BOMBARDA!- la voz de Andrea se escucho en todo el corredor.
Lili recuperó de pronto la cordura y se apoyó contra la pared tirando de Fernando que había empuñado de nuevo su varita y se dirigía al agujero, quizás lograra que no los vieran. Pasaron unos minutos que parecieron interminables, el fuego parecía envolverlo todo y de pronto… El suelo del corredor se desmorono ante sus ojos, ¿estaría bien su compañera? No sabía si estaba sola pero Andrea era perfectamente capaz de arreglárselas. Una gran polvareda se levanto haciendo escocer los ojos de Lili y obligándola a cerrarlos por un momento mientras se resguardaba bajo la oscura túnica de viaje.
Unos segundos después el silencio… eso no era buena señal, abrió los ojos y vio que las criaturas habían desaparecido, el resplandor que emitía el fuego se veía a lo lejos, ¿podía ser que estuvieran momentáneamente a salvo? Sería tener demasiada suerte. -¡BOMBARDA!-
¿Era posible? En esta ocasión le pareció reconocer la voz de Mitsuki, ¿podía ser que las dos continuaran en el agujero?.
Miro a Fernando y no hizo falta decir nada más, un rayo de comprensión atravesó las oscuras pupilas del muchacho y se encamino con ella hacia la entrada del derruido agujero, con gran cautela se asomaron para poder ver el interior, alli, dos brujas luchaban contra un inerte montón de piedras.
-¡BOMBARDA!- repetía Mitsuki sin resultado- Oh no, los encantamientos protectores de estos muros no están debilitados, el encantamiento no sirve.
-Si quieren le silbo de nuevo al basilisco para que las ayude- no pudo reprimir una gran sonrisa al ver a sus compañeras vivas y relativamente a salvo, aunque su aspecto no era el mejor de todos se alegraba de verlas bien.
caroliinaa cuando apagaba las llamas de un pequeño arbusto vi a fabiola correr, eso me proboco una gran sensacion de alivio, ella nos habia ayudado a mi y a alvaro a enfrentarnos con un grupo de mortifagos novatos entre otras cosas, le estaba muy agradecida ya que ella no era de nuestro equipo pero se habia decidido a ayudarnos con las bestias y mortifagos entre todos los que habia para ayudar nos habia ayudado a nosotros, me alegraba saber uqe la chica que nos habia ayudado estaba bien. corri de regreso al campamento de mi equipo donde estaba minerva con HHH y el chico con las quemaduras. minerva parecia una doctora atendiendo a sus pacientes con cuidado entre en la carpa ya que el capi descansaba y le pregunte -¿que tal siguen los dos?. minerva vio mi cara de preocupacion y contesto - no te preocupes van a estar bien. y luego sigui cambiandole las vendas al chico de las quemaduras. sali de la tienda ¿donde estarian alvaro y mdrhpa?, queria buscarlos saber uqe estaban bien pero mis pies se dirigian a donde habia visto pasar corriendo a fabiola ¿estaria en apuros?. corri y corri por donde la habia visto pasar hasta que la vi parecia estar bien pero algo me decia uqe me equivocaba ¿que estaria pasando? me acerque a fabiola ella estaba de espaldas a mi ¿me estaria equivocando o algo estaria mal encerio? -fabiola ¿pasa algo?
Wendy Bateria Wendy estaba concentrada en no sucumbir en aquél campo terrorífico, a donde quiera que dirigiera la mirada podía ver gente corriendo despavorida con ojos desorbitadas y
terror puro en sus rostros. Ella podía sentir su pecho agitado y su capa cada vez era mas pesada por tanta agua absorvida de la lluvia, tenía firmemente sostenída su varita con la mano derecha y estaba alerta de cualquier cosa que pudiera atacarla. -"protego"-gritó al ver que dos rayos habían estado a punto de alcanzarla, giró en redondo y fué sorprendida por la desaparición de sus demás compañeros masterpiece, en algún momento de la travesía se habían separado, sólo podía esperar que llegaran con bien. A lo lejos podía ver la marca tenebrosa que brillaba por encima del hotel de hospedaje de los organizadores del torneo; la brujaba no acaba de entender que era lo que había pasado, ¿qué significaba aquella marca que resplandecía en una noche tan oscura?. La delgada bruja decidió continuar con su travesía fuera lo fuera que estuviera pasando o lo que hubiera desatado tremendo caos, ella tenía que resguardarse y llegar al castillo lo más rápido posible, había estado tan metida en sus pensamientos que cuando volvió a prestar toda su atención al lugar en donde se encontraba se vió rodeada de dementores, se alzaban intimidantemente enfrente de la bruja, se encontraba rodeada, no había espacio por donde escapar... pero era algo que ella no acostumbraba hacer y con la luz de un relampago se pudo ver como destellaba su mirada sedienta de una buena batalla que ganar... -Expecto patronum-gritó claramente, de la punta de su varita pudo verse como saltaba un lobo en posición de defensa listo para embestir en contra de los dementores, el lobo fue arremetiendo contra cada uno de ellos hasta que ninguno se encontro cerca de Wendy como para hacerle daño y en una nube plateada líquida desapareció... Se encontrba agitada por haber hecho un patronus tan poderoso y unas gotas de sudor estaban impregnadas en su frente, tenía un mal presentimiento, lo peor apenas venía. Depronto un fuerte *¡Crack!* la hizo voltear hacia sus espaldas... nikithahH Veía todo oscuro...no sabia si el fuego y las imagenes que aún tenía en mi cabeza eran reales o solo fue un sueño, de pronto siento más energía dentro de mí. Lo primero que veo es a ...gode... Gracias gode ^^, pero ¿por qué no lo hiciste antes ? - le digo
Ehhh...se me olvidó
ya me conoces - responde él
Bueno, vamos en busca de la Xheli - nos apresuró mela Seguimos atravesando el terrible escenario, y de pronto vemos una luz, un patronus con forma de un lobo, perteneciente a Wendy. Desde las sombra, salió un hombre corpulento ,aunque no le vi muy bien la cara Incendio! - gritó aquel hombre , que por lo visto es un mortífago Gode se lanzó sobre la chica quitandola del trayecto del hechizo, luego yo , mela y xhiio nos encargamos del mortífago EXPELLIARMUS!- gritaron al unísono Incarcerus - dijo Xhiio, apuntando hacia el mortífago Mejor corramos, los mortífagos nunca estan solos - dijo mela Sí, pero primero escondamos a este mortífago - dijo Wendy Luego de esconder a este mortífago... el nuevo grupo conformado por mi,Gode,Mela,Xhiio y Wendy va en busca de un escondite
Mica17 Miré hacia mis dos compañeros con un dejo de desesperación reflejado en mis verdes ojos. Al ver que Tontín centraba su atención en su pijama perdí la poca calma que tanto trabajo me había costado mantener. - ¡Tontín, deja de mirarte el pijama! Te queda fatal – le dije con mi tono mas severo- ¿Vamos a hotel o no vamos al hotel? - Yo iré al hotel si me da la gana- Dijo Legolas.- Me lo estoy pensando.
- Sí, Mica, yo haré lo mismo. Que Mackenzie dijo que no nos podías obligar a nada.- Entonces comenzó a retorcerse intentando ver cómo le quedaba el trasero de su pijama.- Vaya, pues no está tan mal, ¿no? Si las miradas pudieran matar, la mía les hubiera clavado cientos de puñales en ese momento. Era increíble que se pusieran tercos en un momento crucial como aquel. Deslicé nerviosamente los dedos por mi empapado cabello, el frío se tornaba insoportable y la ira crecía cada vez más en mi interior. Cuando estaba a punto de empezar a gritarles Tontín rascó su axila y finalmente me miró y dijo: -Bueno, ya me lo he pensado. Yo voy a ir. Pero no porque tú me lo pidas, voy porque quiero, y porque estos pantalones tan cómodos me lo permiten. ¡Cómodos y calentitos! Y hasta diría que me hacen más esbelto. Tú que crees, Legolas? - Yo aun me lo estoy pensando.- Respondió Legolas.- Lo del hotel. – lo fulminé nuevamente con la mirada. ―¡Hombres!‖ pensé… no podían ser tan indecisos. Mi respiración comenzó a entrecortarse por la impaciencia en el momento en que Tontín sobrepasó los límites de lo imaginable. Tuve que aferrar los dedos a mi cabello para no estrangularlo… increíblemente había comenzado a hacer flexiones de piernas y estiramientos, aún fascinado por su cómodo pijama. - ¡Pero qué cómodos son, ja ja ja ja!- exclamó en cuanto comenzó a caminar. Cerré los ojos con alivio al notar que, al menos, se dirigía rumbo al hotel. Lo seguí sin basilar, al fin y al cabo haríamos lo que propuse. Los gritos parecían formar parte ya del habiente, así como los fogonazos y las chispas que surgían por doquier. Mantuve mi mirada al frente intentando no pensar en todas las desgracias que en aquel momento podían estarse sucediendo en aquel lugar. Mis pies descalzos caminaban por el barro que se hacía cada vez más y más pastoso, debido a la persistencia de la lluvia. Me tomé del brazo de Tontín para evitar resbalar demasiado. Tan solo habíamos dado unos pasos cuando me detuve y giré mi rostro hacia Legolas, sabía que nos acompañaría pero prefería asegurarme.
AteNa Los gritos de los prisioneros retumbaban detrás de la enorme puerta de la fortaleza, AteNa no comprendía porqué seguían sin apagar aquel fuego, todos ahí dentro tenían una varita y mínimo sabrían
como conjurar un aguamenti; Mateo colocó una mano cubierta con un guante en el hombro de la bruja y habló de nuevo. - Tranquila, no está sola dentro. Estoy yendo al hotel de las organizadoras, creo que deberíamos empezar por allí, esa Marca puede significar muchas cosas. – dijo mientras la miraba fijamente . – Además, es más prudente buscar ayuda y así evitaremos más muertes que si nos la jugamos de héroes contra el dragón – hizo una pausa y continuó. – Debemos trabajar juntos, sin diferenciar casas ni tendencias. Un dragón no distingue a la hora de matar. AteNa comprendió que todo lo que le había dicho su amigo era verdad, todos los participantes tenían que mantenerse unidos si querían salir bien, o al menos no tan mal, de eso, de pronto Mateo se adelantó y sacó su varita, AteNa miró a lo que apuntaba el Black mayor, era una chica de cabello negro, estaba completamente aterrada y corría en dirección a la fortaleza. - ¡Sara! ¡Alguien ha visto a Sara Weasley! ¡Por favor! – gritaba desesperada aquella joven bruja. - ¡Avril! ¡Por acá! –Mateo la llamó casi sonriendo invitándola a acercarse. - ¡Sara! ¡Por favor! Debe estar allí dentro presa del pánico. – Exclamó entre sollozos mientras se acercaba a ellos. - Lo sé, pero no hay manera de entrar. Debemos buscar a Mack, Misty o tal vez Buenamor. –Comentó Mateo como diciendoselo a si mismo. – Vamos, por aquí. –Indicó a sus acompañantes. La bruja recién llegada hizo una mueca a forma de sonrisa hacia la bruja de cabello castaño que enseguida se la devolvió, la había visto un par de veces hablando con Mateo y por los campamentos así que su rostro no le era tan desconocido. No sabía que era lo siguiente que iban a hacer, pero siguió a Mateo cuando este comenzó a caminar con la varita en ristre delante de ellas como para protegerlas, caminaban rapidamente através de la oscuridad cuando alguien gritó. - ¡¡Por favor!! ¡Protejanme! – un chico tiró del brazo de Mateo. - Apártate. –Dijo este soltando su brazo con mirada de desprecio. – Vuelve al Bosque, allí estarás
seguro, por el momento. –Le aconsejó como si se tratase de Colagusano. –Y de paso, búscate una cosa llamada "Valor". –Terminó e indicó a sus amigas que siguieran. Estas pasaron al lado del chico que las miraba con los ojos irritados, al parecer había estado llorando, se quedó ahí, petrificado por el terror, pero Avril y AteNa no tenían ningún interés en resolverle la vida a alguien rendido. - Lumos. –Murmuró el mago de chaleco verde al notar una oscuridad inmensa, de su varita nació una luz que iluminaba al menos el radio donde estaban los tres, AteNa no prestó atención, estaba estupefacta mirando una figura con capucha negra que se acercaba sigilosamente. - Demen…tores. –Dijo, al fin con la voz cortada. Aún no podía olvidar todo lo que su padre le había contado acerca de esos terribles seres, te absorbian el alma y no les importaba nada más que alimentarse de tus sentimientos, los otros dos magos voltearon a ver como lentamente eran rodeados por aquellas criaturas y las miraron decididos. - ¡EXPECTO PATRONUM! –Exclamaron los tres al unísono . Un gran tigre blanquecino como la nieve saltó adelante mientras que un perro y un unicornio tan plateado como la luna misma, se dirigieron a abrir el camino por los costados, los dementores absorbian la inmensa luz producida por los patronus de los tres magos y se alejaban poco a poco, de pronto un fwooper plateado llegó y embistió a un dementor que se acercaba hacia AteNa, ella volteó enseguida y miró como Golden llegaba corriendo en su ayuda. -A ver si me explican que demonios esta pasando aquí! - dijo Gold cambiando su pelo a rojo intenso -Es simple, no sabemos que ocurre con los prisioneros, el dragón despertó y se escapó para luego incenciar todo a su paso y así darnos una muerte muy miserable- contestó rapidamente la bruja de ojos pardos. Mientras los dementores se alejaban, Mateo mantenía la vista fija en el hotel de los organizadores, AteNa volteó también y miró una luz encendida donde se alcanzaban a distinguir un par de sombras, miró rapidamente a Mateo esperando una explicación o alguna teoría que se le hubiera ocurrido pero él simplemente siguió caminando por delante del pequeño grupo. -¡Cuidado!¡ La bestia está encima nuestro! - gritó Avril AteNa miraba todo a su alrededor, detrás de ellos se distinguían animales plateados yendo y viniendo,
magos ayudando a levantar a otros magos que se habían heridos, al escuchar el grito de Avril miró el cielo y precisamente, el dragón volaba sobre ellos, AteNa pudo ver su extenso estómago. -Protéjanse!- gritó el Black Al parecer el grito de Avril había provocado que el dragón los viera y atacara sin pensarlo dos veces, entre los cuatro lograron evitar con un hechizo protector, la gran llamarada que les lanzó, AteNa volteó a ver a la bruja de cabello negro que estaba a un lado de ella y observó que su cabello se había quemado un poco, la miró sin entender porque el protego había fallado, tan sólo era fuego, y ¿porqué las llamas de la fortaleza seguían ardiendo?... -¿No sabemos convocar un buen protego?- dijo enfurecida sintiendose cada vez más inútil.
Mistify - ¿Tú invocaste La Marca Tenebrosa? - el gesto enfadado de Antara hizo que Mistify vacilara por un breve instante antes de entrar a la habitación. Sin embargo optó por dirigir su mirada altanera hacia su hija, Mackenzie, que trataba de explicarse qué era lo que estaba sucediendo en Hogwarts y sus alrededores. - Todo tiene una explicación - dijo Buenamor tratando de calmar los ánimos. Sin embargo la auror se adelantaba ahora hacia la Líder Mortífaga con gesto amenazante y ella se cruzó de brazos ofuscada - Escucha Antara, te digo que la explicación es válida– - ¿Y bien? ¿Qué tienes para explicarme? - preguntó la mujer a su eterna enemiga. - A tí nada - respondió Misty con frialdad - No le doy explicaciones a ningún auror – - ¡Ya basta las dos! - gritó Mack exasperada ante la actitud de sus dos colaboradoras Habla de una vez madre – La verde mirada de Mistify se deslizó hacia su hija, no permitía que le hable así, pero aquellas eran circunstancias especiales y si no ponían un alto pronto las cosas se saldrían de control. Aún mas... - Salí de la Fortaleza temprano, el dragón comenzaba a despertar y decidí ir hasta la Fortaleza Tenebrosa en busca de ayuda. Sabía que la necesitaríamos - comenzó a relatar la bruja - Estaba a punto de desaparecer tras la línea de protección mágica cuando el
rugido del dragón y una potente llamarada que hizo explotar la torre llamaron mi atención – - Ya sabemos lo que ha pasado, ¿podrías adelantarte un poco en el tiempo? - protestó otra vez Antara tratando de apurar el relato de su enemiga a lo que la mortífaga entrecerró los ojos tratando de contenerse. Era tal la rivalidad entre las dos mujeres que el ambiente se tornaba denso cuando ambas se juntaban. - Si cerraras la boca podría proseguir mas rápido - su rostro no denotaba enfado ni emoción alguna, mas su voz reflejaba la rivalidad que por siempre hubo entre aurores y mortífagos. - ¿Tengo que pedirles nuevamente que terminen con eso? - protestó Mack - ¡Parecen niñas pequeñas! ¡Esto es grave! – La bruja de cabellera dorada murmuró algunas palabras ininteligibles y se sentó en una de las sillas con actitud impasible. - El tema es que he convocado la Marca Tenebrosa para atraer a algunos mortífagos a que ayuden con esta situación - explicó ella. - ¿Y no podías haberlas llamado con ese tatuaje que llevas en el brazo? ¿Siempre tienes que llamar la atención? -Antara parecía furiosa. - Todos los mortífagos son iguales... ¿estás segura que no tiene nada que ver con el Libro? – - Y otra cosa... - prosiguió Misty como si su colega no hubiera pronunciado palabra Hemos visto alumnos con síntoma de viruela de dragón en nuestro camino hacia aquí, lanzaban chispas por la nariz cada vez que estornudaban – - Lo que nos faltaba, un dragón suelto que lanza llamas de fuego maldito - protestó Mack - Dementores e inferis sueltos y una epidemia de viruela de dragón entre los participantes - se sentó de golpe sobre uno de los sillones - Esto es demasiado – - ¿Dementores e inferis? ¿Pero esos no estaban solo para custodiar las murallas? preguntó Mistify sorprendida. - Supongo que aprovecharon el caos para hacer de las suyas - Mackenzie parecía agobiada con tantos problemas.
La mortífaga se acercó a la ventana. Su rostro marmóreo copió el color rojizo de las llamas que se apoderaban poco a poco del predio y su verde mirada buscó entre el dantesco espectácu.lo. Era verdad, los dementores e inferis habían osado rebelarse ante sus órdenes y atacaban a los participantes del Torneo. La bruja cerró su puño derecho y una larga y oscura varita se materializó entre sus dedos, dibujó con ella una floritura en el aire y pequeños zarcillos de tinieblas comenzaron a surgir y a entrelarzarse. El haz de oscuridad atravesó la ventana y justo frente a ella un gran y etéreo dragón cobró forma, compuesto tan solo de sombras dos brillantes ojos cual rubíes la observaba como si esperara instrucciones. - Enio, hazlos regresar a su lugar de origen o destrúyelos en todo caso - le ordenó la Líder. La criatura de tinieblas desplegó sus alas y alzó vuelo para cumplir la orden. - Los dementores e inferis ya no serán un problema, mi expectro se ocupará de devolverlos al lugar de dónde no debieron salir: las murallas que protegían el castillo y los terrenos en su totalidad. Dora Tonks En la fortaleza reinaba un ambiente que ya era muy común por ahí; temor y desconfianza. Los prisioneros estábamos dispersados por la bóveda conversando nos con otros entre susurros pero todos lo más lejos posible del temible dragón que esa noche estaba mas inquieto que nunca. De pronto un estruendo quebró la quietud, la pared opuesta a mi estallo y enormes rocas saltaron en todas direcciones. Por reflejo cerré los ojos y me tire al suelo hecha un ovillo cubriéndome la cabeza con los brazos, el pánico me inundo por completo cuando el repentino calor que se sentía y los gritos se hicieron más intensos. Cuando volví a abrir los ojos unos hombres con capuchas negras, mortifagos, le lanzaban chorros de luz al dragón y este profería rugidos feroces. Los mortifagos se fueron inmediatamente por el boquete que habían abierto por la pared sin siquiera mirarnos. Corrí fuera sin ver a los demás prisioneros no sin antes hacerme un encantamiento protector para protegerme de las llamas sin éxito. Salí a los campos de Hogwarts esperando estar lejos de el monstruoso dragón y sus sofocantes llamas pero lo que encontré hiso que se me encogieran las tripas. Mortifagos, un montón de mortifagos lanzaban hechizos a diestra y siniestra; Inferis, los repulsivos cadáveres estaban esparcidos por todos
lados; Dementores, las oscuras figuras eran las que producían el único frio que podías sentir estando junto a la bóveda de un dragón enojado. Todos gritaban e iban de un lado a otro haciendo que me desorientara, tenía que encontrar mi carpa, tenía que saber si mis amigos estaban bien, pero...donde buscar? lacrimosa Mientras seguia contemplando aquel relampago que ilumino el cielo de una manera epica, a lo lejos se escuchaban gritos y pasos de estudiantes que corian. Se giro lentamente mientras comia manzana y miro a todos correr con varitas en la mano, un puñado de equipos salian despavoridos de sus tiendas y con varitas en lo alto; incluso algunos quedaban atorados dentro de las tiendas por la desesperacion de salir, pero todos....todos se dirijian a un mismo sitio... La fortaleza. - Vaya creo que todos van en direccion a la fortaleza...-comia su manzana desde aquel lugar y en ese presiso momento miro atonito la escena que vislumbraba detras de las tiendas- Por todas las manzanas del mundo!!! que sucede!! - corrio mezclandose rapidamente con la multitud que corria con varitas y pijamas – Al llegar a las puertas de la fortaleza miro como la gente gritaba, competidores que golpeaban con desesperacion la gran entrada, lanzando hechizos y una que otra mala palabra, pero nada daba resultado, aquelle enorme entrada no se movia ni un milimetro. Mientras la gente intentaba entrar de una u otra forma, Lacrimosa intento encontrar a alguno de sus compañeros de equipo o gente conocida que lograra explicarle que era lo que sucedia, pero al parecer sus compañeros seguian dormidos o se habia desaparecido. A lo lejos miro a varias caras conocidas Atena, mateo; intento acercarse a ellos pero parecia algo imposible era como nadar encontra corriente y con la posibilidad de ser golpeado por uno de tantos hechizos que los competidores lanzaban despavoridos. - Diantres los prisioneros?! - miro a todas partes, intentando encontrar a los prisioneros fuera de la fortaleza, a pesar de no conocer a la mayoria de los prisioneros sabia que una vampira andaba de prisionera , andrea, sin embargo ni ella ni los demas prisioneros se encontraban fueraDe pronto, levanto la mirada y vio lo que nunca imaigno ver en el torneo...La marca tenebrosa o eso parecia desde aquel lugar; brillaba en lo mas alto del cielo como si el sol estuviera puesto.
Se quedo un momento miranod la marca y se giro mientras miraba la enrome entrada, con lo que parecia un incendio dentro. - Sera que los prisioneros no conocen aguamenti (?) - se pregunto asi mismo mientras comia su manzana y miraba desde un lugar mas lejano la escena, algo que ningun competidor hubiese imaginado – De la nada, una enorme silueta se poso en o mas alto de la fortaleza algo que nunca hubiera imaginado....parecia la silueta de una criatura antigua....sera ... o solo era su imaginacion perturbada por aquella escena de desesperacion y angustia....
wolf nino Salgo de mi habitación de muy mala gana, dispuesto a comerme al responsable de tanto jaleo, escucho a Pincorto que habla con Pinca, le explica que la protegerá de cualquier peligro, no pongo mucha atención sigo mi camino rumbo a la estancia de la casa buscando el origen de tanto ruido.
Mi humor no es el mas adecuado para encontrarse conmigo y eso parecian saberlo hasta las paredes, la puerta de la carpa se aparta a mi paso como por arte de magia.
Atravieso el umbral, la lluvia torrencial que cae afuera nubla un poco la visión pero el olfato no me engaña, estaban fuera de la casa 3 de mis mejores amigos, Legolas, que observa muy fijo en una dirección no se percata de mi presencia (de hecho ninguno
), Mica, revela en su mirada preocupación y furia, rara combinación, el
único que parece despreocupado mientras revisa como le queda su pijama es Tontin, me acerco despacio a ellos, la luminosidad en la fortaleza capta mi atención, logro ver que está envuelta en llamas, volteo a verlos esperando una reacción de su parte.
- ¿Qué hacen ahí parados cuando la fortaleza está ardiendo en llamas?? - miró aun más molesto a los chicos (y chica
)
Warju Despues de estar juntos por varios minutos el equipo de los Bonsais, que mas bien era ya totalmente conocida como la Tirania Bonsai, los integrantes recorrieron el lugar, entonces el chico mas joven perteneciente al grupo, decidio ir a espiar a algunos miembros que conocia del colegio. Su curiosidad fue a mucho, y empezo a ver cosas de todo tipo, habia gente haciendo de todo, la mayoria concentrada en lo que tenia que hacer en la prueba de la semana, al ver que la gente lo veia extrañamente, el chico decidio esconderse, al menos seria hasta que tuviera la confianza de investigar a todos y cada uno de los participantes, cosa que no les agradaria a ellos. andrea_tkm_hp Andrea miro hacia arriba para solo para confirmar que aquella voz era de su compañera leona y prefecta Liliana Ánderlin. -¡Lili!- exclamaron Mitsuki y Andrea al unisonó al ver la cara sonriente de su amiga -¿Y por qué no mejor llamas a Fawkes para que nos salve? Ya tuvimos suficientes experiencias con serpientes hoy – se quejo Andrea al recordar a la horrible serpiente de fuego -Porque no sé cómo llamarlo – contestó Liliana aún con su sonrisa -¿Cómo se encuentran?- preguntó un mago desconocido para la vampira Andrea miro a Mitsuki con su varita en mano observar la situación actual del espacio donde estaban y sintió su mochila y su varita en mano. Parecía que Mitsuki estaba bien, un tanto chamuscada y con tizna y polvo tanto en la ropa como en la cara por el fuego y el derrumbamiento que acababa de ocurrir. -Estamos bien – respondió la vampira brindándoles una sonrisa – Tengan cuidado de no acercarse mucho, no se vayan a… -
Pero antes de que pudiera pronunciar una palabra tanto Liliana como el mago desconocido cayeron al agujero donde se encontraba ella y la maga de pelo castaño y ondulado -Caer- concluyó antes de echarse a reir al ver que Liliana había caído sobre el chico -Bueno, ¿Qué tal si salimos de aquí?- dijo la maga de anteojos después de analizar la situación y ayudando a levantarse tanto a Liliana como al mago -Espera, primero quisiera saber ¿quién es él?- pidió al ver la túnica de Gryffindor que usaba, no reconocía la cara del joven mago a pesar de que conocía a una gran parte de los leones -Mucho gusto, soy Fernando Perea – inquirió el mago -El gusto es mio, me llamo Andrea- contestó la prefecta mirandolo con sus ojos cáfes - Vale, entonces ¿a dónde vamos? - preguntó un tanto emocionada por la adrenalina que todo aquello le había ocasionado Miro a su alrededor, parecía que estaban atrapadas en una especie de mazmorra con forma de laberinto. Al ver esto se acomodo la mochila en la espalda y con una sonrisa empezó a ver los posibles caminos que podrían tomar, todo eso le emocionaba demasiado. Por fin tendría un poco de acción después de estar encerrada con trabajo y estudiando casi todo el curso.
D@niel Potter D@niel Potter se despertó porque escuchó muchos gritos, ningún otro ruido pudo despertarlo. Se acercó a la ventana, la lluvia sólo dejaba ver algunas formas muy borrosas que iban por el aire de un lado a otro, un incendio y, lo que más lo sorprendió, la Marca Tenebrosa en el cielo. Estaba desconcertado y desubicado por haberse despertado súbitamente, simplemente salió de su habitación y vio a varias personas que se dirigían a la Marca, y pensó que si hay mucha gente, quiere decir que es seguro. Convocó un impermeable y sus botas y corrió; el incendió le preocupó, pero sabía que allá no sería nada útil y de nada servía ir. En el camino vio como el fuego se propagaba y que su causa era un dragón, supuso que era el dragón dormido, eso lo preocupo más. Simplemente trató de evitarlo y siguió corriendo, sin saber que había muchos más obstáculos.
Darla Potter Black Darla corría bajo la lluvia, había dejado de gritar y varita en mano aplicaba lo que podía de sus conocimientos, había invocado serpientes, aves, morphos… lo que podía para enfrentarse a las llamas. La mayoría de los participantes corría y gritaban por el campamento. Desde lo lejos nuevas figuras se habían ido acercando hacia el campamento desde los aires… Dementotes. Los participantes del Torneo invocaban patronus a diestra y siniestra en el lugar más cercano a ellos. Muchos corrían desesperados hacia la Fortaleza, gritando los nombres de sus compañeros, los prisioneros de esa semana… Elodia estaba allí… la joven auror se detuvo en su carrera por unos momentos… quizás debería… pero la mayor parte de la gente corría hacia allí, Elo era buena chica, lista e inteligente, ella podría… dudo, su mirada se desviaba desde el Hotel de los Organizadores, su objetivo original y la Fortaleza en llamas… Con furia se mordió los labios, pensando en su compañera, pero a su vez su mente seguía con la idea de que los organizadores podrían detener esto… pensó en Antara, que estaba ahora allí, en Buenamor, se estremeció al pensar en Mistify y Mackenzie, la marca tenebrosa brillaba allí, no creía que una de ellas… no quería pensar, tenía que actuar. A lo lejos vió correr a un grupo, le pareció reconocer a Orion Black entre ellos, cuando un árbol seco cobró vida cerca de él, luego de recibir un hechizo, defendiéndolo de las llamas, supo que no se había equivocado. Iban hacia el castillo… Iba a empezar a correr nuevamente, con un rápido movimiento se quitó la capa, que antes de tocar el suelo se había desvanecido. No quería que más ropa mojada molestara su paso. De repente un coyote plateado apareció corriendo frente a ella, no necesitaba oír su voz con el mensaje para saber de quién era, una suave sonrisa se dibujó en sus labios. Pero al escuchar la orden de regresar al campamento la joven frunció su ceño, no podía… rápidamente movió su varita e invocó su propio patronus -Expecto Patronum!
Un doberman plateado apareció frente a ella. La joven se inclinó y susurró rápidamente -Coyo, Sagis yLaurus irán contigo, ved por Elodia, yo trataré de llegar al hotel, donde los organizadores. Todo estará bien. Al menos eso esperaba, el animal partió en una veloz carrera hacia donde estaba su capitán… su compañero… y ella volvió a su carrera… su conciencia tranquila que sus compañeros resctarían a Elodia… sus ojos castaños seguían fijos en la Marca Tenebrosa mientras que murmuraba -Corpus Patronus Una gran pantera negra surgió de su varita y empezó a correr al lado de la joven. No había hecho más que un par de metros cuando apareció frente a ella una pantera platinada, la voz de Elodia, se escuchó fuerte y clara: “traten de buscar ayuda… si no pueden hacer nada para sacarme de aquí, no pongan en riesgo sus vidas y alejense lo más rápido que puedan de la fortaleza” Del pecho de la vampiro se escapó un rugido de dolor… Elodia… una vez más invocó a su patronus, mientras la pantera negra seguía dando vueltas a su alrededor, cuidando de que nada se acercara a ella. Segundos después un nuevo doberman plateado corría hacia la fortaleza con un mensaje para su amiga. -Coyo, Sagitas y Laurus ya van por ti amiga, no temas buscaré a los organizadores, no dejaremos que nada te ocurra… todos juntos… Rizos y Moscas Unidos, no te abandonaremos… Retomó su carrera de modo alocada, a lo lejos distinguió un nuevo grupo y reconoció a algunos de los alumnos de la Academia… Avril Lestrange seguía a Mateo Black, con AteNa a su lado. Vio que Mateo empuñaba en una mano su varita y en la otra un puñal, eso le recordó que ella misma llevaba siempre su puñal pegado a la cintura. Avril, también tenía su varita
preparada. A lo lejos vió como los jóvenes se encontraban con alguien que luego corría hacia otro lado… parecía que los tres iban en el mismo sentido que la auror, que empezó a correr aún más rápido, si se puede, con la pantera a su lado. Minutos después escuchó los gritos de los jóvenes, alcanzó a distinguir como los dementores les atacaban y ellos se defendían… -No!!! – el grito surgió de su garganta con bronca y dolor… volvió sobre sus pasos en el momento que alguien más lograba defenderlos para tener que arrojarse al suelo cuando una ráfaga de fuego pasó a unos escasos metros sobre ella… el dragón… una vez más gruñó y levantándose corrió hacia los jóvenes, estaban tratando de protegerse como podían… fuego maldito… algo debía interponerse, ó debían eliminar al bendito dragón… empezó ella misma a lanzar protegos y patronus para defenderse y defender a los jóvenes que habían emprendido la marcha hacia donde estaba el equipo organizador… quizás era mejor que se unieran… De repente algo más había volando en el cielo… un gran y etéreo dragón compuesto tan solo de sombras con dos brillantes ojos cual rubíes perseguía a los dementores empujándolos hacia las murallas. -Vaya Patronus – murmuró la auror mientras se volvía hacia los jóvenes que había visto antes – Avril!! Vengan, si van donde los organizadores, vayamos todos juntos y rápido! La templario hizo señas al desparramado grupo, era mejor ir todos juntos…
Rosabonita Caminé y caminé por algunos minutos o quizá una hora. Todo era desconcierto en aquella gélida noche llena de incertidumbres y miedo. Los densos árboles, como sombrillas naturales, protegían un poco el bosque de la gran tormenta. Aunque en cualquier momento se incendiarían con el fuego maldito que salía de la boca del Colacuerno Hungaro. Este estaba causando todo el caos. Me sentía algo desorientada, habían muchas personas corriendo y con varitas en mano, intentando hacer algo por sus vidas aunque pareciera que casi nada serviría. Mi adrenalina seguía elevada y mi respiración entorpecida por el agite de la noche.
Pronto intenté tomar un atajo para llegar a la fortaleza más rápido, porque a pesar de que Sheila sabía defenderse, el problema no estaba nada fácil y quizá necesitaba ayuda. Levanté mi mirada y divisé algunas sombras negras… Todo se volvía denso y helado, dejaba de sentir mis dedos, mis manos y muñecas. Con dificultad sostuve mi varita en mano ya que dejé de sentirla por el inmenso frío. Deje de encontrarle sentido a lo que hacía y no conseguía nada por lo que valiera la pena continuar la aventura. Todo era oscuro y triste, nada quedaba. Fue entonces cuando comprendí que aquellas cuatro sombras sólo podían ser dementores. Debía hacer algo. Debía conseguir de nuevo la adrenalina en mis venas, debía pensar en mis amigos y en los cientos de personas involucradas en el desastre. Intentaba recordar, pero las imágenes eran confusas. La felicidad y la infelicidad se mezclaban e intentaban dominar mis pensamientos. Mis rodillas flaquearon y caí lentamente al césped. En aquella guerra intensa logré recordar las útiles chispas rojas. Alguien me ayudaría… Me esforcé en levantar mi mano y hacer un cansado movimiento con la varita en alto, produciendo así las chispas que con un poco de suerte atraerían la atención de alguien que pudiera ayudarme. Sin embargo, mientras me debatía interiormente, todo comenzó a ceder con lentitud. Miré con dificultad hacia el cielo y vi que los dementores se alejaban como halados por algo o alguien. Respiré de nuevo y mis pulmones se relajaron y de igual manera comencé a sentir la varita entre mis dedos otra vez. Volteé la mirada entrecerrada e identifiqué a dos personas que se aproximaban. Elvio y Josi me habían encontrado. Bajé la cabeza intentando recuperarme de aquél encontronazo. Al minuto reconocí sus pasos cada vez más cerca.
-¿Cómo te encuentras?- Preguntó Josi preocupada mientras Elvio me tendía la mano y me ayudaba a levantarme. Sólo pude asentir para que supieran que estaba bien. Aún no recuperaba mi voz totalmente. joselinjim La lluvia caía torrencialmente, el lodo le cubría los pies y el cansancio acumulado se veía en sus ojos, pero aún así Josi corría a paso decidido a través de lo que quedaba de los campamentos. Su larga cabellera goteaba agua, y su pijama, anteriormente blanca y azul, se veía de un extraño color grisáceo. Sentía las pisadas de Elvio a su lado, pero hacía un rato que se sentía perdida. Iban en dirección al bosque, y luego a intentar llegar a la fortaleza donde su prisionera estaba encerrada. Cuando se encontraban casi llegando a la
entrada del bosque, Josi paró a descansar; el frío le había dormido las piernas y la lluvia entorpecía su vista; se recostó del árbol más cercano y descansó unos minutos antes de continuar. - Creo que debemos caminar, estoy muy cansada para seguir corriendo y si continuamos haciéndolo no lograremos llegar a la fortaleza – le dijo a Elvio, al tiempo que se limpiaba el lodo de sus pantuflas de unicornio. Lo vio asentir, un minuto antes de continuar su travesía. Llevaban rato caminando por las inmensidades del Bosque Prohibido, la lluvia no paraba y Josi se sentía caminando en círculos. Solo distinguía árboles y arbustos incendiándose entre la oscuridad. Caminaban sin parar, cuando de repente una rama se atravesó en su camino, haciendo que Josi perdiera el equilibrio y cayera al suelo. Logró levantarse y enderezarse al tiempo que oía a penas un susurro de la voz de Elvio, preguntándole si estaba bien. - Si, estoy bien – logró decir – sigamos. Continuaron avanzando unos minutos cuando vieron en el aire algo que indicaba que alguien se encontraba en problemas, eran indiscutiblemente chispas rojas, y habían sido lanzadas muy cerca de ahí. Josi miró a Elvio con sorpresa y corrió en dirección a las chispas. Al llegar notaron que Rosa, su compañera, estaba tirada en el suelo rodeada de cuatro dementores que intentaban acercársele y ella, sin mucho éxito, intentaba enviar su patronus hacia ellos. Josi se dispuso a sacar su varita cuando observó que los dementores se retiraban, algo muy inusual en ellos. Miró a sus compañeros con absoluta incredulidad, y corrió hacia donde se encontraba Rosa. - ¿Te encuentras bien? – le preguntó, al tiempo que Elvio le tendía la mano para ayudar a levantarla. Rosa asintió con cansancio. – debemos seguir caminando, tenemos que salir de aquí. Llevaban apenas cinco minutos caminando cuando Josi tuvo otro extraño presentimiento, y al minuto siguiente vio una llamarada de fuego que se dirigía hacia ellos. Lograron esquivarlo, solo por suerte, agachándose antes de que el fuego impactara contra ellos. Josi rodó unos pocos metros y trató de ver a sus compañeros. Levantó la vista para verificar que se encontraban bien, cuando vio fuego de nuevo, esta vez en mucha mas cantidad dirigiéndose hacia ellos nuevamente. El fuego no paraba, el dragón les lanzaba una tras otra llamarada. Debían salir de esta con vida, así que solo había una cosa que hacer.
-¡CORRAN! – gritó segundos antes de rodar tras un arbusto.
elvio hg Iba corriendo bajo la fría lluvia. Estaba ya totalmente empapado, mi pijama azul parecería de color oscuro de no ser por la túnica negra que llevaba encima a modo de abrigo. Josi no aparentaba estar mejor: los dos estábamos agotados, por lo que decidimos caminar.
El fuerte viento movía los árboles del bosque con tal facilidad que no sería sorprendente que los arrancase de un segundo a otro. El humo ocasionado por las grandes llamaradas del dragón cubrían todo el cielo, y al mezclarse las cenizas con el agua, empezó a llover de un color negro.
Nos adentramos en el bosque, a paso lento pero seguro, hasta que una rama atravesó nuestro camino haciendo que Josi cayera fuertemente al suelo.
-¿Estas bien? –le pregunté, y después de que afirmó seguimos caminando por el oscuro lugar-.
Pero la oscuridad fue corrompida por unas chispas rojas que se vislumbraron en el cielo. Josi y yo nos miramos: alguien debería de estar en peligro. Corrimos hacia el lugar de donde procedían las chispas, y encontramos a Rosa tumbada en el suelo lodoso rodeada de cuatro dementores, que curiosamente, se fueron sin siquiera haber lanzado un patronus.
Le tendí una mano a Rosa para que pueda levantarse, mientras ella asentía con la cabeza indicando que estaba bien, en respuesta a la pregunta de Josi.
Seguimos caminando durante unos cinco minutos, hasta que una gran llamarada que incendió varios árboles casi nos incinera: el dragón estaba cerca.
No podía ver donde estaban ni Rosa ni Josi, el humo me lo impedía. El enorme dragón estaba volando encima de nosotros, amenazándonos con sus enormes cuernos.
Escuché el grito de Josi, y me agaché, intentando resguardarme del dragón, aunque no me serviría de nada ya que el fuego pronto terminaría consumiéndolo todo. PaigeRose_Granger Había tenido un día muy largo de competiciones en el campamento por lo que a penas puse un pie en el me dirigí a mi habitación, me tiré sobre la cama y cai rendida a los brazos de morfeo. Nose cuanto tiempo pasó, cuantas horas dormí, sólo sentía que habían sido muchas pero claramente mi cuerpo me pedía que siguiera durmiendo porque aun me sentía cansada, así que me rendí otra vez y traté de quedarme dormida otra vez. Cuando ya casi dormía sentí a lo lejos la voz de mi capitán mas no le presté atención y continué en mi cama, se sentía tan binen estar ahí que su interrupción casi paso desapercibida.
Unos minutos, o quizás fueron horas, después sentí un gran alboroto que provenía de las afueras de mi ccampamentó, agudicé el oido y sentí un rugido de dragón, -¿Eso fue un rugido de dragón?.- Me dije a mi misma, como no estaba segura me senté en mi cama, abrí lentamente los ojos y puder ver con claridad el interior de mi cuarto, lo que me extraño porque era de noche y sentía como caía la lluvia en el extrerior. La insertidumbre de saber que era lo que acontecía me hizo levantarme de mi refugio nocturno, salí de mi habitación y me di cuenta que no había un alma en mi campamento, corri a la puerta y lo que vi me impactó, era un verdadero caos, personas corriendo de un lado para otro, llamas que provenían de quien sabe donde, mortífagos mezclados con los participantes, a lo lejos divisé dementores que asechaban a los participantes del torneo, al igual que lo hacían un grupo de inferis desbocados, pero no veía por ninguna parte a los integrantes de mi equipo.
Así que volví a mi cuarto me vestí rapidamente con lo primero que encontré, unos jean azul marino, con un polerón el que llevaba estampado el escudo de mi casa Hufflepuff y mis tenis favoritos, sobre mi ropa muggle me puse mi capa y salí en busqueda de mis compañeros.
Una vez afuera comencé a caminar y ver hacía todos lados, la verdad es que no entendía nada de lo que estaba pasando. Al pasar junto al campamento de un equipo rival de la casa Raven escuche que los integrantes de aquel equipo decían algo asi como que el dragón había despertado y estaba atacando la fortaleza, -¿La fortaleza?Pensé, giré en dirección a la fortaleza y pude ver el caos en el que se había convertido, se encontraba rodeada por fuego maldito y asediada por inferis y dementores y quien sabe que otras criaturas tenebrosas habría dentro.
Fue en ese momento en el que recorde que los prisioneros de ésta semana habían entrado hace poco rato a ésta, -Mi hermana Eli está ahí y mi amiga Elodia también.Pensé, en ese momento fue cuando el pánico entró en mi, debía encontrar a Deiv, Luna y Dama de la Luna, pero como encontrarlos entre tanto caos, fue ahi cuando vi pasar un patronus y recorde aquella forma de comunicación asi que afiné mi garganta y dije:
-¡Expecto Patronum!- y vi como 3 gacelas salían en distintas direcciones, en busca de mis tres compañeros, era de vital importancia que el mensaje enviado por medio de mi patronus llegara a sus destinatarios, porque la vida de mi hermana estaba en juego.
Miré el galopar de los patronus y me di cuenta que uno concluyó su viaje muy cerca de dodne me encontraba, asi que me puse a correr a todo lo que daban mis piernas y caundo llegué al lugar en el que se habia detenido mi gacela me di cuenta que era mi capitan, Deiv, al que primero le había llegado mi mensaje, asi que le dije:
-Deiv ¿Qué ha pasado aquí? ¿Qué es todo este alboroto?, escuche mientras venia para aca que el dragón había depsertado y habia atacado la fortaleza, ¿es cierto eso?.-
Por la cara que me puso mi capitán me pude dar cuenta que todo aquello que había escuchado era cierto, asi que le dije:
-¿Los mortífagos tiene algo que ver en todo esto? como está la amrca en el cielo... Necesito saber si mi hermana está bien... ¿Los organizadores no han hecho nada?-
Mientras esperaba la respuesta me di cuenta que un grupo de dementores se venía acercando lentamente, por lo que tomé con mayor firmeza mi varita de Alerce...
eli tonks Una brisa de aire frío y entristecedor llegaba de cuando en cuando hasta el lugar en que nos encontrábamos, refrescando por unos instantes ante el intenso calor producido por las llamas del fuego maldito.
Mi mano derecha aferraba la de Elodia, ella me había encontrado y no permitiría que se me perdiera de vista un solo momento.
-¿Estás lista?- la chica asintió con la cabeza, ambas empuñamos nuestras varitas y nos dispusimos a caminar por la fortaleza sin rumbo fijo, esperando encontrar a alguien más y si teníamos suerte, la salida.
-¡Oigan chicos!, ¿no vienen?- pregunté al pequeño grupo de prisioneros que estaban detrás nuestro, al parecer sin intenciones de moverse. -¡Bueno pues, hagan lo que les parezca!- en situaciones como esta era fácil que perdiera la paciencia, no pensaba intentar convencerlos.
Llamas y criaturas extrañas, dementores e inferis, la marca tenebrosa, un enorme dragón lanzando fuego maldito, ¿qué posibilidades teníamos de salir a salvo de allí?; la desesperanza producida por la presencia de aquéllas criaturas putrefactas empezaban a tener efecto sobre mi.
-No pienses en eso, busca mejor un recuerdo que te haga sentir feliz- dije para mis
adentros, recordando algunos de los mejores momentos de mi vida; el día de mi adopción y llegada a la Rider era algo inolvidable, así como también el día en que fui aceptada dentro de la Orden. Una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro, haciéndome sentir mejor.
-¡Expecto Patronum!- con las prisas había olvidado avisar a mi familia y equipo que me encontraba bien; la figura etérea de un pequeño dientes de sable surgió de la punta de mi varita, juqueteando con la orilla de mi túnica. Me incliné hasta la altura de la criatura y en un susurro le dije.-
-Busca a Paige y dile que estoy bien y que Elo está conmigo; que no le diga nada a mamá, a menos que algo salga mal.- dando zancadas, el tigrecillo desapareció de nuestra vista.
Continué caminado con Elo durante largo rato, empapándonos silenciosamente con la lluvia que arreciaba, y usando la varita en algunas ocasiones para abrirnos paso o librarnos de alguna criatura, hasta que un trío de chicas pasaron corriendo junto a nosotras.
-¡Ey!, ¿a dónde van?, nosotras venimos de allí.- las chicas se detuvieron en seco, volviendo sus pasos hacia nosotras. Las conocía, eran Nessi, una leona que participaba también en el Torneo; Xheli, mi amiga y vecina Weasley; y Sheila, una gran compañera auror. -¿Se encuentran bien?, me alegro de verlas-
Xhiio Corríamos lo más rapido que podíamos por el lugar, atentos por si algo se lanzaba contra nosotros... cuando vimos que desde las sombras se materializó un corpulento hombre que, por la pobre iluminación, no logramos verle la cara, pero asumimos que era un mortífago.
-¡Incendio!- Gritó aquel hombre, apuntando a Wendy con su varita. Por la luz que despidió el hechizo, logré divisar sus toscas facciones. Sí, tenía razón, era un mortífago. Vi como Gode se avalanzaba sobre la chica para apartarla de la trayectoria del hechizo. Reaccioné al instante, me volví al malvado mortífago y grité -¡Expeliarmus!- oí como mis demás compañera lanzaban el hechizo al mismo tiempo que yo. Wow, ni que lo hubiesemos planeado. A eso llamo coordinación, pensé. Sabía que esta combinación de expelliarmus no sólo desarmaría a nuestro oponente, si no que lo alzaría por los aires hasta chocar con la pared a sus espaldas. -Incarcerus - dije, apuntándole al hombre que estaba en el piso. Unas cuerdas salieron de mi varita y lo ataron. -Mejor corramos, los mortífagos nunca estan solos - dijo mela -Sí, pero primero escondamos a este mortífago - dijo Wendy Y así lo hicimos, llevamos al mortífago y lo ocultamos entre las sombras, nadie lo encontraría ahí. Con una nueva integrante en nuestro grupo, no fuimos a buscar algún lugar en donde escondernos y planear qué hacer, por dónde ir para encontrar a Xheli, esperaba que estuviera bien. Dimos media vuelta y nos encontramos de cara con un inferi. -¡Incendio!- Gritó Niki instantaneamente. *** -¡Hola!- Nos saludó una bruja, no sabía su nombre- ¿Supieron lo que pasó? ¡Mistify invocó la marca tenebrosa para que vinieran los mostífagos en nuestra ayuda! -¿Verdad? - pregunté asombrada. Eso quiere decir que aquel mortífago que había atacado a Wendy, en realidad la estaba defendiendo del inferi... ¡Y nosotros lo atacamos él! - Oh, oh. -Estee... bueno... Yo voy a salir de aquí -vaciló la joven bruja- Adios, chicos. No se preocupen, que los mortífagos solucionarán todo este lio. Váyanse a su campamento y refugiense ahí, lo más rápido posible. -Gracias por la información - Agradeció Gode - pero nosotros debemos ir a buscar a Xheli. ¡Suerte! Hechamos a correr en la dirección en donde se encontraba escondido el mortífago. Llegamos ahí, lo desatamos y con un ennervate lo devolvimos a su lucidez. Nos contó lo que Mistify le había encomendado y nos dijo que corrieramos. Que corrieramos lejos de ahí y esperáramos la señal que nos darían cuando el dragón vuelva a su "profundo" sueño. ***
Me había detenido a contemplar la escena que ocurría frente a mis ojos: personas corriendo, escapando de un temible fuego maldito, dementores e inferis qe deambulaban por el lugar. De pronto, sentí que alguien me tomaba de la mano para que me moviera, lanzé un pequeño chillido, pero me di cuenta de que no era nada más que Niki. -A presúrate, Xhiio-. Me dijo - Sí, sí, ya voy-. Observé por última vez todo y me lanzé a correr con mis amigos, deseando que los mortífagos calmaran la situación, pero, por sobre todo, deseando encontrar a Xheli fuera de todo peligro... Algo estaba cambiando en la escena. -¡Hey, chicos, deténganse! - Exclamé, cuatro pares de ojos se fijaron en mí. -¿Qué pasa ahora, Xhio? ¡Tenemos que encontrar a Xheli y rápido! - Casi gritó Gode, de seguro pensaba que ya había perdido mis pocas neuronas que me quedaban. - No, no. ¿No sienten la atmósfera diferente? Me siento más... feliz. Creo que los dementores y los inferis ya no están por aquí- Repliqué. - Es cierto.- dijo Wendy, notablemente más calmada- ¡Debe ser por el expectro de Mistify! -¡¡Pero aún está el dragón despierto, vámonos de una vez!!- Sentenció Mela.
Legolas del Bosque Negro Legolas continua mirando hacia el hotel, con sus ojos fijos en la marca tenebrosa, acaso aparte de todo este caos también tendremos guerra contra los mortifagos, esto no está para nada bien pensó. Ven a Mica acercarse a ellos, se denota la desesperación en su cara, y es harto sabido la repugnancia que siente hacia los mortifagos y todo lo que ellos representan, por lo cual no les sorprendió la pregunta que les estaba realizando tanto a él como a Tontín. - ¡Mortífagos! – Grito ella sin poder disimular la ira que poco a poco se apoderaba de su calma - ¡Claro que son los culpables de todo esto!- el tono de su voz se alzó hasta concluir en un grito de histeria- Creo que lo mejor será ir hacia allá, necesitamos una respuesta. –dijo ella con una mirada inquisitiva¿Vamos al hotel? - ¡Tontín, deja de mirarte el pijama! Te queda fatal – le dijo con un tono muy severo y bastante inusual en ella- ¿Vamos a hotel o no vamos al hotel? –ahora si ya bastante exaltada- Yo iré al hotel si me da la gana- dijo Legolas en un tono bastante severo- Me lo estoy pensando. -en realidad seguia centrando su miraba sobre la marca tenebrosa, aunque en su cabeza comenzaba un creciente
debate interno, entre ir al hotel para buscar explicaciones de los organizadores, o salir corriendo a tratar de ayudar aLili, ya que con cada minuto que pasaba las llamas devoraban aun mas las paredes de la fortaleza. - Sí, Mica, yo haré lo mismo. Que Mackenzie dijo que no nos podías obligar a nada.-Legolas escucho como sus amigos comenzaban a discutir, hasta que se zanjo todo con la respuesta afirmativa por parte de Tontín.-Legolas sabía que su capitana en esos momentos podía llegar a odiarlo, pero su preocupación por la suerte de Lili en la fortaleza, era lo que lo hacía vacilar sobre la respuesta que daría. Ante la insistencia de Mica le contesto de igual manera que antes pero de forma aun más severa, y escucho como su capitana y amiga se exaltaba aunque no le dijo nada al respecto.Tontín comenzó caminar en dirección al hotel, Mica lo sigue de forma instantánea. Los gritos parecían formar parte ya del habiente, así como los fogonazos y las chispas que surgían por doquier. Mantuve mi mirada al frente intentando no pensar en todas las desgracias que en aquel momento podían estarse sucediendo en aquel lugar. Todo lo que se veía claro en ese momento, es que el caos comenzaba ya a apoderarse del campamento también. Muchos compañeros habían salido de sus tiendas y corrían en diferentes direcciones, algunos intentando huir, otros planeando entrar a la fortaleza… -Legolas los ve alejarse, y como Mica lo mira, sabe que lo seguirá porque la única forma de sobrevivir en aquella anarquía creciente, será solamente manteniéndose juntos, comienza a caminar hasta alcanzarlos.¡Esperen! -les dijo cortándoles el paso a ambos y señalando con su mirada hacia las tiendas de ambos equipo, en el cual se podía ver a Pin, hablando con Pinca y aun desorientada por todo la confusión reinante en ese momento, a Kea y al Lobo saliendo de la tienda de las Veelas, de forma inmediata ambos se acercan al grupo, y el lobo después de darse cuenta de lo que está pasando, nos grita- - ¿Qué hacen ahí parados cuando la fortaleza está ardiendo en llamas? – su mirada fulmina al grupo, y todos sabemos del cariño del lobo por Lilique en esos momentos esta de prisionera.- -En ese momento se les suma Ale, que los saluda con su mirada y aunque no dijo nada, su carita reflejaba la desesperación creciente en todos nosotros, pensando en nuestros amigos.Todos ahora sí, partieron hacia el hotel que no distaba mucho de sus tiendas, en todos los rostros, se notaba un clima tenso debido a la preocupación reinante, por suerte Tontín lograba distendernos por pocos minutos con sus comentarios elocuentes. -De repente se dejo de oír el caos reinante alrededor nuestro, el silencio comenzaba a ser avasallante, y eso
solo podía significar una cosa, que los dementores estaban cerca, sin pararse a pensarlo y por la tensión y adrenalina reinante, Legolas alzo su varita y grito.- ¡Expecto Patronum! –un enorme tigre blanco apareció de su varita ahuyentando a los dementores, logra apreciar que varios de sus amigos también invocaron sus patronus; y antes que se dieran cuenta se encontraban a las puertas del hotel, justo debajo de la marca tenebrosa.-Se miraron unos a otros y con pasos decididos se dirigieron todos hacia la entrada del hotel, donde se veía una creciente agitación en el interior del mismo, se podía ver a mortifagos y aurores hablar y gesticular.- Legolas sin saber que haría el resto, abrío la puerta y entro para pedir las explicaciones pertinentes a los organizadores allí presente-
Mateo Black Los dementores parecían retirarse, pero por detrás asomaban más, Mateo giró sobre sus talones para dirigir a Rajah, su patronus, hacia ellos, cuando un fwooper plateado los embistió alejándolos del grupo de magos. Mateo reconoció la figura que había conjurado el Patronus: era Golden Snitch.
- ¡A ver si me explican que demonios esta pasando aquí! –Gritó mientras su blanco cabello se tornaba de un rojo intenso. Era metamorfomago, una cualidad rara entre los magos.
- Es simple, no sabemos que ocurre con los prisioneros, el dragón despertó y se escapó para luego incendiar todo a su paso y así darnos una muerte muy miserable -contestó rápidamente la bruja de ojos pardos.
Mateo se volvió para decir algo, cuando Avril gritó: ¡Cuidado! ¡La bestia está encima nuestro!. El dragón se paseaba buscando fervorosamente algo encima de ellos.
- ¡Protéjanse! –Exclamó Mateo al grupo, que al mismo tiempo que el Colacuerno escupía todo tipo de animales de fuego, emitieron un hechizo protector de sus varitas. Miles de animales ardientes chocaron contra el escudo protector. Al parecer no lo habían neutralizado del todo, a juzgar por el chamuscado cabello de Avril, pero era más de lo que podían pedir.
- ¿No sabemos convocar un buen Protego? -Dijo enfurecida AteNa sintiéndose cada vez más inútil, pero los demás ignoraron el comentario. Algo más había atraído su atención.
Un gran dragón etéreo compuesto sólo de sombras clavó sus ojos cual rubíes en ellos, al tiempo que pasaba a su lado ahuyentando a los dementores. Mateo creía saber de qué se trataba, Orión se lo había explicado. Era obra de un mortífago. El Black dirigió su mirada hacia el hotel y volvió a examinar la escena en la ventana: las sombras ahora se movían como si interactuaran entre ellas. – Nosotros en el campo de batalla y ellas tomando aperitivos como si fueran las Reinas de Inglaterra.Pensó el mago con aire de indignación. Pero algo sacó al joven de su ensimismamiento.
- ¡¡Avril!! ¡Vengan, si van donde los organizadores, vayamos todos juntos y rápido! –Llamó Darla
Potter Black, desde unos metros atrás. Su profesora parecía tener el mismo destino que ellos.
El grupo se acercó a la Auror esquivando animales de fuego, cuando de pronto una quimera lanzada por el dragón embistió contra un árbol cercano envolviéndolo en llamas, lo que hizo que el árbol se inclinara y comenzara a caer justo sobre el grupo. AteNa, en un movimiento ágil, se volvió para atrás junto con
Avril que estaba fuera de peligro, mientras que Golden tiró de Darla para alejarla de allí, y Mateo sólo tuvo tiempo de lanzar un Expulso inútil hacia las ramificaciones ardientes que se desplomaron sobre él. Se produjo una pequeña explosión y las llamas envolvieron el lugar, donde ahora yacían inconscientes varios magos y brujas.
*****
Una imagen distorsionada era todo lo que se reflectaba en los grises ojos del Black. Un dolor punzante le llenaba el pecho y el brazo izquierdo. Intentó moverse, pero sólo una pierna acudió a su orden. La otra yacía inmóvil bajo el árbol, el árbol que casi lo mata. Cuando pudo recobrar la vista aguda, buscó a tientas su varita de Serval, y a sus demás compañeros, esperando que estuviesen a salvo.
- Wingardium Leviosa –Balbuceó. El árbol se movió apenas, pero lo suficiente para que Mateo retirara su pierna derecha. Parecía tan dañada como si la hubieran metido a una batidora en velocidad máxima. –Episkey- Murmuró varias veces en dirección a su brazo y piernas. No se recuperó totalmente, pero logró ponerse de pie, cuando se dio cuenta que los ojos le quemaban. Las gafas de Quidditch ardientes le ejercían un calor punzante en las bolsas de los ojos. Se las quitó emitiendo un leve bufido y tosió por el humo inhalado. Buscó alrededor a alguno de sus amigos, pero cuando se dio cuenta, se encontraba al pie de un edificio imponente de varios pisos de altura, era el Hotel.
No lo pensó 2 veces y se dirigió cojeando hacia adentro, debía advertirles a las organizadoras. Alguien debía detener semejante masacre.
Fernando perea Fer habia seguido a Lili hasta ese enorme hueco donde estaban las grandes criaturas de fuego, al llegar alli escucharon un a una joven bruja pronunciar el hechizo bombarda a la vez que el suelo se estremecio.
Al escuchar esa voz Lili pareció reaccionar de su mirada perdida, -talvez era alguien que ella conocia- pensó Fer.
En el momento seguido de haberse escuchado la explosión provocada por el hechizo Fer quiso salir corriendo hacia el hueco para tratar de ayudar a la chica ,que seguramente estaba en un gran problema, pero fue sacudido por un tirón de Lili que lo llevó contra una pared. Fer no sabia porque ésta había hecho eso pero despues de unos instantes penso que tal vez podría haber sido para que las bestias de fuego no los vieran, sin duda la chica era más inteligente que él.
Luego de unos minutos que para Fer fueron de confusión le siguió la caida de del suelo del corredor, esto se estaba poniendo cada vez mas peligroso- penso Fer pero eso no lo habia hechado atras, estaba dispuesto a seguir a toda costa y ayudar a quien pudiese en su camino, la valentía de Lili y su inteligencia lo había inspirado.
A todo esto le había seguido un instante de silencio que daba aun mas miedo y confusion que todo el ruido de hacía un instante. Pero este silencio fue interrumpido por otro bombarda, pero esta vez no era la misma voz,no, era de otra maga, pero Fer no reconocia quien, se miraron con Lili y sin decir una palabra sabian que debían ir hacia el agujero.
Ambos se asomaron muy cuidadosamente para no caer tambíen, al parecer Lili conocía a ambas magas y en el rostro de Fer se noto una leve sonrisa cuando Lili bromeo con sus amigas.
-Si quieren le silbo de nuevo al basilisco para que las ayude-
-¿Y por qué no mejor llamas a Fawkes para que nos salve? Ya tuvimos suficientes experiencias con serpientes hoy – dijo una de las magas con voz algo molesta pero sin dejar de notar la broma de Lili.
Fer había alcanzado a decir unas palabras--¿Cómo se encuentran?- pero nadie había alcanzado a responder a esa pregunta ya que el Pedazo de suelo donde estaban parados Lili y Fer se había desmoronado y ambos habían caido al agujero con las otras dos magas, aunque Fer fue el que había sufrido más la caída ya que lili cayó sobre él.
ya pasado todo esto cuando los cuatro magos se disponian a preparar un plan para seguir adelante andre interrumpió preguntando el nombre del mago que estaba con Lili
-¿quién es él?- pregunto andre.
-Mucho gusto, soy Fernando Perea – inquirió el mago
-El gusto es mio, me llamo Andrea- contestó la prefecta mirandolo con sus ojos cáfes
Luego de esto las tres brujas y Fer se disupusieron a seguir alguno de los tantos caminos que había en las mazmorras, pero al no saber a donde ir al mismo tiempo Andrea, Mitsuki y Fer giraron sus cabezas hacia Lili preguntando.
-¿Y ahora que hacemos?
Minimin Skeeter El caos iba in crescendo, los equipos se conglomeraban entre sí, y se dirigían hacia el único lugar posible, la Fortaleza o al menos su murallas, ya que no se nos permitía ni entrar, ni salir. El equipo de los BONSAIS TENEBROSOS, estaba un poco dislocado, era uno de los defectos de los bonsáis, la distracción era enorme.
-Diablos, ya se me volvieron a perder todos – musite con un poco de histeria pero intentando controlarme antes de lanzarme a dar de ramazos.
El único que parecía querer quedarse conmigo era Piro, quien gritaba que si nos perdíamos usáramos el tatuaje de bonsái que teníamos cada uno grabado, en mi caso, lo tenía en mi muñeca derecha, era momento de utilizarlo. No quería masacres dentro del equipo.
Con la varita en mano, toque mi tatuaje de bonsái llamando al resto del equipo, la idea era que estuviéramos todos juntos.
-Van a conocer a su Tirana como no lleguen rápido – pensé al tiempo que me ponía a observar las paredes de la fortaleza, en busca de algún punto por el cual pudiéramos entrar a rescatar a Woolf que si bien era un vago glotón y seductor, no merecía morir en las garras de una esfinge o por alguna llamarada de dragón.
Muchos parecían sorprendidos por la marca tenebrosa, me causaba gracia como era que nos creían
capaces de tal masacre, si bien no era una mala posibilidad, estaba segura de que nos hubieran avisado. Razón del porque me causaban gracia esa clase de comentarios.
El frio se había disipado, al igual que los inferís, cosa extraña, suponía que algún mortífago experimentado nos había librado de aquello, quitándonos un peso de encima. Sonreí con suficiencia y mire hacia una pequeña puerta estaba cerrada y por más que probaba con el confringo, el alohomora y cualquier clase de hechizo, incluso había probado el vitae, no se abría.
-Magia antigua – pensé, pero sabía que había algo extraño, pues estaba segura que había visto las vestimentas características de Morgana entrar por esa puerta. Solo que con el alboroto nadie podía percatarse, que algo extraño estaba pasando.
En eso escuche la voz de mis bonsáis que confirmaban que estaban bien, me gire hacia ellos con cara de espanto, si algo había aprendido, es que muchas cosas no eran lo que parecían ser.
-Chicos, escuchen, Warju, deja de andar de metiche, cooncentrate, creo que algo anda mal, y no es precisamente ese dragón – comencé al tiempo en que invocaba mediante un Fortificum, una barda de ladrillo para que nos protegiera de las llamaradas de fuego maldito que el dragon lanzaba en nuestra direccion en ese momento.
-Pues claro que algo anda mal Tirana, ¿que no ves el desastre? – comento Erick, lamado el Pitapatafrita con su carismática voz que tanto apreciaba.
-Me refiero, ¿ven esta puerta? Pues bien díganme loca pero acabo de ver a Morgana entrando por ella, sin siquiera inmutarse por el desastre, y para colmo, los organizadores aun no aparecen por ningún lado.
Coyo-t Sin duda alguna esta noche parecía no tener fin, pero al menos la joven sagitas, por fin había llegado, solo esperaba que Elodia estuviera bien y mi amada Darla… pero mis pensamientos fueron interrumpidos por un patronus de Elodia, donde nos pedía no hacer nada, sin duda la chica era valiente, algo ingenua, pero valiente, mi mente regreso a pensar en mi amada Darla, lo cual era una gran ayuda para poder invocar los numerosos patronus que usaba para combatir los cientos de dementores que nos acechaban. De repente y ante mi sorpresa el patronus de mi joven pupila y amante, apareció frente a mi… después de emitir su mensaje se desvaneció en una breve voluta de humo, pero no tenia tiempo para sufrir, los dementores se acercaban mas y mas… Con un ligero temblor en mi mano levante a Dryada y después de intentar relajarme un poco dije.-―Expecto Patronum‖ Una pequeña nube de gas plateado salió de mi varita, en mi mente solo podía imaginar a Darla sufriendo ante el ataque de uno de los seres infernales que se encontraban por aquí. Caí de rodillas sin poder defenderme, a lo lejos oía la voz de sagitas intentando reanimarme, pero su lucha era en vano, En eso, un dragón etéreo apareció sobre nosotros y sin dificultad alejo a los dementores, mi mente se clarifico y de inmediato me puse de pie con mi varita preparada para la acción, sin poder evitarlo me disculpe con Sagitas por haber caído en la desesperación, pero no creo que haya un dolor peor al perder al ser amado… Dejando de lado mis temores me tranquilice y rápidamente levante la voz diciendo… -―Vamos chicos, vamos sagitas, tenemos que llegar a la fortaleza para rescatar a los miembros de nuestros equipos.‖ Antes de que Sagitas pudiera decir algo le lance una mirada incitándola a guardar silencio mientras le decía. -―Darla se puede cuidar sola, el chiste de un equipo es dividirse las tareas… confiemos
en ella…‖ Sin mas que decir, empecé a caminar hacía la fortaleza con la firme intención de rescatar a la joven Elodia, Sagitas me seguía al igual que otros participantes del torneo…
Mitsuki Ahora eramos cuatro los magos que nos veiamos atrapados no solo en la fortaleza, sino tambien en una mazmorra húmeda y oscura. Una serie de escapes y salvatajes nos condujeron a caer uno tras otro en aquel lugar. Tal vez fuera el destino o la suerte, o la mala suerte lo que los guiaba. Los ultimos en caer fueron Liliana y un nuevo chico al que Mitsuki nunca habia visto, Andrea tambien lo miraba extrañada. -¿quién es él?- pregunto la primer prefecta. -Mucho gusto, soy Fernando Perea – inquirió el nuevo mago -El gusto es mio, me llamo Andrea- contestó la prefecta mirandolo con sus ojos cáfes Mitsuki iba a decir su nombre, pero no sabia por que razon se le atoraron las palabras en la garganta, el aspecto del chico se le hacia muy familiar, aunque su nombre no lo relacionaba con nadie que ella conociese. Todos se miraron un instante y movieron la cabeza hacia ambos lados. A su izquierda tenian el muro debilitado, pero tapado por un centenar de inmensos pedruzcos. Arriba el boquete que daba a la sala principal de la fortaleza, a metros de altura y lleno de vestias creadas pro el fuego maldito. A su derecha se abria un tunel infinito, apenas iluminado, pero en el cual se llegaba a dislumbrar varias bifurcaciones, y mirado aun con mas atencion una luz pequeña titilaba tal lejana como una estrella. Eran las dos bestias que los habian atacado antes.
-¿Y ahora que hacemos?- Mitsuki sonrio, ya que por alguna extraña razon Fernando y andrea habian hecho la misma pregunta que ella y todos mirando a Liliana, que se encogio de hombros. -Y a mi que me miran, soy prefecta, no mapa. -Mmm... yo digo que empecemos a recorrer estos tuneles. Si las criaturas de fuego pasaron tal vez debilitaron la defenza magica de los muros y podamos volver a derribarlos para pasar. Todos afirmaron con la cabeza. Andrea era la mas emocionada de todas, sonrio y se acomodo la mochila que traia enlos hombros. Liliana tomo con firmesa su varita y se encamino hacia adelante, y las siguio Mitsuki. Pero las tres pararon la marcha al ver que Fernando no avanzaba, se veia algo temeroso por la perspectiva del oscuro tunel. - ¡Hombre de poca fe! - exclamo entonces Mitsuki -. ¡Desenvaina tu espada, caballero, y ayúdanos a lograr nuestro objetivo! Los otros tres la miraron. -Eso me es familiar - dijo Liliana frunciendo la mirada - lo escuche en algun lado -Es de La fuente de la Buena fortuna... ya saben, de los cuentos de Beedle el bardo-¿Que cosa? - Pregunto Fernando, y ya los cuatro se habian empezado a caminar por los oscuros pasillos. -No me digas que no tuviste infancia magica - Mitsuki le sonrio y el desvio la mirada, al parecer ella habia metido la pata en algo - Bueno, nada, es un cuento de tres magas y un caballero que tienen que atravezar una especie de prado encantado y desconocido para llegar a la fuente de la buena fortuna antes del anochecer. -Cuatro como nosotros - susurro fernando - ¿y como continua el cuento luego que ellos se encuentran?
-Sigue conque se topan con un gusano enorme -La serpiente ya me la encontre yo - interrumpio Andrea - y te aseguro que era mucho menos amigable que el gusano blanco de la historia... y por cierto, yo no quiero ser Asha, que estoy bien sanita. Todos empezaaron a reir, hasta que un ruido aun mas fuerte los hizo estremecerse de miedo. Provenia desde el piso superior. Era un rugido ensordecedor de un ser ya conocido. -Estamos justo debajo de la esfinge - susurro Mitsuki - y mirando para arriba vio unas pequeñas rendijas por las que entraban pequeños ases de luz y se transmiitian los sonidos del piso superior. Todos callaron y se alejaron de las celdillas temerosos de que la esfinge pudiera siquiera escucharlos respirar. Estaban ya contra una pared cuando algo desde la oscuridad les chisto. AteNa -¡¡Avril!! ¡Vengan, si van donde los organizadores, vayamos todos juntos y rápido! –Llamó Darla Potter Black, la profesora que impartía clases en la Academía de Magia y Hechicería, al parecer tenía el mismo destino que aquel peculiar grupo.
Los cuatro magos caminaron esquivando criaturas de fuego hacia donde se encontraba la auror, detrás de ella apenas se vislumbraban algunos participantes.
AteNa estaba segura de que para ese momento no había nadie durmiendo ya; se encontraban a dos pasos de Darla cuando una quimera de fuego chocó contra un árbol cercano envolviéndolo en llamas y provocando que cayera donde se encontraba el grupo.
AteNa se volvió para atrás instintivamente junto con Avril que estaba a salvo unos pasos atrás, y observó como Golden jaló a Darla para alejarla del peligro, pero no se percató de cualquier movimiento hecho por Mateo, lo buscó con la mirada pero no pudo localizarlo.
-¡Mateo!- gritó enseguida.-
Volteó para todos lados, esperando que su compañero saliera de detrás de un árbol o simplemente caminando impasiblemente hacia ellos, pero eso no ocurrió.
A lo lejos se divisaban rayos luminosos de distintos colores, azules, blancos, rojo e incluso verdes, los participantes estaban decididos a luchar para sobrevivir y salvar a sus amigos y compañeros, pero eso no era todo, parecían no tener intenciones de perder aquella extraña batalla.
Sonrió de nuevo llenandose de orgullo, después de todo, fueran de la casa que fueran, eran sus compañeros, un grupo unido conformando una institución.
Después de su pequeña distracción se acercó rapidamente hacia donde estaba el inmenso árbol incendiandose y al no recibir una respuesta decidió ir ella a buscarla, caminó rodeando las ardientes llamas y vio una sombra moviendose, inmediatamente sacó la varita del portador que tenía en una pierna y la levantó apuntando hacia allí, dio un enorme suspiro al mirar que en vez de atacarla se alejaba cojeando lentamente.
Aquél personaje se acercaba hacia el gran edificio que se elevaba frente a él, la oscuridad iba decreciendo conforme se acercaba al hotel y AteNa al fin pudo reconocerlo, era su compañero "caído".
Se alegró al ver que no había muerto, pero hizo una mueca de desaprobación al mirar su esfuerzo por mantenerse en pie, corrió velozmente hacia donde estaba y se colocó debajo de su brazo para ayudarlo a caminar.
-Pensé que morirías- dijo AteNa bromeando.
El joven hizo un gesto intentando una sonrisa pero el dolor quedó marcado en su cara, era la primera vez que no podía tratar con indiferencia una emoción, al parecer el árbol había caído sobre él hiriendolo.
AteNa ignoraba si las heridas eran muy graves, lo miró con preocupación y él le regresó la mirada como diciendole que no pasaba nada, que estaba bien, ella no pudo evitar preocuparse, pero decidió que no se alarmaría por el momento, en fin, era casi imposible que en ese momento el accediera a ir a la enfermería, si es que aún había enfermería.
Amya_An Frío Gélido helaba la Sangre de Amya_An.
Un Delgado Manto Cristalino cubría con prontitud lo que aparentaba ser todo un campo de batalla espectral y ni aun así el Fuego de esas Infernales Criaturas sucumbía.
Los Dementores habían arrivado ya y no venían solos, los Inferis los acompañaban.
Ahora ya no solo podían verse Fieras Mágicas Encendidas sino Sombras Tenebrosas por doquier en una Danza Macabra.
A ellas precedieron una infinidad de Figuras Platinadas de formas y tamaños Diversos, procedentes de los Encantamientos Patronus de los Distintos Magos y Brujas dispersos por todo el terreno.
Haces Luminosos surcaban el aire en todas direcciones y gritos espeluznantes hacían que el Agitado Corazón de Amya_An latiera mas y mas, cada vez mas y mas fuerte.
Un leve rumor en el Viento Fétido.
Tamy y Amya_An vuelven sus rostros. Se Miran y Miran hacia atrás.
Un Gemido ensordecedor hace que sin querer Amya_An hale a Tamy haciéndola perder el equilibrio y, ésta a su vez, tira de ella casi hacia atrás haciendo que ambas caigan al suelo inevitablemente solo para admirar al asombroso y casi aterrador nuevo ser que sobrevuela ya el lugar.
Sus Gigantescas Alas parecían Intimidar a Aquellos Seres Espectrales.
Su Presencia era Imponente.
¿ Qué era esta Nueva Aparición ?, se preguntaba para Sí Amya_An.
andrea_tkm_hp No estaba segura de cuanto habían caminado durante el rato que ya llevaban en el pasillo, con Mitsuki haciéndole recordar su infancia no noto la distancia recorrida, y el tiempo, el tiempo no era algo muy relativo ni importante para los vampiros realmente.
- El cuento de La fuente de la Buena fortuna es lindo- pensó divagando como de costumbre -aunque no tanto como el de Babbitty Rabbitty, el conejo es tannn lindoconcluyó mientras oía a Mitsuki contar parte de la historia
-Cuatro como nosotros – susurró Fernando - ¿y como continua el cuento luego que ellos se encuentran?-
-Sigue con que se topan con un gusano enorme-
-La serpiente ya me la encontré yo – interrumpió Andrea al recordar la horrible serpiente - y te aseguro que era mucho menos amigable que el gusano blanco de la historia... y por cierto, yo no quiero ser Asha, que estoy bien sanita.
Los cuatro magos no pudieron evitar reírse ante este comentario, hasta que escucharon un ruido aun mas fuerte los hizo estremecerse de miedo. Provenia desde el piso superior. Era un rugido ensordecedor de un ser ya conocido.
-Estamos justo debajo de la esfinge - susurro Mitsuki - y mirando para arriba vio unas pequeñas rendijas por las que entraban pequeños ases de luz y se transmiitian los sonidos del piso superior. Todos callaron y se alejaron de las celdillas temerosos de que la esfinge
pudiera siquiera escucharlos respirar. Estaban ya contra una pared cuando algo desde la oscuridad les chisto.
Dirigieron su mirada hacia donde había provenido ese chistido pero era una figura entre las sombras, se tensaron y se prepararon para cualquier cosa con varita en mano. Acostumbrada a la oscuridad que tanto amaba la vampira pudo vislumbrar a lo lejos que se trataba de un humano, un viejo notablemente débil y desnutrido. Ante esto hizo un movimiento indicándole a Liliana que todo estaba bien, que no era nada malo relativamente.
-Lumus- susurro Fernando haciendo que el pasillo se iluminara y que los rasgos del anciano quedaran al descubierto para sus compañeros
-¿Quién es usted? – pregunto Andrea dando un paso hacia adelante y apuntándolo con su varita, no sabía nada de un ser que estuviera en las mazmorras y no iba a dejar que nada lastimara a los miembros de su casa
-Tranquilos – musitó el viejo en un susurro apenas audible - ¿Acaso creen que en este estado puedo hacerles algo? –
-Tranqui Andre, no creo que sea una amenaza -le dijo Liliana viendo el estado del viejo
-Aún así, las apariencias pueden engañar Lili – le respondió la maga a su compañera prefecta – No ha respondido mi pregunta señor – se dirigió de nuevo al viejo
-Yo no soy nadie importante – dijo el viejo incorporándose, dejando ver su andrajosa túnica –solo soy un cobarde que paga por una mala elección –
-Vamos Andrea, no seas así. Es solo un viejo – le dijo Mitsuki –Además si tratara de hacer algo estoy segura que no podría con nosotros – dijo tratando de tranquilizar a su compañera que dejo de apuntar al viejo
-Esta bien, pero que sepan que este señor no me da buena espina – dijo dándose la vuelta y dirigiéndose a un lugar ni muy apartado ni muy cerca de ellos
-Perdone señor, usted debe entender que después de los ataques mortifagos a Hogwarts y lo que paso esta noche no se puede confiar en la gente que uno no conoce – se disculpó Mitsuki pasándose un mechón de pelo detrás de la oreja
-No te preocupes pequeña, yo lo entiendo – comentó el viejo a lo cual Andrea solo hizo una mueca de desagrado – Y ¿quiénes son ustedes y qué hacen en un lugar como este? No es precisamente un hotel de lujo como pueden observar –
-Si lo sabemos, hemos caído aquí por incidente – respondió Liliana – Mucho gusto, mi nombre es Liliana, prefecta de la orgullosa y valiente casa de Gryffindor – se presentó
-Yo soy Fernando y también pertenezco a Gryffindor – respondió el joven mago
-Mi nombre es Mitsuki y soy estudiante de 3° curso y también pertenezco a Gryffindor – respondió con una sonrisa – Y la que ve ahí es Andrea y también es una de nuestras prefectas – dijo señalando a la joven maga que se haya recargada en un muro.
La joven vampira presentía que algo malo iba a pasar, ese señor no le inspiraba confianza y vaya que había tratado con toda clase de gente y nadie le había hecho sentir tanta desconfianza. Observo tranquila todo lo que pasaba pero estaba lista por si tenía que utilizar algún hechizo contra ese señor o tal vez algo más, después de todo hacía mucho que no tenía una presa de la cual alimentarse y ante esto sonrió mostrando sus colmillos y esperando a ver que pasaría. NykOo Black La puerta había desaparecido de la vista de NykOo, el joven camino hacia adentro pero se sintió volar en el aire para caer fuertemente sobre su espalda fuera de la fortaleza, cuando logró mirar de nuevo, la puerta estaba ahí, intacta. Aunque sabía que no podía, probo con bombarda, alohomora, evanesco y hasta difindo, pero naturalmente nada pasó.
Nuevamente volvió a insultar fuertemente debido a la gran impotencia que sentía. La única opción que le quedaba era volver a los campamentos y tratar de encontrar a alguien más de su equipo para ver si tenía alguna idea de cómo rescatar a Alp y los demás prisioneros. El camino hacia el bosque fue difícil debido al dolor de su brazo herido y los muchos golpes en la espalda. Aun así logró llegar hasta la entrada al bosque cuado algo de lo que temía sucedió, el mismo Inferi que había burlado antes, de milagro, caminaba hacia él. NykOo no creía tener la fuerza necesaria para poder correr esta vez, quizá lo frenara con unas llamaradas, pero no podría alejarse de la zona como la primera vez. Cuando el Inferi estuvo a solo metros del mago, este escucho que algo se acercaba a gran velocidad en el cielo, al mirar, vio una figura negra, lo primero que pensó fue en un dementor y que ahora si estaba perdido, pero antes que alcanzara a alzar la varita, la sombra embistió al Inferi sacándolo de la vista del chico. NykOo miró en la dirección de la cuál venía aquella sombra y sintió su corazón latir muy rápido. Se podía ver el hotel de la Organización del Torneo y sobre este, en verde perlado, gigantesca, La Marca Tenebrosa. Era la primera vez que el joven Black la veía tan grande y tan nítida, ya que las que estaban sobre la mansión donde vivía y las demás residencias mortífagas no eran iguales que esa. Su mente comenzó a volar, quieto donde estaba, elaborando teorías de que era lo que sucedía, ¿porque la Marca estaba sobre aquel Hotel? Si en la organización había también Agrores y Neutrales. ¿a caso Mistify y los demás mortífagos se habían revelado contra los aurores y aprovechando el desastre de afuera los habían matado? ¿La Marca era señal de victoria? Mientras en su cabeza trataba de darle un poco de cordura a todo lo que sucedía sintió que algo grande se apoyaba en su pierna derecha y lo mordía fuertemente, atravesando su pantalón y penetrando en su piel. Bajo la mirada y vio una criatura marrón oscura, lo que fuera que lo hubiera mordido le llegaba a la rodilla. Haciendo un gran esfuerzo le dio una patada con toda la fuerza que le quedaba y la criatura voló unos metros, sin embargo el dolor era insoportable, tanto así que el joven cayó al suelo, su varita se le salió de las manos al tiempo que la araña se recuperaba del golpe y trataba de pararse sobre sus patas nuevamente. NykOo sintió una carcajada proveniente de muy cerca de donde el estaba tendido, miró en torno y encontró
un hombre alto, con un sobretodo negro y una capucha que le tapaba la cara, apoyado en un árbol cercano, al parecer la situación le causaba gracia. -Ayúdame por favor, no tengo mi varita –pidió el chico desesperado mientras veía que la araña se recuperaba de la conmoción. -Por favor mátala o ayúdame a buscar mi varita –pero luego de decir eso sintió como un calor recorría su pierna y ascendía por todo su cuerpo, acalambrándolo rápidamente. Cuando la araña estaba muy cerca, el chico tendido puedo ver un resplandor de luz verde, cerro los ojos y un ruido sordo le dio a entender que la araña estaba muerta. Aun así, había comenzado a sentir una fría transpiración en la frente, su cuerpo no respondía, la cabeza comenzó a dolerle muchísimo y su vista se volvió cada ves mas oscura. El veneno de la acromántula estaba siendo muy efectivo. -A..ayu… da- fue todo lo que pudo decirle NykOo al sujeto que no se había movido de su lugar desde que lo vio. -Cómete esto –oyó una vos muy potente y autoritaria hablar y luego abrirle la boca, al parecer le había puesto una piedra dentro. -Cómela o morirás –NykOo la tragó con el mayor esfuerzo que jamás había hecho y el efecto fue instantáneo. La vista se le aclaró, el dolor de cabeza paro y sus calambres desaparecieron, aun transpiraba y su pierna le dolía al igual que casi todo su cuerpo pero sabía que no moriría. -Lo que te di fue un bezoar que transforme de una piedra común, fuiste muy afortunado, si yo no hubiera estado aquí, habrías muerto sin dudas. -Hablo el hombre mientras NykOo trataba de ponerse de pie. -Lo que te salvo del Inferi hace un momento fue un espectro conjurado por La Señora Mistify para la protección de ustedes los participantes descuidados.
-Accio varita –Dijo el hombre apuntando a las sombras y la varita voló a la mano del extraño que la devolvió a NykOo cuando este estuvo de pie. -Muchísimas gracias, le debo la vida… ¿como se llama señor?¿Es usted Mortífago? – Preguntó el joven Black agradecido.
-Si, lo soy, pero mira, esa que viene ahí la conoces? –Dijo el Mortífago apuntando con su varita en dirección a donde una joven corría hacia ellos. Era lluvia, su amiga y miembro del equipo, NykOo camino como pudo y la abrazo un largo rato, feliz de encontrar alguien del equipo. -¡NykOo estas deshecho! ¿Qué te pasó? ¿Te atacaron? –preguntó la bruja mirándolo preocupada. -Solo un dementor, un mismo Inferi en dos ocasiones, fuego maldito, una puerta y una araña enorme –dijo NykOo tratando de parecer gracioso, pero luego se puso serio, recordando porque estaba vivo -Él me salvo la vida… –Pero al mirar al árbol, el Mortífago ya no estaba. -En fin, vamos lluvia, tenemos que pensar como salvar a los demás Caminaron juntos en dirección al campamento, para buscar a los demás, NykOo bastante más herido que antes, pero muy agradecido por estar vivo. Nunca había estado tan cerca de la muerte, la sensación de oscuridad en sus ojos, era algo que jamás olvidaría, eso le haría valorar mas la vida de ahora en mas, de eso no había dudas.
lacrimosa ...aun contemplando aquella escena desgarradora, en donde todo lo que alguna vez habia sido competencia, rivalidades entre los competidores, defendiendo cada uno los colores de su casa, los colores que los identifican como una familia, ahora se sumergian en simples gritos de ayuda y desesperacion, sin saber si gritaban por un mimebro de otro equipo o de otra casa, simplemente era ayudar... - Vaya...por que tienen que pasar estas cosas para que nos demos cuenta de que lo unico que importa son los amigos, y no un color...o un nombre, incluso un apellido - come manzana desde una pequeña loma donde se puede apreciar todo – Despues de mirar la escena sin sentimiento alguno, se dispuso a ayudar a los competidores que se encontraban dentro de la fortaleza, aunque aun no sabia como entraria, y se le podian ocurrir tantas cosas, desde tomar una escoba y intentar entrar por la parte de arriba, como lanzarce de un hipogrifo y caer de algna extraña manera...Sin embargo pudo ver a un grupillo que se alejaba del resto, entre ellos iba Atena, MAteo...
- Me pregunto a donde iran...intentaran entrar de alguna manera ? ... - comia manzana mientras, comenzaba a andar a paso rapido intentanod no perder a aquel grupo entre la multitud que corria en sentido opuesto – Antes de que pudiera hacerse otra pregunta, el joven de los ojos castaños con la manzana siempre en la mano, miro que se detenian junto a una profesora o profesor auror, no podia apreciar bien, que era... - No creo que entre tantas criaturas de fuego, competidores que ayudar y defender, tenga tiempo para entrar o para idear un plan de rescate... sera mejor buscar un lugar por propia cuenta... - despues de mirar al grupo, se dirigio velozmente a su campamento en donde ya no habia nadie, seguramente estaria su equipo metido ayudando a entrar a la fortaleza, tomo una mochila, y metio, pergaminos, plumas, tinta, una enorme cuerda, y un libro de hechizos, sin olvidar claro esta, un par de manzanas para el camino – Tomando la mochila, se dirijio a el lado este de la fortaleza en donde los competidores parecian no tener interes por atacar. Mientras corria por los terrenos, intentaba encontrar a atena y sus compañeros esperando que quisieran ayudarlo, pero al parecer el humo, y los grandes animales de fuego, eran muchos como para poder encontrar a alguien en ese momento.... Se detuvo en el lado este de la fortaleza, era algo extraño, en ese lado no se escuchaba ni un ruido, simplemente se escuchaba el caer de la lluvia en el cesped...Miro toda la pared este de la fortaleza y encontro algo que a sorpresa de el, podria ser una manera de entrar a la fortaleza...sin saber que encontraria detras de aquellas paredes...
Celestisima En cuanto salieron del círculo de la tienda las 3 brujas debieron convocar sus patronus porque dos dementores se les acercaban peligrosamente.
-¡Expecto Patronum! - Gritó Celestísima y vio a su águila flotar junto a las otras dos figuras plateadas. En ese momento se dio cuenta de que ella y sus amigas eran
más poderosas de lo que imaginaban. Aunque no tuvo tiempo para pensar demasiado porque se acercaban más dementores.
Las brujas volvieron a conjurar sus patronus pero decidieron empezar a moverse con mayor rapidez. Luego de un rato, llegaron a un lugar que parecía un poco más despejado. Ya no se veía a los desagradables enemigos con capucha.
- Menos mal que no tuvimos que enfrentarnos con ningún inferi - suspiró Celestísima algo aliviada y mirando a sus dos compañeras. En ese momento, notó que karla_bellatrix no parecía estar del todo bien. Aparentaba estar debilitada y estornudaba lanzando chispas por la nariz. ¿Cómo no se habían dado cuenta antes?
- Es un síntoma inconfundible de viruela de dragón - aseguró la joven mirando con preocupación a karla. - Una de nosotras deberá llevarla a resguardo y cuidar de ella. No puede seguir luchando así.
- Sí, puedo. ¡Atchís! - Aseguró karla lanzando unas chispas a la túnica de Magic.
- Es evidente que no. - le dijo afectuosamente Celestísima - Magic: una de nosotras deberá velar por la seguridad de karla y la otra deberá seguir el camino para buscar a Valeria y a Prince of Fire.
- ¿Dejamos que el azar decida? - En ese momento, Magic sacó un galleon de uno de los bolsillos y dijo - Si sale cara yo iré a buscar a Valeria, de lo contrario irás tú. –
Al instante lanzó la moneda y el reluciente número que llevaba la vieja moneda se vio boca arriba.
- De acuerdo, iré a buscar a Valeria - dijo Celestísima. Sabía en su interior que esa era la tarea que debía cumplir, el azar se lo había confirmado.
En ese momento, les dio un abrazo a cada una y se decidió a continuar su camino enfrentando a dementores e inferis y tratando de averiguar o recordar cómo hacer frente al Fuego Maldito.
Una vez que había emprendido su solitario camino en medio de los gritos y corridas de otros participantes vio a lo lejos que un dragón etéreo cobraba forma, y le pareció divisar que poseía dos brillantes ojos cual rubíes. De inmediato, la criatura comenzó a espantar a los dementores e inferis.
- Sólo sé de alguien en este torneo que puede hacer algo así y esa es Mistify. Entonces no se trata de una lucha entre aurors y mortífagos después de todo.susurró Celestísima para sí misma y volvió a avanzar, un poco más aliviada de que los poderosos mortífagos estuvieran del mismo lado que ella. Aunque más desconcertada que nunca: ¿Quién había comenzado ese caos entonces?
deivid La noche seguía avanzando y no se veían mejoras con todo lo sucedido, es mas hasta se veían que las cosas habían empeorado. Los campamentos se habían destruido al completo, la fortaleza aun no se podía ver si los prisioneros estaban bien y Alethea seguía sin dejar ni entrar ni salir, además de que no se veían aun a los organizadores por ningún sitio. Cada vez me sentía más débil, ya que a mi mente solo recorrían recuerdos tristes, demasiados dementores habían pasado volando sobre mí. Ya me había puesto a pensar hasta lo peor por Elí y las demás ya que no lograba saber nada de ellas. En eso otro dementor iba pasando a mi lado pero algo hizo que se alejara de inmediato, un patronus con forma de gacela avanzaba a gran velocidad hacia mí. -En donde te encuentras? Se necesita que el equipo este unido para ayudar a Elí-Decía el patronus con la misma voz que Paige, que en unos cuantos minutos ya se encontraba a mi lado pues la gacela le habia guiado hasta donde me encontraba.
-Deiv ¿Qué ha pasado aquí? ¿Qué es todo este alboroto?, escuche mientras venia para acá que el dragón había despertado y había atacado la fortaleza, ¿es cierto eso?- Alcanzaba oír lo que decía a lo cual no quise decirle nada pero el rostro en mi cara la alarmo mas ya que llego a saber que era cierto todo lo que había oído. -Paige donde quedaron luna y dama de la luna? No las he visto por aquí, trate de despertarlas y no vi reacción de ninguna de ustedes, por suerte tu estas a mi lado eso nos dará mas fuerza-Decía con un tono demasiado relajado para hacer que Paige no se preocupara mas. -Deiv, dama de la luna salió tras de ti, o eso alcance a distinguir pero no la he visto puede que…-Ni lo digas Paige todas ustedes estarán a salvo- La interrumpo para que no piense que alguna de ellas anda herida o peor aun sin vida. -Bueno luna se quedo en el campamento cuidando, además ella dijo que iba a mandar algún mensaje a través de su patronus para avisar algún acontecimiento- Continuo diciendo Paige Mientras le preguntaba a Paige sobre las compañeras, llego otro patronus este con forma de dientes de sablePaige estoy bien y Elo esta conmigo, no le digas a mamá nada a menos que algo salga mal- se lograba identificar la voz de Elí que llegaba desde el dientes de sable. Al oír este mensaje vi como Paige se alegraba y se relajaba más, ya que sabía que sus hermanas estaban bien. -Deiv están bien- me decía Paige cuando de repente veo que quería estornudar -Paige, ellas están bien pero y tu como te sientes…-Termino de decir esto y veo que Paige estornuda sacando chispas de las fosas nasales.
-Veo que no estas bien deberías volver al campamento a que luna te ayude a curar esa fiebre de dragónDigo mas que como aviso como una orden. -Pero…pero… Deiv…yo te…-Nada Paige ve a el campamento junto a luna ya- Sin nada mas Paige se da la vuelta y vuelve al campamento con la cabeza agachada y sacando en el transcurso chispas. Para asegurarme que todo esta bien y que Paige si se dirigirá al campamento, tomo mi varita en lo alto, pienso en los momentos felices, ya que al parecer los dementores habían desaparecido ya no se veían cerca de ahí, al igual que los inferís también ya no se veía rastros de ellos. -Expecto Patronum-De mi varita sale 1 jaguar-Ve y Dile a Elí que todo va bien, stamos buscando la forma de cómo pueda salir de ahí- Sale corriendo el jaguar en dirección de la fortaleza -Expecto Patronum-Repito nuevamente y sale otro jaguar- Tu ve y dile a luna que cuide a Paige, que va en camino hacia ella- El segundo jaguar se va corriendo en dirección hacia donde había salido Paige. Amya_An Por una Fracción de segundos Amya_An había sido Hipnotizada por Aquella Casi Apocalíptica Visión del Fin del Mundo.
Las Palabras de Aliento que pudiera pronunciar su Amiga y Hermana a su lado, no lograban romper el Trance Profundo en que había Caído presa nuevamente de sus Miedos e Inseguridades.
Amya_An nunca había sentido Tanto Horror y Tanto Miedo.
En Su mente Solo Había una Cosa …
¿ Qué Hacer para Liberar a los Prisioneros ?
Sobretodo, las Dudas la Atormentaban.
¿ Qué Clase de Magia Poderosa había Provocado esto y Cómo Lograr Neutralizarla ?
¿ Por qué el Carcelero no Abría las Puertas de la Fortaleza y así evitar que Alethea Devorara a los Infelices y Desesperados que intentasen huir ?
Amya_An finalmente reacciona solo para incorporarse muy exhausta y mirando nuevamente a Tamarindo se pregunta …
¿ Traerá una Capa Extra ?
La Pobre Amya_An nunca se Imaginó descalza y en Bata, en Medio del Fin del Mundo.
alethita Durante unos minutos estuve observando lo que ocurria en la fortaleza hasta que alguien paso a mi lado y me hizo reaccionar, en ese momento pude observar que a pocos metros se encontraban tontin, mica y legolas, a mi parecer hablaban pero no sabia de que, entonces vi como tontin hacia una sentadillas? pero que diablos hace, pense. Entonces mire hacia otra direccion buscando alguna otra persona conocida y vi como Lobo salia de su tienda y veia hacia donde se encontraban Tontin, Mica y Legolas y luego hacia la fortaleza y pude notar como su reaccion cambiaba a una que era de pregunta y confusion. Volvi a dirigir mi mirada hacia donde se encontraban mis amigos y note que comenzaban a caminar - a donde se iran?, me pregunté- entonces sin darme cuenta empece a caminar hacia la misma direccion a donde ellos se dirigian mientras notaba como el campamento se iluminaba con cada destello de luz que los inferis y mortifagos lanzaban. Pude notar mientras caminaba para alcanzarlos como a mica le costaba trabajo caminar y es que en realidad la entendia porque con la lluvia que aun continuaba cayendo debajo de nosotros ya habia formado lodo por todo el campamente y eso impedia que uno caminara comodamente, entonces vi como se tomaba del brazo de tontin para impedir que se resbalara. Al fin pude alcanzarlos, vi la despreocupacion por parte de Tontin y su extraña pijama que le quedaba algo mal a mi parecer pero estaba segura que a él le encantaba como le
quedaba
luego dirigi la mirada hacia mi capitana, que era de preocupacion por no
saber como estaba la situacion en ese preciso momento y por ultimo le eche un vistazo al otro miembro del equipo, Legolas, que estaba estupefacto por lo que sucedia y que de vez en cuando dirigia una mirada de preocupacion hacia la fortaleza, me acerque y me atrevi a preguntarle - te encuentras bien?- no me respondio y vi como volvio a mirar hacia la fortaleza, en donde aun se podian escuchar los gritos de desesperacion de los prisioneros, no te preocupes estaran bien todos, le dije y me miro con una cara que pude entender que mis palabras no eran suficientes. Volvi a mirar a mica y pregunte - a donde nos dirigimos?- y señalo hacia el hotel donde sabia que se alojaban los organizadores, entonces ya sin decir alguna palabra mas segui caminando junto con ellos. Elodia Riddle No se había aplacado ni un poco el caos reinante en los terrenos del torneo, sino todo lo contrario, la palabra catástrofe quedaba corta ante todo lo que estaba pasando, escalofriantes gritos, explosiones por doquier, la presencia de la marca tenebrosa, inferis, dementores que despojaban de todo sentimiento feliz, y más aún, el feroz dragón suelto escupiendo fuego maldito destruyéndolo todo a su paso, era como estar presenciando el fin del mundo. Caminé rápidamente en silencio junto Eli, tratando de escapar de las lenguas de fuego que abrazaban sin contemplaciones lo que quedaba de la fortaleza, manteniendo firmemente empuñadas nuestras varitas. Estaba segura que ambas estábamos pensando lo mismo a pesar de nuestra aparente calma, ¿que podíamos hacer ante ese panorama? teniendo en cuenta que la esfinge jamás nos dejaría salir, la respuesta era obvia, por lo que sentí una punzada dolorosa en el pecho… -Nada - dije en un susurro apenas audible - excepto tratar de sobrevivir…
La mayoría de los prisioneros corrían agitados por todos lados, sin embargo había algunos a quienes trataban de recordar momentos felices para calmar su desolación, me hubiese gustado hacer lo mismo pero en ese momento llevaba la desesperanza a mis espaldas.
-¡Ey!, ¿a dónde van?, nosotras venimos de allí – dijo Eli a un grupo de chicas que pasaron corriendo junto a nosotras - ¿Se encuentran bien?, me alegro de verlas…
Antes de que pudiera añadir algo a las chicas para que se mantuvieran junto a nosotras, mi corazón dió una salto al ver la figura de un doberman etéreo que corría a toda prisa abriéndose camino entre las llamas, el cual finalmente se paro frente a mi trayendo consigo un mensaje con la cálida voz de mi querida Darla. "Coyo, Sagitas y Laurus ya van por ti amiga, no temas buscaré a los organizadores, no dejaremos que nada te ocurra… todos juntos… Rizos y Moscas Unidos, no te abandonaremos…" Me quede parada en silencio bajo la lluvia durante esa fracción de segundos, tratando de aplacar aquel nudo amargo que se me había formando en la garganta… esta noticia me dejaba con sentimientos encontrados, por un lado, un ápice de esperanza se encendió en mi interior, me quería aferrar a ella con todas mis fuerzas, sin embargo no pude evitar pensar que, tal vez debí mandarles el patronus con un simple ―estaré bien‖… ahora ponía sus vidas en peligro atrayéndolos al epicentro de la desgracia. Sacudí la cabeza bruscamente entrecerrando los ojos para expulsar esos pensamientos de mi mente. - Chicas, es peligroso quedarnos aquí, es cuestión de segundos para que el fuego consuma este sector también, sin contar que los dementores se están acercando – dije tratando de adoptar un semblante impasible ante mi preocupación - ¡vamos no hay tiempo que perder! – añadí impaciente, sujetándo a Eli de la mano para que avanzara. Pero en ese instante todas quedamos boquiabiertas al percatarnos que a través de las aberturas del techo un enorme dragón impalpable surcó el negro cielo, cuyos ojos rubí brillaban ante su fantasmagórica figura...
pincorto Pincorto y Pinca entras tras Legolas en el Hotel
Tambien reina el caos, solo se oyen las discusiones entre aurores y mortifagos, como si hubiera tiempo de eso, con los dementores tan cerca, con la fortaleza en llamas, la cabeza de Pincorto vuela esperando,
deseando que Lili y Miguel ante todo, no es que los demás no le importen, pero sobre todo ellos dos se encuentren bien.
Todos se colocaron detrás de Legolas para ver que explicaciones nos daban los organizadores, Pincorto, se escondio tras de los demás esperando que ellos se enteraran de algo mas que ella que habia empezado a liarse con todo aquello.
Por lo poco que le llegaba a los oidos la organización tenian menos idea de lo que hacer que el grupo.
Pincorto espero a ver que comentaban los demás, pero para ella estaba claro lo que tenian que hacer....tomar ellos mismos las decisiones e intentar rescatar a los prisioneros y parar al dragón.....
tontin dudley La cara de Legolas era todo un poema. Tenía el ceño fruncido y miraba nervioso a todas partes. Era evidente lo que le pasaba, y así se lo hice notar: - Legolas, tranquilízate, mi pijama está fuera de temporada, pero seguro que encuentras uno cuando vuelva el frío. - Tontin, no es eso. Para tener un pijama como el tuyo, solo tengo que ir al armario de un elfo doméstico y darle cuatro puñaladas a uno de sus sacos.- me soltó Legolas con muy poca educación. Celos, pensé.- ¿Entonces qué te pasa? - Liliana, amigo mío. Pienso en que está atrapada en la fortaleza, y se me parte el corazón. - ¡Anda, Liliana está en la fortaleza! Ya decía yo que estábamos muy tranquilos. De pronto algo me distrajo de mis pensamientos. Alguien bailaba en la puerta del hotel. Sin dudarlo un momento, corrí hacia él, tal era la envidia que me provocaba. - ¡Hola, Mateo! ¡Hola, Atena! ¡menudo ritmillo que llevas en el cuerpo, compañero!- le comenté mientras empezaba a bailar alrededor suyo.
- Tontín, deja de hacer eso. Me ha caído un árbol encima y estoy cojeando.- Mateo dijo esto sin apenas dejar de apretar los dientes. ¿Una tomara? Jamás había visto a nadie moverse con tanta gracia. Ni al mismísimo muggle Chayane con zapatos nuevos. Sin duda ese chico tenía talento, y más adelante le propondría formar un dueto bailarín bajo el nombre de "las burbujas del champan". - ¡Movamonos de aquí, por favor!- gritó Mica.- Nos estamos convirtiendo en un blanco demasiado fácil. - Estás loca, Mica. Con este paso de baile, es imposible que nadie me acierte con un hechizo. Mira, mira que movimiento- Y empecé a moverme compulsivamente y a ritmo frenético hacia el hotel. - Madre mía, sería imposible realizar tal hazaña sin estos pantalones. Y sin darme cuenta, ¡PAM! me encontraba dentro del hotel, donde Legolas , Pincorto y Pinca ya se habían metido mientras yo fantaseaba sobre mi dueto con Mateo. Liliana Ánderlin Las chicas que estaban en ese tétrico agujero en el suelo de piedra miraron hacia arriba, la alegría en la voz de Andrea y Mitsuki hizo que su sonrisa se hiciera aun más grande. -¡Lili!- gritaron las dos al unisono. -¿Y por qué no mejor llamas a Fawkes para que nos salve? Ya tuvimos suficientes experiencias con serpientes hoy –Se quejó la prefecta, con cara de fastidio -Porque no sé cómo llamarlo – contestó Lili, ¿es que pensaban que siempre lo sabia todo? -¿Cómo se encuentran?- preguntó Fernando a su lado sorprendido de que pudiéran bromear en un momento así. Tras una pequeña revisión Andrea contesto de forma afirmativa -Estamos bien – Lili no necesitaba escuchar más, conocía a esas chicas desde hacia tiempo, una era compañera suya en la prefectura y otra una de las mejores alumnas de la casa, sabía que podían arreglárselas solas, si ellas decían que estaban bien era así.
Se puso de nuevo en pie buscando con la mirada algo que le sirviera para sacarlas de allí, cualquier cosa serviría y entre los numerosos escombros que poblaban el lugar debía haber algo, se volvió de nuevo para escuchar a Andrea que volvía a hablar – Tengan cuidado de no acercarse mucho, no se vayan a… Demasiado tarde, al volverse Lili había pisado el borde del agujero que no parecía muy estable después del ataque de las infernales criaturas, Fernando intentó sujetarla y ambos rodaron hacia el interior de la gruta, cuando se quiso dar cuenta se encontraba acomodada sobre el dolorido muchacho que había ganado todo el impacto de la caída. -Caer- Andrea se puso a reír, parecía increíble que en esa situación, cuando todos estaban a punto de morir los leones pudieran mantener su estado de ánimo, pero así eran los chicos de la casa de Godric, no eran valientes por no tener miedo a nada, estaban totalmente aterrorizados, sino por afrontar ese miedo y batallar contra el manteniendo siempre las ganas de seguir adelante. Mitsuki se apresuro a ayudarlos mientras comentaba como si estuviera en el salón de casa tomando té -Bueno, ¿Qué tal si salimos de aquí?-Espera, primero quisiera saber ¿quién es él?- esa era Andrea, hasta en el momento más peligroso se preocupaba de las cosas más raras, entonces Lili se dio cuenta de que era verdad, ninguna de ellas conocía a Fernando. -Mucho gusto, soy Fernando Perea – contesto el muchacho algo sorprendido de que eso fuera una prioridad. -El gusto es mío, me llamo Andrea- Esto llego para calmar la curiosidad de la chica - Vale, entonces ¿a dónde vamos?- ¿es que esta chica no iba a cambiar nunca? Cuanto más liada estaba la situación más parecía disfrutar. Los tres chicos se giraron hacia Lili que puso los ojos en blanco, ¿Por qué todos los leones tenían esa manía? Lili fuente del saber, Lili poseedora de la sabiduría suprema, debía estudiar para profesora si las cosas seguían así. La chica se encogió de hombros, la verdad es que no tenía ni idea, no todavía, no en ese momento, era más fácil para ella deshacer y rehacer los lios que se montaban a su alrededor que decidir la dirección a tomar, lo suyo era buscar alternativas una vez metidos en el problema. ¿Acaso eso no era un problema? La caída debía haberla aturdido.
-Y a mí que me miran, soy prefecta, no mapa. -Mmm... yo digo que empecemos a recorrer estos túneles. Si las criaturas de fuego pasaron tal vez debilitaron la defensa mágica de los muros y podamos volver a derribarlos para pasar.Era una buena idea, al menos era la única que tenían por lo que todos asintieron. Andrea encabezó la marcha alegremente seguida de las otras dos leonas, nada más dar dos pasos en aquel estrecho túnel se volvieron a mirar a Fernando. - ¡Hombre de poca fe! - exclamó entonces Mitsuki -. ¡Desenvaina tu espada, caballero, y ayúdanos a lograr nuestro objetivo! Lili frunció el entrecejo -Eso me es familiar, lo escuche en algún lado. -Es de La fuente de la Buena fortuna... ya saben, de los cuentos de Beedle el bardo-¿Qué cosa? - Pregunto Fernando, el comentario de Mitsuki lo había distraído y comenzó a andar por los tortuosos corredores. -No me digas que no tuviste infancia mágica – por un momento se hizo un silencio incomodo y la chica continuó - Bueno, nada, es un cuento de tres magas y un caballero que tienen que atravesar una especie de prado encantado y desconocido para llegar a la fuente de la buena fortuna antes del anochecer-Cuatro como nosotros – el chico parecía pensativo- ¿y cómo continua el cuento luego que ellos se encuentran? -Sigue con que se topan con un gusano enorme -La serpiente ya me la encontré yo – comentó Andrea, todos la miraron, se veía tan animada siguiendo el camino que pensaron que no escuchaba- y te aseguro que era mucho menos amigable que el gusano blanco de la historia... y por cierto, yo no quiero ser Asha, que estoy bien sanita. Los chicos estallaron en risas por el ingenioso comentario, cuando un amenazador rugido sobre sus cabezas los hizo enmudecer. -Estamos justo debajo de la esfinge- susurró Mitsuki mientras los demás comprobaban que aquello era cierto a través de unas pequeñas rendijas que había en el techo, ¿podría ser la forma de ventilación de aquel oscuro lugar?.
Con la mayor cautela posible se retiraron del lugar sin apartar los ojos de aquellos pequeños rayos de luz que se introducían en la espesa oscuridad que los rodeaba, en el momento en que sus espaldas tocaron la fría pared algo los sobresaltó de nuevo. Solo Andrea era capaz de ver en esa oscuridad, su mano realizo un movimiento con un gesto tranquilizador lo suficientemente cerca de los demás para que ellos pudieran verla. -Lumus- susurro Fernando y una pequeña luz salió de su varita iluminando el lugar y dejando al descubierto las estropeadas facciones de un anciano que parecía llevar mucho tiempo allí. -¿Quién es usted? –Andrea lo apuntó con la varita, cuando se trataba de los alumnos de su casa, sus compañeros, no confiaba en nadie. Nada los dañaría mientras ella estuviera cerca y pudiera evitarlo. -Tranquilos –la resquebrajada voz del viejo se escucho en la penumbra aun existente¿Acaso creen que en este estado puedo hacerles algo? – -Tranqui Andre, no creo que sea una amenaza –Lili miró al pobre hombre, le recordaba a alguna escena de una película muggle vista tiempo atrás, pero no dejaba de ser un anciano, y tenía mucho peor aspecto que ellos. -Aún así, las apariencias pueden engañar Lili –contestó la chica no estaba dispuesta a ceder tan fácilmente– No ha respondido mi pregunta señor – -Yo no soy nadie importante –el hombre se incorporó poniendo más de manifiesto su deplorable estado–solo soy un cobarde que paga por una mala elección – -Vamos Andrea, no seas así. Es solo un viejo –intervino Mitsuki –Además si tratara de hacer algo estoy segura que no podría con nosotros –Andrea contra su voluntad dejo de apuntarlo aunque no se retiró mucho mientras seguía mirándolo con desconfianza. -Está bien, pero que sepan que este señor no me da buena espina – -Perdone señor, usted debe entender que después de los ataques mortífagos a Hogwarts y lo que paso esta noche no se puede confiar en la gente que uno no conoce – Mitsuki intentaba ser amable, debían averiguar que hacía ese hombre allí y si podía ser de ayuda. -No te preocupes pequeña, yo lo entiendo –el hombre pareció tranquilizarse – Y ¿quiénes son ustedes y qué hacen en un lugar como este? No es precisamente un hotel de lujo como pueden observar –
-Si, lo sabemos, hemos caído aquí por incidente –saltó Lili siguiéndole el hilo a Mit, tal vez pudieran averiguar algo– Mucho gusto, mi nombre es Liliana, prefecta de la orgullosa y valiente casa de Gryffindor – -Yo soy Fernando y también pertenezco a Gryffindor –Comento el muchacho que hasta el momento había permanecido callado. -Mi nombre es Mitsuki y soy estudiante de 3° curso y también pertenezco a Gryffindor, y la que ve ahí es Andrea y también es una de nuestras prefectas – señalo a Andrea que descansaba apoyada en el muro sin sacarle el ojo de encima al hombre, algo muy raro pasaba ahí, ¿quién era ese hombre?, ¿Qué hacía en ese lugar?. Lili miró a Andrea de reojo, sabía que para ella el tema no había terminado ahí, le pareció ver entre la oscuridad que les rodeaba como pasaba su fina lengua sobre sus dientes de vampira, era bueno tener a la prefecta con ellos, aunque podía ser la más peligrosa de las criaturas nunca haría daño a uno de sus compañeros, no podía decir lo mismo del hombre que estaba frente a ellos, éste se revolvió incomodo en su andrajosa túnica, parecía sentir la fría mirada color miel de la chica posada sobre él. -Tenéis que salir de aquí- sentencio el hombre sobresaltándolos. -Lo ve muy fácil ¿no?- Mit lo miro con suspicacia, ese hombre sabía algo sobre lo que estaba pasando. -No dije que lo fuera- el anciano miró a su alrededor asustado- he visto pasar un par de criaturas propias del más profundo de los abismos, todavía no me explico cómo habéis logrado llegar hasta aquí vivos. -Somos chicos listos- sentencio Lili mientras trataba de colocarse la oscura melena, no es que le importara mucho su aspecto en ese momento, pero era una especie de tic que había adquirido. -¿Sabéis como controlarlas?- el hombre parecía sorprendido de que unos simples estudiantes pudieran escapar de aquel infierno. -¿A las criaturas?- comentó Fernando- Tengo entendido que eso solo puede hacerlo el que las invoca y desgraciadamente ha sido un dragón por lo que no hay muchas esperanzas sobre eso. -Eso no es del todo cierto- anunció el anciano- quizás… si quizás de esta manera pueda redimirme, tengo que sacaros de aquí y la información que tengo puede ayudaros a conseguirlo, nunca tenía que haberme metido en esto.
Lili levanto una ceja, era cierto que el hombre sabía mucho más de lo que parecía, quizás sabia porque el dragón estaba despierto, porque la fortaleza estaba en llamas, la razón de todo aquello y quiénes eran los causantes. La mirada de Andrea volvió a atravesarlo como un cuchillo.
Tamarindo Sin darse cuenta y paralizada por todo lo que estaba pasando, Tamarindo se vio envuelta en un frío gélido y seco que lo envolvía todo. Y aun así, todo seguía ardiendo.
Amya y Tama se miran unos segundos, ante la esplendorosa y terrorífica presencia de un ser que las dejó boquiabiertas y paralizadas hasta que, sin previo aviso, y gemido ensordecedor hizo que Amya se asustara y le agarrara el brazo a Tama. Ésta perdió el equilibrio y cayó al suelo llevándose consigo a su amiga hasta el suelo.
Por suerte el frío que desprendía el ser había congelado el terreno y las dos chicas no se embadurnaron en el barro creado por la lluvia, pero aun así se llevaron un buen trastazo del golpe.
Tras el golpe, es como si Tamarindo se despertara de un trance y, aturdida, miró a su alrededor en busca de una explicación lógica y racional que le diera a entender que podía estar pasando. Pero muy a su pesar, eso no era posible. Nada de esa Apocalipsis tenia lógica y a la chica no le gustaba que algo escapara de su entender.
Volvió a la realidad y se giró a ver a su amiga. Se asustó al ver su cara, ya que parecía hipnotizada o hechizada por algún extraño fenómeno al que miraba fijamente.
—Amya, vuelve —le gritaba Tama—. No me dejes, respira y mírame a mí.
Pero sus palabras eran en vano. Y, de repente, recordó como su capitán la llamaba a veces e intentó probar suerte:
—¡CLAU! —grito la chiquilla de rodillas agarrando a su amiga por los hombros.
—Los… prisioneros —dijo Amya en un aliento. Y re repente vuelve en sí y se levanta de golpe, exhausta y mirando a Tama que se levanta con algo más de calma, dolorida un poco por el golpe.
Amya mira a Tama, se queda pensando un segundo, se mira a los pies y Tama le sigue la mirada.
—Amya, ahora no te preocupes por eso —le dijo al verla descalza y los pues llenos de barro. La chica miró a su alrededor en busca de algo y detuvo la vista en algo que le gustó—. Mira ahí. Vamos, ven.
Tama la cogió de la mano y la llevo hasta los restos de una tienda de campaña abandonada por las prisas y la desesperación.
—Mira aquí y busca si alto te sirve. No hay tiempo de preocuparse si estas robando. Eso ahora da igual.
La chica busca entre los restos y encuentra un par de zapatillas de deporte que le quedan un poco grandes y un jersey que le va grande. Y, una vez lista mira a Tama.
—Mira que bien, y te sirven y todo —se alegró Tama en un momento tan crítico—. Ahora pongamos rumbo a la fortaleza, tenemos que salvar a Shaki y Foung.
Minerva Evans Yo seguía en el campamento, ayudando a mis compañeras en todo lo que podía: un Aguamenti por aquí, un Riddíkulus por allá... De repente, carolinaaa salió corriendo hacia no se sabía donde; por un momento me preocupé por ella, pero no podía descuidarme: de repente, apareció un inferi delante de mí. Me qudé patidifusa: ¿Quién podria realizar tantos hechizos de magia oscura en una sola noche ? La respuesta apareció clara como el agua que caía de cielo, incesante: aquello sólo podía ser cosa de
los Mortífagos. ¿Pero qué beneficio podían ganar ellos con destrozar el Torneo? Además, muchos de los organizadores eran Mortífagos... Como si le hubiera convocado con mi pensamiento, apareció una figura encapuchada con una máscara de plata: el Mortífago aprovechó mi duda inicial para lanzarle un anillo de fuego al Inferi y atarlo a su varita como si fuera un perrito. -¡Eh, tu, chica!-me interpeló el desconocido con muy malos modos-. Avisa a todos los magos que encuentres por el camino de que tienen que ir hacia el hotel, ahora mismo es el lugar más seguro. Allí están los organizadores y os dirán qué hacer. El Mortífago salió corriendo con el inferi atado a su varita, sin esperar respusta por mi parte. Aquello era perfecto: podía aprovechar la ocasión y marcharme hacia la Fortaleza para intentar sacar de allí al resto de prisoneros... pero un quejido me hizo volver a la realidad: el mago al que había curado seguía allí, y también mdrhpa y HHH. Dudé entre hacer caso del aviso del Mortífago o pensar que era una trampa, pero enseguida vi que el encapuchado tenía razón: había que ir hacia el hotel, pese a la Marca Tenebrosa. -mdrhpa, yo ayudo a este chico, nos vamos al hotel. Tú entra en la tienda a ver cómo sigue nuestro capi y, si ves que ya puede caminar, dirigíos hacia allí. Quizá tenga suerte y me encuentre a alvaromagic por el camino. Si te tropiezas con carolinaaa, dile que vaya al hotel, ¿de acuerdo? -Tranquila, Minerva, me hago cargo. Levanté al mago desconocido, que ya tenía mejor aspecto, y me lo llevé hacia el hotel. No podía dejar de pensar en los pobres prsioneros... ¿Estarían bien? ¿Podrían salir? Solo podía confiar en que los Mortífagos les podrían salvar, y eso me ponía de batante mal humor. Danyellus El vampiro iba a todo correr hacia la fortaleza dejando un poco rezagados a sus compañeros pero en un instante, muchas cosas suedieron a la vez... El dragón acababa de sobrevolar el cielo echando fuego maldito por sus gigantescas fauces, hacia el pequeño pueblo que se había instaurado a causa del torneo y sobre el cual, (hasta ahora lo veia) una marca tenebrosa gigantesca flotaba... ¿Qué significaba aquello? ¿Tendría que acudir allá aún sin ser un mortífago graduado? ¿Y los prisioneros?
Un frío intenso se apoderó de él, dos dementores estaban cerca y algunos inferi se veían lejanos, donde aún no había fuego. -Expecto Patronum!- susurró y de su varita surgió un caballo plateado que le rodeaba al galope y le reconfortaba. La fortaleza seguía en llamas y sólo se oían gritos; un dragón negro, como un espectro, se había dibujado contra el cielo sobre el hotel de los organizadores y aún no él, sabía que pasaba... cómo se había echo aquel desastre? Serpientes de fuego ardían sobre el bosque y varios patronus pasaron por el lado del suyo llevando mensajes de y hacia todas direcciones así que, tomándolos como ejemplo, convocó un nuevo patronus dirigido a la fortaleza: -Pade, vamos en camino a la fortaleza... aguanta que te ayudaremos a salir de ahiHabía decidido no acudir al llamado de la Marca hasta ver a su equipo completo y sano. Luego, tras ver llegar a sus compañeros, los cogió por los hombros y sin consutarles, se los cargo a los hombros y corriendo tanto como se lo permitían sus habilidades vampiricas, en un santiamén llegó a la derrumbada fortaleza... Mica17 -Esperen- nos detuvimos en seco ante el pedido de Legolas… ―¿Ahora que?‖ pensé. De inmediato mi compañero hizo seña para que miremos hacia el campamento, donde Pin, Pinca, Lobi, Kea y Ale comenzaban a asomarse, algunos nos miraban sin comprender. Lobi se acercó de inmediato y nos dijo: - ¿Qué hacen ahí parados cuando la fortaleza está ardiendo en llamas?- luego nos fulminó con la mirada. Ale también se acercó a nosotros, muy asustada y preocupada. Sus caras eran espejo de todo lo que sentíamos, pero no debíamos dejar que el miedo nos paralice… teníamos que buscar la mejor manera de actuar cuanto antes. Entonces retomamos el rumbo que habíamos acordado con anterioridad. Cada vez éramos más, por lo cual caminé con mucha más seguridad. En forma repentina el caos que nos rodeaba pareció congelarse a nuestro paso. Un frío sepulcral se apoderó de nuestros cuerpos… no se trataba del frío húmedo
producido por la lluvia, era algo más esta vez… el silencio tomó el lugar por completo, ya no se oían los gritos ni se percibían las llamaradas, mi respiración comenzó a entrecortarse… sentí que todo estaba perdido. -Especto Patronus- Era la voz de Legolas la que invocaba al plateado protector. Un gran tigre de bengala salió de su varita, haciendo que la vida retorne al lugar… o más bien que el caos vuelva. Logré respirar hondo, el frío seguía perturbándome… pero esta vez sí era por el mal clima. Quise invocar también mi Patronus, pero recordé que mi varita seguía aún en la tienda. Pensé en lo tonta que había sido, ¿Cómo podía haber salido en medio de la noche sin mi varita? Tuve el impulso de correr nuevamente hacia el campamento, pero sería algo inútil ya que no lograría reconocer la carpa… lo más seguro era que ni siquiera siguiese en pié. Me fijé en la cara de Legolas… era obvio que hubiera preferido ir hacia la fortaleza a intentar rescatar a Liliana, pero conociéndola ella estaría bien, sabía cuidarse sola. Un poco más adelante vimos a un grupo de chicos, no los conocía pero parecían no estar del todo bien. Tontíncorrió hacia ellos, pensamos que para intentar ayudarlos, pero una vez llegó a su lado comenzó a bailarles alrededor. -¡Hola, Mateo! ¡Hola, Atena! ¡menudo ritmillo que llevas en el cuerpo, compañero!les dijo. El resto nos miramos como buscando que alguien nos dijera que habíamos oído mal. - Tontín, deja de hacer eso. Me ha caído un árbol encima y estoy cojeando- el chico apenas podía hablar debido al dolor. Tontín se quedó mirándolo un instante más, antes de que dijera otra bobada interrumpí sus cavilaciones. - ¡Movámonos de aquí, por favor!- les grité.- Nos estamos convirtiendo en un blanco demasiado fácil. - Estás loca, Mica. Con este paso de baile, es imposible que nadie me acierte con un hechizo. Mira, mira que movimiento- Me respondió Tontín y, como buscando justificarse de la mejor manera, comenzó a moverse frenéticamente. -Madre mía, sería imposible realizar tal hazaña sin estos pantalones.
Moví inconscientemente la cabeza de un lado al otro, no podía creer lo que estaba pasando. Y así, con sus movimientos compulsivos, encabezó el paso hacia el lugar que habíamos elegido como destino. El trecho que separaba el campamento del hotel de los organizadores nos resultó mucho más corto de lo que creíamos, así, nos encontramos frente al hotel en lo que nos parecieron tan solo segundos. Una especie de neblina verde invadía el aire del lugar, proveniente de la Marca que se alzaba sobre nuestras cabezas. Legolas, Pin y Pinca ya habían ingresado al lugar, los imité y, una vez adentro me paré frente al grupo: -Bien, llegamos… ahora tenemos que buscar a Mak, Buena, Mistify, Crazy o Antara. No se separen, no se distraigan… nada nos indica que el lugar sea seguro. Tenemos que trabajar en equipo o los esfuerzos serán inútiles. – tras estas palabras miré a Mateo y Atena. No los conocía pero esperaba que supieran seguirnos.
krazywitch Continuábamos caminando hacia la fortaleza, era necesario saber si Lee estaba bien dentro de la fortaleza. Por cierto que las cosas no serían fáciles si se nos aparecía un dementor en el camino, pues que los tengan trabajando en el torneo desde hace más de un mes sin poder absorver ni un alma, los tenía menos compasivos que nunca. Estábamos seguros de los riesgos que corríamos al por nuestra cuenta hasta la fortaleza, no sabíamos si pronto se aparecerían los mortífagos y muchos de ellos eran magos tenebrosos expertos como para enfrentarnos a ellos, pero al menos intentaríamos defendernos. Nos manteníamos cerca, pues si bien éramos muy buenos magos para ser estudiantes, sabíamos que en equipo trabajábamos mucho mejor, que al intentar cualquier hazaña individual. Mientras seguíamos avanzando, vimos muchas caras de nuestros compañeros que iban en la misma dirección y lo más seguro que con el mismo propósito.
La preocupación era tanta, que no fuimos capaces de darnos cuenta como poco a poco el frío se iba haciendo más intenso, perdíamos las energías, hasta que tuvimos que detenernos:
- ¿Qué está pasando? – preguntó Alex casi sin aliento. - ¡Ahí!– dijo Gabry espantada a ver cerca de 10 dementores que se interponían en nuestro camino. Luchar contra los boggarts había sido, por cierto más fácil. - Prepárense – indicó Sorce y 4 varitas se prepararon para defenderse, mientras nos veíamos cada vez más cercados. - ¡Expecto Patronum! – se escuchó al unísono y de cada varita apareció un patronus en dirección a los dementores. Se alejaban. En cosa de un momento, Alex se había caído al piso exhausto, Gabry, doblaba las rodillas intentando recuperar energías, Sorce se había sentado junto a Alex con la cara empapada en sudor y yo, que me senté junto a ellos, saque una barra de chocolate que compramos en Honeydukes: - Les dije que no era mala idea traer chocolate al torneo – pronuncié mirando a mis compañeros y no pudimos evitar reírnos. - Ya queda poco, estamos a unos minutos de la fortaleza, por allá – dijo Sorce señalando en dirección noroeste. - De acuerdo, vamos – dijo Alex y retomamos el camino.
Luego de unos minutos, visualizamos la fortaleza y nos apresuramos en llegar o seríamos rostizados por el dragón. Entramos muy a prisa, hasta que Alethea nos detuvo: - ¿Dónde creen que van ustedes? – nos dijo con tono nada amable y poniendo una de sus grandes zarpas frente a nosotros. - No pretenderás que se queden aquí – dijo Gabry refiriéndose a los prisioneros. - No esperarás que los deje salir – dijo Alethea a Gabry en tono burlón. - Al menos dime como están los prisioneros – increpé a Alethea. - No han sido rostizados aún por el drragón, si es lo que quieres saber, así que podrán convertirse en mi cena – dijo y lanzó una carcajada.
- Muy graciosa – comentó Alex molesto. - No estoy aquí para hacerte gracia –dijo Alethea – y ahora, lárguense de aquí, que no me vendría mal un aperitivo – mencionó al tiempo que hacía un gesto con la cabeza señalando la salida. - Está bien, vámonos – dijo Sorce. - No me iré de aquí sin Lee – dijo Alex mirando a Sorce algo molesto. - Ella está bien Alex, no podemos hacer nada más aquí, ya oíste a Alethea nos los dejará salir – añadí, intentando hacer razonar a Alex. - Ok, vámonos, pero a pedirle explicaciones a los organizadores de este torneo, para que nos digan cómo diablos terminamos así - dijo molesto mientras se dirigía a la salida. - Antes de irnos – Sorce tomó un trozo de pergamino, lo golpeó con la varita al tiempo que pronunciaba – Aparecium – y un mensaje destinado a Lee se hacía visible: ―Estuvimos aquí y no pudimos sacarte. Iremos con los organizadores a averiguar que pasa y vendremos por ti‖ Alex, gabry, krazy y sorce‖
- Me imaginé que podían no dejarnos pasar, así que escribí esto para Lee para que sepa que estuvimos aquí -dijo Sorce. - ¿Cómo se la hacemos llegar? – dijo Alex. En ese momento, sintió el suave ulular de una lechuza que se posó rápidamente sobre mi hombro. - ¡Snowy! ve con Lee y entrégale esto – amarré el mensaje en su pata – ve por detrás de la fortaleza, no quiero que seas el aperitivo de Alethea – mencioné al tiempo que Snowy extendía sus alas y emprendía el vuelo. - Bueno – dijo Alex – ahora, a averiguar como fue que esto se salió de control.
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Nadie había respondido mi llamado de ayuda. Parece que los valientes estaban muy ocupados en otras cosas. Comencé a caminar rápidamente para todos lados, trantando de encontrarle la lógica a todo, quien convoco la marca tenebrosa? Ya estarían en lucha los equipos de afuera? Adentro solo se escuchaban gritos y el repiqueteo de la lluvia que aun no había cesado. ¿Por qué todavía nadie nos venia a rescatar? O era que no podía? Recordé que aquí en la fortaleza lo que sobraban era hechizos para no escaparse..pero debía haber una forma de romperlos…tenia que haberla. De pronto volví a escuchar en mi cabeza los gritos que desataron tal infierno. El dragón se había escapado por la cúpula. Se que suena extraño, pero tal vez podías salir por allí, con la ayuda de todos. -oigan ¡! Chicos! Tengo una idea para salir de aquí!! –grite pero nadie pareció darse cuenta. -hey!- termine de gritar y un tumulto de gente se abalanzó hacia mi lado, haciendo que perdiera el equilibrio y cayera al piso. Golpeé mi cabeza contra el suelo y quede inconsciente unos minutos. Recobre el sentido, y la orientación y volví a pararme -escuchen!!!! Podemos salir por donde salio el dragan!! Por la cúpula!! Tenemos que trabajar juntos!! Dije con todas mis fuerzas esperando que alguien escuchase.
Avril Lestrange La chica corrió atolondradamente hacia su compañero en cuanto lo vio en peligro. El Black caminaba cojeando, aparentemente muy dolorido pero satisfecho de haber llegado hasta las puertas del hotel. -¡Necesitas curarte!- le dijo Avril, junto a una consternadísima AteNa,- de ninguna manera puedes seguir adelante así, tenemos mas de 10 pisos que subir hasta la habitación de los organizadores, sin contar con que nos podríamos encontrar con cualquier cosa, acuéstate por favor que tengo esencia de díctamo en mi mochila- le dijo la joven apremiándolo a sentirse mejor, con la pierna así no iba a ser de ninguna ayuda, solo de carga. -No- dijo secamente Mateo. -No es necesario- y con una mueca de dolor contenido siguió caminando. – Mateomira, haremos lo siguiente, aquí tienes mi díctamo- la muchacha metió la mano en su mochila, mirando a la gente correr y gritar, ya acostumbrada al caos reinante. Si bien muchas de esas personas necesitaban el líquido preciado, no pensaba malgastarlo en ninguno de ellos-Si ves que no puedes seguir
te lo pones, y nosotros no tenemos ni siquiera que enterarnos, sólo mejórate ¿si?- y le extendió la mano con la botellita estimada, algo escondida para que los demás no puedan verla. Mateo la tomó, se la metió rápidamente en un bolsillo, pero no hizo ademán de ponérsela sobre la herida. Suerte que Avril sabía que era un poco orgulloso. No pensaba obligarlo a hacer nada que no quisiera. -Bien- dijo Avril- acá estamos en la puerta del edificio, yo sugiero entrar, buscar la habitación de las jefas y tratar de escuchar conversaciones antes de dar a conocer nuestras presencias, por las dudas- y dirigió la mirada hacia cada integrante del grupo que la acompañaba-¿que le parece profesora?- le dijo a Darla Potter Black, que se había unido a ellos cuando se enteró de que su destino los anexaba. La chica no podía negar sentir cierta seguridad con la auror allí. Después de todo no sabían todavía quien había invocado la marca, ni con que deberían enfrentarse dentro del edificio. La única suerte que les trajo el fuego era que alejaba a los inferis, a esos cadáveres que tenían una aversión bien conocida por las llamas. La gente estaba más descontrolada que nunca. Avril no podía creer lo que veían sus ojos grises…gente muerta en el piso, o tal vez sólo inconsciente, o quizá se hacían pasar por inconscientes para no llamar demasiado la atención. Otros aprovechaban para torturar a la gente mas indefensa y reír como desquiciados. La situación no podía ser más crítica.Tenían que encontrar respuestas y rápido. -¿Entramos entonces?- propuso Avril, y el grupo asintió de inmediato. Ignoraba si Mateo había usado o no el díctamo pero lo veía bastante animado al cruzar la elegante escalinata de mármol gris del hall. Ah que pero veo que tienen todos los lujos, no han reparado en gastos-pensó la joven bruja al entrar al refinado y amplio hall del hotel. Los pisos eran de un mármol blanco con algunas manchas grises. Se notaba que estaba bien cuidado, ya que estaba brilloso y algo resbaladizo. En el centro de la habitación, donde se situaban unos sillones de cuero blanco, se lucía una araña gigantesca. La chica pensó que debía de pesar unos 2000 kg ya que tenía como cuatro metros de altura y dos de diámetro. Sus tulipas eran de cristal y destellaba como un diamante en bruto. A su lado se disponía un amplio mostrador, labrado con formas arabescas, también de color blanco. Rápidamente fue a ver si había alguien, algún portero o administrador…pero no había ni un alma. El lugar estaba desierto.
-¡Hola!¿Hay alguien aquí?- preguntó Darla, tocando la campanilla que resonó haciendo eco en el lobby completamente vacío.- Creo que aquí no hay nadie- les dijo a sus compañeros de ruta al momento que se giraba para mirarlos. –Esto sí que es raroAmya_An Graciosamente Vestida como Muñeca por Tamarindo, Amya_An recupera un poco el Sentido solo para ser Testigo de cómo las cosas pueden Ir de Mal a Peor. ¿ Qué Funesto Destino Tendrían los Participantes del Torneo del Dragón Dormido finalmente ? Entre ser Carbonizados por Fuego Maldito. Despedazados por Aquella Despiadada Criatura escapada del Averno. Helados por el Beso de la Muerte. Solo los Inferi parecían mantenerse un poco apartados por la Luz y el Calor pero, ¿ Quién está detrás de éstos ? Amya_An se preguntó con Inquietud enrojeciendo hasta el blanco de sus ojos. Tamy y Amya_An eran testigos de una Nueva Amenaza. Algunos de los Desdichados a su Alrededor parecían literalmente estornudar Chispas. ¿ Chispas ? Tenía que Ser una Broma ... ¿ Acaso era Posible que fuese Aquel Mal de Dragón ?
Mitsuki El chisteo proveniente de algun lugar cercano los hizo distraer su atecion de las celdillas por las que se transmitian los rugidos de la esfinge. Mitsuki no veia nada mas alla de sus compañeros, pero simtio un gesto que Andrea hacia con la mano para tranquilizarlos. -Lumus- dijo Fernando casi en un susurro y al ilumunarse el lugar pudieron contemplarla figura de un anciano. De tes blanca casi calabérica. Sus ojos estaban surcados por rojas venas, y un cabello largo y desgreñado bajaba por sus hombros hasta fusionarse con una desaliñada barba. Llevaba una túnica aun mas desgastada que la que ellos mismos habian conseguito tras sucesivas luchas y sus pies de largas y amarillentas uñas similares a las de sus manos estaban encadenados al suelo. -¿Quién es usted? –Andrea lo apuntó con la varita, a Mitsuki esto le parecio una reaccion algo exagerada.
-Tranquilos –la voz del tranquila pero ajada del anciano - ¿Acaso creen que en este estado puedo hacerles algo? – -Tranqui Andre, no creo que sea una amenaza – dijo Lili, al parecer compartian la opinion de que el hombre estaba ya demasiado destruido. -Aún así, las apariencias pueden engañar Lili –inquirio Andrea– No ha respondido mi pregunta señor -Yo no soy nadie importante –el hombre se puso de pie, y esto hizo mas notorio su estado calabèrico. La tunica que traia puesta, ahora grisácia y roida por las ratas dejaba sin embargo ver hilos de oro y plata que bordaban dibujos ahora casi inexistentes –solo soy un cobarde que paga por una mala elección – -Vamos Andrea, no seas así. Es solo un viejo –intervino Mitsuki, que se habia percatado de que el hombre no era cualquier persona, sino alguien alguna vez importante, o al menos un mago con muchos galeones –Además si tratara de hacer algo estoy segura que no podría con nosotros –Andrea contra su voluntad dejo de apuntarlo aunque no se retiró mucho mientras seguía mirándolo con desconfianza. -Está bien, pero que sepan que este señor no me da buena espina -Perdone señor, usted debe entender que después de los ataques mortífagos a Hogwarts y lo que paso esta noche no se puede confiar en la gente que uno no conoce – Mitsuki trato de sonar lo mas respetuosa posible, queria que el anciano confiara en ellos y les contara su historia. Presentia que algo tenia que ver en todo aquello si estaba encerrado en la fortaleza. -No te preocupes pequeña, yo lo entiendo. Y ¿quiénes son ustedes y qué hacen en un lugar como este? No es precisamente un hotel de lujo como pueden observar -Si, lo sabemos, hemos caído aquí por incidente –saltó Liliana – Mucho gusto, mi nombre es Liliana, prefecta de la orgullosa y valiente casa de Gryffindor -Yo soy Fernando y también pertenezco a Gryffindor –comento Fernando. Las demas chicas estaban empezando a acostumbrarse que hablase casi exclusivamente para decir su nombre. -Mi nombre es Mitsuki y soy estudiante de 3° curso y también pertenezco a Gryffindor, y la que ve ahí es Andrea y también es una de nuestras prefectas – señalo a Andrea que mas que un saludo reflejo una especie de amenaza con su mirada. Mitsuki entonces noto algo que la estremeció. Andrea levante un poco los labios y dos filosos colmillos se asomaron por sus finos lavios. ¡Andrea es una vampira!, eso no lo sabia. Pero era su amiga y confiaba en qeu no les hiciera daño, aunque el hombre a su lado tal vez no corriera la misma suerte.
-Tenéis que salir de aquí- sentencio el hombre sobresaltándola y haciendo que sus ojos se desviaran de la dentadura puntiaguda de la prefecta. -Lo ve muy fácil ¿no?- no habia querido ser tan brusca con la pregunta, pero la vision de Andreaabalanzandose sobre el pobre anciano para morderle el cuello la puso nerviosa.Lo miro con suspicacia, tal ves si entendia el peligro en que estaba los ayudaria. -No dije que lo fuera- el anciano miró a su alrededor asustado- he visto pasar un par de criaturas propias del más profundo de los abismos, todavía no me explico cómo habéis logrado llegar hasta aquí vivos. -Somos chicos listos- exclamo Liliana tajantemente. -¿Sabéis como controlarlas?- Los ojos del anciano se agrandaron afablemente revelando su sorpresa. -¿A las criaturas?- dijo Fernando incredulo- Tengo entendido que eso solo puede hacerlo el que las invoca y desgraciadamente ha sido un dragón por lo que no hay muchas esperanzas sobre eso. -Eso no es del todo cierto - lo corrigio el extraño- Quizás… si quizás de esta manera pueda redimirme, tengo que sacaros de aquí y la información que tengo puede ayudaros a conseguirlo, nunca tenía que haberme metido en esto. Cruzaron la mirada por un momento, menos Andrea, que no las retiraba de su interlocutor, y a Mitsuki le empezo a parecer que solo le observaba el cuello. -¿Redimirse de que cosa? - dijo la vampira. - Eso no hace falta que ustedes lo sepan... aunque tal vez... pero eh hecho un juramento y no puedo - el anciano parecia meditar contradicciones en su mente mientras se miraba las nudosas manos - basta con que sepan que todo esto es mi culpa. - Su culpa, aja - Andrea seguia esceptica y desconfiada - Conque desde estas mazmorras libero a un dragon colosal que cual mortífago puede exalar fuego maldito. ¿Que otras cosas hizo? ¿Descurbrio otros doce usos de la sangre de dragon? -Andrea, calmate - la apremio Liliana. El anciano no se habia inmutado mucho por la actitud irrespetuosa sino que contesto como si lo hubieran interrogado de manera amena. -No, por supuesto que no lo hice yo desde este lugar. Aqui eh caido justamente por no querer hacerlo. Pero inicialmente fui uno de los que.. ¡Agh! - El anciano se sostuvo las costillas desesperadamente y cayo sentado en el suelo- No puedo, no me lo permite jadeo.
-¿Señor, esta bien?- Mitsuki se acerco a el e intento auxiliarlo de algun modo -Si, ya esta pasando. Me siento un elfo domestico qeu guarda con dolor el secreto de sus amos, aunque mi castigo no me lo preste yo mismo, sino mi situacion y este maldito jurameto. -¿El juramento inquebrantable? - Pregunto Fernando. Mitsuki empezaba a pensar que era un chico muy aplicado o al menos que le encantaba la asignatura de encantameintos. -Ese mismo - el anciano se incorporo un poco pero su respiracion seguia siendo agitada - Pero si puedo decirles... un par de cosas que quedaron fuera del encantamiento. -Los otros doce usos de la sangre, supongo- volvio a burlarse Andrea -Andre por favor - la regaño Mitsuki, y con una intensa mirada intento transmitirle sus ideas. Claro que habia que considerar que Mitsuki confiaba en que el anciano decia la verdad, mientras andrea no se fiaba de el - espera al menos que nos diga lo que sabe, y despues te ries de el, ¿Si? Andrea se cruzo de brazos. Todos se quedaron mirando al anciano mientras se recuperaba totalemente para seguir con lo que queria transmitirles. De pronto tomo aire y con la voz quedrada prosiguio. -Tu joven - señalo a Fernando - has dicho inteligentemente que solo la persona que puede comvocar al fuego maldito es capaz de controlarlo. Pues eso es cierto... en partes - reino un corto silencio y hombre continuo - El fuego maldito es un encantamiento de magia oscura muy peliigrosa. En cierto modo se parece a los hechizos para el control de los inferi. Es como un imperius combinado con... -¿Quiere decir entonces que usted sabe convocarlo? - a Mitsuki se le salieron atropelladamente las palabras de la boca. Nunca habia escuchado cosas similares ni en su clase de Defenza contra las Artes Oscuras. El mago carraspeo, pero aunque su voz se escucho notoriamente mas quebrada respondio. -Si, yo puedo haverlo - los otros cuatro se miraron con asombro, pero sin hacerles caso prosiguio - Si, se convocar al fuego, y tambien se controlar el fuego que convoco. Y con la ayuda de otros tres llegue mucho mas allá - extrañamente una sonrisa melancolica surco su rostro - Tambien pudimos obtener el poder para controlar el fuego maldito que corria descontrolada mente y... -trago saliba y susurro la ultima parte de su testimonio - hacer que una criatura normalmente familiarizada por el fuego tenga el poder de crearlo, el mas indicado habia sidoaquel colacuerno hungaro.
Si no fuera porque aun se escuchaban los rigidos de la esfinge amortiguados un poco por la distancia, se podria haber dicho que la mazmorra se quedo en un silencio sepulcral. Mitsuki no sabia si dar credito a sus oidos. O el hombre era un poderoso mago oscuro, con muchisima informacion, casi responsable del escape del dragon y desterrado a las mazmorras por alguna otra razon; o le encantaba inventar historias. Liliana, Fernando y Mitsuki se miraron, pero cuando su mirada preocupada paso a Andrea, esta bufo y expreso firmemente. -¡Vamos!, no llegamos hasta aqui para creerle la historia a este viejo loco. ¿No ven que esta aburrido y le gusta contar historias? -¿Pero como sabe la raza de dragon que teniamos en la fortaleza? - inquirio Mitsuki, a ella realmente le parecia que las cosas podrian llegar a cuadrar. -Porque lo habra visto en alguna otra parte de la forteza, o cuando lo trajeron, o cuando... -O cuando nacio - sentencio el hombre - sus rojizos ojos se clavaron en los de andrea, y la mirada que le presto fue tan fuerte que parecia increible en alguien tan debilitado, Andrea finalmente pareció ceder, ya que aparto la vista. -Esta bien, cuentenos como empieza la historia del dragoncito del fuego magico.
Padelilla Pade, dejando atrás a las dos brujas y sin pensar que éstas volverían a entrar en el edificio en llamas, comenzó a correr con todas sus fuerzas hacia los campamentos, no sabía nada de su equipo.
¿Y si seguían durmiendo? ¿Y si no se habían enterado de lo que había pasado y el dragón prendía fuego a la tienda? Se tenían que haber enterado... todo aquel ruido... ¿Pero y si no?
Además sabía que Danyellus era un vampiro, pero ¿Podría soportar el fuego maldito? No se iba a quedar tranquila hasta verlos. Comenzó a rodear la Fortaleza, decenas de magos y brujas pasaban corriendo a su lado, la gente chillaba el nombre de sus compañeros, los de fuera llamaban a los prisioneros y algunos prisioneros se asomaban por las ventanas de la Fortaleza gritando de terror. - Por favor Mistuki y andrea, daos prisa, vosotras tenéis las llaves.- Pade deseó con todas sus fuerzas que las dos jóvenes brujas lo consiguieran. Cuando llevaba unos minutos corriendo vio como algo plateado salía de entre los árboles y se dirigía hacia ella, se asutó al principio, entre tanta gente sabía perfectamente que aquel
ser la estaba buscando a ella, pero sin saber porque, su simple visión le dio un poco de tranquilidad. Se detuvo y espero a que la extraña figura plateada llegara hasta su lado. Cuando estaba sólo a unos metros descubrió que era un caballo, un caballo plateado, debía de ser un patronus. -Pade, vamos en camino a la fortaleza... aguanta que te ayudaremos a salir de ahiEl patronus habló con la voz de Danyellus. Ajena a lo que ocurría a su alrededor Pade respiró tranquila, sus compañeros estaban bien o al menos Dany lo estaba y ahora mismo debían de estar buscándola. Siguió corriendo internándose cada vez más en la negrura del bosque, intentando seguir el camino por el que había aparecido el patronus. De pronto, parecía que el silencio lo había inundado todo, ya no escuchaba los gritos de los demas participantes del torneo, tampoco el crepitar del fuego ni los rugidos del dragón, sin embargo, una espesa tristeza empezaba a apoderarse de ella, una tristeza que empezaba a instalarse en su corazón y que no la dejaba respirar con normalidad. - No, no puede ser, esta sensación... ¡Dementores! Pade echó a correr, sus piernas le ardían, la desesperación se apoderaba de ella, no veía nada, no podía escapar, hasta que lo vio y paró en seco, allí delante, con su capa negra y sus manos viscosas. Pade sabía que era su final, nada en este mundo le devolvería la alegría, se iba a quedar sin alma. - ¡Pade! ¡Pade! El dementor avanzaba hacia ella, Padelilla se acurrucaba bajo un árbol abrazándose las rodillas pero sin poder apartar la mirada de aquella terrible criatura. - ¡Pade! ¡Sé que estás por aquí, noto tu presencia!¡Pade! No podía más, no podría soportarlo más, se iba a desmayar. - ¡Padeee! Esa voz... era la voz...¿De Dany? sí, era su voz, Dany estaba cerca, la estaba buscando. Una sensación de paz inundó su corazón, los buenos recuerdos vividos con su amigo llegaron hasta su memoria y haciendo un gran esfuerzo Padelilla consiguió alzar su varita y decir: -¡¡¡¡Expecto Patronum!!!! Un gran fénix plateado salió de su varita haciendo retroceder al dementor, lo último que vio Pade fue a su amigo Dany correr hacia ella entre los árboles, después perdió el
conocimiento.
tontin dudley -%&/#%&$*%$#- oyeron mis oidos - Perdona, Mica, decías algo? -Sí, Tontín, decía que llegamos… ahora tenemos que buscar a Mak, Buena, Mistify, Crazy o Antara. Decía que no se separen, no se distraigan… nada nos indica que el lugar sea seguro. Tenemos que trabajar en equipo o los esfuerzos serán inútiles. Dí media vuelta, pues yo ya me estaba dirigiendo hacia el final del pasillo. Nos agrupamos en un grupo que sí que quería ir por voluntad propia (eso siempre) en nuestro grupo (agrupado) y avanzamos lentamente. Ya estábamos llegando al recibidor cuando de repente... ¿Mateo? ¿Mi futuro compañero de baile cojo había llegado al recibidor antes que nosotros? Y con nada menos que su grupo agrupado libremente. Tendría que estar más atento en futuras ocasiones. - ¡Y Avril tambien!- retumbó una voz desde la nada y desde el todo a la vez. O como hablando a través de un yogur, para que me entiendan. - Bueno, chicos, dejemos que este grupo se encargue de su araña, nosotros tiremos por este pasadizo- dijoMica señalando nuestra derecha. Alguna corriente de aire golpeaba las llamas de las antorchas que salían de la pared, consiguiendo un efecto discoteca/boliche que, para que engañarnos, me impulsaba a ejercitar mis dotes de bailarín. El suelo brillaba por la humedad y reflejaba, no sólo los cuerpos y rostros de mis compañeros del grupo que agrupamos libremente, y la luz de las antorchas, también el miedo general. -¿Oís eso?- preguntó Legolas - ¿ a qué huele?- Pincorto arrugó la nariz. - Perdonad- dije yo arreglándome los bajos de los pantalones.- Mica, cúbreme las espaldas. - Antes muerta- me escupió. - venga mujer, que sólo quiero mirar lo que hay detrás de esta puerta! Pero Pinca la cabrita ya se me había adelantado. Por la rendija salía una luz verdosa que teñía el pasadizo, y yo, que siempre he tenido cierta alergia a lo verde cerré de un portazo.Venga, miremos otra habitación, que esta no tiene premio casi seguro. - Tontín, mi cabra, la dejaste encerrada ahí dentro!- sollozaba Pincorto. - ¡Ups! ¡Perdona! Mica, entra, que yo te cubro las espaldas. El rostro de Mica se encendió de ira, así que decidí abrir un poquito la puerta para disimular ese color rojo tan llamativo. Seguramente me lo agradecería. Y cruzamos la puerta...
Mackenzie Yellbridge Narrador La Fortaleza seguía envuelta en llamas cuando las primeras luces del alba iluminaron la
muralla de piedra negra que la rodeaba, en la que sus torres achatadas habían comenzado a desmoronarse. En el centro de la fortificación, la cúpula abovedada mostraba un gran boquete del que salían enormes llamaradas que giraban entre las confusas sombras de la aurora en medio de horribles criaturas de fuego. Monstruos del infierno, que incineraban cuanto encontraban, dejando exhalar de sus fauces de fuego un humo negro y nauseabundo, como último legado de la materia devorada. Los muros aparecían parcialmente derruidos en algunas zonas, pero Alethea tenía buen cuidado de que nadie escapara entre los boquetes abiertos por el fuego. Como reina y señora de aquel infierno, las criaturas de fuego la obedían sin descanso. En el interior de la fortaleza, los prisioneros trataban de organizarse en grupos para descubrir la forma de escapar de aquel horror de llamas y destrucción. Pepe Apestas recorría los pasadizos de la fortaleza, como enajenado. El miedo le hacía desvariar e incluso hablar sólo. En vano, trataba de encontrar las llaves que había perdido, pero no era capaz de recordar el lugar o el momento en el que habían desaparecido. La esfinge parecía deleitarse ante el miedo y la desazón que se dibujaban en la cara del carcelero. -¡Por favor Alethea! ¡Te lo suplico! Ya no hay dragón, déjanos salir a todos de aquí -imploró el carcelero. La esfinge lo miró con una sonrisa y un gesto de suficiencia. -Está bien, Alethea, pónles el enigma de una buena vez, sabes que debes hacerlo y seguir retrasándolo no te servira de na... ¡atchusss.......! -el carcelo estornudó de pronto. Alethea enarcó una ceja y miró a Pepe Apestas. -¿Estás malito gordo? -rió la esfinge. El rostro del carcelero aparecía cubierto de un extraño sudor. No pudo contestar a Alethea, pues, sin poderlo evitar, sus pies comenzaron a picarle de tal manera que tuvo que quitarse los zapatos para rascarse entre los dedos. -¿Salpullidos morados y verdes en esos deditos gordinflones? -se burló Alethea. -¡Por las barbas de Merlín! -lloró el carcelero- ¡Voy a morir si no nos dejas salir de aquí, Aleth...! ¡Atchuss...! La esfinge tronó en una carcajada y miró amenazadoramente al carcelero. Si Pepe Apestas tenía fiebre de dragón, eso era algo que a la esfinge le traía sin cuidado. ¡Por fin podría librarse de semejante vago!
-¡Atchusss! -volvió a estornudar y esta vez unas chispas verdes salieron de sus fosas nasales. Alethea emitió un terrible rugido y salió disparada hacia la entrada. Tenía cosas más importantes que hacer que socorrer a ese carcelero. Pepe Apestas se dejó caer, apoyándose en una columna. Apenas le quedaban fuerzas, ya. De pronto oyó voces que procedían de uno de los pisos inferiores. Allí sólo estaban las mazmorras y algunos túneles que tan sólo conducían a un laberinto sin salida. Escuchó atentamente, abajo había alguien. -Yo no soy nadie importante, solo soy un cobarde que paga por una mala elección –aquella no era la voz de ninguno de los prisioneros. Parecía la voz de un viejo. Pegó la oreja frente a una baldosa y volvió a prestar atención a aquellas voces. -¿Sabéis como controlarlas?- preguntaba de nuevo la voz del viejo. -¿A las criaturas?- esta vez, Pepe Apestas reconoció la voz de uno de los prisioneros, Fernado Perea- Tengo entendido que eso solo puede hacerlo el que las invoca y desgraciadamente ha sido un dragón por lo que no hay muchas esperanzas sobre eso. -Eso no es del todo cierto- anunciaba el anciano- quizás… si quizás de esta manera pueda redimirme, tengo que sacaros de aquí y la información que tengo puede ayudaros a conseguirlo, nunca tenía que haberme metido en esto. El corazón de Pepe Apestas se agitó esperanzado. Quizás, después de todo, hubiese alguna forma de escapar de Alethea y de todo aquel horror que los envolvía. Siguió escuchando un tiempo todo lo que aquel viejo estaba diciendo, parecía que aquel extraño ser, salido como de la nada, era poseedor de extraños secretos que podían ayudar a solucionar todo aquello. Pepe Apestas se incorporó con gran esfuerzo, dispuesto a encaminarse a los túneles que salían de las mazmorras para unirse a aquel grupo de prisioneros, cuando una quimera de fuego trató de alcanzarlo. En el último instante, esquivó aquellas fauces de fuego, pero fue a chocar contra la columna en la que antes se había apoyado, que parcialmente destruida por el fuego, acabó desmoronándose, impactando en Pepe Apestas con gran fuerza. La estructura no resistió el empuje de la columna y del orondo mago, por lo que se desmoronó en su totalidad sobre el túnel inferior de las mazmorras. El carcelero abrió los ojos, algo trastornado por el golpe, y trató de distinguir a los prisioneros. Andrea, Liliana, Fernando y Mit lo miraron sorprendidos. El viejo, que estaba junto a ellos, había sido alcanzado por los escombros y ahora una colosal pira de maderas, piedra y arena lo cubrían por completo. Sus quejidos llegaban a los prisioneros muy debilitados por la intensa maraña que el derrumbe había formado a su alrededor y su voz, aunque denotaba que seguía vivo, apenas era perceptible.
-¡Atchuss! ¡Atchuss! -el golpe y el polvo habían incrementado las dificultades respiratorias del carcelo, que volvía a estornudar. Las chispas verdes que surgían sin parar de las fosas nasales de Pepe Apestas iluminaron la oscuridad del tunel semidestruido. El carcelero se quitó los escombros de encima y trató de incorporarse. De pronto se quedó mirando un manojo de llaves que guardaba una de las prisioneras. -¡Mis llaves! ¡Esas son mis llaves! ¡Vamos, devuélvemelas, tenemos que salir de aquí! -Pepe Apestas avanzó con los brazos extendidos hacia los prisioneros, que se agolparon todos a una tratando de proteger las llaves de aquel carcelero que tan poca confianza les ofrecía. La figura panzona del mago, alcanzó a las tres chicas, pero presa de una gran fiebre, cayó demoronado sobre ellas, que rodaron al suelo, entre las chispas verdes que salían de las narices del mago y el sudor pestilente que exhalaba su frente. -¡Atchuss! -el carcelero volvió a estornudar una última vez antes de desvanecerse.
***** Los compañeros de los prisioneros se apelotonaban en las entradas a la fortaleza, tratando de convencer a una malhumorada esfinge de que los dejara rescatar a sus prisioneros. Muchos eran retrasados en su avance por el fuego y, otros tantos, por la propia Alethea. Varios equipos habían intentado rescatar a sus prisioneros sin éxito alguno. Allí estaban, desfallecidos, los Rizos y Moscas, esperando saber algo de Elodia o los Psiquiátricos de Gryffindor tratando de razonar con Alethea para poder rescatar a Lee y a todos los demás. Otros muchos, habían corrido una suerte parecida, más ninguno de ellos había querido abandonar todavía aquel lugar, tratando en vano de convencer a la díscola Esfinge. Alethea sonrió al ver la desesperación pintada en el rostro de todos los allí presentes. Krazywitch y sus compañeros de equipo ya se alejaban en busca de los organizadores. La esfinge suspiró. No quería tener que dar explicaciones a aquella mortífaga que había sido su compañera de fatigas durante los días anteriores. -¡De acuerdo! -gritó a los miembros del Psiquiátrico de Gryffindor, que ya se alejaban por detrás de la muralla- ¡Les pondré el acertijo! Si lo resuelven, podréis pasar a buscarlos. Pero dadme tiempo, tengo que pensad algo apropiado para la ocasión. Alethea rió y se dio la vuelta hacia el interior de la fortaleza, dejando a varias quimeras de fuego al cuidado de las puertas y boquetes. En el jardín que rodeaba la cúpula abovedada, semidestruida y todavia ardiendo en poderasas llamas, varios prisioneros aparecían tirados en el suelo. Estaban sudorosos y sus pies desnudos estaban cubiertos de salpullidos verdes y morados. Muchos de ellos estornudaban sin descanso, dejando escapar unas chispas verdes de sus
fosas nasales.
Mistify Narrador
- No pueden pasar si no son organizadores – un fornido mago se irguió amenazante ante Légolas y Tontín. Eso era lo que habían encontrado tras la misteriosa puerta.
- ¿Acaso no se da cuenta de que esto es una emergencia? –[/b] vociferó el joven mago y sin embargo su interlocutor no se movía del lugar, firme ante las órdenes que le habían dado. [i]- Apártate – le dijo blandiendo su varita.
Las cuatro brujas que trazaban planes de emergencia en el cuarto de arriba escucharon los gritos y Mistify se puso de pie abruptamente. Los dementores e inferis ya no eran un problema, habían sido reducidos por el expectro de la mortífaga y muchos de ellos por los mismos participantes.
- No contestaste a mi pregunta – Antara había tomado la palabra observando a Mistify.
- ¿Qué pregunta? –
- Lo del libro. Estoy segura que todo esto es un plan de ustedes para apoderarse del libro – inquirió de nuevo la auror.
- Eso son invenciones tuyas – Mistify había entrecerrado los ojos, no podía ser que la mujer se diera cuenta de sus planes. Sin embargo lo negaría, necesitaba de su ayuda por el momento. - Y ya vámonos de acá, a ver que quiere el grupito de abajo – cambió la conversación la mortífaga emprendiendo rumbo hacia la puerta.
Sin embargo Antara no estaba convencida y Mackenzie seguramente sabía mas de lo que decía al tanto que Buenamor sencillamente quería que todo aquella tragedia terminara y lograran dominar al dragón de una buena vez.
Los pasos de las mujeres se escucharon al bajar las escalinatas de madera rumbo a la recepción en donde el custodio trataba infructuosamente de hacer marchar a los magos y brujas que habían decidido acercarse al lugar.
- Déjalos Arthur – ordenó Mackenzie - Sabemos porqué están acá, ya hemos notado que el dragón está fuera de control – les dijo a los muchachos tratando de tranquilizarlos.
Un nutrido grupo de participantes se congregaba ahora en el hall central del hotel. Mistify reconocía a alguno de ellos al igual que sus tres compañeras. Allí estaban cubiertos de barro, magulladuras y bastante asustados: Tontín, Légolas, Pinca, Pincorto, Kea, Atenea y Mateo acompañados por algunos más.
- Tenemos que ir al castillo – anunció Mistify - Ahí encontraremos algo con lo que podremos volver a dormir al dragón. –
- ¿Al castillo? – Atena giró su cabeza hacia fuera y en sus ojos se vió reflejado las grandes llamaradas que aún amenzaban el predio.
- Es nuestra única opción – les animó Antara - Les protegeremos en el camino, aquí no estarán a salvo – añadió señalando hacia una de las ventanas a través de la cual se podía ver la sombra del dragón sobrevolando el hotel.
- Hablan demasiado – les apremió Mateo - Nuestros compañeros están prisioneros en la Fortaleza con una esfinge loca mientras ustedes están acá mirandose las caras – Mistify sonrió, por alguna extraña razón aquel joven mago le caía bien, tal vez fuera su extraño carácter o aquella particular y desenfadada forma de ser.
La Líder Mortífaga apretó el puño con el que sostenía su varita y su expectro volvió a materializarse junto a la puerta. La etérea criatura nada podría hacer contra aquel dragón maldito, pero al menos lo detendría mientras ellos salían de allí.
- ¡A Hogwarts! – ordenó Mack...
Sagitas El calor se hacía insoportable a medida que nos acercábamos a las ardientes paredes de la Fortaleza. Sin embargo el tostarme y que se me chamuscara la punta de los rizos no era mi miedo más acuciante en ese momento.
Lo que realmente me tenía aterrorizada era el oír los gritos (¿gritos?, chirridos más bien) de lo que nos sobrevolaba. La sombra apenas visible entre las llamaradas de un dragón enorme planeaba por la fortaleza y lanzaba más fuego todavía sobre nuestras cabezas.
-- Coyo, ¿seguro que…?
Me callé, claro que era correcto dirigirnos hacia allí. Me tragué mis palabras y troté un poco para alcanzar el ritmo que llevaba mi capitán.
-- ¿Qué dices? – me contestó él sin mirarme, sus ojos fijos en la planicie semiderruida de la entrada de la Fortaleza que estaba cada vez más cerca.
-- Nada, que si Elodia estará bien.
Él gruñó en vez de darme una contestación directa. Un ligero siseo y en el cielo anaranjado, sucio por el humo que ascendía de todo lo que estaba ardiendo, se vislumbraron unas chispas azuladas. Alguien parecía estar pidiendo ayuda en algún lugar.
-- Muchos pedimos ayuda –murmuré.
Delante de mí un muchacho flaqueó y cayó de rodillas, tosiendo. Me pareció ver chispas de fuego a su alrededor, como si hubieran salido de su interior.
-- ¡Maldita distorsión! El reflejo de las llamas me hace ver tonterías – pensé.
No me paré a ayudarle. Reconocí a una muchacha que se agachaba a su lado y aplicaba su varita a su lado, como si aplicase algún miedo curativo.
Intenté no mirar directamente los bultos sospechosamente quietos en el suelo. Otra vez me quedaba atrás y volví a acelerar para alcanzar a un Coyo-T decidido que ya llegaba a la entrada de la Fortaleza. Por encima de nosotros un dragón plateado surcó el cielo y su luz en la penumbra alejó todo resquicio de pesar que aún nos quedaba de la oleada de dementores que nos había atacado antes en los campamentos. Supe al instante quien era el dueño de aquel Patronus. La dueña. Eso me dejó en la incertidumbre pero no me atreví a expresar mis dudas en voz alta. Coyo camina algo delante de mí todavía.
-- ¿Podremos entrar? ¿Nos dejará entrar Alethea?
Desde donde estábamos las verjas se veían en pie, habían resistido las llamas de aquel fuego impuro que las había atormentado, aunque alguna de las puntas se veían dobladas y temblaban entre las llamas que consumían por detrás un lienzo de la pared.
Coyo se paró en seco y casi tropecé con él. Le vi suspirar y noté su lucha interior. Entendí lo que sentía y casi me alegré de no estar en su pellejo. Murmuró casi inconscientemente.
-- Elodia está dentro y espera nuestra ayuda.
Supe que pensaba en nuestra amiga, fue lo último que me había dicho antes de permanecer mudo todo el camino.
-- Darla va a comprobar qué ha pasado con los organizadores, allá donde la marca tenebrosa refulgía.
El silencio se había apoderado de nuestra caminata. Sabía que se debatía entre lo correcto de ayudar a los prisioneros de la Fortaleza y su deseo de buscar a Darla y estar
con ella en ese momento.
Le puse la mano encima de su hombro (una hazaña para un hombre que me sobrepasaba una cuarta de altura). Me sentía desfallecida y no podía permitirme que mi capitán sintiera lo mismo. Él parpadeó y enfocó su mirada de nuevo en los cascotes que se habían caído desde la cúpula derruida.
-- ¡Entremos!
Nos dimos cuenta de que éramos muchos los que habíamos tenido la misma idea. Y los rostros de quien habían fracasado nos hizo pensar que tal vez necesitáramos de una buena idea para burlar la vigilancia de Alethea. alvaromagic alvaromagic empezó a dirigirse a su tienda del campamento. Los terrenos comenzaban a estar mas tranquilos pero la amenaza seguia ahi...¿Cuántos mortifagos se habrían librado de la furia de los concursantes? ¿y concursantes de el fuego del dragón? Se cruzó por el camino con su subcapitana Minerva que suspiró aliviada al verle sano y salvo. --¿Ha ocurrido algo de importancia?--inquirió el chico. --Bueno, HHH está recuperandose y caro y mdrhpa estan en la tienda coordinando todo. Yo voy a la fortaleza a intentar hacer algo por los que no se libraron de la furia del fuego. --¿Quieres que te ayude? --No, estarás agotado. Yo estoy bastante fresca, y es lo que necesito para afrontar el fuego. Ve y descansa, y pon mas barreras que es lo que necesitamos ahora mismo. Con un suspiro se despidio de su compañera y se dirigió hacia las profundidades de los campamentos, alli donde tenían la tienda. Cuando llegó vió a mdrhpa cuidando de una persona y al capitán tendido en su litera. Con un suspiro de resignación comenzó a levantar mas aun las barreras mientras se tumbaba en la litera. Se tomo una cerveza de mantequilla y se dispuso a dormir unos cuantos minutos. Mr Jocker Black
-- Le dije que no se alejara-- exclamó molesto el mortífago mirando a todos lados en búsqueda de alguna señal de su hijo.
Un grito estremecedor se hizo escuchar de pronto. Vivianne había entrado en pánico al ver que no muy lejos de donde estaban ellos, un grupo de seres voladores con capuchas negras se acercaban.
El terror intentó apodarse del ojimiel que agarró firmemente su varita para alejar a las criaturas que se acercaban cada vez más rápido.
El aire se estaba entibiando producto de la presencia de aquellos dementores, que extrañamente habían aparecido en Hogwarts.
-- Expectro…-- alcanzó a gritar el chico cuando vio que de un costado un dragón Bola de Fuego Chino plateado golpeaba con todo su cuerpo a aquellas apestosas criaturas.
-- ¿Qué ha sido eso?-- preguntó Vivi, aún con lágrimas en los ojos.
A pesar de la distancia en la que los dementores se encontraban, habían logrado que varios participantes comenzaran a recordar hechos extremadamente tristes de su vida.
-- Enio-- sonrió el Black Lestrange. Su compañera lo quedó mirando fijamente. No entendía lo que Jocker intentaba decir.
A aquella bestia plateada la había visto solo una vez antes en su vida en una ceremonia mortífaga realizada pocos días luego de su ingreso a la Marca Tenebrosa. Enio era el nombre del dragón que salía del ―expectro protego‖ de su madre, Mistify.
-- ¿Qué o quién es Enio?-- preguntó la pálida de chica, pero no obtuvo ningún tipo de respuesta.
-- Vamos, que tenemos doble trabajo-- murmuró Jocker viendo hacia la torre de Alethea y comenzando a caminar-- rescatar a Kium y encontrar a Sol y a Alex.
-- Sí-- asintió la subcapitana de los Walpurgis Brigada, intentando seguir al mortífago que caminaba velozmente.
Tras varios minutos de angustioso caminar. Muchas personas corrían y gritaban desesperadas por el intenso calor que a cada segundo se intensificaban.
-- Oh, por Merín-- exclamó Vivianne-- ¿Qué es eso?
Jocker miró hasta el lugar en donde su compañera le indicaba y vio a un hombre siendo intimidado por una quimera de fuego.
-- Algunos mortífagos pueden invocar seres de fuego para atacar-- comenzó a explicar el ojimiel mientras el hombre intentaba huir de la bestia que le asechaba-- el hechizo ―fuego maldito‖… Hagas lo que hagas, no te apartes de mi, que podemos detenerlo solamente con un hechizo mortífago que conosco.
-- Pero Jock, haz algo, que esa quimera va a matar a ese pobre hombre-- suplicó Vivianne, señalando a un muchacho.
Jocker alzó la ceja en señal de confusión. En su filosofía de vida no estaba concebido el concepto de ayudar a desconocidos, pero ante la expresión de su compañera accedió sin reprochar nada.
-- Morphos-- susurró y una de las carpas que estaba cerca se transformó en un rinoceronte que comenzó a correr hasta la quimera.
El animal creado por el mortífago logró meterse entre el muchacho y la bestia. El choque había producido una pequeña explosión que alcanzó a aquella persona, haciendola caer de rodillas. Vivianne corrió rápido hasta donde se encontraba y murmuró un espiskey para ayudarlo. mdrhpa
Estaba a punto de dormirme, pero, aunque estaba agotada, no podía. Había demasiadas personas sufriendo, incluidos los miembros de mi equipo y yo. Entonces, alvaromagic entró a la tienda, y al ver que yo me levantaba me dijo: -Ah, hola mdrhpa, ¿cómo estás? Ya veo que HHH y esa persona de ahí se han dormido, -dijo alvaromagic sin saber quien era una de las personas que dormía-. -Yo estoy bien, pero ellos necesitan descansar. ¿Qué tal tú? -No demasiado bien la verdad, he estado hablando con Minerva y me ha dicho que viniera aquí, así que aquí estoy... -De acuerdo, pero, si tienes que hacer algo, por mi te puedes ir, no necesito ayuda y no me encuentro mal. -No, yo me quedo aquí, vete tú otro rato y sigue ayudando a apagar el fuego, necesitan ayuda ahí fuera, y además yo necesito descansar. -Bien, como quieras. Si necesitas ayuda, sal de la tienda y lanza chispas rojas al cielo. -No te preocupes, estaremos bien. -Eso espero, bueno hasta luego -se despidió mdrhpa antes de salir de la tienda-. -Adiós -dijo alvaromagic y de tumbó en una cama a descansar-. ron_lesson
Aun se apreciaban los últimos rayos de un sol que se escondía tras una torre muy alejada de los terrenos, donde se encontraban los campamentos de los equipos que aun seguían en el torneo, ron_lesson irritado aun por la cantidad de denuncias en su contra hacían unas semanas cuando fue prisionero y realizo la prueba, precisamente en la torre tras la que se escondía el sol; pasaba de campamento en campamento, verificando cuales integrantes estaban en ese momento dentro… en cada campamento pasaba hasta las habitaciones indiscretamente, sin permiso de sus ocupantes, a levantar las camas y abrir closets en búsqueda de algún prisionero fugado, ron acababa de salir del campamento de ―Psiquiátrico GPR‖ acompañado de Sorceress quien lo sostenía aprensiva del brazo… -ron, mi closet es privado, allí guardo mi ropa interior y no a nuestro prisionero. Te agradezco que a la próxima que vengas a buscar nuestro prisionero toques el timbre y yo te recibo cuando no esté en la ducha. sorceress parecía un poco abochornada por la situación, ron por su parte, prácticamente no le prestaba atención y buscaba en una lista que tenia a la mano
unos nombres. - ¿Sabes de donde esta el capitán de los guardianes de cuanco, tamarindo? – Ron parecía perdido entre tantas carpas idénticas- No, y además… es la capitana… Tamarindo es chica. - y entonces ¿porque no se puso tamarinda?- ron parecía intrigado pero sorceress se limito a retorcer los ojos – - mira, su madre le ha puesto ese nombre, imagino que asi se llamaba el padre… - pero si se lo puso la madre, ¿porque no le pone su nombre? –Mientras fruncía el entrecejo en busca de alguna explicación coherente salto animado- ¡ya lo sé! ¡El nombre se lo ha puesto el padre!- dijo el chico aparentemente ingenuo que salía disparado a otro campamento dejando sola a sorceress sola quien se preguntaba si era posible que un ser humano fuese más despistado. Las horas transcurrían y a cada campamento que salía de una inspección, era acompañado de alguno de los que allí Vivian con cara siempre de pocos amigos, a ron no parecía molestarle aquello en absoluto, todo lo contrario, disfrutaba de una ―pequeña charla amistosa‖ con cada equipo, o por lo menos, en eso pensaba el… ya había caído la noche y el frio se apoderaba de los terrenos, ron había aprovechado de cenar en un campamento que inesperadamente lo lleno de hambre con solo leer el letrero de bienvenida ―Los Cremosos trozos de Turrón‖ Había notado entonces a la luz de la luna que un grupo de 5 adultos llegaban volando a la fortaleza en escobas, posiblemente ayudarían a Pepe Apestas, el cuidador y su gente a hacer la próxima prueba de prisioneros… de modo que se inspiro a seguir buscando prisioneros escapados… Ya era casi media noche y ron segia en su afán de encontrar prisioneros fugados. Había llegado al campamento de los ―Los Guardianes de Cuanco‖ al fin, donde fue recibido apresuradamente por una chica con ojos desorbitados de apariencia cómica. -hola ¿cuál es tu nombre y que miembro del equipo eres?- pregunto ron como parte de una de sus preguntas de rutina escritas en una página junto a la lista de prisioneros. -soy…-la chica dudo por un segundo- soy ta… ta… tamarindo capitana del equipoalcanzo a decir muy nerviosa a la vez que miraba a ron revisar su lista - espera… veras… es que no era mi intención… yo solo… ella estaba cansada y no les dan buena comida ¡así que solo llego a comer!- comentaba nerviosamente con un tono cada vez mas chillón y mas fuerte. -¡Tamarindo!, ¡no te lo creo! ¡Entonces si eres chica! – dijo ron que se concentraba en la parte superior del torso de la chica, este parecía ver una de las maravillas del mundo mágico en vivo y directo, tamarindo por su parte había sido tomada desprevenida pero forzó una sonrisa y no dijo nada al respecto.
- Y a ver… quien te puso ese nombre? - mi padre - respondió esta aun mas perdida, ron estallo en risas y vitoreos furtivos y sumamente exagerados que se apagaron tan súbitamente que asusto a la chica que en ese momento se preguntaba si seria descortés cerrarle la puerta… - ¡Bueno, bueno! es un gusto ¡espera a que se lo comente a sorceress!- este salió corriendo a lo que le pareció la chica que no tenia rumbo alguno y lo miraba asombrada,- ¡por cierto!, ¡me llamo Ron Lesson! -grito mientras miraba atrás, este mostro una sonrisa a tamarindo y de pronto, se tropezó estruendosamente con un arbol, haciendo que las aves ya acomodadas en sus nidos para dormir salieran volando en escandalosos aleteos, la chica grito y entro en pánico, asomo la cabeza a dentro de su campamento diciendo algo que ron no pudo llegar a escuchar, segundos después, tamarindo salía corriendo a socorrer al chico despistado seguida de una compañera que gritaba estérica, ron no podía entender lo que decia y se incorporo con mucha dificultad- estoy… estoy bien, estoy bien- repitió con el ceño fruncido por el dolor. - bien golpeado – dijo sara_weasley sin inmutarse Era una chica muy bonita que ron reconoció de inmediato - calla, ¡si no quieres que le diga a rob que lo engañas con steve!- amenazo aun aturdido por el golpe. -bueno, vámonos que este ya esta bien –dijo molesta sara a tamarindo -¿seguro que estas bien?- quiso saber tamarindo preocupada y ofreciéndole una mirada de reproche a sara. -Si seguro, pueden irse- dijo este molesto y mirando fijamente a sara. Ella comenzó a andar a paso firme y a zancadas enormes de regreso al campamento, tamarindo miro a ron con desespero y luego se despidió sin hacer sonido… solo moviendo la voca. Ron comenzaba a dar la vuelta cuando miro a un lado esparcidos los papeles de los prisioneros y las demás notas que tenia… rápidamente comenzó a unirlas y una ventisca fría comenzó a azotar con fuerza, mientras ordenaba las paginas, un nombre escrito en la ultima parte de una hoja resaltado en amarillo llamo su atencion. Los merodeadores de la copa: Prisionero de la semana: Capitán [HL.com] ^ ^Sara^ ^ (135408) - [HL.org] Sara Weasley (52221) El fuerte viento azotaba los arboles cada vez con mas fuerza y cerro los ojos para evitar que se le congelaran las lagrimas que le comenzaban a brotar. -rayos- se quejo mientras corría furioso de regreso a donde ya las dos chicas habían cerrado las puertas tras ellas... Casi llegando, tropezó con Mica17 que paseaba con una liviana camisola de dormir
con el castaño y largo cabello suelto que se alborotaba más y más debido a la persistencia de aquella ventisca repentina, ron la esquivo por centímetros y noto que alguien tras mica comenzó a maldecir mientras ron se alejaba mas y mas hacia el campamento de tamarindo sin siquiera pedir disculpas. Entro sin tocar a las puertas lo que provoco un grito de tamarindo. – ¡Tu! ¡Quedas arrestada por ser una prisionera escapada! ¡INCARCERO!-dijo firmemente con la varita en alto, unas cuerdas salieron de la punta de esta y se enroscaron alrededor de sara, ella, que no había tenido tiempo ni siquiera de asimilar lo ocurrido comenzó a maldecir a todo pulmón a ron, tamarindo por su parte se desespero y corrió, ron, comprendiendo que no había ningún motivo para correr, a menos que fuese prisionera también, lanzo el mismo hechizo que dio en el blanco, y al estar en movimiento provoco una horrible caída de tamarindo. - ¡claro! Pregunte por ti a Sorceress ¡como se me pudo olvidar! - ¡Suéltame! – anuncio una tamarindo molesta- yo no soy prisionera! Ron, confundido decidió revisar sus pergaminos y efectivamente estaba equivocado, tamarindo era la ¡capitana de los guardianes de cuanco! - te acusare con los organizadores hare que te expulsen por esto!- grito la chica que trataba fieramente de incorporarse de su caída completamente atada. Ron entro en pánico y sin pensarlo levanto su varita y apunto a tamarindo, ella se asusto y un haz de luz la cegó, Sara perpleja, miro como caía al suelo desmayada su amiga, las cuerdas se desataban lentamente para luego desaparecer. Ron miro a sara y le hizo señas para que se quedara allí, mientras que anunciaba un movilicorpus y llevaba al cuerpo de la chica desmayada a una de las habitaciones, las carpas que parecían ser de unos 2x2 metros desde afuera, por dentro eran inmensas y con escaleras, ron subió por ellas y tardo unos minutos antes de regresar con sara. - ella esta bien, solo le he aplicado un hechizo de perder la memoria… solo hace efecto por los últimos minutos antes de que fuera impactada no te preocupes… Cuando despierte no recordara nada, por ahora salgamos de aquí. - Sara estaba perpleja y no se atrevió a discutir con ron, esta lo siguió temiendo por ella Mientras caminaban hacia la fortaleza lejana fortaleza un relámpago les cegó la vista frente a ellos seguido de un enorme estruendo segundos después… rápidamente La lluvia comenzó a repiquetear en las tientas. Un segundo relámpago alumbró el firmamento nocturno y, en el mismo instante, otro haz de luz salió disparado desde la fortaleza hacia el centro del estadio. -¿que fue ese haz de luz?- pregunto sara empapada -estoy en el mismo sitio que tu –respondió un irritante ron sin prestar mucha atención.
El dúo siguió caminando a pesar de las quejas de frio de sara. De pronto en la fortaleza comenzaron a verse llamaradas extrañas que invadían su interior… parecían tener vida y una vez que se alzaban... No se disipaban… bajaban nuevamente y encendían lugares diferentes de la fortaleza. -Me estoy perdiendo la prueba!- grito sara -No creo que sea una prueba… ¿con fuego? ¡Ni siquiera en equipo nos han puesto algo tan peligroso! ¡Y rob esta dentro! – dijo ron un poco asustado -a nadie le importa rob… pero podríamos apurarnos hasta allá a ¡ver que ocurre! ¡Llegaremos mas rápido si me sueltas!- comento sara mientras se fijaba que ron corría a la fortaleza. A ron ya no le importaban los prisioneros… había comenzado a preocuparse por su mejor amigo, Rob… quien se encontraba allí en ese lugar ardiendo en llamas. Rápidamente se detuvo y libero a Sara. -será mejor que me sigas. Ya tengo el reporte guardado en mi varita y cuando la examinen verán en que lugar estabas. – encendió un lumus con su varita, este siguió corriendo a toda velosidad mientras sara ahora también preocupada por lo anormal de la escena en la fortaleza siguió lo mas rápido que pudo a ron . Al llegar las puertas se abrieron mágicamente, a un lado había un cartel que decía. ―estas siempre dejan entrar a todo el que así lo quisiera, pero nunca dejaran Salir a quien no lo merezca‖ -¡No! ¡Boggarts! ¡Fuera, maldito dragón, fuera, no te atrevas a tocarme!- gritaba Pepe Apestas al otro lado de la muralla - ¡Ridikkulus! Ron, sorprendido tomo si varita con fuerza, sara tambien angustiada se puso tras de ron con disimulo. -¡¿por que grita pepe Apestas?! ¡El no hace las pruebas! ¡No debería tener ningún problema!-comento la chica -¡No! ¡No! ¡No!- Gritaba el hombre del otro lado, luego se escucharon los pasos mientras corría hacia el interior de la fortaleza.-¡Malditos cuidadores! ¡Vete! ¡Fuera! Ron sin pensarlo atravesó las rejas seguido de sara quienes dudaban de si era lo correcto o no… rápidamente las rejas se cerraron tras haberlas cruzado y sara, frustrada corrio a aferrarse de las rejas pateándolas y jalándolas. -¡ábranse no quiero estar aquí! ¡Por que no se abren!- gritaba la muchacha con desespero. - no te abrirá a ti -dijo ron acalorado- mira tu eres prisionera, no te dejara salir a menos que tengas la llave pero a mi…-dijo poniendo una mano en la reja y jalándola- ¡a mi… si me debería dejar salir! –Termino de decir ron un poco mas asustado…- Sígueme, me se el camino a la perfección… me han traido muchas veces.
Hasta ahora no habían visto ningún incendio a los alrededores... tal vez era en una zona diferente de la fortaleza…corrieron por uno de los pasadizos de la Fortaleza y giraron a la derecha, a través de un angosto corredor, Finalmente, aliviados al llegar al jardín interior de la fortaleza, en donde debían estar concentrados los prisioneros, al entrar distinguieron a Pete Apestas, sara suspiraba mientras que ron molesto exclamo. -Señor Apestas, esto es un ultraje y me quejaré ante el Ministro de Magia si no hace algo a la voz de ya. La esfinge no nos deja salir, debe hacerla razonar, tenemos que salir de aquí, antes de que sea demasiado tarde El señor no presto atención y se alejo indiferente dejando a ron pasmado en el sitio, aquel hombre siempre había sido amable con el… miro a los alrededores en busca de alguien mas. Habían muchos jóvenes acurrucados en las esquinas de aquel lugar y no podía distinguir a nadie por la obscuridad que solo desaparecía cuando los constantes rayos caían del cielo, regreso la mirada a Pepe Apestas y miro asombrado como recogía sangre de dragón de las paredes, tras una serie de relámpagos y truenos seguidos, pudieron ver, imprecionados todo el terreno y se asombraron al ver lo que pasaba… -¡Oh no! ¡Oh no! ¡Están todos muertos! ¡Muertos! – exclamó el carcelero, que esta vez echó a andar lentamente hacia atrás, sin poder apartar la vista de aquella macabra escena. sara comenzó a correr en dirección contraria perdiéndose de vista. Ron no lo podía creer… Decenas de compañeros… descuartizados en todo el sitio… ya lo comprendía… las montañas arrinconadas de personas no eran sus amigos asustados… eran sus amigos descuartizados y masacrados… era algo que no se esperaba y le inundo de pánico… en cualquier momento pasaría lo mismo con el... se imagino la escena de un dragon iluminado por la luz de los relámpagos mientras mataba furtivamente a los jóvenes... y escuchaba la voz de su amigo rob suplicando ayuda, ron callo de rodillas y comenzó a llorar tapándose la cara con las manos… -¡Ha matado a los cuidadores! –gritó Xheliana a las espaldas del carcelero. En un rincón del lugar, haciendo que ron se sobresaltara y saliera de sus pensamientos. De alguna manera se alegro de la gente muerta que yacían por todos lados… ellos no eran sus amigos… aun había esperanza… Se fijo que Liliana aparecía también y rodeaba a Pepe Apestas en busca de una explicación y luego miro a ron, un poco confundida -¡El dragón! ¡Por las barbas de Merlín, el dragón se ha escapado! ¡Ha abierto un boquete en el techo y se ha fugado! – bramó un tembloroso Fernando Perea, que aparecia en la obscuridad mirando con aprehensión a ron y pete Apestas. Nadie tuvo tiempo de reaccionar ante las palabras de Fernando, pues justo en ese momento, una gran llamarada cruzó el cielo desde las murallas de piedra negra
que rodeaban el recinto de la Fortaleza. A pesar de la lluvia, la cúpula abovedada comenzó a arder con rapidez. El fuego empezó a expandirse por todo el interior de la fortaleza y, en el exterior, más allá de las murallas almenadas, grandes llamaradas recorrían el perímetro de la Fortaleza. Estaban rodeados por el fuego y, ahora también, dentro de él.
Una enorme sombra cruzó el firmamento, volviendo a vestir la noche con su manto negro. Los temerosos prisioneros miraron al cielo, en mitad de la tormenta, justo en el momento en que un relámpago iluminaba la figura de un poderoso Colacuerno Húngaro volando justo por encima de sus cabezas. Aquel dragón era gigantesco y los enormes pinchos que emergían de su cola, tenían la apariencia de grandes agujas afiladas. Sus ojos amarillos se posaron en el grupo de prisioneros que rodeaban al carcelero y abriendo su boca exhaló una enorme llamarada, haciendo correr despavoridos a los prisioneros mientras el señor Pete Apestas corría delante de una quimera de fuego. -¡Es fuego maldito! –Gritó alguien sobre el vocerío que amenazaba con tragárselos¿Cómo puede un dragón escupir fuego maldito?. -¡Las llaves Señor Apestas! ¿Dónde están las llaves? Tenemos que salir de aquí.gritaban los jóvenes petrificados -¿Las llaves? ¿Qué llaves? ¡Oh, las llaves! –el carcelero parecía fuera de si-. No tengo las llaves, no sé dónde puse las malditas llaves ¡Oh no! Ron no encontraba a rob por ningún sitio… y giraba la cabeza en búsqueda de conocidos… todos estaban dispersos ahora y corrían a los pasadizos mas cercanos, por un momento reconoció nuevamente a Liliana que se acercaba a Fernando con la varita en alto y le ponía la mano en el hombro, el no pudo escuchar lo que hablaban por el bullicio de los chicos atemorizados pero un grupo de estudiantes salió con ellos por el pasadizo de donde había llegado ron, probablemente irían a la salida, pero ron no le encontró sentido, si no tenían las llaves, ¡no podrían salir! Rápidamente siguió buscando a rob y se percato de que era el único solo… todos los demás corrían en grupos y súbitamente se le vino a la mente sara, ella también estaba sola… y quien sabe donde. Ron decidió correr tras el grupo de Liliana y unírseles para ver si lograba encontrarla pero ya era demasiado tarde todos habían desaparecido entre los pasadizos… Aun asi decidió probar suerte y encontrarlos mas adelante, a su alrededor todo era caos y desesperación, muchos corrían en diferentes direcciones, otros parecían perdidos por el castillo que servía como fría celda a los prisioneros. Dentro, en los pasadizos la visión era casi nula y el lumus de su varita casi no alcanzaba a iluminar nada por el humo del fuego proveniente de todos los lugares
de la fortaleza, ron recordó una de las clases en el castillo y se concentro, se apunto a la cabeza y bramo con fuerza ¡cascoburbujas! Una especie de cúpula transparente le rodeo la cara permitiéndole respirar con facilidad, los chicos que le miraban trataban de imitar el hechizo mientras que corrían en todas direcciones, estaba seguro de no saber donde se encontraba había entrado a una habitación donde el suelo había sido desmoronado por algo, preocupado por cualquiera que estuviese en peligro se precipito a saltar, estaba confundido, una vez abajo no entendía por que lo había hecho se arrepentía de haberlo hecho… pero ahora no podía subir, en ese lugar se encontraban también varios pasadizos… y escucho muy a lo lejos -¡Vamos!, no llegamos hasta aquí para creerle la historia a este viejo loco. ¿No ven que esta aburrido y le gusta contar historias? De inmediato reconoció la voz. Se trataba de una prefecta, ella meses antes había sido la primera prefecta en castigarlo… -¿Pero como sabe la raza de dragón que teníamos en la fortaleza? – escucho responder la voz de una chica esta vez desconocida -Porque lo habrá visto en alguna otra parte de la fortaleza, o cuando lo trajeron, o cuando... La voz de la testaruda Andrea fue interrumpida por alguien de tono áspero y cansado -O cuando nació -Esta bien, cuéntenos como empieza la historia del dragoncito del fuego mágico.comento Andrea aun testaruda luego de un silencio Ron comenzó a correr en dirección a los sonidos y noto las figuras de 5 personas iluminadas por una rendija en la parte superior y reconoció a Liliana y Fernando, por lo menos los había encontrado a ellos… además parecía ser un grupo bueno para defenderse mutuamente. -hola chicos- atino a decir ron sin saber que comentar mientras jadeaba y todos giraban sobresaltados por la extraña figura de la cabeza de ron Avril Lestrange Recién entrados en el hall, Avril advirtió la presencia de otros magos también, ellos era un grupito de Gryffindor formado por Tontín, Mica, Légolas y otros chicos más que no logró reconocer. Su mirada se detuvo un minuto en el joven que se hacía llamar Tontín. Tenía una especie de ataque de histeria o algo, porque se movía sin parar-tal vez le esté dando alguna enfermedad eruptiva y le esté picando demasiado el cuerpo -pensó la chica.
Bien, asi éramos más, en cuanto nos dispusimos a subir las escaleras vieron como un fornido mago les detenía el paso - No pueden pasar si no son organizadores –¿ y éste tipo se pensaba que queríamos entrar sin pagar a una discoteca o algo? Pero el grandote no se movía, ni siquiera una locomotora podía moverlo de su lugar. - ¿Que hacemos con el gordo?- Le dijo a algunos de los chicos que se encontraban presentes, lista para lanzar algún hechizo combinado con ellos. Por suerte en ese instante una voz poderosa se escuchó: - Déjalos Arthur –ordenó Mackenzie Sabemos porqué están acá, ya hemos notado que el dragón está fuera de control – les dijo a los muchachos tratando de tranquilizarlos. Era una de las organizadoras, así que todos enmudecimos esperando órdenes. Sabíamos que habían convocado la marca para que acudiéramos en cuanto la viéramos y así fue, aunque muchos de nosotros todavía no tenía el rango y aunque un auror nos acompañaba. Estábamos dispuestos a ayudar sin importar el rango, la raza o la casa de origen.
-Tenemos que ir al castillo – anunció Mistify - Ahí encontraremos algo con lo que podremos volver a dormir al dragón. – Pero entonces ellas no tenían las respuestas…miró a la bruja con algo de escepticismo, parecía segura de lo que decía que aun así no podía confiar plenamente, es que salir otra vez, ellos ya presentaban las marcas que el camino les había dejado….. - ¿Al castillo? – Atena giró su cabeza hacia fuera y en sus ojos se vio reflejado las grandes llamaradas que aún amenazaban el predio. Evidentemente la joven pensaba como Avril, era muy arriesgado volver a salir, pero había que encontrar una pista, algo que les ayude a terminar con este infierno. - Es nuestra única opción – les animó Antara - Les protegeremos en el camino, aquí no estarán a salvo – añadió señalando hacia una de las ventanas a través de la cual se podía ver la sombra del dragón sobrevolando el hotel. - Hablan demasiado – les apremió Mateo - Nuestros compañeros están prisioneros en la Fortaleza con una esfinge loca mientras ustedes están acá mirándose las caras – Finalmente alguien cuerdo, había que pensar en la gente que estaba realmente en peligro, aunque pensándolo mejor, lo estábamos todos. - ¡A Hogwarts! – ordenó Mack...
NykOo Black Avanzaban lentamente caminando juntos, Lluvia y NykOo, atentos a cualquier cosa, cuando al chico se le ocurrió preguntar: -¿Tenés idea donde están los demás del equipo? -Los deje en el vestuario, están heridos y no podía traerlos conmigo, a Marco lo atacó unos de esos inferis, José llego a salvarlo haciendo explotar todo lo que había cerca y un árbol cayó sobre ellos –Contó lluvia. - José esta con un golpe en el cuello y el hombro por la caída del árbol, el que esta mal es Marco, las hemorragias me costo mucho frenarlas y esta muy débil. –incluyó tristemente. -¿Me estas hablando en serio? ¿Porque no me lo dijiste apenas me encontraste? – Bramó el joven furioso -Vete inmediatamente al vestuario, las heridas de Inferi se vuelven a abrir al tiempo. Puede morir si José esta dormido y no lo ayuda –le gritó a su amiga desesperado. - Quiero que vuelvas inmediatamente al vestuario y te ocupes de ellos. –terminó NykOo sin dudar su decisión. -No puedo hacer eso, vos también estas herido –replicó Lluvia –A donde vayas necesitaras ayuda para… ¿que demonios es eso? Gritó asustada mirando el cielo. NykOo también había mirado, el espectro negro, que según el Mortífago era de Mistify, estaba sobrevolando el cielo, pero esta vez en dirección a Hogwarts, cuando de golpe cambio de rumbo se perdió de vista detrás de las torres de la Fortaleza. Posteriormente se oyó el bramido de un dragón, aparentemente la criatura lo estaba enfrentando. -Mistify… murmuró NykOo, esa sombra es de Mistify, el Mortífago que me salvó me lo contó. - lo dijo mas para si mismo que hacia Lluvia. -La criatura se dirigía al castillo, seguramente estaba despejando el camino… Misty y los demás van hacia allá, si van a organizar algo para terminar con esto quiero ayudar en lo que pueda. - No puedo dejarte que vayas solo hasta allá, dejame ir con voz. –Protesto Lluvia tomándolo del brazo para frenarlo.
-Y yo no puedo dejar que le pase algo a Marco y José, yo los metí en esto del torneo, me sentiría muy culpable si algo les pasa aquí, vamos Lluvia no perdamos mas tiempo, ve con ellos y cuídalos, yo trataré de encontrar a las organizadoras del Torneo para ver que hacen. -Al ver que Lluvia no estaba muy convencida, NykOo agregó. -Antara y Mistify están ahí, además del resto de la organización y de seguro algunos participantes, es difícil que algo me suceda una vez que los encuentre. Cuando tu llegues pon encantamientos protectores sobre la carpa… VETE YA– Concluyó el joven y comenzó a caminar en dirección a Hogwarts. Podo oír los pasos apresurados de Lluvia tras si, esperaba que todo estuviera bien en el vestuario. NykOo estaba mas tranquilo, al menos sabia donde estaban todos los compañeros, aunque su situación no era muy favorable, dos heridos, uno encerrado y una asustadísima, nuevamente tendría que tomar las riendas, le hubiera gustado que lluvia lo acompañara en el camino, pero Marco la necesitaba mas. El joven avanzó, cansado y golpeado, pero al menos ahora tenia una meta clara: Encontrar a los organizadores y a los participantes que estaban con ellos, solo esperaba que ese espectro hubiera mostrado la respuesta de hacia donde iban los encargados del Torneo. Quería ayudar, en lo que pudiese, pero quería ayudar a terminar con todo esto.
alvaromagic Alvaromagic se despertó bruscamente dándose un golpe contra la litera de arriba. Murmuró un par de maldiciones para nada ATP y se levantó de la cama para desperezarse. Con un bostezo ahogado recordó lo qe había ocurrido y salió de la tienda mientras veía a los demás luchar. Antes de dormirse, cuando mdrhpa se fue, comenzó a pensar sobe la idea que se le había ocurrido tiempo atrás pero rápidamente la deshechó. "Sería la euforia del combate" pensó mientras reforzaba las defensas que, aunque solo hubiese dormido media hora, no pdían debilitarse si no querían acabar muertos. A Alvaromagic se le había ocurrido lanzarle una maldición imperius al dragón para que acechase a los mortífagos y volviese a la fortaleza, pero mientras intentaba dormir recordó que por algo eran bestias
míticas, y que la maldición no lo afectaría. Vió como los mortífagos seguían luchando encarnizadamente. --¡Crucio! --oyó gritar a un y Alvaromagic se retorció de dolor. El mortífago cesó la maldición ya que se había confundido de oponente. Empezaba la retirada cuandoAlvaromagic gritó: --¡Locomotor Mortis! ¿Pensabas que te iba a dejar escapar? Me has hecho daño y no lo olvido. ¡Petrificus totalus!--exclamó al ver que intentaba escapar-- Te aseguro que no me olvidarás nunca en lo que te quede de vida, te lo aseguro por todo lo que más quiero. ¡Incendio! Alvaromagic se fue de allí mientras el mortífago se retorcía de dolor, un dolor que no le impidió avisar a sus compinches de lo ocurrido, fue entonces cuando se vió rodeado. --¡Ay madre! --dijo simplemente antes de empezar un mortal combate contra varios mortífagos. Una maldición asesina estuvo a punto de alcanzarlo cuando, sin casi darse cuenta, el dragón rugió amedrentando a los mortífagos. --Lo siento pero he de hacerlo...¡Wingardium Leviosa!-- uno de los mortífagos que contemplaba al dragón se elevó un poco en el aire y calló sobre unos cuantos de sus compañeros.-- ¡Confringo!--la explosión del mortífago caído le permitió escapar. Cualquiera pensaría que era un sádico por matar a dos mortífagos asi, a uno con fuego y a otro explotándolo...pero era la ley de la supervivencia y todos debían de acatar sus normas... Danyellus Aunque la lluvia arreciaba y él estaba empapado, la fortaleza estaba en llamas... era fuego maldito asi que no podría acercarse demasiado porque aún siendo vampiro, ese fuego le haría daño... mucho daño... Al mismo tiempo, vio quimeras apostadas en las entradas de la fortaleza y dudó de ser capaz de encontrar a su amiga... pero lo intentaría - ¡Pade! ¡Pade! - gritaba Danyellus buscando a su amiga que no daba señales de vida aun cuando el patronus mensajero ya debía haber llegado hacía mucho rato - ¡Pade! ¡Sé que estás por aquí, noto tu presencia!¡Pade! - dijo mientras buscaba a la luz de las llamas... De repente, la vio y en una situación que habría preferido no verla jamás: un dementor la abrazaba y si no
hacía algo pronto, sorbería su alma... intentó llamrala para que luchara, con un grito desgarrador - ¡PAAADDEEEEEEEE!Lo logró, Pade acababa de reaccionar con su llamado y una luz plateada había salido de la varita de la chica con la forma de un fenix; pero al instante, caundo apenas el vampiro llegaba corriendo, la chica lo miro y se desvaneció en sus brazos... Ya no sabía que había pasado con dobby así que cargó a su joven amiga con mucha delicadeza y se apareció frente al hotel sobre el que estaba la Marca Tenbrosa en el cielo - Los organizadores se han ido, se han ido al castillo del colegio con otros estudiantes...- dijo una voz ronca en forma de burla y por un momento, el joven pensó en que le matarían junto a Pade pero en cuanto la luz dejó ver quin hablaba, se tranquilizó un poco; era el guardia del hotel... de todas formas ya no había nada allí así que levantó su varita y escribió dos grandes R en color azul en el cielo, debajo de la marca, para sus otros compañeros... y una vez más, desapareció... *** El castillo se veía en calma iluminado por el fuego de los terrenos, dejó a Pade junto a otros participantes del torneo y la enfermera que estaba fuera del colegio esperando heridos... -Los dementores la han atacado!!! Por favor cuidela, es muy importante- dijó el vampiro ojiazul a la enfermera -Honey!!!- invocó a la fenix mascota de su equipo... -Cuida de ella...- le dijo al ave mientras con ojso entristecidos, posó un beso en la frente de su amiga y desapareció una vez más para volver a los terrenos donde todo ardía... *** Un fuerte crack, sonó cerca a la fortaleza pero con el rugir de las llamas y la lluvia, los chillidos de la gente y el desorden que había a su alrededor, nadie notó al vampiro que se acababa de materializar allí, demasiado cerca a un dragón de fuego maldito que se acercaba rápidamente y en un instante, todo fue silencio... Sólo la última visión que había tenido de Padelilla al lado de la fénix en el castillo brillaba en la mente del chico y cuando volvió en sí, sólo pudo sentir que el dragón le rozaba la espalda para alejarse hacia el bosque causándole un gran dolor y luego, sin poder avisar, se desmayó en el borde del bosque, en un lugar imposible de observar e inaccesible...
Lluvia Azul Entre los relampagos aprecio una figura , que de no ser por el resplandor nadie habria notado.
Aparecia un leve tinde azulado en su cabello castaño y a pesar de la oscuridad se notaban que las lagrimas escaban debilmente de sus ojos y se derramaba por sus mejillas. La Alta y delgada joven aparecia como de la nada atraida quizas por los ruidos y los estraños movimientos que habia a su alrededor, algo asi como la palabra "dementores" habia llegado a sus oidos proveninetes del bosque prohibido. ¿Se animaria a salir de su econdite? ¿valdria la pena? ¿habia mas personas alli? ¿acaso no escuchaban los gritos deseperados? Asi fue como , Lluvia Azul,luchando consigo misma se ajusto la capucha de su capa suspiro cansaday saco la varita de su bolsillo. se encamino decidida a descubrir en donde necesitaba de ella. leankaus Mis cuatro compañeros, Alia, josefrancisco, Virgil y Anika estaban hechos trizas uno arriba del otro. Parecia que la lluvia habia atacado la carpa y habia destrozado a mis amigos. Pero, esto no podia pasar, no era algo posible. Mire a mi alrededor a ver si notaba algo extraño pero
lo
unico
que
vi
fue
una
leve
niebla
cubriendome
los
pies.
Tome mi varita y me imagine lo mas grasioso que en ese momento se me ocurrio y grite: Riddíkulus!
Al instante esos cuerpos inertes se habian convertido en un grupo de chicos haciendo una montaña humana. El boggart desaparecio un poco despues y vi con gran emocion como mis amigos estaban los cuatro levantados varita en mano.
-Pequeño susto no? -Me dijo Alia
-Ni me lo digas.- Le conteste
Buscamos nuestras escobas y salimos a la tormenta. Nos subimos a las escobas y comenzamos a ascender. Me puse adelante de los cuatro intentando señalarles por donde ir.
Cuando pasamos por el Sauce Boxeador un grito ensordecedor nos hizo darnos vuelta para mirar que estaba ocurriendo. A lo lejos, y con una fuerza increible, un dragon alzaba vuelo mientras
algunas
personas
lo
intentaban
parar
tirandole
hechizos.
-No. No puede ser- Dijo Jose
-El dragon finalmente se desperto de su sueño y ha escapado.- Le conteste todavia mirando hacia esa direccion.
Habia ocurrido. El torneo terminaria pronto. El dragon atacaria Hogwarts y todos tendriamos que luchar contra el. El torneo se habia convertido en el Torneo del Dragon Despierto, bien despierto.
Fernando perea Luego de que Mit propusiera la idea de seguir caminando y ver que encontraban las tres chicas habian emprendido viaje, pero se detuvieron al ver que Fer aun seguía parado en el lugar donde cayó. - ¡Hombre de poca fe! - exclamó entonces Mitsuki -. ¡Desenvaina tu espada, caballero, y ayúdanos a lograr nuestro objetivo! Lili frunció el entrecejo -Eso me es familiar, lo escuche en algún lado. -Es de La fuente de la Buena fortuna... ya saben, de los cuentos de Beedle el bardo-¿Qué cosa? - había preguntado Fernando, el comentario de Mitsuki lo había distraído y comenzó a andar por los tortuosos corredores. -No me digas que no tuviste infancia mágica – Con ese comentario Fer había parecido incomodarse un poco, pero aún asi hizo caso omiso al comentario y siguió escuchando el relato de Mit. - Bueno, nada, es un cuento de tres magas y un caballero que tienen que atravesar una especie de prado encantado y desconocido para llegar a la fuente de la buena fortuna antes del anochecerLuego de unos cuantos chistes entre los chicos las risas que estos habían provocado se silenciaron a causa de un gran rugido que provenía de arriba de ellos. No tardaron en darse cuenta que ese rugido no podía de ser de alguién mas que de Alethea.
-Estamos justo debajo de la esfinge- susurró Mitsuki mientras los demás comprobaban que aquello era cierto a través de unas pequeñas rendijas que había en el techo. Con la mayor cautela posible se retiraron del lugar sin apartar los ojos de aquellos pequeños rayos de luz que se introducían en la espesa oscuridad que los rodeaba, pero cuando ya se disponían a seguir adelante en la oscuridad, algo había hecho que se sobresaltaran. Al ver el gesto de andrea Fer realizo un lumus para ver que era eso que hizo que todos se exaltaran, y lo unico que se llegó a ver era un viejo todo estropeado y muy debil al parecer. ¿Quién es usted? –Andrea lo apuntó con la varita, con todo lo ocurrido andre parecia no confiar en nadie que no sea unos de los magos que la acompañaban. -Tranquilos – había exclamado el viejo con una voz al parecer muy gastada.¿Acaso creen que en este estado puedo hacerles algo? – Lili trataba de tranquilizar a Andrea pero esta aun asi seguia desconfiando del sujeto extraño. -Yo no soy nadie importante –el hombre trataba de decir que en su estado nada podía hacerles –solo soy un cobarde que paga por una mala elección – Tras algunos intentos de Mit yLili de calmar a Andrea el viejo siguio hablando, despues de una disculpa de Mit hacia este. – Y ¿quiénes son ustedes y qué hacen en un lugar como este? No es precisamente un hotel de lujo como pueden observar – -Si, lo sabemos, hemos caído aquí por incidente –había exclamado Lili, - Mucho gusto, mi nombre es Liliana, prefecta de la orgullosa y valiente casa de Gryffindor – -Yo soy Fernando y también pertenezco a Gryffindor –Comento el muchacho que hasta el momento había permanecido callado. -Mi nombre es Mitsuki y soy estudiante de 3° curso y también pertenezco a Gryffindor, y la que ve ahí es Andrea y también es una de nuestras prefectas – señalo a Andrea.
-Lo ve muy fácil ¿no?- Mit lo miro con suspicacia, ese hombre sabía algo sobre lo que estaba pasando. -No dije que lo fuera- el anciano miró a su alrededor asustado- he visto pasar un par de criaturas propias del más profundo de los abismos, todavía no me explico cómo habéis logrado llegar hasta aquí vivos. -¿Sabéis como controlarlas?-¿A las criaturas?- comentó Fernando- Tengo entendido que eso solo puede hacerlo el que las invoca y desgraciadamente ha sido un dragón por lo que no hay muchas esperanzas sobre eso. -Eso no es del todo cierto- anunció el anciano- quizás… si quizás de esta manera pueda redimirme, tengo que sacaros de aquí y la información que tengo puede ayudaros a conseguirlo, nunca tenía que haberme metido en esto. -¿Redimirse de que cosa? Se dio una conversación extraña e interesante. El viejo decia haber formado parte de algo, pero que por un juramento inquebrantable no podia revelar su conocimiento o moriría. Sin embargo podria contarles un par de cosas que quedaron fuera del encantamiento. -Tu joven - señalo a Fernando - has dicho inteligentemente que solo la persona que puede comvocar al fuego maldito es capaz de controlarlo. Pues eso es cierto... en partes - reino un corto silencio y hombre continuo explicando cosas sobre el fuego. -¿Quiere decir entonces que usted sabe convocarlo? -Si, yo puedo hacerlo… Si, se convocar al fuego, y tambien se controlar el fuego que convoco. Y con la ayuda de otros tres llegue mucho mas allá - una sonrisa melancolica surco su rostro - Tambien pudimos obtener el poder para controlar el fuego maldito que corria descontrolada mente y... hacer que una criatura normalmente familiarizada por el fuego tenga el poder de crearlo, el mas indicado habia sido aquel colacuerno hungaro. Andre empezo a gritar que el viejo estaba inventandolo todo, Mitsuki y Liliana sopesaban ideas, pero nada mas se escucho ya que unos segundos después de que el viejo terminara de decir esas palabras un estruendo enorme se escucho, como si algo se hubiese derrumbadoo, y asi había sido, el tunel inferior de las mazmorras se
había desmoronado, por desgracia este derrumbe había afectado al viejo que había estado hablando con los chicos, dejanlo entre una pila de maderas, piedra y arena. Pero había algo más, era pepe apestas, que al parecer por los estornudos que había hecho este tenía fiebre de dragón ya que parecia navidad por todas las chispas que le salían de la nariz. Al reponerse Pepe Apestas dirijió su mirada hacía el manojo de llaves que Mit habia encontrado. -¡Mis llaves! ¡Esas son mis llaves! ¡Vamos, devuélvemelas, tenemos que salir de aquí! - Pepe fue bruscamente hacia la joven bruja que tenía las llaves pero no pudo ya que habia sido interferdo por las otras dos brujas, y este al verse debil por la enfermedad cayo desvanecido llevandose a lili, Mit y Andrea al suelo junto con él. Al estar desmayado pepe apestas, se les hizo mas fácil a las tres brujas y al mago poder sacar a pepe a un lado y así las tres chicas se pudieron levantar sin problemas. Por unos instantes los cuatro se quedaron mirando a Pepe Apestas en silencio, pero este fue interrumpido por un nuevo quejido del viejo atrapado entre los escombros. -Vengan chicas, ayudemoslo- Fer había reaccionado ante el quejido, era la primera vez que hacía algo si seguir a ninguna de las tres brujas. Estas sorprendidas por tal reacción lo fueron a ayudar. ValeriaR
Las horas pasaban y el caos continuaba en la fortaleza. Sin embargo, parecía que la cosa se había tranquilizado en las afueras, ya que no se veían más dementores ni el dragón había vuelto a pasar por encima de la fortaleza. O al menos, eso era lo que Valeria percibía desde la confusión de la terrible prisión de llamas. Quizás todo seguía igual pero ella, tan preocupada por la situación dentro de la fortaleza, simplemente no lo notaba. Ningún prisionero entendía como, pero Alethea había controlado a las bestias de fuego a su merced, y les había ordenado que custodien las entradas a la fortaleza. La esfinge no entendía la gravedad de la situación, o quizás si lo hacía, y disfrutaba de verlos sufrir. El calor era insoportable, y el humo hacía que sea cada vez más difícil respirar. Desde lo lejos Valeria vio pasar a un mago que había hecho un encantamiento de casco- burbuja, y le pareció una muy buena idea. Sin embargo, cuando intentó convocarlo no tuvo éxito, sólo logró formar unas pequeñas burbujitas que explotaron a los segundos. Nunca había sido buena con ese tipo
de encantamientos. Miró a su alrededor. Había varias personas con síntomas de la viruela de dragón. Eso si que era grave: si esa enfermedad no era tratada a tiempo, podía llegar a ser mortal. Por primera vez en su vida se sintió agradecida de haber tenido viruela de dragón cuando tenía 6 años, porque de esta forma era inmune a contagiársela nuevamente. Se acercó hacia la entrada que custodiaban las quimeras de fuego, con cautela. Alcanzó a oir gritos de personas del otro lado, aunque no entendía mucho que estaban diciendo. Uno de los prisioneros le contó que quienes estaban del otro lado eran los integrantes de los equipos, que estaban tratando de rescatarlos. Y le contó que sólo habían logrado que la esfinge les diga que si los prisioneros resolvían un enigma, los liberaría. Pero, ¿realmente había tiempo para andar resolviendo enigmas?!- pensó la bruja, mirando a varios de los prisioneros enfermos. ¿Y que si no lograban responderlo?. Había que buscar una alternativa, un plan b, o como quieran llamarlo. -Bueno, yo no puedo quedarme aquí esperando sentada a que a Alethea se le ocurra un enigma. Tenemos que tratar de encontrar alguna salida. No puede ser que siendo tan grande, esta sea la única entrada a la fortaleza- dijo, señalando a las quimeras. Miró a su alrededor para asegurarse que la esfinge no estaba cerca y habló fuerte, de manera que todos los prisioneros la oigan... -Voy a recorrer la fortaleza en busca de otra salida..¿Alguien me acompaña?
Tamarindo Riéndose algo por lo bajo, Tama iba al lado de su amiga, viendo las pintas que llevaba con esas ropas que le había conseguido. Por fin podía reírse algo entre todo aquel infierno… Pero poco le duro la alegría. Aunque iban apuradas, se tomaban su tiempo para llegar a la fortaleza. Apenas llegaron, vieron a tanta gente a su alrededor que supieron enseguida que no se podía hacer nada para salvarlos y… ¡Chispas! Las dos chicas miraron a su alrededor y algunos estaba estornudando chispas… Se miraron un instante, con la duda escrita en el rostro. —Amya, deberíamos irnos a otro lado —le susurra Tamarindo—, no vaya a ser que… aaaah…. aaaah… Amya la mira con cara de miedo, temiéndose lo peor. Ninguna de las dos quería comprobar lo que estaba a punto de pasar. —¡¡¡Achuuuusssshhhhh!!!
Y unas chipas salieron de la nariz de Tamarindo. Amya abrió la boca para decir algo pero no pudo pronunciar palabra. Tama se llevo de inmediato las manos a la cara para taparse, mirando desorbitadamente a mi su amiga intentado que todo fuera una ilusión. —¿Acabas de…? —dijo por sin Amya, Tamarindo simplemente asintió. —¿Y ahora que hacemos? —Contigo así… No lo sé…
heavenlee Dentro de la Fortaleza no se sabía si era de noche o de día, el tiempo era crucial para todo lo que ocurría, pero entre tanto humo, destrozos y gritos el tiempo pasaba lento. Estaba sola aun no lograba encontrar a nadie con el cual por lo menos acompañarme y hacer menos la agonía-¡¡Rayos!!- grite, algo me había golpeado en la cabeza haciéndome caer hacia enfrente; al voltearme para ver que me había golpeado vi a una lechuza pero no lograba distinguir de quien era, hasta que la lechuza se pozo encima de mi- oh snowy que haces aquisnowy era la lechuza de krazy; snowy estiro la pata para que desatara el mensaje que llevaba para mi, desate el mensaje muy aprisa y con cuidado para no lastimar a la lechuza, desenrolle el mensaje y leí: CITA ―Estuvimos aquí y no pudimos sacarte. Iremos con los organizadores a averiguar que pasa y vendremos por ti‖. Alex, Gabry, Krazy y Sorce.
Al terminar de leer mis ojos se llenaron de lagrimas -¡¡Dios mío estuvieron aquí!!-me lleve las manos a la boca y el corazón se me estrujo- se han puesto a mas peligro del que ya están recordé que siempre llevaba una pluma para resolver en mi mano los acertijos o en cualquier lado donde pudiera escribir, la saque de mi pantalón y me puse a escribir en el reverso de la nota CITA ―Chicos muchas gracias por tratar de rescatarme , pero se han puesto en peligro y mas del que ustedes esperaban, creo que por el momento es mas seguro allá afuera, por favor huyan aléjense lo mas posible les aseguro que si todo sale bien los buscare no soportaría que algo malo les pasara por favor aléjense de aquí y si encuentran a los organizadores no vengan con ellos
quédense lo mas lejos posible esto esta incontrolable‖ los quiero chicos Alex te amo Heavenlee
Enrolle la nota y después la ate a la pata de snowy- Anda snowy regresa con tu dueña y dale esto por favor-le di una caricia en la cabeza y salió volando, me sacudí el polvo y emprendí de nuevo mi camino esperando encontrar a alguien XheLiana La chica abrió los ojos lentamente, con mucho esfuerzo, ya que le quedaban pocas fuerzas. Tirada en el suelo, como estaba, seguro que parecia un cadáver, por eso seguramente nadie la habai venido a ayudar. Estaba toda sucia y gran parte de sus ropas estaban rasgadas o si no chamuscadas… Su intento de ayudar, de encontrar a su familia, no había servido de nada. Había corrido defendiéndose y ayudando a otros a salvarse… pero aun así no había encontrado a su hermana Sara, aunque ella sabia que estaba en algún punto de la fortaleza (la maldita fortaleza), su corazón le decía que no estaba muerta… Se había encontrado con Eli, su amiga, compañera de casa y familiar, mientras en un trayecto corría con Nessiy Sheila: -¡Ey!, ¿a dónde van?, nosotras venimos de allí –había dicho Eli. -¿Se encuentran bien?, me alegro de verlas-. -Estoy lo mejor que puedo estar –había dicho yo, en un tono sumamente desesperado, jadeando como un perro-. Pero estoy buscando a Sara, mi hermana. ¿La has visto? Tengo… tengo que encontrarla. Pero como había supuesto XheLiana antes de preguntarle sobre su hermana, la chica no sabia nada. Nessi y Sheila habían decido continuar su camino junto a Eli, por lo que la chica había seguido corriendo sola… Suponía que habían pasado horas de esas últimas palabras con algún humano, pues ahora, que miraba el cielo por el gran boquete de la cúpula abovedada, estaba amaneciendo… Bueno era eso lo que lograba distinguir, porque a intervalos mas o menos regulares cruzaba por su vista alguna
llamarada o algún hechizo. Por lo menos sabía que había más de alguien luchando, porque los hechizos venían de distintos lugares… Pero ese o esos humanos nunca la salvarían, si así como estaba parecía una muerta. Solo déjame morir, ya nada mas me queda… Es lo único que puedo hacer ahora, pensó la chica, desesperadamente. Solo le quedaban ganas de morir. Sus esperanzas habían muerto, y estaba convencida de que su equipo, Los Disléxicos Anónimos, nunca la encontrarían, y ella nunca encontraría a su hermana, Sara Weasley. Sagitas
Los rumores corrían entre los competidores de ese torneo que se había convertido en un caos. Allá, ante la puerta de la entrada a la Fortaleza, muchos gritaban el nombre de sus compañeros presos dentro y saltaban en un intento de ver entre las grietas de los muros derrumbados algo más que las quimeras de vigilancia que rondaban por allá para evitar que nadie se escapara. Nadie tocaba las verjas. Más de uno se había quemado con el contacto. La voz se había corrido y todos permanecían a una distancia prudencial. -- ¿De verdad ha dicho que los liberará si responden el acertijo? -- ¿Pero cómo van a pensar en acertijos si se están muriendo allá dentro? -- Sí, dicen que están todos muertos y que han sido devorados por el dragón dormido. Miré a Coyo-T ante los comentarios de la multitud, le vi palidecer levemente ante la luz del día que empezaba a levantarse, aquel amanecer tan inhóspito de fuego, lluvia incesante y tormenta desmesurada. De entre las paredes se oyó claramente el chillido de la Esfinge. Alethea acababa de soltar un chirrido que bien podría tomarse como una risotada alegre ante algo que acababa de suceder dentro. Se hizo el silencio en la entrada. -- Se deben de estar inundando allá dentro – y señalé el hueco de la bóveda prácticamente inexistente por la huida del dragón. Yo no podía quedarme callada mucho tiempo. Sentí entonces un sonido que no había identificado hasta ahora que se había hecho el silencio con el aullido de la esfinge. Eran… estornudos. -- ¡Jesús! Y me maravillé al ver a dos muchachas cerca de mí, una con una pinta de muñeca. Mientras me preguntaba que de dónde habría sacado esas ropas su compañera volvió a estornudar, con las manos en la boca en un intento de impedir que una multitud de chispas verdes se escaparan de su nariz. La miraba con los ojos completamente aturdidos, de pánico apenas contenido. Me
pareció reconocerla de una prueba anterior, Tamarindo, si no confundía el nombre que había oído. Se desató el pánico y muchos retrocedieron de los que estaban estornudando. -- ¡Viruela de Dragón! ¡¡Viruela de Dragón!! -- Es altamente contagioso. ¡¡Alejaros!! Algunos habían sacado las varitas y amenazaban con ellas a los que estaban estornudando burbujas de colores. -- ¡Ehhh! No es momento de atacarnos entre nosotros. No es lepra. Y si no conseguimos acabar con el dragón, vencer la testarudez de Alethea, hablar con los organizadores, librarnos de todos esos Dementores e Inferís que nos rodean y comer algo decente antes de morirnos de inanición, el poder llegar a contagiarnos de Viruela es de lo que menos hemos de preocuparnos. Miré a Coyo-T buscando su aprobación. Mi capitán miraba interesado los restos de la cúpula de la Fortaleza. Foungtan La Fortaleza estaba tomada por un ambiente totalmente revolucionario pero atemorizado. Las llamas se apoderaban cada vez más del edificio que mantiene aprisionados a algunos alumnos de Hogwarts. El humo hacía cada vez más difícil respirar, y, encima, muchos de los prisioneros fueron infectados por la Viruela del Dragón. Las columnas, los techos, las paredes, todo se desmoronaba y caía peligrosamente, sobre las personas y no personas allí presentes. Todos buscaban de salir. Todos, menos la Esfinge. Parecía como si disfrutara de la situación, de ver sufrir a los prisioneros. Tal vez se los imaginaba rostizados, y los saboreaba como si todo fuera un simple juego. Nadie la podía convencer de que liberara a los prisioneros antes que el caos fuera aún mayor, y alguno termine herido o peor. Mientras Pepe Apestas estaba tirado en el suelo, con su espalda apenas apoyada en un columna, furioso con los prisioneros que le habían quitado las llaves. Esta vez él tenía buenas intenciones. Algunos prisioneros enfrentaban a la Esfinge, pero no obtenían ningún resultado útil. Ella estaba muy terca y no los dejaría escapar si aún no tenían la prueba de prisioneros. Otros prisioneros estaban desesperados por
Foungtan estaba a un lado de la multitud desesperada por salir. Estaba pensando en cómo convencer a la Esfinge. No creía que la fuerza hiciera abandonar a Alethea su convicción y terquedad. Llamó a su amigo Shakipara que lo ayudara a pensar, sumándose, también, otro par más de prisioneros. Estuvieron discutiendo por rato pero nada parecía que fuera a servir. Eran custodiados por una mantícora que envío Alethea, por miedo a que ellos estuvieran preparando algún truco sucio. En tanto que ellos pensaban, otros debatían con Alethea y otros yacían en el suelo maldiciendo y sufriendo los síntomas de la Viruela del Dragón, en las puertas de la Fortaleza se agrupaban los miembros de los equipos que venían a buscar, en realidad a rescatar de la Esfinge, a sus prisioneros. Fueron atendidos por Alethea, que ya estaba muy malhumorada y harta de esta situación, pero no daba el brazo a torcer. -¡¡Déjalos salir!!... -¡Libéralos!¡Libéralos!¡Libéralos!¡Libéralos!... -¡Queremos a nuestros amigos!... Se escuchaban dentro de la Fortaleza los gritos de la multitud exterior. Euforia, ira, miedo, adrenalina, todo se hacía presente en las caras de los prisioneros y de sus compañeros del exterior. Alethea estuvo un rato discutiendo con la turba que pretendía entrar a la Fortaleza. Fueron tensas esas discusiones, tanto que al final la Esfinge cedió a hacerles un acertijo si adivinaban podrían salir. Fountan no entendía porque Alethea volvía con la cabeza media baja, parecía como si algo hubiera salido mal para ella. Shaki, que se había acercado un poco a la puerta y había logrado escuchar la Esfinge, fue corriendo para contarle a Foungtan. -Alethea nos dará un Enigma -dijo Shaki eufórico-, si lo resolvemos somos libres. -¿En serio? -preguntó Foungtan sorprendido. -¡SI! -¡Buenísimo! -Acérquense todos -gritó furiosa Alethea, y agregó con voz más baja-, temerosos y llorones prisioneros. He hablado con sus compañeros de equipo. El tumulto escuchaba atento,pensativo y silencioso. Nadie entendía qué pasaba. -Hemos llegado a la decisión de liberarlos una vez que hayan resuelto un acertijo. En ese momento se rompió el silencio y comenzaron a hablar todos a la vez. -No puede ser...
-Pero... -Queremos irnos... -¡SILENCIOOOOO! -gritó Alethea, haciendo callar hasta al más mínimo ser vivo presente en la Fortaleza- Si me vuelven a interrumpir, juro que no los dejo salir dibujó unos símbolos en una pared media derruída y dijo- Aquí tienen el acertijo. Disfruten de su estadía -agregó irónicamente mientras saboreaba con la mirada a Foungtan. Todos se arrimaron a la pared para tratar de ver. Shaki tomó un trozo de pergamino medio quemado que había en el suelo y se abrió camino entre el tumulto de gente hasta llegar al frente. -Toma Foungtan, aquí está el acertijo. ¿Se te ocurre algo? -Gracias Shaki, déjame ver -Foungtan tomó el pergamino y lo empezó a examinar, y de repente- ¡¡¡Aaaachiiisssss!!! ¡Ay no! Lo que me faltaba. Espero sea una simple alergia y no Viruela del Dragón -comentó. -No te preocupes, saldremos rápido de aquí e iremos a la enfermería. Ahora a descifrar el enigma La Esfinge se alejó, al igual que las Mantícoras, dejando a los prisioneros pensando en ese enigma que, ella sabía, iban a tardar siglos en descifrar. Mateo Black
La pierna se le hacía cada vez más pesada, parecía un disco rayado murmurando -Episkeyentre paso y paso, cuando sintió que alguien se colocaba debajo de él y lo mantenía con fuerza. Era su compañera AteNa, Mateo la miró y pensó –Ojalá tuviera su agilidad-. -Pensé que morirías- dijo AteNa bromeando. El joven intentó emitir una sonrisa pero no pudo evitar el dolor que le provocaba la pierna rostizada. - Era fuego maldito, este dragón no es cualquier dragón. –Dijo mirando al cielo seguramente buscando a aquella bestia. Sintió que un grupo disminuido de gente se acercaba por una pequeña meseta, eran sus compañeros y la profesora Darla. -¡Necesitas curarte!- le dijo Avril, que se aproximó.- De ninguna manera puedes seguir adelante así, tenemos más de 10 pisos que subir hasta la habitación de los organizadores,
sin contar con que nos podríamos encontrar con cualquier cosa, acuéstate por favor que tengo esencia de díctamo en mi mochila- le dijo la joven apremiándolo a sentirse mejor. -No -dijo secamente Mateo. - No es necesario- y con una mueca mezcla de dolor y diversión siguió caminando. –Mateo mira, haremos lo siguiente, aquí tienes mi díctamo- la muchacha metió la mano en su mochila. -Si ves que no puedes seguir te lo pones, y nosotros no tenemos ni siquiera que enterarnos, sólo mejórate ¿si?- y le extendió la mano con la botellita estimada, algo escondida para que los demás no puedan verla. Mateo la tomó, se la metió rápidamente en un bolsillo, pero no hizo ademán de ponérsela sobre la herida. -Bien- dijo Avril- acá estamos en la puerta del edificio, yo sugiero entrar, buscar la habitación de las jefas y tratar de escuchar conversaciones antes de dar a conocer nuestras presencias, por las dudas- y dirigió la mirada hacia cada integrante del grupo que la acompañaba. Cuando dejó de mirar a Mateo, esté se aplicó furtivamente el díctamo en la pierna derecha. -¿Qué le parece profesora?- le dijo a Darla Potter Black, que se había unido a ellos cuando se enteró de que su destino los anexaba. Todos asintieron a Avril, que parecía más decidida que nunca a terminar con esto. Mateo empezó a flexionar su pierna comprobando el efecto del díctamo que Avril le había dado. En ese momento, un joven se acercó corriendo, seguido de una bruja que rezagada muchos metros tras él. - ¡Hola, Mateo! ¡Hola, Atena! ¡Menudo ritmillo que llevas en el cuerpo, compañero!- Dijo el nuevo, mientras comenzaba a bailar alrededor del Black, quién lo reconoció de algunas pruebas. - Tontín, deja de hacer eso. Me ha caído un árbol encima y estoy recuperándome.- Mateo dijo esto sin apenas dejar de apretar los dientes. Mateo se acercó a su grupo e hizo un ademán para entrar, al tiempo que sin que nadie lo notara, murmuró entre dientes –Tarantallegra- . Las piernas de Tontín, comenzaron a moverse más deprisa. El joven de Gryffindor tardó más de la cuenta en reparar en sus piernas locas. Avril lo miró como si fuera un energúmeno. Pero Darla lo había captado, a pesar de ir apoyada en Golden, y le dirigó una mirada reprobadora, ante la que el joven cedió y deshizo su encantamiento. Al pie de las escaleras un hombre de apariencia rechoncha les cortó el paso. Su cara era
deforme, tal vez por el hecho de querer dar apariencia de rudo o algo por el estilo. Mateo vio que unas gotas de sangre salpicaban el mármol blanco del piso. La herida de Darla seguía abierta. - Golden, -comenzó el Black llamando a su amigo- limpia ese desastre. –Dijo señalando la mancha de sangre que ya tenía un radio considerable y pasándole la diminuta botella que contenía díctamo. - No pueden pasar si no son organizadores- Dijo el hombre rechoncho, al tiempo que se oía el "click" que anunciaba que Mateo había desenfundado su daga de plata. Pero alguien más apareció, esta vez desde adentro. - Déjalos Arthur – ordenó Mackenzie, una mortífaga de belleza inmaculada. - Sabemos porqué están acá, ya hemos notado que el dragón está fuera de control – les dijo a los muchachos tratando de tranquilizarlos. Varios blanquearon los ojos en señal de resignación. - Tenemos que ir al castillo – anunció Mistify, quien bajaba las escalinatas, seguida de Buenamor y Antara, arremangándose la parte baja de la túnica - Ahí encontraremos algo con lo que podremos volver a dormir al dragón. - ¿Al castillo? – Atena giró su cabeza hacia fuera y en sus ojos se vio reflejado las grandes llamaradas que aún amenazaban el predio. Era un riesgo consumado. - Es nuestra única opción – les animó Antara - Les protegeremos en el camino, aquí no estarán a salvo – añadió señalando hacia una de las ventanas a través de la cual se podía ver la sombra del dragón sobrevolando el hotel. - Hablan demasiado – les apremió Mateo - Nuestros compañeros están prisioneros en la Fortaleza con una esfinge loca mientras ustedes están acá mirándose las caras. Hasta ahora no han sido más útiles que el desagradable de Apestas. –Culminó. Mistify lo miraba casi embobada, pero el joven arqueó una ceja y levantó la vista contemplando el desastre y pensando si sería una buena idea. - ¡A Hogwarts! – ordenó Mack. Mateo en ese momento deseaba más que su visita fuera para estudiar que para lo que fueren a buscar.
eli tonks
Miraba expectante a las chicas, se les veía cansadas y confundidas. Elo intentaba convencerlas con unas palabras, pero aquello parecía inútil. -¡Vamos no hay tiempo que perder!- sujetó mi mano y la atrajo hacia sí indicándome que avanzara, sin embargo no me moví y Elo rebotó un instante ante la fuerza ocasionada. -¡Espera Elo! ¿Qué es eso?- dos dragones surcaban el cielo, uno de ellos brilloso e impalpable que alejaba a los dementores de la fortaleza; y el otro de escamas negras que lanzaba fuego maldito por el hocico. -¡Cuidado!Una llamarada pasó rozando nuestras cabezas, haciéndonos bajar al nivel del suelo buscando protección. El dragón, impaciente, alzó el vuelo y se perdió de nuestra vista; pero el daño ya lo había hecho, pues uno de los tantos muros se incendiaba incansablemente, contagiando de su fuego a los muros vecinos. -¡Debemos salir de aquí rápido! Chicas, creo que deberíamos permanecer juntas, y protegernos mutuamente. Nosotras venimos de allí y no pensamos volver sobre nuestros pasos, así que si desean unise a nosotras son bienvenidas, o pueden seguir su rumbo.dije a las dos chicas que aún estaban cerca de nosotras, la tercera de ellas al parecer había continuado corriendo. Elo volvió a tirar de mi mano, empezando así la marcha de nuevo, y sin saber si alguna de las chicas nos había seguido o no, puesto que andábamos en silencio y sin mirar detrás. Figuras etéreas corrían en todas direcciones; los patronus era la mejor forma de comunicación que teníamos en esos momentos, y esperaba que siguiese siendo así. Una de ellas en forma de jaguar vino hacia mi, dejándome escuchar un mensaje de Deivid, el capitán del equipo, pero sobretodo mi amigo. -Esto no me gusta Elo, ellos no deberían arriesgarse por nosotros. Deberían ir a casa y ponerse a salvo.- mi amiga me dirigió una mirada tranquila pero no dijo nada. -Descansemos un ratito ¿si?, estoy muerta- nos sentamos al pie de una barda, Elo se recostó y cerró los ojos mientras yo vigilaba, luego haríamos lo contrario. -¡Elo mira!- pero ella no contestaba. Se había quedado dormida. -¡Elo, despierta Elo!, ¡es el
señor Apestas!- Pepe Apestas vagabundeaba en el otro extremo, maldiciendo por lo bajo. Finalmente mi amiga despertó, y tras discutir si debíamos seguir a aquél pestilente hombre, decidimos hacerlo. La fortaleza seguía en llamas, y los pocos rincones librados de ellas cada vez eran menos. Las primeras luces del alba iluminaban el cielo cuando encontramos a Pepe Apestas apoyado sobre una columna, estornudaba sacando chispas verdes y limpiándose con la manga de sus ennegrecidas ropas. Entonces el hombre se incorporó con dificultad, emprendiendo la marcha. -¡Señor Apestas espere!Una quimera de fuego trató de alcanzar al mago, quien chocó contra la columna al esquivar el fuego de la criatura. La estructura tembló unos instantes ante el golpe, desmoronándose en su totalidad, cayendo por un camino que antes no habíamos visto y arrastrando consigo al mago. -¡Señor Apestas!Corrimos hasta el sitio del derrumbe, haciendo caso omiso a la quimera que aún rondaba cerca de allí. -¡Reducio!Los escombros que cubrían la entrada redujeron su tamaño, dejando espacio suficiente para pasar entre ellos, y haciendo más fácil el quitarlos del camino. -Pero ¿qué es esto?- dije sorprendida cuando hubimos llegado abajo, mirando los rostros de algunos otros prisioneros, Pepe Apestas y buscando el origen de quejidos cercanos.
XheLiana Sumida en su dolor, como estaba, la chica no se había fijado en todo el alboroto que se había formado alrededor de Alethea… aunque ya había bastante anteriormente, no era tanto como ahora. Se esforzó para acomodarse en el suelo, y girarse para mirar mejor a la esfinge y los demás prisioneros, que se defendían y trataban de salir de allí… y pronto vio unos extraños signos en el aire:
(?? -??/??)x ?? = 10, leyó mentalmente la chica… Los números con los cuales deben rellenar los interrogantes son: 3, 4, 7 y 8. ¿En qué posición deberán quedar? ¡CLARO!, se dijo. El acertijo se ha dado, al fin podré salir de aquí. Y la verdad solo necesito de un minuto para poder descifrar aquel acertijo, siendo tan buena para las matemáticas como era. Se arrastro como pudo hasta la esfinge, mientras vio salir a dos o tres prisioneros, y escribió en un papel la respuesta al acertijo. Se la mostró a Alethea y esta dijo: -Excelente respuesta ¡Puedes largarte, chica! –aunque su voz destilaba rabia. Todo por lo que había luchado, todas la esperanzas perdidas gracias al terror vivido en las últimas horas habían vuelto súbitamente tras esas insignificantes, pero a la vez muy importantes, palabras. Recobro fuerzas y se puso dificultosamente en pie, aunque le costaba mucho mantener el equilibrio. Salio caminando como pudo de ahí y tras dar dos o tres pasos fuera, en el pasto, cayo de bruces al suelo, pero antes de hacerlo vio, dificultosamente entre el humo que nublaba su visión, unos ojos cafés que la miraban directa e intensamente. No dudo un instante. Sabia que conocía esos ojos. Y los conocía perfectamente… Eran los de Xhio.
Tamarindo Entre estornudos y estornudos, Tama intentaba que nadie más se diera cuenta hasta que una chica delate de ella le dice: —Jesús… Y en el mismo momento que se dan la vuelta, Tamarindo y Amya se encuentran con Sagitas y Coyo-T que las miraba con algo de horror. Coyo-T no le dio importancia, ya que siguió mirando a la cúpula de la Fortaleza, peroSagitas nos seguía mirando. Se escuchan otros estornudos en los alrededores y de repente la gente se aparta de su lado gritando histérica. —¡Viruela de Dragón! ¡¡Viruela de Dragón!!
—Es altamente contagioso. ¡¡Alejaros!! Algunos habían sacado las varitas y amenazaban con ellas a los que estaban estornudando chispas y burbujas de colores. —¡Ehhh! No es momento de atacarnos entre nosotros. No es lepra —dijo Sagitas con coraje en medio del tumulto—. Y si no conseguimos acabar con el dragón, vencer la testarudez de Alethea, hablar con los organizadores, librarnos de todos esos Dementores e Inferís que nos rodean y comer algo decente antes de morirnos de inanición, el poder llegar a contagiarnos de Viruela es de lo que menos hemos de preocuparnos. Tamarindo estuvo tentada de aplaudirle el discurso, pero simplemente le susurro un ―gracias‖ y se lo agradeció con una inclinación de la cabeza. La chica se acerco con cautela, mientras Tama mantenía las manos tapándole la boca para no contagiar. —Toma —le dijo Sagitas entregándole un pañuelo de tela—, tápate la cara con él, y Amya_An, será mejor que la acompañes hasta la enfermería de Hogwart, que no le veo muy buena pinta a esta viruela que ha cogido. —No, no —dijo enseguida Tama con la voz apagada por sus manos—. Yo quiero salvar a Shaki. Amya la cogió por los hombros y le dio las gracias a Saguitas antes de alejarse con su amiga, rumbo ahora hacia el castillo. Pero antes de irse dijo: —Intenta saber que es de Foungtan y Shaki, ¿vale? Que estamos muy preocupadas por ellos. Sagitas sonrío y vio como se alejaban. Pero Tamarindo no estaba dispuesta a abandonar a Foungtan, y menos a Shaki a su suerte en la fortaleza. —No te preocupes por ellos, ya has oído, si aciertan el acertijo, saldrán de ahí, nosotras poco más podremos hacer, así que mejor que te pongas buena para volver a verlos, ¿vale?
Liliana Ánderlin La conversación con el anciano dio un giro inesperado, parecía ser alguien antaño importante, sus ropas así lo delataban, aunque en este momento estuvieran sucias y carcomidas por dios sabe que inmundos animalejos. El olor que expelía a aquel hombre era casi insoportable, seguramente esa era una de las razones por las queAndrea no estaba muy contenta con su presencia. El olfato de la vampiresa era muy fino y ese hombre seguro no era muy agradable para ella. -¿Redimirse de que cosa? – Dijo la chica sacándola de sus pensamientos. - Eso no hace falta que ustedes lo sepan... aunque tal vez... pero eh hecho un juramento y no puedo – la expresión del anciano cambio del estado de alarma en el que se encontraba y su mirada se perdió mientras la paseaba por las lúgubres paredes- basta con que sepan que todo esto es mi culpa. - Su culpa, aja - Andrea no se lo iba a dejar tan fácil- Conque desde estas mazmorras libero a un dragón colosal que cual mortífago puede exhalar fuego maldito. ¿Qué otras cosas hizo? ¿Descubrió otros doce usos de la sangre de dragón? -Andrea, calmate – Lili quería saber que era lo que el hombre tenía para contarles, y la actitud de su compañera no servía de mucho, de todas maneras el hombre no pareció molestarse y esbozó una pequeña sonrisa en dirección a la vampiresa. -No, por supuesto que no lo hice yo desde este lugar. Aquí e caído justamente por no querer hacerlo. Pero inicialmente fui uno de los que.. ¡Agh! - El anciano se sostuvo las costillas desesperadamente y cayo sentado en el suelo- No puedo, no me lo permite – Mit se apresuró a ayudarlo, parecía estar padeciendo un gran dolor. -¿Señor, está bien?-Sí, ya está pasando. Me siento un elfo domestico que guarda con dolor el secreto de sus amos, aunque mi castigo no me lo preste yo mismo, sino mi situación y este maldito juramento. -¿El juramento inquebrantable? - Pregunto Fernando. Este chico realmente las sorprendía, hablaba poco, en ocasiones ni se notaba su presencia, pero seguía toda la conversación atentamente. Lili reparó en que aunque se le veía tranquilo no había dejado de sostener su varita. -Ese mismo – El anciano se puso en pie con la ayuda de Mit, aun jadeando por el esfuerzo que suponía tanta agitación para su debilitado cuerpo- Pero si puedo decirles... un par de cosas que quedaron fuera del encantamiento.
-Los otros doce usos de la sangre, supongo- Andrea seguía sin creer nada de lo que decía el anciano. -Andre por favor – Mitsuki estaba dispuesta a escucharlo, delirio senil o no era posible que algo de lo que les dijera les ayudara a dilucidar algo de lo que estaba pasando- espera al menos que nos diga lo que sabe, y después te ríes de él, ¿Si? Andrea hizo un gesto de asentimiento todavía fastidiada y el anciano tomo aire intentando sacar fuerzas de su ajado cuerpo. -Tu joven – Fernando se sobresalto al escuchar que se refería a él- has dicho inteligentemente que solo la persona que puede convocar al fuego maldito es capaz de controlarlo. Pues eso es cierto... en partes – todos quedaron en silencio escuchando atentamente- El fuego maldito es un encantamiento de magia oscura muy peligrosa. En cierto modo se parece a los hechizos para el control de los ínferi. Es como un imperius combinado con... -¿Quiere decir entonces que usted sabe convocarlo? – Mitsuki no pudo aguantar más e interrumpió al hombre, el mago no pareció molestarse, siguió tranquilamente con su relato intentando respirar, debía llevar mucho tiempo allí. -Sí, yo puedo hacerlo – los chicos se miraron sin saber muy bien que pensar- Si, se convocar al fuego, y también se controlar el fuego que convoco. Y con la ayuda de otros tres llegue mucho mas allá – por un instante pareció sumirse en recuerdos de tiempos mejores y una fugaz sonrisa cruzo sus labios- También pudimos obtener el poder para controlar el fuego maldito que corría descontrolada mente y... –por un momento pareció quedarse sin voz pero logro continuar - hacer que una criatura normalmente familiarizada por el fuego tenga el poder de crearlo, el más indicado había sido aquel Colacuerno Hungaro. La mazmorra pareció sumirse en un profundo silencio, a lo lejos se escuchaban los rugidos de la esfinge que no parecía mostrar intenciones de dejarlos salir de allí, pero Mit tenía las llaves, solo debían encontrar a los demás y el mitológico animal no podría negarse. -¡Vamos!, no llegamos hasta aquí para creerle la historia a este viejo loco. ¿No ven que esta aburrido y le gusta contar historias? -¿Pero como sabe la raza de dragón que teníamos en la fortaleza? – Mit estaba empeñada en creer la historia del viejo, realmente tenía sentido.
-Porque lo habrá visto en alguna otra parte de la fortaleza, o cuando lo trajeron, o cuando... -O cuando nació – la interrumpió aquel hombre clavando su mirada, hasta el momento perdida en ella, algo en esa mirada la hizo ceder, tal vez fuera su determinación, o tal vez que no tenían nada que perder. -Está bien, cuéntenos como empieza la historia del dragoncito del fuego mágico. Justo en ese momento el cielo cayó sobre sus cabezas, con un gran estrép*** un montón de escombros se ante sus asombrados ojos, entre ellos un hombre, un hombre conocido y odiado por todos ellos, un hombre que los había mantenido presos en una trampa mortal y no había hecho nada por sacarlos de allí. El carcelero los miró como si pensara encontrarlos allí -¡Atchuss! ¡Atchuss! – parecía que en el fondo y a pesar de su aspecto era de salud delicada, realmente tenía peor aspecto de lo habitual y unas extrañas chispas verdes salían con cada uno de esos estornudos iluminando el oscuro túnel en el que se encontraban y dándole un aire aún más tétrico si podía ser. La mirada del hombre reparo en Mitsuki y sin previo aviso se abalanzó sobre ella. -¡Mis llaves! ¡Esas son mis llaves! ¡Vamos, devuélvemelas, tenemos que salir de aquí! – Los demás se interpusieron en el camino del barrigón intentando defender a su compañera, pero el hombre parecía estar sin fuerzas, rodo con las chicas antes de que Fernando pudiera hacer nada entre estornudos y sudor febril. Se desmayo por ese último esfuerzo, lo que les facilito el quitárselo de encima. -¡Es fiebre de dragón!- gritó Lili al ver el estado del señor Pepe Apestas – es muy contagiosa – dijo sacudiéndose la túnica e intentando limpiarse la cara del sudor del hombre, un lastimero quejido interrumpió sus quejas proveniente del montón de escombros. -Vengan chicas, ayudémoslo- Fernando tomo las riendas de la situación sorprendiendo a las tres chicas, por algo era un león. El valor de la casa de Godric latía en su pecho. Los cuatro muchachos removieron la inmensa pila de escombros hasta encontrar al
anciano con el que habían estado conversando, le quedaba un soplo de vida. En su cara se reflejaba el rictus de la muerte, la parca venia a buscarlo, no le quedaba mucho tiempo, con su último aliento solo pudo pronunciar tres nombres. -Circe, Morgana, Merlín…- y dejó de existir en este mundo, los chicos se miraron completamente sorprendidos ¿Qué significaban aquellos nombres? ¿Qué tenían que ver en todo aquello? ¿Sería solo el delirio ante-mortem de un viejo loco encerrado durante años en las profundidades de un viejo castillo o tendrían algo que ver con la situación que les tocaba vivir? Ya no estaban seguros de nada, la situación se les escapaba poco a poco de las manos como un arroyo, pero no tenían tiempo de pensarlo, miraron al otro hombre que los acompañaba en ese momento salido de la nada. -¿Qué hacemos con él?- comentó Lili todavía tapándose la nariz, no quería quedar contagiada, aunque ya no estaba segura de que eso sirviera de mucho. -No podemos dejarlo aquí ¿o sí?- la responsabilidad de Andrea se debatía con el odio que le tenía a aquel hombre que la mantenía encerrada. Los chicos miraron el cuerpo desmayado de Pepe Apestas sin saber qué hacer con él. keacher
Ya me encontraba con Mica, Tontín, Legolas, Pincorto y compañía. Aunque la verdad es que no me hacían mucho caso. _-¡Che, tontín, mira! ¡Un hombre fornido!- dije mientras le daba un codazo. - Eso parece. Qué interesante. - No os enteráis de nada, aquí lo que hay que hacer es buscar una llave, un libro, ir a la fortaleza y ya está, ganaremos la prueba- nos dijo Mica a todos - ¿Pero que prueba? ¡Esto es un ataque mortífago! Liliana corre peligro y tú te lo tomas a broma- Legolas no estaba para tonterías. - ¿Ah, sí? ¿Y porqué esta indiferencia por parte de la organización? No les importa si vivimos a morimos. Esto huele a trampa. ¿O acaso habéis visto que alguien cayera víctima de los mortis o de los inferis?- seguía yo explicando mi teoría. - !!Si, eso tiene sentido!!- todos miramos a Tontin, que parecía haber descubierto algo importante.- Yo también pondría a un hombre fornido para vigilar una puerta, si no quisiera que nadie pasara.
Todos nos quedamos mirándolo de reojo, excepto Pinca, que parecía estar de acuerdo con Tontín.
goblin mononick Mono salio de la habitación, con pocos ánimos, sin saber que rumbo tomaría ni que seria de sus amigos, lo único cierto en ese momento es que nada ni nadie estaba seguro en las circunstancias que se encontraban los terrenos del castillo. El frío y la neblina se encontraba en los pasillos por lo que mono convoco a su oso pardo para que dispersara la sensación de pesimismo y dolor que le traía recuerdos que nunca quisiera recordar... **** Al salir se dio cuenta que la escena era catastrófica, muy Similar a su sueño, mas allá de que no había laberinto, la niebla y el escenario devastador se encontraban allí. En ese momento empezó a caminar hacia el Bosque encantado, sin saber con que o quien se podría encontrar en los adentros del espeso follaje. Kris... A partir de ahora ya nada será como antes... Sus ojos verdes observaban todo a su alrededor detalladamente, su rostro denotaba indignación, rabia ¿Cómo pudieron permitir que esto pasara? ¿Acaso no pudieron prevenir el caos que se aproximaba?, con las miradas vacías sin vida, yacían en el suelo personas inocentes cuyas vidas habían sido arrebatadas sin compasión, en sus rostros quedó grabado el sufrimiento la agonía de la muerte, aquello no sería fácil de superar, era demasiado fuerte el dolor en su pecho se hizo palpable, no lo podría soportar, seguramente necesitaría usar un obliviatepara borrar esos recuerdos de su mente, las lagrimas comenzaron a correr por sus pálidas mejillas, mezclándose con las gotas de lluvia. -¡Que alguien detenga esto, No es Justo! – gritó al la multitud desesperada pero nadie la notó. ¡No es momento de compasiones, recuerda aún hay vidas que salvar! - le recriminó su voz interior, tenia razón, debía concentrarse Sheila estaba en la fortaleza como muchos otros, todos están en peligro. El caos invadía la escena, el desorden, gritos por doquier, no la dejaban pensar con claridad, - vamos Kris piensa! concentrate! – se obligó a si misma, aún mantenía la varita en alto, proporcionándole visibilidad, muchos corrían tropezándose unos con otros, y pasando sobre los cuerpos inertes, alguién choco contra su hombro y siguió de largo, mientras ella seguía allí parada frente al bosque, sabía que debía
encontrar a sus amigos, - si, debo localizarlos, no deben estar muy lejos. – se aseguro a si misma. Pequeños rayos de luz destellaban entre la oscuridad, atravesando el lugar que se había convertido en un campo de batalla, donde había que luchar por sobrevivir, eran los hechizos de aquellos que intentaban defenderse de los dementores e inferís, que se veían a lo lejos, atacando a los estudiantes, chispas rojas delPericullum también iluminaban la cerrada noche, alguien mas debía estar herido. El dragón no dejaba de resultar amenazante, en la fortaleza seguía ardiendo el fuego maldito, el recuerdo de Sheila en peligro sucumbió en su mente de nuevo. Pero una fuerte brisa azotó contra ella interrumpiendo el hilo de sus pensamientos, - ¡otra vez ese frio anormal! – se quejó, no le gustaba el frío, sus labios rellenos comenzaron a temblar incontrolablemente, su ropa estaba empapada totalmente, al menos ya sabía la causa del frío, los dementores estaban rondando, cruzó los brazos sobre su pecho, buscando abrigo. Recordó un hechizo que la ayudaría a mantenerse seca, rápidamente con un agíl movimiento de su varita apunto hacia su ropa y pronunció – Impervius – un rayo de luz salió disparado hacia su abrigo que brillo por unos segundos, ahora podría protegerse de la lluvia y mantener su cuerpo seco. Cogió aire y comenzó a correr en dirección al bosque, no podía seguir perdiendo tiempo… Sheila Longbottom
Sheila iba corriendo por la fortaleza tratando de hacer algo por el bien de los demás cuando encontró a Eli Tonks junto con Elo. De pronto llegaron mas prisioneras llegando y por un momento nos quedamos paradas en silencio. Eli les ofreció a las tres que llegaron después que siguieran juntas, para que nadie sufriera ningún accidente y se protegieran entre todas. Dos aceptaron, pero una luego de dar las gracias siguió corriendo, al parecer buscaba algo y no quería perder mas el tiempo. Iban corriendo por los pasillos tratando de encontrar una salida y de no ser lastimadas por el fuego maldito que estaba por todas partes, pero era algo difícil. Se pararon unos segundos para poder descansar cuando escucharon la voz de Pete Apestas cerca; estaba hablando solo y se preguntaba algo de sus llaves. Las prisioneras decidieron seguirlo para poder ver si podían ayudar en algo o si lograban escapar junto con él. Le gritaban muchas cosas, pero él al parecer no las escuchaba y seguía caminando.
Escucharon un ruido como si una pared se cayera a pedazos y Sheila pensó por un momento que era una escapatoria, pero al llegar a la esquina vieron que la pared se había caido sobre Pete Apestas haciéndolo caer en un agujero en el suelo. Eli hizo mas pequeño los trozos de escombros para poder pasar a ver lo que había en el agujero y también para saber si Pete estaba bien, aunque les cayera un poco mal a todas. Se asomaron y encontraron a muchos prisioneros abajo, Mitsuki tenía las llaves en la mano y al parecer estaban planeando algo. Pete se puso agresivo tratándole de quitar las llaves, pero las demás no lo dejaron. Este cayó en el suelo por que la fiebre de dragón lo invadía y nadie sabía que hacer con él.
-¿Bajamos?- preguntó Sheila observando todo desde el agujero.
Sagitas -- No te preocupes, hemmm, ¿tamarenda, tamarindo? -- en mal momento dudaba ahora de su memoria para los nombres… La chica le acababa de agradecer con un movimiento de cabeza aquel gesto insensato de ponerse delante de las varitas y recriminarles sus actos. En realidad no lo había pensado, ella no era valiente sino una miedosa que sólo seguía al Capitán porque no quería quedarse sola allá con los dementores. Ni sabía por qué se había atrevido a defender a dos desconocidas. Eso sí, no se arrepentía, en los ojos de la muchacha que se tapaba las manos en un gesto inútil de contener las chispas había encontrado gratitud por su acto. -- Toma -- le dije entregándole un pañuelo de tela—, tápate la cara con él, y tú, hemmm ¿Amya_An,? será mejor que la acompañes hasta la enfermería de Hogwart, que no le veo muy buena pinta a esta viruela que ha cogido. Ambas se mostraban reticentes a salir de allá hasta saber de sus compañeros. Tamarindo sobre todo pensaba que era mejor quedarse en la puerta de entrada para conseguir información sobre el estado de Foungtan y Shaki. Menos mal que su amiga consiguió alejarla de allá, pensaba Sagitas, pues en la primera fase aún pueden caminar, después ya no hay manera de que lo hagan con las pústulas que salen en todo el cuerpo pero sobre todo en la planta de los pies. Las vio alejarse entre el aguacero no antes de prometerles que buscaría también a sus amigos además de a Elodia.
-- ¿Coyo-T? Su capitán seguía ensimismado. Sabía que rumiaba algo por dentro. Entonces vio salir a algunos prisioneros, demacrados, con las capas chamuscadas e incluso algunos heridos. Una muchacha salió, dio unos cuantos pasos y cayó al suelo. Varios se acercaron a ella, con miles de preguntas sobre lo que había pasado y sobre el estado del resto de prisioneros. Ella no quiso abandonar a su capitán, que aún buscaba un medio para entrar en la fortaleza a rescatar a los heridos. Golden Snitch
El caos ya era el rey absoluto del lugar. Las llamas se extendían por doquier y la mayoría de los magos y brujas corrían desesperados hacia el bosque o hacia el lago. El dragón, aún suelto, merodeaba por cualquier lado, lanzando columnas de fuego de su boca, que inmediatamente se convertían en criaturas que atacaban a los que más tenían cerca. - ¡¡Avril!! ¡Vengan, si van donde los organizadores, vayamos todos juntos y rápido! - dijo la voz de una señorita a sus espaldas, y todos corrieron en esa dirección. Cuando estaban llegando junto a ella, Gold reconoció que era la auror Darla Potter Black. Antes de que alguno pudiera decir alguna palabra, una quimera de fuego, nacida de las fauces del feroz colacuerno, embestía contra uno de los árboles más cercano al grupo, bañándolo de llamas anaranjadas. Gold alcanzó a tomar a Darla de la túnica, ya que era la que más cerca de él estaba, y saltaron a un costado. Por un momento, todo fue oscuridad pura. Al abrir los ojos de a poco, los oídos del metamorfomago tardaron en recuperar la audición del desastre del momento. Giró la cabeza y ahí estaba Darla a su lado, con la túnica rasgada a la altura de su rodilla derecha y un profundo corte en ella, bastante grave. La auror se tomaba la pierna dolorida y hacia muecas tratando de soportarlo. Los ojos de Gold habían cambiado a grises sin que el lo notara y se acercó a la bruja con la varita en mano. - Episkey! - exclamó con un dejo de voz, mientras le herida se cerraba, pero lamentablemente el dolor no se iba - Vamos Darla, tu puedes, yo te ayudo - le dijo a la auror cruzando su brazo en su espalda, mientras tiraba de ella para levantarla con dificultad.
Al enderezarse notó que Avril y Atena habían salido ilesas, pero no veía a Mateo por ningún lado. Rodearon el árbol y descubrieron la silueta del mago levantándose malherido y cojeando hacia un enorme edificio que se encontraba a su frente, el Hotel. Ayudando a Darla que se apoyaba en él para poder caminar, Gold avanzó por el hall y entró al lugar. El destello del piso de mármol casi cega al mago, mientras que los sillones blancos como la nieve, y la enorme araña de cristal que colgaba sobre ellos, le daba al lugar un perfecto aire de majestuosidad. Dentro del hall había ya varias personas, seguramente con los mismos fines que ellos. Mateo habló con uno de ellos, y lo hizo bailar al instante, mientras Darla le dirigía una mirada de reproche sobre mí para que detuviera le hechizo. Se acercaron al pie de la escalera y un individuo de aspecto rudo les cerró el camino. - Golden, limpia ese desastre - dijo Mateo señalando la mancha de sangre que dejaba la herida aún abierta de Darla, para luego pasarle la pequeña botella de díctamo. - Fregotego! - dijo el metamorfomago luego de que su pelo cambiara a celeste para que la mancha de sangre desapareciera - Creo que esto te hará mejor Dar... - concluyó Gold mientras aplicaba unas gotas de la solución en la herida abierta de la Potter Black. Al instante, bajaron varias personas de las escaleras hablando animadamente. Gold que se encontraba en la parte de atrás junto a Darla, vio de reojo que eran personas bastante conocidas para él. Mackenzie, Antara, Buenamor y… Mistify. El metamorfomago cambió su pelo a rosado chicle, tiño sus ojos de morado y una pequeña punzada de dolor apareció en su pecho. Al parecer, la mortífaga no lo notó, tal vez porque no lo vió, tal vez porque lo ignoró. Sin embargo, Gold se aguantó las ganas y siguió hacia afuera cuando Mack gritó que debían ir hacia Hogwarts. Salieron al exterior, y todo estaba envuelto en llamas. Se escuchaban los horribles rugidos del dragón como si éste los estuviera vigilando. El grupo tomó el camino de la izquierda, hacia el castillo. Darla de a poco se iba revitalizando, y Gold tenía que ayudarla cada vez menos. Las organizadoras encabezaban el grupo y atrás iban los demás. Mateo aún cojeaba soportando el dolor, mientras que Atena y Avril trotaban preocupadas a su lado. El otro grupo de gente iba también junto a ellos. Misty había dejado su espectro entreteniendo al dragón para darnos mas tiempo, y corría con el grupo. Gold no paraba de mirarla ni un segundo, sin embargo, no se atrevía a decirle
nada, ni él mismo sabia por qué. Las carpas incendiadas en el camino, amenazaban con desplomarse, mientras que otros magos bajo algunos árboles, se rascaban los pies desesperadamente, y otros tosían chispas verdes. - ¡Fiebre de Dragón! - dijo Golden con un grito alertando al grupo que se paró expectante a mirarlo - ¡Tengan cuidado, traten de no acercarse, es contagioso! - concluyó el mago reavivando la marcha mientras sentía por primera vez los ojos verdes de Misty cual dos piedras de jade clavándose en el, y un fuego se extendiéndose en el interior de su cuerpo, como si alguna criatura de esas que salían del dragón, lo hubiera alcanzado.
Xhiio Tenían... Tenían que sacar a Xheli de ahí, inmediatamente. Esa era el pensamiento que le copaba totalmente la mente en ese momento a la chica… Por eso estaba ahí, sentada en el pasto, haciendo nada. A su alrededor su equipo se organizaba con mas participantes y hacia hechizos… trataban de convencer a la esfinge de que sacara a los prisioneros luego, sin resultado positivo. Mientras tanto ella solo pensaba en que debía salvar a Xheli, pues no podía vivir sin ella. Era muy importante en su vida, y sabia que para Xheli ella también lo era. Se conocían hace tiempo, desde que Xheli había llegado como XhelitahX a Hogwarts Virtual I, hace ya casi dos años… bastante tiempo, para sus cortas vidas. Cortas vidas, repitió mentalmente. Demasiado cortas como para morir ahora, Xheli solo tiene 13 años, le queda una vida por delante… no puede estar viviendo esto, se dijo desesperadamente. Al pensar esto, se paro bruscamente, saliendo de su ensimismamiento. Se había dado cuenta de que si quería salvar a Xheli debía hacer algo productivo, no estar allí sentada malgastando sus pocas neuronas que le quedaban, y aun así funcionaban. De repente, vio unos signos en el aire al otro lado de la fortaleza. [i]El acertijo. Por fin han dado un acertijo. ¡Xheli se salvara! Vio salir a dos prisioneros… No los reconoció. No lo interesaba quienes eran, solo le interesaba ver salir de allí a su amiga del alma. Caminaba tranquilamente hacia Gode y los demás, mas preocupada de la entrada de La
Fortaleza que a donde pisaba, cuando vio salir de allí a una muchacha con todas sus ropas rasgadas y manchadas. Venia caminando apenas y era prácticamente irreconocible. Pero miro intensamente sus ojos, pues solo suponía que era Xheli. Su corazón dio un vuelco de alegría. ¡Era ella! ¡Estaba viva! Pero en eso su Amantah, su amiga del alma, callo bruscamente al suelo, al no poder mantenerse en pie. -¡XHELI! –grito la chica, llena de alegría y muy preocupada por el estado en que estaba su amiga. Se puso a correr lo mas rápido que pudo hacia Xheli y se agacho rápidamente al lado de ella-. Xheli, amiga. Xheli ¡Respóndeme! -¡Xhio, estoy bien! –dijo la chica levantando la cabeza con mucha dificultad. Luego vio a el resto de Los Disléxicos Anónimos acercarse corriendo. -¡Xheli! –habían dicho al unísono Gode, en un tono alegre, Mela, en un tono desesperado, y Kira, en un tono compasivo. -¡Tranquilo, chicos! –dijo la ex-prisionera, tratando de infundirles calma a sus compañeros y amigos-. Solo tengo un par de rasguños y quemaduras.
dobbytxo La puerta de la tienda de los Raven Revolution se abrió de golpe saliendo al exterior parte de los componentes, Dany, Sabugo y Dobby. Nada más salir del interior Dobby no volvió a ver a sus amigos, una densa nube de humo le cegó lo ojos impidiéndole ver por donde se dirigían sus compañeros. Después de andar a tientas chocando por todos lados consiguió empezar a ver. Estaba aun en el recinto de los campamentos, miró a su alrededor y vio que estaba todo en llamas. La mitad de las tiendas habían sido destruidas por las criaturas de fuego que echaba por la boca el gran dragón que sobrevolaba por encima de los campamentos. Miró hacia adelante y empezó a caminar en busca de sus compañeros, con la varita en mano bien aferrada a ella. Veía a mucha gente correr por los alrededores, pero los ojos le escocían aun demasiado como para poder distinguir a alguien. De repente una tristeza invadió su alma, pensó en Pade y en el sueño que tuvo justo antes de despertarse. El pensamiento se fue haciendo más grande, no podía quitarse de la mente la imagen del cuerpo inerte de Pade. No era capaz de pensar con claridad, le costaba sostener sus rodillas firmes, que le temblaban. Cayó sobre sus rodillas exhausto por el esfuerzo de intentar quitar ese pensamiento de encima. Miró hacia arriba para gritar, pero no llegó a producirse ningún sonido de su boca, porque lo que vio arriba no era el cielo, sino un dementor. Ahora lo comprendía, sus pensamientos habían sido producidos por el dementor, pero estaba siendo
demasiado tarde. Apenas le quedaban fuerzas ni para levantarse. Aun así, reunió todas sus fuerzas para intentar levantar el brazo. Encerró en su mente la imagen de Pade tirada en el suelo para poner una imagen nueva donde se le veía entrar por primera vez en la tienda del campamento donde estaban dentro Pade y Danyellus sonriendo. Cuando la imagen era más clara apuntó con su varita al dementor . - Expecto Patronum- chilló lo más alto que pudo, al instante salió de la punta de su varita un hilo plateado que se fue agrandando hasta dar la forma de un delfín que salió disparado contra el dementor que se estaba acercando cada vez mas y dando la impresión de crecer por segundos. El delfín impactó de lleno sobre su pecho, lo que logró hacerlo retroceder y huir. Después de que el dementor se hubiera ido Dobby permaneció un rato tumbado intentando recobrar un poco de fuerza como para seguir la búsqueda de sus compañeros. Cuando logró ponerse en pie, después de un rato haciendo esfuerzos, giró la cabeza en busca de algo que hiciera ver que sus compañeros estaban bien en algún lugar. A lo lejos vislumbró unas RR azules en el cielo cerca de donde estaba la señal de los Mortifagos. Sabía que algo no iba bien, así que salió corriendo en dirección a la señal de su compañero con la esperanza de que llegase a tiempo. Cuando por fin veía la puerta del Hotel donde había aparecido la marca de su equipo vio a Dany en la puerta. Corrió más rápido para alcanzarlo, pero justo cuando iba a acercarse lo suficiente como para que lo viese venir, su compañero desapareció. Dobby llegó al lugar y casi sin aliento entró por la puerta del Hotel para ver si lo veía dentro. Se acercó a un hombre que había cerca. - Perdone, - dijo para llamar la atención del hombre - ¿Ha visto entrar ahora mismo a un vampiro?-. -Si, pero no ha entrado, se acaba de desaparecer hace un momento- dijo el señor.- ¿Es usted de su equipo? Porque el chico parecía bastante alterado. -Si, es de mi equipo ¿Acaso le dijo a donde fue?, es que nuestra compañera está en la Fortaleza e íbamos a rescatarla cuando lo perdí de vista- Dijo Dobby todavía sin aliento después de la carrera. - No me dijo a donde fue. Le dije que no se moviera, le acababa de atacar un dementor cuando lo encontrédijo el hombre. -No paraba de decir que a Pade, que supongo que será la compañera de la que me hablas, le había atacado un dementor y necesitaba ayuda. Lo que no se había dado cuenta que era él el que estaba siendo atacado por un dementor. Y a juzgar por cómo hablaba creo que le ha afectado bastante. Dobby no podía dar crédito a lo que oía. Su compañero se había marchado después de estar gravemente
afectado por el ataque de un dementor. Pensó que es lo que debía hacer, Dany había sido atacado y tenía que ser atendido cuanto antes, aunque él era un vampiro y todos saben que hace falta mucho para lograr vencerlos. En cambio, Pade era más frágil y no sabía qué había pasado en la Fortaleza cuando se escapó el dragón. - Muy bien, muchas gracias. Si lo ve dígale que se quede aquí y descanse. Yo iré a buscar a Pade a la Fortaleza. A lo mejor me lo encuentro allí- dijo después de valorar las posibilidades. Salió del Hotel rumbo a la Fortaleza, sin poder quitarse de la cabeza lo que le podía pasar a Dany herido. Por el camino no lo surgió ningún obstác***, sólo encontró restos de los edificios desparramados por el suelo. Al llegar a la Fortaleza se estremeció al ver el estado en que se encontraba. La torre estaba casi derruida y aun ardía en llamas, la imagen era escalofriante. Intento no pensar en lo que le podía haber pasado a su compañera que aun se encontraba dentro, solo se dirigió hacia la puerta para ver si podía ver algo desde allí.
elladora La fortaleza parecía impenetrable, las llamas rodeaban el lugar y los inferís y los dementores no dejaban de perseguir el grupo, de pronto un dragón formado como por un velo negro apareció y las criaturas empezaron a retroceder… -Creo que es el expectro de Mistify- dijo Mago Pero la voz de Mago se tornaba débil, Elladora lo miró con detenimiento y vio que su piel empezaba a tornarse verde y unas pequeñas pústulas aparecían en su rostro… -Por las barbas de Merlín!!!, chicas creo que Mago a contraído viruela de Dragón, debemos buscar ayuda urgente!!!, creo que Fer es lo suficientemente astuto como para defenderse solo, si no encontramos a las organizadoras la vida de Mago estará en grave peligro…-Entonces busquemos un lugar seguro para dejar a Mago y vamos hacia el hotel…- dijo syl…
Sol Black El par de magos había decidido, adentrarse en el bosque alejándose de la gente, lejos del caos podrían regresara atrás y reencontrarse con el equipo. La espesura del bosque los cubría por completo, la lluvia parecía haber aminorado, pero solo era un efecto de la copa de los árboles interfiriendo en su furiosa caída.
Cuanto tiempo llevaban caminando? Sol había perdido la noción del tiempo, su único interés era salir de ahí lo antes posible, no le gustaba nada la idea de encontrar alguna de esas criaturas extrañas que sabía habitaban en el bosque. Sus cinco sentidos estaban a tope, podía sentir cada gota de lluvia que caía por su cuerpo y escuchar el mínimo crujido de cada hoja que pisaba, su corazón latía mas rápido de lo normal por el nerviosismo que sentía. La bruja se estremeció, el calor del fuego ya no llegaba hasta ellos, su poca y muy mojada ropa no estaban ayudando en nada en aquel momento de preocupación. Su sexto sentido se activo de pronto mandándole señales de peligro por lo que se detuvo de golpe apretando fuerte la mano de Alex y con la otra su varita. -¿Que pasa?- pregunto el chico asustado por la reacción de la bruja - Shhh guarda silencio, alguien o algo viene…- señalo la mujer totalmente alerta En unos cuantos segundos ante los ojos de ambos apareció un enorme centauro con cara de pocos amigos, apuntándoles directamente con una flecha dispuesta a salir de su arco en cuanto alguno hiciera algún movimiento. - Que buscan en el bosque, este no es lugar para magos…- la voz de aquel ser era grave y áspera, daba la impresión de no haber sido usada en mucho tiempo. - No estamos buscando problemas, solamente queremos volver al campamento…- argumento Sol sin bajar la mirada, auque lo que mas le apetecía era comenzar a lanzar hechizos en contra de aquel centauro.
Madame shaki Había transcurrido mucho tiempo desde que comenzó aquel gran caos , no se sabia si era noche o día , en aquella fortaleza aun reinaba el denso humo producido por aquel incendio acompañado de una gran calor , la mayoría de los prisioneros se hallaban acostados en aquel sucio piso , parecían desmayados en su mayoría , algunos pocos aun tenían los ojos abiertos y apenas podían respirar , Otros por suerte tenían las energías suficientes como para ingeniárselas para escapar de aquel lugar tan frustrante sin que la esfinge se diera cuenta . Madame shaki yacía en el suelo abrazando con las pocas fuerzas que le quedaban , el peluche que su
amada le había obsequiado , los naipes y la guitarra se había perdido en aquella cortina de humo, en ciertos momentos se podía oír a lo muy lejos los gritos de la esfinge quien discutía con el señor pete sobre la futura libertad de los prisioneros . Ya shaki no podría aguantar mas , aparte de estar totalmente deshidratado , hambriento y moribundo ya no vislumbraba mas que aquella densa capa gris que envolvía a la fortaleza, Shaki sentía que podría ser su final , una lagrima resbalo por su mejilla mientras recordaba los momentos vividos con su amada y con sus hermanos , sus queridos treboleros …. eli tonks Sin percatarse de la presencia de más gente, los cuatro chicos que estaban allí empezaron a remover los escombros, buscando al sujeto que emitía aquellos quejidos. Elo y Sheila se miraban desconcertadas ante la situación, mientras inspeccionaba el cuerpo inerte de Pepe Apestas. -Circe, Morgana, Merlín…-¿Quién era ese sujeto?- pregunté a los chicos, mientras dirigía la mirada al hombre que acababa de exhalar su último aliento. -Y ¿cómo llegaron ustedes hasta aquí?- los chicos habían vuelto su atención hacia nosotras, preguntándose quizás lo mismo que yo.
zmaster *zmaster miró a su alrededor, todo estaba en llamas y destrozado, no quedaba ni rastro de lo que hacia un rato había sido un alegre campamento ¿donde estaria su equipo? no tenia ni idea solo esperaba que estuvieran bien y a salvo, con la mirada perdida la dejo bagar entre los escombros de las carpas de pronto algo llamo su atención, una muchedumbre salia del hotel sobre el cual brillaba la marca tenebrosa en direccion al castillo, ¿donde irian? Decidio seguirlos, de todas maneras no tenia un mejor plan, solo podían salir de aquel horror si se mantenian unidos ... *
Alex93
Alex intento tomar un poco de aire, mantuvo fija aquella mirada despectiva hacia aquella criatura, se llevo las manos hacia el bolsillo del pantalón. -Tendrás que darme un buen motivo para no lastimarlos o peor matarlos- reclamo el centauro poniendo los ojos enfebrecidos -¡Ya te lo mencionaron!, Solo queremos volver al campamento ¡podrías dejarnos en paz de una vez por todas!-Reclamo aquel chico de manera cortante. -¡Alex tampoco te desesperes!- Le menciono la chica con la mirada fija en aquel centauro. -Sabes que no me gusta tratar con este tipo de…- Dijo Alejandro sacando de su túnica color verde esmeralda su varita, tomándola con fuerza entre las manos.
AteNa - Era fuego maldito, este dragón no es cualquier dragón.- Dijo Mateo mirando al cielo seguramente buscando a aquella bestia. AteNa se quedó boquiabierta pero sin detenerse con la explicación de su compañero, eso explicaba muchas cosas.Lo del protego, los aguamentis fallidos, y que las llamas siguieran ardiendo con tanta intensidad. -¡Necesitas curarte!- le dijo Avril que los había alcanzado ya a Mateo- de ninguna manera puedes seguir adelante así, tenemos mas de 10 pisos que subir hasta la habitación de los organizadores, sin contar con que nos podríamos encontrar con cualquier cosa, acuéstate por favor que tengo esencia de díctamo en mi mochila-No- dijo secamente. -No es necesario- y siguió caminando -Mateo mira, haremos lo siguiente, aquí tienes mi díctamo- la muchacha metió la mano en su mochilaSi ves que no puedes seguir te lo pones, y nosotros no tenemos ni siquiera que enterarnos, sólo mejórate ¿si?Avril le extendió la mano ahora con la botella de aquella esencia, al parecer trataba de esconderla. Mateo la agarró y metió rapidamente en su bolsillo. AteNa sonrió, conocía muy bien a su amigo y sabía
que en cualquier momento utilizaría aquel díctamo, no creía que le gustara mucho cojear, y menos en aquella situación. -Bien- dijo Avril- acá estamos en la puerta del edificio, yo sugiero entrar, buscar la habitación de las jefas y tratar de escuchar conversaciones antes de dar a conocer nuestras presencias, por las dudas- y dirigió la mirada hacia cada integrante del grupo que la acompañaba-¿que le parece profesora?- le dijo a Darla Potter Black. Mientras ellos hablaban AteNa observó que Mateo metía su mano al bolsillo como buscando algo, enseguida sacó la pequeña botella que hacía un rato le había entregado Avril. - ¡Hola, Mateo! ¡Hola, Atena! ¡Menudo ritmillo que llevas en el cuerpo, compañero!-dijo Tontín Dudley que acaba de llegar, AteNa confundida lo miró por un instante y luevo volteó hacia atrás. La situación se iba controlando poco a poco, todo estaba incendiado aún y la gente corría por doquier pero al menos, ya no había tantos dementores, los alumnos debían haber terminado con ellos, o mínimo con la mayoría. -¿Entramos entonces?- propuso Avril. Atena siguió al grupo mientras observaba lo que ocurría cerca de los campamentos, esperaba alcanzar a ver al dragón ahora que estaba un poco más calmada, quizás por el cansancio, no había dormido bien los últimos días a consecuencia de la última prueba en la que su equipo consiguió el segundo lugar, y justo cuando iba a descansar, comenzó aquella catastrofe; volteó hacia abajo rapidamente para no tropezar con nada, el piso era de color blanco con algunas manchas grises. -¡Hola!¿Hay alguien aquí?- preguntó Darla, tocando la campanilla que resonó en el lobby .- Creo que aquí no hay nadie- les dijo -Esto sí que es raro. Cerca de las escaleras estaba un hombre regordete que habló al mirar a los jóvenes. -No pueden pasar si no son organizadores-dijo aquel hombre de aspecto extraño Se escucharon pasos bajando por la escalera y luego de un momento alguien más habló.
- Déjalos Arthur - ordenó una bruja alta, era una de las organizadoras- Sabemos porqué están acá, ya hemos notado que el dragón está fuera de control - dijo ahora hablando para los muchachos ahí presentes. AteNa observaba de nuevo el exterior, no quería quedarse ahí sin hacer nada, pero no serviría salir corriendo a lanzar hechizos por doquier, el fuego no se había apagado aún, ahora sabía porqué, sabía que el dragón lanzaba fuego maldito, era algo muy extraño, buscaba una explicación lógica cuando una voz conocida llamó su atención. -Tenemos que ir al castillo -anunció Mistify - Ahí encontraremos algo con lo que podremos volver a dormir al dragón. -¿Al castillo?-Atena giró su cabeza hacia fuera y en sus ojos se vió reflejado las grandes llamaradas que aún amenzaban el predio. - Es nuestra única opción -les animó Antara - Les protegeremos en el camino, aquí no estarán a salvo añadió señalando hacia una de las ventanas a través de la cual se podía ver la sombra del dragón sobrevolando el hotel. - Hablan demasiado -dijo Mateo en tono de reproche - Nuestros compañeros están prisioneros en la Fortaleza con una esfinge loca mientras ustedes están acá mirandose las carasUn expectro comenzó a materializarse junto a la puerta. AteNa la miró fijamente esperando que se moviera o algo parecido y así demostrar que no era una invención de su mente. - ¡A Hogwarts!-ordenó Mack Por fin salieron al exterior asediado por las llamas, a lo lejos se escuchaban los rugidos de un dragón completamente enfurecido, el grupo dio vuelta hacia la izquierda con las organizadoras al frente. AteNa miraba las llamas con admiración mientras corría al lado de Avril y Mateo, ahora sabía que era fuego maldito, estaba hundida en sus pensamientos cuando Golden mencionó algo acerca de la viruela de dragón.
-Genial, lo único que nos faltaba- contestó AteNa sin detenerse. El Pitapatafrita
Ese frío se estaba volviendo molesto. Asi que el Bonsai desenfundó su varita roja de entre sus ropas y conjuró su Patronus, un kneazle, plateado y reluciente, se sobaba en sus piernas desprendiendo su calor. -Fuera dementores!- exclamó Erick con voz triunfante. Siguió andando, con su habitual tambaleo extingido. Entonces el cielo se iluminó con luz verde por unos segundos, dejando como huella la bien conocida Marca Tenebrosa. -Ow! Compañia! -pronunció con voz emocionada. Ahora algo más tranquilo, el bonsai se dió el lujo de pensar... ¿Qué es lo que sucederá allá en la Fortaleza? ¿Woolfin estará bien? ¿Dónde están los demás Bonsais? -se preguntaba y preguntaba. En eso sintió arderle el hombro izquierdo, tatuaje bonsai había palpitado con fuerza, como si hubiera un pequeño corazón ahi también. -Ah, están cerca.-concluyó el bonsai en voz alta. Erick se giró sobre si mismo y desapareció en un estallido de humo verde. Con un estallido ahogado por el ruido intensificado, el bonsai se materializó. Estaba parado justo detrás de su Tirana, y con Piro a un lado. Al parecer no se habían percatado de su aparición. -Haii! -saludó el bonsai casi gritando, provocando la reacción inmediata de sus compañeros. -Nada muy emocionante hasta el momento, sólo unos molestos dementores. -informó el Bonsai a sus compañeros. syl_potter_radcliffe corremos por donde se puede,ya q todo es un caos...el fuego las llamas,dementores e indeferis.el camino al hotel es peor q el de al fortaleza sigamos como sea*dijo syl*mago reciste.... las chicas lo llevan como pueden,su estado es complicado...su cara se va llenando mas de pustulas cuidado!!!!!!!*grita ester,una bola de fuego pasa rozando su rostro* las bolas comienzan a caer con mayor fuerza y no se sabe de donde viene....
todos se chocan con todos y a la vez tratan de esquivarce,los hechizos nos rozan por poco agachence!!!!!!!!*dijo elladrora,otra bola de fuego* vamos a mitad del camino...falta tanto pero aun asi seguimos...medio corriendo,medio parando no puedo...*mago se demaya* noooo*grsta ester y lo sostiene* esto esta mal...muy mal*syl y elladora la ayudan* todo depende de nosotras*dijo elladora*y corremos como podemos sin dejar de protegenrmos de todo..... protego!!!!*grito ester* algo se nos abalnzo de golpe....ya casi a metros de la puerta..... SYL_POTTER_RADCLIFFE goderic slithering Volcábamos todo nuestro esfuerzo en poder entrar a La Fortaleza para salvar a nuestros compañeros, desafortunadamente, allí encerrados. La Esfinge Alethea no los dejaba salir inmediatamente, pero tampoco quería hacerles un acertijo. Hasta que por fin, luego de mucha pelea y griterío, decidió hacerles el siguiente acertijo: (?? -??/??)x ?? = 10 Los números con los cuales deben rellenar los interrogantes son: 3, 4, 7 y 8. ¿En qué posición deberán quedar? Estaba bastante fácil, eso era obvio, pero en estos momentos de preocupación y desesperación no podía ni pensar. Solo esperaba que Xheli, quien estaba dentro de la fortaleza, lo hubiera visto ya y lo resolviera rápido, y creía firmemente que lo haría, pues sabia que su fuerte eran las matemáticas. Vio como salían uno o dos prisioneros, desesperándose a cada segundo más, al no ver salir a su querida amiga. Pero entonces… vio a su amiga salir por fin de aquel siniestro lugar, que solo era caos y terror. Ella venia con sus ropas, algunas vez hermosas, todas rasgadas y chamuscadas y tenía un aspecto bastante deplorable. -¡XHELI! –grito Xhio, llena de alegría y a la vez preocupada. Mientras decía esto se puso a correr en dirección a la entrada de La Fortaleza-. Xheli, amiga. Xheli ¡Respóndeme!
Xhio se habia arrodillado al lado de la otra, que había caído bruscamente de bruces tras salir de La Fortaleza.
-¡Xhio, estoy bien! –dijo Xheli levantando la cabeza con mucha dificultad. En ese momento el resto de Los Disléxicos Anónimos se acercaron corriendo a toda velocidad donde se liberada amiga. Querían, seguramente, asegurarse, de que estuviera bien. -¡Xheli! –dijeron al unísono el chico, con un tono alegre, Mela, en un tono desesperado, y Niki, en un tono compasivo. -¡Tranquilo, chicos! –dijo la ex-prisionera, tratando de infundirles calma a sus compañeros y amigos-. Solo tengo un par de rasguños y quemaduras. Darla Potter Black Mientras Darla corría hacia los jóvenes Mateo, Golden, Avril y Atena se acercaron a ella. La auror estaba por hablar cuando de pronto distinguió que una quimera de fuego había partido del dragón y venía directo hacia ellos, en un intento de salvarlos hizo un movimiento pero terminó siendo arrastrada por Golden. La joven maldijo en su interior, se había descuidado, la quimera había dado contra un frondoso árbol que ahora yacía en llamas en el suelo… Mientras intentaba recuperar la compostura con un quejido de dolor, notó que su túnica se había rasgado, algunos jirones estaban pegados, húmedos contra su piel que ardía en una herida. Cerca de ella Atena llamaba preocupada a su compañero -¡Mateo!- gritó enseguida.La vampiro gruñó por lo bajo, esperaba que el muchacho estuviera bien, e intentó levantarse pero el dolor en su rodilla derecha la hizo emitir un quejido mientras que se dejaba caer nuevamente al mojado suelo tomándose de la dolorosa herida… demasiado dolorosa, quizás se hubiera quebrado algún hueso pensó la joven mientras un mueca de dolor se dibujaba en su rostro. Una voz sonó junto a ella - Episkey! - la herida se cerraba, pero lamentablemente el dolor no se iba. Darla observó el rostro del joven que la estaba ayudando, sus ojos eran de un gris profundo, no recordaba que fueran de ese tono, quizás la locura de la noche la había hecho confundir..
- Vamos Darla, tu puedes, yo te ayudo – agregó el muchacho mientras cruzaba su brazo en su espalda y tiraba de ella para levantarla con dificultad. -Gracias – murmuró mordiéndose los labios, para aguantar el dolor, pasaría, lo sabía, ya estaba acostumbrada, pero no, estaba habituada… jamás se acostumbraría al dolor… solo al del alma… y deseo con todo su ser que Coyo estuviera bien… y se sintió egoísta por pensar solo en él y no en sus otras compañeras, Sagitas, Elodia en la Fortaleza… sacudió la cabeza furibunda consigo misma… Golden la observó convencido de que era por el dolor… El joven la ayudó a rodear el árbol y cuando vieron que el resto ya se encontraba a salvo y dirigiéndose hacia el hotel, caminaron lentamente, ella apoyada en él, hacia el mismo lugar… -Uff… si que se están bien – pensó la auror al ver el majestuoso y brillante hall del hotel, no que la tienda de los Rizos y Moscas no fuera bonita, pero vaya lujo que había en aquel lugar… que por cierto ya estaba lleno de gente y… Darla frunció el ceño y miró a Mateo con un gesto de reproche, el muchacho acababa de poner a bailar a otro de los participantes del torneo, pero ya fuera por la mirada de la auror ó por propia iniciativa detuvo el hechizo al instante… Darla suspiró, niños… y sabía que si él se enteraba de ese pensamiento no el iba a hacer gracia, se mordió suavecito el labio para aguantar la risa… - Golden, limpia ese desastre - dijo Mateo señalando la mancha de sangre que dejaba la herida aún abierta de Darla, para luego pasarle una pequeña botella en la que la auror pudo leer en la etiqueta "Díctamo" - Fregotego! - dijo Golden luego de que su pelo cambiara a celeste para que la mancha de sangre desapareciera - Creo que esto te hará mejor Dar... - concluyó mientras aplicaba unas gotas de la solución en la herida abierta de la Potter Black. Darla sonrió agradecida mientras observaba la transformación sufrida por el joven –es metamorfomago, por supuesto, ahora entiendo – pensaba mientras su herida se iba sanando, seguro que algo tenía que ver el fuego maldito, había demorado más de lo que ella hubiera esperado y había necesitado ayuda de sus ahora compañeros. –Todos necesitamos a alguien Darla – recordó las palabras que una vez le habían dicho… ahora todos eran un equipo… La auror se sentía mejor, más fuerte y capaz ya de moverse por su cuenta, se acercó a un mostrador y más por los nervios que por la conciencia tocó la campanilla mientras gritaba -¡Hola!¿Hay alguien aquí?-
Se sentía frustrada, recordó la marca sobre el lugar y agregó segundos después - Creo que aquí no hay nadie. Esto sí que es raro. Cerca de las escaleras estaba un hombre regordete que habló al mirar a los jóvenes. -No pueden pasar si no son organizadores-dijo aquel hombre de aspecto extraño Se escucharon pasos bajando por la escalera y luego de un momento alguien más habló. - Déjalos Arthur - ordenó una bruja alta, era una de las organizadoras- Sabemos porqué están acá, ya hemos notado que el dragón está fuera de control - dijo ahora hablando para los muchachos ahí presentes. Darla emitió un suspiro, Mistify estaba allí junto a Mack, pero también estaban Buenamor, y lo que más la aliviaba, estaba su abuela y líder, Antara. La joven sonrió por primera vez con tranquilidad en la noche, aunque no hubieran notado su presencia, saber que estaba bien hacía que se sintiera más aliviada. La auror salió de sus pensamientos cuando Mack gritó que todos fueran al Castillo de Hogwarts… uff, otra vez a moverse… el dolor ya casi no se sentía, pero los nervios empezaban a salírsele y su mente volvió a volar hacia su cap… amado Emprendió la marcha, recuperando cada vez más su andar y un nuevo grito la hizo gruñir - ¡Fiebre de Dragón! - dijo Golden con un grito alertando al grupo que se paró expectante a mirarlo - ¡Tengan cuidado, traten de no acercarse, es contagioso! Ella también lo había visto… chispas… se estaba cansando de la nochecita… miró hacia el grupo, para asegurarse que estuvieran todos y se preguntó si no debería hacerle caso a CoyoT e ir dónde ellos… pero… ¿dónde estarían ahora? Habrían ido seguramente a buscar a Elodia… gruñó una vez más y notó que un par de miradas se fijaban en ella, sacudió sus rizos sin darle importancia mientras murmuraba -Esta herida tarda en sanar… Y siguió tras el resto varita en mano, apurando su paso y cojeando para disimular...
andrea_tkm_hp Justo cuando el viejo había logrado captar la atención de la joven vampira un montón de escombros acababan de caer sobre ellos. Andrea se preocupo por que sus compañeros estuvieran bien y al verlos pudo esbozar una sonrisa de tranquilidad. Ante ellos se
encontraba un viejo que de acuerdo a la descripción que alguna vez le había dado Atena de sus días en la fortaleza pudo reconocer como el carcelero Pepe Apestas. Éste dirigió su vista a Mitsuki y para su desgracia parecía que había visto las llaves. -¡Mis llaves! ¡Esas son mis llaves! ¡Vamos, devuélvemelas, tenemos que salir de aquí!exclamó el señor antes de abalanzarse sobre la joven maga Antes de que pudiera acercarse a ella se interpusieron en su camino intentando defender a su compañera. El hombre lucia sin fuerzas y se abalanzo sobre las jóvenes magas pero antes de que pudiera llegar a la maga que tenía las llaves cayo desmayado. -¡Es fiebre de dragón!- gritó Liliana al ver el estado del señor Pepe Apestas – es muy contagiosa – dijo sacudiéndose la túnica e intentando limpiarse la cara del sudor del hombre, un lastimero quejido interrumpió sus quejas proveniente del montón de escombros. -Vengan chicas, ayudémoslo- Fernando tomo las riendas de la situación sorprendiendo a las tres chicas. Se notaba que era un orgulloso habitante de la casa de Gryffindor Los cuatro muchachos buscaron al viejo con el que había platicando entre los escombros. En su cara pudieron ver que estaba en su último suspiro de vida, la muerte no esperaría mucho más por su presa. -Demonios, parece que me quedare sin presa hoy – pensó Andrea al ver el lamentable aspecto del viejo -Circe, Morgana, Merlín…- murmuró el viejo antes de dejar el mundo de los vivos ¿Qué demonios habría querido decir ese viejo loco? ¿Qué tenían que ver esos magos con lo que estaba pasando en el torneo? Andrea no sabía que creer ya, si pensar que era un viejo lunático que estaba aburrido y deliraba por los años o realmente era alguien que se había metido en problemas por una mala decisión. -¿Qué hacemos con él?- comentó Liliana con la nariz tapada señalando al carcelero que estaba inconsiente -No podemos dejarlo aquí ¿o sí?- la responsabilidad de Andrea se debatía con el odio que le tenía a aquel hombre que la mantenía encerrada
Los chicos miraron el cuerpo desmayado de Pepe Apestas sin saber qué hacer con él. Andrea se acerco al carcelero para verlo con una mueca de odio, gracias a dios no estaban en Hogwarts y no tenía que comportarse como prefecta que era. -¿Quién era ese sujeto?- exclamo una joven bruja a la cual no habían visto los cuatro magos -Y ¿cómo llegaron ustedes hasta aquí?- pregunto otra bruja que estaba con ella -Pues… era un viejo loco diciendo sus últimas palabras – respondió Andrea mirando a las brujas – y pues… nos caímos en un agujero y llegamos a este lugarTodos los que se encontraban en las mazmorras dudaron por un momento y al darse cuenta de que lo mejor era salir y no querer perderse en un laberinto decidieron escalar los escombros para poder salir de ese lugar. -Mobilicorpus- Andrea apuntó a su carcelero para que su cuerpo también saliera del lugar pero no quería tener contacto con ese ser ahora posedor de la fiebre de dragón Al salir del agujero y ver el mal estado de la habitación donde se encontraban se dirigieron a un lugar que parecía el más seguro en ese lugar. -¿Qué habrá querido decir el anciano ese? – pregunto en un susurro Liliana para que solo Andrea, Mitsuki yFernando pudieran escuchar -No tengo idea – respondió Mitsuki – pero creo que tiene mucho que ver con lo que esta pasando – -Yo no sé realmente – dijo Fernando -Era un viejo loco que solo nos quiso tomar el pelo- respondió la vampira tratando de que no se dieran cuenta de sus dudas -No lo creo Andrea- dijo Mitsuki –sabía muchas cosas como para estarlo inventando-Concuerdo con Mitsuki, Andrea – dijo Liliana dirigiéndose a su compañera – Tal vez… lo mejor sería averiguar un poco –
Al oir las palabras de Liliana, Andrea se tenso. Sabía que tenía razón pero también sabía que la situación afuera podría estar igual o peor que adentro y no quería que le pasara nada a sus compañeros. El recuerdo de su prima Atena sonriendo y sacándole la lengua le vino a la mente, tenía que salir y saber que se encontraba bien. -De acuerdo- respondió después de un rato – busquemos una forma se salir de aquí para poder investigar lo que dijo el viejo y ver cómo están nuestros compañeros de equipo -Parece que la esfinge a dado ya el acertijo – menciono una de las brujas que no conocía – parece que está en el jardín – Al saber esta información los magos se dirigieron al jardín, preparados para resolver el acertijo y poder salir a lo que fuera que estuviera pasando afuera. La joven vampira intuía que iban a tener que aplicar todos los conocimientos adquiridos en clase de Defensa Contra las Artes Oscuras si querían salir de esta pero haría lo que fuera por salir de ahí y que nada les pasara a los que iban con ella karla_bellatrix Todo había sucedido en un abrir y cerrar de ojos, un ruido que la desperto a ella y a sus compañeras y un caos aumentando cada vez más alla afuera. ¿Qué pasa? – habían preguntado karla_bellatrix y magic waterflower. -Aún no lo sé- había respondido Celestísima - Voy a averiguarlo. Pero Karla notaba algo en la expresión de Celestísima que le indicaba que estaba pensando lo mismo que ella. Asi que dijo - Antes de hacer nada deberíamos ir a buscar a ValeriaR y asegurarnos dónde estaba en el momento en que las llamas comenzaron en la Fortaleza. A lo mejor todavía no había llegado a presentarse y la podemos ayudar. Algo que había enorgullecido a Karla en medio del caos era la organización que había tenido el equipo, sobre todo sin tener al único hombre y líder del grupo, aunque estaban seguras de que aparecería cuando mas lo necesitaran… Después de lanzar unos cuantos patronus para defenderse de los dementotes, las tres chicas estaban preparadas para todo, tenían que ir en rescate de ValeriaR y en busca de su líder. Karla estaba apunto de decir algo cuando sus ojo comenzaron a molestarle, su cara a arderle, se sentía débil y de
pronto…cayó en cuenta de algo, ¡tengo Viruela de dragón! – lo gritó dentro de sí, no podía permitir que se dieron cuenta, eso lo empeoraría todo. Pero era demasiado tarde celestísima lo había notado… Es un síntoma inconfundible de viruela de dragón - aseguró la joven mirando con preocupación a karla. - Una de nosotras deberá llevarla a resguardo y cuidar de ella. No puede seguir luchando así. Karla trató de hablar reprimiendo un estornudo- Sí, puedo…. ¡Atchís! – Pero no podía controlarlo, había lanzado chispas a la túnica de magic. Es evidente que no. - le dijo afectuosamente Celestísima - Magic: una de nosotras deberá velar por la seguridad de karla y la otra deberá seguir el camino para buscar a Valeria y a Prince of Fire. ¡No! –Trató e intervenir Karla pero sonó tan débil que nadie la escucho, y se quedó echada viendo como celestísima y Magic definían su suerte con un galeón, pero sin dejar de pensar en una forma de recordar que hechizo del montón de libros que se había leído, le podría servir para disminuir los síntomas y entrar de nuevo en batalla, porque era evidente que no podía ir a San Mungo en esta situación y ella no quería ser una carga para su equipo, además sabía que de seguir así solo las retrasaría y no podía permitirlo, aun seguía pensando con que suerte correría Valeria...Hasta que algo la hizo emerger de sus pensamientos, Un agudó grito seguido de un rugido, esto no podía retrasarse más Celestísima se levantó con convicción para ir en busca de los otros miembros del equipo, Magic cuidando de Karla con varita en mano. La vista era increíble, gente corriendo y gritando, fuego por todas partes, tiendas incendiadas, la marca tenebrosa sobre el hotel…solo una palabra describiría esa escena y Karla la sabía, esa era una escena Dantesca… Orión Black
Que sarcastico era Mateo en esos momentos. Igual, era obvio que se debían separar, Mateo por su lado hacia donde estaba la marca tenebrosa, junto con un grupo de sus amigos quidditcheros. Orión no hizo más que vacilar. Posó su fría vista sobre su hija y le hizo un ademán en seña de dirigirse hacia la fortaleza del dragón. Sabía que al fin y al cabo se reuniría con Cascabelitah y Conxuro. - Nos veremos en la fortaleza luego. –Murmuró antes de partir hacia el interior del
bosque, rumbo al castillo. Había asuntos que resolver. Sin dudar más, avanzó a paso lento ondeando su gabardina negra, aún pesada por el velo de agua que se manifestaba sobre ellos, y por último aferró su varita. Todo era posible aquellos momentos. Se adentró en el bosque. Los gritos y alaridos de las personas que trabatan de salvar su vida lo sacaban de su centro de concentración. Debía mantener todos los sentidos bien despiertos y con aquellos factores no podía… ***** El castillo de Hogwarts se alzaba sobre su cabeza. Los rayos solares ya se habían estacionado en sus cabellos azulados y su mirada se posó sobre una de las paredes del castillo. Movió con gracia su varita, murmurando un simple.- Vitae. –Hacia la pared. Así como prácticamente casi toda la estuctura cambió. Los ladrillos se acomodaron de tal forma, que pareciera un hipogrifo. El par de alas se agitaron rápidamente y se asentó sobre la superficie al frente de él. Calló sobre el animal de piedra, ya que sus pies cedieron al instante. Había recorrido tanto en poco tiempo que ya hasta sus huesos le dolía. Vagos recuerdos habían llegado por unos segundos; había una persona con la que debía hablar y era su única fuerza para seguir con la lucha. La roca vitalizada se movió para acomodarlo encima de él y lanzó vuelo hacia uno de las ventanas que conducía al sexto piso del colegio. Luego, la traspasó como si fuera agua, terminando así como el simple montón de piezas que era. - Episkey. –Pensó apuntando hacia el pie izquierdo, el cual, en el transcurso del bosque, había sido alcanzado por uno de los malditos fuegos.
caroliinaa ya se comenzaban a ver los primeros rayos de luz, mire a fabiola ella no contestaba a mi pregunta, parecia que no me escuchaba sabia que ella estaba bien pero algo le pasaba, no pude esperar mas le dije fabiola si nesecitas algo buscame - y sali corriendo, tenia uqe ir al hotel ¿porque?ni yo lo sabia solo uqe algo me hacia ir asia alli. corri y corri hasta no poder mas, no me iba a rendir, sabia uqe ali pasaba algo importante, algo me asia
pensar eso, corri hasta detenerme a pocos metros del hotel. escuche como mack decia -a hogwarts-, y luego como todos se ponian en marcha adelante a unos 50 metro podia ver a los organizadores con un grupo de participantes que giraban asia la izquierda. iban a hogwarts allii deberia estar la ultima opcion, queria ayudar daria mi vida por ello si era nesesario, queria uqe se pudiera continuar con el torneo y que esa pesadilla terminara, lo queria por mi equipo y el resto de los participantes del torneo. -esperen -les grite con el poco aliento que me quedaba, correr me habia dejado muy agitada, pero yo desiaba ayudar. mack y mistify giraron sus cabezas en mi direccion con expresion interrogativa. - por favor, dejenme ir, quiero ayudar, pormi equipo y el resto de los participantes debo hacerlo porfavor- termine de hablar e inale una gran cantidad de aire habia dicho todo sin parar por miedo a que no me dejaran terminar de hablar y me dijeran que no. mire a los organizadores y a los otros participantes esperando que alguien respondiera.
wolf nino ¿Seguía dormido? o eso me pareció cuando atravesé las puertas del hotel, solo podía pensar que la fortaleza estaba ardiendo y Lili seguía dentro Mire a Legolas el también parecía tener la cabeza en otra parte, seguramente estaba sufriendo mucho más que yo Parecía nervioso, aunque ambos sabíamos que Lili podía cuidar de sí misma eso no nos quitaba la preocupación por ella y los demás prisioneros, pero no podíamos hacer otra cosa en aquel momento, solo esperar que la organización hiciera algo, muchos de los participantes regresaban rendidos ante la imposibilidad de entrar en la fortaleza Una vez dentro vi vagamente como los participantes de las demás casas se aglomeraban allí, no podía reconocerlos, mi cabeza todavía no asimilaba el horror que se había formado a mí alrededor Andamos por el pasillo hasta que Tontín abrió una de las puertas, lo escuche
discutir con Pin, decían algo sobre Pinca, mi paciencia estaba empezando a agotarse, ¿porque perdíamos el tiempo? - No pueden pasar si no son organizadores – la voz de aquel hombre me saco de mi estado, ¿cómo podía estar pensando en tramites burocráticos en aquel momento? - ¿Acaso no se da cuenta de que esto es una emergencia? –Logre escuchar mientras los pelos de mi espalda se erizaban a punto de saltar sobre aquel hombre- Apártate – - Déjalos Arthur – la voz de Mackenzie evito que saltara sobre él, poco le había faltado - Sabemos por qué están acá, ya hemos notado que el dragón está fuera de control – mientras la organización se dirigía a los demás intente tranquilizarme, algo nada fácil en aquel momento. Mi subconsciente se puso a cantar con una voz conocida, casi logró que se me escapara una sonrisa de los labios, pero aquel no era el momento, seguí la canción mientras escuchaba lo que haríamos a continuación, por fin nos poníamos en marcha. Entre todo el barullo uno de los allí presentes soltó lo que pasaba por mi cabezaHablan demasiado, Nuestros compañeros están prisioneros en la Fortaleza con una esfinge loca mientras ustedes están acá mirándose las caras – Misty sonrió al escucharlo y conjuró una especie de espectro mientras Mak encabezaba la marcha. ¿Qué haría ahora? Seguir a los demás o ir a buscar a los prisioneros, tal vez pudiera comerme a Alethea. Hades
Narrador ----Sectusempra -grite calmadamente apuntado al mortífago que yacía enfrente mío, producto del rayo salió disparado hacía atrás golpeando contra un árbol cercando, remeciendo el árbol cuyas hojas cayeron sobre él que estaba inconsiente y quee se quedaría así un buen rato, mientras las hojas seguian cayendo y cayendo, aquello era interminable, como la lucha que acontececía, miré hacía el cielo y mis ojos se inundaron de felicidad, un regocijo
inmenso al saber que tendría una lucha digna aquella tarde, ignorando el otro cuerpo que estaba detrás mío y que había sido alcanzado por un Protego que lo inmobilizaba, mientras me hacía cargo de los demás. De pronto, en un insante, un segundo, mientras mis ojos grises contemplaban el cielo, rafagas de sombras empezaron a descender, y supe en ese instante que lo peor estaba por venir, sin siquiera esperar que se terminaran de materializarse exclamaba a toda voz: -Incendia Din! -apuntando a uno de los primeros que apareció y que portaba insignia de ser uno de los de más alto rango, mientras una cupula de fuego lo rodeo al ser incapaz de defenderse mientras se aparecía, había que aprovechar dicho momento, en el cual vi como parecía que todo se detenía, fue fugaz pero suficiente para pensar mi siguiente movimiento: -Sectusempra Tripio! Una multitud de rayos surgieron aproximandose certeramente hacía los demás que buscaban aparecerse, sin embargo al realizar ese ataque no me había percatado que atrás mío otros más había aparecido, y lanzandome hechizos que podían mermarme si llegaban a acertarme, en ese instante, el Protego se movió a toda prisa, era un Oso, que parandose en sus dos patas se incorporó deteniendo los hechizos, pero desapareciendo al instante. -Maldición - susurré - ¿dónde están los demás? - sin embargo no podía pensar mucho, con mi mano libre apunté hacía el suelo: - Gladius! - La espada surgió clavandose instantaneamente, mientras esperaba el resto de sombras que se materializababan, eran más de una docena que se avalanzaba contra mi. -Típico - exclamé - mientras mi capa de tela única se movía con el viento, mientras éste danzaba con ella y se perdía en medio de la batalla, la hacía moverse gracilmente al compás de sus deseos y de los míos, al igual que las hojas de aquel árbol, el viento también iba y venía, sin misericordia y sin esperanza. Al ver clavado la espada en el cielo, algo sucedió, al que no me esperaba, ni yo, ni al parecer los Mortífagos, ya que cuando se estaban aproximando a mi, algunos disponían de katanas que empezaban a ondear, todos miramos hacía el cielo, inclsuso yo, un auror pude sentirlo, la marca se dibujaba claramente cubriendo el claro donde nos encontrabamos, y de inmediato ellos desaparecieron, mi mente se perdió en medio de los pensamientos - ¿acaso es por eso que no hay nadie aparte de mí? - Sin embargo aquella pregunta sería respondida pronto, al unísono de ellos, en un haz de luz que me consumió en su totalidad desaparecí de aquella pradera portando la espada para seguirlos, para saber más, dejando atrás la shojas y el viento, ya no serían necesarias.
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Mi sorpresa fue inmensa, al aparecerme en aquel desconocido lugar por unos momentos sentí el caos que reinaba a mi alrededor, pero mayor fue mi asombro al aparecerme enfrente de una puerta que pronto se abría para dar paso a Mistify, Antara, Mack y otros miembros de esa extraña comitiva, solo una frase salió de mis labios: -¡¿qué carajos sucede?!? - Sin embargo pronto asumí que no era algo bueno, y por lo que veía, había que apresurarse, en ese instante un Protego aparecía para intentar combatir algo que realmente no me esperaba: aquel dragón ¿no estaba dormido? A medida que me uní a ellos, podía ver gente que lanzaba chispas, y una idea cruzó mi memoria, había visto aquello entre ciertos cuidadores de dragones, y aquello se podía convertir en una epidemia, sumado al caos y al fuego que todo lo consumía, no era nada grato, avanzabamos mientras miraba interrogantemente a Mistify, mientras le decía: -Vi tu llamado, ¿no es extraño? Sé que ese dragón puede ser controlado, y cuando llegué aquí pensé que había sllamados a los mortífagos, al menos los que peleaban conmigo, para venir a ayudaros, sin embargo no los veo, ¿a dónde los enviaste realmente? Mis ojos grises contemplaron a Mistify, mientras resplandecían y la comitiva se detuvo, mi pregunta había sido clara y concisa, antes de seguir con ellos, tenía que saber, si realmente ayudabamos a la pobre gente que estaba siendo atacada por el dragón o si lo hacíamos por ayudarlos a ellos, lo cuál no me sorprendía, Todavía sostenía mi varita en mi mano, sin embargo sabía que amenazarla con ella, a Mistify, era un cliché, simplemente quería respuestas, ¿habrían mandado a ese grupo de magos por el libro? ¿realmente serían capaces de todo éste caos solo por el libro? Saberlo era imperioso, poco a poco el fuego lo consumía todo, y pronto sería inevitable.
elladora La noche se tornaba cada vez peor, no solo porque no habían logrado reunirse con Fer , ahora mago estaba muy enfermo, la viruela empezaba a empeorar y no podían seguir llevándolo… -Será mejor que lo dejemos bajo estas ruinas de lo que no hace mucho fue un lindo árbolLa viruela de Dragón podría contagiarse en poco tiempo, así que las chicas lo entendieron y con unas cuantas ramas trataron de cubrirlo lo mejor que pudieron, el aspecto de su amigo era terrible, las pústulas comenzaban a agrandarse y su rostro tenía un tono verde intenso…
-Tranquilo, volveremos pronto con ayuda, mientras tanto bebe este jugo de calabaza…- dijo Esther La tristeza les invadía el corazón, pero si seguían con él, seguramente todas enfermarían y con el caos que vivían nadie iba a detenerse para ayudarlas… Siguieron su camino, Elladora vio que una figura de fuego estaba serpenteando muy cerca pero no alcanzó a esquivarla del todo y su bella capa empezó a quemarse… -―Aguamenti‖La capa se apagó, pero ya estaba estropeada además unos cuantos rizos se le habían quemado también… -ODIO ESTO!!!! Por qué nadie nos dice que rayos pasa???El campamento estaba irreconocible, las carpas de colores brillantes y los frondosos árboles que las rodeaban ahora eran tan solo ruinas incineradas, los participantes del torneo ya no tenían ni las mínima expresión de viveza en sus ojos, por donde mirara veía personas aturdidas, enfermas, heridas y otras tan solo iban de un lado a otro sin destino alguno, con los ojos desorbitados y gritando a voz en cuello el nombre de algún amigo desaparecido… El cuerpo de Elladora empezaba a desfallecer, tenía sus rosadas mejillas llenas de sangre y en los brazos un par de quemaduras que le producían un intenso dolor, Esther y syl también estaban heridas, pero por suerte todas lograban mantenerse en pie y seguían rumbo al hotel, haciendo hechizos para protegerse del fuego maldito, aunque ninguno era muy eficaz tenían que seguir protegiéndose con lo que podían… Dora Tonks
Estaba tan desesperada y por alguna razón me sentía desdichada, no digo que ese fuera un momento muy feliz pero era demasiado…De pronto dirigía la vista hacia el lado contrario y se acercaba una docena de dementores hacia mi, alce la mano, apuntándoles pero sin decir nada. Me temblaba el brazo por el frio que sentía. ―piensa en algo feliz, algo feliz, algo feliz…‖susurraba para mi pero no podía recortar nada…nada de puntos…íbamos perdiendo…poca comunicación…no encontraba a mis amigos…
Un pequeño pensamiento me dio fuerza para seguir, no era precisamente feliz pero era algo por lo que valía la pena intentarlo: Tenía que encontrarlos, buscarlo, saber que estaban bien, ayudarlos si estaban heridos…tuve que frenar ahí mis pensamientos o iba a recordar a los inferís. -Expecto patronum-grite con fuerza y un feroz león serpenteo hacía los dementores que huyeron en seguida. Corrí por los terrenos gritando sus nombres, me pare en seco cuando encontré nuestra carpa; cenizas recientes estaban en donde habían estado esa noche mis compañeros. No tenía ni idea de que pasaba, fue entonces cuando me pregunte por primera vez porque estaban allí todos esos monstruos y mortifagos. Diviso a un chico que tenía cara confundida a unos metros de la carpa hecha cenizas escondido entre unos arbustos no muy altos y mirando en todas direcciones: Leviathanh2o. Corrí hacía él y al verme se le ilumino un poco el rosto y salió de su escondite a mi encuentro. -Leviathanh2o,¿qué pasa? ¿por qué están aquí?¿qué quieren?-Le solté las preguntas muy rápido. -No sé, ya habíamos apagado las luces cuando escuchamos los gritos, al menos yo estaba durmiendo, dlipin salió una hora antes de todo esto a caminar y no lo he visto. -¿y los demás?. -Creo que estaban en el bar tomando algo pero no sé, escuche que alguien decía que también incendiaron los bares y tabernas-Su tono era cada vez más agudo debido al miedo. -Hay que buscarlos, pero no saber en donde estaban antes de esto dificulta las cosas-Mi voz tembló un poco. -¿Cómo escapaste de la fortaleza? El dragón esta enfurecido, se oye hasta acá. -Los mortifagos irrumpieron ahí y los guardias están muertos-dije con voz dura. -Vamos a ver como están los bare,s creo que estaban en ―El Hipogrifo Desplumado‖. Nos dirigimos a prisa hacia el bar en el que tal vez podían estar mis amigos. Fernando Black
NARRADOR
-Oye, ¿No deberias de estar comandando un intento de asesinato contra Hades?pregunto el dueño de la taberna de los mortifagos ―El Basilisco Ahorcado‖ al unico
cliente que tenia en ese momento. Un mago de ojos plateados y negro cabello largo, aquel hombre pasaba mucho tiempo en el local. -En realidad tendríamos que haber ido. Pero los chicos aun estaban algo… Fernando se rasco la barbilla pensando en un adjetivo adecuado para el estado de sus compañeros –indispuestos- añadió por fin guiñándole un ojo a su interlocutor. -¿Indispuestos?- repitió con tono eseptico el tabernero –Lo dices como si la resaca fuera una enfermedad- dijo un tanto divertido el viejo tabernero. -Bueno viejo amigo Pascual- el tabernero frunció el ceño al oír su nombre, no era algo de lo que estuviera orgulloso - entienda que los chicos necesitan relajarse. Si todo el tiempo andamos trabajando pues terminaremos siendo tan… ―divertidos‖ como nuestros enemigos.- dijo el mortifago ignorando la molestia del viejo. -¿Y entonces quienes fueron al encuentro de Hades?- pregunto lleno de curiosidad Don Pascual –Yo vi salir a un grupo de personas de aquí, algunos llevaban incluso sus katanas en sus espaldas. -Esos no eran mortifagos- respondió Fernando haciendo un movimiento con la mano, como si tratara de apartar una molesta mosca –Esos eran unos elfos domésticos que iban montados uno sobre de otro con una túnica encima- una pequeña sonrisa se dibujo en su rostro. -¿Y crees que puedan matar a un auror?- pregunto Don Pascual -Bueno eso es lo bonito de todo. No vamos a perder nada, si lo llegan a matar, bueno, un auror menos – la sonrisa en su rostro se volvía mas grande a medida que hablaba. No podía ocultar lo divertida que le parecía aquella situación –Y en caso de que el los asesine… bueno, imagina lo ufano y poderoso que se sentirá, entrara en depresión cuando vea que solo ha asesinado o capturado a un grupo de elfos!. Al terminar su relato estallo el mortifago soltó una carcajada. Era evidente que desde el momento en el que había entrado en la taberna había deseado contar su historia. Pronto el tabernero se le unió en la carcajada, no por que considerara gracioso el asunto, sino porque su experiencia le había enseñado que los clientes tendían a beber mas cuando se creían graciosos. El Black estaba por pedir una docena de copas (el plan del tabernero había
funcionado) cuando de pronto un conocido ardor le inundo el cuerpo. Era un poco escalofriante, pero a menudo que el ardor se iba se convertía en una sensación placentera… solo una persona era capaz de ofrecer aquella sensación al realizar un ―llamado‖. Sin decir media palabra, una neblina plateada cubrió al mago y pronto, ante los ojos impotentes del anciano tabernero desapareció. --------------
-Mistify- dijo el mago sin levantar la vista del suelo- ¿Me estas invitando a tener una cita contigo en medio de la oscuridad- el tono bromista del mago le indico a su compañera que estaba algo tomado –Estas son las citas que me… -comenzó a decir mientras levantaba la vista. Lo primero que vio (y que hizo que se callara de golpe) fue que el enorme dragón del que tanto había oído hablar se había despertado. Parecía sumamente furioso y soltaba enormes llamaradas de fuego al cielo. El patriarca de los Black se llevo la mano derecha a la cabeza y con un movimiento hacia atrás se acomodo el cabello que en ese momento le cubria una parte del rostro detrás de la oreja. Sus ojos plateados se abrieron desmesuradamente. -¿Decias?- pregunto un tanto irritada su compañera. Fernando giro la cabeza tratando de ubicar a Mistify y otra cosa igual de rara que aquel dragón lo asombro. Antara y Hades estaban allí, al igual que Mack. Se detuvo unos segundos en Hades, aun respiraba agitadamente, olvidándose por un segundo de la bestia se dirigió a él. -Vaya Hades, veo que estas aquí… eso quiere decir que has acabado con mis ―hombres‖- el tono burlon de sus palabras era demasiado evidente, cinico podrian decir algunos. Se preguntaba a sí mismo si el auror era conocedor de que su victoria de hacia unos momentos era en realidad una broma. Avril Lestrange
Hacia el castillo entonces se dirigía este peculiar grupo de jóvenes (y no tanto) brujas y magos. Suerte que la ubicación de la morada de los organizadores estaba
en un punto medio entre el campamento y Hogwarts. El grupo estaba maltrecho, quemado, lastimado, aplastado por árboles, y demás dolencias, aunque gracias a las calzas de Merlín ninguno había contraído la fiebre de dragón que abundaba cada vez más entre los participantes. Pero lo más importante es que seguían juntos, tal y como lo habían hecho desde un principio. La banda estaba liderada por las jefas, ellas habían prometido protegerlos si algo les sucedía, así que en ese sentido la jovencita escuálida de cabellos negros ahora chamuscados se sentía cada vez más segura. Aparte dos jefes más nos acompañaban, un auror..Hades era su nombre y un morti, Fernando Black. También estaban los gryffies, muy unidos que venían a nuestro lado, prontos a enfrentar cualquier obstác-ulo. -¿Caminaremos todo el recorrido hasta el Colegio?-preguntó a Mistify, que por alguna extraña razón ajena a ella le lanzaba unas miradas furtivas pero cargadas de enojo a su compañero de ruta, Golden…..quien venía caminando con Darla a su lado y que había vuelto a cambiar su aspecto…ahora presentaba un color de pelo rosa chicle y sus ojos eran morados tipo violáceo. Mistify retiró la mirada de Golden y contestó asintiendo..era claro, en los terrenos no podíamos aparecernos, pero ¿sabrían ellas sortear los sortilegios de seguridad con los que contaba el castillo? Y volar tampoco parecía lo más seguro ya que el dragón y algunos espectros ocupaban los cielos…si creo que lo único que les quedaba era caminar hasta allí. De repente una chica les paró el paso-¡esperen!- gritó y se dirigió a las mortífagas pidiéndoles ayuda. Lástima que nadie podía hacer nada por ella..estábamos todos en la misma situación y miles se acercaban a recibir ayuda o a encontrar respuestas de las organizadoras que tan populares eran en este torneo. -¡ Va a ser mejor que no nos separemos porque esto se va a poner muy lleno de gente en unos momentos!. Y tal cual lo había dicho la chica, empezaron a llegar más, estaban casi todos heridos, separados de sus grupos y algunos estornudaban chispas. Instintivamente la joven se llevó la mano a su cara para tapar la boca y la nariz, las vías de acceso más rápidas al virus de la fiebre de dragón. Ya a lo lejos podían divisar El Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. El panorama era devastador. Miles de magos moraban alrededor del mismo,
esperando alguna respuesta. Según había escuchado, buscaban un libro…y sabía que Morgana se ubicaba en la torre de astronomía, pero ¿tendría ella acceso al famoso texto? También había escuchado que buscaban una especie de llave….no se imaginaba para que sería. Al llegar a las puertas del castillo, Avril ya había comprendido una buena parte del plan. Había divisado en la torre no solo a Morgana, sino también a Circe y a Merlín. Tenían que dar con ellos.La gran incógnita de la bruja era como entrar al castillo con los poderosos hechizos que poseían sus portones. Giró la cabeza hacia Mateo,que caminaba bastante recuperado con Atena siempre su lado y les dijo: -Ahora podríamos usar las escobas de quidditdh suyas chicos, sería un momento adecuado, tenemos que llegar a la torre- y les dirigió una sonrisa un tanto traviesaGolden se apresuró a contestar:- Primero hay que preguntarles a las responsables del torneo, tal vez ni podamos penetrar la barrera mágica del castillo- y tenía razón, cabía la posibilidad de que no pudieran abrirse camino hasta allí. Darla también dio su opinión:-Lo que sea que hagamos, hagámoslo ya-y la chica intuyó que estaba pensando en alguien especial. La suerte estaba echada, Mateo estaba a punto de convocar a su escoba que lo esperaba descansando en el campamento…Atena aguardaba expectante pero la chica de negro dijo de manera cautelosa: -Mistify ¿que te parece acercarnos a la torre volando?....
Rosabonita Comenzamos a caminar muy atentos a todo cuando de pronto el fuego maldito apareció, dirigiéndose de frente hacia nosotros. Nos agachamos rápidamente y otras dos criaturas de fuego eran lanzadas por el dragón en nuestra dirección. -¡CORRAN!- Escuché fuertemente de parte de Josi. Junté todas mis fuerzas y corrí sin tomar dirección alguna, solo corrí. 0o0o0o0 Muy cansada, doblé mi torso y me sostuve las rodillas con los brazos… Mi respiración era agitada. No sabía cuanto había corrido así que miré de lado a lado a ver algo que pudiera guiarme. Claramente había salido de la oscuridad del bosque y vislumbré unos delicados y tímidos rayos de sol cubriendo el cielo, que le daban una visión naranja al ambiente.
A lo largo del camino oí muchas cosas como que los mortífagos ayudaban y que había suelta fiebre de dragón. No había sabido más de mis compañeros. Me preocupaba no saber donde se encontraban, sin embargo, algo me decía que estaban bien. Se podía observar el castillo cerca desde donde estaba, miré mas allá y me di cuenta de un patronus que venía como cabecilla de un gran grupo de gente. A medida que se iban acercando identifiqué algunos rostros como los de los organizadores; Mackenzie venía detrás del patronus, por lo que asumí que era de ella. Tomé mi varita con firmeza y ya mucho más tranquila invoqué mi patronus. -Expecto Patronum- Dije con seguridad. Una liebre saltarina y contenta salió de ella. –Ve hacia donde Sheila y dile que los organizadores están más que enterados del lío y que justo entrarán al castillo en pocos minutos. Traen algo en manos. Y que me avise en cuánto pueda, como se encuentra- Obediente y en medio de saltos se dirigió a la fortaleza consumida en llamas. Comencé a dirigirme hacia el gran grupo de magos guiados por el patronus de Mackenzie. ¿A dónde nos dirigiriamos? ¿Qué está pasando en realidad? No entendía porque quién soltó a semejante fenómeno disfrutaba viendo como todo se desmoronaba a manos del fuego ya que no lo controlaba. Príncipe Godric - Creo que es mejor estar tarde en la lucha, que perdérsela por completo. La silueta aquella del hombre corpulento, destella su aparición a un lado de donde Hades se encuentra. El mago está hablando con algunas damiselas, mientras Mistify le presta súbita atención. - Es mejor empezar por armar tropas de ataque, el lugar se está terminando de caer en pedazos, y el Dragón sigue haciendo de las suyas. Sí, su majestad el Príncipe de Fuego, había emergido de las tinieblas. Los gases de aquella nube descienden hasta el suelo, rozando la silueta del corpulento mago que viste su túnica escarlata, cuyo linaje real, destella la refulgencia de su cuello de pieles. Un león se calca cual dorado sobre su pecho, dejando a simple vista la señal de la batalla en la cual
Prince siempre está preparado. Empuña el mango de oro de su varita, que engalana el naranja de su madera de roble. Sobre el hombro de Hades, unos metros atrás; acecha con sigilo la escena, observando a los presentes a través de sus ojos refulgentes en el carmesí intenso de sus pupilas, que calcan cada acontecimiento dado Al lado de Mistify, Fernando Black, quien muestra su rostro sínico a la situación, dejando el vívido ensayo de la dejadez en sus actos. Sus sarcasmos tales, son recibidos con una carcajada de Su Majestad mostrando caridad por cada minuto dilapidado en la audición de los chistes deplorables. El mago corpulento con túnica escarlata de pieles, vislumbra en su zurda que porta su espada en ese lado del cinto, empuñándola para desenvainarla. La espada de oro, rechina mientras es extraída de su vaina de titanio para cuando es alzada en lo alto, mientras el Príncipe Godric da unos pasos para quedar lado a lado de su compañero de filas. Hades está atento, y turbado. La situación es de inherente solución. Hay que hacer algo, pues de las manos ha escapado toda idea de apaciguar el caos gracias a la furia del dragón y la impotencia de las Caballerías escasas. La escena es alumbrada por corazas de llamas intensas que se alzan hacia el firmamento, forjando torres indecisas en su forma, encerrando el recinto donde se encuentran, Antara, Mack, Mistify, Fernando, Prince y Hades; amenazando junto al Dragón con las vidas de los restantes sobrevivientes.
eli tonks -Pues… era un viejo loco diciendo sus últimas palabras- respondió Andrea ante mis preguntas. -Y pues… nos caímos en un agujero y llegamos a este lugar.-Bien chicas, salgamos de aquí, no creo que el camino de las mazmorras nos lleve a algo bueno, debemos salir por donde hemos entrado.- dije a Elo y Sheila que inspeccionaban los alrededores. Salimos de allí volviendo sobre nuestros pasos por los escombros, seguidas del grupo de chicos que habíamos encontrado abajo; una de las chicas hizo un hechizo para con ello traer a Pepe Apestas al exterior. -¡Vaya!, yo arreglo esto- me acerqué al cuerpo inerte del mago que la chica había
depositado en un rincón lejos de las llamas. -¡Ennervate!-Señor Apestas ¿se encuentra usted bien?- dije asomándome sobre su rostro y aguantando la respiración mientras el hombre abría los ojos con dificultad. -Parece que la esfinge ha dado ya el acertijo, parece que está en el jardín- dijo Sheila señalando con la mano. Los chicos que nos acompañaban caminaron hacia el lugar que señalaba Sheila, dejándonos solas con Pepe Apestas quien se incorporaba lentamente. Miré a las chicas confundida y les dije.-¿Qué hacemos?, ¿Vamos?deivid Después de asegurarme que mis compañeras estaban bien, me puse completamente furioso pues no veía forma de cómo hacer que Alethea entrara en razón para poder dejar salir a los prisioneros que en este momento era lo que mas me importaba ya que había mas que una persona a la que mas quería ahí adentro de la fortaleza. Al acercarme más hacia la puerta de entrada del recinto, logro oír que Alethea ya los iba a dejar salir, claro siempre y cuando le respondieran su prueba. Esta noticia me alegro ya que sabia que pronto iba a estar Eli junto a mi, además podría saber algo sobre mi padre Woolf y algunos mas que estaban dentro del lugar. -No te preocupes, hemmm, ¿tamarenda, tamarindo?- Alcanzaba a distinguir la voz de una amiga que hacia tiempo no sabia de ella. -Sera ella o simplemente ya alucino al no saber nada de nadie- Me quedo pensando mientras giro a mi alrededor y logro distinguir la figura de una bella bruja, Sagitas. Al confirmar que era ella y que al igual que yo estaba muy estresada y preocupada, además de que se veía no iba a dejar de estar a lado de Coyo-T. Avance con paso firme hacia donde se encontraban, Sagitas, Coyo-T, Tamarindo yAmya_An. -Sagitas amiga, sabes algo sobre los prisioneros, al parecer creo que Elodia esta junto a Eli. Ella nos mando un patronus, nos han avisado que están bien aunque de
eso ya tiene tiempo- Le cuento a Sagitas mientras nos ponemos a ver por todos lados haber como podremos entrar a la fortaleza. Veo que Amya_An convence a Tamarindo para alejarla de ahí ya que la viruela de dragón avanzaba a gran paso entre los concursantes. Distingo que una gacela avanzaba hacia mi, claro no podría ser mas que noticias de Paige-He llegado bien al campamento, Atchuu, y al parecer Dama de la luna se fue a refugiar lejos de aquí, Atchuu, además nos han dicho que hay un grupo de magos con los organizadores que ya andan en busca del libro para poder detener todo esto-Me informaba Paige con su voz a la vez que melodiosa se oía mal por la enfermedad que tenia encima. Al terminar de oír el mensaje giro mi cabeza hacia la puerta de la prisión y logro ver que sale una chica a la cual no logro distinguir pero se le ve muy mal, muchos preocupados se acercaron a ella para preguntarle mil cosas. - Expecto Patronum - De mi varita se ve salir un jaguar al que le doy ordenes -ve y dile a Paige que Gracias, que se cuide ya van saliendo algunos de la fortaleza así que no ha de tardar Eli- Termino de decirle al Jaguar y sale corriendo en dirección de lo que quedaba de campamento. -Sagitas están saliendo algunos prisioneros- Le digo por si es que acaso ella no se había dado cuenta ya que no veía reacción de su parte ni de Coyo-T. Me inclino un poco hacia enfrente para poder ver si Eli salía por aquella puerta, aunque no lograba ver ni un solo movimiento mas después de haber salido la chica.
Virgil Escuche como Anika me gritaba, pero me fue inevitable voltear, veia como las llamas invadian la fortaleza, y pensar que por fortuna habia salido ese dia... - Virgil tenemos que irnos, vamonos- me gritaba Anika Seguia viendo el fuego consumiendo las cosas y sobreviviendo, aunque estaba lloviendo.. Senti como algo me golpeaba en el hombro, haciendome voltear
-Virgil vamonos!-grito Francisco. Se empezaron a mover y los seguir...voltee a ver por ultima vez, no podia creer lo que estaba pasando..
Wendy Bateria Después de haber convocado aquel patronus de gran tamaño que instantes antes la había salvado de los dementores Wendy se encontraba con el pecho agitado, bastante débil y un poco desorientada, la bruja se había apoyado sobre sus rodillas e intentaba jalar bocanadas de aire, un descuido poco común en ella ya que tenía por completo baja la guardia... Silenciosamente sin que ella pudiera darse cuenta un inferi se acercaba por detrás dispuesto a atacarla, cuando la bruja levanto la cara para abrir paso al aire frio que entraba hasta sus pulmones, vió frente a ella que salía un hombre corpulento al que no se le podía ver muy bien la cara. ¡Incendio! - gritó aquel hombre, que parecía un mortífago. Dirigiendo el hechizo justo al hombro de la delgada bruja...
Gode se abalanzó sobre la bruja lanzandola lejos del rayo que segundos antes había pasado justo donde ella se encontraba, instantes después Wendy pudo ver como llegaban corriendo Xhiio y mela gritando al únisono -¡EXPELLIARMUS!- El pobre mortifago había sido explusado hacia atrás por la fuerza de los dos hechizos combinados, la bruja enredada en su capa y llena de fango se pusó de pie y observó como lo amarraban sus compañeros, aquél acto era indigno de ella!! venir a amarrar a un noble mortio, pero sus nuevo amigos la habían ayudado y se los agradecía completamente. Entre todos habían escondido al mago tenebroso para que no quedara a la mitad del campo amarrado, indefenso y con un dragón volandole encima... Wendy se sentía terrible por aquél acto , pero ahora tenía un grupo con el cuál llegar hasta Hogwarts y ponerse a salvo. El nuevo grupo de magos corría, volteando a todos lados, cruzaban hechizos en todas direcciones defendiendose de rayos que les pasaban rozando y de dementores que intentaban acercarseles.
Wendy de pronto sintió que un escalofrío le recorría toda la espalda, y cuando giró la cabeza al cielo pudo ver volando justo arriba de ellos al Colacuerno!!, el mismisimo infierno se les había acercado y era hora de que provaran su valor... los jóvenes magos se quedaron quietos analizando la situación, mientras veían como el dragón arremetía de frente a ellos lanzando bocanadas de fuego maldito... Sheila Longbottom Las tres chicas bajaron por los escombros para encontrarse con los prisioneros que estaban ahí. Eli les preguntó como habían llegado ahí y quien era el señor que estaba tirado en el suelo a lo que ellas contestaron que un viejo loco y que habían llegado al caer por un agujero. Sheila se quedó pensativa con esas respuestas, pero no le importó y volvieron a subir para poder salir de ahí. Si se iban por abajo podrían perderse con tantos túneles que había, así que no tomaron el riesgo. Una de las prisioneras subió el cuerpo de Pete con un mobilicorpus, para no arriesgarse al contagio. Lo dejó en una esquina abandonado y el grupito siguió su camino hacia al jardin. Eli teniendo compasión se acercó a Pete y lo curó con un ennervate. Esperó unos segundos a que reaccionara, pero no lo hacía.. Sheila se dio cuenta de algo mientras. -Parece que la esfinge a dado ya el acertijo, está en el jardín- afirmó viendo a varias personas ahí. Pete Apestas empezó a reaccionar cuando Eli dudo si iban o no. Se quedaron las tres pensando por unos segundos cuando un patronus de liebre llegó a donde estaban. Al parecer estaba dirigido a Sheila y empezó a hablar de inmediato: "Los organizadores están más que enterados del lío y que justo entrarán al castillo en pocos minutos. Traen algo en manos. En cuanto puedas avísame como te encuentras" Sheila se sorprendió, no había pensado como se encontraban sus compañeros hasta ese momento. Lo bueno es que los organizadores iban a tratar de hacer algo, aunque fuera malo. La liebre se difuminó y Sheila empezó a toser.
-Huele mucho a humo aquí, mejor vamos a los jardines y así llevemos a Pete con la esfinge- dijo ella y las otras dos asintieron. Eli se llevó a Pete igual que la otra chica, con un mobilicorpus.
Cuando llegaron dejaron a Pete ahí, junto a la esfinge que lo miró de reojo e hizo como si no existiera, ni le importaba si estaba o no. Este ya empezaba a recordar las cosas, pero al parecer no se le había curado por completo la fiebre. Las tres chicas observaron el acertijo escrito en la arena y se pusieron a pensar como resolverlo en sus mentes... krazywitch El camino hacia el hotel se hizo mucho más fácil ahora que sabíamos que Lee estaba bien. Pero aún así necesitábamos saber porque se nos había expuesto a este peligro, cuando no nos lo esperábamos. Seguíamos avanzando, cuando divisamos a lo lejos las instalaciones y a muchos de nuestros compañeros de otros equipos, entrando igual. Al parecer, todos necesitábamos saber que estaba pasando. Entramos justo cuando Mistify comenzaba a decir: - Tenemos que ir al castillo – anunció Mistify - Ahí encontraremos algo con lo que podremos volver a dormir al dragón.– - ¿Al castillo? – Atena giró su cabeza hacia fuera y en sus ojos se vió reflejado las grandes llamaradas que aún amenzaban el predio. - Es nuestra única opción – les animó Antara - Les protegeremos en el camino, aquí no estarán a salvo – añadió señalando hacia una de las ventanas a través de la cual se podía ver la sombra del dragón sobrevolando el hotel. Aunque las organizadoras seguían hablando, no pude evitar quedarme pensando. Algo aquí no encajaba, no sé porque pero algo sobre Mistify me hacia desconfiar. Los muchachos me quedaron viendo y dijeron: - ¿Y ahora qué te traes? – dijo Alex. - Está raro esto, ¿no creen? – dije mientras observaba desde lejos a Mistify. - ¿Qué es lo raro nena? – me preguntó Sorce.
- Pues eso, que el dragón ande por los alrededores del colegio a sus anchas y que Mistify es la única de los organizadores que se pasa el día arreglándose las uñas con Alethea y vigilando al dragón, supongo, ya que ambos están en ese lugar – dije sin quitarle aun los ojos de encima a Mistify - ¿Qué se traerá esta mortífaga entre manos? – volviendo la vista a mis compañeros – vamos a platicar afuera. Salimos del lugar y nos alejamos a unos cuantos metros, donde no nos oyeran, pero pudiésemos ver cuando salieran todos del hotel: - ¿No crees que estas algo paranoica? – dijo Gabry algo incrédula a lo que acababa de oír. - ¡Pero es que es cosa de atar cabos sueltos! ¿O me vas a decir que crees que ese dragón se soltó a sí mismo? – le respondí a Gabry mirándola fijamente. - Está claro que no – respondió. - Pero Mistify forma parte de los organizadores, no creo que ella haya dejado suelto al dragón – añadió Sorce. - ¡Por Merlín, es una mortífaga! Si tiene algún objetivo hará lo que sea por conseguirlo y claro está, necesita la ayuda de un auror o Antara no estaría con ella, se llevan como perro y gato, es más, hasta un perro y un gato se llevan mejor que ellas 2 – soltamos una carcajada. - No es tan descabellado lo que dice Krazy si lo piensan detenidamente – dijo Alex – digo, ¿quién más podría soltar al dragón si era la única dentro de la fortaleza que lo custodiaba? –sentenció. - Debemos cuidarnos del dragón – dijo Sorce. - Y de que puedan aparecer nuevamente los dementores e inferís – agregó Gabry. - De esos se ocupan los organizadores – añadí - lo que yo digo, es que debemos estar al pendiente de Mistify y ver qué demonios planea esa mortífaga, porque puede acarrearnos grandes problemas, más de los que ya hemos tenido durante esta noche. En ese momento, el dulce y familiar ulular de mi lechuza, me hizo alzar los ojos hacia el cielo buscándola, cuando la vi aparecer y se posó sobre mi antebrazo. Noté que un trozo de pergamino estaba atado a su pata, así que se lo desamarré, abrí el pergamino y leí en voz alta: CITA
“Chicos muchas gracias por tratar de rescatarme, pero se han puesto en peligro y mas del que ustedes esperaban, creo que por el momento es más seguro allá afuera, por favor huyan aléjense lo más posible les aseguro que si todo sale bien los buscare no soportaría que algo malo les pasara por favor aléjense de aquí y si encuentran a los organizadores no vengan con ellos quédense lo más lejos posible esto esta incontrolable” Los quiero chicos Alex te amo Heavenlee
Terminé de leer, nos miramos por unos segundos y Alex dijo: - Bueno, es seguro ya que está bien – al tiempo que suspiraba aliviado. - Tendrá que ayudarnos a averiguar – dije mientras miraba el trozo de pergamino con dulzura. - ¿Cómo nos puede ayudar desde allá? – preguntó Gabry. - Yendo hasta el lugar donde normalmente permanece encerrado el dragón – agregué. - ¿Qué no es peligroso? – inquirió Sorce. - Lo es, pero no podemos quedarnos de brazos cruzados, mis niños, y ella está cerca del lugar en donde se inició el problema – continué cada vez más segura – yo confío en ella y en sus capacidades como bruja, va a estar bien – mencioné y sonreí. - También confío en ella –dijo Alex. - Y yo –añadió Sorce. - Al igual que yo – dijo Gabry. - Bien, entonces – miré a Sorce - ¿traes pergamino y pluma? - ¿Pluma? ¿quieres un tintero también? – dijo extendiéndome un trozo de pergamino. - Ok, lo siento, pero necesitamos una pluma para escribir o uno de esos “paliz” muggles –dije mientras me reía. - ¡Lápiz! – dijo Sorce mientras se reía también – se llama lápiz. - Eso mero, ¿alguien tiene un lápiz o una pluma? – pregunté a los 3.
- Yo compré una en Londres – dijo Gabry al tiempo que se revisaba los bolsillos y me la entregaba al haberla encontrado. Escribí: CITA “Lee, nosotros estamos bien pero tenemos sospechas de que Mistify tiene algo que ver con que el dragón se liberara. Nosotros la vamos a vigilar, pero deberás ir hasta la guarida del dragón y ver si hay alguna pista que confirme nuestras sospechas”. Te queremos y Alex te ama =)
Até el mensaje a la pata de Snowy, le di un beso en la cabeza y le dije: - Corazón, vuelve con Lee y entrégale nuestro mensaje – le dije mientras Snowy me miraba fijamente con sus hermosos ojos ambarinos - recuerda que nadie más puede quitarte este mensaje de la pata – añadí – confío en ti, cuídate. Mientras terminaba de hablar y Snowy abría una vez más sus alas para emprender el vuelo, vimos que la gente comenzaba a salir del hotel en dirección a Hogwarts. - ¡Vamos! – les dije a los chicos y comenzamos el camino rumbo al colegio.
goderic slithering Todo estaba un tanto mas tranquilo en el equipo del chico, encontrar a Xheli les había echo bien, pues eso era lo único que habían deseado en la ultimas horas. Ahora la preocupación era como salir de ahí... Luego de que Xheli les hubiera contado la experiencia vivida dentro de La Fortaleza, habían decidido salir por fin de aquel infernal lugar. Cuando por fin habían encontrado la salida, guiados por XheLiana, lo peor que les podía ocurrir estaba pasando. ¡El Dragón estaba frente a sus narices (mejor dicho sobre sus cabezas)!
Los cinco chicos se quedaron totalmente congelados, deseando que esto realmente fuera un sueño, que no lo estuvieran viviendo en persona. Realmente era hermoso, pero a la vez era aterrador. Estar al alcancé de la mano (de la garra) de un Colacuerno Húngaro era demasiado aterrador. -Vamos rápido ¡vamos al castillo! -susurró Mela, su voz destilaba pánico, los chicos se pusieron a correr como nunca habían corrido en su vida. -Los organizadores y los mortífagos están haciendo un buen trabajo ahí dentro susurro Xhio casi sin aliento-. O eso creo. lacrimosa Tomo sus cosas listo para subir por la pared del lado este de la fortaleza mientras miraba a todos lados, la gente corria y salia lanzando hechizos, en verdad era algo frustrante saber que sucederia de ahora en adelante pero lo importante era ayudar a los de dentro... - En verdad que los prisioneros tendra que valorar esto - decia entre dientes amarrando sus cosas para subir la enorma pared - Ahora resulta que ellos seran como las "princesas" y uno tendra que hacerla de "principe" , nada mas faltaba eso en el torneo...en fin - terminando de amarrar sus cuerdas y levantando la mirada clavandola justo en una ventana con barrotes viejos... Lanzo una de las cuerdas, con la que se dispuso a comenzar la subida larga e inalcanzable... - En verdad alguien tendra que responder por este esfuerzo ... las cosas no se quedan asi como asi, ahora resulta que uno anda de asalta fortalezas - decia mientras subia a paso firme por la rocosa pared de la fortaleza.. Se detubo unos momentos para mirar si algo mas cambiaba en aquella escena que dejo de ver hace muchos metros atras, desde aquel lugar se podia contemplar, todo, desde la entrada principal de la fortaleza, hasta los lejanos terenos de hogwarts, incluso se podia ver la caballa del guardabosques, pero algo en aquel paisaje era lo que a lacrimosa le llamo mas la atencion...un lugar en donde posaba al parecer un gran animal, o eso se podia distinguir ... - Dicen que esto de la altura afecta pero...sera o no sera... - comia su manzana mientras miraba aquel sitio-sigamos el camino que es largo, y al parecer los prisioneros seguro seran freidos como carne con
papas...seria excelente eso ... - se desvio un poco de la idea central debido al fuerte dolor que le producia no haber cenado.. Subio durante algunos minutos mas, mientras miraba de reojo, a los organizadores como se vatian a duelo con al parecer criaturas; en realidad desde aquella altura seria dificil distinguir entre buenos y malos, entre ciratures y hombres, solo se apreciaban luces de hechizos por todas partes. - Por fin...logre llegar a esta pequeña ventana ...pero ahora como diantres tirare esos barrotes, para intentar entrar a la fortaleza... - miro durante unos minutos que al parecer fueron eternidades, y comia manzana esperando que fuera iluminado por las deidades manzaneras...pero no parecia que escucharan sus suplicas - Ok...la magia no servia de mucho, eso quedo claro en la entrada, cuando todos intentaban entrar....asi que tendremos que utilizar metodos muggles...- miro lo que traia en ese momento, y al parecer la unica idea era utilizar la cuerda y hacer lo que habia escuchado hace mucho entre algunos alumnos, una "palanca" Tomo la cuerda, y la introdujo a los barrotes amarrandola de algun modo con el cual pudiera desprender los mismos... Tiro con fuerza, hasta que comenzo a escuchar, como los barrotes cedian, y comenzaban a desprenderse. Al momento de tirar dos barrotes, se dispuso a entrar a la fortaleza, sin embargo vio una sombra que lo veia desde el otro lado de lo que parecia un pasillo, un largo y oscuro pasillo, serial algun prisionero asustado?... Al parecer no era ningun competidor, permanecia estatico como una roca, sin dar alguna señal de vida, pero habia algo que lacrimosa presentia, y no era presisamente una piedra mirarlo...sino algo diferente... Conxuro De aquel largo dia con un sol que se escondia tras las montañas solo quedaban recuerdos y un fuerte dolor de espalda por la incomodidad de aquella fortaleza que insistia en aparecerse en las mas oscuras pesadillas, la prueba habia estado sencilla, de no ser por andar hablando con aquella bruja de cabello negro y ojos claros que me despisto de mi objetivo hubiera sido el primero, pero lo importante es que llegare con buenas noticias para mi equipo, aca sentado sobre esta piedra pienso en el momento en que la esfinge arroje los resultados y pueda salir triunfate por el sendero de vuelto al campamento con los compañeros que tanto extraño...
Siento en este momento, detras de una roca como una bruja pequeña de rasgos debiles llora tras su cabello castaño esperando que llegue alguien a liberarla de este infierno pero muy en el fondo sabe que eso no pasara, no al menos esta noche, otros cuantos prisioneros se distrayen jugando cartas mientras el momento de marcharnos se aproxima lentamente... Solo espero que esta sea la ultima noche *Desde la Fortaleza*
AteNa Los primeros rayos solares caían sutilmente sobre Hogwarts mientras que el cielo se tornaba de un tono violeta, la oscuridad de la noche iba desapareciendo lentamente pero aquello no le quitaba lo escalofriante a ese paisaje. Había un toque de miedo, confusión y preocupación en el ambiente que hacía que el lugar pareciera gris y sombrío, y no sólo por el hecho de que el dragón más peligroso del mundo se hubiera despertado iniciando una masacre ardiente por el lugar unas horas atrás. AteNa corría agilmente al lado de Avril y Mateo, atrás iba un enorme grupo de magos que se iban uniendo en el trayecto, Mistify, Mackenzie, y otros organizadores más iban delante de todos, guiándolos por el camino correcto hacia el castillo. El ajetreo de la noche anterior comenzaba a descender, aún estaban las llamas ardiendo amenazadoramente y los alumnos corrían de un lado a otro ayudandose unos a otros, pero ya no había dementores ni inferis vagabundeando por los terrenos, al parecer los mortífagos habían hecho un buen trabajo ayudando a los alumnos a derrotarlos, ahora su principal problema era ese enorme colacuerno húngaro que al parecer tenía poderes muy peculiares y quizás Alethea, la esfinge. La joven bruja no estaba segura si había sido mérito suyo que ningún prisionero hubiera salido de la fortaleza, apesar de todo lo que había ocurrido. -Más le vale que no- dijo para si AteNa que recordó que su prima estaba ahí adentro, respiró profundamente para tranquilizarse mientras apretaba con gran fuerza su varita, por un momento pensó que podría romperla. -Ahora podríamos usar las escobas de quidditdh suyas chicos, sería un momento adecuado, tenemos que llegar a la torre- dijo Avril, que se había adelantado, mientras una
sonrisa traviesa se dibujaba en su rostro. AteNa la miró fijamente con sus enormes ojos intentando descifrar el porque de su repentina sonrisa y pensando al mismo tiempo si sería buena idea lo que acababa de proponer, giró la cabeza hacía donde estaba Mateo buscando en su mirada una señal, ya fuera de aprobación o todo lo contrario. En ese momento Golden habló: -Primero hay que preguntarles a las responsables del torneo, tal vez ni podamos penetrar la barrera mágica del castillo-Lo que sea que hagamos, hagámoslo ya- dijo Darla al instante. -Mistify ¿que te parece acercarnos a la torre volando?- dijo la chica vestida de negro sin esperar una respuesta. Una fresca brisa despeinó el cabello de AteNa, y esta levantó una mano para quitarselo de la cara, Mateo levantó la varita y acto seguido AteNa lo imitó e hizo un rápido movimiento en dirección a los campamentos sin decir nada. Legolas del Bosque Negro -Legolas miro hacia distintos lados del hall, y advirtió que otros magos se encontraban junto a ellos, reconoció a algunos de ellos saludándolos con su mirada. -Observo que todos sus amigos se encontraban rodeándolo ya dentro del hotel; en esos momento, se escucha a Mica decir -Bien, llegamos… ahora tenemos que buscar a Mak, Buena, Mistify, Crazy o Antara. No se separen, no se distraigan… nada nos indica que el lugar sea seguro. Tenemos que trabajar en equipo o los esfuerzos serán inútiles. Alguna corriente de aire golpeaba las llamas de las antorchas que salían de la pared, consiguiendo un efecto de mayor tensión. -Legolas observaba a Tontín tratando de practicar sus pasos de baile o algo que se asemejara a ello, el aun continuaba aferrando con firmeza. El suelo brillaba por la humedad y reflejaba, no sólo los cuerpos y rostros de mis compañeros, y la luz de las antorchas, denotaba el miedo general reinante en todos los allí presente. -De pronto Legolas percibe algo y miro a sus compañeros y les pregunto. -¿Oís eso?
- ¿a qué huele?- Pin arrugó la nariz. - Perdonad- Tontín se dirige a mi capitana.- Mica, cúbreme las espaldas. - Antes muerta- fue la respuesta de Mica, se sentía desprotegida sin su varita mágica-. - venga mujer, que sólo quiero mirar lo que hay detrás de esta puerta! –insistió Tontín. - ¡Ups! ¡Perdona! Mica, entra, que yo te cubro las espaldas. -El rostro de ella se encendió de ira, así que Tontínpor precaución decidió abrir un poco la puerta. Y cruzamos la puerta... - No pueden pasar si no son organizadores – un corpulento mago se irguió amenazante ante Légolas y Tontín. Eso era lo que habían encontrado tras la misteriosa puerta. - ¿Acaso no se da cuenta de que esto es una emergencia? –muchos de los allí reunidos comenzaban a perder la poca paciencia que en esos momento todo el caos no le había arrebatado, sin embargo su poderoso mago no se movía del lugar, cumpliendo las órdenes que le habían pautado. -Se escuchaba a lo lejos las voces de varias brujas que reconocimos por verlas en todos los rincones del torneo, las brujas estaban delineando planes de emergencia en el cuarto de arriba, fue inconfundible que los abajo reunidos no escucharan los gritos proveniente de él. Los pasos de las mujeres se escucharon al bajar las escalinatas de madera rumbo a la recepción en donde el custodio trataba infructuosamente de hacer marchar a los magos y brujas que habían decidido acercarse al lugar. - Déjalos Arthur – ordenó Mackenzie - Sabemos por qué están acá, ya hemos notado que el dragón está fuera de control – les dijo a los muchachos tratando de tranquilizarlos. Un nutrido grupo de participantes se congregaba ahora en el hall central del hotel. Mistify reconocía a alguno de ellos al igual que sus tres compañeras. Allí estaban cubiertos de barro, magulladuras y bastante asustados:Tontín, Légolas, Pinca, Pincorto, Kea, Atenea y Mateo acompañados por algunos más. Las organizadoras trataron de tranquilizar a todo el grupo, explicando que habían convocado la marca
para que acudieran otros mortifagos para que ayudara a los organizadores a resolver el problema. Todos se miraron y asentimos, estábamos dispuestos a ayudar y a recibir toda la ayuda posible, sin importar el rango, la raza o la casa de origen del mismo. - Tenemos que ir al castillo – anunció Mistify de repente - Ahí encontraremos algo con lo que podremos volver a dormir al dragón. – - ¿Al castillo? – Atena giró su cabeza hacia fuera y en sus ojos se vio reflejado las grandes llamaradas que aún amenazaban el predio. - Es nuestra única opción – les animó Antara - Les protegeremos en el camino, aquí no estarán a salvo – añadió señalando hacia una de las ventanas a través de la cual se podía ver la sombra del dragón sobrevolando el hotel. - ¡A Hogwarts! – ordenó Mack... -Todos los allí presentes se unieron a los magos más experimentados. Entonces, nos encaminamos hacia el castillo. Frete a nosotros comenzó a dibujarse, como trazado sobre el firmamento, el gran castillo… nuestro destino en aquel momento. Toda la magnificencia del lugar se veía corrompida por el caos reinante, las llamas se alzaban por doquier… la fortaleza continuaba siendo víctima de los incesantes ataques del dragón… la lluvia persistía… -Legolas noto rara a Mica, por lo cual se acerco a ella preguntándole. –¿estas bien, te ves rara Mica? – ella lo miro, y le comento que su varita había quedado en la tienda y que lo más probable es que se hubiera destruido en todo el incendio que se seguía propagando por el estadio, el, la miro y le dijo a ella con una sonrisa en su cara. –mmm, probamos? – el mago en ese momento apunto hacia el lugar en que estaba la tienda de los moskismortis y grito. -¡Accio varita! –y para regocijo de su ahijadita, una hermosa varita llego a las manos de Legolas, recibiendo este un gran abrazo de su capitana. –Al recuperar su varita la cara de ella recupero un tono más rosado y renovó su temple propio de los leones de Griffindor. -Mientras caminábamos Mica comento al grupo de gryffindor allí reunidos lo que les escucho discutir a las jefas, sobre un misterioso libro capaz de controlar al dragón y de una supuesta llave para utilizarlo, y que mencionaron que Morgana, Circe y Merlín tenían alguna relación con el mismo, todos se miraron incrédulos, pero entre tantas cosas impredecibles que sucedieron ese día todo podía ser, y en ese
caso Tontín era el que se mostraba más entusiasmado por las nuevas aventuras por disfrutar. Todos los allí reunidos formábamos un grupo por demás heterogéneo, estábamos liderados por las jefas, que nos protegerían ante cualquier eventualidad que surgiera. Fue entonces que notamos que se nos habían sumado un par de jefes más, un auror, que según escuchamos Hades era su nombre y un mortifago, llamadoFernando Black. Luego venían todos los participantes ansiosos por encontrar la forma de detener el dragón y rescatar a sus compañeros. -Legolas emprendió la marcha hacia el castillo seguido inmediatamente por todos sus amigos, cuando el lobo le toco su brazo y con un gesto de su cabeza señalo hacia la torre de astronomía y allí pudieron observar que se encontraba Morgana, y un súbito impulso nos recorrió el cuerpo para llegar a las puertas del castillo de la forma más rápida posible. La caminata hacia el castillo era devastadora, se podía observar como muchos de los participantes yacían en el suelo, desmayados o aturdidos, otros también se dirigían hacia el castillo con el mismo fin, lograr conseguir alguna respuesta. Finalmente llegaron a las puertas debatiendo cual sería la forma de actuar, Legolas por lo pronto sin detenerse demasiado se dirigió a las puertas y las atravesó, aun sin saber en lo que podrían encontrar detrás de ellas…
Amya_An Un Remolino de Muy Malos Pensamientos Invadió la Mente de Amya_An. En Un Minuto había podido jurar que a su Querida Amiga se le había Escapado una Refrescante Risilla en medio de aquel Infierno Voráz. La Querida Tamy. Pensaba Amya_An mientras poco a poco descifraba lo que su Compañera Trataba de ocultar Inútilmente en un Principio apartando el rostro cuando se dieron contra una Partida de Magos y Brujas, un Tanto Nerviosos, que a su vez trataban a su Manera Alejar de Ellos el Mal. Una Joven Bruja de Rostro Familiar había Salido de entre la Muchedumbre y se había Interpuesto entre los Asustadizos y los que como Amya_An y Tamy se veían frente al Dilema de cómo proceder ante la Temida Viruela de Dragón. A su Lado había un Mago a quien llamó ; Coyo-T, el cuál parecía estar con la Mirada Distraída hacia la Fortaleza que aún Ardía.
Era Sagitas. Amya_An notaba que Tamy perdía Fuerzas, la Temida Fiebre estaba Atacándola con Prontitud. Tamy Se Delibitaba pero aún así No Dejo de Agradecerle a la Joven Sagitas su Ayuda quien Amablemente le Entregó uno de sus Pañuelos no sin Antes Recomendarles Partir de Inmediato hacia el Mismo Castillo de Hogwarts en Busca de Asistencia Médica a pesar de la Protesta Firme de la Primera por querer ir en Pos de sus Amigos aún Prisioneros en Aquella casi en Ruinas Fortaleza. Amya_An Obligada por la Justa Preocupación de Tamy, Trató de Comprometer de Palabra a Sagitas por Alguna Noticia tanto de su Capitan como por su compañero Guardián del Cuanco pero Sagitas Disipó en Gran Medida todo aquello con tan solo decirles que la Esfinge se había Dignado a Ser Compasiva con los Prisioneros y había Procurado Ya el Enigma. Ahora, Todo estaba en Sus Manos. Coyo-t La noche terminaba y lso primeros rayos de sol no tardaban mucho en salir, finalmente habiamos llegado a la fortaleza, cuya cupula estaba totalmente destruida, sin duda alguna había servido como via de escape para el dragón. Sin dudarlo me puse a analizar todas nuestras posibilidades, aun sabiendo que elodía deberia de salir pronto, los enigmas de la esfinge noe ran un reto para ella, pero aun así, no podía evitar el preocuparme,tanto por ella, que al menos sabía donde estaba, como por mi amada DArla. A lo ejos, o por lo menos eso me parecio a mi, escuche unos cuantos estornudos, y un pequeño resplandor verde me indico que aunado a todos nuestros problemas ahora teniamos también una epidemia, realmente esta noche era digna de olvidar... Oí ligeramente como la joven Sagitas socializaba, sin duda alguna estaba demasiado enrviosa, así que me parecio buena idea que se distrajera conalgo. Finalmente habiaideado un plan, algo loco, pero que probablemente nso daría una oportunidad de entrar a rescatar a nuestros compañeros, pero ene so, vi como varios de ellos empezaban a salir, por lo que me dedique a buscar con la mirada a la pequeña Elodia, a mi lado un joven mago llamado Deivid confirmo mis sospechas... Elo aun no salia... Sagitas se empezaba poner nerviosa y no s elo reprochaba, tenia mucho rato qeu yo habia dicho algo... mi preocupación por Darla era notoría, y eso no era algo que nso fuera a servir...
Rapidametne volteé a ver a Sagitas y alzando un poco la voz, para que todos los magos y brujas a nuestro alrededor nso escucharan dije. -"SAgitas, compañeros,la acción parece haberse trasladado a otro lado y ahora pregunto, que deberemos de hacer? quedarnos como unos espectadores mas o ser participes de esta gran aventura???" Varios magos me observaron, ya que no me habian escuchado hablar en largo tiempo mientras que Sagitas me miraba asombrada, sin duda mi cambio de actitud la habia tomado desprevenida, pero al punto ya tenia lista su varita para la pelea que se avecinaba... Celestisima
En su corrida hacia la Fortaleza Celestísima escuchaba conversaciones, gritos y planes que otros equipos estaban realizando. La verdad que no conocía a ninguno porque había sido lo suficientemente tímida, antisocial o tonta como para no haberse relacionado con los demás. Siempre había creído que le bastaba y le sobraba con llevarse bien con sus compañeros. Apenas si había cruzado dos palabras con otros integrantes, pero siempre de Ravenclaw. Nunca había sociabilizado con un Gryffindor o un Hufflepuff. Al llegar a la Fortaleza vio como muchos otros equipos tenían la misma intención que ella: entrar y salvar a su prisionero. Había encontrado a algunos que conocía de vista como los integrantes de los Rizos y Moscas, o los Psiquiátricos de Gryffindor tratando de razonar con Alethea para poder rescatar a Lee y a todos los demás. Pero nadie lo conseguía. La Esfinge era imperturbable: nadie saldría y, mucho menos, entraría allí.
Celestísima decidió que era buena idea avisarle a Valeria que no la había abandonado. Entonces trató de recordar alguno de los momentos más felices junto a sus padres muggles y su hermana Slytherin que se había negado a participar del Torneo. Aunque aquellos días le parecían lejanos consiguió conjurar un patronus para que fuera a avisarle a la prisionera de su equipo que ella estaba allí tratando de ayudarla. Apenas hubo mandado a su patronus, Celestísima oyó a Alethea gritándole a los integrantes del Psiquiátrico de Gryffindor: -¡De acuerdo! ¡Les pondré el acertijo! Si lo resuelven, podréis pasar a buscarlos. Pero dadme tiempo, tengo que pensad algo apropiado para la ocasión.
Acto seguido vió a la Esfinge darse vuelta para ponerles el enigma a los prisioneros. Y respiró algo aliviada:Valeria era muy inteligente y lo había demostrado la semana anterior al superar a todos sus compañeros al ser la más veloz al responder correctamente. Celestísima estaba muy orgullosa de ello y, aunque sabía que los nervios de estar en esa pésima situación podían retrasar un poco las elucubraciones mentales de Vale, ésta no tardaría demasiado en responder correctamente. En ese momento escuchó a un mago, que según había escuchado se llamaba Coyo-T diciendo a viva voz: "-Sagitas, compañeros,la acción parece haberse trasladado a otro lado y ahora pregunto, que deberemos de hacer? quedarnos como unos espectadores mas o ser participes de esta gran aventura???"
Celestísima se preguntó si el mago se refería a aquellos equipos que parecían dirigirse hacia Hogwarts. Mientras pensaba eso vio acercarse una figura plateada que conocía muy bien. El patronus de Valeria se acercaba para comunicarle algo. -Estoy bien, gracias. Alethea nos dió el acertijo y estoy cerca de resolverlo. Entonces Celestísima decidió esperarla para luego dirigirse al castillo. Recordó las palabras que ella misma le había dicho a karla horas atrás: No podemos hacer nada antes de salvar a nuestros compañeros. Ellos harían lo mismo por nosotras. Pero luego, debemos encontrar las razones por las que todo esto se desató. Si nosotras no hacemos nada, no estamos seguras de que alguien lo hará porque yo veo muchos magos correr de aquí para allá y defendiéndose pero no sabemos si están dirigiéndose a Hogwarts para averiguar si allí alguien tiene idea de cómo frenar esto. Su intención había sido desde un primer momento dirigirse a Hogwarts. No sabía bien por qué pero estaba segura de que allí estaría la respuesta. Aunque muchos otros se habían dirigido en un primer momento hacia el hotel en busca de los organizadores. A Celestísima no le molestaría encontrarse con alguien más experimentado, pero su prioridad era dirigirse a Hogwarts. Pero antes de dirigirse hacia allí esperaría a que Valeria resolviera el acertijo. No había llegado hasta la Fortaleza para nada. deivid
La preocupacion se habia apoderado de mi, ya que no veia de ninguna forma que saliera tanto Elodia como Eli, llegue a pensar que el reto habia sido muy dificil para ellas, pero descarte la idea al saber que ellas eran de las mejores, lo mas probable es que aun no llegaran a enterarse de cual era el reto.
Despues de andar con la mirada fija, me saca de trance al oir una voz que desde que estaba ahi no habia oido-Sagitas, compañeros,la acción parece haberse trasladado a otro lado y ahora pregunto, que deberemos de hacer? quedarnos como unos espectadores mas o ser participes de esta gran aventura???"-Esas palabras me dieron aliento que me puse de inmediato del lado de Coyo-T. -Si compañeros es acaso que quieren perderse la aventura que nos tienen preparados el dia de hoy, acaso piensan que solo es cuestion de unos momentos?-Al decir esto se me oia la voz como de una persona autoritaria, algo fuera de lo comun en mi voz. Mientras mas compañeros que estaban en el grupo enfrente de la fortaleza, opinaban sobre lo que hariamos si dejar que se llevaran el triunfo los demas o incluirnos con ellos. En ese largo momento a mi mente solo llegaban viejos recuerdos, como si todo aquello que hiciera el dia de hoy terminara por destruir la parte humana que aun quedaba en el fondo de un hibrido demasiado cariñoso. CITA Si Deiv, nos dejarias estar en tu equipo-Decian al unisono Paige y Eli- No te defraudaremos -Claro que no, Yo confio en ustedes chicas, asi que hagamos lo imposible para que puedan unirse al equipo-Decia en ese momento un Deivid Entusiasta ***** Se veian unas colinas, con adornos y una cena romantica a la luz de la vela en el centro de la colina mas alta. -Moxi te he traido hasta aca para que pasemos unos momentos a solas y pueda decirte algo que tengo preparado para ti-Se identifica la voz de un Deiv mas joven y enamorado. De repente un licantropo sale a la luz y trata de atacar a la novia de deiv, pao, a lo cual deiv se interpone y es mordido por el licantropo, fue ahi cuando se convirtio en hibrido, ademas de que fue la ultima vez que su novia lo vio sin preocuparse tanto por el.
Se oye la voz de Sagitas a lado de Coyo-T , lo cual hace que salga del trance y ponga mas atencion a todo lo que esta sucediendo. -No deiv, no pienses en eso, ya veras que tu estaras bien al igual que tus compañeras-Decia en pensamientos para relajarme y poner mayor indice de atencion a lo que fuera sucediendo alrededor, ademas de observar de vez en cuando hacia la entrada de la fortaleza para comprobar si Eli ya habia salido. Hades
Narrador ---Aquello era divertido, la persona que se nos unió no era desconocida, sin embargo sus palabras me causaron cierta impresión que apareció en mi rostro: -Pues si, con razón algunos no reaccionaron ante mis hechizos, creo por cierto que te vas a quedar sin elfos, pero mira, pasó algo extraño -de mi túnica saqué un pedazo de piel, que tenía la indudable marca de los mortífagos (por aquello de que si tenía que desaparecer y tenía que rendir cuentas) y se la lancé- No sabía que sus elfos también tenían marca Tenebrosa, y es más que brillara al contacto de un llamado que es solo para humanos, creo que deberías ver bien entre tus hordas a quién comandas, porqué al parecer más de un mortífago peleó conmigo hace pocos minutos ¿seguro que los controlas? - Sin embargo en ese momento la boca de Fernando fue callada, junto con su respuesta, cualesquiera que fuera, por un estruendo que sacudió a la tan extraña comitiva, nuevamente aquel fuego se avalanzaba sobre nosotros, sin embargo Mistify Y Antara rapidamente reaccionaron, una creando un Vitae y la otra usando un Protego, en forma de escudo que se pusieron enfrente de nosotros, Por momentos estabamos bien, sin embargo las dos nos miraron claramente son sendos reproches en sus miradas por habernos detenidos a discutir de esa manera, -Lo siento, es para no perder la costumbre - exclamé sonriendo - Sin embargo Mistify, me debes una respuesta, me la responderás mientras avanzamos - exclamé amablemente. Seguimos avanzando, mientras aquello no se veía bien, a un lado y al otro se veían cuerpos que portaban los síntomas de la epidemia, aquello era peor de lo que pensaba, Ahora recuerdo perfectamente cuando me mencionaron aquel libro, y pensar que ahora era tan importante, aquella vez solo había sido una charla, una charla entre amigos.
---FlashBack - Recuerdos ----Hades -me había gritado desde a un lado del pasillo Antara -¿Si? -contesté -Tenemos que hablar - Sobre qué? - Sobre lo que sucederá - me había dicho ella Nos habíamos sentando uno frente al otro, hacía ya casí 3 meses, en aquella lugubre oficina de la Mansión, no me gustaba en lo más mínimo las formalidades, pero bueno, a veces eran necesarias, mientras la miraba fijamente mi mente divagaba sobre el asunto a tratar, desconocía totalmente lo que ella me quería comentar -¿te acuerdas del torneo? - empezó diciendome -Si, perfectamente, por generaciones he oído historias acerca del mismo, sin embargo no sé más que un libro, una llave, un dragón y algunas otras cosas -Pues, te comento que lo haremos, pronto - me dijo con toda seriedad, En ese instante no pude dejar escapar una sonrisa de mi rostro, así que éste año sería, y así empezó relantandome, entre risas y comentarios que no venían al caso, de como sería aquello, sin embargo no me pedía nada en concreto, nada más me daba la información, como dos viejos amigos que comentan un hecho trivial de la vida, así había sido, sin embargo no se le pudo escapar la sutileza con que me refirió acerca del libro y de su importancia, ----¡Recuerdos! Cuánto hubiera deseado no recordar, y que aquello no hubiera sido más uqe eso, una memoria que se hubiera quedado como tal, pero ahora, en medio de este paraje desolador y lleno de caos, no pudo más que recordarlo, aquella prueba sería dura, y pensar que minutos antes se estaba divirtiendo peleando y ahora estaba aquí en medio de lo que podía ser una gran tragedia, A medida que anvazabamos nueva gente se incorporaba al grupo, mientras seguiamos defendiendonos ante el fuego que se cernía sobre nosotros.
heavenlee A lo largo del camino poco a poco iba perdiendo la noción del tiempo, tenía la ropa rasgada, uno que otro moretón, estaba cubierta de hollín y mi semblante no era el mismo que el de hace unas horas o días realmente no sabia cuanto tiempo había pasado… Camine bastante y estaba fatigada, cada rato por mi mente pasaba todo mi equipo
y me preguntaba ¿como estarían?, si habrían recibido mi mensaje; en eso mi corazón se estrujo de nuevo -¡¡nooooooo!!- recordé que mi madre Pincorto y mis dos hermanos Harry_miguel y Lobo habían entrado al torneo, junto con Ale, Legolas, Lili ; -¿Cómo estarán?- Sentía que todo daba vueltas, tuve que detenerme y caí de rodillas en el piso, trataba de guardar la calma antes de volverme loca, trataba de respirar pero entre tanto humo ocasionado por las llamas del dragón no podía muy bien, así que deje de intentar lo de la respiración; poco a poco fui regresando a mi estado de razón, me levante del piso y comencé a caminar de nuevo dando me ánimos- Todo saldrá bien-me repetía una y otra vez. En el camino aun no lograba encontrar a nadie por donde pasaba estaba solo y era extraño de tantos que éramos, tal vez todos estarían concentrados ya en las puertas de la salida, pero seria inútil alethea no los dejaría salir; Así que decidí que debía seguir mi rumbo y con las esperanzas de encontrar a alguien, ya que no pensaba ir hacia la salida y tener que soportar la impertinencia de alethea de no dejar salir y solo amenazar con comernos -¿Pero que Mistify no podría hacer entrar en razón a alethea? -dije-se ve que se llevan muy bien y hay buena comunicación entre la mortifaga y la esfinge -razoné-esto huele mal muy mal -me sentía como una chiflada hablando sola. Derepente escuche unos aleteos -ahh-dije asustada no sabia que era hasta que logre distinguir a una lechuza-oh snowy-dije con alegría al verla pues era la lechuza de mi capitana y seguro que traía noticias de ellos-Snowy que alegría verte-estire mi brazo para que se posara en el-debes de traer algo para mi ¿verdad? preciosa-la lechuza camino sobre mi brazo hasta mi hombro me estiro la pata y le desate el mensaje le di una palmadita en su plumaje -gracias snowy-y desenrollé apresuradamente el mensaje el mensaje y leí CITA ―Lee, nosotros estamos bien pero tenemos sospechas de que Mistify tiene algo que ver con que el dragón se liberara. Nosotros la vamos a vigilar, pero deberás ir hasta la guarida del dragón y ver si hay alguna pista que confirme nuestras sospechas‖. Te queremos y Alex te ama =) -¡¡Si esta mas claro que agua!!-guarde el mensaje en mi bolsillo del la túnica y comencé a dar vueltas en mi mismo eje con snowy en el hombro-vez snowy-la lechuza me miro ladeando su cabeza-si, mira alguien tubo que haber liberado al dragón para que todo esto se volviera un caos total y se saliera de control-la lechuza ladeo su cabeza hacia el otro lado sin quitarme la mirada de encima-¿y quien mas pudo hacerlo? -dije-Pues Mistify, que es la que parecía o parece tener control sobre alethea y la única capaz de permanecer a cada hora aquí vigilando al dragónSnowy me miraba fijamente-Ok entonces ahora hacer la parte que me toca-dije
releyendo en mi mente la nota-iré a la guarida del dragón haber que encuentro, mientras tanto tu snowy llevaras este mensaje de regreso-saque de nuevo mi pluma-Que útiles son estos artefactos muggles- y volví a escribir al reverso de la nota CITA ―Ok, tienen razón chicos, yo mientras hare la parte que me toca, ahora mismo emprenderé camino hacia la guarida del dragón, será mas fácil puesto que creo que todo esta libre, ando sola, creo que todo mundo esta aglomerado en la salida tratando de que alethea los deje salir, espero encontrar algo que nos ayude‖ Con amor lee
Enrolle el pergamino y lo ate a la pata de snowy-anda snowy ve con ellos entrégales el mensaje por favor -le di una palmadita y le sonreí-vuela, ve con cuidado que nadie te detenga hasta llegar con ellos - la vi desaparecer y emprendí mi camino de nuevo- ahora ¿como llego hasta allá?-me puse a pensar, seria difícil puesto que ni si quiera sabia donde me encontraba, pero de algo estaba segura, ellos confiaban en mi y yo no los defraudaría llegaría hasta ahí a como diera lugar
Amya_An No Había Tiempo que Perder Pensaba Amya_An mientras veía de Re-ojo a Tamarindo. Los Efectos de la Viruela de Dragón aún Le Permitían a ésta seguir caminando aunque con un andar ya un poco aletargado. El Amanecer parecía haber pasado desapercibido por la Mayoría que solo corrían preocupados tanto por salvar sus pellejos como el de sus Amigos y Compañeros. El Fuego y la Humareda habían desvirtuado el Hermoso Amanecer que Siempre había Imperado en los Terrenos del Torneo. Por lo General Amya_An siempre había disfrutado mucho de las Caminatas de Regreso al Viejo Castillo de Hogwarts pero Hoy era una Ocasión muy Diferente. No solo Asistir a Tamy sino el Temor de volver a hallarse frente a circunstancias inesperadas como la de aquella ―turba‖.
Su Experiencia con la Varita en verdad no era muy buena. Amya_An era Toda una Verdadera ―Rata de Laboratorio‖ y No Podía Contar con la Lucidez de Tamy. La Fiebre finalmente la hacía delirar por momentos y por un Instante Amya_An también creyó Delirar al ver a Aquella Gigantesca ―Cosa‖ que ya había apreciado con anterioridad. Pobre Amya_An que creyó que ésta vez se la Tragarían Enterita pero se Equivocaba Enormemente. No Muy lejos de Ambas, podía distinguirse el Rumor de un Nuevo Grupo de Magos y Brujas aproximarse. Amya_An por Temor a Ser nuevamente Sorprendida por Perturbados Fóbicos de los pobres que Ya presentaban Síntomas de Aquel Mal causado por la aún Furiosa Criatura, dirigió a Tamy tras las Sombras de Restos de quien Sabe que Cosa fueron Antes del Ataque Nefasto del Dragón en Aquella Noche casi Eterna que a pesar de ya ser Día, no lograba distinguirse para nada. Eran el Grupo de los Organizadores y No estaban Solos. Amya_An finalmente cayó en cuentas. Ese Ser Había Sido Convocado por alguno de ellos para Venir en Nuestra Ayuda haciendo retroceder a los Dementores y a los Inferis hasta de dónde Nunca Debieron ―Salir‖. Ahora la Gran Pregunta era ; ¿ Qué Iban a Hacer en Hogwarts ? Amya_An inconscientemente hacía Bailar la Varita en su Mano, la que había sacado ya por precaución de uno de los bolsillos secretos-mágicos que Todas sus prendas Poseían Siempre, aún Sus Batas de Dormir. Elodia Riddle Me había quedado absorta en mis pensamientos durante esos minutos mantenía los ojos cerrados, estaba casi en trance puesto que todo el caos de mi alrededor se oía lejano…
-¡Elo, despierta Elo!, ¡es el señor Apestas!- exclamó Eli. De repente abrí los ojos volviendo a la realidad, observé la situación con recelo antes de discutir con ella acerca de si debíamos no seguir al señor, según mi parecer no estaba segura si era lo más favorable el tipo se veía enfermo y desorientado. -¡Señor Apestas espere!- gritó mi amiga, mientras corríamos rumbo hacia él. Una criatura de fuego se abalanzó por la estancia, provocando que este chocara con una columna, la cual se derrumbó, haciendo estragos en el sitio. Sin pensarlo dos veces corrimos hacia el los escombros, la chica que habíamos encontrado por el camino nos seguía con prisa, mientras que varios de los otros prisioneros removían las ruinas. - ¿Esta muerto? – pregunté asombrada ... viendo que era un extraño anciano. Miré desconcertada a Sheila mientras Eli trataba de averiguar que fue lo último que dijo el hombre. Esto cada vez se ponía peor, mientras en el jardin la esfinge esfinge reía con burla disfrutando de todo este infierno. -Parece que la esfinge ha dado ya el acertijo, parece que está en el jardíndijo Sheila señalando con la mano.
La rabia se apoderaba de mí, ambas me miraron y asentí caminando rumbo a los jardines sin saber de que estaban hablando. Allí estaba esa bestia repugnante con su acertijo, ni siquiera mostró un poco de compasión al ver alpobre señor apestas enfermo, simplemente hizo caso omiso a su figura maltratada, riendo con burla disfrutando de toda la desgracia que estábamos viviendo. Los prisioneros sacaban fuerzas de flaqueza para resolver la dichosa prueba, pude dilucidar que Eli tenía la solución, puesto que se acerco a la esfinge con paso decidido. Tuve que recurrir a todo mi autocontrol para aplacar la ira que embargaba en ese momento.Observé fríamente el enigma buscando con agilidad la respuesta.
- autocontrol por favor no me abandones - suplique entre dientes, ya que mi cuerpo empezaba a temblar de la ira.
De repente otra lengua de fuego se expandió en los jardines, muchos corrieron para librarse de las llamas mientras que varios estábamos casi atrapados sofocándonos con el calor infernal, el terror de aquella escena era indescriptible… La esfinge rió estruendosamente, los gritos de pánico eran música para sus oídos… - ¡Ahí tienes maldita bestia! – grite con furia. Dibujando con una floritura de mi varita la respuesta al enigma. Y sin previo aviso me acerque corriendo a Alethea empuñando la varita presa de la furia que carcomía cada célula de mi cuerpo. - ¡Noo! ¡Elo nooo! – gritó alguien a mis espaldas, pero ya era demasiado tarde, la prudencia no era mi mejor virtud… - ¡Sectusempra! - Un rayo luminoso salió disparado con la intención de impactar a la esfinge. …un torbellino de imágenes y gritos confusos se presentó alrededor, un golpe me hizo caer boca abajo al piso mientras unas afiladas uñas desgarraban mi espalda… dolor, fue lo último que sentí antes de caer en la inconciencia ...
pincorto Pin y Pinca siguiendo a cada vez un grupo mas numeroso empezaba a confundirse....bueno mas bien a perderse, como es típico en ella. Estaban de camino al castillo, Pincorto cada vez le costaba costaba más llegar, se encontraba cansada, muy cansada, con mucho sueño, típico ya que se la consideraba una marmota, marmota... cabra..., por Merlin!!! esa bruja debía tener un zoologico dentro de su cuerpo, pero ahí esta con una sola idea en la cabeza, que Miguel y Lili estuvieran bien, poder salvarlos.... Pin Estaba segura de que lo conseguirían pero cada vez que oia hablar a los últimos componentes del grupo mas confundida estaba, oyó algo asi como que tenian que buscar un libro, un libro? se preguntaba Pin, no se suponía que harían imposibles por Lili y Miguel? aún teniendo que ir ayudando y luchando hasta encontrarlos y salvarlos. Pincorto se acercó a Legolas y Lobo y les comentó que ya había llegado a perderse, que no se
preocuparan en cierto modo eso era bueno en ella, pero al no entender nada que la guiaran que ella lucharía y movería cielo y tierra pero que la guiaran ya que a las puertas del castillo ya no sabía lo que pensar, si todo era parte de ponerlos a prueba o era una batalla real, bueno el dragón estaba claro que era real, pero ya se habia perdido....
alvaromagic Alvaromagic se sentía rabioso. Al parecer los mortifagos estaban alli para intentar cazar al dragón y acabar con el fuego. NO quería sentirse unido a los mortífagos pero como todos los de su equipo(incluso el) sabían era que la unión hacía la fuerza y por eso había equipos en el torneo. Con un suspiro comenzó a enviar todos los encantamientos y hechizos acuáticos que conocía. El dragón seguía sobrevolando el cielo lanzando sus llamaradas. Caroliinaa había ido en busca de MIstify y de Mack, quería ayudarlas. Seguro que servía de mucho. Era una gran bruja y podía servir, pero nada como un par de brujas con gran poder. Los dementores seguían pululando por los terrenos. Salvó con su patronus a un mortífago y con ello consiguió recibir una mirada de odio y rencor por sus anteriores crímenes. --¡De nada!--gritó mientras el mortífago se iba. Había de todo tipo de monstruos horrorosos en los terrenos pero gracias a los participantes y a los magos tenebrosos ya casi no eran una amenaza. "Al final van a haber sido una gran ayuda...que rabia me da, pero bueno cuando esto acabe todo volverá a su cauce" pensó. Y con ese pensamiento en mente se dirigió hacia la fortaleza, a intentar apagar el fuego mdrhpa Cuando mdrhpa salió de la tienda del equipo, se dirigió cerca de la fortaleza, ahora en llamas y casi derruída. Desde allí, se controlaba bien la situación y podías lanzar hechizos en todas las direcciones. Saqué mi varita de mi capa, esta vez un poco chamuscada, pronuncié "Aguamenti" y de pronto empezó a salir un chorro de agua de mi varita. Dirigí el agua hacia las llamas más abundantes, para ayudar a las otras personas que estaban intentando apagar ese mismo fuego. Cuando poco a poco fue apagándose, decidí apagar las llamas que nadie eliminaba, las más pequeñas, pero que cada vez se hacían más grandes. Decidí arriesgarme a lanzar un hechizo al dragón, en ese momento no sabía muy bien cual elegir y sin pensar un poco, de lo cual no hubiera elegido ese hechizo, pronuncié el hechizo "Petrificus Totalus", pero, como me imaginé al decirlo, no sirvió para absolutamente nada... "¡Tonta de mi!", pensé...
Rápido corrí hacia otra dirección del terreno, para que el dragón no fuera a por mi, y lo conseguí, el dragón ni si quiera me miró. Vi a miembros de mi equipo correr de un lado para otro y también vi a algunos organizadores, pero estaba demasiado ocupada, como para ir a decirles algo... Alguien chocó contra mi y caí al suelo, me levanté enseguida y me sacudí la tierra, cogí rápidamente mi varita, justo antes de que una mujer alta y con el cabello castaño claro, me la partiera en dos... Sagitas
Desde fuera de la fortaleza empezaron a correr noticias sobre nuestros compañeros. Algunos prisioneros iban saliendo, alegres de escapar de aquel infierno de llamas imperecederas. La cortina de agua seguía siendo muy espesa pero aún así pude distinguir a varios de ellos que salían y eran recogidos por miembros de sus equipos. Me puse de puntillas en un intento vano de vislumbrar a Eladora cuando una voz me sorprendió. Era de un amigo que hacía mucho tiempo que no veía. -- ¡Deivid! Le di un breve abrazo, alegre de verle por allá. Sus palabras sin embargo resintieron mi ya delicado estómago. -- ¿Eli Tonks está prisionera también? Entonces seguro que ella y Eladora están juntas. Estarán bien. Seguro. Intentaba demostrar esperanza aunque por dentro era un mar de dudas. Seguro que estarían bien, las dos juntas sabrían cuidarse y seguro que habrían dado con el acertijo de una vez. Alethea no debería ser tan cruel y las dejaría salir de un momento a otro. -- Sí, sí, ya veo… -- contesté a su afirmación de que salían más prisioneros. Coyo-T seguía comprobando los rostros de los prisioneros que volvían de aquel infierno de fuego. Un gruñido terrorífico llegó de nuevo desde los cielos y entre el gris permanente de la lluvia se perfiló la silueta del dragón dormido que ahora no lo estaba y nos atacaba. Nos lanzamos al suelo en un acto reflejo al ver planear aquellas enormes alas tan cerca nuestro.
-- ¡Caray! -- grité yo cuando me di de bruces contra el tacón de una bota oscura de un compañero. -- Lo sien… ¡atchís! – me contestó el muchacho, lanzando chispas verdes hacia mi cara. -- ¡Ostras, más enfermos…! Deberías ir hacia el Castillo. La enfermería debe de estar llena de casos de viruela. Y cuanto antes mejor, amigo. Un doble sonido metálico me confundió en ese momento y dejé de mirar al enfermo e intenté ver qué era lo que había sucedido. Apenas visible por el agua y el suelo embarrado había dos trozos de barrote que habían caído de algún sitio y rebotado hasta caer cerca de donde nos encontrábamos Coyo, Deivid y yo. Eran los causantes de aquel ruido. -- ¿Qué demontres es esto? Era claro, eran barrotes arrancados de algún sitio. Alcé la cabeza y alcancé a vislumbrar un punto alejado y más oscuro y entre las sombras de la lluvia me pareció ver unos pies que desaparecían a través del vano de una ventana. -- ¡No es posible, me debe de estar afectando la Varicela a mí también! Veo visiones. No sabía cuantas horas ya llevábamos en pie. No sabía exactamente qué hora era cuando me despertó la tormenta en aquella habitación de hotel, pero ya había amanecido y una bola luminosa sucia destacaba tenuemente entre el gris del cielo manchado por el humo y las llamaradas de un incendio aún vivo. El sol desaparecía y apenas era visible. Los rumores seguían llegando a través de los Patronus que se materializaban alrededor nuestro. --…vamos al colegio… Los Administradores están vivos… -- ... algo de una llave y un libro. Estamos bien… no os preocupéis… --… dicen que Morgana, Circe y Merlín están implicados en todo esto. No, los mortífagos nos ayudan…
--… tengo hambre, traedme una hamburguesa de la cafetería cuando vengáis a buscarme a la enfermería de Hogwarts. Sonreí nerviosa ante lo que oía. No sé por qué me imaginaba a un Tontín saltando de alegría y bien vestido pidiendo comida a gritos, alegre y optimista a pesar de todo lo que ocurría. Aunque no podía asegurar que fuera él me imaginaba su cara preocupándose de la comida. Coyo-T me interrumpió en mis pensamientos. A punto de ponerme histérica y gritar que quería que todo se acabara sus palabras me hicieron pensar, recapacitar y en el fondo me obligaron como un bálsamo a tranquilizarme para poder opinar sobre lo que me preguntaba. -- ¿Meros espectadores o partícipes de la gran aventura…? -- me pregunté. Lo tenía claro: espectadora; y si era posible detrás de un árbol ignífugo y bien sentadita, ajena a lo que sucedía. Vi sin embargo el valor en los ojos de Coyo-T, un gran auror de un temple inusitado y con ganas de demostrar su valía. Le miré asombrada por la convicción de sus palabras. Deivid también se había apuntado y caminó al lado de mi capitán. Era lógico pensar que si los prisioneros iban saliendo era mejor buscar una solución al problema junto a los administradores (y una ayudita también, por supuesto…) -- A… Av… Aventura, claro, por supuesto. Coyo… -- hablé por fin, sobresaltando a Deivid, que se había quedado ensimismado en algún pensamiento. Aunque intenté retrasar un poquito el riesgo de moverme de allá. -- Esperemos sin embargo a que salga Elodia, a ver si consigue averiguar el acertijo. Deseaba que saliera, claro, pero si pudiera quedarme más tiempo allá… Sólo había que tirarse al suelo mientras el dragón planeara cerca nuestro y evitar que te cayeran barrotes a la cabeza. Y bueno, la Varicela de Dragón se podía atrapar en cualquier sitio.
-- Elo se volvió loca. Atacó a la Esfinge… Creo que la mató de un zarpazo -murmuró un prisionero recién salido del infierno. -- ¿Elo…? ¿Qué Elo…? ¿Elodia? Sin pensármelo alcé mi varita y atravesé las verjas abiertas para permitir el paso de los prisioneros.
esther--granger Esther, elladora y syl siguieron el camino hacia el hotel, esther ya se sentia demasiado culpable por dejar a Fer a su suerte, aunque en el fondo, sabía que con su fuerte coraje y valentía estaría bien y a salvo, o al menos, eso es lo que quería creer. Las tres chicas, aunque heridas, luchaban como podían por llegar hasta el hotel, para encontrar ayuda…, habían dejado a mago a cubierto, pero se tendrían que dar prisa, sino la viruela de Dragón empeoraría. Esther, divisó un camino medio despejado hasta el hotel. - Elladora, syl, mirar allí – las chicas se giraron para mirar y divisaron lo que esther les decía. - Chicas vayamos por allá, debemos darnos prisa - dijo syl. Las tres se pusieron en marcha lo más rápido que pudieron. Mica17 Nos agolpábamos en el hall de entrada del hotel cuando un fornido hombre, vestido con una larga túnica negra y portando un rostro bastante severo se postró frente a nosotros bloqueándonos el paso. Nos dijo que no estábamos autorizados para entrar, se oyó un ―clic‖, y estaba segura de que algunos de mis compañeros estaban listos para sacar sus varitas y derribarlo, pero antes de que el ataque se concretara: - Déjalos Arthur – le ordenó Mackenzie. - Sabemos porqué están acá, ya hemos notado que el dragón está fuera de control. Sentí que un agujero comenzaba a crecer en mi estómago, era increíble que todo aquello estuviera sucediendo… los prisioneros estaban en peligro, todos estábamos
en peligro. - Tenemos que ir al castillo… Ahí encontraremos algo con lo que podremos volver a dormir al dragón.- Nos señaló Mistify. No escuché el resto del dialogo, mi mente vagó por unos instantes entre tanta información recaudada. Deseé con todas mis fuerzas despertar en la tienda, que todo aquello fuera un sueño… o más bien una terrible pesadilla. Tenía los ojos bañados en lágrimas, mi cabello chorreaba agua acumulada debido a la insistente lluvia de la cual el hall nos resguardaba y mi cuerpo temblaba debido al frío, la ira y el miedo. Toda esa mezcla de sensaciones me recorría cuando percibí que la multitud se movía. Sequé mis ojos para ver con claridad que pasaba. -¡Al Hogwarts!- dijo la voz de Mack. Entonces, precedidos ahora por las organizadoras, nos encaminamos hacia el castillo. Me sentía ya algo más segura, pero el no tener mi varita conmigo… me resultaba muy incómodo. Noté que más personas se habían unido a la procesión, pero no lograba ver sus rostros por lo cual no supe si eran o no conocidos. Oía que algunos hablaban cosas sin sentido, al menos sin sentido en una situación tan insólita como aquella… un libro… una llave… una disputa por aquel elemento entre mortífagos y aurors… Morgana, Circe y Merlín… la torre… Frente a nosotros comenzó a dibujarse, como trazado sobre el firmamento, el gran castillo… nuestro destino en aquel momento. Toda la magnificencia del lugar se veía corrompida por el caos reinante, las llamas se alzaban por doquier… la fortaleza continuaba siendo víctima de los incesantes ataques del dragón… la lluvia persistía… –¿Estás bien, te ves rara Mica?- fue Legolas quien me habló. Conteniendo las lágrimas le conté que mi varita había quedado en la carpa, y en ese momento ya habría sido devorada por el Fuego Maldito. Una sonrisa se dibujó en su rostro, me pareció realmente extraño que se alegrara
por una desgracia como aquella. -mmm, probamos?- dijo alzando su varita en dirección a los restos del que había sido nuestro campamento -¡Accio varita!- increíblemente, tan solo un segundo después, mi varita voló hacia sus manos y este me la entregó. Lo abracé con muchísima alegría. Tan solo con tocar mi tan querida varita sentí muchísimo más valor. De manera repentina sentí un impulso… algo que llevaba rato queriendo hacer… Miré a Tontín, que caminaba distraídamente. Alcé discretamente mi brazo, apuntándolo y susurré ―Langlock‖, un rayo salió disparado directamente hacia su boca. Evité con todas mis fuerzas estallar en una carcajada al imaginar sus inútiles esfuerzos por hablar luego de que se le pegara la lengua al paladar. ―Al menos ya no dirá mas bobadas‖ pensé y volví a mirar el inmenso castillo que teníamos delante. Algunos barajaban la idea de intentar entrar al colegio, otros simplemente no podíamos pensar en nada aturdidos como estábamos por la situación. Tontín, mientras tanto, debería estar buscando la manera de deshacer mi maldición…
tontin dudley - ¡Fijaos qué castillo! Seguro que lo han tenido que hacer hombres fornidos como el que nos encontramos en el hotel. Vamos, segurísimo. Y no lo digo por decir, que para hacer un castillo como Hogwarts hay que estar fornido, que lo he leído en un libro. Un libro bastante gordo, para vuestra información- yo seguía con mi monólogo con tal de no dejar que el silencio y el pánico se apoderaran del grupo agrupado libremente.- De mi no se puede decir que sea fornido, desde luego, aunque este pijama podría engañar a más de uno. Fíjate,Mateo. ¿A que parezco mucho más fornido que cuando voy con la túnica? ¿A que así no te atreverías a pegarme como haces en el patio del colegio? ¡JA! Mira, Mica, mira como se calla ahora Mateo. Ah, no, perdona, que ese no es Mateo, no sabía que estábamos tan cerca de las cocinas de Hogwarts-. Mica parecía seria, demasiado seria y cansada, así que decidí seguir intentado animarle el día, hasta que dejara de mirarme mal. Aunque realmente parecía que no me estaba escuchando. El dragón seguía revoloteando sobre nosotros como una mariposa alrededor de una flor de bonitos colores, y las llamas marcaban nuestras retinas allá donde miráramos,
como... como una cosa muy bonita también. Más bonita que una mariposa alrededor de una flor de bonitos colores. O que una vaca verde dando volteretas en el campo. A mi alrededor casi todos callaban. Parecían estar pensando en cómo describir de manera rimbombante todo lo que se les ponía ante los ojos. Todos menos un auror y un mortífago que habían llegado hacía un rato y que ya se veían como reyes de la situación y de la metáfora necrológica. Seguro que eran gente muy importante, y yo a la gente importante lo que les hacía era mostrarles mi pijama y dejar que reflexionaran sobre ello. -“Langlock”- me dijo Mica. Una sonrisa se dibujó en su cara, haciendo aparecer otra en la mía. - Hhhhhh- dije con todo el entusiasmo que me fue posible-. Hhhhhhh. Pero.. pero... ¿Qué había pasado? Mis cuerdas vocales no respondían a las órdenes dictadas por mi cerebro. Me llevaría un buen rato aprender a hablar con la materia gris de mi espina dorsal. Mientras tanto, tendría que ejercitar la expresión corporal. Y eso no me preocupaba, y a nadie le hubiera preocupado en mi situación. Efectivamente, tenía la suerte de llevar puesto un pijama que me permitía expresarme corporalmente como me diera la gana!! - Hhhhh- exclame con satisfacción.
eli tonks Un patronus había venido hasta Sheila trayéndole noticias del exterior, segundos después la figura etérea de la liebre se difuminó. -Huele mucho a humo aquí, mejor vamos a los jardines y así llevemos a Pepe con la esfinge- dijo Sheila tosiendo un poco. Empezamos a caminar tras decidir que iríamos a los jardines a probar suerte con el acertijo de la esfinge, miré a Pepe Apestas sintiendo compasión por aquél hombre, no lo podíamos dejar allí, recién despertaba totalmente confundido. -¡Mobilicorpus!Al llegar a los jardines, dejamos a Pepe en un rincón, lejos de la esfinge, quien a mi percepción parecía disfrutar de la escena.
Miré unos momentos el acertijo. Me acerqué con paso decidido hasta la esfinge, pues creía tener la respuesta, sin embargo Sheila se me adelantó, susurrando algo por lo bajo que me hizo pensar en otra solución al acertijo. -¡Largo de aquí!- la esfinge había dejado ir a Sheila, quien nos miró a Elo y a mi antes de salir, dejándonos con ello saber que nos esperaría fuera. -Creo tener la respuesta- dije a Alethea haciendo unos trazos en la palma de mi mano con la varita. -Puedes salir. ¿Ya estás fuera? ¡Largo!- me sobresalté al escuchar estas palabras, en el fondo no creí que lo lograra. Elo se acercó a la esfinge, quien reía estruendosamente; me paré en seco antes de salir, confiando en que mi amiga se me uniría en unos momentos. -¡Ahí tienes maldita bestia!- Elo había hecho un movimiento de varita, dibujando la respuesta en el aire. -¡Noo! ¡Elo nooo!-¡Sectusempra!Corrí desesperadamente hasta el cuerpo inconciente de Elo, ella había insultado y atacado a la esfinge y esta como era de esperarse se defendió dándole un zarpazo a mi amiga; por otro lado no me detuve a averiguar si el hechizo había hecho daño alguno a Alethea. -¿A dónde crees que te la llevas?- dijo la esfinge al ver que blandía mi varita hacia el cuerpo de Elo para sacarlo de allí. -Su respuesta ha sido correcta- el hechizo con la respuesta de Elo aún se leía en el aire. -Así que me la llevo- dije desafiante a la criatura, quien me miraba con odio al quitarle lo que sería su desayuno, volteó indiganda la mirada a otro prisionero que intentaba descifrar el enigma. -Vámonos Elo, Sheila nos espera fuera-¡Mobilicorpus!-
nesii
Al ver que nadie escuchaba, comencé a correr en busca de otra salida, encontré a un grupo de chicas y nos unimos para ayudarnos. Caminamos para todas partes, pero ningún lugar parecía apropiado para escapar, el fuego aparecía de hasta debajo de las rocas. Un paso en falso y terminabas rostizado. La lluvia no era suficiente para calmar todo. Un grupo de chicas paso frente a nosotras. ¡Ey!, ¿a dónde van?, nosotras venimos de allí.era Eli Tonks y otras chicas que no conocía. -¿Se encuentran bien?, me alegro de verlas-igual…están bien? -si – me respondieron. ―que suerte que no había heridos aun‖ Me uní a ellas, quizás si éramos mas podríamos hacer algo mas productivo. Dos dragones comenzaron a volar por encima nuestro, y una llamara casi nos roza. Las chicas comenzaron a correr, y las seguí, al parecer tenían un plan o algo por el estilo. La amiga de Eli Tonks llamada Elo estaba cansadísima y se recostó unos minutos, pero divisamos a Pete Apestas, el carcelero y comenzamos a correrlo para pedir ayuda y explicaciones. Una quimera de fuego trato de alcanzar al mago, y esto provoco un derrumbe, logrando que llegáramos al piso de abajo y dejándonos ver a un grupo de prisioneros que estaban allí. Los ayudamos a salir del pozo y nos fuimos a otro lugar. -Parece que la esfinge ha dado ya el acertijo, parece que está en el jardíndijo Sheila señalando con la mano. -¿Qué hacemos?, ¿Vamos?-pregunto Eli Tonks.. -si vayamos-le respondí casi en un suspiro por lo agitada que estaba. Espere a que se decidieran para acompañarlas.
elladora Siguiendo el camino hacia su objetivo y rodeadas de mil formas diferentes de fuego que pasaban a tan solo milímetros de ellas, las tres chicas avanzaban dejando a un lado los remordimientos, el cansancio y el dolor no solo del cuerpo sino del alma, estaban ya muy cerca del hotel cuando divisaron a un joven mago cansado y muy golpeado, y entre todo el hollín que cubría su rostro y su cabello ya no se podía distinguir el color exacto, estaba solo y al parecer buscaba lo mismo que ellas, Elladora de adelantó para alcanzarlo…
-Hola, soy Elladora y ellas… Señalando a sus dos amigas… -Son Esther y Syl, somos de El Ejército de Merlín, queremos encontrar a los organizadores porque tenemos un amigo muy enfermo y además queremos saber cómo parar este caos-Hola, en otras circunstancias habría dicho algo más amable, pero considerando la situación, mi nombre es NykOo y si quieren podemos seguir juntos, lo que pasa es que ya han abandonado el hotel, así que no vale la pena ir hasta allá, ahora se dirigen hacia Hogwarts y mejor nos apuramos si no queremos perdernos la acciónPara Elladora fue algo contradictorio el hecho de que NykOo estuviera pensando en la ―acción‖, pero tal vez esa actitud valiente, un poco inconsiente y decidida era lo que hacía falta al grupo… -Entonces??, no perdamos más tiempo y adelante- dijo Esther -Si, yo tampoco quiero llegar cuando ya no haya nada por hacer- dijo Syl Parece que la actitud del nuevo compañero en esta difícil prueba había contagiado en segundos a todo el grupo, continuaron su camino, ahora con un ánimo diferente y preparados para lo que viniera…
Sagitas Mi mami siempre me había dicho que la furia no es la mejor consejera. Claro que pocas veces hacía caso a mi mami; y no porque la desobedeciera sino porque era una olvidadiza y cuando me acordaba de sus sabias palabras ya era demasiado tarde. Este era el caso en el que me encontraba. Ni dos pasos había podido dar dentro de la fortaleza que conocía ligeramente de la anterior prueba cuando varias quimeras de fuego me perseguían. Bueno, no a mí sola sino también a todos los prisioneros que corrían ante ellas y ante las ruinas que amenazaban con desplomarse de un momento a otro.
-- ¡¡Elodia!! ¡¡Elodiaaaaa!! Mis gritos eran inútiles ante el bullicio que allá dentro había. Así que tendría que recurrir a otras argucias para poder llegar a ella. -- ¡Por favor, que no sea cierto, que no esté…! Me negué a pronunciar la palabra muerta. Porque Alethea podía ser muy cruel, ya me lo había demostrado en la prueba anterior, pero aún así cabía la esperanza de que fuera una mentira o un malentendido. Hasta ahora había tenido pura suerte y ninguna ráfaga de aquel fuego maldito me había alcanzado, ni me había topado con las criaturas mágicas que sabía que vivían allá dentro, como Pete Apestas, el carcelero, no se había cansado de decirnos en su día. Levanté mi varita y saqué chispitas amarillas, verdes y rojas que refulgían como fuegos artificiales, un truco que había aprendido en el Circo cuando quería llamar la atención del público. No era lo suficientemente buena bruja como para hacer unas llamativas y enormes explosiones de luces de colores pero sí que me salían pequeños globos que en medio de aquel diluvio que entraba por el techo de la cúpula desaparecido parecían bombillitas que indicaban la salida. -- Ya dije que se tenían que estar ahogando con tanta agua. Y así era, enormes charcos que allá fuera eran absorbidos por el suelo lodoso aquí se estancaban en los suelos de la piedra antigua de las celdas. Caminaba chapoteando y en algunos sitios alcanzaba por los tobillos, cubriendo mis mocasines. -- ¡¡Elodia!! – volví a gritar cuando vi varios cuerpos tirados por el suelo. -- ¡Shhhh, calla! No querrás que te persigan, ¿verdad? Me dio un gran escalofrío y el muchacho que me agarraba de la mano me
soltó al notarlo. -- ¡Tienes la varicela! -- No digas tonterías, eso es miedo. ¿Quién puede perseguirme? Pero ya había huido. Avancé a otra habitación y volví a dejar un rastro de bombillitas en el techo. Esperaba que durara el encantamiento lo suficiente como para encontrar la salida. -- ¡¡Elooooo!! ¡¡Elodia!! -- ¡Sagitas, aquí! Me giré y vi llegar corriendo a Sheila. -- ¿Has visto a…? -- Sí, allá en los jardines. Está con Alethea y el acertijo y… -- ¿Me indicas el camino? – le rogué a la muchacha. No creo que ni viera mi cara ni mi pelo, todo pegado por la lluvia, pero mi voz imploraba. -- Te… te acompaño – me dijo valientemente. – Al fin y al cabo no encuentro la salida… -- Puedes irte si quieres. Sigue los globos de colores, los he ido dejando por el camino, seguro que aún persisten y te llevan hacia la entrada… La miré unos instantes para ver qué me contestaría. Amya_An No, se Repetía Amya_An. No, se Decía constantemente.
Tamarindo podía estar Muy Cerca de un Riesgo de Muerte pensaba Amya_An. Era Indispensable Dar Pronto con alguien quien Pudiera Auxiliarlas. ¿ Dónde Estaban los Sanadores que Asistían al Evento ? Sagitas había acertado quizás, Su Única Esperanza era encontrar a la Enfermera de Hogwarts dentro de Hogwarts y Rogar que Supiese al menos como aminorar los Síntomas de la Querida Tamy o sin lugar a dudas Capi no se lo perdonaría jamás. Los Asuntos Importantísimos que Pudieran estar Resolviendo los Organizadores y Aquellos que los seguían No Le Parecía para nada Prioritarios en ese momento, No mientras la Vida de Tamarindo estuviese en Peligro. Hasta que una Nueva Iluminó su Mente. ¿ Alguno de Ellos podrías Ayudarlas ? Mitsuki
Parecía que Andrea al fin iba a ceder y escuchar al anciano. Pero el caos reinó a continuacion. El techo se desmoronó por tercera vez detro de las mazmorras y un cuerpo grande aterrizo con estrepito en el suelo. Una nube de polvo se levanto y los anteojos de Mitsuki se empañaron, apenas podia distinguir algunas figuras cuando el bulto se avalanzo sobre ella: -¡Mis llaves! ¡Esas son mis llaves! ¡Vamos, devuélvemelas, tenemos que salir de aquí! Llego a ver como sus compañeros se interponian entre ella y la especie de rinoceronte sudoroso que se le venia encima, pero antes de llegar cayo exausto. Fernando pudo esquivar el cuerpo del hombre, pero no ocurrio lo mismo con las otras tres chicas que rodaron en el piso tras la colision. Mitsuki se apresuro a limpiar sus lentes para enterarse de la situación y pudo ver a Pepe Apestas inconciente en el suelo y a Liliana alejandose de el. -¡Es fiebre de dragón!- gritó Liliana – es muy contagiosa. Un lastimero quejido la interrumpió. -Vengan chicas, ayudémoslo- dijo Fernando.
Las tres se levantaron y fueron raudas a ayudar al anciano. Pero para cuando pudieron desenterrarlo era demasiado tarde, Mitsuki, que era la que mas cerca estaba de el lo miro a los ojos. Entonces el anciano apoyo una mano sobre la de ella y poniendo los ojos en blanco dijo sus ultimas palabras. -Circe, Morgana, Merlín… Liliana y Andrea hablaban a sus espaldas, pero ella se quedo atonita mirando al anciano. Era la primera vez que veia morir a alguien, incluso paso por su cabeza la idea de llevarlo hacia la superficie pero la era una ocurrencia estupida con el caos que habia en todas partes. Decidida a marcharse le soltó la mano al fallecido, pero sus ojos se abrieron de par en par al descubrir que tenia un pergamino arrugado. Al parecer en sus ultimos segundos de vida habia intentado darselo a ella al tiempo que pronunciaba los los tres misteriosos nombres. -¿Quién era ese sujeto? Mitsuki se sobresalto al escuchar la voz de una desconocida, y con rapidez tomo el trozo de pergamino y sin mirarlo siquiera se lo guardo en el bolsillo interior de su túnica, esta vez asegurándose que no quedara a la vista, como le habia sucedido con las llaves. Al voltearse vio a tres estudiantes que antes no estaban alli. -Y ¿cómo llegaron ustedes hasta aquí?- pregunto otra bruja que estaba con ella. -Pues… era un viejo loco diciendo sus últimas palabras – respondió Andrea mirando a las brujas – y pues… No escucho mas de la conversacion. No era un viejo loco. El anciano habia sido alguien importante. Él había visto nacer al dragon, sabia como controlar el fuego maldito, y tambien tenia algo que ver con Morgana, Cirse y Merlin. O acaso seria que ellos tres tenian algo que ver con el dragon. Miles de conjeturas le rondaban por la cabeza y sabia que seguramente alguna de las respuestas estarian en el trozo de pergamino que descansaba timidamente en su bolsillo. -Mobilicorpus- Andrea hizo elevarse a Pepe Apestas hacia el piso superior y uno por uno subieron. -¿Qué habrá querido decir el anciano ese? – pregunto en un susurro Liliana.
-No tengo idea – respondió Mitsuki, le temblo la voz al emitir estas palabras – pero creo que tiene mucho que ver con lo que esta pasando - Queria decirles mas cosas, pero no podia. Debia estar a solas con ellos. -Yo no sé realmente – dijo Fernando -Era un viejo loco que solo nos quiso tomar el pelo -No lo creo Andrea- dijo Mitsuki una vez mas, ya algo enojada, le molestaba que aun despues de muerto se siguiera burlando de el. Intento transmitirle algo a la vampira mirandola a los ojos –sabía muchas cosas como para estarlo inventando. Y mitsuki denuevo o escucho nada mas. Sus pies la transportaban donde sus compañeros iban y su mente yacía en las mazmorras, con las ultimas palabras del anciano.
Mackenzie Yellbridge Narrador: Dragón El alba despierta en el horizonte tiñendo las nubes de púrpura y dorado. Como un nuevo amanecer, que el fuego purificara, lo viejo arde y lo nuevo pugna ya por alzarse entre los escoldos calcinados y el humo negro que separa el presente, del futuro y el pasado. Sobrevuelo la fortaleza, aún envuelta en llamas, que giran y giran entre quimeras, basiliscos, dragones y fieras que abren sus fauces de fuego para devorarlo todo, para llevárselo todo. Ellas me obedecerán, al igual que la esfinge. Porque soy el señor del fuego, el dragón del tiempo que ordena las épocas y hace que los ciclos se sucedan. Y, de entre las cenizas, una vida nueva surgirá... un nuevo firmamento... una nueva época más sabia y fructífera, como brote de vida sobre el barbecho del tiempo. Todo arde en llamas, la enfermedad purificará los cuerpos, el fuego hará resurgir la tierra, es el tiempo del caos que traerá el nuevo orden, la nueva savia que alimentará la vida.... Veo los grupos dispersos, aquí y allá gente corriendo. Unos van hacia el castillo, en busca del secreto que allí aguarda, otros tratan aún de salir de la terrible fortaleza en llamas. Pronto lo conseguirán y podrán unirse con sus compañeros. Quienes vivan, podrán participar en la búsqueda del secreto.
Me miran... me temen... no comprenden nada.... Miran al cielo y me ven con la apariencia de un Colacuerno, pero ¿acaso lo soy? ¿Acaso puede un Colacuerno Húngaro escupir fuego maldito o leer sus mentes? Sí, puedo hacerlo, veo el terror que los invade, la duda que surge, las suspicacias de unos contra otros. Pronto todos querrán saber el secreto, muchos lucharán por poseerlo los primeros. Más de nada les servirá... El libro no será abierto sin la llave de la verdad, la llave que está destinada, desde el principio de los tiempos, a aquellos que puedan portarla. Tal como fue, así será... una vez más...
Merlín, Morgana y Circe En el interior de Hogwarts tres magos tratan de buscar un libro que guarda un antiguo secreto de magia. Merlín, Morgana y Circe se han dividido y recorren el castillo, que en algunas zonas, arde envuelto en llamas. Los retratos han dejado de hablar y las armaduras no se mueven, el techo del gran salón se ha opacado y ya no puede imitar el firmamento exterior. Algo ha trastocado los encantamientos del castillo, como si la vida propia que siempre ha parecido tener el colegio, se hubiera aletargado. Merlín bucéa entre los libros de la biblioteca, Circe recore las aulas y Morgana trata de buscar en el despacho de los directores. De vez en cuando, se asoman a la torre de astronomía para tratar de evaluar la situación. En algún lugar de Hogwarts, se han reunido ahora los tres magos, haciendo un alto en su infatigable búsqueda. -Pronto estarán aquí -comenta Merlín preocupado. -Debemos darnos prisa -corrobora Morgana-. Si ellos llegan, probablemente se desate la lucha. Todos querrán saber lo que ocurre y me pregunto cuánto les vamos a decir. -El juramento inquebrantable nos ata -ahora es la voz de Circe la que habla- apenas podremos decir nada. Un silencio cae sobre los tres magos, como una losa que les pesara en las conciencias. Sin poderlo evitar, todos piensan en aquel que una vez estuvo unido a aquel grupo de magos. Aquel que nunca entendió y cuya alma fue demasiado débil para soportar el secreto.
-Él siempre estuvo en la fortaleza -Merlín sabía que todos estaban pensando en la misma persona- tal vez alguien pudiera llegar a encontrarlo. -Tampoco él podría hablar, aunque quisiera, Merlín, no te preocupes. El juramento inquebrantable lo ata tanto como a nosotros. -Tienes razón, Circe. Volvamos a la lucha, antes que el caos de la batalla se desate. Los tres magos vuelven a separarse, cada uno en una dirección desconocida, en busca de un libro que guarda un codiciado secreto.
Pepe Apestas Pepe Apestas había sido conducido por el grupo formado por Mit, Andrea, Liliana y Fernando, al que luego se habían unido Eli y Sheila, hacia el lugar en el que ahora se encontraba a Alethea, que fiel a su promesa, estaba dejando salir a los prisioneros. Alethea lo miraba con indiferencia mientras el carcelero seguía estornudando y exhalando chispas verdes de sus fosas nasales. Había recuperado la consciencia y, aunque la viruela de dragón seguía teniéndolo postrado y sin fuerzas, al menos ahora, era capaz de hablar. Antes de que Mitsuki se alejara junto al resto del grupo, la llamó con la mano. -Quiero deciros un secreto, en pago por haberme ayudado -el carcelero se expresaba apenas con un hilo de voz- la fortaleza del dragón siempre ha estado aquí, el dragón siempre estuvo aquí. Nadie lo trajo para el torneo. Mitsuki, a la que se habían acercado Liliana, Fernando, Andrea, Sheila y Elo, lo miró extrañado. -¿Sabe algo más que pueda ayudarnos? -preguntó Mitsuki. El carcelo movió la cabeza en gesto negativo. Él apenas sabía nada. -Vamos, -dijo Liliana- creo que no sabe nada más.
Mackenzie Yellbridge
El numeroso grupo que había alcanzado el hotel de los organzidores la miraba con gesto inquisidor. Detrás del gesto desenfadado de Tontín, que aquel pijama que lucía con orgullo contribuía a aumentar, se adivinaba la duda y la preocupación. Golden no podía evitar mirar a Mistify, si bien, el caos que lo rodeaba le inducía a guardarse para él sus sentimientos. Aquello era un consuelo, a Mack no le gustaba lo que había surgido entre su madre y Golden, eso no podía evitarlo. Darla tenía una herida seria que sangraba profusamente y Mack se preguntó si no deberían avisar a los sanadores de San Mungo. Quizás fuese peligroso meter más gente en las instalaciones del torneo o quizás los dementores no les dejaran pasar, pero tenía que intentarlo. Había muchos enfermos y heridos y era necesario llevarlos a la enfermería de Hogwarts y que los sanadores pudieran atenderlos. Muchos eran mortífagos, bien lo sabía, y no tendrían problema por sortear a los inferis y dementores que rodeaban la muralla que contenía todo el recinto de Hogwarts, el lago y el Bosque Prohibido, incluyendo el estadio, la fortaleza y las demás instalaciones del Torneo. -A Hogwarts -ordenó, al mismo tiempo que escribía una nota y se la ataba a la pata de una bien predispuesta lechuza, con un mensaje para los sanadores de San Mungo. Tuvieron que recorrer el camino a pie, puesto que era imposible aparecerse y desaparecerse en Hogwarts. Muchos los seguían, entre los que se encontraban Mateo, Avril, Atena, Golden, Tontin, Kea, Pincorto y su cabra, wolf, Darla y muchos más que iban llegando para unirse al grupo. En la torre de astronomía pudieron observar a Merlín, Morgana y Circe y Avril sugirió la idea de utilizar las escobas de quiddicht que tenían guardadas en el campamento. Mack dudaba de que los hechizos convocadores funcionasen en aquel momento, más estaba dispuesta a intentarlo. No obstante, los tres magos volvieron a desaparecer de la torre de astromía en el interior del castillo. Tal vez no sirviera de mucho. Notaba las suspicacias de aurores y mortífagos y aquello le preocupaba. Habían estado unidos en la organización del torneo, pero desde el mismo momento en que empezara el desastre, las suspicacias se habían sucedido entre unos y otros, con acusaciones mutuas de ser los causantes del desastre. Y por si fuera poco, ahora surgía el hecho de que su padre, Crazy, no había sido el único conocedor del secreto. Adivinaba en los ojos de muchos, que lo sabían. Y esa era la causa
de que Fernando y Hades se hubieran presentado tan oportunamente. Mack apostaba a que ninguno de ellos dejaría que el otro fuese el primero en encontrar el libro. Sin dudarlo, lucharían por ser los primeros en leer aquel libro. De eso no le cabía la menor duda. Lo peor es que tenía la sensación de que aurores y mortífagos no eran los únicos conocedores del secreto del libro. No sabía cómo podían haberse enterado los participantes ni quién se lo podía haber dicho, pero su intuición le decía que así era, que lo sabían. Legolas abrió la puerta del castillo y el grupo penetró al interior. Mack se situó en el centro del grupo que seguían a los miembros de la organización y pronunció un leve sonorus, para que su voz se escuchara, alta y clara, por todos los presentes. -Escuchadme todos -comenzó- hay un libro que guarda un secreto de magia antigua que sospechamos que sirve para dominar el dragón. Nadie sabe mucho sobre ese libro y sobre el secreto. Tampoco sabemos mucho sobre los tres magos que se enlistaron en la organización. Nunca creimos que fuesen, quienes decían ser. Sin embargo, después de todo lo que ha ocurrido, quien sabe si de verdad no serán los verdaderos Merlín, Circe y Morgana, llegados hasta aquí con un giratiempos. El grupo miró a la bruja, cuyos intensos ojos verdes, relucían a la luz del alba que se filtraba por los amplios ventanales. Su pelo castaño, ondeaba mecido por una ligera brisa, destellando en reflejos dorados. -No tenemos muchas más respuestas que vosotros -continuó la bruja-. El torneo se organizó siguiendo una antigua tradición. Merlín, Morgana y Circe fueron contratados para ayudarnos y ellos fueron quienes trajeron al dragón. Creimos que eran de confianza, aunque, ahora ya, quién puede saberlo. La bruja hizo una pausa antes de proseguir. -Debemos organizarnos para encontrarlos a ellos y para encontrar ese libro del que poco sabemos.
NykOo Black NykOo siguió caminando, dolorido en la pierna, si bien el veneno hacia sido eliminado, la mordida aun le ardía mucho. Había probado un episkey pero de nada sirvió, los dos pequeños orificios producidos por los colmillos de la acromántula seguían intactos, solo que ya no sangraban. Necesitaba encontrar rápido ayuda porque tanto esa herida como la producida por el Inferi no dejaban de dolerle.
-Aguamenti –decía una voz a otro lado de una serie de árboles frondosos. Por lo que NykOo apuró el paso para encontrarse con quien sea que haya hablado. Salio de la espesura de árboles hacia un pequeño sendero desde el cual se podía ver la gran Marca Tenebrosa muy cerca, o sea que estaba a poco tiempo del hotel, aunque eso de nada servia ahora. Miró hacia delante para ver si estaba la persona que había escuchado hace un instante, pero en ese momento una voz femenina le habló, tan cerca que NykOo se sobresaltó. -Hola, soy Elladora - saludó una joven bruja cuyo semblante denotaba cansancio. - Y ellas son Esther y Syl, somos de El Ejército de Merlín, queremos encontrar a los organizadores porque tenemos un amigo muy enfermo y además queremos saber cómo parar este caos – Terminó Elladora. -Hola. -fue lo único que se le ocurrió decir debido a la alegría de ver a alguien mas- -En otras circunstancias habría dicho algo más amable, pero considerando la situación, mi nombre es NykOo y si quieren podemos seguir juntos.- Agregó el joven controlando la emoción por tener alguien con quien seguir. -Lo que pasa es que ya han abandonado el hotel, así que no vale la pena ir hasta allá, ahora se dirigen hacia Hogwarts. –Dijo el chico recordando la información que tenia y hacia donde se dirigía. -Mejor nos apuramos si no queremos perdernos la acción- –No sabía bien porque había dicho eso, pero la aparición de las jóvenes había recargado de energías a NykOo y sus ganas de luchar volvían nuevamente.
Sly y Esther aprobaron la idea de ir al castillo, por lo que continuaron su camino, con un andar lento, a causa de los múltiples dolores de cada uno, pero firme. De pronto algo surcó el cielo, el espectro de Mistify salió de atrás de la fortaleza a gran velocidad y descendió un poco a escasos metros de ellos, pero del otro lado del bosque al mismo tiempo que un gran resplandor celeste aprecia en la misma dirección. -Por si no sabían, esa cosa es de la Líder Mistify, ella lo invoco para protección suya y de los participantes, uno de sus Mortífagos me lo contó –dijo NykOo señalando con el dedo la sombra negra que sobrevolaba varios metros delante de ellos a la derecha. - Esta volando sobre el camino que da al hotel, de seguro Misty y los demás van caminando por ahí. ¿Vieron ese resplandor? Parecía un protego, pero era muy grande, si así fue, debió haber sido de un mago muy poderoso el que lo conjurara para que
tenga ese tamaño. -Eso ultimo había sido un pensamiento en voz alta, no sabía si las chicas lo escuchaban, pero ya eran dos indicios de que las lideres y organizadoras estaban cerca. Continuaron caminando como pudieron hasta llegar a las puertas del catillo. sin embargo en el otro camino no habia nadie. NykOo no soporto más y tubo que preguntarle a sus acompañantes. -Chicas, me parece que Misty, Antara, Mack y lo demás ya han entrado a Hogwarts. Creo que deberiamos entrar nosotros. ¿Quieren que lo hagamos? - Preguntó NykOo tratando de parecer seguro pero sabiendo que si no estaban adentro los miembros de la organizacion, las habia conducido hasta alli al vicio
Mitsuki Y Mitsuki estaba bajo sus cabilaciones acerca del anciano, el pergamino, el dragon, Merlin y sus amigos cuando vio como Pepe Apestas recobraba la conciencia lentamente y para su sorpresa la llamaba con la mano. -Quiero deciros un secreto, en pago por haberme ayudado -el carcelero se expresaba apenas con un hilo de voz- la fortaleza del dragón siempre ha estado aquí, el dragón siempre estuvo aquí. Nadie lo trajo para el torneo. Mitsuki lo miro extrañada. Ahora muchas mas cosas se retocian en su cabeza, muchas mas cosas encajaban. Aldragon nunca lo habian traido, lo habian criado alli. ¡El anciano lo había visto nacer!¡El lo había criado!. Intento que Pepe no se diera cuenta de la emocion que la embargaba por dentro. Aunque realmente estaba muy atacado por la viruela de dragon como para notar cualquier cosa. Mitsuki agradecia haber sufrido aquella enfermedad de bebe y ya no correr peligro de contagiarsela. -¿Sabe algo más que pueda ayudarnos? -preguntó. El carcelo movió la cabeza en gesto negativo. Mitsuki queria preguntarle mas cosas. Queria saber si alguien conocia de la existencia del anciano. Pero Liliana la tomo del brazo. -Vamos, creo que no sabe nada más.
Asi que fue casi arrastrada hacia donde estaba la esfinge mientras Pepe Apestas volvia a dar una concierto de estornudos apoyandose contra la pared. El carselerlo le habia proporciado una informacion importantísima aunque el no lo supiera. Estuvieron a punto de saberlo todo, ¿El anciano habia querido redimirse quizas de haber criado al dragon?¿O habría hecho alguna otra cosa junto con los tres famosos hechiceros? -¡Mit! ¡El enigma! Fernando la trajo denuevo a la realidad. La esfinge habia dibujado en la arena unos numeros y signos de preguntas. Antes de que pudiera pensar una de las chicas que habian subido con ellos desde las mazmorras grito: -¡Ahí tienes maldita bestia! - Y dibujó la respuesta del enigma con la varita en el aire. Se oyeron gritos y la esfinge salto furiosa atacando a la joven. Luego volteo a mirar a los demas mientras una compañera se la llevaba lebitando hacia la salida. - Tengo el enigma - dijo trinunfante Liliana, al parecer ni siquiera se habia percatado del estrepito a su alrededor con lo concentrada que estaba - Ya podremos salir. Andrea, Fernando y Mitsuki caminaron tras Liliana, que le entrego el papel a la esfinge. Ésta muy malhumorada mostro los colmillos y rugio: -Supongo que lo habrán copiado de esa maldita insolente. ¡Esta bien, yo los libero!. Pero... - Una maliciosa sonrisa se dibujo en la cara de Alethea Quiero ver como traspasan las puertas, porque nuestro querido Apestas perdio sus llaves. Los cuatro se miraron sonrientes y Mitsuki saco el juego de enormes llaves enseñandoselas a la esfinge. -¿Te refieres a estas llaves?
alvaromagic Alvaromagic se dirigió al campamento sorteando el fuego maldito que el dragón había propagado, el dragón que había inspirado aquel torneo y que aquel día que era festivo entre los de su equipo se convirtió en una pesadilla para ellos. Saltó por encima de un par de cuerpos infectados de viruela y se dirigió al campamento donde se supone deberían estar algunos miembros de su equipo y aquel desconocido al que habían curado sus compañeras. Las barreras protectoras habían caído, pero había sido suerte que ninguna bestia penetrase en la tienda, entró y descubrió que su capitán etaba en pie y que estaba vistiendose. --¿Qué haces? --Ir a ayudar a los demás tonto, ¿o es que no lo ves? --En tu estado no es para nada aconsejable, además odio cuando te pones de mal humor. HHH puso los ojos en blanco y se dirigió afuera, pero Alvaro se lo impidió. --¡Déjame pasar! --¡Petrificus totalus!--Alvaromagic había sacado la varita y apuntado al pecho de su capitán. Con una sacudida lo envió de vuelta a la cama y con otra cíñó bien las mantas para que no se pudiese mover cuando fuesen remitiendo los efectos del maleficio. Salió de la tienda y volvió a levantar las barreras, además tendría que avisar a Minerva de que era la capitana en funciones, HHH no estaba en condiciones de capitanear un equipo. El fuego maldito del dragón relució en sus ojos, solo había una forma de acabar con él, y era pidiendo ayuda a los moderadores...o en aquel caso, ofreciéndola. Se dirigió a Hogwarts a ofrecer su ayuda mietras un absurdo pensamiento surcaba su cabeza llena de encantamientos: "Seguro que alguna está afilando un hacha con una lima de uñas" y con aquel pensamiento en la cabeza se dirigió al castillo esquivando los estragos de aquella noche
alethita Nos detuvimos durante algunos minutos porque Lobo, muy precoupado, se acerco a nosotros diciendo "¿Qué hacen ahí parados cuando la fortaleza está ardiendo en llamas?" pero nadie le contesto y seguimos caminando hacia nuestro destino ya con mucha mas seguridad porque ya eramos mas personas conocidas. De pronto todos empezaron a sentir frio pero no era un frio cualquiera sino que nos daba la sensacion de temor, miedo, desesperacion y fue en ese momento cuando escuchamos a Legolas decir -"Expecto Patronus"- y puede notar como un tigre de bengala salia de su varita logrando que todo el ambiente volviera casi a la normalidad, claro sabiendo que era normal hasta este momento.
Seguimos el mismo el mismo camino hasta que nos encontramos con Mateo y Atena que el unico que los conocia era Tontin porque fue el unico que corrio a saludarlos los demas nos miramos a ver esperando que alguien nos diga que onda que pasaba aqui. Luego sin esperarlo escuchamos a Mica decir muy preocupada- "¡Movamonos de aquí, por favor!"- pero Tontin hacia movimientos raros con esos pantalones que llevaba puesto, -dios mio que se cambie esos pantalones, pensé-, cuando volvimos la mirada para buscar a Pin, Pincay Legolas notamos que ya estaban dentro del hotel. Cuando entramos al hotel escuchamos como Mica nos decia -"No se separen, no se distraigan… nada nos indica que el lugar sea seguro. Tenemos que trabajar en equipo o los esfuerzos serán inútiles"- asi que todos estuvimos atentos hacia las ordenes de la capitana y nos pusimos alerta con las varitas en mano. De pronto se nos acerca una muchacha que en realidad no conocia pero que creo se llamaba Avril, que dio un vistaso raro a Tontin por los movimientos que realizaba que de seguro pensó que algo le estaba pasando. Nos dirigimos hacia las escaleras dispuestos a seguir nuestro camino pero Mica nos dijo: -"chicos, dejemos que este grupo se encargue de su araña, nosotros tiremos por este pasadizo"- y nos señalo una pequeña entrada. Desde donde encontrabamos se sentia un aire muy raro, entonces Legolas dijo: -"¿Oís eso?"entonces Tontíndirigiendose a Mica le dijo que si podia cubrile las espaldas para dar un vistazo de lo que habia dentro pero desde donde yo me encontraba se podia ver que no era un lugar seguro y que nos estabamos arriesgando demasiado pero todo lo que haciamos era para poder salvar a los de la fortaleza es que asi valia la pena, en eso veo como Pinca pasa a mi lado y se nos adelanta en el acto de echar un vistazo dentro del pasadizo en ese momento Tontin cerro la puerta y Pinca se quedo dentro, encerrada, y nada mas pude oir como Pinempezo a sollozar, entonces Mica con mucha rabia entro para poder ver a la cabra y la seguimos. Seguimos a la capitana pero un mago fornido nos detuvo en el camino y nos dijo que no podiamos entrar sino eramos organizadores, entonces pude ver la desesperacion de Legolas al decirle al mago que esto era una emergencia que no se venga con cuentos de que no nos puede dejar entrar, pero eso no le importo al mago y se quedo ahi sin moverse. A lo lejos escuchamos como varios magos planeaban algo de emergencia y de repente vemos como se asoman y le dicen al mago: -"Déjalos Arthur, sabemos porqué están acá, notado que el dragón está fuera de control"- volvi la mirada hacia donde estabamos y note que no solo nosotros estabamos sino que ya habian llegado varios magos mas en eso los organizadores nos empezaron a explicar que ellos fueron los que convocaron la marca para que asistamos al hotel y podamos ayudar a los
organizadores a resolver este caos, todos los presentes nos echamos unas miradas de preocupacion y de acierto antes esto. En eso escuchamos a Mistify decir que era necesario ir al castillo porque ahi entontrariamos algo para que el dragón vuelva a dormirse, pero Atena preocupada no podira creer lo que le decian de que era necesario volver a salir para ir al castillo,entonces Antara para tranquilizarla le dijo que nos protegeran durante todo el camino,entonces nos dirigimos hacia hogwarts. Volvi la mirada para reunirme de nuevo con mi grupo y pude notar que Mica estaba precupada, no pregunte el porque se encontraba asi porque note que Legolas la estaba tranquilizando entonces decidimos empezar a caminar hacia el castillo hasta que Mica y Legolas nos alcanzaron y ella nos dijo que escucho a las organizadoras hablar de algun libro que contenia algunos hechizos para que el dragon se quedara dormido el unico problema era conseguir ese libro. A pesar de lo dificil seria conseguir el libro pude notar ocmo Tontin se ponia feliz por el desafio que nos esperaba,a él le encantaban las aventuras por mas raras y dificiles que sean. Seguimos caminando hasta llegar a la puerta del castillo y nos paramos enfrente de ella, yo pensando la forma en que iba a ser todo eso que nos esperaba dentro y a que desafios nos enfrentariamos solo por encontrar ese libro, en eso Legolas paso a mi lado decidido a entrar sin preocuparse en ese momento de lo que le esperaba. Decidi seguir a Legolas con mi varita en mano, lo primero que note es que el castillo en la parte de la entrada se encontraba normal sin ningun peligro, entonces pensé esperemos que esto no sea una trampa para que nos confiemos y no tengamos cuidado-. Suspire y segui mi camino pensando que todo ira bien y saldremos librados de esto y con el libro en manos, pero antes volvi a echar una mirada hacia la fortaleza donde aun se veian las llamas debido al fuego y pense en mi abue Liliana y en los demas y pensé -lo lograremosMe adentre mas al castillo esperando lo que venga... Mr Jocker Black -- ¡Odio que no me hagan caso!-- exclamó iracundo el mortífago que junto con su compañera Vivianne habían logrado llegar a las afueras del castillo de Magia y Hechicería más famoso de todos los tiempos. -- ¿Y qué vamos a hacer?-- preguntó Vivianne mirando el camino recorrido buscando alguna señal que le indicara que Sol y Alex estaban bien. -- No lo se-- dijo el ojimiel llevando su mano derecha a la frente, intentando pensar en
algún plan para continuar. Los gritos provenientes de todas partes no dejaban que Jocker pudiese unir ideas. El plan inicial era perfecto, pero quién iba a pensar que su hijo y Sol iban a tomar el camino equivocado. -- ¿Y si vamos por Kium?-- preguntó Vivianne-- después de todo es la que más ayuda necesita para salir de la torre. Jocker no contestó. Sabía que el plan inicial era rescatar a la prisionera de su equipo, pero su familia siempre había sido lo más importante para él, aunque en ésta ocasión quien necesitaba de su ayuda era su compañera de bando y de equipo. -- ¿Jock?-- preguntó Vivi, interrumpiendo la meditación del ojimiel-- ¿Qué vamos a hacer? -- Vamos por Kium-- concluyó el mortífago con el rostro pálido-- Luego nos encargamos de buscar a Sol y a Alex, solo espero que se encuentren bien. Ambos integrantes de Walpurgis Brigade comenzaron a rodear el castillo para encontrar alguna entrada que les permitiera el acceso. Caminaron durante varios minutos hasta que a lo lejos, un grupo enorme de personas se abría espacio entre la entrada principal al Castillo. -- De seguro volvieron al castillo por la misma razón que nosotros-- pensó Jocker al tiempo en que junto con Vivianne se acercaban a la multitud. -- Creímos que eran de confianza, aunque, ahora ya, quién puede saberlo-- escucharon decir claramente. -- ¿De qué está hablando Mack?-- preguntó Vivianne a un chico que estaba a su lado y que Jocker no supo reconocer quién era. -- ¡A callar!-- gruñó el estudiante-- Que Mack explica que Merlín, Morgana y Circe parece que han liberado al Dragón Dormido.
-- ¿Qué?-- dijo Jocker preocupado-- ¿Cómo es eso que ellos lo han liberado? Pero si son parte de la organización del torneo, no creo que… -- Debemos organizarnos para encontrarlos a ellos y para encontrar ese libro del que poco sabemos-- finalizó Mackenzie. -- ¡Y qué pasará con los prisioneros que siguen en la Torre!-- gritó uno de los participantes que se encontraba adelante, muy cerca de donde la mortífaga estaba hablando. -- Es obvio que Alethea los dejará libres ¿no?-- exclamó otro de los estudiantes. La gran mayoría de los que estaban murmurando cosas entre sí, se quedó en silencio para saber qué respondía la organización, incluídos Jocker y Vivianne. Mateo Black
Mateo caminaba normalmente, el díctamo había hecho efecto. Sin embargo, AteNa y Avril seguían a su lado, dirigiéndole miradas de preocupación al mago. La comitiva seguía creciendo, parecían miembros de una patética secta, todos siguiendo a las organizadores y un auror y un mortífago que se habían unido a ellas, y que parecían discutir. –No son más útiles que ninguno de nosotros así- Pensó frustrado Mateo al momento que les dirigía miradas de reprobación a algunos que se acercaban al grupo preguntando tonterías y otros que sólo se acercaban para resguardarse del "amigo Dragón". – ¿Porque demonios no nos ponemos en fila y lanzamos chorritos de agua por orden a ver si apagamos el fuego?- Se dijo mientras imaginaba una escena irónica. -¿Caminaremos todo el recorrido hasta el Colegio?- Preguntó Avril a Mistify. Mateo ya estaba pensando convocar su fiel escoba, a pesar de que ya podía andar con tranquilidad. Mistify asintió. Mateo no tenía información de que tuviese afinidad con el Quidditch ni ella ni Antara o Mackenzie, que eran las que dirigían el grupo. El joven seguía mirando furtivamente a un lado y otro buscando alguna señal de su equipo o de su compañero prisionero, Conxuro. Pero cuando volvió la vista hacia la "manada", cayó en cuenta que se había multiplicado por tres. Tontín, krazywitch y su grupo nos habían alcanzado, al mismo tiempo que Rosabonita y otros competidores. Mateo pensó que había perdido a sus amigos, cuando Avril se volvió hacia él y dijo: -Ahora podríamos usar las escobas de quidditch suyas chicos, sería un momento adecuado, tenemos que llegar a
la torre.- y les dirigió una sonrisa un tanto traviesa. Mateo se preguntaba si se podrían penetrar los muros de Hogwarts tan sólo volando, pero lo que más le preocupaba de esa idea, era que un pequeño animalito conocido como Colacuerno, también volaba. En efecto, Golden sugirió:- Primero hay que preguntarles a las responsables del torneo, tal vez ni podamos penetrar la barrera mágica del castillo-. Tenía razón, pero estaba harto de seguir a las organizadoras, que caminaban como si fuese un desfile, siempre queriendo mostrar su belleza. El Black levantó su varita apuntando hacia el Bosque y exclamó: -Accio Flecha
Plateada!-, al momento que AteNa lo imitaba. Nada sucedió. ***** Ya en las cercanías del colosal castillo, Mack buscó la aprobación de cada uno que formaba ese rústico grupo, aunque parecía una madre preocupada contando sus hijos para asegurarse que no se le hubiere perdido ninguno. Hizo un ademán a uno de los que iba adelante, a quien había oído ser llamado Legolas por Tontín y su grupo. Éste abrió las grandes puertas con la ayuda de dos fornidos aurores, a quienes reconoció como Hades y Prince
of Fire. La majestusosa estructura arquitectónica de Hogwarts los recibió, abstrayéndolos de cuanto dolor, sufrimiento y caos se desarrollara afuera, en cuanto se cerraron las puertas. Nadie se separó, todos permanecieron juntos buscando confianza, pero Mateo estaba esperando que alguien se hiciera ver, tenía el presentimiento que no estaban solos. La voz de Mackenzie, en un grado estruendoso, resonó en el edificio. -Escuchadme todos -comenzó- hay un libro que guarda un secreto de magia antigua que sospechamos que sirve para dominar el dragón. Nadie sabe mucho sobre ese libro y sobre el secreto. Tampoco sabemos mucho sobre los tres magos que se enlistaron en la organización. Nunca creímos que fuesen, quienes decían ser. Sin embargo, después de todo lo que ha ocurrido, quien sabe si de verdad no serán los verdaderos Merlín, Circe y Morgana, llegados hasta aquí con un giratiempos.- Muchos murmuraron entre ellos, otros miraban con los ojos desorbitados a la organizadora. Mateo mantenía la vista fija en un punto no muy lejano, había una luz prendida cerca de allí, muy cerca del pasillo de la Biblioteca. -No tenemos muchas más respuestas que vosotros. -continuó la bruja-. –Me lo imaginabaPensó Mateorefunfuñando. -El torneo se organizó siguiendo una antigua tradición. Merlín, Morgana y Circe fueron contratados para ayudarnos y ellos fueron quienes trajeron al dragón. Creímos que eran de confianza, aunque, ahora ya, quién puede saberlo. -Debemos organizarnos para encontrarlos a ellos y para encontrar ese libro del que poco sabemos.- Culminó. Nadie movió un pelo.
Mateo escuchó estas últimas palabras y las sintió como una orden de salida en una carrera contra el tiempo. Miró a su grupo, con sus ojos grises, tratando de mostrar seguridad, la cual en esos momentos era valuada en galeones. - Síganme. –Murmuró mientras señalaba con su mano izquierda el pasillo de la Biblioteca. El grupo se puso en marcha sigilosamente cuando un temblor sacudió el piso, seguido de un rugido que ponía los pelos de punta. El Dragón no cesaba, y pronto seríamos historia.
ValeriaR CITA -Voy a recorrer la fortaleza en busca de otra salida..¿Alguien me acompaña? Apenas ValeriaR terminó de decir esto vio como la esfinge se dirigía hacia el grupo de prisioneros. ¿Y ahora que?!-pensó. Alethea, muy calmada y seria, dibujó una serie de signos y sólo dijo: -Aquí tienen el enigma, el que lo resuelva podrá irse. ValeriaR lo miró y se dio cuenta que era una ecuación matemática, lo que la tranquilizó, ya que siempre había sido buena con los números. Sin embargo, el caos y la desesperación que inundaban la fortaleza le impedía pensar con claridad. Se mareaba con los números, y eso sólo conseguía ponerla más nerviosa. Estaba pensando muy concentrada, cuando vio que una figura plateada se acercaba hacia ella. Cuando ésta llego a su lado abrió su boca y dijo: -¿¿¡Estás bien?!! Soy Celes, aquí fuera estamos tratando de liberarlos. No pudo evitar sonreír. Incluso con todo el caos que había en ese momento, su amiga se había preocupado por ella. No tardó mucho en invocar un patronus como respuesta, ya que se había reavivado su esperanza. Luego de haberlo mandado, volvió a mirar el enigma con más determinación que nunca. Veía como varios prisioneros ya lo habían deducido y se iban yendo de la fortaleza, pero intentó hacerle caso omiso a eso y concentrarse. Luego de unos minutos, finalmente consiguió desifrar el enigma, y una sensación de alivio le inundó el cuerpo. Ya podría marcharse de ese espantoso lugar y unirse a Celestísima y ayudar con lo que sea que esté pasando afuera. Se dirigió hacia la esfinge, le dijo es voz baja el resultado, y ésta sólo se digno a hacer una mueca de aprobación y darse vuelta.
Valeria pensó que una vez que todo esto se resolviera (si es que algún día lo haría) se encargaría de darle su merecido a la esfinge por todo lo que había hecho. Y se dirigió hacia la entrada de la fortaleza, donde las quimeras se corrieron y le permitieron salir. Allí parada en la puerta, estaba Celestísima. Al verse, las dos amigas se abrazaron y Celestísima dijo: -Me alegro tanto que estés bien. -Gracias, la verdad que ya no tenía muchas esperanzas de salir de allí, pero tu patronus me ayudó. ¿Donde estás las chicas?- preguntó Valeria preocupada -karla se quedó en el campamento, cuidando de Magic, que parece que tiene viruela de dragón. -¿Ella también? Dios! esto se está transformando en una epidemia.. Recién después de un rato hablando con Celestisima, Valeria miró a su alrededor y cayó en la cuenta de que los problemas no habían terminado todavía. Vio que las luces del hotel estaban prendidas, pero le llamó más la atención que varios grupos de magos se estaban yendo del lugar -¿Adonde van todos?- le preguntó a su amiga - Al Castillo, en busca de respuestas- le contestó.. - Crees que nosotras debemos ir para allá tambien? ...
elladora Con los primeros rayos del sol que apenas se asomaban, poco a poco se iban dejando ver con mayor facilidad las heridas que cada uno había sufrido y a pesar de que el cansancio era cada vez mayor habían logrado llegar al castillo, al parecer ya había muchos dentro pero no sabían aún cómo o dónde buscar las respuestas que necesitaban y que con tanto anhelo deseaban escuchar… Los grandes ojos cafés de Elladora parecían recuperar el brillo porque la esperanza de estar cada vez más cerca de lo que necesitaban aumentaba a medida que se iban adentrando en Hogwarts, pero la construcción ya no demostraba la majestuosidad de hace unas horas, algunos pasillos ardían en llamas, muchas estatuas y armaduras estaban rotas e incineradas y de pronto un murmullo que se fue haciendo cada vez mas fuerte a medida que avanzaban los hizo caminar muy deprisa… Dieron la vuelta por un largo pasillo y se encontraron a un joven mago que estaba algo apurado y balbuceaba palabras inentendibles, parecía buscar algo, entonces Elladora decidió preguntar…
-Hola, parece que nos hemos quedado algo rezagados, podrías decirme que estás haciendo y por favor serías tan amable de detenerte un segundo mientras te hablo?El chico miro con indiferencia al grupo, no tenía intención de detenerse pero las miradas ansiosas que esperaban una respuesta lo hicieron parar y empezó a hablar… -Miren, pongan atención porque no pienso repetirlo, al llegar al castillo Mack nos dijo que hay un libro que guarda un secreto de magia antigua que al parecer sirve para dominar el dragón. Nadie sabe mucho sobre ese libro y sobre el secreto, además dijo que Merlín, Circe y Morgana tienen algo que ver con lo que está sucediendo. Entonces nos organizamos para encontrarlos a ellos y para encontrar ese libro del que poco sabemos, espero que hayan quedado satisfechos porque me han hecho retrasar demasiado y no pienso contestar nada más porque no sé nada mas, así que con permiso y ya no me fastidien mas….Diciendo esto se alejó lo más rápido que pudo… -Gracias, mucho gusto soy Elladora a mí también me encantó conocerteee...Los chicos apenas estaban digiriendo la información, cuando la figura del joven despareció pro completo de su vista, se miraban entre confundidos y exaltados, al menos ahora tenían un objetivo claro, aunque no supieran nada de el, entonces Syl se ánimo a decir… -Bueno, si hay un libro que buscar pues empecemos-Pero no sabemos cómo es- dijo Esther -Pues si es tan importante, si llegamos a tenerlo en nuestras manos lo sabremos- dijo NykOo Elladora decidió quitarse el pedazo de capa que aún llevaba puesta, intentó aplastar su autónomo y desordenado cabello, sin mucho éxito, limpió el hollín de su rostro, tomó aire y… -LIBRO!!!! Vamos por ti y si en el recorrido nos encontramos con alguno de los tres magos, mejorTodos dieron un grito de batalla y no tuvieron la necesidad de hablar, tenían sus mentes y sus corazones tan conectados que sabían exactamente el camino a seguir…
keacher Yo no era más que un elfo insignificante en una aventura para gente importante, pero se me ocurrió una idea: Empecé a trepar por las paredes del castillo. Un pie aquí, el otro allá, y así fui subiendo hasta llegar a donde se encontraban Merlín, Morgana y Circe. - ¡Hola, trío! Basta ya de jueguecitos. dadme ese libro, esa llave, y dejadme que duerma al dragón de nuevo. - Oh, nuestro gran señor, haremos lo que nos digas- canturrearon como una sola voz. Con la llave abrí el libro, en el que encontré un hechizo duerme dragones, y lo leí. El dragón durmió, y todo volvió a la normalidad. Un grupo de chicas preciosas me lo agradecieron durante días, y hasta me dieron un diploma firmado por toda la gente importante donde ponía: Keacher, eres el mejor. Un fuerte golpe me despertó. - ¡Keacher, chico, que te duermes! Qué pena, todo había sido un sueño. Justo me estaban empujando hacia dentro de la torre. Liliana Ánderlin -Y ¿cómo llegaron ustedes hasta aquí?- Lili dio un respingo, no había notado la presencia de más gente, hacía tanto rato que estában solos que había dejado de pensar en los prisioneros por un momento. Pero allí estaban, tres chicas nos miraban sorprendidas, al reparar en su aspecto pensé en cómo debía ser el mío. -Pues… era un viejo loco diciendo sus últimas palabras –Andrea se ocupo de deshacerse de la curiosidad de las muchachas con esas simples palabras– y pues… Dejó que Andrea se encargara de aquello podía ser muy convincente. -Mobilicorpus- y el cuerpo de Pepe comenzó a flotar frente a sus ojos y uno a uno lo siguieron hasta el exterior de aquella ancestral mazmorra. -¿Qué habrá querido decir el anciano ese?- No estaba muy segura de que la información que acabábamos de recibir fuera del todo segura por lo que no quería que más personas quedaran implicadas, dijo estas palabras en un susurro apenas audible para sus tres compañeros.
-No tengo idea –Mitsuki tampoco levantó la voz– pero creo que tiene mucho que ver con lo que está pasando – parecía que tenía algo más que decir pero se quedo callada. -Yo no sé realmente –Fernando que también se encontraba cerca intentaba entrar en la conversación. -Era un viejo loco que solo nos quiso tomar el pelo- Andrea seguía exceptica sobre las palabras del anciano, desde el principio no le había dado buena espina. -No lo creo Andrea, sabía muchas cosas como para estarlo inventando- Mit parecía molesta con Andrea por la aptitud hacia el hombre aun después de muerto por lo que Lili no siguió escuchando la conversación. Se dedico a reflexionar sobre todo lo que había pasado en un momento. Un rugido conocido la saco del mundo de pensamientos en el que se había sumido. Alethea apareció frente a sus ojos. Pepe había despertado y seguía estornudando por lo que Liliana prefería no acercarse a el, lejos de intentar atacarlos la mitológica esfinge paseaba de un lado a otro de la puerta del patio mirándolos de vez en cuando sin interés alguno reflejado en sus hermosos y temibles ojos. -Quiero deciros un secreto, en pago por haberme ayudado –Un pequeño hilo de voz escapo de los castigados pulmones del orondo carcelero - la fortaleza del dragón siempre ha estado aquí, el dragón siempre estuvo aquí. Nadie lo trajo para el torneoLos chicos se acercaron a escucharlo.
-¿Sabe algo más que pueda ayudarnos? – Mit parecía emocionada ante la expectativa de tener más información sobre aquel escabroso asunto que cada vez se oscurecía más y más en lugar de aclararse. El carcelero movió su cabeza para indicar que no sabía nada más, en el fondo solo era un encargado más que a veces oía cosas. -Vamos, -Lili los insto a continuar - creo que no sabe nada más.- tomó a Mitsuki del brazo y la arrastró hacia la esfinge. El animal los miró por un momento y después se hizo a un lado dejando al descubierto el enigma. -Solo de esta manera podréis salir de aquí - se acomodó en el suelo con una sonrisa triunfal en los labios.
No era momento de pensar porque razón Alethea se empeñaba en hacerles cumplir ese absurdo trámite según estaba la situación, en ese momento Lili solo podía pensar en el acertijo que se le había presentado. Miró los extraños símbolos y números mientras todo lo demás desaparecía a su alrededor consciente de la importancia de la rapidez en aquellos momentos, de pronto… como salido de la espesa niebla que cubría su mente entre una marabunta de recuerdos y pensamientos surgió la respuesta. - Tengo el enigma – exclamó triunfal mirando a los demás, en sus ojos verdes había un brillo de alegría que no sabía de dónde salía en un momento como aquel- Ya podremos salir. Y seguida de los demás se paró frente a la esfinge que la miro con un pequeño gesto de rencor al ver el papel que sostenía en sus manos. -Supongo que lo habrán copiado de esa maldita insolente. ¡Está bien, yo los libero!. Pero... - Una maliciosa sonrisa se dibujo en la cara de Alethea - Quiero ver como traspasan las puertas, porque nuestro querido Apestas perdió sus llavesLos cuatro se miraron, era el mejor momento del día desde que todo aquello había comenzado, vieron como la chica de rizos metía la mano en el bolsillo y ante la mirada sorprendida de la esfinge sacaba un enorme llavero. -¿Te refieres a estas llaves?El rugido de la esfinge se escucho en toda la fortaleza, había sido burlada, pero era un ser de palabra y debía dejarlos pasar, retiró las criaturas de fuego que guardaban las puertas y mit introdujo la llave en la enorme cerradura. Los chicos se sintieron libres por un momento, en el exterior se habían congregado un gran número de participantes del torneo en busca de sus amigos que aprovecharon el momento para introducirse en el gran edificio en su busca. Los cuatro se escabulleron entre la multitud, la marca tenebrosa brillaba sobre el hotel, alrededor todo era caos y destrucción, lo primero que asalto la mente de Lili fue la seguridad de sus amigos, debían estar bien, seguro que estaban bien, los buscó entre la multitud pero no vio ninguna cara conocida. Se paró en seco antes de continuar y se volvió hacia sus compañeros de fatigas.
-¿Y ahora?-
caroliinaa mack me miro y asintio, luego se dio vuelta y repitio - a hogwarts. camine tranquilamente de tras de todo el grupo me parecio que nadie mas uqe mck habia notado que iba con ellos pero eso no me molesto para nada, podia escuchar a otros participantes delante de mi pero no senti ganas de asercarme a ninguno de ellos, quizas vme vieran como una anti-social pero es uqe en ese momento estaba muy sumida en mis pensamientos. dos cosas rondaban por mi cabeza, la primera ¿si el resto de mi equipo se encontraria bien?, y la segunda cosa era ¿para que ibamos a hogwarts?, no tenia miedo de lo uqe pudiera pasar me podian decir que debia luchar contra el dragon yo sola y aun sabiendo que no tenia oportunidad lo aria solo para ayudar a el resto de los magos y brujas que se encontraban en esa pesadilla, pero lo que en verdad me intrigaba era saber ¿que habia enn hogwarts que nos pudiera servir para dormir al dragon y terminar con esa pesadilla? no me di cuenta lo mucho uqe habiamos caminado pero al poco rato (o poco me habia parecido a mi) nos allabamos frente al gran castillo de hogwars. vi a un mago abrir la puerta del castillo me parecio uqe era legolas pero no sabia si ese era su nombre, entramos todos en el castillo tras los organizadores, por fin iba a saber uqe era lo que sucedia.
krazywitch Comenzamos a mezclarnos con nuestros compañeros de otros equipos y no se veían nada bien, estaban algunos bastante heridos y cansados. Llevábamos blandidas las varitas más por precaución y no podía evitar quitarle de encima los ojos a Mistify. Aún no nos alejábamos lo suficiente del hotel, cuando un ruido familiar de aleteo, llamó mi atención. Me detuve en el camino y los muchachos me secundaron, mientras el resto caminaba ya delante nuestro. Extendí el brazo y Snowy se posaba una vez más en él: - Hola bonita – le dije amablemente – ¿nos traes respuesta de Lee? La lechuza extendió su patita, algo cansada, así que luego de sacarle el trozo de pergamino de su pata y dárselo a Alex, busqué en mi bolso una botella con agua y algo de su comida y unos potes en los que le di de comer y beber. Me puse de pie y Alex leyó en voz alta:
CITA ―Ok, tienen razón chicos, yo mientras hare la parte que me toca, ahora mismo emprenderé camino hacia la guarida del dragón, será más fácil puesto que creo que todo está libre, ando
sola, creo que todo mundo esta aglomerado en la salida tratando de que Alethea los deje salir, espero encontrar algo que nos ayude‖ Con amor Lee.
- Bien – les dije- le enviaremos a Snowy de vuelta por si necesita enviarnos más mensajes y por ahora, esperemos que las cosas mejoren. - Ojalá y tengas razón nena, en lo que piensas sobre Mistify o nos meteremos en problemas con los organizadores – reflexionó Sorce. - Confía en mí – dije y esbocé una sonrisa. - También creo que Krazy, tiene razón Sorce, llevo un buen rato meditándolo, y tiene mucho sentido – dijo Gabry. - Si, Sor, esta niña tiene razón en lo que piensa – mencionó Alex. - También creo que tiene razón – dijo Sorce- sólo espero que no tengamos más problemas. - Pues para lo que se presente, estaremos juntos – dije y todos asintieron. Tomé un nuevo trozo de pergamino que Sorce me había entregado, un lápiz muggle y escribí:
CITA ―Pequeña, te enviamos a Snowy de vuelta por si necesitas volver a comunicarte con nosotros por cualquier cosa. Ojalá y encuentres algo. Sorce dice que cerca de la muralla del fondo de la fortaleza hay una puerta trampa y que cree que así podrás llegar hasta la guarida del dragón, porque una vez vio al carcelero entrar por ella. Recuerda ponernos al tanto si a Alethea la baja la locura y te deja salir de la fortaleza." Con amor, tus amigos.
Snowy había terminado de comer y beber, cuando se posaba en mi hombro derecho. Até el pergamino con el mensaje a una de sus patas. El amanecer era mucho más evidente cada vez, así que debíamos ser precavidos: - Snowy, lleva esta nota a Lee y quédate con ella – le di un beso en su cabeza poblada de hermosas plumas blancas – ten mucho cuidado que ya es de día prácticamente. Eres la mejor mi niña – extendí mi brazo y Snowy avanzó hasta la altura de mi codo - ¡ve, y buena suerte a ambas! Nos quedamos viendo a Snowy alejarse y corrimos a reunirnos con el grupo, que ya nos llevaba algo de distancia, lo que nos podría acarrear problemas. Esperábamos que todo saliera bien.
Fernando Black NARRADOR -Chicas… yo me retiro. Estando todos juntos no conseguiremos muchos, intentare salvar a los demás muchachos que se han retrasado. Mack escucho las palabras de Fernando, pero estaba demasiado ocupada gritando indicaciones a los concursantes que tenían cerca. Cuando levanto la vista, en busca del mortifago ya no lo encontró. ¿De verdad buscaría ayudar a los concursantes o buscaría para si mismo el libro?. Desafortunadamente para todos. Los concursantes no eran los únicos que habían logrado penetrar al interior del castillo. Diversas criaturas tenebrosas corrían por toda la edificación. Algunas inofensivas como salamandras de fuego y otras más peligrosas como grim’s e incluso un par de licántropos. El Black caminaba ya por la primera planta. Intuía que el libro (y por tanto los magos ancestrales) debían de encontrarse en algún pasadizo secreto, por lo que iba tocando todos los cuadros, esperando que alguno revelara el escondite secreto. Desde donde el se encontraba se oían gritos de personas, explosiones, gruñidos de animales y cada tanto se podía sentir un pequeño temblor. -Lo sabia- susurro eufórico el mortifago, observando como el cuadro de un paisaje comenzaba a desaparecer y una puerta aparecía en su lugar. Desafortunadamente al abrir la puerta se percato de que no debería de haberlo hecho. No habían 3 personas dentro, ni siquiera 1 libro, solo unos ojos ambarinos lo miraban fijamente, no podía decir más por que el dueño de aquellos ojos estaba escondido al fondo del lugar, en la oscuridad. -Maldito karma- pensó mientras retrocedía lentamente y ponía su mano sobre la puerta, si tenía suerte la cerraría sin ningún problema. El dueño de aquellos ojos avanzo un par de pasos, cautelosamente. Su identidad fue revelada la luz de las velas y el mortifago comprendió que no había encontrado a un mago, sino a una criatura. Aquella bestia era un peligroso Grifo. Una bestia cuyas patas frontales y la cabeza eran las de una águila gigante; el cuerpo y las patas traseras, de un león. -Me gustaría decir que no me lo merezco- susurro Fernando, tomando su vieja varita entre sus dedos.
-Expecto Patronum!- grito entonces. Unas nubes negras salieron de su varita, de inmediato comenzaron a arremolinarse delante de los ojos del grifo (al parecer llevaba tanto tiempo sin ver a algún mago que la magia le producía curiosidad) hasta que adoptaron la forma de un hipogrifo fantasmal. Ambas criaturas se miraron y de inmediato comenzaron a pelear la una con la otra. El mortifago de ojos plateados aprovecho aquella distracción y se lanzo a correr. Tenía que alejarse de ahí rápidamente, no tenía tiempo para luchar a muerte con una criatura como un grifo, el libro lo esperaba. Un gruñido de furia llego a sus oídos. ¿Acaso aquella bestia de ojos ambarinos ya se había librado de aquel hipogrifo tenebroso? Tenía que darse prisa. Doblo en una esquina y comenzó a bajar por las grandes escaleras. Al fin se encontró en la planta baja, donde todo parecía estar en calma. Las enormes puertas del recibidor se abrieron de par en par hacia dentro. El jardín estaba envuelto en llamas y varios alumnos aun corrían hacia adentro. Fernando se preguntaba cuántos de ellos serian capaces de sobrevivir a las criaturas que se encontraban dentro del castillo, si dejaba que todos murieran Mack podría enfadarse con él. Un grupo de concursantes algo numerosos estaban entrando al castillo en ese momento. El Black reconoció a alguno de ellos y agradeciendo que algunos de ellos supieran aunque fuese lo básico para sobrevivir, eran personas de las cuales no tenia por qué preocuparse, podría continuar con su búsqueda en solitario. Antes de que les diese la espalda alcanzo a fijarse en un par de brujas que parecían algo solitarias. Como si fueran las únicas de su equipo que estuvieran en ese lugar. No podía dejarlo asi, por lo que se obligo a si mismo a ir hasta ellas. -¿Sus nombres?- les pregunto. -Celestisima- respondió una de ellas –ValeriaR- dijo la otra. Fernando estaba algo cansado. Su respiración se había vuelto algo agitada y tenía el cabello le cubría la mitad del rostro. Resoplo y de inmediato comenzó a informarles lo ocurrido. Todo sobre la importancia
del libro y el peligro de los magos. Algunos de los concursantes se habían detenido para oír lo que el mortifago estaba contando a las chicas. Cuando su relato termino, algunos se miraron inseguros y de inmediato comenzaron todos a subir por las escaleras… Fernando bajo la vista unos segundos, para tomar aire, pero el gruñido de una bestia, seguido por el grito de asombro de los concursantes, atrajo su atención. El grifo había bajado hasta la segunda planta y miraba furioso a todos los presentes. -Muchachos- los concursantes lo voltearon a ver –Yo me encargo de el, ustedes sigan adelante y tengan cuidado porque hay un par de licántropos sueltos por ahí, al igual que una jauría de grim’s o al menos esas son las criaturas que yo escuche- aviso el mortifago mirando a la bestia. -Imperio!- grito Fernando apuntando al animal. El grifo se quedo quieto, luchando internamente. La varita de Fernando vibraba por la intensidad de la potencia del hechizo. Los concursantes pasaban justo al lado de la criatura que se mantenía quieta. Cuando todos se habían alejado la bestia soltó otro gruñido, librándose del hechizo. -Vamos a bailar…- dijo Fernando, una nueva sonrisa se dibuja en sus labios en ese momento.
caroliinaa mack se paro frente a nosotros y pronuncio un sonorus. -Escuchadme todos -dijo mack- hay un libro que guarda un secreto de magia antigua que sospechamos que sirve para dominar el dragón. Nadie sabe mucho sobre ese libro y sobre el secreto. Tampoco sabemos mucho sobre los tres magos que se enlistaron en la organización. Nunca creimos que fuesen, quienes decían ser. Sin embargo, después de todo lo que ha ocurrido, quien sabe si de verdad no serán los verdaderos Merlín, Circe y Morgana, llegados hasta aquí con un giratiempos. pero eso no repondia ni una cuarta parte de mis dudas yo queria saber mas entonces mire a los organisadores con una mirada de interrogacion pero ninguno me vio. mack continuo hablando como si no ubiera escuchado el murmullo que su comentario habia
probocado -No tenemos muchas más respuestas que vosotros - por lo menos nos eran sinceros en lo uqe se referia a uqe no sabian uqe hacer -. El torneo se organizó siguiendo una antigua tradición. Merlín, Morgana y Circe fueron contratados para ayudarnos y ellos fueron quienes trajeron al dragón. Creimos que eran de confianza, aunque, ahora ya, quién puede saberlo. mire a todos a mi alrededor todos escuchaban muy atentamente lo que decia mack, un poco mas adelante de donde me allaba pude ver a tontin que se remobia inquieto intentando decir algo pero no le salian las palabras a su lado estaba mica que cuando mack termino de hablar y vio los problemas de tontin no pudo aguantar contener una gran sonrisa. todos empesaron a hablar con quien tenian al lado en vos baja, pero macklos interumpio diciendo que debiamos organizarnos para encontrarlos a Merlín, Morgana y Circe y para encontrar ese libro del que poco sabiamos. en ese momento se abrio la puerta de la entrada al castillo y alvaromagic paso por ella rapidamente volviendola a cerrar, le hice un ligero gesto con la mano para uqe se acercara y explicarle lo poco que sabia, le repeti lo que acababa de decir mack sin dejarlo queme interumpa. cuando termine de hablar me miro y me dijo - me alegro de saber que todabia tenemos oportunidad. le dedique una pequeña sonrisa sin ningun entusiasmo ¿es que el pensaba uqe ya no teniamos oportunidad?, en ese momento me acorde del capi el habia sido atacado por un dementor, mire rapidamente a alvaro ¿como esta HHH? me miro y sonrio ¿que era lo gracioso de mi pregunta? - me parece uqe esta un poco duro dijo lo mire sin comprender, al ve mi cara me explico - queria salir a ayudar pero en el estado que estaba no podia y lo tuve que inmovilizar. -aaa - fue todo lo que dije, y mire a mi alrededor esperando que alguien me dijera uqe hacer.
Padelilla Padelilla se despertó totalmente desorientada, cuando abrió los ojos esperaba encontrar el techo de la tienda donde dormía con sus compañeros de equipo, pero no fue así. Por un momento recordó que esta semana era prisionera y creyó que estaría en la Fortaleza. Entonces lo recordó todo. El dragón, la acromántula de fuego, los cadaveres, los gritos, el terror y por último el dementor y a Dany.
Se incorporó y vio que estaba en un recinto desconocido, Dany debió de haberla llevado a aquel lugar, lo buscó con la mirada pero sólo vio a algunas personas que como ella estaban durmiendo o al menos acostadas. Se levantó y camino hacia la puerta. -¿Dónde te crees que vas? Padelilla se giró, una bruja le hablaba mientras con su varita vendaba la cabeza de un herido. No se había dado cuenta de que estaba allí. - ¿Dónde están mis compañeros? ¿Dónde está el chico que me trajo hasta aquí? - El chico se fue, pero no sé donde. Llevas unos minutos durmiendo, has sido atacada por un dementor y creo has tenido mucha suerte. Cuando llegaste estabas pálida y temblabas. Tenías los labios morados y gemías en sueños. Toma un trozo de chocolate. Padelilla cogió el trozo de chocolate de una cajita que había sobre su mesita y empezó a comerselo. - Me voy a ir de aquí, tengo que buscar a mi equipo. - Está bien.- A Padelilla le sorprendió la reacción de la bruja, en Hogwarts la enfermera no le habría dejado abandonar la enfermería o al menos, no antes de ponerle muchas pegas.- ¿Te sorprendo? No creo que estés más segura aquí que en otro sitio, todos estamos en peligro. Cuídate y llévate unos cuantos bombones. Padelilla se metió algunos chocoates en el bolsillo de la túnica y salió. ¿Cómo iba a encontrar a alguien con todo el caos que había? - ¡Expecto Patronum!. Dos fénix plateados salieron de su varita. - Buscad a Dany y a dobby, cuando los encontréis decidles que voy camino del hotel. Debemos saber lo que pasa, alguien debe de saber como controlar al dragón.
Fernando perea Despues de que el viejo muriera y dijera los tres ultimos nombres que a ninguno de los 4 magos alli presente les parecia familiar se escucho otra voz del lugar por donde había entrado pepe apestas. -Y ¿cómo llegaron ustedes hasta aquí?- Lili dio un respingo, al parecer no tenia en cuenta nada de lo que estaba pasando a su alrededor. Y las causantes de la forma en que Lili dio ese salto habían sido tres chicas sorprendidas de haberse encontrado alguien en ese lugar tan orrendo. -Pues… era un viejo loco diciendo sus últimas palabras –Andrea se ocupo de deshacerse de la curiosidad de las muchachas con esas simples palabras– y pues... Mientras Andrea siguió hablando con las chicas Fer se habia quedado pensando en los tres nombres que el viejo había pronunciado antes de morir. Luego de unas cuantas palabras intecambiadas entre las chicas decidieron salir del hueco para ir hacia donde se encontraba Alethea ya que decudieron que la unica forma de salir de alli era resolviendo el acertijo. -Mobilicorpus- y el cuerpo de Pepe comenzó a flotar frente a sus ojos y uno a uno lo siguieron hasta el exterior de aquella ancestral mazmorra. -¿Qué habrá querido decir el anciano ese?- dijo lili en un susurro apenas audible para Fer. -No tengo idea –Mitsuki tampoco levantó la voz– pero creo que tiene mucho que ver con lo que está pasando – parecía que tenía algo más que decir pero se quedo callada. Yo no sé realmente –Fernando que también se encontraba cerca intentaba entrar en la conversación. -Era un viejo loco que solo nos quiso tomar el pelo-aun de muerto Andrea seguia con su desconfiansa hacia el viejo. -No lo creo Andrea, sabía muchas cosas como para estarlo inventando- Mit parecía
molesta con Andrea por la aptitud hacia el hombre aun después de muerto. Luego de unos minutos se encontraban frente a la esfinge, con una sonrisa tan malefica nunca vista antes, al parecer difrutaba mucho la situacion del momento, y caminaba de un lado al otro sin sacar la vista de todos los chicos que ahora se encontraban delante de ella, y de pepe que había despertado de su estado de inconciencia pero todavia largando esas chispas de colores por la nariz las cuales a fernando le parecian alo fantastico, nunca había visto a alguien con viruela de dragón. -Quiero deciros un secreto, en pago por haberme ayudado –Un pequeño hilo de voz escapo de los castigados pulmones del orondo carcelero - la fortaleza del dragón siempre ha estado aquí, el dragón siempre estuvo aquí. Nadie lo trajo para el torneoLos chicos se acercaron a escucharlo. -¿Sabe algo más que pueda ayudarnos? – habia preguntado Mit al instante que pepe había dejado de hablar, pero ese negó con la cabeza. -Vamos, -Lili los insto a continuar - creo que no sabe nada más.- tomó a Mitsuki del brazo y la arrastró hacia la esfinge. Alethea despues de observarlos por un momento se movio un poco del lugar donde se había detenido para que los chicos puedan ver el enigma que los sacaria de ese infierno. Solo de esta manera podréis salir de aquí - se acomodó en el suelo con una sonrisa triunfal en los labios. Al ver el acertijo fer agradeció que le gustaran las matemáticas. - Tengo el enigma – exclamó triunfal Lili- Ya podremos salir. La sonrisa malefica de la esfinge se borro por un instante ya que los cuatro prisioneros habian resuelto el acertijo epro se volvio a marcar ya que recordo que apestas habia perdido sus llaves y por lo tanto los prisioneros no podrian salir. Pero Mit con un gesto algo triunfante mostro las llaves a las cuales Alethea se referia. Sin otra razon para que los chicos se quedaran alli tuvo que dejarlos pasar.
Ya estaban afuera, aunque el paisaje no era del todo agradable, al ver esto Fer inmediatamente penso en su equipo, pero tambien algo de su preocupacion se habia ido ya que el estaba seguro de que estaban bien, al fin y al cabo era su equipo, capaz de todo, inteligentes y de la honorable casa gryffindor, pero el pensamiento de fer y su equipo fue borrado por la voz de Mit. -chicos tengo que mostrarle algo importante- mit había empezado a hablar en un tono bastante fuerte pero fue apagando su voz de a poco, parecia que no queria que nadie mas se enterara de lo que nos queria decir- pero necesitamos un lugar tarnquilo y donde no haya nadieLos cuatro chicos se amontonaron un poco mas para que la voz de Mit se pueda escuchar claramente. -Miren ahi- Fer señalaba hacia su derecha- el bosque, que lugar mas tranquilo se puede encontrar, ademas de que ahi seguramente no hay nadieLas demas brujas sin otra idea que se les ocurriera el bosque le habia parecido bien asi que sin mas se encaminaron hacia éste. Cuando por fin ya se habian adentrado en la espesa capa de arboles que el bosque presentaba, Mit se habia dispuesto a mostrarle eso tan importante que les habia dicho anteriormente, pero antes de que Mit dijera algo se escucho un crujido de ramas enfrente de donde se encontraban los cuatro chicos y se podia divisar uyna sombra que hizo que los chicos agarraran fuerte sus varitas y apuntaron sin dudarlo ni un momento. Liliana Ánderlin -chicos tengo que mostrarles algo importante- la voz de Mit se escucho para terminar casi en un susurro- pero necesitamos un lugar tranquilo y donde no haya nadie-Miren ahí- Fernando señalo hacia la oscuridad del bosque colindante- el bosque, que lugar más tranquilo se puede encontrar, además de que ahí seguramente no hay nadie- los demás siguieron la dirección de su dedo con la mirada y asintieron. En un absoluto silencio avanzaron sin ser vistos hacia el lindero del bosque, una vez
allí los tres muchachos miraron a Mitsuki esperando que era aquello tan importante que tenía que decirles, cuando de pronto… ¡crak! Los cuatro muchachos se dieron la vuelta con las varitas en la mano, cualquier cosa podía salir de ese oscuro y tenebroso bosque, entonces una tímida criatura asomó su espectral hocico entre las ramas del bosque. Fernando lo apuntó con su varita pero Lili puso la mano sobre su brazo –¡espera!- es Tenebrus- había un deje de alegría en la voz de la muchacha. -¿Quién demonios es ese?- preguntó el muchacho que todavía no estaba muy seguro de si debía confiar o no en la esquelética criatura. -Es uno de los thestral del colegio, seguramente está asustado por el alboroto- Lili soltó la mano de Fernandoy se acercó poco a poco al animal dejando que este la viera, apoyó una temblorosa mano en su hocico ante lo que el animal emitió un sonido gutural que al parecer era de satisfacción. -Podemos montarlo y llegar al colegio, escuche a los que estaban en la puerta decir que todos se dirigían hacia allí- la voz de Andrea parecía tranquila, en realidad era la única que lo estaba, Mitsuki y Fernando miraban a las criaturas como si no pudieran existir – el problema es que solo hay uno. -Pronto aparecerán los demás- y tenía razón, estaban cubiertos de de arañazos y magulladuras, todavía no se explicaba como Andrea era capaz de controlar su sed en esa situación. Cuatro tímidas figuras equinas aparecieron detrás del macho de la manada del colegio, Mit y Fernando habían empezado a tranquilizarse y los animales aunque tímidos comenzaron a acercarse. -Mit que era eso tan importante que tenias que decirnos?- la chica dio un salto y pareció volver a la realidad. -¡Ah! ¡Es cierto!- buscó apresuradamente en el bolsillo de su desgarrada túnica y saco un ajado trozo de pergamino –Miren lo que nos ha dejado nuestro anciano amigoY todos nos congregamos a su alrededor para mirar el pequeño trozo de papel, parecía tener mucho tiempo, el paso de los años lo había desgastado hasta parecer de una fragilidad extrema. Mit comenzó a leer. “Hoy 23 de abril de 1530
He llegado a pensar que lo que hacemos no es lo más adecuado, mis compañeros están seguros pero yo... yo estoy comenzando a arrepentirme de este juramento que me ata a tal secreto que jamás debe ver la luz del sol. Nunca teníamos que haber jugado con fuerzas tan poderosas, nunca sin sopesar las consecuencias…” Paracelso” -Ya no se distingue nada mas…- los cuatro chicos se miraron desconcertados.
Xhiio Xheli nos contó su terrible experiencia, era peor que la nuestra, pues ella se encontraba encerrada, sin poder salir de ese lugar. Bien podría el dragón haber derrivado la parte de la fortaleza en que se encontraban los prisioneros y Alethea no los dejaría salir hasta responder su bendito acertijo. Suerte que Xheli era excelente en matemática. "Es mi fuerte" Decía siempre, nos aburría con sus alardeos, pero ya nunca más me pasaría eso, no ahora que se había salvado de una muerte prematura -me estremecí frente a ese pensamiento- gracias a su fuerte.
-Chicos - los llamé cuando Xheli había acabado un resumen de su relato, luego tendríamos tiempo de escuchar detalles, eso no importaba ahora- ¿Ahora a dónde vamos? -Pueas a un lugar seguro- dijo Mela, con cierta mofa -Eso lo puedo deducir- dije- Me refería a qué camino debemos seguir- Nos miramos unos a otros, era inútil seguir a la gente que corría despavorida por el lugar, pues iban en cualquier dirección, era una situación de caos colectivo. Me puse más nerviosa, pero mantuve los traicioneros nervios a raya, sabía que no me ayudarían de nada a la hora de ser racional. Xheli fue la primera en hablar y nos dijo con una seguridad en su tono de voz que nos dio confianza para ir en el sentido que nos indicaba.
Conocía esta fortaleza como a la palma de su mano, había sido prisionera varias veces, de forma voluntaria... Si yo hubiese sabido que esto iba a ocurrir no la hubiera dejado ni poner un pié fuera del campamento. Xheli es menor que yo, de cierto modo me sentía como su protectora. No significa que yo sea muy mayor, ella tiene 13 y yo 15. Nos conocimos hace dos años y desde ahí que somos amigas, nos quedan muchas cosas que hacer en nuestras vidas... y las haremos, saldremos de aquí, nos pondremos a salvo y luego sólo será un mal recuerdo.
-¿Chicos?- escuché decir a Xheli, se sentía bien volver a oir su voz, que muchas veces antes sentía irritante. -¿Qué pasa Xheli?- Preguntó Gode, pude ver en su cara que pensaba lo mismo que yo, ambos extrañábamos a Xheli y nos sentimos realmente mal cuando ella no estaba con nosotros. Fue como si una parte de nuestra alegría se fuera... y no era por los dementores. Amaba cuando nos juntábamos los tres, nos moríamos de risa, podíamos hablar por horas sin aburrirnos, hablando de incoherencias y divagaciones que sólo a nosotros se nos podían ocurrir. -¡Ahí está la salida!- Chilló Xheli, apuntando hacia una gran puerta frente a nosotros.
En ese momento, lo único que quería hacer era pegar saltitos, gritar y, por supuesto, abrazar a mis amigos. Pero cuando salimos por la puerta nos quedamos congelados, no por la gélida temperatura del ambiente, no. Por un tan hermoso como aterrador colacuerco húngaro que surcaba los cielos por encima de nuestras cabezas. Ahora los únicos gritos que podía emitir eran de terror. Confiaba en que lo peor ya había terminado, habíamos vencido el infierno de la fortaleza, habíamos logrado salir vivos del fuego maligno, de los inferis, de los dementores y Merlín sabe qué más había ahí. ¿Por qué tenía que seguir esta tortura? ¿Es que núnca se iba a acabar?
- Vamos rápido ¡vamos al castillo!- Susurró Mela, su voz destilaba pánico, nos hechamos a correr. Puff, nunca corrí tanto en toda mi vida. ¡Ni en las clases de educación física! pensé, con un deje de humor. - Los organizadores y los mortífagos están haciendo un buen trabajo ahí dentro - Susurré casi sin aliento - O eso creo dobbytxo Dobby estaba en la puerta de la Fortaleza que estaba casi en ruinas. El fuego había acabado con todo lo que había encontrado a su paso, al ser fuego maldito aun existan llamas alrededor de la Fortaleza, aunque ya había pasado mucho tiempo desde que se origino. Asomo la cabeza para ver si distinguía a Padelilla entre los pocos participantes que aun quedaban enclaustrados por Alethea pero no la
encontró. La llamó a gritos pero no hubo respuesta, al cabo de un rato llamándola su voz sonó detrás de él. - Dobby, voy de camino al Hotel,- se dio la vuelta para encontrarse un gran fénix plateado- estoy bien, debemos saber lo que pasa, alguien debe de saber cómo controlar al dragón. Te espero allí. El fénix se esfumó una vez había entregado su mensaje y Dobby estaba más tranquilo sabiendo que por lo menos uno de sus compañeros estaba a salvo. Así que volvió de vuelta al Hotel donde dijo el fénix para reunirse con Pade. Cuando llegó a la puerta encontró a su compañera sentada en uno de los escombros que había por allí cerca. Pade se levantó corriendo para abrazar a su compañero que también corría hacia ella. - ¿Cómo estás? ¿Qué te ha pasado? – preguntó Dobby después de verla con la cara un poco descolorida. Pade le explico todo lo que le había ocurrido desde que logró escarpar de la Fortaleza, el ataque del dementor a Danyellus y a ella, que Dany había desaparecido y no sabía dónde estaba… Ahora tenian que dirigirse con los demas al Castillo para intentar encontrar el libro del que hablaba Mack con la esperanza de que en realidad funcionase
Celestisima Pasada la alegría de haber visto salir a su compañera ValeriaR de la Fortaleza, Celestísima se puso a contarle todo lo que había ocurrido afuera hasta que la ex prisionera preguntó: -¿Adonde van todos?- Al Castillo, en busca de respuestas- le contestó.. - Crees que nosotras debemos ir para allá tambien? -Definitivamente - Contestó con determinación la joven bruja. De inmediato comenzaron a correr hacia donde se dirigía el grupo comandado por los organizadores del Torneo.
Hasta que de repente Celestisima miró al cielo y divisó al enorme dragón. Algo la hipnotizaba de aquella criatura. Parecía que el enorme dragón observaba todo pensando en cada uno de ellos... Era intimidante pero a la vez fascinante. Y de repente se sintió protagonista de aquella historia como nunca lo había sentido. A pesar de que sabía que era insignificante, y viendo a la enorme criatura alada se sentía todavía más pequeña, se sintió parte actuante de aquel caos. Aunque nadie la mirara, aunque nadie le hablara ella estaba ahí junto a su compañera. Ambas protagonizaban aquella historia... Eran héroes aunque sólo lo hubieran demostrado con la valentia de no ir a esconderse... - ¡Celes! ¿Qué te pasa? - La sobresaltó ValeriaR. -Nada, nada... sigamos por favor - Contestó Celestísima atontada. ¿Cómo podía ponerse a pensar esas cosas en un momento así. Valeria tenía los pies en la tierra -por lo menos en ese momento- menos mal que la había encontrado. Se apresuraron tanto que lograron unirse al grupo que iba a Hogwarts justo cuando estaban por entrar en el castillo. Casi nadie se había percatado de su presencia, pero entre tantos magos eso no era nada raro. Entonces escucharon a Mackenzie hablar: -Escuchadme todos -comenzó- hay un libro que guarda un secreto de magia antigua que sospechamos que sirve para dominar el dragón. Nadie sabe mucho sobre ese libro y sobre el secreto. Tampoco sabemos mucho sobre los tres magos que se enlistaron en la organización. Nunca creimos que fuesen, quienes decían ser. Sin embargo, después de todo lo que ha ocurrido, quien sabe si de verdad no serán los verdaderos Merlín, Circe y Morgana, llegados hasta aquí con un giratiempos. Luego Mackenzie aseguró que debían dividirse en grupos para encontrar a alguno de los tres y develar el secreto del libro... Ahora sí que no sabian qué hacer: ¿A quién se unirían Celestísima y Valeria para buscar? Mr Jocker Black Jocker vio a un conocido a lo lejos. Estaba junto con Mack y gran parte de los organizadores del Torneo del Dragón Dormido. -- Vivi tu averigua todo lo que puedas y ve a buscar a Kium-- dijo en medio de los gritos llenos de los demás concursantes que preguntaban miles de cosas a Mackenzie.
-- ¿Y tú para donde vas?-- preguntó preocupada la chica. -- Yo iré a averiguar qué es lo que está sucediendo aquí-- dijo firmemente el mortífago antes de comenzar a caminar hasta donde se encontraba Fernando Black, que al parecer se estaba moviendo hasta otro sitio. -- ¡Fer, Fer!-- exclamó el ojimiel, pero con aquella bulla difícilmente el aludido iba a escuchar. Jocker comenzó a seguir a aquel alto rango mortífago. Sabía que él era una de las pocas personas que podría explicarle bien lo que estaba sucediendo en el Torneo. El ojimiel no podía entender aquello que había oído hace un rato atrás. Era imposible que 3 personas de la organización hubiesen hecho algo tan macabro como liberar al Dragón Dormido. La historia de un libro tampoco calzaba en la mente el chico que a paso veloz intentaba alcanzar al Black. Cuando Jocker llegó a la primera planta se vio completamente perdido entre los muros de Hogwarts. No conocía el lugar a pesar pertenecer a una de las casas de aquella Academia de Magia. -- Maldición. Eso me pasa por vivir encerrado en las Mazmorras y salir nada más para las clases-- se lamentó el ojimiel mirando a todas partes. Al final del pasillo en donde el chico de los ojos color miel se encontraba vio que un hombre se cruzaba hasta otro pasillo. -- ¡Fernando!-- gritó, pero no lo habían escuchado. Jocker salió corriendo tras el mortífago. No iba a descansar hasta que alguien explicara sus dudas. Era bastante necio como para abandonar la búsqueda de cualquier respuesta. -- ¿Y ahora donde se metió?-- se preguntó Jock al doblar en una esquina. Estaba en un cruce de pasillos-- Cielos, de nuevo me perdí. El ojimiel comenzó a correr por uno de los pasillos. Había pasado por alto la gran
escalera que daban hasta la planta baja y que se habían abierto para dejar entrar a decenas de personas. Corrió durante un par de minutos, hasta que desde uno de los ventanales, observó a 3 figuras conversar en medio del patio envuelto en llamas. Jocker se golpeó la frente con la palma derecha en señal de autoreproche. Si hubiese bajado las escaleras de seguro se hubiese encontrado con aquel mortífago que le entregaría antecedentes valiosos. De pronto, algo raro pasó. Un grifo había saltado hasta el patio en donde Fernando y varios participantes más se encontraban. El Ángel Caído levantó su varita rápidamente y la bestia se quedó quieta, luchando internamente. -- Ésta es mi oportunidad-- pensó Jocker antes de largarse a correr nuevamente hasta donde estaba la escalera que daba la salida al patio. Ya estaba algo cansado, pero no le importó. En su entrenamiento para ser mortífago debió superar pruebas más difíciles y el cansancio tardaba en llegar aunque la respiración ya se le estaba agitando más de lo normal. Cuando el ojimiel llegó al patio, Fernando Black continuaba luchando, por lo que esperó con la varita en la mano para hablarle. caroliinaa todos empesaron a salir en grupos a recorrer el castillo, mire a alvaro y le hice señas de que me siguiera, cuando nos dirigiamos al castillo me habia parecido ver a tres figuras en la torre mas alta, si eran ellos quizas tuvieramos suerte y aun no se ubieran alejado demasiado de la torre. caminamos por todo el castillo subiendo mas y mas escaleras, aveces nos crusabamos con algun otro grupo de magos o alguna criatura pequeña de las cuales nos podiamos desacer facilmente. luego de subir unas cuatro escaleras nos encontramos con algo que no esperabamos, yo iba mirando a la derecha en el momento que doblamos por un camino asia la izquierda quede de frente a un gran dementor mi cara casi lo tocaba, enseguida senti que todo lo bueno se
desbanecia una senzacion de vacio me invadio todo el cuerpo, queria pronunciar las palabras expecto patronum pero no podi hablar a mi lado veia muy difusamente la figura de alvaro el cual tambien parecia estar en el mismo estado que yo. expecto patronus - senti que alguien gritaba detras de mi, somo pude me sente en el piso y saque una tableta de chocolate que tenia en mi capa, la prati en dos y le di un pedaso a alvaro, el chocolate me hizo sentirme un poco mejor. mire asia atras y vi un grupo de magos al frente de ellos pude ver la unica figura que reconoci era mica con su varita en la mano todabia levantada - gracias - le dije cuando vi que ella habia pronunciado el patronus. mica me sonrio - no hay de que - y siguio junto con los uqe la acompañaban recorriendo el pasillo. alvaro al parecer tambien le habia echo sentirse un poco mejor el chocolate, comimos un poco mas cada uno y seguimos subiendo escaleras. al subir uno piso mas nos encontramos a ron_lesson que caminaba sin rumbo solo. - no deberias andar solo por aqui, con las criaturas que andan por el castillo - le dije. - cuando entre en el castillo ya no habia nadie en la entrada - se defendio el -. y ustedes son solo dos. -¿vienes con nosotros? - le pregunto alvaro ignorando por completo lo que ron acababa de decir. - ¿que mas puedo hacer?, si voy. y los tres comenzamos a caminar en direccion a la torre de astronomia. Darla Potter Black Caminaba con el resto, detrás de las organizadores, a los cuales se habían unido Fernando Black y Hades. La joven auror no tenía un aspecto muy reconocible, pero sus ojos habían refulgido al ver llegar al primero y se habían calmado ante la presencia de su compañero auror. Aunque su abuela estaba allí, ellas dos solas… no estaba segura… todo se había vuelto tan extraño y confuso. Cerca de ella el grupo de jóvenes se había agrandado, por lo visto no habían sido los únicos con la idea de ir hacia el hotel. Observó atenta todo, mientras quitaba
un rizo de su frente. La voz de Avril la trajo de nuevo al mundo… escobas… era buena idea, lástima que a ella no se le ocurriera traerla. Golden sugería que mejor le pedían permiso a los organizadores y la poca paciencia que le estaba quedando por poco se le escapaba mientras volviéndose hacia él dijo con tono imperioso -Lo que sea que hagamos, hagámoslo yaAunque el permiso fue pedido, Darla vió como Mateo y AteNa levantaban sus varitas con la intención de invocar a sus escobas… era hora de actuar… El amanecer ya se estaba pintando en el cielo. Los ojos castaños de la auror se fijaron en el gran bulto volando en el cielo, una vez más sintió vibrar su varita en la mano derecha y un estremecimiento cruzó por su columna vertebral… era como sentirse observada por mil ojos al acecho… sacudió su cabeza y centró su vista en sus acompañantes, debían ir al castillo, volando, corriendo ó cómo cielos fuera, pero por las barbas de Merlín debían hallar la solución a este enredo… Sagitas, Elodia, Coyo… su mente voló hacia sus compañeros, rogando a los dioses que estuvieran bien… En un momento sus ojos se cruzaron con la mirada de Mackenzie, parecía observar preocupada la herida en la rodilla de la auror. Darla observó su herida y refunfuñó, era extraño que aún no sanara del todo, claro que si la quimera de fuego maldito lo había hecho, no podía esperar que sanase tan rápido por más vampiro que fuera, si el fuego era precisamente uno de sus peores enemigos. Suspiró y levantando la vista dijo despreocupadamente -No os preocupéis, ya sanará, duele menos gracias a la poción. No sabía si lo decía para Mack, para los chicos que la habían ayudado ó para ella misma, quizás por eso lo dijo en un tono tan bajo que los demás apenas alcanzaron a oírla. La caminata fue más que interesante, notaba como algunos se miraban de reojo, ella misma observaba a Hades, Fernando y Mistify. La tensión se podía sentir en el aire… ó quizás fuera ella quien la sentía, suspiró, si alguien la escuchaba no hacía más que señalar su rodilla, a riesgo de que la hicieran hacer quedar, pero bueno, no iba a dejar libres por ahí sus ideas y pensamientos. Aunque una figura masculina ocupaba demasiado tiempo su mente… ya casi habían llegado… levantó la vista, mientras acomodaba un poco su rasgada túnica, sus piernas lucían algo embarradas a lo largo del tajo en la tela.
Legolas abrió la puerta del castillo y el grupo penetró al interior. En ese momento la Templario reconoció la presencia de su tío Prince of Fire, no sabía cuándo había llegado, en medio de sus pensamientos y la atención puesta totalmente en algo que le molestaba, no había sabido bien qué era, pero la extraña sensación la había seguido desde que viera al dragón y aunque había intentado olvidarla no podía evitarla. Mack se situó en el centro del grupo que seguían a los miembros de la organización y pronunció un leve sonorus, para que su voz se escuchara, alta y clara, por todos los presentes. -Escuchadme todos -comenzó- hay un libro que guarda un secreto de magia antigua que sospechamos que sirve para dominar el dragón. Nadie sabe mucho sobre ese libro y sobre el secreto. Tampoco sabemos mucho sobre los tres magos que se enlistaron en la organización. Nunca creimos que fuesen, quienes decían ser. Sin embargo, después de todo lo que ha ocurrido, quien sabe si de verdad no serán los verdaderos Merlín, Circe y Morgana, llegados hasta aquí con un giratiempos. -Vaya cosa más interesante – pensó la auror, después de todo no era la única de “antaño” en la zona. -No tenemos muchas más respuestas que vosotros -continuó la bruja-. El torneo se organizó siguiendo una antigua tradición. Merlín, Morgana y Circe fueron contratados para ayudarnos y ellos fueron quienes trajeron al dragón. Creimos que eran de confianza, aunque, ahora ya, quién puede saberlo. La bruja hizo una pausa antes de proseguir. -Debemos organizarnos para encontrarlos a ellos y para encontrar ese libro del que poco sabemos. -Una vez más a salir a buscar gente – los pensamientos de Darla volaban por su mente mientras instintivamente empezaba a olisquear el aire para sentir las esencias de los magos a los que había que rastrear y encontrar. Escuchó como Mateo llamaba al grupo, había visto algo, los vió dirigirse hacia el pasillo de la biblioteca, pero una vez más algo estaba fuera de lugar, otra vocecita se había colado en su mente mientras escuchaba a Mack y se dio cuenta que el dueño de la voz ya no estaba… Fernando se había ido por su cuenta… pero ¿hacia dónde? Darla gruñó por lo bajo, no sabía qué hacer, si seguir a Mateo y su grupo, si ir en busca del mortífago, no le había gustado nada su desaparición, si empezar a buscar por su cuenta ó si unirse a su tío para ver qué hacían… una mañana frustrante tras una noche totalmente caótica.
La joven por fin miró hacia dónde Mateo y su grupo se perdía y tras olisquear el aire una vez más se decidió a seguirlos, había “algo” más allí y mejor que los chicos no estuvieran solos claro como si hubiera sido de mucha ayuda hasta ahora- se dijo para si misma, mientras caminaba con paso rápido tras sus figuras.
Tamarindo Por el camino hacia el castillo Amya y Tama intentaban apresurarse todo lo que le permitía el estado de la segunda. El virus estaba infectando su sangre a cada segundo, y con una velocidad impresionante. Pero no podía ser de otra manera, ya que Tamarindo es una chica, que aunque sana, con muchos problemas de salud. El amanecer las pilló en el camino, cuando a Amya apenas le quedaban fuerzas. Tamarindo estaba empeorando demasiado deprisa, le fallaban las fuerzas y empezaba a delirar por la fiebre tan elevada. La chica apenas recuerda lo sucedido, sólo guarda vagos recuerdos que ni siquiera sabe si fueron reales. En un momento creyó caminar por las calles de las fotos de Jeff Wall junto con su amado Shaki, pero fue tan real para ella, que pensaba por momentos que aun seguían en aquellas calles. Oyó otras voces lejanas, pero no supo distinguir ninguna. Y de repente, el mundo de Jeff
Wall se detuvo un instante, y Tamarindo acabó en el suelo entre lo que recuerda como unos matorrales… pero apenas recuerda poco más. Salvo que Amya la volvió a levantar y, con mucha determinación, cargó con ella pasando el brazo de Tama por sus hombros y amarrándola bien se la llevó camino hacia el castillo. —Aguanta Tamy, aguanta —susurraba la chica. Pero Tama estaba en su mundo, fantaseando con su amado Shaki entre las fotos de Jeff Wall. —Shaki, Shaki… —decía entre gemidos—. Tengo… tengo que salvarlo…Tengo que decirle algo importante… —Tamy, tienes que aguantar por Shaki, pronto encontraré a la enfermera para que te ayude… Tamarindo apenas podía ya caminar, empezaban a salirle postulas por doquier y las fuerzas se le iban a cada exhalación que hacía. Pero aun así, seguía poniendo un pie delante del otro. Sólo
pensaba en recuperarse para volver a ver a Shaki y Foung…
Nota: Jeff Wall es un fotografo de las ultimas décadas del S. XX. Es fotogrado del instante decisivo, pero planeado, es un director de escena donde usa a unos actores para representar el momento decisivo. Kris... Los primeros rayos de la luz del sol comenzaron a relumbrar en el horizonte, ya faltaba poco para que amaneciera, Kris seguía buscando a sus compañeros de equipo con desesperación. A estas alturas ya debía de haberlos encontrado; estaba cansada de tanto recorrer, desorientada, sedienta, las piernas le dolían hasta mas no poder, aunque seguía manteniendo en alto su varita – Nox – susurro, ya no era necesario seguir utilizando la luz de su varita, el ambiente fue tomando color, conforme el sol salía, el tibio calor y la energía que transmitía, era una pequeña esperanza, entre tanta desolación. Durante todo su recorrido había escuchado muchos rumores de que la esfinge había dado su acertijo. Pero no sabía que tan difícil estaba y tampoco si Sheila había podido resolverlo.. ojalá que si- rogaba Kris. Todos se dirigían a Hogwarts, seguramente allí encontraría al resto del equipo, con la poca energía que le quedaba, emprendió el camino en dirección al Castillo, no pasó mucho tiempo cuando pudo alcanzar a ver la torre de astronomía , no había otro lugar como ese que la hiciera sentir en casa. Estando ya en el lindero del bosque, el imponente castillo de Hogwarts se destacaba brindando la protección que tanto necesitábamos. Ya en el hall, sus ojos brillaron de exaltación cuando al fin pudo identificar a uno de sus compañeros, su rubia cabellera era inconfundible, a pesar de que estaban todos apretujados, Kris se abrió paso hasta llegar a donde se encontraba Josi. -Joooosi, que alegría verte! – le salto encima dándole un fuerte abrazo, se quitó un peso de encima al saber que se encontraba bien. -Al fin te encuento, cuéntame ¿Donde están los demás? ¿Que ha pasado? ¿Estas bien? ¿Donde esta Sheila? ¿Es verdad que la esfinge ya dio el acertijo? – la acató con un montón de preguntas, al darse cuenta de lo aturdida que se encontraba Josi, respiro hondo, y espero pacientemente a que le respondiera.
XheLiana El dolor que la chica había sufrido esos pocos días dentro de La Fortaleza era incomparable, nunca había sufrido tanto en su vida. Quemaduras, agotamiento y rasguñones era lo que le quedaba de recuerdo, y sabía que no volvería a La Fortaleza nunca mas, aunque ella quisiera… los chicos no la dejarían. Si, a pesar de todo lo que estaba pasando y todo lo que ya había pasado, ella deseaba volver a ese lugar, en el que había sufrido mucho, aunque fuera solo una vez. ¿Cuál era la razón? Le gustaba… le traía malos recuerdos, pero le gustaba. Porque en el podía pensar y estar mas tranquila que en el campamento, en su Sala Común o en cualquier otra parte. ***
Los cinco chicos se habían quedado totalmente congelados, deseando que esto realmente fuera un sueño, que no lo estuvieran viviendo en persona. Realmente era hermoso, pero a la vez era aterrador. Estar al alcancé de la mano (de la garra) de un Colacuerno Húngaro era demasiado aterrador. Estaban en la salida del castillo, con el hermoso cielo del atardecer casi imposible de ver, gracias a todo el humo y las bestias de fuego. El Dragón volaba, causando caos, sobre sus cabezas. Se sentían insignificantes bajo aquella bestia. -Vamos rápido ¡vamos al castillo! -susurró Mela. -Los organizadores y los mortífagos están haciendo un buen trabajo ahí dentro susurré Xhio casi sin aliento-. O eso creo. Corrían prácticamente con el alma en la palma de la mano. Ninguno de ellos nunca había sentido tanto miedo, ni siquiera XheLiana cuando había estado dentro de La Fortaleza.
andrea_tkm_hp La situacion era desconsertante y alarmante en ese momento. Andrea comenzaba a creer que después de todo ese viejo no estaba tan loco ni estaba inventado una historia solo para hacerles pasar el tiempo. Tenían que meditar bien sus palabras para poder entender bien a que se referia ese viejete loco. Tendrían que montar los thestrals para ir a la escuela, seguramente ahí encontarían algo y podrían saber de que iba todo eso. En ese
momento tanto misterio y una situacion que requeria de poner todos sus sentidos en lo que estaba haciendo era la unica forma de apartar la sed de su cabeza. eli tonks Una chica que reconocí cuando estuvo junto a mi llegó corriendo agitadamente, era Nesii, a quien habíamos visto corriendo junto a Sheila y Xheli; al parecer había decidido seguirnos. -¿También has resuelto el enigma de la esfinge?, ¡Qué bien!, vamos ayúdame a llevar a Elo a la salida, Sheila debe estar esperándonos- dije en tono suplicante a la chica, esperaba que Elo no tuviese algo grave. Sagitas apareció en el camino que conducía a la salida, mientras nosotras andábamos por él; llevaba los mocasines empapados, chapoteando el agua al andar. -¡Sagitas! ¡Elo necesita ayuda, fue atacada por la esfinge!- con un movimiento de varita el cuerpo de mi amiga dejó de andar, quedando levitado en el aire. Me quedé esperando que la bruja dijera qué haríamos, ella venía de fuera y conocía la situación y el camino. A lo lejos, los muros de la fortaleza continuaban derrumbándose, consumidos por las llamas; mientras el dragón ahora despierto y más vivo de lo que pareció nunca estar continuaba surcando los cielos. joselinjim A duras penas Josi pudo escapar de las llamas del dragón, logró levantarse y correr con todas sus fuerzas lejos del Bosque Prohibido. Sus piernas, que le producían un dolor constante, seguían dormidas por el frío. Se escondió detrás de un arbusto y esperó pacientemente a que el dolor disminuyera. Tan pronto como pudo caminar de nuevo, se levantó y caminó sin un rumbo fijo, por las inmensidades de aquel lugar. Estaba un poco perdida, ocasionalmente veía algún rostro por entre los árboles, pero su garganta estaba agotada y no le permitía gritar. Siguió caminando toda la noche, hasta que al fin logró ver justo en frente algo conocido: El castillo de Hogwarts. La alegría la invadió, ya no sabía cuanto mas resistiría caminando sola y desorientada. Logró divisar a algunas personas dentro, y levantó la vista con expectación, esperaba encontrar a alguien familiar. Estaba muy preocupada por sus compañeros, a Kris no la había visto desde que habían salido de la tienda de su campamento, y a Rosa y a Elvio los había visto por última vez cuando el dragón los perseguía e intentaba darles con sus llamas. Sheila era un caso aparte, estaba muchísimo mas preocupada por su prisionera,
cierto que había oído muchos rumores por allí, pero nada la hacía sentirse segura, solo esperaba verla pronto sana y salva, solo de esa manera estaría tranquila. Logró entrar al castillo, pero no consiguió a ninguno de su equipo. Estuvo esperando pacientemente a que alguno llegara, pero la espera la sacaba de sus casillas. Justo cuando pensó que debía salir a buscarlos, llegó Kris y con una gran alegría la abrazó. - Hola Kris, que alegría verte. Estaba sumamente preocupada por ustedes, no te había visto en mucho tiempo. ¿Cómo te encuentras? – le preguntó, sentándose en una silla, al tiempo que Kris la llenaba de preguntas – No se nada de los demás desde hace algunas horas, los vi por última vez cuando el dragón nos atacó, luego corrimos y no se adonde se fueron – le dijo preocupada. Caminó dando círculos con preocupación, llevando su mente nuevamente a sus amigos. Luego siguió respondiendo las incesantes preguntas de Kris. - Yo estoy bien, y de Sheila se mucho menos que de los demás. No ha pasado mucho, he caminado bastante para llegar hasta acá y lo del acertijo no lo tengo muy claro, se oyen muchos rumores pero aún no veo a nuestra prisionera libre. Esperemos que todo esté bien y tengamos esperanzas. Se sentó junto con ella a esperar alguna señal de que todo estaría bien, algo que le diera esperanzas para continuar.
Madame shaki Aquel era un paisaje hermoso, shaki se hallaba acostado en un frondoso cesped,con su amada tamarindo entre brazos contemplando el canto de los fwoopers , el revoloteo de los snitget , las flores de los arboles mas lejanos , el olor a orquídeas que en aquel lugar abundaba , el día era perfecto nada lo podría arruinar, al momento tamarindo lo mira fijamente ,como queriendo expresar algo , se acerca lentamente hacia el rostro de shaki y le da un beso , de esos que nunca se olvidan …. --Shaki , shaki! Despierta!!estas bien . Pregunto foungtan --Si, supongo , respondió este , con su peluche de shrek aun abrazado. --Oye shaki la esfinge esta apunto de plantear el enigma, Mejor levántate no vaya a ser que te quedes aquí carbonizado... Aquella tranquilidad del sueño se había evaporizado , Shaki había vuelto a la realidad , los gritos de los prisioneros , el humo , el hambre , la sed y esa sensación de melancolía cada vez que
recordaba a sus amigos eran insorportables. Shaki se levanto de donde se había acostado y se fue hacia uno de los rincones con foung para entretenerse un rato y no caer en la desesperación nuevamente….Al momento sonó un portazo , esta vez era alethea quien venia con la determinación de plantear el enigma a los prisioneros , ¿ será que por fin nos darán libertad, ¿ todos los prisioneros mostraban en sus miradas esa intranquilidad que aquella esfinge producía. Ya con el enigma planteado Foungtan tomó con determinación lo que quedaba de un trozo de pergamino, y junto a shaki resolvieron aquel enigma numérico. Después de entregar la respuesta a la esfinge ,contentos por su futura libertad , se sentaron a platicar un rato mas, hasta el momento en que fougtan estornudase,Achissss … la mirada de shaki fue de impacto, podría ser que foungtan también se hubiera contagiado con aquella mitica peste del dragon? O solo una alergia a la peluda esfinge? Fuese lo que fuese Shaki no lo pensó dos veces , se rasgo un pedazo de su túnica , y se la dio a foung suplicándole que cada vez que estornudara de esa forma se tapara la boca , no fuera ser que ese estornudo conllevara una peste incurable en aquella fortaleza…
joselinjim A duras penas Josi pudo escapar de las llamas del dragón, logró levantarse y correr con todas sus fuerzas lejos del Bosque Prohibido. Sus piernas, que le producían un dolor constante, seguían dormidas por el frío. Se escondió detrás de un arbusto y esperó pacientemente a que el dolor disminuyera. Tan pronto como pudo caminar de nuevo, se levantó y caminó sin un rumbo fijo, por las inmensidades de aquel lugar. Estaba un poco perdida, ocasionalmente veía algún rostro por entre los árboles, pero su garganta estaba agotada y no le permitía gritar. Siguió caminando toda la noche, hasta que al fin logró ver justo en frente algo conocido: El castillo de Hogwarts. La alegría la invadió, ya no sabía cuanto mas resistiría caminando sola y desorientada. Logró divisar a algunas personas dentro, y levantó la vista con expectación, esperaba encontrar a alguien familiar. Estaba muy preocupada por sus compañeros, a Kris no la había visto desde que habían salido de la tienda de su campamento, y a Rosa y a Elvio los había visto por última vez cuando el dragón los perseguía e intentaba darles con sus llamas. Sheila era un caso aparte, estaba muchísimo mas preocupada por su prisionera, cierto que había oído muchos rumores por allí, pero nada la hacía sentirse segura, solo esperaba verla pronto sana y salva, solo de esa manera estaría tranquila. Logró entrar al castillo, pero no consiguió a ninguno de su equipo. Estuvo esperando
pacientemente a que alguno llegara, pero la espera la sacaba de sus casillas. Justo cuando pensó que debía salir a buscarlos, llegó Kris y con una gran alegría la abrazó. - Hola Kris, que alegría verte. Estaba sumamente preocupada por ustedes, no te había visto en mucho tiempo. ¿Cómo te encuentras? – le preguntó, sentándose en una silla, al tiempo que Kris la llenaba de preguntas – No se nada de los demás desde hace algunas horas, los vi por última vez cuando el dragón nos atacó, luego corrimos y no se adonde se fueron – le dijo preocupada. Caminó dando círculos con preocupación, llevando su mente nuevamente a sus amigos. Luego siguió respondiendo las incesantes preguntas de Kris. - Yo estoy bien, y de Sheila se mucho menos que de los demás. No ha pasado mucho, he caminado bastante para llegar hasta acá y lo del acertijo no lo tengo muy claro, se oyen muchos rumores pero aún no veo a nuestra prisionera libre. Esperemos que todo esté bien y tengamos esperanzas. Se sentó junto con ella a esperar alguna señal de que todo estaría bien, algo que le diera esperanzas para continuar. NykOo Black –Claro que entraremos, vamos.- Dijo Sly abriendo las pesadas puertas de roble. Una vez dentro de Hogwarts, la decepción lleno a NykOo. Esperaraba encontrar ahí mismo, a simple vista, a los organizadores, pero nadie estaba en el hall de entrada, sin embargo a sus acompañantes parecía no molestarles ya que continuaron caminando hacia el interior del castillo. Caminaron por pasillos con armaduras tumbadas y cuadros en llamas hasta que pudieron oír voces y divisaron un joven apresurado. Elladora se le acercó para hablarle. - Hola, parece que nos hemos quedado algo rezagados, podrías decirme que estás haciendo y por favor serías tan amable de detenerte un segundo mientras te hablo?El chico respondió de manera muy altanera, contando la historia sobre un libro… sin embargo la forma en que se dirigió a Elladora molestó bastante a NykOo, quien comenzó a levantar la varita, sin embargo Esther lo miró y negó con la cabeza sonriendo. El chico se fue y el joven Black meditó sobre la importancia de dicho libro, si era la forma de frenar todo esto, mejor encontrarlo rápido. Sus compañeras estaban a favor de buscarlo y siguieron caminando sin saber bien hacia
donde. Nuevamente voces se oían cerca de ellos, NykOo hizo señas a las chicas y encontraron a un hombre, al que NykOo reconocía de algún lado, hablándole a un grupito de participantes entre los que detectó a Celestisima yValeriaR, este se sujeto se presento como Fernando Black, al oír el nombre el joven supo que ese hombre había participado en el torneo, pero se había salido. El Mortífago básicamente expandió la información sobre el libro y lo que podía este hacer y les indico que siguieran su camino. Esa actitud a NykOo le pareció muy rara, si el estaba ahí era para protegerlos, pero no los acompañaría, dudaba mucho sobre las intenciones del Mortífago, pero decidió no comentar lo que pensaba. Los que estaban mas adelante habían comenzado a subir por la escalera cuando una bestia les cortó el camino, era un grifo, NykOo nunca había visto uno y quedo bastante impresionado. Fernando se puso delante de los chicos empuñando su varita y dijo que el se encargaría del grifo, que los demás siguieran adelante pero se cuidaran de grims y licántropos. -Imperio . –gritó Fernando y la bestia quedo quieta sobre sus patas traseras, gruñendo pero inmóvil dejándoles la escalera libre. Fueron los últimos en subir y al llegar arriba NykOo oyó a la bestia rugir muy fuerte, supo que estaba libre del imperio y que lucharía contra el Mortífago. Por un momento NykOo se quedo inmóvil, con la idea de bajar la escalera volando en su cabeza, sabia que Fernando era un Mortífago y le tentó ayudarlo, el había sido salvado por un Mortífago apenas una hora antes y su orgullo lo hacia querer retribuirle el favor ayudando a uno de ellos, pero instantes después supo que Fernando no tendría problemas con el grifo y al bajar solo lograría interferir con el. ¿Pero era esa la verdadera razón de su intención de ayudar al hombre que estaba abajo?, o a caso creía que Fernando buscaría el libro y quizá podía pedirle ir con el. -Vamos NykOo, ¿Qué sucede? –Lo apremió Elladora . -Nada, estaba acomodándome la capa –Mintió NykOo mientras apuraba el paso para alcanzar a las demás. -¿Donde empezaremos a buscar ese bendito libro? –Estuvo a punto de decir empezaré pero con lo justo agregó ese “mos” que casi le cuesta una explicación que no quería dar.
Estaba muy tentado de ser él, el que encontrase ese libro y detenga al Dragón pero no podía largarse solo, no en medio de Hogwarts sabiendo que licántropos y grims estaban sueltos, no, no podía, necesitaba la ayuda de las chicas, al menos por ahora. Alphonse ya había quedado en el olvido, mientras caminaba con la varita lista entre Sly y Elladora, en la mente de NykOo solo estaba encontrar ese libro.
syl_potter_radcliffe siempre el camino sera dificil....syl se comoda el rebelde cabello,enfoca sus ojos verdes y piensa*otra vez a la carga* donde queda el castillo..como era? mack?*pregunto ester distarida* si *dijo elladora*...seguiremos por ese camino fino de alli,,,nos dejara cerca...pero debemos cruzar el lago antes*suspiro* bien*dijo syl*camino sin priblema* pero el camino era muy malo,pues ramas salian de todos lados...un bajon....tierra y bichos raro*algo normal aqui* el dia asoma ya el sol es oscuro*extraña manera*todo es un desastre,el paisaje deja ver la gerra misma q aun no termina...pues el dragon debe ser controlado...el libro es la unica salida como sera?*pregunto syl en voz alta* no se*dijeron los demas* habra q buscar esos mago no?'*dijo ester* cuando la un hipogrifo llego hacia ellos....era.... Minimin Skeeter todo el mundo corria de un lado a otro intentando salvarse mutuamente, mientras que otros se reunian con los organizadores, quienes ahora se dirigian al castillo. Piroman y Warju se habian quedado en la fortaleza, para ver que podian hacer por woolf, aurores y mortifagos, ahora desviruaban sus alianzas hechas para el torneo y desconfiaban uno de los otros. Sin embargo habia quienes conocian las claves para arreglar todo ese desastre. ..... -Erick, creo que es importante seguir a esos tres - le musite a mi compañero, quien acababa de llegar depues de que viera a Morgana pasar cerca de donde nosotros y dirigirse al CAstillo. Erick asintio con entusiasmo mostrando su varita en señal de afirmacion.
-Piro y Warju, ustedes vigilen la fortaleza, woolf sigue dentro. - les indique a los bonsais para luego partir con Erick hacia Hogwarts. Habiamos estado siguiendo al trio de magos por los terrenos del colegio, gracias a que el guardian bonsai como hacia llamarse erick, habia llevado su capa de invisibilidad consigo. -pitapatafrita, creo que, estos saben algo debemos de hacer que quiebren ese juramento. - le susurre, intentando acercarnos un poco mas para escuchar mejor su conversacion antes de que volvieran a separarse. Golden Snitch - Primero hay que preguntarles a las responsables del torneo, tal vez ni podamos penetrar la barrera mágica del castillo - dijo Gold cuando Avril sugirió a Mateo y al metamorfomago, usar las escobas para transportarse hacia la torre de Astronomía.
Su amigo lo miró, como pensando “intentando no perdemos nada” y agitó su varita convocando a su escoba, mientras Atena lo imitaba. Nada sucedió, y siguieron camino. ***** Dirigiéndose al castillo, el caos seguía siendo inminente. Parecía que el asunto llegaba a su fin, y no tenían demasiado tiempo para tratar de impedirlo. A la pequeña legión que pertenecíamos, se agregaron los aurores Hades y Prince of Fire, a quienes Gold les dirigió una pequeña afirmación con la cabeza, en señal de saludo, ya que los conocía. Al rato, Fernando Black se les sumó, mientras se escurría en una cálida conversación con su contrario Hades.
Llegaron a las puertas de la imponente estructura, y entraron sin perder tiempo. Era como si el castillo los hubiera llamado todo este tiempo, como si él mismo estuviera indicando que la solución siempre se encontró dentro de él y que no debían perder ni una pizca más del valeroso tiempo. Se amontonaron en el hall de entrada y Mack encabezó el grupo hablándoles sobre un antiguo libro que contenía el secreto para dominar al dragón, y que Merlín, Circe y Morgana se encontraban en la búsqueda del
mismo.
- Debemos organizarnos para encontrarlos a ellos y para encontrar ese libro del que poco sabemos - concluyó Mack firmemente y nadie dijo nada por unos minutos.
- Síganme - dijo Mateo acercándose a nosotros rápidamente y dirigiéndose hacia el pasillo de la biblioteca.
Gold cambió su pelo a rubio ceniza en señal de aprobación. Conocía al Black más que nadie, y sabía que seguramente podría ayudar en lo que se traía entre manos. Lanzó una última mirada fugaz a Mistify y avanzó junto a Atena, Avril, Mateo y Darla que venía con él.
Fueron directamente hacia el pasillo de la izquierda y subieron tres escalones. Caminaban rápidamente, sin hablar. El silencio entre ellos reinaba, solo se escuchaban los jadeos de Mateo que aún trotaba con dificultad. Después de un instante, éste último se detuvo, a la salida del pasillo.
Habían llegado a una bifurcación. El camino mas corto hacia la biblioteca se hallaba por el pasillo de la izquierda. Tenía una entrada ornamentada con columnas y un gran arco que adornaba. Idéntica a la del pasillo derecho. Paulatinamente, una jadeo que no era el del Black, mas bien un gruñido, se hizo presente por la izquierda.
- ¿Estan oyendo lo mismo que yo? - dijo Atena aguzando el oído.
- ¿Que es eso? - preguntó Avril curiosa.
- No estoy muy seguro… - aseguró el Black que desconfiaba de todo.
Se acercaron sigilosamente y la imagen que vieron a continuación los dejó mudos. Dos licántropos se encontraban a la mitad del pasillo, comunicándose entre ellos. Al
verlos, reaccionaron rápidamente y se dirigieron a una velocidad exagerada hacia el grupo. Gold que había quedado atrás, actuó de puro reflejo.
- ¡Reducto! ¡Reducto! - dijo el metamorfomago mientras de su varita salían dos rayos de luz blanquecina que impactaron en sendas columnas de la entrada del pasillo, reduciendo todo a escombros y bloqueando la entrada por allí. - Parece que tendremos que ir por el camino mas largo hacia la biblioteca... - concluyó Gold tiñendo sus ojos de bordó, mirando a sus compañeros y señalando el pasillo derecho.
Sagitas -- Les dije que las esperaría fuera… Entendí que quisiera salir de allá. Después de todo lo que había pasado (y por los destrozos que nos rodeaba tenía que haber sido realmente terrible) yo estaría deseosa de escaparme de aquella maldita, maloliente y quemada Fortaleza. En realidad empezaba a preguntarme qué estaba haciendo allá ahora que la adrenalina del momento se había normalizado. -- Está allá, ¿lo ves? Aquello son los jardines. -- Sí, sí, los veo. Avancé sin importarme el agua que me mojaba por el techo y por los pies (prefería no pensar en que cuando me quitara los mocasines mis pies podrían haber mutado a unas agallas parlanchinas si seguía así) cuando vi a Eli Tonks que avanzaba junto a una chica que no conocía y con Elodia levitando. -- ¡¡Eli, hola!! ¡¡Estás viva!! Corrí hacia ella sin importarme el chillido ni el chapoteo que pudiera avisar a cualquiera de nuestra presencia. Miré de arriba abajo a Elo, tenía una herida muy profunda que le surcaba el pecho, aunque ya no sangraba. Estaba inconsciente y sólo caminaba con algún hechizo que la aurora le debía de haber hecho. -- Te agradezco que la trajeras – le agradecí mientras le daba unos golpecitos en la cara para que reaccionara.
Fue una acción nula, Elo seguía con los ojos cerrados y no se tenía en pie por voluntad propia. La sombra del dragón planeó de nuevo sobre nuestras cabezas y me agaché instintivamente antes de darme cuenta de que estaba fuera de los restos de la cúpula. -- Perdón – me disculpé ante ellas dos. Entonces caí que no conocía a la muchacha que acompañaba a mis dos amigas. -- Soy Sagitas de los Rizos – le dije mientras colocaba un brazo de Elo alrededor mío. Necesitaba llevarla cuanto antes a un hospital y sólo se me ocurría la gran enfermería del Colegio. -- Salgamos, he dejado miguitas de pan que podemos seguir. -- No funcionará. ¿Cómo vamos a seguir las migas de pan con toda el agua acumulada? Por cierto, soy Nesii. La miré sorprendida por mi metáfora. Ya sabía que no eran migas de pan auténticas. Me lo habría comido, con el hambre que traía sin haber cenado ni almorzado. -- Además, tú tienes un problema. No has adivinado el acertijo. No podrás salir. La miré sorprendida, aún con el brazo de Elodia encima de mí. La cara de Eli Tonks también reflejaba el mismo sentimiento. -- Pero… si no soy prisionera. -- Las quimeras de fuego no te dejarán salir si Alethea no te da el permiso. Y para ello has de decirle el resultado. Ya me decía mi madre que pensara bien las cosas antes de actuar. ¡En menudo lío me acababa de meter yo sola! ¡Pues vaya salvación más corta que me había marcado! -- Ve a verla, dile este resultado y vuelve, te esperamos. Eli me susurró al oído una… operación matemática. La miré como si ella se hubiera vuelto loca. -- ¡Corre!
Su grito quedó apagado por un chirrido metálico y un gran estruendo. En algún sitio de la fortaleza se había derruido algún fragmento de muro o de algo que había provocado un temblor intenso. Me acerqué a la esfinge quien, terriblemente enfadada, me observó curiosa. -- ¿Quién eres? -- Sagitas de los Rizos. Te… te traigo la solución del acertijo. Y la puse titubeante delante de ella. -- Correcta. Puedes largarte y huir de la fortaleza. Pero… ¿tu equipo no había contestado ya?—su mirada era realmente inquisidora. -- Te confundes… Y salí corriendo hacia la zona en la que Nesii y Eli Tonks asomaban la cabeza. Volví a colocarme a Elodia en mis hombros y comencé a andar retrocediendo sobre mis pasos anteriores. -- Y ahora, Nessi, os enseñaré mis miguitas de pan. Avanzábamos dificultosamente. El agua estancada era profunda en algunos sitios y muchas veces escondía baches y hundimientos imprevistos. Llegamos a una encrucijada de salas en las que me paré dubitativa. -- ¿Ahora por dónde? -- casi me gritó Eli Tonks al comprobar que iba perdida. -- Pues… El aguacero pareció ceder un poco cuando vi brillar ya muy débilmente mis bombillitas de colores en la habitación de la derecha. -- ¡¡Allá! Allá está la salida. Nesii me miró admirando mi estilo de migas de pan y se adelantó.
-- Allá hay más. Algunos rezagados que aún quedaban dentro se juntaron a nosotros al vernos tan decididas. -- ¿Sabéis salir? -- Sí – contestó Eli. Un enorme estruendo se oyó detrás nuestro y grandes llamaradas atacaron la habitación que acabábamos de dejar. Un agudo chillido infranatural retumbó en las paredes y las lucecitas que nos acompañaban desaparecieron. -- ¡¡Aquí hay más!! – gritó Nessii. Nos animaba ver aquellas bombillitas brillando pálidamente mientras todo parecía hundirse a nuestro alrededor. -- ¡¡Corred!! -- chilló alguien. Sentimos un galope de pasos como si una manada de algún animal siniestro se acercara. Eli me ayudó a cargar a Elodia y entre las dos avanzamos más deprisa. -- ¡Ahí se ve la salida! Vamos… Me sentí sumamente feliz al reconocer la puerta derruida de la entrada de la fortaleza cuando una quimera de fuego se interpuso delante de nosotros. --¡¡Huid, malditos cobardes, huidddddd!! Era la voz de Alethea quien chillaba desde las profundidades derruidas del interior del edificio. Nessi, bendita muchacha, sacó su varita y empezó a disparar de todo mientras nosotras pasábamos, facilitándonos el paso. Salimos corriendo de allá, seguramente éramos de las últimas que lo hacíamos cuando el gran estruendo se repitió y cayeron miles de cascotes del techo inestable. -- ¿Eli, Nessi? – pregunté mientras me levantaba del suelo y miraba a Elo, que aún seguía
inconsciente. -- Sí, aquí, las dos estamos bien. Habíamos salido.
Sheila Longbottom Sheila estaba tan enfocada en el acertijo que no se daba cuenta de lo que pasaba a su alrededor. Cuando por fin tuvo la respuesta, se acercó para dársela a la esfinge y vio muy cerca a Eli que parecía dudar. Se acercó disimuladamente a ella antes de entregar su papel y le susurró algo en el oido. Eli notó que había entendido mal el acertijo y cambió su respuesta rápidamente. Sheila ya se la había entregado a la esfinge, la cual la corrió sin darle oportunidad de decirle algo a las demás; tan solo les hizo unas pequeñas señas de que las esperaba afuera. Sheila esperaba cruzar el lugar por donde los demás prisioneros salían y llegar al exterior, pero no era así. Salió a un pasadizo de la fortaleza el cual estaba inundando por la intensa lluvia que estaba cayendo y tuvo que sumergir sus pies en el agua para poder atravesarlo. Iba moviendo sus piernas con mucho trabajo y salpicando todo lo que estaba cerca, pero hubo un momento en el que el agua ya no tenía tanta profundidad y pudo correr. Escuchó una voz que gritaba Elodia con gran desesperación, así que decidió acercarse para ver quien era. -Sagitas, por aquí!- gritó Sheila al reconocer sus cabellos morados, aunque esta vez estaban empapados. Se notaba que estaba un poco perdida y traía en la mano su varita muy preparada. "¿Has visto a…?" preguntó ella todavía con sus voz de preocupación. - Sí, allá en los jardines. Está con Alethea y el acertijo y…- empezaba a decir Sheila rápidamente cuando ella la interrumpió. "¿Me indicas el camino?" rogaba Sagitas, pero Sheila no la iba a dejar perderse por los pasadizos. -Te… te acompaño. Al fin y al cabo no encuentro la salida…- contestó valiente Sheila.
"Puedes irte si quieres. Sigue los globos de colores, los he ido dejando por el camino, seguro que aún persisten y te llevan hacia la entrada…" le ofreció ella. -Les dije que las esperaría fuera…- dijo Sheila. Se vio un poco mala, pero lo único que quería era salir de ese lugar y poder saber si los demás de su equipo estaban bien -Está allá, ¿lo ves? Aquello son los jardines. "Si si los veo" contestó un poco mas alegre mientras miraba el camino que había señalado Sheila. Entendió bien su explicación y antes de seguir su camino marcó con globos rojos el techo de donde estaba parada. Sheila siguió su camino perdiendo de vista a Sagitas y siguiendo las bombillas. Algunas casi no se veían por el humo, o por que se habían desaparecido.. pero Sheila pudo encontrar la salida y después de atravesar la puerta respiró aliviada. Sus pies estaban fríos cuando salió del agua, imaginaba que se iba a enfermar después de eso. La lluvia seguía cayendo, intentando mojar mas a las personas, pero ya todos estaban tan empapados que solo les resbalaban las gotas. Sheila buscó con la mirada a alguien conocido, pero no pudo encontrar a nadie.. Estaba deseosa de saber como estaban los demás, así que prefirió enviarles un patronus. -Expecto Patronum- susurró ella pensando con muchas fuerzas en un momento lindo de su vida. De su varita salió un rayo azul que pronto se convirtió en un animal que al principio no tenía forma.. Pero al cabo de unos segundos se podía notar que era un pez; pero no uno común y corriente, si no uno bastante veloz que no necesitaba estar en el agua para poder moverse. -Rosa, Josi, Kris y Elvio. Les envio esto para avisarles que he salido de la fortaleza. El acertijo no estaba tan difícil, pero ahora no se que hacer... El patronus de Rosa me ha dicho que los organizadores se dirigieron a Hogwarts, probablemente vaya para allá, pero nada seguro. Todo esta bien, recuerden que los quiero.- terminó de decir Sheila y el pez dividiendose en cuatro, desapareció a lo lejos. Ahora solo tenía que sentarse a esperar que Sagitas, Eli y Elo salieran sanas y salvas de la fortaleza.
zmaster *con fuertes pisadas zmaster se encaminaba a los terrenos del castillo. Cuando llegaba a el horizonte, vio a lo lejos un castillo levantado tétrica y siniestramente. La verja puntiaguda, con hechizos para evitar la aparicion o desaparición. Sin lugar a dudas era toda una fortaleza. Veo a lo lejos una túnica negra que se dirige veloz al castillo. Por precaución, pongo la varita mágica medio escondida entre los pliegeus de mi túnica y me apresuro a seguir a esa persona a las puertas que daban al Vestíbulo. Mi varita empieza a lanzar pequeñas chispas, señal sin duda alguna de que un peligro inminente acecha al castillo.. me preparo para lo peor ... mi rostro se contrae en una mueca de desición... * Foungtan
La Fortaleza se encontraba cada vez peor. Los muros que permanecían era menos cada minuto que pasaba. El fuego se iba apoderando de todo lo que encontraba a su paso. Todo se reducía a cenizas. Los pasillos eran transitados solo por las llamas. Los prisioneros se apresuraban a descifrar el acertijo que les había dejándola Esfinge en un muro, que ahora parecía estar a punto de caerse. En un momento, la Fortaleza se estremeció. La gran cúpula, que mantenía encerrado al Dragón, había colapsado, y éste ahora estaba libre, sobrevolando la Fortaleza con una actitud atemorizante. Cuando esto sucedió, todos en la Fortaleza permanecieron inmutables por un breve período de tiempo. Todo empeoraría de ahora en más, el Dragón libre complicaría las cosas. La Esfinge y las Mantícoras parecían estar satisfechas con la libertad del Dragón. Foungtan estaba en un rincón tratando de resolver el enigma con su amigo Shaki. Tratando de visualizar la respuesta, su mejor método de resolver problemas. Algunos prisioneros los rodearon porque estaban desconcertados con este enigma. En un momento, Foungtan levantó la mirada y dijo al pequeño grupo que lo rodeaba: -¡Ya está! Lo reviso y se lo damos a Alethea. Todos lo miraron sorprendidos. Habían resuelto el enigma en muy poco tiempo. Si
era correcto serían libres. -¿Ya revisaste Shaki? -Si. -¡OK! Vamos a ver a la Esfinge -dijo Foungtan. Shaki y Foungtan dieron el pequeño pergamino quemado a la Esfinge, y se alejaron, mientras esperaban que ella les dijera que eran libres. La Esfinge estaba atónita, no podía creer que lo hayan resuelto tan rápido. Con cara de "Me los voy a almorzar rostizados", llamó al par de prisioneros y les dijo: -Es correcto -y añadió con voz de descontento- Pueden retirarse de la Fortaleza, son libres. Ambos jóvenes saltaban de alegría. Pensando ya en la salida, Shaki se acercó al oído de Foungtan y dijo suavemente: -¿Crees que podamos compartir la respuesta con otros prisioneros? -Eeeee... -decía Foungtan mientras pensaba- Creo que sí, si tu quieres. Aaaachiiiissss...-tapándose la nariz con el trozo de túnica que le había dado Shaki. -Claro -afirmó Shaki-. Cada vez te ves peor... Entonces tomaron apenas una punta de pergamino que les había sobrado y anotaron la respuesta. Shakillamó a un prisionero y le dió el pequeño trozo de pergamino, tratando de que Alethea no lo viera. -Pásalo a los demás -le susurró. Una vez hecho esto, los dos jóvenes se encaminaron a las grandes puertas de la Fortaleza. -¿Listo Shaki para correr en busca de tu amor y de nuestros equipos? -¡Sí! Vamos por Tamy... -Somos libres -agregó Foungtan en voz baja mientras pasaban por los umbrales de las puertas. AteNa La bruja miraba hacia los campamentos esperando que su escoba se acercara lentamente al ritmo del viento, esperó un momento más mientras se mordía el labio inferior aún con la mirada fija en aquellas tiendas de campaña, pero su escoba nunca llegó.
Frunció el seño, era la segunda vez, desde que salió del campamento, que un hechizo no resultaba como quería y eso la sacaba de quicio. Legolas se adelantó y abrió la puerta del castillo permitiendo que pasaran, el grupo caminó lentamente hacia el interior. Todo estaba en silencio, un silencio casi siniestro sería un buen lugar para leer un libro- pensó AteNa mientras daba un paso más al ritmo de los estudiantes que iban delante de ella. -Escuchadme todos - dijo Mackenzie que se encontraba en el centro del grupo- hay un libro que guarda un secreto de magia antigua que sospechamos que sirve para dominar el dragón. Nadie sabe mucho sobre ese libro y sobre el secreto. Tampoco sabemos mucho sobre los tres magos que se enlistaron en la organización. Nunca creímos que fuesen, quienes decían ser. Sin embargo, después de todo lo que ha ocurrido, quien sabe si de verdad no serán los verdaderos Merlín, Circe y Morgana, llegados hasta aquí con un giratiempos. Un murmullo comenzó a escucharse, los participantes reunidos en aquella "comunidad" hablaban unos con otros dando sus puntos de vista sobre lo que les acababan de decir, algunos magos miraban expectantes a la organizadora, el ruido cesó cuando la bruja volvió a hablar. AteNa se distrajo y levantó la cabeza imaginandose al dragón volar sobre aquel lugar, pensando que su única protección era ese techo. -No tenemos muchas más respuestas que vosotros -continuó la bruja-. El torneo se organizó siguiendo una antigua tradición. Merlín, Morgana y Circe fueron contratados para ayudarnos y ellos fueron quienes trajeron al dragón. Creímos que eran de confianza, aunque, ahora ya, quién puede saberloMackenzie hablaba por fin dando respuestas a muchas de las preguntas de los participantes, mientras tanto AteNa buscaba gente conocida en el grupo, no había prestado mucha atención a los nuevos integrantes, estaban varias personas que alguna vez vio, pero también localizó a un par de magos que le parecieron completamente extraños.
-Debemos organizarnos para encontrarlos a ellos y para encontrar ese libro del que poco sabemos.- dijo la bruja de ojos verdes después de hacer una pausa. Todos se quedaron quietos esperando que alguien dijera algo más, en ese momento Mateo se dio la vuelta y caminó hacia la izquierda. -Síganme- dijo este mientras señalaba el pasillo de la biblioteca. Avril, Golden y AteNa lo siguieron enseguida, estaban por alcanzarlo cuando un temblor sacudió el piso haciendo que AteNa diera un salto para evitar tropezar con una pequeña abertura que estaba en el piso. Darla iba corriendo detrás de ellos, de nuevo el grupo se completaba. Caminaron por el pasillo, no era demasiado oscuro, pero tampoco era el sol en pleno verano, subieron tres escalones, todo estaba demasiado callado, Mateo hacía un pequeño esfuerzo al caminar, el díctamo lo había mejorado en gran cantidad pero aún faltaba tiempo para que se recuperara por completo. El mago del chaleco verde se detuvo en seco, cuando AteNa llegó a su lado vio como el camino se partía en dos. Hacia la izquierda se podía vislumbrar la biblioteca, tenía una entrada ornamentada con columnas y un gran arco; era idéntica a la del pasillo derecho. - ¿Estan oyendo lo mismo que yo? - dijo Atena aguzando el oído, había escuchado algo parecido a un gruñido. - ¿Que es eso? - preguntó Avril curiosa. - No estoy muy seguro- dijo Mateo. Se acercaron sigilosamente y la imagen que vieron a continuación los dejó mudos. Dos licántropos se encontraban a la mitad del pasillo, comunicándose entre ellos. Al verlos, reaccionaron rápidamente y se dirigieron a una velocidad exagerada hacia el grupo. Gold que había quedado atrás, actuó de puro reflejo.
- ¡Reducto! ¡Reducto! - dijo el metamorfomago mientras de su varita salían dos rayos de luz blanquecina que impactaron en sendas columnas de la entrada del pasillo, reduciendo todo a escombros y bloqueando la entrada por allí. - Parece que tendremos que ir por el camino mas largo hacia la biblioteca... - concluyó Gold tiñendo sus ojos de bordó, mirando a sus compañeros y señalando el pasillo derecho. AteNa se adelantó, contemplando todo a su alrededor, tenía la varita en alto, sería muy tonta si no lo hiciera, en ese momento todos aguardaban a que sucediera algo inesperado, los ojos castaños de AteNa resplandecían radiantes, estaba ansiosa por descubrir todo lo que les habían querido ocultar. El Pitapatafrita Habia seguido a mi tirana hacia Howgarts y auqnue nos habiamos tenido que separar para seguir al menos a dos de los magos nos reunimos en el vestivulo donde comentaban algo de un juramento inquebrantable. De pronto Circe, Morgana y Merlin se volvieron a separar, por loq eu despues de que mi tirana hiciera su hechizo de camuflajeo, me retire a seguir al viejo hacia la torre de Adivinacion, mientras mi Tirana seguia a Circe quien iba en la direccion opuesta. En eso un estallido se escucho pisos arriba, ya no estabamos tan solos como creiamos estar, me encontre con la miranda de Minimin quien asintio, no debiamos de separarnos tanto de aquellos magos. Al parecer ellos tambien habian decidido seguir con su camino ignorando el barullo, aun necesitaban mas tiempo para encontrar el libro que tanto buscaban. Mitsuki La esfinge rugió ferozmente al ver que Mitsuki tenia las llaves, pero no pudo hacer nada para evitar que salieran. Algunas puertas estaban derrumbadas y vigiladas por enormes quimeras de fuergo. Pero al tener el manojo entero de llaves ellos pudieron optar por una de las multiples puertas que daban al exterior. Salieron al fin, y otros alumnos quicieron hacer lo mismo pero la esfinge se interpuso en el camino negandose a liberarlos hasta que resolvieran el enigma. Al salir Mitsuki notó que lo que adentro le habia parecido un caos no era ni una décima parte de lo que sucedia en el exterior. Cientos de estudiantes gritaban fuera de la fortaleza a sus amigos atrapados dentro, y algunos intentaban inutilmente rescatarlos. Los prisioneros que lograban salir buscaban desesperados a sus compañeros de equipo. Miró hacia todos lados,
pero no pudo divisar a ningun calzon, esperaba que no les hubiera pasado nada. La marca tenebrosa se dibujaba sobre un lejano hotel, el dragon revoloteaba sobre el castillo de hogwarts y la viruela de dragón se esparcía sin remedio. Esto tenia que terminar. -Chicos tengo que mostrarles algo importante- estaba decidida, no podian perder mas tiempo- pero necesitamos un lugar tranquilo y donde no haya nadie. Fernando sugirio el Bosque prohibido, y realmente parecia ser el unico lugar silencioso al menos en ese momento. Anduvieron no mucho para encontrarse en sus cercanías. Nadie parecía prestarles la menor atención. Todos al fin pararon la marcha y la miraron expectantes. Mitsuki empezo a sacar el pergamino de su tunica cuando escucharon un crujir de ramas y voltearon apuntando a los arboles con sus varitas y Mitsuki vio salir de entre los arboles a un ser totalmente nuevo para ella. Retrocedio unos pasos ya que su espectral y calaverica figura la atormento un poco. Esas alas de murciélago y ojos inexpresivos daban que temer. –¡Espera! es Tenebrus- dijo Liliana de pronto muy alegre -¿Quién demonios es ese?- preguntó Fernando que apuntaba a la criatura con la varita. -Es uno de los thestral del colegio, seguramente está asustado por el alboroto- Liliana se acerco a la criatura y la toco. La imagen a pesar de todo parecia tierna. Asi que Thestrals. Mitsuki nunca habia visto ninguno ya que su infancia fue feliz y libre de muertes, pero al parecer el final del pobre anciano sin nombre habia cambiado esa característica. Habia presenciado a la muerte y ahora podia ver a estas fantásticas criaturas.
-Podemos montarlo y llegar al colegio, escuche a los que estaban en la puerta decir que todos se dirigían hacia allí- Andrea parecía encantada con la idea– el problema es que solo hay uno. -Pronto aparecerán los demás - aseguro Liliana. Y como respondiendo a su llamado otras criaturas identicas se acercaron. -Mit que era eso tan importante que tenias que decirnos?- Mitsuki dio un respingo, casi lo habia olvidado. -¡Ah! ¡Es cierto!- buscó apresuradamente en el bolsillo de su desgarrada túnica y saco el trozo de pergamino. Lo miro sonriente aun sin abrirlo y se refirio a sus compañeros, especialmente a Andrea –Miren lo que nos ha dejado nuestro anciano amigo Todos agacharon las cabezas sobre el destruido pergamino. Apreciandolo con cuidado no solo parecía haber pasado por lugares sucios y situaciones extremas, sino que daba la impresion de tener cientos de años...
Mitsuki leyo en voz alta su contenido, hasta llegar a la parte en la que aparecian borrones y tachones sobre las palabras. -Ya no se distingue nada mas…- miro a sus compañeros, estaban todos desconcertados por el contenido del viejo papel. -¿Quien es paracelso? - dijo al fin Fernando cortando el silencio en que habían quedado. -Paracelso es un antiguo alquimista - dijo Liliana casi sin pensarlo - uno que vivió hace muchisimos años, no se bien cuando, ya que sus fechas de nacimiento y defuncion son desconocidas. -Tal vez nunca murio - aventuro Mitsuki, y todos la quedaron mirando atonitos - tal vez... tal vez el anciano era Paracelso. Los otros tres se miraron. Fernando parecia confundido y Liliana pensativa, pero Andrea incredula solto un bufido. -¡Ya se lo que estas pensando! - dijo señalando a Mitsuki - Crees que porque el viejo nombro a tres ancestrales y poderosos magos el debe tener algo que ver con ellos. ¡¿Aun no asumen todos que nos estaba tomando el pelo?! Esas personas murieron hace sientos de años. -Liliana dijo que no se sabia sus fechas de muerte - acoto Fernando.
-¡Pero deben estar muertos!¡Nadie vive eternamente! - Lilliana y Mitsuki miraban a Andrea escepticamente, ella parecio darse cuenta y rapidamente agrego: -Los vampiros no contamos. -¡Oigan!, ¡¿Vieron las fechas?! - Fernando tenia el pergamino entre sus manos y lo leanto para que vieramos el encabezado de lo que parecia ser un diario - veintitres de abril de mil quinientos treinta,¡ es de hace casi quinientos años!. Pero Mitsuki no miraba la fecha, cuando Fernando levanto el pergamino ella pudo ver algo más dibujado en el dorso. Se lo arrebato de entre los dedos y lo volteó bruscamente. Todos volvieron a juntar las cabezas ante la vision de tres extraños dibujo al parecer hechos mucho mas recientemente que las prolijas escrituras del reverso. Las ilustraciones estaban hechas toscamente con lo que parecian ser cenizas...
Sol Black Alex había comenzado a discutir con el Centauro, por muy poca experiencia que Sol tuviese con aquellas criaturas, sabía que esa no había sido una buena idea. - ¡¡Alex basta!!- dijo autoritaria poniéndose en el medio del camino. - Mago altanero, yo te haré tragarte tus palabras…- espeto molesto el Centauro bufando
- No, por favor, discúlpalo… - Sol…- intento discutir el chico pero la bruja le lanzo una mirada amenazadora que lo silencio de inmediato - Necesitamos salir del bosque… - El dragón esta libre , no están seguros en ningún lugar… aunque talvez…- el Centauro se quedo pensando mientras miraba el cielo nublado. - ¿Tal vez que?- Insistió la bruja comenzando a perder la paciencia, que no era precisamente su mejor virtud - Deben ir a Hogwarts es el único lugar donde pueden refugiarse… - Si claro que buena idea, si supiéramos donde es …- volvió a intervenir Alex. - Ayúdanos a llegar a Hogwarts pro favor…- suplico Sol, sabia que aquel ser era su única salvación en aquel momento, no podían desperdiciarla. El centauro miro a la bruja a los ojos, Sol sintió que sus pulmones se vaciaban, pero le sostuvo la mirada, gesto que pareció agradar a la criatura. - Síganme…- dijo simplemente mientras comenzó a trotar, hacia la derecha de donde el par de magos estaban inmóviles. Obedecieron su indicación, no tenían mas opción que confiar en ello, caminaron largo rato a paso veloz intentando no perderlo de vista entre los árboles, que de a poco se iban haciendo menos continuos. De pronto un nuevo paisaje se abrió ante sus ojos…Hogwarts imponente y legendario se levantaba frente a ellos…y con ello volvió el bullicio, docenas de magos corrían hasta el castillo. Sol volvió la cabeza para agradecer la ayuda del centauro, pero había desaparecido… - Gracias…- murmuro , mientras tomaba la mano de Alex fuertemente y ambos se dirigían a la puerta del castillo.
Fernando perea Fernando ante la figura que antes era una sombra aferró fuerte su varita y apunto hacia la criatura. –¡Espera! es Tenebrus- dijo Liliana de pronto muy alegre Mitsuki que tambien parecia algo asustada se tranquilizo a la vez que fernando. -¿Quién demonios es ese?- preguntó Fernando que aunque estaba mas tranquilo seguía apuntando con la varita a la criatura. -Es uno de los thestral del colegio, seguramente está asustado por el alboroto- Liliana se acerco a la criatura y la toco. Pero a fer igual la imagen que tenía esa bestia no le caia del todo bien. -Podemos montarlo y llegar al colegio, escuche a los que estaban en la puerta decir que todos se dirigían hacia allí- Andrea parecía encantada con la idea– el problema es que solo hay uno. -Pronto aparecerán los demás - aseguro Liliana. Y asi fue como dijo Lili la manada de thestral aparecio detras del que se encontraba frente a los chicos. -Mit que era eso tan importante que tenias que decirnos?- mit dio un salto ya que habia quedado algo concentrada en las criaturas y saco un pedazo de papel. Los cuatro chicos vieron lo escrito en el papel y despues de eso nadie entendia nada, y mas confusión les había creado la fecha en que se había escrito eso. "23 de abril de 1530". Al parecer esa nota había sido escrita por paracelso, hace quinientos años. Pero, ¿como era aquello posible? Luego de esto Mit le arrebato el papel a fer ,que habia agarrado para ver bien la fecha que lo dejo impresionado, para poder ver unas figuras que habia detras del pergamiono, aunque no entendian que significaba. Fer al ver esos dibujos habia quedado mas confundido de lo que estaba por haber visto la fecha del pergamino, ¿que significaba eso? un dragón, una llave, un libro y la palabra Howarts.
-Tal vez esto tenga que ver con algun secreto de como acabar con todo este lio- Fer aunque estaba algo confundido no habia dejado de pensar en la relacion de los nombres que el viejo habia dicho y los dibujos que acababan de ver, y tampoco se olvidaba del dragon, segun el viejo este habia sido criado en la fortaleza y las palabras que habia dicho pepe apestas confirmaban aun mas esto. -Por lo que veo creo que tendriamos que ir a Howarts no- Fer parecia algo inseguro- Creo que ahi es donde nuestras dudas se van a aclararOrión Black El dolor en su pié izquierdo había cesado. Las quemaduras se habían sanado y todo estaba en orden, sin de qué preocuparse. - Al menos estoy en una sola pieza. –Exclamó irónicamente al ver una de las armaduras echa pedazos. - ¿Hay algún sobreviviente? - El que acaba de hablar, salga ya mismo antes de que lo torture antes de matarlo. – Orión se había sobresaltado. Obviamente, la decrépita voz de una mujer causó que un escalofrió surcara su columna. - Pero si yo ya estoy muerta. –Dijo lanzando una pequeña risita.- ¿Orión? - ¡¿Helena?! - Tardaste en reconocerme. –Al fin había dado su aparición. Tan serena y pura, el fantasma de Ravenclaw, mejor conocido como la famosa “Dama Gris” se elevó frente suyo.- Si estuviera en vida, te aseguraría que estaría sonrojada. Un rugido del dragón seguido con un griterío de alumnos hizo temblar el lugar; mas estos no se movían. Los azulados orbes del mortífago estaban fijos en los transparentes y grises de la no viva. - No nos veíamos desde…
- Desde que me expulsaron de Hogwarts. - Si… Lamenté tanto cuando le habías predicho la muerte al encargado. –Murmuró esquivando la mirada del joven Black.- ¡Te he extrañado tanto! El frió empapó de lleno al Mago Oscuro. Helena Ravenclaw entrelazó sus brazos por detrás del muchacho y apegó su cabeza contra su pecho. Este retrocedió de inmediato, extrañaba aquellos momentos con ella, pero este no era lo mejor para revivir llamas del pasado. Es verdad, donde hubo fuego, cenizas quedan, pero con un dragón detrás y el colegio lleno de animales no tan domesticos no era lo más sensato hablar sobre ello. - ¿Has visto a los demás? ¿A Circe? –Preguntó para sacar un tema. - Ya veo… no me hace falta ser telépata para saber lo que sucede. Están en la biblioteca y sobre Circe, aún no lo sé. –Respondió en un tono comprensivo.- Espero volver a verte. Desde que te conocí, supe que no fue un error dejar este mundo. Black alzó su fina varita de avellano y se lanzó hacia donde estaban las escaleras, dejando a la Dama Gris en el pasillo. Estas se habían dejado de mover por el ataque hacia el castillo. La bota golpeaba cada peldaño, ya había bajado los dos pisos. Solo faltaba quedarse a esperar a los demás. Sabía que Mateo, Atena o Avril llegarían. Eso era lo que veía en el futuro y estaba seguro. De lo contrario, ya había perdido todas sus esperanzas. leankaus El dragon volvio a rugir con toda su furia mientras veiamos a algunas personas que trataban de controlarlo, sin éxito. Ahí fue cuando me di cuenta que la lluvia habia parado;si no como veriamos a esas siluetas? Mire a Virgil y ella me devolvio la mirada. - Y ahora que hacemos capi?- Me dijo preocupada - Tenemos que llegar a Hogwarts. Si o si.- Le conteste
Otros equipos tambien habian tomado sus escobas y trataban de regresar a Hogwarts. La lluvia habria parado, pero no el viento. Vi a Mankar siguiendo a su equipo mientras Anika se habria camino entre unos arboles. Comence a pensar que esto debia ser parte de la prueba de la semana. Pero, el torneo pondria en riesgo al mismo Hogwarts por una simple prueba? No, no era posible. Cuando recien pasabamos la cabaña del guardabosques, vimos que habia un tumulto de gente alrededor de ella. Capaz el guardabosques estaba calmando a todos o estaban planeando como llegar seguros a Hogwarts. Bajamos hacia alli y nos acercamos al tumulto. Buenamor estaba parada en la entrada de la cabaña discutiendo con mucha gente a la vez. Parecia que todos tenian una idea diferente. Algunos querian ir a luchar contra el dragon (si esto otorgaba puntos extra), otros querian llegar seguros a Hogwarts, y otros, asustadisos, querian meterse adentro de la cabaña y quedarse ahí a toda costa (Buenamor intentaba impedir el acceso). Les dije a mis compañeros de equipos que mejor levantemos vuelo nuevamente y sigamos nuestro camino, quedarnos ahí no nos llevaria a ningun lado. Anika y Alia se quisieron quedar para ver si podian llegar a entrar a la cabaña y josefrancisco y Virgil me siguieron. No estaba de acuerdo con la separacion del equipo pero no podia dividirme en dos y la opcion de Hogwarts me parecia mas censata. Finalmente llegariamos va, eso creia. elvio hg Tarde en reaccionar al fuerte "CORRAN" de Josi. Fui rápidamente por donde habíamos entrado al bosque, cuando una luz plateada apareció en mi camino, era una especie de pez... un patronus. -Rosa, Josi, Kris y Elvio. Les envio esto para avisarles que he salido de la fortaleza. El acertijo no estaba tan difícil, pero ahora no se que hacer... El patronus de Rosa me ha dicho que los organizadores se dirigieron a Hogwarts, probablemente vaya para allá, pero nada seguro. Todo esta bien, recuerden que los quiero. Era la voz de Sheila. Ahora sabía que estaba bien, y Rosa, Josi y Kris también.
Miré por encima de los árboles más bajos del bosque intentando encontrar alguna de las torres de Hogwarts, para poder saber su ubicación. La torre de astronomía sobresalía de las demás, muy iluminada. Me adentre nuevamente en el bosque, corriendo en dirección al castillo. Vi a muchos otros participantes del torneo ir en la misma dirección, tuve la esperanza de encontrar a todas mis compañeras ahi. Al llegar a las cercanía de Hogwarts el caos era enorme, muchos de los participantes se habían aglomerado ahi, buscando una respuesta a todo lo ocurrido en la noche. Alcé la cabeza para ver entre la gente que estaba reunida allí, y de pronto vi a Josi y a Kris. deivid Al salir del trance, oigo que Sagitas con una voz temblorosa que si nos ayudaria con la accion que se avecinaba en el castillo.Mientras todo esto decia Sagitas, se le notaba que preferiria quedarse asi un buen rato mas antes de ir en busca de aventuras en el castillo. De repente nuestra conversacion se vio interrumpida por un joven que acaba de salir de la fortaleza, este iba diciendo en susurros por todos lados:-Elo se volvió loca. Atacó a la Esfinge… Creo que la mató de un zarpazo-Volteo a ver a Coyo-T para comprobar cual era su reaccion, pero al girarme veo que Sagitas ya salia corriendo adentro de la fortaleza, exactamente por donde se habai producido un hueco. ******* Despues de una larga espera, que me habia parecido eterna, logro distinguir a Eli y Sagitas que a su vez traian cargando a Elodia, ademas venia con ellas una jovencita que no conocia. Me acerque corriendo hasta donde ellas estaban-Estan bien? como esta Elo?Sagitas
primero debrias pensar las cosas, podria haberte pasado algo- Preguntaba a las chicas a la vez que era mas rega単o hacia Sagitas -Aun asi creo que has hecho lo correcto Sagis, sin ti ellas no estarian aqui, ahora solo hay que llevar a Elo a un lugar donde la puedan atender-Volteo a ver, para comprobar que decia Coyo-T, solo que al voltear me encuentro con que Coyo-T se habia quedado en el mismo sitio de hace un momento. -Bueno creo que ahorita Elo estaria mejor si permanece en descanso, creo que la llevare hasta donde esta Paige, aya tienen un poco de atencion medica, mientras tanto chicas ustedes busquen una forma de como llegar al colegio, tenemos que ser participes para detener todo este alboroto-Les digo con mucha seguridad a mis compa単eras, que entre ellas se ven sin saber como lograria yo llevar a Elo hasta donde estaba Paige-No se preocupen estara bien, solo confien en mi- Les informaba mientras tomaba en brazos a Elo -Hey a donde llevas a Elo-[i]Me recliminaba Eli ya que no queria separarse ni un tanto de ella -Pero si la llevo a que vean si esta bien-[i]Le respondo a Eli que estaba un tanto alterada-Ademas Paige ha de querer saber algo sobre ella-Me trataba de excusar -Nada, si le vas a avisar a Paige mandale un patronus deiv-Eli se habia alterado y habia elevado su voz Saque mi varita y pronuncie-Expecto Patronum-Un jaguar salio de mi varita a lo cual le dige con voz muy precisa -Ve y dile a Paige que Elo esta bien, creo que se tenso demasiado que intento atacar a Alethea a lo cual ella le dio un zarpazo, no te preocupes por lo demas, Eli ya esta a salvo iremos a el colegio para ayudar por aya, te aseguro que te mando noticias mas rapido-Mientras termino de decir el jaguar sale a una gran velocidad ********
-Y bien que han encontrado que nos pueda llevar a gran velocidad hasta Hogwarts, he visto que hay algunos impedimentos para llegar hasta aya, no sera nada facil-Les digo como si algunas vez hubiera hecho yo una orden. -Bueno que nadie piensa hablar?-Les pregunto con mucha rapidez, ya que queria que todo esto terminara. -Pues yo solo vi a un grupo que montaba unos thestrals pero no son suficientes para que nos lleve a todos nosotros tambien-Comentaba Eli aun un tanto alterada. Me quede pensando y vuelvo a recordar la escena de las colinas, donde se me habia un pequeño detalle, para llegar hasta ese lugar me habia ..... -Ya se como llegaremos es solo que tendran que esforzarse mucho ustedes, claro que yo igual ya que no ando con demasiadas fuerzas-Se me quedan viendo como diciendo, y este se ha vuelto loco -Bueno no me piensan ayudar verdad?-Tomo la varita que habia aguardado para llevar a Elo, digo unas pequeñas palabras en murmullos a lo cual aparece una gran nube de humo que al irse eliminando se logra distinguir un hipogrifo, que apenas da unos pasos y se le ve muy debilitado -Pero y donde ha quedado el mago que estaba con nosotros-Preguntaba Nesii -Acaso no te das cuenta, Deiv ahora es el hipogrifo aunque lo veo muy debilContestaba Sagitas mientras que se acercaba poco a poco Eli hacia mi y me dice-Crees poder conducirnos hasta el colegio-Les respondo con un movimiento de cabeza positivamente. -Bueno quien viene?-Oigo que dice Eli mientras sube delicadamente en mi lomo.Al igual que Sagitas ayudaba a subir a Elo. Avril Lestrange No podía creer que el hechizo convocador no hubiese funcionado. O mejor dicho no quería hacerlo. En su mente había imaginado la sensación de volar al lado del
colacuerno, de esquivar sus llamas, de probar la velocidad de sus escobas. Habría sido una experiencia realmente excitante...pero no, por alguna extraña razón los hechizos no funcionaban allí. Mientras la chica debatía en su cabeza cual podía ser la forma de continuar y cuales serían las consignas a seguir para llegar a una solución, escuchó la voz de Mack con un sonido amplificado, para que todas las personas que estábamos allí presentes pudiéramos oírla con claridad y nitidez. Nos comentó que la única posible solución, de la que ni ellas mismas estaban seguras, era encontrar un libro…un texto que contenía el hechizo para volver a dormir al dragón. -No sería un mayor problema entonces-pensó Avril, que ya estaba algo cansada de que la situación no mejorase ni por un milímetro.- Si sólo es leer un libro estamos bastante mejor que los de la fortaleza-agregó mirando con un dejo de preocupación hacia el lugar. Pero resultaba que nadie sabía la exacta locación del volumen, y parecía que los magos que hace sólo un momento había avistado en la torre, Morgana, Circe y Merlín , unos magos muy poderosos y ancestrales, que habían ayudado a traer al dragón al campamento, y ,según creían , poseían el secreto oculto que era necesario para dominar a la bestia. -Debemos organizarnos para encontrarlos a ellos y para encontrar ese libro del que poco sabemos- Concluyó la hermosa mortífaga y clavó una duda en la cabeza de la joven bruja…quiso decir que no sabe si los tres antiguos magos estaban de nuestro bando, y también que ellas ahora sabían cuanto sabíamos nosotros. - Síganme - dijo Mateo acercándose a nosotros rápidamente y dirigiéndose hacia el pasillo de la biblioteca. Aparentemente el Black había divisado una luz, tenue pero constante, en el lugar y decidió averiguar de que se trataba. Avril no podía dejar de seguirlo, el grupo se había ensamblado de tal manera que podía ser traumático quedar sola, elegir un camino distinto a ellos o unirse a otro grupo. Sus compañeros del torneo, los de su mismo equipo, brillaban por su ausencia, no sabía absolutamente nada de ellos, si aún vivían o si estaban
muertos…ni siquiera había escuchado comentarios acerca de sus paraderos. Por todos estos motivos, la jovencita resolvió seguir a su nuevo grupo, a sus compañeros de ruta, y éstos ya se estaban dirigiendo hacia la biblioteca. Los sentimientos de la chica se habían vuelto más cautos, tenía las cosas más en claro. El pánico inicial no la impediría enfocarse en el problema, como había hecho al comenzar la tremenda noche, cuando pensaba que esto no podía tener solución alguna. Estaba más calma desde que las organizadoras dejaron sus lujosas habitaciones y se dispusieron a guiarlos. ¡No es que no fuera valiente! Si no que era muy meticulosa y cuando las cosas se desbordaban se dejaba llevar por el pánico Pero sentía que iba en la dirección correcta esta vez. Antes de partir se detuvo un solo instante a observar el panorama…todavía se podían ver cuerpos esparcidos por todos lados, gente llorando, clamando nombres, brujas y magos delirando de fiebre, con manchas en el cuerpo y casi inconscientes. No podía continuar mirando así que volvió su cara hacia la banda y empezó a correr detrás de ellos. Cuando vio a los chicos pensó que había un integrante nuevo. Mateo como siempre lideraba, ya casi totalmente recuperado de su lesión. A Atena se la veía mucho más tranquila ahora también, pero concentrada en la misión de encontrar el libro. Darla seguía algo renga, su herida sangraba pero el díctamo había calmado su dolor, pero ese chico le parecía desconocido. Lo volvió a mirar con el cejo fruncido e inclinando la cabeza levemente y se dio cuenta de que era Golden, que otra vez se había metamorfoseado y su cabello ahora era rubio ceniza.- Guapo- pensó la chica. Mejor que el rojo seguro. Se dirigieron hacia un pasillo que se ubicaba a la izquierda de ellos mismos. Caminaban deprisa, pegados unos a otros, con las varitas empuñadas y con caras expectantes. Se esperaban cualquier cosa, habían escuchado que el castillo estaba infestado de criaturas tenebrosas. Avril repasaba mentalmente los pocos hechizos que había aprendido en su modesta clase de generales, en donde Darla le enseñaba junto con Mistify. Llegaron a una bifurcación y el paso lógico era tomar el camino más corto hacia la
biblioteca. La chica escuchó unos jadeos más parecidos a los de un animal que a los de una persona. Pensó que eran jadeos de dolor de Mateo o de Darla, que eran los que estaban heridos, pero cuando los vio sorprenderse ante nuevos resoplidos perrunos se percató de que no eran ellos y en su cara apareció una mueca de sorpresa, alzando las cejas, se miró con Atena y comprendieron. Ambas muchachas preguntaron casi al unísono: - ¿Estan oyendo lo mismo que yo? - dijo Atena - ¿Que es eso? - preguntó Avril curiosa. No estoy muy seguro… - aseguró el Black que desconfiaba de todo. El mago era escéptico en casi todo, y antes de afirmar o desechar algo prefería tener la respuesta segura a su alcance. ¡Y la tuvo! Dos enormes licántropos aparecieron a su izquierda, en el camino más corto hacia la biblioteca, bloqueándoles el paso. Avanzaban. La bruja pensaba desesperadamente hechizos que pudieran funcionar mientras su mano asía tan fuerte la varita que era capaz de quebrarla. ¡Reducto! ¡Reducto! – Exclamó Golden mientras se dirigía hacia el pasillo a su derecha. Producto de el hechizo del metamorfomago, unas columnas qeu sostenían el arco se cayeron al piso estruendosamente haciendo una gran explosión que bloqueó el camino de las bestias y los apartó de nuestras vistas por el momento. La chica se tomó la cabeza entre las manos y se agachó para protegerse. Menos mal que la noche está por llegar a su fin. Los licántropos deben estar volviendo a su forma habitual en cualquier momento- dijo Avril pensando en voz alta, sin dirigirse a nadie en particular y levantándose para emprender la caminata por el oscuro pasillo. Se paró un instante en una de las ventanas y observó los primeros rayos de sol, que con su color anaranjado tan parecido al fuego que lanzaba el mismisimo dragón traían nuevas esperanzas al lugar. Me parece que esos licántropos no necesitan de la luna para atacarnos-dijo Golden con verdadera preocupación, porque sabía que las cosas no solían resultarle tan fáciles como parecían. Después de unos minutos de caminar llegaron a la biblioteca. En efecto la luz que vió Mateo era de las antorchas que aún estaban encendidas. Se veía un desorden inusual en la habitación. Las mesas de estudio estaban llenas de libros abiertos,
uno arriba del otro en forma caótica. Algunos manuales presentaban signos de violencia, como si los hubiesen mordido o arrancado las hojas con fuerza bruta. Por suerte no ardía nada...el fuego maldito no había llegado hasta allí. El recinto tenía cuatro cuerpos que se dividían por la categoría de libros, en el que se encontraban se llamaba " Sección de pociones, ingredientes y manutención de calderos", más allá estaban las "Sección Prohibida" que era solo para los alumnos que cursaban el sexto año, la "sección de hechizos y encantamientos" y la "sección de criaturas mágicas". y bien, ¿por donde empezamos a buscar?-pronunció Avril mirando al grupo de valerosos amigos. andrea_tkm_hp Después de leer el pergamino las dudas en Andrea incrementaron ¿ahora como podría negar todo? Bueno, realmente no era su culpa la desconfianza que sentía, apenas y se puede confiar en la propia sombra de uno y confiar en un anciano en una situación como por la que pasaba era difícil. Cuando Fernando tomo el pergamino dejando ver las imágenes de atrás había quedado más que claro para Andrea que tenían que dirigirse al colegio. -Por lo que veo creo que tendríamos que ir a Hogwarts ¿no?- preguntó Fernando de manera algo insegura- Creo que ahí es donde nuestras dudas se van a aclararLas tres magas asintieron con la cabeza, observaron a los thestrals que también miraban a los jóvenes magos. Se acercaron a los thestrals, después de un momento de sociabilizar con ellos y hacerles mimos en la cabeza, lograron montar sobre su lomo. -Pues entonces vayamos, no perdamos el tiempo – dijo Mitsuki justo antes de iniciar el vuelo seguida de Liliana, Fernando y Andrea. Salieron del bosque rozando las ramas de los árboles ya que tenían que ser muy cuidadosos por el dragón que sobrevolaba los cielos. Al salir del bosque Liliana se puso a la par de Mitsuki y Andrea a la de Fernando observando atenta el panorama. El cielo empezaba a tener sus tonos violáceos anunciando el amanecer y el comienzo de un nuevo día que parecía que sería igual de duro que la noche pasada. -Mitsuki – le llamó Liliana – recuerda que tenemos que estar atentas por si sale el
dragón – -Sí, no te pero…- pero antes de que Mitsuki pudiera terminar su oración ante los ojos de los 4 magos el poderoso dragón se alzaba imponente ante dellos -CUIDADO- gritó la vampira al ver que el dragón estaba a punto de lanzarles una bocanada de fuego Liliana y Mitsuki dirigieron sus thestrals hacia la derecha y Fernando y Andrea a la izquierda. La llamarada paso de largo pero el calor de su fuego llego hasta ellos. -Lili protege a Mitsuki – gritó Andrea mientras pensaba que hacer para salir vivos de esa –Desmaius – grito sin pensar en su desesperación pero el hechizo apenas y le hizo cosquillas al dragón - Cave Inimicum – dijo tratando de proteger a sus compañeros, sabía que no podría hacer mucho el hechizo contra el fuego maldito, pero era mejor que nada -Chicos síguanme, tengo un plan – gritó Liliana tomando otro rumbo seguida de los magos que trataban de esquivar los ataques del dragón -Lili, ¿Por qué nos dirigimos hacia allá? – exclamó preocupada Mitsuki -Tranquila, confía en mí – dijo Liliana sonriéndole Los magos pudieron vislumbrar el sauce boxeador. Se acercaron al Sauce boxeador y este reacciono como lo esperaba Liliana. Pronto el dragón los había alcanzado y llegaba a donde ellos estaban dispuestos a chamuscar a los magos. El sauce molesto empezó a mover sus ramas, una de ellas casi provoca la caída de Fernando que se agarro fuerte de su thestral. -Cuidado, pónganse detrás del sauce- gritó Liliana dirigiendo su thestral detrás del sauce. Los magos se situaron detrás del árbol que agitaba sus ramas queriendo golpearlos y tirarlos de los thestrals. El dragón comenzó a acercarse a ellos, estaba tan concentrado en atraparlos que no observo la rama que se acercaba por al derecha y le daba en la cabeza. Otra rama le dio directo en el estomago dejando un tanto confuso y molesto al dragón, pero antes de que pudiera exhalar una bocanada otra rama le dio justo en los ojos.
Los magos aprovecharon este momento de distracción para huir de ahí y dirigirse al colegio que no quedaba lejos. El dragón estaba tan molesto que se olvido de sus presas un momento mientras se obesionaba con destruir el sauce lanzándole fuego maldito. Los cuatro magos hicieron que los thestrals fueran más rápido para alejarse de ahí cuanto antes. -Rápido, entremos por la torre de astronomía – dijo Andrea señalando la torre que no se veía muy lejos. Uno a uno fueron aterrizando en la torre y corrieron a refugiarse en el inmenso colegio. Mitsuki al estar dentro del colegio corrió a darle un abrazo a Liliana -¡Lili eres un genio! – exclamó feliz la bruja -Si, eres una bruja muy lista – dijo Fernando sonriendole - Gracias chicos, pero no fue nada – dijo Liliana siendo modesta a lo que Andrea le dirigió una sonrisa de agradecimiento y le dio un gracias mudo -Bueno, como dicen los muggles ―el tiempo es oro‖ vamos chicos a lo que venimos – dijo la joven vampira – tenemos que buscar ese libro que contiene tantos secretos, puede que contenta respuestas a nuestras preguntas – Sus compañeros estuvieron de acuerdo con ella y se prepararon para ir a buscarlo. No parecía que no hubieran dormido nada, estaban listos para seguir con la búsqueda. -Creo que lo mejor será que busquemos en la Biblioteca, digo ahí están toda clase de libros- dijo Fernando -Estoy de acuerdo- respondió Liliana -Yo también- anexó -Pues vayamos a la biblioteca, pero esperen – dijo la vampira y se desmonto la mochila que milagrosamente había sobrevivido todo lo que habían pasado y sacando un pergamino doblado de ella – Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas – ante estas palabras el pergamino reacciono y dejo a la vista el mapa
del merodeado – se lo he quitado a Atena mientras estaba distraída- dijo sonriéndoles a sus compañeros -¡Miren!- exclamo Mitsuki señalando una mancha que tenía el nombre de Merlín acercandose de la biblioteca – tenemos que tener cuidado, no sabemos si nos podemos fiar de ellos – - Tienes razón – comentó Liliana y señalo otras dos manchas con los nombres de Morgana y Circe – tenemos que ser muy cautelosos y ver por donde andamos – -Pues bien – dijo Andrea guardando el mapa – pongámonos en marcha Los cuatro magos tomaron dirección a la biblioteca en busca de una respuesta a todo este misterio. Atentos de cualquier movimiento y con varita en mano iniciaron el trayecto y Andrea pensó que si las cosas se ponían difíciles tal vez podría hacer algo y no quedarse sin su víctima del torneo después de todo.
Sheila Longbottom Sheila seguía pensando que iba a hacer después y no notó que Sagitas, Eli y Elo ya habían salido de la fortaleza. Detrás de ellas la salida que estaban usando los prisioneros se derrumbó, ahora los demás tendrían que buscar otra forma de salir de esos lugares. Aunque también con ellas venía Nesii, una chica que estaba antes pero Sheila pensaba que se había perdido en el camino. La chica se acercó a ver como estaban las que acababan de salir, parecían muy cansadas y cargaban el cuerpo de Elo como si estuviera muerta.. Por un momento se espantó
-ELO! ¿Que le ha pasado? ¿por que está así?- Sheila se hacía muchas preguntas acercándose al cuerpo, aunque casi no se conocieran había hecho amistad con ella por unos minutos, además le había caido muy bien. Eli le contó que le había mandado un sectusempra a la esfinge y esta como reflejo le había dado un zarpazo. A Sheila le extrañó esto, por que al parecer le había mandado el rayo demasiado cerca, eso nunca se debe hacer. Lo bueno que todo estaría bien, solo tenía que volver a estar conciente. Deivid, junto con Coyo-t se acercaron también a ellas. Empezaron a hacer la plática y Sheila se sintió un poco excluida por que ni se habían dado cuenta que estaba ahí, pero aun así siguió junto con ellas. El chico dijo que llevaría a Elo con alguien mas para que estuviera a salvo. La tomó en brazos pero antes
de que pudiera irse Eli lo obligó a quedarse donde estaba; le dijo que mejor mandara un patronus para decir que Elo estaba bien, no era necesario llevarse el cuerpo. Se quedaron callados por unos momentos hasta que empezaron a hablar de sobre las formas de llegar a Hogwarts rápido. Alguien sugirió los thestrals, pero estos no eran suficientes para que los llevaran a todos ellos, necesitaban algo mas. Deivid se ofreció a llevarlos, pero nadie entendía como, hasta que de un momento a otro se convirtió en hipogrifo. Sheila se quedó sorprendida con eso, era un animago no registrado. Eli no tardó mucho en subirse a su lomo y esperó a que alguien mas lo hiciera, pero todos estaban dudosos. Los hipogrifos en promedio podían cargar tres personas y eran seis, tres tendrían que encontrar otra forma de llegar. Sagitas ayudó a subir a Elo enfrente de Eli, para que la protegiera y en ese momento Sheila rompió el silencio.
-Voy a conseguir dos thestrals para que nos podamos ir los tres faltantes- dijo y con esto Coyo-t y deivid se dieron cuenta de que existía Sheila. Ella no esperó a que le contestaran y se encaminó hacia el bosque, quería ir a Hogwarts cuanto antes. Además si alguien quería acompañarla a buscar los thestrals, podía correr para alcanzarla..
Amya_An Finalmente Amya_An parecía haber Resuelto con Determinación llegar hasta Aquellos pero la Demora de Alzar a Su Compañera y de Iniciar la Difícil Marcha hizo que Ambas quedaran demasiado relegadas del Grupo de los Organizadores y compañía. El Castillo no parecía ―Poner Resistencia‖ a la Entrada de sus Recientes Visitantes, cualquier Magia Protectora parecía haberse Disuelto. Era Lógico que Amya_An pensara que ante una Situación Semejante, los Responsables de Velar por la Seguridad de Sus Ocupantes Convocaran Hechizos Protectores sobre la Estructura. Pero por el Contrario, Aparentaba haber sido ―abandonado‖ a su Suerte y por ende a los Estudiantes y al Personal en General. ¿ O era Acaso que Estaban Demasiado Ocupados en Otros Asuntos ?
Amya_An reflexionaba sobre el hecho que no era coincidencia que los Organizadores fuesen Todos en Grupo al Castillo. Si el Causante del Desastre Acontecido y que Aún Acontecía era el Dragón, ¿ Por qué iban a Hogwarts ?, ¿ Qué Tan Importante había ahí ? Amya_An continúa su marcha con cautela y en Silencio mientras susurraba a Tamy palabras de Aliento, prometiéndole que pronto se reuniría con su amado y comerían Todos Juntos (aún Foung) Deliciosos Pastelillos de Chocolate con Nueces Picadas cuando de Improviso pasaron sobre sus cabezas unas Formas que a duras penas podían afirmarse eran personas. ¿ Estaban Volando en el Aire sin Escobas ? Quedó boquiabierta Amya_An y sin poderse reponerse del asombro, la aparición del Gigantesco Dragón ColaCuerno Húngaro que sin lugar a dudas iba tras ellos. Entonces Amya_An pensó. Aquella Criatura parecía mostrar cierto Comportamiento demasiado ―Humano‖. Había ―Algo‖ que se Transparentaba en sus ―Gestos‖ y ―Actitudes‖. ¿ Sería Posible que Amya_An solo estuviese Imaginándose ―Cosas‖ que según su Conocimiento Mágico y su Entender era Improbable aunque quizás, tal vez, No Imposible ? ¿ Qué Clase de Magia Antigua y Oscura podría ser Capaz de Dotar a Semejante Bestia del Poder del Fuego Maldito ? Tamarindo empezado a hablar cosas sin mucho sentido pero Amya_An le sonreía tratando de llevarle la corriente y hacerle Olvidar en algo el Terrible Asunto de la Fortaleza y de sus Prisioneros. Pronto estarían cruzando el Umbral de las Enormes Puertas del Castillo de Hogwarts solo para Estremecerse Aún Mas.
Madame shaki Al salir de aquella obscura y calurosa fortaleza, Foungtan y shaki salieron encaminados hacia la zona de los campamentos: A que nos esperan con un gran banquete --- comento shaki muy sonriente Eso espero, que si no, con lo hambriento que estamos nos los comeremos a ellos – bromeo foung Oye que tal si van a nuestro campamento?—invito shaki mientras Si ! además de seguro que tamarindo esta hablando de lo mas tranquilo con amya y los demás treboleros … contesto foungtan muy animado Jeje ojala, que ahora no nos caerían mal una galletitas horneadas por mi querida tamy – dijo shaki , quien había perdido en la fortaleza su guitarra y sus naipes , el peluche lo guardaba bajo la túnica al igual que su trébol que yacía en el fondo de uno sus bolsillo del pantalón.. Ya estaban a unos escasos metros de donde estaban los campamentos, pero ya la angustia y preocupación comenzaban a surgir por el panomara que ya comenzaba avecinarse. Aquello que veían no era lo mismo que dejaron cuando decidieron por voluntad propia adentrarse en aquella fortaleza , los campamentos estaban hechos ceniza , pareciera que nunca hubiese existido vida en aquel lugar , Al ir aproximándose al campamento trebolero , sus caras iban transformándose , de la alegría a la tristeza, de la ilusión a la desilusión , la frustración iba apoderándose de ambos, era inocultable esa especie de desesperación que surgió al momento de que iban viendo semejantes horrores. Al llegar a donde se supone que estuviese el campamento trebolero , Shaki pudo vislumbrar entre las cenizas lo que quedaba de una de las cámaras de Rita mientras que foung recogía con un miedo siniestro el látigo, ahora carbonizado de amya . shaki cayo de rodillas al momento que la observo, lagrimas resbalaban por su mejilla de desesperación , foung seguía de pie, igual de preocupado que shaki , su miraba estaba en el horizonte buscando alguna explicación posible aquel siniestro. Shaki , le dijo seriamente foungtan,tenemos que movilizarnos, no podemos
quedarnos aquí, tenemos que buscar a nuestros amigos … Shaki asintió, se levanto con determinación, secándose las lagrimas con la túnica rasgada…
Legolas del Bosque Negro Legolas abrió la puerta del castillo y el grupo penetró al interior. Mack se situó en el centro del grupo que seguían a los miembros de la organización y pronunció un leve sonorus, para que su voz se escuchara, alta y clara, por todos los presentes. -Escuchadme todos -comenzó- hay un libro que guarda un secreto de magia antigua que sospechamos que sirve para dominar el dragón. Nadie sabe mucho sobre ese libro y sobre el secreto. Tampoco sabemos mucho sobre los tres magos que se enlistaron en la organización. Nunca creímos que fuesen, quienes decían ser. Sin embargo, después de todo lo que ha ocurrido, quien sabe si de verdad no serán los verdaderos Merlín, Circe y Morgana, llegados hasta aquí con un giratiempos. -No tenemos muchas más respuestas que vosotros -continuó la bruja-. El torneo se organizó siguiendo una antigua tradición. Merlín, Morgana y Circe fueron contratados para ayudarnos y ellos fueron quienes trajeron al dragón. Creímos que eran de confianza, aunque, ahora ya, quién puede saberlo. La bruja hizo una pausa antes de proseguir. -Debemos organizarnos para encontrarlos a ellos y para encontrar ese libro del que poco sabemos. -Mack estaba hablando aun cuando los moskis y las veelas allí reunidos ya hacían sus propios planes, fue entonces cuando el lobo seguramente inspirado por Lili comento. –deberíamos buscar en la biblioteca, nunca he visto una más completa que la de hogwarts. –a lo cual todos asentimos afirmativamente. Desafortunadamente para todos. No eran los participantes aurores y mortifagos los únicos que habían logrado penetrar al interior del castillo. Diversas criaturas tenebrosas corrían por toda la edificación. Algunas inofensivas como salamandras de fuego y otras más peligrosas como grim’s e incluso un par de licántropos. -Cuando ya estábamos corriendo por una de las escaleras, buscando los pasadizos que nos
llevaran directamente a la biblioteca, Kea, toca a Legolas retrasándose ambos y haciendo que este le preguntara -¿pero qué demonios pasa kea? – a lo que el elfo señalo a Fernando Black que pasaba por allí y pararse ante unas niñas a las cuales ninguno de los muchachos pudo reconocer. Agudizaron sus oídos y lograron escuchar algo que se decía en la conversación, -busquen en los lugares más recónditos, pasadizos secretos, cuadros que nadie le presta atención y que también son lugares donde se los podría encontrar. -Luego de eso, lo único que se escucho fue el gruñido de una bestia, seguido por el grito de asombro de varios los concursantes que seguían llegando. Un grifo había bajado hasta la segunda planta y miraba furioso a todos los presentes. -Muchachos- dijo el mortifago –Yo me encargo de el. -Se miraron con Kea y sabían que debían alcanzar al resto, por suerte estos iban avanzando despacio a causa de su desaparición. Rápidamente les comunicaron lo que habían escuchado en la conversación que se suscito hacia unos instantes. Seguimos nuestra carrera hacia la biblioteca, todos con sus respectivas varitas en mano, todos prestaban atención a los posibles peligros que se pudieran encontrar, Kea, Tontín y el Lobo aturdieron a un par de criaturas que no supimos reconocer, en un cruce de pasillos Mica, Legolas y Ale utilizaron de nuevo sus patronus al ver como una veintena de dementores se disponían a atacar a otros participantes, que luego reconocieron como Álvaro y Caroliinaa, ambos también pertenecientes a Gryffindor. Al frente del grupo corrían ahora Legolas, Mica y Tontín –aun mas emocionado por las aventuras que estaban viviendo y comentando aun sobre lo encantador que se veía con esos pantalones de su pijama- , cuando al equivocarse en un pasadizo notaron el nauseabundo olor de varios licántropos, el Lobo rápidamente quiso abalanzarse sobre ellos, pero Pin logro contenerlo, ellos parecían seguros y muy confiados de su suerte, aunque no contaban que los niños tenían dos capitanes muy astutos y entrenados, pronto todo el grupo redujo sin problemas a los licántropos, aunque fue Mica la primera en darse cuenta, y buscar rápidamente a Legolas. ¿fuiste tú quien lo hizo cierto? –Legolas miro a su capitana y amiga. –Si Mica, el que lanzo el sectumsempra fui yo, disculpa, sabes bien que no lo habría usado contra ninguna persona pero estos eran devotos fanáticos de Fenrir Greyback y no vacilarían en ningún momento en hacernos daño. -El chico lo hizo poniendo su mejor carita de nene bueno a lo cual Mica solto una carcajada nerviosa. –Mientras ellos hablaban Tontín se acerco y por primera vez en toda la jornada hablo seriamente, -oigan, estamos a un paso de la biblioteca, solo nos resta pasar este pasadizo secreto. –Una vez nuevamente reunidos, volvieron a organizarse, protegiéndose unos a otros cuidándose
las espaldas. Después de recorrer a toda prisa otro de los pasillos, se internan en el pasadizo que mencionaba Tontín, se encontraban a un palmo de llegar a la biblioteca, cuando al llegar al centro de mismo, notaron que otro mago los observaba atónito. -Todos levantaron sus varitas, no se podía confiar en nada, ni en nadie, como había sugerido Mack. -Legolas mantenía su varita apuntando al pecho del mago, y no sabía porque pero la cara del mismo le resultaba familiar. El mago por su parte los miraba estupefacto, aparentemente no los había escuchado llegar. –Fue entonces que alguien del grupo parafraseo. ¡Por las barbas de Merlín! -para finalmente puntualizar. -¡Es Merlín! Coyo-t Sin duda alguna Sagitas era demasiado intempestuosa, a la primera señal de que algo le habia sucedido a Elo salio corriendo para buscarla, aproveché ese momento para encerrarme en mi emnte y recordar todos los peligros que nos podiamos encontrar. No tuve noción del tiempo hasta que Sagitas regreso y traía consigo a la joven elo y a varios conpetidores mas, sin duda nuesra payasita tenia el corazón blando, pero eso era algo que me agradaba mucho de ella. Tan pronto como se hicieron las preguntas de rigor, durante las cuales yo habia mantenido mi rostro inescrutable, finalmente y despues de una corta plática la desición ya se había tomado, nuestro siguiente destino sería el Colegio de Magia y Hechiceria Hogwarts varios concursantes tomaron threstals, y uno de nuestros compañeros nos sorprendio al revelarse como un animago no registrado, deivid dejando que eli tomara asiento encima de él. Sheila se nos habia unido y ya habia propuesto una idea, buscar a otro threstal por lo que rapidamente le dije... [I]-""Mi estimada Sheila, yo ire contigo... vayamos pues cerca de la fortaleza, ya que pla sangre abunda por ahi y estos animales serán atraidos, Sagitas... con quien iras???/I] Esperaba al respuesta de mi compañera de equipo...
deivid Mientras seguia convertido en Hipogrifo y ya con Elo y Eli encima mio me puse a moverme un poco, pero la falta de comida habia hecho que perdiera demasiadas fuerzas por lo que caigo casi encima de Sheila la cula no me
habia percatado que se habia encontrado junto a nosotros y todo por estar en mi mundo paralelo donde creia que todo andaba bien, que no habia mas peligro que yo mismo, pues si me llegaran hacer enojar mucho o por simple proteccion hacia mis compañeros, podria transformarme en una bestia que dificilmente lograria controlarla, a lo cual trate de relajarme lo mas que pude. Al fin no veia que nadie mas se subiera encima de mi ya que solo podriamos ir 3 y faltaba una persona mas, pero alcanzo a oir que alguien iba a ir a conseguir unos Thestrals, esa voz era muy enternecedora aunque esta vez se notaba un tanto enojada como si la hubiera ignorado, y creo que asi fue pues ni Coyo-T ni yo habiamos prestado atencion hacia ella -Pero si se apuraran se los agradeceria mas-Pensaba entre mi al no poder pronunciar palabra alguna, todo esto mientras veia que Coyo-T se habia sumado a la causa de conseguir unos thestrals Celestisima Celestísima y ValeriaR veían cómo muchos de los magos seguían a un tal Mateo, pero ellas no estaban tan seguras de seguirlos. Celes pensó que finalmente había llegado el momento en el que no podrían hacer nada más... Lo peor era que no habían podido encontrar a su capitán y que sus otras dos compañeras habían tenido que esconderse. Pero justo en ese momento alguien llegó para salvarlas de su frustración. Vieron acercarse a un mago, Celestísima pensó que debía ser un mortífago, que parecía debatirse internamente entre hablarles o no. Finalmente se acercó a ellas y les preguntó sus nombres. -Celestísima...- develó la joven preguntándose por qué aquel extraño, que parecía tan seguro de sí mismo, se había acercado a ayudarlas. -ValeriaR...- Oyó Celestísima que decía su compañera. En ese momento, el mago, que aparentaba estar bastante cansado además de hastiado de tener que hablares, resopló, les dijo que él era Fernando Black y comenzó a explicarles la importancia del libro que ellas habían escuchado mencionar a Mackenzie. Celestísima estaba contenta de que alguien les explicara detenidamente algo de todo aquel caos, pero por otro lado su orgullo propio le decía que no debía dejar que los demás siempre acudieran en su ayuda. Cuando el mago terminó de explicarles lo ocurrido, Celestísima vio que algunos otros participantes del
Torneo se habían acercado a escuchar. Se sintió algo mejor, después de todo no estaban tan solas. Algunos empezaban a subir las escaleras cuando oyeron un gruñido muy fuerte. Cuando Celestísima vio de dónde provenía no pudo contener un leve grito de asombro. Un grifo se había aparecido amenazante. -Muchachos. Yo me encargo de el, ustedes sigan adelante y tengan cuidado porque hay un par de licántropos sueltos por ahí, al igual que una jauría de grim’s o al menos esas son las criaturas que yo escuche- aviso el mortifago mirando a la bestia. -¡Imperio!- Gritó Fernando Black y el grifo inmediatamente se quedó petrificado. En ese momento, Celestísima sintió cómo ValeriaR le pegaba un codazo para que continuara y subiera las escaleras detrás de los demás. Las jóvenes pasaron con cautela al lado de la bestia y siguieron su camino, seguidas por otro grupo de dos brujas y un mago que también se había quedado detrás. Celestísima sin dejar de caminar se acercó a aquel grupito compuesto de tres personas y les dijo: - Hola, mi nombre es Celestísima, soy de Ravenclaw, aunque eso en este momento no importa demasiado. Estamos solas con mi compañera y queremos ayudar en lo que sea.
La primera en contestar fue una de las chicas: - Soy Elladora. Y ella es Sly. Y él es... -Soy NykOo - Se adelantó el mago. - Debo... digo, debemos encontrar ese libro. -Lo sé - le respondió Celestísima algo cautelosa ya que no quería causar una mala impresión - ¿Creen que se podrá encontrar en la Biblioteca? Digo, es un lugar algo obvio, pero si alguien quería esconderlo ¿qué mejor que en el lugar más obvio y encima rodeado de tantos otros libros, no? -Es probable que esté ahí - respondió NykOo sin agregar nada más. En ese momento, Celestísima les sonrió a los tres magos que iban atentos por si encontraban a alguno de los licántropos de los que Fernando les había advertido y se dió vuelta para hablarle a Valeria al oído: ¿Crees que vendrán con nosotras a la Biblioteca?-No lo sé - le contestó Valeria en un susurro - Pero creo que nosotras deberemos ir allí de todas maneras. Ambas contiuaron caminando con las varitas en alto y escuchando a lo lejos, en otros pasillos, diversos
ruidos de enfrentamientos entre criaturas que no lograban distinguir y magos que, como ellas, buscaban la manera de salir de ese caos.
Amya_An Al Entrar al Castillo, Amya_An pudo oír un Barullo General espeluznante. Los Ecos de voces, gritos, cosas cayéndose o explotando, lo que parecía ser Gemidos y Rugidos de Animales, el correr de Magos y Brujas corriendo por cada rincón, por cada pasillo. Ya estaban cerca pero no sería Fácil llegar hasta la Enfermería, no como lo Imaginaron. Además, cabía la duda de que pudiesen hallar ahí a la Encargada, con todos los heridos que debieron resultar después de que el Dragon atacara una de las torres del Castillo. Tamarindo empezaba a Recobrar la ―cordura‖ por breves lapsos de Tiempo. Amya_An rogaba que su Sistema Inmunológico resistiese la Fiebre y lograra darle el suficiente tiempo como para llegar al menos a la Estantería donde se guardaban las Pociones de Salud. Las Pústulas ya se ―hacían sentir‖ en el andar de ella. Sería Difícil recorrer medio Castillo de esa Manera, Pensó Amya_an, ya bastante difícil y peligroso había sido llegar hasta ahí pero no quería dejar a Tamy así, en ese Estado, sola y a merced de cualquier Cosa ; escombros que caigan, si se aparecía por ahí alguna de esas Criaturas de Fuego Maldito o simplemente Si se Viera Sola en Medio de Aquella escena tan horrible. A pesar del Apremio en el Corazón de Amya_An, su Marcha era lenta y sigilosa. El Fuego, el Humo, la Muchedumbre, TODO había desorientado
enormemente a Amya_An pero Ella sabía el Camino de Memoria. El Camino hacia el Tercer Piso donde se hallaba la Enfermería parecía Eterno y no estuvo Libre de Percances. En Varias Ocasiones Amya_An tuvo que literalmente que arrinconar a la Querida Tamy hacia alguna Sombra y así poder adoptar una posición de defensa mas apropiada. Pero no hubo necesidad de hacer uso de la Magia. Finalmente Ambas lo habían logrado, estaban en la Enfermería solo que … Estaba Vacía. Amya_An entró en Pánico Absoluto y comenzó a revolver Todo los Rincones en Busca de algo para Tamarindo. Tamy que por un instante volvió en sí, solo desvió la mirada con los ojos ligeramente empañados al ver su Histeria pues comprendía perfectamente lo que sucedía. Exhausta Amya_An se deja caer al suelo con los brazos vencidos. Ni siquiera es Capaz de Voltear a Ver a Su Amiga, Amya_An no se ha dado cuenta de que Tamy empieza a resignarse a su suerte. Pasaron unos minutos en silencio espectral. Ambas parecían contener el llanto cuando un leve ruido despertó de improviso a Amya_An quien de inmediato giro sobre su cuerpo hacia donde había provenido aquel sonido varita en mano. Era una joven estudiante que se asomaba por entre el desastre que la Bruja había causado en su Ira. Aquella casi niña temerosa pero de mente muy aguda había supuesto lo que
sucedía por lo que se apresuro a decirle a Amya_An que la Enfermera estaba por el Séptimo Piso atendiendo a algunos Estudiantes heridos tras el ataque de una de las Torres. El Séptimo Piso, Amya_An no conocía mucho aquella Planta que era casi dominio de los Gryffindors, ya que por ahí se encontraba su Sala Común. La Bruja no tenía mas salida que correr 4 pisos mas arriba y debía de hacerlo con la mayor rapidez posible. Recordó un Rápido Encantamiento de Protección con Tréboles que Shaki alguna vez usara. Trazó los Símbolos y colocó el Trébol que como Emblema de su Equipo Todos los Miembros Guardaban con Recelo en alguna parte de sus prendas. Le Hacía falta al menos uno mas. Giró a ver a Tamy y esbozó una sonrisa. El Capi no Podía haber Olvidado obsequiar uno de nuestros Talismanes a ella. Amya_An salió corriendo después de Bendecir el Hechizo alrededor tanto de Tamy como de la Adorable Brujilla que le había dado fuerzas para seguir adelante. Ya a Muchos Magos y Brujas participantes del Torneo se les veían corriendo de arriba a bajo, evadiendo criaturas que parecía que solo habían entrado al Castillo buscando refugio ya que algunas zonas del Bosque Prohibido habían sido devastadas por la acción del fuego maldito. Temerosos como cuales quiera después de presenciar semejante ESPECTACULO, solo Atacaban. heavenlee En el camino me detuve un instante-¡oh!-dije algo sorprendida puesto que todo el tiempo que había permanecido dentro de la fortaleza no podía distinguir si era de noche o de día pero esta vez era diferente
podía percibir que al parecer comenzaba amanecer porque los destrozos se podían ver con mas claridad y las llamas de fuego se veían cada vez mas vivas. Decidí sentarme por un momento-muero de hambre -mis tripas hicieron un ruido extraño; comencé a imaginar que me daba un buen festín en el comedor de hogwarts como todos los días en compañía de Alex, Krazy, Gabry, Sorce, mi madre, mis hermanos y demás amigos; moví la cabeza de lado a lado en forma de negativa-no, no, no es momento de pensar en eso tengo que seguirborre todo eso de mi mente, me levante, saque mi varita y la puse sobre la palma de mi mano-¡Varita! trataba de usar mi varita como brújula-¡Oriéntame!-la varita comenzó a girar apuntando a todas partes tratando de localizar el norte y justo cuando lo hizo algo apareció delante de mi no logre ver de donde había venido pero estaba ahí enfrente; guarde mi varita en mi túnica -¡Snowy pequeña!- la lechuza ululo al escuchar que pronunciaba su nombre con alegría y se poso sobre mi hombro-de seguro ya te hemos de traer harta con ir y venir ¿no?-le sonreí y le acaricie su plumaje-haber que traes para mi- la lechuza estiro su patita y dejo a la vista el mensaje, lo desate aprisa como siempre y teniendo el cuidado de no herir a Snowyhaber, veamos que dice- lo desenrolle y comencé a leer ―Pequeña, te enviamos a Snowy de vuelta por si necesitas volver a comunicarte con nosotros por cualquier cosa. Ojalá y encuentres algo. Sorce dice que cerca de la muralla del fondo de la fortaleza hay una puerta trampa y que cree que así podrás llegar hasta la guarida del dragón, porque una vez vio al carcelero entrar por ella‖ Reflexione-Así que Snowy ahora serás mi fiel compañera -doble el mensaje y lo guarde dentro de el lugar mas recóndito de mi túnica -ok, pues entonces a trabajar -dije algo entusiasmada puesto que ya no estaría sola apezar de que Snowy era solo una lechuza, era como tener a Psiquiátrico Gpr conmigo. - Sorce dice que cerca de la muralla del fondo de la fortaleza hay una puerta trampa y que cree que así podrás llegar hasta la guarida del dragón, porque una vez vio al carcelero entrar por ella -repetí tal cual lo había leído en la nota; saque de nuevo mi varita y la empuñe sabía que me acercaba a un lugar muy peligroso. Con Snowy en mi hombro trepé una roca y desde ahí pude ver que no estaba tan lejos como parecía, podía ver como había mucha gente aglomerada en la entrada y poco a poco salía de la fortaleza-¡Oh! Por las barbas de Merlín, Alethea a recapacitado y los esta dejando salir -Estaba apunto de correr hacia donde estaban todos pero algo me detuvo-Snowy suéltame la túnica¡-grite-¿Que no vez que es momento de salir? ¡Por fin podremos estar con los demás!-Snowy se aferraba mas y mas a mi túnica-¡ahh!- perdí por completo
el equilibrio y caí de rodando de la roca haciéndome una herida en el hombro y otra en la frente fuí a dar a un charco de lodo que me cubría el cuerpo por completo dejándome oculta entre el barro, tratando de dar una bocanada de aire levante la cara y vi que había llegado hasta el fondo de la fortaleza -jajaja-reí entre pánico y alegría-¡estaba mas cerca de lo que esperaba!-Snowy ululaba por encima de mi -muy graciosa snowy-le dije a la lechuza algo molesta porque por estar tirando de mi túnica había rodado por la rocabueno Snowy de algo sirvió esto, llegamos mas rápido a nuestro destino -le sonreí a la lechuza-a que bipolar soy haz de decir -le dije; aun estaba dentro del fango; Snowy aterrizo en el piso quedando exactamente enfrente de mi, me miro a los ojos, ladeo la cabeza y le di una sonrisa-¡anda Snowy!-me levante de sopetón del barro-¡el que llegue al ultimo es un burro cabezón! Snowy- eche a correr y Snowy emprendió el vuelo ululando alrededor de mi. Llegamos hasta la muralla y comencé a palpar los alrededores buscando la puerta trampa-pequeña amiga ayúdame a encontrar la puerta-le dije a mi nueva amiga plumífera; buscando pensaba si habría un hechizo para revelar la puerta que tanto buscábamos que nos llevaría a la guarida del dragón.
Mateo Black El Black se detuvo y sonrió como si le hubiesen planteado una broma. Se hallaban en una bifurcación, con 2 caminos posibles hacia la Biblioteca. Golden se volvió a ellos e indicó que debían tomar el de la izquierda. El grupo lo siguió a través de un camino ladeado por majestuosas columnas que se enfilaban hacia un gran arco. A medida que avanzaban, una especie de gruñido se hacía sentir cada vez más fuerte, como si un perro invisible los siguiera desde la pared. - ¿Estan oyendo lo mismo que yo? - dijo Atena aguzando el oído. - ¿Que es eso? - preguntó Avril curiosa. - No estoy muy seguro… - aseguró Mateo, que desconfiaba de todo. Pero no tardó mucho en estar seguro. Dos licántropos con los colmillos relucientes y manchados de sangre, se acercaban a paso ligero con una expresión que no era exactamente la que indica: "Ven, tómate un té con nosotros y cuéntanos de tu día." Mateo sacó su varita y buscaba su daga en el bolsillo de su chaleco, los hombre-bestia se acercaban, debía hacer algo. Pero Golden se adelantó por acto de reflejo y exclamó –¡Reducto!- apuntando a los pilares que escoltaban el arco. Pronto una marea de piedras y escombros formó una muralla, imposible de traspasar, tanto para ellos, como para los
licántropos, afortunadamente. - Parece que tendremos que ir por el camino mas largo hacia la biblioteca... - concluyó Golden señalando el pasillo derecho. Mientras sus compañeros discutían si finalmente se habían liberado de las fieras, el Black sentía que alguien los espiaba, tal vez desde el pasillo derecho. La paranoia no era la cualidad más virtuosa del joven mago, pero casi siempre terminaba en algo real. Pero no parecía ser el único que se sentía intranquilo, Darla y Golden también miraban fugazmente hacia los rincones esperando encontrar algo. El sendero que llevaba hacia la biblioteca parecía una carretera campestre. Pequeñas rocas sobresalían del suelo como si fuere un paraje rupestre. Cuando finalmente llegaron a la Biblioteca, vieron un gran desastre; alguien ya había estado allí.
Avril se adelantó y contemplo la sala, aparentemente dividida en cuatros sectores, de considerable tamaño. - Y bien, ¿Por dónde empezamos a buscar? -Pronunció Avril mirando al grupo con una expresión de esperanza. - Nos dividamos. -Sugirió Darla, al tiempo que se disponía a buscar en la sección de Hechizos y Encantamientos. - Muy bien, yo me encargo de la sección de Criaturas. Tal vez también pueda leer algo que hacer con nuestro amigo el Colacuerno. –Expresó Mateo con un dejo de ironía. El ambiente era tan silencioso como un cementerio mismo. Cada mago estaba concentrado en su sección buscando todo lo que pudiere parecerse a un libro mítico que sólo se abriera con una llave, o algún otro que hablara de él. Del otro lado de la colosal sala, se escuchaban bufidos y quejas de una joven cuando de pronto se oyó una especie de quejido, con una voz arrastrada y definitivamente con acento ruso. Aquello que antes le había parecido una piedra debajo de él, en realidad era una criatura que fue desenterrándose lentamente, al tiempo que cientos más la imitaban.
- Pogrebins –Dijo Mateo clavando la mirada en los pequeños animales que desenfundaban filosas garras y colmillos. No estaban más felices que los judíos en época de Hitler. El Black sacó su varita, pero un demonio se le colgó del brazo impidiéndole conjurar hechizos,
por lo que empezó a lanzar patadas sin parar como si acabara de perder en su juego favorito. Balones grises volaban de un lado a otro de la habitación profiriendo gritos de dolor y desazón. Cuando se hubo liberado, se movió ágilmente olvidando el pequeño dolor que todavía le aquejaba la rodilla, y empezó a exclamar una y otra vez -¡Desmaius!- apuntando a las pequeñas bestias que se multiplicaban cada vez más, aunque se acercaban con más precaución que antes.
Mateo paralizaba algunos, otros eran despedidos hacia atrás chocando contra estanterías de libros. Mientras se movía sintió algo en la espalda, se dio vuelta jadeando y apuntó. Era
Golden, estaba espalda contra espalda con él, estaban totalmente rodeados. Amya_An Escombros, un par de Zancadillas cortesía de los Odiosos Imp’s. El Rostro de Amya_An se encendía producto de la Adrenalina. 7 Pisos. La Bruja empezaba a Odiar esas Escaleras. Cómo Extrañaba las Acogedoras Mazmorras, pensaba y pensaba mientras que hasta que por fin llegaba a lo que para ella parecía Todo un Laberinto. Ahora Amya_An se preguntaba hacia Dónde debía Ir. No había Tiempo, de seguro hallaría a alguien por algún lado de aquella planta que la pudiera guiar, se decía, pero el lugar parecía estar desierto. Corrió y corrió de un lado a otro comenzando a sentirse impotente mientras que en su mente solo había una cosa ; la Enfermedad de Tamarindo. Debe de haber una Cura se Decía. Debe de haber una Cura se Repetía y no solo eso parecía Repetirse. Amya_An se dio cuenta de que corría en círculos. Finalmente se Encontraba en un Pasillo Estrecho que tenía una Ventana en un Extremo. Ella estaba segura de que por ahí debía de ser, así que pasó hasta 3 veces por el mismo lugar. De Pronto, una Puerta de Brillante Madera apareció en el Tramo de Pared Vacío frente a un Tapiz que se movía. Parecía un Tipo Intentando Enseñar Ballet a unos Troll’s. El Corazón de Amya_An casi se infarta cuando aquella extraña puerta crujió entreabriéndose. Parecía una habitación Sumida en Penumbras en la cual se erguía bajo un haz de luz brillante un pedestal de altura mediana. La Bruja empuñó con tanta fuerza la Varita que por un momento creyó que la partiría en 2. Entró con Todo el Temor Imaginable y mientras se acercaba cauta se sentía como hipnotizada por aquella visión.
Sus Ojos empezaban a acostumbrarse tanto a la oscuridad a su alrededor como a la Iluminación enceguecedora de lo que aparentaba ser un Objeto. En Efecto, Amya_An había hallado un extraño frasco de cristal tallado con alguna clase de Poción dentro pero ¿ qué era ?, se preguntó y entonces la Bruja lo dedujo: la sala de los Requerimientos. Pero Aquello Solo era Patrañas que como Estudiante de Hogwarts alguna vez había oído mencionar, ¿ Cómo era Posible ? Sin Embargo no Tenía Nada que Perder. Volviose como Alma que lleva el Diablo sin mirar Atrás. Tropezó y casi rodó por las Escaleras pero al final, lo consiguió. Amya_An estaba de vuelta en la Enfermería pero ahí solo se encontraba Tamy y estaba nuevamente en un trance casi aterrador. No Esperaría ni un minuto mas. El contenido del frasco solo podía ser la dosis para una sola persona, así pues no dudo en vaciar Todo el contenido en los labios de Tamarindo. Las Paredes retumbaban y hasta el Piso se estremecía pero Amya_An solo podía esperar y mientras esperaba ella se preguntaba a dónde se había ido aquella pequeña.
eli tonks Unos pocos imprevistos habían interferido en nuestra salida de la fortaleza, por fortuna habíamos logrado salir de allí a salvo; excepto claro de Elo, quien continuaba inconciente. El peligro no había terminado, ya no estábamos dentro de aquella cárcel, pero el estar fuera hacía sentir un ambiente distinto. Si algo debía pasarme, por lo menos sería en batalla, y no calcinada y sin escapatoria. -¡Hey! ¿A dónde llevas a Elo?- reclamé minutos después a Deivid, jalándolo por la manga de la túnica, pues deseaba llevar a Elo donde Paige. -Pero si la llevo a que vean si está bien, además Paige ha de querer saber algo sobre ellatrataba de excusarse él sin lograrlo. -Nada, si le vas a avisar a Paige mándale un Patronus Deiv- empezaba a alterarme, y sin notarlo había levantado un poco la voz. Los rayos del sol empezaban a darme en la cara, los chicos discutían la manera en que llegaríamos hasta el Castillo mientras yo sacaba un poco de agua para beber de la mochila que aún traía en la espalda. Finalmente Deivid dijo unas palabras casi inaudibles, creando con ello
una nube de humo, que al dispersarse dejó ver la figura de un hipogrifo en lugar del corpulento cuerpo de mi amigo. -¡Vaya Deivid!, siempre me sorprendes- dije sorprendida a mi capitán. -¿Cómo llevaremos a Elo?- preguntó Sagitas un tanto confusa con la revelación de Deivid. -Debemos curarla- dijo Sheila. -¡Episkey!- el Demon Hunter que nos acompañaba había sacado su varita, lanzando un hechizo a su prisionera para curarla parcialmente, mientras lográbamos conseguir ayuda especializada para las heridas tan profundas que traía. -Perfecto Coyo- dije subiéndome al lomo de Deivid, ahora convertido en hipogrifo -Bueno, ¿quién viene?- Sagitas me ayudó a subir también a Elo, quien empezaba a tener mejor semblante; quedándose mirándonos mientras acariciaba el hocico de Deivid para que se tranquilizara. -¿Es que no vienes?-Yo...-Anda sube, si no ¿quién va a ayudarme con Elo?, ella aún está muy débil- la bruja de cabellos violeta subió no muy convencida de la seguridad que tendríamos al viajar en el lomo de un animago. -Voy a conseguir dos thestrals para que nos podamos ir los faltantes- dijo Sheila al ver que ella y Coyo se quedaban sin transporte, y se encaminó al bosque seguida de Coyo. El hipogrifo extendió las alas, blandiéndolas un poco antes de emprender el vuelo, dio un salto y pronto estuvimos a decenas de metros lejos del piso. -¡Los vemos en la entrada del Castillo, no se demoren mucho!- grité a mis amigos que corrían hacia el bosque en busca de thestrals. -¡Agárrense fuerte!-
Mitsuki -Por lo que veo creo que tendríamos que ir a Hogwarts ¿no?- dijo Fernando luego de ver lo que estaba dibujado al dorso del pergamino y rapidamente se acercaron a los thestrals, luego que les perdieran el miedo montaron lentamente en sus lomos. Cuando Mitsuki se sintio lo suficientemente estable exclamo con seguridad: -Pues entonces vayamos, no perdamos el tiempo Ella emprendio vuelo primera, seguidos por los otros tres. Pero pronto Liliana se puso a su par, eso la hacia sentirse mucho mas tranquila. El tinte negro del cielo iba aclarando de a poco y a pesar de la profunda neblina y el cielo nublado había dejado e llover. Ya se aproximaban al castillo cuando la bruja a su izquierda le habló. -Mitsuki, recuerda que tenemos que estar atentas por si sale el dragón. -Sí, no te preo…- pero nunca pudo terminar la frase. Tuvo que hagarrarse con tal fuerza de su thestral para no resbalarse que casi ahoga al pobre animal. El dragon en toda su omnipotencia se había aparecido de la nada frente a ellos y les cerraba el paso al tiempo que exalaba bucanadas de humo por sus fosas nasales y enseñaba los colmillos en una especie de mueca burlona. -CUIDADO- gritó Andrea. Y los cuatro se separaron hacia dos rumbos diferentes cuando el dragon los ataco con unas feroces llamaradas. Los Thestral volaban a una velocidad inconmensurable, mas veloces que cualquier escoba de carreras que Mitsuki hubiera montado nunca, pero el dragon estaba decidido a conseguir su merienda y no los perdía de vista. -Chicos síguanme, tengo un plan – exclamó Liliana . -Lili, ¿Por qué nos dirigimos hacia allá? – le respondio a viva voz viendo que se alejaba del castillo. -Tranquila, confía en mí - Y a toda la velocidad que les fue posible se aproximaban hacia el sause boxeador-Cuidado, pónganse detrás del sauce Los inteligentes animales parecian entender perfectamente lo que se les ordenaba y esquivando las ramas del furioso arbol cuales moscas esquivan las manos que quieren apresarlas se mantenian en el aire llevando consigo a sus ginetes. Pero el
dragon con su tamaño colosal no corrió tan buena suerte. El sause arremetio una y otra vez con certeros golpes hasta que finalmente una de sus ramas fueron directo a los ojos de la bestia. Los ojos, su punto debil. En ese instante el dragon fue asotado por tal furia que empezo a atacar directamente contra el árbol y los cuatro magos aprovecharon para huir del lugar. Aterrizaron en la torre de astronomía que era la mas cercana que tenían en ese momento .Ni bien desmontaron de sus corceles felicitaron a Liliana por tan brillante idea. Pero debian apresurarse y conseguir lo que sea que vinieron a buscar antes que el dragon regresace. -Pues vayamos a la biblioteca, pero esperen – dijo la Andrea y saco un pergamino de su raida mochila– Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas – ante estas palabras el pergamino reacciono y mostro un extenso mapa del castillo – se lo he quitado a Atena mientras estaba distraída. Mitsuki miro el enorme espacio con el epigrafe de "Bilioteca" y vio una manchita que se movía rapidamente por el centro con el nombre de "Merlin". -¡Miren!- exclamo señalando la mancha – tenemos que tener cuidado, no sabemos si nos podemos fiar de ellos. - Tienes razón – comentó Liliana y señalo otras dos manchas con los nombres de Morgana y Circe – tenemos que ser muy cautelosos y ver por donde andamos Y los cuatro emprendieron el camino rapidamente. Bajaron por la torre de astronoía sin mayor percanse que una decena de salamandras de fuego controladas y redicodas rapidamente por los cuatro magos. A medida que se acercaban a los pasillos se oian gritos, gruñidos y pies que corrian en todas direcciones. Al parecer muchas otras personas habian llegado al castillo mientras ellos estaban en la fortaleza. Mitsuki penso en los miembros de su equipo, y si estarían allí, pero se aguanto la tentación de pedirle a Andrea que se fijara si sus nombres figuraban en el mapa. -Una bifurcacion - aviso Fernando cuando se acercaban corriendo a un pasadizo ¿Cual es el camino mas corto? -El de la derecha -exclamo Mitsuki, pero ni bien doblaron sus pies se detubieron en seco. El pasadizo estaba tapado por un monton de piedras, al parecer el arco que antiguamente estaba en esa parte del pasadizo se había desmoronado y dos
criaturas enormes y peludas que miraban el muro se dieron vuelta para obserbarlos. -¡Licantropos! - dijo Fernando mientras los sanguinarios hombres transformados se les acercaban. Todos retrocedieron menos Andrea -Mis enemigos naturales - exclamó, y mostrando los colmillos sempuñó su varita. -¡No es momento para el clasico de la fecha! - grito Mitsuki y apunto al muro que bloqueaba el pasadizo - BOMBARDA! - decenas de piedras se desprendieron en todas direcciones gopeando a sus atacantes, pero lamentablemente tambien a Andrea que estaba demasiado cerca de ellos. Fueron despedidos unos metros hacia atrás en una nubadera de polvo, y al incorporarse buscaron instintivamente a su amiga esperando lo peor. Pero para sorpresa de Mitsuki la vampira estaba apenas de cuclillas y se levanto sin mayor esfuerzo mirandola disgustada. -¿Acaso es el unico hechizo que sabes hacer? Mitsuki sonrio al ver que se encontrba perfectamente bien - eh... no, pero siempre es el primero que se me viene a la mente. - ¡¿Por que hoy todo el mundo se empecina en enterrar mi comida?!, debe haber algun otro de esos malditos lobos por aqui - Y volvio a sacar el mapa del merodeador - ¡Por los calzones de Merlin! -¡Mi equipo! ¿donde? - se acerco al mapa desesperada, pero no era su equipo. O tal vez hubiera algun miembro en aquella multitud. Lo que se veian eran muchisimos puntos con decenas de nombres, todos desplazandose hacia la biblioteca desde distintas direcciones. Eran tantos que ni se distinguian unos de otros. Solo el de Merlin relucía en el medio. -Parece que ese hombre va a ser aplastado por una manada de estudiantes - dijo mirando el mapa. -¿Por que van todos al mismo lugar? - Pregunto suspicazmente Liliana - ¿Merlin es el unico en el castillo?¿Donde estan los otros dos personajes? - Se dedicaron entonces a buscar los dos puntos que faltaban. - No podian haber desaparecido, hace un rato los vi ahi
-!Aqui! - dijo Fernando, señalando el nombre de Circe que aparecio en el septimo piso por un segundo y luego se desvaneció - ¿Pero que demonios fue eso? Los cuatro cruzaron miradas una vez mas y al unisono dijeron - ¡Vamos al septimo piso!
Elodia Riddle Dolor. Sin duda eso era lo que estaba experimentando, sin embargo la oscuridad que se había apoderado de mi conciencia me otorgaba preciados momentos de tregua a la agonía… ¿es que acaso me había muerto en la fortaleza? , no claro que no, los muertos no sienten dolor, aunque tal vez estaba apunto de hacerlo.
A mí alrededor podía oler el ambiente brumoso y húmedo, mientras que a lo lejos unas voces entremezcladas discutían acerca de algo que no lograba entender puesto que para mi no eran más que ecos. Quería prestar más atención, pero el dolor punzante en mi espalda no me permitía pensar con claridad... al parecer la esfinge luego de haberla atacado cobro venganza ante mi insolencia, aún sentía las huellas de sus zarpas en mi piel, sin embargo no estaba arrepentida. De repente sentí un calor extraño, no como el devorador fuego de la fortaleza, sino una calidez agradable, incluso pude notar mis extremidades nuevamente, aquel dolor insondable se hacía cada vez más llevadero. Abrí los ojos lentamente, pero veía todo borroso solo note que me estaba trasladando a algún lugar, a juzgar por los movimientos y las texturas que notaba me estaban subiendo al lomo de alguna criatura. Una ráfaga de viento se hizo sentir, seguida de un salto que dio la criatura. -¡Agárrense fuerte!- gritó una voz familiar Mi corazón dio un salto cuando mi nebulosa visión atisbo que estábamos tomando altura, a pesar de que mi cuerpo aún estaba delicado el panorama se fue tornando más claro. Eli,
Sagitas y yo nos encontrábamos volando sobre un hipogrifo. Debía estar soñando, pero podía sentir mi corazón latiendo agitadamente, estaba feliz de ver a mis amigas sanas y salvas pero confundida a la vez… ¿A dónde ibamos?, ¿que había pasado con Darla, Coyo, Sheila y nessi?, ¿de donde salió esa criatura? si hay algo que detestaba más que las esfinges caprichosas, eran las alturas. - ¡AHHHHH! – grité sin poder contenerme, la garganta me ardió con aquel chillido.
Las chicas dieron un salto al notar mi reacción. Incluso el hipogrifo planeo más bajo como si estuviese cansado. - ¡Elo, Elo, ya estas conciente que alegría! – añadió una de ellas – te abrazaría pero las circunstancias no son las mejores para las demostraciones afectivas. - Exacto, ya tendremos tiempo de hablar ahora vamos a Hogwarts y por cierto resultó ser que deivi es un animago no registrado, aunque es bastabnte últil su condición – comentó la otra. No podía dar crédito a todo esto, o sea ¡estabamos volando sobre deivid!, eso no me tranquilizaba ni un poco sino al contrario, solo rogaba que no nos alcanzara alguna llamarada del dragón fugitivo. En ese instante pude verlo con claridad estábamos a punto de llegar a Hogwarts , sin embargo el sauce boxeador ardía en llamas, y blandía sus ramas agitadamente en todas direcciones, Deiv parecía débil disminuía notoriamente altitud y gruñía lastimeramente. - Deiv… por favor no nos vayas a tirar … tu puedes amigo – le suplique titubeante. - ¡Cuidadoo! – gritamos las tres al unísono.
Era demasiado tarde una de las ramas del sauce había arremetido contra el hipogrifo, le dió de lleno en el costado, perdiendo el equilibro de inmediato, un gruñido de dolor quebró el ambiente. Caímos en picada directo a las raíces del árbol ardiente, la sensación de vértigo era espantosa, el aire congelaba nuestros cuerpos, tal vez este sería nuestro fin.
Tamarindo Después de un eterno instante en el que Tama ya no sabía ni donde estaba ni que hacía, empezó, en un momento de cierta lucidez, a notar suelo firme, y no aquel barro que tanto les retrasaba el paso. —Shaki, no te metas por ese callejón… —las palabras de la enferma estaban amortiguadas por el pañuelo que aun llevaba y que de por seguro había ayudado a que Amya no se contagiara aun—. Foung… eres maloso… Y entre palabras de desvarío, la chica creyó entrar por fin al castillo, sintió una débil esperanza en el pecho de que volvería a ver a todos a los que quería y al que amaba profundamente.
Recuerda haber atravesado los pasillos del castillo, pero no le gustaba lo que veía: estaba todo patas arriba. Escombros y estudiantes por todos lados… Gritos, gemidos y rugidos por doquier. Pero Tamarindo apenas veía sombras y figuras difuminadas, aunque aun llevara sus gafas puestas. —¿Estamos ya en el castillo? —preguntó Tama en uno de sus idas y venidas de conciencia. —Si —dijo Amya con esfuerzos. Se la notaba ya agotada por todo lo que había echo por su amiga, y aun así seguía a su lado, protegiéndola y ayudándola. —Gracias… —susurró simplemente Tamarindo antes de suspirar con sufrimiento por el dolor de las pústulas que invadían su cuerpo sin remedio. —No te dejaré sola. Te curaré para volver a estar todos juntos —le animaba Amya—. Sigue resistiendo, por Shaki. Caminaban con dificultad por los pasillos, iban con cautela y sin llamar la atención, ya que una chica infestada de Viruela de Dragón no era lo más apropiado para el momento de crisis. En un momento noto que su amiga Amya la dejaba a un lado y, sin más, se desmayó hasta volver a despertarse, esta vez, en una cama blandita que mucho lo agradeció. Se despertó con el estruendo que hacía Amya por la habitación que supuso era ya la enfermería. Tamarindo miró en derredor y no le gustó lo que vio. La enfermería estaba vacía. Sólo ellas dos estaba allí, y una angustia se apoderó de la chica. En el momento de volver a ver a su amiga, entendió que algo malo pasaba, no encontraba nada para salvarla, y la desesperación hacía presa de su sentido común. Amya no quiso ni darse la vuelta. Estaba rendida en el suelo de la sala y conteniendo el llanto, al igual que Tama intentaba contener sus lágrimas parpadeando cada vez más. Un ruido las sacó de su ensimismamiento. Tama creyó ver una niña pequeña, y la escuchó decir algo del séptimo piso. En seguida una fuerza tiró de Amya que la hizo levantarse de golpe. Es como si volviera a tener un plan que de seguro ayudaría a Tamarindo, que vio como intentaba hacer un encantamiento de protección con los Tréboles que tan celosamente guardaban los miembros de su equipo. Tama buscó en su bolsillo el trébol que le había regalado su amado hacia unas semanas y se lo ofreció a
Amya, cuando parecía que se desesperaba por encontrar uno más. A la chica le dio pena separarse de su amuleto, pero era por una buena causa. Ya habría tiempo luego de que Shaki le diera otro.
wolf nino Guiados por los organizadores nos dirigimos al castillo, antes de emprender el camino toco el brazo de Legolas, le muestro la torre de astronomía donde se alcanzaba a vislumbrar la silueta de alguien, dentro del castillo fuimos aturdiendo a cuanta criatura se nos cruzara en el camino, debíamos llegar a la biblioteca cuanto antes, encontrar ese libro era la prioridad de todos, si de paso encontrábamos a alguno de los magos perdidos en el espacio ya la llevábamos de gane, cruzamos pasillos, pasadizos ocultos, el olor de algunas criaturas hizo que los pelos del lomo se me erizaran, era uno de los momentos que más había deseado, al abrir una de las puertas un grupo de licantropos nos esperaban con sus colmillos y garras preparados para atacarnos, salte de inmediato hacia el frente pero la mano de Pin sobre mi brazo me detuvo, momento que aprovecharon Mica, Legolas y Tontin para atacarlos *supongo que Tontin los invitó a bailar y ellos no accedieron por que él los ataco sin piedad ); Pinca que al sentir la presencia de las criaturas peludas muerta de miedo salio en estampida hacia el lado contrario de nuestro objetivo principal, la biblioteca, cuando casi alcanzamos a llegar Pin me jala del brazo y horrorizada me habla - Lobi... ¿dónde está Pinca?? - me aprieta el brazo al no ver a la pobre cabra por ningún lado - Seguro se escondió por ahí Pin no tengas pendiente - bonitas palabras me salieron, ¿cómo no iba a preocuparse si el castillo estaba atascado de criaturas que jamás se nos ocurrió enfrentar?? ¿qué podría hacer la cabra sola si llegara a enfrentarse a algún enemigo?? - Lobi... por favor - los ojos suplicantes llenos de lágrimas de Pin no me dieron mas opción - Vale Pin, vamos a buscarla, los chicos pueden ir a la biblioteca, no te separes de mi, no sabemos que habrá a la vuelta de la esquina - varita en mano, colmillos y garras listos para atacar, camino junto a Pin lejos de nuestros compañeros en busca de Pinca, ¿quien nos dice que no encontraremos a algún otro mago perdido en el camino? alvaromagic Alvaromagic, caro y ron siguieron su camino hacia la torre de astronomía mientras miraban con mucho nerviosismo a todos los lados, no querían que un dementor volviese a atacarlos. --¿Y dices que no había nadie en la entrada?--pregnuntó Álvaro como quien quiere la
cosa. --Nadie. --Sospechoso...--dijo Caroliinaa mientras miraba al frente y seguía caminando--. Rápido, debemos encontrar a los tres magos. --¿No estarán en la biblioteca?--inquirió Álvaro. --Puede, pero quizás nosotros debamos ir a la torre a proteger el castillo. Creo que ha sido por ahi por donde han entrado todas las bestias... --Hablando de bestias...--dijo Ron y los otros dos se giraron. Lo que vieron los sorprendió, parecía ser una quimera. --¡Reducto!--exclamó Caro. La maldición golpeó a la bestia mítica que en vez de resentirse se quedó tan tranquilamente. --Debe de haber algo que lo derrote--dijo Ron enarbolando la varita y lanzando una nueva maldición que, de nuevo, no hizo nada. --¡Confundus! --exclamó Álvaro viendo con alegría como la quimera acababa mareada--. ¡Tirémosla por la ventana! --¡Bombarda!--exclamó ron apuntando hacia una ventana, la explosión abrió la pared y con un par de maldiciones confundidoras pudieron hacer caer a la bestia. --Incendio--dijeron los tres magos asomados al vacío y la quimera estalló en llamas matandola. calló en los terrenos, justo donde había una fogata de fuego maldito y la quimera murió entre aquellos dos fuegos. --Creo que si que deberíamos ir a proteger el castillo desde arriba--sonrió caro eli tonks Por fin Elo había despertado; le contábamos un poco de lo sucedido mientras seguíamos volando en el lomo de Deivid, quien poco a poco disminuía la altura,notablemente agotado. -Deiv… por favor no nos vayas a tirar … tu puedes amigo- decía Elo. Las ramas del sauce boxeador se blandían de un lado a otro, como intentando deshacerse de las llamas que lo rodeaban; Deivid perdía control sobre el camino que seguía y fue golpeado por una de las ramas que se agitaban incansablemente. -¡Cuidado!Caimos en picada, cerca de las raíces del sauce incendiándose. Un ligero mareo me hizo quedarme tirada en el piso un momento, pero al abrir los ojos noté que si nos quedábamos allí mucho tiempo no tendríamos oportunidad de contarlo. -¡Elo! ¿estás bien?- gritaba Sagitas a su compañera a unos metros de ella, las heridas de Elo habían empezado a sangrar lentamente otra vez.
-¡Deivid!- el hipogrifo había desaparecido, y mi amigo tenía de nuevo la apariencia que todos conocíamos de él. Deivid se puso de pie, igorando todo comentario; en su rostro podía ver que se sentía decepcionado al no haber podido llevarnos hasta el Castillo. -¡Cuidado! ¡Viene de nuevo!- cada cual se movió en la dirección que pudo para esquiva la rama ardiente del sauce; Elo apenas caminaba, ayudada por Sagitas; Deivid esquivó ágilmente una ramita que había caido y yo corrí en dirección al tronco, cayendo por un agujero oculto antes de poder llegar a él. -¡Lumos!- el lugar se iluminó, dejándome ver el estrecho pasadizo en que había caido. -¡Cuidado!- volvían a gritar arriba. -¡Ey chicos! ¡Me he caido! Aquí no alcanzan las ramas, bajen y esperemos a que esto cese.En cuanto pudieron moverse Elo, Sagitas y Deivid bajaron por el agujero, sin recibir la misma bienvenida que yo al caer sentada y golpeándome la cabeza con el techo que hasta entonces había sido el suelo. -No podemos quedarnos aquí- dije preocupada. -Caminemos un poco- dijo Deivid en un tono frío, era claro que necesitaba unos minutos para que pasara su mal humor. Mi compañero empuñó la varita, convocando el hechizo lumínico para guiar el camino; fui detrás de Deivid y detrás venían Sagitas y Elo andando lentamente. -Descansa un poco, yo ayudo a Elo un rato- dije a la bruja quien sonrió agradecida, se le notaba un poco cansada. Pasé el brazo de mi amiga por mis hombros para que se apoyase, mientras Sagitas se adelantaba para hacer compañía a Deivid, pero la bruja tropcezó con algo antes de alcanzarlo, poniéndose a discutir con lo que creía una piedra atravesada en el camino.
tontin dudley Aquel castillo parecía estar embrujado (nótese la tontería que acabo de decir).Por suerte, el hechizo que me había lanzado Mica no me dejaba articular palabra, y
aunque el resto de mis articulaciones estaban encantadas, eso de no poder expresarles mis pensamientos a los compañeros ya me empezaba a fastidiar. Si por mí fuera, habría gritado como 5 o 6 veces cosas como "¡Un hombre lobo! que bonito pelo" o " ¡Mira la cara de dolor de aquel, es realmente expresiva!". Pero no, nada de nada, con la lengua pegada al paladar solo me salía la letra Ele. - ¿Están oyendo lo mismo que yo? - dijo Atena aguzando el oído. - ¿Que es eso? - preguntó Avril curiosa. - No estoy muy seguro… - aseguró Mateo, que desconfiaba de todo. Pero no tardó mucho en estar seguro. - Perdón- pensé yo, pero claro, no podía abrir la boca. Busqué la compasión de Mica. Con la cabeza mirando al suelo empecé a emitir algo parecido a unos llantos. y aunque Mica parecía decidida a dejarme así de por vida, Keacher la convenció para deshacer ese hechizo. Y lo primero que salió de mi boca fue un fuerte BRRRUM!! Ah, no no había sido yo, había sido Golden, cortándonos el camino más inmediato a la biblioteca. Y me dispuse a decir mis primeras palabras. Aclaré la voz. Entoné un Do, y algo parecido a un Re bemol, y tosí un par de veces. -Oigan, estamos a un paso de la biblioteca, sólo nos resta pasar este pasadizo secreto. Legolas parecía impresionado. Miré mis pantalones, para inmediatamente pensar que tanto los pantalones como la ausencia de ellos habría impresionado a Legolas. Y pasamos de nuevo a la acción. Nos cubríamos las espaldar unos a otros, excepto el elfo, que nos cubría un poco más abajo. En ese momento decidí hablar de nuevo: - Una cosita... ¿No es una estupidez buscar un libro en la biblioteca? - NO- Gritaron todos al unísono. - Bueno, entendedme, un libro no, pero un libro que se supone que está escondido... A mí me da igual, yo me cojo el cuento ese tan divertido de los Gnomos patilargos y tan contento. Pero buscar en la biblioteca un libro que ha querido ser escondido, es como buscar un pastel andante que no quiere ser devorado en una pastelería- me
encantaba usar metáforas. Era como estrenar una aparato muggle, o como bañarse en el lago en pleno verano, o como ... Ya me entendéis, las metáforas son "como". Esta maravillosa disertación mía había ocurrido a tan sólo un paso de la biblioteca, cuando alguien dijo: -¡Por las barbas de Merlín! -para finalmente puntualizar. -¡Es Merlín! La tensión se mascaba en el ambiente como... como una metáfora cualquiera. Wolf Nino y Pincorto decidieron ir a buscar a Pinca, la cabra. Sñi, justo en ese momento. Ya, lo sé, lo sé. Como decía, la tensión se mascaba en el ambiente, y decidí romper el hielo: - Eh, tú, viejo, que estás mirando? - Tu pijama, desde luego. Es una prenda envidiable. Bajo su aparentemente tosco corte se esconden las manos de un maestro, no hay duda- contestó Merlín (o el que parecía ser Merlín), dejando a mis compañeros con las piernas vueltas. - Tienes mucho que contarnos, barbas- dijo Mica irritada. - Y mucho os contaré. Pero sólo ante la presencia de algún superior vuestro. Mistify, Mackenzie, una patata podrida... Cualquiera que sea capaz de entender mis palabras a la primera, pues no quiero que caigan es saco roto. - Estupendo,- Dijo Mica incrustándole su varita el la nuca- siga la dirección de nuestras varitas. Keacher se me acercó y comentó: - ¿Está amenazando a Merlín? Porque parece que está amenazando a Merlín. - Nah, no puede ser. Pero Merlín no parecía molesto. Deshicimos lo andado para encontrar al Mistify, Mackenzy o, en su defecto, una patata podrida, mientras Merlín miraba de reojo mis pantalones.
pincorto Pin ya no tan perdida por la explicación de Legolas de porqué había que buscar el libro, sigue al grupo, por todo el castillo, incluido pasadizos secretos y además que Pin no conocia, siempre en guardia con la varita levantada al igual, que Mica, Tontin, Kea, Legolas, Lobo, etc.... Se van topando con muchas criaturas hasta licántropos que gracias a Merlín, logran controlar Mica y
compañía ya que Pin freno a su hijo de que lo hiciera, egoismo? no les aseguro que no, Pin lo único que temía era que uno de sus hijos, es decir casi todos los alumnos del colegio
, puediera pasarles algo, estaba
dispuesta a morir por ellos, no tenía miedo a morir, pero si a ver como morían sus hijos o Pinca. Dirección a la biblioteca aun en el pasadizo que Tontin indicó que faltaba para llegar a la biblioteca, nos topamos con una perosna, quien era? por Merlín!!!! era Merlín!!!! -Imposible- decía Pin, Merlin? el auténtico? pero si era mas vieja que ella y eso que ella decía siempre que era de la epoca de Tutancamon
, al darse la vuelta para mirar a Pinca a ver que cara ponía, se percata
de que la cabra no está, a Pin le da un vuelco el corazón, y empieza a ponerse nerviosa de verdad y a empañarsele los ojso de lágrimas, Pin agarra a Lobo del brazo y le dice.... - Lobi... ¿dónde está Pinca?? Pin a punto del colapso agarra el brazo de Lobi...casi entrando en el histerismo. - Seguro se escondió por ahí Pin no tengas pendiente Pin no podía dar crédito a la contestación de Lobo
, el primer impulso fue de zapearlo, pero al ver la
cara de arrepentimiento de su hijo, lo volvió a intentar. - Lobi... por favor. - Vale Pin, vamos a buscarla, los chicos pueden ir a la biblioteca, no te separes de mi, no sabemos que habrá a la vuelta de la esquina. Pin aun muy precocupara pero feliz de oir las palabras de Lobi, dejo escapar las lçágrimas contenidas hasta ese momento, y... no mas tranquila pero si mas arropada por Lobi, emprenden otro camino al que no saben que los deparará y con el único objetivo de salvar a Pinca. Liliana Ánderlin
La información que revelaba la nota no los había sorprendido tanto como los extraños dibujos que había en su reverso, por un momento los miraron extrañados hasta que uno de los thestral lamio la túnica de Lili sacándola de aquel estado. -Por lo que veo creo que tendríamos que ir a Hogwarts ¿no?- Fernando sorprendiéndolas nuevamente había vuelto a tomar las riendas de la situación. -Pues entonces vayamos, no perdamos el tiempo- Mit no parecía muy convencida con los animales que acababan de encontrar, pero su alma de leona se sobrepuso a esto y tomo la determinación de continuar, una vez se aseguró sobre la espectral criatura emprendió el vuelo seguida de los demás. Instintivamente los animales sobrevolaban las copas de los arboles a muy baja altura
confundiéndose con el espeso ramaje, sus oscuras siluetas apenas se distinguían en el oscuro cielo que poco a poco, con una parsimonia insultante, comenzaba a esclarecerse. Lili apoyó su cabeza sobre las crines de su animal y se dejo llevar, sabía que no debía pero cerró los ojos, confió su vida a aquella criatura que sabía que la llevaría sana y salva a donde quiera que le pidiese. Volaban lo suficientemente cerca unos de otros como para escuchar la conversación de sus compañeros. -Mitsuki, recuerda que tenemos que estar atentas por si sale el dragón.¿De dónde había salido ese dragón? El anciano Paracelso había dicho que lo había visto nacer, eso implicaba que era más antiguo de lo que podían imaginar, definitivamente no era un Colacuerno normal y corriente. Debían encontrar a alguien que pudiera aclarar todo aquello, tal vez uno de aquellos nombres, estaban en la organización, los había visto el primer día con sus majestuosas túnicas, ellos podían tener algo que ver en ese infierno que se desataba a su alrededor. Ahora entendía el lema de Hogwarts que en todos sus años de estudiante había repetido una y otra vez “Draco dormiens nunquam titillandus” , “Nunca hagas cosquillas a un dragón dormido”, bueno a ella no se le ocurriría hacerle cosquillas precisamente a ese colacuerno en especial. Este pensamiento le hizo recordar a tontin, el seguramente iría derecho hacia sus fosas nasales enarbolando una pluma de hipogrifo, una sonrisa cruzo sus labios. -Sí, no te preo…- la tranquilidad había terminado, su montura frenó en seco ante una de las apariciones más terribles del día, ¿Cómo los había encontrado?, ¿Acaso ese bicho lo veía todo? El imponente dragón se alzaba ante los aterrorizados ojos de los muchachos, los miraba, a ellos, un brillo de satisfacción inundó sus enormes ojos o eso le pareció a Lili. -CUIDADO- a la señal del grito de Andrea los cuatro se separaron dejando pasar un haz de fuego que parecía salido de las mismísimas profundidades del infierno. Lili miró a su alrededor buscando una solución mientras Andrea en vano dirigía sus hechizos hacia la inmensa criatura que parecía burlarse de ella y de sus infructuosos esfuerzos. ¡Claro! Sus ojos se posaron en lo único que podía ser de utilidad en ese momento, sin pensarlo más gritó para hacerse escuchar sobre los rugidos del dragón. -Chicos síganme, tengo un plan – el animal sobre el que montaba entendió al instante sus indicaciones, sus compañeros de manada lo siguieron, confiaba en ello, las hembras no se apartarían de Tenebrus. Mit se situó rápidamente a la altura de Lili mientras los otros dos hacían maniobras para seguirlas esquivando las terribles llamas.
-Lili, ¿Por qué nos dirigimos hacia allá? – Mit parecía perpleja puesto que la nueva dirección los alejaba del castillo, Lili se tomó la libertad de sonreír, quizás su plan funcionara, quizás les diera algo de tiempo. -Tranquila, confía en mí- y con toda la velocidad que era capaz de alcanzar la fantástica criatura que tenía debajo se dirigió hacia el sauce boxeador. Nada más llegar junto a él el árbol comenzó a retorcerse molesto, hasta ese momento nada lo había molestado, las ramas volaban a ras de las cabezas de los chicos, los agiles caballos espectrales volaban entre ellas, pero el tamaño del dragón no era un punto a su favor, las ramas lo golpearon molestándolo más que dañándolo mientras intentaba alcanzarlos, hasta que una le dio directo en esos grandes ojos en los que Lili había pensado ver un atisbo de inteligencia. Esto hizo enfurecer al dragón que se olvidó por unos instantes de los chicos a los que intentaba atrapar y se dedicó a la tarea de calcinar el árbol hasta sus raíces. Esto les concedió el tiempo que Lili había esperado, en otra peligrosa maniobra dirigieron sus animales hacia el castillo, llegaron a la torre de astronomía sin aliento bajando apresuradamente de los animales y entrando por la puerta que allí se encontraba hacia el castillo, sin mirar atrás, sin mirar a su alrededor, pero por unos instantes estaban a salvo. Allí apoyados contra la fría pared de piedra recuperaron el aliento, estaban felices de haber conseguido escapar, los chicos felicitaron a Lili por la idea, no sabía de dónde había salido, pero les había servido para escapar de nuevo de las garras de la muerte que poco a poco se cerraban más sobre sus cabezas. -Pues vayamos a la biblioteca, pero esperen –Andrea comentó lo que ya habían decidido y ante los asombrados ojos de los chicos apareció el mapa del merodeador, desde que los famosos gemelos Weasley comercializaran aquel artefacto solo había visto unos pocos– Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas –Unas finas líneas de tinta comenzaron a aparecer sobre el manchado pergamino– se lo he quitado a Atena mientras estaba distraídaTodos dirigieron sus miradas hacia la biblioteca, Mit exclamo. -¡Miren! tenemos que tener cuidado, no sabemos si nos podemos fiar de ellos.- Algunos de los organizadores y otros nombres que no conocian se encontraban entre los alumnos. - Tienes razón –Lili buscó con la mirada los tres magos que debían buscar, dejando su mirada pasear entre los demás nombres buscando uno en concreto, no podía distinguirlo, aunque notaba que estaría a salvo– tenemos que ser muy cautelosos y ver por donde andamos.
Andrea guardo el mapa y los cuatro se dirigieron torre abajo sin ningún percance grave. Escuchaban a su alrededor los gritos de los demás aunque no vieron a nadie. -Una bifurcación – Fernando frenó en seco al llegar a un pasadizo que se dividía en dos¿Cual es el camino más corto? -El de la derecha –comentó Mit, pero en cuanto se giraron para seguir su indicación frenaron en seco, el pasadizo estaba bloqueado, y dos enormes criaturas salidas de la peor de sus pesadillas se giraron mirándolos con sus enloquecidos ojos. -¡Licantropos! – Fernando había dado en el clavo, todos retrocedieron menos Andrea. -Mis enemigos naturales – parecía contenta, algo que en esa situación podía resultar incluso cómico. -¡No es momento para el clásico de la fecha! –Mit parecía fuera de sí, apunto al muro que bloqueaba el pasadizo y gritó - BOMBARDA! – Una nube de polvo se levanto y el impacto del hechizo les hizo volar unos metros, Lili se levanto sacudiendo su túnica por enésima vez aquel día como si eso sirviera de algo. -¿Acaso es el único hechizo que sabes hacer?- Andrea parecía disgustada, otra vez le habíamos quitado la diversión. - eh... no, pero siempre es el primero que se me viene a la mente- Mit no parecía preocupada por ello. - ¡¿Por qué hoy todo el mundo se empecina en enterrar mis cenas?!, debe haber algún otro de esos malditos lobos por aquí - ¡Y volvió a sacar el mapa del merodeador - ¡Por los calzones de Merlín! -¡Mi equipo! ¿dónde? - Mit se abalanzó sobre el mapa, pero no era eso a lo que se refería Andrea, una inmensa masa de gente se acercaba a la biblioteca donde solo podía distinguirse el nombre del mago. -Parece que ese hombre va a ser aplastado por una manada de estudiantes – -¿Por qué van todos al mismo lugar? – preguntó Lili- ¿Merlín es el único en el castillo?¿Donde están los otros dos personajes? –rápidamente su mirada buscó los otros dos nombres en el pergamino. - No podían haber desaparecido, hace un rato los vi ahí.
-!Aqui! - dijo Fernando, señalando el nombre de Circe que apareció en el séptimo piso por un segundo y luego se desvaneció - ¿Pero qué demonios fue eso? Los cuatro se miraron una vez más, ¿Qué tenían que perder?- ¡Vamos al séptimo piso!Se dieron la vuelta con Andrea encabezando la marcha, se paró frente a un pared en la que descasaba una antigua armadura que parecía no habían limpiado en años, metió la mano entre la cota de maya y mágicamente, ante los asombrados ojos de los demás y la sonrisa de satisfacción de la vampiresa, entre sus piernas se abrió un pequeño hueco. A Lili no le hacía mucha gracia pero cosas peores habían pasado ese día. Se encogió de hombros y siguió a sus compañeros al interior. Se arrastraron por el angosto túnel siguiendo las indicaciones de Andrea que portaba el mapa frente a sus ojos. -Andrea… esto… ¿me puedes avisar si ves a Legolas?- era una pregunta est****a en ese momento, lo sabía, pero no podía evitar pensar en cómo estaría. La vampiresa ni se inmuto ante este comentario – está con el resto de tu equipo, todos están bien. Lili respiró tranquila, los finísimos ojos de Andrea habían podido distinguir unos cuantos nombres entre la maraña de gente que se dirigía a la biblioteca y sus alrededores. En ese momento la prefecta de Gryffindor paró en seco, tan rápido que Lili casi le pasa por encima. -Shhh- se llevo uno de sus finos dedos a sus labios- ahí hay alguien- se encontraban al otro lado de un tapiz, ¿ya estarían en el séptimo piso? Esos pasadizos siempre la habían desorientado.
Tamarindo ―Tamarindo iba caminando por la calle, esta vez por las fotos de GREGORY CREWDSON. A su alrededor el ambiente era tranquilo, la calle estaba desierta. Llovía, pero parecía que no le importaba en absoluto. Extrañamente estaba muy feliz de estar ahí. Apareció un hombre que se el averió el coche, y Tama simplemente se quedo observando que pasaba. Y de repente algo tiró se su mano, y por primera vez se dio cuenta, que entre la lluvia, algo la estaba agarrando. Levanto su mano para mirarla, y, efectivamente, otra mano la estaba cogiendo.
Levantó la vista y ahí estaba, la persona que más quería en el mundo estaba a su lado. Por eso estaba tan feliz. Se miraron un instante a los ojos, y supieron que todo era perfecto. Pasearon por la calle hasta llegar un barrio residencial. Había dejado de llover pero la noche seguía siendo oscura. Al poco rato, volvieron a encontrarse con otra persona, esta ves una mujer que había bajado de su coche. Los dos chicos no sabía porque, pero no se quedaron a averiguarlo. Estaban demasiado contentos de estar el uno junto al otro. Siguieron caminando por aquel barrio. Les gustaba mucho el aspecto que tenía, a pesar de las extrañas escenas que se estaban encontrando esa noche. No entendían porque, pero en esta ocasión, se encontraron con algo que no pudo dejarlos indiferentes: una mujer había dejado la compra sobre el capó de su coche, y estaba de pie, mirando a una chica en ropa interior plantada frente a frente. Los enamorados se miraron intranquilos, Tama apretó con fuerza la mano de Shaki y este le devolvió la confianza para que se tranquilizara. Aquello era muy extraño, no lograban entender que podía estar pasando. Estaban cada vez más desconcertados. Hasta que de pronto, aquella ama de casa los vio. Y sin saber por qué, fijó su mirada en los ojos de Tamarindo, que empezó a temblar de miedo. Se agarró fuertemente al brazo de Shaki, pero este la miró y le dijo: —No deberías quedarte. Este no es TÚ sitio. Tama no entendía a que venían esas palabras ahora. Ni tampoco entendió por qué aquella mujer se dirigía hacia ella con una expresión desmesuradamente enfadada. —Shaki, ¿qué está pasando? Pero como única respuesta, Shaki se soltó de su agarre y se separó de ella, poniéndose de frente, al lado de la mujer. —Este no es tu sitio —repitieron esta vez los dos antes una Tamarindo atónita. —¿Qué quiere decir eso? —la chica estaba del todo confusa. —Debes volver a tu mundo. Este no es el tuyo… Y sin más, todo empezó a oscurecerse. Una luz atravesó las nubes y una fuerza tiraba de ella. Tama empezó a flotar hacia aquella luz, y se dejó llevar. No podía aguantar más lo que estaba
pasando. Quería quedarse con Shaki para siempre, pero esa energía que tiraba de ella era tan tentadora que no podía oponerse a ella. Y todo se quedó en negro…‖ Tamarindo noto sus labios húmedos, pero no sabía de que era, intentó abrir los ojos, pero no fue capaz. ¿Qué había pasado? ¿Dónde estaba Shaki? Y una voz familiar la devolvió a la realidad: —Tamy, Tamy, vuelve —decía Amya—. Aguanta, por favor. Dime que no es demasiado tarde…
Sagitas Lo primero que noté tras levantarme del suelo y ver una botas embarradas que en su día no tan lejano debieron de ser negras fue que ya no llovía. La lluvia había parado. Los rayos del sol empezaban a filtrarse entre las nubes huidizas y el aspecto del día cambiaba. -- ¡Bien, la tormenta amaina! Ya se lo dije a… La imagen del muchacho que había dejado en el hotel ocupó durante unos segundos mi mente y me maldije por haber dejado aquella calidez y sábanas suaves por el frío y humedad de este día que ya había amanecido. Moví la cabeza rápidamente para hacer desaparecer aquellos músculos y piel tersa y me centré en los pies que estaban a mi lado. Eran los de Coyo-T y él y Deivid nos estaban ayudando y peguntando mil cosas a la vez. No me atreví a mirar a mi Capitán por si me daba una reprimenda por mi actitud irreflexiva pero no vi reproche en sus ojos cuando levanté la vista. Deivid sin embargo sí que me echaba en cara mi actitud, bueno, sólo un poquito hasta que me confesó que se alegraba de ver a todos vivos. Sheila también se acercó a nosotros y ayudaba a Eli con el cuerpo de Elodia. Yo las miré a todas un poco ida, la cabeza me daba vueltas y necesitaba un café calentito. Saboreé en el aire ese aroma apetecible hasta que el grito del Colacuerno que sobrevolaba nuestra zona me interrumpió de mis pensamientos. Volví a prestar atención a lo que decían. -- ¿A Hogwarts? Todos hablaban muy deprisa sobre lo que era mejor hacer ahora. Yo estaba de acuerdo, sí, al colegio. Allá estarían los que realmente sabrían lo que había pasado, lo que se podría hacer y
sobre todo y más importante, antes incluso que la enfermería en la que seguramente llevarían a Elo, allá estarían un montón de elfos complacientes que nos dejarían bañarnos, ponernos ropa seca y limpia y, mejor aún, que harían rica comida en aquella cocina enooooorme. Sonreí a todos complaciente. -- Sí, sí, A Hogwarts. Pero ¿cómo…? Sheila dio una posibilidad terrorífica. Los thestrals no es que sean malos ni agoreros ni aceleren la muerte de quien los ve, no… Pero volar con semejantes bichos que no ves, o yo al menos aún no había visto en mi vida, agarrándote al aire y viendo todo a tus pies… No, no, por favor, que alguien dijera otra posibilidad o prefería ir andando aunque tardara días en llegar al colegio. Sentí el respingo de una de nosotras. Nessi se sorprendió al ver desaparecer a Deivid y tuve que señalarle que él era aquello, que aquel animal peligroso y de mal humor era Deivid. Me sorprendió saber esa particularidad de mi amigo que había sabido mantener oculto tanto tiempo. -- ¿Crees que podrás conducirnos hasta el colegio? – le pregunté al ver que a pesar de su porte parecía un hipogrifo débil y cansado. Él respondió afirmativamente. Eli Tonks, la más atrevida, o tal vez la que más ganas tenía de alejarse de aquella maldita Fortaleza después de todo lo que había vivido allá dentro, se subió enseguida. Yo ayudé a subir el cuerpo exánime de Elodia pero aún así no me decidía a montarme. Un hipogrifo y una thestral… Una thestral y un hipogrifo… La verdad es que el mal cuerpo y el mareo serían similares en ambas bestias. -- ¿Es que no vienes? – me preguntó Eli Tonks. -- Yo... Estaba indecisa pero el pequeño movimiento falso de mi amigo me dio la fuerza para decidirme. Deivid no estaba para aguantar mucho tiempo en esa forma. -- Creo que, Coyo-T, si no te enfadas, prefiero irme con Deivid. A pesar de ser una bestia es un amigo y sé que cuando me agarre fuertemente a él con miedo no se enfadará. ¿Nos vemos entonces en la puerta de Hogwarts?
Subí encima de la tropa del Hipogrifo sin saludo ni nada, esperaba que Deivid se saltara aquel protocolo. -- ¡¡Podrías avisarrrrraaaaaayyyyy! – y me agarré fuertemente al pelo del lomo mientras él extendía sus alas, las batía y emprendía el vuelo. Allá abajo quedaron Nessi, Sheila y Coyo-T. Ni me despedí de ellos, más preocupada en controlar mi sensación de mareo que me acuciaba. No pude evitar gritar pues siempre había odiado volar. Mis carreras con las escobas se limitaban a una velocidad mínima que no me impidieran leer un libro durante el camino. Así que notar como mis rizos violetas bailaban al ritmo de un viento molesto que me daba en la cara no era lo que más me apetecía en ese momento. Me sujeté con fuerza a Elodia, que estaba entre nosotras, y cerré los ojos para no ver nada del paisaje veloz que transcurría ante mí. Salté de golpe al sentir el chillido de mi amiga. Elo se había despertado. -- ¡Elo, Elo, ya estas consciente! ¡Qué alegría! – le dije. -- Te abrazaría pero las circunstancias no son las mejores para las demostraciones afectivas. Eli le explicó que nos habíamos montado encima de Deivid, una historia divertida en otro momento, hasta hubiera bromeado sobre el hecho que el muchacho pudiera él solito con tres lindas chicas encima de él si la situación no me estuviera provocando un estómago revuelto. Para hacernos más divertido el viaje la figura del enorme dragón se acercó peligrosamente hacia nosotros. Por unos intantes me pareció que sabía leer mi mente. Con un inusitado terror empecé a gritar en silencio: -- ¡Vete, vete, no somos comida! ¡Damos asco, estamos asquerosas, sabemos peor que los gusarajos de la tierra podrida! ¡¡No nos comas!! Abrí los ojos unos segundos, los justos para ver una sonrisa malévola en los orbes rojizos de aquel dragón anormalmente engrandecido. ¿Se podían reír los dragones? ¿Te podían mirar con sorna? No hizo falta ningún ataque, Deivid acababa de perder el control de su cuerpo animalesco y caíamos. Creo que grité una señal de alarma o tal vez también lo había dicho en silencio. No lo
sabía… Sentí el calor antes que nada. Chocábamos contra un árbol incendiado. Después vino el dolor de sentir los golpes de las ramas contra el cuerpo y las quemaduras por aquel fuego maldito. -- ¡Ayyy! – susurré y mi voz me llegó mortecina. ¡Estaba viva! -- Prometo, juro y perjuro que nunca más me monto en algo que se eleve a más de un palmo del suelo. Sentí un rugido frente a mis oídos y abrí los ojos. Mi melena se quemaba y ese sonido era muy desagradable. Golpeándome el pelo y gateando me acerqué a Elodia, que sangraba de nuevo. -- ¡Elo! ¿Estás bien? Ella asintió aunque se notaba que necesitaba ayuda. -- Alguien que le haga un Episkey. Una bruja que saque su varita y... ¿Seré tonta? Saqué mi varita negra (era negra, no era que se hubiera quemado en este incendio devastador que nos traía de cabeza) y le apliqué un Episkey de emergencia. Pareció funcionar y sentimos los chillidos de Ely Tonks a nuestro lado. -- ¡Cuidado! ¡Viene de nuevo! Permanecimos las dos lo más pegadas al suelo. Aquel árbol se atrevía a golpearnos con sus ramas ardiendo. Habíamos tenido que golpearnos contra el Sauce Boxeador, el único árbol que se enfadaba cuando te acercabas a él. En cuanto pasó me levanté y ayudé a Elo a caminar a mi lado para unirnos a nuestros compañeros. -- ¡Cuidado! – volví a gritar, empujando al suelo a Elo y recibiendo un ramazo en el estómago. Lo que me faltaba, ya tenía el estómago revuelto y ahora encima me dolía el triple. La voz de Ely me distrajo un segundo de mi mal y no la vi. Había caído a un agujero y en cuanto nos fui posible Elo y yo nos arrastramos dentro. Allá parecíamos seguras, al menos no recibíamos golpes. Deivid llegó a nuestro lado.
Una rama intentó entrar en el hueco y llenó nuestro espacio de chispas de fuego maldito. Retrocedimos un poco. --No podemos quedarnos aquí -- dijo preocupada Eli Tonks. Yo asentí, aquel fuego podía quemar de nuevo mis puntas y todos sabían que mi melena era algo que cuidaba mucho. --Caminemos un poco -- dijo Deivid. Parecía cansado y enfadado. Seguimos a los dos aurores mientras abrían el camino. Elo parecía ir más lenta de lo debido, tal vez no la había curado bien. Saqué mi varita de nuevo pero ahora no recordaba qué hechizo era. Estaba muy cansada y se me cerraban los ojos. -- Rictus… --Descansa un poco, yo ayudo a Elo un rato – me interrumpió Eli. Creo que se dio cuenta de que Elo pesaba mucho. Mientras me acerqué a Deivid pensé que no, que un Rictusempra no era el hechizo correcto. -- Bueno, no se curaría pero se pondría a reír. Dicen que la risa cura todos los males – murmuré enfadada conmigo misma por tener tan mala memoria. Tropecé y caí en el suelo. La luz de Deivid iluminaba hacia delante pero no mis pies y acababa de tropezar con una piedra. Estallé en lloros. Esto era ya lo último que podía aguantar en el día de hoy. -- ¡Maldita sea esta piedra! ¡Maldito el árbol que nos ha metido en este laberinto estrecho y maloliente! Maldito torneo y malditos administradores que nos han traído a un dragón en el juego que quema todo lo que quiere! Tamarindo Tamarindo saboreó aquel líquido que aun quedaba sobre sus labios. El gusto era agridulce, y recordó los veranos que iba con sus amigas muggles a comer a los chinos y sonrió con mucho esfuerzo, ya que todo le dolía tanto, y estaba tan agotada que apenas tenia fuerzas para nada. A Amya se le iluminó la cara con aquella semisonrrisa de su amiga. Se acercó a su cama y sin evitarlo, le abrazó, aun sabiendo que era contagiosa.
Tama abrió los ojos y la vio. —Amya… gracias… —empezó a decir, pero la chica la cortó. —No hace falta. —Gracias por todo. Eres una buena amiga… —Descansa —le dijo con dulzura—. Ya se me ocurrirá algo para hacer ahora —añadió después de un rato. La recuperacion de la combaleciente era lenta, pero ninguna de las dos chicas se daba por vencida. Aun les quedaba algo de esperanza. Amya lo sabía porque su amiga fue capaz de hablarle después de haber tragado la poción, pero sabía que no estaba todo resuelto, aun faltaba una parte importante del tratamiento. Las pústulas y llagas no saldrían así, sin más con ayuda de esa poción, ya que era sólo para bajar la fiebre y calmar los males. Aun seguía necesitando la ayuda de la enfermera, pero lo importante es que habian conseguido el tiempo suficiente como para que Tama aguantara un poco más. Mica17 Tras unos instantes de indecisión, Legolas empujó las pesadas puertas del castillo abriéndonos paso. Todos ingresamos al lugar con nerviosismo, mirando compulsivamente hacia todos lados, desconfiando de casa ruidito, de cada sombra; pero el vestíbulo estaba en calma… ―la calma que antecede al huracán‖ pensé interiormente. - Escuchadme todos- la amplificada voz de Mack llamó nuestra atención- hay un libro que guarda un secreto de magia antigua que sospechamos que sirve para dominar el dragón. Nadie sabe mucho sobre ese libro y sobre el secreto. Tampoco sabemos mucho sobre los tres magos que se enlistaron en la organización. Nunca creímos que fuesen, quienes decían ser. Sin embargo, después de todo lo que ha ocurrido, quien sabe si de verdad no serán los verdaderos Merlín, Circe y Morgana, llegados hasta aquí con un giratiempos. La miramos intentando procesar lo que acababa de revelarnos, parecía un argumento tomado de algún tipo de película muggle, pero ya estábamos resignados a creer en lo que nos dijeran. -No tenemos muchas más respuestas que vosotros –agregó -. El torneo se organizó siguiendo una antigua tradición. Merlín, Morgana y Circe fueron contratados para
ayudarnos y ellos fueron quienes trajeron al dragón. Creímos que eran de confianza, aunque, ahora ya, quién puede saberlo- hizo una pausa y luego dio las instrucciones que esperábamos- Debemos organizarnos para encontrarlos a ellos y para encontrar ese libro del que poco sabemos. Mis amigos no tardaron en agruparse para ir rumbo a la biblioteca, un poco a regañadientes los seguí, pero no confiaba en que tengamos éxito buscando allí ese libro. Al parecer las fieras habían decidido tomar también el castillo, un grifo, hombres lobo… las imágenes se materializaban ante mí como si fuera una simple espectadora de todo aquello, alzaba mi varita casi por inercia y solo luchaba imitando a mis amigos. Mi mente estaba en otro sitio, tal vez ya revisando los estantes de la biblioteca que había casi memorizado tras tantas horas allí, o tal vez en loa fortaleza… no sabíamos aún nada acerca de los prisioneros… Los hombres lobos se vieron reducidos en cuestión de minutos. Miré a Legolas, sorprendida por los hechizos que le había visto pronunciar, y le pregunté si había sido cierto; por momentos sentía ya miedo de que mi mente comenzara a desvariar… todo aquello se tornaba cada vez más y más increíble. Su respuesta fue afirmativa, pero comprendía, en casos como aquellos era más importante salvar a los amigos que preocuparse por el bienestar de los atacantes. Intenté volver a la realidad, concentrarme en lo que estábamos haciendo, noté entonces las dificultades de Tontín y su mirada suplicante logró conmoverme. No estaba segura de retirarle aún la maldición, mucho menos porque él mismo podría haberla desecho si hubiera prestado atención en clase acerca de los hechizos no verbales… Pero Kea terminó de convencerme… Alcé mi varita y susurré: - Finite Incantatem Miré su reacción ante la finalización del encantamiento, no tardó en decir sus primeras palabras: - Oigan, estamos a un paso de la biblioteca, sólo nos resta pasar este pasadizo secreto.
Dimos unos pasos más antes de que Tontín volviera a abrir su bocota… Comenzaba a arrepentirme de haberle quitado el embrujo: - Una cosita... ¿No es una estupidez buscar un libro en la biblioteca? - NO- le respondieron todos, yo me quedé boquiabierta, era lo mismo que yo habría dicho hace rato… solo que era obvio que no me hubieran hecho caso. - Bueno, entendedme, un libro no, pero un libro que se supone que está escondido... A mí me da igual, yo me cojo el cuento ese tan divertido de los Gnomos patilargos y tan contento. Pero buscar en la biblioteca un libro que ha querido ser escondido, es como buscar un pastel andante que no quiere ser devorado en una pastelería- me encantaba usar metáforas. Era como estrenar una aparato muggle, o como bañarse en el lago en pleno verano, o como... Ya me entendéis, las metáforas son "como". Estaba a punto de darle la razón, nunca habría creído que algo sensato saldría de ese extraño chico. Pero antes de que pudiera hacerlo, todos ya avanzaban rumbo a la biblioteca nuevamente. De manera repentina, todos frenaron en seco, vi enseguida el porqué y mi reacción fue idéntica a la del resto: -¡Por las barbas de Merlín! -para exclamamos- ¡Es Merlín!- agregamos sin quitar los ojos del viejo mago que teníamos delante. - Eh, tú, viejo, que estás mirando?- Preguntó Tontín con su insolencia caracterítica. - Tu pijama, desde luego. Es una prenda envidiable. Bajo su aparentemente tosco corte se esconden las manos de un maestro, no hay duda- contestó Merlín, no podía ser… era imposible… producto de nuestra imaginación sin dudas… ¡A alguien le gustaba ese pijama! - Tienes mucho que contarnos, barbas- le solté, la ira había vuelto a mi tono de voz. Al fin alguien podría darnos una respuesta y no dejaría que escapara. Y mucho os contaré. Pero sólo ante la presencia de algún superior vuestro. Mistify, Mackenzie, una patata podrida... Cualquiera que sea capaz de entender mis palabras a la primera, pues no quiero que caigan es saco roto.
Ahora sí me había enojado… muchos de nuestros compañeros estaban heridos de gravedad, un dragón intentaba asesinarnos, y sientas de criaturas se habían revelado contra nosotros y el viejo pedía a un superior. Mis pies descalzos apenas hicieron ruido mientras atravesaba en una corrida el trecho que me separaba del mago. Saqué mi varita y con todo mi enojo apunté su nuca. - Estupendo- le solté, mi rostro estaba muy cerca del suyo por lo que un susurro fue lo suficiente. - siga la dirección de nuestras varitas.- agregué, muchos se sorprendieron ante mi amenaza… pero era imposible mantenerme calmada en una situación como aquella. El viejo echó a reír en forma histérica, su sucio aliento me pegó en el rostro, con mucha mas ira enterré mi varita en su nuca. -Hablo en serio, el juego ha acabado- mi voz sonó con una seguridad que no sabía de donde provenía. mdrhpa ¿Dónde estarían los miembro de mi grupo? Veía a HHH todavía en el campamento, sin mucho ánimo de salir, pero no encontraba ni a Minerva, ni a alvaromagic, ni a caroliinaa, ¿dónde estarían? ¡Pues claro! Seguro que estaban en el castillo con ron. En ese momento, vi como caía una criatura que no pude divisar bien por la ventana hacia los terrenos de Hogwarts. Seguro que se la habían encontrado y la habían matado... No podí ir yo sola al castillo, pero ya se me agotaban las ideas... ¿Qué hacer? Estafa tan confusa, que ni siquiera me enteré de que el dragón acababa de quemar un campamento más, esta vez, por suerte, no quedaba nadie dentro, pero la explosión fue grandísima. ¡NO! ¡Concéntrate! No podía distraerme, estaba en las nubes... Las ideas seguían sin venirme. Decidí ponerme a correr esquivando los cuerpos, las llamas, el humo... Entré en un campamento que estaba totalmente vacío y busqué algo que me pudiera servir de ayuda. Encontré unas botellas de zumo de mandrágora, dos cervezas de mantequilla medio vacías y calientes y una bandolera marrón. Decidí meter el zumo de mandrágora en la bandolera, que estaba vacía y me dirigí a otros campamentos vacíos para buscar más cosas que me sirvieran de ayuda...
wolf nino La conmoción creada en las puertas de la biblioteca por haberse topado con el mismísimo Merlín nos sirvió a Pin y a mi de cobertura, pocos o nadie se entero que nos
fuimos en busca de la cabra Pinca, preparado con mi varita y los colmillos dispuestos a hincarse en lo primero que se atreva a amenazarnos, doblamos en el primer pasillo que nos encontramos, mi olfato no era tan malo como pensaba, o ¿será que Pinca no huele tan bien como se supone debía ser? Nos fuimos alejando del tumulto de gente que nos rodeaba siguiendo el olor del rastro dejado por Pinca*bueno Pin me seguía a mi que no estoy muy seguro a donde iba ¿cómo pudo la cabra llegar tan lejos en tan poco tiempo?* nos topamos con muchos magos y brujas que iban y venían envueltos en aire de histeria, panico y coraje, pero no les prestamos mucha atención, caminamos sin rumbo y sin pensarlo ni buscarlo caminamos sin rumbo terminamos en la cocina * ¿cómo supo la cabra que me moría de hambre?* - ¿dónde están los elfos? - impresionado por ver que los platillos del banquete de cada noche estaban listos pero no ver a ningún elfo presente no es algo normal - bueno quizá salieron huyendo con tanta bestia que entro al castillo, ¿se molestaran si comemos algo Pin? Detrás de algunos muebles de la cocina alcance a vislumbrar los cuernos de Pinca, lo que llamó mi atención es que no estaba sola... alguien estaba con ella y no tenia pinta de ser algún alumno o profesor del colegio nesii Nos dirigimos hacia donde la esfinge había colocado el enigma. Uff…matemáticas…no era lo mío definitivamente que no lo era, …mientras tanto, el caos provocado por el fuego seguía empeorando. Algunos de los prisioneros todavía no se percataron de que el enigma había sido publicado, mientras que otros si se dieron cuenta, y se hallaban afuera de la fortaleza. Vamos, piensa…debes pensar…. No podía descifrarlo…Piensa en tus amigos afuera tienes que ayudarlos… Era verdad. Tenia que ayudar a mi equipo que quien sabe que cosas les había pasado. De pronto, comprendí el acertijo. El grupo con el que estaba se había marchado. Corrí hacia donde se hallaba la esfinge, y le entregue el enigma resuelto. Primero me miro con cara de pocos amigos y luego me dejo pasar. Camine entre unas quimeras que lanzaban fuego, y trate de esquivarlas. Salí de la fortaleza y observe el panorama. La situación era aun mas caótica. Igual que adentro, el fuego parecía el paisaje fijo del campamento, y la gente corría para ocultarse, protegerse o para salvar a otros compañeros. La lluvia no cesaba, alce la vista hacia el cielo, y allí, la marca tenebrosa seguía vigente, con la serpiente danzando. AteNa
Siguió caminando igual que sus compañeros, después de un rato empezaron a aparecer piedras grises en el camino, AteNa se acercaba sigilosamente a observarlas al ritmo que caminaba, no le parecía algo muy común, pero la noche anterior había visto a un enorme dragón que lanzaba fuego maldito en forma de bestias, si eso no bastaba para abrir su mente a las posibilidades, nada lo haría. - Una cosita... ¿No es una estupidez buscar un libro en la biblioteca?- se escuchó que dijo Tontín Dudley a lo lejos AteNa miró, un grupo de magos iba hacia donde ellos estaban, al parecer habían decidido ir hacia la biblioteca también, pensó que sería mala idea, ya que Mackenzie había sugerido separarse, sin embargo no les dijo nada y continúo caminando. - NO- gritaron todos al instante respondiendo la pregunta de Tontín. Aquel grupo estaba un poco alejado de donde se encontraban AteNa y sus amigos; Mateo había tomado una decisión demasiado rápido, y ellos sin dudarlo lo siguieron, se preguntó si aquello fue una buena idea. Por fin llegaron a la biblioteca, estaba desacomodada, libros encima de otros sobre las mesas, la mayoría estaban abiertos, como si alguien hubiera estado buscando algo. - Y bien, ¿Por dónde empezamos a buscar?- dijo Avril mirando las estanterías que apesar de estar desordenadas, aún conservaban un sin fin de libros. Darla sugirió que nos separáramos pues había varias secciones y sería una pérdida de tiempo revisar todo en grupo y enseguida caminó hacia la sección de Hechizos y Encantamientos. - Muy bien, yo me encargo de la sección de Criaturas. Tal vez también pueda leer algo que hacer con nuestro amigo el Colacuerno. – dijo Mateo esbozando una sonrisa irónica. AteNa lo miró con una pregunta marcada en el rostro, dudaba que algún libro
dijera algo acerca de dragones lanza fuego maldito en forma de criaturas peligrosas y con viruela que a tres magos se les había ocurrido llevar al colegio, rapidamente caminó hacia la sección de Pociones. Había demasiados libros, la bruja de ojos castaños reconoció algunos "Antídotos Asiáticos" "Moste Potente Potions" "La Quintaesencia" pero no divisó ningún extraño libro, se adentró en la sección y de pronto pisó una piedra. -¿Piedras aquí también?- pensó al momento que aquella "piedra" se elevaba lentamente tomando forma. Terminó de metamorfearse, era una criatura de más o menos 27 centímetros de largo, estaba completamente peludo a excepción de su cabeza que además era enorme y gris, lo que había pensado hacía unos instantes que era solamente una piedra redonda. Lo observó atentamente, no parecía gran amenaza pero aún así levantó la varita, AteNa comenzó a reírse, y al instante aquella extraña criatura se abalanzaba sobre ella mostrando sus afilados colmillos, aún así AteNa no dejó de reir, sin embargo lanzó un hechizo sin pensarlo. -¡Flipendo!- dijo rapidamente mientras lo apuntaba con su varita. La criatura salió despedida hacia atrás cayendo de golpe contra el suelo produciendo un sonido sordo, AteNa caminó hacia él para verlo más de cerca, se agachó un poco pero detrás de ella se escuchó un sonido extraño, como si alguien hablara en otro idioma, el sonido provenía de tres brillantes rocas, que en ese instante, dejaban de serlo, las miró sorprendida pero sin borrar la sonrisa de su rostro. Aquellas tres criaturas peludas corrieron para abalanzarse sobre ella, una alcanzó a morderla en el brazo izquierdo, como si fuera una especia de perro, la chica hizo un sonido de queja seguido de un bufido de desesperación al no podérselo quitar de encima.
- Pogrebins- se escuchó unas cuantas secciones más lejos. AteNa miró a aquellas criaturas, era verdad, eran pogrebins,-¿cómo era posible que no los hubiera reconocido?- pensó, era demasiado distraída. Tomó lo que parecía ser el pie del pogrebin y lo jaló para quitarselo del brazo que ahora sangraba, los otros dos se arrolinaban a sus pies, y AteNa lanzó una patada, uno de ellos salió disparado hacia otra sección y una queja resonó en el lugar, al parecer había golpeado a alguien. -Perdón- dijo la bruja mientras miraba a sus adversarios. Parecía algo patético, eran dos pequeñas criaturas de no más de 30 centímetros contra una bruja de 165, se rio pero sin quitar la mirada de sus contrincantes. lacrimosa
...Miraba fijamente a aquella persona qe estaba estatica, pareciera una roca sin mover ni un solo musculo, un brillo en aquellos ojos era por lo que sabia que esa persona, no era algo que fuese un competidor o incluso una esfinge, mucho menos podria ser el carcelero, estaba demasiado delgado para serlo... - Hey! quien eres?- Lacrimosa pregunto con cautelidad, mientras seguia aferrado a los barrotes de la ventana por donde se supone tendria que pasar y mirar la fortaleza La persona que tenia de frente, no respondio, pero hizo un movimiento con la cabeza en señal negativa...aun clavandole aquellos ojos como dos flechas... - Vamos chico dime quien eres? o ayudame si puedes... - dijo lacrimosa mientras intentaba entrar a la fortaleza De pronto como si fuera una barrera que lo expulsaba de la ventana, salio despedido hacia atras cayendo al vacio de la enorme pared este de la fortaleza; sin embargo de algo se dio cuenta lacrimosa, aquella persona no era normal (obvimente ), antes de que cayera logro mirar aquellos ojos rojizos al momento de lanzarlo, como si algo dentro de el explotara... La verdad es que lacrimosa nunca penso morir de tal manera, siempre imagino una muerte en
donde hubiera accion, tal vez morir en duelo, o en algun partido de qudditch o que mejor que el dragon lo matara, sin embargo el caer por toda la pared, tal vez era la opotunidad de disfrutar de aquel momento de paz y tranquilidad.... Sheila Longbottom Cuando Sheila buscaba entre los árboles algún Thestral que nadie hubiera visto, Coyo-t la alcanzó para decirle que el iba a ir con ella. Le dijo también que Sagitas se había subido a Deivid y que la otra chica, Nesii, había preferido quedarse y no viajar hacia Hogwarts; eso se le había hecho extraño a Sheila, pero la chica estaba un poco perdida e igual no quería ir a Hogwarts en ese momento. -Entonces podemos ir nosotros dos en un solo Thestral. Ojalá lo consigamos pronto..- dijo Sheila mientras se movía entre los árboles para poder encontrar algo. Coyo-t que la estaba siguiendo también buscaba por todas partes. -¡Sheila, Sheila!- gritó Coyo-t cuando estaba a varios metros de ella. Corrió hacia él y vio detras de un árbol de tronco grueso un pequeño thestral, al parecer era un cría. Dudó si podía aguantar a los dos, pero podían intentarlo. Sheila subió sobre él sin que le costara mucho trabajo pues estaba bajito. Coyo-t se subió atrás agarrándose muy fuerte y el thestral emprendió vuelo. Esto los tomó por sorpresa pues no le habían dado ninguna orden, pero se agarraron muy fuerte. Adelante muy a lo lejos podían alcanzar a ver a Deivid y a las demás sobre él, pero parecían volar muy lento, pues cada vez los iban viendo mas y mas cerca. De pronto empezaron a caer en picada y Sheila se asustó. -Tomaran otro camino para llegar a la puerta- dijo Coyo-t bastante tranquilo; aunque cuando los dos vieron que eran golpeados por una rama ardiente del sauce boxeador se alteraron bastante. -¡HAY QUE BAJAR AQUÍ!- le gritó al thestral como si este la entendiera, pero si se desviaban mas no podrían ayudar a sus amigos. Los dos "pasajeros" jalaron el cordón que tenía la criatura en su cuello para poder hacer que frenara. Poco a poco iban bajando y se dirigieron a donde las ramas del sauce no les pudiera hacer daño. Los demás no los vieron y se metieron debajo de una rama del sauce boxeador, donde había un agujero.
Sheila le dio unas palmadas en la cabeza al thestral mientras le daba las gracias. Los dos se dirigieron hacia adentro del agujero con mucho cuidado de no ser golpeados por alguna rama ardiente.
Mistify NARRADOR
Los minutos en los cuales Mackenzie había entretenido a todos con su pequeño discurso habían sido suficientes para que Fernando Black y Mistify intercambiaran ideas acerca del rumbo a seguir. Si de algo no tenían dudas ambos líderes mortífagos, era que el libro debía estar en sus manos. Así cuando los participantes se fueron dispersando en su mayoría con rumbo a la bliblioteca, la bruja de cabellera dorada comenzó a subir rapidamente las escaleras en dirección al séptimo piso. A ambos mortífagos se les había ocurrido un lugar mucho mejor que una biblioteca para esconder un libro y estaban seguros que los tres magos legendarios no conocían el lugar. Mistify giró su mirada hacia atrás y se detuvo justo después de saltar un escalón, aquel que siempre atrapaba a los olvidadizos, le parecía que alguien la estaba observando y la situación no le gustaba. Tomó con su mano izquierda la baranda de la escalera que en ese momento cambiaba de lugar depositándola en el piso que buscaba, mientras con la derecha empuñaba firmemente a su varita. Entornó su mirada hacia el largo corredor, su rostro continuaba impasible sin embargo allí había algo más y comenzaba a impacientarse. - ¡Muéstrate! – ordenó y su gélida voz produjo un largo eco en los pasillos. Un frufrú de túnicas a su espalda hizo que la mortífaga girara rápidamente, pero una vez mas... no había nada allí. - ¿Acaso eso fue una orden? – la voz femenina sonó nuevamente tras la mortífaga que volvió a girar - Deberías de aprender a pedir “por favor” – Cuando la bruja de ojos verdes volteó por tercera vez la bella figura de Cirse se alzó ante ella. - ¿Dónde
se supone que vas? – le preguntó y Mistify sacudió su cabeza, por un breve instante estuvo tentada a confiarle a la mujer lo que estaban planeando. - ¿Dónde dijiste? – murmuró de nuevo con su angelical voz tratando de encantar a la Líder Mortífaga. - Casi lo logras... casi – contestó ella - Si te interpones en mi camino tus días acabarán – - ¿Crees que puedes matarme? – Una armoniosa carcajada inundó el largo corredor y Mistify supo que estaba en problemas, segura de que aquella bruja legendaria aún no había utilizado todo su poder de “convencimiento” con ella. - Detritus – alcanzó a conjurar justo cuando notaba que la encantadora comenzaba a penetrar su mente ¿Cómo era posible que tuviera semejante poder?. Una densa niebla protectora se arremolinó alrededor de la mortífaga y Cirse enarcó una de sus arqueadas cejas, estaba a salvo por el momento. Movió su varita velozmente y un par de manos espectrales rodearon a aquella mujer mientras la bruja aprovechaba la distracción para perderse en el corredor. - Barnabás el Chiflado... ¿dónde estás? – pensó Mistify al dar la vuelta una esquina buscando ansiosamente entre los cuadros ya sin movimiento que adornaban las paredes. Ambos mortífagos habían pensado en tan solo un lugar en donde se podría esconder algo a la perfección... Detuvo sus pasos abruptamente cuando pudo escuchar con claridad murmullos que parecían provenir de la pared. ¿Participantes?, pensó. ¿Qué demonios hacían ellos en este lugar? No podía ser que ellos hubiesen adivinado... aquello significaba un cambio abrupto en sus planes. Dirigió sus pasos hacia donde había escuchado las voces y quitó de lugar el tapiz con su mano libre sin dejar de empuñar con firmeza su varita. - ¿Qué se supone que hacen ustedes acá? –
Golden Snitch Entraron a la biblioteca con fin de encontrar alguna respuesta a todo lo que estaba sucediendo. Gold aún se encontraba con Mateo, Avril, Atena, y Darla, aunque había escuchado que más gente se dirigía hacia el mismo lugar que ellos.
- Y bien, ¿Por dónde empezamos a buscar? - acotó Avril un poco confundida. - Nos dividamos - sugirió Darla mientras se dirigía hacia la sección de Encantamientos. - Muy bien, yo me encargo de la sección de Criaturas. Tal vez también pueda leer algo que hacer con nuestro amigo el Colacuerno. - expresó el Black con un dejo de ironía en su voz, antes de que Atena se dirigiera hacia los libros de Pociones. Gold tomó el camino de la Sección Prohibida, mientras que Avril se quedaba dándole unos rápidos vistazos a los libros esparcidos por las mesas. Libros con títulos totalmente desconocidos se hicieron presentes al metamorfomago cuando llegó a las estanterías. Dudaba que alguno de ellos lo ayudara, pero no perdía nada buscando. El piso, aún lleno de esas particulares piedras, parecía temblar de vez en cuando. Gold abrió unos cuantos ejemplares con figuras horrorosas, pero ninguno lo ayudó. Sus nervios empezaban a alterarse, más aún porque sentía que alguien más los acompañaba en aquel lugar. Un extraño susurro se hizo presente mientras el mago reconocía una extraña presencia detrás de él. Volteó y su mente repitió lo que dijo la voz de Mateo, a unas estanterías de distancia: ―Pogrebins‖.
- ¡Desmaius! - gritó Gold apuntando a la pequeña criatura peluda y de cabeza gris que se había cernido sobre el, para que su rayo impactara de lleno y lo expulsara hacia atrás, volteando con él unos cuantos de sus amigos ―piedras‖. Definitivamente, eran más que los que el mago se había imaginado. Comenzó a verse acorralado por ellos sin antes tirar un Incárcerus que amarró a varios de ellos con las tres gruesas cuerdas que salieron de su varita. Sus garras y filosos colmillos abrirían fácilmente una buena herida en su cuerpo. Gold siguió retirándose hacia atrás lanzando hechizos a diestra y siniestra contra las desacatadas criaturas, hasta que chocó la espalda contra algo. Se dio vuelta rápidamente y vio los ojos de su amigo Mateo, ahora peleaban espalda con espalda, y la cosa se ponía mas difícil, ya que los pogrebins se amontonaban contra ellos.
- ¡Confringo! - dijo Gold apuntando a una mesa mediana que tenía varias criaturas sobre y debajo de ella, que volaron para todas partes producto de la explosión del hechizo. - Será mejor que se nos ocurra algo amigo o AHHHHHHHHHHHHHHH!... - el mago no pudo terminar la frase ya que uno de los animales había clavado sus colmillos en su brazo izquierdo provocando que un buen chorro de sangre rojiza se hiciera notar.
Sacudió su brazo con fuerza preso del dolor que le había cometido la criatura mientras su pelo cambiaba de nuevo a morado, y cuando ésta cayó al suelo, le propinó una patada digna del mejor deportista muggle. Se volvió hacia el Black y lo miró fugazmente.
- ... o estaremos en problemas - acotó terminando la frase que había empezado segundos antes y tratando de ubicar a sus demás compañeros.
alvaromagic Alvaromagic siguió con su ruta junto con sus dos compañeros, de momento pudieron seguir avanzando pero algo se lo impidió, algo que no parecía que fuese una fuerza mayor, pero lo era...una cabra. Alvaromagic se quedo con cara de
mientras veía como la cabra se comía algunas pequeñas
hierbecillas que crecían entre los sillares del antiguo colegio. --¿Qué hace una cabra aquí? ¿Será alguna maldición o algo así que nos esta confundiendo?-inquirió caro mientras apuntaba a la cabra buscando algún encantamiento o sortilegio que los permitiera saber si era o no verdadera. --Yo creo que es verdadera...id arriba, el sol ya casi estará en auge y la fuerza del sol siempre ayuda con los hechizos de fuego, aprovechad esa ventaja...yo me quedo aquí abajo eliminando a las bestias que queden y busco al dueño de este animal--dijo Alvaromagic mientras Caroliinaa y ron asentían y se dirigían hacia arriba, la torre de astronomía. Alvaro y la cabra sin nombre(él la llamaba Robustiana hasta que encontrasen a su dueño y supiese como se llamaba. Poco después se encontraba charlando con la cabra mientras caminaban por los pasillos del séptimo piso: --...Pues lo que te decía que entonces vino y yo le tuve que embrujar, desde entonces me tiene manía porque todavía no le he quitado los dientes y las orejas de conejo que tanto me gustan...¿a tí te gustan? Bueno me da igual el caso es que está enfadado y el otro día vino al campamento y me pidió que se las quitase, y yo por su atrevimiento cogí la varita he hice que le crecieran... Álvaro calló rápidamente. Había oído ruidos y se escondió donde pudo esperando que el factor sorpresa funcionara. El tapiz de Barnabás el Chiflado fue suficiente escondite, sin embargo, no pudo parar de hablar con la simpatica cabra y una bruja apartó el tapiz y los apuntó con la varita. - ¿Qué se supone que hacen ustedes acá? – Era Mistify, en aquel momento, el miedo hizo sucumbir al mago que cuando vio a la lider mortífaga se puso muy nervioso