Sueños en el bosque II

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TOMO 2


Rosabonita Luego de haber entrado a castillo me adentre segura en el, escuché que muchos irían a la biblioteca por ser el lugar más obvio para encontrar el libro y hacia esa dirección seguí mi camino. Tenía una pequeña idea del lugar donde podría estar esperándonos la llave, o en su defecto el libro. Llegamos a la biblioteca, pude divisar a Golden junto con su equipo. Se les veía a todos bastante preocupados y algo emocionados por la intriga. Muchos no sabían por donde comenzar y otros ya habían iniciado su búsqueda. Por mi parte, me dirigí hacia donde se encontraba la vida e historia de Harry Potter. Allí debía haber algo. Casi de inmediato dí con el libro que buscaba, comencé a hojearlo y llegué a donde quería, La Cámara de los Secretos. Me carcomía por dentro la intriga de dónde podría estar. Esta cámara podría tener algo que ver por el basilísco, ya que fue ahí dónde permaneció por años una criatura casi tan espeluznante como el dragón. Me enfoqué en conseguir rápidamente la palabra que Harry había pronunciado frete al espejo de aquél baño de chicas. Tenía que colocar todo mi empeño en decirlo correctamente, sino, no llegaría a ningún lado. -Bingo- Dije en un susurro. Había conseguido la palabra, vi a mi alrededor y noté que habia un pedazo de pergamino roto en el piso, lo tomé y escribí la palabra, me dispuse a guardar el libro y la nota. Comencé a caminar en dirección a la salida. Aquello comenzaba a abarrotarse de gente. Debía darme prisa y encontrarme con los chicos, no quería ir sola a la cámara. Saliendo de la biblioteca se acerca una ráfaga de luz y se materializa justo frente a mí un pez. Era el patronus de Sheila. -Rosa, Josi, Kris y Elvio. Les envio esto para avisarles que he salido de la fortaleza. El acertijo no estaba tan difícil, pero ahora no se que hacer... El patronus de Rosa me ha dicho que los organizadores se dirigieron a Hogwarts, probablemente vaya para allá, pero nada seguro. Todo esta bien, recuerden que los quiero.- Luego se desvaneció. Al fin sabia que Sheila estaba bien… mi preocupación bajó un poco de nivel. Decidí dirigirme al Hall por si Sheila había llegado ya.


Caminando hacia allá observé muchas caras, cada quién en lo suyo. Todos estamos trabajando por un bien común y eso me gusta. Sin siquiera darme cuenta, llegué al lugar, donde divisé a lo lejos a mis tres amigos Josi, Elvio y Kris, pero nada de Sheila aún. Me emocioné y fui casi corriendo hasta ellos. Cuando los alcancé les di un abrazo grupal. Casi los asfixiaba. -Chicos! Están bien... ¿Cómo llegaron hasta aquí? ¿Han visto a Sheila? Bueno, bueno, no importa… les tengo una noticia.- Hablaba rápidamente por la emoción, ellos me miraban con ojos desorbitados, a pesar de todo, no habíamos cambiado. -Resulta que creo que la Cámara Secreta podría ser un lugar perfecto para esconder semejantes cosas. Me parece que tiene relación con la gran bestia que vivía ahí con la que tenemos actualmente en la fortaleza.- Hablaba en susurros y rápidamente.-Pero para ello tenemos que llegar hasta allá. ¿Qué dicen? Fui a la biblioteca y consegui la manera de entrar.Los chicos me miraron estupefactos.

caroliinaa despues de vencer a la quimera seguimos los tres caminando tranquilamente hastq ue en una esquina nos encontramoms una cabra ¿una cabra? alvaro dijo que el buscaria a su dueño y que terminaria con las bestias que quedaban, y que vayamos llendo asia la torre de astronomia. ron y yo seguimos con nuestro camino veiendo como alvaro a nuestras espaladas intentaba hacer moverse a robustina (el le habia puesto ese nombre). por fin llegamo a la torre de astronomia y nos sorprendio encontrar a alguien alli ¿quien podia estar alli tan tranquilamente mirando por la ventana con ta lio abajo? la brujo se dio la vuelta y nos miro a la cara su sembplante era el de una persona sabia que a vivido muchas cosas pero no una como aquella que se estaba dando en el torneo.


un poco asustada pregunte - ¿quien ere? -morgana - respondio la bruja como quien no quiere la cosa, quitando le importancia a eso. - ¿donde estan mack y mistify? - en el castillo, no sabemos en que parte - ron no parecia confiar mucho en la bruja `pero no dijo nada. -pues vayamos a buscarlas dijo morgana. asiq ue si morgana estaba con nosotros solo faltaban cirse y merlin que quizas ya los ubieran encointrado otros equipos, salimos a toda velocidad de la torre caminando por una gran cantidad de pasillos y escaleras mirando hasta en el ultimo rincon buscando a mack y mistify.

Avril Lestrange Darla sugirió que nos separáramos pues había varias secciones y sería una pérdida de tiempo revisar todo en grupo y enseguida caminó hacia la sección de Hechizos y Encantamientos. - Muy bien, yo me encargo de la sección de Criaturas. Tal vez también pueda leer algo que hacer con nuestro amigo el Colacuerno. – dijo Mateo esbozando una sonrisa irónica. Y vio que Atena se dirigía a la parte de pociones. Golden en cambio se encargó de la zona prohibida debido a que era el de mayor edad allí y Darla a la parte de hechizos y encantamientos. Por lo tanto a Avril le tocó la parte menos poblada del recinto, y la más desordenada. Menos mal que la chica nunca se sacaba sus borsegos todo terreno, porque el piso de la biblioteca era pedregoso, desnivelado…raro para una edificación tan pulcra como la del castillo. -Que suerte la mía- pensó la joven bruja, que tan cómoda se sentía con sus calzas negras sus botas con suela dibujada y su blusa holgada, también de color negra. Todo hacía contraste con su piel, extremadamente blanca y con el maquillaje que usaba, una combinación de sombras negras y grises. Sus ojos sin embargo, cambiaban con el tiempo, hoy los tenía de un azul profundo… Caminaba desgarbada entre las distintas mesas de estudio, buscando tranquila una pista acerca de alguna llave o algún libro con cerradura , aunque sostenía la varita fuerte en su mano…no había olvidado la expresión asesina de aquellos licántropos en el pasillo. El piso la molestaba, vibraba…la chica pensaba que podía ser el dragón que estaría haciendo de las suyas con su gran cola con cuernos, no muy lejos del castillo. De ahí las extrañas


vibraciones. Mientras buscaba, volvía los libros que estaban dados vuelta, trataba de arreglar o hacer encajar las hojas sueltas, se fijó que el piso se movía. Ah no podía ser el dragón esta vez! Se irguió con varita en mano y con el rostro ceñudo por la curiosidad mezclada con una pizca temor…que podía ser eso aparentemente rugoso,, que seguramente no era la piedra que todos habían pensado que era. ¡¡Era una cabeza!! A lo que la seguía un cuerpecito peludo, menudo, de mas o menos 30 centímetros que la miraba como si se sintiera apasionadamente atraído hacia la bruja. Era un pogrebin ruso. La chica inmediatamente se dio media vuelta para escapar pero la pequeña bestia la seguía y le mostraba sus dientes. Seguramente la había observado desde que llegaron allí. La chica estaba como paralizada, no recordaba ningún hechizo, lo único que acertaba a hacer era escapar de él, saltar cuando sus garras estaban demasiado cerca, agacharse cuando éste saltaba…pero no podía repelerlo con ningún hechizo..¡porque no se los acordaba!. La chica siguió retrocediendo ante el pogrebin hasta que se chocó con una de las altas estanterías. Miró hacia arriba y vio que era de un alto aproximado de 2 metros y medio, así que se decidió a treparla. O intentar hacerlo porque su pequeño amigo se acercaba a sus pies con una expresión de ganas de comerlos. Levantó un pie y lo apoyó en la primer separación de la estantería, y alzó uno de sus brazos para agarrarse de los libros que estaban en lo alto, pero lo único que logró fue que se desmoronen, aunque fue un hecho satisfactorio ya que un par le pegaron en la cabeza al animal y lo retrasaron un poco. Volvió a intentar con el otro brazo a tomarse de las separaciones de más arriba cuando la criatura agarró una de sus piernas. La chica pegó un grito y lo pateó fuertemente…y ¡dio resultado! El extraño ser pronunció unas palabras incomprensibles antes de perder la conciencia y caer de espaldas hacia atrás. La chica, que en ese momento lo miraba, volvió su cabeza hacia la estantería y levantó su brazo una vez más para alcanzar estabilizarse después del patadón. Pero algo raro sucedió cuando tocó un libro de aspecto normal y algo avejentado, el mismo hizo un clic hacia fuera y una enorme puerta movió el cuerpo de la chica hacia adentro… Avril no quiso volver el libro hacia adentro, porque tenía en claro que lo que había descubierto por accidente era un pasadizo secreto y no quería de ninguna manera


cerrarlo sin sus compañeros. –¡Mateo, Golden!- dijo todavía prendida de la pared-puerta - ¡vengan ya rápido, y miren lo que encontré! ¡Llamen a las chicas AHORA! No se cuanto más voy a poder resistir trepada acá….E inmediatamente ve a sus compañeros corriendo hacia ella, todos desde distintas direcciones..Atena y Darla entraron primero, seguidas por Golden y Mateo al entrar tiró de la blusa de Avril quien cayó arriba de ellos. La puerta se cerró detrás suyo… La oscuridad era absoluta- ¿Dónde estamos?- Cuestionó la joven bruja mientras que murmuraba ¡ Lumos![b] Y se hacía la luz…la chica apuntó hacia abajo, hacia una escalera interminable que conducía hacia abajo….la chica miró a su grupo, todavía agitado por la lucha pero totalmente sorprendidos por la reciente novedad…..¿hacia abajo entonces? esther--granger Esther, elladora, syl y su nuevo acompañante NykOo, emprendieron el camino de nuevo. En un momento NykOo nos hizo unas señas y encontramos a un hombre que se presento como Fernando Black que les expandió rápidamente la información sobre el libro y lo que podía hacer y les indico que siguieran su camino. Los que estaban más adelante habían comenzado a subir por la escalera, cuando una bestia les cortó el camino, era un grifo. Fernando se pusodelante de los chicos empuñando su varita y dijo que el se encargaría del grifo, que los demás siguieran adelante pero se cuidaran de grims y licántropos. -Imperio . –gritó Fernando y la bestia quedo quieta sobre sus patas traseras, gruñendo pero inmóvil dejándoles la escalera libre.

Fuimos los ultimos en subir las escaleras. -Vamos NykOo, ¿Qué sucede? –Lo apremió Elladora . -Nada, estaba acomodándome la capa –dijo NykOo mientras apuraba el paso para alcanzar a las demás. -¿Donde empezaremos a buscar ese bendito libro? – añadio


NykOo. -Lo más sensato no serçía ir a la biblioteca?- sugirió esther - Si tienes, razón- añadio syl. - Pero no ira alli todo el que este en este momento en el castillo y sepa que hay que buscar el libro?- dijo elladora - - lo más seguro es que si- añafio NykOo - Pero no se chicos- comento esther – si se os ocurre otro lugar mejor para buscar, estoy abierta a sugerencias. Los chicos estabna pensativos, pero al final elladora dijo, - de momento vayamos a la biblioteca y ya iremos pensando si eso en el camino. Los demás asintieron y se pusieron rumbo a la biblioteca, sugetando sus varitas más fuerte que nunca, ya que no sabían con que más se podrían encontrar. Continuando el camino, los chicos oyeron voces de fondo cuando vieron a dos chicas. Celestísima y ValeriaR se presentaron y Elladora comenzó a hacer lo mismo con las chicas que estaban a su lado.

Mica17 Sin quitar los ojos de los de aquel anciano mago, me dirigí a mis compañeros. -Por favor, preparen una silla para nuestro nuevo amigo.- sabía que aquel mago era muy poderos, sin embargo no había intentado defenderse aún… tal vez porque ampliamente lo superábamos en número, tal vez porque tenía otros planes… Tontín y Legolas no tardaron en obedecer a mi pedido. Corrieron a tomar una silla de la biblioteca y la pusieron detrás de Merlín. -Siéntate- le dije en voz calma pero autoritaria, para mi sorpresa obedeció instantáneamente.- Muy bien… -Sin quitarle los ojos de encima ni por un segundo y muy lentamente, separé la varita de su nuca… me alejé apenas unos centímetros, lo suficiente para poder apuntarlo de frente sin dejar de tenerlo controlado.


- Ya deja de apuntarme tonta, no intentaré nada- afirmó el anciano. - Cuida tus palabras barbas… Incárcerus- tres gruesas sogas brotaron de mi varita una en dirección a sus tobillos, amarrándolos a la silla; otra en dirección a sus muñecas, quitándole la movilidad de las manos; y la última directo a su torso, dejándolo atado al respaldo de la silla.- Chicos, por favor revisen que no traiga varita. Sin mucha delicadeza, Tontín se acercó y revisó los bolsillos del legendario mago. -Está limpio… bueno… eso no lo puedo asegurar… yo diría que no tan limpio porque apesta, pero al menos no tiene aquí su varita. -Mmm ahora sí, listo para darnos la información que necesitamos… ¿verdad barbitas?sonreí con malicia, no intencionalmente, pero la ira acumulada estaba ya teniendo efectos extraños en nosotros. pincorto Un sentimiento de culpa creció del interior de Pin por haber dejado a los compis y salir tras Pinca, no es que no supieran cuidarse, pero a todos les tenía un cariño especial, pero se imaginaba que lo entenderían cuando se dieran cuanta de su ausencia. Pin seguía a su hijo Lobi que se guiaba por el olfato, rastreando el inconfundible rasto de rosas que Pinca dejaba tras de sí. Veíamos pasar gente por todos lados, histéricos, con miedo reflejado en los ojos, como todos se imaginaba, cansados, pero ahí estaban siguiendo su camino para poder estar a salvo de cuantos peligros estaban rodeados. El olfato de Lobi los llevó hasta la cocina, como no!!!

, -¿dónde estan los elfos?-

pregunto Lobi, mirando como toda la cena estaba lista como cada dia, debió de cogerles a ellos tambien por sorpresa pensaba Pin -espero que estén bien- rezaba, ya que eran unos seres muy queridos por ella. En eso de que su hijo dice.... -¿se molestarán si comemos algo Pin? vaya preguntitas hacia el nene

, pero le

contesto....-no creo que se molesten, al fin y al cabo esta preparada no?- ya bastantes peligros corrían, pensaba Pin como para encima morirse de hambre, aunque a ella le era imposible pobrar bocado.


- Coje algo de comida y te la vas comiendo por el camino- le dijo a su hijo, que en ese momento se le ilumino el rostro y no dejaba de babear

. Cuando estaba

empezando a pillar sus manjares vio algo, algo muy conocido y algo no tanto -¡ Pin es Pinca!- exclama Lobi todo feliz, - pero no está sola- termina diciendo con cara de quien será...sera.... Pin mira hacia donde Lobi le indica, le empiezan a resbalar lágrimas de emoción al ver a la cabra sucia, pero sana y salva. Se acerca despacio para ver con quien estaba Pinca. Pin como siempre tan confiada al verle la cara no tiene miedo mas bien todo lo contrario ya que si la cabra esta tranquila Pin también y se presenta.... -Hola soy Pincorto sabia bruja vampira sexy miss pinca, sirena de la casa Gryffindor, madre de Lobi- señalando a su hijo mientras zampaba y miraba curioso -y dueña de la cabra- A la espera de haberle gustado y que respondiera quien era y que hacia ahí con Pinca suelta... -Saluda hijo......

Sagitas Aún me tocaba el pelo chamuscado que ya no lucía violeta sino gris sucio cuando Eli Tonks me dio un cachete en la cabeza. -- ¡Reacciona, mujer! No podemos quedarnos aquí atascados, hemos de ir a alguna parte. Me rasqué donde me había golpeado mientras Deivid se giraba e iluminaba hacia nosotros. Su rostro lucía enfadado aún y no parecía estar para bromas. Él también tenía huecos chamuscados en su ropa y tenía una quemadura que le debía doler y de la que no se quejaba. -- No os entretengáis -- dijo con su voz dulce aunque se le notaba que estaba harto de todo aquello. -- Lo siento, Deivid --murmuré quedamente. --Es que tropecé con esta piedra y… Miré asombrada lo que había en el suelo. Era una copa, a simple vista muy valiosa con un blasón tallado en ella. -- ¡Ostras! -- dije con la boca abierta. -- ¿Qué es eso?


Miré a Eli, sostenía a Elo que aún se apoyaba en ella. Tenía una cara cansada y se le cerraban los ojos. -- Es un vaso de agua y...… -- Una copa de vino, inculta -- me dijo mi amiga Elodia. -- Ya sé donde estamos. Este es el camino oculto en el que se dice que llevaría a Hogsmeade y por el que entraron los mortífagos en la Gran Batalla de Hogwarts. -- Naaa, eso es una leyenda. Dudo que existiera eso -- le dije dándole la espalda. A mí nadie me llama inculta. ¿Acaso no se podía beber agua por allá? Pues copa de agua. -- ¡Ohh! -- exclamó Deivid mientras me quitaba de la mano la copa y la miraba de cerca. - Entonces..., si eso es cierto... Estamos en el pasadizo de la Casa de los Gritos. -- Que no existe eso, ilusos -- seguí protestando, aunque más flojo, no quería llevarle la contraria a Deivid. -- No, la Casa de los Gritos se transformó en un museo. El Museo de la Gran Batalla de Hogwarts --dijo Ely Tonks. -- ¡Oh, sí! Ahí sí he estado, ¿verdad, Elodia? Estuvimos ahí cuando fuimos a comprar dulces al pueblo. Pero se entra por un camino lateral del pueblo, no por las raíces de un árbol podrido y viejo --seguía llevándole la contraria por llamarme inculta. Elo sacudió la cabeza, apenas tenía fuerzas para hablar. -- Las leyendas dicen que un pasillo que empieza en un árbol permitió a Harry Potter llegar a la casa y conocer los planes del Innombrable --susurró débilmente. A ella sí la creí. Elodia no me mentiría. -- Pero entonces ¿por qué tenemos una copa en el suelo en vez de en el Museo? ¿Alguien no la echaría en falta? Deivid se guardó la copa, seguro que pensaba que estaría mejor guardada en sus manos que en la mía.


-- Seguramente alguien más conocía cómo burlar la entrada secreta y acceder al museo para robar y lo utiliza para huir sin que nadie se entere. Seguimos caminando en aquel espacio cada vez más estrecho hasta el extremo que llegué a dudar de poder seguir caminando sin encontrar telarañas que se enredaran en mi pelo de las veces que rozaba el techo. -- Allá hay luz natural, esperad, que abro el hueco. Entramos por una pared con un hueco relativamente grande para dejarnos pasar y llegamos dimos contra una vitrina. -- ¡Ohhh! -- dije maravillada. -- Esto es precioso... Nunca había visto nada tan bonito... -- Sí, es el Museo -- confirmó Deivid. -- Sagitas, ¿pero no habías dicho que habías venido ya aquí? -- Bueno… -- confesé. -- Es que me entretuve en Zonco y llegué al Museo cuando todos salían, pero nadie se enteró de que no había hecho la visita. Nos rodeamos muchos tapices negruzcos, cuadros deteriorados, armaduras abolladas y sillas y mesas con síntomas de haber pasado por una gran pelea. -- ¿Hasta aquí ha llegado el fuego de la Fortaleza? -- inquirí curiosa. -- No seas tonta, aquí lo dice: Son obras del Castillo de Hogwarts que fueron afectadas por la Gran Batalla. Esta mesa fue una de las que atacaron a los mortífagos que asaltaban el Gran Comedor. Seguro que utilizaron algún hechizo para cubrir a los alumnos que allá estaban. Deivid seguía leyendo las notas de cada una de las piezas que se exponían. -- Esta armadura tiene 12 marcas de unas media lunas que impactaron en él al salvarle la vida a uno de los profesores del Colegio. Y ahí está la vitrina de las copas. ¿Veis? Son iguales a esta. -- Pero no falta ninguna.


-- Sagis, seguro que alguna de ellas o todas tal vez son copias hechas por algún Geminio. Odiaba que me llamaran Sagis así que le ignoré y pasé a otra sala. Había muchas estatuas y cuadros con múltiples roturas. -- ¡Ehhh, estos sí que estuvieron en una batalla! Me puse a reír ante una estatua al que le faltaba la nariz y parte de la mejilla y la oreja derecha. -- ¡Descarada muchacha! Que sepas que yo estuve en la Gran Batalla y que ante mis ojos se desarrollaron la historia más importante de todo aquel evento. -- Sí, ya... -- ignoré la voz de aquella estatua y seguí mirando a los lados. -- ¡Ohh, mirad! Es la diadema perdida de Helena Ravenclaw. -- ¿Eso tan roto y oscuro y feo es la gran diadema? ¡Pues vaya rollo! --Sagitas, ¿podrías ser algo más receptiva? Estamos ante obras de gran valor histórico. -- No lo dudo, Eli, pero es muy fea. Me puse a leer los rótulos de aquella sala. -- ―Aquí se en... encuentran todos los objetos...…que fueron dañados por el... fuego maldito que se desató en el séptimo piso...…cuando explo...tó la Sala de los… Req...…Req... Requer... ¿Aquí que pone? -- Requerimientos. La Sala de los Requerimientos. ¡¡Dónde destruyeron el último horcrux del Innombrable!! --casi gritó Elodia de emoción. -- Bahh, paparruchas --seguía enfadada, además de inculta ahora iban a decir que no sabía leer. Miré a mi alrededor y vi varios cuadros que estaban muy quemados. Aquellos dos


concretamente debían de haber estado enfrente de la puerta si habían quedado en tan lamentable estado. Los marcos parecían negruzcos en la parte baja y la pintura estaba muy ajada. -- ¿Y por qué no los han restaurado? Ese hombre me mira raro y tiene el gorro del revés. Parece un chiflado. En el interior de los cuadros que nos rodeaban varias figuras nos miraban interrogantes. Éramos un grupo raro visitando el museo a deshoras. Golden Snitch Estaban acorralados. A pesar de que Gold y Mateo derribaban a demasiados pogrebins, parecía como si se duplicaran. El metamorfomago ya herido del brazo, poco a poco perdía las fuerzas. Mateo se apoyaba en su espalda y giraban hacia un lado y otro, con sus varitas en alto y sus gargantas ardidas en nombres de hechizos. Cuando ya creían que deberían rendirse, Atena salió corriendo desde el medio de dos estanterías, riendo a carcajadas y dando patadas a todas las criaturas que podía. Nos despejó claramente el camino y fue en busca de Darla que se hallaba a la derecha de los magos. No distinguíamos aún a Avril por ningún lado. - ¡Mateo, Golden! ¡Vengan ya rápido, y miren lo que encontré! ¡Llamen a las chicas AHORA! No se cuanto más voy a poder resistir trepada acá... - dijo la Lestrange a gritos desde algún punto de la biblioteca. Gold volteó la vista y vio a su compañera sobre una estantería de libros contra la pared, que al parecer había sido abierta y ahora daba paso a una puerta secreta. La bruja colgada con sus últimas fuerzas de allí, nos llamaba a entrar. Atena siguió con Darla hacia la puerta e ingresaron al interior. El metamorfomago miró a su amigo y asintió con la cabeza, para que luego ambos saltaran una estantería caída dando un par de patadas a las criaturas y se dirigieran hacia donde estaban las chicas. El Peverell entró primero, seguido por Mateo que logro tomar a Avril por la blusa para impulsarla también dentro y logrando que la puerta-estantería se cerrara. De repente, la oscuridad los envolvió. Se escucho la voz de la Lestrange que susurraba un ―Lumos‖ y su varita emitió un resplandor blanco azulado. - ¿Hacia abajo entonces? - dijo la dueña de la varita con luz, mirándonos.


- Demasiadas escaleras para bajar - acotó Gold mientras cambiaba su pelo a blanco para que lo pudieran distinguir - Tengo una idea, aférrense de algo... - Estoy empezando a desconfiar de tus ideas - dijo Darla nerviosa que no había hablado en un buen rato. - Espera - lo interrumpió Atena confusa - Por que se supone que debemos af...

- ¡Glisseo! - dijo Gold sin dejar a su amiga que terminara su frase, apuntando con su varita hacia el suelo. El efecto fue inmediato, los escalones se colocaron en diagonal, transformando la escalera en una enorme rampa. Los cinco impactaron contra la rampa y comenzaron a bajar rápidamente. Aumentaban la velocidad a medida que se alejaban de la puerta-estantería. Gold esperaba aterrizar en un buen lugar, ya tenía suficiente dolor con el del brazo sangrante. heavenlee De repente mi mano tocó una superficie de madera y un poco más allá una manija de fierro. Tomé la manija y tiré hacia arriba. Por fin había encontrado la puerta trampa. Abajo escaseaba la luz, pero se podía ver que la distancia era mucha, ya que el colacuerno era un ser de gran tamaño. Por suerte, una escalera hecha de trozos de madera y cuerda caía hasta el piso. - Snowy, ve tu primero – dije a la lechuza quien se desprendió de mi hombro y se paró en el suelo. Comencé a bajar por la escalera que si bien era algo inestable ya que se movía mucho, parecía segura. Cuando estaba a unos 30 centímetros del suelo, brinqué hasta el suelo y se levantó un poco de polvo, por lo que Snowy volvió a volar hasta mi hombro.

El lugar era enorme, había unas rejas muy grandes a pocos metros de mí y restos de agua y comida al final de aquel tétrico lugar. Comencé a avanzar para ver si algo allí estaba fuera de lugar, cuando me acerqué a una de las rejas, de la cual colgaba un enorme candado, que no parecía haber sido forzado. Y aunque eso llamó mucho mi atención, el ver junto a la reja una capa negra de viaje y entre ella un largo cabello rubio, me sorprendió bastante, al darme cuenta que nuestras sospechas eran


acertadas: - ¡Mistify soltó al dragón! – dije en voz alta, y guardándola muy bien dentro de la capa que llevaba puesta, le dije a Snowy. –es tiempo de que salgamos de aquí Snowy y que nos reunamos con los chicos- en lo que me encaminaba a la salida.

Caminé por el largo túnel porque me suponía que también daría a la salida y no me equivoqué. Alethea estaba aún parada en la entrada de la fortaleza y de muy mal humor por tener que dejarlos salir antes, y para colmo, Mistify no estaba ahí para hacerle compañía y tener con quien quejarse: - Ya envié respuesta a tu acertijo, supongo que puedo irme – dije a Alethea quien me devolvió una mirada llena de furia y dijo: - Vete antes que cambie de opinión- por lo que salí rápidamente del lugar.

Ya era de día nuevamente, pero respiré profundamente el agradable aire de libertad. Tomé un trozo de pergamino de mi bolsillo, uno de esos lápices muggles y escribí: Chicos: a Alethea le bajó la locura y nos está dejando salir de la fortaleza. Ya saben que voy a reunirme con ustedes, y que pondré en práctica nuestra transformación a animagos, pero deberán esperar a este guepardo. Nos reuniremos tras la cabaña de Hagrid en 5 minutos. Hasta pronto, Lee. PD: esperen a ver lo que encontré en la guarida del dragón, les va a encantar.

Amarré el mensaje a una de las patitas de Snowy y le dije: - ve con Krazy, Snowy, nos vemos pronto, bonita- al tiempo que la lechuza abría sus alas y desplegaba vuelo en dirección al colegio. Me alejé de la vista de cualquier persona que pudiese verme, miré al horizonte y me convertí en guepardo. Me encantaba mi transformación por la gran velocidad que alcanzaba al correr, así es que comencé a correr para llegar lo antes posible a reunirme por fin con mis amigos alia07 Me acerque, al borde de un ataque de nervios, a el capitán de mi equipo leankaus que me dijo:


_¡Tenemos que encontar la manera de entrar en Hogwarts! _Quiza Hagrid sepa que hacer, voy a intentar llegar a él y preguntarle-respondiMe encamine a la cabaña que casi no se veia debido a la cantidad de gente que la rodeaba. Anika me siguio mientras que Virgil, josefrancisco y leankaus se dirigieron al castillo. A empujones logre abrirme paso entre los estudiantes hasta llegar a la entrada de la cabaña. Anika y yo nos acercamos a Buenamor que hablaba con veinte alumnos a la vez. _¡Tenemos que organizarnos!-gritaba buenamor para hacerse oir por encima del tumulto- Hay que ponernos a resguardo dentro del castillo! Anika me miró preocupada y me dijo: _¡Tendriamos que haber ido con los demás! Nos alejamos del tumulto de la cabaña y observamos los terrenos, no habia señales de nuestros compañeros. _¿Ahora que hacemos?-le pregunte a Anika_¡Correr!-me respondióLas dos nos lanzamos a la carrera en direccion al castillo.

andrea_tkm_hp El túnel estaba un poco oscuro pero se podía apreciar bien el camino que estaban tomando y la oscuridad no era mucho problema para la vampira que estaba en la cabeza y se orientaba con la ayuda del mapa del merodeador. Tener el mapa del merodeador era una gran ayuda y haber estado recorriendo todo Hogwarts con él en primer curso le ayudaba mucho en esos momentos para tomar atajos. De repente escucho algo, una voz de alguien cerca de ahí y se detuvo en seco tan rápido que casi hace tropezar a sus compañeros. -Shhh- dijo llevándose uno de sus finos dedos a sus labios- ahí hay alguiense encontraban al otro lado de un tapiz, observo con cautela el mapa y pudo divisar a Misfity y a Circe con ella. Demonios, no entendía como no se había dado cuenta antes, tenían que ser más cuidadosos si no querían que los atraparan en su búsqueda. Observo como las huellas de Misfity se alejaban de Circe en el mapa, ¿estaría huyendo? ¿sabía de los planes de esos tres magos? ¿Estaría aliada con ellos y se alejaba para hacer algo que le habían pedido? Doblo el mapa y lo apunto


con su varita. -Travesura realizada – ante estas palabras el mapa volvió a adquirir la forma de un pergamino común y corriente y lo guardo en su túnica. El tapiz donde se encontraban ocultos fue removido y los cuatro magos escondidos pudieron divisar la figura de una bruja de cabellos dorados sosteniendo firmemente su varita y una expresión seria en el rostro. - ¿Qué se supone que hacen ustedes acá? – preguntó un tanto desconcertada -Am… nosotros- empezó a contestar Fernando -Nada – respondió rápidamente Mitsuki –hemos resuelto el acertijo y nos hemos venido para el colegio pensando que era lo mejor – -Si-continuó Liliana –y parece que nos hemos perdido tratando de huir de unos licántropos – -Y ¿tú qué haces aquí?-preguntó Andrea desconfiada y apretando su varita – No debería estar ayudando a los demás ¿o es qué todo esto es culpa de los mortifagos?krazywitch Logramos alcanzar al grupo por fin, y ciertamente ya se había hecho de día. El color del cielo estaba hermoso, y las hierbas de nuestro alrededor tenían un delicioso aroma por la tormenta de la noche anterior. Estábamos algo cansados, así que mientras caminábamos, sacamos de nuestros bolsos la comida que llevábamos y comimos con ganas, porque el hambre ya era mucha, pero igualmente guardamos algo para Lee, pues el campamento estaba destruido y no sabíamos cuando conseguiríamos comida de vuelta.

Comenzábamos a aproximarnos a las cercanías del colegio, cuando escuchamos, para nuestra sorpresa, un batido de alas y un ulular de lechuza:

- ¿Snowy? –dije al tiempo que levantaba mi vista hacia los cielos, dije cuando mi hermosa lechuza se posó sobre mi hombro - ¡qué rápido volviste!– dije al tiempo que Snowy extendía su pequeña


pata – ¿mensaje de Lee, cielo? a ver, déjame ver – saque el mensaje de su patita y le entregué el mensaje a Sorce, nos agrupamos alrededor de ella y leímos para evitar que los demás pudieran oír:

Nos quedamos viendo sorprendidos, y sin que los demás se dieran cuenta, corrimos por la verde ladera hasta la abandonada casa del que por mucho tiempo fue el guardabosque de Hogwarts.

- ¿Qué creen que encontró? – dijo Alex. - Ni idea, sólo esperemos que no le acarree problemas el sacarlo de la fortaleza, ya saben cómo se pone Alethea cuando esta de mal humor, y ahora que no tuvo más remedio que dejar salir antes a los prisioneros, pues imagínense – respondí. - Así que llegará un guepardo hasta acá – dijo Sorce – espero que no la vean o tendremos problemas con la organización. - Ojalá que no – dijo Gabry, quien miraba a los alrededores para saber si se veía Lee - ¡miren! – dijo y señaló hasta un lugar a un par de metros donde se aparecía un guepardo. - ¡Lee!– dijimos los 4 tratando de no subir mucho la voz para no llamar la atención. Su transformación a humana sucedía en ese instante y se abalanzó sobre nosotros. - ¡Por fin estoy con ustedes! – dijo exhausta.

Nos abrazábamos los 5 nuevamente, por fin. Entre todos comenzamos a sacar su parte de la comida, pues se veía hambrienta, y mientras nos recibía las cosas, comenzaba a comer:

- No saben lo que encontré en la fortaleza –dijo mientras comía. - Cierto, ¿qué encontraste amor? – dijo Alex. - Esto – dijo al tiempo que sacaba de adentro de su capa una capa de viaje negra – y venía con esto dentro – agregó en lo que nos mostraba un largo cabello rubio. - Mistify – dije al tiempo que miraba las cosas junto con los demás. - Tenías razón en lo que pensabas – me dijo Sorce. - ¿Pero saben qué creo? Creo que no puede estar actuando sola –reflexioné. - ¡¿Qué?! – dijeron todos al mismo tiempo. - Eso, que algún otro mortífago debe estar coludido con ella –sentencié- ¿recuerdan cuando estábamos aún en las instalaciones del hotel que Mack mencionó un objeto que sería la solución al problema que tenemos ahora y que luego dijeron que era un libro? – pregunté. - Si – dijeron todos menos Lee. - Bien pues un libro como ese, debe ser muy poderoso, por lo que no creo que deba estar a


disponibilidad de los mortífagos, lo cual explicaría que Antara, que es auror, estuviera aquí, a pesar de lo mal que se lleva con Mistify – expliqué. - Si, tienes razón – dijo Gabry – cuando veníamos de camino hacia acá, escuché que Circe, Merlín y Morgana, habían venido hasta el castillo con un giratiempo. - Ven – les dije – ¿para qué iban a venir magos tan poderosos hasta el torneo si no fuese porque de verdad el libro ese es poderoso y peligra en las manos incorrectas? - ¿Y quién puede estar coludido con ella? – preguntó Lee. - Fernando Black – dijo Sorce – hace mucho que no le veía por acá y extrañamente hoy se apareció mientras veníamos hacia el castillo. - Entonces, ya sabemos a quienes tenemos que seguirles la pista, que si dan con el libro, no sabemos qué mal uso pueden darle– sentencié. - Ahora debemos atraer hacia otro lado la atención del dragón, o no podremos entrar ahora que están todos dentro – dijo Alex. - Tengo una idea, voy a provocar una explosión fuerte por los árboles de allá – dije – cuando veamos al dragón ir hacia ese lugar, debemos correr hasta el castillo, ¿hecho? - ¡Hecho! –respondieron todos, al tiempo que yo apuntaba mi varita a un árbol que estaba a unos 10 metros de nosotros. - ¡CONFRINGO! – grité y se escuchó el sonido de una fuerte explosión, lo que hizo que el dragón se volteara a mirar hacia los árboles al tiempo que volaba en esa dirección.

Corrimos lo más aprisa que pudimos, pues sabíamos que el dragón no iba a estar distraído por mucho tiempo. Entramos exhaustos al castillo y vimos que la entrada estaba casi vacía, pero antes de lo que nos esperábamos haber zafado de los problemas, sentimos un gruñido detrás de nosotros. elladora Las chicas que recién se unían al grupo susurraban algo, pero los demás no le dieron importancia y continuaron su camino hacia la biblioteca… Todos caminaban en silencio, con las varitas bien agarradas y listas para atacar, pero Elladora no estaba tan convencida de que la biblioteca fuera un buen lugar para ocultar un libro tan importante, ella sabía que existía un lugar mejor, recordó que hace un par de meses estaba practicando para el examen de Transformaciones, intentaba convertir un botón en una caja de chocolates, pero todo le salió mal y los botones quedaron convertidos en una especie de gelatina babosa que expedía un fuerte olor a cebollas, como no pudo


revertir el hechizo y el olor a cebolla era cada vez mas fuerte salió corriendo buscando ayuda, nunca supo como terminó en el séptimo piso, lo único que pensaba era en un lugar para esconder esa horrible cosa que había creado, no quería que nadie se burlara de ella, de pronto junto al tapiz de Barnabás el Chiflado unas enormes puertas se abrieron…..sus pensamientos fueron interrumpidos intempestivamente…

-Elladora, a dónde vas? la biblioteca es por acá- dijo Esther

Sumida en sus pensamientos, había tomado inconscientemente las escaleras hacia el séptimo piso….

-Chicos, creo que el libro no está en la biblioteca, verán…-

Les contó su historia de la manera más breve que encontró, por alguna extraña razón nadie se sorprendió, los ojos de NykOo mostraban algo de picardía, mientras que las chicas recuperaban el color en las mejillas, que ahora eran exageradamente rosadas, seguramente ellos también habían ocultado algo, Elladora se llenó de curiosidad por saber que habían escondido, pero decidió averiguarlo en otro momento…

-Entonces, que dicen?-

Todos se miraron y guardaron silencio por unos segundos, seguramente no querían que sus travesuras salieran a la luz, Elladora lo intuyó y dijo:

-Vamos chicos… con tal cantidad de objetos, cómo vamos a saber a quién le perteneció cada uno, solo espero que el olor a cebolla no haya impregnado la sala, es nauseabundo!!!-

Asintieron con una sonrisa entre inocente y maliciosa y empezaron a subir las escaleras…

-Cuidado con el escalón!!!!- dijo Celestisima a tiempo, justo antes de que NykOo lo pisara…

-Ah, Gracias, lo olvidaba…- dijo en un tono descuidado


NykOo era muy astuto y el escalón nunca le había causado problemas, pero en su mente ahora solo estaba el libro, ya quería tenerlo en sus manos…. Mientras avanzaban escucharon un canturreo suave que provenía del pasillo del quinto piso, quisieron ignorarlo, pero era tan delicado que no pudieron evitar la curiosidad, caminaron lentamente por el pasillo y vieron una criatura con la cabeza de un hombre, el cuerpo de un león y la cola de un escorpión, la bestia devoraba algo, pero al ver el banquete humano que se acercaba curioso tiró los pocos pedazos de carne que le quedaban y se lanzó hacia ellos…

-CORRAN!!!! Es una mantícora!!!- dijo exaltada Valeria R

Pero antes de terminar de escuchar el grito ya todos estaban llegando al sexto piso y sin detenerse llegaron en segundos a la séptima planta… Empezaron a caminar por el largo corredor en busca del tapiz, jadeando e intentando recobrar el aliento y al dar la vuelta en la esquina escucharon atrás unas voces que señalaban que dos mujeres tenían una discusión, asomaron las cabezas con mucha discreción para ver quienes estaban riñendo… -¿Acaso eso fue una orden? - Deberías de aprender a pedir “por favor” – - ¿Dónde se supone que vas? – - ¿Dónde dijiste? -

Vieron a Misty y a Circe hablando en muy mal tono, NykOo pensó que debía ser él y sólo él quién llegara al libro, pero sabía que aún necesitaba a las chicas, todavía no sabía cómo entrar a la Sala de los Menesteres y ellas lo iban a ayudar, cuando estuvieran dentro ya pensaría en la forma de deshacerse de ellas…sabía que si Misty los alcanzaba sería ella quién lo encontrara y Nykoo quería el reconocimiento para él… -Chicas, rápido, en este momento ya no sabemos si Mistify es de confiar, de todos modos ella es una mortífaga, tengo que… tenemos que entrar primero…- dijo en un tono bastante convincente NykOo -Bueno y ahora cómo entramos?- dijo syl…


keacher Tontín y yo nos mirábamos encantados de la vida. Eso de andar junto a Merlín nos llenaba de orgullo. Una cosa que contar a nuestros hijos y nietos, o por lo menos a los míos, ya que no sería bueno que los genes de Tontín tuvieran continuidad. Mica encontró un sitio adecuado para realizar un interrogatorio. -Siéntate- le dijo al gran Merlín, y este en vez de darle una buena patada, obedeció- Muy bien… Después de esto, no habría quien la soportara. - Ya deja de apuntarme tonta, no intentaré nada- respondió Merlín. Y sabíamos que le íbamos a recordar toda la vida que el legendario mago le había llamado tonta. - Cuida tus palabras barbas… Incárcerus- evidentemente se había sentido humillada- Chicos, por favor revisen que no traiga varita. Y Tontín no se lo pensó dos veces, se acercó al mago y le registró. -Está limpio… bueno… eso no lo puedo asegurar… yo diría que no tan limpio porque apesta, pero al menos no tiene aquí su varita. -Mmm ahora sí, listo para darnos la información que necesitamos… ¿verdad barbitas?- se sonrió Mica. - No sin antes firmarnos un autógrafo, claro- dije dándole un codazo a Mica y apartandola de una vez de Merlín. Este me firmó con la boca y yo me fui a una esquina a guardarme el papelito en la ropa interior. Mientras, Tontín tomaba las riendas del interrogatorio. ¡Que Merlín nos ayude! ¡Ah! no que esta amarrado. Fernando perea

Despues de la decision de Fer de ir a Howarts las brujas la aprobaron y se encaminaron hacia este, pero fueron de la mejor forma que un mago puede hacerlo, volando en thestral. Para Fer esto era una de las mejores cosas que había hecho desde que descubrió el mundo de la magia, aunque todo lo que hacia siempre era emocionante, despues de todo.. que no era emocionante en Howarts.


Cuando todo parecia ir bien en el camino hacia el castillo se interpuso otro problema entre los chicos, el temerario dragon, donde para Fer tenia una mirada de pura maldad, ni una gota de piedad parecia haber en esos ojos. Por suerte los chicos hiban con Lili, la siempre astuta lili, quien ordeno que vayamos hacia el sauxe boxeador, seguramente el se encargaria del dragon por ellos. Y asi fue, mientras los chicos esquibaban las gigantescas ramas del sauxe, el dragon por su gran tamaño se le hacia imposible de esquivar hasta que uno de los ramasos dio en el punto exacto donde un dragon no resiste ni el mas minimo golpe, en uno de sus ojos. Con el dragon gritando de dolor a causa del golpe e inmposibilitado par seguir a los chicos estos tuvieron el tiempo suficiente para llegar a Howarts. Una vez alli los Fer y las tres jovenes brujas se empezaron a guiar dentro del castillo con un mapa del merodeador que segun Andre se lo habia "sacado" a Atenas. Luego de un rato sus pasos los llevaron hacia un pasadizo secreto en el septimo piso, en donde cuando estaban por llegar a una de las habitaciones del piso se detuvieron justo detras del tapiz que era la salida de ese pasadizo, ya que habian oido unos ruidos del otro lado, y segun lo que decia el mapa alli estaban Mistify y de Circe. Pero de un instante para el otro las voces sesaron y el tapiz donde los chicos se ocultaban fue quitado de su lugar y una bruja que al parecer era mistify los apuntaba firmemente con su varita. - ¿Qué se supone que hacen ustedes acá? – preguntó un tanto desconcertada -Am… nosotros- empezó a contestar Fernando -Nada – respondió rápidamente Mitsuki –hemos resuelto el acertijo y nos hemos venido para el colegio pensando que era lo mejor – -Si-continuó Liliana –y parece que nos hemos perdido tratando de huir de unos licántropos – -Y ¿tú qué haces aquí?-preguntó Andrea desconfiada y apretando su varita –No debería estar ayudando a los demás ¿o es qué todo esto es culpa de los mortifagos?-


Mistify se había quedado muda ante esta pregunta, al parecer no le importaba contestarnos eso, y su mirada se quedo clavada en los cuatro chicos que aunque sabian que era una maga poderosa la apuntaban con sus varitas, tenian que estar preparados para cualquier cosa. Ya nada les parecia extraño Fer, aunque apuntaba a misty con su varita, se había quedado pensando que relacion tenian Mistify y Circe. El pensamiento de Fer habia sido interrumpido, puesto que la bruja frente a ellos habia empezado a hablar. caroliinaa me daba miedo que a quien teniamos entre medio mio y de ron no fuera a morgana y ¿si era un mortifago que no nos deseaba ayudar y asia todo esto para matarnos? no, no eso no podia ser mitify los habia llamado y ella sabia lo que asia. seguimos caminando en busca de algun organizador, sin dejar de mirar a morgana todo el tiempo ¿seria la verdadera? no podia dejar de preguntarmelo, como tampoco podia dejar de conciderar la peor opcion si ella no era morgana. ya no sabia ni en que piso estabamos solo sabia que bucaba a un organizador y que al lado mio tenia una persona que podia ser una chiflada que se creia morgana. de momentos crusabamos a algun que otro grupito que parecia no percatarse de que al lado nuestro estaba morgana. ya no aguantaba mas el silencio por favor que alguien dijera algo ya, morgana caminaba mirando fijamente al frente y ron no quitaba los ojos de morgana, no queria que ella haga algo que nos tome por sorpresa. - morgana - comense a decir con el tono mas amable que pude- ¿porque bucamos el libro? ¿se suponia que ella sabia la respuesta no?. - ya te dije que busques un organizador y te enteraras. ¿porque no nos contaba y listo? despues buscabamos a algun organizador y les repetia lo que nos ubiera dicho, pero no ella queria un organizador, y ibamos a tener que encontrar a uno. como si la ubiera llamado con la mente aparecio mack, atras iban otros magos pero yo no me fije en ellos no habia tiempo, queria respuestas y las queria ya.


- mack encontramos a morgana ella nos puede explicar - ron hablo muy apresurado al parecer el tambien queria saber las respuestas a sus preguntas ya.

leankaus Atravezamos el trayecto hacia Hogwarts en cuarenta minutos, el viento no dejaba avanzar mucho y josefrancisco propuso que bajemos cada dos tres minutos y luego volvamos a subirnos en las escobas. Cuando llegamos nos dimos cuenta que la puerta principal estaba cerrada, pero a unos metros habia un hueco que conducia al interior. Nos metimos por alli y rapidamente nos fuimos conduciendo a la SC de Slytherin. Al llegar, nos encontramos con que estaba completamente desierta. Salimos de alli y corrimos por todos los pasillos buscando alguna persona que nos dijera que sucedia. Llegamos al salon de DCAO donde el profesor estaba trabajando en unos papeles. Lo que él nos iba a decir acerca de lo que estaba sucediendo nos dejaria completamente desconsertados. Mateo Black Mateo oía a sus espaldas a Golden lanzar hechizos descontroladamente, cuando sintió una explosión cerca de ellos, volando miles de hojas despedazadas por el aire y flotando durante varios segundos hasta que iban aterrizando al piso.

- Será mejor que se nos ocurra algo amigo o AHHHHHHHHHHHHHHH!...-Golden no terminó la frase, al parecer había sido alcanzado por una de las criaturas. Luego escuchó un quejido lastimoso y se agachó al sentir pasar un pequeño pogrebin sobre sus cabezas.

- ... o estaremos en problemas. - Acotó terminando la frase y Mateo sintió que no durarían mucho más ya que no paraban de salir, parecía una plaga de langostas.

–¡Mateo, Golden!- dijo Avril desde el otro extremo de la sala colgada de una especie de pared-puerta, como si fuera un pasadizo.


- ¡Vengan ya, rápido, y miren lo que encontré! ¡Llamen a las chicas AHORA! No se cuanto más voy a poder resistir trepada acá….- Dijo jadeando y alejando a patadas a los demonios rusos que querían agarrarla.

Los dos jóvenes se miraron y asintieron, corrieron hasta el hueco que se abría en las paredes de piedra y Mateo alcanzó a tomar de la blusa a Avril al momento que AteNa y Darla se introducían por allí.

La oscuridad reinaba y hasta tranquilizaba luego de semejante barullo en la Biblioteca. La voz de Avril se alcanzó a oír entre susurros: Lumos. El lugar se iluminó como si un santo hubiese entrado en ese mismo momento. Sólo unas escaleras podían distinguirse en aquel lugar, no parecía que mucha gente hubiera pasado por ahí.

- ¿Hacia abajo entonces? –Preguntó la chica que sostenía la varita en alto.

- Demasiadas escaleras para bajar - Acotó Golden. - Tengo una idea, aférrense de algo...

- Estoy empezando a desconfiar de tus ideas - dijo Darla nerviosa que no había hablado en un buen rato.

- Espera - lo interrumpió AteNa confusa - Por que se supone que debemos aferr…

- ¡Glisseo! - dijo el mago sin dejar que la bruja terminara su frase, apuntando con su varita hacia el suelo.

- ¡Que demon…! –Alcanzó a decir Mateo antes de tropezar y comenzar a caer en picada por lo que ahora era una rampa por la cual los cinco jóvenes se deslizaban a toda velocidad.


*****

Mateo sintió que Darla y él se cruzaban y se enganchaban conformando algo así como una bola de nieve, hasta que sintió que salieron despedidos y chocaban contra alguien. Abrió los ojos, se encontraban en una cúpula rodeada de orificios en las paredes. Pero lo más alarmante era sobre lo que habían caído la Auror y él. Una docena de cadáveres se repartía a lo largo del lugar. El Black había distinguido una mancha roja como de sangre allí arriba, pero no había querido alarmar a sus compañeros con su paranoia. Golden ayudaba a levantarse a AteNa mientras se frotaba la cabeza que iba cambiando de color por segundo, y Avril permanecía sentada contemplando estupefacta los esqueletos que adornaban el lugar. Tardaron en reaccionar, pero AteNa murmuró: -Miren esto…-. Los otros cuatro se volvieron hacia ella y vieron una gran placa que se ensamblaba en una especie de puerta. La bruja posó la mano en ella y varias letras doradas aparecieron de quién sabe donde. Un ruido fluido empezó a oírse. Avril y Mateo volvieron sus ojos hacia los orificios de la pared. Chorros de agua caían de sendos agujeros, rellenando la superficie en que se encontraban. - ¡Rápido! ¿Qué dice? –Apremió Golden entendiendo que el tiempo se les acababa. - "Doy vueltas y no soy tiempo, un secreto sé guardar; si no me cuidan, me pierdo. ¿Con mi nombre sabrás dar?" –Terminó de leer AteNa y una expresión de desconcierto le cruzó el semblante. - Es un acertijo. –Dijo Avril, sacudiéndose por el agua que ya le llegaba a los tobillos. Piensen, ¿qué da vueltas y guarda secretos?. - ¿Un reloj? –Sugirió Golden, al tiempo que él mismo rechazaba su idea. - Maldición, nunca encontraremos el libro, ni la llave, ni el secreto del Dragón, y moriremos ahogados. –Dijo irritada AteNa. - Espera, ¿qué dijiste? –Mateo se acercó a ella con los grandes ojos grises abiertos


clavados en ella. Darla también se acercó; pensaba lo mismo que él. AteNa miraba sin entender absolutamente nada, y repitió temblorosamente sus palabras: -Que no conseguiremos la llave ni el libro ni el secreto para controlar al Colacuerno. Suéltame, ¿quieres?. –Dijo molesta, apartándose del Black y dirigiéndole miradas de furia. - ¡Eso es! –Exclamó Darla como alguien gritaría "¡Eureka!". Mateo también lo había entendido. - Explíquense. –Gruño Avril. - Miren…-Comenzó Mateo- ¿Qué buscamos? Un secreto que se encuentra en un libro. ¿Qué guarda ese secreto? Algo que da vueltas…-Siguió el mago cuando se volvía hacia la placa rápidamente, el agua había sobrepasado el nivel del pecho de AteNa y Avril, que eran la de estatura más baja.- "La llave" –Exclamó con seguridad el Black al momento que Darla sonreía y Golden sostenía a las 2 jóvenes. Una pequeña puerta se movió con un gran chirrido y el grupo se apresuró a cruzar emocionado. Al cerrarse la puerta, se volvieron hacia delante, y vislumbraron algo que brillaba. - ¿Creen que sea la llave? –Preguntó Avril adelantándose entusiasmada. - Espera…-Dijo AteNa con un dejo en la voz. Los demás lo veían también. 2 ojos blancos como la nieve los observaba desde lo más profundo del lugar. Desde las sombras, cada vez se acercaba más. Un canto suave les llenaba los oídos, estremeciéndolos. Los cinco magos desenfundaron sus varitas al mismo tiempo, cuando desde la sombra se vislumbró el rostro de un hombre entrado en años, con una expresión de sin vida, que se seguía acercando. Pero no era un hombre, al menos no en su totalidad. Al seguir avanzando se distinguió un cuerpo fornido, de un león; y cuando se frenó frente a ellos, distinguieron detrás de él, una cola de escorpión que se mecía de un lado a otro amenazante. - Man...tícora. –Alcanzó a decir Golden. Una enorme bestia mítica era el último obstácu.lo entre ellos y la llave.


alethita Ya adentro del castillo Mack nos emnpezo a explicar que hay un libro que nos dira como hacer para que todo vuelva a la normalidad y que el torneo se organizó de acuerdo a tradiciones antiguas por parte de Merlín, Morgana y Circe. Mientras la bruja Mack seguia hablando nuestros equipos los moskimortis y las veelas ya estabamos planeando a que parte ir primero y el Lobo sugirio que primero deberiamos de ir a la biblioteca, nos miramos a ver entre todos y esctuvimos de acuerdo con la idea del Lobo *raro que haya sugerido eso porque él siempre anda dormido o con el hamster fugado

* El unico problema era que al igual que los

aurores y los mortifagos, habian varias criaaturas que se habian colado dentro del castillo impidiendo un poco mas que sea mas facil de encontrar el libro. Seguimos caminando y noto que Legolas se retrasa al igual que Kea, -seguramente vieron algo importante- pensé. Luego de algunos segundos nos alcanzaron y nos comunicaron que habian escuchado decir a Fernando Black: -"busquen en los lugares más recónditos, pasadizos secretos, cuadros que nadie le presta atención y que también son lugares donde se los podría encontrar"- todos nos miramos con asombro ante esta noticia. Seguimos nuestro camino hacia la biblioteca con algunas dificultades porque aparecieron criaturas en el camino las cuales Tontin, Lobo y Kea se encargaron, luego algunos dementores nos quisieron atacar y Legolas, Mica y yo los aturdimos. Adelante lidereando al grupo estaban Mica, Legolas y Tontin *como siempre aun comentando como se le vean los pantalones de la pijama**dios que nunca se le iba a cansar de hablar de ellos??

* Llegamos aun pasillo donde estaba lleno de

licantropos, vi como Lobo quiso abalanzarse encima de ellos pero [/color] no se lo permitio *gracias porque el Lobo es mas bueno

**ahh no ese no era el emoticon

* Veo como un rayo rojo aturde a todos los licantropos y escucho a Mica preguntar si fue Legolas el que lo hizo y él contesto que si porque sabia que no perderian el tiempo y nos atacarian, luego Tontin se acerco a nosotros diciendo que ya no nos faltaba mucho para llegar a la biblioteca *hablo serio esta vez? es mi imaginacion o como??

* nos dirigimos por donde Tontin nos habia dicho y de

repente ya a unos pasos de llegar a la biblioteca sentimos que alguien nos estaba observando y alzamos las varitas para precaucion... me quede con la boca abierta cuando me di cuenta de quien se trataba...Merlin??


Para romper la tension Tontin dijo: -"Eh, tú, viejo, que estás mirando?"- a lo que Merlin contesto: -"Tu pijama, desde luego. Es una prenda envidiable. Bajo su aparentemente tosco corte se esconden las manos de un maestro, no hay duda"- *la imaginacion de Tontin es extrema y su ego mas jaja* De pronto escucho como Mica le dice a Merlin: -"Tienes mucho que contarnos, barbas"- pero Merlin dijo que solo nos diria las cosas si alguien superior estuviera con nosotros, me quede sorprendida cuando Mica apunto con la varita a Merlin y Kea le dijo que si lo estaba amenazando a lo que ella contesto que quiza eso este haciendo, pero Merlin lo unico que hizo fue reir pero a Mica no le parecio y se enojo aun mas de lo que ya estaba. De pronto se voltea y nos dice: -"Por favor, preparen una silla para nuestro nuevo amigo"- no entendia que pretendia Mica al hacer todo esto creo que era la desesperacion y preocupacion porque el tiempo seguia pasando y aun los de la fortaleza no eran rescatados y el dragon seguia libre, en eso Tontin y Legolas acercaron una silla hacia Mica la cual le ordeno a Merlin un poco mas calmada que se siente luego poco a poco lo dejo de apuntar con la varita para luego apuntar hacia los tobillos donde salieron una cuerdas que hicieron que lo amarren a la silla y ella nos ordenó que revisaramos si no traia varita a lo que Tontin se acerco sigilosamente a verificar y dijo que no traia nada; Mica sonrio de manera maliciosa al escuchar lo que dijo Tontin y le dijo a Merlin que ahora nos dira toda la informacion, en eso sale Kea con su chistesito diciendo que antes de que lo torturemos nos de su autografo *no que oportuno es Kea jaja sera que Tontin le diga que firme su pijama?

*

Aproveche a que Kea le diga eso a Mica para acercarme a ella y decirle no lo tortures acuerdate que es Merlin y él nos puede ayudar a encontrar el libro y a realizar el hechizo o hechizos necesarios para dormir de nuevo al dragon y que todos en la fortaleza esten bien -la mire con preocupacion y desesperacion- a lo que ella m regreso la mirada un tanto atonita por lo que le dije y no sabia que hacer piensalo, le dije.Mientras Tontin y Kea seguian pidiendo los autografos a Merlin, Mica aun no sabia como reaccionar -vamos Mica es por los prisioneros no le hagas daño solo dile que nos diga donde esta el libro y que debemos de hacer para realizar los hechizos- ella no sabia que contestarme y solo miro de nuevo a Merlin...


tontin dudley -Ejem, cof cof, grrr, glglglgl, Do Re Mi Fa Sol, aaahhh!!! Ante todo, señor Merlín, comentarle que es para mí un placer interrogarle. - No te olvidas de algo, jovencito? - No se le escapa una! Por favor, Legolas - ¡¡Accio Patata Podrida!!- gritó Légolas con toda la dignidad que le fue posible - ¡Maravilloso!- Merlín parecía realmente encantado (atención de nuevo a la tontería).. En estas circunstancias estaré encantado de ser interrogado. - Perfecto. Y dígame, mi señor. ¿Cómo lo prefiere? ¿Con algún guantazo de vez en cuando?¿Cera ardiendo en los pezones? No me gustaría que se fuera de aquí con la impresión de que lo podríamos haber hecho mejor. - No se preocupe por eso. Me conformo con que adopte una mirada severa y una actitud cortante. - ¡¡¡¡Cállese!!!!- le dije con cara de pocos amigos. Una sonrisa cruzó la cara del mago de leyenda. Yo tuve que aguantar mi cara de profunda satisfacción-. Veamos, est****o botarate, necesitamos encontrar un libro y una llave para poder controlar al dragón. - ¡Menudo inconveniente! Por desgracia no tengo ni idea de donde pueden estar. - ¿Y que me dice usted de Circe? -Una famosa encantadora de la Antigua Grecia que aparece en los Cromos de Ranas de Chocolate , Circe vivió en la isla de Aeaea y fue famosa por Transformar marineros perdidos en cercos. Keacher sacó el diccionario de la manga. - Es cierto. - Gracias, keacher.- le agradecí. El elfo y yo nos compenetrábamos bien. Sobre todo él. Alethita y Mica estaban cuchicheando algo en un rincón. Yo hay cosas de las que prefiero no saber nada, y esta es una de ellas. - ¿Y qué me dice de Morgana?- seguí mi interrogatorio. - Ah, sobre ella no puedo decir nada- La cara de Merlín se transformó por completo. Menos en la barba blanca, la nariz aguileña, sus gafas, sus mejillas, el color de sus ojos, su pelo, sus orejas, su boca... Pero todo lo demás cambió por completo. - ¡¡Légolas!!- Grité. Mi compañero mostró a Merlín la patata podrida amenazante. - Arrg! Bien jugado, jovencitos- cedió el clásico de la literatura-. Morgana: Medieval, fechas desconocidas.Esta animaga que se podía convertir en pájaro era hermana del caballero Galahad, el único de la mesa redonda que llegó a ver el Santo Grial. Era una hechicera oscura, enemiga mia. Era reina de la isla de Avalon. Aparece en los cromos de Magos Famosos. keacher ojeó eldiccionario- Es correcto.


- ¡Vamos, señor Merlín! ¿no podría darnos algo más? Quizás un acertijo que nos conduzca a la respuesta, una frase sin sentido aparente que entrañe un significado oculto.. cualquier cosa nos vale. El mago frunció el ceño, se sumió en profundas cavilaciones, volvió a mirar mis pantalones de pijama, y por fin habló. - Algo marrón incuba algo más marrón. Viene de la tierra y a todos repugnará.- Clavó su pupila azul en mi pupila- Y ya no os puedo decir más. Légolas, keacher, Mica, alethita y un servidor empezamos a caminar el círculo pensativos (lo que no es nada fácil en un estrecho pasillo). De vez en cuando alguien levantaba la cabeza con los ojos iluminados... para después volver a caer en profundas reflexiones. Pasaron meses, quizás días, tal vez minutos. Un ratito pasó seguro. Cuando de pronto, me vino a la cabeza. - Algo marrón... incuba algo... más marrón. Viene... de la tierra y a todos... repugnará. Una... patata... ¡¡podrida!! - Perfecto, pequeño león. esto era tan sólo una tontería. Si queréis saber algo sobre el libro, os recomiendo que busquéis a Morgana. - Nos hace el favor de acompañarnos, señor Merlín?- Dijo alethita. - Ni soñarlo- dijo justo antes de desaparecer con un gran "cataplumplamplom" y un poquito de humo de ese que venden en Honeyducks por 4 knuts. NykOo Black Luego de pasar por la escalera gracias a la ayuda de Fernando el joven y las chicas continuaron su camino cuando una voz llegó a ellos.

Celestísima y ValeriaR se presentaron y Elladora comenzó a hacer lo mismo con las chicas que estaban a su lado, pero NykOo se presentó solo, de momento no necesitaba que hablarán por el. Propusieron ir a la biblioteca, supusieron que era el lugar al que todos irían pero de momento no tenían otra idea. NykOo no estaba muy de acuerdo pero de momento, no quería separarse de las chicas por lo que se limito a asentir con la cabeza. Habían caminado un largo rato cuando Elladora se freno de golpe y cambio de dirección.

Esther le pregunto donde iba y le recordó que la biblioteca era en otra dirección. Sin embargo Elladora comenzó a hablar sobre la sala de menesteres y que ahí podía estar el libro. NykOo sintió que el mundo le caía a los pies, el tenia pensado dejar a las chicas en la biblioteca e ir a la sala de menesteres solo, pero ahora la situación cambiaba. Aun así, el chico uso toda su astucia


para fingir curiosidad y entusiasmo con ir todos juntos hacia allá y aparentar desconocimiento de la sala, mientras menos supieran de el mejor, aunque el chico comenzó a dudar sobre cuanto confiaban las brujas en él. En pleno camino ValeriaR gritó que había una manticora y todos corrieron pasillos arriba. Tras subir la escalera, oyeron voces, al mirar coon cuidado, apenas asomandoce vieron a

Mistify que estaba concentradísima, cuado una capa de gas la envolvió por completo y dos manos salieron del interior de la cortina gaseosa aforrándose a la otra bruja. Luego de que el paso estuvo libre, NykOo avanzó contento de haber evitado ser encontrados por

Mistify, pero las chicas dudaban. Ya que estaban a pocos metros de la sala, NykOo pensó que lo mejor seria entrar todos juntos. -Chicas, rápido, en este momento ya no sabemos si Mistify es de confiar, de todos modos ella es una Mortifaga, tenemos que entrar primeros- Dijo NykOo en tono impasible. El confiaba plenamente en la bruja, pero en esta ocasión quería que ella estuviera lejos mientras buscaba el libro, quería el merito para él, quizá por eso la mentira no se noto en su voz. Las chicas lo siguieron y por fin llegaron a la entrada de la sala de menesteres. -Bueno y ahora cómo entramos?- dijo syl -Por lo que he oído, tenemos que caminar en frente del este trozo de pared y pensar claramente para que queremos la sala.- Comentó NykOo dando a entender que él, solo había escuchado rumores del funcionamiento de la sala. -Que así sea.- dijo Elladora y camino en frente del muro. Momentos depuse, la puerta se materializó y las chicas entraron. NykOo las vio penetrar en la sala mirándose entre si nerviosas y el joven Black alzó la varita apuntando a las espaldas de las chicas. XheLiana

-¿Y que hacemos? –dijo la chica, meditando profundamente. Habían salvado todos los obstáculos, eso creían ellos, pero cuando al fin habían partido ha buscar el libro que podía salvarlos, y que todos estaban buscando, se habían encontrado con el obstác-u-l-o que esperaban nunca encontrar: El Dragón. Sobrevolaba los cielos escupiendo bestias de fuego y quemando todo a su paso.


-No se… -dijo Gode, como si estuviera en otro mundo-. Solo se que tenemos que salir de aquí. -Y si… -dijo Mela muy desanimada-. Y si… ¿nos quedamos acá dentro y dejamos que los demás busquen el libro? -¡Mela! –dijeron Xhio y Niki al unísono, muy exasperadas. -No podemos hacer eso –dijo Xhio, en tono amenazante-. Dejar que los demás se arriesguen, y nosotros guardarnos el pellejo, por algo que nos servirá a todos. Quizás cuantos mueran, y nosotros aquí encerraditos haciendo nada, en un aula de Hogwarts. ¡No podemos, y no debemos, hacer eso! -Okay… solo era una idea. -Pues esta claro de que tenemos que salir de aquí, e ir ayudar… ¿No? No tenemos para que salir del castillo. Podemos ayudar a buscar aquí adentro… aunque ustedes crean que esta en El Bosque o en Los Jardines, o donde sea. Y hay que ponerse en marcha ya, o si no… todos moriremos calcinados –agrego XheLiana con miedo-. -Entonces… en marcha –dijo Gode, abriendo la puerta del aula y dejando pasar a la 4 chicas. Abra que improvisar, se dijo Xheli eli tonks La bruja estaba en el suelo quejándose de la piedra atravesada que le había hecho caer y le di un zape para que siguiera andando. Deivid se acercó a nosotras y señaló la piedra que no era una piedra sino un objeto valioso. -Es una copa de vino, incultaSagitas estaba molesta con el comentario de Elo y protestaba todo el rato. Deivid dijo que la copa era de la Casa de los gritos. -No, la Casa de los Gritos se transformó en un museo. El Museo de la Gran Batalla de Hogwarts—dije apoyando las palabras de mi compañero auror. Era de allá de dinde venía la copa, seguro.


Llegamos a la salida, donde un hueco nos dejó pasar al Museo. Estaba lleno de restos de la batalla del Castillo de Hogwarts. Deivid se puso a leer los letreritos y a informarnos de la historia que tenía. Sagitas se fue a otra sala y allá sí había muebles muy estropeados. -¡Ohh, mirad! Es la diadema perdida de Helena Ravenclaw.-¿Eso tan roto y oscuro y feo es la gran diadema? ¡Pues vaya rollo!-Sagitas, ¿podrías ser algo más receptiva? Estamos ante obras de gran valor histórico.-No lo dudo, Eli, pero es muy fea.Elo estaba muy cansada y le ayudé a sentarse en una de las sillas aunque parecía que se iba a romper con su peso. Ayudaba a leer lo que Sagitas no podía: -Requerimientos. La Sala de los Requerimientos. ¡¡Donde destruyeron el último horcrux del Innombrable!!Me acerqué a ella y seguí leyendo: -No se conservó nada de lo que había en aquella sala. Todo fue destruido por el Fuego Maldito. Nada que hubiera dentro permaneció. Sólo se conserva un trozo de un Armario Evanescente, utilizado por los mortífagos para entrar en el castillo, y una estatua que perdió la nariz y la oreja en el incendio.-Ya dije a esa descarada que yo podía contar muchas cosas- decía orgullosa la estatua. Sagitas seguía mirando aquel cuadro. No le veía nada interesante. Había un mago junto a varios trolls con tutú rosa y un garrote grande sobre su cabeza. Todos nos miraban de forma extraña. dobbytxo Dobby se reunió con Pade para dirigirse hacia el Castillo para reunirse con los demas que ya estaban alli buscando la manera de encontrar el libro que ayudaria a detener al dragon que habia suelto. Pade y Dobby eran de los ultimos que se habian quedado atras, la mayoria de los equipos ya estaban alli. Asi que se pudieron a andar hasta que llegaran alli. Por el camino no encontraron a nadie, solo un par de criaturas de fuego que pudieron esquivar con exito.


Se quedaron en la puerta para pensar si iban a permanecer juntos o se separarian para recorrer mas rapido el Castillo, con la esperanza de hallar alguna pista sobre el libro.

Foungtan Hacía solo un instante Foungtan y Shaki habían dejado atrás el terror de la Fortaleza. Allí aún quedaban algunos prisioneros tratando de resolver el enigma que había dejado la Esfinge. Pero los dos jóvenes sabían que utilizarían esa ayuda que les habían dejado a espaldas de Alethea. Iban trotando ansiosos hacia los campamentos. Los terrenos del Torneo ya no parecían aquellos que dejaron días atrás. Fougntan parecía haberse contagiado con Viruela del Dragón, pero su cuerpo permanecía bastante resistente, daba batalla frente a los gérmenes que lo agredían. Sin embargo, la voluntad del joven por ver a su equipo y amigos le permitía mantenerse vivaz y animado. El camino se ponía cada vez más extraño. Shaki y Foungtan comenzaron a percibir, sensaciones de profundo dolor y temor. Algo andaba suelto por esos lugares. Sentían más y más temores, tristezas. Surgieron sentimientos oscuros que apagaron toda felicidad de los jóvenes prisioneros. Todo a su alrededor parecía muerto. Los campamentos estaban reducidos a cenizas. A ambos jóvenes se les humedecieron los ojos ante tal desolación. Temían que algo les haya pasado a sus amigos. No sabían qué hacer. Shaki encontró cenizas de lo que alguna vez fueron las cámaras espías de Rita y Foungtan tomaba con desconsuelo el látigo de Amya que ahora se encontraban mayormente carbonizado. Recordando momentos con su amada y sin saber qué era de ella, Shaki ya no podía contener las lágrimas. La impotencia de ambos era incalculable. No comprendían qué sucedía. Primero lo del Dragón y ahora esto. -Shaki, -le dijo seriamente Foungtan- tenemos que movilizarnos, no podemos quedarnos aquí, tenemos que buscar a nuestros amigos… Shaki lo miró, y secándoselas lagrimas se levantó en señal de estar deacuerdo. -Necesitamos encontrar a Tamy y a Amya. ¿Quién sabrá las cosas que les sucedieron? Espero estén bien... Mi Tamy... -una lágrima recorrió su cara preocupada. -Seguro lo están.-dijo Foungtan con una mirada extraña- Te lo aseguro. -Pero... ¿quién o qué está haciendo esto? -No lo sé. Tendremos que descubrirlo, pero luego de encontrar a las chicas.


Dicho esto, los jóvenes se dispusieron a buscar a sus amigas. Primero dieron unas vueltas por los alrededores del campamento para ver si se encontraban por allí. Pero nada. Nadie quedaba en el campamento. Al menos nadie humano. Mientras buscaban vieron pasar un grupo de centauros revolucionados que se dirigían hacia el castillo. Los jóvenes magos nunca habían visto a los centauros actuar así, y menos dirigirse hacia el castillo. -¡Oye! -dijo Foungtan- Ahora que pienso un poco me doy cuenta, Tamarindo se enferma fácilmente... -Si...-respondió Shaki sin entender cuál era el punto. -¿No crees que todo esto le haya hecho contraer algo? Digo, ella es tan sensible... Achisss... -¡Salud! Entonces crees que tal vez se enfermó... Tienes razón. Y en ese caso irían en busca de ayuda. -Irían al Castillo, a buscar a la Señora Pomfrey. Ambos se dieron vuelta y miraron al castillo. Allí esperaban encontrarlas. Sus miradas contemplaban aquel lugar a la distancia yacían sus esperanzas de hallarlas. Sin pensarlo, comenzaron a correr con toda la rapidez que podían hacia aquel sitio alejado. Corrían pero parecía que avanzaban muy lentamente.

Sagitas Tú sí que eres un descarado – contesté a la estatua sin oreja. Me había girado hacia él al oír su comentario, abandonando la contemplación de aquel cuadro roñoso que se caía a pedazos. -- Yo creo que esta Sala está llena de objetos que deberían de tirarse a la basura. Deivid seguía mirando todo aquello y me lanzó una mirada de incredulidad. -- ¿Qué pasa, Deivid? Yo no daría dos duros por esto en un rastro muggle. Fíjate, pero si la armadura tiene más hoyos que un campo plagados de gnomos de jardín. La aludida levantó la cabeza en un gesto de soberbia y me ignoró al acercarme. -- ¿Y este señor sin oreja? En mi casa hay bustos que no son ni la mitad de feos así que no lo quiero en ella ni aunque me lo regalen. -- Además de desvergonzada eres una ignorante de la realidad histórica, jovencita. Lo ignoré de nuevo y me acerqué a Elodia.


-- ¿Te parece bien que avisemos a Darla de que estás a salvo? Estará más tranquila esté donde esté… Levanté mi varita e hice aparecer mi patronus. Una rana saltarina se puso a danzar de un lado a otro, chocando contra el cuadro del mago danzante loco y sus trols de pacotilla. -- ¡Eh, atiende! Dile a Darla que Elo está a salvo y que estamos viendo… -- sonreí – realidades históricas de Hogwarts. Mi patronus dio un salto y estaba a punto de irse cuando añadí. -- Dile que si quiere venir que traiga algo de díctamo para las heridas de Deivid y la espalda de Elo y algo de comida para mí, pleaseeeee!! -¿Te encuentras mejor, Elodia?-

syl_potter_radcliffe ls chicas entran la sala de menesteres...esta oscuro. lumus*dice elladora y todos hacen lo mismo* el lugar es un lio...mucha mugre por todos lados...libros apilados de años,calderos rotos y algunos con contenidos muy extraños...muebles antiquisimos. bueno sera mejor separenos asi cubrimos mas terreno*dijo syl y se acomodo el cabello* ellador y syl...ester y valeria...celesticima y yo*dijo nyckoo..pensoq seria mejor asi el podria estar sin tanta vigilancia* los grupos se dividieron y comensaron a caminar por distintos lugres,los libros eran muchos pilas y pilas interminables de escritos q ya no se podrian leer elladora....si miramos uno por uno no terminaremos y el tiempo apremia*le dijo syl* lo se pero no queda otra*suspiro elladora* mientras ester y valeria caminaban escucahron un ruido y se dirigieron a el pero no vieron nada,pues la luz de las varita no alcansaba por el otro ldo celesticima caminaba adelante y nyckoo se iba retrsando sin q lla se diera cuenta ella...esto es buscar una aguja en un pajar*le dijo syl* ya no te quejes y ayudame*y le fue pasando los libros q miraba*


El Pitapatafrita -Oye Tirana... Cuanto más tenemos que caminar??? -pregunté algo aburrido de tanto caminar, perseguir a Circe, Merlín y Morgana se estaba volviendo aburrido. Cuando empezaron su recorrido, Erick imaginaba que algo sumamente fantástico ocurriría en un dos por tres. Su Tirana Minimin le respondió con una excusa sobre un libro... ¿Qué libro sería ese? ¿Tan importante es encontrar esa cosa? Después de todo a Erick no todos los libros le gustaban... habían algunos casos en que se dormía de aburrimiento leyendo historias sobre gente que usaba microscopios de doble uso... Para amenizar un poco su viaje, comenzé a canturrear la canción que tanto nos gustaba a los bonsais. ♪ Barney es un expresidiario

que chupa aguardiente ♫ joselinjim Las horas pasaban y Josi y Kris no paraban de hablar. Seguían muy preocupadas por sus amigos cuando de repente ven que Rosa viene hacia ellas. Su alivio era tal que no pudieron más que gritar de alegría. Corrieron hacia ella pensando que al fin veían a alguien mas de su equipo sano y salvo. Recorrieron el camino que las separaba y comenzaron a hablar inmediatamente. - Estamos bien – respondí a Rosa – llegué caminando sumamente agotada hace algunas horas, y Kris ya estaba aquí. Hemos estado muy preocupadas por ti y por los demás, no habíamos tenido información de ustedes. Josi seguía oyendo a Rosa cuando de repente les contó sus sospechas. - Puede ser, todo es probable. Solo hay una manera de averiguarlo chicos, así que ¿qué esperamos? Se encaminaron por los pasillos del enorme castillo, pasando un sin fin de rostros conocidos. Fue un largo camino, debido a los constantes cambios de las escaleras, el cansancio y el sueño acumulados; pero luego de tantas vueltas lograron llegar a su destino: el baño donde se encontraba Myrtle la llorona. El pasillo estaba muy solo y tenía una apariencia tenebrosa. Josi se colocó detrás de Elvio, ya que este se rehusaba a entrar al baño. Lo empujó con todas sus fuerzas hasta que atravesaron la puerta y entraron al lugar donde esperaban encontrar lo que se necesitaba para resolver la situación en la que se encontraban.


elvio hg Al ver a Josi y a Kris me fui rápidamente junto a ellas, y desde la dirección contraria, pude ver a Rosa venir con aire de desesperación. Rosa nos contó todas sus sospechas hablando rápidamente que tuve que hacer un esfuerzo para entenderla. Miré a Rosa con una expresión de asombro cuando termino de hablar, pese a ser un poco tonta muchas veces, esta vez ella había demostrado lo contrario. Atravesamos los corredores casi corriendo, esquivando a los estudiantes que se cruzaban en nuestro camino y subimos las escaleras que causaban que nos desesperemos pues nos hacían perder el tiempo al cambiarse de lugar, hasta que por fin llegamos al pasillo del segundo piso. Los llantos de Myrtle no se oían, de seguro o había huido o simplemente, estaba callada. Abrimos la puerta del baño de chicas, cuyas bisagras hicieron un ruido semejante a uñas rayando un pizarrón viejo. -No quiero entrar a un baño de chicas –dije un poco avergonzado, pero en ese momento Josi se puso detrás de mi y me empujo con todas sus fuerzas en el interior del baño-. El baño estaba prácticamente inundado y sucio debido a que nadie se encargaba de limpiarlo, ni siquiera los elfos domésticos. Este era el lugar en donde podríamos encontrar la solución. Fuimos hacia el área donde estaban los lavatorios, mientras Rosa sacaba un papel de su bolsillo y se dispuso a leerlo.

heavenlee Nos detuvimos en seco al escuchar el gruñido; nuestros corazones latían con fuerza, volteamos para ver que era lo que nos amenazaba en ese momento -¡Un li-cán-tro-po!- dijo Gabry con voz alarmante -¡Rayos lo que nos faltaba!-dijo Alex poniéndose enfrente de todas nosotras, empuñando la varita¡Protego!- grito el chico; un escudo protector salió de la varita cubriéndonos a los cinco; volví a concentrarme y me convertí en un guepardo y gruñí al licántropo, al mismo tiempo que Sorce gritaba:


- ¡Petrificus totalus!-el licántropo quedo inmovilizado -No estará así por mucho tiempo-dijo Gabry Krazy apunto también hacia el licántropo-¡depulso!-el licántropo salió despedido por los aires chocando contra la pared y quedando inconciente - ¡Corramos¡-grito Alex Corrimos hasta alcanzar el primer piso. Iba aun convertida en un guepardo y así seguimos juntos corriendo pasando por pasillos, salones, etc. hasta las escaleras para subir a la segunda planta las cuales también subimos a paso rápido. Recordé que si me veía algún organizador convertida en guepardo atraeríamos mas problemas y aun corriendo comencé a tener figura humana otra vez -¡Ahh! – gritaron todos al caer uno encima de otro Al transformarme de nuevo no aguante tanto ajetreo y me venció el cansancio dejándome caer de bruces chocando contra todos los demás –Lo siento no fue mi intención- dije con voz apenada y me puse de pie dándoles la espalda a los demás Krazy, Alex, Sorce y Gabry se levantaron también del suelo sacudiéndose el polvo de sus túnicas sin decir una sola palabra. -¡Estamos en el segundo piso!-dijo Krazy Todos comenzaron a observar los alrededores para comprobar que efectivamente estábamos en el segundo piso. Aun les daba la espalda, metí la mano a mi bolsillo y saque un trozo de espejo que siempre llevaba conmigo -Ahh- dije en voz baja viéndome en el espejo; me había vuelto a salir sangre de la herida que me había hecho en la frente al caer de la roca en la fortaleza y que ahora se había abierto con la caída de bruces; Snowy comenzó a ulular y a volar en círculo alrededor de mí -Silencio Snowy- la reñí en voz baja; me desfaje la camisa, tire de ella hasta alcanzar mi frente y me limpie con ella


-¿Que pasa ahí?-dijo Sorce algo extrañada -Si, ¿que tanto haces? Lee-dijo Alex sin quitarme la mirada -este…-no iba a decirles lo que había pasado, después de todo yo tenia la culpa y hasta los había tirado-No pasa nada –dije fajando rápidamente la camisa y arreglando mis ropas; Snowy me hecho una mirada asesina -¡Snowy yo también te quiero mucho ehh!-le dije a la lechuza regresándole la misma mirada en mis ojos -¡Snowy! Preciosa ¿que te ocurre?- dijo Krazy a la lechuza; estirando el brazo para que el ave se posara sobre su hombro -Bueno si Lee dijo que no pasa nada, es porque no pasa nada-dijo Gabry- así que yo opino que debemos continuar-Si yo opino lo mismo-dije a los demás, acomodando un mechón de cabello para que no se viera lo que tenía en la frente Se hizo un silencio corto y Krazy hablo: -¿Saben? Todos andan en busca del libro-dijo seria- creo que nosotros deberíamos de ir a buscar la llave, en lo que los demás buscan el libro-Así ahorraremos trabajo-dijo Sorce -Bueno, pues ¿que esperamos?, Lee ya esta aquí con nosotros –me esbozo una sonrisa y me tomo de la mano -Pues, esperamos a que se nos ocurra donde buscar la llave-dijo entre risitas que contagio a todos y terminamos por reír también -Haber entonces a pensar-dijo Gabry poniéndose a dar vueltas en un solo lugar -¡Ya se!-dijo Sorce-Puede que este en el despacho de Dumbledore-Si, puede que lo que digas sea cierto nena-respondió Krazy -Pues si- dijo Gabry –a mi tampoco se me ocurre otro sitio, mas que el despacho para buscar-Vamos pues-dije- estamos en el segundo piso-señale hacia un lado- y ahí esta el pasillo donde esta la gárgola de piedra para entrar al despacho del director-


Nos encaminamos hasta llegar a la entrada del pasillo; Alex y yo íbamos tomados de la mano, en la parte de atrás de nuestro grupo. -Te tengo una pregunta mi niña-me dijo Alex- ¿Cómo rayos le haremos para entrar ahí?-Buena pregunta amor-le respondí-¡ ja! Pues no lo seAhora teníamos otra contrariedad; encontrar la forma de entrar al despacho puesto que solo se nos permitiría la entrada con la clave, tal vez Gabry, Sorce o Krazy la sabrian.

Mr Jocker Black Jocker vio que Fernando se estaba demorando demasiado en deshacerse de aquel grifo y la verdad se estaba desesperando un poco puesto que aún no tenía claro nada de lo que al parecer todo el mundo ya sabía. -- ¡Jock!-- escuchó de pronto y el mortífago se giró en 180° para atender a aquella voz que se le hacía muy familiar. -- ¡Kium!-- exclamó el ojimiel que inmediatamente fue hasta donde se encontraba su compañera de equipo-- cómo lograste escapar de la torre... todos pensamos que Alethea no los iba a dejar salir de allí-- dijo el ojimiel abrazando fuertemente a su amiga. -- No fue sencillo la verdad-- confesó la mortífaga haciendo memoria de todos aquellos momentos duros que le había tocado vivir-- Y es cierto, Alethea no nos quería dejar escapar a pesar de qué el Dragón estuviese atacando. Por cierto, ¿qué es eso que andan diciendo todos sobre que Merlín, Circe y Morgana soltaron al Dragón? -- La verdad que yo aún no me explico como ha sucedido todo aquello...-confesó Jocker bajando la mirada-- Sólo se que volvimos para rescatarte. -- ¿Para rescatarme?-- dijo emocionada la serpentita spamosa número 1-Que lindos, pero ¿cómo no confiaron en que iba a resolver el acertijo sola? El chico había recibido un pequeño golpe en la cabeza [conocido como zape]


de parte de Kium que a pesar de lo bello que le había pasado el gesto, se sintió ofendida. -- ¿Acertijo?-- preguntó Jocker un tanto confundido-- ¿Alethea sólo dejó salir a los que habían resuelto su acertijo? -- La verdad no lo se-- agregó Kium-- era un ejercicio matemático, así que lo resolví fácil y no esperé a ver quién más lo hacía. Las palabras de aquella chica eran bastante lógicas. Ella era experta en Aritmancia y un simple ejercicio matemático no significaba mayor problema para ella. El ojimiel volvió a girar en 180° para ver si el grifo había sido dominado por el líder mortífago. zmaster *aferro mi varita con fuerza, me apremia la situacion de mis compañeros pero de momento so debera esperar. me alejo de los grupos de personas que estan en el castillo, mi caracter frio y solitario me impulsa a hacerlo... mis ojos se ponen expectantes a la espera de encontrar a alguien que sepa lo que hace para seguirle. Negros nubarrones se perfilan en el horizonte...*

Orión Black Como había visto en su futuro. Al parecer el grupo lo había ignorado por completo o más bien, de seguro se ―preocupó‖ por conseguir el libro ¿Era el momento de seguir solo? Seguramente, si ya todos los demás conformaron grupos para poder encontrar a los tres magos ancestrales. La azulada niebla gaseosa había servido para ese momento. Un gran fuego maldito producto de los estallidos del dragón tenía como objetivo llenarlo de quemaduras. - Al menos mi magia sigue, no tengo nada que perder. –Murmuró mientras daba la media vuelta y se dirigía al lado opuesto de la biblioteca. Ya no le importaba lo que les pase a


aquel grupo, solo, que él sobreviva al ataque. Los griteríos se habían reproducido como setas por todo el castillo. Esta vez, hasta los oídos le dolían por ello. - Dios… Me tomaré unas buenas vacaciones luego de esto. - Claro, como tu digas. –Respondió una voz cerca de Black.- Y no, no estas alucinando. Bah… Depende. Orión ya se había acostumbrado a las voces del ―más allá‖ o cualquier cosa paranormal que ocurriera cerca suyo. Había visto de todo tipo de cosas, hasta a veces, en su infancia, podía ver a su amigo imaginario. - ¿Depende de qué? - Oh, cierto que hablo con el mejor adivino de la Marca. –El tono burlón de aquella ilusión ya lo estaba sacando de quicio. - Tranquilo, sigue tu camino, debes encontrarla. –Se murmuró así mismo para mantener la calma. No se había percatado que ya tenía la gárgola enfrente de él y que las escaleras permitían el paso hacia el despacho. - ¿Y bien, entrarás? Ignoró nuevamente aquella simple voz y se encaminó subiendo por la pronunciada escalera de caracol. Tras unos segundos, asentó sus botas en el piso del estudio y lo reviso por las cuatro esquinas. - ¿Circe?...- De cómo lo mires obviamente. –Era exactamente igual a la voz del mortífago, como si una replica lo estuviera persiguiendo. Mas, el Mago Oscuro no detenía su marcha. Se dirigía al despacho del director, subiendo uno y otro peldaño. Luego de unos minutos empezó el tramo por los pasillos, izquierda, derecha, izquierda, izquierda; iba contabilizando, las veces que daba vuelta.


- El despacho del director está abierto. - Ya lo sé. - Oh, cierto que hablo con el mejor adivino de la Marca. –El tono burlón de aquella ilusión ya lo estaba sacando de quicio. - Tranquilo, sigue tu camino, debes encontrarla. –Se murmuró así mismo para mantener la calma. No se había percatado que ya tenía la gárgola enfrente de él y que las escaleras permitían el paso hacia el despacho. - ¿Y bien, entrarás? Ignoró nuevamente aquella simple voz y se encaminó subiendo por la pronunciada escalera de caracol. Tras unos segundos, asentó sus botas en el piso del estudio y lo reviso por las cuatro esquinas. - ¿Circe?... XheLiana Caminaban tranquilamente por un pasillo desierto de la torre de adivinación. Los chicos tenían una intuición muy fuerte que los dirigía hacia allá. En realidad no era una intuición, si no que tenían la esperanza de que Mela viera algo en las bolas de cristal. Ella era la experta en eso, la verdad era que todos tenían un talento oculto.

Xheli realizaba hechizos de niveles superiores muy fácilmente; Gode era el experto en DCAO; Xhio tenia el de traducir Runas perfectamente y Kira sabia realizar transformaciones extremadamente difíciles.

Mientras iban al aula, compartían sus opiniones sobre el lugar en que se podría encontrar el libro, y lo que sabían de boca de otros participantes y organizadores. Aunque poco se habían enterado de lo que pasaba, pues estos días habían estado bastante aislados.

Finalmente en el aula, acomodaron todo lo necesario y dejaron a Mela trabajar, sin dejar de apurarla.

-Mmm –dijo Mela-. Veo... veo algo. Veo al Dragón. El Dragón volando… y veo... veo un libro… ¡Un libro! Veo el libro… y esta… esta… No veo nada más.


Yo dije, pensó la chica. Esto no sirvió para nada.

-Mmm… entonces vinimos aquí para nada –dijo Kira, con gesto ausente-. Ahora debemos retroceder e ir a otra parte. ¿Qué tal a las mazmorras?

-Mmm… a las mazmorras –dijo el chico, caminando de aquí para allá-. No se. Pero en todo caso tendremos que recorrer todo el castillo. Vayamos por allá primero. ***

A las mazmorras, pensó la chica. No me termina de convencer. Nada bueno nos espera allá. Su instinto le decía eso. Y confiaba plenamente en su instinto, pues siempre acertaba, pero no diría nada pues los chicos no le creerían. Dirían: solo es imaginación tuya. ¡PAM! Un fuerte sonido interrumpió el tranquilo ambiente que los rodeaba, interrumpido solamente por sus pasos y respiraciones. No era lo único que había pasado. Una de las cinco varitas encendidas se había apagado. -¡Kira! –gritaron los cuatro restantes al unísono.

Madame shaki Ambos echaron a correr, la enfermería del castillo era el lugar más probable y prudente al cual pudieran haber ido, más si alguna estaba en mal estado de salud. Al poco rato ambos chicos se hallaban frente a las grandes puertas del castillo que para aquel momento permanecían abiertas, no lo pensaron dos veces y decidieron entrar, sin importarles lo que se les impusiera dentro de aquella estructura. Subieron las escaleras de caracol lo más rápido que pudieron, hasta llegar al primer piso, las caras de intriga que ambos mantenían se hacían cada vez más notables, aquello de que pudieran encontrar a sus amigos en la enfermería era simple intuición. Llegaron al segundo piso ya con el corazón mas agitado que nunca , en el aula se transformaciones se podían ver unas especies de chispas rojas y verdes salir por las ventanas , allí dentro se libraba una gran batalla, pero por la prisa y la preocupación no se detuvieron a ver que ocurría en aquel lugar


realmente, llegaron al tercer piso , la enfermería se hallaba al final de un pasillo llenos de escombros, corrieron lo mas rápido que pudieron y al llegar a aquel recinto ambos recorrieron con la mirada, las primeras 3 camas vacías , en la 5 ° cama yacía una chica acostada, era bajita y rellenita su cabello bastante corto y de un color caoba que a ambos se les hacia muy conocido, Shaki corrió enseguida desde la puerta hasta donde se hallaba la dichosa chica, la misma estaba dormida, Shaki la tomo por las manos , blancas y suaves , aquellas que siempre anhelo tocar desde el primer momento en que había pisado la fortaleza, acerco sus labios y se las beso, al momento que saco desde su túnica el peluche de shrek y se lo puso a un costado de su amada. Foungtan seguía recorriendo con la mirada aquel lugar, que para el momento estaba totalmente vacio, shaki también se dio cuenta, y las preocupaciones volvieron nuevamente, No sin antes notar que en cada extremo de la cama donde dormia Tamarindo estaban postrados dos tréboles protectores ubicados de forma lineal …. ¿Donde estaban Amya_an y el resto de los treboleros?, pero por mas que quisiera no podía hallarle respuestas a sus incógnitas, en aquel preciso momento tamarindo acababa de despertar, una completa emoción surgió en ambos chicos, tamarindo podría responderles sobre lo que ocurrió en aquel lugar…. ValeriaR Luego de decidir que ellas también irían para el castillo, ValeriaR y Celestísima comenzaron a caminar. ValeriaR no dejaba de pensar lo extraño que era todo esto, y de cómo era posible que haya sucedido… y de repente se dio cuenta que Celestísima no estaba caminando a su lado. Su primera reacción fue asustarse, pero al darse vuelta vio que se había quedado parada, mirando el cielo. - ¡Celes! ¿Qué te pasa? – le preguntó la bruja. - Nada, nada... sigamos por favor. Valeria la notó preocupada, pensativa por algo, pero no quiso preguntarle demasiado, porque sabía que eso no la ayudaría.. Cuando se unieron al grupo de magos que estaban en las afueras del castillo, escucharon a Mackenzie decir: - Escuchadme todos -comenzó- hay un libro que guarda un secreto de magia antigua que sospechamos que sirve para dominar el dragón. Nadie sabe mucho sobre ese libro y sobre el secreto. Tampoco sabemos mucho sobre los tres magos que se enlistaron en la organización. Nunca creimos que fuesen, quienes decían ser. Sin embargo, después de todo lo que ha ocurrido, quien sabe si de verdad no serán los verdaderos Merlín, Circe y Morgana, llegados hasta aquí con un giratiempos.


Todo era tan misterioso y extraño…Pero Valeria sabía que debían ayudar de alguna forma. Las dos brujas entraron al castillo junto al grupo de magos. Cuando estuvieron en el hall ValeriaR se dio cuenta que en realidad no conocía a ninguno de todos esos magos. Es decir, los había visto varias veces pasar por el campamento, pero no los conocía realmente. Cómo si hubiera leído sus pensamientos (o quizás no fue tan difícil, ya que sus caras expresaban lo perdidas que se sentían) un mago se acercó a ellas les preguntó: - ¿Sus nombres?- Celestísima- respondió su amiga - ValeriaR- dijo, con un dejo de desconfianza. ValeriaR sentía que había algo raro en aquel mago, sin embargo, él era el único que se había preocupado por ellas, así que no iba a ser prejuciosa. El mago dijo que se llamaba Fernando, y les explicó todo lo que había sucedido. Les habló del libro, de su poder, y sobre el peligro que acompañaba todo esto. Lucía muy cansado, y su explicación era seria y consisa. De repente, se escuchó un grunido a lo lejos, y todos se dieron vuelta. ValeriaR había pensado que después de lo que había pasado, nada la sorprendería. Pero estaba equivocada…¿Había un grifo adentro de hogwarts?! -Muchachos- llamó Fernando –Yo me encargo de el, ustedes sigan adelante y tengan cuidado porque hay un par de licántropos sueltos por ahí, al igual que una jauría de grim’s o al menos esas son las criaturas que yo escucheValeriaR se preocupó por él, pero al mismo tiempo lo vio tan seguro y determinado, que se dio cuenta que el era un mago experimentado, y que podría sólo con la bestia. -¡Imperio!- Gritó Fernando Black. Luego del grito, Valeria prestó atención a quienes estaban a su alrededor y se dio cuenta que la mayoría de los magos estaban subiendo las escaleras. Se dio cuenta que Celestísima se había quedado ―tildada‖ mirando la batalla de Fernando contra el grifo, por lo que le dio un codazo, y así las brujas se unieron al grupo de magos. Al comenzar a caminar, se juntaron con un grupo de 3 magos, y Celéstísima se presentó. La primera en contestar fue una de las chicas: - Soy Elladora. Y ella es Sly. Y él es...


-Soy NykOo - Se adelantó el mago. - Debo... digo, debemos encontrar ese libro. -Lo sé - le respondió Celestísima -¿Creen que se podrá encontrar en la Biblioteca? Digo, es un lugar algo obvio, pero si alguien quería esconderlo ¿qué mejor que en el lugar más obvio y encima rodeado de tantos otros libros, no? ValeriaR también había pensado en que el libro podría estar en la biblioteca, pero tampoco estaba muy convencida… Si era algo tan importante, quizás estaba escondido en algún lugar más seguro… Pero si coincidía que por algún lugar debían comenzar a buscar… -Es probable que esté ahí - respondió NykOo sin agregar nada más. Su respuesta fue bastante cortante, y ValeriaR se preguntó si auqel mago escondía algo… su actitud parecía algo extraña. -¿Crees que vendrán con nosotras a la Biblioteca?- le preguntó Celestísima -No lo sé - le respondió Valeria susurrando - Pero creo que nosotras deberemos ir allí de todas maneras. Todo el grupo comenzó a subir las escaleras, con mucha precaución, y sus varitas en alto. De repente Elladora se paró en seco, y comenzó a caminar para la dirección opuesta a la biblioteca. -Elladora, a dónde vas? la biblioteca es por acá- dijo Esther Y cómo respuesta, Elladora les contó que una vez ellaintentaba convertir un botón en una caja de chocolates, pero todo le salió mal y los botones quedaron convertidos en una especie de gelatina babosa que expedía un fuerte olor a cebollas, y que no sabía que hacer con esa cosa, que quería esconderla y que comenzó a vagar por el castillo en busca de un buen lugar, y de repente en el séptimo piso pasó al lado del tapiz de Barnabás el Chiflado, y que aparecieron unas enormes puertas que daban a una habitación oculta. ValeriaR sabía exactamente cual habitación era esa. Nunca había tratado de esconder algo ahí, pero si tenía muchos recuerdos de esa habitación. En esa habitación ella había recibido su primer beso, y el sólo hecho de recordarlo hizo que sus mejillas se tornen de un color rosa fuscia. Luego de la historia hubo un silencio entre el grupo... al parecer ella no era la única que había escondido algo en esa habitación. -Vamos chicos… con tal cantidad de objetos, cómo vamos a saber a quién le perteneció cada uno, solo espero que el olor a cebolla no haya impregnado la sala, es nauseabundo!!!- dijo Elladora. Los magos sonrieron y comenzaron a subir las escaleras.


Al pasar el quinto piso les llamó la atención un canturreo suave muy extraño, pero cuando se adentraron en el piso para ver de que se trataba, se arrepintieron de haberlo hecho. -CORRAN!!!! Es una mantícora!!!- dijo exaltada ValeriaR Por suerte todos reaccionaron rápidamente, y continuaron subiendo las escaleras tan velozmente, que cuando se dieron cuenta ya estaban en la séptima planta. Comenzaron a andar por los corredores cuando escucharon que había dos mujeres hablando a lo lejos. Sin embargo, ValeriaR no llegó a entender que decían, ya que nunca había sido buena escuchando conversaciones… Pero al acercarse más al origen de las voces, el grupo vio que quienes discutian eran Mistify y Circe. Valeria vio cómo Misify invocaba una extraña nube gaseosa a su alrededor, y le sorprendió lo poderosa que era la bruja. Una vez que se libró de Circe, Mistify salió corriendo. -Chicas, rápido, en este momento ya no sabemos si Mistify es de confiar, de todos modos ella es una Mortifaga, tenemos que entrar primeros- Dijo NykOo en tono impasible. ValeriaR estaba de acuerdo con él. Ya no sabía en quien confiar, pero al menos confiaba en ella y su grupo. Debían llegar a la sala lo más rápido posible. Y los magos se apuraron, tomaron un camino evitando a Circe y a los pocos minutos estaban delante del tapiz que buscaban. -Por lo que he oído, tenemos que caminar en frente del este trozo de pared y pensar claramente para que queremos la sala.- dijo NikOo -Que así sea.- dijo Elladora y camino en frente del muro. Momentos después, la puerta se materializó y las chicas entraron. La sala no era la misma que la que ella había conocido, ya que , por supuesto, ésta se adaptaba a lo que precisaba la persona que pasaba delante de ella. La habitación estaba completamente abarrotada de objetos de lo más extraños, y aunque muy sutilmente (por suerte) a ValeriaR le pareció oler a cebollas, y rió para sus adentros. Pero después recordó porque estaban allí, y que su "misión" no era fácil: debían buscar el libro (que ni siquiera sabían como era) en aquella habitación. Miró a sus amigas y se dio cuenta que ellas pensaban lo mismo, eso se reflejaba en sus caras neviosas. NykOo las vio entrar en la sala y el joven Black alzó la varita apuntando a las espaldas de las chicas. ValeriaR sintió una extraña sensación en su interior, como un escalofrío, lo mismo


que sentía cuando alguien la observaba a su espalda. Instintivamente apretó fuerte la mano que sostenía su varita y se dio vuelta. Cuando lo hizo la sorprendió la imagen de NikOo quién apuntaba en alto su varita hacia ellas. ValeriaR amagó levantar también la suya, pero NikOo se dio cuenta de su intención y dijo: - Ni lo sueñes. La intuición de Valeria había tenido razón, el mago no era confiable, ocultaba algo. - Lo siento chicas, pero debo seguir esta búsqueda yo sólo. No puedo permitir que estorben mi camino. Las cuatro brujas lo miraban con una mezcla de miedo, sorpresa, angustia, e ira. ValeriaR no se imaginaba que podría suceder luego, de que cosas era capaz esa persona… Sólo esperaba que a sus amigas se les ocurra una mejor idea que a ella.

Tamarindo Había pasado un largo tiempo. Tamarindo seguía sumida en su sueño reparador que, muy despacio, lograba apaciguar sus síntomas. La chica ya no gemía de dolor ni deliraba por la fiebre, pero se la podía ver contenta. ¿Con qué podría estar soñando? Estaba tumbada boca arriba en una cama, donde Amya la había dejado. Dormía tranquilamente mientras los rayos de sol que se colaban por la ventana, bellos entre tanto terror, hacían que el cabello de la bruja reflejara esos tonos caoba que tanto llamaban la atención. Unos pasos rompieron el silencioso murmullo que procedía del resto del castillo. Los pasos se aceleraron hacia la cama de Tamarindo y se detienen en seco. Entre sueño y sueño, Tama notó algo. Su conciencia se despertó pero no ella. Sintió como unas frías manos cogían las suyas y, en cuanto unos calidos y cortados labios rozaron su blanca piel, supo quien estaba en ese momento velando por ella. Una presencia a su lado se hizo notar. Era blando y suave, pero con un fuerte olor a humo. Un olor que notaba desde hacia un rato pero que con aquello, se había intensificado. Tama abrió los ojos muy despacio, intentando acostumbrarse lo antes posible a la luz que había en la enfermería. Primero vio una sombra que poco a poco se iba definiendo en lo que más quería en este mundo. Reconoció ese pelo negro, esos ojos que la miraban con una emoción y un brillo que tanto le gustaba y, por supuesto, esos labios que empezaron a dejar ver una sonrisa de alegría. —Tamy… —la voz del muchacho era apenas un susurro con una enorme emoción contenida—. Mi lindura, ¿estás bien?


Pero la niña tumbada en cama no respondía. Abrió la boca pero nada salió. El mago acaricio su mejilla con la punta de sus dedos para tranquilizarla. Aun estaba cálida por la fiebre. Poso toda su mano en una caricia más profunda y se inclinó hacia Tama para abrazarla. —Perdona por haber tardado, pero ya estoy aquí —el chico apenas podía contener las lágrimas de la emoción y su voz temblaba. Tamarindo levanto una mano y la paso por su pelo, acariciándolo. En ese mismo instante, como si de un resorte se tratara, el joven se incorporó para ver a la chica y ella le sonrió. —Shaki… —susurró—. Mi cosín —dijo con una inmensa ternura al reconocerlo por fin del todo. Un sollozo salió de la boca de Shaki y una lágrima brotó por su mejilla. Era una lágrima de pura alegría por haber vuelto a ver a Tama, y lo más importante, estaba viva. Después de un rato abrazados, sin querer separarse el uno del otro, se oyó un carraspeo que los interrumpió y rápidamente Shaki se levantó. Era Foungtan, que les miraba con los ojos en blanco, esperando que todo acabara de una vez para seguir con lo que el urgía en el momento. —¿Acabaron ya con los mimitos? —dijo algo molesto. —Perdona —dijo Shaki, con una sonrisa en la cara de arrepentimiento—, pero entiéndelo… —Si, ala, ya. Se quieren y se aman —atajó Foung—. Ahora al grano. ¿Qué ha pasado? Tamarindo suspiró profundamente y se incorporó en la cama. Shaki se sentó a su lado y le paso un brazo por los hombros, mientras que Foung se sentó a los pies de la cama. La chica les contó todo lo que había pasado, todo lo que recordaba desde que se despertara la noche anterior por la tormenta y los fuertes estruendos que procedían de la Fortaleza. Tenía algunas lagunas desde que empezara el camino hacia el castillo y, cuando los chicos preguntaron por Amya_an, Tama no supo contestarles.

Darla Potter Black Como si las cosas no hubieran sido sencillas hasta ahí… Darla sentía su mente embotada era como si algo la nublara, la auror estaba preocupada, no lograba concentrarse, demasiados errores en una noche y una vez más una figura pasaba por su mente… ya no era la imagen de


Coyo-T por momentos la vampiro veía escenas, recuerdos, proyecciones, eran como flashes, no sabía bien de qué, había visto el fuego ir consumiendo todo a su paso, pero lo había visto desde arriba, había visto unos licántropos atacándolos, pero desde los ojos furiosos de los animales, había… -Un momento – se dijo preocupada – ningunos licántropos nos han atacado… aún – dijo una voz en el fondo de su mente… La auror levantó la varita mirando para todos lados, habían tomado el camino hacia la izquierda y de pronto ocurrió, Darla se sintió como metida en medio de un sueño, en esos que quieres avanzar y no puedes, quieres gritar y no te sale …

- ¿Estan oyendo lo mismo que yo? - dijo Atena aguzando el oído. - ¿Que es eso? - preguntó Avril curiosa. - No estoy muy seguro… - aseguró el Black que desconfiaba de todo. Se acercaron sigilosamente y la imagen que vieron a continuación los dejó mudos. Dos licántropos se encontraban a la mitad del pasillo, comunicándose entre ellos. Al verlos, reaccionaron rápidamente y se dirigieron a una velocidad exagerada hacia el grupo. Gold que había quedado atrás, actuó de puro reflejo. - ¡Reducto! ¡Reducto! - dijo el metamorfomago mientras de su varita salían dos rayos de luz blanquecina que impactaron en sendas columnas de la entrada del pasillo, reduciendo todo a escombros y bloqueando la entrada por allí. - Parece que tendremos que ir por el camino mas largo hacia la biblioteca... - concluyó Gold tiñendo sus ojos de bordó, mirando a sus compañeros y señalando el pasillo derecho Darla se quedó muda mirando, sin decir nada, los ojos de los licántropos, nuevamente se había visto a través de ellos… pero no podía decirles nada, la pensarían loca… mientras seguía silenciosamente al grupo, mordisqueaba su labio inconscientemente, una imagen vino a mitad de camino, vió a Elodia y Sagitas volando sobre un hipogrifo, un gran árbol se mecía cerca de ellas… Darla se estremeció, no sabía, no entendía… Mientras avanzaba recordó las palabras que había dicho Tontín…

- Una cosita... ¿No es una estupidez buscar un libro en la biblioteca? Se quedó pensando, todos habían respondido negativamente al joven, después de todo ¿que mejor lugar para esconder algo que dejándolo a la vista en un lugar evidente? Pero… y si el chico


tenía razón… como fuera ya estaba enfrascada en una loca carrera hacia… hacia un loco misterio… suspiró, una vez más… inquieta sus ojos recorrían los rincones del trayecto, cada tanto notaba la misma mirada preocupada en Golden, los pasos del grupo resonaban en el pasillo y en la mente de ella una vocecita pugnaba por hacerse oír… no sabía qué era… La biblioteca… -Por fin – pensó la auror, el camino había sido un desastre y el lugar de su objetivo… era un desastre mayor, gruñó por lo bajo, maldijo para si haber elegido esa noche, esa ruta, ese siglo para nacer… la voz de Avril la sacó de sus pensamientos y contestó casi por inercia…

- Y bien, ¿Por dónde empezamos a buscar? -Pronunció Avril mirando al grupo con una expresión de esperanza. - Nos dividamos. – y sin esperar respuesta se dirigió hacia la sección de Hechizos y Encantamientos… quizás allí no solo encontraría el libro sino también algo que la ayudara… -Piedras, todo lleno de piedras… - la auror caminaba esquivándolas, pero algo le molestaba, esa sensación, una vez más… olisqueó el aire y lo supo al instante –maldición –rugió al tiempo que daba una fuerte patada a una de las ―rocas‖, no se encontraba del todo ―aletargada‖ por lo cual cuando algunos de los pogrebin intentaron saltarle no fue difícil, esquivar alguno, unas suaves florituras de su varita mientras por su mente pasaban un par de hechizos repulsor, los seres salieron disparados para estamparse contra una estantería de la biblioteca. Un suave giro y más hechizos lanzados desde su varita mientras escuchaba la voz de Mateo y Golden gritando hechizos desde otro de los sectores de la biblioteca, empezó a correr hacia donde ellos se encontraban mientras lanzaba patadas y repulsor’s a su alrededor. A mitad de camino otro grito la hizo detenerse en su recorrido… ya no estaba tan atontada y los demonios rusos se la pensaban dos veces sobre todo porque la bruja había empezado a sufrir la transformación un par de veces y algunos osados que habían intentado atacarla desde lo alto de las estanterías, se habían encontrado con un par de afilados colmillos que los habían hecho retroceder en su propio ataque. La voz de Abril llegó hacia ella clara pero agitada:

–¡Mateo, Golden! ¡vengan ya rápido, y miren lo que encontré! ¡Llamen a las chicas AHORA! No se cuanto más voy a poder resistir trepada acá….Darla varió su dirección y corrió hacia donde estaba la muchacha, al ingreso del pasadizo donde estaba Avril casi chocó contra Atena, pasando ambas casi a la vez, seguidas por Mateo y Golden. En la oscuridad del recinto Avril había realizado un lumus, Darla simplemente había habituado sus ojos al lugar…


- ¿Hacia abajo entonces? - dijo la dueña de la varita con luz, mirándonos. - Demasiadas escaleras para bajar - acotó Gold mientras cambiaba su pelo a blanco para que lo pudieran distinguir - Tengo una idea, aférrense de algo... - Estoy empezando a desconfiar de tus ideas - dijo Darla nerviosa que no había hablado en un buen rato, demasiadas ideas daban vueltas en su cabeza y cada intervención del metamorfomago había sido… extraña…

- Espera - lo interrumpió Atena confusa - Por que se supone que debemos af... - ¡Glisseo! - dijo Gold sin dejar a su amiga que terminara su frase, apuntando con su varita hacia el suelo. -Maldición… - más que un grito fue un rugido de Darla que empezó a resbalar por la larga y empinada rampa, sus ojos atentos a todo lo que pasaba a su alrededor y pensando que si Golden no se estrellaba contra algo al llegar abajo ella se encargaría de retorcerle un brazo. El intento de ir frenando su cuerpo se había vuelto casi inútil, parecía que este tomaba cada vez más velocidad y lo único que logró mientras se aferraba fuertemente a su varita, fue cruzarse con Mateo… -oh, no! –pensó mientras maldecía una vez más, ambos habían quedado enredados por sus túnicas y sin querer empezaron a rodar en un efecto bola de nieve humana… finalmente sus cuerpos salieron despedidos y el impacto no fue tan tremendo como esperaban… habían caído sobre algo… ó alguien… Darla sentía que palidecía aún más si era posible, en la extraña cúpula en que acababan de caer, con varios agujeros en sus paredes, había una docena de cadáveres.

-Miren esto…-dijo Atena, los otros cuatro se volvieron hacia ella y vieron una gran placa que se ensamblaba en una especie de puerta. La bruja posó la mano en ella y varias letras doradas aparecieron de quién sabe donde. Un ruido fluido empezó a oírse. Avril y Mateo volvieron sus ojos hacia los orificios de la pared. Chorros de agua caían de sendos agujeros, rellenando la superficie en que se encontraban. - ¡Rápido! ¿Qué dice? –Apremió Golden entendiendo que el tiempo se les acababa. - "Doy vueltas y no soy tiempo, un secreto sé guardar; si no me cuidan, me pierdo. ¿Con mi nombre sabrás dar?" –Terminó de leer AteNa y una expresión de desconcierto le cruzó el semblante. - Es un acertijo. –Dijo Avril, sacudiéndose por el agua que ya le llegaba a los tobillos. Piensen, ¿qué da vueltas y guarda secretos?. - ¿Un reloj? –Sugirió Golden, al tiempo que él mismo rechazaba su idea.


- Maldición, nunca encontraremos el libro, ni la llave, ni el secreto del Dragón, y moriremos ahogados. –Dijo irritada AteNa. - Espera, ¿qué dijiste? –Mateo se acercó a ella con los grandes ojos grises abiertos clavados en ella. Darla también se acercó; pensaba lo mismo que él. AteNa miraba sin entender absolutamente nada, y repitió temblorosamente sus palabras: -Que no conseguiremos la llave ni el libro ni el secreto para controlar al Colacuerno. Suéltame, ¿quieres?. –Dijo molesta, apartándose del Black y dirigiéndole miradas de furia. - ¡Eso es! –Exclamó Darla como alguien gritaría "¡Eureka!". Mateo también lo había entendido. El tiempo parecía eterno, el agua caía, y ella que había estado feliz porque la lluvia había cesado y estaba seca en el interior de Hogwarts, Ja! Mientras que Mateo trataba de explicarle a Avril su descubrimiento la auror estaba pensando en aplicar un bombarda a todo el lugar, ya le estaban cansando los acertijos, quimeras, fuego maldito, y demás cosas en el camino… quería salir de allí… YA! En ese momento Mateo exclamo con tono seguro de si mismo:

"La llave" –Darla sonrió y Golden sostenía a Avril y Atena. Una pequeña puerta se movió con un gran chirrido y el grupo se apresuró a cruzar emocionado. Al cerrarse la puerta, se volvieron hacia delante, y vislumbraron algo que brillaba.

- ¿Creen que sea la llave? –Preguntó Avril adelantándose entusiasmada. - Espera…-Dijo AteNa con un dejo en la voz. Los demás lo veían también. 2 ojos blancos como la nieve los observaba desde lo más profundo del lugar. Desde las sombras, cada vez se acercaba más. Un canto suave les llenaba los oídos, estremeciéndolos. Los cinco magos desenfundaron sus varitas al mismo tiempo, cuando desde la sombra se vislumbró el rostro de un hombre entrado en años, con una expresión de sin vida, que se seguía acercando. Pero no era un hombre, al menos no en su totalidad. Al seguir avanzando se distinguió un cuerpo fornido, de un león; y cuando se frenó frente a ellos, distinguieron detrás de él, una cola de escorpión que se mecía de un lado a otro amenazante. - Man...tícora. –Alcanzó a decir Golden. Una enorme bestia mítica era el último obstácu.lo entre ellos y la llave. -Cinco X!! tenía que ser un maldito animal cinco equis!!! – Darla gritó desesperada, por su rango podía enfrentarse con tranquilidad a criaturas 2 X pero esta superaba ampliamente sus habilidades, solo un líder tenía capacidades contra ella, ni siquiera su amado Coyo tenía el rango para… se detuvo en seco en sus pensamientos al darse cuenta el adjetivo que había utilizado para referirse a su capitán, además de que sus compañeros la miraban como gruñía


por lo bajo y lo más cómico de la situación… una rana plateada había aparecido frente a ella y saltaba para atraer su atención… - ¿Qué demon…? - Empezó a murmurar cuando el animalito empezó a hablar con la voz de Sagitas… -Elo está a salvo y estamos viendo realidades históricas de Hogwarts... si quiere venir a al Museo de la Casa de los Gritos trae algo de díctamo para las heridas de Deivid y la espalda de Elo y algo de comida para mí, pleaseeeee!! El animal se desapareció dando saltos segundos después de dar el mensaje… Darla clavó sus ojos en sus compañeros de aventuras y solo pudo murmurar -Es el patronus de Sagitas, una de los Rizos y Moscas… Darla sacudió la cabeza aliviada las chicas se encontraban bien pero… ¿Y Coyo? ¿Por qué no había dicho nada de él? Un rugido le recordó lo que tenían en frente y una vez más se encontró en un dilema, ir a buscar a sus compañeras de equipo ó enfrentarse con sus actuales compañeros de aventuras a un animal casi invencible… miró de reojo a Golden, había sido su idea caer tan rápido en ese lugar y recordó que le quería retorcer algo… -Quizás deberíamos buscar una salida… e ir donde mis compañeras… enfrentarse a una mantícora es algo del nivel de un líder auror… ó mortífago… voto por irnos de aquí YA! Darla se movía inquieta, sin quitar los ojos del ser que tampoco los quitaba de encima de ellos… su varita estaba lista, pero era totalmente conciente de que con un par de estudiantes, un experto en quidditch y una auror templario el enfrentarse a una mantícora era como intentar jugar a la ruleta rusa con la muerte… debían salir de ahí, tentada estaba de tomar a sus compañeros de sus ropas y arrastrarlos fuera del lugar… sentía mejor su pierna y su velocidad de vampiro los podría ayudar ya que no sus hechizos…

Amya_An Amya_An casi se sintió desfallecer cuando vio que aquel Líquido no era la Cura Definitiva del Mal que aquejaba a la Pobre Tamarindo. Tamy había acertado, era menester que Ella volviera a Correr tras Ayuda Profesional, solo que esta vez no se atrevía. Sabía que aquella ―Barrera‖ Mágica protegería en algo a su Amiga y que


además ahora, ella contaba con mejor lucidez. Con el Corazón en la Mano tuvo que resolver, Amya_An irguiose decidida mientras miraba a su alrededor casi como para convencerse a sí misma que debía hacer algo mas. Quizás, pensó, algo en las despensas de Ingredientes de Pociones podría ser la solución. Tal vez, contuvo la respiración, el mismísimo Profesor de Pociones o algún otro de los Docentes de la Escuela podrían … pero se detuvo … en ningún momento, ni por casualidad se había topado con alguno de ellos. Suspiró con Resignación y de pronto *crash*, el ruido de metal cayendo y vidrios explotando muy cerca, demasiado cerca. Si era una de esas ―Bestias Salvajes‖, pensaba Amya_An, lo mejor era salir a su encuentro. Se dirigió hacia la puerta y se asomó con cierta timidez. *Crash*, nuevamente se oyó a través de los pasillos. El Corazón de la Pobre Bruja latía tan fuerte que parecía que terminaría por salírsele del Pecho. *Crash* otra vez, no cabía dudas de que algo sucedía en aquel lugar. Amya_An había llegado hasta la Sala de Trofeos. *Crash* saltó casi de muerte, solo para darse cuenta lo tonta que había sido, aquellos ruidos no eran mas que los Desdichados Trofeos y las Placas Conmemorativas que Caían y Resbalaban de sus Lugares de Honor debido a las sacudidas y quizás la acción de alguna Criatura y/o Mago que por ahí había pasado. Entonces lo Sintió. La Presencia de Algo mas. Los Vellos de todo su cuerpo se erizaron y su Piel parecía de Gallina. Volteóse pero tarde fue. Amya_An fue literalmente despedida por los aires solo para ser estrellada contra las Paredes y quedar inconsciente. Liliana Ánderlin -Y ¿tú qué haces aquí?-preguntó Andrea desconfiada y apretando su varita –No debería estar ayudando a los demás ¿o es qué todo esto es culpa de los mortifagos?-


La líder mortifaga levanto una de sus perfiladas cejas y con un simple movimiento de varita hizo que las cuatro que la apuntaban se dirigieran hacia el suelo. Andrea la miró con rencor, no se fiaba de ella, realmente ninguno lo hacía -¿Qué hacen aquí?- repitió la mortifaga posando sus fríos ojos en cada uno de ellos. No tenían más remedio que contestar, ninguno podía enfrentarse a ella. -Llegamos desde la fortaleza, somos prisioneros, ya le dijimos- contesto Lili sin dejar de observar ninguno de sus movimientos. Mistify pareció pensar largamente. -¿Entonces no saben nada?-Sabemos lo suficiente para ver que todos estamos en peligro- dijo Mit valientemente. -Este no es buen lugar para hablar- Al parecer más gente se acercaba, la varita de la bruja surco de nuevo el aire lanzando unos detritus y cubriendo al grupo de una espesa niebla. Dirigió a los chicos hacia un aula vacía en el mismo pasillo, allí estarían tranquilos, una vez allí los miro de nuevo, pareció sopesar la situación ¿se les notaria que sabían algo?. La bruja se dirigió a la puerta y la vieron hacer complicados movimientos con su varita, ahora estaban encerrados con ella, y nadie podía entrar. Los cuatro se miraron, ¿podrían confiar en la mortífaga? Al fin y al cabo era parte de la organización, debería estar allí para ayudarlos. Mitsuki tocaba incomoda su bolsillo, ninguno se aparto de su lado, una vez terminadas las precauciones volvieron a estar bajo la atenta mirada de Mistify. -Y ahora, cuéntenme que saben, es de vital importancia para que todos salgamos vivos de aca-

Xhiio Íbamos caminando juntos hacia la torre de adivinación, era un camino muy largo y cansador, cualquiera pensaría que luego de hacer tantas cosas sin tomarnos un minuto de relajo estaríamos muy cansado ahora, pero sentía cómo la adrenalina corría por mis venas, no tenía ni sueño ni sentía que mis piernas flanqueaban. Mis ropas estaban destrozadas, lo que antes era un conjunto hermoso y sentador, arriba


de blanco y abajo un blue jean claro, ahora estaban más parecidos al negro y andrajosos. Veía moverse a los retratos, siempre me divertían, quién sabe por qué. Me quedé observando un paisaje y de pronto vi a un caballero rechoncho y bajito montando un poni gris, sin duda era Sir Cádogan. - ¡Malandrines! ¿Qué hacéis ahí? - Nos dijo Cádogan. Viejo chiflado y miope, pensé. - ¡Viejo Caddie, somos nosotros! - Dijo Kira un tanto exasperada, Sir Cádogan era amigo nuestro, si le podíamos llamar así, cuando asistíamos a clases de adivinación nos retrasábamos varios minutos por charlar con él. - Oh, mis queridísimos amigos, disculpadme por no haberos reconocido antes, hay mucho ajetreo en Hogwarts. ¿Qué está pasando? - Nos dijo, ya empezaba de nuevo a retrasarnos. - Hmm, Caddie, estamos apurados ahora - Dije. - ¿No queréis charlar conmigo? - No. ¡Vamos, chicas! - Ahí salió Gode con sus Godecidades, pensé - ¡GODE! - Dijo Xheli y le susurró algo en el oido. - Viejo, te prometo a nombre de todos nosotros que luego volveremos y te lo explicaremos todo - Todos asentimos. - Está bien, marcharos en paz, amiguillos - Nos dijo algo triste, pero teníamos otras cosas más importantes por hacer, como buscar un libro que acabría con nuestro mayor problema: el dragón, así que nos encaminamos a la torre de adivinación. LLegamos al aula de adivinación, ahora le tocaba a Mela ser la heroina del día, pero nunca he tenido mucha fe en la adivinación. El aula estaba como siempre, las veinte mesas circulares, el polvo... en la chimenea había fuego, aunque no se encontrara nadie allí, de pronto las ví, habían montones de ellas. - Ahí - Señalé a las bolas de crital. Mis amigos se acercaron a las bolas de cristal, sacamos una con mucho cuidado y la depositamos en una de las mesitas. Ahora todo recaía en Mela. - Mmm –dijo Mela que parecía estar muy concentrada- Veo... veo algo. Veo al Dragón. El Dragón volando… y veo... veo un libro… ¡Un libro! Veo el libro… y esta… esta… No veo nada más Nos miramos frustrados. La adivinación, tan reveladora, clara y precisa, pensé en mi fuero interno, ya que no podíamos decir nada frente a Mela... de hecho, parecía feliz por haber visto algo en la bola de crital. Y bueno, la verdad es que yo nunca había


visto nada más que una densa niebla. - Entonces vinimos aquí para nada –dijo Kira, su gesto ausente -. Ahora debemos retroceder e ir a otra parte. ¿Qué tal a las mazmorras? Las mazmorras... sí, quizá pueda ser un buen lugar donde ir. -Mmm… a las mazmorras –dijo Gode, caminando en círculos, no le gustaba perder el tiempo - No sé. Pero en todo caso tendremos que recorrer todo el castillo. Vayamos por allá primero. Y así lo hicimos, ir de esa torre a las mazmorras era un camino largo, quizá deberíamos haber empezado por otra parte. Estábamos bajando las escaleras cuando de pronto... ¡PAM!... Un fuerte ruido resonó en las paredes. - ¡AYY! - Inconfundible, era un grito de Kira. - ¡Kira! - Gritamos los cuatro restantes al mismo tiempo. Fui corriendo de primera, con Gode pisándome los talones, a ver qué le había pasado a nuestra amiga. - ¿Kira, qué te pasó? - Le pregunté, aunque era obvio al verla ahí, tirada en el suelo. - Yo, eh, me caí - dijo y soltó una risita nerviosa. - Tú te... jajaja - Me reí de lo absurdo de la situación, y no fui la única, los cinco nos reíamos a coro. - Lo siento, lo siento - Dijo Xheli - Vamos a las mazmorras de una vez, jaja. Volvimos a ponernos en marcha. Teníamos nuestras varitas frente a nostros, iluminándonos el camino, pero a la vez teníamos nuestros sentidos agudizados por cualquier cosa que pudiera pasar. Yo ya me esperaba cualquier cosa. De milagro, llegamos a las mazmorras sin encontrarnos con nadie, felizmente esquivamos a Sir Cádogan, ya habíamos perdido demasiado tiempo valioso. Las mazmorras estaban sumidas en un silencio que sugería que había algo más ahí, no sabía qué era, pero algo tenía claro, no estábamos solos. - Chicos, tengo un presentimiento, este lugar me da mala espina - Dijo Xheli. - Sé a lo que te refieres, Xheli, yo también lo siento - Le respondí.


- Ellas y sus presentimientos - Dijo Kira, nunca nos creía en enstas cosas - Sean más optimistas. - Kira, sabes que el instinto de Xheli nunca falla, parte de eso se me ha pegado a mí dije y era cierto. En eso estábamos cuando oí el frufrú de una capa. - ¡Expelliarmus! - Gritó quién sea que estaba ahí y la varita de Mela salió dispara a cualquier lugar. Nos volvimos para ver quién era y comenzar un duelo. -¡¿Profesor?!- Dijo Kira impresionada. No era para menos, no todos los días tu profesor te ataca por la espalda. Vi como blandió su varita para volver a hechizarnos y lo imitamos preparados para lo que se nos avecinaba.

Sol Black Alex y Sol llegaron al castillo, intercambiaron una sonrisa antes de adentrarse en el, la gente parecía tranquilizase en cuanto se umergian en aquellas paredes que para la mayoria les traia graos recuerdos de su infancia y juventud. -¿A donde vamos?-pregunto Alex cuando vio que tomaba uno de los pasadizos. - Vamos a las mazmorras, necesitamos pensar antes de hacer cualquier cosa, ahi hay muchas cosas que podrian ayudanos. - Pero todos van para arriba- disutio el joven, al ver que la multitud se arreolinaba en torno a las escaleras, que como simpre cambiaban de lugar a su antojo. - Alex intento pensar en la mejor opción, estoy preocupada por los otros...y tus reclamos no estan ayudndo, si tienes una mejor idea , la esperare sentada... La bruja se dejo caer en uno de lso escalones, estaba agotada despues del largo recorrido, asustada, preocupada, tenia mucho frio y en cualquier momento iba acolapsar, era demasiado para una sola noche. Escondio la cabeza entre sus manos y comenzo a sollozar...no se sentia tan fuerte para salir de aquello, la responsabilidad de tener a Alex y mantenerlo a salvo la sobre pasaba, tenia que encontrar a Jock y con urgencia.


Amya_An Amya_An despertó muy Aturdida y Adolorida. Se Incorporó con gran Lentitud y Desorientación. Miró hacia ambos lados y quedó petrificada ante este nuevo descubrimiento. No estaba en la Sala de Trofeos, dudaba aún estar en el Castillo de Hogwarts. Casi de un Salto la bruja se puso de pie, varita en mano y apoyándose contra una casi asquerosa pared. ¿ Qué era ese Lugar ?, ¿ Cómo había llegado hasta Ahí ? El Olor era mas que insoportable y podía oírse ecos extraños desde ambos extremos de aquel Corredor que aparentaba estar desierto. Si, a Amya_An no le cabía dudas de que se encontraba en un especie de Laberinto Subterráneo. No había techo, solo una especie de densa neblina lúgubre. El piso y las paredes eran de piedra muy antigua y parecía emanar cierta magia oscura muy intimidadora. A pocos pasos de ella se hallaba la respuesta. Lo que parecía ser Unos de los Trofeos de Hogwarts, solo que éste producía un raro resplandor azulado. Un Translador, pero Quién y Por Qué.

goderic slithering Estábamos bajando las escaleras cuando de pronto... ¡PAM!... Un fuerte ruido resonó en las paredes.

- ¡AYY! - Inconfundible, era un grito de Kira.

- ¡Kira! - Gritaron los cuatro restantes al mismo tiempo. Xhio fue corriendo de primera con Gode pisándole los talones a ver qué le había pasado a nuestra amiga.

- ¿Kira, qué te pasó? - Le preguntó la chica, aunque era obvio al verla ahí tirada en el suelo.

- Yo, eh, me caí - dijo y soltó una risita nerviosa.

- Tú te... jajaja - Se rió Xhio de lo absurdo de la situación, y no fue la única, los cinco se reían a coro.


- Lo siento, lo siento - Dijo Xheli - Vamos a las mazmorras de una vez, jaja. ***

Volvimos a ponernos en camino. Teníamos nuestras varitas frente a nostros, iluminándonos el camino, pero a la vez teníamos nuestros sentidos agudizados por cualquier cosa que pudiera pasar. Las mazmorras estaban sumidas en un silencio que sugería que había algo más ahí, no sabía qué era, pero algo tenía claro, no estábamos solos. - Chicos, tengo un presentimiento, este lugar me da mala espina - Dijo Xheli. - Ellas y sus presentimientos - Dijo Kira, nunca nos creía en enstas cosas - Sean más optimistas. - Kira, sabes que el instinto de Xheli nunca falla, parte de eso se me ha pegado a mí - dijo Xhio. En eso estábamos cuando se escuchó un... - ¡Expelliarmus! - Gritó quién sea que estaba ahí y la varita de Mela salió dispara a cualquier lugar. Nos volvimos para ver quién era y comenzar un duelo. -¡¿Profesor?!- Dijo Kira impresionada. Pero la única respuesta fue un Desmaius de parte de él. -¡Protego!- Gritó el chico -¡Hay q salir de aquí!- Dijo una desesperada Mela -Pero, ¿Cómo?, seguramente esta bajo un maleficio y no nos dejará salir de acá- razonó Xhio -Protejanse -gritó el chico a tiempo que gritaba- Confringo! Y el techo se empezó a derrumbar, logrando huir, pero el profesor los perseguía Separemosnos! - Gritó Gode


Los chicos se dividieron en dos grupos, el primero estaba conformado por Xhio y gode , y el segundo por la

mela,Xheli y kira. El profesor seguía al primer grupo, los chicos decidieron subir las escaleras para despistarlo. Entremos al baño-dijo el chico No, gracias del susto ya me hice-Bromeó Xio JAJA, no, de verdad vamos al baño-dijo el chico Bueno, pero no te rias tan fuerte que nos encontrará- dijo la chica La pareja entró al baño...pero escucharon unos sonidos y esperando lo peor sacaron sus varitas.

Sagitas Podrías haberle dicho otra cosa, ahora se va a preocupar más todavía. Puse cara de no entender nada de lo que me decía Elo. -- Pero si le he dicho que estás bien… -- Sí, claro. "Dile que si quiere venir que traiga algo de díctamo para las heridas de Deivid y la espalda de Elo" -- ¡Ohh! Pero Darla me conoce. Sabe que si menciono la comida es porque no es nada serio y que tengo hambre. Ya verás cómo no se preocupa, Elo, de verdad. La conozco muy bien. Mi mente divagaba en los sándwiches que mi amiga me llevaría si se sentía intrigada por lo que hacíamos en la Mansión Museo de la Guerra aquella. -- Bien, ¿qué hacemos? ¿Nos vamos, nos quedamos? ¿Esperamos los sándwiches? Deivid, Eli Tonks y Elo me miraron con pena. -- No, si lo digo porque aquí se está muy bien y seguramente estaremos seguros del todo aquí sin hacer


nada. A salvo de dragones malintencionados que miran feo, peor que el nonarigudo de esa estatua. -- Jovencita, al próximo insulto le juro que… Ya me estaba acostumbrando a no hacerle caso. -- Y sin embargo, si salimos del Museo recuerdo yo que había un restaurante enfrente mismo de la puerta que prometía unas gachas estupendas. -- ¿Es que no puedes dejar de pensar en comer? -- ¡Ohhh, como si tú no tuvieras hambre, Deivid! Estoy segura de que si estuvieras bien alimentado no te hubieras caído cuando sobrevolábamos el sauce y no nos hubiera atacado con sus ramitas. -- ¿Ahora la culpa es mía? -- Nooo, no dije eso… Me arrepentía de haber sacado a la luz eso. No quería que el auror se enfadara y me metiera la varita por la nariz. -- Digo que...…que...…que aquí el Sr. Nariz plana podría contarnos más historias reales y verídicas de la vida cotidiana en Hogwarts. -- Muchachita, te la has ganado. ¡Eh, Barny! Haz que salga un troll y machaque a esta maleducada. Todos miramos hacia Barny, aunque la verdad es que ignorábamos quien era Barny. -- A mí no me metas en tus líos, cabezón. Me reí por lo bajo. La voz, algo ronca y quejumbrosa, provenía del cuadro de los trolles bailarines de tul rosa. -- Jejeje, él también cree que eres raro. Cabezón sin oreja -- me burlé de la estatua. -- Desagradable, muy desagradable esta conversación, pensé que me ibas a apoyar, viejo amigo.


Desde el cuadro se oyeron unas risas huecas. Me sorprendí al comprobar que los troles sabían reírse, o eso o estaban resfriados y acababan de toser todos al mismo tiempo. -- Viejo tal vez, amigo no. Sólo por el hecho de que me vea obligado a verte cada día no implica que tenga una amistad férrea contigo. -- Hummm, ¿no se irán a pelear, verdad? -- dijo Elodia a los dos contendientes de la palabra. -No está bien entre… piezas del Museo. -- Yo no me peleo con quien lleva años, siglos en realidad, intentando inútilmente hacer bailar a trolles tan parcos de entendimiento como él. -- Yo no pienso pelearme con quien era tan feo antes de la mutilación que tuvieron que cubrirle la cabeza con una peluca y ponerle una diadema encima en un intento burdo de embellecer su cara. -- ¡Ohhh! ¿Eso es cierto? -- no pude contenerme, ya me decía mi madre que era demasiado curiosa y que eso me costaría algún día un disgusto. -- Sí, es cierto. Fue el día en que un chico escondió un libro muy valioso en un armario y me puso encima para señalar con claridad el escondite. Los cuatros miramos a aquel brujo descascarillado y negruzco por algún incendio con un gran, enorme y mal disimulado interés. -- ¿Libro? ¿Qué libro? Deivid tampoco había podido contenerse. Aún recordaba las palabras de aquellos Patronus delante de la Fortaleza cuando esperaban que salieran vivas las compañeras. "vamos al colegio...…Los Administradores están vivos...", "... algo de una llave y un libro. Estamos bien...…No os preocupéis", "dicen que Morgana, Circe y Merlín están implicados en todo esto. No, los mortífagos nos ayudan" La palabra LIBRO aparecía casi flotando en el ambiente. Los dos habíamos oído aquello y Elo y Ela fueron informadas inmediatamente. -- Buscan un libro, los administradores buscan un libro y una llave.


Volvimos a mirar al busto que carraspeó dándose importancia. -- Dudo que éste sea el libro que realmente buscáis. Era un antiguo y ajado libro de pociones que, a propósito, desapareció en el gran incendio de la Sala de los Menesteres. Vio la decepción en nuestro rostro y prosiguió hablando. -- Para libro importante y valioso el que guarda Barny en su interior. Ese sí que es un peligroso libro de Magia que nadie debe de recibir, sólo el Indicado. --¡¡Viejo patán desfigurado!! ¿Es que no sabes guardarte los secretos dentro de tu cerebro lelo y estropeado? -- ¡Eh, sin insultar! Que vi como aquel viejo lo tomaba de donde llevaba siglos arrinconado y lo escondía a toda prisa en tu interior. Y te daba las claves precisas para entregarlo a la persona adecuada. Los cuatro nos levantamos como por un resorte impulsados y corrimos, volamos, aterrizamos delante del cuadro del mago. Los troles amenazadores movían su tranco de madera y gruñían por lo bajo. Deivid habló con voz clara. -- ¿Nos deja ver ese libro? -- No. Elodia lo intentó también. -- ¿Nos da el libro? -- No. -- Por orden del Ministerio de la Magia le ordeno que nos dé el libro ese --se quiso imponer Eli Tonks. -- No --se rió el mago por lo bajo.


Le miré con carita cariñosa y pregunté. -- ¿Nos dejas darle un vistazo? -- Pues… no, claro que no.

elvio hg Rosa se paró enfrente de un lavatorio, que estaba lleno de moho por la falta de limpieza. Las antorchas estaban débilmente encendidas, pero lo suficiente como para ver, ya que era muy poca la luz que entraba por las ventanas. Antes de leer el papel, vimos como Rosa se acercaba al lavamanos y buscaba algo en él. La luz era muy débil, las antorchas ya estaban casi por consumirse en su totalidad. El agua del suelo reflejaba la luz de las llamas, por lo que, por las ondas creadas por nuestros pasos, un as de luz fue directo al grifo, dejando ver claramente la imagen de una serpiente tallada en el. -¡La leyenda es real! –dijo Rosa, alejándose un poco del lavatorio, y nos explicó que era lo que tenía en el papel: pársel-. El papel estaba roto y manchado de tinta, lleno de palabras, que no eran realmente palabras, sino que eran solo sílabas, llenas de Eses y Haches, peor que un trabalenguas. Rosa leyó lo que había escrito varias veces, pero nada pasó. Pensé que se debió de sentir muy frustrada. -Déjame intentarlo-dije y tomé el papel y lo leí-. De pronto los lavatorios se movieron, algunos hacia los costados y otros hacia abajo, dejando en el centro un agujero que iba hacia las profundidades del castillo. Me quedé como petrificado por el susto, la leyenda era real. Nos acercamos muy sorprendidos pero a la vez llenos de miedos a ver que había dentro, pero solo alcanzamos a ver la inmensa oscuridad. -Josi, cumple tu papel de madre y ve primero –dije mientras con una mano empujaba a Josi dentro del agujero, quien gritó y todos miramos como desaparecía de nuestra vista.


Sentí una mano y de pronto caí por donde había ido Josi-¡Venganza! –dijo Kris, pero apenas pude oírle porque ya me había sumergido mucho en el túnel-. No podía ver nada. Solo podía sentir la superficie húmeda por la cual me estaba deslizando, como si fuese una especie de tobogán. El trayecto fue largo, y muy empinado, mas de una vez grité al encontrarme en una curva. Y terminó el viaje. Caí fuertemente al piso, me levanté, quitándome con las manos la suciedad que se me quedó por la ropa al bajar por el túnel; de pronto oí un grito muy agudo, y ví a Kris cayéndose el piso, seguida de Rosa. El lugar era muy oscuro, por lo que tuvimos que usar nuestras varitas para poder ver. -Lumos! –se escuchó decir a todos en segundos, y de a poco la oscuridad iba disipándose-. Buscamos a Josi, iluminando varios lugares de la cámara, oscura y muy tenebrosa, daba miedo estar ahí, el piso estaba repleto de huesos de ratas. La encontramos, mirando una especie de puerta de bóveda redonda, con serpientes talladas en su superficie. Rosabonita A pesar de que todos creíamos que era una simple leyenda del castillo nos encaminamos para el baño de chicas abandonado. Nunca pensé que tendría que confirmar si la leyenda era cierta o no. Pero me llenaba de tranquilidad que lo descubriera junto a mis mejores amigos. Caminamos con mucha expectativa, pensando mil cosas que podríamos encontrarnos. Mi mente volaba a la historia de Harry Potter y se me erizaba la piel nada más pensar en tener a un enorme basilisco en frente, aunque no se diferenciaba mucho al hecho de que sobre nuestras cabezas voló un colacuerno húngaro que debía estar dormido y que por si fuera poco, escupía fuego maldito, el cuál por poco nos alcanza. Sumida en mis pensamientos me encontré de frente la puerta del baño. Sin miramientos entré seguida de mis compañeros. Rodé la perilla con cuidado y así todos estábamos alertas esperando cualquier cosa fuera de lugar, sin embargo, nada sucedió. Nos adentramos sigilosamente en el baño rompiendo las telarañas.

-Cierren la puerta, si alguien pasa y nos cachan aquí, estamos muertos.- Dije y de inmediato Kris cerró la puerta. Frente a la entrada se podían divisar los famosos lavabos blancos y majestuosos en su época, ahora llenos de moho y totalmente sucios. Me acerqué emocionada, miré hacia la derecha y vi los compartimientos de cada baño. Caminamos y nos paramos justo frente a los lavabos.


Comencé a buscar sin muchas esperanzas la serpiente que debía estar en el lavabo correcto. Josi preguntó con seriedad si de verdad estábamos seguros de lo que hacíamos. Asentí con seguridad. La verdad creía que era solo una leyenda y que si por lo menos la mitad era cierta, lo demás no podría serlo. Sin embargo, para mi sorpresa mientras palpaba los grifos sentí un abultamiento en uno, observé y se trataba de una serpiente.

-¡La leyenda es real!- Dije emocionada mientras me erguía de nuevo. Sin pensarlo dos veces tomé el pedazo de pergamino lleno de garabatos y letras, lo que me imaginaba era pársel para poder abrir la cámara. Respiré profundo e intenté concentrarme, debía hacerlo bien. Comencé a repetir lo que mostraba el papel con la voz cortada, cerré los ojos al terminar pero nada pasó. Respiré y lo repetí de nuevo, y nada pasó. Ya lo sabía, todo era mentira. Me arriesgué a repetirlo una última vez algo frustrada y resignada y nada pasó.

-Déjame intentarlo- Me dijo Elvio, que se encontraba con los demás detrás de mi. Le di el pergamino y repitió lo que decía. Sin poder creerlo observé como el lavabo comenzaba a ceder haciendo un sonido alto de cerámicas rozándose. Comenzó a girar a la izquierda y hacia abajo dejando un enorme agujero en medio. ¡Era cierto! Los chicos comenzaron a entrar, uno empujándose al otro ya que ninguno era demasiado valiente como para dar el primer paso. Yo me lancé de última después de empujar a Kris. El descenso fue rápido, pero a pesar de eso el túnel era largo e inclinado. Caí en un montón de huesos de rata quizá, parecía increíble que me encontraba allí. Me sentía dentro de la historia de Harry Potter. Todo era frío y se sentía húmedo. Había varios caminos, en el del medio se veía próxima una puerta de hierro bastante fuerte parecida a una bóveda. Josi la veía mientras se iba acercando y todos la seguimos.

-¿Creen que sea aquí que esté lo que buscamos?- Pregunté, mi eco retumbó en las paredes y rebotó. La frase se repitió decenas de veces y me causó gracia. Me adelante e intenté averiguar como se abría la bóveda, necesitaría alguna clave. ¿O tendríamos que abrirlo con sangre?

-Creo que tiene una clase de acertijo- Dijo Elvio, mirando muy de cerca la puerta de la bóveda y percatándose de que tenía una clase de combinaciones de letras y números.

-¿Y de que crees que se trata?- Preguntó Kris con curiosidad. -No lo sé- Elvio se quedó pensativo. Su cabeza debía estarse moviendo a mil por hora.


Se hizo un silencio sepulcral, todos estábamos concentrados, hasta que Josi dio un pequeño brinco en señal de que se le había ocurrido algo.

-Podría tratarse de una fecha y las siglas de un nombre-

joselinjim Entraron al baño, Rosa a la delantera, seguida de Elvio, que había entrado a la fuerza gracias a que Josi lo empujó y pasó detrás de él, y de último entró Kris, cerrando la puerta detrás de ella. El baño no se encontraba en buenas condiciones, se notaba que hacía mucho tiempo que nadie entraba a aquel lugar. El silencio reinaba en ese sitio, lo que hacía pensar en donde se encontraba Myrtle. Josi recorrió con la mirada cada espacio de aquél lugar, en el cual no había estado nunca. Observó como Rosa se acercaba al lavabo y con la mirada buscaba el que necesitaba para abrir de nuevo la cámara que había permanecido por tantos años cerrada. - ¿Están seguros de esto? – preguntó asustada por lo que pudiera contener la cámara. Rosa asintió como respuesta, al momento que consiguió el lavabo que tanto buscaba: el que contenía la serpiente en el grifo, el cuál abría la cámara Rosa sacó un pedazo de papel roto de su pijama, y comenzó a recitar unas palabras sin sentido para mí. Repitió el procedimiento y nada sucedía. Elvio decidió intentarlo y tan solo al primer intento logró que el lavabo comenzara a moverse, dejando a la vista un enorme túnel. Josi miró a Elvio con confusión por haber logrado abrirlo tan pronto, al tiempo que se inclinaba para observar el interior de aquél túnel. Justo cuando se disponía a decir algo, fue empujada por alguno de sus compañeros al interior. Se sintió cayendo por un lugar frío y húmedo, al igual que tenebroso. Inesperadamente entró una brisa fría y Josi sintió que golpeaba el sucio y frío suelo. Se levantó con cuidado al tiempo que veía a sus otros compañeros cayendo. Observó todo el lugar, mirando detalladamente cada detalle. Observó una puerta de hierro muy extraña, se acercó y pasó su mano por ella. Parecía que llevaba a una bóveda. Elvio notó que parecía que tenía una especie de acertijo, el cuál seguramente nos permitiría abrir la puerta. Al cabo de un rato de pensar y meditar sobre el acertijo, Josi pensó algo - Podría tratarse de una fecha y las siglas de un nombre - dijo dudusa, tratando de echar su imaginación a volar para tratar de resolver el enigma de la bóveda.


Sheila Longbottom Después de tener cuidado con las ramas ardientes del Sauce Boxeador, Sheila y Coyo-t lograron cruzar para poder entrar en el agujero donde desaparecieron los demás. Era bastante grande el espacio, pero muy oscuro.

-Este era un pasadizo, en los mitos de Harry Potter, no?- preguntó Sheila dudosa. Recordaba que llevaba a algún lugar conocido, pero ella casi no creía en esas cosas. -Si, creo que si..- contestó Coyo-t, sin pensar mucho en eso.. Al parecer estaba pensando en algo o alguien mas. Sheila entró primero prendiendo su varita con un lumos. Empezó a caminar por el lugar que cada vez se iba haciendo mas estrecho y detrás de ella iba Coyo-t igual con su varita en alto. Lo único que se podía escuchar además de las respiraciones era el eco de sus pasos. De pronto se empezaron a escuchar unas voces a lo lejos, pero no se podía alcanzar a distiguir lo que decían. Sheila vio luz en una parte arriba de ella así que supuso que era la salida; empujó con fuerza y la tapa se abrió. Coyo-t la ayudó a subir y luego ella a él jalándolo desde arriba. Cuando los dos estaban arriba se quedaron petrificados observando todo.. ¿que era ese lugar? Estaba lleno de cuadros deteriorados, armaduras abolladas y objetos quemados, sin ningun valor. Sheila se acercó a leer un letrero que estaba sobre una mesa "Son obras del Castillo de Hogwarts que fueron afectadas por la Gran Batalla. Esta mesa fue una de las que atacaron a los mortífagos que asaltaban el Gran Comedor. Seguro que utilizaron algún hechizo para cubrir a los alumnos que allá estaban." Se quedó sorprendida de que todavía guardaran todas esas cosas, pero se le hacía interesante de alguna manera. Otro día que tuviera tiempo le gustaría ver el lugar mas detalladamente, al parecer era un museo viejo. Coyo-t le hizo una seña para que prepara su varita por si cualquier cosa, irían caminando hacia donde provenían las voces. krazywitch Avanzamos por el pasillo hasta que de frente nos encontramos con la estatua de gárgola de piedra, nuestro único impedimento para dar con la oficina del director, pero después de tanto tiempo, que no sabíamos cual podría ser:

- Sorbete de limón – dijo Gabry y la estatua no se movió. - Dumbledore - dijo Sorce y la estatua seguía inmóvil en su lugar.


- ¿Y ahora? –dijo Alex, abrazando a Lee. - No sé – dijo Lee que miró a la estatua ceñuda y pronunció – Píldoras ácidas – pero la estatua permanecía sin moverse. - ¡Diantres! No puede ser que no podamos entrar – se quejó Sorce algo molesta.

Me quedé pensando un rato, medio escuchando lo que decían mis compañeros y pensando en cual podía ser la contraseña de la estatua para poder acceder al despacho. Me quedaron viendo, hasta que Alex me dijo:

- ¿Te quedaras ahí calladota?

Ignoré lo que Alex me había dicho para evitar problemas entre nosotros, suficiente teníamos con no saber la contraseña, hasta que se me ocurrió pronunciar:

- Draco dormiens nunquam titillandus – y aunque los chicos me miraban extrañados, la estatua se movió, dándonos paso a las escaleras en forma de caracol que llevaba a la oficina del director. - ¿Cómo se te ocurrió? – dijo Sorce. - ¿Qué dijiste? – preguntó Lee. - Lo siento – agregó Alex. - No lo ven niños, dije en latín “nunca hagas cosquillas a un dragón dormido” es el lema de Hogwarts y estamos en el Torneo del Dragón Dormido, ¿qué otra cosa podía ser?- les dije con una enorme sonrisa. - ¡Qué ocurrente! – dijo Gabry. Nos echamos a reír los 5. - Gracias y ahora ¡vamos! – respondí.

Subimos los escalones, hasta que dimos finalmente con una enorme puerta de madera que tenía una manija de metal, que a pesar de ser tan vieja, estaba en muy buenas condiciones. Quisimos entrar, pero estaba cerrado:

- Alohomora –dijo Alex apuntando la cerradura con la varita y la puerta se abrió. - Bien hecho – le dije y entramos al despacho.

Las cosas lucían casi igual al tiempo en que estaba Dumbledore. Los cuadros seguían colgados en las paredes, pero los dueños de los mismos ya no estaban ahí. Posiblemente el caos que provocó el dragón hizo que se alejaran. Había en el lugar muchos libros, mapas y cientos objetos que habían pertenecido a muchos de los directores de Hogwarts. En un estante, a unos metros de donde


estábamos, se hallaba el ya conocido por todos, Sombrero Seleccionador:

- ¿Podrás ayudarnos a encontrar la llave? – le pregunté al sombrero, que para sorpresa de todos, se movió. - ¿Qué buscan jóvenes estudiantes Gryffindor? – era evidente que su sabiduría no había cambiado con el pasar de los años. - La llave que abre el libro que contiene el secreto para volver a dormir al dragón – dijo Sorce. - Ya veo – dijo el sombrero – ¿y cómo esperan dar con ella 5 jóvenes magos? Si no me equivoco, ustedes nunca la han visto, ¿o no? - No te equivocas – dijo Alex – pero ya tenemos demasiados problemas y queremos ayudar a solucionarlos. - Entonces, veremos que en este lugar, un objeto pequeño y plateado han de encontrar – dijo el sombrero- sólo aquel pequeño objeto, les permitirá abrir el libro para controlar al dragón dormido. - Gracias – dije al sombrero – bien jóvenes, a buscar – dije a mis compañeros. - ¿Y dónde buscamos? – dijo Lee. - ¿Cómo dónde? – dije al tiempo que nos echamos a reír – en todos lados, debemos dar con esa llave y de esa forma evitaremos que el libro sea abierto si cae en manos equivocadas- comenté. - Bien pensado, nena –dijo Sorce.

Y la búsqueda comenzó. Revisamos tras los cuadros, entre los libros, en cajitas de madera, dentro de cajones, y cada cierto rato se escuchaba un “Alohomora” en lo que abríamos cosas que estaban cerradas con llaves.

Pasó cerca de una hora, y no aparecía la llave y empezábamos a pensar que quizás no estaba ahí la llave. Lee caminaba por el segundo piso de la oficina y al pasar frente a los libros de la estantería, una tabla del piso de madera crujió. Lee quitó el pie, se agachó y al ver que la tabla estaba suelta, dijo:

- Niños, vengan acá, creo que encontré algo – al tiempo que subíamos hasta donde ella estaba. - ¿Qué encontraste? – dijo Gabry. - Esta tabla esta suelta – la tomó por uno de los bordes y con cierta dificultad la removió. - ¿Qué es esto? – Alex tomó un trozo de tela que cubría aquel lugar y al fondo había un cofre. - Yo lo saco – dije y metí la mano hasta tomar el cofre de la manija y sacarlo de aquel lugar. - Alohomora – dijo Sorce, pero el candado no se movió. - ¡Genial! – dijo Alex- ¿y ahora como lo abrimos? - En uno de los cajones del escritorio abajo hay manojos de llaves, quizás una de esas abre el cofre –


sugirió Gabry. - Bajemos – dije.

Llegamos hasta el escritorio y luego de probar un número considerable de llaves, encontramos la que abrió el candado:

- ¡Excelente! – dijo Lee, ya que dentro del cofre se encontraba la llave.

- ¿Pero quién la llevará? – preguntó Gabry. - Que la lleve Krazy – dijo Lee- ella es la capitana y además la de la idea de buscar la llave. - De acuerdo- asintieron todos. - Pero ante cualquier cosa – agregué – debemos tener en cuenta que podemos intercambiarla entre nosotros ¿bueno? - Claro – dijeron todos. - Bueno, vámonos de aquí - dijo Alex- debemos saber si alguien encontró el libro. Nos dirigimos los 5 a la escalera, salimos por un costado de la estatua de la gárgola, la cual se cerró al pasar el último de nosotros, y fuimos a ver qué pasaba con el libro.

Mitsuki Luego de decidir de forma unánime que se dirigirían al septimo piso Andrea los sorprendio abriendo un pasadizo que ella Mitsuki nunca había visto "Debe ser por ser prefecta", penso "o por tener el mapa del merodeador". Sea cual fuera la razon se hallaban recorriendo estrecho y oscuro tunel que parecia ascender dentro del castillo. De pronto todos chocaron entre sí ya que la vampira que los diriía se detubo bruscamente al llegar a un tapiz que cubría la salida y les hizo señas de que hicieran silencio. - ahí hay alguien-susurró. Y dicho esto se puso a examinar el mapa que llevaba en las manos, pero por muy poco tiempo ya que casi al instante lo cerro y se lpo guardó en la tunica. Justo a tiempo, porque el tapiz que los escondía se corrió bruscamente y la cara de Mistify se les presentó con varita en mano y una expresión severa. -¿Qué se supone que hacen ustedes acá? -Am… nosotros- titubeó Fernando -Nada – dijo rápidamente Mitsuki, aunque al instante noto que era una respuesta tonta –hemos resuelto el acertijo y nos hemos venido para el colegio pensando que era lo mejor .


-Si- continuó Liliana – y parece que nos hemos perdido tratando de huir de unos licántropos. -Y ¿tú qué haces aquí?-preguntó Andrea con el aire altanero qeu la caracterizaba. Parecia que ni siquiera la mortífaga intimidaba su carácter –No debería estar ayudando a los demás ¿o es qué todo esto es culpa de los mortifagos? Pero Mistify al parecer no iba a permitir ese trato, ya que con un movimiento casi imperceptible de su varita los cuatro sintieron como una fuerza aparentemente inexistente los empujaba hasta el suelo. -¿Qué hacen aquí?- repitió. -Llegamos desde la fortaleza, somos prisioneros, ya le dijimos- insistía Liliana. Mistify pareció pensar largamente. -¿Entonces no saben nada?- Mistify los miraba con perspicacia. Su mirada se cruzo la de Mitsuki y se quedo un rato sobre ella. Mit intentó correr la mirada, pero la profundidad de los ojos de la mortífaga parecían meterce dentro de los suyos propios. Luchó contra ese impulso y respondió: -Sabemos lo suficiente para ver que todos estamos en peligro Se escucharon pasos cerca y algunos murmullos. -Este no es buen lugar para hablar- dijo Mistify aun sin quitar su mirada de los ojos marrones de Mitsuki. Finalmente voleo y luego de realizar un encantamiento que los mantenía cubiertos por una espesa niebla los llevó hasta un aula cercana ,antes habiendose asegurado de que estaba vacía. Volvio a mirarlos y finalmente se dirigió a la puerta aplicandole un sinfín de complicados sortilegios. Parecía que haian quedado encerrados. Mitsuki miro a sus compañeros en busca de ayuda. Y se llevó la mano al bolsillo interior de su túnica aferrándoce al trozo de pergamino del cual solo ellos tres conocían el contenido. ¿Sería de fiar? Era de la organización, pero ante todo era mortífaga y le gustaba ver sufrir a la gente. ¿Que sería mas fuerte? Su placer personal o su deber. La imponente mujer volteó denuevo hacia ellos y los penetro con su inquisidora miada. -Ahora, cuéntenme que saben, es de vital importancia para que todos salgamos vivos de acá. -Y si en verdad supieramos algo - comenzo Andrea - ¿Por que razón entre todas las personas bajo el techo este castillo habríamos de confiartelo a tí? -Porque ...- sentenció Mistify - pues porque soy yo la que les esta dando la oportunidad. Cientos de


estudiantes corren gritando y aventando maleficios a diestra y siniestra. Buscando organizadores que no les dan un céntimo de atención. Ustedes aca me tienen, con toda mi atención a lo que tengan que decir. -¿Y si no queremos decirte nada? - aventuró Andrea amenazante. -En ese caso... - Mistify jugueteó con su varita entre los dedos. Los cuatro la miraban con cautela, pero ella no apunto a nadie ni hizo ninguna amenaza - en ese caso dejaré de perder mi tiempo con un monton de participantes ignorantes e iré a tratar de arreglar este desastre por mi cuenta. La mortífaga giró sobre sus talones y ya estaba por deshacer los hechizos de la puerta cuando Mitsuki la detuvo - ¡No, espera! Andrea le dedico una mirada asesina al tiempo que negaba con la cabeza aquella actitud. Fernando puso los ojos en blanco y Liliana cada reaccion con el interés de un estudioso erudito. Mistify se quedo en su sitio y sin voltear aún se expreso con voz tranquila. -Entonces si tienen algo para decir. ¿O me equivoco?. -Puede que algo halla - Mitsuki intentaba que su voz sonara segura, auqnue le temblaban las manos y temió que el frío sudor que emanaban pudieran estropear el raído pergamino que sostenía firmemente dentro de su tunica - pero debes prometernos una cosa... -No acepto tratos ni amenazas de... -Deberia hacerlo, proque esto es importante - sus miradas se cruzaron una vez mas, y Mitsuki prosiguió - Debe prometer que nos acompañará hasta el fin. Nada de escaparse, nada de abandonarnos. Si nosotros compartimos lo que sabemos, vamos a empezar a trabajar juntos, y asi tendrá que ser hasta el fin. Mistify levanto la cabeza y pareció mirar sin importancia el muro de enfrente, meditó un rato y finalmente volvió a hablar. -Es una condicion algo...molesta, pero de acuerdo. Si lo que tienen lo vale, yo me compremeteré con ello. Mitsuki saco entonces de su bolsillo el pergamino raido y sucio. Y al tiempo que los tres narraban en muy resumidas cuentas su historia hacia el momento Mistify miraba, rotaba, olfateaba y tanteaba el pergamino. Cuando llegamos a la parte en que Pepe nos habló del dragon ella parecio sobresaltarse algo, pero casi no lo expresó físicamente. -Muy interesante, es una historia realmente pintorezca - expresó, pero no en tono de burla, sino con un gran interés - ¿Y que hay de la parte queno se puede ver? No la habán cubierto ustedes para esconderme


algo ¿verdad? -No, nosotros... Pero la mujer ya había hecho unos complicados movimientos sobre el pergamino. Y sorprendentemente las manchas de tinta negra y tachones que cubrían el ultimo trozo de texto fueron absorbidas por la punta de su varita y dejaron entreveer las ultimas lineas tachadas por Paracelso: "Y es por eso que en el cuarto donde no hay ventanas, detrás del temor del humano

vuelto tierno se haya lo que no debe ser encontrado" Mariana20 En todo lo que pasa aqui con el dragón que se desperto, tengo miedo por mi equipo, ya que no se por donde anda, mientras algunos equipos busca soluciones; yo comienzo a buscar a mi equipo. Envio varios patronus informando que mi localizacion es en la entrada de los baños de mujeres del segundo piso. Entre el alboroto que sigue en los terrenos, escucho pasos acelerados y me encuentro con Wolforever que me comienza a contar los últimos acontecimientos, pero es el único de mi equipo que aparece, mientras le digo que espere al resto voy a buscar a los otros miembros de la casa para encontar la solución.

Avril Lestrange La Lestrange estaba empapada de pies a cabeza, casi se ahoga por su baja estatura, como su amiga Atena…no podía contar con una mano sola cuantas veces había estado en peligro de muerte desde que comenzó la noche. Estaba llegando al hartazgo y ahora, como si fuera poco, estaba viendo visiones. Una rana, pequeña y plateada parecía hablarle a Darla, y ella ¡parecía entenderle! Avril sacudió su cabeza como si quisiera espantarse un torposoplo , y volvió a enfocar la vista…sí , Darla hablaba con una rana, que al parecer era un patronus que le mandó su equipo para avisarles que estaban mas o menos bien. Y ella luchando por su amiga Sara de la que tenía ni noticias. Quedó en la fortaleza, o se escapó antes del caos, pero ni rastros de ella ni de sus otros compañeros del equipo de Hufflepuff. Pero, al oír lo que Golden estaba diciendo, su sangre terminó de helársele por completo: Man...tícora. – dijo el metamorfomago y señalaba hacia el lugar donde antes estaba la puerta…


en efecto la bruja empezó viendo una cabeza de un hombre, demasiado grande para un humano normal, y mientras la puerta se iba abriendo, la luz iba mostrando parcialmente sus demás partes. Horrorizada Avril contemplaba con una mano en la boca de puro horror. Su mandíbula estaba surcada por tres hileras de dientes aserrados, capaces de triturar cualquier cosa que quiera coma. Su cuerpo era el de un león, con la diferencia de que su pelaje era completamente rojo fuego, y la cola, a la cual la muchacha temía mas que a nada, era una de sus mejores armas, parecía la de un gigantesco escorpión capaz de disparar espinas que tenían toda la pinta de ser venenosas. Su tamaño asemejaba al de un caballo. Si! Recordaba haber leído un breve pasaje en su libro de Scamander acerca de una, que atacó salvajemente a un mago, pero fue absuelta de todos los cargos, porque a todo el mundo le daba demasiado miedo acercarse a ella. Era realmente aterradora y ella estaba petrificada. No sabía que hacer. -Chicos mantengan la calma y hablen suave y despacio- susurró la jovencita-tratemos de no alterarla- aunque ya se empezaba a escuchar el rugido de la monstruosidad nacer en su pecho. – ¿Que hechizo es efectivo contra ella Golden?- Avril enunció en vos muy baja y giró la cabeza hacia el mago .Vio que dudaba y negaba con la cabeza…pero la que respondió fue Darla:Ninguno es efectivo contra su piel sumamente mágica Avril- y si lo decía ella que era profesora…. Pero Atena no escuchó, tal vez cansada ya de encontrar obstáculos se aventuró con un –¡ DESMAIUS!. Pero la piel de la criatura sí que era mágica y el hechizo le rebotó contra sí misma….la bruja la vio caer sobre sus espaldas con tal fuerza que pensó que era el final de Atena. Rompió a llorar histéricamente mientras Mateo trataba de reanimarla, Darla tenía bien asida su varita apuntándole al mitad león pero en su rostro se reflejaba el horror de la terrible escena apenas vivida. Golden se había vuelto completamente lívido y sus ojos estaban abiertos como platos. -Que alguien haga algo, ¿no ven que no respira?- dijo Mateo completamente desesperado. Darla que era la más calma dijo: - Creo que hay una especie de hechizo pero no recuerdo bien las palabras….sé que actúa como si fuera un escudo…pero no se que le podría rebotar a la bestia…-culminó con un hilo de voz mientras la bestia se acercaba lenta pero inexorablemente con una expresión de amabilidad engañosa en su cara. -Hay que provocar que nos tire sus dardos y le ponemos un protego-dijo Golden. Mateo que


estaba desbordado de ira corrió hacia la criatura y le gritó en la misma cara : ¡ATACAME BESTIA INFERNAAALLL! Y el monstruo reaccionó meneando su cola y tirando un dardo letal mientras darla y Avril le ponían un Protego que fracasó rotundamente. El dardo fue a parar a la pared rozando apenas la cara de la joven bruja. Milagrosamente Mateo recordó: el hechizo es - ¡Preclude Telum!.- lo acabo de leer en la sección de criaturas peligrosas y lo gritó :-¡PRECLUDE TELUM!. Sin embargo el hechizo se veía débil y la bestia tiraba más dardos, los cuales se paraban , sí, pero no tenían la fuerza para rebotar de vuelta hacia ella.Volvían a fracasar. -¡TODOS JUNTOS! sentenció Darla y los cuatro gritaron al unísono y con fuerza :¡PRECLUDE TELUM!. Un inmenso muro sólido cual una roca se levantó entre ellos y el animal, desviando los dardos, al tiempo que una fuerte ventisca que procedía de la barrera invisible enviaba de nuevo los dardos hacia el punto de origen. Varios de ellos se clavaron con fuerza en el pecho peludo de la mantícora. Y la bestia cayó muerta al fin. Avril se tiró al suelo a llorar convulsamente. Mateo , Golden y Darla se permitieron sólo un momento de descanso antes de asistir a sus compañeras, una inconsciente y la otra, enloquecida. Nadie se dignó a mirar detrás del monstruo infernal si efectivamente defendía lo que ellos estaban buscando… andrea_tkm_hp Los cinco magos se quedaron sin palabras ante esta nueva revelación ¿ahora de que hablaba el viejete ese? ¿Sería una trampa?¿Sería el lugar donde se encontraba la respuesta a todo lo que estaba pasando? -¿El cuarto donde no hay ventanas? – preguntó Liliana en voz alta al cabo de un rato -¿Un cuarto sin ventanas?- dijo Mitsuki – pero si en hogwarts todos los cuartos tienen ventanas-No el despacho de Filch – dijo entonces Fernando captando la atención de las cuatro brujas -¿Qué? Me acuerdo porque el viejo ese me acaba de castigar – -Entonces vayamos al despacho de Filch a ver que encontramos – dijo Andrea Los magos y la mortifaga salieron cautelosamente habitación y continuaron su rumbo hacia el despacho de filch. La joven vampira doblo en una esquina a la derecha y en otra a


la izquierda conduciéndolos hasta un cuadro de un gato medio adormidalado y lo separo de la pared mostrando un pasadizo -Si vamos por aquí llegaremos más rápido y sin ningún contratiempo – dijo la vampira – solo que tenemos que ir gateando – Los magos asintieron y la maga de cabellos dorados después de pensarlo un momento accedió aunque no estaba muy de acuerdo con la idea de tener que ir por un pasadizo horrible -Lumus – dijo Lili y se metió la varita en el bolsillo para poder alumbrar el camino -Demonios, que no vamos a la Patagonia – murmuro un tanto molesta Mistify después de estar gateando 15 minutos -Era esto o encontrarte con derrumbes y no se cuanta criatura más – le respondió la vampira de mala gana – pero si quieres te puedes ir, por nosotros no hay problema-¡Andrea! –Le regañó Liliana – No le hagas caso Mistify, no lo dijo enserio – dijo sonriéndole y fijando la vista en el camino –¡Veo la salida! – dijo contenta Salieron del pasadizo y les tomo un par de minutos orientarse. Liliana se quedo hablando con Mistify lo cual le dio una oportunidad a Andrea para observar el mapa del merodeador. No quería que la mortifaga supiera que tenía un objeto como ese en su poder. Pudo observar que Atena se encontraba en alguna parte del castillo y que estaba acompañada por Mateo, Golden y otros brujos que no estaba segura de quienes eran. El despacho de Filch se encontraba justamente a la vuelta de donde estaban y después de ver el mapa lo volvió a guardar. -Es por aquí- llamó Andrea a sus acompañantes después de asegurar que no había nadie por el camino Andrea miro a sus acompañantes y le dirigió una mirada a Liliana para que estuviera preparada y esta asintió. Abrió la puerta con la varita en la mano y al ver que estaba vacía entraron todos. El olor a pescado les inundo la nariz desde que atravesaron la puerta y pudieron observarlo todos los archiveros desordenados y folders afuera. -Bueno… ahora ¿a qué se pudo referir con detrás del temor del humano vuelto tierno se


haya lo que no debe ser encontrado? – preguntó Mitsuki a sus acompañantes Los cuatro magos se miraron unos a otros mientras la mortifaga observaba cautelosamente la habitación y meditaba para sus adentros. -Pues la parte de lo que no debe ser encontrado es obvio ¿no?- dijo Liliana -Pues si, pero¿“detrás del temor del humano vuelto tierno?”- preguntó Mitsuki Andrea se puso a pensar mientras daba vueltas por ese cuarto. Estaba oscuro y eso era agradable para ella, no es que no le gustara el día, más bien prefería estar entre las sombras. Pudo dislumbrar en el muro de enfrente una tela un tanto raída que tapaba algo, y detrás de eso algo que parecía como si fuera pasto ¿un cuadro tal vez? Se acerco a él y le quito la tela dejando al descubierto un cuadro de un paisaje montañoso y un oso comiendo una margarita. Al ver la imagen no pudo evitar que se escapara de su boca una carcajada que llamo la atención de sus compañeros. -¿Y ahora esa de que se rie?-preguntó Mistify mirando despectivamente a la vampira -Jajaja, lo siento… es que es un cuadro muy gracioso – dijo Andrea -Y feo – prosiguió Fernando – no entiendo como Filch no lo quito – -Bueno, creo que le hare un favor y me lo llevare en mi mochila. Esto se va conmigo para hacerme reír jajaja – dijo y tomó el cuadro para quitarlo sin ningún éxito – Oigan, no puedo quitar el cuadro-Hay por dios, pero que débiles son ustedes – dijo Mistify y se dirigió a donde estaba ella para intentar quitarlo – No puedo creer que seas tan débil que no puedes quitar un cuadro – y dicho esto lo jalo sin exito alguno. Después de varios intentos se alejo y lo miro atentamente - este cuadro esta encantado -Interesante- murmuró Mitsuki -¿Qué es interesante?- le preguntó Liliana -En la antigüedad los osos eran temidos por que en los bosques comían humanos-


-Bueno, eso es algo que siguen haciendo Mitsu – le dijo la vampira sonriéndole -Vale, pero por eso eran temidos. Sin embargo –dijo y se acerco al cuadro – Este oso no da miedo. Es más, se ve un tanto tierno- dijo observando atentamente al oso -Bueno, a mi todos los osos me parecen tiernos. Tengo demasiados peluches de osos – dijo la vampira y sus compañeros la voltearon impresionados ante tal revelación –Por eso no digo este tipo de cosas – dijo y tomo una distancia prudente lejos de ellos para recargarse en un muro -¿Y cómo se supone que hacemos para quitar el cuadro?-preguntó Fernando -Bueno…- dijo Liliana taciturnamente –Las peras de la cocina te dejan pasar si les haces cosquillas, así que… tal vez si le hacemos algo al oso este nos deje pasarLos magos se pusieron a pensar de que forma podrían quitar ese oso y encontrar aquello que no debían encontrar pero que tenía la solución a todos los problemas que estaban pasando. Tenía que ver alguna forma de poder quitar el marco de ahí y detener al dragón antes de que siguiera causando más alboroto y tenían que encontrarla pronto.

Madame shaki Al ver que Tamarindo abría sus ojos la mirada de Shaki se fue transformando poco a poco, ahora su rostro permanecía muy sonriente, pues justo al frente tenia a la chica de sus sueños, aquella chica mostraba indicios de padecer alguna enfermedad, Shaki sin saber que la afectaba acaricio su rostro muy sutilmente y pudo percibir el quebranto que la aturdía. Tamarindo ahora despierta, estaba muy contenta por vislumbrar a su amigo Foungtan y a su queridísimo Shaki, al principio no podía hablar y le costaba recordar lo que había acontecido en el castillo la noche anterior, lo único que si supo responder fue el paradero de Amya_an quien dejó los dos tréboles protectores para que nada malo le sucediera a su amiga…

Shaki al escuchar esas palabras, sintió una punzada en el estomago, Si Amya_an había dejado su trébol para proteger a Tamarindo, esta estaría peligrando sin protección trebolera por los pasillos del castillo. Shaki caminó hacia la ventana desde donde se podían ver los campos donde alguna vez estaban establecidos los campamentos, enseguida hubo una explosión proveniente de la escalera que conducía hacia la enfermería, Shaki enseguida miro con determinación a Foung : - Hay que sacarla de aquí Foungtan , Los tréboles no la protegerán demasiado y por su estado … *Shaki callo un momento, trago saliva y continuo* algo malo le podría pasar.


- Tienes toda la razón Shaki , estará mejor con nosotros que si sigue aquí ...*afirmó Foungtan muy decidido*. Shaki enseguida saco la posición lineal de aquellos tréboles le coloco uno a Tamarindo y le dio el de Amya_an a Foungtan . Al momento otra explosión surgió: - Bueno ya es hora de hacer algo. *Shaki saco su varita de la túnica* CAVE INIMICUN! - Foungtan también saco la suya, esta apuntando hacia la puerta de la enfermería FERMAPORTUS! - Que has hecho Foung ahora no podremos salir, gritó Shaki. Al momento hubo una explosión, el encantamiento de Foungtan no sirvió de nada, fuese lo que fuese aquella cosa no iba a entrar por la puerta, cada vez se oían pisadas fuertes muy próximas hacia aquella habitación, otra explosión y ahora mas cerca, tan cerca que tamarindo se estremeció, mientras shaki y foung se hallaban a unos metros tras la puerta, era inevitable que aquella cosa se aproximara cada vez mas, ahora hubo otra explosión, esta afecto a los muros de la enfermería , los cuales se desvanecieron rápidamente, Shaki apunto con la varita a Tamarindo para lanzarle un casco burbuja pues sabia sobre alergia de la misma hacia el humo .FUMOS! grito shaki y una densa capa de humo blanco sucumbió en aquel recinto… AteNa -Petrificus Totallus- dijo al momento que un rayo blanco salía de su varita arremolinándose alrededor de las diminutas criaturas. Estaba ahí, sin dejar de sonreir, apuntando con la varita a los que un momento antes habían sido sus contrincantes. Los pogrebins se quedaron completamente quietos, AteNa salió de entre dos estanterías y observó a Golden y a Mateo rodeados por cientos de pequeñas criaturas con cabeza de piedra. Los ayudó a deshacerse de ellos dando patadas por todos lados, enseguida se escuchó la voz de Avril. -¡Mateo, Golden!- gritó Los dos jóvenes voltearon intentando buscar de donde provenía aquella voz. AteNa inspeccionaba la biblioteca parte por parte, contemplaba los libros que estaban sobre la mesa más cercana. - ¡vengan ya rápido, y miren lo que encontré! ¡Llamen a las chicas AHORA! No se cuanto más voy a poder resistir trepada acá.- volvió a gritar Avril.


Golden y Mateo salieron corriendo hacia donde se encontraba su compañera que al parecer tenía problemas con algo, AteNa los miró y corrió al instante tomando otro pasillo, los adelantó casi al llegar a la "puerta" que se abría delante de ella, pasó sin dudarlo y enseguida entró Darla. Una oscuridad profunda se materializó frente a ella pero después de un instante dejó de notarla, dio un paso acercándose a las escaleras y en ese momento Golden Snitch pasó a su lado, situándose en el frente del grupo. -Lumos.- dijo la bruja de cabello negro. Una chispa saltó cayendo en el piso y de la varita de Avril tintineaba una asombrosa luz que iluminaba todo el lugar. - ¿Hacia abajo entonces?- Preguntó la chica sosteniendo la varita en alto. - Demasiadas escaleras para bajar - dijo Golden con un tono cansado. - Tengo una idea, aférrense de algo... - Estoy empezando a desconfiar de tus ideas - dijo Darla lanzándole una fugaz mirada. - Espera - dijo AteNa confundida - Por que se supone que debemos aferra.. - ¡Glisseo! - dijo el mago sin dejar que la bruja terminara su frase, apuntando con su varita hacia el suelo. - ¡Que demon. . .!-Alcanzó a decir Mateo antes de tropezar y comenzar a caer en picada por lo que ahora era una rampa por la cual los cinco jóvenes se deslizaban a toda velocidad. Al término de aquel divertido deslizamiento cayeron sobre algo duro, una docena de cadáveres se repartía a lo largo del lugar.Golden extendió su mano derecha hacia AteNa mientras se frotaba la cabeza con la otra, el color de su cabello comenzó a metamorfearse, más allá estaba Avril aún sentada contemplando los esqueletos que adornaban el lugar. -Miren esto-. dijo AteNa que tenía la mirada puesta sobre algo. Era una especie de puerta en la que estaba ensamblada una placa, AteNa posó la mano sobre ella instintivamente y detrás aparecieron un sin fin de letras doradas. Todos contemplaban aquel nuevo descubrimiento cuando escucharon un extraño sonido.


En las paredes había pequeños orificios de los que comenzó a descender agua a chorros llenando paulatinamente aquel cuarto en el que se encontraban. - ¡Rápido! ¿Qué dice?.-Apremió Golden. AteNa miró el mensaje que se encontraba flotando en el aire como si fuera una especie de humo extraño. -"Doy vueltas y no soy tiempo, un secreto sé guardar; si no me cuidan, me pierdo. ¿Con mi nombre sabrás dar?" -Terminó de leer la bruja al momento que ponía una cara de confusión. - Es un acertijo. -Dijo Avril, sacudiéndose por el agua que ya le llegaba a los tobillos.- Piensen, ¿qué da vueltas y guarda secretos?.- ¿Un reloj? -Sugirió Golden, como quien no quiere la cosa. - Maldición, nunca encontraremos el libro, ni la llave, ni el secreto del Dragón, y moriremos ahogados.- dijo AteNa irritada, aquel día no había sido de lo más grato, al menos para ella. Se quedó parada recordando todo lo que le había sucedido desde que salió del campamento mientras el agua continuaba ascendiendo, ya le llegaba hasta las rodillas. - Espera, ¿qué dijiste? -Mateo caminó hacia donde se encontraba la bruja, la miraba fijamente con sus grandes ojos grises. Darla también se acercó; AteNa los observaba intentando comprender que era lo que había dicho, su mente estaba en otro lugar y ahora que había regresado no podía entender absolutamente nada. -Que no conseguiremos la llave ni el libro ni el secreto para controlar al Colacuerno. Suéltame, ¿quieres?.- le dijo molesta a Mateo mientras lo hacia a un lado mirándolo amenazadoramente. - ¡Eso es! -Exclamó Darla como si hubiera descubierto el principio de Arquímedes. - Explíquense.-Gruño Avril. - ¡Miren!-Comenzó Mateo que al parecer también lo había logrado descifrar- ¿Qué buscamos? Un secreto que se encuentra en un libro. ¿Qué guarda ese secreto? Algo que da vueltas-Siguió el mago cuando se volvía hacia la placa rápidamente, el agua había sobrepasado el nivel del pecho de AteNa y Avril. -"La llave" -Exclamó con seguridad el Black al momento que Darla


sonreía y Golden sostenía a las 2 jóvenes. Una pequeña puerta se movió con un gran chirrido y el grupo se apresuró a cruzar emocionado de su nuevo logro, habían salido ilesos de aquel desafío, mojados pero ilesos. Al cerrarse la puerta, se volvieron hacia delante, y vislumbraron algo que brillaba. - ¿Creen que sea la llave?-Preguntó Avril entusiasmada dando un paso hacia adelante. - ¡Espera!-Dijo AteNa con un dejo en la voz. Los demás lo veían también. 2 ojos blancos como la nieve los observaba desde lo más profundo del lugar. Desde las sombras, cada vez se acercaba más. Un canto suave les llenaba los oídos, estremeciéndolos. Los cinco magos desenfundaron sus varitas al mismo tiempo, cuando desde la sombra se vislumbró el rostro de un hombre entrado en años, con una expresión de sin vida. Conforme se iba acercando, el grupo se fue dando cuenta que no se trataba de un simple humano, pudieron distinguir un enorme cuerpo de león, pero eso no era todo, cuando se frenó frente a ellos, distinguieron detrás de él, una cola de escorpión que se mecía de un lado a otro amenazadoramente. - Man...tícora. -Alcanzó a decir Golden. Una enorme bestia mítica era lo único que los separaba de la llave. -Cinco X!! tenía que ser un maldito animal cinco equis!!!- Darla gritó desesperada. - ¿Qué demon...? - comenzó a decir Darla. AteNa la miró y quedó contrariada al mirar que hablaba con una pequeña rana plateada, al parecer era un patronus. El animal se desapareció dando saltos segundos después de dar el mensaje- Darla clavó sus ojos en sus compañeros de aventuras y solo pudo murmurar -Es el patronus de Sagitas, una de los Rizos y Moscas…- comenzó a decir Darla. -Quizás deberíamos buscar una salida… e ir donde mis compañeras- enfrentarse a una mantícora es algo del nivel de un líder auror… ó mortífago… voto por irnos de aquí YA! -Chicos mantengan la calma y hablen suave y despacio- susurró Avril-tratemos de no alterarla, ¿qué hechizo es efectivo contra ella Golden?- el mago lo pensó un momento pero enseguida negó con la cabeza.


-Ninguno es efectivo contra su piel sumamente mágica Avril- dijo Darla -Eso no es cierto- pensó AteNa, ella recordaba algún libro que había leído hacía ya mucho tiempo, las mantícoras eran muy poderosas pero no inmortales, su piel era una especie de escudo que regresaba casi todos los hechizos, ahí estaba su respuesta..."CASI"..., ese casi le daba una esperanza y claro, no era tan tonta para lanzar un avada kedavra, caminó hacia enfrente con gracia y al estar frente a ella levantó su varita con un movimiento. -¡DESMAIUS!.-gritó la bruja con una voz decidida. El rayo de luz salió despedido de su varita a una velocidad impresionante, pero con la misma velocidad rebotó contra la piel de la mantícora, en efecto, AteNa supo por un momento que se había equivocado, no pudo decidir que era más doloroso, su error o aquel hechizo que en ese momento golpeaba justo contra su pecho haciéndola caer sobre su espalda unos metros más allá. Alguien rompió a llorar, pero no supo quién con exactitud, su vista se nublaba lentamente, otra persona habló. -Que alguien haga algo- dijo un hombre con un tono de desesperación, pero AteNa no pudo identificar la voz ... Legolas del Bosque Negro -Una cosita... ¿No es una estupidez buscar un libro en la biblioteca? –fue la pregunta de Tontín.

-NO- La respuesta que se escucho fue abrumadora.

-Bueno, entendedme, un libro no, pero un libro que se supone que está escondido... A mí me da igual, yo me cojo el cuento ese tan divertido de los Gnomos patilargos y tan contento. Pero buscar en la biblioteca un libro que ha querido ser escondido, es como buscar un pastel andante que no quiere ser devorado en una pastelería- me encantaba usar metáforas. Era como estrenar una aparato muggle, o como bañarse en el lago en pleno verano, o como... Ya me entendéis, las metáforas son "como". – Luego de escuchar su explicación, Legolas entendió de que efectivamente, Tontín tenía razón, habían cometido el error de ir al lugar equivocado, miro a Mica por unos segundos y le pareció vislumbrar que ella pensaba lo mismo que el chico de pantalón vistoso.


En ese instante es cuando alguien dijo. -¡Por las barbas de Merlín! -para finalmente puntualizar. -¡Es Merlín!

La tensión se hacía evidente en ese estrecho pasadizo. Lobo y Pin decidieron en ese momento ir a buscar a Pinca, que se encontraba extraviada.

-Fue Tontín el primero en reaccionar, con su habitual forma de comunicarse. -Eh, tú, viejo, ¿que estás mirando?

-Tu pijama, desde luego. Es una prenda envidiable. Bajo su aparentemente tosco corte se esconden las manos de un maestro, no hay duda- contestó Merlín. –En la cara de Tontín se dibujo una sonrisa, ya tenía una anécdota para contarles a sus nietos.

-Tienes mucho que contarnos, barbas- dijo Mica irritada, mientras denotaba la tensión existente al ver como temblaba la mano con la cual sostenía su varita.

-Y mucho os contaré. Pero sólo ante la presencia de algún superior vuestro. Mistify, Mackenzie, una patata podrida... Cualquiera que sea capaz de entender mis palabras a la primera, pues no quiero que caigan en saco roto.

-Estupendo,- Dijo Mica incrustándole su varita en la nuca- siga la dirección de nuestras varitas. –Los nervios, la tensión reinante, la desinformación, el no saber nada de nuestros amigos, habían hecho que gran parte de la calma de Mica desapareciera y la llevara directamente a amenazar a Merlín.

Pero Merlín no parecía molesto, al contrario, comenzó a reír de una forma que crispaba los nervios, lo cual motivo que Mica enterrara su varita en su nuca con tal fuerza que unas chispas salieron de ella. -Hablo en serio, el juego ha acabado- la voz de la capitana de los Moskismortis sonó con la seguridad propia de un auror experimentado.

Comenzamos a volver por el mismo camino que nos llevo hasta allí para intentar encontrar a Mistify, Mack o algún otro organizador para lograr obtener algún tipo de información que nos fuera de utilidad.


-Mientras caminábamos Mica nos dice. -Por favor, preparen una silla para nuestro nuevo amigo. Tontín con Legolas buscan y encuentran una silla de la destrozada biblioteca y la pusieron detrás de Merlín.

-Siéntate- le dijo la chica con voz calmada aunque autoritaria, para sorpresa de todos, Merlín obedeció instantáneamente.- Muy bien… -Mica muy lentamente, separo la varita de la nuca del mítico mago… aunque apenas unos pasos, sin dejar de apuntarle al pecho.

-Ya deja de apuntarme tonta, no intentaré nada- afirmó el anciano de repente.

-Cuida tus palabras barbas… Incárcerus -tres gruesas sogas brotaron de la varita, una a una las sogas fueron amarrándolo a la silla.- Chicos, por favor revisen que no traiga varita. –Apremio Mica a los restantes integrantes que aun estaban allí.

Sin mucha delicadeza, Tontín se acercó y revisó los bolsillos del legendario mago.

-Está limpio… bueno… eso no lo puedo asegurar… yo diría que no tan limpio porque apesta, pero al menos no tiene aquí su varita.

-Mmm ahora sí, listo para darnos la información que necesitamos… ¿verdad barbitas?- sonreí con malicia, no intencionalmente, pero la ira acumulada estaba ya teniendo efectos extraños en nosotros.

-Ejem, cof cof, grrr, glglglgl, Do Re Mi Fa Sol, aaahhh!!! Ante todo, señor Merlín, comentarle que es para mí un placer interrogarle. –Tontín a partir de ese momento comenzó a encargarse de formular las preguntas, debido a que Mica estaba bastante nerviosa en ese momento.

-¿No te olvidas de algo, jovencito? –dijo Merlín.

-¡No se le escapa una! Por favor, Legolas –Tontín miro al chico rubio que había permanecido callado junto a una de las entradas del pasillo.


-¡¡Accio Patata Podrida!!- gritó Légolas.

-¡Maravilloso!- pronuncio nuevamente el anciano mago, parecía que disfrutaba la situación. -En estas circunstancias estaré encantado de ser interrogado.

-Perfecto. Y dígame, mi señor. ¿Cómo lo prefiere? ¿Con algún guantazo de vez en cuando? ¿Cera ardiendo en los pezones? No me gustaría que se fuera de aquí con la impresión de que lo podríamos haber hecho mejor. –Tuve que contenerme para no reír al escuchar la conversación entre Merlín y mi amigo Tontín.

-No se preocupe por eso. Me conformo con que adopte una mirada severa y una actitud cortante. –Merlín estaba realmente disfrutando de estar allí con esos niños.

-¡¡¡¡Cállese!!!!- le espeto Tontín a la cara. Una sonrisa cruzó la cara del mago de leyenda. Veamos, est****o botarate, necesitamos encontrar un libro y una llave para poder controlar al dragón.

-¡Menudo inconveniente! Por desgracia no tengo ni idea de donde pueden estar. – le soltó Merlín.

-¿Y qué me dice usted de Circe? –Ataco nuevamente Tontín.

-Una famosa encantadora de la Antigua Grecia que aparece en los Cromos de Ranas de Chocolate, Circe vivió en la isla de Eea y fue famosa por transformar marineros perdidos en cerdos.

Keacher sacó el diccionario de la manga acotando. - Es cierto.

-Gracias, Keacher.- le agradeció Tontín.

Alethita y Mica se mantenían en un rincón comentando o deliberando lo que decía Merlín.

-¿Y qué me dice de Morgana?- continúo con su interrogatorio.


-Ah, sobre ella no puedo decir nada- La cara de Merlín se transformó por completo. Menos en la barba blanca, la nariz aguileña, sus gafas, sus mejillas, el color de sus ojos, su pelo, sus orejas, su boca... Pero todo lo demás cambió por completo.

-¡¡Légolas!!- Grito Tontín. Legolas le enseño a Merlín la patata podrida amenazante.

-Arrg! Bien jugado, jovencitos -cedió el mago. -Morgana: Medieval, fechas desconocidas. Esta animaga que se podía convertir en pájaro era hermana del caballero Galahad, el único de la mesa redonda que llegó a ver el Santo Grial. Era una hechicera oscura, enemiga mía. Era reina de la isla de Avalon. Aparece en los cromos de Magos Famosos.

Keacher contemplo el diccionario, nos mira y dice- Es correcto.

-¡Vamos, señor Merlín! ¿No podría darnos algo más? -Quizás un acertijo que nos conduzca a la respuesta, una frase sin sentido aparente que entrañe un significado oculto... cualquier cosa nos vale. –inquirió de forma audaz Tontín.

-El mago frunció el ceño, se sumió en profundas cavilaciones, observo nuevamente a Tontín, y por fin habló. -Algo marrón incuba algo más marrón. Viene de la tierra y a todos repugnará. -Y ya no os puedo decir más.

-Légolas, Keacher, Mica, Alethita y Tontín empezaron a caminar el círculo, pensando y reflexionando sobre lo expuesto por Merlín.

-De pronto, Tontín le dice. -Algo marrón... incuba algo... más marrón. Viene... de la tierra y a todos... repugnará. Una... patata... ¡¡podrida!!

-Perfecto, pequeño león, esto era tan sólo una tontería, si queréis saber algo sobre el libro, os recomiendo que busquéis a Morgana.

-¿Nos hace el favor de acompañarnos, señor Merlín?- Dijo Alethita.

-Ni soñarlo- dijo justo antes de desaparecer.


Todos se miraron por unos instantes y no tuvieron más remedio que salir de allí en busca de Morgana, cabildeaban sobre donde podrían encontrarla. Así caminaron por unos minutos descendieron sin darse cuenta hasta la planta baja donde se toparon con Mack y le relataron de su encuentro con Merlín, y sobre los que les había comentado.

Estábamos todos, Mack, flanqueada por Mica, Tontín, Kea y Ale, Legolas se mantuvo un poco más retrasado cuidando las espaldas de posibles criaturas, aunque no perdía detalles de la conversación que tenían con la organizadora, cuando de repente algo lo saco de su ensimismamiento, a lo lejos se veía a unas personas que se dirigían hacia ellos. –Legolas pudo reconocer a Ron y creyó ver también a Caroliinaa, y no daba crédito a lo que veían sus ojos, con ellos estaba Morgana.

-Mack encontramos a Morgana ella nos puede explicar lo del libro -Ron hablo de forma muy apresurado, era obvio que ellos también querían obtener algunas respuestas a las preguntas que todos nos hacíamos.

-¿Sabes Mack? –dijo Legolas. -Hagámoslo rápido, creo que no estamos solos. – Legolas apunto con su varita a un grupo de personas que pasaron por allí pero que no alcanzo a identificar, todas iban compenetradas dirigiéndose al despacho del viejo Filch.

-Está bien. –Sentencio Mack. –Comencemos…

Xhiio Aterrorizada como estaba e impresionada, escuchaba todo a lo lejos. No quería empezar un duelo con un maestro, pero era obvio que no se encontraba en su sano juicio.

- Protéjanse - Gritó Gode - ¡Confringo!

Me dirigí a la salida con mis compañeros, huyendo de la mazmorra que se derrumbaba, pero no eramos los únicos que huíamos, muy de cerca nos seguía el profesor, debíamos hacer algo rápido.

- ¡Separémonos! - Volvió a gritar Gode. Y así lo hicimos, Mela, Xheli y Kira conformaban un


grupo y Gode y yo otro, debíamos despistarlo, por lo que subimos por la escalera hasta el segundo piso.

- Entremos al baño -dijo Gode

- No, gracias, del susto ya me hice - Bromeé, ni el peligro me quitaría mi sentido del humor, muchas veces retorcido.

Gode rió, pero luego se puso serio - No, de verdad vamos al baño -

- Bueno, pero no te rías tan fuerte que nos encontrará - lo regañé.

Entramos al baño, juraría haber escuchado el sonido de los pasos del profesor alejándose en la penúmbra, mas había otro sonido que atrajo mi atención, uno dentro del propio baño.

- No creo que alguien esté haciendo sus... necesidades aquí, ¿verdad? ¿este es el baño de niños? Tápate los ojos - Me susurró Gode, muchas veces se comportaba sobreprotector con nosotras, me recordaba a mi papá. - No, Gode. Este es el baño de niñas - Susurré - ¿Quién está ahí? - pregunté levantando la voz, pero no hubo respuesta. - ¿Xhiio, este es el baño de niñas del segundo piso? - me preguntó Gode, no sabía por qué me preguntaba eso. - Sí, este es. ¿Por qué... ? - De pronto lo comprendí, era tan obvio que no lo había visto antes Ah, ¿te refieres a Myrtle? - dije con cierto resentimiento, ese fantasma me ponía de los nervios. - ¿A quién más si no? Sí, a ella. - Dijo recuperando el humor, disfrutaba viendo como Myrtle me exasperaba ush - ¿Myrtle, eres tú, no? - Sí, soy yo - El fantasme de una niña rechoncha, de pelo lacio y una expresión triste en la cara se nos acercó - Hola, Gode - le dijo a mi amigo en un tono que destilaba coqueteo, sin éxito Hola, Xhiio - Hola, Myrtle - le dije secamente. - ¡Myrtle! ¿Cómo estás? - dijo Gode alegremente. - Te interesas por cómo estoy - dijo la chica fantasma de forma melosa, totalmente


desagradable. - Ayy, Gode - suspiró y se acerco a Gode para abrazarlo... o lo que sea que hagan los fantasmas. - Sí, sí, ya. Gode, tenemos que planear qué vamos a hacer ahora - dije refunfuñando. - Cállate. Gode, dile que se calle - le dijo mientras le hacía pucheritos. - Cállate tú, niña desagradable. ¡Ash! ni siquiera eres una niña, eres un fantasma - dije sin pensar. Perfecto, Gode estaba mudo, pero podría jurar que se aguantaba la risa... y Myrtle lloraba estruendosamente. - ¡Lo siento, lo siento, lo siento, Myrtle! Por favor, baja la voz. - ¡Lo dices porque estas celosa de que Gode me prefiera a mi y que nos vamos a casar! - ¿Que te vas a casar dices? Dudo que eso sea legal. Y yo no estoy celosa - Siempre terminábamos llegando a este tema de conversación y siempre era la parte en la que Gode no podía resistir más la risa. - Ya.. dejen de.. pelearse... por... mi - dijo Gode sugetándose la barriga por la risa. - ¡Ambos son exasperantes! - les grité, ya me había enfadado. - Pero así me quieres, señorita gritona - Dijo Gode, que aún no recuperaba por completo la compustura. - sí - le dije, finjiento enojo, obviamente él sabía que finjía. Escuché el llanto de una chica y luego el sonido de las cañerías, pobre Myrtle, ahora que se había ido podía permitirme sentir pena por ella.

Gode y yo nos quedamos en el baño de chicas del segundo piso con ninguna otra luz a parte de la que salía por nuestras varitas.

- ¿Y ahora qué hacemos? - Pregunté. - Buena pregunta - fue lo único que obtuve por respuesta.

Amya_An Amya_An solo tenía 2 Caminos. El Primero, Tomar Aquel Objeto y desaparecer de ese Horrendo lugar. El Segundo, Armarse de algo de Valor y avanzar.


Amya_An se decidió por el número 2 pues creyó que podría ser Importante seguir y así Tratando de Marcar Mágicamente el Sitio desde dónde iniciaría su exploración, se dio con la sorpresa de que ahí, la Magia no funcionaba del todo. Dudo Nuevamente. Aún la Penumbra, era posible distinguir el paso así que se arriesgo y prosiguió con su cometido. ¿ Para Qué se Habría Construido ese Lugar ? Habiendo caminado apenas unos metros, Amya_An sintió una Gran Necesidad de voltear hacia atrás y ―asegurarse‖ que aquel objeto seguía ahí. Aquel Traslador quizás sería Su Única Esperanza de Salir de ese Allí. Si, ahí estaba aunque ahora ya era solo un punto nebuloso en esa oscuridad. Amya_An llegó a una Intersección y la siguiente pregunta fue obvia; Derecha o Izquierda. La Bruja cerró los ojos y dejó que su Intuición la Guiara, y prosiguió, solo para Darse de Lleno contra un Camino Cerrado. Refunfuñando tomó el único Camino que se supone le restaba, el Camino de Regreso pero en esta Ocasión no se encontró con la Prolongación del Sendero, es decir el que se supondría el lado opuesto del que había tomado, ni la Intersección que la llevara al ―Trofeo‖ Traslador. No Estaba. Esta vez llegaba a un descanso desde donde se bifurcaba el Camino en 2 especies de Arcos. Amya_An se aproximó intrigada y acarició la piedra como por instinto. Sus Delgados Dedos temblorosos podían sentir hendiduras con cierto patrón.


Trató una y otra vez hacerse de luz con la varita, logrando apenas unas chispitas ralas que solo la enfurecieron, definitivamente el lugar estaba como protegido de la Magia. Una y Otra vez intentó concentrarse en la Formas como si leyera con sus manos pero era casi inútil, aquellos símbolos eran extraños para la Bruja y ambos ―portales‖ poseían ciertas inscripciones a sus costados, Amya_An se creyó perdida así que no vio que el intento de Tomar alguno de ellos fuese en vano. Tomo la que estaba a su derecha empuñando aún su inútil varita como por costumbre y sin darse cuenta, como para distraer su mente, empezó a ―tararea‖ casi susurrante. Aquel pasaje parecía estrecharse de a pocos y el aire escasear. Por Instantes Amya_An sintió perder la concentración, como si algo en aquella penumbra la arrullara. Los Ojos se le hacían pesados y a pesar de su ―tararear‖ estaba segura de poder oía una segunda voz susurrante en su propio eco. Caminaba solo en una interminable línea recta. Caminaba como si alguien la incitara a continuar. Cada parpadeo parecía traer un remolino de Imágenes Veloces y Sin sentido. Sus propios recuerdos se entremezclaban entre otros ajenos. Las Paredes parecían de pronto hablarle. Las rocas parecían advertirle. La Penumbra parecía querer Detenerla Intimidándola. Amya_An cayó sobre sus rodillas jadeante apoyándose sobre sus 2 manos hacia delante como si le Faltara el Aliento, con un frío sudor recorriendo por su frente. ¿ Acaso El lugar estaba maldito ? Pensaba con cierta Amargura mientras trataba de aclarar su mente.


Un leve sonido hizo que levantara la mirada hacia delante. Parecía como si un pequeño guijarro se hubiese estrellado contra el suelo, allá hacia el Final del Pasaje, si es que había uno. Amya_An notó que extrañamente la Penumbra que predominó en toda su ridícula marcha se convertía en total oscuridad al extremo opuesto de ella. Sea lo que Fuese, alguien se había tomado demasiadas molestias para volverla casi loca procurando tal vez Detenerla. Mas resuelta que nunca se incorporó y casi corrió hacia lo desconocido sin mirar mas atrás.

Mitsuki Los cuatro magos acompañados ahora por la mortífaga fueron conducidos pro Andrea hasta el despacho de Filch, segun Fernando la habitacíon a la que parecía referirse Paracelso. Tal vez hace muchos años , cuando habian sido escritos esos textos la habitación serbía para otra cosa.

-Bueno… ahora ¿a qué se pudo referir con detrás del temor del humano vuelto tierno se haya lo que no debe ser encontrado? – preguntó Mitsuki a sus acompañantes

-Pues la parte de lo que no debe ser encontrado es obvio ¿no?- dijo Liliana -Pues si, pero¿“detrás del temor del humano vuelto tierno?”

Entonces los distrajo Andrea que sin ninguna razòn aparente empezo a dar estrueondosas carcajadas.Al parecer su curiosicdad la llevo a sacar una avejentada tela que cubria un cuadro bastante singular. En el solo se veía un prado con una cueva en el fondo. En primer plano haía un enorme oso pardo sentado sobre una roca inscripta comiendose una margarita.

-Jajaja, lo siento… es que es un cuadro muy gracioso – dijo.

-Y feo – agregó Fernando – no entiendo como Filch no lo quito


-Bueno, creo que le hare un favor y me lo llevare en mi mochila. Esto se va conmigo para hacerme reír jajaja

Pero ni Andrea ni Mistify por más que lo intentaron pudieron descolgar el cuadro. Esa habría sido la razón por la que Filch lo tapó en lugar de descolgarlo: tendria un encantameinto de presencia permanente. Tras analizarlo detenidamente llegaron a la conclusión de que ese oso antiguamente considerado slvaje, y ahora comiendo timidamente una margarita sobre una roca podría ser eso de los que Paracelso hablaba.

-¿Y cómo se supone que hacemos para quitar el cuadro?-preguntó Fernando

-Bueno…- dijo Liliana taciturnamente –Las peras de la cocina te dejan pasar si les haces cosquillas, así que… tal vez si le hacemos algo al oso este nos deje pasar.

Los cuatro se pusieron a examinar el cuadro con detenimeitno. Mientras Mistify aun recorría los archivos de Filch y de vez e cuando tiraba alguna que otra cosa. El cuadro no parecía terminar de convencerla. Pero a Mitsuki si la atraía, veía algo de Paracelso en esa pintura habia algo que le recordaba a el algo...

¡Miren! - dijo señalando trinfal la roca donde estaba sentado el oso y apoyó el viejo trozo de pergamino al lado. La roca que el animal usaba de taburete tenia la misma letra "P" trabajada y estilizada del antigio mago. Sin embargo cuandoquisieron tocarla el oso se`puso adelante y tapo el dibujo.

-Quitate animal - le ordeno Mistify que con la revelación de la inicial si empezo a prestarle atencion al cuadro.

-Eso no sirve de nada - acoto Liliana - hay que hacer algo para que el oso se vaya por voluntad propia. Asi son los cuadros, no podemos hechar a sus ocupantes. Pero... ¿un oso que come flores?¿Como hacemos que se vaya?


- ¡Hagamos que iverne! - Propuso entonces Fernando

-¿Perdon? - dijo Mistify incrédula.

-¡Claro! - Mitsuki tomo su varita y deteniendose un poco para hacer memoria de los movimientos adecuados efectuo un encantamiento meteorológico al cuadro y en el prado del oso habia empezado a nevar. El animal miro desconcertado un segundo y luego lentamente se levanto de su roca. No perdió un momento y apoyó instintivamente la punta de su varita sobre la roca. La letra "P" brilló un instante. Todos esperaban que se abriera, pero en lugar de eso el marco cubierto de polvo brillo emitiendo un leve resplandor dorado dejando ver una nueva inscripción:

"Los recuerdos son fuente de sabidura, como el perdón la liberacion de un alma arrepentida"

-Vaya que debe ser importante lo que guardaba este viejo para inventarse tantos acertijosdijo Mistify al parecer satisfecha.

NykOo Black Al llegar al pasillo de la sala de menesteres, NykOo tomó su varita con más fuerza, como lista para atacar de un momento a otro. Elladora comenzó a caminar delante de la pared vacía y una puerta se materializó. La chica que la había hecho aparecer ingresó primera mirando a Esther, detrás y aun mirándose nerviosas lo hicieron Ceslesticima, ValeriaR y Sly. En ese momento el chico alzó su varita y apuntó al frente, donde estaban las jóvenes de espaldas. Valeria giró y amago a tomar su varita.

Ni lo sueñes. Lo siento chicas, pero debo seguir esta búsqueda yo sólo. No puedo permitir que estorben mi camino. .- Al hablar en voz alta, las demás chicas se dieron vuelta. -Valeria, apártate, no es con tigo el asunto mi LOBITA adorada, dejame lugar para apuntar a Esteher, esa BESTIA me cayo mal desde un principio .- Dijo el encapuchado con la voz muy rara.

-No me llames asi infeliz, ¿como tienes el descaro de intentar tratarme con cariño? no pienso correrme, si quieres


el camino libre tendrás que pasar sobre mi traidor .- dijo la chica fuera de si, las demas estaba inmoviles pero NykOo pudo notar que las varitas de todas se elebaban un poco.

-Entiéndeme, no es contigo el asunto, esa CRIATURA que llamas amiga y que esta DETRÁS DE TI es quien me molesta .- Dijo el chico en tono claro y le guiño un ojo. Por fin Valeria comprendió y se apartó al tiempo que el licántropo saltaba y NykOo gritaba:

-Incárcerus.- Una cuerda se aferro al hocico de la bestia, la otra a sus brazos y la última a sus patas traseras, la bestia cayo de bruces donde instantes antes estaba parada Esther, NykOo les pidió que lancen aturdidores y todos gritaron -Desmaius. Un gran destello rojo golpeo al lobo a causa de los hechizos combinados y este quedo inmóvil.

-Estuvo muy cerca chicas, Entraron mirándose entre si y no vieron adelante, la bestia debe haber pensado que yo las atacaría, por eso se mantuvo un momento quieta.- Dijo NykOo mirando al lobo caído preguntándose como había logrado entrar, de seguro lo plantaron ahí, pero si así era estaba de protección del libro seguramente. Hubiéramos corrido menos peligro si te apartabas desde un principio en vez de perder tiempo diciéndome traidor .-Agregó el chico fríamente.

-Esto estaba acá por algo, no pudo haber entrado solo, quizá el libro si este aquí.- Explicó NykOo corroborando que la bestia no se moviera. -Claro que aun tenemos la pequeña dificultad de no saber como es.- concluyó visiblemente molesto.

Coyo-t Despeusd e habernos salvado por un pelito de un gran golpe propiciado por las ramas de un sauce boxeador con muy pocas pulgas, nos dedicamos unos instantes a recuperar el aliento, a la vez que tanto sheila como yo le agradeciamos al pequeño threstal su ayuda.

Finalmente decidimos seguir nuestra caminata a travez de un pasillo subterraneo, nuestras varitas en alto alumbraban nuestro camino, y a pesar de que nos encaminabamos a lo desconocido mi mente segui pensando en la hermosa vampirita que se habia adueñadod e mi corazón desde hace ya mucho tiempo.


Durante el camino mi acompañante, la joven initie, me hizo una o varias preguntas, a las cuales conteste sin saber realmente que estaba respondiendo.

Finalmente unas voces que provenian de un lugar cercano me sacarón de mis pensamientos, una vez mas tenia que guardar mi preocupación por Darla dentro de mi, al punto me prepare para lo peor...

Pero finalmente llegamos al final del tunel donde despues de ayudar a Sheila a que subiera y yo subir con su aydua, nos encontramos en el lugar mas extraño que habiamos visto, el lugar aprecia una vieja venta de garage, por donde quiera habia objetos que estaban listos apra irse directo a la basura, habia estatuas, bustos, pinturas copas y muchos objetos mas.

Observando bien los objetos vi qeu la mayoría de las armaduras tenian marcas de algun hechizo en ellas, algunso cuadros mostraban marcas de quemaduras en ellos, en fin, como habai supuesto, el lugar parecia una vieja bodega de basura...

Nuevamente escuchamso als voces muy cerca de nosotros y con un ligero gesto le indique a la joven auror que mantuviera su varita lista, yo ya tenía a Dryada en la mano y lista para la acción.

Finalmente salimos por detrasd e uans armaduras, haciendolas caer, apra distraer a los posibles enemigos pero nos lelvamos una increible sorpresa al ver que se trataba de nuestros compañeros, sonrei en especial al ver a mi querida payasita, en perfecto estado...

-"Mi querida sagitas... cuentame que ha pasado... que es te lugar... comoe s que llegamos a este repositorio de basura¿¿¿"

Me quede esperando su respuesta meintras veia como sheila nos miraba extrañada...

Elodia Riddle -¡Demonios¡ todo iba saliendo relativamente bien – pensé para mis adentros mientras seguíamos el camino al pasadizo.


No podíamos tener tan mala suerte, el sauce ardiendo, la caída de deivid llebandonos a cuestas loq ue para colmo provoco que mis heridas se abrieran nuevamente, por suerte contaba con mis amigos quienes pacientemente me efectuaban curaciones de emergencia, aunque el episkey no duraba mucho tiempo, dado las envergaduras de las heridas era necesario realizarlo en reiteradas ocasiones.

A pesar de mi debilidad, caminábamos discutiendo acerca de nuestro rumbo, en principio desorientados y algo tensos dadas las circunstancias. Sin embargo fuimos encontrando algunas pistas que nos indicaban donde podríamos estar, lo que ayudo mucho a aclarar el panorama, aunque Sagitas armó tremendo alboroto al tropezar con lo que creyó una piedra, tuve que explicarle que saltaba a la vista ser una copa, pero continuó replicando por haberla llamado inculta.

El final del pasadizo llegamos al hueco que daba a un museo, recinto que en antaño era la casa de los gritos. Eli me ayudo a sentarme para recuperar fuerzas, pero estaba atenta a la conversación mientras recorría minuciosamente el lugar con mi rojiza mirada.

Al parecer Sagitas estaba empeñada en discutir con la vieja estatua quién a su vez integró al tipo de un cuadro de dudosa procedencia, apenas hizo una pausa para enviarle un patronus a Darla avisándole de nuestro paradero.

- Hummm, ¿no se irán a pelear, verdad? - dije a los dos contendientes de la palabra. - No está bien entre… piezas del Museo.

Mi intervención no ayudo mucho puesto que siguieron con el tema, levante la cabeza mirando al techo mientras la movía con gesto de resignación., decidí no prestar más atención ya que esta situación no nos estaba llevando a ningún lado… sin embargo los cuatro magos que allí estábamos dirigimos la mirada al magullado cuadro, cuando mencionó un chico escondiendo un libro.


-¿Libro? ¿Qué libro? - Buscan un libro, los administradores buscan un libro y una llave.- menciono alguien.

Ignoraba por completo la información allí revelada, posé mis brillantes y cansados ojos carmesí sobre aquel bultillo nuevamente.

- Dudo que éste sea el libro que realmente buscáis. Era un antiguo y ajado libro de pociones que, a propósito, desapareció en el gran incendio de la Sala de los Menesteres.

Que decepción pensé en ese instante, al parecer nos estaba tomando el pelo...

- Pero libro importante y valioso el que guarda Barny en su interior. Ese sí que es un peligroso libro de Magia que nadie debe de recibir, sólo el Indicado.

- ¡¡Viejo patán desfigurado!! ¿Es que no sabes guardarte los secretos dentro de tu cerebro lelo y estropeado?

- ¡Eh, sin insultar! Que vi como aquel viejo lo tomaba de donde llevaba siglos arrinconado y lo escondía a toda prisa en tu interior. Y te daba las claves precisas para entregarlo a la persona adecuada.

Sin dudarlo me levanté como resorte haciendo caso omiso a mis dolencias, aterricé con mis compañeros delante del cuadro, todos habíamos pensando lo mismo. Pero el tipo se negaba a darnos el libro, a pesar de que casi se lo estábamos suplicando.

- Mire señor, hagamos las cosas fáciles dénos el libro y no nos haga sufrir más de lo que ya estamos haciéndolo, o por lo menos hablenos de las pistas, ¡rápido! - dije perdiendo un poco la paciencia - … o de lo contrario …

-¡O de lo contrario que!– interrumpió él en tono de burla – ¿acaso piensan que voy a ceder a los berrinches de unos mocosos malcriados? – añadió con sarcasmo mientras parodiaba muecas que imitaban nustras expresiones.


- Tú te lo buscaste viejo cascarrabias – añadí apuntando mi varita desafiante hacia el cuadro, mientras trataba de sostenerme en pie a pesar de las punzadas que experimentaba. Al parecer no fui la única que reaccionó con amenzas puesto que tres varitas más me hacían compañía.

En ese instante cayeron un par de armaduras al piso en un estruendoso ruido. Reaccionamos con sopresa dando un saltó , sin embargo no deje de apuntar a “Barny"por si se le ocurría pasarse de listo.

-"Mi querida sagitas... cuentame que ha pasado... que es te lugar... como es que llegamos a este repositorio de basura?”

Sin duda alguna ese era la voz de Coyo-T quién venía en compañía de Sheila, justo en el momento oportuno. Sagitas el indico que se acercara y resumió la historia rápidamente. Podía leerse en el rostro de "Barny" el temor , esta vez no solo eran cuatro varitas sino seis apuntándolo directamente.

Mateo Black - ¡¡¡Cinco X!! ¡¡¡Tenía que ser un maldito animal cinco equis!!! – Darla gritó desesperada. Mateo se volvió hacia ella para intentar calmarla, cuando vio una pequeña rana plateada que comenzó a hablar desde abajo: -Elo está a salvo y estamos viendo realidades históricas de Hogwarts... si quiere venir a al Museo de la Casa de los Gritos trae algo de díctamo para las heridas de Deivid y la espalda de Elo y algo de comida para mí, pleaseeeee!!.- Todos la miraban desconcertados, olvidándose de un animal no muy amigable que los contemplaba no justamente con ganas de hacerles un autorretrato. - Es el patronus de Sagitas, una de los Rizos y Moscas…- Explicó la Auror, cuando volvía la mirada hacia la bestia. -Quizás deberíamos buscar una salida… e ir donde mis compañeras… enfrentarse a una mantícora es algo del nivel de un líder auror… ó mortífago… voto por irnos de aquí YA!. –Agregó entre gritos ahogados.


- Chicos mantengan la calma y hablen suave y despacio- Sugirió Avril, con voz tenue. –¿Que hechizo es efectivo contra ella Golden?- Preguntó al metamorfomago; pero no fue él quién respondió. -Ninguno es efectivo contra su piel sumamente mágica Avril- Le respondió Darla. Pero AteNa no prestaba atención, levantó la varita y gritó: -¡Desmaius!- El hechizo impactó en el cuerpo rojizo de la bestia, y rebotó directamente hacia la joven de Gryffindor. Permanecía inconsciente boca arriba. Avril rompió en un llanto desconsolado y Mateo la tomó y trató de calmarla, no era el momento de ponerse a llorar. Pero la verdad que él también estaba lleno de rabia, luego de todos los momentos que superaron juntos, no creía que fuera el fin de su amiga. - Creo que hay una especie de hechizo pero no recuerdo bien las palabras….sé que actúa como si fuera un escudo…pero no sé que le podría rebotar a la bestia…- Dijo Darla como quién habla solo. - Hay que provocar que nos tire sus dardos y le ponemos un protego-Sugirió Golden, un tanto inseguro. Pero Mateo estaba decidido, soltó a Avril y se posicionó al frente de la mantícora al momento que gritaba: ¡Atácame bestia infernal!. La respuesta de la criatura no tardó en llegar, un dardo le pasó cerca del rostro al Black. En ese momento recordó algo. - ¡Preclude Telum!, lo acabo de leer en la sección de criaturas peligrosas. – Celebró Mateo al tiempo que volvía sus grises ojos cada vez más transparentes hacia la bestia y gritaba: -¡Preclude Telum!. Una especie de escudo protector lo rodeaba, que frenaba los dardos que la mantícora no había dejado de lanzar. - ¡Todos juntos! -Exclamó Darla y los cuatro gritaron al unísono y con fuerza :- ¡PRECLUDE

TELUM!. El hechizo fusionado había generado una especie de muro platinado que emanaba algo parecido a una brisa fuerte que tal y cómo había leído Mateo en aquel libro en la Biblioteca, devolvía las espinas venenosas hacia su dueño. Varias espinas le penetraron el cuerpo felino, y una se le clavó entre ceja y ceja. Había caído. Avril estaba consternada por el accidente de AteNa, pero Darla se erguió y pronunció: -¡Ennervate!- al tiempo que la joven inconsciente, se levantaba jadeando. Pero Mateo mantenía la vista por encima de la mantícora. El brillo que alumbraba el fondo de la sala, parecía de mayor tamaño ahora. El Black pasó por encima del mítico animal, y se acercó a una especie de vasija con inscripciones ilegibles en ella.


Cantidades infinitas de hilos gaseosos danzaban dentro de la vasija, era un Pensadero. Golden Snitch, quien también se había acercado, detrás de Mateo, notó algo más. - Mira, parece una nota. –Dijo al momento que la tomaba y la ponía lo suficientemente cerca para que ambos pudieran leer. "Los recuerdos son fuente de sabiduría, como el perdón la liberación de un alma arrepentida."

- Bueno, la primera parte es obvia, ¿no?. - AteNa sonreía detrás de ellos, que parecía más despierta que nunca. Después que se acomodaran alrededor de la vasija, los cinco magos se inclinaron y hundieron sus rostros en aquella superficie que a la vista parecía viscosa pero al tocarla parecía tan suave que daba cosquillas. Mateo sintió que alguien lo sujetaba y tiraba hacia abajo con una fuerza irresistible. Cayó de bruces en un pasillo del Colegio, al frente de una gran puerta. Alcanzó a distinguir a 4 magos, dos hombres y dos mujeres, discutiendo, alrededor de un cuadro cercano. - No, no podemos, es demasiado peligroso. ¿Qué pasará si cae en las manos equivocadas?. -Parecía reclamar el más pequeño de los cuatro. - No seas iluso Paracelso, ¿acaso no ves que somos los mejores hechiceros de la época?. -Dijo una mujer con una especie de diadema. Era Morgana le Fay. - Es un mal necesario -Decía una bruja de cabello negro y tez morena. Era Circe, lo sabía por que estudió la historia de Odiseo, y cuando ésta convirtió a su tripulación en cerdos. - Ahora apártate, ¿quieres? -Dijo con voz autoritaria un mago de barba poblada. El mismísimo Merlín sostenía un libro, probablemente el que tenía a todos los competidores buscando como cazadores de oro. Murmuró algunas palabras y el libro pareció desaparecer de sus manos al tiempo que apoyaba éstas en el cuadro. -Está hecho, nadie podrá encontrarlo ahora. -Dijo con voz queda.


- ¡Deberíamos destruirlo! -Gritaba Paracelso al momento que la escena se tornaba borrosa y los cinco magos eran lanzados hacia otro lugar… Paracelso se encontraba frente a un cuadro bastante soso, donde un mago tenía la absurda intención de enseñar a bailar a un grupo de trolls. Dijo algunas palabras inentendibles y extrajo el libro. Miró con cautela hacia ambos lados antes de andar ligeramente hacia su derecha. Los 5 jóvenes se miraron y echaron a correr tras él. El pequeño hombre se detuvo ante una puerta con una manija de serpiente, y entró sin antes comprobar que el pasillo estaba desierto, el grupo y Mateo lo siguieron adentro. Era una oficina no muy esplendorosa, hasta tétrica podría decirse. Retratos de serpientes reinaban en el lugar, y una gran estampa al costado mostraba un árbol genealógico y un cartel encima que rezaba: "Familia Slytherin". Mateo estaba consternado, estaba en la que alguna vez había sido la oficina del padre fundador de la casa a la que pertenecía, mientras que Darla y Golden arqueaban sus cejas y daban expresiones de asco. Paracelso murmuraba entre dientes: - …perdón la liberación de un alma arrepentida…- y hacía florituras con la varita frente a un cuadro de un oso comiendo una pequeña flor en un paisaje lleno de montañas. Mateo nunca había visto algo con tan poco sentido artístico. De pronto, el recuerdo de Paracelso se dio vuelta y la puerta se abrió. Morgana le Fay estaba en el umbral, dirigiéndole una mirada de furia explícita. La imagen volvió a arremolinarse y se encontraron en donde estaban hace unos minutos antes batallando contra la mantícora. Paracelso acariciaba la bestia mítica paternalmente, mientras leía unas hojas de pergamino rasgadas y las guardaba en su túnica. Luego tomó otro pergamino y escribió: "Los recuerdos son fuente de sabiduría, como el perdón la liberación de un alma arrepentida." -Terminó, acarició a la mantícora y salió corriendo del lugar sin mirar hacia atrás. Mateo y sus amigos salieron despedidos de la vasija. Habían vuelto al cuarto en el tiempo actual. Se miraron unos a otros. El libro yacía en el antiguo despacho de Salazar Slytherin. eli tonks El hombrecillo que habitaba el cuadro con los trolls vestidos con tutú se negaba a contarnos algún detalle sobre el libro del que su compañero sin oreja había revelado existencia.


-¿Entonces no nos dirá nada sobre aquél libro que guarda?-

-Nada en absoluto-

-¡Anda, vámos! No seas tan aguafiestas, estos chicos solo tienen curiosidad de aquella historia, contarles un poquito no hará daño a nadie- la estructura del "cabezón sin oreja" parecía querer escuchar también el relato.

-Mire señor, hagamos las cosas fáciles dénos el libro y no nos haga sufrir más de lo que ya estamos haciéndolo, o por lo menos háblenos de las pistas, ¡rápido!, o de lo contrario...- dijo Elo, intentando negociar.

-¡O de lo contrario que!- interrumpió él en tono de burla -¿Acaso piensan que voy a ceder a los berrinches de unos mocosos malcriados?- añadió con sarcasmo mientras parodiaba muecas que imitaban nuestras expresiones.

-¡Tú te lo buscaste viejo cascarrabias!- Elo una vez más había perdido la paciencia y había sacado la varita, apuntándole con ella al mago. Enseguida los cuatro allí presentes teníamos empuñadas las varitas, por mi parte era más como defensa que pensando en atacar, en su última reacción parecida Elo no había salido bien librada, aunque en esta ocasión o creía que un retrato pudiese hacer mucho.

Ruidos metálicos y los inminentes destrozos debido al movimiento nos sobresaltaron, provocando una reacción en Sagitas y en mi, quienes apuntamos a los cuerpos que surgían del mismo lugar de donde habíamos llegado nosotros.

-¡Ohh Coyo, eres tú!- dijo Sagitas bajando la varita.

-Mi querida Sagitas... Cuéntame que ha pasado. ¿Qué es te lugar?, ¿cómo es que llegamos a este repositorio de basura?-

-¡Sheila!- gritó Deivid al ver salir también a la bruja.

Sagitas empezó a contar a su capitán lo sucedido, perdiendo un poco el interés sobre el retrato y el libro; Sheila tomó asiento en el lugar que antes había sido ocupado por Elo y Deivid sacaba frases incoherentes a la estatua


parlante.

-¡Ande cuéntenos algo!- intenté exigir, Elo seguía amenazando con la varita.

-He dicho que no y es todo- sentenció el hombre.

-Bueno pues, yo no he de quedarme con la duda. Algún día conseguiré que este viejo me cuente algo- dijo Elo mientras descolgaba el cuadro.

-¡Ey chiquilla! ¿Qué diantres haces?-

-Es claro ¿no?- dijo Sheila a quien parecía obvia la reacción de Elo. -Lo llevará consigo-

-¿Qué? ¡No! ¡No puede hacer eso!, esto es un museo ¿qué no ves?- protestaba el hombre.

-Ohh, claro que puedo; ya solo falta meterlo a la bolsa- decía Elodia en tono burlón.

-Espera Elo- le interrumpí, el retrato del mago caminaba hacia el marco.

-¿A dónde cree que va?-

-Lejos de esta psicópata, por supuesto-

-Que grosero- dije ofendida, a pesar de que aquello que había dicho no había sido por mi. -Solo por eso le dejaré un rato más con nosotros, veremos si así aprende un poco de modales-

Con un par de movimientos de varita, se dibujaron en el retrato unas cuerdas que imposibilitaban al mago a moverse, atándolo por las piernas, tapándole los ojos y uniendo sus brazos al tronco del cuerpo, igual al efecto producido por un Incárcerus.

-¿Cómo te atreves?-


-¡Ey ustedes!- sentenció Elo a los trolls con tutú. -Ni se atrevan a intentar ayudarlo- dijo agitando su varita y dibujando muros que impedían a los trolls acercarse al cuerpo de ―Barny".

Liliana Ánderlin Los chicos habían llegado a un trato con la mortifaga, un trato que implicaba revelar todo lo que sabían, per Lili se sentía más segura ahora que contaban con una protección adicional, el castillo se había convertido en un lugar extremadamente peligroso, el caos gobernaba dentro del recinto, a lo lejos se podían escuchar los gritos de sus compañeros.

Mientras se arrastraban por aquel pasadizo Lili solo podía pensar de nuevo en la seguridad de sus amigos, todo estaría bien, prono todo terminaría, si Paracelso había escondido algo en aquel lugar que indicaba, al final podrían resolverlo todo.

Se alegro en su fuero interno de que Fernando hubiera estado castigado, ella no había pisado nunca el interior de ese despacho, desde que entrara en Hogwarts había intentado evitar al anciano squib por todos los medios.

Antes de que se diera cuenta llegaron a su destino.

-Es por aquí- la voz de Andrea les indicó nuevamente el camino, se acerco a la pequeña puerta de donde cada año el viejo conserje colgaba una lista más y más larga de lo que se podía y no se podía hacer en aquel colegio.

La abrió con precaución y todos entraron dentro del asfixiante despacho atestado de cosas. ¿Cómo podía ese hombre trabajar allí? Ni siquiera el caos que recorría todo el castillo se había atrevido a entrar allí. La verdad, ni siquiera ella lo hubiera pensado, estaba comenzando a apoyar a Andrea en su idea de que el anciano estaba loco. -Bueno… ahora ¿a qué se pudo referir con detrás del temor del humano vuelto tierno se haya lo que no debe ser encontrado? – Mitsuki parecía estar disfrutando como cuando se lee una novela de detectives muggle.

Todos se separaron cubriendo el pequeño espacio de la habitación intentando encontrar algo que les diera al menos una pista, cosa que no era muy difícil debido al


reducido tamaño del lugar.

De pronto Lili se volvió ¿se estaba riendo?¿de dónde demonios habían sacado a esa chica? No era momento para reír. Mistify parecía estar igual o más sorprendida que ella mientras miraban a Andrea que estaba de pie mirando un cochambroso cuadro que colgaba de la pared.

-jajaja, lo siento… es que es un cuadro muy gracioso- Lili se acerco a mirar el cuadro, en sucio lienzo apenas se distinguía la figura de un gran oso pardo, o era un cuadro bonito, ni siquiera interesante, no era de extrañar que Filch lo hubiera tapado, debía de ser agotador escuchar al oso rugir todo el día.

Lili dejó de prestarle atención centrándose en los archivos de castigados, aquello era incluso peor que el registro de los prefectos, suspiro al recordar la vida tranquila que habían tenido hasta el momento.

-Hay por dios, pero que débiles son ustedes . No puedo creer que seas tan débil que no puedes quitar un cuadro –la líder mortifaga tiraba del cuadro que estaba en la pared sin éxito- este cuadro. Esta imagen hizo que Lili volviera la cabeza, el cuadro no se movía, ¿Por qué había un cuadro que no se podía mover en un simple despacho de conserje? Aunque dudaba que eso siempre hubiera sido un despacho.

-Interesante- a Mit últimamente todo le parecía interesante.

-¿Qué es interesante?- Lili ya no sabía qué más podía ocurrir.

-En la antigüedad los osos eran temidos por que en los bosques comían humanos- y Mit tenía razón. Mientras los demás discutían sobre la peligrosidad o no de los osos pardos Lili inspeccionaba el cuadro de cerca, podría ser…

-Bueno, a mi todos los osos me parecen tiernos. Tengo demasiados peluches de osos – Se volvió a mirar a Andrea sin poder creer lo que escuchaba, la vampiresa cada vez la sorprendía más–Por eso no digo este tipo de cosas –


Aparto la imagen de la dura prefecta abrazando un osito de peluche y volvió a centrarse en el cuadro. -Bueno… Las peras de la cocina te dejan pasar si les haces cosquillas, así que… tal vez si le hacemos algo al oso este nos deje pasar-

Mientras los chicos inspeccionaban el cuadro Mistify los observaba con atención, parecía estar buscando algo entre aquel montón de cosas sin sentido, pero Lili podía sentir su fría mirada clavada en sus espaldas, atenta a cada movimiento

-¡Miren!- Mit señalo algo en el oscuro lienzo, Lili entorno los ojos para ver de qué se trataba, una “P”, una estilizada y pulcra letra, similar a la caligrafía del pergamino que les había entregado Paracelso se veía entre el musgo que cubría una roca sobre la que descansaba el oso.

En un segundo Mistify estaba junto a ellos –quítate animal- pero el animal no se movio y siguió masticando su margarita con parsimonia

-Eso no sirve de nada – y era verdad, no servía- hay que hacer algo para que el oso se vaya por voluntad propia. Así son los cuadros, no podemos echar a sus ocupantes. Pero... ¿un oso que come flores? ¿Cómo hacemos que se vaya?.

Y Fernando nuevamente salvo la situación, empezaba a pensar que ese chico era algo más de lo que parecía.

- ¡Hagamos que inverne! –

Era una idea, quizás no la mejor pero era la única que tenían en ese momento, ¿cómo podían luchar con el oso de un cuadro?.

-¿Perdón? - Mistify los miraba como si hubieran salido de algún manicomio, no la culpaba, a veces eran difíciles de entender.

-¡Claro! - Mitsuki levantó su varita y después de unos instantes dentro del cuadro comenzó a nevar, el oso parecía sorprendido, tanto o más que los que lo miraban, el


enorme animal se levantó poco a poco en busca de un buen lugar donde dormir todo el invierno, en ese momento Mit posó su varita sobre la pequeña letra.

Un pequeño brillo inundo el antiguo marco y momentos el paisaje desapareció dejando a la vista de los que allí se congregaban una estilizada caligrafía. "Los recuerdos son fuente de sabiduría, como el perdón la liberación de un alma arrepentida"

-Vaya que debe ser importante lo que guardaba este viejo para inventarse tantos acertijos- Mistify se permitió una sonrisa, era raro verla sonreir, Lili no hubiera pensado que esto fuera una costumbre de la bruja.

-Muy bien, ¿y ahora? Este anciano está comenzando a agotarme incluso después de muerto- Andrea parecía molesta, le gustaban las cosas rápidas y aquello se estaba alargando de más.

-Ahora debemos averiguar que nos pide el cuadro- dijo Lili casi con tranquilidad, estaba comenzando a acostumbrarse a dar vueltas y más vueltas.

Mit seguía mirando el marco vacío, estaba empeñada en descifrar aquel misterio. Ninguno tenía idea de a lo que se podía referir aquel anciano.

-Era un viejo loco- Andrea se sentó sobre la mesa visiblemente enfadada.

-No lo era Andre… el hombre estaba arrepentido, ¿no lo ves? Se reveló contra sus compañeros y escondió algo aquí para que ellos no lo encontraran- Mit había perdido la paciencia con Andrea y su desconfianza- El pobre no sabía cómo enmendar sus errores, y solo se le ocurrió esto, deberías dejar de ser tan negativa y ayudar a pensar a que se refería-

Andrea la miraba como si no se pudiera creer que Mit se hubiera enfadado, de pronto una lucecita se encendió en la cabeza de Lili.


-¡Mit!¡Lo perdonaste!-

La chica la miró como si estuviera loca, ¿Qué tenía eso que ver? . Lili dibujo una gran sonrisa en sus labios y llevo a Mit de nuevo hacia el retrato, con toda la tranquilidad del mundo apuntó a sus rizos con la varita, lo que hizo que la chica la mirara aterrorizada.

-No pongas esa cara jajaja, bien chicos, ¿Quién puede decirme la última vez que atendió en clase de historia de la magia?- el silencio se hizo a su alrededor, la clase era realmente aburrida, Lili volvió a sonreír – yo tampoco lo hubiera hecho, pero a mi novio le gusta la historia, piensa en Paracelso bonita y en lo arrepentido que estaba.

Un pequeño hilo plateado comenzó a salir de la sien de Mit, la chica lo miraba sin entender, pero Lili no le haría nada malo ¿no? Mientras, ella siguió explicando.

-Resulta que hace mucho, mucho tiempo, algo asi como más de 10 años, el gran Harry Potter llego a una cueva con el director Albus Dumbledore en busca de los Horrocrux de Lord Voldemort-

Mistify levanto una ceja al escuchar la historia de su señor contada como si fuera un cuento infantil, pero no hizo ningún comentario al respecto. Dejó que la chica continuara.

-Esa cueva se abría de una manera especial, ¿alguien sabe cómo?- Lili disfrutaba con estos momentos, si salía viva de allí estudiaría para profesora de algo.

-Con sangre- dijo Fernando comenzando a comprender

-Exacto, 5 puntos para Gryffindor- bromeo la chica- exactamente igual que este cuadro- en ese momento poso el hilo plateado que había salido de la cabeza de Mit sobre el lienzo y este se convirtió en una superficie cristalina, en ella se arremolinaban pequeñas espirales de humo gris.

Los chicos miraban el cuadro sorprendidos mientras Lili satisfecha metía la mano a


través de esa sustancia y sacaba lo que parecía un antiguo LIBRO.

La líder mortifaga dibujo una gran sonrisa en sus labios.

-Muy bien, son chicos listos, ahora dámelo- ordenó.

mdrhpa Seguía buscando cosas útiles en todos los campamentos vacíos. Encontré más zumo de mandrágora, algunas vendas, unas medicinas muy extrañas (algunas muggles), ropa, y mucho más... Cuando entré a un campamento vacío, un poco en mal estado, como por arte de magia (nunca mejor dicho) apareció lo que me di cuenta enseguida un elfo doméstico. ¿Qué hacía allí un elfo doméstico? Se quedó observándome sin decirme nada, entonces decidí decir yo:

-Hola, lo siento, no sabía que había alguien aquí y... bueno... ya me voy...

-¡No, espera! -dijo por fin el elfo doméstico con una voz muy aguda-.

-¿Qué... quieres?

-No me dejes aquí solo, mi dueño a muerto quemado por el dragón y no tengo a donde ir. ¿Me podrías cuidar?

-Sí, claro, yo te cuidare. Una pregunta, ¿cómo te llamas?

-Mi nombre es Iyón. Ya se que es un poco raro, pero ese es mi nombre. ¿Cómo te llamas tú?

-Yo me llamo mdrhpa y soy del equipo Gryffindor Dragon's. Ven conmigo y te daré un poco de comida.

-No es necesario, no quiero que mi ama se moleste.


-No es molestia, no te preocupes, al contrario quiero dártelo. Mistify NARRADOR - Muy bien, son chicos listos, ahora dámelo - murmuró Mistify con aquel tono de voz autoritario que solía utilizar sin darse cuenta que son eso había logrado que el grupito volviera a desconfiar de ella. - En tus sueños - retrocedió Liliana aferrando el libro con fuerza flanqueada por Mitsuki, Andrea y Fernando que habían enarbolado sus varitas y apuntaban con ellas una vez mas a la mortífaga. - Vamos, ni siquiera lograrán tocarme - puso los ojos en blanco y estiró su mano Entrégamelo o este despacho mugroso serán lo último que verán en sus vidas repentinamente su tono de voz había cambiado y fue como si un balde de agua helada bañara a los cuatro jóvenes. Sus ojos verdes destellaron con furia contenida a pesar de que su rostro no dejaba huella de aquellas emociones. - Pero morirás tú también si no logramos volver a dormir al Dragón - observó Mitsuki. El cuarteto retrocedió cubriendo a Liliana al tanto que la Líder Mortífaga apretaba su puño derecho conjurando así a su varita. - No volveré a repetirlo.. - si aún no había matado a los chicos era porque pensaba en lo furiosa que se pondría Mackenzie con ella y en que tendría que aguantarla enfurruñada varias semanas seguidas sin contar con que tal vez no le permitiría ver a su nieto. Sin embargo había deslizado la punta de su varita por el tatuaje de su antebrazo y la serpiente dibujada en él cobró vida propia deslizándose a través del antebrazo de la mujer, convocando en el lugar a todo mortífago que esté en el castillo.


Los chicos la miraban azorados aún sin saber que hacer cuando la mujer dibujó una veloz floritura en el aire y el libro, cuyas cubiertas no mostraban nada llamativo a excepción de un pequeño orificio similar a una cerradura, y podría haber pasado desapercibido en cualquier lugar, salió despedido de las manos de Liliana hacia su mano izquierda aferrándolo con seguridad. - Mas les vale estarse quietecitos y no planear ninguna tontería o tal vez me arrepienta de haberlos dejado con vida - susurró cuando Andrea estaba a punto de protestar. Pasos en el corredor del Despacho. Sus mortífagos debieron de estar cerca si tan rapido habían llegado ¿Dónde diablos estaría Fernando Black cuando lo necesitaba? Lo único que le faltaba ahora sería que el tal Hades llegara con todo su delirio a tratar de detenerla. ¿O tal vez Mack? ¿Circe? No podría contra tantos o llegaban refuerzos o todo lo que habían tramado estos últimos días quedaría en la nada. - ¿Preocupada? - Fernando esbozó una sonrisa cínica hacia la bruja que por un momento parecía haberse olvidado de los chicos mientras se sumía en sus pensamientos. La mortífaga no le contestó y suspiró, tal vez debería replantearse la idea de asesinarlos, tal vez valía la pena canjear el alivio que eso le provocaría a cambio de soportar el enfado de Mackenzie. - Incarcereus - apenas susurró, las cuerdas serpentearon en el aire por escasos segundos y se enrollaron alrededor de los chicos que cayeron sentados al suelo mirándola con rabia e impotencia. - ¡Accio varitas! - y la orden fue ejecutada al instante las cuatro varitas volaron hacia ella que las dejó pasar y se entrellaron en la puerta de salida - Lo siento, es que tengo las manos ocupadas - su boca se curvó en lo que pareció una sonrisa y giró su cuerpo presta a salir. No hubo echo dos pasos cuando el corredor comenzó a llenarse de gente, gritos... destáncando la figura de los tres ancestrales magos y... Mack. Era un verdadero gentío ¿cómo diablos habían llegado a saber de la ubicación del libro? No lo sabía,


pero tenía que huir de ahí a como diera lugar. Su verde mirada se deslizó con celeridad entre los participantes del Torneo buscando apoyo en sus seguidores. Mackenzie negó con la cabeza advirtiéndole a su madre que no hiciera lo que se proponía a sabiendas que su advertencia caería en sacos rotos, sin embargo no veía a Fernando Black y sus ojos brillaron, aquel mago seguramente había encontrado alguna jovencita atractiva y habría pensado que pasársela bien era mucho mejor plan que andar tras un libro viejo que al fin y al cabo nadie sabía si en verdad funcionaría.

Sagitas Miré a “Barny” enfadada.

-- ¿Por qué no? ¿Tan importante es? Seguro que es un libro de cocina.

-- Oye, insensata, que…

Pero sus palabras quedaron interrumpidas por unos pasos, por un ruido de armaduras rodando por el suelo y por otras palabras que me alegraron muchísimo.

-- ¡¡Coyo-T!! – grité y me tiré a sus brazos.

Quería a Elo, claro, y respetaba mucho a Ela y Deivid, pero tenía tanta alegría al ver a mi Capitán y novio de mi mejor amiga que no pude evitar el abrazarlo, achucharlo y apoyarme unos segundos en él. Estaba tan contenta que apenas me di cuenta de que lo acompañaba Sheila, sana y salva, hasta que me separé.

-- ¿Veis? Él también cree que esto es más material de basurero que de un museo. Si ya digo yo que está todo roto.

Coyo, con una mirada aguda, se acercó a Elodia y le aplicó un Episkey nuevamente. Me encantaba el Capitán por eso. Sin que nadie le dijera nada ya había visto la gravedad de nuestra compañera de los Rizos y había actuado sin hablar ni una palabra. Era un chico parco en palabras y estupendo en acción. Lo mismo pasó en cuanto lo puse al tanto de las


palabras de nariz-picuda-sin-nariz. Miró el cuadro al que Elo amenazaba con su varita y sacó su varita.

De repente vi temor en el cuadro, el mago se escondió detrás de uno de los trolls, que gruñó y, milagrosamente, dio un paso de baile y su tutú sonó con un frufrú delicioso, me entraron ganas de ponerme a bailar con él. El mago nos miraba iracundo, todos habíamos alzado las varitas amenazadoramente imitando al Demon y a nuestra amiga.

-- ¡Anda, vámos! No seas tan aguafiestas; estos chicos solo tienen curiosidad de aquella historia, contarles un poquito no hará daño a nadie – dijo cabezón-sin-oreja con una gran sonrisa. Se notaba que quería volver a tener la atención en su persona.

Le entendía. Tantos años sólo sin poder hablar. Yo creo que me moriría si no tuviera a nadie a quien contar mis aburridas historias de estatua sin nariz ni mejilla.

Elo había perdido la paciencia. En realidad todos la habíamos perdido. Por eso Eli Tonks había descolgado el cuadro con el apoyo de Sheila. El mago se inclinó peligrosamente a un lado y los trolls no guardaron el equilibrio, cayendo uno encima de otro en un paso de baile arriesgado pero bonito que me prometí imitar en cuanto estuviera en clase de danza con mis compañeros de ballet.

-- ¡Huy, lo que le ha dicho, le ha llamado psicópata! -- comenté en voz alta alejándome un poco de la escena.

Sabía que iban a ponerse a disparar de un momento a otro. Los nervios estaban muy alterados, aunque después de una lluvia torrencial, un dragón malévolo que no se comportaba como un dragón normal (si es que yo podía juzgar cómo se comporta un dragón, ya que era el primero que veía en mi vida), una fortaleza en ruinas (juro que yo no fui, que ya me la encontré así) y un sauce en fuego que nos golpeaba sin cesar, y encima sin haber probado nada de nada de comida, no era para menos que todos tuviéramos las varitas preparadas y atacáramos a aquel mago chistoso que no quería cooperar.


Elo ató al mago, que ni sé cómo pudo atravesar aquel cuadro con sus cuerdas y atarle para que no abandonara aquel espacio y desapareciera.

--¡Hey, ustedes! -- sentenció Elo a los trolls con tutú. --Ni se atrevan a intentar ayudarlo -dijo agitando su varita y dibujando muros que impedían a los trolls acercarse al cuerpo de “Barny".

-- Hummm, no creo que así quiera hablarnos…

Pero una idea cruzó por mi cabeza.

-- Usted, oh, lindo brujo de nariz interesante… ¿No nos podía contar alguna cosita?

El busto carraspeó antes de decirnos unas palabras. Se hacía el interesante. El mago del cuadro lanzó un gruñido que bien podría hacer competencia a los de los troles…

-- Bien, bien, veo que sois un público agradable, así que… Poneos cómodos.

Deivid y Coyote parecieron impacientes pero yo deseé tener palomitas cerca como cuando iba al cine muggle. Me senté delante de él en el suelo como si de un espectác*** de Marionetas se tratara y crucé las piernas.

-- Sí, cuenta…

-- Pues había una vez un gran dragón que asustaba a todo el condado.

-- ¿Había un conde?

El busto obvió mi interrupción y siguió hablando.

-- Era imposible acabar con él a pesar de que los magos más capaces se habían unido para combatirlo. Era muy cruel y malicioso, se decía que en realidad era un animago demasiado


poderoso que quería gobernar el mundo.

-- ¡Ohhh! ¿Y eso era cierto?

-- ¿El conde era guapo?

La estatua intentó arrugar la nariz, pero como no la tenía no pudo y quedó una mueca graciosa de la que me reí. Ignoró mi pregunta y contestó a Elodia.

-- Pues no lo sé, yo sólo conozco lo que me dijeron. Continúo: pues un día se juntaron cuatro excelentes magos y decidieron acabar con esa amenaza. Un quinto mago ayudó con el gran Libro Sagrado de la Magia de los Antiguos. Consiguieron inmovilizar al dragón, que no matarlo; consiguieron aletargarlo y construyeron la fortaleza encima para ocultarlo y mantenerlo así por la historia del mundo.

-- ¡Eso es lo que nos dijo el carcelero antes de derrumbarse en la fortaleza! Que la fortaleza del dragón siempre había estado aquí, que nadie lo había traído para el torneo.

-- ¿Pero el conde era guapo o no? – pregunté. A mí no me gustaban los dragones.

-- Calla, Sagitas, déjale que continúe.

Me callé, si mi capitán me lo pedía era una orden que no pensaba discutir.

-- Perdón.

El busto me dirigió una mirada de reproche pero su entusiasmo volvió enseguida.

-- En estos terrenos se construyó después el Colegio de Hogwarts y el mago sabio, sabiendo que llegaría el día en que el dragón se escapara, dejó el libro allá, para cuando se necesitara.


-- ¡Ohhh, el libro es entonces muy necesario! El dragón ya ha despertado – murmuró Deivid.

-- ¿Y escondió el libro en el cuadro de nuestro amigo Barny?

-- ¡Oh, no! Barny es posterior a aquella época… Lo escondió en otro cuadro que en su día puso en la Sala de los Menesteres conmigo. Qué grandes charlas teníamos aquel mago y yo… Realmente añoro aquellas conversaciones en las que…

-- ¿Quién era aquel mago tan sabio? ¿Merlín? – pregunté, recordando el nombre de los tres magos que nos acompañaban desde el principio de la competición.

-- Nooo, muchachita... Era Paracelso. Un gran hombre. Incluso le hicieron un busto como el mío siglos después, aunque no tan agraciado, claro. Lo situaron junto a la Sala Común de los Gryffindor. Nunca llegamos a coincidir.

-- ¿Y dónde lo guardó él y por qué ahora está en el de Barny?

El aludido gimió un poco, seguramente las cuerdas eran molestas.

-- Pues lo puso en un lindo paisaje protegido por un animal muy peligroso y dejó pistas en todo Hogwarts para que el Indicado lo consiguiera. Pero no contó con la sabiduría y empeño de aquel muchacho que, cuando estudiaba aquí, lo encontró y sacó el libro verdadero y lo sustituyó por un Libro de texto de Transformaciones.

Todos lo mirábamos con atención. En verdad la historia era de un gran suspense narrativo y nos mantenía en vilo.

-- ¿Tú viste eso? – preguntó Deivid.

-- Sí, sacó el cuadro y dijo que lo pondría en otro sitio de forma permanente para que no pudiera ser extraído nunca de allá, aunque no sé dónde lo colocó. Lo que sí que vi fue cómo


se lo daba a Barnabás con la orden de no darlo a nadie que no fuera él o su heredero.

Nos giramos al cuadro del mago atado. Los troles ya se habían levantado y junto a él intentaban repetir pequeños pliés con sus peludas patas.

-- ¿Quién era aquel muchacho? –preguntó de forma autoritaría mi capitán.

-- El más grande mago tenebroso habido en este mundo, el gran Tom Ryddle, más tarde conocido como Lord Vorldemort. Y no pienso daros su libro.

Sheila, Elo, Ela y yo murmuramos algo asustadas ante el nombre de aquel mito.

-- Pues si buscan el libro en Hogwarts… No lo encontrarán nunca, están perdiendo el tiempo. Deberíamos llevárselo a los Organizadores, seguro que ellos sí que sabrían sacarlo del cuadro.

-- Bueno, jovencita, Tom dejó una pista en el interior del libro indicando su nueva situación. Así que pronto vendrá alguien a buscarlo. Lo que no sé es si llegó a encontrar la llave.

Todos nos miramos unos a otros. Un ligero rugido rompió el silencio.

-- Perdón, son mis tripas. Tengo hambre – me disculpé.

Mackenzie Yellbridge NARRADOR: SOMBRERO SELECCIONADOR Cuando el grupo de alumnos formado por Krazywitch, Gabry, Sorce, Lee y Alex entraron al despacho del director, el sombrero abrió su gran abertura con forma de raja y bostezo.

-Los tiempos de contraseñas complicadas y complejos encantamientos que protegían este despacho


quedarón atrás -susurró de forma imperceptible, de forma que los nuevos visitantes de aquel despacho no pudieron oirlo-. ¡La modernidad eliminó el romanticismo!

Los vio acercarse hasta dónde él se encontraba y supo, casi de inmediato, lo que habían venido a buscar.

- ¿Podrás ayudarnos a encontrar la llave? – preguntó Krazywitch.

El sombrero seleccionador se movió ligeramente ante la sorpresa de los estudiantes. Había llegado la hora de su gran actuación. Casi mil años había tenido que esperar para ello.

- ¿Qué buscan jóvenes estudiantes Gryffindor? – su voz sonó con la autoridad de aquellos que han vivido lo suficiente para alcanzar la sabiduría.

- La llave que abre el libro que contiene el secreto para volver a dormir al dragón – dijo Sorce.

- Ya veo – prosiguió el sombrero – ¿y cómo esperan dar con ella cinco jóvenes magos? Si no me equivoco, ustedes nunca la han visto, ¿o no?

- No te equivocas – dijo Alex – pero ya tenemos demasiados problemas y queremos ayudar a solucionarlos.

- Entonces, veremos que en este lugar, un objeto pequeño y plateado han de encontrar – dijo el sombrerosólo aquel pequeño objeto, les permitirá abrir el libro para controlar al dragón dormido.

El sombrero seleccionador siguió moviéndose con gesto satisfecho. El caos y el dragón indicaban que el tiempo había llegado. Las claves debían ser descubiertas y, aunque la quinta llave no estuviese, de momento, al alcance de ningún mortal, aquella otra llave les conduciría hacia el secreto del libro y hacia las otras cuatro llaves. Era necesario que descubrieran el secreto que les permitiese abrir el libro, llegado el momento. Y aquella primera llave era, sin duda, el primer paso para poder hacerlo.

- Gracias – Krazywitch hizo un gesto de agradecimiento hacia el sombrero y comandó a sus compañeros para que comenzaran a buscar.

El grupo de participantes del Torneo miró en todas las direcciones con gesto expectante y preocupado, mientras el Sombrero Seleccionador vigilaba sus movimientos. Tal y como el Sombrero había calculado,


muy pronto los chicos encontraron una pequeña llave plateada en el interior de un cofre.

El viejo sombrero sonrió satisfecho y se arrebujó entre sus pliegues, sumido en la nostalgia y el recuerdo.

Hogwarts, 1 de junio de 999 D.C. Godric Gryffindor miró a sus compañeros con lágrimas de emoción en la mirada. Su largo cabello castaño rojizo y su poblada barba relucían bajo los intensos rayos de sol de aquella tarde de primavera, casi tanto como la llave que portaba en su mano. Era de un metal extraño, que cambiaba de color como un hermoso cristal, reflejando el espectro de todos los colores, y una luz intensa, casi cegadora, se desprendía de ella en todas las direcciones.

Los otros le miraron con la misma emoción en la mirada. Cuatro llaves, exactamente iguales, se posaron en sendas cerraduras sobre la tapa de un libro en cuya portada se dibujaba un pentácu.lo. Al contacto con las pequeñas aberturas que formaban las cerraduras situadas en cada una de las puntas laterales e inferiores de la estrella de la vida, las llaves cambiaron su luminiscencia, tornándose de brillantes colores rojo, azul, verde y amarillo. Al instante, la abertura situada en la punta superior del pentác.ulo comenzó a desprender intensos haces de luz dorada.

Una quinta llave surgió como de la nada y fue a posarse lentamente sobre la cerradura restante. Y, al momento, el libro se abrió. La multitud enmudeció mientras un colosal dragón giraba en círculos sobre sus cabezas.

Godric Gryffindor escuchó una voz dentro de su cabeza.

-La quinta llave quedará en este mundo para siempre, junto con las otras cuatro que vosotros encontrastéis. Que cada uno guarde su llave hasta que llegue el día de volver a abrir el libro. La quinta llave es cosa mía y nadie podrá abrir el libro de nuevo sin esa llave. Pero recordad que un maleficio caerá sobre aquellos que porten las llaves sin haber merecido el honor de poseerlas. ¡Protegedlas! ¡Escondedlas del mundo! Y no contéis a nadie el secreto del libro.

El mago alzó la vista al cielo, mirando por última vez al dragon. Y supo lo que tenía que hacer. Todos lo supieron.


El sombrero seleccionador suspiró, henchido de nostalgia. Recordaba bien aquel momento. Pero aquella no había sido la única vez que vio a las llaves del libro. Al menos, a cuatro de ellas.

Hogwarts 12 de marzo de 1529 Cuando Merlín terminó de leer el viejo pergamino, miró a sus compañeros con gesto preocupado.

-Nunca debimos profanar el secreto -comentó Paracelso.

-Ya es tarde para lamentaciones, nuestro orgullo y nuestra ambición nos han traído a esta situación. Ahora el maleficio pesa sobre nosotros y ya nada podemos hacer.

-Te equivocas Circe -ahora era Merlín quien hablaba-. Sí hay algo que podemos hacer. Podemos proteger el secreto y las llaves. Podemos evitar que el mundo sepa de él, hasta que llegue su tiempo.

-¿Cómo podremos evitar que otros, con nuestra misma ambición, encuentren las llaves? -preguntó Morgana.

Merlín no dijo nada. Estaban en el despacho del director de Hogwarts y cuatro pequeños cofres estaban situados encima de la mesa de madera. Los cuatro estaban abiertos y, dentro de ellos, descansaban sendas llaves de unos doce centímetros de largo, con una empuñadura dorada y filo de un metal tan transparente como un cristal, que emitía destellos de todos los colores.

Con aprensión, tomó las cuatro llaves en la mano y las sacó de los cofres, depositándolas con cuidado sobre un fieltro rojo encima de la mesa. Tomó dos de los cofres e introdujo en ellos dos hermosas llaves plateadas, algo más pequeñas y mucho menos llamativas que las que antes habían ocupado aquellos pequeños arcones de madera. Eran las llaves que abrían los otros dos cofres, en los que depositó dos pergaminos. El primero era el viejo pergamino que los cuatro magos habían estado leyendo y, el segundo, un pergamino en blanco, sobre el que apuntó su varita para formar en él los signos de un antiguo encantamiento. Tomó las dos llaves restantes, las que abrían los dos arcones con los pergaminos, y guardó una en el despacho del director, metíéndose la otra en el bolsillo.

-Esconded estos cofres -dijo a Paracelso, Morgana y Circe- ellos contienen la clave del secreto y del encantamiento que protegerá las cuatro llaves del libro.


-El pergamino decía que se necesitaba una quinta llave para abrir el libro -dijo Morgana- esa llave no la hemos encontrado.

-Esa llave siempre fue cosa de él, tal vez nadie más que él pueda poseerla -terció Paracelso y haríamos bien en olvidarnos de todo esto, Merlín, ¿te das cuenta de lo que estamos haciendo?

Merlín asintió resignado, mirando con desconfianza a aquel hombre.

-Los mayores bienes requieren a veces de grandes sacrificios. ¡Lealtad y sacrificio, Paracelso!

El mago tuvo la seguridad, en aquel momento, de que Paracelso acabaría flaqueando, que no sería capaz de soportar la terrible carga de aquel secreto. Pero el maleficio le había unido al resto de forma inexorable y lo único que podía hacer era evitar que hablara. Cuando hubiera terminado de esconder las llaves, tendrían que hacerlo, era necesario.

-En cuanto haya protegido las llaves, deberemos realizar un juramento inquebrantable.

Los otros tres magos lo miraron comprendiendo la situación, únicamente Paracelso se agitaba inquieto. El sombrero seleccionador vio salir a Merlín del despacho con el gesto decidido de quien sabe lo que hay que hacer. Seguramente ya lo había hecho antes, pero el sombrero seleccionador era el único que había leído las letras escritas en el pergamino que Merlín había encerrado en el cofre y, por ello, sabía que aquel era un encantamiento complejo y peligroso.

*****

El sombrrero seleccionador cabeceó ligeramente, como volviendo a la realidad, y alargó su punta, con gesto atento a los distintos ruidos y voces que se oian por todo el castillo. Ahora tal vez encontrasen el cofre que guardaba el pergamino e, incluso, llegasen a saber cuál era el encantamiento que protegía las llaves y dónde estaban éstas. Él lo sabía, pero fiel a la voluntad de aquel que una vez lo había portado en su testa, nunca diría nada más de todo aquello. Si alguien le preguntaba, lo más que diría sería la verdad, que sólo podrán portar las llaves y abrir el libro aquellos que estén destinados para hacerlo. Al igual que había ocurrido hacía más de 500 años, volvería a ocurrir, pero sólo quien superase todas las pruebas, podría abrir aquel libro y obtener, de esa manera, el poder y el control del dragón.


Mica17 Keacher se acercó al Gran mago y ante la mirada expectante de todos le pidió un autógrafo, era increíble la habilidad de Merlín para escribir con la boca. En ese instante de dispersión Ale me pidió que por favor no maltratara al mago, ya que era nuestra única esperanza para recuperar el libro, solo él podría ayudarnos… supe que tenía razón, debía ser muy cuidadosa en qué preguntaba y el tono en que lo hacía.

Me quedé pensando unos segundos, que fueron el tiempo suficiente para que Tontín tomara las riendas del asunto. Rogando que por esta vez sea coherente, mire el interrogatorio… Con los ojos abiertos como platos me dije “Los milagros existen… pero no es el caso…” ¡Por Dios! ¿Lo estaban amenazando con una patata?

Las respuestas de Merlín no tuvieron mayor importancia, finalmente Tontín le pidió que por favor nos diera un acertijo o algo más… por lo cual el sabio mago nos dijo:

-Algo marrón incuba algo más marrón. Viene de la tierra y a todos repugnará. Y ya no os puedo decir más.

Lo miramos con curiosidad y enseguida nos pusimos a pensar la respuesta a aquel misterioso acertijo… luego de tan solo unos segundos Tontín encontró la respuesta…

-Algo marrón... incuba algo... más marrón. Viene... de la tierra y a todos... repugnará. Una... patata... ¡¡podrida!!- exclamo con felicidad, presumiendo su gran inteligencia.

-Perfecto, pequeño león. Esto era tan sólo una tontería. Si queréis saber algo sobre el libro, os recomiendo que busquéis a Morgana.- todos lo fulminamos con la mirada… “Así que nos cree tan tontos como para distraernos con enigmas falsos” pensé, mi enojo volvió a aflorar...

-Nos hace el favor de acompañarnos, señor Merlín?- era Ale la que preguntaba.

-Ni soñarlo- dijo, ya antes de que alguno de nosotros pudiera reaccionar quedamos


cubiertos por un homo verde… la humareda solo persistió unos segundos, tras los cuales solo pudimos contemplar la silla vacía y mis tres sogas tiradas.

-Morgana- susurré – hay que encontrarla…-no hablaba a nadie en particular, mantenía la vista clavada en la pared cuando noté que mi grupo comenzaba a moverse. Los seguí ya que con ellos me sentía segura ya… descendimos hasta la planta baja, sin un rumbo fijado, solo llevándonos por la intuición.

Frente a nosotros apareció Mack, me alivió encontrar a alguien conocido, pensé incluso que tal vez tendría novedades. La rodeamos con intenciones de narrarle nuestro encuentro con Merlín…

-Mack encontramos a Morgana ella nos puede explicar lo del libro- era ron_lesson el que venía hacia nosotros con Morgana, hablaba muy a prisa y se lo notaba algo nervioso.

-¿Sabes Mack? –Legolas se había quedado un poco más atrás cubriéndonos las espaldas. Hagámoslo rápido, creo que no estamos solos.- señaló a un pequeño grupo que se dirigía aparentemente hacia el despacho de Filch. Me quedé mirándolos, ya que me pareció reconocer a Lili, mi madrina, entre ese grupo. Lili era la prisionera del equipo Veelas a dos Velas, el verla me paralizó… necesitaba saber si estaba bien… entonces vi algo que me dejó muy preocupada, junto con ella reconocí a Mistify, la Líder Mortífaga no me inspiraba confianza en lo absoluto.

Con la respiración entrecortada me separé sutilmente del grupo que concentraba su atención ahora en Morgana, no quería llamar la atención de todos al seguirlos, pero realmente esperaba que alguno de mis amigos notaran mi decisión y me siguiera. Presentía que la mortífaga se traía algo entre manos…

Agradecí estar descalza, ya que mis pies no producían ruido alguno al avanzar sobre la fría piedra con la que estaba formado el suelo. Los seguí discretamente, sin que ninguno notara mi presencia. Además de mi madrina y Mistify, el grupo estaba conformado por Andrea, Mitsuki y Fernando, a todos los conocía ya que eran estudiantes de mi casa.


Al doblar en un pasillo pude notar que la puerta del despacho de Filch se cerraba, me quedé parada detrás de la puerta para poder oír lo que sucedía:

-Bueno… ahora ¿a qué se pudo referir con detrás del temor del humano vuelto tierno se haya lo que no debe ser encontrado?

En el momento pensé que habían perdido la coherencia… no le ví ningún sentido a la frase, pero tras seguir escuchando pude saber que se trataba de un enigma. Se oyeron ruidos, como si estuvieran escrutando el lugar, en busca de la respuesta o algo que les sirviera como pista.

Repentinamente oí la inconfundible risa de Lili. Me sobresalté y agucé el oído a ver de que se trataba. Aparentemente había visto un cuadro gracioso….

Hubo un aparente forcejeo, que interpreté como un intento de quitar el cuadro de su lugar, pero inútilmente ya que no lo lograron.

- Interesante- creí reconocer la voz de Mit hablando ahora.

-¿Qué es interesante?- preguntó Lili enseguida.

Me quedé con los ojos abiertos por la sorpresa al oír que hablaba acerca de osos… ¿Qué tienen que ver los osos? ¿Acaso no queremos detener a un dragón? Siguieron hablando acerca de osos y del retrato por un rato, hasta concluyeron que era la respuesta al extraño enigma.

-Bueno… Las peras de la cocina te dejan pasar si les haces cosquillas, así que… tal vez si le hacemos algo al oso este nos deje pasar- dijo Lili, esto me ayudo a comprender que el retrato era de un oso o algo parecido.

Guardaron un silencio total hasta que Mit interrumpió diciendo:


-¡Miren!

-quítate animal- la ruda voz de Mistify era la que se dirigía de mala manera al animal retratado.

Ahora el tema de conversación fue que hacer para apartar al oso, y la solución fue hallada por Fernando…

No se oyó más hasta que la voz de Mistify rompió el silencio, todos parecían estar concentrada, menos ella que perdía con mayor facilidad la paciencia.

-Vaya que debe ser importante lo que guardaba este viejo para inventarse tantos acertijos.

“Mmm con que hay otro acertijo…”, pensé mientras las chicas discutían la cordura de quien había puesto tantas complicaciones en su camino. No aguantaba más la ansiedad por saber qué era lo que sucedía…

-¡Mit!¡Lo perdonaste!- la voz de Lili me hizo volver a prestarles atención, me quedé sorprendida por la repentina exclamación… hubo unos ligeros pasos y Lili comenzó a explicar:

No pongas esa cara jajaja, bien chicos, ¿Quién puede decirme la última vez que atendió en clase de historia de la magia?- obviamente nadie, porque todos prefirieron callar – yo tampoco lo hubiera hecho, pero a mi novio le gusta la historia, piensa en Paracelso bonita y en lo arrepentido que estaba. – tras una pausa continuó- Resulta que hace mucho, mucho tiempo, algo asi como más de 10 años, el gran Harry Potter llego a una cueva con el director Albus Dumbledore en busca de los Horrocrux de Lord Voldemort… Esa cueva se abría de una manera especial, ¿alguien sabe cómo?

-Con sangre- respondió Fernando tal vez empezando a comprender, tal vez para evitar que Lili demorara más…


Exacto, 5 puntos para Gryffindor- bromeó- exactamente igual que este cuadro…

Otra pausa… esta me resultó sumamente molesta… ¿Qué había sucedido?

-Muy bien, son chicos listos, ahora dámelo- ordenó Mistify.

Boquiabierta comprendí lo que había sucedido: tenían el libro, era increíble. Mi reacción fue rápida, sabía que la mortífaga no era de confianza…

-Especto Patronus- susurré… mi fénix plateado surgió de mi varita con toda su majestuosidad- lleva este mensaje a Mack cuanto antes: “Han hallado el libro, Mistify intenta quitárselos. ¡Rápido! ¡Es necesario que vengan al despacho de Filch!”

El ave atravesó el pasillo a toda velocidad, sabía que en unos instantes contaría con ayuda.

Iba a abrir la puerta, estaba completamente decidida a hacerlo, dí un paso hacia delante con la mala fortuna de que la hacerlo patiné y caí al suelo en forma estrepitosa. Estaba jugada, me paré velozmente.

-¿Preocupada?- inquirió la voz de Fernando.

Si, me habían oído, pero no imaginaban que solo se trataba de una tonta chica que no podría hacer frente de ninguna manera a una Líder Mortífaga.

- Incarcereus- dijo Mistify para inmovilizar con sogas a mis compañeros.- ¡Accio varitas!me sobresalté ya que las varitas impactaron contra la puerta- Lo siento, es que tengo las manos ocupadas- supuse que había logrado quitarles el libro.

Di unos pasos hacia atrás al prdecir que a mortífaga saldría. En ese momento alguien tocó mi hombro, haciendo que me sobresalte. Para mi alivio era Mack, respiré al saber que mi mensaje había llegado. En cuestión de segundos el pasillo se había llenado de gente, pero


no me había dado cuenta ya que mi concentración estaba puesta en lo que sucedía dentro del despacho.

Me aparté de delante de Mack, para que esta pudiera enfrentarse a su madre. Vi la desesperación que invadía a la mortifaga reflejada en sus ojos y, bordeando la escena para no interferir, entré al despacho para liberar a los cautivos.

-¡Difindo!- exclamé apuntándolos uno a uno y cortando las sogas con que la mortífaga los había amarrado. – Tomen sus varitas. ¡Vamos!

caroliinaa -¿Sabes Mack? –quien hablaba era Legolas . -Hagámoslo rápido, creo que no estamos solos. atras nuestro avanzaba un grupo de unas 5 o 6 personas pero no me consentre en ellos, estaba mirando mack que parecia decidir que hacer. - vamos a bajo nesecitamos saber si alguien encontro a cirse o si ya tienen el libro- mack hablo pero parecia estar pensando en otra cosa. cuando nos dirigiamos asia la escalera aparecio por el extremos contrario del pasillo un fenix platiado muy hermoso y majestuoso. -es el patronus de mica- dijo keacher. yodos esperamos unos segundos ensilencio hasta qeu el fenix quedo frente a nosotros las palabras que escuche no fueron las que mas me ubieran gustado oir en ese momento ―Han hallado el libro, Mistify intenta quitárselos. ¡Rápido! ¡Es necesario que vengan al despacho de Filch!‖. lo sabia mistify desde que habiamos entrado al castillo parecia actuar muy extraño como si quisiera quedarse con lo que buscabamos. mack parecia muy disgustada - vamos rapido al despacho.


corrimos el trecho que habiamos realizado resien y otro tanto mas hasta llegar a el despacho, mica estaba en la puerta pareia ansiosa y nerviosa. -¿que fue lo qeu sucedio? - pregunto ron mirando fijamente a mica - cauando legolas vio al otro grupo que se dirigia asia el despacho de filch pude reconocer a mistify y como ella no me parecia de fiar los segui cuando llegue hablaron sobre un acertijo y luego consiguieron el libro, entoncesmistify les ordeno que se loo entregue. - basta de hablar y explicaciones vamos a entrar a ver uqe sucede - tontin era el que hablaba. algo se me olvidaba ¿que era?, lo recorde en ese instante, al ver el patronus de mica me habia olvidado por completo de morgana. morgana -susurre empese a buscarla entre todo el grupo. -esta ac tranquila - pude ver a ron muy tranquilo con morgana a un lado. en ese momento se abrio la puerta y pudimos ver la escena adentro del despacho en el piso del despacho se allaban liliana mitsuki andrea y otro chico que no reconoci, parada en la puerta mirando el gran corredor en el que se allaba estaba mistify su cara se habia descompuesto en una extraña mueca de dolor, parecia que habian acabado con sus planes, la mirada de mistify se encontro con la de mack que a mi lado nego con la cabeza. XheLiana

Estaban camino a las mazmorras. El lugar de Hogwarts que menos le gustaba a la chica. Y lo que mas le hacia no querer ir hacia allá no era su odio al lugar, si no su instinto. Cuando al fin la chica expreso su sentimiento, dio paso a una discusión.

-Chicos, tengo un presentimiento, este lugar me da mala espina -dijo la chica, destilando temor en su voz.

Y no era lo única que pensaba que algo malo les esperaba allá. A Xhio se le notaba de lejos, aun con la oscuridad, interrumpida solo por la luz despedida de sus varitas, que apoyaba a


Xheliana.

-Ellas y sus presentimientos -dijo Kira, mirando directamente a los ojos de ambas, nunca les creía en estas cosas-. Sean más optimistas.

-Kira, sabes que el instinto de Xheli nunca falla, parte de eso se me ha pegado a mí -dijo Xhio, tratando de convencerla.

-Si, lo sabes –dijo XheLiana media enojada-. Además, no creo que lo hayan escondido aquí.

-Eso no importa…

-¡Expelliarmus! –se escucho de la nada, detrás de nosotros. La varita de Mela había salido disparada.

-¡¿Profesor?! -dijo Kira impresionada. Eso no podía estar pasando, un profesor los estaba atacando.

-¡Desmaius! –fue la única respuesta obtenida.

-¡Protego! -gritó el chico.

-¡Hay q salir de aquí! -dijo una Mela, sumamente desesperada.

-Pero, ¿Cómo?, seguramente esta bajo un maleficio y no nos dejará salir de acá –razonó, desesperada, Xhio.

-Protéjanse -gritó el chico a tiempo que gritaba-: ¡Confringo!

Y el techo empezó a caer a pedazos. Lograron huir, pero el Profesor los seguía de muy cerca.


No puede estar pasándonos esto, pensó la chica, sumamente desesperada.

-¡Separémonos! -gritó Gode.

Y así lo hicieron. Formaron dos grupos, uno conformado por Goderic y Xhio, y el otro por Mela, Niki y Xheli

Los dos primeros salieron corriendo, con el profesor detrás, hacia el segundo piso. Fue la ultima ves que los vieron. Las tres chicas fueron por el otro lado, corriendo por el primer pasillo que aparecía. Sin saber como, aparecieron en la tercera planta. pincorto Pin seguia esperando a ver si se decia a presentarse y a decirles que hacía ahí con su cabra. Lobi, aun con la boca llena, no podía saludar como le habían pedido. Algo le decía a Pin que podía estar tranquila que no le haría ningun daño a ninguno, todo lo contrario que los ayudaría, pero aun no se había decidido a hablar. A la misma vez Pin pensaba en Legolas, Mica, Kea, Tontin...y como estarían y Lili y Miguel? aún sabiendo que podían cuidarse la parte sobreprotectora afloraba. Volvio a sonreirle a ver si así apremiaba, lo único que quería era reunirse con los demás y que toda esta pesadilla terminara. Sheila Longbottom Las armaduras cayeron al suelo haciendo mucho ruido, todos los que estaban en la siguiente parte de la habitación se asustaron, aunque al ver a Coyo-t y Sheila, cambiaron sus caras. Por un momento los habían apuntado con su varita, pero las quitaron rápidamente para apuntar a un cuadro, el que estaba apuntando Elo amenazante.


-¡Sheila!- gritó deivid sorprendiéndola, esta la volteó a ver y le esbozó una sonrisa.

Sagitas empezó a contar toda la historia, sobre lo que había pasado en lo que no estaban. Sheila escuchaba atentamente, pero estaba tan cansada que fue a tomar asiento detrás de ellos.

Terminó de contar la historia y Sheila cambió su atención a Elo. Le exigía que le dijera algo o le enseñara el libro, pero como no quería descolgó el cuadro para llevárselo. Barnabas preguntó que que hacía y Sheila contestó por Elo:

-Es claro ¿no?, lo llevará consigo-

El hombre como era de esperarse reclamó, pero como nadie le hacía caso decidió mudarse de cuadro. Eli lo detuvo haciéndolo regresar y además atándole con un incárcerus para que se quedará ahí. Después para que los trolls con tutú que tanta risa le daban a Sheila no lo ayudaran, puso unas paredes alrededor de él.

El busto que estaba a un lado queríendo llamar la atención le dijo a Barnabas que les contara algo o si no lo haría él y como Barnabas no quería el empezó a relatar una historia. Ahora centramos nuestra atención en el aunque Elo seguía con la varita fija en el cuadro.

Sheila estaba sentada muy cómoda y pronto la acompañó Sagitas, todos se prepararon como si fuera un cine en donde estaban. El empezó a relatar su historia mientras ignoraba a la chica de cabello morado por sus preguntas tontas.

Cuando terminó un gran silencio se hizo en el lugar y Sheila observó a Barnabas tratándose de quitar la cuerda de los ojos, pero lo ignoró.. no quería romper el silencio. Pero este se rompió cunado se escuchó un rugido y Sagitas pidió perdón por su estómago.

-¿No se supone que el heredero de Tom Ryddle era Harry Potter?- preguntó Sheila recordando otra vez los mitos.

-Si, lo es- contestó el busto.

-Entonces para que Barnabas nos de el libro necesitamos decir lo que diría Harry Potter, el heredero de Tom Ryddle..- dijo de nuevo Sheila pensativa -O darle algo representativo de Tom,


talvez.

Barnabas negó con la cabeza, pero a Sheila no le importó. No perdían nada intentándolo.

-Además puede que ya se lo hayas dado a alguien mas antes y solo nos estas haciendo perder el tiempo..- dijo enojada Elo, sin pensar mucho en lo que decía.

-Puede ser- dijo el busto sin nariz, haciéndonos dudar todavía mas.

-Por favoooor- rogó Sagitas a Barnabas -Solo dinos algo, ¿es verdad que lo tienes? el nos ha hecho dudar- dijo mirando al busto -y si nos dices te podemos desatar...

Este puso cara de enojado, no le gustaba lo que le estaban haciendo los estudiantes, pero asintió con la cabeza..

-¿Si?¿Si que?- pregunto Coyo-t observándolo muy fijamente.

elladora Estaban justo en el pasillo, todos se preguntaban como entrar y Elladora sabía exactamente que pensar, cerró sus ojos, apretó fuerte la varita y en su pensamiento se repetía la frase ―necesito ocultar la cinta escarlata con la que ato mi cabello, está medio incinerada y no quiero que mi hija se de cuenta que no la cuidé como prometí‖, de pronto en el pasillo se fueron presentando unas grandes puertas que se abrieron para darles paso, la sala era tal cual como la recordaba, era inmensa y estaba repleta de objetos depositados por muchas generaciones de estudiantes y maestros, grandes filas de libros, muebles semi-destruidos y muchas otras cosas más y para desgracia de Elladora tenía un tenue olor a cebollas, sus mejillas de nuevo se tornaron muy rosadas y una pequeña sonrisa burlona apareció en el rostro de sus compañeras, NykOo se había quedado un poco rezagado y cuando voltearon a ver porqué no las seguía, lo vieron apuntándoles con la varita…. Hubo un enfrentamiento entre ValeriaR y NykOo, todas ya alzaban sus varitas con un gesto incrédulo en sus miradas, ¿era posible que aquel chico les hiciera daño?...depronto la duda fue despejada, había un licántropo en la sala y era a el a quien NykOo estaba apuntando, le lanzó un ―Incárcerus‖ … -Atúrdanlo chicas- dijo el joven mago, y al unísono se oyó un ―Desmaius‖ y un un rayo rojo intenso cayó sobre el hombre lobo. Todos pensaban en cómo había hecho para entrar, pero eso les dio pie a creer que tal vez estaba allí custodiando el libro, eso los animó a pesar de no saber como era…


Decidiron dividirse para buscarlo, cada uno tomó un pasillo diferente, después de unos pocos minutos sus voces se perdían entre todos los objetos, pero Esther soltó una carcajada que seguramente no sólo se habría escuchado en el lugar… Elladora le gritó: -Qué paso Esther? Lo encontraste……- a lo que ella casi sin voz, porque no podía para de reir contestó: -Es que acabo de encontrar algo viscoso que expìde un fuerte olor a cebollas, realmente te quedó horrorosoTodos rieron y las mejillas de Elladora parecía que iban a estallar en cualquier momento, pasaron de un rosa intenso a un rojo vivo… Entre dientes susurró –tenemos que buscar el libro y ellos se entretienen con bobadas-, -Mejor se dedican a buscar lo que necesitamos, no?Cada uno siguió su búsqueda, estaban sorprendidos con la cantidad de objetos, había libros en muy mal estado, orejas extensibles, una gran variedad de enseres estropeados y una Bola de Cristal que Elladora encontró junto a unas espectrogafas, nunca le habían interesado estos objetos, ya que para ella la adivinación era simple coincidencia de circunstancias, pero aquella bola tenía un pequeño remolino en su interior lo que le causó curiosidad, decidió entonces tomarla con sus dos manos y tratar de ver lo que parecía moverse dentro de ella, de pronto sintió una fuerte energía que se extendía de sus manos por todo su cuerpo y en la bola de cristal se empezaron a formar unas figuras, parecían estudiantes atados con fuertes cuerdas, cuando la imagen se hizo mas clara logró identificar a Fer, su capitán con el que habían perdido contacto hace casi una semana y frente a ellos estaba Mistify apuntándoles con su varita con un brillo maléfico en sus ojos, la imagen empezó a desvanecerse, del lugar donde se encontraban solo se veía una lámpara de aceite que colgaba del techo y muchos archivadores, luego la visión se convirtió de nuevo en un pequeño remolino de nubes que giraba en el centro de la bola…. Elladora la soltó de inmediato muy nerviosa, apuntó su varita hacia su cuello y exclamó… -―sonorus‖- y con el volumen de su voz ampliado para asegurarse de que los demás la escucharan dijo: -Chicos nos vemos en la puerta, creo que encontré algoMinutos después todos estaban allí y la miraban con ansiedad, tartaban de buscar entre sus manos el famoso libro, pero no traía nada consigo… -No veo que tengas nada, acaso quieres hacernos perder el tiempo- exclamó NykOo en un tono altanero… -No, no es eso, es que….- las palabras se le enredaban en la garganta…-miren no tengo el libro, pero….- con ajos amenazantes la interrumpió Celestisima…


-Si no lo tienes para que nos has hacho venir-Miren por aquel pasillo encontré…..- les relato lo que había visto en aquel objeto… -Archivos y una lámpara de aceite??, crees que esa imagen era real….- dijo syl -Pues no lo sé, pero Fer y los demás se veían angustiados, tengo que saber donde están-Mira, yo no creo mucho y en lugar de estar aquí hablando deberíamos seguir buscando- añadió ValeriaR, a lo que NykOo asintió… -Pues yo conozco un lugar como el que describes, claro no es que haya estado ahí por algo malo, solo que alguna vez la puerta quedó entreabierta y me acerqué a curiosear- dijo Esther Todos dirigieron la mirada hacia esther, esperando a que continuara… -El despacho de Filch es así como esa imagen que dices haber visto- continuó Esther -pues es que de verdad la vi, si no me creen no me interesa, igual voy a ver que está sucediendo allá, el que quiera ir conmigo que me siga…- dijo Elladora en tono desafiante Las primeras en seguirla fueron sus compañeras de equipo, esther y syl y luego aunque un poco dudosos lo hicieron los demás... -No perdemos nada con averiguar, solo será cuestión de un rato- dijo NykOo algo desanimado, pensando en que ya había perdido la posibilidad de ser él quien encontrara el libro… Todos caminaron lo más rápido que pudieron, cuando estaban ya a pocos metros vieron a varios estudiantes agolpados en la puerta del despacho de Filch…

alethita Mientras hablaba con Mica se podia escuchar las tonteria que Tontin decia: -"Ejem, cof cof, grrr, glglglgl, Do Re Mi Fa Sol, aaahhh!!! Ante todo, señor Merlín, comentarle que es para mí un placer interrogarle"- *pero que estara pensando este hombre aah?? sino necesita un microfono para interrogar a Merlin, dios que cosas con él jaja* De pronto escucho pronunciar a Legolas: -"¡¡Accio Patata Podrida!!"- *pero que diablos era eso? si que Tontin tiene cada ocurrencia xD* lo que importa es que Merlin con eso estuvo encantado de ser interrogado *que mago mas loco, no? jaja* De pronto empiezo a escuchar la clase de preguntas que le hacian:


-"¿Cómo lo prefiere? ¿Con algún guantazo de vez en cuando?¿Cera ardiendo en los pezones? No me gustaría que se fuera de aquí con la impresión de que lo podríamos haber hecho mejor"- *pero que clase de interrogatorio es ese?? estamos perdidos con Tontin jaja...* Yo seguia hablando con Mica cosa que a los demas no se si les importaba o no mientras Legolas, Kea y Tontin seguian con el interrogatorio hasta que empezamos volvimos a juntarnos como grupo y empezamos a pensar hasta que se nos ocurrio que la mejor manera de encontrar el libro era buscando a Morgana. -Nos hace el favor de acompañarnos, señor Merlin- pregunté. -"Ni soñarlo"- dijo y desaparecio detras de un humo verde o quien sabe de que color era, el caso es que desaparecio. Nos miramos a ver sin poder creer que Merlin nos haya abandonado y lo unico que se nos ocurrio es salir en busca de Morgana. Caminamos por varios minuutos sin saber en donde podriamos encontrarla hasta que nos topamos con Mack a quien le contamos todo lo que habiamos pasado con el viejo barbudo de Merlin. Todos caminabamos junto con Morgana excepto Legolas que se encontraba un poco retrasado para cubrir nuestras espaldas de cualquier ataque de alguna criatura hasta que vimos a lo lejos que Ron y Carolinaa se acercaban a nosotros y con ellos se encontraba Morgana. Ron se acercó a Mack diciendole: -"encontramos a Morgana ella nos puede explicar lo del libro"- la forma en que le dijo eso a MAck fue tan rapido que se pudo notar que ellos tambien querian todo tipo de respuestas. Legolas estaba preocupado porque el lugar donde nos encontrabamos no era seguro, y vi pasar a un grupo que se dirigia al despacho de Filch en donde al igual que Mica pude reconocer a mi abue Lili y al otro lado estaba Mistify, esto no inspiraba algo bueno. Note como Mica se separaba del grupo sigilosamente seguramente para que nadie lo notara, decidi seguirla para saber que planeaba y para que no estuviera sola. La segui hasta que llegamos al despacho de Filch pero ya no pudimos entrar y nos quedamos en la puerta esperando. Mica estaba mas atenta a lo que pasaba dentro del despacho mientras yo estaba vigilando que nadie descubriera que estabamos alla espiando porque sino nos meteriamos en grandes lios y estariamos en peligro, de pronto senti que Mica se sobresalto, voltee para ver que pasaba y no note nada-seguramente algo en el despacho pasabaEscuche la voz de Mistify que hacia callar a los que estaban dentro entonces me preocupe mas porque no sabia que pasaba solo Mica estaba al pendiente yo seguia vigilando por los pasillos. De pronto vi algo plateado que salia corriendo hacia los pasillos, se trataba del patronus de Mica, voltee y pregunte de que se trataba y ella respondio -"Es informacion de todo lo que pasa adentro del despacho se lo estoy enviando a Mack"Volvi la mirada otra vez al pasillo para ver si Mack endria en algun momento y ahi estaba acompañada


de varios magos, toco el hombro de Mica la cual se sobresalto por el susto. Entonces MAck decidida a enfrentar a su madre pero a la vez preocupada por como reaccionaria aquella, entramos al despacho con las varitas en mano y vimos a los que se encontraban ahi, entonces Mica los desamarro y les ordeno que tomen sus varitas. Ya todos preparados para enfrentar a Mistify y hacerla hablar de como podriamos parar todo esto... deivid La situación con Barny se había tornado un poco confusa, Elo estaba impaciente, y su curiosidad le hacía desear conocer el secreto del libro del que había hablado el Cabezón sin oreja; entonces unos ruidos metálicos ocasionados por la caída de armaduras y otros objetos nos hicieron mirar hacia el lugar de donde estos provenían. -¡Sheila!- grité al ver llegar a la bruja, justo detrás de CoyoT quien ya se abrazaba con Sagitas. Los recién llegados se incorporaron al instante, poniéndolos al tanto de lo sucedido. Elo perdía la paciencia con el retrato de Barny y había decidido llevárselo para sacarle la información algún día. -¡Ey chiquilla! ¿Qué diantres haces?-Es claro ¿no? Lo llevará consigo- escuché que decía Sheila, quien se había sentado en el lugar que antes había sido ocupado por Elo; mientras hablaba con el busto, logrando sacarle apenas unas cuantas frases incoherentes. -Usted, oh, lindo brujo de nariz interesante… ¿No nos podía contar alguna cosita?- dijo Sagitas aludiendo al cabezón. -Bien, bien, veo que sois un público agradable, así que… Poneos cómodos.Elo y Eli habían seguido discutiendo con el retrato, atándolo incluso con unas cuerdas; pero al escuchar que el busto contaría algo se acercaron a tomar asiento cerca de nosotros, trayendo el cuadro consigo. Coyo y yo estábamos impacientes, esperando a que comenzara el relato, mientras Sagitas se acomodaba como si aquello fuese un espectác*** de marionetas, deseando tener palomitas como cuando miraba películas en el cine muggle. -¡Ohhh, el libro es entonces muy necesario! El dragón ya ha despertado- interrumpí después de escuchar una parte de la historia. El busto hizo caso omiso de mi interrupción, continuando con su relato; hasta que finalmente dijo.-Pues lo puso en un lindo paisaje protegido por un animal muy peligroso y dejó pistas en todo Hogwarts


para que el Indicado lo consiguiera. Pero no contó con la sabiduría y empeño de aquel muchacho que, cuando estudiaba aquí, lo encontró y sacó el libro verdadero y lo sustituyó por un Libro de texto de Transformaciones. -¿Tú viste eso?- pregunté sorprendido. -Sí, sacó el cuadro y dijo que lo pondría en otro sitio de forma permanente para que no pudiera ser extraído nunca de allá, aunque no sé dónde lo colocó. Lo que sí que vi fue cómo se lo daba a Barnabás con la orden de no darlo a nadie que no fuera él o su heredero.Barnabás se retorcía intentando quitar las cuerdas, decidido a no hablar, pero negaba con la cabeza cuando hacíamos afirmaciones que él no consideraba que lo fueran. -Puede que ya se lo hayas dado a alguien mas antes y solo nos estas haciendo perder el tiempo..- dijo enojada Elo, sin pensar mucho en lo que decía. -Puede ser- dijo el busto sin nariz, haciéndonos dudar todavía más. -Por favoooor- rogó Sagitas a Barnabas -Solo dinos algo, ¿es verdad que lo tienes? él nos ha hecho dudar- dijo mirando al busto -y si nos dices te podemos desatar...- Barny asintió con la cabeza. -¿Si? ¿Si que?Coyo logró hacer que Barny dijera un par de monosílabos, sin embargo Eli presintió que este se sentía un poco incómodo con las cuerdas que le había dibujado, por lo que decidió liberarlo del castigo por haber insultado a su amiga. -Ya está- dijo la chica, alejándose del cuadro, temía que el hombre ya no quisiece hablar teniendo cerca a quien lo había mantenido atado mucho tiempo. -¿Cómo sabemos que todo esto es cierto?- dije al mago. -Porque aún tengo el libro- dijo Barny, tallándose los sitios enq ue había tenido las cuerdas, estas le habían apretado y dejado marcas en el cuerpo pintado. -Eso nosotros no podemos afirmarlo- dijo Sheila. -¿Podríamos verlo? ¿Aunque sea tantito?-Muy bien, les enseñaré. Solo si prometen no intentar algún truco, o les pesará- dijo amenazante, a pesar de saber que poco podía hacer. Barny se puso de pie y salió por la derecha del marco, regresando


enseguida con un viejo libro en las manos. -¿Qué es eso?- preguntó Eli. -¿Es que no conoces los pentáculos? Vaya ignorancia- se quejó ofendido. -¿Y todos esos hoyos? Seguro está fallado- intervino Sagitas. -¡Son cerraduras! Vaya, ustedes no entienden nada-¿Y para qué tantas?- preguntó Elo perdiendo la paciencia de nuevo. -¿Es obvio no? Tiene cinco cerraduras, por lo tanto necesita cinco llaves para abrirlo- puntualizó Sheila, haciendo uso del sentido común que la caracterizaba últimamente.

Mackenzie Yellbridge Escuché atentamente las explicaciones de Mica, Tontin, Alethita, Keacher y alguno más que hablaban sin parar, atropellándose por la emoción. Legolas se mantenía algo más retrasado, tratando de darle un respiro a la bruja. La bruja escuchó en silencio, entre tanto caos, le costaba comprender la información que le daban los chicos. Por lo visto, Tontin había interrogado a Merlín, si bien apenas había podido sonsacarle nada salvo algo relativo a una patata podrida, o al menos, algo tan marrón o más marrón que una patata podrida. ¿Qué diablos era aquello? -¿Tontin, seguro que no era Dumbledore disfrazado de Merlín? -bromeó la bruja, aunque viendo el poco efecto que causaban sus palabras, añadió- bah, chiste malo, una no tiene inspiración entre tanto caos. Mack encontramos a Morgana ella nos puede explicar lo del libro -ahora era Ron quien hablaba apresuradamente en su afán por obtener respuestas. -¿A Morgana? ¿Os dijo algo? -la bruja dio un respingo frunciendo el ceño, quizás tratando de recordar algo. De pronto, Legolas, que había estado un tanto apartado, se dirigió a la bruja. -¿Sabes Mack? –dijo Legolas. -Hagámoslo rápido, creo que no estamos solos. Legolas apunto con su varita a un grupo de personas que, justo en aquel momento, pasaban por allí. Resultaban difíciles de identificar, si bien, todas iban compenetradas dirigiéndose al


despacho del viejo Filch. -Está bien. –Sentencio Mack. –Comencemos… La bruja abrió la marcha en dirección al despacho de Filch. Su corazón le latía con fuerza y tenía un presentimiento que hacía que la ira enrojeciera sus mejillas e hiciera brillar sus hermosos ojos verdes. Algunos, como Carolinaa, ya habían comenzado a andar. Algo, sin embargo, interrumpió la marcha de los más rezagados. -No podrán hacernos hablar -la voz de Morgana sonó clara entre el círculo de magos que la rodeaban- hicimos un juramento inquebrantable, así que de nuestras bocas sólo escucharán sinsentidos. Sin embargo, trataré de no faltar al juramento que hicimos y les diré que... Morgana se interrumpió, llevándose una mano al pecho. Parecía que le costaba respirar. -Les dire... que no es un libro cualquiera... tiene un pen.... cerrado por cinco llaves, nosotros no buscabamos el libro para quedarnoslo... Lo estuvimos custodiando durante mucho tiempo, hasta que llegara el momento en que el dragón despertara... -Morgana apenas podía seguir hablandoera para... La antigua hechiceera cayó hacia atrás y su cuerpo golpeó contra una columna. -¡Hable, Morgana! ¿Qué más puede decirnos? -Mack la apremió aún a sabiendas de que el juramento inquebrantable podría poner en peligro la vida de Morgana si hablaba de más. Morgana parecía estar en un estado a punto de desvanecerse. Mack apuntó a Solveig hacia la hechicera y ésta pareció recuperarse un tanto. -¡Vamos! Hable Morgana. Nos debe una explicación por todo esto. ¿Ustedes despertaron al dragón, verdad? ¿Se infiltraron en la organización para despertarlo y provocar este caos, no es cierto? Morgana negó con la cabeza. -Hace ya varias generaciones, ocurrió algo que hizo que aquel libro desapareciera de nuestras manos. Ustedes ya conocen parte de la historia, fue un mago tenebroso quien se apodeeró del libro y lo escondió. Cuando oimos hablar de este torneo, supimos que la hora había llegado y que, de una forma u otra, aquel libro debía aparecer. Es por ello que vinimos a buscarlo y velar por todo aquello que debía ocurrir. -¿Pero ustedes son... de verdad son...? -Mack se interrumpió, pues justo en aquel momento, un patronus había parecido al fondo de la escalera, muy cerca de donde se encontraban carolinaa y


keacher. -Es el patronus de mica- dijo keacher. De pronto todos pudieron oir el mensaje de un hermoso fenix plateado ―Han hallado el libro, Mistify intenta quitárselos. ¡Rápido! ¡Es necesario que vengan al despacho de Filch!‖.

Mack corrió hacia el despacho de Filch, ¿qué demonios estaba tramando ahora su madre? Cuando abrió la puerta, una situación del todo incomprensible se mostró ante sus ojos. Pudo observar a Alethita mirándola, mientras Mack tocaba el hombro de Mica y ésta se apartaba un tanto, no sin antes lanzar un diffindo para soltar las cuerdas que amarraban a Lili, Andrea, Mit y Fernando. Su madre tenía un libro en la mano y, a juzgar por el numeroso grupo de magos que la rodeaban, muchos de ellos Gryffindors, que la miraban con gesto acusador y la apuntaban con sus varitas, cualquiera hubiera dicho que se encontraba en una situación difícil. Cualquiera menos Mack. -¿Qué libro es ese mami? -a pesar de sus palabras, el tono de Mack no era precísamente cariñoso- ¿Y se puede saber qué hacían esos participantes atados con unas cuerdas? Ya... no me lo digas.... los ibas a llevar a la Fortaleza, para darles un exquisito ágape y mientras contarles los cuentos de Beedle el Bardo, arroparlos en su camita, contarles una nana y dejar que muchos mortífagos les trajesen regalos. Los ojos verdes de las dos brujas se miraron fijamente durante un instante. Los de Misty, de un intenso verde esmeralda, relucían como siempre que la mortífaga ideaba algún ingenioso plan y los de Mack, ligeramente más oscuros, brillaban, a su vez, de rabia. -¡Dame el libro Mamá!

Fernando Black

NARRADOR

-Fuego Maldito! 3 Basiliscos de fuego aparecieron frente a Fernando. Las 3 criaturas salieron arrastrándose por el suelo velozmente y juntas atacaron al Grifo. El animal intento librarse de las llamas dando un salto, pero fue inútil. Con un último gruñido se desplomo, siendo consumido por el fuego.


-Eso fue mas complicado de lo que pensé- se quejo el mortifago quitándose el sudor de la frente con la manga derecha. Sin embargo los problemas no terminaban para el Black. Apenas se había librado del mas pequeño de sus males. Pronto un Licántropo salió a su encuentro. El hibrido se quedo quieto unos segundos, mirando fijamente como las llamas del fuego maldito se extendían. -Debí quedarme en la taberna… Incarcerus! 3 cuerdas salieron despedidas de su varita, ellas volaron rápidamente hasta impactar en su totalidad en las piernas del animal, tirándolo al suelo por la falta de equilibrio. Fernando no se quedo a pelear y dando la media vuelta entro por un pasadizo. En el camino escucho como el animal aullaba, había sido muy sabio no pelear a muerte con él. Cuando el Black salía del estrecho pasadizo, se topo de frente con el despacho del profesor de DCAO. Se maldijo a si mismo por seguir hasta abajo y no ser capaz de encontrar el libro que buscaba o peor, de no haber encontrado a ninguna damisela en peligro. Lo único que encontraba eran animales que solo querían asesinarle. Un grupo de extraños gruñidos atrajeron su atención, girando la cabeza a la derecha y luego a la izquierda y comprobó que estaba rodeado. En cada extremo habían 4 grim’s que lo miraban con fiereza, mostrando sus colmillos. ¿Qué podía hacer? No podía usar el fuego maldito, solo conseguiría acorralarse por algo más peligroso. Su única posibilidad era saltar por la ventana… No, era algo demasiado apresurado, podría ser alcanzado por el dragón ¿Pero que era más honorable? ¿Morir bajo las fauces de esos torpes perros o bajo la devastadora fiereza de un dragón milenario? Fernando lo tenía claro: Morir bajo la fiereza del dragón. No se detuvo a pensarlo dos veces. Una vez que escucho el primer ladrido de los animales el mortifago comenzó su carrera. Cubriéndose el rostro (no podía arriesgarlo) con las manos, salto por la ventana… Trozos de vidrio salieron volando por todos lados. El ruido atronador del rugido del animal y los gritos desesperados de las personas era todo lo que podía oír. Ni siquiera pudo oírse a si mismo conjurando su hechizo, pero afortunadamente eso no mermo su efectividad. Su caída fue detenida por lo que parecía ser un fénix fantasmal. El animal comenzó a volar hacia arriba, elevando al mago cada vez mas y mas. Lo tenía claro, lo mejor era ir hasta el séptimo piso y comenzar desde ahí, quizás lograría toparse con algún grupo de estudiantes que le pudiese dar una pista… además que entre más lejos estuviera de la planta baja, mas lejos estaría del resto de los animales.


Sin embargo su ascenso fue detectado por el furioso Dragon. La criatura lo miro fijamente, se podía decir que estaba sonriendo… sin demorarse abrió sus fauces y soltó una enorme llamarada de fuego. En esa posición el mago estaba indefenso ¿Qué podía hacer? -Desaparece, a donde sea, rápido!- le ordeno el mago al fantasmal fénix. Un fogonazo de oscuridad. Cuando Fernando sintió que sus pies tocaban suelo firme abrió los ojos. Al parecer había logrado escapar por los pelos de aquella mortal llamarada ¿Pero dónde estaba? Todo estaba oscuro, parecía una casucha abandonada. Hizo aparecer una brillante luz de su varita y miro alrededor. No tenía dudas, el fénix lo había llevado hasta una especie de museo. Hacía años que no pisaba ese lugar. Se encontraba muy cansado, por lo que decidió quedarse ahí unos minutos. Si tenía suerte encontraría una cama cómoda para dormir unos minutos y reponer las energías perdidas. Así que pronto comenzó a investigar el lugar, como si se tratara de la primera vez que entraba en ese lugar. Cuando encontró las escaleras, estuvo a punto de subir por ellas. Pero algo llamo su atención, al parecer había una rampilla. Nunca antes la había visto, se acerco a ella y de un tirón la abrió. Habian unas escaleras en forma de caracol que parecía conducir a un piso inferior. ¿Qué podía haber allí? Esa noche ya había peleado contra muchas criaturas, nada más peligroso podría encontrarse ahí por lo que comenzó a bajar por las escalera. El espacio era muy reducido y de no ser por la luz de su varita ya hubiera tropezado y caído rodando por todas las frías escaleras. Al cabo de 15 minutos vio un punto luminoso. Ya estaba cerca. -Es… ¿Impresionante? Al parecer las escaleras conducían a un enorme salón repleto de curiosidades. Un grupo de magos y brujas se reunía en torno a un cuadro que descansaba sobre una de las paredes laterales y tan solo se limitó a escuchar lo que trataban de sonsacarle. Una ancha sonrisa se iba formando en el rostro del Black a medida que escuchaba la historia. Vaya que tenía suerte, al final se quedaría con el libro y se iría a dormir antes de lo previsto. -Que… grafico…- dijo Fernando mientras un agudo ardor, seguido por la aparición de la marca tenebrosa en su brazo izquierdo llamó su atención. Al parecer Mistify quería reunirse con todos los mortifagos que estuvieran cerca. ¿Qué había ocurrido? -¡Al fin!- grito contento el habitante del cuadro, el mortifago giro de inmediato a verlo, olvidándose por un momento de Mistify –Yo sabía que el heredero aparecería para reclamar lo que por derecho propio le pertenece- dijo dando un atronador aplauso.


¿Quién podía haber sido tan tonto como para entregarle algo tan valioso a un guardián tan poco confiable como un torpe amante de los trolls? Era un alivio que el antiguo dueño del libro hubiera sido tan incauto. El mago de ojos plateados respiro hondo, pensando en que hacer. Era tan solo un grupo de muchachos y el Demon que los acompañaba no era rival para él. Sin embargo, la precaución era una arma de la sabiduría, por lo que tocó con la varita la marca de su brazo y ésta comenzó a arder con intensidad, llamando a los mortífagos. Esperaba que comprendiesen que había encontrado el libro.

tontin dudley ahora nos habíamos reunido un buen montón de magos. Empecé a hacer un repaso mental: a este lo conozco... a esta también. Esta es amiga de aquella, que vivía en la calle del Cerezo. A este me lo presentaron en una fiesta de disfraces, o por lo menos parece el mismo pero sin cuernos. A esa no la conozco pero me gustaría mucho. - Hola! ¿A donde vas con tanta prisa?- dije con mi sonrisa más encantadora. - Es que tengo un poco de prisa. Mistify ha convocado a los mortífagos, y como yo soy una... - Ah, perdona. Ves, ves, encantado. - Si eso nos vemos luego- se despidió. Seguí con mi repaso de tropas: Al bajito lo conozco muy bien. Al alto lo tengo que cuidar para que Liliana no me pegue. Esa mujer es Mack... - ¡¡Hola, Mackenzie!! - Hola, Tontín. - Y que tal tu día? - Hombre... Qué pregunta. Pues he tenido días mejores. - Vaya. ¿Mucho trabajo? - Pues verás, es que el dragón se ha despertado, y unos inferis han estado por aquí, y los hombres lobo han.... - Ah, ah, ah! ¡Sí, sí, no me digas mas! Además nos hemos visto en el hotel. Y me has hablado hace 2 minutos aquí mismo. - Oye, Tontín, perdona, pero es que tengo aquí al lado a Morgana... Te diría que no la he visto en mucho tiempo, pero la verdad es que no la he visto en mi vida. - Buf! Tendréis un montón de cosas que contaros. Y así continué mi repasito. El transito en aquella zona del castillo había aumentado considerablemente. ¡Pero cuanto verde! Y cuanta sombra de ojos negra. Y cuantas caras de infelicidad. Y medias de rejilla. Y cuantas máscaras de metal. - Legolas... ¿estos venían con nosotros? Sagitas Mientras me disculpaba por el rugir de mis tripas Sheila reflexionaba sobre el significado de las palabras del busto parlanchín desorejado.


-- ¿No se supone que el heredero de Tom Ryddle era Harry Potter? Entonces para que Barnabas nos dé el libro necesitamos decir lo que diría Harry Potter, el heredero de Tom Ryddle. O darle algo representativo de Tom, tal vez. -- Yo no creo que estemos preparados para sacar ese libro. Si es cierto eso, Voldemort tuvo que embrujar mucho el cuadro para evitar que nadie lo robara. Me pregunto por qué lo dejó en este cuadro y no se lo llevó con él. Mis palabras hicieron cabecear a Coyo, quien tampoco veía una salida a todo este embrollo. -- Por favoooor -- rogué a Barny. -- Sólo dinos si de verdad que lo tienes. Si nos lo dices te podemos desatar... El mago mantenía los labios fruncidos pero asintió con la cabeza. Coyo avanzó hacia él presuroso y le interrogó de nuevo. -- Que sí lo tengo. Pero ni sueñes que te vaya a darlo, no eres el Indicado ni por asomo. Volvió el silencio a la sala. El cuadro, apoyado contra la pared tras haber sido bajado por Elodia, se mantenía en equilibrio y los troles intentaban ir de puntillas, provocando un ligero temblequeo en al marco ajado por la destrucción y el tiempo. -- ¿Y quién es el indicado, oh, mago bonito? Te hemos sacado las cuerdas, como ves, estamos intentando ser amables… Eli ha sido una buena chica. Sheila presentó su duda de que fuera cierto lo del libro y entonces, oh maravilla, nos presentó un hermoso ejemplo de un libro antiguo, rojo como la sangre aunque ahora apareciera desteñido. En el centro un gran pentác*** dentro de un círculo resaltaba con un grabado profundo y en las esquinas unos remaches en material de plata brillaban a la luz de la sala. En cada una de las puntas de la estrella había un ligero rasgado; supuse que estaba rota aunque Barnabás se encargó de nuevo de resaltar mi incultura y señalar que eran cerraduras. Enfurruñada observé que Sheila explicaba que debían de haber cinco llaves para esas cinco cerraduras. -- ¡Caray, Sheila sí que es lista! -- y la miré con asombro. Me acerqué al cuadro e intenté hacerle cosquillas. -- ¿Quién es el heredero de Voldemort? Un troll me sacudió con su porra y me dio en el dedo. -- ¡Será gu…!


-- Jovencita, eso te paso por intentar meterte conmigo. Su heredero tiene algo por lo que le reconoceré. Sólo sus seguidores podrán obtener el libro. Llevan una marca de encantadores de serpiente… Todos nos quedamos patidifusos ante sus palabras. -- ¡Hemos perdido toda esperanza! – dijo Deivid. --Sí -- confirmó Coyo. -- Sólo los mortis podrán sacar el libro del cuadro. -- Sí, sólo ellos tienen la marca grabada en el brazo -- dijo Sheila. Los miré a los tres, uno por uno, indecisa. Después me levanté y me acerqué a Barnabás, con un temblequeo en las rodillas. -- Yo… yo… Me quité la capa que en su día era verdosa y ahora tenía un color indefinido por todo lo que había pasado. -- Tengo la marca en mi brazo. Enseñé la marca olivácea que hacía unos instantes se había movido intensamente. No quería reconocer mi pasado delante de Elodia, pero estaba segura que los aurores lo conocían. Barnabás me miró asombrado y después inclinó su cabeza. --Madame, no la había reconocido – dijo, extendiendo sus brazos hacia mí. El libro, que aún conservaba en sus manos, rozó el borde del marco. Lo toqué con miedo y en ese instante apareció en las mías como por encanto. -- ¡Tengo miedo! – dije a Coyo al girarme. -- Tómalo tú, yo ya no soy mortífaga.

deivid Me quedé mirando al cuadro de Barnabás, ese insolente mago no quería darnos el libro. Contestó a la pregunta de Sagitas y se me cayó el alma a los pies. - Hemos perdido toda esperanza. Si se necesitaba una marca sólo restaba ir al Colegio de Hogwarts y buscar a alguien que lo sacara de allá.


En este momento no eran importantes los bandos sino que el dragón se durmiera de nuevo. - ¿Qué haces? La bruja pelivioleta se acercó al cuadro y se quitó la capa. Todos vimos su marca en el brazo. Era cierto, ¿cómo no había pensado en ello? Sagitas había sido una mortífaga y por tanto su marca quedaba grabada dentro. Vi con cierto asco que aquella serpiente se movía por la calavera. -Madame, no la había reconocido. Y con esas palabras le entregó el libro a ella, que lo tomó con reparo y se lo quiso dar al Demon. Sheila se puso delante y lo impidió -No, Sagitas, sólo el heredero puede tocarlo. Nosotros precisamente somos lo contrario y vete a saber que nos pasaría. Sagitas apretó el libro hacia su pecho. Temblaba con miedo. -¿Qué hacemos ahora? - No sé - confesé. - ¿Vamos al Colegio a buscar las llaves? -¿Pero quién puede tenerlas? Son cinco – repuso Elodia. -Alguien lo suficientemente viejo para tenerlas - ¿Las organizadoras? Me reí ligeramente. - No, más viejas. Eli Tonks se puso a reír también. - ¡Claro! Los magos extraños que ayudan en el Torneo. Coyo asintió: -Circe, Morgana y Merlín. Cualquiera de ellos lo sabrá. - Pues vayamos a buscarlos - dije yo. - ¿Podemos avisar a Darla? Quiero… necesito a mi amiga – dijo Sagitas. -Claro, sí, ahora la aviso -dijo Elo.


- ¿Y podemos comer algo? Los nervios me dan hambre.

eli tonks Mientas Elo y yo atábamos a Barnabás con cuerdas pintadas en su retrado, mientras Deivid intentaba sacarle algo de información al busto. -Bien, bien, veo que sois un público agradable, así que… Poneos cómodos.- dijo finalmente, parecía que Sagitas había logrado convencerlo de hablar un poco. -Pues había una vez un gran dragón que asustaba a todo el condado...- empezó a contar el cabezón, quien a lo largo de su historia fue interrumpido unas cuantas veces por comentarios nuestros. Barny y el cabezón nos hacían dudar sobre la veracidad de la historia que acabábamos de escuchar. -Por favoooor- rogó Sagitas a Barnabás -Solo dinos algo, ¿es verdad que lo tienes? él nos ha hecho dudar- dijo mirando al busto -y si nos dices te podemos desatar...- Barny asintió con la cabeza. Coyo logró hacer que Barny dijera un par de monosílabos, pensé que el mago se sentiría más cómodo si lo soltaba de las cuerdas, por lo que me acerqué, haciendo un ligero movimiento de varita. -Ya está- imaginé que sería mejor alejarme un poco, quizás no querría tener cerca a quien lo había atado y eso haría que no hablase mucho. Finalmente después de largo intentando convencer al sujeto logramos que nos dejara mirar el libro. -¿Qué es eso?- pregunté curiosa. -¿Es que no conoces los pentáculos? Vaya ignorancia- se quejó ofendido. -¿Y todos esos hoyos? Seguro está fallado- intervino Sagitas. -¡Son cerraduras! Vaya, ustedes no entienden nada-¿Y para qué tantas?- preguntó Elo perdiendo la paciencia de nuevo. -¿Es obvio no? Tiene cinco cerraduras, por lo tanto necesita cinco llaves para abrirlopuntualizó Sheila, haciendo uso del sentido común que la caracterizaba últimamente. Lo siguiente pasó muy rápido. Barnabás había seguido hablando, y de pronto Sagitas, la ex-


mortífaga que nos acompañaba le enseñaba la marca tatuada en su brazo, y Barny le entregaba el libro sin titubeos. Podía concentrarme poco, el hambre empezaba a hacer sus efectos, y solo escuchaba y reía por los comentarios de mis amigos; un crujido parecido al que habíamos escuchado antes salió del estómago de Sagitas. -Muero de hambre- dijo la bruja de cabellos violeta. -Somos dos Sagitas-Eli ¿traes la mochila que siempre te doy con tu comida semanal para sobrevivir dentro de la fortaleza?- dijo Deivid buscando por los alrededores. -¡Es cierto!, Deivid eres un genio, con todo esto olvidé que traía la mochila- me acerqué hasta el rincón donde estaba la vitrina de las copas, allí había dejado arrumbada la mochila, cansada de cargarla a la espalda. -¡Ey miren! ¿No les parece conocida?- dijo Deivid mirando un cuadro colgado en la pared, que no había visto antes, pues estaba al otro extremo de la sala, justo al frente del donde había estado el cuadro de Barnabás a quien habíamos prestado toda la atención esa tarde.

heavenlee Después de que el último de nosotros pasara por la gárgola esta volvió a tapar la entrada y nos disponíamos a ir a ver que pasaba con el libro y los demás. Dimos una última mirada a la gárgola que segundos antes se había cerrado y nos volteamos uno por uno para andar por el pasillo; caminamos por él entre cuchicheos, sin percatarnos que faltaba uno de nosotros; al salir del pasillo Krazy se detuvo: - ¿Y Sorce?-dijo buscando entre los cuatro. Todos comenzamos a mirar en nuestro alrededor. - ¿Dónde se habrá metido?-dijo Gabry preocupada. - ¿Se la comió la gárgola?- dije tratando de hacer amena la preocupación - Tú y tus chistes, Lee- dijo Alex dándome un zape-a veces hay que saber mantener seriedad. - ¡Perdón!-dije molesta y camine lejos de el poniéndome detrás de Krazy. - ¡Ustedes dos dejen de pelar!- dijeron Krazy y Gabry a una sola voz. Comenzaron a escucharse unos pasos rápidos y ligeros que provenían del pasillo; quedamos atentos para ver de quien eran y sacamos las varitas por si acaso. - ¡Chicos! – dijo una voz conocida- tranquilos soy yo – era Sorce. Todos bajamos la


guardia. - ¡Nena!, ¿dónde te habías metido?- dijo Krazy. - No nos vuelvas hacer eso Sorce- dijo Gabry. - Lo siento chicos-dijo Sorce apenada- pero es que me quede pensando mientras salíamos que… - todos escuchábamos atentos. - ¿Qué Sorce?-pregunto Alex algo desesperado. - Pues la idea de que puede que no sea sólo una llave- dijo Sorce muy segura de sí misma- puesto que una llave sería fácil de encontrar - afirmó y todos nos miramos estupefactos de lo que había dicho. - Bien pensado Sorce- dijo Alex. - ¿Y ahora qué hacemos?- dijo Gabry. - Pues estamos cerca aún del despacho-dijo Krazy- creo que sólo el sombrero puede corroborar nuestras sospechas. - Pues entonces vayamos de regreso-dijo Alex. Dimos media vuelta y nos encaminamos de nuevo por el pasillo. Al llegar de nuevo ante la gárgola Krazy se paro enfrente de ella pronunciando: -Draco dormiens nunquam titillandus-la gárgola nos abrió paso por segunda vez. Subimos lo más rápido que pudimos, hasta llegar a la puerta del despacho: -Alohomora- dijo igual que la otra vez Alex apuntando a la cerradura y la puerta nos abrió paso. Entramos aprisa y directo hacia el sombrero seleccionador; este al percatarse de nuestra presencia reaccionó extrañado ante nuestra presencia nuevamente. - ¿Ustedes de nuevo? - dijo el sombrero.

Elodia Riddle No podía creerlo ¿Sagitas era mortífaga?, estaba claro tenía la marca en su brazo. La sorpresa inundo mi semblante sin disimulo. Pero ante esta revelación el viejo mago no tuvo más remedio que entregarle el libro a mi amiga. Su pasado no me importaba, pensé de inmediato, ella era otra y eso me reconfortaba. Ahora debíamos buscar la forma de salir de allí, era difícil concentrarse, el hambre era algo casi insostenible, sin embargo no había ningún lugar donde hallar comida. - Eli ¿traes la mochila que siempre te doy con tu comida semanal para sobrevivir dentro de la fortaleza?- dijo Deivid buscando por los alrededores., mientras eli


entraba en razón y se ponía a trabuscar su mochila. -¡Ey miren! ¿No les parece conocida?- dijo Deivid mirando un cuadro colgado en la pared. Me acerque sigilosamente a la pintura, la imagen de la chica me era familiar, pero no recordaba bien donde la había visto antes. - ¡Claro! – exclamé al instante esbozando una amplia sonrisa - Es el cuadro de Arianna Dumbledore, debieron traerlo aquí después de la batalla final - ahora estaba segura, ya que había leído muy bien los libros que hablaban de aquellos tiempos tempestuosos. Todos nos miramos inquisitivamente era como si estuviésemos conectados ante las situaciones límites, apostaría mi varita a que por nuestras mentes circulaba la misma idea. - Entonces mis queridos camaradas, este cuadro nos podría conducir a un lugar más seguro - añadió Sheila. - ¡Tienes razón! Nos perdamos más tiempo - dije con prisa, no me daba buena espina permanecer en ese lugar mucho tiempo más. El Demon Hunter nos hizo un gesto para introducirnos a través del cuadro, observe su rostro en instantes y a juzgar por su mirada escrutiñadora, me dió la sensación de aque algo estaba detectando, lucia preocupado. Sin más preámbulos desaparecimos del lugar, a través de un oscuro pasadizo secreto.

krazywitch -Sombrero – le dije nuevamente- nos surgió una duda y creemos que sólo tú nos la puedes responder. - ¿Qué pensamiento os inquieta? – nos dijo el sombrero. - Queremos saber si sólo es una llave la que abre el libro – dijo Sorce. - ¡Oh, qué interesante! – expresó el sombrero. - ¿Y bien? – dijo Alex impaciente. - Nada más diré, al menos no por ahora. Esa llave es el primer paso en el camino hacia el secreto que dominará el dragón, más no es una de las llaves que abren el libro. Las llaves que abren el libro sólo podrán portarlas aquellos que estén destinados para hacerlo. Al igual que ocurrió entonces, volvería a ocurrir, pero sólo quien supere todas las pruebas, podrá abrir el libro y obtener, de esa manera, el poder y el control del dragón. – dijo el sombrero.


- O sea que estábamos en lo cierto, no sólo es una llave – acotó Lee. - Pero ¿dónde estarán las demás llaves? – dijo Gabry. - ¿Habrá algún motivo especial para que Merlín, Morgana y Circe estén hoy en el colegio? – dije y todos se quedaron viéndome - digo, ellos no son de esta época hasta donde sé. - Eso tengo entendido yo también – dijo Sorce. - Por lo tanto si esta no es una de las llaves que abre el libro, algo más debería abrir, ¿no creen?reflexionó Lee. - ¿Y cómo podemos saber qué cosa abre? - dijo Alex. - No pues, ni idea – dijo Sorce. - Pero bueno, creo que ya no tenemos nada más que hacer aquí – comenté. - Si, es cierto – dijo Gabry. - Y si no encontramos las llaves y con ello la forma de abrir ese libro, moriremos calcinados por ese dragón – comentó Alex. - Bien, por ahora, salgamos de aquí - dijo Lee. - Gracias de todos modos sombrero – le dije, haciendo al mismo tiempo un ademán de gratitud. Salimos del despacho, pasamos por la gárgola de piedra, que nuevamente cerraba el paso, con una llave que no teníamos idea para que iba a servir.

Mistify Mistify sintió la punzada en el brazo. Su tatuaje se retorció de una peculiar manera, era Fernando. ¿Pero si se suponía que tenía que acudir a ella? ¿Cómo es que ahora la llamaba hacia otro lugar? Sus ojos verdes se encontraron con los de su hija. Se mordió el labio inferior y sopesó las posibilidades, en verdad poco habrían podido hacer el grupo de estudiantes contra ella, pero aquellos tres legendarios magos que la acompañaban seguramente podrían vencerla. Miró el libro, era tan común y sin nada en especial que por un momento le pareció tonto que fuera el portador de un gran secreto y en ese momento se decidió. Extendió el libro hacia Mack que abrió la boca con incredulidad y entornó su mirada, sabía que su madre planeaba algo mas o no habría entregado el ejemplar con tanta facilidad. - Crazy me llama - levantó la manga de su túnica esmeralda y le mostró la serpiente impresa en ella que se debatía furiosamente - Tengo que irme, parece que está en problemas - mintió con habilidad. - ¿Papá? - de repente Mackenzie había cambiado su tono de voz y esta vez se notaba preocupado mientras aferraba el libro entre sus manos. - Nada que no podamos solucionar, no te preocupes - trató de calmarla ella - Tú


quedate aquí y trata de controlar ese dragón El grupo de participantes miraba la escena estupefacto y Circe ya se acercaba a Mack para que le entregara el preciado libro. La multitud comenzó a rodear a la hechicera, todos querían ver que contenía aquel objeto que tantos entreveros había causado. Cuando Mackenzie levantó su vista para buscar a su madre, la mujer ya no estaba allí. *****

- Mas te vale que tengas una buena excusa para haberme echo abandonar ese libro murmuró Mistify por detrás de Fernando. Por detrás de ella un par de mortífagos hacían su aparición abandonando en el momento del llamado todo lo que estaban haciendo: Mr Jocker, Sol Black y Orión estaban entre ellos. - ¿Y bien? - Esto te gustará, te lo garantizo - ¿Dónde se supone que estamos? - Orión era el que había hablado. Misty hizo un gesto de desaprovación, el joven mortífago tenía una habilidad innata para enfadarla (XDD) - ¿Quién te ha dicho que puedes hablar? - obtuvo como respuesta y ella ni siquiera volteó a mirarlo. - Ya, no seas gruñona - bromeó Fernando - Esto te cambiará la cara Se acercó a un cuadro apoyado contra la pared y la bruja lo siguió por detrás enarcando una ceja. Estaba segura que era otra de las bromas pesadas del mago de ojos plateados. - ¡Al fin! - gritó contento el habitante del cuadro. La mortifaga abrió sus ojos sorprendida al verlo – Sabía que los herederos reales aparecerían para reclamar lo que por derecho propio le pertenece - dijo dando un atronador aplauso y bajo su voz como contándoles un secreto - Hace escasos minutos otra bruja quiso pasarse de lista mostrando una marca borrosa, pero se reconocer a un leal slytherin con tan solo verlo - Bueno - respondió titubeando el Black, intuyendo que lo mejor era seguirle la corriente – Siempre es bueno encontrar a personas capaces de reconocer la grandeza de nuestra estirpe - Desde luego señor - contestó con una reverencia el loco instructor de ballet – Su


antepasado, aquel mago tan apuesto y brillante me dijo que no le diera su tesoro a nadie más que el mismo o sus descendientes - Bernabás estaba al borde de las lagrimas – Espere un momento, le traeré el verdadero tesoro - dijo caminando hacia un costado como si intentara ir a otro cuadro, cosa que sería imposible pues no había ninguno cerca, aunque aun así había logrado desaparecer del lienzo. Cuando el chiflado apareció no lo hizo con las manos vacías. Regresaba con un gran y viejo libro en sus brazos que extendió para asombro del Black sus brazos salieron del lienzo entregándole finalmente lo que todos habían estado buscando.

Darla Potter Black Los nervios de la auror habían sido puestos a prueba, una vez más. Sus pensamientos iban hacia sus compañeras ya a salvo, a su falta de noticias de su… su… su capitán y la cosa ésta que tenían enfrente. Recordó una broma que había hecho una vez un alumno -¿5 equis? Naaa... no importa, seremos 5 para enfrentarla… una X para cada uno… Bueno, eran cinco tal vez, tal vez… sacudió la cabeza, definitivamente estaba perdiéndola. La voz suave y algo agitada de Avril se dejó escuchar.

-Chicos mantengan la calma y hablen suave y despacio- susurró la jovencitatratemos de no alterarla- aunque ya se empezaba a escuchar el rugido de la monstruosidad nacer en su pecho. –¿Que hechizo es efectivo contra ella Golden?Darla no esperó que el metamorfomago respondiera y con voz seca respondió ella.

-Ninguno es efectivo contra su piel sumamente mágica AvrilPero Atena no escuchó, tal vez cansada ya de encontrar obstáculos se aventuró con un –¡ DESMAIUS!. Pero la piel de la criatura sí que era mágica y el hechizo le rebotó contra sí misma….la bruja la vio caer sobre sus espaldas con tal fuerza que pensó que era el final de Atena. Rompió a llorar histéricamente mientras Mateo trataba de reanimarla, Darla tenía bien asida su varita apuntándole al mitad león Darla gruñó por lo bajo, su rostro ya no era tan impasible, no pensaba perder ninguna estudiante, no pensaba perder ningún compañero, el llanto de Avril le llegaba como una agua helada empapando su conciencia… notó su propio cambio de expresión… iban a salir todos de ahí, le costase lo que le costase…

-Que alguien haga algo, ¿no ven que no respira?- dijo Mateo completamente


desesperado. La auror respiró profundamente, sus castaños ojos fijos en la bestia. ¿Tenían un imán para todas las bestias en Hogwarts y sus alreddores? Finalmente, recordó algo que lo que alguna vez le había comentado un alumno de intercambio, benditas escuelas que de vez en cuando traían jóvenes de otra parte que los podían ayudar… ¿ó había sido un comentario de su Sensei? Como fuera no importaba ahora, lo que si importaba era poder recordar y se lo comentó a los jóvenes, con voz calmada:

- Creo que hay una especie de hechizo pero no recuerdo bien las palabras….sé que actúa como si fuera un escudo…pero no se que le podría rebotar a la bestia…culminó con un hilo de voz mientras la bestia se acercaba lenta pero inexorablemente con una expresión de amabilidad engañosa en su cara. Una sonrisa irónica se dibujó en sus labios, ese rostro "amable y dulce" le había recordado el de algunos extraños personajes que se había cruzado en su vida, pero las circunstancias que sucedieron inmediatamente la hicieron frenar estrepitosamente sus divagues: Golden sugirió provocar al animal y a Mateo no se le ocurrió mejor idea que salir gritando contra él… -¿Pero es que acaso a este niño le falta un tornillo? – Pensó la auror con furia mientras hacía una floritura casi por instinto, no lo iba a dejar suicidarse…- protego- la voz de Avril sonó como un dueto a su lado… inútil intento, Mateo estaba a salvo pero la púa pasó por cerca del pálido rostro de la joven… necesitarían un milagro… y de repente este parecía haberse produciso… Mateo gritaba una vez más como loco, pero esta vez sus palabras tenían más sentido y utilidad:

- el hechizo es - ¡Preclude Telum!. lo acabo de leer en la sección de criaturas peligrosas y lo gritó :-¡PRECLUDE TELUM!. Sin embargo el hechizo se veía débil y la bestia tiraba más dardos, los cuales se paraban , sí, pero no tenían la fuerza para rebotar de vuelta hacia ella. Volvían a fracasar. -Ah, no, eso si que no, no fracasaremos – pensó la auror mientras se acercaba al muchacho empuñando firmemente su varita y gritando:

-¡TODOS JUNTOS! Los cuatro gritaron al unísono y con fuerza :-¡PRECLUDE TELUM!. Un inmenso muro sólido cual una roca se levantó entre ellos y el animal, desviando los dardos, al tiempo que una fuerte ventisca que procedía de la barrera invisible enviaba de nuevo los dardos hacia el punto de origen. Varios de ellos se clavaron con fuerza en el pecho peludo de la mantícora. Y la bestia cayó muerta al fin. La joven sonrió una buena, era algo que en semejante nochecita, amanecer y mañana que llevaban venía de maravillas, por fin una buena. Acomodó como pudo sus cabellos que parecían tener vida propia y se volvió hacia las Atena y Avril, esto aún no terminaba, se acercó a la desmayada Atena y apuntándole con su varita pronunció con voz firme


-¡Ennervate!- al tiempo que la joven inconsciente, se levantaba jadeando. Cuando Darla se volvió, Mateo y Golden se habían acercado a un pensadero que yacía tras los restos mortales de la Manticora… ese había sido el brillo que habían notado… vaya cosa, suspiró la templario, jueguitos de memoria, sabía el resultado de eso, más de una vez había visto en los recuerdos de los demás y no siempre había sido con buenos resultados. Golden hablaba en ese momento, leyendo en voz alta una nota que había hallado:

CITA

"Los recuerdos son fuente de sabiduría, como el perdón la liberación de un alma arrepentida."

Junto a ellos una recuperada AteNa dijo con una sonrisa en sus labios:

- Bueno, la primera parte es obvia, ¿no Después que se acomodaran alrededor de la vasija, los cinco magos se inclinaron y hundieron sus rostros en aquella superficie que a la vista parecía viscosa pero al tocarla parecía tan suave que daba cosquillas. Nunca se acostumbraría a la extraña sensación de caída libre que le producía introducirse en los recuerdos de alguien, era una caricia tibia y helada a la vez, era como verse arrastrado al mundo de los sueños, era como… un estremecimiento recorrió la columna vertebral, la vampiro había recordado el momento de su primera transformación… Pero otros recuerdos eran importantes ahora, los de uno de los cuatro magos y brujas que se encontraban frente a ellos. Darla los reconoció al instante por los retratos que había visto y por las pruebas que junto a ellos había compartido: Circe, Morgana, Merlín y Paracelso. La conversación entre los cuatros parecía cargada de tensión y cuando la joven sentía que debía acercarse, era casi un instinto, verlo de más cerca, de nuevo la sensación de arrastre y cambio de lugar tras las últimas palabras de Paracelso, que retumbaban en sus oídos como una sentencia a cumplir:

- ¡Deberíamos destruirlo! - … Ahora Paracelso se encontraba sacando el libro del cuadro y murmuraba extraños conjuros, luego de


estar seguro que nadie le seguía salió rápidamente por uno de los pasillos ¿A dónde iba? Los 5 se miraron y corrieron tras él…. Un despacho… Darla recorrió con su fría mirada el lugar y no pudo evitar enarcar una ceja al leer el título de un árbol genealógico Familia Slytherin ¿Acaso allí pensaba esconder lo que le parecía más dejar que existiera? El recuerdo cambió en ese instante girando hacia el furibundo rostro de Morgana, pero cuando parecía que la bruja iba a hablar todo volvió a cambiar… un estremecimiento recorrió el cuerpo de la auror, que apretó su varita, era solo un recuerdo, pero allí estaba la manticora, Paracelso la acariciaba y escribía un pergamino, era extraño, ese acto de suavidad hacia una bestia que casi los mata… -Las criaturas de aspecto peligroso no siempre son lo dañino, todos tienen una misión en la vida, no te fíes de las apariencias Darla, aprende a entender el interior – Aquellas palabras le hicieron sentir un poco de culpa, pero la bestia había querido atacarlos… claro que defendía esos recuerdos… ¿y qué más? La auror se enderezó, estirando su adolorido cuerpo, la tensión había hecho que todos sus músculos se tensaran y dolieran… -Bueno chicos, es hora de salir de aquí… ó sigo el camino de la rana – sabía que sonaba est****o – o buscamos una salida hacia arriba… - los dedos de la auror jugueteaban con la varita mientras apuntaba hacia una de las paredes, tenía ganas de volarla simplemente, estaba cansada, quería obtener algo y la idea de que Sagitas y Elo estuvieran solas no le hacía gracia… pero no iba a abandonar sin más a este otro grupo, deberían decidir el camino a seguir… ó los caminos… miró hacia el pensadero unos segundos, como si esperase que algo apareciera, que les revelara algo más… lo que fuera… una risita en el fondo de su mente le recordó que las cosas no siempre son como uno quiere….

keacher Cuando Mistify entregó el libro a Mack, creí que nunca había visto nada más sospechoso en mi vida. Pero recordé que Tontín una vez me pidió que le tirara del dedo. De todas maneras, aquella morti no se iba a ir así como así. - Che, Legolas, si es posible, no me pierdas de vista. Voy a seguir a la sospechosa número uno. Pero cuando alcé la vista más que Mack (que remedio me quedaba), vi que Mistify ya no se encontraba allí. malditas piernas cortas, pensé. Tontín pareció leer mis pensamientos, porque me dijo: - Eso no te hubiera pasado con unos pantalones como los míos. Y como ya había perdido a la mortífaga de vista, decidí hacer corrillo alrededor del libro, que era lo que se había puesto de moda. Foungtan Foungtan y Shaki habían encontrado a Tamarindo en la enfermería, sola, protegida por treboles que le había dejado Amya-An. Tamarindo se había recuperado un poco, pero no solo por la poción que Amya-An le había dado, sino, también, porque ahora yacía a


su lado su amado. Shaki la miraba preocupado por su estado de salud,pero feliz de haberla encontrado con vida. Ahora debían buscar una cura definitiva a la Fiebre del Dragón, tanto para Tamarindo. Foungtan, que el día anterior parecía haber contraído la enfermedad, ahora se encontraba mejor. Él había estado estornudando, simplemente por el humo de la fortaleza que no dejaba respirar bien a nadie, y el polvillo que le afectaba su nariz. Los pisos de la enfermería temblaban con cada paso que daba eso que se acercaba a los 3 jóvenes magos. Los vidrios empezaron a estallar de lo fuerte que vibraban las paredes, que también comenzaban a desmoronarse. Se sentían explosiones provenientes de todo el castillo. Parecía que se estaba librando una gran batalla, y el terreno donde se llevaba a cabo era el castillo de Hogwarts. Para los jóvenes magos todo resultaba confuso. Apenas se oían cuando hablaban entre ellos. Una bestia se acercaba a la enfermería y debían decidir qué hacer. -¿Qué hacemos? -Lo que creas que sea mejor Foung -respondió Shaki. -Bue... dame la responsabilidad a mí... -No es tiempo para chistes -Dijo Tamy. -Si nos quedamos aquí no sabemos si saldremos vivo... pero no podemos correr... a menos que llevemos a Tamy cargándola. Por los tiempos entre pisadas, lo que se acerca creo que viene por la izquierda, es tosco y lento, así que creo que es una buena opción salir corriendo... -¡Hecho! -afirmó Shaki. Rápidamente, entre Foungtan y Shaki, cargaron a cuestas a su amiga y amada de Shaki, y salieron lo más rápido que pudieron por el pasillo de la derecha. Al dejar la enfermería vieron asomarse por los pasillos de la izquierdo un figura de unos tres metros de altura, reconociendo enseguida esa figura. Era un Troll. Al verlos, esta criatura comenzó a gruñir tan fuerte que parecía que los oídos de los jóvenes iban a estallar. Ellos siguieron corriendo lo más veloz que pudieron. El troll intentó perseguirlos, pero ellos eran más rápidos y lograron evadirlo en el cuarto piso. -Vamos por Amya... -Primero busquemos a la Sra. Pomfrey. Necesitamos curar a Tamy. -Bueno. Pero... ¿dónde estará? Subieron escaleras buscando por todo el castillo a la enfermera. Pero solo encontraban criaturas que luchaban con alumnos, Salones en ruinas, profesores y alumnos inconscientes en los suelos. El castillo era un caos. Ya no parecía aquel colegio prolijo de unos días atrás. Todo estaba destrozado. Todo estaba mal. Pero nada importaba. Su voluntad los seguía llenando de valor y fuerzas para subir escaleras y correr por cada piso del castillo buscando ayuda. Entonces Tamy los frenó de golpe a sus amigos y dijo:


-Creo que sé dónde está Pomfrey. En el séptimo piso... -¿Cómo lo sabes? -dijeron Shaki y Foungtan a la vez -No sé -respondió con una mirada desconcertada- Una voz de una niña me lo dice en la cabeza. Algo pasó allí... algo terrible... Al oír esto corrieron por las escaleras que los llevarían desde el quinto piso donde ahora estaban, hasta el séptimo donde esperaban encontrar la ayuda necesaria. Mackenzie Yellbridge -¡Mentirosa! - Se dijo Mack para sí misma, en cuanto su madre se fue y pasó la sorpresa por lo que su madre le había dicho. Ella también la había sentido. Todavía tenía la marca en su brazo y, aunque no ardía con tanta intensidad como antes, desde que era una mortífaga de vacaciones, podía sentir al igual que ella el llamado de Fernando. Tiró el absurdo libro hacia un rincón con rabia, pues desde el momento en que lo vio supo que aquel no era el libro. No encajaba con lo que Morgana había explicado. El libro debía ser especial y algo había dicho de que estaba cerrado por cinco llaves. Además, la hechicera había añadido una palabra que no había sido capaz de pronunciar completa. Algo de un pen... Mack llamó a Enigma, su pegaso negro, de la forma en que sólo ella sabía llamarlo. No necesitaban estar en contacto para poderse comunicar. La bruja cerró los ojos un momento y se tornó hacia uno de los ventanales, para que nadie pudiese verla. Cuando abrió los ojos, ya no eran verdes, sino de un reluciente púrpura, al igual que los de Enigma y, en la frente de la bruja había aparecido una estrella de cinco puntas. Hacía meses que no se transformaba de aquella manera, pero tenía que saber lo que tramaban los mortífagos. Ya se habían llevado a uno de sus hijos a la Fortaleza, esta vez no dejaría que se llevaran el libro. -¡Síguelos Enigma y no dejes que salgan de Hogwarts! Mantenme siempre informada de donde están -las palabras no habían salido de la mente de la bruja, pero supo al instante que Enigma las había recibido. Mack volvió a cerrar los ojos y, al abrirlos de nuevo, recuperó su aspecto normal, volviéndose hacia los participantes, que todavía se encontraban en el despacho de Filch. -Hay que hacer entrar en razón a mi madre antes de que pueda sacar el libro de aquí. Espero que nos lo de tan pronto lo tenga, pero no quiero correr el riesgo -dijo la bruja-. Aquel libro era una tentación demasiado grande para un mortífago ¡bien lo sabía! No dejarían pasar la ocasión de descubrir un nuevo hechizo o encantamiento de magia poderosa y todo apuntaba a que aquel libro contenía algún secreto de magia muy antigua. eli tonks Tomé la mochila de junto a las vitrinas, acercándome a mirar el cuadro que señalaba Deivid, el cual Elo había identificado al instante.


-Es el cuadro de Arianna Dumbledore, debieron traerlo aquí después de la batalla final- dijo la chica. Nos miramos pensativos, si la leyenda era cierta aquél cuadro nos sería muy útil. -Entonces mis queridos camaradas, este cuadro nos podría conducir a un lugar más seguro- dijo Sheila interrumpiendo mis pensamientos. -¡Tienes razón! Nos perdamos más tiempo- agregó Elo apresurada. Coyo hizo un gesto, indicándonos con esto introducirnos al cuadro. Deivid pasó primero, abriendo el paso a las chicas, y al final entró Coyo, cuidando la escolta. -Sagitas ¿quieres mientras unas patatas?- dije a la bruja, sacando un pequeño paquete del bolsillo de la túnica, ella parecía nerviosa. Coyo iba atento a lo que pasara, empuñando la varita; de pronto recordó que no se había comunicado con Darla, por lo que hizo un movimiento, convocando a su patronus, al cual dijo.-Ve y dile a Darla que vamos hacia Hogwarts y llevamos algo muy valioso encima, ¿dónde estás tú? ¿Estás bien?Seguimos caminando durante unos minutos que parecieron eternos, llegando finalmente al final del pasadizo, el cual estaba bloqueado por una gran puerta de madera que se abrió sin dificultades al girar la perilla, dejándonos ver exactamente lo que necesitábamos. Un par de camillas, sillas, mesas y material de curación nos esperaban allí dentro, Elo se recostó enseguida en una de las camillas mientras Sheila preguntaba por mi mochila para preparar algo de comer con lo que traía. -Deja que ya te curo Elo- dijo Deivid. Sagitas se sentó en una de las sillas, pensativa mientras comía las patatas y aferraba el libro a su pecho.

wolf nino después de haber terminado con casi todo lo habido y por haber de alimentos en la cocina, me dirigí a Pin, jale a Pinca de los cuernos, la persona que estaba en la cocina no me interesaba puesto que no le habia contestado a mi madre así que no le dí la mayor importancia, salimos de la cocina, agudice mi olfato, donde podrían estar todos *ademas de desparramados por todo el castillo * tenía la seguridad de que Lili estaba por ahí, eso de vivir en su cabeza es de utilidad en algunas ocasiones,


seguramente no estaría sola así que no corre mucho peligro *ok si lo corre pero no es lo mismo que sola * ¿Tontín estará aún discutiendo de moda con Merlín? pero aunque así fuera no quiere decir que sigan en la biblioteca, Pin estaba feliz de tener a Pinca junto a ella, mientras la jalaba de los cuernos para que no volviera a perder, salimos del sótano muy despacio, llevaba las orejas preparadas para detectar cualquier sonido inusual, sin darnos cuenta comenzamos a correr por los pasillos, subimos escaleras sin fijarnos a dónde nos dirigíamos. - Pin, tienes idea de dónde estamos? - con la lengua de fuera de tanto correr, apenas si se entendió lo que pregunté - Creo que es el séptimo piso, Lobi - vaya, cómo lo supo? deberían ponerle números a los pisos para que uno no se perdiera Caminamos un poco por el corredor, escuche unas voces, jalé a Pin del brazo para que se pegara a la pared junto a mi, no sé quienes eran pero el tono de sus voces no me sonaba a amigos, me quede escuchando, asomé un poco la nariz cuando alcance a vislumbrar que de un cuadro les entregaban algo que parecía un libro *que podía ser una revista * invoqué mi patronus en busca de algún amigo, algo pasaba en este piso y sabía que no podría solo contra aquellas figuras que estaban frente al cuadro Tamarindo Aunque por fin Tama estaba realmente contenta, no estaba aun curada del todo, y cuando vio que Shaki ponía cara de preocupación por Amya, la chica sintió mucho no poner ayudar más en su busca… No recordaba todo lo que había pasado, y empezaba a sentirse impotente y eso la llevaba a acumular rabia, que como siempre, nunca sacaría a relucir hasta que explotara. Se empezaron a oír fuertes estruendos procedentes del pasillo. Tama se asustó, más de lo que había estado asustada desde la noche anterior. Ahora que sabía que su amor y su amigo estaban con ella, tenía miedo de que algo malo les pasara. —Hay que sacarla de aquí Foungtan , Los tréboles no la protegerán demasiado y por su estado … — dijo Shaki preocupado, tragó saliva y continuó— algo malo le podría pasar. —Tienes toda la razón Shaki, estará mejor con nosotros que si sigue aquí —afirmó decidido Foung. Shaki se acercó otra vez a la cama, sacó los tréboles y les dio uno a cada uno de sus amigos para que les protegiera. Pensó en que Amya estaba ahora si la protección del suyo, y estaba muy preocupado por ella. —Bueno ya es hora de hacer algo —Shaki sacó la varita de su tunica—. CAVE INIMICUN!


Foung también sacó la suya, apuntó hacia la puerta de la enfermería y gritó: —FERMAPORTUS! —Que has hecho Foung ahora no podremos salir —gritó Shaki. nesii El fuego me perseguía...rogaba que todo terminara de una vez vi a lo lejos un grupo de mortifagos. -por dios ellos no- pensé para si misma uno de ellos se percato que estaba saliendo de la fortaleza y me ordeno q me parara, en eso me detuve y desee q no me hicieran nada malo y me dejaran pasar sin hacerme daño tu quien eres? -pregunto el mortifago q me ordeno a detenerme- quieres salir de la fortaleza? -Me llamo nessi-conteste, no me hacia gracia tener que contestarle, pero me estaba apuntado con la varita y no tenia oportunidad contra el -si quieres seguir tu camino, tienes dos opciones -el mortifago dijo con voz de aburrimiento y fastidio- la primera es ser como nosotros- hizo una pausa. -y la segunda es morir Cuando el mortifago me dice eso pienso muy rápido al ver que su varita seguía seguía en mi corazón. - no se nada de eso de ser mortifago yo solo soy concursante de este torneo - le dije con la respiración agitada.- talvez podría hacer otra cosa. -bueno tienes otra opción que es la mas difícil de todas -dijo el mortifago mirando para atrás para ver a sus compañeros- entra y buscame las respuestas de todos los acertijos q te han dado a resolver, pero mas te vale que sean correctos por q si no mueres -levanto la varita y hizo q saliera un rayo verde de la mismaEsta opción era mas factible. -esta bien, ya las traigo déme 5 minutos. -salgo corriendo, entre en la fortaleza, pero me escape por otro lado. Alethea no podía impedírmelo, porque ya había resuelto el enigma. Vigile que no estuvieran mirando, y corrí en la dirección contraria a ellos. Quizas por este lado obtenga alguna respuesta de lo que en verdad ocurre. Orión Black Una punzada de dolor atacó la corona de su cabeza. Sus dos pálidas manos se apoyaron en su frente; estaba recibiendo una visión. Las imágenes pasaban rápido y el equilibrio iba a durar poco. Había visto, al sombrero que hablaba y un grupo de estudiantes. Los ojos de una chica, luego el libro del que tanto se hablaba, los ojos de Misify y por último, la marca tenebrosa ardiendo. - Los tiempos de contraseñas complicadas y complejos encantamientos que protegían este


despacho quedarón atrás. El Sombrero Seleccionador había hablado. Orión estaba revisando unos papeles, cuando se percató que un grupo de estudiantes entró en busca de algo en particular; obviamente, el mortífago se escondió detrás de uno de los pilares, no quería ser descubierto allí ni mucho menos, tener que soportar a un grupo de niñatos. Los minutos pasaban y toda la historia del Sombrero llegaba a los oídos de Black. Parecía que la busqueda de Circe no se podía concretar con ese libro pasando de mano en mano. Y seguramente, sus líderes lo estaban buscando. - Me las pagarás Circe El grupo seguía allí, para cuando un fuerte dolor hizo que diera un pequeño salto: su marca se estaba moviendo, tal cual su predicción. Apuntó con su fina arma de avellano hacia aquel tatuaje. Finalmente una nube lo cubrió por completo y tras un seco “Crack” se desapareció. ***

- ¿Dónde se supone que estamos? –Preguntó el Mago Oscuro al ver la espalda de sus dos líderes. Muy pocas veces no entendía lo que sucedía y esta era una de ellas. Segundos más tardes un libro había sido entregado a su padre, el líder Fernando Black. Sin más, se dio media vuelta, parecía que ya todo estaba arreglado. - ¿Y bien? ¿Ahora qué? –Interrogó con indignación.- Oh por cierto, tengo valiosa información. Al parecer, hay cinco llaves, cuatro por cada fundador y la quinta, que según el relato, ningún mortal la posee. - ¿5 llaves? –Preguntó Sol. - Exacto, además de cómo otras quichicientas que abren diferentes cofres. No le presté mucha atención. Aunque, no hay que ser adivino para saber que los grupos se dirigen hacia este lugar y más con el caballo alado de Mackenzie persiguiéndonos. –Se expresó esta vez, observando un pequeño punto por donde, había visto antes a la criatura aparecer.

tontin dudley Era maravilloso cómo nos rehuía la acción. Ya estaba pensando en acercarme a Israel a poner paz, pero lo primero era lo primero.


-¡Accio llave!- Grité a la desesperada. Y un montón de piezas de metal empezaron a golpear mi delgado cuerpo.- Aich, uich ¡Aich! - ¡Buena idea, Tontín!- dijo alethita. - Claro, ahora sólo tendremos que buscar entre todas estas llaves. Por suerte para todos, alethita ignoró mi comentario. - Accio escoba! Y como si nos encontráramos entre montañas, por todos lados empezó a oírse: Accio Escoba! Accio escoba! Y me uní al coro de voces. Ver tal cantidad de escobas volando sin piloto por los pasillos y escaleras de Hogwarts era un verdadero espectác***. Tan bello como soplar un diente de león o usar bien una metáfora. Seguimos como pudimos la estela que dejaba el pegaso negro de Mack. No estaba seguro de quien venía con nosotros, pero alethita, Keacher, Legolas y Mica estaban allí, a mi lado, como las plumillas de un diente de león antes de ser soplado, o una metáfora bien colocada. - Parece que se dirigen a la sala de los menesteres- apuntó Mica. - Siempre me he preguntado qué pasaría y paso por delante necesitando una gran trituradora mientras hay un grupo de mortífagos dentro- apostilló Keacher. - Ya puedes ir necesitándola, Kea- rió Légolas. - ¿La sala de los menesteres? Yo creí que era el único que la conocía. Espero que mi colección de discos de Chayane esté a salvo.- y de pensarlo me distraje y por poco me como una barandilla.

Avril Lestrange Mientras se reanimaba al ver recuperada a AteNa, se levantó y le tendió la mano. Cruzaron la sala y se posicionaron detrás de Mateo y Golden, que examinaban un trozo de pergamino. Delante de ellos un pensadero chispeaba recuerdos. Parecía hecho de aire luminoso. Los 5 magos se reunieron alrededor y hundieron sus rostros en él, cayendo juntos en un pasillo del Hogwarts de antaño. Los magos y brujas que se encontraban frente a ellos tenían una apariencia de antaño, parecían salidos de un libro de historia. Sus vestimentas eran de otro siglo. Es que el grupo había entrado a un pensadero, encontrado detrás de la bestia. Aparentemente lo estaba custodiando. Circe, Morgana, Merlín y Paracelso eran los poderosos hechiceros. - ¡Deberíamos destruirlo! - … Ahora Paracelso se encontraba sacando el libro del cuadro y murmuraba extraños conjuros, luego de estar seguro que nadie le seguía salió rápidamente por uno de los pasillos ¿A dónde iba? Los 5 se miraron y corrieron tras él…. Un despacho… de Slytherin?...el recuerdo volvió a cambiar varias veces mostrando a Morgana con cara de poco amigos…y a Paracelso corriendo sólo, escondiendo algo….y de nuevo a cambiar. La joven tuvo un estremecimiento que corrió por toda su columna vertebral… allí estaba la manticora, Paracelso la acariciaba y escribía un pergamino, era extraño, ese acto de suavidad hacia una bestia que casi los mata…


Avril no podía sacarle la vista a la bestia que tanto había temido. El Mago la trataba con una suavidad similar al arrullo de cariño que se le brinda a una dulce mascota . pero mientras miraba su mano correr por el ancho cuello del monstruo, vio algo que llamó su atención, algo brilloso, destellante…que centelleaba un arco iris de colores. Pero cuando se dispuso a acercarse, estaban ascendiendo fuera del recuerdo. .-¡Vi algo en el cuello del medio-felino! ¡Algo centelleaba!- dijo Avril a los demás -Avril ¿ no has escuchado todo lo que pensaba Paracelso? –la regaño Golden sin poder creer que la chica se hubiera distraído tan fácilmente. Pero mientras la reprendía , Mateo dice: -Oigan aquí si hay algo…y es brillante- al tiempo que se agachaba al lado de la cabeza de la bestia muerta y buscaba entre su pelaje. Golden dirigió a la chica una mirada de disculpa rápida y se apresuró a verificarlo. -¿Que es?-preguntó Atena curiosamente, ya recuperada del desmaius que ella misma se había provocado. - Es posible que….no, no puede ser que sea…¡digan que es ya!-sentenció Darla y en su cara se veía claramente que ya no aguantaba la presión de no saber cómo estaban sus compañeros de equipo y sobre todo…su capitán. Reflejaba con todos los poros de su ser que quería volver hacia ellos. - Es…¡una llave!-afirmó Mateo con cara de profundo asombro y satisfacción, con una sonrisa muy atípica en él…realmente se habían sorprendido. La llave era de un metal extraño, que cambiaba de color como un hermoso cristal, reflejando el espectro de todos los colores, y una luz intensa, casi cegadora. -¡Wowww! Es bellísima…-dijo Avril algo atontada por el hallazgo y un poco encandilada por la luz que sucedía a una oscuridad casi extrema. - Yo opino que debemos ir urgentemente al museo que antes era la Casa de los Gritos y tratar de buscar la mayor ayuda posible, no creo que debamos seguir solos…allá está el resto de mi equipo…¿alguien sabe transformar un traslador que nos saque de aquí lo antes posible?- la auror dijo rápidamente todo y al terminar suspiró, estaba realmente angustiada y se la veía con muchas ganas de marcharse de allí. Avril y Atena asintieron al unísono, Mateo miró al director de la Villa indagándolo con su mirada. El metamorfo captó el mensaje del grupo, se agachó tomando una calavera de algún pobre diablo que no logró escapar, lo sostuvo con su mano izquierda y con la derecha recitó: -¡Portus!- y añadió-no se preocupen por la autorización, luego me encargaré de falsificarla- y su cabello y sus ojos cambiaron de color expresando su picardía. Los cinco intrépidos magos se tomaron del extraño y macabro traslador que ya comenzaba a brillar, anunciando su partida y en menos de un segundo ya estaban girando alrededor. Avril sintió como si un gancho invisible, justo en el abdomen, tirara de ella hacia delante con una fuerza irresistible. Sus pies se habían despegado de la tierra; pudo notar a Mateo y a Atena, cada uno a un lado, porque sus hombros golpeaban contra los suyos. Iban todos a enorme velocidad en medio de un remolino de


colores y de una ráfaga de viento que aullaba en sus oídos. El aterrizaje en el museo fue algo torpe para los que no habían viajado nunca. En cambio Darla y Golden parecían bajar caminando suave y ordenadamente, como si patinaran en el aire. Al tocar suelo se dieron cuenta de que no eran los únicos en la sala…Mr Jocker, Sol Black , Orión, Mistify y Fernando estaban allí. Supimos de su existencia porque la auror que nos acompañaba los conocía muy bien…eran mortífagos y parecían estarle hablando a un cuadro.

Fernando perea Después de unos cruces de palabras entre los chicos y la mortífaga salieron en busca del libro, que según habían deducido estaba en el despacho de Filch, gracias a Fer que había demostrado que los castigos sirven de algo. Al llegar a la habitación del squib, deducieron que el libro estaba escondido detras de un cuadro de un oso, pero no encontraban la forma de sacarlo. La unica forma era haciendo que el oso se vaya del cuadro, pero ¿como? -Y si hacemos que iverne- Fernando había dado la solución al problema, asi que con unos movimientos de la varita de Mit el paisaje del cuadro empezo a llenarse de blanco, de nieve, a lo cual el oso comenzo a moverse y a buscar un lugar donde ocultarse para ivernar. Una vez este desaparecido el cuadro emano un brillo que luego de unos instantes habia dejado ver una frase. "Los recuerdos son fuente de sabiduría, como el perdón la liberación de un alma arrepentida" Despues de unas cuantas palabras Lili se habia dado cuanta de que queria decir tal frase. Asi que sin mas tomo a Mit del brazo y la llevó frente al cuadro, apuntando a la cien de esta con su varita, lo cual provoco que Mit se pusiera nerviosa, aunque Lili la tranquilizo rapidamente haciendole saber que no le hiba a hacer nada. -bien chicos, ¿Quién puede decirme la última vez que atendió en clase de historia de la magia?- En ese momento fer pensaba en las largas siestas que se daba en esa clase – yo tampoco lo hubiera hecho, pero a mi novio le gusta la historia, piensa en Paracelso bonita y en lo arrepentido que estaba. Mientras Lili explicaba le extraia un fino hilo plateado de la cabeza de Mit. Un recuerdo penso Fernando y ya casi seguro de lo que Lili queria hacer. -Resulta que hace mucho, mucho tiempo, algo asi como más de 10 años, el gran Harry Potter llego a una cueva con el director Albus Dumbledore en busca de los Horrocrux de Lord Voldemort-


-Esa cueva se abría de una manera especial, ¿alguien sabe cómo?- Lili arecia muy segura de lo que estaba haciendo. -Con sangre- dijo Fernando que no pudo negarle una risa a la joven bruja cuando esta respondió. -Exacto, 5 puntos para Gryffindor- bromeo la chica- exactamente igual que este cuadroen ese momento poso el hilo plateado que había salido de la cabeza de Mit sobre el lienzo y este se convirtió en una superficie cristalina, en ella se arremolinaban pequeñas espirales de humo gris. Todos miraron sorprendidos a Lili por la deduccion que acababa de hacer, a la vez que sacaba unlibro que parecía estar degradado por el tiempo. Seguido de esto Mistify saco a luz la actitud de un mortifago. - Muy bien, son chicos listos, ahora dámelo - Con esta reacción los cuatro chicos aferraron fuerte sus varitas y se pusieron delante de lili empuñando sus varitas a la vez que Mistify los miraba de una forma soberbia. - Vamos, ni siquiera lograrán tocarme - puso los ojos en blanco y estiró su mano Entrégamelo o este despacho mugroso serán lo último que verán en sus vidas - Fer aunque sabia que en momentos como ese antes hubiese demostrado su miedo hacia la mortífaga no lo hizo, al igual que sus compañeras siguió apuntando a esta como las demás brujas. Con un movimiento de su varita el libro que habia estado en manos de Lili ahora se encontraba en las de Mistify. - Mas les vale estarse quietecitos y no planear ninguna tontería o tal vez me arrepienta de haberlos dejado con vida - Fer vio como Andrea apunto de decir algo se habia quedado callada. Luego de esto el grupo frente a la mortífaga vio como esta llamaba a sus amigos con la marca en su brazo. Mientras esperaba a sus compañeros miraba a los chicos muy seriamente aunque a Fer le había parecido ver algo de preocupacion en su mirada. Tal vez lo que habia estado planeando no había salido como quería. - ¿Preocupada? - Fernando miraba a la Mortifaga con un gesto de burla en su cara. Pero esta no contesto sino que habia conjugado un hechizo en apenas un audible susurro. - Incarcereus -Las cuerdas que salieron de su varita amarraron a los cuatro chicos haciendolos caer al suelo, mientras la miraban con todo el odio que unapersona puede tener, o por lo menos Fer sentia esa senacion.


- ¡Accio varitas! - la bruja se habia apoderado de sus varitas, a Fer le molestaba que la gente tocara su varita, era como su amiga mas confiable, por lo que hizo que el odio hacia la mortifaga aumentara. - Lo siento, es que tengo las manos ocupadas - y despues de decir eso giro su cuerpo en direccion hacia donde estaba la puerta. Cuando la bruja se disponia a abandonar la habitacion frente a ella aparecio Mack, y Mica parecia estar detras de esta, Fer la reconocio ya que era de su misma casa y la habia visto un par de veces, Y detras de estas dos brujas se hiba llenando poco de magos y brujas que habian llegado junto con mack. Mica conjuro un Difindo para poder liberar a los chicos de las cuerdas que Mistify les habia lanzado. Fer no tardo en darle las gracias a esta por o que habia hecho, pero los momentos asi no eran oportunos en esos momentos. -¿Qué libro es ese mami? -las palabras de mack habian interrumpido las gracias de Fer ¿Y se puede saber qué hacían esos participantes atados con unas cuerdas? Ya... no me lo digas.... los ibas a llevar a la Fortaleza, para darles un exquisito ágape y mientras contarles los cuentos de Beedle el Bardo, arroparlos en su camita, contarles una nana y dejar que muchos mortífagos les trajesen regalos. -¡Dame el libro Mamá! - Crazy me llama - levantó la manga de su túnica esmeralda y le mostró la serpiente impresa en ella que se debatía furiosamente - Tengo que irme, parece que está en problemas - exclamo la mortifaga. - ¿Papá? - la voz de Mack parecia preocupada. Nada que no podamos solucionar, no te preocupes - trató de calmarla ella - Tú quedate aquí y trata de controlar ese dragón Fer no entedia porque pero el libro por el cual madre e hija peleaban ahora haboa sido arrojado al suelo por Mack. ¿Acaso no era lo que necesitaban? ¿Sino era ese libro que era entonces? Sin decir mas nada Mack se habia ido hacia un costado y estuvo asi por un minutos o dos parada, inmovil. Luego de esto se dió media vuelta y mioro a los amgis alli presentes. -Hay que hacer entrar en razón a mi madre antes de que pueda sacar el libro de aquí.


Espero que nos lo de tan pronto lo tenga, pero no quiero correr el riesgo -dijo la bruja-. Entonces si era un libro, Fer volvia a sumirse en sus pensamientos, aunque no podia deducir mas nada hasta el momento y volvio a mirar a Mack que parecia algo preocupada. -Y ahora que Mack- Lili miraba a Mack con un gesto de preocupacion igual que el de la bruja enfrente de ella.- ¿como puede ser posible que el libro que encontramos no era el verdadero? ¿para que entonces el acertijo del cuadro y eso? -Para que otra cosa podria ser Lili- Mack había hecho notar poco su preocupacion por el verdadero libro - para despistarnos, al parecer de verdad no querian que el libro sea descubierto, y si lo fuere que sea por aquellos que debian descubrirlo, por aquellos que desifraran todas las clavesAmya_An Oscuridad Total. Amya_An se encontraba en medio de lo que parecía Nada, donde todos sus sentidos parecían ser Atacados por Una Extraña Fuerza Poderosa que existía con el Fin de Desquiciarla. El eco de sus pasos en la Negrura. El Palpitar de su Corazón. El Incesante Jadeo. El Sudor Frío que Bañaba su Frente. Su Mente estaba completamente en blanco. Amya_An parecía presa de su propia ―Paranoia‖ hasta que sin más ni más cayó al suelo con estrepito. Silencio Absoluto. La Bruja trataba de palpar su alrededor con ambas manos, sin darse cuenta que había dejado caer su varita. Por aterradores segundos avanzó casi gateando unos metros cuando se oyó un ―clic‖. De pronto Llamaradas de Fuego se encendieron al unísono a su alrededor dejando mostrar una Amplia Sala de Paredes tan oscuras que parecían azabache. Cada pared parecía ―coronada‖ con un arco. Cada arco parecía contener una serie de Símbolos Desconocidos que aparentaban ser del mismo ―lenguaje‖


que los que anteriormente solo había podido imaginar en su mente. Habían trece. Arriba el Techo parecía no tener fin. La Luz de aquel Fuego parecía no alcanzarlo en realidad. Amya_An se percató que de repente lo que debía de ser el pasadizo por donde debía de haber entrado, ya no estaba. Aquel Recinto solo contaba con esas 13 Paredes a su alrededor. Estaba ―Encerrada‖. La bruja sintiéndose claustrofóbica se acercó presurosa a una de ellas y al tocar la piedra negra se vio envuelta en una visión mágica de lo que parecía una escena mítica sin sentido para ella. Retrocedió agitada y temblorosa. ¿ Qué había sido aquello ? ¿ Una Visión ?, ¿ Un ―Remembranza‖ ?, ¿ Un Especie de Portal ?

Mr Jocker Black Jocker había girado sobre sus talones para ver a Fernando que había comenzado a correr producto de todas las bestias que habían aparecido en el lugar. -- No otra vez-- pensó el ojimiel que se había preparado para correr tras el líder, nuevamente, pero pronto bloqueó aquel impulso y se paró en seco. -- Qué sucede-- preguntó Kium, un tanto confusa. -- No lo voy a perseguir todo el santo día-- exclamó el ojimiel. A los pocos minutos sintió que el brazo le ardía producto del tatuaje de la Marca Tenebrosa que tenía. Kium por alguna extraña razón no había sentido el ardor y Jocker no quizo revelar nada ante ella. -- Tienes que ir por Alex y por Sol-- le dijo Jocker y su elfo doméstico, Sunev, había aparecido.


-- Y tú que harás-- preguntó la chica mirando extrañada a su capitán. -- ¿El amo llamó a Sunev?-- preguntó el elfo doméstico. -- Necesito que me saques de aquí-- le dijo el mortífago. El ojimiel le comunicó a su elfo el lugar en dónde debía aparecerse junto con él mentalmente. No podía confiar en nadie más excepto él mismo, sus líderes y su fiel amigo. Jocker tomó de la mano a su elfo y ambos, gracias a la magia del elfo desaparecieron del lugar, dejándo a Kium sola. ~~*~~

-- Vete a la mansión y sella las puertas y ventanas. Que nadie ni entre ni salga-- ordenó el mortífago a su elfo que desapareció inmediato. -- ¿Dónde se supone que estamos?-- se adelantó Orión a la pregunta del ojimiel. -- ¿Quién te ha dicho que puedes hablar?-- gruñó la líder mortífaga y Jocker agradeció no haber hablado (xD) -- ¿Qué es eso?-- preguntó Jocker, el más perdido de todos-- Alguien me puede explicar qué es eso y qué está sucediendo. Sol le indicó que guardara silencio. No quería que su actual conviviente (xD) fuera regañado nuevamente. Darla Potter Black El tiempo transcurría entre un machacar de ideas y la ligera sensación de que todo podía cambiar de un momento a otro, si hubiera habido un reloj estaba segura de que cada segundo que marcara su péndulo hubiera sonado como en cámara lenta, como en los sueños… demasiadas veces esa palabra volvía a su mente… los sueños… una vez más las palabras de sus acompañantes la volvieron a la realidad… sentía que la cordura se le quería escapar era una gracia que pudiera mantener su mente alerta y su cuerpo en movimiento…

-¡Vi algo en el cuello del medio-felino! ¡Algo centelleaba!- dijo Avril a los demás -Avril ¿ no has escuchado todo lo que pensaba Paracelso? –la regaño Golden sin poder creer que la chica se hubiera distraído tan fácilmente. Pero mientras la reprendía , Mateo dice: -Oigan aquí si hay algo…y es brillante- al tiempo que se agachaba al lado de la cabeza de la bestia muerta y buscaba entre su pelaje. Golden dirigió a la chica una mirada de disculpa rápida y se apresuró a verificarlo.


-¿Que es?-preguntó Atena curiosamente, ya recuperada del desmaius que ella misma se había provocado. La auror sintió una vibra de alegría ¿podían ir las cosas cambiando para bien? Debía ser así, sabían del libro, sabían de la llave, sabían de un cuadro, de un secreto bien guardado, de… ufff… ¿tendrían una llave?

- Es posible que….no, no puede ser que sea…¡digan que es ya!-sentenció Darla No quería perder más tiempo, no quería que siguieran encerrados cuando todos estaba allí afuera, no quería que nada les pasará, no los había podido proteger como se debiera pero había decidido no ceder en su empeño.

- Es…¡una llave!-afirmó Mateo con cara de profundo asombro y satisfacción, con una sonrisa muy atípica en él…realmente se habían sorprendido Si, si, si… una buena… una llave, por fin algo positivo en su día. Los ojos de la auror brillaban, era conciente que para ellos habría angustia en su mirada y su voz, pero ¿que les iba a decir? ¿Qué había visto que algo peor iba a pasar? Suspiró, era hora de salir de allí.

- Yo opino que debemos ir urgentemente al museo que antes era la Casa de los Gritos y tratar de buscar la mayor ayuda posible, no creo que debamos seguir solos…allá está el resto de mi equipo…¿alguien sabe transformar un traslador que nos saque de aquí lo antes posible? En su última pregunta había un dejo de amargura, miró de reojo a Golden, ella sabía bien cómo hacer un traslador, pero el tema de la autorización y todo eso, esperaba que él dijera algo y de cualquier modo, desaparecer de Hogwarts ó aparecerse en otro lado era IMPOSIBLE!! Su mente daba vueltas, no que no supiera que ellos podían además, había hecho la vista gorda cuando se había dado cuenta que algunos habían utilizado los suyos propios al estar en la Academia, aparte de que no había dicho nada a Misti de que faltaban algunos trasladores en las tareas entregadas.

Avril y Atena asintieron al unísono, Mateo miró al director de la Villa indagándolo con su mirada. El metamorfo captó el mensaje del grupo, se agachó tomando una calavera de algún pobre diablo que no logró escapar, lo sostuvo con su mano izquierda y con la derecha recitó: -¡Portus!- y añadió-no se preocupen por la autorización, luego me encargaré de falsificarla- y su cabello y sus ojos cambiaron de color expresando su picardía. Los cinco intrépidos magos se tomaron del extraño y macabro traslador que ya comenzaba a brillar, anunciando su partida y en menos de un segundo ya estaban girando alrededor. Ahhh, la sensación , la brisa, el sentir que era como ser jalada desde la cintura, como ese juego muggle que había oído una vez, salto en banji ó algo así, pero dudaba de que fuera tan excitante y delicioso como utilizar un traslador, esa sensación del vuelo sin volar… notó la cara de pánico de alguno de los chicos y le guiñó un ojo cómplice a Golden antes de soltarse de la calavera al estar llegando. Lo observó como él, al igual que ella daba unos pasos como de baile en el aire y ambos aterrizaron suavemente mientras que los chicos caían un poco más torpemente….


De repente sus sentidos se agudizaron, las presencias que sentía allí no eran las que esperaba, la de sus compañeros… Miró al otro extremo de la gran sala, a unos diez metros de ellos, había un grupo apretujado junto algo contra la pared. -Mortífagos… - susurró casi para sí y agregó con asombro -¿pero cómo han podido llegar aquí? ¿Y dónde está mi equipo? La auror avanzó unos pasos, varita en mano, mientras que hacía un gesto al grupo para que se mantuviera en silencio. -Expecto Patronus Un doberman plateado se materializó frente a ella y la joven se acercó a su rostro murmurándole. -Ya sabes qué hacer, avisa a todos los aurores que puedas, esto está tomando un cariz que no me gusta. El animal inclinó la cabeza y antes de que la joven se reincorporase había salido corriendo por un pasillo cercano a donde ella estaba. Esperaba que nadie el otro grupo no la hubiera visto. Había sido un error traer a los chicos aquí… ahora debía ver de sacarlos de allí…. No sabía qué tan rápido sus compañeros aurores podrían llegar al lugar….

Amya_An Alguno de ellos debía de ser la Salida pero Amya_An se resistía siquiera a acercarse. Inmóvil sin saber que hacer, Amya_An se encontró en medio de aquel lugar mirando sin cesar cada una de aquellas horrendas paredes que la angustiaban sin más ni más. Agitada y Confusa meneó su cabeza con fuerzas como queriendo despertar de aquel espantoso sueño. Sin querer, la bruja notó que en aquella sala había algo más. El Suelo. En el Suelo parecían trazarse líneas amplias en varias direcciones. Amya_An las siguió hipnotizada girando y volteando por casi todo el lugar. Formaban una Interesante Figura, Parecía Ser parte de algún ritual mágico. También podía apreciarse restos de ―ingredientes‖, quizás pócimas o quizás solo elementos característicos en estos casos.


Ya Nada le parecía tener Sentido. Todo empezaba a darle vueltas alrededor. Todo parecía conjugarse en un vértigo espantoso. Paranoica, corrió sin preocuparse de quedar estrellada contra alguna de esas paredes. Cerró los ojos en el preciso instante en el mágicamente atravesaba una de aquellas. Nuevamente fue asaltada por un remolino de imágenes de Fuego y Cenizas, de Escombros y de haces enceguecedores, y de voces, mezclados con gritos y rugidos. ―El Libro‖. La voz de una Fémina susurraba. ―La Bestia‖. Insistía. ―Las Llaves‖. Recalcó mientras una Fuerza la empujaba con Violencia hacia atrás a Amya_An, arrojándola de regreso hacia el pasillo en penumbras.

Rosabonita Observamos detalladamente la secuencia que tenían las letras y números de la bóveda. Se trataba de una letra seguida de un número y así sucesivamente.

-Hay opción para colocar cuatro letras y cuatro números- Dije detenidamente.- Las cuatro letras podrían ser cualquier cosa, estamos perdidos.Cada quién opinó atando cabos, desde personajes que tuvieran alguna relación con la cámara secreta, con el torneo hasta con los organizadores, y muchas cosas mas.

-Quién ha prestado atención a Historia de la Magia?- Dije con una voz sarcástica y una sonrisa en los labios.- Ya sabía que para algo debía servirnos esa materia pero es que en clases se me olvida cualquier motivo por el que tendría que prestarle atención. De pronto todas pierden sentido.- Nos reímos y la tensión bajó. -Ahora que mencionas eso de la Historia y toda la cuestión, me vienen a la mente


los fundadores de las casas. Tiene sentido ¿no?- Kris opinó.- Sin embargo, el detalle está en que serían 8 siglas y aquí solo hay espacio para 4 letras.- Dijo resignada y quitándole importancia a lo que había mencionado. El silencio reinaba en el lugar, estábamos concentrados en la máxima expresión. Elvio se dio cuenta de algo y añadió.

-Resulta que son 4, ya que las demás se repiten.- Todos miramos a Elvio y sonreímos.Ahora, las letras son R, H, S y G.-¡Cierto! Y podríamos intentar ordenándolos alfabéticamente, es decir, G, H, R, SDije dudosa. Todos asintieron.- Bien, ahora los números. ¿Qué se les ocurre?-¿Porque no probamos con el año actual? Puede ser que esto es como una profecía que debía cumplirse justo en este año.- Sugirió Josi pensativa después de unos minutos. Todos de acuerdo procedimos a intentarlo. Coloqué las siglas G2H0R0S9 correspondientes a Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin y por supuesto el año actual intercalando cada sigla. Nada sucedió.

-Algo está mal ¡no ha funcionado! – Dije aun poco frustrada.- A ver, tenemos que ser inteligentes, demuestren que son de raven.- Dije y a pesar de todo sonreí. -Quizá la fecha no es la correcta- Dijo Elvio.- Podría tratarse de la fecha en la que fue abierta por primera vez la cámara. Si Harry Potter la abrió en 1992 y cincuenta años antes se abrió la primera vez entonces la resta da 1942.-Buen punto. Adelante Elvio, intenta tú.- Me moví hacia un lado dejándolo ingresar los números por sí mismo. De nuevo nada sucedió.

-¿Y si es la fecha en la que Harry la abrió? Probemos con 1992- Josi se colocó de primera y colocó las siglas y los números, pero no era correcto. Casi resignados dejamos un espacio de tiempo sin decir nada, sólo pensábamos. De pronto algo no encajó. El orden alfabético colocaba de primero a Gryffindor y de último a Slytherin lo que me hacia pensar que si estábamos en la cámara de los secretos, que fue habitada por mucho tiempo por la magia oscura, la casa de Slytherin era la que debía estar de primera y Gryffindor de última. De ésta manera propuse que se colocarán las siglas en orden invertido. elvio hg Nos quedamos mirando la bóveda, intentando descubrir como abrirla. Solo se escuchaba el sonido de las gotas de agua que se filtraban por el piso y caían al piso de la catacumba en la que nos encontrábamos, algunas congelándose formando estalactitas y estalagmitas.


-Hay opción para colocar cuatro letras y cuatro números- dijo Rosa.- Las cuatro letras

podrían ser cualquier cosa, estamos perdidos. Todos nos quedamos pensativos, pensando como resolver el acertijo. Era muy extraño. Nada de lo que pensaba parecía estar más próximo a la respuesta. Nos reímos todos después del comentario de Rosa sobre las clases de Historia de la Magia, pero luego de eso sentí una sensación de que algo se me olvidaba, algo que me sería útil en este momento… Cuando Kris mencionó lo de los fundadores de Hogwarts, me sentí todavía mas perdido, era una de las pocas veces que no podía resolver algo. Como dijo Kris, son en total 8 iniciales y solo hay espacio para 4 letras. Pero pronto todo tuvo un poco de sentido. -Resulta que son cuatro iniciales, ya que las demás se repiten - dije rápidamente-. Ordenamos las iniciales en orden de abecedario, como lo había dicho Rosa. Y para los espacios reservados para los números, probé con varios: el año actual, el año en que se abrió por primera vez la cámara secreta y el año en que Harry Potter la abrió: 1992 Pero nada pasó. Ya sin esperanza, surgió una idea de Rosa: Teniendo en cuenta el lugar en donde estamos, lo más lógico sería poner primero a Slytherin y de último a Gryffindor. Y así lo hizo Rosa, quedando de esta forma

S1R9H9G2 La puerta de la bóveda hizo un ruido extraño: era la señal de que estaba abierta. Todos teníamos miedo de abrirla y ver lo que ocultaba, pero Josi fue valiente y jaló la puerta, dejando ver una sala llena de libros antiquísimos de artes oscuras fuera de circulación amontonados, por la falta de estantes, que han acumulado polvo a lo largo de los años, y en un rincón piezas de oro y plata llenas de tela de araña.

Hades Narrador Era interesante pasar desapercibido, había seguido los movimientos de los Mortífagos a palmo, precisamente a Fernando, sabía que aquello podría resultar provechoso, lo había visto batallar arduamente:


-Ingenuo.-pensé. Con una sonrisa observé como aquello se iba prolongando, sin embargo, al aprecer pronto llegaría a su fin, la busqueda que todos en éste castillo estaban llevando a cabo, una busqueda que había resultado infructuosa para algunos, pero no para otros como pude ver como se materializaban Mistify producto del llamado, que Fernando le había hecho. Aquel retrato, no había dicho nada interesante, era pérdida de tiempo, sin embargo era increíble pensar que en él reposaba lo que tanto lio había causado, todos se encontraban de espalda a mi, impidiendo que ninguno de ellos pudiera observarme, suspiré, cuando vi traer el libro entre las manos a aquel tipo, había servido de lago mantenerme sin hacer nada durante tanto tiempo, cuando se lo entregó al Black, el chiflado le había dado un libro gastado y viejo, inmenso , que parecía desgastado por el tiempo, pero aquello no era más que una ilusión, el libro estaba intacto, así como su secreto. Mis ojos grises miraron atrás mío, en ese instante Mack llegaba, le hice un guiño, y me miró sin decir nada y totalmente extrañada, sin embargo no pudo hacer más, rapidamente exclamé: -Desmaius Tripio! Aquel rayo rojo salió disparado, estaba sumamente cerca, y ellos de espalda, el rayo salió disparado lanzando hacía los otros mortífagos sin importancia, peor que podían impedir mi desapaarición, exceptuando a Fernando y Mistify, los demás dieron contra la pared, dando un sonoro golpe, vi como Fernando tomaba el libro y se disponía a alzar su varita, sin embargo ésta la había ganado yo, ya tenía mi varita levantaba y solo tuve que exclamar: -Titempos! Todo se detuvo, mientras me acercaba, rapidamente sonreí, corriendo tomé el libro, justo a tiempo para que todo volviera a la normalidad, para cuando ellos me apuntaron, ya yo había desaparecido, esperaba que Mack hubiera entendido mi mensaje, No había podido irme muy lejos, había usado demasiados hechizos seguidos y mis energías se habían mermado por haber usado el Titempos a todo dar, pasaron unos segundos cuando me dí cuento que tenía el libro en mis manos, pasaron unos instantes y apareció Mack a lado mío: -Veo que nos hemos de acuerdo perfectamente - sostenía el libro mientras en la otra todavía tenia mi varita - a ver, te lo daré a ti, y espero que se los entregues a los que tienen que tenerlo, si vuelve a pasar lo mismo lo tomaré para siempre y nadie volverá a verlo, y no es una amenaza, es una realidad.


Extendí mi mano con el libro hacía Mack, justo cuando lo sostuvimos los dos a la vez, sucedió algo inusitado, algo que no esperaba, el libro empezó a brillar y una voz, una voz extraña habló en nuestras mentes - lo supe cuando vi la cara de Mack, tan sorprendida como yo - Deben Unirse lo que representan, todavía no estan listos, pero si se unen la gran bestía dormirá temporalmente, solo unidos podrán. Abrí los ojos, aquello parecía extraño, pero sus palabras y su signifcado estaba claro, demasiado claro para mi gusto. Amya_An La Bruja más que adolorida, incorporose con lentitud hasta quedar sentada de espaldas a una de las paredes. La Cabeza parecía Arderle como si algo de aquel fuego maldito se le hubiese metido por dentro. Temblaba sin aparente razón y sentía como si la sangre se le helara en el cuerpo. Finalmente, cuando sentía que las Fuerzas al fin la abandonaban, Amya_An vio el Traslador. Ahí estaba, brillando a solo unos cuantos pasos de ella. La Bruja literalmente se abalanzó sobre éste dejándose arrastrar por el Torbellino característico de este tipo de Transporte Mágico. La Caída fue estrepitosa. Amya_An nuevamente se hallaba en la ahora casi destruida Sala de Trofeos. *Crack* Sintió debajo de ella. *Crack* Se estremeció hasta ponerse lívida mientras instintivamente volteaba la miraba buscando ―algo‖ a su alrededor, el Traslador, allí estaba, en un rincón no muy lejano. *Crack* El Piso cedió de Improviso y un Enorme Agujero se Produjo casi debajo de la Bruja. De inmediato fue ―succionada‖ hacia el vacío pero no fue lo único, el Traslador cayó irremediablemente hacia el piso inferior que distaba demasiado de donde ella se encontraba ahora, colgada del Techo del


Segundo piso. En una suerte casi imposible de creer, Amya_An había logrado sostenerse del ―filo‖ y con mucho esfuerzo conseguía mantenerse Ahí. La Desdichada Bruja miraba con horror el largo trayecto que le esperaba si se llegase a soltar. La Verdad Amya_An no lamentaba la ―pérdida‖ de aquel Objeto, lo que había experimentado había sido Horripilante. Pero nunca nadie mas lo sabría, pensó. Su cuerpo ya no le respondía. Poco a poco sentía como sus dedos se iban resbalando. En algún momento de su Loca Carrera había soltado la varita. No había Nadie cerca a quien acudir. La Bruja supo que su Fin Llegaba. Cerró los ojos mientras se sentía caer al vacío, arrullada por el suave silbido del aire en sus oídos.

goderic slithering A causa de los gritos de Myrtle,el profesor bajo el maleficio fue a buscar a los chicos en el baño. Los chicos al oir pasos decidieron esconderse dentro de una cabina, gode aprovechandose del poco espacio abrazo a xio. Sé que estan aquí - se bufó el profesor. El chico sacando valor salió del escondite con la varita en la mano. Levicorpus! -gritó el chico La chica apuntó al profesor y le lanzó un maleficio mocomurciélago. Bien hecho Xio - le felicitó el chico y luego añadió - Te mereces un premio....¿Qué quieres? emmm....-titubeó la chica, para pensar mejor se sentó en el retrete - Mira! - dijo sorpresivamente la chica¿Qué quieres que mire ? - con cara de perver Son runas !!!! -gritó la chica


Signos extraños habían en la pared del baño, aparentemente hechos a mano. Vamos Xio, tu eres buena para esto - la animó el chico. Dice...mmm.... Crup, Abraxan, Lethifold, Augurey, Moke, Ashwinder, Runespoor; luego dice algo como... "La llave estará donde la relación encuentren" - dijo la chica traduciendo. Que extraño, ¿Qué significa? - dijo el chico

Mackenzie Yellbridge De pronto un coro de voces comenzó a lanzar accios y docenas de escobas comenzaron a surgir por todas partes. Mack no sabía si estaba viendo una película muggle que había visto hace tiempo, en aquellos momentos dudaba entre Mary Poppins y la Bella y la Bestia. -¡Qué momento, para pensar en tontadas! -pensó la bruja sin poder evitar una sonrisa, al tiempo que veía alzar el vuelo a Tontín, junto con Alethita, Legolas y Mica. -¡Vaya chicos, a esto se llama dejarme plantada! -les espetó con sorna. Varios más habían alzado el vuelo en sus escobas detrás de aquellos intrépitos que pretendían ir a la caza de los líderes mortífagos. Algunos miraban todavía a la hermosa bruja, preguntándose qué debían hacer a continuación. Enigma me mantenía informada a través de aquella conexión mental que habíamos establecido. -¡Vamos, todos arriba! -Mack se dirigió corriendo a un amplio ventanal donde ya Enigma me estaba esperando- Cabemos...... hummm..... con permiso del pegaso, creo que nos podemos apañar 4, así que tres más pueden montar conmigo a Enigma, los demás, a por escobas, trasládores o lo que se les ocurra. El pegaso cabeceó disgustado cuando tuvo que soportar el peso de cuatro. Normalmente era un pegaso muy altivo y estirado, de tan alta cuna y pura raza como lo era su ama, y sólo dejaba montar a Mack en su lomo. Enigma les condujo al lugar en el que se encontraban los mortífagos y el libro. Aquello parecía el Gran Salón, con tanta gente allí reunida, podía ver a Fernando y a Misty, seguidos de varios mortífagos que participaban en el torneo, Orion, Jocker, Sol... también había llegado ya tontín, que se alzaba imponente con aquel pijama que quitaba la respiración a más de una ¿o era algo que quedaba remarcado tras el pijama? Mica, Legolas, Alethita... eran tantos que seguro que la bruja no los había visto a todos.


Aún no había terminado de situarse con todos los que había allí, cuando Mack fijó en Hades. Los demás no parecían haberlo visto. Todavía andaba sorprendida y extrañada de encontrarlo allá, cuando Hades lanzó un Desmaius Tripio. ¡Qué demonios! Notó como el tiempo se iba a parar. Conocía la sensación, pues la había vivido en asaltos. Después todo fue muy rápido. Hades tenía el libro ahora y desapareció corriendo. Pero él estaba sin fuerzas y Mack, en cambio, se encontraba pletórica de energías y de intuición, por lo que no le costó mucho averiguar dónde estaba. Tal vez para eso había sido el guiño. Hades había querido que se encontraran y le había dejado una señal en su mente. -Veo que nos hemos puesto de acuerdo perfectamente - el auror sostenía el libro con una mano, mientras en la otra todavía tenia su varita - a ver, te lo daré a ti, y espero que se los entregues a los que tienen que tenerlo, si vuelve a pasar lo mismo lo tomaré para siempre y nadie volverá a verlo, y no es una amenaza, es una realidad. Mack lo miró con un gesto fingídamente asustado. Los aurores eran de verdad contundentes y magnificientes con sus expresiones. Al entregarme el libro ocurrió algo extraño. El pentáculo rodeado por el círculo se iluminó y las tapas comenzaron a brillas con una iridiscencia innusual. En la mente de Mack se quedaron grabadas unas palabras "deben unirse en lo que representan y la bestia dormirá... temporalmente.... el poder del libro reside en la unión". La bruja miraba de Hades al libro, todavía sin acabar de comprender y tremendamente sorprendida. ¿Unirse? Eso era más difícil que poner a Tontín de frac. Todavía estaba sumida en sus pensamientos cuando algó baló o emitió un sonido bastante gutural, para su gusto. Pinca había dado un salto, cual cabra que era, y se había interpuesto entre los dos magos, arrebatándo el libro de las manos de Mackenzie. La cabra saltaba, corría, brincaba y emitía pequeños mensajes ininteligles en su propio idioma de cabra. Todos comenzaron a perseguirla, pero ella quería jugar con todos a algún juego extraño. Lleva el libro en su boca y Mack alzó los ojos suplicando al cielo que no se comiese el libro.

leankaus -Ya saben del libro? las llaves? el dragón?- Nos pregunto el profesor. -Eh?- le conteste yo. =-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=


Cuarenta y cinco minutos mas tarde el profesor termino de contarnos toda la historia del dragón dormido, del libro que escondía el secreto para controlarlo y las llaves que se necesitaban para abrir ese libro, de otras llaves que abrian cofres que tenian las primeras llaves dentro y otras cosas. También nos contó de como los fundadores poseían en su momento las llaves y como luego las escondieron al mundo. - Entonces debemos encontrar las llaves, abrir los cofres que tienen las llaves del libro, para luego abrir el libro que tienen Mistify&Compañía y descubrir el secreto de como controlar al dragón? Pregunto Virgil esperando una confirmación -Exacto, pero donde estaban ustedes cuando todo esto se empezó a descubrir?- Nos pregunto el profesor. - Mmm, durmiendo? *risas* Nos despedimos del profesor y decidimos comenzar a buscar las llaves, Virgil propuso que primero deberíamos buscar en la Sala de Requerimientos, así que subimos al séptimo piso mientras nos encontrábamos con distintos equipos en el camino buscando lo mismo. Al llegar a la puerta de la sala nos encontramos con dos personas que nunca pensamos que íbamos a ver esa noche en Hogwarts: Alia y Anika nos estaban mirando desde el otro punto del pasillo. -Oh!! Pero a quienes tenemos aquí?- Dijo Anika y acto seguido se nos tiro encima en un abrazo inesperado. Darla Potter Black Darla estaba aún pensativa cuando sus ojos se posaron en alguien más que no había notado y que por lo visto tampoco la había notado a ella. Reconoció su túnica y sus movimientos, era Hades. La auror se alegró, pero quedó sorprendida de que su compañero no hiciera nada… acaso había algo más que se le había escapado a ella… olvidándose del resto avanzó lentamente y en silencio, escabulléndose por entre los estantes y demás cosas que había en el lugar. De repente levantó la varita, había alguien más… Mack… y como si no fuera poco… parecía que más personas empezaban a llegar… ufff… pero si ella llamó solo a los aurores…. Un coyote plateado se detuvo a su lado, distrayéndola unos segundos de la acción… Coyo le avisaba que iban a Hogwarts… vaya novedad pensó para si, mientras volvía a centrar su atención en Mack y Hades… y vaya que casi se pierde algo interesante… los desmaius hacían volar gente por los aires y luego un titempus y Hades robando el libro de las manos de los mortífagos y desapareciéndose… -Ah, no… esta vez no se escapan – pensó la chica mientras miraba rápido hacia todos lados… -piensa, piensa está débil, debe estar…- aguzó todos sus sentidos, su cuerpo le dolía, su mente parecía palpitar fuera de su cabeza y luego se desapareció… el crack fue apagado por los estrépitos del lugar…


No estaba segura del lugar, solo se había concentrado en una esencia, sin estar segura si eso era posible, pero a unos metros de ella estaban Hades y Mack, los escuchó hablar, ocultándose como podía…

-Veo que nos hemos puesto de acuerdo perfectamente, a ver, te lo daré a ti, y espero que se los entregues a los que tienen que tenerlo, si vuelve a pasar lo mismo lo tomaré para siempre y nadie volverá a verlo, y no es una amenaza, es una realidad. Darla no despegaba los ojos del libro, preocupada por la varita en alto del auror, acaso desconfiaba él de Mack… claro que ella era mortífaga, vacaciones ó no… La auror avanzó unos pasos, en silencio y se detuvo sorprendida, cuando Mack tomó el libro algo había pasado, lo veía bien en el rostro de ambos, habían intercambiado unas miradas, algo, pero qué?... -Beeeeeee… Darla dio un respingo ¿pero y ahora qué…? – Lo supo segundos después, la cabra saltó, tomó el libro y empezó a dar más saltos… -No!! – gritó Darla mientras se abalanzaba sobre ella olvidándose del resto de los que pudieran verla… era ridíc*** pensar en aplicar un desmaius al animal pero quizás… -oppugno! Exclamó apuntando a la cabra como podía en medio del berenjenal que se había armado. Quería que viniese hacia ella con el libro y es la orden que le dio… no sabía qué haría luego, pero se lanzó como loca a la carrera hacia Pinca… Mica17 -¡Accio escoba!- dije haciendo eco de las voces de mis amigos. Tan solo unos segundos pasaron antes de que nuestras escobas aparecieran, las montemos y nos encaminemos hacia la sala de menesteres. Fue muy gratificante ver los pasillos del castillo desde esta perspectiva en lugar de tener que correr por ellos. Aparentemente todos habíamos concurrido a la sala al mismo tiempo, nos agolpamos en el lugar. Hubo un fogonazo y unas corridas, noté que Hades se acercaba a Mack y, tras intercambiar unas palabras, le daba el libro. Para sorpresa de quienes mirábamos en dirección a ellos el libro se iluminó mientras ambos tocaban su superficie. Nadie se movió, hasta que un sonido extraño rompió el silencio y, tras dar un salto Pinca se mostró orgullosa en posesión del libro. -¡Opugno!- era Darla la que dirigía su varita hacia Pinca y la encantaba para que esta le diera el libro.


La pobre cabra no tuvo más opción que obedecer y el libro quedó en posesión de la Auror. Corrí hacia Pinca y corté un trozo de mi camisón, conocía de sobra a la cabra y sabía que su pasatiempos preferido era mascar trozos de nuestras prendas; pero al parecer no le resultó agradable el desgastado trozo de mi ropa que le entregué, ya que ni siquiera lo miró… su vista estaba clavada en otro lugar. Seguí el trayecto de los juguetones ojos cabrunos… me llevó directamente hacia el centro de atención de todo mundo, caminé sigilosamente hacia donde la cabra miraba... no podía no complacer lo que quería luego de que había sido manipulada por aquel hechizo… Me acerqué al preciado objeto que la cabra tanto deseaba… ―todo por vos Pinca‖ pensé mientras alzaba mi varita. -Difindo- dije en un susurro apuntando hacia la pierna izquierda del pijama de Tontín, el cual se seccionó a la altura de la rodilla. Perplejo, el chico, levantó la pierna… no podía creer que algo tan terrible estaba pasando. Aproveché la ocasión para tomar el trozo de pijama y se lo llevé a Pinca, la cual aguardaba con la boca hecha agua. Lo puse ante su boca y lo devoró al instante, de seguro estaría esperando poder terminar con ese pijama hacía rato… al menos así podía contentarse por ahora…

Sol Black Sol seguia sentada en las escaleras sin saber que hacer, Alex la miraba asustado. De pronto la ya concida picazon en su brazo izquierdo se hizo notar, finalmente tenía a donde ir, se puso de pie de golpe y miro a Alex . - Quedate donde estas volverre por ti..- indico preocupada pero tenia que ir a donde le llamaban, desapareciendo. Sonrio al llegar a aquella habitacion, un par de liders y unos compañeos, guardo silencio mientras esperaba instrucciones.

krazywitch Nos asomamos a las escaleras de la segunda planta para poder decidir dónde íbamos, pero una escoba me dio fuerte en la cabeza:


- ¡Auch! – dije. - ¡Accio escoba! – seguían diciendo varios de nuestros compañeros desde la planta baja. - ¡Agáchense! – les dije a mis compañeros de equipo. - ¿Qué acaso hay revuelta de escobas o qué pasa? – dijo Lee. - No tengo ni idea – dijo Gabry, al tiempo que nos poníamos a reír los 5. A pesar de estar boca abajo en el piso, logré mirar hasta la planta y vi que Tontín, Alethita, Keacher, Legolas y Mica estaban montando en sus escobas y dije: - Tontín, ¿intentas matarnos a escobazos o qué? – le dije al chico. - Para nada Krazy – respondió Tontín. - ¿Entonces? – dijo Sorce al momento que nos poníamos de pie, puesto que ya habían pasado todas las escobas. - Seguiremos al Pegaso negro de Mack – dijo Tontín al tiempo que pasaba volando delante nuestro montado en su escoba. - Al parecer van a la sala de menesteres – dijo Mica, que venía volando tras él. - ¡Vamos entonces! – sugirió Lee. - ¡Accio escoba! – vociferaron los 5 chicos del equipo Psiquiátrico. Nos montamos cada uno en nuestras escobas, dimos un golpe al piso y nos elevamos rápidamente para alcanzar a los muchachos y poder ver porqué el Pegaso de Mack se dirigía al séptimo piso, cuando comprendimos por fin, que hacía mucho que no teníamos idea de que había pasado con el libro o con el resto de nuestros compañeros, así como con los organizadores, los aurores, mortífagos y magos que se encontraban en el colegio. Llegamos en donde se reunía la multitud y vimos en ese instante que Hades y Mack sostenían el libro el cual destellaba un extraño colorido y las caras de sorpresa de ellos, no nos dejaron comprender que era lo que sucedía. De un segundo a otro, y ante el desconcierto de Hades y Mack y para sorpresa de todos, vimos como Pinca se llevaba el libro para juguetear al tiempo que muchos salieron tras de ella. Ante tal cuadro, no pudimos evitar reírnos, pero una vez que el libro fue recuperado y que Mica hacía algo para distraer a Pinca, me dirigí a la gente que se encontraba en aquel sitio: - Hemos encontrado una de las llaves. - Es pequeña y plateada – dijo Sorce- pero sabemos también que no es una de las que abre el libro. - ¿Una de LAS que abre? – preguntó Mica. - Si, son varias llaves – dijo Lee. - El sombrero seleccionador dijo que esta es una de las llaves que nos llevará a dar con las demás – dijo Alex. - Ahora tenemos el libro – comentó Sorce. Junto con los muchachos nos quedamos viendo el libro que Darla tenía entre sus manos y pudimos por fin darnos cuenta, que la tapa tenía 5 cerraduras:


- Así que debemos hallar 5 llaves – comentó Tontín. - Al menos tenemos un indicio, con la llave que encontró el equipo de Krazy – dijo Mica. - La cosa ahora, es pensar donde estarán el resto de las llaves – les dije. - Es cierto – comentó Mack- de nada valdrá haber encontrado el libro sino encontramos las llaves para lograr dormir definitivamente al dragón. - ¿Está bien tu colección de discos de Chayanne? – le pregunté a Tontín y todos nos pusimos a reír. - Si – dijo el joven mago. - Y sin ese trozo de pijama te ves aún más sexy – dijo Lee y volvimos a reír. - ¡Qué piernas!- comentó Mica y seguimos riendo. Tontín se sonrojó. Entre cuchicheos de todos, empezamos a pensar en donde podríamos encontrar las llaves que restaban para que se abriera el libro y las cosas estuvieran en orden nuevamente. Coyo-t Despues de mucho esperar por fin habiamos conseguido ese libro, La joven Sagitas había tenido que descubrir su antigua naturaleza, sin embargo, ella no era la única que ocultaba un secreto así... en mi brazo izquierdo aun se podía distingir, aunque muy ligeramente, los restos de lo que anteriormente me habia identificado como un miembro de la marca, sin duda era el recuerdo mas oscuro que aun quedaba de el magho antiguametne conocido como Sakurazukamori... Pero deje que esos pensamientos salieran de mi mente, este no era ni el momento ni el lugar para ellos, SAgitas intento pasarmelo, pero no dude en rechazarlo, mi condición de Demon Hunter me hacia algo vulnerable a los posibles hechizos que lo protegian. Despues de unos segundos decidimos que era hora de encaminarnos hacia el colegio Hogwarts, pero al pregutna era como hacerlo? La respuesta nso vino por medio de una ligera y apenas audible risa, cuando nso volteamos, nos encontramos frente al cuadro de la joven bruja Ariadna Dumbledore, si, aquella que tuvo un papel mas que importante en la épica batalla de el mayo mago tenebroso contra el adolescente Harry Potter. Finalmente alguién sugirio usar el mismo pasadizo que se encontraba en su interio... al cruzarlo recorde que no em habia comunicado con mi amada, por loq eu rapidamente le envie mi patronus, pero apenas habia terminado de enviarlo cuando el suyo aparecio, sus noticias no erán nada alentadoras, parecía que había una convencion de mortifagos, y la linda hermosa vampirita solicitaba ayuda, sin dudarlo empeze a caminar mas rapido, pero al ver que los demas se quedaban un poco atras, no tuve mas remedio que esperarlos. Mi impaciencia ya era enorme, mi corazón latia amil por hora, pero aun así... mi mayor deseo era lelgar a mi amada...


Xhiio Luego de haber hechizado al profesor y que Gode me hiciera una de sus preguntas con doble sentido había descubierto unas runas en un cubícu.lo del baño en que estaba sentada, - Vamos, Xio, tú eres buena para esto - Me animó Gode y, modestia aparte, tenía razón. Las runas siempre fueron mi fuerte, no me equivocaba al descifrarlas, de hecho las encontraba fáciles. Así que me concentré mientras Gode esperaba ansioso saber qué decían lo que para él sólo eran unas cuantas rayas cruzadas escritas en la pared. - Dice... hmmm. Sí, ahí dice Crup, Abraxan, Lethi... ¿eso es una F?, sí, Lethifold, Augurey, Moke. ¡Palabras cortas, las quiero!, Ashwinder y... ¡Runespoor! Abajo de esto dice... "La llave estará dónde la relación encuentres" - Terminé de traducir, estaba totalmente segura de que estaba bien. - Que extraño, ¿Qué significa? - Preguntó Gode. - Pues, obviamente, estos animales tienen alguna relación - Dije. - ¿Crees que la relación sea que todos son animales? - Dijo Gode, no muy convencido de que esa sea. - No lo creo, sería demasiado fácil - Razoné, tenía que haber otra relación, puse a trabajar mi cerebro a mil por hora, mi compañero hacía lo mismo. hmm... y si... ¡Pero claro! la forma en que están colocadas estas palabras... - ¡Lo tengo! - Casi grité de la emoción. - ¿Qué es, Xhiio? - Mira, si las lees hacia abajo se puede leer "Calamar" con la primera letra de cada animal- Le expliqué. - ¡Es un acrónimo! Vaya, quién lo diría - Dijo Gode. - Sí, pero ahora, ¿Qué hacemos con eso? - Le pregunté a mi amigo. - Pues... ¡Ya, sé! Hay que ir a buscar al lago. - Dedujo. - Vamos, entonces - Dije y nos pusimos en marcha al instante. *** Llegamos al lago, hacía mucho frío, las aguas se veían gélidas, esperaba que Gode se comportara como un caballero y se ofreciera a sumergirse para buscar la llave solo, si no lo hacía estaba dispuesta a obligarlo. - ¿Hmm, por dónde empezamos? - Pregunté - Hace frío y no sabemos dónde está la llave. Hagamos esto, yo busco en el lago, tú busca por aquí, podría estar en la orilla - Dijo Gode.


Genial, no voy a tener que usar mi poder de convencimiento, me dije, aunque sentía pena por lo que le tocaba a mi compañero, esperaba que no se resfriara. - De acuerdo - Dije y Gode se zambulló en el lago. Empezé a buscar por ahí, habían un montón de piedras, pero eso no servía de nada. La llave debe estar escondida aquí hace demasiado tiempo como para que esté en la superficie, si fuera así alguien la hubiese encontrado hace muchos años. - Accio llave - Dije, sin mucha fe en que el hechizo funcionara. Esperé, pero ninguna llave llegó volando hacia mí.

¿Dónde, dónde? Repetía en mi cabeza, pensando en mil lugares en que pudiera estar la maldita llave, pero uno era más improbable que el anterior. Estaba desorientada, creía definitivamente que, de estar allí, la llave se encontraría en el fondo del lago. Recorrí con la vista el lugar una y otra vez, iba a cada lugar que pudiera parecer sospechoso. En eso estaba cuando dirigí mi vista hacia la derecha, donde se encontraba una enorme roca de apariencia muy pesada, pensé que debería llevar ahí cientos de años, qizá desde antes que la llave fuera escondida. Sólo por curiosidad me acerqué, apunté con mi varita y susurré un hechizo para qe la roca levitara. Era más grande de lo que creía, la elevé por sobre mi cabeza, para observar mejor la parte inferior, me di cuenta de que era perfectamente lisa, excepto por unas runas del mismo estilo que las del baño. Aquí dice... "Ten cuidado con los grindylows", descifré mentalmente asumiendo que esto sería una pista para hallar la llave. Esto sólo reforzaba mi teoría de que la susodicha estaba en el lago. Debería ir a ayudar a Gode en su búsqueda, de cualquier manera, ya llevaba más de cuarenta y cinco minutos ahí dentro. Si no volvía en cinco minutos más, iría a buscarlo, ya lo había decidido. Me quedé ahí, pensando en qué estarían haciendo ahora Xheli, Kira y Mela. Esperaba que tuvieran un progreso en su búsqueda, o que al menos esten bien, quién sabe qué otros peligros se escondían en Hogwarts.

Celestisima Luego de que el grupo conformado por Celestísima, ValeriaR, Elladora, esther, Syl y NykOo entrara en la Sala Multipropósito se produjo un incidente que terminó con un licántropo aturdido por los 5 magos. Luego de eso todos se pusieron a buscar hasta que escucharon la voz de Elladora:


-Chicos nos vemos en la puerta, creo que encontré algoMinutos después todos estaban allí. Celestísima la miró con ansiedad buscando el libro por el que habían entrado... Luego de que NykOo se hubiera quejado la bruja exclamó: -Si no lo tienes para que nos has hecho venir- Celestísima no quería sonar ofuscada pero en cierta manera lo estaba. -Miren por aquel pasillo encontré…..- y Elladora relató lo que había visto en aquel objeto… -Archivos y una lámpara de aceite??, crees que esa imagen era real….- dijo syl -Pues no lo sé, pero Fer y los demás se veían angustiados, tengo que saber donde están-Mira, yo no creo mucho y en lugar de estar aquí hablando deberíamos seguir buscando- añadió ValeriaR, a lo que NykOo asintió… -Pues yo conozco un lugar como el que describes, claro no es que haya estado ahí por algo malo, solo que alguna vez la puerta quedó entreabierta y me acerqué a curiosear- dijo Esther -El despacho de Filch es así como esa imagen que dices haber visto-pues es que de verdad la vi, si no me creen no me interesa, igual voy a ver que está sucediendo allá, el que quiera ir conmigo que me siga…- dijo Elladora en tono desafiante

Celestísima vio cómo las compañeras seguían a Elladora... Y pensó que no tenían otra mejor opción. De manera que las siguió. Todos caminaron lo más rápido que pudieron, cuando estaban ya a pocos metros vieron a varios estudiantes agolpados en la puerta del despacho de Filch… --------Una vez alli Celestísima logró divisar de lejos la pelea entre Mackenzie y su madre mortífaga. Parecían enemigas de toda la vida por cómo se miraban en ese momento. Celestísima se puso del lado de Mackenzie: su madre acababa de atar a varios participantes y no quería dejar el libro que los ayudaría a todos. Hasta que algo hizo reaccionar a la mortífaga y se lo dio, aunque al momento siguiente se largó de allí sin que nadie se diera cuenta. Acto seguido, Mackenzie tiró el libro hacia un lado. Celestísima ya no entendía nada, pero en ese momento se dio cuenta de que Mistify había largado el libro porque no era el que buscaban. Luego de que tirara el libro la bruja invocó a su pegaso negro, le dio unas instrucciones que solo ellos dos entendieron y luego dijo en voz alta: -Hay que hacer entrar en razón a mi madre antes de que pueda sacar el libro de aquí. Espero que nos lo de tan pronto lo tenga, pero no quiero correr el riesgo. Luego otra bruja hablo: -¿Y ahora qué Mack?- la bruja miraba a Mack con un gesto de preocupación.¿como puede ser posible que el libro que encontramos no era el verdadero? ¿para que entonces el acertijo del cuadro y eso? -Para que otra cosa podria ser Lili- Mack había hecho notar poco su preocupacion - para despistarnos, al


parecer de verdad no querian que el libro sea descubierto, y si lo fuere que sea por aquellos que debian descubrirlo, por aquellos que desifraran todas las clavesMinutos después Celestísima escuchó decir a alguien: -¡Accio llave!- y un monton de piezas de metal empezaron a golpear a esa persona. Era el mago del pijama que le había llamado la atención anteriormente. Al momento a la mayoría se les ocurrió comenzar a llamar escobas. La bruja se preguntó cómo era que todos parecían saber todo el tiempo qué hacer a continuación. Miró a Valeria, Elladora, Syl, Esther y NykOo y todos parecían decididos avolar para poder mantenerse al ritmo de los demás. Llegó al lugar donde Enigma, el pegaso se había detenido y vio un grupo de magos muy particular. Al llegar Mack algo extraño ocurrió, lo único que Celestísima logró ver a continuación fue a una cabra (que ya había visto varias veces a lo largo del Torneo) que se llevaba el libro...El verdadero libro. No podía creer que el destino de una hazaña semejante quedara en manos de un pequeño mamífero. Se puso a la carrera junto con otros magos para lograr llegar a la cabra, cuando se dio cuenta de que tal vez los otros conocieran mejor al animal. En ese momento, el pijama del mago que tanto había llamado la atención se vio rasgado. Ante la perplejidad del dueño de la vestimenta, una bruja que parecía saber muy bien lo que quería la cabra, le dio el trozo para que pudiera saborearlo, en lugar del libro. De pronto una bruja se dirigió a todos los que allí se encontraban. - Hemos encontrado una de las llaves. - Es pequeña y plateada – dijo la bruja que se llamaba Sorce- pero sabemos también que no es una de las que abre el libro. - ¿Una de LAS que abre? – preguntó Mica. - Si, son varias llaves – dijo Lee. - El sombrero seleccionador dijo que esta es una de las llaves que nos llevará a dar con las demás – dijo

Alex. - Ahora tenemos el libro – comentó Sorce.

Celestísima dirigió su mirada hacia el libro y pudo observar que tenía 5 cerraduras. - Así que debemos hallar 5 llaves – comentó Tontín. - Al menos tenemos un indicio, con la llave que encontró el equipo de Krazy – dijo Mica. - La cosa ahora, es pensar donde estarán el resto de las llaves – les dije. - Es cierto – comentó Mack- de nada valdrá haber encontrado el libro sino encontramos las llaves para lograr dormir definitivamente al dragón. - ¿Está bien tu colección de discos de Chayanne? – le preguntó alguien a Tontín y Celestísima no logro entender el chiste... Luego oyó que los magos continuaban hablando pero ella estaba allí absorta en sus pensamientos, con la sensación de que faltaba mucho aún para que todo aquello terminara...


Mateo Black Mateo buscó la mirada de sus compañeros y se encontró la de AteNa. La chica parecía entenderlo también, y posó su mirada sobre la pierna izquierda del mago, donde ella sabía que tenía tatuada una pequeña "S" en alusión a la casa que pertenecía. ¿Pero cómo sabrían cuál era el despacho de Slytherin en el tiempo actual? Nunca escucharon de cual podría haber sido. A Mateo se le vino a la mente las mazmorras tal vez… - ¡Vi algo en el cuello del medio-felino! ¡Algo centelleaba!- Dijo Avril a los demás señalando la bestia color canela. - Avril ¿No has escuchado todo lo que pensaba Paracelso? –La regañó Golden sin poder creer que la chica se hubiera distraído tan fácilmente. Pero mientras la reprendía, Mateo supo que tenía razón. Algo brillaba en su nuca. - Oigan aquí si hay algo…y es brillante- al tiempo que se agachaba al lado de la cabeza de la bestia muerta y buscaba entre su pelaje. Golden dirigió a la chica una mirada de disculpa rápida y se apresuró a verificarlo. -¿Qué es?- Preguntaba Atena curiosamente mientras asomaba la cabeza por detrás de una tensa Darla. - Es posible que….no, no puede ser que sea…¡Digan qué es ya!-Sentenció Darla casi gritando. - Es…¡Una llave! -Exclamó Mateo con cara de profundo asombro y satisfacción, con una sonrisa muy atípica en él…realmente se habían sorprendido. Mientras sus amigos contemplaban extasiados la reliquia, Darla insistió en su sugerencia: - Yo opino que debemos ir urgentemente al museo que antes era la Casa de los Gritos y tratar de buscar la mayor ayuda posible, no creo que debamos seguir solos…allá está el resto de mi equipo…¿Alguien sabe transformar un traslador que nos saque de aquí lo antes posible?- Preguntó, algo que se le hizo extraño al Black, ya que ella debería saber el conjuro. Instantáneamente dirigió su mirada hacia su ex-capitán de Quidditch, quien tomó una calavera del piso, cubierta de musgo y algo que parecía ser estiércol seco. La apuntó con la varita y dijo: -¡Portus!Añadiendo ante la severa mirada de la Templario: -No se preocupen por la autorización, luego me encargaré de falsificarla- Culminó, con una sonrisa pícara. Mateo arrancaba la cadena del cuello de la bestia derrotada y se la colgó alrededor del cuello, mientras que AteNa la contemplaba lastimosamente; a lo que el Black


dijo: -No te preocupes, luego que termine esto, compraremos otra y la repondremos.- Alcanzó a decir con ironía cuando se acomodaba alrededor de la calavera entre las 2 chicas de cabellos oscuro. Los cinco magos tomaron con fuerza la calavera de la mandíbula ósea. Mateo sintió como un si una chica lo tomara del cuello y lo atrapara para besarlo, cuando empezó a sentir el golpeteo que provocaba al chocar con los cuerpos de AteNa y Avril. Aterrizó tambaleándose y apoyándose en su mano derecha para no caer, mientras que veía que Golden y Darla aterrizaban con una gracia inmesurable.

Se encontraban en una especie de casa abandonada, llena de trofeos estandartes e imágenes móviles que mostraban festejos y celebraciones. Mateo estuvo a punto de preguntar si habían visto a los compañeros de Darla cuando oyó que ésta susurraba: -Mortífagos… -Y agregó con asombro: -¿Pero cómo han podido llegar aquí? ¿Y dónde está mi equipo?.- Mateo alcanzaba a ver cinco figuras de distintos tamaños pero igualmente sombrías, de pie frente al cuadro que reconoció como el de Barnabás el Chiflado. Mientras Darla enviaba un mensaje a sus laderos Aurores, Mateo volvió la mirada hacia Avril, Golden y AteNa. La primera parecía desconcertada de la imagen que observaba, el segundo tenía los ojos cerrados y empuñaba su varita al tiempo que enumeraba hechizos y tomaba confianza, mientras que la tercera parecía encantada con el gran perro plateado que se escurría para enviar su mensaje. Cuando volvió la vista, Darla ya estaba avanzando lentamente, y un mago apareció del otro lado de la sala, seguido de Mackenzie, detrás de él. Mateo estaba tan desconcertado y expectante que no movió un pelo. El mago que reconoció como Hades, quién se les había unido camino a Hogwarts, se adelantó y exclamó: -¡Desmaius Tripio!- Al tiempo que los tres mortífagos que cerraban el grupo volaban despedidos como si un anzuelo invisible proveniente de la pared, los atrajera. El mago más alto se volvió y levantó su varita, pero el Auror ya estaba exclamando: -¡Titempos!. Mateo pestañeó y se sintió mareado. De pronto Hades poseía el libro, jadeando, y el mortífago más alto estaba en la exacta posición en que se encontraba 1 segundo antes. Luego, denotando una expresión de esfuerzo, el Auror se desvaneció; lo que Mack imitó, al tiempo que Darla hacía lo propio. Mateo aprovechó su oportunidad, tomó su varita, y metió la mano en el bolsillo izquierdo de su chaleco, extrayendo su daga de plata; y se dirigió hacia los 2 líderes mortífagos. Golden quiso tomarlo del brazo y detenerlo, pero Mateo había acabado


con las precauciones. Quería saber de qué iba todo eso. Cuando se dirigía hacia el mago tenebroso más imponente, distinguió una figura familiar que jadeaba en el piso y se recuperaba, era Orión Black, su capitán. Mateo se agachó y le extendió la mano al tiempo que decía: -¿Vamos, o acaso ahora eres amante del polvo?- Una sonrisa sarcástica se dibujo en el rostro del mago de chaleco verde, al tiempo que se volvía hacia su profesora Mortífaga. Su semblante permanecía inexpresivo como siempre, pero su puño apretaba la varita como si le acabaran de quitar su dulce preferido. - ¿Ese era EL libro? ¿El mágico libro para controlar al dragón? -Preguntó Mateo exagerando dramáticamente sus palabras en tono burlón. Pero Misty sólo le dirigió una mirada de indiferencia y se volvió hacia Fernando Black. Mateo lo había reconocido, Orión le había hablado de él. El joven no quiso entrometerse ni liarse con magos tenebrosos como esos dos. Se volvió y vio a AteNa y a Avril ayudando a los otros dos mortífagos caídos, y habló con su Capitán antes de desaparecer: -Vamos a por el libro, tenemos una pista. Pero sólo la compartiremos con Mackenzie o Antara. ¿Vienes?- Preguntó sin esperar respuesta y cerró los ojos fuertemente para desaparecer cerca de allí desde donde se escuchaban a lo lejos gritos parecidos a los de una cabra.

Pero no era nada parecido, en efecto, era una cabra. Un grupo parecía amontonarse a su alrededor haciendo que juguetee con un trozo de ropa. Una de las jóvenes sostenía el libro que hace momentos había visto en manos de Hades. Se acercó decidido y vio a Tontín con la parte de debajo de su pijama rasgado. -¡Tontín! ¡Escándalo! ¿Qué cruel ser habría de llevar a cabo semejante tragedia?- Exclamó abriendo los ojos y con tono irónico. - ¡Oigan, chicos! -Llamó Avril, quién había seguido a Mateo hasta allí. Mack se había aproximado al ahora numeroso grupo. -Hemos encontrado una llave, pensamos que podría ser para abrir el libro- Culminó la vampiro, mientras señalaba el pecho del Black, donde descansaba emitiendo un brillo tornasolado, la llave de la mantícora. Algunos miraron asombrados, y otros (entre ellos Mack) observaron dubitativos. AteNa, quién también había aparecido cerca de Mateo y Avril, comenzó a relatar lo sucedido. Había llegado al momento en que encontraron la frase en el trozo de pergamino y lo sacaba de su túnica para mostrarlo a los que se acomodaban como niños de jardín a escuchar la épica historia, al momento que Liliana bajaba de una escoba y se dirigía hacia ellos, seguida de algunos competidores.


- ¡Oye! -Gritaba mientras llegaba corriendo hasta allí. - Esa…fra..se. Es de Paracelso, nosotros también la encontramos, en un cuadro de un oso.- Concluyó jadeando. Las miradas de desconcierto ahora se dirigían hacia Liliana. Pero Mateo y sus amigos lo entendían, habían visto a Paracelso murmurar algo frente a ese cuadro. Parecía que cada vez estaban más cerca de resolver el misterio.

heavenlee Mientras todos cuchicheaban entre sí de los últimos acontecimientos, empecé a pensar en algo que quizás deberíamos hacer, así que reuní a mis compañeros de equipo y les dije: -Chicos, creo que deberíamos entregarle la llave que hayamos a Mack-¿Tú crees? – inquirió Alex - ¿después de lo que nos costó dar con ella?-Tiene razón Lee – dijo Krazy- no sabemos qué riesgos podemos correr al tenerla nosotros-Como vimos los mortífagos están dispuestos a todo con tal de conseguir abrir el libro- agregó Sorce. -Pues al parecer, eso sería mejor – dijo Gabry. -Ok – dijo Alex- entreguemos la llaveAsi que los 5 nos encaminamos hasta donde estaba Mack, y le dijimos: -Mack, queremos darte algo – dije. -La llave que encontramos en el despacho del director- dijo Krazy al tiempo que extendía la mano en dirección a Mack. -¿Están seguros de que no prefieren guardarla ustedes? – dijo Mack, recibiendo la llave de la mano de Krazy. -Es mejor que este contigo – dijo Alex. -Estamos seguros – agregó Sorce. -Los 5 – dijo Gabry. -De acuerdo – respondió Mack al vernos tan seguros de nuestra decisión. Nos miramos y decidimos alejarnos un poco, tanta gente no siempre resultaba tan agradable. Habíamos hecho un aporte a que se resolviera el problema y eso nos tenía de cierta manera conforme de al menos haber ayudado en algo, aunque estábamos conscientes de que aún el problema no podía resolverse.

Elodia Riddle El final del pasadizo nos condujo hacia una sala equipada con todo tipo de materiales de hospital, por un momento pensé que era la enfermería del colegio, aunque estaba equivocada,


sin embargo era un alivio contar con esa oportuna habitación. -Deja que ya te curo Elo - dijo Deivid revisando mis magulladurass. En el rato posterior fuimos tratando nuestras heridas y saciando el hambre luego que Sheila repartiera equitativamente la comida de la mochila de Eli, la que devoramos en cuestión de minutos. - ¿Me pregunto si quedará algo por ahí? – dijo Sagitas husmeando por los alrededores de la mochila. - Lo siento repartí toda la comida, no deje nada para después – contestó Sheila con pesar - ¡Nooo!, y yo que quería un pan de chocolate o un trozo de pastel – continuó insatisfecha mientras se tiraba dramáticamente a una silla.

Iba a replicarle algo, pero nadie pudo alegar nada en ese momento ya que comenzamos a sentir ruidos amortiguados provenientes del exterior. Deivid y Coyo-T fueron los primeros en ir a investigar. - Tenemos que salir de aquí, algo está pasando – anunció Coyo con preocupación y autoridad. Salimos de la sala lo más rápido que pudimos, topándonos con algunos estudiantes en el camino, no comprendíamos mucho el origen del ajetreo pero nos limitamos a seguir sus pasos hacia un salón espacioso. Llegamos en el preciso instante en que mortífagos, aurores y un montón de estudiantes más perseguían una cabra saltarina, que correteaba por todos lados llevando un libro en su boca.

- ¡0ppugno!- Gritó Darla apuntando al animal, de modo que la vampira tomo posesión del libro ante las miradas de todos los allí presentes. Era un gran alivio ver a nuestra amiga Darla sana y salva, por lo que buscamos la forma de acercarnos a ella, teníamos presente que Coyo-T deseaba estar cerca de su amada. Pero a la vez la desilusión era notoria por que a pesar de todo los sortilegios que tuvimos que enfrentar el libro que llevamos al parecer no era el indicado, aunque aún ignorabamos la utilidad de este.

- ¡ Rayos, me hicieron cargar todo el camino un libro que no tiene validez! – exclamó Sagitas molesta apunto de arrojar el libro sobre la cabeza de alguien.


- No lo se amiga, ese Barny es un traidor, debimos dejarlo bien atado, o lanzar su cuadro al las fauces del dragón – añadí ofuscada, abriéndome espacio entre el gentío cuidadosamente para no maltratar mis recién curadas lesiones.

Tamarindo Pero al momento hubo una explosión… Lo que había intentado hacer Foung para salvar al grupo no había tenido apenas algún efecto. Tama se estremeció cuando notaba que las explosiones eran cada vez más cerca de la puerta de la enfermería. ¿Qué podía ser aquella cosa? Shaki y Foung estaba cerca de la puerta, indeciso en hacer nada, pero es que no podían, no sabían qué hacer. Las pareces empezaron a temblar, y los escombros dejaban caer algo de polvillo al que Tamarindo, siendo alérgica a casi todo, también lo era a aquello. Shaki lo recordó e intentó protegerla antes de que su estado empeorara más de lo que estaba con esa Viruela de Dragón. Los cristales de las ventanas empezaron a estallar cuando los estruendos estaban casi del otro lado de la puerta. Los muros seguían con el proceso de desmoronarse, aunque parecía que las vigas sustentantes estaban bien ancladas, ya que el edificio, después de todo lo que había pasado, y pasando lo que estaba pasando, aun seguía en pie. Tama pensó que las edificaciones antiguas solían ser mejores que las de ahora, que los arquitectos de antes sabían hacer estructuras sustentantes mejores que ahora. Pero no era momento de dejar al pensamiento divagar. Tenían que concentrarse en lo que estaba pasando. Con tanto ruido, les era casi imposible escucharse entre ellos, por lo que gritaban más de la cuenta y eso les ponía aun más nerviosos de lo que estaban. —¿Qué hacemos? —gritó Foung. —Lo que creas que es mejor Foung —respondió Shaki. —Bueno —dijo sarcásticamente Foungtan. Puso los ojos en blanco y siguió—: dame la responsabilidad a mí. —Dejaos de paparruchadas, que no es momento —dijo Tama tajante. —Si nos quedamos aquí no sabemos si saldremos vivo. Pero no podemos correr. A menos que… — Foung pensó un momento mientras miraba a la chica—. ¿Y si la llevamos a cuestas? —se cayó un momento intentando escuchar los ruidos y analizarlos—. Por los tiempos que hay entre pisadas, lo que se acerca creo que viene por la izquierda. Es tosco y lento, así que creo que es una buena opción


salir corriendo... —¡Hecho! —afirmó al momento Shaki. Inmediatamente volvieron atrás a coger a Tama. Shaki cargó con ella a cuestas y Foung le pasó una manta por encima para que no cogiera frío y salieron como pudieron de la enfermería. Como habían dicho, se encaminaron por el pasillo de la derecha y los tres no pudieron evitarlo, estaban tentados a ver lo que les había puesto con los nervios de punta. En el pasillo de la izquierda vieron lo que Foung se temía que podía ser. Era un ser de unos tres metros de altura, y como bien había dicho, torpe y lento. En efecto, era un enorme troll enfadado que andaba en busca de la salida. La criatura, al ver a los tres jóvenes, empezó a gruñir tan fuerte que Tama pensó que le iban a reventar los tímpanos. Los dos chicos, Shaki cargando con Tama, corrieron lo que pudieron para alejarse lo más posible de la criatura. Llegaron al 4º piso y ya había despistado al troll. Pero ahora no sabían que hacer. Foung miró a su alrededor y lo que vio no le gustaba nada. Estaba todo destrozado por los ataques al castillo, y de repente, a Foung se le paso una idea por la cabeza: —¿Y Amya? Tenemos que buscarla. —Primero busquemos a Sra. Pomfrey —dijo atropelladamente Shaki—. Hay que tratar de curar a Tamy. —¿Y donde puede estar? Buscaron por donde se les ocurrió, pero solo encontraban batallas de alumnos contra criaturas, escombros, clases destrozadas… Ya no parecía el colegio que tanto querían y habían abandonado el día que empezó el Torneo. Pero ya nada importaba ya. Estaban sacando fuerzas inhumanas de no sabían donde para poder curar a Tama y salir de allí sanos y salvos. De repente Tama hizo un gesto para que Shaki se parara y a su tiempo, Foung también se paró en seco. —¿Qué pasa? —preguntó Foung nervioso. La chica había recordado un vago recuerdo, pero no sabía como. Podía ser cosa de la intuición. Pero de lo que estaba segura es que con certeza lo sabía.


—Creo… —empezó Tamarindo—. Creo que Pomfrey está en el séptimo piso. —¿Cómo lo sabes? —dijeron los dos magos a la vez, sorprendidos. —No lo sé… Algo me dice que está por allí… —se apoyó en el hombro de su amado, pensado un poco y siguió—: Es como si la voz de una niña resonara en mi cabeza, y es lo que me dice, pero no recuerdo más. Pero estoy segura de que estará allí. No sé como, pero estoy segura. Shaki recordó que la intuición de la bruja era buena, solía acertar las respuestas de los trabajos de clases, aun cuando ninguno de los dos sabía la respuesta. —Yo confío en ella —dijo decidido Shaki. Y eso le bastó a Foung para que los tres volvieras a ponerse en marcha hacia el 7º piso. Corrieron lo que les permitieron las piernas. Y en un momento Tama le susurró a Shaki al oído: —Cosín, si te peso mucho, déjame e intento andar yo. —No —dijo tajante Shaki—. Con esas pústulas en los pies no puedes, y no tienes fuerzas. Nos retrasarías. La chica lo abrazó con fuerza y le dio las gracias. —Te quiero Cosín… —dijo en un leve susurro que apenas pudo oírse, antes de apoyar de nuevo la cabeza en él.

AteNa Abrió los ojos de golpe ante el hechizo revitalizador que al parecer había lanzado Darla, pues era la que se encontraba más cerca de ella. Se levantó como si sólo hubiera tropezado, al mantenerse de pie sintió un profundo dolor en el tobillo, se le había torcido, no era tan grave y luego de un momento se le pasaría, pensó. Miró a sus compañeros, unos observaban atentamente el cuerpo de la mantícora que yacía en el piso sin movimiento alguno. -Yo durmiendo y ellos matan a una mantícora- pensó para si misma a modo de reproche. AteNa posó su mirada en Mateo que era el único que no contemplaba a la mítica criatura, enseguida pasó sobre esta y se acercó lentamente a un lugar donde resplandecía una luz, parecía un enorme plato, de esos que utilizan los nobles para lavarse las manos antes de la cena; Golden volteó a ver a Mateo y enseguida fue a alcanzarlo. - Mira, parece una nota. – dijo Golden mientras la acercaba para poder leerla. -"Los recuerdos son


fuente de sabiduría, como el perdón la liberación de un alma arrepentida."- terminó. - Bueno, la primera parte es obvia, ¿no?. - Dijo AteNa mientras esbozaba una enorme sonrisa, al parecer la auror había lanzado un hechizo perfecto, pues la bruja de menor edad se sentía completamente llena de energía. Ante esto, las 3 brujas se acercaron quedando los 5 alrededor de la vasija, se miraron unos a otros como poniéndose de acuerdo y al momento todos hundían sus rostros en aquella rara especie de humo, cuando el contenido del pensadero rozó la cara de AteNa, ella sonrió, sentía como el líquido gaseoso fluía, momentos más tarde los cinco caían en una especie de visión. Había 4 magos que al parecer discutían sobre algo importante, según pudo deducir AteNa, todo el pensamiento se trataba de aquel mago que parecía ser el más chico; la bruja siguió observando cada diferente escenario, no pudo reconocer ninguno a excepción del último que se presentó ante ellos, era el lugar donde hacía unos momentos sus compañeros habían derrotado a la mantícora, había alguien acariciándola amorosamente en el instante en que leía unas hojas y acto seguido las guardaba en su túnica, a AteNa le llamó la atención lo último que habían divisado, aquel extraño mago había escrito en un pergamino una nota. "Los recuerdos son fuente de sabiduría, como el perdón la liberación de un alma arrepentida." -Bueno chicos, es hora de salir de aquí… ó sigo el camino de la rana ,o buscamos una salida hacia arriba… - dijo Darla mientras sus dedos se movían velozmente jugando con su varita. -¡Vi algo en el cuello del medio-felino! ¡Algo centelleaba!- dijo Avril emocionada mientras volteaba a ver a sus compañeros. -Avril ¿ no has escuchado todo lo que pensaba Paracelso? –la regañó Golden por no haber prestado atención a lo que esa mágica vasija acababa de revelarles. -Oigan aquí si hay algo…y es brillante- al tiempo que se agachaba al lado de la cabeza de la bestia muerta y buscaba entre su pelaje. -¿Que es?-preguntó AteNa curiosamente, completamente recuperada del hechizo que ella misma había lanzado. - Es posible que….no, no puede ser que sea…¡digan que es ya!-sentenció Darla, su rostro mostraba una profunda preocupación. - Es…¡una llave!-afirmó Mateo mientras levantaba un pequeño trozo de metal que reflejaba una luz cegadora, el mago estaba satisfecho de si mismo, mostró una sonrisa que a AteNa se le hizo rara, no era común en él, sin embargo aquel descubrimiento había sorprendido a todos. -¡Wowww! Es bellísima…-dijo Avril algo atontada por el hallazgo y un poco encandilada por la luz que sucedía a una oscuridad casi extrema.


- Yo opino que debemos ir urgentemente al museo que antes era la Casa de los Gritos y tratar de buscar la mayor ayuda posible, no creo que debamos seguir solos…allá está el resto de mi equipo…¿alguien sabe transformar un traslador que nos saque de aquí lo antes posible?- dijo la auror que terminando de hablar dio un enorme suspiro, estaba realmente angustiada y se la veía con muchas ganas de marcharse de allí. AteNa estaba ensimismada en sus pensamientos, ¿su prima estaría bien?una pregunta que se había hecho desde que todo comenzó; sabía que podía cuidarse sola, pero todo lo ocurrido le había demostrado que no siempre las cosas dependen de las habilidades que tenían, si no del escenario en que se desarrollaran los hechos. Escuchó un sonido, Mateo arrancaba la cadena del cuello de la bestia derrotada y enseguida lo colocó alrededor de su cuello; la bruja contemplaba lastimosamente a la mantícora, no era un pequeño pato amarillo pero, seguro tampoco se dedicaba a matar gente, simplemente cumplía con el mandato que le habían dispuesto, proteger la llave y los pensamientos del que parecía ser su amo. -No te preocupes, luego que termine esto, compraremos otra y la repondremos.- le dijo Mateo con un dejo de ironía. El grupo se acomodó alrededor de la calavera que Golden había convertido en traslador, lo agarraron con fuerza y luego de un momento sintieron como si volaran, sus pies ya no tocaban el suelo, una brisa agresiva desacomodó un poco el cabello de AteNa, sintió como si diera vueltas sin cesar con una vaga presión de diferentes direcciones; y ahí estaban cayendo hacia su destino, AteNa pudo ver como sus dos compañeros, Golden y Darla, bajaban gracilmente sobre el aire, su experiencia, una vez más, podía notarse. Al levantar la mirada se encontraron con un extraño lugar, parecía abandonado, sin embargo había trofeos y estandartes en cada pared. AteNa analizaba todo con sus enormes ojos marrones, pudo localizar cinco extrañas figuras de distintos tamaños, pensó que si veía sus rostros, talvez reconocería a alguien, estaba en eso cuando escuchó que alguien habló, era Darla que parecía hablar con ella misma. -Mortífagos.-Comentó la auror en un susurro.-¿Pero cómo han podido llegar aquí?¿Y dónde está mi equipo? -Expecto Patronus- dijo la auror haciendo un gesto para que el grupo se mantuviera en silencio.De su varita se desprendió una luz plateada que poco a poco fue tomando forma, era un doberman que se materializó frente a ella, la profesora se acercó al rostro del animal y le susurró algo ininteligible pero enseguida el animal inclinó la cabeza y antes de que la joven se reincorporase había salido corriendo por un pasillo cercano. AteNa se quedó observando como el hermoso patronus que acababa de hacer Darla salía corriendo ágilmente. -¡Desmaius Tripio!- se escuchó


Un mago había llegado de la nada y había atacado a los mortífagos, provocando que tres de ellos salieran despedidos hacia atrás, la bruja recordaba a aquel sujeto, se había unido a ellos en el camino hacia Hogwarts, era un auror llamado Hades, o al menos eso creía recordar AteNa. -¡Titempos!,- pronunció claramente aquel auror cuando vio que un mortífago se volvía hacia él. AteNa observaba estupefacta la escena, Hades ahora tenía un libro en las manos y el mortífago de alta estatura parecía no haberse movido, la joven bruja giró la cabeza para observar a sus compañeros y en ese momento Hades, Mackenzie y Darla se desvanecieron. La bruja quedó aún más sorprendida, no lograba comprender nada, todo había resultado demasiado rápido, su mente trabajaba a una velocidad impresionante intentando buscar respuestas. -¿Vamos, o acaso ahora eres amante del polvo?- escuchó decir a su amigo. En el piso estaba Orión Black, el capitán del equipo del Black, este último alargaba una mano para ayudarlo a levantarse mientras se dibujaba en su rostro aquella sonrisa de aspecto sarcástico, tan propia de él. Mateo volteó hacia la mortífaga de cabello rubio que se encontraba un poco más lejos, ella permanecía quieta, indiferente ante todo aquello, sin embargo en sus ojos se podía notar la inmensa furía que reprimía. - ¿Ese era EL libro? ¿El mágico libro para controlar al dragón? - le preguntó Mateo exagerando sus palabras como si estuviera a mitad de un escenario de teatro dramático. AteNa no pudo evitar sonreír ante el tono que su amigo había utilizado, así que cuando caminó hacia uno de los mortífagos caídos para ayudarlo a levantarse, lo hizo con una radiante sonrisa en el rostro, como si hubiera ganado el galleon draw. -Vamos a por el libro, tenemos una pista. Pero sólo la compartiremos con Mackenzie o Antara. ¿Vienes?- Preguntó Mateo a su capitán al momento que se desaparecía seguido de los otros tres magos. Aparecieron cerca de un grupo de magos que se arremolinaban ante una cabra que parecía masticar un pedazo de tela sin preocupación alguna. AteNa la observó pensando que sería bueno de vez en cuando hacer eso, y enseguida soltó una carcajada ante su incoherencia. -¡Tontín! ¡Escándalo! ¿Qué cruel ser habría de llevar a cabo semejante tragedia?- dijo Mateo con su común tono de voz. AteNa continuó riendo ahora con más fuerza ante el comentario del mago de chaleco verde quien la miró de reojo como si fuera una cosa rara, la bruja pudo notar aquella fugaz mirada, pero no le importó y siguió riendo, tratando de contenerse. - ¡Oigan, chicos! - dijo Avril pidiendo la atención de los presentes. -Hemos encontrado una llave,


pensamos que podría ser para abrir el libro- terminó mientras señalaba a Mateo que la miró sin mostrar emoción alguna. Todos miraron su cuello donde se encontraba aquella extraña llave que tanto les había costado conseguir. Muchos de los presentes hicieron una mueca de insatisfacción, como si Avril les estuviera jugando una broma, y al notar eso, AteNa comenzó a relatar todo lo que les había ocurrido desde el momento en que se separaron del grupo hasta su aparición hacía unos segundos atrás. Cuando la bruja de cabello castaño llegó a la parte final del pensamiento de Paracelso, sacó el pergamino donde se leía la extraña frase escrita por él, demostrando así la veracidad de lo que contaba. Algunos aún la miraban como si no le creyeran una palabra, pero ella no prestó atención, pues en ese momento vislumbró a un grupo de brujas y magos sobre sus escobas descendiendo en picada. ¡Oye! -gritó Liliana que había bajado ya de su transporte con una habilidad impresionante, no cabía duda de porqué era miembro del equipo de Gryffindor.-Esa…fra..se. Es de Paracelso, nosotros también la encontramos, en un cuadro de un oso.- concluyó jadeando. Todos miraron con desconcierto a Liliana, a excepción de aquel grupo de magos que entendían perfectamente lo que decían. AteNa dejó de prestarle atención a la gente que ahora hacía preguntas a Liliana de como habían logrado encontrar aquello, había divisado a alguien bajando de su escoba.Y así era, un poco alejada, se encontraba una bruja que sonreía mostrando sus colmillos afilados. -¡ANDREA!- gritó mientras corría hacia donde estaba ella, abrazándola como si fuera la primera vez en años que la veía.

pincorto Pin se encontraba otra vez recorriendo el castillo tras Lobi y Pinca y tartamuedeaba...pero...pero....pero... no lograba formular la pregunta correcta y como siempre al final se le olvidó. Saber que la cabra estaba bien ya le servía, aunque le hubiera gustado saber quien era ese hombre. Se dirigían a donde estaban los demás, no dudaba del olfato de Lobi y además Pin era una perdida empedernida, jamas los encontrarían si fuera por ella - Pin, tienes idea de dónde estamos? Pregunto Lobi pero casi no se le entendió ya que hablaba mas cabro que otra cosa por el fatigamiento que llevaba encima. - Creo que en el séptimo piso, Lobi, reconozco ese rincón, tengo muy buenos recuerdos de él. De repente al


darse cuenta de lo que ha dicho se sonroja y se da media vuelta para que no la veo y espera que no la hayta oido Se escucharon voces y Lobi como siempre protegió a su madre, no reconocia las voces, pero un cuadro estaba dandoles una revista o libro o un comic... bueno algo. Lobi invocó su patronus y lo mandó para que alguno de los tarados lo encontrara y fueran en su ayuda. Pin se da cuenta de que la cabra ha vuelto a desaparecer, pero esta vez sabe que ha desaparecido imitando al patronus de su hermano era su manera de ayudar despues del susto que les dio. ****************************** ********** Pinca se topa con el grupo y nada mas ver lo que Darla tenia en la mano no puede evitar y brincar para quitárselo, queria llamar la atención pero no se daban cuenta, con el opugno de Darla no le quedó mas remedio que obedecer y entregar el libro. Mica conociendo tan bien a la cabra coge un trazo de su camisón y se lo da a cambio, pero Pinca no quiere el camisón quiere....mira hacia donde está Tontin y babea por su pijama, Mica al darse cuenta le quita un trozo de pijama y se lo da a Pinca, que lo devora al instante, aunque le durará un rato, achuchó a Mica, trataba de decirle algo, pero no la entendía, y llegó el patronus de Lobi y lo explico todo, se miraron unos intantes y .....

mdrhpa Iyón (el elfo doméstico) y yo, nos dirigimos ha el campamento de mi equipo. Entramos, allí no había nadie, era muy extraño, creía que allí estaría HHH... Fui a la mesa del fondo, abrí un cajón y vi que había cerveza de mantequilla, pero no se me pasó por la cabeza dársela, menuda borrachera se podría coger... Saqué entonces de mi bandolera una botellita de zumo de calabaza, que había cogido en uno de los campamentos. -Toma, esto te dará energía -le dije a Iyón mientras me miraba extrañado-. -No debería aceptarlo, es suyo y estaría mal que yo lo bebiera -me dijo tembloroso-.


-No pasa nada, es más, es una orden. Bébetelo. -le dije con una voz autoritaria, aunque después de decirlo, casi me parto de la risa-. -Esta bien, si la ama lo desea así lo beberé -dijo mientras cogía la botella y se la bebía-... -Bien, buscaré algo de comer... ¡Ajá! Tengo aquí unas varitas mágicas de regaliz que compré en Honeydukes antes de venir al torneo, ¿te gustan Iyón? -La verdad es que nunca las he probado, mi amo era muy estricto con los dulces y no me dejaba probarlos. -Pues hoy los vas a probar. Toma coge uno y cómetelo. Y recuerda, es una orden -después de decirlo, casi me vuelvo a partir de la risa y en ese momento Iyón se comió en regaliz... -Mmm... Está delicioso, gracias por ordenarme esto, las golosinas están riquísimas. Nunca había tenido un ama tan buena como usted, señora mdrhpa... -No me llames señora, llámame sólo mdrhpa y no me trates de usted, trátame de tú. Ahora eres un elfo doméstico libre. No te daré órdenes, vivrás conmigo y me harás compañía. Iremos juntos a dar paseos y jugaremos. Serás como el hermano que nunca tuve. Si salimos vivos de esta, claro...

andrea_tkm_hp Después de toda la discusión entre madre e hija y que la líder mortifaga se fuera dejando el libro en manos de su hija para que esta acabara tirándolo al piso la mente de Andrea era un terrible mar de confusiones ¿Ese no era el libro que buscaban?¿Qué era entonces ese libro? Tenía que ser importante para que Paracelso lo hubiese ocultado de esa forma. -Hay que hacer entrar en razón a mi madre antes de que pueda sacar el libro de aquí. Espero que nos lo de tan pronto lo tenga, pero no quiero correr el riesgo –escuchó que


decía Mack Andrea veía lo que pasaba a su alrededor pero estaba profundamente meditando todo lo que había pasado. Volteó y pudo ver que Fernando también parecía sumido en sus pensamientos. Si quería encontrar respuestas a sus preguntas tendría que ver el libro. Se dirigió a donde se encontraba arrumbado y lo tomo para observarlo con detenimiento. Parecía un libro antiguo eso era más que obvio, pero también era claro que no resaltaba en nada. -Y ahora que Mack-preguntaba Lili a Mack - ¿cómo puede ser posible que el libro que encontramos no era el verdadero? ¿Para qué entonces el acertijo del cuadro y eso?-Para que otra cosa podría ser Lili- respondió la bruja un tanto preocupada por la ubicación del verdadero libro y lo que hacía su madre- para despistarnos, al parecer de verdad no querían que el libro sea descubierto, y si lo fuere que sea por aquellos que debían descubrirlo, por aquellos que descifraran todas las clavesDe repente se escucharon las veces de diferentes magos y brujas llamando a sus escobas con un accio. Las escobas llegaban de diferentes partes y como iban llegando a sus dueños estos iban saliendo siguiendo algo que seguían Tontin, Legolas, Mica y una maga que, si bien había escuchado la vampira se llamaba Alethita. -¡Vaya chicos, a esto se llama dejarme plantada! -espetó con sorna Mack antes de dirigirse a un ventanal que estaba próximo y montarse en su pegaso dejando que otros estudiantes fueran con ella y los que no que la siguieran en escoba. -¿Los seguimos? Sería emocionante – preguntó Mituski -No dudo que no lo sea, pero primero quisiera saber qué es esto en realidad –le respondió Andrea enseñándoles el libro -Si no es el verdadero libro ¿qué es? Y ¿cómo lo abrimos? Claro sin un bombarda – sonriendo les pasó el libro a sus compañeros para que pudieran verlo -Bueno, tiene que ser algo importante si Paracelso lo escondió y puso tantas pruebas para encontrarlo-expuso Fernando -Esto tiene que servirnos de alguna forma, eso es obvio- dijo Lili – pero creo que ya nos hemos retrasado un poco, será mejor que alcancemos a los otros a ver qué ha pasado y ahí vemos como abrir el bendito libro – Los tres magos asintieron ante sus palabras y convocaron sus escobas. Todos se estaban empezando a reunir nuevamente pero Andrea no tenía ni una pista de su prima ¿estaría bien? ¿le habría pasado algo? No, no pudo haberle pasado nada, Atena no era una bruja nada débil, tal vez un tanto despistada pero no débil, estaba bien. Los cuatro magos


emprendieron el rumbo a máxima velocidad en sus escobas, pero habían salido más retrasados que los demás y pronto perdieron su pista -Genial, nos hemos perdido – murmuró la vampira totalmente desubicada, la orientación no era algo que se le diera bien -Creo… creo que se dirigen a la casa de los gritos – dijo Mitsuki después de meditar la idea un momento -Concuerdo contigo, el único lugar que se me ocurre que pudieran estar de acuerdo a esta dirección es la casa de los gritos. Tal vez pasó algo en el museo- exclamó Liliana -Bueno si ellas creen que es así, pues hagámoslo – dijo Fernando que se había quedado callado al igual que Andrea meditando en la dirección que tomar Tomaron dirección a la casa de los gritos y a pocos metros pudieron ver un grupo de magos reunidos en torno a alguien. Liliana fue la primera en aterrizar ya que siendo parte del equipo de quidditch de la casa volaba a una velocidad impresionante, seguida de Mitsuki, Fernando y por último la vampira. -¡Oye! -gritó Liliana una vez que estuvo en el piso-Esa…fra..se. Es de Paracelso, nosotros también la encontramos, en un cuadro de un oso.- concluyó jadeando Varios voltearon a ver a Liliana un tanto desconcertados por lo que acababa de decir. Una vez bajo su escoba Andrea pudo observar con detenimiento el panorama que había. Pudo divisar no muy a su capitán de torneo Golden, a un mago que creyó identificar como Mateo Black y dos brujas desconocidas para ella. -¡ANDREA!- escuchó que le gritaba una voz que jamás confundiría. Atena corría hacia donde estaba ella y le dio un abrazo como si fuera la primera vez en años que la veía. -¡ATENA! Me alegró tanto de que estes bien – exclamó la vampira correspondiendo el abrazo de su prima y alegrandose de que se encontrara bien – estaba muy preocupada por ti – le reprochó antes de darle un zape -¡Auch! Yo también estaba preocupada por ti – le recriminó su prima devolviéndole el zape -¡ANDREA!- gritó Golden que se acercaba a donde estaban las brujas -¡Capi! Me alegro de que estés bien ¿estabas con Atena?-preguntó la prefecta -Si, sabes que alguien tiene que ver que no se meta en problemas ella sola – dijo sonriendo


-Claro, gracias por cuidarla – agradeció la vampira devolviéndole una sonrisa sincera mostrando su blanca dentadura -¡HEY! Que yo estoy aquí – les reprochó Atena haciendo un puchero -Por eso lo decimos – confesó Golden antes de abrazar a las dos chicas haciendo que casi se quedaran asfixiadas por la intensidad del abrazo -Bueno bueno, ya sé - expresó la vampira - después de que todo esto acabe hacemos una fiesta y lo que quieran. Pero primero tenemos que terminar con esto y salir vivos ¿no? Aún tenemos cosas que hacer y cosas por descubrir - comentó Andrea recordando el libro que habían guardado en su mochila, que por cosa asombrosa había sobrevivido después de todo ese largo trayecto. Parece que los hechizos que le había aplicado funcionaron de algo después de todo.

esther--granger Chicos nos vemos en la puerta, creo que encontré algo- escuchamos decir a elladora Minutos después todos nos encontramos donde nos esperaba elladora mirando haber si sostenia algo, pero no pudieron divisar nada. -No veo que tengas nada, acaso quieres hacernos perder el tiempo- exclamó NykOo en un tono altanero… -No, no es eso, es que….- las palabras se le enredaban en la garganta…-miren no tengo el libro, pero….- con ajos amenazantes la interrumpió Celestisima… -Si no lo tienes para que nos has hacho venir-Miren por aquel pasillo encontré…..- les relato lo que había visto en aquel objeto… -Archivos y una lámpara de aceite??, crees que esa imagen era real….- dijo syl -Pues no lo sé, pero Fer y los demás se veían angustiados, tengo que saber donde están- dijo elladora angustiada -Mira, yo no creo mucho y en lugar de estar aquí hablando deberíamos seguir buscandoañadió ValeriaR, a lo que NykOo asintió… -Pues yo conozco un lugar como el que describes, claro no es que haya estado ahí por algo malo, solo que alguna vez la puerta quedó entreabierta y me acerqué a curiosear- dijo Esther Todos dirigieron la mirada hacia esther, esperando a que continuara…


-El despacho de Filch es así como esa imagen que dices haber visto- continuó Esther -pues es que de verdad la vi, si no me creen no me interesa, igual voy a ver que está sucediendo allá, el que quiera ir conmigo que me siga…- dijo Elladora en tono desafiante Las primeras en seguirla fueron sus compañeras de equipo, esther y syl y luego aunque un poco dudosos lo hicieron los demás... -No perdemos nada con averiguar, solo será cuestión de un rato- dijo NykOo algo desanimado, pensando en que ya había perdido la posibilidad de ser él quien encontrara el libro… Todos caminaron lo más rápido que pudieron, cuando estaban ya a pocos metros vieron a varios estudiantes agolpados en la puerta del despacho de Filch… *** Una vez dentro, todo el grupo pudo contemplar una pelea entre Mackenzie y su madre mortífaga que habia atado a varios estudiantes y pareci sostener el buscado libro que los ayudaría a todos. Al cabo de un momento la bruja parecio ceder y entregó el libro a su hija. Cuando Mackenzie tuvo el libro en sus manos, lo contempló y acto seguido lo tiró a un lado, al principio todos quedaron estrañados, pero pronto comprendieron que no era ese libro el que buscaban. Mistify había desaparecido. Luego de que tirara el libro la bruja invocó a su pegaso negro, le dio unas instrucciones que solo ellos dos entendieron y luego dijo en voz alta: -Hay que hacer entrar en razón a mi madre antes de que pueda sacar el libro de aquí. Espero que nos lo de tan pronto lo tenga, pero no quiero correr el riesgo. Luego otra bruja hablo: -¿Y ahora qué Mack?- la bruja miraba a Mack con un gesto de preocupación.- ¿como puede ser posible que el libro que encontramos no era el verdadero? ¿para que entonces el acertijo del cuadro y eso? -Para que otra cosa podria ser Lili- Mack había hecho notar poco su preocupacion - para despistarnos, al parecer de verdad no querian que el libro sea descubierto, y si lo fuere que sea por aquellos que debian descubrirlo, por aquellos que desifraran todas las clavesAl momento a la mayoría se les ocurrió comenzar a llamar escobas. La bruja se preguntó cómo era que todos parecían saber todo el tiempo qué hacer a continuación. Celestisima, Valeria, Elladora, Syl, Esther y NykOo se miraron entre ellos y todos parecían decididos a volar para poder mantenerse al ritmo de los demás.


De repente paó corriendo una cabra, que ya habían visto varias veces durante el torneo, al parecer el animal llevaba lo que era el libro auténtico que necesitaban. Esther y el esto del grupo junto con otros magos para lograr llegar a la cabra, cuando se dio cuenta de que tal vez los otros conocieran mejor al animal. En ese momento, el pijama del mago se vio rasgado. Ante la perplejidad del dueño de la vestimenta, una bruja que parecía saber muy bien lo que quería la cabra, le dio el trozo para que pudiera saborearlo, en lugar del libro. De pronto una bruja se dirigió a todos los que allí se encontraban. - Hemos encontrado una de las llaves. - Es pequeña y plateada – dijo la bruja que se llamaba Sorce- pero sabemos también que no es una de las que abre el libro. - ¿Una de LAS que abre? – preguntó Mica. - Si, son varias llaves – dijo Lee. - El sombrero seleccionador dijo que esta es una de las llaves que nos llevará a dar con las demás – dijo Alex. - Ahora tenemos el libro – comentó Sorce. En ese momento todos los que estaban presentes dirigieron su mirada hacia el libro. - Así que debemos hallar 5 llaves – comentó Tontín. - Al menos tenemos un indicio, con la llave que encontró el equipo de Krazy – dijo Mica. - La cosa ahora, es pensar donde estarán el resto de las llaves – dijo Ceslestisima- Es cierto – comentó Mack- de nada valdrá haber encontrado el libro sino encontramos las llaves para lograr dormir definitivamente al dragón. - ¿Está bien tu colección de discos de Chayanne? – le preguntó alguien a Tontín. *** Todos los allí presentes, parecían absortos en la busca de las llaves, esther, lo único que deseaba es que las llaves fueran encontradas y que toda esa pesadilla que se había desatado en el campamento y que tenia al Dragón como protagonista acabara de una vez por todas, y todo pudieran volver a la tranquilidad. - Alguien tiene alguna idea de donde empezar a buscar?- dijo esther Todos parecían pensar. - No se… pero lo que hagamos tiene que ser rápido, eso sin duda - comento elladora Los demás asintieron mostrando su conformidad y siguieron su camino en busca de las llaves que faltaban.


Legolas del Bosque Negro -¿Sabes Mack? –Legolas se había quedado un poco más atrás cubriendo las espaldas, por cualquier criatura que pudiera aparecer. -Hagámoslo rápido, creo que no estamos solos.- señaló a un pequeño grupo que se dirigía aparentemente hacia el despacho de Filch. -Legolas continuo observándolos, le pareció que Mistify iba también en ese grupo, cosa que le resulto algo raro e inusual en ella. -Al ser el que más apartado se encontraba del grupo de personas en torno a Mack, podía observar un espectro más amplio de toda la planta baja, fue allí cuando ve a Mica separarse del grupo, e ir presurosa hacia el despacho de Filch, cuando Legolas se prestaba a acompañarla, capto que Ale se deslizaba detrás de ella, por lo cual quedo más tranquilo al saber que no estarían solas. -Legolas continuo en su estado de alerta aunque también pendiente de las respuestas que lograra o intentara sonsacarle a Morgana. –Mack tomando en cuenta el comentario anterior del mago que se encontraba apartado, solo dijo. -Está bien. –Sentencio Mack. –Comencemos… La bruja abrió la marcha en dirección al despacho de Filch. Se la notaba nerviosa o tal vez impaciente ante lo que pudiera encontrar en el despacho de Filch, y por sobre todas las cosas, que hacia su madre, la gran líder mortifaga en ese lugar. -De repente fue Morgana quien hablo. -No podrán hacernos hablar -la voz de Morgana sonó clara entre el círculo de magos que la rodeaban- hicimos un juramento inquebrantable, así que de nuestras bocas sólo escucharán sinsentidos. Sin embargo, trataré de no faltar al juramento que hicimos y les diré que... Morgana se interrumpió, llevándose una mano al pecho. Parecía que le costaba respirar. -Les diré... que no es un libro cualquiera... tiene un pen.... cerrado por cinco llaves, nosotros no buscábamos el libro para quedárnoslo... Lo estuvimos custodiando durante mucho tiempo, hasta que llegara el momento en que el dragón despertara... -Morgana apenas podía seguir hablando- era para... La antigua hechicera cayó hacia atrás y su cuerpo golpeó contra una columna. -¡Hable, Morgana! ¿Qué más puede decirnos? -Mack la apremió aún a sabiendas de que el juramento inquebrantable podría poner en peligro la vida de Morgana si hablaba de más. Morgana parecía estar en un estado a punto de desvanecerse. Mack apuntó a Solveig hacia la hechicera y ésta pareció recuperarse un tanto. –Legolas permanecía expectante ante cualquier movimiento de la otrora terrible hechicera. -¡Vamos! Hable Morgana. Nos debe una explicación por todo esto. ¿Ustedes despertaron al dragón,


verdad? ¿Se infiltraron en la organización para despertarlo y provocar este caos, no es cierto? –la voz de mack expresaba la tensión que en esos momentos volvían a aparecer en la planta baja del castillo. A lo que Morgana negó con la cabeza. -Hace ya varias generaciones, ocurrió algo que hizo que aquel libro desapareciera de nuestras manos. Ustedes ya conocen parte de la historia, fue un mago tenebroso quien se apoderó del libro y lo escondió. Cuando oímos hablar de este torneo, supimos que la hora había llegado y que, de una forma u otra, aquel libro debía aparecer. Es por ello que vinimos a buscarlo y velar por todo aquello que debía ocurrir. –Todos los allí reunidos sopesaron cada una de las frases pronunciadas por la hechicera. -¿Pero ustedes son... de verdad son...? -Mack se interrumpió, pues justo en aquel momento, un patronus había aparecido al fondo de la escalera, muy cerca de donde se encontraban Carolinaa y Keacher. -Es el patronus de Mica- dijo Keacher. De pronto todos pudieron oír el mensaje de un hermoso fénix plateado “Han hallado el libro, Mistify intenta quitárselos. ¡Rápido! ¡Es necesario que vengan al despacho de Filch!”. -Al escuchar esto Legolas de forma inmediata corre hacia el despacho de Filch, observa que son muchos los que también lo hacen, y entre ellos Mack. Cuando abrió la puerta, una situación del todo incomprensible se mostró ante todos los allí reunidos. Legolas pudo observar a Alethita mirando a Mack, advertir como Mack tocaba el hombro de Mica y ésta se apartaba a un costado, no sin antes lanzar un diffindo para soltar las cuerdas que amarraban a Lili, Andrea, Mit y Fernando. Legolas reparo en Mistify y un libro que tenía en la mano. -¿Qué libro es ese mami? -a pesar de sus palabras, el tono de Mack era totalmente forzado para parecer normal- ¿Y se puede saber qué hacían esos participantes atados con unas cuerdas? Ya... no me lo digas.... los ibas a llevar a la Fortaleza, para darles un exquisito ágape y mientras contarles los cuentos de Beedle el Bardo, arroparlos en su camita, contarles una nana y dejar que muchos mortífagos les trajesen regalos. –varios mostraron una tímida sonrisa al comentario hecho por Mack, aunque era evidente la tensión de ese momento entre las dos hechiceras. -¡Dame el libro Mamá! El transito en aquella zona del castillo había aumentado considerablemente. ¡Pero cuanto verde!, ¿cuanta sombra de ojos negra?, ¿cuantas caras de infelicidad?, medias de rejilla y cuantas máscaras de metal. –Fue el comentario de Tontín al sumarse al costado de Legolas. -Legolas... ¿estos venían con nosotros? –Nuevamente haciendo un esfuerzo supremo, Legolas logro no reírse ante tamaña pregunta de su amigo.


Mistify miró el libro, en ese momento Legolas también lo observaba, en apariencia era tan común y sin nada que lo hiciera diferente o especial. –Lo que siguió nadie de los allí reunidos podía creerlo, Mistify extendió el libro hacia Mack que abrió la boca con incredulidad y entornó su mirada, sabía que su madre planeaba algo mas o no habría entregado el ejemplar con tanta facilidad. - Crazy me llama - levantó la manga de su túnica dejando ver la serpiente impresa en ella - Tengo que irme, parece que está en problemas -. - ¿Papá? - de repente Mack abandono su tono de voz y esta vez se la notaba verdaderamente preocupada mientras aferraba el libro entre sus manos. - Nada que no podamos solucionar, no te preocupes – fue todo lo que Mistify alego - Tú quédate aquí y trata de controlar ese dragón El grupo de participantes miraba la escena estupefacto y Circe ya se acercaba a Mack para que le entregara el preciado libro. La multitud comenzó a rodear a la hechicera, todos querían ver que contenía aquel objeto que tantos entreveros había causado. Cuando Mack levantó su vista para buscar a su madre, la mujer ya no estaba allí. Mack, estaba estupefacta, y de repente lanzo el libro a un costado, ese no era el libro que estaban buscando, la vimos alejarse hasta una ventana, estuvo frente a esta ventana por unos minutos, luego cerro sus ojos y al abrirlos de nuevo, volviéndose hacia los participantes, que todavía se encontraban en el despacho de Filch les comunico. -Hay que hacer entrar en razón a mi madre antes de que pueda sacar el libro de aquí. Espero que nos lo de tan pronto lo tenga, pero no quiero correr el riesgo -dijo la ex mortifaga-. De pronto un coro de voces comenzó a lanzar accios y docenas de escobas comenzaron a surgir por todas partes. –Legolas sin entender nada, del porque de esta acción, a lo que Tontín le dice Seguiremos al Pegaso negro de Mack – dijo Tontín al tiempo que pasaba volando delante nuestro montado en su escoba, que él está siguiendo a los mortifagos. -Tontín, junto con Alethita, Legolas y Mica fueron los primeros en tener sus escobas en las manos y partir, siguiendo a Enigma, sabía que Lee y todo su equipo también estaban por llegar. Varios más habían alzado el vuelo en sus escobas detrás de aquellos intrépidos que pretendían ir a la caza de los líderes mortífagos. -¡Vamos, todos arriba! –fue lo último que Legolas escucho decir a Mack mientras aceleraba aun más la velocidad de su escoba. -El lugar parecía el Gran Salón, la gran mayoría de los participantes ya había llegado hasta allí, Legolas podía ver a Fernando y a Mistify frente del cuadro, seguidos de varios mortífagos que participaban en el torneo, Orión, Jocker, Sol... también llegaban Tontín, Mica, Alethita... eran tantos que en pocos minutos todo estaba abarrotado.


-Legolas escucho de repente Desmaius Tripio. ¡Qué demonios! – no entendió bien que pasaba, solo alcanzo a ver que mortifagos volaban y chocaban contra los muros, que Hades aparecido de vaya saber donde les arrebata un gran libro y desaparecía escaleras abajo, al ver a Mack seguirlo, Legolas seguido por Tontín recorre el mismo camino que el auror, aunque detrás de otra nena, cree haber escuchado que se llama Darla. -Logra ver que el auror sostenía el libro con una mano, mientras en la otra todavía tenía su varita y dirigiéndose a Mack- a ver, te lo daré a ti, y espero que se los entregues a los que tienen que tenerlo, si vuelve a pasar lo mismo lo tomaré para siempre y nadie volverá a verlo, y no es una amenaza, es una realidad. Mack lo miró con un gesto fingidamente asustado. Al entregarle el libro ocurrió algo extraño. El pentác*** rodeado por el círculo se iluminó y las tapas comenzaron a brillas con una iridiscencia inusual. -Legolas se quedo asombrado ante lo que acababa de presenciar. -Inmensa fue su sorpresa al ver a la cabra de Pin, es decir Pinca, había dado un salto, y se había interpuesto entre los dos magos, arrebatándole el libro de las manos de Mack. La cabra saltaba, corría, brincaba y emitía pequeños mensajes ininteligibles en su propio idioma de cabra. Todos comenzaron a perseguirla, pero ella quería jugar con todos a algún juego extraño. En ese momento todos tenían un solo pensamiento, que pinca no comenzara a comerse el libro. -¡Opugno!- era Darla la que dirigió su varita hacia Pinca hechizándola. La pobre Pinca no tuvo más opción que obedecer y entregar el libro, que quedó en posesión de la Auror. Legolas ve dirigirse a distintas personas hacia aquel sitio donde estaban Mack, hades, Darla y varias personas más que estaban llegando. - Hemos encontrado una de las llaves. –Dijeron las recién llegadas. - Es pequeña y plateada – dijo Sorce- pero sabemos también que no es una de las que abre el libro. - ¿Una de las que abre? – preguntó Mica. - Si, son varias llaves – dijo Lee. - El sombrero seleccionador dijo que esta es una de las llaves que nos llevará a dar con las demás – dijo Alex. - Ahora tenemos el libro – comentó Sorce. Junto con los muchachos nos quedamos viendo el libro que Darla tenía entre sus manos y pudimos por


fin darnos cuenta, que la tapa tenía 5 cerraduras: -En ese momento Legolas observa a Avril llegar con Mateo mostrando una llave que lograron obtener, casi al mismo tiempo Lee y su grupo le acercan a Mack otra llave que ellos descubrieron en el despacho de Dumbledore y ambos cuentan su historia y los demás detalles que descubrieron. -Legolas viendo la cantidad de libros desperdigados por el piso, asumió que estaban en el cuarto piso, que poco a poco comenzaba a abarrotarse de participantes aurores y organizadores, sin querer, el mago entra en un aula vacía, al cerrar la puerta se lleva una sorpresa, de encontrar allí un gran espejo, se acerca a mirarlo, y tiene escrito "Oesed lenoz arocut edon isara cut se onotse", de forma inmediata lo reconoce, y se le dibujo una sonrisa, acto seguido al pararse frente a él, logro saber, donde tenía que buscar. -Legolas salió apresuradamente, dirigiéndose rápidamente a la tercer planta, más directamente a la sala de los Trofeos, al llegar a ella logra ver un pequeño cofre, se encuentra entre los premios de Tom Ryddle y el trofeo de Frank Longbotton, lo toma y al tenerlo en sus manos y moverlo, para su decepción, no siente ningún ruido en su interior, asimismo lo guarda en su mokeskin, a continuación sale a buscar a Mack, para decirle lo que había visto en el espejo y mostrarle lo que encontró. -El mago llega hasta Mack y le explica todo lo que le sucedió ante el espejo de Oesed, a continuación abre su mokeskin y extrae el pequeño cofre. –Mack al verlo, junto a Legolas, pueden observar que su cerradura coincide con una de las llaves que hay en su poder. -Mack sin meditarlo mucho mas, introduce la llave y lo abre, al ver lo que contenía, se vislumbra en la cara de mack una gran sonrisa, la cual se la dispenso al chico. Darla Potter Black Darla dio un sacudón cuando se estampó contra la cabra y recomponiéndose abrazó el libro. Sin entender mucho vió como una chica, ¿era Mica? Tomaba un trozo del pijama de Tontín que acababa de romperse y se lo pasaba a la cabra que había puesto cara triste. La auror la miró asombrada, el animal recuperó su jocosidad al empezar a comerse la tela… y ella recordó lo que tenía en sus brazos. Miró a su alrededor, era un mundo de gente, parecía convención y por lo visto tendrían que hacer algo… -Diantres –pensó molesta. Con el tema del libro, Hades y Mack se había olvidado por completo de Mateo, Avril, Atena y Golden… y también de su equipo. –magia- murmuró con tono molesto, mientras aplicaba un hechizo sobre el libro… mejor lo ocultaba hasta poder dárselo en manos a Hades ó Antara… ó a Mack… El libro se desvaneció entre las jironadas ropas de la auror que en eso momento vió llegar a sus compañeros de aventuras con la llave, y se alegró de que al menos alguien encontrara a los que buscaban, mientras veía la reunión y los gestos de alegría y las muestras de las llaves que empezaban a dar vueltas por el lugar. Lo bueno es que los chicos que parecían haberla seguido ó quizás llegaron por su cuenta, estaban bien. Algo bueno, si, otra buena noticia, de a poco podría ir arreglándose todo, eso esperaba...


- ¡Oigan, chicos! -Llamó Avril, quién había seguido a Mateo hasta allí. Mack se había aproximado al ahora numeroso grupo. -Hemos encontrado una llave, pensamos que podría ser para abrir el libro- ¡Oye! -Gritaba mientras llegaba corriendo hasta allí. - Esa…fra..se. Es de Paracelso, nosotros también la encontramos, en un cuadro de un oso.- Concluyó jadeando. Las miradas de desconcierto ahora se dirigían hacia Liliana. Culminó la vampiro, mientras señalaba el pecho del Black, donde descansaba emitiendo un brillo tornasolado, la llave de la mantícora. Algunos miraron asombrados, y otros (entre ellos Mack) observaron dubitativos. AteNa, quién también había aparecido cerca de Mateo y Avril, comenzó a relatar lo sucedido. Había llegado al momento en que encontraron la frase en el trozo de pergamino y lo sacaba de su túnica para mostrarlo a los que se acomodaban como niños de jardín a escuchar la épica historia, al momento que Liliana bajaba de una escoba y se dirigía hacia ellos, seguida de algunos competidores. -Obvio que es de Paracelso y se la dijo al cuadro - pensó para sí la auror, recordando la aventura en el pensadero y con un suspiro, discretamente se acercó a una silla que había por allí y se sentó, necesitaba pensar, las cosas se habían salido de sus manos y ahora…

-¡ANDREA!- gritó Atena mientras corría hacia donde estaba la otra joven, abrazándola como si fuera la primera vez en años que la veía. Darla levantó la vista, con expresión cansada y vió una figura familiar que venía corriendo hacia ella, sonrió, no podía evitarlo, por fin una de las personas a la que había estado buscando hacía su aparición, Sagitas se veía algo "voluminosa" como si guardara algo bajo sus ropas y venía gritando su nombre... era bueno verla, si que era bueno... pero dónde estarían Elo y Coyo... ya le preguntaría luego de que la muchacha dejara de estrecharla y apachucharla de esa manera que casi la dejó sin aire...

-- Amiga… ¿Tienes un sándwich? O cualquier cosa, lo que sea. Me están matando de hambre. La pregunta de Sagitas la descolocó, había olvidado su hambre, bueno, había olvidado tantas cosas... -Me temo que no Sagis, luego iremos a la cocina a ver si queda algo en pie pero dónde están... Empezó a responerle pero se dió cuenta que la muchacha había desviado su atención hacia la cabra que saltaba aún por el lugar, aún con restos de tela en su boca y hacia la pierna del principal proveedor de comida de la cabra...

-- ¡¡ Lo juro!! – Gritó Sagitas y Darla supo que no le había escuchado ni media palabra. La auror suspiró y se recostó en la cómoda silla, ja, claro que era cómoda hasta una piedra del acantilado le habría resultado cómoda después de tanto jaleo. Con gesto calmo utilizó su varita para acomodar un rizo mientras veía el rostro iluminado de Sagitas.

Mica17 Acariciaba el suave pelaje de Pinca cuando oí una frase que llamó mi atención: -Hemos encontrado una de las llaves.- Volteé para mirar a krazy, quien acababa de pronunciar aquella frase.


Sin salir de mi asombro me incorporé al tiempo que el diálogo continuaba: - Es pequeña y plateada- puntualizó Sorces- pero sabemos también que no es una de las llaves que abre el libro. Algo en todo aquello me resultaba extraño, como si hubieran olvidado contarme una parte de la historia. -¿Una de LAS llaves que abre?- pensé en voz alta. -El sombrero seleccionador dijo que esta es una de las llaves que nos llevará a dar con las demás – aclaró Alex, respondiendo a la interrogación que había formulado sin proponerme. -Así que debemos hallar 5 llaves – comentó Tontín. - Al menos tenemos un indicio, con la llave que encontró el equipo de Krazy – me dije y mi mente se fue de al conversación que el resto mantenía. Todo comenzó entonces a darme vueltas en la cabeza. Miré mejor el libro que estaba ahora entre las manos de Darla, como decoración en su tapa tenía un pentágono y cinco cerraduras… eso quería decir que las cosas aún no habían terminado… La pequeña llave plateada de la que hablaban mis compañeras no abría esas cerraduras, pero entonces ¿Qué abriría? Necesitaba salir de la muchedumbre, poder pensar… sin que muchos más lo notaran, me dirigí hacia la puerta y salí al corredor. Caminé sin un rumbo fijo por el vacío corredor, a mis espaldas las voces provenientes de la sala comenzaban a apagarse. Mi mente daba vueltas entre tanta información y un vacío comenzaba a formarse en mi pecho… esto era algo de nunca acabar… Por primera vez desde que todo había comenzado, me encontraba sola y, para mi sorpresa, mi pánico a la soledad aún no se había manifestado. Los rallos del sol comenzaban a asomar por los ventanales del castillo, y rozaban mi piel con suavidad; era una sensación gratificante, tras el frío sufrido durante la noche. Caminaba sin pensar hacia dónde iba, recorrí inconscientemente un camino al cual estaba demasiado acostumbrada. Mi mente estaba con el libro, con la llave, con mis compañeros, con todos los acontecimientos desagradables que se habían sucedido. Mientras más pensaba, más irreal me parecía todo aquello. Entonces, una aguda voz femenina frenó el rumbo de mis cavilaciones. Al mirar al frente noté que estaba parada frente al retrato de la dama gorda. Sonreí, ni siquiera se me había ocurrido ir allí, pero ya que estaba…


-Contraseña- canturreó la voz del retrato. Me quedé pensando unos instantes, debido al torneo había permanecido tanto en el campamento que ni siquiera sabía cual era la contraseña. Dije entonces la primer cosa que se me vino a la mente: -Patata podrida. El retrato se movió de lugar, lo miré boquiabierta, era imposible… Entré a la sala y, al hacerlo, percibí la tan placentera familiaridad del lugar. Mis pies descalzos caminaron por la suave alfombra casi con regocijo. Lo que sin dudas no llegaba a gustarme era aquel inusual silencio, era demasiado extraño hallar el lugar completamente vacío. Me dejé caer en un sillón frente a la chimenea, en la cuál ardían tan solo las brazas de lo que de seguro horas atrás habría sido un cálido fuego. Intenté vaciar mi mente por un rato, dejarme llevar por el silencio, por el cansancio que comenzaba a aparecer tras tantas dosis de adrenalina. Pero era imposible… pensar en aquel gran lió era algo completamente recurrente, cada intento de quitarlo de mi cabeza me llevaba de nuevo al tema. Miré las brazas, emanaban un brillo tenue que se reflejaba en las rocas que conformaban la chimenea acentuando la rugosidad de las mismas, a algunas dándoles formas extrañas incluso. Y otra vez la recurrencia, vi en una de las rocas el pentágono que unos minutos antes había visto en el libro. Cerré los ojos intentando quitarme la imagen de la cabeza, pero al volver a abrirlos la roca continuaba viéndose igual. Me levanté y caminé hacia allí. Era una roca de las que formaba el marco de la chimenea, una roca que no resaltaba en absoluto entre las demás, solo ese pequeño pentágono casi imperceptible que podía ser una simple deformación al tallarla. Pero allí estaba la geométrica figura, el tiempo la había desgastado sin lograr borrarla por completo. Alcé mi mano para poder tocar la borrada figura, no sabía si creer que era tan solo una coincidencia, tal vez producto de mi cansancio, o si eso tenía realmente que ver con todo aquel caos de llaves, hechiceros, libros y valla a saber cuántas cosas más. Vino a mi mente entonces la patata podrida, tal vez Merlín si había intentado ayudarnos después de todo, nos había dado la contraseña para llegar a… ¿A qué? Me pregunté dando con mi mano un golpe a la roca. Apreté mi mano con fuerza contra mi pecho maldiciendo, el golpe me había dolido.


Cuando volví a mirar hacia el frente, me di cuenta de que la roca estaba hundida… sorprendida la empujé un poco más… más, hasta que lentamente comenzó a dejar al descubierto un hueco en la roca inferior. -Lumos – pronuncié para encender la punta de mi varita y apunté hacia el orificio. El hueco no estaba vacío, introduje mi mano y logré tomar de él un pequeño cofre con cerradura plateada… Lo miré pensativa, nadie me había dicho nada acerca de un cofre…. ¿Qué tendría que ver con todo aquello? ¿Cómo lograría abrirlo? ¿Qué había adentro? Lo apoyé en el suelo y lo apunté con la varita: - ¡Alohomora! Como esperaba, no sucedió nada… pero tenía que intentarlo al menos. “Es pequeña y plateada… pero sabemos también que no es una de las que abre el libro.” Las palabras de Sorces esta vez me resultaron reveladoras, volví a mirar la plateada cerradura… ahora todo encajaba. -¡Especto Patronus! Mi fénix plateado surgió nuevamente para ser usado como mensajero. "Padrinito, Tontin, acerquensé a la Sala Común cuanto antes... quienes vengan con ustedes que por favor sean de confianza... tengo algo importante q mostrarles" El fénix salió del lugar para llevar mi recado. Con la respiración entrecortada me senté en el sillón nuevamente, con el cofre firmemente tomado entre mis manos… solo restaba esperar...

Sol Black

"‖Deben unirse en lo que representan y la bestia dormirá... temporalmente.... el poder del libro reside en la unión". Aquellas extrañas palabras se escucharon sin emisor aparente , el grupo ahí reunido no era precisamente un dechado de unión, como indicaba ¿Sería acaso momento de hacer una tregua? ¿Mortifagos y aurores unidos por una misma causa? Aquello sonaba mucho mas extraño que cualquier cosa que Sol hubiese pensado, ni siquiera en sus


mejores momentos de ―amor y paz‖ había pensado en tal cosa, parecía simplemente imposible. Los mortifagos ahí presentes intercambiaron una rápida mirada intentando leerse la mente, dragones, llaves, libros, uniones ¡Demasiada información!.

La cabra ahí presente, de pronto se volvió loca arrebato el libro y comenzó a correr en círculos entre los presentes.

Sol dio un salto hacia atrás sin entender que sucedía ¿ Acaso era una sueño donde realidad (?) y ficción se mezclaban de manera enfermiza?

- ¡¡Alguien detenga a esa cabra!!- bramo uno de los aurores angustiado por el destino de tan valioso libro La joven bruja se acercó discretamente a Jock que era el mas cercano y ya imposibilitada para seguir guardando silencio le murmuro … - Dime por favor que esto es real, que estas viendo lo mismo que yo o creeré que me he vuelto

loca… Algunos magos habían apuntado a la cabra, sin saber que hacer, todos esperando alguna señal que les indicara que demonios era aquello... Liliana Ánderlin -¡Oye! Esa…fra..se. Es de Paracelso, nosotros también la encontramos, en un cuadro de un oso.- Lili aterrizo jadeando en el suelo, un grupo de gente la miraba como si se acabara de aparecer desde el más allá, no los conocía pero en ese momento nada le importaba, en las últimas horas se había sentido zarandeada de un lado a otro sin control, pero eso iba a terminar de una vez, había que encontrar una solución y pronto. -¡ANDREA!- El grito hizo que se fijara en la bruja que corría a abrazar a su compañera. -¡ATENA! Me alegró tanto de que estés bien –al final resulta que si conocía a alguien, su compañera de equipo, esto hizo que se tranquilizara y su disposición a colaborar con aquel grupo fuera mayor. Las chicas se saludaron efusivamente mientras los demás se miraban, Lili decidió que era hora de terminar con todo aquello.


-Bien, parece que todos sabemos de lo que hablamos, Paracelso traicionó a sus compañeros, no sabemos bien porque o en qué, pero parece que es una pieza clave para resolver este embrollo en el que estamos metidosEl mago que tenía enfrente pareció evaluarla, sabía lo que estaba pensando,¿hasta donde podrían decirles? ¿Qué parte podrían contarles? ¿podrían confiar en ellos? Las mismas cuestiones pasaban fugazmente por la mente de Lili, aunque la presencia de Atena le tranquilizaba sobremanera. Entonces Andrea que parecía feliz de estar allí llamó la atención de todos. -Adivinen lo que recupere- y con una gran sonrisa sacó el ajado libro de su mochila. -De veras Andrea, ¿Cuántas cosas caben ahí? – Lili estaba sorprendida, con todo lo que había pasado ni siquiera había podido acordarse del libro. -Pero necesitamos la llave- Mit que estaba un poco apartada todavía decidió intervenir por fin. -Eso puede solucionarse- Fernando se acerco al libro –AlohomoraNada pasó, el libro de oscura cubierta de cuero permaneció impasible ante el hechizo, en ese momento uno de los jóvenes que estaban allí se acerco y sin mediar palabra sacó una cadena que llevaba al cuello e introdujo una llave en la cerradura, el libro emitió un pequeño resplandor y se abrió. Todos los allí congregados lo miraron sorprendidos, Andrea que todavía lo tenía en sus manos lo abrió y comenzó a leer la ultima página. “Hogwarts, marzo de 1529. Hemos desatado el terror, nunca debimos, pero nuestra ambición pudo más que nosotros, ahora me veo obligado por mis compañeros, por mí mismo y por una maldición. Esta es la última vez que podré hablar de ello, puesto que sobre mi alma pesara un juramento que no podre romper. De todas maneras pienso que no todo debe quedar en secreto, por eso escribo estas líneas antes de que mi boca quede silenciada para siempre, unas líneas que espero en algún momento caigan en las manos adecuadas cuando llegue el momento. Debo relatar la existencia de cuatro cofres, cuatro cofres y un libro maldito desde el principio de los tiempos si cae en las manos equivocadas. El libro ha de abrirse con cinco llaves, estas llaves fueron propiedad de los grandes fundadores de Hogwarts y más tarde una de ellas termino en mi poder para mi desgracia. Han de permanecer escondidas hasta que llegue el momento y el libro sea abierto de nuevo. Su ubicación es secreta, tan secreta que será guardada durante siglos hasta el momento en el que deba resurgir, el elegido deberá encontrar los cuatro cofres, y esta será la clave para resolverlo todo. Yo solo puedo dar la ubicación de uno de ellos y no se lo que contiene, pero si donde encontrarlo, confío que la poca ayuda que puedo dar sirva de algo.


En el quinto piso del castillo hay una estancia que siempre me ha gustado, una donde siempre he estado a gusto, donde poder pensar en mis cosas en absoluta tranquilidad solo con la compañía de una hermosa mujer que emerge de las aguas para darme compañía, allí esta mi cofre. No puedo decir nada más por si esto llegara a caer en las manos equivocadas, solo alguien puro de corazón podrá encontrarlo, espero sinceramente que así sea.” -¡Es su diario!- Lili no podía salir de su asombro, aquel viejo no estaba loco, y si los había conducido a algún lugar, les había dado la clave de todo aquello.

Sagitas Sólo la comida racionada que repartió Eli me hizo reaccionar un poco en aquellos momentos. Ni sé por donde me llevaban ni porqué aquel pasadizo estaba tan oscuro. ¿Serían de nuevo las raíces del árbol peleón por el que habíamos entrado al Museo? Sólo pensaba en apretar aquel libro contra mi pecho, no tanto porque lo quisiera o adorada sino por si alguien lanzaba una maldición le diera a él, se supone que era indestructible, mágico, todo poderoso y protector de brujas tontas y perdidas. --No – contesté a Eli tonks sobre las patatas fritas. Y no era porque no me gustaran. Me pirraban, todos los sabían, pero tenía miedo a soltar aquello tan pesado y valioso. Que todos los habitantes del torneo dependieran de que yo entregara ese libro a aquellos magos viejos me sobrepasaba. ¡Nunca hubiera pensado que iba a rechazar una bolsa de patatas fritas. Llegamos a una habitación enfermería en la que Elodia pudo por fin curarse de sus heridas. Me senté en una silla y liberé uno de mis brazos (el libro lo sujetaba bien con el otro en mi pecho, como si se fuera a caer). -- Ahora sí que me comería las patatas fritas. Todos parecían ocupados, Deivid curaba a Elodia y a sí mismo. Yo sólo pensaba en comer, los nervios, ya sabéis -- ¿Quedará algo por ahí? – dije husmeando en la mochila.


Sheila me dijo que no. Y yo protesté, pensando en el chocolate, o el pastel, o en un buen vaso de leche, lo que fuera… Me senté dramáticamente en la silla de nuevo, pensando en la muerte por inanición que se me esperaba. Seguí pensando en mi estómago cuando Deivid y Coyo fueron a investigar los ruidos que se oían fuera de aquel lugar. Cuando volvieron nos dijeron que había que salir de allá. Pensé en protestar, pero la voz de Coyo era muy autoritaria y, ya se sabe, a un auror Demon que te dije algo con una varita en la mano no debes llevarle nunca la contraria, por muy buen amigo que sea. Salimos y caminamos largo y tendido, o eso me pareció a mí, protegiendo aquel libro de todos los que se cruzaban en nuestro camino, o nos cruzábamos nosotros en el suyo. Yo iba cabizbaja, intentando estar cerca de Deivid y de Coyo, por si las moscas (y no era una alusión al grupo de los Rizos y las Moscas, sino que era por precaución) El grito de Darla me hizo levantar la cabeza de golpe. No llegaba a verla, tal era el bullicio de personas y ¿cabras? que había por allá. --¿Darla? – susurré contenta de sentirla. Sentí los comentarios de que nuestra amiga acababa de apoderarse del libro. Me sentí perpleja, pero si don Chiflado había dicho que era el mío, y desorejado lo había confirmado… Me entraron ganas de ira allá a sacarle la otra oreja que le faltaba, por desagradecido. Encima que había tenido público para sus historias… -- ¡Rayos! Me hicieron cargar todo el camino un libro que no tiene

validez. Estuve a punto de tirarlo bien lejos hasta que recordé que Filch te persigues si tiras porquería en el suelo. Así que volviendo a lo que mi madre siempre me decía, lo guardé (otra vez en el pecho, pero esta vez dentro de la blusa, al menos estaba calentita con él dentro y recuperaba mis dos manos) y en cuanto viera una papelera lo iba a triturar, destruir, destrozar y deshacerme de ese plagio de libro.


-- ¡Darla! La saludé con la mano, allá estaba ella sentada en una silla, toda preocupada. Parecía infeliz. Busqué con la mirada a Coyo-T para indicarle donde estaba ella. Seguro que una porción de aurorcillo demon le levantaría la moral. Le di un gran abrazo a falta de ser el que ella desearía, esperando que igualmente le sentara bien el calor de mi cariño. -- Amiga… ¿Tienes un sándwich? O cualquier cosa, lo que sea. Me están

matando de hambre. Miré curiosa a la cabra que trotaba rumiando algunas cosas. ¡Qué envidia, al menos comía algo! ¿Por qué había un grupo de gente que la amenazaba con sus varitas? Pero si era un ser delicioso. Me gustaba la cabrita. Y me gustaba…¡ohhhh! Un atractivo y guapo y elegante chico estaba cerca, mostrando una de sus piernas. Tragué saliva y ni me di cuenta de lo que me decía mi amiga, si me había dicho algo la verdad, que en ese momento yo sólo tenía ojitos enamorados para la pierna desnuda de Tontín, y para su pijama tan… tan amorosamente lindo que llevaba. ¡Qué estilo! Juré que mis ojos, mis oídos y mi corazoncito pertenecían a aquel veelo para toda mi vida. -- ¡¡ Lo juro!! – grite sin darme cuenta.

Mitsuki La sucesion de hechos paso de una manera tan rapida que apenas Mitsuki pudo asimilarlo. Del marco del cuadro del oso con la margarita surgieron unas enigmaticas palabras. Liliana concluyo que la forma de abrir el cuadro era con el perdon de Mitsu. Asi lo hicieron, y dentro habia un libro con una tapa de cuero liza y una sola cerradura. Pero Mistify se revelo como mortífaga que era. Les saco el Libro y se estaba llendo con el cuando llegaron Mack y un numeroso grupo de alumnos. Se dio una seca conversacion, al final de la cual Mistify le entrego el libro a Mack y se marchó. Al parecer ese no era el libro que buscaban, asi qeu Mack lo dejó caer y se fue presurosa de la habitación. Los demas estudiantes empezaron a convocar escobas y a marcharse tambien. Mitsuki estaba consternada y confundida. No podia ser que aquel libro despues de tantos acertijos no sirviera absolutamente para nada. Parecia que Andrea pensaba igual que ella, ya que recogió el libro


del suelo y se lo guardó en la mochila. Decidieron que la mejor opción era seguir a todos con las escobas, ya que persiguiendo las pistas de Paraceslo se habian retrasado mucho en la búsqueda de algo realmente importante. Llamaron también a sus escobas, y emprendieron vuelo. Pero como salieron ultimos muy pronto perdieron el rastro de los demás, pensaron que la dirección correcta de vuelo era hacia la antigua casa de los gritos, asi que giraron sus escobas en esa dirección. Vieron un grupo de magos reunidos en torno a algo. Liliana que iba adelante descendió entonces en picada y los otros tres algo extrañados la siguieron. - ¡Oye! -Empezó a gritar Lili mientras descendía de su escoba y se acercaba al grup corriendoEsa…fra..se. Es de Paracelso, nosotros también la encontramos, en un cuadro de un oso. Todos cruzaron sus miradas perplejos. Al parecer las historias vividas por cada grupo en algun momento se cruzaban. El silencio fue interrumpido por unos gritos y multiples abrazos. -¡ANDREA! -¡ATENA! -¡Capi! Parecia que Andre conocía a varios dl otro grupo. Mitsuki se sintió triste por un momento. Esperaba cruzarse a algun miembro de su equpo, o al menos algun amigo conocido por el camino, pero eso no ocurrió. De pronto se vio sola y se sintio abandonada. Levanto la vista y examinó a sus nuevos acompañantes. Un chico de Slytherin le parecio conocido, creía haberlo visto jugar al quidditch alguna vez. Luego de efusivos saludos Andrea sacó el libro de su mochila. -Adivinen lo que recupere -De veras Andrea, ¿Cuántas cosas caben ahí? - dijo Liliana observando la mochila casi destruida de Andrea. Mitsuki miraba la cerradura que descansaba sobre la tapa desnuda del libro -Pero necesitamos la llave- dijo, despues de el extensísimo silencio que había mantenido por su desolación. Fernando intentó abrirlo con encantamientos, aunquee ya antes de intentarlo todos suponían que no funionaría. De pronto y para sorpresa al menos de ellos cuatro, aquel de Slytherin a quien ahora recordaba como Mateo Black se aproximó y utilizando una llave que colgaba de su cuello abrió la cerradura. Todos miraron estupefactos, y Andrea corrió hasta la última página. Dando una ultima mirada al grupo completo comenzó a leer. Habían ciertos datos importantes que Mitsuki notó enseguida:

...Hogwarts, marzo de 1529...


...Esta es la última vez que podré hablar de ello, puesto que sobre mi alma pesara un juramento que no podre romper. .. ...Debo relatar la existencia de cuatro cofres, cuatro cofres y un libro maldito... ...El libro ha de abrirse con cinco llaves, estas llaves fueron propiedad de los grandes fundadores de Hogwarts y más tarde una de ellas termino en mi poder... ...Yo solo puedo dar la ubicación de uno de ellos ... ...En el quinto piso del castillo hay una estancia que siempre me ha gustado, una donde siempre he estado a gusto, donde poder pensar en mis cosas en absoluta tranquilidad solo con la compañía de una hermosa mujer que emerge de las aguas para darme compañía, allí esta mi cofre.... ...solo alguien puro de corazón podrá encontrarlo, espero sinceramente que así sea.” -¡Es su diario!- Exclamó Liliana - Y creo saber dónde está ese lugar del que habla Paracelso. Todos la miraron con asombro, incluso Andrea, pero ambas prefectas se miraron un instante y pareció caer en la cuenta de algo. -¡El baño! - dijo golpeándose la frente con la palma - Tanto tiempo ahí lo has notado tu primero que hace poco lo conoces. El grupo completo miraba a las dos chicas, esperando que compartieran con los demas su conocimiento acerca del lugar del que hablaba Paracelso. Fue Liliana la que tomó la palabra: -Es el baño de prefectos, esta clarísimo. Debemos ir hacia allá. Todos asintieron con la cabeza y empreprendieron la marcha denuevo hacia el castillo. Pero a Mitsuki una duda imperiosa le punzaba en el pecho. Se acercó a Andrea y la tomo del brazo haciéndola resagarse de sus compañeros que ya tomando sus escobas y preparándose para emprender el vuelo. -¿Estas segura que eso es lo último que decia el libro? Aja - Asintió Andrea y le entregó el libro en las manos - Miralo tú misma, perece que luego no pudo decir nada mas por ese bendito juramento .¡Pero vamos que ya no hay tiempo que perder! Mitsuki fue hasta la última pagina del libro. Efectivamente, lo que habian leido en voz alta era lo último que podía leerse en sus páginas. Pero prestandole mas atención pudo ver unos pequeños girones de papel. Una página del libro habia sido claramente arrancada. Ya le parecia que era el mismo tipo de papel. Sacó de su bolsillo el pedazo de pergamino. Aquel primero que el viejo Paracelso le habia entregado en su último suspiro, y que habia sido al fin y al cabo el que los habia arrastrado a una pista tras otra. -¿Todabía tienes ese inútil trozo de papel? - dijo Andrea sorprendida - Pense que Mistify lo habia tirado en el suelo luego de leer su contenido. -Lo hizo, pero ya sabes.. le tengo estima a este mago.


Y acercando el viejo pergamino ya casi totalmente destruído al diario con la otra mano tomó su varita y susurró "Reparo". El ajeado pergamino, fechado un año despues que la última anotación se acomodó a la perfección. Entonces la encuadernación se soltó de sus manos,dando una extraña sacudida en el aire emitio un ligero resplandor y cayó abrutamente en el suelo. Ambas chicas se miraron asombradas, y voltearon para ver como ya todos habían emprendido vuelo, menos Fernando que las apremiaba haciéndole señas con las manos. Mitsuki tomo el diario, y volvió a abrirlo, pero ya no contenia páginas ni anotaciones en su interior. Se habia transformado en una especie de contenedor de cuero y dentro descansaba una hermosísima llave plateada. -¡Van a venir o que diablos estan haciendo! - gritó Fernando agitando la escoba que tenia en la mano. -Andrea, gúardalo en tu mochila, y no le cuentes a nadie. -Ya me he liado entre tantas llaves y acertijos - dijo quejàndose mientras guardaba el nuevo hallazgo en su mochila. - no se para que sirva esta, pero si me cruzo un solo acertijo mas... Ambas corrieron hasta las escobas y el resto del grupo qeu bufaba por la tardanza.

Madame shaki Ya los chicos habían superado aquel obstác***, en la enfermería ahora se hallaban en el 4° piso del castillo, ahora en búsqueda de Madame Pomfrey. Aquellos magos confiaban en la intuición de Tamarindo, quien ahora estaba acuestas de Madame Shaki, la chica pesaba un poco pero a Shaki eso no le importo mucho, tenia la determinación de que todos sus amigos salieran bien de aquel gran caos. Ahora en el 6° Piso pudieron ver aunque sin mucho detenimiento como luchaban las estatuas del colegio con una de las manticoras, seguramente alguien las ha de haber hechizado, Los chicos siguieron con su trayecto al séptimo piso. Al llegar Foungtan fue adelante, corrió muy deprisa en búsqueda de la enfermera, foung no encontró a nadie, Shaki lo notó cuando este le dirigió una mirada. Al momento al frente de nosotros una puerta comenzaba a sobresalir, se dieron cuenta que estaban pisando el tapiz de Barnabás el Chiflado y fue allí cuando de notaron que aquello era la mítica Sala de Menesteres, allí dentro estaría la cura para Tamarindo. Ambos chicos entraron y lo que veían era increíble, aquello parecía una nueva enfermería, 10 camas con sabanas blancas sobresalían, Shaki no lo dudo y acostó a su querida Tamarindo en una de ellas, Mientras Foungtan ya estaba buscando en el almacén de medicinas haber si encontraban lo que tanto anhelaban. La mirada de Foungtan era impredecible, en aquel almacén habían mas de 500 antídotos, Shaki le fue a


echar una mano, títulos como Mordeduras por doxy o ingestión de belladona ,sobresalían, nada de lo que veían les serviría, hasta que Shaki notó casi al fondo POMADA PARA PUSTULAS, a Shaki se le ilumino la mirada, lamentablemente eso no curaría a Tamarindo de la viruela de dragón pero al menos la chica podría caminar. Al fondo de aquella habitación Habían tres pociones Herbovitalizantes era notorio que lo fueran pues su color rojizo intenso llamaba la atención, aquellas pociones les brindarían energía suficiente para aquel que la bebiera. Foungtan no dudo en ir por ellas le dio una a Tamarindo, una a Shaki( la cual guardo en su túnica) y la otra ya el se la comenzaba a beber. Shaki ayudo a su amada con aquella poción, se la llevo a su boca, la chica parecía que recobraba vida con la misma, sus ojos se tornaron mas brillantes que nunca, su mirada adorable como siempre ,ahora volvía ser la predominante de su hermoso rostro. -No debemos perder mas tiempo tortolos *sugirió Foungtan al ver que nuestros labios se acercaban nuevamente* - Es cierto mi cosín , ya nos quedara tiempo para besucones. *respondió tiernamente Tamarindo * - Shaki tomó el frasco con la pomada, le quito los convers que cargaba puestos su amada para aquel entonces, pudo ver sus pies, Shaki Imaginó lo suave que podrían ser si no fueran por aquellas horrorosas pústulas que en sus pies reinaban, comenzó a masajearlos con la Pomada, la chica reía con mas dulzura de lo común, aparentemente le daba cosquillas .Al momento aquellas pústulas iban desapareciendo poco a poco, Tamarindo volvía a ser la misma aquello parecía ser un milagro….

leankaus Los cinco tratamos de entrar a la sala, pero pese a nuestros muvhos intentos no lo conseguimos. - Creo haber escuchado a alguien que decia que habia mucha gente en el baño de prefectos. Alguien sabe la contraseña? Podriamos entrar a ver que pasa alli.- Propuso Alia - Yo la se, no soy prefecto pero... bueno la se, a veces necesito relajarme.- Dijo josefransico. Nos dirigimos lo mas rapido que pudimos al quinto piso para entrar en el baño de prefectos. Cuando estabamos llegando a la puerta vimos que habia mucha gente intentando entrar. Habia alguien, capaz algun organizador que intentaba controlar a


todos pero estaba fallando en el intento. Oimos a alguien que dijo que solo los prefectos entrarian al ba単o y solo una persona por equipo. - Eh, Leankaus creo que deberias entrar tu- Me dijo josefrancisco mientrasme susurraba la constrase単a en el oido. - Permiso, permiso se la contrase単a, sisi la se, no no te la dire- Me fui acercando a la puerta pasando por un monton de gente que me hablaba. Al llegar a la puerta alguien detras mio grito: - Eh! Ese no es prefecto! No puedes entrar ahi. Mira a un lado y al otro, la gente me miraba. Podia hacer como que no escuche nada y entrar o volver para atras e ir a algun otro lado con mi equipo. Opte la segunda opcion. Mas seguro tener a la gente de nuestro lado. Me di media vuelta y sali del tumulto. Alia me encontro al instante. Me reuni con ellos y comenzamos a pensar que podiamos hacer. - Capi, es verdad no podemos entrar en el ba単o "tecnicamente" jeje, pero tengo otra idea. Recien alguien dijo que los equipos nos tendriamos que reunir en la SC de Gryffindor para juntar todo lo que encontramos, en nuestro caso nada, y ver como seguimos todos juntos. Creo que deberiamos ir alli. Se que no es lo mejor r a Gryffindor pero es lo que tenemos que hacer.- Me dijo Virgil. - Y si vamos alli como entramos?- Pregunto Anika. Los cinco nos fuimos al septimo piso en la torre de Gryffindor y nos paramos enfrente de esa dama medio loca que conducia a a la Sc de los leones apestosos.


- Esta es la dama Gorda no?- Pregunto Alia - Creo...Que si.- Le conteste. - Pero claro que yo soy la dama Gorda y ustedes no son Gryffindor asi que no se que hacen aqui.- Nos dijo ella - Escuche, muchos equipos del torneo estan alli, no solo Gryffindors, no nos gusta tener que venir aqui. Pero de verdad tenemos que entrar. - Sin contrase単a no entran.- Me contesto la dama. En ese instante Nick Casi Decapitado, el fantasma de Gryffindor aparecio flotando por el pasillo. Nos vio hablando con la dama Gorda y se nos acerco. En serio ese fantasma daba miedo. - Que hacen cinco Slytherins en la puerta de la Sc de Gryffindor? La dama se volvio loca finalmente? - Pero claro que no estoy loca- Dijo la dama Gorda. - Debemos entrar, muchos equipos del torneo se estan reuniendo alli, nos podrias decir la constrase単a?- Le pregunto Virgil a Nick. - Pero claro que no! Y menos a unos Slytherins! Pero se que no estan mintiendo. Hay mucha gente ahi dentro. Dama abreles la puerta por favor, no haran ningun da単o.Contesto Nick. - Sin contrase単a no entra nadie.- Contesto la ya insoportable dama Gorda. Entonces Nick Casi decapitado se acerco al retrato de la dama y le susurro algo. La


dama puso una mueca de mal gusto y acto seguido nos abrio el paso. - Mucha suerte Slys! La necesitaran- Nos saludo Nick. Y era verdad. De verdad la necesitariamos.

joselinjim

El tiempo pasaba y seguían pensando en cuál sería la respuesta del acertijo, los cuatro pensando y analizando detalladamente cada dato de la historia, probando cantidad de combinaciones hasta que al fin dieron con la respuesta correcta: era S1R9H9G2, haciendo alusión a los cuatro fundadores de las casas de Hogwarts, comenzando por Slytherin y luego siguiendo por orden alfabético, y el año en el que Harry Potter había abierto la cámara. Vieron como la puerta cedía y las serpientes se enroscaban, hasta quedar en el centro de esta. Se miraron con una expresión de sorpresa y estuvieron así todo un minuto, solo observando hasta que alguien habló. - Bueno, entonces ¿quién la va a abrir? – dijo Josi a sus compañeros, esperando que uno de ellos se adelantara hacia

la puerta. Ninguno lo hizo, así que Josi decidió sacar todo el coraje que tenía por dentro, respiró hondo y colocó sus manos sobre el pomo. Todos los demás retrocedieron mientras Josi halaba con todas sus fuerzas, revelando ante ellos lo que se encontraba detrás de la puerta. El lugar era oscuro, silencioso y siniestro. Las telarañas bajaban por las paredes hasta mezclarse con el polvo del suelo. Había una gran cantidad de objetos apilados por todas partes, y el sonido de las arañas caminando apresuradamente se escuchaba con tanta claridad que se podría jurar que estaban a solo centímetros de ti. La única fuente de luz que parecía haber tenido la sala, antes de ser abandonada, provenía de una lámpara que se encontraba en el centro de dos estatuas de caballeros con armadura dorada: el primero, sobre un caballo y el segundo sosteniendo una lanza que apuntaba hacia el techo. Unos metros mas a la izquierda, se encontraban cuatro estatuas mas: la dos primeras eran unas gárgolas con alas que las doblaban en tamaño y ojos penetrantes, la segunda un dragón tan alto como la sala, y la tercera un basilisco enroscado. El frío se sentía como algo natural de aquel lugar, y se colaba por entre la ropa hasta sus huesos. En el rincón más cercano a la puerta se encontraban una pila de piezas de oro y extraños objetos, y en el otro extremo libros amontonados con una gruesa capa de polvo sobre ellos. - ¡Lumos! – dijo Josi, luego de sacar su varita y apuntar hacia la sala. Uno a uno fueron entrando, dirigiéndose a

distintos lugares para inspeccionar todo. Elvio se acercó a los libros, tomó uno y sopló hasta eliminar parte del polvo que lo cubría. Rosa, mientras tanto, se aproximó a observar detalladamente las estatuas. Kris, temblando y con nerviosismo, entró de última a la sala y se dirigió a tomar una pieza de oro en sus manos. Josi, luego de quedarse un


largo rato detallando cada rincón, se colocó justo detrás de Rosa, mirando a los caballeros con desconfianza, esperando que de un momento a otro cobraran vida. Estuvieron así un largo rato, revisando. Josi vio como Kris tomaba un extraño cofre en sus manos, y sin prestarle mucha atención, lo devolvía al sitio donde lo había encontrado. Josi, con gran intriga, dejó el libro que sostenía y se dirigió hacia ese extraño cofre que Kris acababa de dejar a un lado. En cuanto lo tomó en sus manos sintió un extraño presentimiento, y limpiando un poco el polvo vio la extraña cerradura plateada que lo mantenía cerrado. El cofre era pequeño y muy bonito, intentó abrirlo pero no tuvo éxito. - Chicos, miren esto que he conseguido – dijo llamándolos para enseñarles su descubrimiento.

Rosabonita La respuesta correcta era la fecha en la que fue abierta la cámara por última vez junto con las siglas de las casas. De inmediato el círculo del medio que tenía algunas serpientes grabadas comenzó a girar, lo que indicó que la bóveda había sido abierta al fin. Dentro pudimos ver muchos objetos llenos de polvo, había telarañas por doquier. Libros, estatuas, trofeos y hojas llenaban el lugar. Nos adentramos y cada quien tomó su camino. Yo me dirigí hacia donde estaban las estatuas. Había varias gárgolas, caballeros con armaduras, un dragón y un basilisco. Comenzaba a tener relación. Algo debíamos encontrar aquí. Caminábamos con dificultad por el desorden de cosas que había en el piso. Tomé algunos libros que parecían llamativos a mi vista, pero ninguno que pudiera ser el correcto. Todos eran de magia oscura avanzada o diarios de personajes antiguos, también algunas hojas de anotaciones y planes macabros pero todo estaba consumido por el polvo. De pronto se escuchó la voz de Josi llamándonos. Volteé el rostro y la vi con un cofre en manos, tenía una bonita cerradura plateada, era pequeño y de cuero. Intentó abrirlo manualmente pero no tuvo éxito.

-¿Qué tendrá dentro?- Pregunté con curiosidad Todos nos acercamos y fue el cofre el que obtuvo toda nuestra atención.


Intentamos abrirlo con alohomora y demás hechizos, intentamos utiliza la varita como llave, intentamos forzarlo por los bordes pero no abrió. Su contenido se mantenía oculto por sobre todas las cosas.

-¿Se les ocurre otra forma de abrirlo?- Pregunté.

elvio hg Las tenues luces de nuestras varitas fueron lo suficiente para poder iluminar la antigua cámara llena de tesoros antiguos en donde nos encontrábamos. Algunas de las grandes y pequeñas estatuas llenas de polvo les faltaban brazos, otras cabezas, las únicas que parecían estar intactas eran las de basiliscos. Revisé los libros polvorientos que estaban apilados en un rincón, eran demasiados y la mayoría de artes oscuras. Cada libro era diferente, y tenían como mínimo cuatrocientas páginas cada uno. Muchos libros eran interesantes, pero me abstenía de leerlos, pero me encontré con uno muy antiguo, de historia, así que le saqué el polvo y me dispuse a leerlo, hasta que Josi habló, haciendo que me perdiera en la lectura. Todos miramos a Josi, que sonreía feliz con el cofre de cuero muy antiquísimo con la cerradura de plata en sus manos. Habíamos encontrado algo y no nos iríamos con las manos vacías. Intentamos abrirlo con alohomora y demás hechizos, intentamos utiliza la varita como llave, intentamos forzarlo por los bordes pero no abrió. No teníamos idea de cómo ver lo que contenía el cofre sin tener la pequeña llave que lo abría. -Deberíamos volver al castillo para ver como están los demás –dije pensando en Sheila-. Salimos de la cámara y cerramos la puerta de la bóveda, que hizo muchos ruidos metálicos y la respuesta del acertijo con el cual la abrimos desapareció. Los huesos de rata que había en el suelo parecían romperse con cada paso que dábamos. El ruido de las gotas cayendo al piso fue haciéndose cada vez menor.

Tamarindo Llegaron los tres al 7º piso y como loco, Foung empezó a buscar a la Sra. Pomfrey, pero no encontró nada ni a nadie que pudiera ayunar a la bruja. Tama noto como Shaki empezaba a cansarse de cargar


con ella y se sintió algo mal, pero no tenia fuerzas ni para hablar en ese momento. Y noto como los dos chicos se desesperaban un poco. Se fijó que en el muro de enfrente había un tapiz que le sonaba de algo. Era el de Barnabás el Chiflado. Y justo entonces, mientras Foung paseaba desesperado de un lado a otro, Shaki se giró al ver que algo estaba apareciendo algo en la pared. Era una puerta. Pues claro, allí estaba la Sala de los Menesteres. Los tres se alegraron, ya que la sala les daría el remedio para ayudar a Tamarindo. Al entrar vieron que parecía que la sala se había transformado en una enfermería nueva. Había camas a los dos lados, con unas sabanas blancas relucientes, perfectamente alisadas. Shaki no dudó ni un instante y, además de que ya estaba agotado de cargar con su querida Tama, la posó en una de las camas para poder buscar el remedio que debía estar por aquella habitación. Tamarindo se incorporó en la cama un poco para ver que estaban haciendo, que armaban un poco de escándalo con el ruido de los botes. Vio como Shaki y Foung estaban rebuscado en un almacén y se volvió a tumbar. No sabía como podía estar tan agotada, debía ser cosa de la Viruela de dragón, que aun estaba infectándole la sangre. Hubo un breve silencio y Shaki ahogó un grito de emoción. ¿Será que había encontrado algo? Se giró a ver a su amada Tama y su mirada estaba brillando de emoción. Había encontrado algo. Eso no cabía duda. Tama oyó como Foung se alejaba hacia el fondo de la sala y Shaki se acercaba a ella. Al poco Foungtan con la pareja y le dio algo a Shaki. Parecía algún líquido rojo… ¿una poción Herbovitalizante? Shaki ayudó a incorporarse a Tama para que la bebiera. A cada sorbo que daba, la chica se notaba cada vez mejor. Las fuerzas crecían en su interior, sus ojos brillaban cada vez más, y no pudo apartar la mirada de su querido Shaki. Acabo de beberla, no sabía tan mal, y Shaki dejó el vaso en la mesilla, sin apartar la vista de los ojos de Tama. Fue una mirada intensa, hacia tiempo que no se notaban tan felices el uno junto al otro. Un calor empezó a invadir las mejillas de Tama. Su corazón latía cada vez con más fuerza. Sin dejar de mirar a Shaki a los ojos, sonrió y los dos chicos se fueron acercando poro a poco. Y justo cuando sus labios iban a unirse, la voz de Foung los interrumpió, separándose avergonzados. —No debemos perder más tiempo tórtolos. Los dos chicos se miraron, sonriendo tontamente y Tama dijo:


—Cosín… ya tendremos tiempo para besucones —le dijo con dulzura, mientras le acariciaba una mano. Shaki le devolvió la sonrisa, se levanto y se sentó a los pies de la cama. Con delicadeza, para no hacerle daño, le quitó las Convers a Tama, los calcetines y, después de untarse con la crema que había encontrado hacía un rato, empezó a masajearle los pies intentando cubrir bien las pústulas y que desaparecieran. Tama se reía un poco con esos masajes, tenía cosquillas en los pies, y a los dos magos les gustó poder escuchar una risa entre lodo aquel caos. Al poco de empezar con la pomada, las pústulas fueron menguando hasta dejar un leve rastro de piel sonrosada y suave. —¡Qué rápido va esto! —se sorprendió Shaki. Levantó la vista y ahí estaba, Tama le estaba sonriendo, con la sonrisa que tanto le gustaba a su enamorado. —¡Ey! —les cortó Foung—. Déjense de miraditas. Ahora que Tamy puede andar hay que buscar a Amya. Sin perder más tiempo, Tama se levantó, se calzó y se puso en pie. Al principio se mareo un poco, y Shaki se apuró en tratar que no se cayera, pero al final no hizo falta. La cogió de la mano, y los dos fueron tras de Foung, pero… ¿hacia dónde? Mientras Foungtan decidía hacia donde ir, Shaki miro a su chica y le dijo: —¿Por qué llevas una Conver de cada color? Tama simplemente se rió para luego decir: —Ya lo sabes. Porque yo soy única y diferente… Bueno —empezó a divagar la chica—, hubo una alumna llamada Luna que también era diferente hace años. Foung acabó por decidirse de bajar otras vez a la enfermería del 3º piso, a ver si volviendo a ver el lugar, había algo que les pudiera decir sobre de Amya. Ahora que Tama podía caminar podía ir más rápido, pero no todo lo que querían, ya que aun estaba recuperándose. Sus pies estaban aun algo delicados. Pero la chica intentaba aguantar el dolor y no dejar que se le notara. No, ahora lo importante era encontrar a Amya. Tenia que devolverle a favor. Apretó con fuerza la mano de Shaki. Eso le daba confianza en ella misma, necesitaba recordar que había pasado antes de que Amya se fuera y la dejara en la enfermería. Tenia que hacerlo, el recuerdo estaba en su memoria, pero no lograba sacarlo a relucir.


Llegaron a la enfermería de nuevo. Foung se puso a buscar algún indicio que le diera una pista. Mientras Tama y Shaki fueron por su lado. Tama se fue a sentar sobre la cama en la que había estado, por si eso le hacía recordar. —Una poción —dijo Tama sin más. —¿Qué dices? —se sorprendió Shaki. Foung se volvió para atender a lo que cedía la bruja. —Amya dijo que quería buscar una poción, para mí —siguió la chica—. Pero oyó un sonido y salió ver que era, creo que se fue hacia… la Sala de los Trofeos. Los dos chicos se la quedaron mirando, asombrados por sus palabras. Inmediatamente los tres se pusieron en camino hacia dicha sala y, al entrar en ella, vieron que todos los trofeos que estaban por los suelos. Pero eso no era lo peor. Había un agujero en el suelo y los tres tuvieron la misma idea: Amya se cayó. Foungtan se acercó al agujero y efectivamente, en el piso de abajo, entre unos escombros encontró a su amiga. Shaki y Tama fuero tras el, y Shaki tropezó con un objeto que le parecía familiar… se agachó a ver qué era y se sorprendió al ver que era la varita de Amya.

XheLiana Mmm… La tercera planta. Las tres chicas sabían que estaban seguras ahí, en cierto modo, porque el profesor ya no las seguía. Pero seguía a Xhio y Gode. Quizás, que le esta pasando a esos dos, pensó medio sarcásticamente la chica. Caminaban tranquilamente por los pasillos, con su varitas solamente encendidas por un Lumus, pudiendo solo ver el camino que seguir, pero no sabían bien en donde se encontraban. Los retratos estaban vacíos, lo que las asustaba. -¿Quién anda ahí? –escucharon, de repente. Vieron a alguien doblar la esquina del pasillo, y solo pensaron en correr. Y así lo hicieron, con Xheli a la cabeza y las otras dos chicas pisándoles los talones. Entraron en la primera puerta que divisaron, esperando que la persona o personas que las seguían no lo notaran.


Habían entrado al aula de Encantamientos. Y no estaba como normalmente se encontraba. Todo destrozado y desordenado. Sin duda, alguien había venido buscando algo… Caminaron en la sala… buscando algo que les pudiera servir, pero su búsqueda no daba resultados. La chica revisaba unos pergaminos, que sin duda no habían sido tocados por la persona que hubiera estado allí. Cuando tomo uno que no debía estar ahí. Era un pergamino escrito con runas. -Xhio- dijo la chica en voz alta. -¿Qué? –dijeron las otras dos, dándole a entender que era obvio que no estaba allí. -Hay que encontrarla, ahora ya. -Vamos, Xheli, no sabemos donde esta –dijo Mela cortante. -¿Cómo quieres que la encontremos? –dijo Kira aun buscando algo que las ayudara. -¡Expecto Patronum! –dijo la chica, haciendo salir de su varita un blanco conejo. -Ya entendí –susurro Mela. -Busca a Xhio –le dijo Xheli al conejo-. Vienes de vuelta y me lo dices. O si no que mande de vuelta a su Expecto Patronum con su ubicación. ¡Vamos, apúrate!

alethita -Accio escoba!!, grité- y todos los demas hicieron lo mismo y vi como las escobas pasaban alado de mi y la mia se posaba delante de mi, la monte y empezamos el recorrido hacia la sala de los menesteres. Siguiendo a Mack a la sala de los menesteres *y como siempre Tontin diciendo cada cosa que ni al caso* lo fulmine con la mirada porque ya estaba cansada de las mismas cosas con él. Llegamos y pude notar que muchos magos se habian reunido en ese mismo lugar, de prontoo vi a Hades que se acercaba a Mack y luego de intercambiar algunas palabras vi que le entregó el libro. Todos estabamos asombrados de que el libro se encontrara en manos de ellos por lo que Pinca rompio el silencio dando a entender que ella lo habia encontrado. Veo como Darla con un hechizo le quita el libro a Pinca por lo que esta no tuvo mas remedio que darselo.


Luego Mica le dio un trozo de prenda que tenia y al final noto que era de Tontin que él ni habia notado que ya no tenia un pedazo de su pijama en ese momento Pinca trataba de decirnos algo pero nadie le entendia asi que vimos algo platenado en forma de Lobo y notamos que era el patronus de Lobo con la informacion que necesitabamos. Note que Mack, hades, Darla y varias personas que habian llegado en ese instante dijeron que habian encontrado la llave que abria el libro. Mica dijo sin entender -"¿Una de las que abre?"– A lo que Lee contestó -"Si, son varias llaves"– Y luego al otro lado escuche como otra persona decia: -"El sombrero seleccionador dijo que esta es una de las llaves que nos llevará a dar con las demás"– era un mago que no conocia pero si no mal recuerdo creo que se llama Alex. Miramos a ver a Darla que era la que tenia el libro y notamos que en el habian 5 cerraduras en ese momento escuchamos que se acercaban algunas personas que a lo lejos no pude distinguir quienes eran pero que al final vi que eran Avril y Mateo que traian otra llave que lograron conseguir y tambien Lee y su equipo le entregaba otra llave a Darla en ese mismo momento. De un momento a otro veo como Legolas sale corriendo peor no sabia exactamente a donde se dirigia hasta que note que en el suelo habia un espejo y que Legolas habia entendido en donde debia de buscar. Los que nos quedamos en el lugar notamos que Mica encontro otro cofre y decidio mandar a su patronus para avisar a Tontin y Legolas que si podrian dirigirse a la sala comun y vi como el patronus en forma de fenix se alejaba a toda prisa. Mientras tanto intentamos ver de que forma podriamos abrir el cofre que teniamos en nuestras manos. A lo lejos vemos como Legolas junto con Mack se acercan con algo en las manos, a mi parecer era igual a un cofre? mire a ver a Mica con cara de asombro a lo que ella me devolvio la mirada de la misma forma, asombrada, -que sera lo que tenga dentro ese cofre que Legolas y Mack estan tan contentos?- me pregunté, espero que sean buenas noticias.... ValeriaR [..] Valeria, apártate, no es con tigo el asunto mi LOBITA adorada, dejame lugar para apuntar a Esteher, esa BESTIA me cayo mal desde un principio .- Dijo NikOo con la voz muy rara.


Valeria se sentía indignada por la actitud del mago. -No me llames asi infeliz, ¿como tienes el descaro de intentar tratarme con cariño? no pienso correrme, si quieres el camino libre tendrás que pasar sobre mi, traidor! .-contestó con toda su ira. -Entiéndeme, no es contigo el asunto, esa CRIATURA que llamas amiga y que esta DETRÁS DE TI es quien me molesta .- Dijo el chico en tono claro y Valeria vio cómo le guiñaba un ojo. Tardó medio segundo en darse cuenta que era lo que estaba sucediendo realmente y rápidamente se apartó, justo al tiempo que un licántropo saltaba detrás de donde ella estaba sólo unos segundos atrás. NikOo gritó: -Incárcerus.- Una cuerda se aferro al hocico de la bestia, la otra a sus brazos y la última a sus patas traseras, y la bestia cayó. Al grito de NikOo, las cuatro brujas invocaron Desmaius y la combinación de los hechizos logró inmovilizar a la bestia. -Estuvo muy cerca chicas, Entraron mirándose entre si y no vieron adelante, la bestia debe haber pensado que yo las atacaría, por eso se mantuvo un momento quieta.-Hubiéramos corrido menos peligro si te apartabas desde un principio en vez de perder tiempo diciéndome traidor .-Agregó el chico mirando a Valeria. La bruja no sabía donde meterse. NikOo les había salvado la vida y ella había estado tan segura que las quería traicionar. Quería decir ―lo siento‖ pero el shock y el miedo que habían aparecido con el ataque del licántropo no le dejaban articular palabra. Pero ya tendría tiempo de disculparse con él y agradecerle por haberlas salvado. Sacándola de sus pensamientos, NikOo dijo: -Esto estaba acá por algo, no pudo haber entrado solo, quizá el libro si este aquí. Claro que aun tenemos la pequeña dificultad de no saber como es.- concluyó visiblemente molesto. Y el grupo decidió separarse para buscar mejor. Valeria comenzó a buscar por los estantes del fondo, cuando de repente escuchó una carcajada, y luego Esther dijo: -Es que acabo de encontrar algo viscoso que expìde un fuerte olor a cebollas, realmente te quedó horrorosoValeria no pudo evitar reír, y pensó que le hubiera gustado verlo ella también. Continuaron buscando y luego Elladora llamó a todos a que se encuentren en la entrada, y le mostró una extraña bola de cristal que mostraba una imagen bastante preocupante: En una habitación estaba Mistify, y había otros cuatro magos (de los cuales Valeria solo reconoció a Mitsuki) atados con cuerdas) Elladora quería buscar ese lugar, porque estaba preocupada por los magos. Pero a Valeria no le convencía. Después de todo, si esa cosa estaba ahí, probablemente debía funcionar mal. -Mira, yo no creo mucho y en lugar de estar aquí hablando deberíamos seguir buscando- añadió ValeriaR, a lo que NykOo asintió… Pero para sorpresa de todos, Esther dijo que sabía cual era era esa habitación. Era el Despacho de Filch. -Pues es que de verdad la vi, si no me creen no me interesa, igual voy a ver que está


sucediendo allá, el que quiera ir conmigo que me siga…- dijo Elladora en tono desafiante. Las primeras en seguirla fueron sus compañeras de equipo, esther y syl y luego aunque un poco dudosos lo hicieron los demás... -No perdemos nada con averiguar, solo será cuestión de un rato- dijo NykOo algo desanimado. No tardaron mucho en llegar al despacho de Filch, pero al llegar les sorprendió la cantidad de magos que se agrupaban en sus puertas. ¿¡Qué estaba sucediendo?! Valeria no conseguía ver mucho, y como siempre, tampoco escuchaba muy bien lo que estaba pasando adentro. Pero alcanzó a entender que había una ―lucha‖ entre Mackenzie y Mistify, porque ésta tenía el libro. Al parecer Mistify le entregó el libro y luego desapareció, pero al cabo de unos segundos Mackenzie se dio cuenta que ese no era el libro real, y llamó a su pegaso, para ir en busca de su madre. Muchos de los magos comenzaron a invocar a sus escobas, decididos a sumarse a la aventura, y Valeria no dudaba que sería una más del grupo. Celestísima la miró y entendió que ella también estaba dispuesta a unirse. Sin embargo,Valeria no era muy buena volando en escoba, y volaba muy despacio, por lo que llegó un poco más tarde que todos al lugar, que estaba atestado de magos. Y al llegar, no entendió nada, porque en un costado había una cabra comiendo un pedazo de pijama de tontin(?), y por otro había un grupo de magos que hablaban muy seriamente sobre el libro y sobre llaves… Al parecer, el libro se abría con varias llaves, pero el tema era que nadie sabía donde estaban éstas. Un grupo sólo había encontrado una pequeña llave que iba a servir para encontrar el resto, pero a Valeria le parecía que todavía estaban bastante lejos de logararlo… La bruja estaba bastante perdida con todo lo que pasaba, pero además estaba litaralmente perdida, porque no podía encontrar a su grupo. Caminó por un rato entre la multitud, hasta que encontró a Celestísima, NikOo, Esther y Elladora, que estaban en un rincón, observando todo lo que pasaba. ¿Y ahora que hacemos?- les preguntó. Miró a su alrededor y vio a un grupo de magos que estaban tratando de abrir un cofre.. ¿Creen que debemos ir a ayudarlos?

Rosabonita No hubo forma que probáramos que pudiera abrir el pequeño y delicado cofre. Pero un presentimiento nos hizo tomarlo ya que era el único objeto que encontramos que estaba sellado, debía significar algo. Después de hurgar un par de minutos más decidimos salir de la oscura y siniestra bóveda para encontrarnos con la fría cueva de nuevo.


Josi seguía con el cofre en manos, Kris cerró la bóveda y mágicamente se borraron las siglas y los números, quedando como si nada. Caminamos un poco por el túnel hasta que llegamos al círculo central, al que caímos al entrar. De nuevo el piso estaba lleno de huesos de rata impidiéndonos caminar con agilidad. -Oigan, ¿a alguno se le ha ocurrido como saldremos de aquí?- Dije petrificada parándome de pronto. No había pensado en ello. Bajamos por una especie de tobogán pero no podríamos subir por allí sin ayuda de nada. -Maravilloso, hasta aquí llegamos.- Dijo Kris asustada.- Y ahora, ¿qué hacemos?-No se desesperen chicos, debemos pensar con cabeza fría.- Me puse a idear como podríamos hacer para subir por allí. -¿No vieron nada en la bóveda que nos pueda servir?- Preguntó Josi con el cofre en mano. -Creo que no, habían muchos libros, notas y estatuas. ¡Y telarañas!- respondió el chico.- Los lavabos quedaron abiertos ¿no?.-Eso creo, por allí entra luz.- dije señalando el tobogán por el q habíamos bajado. Y después de un par de minutos de silencio se me ocurrió algo.- ¡Ya sé! Usemos cuerdas, con un incárcerus cada uno y los juntamos. -No lo sé, el trayecto era bastante largo, y sacando cuentas reuniríamos aproximadamente 32 metros en total y no creo que eso alcance.- Comentó Josi, quien tenía bastante facilidad para sacar cuentas. -¡Vaya! No sabía que era tanto, de todas formas, intentemos. No tenemos nada que perder.dijo Kris. -Bien, ¿con que podríamos sujetar las cuerdas? Si lo hacemos a los grifos estos podrían reventarse por el peso y lo viejos que están.- Dijo Elvio. -Yo vi en la bóveda algo como una polea, una argolla.- Añadió Kris con emoción.- Iré a buscarla.Me sorprendió que Kris se arriesgara a ir sola hacia la bóveda de nuevo, pero me alegraba que por fin fuera valiente. Esperamos un par de minutos y mientras tanto pensábamos


cualquier otra manera en caso de que ésta fallara pero en medio de la concentración se rompió el silencio por el regreso de Kris. -Ahora si, adelante.- Dije y seguidamente nos colocamos uno al lado del otro y con un movimiento de la varita dijimos al unísono ¡Incárcerus! Lo siguiente que vimos fueron 12 finas pero firmes y fuertes cuerdas salir de la punta de nuestras varitas, es decir, tres por cada uno. Las amarramos entre si, las acomodamos a la polea y la subimos, sin embargo, las cuerdas quedaban cortas. Tendríamos que buscar un plan B.

Sagitas No se me escapó el detalle de que mi pierna favorita y seductora desaparecía. Asocié la aparición de aquel Patronus que lo invitaba a ir a la Sala Común como el motivo de su escapada de mi acción. -- Darla… Mi voz sonó algo distraída. -- ¿Tú sabes de qué casa es Tontín? Ella se encogió de hombros y siguió recostada en su silla, a punto de dormirse. La zarandeé. --Necesito saber cuál es la casa de Don Piernas Bonitas. La dejé al instante antes de que se le ocurriera zapearme y pillé a otra chica desprevenida. -- ¿Dónde duerme Tontín? -- En una cama como todos. No le hice caso y abordé a una tercera víctima. -- ¿De qué casa es Tontín que me hace Tintón….? Me miró como a una loca pero me contestó demasiado amablemente para ser que lo tenía sujeto por la capa y no le dejaba irse. -- Él es rojo.


-- Ya lo sabía, una gran pata de león tiene mi hombre… Salí corriendo y tropecé con Elo y Eli y ni las saludé. -- ¿Dónde vas, Sagitas? -- Mi Tintón me esperaaaaa... Subí corriendo las escaleras del colegio. Si había criaturas mágicas escondidas seguro que se apartaron de mi vista por el ímpetu con el que corría. Incluso oí palabras sobre llaves, libros, cofres, sombreros, patatas fritas pero ninguna me caló dentro. Atravesé el fantasma de Nicky cuello bonito pero ni frío sentí, con el Amor ardiente que me devoraba por dentro. Sólo oía “Tontín, Tintón, tilintilín” --Señorita, algo de decoro por su parte sería bien recibido. -- ¿Qué…? Choqué de cabeza contra un cuadro por intentar mirar quien me había reprendido. -- ¡Ohhh, qué ímpetu! Te será más práctico entrar con una contraseña que a cabezazos. -- Perdón. Me disculpé delante de una dama algo llena de… de reserva de calorías, pero yo la encontré hermosa y bella. Era quien custodiaba que a mi Amada Pierna no le pasara nada y por tanto yo la veía estupenda. Nick Casi Decapitado flotó delante de mí. -- No eres Gryffindor. -- Soy lo que quiera si me deja entrar a buscar algo. -- Sin contraseña no entras. -- Ohhh, pero… El rostro de ambos se hizo serio y empecé a pensar. -- Tontín. -- No. -- El guapo Tontín. --No.


-- El Pijama de Tontín. -- No. -- El maravilloso Tontín. Los amigos de Tontín. Tontín es el mejor. La pierna seductora de Tontín… Empecé a desesperarme. ¿Cómo es que la contraseña no llevaba el nombre de mi querido compañero de Torneo? -- ¿El Torneo de Tontín? En ese momento pasaron dos chicos y dijeron la contraseña. La Dama Gorda se abrió y les dejó paso pero se cerró en cuanto quise aprovecharme. -- No, sin contraseña no pasas. -- ¡Puajjj! Es que tenéis una contraseña de muy mal gusto. Patata podrida. Me miró con mala cara pero se abrió. -- Te aconsejo que cambies y que pongas “Tontín el BienAmado” como nueva contraseña. Es más bonita. Dejé a la Dama Gorda pensándosela. Realmente parecía gustarle mi sugerencia. Entré a la sala y busqué con la mirada. Vi a Mica y le saludé. -- ¿Has visto la pierna más bonita que se haya visto nunca al aire libre?

andrea_tkm_hp -¡Van a venir o qué diablos están haciendo! - gritó Fernando que se encontraba reunido con los demás donde estaban las escobas llamandoles la atención a Mitsuki y a Andrea -Andrea, guárdalo en tu mochila, y no le cuentes a nadie- le pidió la maga de anteojos entregándole la llave que acababa de aparecer ante sus ojos -Ya me he liado entre tantas llaves y acertijos - dijo quejándose mientras guardaba el nuevo hallazgo en su mochila. - no se para que sirva esta, pero si me cruzo un solo acertijo mas...Ambas corrieron hasta sus escobas y sus compañeros. Eran ahora 8 magos y había 4 escobas delante de ellos -Tendremos que ir por parejas- exclamó Liliana -Andrea ¿Por qué no te vas con Liliana y nos prestas tu escoba a Avril y a mí?- inquirió el


joven Black -Fer tú te puedes ir conmigo y que Atena y Golden se vayan en tu escoba – propuso Mitsuki Fernando y Andrea asintieron ante la idea y todos los magos se montaron en las escobas con sus respectivas parejas. Fueron volando lo más rápido que pudieron hacia el castillo y una vez ahí las prefectas los condujeron por el camino más rápido al quinto piso. Al pasar por la estatua de Boris el Desconcertado supieron que estaban cerca, se situaron en la cuarta puerta a la izquireda de la estatua y se detuvieron. -¿Qué hacemos? Se supone que solo los prefectos pueden entrar aquí y no podemos sacar información de aquí – le murmuró Liliana a su compañera prefecta -Creo que estarán muy ocupados como para ver información- respondió la vampira – además es eso o morir a manos de un dragón- su compañera asintió -Varita de regaliz – exclamaron las prefectas al mismo tiempo La puerta del baño se abrió ante ellos y las prefectas pudieron ver que el baño estaba casi igual de cómo lo habían dejado, con excepción a unas cuantas denuncias más y que estaba aún más desordenado que como estaba generalmente. Entraron todos al baño y observaron el vitral de la sirena que estaba muy ocupada ignorándolos cepillándose su cabello. -Bueno, tenemos que buscar bien por todas partes – dijo Mitsuki ignorando un poco el desastre -Pensé que en la oficina mínimo si serías ordenada primita – le dijo Atena mientras iniciaba la búsqueda -Sería más fácil si le preguntamos a la sirena ¿no creen?- les propuso Avril después de estar buscando sin éxito -Estoy de acuerdo- dijo Golden y se dirigió a la sirena –Perdona, estamos buscando algo que Paracelso dejo aquí hace mucho tiempo, ¿crees que podrías ayudarnos?Ante las palabras de Golden la sirena no se inmuto y siguió cepillando su cabello. Los magos se miraron unos a otros sin comprender mientras que als prefectas se dirigían una sonrisa de complicidad. -Déjame ayudarte, Capi – sonriendo la vampira se acerca donde estaba Golden - Para que la sirena te haga caso solo puedes hacer una cosa –le contó mientras hacía que retrocediera hasta quedar al borde de la tina que estaba llena en ese momento. -¿Y qué es?- preguntó, ante estas palabras Liliana no pudo evitar reírse sabiendo lo que haría


su compañera a continuación -Bañarte – le respondió la vampira antes de empujarlo a dentro de la bañera Los siete magos secos no pudieron evitar voltear al escuchar el sonido del agua y se empezaron a reír al ver la escena. Golden se encontraba totalmente mojado y parte de su cabello de cubría los ojos. Andrea estaba muerta de risa, era tanta su risa que estaba al punto de llorar. -Andrea- le recriminó su capitán al verse empapado y cambiando su cabello a rojo -Lo siento- respondió – no pude evitarlo, pero ahora sí, si le preguntas seguro responde – explicó la prefecta Golden se quito el pelo de la cara y volvió a formularle la pregunta a la sirena, la cual si puso atención esta vez. Pasados unos minutos en los cuales los magos pensaron que la sirena no iba a responder ésta movió la cabeza hacia el lado izquierdo de su habitación y sus ojos vieron fijamente un punto que se veía que nadie le había puesto atención por mucho tiempo. -Que raro- declaró Liliana acercándose a ese lugar – nunca le había puesto atención a este punto del bañoLos demás magos se acercaron a donde estaba y empezaron a examinar ese rincón. No había nada que resaltara ahí. -Oigan…-dijo Andrea llamando la atención de sus compañeros –creo que encontré algoLa prefecta les señalo un ladrillo que tenía tallada un P ahí. El cofre tenía que estar muy cerca la cosa era ¿cómo iban a sacarlo?

Madame shaki Llegaron a la Sala de trofeos nuevamente siguiendo los vagos recuerdos de Tamarindo. Aquella sala no relucía como antes, los brillantes trofeos y medallas que antes allí relucían, ahora estaban en su mayoría destruidos, en el suelo sobresalían escombros por doquier. Aquellos chicos decidieron seguir adentrándose en aquella aterradora sala. Avanzaron unos 3 metros más desde donde ya comenzaba a recalcarse en esa obscura sala un enorme hoyo. Ambos chicos accionaron sus varitas con un Lumos! Ahora todo era mas claro, a su lado tenían el estante con los premios anuales que para aquel momento yacía totalmente destrozado. Foungtan decidió tomar la iniciativa de acercarse un poco, su mirara hacia nosotros después de ver lo había allí abajo fue espeluznante.


Tama y Shaki No aguantaron más y decidieron echar el ojo también, ambos no creían lo que estaban observando, allí abajo yacía un cuerpo con unos cuantos escombros encima, su rostro era rotundamente conocido, se trataba de Amya_an. La mirada de Shaki y se sus amigos fue de decepción, habían llegado muy tarde para rescatar Amya_an , Shaki tomó a Tamarindo fuertemente de la mano y con lagrimas en los ojos sugirió que bajaran, sin dudas aquel no era lugar idóneo para que estuviese el cadáver de su querida trebolera. Bajaron rápidamente, al salir de aquel salón Shaki tropezó con una varita, que al observarla con detenimiento supo que era de su amiga trebolera, pues en la base estaba postrado un mini trébol que lamentablemente no era protector. Shaki después de observarla con detenimiento la guardó en su túnica y siguió a paso firme con el resto de sus amigos tejones, llegaron a la escalera de caracol y bajaron rápidamente hasta el piso inferior. Llegaron comenzaron a examinar el techo, para asi buscar el lugar donde Amya_an había caído, Al momento Foungtan señalo con la mano hacia el cuarto de escobas. Shaki no dijo nada más y enseguida corrió hacia la puerta de dicho cuarto. Al abrirla shaki cayó en llanto, a su frente tenia el cadáver de su querida trebolera, caminó muy rápidamente y enseguida recogió todos los escombros que tenia encima. Apuntó con la varita ENERVATE! , todo fue inútil Amya_an no volvía en sí. Tamarindo y Foungtan ya habían entrado al cuarto, muy tristes por la muerte de Amya_an, Tama se sentó en el suelo junto a Shaki muy lamentada, pues pensaba que era su culpa la muerte de su fiel amiga trebolera, cosa que no fue de mucho agrado para Shaki , el cual saco la varita que guardaba en su túnica y se la dio a su dueña . Al momento un grito ahogado surgió por parte de tamarindo, quien impresionada llamó la atención de sus compañeros. Amya_an ha movido el dedo, juro que la vi ! gritó la chica tejona. Shaki nunca había dudado de lo que decía su amada y este no era el momento idóneo para hacerlo, en su túnica aun residía la poción herbovitalizante , la saco al instante y segregó un poco sobre los inertes labios de la subcapitana trebolera, Shaki caía en la desesperación…

NykOo Black La disputa entre Mackenzie y Mistify habia dado como resultado la entrega del libro por parte de la Lider, que al momento salió de escena. Pero transcurrido unos momentos, La hija supo que el libro entregado por su madre, no era el real. A pesar de lo poco que podía ver desde su posición, NykOo noto a Mackenzie claramente afectada, de verdad necesitaban ese libro, y cuanto antes, por lo que decidio buscarlo y los presentes coincidian en acompñarla lo mas rapido posible... la bruja voló en su pegaso mientras todos los demas, incluido NykOo, convocarone escobas para seguila lo mas serca posible.


Debido a su inexperiencia para volar de esa forma, NykOo tardó bastante en llegar, y cuando vió al grupo de gente reunida bajó para informarce. El grupo estaba cerrado en un circulo, planteandoce el tema de las llaves, y que hacía falta conseguir para termianr d euna vez por todas con este caos. NykOo estaba absorto en sus pensamientos, por lo que una voz serca de el, le pareció que provenía de muy lejos. -¿Y ahora que hacemos? ¿Creen que debemos ir a ayudarlos?.- NykOo giro y vio a ValeriaR dubitativa sin saber que hacer... para el chico, eso había sido todo, ya no necesitaba la ayuda de nadie, el libro sería abierto por alguien mas, el ya no tendría el credito, y tampoco veia porque permanecer al lado de las chicas, al menos por este día, por lo que simplemente dijo. -Ustedes no se que harán, yo voy por mi lado... me gusto estar con ustedes... y "de nada" por el temita del licantropo. - Termino sonriedo dandoles a entender que no hacía falta que le agrazcan. NykOo se abrio paso entre la gente congregada para ver si podía observar mejor lo que sucedía, quizá ahora, que no tendría el crédito, podría ayudar en lo que le fuera posible, por el simple hecho de hacer el bien... -mejor no- pensó el chico mientras seguia serca de los interesados, solo con el objetivo de saber si dormirían pornto al dragón para poder volver al vestuario a disfrutar los ultimos momentos de su equipo en el torneo.

elvio hg Dejamos atrás la bóveda de la cual sacamos el cofre, y fuimos directo al túnel por el cual entramos, de donde provenía luz que se filtraba por el agujero que quedó abierto en el baño de chicas. Ahora enfrentábamos un gran dilema: como salir. Lo único que se nos ocurría era utilizar el hechizo Incárcerus pero la longitud de las cuerdas en total solo sería de 32 metros, y el túnel de seguro tenía más de 100 metros. En ese instante, se me ocurrió algo: Nada podríamos hacer nosotros podría ser tan largo como para llegar a la superficie, y tampoco podíamos trepar por las paredes del túnel porque sería imposible, pero podíamos volar. -¡Ya se! –les dije a todas- Usemos Accio para traer nuestras escobas. A todas les pareció una buena idea, así que dijimos al unísono Accio. Las escobas, obviamente, tardarían un tiempo en llegar, ya que estábamos muy lejos, pero paciencia era lo que no


teníamos. Por si acaso pensamos en otros planes, como utilizar Bombarda para abrir un hoyo en el techo, pero eso significaría morir aplastados. Pasaron 10 minutos cuando escuchamos ruidos procedentes del túnel. Todos nos incorporamos y vimos 4 escobas flotando hacia nosotros. Cada uno se apresuró a tomar la suya y montarla, y pocos segundos después ya estábamos atravesando el túnel con las escobas. Al llegar al baño de chicas, la entrada a la cámara se cerró como por arte de magia: los lavamanos habían regresado a su lugar de origen y no tenían señales de que se hubiesen movido. El baño estaba exactamente igual que cuando lo dejamos. Dejamos nuestras escobas en el piso y fuimos corriendo por el baño inundado hacia la salida.

tontin dudley -Padrinito, Tontin, acerquensé a la Sala Común cuanto antes... quienes vengan con ustedes que por favor sean de confianza... tengo algo importante q mostrarles- nos dijo el patronus de Mica. Miré a mi alrededor. - Oye, Keacher, tú eres de confianza? - Que va, yo soy de Irlanda- La cara del elfo era la de siempre, es decir, de una estupidez total. - Entonces vente conmigo, que Mica nos reclama. ¡Legolas, vamos! Sabía perfectamente que Legolas si que era de confianza, pues mas de una vez le habíamos tenido que sacar de la cárcel con fianza. Aun tenía el corazón roto por cómo Mica me había destrozado el pijama, pero ahora que se acercaba el verano en Escocia, la verdad es que este nuevo airecito se agradecía. - Oye, keacher, tu has encontrado alguna llave? - Que va. Ya me gustaría, Tontín. - Claro, Keacher, sería guay encontrar una. - Ya te digo Tontín. - Oye Tontín... Que es eso que has llevado colgado del cuello todo el tiempo? Eso que reluce, plateado... Nos quedamos parados a medio camino de la sala común. La cara del elfo.. seguia siendo la de siempre. Y la mía empezaba a parecerse a la del elfo. Legolas señalaba a mi cuello con cara de sorpresa. Yo agaché la mirada para ver qué es lo que tenia colgado del cuello. Entonces Legolas subió la mano rápidamente para darme con ella en toda la barbilla. - Mira que sois tontos. Si queréis una llave, vais a tener que trabajarlo un poquito más.


Patata Podrida era la contraseña, pero la dama Gorda se lo tomaba de manera personal. Entramos a la sala y nos encontramos a Mica acurrucada en una esquina. El color de su rostro era ceniciento, y sus ojos parecían el doble de grandes, con las pupilas dilatadas. - Mi...tesorooooo- decía en voz baja. - Esta chica da al rollo, amigos- bufó Legolas. Keacher intentó calmar a Mica. - Vamos, compañera. Todos lo hemos pasado mal. Dame la mano. Ahora dale el cofre a Tontín. - ssssMicaaaal- Mica no parecía dispuesta a soltar el cofre. La atamos con la soga que llevábamos siempre encima para pasear a Pinca e intentamos salir de la sala, pero en detrás del retrato ahora cerrado de la señora gorda se escuchaba ahora una conversación entre esta y una voz de p***, bastante desagradable que me era muy familiar. - Tontín- decia la voz - No- replicaba el retrato - El guapo Tontín. -No. - El Pijama de Tontín. - No. Enseguida reconocí esa voz. Se trataba de Mateo Black, no tenía ninguna duda. - Chicos, salgamos por el pasadizo secreto. Así lo hicimos. Legolas se llevó a Mica con Mack, para ver si esta le podía dar una dosis de realidad o una buena torta. Keacher y yo decidimos ir a buscar una llave y enseguida se nos ocurrió donde. - Está claro que tu " Accio Llave" ha funcionado. Lo que pasa es que esta gente no tiene paciencia. - Ya te digo, amigo. y ahora que sabemos como son, más fácil lo tenemos. Y nos pusimos a rebuscar entre el montoncito de llaves producto de mi hechizo. Cling, clang, tin tin tin cling.

keacher El patronus de Mica llego hasta nosotros, eso parecio hacer enloquecer a tontin seria la falta de sueño a tan altas horas de noche un brillo asi no era sano, ¿o ya era de día? -Padrinito, Tontin, acerquensé a la Sala Común cuanto antes... quienes vengan con ustedes que por favor sean de confianza... tengo algo importante q mostrarles- Oye, Keacher, tú eres de confianza?- Que va, yo soy de Irlanda- Lo miré con cara de, ¿de donde ha salido este? no habia otra ¿no?


- Entonces vente conmigo, que Mica nos reclama. ¡Legolas, vamos! Y nos vimos arrastrados por su carisma y su pijama, es que aun faltandole un trozo no era cualquier pijama. - Oye, keacher, tu has encontrado alguna llave? - Que va. Ya me gustaría, Tontín. - Claro, Keacher, sería guay encontrar una. - Ya te digo Tontín. - Oye Tontín... Que es eso que has llevado colgado del cuello todo el tiempo? Eso que reluce, plateado... Nos miramos, si era una llave, a saber de donde habia salido, pero era una llave, entonces Legolas puso paz, por lo menos de momento. - Mira que sois tontos. Si queréis una llave, vais a tener que trabajarlo un poquito más. POr tanto continuamos nuestro camino y llegamos a la SC -¡Patata podrida!- si al final el barbas serviria de algo y todo, estaba convencido de ello. Alli estaba mica y tontin volvio a perder la cabeza, en su mente debia de haber aparecido alguna escena traida de lejanos mundos porque hablaba solo. Los tres lo miramos, paseo por la SC diciendo una serie de incoherencias coherentes, despues mando a Legolas y a Mica hacia dios sabe donde. Ellos no se movieron pero el parecio pensar que si. - Está claro que tu " Accio Llave" ha funcionado. Lo que pasa es que esta gente no tiene paciencia. - Ya te digo, amigo. y ahora que sabemos como son, más fácil lo tenemos.- Mi mente de elfo piensa de vez en cuando y en este momento penso seguirle la corriente, era más divertido que esperar sentado. Cling, clang, tin tin tin cling. Sonaban las distintas llaves convocadas por Tontin, por un momento me pareció ver al fondo del monton de llaves una prenda femenina. -Pero si esto es lo que creo- Y levanté unos calzones bastante sexys con una llave enganchada pendiendo de ella. - Claro! son las bragas de Mackenzie!- Dijo contento el tonto con cara de pervertido. - Eso nos dice que puede ser la llave correcta, los calzones no mienten!! - Exclamé el elfo con cara de.. con mi cara de siempre. En ese momento un zape volo hasta la cabeza de tontin y lo hizo volver a la realidad, volvio a ver a los demás a su alrededor. Se le quedo la misma cara que se me pone a mi siempre...


goderic slithering

Los chicos llegaron al lago, hacía mucho frío, las aguas se veían gélidas. - ¿Hmm, por dónde empezamos? - Preguntó la chica - Hace frío y no sabemos dónde está la llave. Hagamos esto, yo busco en el lago, tú busca por aquí, podría estar en la orilla - Dijo Gode. - Xio ya deja de mirar de reojos, mira de frente - dijo mientras se sacaba la ropa para zambullirse.

El chico se zambulló pero antes uso el hechizo cascoburbúja , el agua esta helada. El chico bajo al fondo del lago sin mayor dificultades. - Accio llave!- exclamó el chico despues de buscar por si solo un rato.

Pero no apareció nada.... - Accio llave! - exclamó de nuevo, pero era inútil.

Pero esta vez sucedio algo extraño, vió un bulto en el fondo moviendose. - Es el calamar! - gritó el chico, al instante vió un brillo intenso.

Mientras el chico se acercó al calamar y con un par de maniobras entre nado y hechizos logró quitarle la llave custiodada por el calamar.Cuando el chico se dirijía a la superficie fue atacado por grindylows, en ese instante chocó contra una roca rompiendo el hechizo casco burbúja y cayendo inconciente. - Xio....salvame....- Musitó el chico antes de caer desmayado

eli tonks Recién terminábamos de comer, Deivid y Elo tenían ya las heridas curadas y Coyo vigilaba; Sagitas aferraba el libro a su pecho, mientras comía las patatas y yo ayudaba a Sheila a levantar el tiradero de la comida. Finalmente Coyo nos hizo salir de allí, pues él y Deivid habían ido a investigar qué eran los ruidos que se escuchaban cerca del lugar.


Al llegar al lugar donde nos había dirigido el Demon, ocurrió un alboroto; gente iba y venía, y una cabra corriendo en el medio de todo aquél embrollo. Coyo había ido tras de Darla quien quitó un libro a la cabra, y Sagitas se fue tras un chico que enseñaba su pierna. Nos quedamos solos allí, Sheila y Elo se miraban, Deivid acomodaba su chaqueta mientras yo trataba de imagina hacia dónde habían ido Sagitas y Coyo. -Debemos buscarlos-Pero ¿a dónde vamos?-Por el camino que han ido ellos, lógico- dijo Elo. Aunque cansados después de todo lo que había pasado en el día, corrimos detrás de ellos por el castillo. Era un gran caos todo aquello, no sabíamos lo que pasaba ni lo que debíamos hacer, excepto seguir a nuestros compañeros para no perderlos. -¡Miren, ahi va Sagitas!- gritó Sheila. Doblamos la esquina tras ella, viendo como desaparecía tras el cuadro de una mujer gorda. -¡Espere! No cierre la entrada, también pasaremos. Nuestra amiga lo ha hecho- dijo Deivid. -Nadie puede pasar a la sala común sin la contraseña-Pero yo soy de esta casa- dije a la dama intentando ser conviencente. -¿Ahh si? Dime ¿la entrada a qué casa es?-Estee.. yoo...-Si fueras de esta casa sabrías la contraseña- puntualizó. -Vaya suerte la de Sagitas ¿cómo entró?, y ¿quién es ese al que seguía?- Deivid parecía enfadado. -Debemos entrar o hacer que salga de allí-

Recién terminábamos de comer, Deivid y Elo tenían ya las heridas curadas y Coyo vigilaba; Sagitas aferraba el libro a su pecho, mientras comía las patatas y yo ayudaba a Sheila a levantar el tiradero de la comida.


Finalmente Coyo nos hizo salir de allí, pues él y Deivid habían ido a investigar qué eran los ruidos que se escuchaban cerca del lugar. Al llegar al lugar donde nos había dirigido el Demon, ocurrió un alboroto; gente iba y venía, y una cabra corriendo en el medio de todo aquél embrollo. Coyo había ido tras de Darla quien quitó un libro a la cabra, y Sagitas se fue tras un chico que enseñaba su pierna. Nos quedamos solos allí, Sheila y Elo se miraban, Deivid acomodaba su chaqueta mientras yo trataba de imagina hacia dónde habían ido Sagitas y Coyo. -Debemos buscarlos-Pero ¿a dónde vamos?-Por el camino que han ido ellos, lógico- dijo Elo. Aunque cansados después de todo lo que había pasado en el día, corrimos detrás de ellos por el castillo. Era un gran caos todo aquello, no sabíamos lo que pasaba ni lo que debíamos hacer, excepto seguir a nuestros compañeros para no perderlos. -¡Miren, ahi va Sagitas!- gritó Sheila. Doblamos la esquina tras ella, viendo como desaparecía tras el cuadro de una mujer gorda. -¡Espere! No cierre la entrada, también pasaremos. Nuestra amiga lo ha hecho- dijo Deivid. -Nadie puede pasar a la sala común sin la contraseña-Pero yo soy de esta casa- dije a la dama intentando ser conviencente. -¿Ahh si? Dime ¿la entrada a qué casa es?-Estee.. yoo...-Si fueras de esta casa sabrías la contraseña- puntualizó. -Vaya suerte la de Sagitas ¿cómo entró?, y ¿quién es ese al que seguía?- Deivid parecía enfadado. -Debemos entrar o hacer que salga de allí-

Foungtan


Foungtan y Shaki habían encontrado a Tamarindo en la enfermería. Luego, los tres salieron en busca de la Señora Pomfrey, escapando de un gran Troll. En el quinto piso, Tamy había tenido sentido una voz en su mente que le decía que la Pomfrey estaba en el séptimo piso, e inmediatamente fueron para allá. Foungtan buscó a la enfermera del Colegio por todo el piso, pero no la encontró. Pero algo aún mejor les apareció. La Sala de Menesteres estaba ahora ante ellos. Entraron. La sala lucía camas de enfermería con sábanas blancas relucientes, grandes muebles con pociones y todo tipo de preparaciones sanitarias. Allí encontraron una Pomada para Pústulas que luego Shaki utilizó para sanar los pies de su amada. Al fondo de la sala, dentro de una vitrina se hallaban 3 frascos de pociones Herbovitalizantes. Foungtan las tomó y dió a sus amigos, quedándose una él, que enseguida la bebió. Shaki guardó la suya,y tomó la de Tamy para ayudar a ella a beber. Tamarindo mejoraba con cada gota que bebía. Luego de esto, los tres jóvenes se dirigieron en busca de su amiga trebolera Amya_An. Para comenzar la búsqueda decidieron que debían iniciar donde sabían que Amya había estado por última vez: la enfermería. Una vez allí, Tamy logró recordar que Amya había salido a ver qué eran los ruidos que se oían. Amya había salido hacia la Sala de Trofeos. Shaki y Tamy siguieron a Foungtan que salió corriendo rápidamente. La sala de Trofeos estaba destruida. Las vitrinas habían sido desbaratadas. Los trofeos estaban rotos y desparramados por el suelo. Al buscar allí, n el suelo pudieron ver un gran hoyo. El piso había cedido. Foungtan corrió rápido a ver si allí estaba su amiga. La cara asustada y preocupada alertó a Shaki y a Tamy que también se acercaron. Efectivamente, su amiga había caído y yacía en el piso inferior. Corrieron lo más rápido que pudieron, con lágrimas en sus ojos, para ver si estaba bien. Buscaron el hoyo en el techo. Estaba en el cuarto de Escobas. Al ver a su amiga trebolera en el suelo, inmóvil, pensaron lo peor. Shaki, desesperado, apuntó su varita: -¡¡ENERVATE!! -Gritó, pero nada sucedió. Shaki tomó la varita de Amya, que la había encontrado en la Sala de TRofeos, y se la dió a su dueña. Muy tristes, se predispusieron a salir al pasillo. Pero un grito de Tamarindo los -Movió un dedo... ¡Lo juro! ¡Juro que la ví! -Amya... -gritó Shaki. Shaki enseguida tomó la poción herbovitalizante y la dió de beber a su amiga. Vació la botellitaen sus labios. Movió un dedo, luego otro. Luego fueron las manos y pies. La joven de a poco comenzó a reaccionar. Foungtan miraba sorprendido, y tomó su botella de poción herbovitalizante, que aún tenía un poco y se la dió de beber a Amya. Con este poco de poción, la joven bruja terminaba de recuperar su estado consciente. -¿Qué sucedió? -logró susurrar ante las miradas húmedas de sus amigos. -Amyaaa...-dijeron todos juntos- Gracias a Dios que estás viva.


Dejaron que se recuperara, y luego Foungtan la ayudó a levantarse. Estaba dolorida, pero de a poco iba pasando. Él la cargó y preguntó a Shaki: -Ahora, ¿qué hacemos? -Vayamos a buscar un refugio. -Ok. Vayamos al lago. Conozco una zona entre las rocas donde nos podremos proteger mientras todo este caos termine. -Esperemos que terminé algún día -agregó Tamy con un tono de deseo pero preocupada por la situación. Los ahora cuatro jóvenes bajaron rápidamente las escaleras. Foungtan cargando a Amya y Shaki ayudando a Tamarindo. Tenían que ir esquivando todo tipo de situaciones que se estaban presentando en el castillo, no querían tener más problemas. Corrieron por los pasillos llenos de escombros. Pasaron las puertas principales del castillo. Dejaron atrás el Colegio en ruinas, y se dirigieron a toda prisa hacia el otro lado del lago de Hogwarts. Allí esperaban poder descansar un tiempo para recobrar el aliento y que Tamy y Amya terminen de recuperarse.

Mitsuki Andrea y Mitsuki se unieron al fin al grupo. Pero com habia la mitad de escobas que personas para montarlas tuvieron qeu viajar de a pares. Ella conducía la escoba y Fernando iba detras tomado de ella, apenas rozandola. A Mitsuki le parecía que al chico el daba un poco de verguenza. -Fer, sostenete fuerte o te vas a caer -Estoy bien, no pasa nada. Entonces solo para divertirse hizo una complicada pirueta, similar a las que realizaba en los partidos de quidditch para cubrir todos los aros al mismo tiempo y Fernando se aferro a su cintura con fuerza. -Asi esta mejor, jaja. Entraron por una ventana del quinto piso, cuyo vidrio había sido despedazado quien sabe por que mago o criatura. Y aun con las escobas en mano empezaron a correr por los pasillos hasta pasar por la estatua de Boris el Desconcertado, se situaron en la cuarta puerta a la izquireda de la estatua y se detuvieron. Todos miraban a Andrea y Liliana esperando qeu abrieran. Tras deliberar muy poco rato dieron al contraseña y al puerta se abrió para ellas. El baño no era como se lo había imaginado. Aparte de lo que normalmente se podía encontrar en un sanitario habían pilas de papeles en todas direcciones, algunas incluso flotando en la enorme tina llena de espuma qeu se situaba en el centro de la habitación.


-Sería más fácil si le preguntamos a la sirena ¿no creen?- les propuso Avril. -Estoy de acuerdo- dijo Golden y se dirigió a la sirena –Perdona, estamos buscando algo que Paracelso dejo aquí hace mucho tiempo, ¿crees que podrías ayudarnos?. Pero la sirena no le hizo caso. Entonces Andrea y Liliana rieron y le dijeron que había una sola manera de que la sirena le contestaa y sin previo aviso lo tiraron al agua. El pelo de Golden se resbalaba sobre su rostro lleno de espuma y Mitsuki no pudo evitar reir. -Andrea- recriminó el chico, y su enfado hizo que el cabello se le tornara rojizo -Lo siento- respondió ella– no pude evitarlo, pero ahora sí, si le preguntas seguro responde

Golden se volvio a la sirena y volvio a formular su pregunta. Esta lo miro atenta pero no respondió. Y cuando ya todos pensaron qeu no iba a hacer nada por ayudarnos ella giró la cabeza y miro fijamente un rincón especialmente vacío del baño. -Que raro- declaró Liliana – nunca le había puesto atención a este punto del baño -Oigan…-dijo Andrea –creo que encontré algo Todos acercaron sus miradas, y en efecto. Uno de lso ladrillos de la pared tenía tallada la ya familiar P de Paracelso. Se sintieron triunfantes. Rapidamente Mitsuki poso su varita sobre la bien trazada letra, pero para su desilusion no paso nada. -Creo que no es como el cuadro, no pasa nada al tocar la letra P, y esta vez no tiene ninguna inscripción - dijo tristemente. -A lo mejor hay que darle algo, como en la cueva.. - Empezó Mateo. -O como tu recuerdo qeu le dimos al marco..- terminó Liliana. -No creo que el hombre vaya a hacer dos veces lo mismo - opinó Andrea - al viejo le gustaba marearnos, seguro esta vez se inventó algo diferente. -Tal vez... tal vez una combinación - titubeó Fernando, y todos lo miraron. Se acerco lentamente al muro y miro los ladrillos - tal vez la combinación mas conocida que existe para abrir un muro. -¿No querras decir?... - Mateo miró a Fernando, y este asintió con la cabeza. Entonces el mago con la túnica de Slytherin empezo a tocar los ladrillos que rodeaban la letra "P" -Tres arriba... dos


horizontales... -susurro. Y todos hicieron un paso hacia atrás cuando la varita de Mateo toco el ultimo ladrillo que se estremeció, se retorció y en el medio apareció un pequeño agujero, que se hizo cada vez más ancho. Pero no llego a formarse un enorme arco abobedado, como en la entrada del Callejón Diagon, sino una pequeña abertura no muy profunda. Avril metió la mano dentro y saco un pequeño cofre de madera con cerradura de plata y algunas joyas incrustadas. Sonriente se lo mostró al resto de lor presentes. -Vaya con tus ideas - dijo una de las prefectas palmeandole la espalda a Fernando - hacer invernar a un oso, abrir un muro con la combinación del callejhón Diagon. Con esas ocurrencias podrias ser algún dia prefecto. Fernando se ruborizó, pero la conversación no llegó a más , ya que teniamos un cofre, pero no sabiamos como abrirlo. ¿O acaso sí? -Andre, dame denuevo el dirio - dijo Mitsuki de pronto y Andrea se lo entregó sacandolo de la mochila. Lo abrió enfrente de todos y les mostró la llave. -¿Pero como? - dijeron todos confundidos. -Es que yo lo reparé poniendole la ultima página - explicó al grupo, y sacó la llave de su contenedor, inmediatamente el libro volvió a brillar y con una sacudida volvieron a salirle las hojas escritas por paracelso, como si nunca hubiera sido otra cosa que un simple diario. - Que ingenioso, yo quiero uno asi - dijo alguien. Mitsuki introdujo la llave en el cofre, todos acercaron su cabeza espectantes esperando ver una de la lave de los fundadores, o la forma de dormir al dragón, fuera lo que fuera, pero algo sorprendente, y tal feu su sorpresa cuando al introducir la llave en el cofre y éste se abrió les revelo.. -¡OTRA LLAVE! - grito Andrea y de su varita salieron chispas rojas -Ya no, me harté de este viejo loco y sus cuentos chinos, yo me voy... Andrea salio dando patadas en el suelo del baño, y todos la siguieron, al fin y al cabo ya no tenian nada que hacer ahi. Golden antes de salir le hizo una reverencia a la sirena todo empapado, y ella le devolvió una sonrisa. Salieron pues al corredor y empezaron a andar sin rumbo fijo, con Andrea refunfuñando improperios hacia Paracelso a la delantera. Caminaban en dirección a la torre norte cuando escucharon unos pasos, y luego una voz mas alta de lo normal y algo etérea. Padrinito, Tontin, acerquensé a la Sala Común cuanto antes... quienes vengan con ustedes que por


favor sean de confianza... tengo algo importante q mostrarles -Esa voz la conozco - dijo Liliana - es de Mica, una alumna de Gryffindor. Pero debe ser un Patronus el que dijo eso, por el eco ese que emite. -Bueno, entonces vamos a la sala común - dijo Mitsuki sosteniendo el pequeño cofre entre las manos - Esta llave debe servir para abrir algo, y tal vez alguien mas lo haya encontrado. Asi se encaminaron a la sala común. Vieron muy adelante suyo caminar a algunas personas. Uno de ellos parecia tener una estatura mínima y otro llevaba puesto un pijama muy llamativo pero con un peculiar estilo que le quedaba demasiado corto. Ambas figuras entraron a la Sala Común de Gryffindor. -¿Ustedes vieron lo mismo que yo? - dijo perpleja - Ese pijama.. -Ah si - dijo Fernando - si no me equivoco era Tontin. -¿Contraseña? - dijo entonces la Dama Gorda que los hizo dar un brinco. -Muy interesante - dijo Andrea , estaba mirando el mapa del merodeador. -¿Eso es la contraseña? - preguntó Fernando sorprendido. -No, claro qeu no - dijo Andrea - Pero miren que peculiar se ve Tontin en el mapa - señalo unos puntitos que se veian todos en la Sala comun: "Legolas""Mica""Keacher"y uno muy particular rezaba "Tontin Dudley", estaba pintado de muchos colores, al parecer incluso en el mapa resaltaba su pijama.

caroliinaa -¡Dame el libro Mamá! - dijo mack. Mistify miró el libro. –Lo que siguió nadie de los allí reunidos podía creerlo, Mistify extendió el libro hacia Mack que abrió la boca con incredulidad y entornó su mirada, sabía que su madre planeaba algo mas o no habría entregado el libro sin preocupacion. - Crazy me llama - levantó la manga de su túnica dejando ver la serpiente impresa en ella Tengo que irme, parece que está en problemas -. - ¿Papá? - de repente Mack abandono su tono de voz y esta vez se la notaba verdaderamente preocupada mientras aferraba el libro entre sus manos.


- Nada que no podamos solucionar, no te preocupes – Mistify - Tú quédate aquí y trata de controlar ese dragón mack tiro el libro a un costado ese no era el que ellos buscaban. -Hay que hacer entrar en razón a mi madre antes de que pueda sacar el libro de aquí. Espero que nos lo de tan pronto lo tenga, pero no quiero correr el riesgo -dijo la mack. todos comenzaron a llamar a sus escobas y yo hice lo mismo, mi escoba estuvo alli en cuestion de segundos y comenze a seguir al resto de los participantes. -¡Vamos, todos arriba! –dijo Mack. Era un lugar parecido Gran Salón, la gran mayoría de los participantes ya había llegado hasta allí, Legolas podía ver a Fernando y a Mistify frente del cuadro, seguidos de varios mortífagos que participaban en el torneo, Orión, Jocker, Sol... también llegaban gran cantidad de participantes. a ver, te lo daré a ti, y espero que se los entregues a los que tienen que tenerlo, si vuelve a pasar lo mismo lo tomaré para siempre y nadie volverá a verlo, y no es una amenaza, es una realidad.- dijo el auror. cuando el auror le entrgo el libro, este se ilumino. cuando una cabra ¿una cabra que hacia alli? le saco el libroa mack. -¡Opugno!- era Darla la que dirigió su varita hacia la cabra, y la cabra le entrgo el libro. - Hemos encontrado una de las llaves. –Dijeron las recién llegadas. - Es pequeña y plateada – dijo Sorce- pero sabemos también que no es una de las que abre el libro. - ¿Una de las que abre? – preguntó Mica. - Si, son varias llaves – dijo Lee. - El sombrero seleccionador dijo que esta es una de las llaves que nos llevará a dar con las demás – dijo Alex. - Ahora tenemos el libro – comentó Sorce. Avril llego con Mateo mostrando una llave que lograron obtener, casi al mismo tiempo Lee y su grupo le acercan a Mack otra llave que ellos descubrieron en el despacho de Dumbledore.


Tamarindo Por fin Tama pensaba que lo que habían vivido estaba a punto de acabarse. Después de esas casi 24 horas estresantes, por fin podían escapar del castillo, del campamento y de La Fortaleza. De por seguro que los cuatro querían olvidar lo que había pasado. Estaba todos aun con la adrenalina fluyéndoles de las emociones vividas, pero querían irse a un lugar donde esperara a que todo pasara. No querían meterse en más problemas. Shaki ayudaba a Tama a caminar mientras Foung llevaba a Amya. Estaban a punto de salir del castillo, pero… ¿a dónde ir después? —¿Qué hacemos ahora? —dijo Shaki. —Deberíamos buscar un lugar resguardado —dijo Tama. —Vayamos al lago. Conozco una zona entre las rocas donde nos podremos proteger mientras todo este caos termine —dijo Foungtan, poniendo rumbo ya hacia el lago. Salieron lo rápidos que pudieron y al llegar al lugar donde Foung decía, notaron que estaba desierto. Era como si en aquella zona no hubiera habido nada durante todo ese tiempo. El ambiente era tranquilo, solo perturbado por los lejanos ruidos de todo lo que pasaba del otro lado del lago. Foung recostó a Amya_An en el suelo, apoyada sobre unas rocas y se sentó junto a ella, intentando comprobar que se recuperaba. Y de echo si que lo hacía, ya que se le puso a contar todo lo que le había pasado desde que abandonara la enfermería por ultima vez. Mientras tanto, Shaki y Tama se fueron un poco más lejos, se sentaron sobre unas rocas y miraron hacia el horizonte. Luego se miraron el uno al otro y se sonrojaron un poco. —Vaya día, ¿no? —dijo Tama por decir algo. Pero Shaki simplemente la miraba fijamente. Estaba radiante de alegría por tener un momento a solas con su amada y simplemente quería acabar lo que había empezado hacía un rato en una cama de la enfermería de la Sala de los Menesteres. —¿Sabes? —empezó Shaki—. Ahora creo que tenemos tiempo para algo pendiente. La chica simplemente sonrió. Estaba esperando que ese momento llegara con ansias. Todo su cuerpo se estremeció, pasó uno de sus brazos por el cuello de Shaki y… Se besaron. Por fin se besaban. Por fin podían hacerlo.

Sheila Longbottom


Todos interrogaban al busto ya que Barnabas no quería decir nada. Y cuando alguien sugirió que igual no lo tenía, todos empezaron a dudar. Le quitaron las cuerdas de la boca y le rogaron que dijera algo; solo dijo que si tenía el libro.

-Eso nosotros no podemos afirmarlo- dijo Sheila desafiándolo. Ese comentario lo hizo enojarse y después de amenazarlos de que no hicieran nada se los enseñó. Era un libro antiguo, rojo como la sangre aunque ahora apareciera desteñido. En el centro un gran pentác*** dentro de un círculo resaltaba con un grabado profundo y en las esquinas tenía unos remaches en material de plata. Todoss empezaron a preguntarle para que eran las ranuras que tenía a los extremos de la estrella y por que tenía tantas..

-¿Es obvio no? Tiene cinco cerraduras, por lo tanto necesita cinco llaves para abrirlo- puntualizó Sheila ya que los demás al parecer no entendían. -¡Caray, Sheila sí que es lista!- dijo Sagitas con una cara de asombro y haciendo reir a esta. Le preguntaron quien era el heredero, aunque Sheila ya había dicho que era Harry Potter. El no les dijo el nombre, contestó que el lo reconocería por tener una serpiente que se moviera en su brazo; en pocas palabras un mortífago.

-Sí, sólo ellos tienen la marca grabada en el brazo- agregó Sheila un poco desilucionada. Sagitas con mucho miedo, se quitó la capa y estiró su brazo. Todos se sorprendieron con eso, muchos ya no recordaban que Sagitas había sido mortífaga y por ejemplo Elodia, ni si quiera lo sabía. Barnabas pidió disculpas por no haberla reconocido y le dio el libro sin ningún problema. Ella se lo trató de dar a Coyo-t, pero Sheila se interpuso en antes de que él lo tocara.

-No, Sagitas, sólo el heredero puede tocarlo. Nosotros precisamente somos lo contrario y vete a saber que nos pasaría. Lo abrazó con todas sus fuerzas como si ahora fuera parte de ella. Todos empezaron a pensar que harían ahora, necesitaban las llaves y lo mas probable es que las tuvieran Circe, Morgana y Merlin.. los organizadores. Irían al castillo a buscarlos, pero después de comer algo que a Sagitas le urgía. Deivid recordó que Eli traía comida en su mochila y ésta fue corriendo a buscarla, la había dejado abandonada cerca de donde estaban las copas. Mientras, Deivid encontró una imagen de Ariana Dumbledore que se le hacía conocida por los libros de historia. A todos les pasó el mismo pensamiento por la cabeza, ese cuadro era un pasadizo..


-Entonces mis queridos camaradas, este cuadro nos podría conducir a un lugar más seguro- añadió Sheila. Deivid entró primero y Coyo-t al final cuidando por si cualquier cosa. Caminaron por unos cuantos minutos y mientras Eli aprovechó para avisarle a Darla por un patronus que estaban bien y que tenían algo valioso con ellos. Por fin se toparon con una puerta de madera que se abría al girar una perilla. Entraron a un lugar que a primera vista parecía la enfermería, pero no lo era. Había sillas, camas, unas mesas y material de curación. Deivid se acercó a curar a Elo mientras Sheila repartía toda la comida de Eli equitativamente. Todos quedaron satisfechos con su parte menos la chica de cabellos morados quien preguntó si no había algo mas.

-Lo siento repartí toda la comida, no deje nada para después– contestó Sheila enseñando la mochila vacía. Se esucharon unos ruidos afuera y Coyo-t con Deivid salieron a ver que pasaba. Regresaron diciendo que tenían que salir de ahí, así que recogieron sus cosas rápidamente y abandonaron el lugar. Caminaron por los pasillos donde se encontraban a varias personas, casi nadie les ponía atención por que todos iban sumidos en sus pensamientos. Sagitas seguía abrazando muy fuerte el libro y Sheila iba pensando en su equipo. De pronto todos regresaron a la realidad cuando escucharon ruidos y vieron a una cabra correr con un libro muy parecido al que tenía la chica de cabello morado. Todos decían que ese era el real, así que se dieron cuenta que Barnabas los había estafado. Por un momento todos se desilucionaron teniendo ganas de regresar al museo para reclamarles. Sagitas y Coyo-t fueron con Darla que manejaba a la cabra con un oppugno. Los demás se quedaron pensativos en el mismo lugar. De pronto Sagitas desapareció detrás de un chico con unos pantalones que parecían ser muy cómodos. Eli, Elo, Deivid y Sheila decidieron seguirla pues no querían que se perdiera por ahí. Además debían analizar el libro falso. Corrieron detrás de ella por todo el castillo, parecía enamorada de ese chico, por que aunque le gritaban de cosas no les hacía caso y su mirada no cambiaba de lugar.

-¡Miren, ahi va Sagitas!- gritó Sheila cuando la vio doblar una esquina. Al llegar a esta los cuatro solo pudieron ver que desaparecía detrás de un cuadro.


Intentaron entrar pero el cuadro de una dama gorda no las deja si no decían la contraseña. Ni si quiera sabían de que casa era la sala común y tampoco sabían como le había hecho Sagitas para entrar pues era una Huffie. -Ya se! Deivid, finge que eres ese tal Tontín. Si te esucha Sagitas regresará- dijo ingeniosa Elo. -Oh! Soy tontín, que cómodos son mis pantalones- trababa de imitar Deivid, solo que no escuchaban a nadie venir detrás del cuadro. -¿Tontin? ¿eres tu?- preguntó de pronto Sagitas y la entrada se abrió -¿Tontín? ¿donde está?

-Sagitas, dinos cual es la contraseña..- dijo Sheila un poco desesperada. -¿Contraseña? Aaah si.. es "Tontín el BienAmado"- todos se quedaron extrañados con lo que dijo, pero el cuadro se cerró evitando que ellos entraran y no pudieron decirle nada mas. -Tontín el BienAmado- dijo Eli muy segura. -Los han engañado, esa no es la contraseña. Dejen de insistir que nunca la adivinaran- contestó la del cuadro muy pesimista. -Ahh! Sagitas! ¿Que tiene él que no tenga yo?- susurró Deivid a lo bajo pero todos lo escucharon. wolf nino me quede esperando en el séptimo piso a ver que dem..entores así yo ahí parado haciendo nada, mi patronus enviado en busca de ayuda que de ayuda no fue nada por de igual manera no sé que peligro tenía este piso puesto que la revista que vi no era otra cosa que una alucinación mía probablemente provocada por el exceso de comida que ingerí en mi corto pero productivo tiempo en la cocina... seguramente mi patronus dejó de ser un lobo y se convirtió en lechuga, mi lechuga inútil que se pierde más fácil que el triángulo de las bermudas por lo que me imagino, pienso, supongo, deduzco que no llegó a su destino razón por la cual nadie vino a buscarme, cansado y aburrido de la situación me lanzo directo y sin escalas *bueno si algunas hasta averiguar dónde realmente estoy

* hacia la Sala Común de

Gryffindor... igual y estará vacía digo todo el mundo está loco buscando no sé qué cosas. Tarde pero seguro, llegué a la Sala Común y vaya mi sorpresa estaba atiborrada de gente, incluso alumnos de otras casas...


- Por las barbas de Merlín, si Godric viera esto se infartaría - algunos de los alumnos voltearon a mirarme, será que no debí mencionar al barbón puesto que mucha culpa tiene de que ninguno de nosotros haya dormido como es, y comido creo que solo yo jajajajaja Cómo para variar mi herencia no me permite enterarme de lo que sucede, me voy hacia un rincón de la sala intento escuchar algo de lo que treman y dicen pero tanta gente me impide captar alguna idea completa, entre la multitud alcanzo a ver a Lili con algo en las manos, a Mica, Tontin, Kea, algunos de los organizadores, algunos tantos rostros que he visto por ahi pero no relaciono con los nombres *vaya que mi hamster nomas no da una

* contento

de verlos bien, no digo que sanos por que no sé en qué condiciones están, pero están ahí, aií que lo demás después me enterare joselinjim

El cofre llamaba mucho la atención del que lo miraba, y era además muy bonito. Luego de enseñárselo a sus amigos y de discutir un rato teorías de que podría contener decidieron llevarlo con ellos, después de todo mas vale prevenir que lamentar. Salieron de la sala, aún pensando que podría contener el cofre. Intentaron abrirlo por todos los medios, probaron con Alohomora y demás hechizos, también utilizaron la varita como llave pero nada parecía funcionar. Decidieron salir e intentar abrirlo luego que estuviera fuera de la cámara. Con el Accio llamaron a sus escobas, se montaron en ellas y en fila subieron por el túnel. Ya cuando se encontraban en el baño estaban mas esperanzados, habían logrado salir ilesos de aquella situación, y además habían encontrado algo que posiblemente les sería útil en algún momento. Josi no se percató que el baño seguía inundado de agua hasta que colocó sus pies sobre el suelo, y eso hizo que terminara de arruinar sus pantuflas. Se dirigió a la puerta, la abrió y asomó su cabeza, mirando a todos lados a ver si había alguien que los pudiera estar observando; al no ver a nadie salió encabezando el grupo, haciendo señas a los demás para que salieran detrás de ella. A medida que recorrían los pasillos notaban que todo estaba en extrema calma y tranquilidad. - ¿Dónde están todos? – preguntó Josi con extrañeza, sorprendida de la ausencia de tantos

estudiantes. - ¿se habrán ido a algún sitio? Vio a sus amigos igual de confusos que ella, y decidió que debían seguir buscando a alguien por todo el castillo que les pudiera decir donde estaban los demás. Pasaron gran cantidad de pasillos, reconociendo y saludando a algunos de los cuadros que se cruzaban en su camino. No sabían muy bien adonde ir, caminaban sin un rumbo fijo hasta que vieron a alguien. - ¡Todos deben ir a la Sala Común de Gryffindor! ¡Sin excepción! – dijo una chica que pasó

gritando unos cuantos pasillos a su derecha. Todos voltearon y Kris salió corriendo detrás de


ella. - ¡Espera! – le gritó Kris mientras todos la seguían - ¿Quién te dijo eso? ¿Qué hay allí? ¿Ocurrió algo? – agregó doblando en el pasillo por el que la chica había entrado segundos

antes, pero no obtuvo respuesta porque cuando todos llegaron al pasillo, estaba desierto. - ¿Dónde se metió? – dijo Elvio confuso. - No lo sé, pero deberíamos ir a la Sala Común de Gryffindor a ver que sucede. – agregó Josi. - Está bien. ¿Alguien sabe donde queda? – dijo Kris mirando a todos lados a ver si la chica

aparecía de nuevo. - Si, está en el séptimo piso, detrás del cuadro de la Dama Gorda, ¿no lo recuerdan? – comentó

Elvio. Todos asintieron y salieron corriendo en dirección al séptimo piso. El camino fue desesperante, debido a los constantes cambios de las escaleras; parecía que mientras mas se acercaban a su destino, más obstáculos aparecían. Cuando por fin llegaron al retrato se percataron de que Sheila estaba justo en frente de él, detrás de un grupo de estudiantes que pasaban por el agujero que daba a la Sala Común de los leones. Su atención estaba fijada en ella, a la que tenían horas sin ver, hasta que se oyeron los gritos de un par de alumnos que exigían se les diese la clave para ingresar a la sala. Josi volvió a fijar su atención en Sheila, y corrió hacia ella seguida de sus compañeros. Todos la abrazaron, contentos de al fin volver a verla. Orión Black Pero quien te crees. –Dijo apuntando hacia el cuerpo de Hades. Sin embargo, el Demon Hunter ya había reaccionado. Sus manos se pegaron a la cabeza y sus visiones comenzaron a llegar. Era realmente extraño, demasiado para ese momento, ya que nunca experimentó una recepción de imágenes tan grande. Imágenes como en una película le llegaban a la mente. El baño de prefectos, la Dama Gorda, una gran “P”. Imágenes que ni siquiera podía descifrar o detenerlas para explorarlas profundamente. Nuevamente los ojos de su líder y por último un rayo ¿Un rayo? En ese momento Black hubiese querido, que solo fuera una premonición. El rayo lo golpeó de lleno, arrastrándolo o más bien, lo había volado hacia la pared. Su respiración se cortó por unos segundos. Estaba paralizado y además no quería levantarse del suelo en ese momento. Tras unos segundos, escuchó la voz de Mateo. Jadeó con la cabeza y apretó su mano para reincorporarse. Ahora, cayó con una pregunta ¿Ir o no ir? Otro fuerte dolor le llegó en el centro del cerebro. Las mismas imágenes habían llegado por unos segundos.


- Ahhh. –Se quejó apretando sus manos contra su frente. Una sirena, el baño de prefectos ¿Un cofre? Llaves, llaves que caían del cielo. Todo era tan confuso, excesivo, descomunal, desmedido… Ahora se encontraba en una pradera, una simple lluvia rojiza. Obviamente era sangre, levantaba sus manos, era la primera vez que tanto miedo de daban aquellas adivinaciones. Cerró los ojos, no entendía nada. Si iba con Mateo, podía ocurrir lo peor, pero si se quedaba con sus líderes, tendría el mismo destino. El colacuerno húngero del torneo apareció de la nada, desprendió una llamarada; no podía creerlo porque era tan real, mas al instante del contacto con el fuego maldtio, este volvió a pisar tierra. - ¿Vienes? –Preguntó el Slytherin. - ¿Qué? –Toda aquella secuencia había durado tan solo dos segundos. - Ir a buscar el libro para entregárselo a Mackenzie y a Antara. Una gorda gota se le resbaló por su frente, identica a la que había aparecido en el incicio del ataque.- Yo… -Todo el grupo lo miraba. No podía concentrarse, tampoco quería defraudar a su equipo ni siquiera se le ocurria pensar en el rechazo de la Marca. - Me quedo. - ¿Te quedas? –La voz volvió al instante de su decisión. - ¿Algún problema? - Si, nos matarás a los dos. - ¿Desde cuando somos dos? Su equipo lo miraba raro ¿Estaba hablando solo? Se dieron vuelta y dejaron al Mago Oscuro con su extraño monólogo. - Sabes lo que ocurrirá al final. Todo terminará mal, sea cual sea tu camino. - ¿Entonces para qué elegir? - Al menos te quedará mucho más tiempo para respirar este sucio y mugriento aire. - Si tanto lo insultas ¿Para qué respirarlo? - Dios contesta ¿Por qué tuve que renunciar a mi cuerpo? - Pues, ahora Orión está en el mando y Orión pone las reglas del juego. –Sentenció el ojiazul. Se limpió un poco su túnica, era hora de acabar con varios aurores. Liliana Ánderlin Después de innumerables peligros, y pasar tremendas fatigas se abrieron paso hasta la SC de Gryffindor. Eran un grupo un tanto extraño, pero eso no los detenía, llegaron a la Sala sin mayor inconveniente.


-¿Ustedes vieron lo mismo que yo? – Comentó Mitsuki tras divisar a lo lejos un grupo de alumnos- Ese pijama.. -Ah sí – comento Fernando - si no me equivoco era Tontin. -¿Contraseña? – la señora del retrato haciendo su trabajo de guardiana pidió la contraseña que hacía imposible para nadie que no fuera gryffindor la entrada en la Sala Común haciendo que se sobresaltaran. -Muy interesante –Comento Andrea haciendo que se olvidaran por un momento de la Dama gorda y se centraran en ella. -¿Eso es la contraseña? - preguntó Fernando sorprendido. -No, claro que no – contesto la chica- Pero miren que peculiar se ve Tontin en el mapa - señalo unos puntitos que se veían dentro del recinto de la torre: "Legolas""Mica""Keacher"y uno muy particular rezaba "Tontin Dudley", estaba pintado de muchos colores, al parecer incluso en el mapa resaltaba su pijama. Esto hizo que los chicos se echaran a reír una vez más, el grupo que acababa de unirse a ellos los miraba como si estuvieran locos, ¿no seguían en peligro? ¿Cómo eran capaces de reír de esa manera?. -¿Y como se supone que entremos si no tenemos la contraseña?- comentó Mateo deseoso de terminar con aquel tema de una vez por todas. Lili esbozó una sonrisa y dirigió sus verdes ojos hacia Andrea -¿puedo?. -Todo tuyo compañera- contesto la vampiresa con una sonrisa- chicos han de acompañarme un momentoTodos la miraron sorprendidos pero la acompañaron dejando a Lili sola ante el retrato. -Hola buenos días- Lili dibujo su mejor sonrisa. Era la primera vez que haría eso desde que había sido nombrada. -Buenos días señorita sin la contraseña no los puedo dejar pasar-Lo se, no se preocupe usted, debería presentarme, soy Liliana Ánderlin, la nueva prefecta de GryffindorLa mujer del retrato la miró con excepticismo un momento- es cierto que me informaron que había una nueva prefecta, y si se que eres Gryffindor, te conozco desde que llegaste a este colegio, tu compañera es Andrea…- la señora parecía sumida en sus cavilaciones y Lili comenzaba a perder la paciencia. -Está bien señorita, pero no todos ustedes son de Gryffindor-


Lili puso su mejor cara de niña buena y contestó. -Me he dado cuenta, pero concordara conmigo en que nos encontramos en un momento de máxima urgencia en el que todos debemos estar unidos, la unión entre las casas es importante, estoy segura de que una persona tan inteligente como usted piensa igual que yoLa señora la miró de arriba abajo, había dado en el clavo, el ego de ese retrato era de sobra conocido, y no dejaría pasar la oportunidad como que no estaba enterada de la situación. -Muy bien señorita la contraseña es “patata podrida”- hizo una mueca de disgusto y Lili la miro sorprendida, ¿de donde había sacado una contraseña así? Prefirió no preguntar y con un ademan hizo que los demás se acercaran. Andrea lucía una gran sonrisa- ¿Y bien?-todo en orden compañera- y el retrato se abrió ante sus ojos dejando a la vista la acogedora sala de los leones, allí se encontraban Mica y Legolas, la primera con un cofre en la mano mirando a quienes entraban. Tontin y keacher revolvían un montón de llaves en el suelo. Sagitas ponia ojitos de cordero degollado a tontin, parecia que le gustaba su pijama. Lili dibujo una gran sonrisa al verlos, entro delante de todos los que la acompañaban, sus compañeros estaban bien, aunque lo supiera hasta ese momento no había estado tranquila, se lanzo sobre ellos, despeino al elfo, le planto un besote a Tontin, abrazó a Mica , saludo a sagitas , a todo el que estuviera dando vueltas por alla y terminó justo delante de Legolas, ¿Dónde estaban pin y su lobo? ¿y pinca? -Hola, ¿sabes? Te extrañe- y sus ojos verdes se clavaron en unos exactamente iguales.

leankaus Al entrar en la Sc de Gryffindor quede sorprendido de lo increible que estaba. Los colores, la chimenea, los cuadros, nunca pense que los Gryffis tuvieran tan buen gusto. Enfrente nuestro estaban Mica y Legolas, la primera con un cofre en la mano mirando a quienes entraban, Tontin y Keacher revolvíendo un montón de llaves en el suelo y parte del equipo Veelas a dos velas. - Supongo que debemos esperar un poco que llegue mas gente no?- Les pregunte. - Y si, Leankaus, pero como hicieron para entrar? Nosotros tuvimos que hacer entrar en razon a la Dama Gorda, ustedes?- Me pregunto Kea.


- Mmm, Nick Casi Decapitado nos dejo entrar cuando nos vio hablando con la Dama Gorda fue un poco comico jeje. Asi que aqui estas las tan preciadas llaves y los cofres?-Le pregunte a Legolas. Seguimos hablando un buen rato esperando que mas gente llegase. Cuando llegaran todos empezariamos a descubrir como resolver todo el enigma.

Xhiio Habían pasado los minutos que estimé convenientes, era un tiempo prudente, pero mi compañero no regresaba de las profundidades del lago. A decir verdad, estaba preocupada por él. Por lo que, decidida, blandí mi varita y realizé el hechizo cabeza burbuja, acto seguido me sumergí en el lago que estaba más helado de lo que creía posible, mas no me importó. Nadé en la dirección contraria a la qe venían algunos peces y otros animales marinos que allí habitaban, pues sabía que debían estar huyendo de algo y concluí que ese "algo" sería Gode. Y estaba en lo cierto. Encontré a mi amigo, se había desmayado, al parecer había colisionado con una roca cercana, le practiqué el hechizo cabeza burbuja, esperaba no haber llegado demasiado tarde a su encuentro, me regañé internamente por no haber acudido antes. Lo llevaba a nado de vuelta a la superficie. Cuando había avanzado unos pocos metros me dí cuenta que algo brillaba en e fondo del lago, me acerqué. Sí, Gode había encontrado la llave. Me alegré enormemente, pero no por completo, pues mi amigo yacía inconciente en mis brazos. Volví para buscar la llave y salir lo antes posible de ahí, para corroborar que mi amigo estuviese bien. Tomé la llave y en ese momento, al menos diez grindylows aparecieron de la nada. -Relashio, relashio, relashio - decía, apununtándole a cada uno de ellos y continuando mi huida - Relashio Ese era el último, ya se podía ver algo de luz de la superficie. Apresuré el ritmo de mi nado. Ya en tierra firme, y completamente mojados, deshice el hechizo cabeza burbuja. - Oh, no, Gode. Despierta, despierta. - Dije desesperada. - Vamos, reacciona o... o... ¡o le digo a Hagrid que venga a hacerte respiración boca a boca! - Pero no despertó, fue en ese instante en que me acordé que era una bruja y que había un hechizo para volver conciente a una persona - Qué torpe soy... ¡Ennervate! - Mi amigo reaccionó al instante y un montón de agua salió disparada de su boca. - ¿Qué pasó? - Dijo algo desorientado, al cabo de unos segundos volvió a hablar, ya había vuelto en si - La llave ¿La tienes? - Sí, la encontré cuándo te estaba sacando del lago - Le respondí, aliviada de que estuviera bien. De pronto, vi que algo se acercaba a nosotros, pero no me dio miedo, pues sabía que era un patronus corporeo. - ¡Mira, Gode! - Le dije sorpresivamente a mi amigo y este se giró rápidamente, temiendo lo peor. Quizá estaba algo paranoico. Cuando estuvo más cerca pude ver su forma y lo reconocí al instante. Era el conejo de Xheli. El patronus se dirigió a mí - Xhiio, ve al aula de encantamientos, hay unas runas para que descifres - Dicho esto se fue. Gode y yo nos miramos y nos fuimos corriendo hacia el castillo en busca de nuestras compañeras.


*** LLegamos al aula de encantamientos, Xheli, Mela y Kira nos esperaban ahí, charlando animadamente sobre chicos guapos, muy típico de ellas. - ¡Gode, Xhiio! - dijo Xheli y corrió a nuestro encuentro. - ¡Xheli! - Dije - ¿Qué runas...? - Oh, sí. Vengan, aquí- nos indicó. - ¿No nos van a preguntar dónde estuvimos? - Dijo Gode. - No hay tiempo, Gode - Dijo Mela. - Pero sí para hablar de Robert Pattinson en su última película ¿no? - Dije entre risas, mientras contemplaba el pergamino con unas runas. - Jaja - rieron todos - Bueno, si quieren saber, hemos encontrado una llave en el lago - Dijo Gode, mostrándoles la llave plateada - quizá cuánto tiempo llevaría ahí, pero no está para nada oxidada. - Eso explica por qué estan mojados - Dijo Kira, tratando de contener la risa. - Sí ¿Por qué más iba a ser? - Dije. Mis amigas no aguantaron más y estallaron en carcajadas. Les dediqué una de esas miradas asesina. - Ya, ya. Guardemos la compostura - Dijo Xheli al mejor estilo de los Sa-Sá - Más tarde habrá tiempo de dar explicaciones. ¿Qué dice ahí, Xhiio? - Dice... - Comenzé - "La misma llave es... esconde una pista. Mírala bien". ¿Mírala bien? Okay, Me dediqué a observarla un rato, pero no comprendí nada. Y, por supuesto, esta llave no era la única llave que estaba escondida en el castillo. Tampoco sabíamos si el pergamino era autentico o era una trampa. - ¡Eso es! - Dijo Gode - Miren eso - Apuntó con su dedo índice a algo en forma de serpiente enroscada que estaba dibujado en la llave - ¡Hay que ir a la cámara de los secretos! - exclamó Xheli.

Darla Potter Black Darla se había dejado llevar por su cansancio, juraría que hasta se había dormido en esa silla, pero aún medio dormida alcanzó a ver como la mayoría iba abandonando el lugar, estaba cansada de correr de aquí para allá y que la atacaran lobos, Pogrebins y mantícoras, sin contar con que casi la quemaban y luego por poco moría ahogada… bueno, moría, era una forma de decir, pensó la vampiro. - Darla… La voz de Sagitas sonó algo distraída. -- ¿Tú sabes de qué casa es Tontín? Ella no tenía ni idea y solo tuvo fuerzas para encogerse de hombros y siguió recostada, unos segundos…. Juraría que estaba soñando… pero el zarandeo de Sagitas la volvió a la realidad –Ey – intentó protestar pero ni fuerzas tenía --Necesito saber cuál es la casa de Don Piernas Bonitas.


Murmuró Sagitas antes de soltarla y salir en la búsqueda de su Romeo…. Darla suspiró, que suerte que tuviera lugar para el romance, escuchó con los ojos semi cerrados las preguntas de Sagitas y cómo por fin averiguaba que su "enamorador" era un león… La auror siguió un rato recostada y pensando… Gryffindor… Gryffindor… por qué le sonaba tanto? No que fuera est****a y no supiera quién era Godric, ni que no supiera que era una de las cuatro casas, ella era tejona, de Hufflepuff, pero se quedó pensando, alguien había mencionado algo, en medio del caos, lo había escuchado… ¿o lo había soñado? No supo cuando tiempo estuvo en sopor así, sin tener nada en mente ni saber que hacer, con un libro en cuya tapa un Pentateuco requería cinco llaves, que no eran las que habían encontrados, según había oído mencionar por ahí… el perdón, la redención…. Liberación… recuerdos… sabiduría… Darla se puso de pie, ¿dónde se había metido el universo? Bueno, mejor dicho por lo pronto ¿dónde se había metido Sagitas? La Sala Común de Gryffindor… sacudió su cabeza, posó su mano sobre el bolsillo oculto en sus ropas y varita en mano decidió ir hacia allí… se sentía mejor… pero algo la preocupaba… ¿Qué diantre iba a hacer con el libro? Al llegar al lugar, subió las escaleras del Colegio, seguía atenta a cualquier aparición, pero esta vez ninguna bestia la atacó. Cuando por fin llegó al lugar que buscaba se sorprendió, un grupo de jóvenes esperaba afuera, frente al cuadro de la Dama Gorda, que parecía para nada dispuesta a franquearles el paso. De repente Darla, reconoció a algunas de los integrantes del grupo, Eli, Elo, Deivid y Sheila. Tres de ellos eran aurores, eso la hizo sentir más tranquila y la cuarta era su pequeña compañera. También alcanzó a distinguir a otro grupo, cuyas insignias (ó lo que quedaba de ellas en las ropas) parecían ser del equipo de Sheila, no conocía bien quién era quién pero debían ser Elvio, Jos y, Kris, ó sería Rosa? Bueno, no importaba, volvió a fijar su atención en Elodia -Elo!!!! Por fin te veo!!! Gracias a Dios que estás bien!! Darla corrió a abrazar a su compañera de los Rizos y Moscas, feliz de por fin reencontrarse con ella, claro que ahora había perdido a Sagitas y seguía sin saber nada de Coyo-T pero bueno, paso a paso… -Lo siento – dijo soltando a la pobre Elo ante un gesto de dolor por su contundente abrazo – ehhh… ¿qué sabes de Coyo? Yo acabo de perder a Sagitas Y sin querer sintió que sus mejillas tomaban algo de color… no sabía bien por cuál de sus dos compañeros mencionados…


-Ahhh… Buen…, mejor mando a llamar a Coyo, lo último que le mandé decir le habrá preocupado. Darla se alejó un poquito del grupo, manteniéndose cerca de la puerta de la Sala Común de Gry y haciendo una floritura murmuró una vez más -Expecto Patronus Nuevamente una niebla grisácea salió de su varita formando el doberman patronus de Darla, la joven le acarició el espectral cuello y le dijo con voz suave. -Busca a Coyo-T y dile que todo está bien ahora, estoy con Elodia a las puertas de la Sala Común de Gryffindor, que venga para aquí. Apenas terminadas las palabras de la auror el animal salió corriendo del lugar. -Listo – murmuró la joven y se volvió a mirar el cuadro de la Dama Gorda…

goderic slithering

¡Hay que ir a la cámara de los secretos! - exclamó Xheli

Pss..vamos ¡En qué topamos ? - dijo kira

Los chicos fueron al baño, en el trayecto no sucedió nada especial, sólo se veía gente corriendo, pero eso ya era normal en el ambiente. Al llegar al baño el profesor que habían dejado allí ya no estaba.

¿Quién se lo habrá llevado? - comentó el chico

¿A quién ? - preguntó Mela

Al profesor, ¿No les contamos? - dijo Xio

No... -dijieron al unísono. Aunque era obvio, no nos dejaroncontar nada.


Bueno, en todo caso, no era relevante - dijo el chico

De repente se escuchó algo, los chicos se sobresaltaron y levantaron sus varitas.

¿Myrtle? - aventuró Gode

Godesiin - exclamó contenta Myrtle - ¿Quiénes son estas? - añadió

¿Cómo que estas? - exclamaron indignadas

No se exalten - las calmó el chico - Bueno , si nos permites Myrtle vamos a la cámara secreta.

¿Ustedes tambien? Acaban de salir un grupo de personas - Dijo Myrtle

¿Sí? ¿Qué se llevaron? - dijo Xio entusiasmada, pero Myrtle la ignoró

Myrtle, ¿me podrias decir que se llavaron? ¿Y a dónde? - dijo cariñosamente gode

Claro, parecía un cofre y dijieron algo sobre el séptimo piso - contestó

Gracias Myrtle, te debo una - dijo el chico.

¡Bueno, gode deja de coquetear y vámonos! - exclamó la kira.

Los chicos salieron del baño, camino al séptimo piso se encontraron con Pitapatafrita.

Holas chicos - exclamó alegre el chico

Hola pitapatafrita - dijo Xio,los otros chicos saludaron con la mano

¿Cómo está mi arroz? - dijo pita a xio.

No me digas arroz - dijo ofendida Xio


Yo te digo como quiera - respondió Pita

Por lo menos ella no tiene nombre de patata podrida - la defendió Gode

En ese momento, y sin que se hubiesen dado cuenta estaban frente al cuadro de la Dama gorda

Esa es la contraseña - dijo la Dama Gorda, abriéndole el camino a los seis jóvenes.

Los chicos sorprendidos entraron a la sala común, al ver que había mucha gente allí adentro.

caroliinaa porfin habia encontrado a alvaro en un pasillo luchando contra unas criaturas, ron y yo lo ayudamos a deshacerse de ellas y luego comenzamos a subir rumbo al septimo piso.

llegamos en el momento que un chico de adelante nuestro decia -Por lo menos ella no tiene nombre de patata podrida.

Esa es la contraseña - dijo la dama gorda y los dejo pasar.

me acerque al cuadro seguida por alvaro y ron y dije - patata podrida.

-adelante- dijo la dama gorda abriendose para dejarnos pasar.

dentro de la sala pude ver al grupo de chicos que habia entrado delante nuestro y a otros chicos entre ellos a mica que sostenia un cofre y a legolas, ¿que estaria pasando?

me acerque a legolas seguida por ron y alvaro y le pregunte a -¿que sucede?.

legolas me miro, luego miro a mica y no dijo nada.

paso un rato parecieron horas pero probablemente no ubieran sido mas que unos


segundos, queria saber uqe pasaba pero legolas no me habia respondido y el otro grupo de chicos tampoco parecia saber porque mica tenia el cofre y no lo soltaba.

Mitsuki Luego de una pequeña conversación de Liliana con la dama gorda esta los dejo pasar, incluidos los que no eran de la casa. Una vez adentro encontramos a Mica y Legolas que tenian un cofre en la mano. Sentados sobre un monton de llaves estaban Keacher y Tontin con su pijama sensualmente pequeño para su cuerpo.

-¡¡Kea!! - Grito Mitsu, y se abalanzo sobre el elfo para abrazarlo con fuerza- desde que había empezado esa travesía había esperado encontrar un amigo por el camino, y allñí estaba al fin uno de los mas queridos -no sabes lo que queria ver uan cara conocida.

-Claro, y yo soy una pieza de ajedrez empijamada - dijo Tontín. Entonces Mitsuki lo saludó tambien a él. Despues de todo era uno de sus compañeros de duelo favoritos.

Al momento entro otro grupo de chicos, algunos tambien de otras casas

- Supongo que debemos esperar un poco que llegue mas gente no?- preguntó uno de ellos.

- Y si, Leankaus, ¿pero como hicieron para entrar? Nosotros tuvimos que hacer entrar en razon a la Dama Gorda, ustedes?

Y asi comenzaron a entablar conversaciones todos los presentes. Sobre como habian entrado, como habían llegado hasta allí, sus quemaduras, lastimaduras y los acertijo y obstáculos puestos en su camino. Llegó un momento en que la Sala Comun de Gryffindor estaba abarrotada de gente, con insignias verdes, amarillas, azules y rojas, nunca se había visto nada igual... tontin dudley


Una vez Lili me plantó el beso en la frente, pensé que lo peor había terminado. Y no me refiero sólo al beso, bastante malo, me refiero a los acontecimientos con los que habíamos lidiado aquella larga noche y parte de la mañana. Los objetivos estaban cumplidos. Había conocido a Merlín, junto a keacher éramos los que habíamos encontrado más llaves (cerca de 60), teníamos la llave del cajón de la ropa interior de Mack, Mateo se había enamorado de mí, y había descubierto gracias a Mica un nuevo diseño aun más cómodo de mis pantalones de pijama. A muchos de nosotros se nos cerraban los ojitos. El cansancio podía con nosotros, y los bostezos eran la banda sonora de la sala común de Gryffindor. ¡Y mañana era lunes! Clase se historia de la magzzzzzzzzzz z z z z z z z z z z z z . . .

Vacas dando volteretas en un campo verde. Merlín, Circe y Morgana correteaban entre las amapolas cogidos de la mano, mostrando sus perfectas dentaduras brillantes al reír. Los niños hacían volar sus cometas con forma de Mary Poppins y los Jobberknolls jugueteaban con ellas. A un niño de primer año de Gryffindor se le cayó al suelo el bocadillo (de calabaza, que era casi lo único que se comía en Hogwarts, calabaza), y un chico de séptimo año de Slytherin compartió su desayuno con él. Severus Snape contaba un chiste verde a McGonagall, y esta hacía el pino puente para celebrarlo. Todos ellos vestían unos preciosos pantalones de pijama, mitad pantalón corto, mitad pantalón largo. Un arcoiris de 2.000 colores nos envolvía en un abrazo de mádre, mientras el pan caliente...


Un codazo me despertó. - Eh, tú, que va a hablar Mackenzie.

Amya_An Oh!, por supuesto … pensaba Amya_An … Cómo Dudar de sus Amigos y Hermanos, ni por un Instante, sonrió para sí misma, Satisfecha mientras sus Ojos Brillaban como 2 Soles.

La Aventura Había sido Grande. Nunca hubiese pensado que un Torneo pudiese Guardar Tantas Emociones Juntas.

Estaban a Salvo y lo mas Importante … el Amor había Triunfado (¿?).

Amya_An y Foung vieron prudente alejarse de la Nueva Declarada Parejita (^.^) … la Primera, mas Eufórica que nunca … quizás alguna Clase de Sobredosis de Poción de Salud (¡!) … agobiaba al pobre Cuanquero con sus Alucinaciones sobre un Traslador, un Laberinto y Cosas Encantadas con Magia Negra.

Debía de Serlo … solo una Alucinación … prueba de ello era que le fue devuelta su Tan Apreciada Varita, la que supuestamente habría perdido en Aquel Laberinto del Demonio.

Kris... Estando en el hall del Castillo finalmente se había encontrado con alguie conocido, era Josi quien le informó de todo lo sucedido desde que se separaron al salir de la tienda del campamento, Kris escucho atentamente con los ojos como platos, sorprendida su equipo había corrido un gran riesgo al enfrentarse con un dementor, Rosa casi muere, el Dragón por poco los mata, y aún no habían noticias sobre Sheila.

Se sentó junto a Josi a esperas de alguna noticia, la preocupación relucía en su pálido rostro, cuando de repente entre la multitud sus ojos verdes se iluminaron llenos de alegría al reconocer a Elvio, que nos dio las buenas noticias Sheila había enviado un patronus informando que estaba bien, era un alivio saber que estaba con vida, sus ojos se veían cansados y su ropa estaba empapada al igual que Josi.

Kris de un salto lo abrazo, que alegría era comprobar con sus propios ojos que estaba bien. Lo mismo hizo al ver a Rosa, tuvo que prestar mucha atención para entender claramente todo lo que ella decía, hablaba muy rápido y en susurros, proponiendo que fueramos ala cámara de los secretos al parecer allí


podía estar la respuesta al acertijo.

Un escalofrio recorrió toda la espalda de Kris, era un gran desafio ir a la Camara de los Secretos, y no solo eso, quien sabe cuantas otras cosas no se encontrarían alla abajo, pero de todos modos había que hacerlo, no era momento para tener miedo.

Todos estuvieron de acuerdo en ir, asi que emprendieron el camino hacia la Camara de los Secretos, se abrieron paso entre la multitud y siguieron, luego de un par de minutos de largos pasillos y escaleras móviles, lograron llegar al baño del segundo piso, un silencio sepulcral invadía todo el lugar. Al parecer Myrtle la llorona, la niña fantasma quien habitualmente se la pasaba allí, no estaba, despues de que todos estaban dentro Kris cerró la puerta para que no los descubieran alli dentro.

El baño estaba en las peores condiciones, el moho y el agua sucia le daban una apariencia aterradora, a pesar de ser solo un baño; caminamos despacio y nos dirigimos hacia los lavatorios, que se encontraban en el medio, allí Kris observo curiosa como Rosa sacaba un papel de sus bolsillos, pero había un problema este estaba escrito en parsel y después de leerlo varias veces frustados veían como nada había ocurrido, ahora Elvio hizo el intento y esta vez, vieron exaltados como se abría la puerta de la Camara de los Secretos, uno a uno fueron saltando hacia el oscuro vacío, Kris fue la última en entrar, todos cayeron en la oscuridad totalasi que tuvieron que usar sus varitas –Lumus- susurraron todos y las varitas ilumaron el sucio y aterrador lugar.

Josi estaba cerca de una gran bóveda, era de hierro y se imponía elegantemente. Luego de observarla por unos segundos, descubrieron que había una especie de acertijo escrito en ella, una serie de números y letras combinados, todos seconcentraron en buscar la solución; Josi fue quien dio la pista seguramente era una combinación de fechas y nombres.

Kris fue analizando letra por letra, número por número, tratando de conectarlos todos entre sí, todos fueron sacando sus propios análisis, poco a poco Kris relacionó la cámara de los secretos con los fundadores de las casas, seguramente ellos tendrían que ver con esto, se lo dijo a su equipo sin darle mucha importancia, sin embargo eso los dejo a todos pensando, atando cabos, Elvio fue quien hizo el primer análisis acertado, y de allí todos fueron probando sus propias combinaciones, en base a la fecha en la que la cámara fue abierta, pero ninguna funcionaba, frustados decidieron probar cambiando el orden de las casas, luego de un par de minutos llenos de angustia hasta que al fin se escucho un gran crugido, la puerta estaba abierta.


Temerosos todos fueron entrando a la bóveda, Josi fue la primera en entrar, era una sala repleta de libros en su mayoría eran de artes oscuras, cubiertos por una gruesa capa de polvo, también habían unos caballeros con armadura dorada que ocupaban en lugar al lado de varias estatuas y argollas, pero lo que mas llamo a atención de Kris fue un extraño cofre, lo tomó entre sus manos y lo observo con detalle, tenia una cerradura plateada, no era muy grande ya que cabia perfectamente entre sus manos la piel de cuero relucía a la luz de su varita, intento abrirlo sentía curiosidad por saber que guardaba dentro, pero fue en vano, este no se abrió asi que sin más lo dejo a un lado, y siguió revisando todo con cuidado.

Fue entonces cuando el cofre volvió a ser el centro de atención pero no solo de Kris sino de todos, Josi lo había tomado y al igual que Kris había intentado abrirlo, obteniendo el mismo resultado, nada, los demás igual de curiosos por saber que guardaba dentro el cofre, usaron hechizos, conjuros y demás, pero la cerradura no cedió a pesar de todo.

Finalmente todos se dieron por vencidos y decidieron volver al castillo.

Al salir de la bóveda con un ágil movimiento de su varita Kris cerro la puerta, todos abrieron los ojos como platos cuando de la nada el acertijo fue desaparecieron hasta no quedar nada. Siguieron el camino de vuelta, al llegar al punto inicial, todos se miraron petrificados. ¿Y ahora como saldrían? Otra vez se concentraron todos en buscar una salida.

Rosa aporto una idea, unir cuerdas para poder subir, pero aun hacia falta un elemento, algo que se pudiera usar de herramienta.

Kris recordó haber visto una especie de polea o argolla en a bóveda, como seguramente los demás no sabrían donde estaba ella se ofreció a buscarla, dejo a su equipo unos minutos, al volver todos conjuraron un Incárcerus y juntaron las cuerdas, pero estas era demasiado cortas, tendría que idear otro plan.

Otra vez la desesperanza los embargaba, Kris casi no podía pensar, estaba realmente muy cansada, la voz de Elvio irrumpió el silencio proponiendo que convocaran sus escobas con un Accio. Tenia razón eran un buen plan - ¡Definitivamente Elvio eres un genio!- le dijo Kris alegre de tener un equipo tan sabio.

Llamaron a sus escobas, quienes no llegaron tan rápido como esperaban, todos subieron a sus escobas,


Kris montó su Rayo de Plata que le había regalado su novio, y se fue volando hábilmente detrás de sus compañeros.

Al salir las puertas de la Cámara de los Secretos se cerraron, pero apenas lo notaron ya que todos saliron corriendo hacia la salida…

Amya_An Sí, el Sol Brillaba para los Treboleros y los Cuanqueros.

Finalmente, el Resto de Nuestros Hermanos iban apareciendo por el Camino que Señalaba el Bosque Prohibido.

Al Parecer, Flo & Gr3y.P pudieron Resguardarse a Tiempo gracias a la ―Amabilidad‖ de los Centauros … (>.>) … quienes en verdad, no permitieron que Nuestras Hermosas Hermanas se pusieran en peligro … incluso Zmaster, quién estuvo ―guerreando‖ hasta el último momento con Toda Clase de Criaturas.

Pues así era su Carácter. Su Deber de Prefecto de la Noble Casa de Slytherin se Imponía ante su Propia Seguridad.

5 Habíamos Empezado y 5 Terminaríamos, ese era Nuestra Premisa.

Legolas del Bosque Negro -Legolas se encontraba junto a Mack observando con detenimiento cofre, en el cual se encontraba un pergamino, a lo cual Legolas estaba desorientado al ver la cara de felicidad que en esos momentos tenia Mack.

-De repente un patronus con forma de fénix llego hasta ellos – Legolas lo reconoció de inmediato era el patronus de Mica- -Padrinito, Tontín, acérquense a la Sala Común


cuanto antes... quienes vengan con ustedes que por favor sean de confianza... tengo algo importante q mostrarles.

-Legolas le informa a Mack, está asiente con su cabeza, mira a los demás, después de innumerables peligros, y pasar tremendas fatigas compartidas, todos los que están allí reunidos quieren y desean que todo ese caos termine, por lo cual se dirige a todos y les dice. –gente nos dirigimos a la sala común de Gryffindor, creemos que han encontrado algo mas, todo el que quiera ir puede hacerlo. –Dicho esto partió sin más.

- Oye, Keacher, ¿tú eres de confianza?- Legolas escucho que Tontín le preguntaba al elfo.

- Que va, yo soy de Irlanda. –Le contesto el elfo capitán de las veelas, Legolas reprimió una sonrisa al escucharlos, ya listo para salir al encuentro de Mica.

- Entonces vente conmigo, que Mica nos reclama. –Escucho que le decía al elfo. -¡Legolas, vamos! –Legolas lo miro cuando ya le llevaba unos cuantos pasos de distancia, y solo contesto con un gesto aprobatorio de su cabeza acompañado por lo que parecía una sonrisa, realmente era divertido ver a Tontín con su pijama desgarrado.

- Oye, Keacher, ¿tú has encontrado alguna llave? –le preguntaba Tontín.

- Que va. Ya me gustaría, Tontín. –Se reflejaba el deseo en la carita del elfo.

- Claro, Keacher, sería guay encontrar una. –la cara de Tontín ya parecía delirar con solo pensar en una llave que resolviera todo, y poder disfrutar a pleno de sus pantalones. - Ya te


digo Tontín.

- Oye Tontín... –Legolas lo miro poniendo cara de asombro. ¿Que es eso que has llevado colgado del cuello todo el tiempo? Eso que reluce, plateado... -

Se miraron, fijándose si era una llave, buscando de donde había salido, pero era una llave, entonces Legolas puso paz, por lo menos de momento. - Mira que sois tontos. Si queréis una llave, vais a tener que trabajarlo un poquito más. –Mas allá de todas las cosas que les había tocado vivir los amigos esbozaron una sonrisa ante la pequeña broma, continuando su camino hacia la SC.

En poco tiempo logramos estar frente al retrato de la dama gorda a lo que Tontín sin dudarlo dijo. -¡Patata podrida!- si al final Merlín nos dio algo que servía.

Al entrar visualizamos a Mica hablando junto a Sagitas, y Tontín en ese momento volvió a perder la cabeza, en su mente debía de haber aparecido alguna escena traída de lejanos mundos porque hablaba solo. Los tres lo miramos, paseo por la sala comun diciendo una serie de incoherencias coherentes, después envió a Legolas y a Mica hacia dios sabe dónde. Legolas y su capitana no se movieron pero el pareció pensar que si.

Lo siguiente que observo, fue ver a Keacher muy divertido hablando con Tontín. -Cling, clang, tin tin tin cling. Sonaban las distintas llaves convocadas por Tontín.

-En ese momento un zape voló hasta la cabeza de Tontín y lo hizo volver a la realidad, volvió a ver a los demás a su alrededor.


-Legolas se dirigió hacia Mica, -en ese momento logra ver que Ale también ya estaba en la sala común- la capitana de los Moskis le mostro lo que había encontrado, tomo el cofre en sus manos y lo agito, para tratar de identificar su contenido, nuevamente no escucho nada, pensó en ese momento si sería otro pergamino como el que el encontró en la sala de los trofeos. Mica le comunico que probo con alhomorra y nada, por lo cual el rubio mago, le explico que varios equipos ya se dirigían hacia allí, y que pronto tendrían noticias de si habían encontrado alguna otra llave para abrir este cofre, mientras pasaba a comentarle su hallazgo y lo que había dentro.

Se hallaban cambiando opiniones sobre lo que podrían encontrar en el cofre, cuando el retrato se abrió, todos dirigieron su mirada hacia los recién llegados, Lili lideraba a los que entraban, algunos de ellos no eran leones, pero en ese momento ya poco importaba de que casa fueran, entre los que entraban estaba Mateo, Atena, y poco a poco observo a Fernando, Mit, Andrea, por detrás de ellos Caroliinaa, Ron, Álvaro, y para alegría de todos los tarados, pudieron ver llegar a Pin, al Lobo y a la mascota de todo el grupo, la infaltable pinca, aun así mas niños seguían llegando, saludandose, por encontrarse nuevamente.

Legolas observo como Lili dibujo una gran sonrisa al verlos, se lanzo sobre ellos, despeinando al elfo, le planto un gran beso a Tontín, abrazó a Mica y a Ale y terminó justo delante de Legolas.

-Hola, ¿sabes? Te extrañe. –Legolas la miro y sus ojos verdes se clavaron en unos exactamente iguales, que lo observaban fijamente.


-Hola Lili, –se acerco aun mas a ella- yo también te extrañe bonita, estaba preocupado por ti -la rodeo con sus bracitos ya sin poder contenerse y la beso dulcemente, descargando todas las tensiones vividas, estaba realmente enamorado de esa nena, al cabo de unos minutos y con sonrisas cómplices de por medio logran volver a mirarse, la aferro aun mas contra su pecho y le dijo a su oído. –Me gustas Lili y te amo.

-Mientras la tiene abrazadita ve entrar a Mack, él le comunica a Lili quien acababa de entrar, ella se da vuelta pero siguió apresada por los bracitos del nene.

-Ambos comparten otro gran beso y luego de que se buscara silencio, ambos prestaron toda su atención –bueh, una parte de la atención del mago seguía concentradita en Lili- a Mack, que a pesar de todas las vicisitudes vividas tenía una pequeña sonrisa en sus labios. Mica17 Sentía muchísima curiosidad por saber lo que tenía entre mis manos. Alce la cajita y la sacudí cerca de mi oído, intentando obtener una pista de lo que podía tener en su interior… pero no produjo ningún sonido, lo cual me desilusionó ya que me hizo evaluar la posibilidad de que se encontrara vacío.

El tiempo parecía correr con menor velocidad… me acurruqué en el sillón, con la caja en mi regazo, tan solo esperaba que mis amigos recibieran el mensaje y vinieran cuanto antes hacia aquí.

Pero debí conservar la calma y esperar al menos unos quince minutos antes de oír detrás del retrato las voces familiares de quienes tanto esperaba. El retrato se apartó abriéndoles paso y se pararon casi heroicamente frente a mí.


-¡Chicos! Se tardaron mucho… ¡No saben lo que encontré! ¿Vieron? ¡Merlín si intento ayudarnos! ¡Nos dijo la contraseña! Vine para aca… y pude entrar por solo gracias a él… pobre barbitas y yo que lo traté tan mal… bueno, el caso es que encontré… hablaba con la vista clavada en el cofre, pero al notar que no emitían sonido alcé mis verdes ojos para mirarlos.

Como lo supuse los chicos no me escuchaban, Keacher y Legolas miraban hacia Tontín, el cual parecía estar perdido en sus fantasías, tal vez soñando despierto o recordando una extraña película. Se veía fuera de sí... caminaba por la sala… y no tardó en empezar a murmurar extrañas frases… incluso dándonos ordenes y mencionando un pasadizo inexistente…

Decidí terminar con el asunto, me incorporé, aun aferrando el cofrecito, y le di un fuerte zape, haciéndolo volver a la realidad.

- Bien Gran T, deja tus actos heroicos para más tarde y ahora presta atención a lo que les estoy diciendo- lo fulminé con la mirada y también a Kea que había empezado a seguirle el juego.

Los chicos me miraron confundidos, estaban muy entretenidos con su conversación acerca de ropa interior y no les cayó nada bien que los haya interrumpido, pero el asunto era importante…

Suspiré y volví a sentarme en el sillón, los chicos me siguieron tomando lugar a mí alrededor.

-Mientras nuestro empillamado amigo soñaba frente a nuestros ojos valla a saber que… les estaba diciendo que encontré este cofre –alcé la cajita de madera para que pudieran verla- escondida en la chimenea… supongo que será el que Merlín escondió,


porque el nos trajo hasta acá- me miraron incrédulos- sabía que éramos de esta casa y nos dijo la contraseña… si no fuera por eso no lo hubiera encontrado…

- Yo encontré también uno de esos Mica. Lo llevé a Mack y ella lo abrió con la llave de la que hablaban Sorces y Krazy… - dijo Legolas.

-Supongo entonces que deberíamos averiguar dónde esta la llave que abra este…

- O esperar que alguien más la encuentre, con lo presumidos que son no tardarán en hacérnoslo saber- agregó Tontín.

En ese momento el retrato de la dama gorda se apartó y Sagitas entró al lugar, me pareció raro que una tejona entrara a la sala… pero no era momento de pensar en detalles como ese.

- ¿Has visto la pierna más bonita que se haya visto nunca al aire libre?- dijo al mirar hacia donde yo estaba. La miré sorprendida por no saber de qué estaba hablando exactamente… Había leído por ahí que algunos buscaban stripers para una extraña despedida de solteros, pero no sabía que Sagitas andaba en la organización de eso…

Negué con la cabeza aún pensando si había oído bien su pregunta. No pudo fijarse en quienes me acompañaban ya que una vos interrumpió desde el otro lado del retrato.

-Oh! Soy Tontín, que cómodos son mis pantalones

Todos giramos nuestra vista automáticamente hacia Tontín.

-¿Tontín? ¿Eres tu?- Sagitas había creído lo que la voz decía, al parecer no había reconocido a Tontín ya que este se encontraba sentado y no exhibiendo sus piernas


(xD).

-Sagitas, dinos cual es la contraseña…- mmm con que eso era lo que pretendían, jugar con los sentimientos de una mujer enamorada (?)

-¿Contraseña? Aaah si.. es "Tontín el BienAmado"- respondió nuestra crédula compañera.

Nadie entendía cómo la contraseña cambió en cuestión de minutos… pero aparentemente el retrato no se apartó cuando quienes estaban del otro lado intentaron usarla…

El silencio prosiguió un largo rato, ya que afuera siguieron apareciendo más y más voces, todo mundo venía hacia la sala al parecer. Tras un rato el retrato al fin decidió apartarse y dejó entrar a un gran número de gente con Liliana a la cabeza, esta se dirigió hacia donde Legolas estaba y le dijo que lo había extrañado.

Los reencuentros e sucedieron ante mis ojos, pero yo solo pensaba en el cofre que yacía en mi regazo.

Bueno, y entonces basta de cháchara - dijo Andrea tomando la situación en sus manos - ¿vamos a hacer algo o esperamos sentados a que venga el dragón y nos rostice?- y sacó de su mochila el diario de Paracelso. - Nosotros encontramos un diario.

-Y un cofre- agregó Mitsuki- ¿Ustedes qué encontraron?

Respondí a su pregunta tomando nuevamente el cofre y alzándolo para que los recién llegados lo vean.


Liliana Ánderlin -Hola Lili, yo también te extrañe bonita, estaba preocupado por ti – Lili después de todas las tensiones vividas y los peligros que habían corrido por fin se sentía a salvo, si lo había extrañado, y había pasado miedo, ahora solo quería estar con él, notó como la rodeaba con sus brazos y sintió ese beso que tanto había querido, que había extrañado, que había temido que no iba a volver a tener. –Me gustas Lili y te amo.-

Mucha gente fue llegando tras su grupo, leankaus, Eli, Elo, Deivid y Sheila, Elvio, Jos y, Kris, Rosa, Elodia, goderic slithering, Xheli, alvaro, ron… no podía reconocer a tanta gente, todos de diferentes casas, distintos colores, eso ya daba igual, las casas habían desaparecido durante esa prueba.

Con la llegada de tanta gente se volvió, pero no quería separarse un centímetro de él, llego el lobo, su querido lobo que sabía que había estado tan preocupado por ella como ella por él, nada más verla dibujó una gran sonrisa en sus labios, esa que había perdido durante bastante rato. Con el venían pin y pica, saltando alegremente como siempre, los saludo con una sonrisa.

A su alrededor la conversaciones se sucedían, todos se contaban sus hallazgos, sus aventuras de esa noche que habían parecido días, felices de verse de nuevo, felices de estar allí, inspeccionaban los objetos encontrados, intentaban darles significado. En ese momento entró Mak por la puerta, todos estaban atentos a sus palabras, ¿lograrían dormir al dragón?, ¿Podrían terminar con aquel caos?, ¿Abrir el libro? , nadie lo sabía, y ella, en ese preciso momento, solo tenía una cosa en mente, que quería continuar entre esos brazos que la abrazaban por todo el tiempo que pudiera quedarle.

Avril Lestrange Ella y Atena habían reconstruido toda la historia para los que quisieran escucharla. Con lujo de detalles habían descripto sus travesías por el castillo, sus luchas con las criaturas mágicas, su encuentro con los recuerdos de Paracelso y su hallazgo de la llave tornasolada que se lucía en el cuello de Mateo. De pronto divisaron unas escobas aterrizar y unos alumnos algo agitados se acercaron a nosotros . - ¡Oye! -Empezó a gritar una bruja que a la chica le era conocida, su nombre era Liliana. Descendía de su escoba y se acercaba a nosotros corriendo con apariencia de haber comprendido algo significativoEsa…fra..se. Es de Paracelso, nosotros también la encontramos, en un cuadro de un oso.-afirmó al


escucharnos formular la frase escrita en el pergamino… Nos miramos extrañados. Al parecer alguien concordaba con lo que habíamos experimentado, esos participantes le encontraban sentido a nuestras palabras. Avril no pudo reprimir una sonrisa de profundo alivio…no estaban locos. Todo el aturdimiento y a confusión antes sentida lograron aplacarse un poco ante esas palabras…¿podrían intentar llegar a una solución juntos? De pronto dos gritos de extremo júbilo se escucharon y resonaron en toda la habitación: -¡ANDREA! -¡ATENA! -¡Capi! ¡Claro! Al parecer esas vivarachas brujas eran compañeras de equipo de Atena y de Golden. Entre abrazos, lágrimas de emoción y afecto Avril se sintió algo extraña. Era una mezcla de alegría por su nueva compañera y seguramente amiga Atena y consternación por su propio equipo. A éstas alturas estaba casi al ciento por ciento segura de que estarían sus cadáveres en algún lugar del campamento o tal vez en el estómago mismo del misterioso colacuerno. -Adivinen lo que recupere- dijo la bruja llamada Andrea dirigiéndose a todos y a nadie en particular, sino más bien concentrada en lo que colgaba de su hombro…en el interior de su mochila. Sacó de ella un libro con una tapa completamente desnuda y una cerradura al parecer muy antigua se situaba al centro mismo del ancestral texto. -De veras Andrea, ¿Cuántas cosas caben ahí? - dijo Liliana observando la mochila casi destruida de Andrea. Al parecer, y más adelante pensaba preguntárselo, la mochila había sido de vital ayuda para ellos anteriormente. Pero claro, esa era solo su suposición. -Pero necesitamos la llave- dijo, después de el extensísimo silencio que había mantenido por su desolación.


Las miradas de la chica y de su ya entrañable amigo Black se cruzaron en una señal de entendimiento. Ellos tal vez tendrían la respuesta a ese dilema. Avril asintió con la cabeza al joven de chaleco verde y éste avanzó, mostrando con satisfacción y una pizca de soberbia en su rostro, la llave que habíamos retirado del cuello de la mantícora. Tomó el libro, introdujo la llave con suavidad pero firmemente, le dio tres vueltas en sentido de las agujas del reloj y los observadores enunciaron un suspiro de asombro. El libro se había abierto ante sus miradas ansiosas. Todos miraron estupefactos y la adrenalina que corría en cada uno de sus cuerpos pudo palparse en el aire. Andrea ojeó el libro hasta la última página y comenzó a leer mientras unos muchos pares de ojos se clavaban en ella: ...Hogwarts, marzo de 1529... ...Esta es la última vez que podré hablar de ello, puesto que sobre mi alma pesara un juramento que no podre romper. .. ...Debo relatar la existencia de cuatro cofres, cuatro cofres y un libro maldito... ...El libro ha de abrirse con cinco llaves, estas llaves fueron propiedad de los grandes fundadores de Hogwarts y más tarde una de ellas termino en mi poder... ...Yo solo puedo dar la ubicación de uno de ellos ... ...En el quinto piso del castillo hay una estancia que siempre me ha gustado, una donde siempre he estado a gusto, donde poder pensar en mis cosas en absoluta tranquilidad solo con la compañía de una hermosa mujer que emerge de las aguas para darme compañía, allí esta mi cofre.... ...solo alguien puro de corazón podrá encontrarlo, espero sinceramente que así sea.‖ Al parecer, el libro era un diario. Un relato personal escrito por el mismísimo Paracelso. La cara de la chica, de perfectas y blancas facciones reflejó entendimiento, al fin comprendía la situación si bien no se les estaba declarando fácil. Las piezas unidas funcionaban y esperaba poder seguir colaborando con aquel grupo de Gryffindors. Fue Liliana , al parecer la líder del grupo, la que tomó la palabra: -Es el baño de prefectos, esta clarísimo. Debemos ir hacia allá.


Todos confirmamos la acción con un asentimiento de cabeza. Avril se sentía mucho más tranquila, sabía que la fuerza radicaba en la unión, no le importaba en estos momentos de alta tensión de que casa fueran o que color de túnicas usaban. Todos estaban luchando para llegar a un mismo fin: el bienestar y al continuidad de nuestro colegio y su comunidad. Algunos de ellos corrieron hasta sus escobas y sus compañeros. Eran ahora 8 magos y había 4 escobas delante de ellos y era el medio elegido para viajar. Una sonrisa arrolladora se dibujo en la delicada boca de Avril. Volar le proporcionaba una sensación de libertad que llenaba todos sus otros sentimientos y olvidaba que en el mundo existiese cosa alguna aparte de la escoba y el cielo entero para recorer. -Tendremos que ir por parejas- exclamó Liliana -Andrea ¿Por qué no te vas con Liliana y nos prestas tu escoba a Avril y a mí?- inquirió su compañero de verde, y en su rostro se podía adivinar una sensación similar a de la joven bruja. O al menos ella que lo conocía podía adivinarla. Otras parejas se formaron mientras Mateo montaba en una escoba y apremiaba a la Lestrange a acompañarlo. La chica se montó a la parte trasera del transporte con la sonrisa aún reinante en su cara y se tomó de la espalda fuerte y ancha de su compañero con ambas manos. Mateo dio una patada al suelo y comenzaron a elevarse. La brisa podía sentirse aunque amortiguada por el cuerpo del Black. Los cabellos oscuros del mago se agitaban y golpeteaban suavemente el rostro de la chica. Esto no le molestaba a la joven bruja que comenzaba a sentir cierto afecto hacia el joven mago, de seguro la experiencia vivida quedaría grabada en sus vidas por siempre. Era de esa clase de cosas que logran unir indefectiblemente a las personas. Mateo y Avril estaban en su elemento. El chico hacía unos rizos intrépidos, unos movimientos audaces pero perfectamente controlados , propios de un experto volador de escobas. Al pasar por la estatua de Boris el Desconcertado supieron que estaban cerca, se situaron en la cuarta puerta a la izquierda de la estatua y se detuvieron junto a todas las otras parejas. -¿Qué hacemos? Se supone que solo los prefectos pueden entrar aquí y no podemos sacar información de


aquí – le murmuró Liliana a su otra compañera que al parecer también era prefecta. Pero como respuesta a sus interrogantes, la puerta del baño se abrió sola, como invitando a sus ocupantes a pasar. Entraron uno a uno.Estaba algo desordenado y caótico el lugar de los prefectos… -Bueno, tenemos que buscar bien por todas partes – dijo Mitsuki ignorando un poco el desastre. La chica sintió una sensación de deja vu. Ya les habñia tocado buscar a tientas algo que no sabían ni ínfimamente donde podía encontrarse y resolvió hablar: -Sería más fácil si le preguntamos a la sirena ¿no creen?- propuso Avril después de estar buscando sin éxito durante todo el tiempo en que la contienda había dado inicio y harta de seguir haciéndolo. -Estoy de acuerdo- dijo el metamorfomago y exponiendo una vez más sus naturales dotes de dirección se dirigió a la sirena –Perdona, estamos buscando algo que Paracelso dejo aquí hace mucho tiempo, ¿crees que podrías ayudarnos? Pero la sirena no respondió, se quedó cepillando su pelo como una idi*** a la que nada puede sonsacársele. Andrea se dirigió hacia Golden y le murmuró unas palabras, que si bien eran inaudibles a la distancia en que se encontraba, estaban cargadas de travesura, por el matiz que enseguida se dibujó en su rostro. ¡Y empujó a Golden a la pileta! Golden estaba empapado de cabo a rabo, mirando con expresión de reproche a su compañera. No pudimos evitar una sonora carcajada ante la situación. Era la primera cosa graciosa (aunque imaginaba no para Golden) que les había pasado hasta ahora. Avril no podía dejar de reir mirando alternativamente al director de la villa y a sus compañeros que también estaban partidos de la risa. Golden se quito el pelo de la cara y volvió a formularle la pregunta a la sirena, la cual si puso atención esta vez. Pasados unos minutos en los cuales los magos pensaron que la sirena no iba a responder ésta movió la cabeza hacia el lado izquierdo de su habitación y sus ojos vieron fijamente un punto que se veía que nadie le había puesto atención por mucho tiempo. -Que raro- declaró Liliana acercándose a ese lugar – nunca le había puesto atención a este punto del baño-


Enseguida el grupo en pleno se dirigió a investigar el recoveco indicado por la tonta sirena y , en efecto algo resaltaba. -Oigan…-dijo Andrea llamando la atención de sus compañeros –creo que encontré algoTodos acercaron sus miradas, y en efecto. Uno de lso ladrillos de la pared tenía tallada la ya familiar P de Paracelso labrada aparentemente en algún material similar al oro, o en efecto, oro mismo. Una sensación de triunfo recorrió a todos los integrantes de aquel diverso grupo. Mitsuki poso su varita sobre la ada letra, pero no paso nada. Todos comenzaron a emitir opiniones de los pasos a seguir. Las proposiciones iban desde darle algo a extrañas combinaciones, que fue al teoría que más aceptación tuvo. -¿No querras decir?... - Mateo miró a Fernando, y este asintió con la cabeza. Entonces el mago con la túnica de Slytherin empezo a tocar los ladrillos que rodeaban la letra "P" -Tres arriba... dos horizontales... -susurro. Y todos hicieron un paso hacia atrás cuando la varita de Mateo toco el último ladrillo que se estremeció, se retorció y en el medio apareció un pequeño agujero, que se hizo cada vez más ancho. Se presentó una abertura al parecer no muy profunda y el instinto de la pequeña y desgarbada bruja le aseguró que no tenga miedo, que no correría peligro. Su mano era tan pequeña y ágil que venía de pelos para este trabajo delicado. La chica introdujo su pequeña extremidad en la abertura y palpó un recipiente cuadrado, al aprecer con muchos ribetes en relieves, del tamaño exacto de la abertura. Se preguntó si podría retirarlo de allí, y la única manera de saberlo era intentándolo. Tiró hacia fuera con el objeto en su mano y vió un pequeño cofre de madera con cerradura de plata y algunas joyas incrustadas. Sonriente y extremadamente satisfecha por el hallazgo se lo mostró al resto de los presentes. Después de unas felicitaciones amistosas y alguna que otra palabra de aliento Mitsuki introdujo la llave en el cofre, todos acercaron su cabeza esperando ver una de las llaves de los fundadores, o la forma de dormir al dragón, fuera lo que fuera, pero algo sorprendente, y tal fue su sorpresa cuando al introducir la llave en el cofre y éste se abrió les revelo..


-¡OTRA LLAVE! - grito Andrea y de su varita salieron chispas rojas -Ya no, me harté de este viejo loco y sus cuentos chinos, yo me voy... En consecuencia todos se retiraron del baño, algunos contentos y animados, otros maldiciendo…en fin, después de escuchar una pista que los llevaba al estudiante llamado Tontín Dudley decidieron dirigirse a la sala común de Griffyndor. Liliana charló a solas unos momentos con al Dama Gorda y acto seguido el retrato se abrió ante sus ojos dejando a la vista la acogedora sala de los leones, allí se encontraban Mica y Legolas, la primera con un cofre en la mano mirando a quienes entraban. Tontin y keacher revolvían un montón de llaves en el suelo. Sagitas ponía ojitos de cordero degollado a tontín, parecía que le gustaba su pijama. Avril en cambio no era tan sociable y prefirió hacer silencio y escuchar antes que hablar, sin mencionar en absoluto lo ridíc*** que le parecía el atuendo del extraño mago. La habitación parecía ser el punto de encuentro. Verdes, rojos , amarillos y azules se entremezclaban como si fueran uno. Simpatías y antipatías se apartaban a un lado sin importar demasiado. Avril estaba pegada a su amigo Mateo al cual tampoco le gustaba demasiado socializar, pero se sentía seguro y calmado ante la reunión. Todos charlan, exponían ideas, se abrazaban y se saludaban amablemente. De pronto el retrato volvió a abrirse y pudo verse una bruja extremadamente hermosa con una túnica verde ondeando a su paso. Sus cabellos eran largos y sedosos de un color castaño con destellos rubios. De sus intensos ojos verdes emanaba el poder que tienen los verdaderos grandes. Era Mackenzie Yellbridge y se disponía a hablar. Parecería haberlos juntado a todos en ese recinto. La chica levantó la vista y escuchó lo que la poderosa mortífaga tenía para decir.

deivid Después de andar ya con buena salud, tanto elo y yo, además de que todos habíamos comido por lo menos una bolsa de papas fritas, a excepción de Sagitas que no las había querido ya que se sentía mas preocupada por cuidar ese dichoso libro que no me tenia muy satisfecho sentía que algo debió de haber pasado por lo menos al obtenerlo pero no hubo ni una señal. Después tanto Coyo-T como yo nos habíamos salido a observar que sucedía fuera de la sala en la que nos encontrábamos ya que se observaba un gran tumulto, decidimos avisarles a nuestras compañeras


obligándolas a salir de esa hospitalaria estancia. Fuera de la sala, Coyo-T había alcanzado a ver a su amada Darla, la cual andaba tomando un gran descanso, al acercarnos a ella reconocí que tenia un libro idéntico al de nosotros a lo cual me preguntaba ¿Cuál será el original? Sin poner gran interés en el libro si no la mayor parte de mi mente ahora era ocupada por Sagitas, ya que al transcurrir del tiempo con ella, he notado que siento algo mas que amistad por ella. La volteo a ver y me encuentro que vas tras de tontin y todo por que le gustaban sus ¿piernas? -A donde crees que vas- Reclamaba yo con recelo, a la cual no recibia ni una contestación. -Hay que seguirla-Decía Sheila con su famosísima forma de coherencia. -Claro vayamos tras de ella-Respondía yo con gran disimulo para que no lograran notar lo que sentía en realidad por esa linda payasita. -¡Miren, ahí va Sagitas!- gritó Sheila cuando la vio doblar una esquina. Al llegar a esta los cuatro solo pudieron ver que desaparecía detrás de un cuadro. Intentaron entrar pero el cuadro de una dama gorda no las deja si no decían la contraseña. Ni si quiera sabían de que casa era la sala común y tampoco sabían como le había hecho Sagitas para entrar pues era una Huffie. -Ya se! Deivid, finge que eres ese tal Tontín. Si te escucha Sagitas regresará- dijo ingeniosa Elo. -Oh! Soy tontín, que cómodos son mis pantalones- trababa de imitar a Tontin aunque creo que no era muy convincente. -¿Tontin? ¿Eres tu?- preguntó de pronto Sagitas y la entrada se abrió -¿Tontín? ¿Donde está? -Sagitas, dinos cual es la contraseña...- dijo Sheila un poco desesperada.

-¿Contraseña? Aaah si… Es "Tontín el Bien Amado"- todos se quedaron extrañados con lo que dijo, pero el cuadro se cerró evitando que ellos entraran y no pudieron decirle nada mas. -Tontín el Bien Amado- dijo Eli muy segura. -Los han engañado, esa no es la contraseña. Dejen de insistir que nunca la adivinaran- contestó la del


cuadro muy pesimista. -Ahh! Sagitas! ¿Que tiene él que no tenga yo?- susurre a lo bajo pero todos lograron oírme. Antes de que Sagitas o alguien más me pudiera decir algo más, logro acercarme a un grupo de jóvenes que iban entrando y logro escuchar que decían la contraseña. -¡Patata podrida!- Al solo oír la contraseña la Dama gorda nos abría paso. -Te he dicho que la cambiaras a ―Tontin el BienAmado‖- se lograba oír la voz e Sagitas reclamándole a el cuadro. -Sagitas ven acá- Me acerque a ella y la tome del brazo, dándole un enorme abrazo demasiado caluroso- Es acaso que solo te atraen sus piernas pues haber fíjate bien-Le daba vuelta a mi pantalón que se había quemado un tanto con lo del sauce, dejando así a la vista unas piernas que sin necesidad de preguntar se notaban que eran de un licántropo, aunque este mezclado con vampiro. -Oh! Deivid pero donde andabas metido!!!-Respondía Sagitas al solo ver las piernas. -Andaba dentro de tus sueños hasta que me dejaste salir-la trataba de convencer a que se acercara un poco mas -Hay Deivid que cariñoso eres!!-Pronunciaba Sagitas mientras avanzaba y dejaba caer el libro que tanto había cuidado, que ahora no sabíamos mas que era uno falso. Sin nada mas tome a Sagitas de la mano y me agache a tomar el libro que se le había ciado, el cual parecía uno sobre amor, creo que el que lo tuviera se enamoraría del primero que viera(?) Ya dentro de la sala común solo se lograba ver romance por todos lados, algunos mas hablando sobre su experiencia de esta noche y otros presumiendo o mejor dicho mostrando lo que habían encontrado.

Coyo-t Por fin habiamos lelgado al luagr donde todo el revuelo se había armado, muchos participantes perseguian a una cabra que saltaba alegremente e incluso evitaba varios hechizos, pero a lo lejos alcanze a vizlumbrar a mi amada DArla, en sus manos se observaba un libro antiguo, y justo cuando intentaba acercarme a mi amada, una "ola" de concursantes me alejo de ella.

Para cuando pude intentar regresar junto a DArla, ella ya se había ido... intente buscarla pero todo era en vano,


el colegio era enorme y yo no tenía ni idea de donde podía estar.

Despeus de recordar viejos tiempos y visitar momentaneamente la sala Comun de mi antigua casa, los honorables tejones, pero no la había encontrado, una vez mas mi corazón altia enrvioso y mi varita parecia responder a mi estado de animo, ya que de vez en cuando expulsaba unas pequeñas chispas verdes.

En eso, un brillo plateado llamo mia tención y al voltear me encontre de frente con el patronus de mi amada...

Cuando acabo de decir el mensaje se empezo a desvanecer, pero en eso mi emnte razono mejor su mensaje y le hice una pregunta.

-"No te dio la contraseña??? La necesito..."

Pero apenas termine de formular mi pregunta el patronus se desvanecio, dejandome con mis dudas, pero aun así em dirigí rapidamente había el luagr indicado, la sala comun de los leones...

Despues de unos cuantos minutos me encontraba frente al retrato de la Señora Gorda, lo que marcaba la entrada a mi destino, pero por mas qee lo intentaba no sabía la contraseña...

Despues de un rato, un grupo de rezagados como yo, entraron al pasillo y sin siquiera fijarse en mi dijeron al contraseña, sin duda era algo divertido, pero imposible de adivinar para mi... Rapidamente me acerque nuevamente al cuadro y sin detenerme mas de lo estrictamente necesario dije...

-"Patata podrida"

Al instante el cuadro se movio revelandome la entrada, la cual cruce de inmediato y apenas al lelgar em sorprendio ver a la cantidad de gente reunida ahi, pero mis ojos solo veaina a una brujita... mi amada Darla.

Antes de que algo mas pasara corri hacía ella ya nte la mirada atonita de todos la tome entre mis brazos y sin poder evitarlo, le di un gran beso...


Cuando nos separamos ambos nso dimos cuenta e que la mayoría de los presentes nos veian con ojos curiosos, por loq ue tanto darla como yo nos pusimos algo rojos... deseando que algo pasara para distraer a todos...

Amya_An El día iría ―menguando‖. La Mayoría estaban ya Dentro de la Seguridad del Castillo de Hogwarts.

Amya_An aún Confusa, escribía en un Rincón de la Sala Común de la Casa Gryffindor.

Si, en Gryffindor. Siguiendo al Resto, ellos habían Terminado allí sin saber a ciencia cierta lo que había estado aconteciendo.

Escribía en su Pequeño Diario de Vida, Todas sus Apreciaciones de lo que había Transcurrido las Últimas 24 horas.

Mirando de Re-Ojo a sus Demás Compañeros. Ella escribría mientras esbozaba una ligera sonrisa y agitaba entre sus dedos su pluma cada cierto tiempo.

Tamarindo & Shaki bien Acarameladitos por ahí. Foung cotorreando por allá. Flo & Gr3y.P compartiendo sus Experiencias con otros Grupos Animosos. Zmaster haciendo de las suyas como Siempre (^.^).

Disfrutando de un Momento de Paz luego de una Noche de Tormenta.

krazywitch imos aparecer el patronus de Mica con un mensaje para Tontín y alcanzamos a escuchar que pedía que fuese a la Sala Común, pues había encontrado algo. Nos quedamos viendo que mucha gente tomó la dirección hacia la sala:


- Mica quiere que vaya gente a la SC – les dije. - ¿Iremos a chusmear? – preguntó Alex. - Obvio, somos chismosos de corazón – le respondió Sorce. - Comunicativos – corrigió Gabry. - ¿Y si nos pasa algo? – pregunté. - Si nos pasa algo, tendremos que vengarnos – dijo Alex. - ¡¡La venganza del puerco araña!! – dijo Lee y se echó a reír al igual que nosotros. - Ok, vamos a la SC – dijo Gabry. - ¡Sí! – exclamé- hagamos trencito – y todos se pusieron a reír.

Nos pusimos en una fila, nos tomamos de la cintura y nos fuimos cantando:

―No es amor, lo que tú sientes, se llama obsesión Una ilusión, en tu pensamiento Que te hace hacer cosas Así funciona el corazón‖

Llegamos a la sala y le dijimos a la dama gorda, la contraseña –Patata podrida- y nos dejó pasar. Fue sorpresivo ver a tanta gente:

- Ok – dijo Alex- al parecer se traslado para acá la Sala de Menesteres. - No es amor, no es amor, es una obsesión- seguíamos cantando con Lee. - Par de de locas, ya cállense – dijo Alex que se echaba a reír. - Pero si es rola lagunera – dijo Lee. - Como la leche lala – le dije.

Empezamos a mirar a la gente, Tontín andaba buscando sabe Dios qué llave entre las que tenía en el piso, Mica que inspeccionaba la cajita que había encontrado, otros se hacían declaraciones de amor. En resumen, cada quien andaba en lo suyo.


heavenlee Nos fuimos a un rincón donde había unos sillones, quede de pie junto con Krazy, que me miró y dije:

-Nadie pasa de esta esquina – mientras comenzaba a cantar y bailar. -Aquí mandan las divinas – me secundo. -Porque somos gasolina, gasolina de verdad – dijimos a coro. -Todos saben quién manda en esta school – se paró Gabry a bailar y cantar. -Porque nosotras somos gente cool – se paró Sorce. -Gente que siente con sangre caliente – se levantó Alex. -Que quiere hacerse oír – canté. -Sea como sea, aquí no entran feas – cantó Sorce. -Pa’ que lo veas te voy a mostrar –cantó Gabry. -Mira esa fea, aquí hay otra fea… ¡aquí no pueden entrar! – cantó Alex. Coreamos: “Nadie pasa de esta esquina Aquí mandan las divinas Porque somos gasolina Gasolina de verdad Nadie pasa de esta esquina Aquí mandan las divinas Porque somos gasolina Gasolina de verdad”.

Nos echamos a reír los 5, hacía mucho que no hacíamos este tipo de cosas a menos q estuviésemos solos, pero luego de tantos altibajos en las últimas horas, algo de locura y de relajo nos venía bien a todos. Y como no teníamos Coca Cola para recargar pilas, pues lo único que quedaba era nuestra bendita estupidez.

El hecho de haber aportado a solucionar en parte el problema y que las cosas marcharan nos daban chipe libre.


Elodia Riddle

- Cuanto amor se destila por estos lados – comenté luego de ver a todas aquellas parejas que se reencontraban felices, incluyendo las que curiosamente se estaban armando.

Sin duda después de todo lo acontecido durante las últimas horas, este pequeño momento de tranquilidad fue bien recibido por todos los que aguardábamos en la “seguridad” del castillo.

Me pasee junto a Eli y Sheila, buscando un lugar para descansar, mientras saludaba a algunos conocidos. Aquella sala a pesar de estar abarrotada de gente, era bastante reconfortante, inclusive el hecho de ver a todos a salvo me subió el ánimo, por lo que en medio de algunos graciosos canturreos hice aparecer mediante una floritura de mi varita cientos de burbujas de brillantes colores, las cuales comenzaron a flotar sobre las cabezas de los allí presentes.

- ¿ Y eso? – preguntó Eli incrédula, mientras pinchaba una burbuja con su dedo.

- Nada especial, solo quería dar un toque más alegre, han sido muchas las calamidades por hoy – le contesté inexpresivamente – además que no tengo tan mal carácter como dicen por ahí, solo pierdo la paciencia con facilidad, que es distinto – añadí al tiempo que las tres nos acomodándonos en un rincón esperando oír lo que Mackenzie tenía que decir.

Mateo Black Detrás de Liliana, una chica que jugaba al Quidditch llamada Mitsuki; la amiga de AteNa, Andrea y un joven que no reconoció; aterrizaban sus escobas casi profesionalmente. De pronto oyó a su amiga gritar pero ya se lo imaginaba así que no se sorprendió.

- ¡Andrea! -Gritó exaltada AteNa, al tiempo que le propinaba un abrazo tan fuerte que su amiga debió haberse


sentido en una prenda realmente diminuta.

- ¡AteNa! Me alegró tanto de que estés bien. -Dijo la otra chica, al momento que Golden se sumaba sonriente al reencuentro.

Mateo miraba todo con seriedad, aunque por dentro los entendía, él acababa de encontrarse a su Capitán, aunque por él no debía preocuparse, no cuando tienes 4 amigos mortífagos que te defienden. Pero Mateo entendió que aunque sólo Darla era experimentada, se habían desenvuelto bastante bien, y defendido unos a otros. Quiso sonreír pero la voz de Liliana hizo que volviera a concentrarse.

-Bien, parece que todos sabemos de lo que hablamos, Paracelso traicionó a sus compañeros, no sabemos bien porque o en qué, pero parece que es una pieza clave para resolver este embrollo en el que estamos metidos- Dijo la prefecta como si rezongara, al tiempo que Andrea sonriente revelaba un viejo libro, y lo ofrecía a la vista de los presentes.

-Pero necesitamos la llave- Mitsuki que estaba un poco apartada se acercó.

-Eso puede solucionarse- el chico, que se llamaba Fernando, se acercó al libro: –Alohomora- Pero naturalmente nada sucedió. Mateo no creía en la ingenuidad del joven, si todo fuera tan fácil como abrir una cerradura ordinaria porque no corrían todos gritando "Alohomora" o con sierras eléctricas rompiendo candados. Obviamente era necesaria una llave "especial". Y ahí fue que Mateo notó el peso que colgaba de su cuello. Sonrió soberbiamente cómo si siempre lo hubiese sabido. Dio un par de pasos, tomó el libro ante la mirada de reproche de Andrea, y colocó la llave dándole 3 vueltas. El libro se abrió como una flor en su esplendor.

Andrea tomó el libro ansiosa y comenzó a leer:

CITA

"Hogwarts, marzo de 1529. Hemos desatado el terror, nunca debimos, pero nuestra ambición pudo más que nosotros, ahora me veo obligado por mis compañeros, por mí mismo y por una maldición. Esta es la última vez que podré hablar de ello, puesto que sobre mi alma pesara un juramento que no podre romper.


De todas maneras pienso que no todo debe quedar en secreto, por eso escribo estas líneas antes de que mi boca quede silenciada para siempre, unas líneas que espero en algún momento caigan en las manos adecuadas cuando llegue el momento. Debo relatar la existencia de cuatro cofres, cuatro cofres y un libro maldito desde el principio de los tiempos si cae en las manos equivocadas. El libro ha de abrirse con cinco llaves, estas llaves fueron propiedad de los grandes fundadores de Hogwarts y más tarde una de ellas termino en mi poder para mi desgracia. Han de permanecer escondidas hasta que llegue el momento y el libro sea abierto de nuevo. Su ubicación es secreta, tan secreta que será guardada durante siglos hasta el momento en el que deba resurgir, el elegido deberá encontrar los cuatro cofres, y esta será la clave para resolverlo todo. Yo solo puedo dar la ubicación de uno de ellos y no se lo que contiene, pero si donde encontrarlo, confío que la poca ayuda que puedo dar sirva de algo. En el quinto piso del castillo hay una estancia que siempre me ha gustado, una donde siempre he estado a gusto, donde poder pensar en mis cosas en absoluta tranquilidad solo con la compañía de una hermosa mujer que emerge de las aguas para darme compañía, allí esta mi cofre. No puedo decir nada más por si esto llegara a caer en las manos equivocadas, solo alguien puro de corazón podrá encontrarlo, espero sinceramente que así sea."

- ¡Es su diario!- Exclamó Liliana al tiempo que todos parecían entenderlo. - Y creo saber dónde está ese lugar del que habla Paracelso. -Explicó mientras cruzaba su mirada con Andrea, quien parecía algo decepcionada de haberlo entendido tarde.

- Es el baño de prefectos- Dijeron al unísono. Las miradas desconcertadas a esa altura del día ya eran moneda corriente. Para algunos ya era su expresión normal, para evitar el cambio, ya de entrada llevaban cara de desconcierto antes de cada explicación.

Mateo tomó a Golden y le murmuró: -Ok, tenemos que ir hasta allí. Tú llévate a AteNa y yo a Avril en las escobas. Aún no confío en Liliana y Mitsuki. -Terminó al tiempo que veía de reojo como Mitsuki susurraba algo al libro y cuchicheaba con los demás.


-¿¡Van a venir o qué diablos están haciendo!? - Gritó Fernando agitando la escoba que tenia en la mano. Bastante exaltado para la poca utilidad de la que ha sido- Pensó el Black sonriendo maliciosamente.

- Andrea ¿Por qué no te vas con Liliana y nos prestas tu escoba a Avril y a mí?- Inquirió el joven, al tiempo que le dirigía una mirada a Golden y le guiñaba el ojo.

- Fer tú te puedes ir conmigo y que AteNa y Golden se vayan en tu escoba. – Propuso Mitsuki. Mateo sabía que era jugadora de Quidditch, y de su misma posición: Guardián.

Mateo pateó el suelo y despegó con Avril tomada de sus hombros. Se sentía aislado de todo, del caos, del Dragón, de las miles de llaves y cofres dispersos por el castillo. Dio un par de giros rápidos para divertirse, y al ver que entre tanto entretenimiento, habían quedado rezagados, se inclinó hacia delante y aceleró rápidamente.

Cuando llegaron al quinto piso, aterrizó elegantemente y vio que Avril le sonrió amistosamente, informando que le había gustado el viaje. Mateo se volvió hacia Andrea y Liliana. Esperaba que como prefectas supieran la contraseña, en efecto la conocían:

-Varita de regaliz – Exclamaron ambas.

Cuando la puerta se abrió, entraron todos dirigiéndose a la piscina que tenían dentro. Pero Mateo clavó la vista en unos urinarios posicionados en línea recta hacia donde estaba. No lo dudó, recién se daba cuenta que desde la noche anterior no descargaba su vejiga. Miró a sus amigos y se escabulló hasta adentro. Cuando salió, vio como Andrea empujaba pícaramente a Golden a la pileta espumada. Sonrió casi feliz, al parecer ir a los urinarios lo había descargado de tanto estrés. Golden miraba furioso a su compañera, pero parecía que había entendido algo que el Black no, y le preguntó a la sirena del cuadro: –Perdona, estamos buscando algo que Paracelso dejo aquí hace mucho tiempo, ¿crees que podrías ayudarnos?- Cualquiera hubiera pensado que en ese estado calamitoso, le estaba rogando por ayuda. De pronto todos se voltearon hacia Mateo, quién ahora jugueteaba con su daga de plata. Se sintió observado y se preguntó qué había hecho, cuando los 7 jóvenes se acercaron y pasaron por al lado suyo buscando algo en un rincón de la pared.

- Oigan…-dijo Andrea llamando la atención de sus compañeros –creo que encontré algo.-


Mistuki apoyó su varita en un ladrillo que parecía tener una letra "P" impresa. Nada sucedió. Mateo se acercó y ya empezaba a preguntarse cómo el grupo de Liliana había encontrado ese diario si pensaban que con un simple hechizo o posando la varita conseguirían desentrañar secretos.

- A lo mejor hay que darle algo, como en la cueva… - Empezó Mateo, buscando sugerencias. Pero las voces de Andrea y Liliana eran sólo ruidos imperceptibles para el joven. Su tic había vuelto, el mago se pasaba la lengua rápidamente por la cicatriz que iba desde su ceja derecha hasta el labio, en general esto ocurría cuando pensaba en algo concentradamente. Cuando una voz de otro hombre habló:

- Tal vez... tal vez una combinación - Titubeó Fernando, y todos lo miraron. Se acercó lentamente al muro y miró los ladrillos. - tal vez la combinación mas conocida que existe para abrir un muro.- Dijo, consciente de que sonaba utópico. Mateo lo examinaba lentamente. Hacía unos minutos había intentado abrir un libro antiguo con un simple hechizo. ¿Daría en la tecla esta vez? ¿O sólo sería una nueva humillación?.

- ¿No querrás decir...? - Mateo miró a Fernando, y este asintió con la cabeza. Entonces el mago con el chaleco esmeralda empezó a tocar los ladrillos que rodeaban la letra "P" -Tres arriba... dos horizontales... -susurró. Sentía que estaba realizando algo estú.pido, pero cuando dio el último toque, el ladrilló se retrajo y empezó a formar un agujero tubular. Avril metió la mano muy segura -Algún día se encontrará un gran bicho infeccioso- Pensó el Black, cuando su amiga extrajo un diminuto cofre de madera con algunas joyas incrustadas.

Mientras algunos felicitaban a Fernando por su idea, Mateo miraba para arriba resignado pensando: -Por Merlín, ¿Cuántas llaves nos hará buscar este viejo loco?- . Pero Mitsuki, que había pedido el diario a Andrea, sacó a relucir una llave plateada del mismo. Mientras explicaba a algunos, Mateo arqueó la ceja y la miró, preguntándose qué esperaba para abrir el condenado cofre.

Para su sorpresa, dentro yacía OTRA llave. El mago blanqueó los ojos y estuvo a punto de darle un puntapié a la pared pero le pareció más sensato no hacerlo. A la que no le parecía insensato era a Andrea, que pataleaba de furia, al parecer tampoco le caían bien las llaves.

Cuando salieron fuera del baño, escucharon una voz distorsionada, como si fuera un eco. Liliana reconoció la voz de una chica de Gryffindor, pero aclaró que sólo era su Patronus. Parecía que estaba en su Sala Común, con


algo muy confidencial. -Cómo sea el diario íntimo de Circe y sus amoríos, me suicido.- Se dijo para sí el Black.

Mientras caminaban hacia allí vieron a Tontín con su pijama con algunos compañeros. Trataron de alcanzarlos pero al llegar al retrato, éste ya se había cerrado. A Mateo no le hacía ninguna gracia entrar allí, pero quería que terminara todo de una vez así que preguntó al ver que no sabían la contraseña: -¿Y como se supone que entremos si no tenemos la contraseña?- Dijo al tiempo que veía que algunos reían para su sorpresa. De nuevo Andrea y Lili se dirigieron miradas de complicidad. Luego la vampiro nos pidió alejarnos de allí un momento. -Claro, ahora somos un maldito rebaño de ovejas- Pensó exasperado el joven de chaleco.

Luego de que Liliana lo convenciera, el cuadro accedió a darles la contraseña y vio un salón con paredes de tapiz escarlata y dorado, repleto de jóvenes con túnicas de distintos colores, pero ninguna verde escarlata. Impensadamente, Mateo lo encontró relajante y aprovechó su momento para alejarse en solitario hacia la ventana, al tiempo que todos los alumnos saludaban efusivamente a los de su casa. El Black se había dado cuenta que era el único de Slytherin, y por suerte para él, Avril había trabado conversación con algunos tejones cuando se le estaba por acercar. Necesitaba un tiempo a solas.

El desastre no había cesado. El Dragón seguía escupiendo fuego maldito como si se hubiera tragado un chile jalapeño del tamaño de una torre. Ya casi nadie corría por los terrenos, sólo veía movimientos que rozaban los tupidos árboles en donde comenzaba el Bosque. No podía ver más allá, la arboleda creaba una especie de cielorraso impenetrable a simple vista.

Mientras jugueteaba con la cadena que había portado la llave, y pensaba que tal vez la había tenido muy poco tiempo, sus pensamientos se tornaron hacia su equipo. ¿Acaso Conxuro habría logrado salir de la Fortaleza? ¿Wendy estaría bien sin Orión? ¿Casca habría estado segura?. Antes que pudiera imaginar lo peor, una voz potente se oyó en el salón. Mackenzie acababa de entrar y se disponía a comunicar algo que se intuía era importante. Mitsuki La fiesta parecía reinar en la Sala Comun de Gryffindor. Aunque el dragón aún parecia estar haciendo estragos fuera del castillo todos estaban embriagados en una intensa algarabía. El hecho de haberse reencontrado con sus amigos y equipos, encontrarlos a todos sanos y salvos era ya suficiente razon para festejos. Pero para ella la momentanea aparicion de Keacher que la habi alegrado ya se eclipsaba por oscuros pensamientos. Se fijó en Mateo que estaba mirando por la ventana, y acercandose al rincón se


puso ella tambien a obserbar la nada. Nadie de su equipo estaba en la Sala Común de Gryffindor, no se habíra cruzado a ninguno en todo el trayecto. Supuso que estarían bien, ya que todos habrían sido mas que capaces de escapar del campamento a un lugar mas seguro. Pero les hacía falta en aquellos momentos en que todo el mundo festejaba una aparente victoria colectiva. Su mirada se poso mas allá de los muros que marcaban los limites de Hogwarts y un dolor aun mas punzante se apoderó de su pecho. Hacia unos meses, al comenzar el torneo, quien había sido su prometido durante un año, Cygnus Black habia quedado fuera del torneo. Habían podido verse a pesar de todo, pero hacia poco tiempo la distancia que los separaba sehabía acrecentado, y el decidió marcharse del castillo. Abandonándola a su suerte hasta que el torneo terminase. Dejandola completamente sola. De un dia para el otro se monto en su escoba, pidio un mes de plazo y se marcho... Hubo un murmullo colectivo en la Sala Común que trajo a Mitsuki denuevo de sus tristes pensamientos, y se enjuago una lágrima con el dobladillo de su túnica al tiempo que vio entrar por el orificio del retrato la impacible figura de Mack. Algunos alumnos se pusieron de pié, otros la saludaron con las manos, a lo que ella respondio con una leve inclinación de la Cabeza. Ahora solo quedaba escuchar sus ordenes y entregar lo que cada uno pudo conseguir dando todo de si... esa pesadilla estaba por concluir.. andrea_tkm_hp -¡OTRA LLAVE! - gritó Andrea y de su varita salieron chispas rojas -Ya no, me harté de este viejo loco y sus cuentos chinos, yo me voy...-anunció antes de salir refunfuñando

Evidentemente enfadada la vampira empezo a maldicir de todas las formas posibles y en todos los dialectos que se sabía al viejo loco ese y su maldito afán por las llaves. Iba tan enfadada que no se dio cuenta que dirección estaba tomando, solo caminaba por no estar parada en un lugar o se desesperaría aún más. Inconscientemente iba e en dirección a la torre norte cuando una voz diferente a las que conocía la saco de su ensimismamiento.

-Padrinito, Tontin, acérquense a la Sala Común cuanto antes... quienes vengan con ustedes que por favor sean de confianza... tengo algo importante q mostrarles-

-Esa voz la conozco - dijo Liliana - es de Mica, una alumna de Gryffindor. Pero debe ser un Patronus el que dijo eso, por el eco ese que emite.-

-Bueno, entonces vamos a la sala común- propuso Mitsuki que sostenía el pequeño cofre -Esta llave debe servir para abrir algo, y tal vez alguien más lo haya encontrado.-


Se encaminaron hacia el séptimo piso y pudieron dislumbrar muy a lo lejos a varias personas. Una de ellas traía una pijama bastante extravagante y corto. Observaron como los magos entraban a la sala común a través del cuadro de la Dama Gorda mientras ellos seguían caminando en la misma dirección

-¿Ustedes vieron lo mismo que yo? - murmuró perpleja Mitsuki - Ese pijama..-

-Ah si - dijo Fernando - si no me equivoco era Tontin.

-¿Contraseña? - dijo entonces la Dama Gorda que los hizo dar un brinco.

-Muy interesante -musito Andrea, estaba mirando el mapa del merodeador.

-¿Eso es la contraseña? - preguntó Fernando sorprendido.

-No, claro que no – le respondió Andrea - Pero miren que peculiar se ve Tontin en el mapa - señalo unos puntitos que se veían todos en la Sala común: "Legolas""Mica""Keacher"y uno muy particular rezaba "Tontin Dudley", estaba pintado de muchos colores, parecía como si su pijama también resaltara en el mapa.

Ante estas palabras los chicos se empezaron a reir olvidando por un momento el peligro en el que estaban y que afuera de esos muros se encontraba un dragon lanzando fuego maldito y destruyendo todo lo que quería. Andrea sabía que la contraseña sería distinta a la última vez y que siendo ella y Liliana prefectas la dama gorda se las tendría que dar. Miro a su compañera que parecía ilusionada por que se la dieran a ella y decidió que ella entretendría a los demás mientras su compañera conseguía la contraseña para entrar.

-¿Y bien? – preguntó la vampira acercándose con los demás después de esperar un momento

-todo en orden compañera- y el retrato se abrió ante sus ojos dejando a la vista la acogedora sala de los leones, en la cual se encontraban la mayoría de los participantes

Entraron todos y se fueron dispersando por la sala. El tiempo pasaba y más magos y brujas llegaban a la sala común, la cual pronto se lleno de estudiantes de todas las casas que platicaban de manera amena.


-Por fin en casa – suspiró felizmente Andrea al verse en su querida sala común

Siempre podía encontrar confort en su sala común, sino era posible mientras llevaba acabo su rol de prefecta si por las noches que estaba casi tranquilo. Tomo rumbo hacia la habitación de chicas y se sentó en los escalones descansando la cabeza sobre el muro y permitiéndose cerrar los ojos aunque fuera solo un momento. No se podía decir que estuviera muy cansada, pero pocas veces o más bien en ninguna ocasión había tenido que estar tan alerta mientras estaba en un curso del colegio.

Abrió de nuevo los ojos y no pudo evitar sonreír al ver como la mayoria platicaba entre ellos y se comentaban todas las travesías y aventuras que habían tenido hace apenas unas horas. Volvió a ver a su prima y se estiro como si fuera un gato antes de pararse y tomar impulso y aventarse sobre ella.

-Oye-le reclamó Atena que ahora se encontraba contra el piso y aplastada por la vampira

-Es mi forma de decirte que te extrañe boba – le dijo al tiempo que el retrato dejaba pasar a otra persona.

Volteo por mera curiosidad a ver de quien se trataba ahora y pudo ver la imponente figura de Mack ante los concursantes que descansaban en la sala común y se reunían con sus compañeros. La vampira se levantó para ayudarle a parar a su prima e irse a recargar a la pared más cercana para escuchar que era lo que tenía que decirles Mack.

AteNa -¡ATENA! Me alegró tanto de que estés bien – exclamó la vampira al tiempo que abrazaba a su prima mientras sonreía – estaba muy preocupada por ti – le reprochó y acto seguido le dio un zape.

-¡Auch! Yo también estaba preocupada por ti – dijo AteNa al momento que le regresaba aquella muestra de cariño con un poco más de intensidad.

-¡ANDREA!- gritó su capitán que enseguida corría hacia ellas formando un "abrazo grupal".


-¡Capi! Me alegro de que estés bien ¿estabas con Atena?-preguntó Andrea.

AteNa la miró casi riéndose - no, estaba con el monstruo del lago ness- pensó para si. Sintió que había pasado demasiado tiempo con Mateo y sonrió con más intensidad.

-Si, sabes que alguien tiene que ver que no se meta en problemas ella sola – dijo Golden mientras sonreía.

-Claro, gracias por cuidarla – dijo Andrea con solemnidad.

-¡HEY! Que yo estoy aquí – reclamó AteNa el momento que hacía un puchero.- No soy una niña pequeña- susurró en un tono tan bajo que nadie más la escuchó.

-Por eso lo decimos – confesó Golden antes de abrazar a las dos chicas haciendo que casi se quedaran asfixiadas por la intensidad del abrazo

-Bueno bueno, ya sé, después de que todo esto acabe hacemos una fiesta y lo que quieran. Pero primero tenemos que terminar con esto y salir vivos ¿no?, aún tenemos cosas que hacer y cosas por descubrir - dijo Andrea al momento que rebuscaba en su mochila.-Adivinen lo que recupere- y con una gran sonrisa sacó un extraño libro.

-De veras Andrea, ¿Cuántas cosas caben ahí? – preguntó Lili a la vampira sin esperar respuesta.-Bien, parece que todos sabemos de lo que hablamos, Paracelso traicionó a sus compañeros, no sabemos bien porque o en qué, pero parece que es una pieza clave para resolver este embrollo en el que estamos metidos-

-Pero necesitamos la llave- Mitsuki que estaba un poco apartada.

-Eso puede solucionarse- dijo un tal "Fernando" mientras se acercaba al libro –


Alohomora-

AteNa estudiaba el rostro de Mateo que observaba a todos con desconfianza, al ver que el libro no respondía a los hechizos de Fernando, caminó lentamente llevándose una mano hacia el cuello, AteNa sabía lo que pensaba e iba a intentar hacer, el mago del cabello negro sacó al fin la llave que llevaba colgada con una cadena y rápidamente la introdujo en la cerradura que al momento emitió una pequeña luz, se escuchó un chasquido dejando a la vista el contenido del libro.

Andrea comenzó a leerlo en voz alta para que todos pudieran escuchar. AteNa tenía la mirada perdida,pero escuchaba atentamente a su prima, aquella página decía algo de cinco llaves y unos cofres que se habían perdido o algo así, el autor relataba dónde podrían encontrar el primero de los cofres, y que no podía dar más información por temor a que cayera en malas manos.

-¡Es su diario!.- Exclamó Liliana mientras se giraba para encontrarse con Andrea Y creo saber dónde está ese lugar del que habla Paracelso.-

-¡El baño! - dijo Andrea golpeándose la frente con la palma - Tanto tiempo ahí lo has notado tu primero que hace poco lo conoces.

Liliana propuso que fueran al baño de prefectos, ante esa idea el enorme grupo asintió casi al mismo tiempo, AteNa se acercó a donde estaban los que en los últimos días habían sido sus compañeros, cuando caminaba hacia ellos, notó que Mitsuki se acercaba hacia su prima, observó desde ese ángulo por un momento, hasta que alguien llamó su atención.

-OK, tenemos que ir hasta allí. Tú llévate a AteNa y yo a Avril en las escobas. Aún no confío en Liliana y Mitsuki. -dijo Mateo a Golden, al parecer su amigo también


había notado aquel extraño comportamiento por parte de Mitsuki.

-¿¡Van a venir o qué diablos están haciendo!? -gritó Fernando hacia donde estaba Andrea, las dos brujas corrieron rápidamente, llegando en un par de segundos a donde todos se encontraban.

-Tendremos que ir por parejas- exclamó Liliana

- Andrea ¿Por qué no te vas con Liliana y nos prestas tu escoba a Avril y a mí?sugirió Mateo.

- Fer tú te puedes ir conmigo y que AteNa y Golden se vayan en tu escoba. – Propuso Mitsuki.

AteNa obligó a Golden ir atrás, le encantaba volar, aunque nunca le había parecido muy cómodo ocupar otra escoba que no fuera su saeta, Golden hacía comentarios divertidos provocando que la bruja se riera sin parar, y en más de una ocasión haciendo que perdiera un poco el control de la escoba.

-Varita de regaliz – exclamaron Andrea y Liliana al mismo tiempo, cuando llegaron frente al baño de prefectos.

La puerta se abrió ante ellos y todos caminaron hacia el interior, AteNa observaba admirada aquel lugar, lo había visto muchas veces en fotos, pero en las imágenes no se mostraba aquel desastre.

-Bueno, tenemos que buscar bien por todas partes – dijo Mitsuki.

-Pensé que en la oficina mínimo si serías ordenada primita – comentó AteNa


mientras esbozaba una sonrisa.

-Sería más fácil si le preguntamos a la sirena ¿no creen?- dijo Avril.

-Estoy de acuerdo- ahora Golden era el que hablaba, miró a la sirena que se cepillaba el cabello sin prestarles atención y caminó hacia allí. –Perdona, estamos buscando algo que Paracelso dejo aquí hace mucho tiempo, ¿crees que podrías ayudarnos?-La sirena no hizo ningún movimiento y todos los magos se miraron unos a otros intentándose explicar el porque de su indiferencia.

-Déjame ayudarte, Capi – dijo Andrea que en ese momento caminaba hacia él- Para que la sirena te haga caso solo puedes hacer una cosa –le contó mientras hacía que retrocediera hasta quedar al borde de la tina que estaba llena en ese momento.

AteNa la miraba fijamente, no entendía que era lo que su prima trataba de decir, de pronto, lo pudo comprender, volteó rápidamente hacia Golden y con la misma velocidad observó a Andrea, conocía muy bien a su prima e intuyó lo que esta iba a hacer a continuación.

Se escuchó un breve chapuzón, Golden estaba dentro del agua completamente mojado; nadie pudo contener la risa, ni siquiera el mismo Golden que a pesar de su mirada furiosa, mostraba una sonrisa en el rostro.

-Andrea- le dijo Golden cambiando su cabello a un rojo brillante.

-Lo siento- respondió – no pude evitarlo, pero ahora sí, si le preguntas seguro responde – explicó la prefecta.

Golden se quito el pelo de la cara y volvió a formularle la pregunta a la sirena, la


cual esta vez decidió escucharlo para enseguida mover la cabeza hacia el lado izquierdo de su habitación, contemplando atentamente algo. Todos se arremolinaron lentamente en aquel punto, AteNa contemplaba a Golden que aún estaba dentro de la "bañera".

Cuando volteó, observó una pequeña abertura no muy profunda, habían hecho un agujero en la pared quién sabe como, Avril extendía una mano dentro y seguido de esto sacó un pequeño cofre de madera con joyas incrustadas. Después, Andrea volvía a sacar el diario y mostraba otra llave que al parecer habían ocultado por medio de magia; Mitsuki introdujo la llave en el cofre.

-¡OTRA LLAVE! - grito Andrea cuando pudo divisar lo que había dentro, de su varita salieron chispas rojas -Ya no, me harté de este viejo loco y sus cuentos chinos, yo me voy...-

Salió dando patadas en el suelo del baño, y todos la siguieron, AteNa sonreía y caminaba detrás de todos, un momento después Golden, que ya había salido del agua, la alcanzó.

-Padrinito, Tontin, acérquense a la Sala Común cuanto antes... quienes vengan con ustedes que por favor sean de confianza... tengo algo importante que mostrarles- se escuchó de pronto, la bruja de cabello castaño intentó buscar el lugar de donde provenía. Después de escuchar el mensaje se encaminaron a la sala común, pero en el camino parecieron vislumbrar algunas sombras.

-¿Ustedes vieron lo mismo que yo? - dijo Liliana - Ese pijama..

-Ah si - dijo Fernando - si no me equivoco era Tontín.


-¿Contraseña? - dijo entonces la Dama Gorda cuando por fin llegaron frente a su cuadro.

-Muy interesante - dijo Andrea de un momento a otro.

AteNa la volteó a ver con curiosidad pero al girar su cabeza observó algo, Andrea contemplaba el mapa del merodeador, su mapa del merodeador,-¿cómo era posible que lo tuviera?¿cuándo se lo había quitado?, a veces aquella vampira resultaba ser una molestia- pensó AteNa y sonrió irónicamente ante la mentira que ella misma había pensado- amaba a su prima y a todas sus ocurrencias, pero si lo hubiera tenido en sus manos... para que hacerle, ni siquiera se había acordado que tenía el mapa que su papá había creado junto con sus amigos, ya encontraría el momento adecuado para recuperarlo.-

-¿Eso es la contraseña? - preguntó Fernando sorprendido.

-No, claro que no - dijo Andrea - Pero miren que peculiar se ve Tontin en el mapa señalo unos puntitos que se veían todos en la Sala común: "Legolas""Mica""Keacher"y uno muy particular rezaba "Tontin Dudley", estaba pintado de muchos colores, al parecer incluso en el mapa resaltaba su pijama.

De pronto el retrato se abrió, dentro de la Sala Común de Gryffindor había mucha gente, incluso magos de otras casas, era sorprendente, los magos de todas las casas unidos, por un mismo fin, salvar a Hogwarts de aquel poderoso dragón, o al menos eso era lo que AteNa quería creer, aunque sabía por demás que mucha gente quería aprovecharse de aquel caos para beneficiarse a si misma.

El ambiente de la torre era completamente relajador, parecía que todos habían olvidado ya, que, fuera de esos muros, volaba un dragón sumamente poderoso,


enfurecido quién sabe por que, Andrea fue a sentarse en los escalones que conducían a los dormitorios de chicas, recargó su cabeza contra la pared y cerró los ojos. AteNa suspiró, al parecer su prima estaba exhausta.

-Mínimo estará quieta un rato- pensó la bruja, y como si le hubiera leído la mente, Andrea se abalanzó sobre ella aplastándola contra el piso.

-Oye- reclamó AteNa sonriendo radiante, la bruja estaba feliz de estar con su prima nuevamente.

-Es mi forma de decirte que te extrañe boba – contestó Andrea.

AteNa iba a contestarle cuando escuchó que alguien más entraba a la Sala Común, de pronto todos se quedaron callados, Andrea estiraba una mano hacia la bruja que estaba en el piso, ambas giraron la cabeza para ver entrar a Mackenzie que ahora caminaba lentamente hacia el centro del lugar, al parecer estaba a punto de anunciar algo muy importante; todos los magos la observaron. mdrhpa Iyón y yo nos tumbamos un ratito en una de las camas. Estábamos agotados, sobretodo yo... Iyón estaba muy preocupado y a la vez feliz por lo que le había dicho minutos antes. "Eres libre... ...serás como un hermano para mi..." Me extrañó mucho que al decirle eso, no se pusiera a gritar o algo por el estilo, ya que los elfos domésticos no permiten que su amo les diga una cosa así para cumplirla. Pero enseguida me di cuenta de que Iyón no era un elfo doméstico normal, era mejor que eso, no se ponía nervioso ni nada de eso, quizás porque desde pequeño le habían criado así, asi que decidí preguntárselo:

-Iyón, ¿desde cuando llevabas sirviendo a tu antiguo amo?

-Desde siempre, desde que la memoria me llega, mi padre era sirviente de el padre de mi


amo y mi madre era sirvienta de la madre de mi amo...

-¿Cómo se llamaba tu amo?

-John Lennon, era un chico muy activo y bueno conmigo, pero como ya te he dicho antes, una de las pocas cosas que no me dejaba hacer era comer golosinas...

-Mmm, ¿John Lennon? No me suena de nada... No sé, ahora mismo no caigo.

-No me extraña, no es un chico muy conocido, digo era, no tenía amigos, por eso sus padres me "contrataron" para que yo fuera su elfo doméstico.

-Pobre John, no me puedo ni imaginar lo que habrá sufrido...

-En cuanto salió del campamento, un chico que le tenía envidia desde hace mucho, hizo llamar la atención del dragón para que matara a John, yo en cuanto lo vi, salí corriendo para salvarlo, pero era demasiado tarde, el dragón lo había quemado... Snif, sinf, pobre John... Buaaa, buaaa...

-Tranquilo Iyón, ahora me tienes a mi, juntos podrás olvidar esa imagen de tu cabeza y recordar siempre a John en tu corazón... ¿Qué pasó con el chico ese?

-Vi como un mortífago le mató poco tiempo después, me alegro... Se lo tenía bien merecido...

-Ni que lo digas, Iyón, ni que lo digas... keacher


Una mano me despeino y me sacó del arduo trabajo de las llaves. En definitiva ese perfume era inconfundible, Liliana. Y detrás de ella alguien se alegró de verme para sorpresa de todos. -¡¡Kea!! - Grito Mitsu, y se abalanzo sobre mí para abrazarme con fuerza- no sabes lo que quería ver una cara conocida. - Y a puesto que no esperabas una tan linda como la mía eh- Dije para sacarle dramatismo a la situación, pero ella pareció ignorarme para hablar con Tontin y sus pijamas.

En la sala común se declaró libre albedrío durante toda la noche, nada mal para un pequeño elfo, una semana bastante movidita pero aún así sus amigos estaban bien, todos contentos por situaciones particulares y yo con mi cara de idi*** de siempre pero esta vez sonreía valla a saber que tenia esa cerveza de mantequilla.

En medio de todo el alboroto formado por los participantes del torneo, todos de diferentes casas y colores, apareció Mak, esperaba que no me dijera nada al ver su ropa interior colgando de la chimenea cual estandarte de victoria… parecía tener algo importante que decir, así, que igual que todos, la escuché, ¿Qué pasaría ahora? Sagitas Mica carraspeó ligeramente. Me extrañaba que no supiera si mi querida Pierna Bonita estaba por allá en la Sala. Me puse de puntillas intentando mirar por encima de su hombro. Sentía que unos clin-clin-clin-clin me atraían, unos sonidos como de miles de llaves que me llamaban hacia aquel grupito de personas que se sentaban mirando algo que no distinguía.

-- Son las llaves de mi amor, debería buscar cual llave abre el corazón del

poseedor de mi pierna glamurosa.

Aparté a Mica de mi pensamiento y me dirigía hacia las llaves. Todos tenían sus llaves del Amor, incluso una llevaba una pieza íntima colgando. ¡Yo quería encontrar las llaves de Tontín Tintón antes que nadie! ¡Ohh, si yo encontrara la que poseía un trocito minúsculo pequeñito enano del pijama de mi Amado!


Y de repente sentí su voz. ¿Su voz era esa? Era tan…adorable, exquisita, fantástica, maravillosa como su pierna.

--¿Tontin? ¿Eres tú? -- pregunté antes de abrir la puerta de entrada a la sala común de los lindos y magníficos rojos que sería mi casa para siempre si me lograba casar con Tontíntóntilín -- ¿Tontín? ¿Dónde estás?

Delante de la Dama Rellena de buenos sentimientos de Paz, Amor y Boda a la vista había un grupo, cada vez más numeroso de chicos que querían entrar en la sala común y participar de la buena nueva de mi futuro abandono de la soltería. Pero fruncí el ceño al darme cuenta de que ninguno enseñaba mi pierna preferida.

Me volví al interior a la Búsqueda y Captura de lo que mi corazón ansiaba. Alguien me pidió la contraseña para entrar. ¡Qué crueldad! Nadie parecía conocer que era “Tontín el BienAmado”, tuve que decirlo en alto, a ver si se la aprendían de una vez esos muchachos y lo gritaban bien fuerte antes de entrar en la Sala.

-- ¿Cómo que aún conservas a ese maloliente tubérculo como contraseña?

Creí oportuno reñir a la Damisela de Corpiño Exquisito que vigilaba la entrada. No podía permitir que se le restara reputación a mi hombre-patitas por una patata podrida. Suspirando por la incomprensión de aquella mujer pintada hacia mis sentimientos me acerqué a todos los grupos buscando la pierna de mi desconsuelo.

-- ¿Tontín? ¿Tintón? ¿Tilín tílín? ¿Dónde estaaaaásss?

Delante de mí vi al portador del pijama multicolor más atractivo que nunca nadie en el mundo mágico ni en el muggle haya nunca llevado.


-- ¡Ohhhh, Ton….!

Me callé lo más rápido que pude. Una chica, que hacía unos momentos me había saludado y ni siquiera le había hecho caso porque ¿para qué hacer caso si el mundo no existe para mis ojos enamorados? ¿Qué decía…? ¡Ah, sí…! Pues esa chica se acababa de mancillar la frente de mi amado con un beso!

-- ¡Oh, Impía! Yo la mato. Ha de ser una bruja peligrosa si tras su beso

hechizado mi Amado ha cerrado los ojos y se ha quedado dormido y soltando maravillosas “zzzz” entre sus deliciosos labios.

Salté enfadadísima a destruir a aquella Arpía cuando Deivid me sujetó del brazo impidiendo mi justa venganza sobre la persona de Liliana, nombre maldito por osar besar a mi Tontín del alma.

El abrazo de mi amigo me detuvo con fuerza. Por poco me arranca el brazo y noté que varios botones de mi blusa blanca (¿era blanca aún después de todo lo pasado? Pues sí, aún era blanca perla, debía de ser mágica) cedían y volaban fuera de la cárcel de los ojales. Demasiado atrevida la blusa abierta liberó algo más de lo que debiera.

Algo por dentro me decía que mi mente deliraba. Le miré a los ojos y parpadeé, como librándome de un sueño que me ataba. Estaba desconcertada.

-- ¡Oh, Deivid! ¿Pero dónde andabas metido? --le dije al ver que exponía sus piernas desnudas de híbrido licántropo.

Sus palabras eran divertidas y me reí. Aún sujeta por su brazo avancé hacia él. Se me había olvidado qué era lo que iba a hacer y qué era lo que hacía en aquella sala atiborrada de gente. Avancé un paso y algo se cayó al suelo. ¿Qué más da qué fuera si tenía delante al hombre de mis sueños?


Ahora la nebulosa había desaparecido y encontraba sentido a mi vida. ¡¡Amaba a Deivid!! ¿Cómo era que no me había dado cuenta hasta ahora?

Caballeroso, amable, el más gentil entre los presentes, se agachó a devolverme el libro que hasta ese momento llevaba escondido delante de mis pechos y que los botones malvados habían liberado, haciendo visible mi ropa interior.

-- “Embrujo Rapid” -- leí embelesada. – “Como enamorarte al primer vistazo”

Intenté devolverle el libro a Deivid, ¿para qué quería yo esa birria de ejemplar si el hombre de mi vida, el hacedor de mis deseos, el padre de mi futura descendencia, el amante presente de mis días, noches, tardes y demás etapas del tiempo que pretendía pasar con él hasta el fin de nuestras vidas.

-- No, no… Guárdatelo de nuevo en... ahí… entre…

Intentaba devolverme el libro pero yo cogí sus dos manos y las acerqué a mi pecho.

-- Lo guardaré donde tú quieras, amor mío…

Parecía que el Amor inundaba la Sala Común de los Gryff, y no precisamente éramos sólo los tejones los que protagonizábamos las escenas tórridas, con el beso de tornillo que se acababan de hacer Darla y Coyo-T, la pareja que reconocía cerca. Había más acaramelados. Además, oía una música de fondo que nos acompañaba, diciendo que yo era divina…

-- ¡Bah!, Imitadores. Mi amor es mucho más puro -- Y sin pensar en nada más besé con pasión desmedida a mi Deivid de mi alma y de mi corazón.

Un carraspeo y unos susurros anunciando que alguien importante iba hablar provocaron un gran silencio en la sala. Yo seguí besándole. Lo que le pasara al


Torneo, al Colegio, al mundo entero ahora no importaba, ahora que había encontrado a mi amor verdadero.

Al menos que el Dragón quisiera tostar a mi Deivid, que entonces se iba a enterar ese dragoncito…

Al final resultaba que mi libro no era falso sino que era un verdadero libro de magia antigua, pues ya se sabe que no hay nada que una más que el Amor y no la Guerra. Y eso, tal vez, era lo que necesitábamos ahora; unirnos. Pero mi libro quedaba bien protegida donde estaba y sólo mi Devid podría tocarlo.

caroliinaa por fin todo estaba terminando ya no mas, la pesadilla se habia acabado, mientras todos contaban que habian encontrado cofres llaves libros pergaminos y mack ponia orde, me dirigi a una esquina de la sala comun de gryffindor.

me acoste en el suelo recostada contra la pared y por fin con todo en calma en mi cabeza me dedique a pensar ¿que pasaria con minerva, HHH y mdrhpa? ¿como estarian todos ellos? ¿y que habria pasado con el campamento? ¿estarian todos bien? ¿ algun equipo abria surgido perdidas?, con esos pensamientos en mi mente me fui durmiendo.

mi sueño era muy agradable el campamento estaba otra vez en pie y parecia mucho mas grande que antes de que ubiera pasado todo lo del dragon. la fortaleza se veia enorme y otra vez entera.

todo mi equipo estaba con migo y gran parte delos participantes tambien todos con lagrimas en los ojos admirando esa escena. Mica17


El ambiente se había poblado de alegría debido a loe reencuentros. Los miedos comenzaban a disiparse al poder ver al fin los tan ansiados rostros de nuestros amigos y compañeros sanos y salvos.

Al fin la pesadilla parecía haber terminado y brotaban las primeras bromas, cantos, risas… y ese aire tan cargado de emociones se sentía en cada movimiento, aliviándonos del sueño, las heridas y todo lo que nos afligió durante las largas horas de aquella noche.

Pero la historia no estaba sellada aún, ya que afuera un gran dragón continuaba fuera de control, lanzando fuego maldito y destruyendo lo que se le cruzaba. Vi cómo todos parecían haberse olvidado por completo del origen de nuestro karma.

Aún sostenía el cofre entre mis manos, esperaba que entre todos los presentes alguien tuviera en su poder la llave para abrirlo...

caroliinaa senti unfuerte golpe en mi cabeza y me desperte,dormida me habia terminadoacurrucando en el suelo y me habia dado la cabeza contra la pared. alvaro al ver que me despertaba se acerco a mi -¿estabas cansada? - parecia estar conteniendo la risa, de seguro mi aspecto no era nada bueno, como pude me peine el pelo con los deds me lo ate en una coleta. en la SC todos parecian felices y divertidos, todos menos mica , mica miraba el cofre que tenia en la mano pensatiba no parecia tan feliz como el resto y tampoco festejaba con ellos. me aserque a donde estaba y le pregunte - ¿que pasa mica? ¿es que todos se olvidaron que todo esto que sucedio en el castillo fue por el dragon uqe todabia esta suelto y quemando tod a su paso? - mica parecia procupada encerio. - por favor, es que esto nunca va a acabar - susurre- ahora tenemos que dormir un dragon.


le dedique una sonrisa a mica y me fui nuevamente a donde estaba alvaro, parapreguntarle que me habia perdido mientras dormia, el me contesto que no mucho que habian abierto unos cofres y que mack habia dicho unas palabras, asi que ahora solo faltaba dormir al dragon, solo eso, pero eso era mucho. tontin dudley Y pasaron los milenios. Los participantes miccionaban en las esquinas, las mujeres tenían más pelos que los hombres, y la sala común de los leones olía a tigre, pero nadie se movía, querían ver la llegada triunfal de Mackenzie. Durante todo ese tiempo habían circulado muchísimas teorías sobre su tardanza. Quizas un perro de tres cabezas se había comido sus deberes. O había encontrado un atasco en el tránsito aéreo de escobas. Tal vez alguien la dejó colgada en el club de duelo. Estaba ya por irme. Miré el reloj. 50 puntos más para Gryffindor, pero ni idea de que hora era. Pero irme después de esperar tantos años... ¡Cinco minutitos más! ¡Sólo 5 más! Y al cabo de 3 años más, apareció Mackenzie.

Liliana Ánderlin Todo a su alrededor parecía tranquilo, Lili miraba a todos con una sonrisa, estaba feliz de estar allí, de ver tantas caras felices, todos hablaban apresuradamente, incluso tras la llegada de Mak, los cuchicheos seguían. Desde donde estaba, apoyada sobre el pecho de Legolas miro a Mica, sostenía un pequeño cofre mientras escuchaba a la organizadora. De vez en cuando miraba el pequeño cofre, entonces recordó algo que había escapado de su mente por un momento por la llegada. Después de que Andrea montara en furia por haber descubierto otra llave más, Lili simplemente la había recogido del cofre y había salido con los demás, el tiempo apremiaba. Metió la mano en su bolsillo y noto la pequeña llave plateada, y junto a ella un trozo de papel, quedo sorprendida por el descubrimiento, saco el papel del bolsillo y lo miró. Era el mismo trozo de pergamino que había usado para resolver el enigma de la esfinge ¿todavía estaba allí?. Recordando aquellos entretenidos momentos que pasaba en las clases de historia de la magia, hizo una pequeña bolita que surco la Sala Común hasta aterrizar en la cabeza de Mica, sorprendida, esta miró hacia todos lados hasta encontrar la mirada de Lili. Ella la llamó con un gesto de la mano para que se acercara, por nada del mundo saldría de entre los brazos de su amor, no ahora, no en este momento y no con todo lo que le había costado llegar hasta ellos.


Mica17 Tenía la mirada fija en mi hallazgo, tal vez después de todo no fuera de vital importancia pero… o tal vez nos diera una pista de cómo dormir al dragón… las ideas revoloteaban en mi mente sin llegar a tener mayor claridad… eran solo ideas que se agolpaban unas a otras… - ¿que pasa mica?- carolina se había acercado a mí. Tal vez alarmada por mi cara de angustia en medio te tantos festejos. - ¿es que todos se olvidaron que todo esto que sucedió en el castillo fue por el dragón que todavía esta suelto y quemando todo a su paso?- le respondí con un dejo de histeria en mi voz. - por favor, es que esto nunca va a acabar - susurró- ahora tenemos que dormir un dragón.- sonrió débilmente y se alejó. No quería interrumpir la calidez que todos experimentaban, merecían dispersarse después de tanto jaleo. Miré hacia el retrato a ver si asomaba alguno de los organizadores, pero parecían haberse retrazado por algún motivo. Algo me golpeó con suavidad en la cabeza, una bolita de pergamino calló al suelo. Volteé en la dirección de la que prevenía el proyectil y allí encontré a Lili mirando hacia donde yo estaba desde la comodidad de los brazos de mi padrinito. Caminé hacia allí, de seguro tendría algo pare decirme…

Liliana Ánderlin Mica se acerco todavía con el cofre entre sus manos, parecía apesadumbrada, Lili lo comprendía la pobre lo había pasado mal seguro, como todos, y todavía parecía confusa. Cuando la chica llego a su lado apartó un mechón de cabello de su rostro con aire maternal, como quería a esa leona, era toda una Gryffindor, valiente, leal… y sobre todo su ahijada, la conocía prácticamente desde su nacimiento y siempre estaría velando por ella. -Tengo algo que a lo mejor te sirve- una gran sonrisa se dibujó en sus labios mientras Legolas las miraba, no sabía a qué se refería Lili, pero si sabía que ella, fuera de la manera que fuese, siempre encontraba una solución. Ella haría o por lo menos intentaría con todas sus fuerzas que su ahijada pusiera una sonrisa en su cara.


Saco la mano del bolsillo y la situó frente a unos ojos verdes que se agrandaron hasta parecer dos veces lo que habían sido, en ella brillaba algo plateado y pequeño, algo que podía solucionar el estado de ánimo de la chica.

Mackenzie Yellbridge La Sala Común de Gryffindor parecía un oasis en mitad de un desierto de fuego, caos y destrucción. Los participantes se habían unido en una animada charla sobre los acontecimientos de aquel largo día y aprovechaban el momento de paz para liberarse de las tensiones vividas. Muchos se dejaban llevar en los brazos de Afrodita y daban rienda suelta a sus pasiones, otros, más prácticos, quizás, preferían los brazos de Morfeo. Y algunos otros jugueteaban impacientes y hartos ya de tanta relajación. El retrato de la Señora Gorda la dejó pasar, pues uno de los participantes la había esperado, horas y horas, en la entrada para darle la contraseña en cuanto llegara. -¡Menos mal! –pensó la bruja- Sabía que los Gryffindors solían tener contraseñas raras pero aquella era una oda nauseabunda. ¿Alguien había olido alguna vez una patata podrida? Sus aletas de la nariz se entre abrieron un poco, sin que la bruja pudiera evitarlo, y tuvo que pensar en el más delicioso de los perfumes que guardaba en frasquitos de colores en el baño de su habitación en la Malfoy. Cuando la bruja entró a la sala circular, sus ojos resplandecieron al ver allí a todos los participantes, sanos y salvos, compartiendo una agradable velada. Una sonrisa se formó en sus bien perfilados labios, mientras se dirigía hacia uno de los sillones, junto a la chimenea. A la luz del fuego, el cabello de Mack destelleba en reflejos cobrizos y sus ojos verdes chispeaban de encanto. -Encontramos un cofre Mack, con una llave dentro... –comentó Liliana. La bruja se había girado hacia la chimenea, sorprendida por lo que, de pronto, acababa de descubrir allí colgado. -...Y una preciosa tanga de negro encaje, por lo que veo –Mack miró con gesto severo al elfo que justo en aquel momento había corrido a esconderse en un rincón con las orejas agachadas. -Ven aquí Keacher –ordenó la bruja- supongo que eres un elfo libre y no necesitas una de mis… prendas. El elfo bajó los ojos, tratando de disimular una pequeña risita. -¿Será que el espíritu de Fred Weasley anda por aquí entre tanto barullo y se ha apoderado de ti? Bien, es igual, sea como sea, te la regalo –dijo la bruja tendiéndole la prenda que él antes


había tomado… prestada-. Cuando Keacher tomó de nuevo el hermoso tanga, la bruja apuntó con su varita a la pequeña prenda y susurró un Morphos, quedando al instante la braguita convertida en una pequeña áspid que se enrolló en la muñeca del elfo. ¡Ah! – exclamó Keacher dando un gracioso saltito hacia atrás y agitando la mano para soltarse aquella serpiente –eso no se hace Mack, ¡pica! Afortunadamente para Keacher, Mack sólo le había ordenado al áspid que asustara un poquito a Keacher y éste salió del trance sin mayores consecuencias, salvo el sugerente tanga que quedó enroscado a su muñeca, en cuanto finalizó el encantamiento. -Abrimos el Diario de Paracelso con la llave que encontraron Mateo, Golden, Avril y Atena en la mantícora –Mitsuki parecía impaciente por relatar la historia- el libro que os pareció falso a Mistify y a ti era, en realidad, el Diario de ese mago y nos descubrió muchos secretos. -Además tenía una llave dentro –interrumpió Fernando. -Y también nos dio la pista del cofre, el que se encontraba en el baño de prefectos –finalizó Andrea. Mack apenas había podido procesar todo aquel torrente de información, cuando Mica interrumpió sus pensamientos. -Yo también encontré un cofre Mack, aquí mismo, en una roca junto a la chimenea –Mica señaló hacia el fuego que ardía muy cerca de donde estaba sentada la bruja. La bruja comenzó a contar mentalmente cofres y llaves. Realmente aquella era una historia difícil de entender. -Esta bien, chicos, me rindo. Empezad por el principio –sonrió la bruja. Mackenzie escuchó atenta lo que todos tenían que contar. Poco a poco, las piezas iban encajando en su mente y empezaba a comprender... -Por lo que veo tenemos aquí un cofre sin abrir –dijo Mackenzie señalando al pequeño arcón que protegía Mica-. Además había otros tres cofres, uno era el que me entregó Légolas y yo misma abrí con la llave que encontraron Lee, Krazy, Gabry, Sorce y Alex. Un segundo cofre fue, precisamente, el que apareció en el despacho del director con esa llave que sirvió para abrir luego el cofre de Légolas. Y el tercero de los cofres es el del baño de prefectos, que contenía, a su vez, una llave. -Pero hay un cofre más, Mack –Josi se acercó tímidamente hacia la bruja y depositó un pequeño


cofre, parecido a los anteriores sobre una pequeña mesita al lado del sillón en el que descansaba Mackenzie. La bruja miró extrañada a Josí y al grupo de chicos que la acompañaban, Kris, Elvio y Rosa, que habían permanecido callados durante el tiempo en que el resto de los participantes explicaban sus aventuras. -Lo encontramos en la Cámara de los Secretos –dijo Rosa. -¡Vaya! –se sorprendió Mack- Parece que Merlín conocía el secreto de la cámara, después de todo. -Y también hay otra llave –ahora era Xhio la que hablaba- la encontramos en el lago, tras descifrar una clave que descubrimos y que nos puso sobre la pista del calamar. Mack abrió la boca de una forma tan poco disimulada que muchos de los presentes no pudieron evitar una carcajada. Parecía que tenían las llaves de los cuatro cofres, habiendo servido dos de ellas para abrir dos de dichos cofres, que, a su vez, contenían otras dos llaves. Una de ellas la había utilizado para abrir el cofre de Légolas, que Mack había depositado también en la mesita que tenía al lado, y la otra, sin duda, abriría el cofre de Mica. -Mack, ¿qué había en el cofre que te dí? –preguntó Légolas. La bruja volvió a sonreír de la misma forma en que lo hiciera cuando abrió el cofre por primera vez delante de Légolas, justo unos minutos antes de que llegara el patronus de Mica, que los había conducido a todos hasta la sala común de Gryffindor. -¿Adónde fuiste después de abrir el cofre? –preguntó de nuevo Légolas, ante el silencio de la bruja. -A la biblioteca –fue la escueta respuesta de Mackenzie, que miró hacia el cofre de Légolas encima de la mesa, ahora de nuevo, perfectamente cerrado-. Bien Mica, veamos qué es lo que contiene ese cofre. La bruja extendió una mano para que Mica le tendiera el cofre y Liliana se acercó, tendiéndole la llave que habían encontrado a Mack. La bruja abrió el cofre y un pequeño pergamino doblado se desprendió de su interior y voló hasta los ojos de la bruja. Se quedó inmóvil, delante de ella, y el pergamino comenzó a hablar. Era una voz grave y profunda, pero a la vez clara, diáfana y sedosa que envolvía la sala en una espacie de encantamiento, como si los oyentes fuesen serpientes extasiados ante el sonido de algún instrumento mágico. Los jóvenes participantes del torneo se arremolinaron alrededor de


Mackenzie para escuchar mejor aquella voz que surgía del pergamino que acababan de descubrir.

27 de abril 1099 Desde la soledad de estas tierras en las que vine a refugiarme, tras haberme separado de aquellos a quienes llamé mis hermanos, llega el día en que deberé regresar a Hogwarts, donde todo empezó. Ninguno ha comprendido la necesidad de mantener la sangre pura, la necesidad de preservar la magia que habita en nosotros. Me insultaron cuando traté de hacerles comprender que debíamos procurar mantenernos puros en la magia, procurando así que algún día, llegado el momento, surgiesen los elegidos. Algún día nacerá mi heredero y mi lucha no habrá sido en vano. Sólo espero que, llegado ese día, las fuerzas oscuras presten su servicio a la magia por las que fueron creadas y no sean mal utilizadas. Si mi heredero llegara a leer esto, deseo que comprenda la importancia de lo que voy a relatar y que guarde esta información hasta el día en que surjan los elegidos. Pues si alguien llegara a despertar al dragón, antes del tiempo convenido, el caos reinaría por siempre sobre la faz de la tierra y el ciclo de las edades no se realizaría. Nadie que no sea mi legítimo heredero podrá leer este pergamino o abrir los cofres que contienen las llaves. Yo maldigo a todo aquel que profane el secreto y las llaves. Vagarán, de edad en edad y de época en época, como espíritus atados al secreto profanado. No podrán descansar en paz hasta que los ciclos del dragón sean renovados. Temo que otros magos se hallen tras la pista del secreto. Y, en particular, sospecho de uno de ellos, alguien que se supone que debería haber abandonado el mundo de los vivos hace ya mucho tiempo. La historia comienza muy allá en el tiempo, mucho antes de que el hombre habitara este planeta, hace millones de años, cuando la Tierra era apenas una masa de roca y agua que giraba alrededor de una joven estrella. Entonces, la vida prendió, misteriosamente, en este planeta y, con ella, nació la magia. Al principio, la magia fluía en todas partes, toda la vida rebosaba de magia. No obstante, a medida que surgieron animales y plantas y el planeta se iba convirtiendo en lo que hoy conocemos, la magia se fue relegando hacia unas fuentes concretas, unos manantiales que creaban surtidores inagotables de magia que fluían sin cesar por todo el orbe. Sin embargo, nadie sabe cómo ni porqué, la magia comenzó a seleccionar la vida a la que otorgaba su poder. Entre los humanos, sin que nadie pueda explicarse la causa, no todos nacían magos y, en la naturaleza, no todas las cosas tenían el mismo poder. Hermes Trimegisto, el gran mago de la Antigüedad sospechó de la existencia de aquellos


manantiales de magia pura y llegó a descubrir uno de ellos en una región al norte de Escocia. Para protegerlo y que nadie más pudiera encontrarlo, encantó a un dragón y lo puso como guardián y custodio de aquella fuente mágica. Pasaron los siglos y aquel dragón permaneció fiel a su cometido. Más con el tiempo, aquella magia que fluía sin cesar en aquel lugar afectó al dragón, al punto de convertirlo en una criatura inmortal, transformada él mismo en un manantial de pura magia. La fuente se secó y la magia quedó aprisionada en el interior de aquella criatura. Más, aunque inmortal, el dragón no era un ser capaz de razonar y aquel poder lo trastornó. Se volvió agresivo y comenzó a aterrorizar a las gentes. En el año 999, impotentes ante el poder del dragón, el pueblo que habitaba aquella región convocó a los magos más poderosos del momento y ofrecieron un gran tesoro a quien consiguiera aplacar la furia del dragón. Fue entonces cuando conocí a Godric Gryffindor, Rovena Ravenclaw y Helga Hufflepuff y me uní a ellos para tratar de aplacar al dragón. No era magia normal la que se precisaba y tuvimos que superar grandes retos y pruebas hasta descubrir el secreto de aquel dragón y la forma de aplacarlo. Mediante una magia muy antigua conseguimos comunicarnos con el dragón y logramos que aprendiese a leer en nuestras mentes humanas. Fue así como descubrimos su secreto y como, al cabo de poco tiempo, aquel dragón se transformó en una criatura inteligente. Durante un tiempo todo fue bien y la furia del dragón cesó, más la fuente de magia, que el dragón había estado custodiando desde el encantamiento de Hermes Trimegisto, se secó y dejó de fluir, haciendo que toda la corriente de magia se alterase. El dragón no podía ausentarse de aquel lugar, pues la magia seguía fluyendo a través de él. Y, por otro lado, la fiera seguía siendo fiera y, cuanto más conocía el dragón del mundo y de los hombres, más se desataba su furia contra los humanos. Finalmente, hicimos un pacto con el dragón. Permanecería dormido, junto a la fuente de magia que le había dado su poder, permitiendo que ésta siguiera fluyendo a través de él. Y al cabo de mil años despertaría de nuevo, para renovar la vida sobre la tierra y sembrar el caos y la destrucción, de forma que las viejas disputas, el odio, la separación y la guerra, todo aquello que evita que la magia fluya como debe en el planeta, quedase destruido y listo para recibir una nueva época. El dragón ordenaría las edades en ciclos de unos mil años y permanecería despierto hasta que surgiesen los elegidos, aquellos magos que podrían conducir de nuevo la vida y la magia hacia un mejor destino. Guardamos la magia necesaria para dormir al dragón en un libro de doce páginas, marcadas, cada una de ellas, con la sangre del dragón y cerramos el libro con cinco llaves mágicas. Cuatro de ellas fueron forjadas por nosotros mismos y son las que ahora retornaré a Hogwarts, hasta que llegue la hora del despertar del dragón y de los elegidos. La quinta llave la tiene el dragón. Mientras tanto, la criatura duerme en la fortaleza, en la misma fuente de la magia que le


otorgó su poder. Una fortaleza oculta incluso a los ojos de los magos, pues un potente encantamiento la convierte en invisible hasta que llegue el momento en que el dragón despierte. Está allí, junto al colegio que construimos como signo de la unidad que preservará la magia a través de las edades. Salazar Slytherin

Cuando la voz cesó en la sala común de Gryffindor, durante unos minutos reinó el silencio más absoluto. Los jóvenes no podían creer haber estado escuchando la voz del mismísimo Salazar Slytherin. -No entiendo –Mitsuki fue la primera en hablar- el viejo Paracelso nos dijo que él había visto nacer al dragón. Justo en ese momento, el retrato de la Señora Gorda se abrió de nuevo y tres magos penetraron en la sala común. Eran Merlín, Morgana y Circe. -Paracelso creyó ver nacer al dragón –la voz de Merlín se dirigía con amabilidad a Mitsuki. -¿Cómo? –preguntó Andrea- ¿Cómo pudo creer eso si el dragón era una criatura milenaria? -Porque cuando el dragón duerme, se transforma en un simple huevo –contestó Morgana. Los jóvenes y Mack miraron extrañados a los magos, aún sin comprender. -Paracelso nunca entendió las leyes que rigen las edades y los cambios. Él no comprendió el pacto de los fundadores con el dragón y quería, por todos los medios, tratar de evitar que el dragón llegara a despertar. Durante muchos años vigiló la fortaleza de cerca, realmente llegó incluso a poder penetrar en su invisibilidad para ver dormido al dragón, transformado en un pequeño huevo. Más la magia que fluye en aquel lugar, cuando el dragón duerme, le impedía acercarse y nunca pudo atacar al dragón. Él no entendía que eso supondría que la fuente de magia se secara y, muy posiblemente, acabara con la magia de Hogwarts. No comprendía que el dragón era parte misma de la magia y que, por tanto, no debía profanarla. Todo aquel secreto trastornó al mago, que día y noche aguardaba junto a la criatura, queriéndola destruir, pero sin poder dar un paso hacia ella. Cuando el dragón comenzó a despertar, la fortaleza fue perdiendo poco a poco su invisibilidad y Paracelso pudo ver cómo el huevo se rompía y la criatura se transformaba, de golpe, en un inmenso dragón. Merlín hizo una pausa en su narración. Todos lo miraban expectantes y Mackenzie, más que nadie, pues se sentía particularmente engañada por aquellos tres magos. -Paracelso nos avisó cuando aquello ocurrió, fue en el mismo momento en que se anunció que se celebraría el Torneo del Dragón Dormido, basado en aquel legendario torneo que se jugaba en


Hogwarts durante sus primeros años de historia. Vinimos corriendo a proteger la fortaleza y mantuvimos al dragón semi dormido, bajo los efectos de una poción que los cuidadores contratados por nosotros se encargaban de suministrarle. -¡Mentirosos! –exclamó Mackenzie- Me dijeron que el dragón era inofensivo, que era un simple Colacuerno Húngaro traído de Rumanía, que sólo serviría para darle más realce al torneo. -Querida Mackenzie, comprenderá que tuvimos que hacerlo –ahora era Circe la que hablaba- si el dragón había despertado, precisamente, en el momento en que se iba a celebrar semejante Torneo, que llevaba siglos sin jugarse, ¿no pensará que creímos que era pura casualidad? -¿Qué quiere decir? –preguntó Mackenzie con voz temblorosa, pues temía que Circe quisiera imponer a los participantes alguna prueba absurdamente peligrosa que involucrara a aquel dragón. -Que entre estos participantes, están los elegidos –contestó Merlín-. Aquellos destinados a cumplir el ciclo de las edades del dragón, renovando la magia y haciéndose acreedores de todo su poder, para después, volverlo a dormir por otros mil años. Un murmullo de asombro recorrió la estancia al escucharse las palabras del mago. Todos los equipos se miraban unos a otros, tratando de averiguar quiénes serían los elegidos. -¿Se puede saber qué les ha soltado a ustedes la lengua? –preguntó Sagitas apuntando a los magos con su varita. Todavía no debía de fiarse mucho de ellos- ¿No se supone que están bajo los efectos de un juramento inquebrantable? Merlín sonrió y tardó unos segundos en contestar. Los justos para que Darla se le adelantara. -Me parece que todos estamos ahora al tanto del secreto, así que no tienen nada que ocultarnos – dijo la joven, a la que Coyo mantenía agarrada por la cintura. -Una historia interesante –terció Tontín- pero ¿se puede saber qué tiene el otro cofre, ese que Legolas encontró y del que Mack aún no nos ha dicho nada? ¿Acaso son… bragas? Varios de los presentes estallaron en sonoras carcajadas, si bien a la altiva Malfoy no le había hecho ni pizca de gracia aquella alusión a la broma de Keacher. ¡Eran como Fred y George Weasley, en versión humano-elfo! -¡Eso, Mack! ¿Qué contenía mi cofre? –Légolas se dirigió a la bruja con gesto expectante. -El llavero de la llave que abría el Diario, que contenía la llave, que abría el cofre, que contenía la llave... –la ocurrente ahora era Liliana. Mack no pudo evitar la risa, en esta ocasión, al igual que el resto de los jóvenes participantes.


No obstante, la bruja prefirió no contestar de momento. -¿Qué contiene ese otro cofre? –preguntó Mack a los magos, señalando el cofre que habían encontrado en la cámara de los secretos. -Ni idea –contestó Merlín- si os fijáis, aunque es del mismo tamaño, no es exactamente igual que los cuatro cofres restantes en los que Salazar Slytherin depositó las llaves. -¡Claro! –dijo Mateo- Ya sabía yo que faltaba algo. Entre tanto cofre y tanta llave se nos olvida lo fundamental ¿dónde están las cuatro llaves de los fundadores? Mackenzie miró a Merlín y éste le devolvió la mirada con un gesto cómplice. -Creo saber dónde están, pero antes me gustaría que me explicaran estos tres qué diablos tuvo que ver Lord Voldemort en todo esto –dijo Mackenzie. -Tom Ryddle tuvo conocimiento de parte del secreto, aunque nunca llegó a sospechar de la existencia del dragón. Encontró el libro que nosotros habíamos escondido y estuvo buscando las llaves para abrirlo durante mucho tiempo. El no conocía de la existencia de la fortaleza, ni del dragón, ni siquiera había podido llegar a leer el pergamino que escribiera siglos atrás Salazar Slytherin, aquel que nosotros encontramos junto con las llaves, el mismo que ahora acaban de escuchar. Al no conocer gran cosa del secreto, pudimos evitar que no encontrara las llaves, pues no nos cabe duda de que, a pesar de los deseos de Slytherin, Lord Voldemort habría tratado de despertar al dragón. Realmente no era un heredero modelo –concluyó Morgana. -Consiguió burlar nuestra vigilancia y hacerse con el libro. Lo escondió en un lugar en el que no pudimos llegar a encontrarlo, hasta que no vinieron ustedes –terció Circe. Ahora parecía que las piezas iban encajando, una tras otra. Los jóvenes magos parecían sumidos en una meditación profunda sobre las posibilidades de verosimilitud de toda aquella historia, sobre la que su asignatura de Historia de la Magia, no decía nada. -¡Oigan ustedes tres! –exclamó Krazywicht- ustedes son anteriores a los fundadores, todos ustedes deberían haber estado más que muertos cuando nacieron los fundadores. ¿O es que acaso con unos impostores? -El tiempo tiene sus misterios, linda –Merlín le guiñó un ojo a Krazywicht. -¿Ustedes eran los magos de los que dijo Slytherin que estaban tras la pista del secreto? – preguntó ahora Avril. -Bueno… qui-qui-zás….-Circe comenzó a hablar tartamudeando. -Nosotros estuvimos en aquel torneo y vimos al dragón aquella vez y a los fundadores… –la


voz de Morgana sonó melodiosa, tal vez recordando viejos romances pasados. Mackenzie se incorporó de pronto y se alisó la túnica en un gesto claro de que se disponía a marchar hacia alguna parte. -¡Vamos al lago! Quiero mostraros algo, pero antes dadme el libro –la voz de Mackenzie sonó autoritaria. Sagitas andaba tan acaramelada con Deivid que pensó que se refería a ella y le entregó el falso libro a la bruja. Darla la miró extrañada, pero hizo lo propio y también le entregó el libro verdadero a Mack. Al ponerlo en las manos de la mortífaga (en vacaciones sin paga), mientras ambas sostenían el libro cada una de una punta, volvió a ocurrir. De nuevo el libro se iluminó, igual que había pasado con Hades y, otra vez, unas palabras fueron susurradas en la mente de las dos brujas: ―la unidad aplacará al dragón temporalmente‖. Todavía con gesto de sorpresa, Mackenzie tomó los dos libros, el verdadero y el falso, el cofre de la cámara de los secretos y la llave del lago. Con una sonrisa enigmática salió de la sala común, camino del lago, seguida por los tres magos y por todos los participantes. *****

Había dejado de llover y el dragón parecía algo más calmado. Miraba de lejos a los participantes, pero no trataba de acercarse a ellos. La fortaleza había dejado de arder, aunque se encontraba semi derruida. A lo lejos podían verse dementores rodeando el perímetro de Hogwarts, más no osaban con acercarse a dónde ellos estaban. Las aguas del lago ondeaban suavemente y desprendían un color dorado bajo la luz del sol. Mackenzie abrió el cofre de Légolas y extrajo una pequeña nota de él, mientras todos los presentes la miraban extrañados. Apuntó con su varita al lago y leyó una pequeña anotación en el pergamino. La voz de Merlín, se sumó a la de la bruja pronunciando un antiguo encantamiento en lengua celta. De pronto, en la superficie del lago, surgieron cuatro llaves, de un metal transparente que destallaba en haces de luz de todos los colores. Las llaves flotaban erguidas sobre las aguas del lago, girando en círculos en el interior de una cúpula de luz, que parecía querer protegerlas y aislarlas. Merlín sonrió a los presentes. -Hice el mismo encantamiento que protegía la espada del Rey Arturo, para que sólo pudiera portarla aquel que estuviese destinado a ser el rey. Con las llaves, funcionará igual, nadie distinto de los elegidos, podrá tomar las llaves del lago.


Satisfecha del tiempo que había pasado en la biblioteca, tratando de averiguar, durante horas y más horas, el significado de aquellos signos grabados en el pergamino del cofre de Légolas, Mack miró a los presentes, tomando el arquita y la llave que quedaban por abrir. -Es hora de abrir este otro –dijo. Introdujo la llave en la cerradura y el cofre se abrió con un ligero chirrido de sus goznes. En su interior, sólo había una pequeña nota en la que se habían escrito unas palabras con una sustancia verde: Los doce usos de la sangre de dragón

Los jóvenes se miraron extrañados. No podía ser, otro acertijo era más de lo que podían soportar a aquellas alturas. Mackenzie sonrió, mientras dejaba el cofre y la nota, junto a ella en el suelo. Quería tener las manos libres para ver los libros de cerca, más sin hacer nada, las cerraduras del libro que había portado Sagitas cedieron solas y sus tapas se abrieron. Mack distinguió su propia caligrafía en la primera hoja, escribiéndose mágicamente en el libro.

El torneo del dragón dormido

Giró una de las páginas y volvió a reconocer su escritura. <<Hace más de mil años, tal vez en el año 999 de nuestra era, según cuentan algunas leyendas, un maligno dragón asolaba una región del norte de Escocia. Nadie podía abatirlo… En la página siguiente pudo apreciar una caligrafía distinta, que reconoció como la de Atena. La noche abrazaba el campamento donde se encontraban los participantes del torneo descansando, la lluvía comenzó a precipitarse sobre todo Hogwarts Y en la otra, la suave letra de Mica. Un fuerte viento azotaba la tienda que compartía con los miembros de mi equipo. Sabía con certeza que ya no lograría conciliar el sueño, por lo cual me incorporé lentamente intentando no despertar a mis compañeros. A mitad de la siguiente, distinguió la caligrafía de lacrimosa. - Este paisaje seria genial para que algo sobrenatural apareciera - se dijo asi mismo mientras


caminaba por el pasto mojado, y con una capucha de una sudadera para no mojarse tanto Así fue pasando todas las páginas, en las que se iban escribiendo, con la letra de los participantes, las palabras de una bella historia. Era su historia, la que habían vivido todos juntos, la que mágicamente se escribía en aquel libro, a medida que leían. Cuando llegó a la última hoja escrita, miró a los participantes que la rodeaban. -Parece que aún tenemos páginas en blanco –dijo la bruja- Aunque ahora es tiempo de escribir ésta. La bruja miró la página en blanco que se sucedía tras la última hoja escrita con la caligrafía de Liliana. -Llegó la hora de aplacar un poco a este dragón para que nos deje terminar el torneo. No creo que sea difícil, todo es cuestión de unirse -dijo tomando el libro que Darla le había puesto en sus manos.

Mica17 A llegar hasta donde Liliana me esperaba, ella alzó su mano para apartar un mechón de mi castaño cabello de mi rostro. Lo suponía estaba algo alarmada por mi preocupación, mi madrinita siempre quería lo mejor para mí y lo demostraba con cada gesto. -Tengo algo que a lo mejor te sirve- dijo sonriendo y sacó la mano de su bolsillo revelando, para mi asombro, una pequeña llave plateada. Permanecí en silencio, contemplando el brillante objeto, con mis verdes ojos muy abiertos y brillando por la emoción. Tomé la pequeña llave y tomé aire como buscando fuerzas para poder abrirlo. En ese momento el lugar se silenció por completo, volteamos para ver que pasaba y notamos que Mack acababa de entrar en la sala.

Hades Narrador --Había seguido a Mack, hasta el lugar donde nos encontrabamos, al pie del lago, y


había seguido todas las escenas, principalmente las palabras de Salazar Slytherin, Al final, después de todo, se ha solucionado – pensé – sin embargo, al mirar hacía el cielo y mirar todavía al dragón sobrevolandonos exclamé: - creo que se nos ha olvidado lo más importante. Vi como el dragón había sentido la esencia de su propia magia, refugiada en aquellas llaves del lago y del libro, era demasiada magia y ahora el dragón se dirigía hacía nosotros, aquello era peligroso, habían mucha gente reunida y muchos se habían quedado embelesados con la imagen de las llaves surgiendo del lago y nadie se había percatado de la peligrosidad que enfrentabamos al estar en un espacio abierto, pero aquello se hacía más peligroso con aquel dragón que venía hacía nosotros. Presiente que estamos cerca de su secreto -imaginé para mis adentros-Pronto estará lo suficientemente cerca como para alcanzarnos con sus llamaradas – mi mirada se poso sobre el gentío alrededor de nosotros, y como al parecer Mack seguía sin percatarse, y todavía faltaban magos por llegar, magos que me podrían haber ayudado cuando exclamé saliendome de la multitud. Hay que contenerlo, hay que contenerlo – pensé dando, cuando miré el libro que Mack sostenía en sus manos y que vi como volvía a suceder, aquella voz que habló cuando tocamos el libro, y entonces supe que hacer – Piertotum Locomotor ! Una multitud de estatuas que circundaban el lago, de inmenso tamaño, parecieran cobrar vida y rapidamente se colocaron a lado mío de frente hacía la multitud que se extraña por lo que estaba pasando al ver aquellas estatuas gigantes moverse, pero cuando lograron ver através de ellas, pudieron observar la figura del dragón que se aproximaba, sin piedad, aquellas estatuas buscaban proteger de las llamaradas a los participantes, mientras sin perder el tiempo tomé a Mack de la mano y nos colocamos delante de las estatuas mientras le exclamaba a la multitud: -Quedense atrás de las estatuas, es por su seguridad, nosotros tenemos que resolver esto. Mack todavía sostenía mi mano, mientras en la otra portaba el libro y en su túnica su varita, la miré a los ojos y le dije: -Tenemos que dejar las diferencias de bando atrás, tenemos que unirnos, de lo contrario nuestras vidas – y señalando a los participantes – y las de ellos corren un serio peligro, tú como yo, escuchaste las palabras que salieron del libro, sin embargo, se interrumpieron, creo que hay más, creo que debemos hacer lo mismo. Mack asintió mirandome a los ojos, mientras que al unísono, posamos una de nuestras manos sobre el libro , mientras que en las otras habías tomado nuestras varitas por si era preciso usarlas, en ese instante, volvió aquella voz:


―... Solo la unidad dormirá temporalmente al dragón, solo la unidad, podrá leer éste encantamiento‖ Nuevamente sentimos aquella voz que hablaba en nuestras mentes, mientras poco a poco la distancia se iba acortando y el dragón se encontraba más próximos, los metro disminuían y el encantamiento no aparecía, -será que hemos hecho algo mal – exclamé por lo bajo mirando a Mack que también me miraba interrogadora – pero que más tenemos qu.. - mis palabras se vieron interrumpidas, cuando miramos hacía el frente, unas letras se empezaron a dibujar en el aire, como si una silueta las estuviera marcando en un color rojo, flotando y brillando intensamente, no estaba seguro si el resto podía verlos, pero por la expresión de Mack, estaba seguro que ella también las veía, por lo que, alcé mi varita simultaneamente a ella, y nos miramos a los ojos – era nuestra última oportunidad, el dragón estaba muy cerca como para poder realizar otro hechizo – y empezamos a recitar: ―Duer moi, une Grand Dragón des Cieux, Entend ma demande, il retourne à où tu as été par 1000 années, Retoza que celui-là qui il est digne de de toi, n'est pas encore arrivé‖ A medida que ibamos recitandolo, las palabras se iban disolviendo en el aire, eteras, el viento se las llevaba para ser olvidadas hasta cuando fueran necesarias, olvidadas de las memorias de los hombres, como siempre debió ser, en cambio en nuestras varitas, un brillo iba apareciendo, una especie de esfera de energía se iba acumulando y poco a poco se hicieron de tal tamaño que las dos esferas, la de Mack y la mía, se fusionaron y siguieron creciendo, sentía su poder, era inmenso, cuándo la última palabra desapareció supe que era el momento final, en ese instante el dragón estaba a unos 50 metros de nosotros, lo suficientemente cerca como para vernos en peligro y así fue, una ráfaga de fuego maldito empezó a salir de sus fauces, sin embargo, de nuestra varita, un rayo que nos hizo dar un paso hacía atrás, también salió, el rayo chocó contra el fuego maldito deshaciendolo de inmediato y siguiendo su curso hacía el dragón que se había detenido en el aire ante la sorpresa de verse atacado de esa manera, de inmediato, aquella bestia fue impactada y todo parecío desvanecerse, y por un segundo, efímero, escuché los pensamientos del dragón, escuché su angustia y sus recuerdos milenarios, tan impresionantes como sus figuras, los recuerdos de sus carceleros vivían todavía en él, sin embargo aquello no duró, pronto el rayó se desvaneció mientras el dragón se veía envuelto en una cúpula que lo cubría todo y que poco a poco – a pesar de los intentos del dragón de escapar – lo fue adormeciendo, hasta que en lo alto del cielo, la cúpula conservó al dragón, en un estado de letargo en espera de que pronto apareciera la persona que fuera digna de enfrentarse a ella, mientras observaba como aquella cupula se dirigía hacía la fortaleza, para depositar el dragón. Por unos instantes suspiré, y miré a Mack con una sonrisa en la cara, mis ojos grises miraron alrededor verificando que todos estuvieran a salvo, mientras exclamé: -Creo que más díficil que encerrar a ese dragón, sera componer todo lo que ha


destrozado – con un dejo de cansancio en mi voz al ver el desorden que se veía hasta donde la vista alcanzaba. -

Mitsuki Vaya historia - Susurró Mitsuki a orillas del lago mientras su mirada se predía a lo lejos, en el resplandor de las cuatro llaves encantadas por Merlín. Solo cuatro elegidos podrian portarlas. Se preguntó por qué sería que siempre en ese tipo de historias las personas importantes eran cuatro... los funadores... los cuatro magos... Salazar habia hablado de su heredero, y Tom Riddle había logrado ser portador del libro a pesar de no haberlo abierto... volteó hacia el castillo y distinguió a lo lejos el escudo de las cuatro casas. ¿Seria acaso que los cuatro fundadores habrían sido los herederos de Circe, Morgana, Merlín y Paracelso?, tal vez ahora los herederos de los funfafores debían ser los que apasiguacen al dragón. -Oye mit- Andrea la sacó un segundo de sus cabilaciones - aún tenía esto en mi mochila, pensé que tal vez querías quedártelo como recuerdo - Andre saco el diario de Paracelso y se lo entrego a Mit que lo tomó con una sonrisa. -Gracias, de verdad - le respondío a la prefecta, pero esta ya estaba hablanco con otro grupo de conocidos. Mitsuki miró el libro entre sus manos. Lo abrió y lo hojeó un poco, aunque sabía que ya no habría nada mas revelador en él. - Los demas dicen que nunca entendiste nada - le susurró a la caligrafía de Paracelso - Pero fuiste uno de los cuatro. Un gran mago que luchó por sus ideales, a pesar de tener el mundo en contra. -Quedense atrás de las estatuas, es por su seguridad, nosotros tenemos que resolver esto Las palabras se escuhcaron de pronto. Mitsuki levantó al vista y aferro el diario a su pecho. Unas enormes estatuas se alzaban delante de ellos, y mas allá el dragón se acercaba volando a una velocidad impresionante. La gran mayoría e los estudiantes se habían quedado perlejos, otros emitían gritos o intentaban cubrir a sus seres queridos enarbolando sus varitas con temblorosas manos. Delante de la vista de todos los estudiantes ocurrío algo tal vez más increíble que la reciente furia del dragón. Mackenzie y Hades estaban juntos. Ambos unidos para enfrentarse a la terrible bestia. Parecía que decian algo y un resplandor segador surgió de su varitas, deshaciendo el fuego maldito que el dragón había liberado salvajemente. Una especie de cúpula lo envolvió y lo adormeció poco a poco. Su prisión levitaba e el aire, y todos observaron como el dragón retozaba en rumbo a la destruída fortaleza denuevo.


Mitsuki no sabía qeu clase de magia era aquella, pero de seguro una que ella nunca podría controlar. Tal vez lo mas sensato sería abandonar el torneo antes de que las cosas se pusieran aún mas peligrosas. Estaba mas que segura de que no sería una de los destinatarios de las llaves. Hehco una mirada triste al diario que había quedado habierto casi por la mitad cuando ella se lo habñia acercado al pecho.

"Todas las batallas sirven para algo, incluso aquéllas en las que somos derrotados.” Esta frase estaba escrita entre muchas otras de aquellas antiguas páginas - Si, tienes razon Paracelso -susurró para ella misma. Esa frase le había despertado una especie de fuego interior que la obligaba a continuar. Aunque sabía que seguramente no sería una de aquellos cuatro seguiría en la batalla hasta el último minuto, dando lo mejor de sí.

mdrhpa Ya me estaba empezando a hartar de no saber nada, pero absolutamente nada más de algo desde que me encontré con Iyón. No sabía que había sido de mis compañeros, ya no divisaba a Minerva fuera del campamento, y HHH no estaba en el campamento. Además, sabía que Caro y Álvaro estaban en el castillo, pero no tenía más información que esa sobre ellos... Seguramente, mi equipo también tendría ese pensamiento en la cabeza de confusión, todos se preguntarían qué habría pasado con sus compañeros, o al menos, eso esperaba... Estaba un poco aburrida, pero Iyón se había quedado dormido y parecía que estaba despertando... -Aaaaaa, que bien me ha sentado esta cabezadita... -dijo bostezando mientras me miraba feliz-. -Se nota que ahora estás mucho mejor, pero el ambiente ahí fuera parece el mismo, aunque no está exactamente como hacía unos minutos... Y no sé por qué. Todo está igual, pero tengo la sensación de que a pasado algo y nada está igual... -Eso será seguramente del cansancio, deberías haber aprovechado a dormir un poco conmigo. -Lo he intentado, pero ha sido inútil, no podía relajarme, y además tenía que vigilar el campamento, por si acaso...


-Lo entiendo, estás preocupada, no sabes nada de tu equipo. ¿No es así? -Exacto, estoy muy preocupada, verás sólo se que Álvaro y Caro están en el castillo, pero no encuentro a Minerva y además se supone que HHH debería estar aquí, la última vez que vine estaba, y no tenía condiciones para salir fuera... -Tranquila mdrhpa, seguro que todos están bien, no tienes de que preocuparte, seguro que Minerva y HHH han ido a buscar al castillo a los otros, o simplemente están ayudando en otra parte, aunque ahora que lo pienso, si dices que HHH no estaba en condiciones para salir, me entran dudas... A lo mejor, él y Minerva han ido a algún sitio en el que puedan ayudar a HHH, quién sabe... -Eso espero Iyón, eso espero, pero no me quitas la duda de la cabeza y sigo muy impaciente por ellos, al igual que ellos lo estarán por los demás miembros del equipo. Yo fui la última que llegué al equipo, pero me lo estoy pasando tan bien y son tan buenos conmigo y... Lo siento, no quiero ponerme a llorar, es que los quiero mucho, los he cogido mucho cariño desde que llegué al torneo y no soportaría que les hubiera pasado algo. -No te preocupes, seguro que todo esto acaba antes de lo que tú te cres... -Ójala sea vardad lo que dices Iyón...

Sagitas CITA -Creo que más díficil que encerrar a ese dragón, sera componer todo lo que ha destrozado...

Sagitas miró a sus compañeros y parpadeó dos veces seguidas. A su lado, bien agarradito a ella, estaba Deivid. -- Hummm, Deivid, amigo... ¿Me estás achuchando?


-- Sí, Amor. -- ¡Ahh! -- lo miré confundida. -- ¿Y me están dando besitos en el cuello? -- Sí, Amor. Lo hago. -- ¡Ahhh, claro! Rumié ligeramente cómo podía haber acabado así. -- Y, esto..., Deivid... ¿Cómo he llegado a estar con la camisa de seda desgarrada, sin botones y enseñando mis t..., mis..., mi sujetador de puntilla? -- Por nuestro ataque de pasión desmesurado, no hemos podido evitar desgarrarnos las vestiduras. Mirá las piernas de mi amigo al aire libre... -- Ya veo, ya... -- entonces reaccioné -- ¿Ataque de amor desmesurado? ¿Tú y yo? Intenté separarme un poco. Lo conseguí unos milímetros. -- Hemmm, hummmm... Deivid... ¿Me dejas un poquito de espacio? ¿Un poquito pequeñito? -- Claro que sí, amor, un pequeño milímetro que separe nuestros corazones. Acababa de escuchar las palabras de Hades el Auror y pensé que era un buen momento para ir a reconstruir la carpa de los "Rizos y las Moscas". -- Darla, Coyo, Elodia... Nos vemos en los Campamentos. ¡¡Tonto el último!! Salí corriendo de la Sala Común de los ¿Gryffindor? ¿Qué hacía yo allá? Ya alguien me lo explicaría... Yo seguí corriendo refunfuñando porque no se pudiera una desaparecer en Hogwarts...


deivid Me encontraba en brazos de Sagitas, lo cual me había hecho muy feliz, andábamos escuchando todo lo que comentaban dentro de la sala común de los Gryffindor. En momentos nos habíamos ido al lago donde se habían visto 4 llaves que sobresalían en medio de aquel lugar. Durante todo ese momento no me había dado cuenta ni un solo instante en que Sagitas le había entregado el libro a Mackenzie, a lo cual después de un rato se le paso repentinamente su cariño hacia mi y me decía. - Hummm, Deivid, amigo... ¿Me estás achuchando? - Sí, Amor. - ¡Ahh! - me miro confundida. - ¿Y me están dando besitos en el cuello? - Sí, Amor. Lo hago. - ¡Ahhh, claro! Trataba de darle mas besitos en el cuello cuando me hablaba una vez mas - Y, esto..., Deivid... ¿Cómo he llegado a estar con la camisa de seda desgarrada, sin botones y enseñando mis t..., mis..., mi sujetador de puntilla? -Por nuestro ataque de pasión desmesurado, no hemos podido evitar desgarrarnos las vestiduras. Logro observar como ve hacia mis piernas que las tenia semidesnudas. - Ya veo, ya... – fue cuando se vio una reacción de su parte. - ¿Ataque de amor desmesurado? ¿Tú y yo?


Trato separarse de mí aunque fuera un poquito pero la tenia tan aprisionada que solo logro hacerlo unos cuantos milímetros. - Hemmm, hummmm... Deivid... ¿Me dejas un poquito de espacio? ¿Un poquito pequeñito?

- Claro que sí, amor, un pequeño milímetro que separe nuestros corazones. En un instante que fue casi nada de tiempo logro observar como sale Sagitas corriendo y tras ella van sus compañeros pues parecía que habían hecho una apuesta. Yo trate de correr tras de ella solo que me vi sometido ante una fuerza. Al parecer Elí me había hechizado para que no saliera corriendo como era lo que trataba de hacer . -Deivid tenemos que ir al campamento, allá nos esperan, y hay que ayudar a reconstruirlo.Me recriminaba Elí al ver que no le ponía mucho interés a lo que me decía. -Si claro al rato voy, deja voy tras de mi amor- Le decía a Elí para que me dejara ir tras de mi ¿amada? -No Deivid no iras tras de ella-veo como Eli avanzaba en dirección al campamento y yo sin querer iba jalado por una extraña fuerza al parecer invisible en la misma dirección.

eli tonks Había seguido a mi grupo de amigos hacia la sala de los Gryffindor, sin saber cómo le habían hecho los chicos para convencer a aquélla Dama Gorda, sin duda prefería hacerle cosquillas a una pera para pasar a las cocinas, y de allí a la sala de Hufflepuff.

Escuchamos la historia que se contaba alrededor nuestro, sobre los sucesos pasados, y los que habrían de suceder aún; finalmente la multitud había seguido a Mack, dejándonos a unos pocos en aquella sala; varios de mis amigos iban tras la multitud, seguro luego me contarían lo sucedido en el lago.


-Deivid tenemos que ir al campamento, allá nos esperan, y hay que ayudar a reconstruirlo.- había lanzado un hechizo a Deivid para evitar que saliese corriendo tras de Sagitas.

-Si claro al rato voy, deja voy tras de mi amor- decía él tratando de safarse.

-No Deivid no irás tras de ella- dije avanzando hacia la salida, con intención de ir al campamento.

-Las chicas están en el campamento, debemos ayudarlas a levantarlo de nuevo-

-Pero Eli, ¡debo ir tras de Sagitas!-

-Vaya que el amor te ha pegado fuerte Deiv, vamos que si terminamos pronto prometo acompañarte a verla a su campamento- mi capitán se negaba a avanzar por su propia voluntad, por lo que seguía jalándolo con mi hechizo, esperaba que aquél asunto de "su amor" pasara de un momento a otro y volviera a la normalidad.

Liliana Ánderlin -Encontramos un cofre Mack, con una llave dentro... – Esto pareció ser el escopetazo de salida de una gran carrera. Todos los alumnos que estaban allí congregados y se relajaban de distintas maneras comenzaron a explicarse a la vez. Mak parecía aturdida, cuando vio su tanga colgando de la chimenea supo perfectamente de quien era obra aquello, pero solo pudo jugarle una pequeña broma a elfo causante de aquella muestra de arte contemporáneo puesto que el resto de los alumnos comenzaron a contar sus historias de manera atropellada. -Abrimos el Diario de Paracelso con la llave que encontraron Mateo, Golden, Avril y Atena en la mantícora, el libro que os pareció falso a Mistify y a ti era, en realidad, el Diario de ese mago y nos descubrió muchos secretos.- contaba Mit.


-Además tenía una llave dentro –Fernando salto sobre ella para continuar la historia pero fue interrumpido por Andrea. -Y también nos dio la pista del cofre, el que se encontraba en el baño de prefectos – La pobre bruja no sabía a dónde acudir primero, demasiada información en poco tiempo, levanto las manos en son de paz y pidió que se le explicara con tranquilidad, algo que no habíamos tenido desde hacia muchas horas. La historia comenzó a encajar, todos escuchaban los diferentes relatos, muchos habían estado en serios problemas y habían salido más o menos ilesos, contándolo con una gran sonrisa y un brillo de emoción en sus ojos. Lili escuchó atentamente cada una de las historias relatadas por sus compañeros de colegio, era la primera vez que la Sala común de Gryffindor estaba tan llena de vida, y eso era decir mucho, los leones eran bien escandalosos. Parecía increíble, que en un momento como aquel, la esperanza y la alegría todavía pudieran surgir en cualquier lugar. -Mack, ¿qué había en el cofre que te dí?- la voz de Legolas que aun la mantenía abrazada la sacó de sus pensamientos. Todos miraron a Mak que dibujó una gran sonrisa pero no emitió ninguna respuesta. -¿Adónde fuiste después de abrir el cofre? – el chico en su afán de saber comenzaba a impacientarse, entonces la mujer respondió. -A la biblioteca. Bien Mica, veamos qué es lo que contiene ese cofre.Mica se acercó con el cofre que todavía sostenía en sus manos como si fuera un tesoro, sus ojos volvían a brillar, y lo depositó en las manos de Mak. Lili abandono un segundo su refugió para entregarle la pequeña llave que tantos dolores de cabeza les había dado, pero no tardo en volver a él. Al meter la llave en la cerradura, un pequeño pergamino salió de él y comenzó a hablar. “27 de abril 1099 Desde la soledad de estas tierras en las que vine a refugiarme, tras haberme separado de aquellos a quienes llamé mis hermanos, llega el día en que deberé regresar a Hogwarts, donde todo empezó. Ninguno ha comprendido la necesidad de mantener la sangre pura…”


Toda la Sala Común se quedo en silencio, nada se escuchaba, nada se movía, todos reflexionaban sobre lo que acababan de escuchar, la voz del mismo Slytherin todavía resonaba en sus oídos como un eco del pasado. -No entiendo- eso era lo que pensábamos todos, había mucho que entender ahora- el viejo Paracelso nos dijo que él había visto nacer al dragón- Lili miró a Mitsuki, realmente se había encariñado con ese anciano. Antes de que nadie pudiera responder a su pregunta la Dama Gorda dejo acceder a alguien más a la sala de los leones, todos se giraron desconcertados ¿no había llegado ya todo el mundo? Entonces Merlín, Circe y Morgana hicieron su aparición interviniendo en la conversación como si acabaran de entrar en el salón de una casa a la cual habían sido invitados. -Paracelso creyó ver nacer al dragón- los alumnos se miraron de nuevo unos a otros sin entender, esta conducta se estaba haciendo demasiado común y empezaba a ser molesta, los tres magos míticos decidieron explicar la situación, su juramento ya no tenía validez, la voz de Salazar había terminado con él. -Una historia interesante –comentó Tontín cuando el relato hubo terminadopero ¿se puede saber qué tiene el otro cofre, ese que Legolas encontró y del que Mack aún no nos ha dicho nada? ¿Acaso son… bragas?Las carcajadas, de forma increíble volvieron a poblar el espacio abarrotado de gente. -¡Eso, Mack! ¿Qué contenía mi cofre? –Legolas había estado dando vueltas a ese tema durante toda la explicación, estaba completamente segura. -El llavero de la llave que abría el Diario, que contenía la llave, que abría el cofre, que contenía la llave... – bromeó Lili a la vista de que ya cualquier cosa podía parecer lógica. Las carcajadas volvieron, ya ¿qué más podía pasar?, pero la bruja no contestó a la pregunta de nuevo, Lili pudo sentir como Legolas resoplaba para sí mismo y dibujo otra sonrisa en sus labios. -¿Qué contiene ese otro cofre? – es verdad, habían olvidado que había un cofre más. -Ni idea –el mago mítico, que había acompañado la leyenda de Arturo se encogió de hombros- si os fijáis, aunque es del mismo tamaño, no es exactamente igual que los cuatro cofres restantes en los que Salazar Slytherin


depositó las llaves. -¡Claro! –Mateo habló por primera vez desde que Mak había entrado en la estancia- Ya sabía yo que faltaba algo. Entre tanto cofre y tanta llave se nos olvida lo fundamental ¿dónde están las cuatro llaves de los fundadores? Mackenzie volvió a evitar dar una respuesta y se dirigió de nuevo al mago Creo saber dónde están, pero antes me gustaría que me explicaran estos tres qué diablos tuvo que ver Lord Voldemort en todo esto. Otra explicación llego a los oídos de los exhaustos participantes iluminando un poco más esa enrevesada historia. Tras ella Mak se incorporó sorprendiendo a los presentes. -¡Vamos al lago! Quiero mostraros algo, pero antes dadme el libro – Todos la siguieron, Lili aferró la mano de Legolas, no estaba dispuesta a separarse de él una vez más, Entre la marabunta de alumnos se quedaron algo rezagados, no se dijeron nada, no hacía falta, pero necesitaban estar juntos. Cuando llegaron a la orilla del inmenso lago negro Makenzie estaba recitando junto a Merlín una especie de conjuro, las aguas del lago se abrieron y surgieron cuatro llaves, cuatro llaves que flotaban dentro de una cúpula de luz sin llegar a acercarse a ellos. Los chicos parecían embelesados con su visión cuando Mak decidió volverse – Es hora de abrir este otro- y sin más explicaciones introdujo la pequeña llave en el cofre que todavía estaba cerrado dejando al descubierto una pequeña nota. Los doce usos de la sangre de dragón.

De nuevo y para no perder la costumbre todos nos miramos extrañados, ¿por fin se descubrirían los famosos doce usos? ¿habría alguno que dormiría al dragón? Fuera lo que fuera se podían hacer ricos con ese descubrimiento, que tal si lo vendían en e-bay mágico? Entonces solo quedaba un misterio por descubrir, el libro que sagitas había guardado amorosamente en su pecho, el libro se abrió por arte de magia y las letras comenzaron a surgir en él. El torneo del dragón dormido.

La sorpresa y la emoción surgieron en la cara de todos al ver como diferentes


letras, diferentes caligrafías aparecían en las blancas paginas, sus nombres, los de ellos mismos estaban allí junto a todo lo que habían vivido, todo lo que habían soñado e imaginado, pudo reconocer su nombre en la última página, después, una página en blanco. -Parece que aún tenemos páginas en blanco –comentó makenzie - Aunque ahora es tiempo de escribir ésta.- y todos asintieron con una gran sonrisa Llegó la hora de aplacar un poco a este dragón para que nos deje terminar el torneo. No creo que sea difícil, todo es cuestión de unirse- la bruja tomó el otro libro y se puso en pie. -¡Piertotum Locomotor !- esa voz salió de a nada, una multitud de estatuas se agolparon en torno a los estudiantes, no podía ver nada, solo el dragón. El dragón que hasta hacía un momento parecía tranquilo ahora se dirigía hacia los estudiantes, escondió la cabeza en el pecho de Legolas del que no se había separado ni un segundo y no vio nada más. Solo escuchaba, escuchaba el rugir de dragón, los gritos de los demás y sobre todo ello la voz de Mak junto a otra desconocida para ella. “Duer moi, une Grand Dragón des Cieux, Entend ma demande, il retourne à où tu as été par 1000 années, Retoza que celui-là qui il est digne de de toi, n'est pas encore arrivé”

Después de nuevo el silencio, se atrevió a sacar su cabeza de su refugio, todo había terminado, al menos de momento… Off: Se que no aporta nada y que va tarde pero no he tenido tiempo apenas hoy jeje aunque no me sentia realizada si no hacia mi post final, disculpen

Darla Potter Black Cuando menos lo esperaba alguien había pronunciado la clave para entrar a la Sala Común de Gryffindor y la Dama Gorda les estaba cediendo el paso. Todos entraban… -supongo que yo también debo hacerlo – pensó Darla – al menos conseguiré un sillón donde dormir un rato. Todo el mundo parecía haberse dado cita allí, había rencuentros, todos se contaban anécdotas, todos tenían a alguien a su lado, incluso Sagitas se veía muy felizmente arrumaqueada. La joven auror suspiró, todo había empezado con una cita en el


campamento… de repente unos pasos apurados se sintieron en el bullicio… ó quizás fuera su corazón que galopaba, sentía la presencia de alguien… ¿sería posible? Se volvió hacia la entrada y vió venir corriendo hacia ella a su capitán, a su Coyo… y ante la mirada atónita de todos él la tomó entre sus brazos y sin poder evitarlo, le dió un gran beso... Darla se sentía volar, abrazó con fuerza al hombre que tenía junto a ella, mejor dicho, hendido en su corazón, fusionado con su alma y le devolvió el beso con todo su ser…. El tiempo parecía haberse detenido… Cuando se separaron se dieron cuenta de que la mayoría de los presentes los veían con ojos curiosos, por lo que ambos se pusieron algo rojos... deseando que algo pasara para distraer a todos... Y cómo estaban en un lugar mágico, algo pasó… Mackenzie entró al lugar… La joven se veía agotada, como casi todos allí, hubo bromas, bragas O.o, cofres, pilas de llaves, algo más de misterio y por supuesto pergaminos y libros. Y de repente los tres magos se hicieron presentes en el lugar para el asombro de todos Merlín, Circe y Morgana empezaron a hablar… para desconfianza de algunos como Sagitas. Darla ya no sabía que pensar… y por supuesto Sagitas lo expresó mejor que ella: -¿Se puede saber qué les ha soltado a ustedes la lengua? –preguntó Sagitas apuntando a los magos con su varita. Todavía no debía de fiarse mucho de ellos- ¿No se supone que están bajo los efectos de un juramento inquebrantable? Merlín sonrió y tardó unos segundos en contestar. Los justos para que Darla se le adelantara. -Me parece que todos estamos ahora al tanto del secreto, así que no tienen nada que ocultarnos –dijo la joven, a la que Coyo mantenía agarrada por la cintura. Todos escucharon atento lo que los magos contaban, la historia y los misterios parecían ir resolviéndose. Darla escuchaba atenta, con sus brazos alrededor de los de Coyo que la abrazaba con ternura desde atrás. Mackenzie se incorporó de pronto y se alisó la túnica en un gesto claro de que se disponía a marchar hacia alguna parte. -¡Vamos al lago! Quiero mostraros algo, pero antes dadme el libro –la voz de Mackenzie sonó autoritaria. Darla dio un pequeño respingo y soltándose un minuto del abrazo de su amor, buscó entre sus ropas mientras movía su varita para liberar el libro del sortilegio.


Sagitas andaba tan acaramelada con Deivid que pensó que se refería a ella y le entregó el falso libro a la bruja. Darla la miró extrañada, pero hizo lo propio y también le entregó el libro verdadero a Mack. Al ponerlo en las manos de la mortífaga (en vacaciones sin paga), mientras ambas sostenían el libro cada una de una punta, volvió a ocurrir. De nuevo el libro se iluminó, igual que había pasado con Hades y, otra vez, unas palabras fueron susurradas en la mente de las dos brujas: “la unidad aplacará al dragón temporalmente”. Darla dio un respingo y observó el rostro de Mackenzie, acababa de recordar que lo mismo había sucedido cuando lo habían tomado Mack y Hades, no sabía si las mismas palabras habían llegado a la mente de ellos, ó si habría llegado mensaje alguno, pero si el brillo en el libro… -esas palabras - pensó la auror –acaso podrían significar… La joven buscó la respuesta en la muchacha frente a ella pero Todavía con gesto de sorpresa, Mackenzie tomó los dos libros, el verdadero y el falso, el cofre de la cámara de los secretos y la llave del lago. Con una sonrisa enigmática salió de la sala común, camino del lago, seguida por los tres magos y por todos los participantes. Más sorpresas los aguardaban afuera, junto al lago, las llaves surgieron cual la espada del Rey Arturo, -deberíamos haberlo sospechado, después de todo Merlín está involucrado – murmuró la auror al oído de Coyo., luego los doce usos de la sangre de dragón… -el gran descubrimiento de Dumbledore – murmuró esta vez Coyo al oído de ella… la sorpresa mayor… la historia que se iba formando palabra a palabra en el libro de Sagitas… bueno, en el libro que le habían dado a ella… Darla pensó en la cuenta cuentos y sonrió sin decir nada… Y todos se habían olvidado del dragón… de repente la voz de Hades sonó con un nuevo hechizo, las estatuas alrededor se formaron para proteger a los presentes, Darla quiso moverse, pero su amado la protegía entre sus brazos e intentaba evitar que ella corriera más riesgos… solo quedaba confiar… -¿se darían cuenta Mack y Hades de lo que podía llegar a significar el mensaje del libro? Y se debieron de dar cuenta, porque luego de unos segundos más, y acontecimientos de por medio ambos, unidos, empezaron a recitar unos versos. “Duer moi, une Grand Dragón des Cieux, Entend ma demande, il retourne à où tu as été par 1000 années, Retoza que celui-là qui il est digne de de toi, n'est pas encore arrivé” Un rayo surgió hacia el dragón y detuvo su ataque… la sorpresa general, gritos de miedo, asombro y euforia… Darla apretó más fuerte la mano de Coyo mientras


murmuraba –lo están logrando amor… Pronto el rayó se desvaneció mientras el dragón se veía envuelto en una cúpula que lo cubría todo y que poco a poco – a pesar de los intentos del dragón de escapar – lo fue adormeciendo, hasta que en lo alto del cielo, la cúpula conservó al dragón, en un estado de letargo en espera de que pronto apareciera la persona que fuera digna de enfrentarse a ella, mientras observaba como aquella cupula se dirigía hacía la fortaleza, para depositar el dragón. De pronto la voz de Hades rompió el encanto del momento… -Creo que más díficil que encerrar a ese dragón, sera componer todo lo que ha destrozado – con un dejo de cansancio en sy voz al ver el desorden que se veía hasta donde la vista alcanzaba. – De pronto otra voz sonó disonante junto a ellos - Darla, Coyo, Elodia... Nos vemos en los Campamentos. ¡¡Tonto el último!! Y vieron como Sagitas salía corriendo hacia el campamento de los Rizos y Moscas. Darla miró a Coyo y dijo con tono divertido -No tengo idea de dónde saca las fuerzas – y tras darle un pico suave murmuró con voz tierna –dejémosla que corra y empiece a ordenar, vámonos a descansar un rato bajo aquel ciprés al otro lado del lago. La joven abrazó suavemente a Coyo, mientras caminaban lentamente sintiendo la fresca hierba crujiendo bajos sus pies… se merecían descansar… -----------off: idem Liliana... se los debía...

Rosabonita Mis tripas rugieron y el cansancio comenzaba a hacer de las suyas. No había dormido más de 3 horas y habíamos tenido bastante actividad en los dos días que había pasado despierta.


Logramos salir invocando nuestras escobas hacia el lugar, idea aportada por Elvio, nuestro héroe por siempre. Salimos de la escrupulosa cámara y los lavabos y el gran agujero se cerró al salir. Nos alejamos lentamente del baño, con cansancio y expectativa de todo lo que había pasado en el castillo. En un pasillo una chica gritó que debíamos ir a la Sala Común de Gryffindor. Todos nos miramos confundidos y al voltear vimos Kris corriendo como loca detrás de la chica. -¡Espera! ¿Quién te dijo eso? ¿Ha ocurrido algo?- le gritaba Kris mientras corría y la chica se desaparecía detrás de una esquina. -¿Dónde queda?- Preguntó Josi refiriéndose a la Sala Común. -En el séptimo piso, detrás del retrato de la Dama Gorda. ¿No lo recuerdan?- respondió Elvio. -¡Cierto!- dijo Josi y en seguida comenzamos a correr por donde se habían ido la chica desconocida y Kris. A medida que avanzábamos se nos atravesaban obstáculos que nos dificultaban llegar con rapidez al séptimo piso, sin dejar de nombrar a las desesperantes escaleras con su constante cambio. Sin embargo, después de largo rato de subir y toparnos con diferentes cosas, llegamos al lugar. La Dama Gorda abría a cada momento y muchos estudiantes se concentraban allí. Había un grupo de estudiantes que no conocían la contraseña y que a toda costa intentaban marear a la Dama para ingresar, pero por lo visto no era trabajo fácil. Volteé la mirada y para mi sorpresa Sheila se encontraba allí, sentía que tenía semanas sin verla. Nos alegramos muchísimo y corrimos a abrazarla fuertemente, quizá demasiado. Luego de cerciorarnos de que todos estábamos bien nos adentramos a la Sala Común de los Leones, cuya clave para ingresar era Patata Podrida. El lugar estaba repleto de alumnos de todas las casas, edades y años, todos participantes del Torneo del Dragón Dormido y estaba adornado de los colores Rojo y Dorado por todas partes. Había retratos y un tapiz muy bonito, además de una chimenea cálida que por cierto tenia un pequeño agujero donde debería haber un trozo de piedra más. Nos quedamos parados y sentimos el aire de tranquilidad en el lugar, a pesar de que todavía el desastre no había terminado. Intentando entender que hacíamos allí, ya que estando en la cámara nos perdimos de mucho, oí a algunas personas que hablaban de llaves, pergaminos y cofres, y de hecho, algunos cargaban cofres, otros una llave guindada del cuello y dos libros. Uno de ellos llamó mucho mi atención, tenía un pentác*** en el centro y cinco cerraduras, podía ser posible que aquél fuera el libro que tanto buscaba todo el mundo. Un silencio repentino y una entrada magistral a aquella sala me sacaron de mis pensamientos. Mackenzie acababa de ingresar a la Sala Común de Gryffindor, sus ojos verdes brillaban un poco y estaban bastante


expectantes, una sonrisa curvó sus labios y entró. Bastaron solo unos minutos para que los alumnos comenzaran a hablar acerca de su travesía en el castillo y de las cosas que portaban, dando una breve explicación de lo que creían que pudiera estar pasando. Al principio Mack no comprendió, no le hallaba sentido a lo que los chicos decían. Pidió que explicaran del principio. Hablaban de cuatro cofres, cuatro llaves, dos libros y un diario. -Pero hay un cofre más, Mack- Comentó Josi con el cofre en manos y lo colocó sobre la mesita en la que Mack se apoyaba. Esta la miró un poco extrañada intentando comprender. -Lo encontramos en la Cámara de los Secretos – añadí a ver si se aclaraba el panorama. -¡Vaya! – Se sorprendió Mack- Parece que Merlín conocía el secreto de la cámara, después de todo. Comenzaron a debatir sobre lo que había sucedido. De pronto decidieron abrir uno de lo cofres, de allí salió un pergamino, flotó y comenzó a hablar con una voz grave, profunda y clara. Causó en mí un estado de embriaguez o algo parecido, me provocaba oírla. Aquella voz leía una clase de carta, que al final se supo que había sido escrita por Salazar Slytherin. Allí explicaba gran parte de lo que sucedía, remontándose en la historia para comprenderlo de una mejor manera. Luego de ello, hicieron presencia en la sala Morgana, Circe y Merlín, mi sorpresa fue inmensa y abrí mis ojos como platos. Comenzaron a hablar de algunas cosas que en cierto punto perdían sentido para mí. Pronto Mackenzie dijo a todo el mundo que debíamos ir al lago, que quería enseñarnos algo. Se retiró de la habitación y todos la seguimos, muchos cuchicheaban y murmuraban. Yo pensaba e intentaba atar cabos. El fin de todo esto se acercaba y junto con ello mi alma, cuerpo y mente descansarían al fin. -No puedo creer la cantidad de secretos y de historia que puede llegar a tener el castillo- Comentó Josi asombrada. -Yo tampoco, pero no hay que negar que son muy interesantes.- Elvio añadió mientras caminábamos. -Creo que de ésta manera deberían ser las clases de Historia de la Magia-. Sonreí y continué El camino se hizo corto y un poco inquietante. Al salir del castillo el sol impactó en mi piel morena y me dio calor, algo que no había sentido en horas. La luz de la mañana me despertó un poco y continué mi camino.


Lo siguiente que sucedió fue todo como sacado de una película de suspenso. Mackenzie observó el lago y de allí se formaron de la nada 4 llaves plateadas y hermosas, flotando en el aire sobre el lago. Lo que significaba que eran las 4 llaves de los herederos o elegidos. Luego abrió el último cofre que tenía un pergamino que rezaba “Los doce usos de la sangre de Dragón” posteriormente se abrió el segundo libro, que en su primera página decía “El Torneo del Dragón Dormido”. Se trataba de una especie de libro de cuentos o un diario de cada uno de los participantes narrando la historia de ésta gran aventura. Miré con atención al fondo y divisé al feroz dragón observándonos e inmediatamente volando con mucha rapidez hacia nosotros. Mi corazón se aceleró y mi mente comenzó a trabajar rápidamente, no sabía que podríamos hacer. Hades hizo un complicado movimiento de varita y dijo - Piertotum Locomotor- y se materializaron una multitud de estatuas bordeando el lago, protegiéndonos en el lugar que estábamos. Los demás estudiantes comenzaban a darse cuenta, alzaban sus varitas mientras otros protegían a los suyos, pero ninguno con seguridad de lo que se debía hacer. Se acercó a Mackenzie y le dijo algunas palabras, parecía increíble, pero estaba sucediendo. Alzaron sus varitas y vi como sus labios se movían, repitiendo algo. Sin embargo, sus caras de miedo no se alejaban. El dragón continuaba acercándose sin aparente freno. A unos 50 o 60 metros de nosotros el miedo y el terror nos invadían, lo que vi fue algo asombroso. Al fin de las varitas de Mack y Hades salieron unas bolas de luz que al unirse formaron como un estilo de escudo enorme. Al mismo tiempo el dragón soltó fuego maldito y el gran escudo salió en dirección a él. Las dos luces se unieron y de pronto el fuego maldito comenzó a cesar, mientras la gran bola de luz continuaba su camino hacia el dragón. Todo pasó muy rápido y observé como el escudo se apoderaba del dragón y lo elevaba por los aires, éste intentando escapar de aquel haz de luz iba adormeciéndose de a poco. De pronto supe que todo había terminado, la tensión bajó y todos respiraron de nuevo. Parecía que el oxigeno había sido secuestrado por el miedo. Miré a mis amigos y sonreí, estábamos vivos y sanos. -Kris, todo pasó ya, tranquila, estamos vivos.- Dije con un tono burlista. Comenzamos a reír por el rostro de terror de Kris y fue así como todo volvió a la normalidad.

mdrhpa Iyón y yo seguíamos en el campamento, charlando, ajenos a todo lo que ocurría fuera de él. Ya nos daba igual si el dragón se volvía a dormir, seguía así 999 años más o cualquier cosa. Cada vez nos íbamos


conociendo mejor y cada vez nos hacíamos más amigos. Me habló de su familia, de la familia de su amo, de lo que hacía un día normal... Yo básicamente le conté lo mismo, le hablé de mi familia, de mis amigos, de cómo era mi vida en general... Nos divertíamos mucho y nos relajábamos poco a poco, ya que sentíamos los dos que todo se estaba calmando por momentos, aunque la última vez que miramos fuera todo seguiera como al principio. También sentía dentro de mi, que todos mis compañeros de equipo estaban bien, aunque no tuviera noticias de ellos desde hacía mucho. Sabía, no se como pero lo sabía, que el final del caos estaba pronto, que cada vez faltaba menos para que todo o casi todo volviera a la normalidad...

joselinjim Josi se encontraba afuera de lo que suponía era la Sala Común de Gryffindor. Veía a todos lados con curiosidad, hasta que al fin se les dio a conocer la contraseña con la que podrían pasar el retrato de la Señora Gorda. Miró a sus compañeros antes de pasar por el agujero que había detrás de él, y con gran expactación observó la sala de los leones: era circular y alta, con un aire de calidez que se sentía desde el momento en que entrabas. Sus paredes y muebles estaban adornados de rojo y dorado, como era de esperarse, y una chimenea se encontraba a cinco metros de Josi. Los demás participantes que ya se encontraban allí los miraron al momento que ellos entraron, y luego volvieron su mirada a donde fuera que veían anteriormente. La sala era tan distinta a la que ella estaba acostumbrada, pero igual de acogedora. Se acercó a un sillón, sosteniendo el cofre en sus manos, y esperó ansiosa a que alguien llegara a explicarles que hacían allí y que sucedería a continuación. Estuvo perdida en sus pensamientos un rato, hasta que una presencia interrumpió su consentración. Observó el agujero de entrada, que minutos antes había estado cerrado por la Dama Gorda, y ahora se abría para dar paso a Mack. Todos la miramos con gran asombro, mientras ella caminaba y se detenía justo seis metros a mi izquierda, sentándose en un sillón. Todos comenzaron a contar las cosas que habían conseguido por todo el castillo, unos cuantos cofres, algunos diarios y unas pocas llaves, pero al parecer nadie se percataba del cofre que ellos habían conseguido. Josi y sus amigos se encontraban en silencio, hasta que fue hora de hablar. -Pero hay un cofre más, Mack- dijo Josi, tímidamente, con el cofre que habían conseguido en sus manos, depositándolo en la mesita que estaba al lado del sillón donde Mack reposaba. -Lo encontramos en la Cámara de los Secretos – completó Rosa, al tiempo que todos nos miraban con gran asombro. -¡Vaya! – dijo Mack con gran confusión y sorpresa - Parece que Merlín conocía el secreto de


la cámara, después de todo. Al cabo de un rato, Mack abrió un cofre de los que estaban en la sala. En seguida que este fue abierto, un pergamino salió volando y se detuvo justo frente a Mack. Josi respiró entrecortadamente al oir la voz tan melodiosa que parecía salir del pergamino. Al parecer era una carta que alguien había escrito, sobre la historia del Dragón dormido. Josi logró captar la mitad de la historia, perdiéndose la otra parte entre esas sílabas tan hermosamente pronunciadas. Cuando el pergamino dejó de emitir sonido alguno, Josi logró volver a la realidad. Al momento entraron tres personas a la sala: Morgana, Circe y Merlín. Comenzaron a aclarar las dudas en lo que concernía al dragón. Algunos estaban con una expresión incrédula, otros con cara de sorpresa, y algunos otros con un rostro que indicaba entendimiento. Josi solo asintió. Mack les indicó que debían ir al lago, tomando algunas de las cosas que habían conseguido. Josi miró a su equipo, respiró profundo y se preparó para salir de la Sala Común. - No puedo creer la cantidad de secretos y de historia que puede llegar a tener el castillodijo Josi, ya fuera de la Sala Común. - Yo tampoco, pero no hay que negar que son muy interesantes - comentó Elvio. -Creo que de ésta manera deberían ser las clases de Historia de la Magia- añadió Rosa con una sonrisa. Josi siguió a todos los participantes a las afueras del castillo, justo al frente de donde el Calamar Gigante vivía. A lo lejos se veía el dragón, observándolos con ojos profundos e inspirando miedo. Josi se colocó detrás de Elvio, al oir a Mack pronunciar unas extrañas palabras, y lo siguiente que vio fueron cuatro llaves que flotaban sobre el lago, como cubiertas de una esfera. Parecían tan lejanas y tan imposibles de alcanzar, que hasta parecía imposible que de verdad se encontraran frente a ella. Al parecer solo los elegidos podrían tomar esas llaves y mandar al dragón a dormir por otros mil años. Mack se encontraba aún allí de pie, y abrió el último cofre, que contenía un pequeño pergamino que decía "Los doce usos de la sangre de Dragón". Seguidamente abrió uno de los diarios al tiempo que Josi estiraba su cuello para ver por el hombro de Elvio. Dicho diario parecía contar la historia de lo que ellos habían vivido. Se encontraba mas relajada y su


respiración era calmada, hasta que oyó a lo lejos un alateo que la hizo levantar su vista: el dragón se dirigía a ellos a gran velocidad. - Piertotum Locomotor - oyó decir a lo lejos, a una voz que parecía ser la de Hades, y una multitud de estatuas salió de los alrededores del lago y se posaron frente a ellos, justo detrás de Hades y Mack. Josi vio extrañada como esos dos se tomaban de la mano, y luego se agachó detrás de una de las estatuas. Oyó de repente como esos dos pronunciaban unas extrañas palabras. Alzó la vista y vio que las palabras que decían parecían estar escritas en el cielo, y a medida que eran pronunciadas, desaparecían como si nunca hubieran estado ahí. Justo cuando el dragón se encontraba lo suficientemente cerca como para sentir el calor que emanaba de su cuerpo, sucedieron dos cosas: la primera, una gran llamarada salió disparada de su boca hacia ellos, y la segunda, un haz de luz brotó de las varitas de Hades y Mack, lo que impidió que el fuego impactara contra ellos y los convirtiera en cenizas. Al parecer el haz de luz rodeó al dragón, que forcejeaba por escapar del campo que se iba formando a su alrededor. Lo siguiente que Josi supo fue que el tan temido Colacuerno se encontraba como embelesado, en un aparente sueño profundo. El campo que lo cubría llevó al dragón de nuevo a la fortaleza. La pequeña bruja rubia se sentó en el suelo, agotada de todo lo que había pasado últimamente, pensando que el dragón solo se encontraría dormido por algún tiempo, hasta que los elegidos se conocieran y pudieran liberarlos de tanta preocupación, al volver a mandar a ese ser tan temible a su sueño milenario. Escuchó a lo lejos como sus compañeros reían, en señal de que todo estaba bien por los momentos, y Josi sonrió al pensar que al menos ellos estaban bien.

elvio hg Y salimos de la Cámara Secreta sin ningún daño. Todos ya estábamos cansados de haber corrido por todo el castillo y los inmensos terrenos. Ahora que nos encontrábamos con un cofre en manos, nos sentíamos mas seguros. El pasillo por el que íbamos estaba completamente desierto, ni siquiera las personas de los cuadros daban señales de vida, y muchos de ellos estaban vacíos. Pero de pronto, una chica pasó corriendo por el pasillo, gritándonos que debíamos ir rápidamente a la Sala Común de Gryffindor. -¡Espera! ¿Quién te dijo eso? ¿Ha ocurrido algo? –gritó Kris mientras salía disparada siguiendo a la chica-.


-¿Dónde queda? –preguntó Josi, refiriéndose a la Sala Común-. -En el séptimo piso, detrás del retrato de la Dama Gorda. ¿No lo recuerdan? –respondí a su pregunta, y al hacerlo me sentí como el sabelotodo-. Empezamos a correr siguiendo a Kris y a la chica. Pensaba que ya no habría obstáculos, pero me equivoqué: hasta las molestosas escaleras que cambian se habían vuelto en nuestra contra. Llegamos agotados al pasillo del séptimo piso en donde se encontraba la Sala Común. Pudimos encontrar el cuadro rápidamente ya que había un grupo de estudiantes amontonados ahí porque no sabían la contraseña para ingresar al lugar, y entre esos jóvenes vimos a Sheila. Todos estábamos sanos y salvos. Luego de un rato de esperar, dijeron la contraseña, que era Patata Podrida, e ingresamos a la cálida sala decorada de rojo y dorado. Nos pusimos al tanto, mas o menos, de lo que había ocurrido mientras estábamos en la Cámara Secreta, ya que todo lo ocurrido desde que empezó aquella fuerte tormenta era el único tema de conversación entre todos los estudiantes. Vimos a Mack entrar en la sala donde nos encontrábamos reunidos. Todos empezaron a relatar sus aventuras. Hablaban de cuatro cofres, dos libros, cuatro llaves y un diario. -Pero había un cofre más –dijo Josi, depositando el cofre, que habíamos encontrado, en la mesa frente a Mack-. -¡Vaya! –dijo Mack-. Parece que Merlín conocía el secreto de la cámara después de todo-. Ya reunidos los objetos que habían encontrado los distintos grupos, se pusieron a conversar sobre todos ellos. Decidieron abrir uno de los cofres, que, para sorpresa de todos, salió un pergamino que flotó, y con una voz grave empezó a hablar sobre algo que no entendí, pero al final de todo, supe que fue escrita por Salazar Slytherin. Luego entraron Merlín, Morgana y Circe, y comenzaron a hablar de cosas que, nuevamente, no alcance a comprender, estaba muy distraído viendo la estructura de la sala común, pero me seguía gustando mas la de Ravenclaw. Mackenzie nos dijo que deberíamos bajar al lago, que quería mostrarnos algo.


Me parecía extraño… ¿Al lago? Ahí solo hay agua, plantas, criaturas marinas, y un calamar gigante. -No puedo creer la cantidad de secretos y de historia que puede llegar a tener el castillo –dijo Josi muy entusiasmada, que por poco y no empezaba a saltar por la emoción-. -Yo tampoco, pero no hay que negar que son muy interesantes –dije, pensando en lo que Mack nos mostraría cuando lleguemos a las orillas del lago-. -Creo que de ésta manera deberían ser las clases de Historia de la Magia – dijo Rosa sonriendo de oreja a oreja-. El tiempo que tardamos en cruzar todo el trayecto a las orillas del lago parecía mas corto de lo usual. El sol estaba en lo alto del cielo, iluminando todo el terreno. Llegamos al lugar frente a donde vivía el calamar gigante, y a lo lejos vimos al dragón, que nos miraba con sus penetrantes ojos. Josi se puso detrás de mí, en señal de temor, mientras Mack pronunciaba unas palabras raras y de pronto cuatro llaves flotaban sobre el lago encerradas en unas esferas. Mack estaba de pie, y abrió un cofre que contenía un pergamino pequeño que tenía escrito ―Los doce usos de la sangre de Dragón‖. Luego abrió uno de los libros, que decía ―El torneo del dragón dormido‖, que parecía narrar toda la historia de los participantes del torneo. En el fondo se veía al dragón, que se aproximaba velozmente hacia nosotros. -Piertotum Locomotor –oí decir a Hades, que había hecho un complicado movimiento con la varita-. Se materializaron una serie de estatuas en el borde del lago, protegiéndonos. Muchos levantaron sus varitas, pero la verdad, nadie sabía que debería de hacer. El miedo se había esparcido entre los participantes, que mantenían sus varitas en alto ante cualquier situación. Mackenzie se acercó a Hades y le murmuró algo en el oído. Ambos alzaron sus varitas y de ellas salieron unas bolas de luz que se unieron formando una especie de escudo mientras que el dragón expulsaba fuego maldito. Ambas fuerzas chocaron, pero el fuego maldito se disolvió y la berrera de luz formada por Hades y Mack siguió su camino hacia el dragón. Al interceptarlo, el dragón intentó escapar, pero no pudo, y poco a poco cayó en el profundo sueño, de nuevo.


Todo había terminado por fin, y estábamos seguros. Nos miramos y sonreímos.

mdrhpa Me quedé dormida, Iyón no sé si se durmió, y tuve un sueño de lo más bonito, uno de los más bonitos de todo mi vida: Soñé que el toda esta locura se acababa, a nadie le había pasado nada y todo volvía a la normalidad... Después, afrontábamos las pruebas restantes y al final del todo... ¡¡¡ÉRAMOS LOS CAMPEONES DEL TORNEO!!! Todos estábamos felices, la gente nos aplauidía, gritaban nuestros nombres y por fin, nos daban la copa y los premios, era glorioso, después de mucho esfuerzo habíamos ganado el Torneo del Dragón Dormido. Llegaba el verano y nos íbamos todos a nuestras casa, yo con Iyón. Acordamos en nuestro equipo, quedar un día para hablar, salir y esas cosas... Mis compañeros de equipo se habían hecho muy buenos amigos de Iyón, al igual que yo. Todo era feliz, genial, especial... De repente oí una voz que me despertaba, creo recordar que era la de Iyón: -Despierta mdrhpa, despierta...

fabiolanoris *desde la fortaleza* on me quede dormida y no sabia que esta aqui,*me despiero un poco desorientada* que paso, como que han ido a la camara secreta, quien sabe parcel para poder entrar , estan bien, *mira elvio* , mdrpha, te has quedado tambien tu dormida, que nos hemos perdido *despierto a mdrhpa*, me pongo , cerca a lili , como que paracelso vio nacer un dragon, cuando ocurrio eso, que encontraron el cofre, cuales son los 12 usos de la sangre de dragon, tambien hablaste sobre el torneo del dragon dormido, o eso me parecio escuchar*queria ver* que significa esto, habra sorpresas en el torneo le pregunte a mackenzie *miro hacia mackenzie* pero ella no dio respuesta a ninguna de las preguntas que se le hacían

Continuara…


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