Los merodeadores

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Introducción. Lily Evans tenía las mismas preocupaciones que cualquier chica de su edad, los amigos, los estudios y los chicos, por este preciso orden. Pasaba los veranos en su casa junto a sus padres y su hermana mayor Petunia. Pero Lily no era una chica como las demás, era una bruja, nadie más en su familia lo era, entonces, el verano que cumplía once años, llegó la carta. Una carta de pergamino amarillento en la que rezaba su nombre con brillantes letras verde esmeralda, igual que sus ojos. Era del colegio Hogwarts de Magia y Hechicería y le informaba de que era una bruja, y de que tenía una plaza en el susodicho colegio. Al principio sus padres pensaban que era una broma, pero cuando dos magos adultos con brillantes túnicas violetas aparecieron en su puerta no pudieron negarlo por más tiempo. Estos magos explicaron a la familia lo que significaba esa carta, y una vez convencidos fue motivo de felicidad para todos, para todos menos para Petunia. Ahora miraba a su hermana desde la ventana de su cuarto, esta se encontraba en el jardín haciendo que regaba un gran parterre de begonias, este era su pasatiempo preferido, no las plantas, sino mirar por encima de ellas hacia el jardín de la casa de al lado. Petunia y Lily no se llevaban muy bien desde que esta última entrara en Hogwarts, al principio Lily pensó que se trataba de envidia y que se le pasaría pronto, pero después de seis años la actitud de Petunia no había cambiado, es más se había vuelto peor con el tiempo. Lily había desistido de hacerla cambiar, sabía que en el fondo su hermana la quería, pero desde el primer día no quería saber nada que tuviera que ver con el mundo mágico, y ella, por suerte o por desgracia, formaba parte de ese mundo. Sus padres en cambio eran felices con los progresos de su hija, desde el principio la habían apoyado y se sentían orgullosos de ella. Nunca se cansaban de escuchar cosas sobre el colegio, en estas ocasiones Petunia desaparecía de la habitación argumentando que tenía algo que hacer, pero Lily sabía que no era verdad, sus padres ni siquiera se daban cuenta, ensimismados en el relato de su hija. Moviendo la cabeza de lado a lado se alejó de la ventana y centró de nuevo su atención en la carta del colegio que le indicaba los materiales que le harían falta para su último año en Hogwarts. Tendría que ir a Londres, al callejón Diagon para conseguirlo todo, sus padres estarían contentos.

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Cap 1. Un nuevo curso El primero de septiembre se encontró de nuevo en el andén 9 y ¾ delante de la locomotora escarlata que la llevaría hasta el colegio. A su alrededor cientos de alumnos se despedían de sus familias entre abrazos y risas. Se giró y vio a su propia familia, sus padres la miraban orgullosos, Petunia ponía cara de asco cada vez que alguien se le acercaba y miraba a su alrededor frunciendo su nariz como si oliera mal. - Ten mucho cuidado, estudia mucho y sobre todo pásalo bien- le dijeron sus padres. Lily los abrazó y se despidió de su hermana que emitió un ruidito neutro. Se volvió y se alejó entre la multitud. En cuanto subió al tren, tirando de su baúl, una voz detrás suya la sobresaltó e hizo que su día, que había empezado más o menos bien comenzara a ir mal. -¿Te ayudo princesa?- dijo un muchacho de su edad aunque mucho más alto, su pelo negro estaba revuelto, como si acabara de bajar de su escoba, y sus ojos color avellana la miraban desde detrás de unas gafas redondas. -Piérdete Potter- dijo la chica, no tenía ganas de empezar el curso aguantándolo. Nunca la dejaba en paz, desde el primer día de clases cuando se encontraron en el tren, y él pensaba que iba a conseguir algo solo porque era uno de los chicos más populares del colegio. El y sus tres amigos se hacían llamar los merodeadores y eran los que más castigos habían acumulado en la historia del Hogwarts. -Venga Evans, no seas así, no puedes tú sola-No necesito tu ayuda Potter-Cornamenta, ¿qué haces?, estas entorpeciendo el paso...- La cabeza de un chico también de pelo negro que le caía con elegancia sobre los ojos de color azul apareció sobre el hombro de James Potter -Entiendo- concluyó poniendo cara de saber más que nadie. Era Sirius Black, otro de los merodeadores y el mejor amigo de James, el día de Lily ya estaba completo. -¿Que pasa Evans? ¿Cómo está mi prefecta favorita?-Cállate Black-

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-¿Qué es todo este jaleo?- otra cabeza apareció, esta vez detrás de la chica desde uno de los compartimientos más cercano. Era el tercer merodeador de la mañana, pero este no molestó tanto a Lily, se trataba de Remus Lupin, un muchacho castaño y serio que comprendió inmediatamente la situación. Lupin era prefecto al igual que Lily, y de todo el grupo era el único al que ella soportaba. -¿Necesitas ayuda Lily?-Gracias Remus- le dirigió una mirada de suficiencia a James y se alejó cargando su baúl. -Adiós princesa, nos veremos después- dijo el chico tras la espalda de su amigo, la chica ni siquiera se volvió para contestar dispuesta a ignorarlo, ¿Cómo tenía que decirle que la dejara en paz?. -Nos vemos luego chicos- dijo Remus y acompañó a Lily James y Sirius se acomodaron en el compartimiento que había abandonado Remus y allí se encontraron al último del cuarteto, Petter Pettigrew un poco más bajo que los demás y con pelo rubio paja se pasaba el día detrás de James y Sirius como si no hubiera nada en el mundo mejor que eso. -¿Qué ha pasado James?- dijo con una voz chillona y pegando saltitos sobre el asiento. -Nada Colagusano, una chica, no me las puedo quitar de encima- dijo James mientras lanzaba una pequeña pelota al aire y la recogía. Petter lo miró con admiración, aptitud que le encantaba a James, pero Sirius se dirigió a él con suspicacia. -Pues para estar pegada a ti se ha marchado muy deprisaJames le tiró la pelota a Sirius y este la esquivó, pero con esto no consiguió que dejara de reírse. -Se hace la dura, pero no podrá resistirse a mi mucho tiempo más- dijo con suficiencia mientras se acomodaba de nuevo en su sitio tras recoger la pelota. -Es verdad, seis años es poco tiempo- Sirius estalló en carcajadas mientras James saltaba sobre él y Petter daba saltitos animado y dando palmadas. Así los encontró Lupin cuando regresó del vagón de los prefectos. -¿Cómo podéis hacer tanto ruido?- dijo mirando con resignación el asiento que quedaba libre y encontrándolo lleno de basura de distintas clases –y ¿cómo, por el amor de Merlín, habéis sido capaces de dejar esto así en tan poco tiempo?-Venga Lunático, no te enfades, lo limpiaremos para usted señor prefecto- dijo James haciéndole una reverencia de una forma muy teatral – Señor Colagusano, ¿sería usted tan amable...?-Déjalo ya James- dijo Lupin dando un golpe a la butaca con su varita y haciendo que toda la basura formara un paquetito que dejó a un lado. Tras este simple gesto cogió un libro que había dejado con su equipaje y se había salvado del desastre y se sentó a leer. 5


-No sé porque a Dumbledore se le ocurrió hacerte prefecto, eres el prefecto con más castigos que se ha conocido en toda la historia de Hogwarts- dijo Sirius desperezándose sobre su asiento mientras se preparaba para jugar una partida de ajedrez mágico con James. -La mayoría no son culpa mía, ¿verdad Canuto?, pero tienes razón, no sé qué le pasó por la cabeza- dijo Remus sin levantar la vista del libro y se concentró de nuevo en la lectura. Sirius dirigió una mirada cómplice a James que sonrió porque sabía, tan bien como los demás, que era verdad, la mayoría de los castigos que recibían era por culpa de ideas de alguno de los dos. Remus era la conciencia de aquel grupo y si no habían acabado expulsados era, en gran parte, gracias a él.

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Cap2. Otra vez en Hogwarts

El tren llegó a la estación de Hogsmeade a la hora prevista y los alumnos salieron vestidos con sus túnicas negras, a lo lejos, se divisaba la enorme silueta de un hombre, dos veces más grande que un ser humano normal, que llamaba: -Los de primer año, por favor, acérquense por aquí, los de primer añoSe trataba de Hagrid, el guardabosques de Hogwarts, los merodeadores lo conocían muy bien debido a que su ocupación principal era intentar que ellos no se acercaran al bosque prohibido, lo saludaron con la mano y se dirigieron hacia los carruajes que los esperaban para llevarlos hasta el castillo. Una vez allí el estómago de Sirius amenazaba con tragarlos a todos. –Por las barbas de Merlín, me moriré de hambre si no comienza ya el banquete, no podían dejar a los enanos para más tarde- dijo mientras cruzaban las enormes puertas que daban paso al Gran comedor y se dirigían a la mesa de Gryffindor. Se dejó caer en uno de los bancos pero James lo cogió de la oreja y lo hizo levantarse. -¿Qué crees que estas hacien...?-Nos vamos a sentar allí- dijo señalando unos metros más allá en donde se encontraba una chica con el cabello rojo oscuro y unos brillantes ojos verde esmeralda. Sirius miró hacia donde señalaba su amigo y comprendió enseguida. -¿No estás cansado de que Evans te de plantón?- Dijo frotándose la oreja. Remus miraba al techo en busca de inspiración divina para que aquellos dos se comportaran por lo menos durante cinco minutos y Petter soltó con una risita nerviosa como siempre hacía ante las ocurrencias de Sirius. -¿No hemos quedado ya en que pronto dejará de hacerlo?- Dijo James mirando a su amigo con severidad. 7


-Está bien, está bien, lo que tú digas, pero no digas que no te lo aviséSe dirigieron hacia donde estaba sentada Lily, que hablaba con Sir Nickolas, el fantasma de Gryffindor, acompañada de sus amigas, Alice y Berta. El fantasma los saludo al llegar. -Ahhhh, bienvenidos una vez más, me alegro de ver que han conseguido regresar sin contratiempos este añoNick casi decapitado, como lo llamaban los alumnos, se refería a que el año anterior habían llegado al colegio ya castigados. Un encontronazo en el tren con uno de sus “mejores amigos” y sus acompañantes, había hecho que llegaran al banquete con diferentes adornos, tales como una nariz rota, un ojo morado y un sarpullido sospechoso. Pero por supuesto Severus Snape y sus amigos no habían llegado en mejores condiciones. -Veo que el castigo que recibieron les enseñó algo-Si- dijo Sirius- a no dejar que nos pillenEl fantasma movió su casi decapitada cabeza de un lado a otro y se disculpó para alejarse a saludar a más alumnos. Los chicos, por su parte, tomaron asiento junto a las muchachas. -¿Quién te ha dado permiso para sentarte aquí Potter?- dijo Lily mirando con desprecio al merodeador que había cometido el error de sentarse junto a ella. -La mesa es de todos Evans-Porque no os perdéis y vais a molestar a otras, esas chicas parecen muy interesadas, será que no os conocen todavía- dijo Berta señalando el sitio donde Sirius había intentado sentarse momentos antes y donde un grupo de chicas de quinto año los miraban y se reían. Sirius miró hacia donde señalaba la chica y se encogió de hombros –ya tendrán tiempo de disfrutar de nosotros durante el curso-Si- dijo James mientras pasaba su mano por el pelo desordenándolo, si todavía era posible, más- pero nuestra primera noche hemos decidido dedicárosla a vosotrasdijo sonriendo a Lily. -Que honor- dijo la chica con ironía –los famosos merodeadores a la mesa con nosotrasJames no capto la ironía y se acomodó en su sitio feliz. Remus lo miró con pena porque, como ya era costumbre cuando se trataba de Lily Evans estaba a punto de meter la pata. -Si princesa, y cuando lleguemos a la sala común te enseñaré mi escoba nueva, vas a ser la primera chica que la tocará- le dijo confiado. -Eres más idiota de lo que pensaba- respondió la chica mirándolo como si no se lo pudiera creer. Alice y Berta estallaron en carcajadas y Remus apoyó la cabeza en la mesa sintiéndolo por su amigo.

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-Como puedes ser tan presumida Evans- dijo Sirius para salir en defensa de su amigo como siempre –Sabes que lo que te hace hablar así es el amor que sientes por mi inestimable amigo-Cállate Black- dijo la chica fulminándolo con la mirada –tu eres casi tan tonto como élLa cara de Sirius era un poema, las chicas reían a más no poder, el no estaba acostumbrado a eso, las chicas normalmente lo adoraban, no se reían de él. Pero no pudo contestar, porque, en ese momento, entró la profesora McGonagall precediendo a los alumnos de primer año, con un viejo y sucio sombrero en una mano y un pequeño taburete en la otra, y todo el salón guardo silencio. La profesora McGonagall dejó el sombrero sobre el taburete y todos los alumnos se quedaron mirándolo. Cualquiera que viera la escena y no fuera un alumno de Hogwarts pensaría que estaban locos, que tendría de interesante un viejo sombrero que, bien mirado, debería estar en la basura hacía muchos años. Pero entonces una abertura que había a la altura del ala se abrió y el sombrero comenzó a cantar. Bienvenidos un año más Una cosa debéis recordar Soy el sombrero seleccionador Y seleccionando soy el mejor... La canción continuó señalando las casas del colegio, Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin, y las diferentes características que distinguían a cada una. -Cada vez es más larga, debe aburrirse mucho- dijo Sirius inclinándose sobre James. -Shhhhhhh- se escucho a Lily que lo miraba con ojos asesinos. Una vez que el sombrero terminó su canción los alumnos de primero fueron pasando uno a uno sentándose en el taburete y poniéndose el destrozado sombrero mientras la profesora McGonagall leía sus nombres en un largo pergamino. Todos los alumnos fueron asignados a alguna de las casas y la ceremonia de selección terminó. Entonces el Director se levantó, era un hombre muy anciano, con una gran barba plateada y unas pequeñas gafas de media luna sobre la punta de la nariz. Miró a todos los alumnos con una sonrisa en los labios y el cariño reflejado en su cara. -Como se que no tenéis ganas de escuchar a un viejo loco diré solo una cosa- y miró de nuevo de un lado al otro del comedor - ¡A comer!Los chicos no remolonearon en cumplir la orden del Director Dumbledore, los platos se llenaron de comida y los estudiantes se pusieron manos a la obra para vaciarlos. James y Sirius se concentraron en llenar sus estómagos cosa que no era del todo agradable y tanto Lily como Remus, Alice y Berta los miraban con desaprobación. Petter, por su parte, nunca desaprobaba nada que hicieran sus dos amigos. 9


James se dio cuenta del detalle y le dijo a Sirius –Come bien, que parece que no lo haces en semanas CanutoSirius lo miró extrañado fijándose en el tomate que se escurría por la comisura de los labios de su amigo. -Pues parece que tú has comido lo mismo que yoJames se limpió con la manga provocando que Lily hiciera una mueca de asco. -¿No sabes lo que es una servilleta Potter?James ya había perdido la paciencia, que le había hecho él para merecer los ataques de la pelirroja. -Si te molesta, no me mires Evans, aunque sé que no puedes apartar los ojos de mi- le dijo inclinándose hacia ella y guiñándole un ojo. La chica se volvió indignada –No te hubieras sentado a mi lado, ya que me has impuesto tu compañía por lo menos compórtate-Ya esta chicos, tengamos la fiesta en paz- dijo Remus intentando terminar la cena tranquilamente. La discusión terminó pero Lily y James no se dirigieron la palabra en todo el banquete. Cuando todos los chicos estuvieron saciados el Director volvió a levantarse haciendo cesar las conversaciones pausadas que plagaban el gran comedor. -Bien, ahora que ya hemos comido os diré algunas palabras más, bienvenidos a los nuevos alumnos, y a los antiguos bienvenidos de nuevo, debéis saber que el bosque prohibido está, como su propio nombre indica, prohibido para todos los alumnos- en esta parte miró fijamente a los merodeadores- la lista de infracciones ha aumentado desde el año pasado, podéis consultarla en la puerta del despacho de nuestro conserje, el señor Filch. Y ahora los prefectos acompañarán a los de primer año hasta sus dormitorios respectivos. Buenas nochesLos alumnos salieron del Gran comedor para dirigirse a sus camas, mañana empezarían las clases y debían estar descansados para entonces.

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Cap3. La habitación de las chicas, la habitación de los chicos. En el dormitorio de las chicas Lily daba vueltas de un lado a otro mientras sus compañeras, resignadas, se ponían el pijama. -Es un...-¿Engreído?- dijo Alice sin mirarla. -Sí, y un...-¿Pesado?- contribuyó Berta colocando la túnica sobre una silla. -Exacto y un completo...-¿Estúpido?- saltó Katty mientras entraba al dormitorio acompañada de Mary.se te escucha desde la sala común-. -¿Dónde os habíais metido?- Las chicas eran las compañeras de dormitorio de Lily desde primero y habían visto esa situación durante todos esos años, cada vez que discutía con Potter se ponía igual. -Nos retrasamos un poco- dijo Mary sentándose en su cama mientras mordía un pastel de calabaza. -¿Cómo puedes seguir comiendo?- dijo Alice a Mary. Esta se encogió de hombros. -Es asqueroso- dijo Lily. -Ehhh, no te pases-No me refería a ti, ¿tú lo has visto comer?-Ahhhh, seguimos con Potter, que sepas que es verdad que se te escucha desde abajo, Black no deja de reírse de él.Lily se sonrojó, y Alice y Berta se desternillaron de risa. -Bueno, le está bien empleado- y dando la conversación por terminada se metió en la cama a rumiar su enfado. En el dormitorio de los chicos la situación era similar. -¿Qué se ha creído? Es... -Una engreída- dijo Sirius. -Exacto, y una...-¿Enterada?- dijo Petter. -Eso colagusano, y...-Si tanto te molesta ¿por qué no la dejas en paz?- dijo Remus mientras se metía en la cama. -Pero yo no he sido desagradable, ¿porque me ataca siempre?- dijo James.

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-Supongo que no tendrá nada que ver con las plumas que escupían tinta, o con los pergaminos que chillaban, ni con las bombas fétidas en su mochila, ni con...- dijo Sirius levantando un dedo con cada travesura que habían dedicado a Lily en los últimos seis años. -Vale, vale...pero ya hace mucho que la dejamos en paz, además, esas se las buscó por defender a Quejicus, y ese asqueroso ni siquiera lo merece- Quejicus era el sobrenombre con el que los merodeadores habían bautizado a Snape. -Bueno, siempre defiende a todo el mundo- dijo Petter. -A todos menos a mi- dijo James y se metió en la cama haciendo que su amigo Sirius se encogiera de hombros.

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Cap4. Empiezan las clases. El primer día de clases comenzó como todos, la profesora McGonagall repartió los horarios a la hora del desayuno a lo largo de la mesa de Gryffindor del Gran Comedor y los alumnos se dirigieron a su aula correspondiente. Para desgracia de los Gryffindors tendrían clase de pociones con Slytherin a primera hora. -Menuda forma de empezar la semana- dijo Alice a Lily mientras esperaban al profesor Horace Slughorn. No era ningún secreto que los de Gryffindor y los Slytherin no se llevaban bien, por esa razón, delante de la puerta del aula, había dos grupos bien diferenciados que se miraban con odio. El profesor Slughorn no notó este pequeño detalle cuando llegó y abrió la puerta del aula canturreando, y dejó pasar a los alumnos. -Bien chicos, este año tenemos los EXTASIS, pocos estáis preparados para afrontarlos, pero lo estaréis- dijo mirándolos a todos- para eso tendremos que empezar a trabajar duro, bien, hoy haremos esta poción -levantó la varita y los ingredientes aparecieron en la pizarra – Veritaserum, es una poción difícil, y tardaremos bastante en terminarla así que os colocaré en grupos- en la cara de los alumnos se dibujó el terror a que el profesor formara los grupos, pero este pareció no darse cuenta –Bien, veamos, serán dos de cada casa- se escucharon protestas a las que Slughorn no hizo caso y fue señalando a los alumnos con su varita. Lily cruzando los dedos esperaba su destino, no quería formar equipo con los de Slytherin pero menos aun con sus propios compañeros, los merodeadores. A escasos metros de ella estos cruzaban los dedos también, pero por motivos distintos. Cuando Slughorn terminó de formar los grupos Lily Evans y Sirius Black tenían la cabeza sobre la mesa, ambos habían tenido mala suerte, mientras que James estaba pletórico de felicidad por el mismo motivo que Lily estaba deprimida. -Levantaos y poneros en grupo tal y como os he dicho-Profesor- Sirius tenía la mano levantada. -Dígame señor Black-¿Puedo cambiar de grupo?-No señor Black-Pero...-En la vida real no siempre trabajarán con gente de su agrado, por eso he formado yo los grupos, será mejor que se acostumbrenSirius vio que no tenía ninguna posibilidad y con el ceño fruncido se dirigió hacia Snape que lo miraba casi con tanto asco como él lo hacía. Tiró de mala manera sus cosas en la mesa y se cruzó de brazos. Lily por su parte no lo estaba pasando mejor, James le sonreía desde el otro lado de su caldero, su grupo estaba formado también por otras dos chicas de Slytherin.

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-Estarás en tu salsa ¿no Potter?- dijo la chica mirándolo como si fuera una sucia cucaracha. -Si tu lo dices princesa- y no perdió la sonrisa, lo había decidido la noche anterior, no iba a dejar que lo enfadase, siempre que fuera posible. La chica lo miró extrañada y una tosecita le llamó la atención, miró a la muchacha de Slytherin que había emitido el molesto sonido. -¿Si?-Si habéis terminado tortolitos deberíamos empezar, Slughorn nos está mirandodijo con una vocecita chillona y una mirada despectiva reflejada en el rostro. -¿Celosa?- le dijo Lily mirándola con suficiencia – Como en Slytherin no tenéis chicos que valgan la penaJames la miro completamente asombrado, ¿se refería a él? La muchacha se movió incómoda en su silla. -No digas estupideces ¿quién querría estar con un idiota de Gryffindor?-No espero que tu mente simple lo entienda- y se volvió para mirar la pizarra dejando a la chica roja de rabia y a James más sorprendido de lo que había estado en su vida. La clase se desarrolló casi con normalidad, después de las dos horas los calderos humeaban y en ellos burbujeaban las pociones inacabadas de los alumnos. El profesor Slughorn paseaba entre ellos dando indicaciones y felicitando a los que lo hacían bien. Increíblemente Sirius y Snape no se mataron, parecían haber decidido que su nota era más importante que su pelea, o por lo menos la nota de sus compañeros y Remus no paraba de vigilar a Sirius fascinado de que aguantara tanto. La clase terminó y los alumnos se dispusieron a salir rápidamente de las mazmorras, Lily recogió sus cosas y se volvió para irse pero James la detuvo sujetándola del brazo. Ella lo miró despectivamente de nuevo y esto sorprendió más al muchacho que lo que había dicho antes. -No te equivoques Potter, lo que he dicho ha sido porque no pienso permitir que se meta conmigo o mi casaEl muchacho la soltó y ella pudo irse al encuentro de Alice y Mary, dejando a James plantado en medio del aula. Sus amigos se acercaron a él, Sirius con cara de pocos amigos y Remus mirándolo y preguntándose que le pasaba a su amigo. Petter no había conseguido la nota suficiente en sus TIMOS para seguir con esa asignatura. Remus pasó su mano por delante de los ojos de James sacándolo del estado en el que lo había dejado Lily. -Vámonos, llegamos tarde a Historia de la Magia- dijo a sus compañeros y se encaminó hacia la puerta con la misma cara que su amigo Sirius. Remus los siguió meneando la cabeza de lado a lado. Y efectivamente llegaron tarde a clase del profesor Binns y entraron sin que él se diera cuenta, ensimismado como siempre en el relato monótono de una de las guerras 14


de los duendes. Se sentaron al final del aula, al lado de Petter que los esperaba y se prepararon para una larga hora. Los minutos pasaban despacio mientras la clase se adormecía, una de las pocas personas que cogían apuntes era Lily cuando un trozo de pergamino hecho una pelotita le pegó en la cabeza, lo recogió y lo abrió para leerlo.

“Princesa, darías un paseo conmigo a la luz de las estrellas esta noche” Miró alrededor en busca de el remitente de la nota, aunque se lo imaginaba, ese chico no se cansaba nunca, y lo encontró, el muy... le lanzó un beso. ¡Dios mío! ¿Qué tenía que hacer para librarse de él? James había recordado de nuevo su promesa de no dejarla ganar. Contestó la nota clavando furiosa la pluma en el pergamino porque había perdido el hilo de la clase y la lanzó de nuevo. “Está nublado idiota, además no iría contigo ni a recoger galeones que llovieran del cielo Potter, déjame en paz” James leyó la nota y la miró con ojos apenados llevándose las manos al corazón como si se lo hubieran partido en mil pedacitos. Payaso. Otro trozo de pergamino voló sobre las cabezas de los estudiantes, para entonces nadie hacía caso al profesor que no se había dado cuenta y miraban volar las notas por la clase.

“Me partes el corazón amor mío, haría aparecer las estrellas por ti” La chica puso los ojos en blanco y Mary, que había leído las notas mirando sobre el hombro de su amiga le arrancó el papel de las manos y garabateó una repuesta. De nuevo los alumnos siguieron la trayectoria del papel que esta vez golpeó la cabeza de Sirius. “Black, dile a tu amigo que tenga cuidado con lo que se toma, no es bueno probar pociones que no sabes lo que son, te vuelven tonto” El chico miró ceñudo a Mary y le contestó.

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“De eso sabes mucho, ¿verdad?” Otro trozo de pergamino surcó el aire, para entonces los alumnos ya hacían apuestas sobre a qué venía todo aquello y un pequeño murmullo, del que el profesor Binns no se daba cuenta, se apoderaba de la clase.

“Por supuesto, sobre todo después de tener que soportaros” Sirius no estaba de humor para discutir alegremente después de dos horas soportando una clase junto a Severus Snape y se puso de pié provocando que todos guardaran silencio, el profesor Binns pareció despertar de un sueño y miró al muchacho. -Sí, que pasa señor...Sirius se dio cuenta de que estaba a punto de ser castigado, Remus le tiraba de la manga de la túnica con desesperación para que reaccionara. -No me encuentro bien profesor, ¿podría abrir una ventana?- No se le ocurrió otra cosa, Mary lo miraba con suficiencia y él cada vez estaba más enfadado. -Sí, sí claro señor Parker- Sirius abrió la ventana más cercana y se sentó de nuevo. Ahí terminó la discusión y la clase se sumió de nuevo en su sopor habitual. Al salir del aula Sirius se encaró con Mary. -¿Tan irresistible te parezco que no me puedes dejar en paz?- La chica lo miró como si fuera una cucaracha. -¿Esa es tu nueva forma de ligar Black?, no parece muy efectiva- Snape estaba en el pasillo junto a sus amigos mirando a los merodeadores como si fueran una gran pila de estiércol. Sirius desplazo su furia inmediatamente hacia el verdadero objeto de su mal humor. -¿Que pasa Quejicus? Vienes a tomar apuntes, te advierto que si no te lavas el pelo no lo conseguirás nunca- dijo James tranquilamente. -¿Todavía persigues a Evans? ¿No te da vergüenza que te manden al cuerno tan a menudo?- Snape había puesto el dedo en la llaga. -No te metas en esto Severus- dijo la chica sorprendiendo a los presentes al salir de detrás de los chicos -y deja de buscar pelea o tendré que quitarte puntos-No te atreverías Evans- le dijo Avery en tono amenazador dando un paso al frente. James se adelantó poniéndose delante de Lily a modo de protección y Sirius se puso en guardia para ayudar a su amigo. -No hace falta que te hagas el héroe Potter- dijo Lily empujándolo hacia un lado. 16


-Pero...Mulciber, el otro compañero de Snape aprovechó el estupor del muchacho para atacar, pero Sirius se le adelantó e hizo que una cuerda que salía de su varita atara a los tres muchachos que pataleaban intentando liberarse. -¡Black!- gritó la muchacha y se acercó para liberarlos pero Avery le escupió en la túnica. -No te atrevas a tocarme, asquerosa...Sirius se abalanzó hacia el chico para golpearlo pero James llegó antes y le partió la nariz de un puñetazo. -¡Basta!-Pero Lily, has visto lo que ha hecho, sabes lo que iba a decirte- dijo James mientras sujetaba del cuello de la túnica a Avery y lo fulminaba con la mirada. -No importa, no se merecen ni siquiera mi atención- dijo la chica mirando fijamente a Snape que encontraba muy interesantes sus zapatos en ese momento. -Como quieras, tú decides- y lo soltó sin dejar de mirarlo. Remus sujetaba a Sirius para evitar que siguiera intentando descargar su furia sobre Snape mientras miraba asombrado a su amigo, Mary soltó a los Slytherin con un toque de varita y estos salieron corriendo. -Volveremos a vernos Potter- dijo Avery antes de desaparecer por el corredor. -¡Cuando quieras!- grito el muchacho agitando el puño manchado de sangre en el aire. En ese mismo momento el profesor Slughorn apareció por donde los chicos habían salido corriendo y los Gryffindors se quedaron de piedra. James escondió rápidamente el puño debajo de su túnica. El profesor se acercó a ellos. -Señorita Evans- dijo mirando a la muchacha extrañado de encontrarla allí – ¿Me puede explicar que ha pasado?, ¿Por qué el Señor Avery va hacia la enfermería?James comenzó a hablar, no iba a permitir que Lily aguantara un castigo por culpa de esos tres, pero Lily se le adelantó. -Tropezó profesor- dijo Lily con cara de inocencia, y todos se apresuraron a asentir ante su afirmación. El profesor los miró uno a uno, Lily era una de sus favoritas, pero de los otros muchachos esperaba casi cualquier cosa. -Y ¿Los gritos que he escuchado?-Avery pensó que Potter le había puesto la zancadilla- dijo la chica con convencimiento ante la boca abierta de Sirius. -¿Y es verdad?-No señor, todos estábamos aquí y lo vimos- dijo Lily empezando a pensar que no se librarían de esa. -Bueno- dijo el profesor recuperando su habitual sonrisa –todo el mundo puede equivocarse ¿no es así?, ahora continúen que seguro que tendrán muchos deberes-

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-Gracias profesor- dijeron los chicos a coro ante lo que este siguió su camino canturreando como siempre. Lily se apoyó en la pared dejando escapar un suspiro y resbaló por ella hasta el suelo. James se asustó y la ayudó a levantarse. -¿Estás bien?Sirius sonreía y la miraba sorprendido –Lo has hecho genial Evans-Si hubiera sido otro profesor no lo hubiéramos conseguido, no vuelvas a meterme en una cosa así Potter- Pero ella sonreía y acepto su ayuda –Ahora será mejor que le hagamos casoLos chicos se dirigieron hacia el Gran comedor, no tendrían más clases hasta la tarde. -Deberíamos nombrarte merodeadora de honor Evans, nunca pensé que fueras tan buena, no imaginaba que pudieras mentir a un profesor, pensaba que eras demasiado... no se... estirada- dijo Sirius mientras se servía un gran trozo de pastel de riñones. -Gracias, creo -dijo Lily mirando sorprendida a Sirius –Pero si piensas que soy una estirada la próxima vez te dejaré a tu suerte- terminó amenazándolo con el tenedor. -Solo intentaba darte las gracias, no tienes porque ponerte así- dijo el chico poniéndose derecho en su asiento, pero ante su asombro Lily sonrió. -De nada, pero no os acostumbréis, solo lo hice porque lo merecían- dijo muy seria –Además –dijo mirando hacia la mesa de Slytherin en donde Avery lucía un gran moratón en el centro de la cara- creo que la cara le ha mejorado mucho con el golpeTodos los chicos estallaron en carcajadas y terminaron alegremente la comida. Al terminar se dirigieron al lago todos juntos y James no podía creer aquello, como habían llegado del “piérdete Potter” a pasar las horas libres juntos. No pensaba preguntar, disfrutaría el momento. Llegaron a los pies de un gran haya y se sentaron alegremente, Lily sacó un trozo de pergamino y todos la miraron. -¿Qué haces Evans?- dijo James sorprendido. -Deberíamos hacer caso a Slughorn y empezar con nuestros deberes- dijo la muchacha. -Pero es el primer día de clases- gimió Sirius y Petter, James y Katty lo apoyaron. -y ya tenemos deberes, Lily tiene razón chicos, se acumularán y después vendréis llorando- dijo Remus imitando a Lily. Los chicos miraron a la pareja con rencor –Me parece que Lunático por fin encontró apoyo- dijo Sirius –Pero, como nuevo merodeador te haré los honores de tratarte como tal, es decir, sin hacerte ni caso- y volvió a tumbarse en la suave hierba. Petter aplaudió la ocurrencia de su amigo. Lily miró a Remus que sacudió la cabeza y 18


después a James que se encogió de hombros y se acomodó contra el tronco del árbol a jugar con una pequeña pelota dorada que volaba ante sus ojos. -¿De dónde la has sacado?- dijo Alice mirando al chico. -La... tome prestada hace un par de años- contestó tras reflexionar su respuesta unos segundos. Petter disfrutaba con la exhibición de James mientras Lily miraba a los dos con desaprobación. -Me parece que a Evans no le hace mucha gracia- dijo Sirius que había estado observando la escena. -Podéis hacer lo que os dé la gana mientras no me metáis en vuestros líos- dijo la muchacha volviendo a su trabajo y James guardó la snitch ante los ojos decepcionados de Petter. La chica dejó a un lado el pergamino y revolvió su mochila en busca de los apuntes de Historia de la Magia. -¿Qué te pasa Evans?- dijo James que se dedicaba a observarla en silencio mientras Sirius dormitaba y los demás se esmeraban en sus deberes. -Necesito los apuntes, no recuerdo el nombre de...-Goldolriko el Sucio- dijo el muchacho y la chica lo miró extrañada y después buscó en sus apuntes, tenía razón. Lo miró con suspicacia. -Pensé que no prestabas atención Potter-Bueno, aunque no lo creas puedo hacer dos cosas a la vez- dijo mirándola, enfadado por su reacción, ni que fuera idiota. En ese momento Remus levantó la cabeza de sus apuntes y señaló que deberían volver al castillo, la clase de transformaciones estaba a punto de comenzar. Recogieron y se dispusieron a volver a sus clases. De camino al castillo James detuvo a Lily sujetándola del brazo. -¿Puedo hablar contigo?- La chica lo miró y vio más seriedad en su mirada que en los últimos seis años, así que decidió aceptar. -Claro-Cornamenta, ¿qué pasa?- dijo Sirius al notar que su amigo se había parado. -Ahora nos vemos Canuto- le contestó el muchacho y este siguió adelante con los demás. -Llegaremos tarde Potter- dijo la chica con una mirada impaciente. -Te escuche-¿escuchaste qué?- dijo sorprendida. -Lo que decías anoche, ¿de verdad piensas eso de mi?La chica lo miró asombrada, no sabía que decir, nunca pensó que le importase, el solo se metía con todo el mundo y le daba igual nadie que no fueran sus amigos. El muchacho miraba al suelo y parecía estar pasándolo mal con la conversación. Pero ella le había dicho a él muchas veces que lo consideraba un engreído, ¿se habría

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pasado esa vez? La verdad es que este año no había intentado molestarla, bueno, no más de lo normal. -Bueno... yo...-Da igual- el chico comenzó a andar hacia el aula, dejándola atrás. -Eres un engreído- dijo Lily a sus espaldas. El chico se volvió dispuesto a pelear con ella, no pensaba aguantarlo más pero ella no le dejó contestar. -Y un pesado- siguió y ahora la que comenzó a dirigirse a la clase fue ella, pero se volvió para añadir- pero no creo que seas estúpido- y siguió su camino dejando al chico con la boca abierta y sin saber cómo tomar esa afirmación. Decidió que era lo más parecido a un halago que había recibido de ella desde que se conocían. La alcanzó cuando estaba a punto de entrar en el aula, McGonagall no había llegado todavía. La detuvo en la puerta. -¿Quién eres tú y que has hecho con Lily Evans?- le dijo mientras intentaba recuperar el aliento. La chica lo miró sorprendida de nuevo, este chico se había vuelto más loco de lo habitual. -Piérdete Potter, tu normalidad estaba durando demasiado- y ante el asombro de ella James sonrió abiertamente. -¿Qué te pasó? ¿Te golpeó una bludger?-Pensé que nos estábamos haciendo amigos y entonces no podría pedirte salirdijo el chico con naturalidad y se metió en la clase dejándola plantada y con la boca abierta.

Cap5. La apuesta 20


Los días pasaron sin que nada cambiara en el castillo, lo poco que quedaba de verano dio paso al otoño con sus nublados y lluviosos días, también se acercaban los exámenes y los alumnos de quinto y séptimo eran los que más trabajo tenían. Los profesores parecían tomarse muy a pecho el que sus alumnos aprobasen tanto los temidos TIMOS como los dificilísimos EXTASIS. Lily cada día estaba más nerviosa y reñía muy duramente a cualquier alumno que formara jaleo en la sala común, en donde parecía haber montado un pequeño fuerte en una de las mesas y siempre podían encontrarla allí rodeada de libros. Pero lo que más molestaba a Lily era que a los merodeadores no parecía afectarlos la proximidad de los exámenes. James y Sirius estaban tan relajados como en un día de verano y el primero había vuelto a molestar a Lily como siempre. Solamente a Remus se le veía estudiar, aunque con su inquebrantable tranquilidad. En una de esas tardes fue cuando Lily explotó. -¿No podéis moriros y dejar en paz al resto de los mortales?- James levantó la cabeza y soltó a Sirius con el que se había estado peleando sobre la alfombra, el chico aullaba como un loco mientras su compañero lo sujetaba con una llave de lucha libre. -Porque tú llorarías desconsoladamente si yo muriera, y no quiero ver tus bonitos ojos empañados por el llanto- dijo el chico tranquilamente. -Dios mío Potter, ¿cómo puedes ser tan arrogante?- dijo Lily enfurecida. -Es un don- dijo Sirius mientras se levantaba y se sacudía la túnica negra llena de pelusas de la alfombra. Algunos de los estudiantes que se encontraban en la sala común rieron. -Haremos una cosa- dijo James- yo mismo me ocuparé de que no escuches ningún ruido, y tu saldrás conmigo después de los exámenes. -Ni lo sueñes idiota, no saldría contigo aunque fueras el último chico del mundoSirius soltó una sonora carcajada –Mala suerte cornamenta, creo que nunca te dirá que si-Apostemos- una voz salió de detrás de un ejemplar de pociones avanzadas que descendió dejando al descubierto la cara del tercer merodeador.

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-¿Qué estás diciendo Remus? Nunca saldré con eso- dijo Lily mirando a James como si fuera una cucaracha especialmente gorda. -Oye...-No sobre eso- continuo desechando la idea con un gesto de la mano –yo también quiero estudiar, si esos dos consiguen que no se escuche ni una mosca saldrás con James-Estás loco- dijo la chica abriendo mucho los ojos - ahora lo veo, por eso andas con esos dos-Venga Lily, ¿de verdad crees que lo conseguirán?- intervino Alice. -No pero...- dijo Lily confusa. -Venga de todas maneras así contaremos aunque sea solo un rato de tranquilidad, y en el peor de los casos solo se trataría de un paseo ¿verdad Lupin?- dijo la chica buscando ayuda en su compañero. Remus asintió gravemente desde su sillón y esperó la respuesta de Lily. James observaba en silencio como su amigo intentaba ayudarlo en su cruzada. Toda la sala común se sumió en un silencio tenso. En ese momento se escuchó a Sirius. -Sabía que eras una estirada pero no una cobarde, quizás debías haber estado en Slytherin con tu novio Quejicus- James casi mata a Sirius con la mirada, pero la respuesta de Lily lo sobresaltó. -De acuerdo- dijo la chica sorprendiendo a todos los presentes –Pero no quiero escuchar ningún jaleo, ya provenga de vosotros o no, hasta que terminen los exámenes-Eso es una semana entera- gimió Sirius. -Lo haremos- dijo inmediatamente James y la chica volvió a sus estudios. -Black- el chico la miró esperando alguna condición más, pero ella ni siquiera levantó los ojos del libro que tenía delante –Y como se te ocurra si quiera volver a insinuar lo que acabas de decir tendrás que buscar un gran agujero donde esconderteSirius no contestó, su gran ego se lo pedía a gritos, pero James le tapaba la boca y lo arrastró hasta la chimenea susurrándole al oído –Hazlo por mi hermano- y la apuesta comenzó. Pero con lo que Lily no contaba es que la mayoría del jaleo que se provocaba en la sala común era a causa de James y Sirius, por lo que cuando terminó ese día Lily se asombró de lo mucho que había adelantado en sus estudios, levantó la cabeza y se encontró con la mirada sonriente de James que jugaba en silencio con Sirius una partida de ajedrez mágico. Sin decir una palabra recogió sus cosas y se dirigió a su habitación. En los días siguientes Lily comenzó a preocuparse, la sala común estaba más tranquila de lo habitual, los merodeadores iban de un lado a otro de la habitación evitando que los más pequeños formaran ruido y organizando excursiones para jugar en el gran comedor o los patios. La verdad es que lo estaban haciendo muy bien. Y así llegó el último día de exámenes.

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-Solo nos queda Transformaciones- dijo Alice muy preocupada. Las chicas estaban sentadas en el Gran Comedor rodeadas de apuntes. Mary, ayudada por Lily intentaba convertir su plato en una tortuga, pero solo conseguía la concha, cuando la levantaba se encontraba con que debajo seguía pareciendo un plato. Berta se apoyaba en su mochila y miraba al vacío mientras pensaba en cómo explicaría en su casa el suspenso. Katty repasaba los apuntes desesperada moviendo los trozos de pergamino de un lado para otro sin llegar a estudiar nada en concreto. -Ya no sirve preocuparse- dijo Lily convencida -solo pensar que si no sale el siguiente lo haremos mejor, no es como si se acabara el mundoLas chicas la miraron sorprendidas, había pocas cosas que Lily considerara más importantes que los estudios. -Lo de salir con James te está afectando- Le dijo Alice. La chica la miró sin creer lo que decía su amiga –Yo no salgo con Potter, y ¿desde cuándo es James?-Venga Lily, no es para tanto- Le contestó Katty- además hace mucho que no molestan, se tomaron la apuesta en serio-Sí, y me temo que la perderé a no ser que a alguien se le ocurra desatar un huracán antes de una hora-Podrías discutir con él- sugirió Berta saliendo de su ensoñación y dispuesta a colaborar en el plan. -¿Crees que no lo he intentado? Es insufrible, me mira con esa sonrisa de bobo en la cara y me dice “lo conseguiré princesa”- la chica se llevó las manos a la cabeza – Dios, no puedo con el-¿Qué tal está mi princesa? ¿Preparada para el último examen?- Una voz interrumpió el arranque de desesperación de Lily haciendo que se diera la vuelta y se encontrara con el objeto de su frustración. -Si pudiera practicar contigo iría mejor, ¿qué tal si te convierto en un hurón, o prefieres una comadreja?- dijo la chica con una sonrisa maliciosa en los labios. -Cuando salgas conmigo podrás hacerme lo que quieras- le dijo inclinándose hasta quedar a su altura. -Eso no pasará nunca Potter, deja de soñar- contestó Lily echándose hacia atrás ya que la cara del chico había quedado muy cerca de la de ella. -Eso no es lo que creo, dentro de media hora entraremos en nuestro último examen- se incorporó de nuevo mirándola sonriente –No es así Lunático-Me temo que si Lily, aceptaste la apuesta, lo siento- dijo el muchacho que, aunque se alegraba por su amigo, todavía no se creía que hubieran aguantado tanto. Se sentó en la mesa junto a Mary, que seguía dándole golpes con su varita al plato tortuga, para intentar ayudarla. -El juez ha hablado ¿qué te gustaría hacer en nuestra cita princesa?- le dijo el chico sonriente.

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Ella lo fulminó con la mirada -¿qué me gustaría?- y pareció pensarlo por un momento –Que te cayeras al lago y el calamar gigante se diera un...-¿QUÉ CREIAS QUE ESTABAS HACIENDO MALDITO MONTÓN DE ESTIERCOL?- un grito que provenía del vestíbulo interrumpió a la chica, por una milésima de segundo todos se miraron y después salieron corriendo hacia el origen del jaleo. Si como pensaban era Sirius el que gritaba estaba a punto de meterse en un tremendo lío. Cuando llegaron a la puerta medio colegio se había congregado alrededor de la pelea. En medio se encontraba Sirius con la varita levantada acompañado de una pequeña chica de primer año con una melena negra que le caía hasta la cintura, las cosas de la niña estaban repartidas por el suelo rodeándola, frente a él y con cara de profundo desprecio se encontraba Snape acompañado de Avery y Mulciber, también habían levantado sus varitas. -La pequeña sangre sucia estaba en medio- dijo tranquilamente el chico de pelo negro y grasiento. -SU SANGRE ES MUCHO MÁS LIMPIA QUE LA TUYA MALDITOLa chica lo miró con profundo odio y su pelo se volvió repentinamente de un rojo intenso. -Ahhhh, veo que además es un bicho ra...En ese preciso momento los chicos llegaron hasta ellos, James se apresuró a ponerse junto a su amigo también con la varita preparada al igual que Remus. -BLACK BAJA ESA VARITA, LA PELEA HA TERMINADO- Lily se dirigió directamente al centro de la pelea poniéndose entre los dos grupos. -No te metas en esto Evans, de esta no se va a librar-No me obligues a decírtelo dos veces Black- dijo la chica levantando su varita para enfrentarlo. Sirius la miró sorprendido – ¿Por qué defiendes tanto a Quejicus Evans? Esto no es asunto tuyo, apártate, no quiero hacerte daño pero no te prometo nada-Intento que no te metas en un lío aun más gordo del que ya estás imbécil, baja esa varita- dijo la chica fulminándolo con la mirada. James puso la mano sobre el brazo de su amigo –Hazle caso Canuto, nos vengaremos más tarde- susurró intentando que Sirius entrara en razón, si algún profesor aparecía estarían castigados hasta el día del juicio. Sirius comenzó a bajar el brazo lentamente asesinado con la mirada a Snape cuando un rayo rojo atravesó el vestíbulo. -¡Protego! –Se escucho el grito de Remus y el rayo rebotó provocando que algunos de los espectadores se agacharan. Lily se volvió hacia los chicos de Slytherin antes de que cualquiera de los merodeadores pudiera reaccionar y colocó su varita bajo la barbilla de Avery – ¿Acaso no escuchaste que la pelea había terminado?- le dijo mirándolo con los ojos

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entrecerrados, el chico temblaba, no había tenido tiempo de reaccionar, Mulciber intentó defender a su amigo. -No te acerques a él Evans, o te arrepentirás- le dijo apuntándola con su varita. -NI TE ATREVAS A AMENAZARLA CERDO- grito James rojo de la ira, pero el brazo de Snape sorprendentemente sujetó la mano de su amigo. -Suelta eso estúpido- le dijo mirando con desprecio a James –La pelea ha terminado-Pero...- dijo el muchacho mirando extrañado a su amigo. -He dicho que ha terminadoLily volvió su atención de nuevo hacia Avery que estaba inmóvil –Os descontaré cinco puntos a cada uno, y hablaré personalmente con el profesor Slughorn sobre esto para que os ponga un buen castigo, como llegue a mis oídos que volvéis a molestar a alguien juro que no me limitaré a hablar con profesores, ¿entendieron?El chico tragó saliva y asintió con la cabeza, Lily miró a los otros dos que se mostraron también de acuerdo, bajó la varita poco a poco y los tres desaparecieron entre la multitud, ella se volvió hacia los merodeadores. -A vosotros os digo lo mismo-¿QUÉ?- dijo James mirando a Lily, -nosotros solo nos defendimos-También hablare con McGonagall de esto, no te preocupes Potter, se enterará de todas las circunstancias-Remus, di algo- le espetó Sirius –Tú también eres prefecto-Ella tiene razón, yo también hablare con McGonagall-¿Queeeee?- Los chicos miraron a su amigo totalmente sorprendidos -Os he dicho miles de veces que no dejéis que os provoque, estaba todo el colegio aquí, será mejor que se entere por nosotros-El solo me defendió- dijo la pequeña chica, que hasta el momento no había abierto la boca y a la cual habían olvidado, mientras recogía sus cosas. Remus se apresuró a ayudarla y ella lo miró sonriente. -No te preocupes- le dijo Lily- estoy segura de que McGonagall lo tendrá en cuenta ¿cómo te llamas?-Nymphadora Tonks- contestó la muchacha ya con todas sus cosas de nuevo en las manos –Llámame Tonks, Nymphadora, es un nombre horrible- la punta de su pelo se puso roja de nuevo, la chica miró a Lily como desafiándola a que la contradijera, su mirada le recordó a alguien. -Es mi prima- dijo Sirius por toda explicación, y entonces Lily comprendió a quien le recordaba. -Te llamaré como tú quieras, no te preocupes, ¿te puedo preguntar algo?- El pelo de la chica volvía a ser negro y en su cara apareció una sonrisa. -Claro-¿Cómo lo haces?- Tonks la miró extrañada –lo del pelo, nunca había visto algo así25


Aunque Lily era una bruja excepcional al provenir de familia Muggle había cosas del mundo mágico que no conocía, aunque con el paso de los años cada vez se encontraba con menos. -Ahhhh, eso- dijo la chica divertida – es fácil, mira- La chica cerró los ojos y su pelo se volvió del negro intenso al rubio plateado en un momento. –Soy una metamorfomaga, nací así- dijo sencillamente –Con un poco de práctica se pueden hacer más cosas- cerró los ojos de nuevo y su nariz creció hasta contar con unas proporciones que la de Severus Snape envidiaría, los chicos rieron al verla. -Es genial Tonks- dijo Lily aplaudiendo, los alumnos se habían ido retirando poco a poco ya que la diversión había terminado, solo quedaban allí los merodeadores y las amigas de Lily –Dime, ¿porqué se metía contigo Snape?La mirada de la niña se ensombreció mientras su apariencia volvía a la normalidad -Mi padre es muggle y mi madre era una Black- se encogió de hombros – supongo que quería enfadar a Sirius-Y lo consiguió, cuando lo atrape se va a enterar, le enseñaré que no puede meterse con mi familia- dijo el chico levantando el puño en el aire. -No seas idiota y no dejes que te meta en líos, además tu familia te importa lo mismo que él- Lily miró a Sirius extrañada ante lo que decía Tonks. -No es lo mismo contigo Dora- le dijo a la chica –tu madre es mi prima preferida, no tiene nada que ver con los demás-Bien- dijo Lily contrariada, siempre había pensado que Sirius era un niño mimado, nunca se le hubiera ocurrido pensar que tenía problemas familiares–Será mejor que vallamos a nuestro examen o llegaremos tarde, después hablaré con McGonagall- los demás asintieron, se dirigió de nuevo a Tonks –Si vuelve a molestarte avísame ¿de acuerdo? Ya le quitaré yo las ganas de hacer el idiota- la chica asintió y agradeció a Lily su ayuda, se dirigieron al aula de transformaciones mientras ella los despedía con la mano y salía disparada para su clase. -Te pones preciosa cuando te enfadas – susurró James al oído de Lily cuando llegaron al aula, la chica no pudo responder porque en ese mismo momento la profesora McGonagall sacó la cabeza por la puerta y la llamó. -Señorita Evans puede pasar un momento antes del examen, me han comentado algo que creo que debo hablar con usted, acompáñela señor LupinY los dos entraron en el aula dejando a James y Sirius totalmente preocupados por la reacción de su profesora, seguramente no estaría de buen humor cuando terminase y tuvieran que entrar en su examen. Petter llegó corriendo en ese mismo momento. -¿El examen ya empezó?- dijo nervioso al ver las caras preocupadas de sus amigos. -Ojalá Evans y Lunático están dentro, nos va a caer una gorda ¿dónde estabas?-

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El chico miró a James extrañado –Estudiando, ¿en qué os habéis metido esta vez?-El estúpido de Snape tuvo la tremenda osadía de meterse con mi primita-Yo pensé que tu familia no te...-Dora es diferente, entendido, su madre y ella son las únicas de mi familia que estoy dispuesto a reconocer como tal- Petter asintió -Pero no te preocupes, al pelo grasiento se le van a quitar las ganas de meterse con ella-Eso no suena a arrepentimiento señor Black- dijo una voz detrás de él, la profesora McGonagall había abierto la puerta de nuevo para dejar salir a Lily y Remus y dar comienzo al examen, el chico se volvió para mirar a la profesora de frente –le sugiero que me deje esto a mí y no se busque más castigos, con el que le voy a poner tendrá más que suficiente-Pero...- dijo el chico. -Nada de peros señor Black, no sé si podré hacerlo entrar en razón, pero una semana limpiando la cocina le servirá para pensar- Miró al chico esperando una réplica pero este se limito a mirar al suelo iracundo –Bien, empecemos el examen- y entró de nuevo en el aula llevando con ella al primer alumno de la lista. -Gracias Lunático- Remus miró a Sirius y vio que este sonreía. -De nada Canuto pero fue Lily la que sugirió el castigo, debes agradecérselo a ella- el chico estaba asombrado. -¿Ella?, seguro que pensó que no me gustaría-No creo que sea así- dijo Remus encogiéndose de hombros –todos los prefectos hemos estado alguna vez en las cocinas, y sabemos cómo es allí el ambiente-Que insinúas, que debería darle las gracias por acusarme-Creo que en realidad te ha hecho un favor- dijo Remus tranquilamente –incluso ha defendido a Cornamenta, la versión que tenía la profesora estaba un poco... como decirlo, cambiadaJames y Sirius se miraban sin creer lo que había dicho su amigo, Lily Evans defendiéndolos, eso era algo inaudito. James fue el primero en reaccionar se apartó de sus amigos y fue directamente hacia Lily. -Evans- la chica que hablaba con sus amigas en ese momento se volvió hacia el muchacho –Gra... gracias- Lily lo miró con los ojos muy abiertos, no se creía lo que acababa de escuchar, James se miraba los zapatos esperando su reacción. -No... no hay de que- contestó ella y James se volvió para ir de nuevo con sus amigos. -Si Evans, gracias- le dijo Sirius desde su sitio haciendo una pequeña reverencia. Lily puso los ojos en blanco y se volvió hacia sus amigas, nunca entendería porque los había defendido, pero cuando escucho lo que la profesora pensaba que había pasado estuvo convencida de que había sido un Slytherin el rápido informante.

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Los exámenes terminaron sin más sobresaltos y todos los alumnos salieron a los jardines del castillo para relajarse con uno de los pocos días de sol que quedaban tras el largo periodo de estudio. Lily y sus amigas fueron directamente al lago y se sentaron en la orilla. -Tendrás que salir con Potter ¿no?- comentó Berta como de pasada mientras jugaba con los cordones de sus zapatos. -Dios, no, quedamos en que nos relajaríamos, además- dijo la chica abriendo mucho los ojos, se le acababa de ocurrir una idea – ¿lo que ha montado Black no fue un escándalo?-No creo que cuele, el te prometió que podrías estudiar, no que nadie pelearía en el colegio-dijo Alice que estaba acostada sobre la hierba al lado de Lily haciendo que esta se enfurruñara de nuevo. -Bueno, pero Remus dijo que solo sería un paseo, no es algo como una cita- dijo la chica intentando consolarse. -Si quieres pensar eso- Le contestó Mary –Pero no creo que Potter se conforme, se ha esforzado mucho para conseguirlo-Tú dame ánimos, ten amigas para esto-Venga ya, no es para tanto- intervino Katty- me negaras que es guapoLily pareció pensarlo largamente ante lo que su amiga le tiró una ramita con la que había estado jugando. -Vale, vale- dijo con resignación – es guapo-Y uno de los chicos más populares del colegio- dijo Berta. -Vale, pero sigue siendo un arrogante- y la chica se tumbó en la hierba con los ojos cerrados y disfrutó de la suave brisa que le acariciaba el rostro. No sabía que su placer duraría poco por el camino se acercaban los cuatro chicos que menos ganas tenía de ver. -¿Qué tal preciosas?- dijo Sirius que parecía estar de nuevo de buen humor – ¿Nos permiten acompañarlas?-Haced lo que os dé la gana, pero no molestéis- le contestó la muchacha fastidiada. -Venga ya Evans, no seas así, solo queremos charlar un rato, ¿verdad Cornamenta?Lily reparó entonces en que James no había abierto la boca y lo miró extrañada. -Si claro- contestó y se sentó en la hierba sin mirar a Lily. -Venga Corna, anímate, los exámenes ya terminaron- dijo Remus acomodándose a su lado. -Creo que se que le pasa- dijo Sirius y se dirigió a Lily con cara de inocente – Piensa que ha perdido la apuesta por la pequeñez de antes, no es así ¿verdad Evans?Lily miró a James que no levantó la mirada y se extrañó por la aptitud del muchacho, realmente pensaba discutir por ese tema, gritarse, que él no aceptara que

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la apuesta quedaba anulada, que inventara cualquier excusa tonta como hacía siempre, todo menos eso. -Y ¿Por qué piensa eso?- dijo la chica y James levantó la cabeza tan rápido que pareció que le había alcanzado un rayo, ella lo miraba con una débil sonrisa en los labios. -Pero... pero...Las demás chicas miraban a Lily como si se hubiera vuelto loca, había tenido la oportunidad de librarse de la apuesta y no la había aprovechado. -En realidad James técnicamente no ha perdido- dijo Remus y levantó la mano para evitar que Sirius, que acababa de abrir la boca, dijera algo –Pero tampoco ha ganado, por lo que la decisión depende de LilyTodos la miraron, ella seguía sosteniendo la mirada de James que aguantaba la respiración y esperaba. Después de unos segundos que a James le parecieron horas la chica contestó. -Que Merlín me asista si se por qué- susurró –Está bien- dijo dirigiéndose a Remus. La cara de James mereció la respuesta se quedó clavado en el sitio y no dejaba de mirar a Lily con la boca abierta igual que los demás, Sirius en cambio saltaba de alegría y bailaba alrededor de su amigo. -Lo hiciste chico, lo conseguiste- y le dio una fuerte palmada en la espalda a James que sonrió sin dejar de mirar a Lily, estaba intentando asimilar la respuesta. -Pero quiero que sepáis que es solo por ser justo- dijo Lily apartando la mirada porque estaba empezando a ponerse nerviosa. No sabía porque había aceptado, que James ni siquiera protestara le hizo pensar que realmente le importaba el resultado, no tenía nada que ver con todas las veces que le pedía salir a lo largo del día, esta vez era... distinto.

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Cap6. Consecuencias La noticia de que James Potter y Lily Evans habían salido juntos se extendió rápidamente por todo el colegio. Sus compañeros no lo podían creer ya que llevaban seis largos años viéndolos pelear, el “club de admiradoras” de James lanzaba miradas asesinas a Lily por los pasillos, incluso las más atrevidas se animaban a lanzarle algún que otro maleficio. Después de tener que saltarse tres clases seguidas por culpa de un hechizo paralizador lanzado desde la puerta de los baños de chicas empezó a ir a todos lados acompañada. La verdad es que no lo pasaba muy bien, pero no pensaba quejarse, ya había repetido hasta la saciedad que no había salido con James por propia voluntad, pero parecía que a las chicas no les importaba que hubiera sido un miserable paseo por el lago. James se acercó a ella a la hora de comer y se sentó a su lado, ella estaba allí intentando limpiar un trabajo de pociones que curiosamente estaba lleno de manchones de tinta y acompañada de Mary y Alice. -Hola princesa ¿cómo te va?-¿Me harías un favor?- dijo la chica con tono cansino sin mirarlo. -Claro- contestó James sonriente –lo que tú me pidas, ya lo sabes-No me llames princesa ¿Quieres?, me pone de los nerv... ¿Qué te pasó?- Lily acababa de mirar a James que lucía orgulloso un ojo totalmente amoratado. -Oh, ¿esto? –Sonriendo señaló su trofeo –Es que la chica más bonita del colegio aceptó salir conmigo, y todavía no se creen que no la obligara-Pero eso es terrible, deja que te vea- La muchacha se puso en pie de un salto y cogió entre sus manos la cara del chico para ver mejor la herida – ¿Te ha visto Madam Pomfrey?-Ni falta que hace- contestó James sonriente –creo que me dejaré golpear más a menudo si me vas a tratar asíLa chica chasqueó la lengua disgustada –No seas idiota y quédate quieto-Como tú digas prin...- se paró al ver los ojos verdes que lo miraban disgustados ¿Preciosa? Lily se permitió una sonrisa fugaz antes de ponerse seria de nuevo –Lily estará bien- dijo y soltó de nuevo a James –creo que en unos días se curará, pero Madam Pomfrey te lo quitaría en un momento-Prefiero quedármelo, así me harás más caso- contestó sonriente –Y tu ¿qué tal lo llevas?30


-Bien, a mi no me pegan por los rincones- dijo Lily molesta volviendo a su destrozado pergamino, el chico lo miró y se dio cuenta de que las manchas de tinta eran de un color diferente al que había utilizado para escribir, decidió no comentar nada sobre eso. -Bueno, me alegro, si alguien te molestara me lo dirías ¿verdad?- James la miraba con seriedad y Lily estuvo a punto de contarle todas las tonterías que estaban haciendo sus admiradoras pero se cayó. -La verdad es que... –dijo Alice pero Lily la interrumpió. -La verdad es que creo que he demostrado que puedo defenderme sola Potter- y dejó su tarea por imposible. -Si yo te puedo llamar Lily tu puedes llamarme James- se levantó de la mesa y arrebatándole el pergamino de las manos lo apuntó con la varita y susurro unas palabras, las manchas se limpiaron quedando solo la pulcra caligrafía de Lily, lo puso ante ella y salió del Gran comedor sin mirar atrás. Los labios de la muchacha esbozaron una sonrisa. Más tarde ese mismo día. -Creo que las chicas están molestando a Lily- dijo James preocupado a sus amigos mientras se encontraban sentados en la sala común. Remus levantó la vista del tablero de ajedrez y lo miró fijamente. -¿Qué chicas?- dijo Sirius concentrado todavía en la partida. -No seas tonto, esas que lo siguen a todas partes- dijo Remus mirando de nuevo a Sirius. -Ya Lunático, me refiero a cuales exactamente, no son pocas ¿sabías?- dijo el chico sonriendo con orgullo. -Si lo supiera podría hacer algo, ¿no crees?, pero ella tampoco quiere decirme nada- contestó James preocupado. -Supongo que Lily no es del tipo que van a quejarse por tonterías- reflexionó Remus –podríamos pensar en algo para ayudarla, todo esto es culpa tuya-No me pongas peor de lo que estoy, ¿de acuerdo?, no se me ocurre nada, no puedo ponerme a pelear con todas las chicas del castillo-Quizás solo tengas que pelearte con una- dijo Remus mientras empujaba un caballo por el tablero para que atacara uno de los peones de Sirius. -¿Insinúas que me pelee con Lily ahora que he llegado tan lejos?- dijo el chico con los ojos muy abiertos sin poder creer lo que le decía su amigo. Remus se encogió de hombros. -Si se te ocurre alguna otra ideaEn ese mismo momento se abrió el retrato de la dama gorda y Lily hizo su aparición en la sala común su túnica lucía completamente arrugada y tenía la coleta, que normalmente llevaba pulcramente atada, totalmente desecha, pasó por la sala como una exhalación y solo paró cuando al llegar al pié de las escaleras James la 31


sujetó por el brazo ante lo que la chica se volvió y él vio la sombra de las lágrimas en sus ojos, la soltó inmediatamente y ella salió corriendo escaleras arriba sin decir una sola palabra. -Lo haré- dijo simplemente y salió por la puerta que daba a las escaleras de las habitaciones de los chicos dejando atrás a sus compañeros.

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Cap7. Plan fallido James pasó toda la mañana siguiente deprimido, solo de pensar en que esa misma tarde pelearía con Lily le hacía doler el estómago. Había empezado a pensar que conseguiría salir con ella, incluso hacía planes sobre a donde la llevaría y que podía gustarle. Pero no podía permitir que la situación continuara así, y no se le ocurría otra solución. Sirius no ayudaba mucho, le había dicho lo que él mismo pensaba y no quería reconocer. -Nunca te perdonará- había comentado su amigo mientras se vestían esa mañana –pero no te preocupes Corna, hay un montón de chicas en el colegio, y la mayoría están locas por tiA el que más le daban las otras chicas, llevaba años sabiendo que la única que podía importarle era Lily, si, había salido con muchas, pero siempre acababa pensando en ella y en esos malditos ojos verdes que echaban chispas cuando se enfadaba. -Es la hora amigo- le dijo Remus dándole una palmada de apoyo mientras se dirigían a la mesa de Gryffindor a la hora de comer. James se sentía como si fuera un condenado a muerte, cada paso que daba se acercaba más a ella y al final de cualquier posible relación. Una de las chicas de quinto que el primer día habían estado riendo y mirándolos lo interceptó en su camino. -¿Estás bien?- la chica parecía preocupada, ¿tan mala cara tenía? La miró un momento y le pareció reconocerla, ¿no eran ella y sus amigas las que se dedicaban a ir a todos los entrenamientos de Quidditch e intentaban colarse en los vestuarios? Quizás le sirviera para empezar la pelea. -Si si claro, perdona, ¿tú eres?- la muchacha enrojeció y mandó una mirada nerviosa hacia atrás, James miró por encima de su cabeza y se encontró con Lily que retiró rápidamente la mirada. -Elia, Elia Adams- dijo con una sonrisita- y ellas son mis amigas Dora y Marthaseñaló a dos chicas que estaban sentadas justo en el mismo sitio de donde ella se acababa de levantar –Si queréis podéis sentaros con nosotras. James la miró por un momento, ella lo miraba esperanzada pero entonces Sirius intervino. -Perdona preciosa, pero hoy no podemos aceptar tu invitación, tenemos que arreglar un asunto- y le dio un empujón a su amigo mientras dirigía su cautivadora sonrisa hacia las muchachas –en otro momento seguro-¿Porqué me has empujado?- le increpó James a su amigo en cuanto se alejaron un poco. -Mi estúpido amigo, estaba leyendo tus pensamientos, si se te ocurre utilizar a esa para tu plan Lily no dejará de hablarte- James lo miró sin entender. 33


-Cavará tu tumba- Dijo Remus intentando que su amigo comprendiera –a veces realmente no entiendes nada, será mejor que te atengas al primer plan y después veremos cómo salir de estaJames seguía sin entender nada pero decidió confiar en sus amigos, así que siguió su camino hacia el patíbulo. Al llegar a donde estaba Lily el mundo se le cayó a los pies. -Hola James- La chica lo recibió con una brillante sonrisa, por un momento no fue siquiera capaz de responder, eso era lo que llevaba años soñando, pero entonces se fijó en unos pequeños surcos que se extendían debajo de aquellos ojos que lo volvían loco y se decidió, dibujó en su cara una gran sonrisa y se sentó junto a ella. -Hola princesa, ¿has soñado conmigo esta noche?- dijo apoyando un codo sobre la mesa y alcanzando un vaso de zumo de calabaza. Lily lo miró extrañada por un momento, ¿cuándo había vuelto el James arrogante?, después a Remus que esquivó su mirada y a Sirius que se entretenía con una tostada que parecía encontrar muy interesante, Petter daba saltitos nerviosos en su asiento y buscaba algo en su maleta, que al parecer no encontraba. Un súbito rayo de comprensión cruzó la mente de la muchacha. -Claro cielo, no podía ser de otra maneraJames casi escupe todo el zumo de calabaza por la nariz y Sirius se atragantó con la tostada, mientras Petter se caía de su asiento, Remus la miró con los ojos entrecerrados mientras las amigas de ella abrían mucho la boca pensando que se había vuelto loca. -Dios mío, ¿estás bien cariño?- dijo Lily levantándose rápidamente de su asiento y limpiando a James, que se había puesto perdido, con una servilleta. La mitad de la mesa los miraba sorprendidos. -Por las barbas de Merlín Lily ¿qué te pasa?- la cara de James realmente era de preocupación, no entendía el comportamiento de la chica, ni él, ni ninguno de los que los rodeaban. -A mi nada amor- dijo la chica con cara de inocencia absoluta y se inclinó para darle un beso en la mejilla. –Ahora tenemos clase, deberíamos irnos- y le tendió la mano al sorprendido muchacho que la tomó y salió detrás de ella. El gran comedor estaba en silencio, todos veían salir a los dos alumnos que más se habían peleado en toda la historia del colegio cogidos de la mano, entre ellos las

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chicas de quinto y Severus Snape y sus amigos. Cuando llegaron al vestíbulo seguidos de sus amigos Lily lo soltó. -No voy a dejar que me ganen- y sin mirarlo emprendió el camino hacia el aula de Defensa Contra las artes oscuras seguida de sus amigas y dejando a los chicos atrás. -Yo... yo no quiero que te hagan daño- susurró el muchacho mirando al suelo. -Habrá que buscar otra manera- dijo Lupin a su lado –Parece que ella no quiere librase asíSirius pasó un brazo por los hombros de su amigo –No te preocupes, encontraremos la manera, ahora vallamos a claseY los cuatro siguieron a las chicas escaleras arriba.

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Cap8. Terceros indeseables -Solo quería ayudarte Lily- Alice intentaba que su amiga se calmase ya que no paraba de dar vueltas por el dormitorio furiosa con James. -¿Cómo? ¿Poniéndome en ridículo delante de esas?- no pensaba dejarse convencer, había sido una estupidez aceptar la apuesta, ahora que el muy idiota había conseguido lo que quería pensaba ponerla en ridículo. -Seguro que está preocupado por ti, todos se han dado cuenta de que te pasa algo, incluso tus notas se resienten-Y su solución es volver a ser un arrogante-No te enfades tanto, es un chico, ¿qué esperabas? No es que sean la sutileza personificada, yo creo que tenía buenas intenciones-¿Desde cuándo lo defiendes tanto?- Lily no quería entrar en razón, pero sus argumentos no se mantenían en pie. -No ha sido para tanto Lily, quizás deberías contarl...-No pienso pedirle ayuda a ese, sería capaz de batirse en duelo con la pobre chiquilla- en realidad es que la chica lo merecía pero no pensaba dejar que nadie se metiera en un lío por su culpa, ni siquiera James. -No lo creo, sabes que no hay nada que adoren más que una chica, son unos gamberros pero no tienen malas intenciones-Claro, y por eso me han hecho la vida imposible durante seis años-No exageres, eran tonterías, James siempre ha estado loco por ti-Solo porque nunca le hice caso- dijo Lily suspirando mientras miraba por la ventana, su amiga movió la cabeza de lado a lado. -¿Sabes Lily? Creo que él a ti también te gusta- La chica se volvió para contestar a su amiga, pero esta ya había salido de la habitación. Se equivocaba, a ella no le atraía James en lo más mínimo, pero entonces, ¿Por qué se enfadaba tanto? Salió del dormitorio y se dirigió hacia su clase de transformaciones, mientras caminaba por el pasillo se dio cuenta de que estaba sola. Bueno, ¿qué más le podía pasar? Ya le daba igual, estaba cansada de escaparse, una mano se cerró sobre su brazo. -¡Por Merlín Severus! Me asustaste- su corazón estaba a mil por hora, no se esperaba al chico de pelo negro como la noche que tenía en frente. -Te llamé y no contestaste- contestó el muchacho soltándola sin dejar de mirarla a los ojos. -No te escuché ¿Qué quieres?- repuesta del susto decidió encararlo. -¿Estás bien?-¿Desde cuándo te importa? Pensé que ahora solo estabas pendiente de tus amigos36


-No seas así Lily, sabes que siempre me importaste- el chico intentó tocarla de nuevo pero ella se apartó. -No lo suficiente Severus, no puedo encontrar más excusas para tu comportamiento-¿Ahora sales con Potter?- por la mirada de Snape pasó una sombra de rencor. -Aunque así fuera tampoco te importa-No puedes... él...-Si tú no has tomado en cuenta mis consejos Severus yo no voy a hacer caso de los tuyos, no eres nadie para opinar, esos chicos son mil veces mejores que tus amigos-Pero...- el muchacho no sabía que decir, lo mataba que Lily saliera con ese idiota, si fuera otro se apartaría sin más por verla feliz, pero James Potter no se la merecía. -No hay nada más que decir Severus, déjanos en paz, ahora discúlpame, llego tarde- y se volvió para irse, Severus se quedó allí parado sin nada más que decir. Esa misma noche. -Corna, anímate porque tengo un regalo para ti- dijo Sirius entrando al dormitorio de los chicos donde James se había encerrado a rumiar su desgracia. Este emitió un gruñido dando a entender que le importaba bien poco lo que tenía que decirle. -Venga levanta que tenemos cosas que hacer- Sirius no iba a dejarse ganar por el mal humor de su amigo así que sujetó la colcha sobre la que estaba acostado James y tiró con fuerza lanzándolo al suelo. -¿Qué te pasa idiota? ¿No puedes dejarme tranquilo?- James estaba en el suelo rojo de la ira y miraba a su amigo que no perdía la sonrisa. -Tranquilízate o te arrepentirás amigo, tengo algo que te ayudará a salir de este estado-¿Lily quiere casarse conmigo?- dijo el chico con ironía. -Tendrás que preguntarle- contestó el otro pensativo- pero tengo algo mejor, ¿te acuerdas de esas chicas de quinto?-No tengo ganas de salir con nadie Canuto- James se había levantado y acomodándose la túnica en la que había terminado envuelto se sentó resignado en la cama. -No seas idiota, una de ellas no estaba mal del todo así que decidí aceptar su invitación-¿Esto nos lleva a alguna parte?-Paciencia mi descreído amigo, yo la tendré contigo porque sé que estás sumido en el mundo de la desesperaciónJames puso los ojos en blanco y se preparó para escuchar la historia de los amoríos de su casi hermano. -Bien, pues Dora...37


-¿Quién es Dora?-No interrumpas, la morenita, una muchacha inocente que no se ha resistido a mis encantos-Bien, ¿y qué tiene eso de interesante para mí?-Pues que esa alma cándida sabía quién está molestando a tu prefectaJames se levantó de un salto y sujeto a su amigo de los hombros. -Eiiiii, no estoy seguro de que merezcas tal información- pero James no encontró graciosa la broma y miró a su amigo con los ojos entrecerrados en los que este leyó la amenaza. -Está bien, está bien, pero tranquilízate, tenemos que trazar un plan para que Evans no se enfade más contigo, no puedes hacer el idiota ahora- el chico soltó a su amigo y se sentó dócilmente en la cama. -Eso está mejor- dijo Sirius mientras se sacudía la túnica que el otro había arrugado-Tendremos que hablar con Lunático a ver qué piensaJames asintió mientras miraba a su amigo que se paseaba por la habitación. -Bien, la chica es Adams-¿Quién? -Elia Adams, la chica de quinto que se acercó a la hora de comer ¿me estas escuchando?James intentaba procesar la información y ubicar la imagen de esa chica, a la hora de comer no estaba como para fijarse en nadie, entonces se le hizo la luz. -¿Por eso nos paro?-Sí, eso fue lo que me hizo sospechar, así que decidí investigar un poco- Sirius hinchó el pecho orgulloso –y cómo ves ninguna mujer se me resiste-Bueno, busquemos a Lunático y trazaremos un plan- Y los dos salieron de la habitación mucho más animados. James porque se podría reconciliar con Lily y Sirius porque hacía tiempo que no inventaban nada nuevo y comenzaba a aburrirse.

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Cap9. Solucionando problemas -Te esperaba preciosaJames estaba apoyado en la pared del vestíbulo esperando que pasara por allí la chiquilla de quinto año que estaba haciéndole la vida imposible a su Lily. Después de mucho deliberar y para decepción de Sirius habían determinado que lo mejor era hablar con la chica directamente, Remus, en su inocencia, pensaba que si le dejaba claro a la niña que no tenía ninguna posibilidad entonces dejaría a Lily tranquila. James daría un voto de confianza a su amigo porque siempre solía ser la voz de la razón, pero no estaba muy seguro de que funcionase. La chica se quedó de piedra al ver que, ese chico por el que suspiraba, le sonreía, por fin se daba cuenta de que existía, despidió a sus amigas y se dirigió hacia él sonriente como una niña con juguete nuevo. -Hola James, ¿para qué me necesitas?-Bueno, me preguntaba si podías dedicarme un ratito- sin dejar de sonreír el chico rozó con la yema de sus dedos la mejilla de la muchacha. -Claro, pero...- Elia empezaba a ponerse nerviosa- ¿no le molestará a tu novia?- y buscó mirando a su alrededor a Lily, si no recordaba mal la había visto en la sala común antes de salir y debía estar a punto de llegar. Esto sería el golpe de gracia, verla a ella con James. La aptitud de la chica acabó de confirmar las sospechas de James. -Yo no tengo novia preciosa-¿Y Lily Evans?- la chica lo miró con suspicacia. -Yo nunca dije que Evans fuera mi novia ¿verdad?-No bueno claro, yo sabía que tenías mejor gusto, se lo dije a Dora, ¿cómo te iba a gustar la pelo zanahoria esa?- Había tragado el anzuelo y empezaba a sentirse en su salsa, así que lo que decía todo el mundo no era más que un rumor, Lily Evans no era nada para James Potter. -Bueno, ¿sabes lo que pasa?- James se acercaba poco a poco a la chica y ésta, aunque no se movía, se estaba poniendo cada vez más nerviosa, llegó hasta el oído de la muchacha y comprobó con satisfacción que su corazón latía a mil por hora, por las barbas de Merlín, ¿qué pensaba que le iba a hacer?-Que a mí esa pelirroja me vuelve loco, y si me entero de que la estás molestando otra vez tendrás problemas39


Se apartó de la chica sonriendo feliz para ver que ahora ésta tenía la boca abierta. -¿Me escuchaste bien?-Yo no le he hecho nada- Ahora la muchacha parecía asustada. -Y además me tomas por tonto- sacudió la cabeza de lado a lado – ¿de verdad pensaste que me ibas a gustar así?- ahora la miraba serio, no quería que a la chica le quedase ninguna duda. -Bueno, si no es tu novia que más te da- Elia cambió de táctica poniéndose a la defensiva. -Eso a ti no te interesa, solo quiero que sepas que si te metes con ella lo haces conmigo, y yo no soy tan benevolente-¿Que fue a llorarte? ¿Cómo puede gustarte una cobarde así? Ni siquiera es bonita-Si hubiera venido a llorarme hoy no estaríamos hablando, créeme, no te hubiera concedido el beneficio de la duda y no confundas cobardía con sentido común-¿Me estas amenazando James?-Claro que no preciosa, yo nunca haría eso- le dijo sonriéndole de nuevo –Solo digo que aunque Lily Evans no existiera nunca saldría con una persona como tú, y quiero ahorrarte que hagas más el ridículo ¿no ves que lo hago por ti?La chica estaba empezando a ponerse colorada de rabia, lo que más nerviosa le ponía era que él parecía de lo más tranquilo, ¿quién se creía que era? James se apartó de la pared en la que estaba apoyado y comenzó a caminar hacia el Gran comedor dejando a la chica allí plantada, pero antes de irse añadió. -Para ti soy Potter, y no serás tan bonita como ella en la vidaY continuo andando alegremente, al entrar en el comedor se dirigió hacía sus amigos mientras la chica entraba tras el roja de ira y se sentaba con sus amigas. -Parece que no se lo ha tomado muy bien- dijo Remus mirando preocupado a la chica –no deberías haberla enfadado más-No te preocupes Lunático, ninguna chica se tomaría bien que Cornamenta la plantara- dijo Sirius mientras untaba una tostada con mantequilla. -Solo digo que hubiera sido mejor no molestarla más, ser un poco más delicado-Es una idiota- dijo James mientras se acercaba un vaso de zumo. -Así se habla chico- dijo Sirius mostrando su apoyo incondicional a su amigo. En ese momento Lily entró por la puerta con Alice, Mary, Berta y Katty, parecían sus guardaespaldas. James se levantó enseguida para ir a su encuentro sin decir una palabra a sus compañeros que se le quedaron mirando sin adivinar sus intenciones. -¿Puedo hablar contigo?-Ella no quiere hablar contigo Potter- intervino Katty- no te basta con lo que ya has provocado-.

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-De verdad piensas que yo quería que la molestasen- dijo el chico sin apartar la mirada de Lily. -Está bien chicas, no pasa nada, hablaré con él-Gracias- dijo, y tomándola de la mano salió del comedor y la hizo subir las escaleras hasta que dieron con un aula vacía. Una vez dentro cerró la puerta y se volvió hacia ella. -No estarás pensando en secuestrarme ¿verdad Potter?- dijo la chica con los brazos en jarra –Ya tengo bastantes problemas sin que te metas tu por medio-Lo sientoLily lo miró totalmente asombrada, no entendería jamás a ese chico. -¿Y eso a que viene?-Cuando te pedí salir nunca imaginé que te molestarían tanto por eso-Bueno no te preocup...-Ya no te molestará más-¿Qué?-Que ya no te molestará más, he hablado con ella-Y que le has dicho dios mío, ya parecía que se estaba aburriendo- Lily se echó las manos a la cabeza y comenzó a pasearse por el aula mientras James la miraba ir de un lado a otro, como podía ese chico buscarle tantos problemas sin ni siquiera proponérselo. -Que no se puede meter con la gente que me importaLily se paró en seco, James no la miraba, y si sus ojos no la engañaban estaba poniéndose colorado, en ese momento le pareció tan tierno como un niño de cinco años que hubiera hecho una travesura y apelara al cariño de su madre. Una sonrisa le asomó a los labios. -James Potter ¿es eso una declaración?El chico se sobresaltó y se puso más colorado aun, la chica lo miraba divertida y, aunque pareciera increíble le sonreía. ¿Hoy estaba de suerte? -¿y si así fuera?- tentaría un poco más a la suerte. -Bueno me sentiría muy halagada- se acercó al muchacho que estaba totalmente paralizado, se puso de puntillas para darle un beso en la mejilla y lo rodeó para salir por la puerta mientras James intentaba asimilar lo sucedido. 41


Cuando por fin se pudo mover salió disparado del aula en busca de Lily y la alcanzó cuando estaba a punto de entrar de nuevo en el comedor. -¿Y cuál es la respuesta?- le dijo intentando recuperar el aliento. -No he escuchado ninguna pregunta señor Potter- dijo la chica sonriendo. -Te encanta hacerme sufrir ¿Algún día me dirás que si?Ella simplemente le sonrió y siguió caminando hacia la mesa de Gryffindor. El chico dibujó en su cara una gran sonrisa y la siguió hasta donde estaban sus amigos que los miraban como si por la puerta hubiera entrado un dragón y se hubiera sentado en la mesa a comer zanahorias.

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Cap10. ¿Me dirás que sí? Lily no volvió a ser molestada por Elia, esta se conformaba con mirarla desde las esquinas con el odio dibujado en la cara. Lily lo notaba pero estaba muy agradecida por que ya podía andar sola por los pasillos y concentrarse en sus estudios, cosa que se hacía cada vez más importante con los EXTASIS tan cerca. El ambiente comenzaba a ser estresante, los únicos que parecían tranquilos eran los merodeadores, como siempre, aunque incluso a ellos se les veía estudiar. En este clima de tensión fue cuando apareció en los tablones de la sala común el cartel que anunciaba la siguiente visita a Hogsmeade. James no había vuelto a molestar a Lily cosa que la extrañaba pero de esta manera podía estudiar, así que no le dio mucha importancia, en realidad le molestaba un poco, aunque no quisiera reconocerlo. Se encontraba sentada en una de las mesas de la sala común con sus deberes de transformaciones cuando James se acercó y se apoyó en la mesa frente a ella. -Lily, ¿puedes...?-No James, no voy a salir contigo- Contestó ella con tono cansado y sin levantar la vista del pergamino, el chico se quedó mirándola sin entender. -Iba a pedirte los apuntes de transformaciones, pero si esperabas otra cosa...Lily por fin lo miró. -Será la costumbre- un brillo divertido apareció en los ojos de él –pero ¿para qué quieres mis apuntes?, los de Remus son igual de buenos, además no te suelen hacer falta-Querías que te pidiera salir- afirmó el chico sonriendo satisfecho de sí mismo. -¿No te acabo de decir que no? ¿A lo mejor no entendiste?-No te lo he pedido- dijo James muy tranquilo. -Bueno, igualmente mi respuesta sería no- Lily empezaba a enfadarse, James estaba riéndose de ella.

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-Cobarde- la chica abrió mucho los ojos, él todavía sonreía, como se atrevía a llamarla cobarde, no podía ser cierto. -¿Qué me has llamado Potter?-Cobarde- contestó el muy tranquilo –estás deseando que te pida salir pero tienes miedo de decirme que si- al decir esto se acercó tanto a ella que sus narices casi se rozaron. Ella ahora veía esos ojos color avellana a pocos centímetros de los suyos, estaba empezando a ponerse nerviosa, pero no pensaba retroceder, no le iba a dejar ganar la partida. -Si no querías pedirme salir ¿por qué te acercas con una excusa tan tonta?- el chico sonrío al notar el nerviosismo de ella. -De verdad me hacían falta los apuntes, Remus se niega a prestármelos, dice que me avisó, pero yo me pasé la clase mirando a una preciosa pelirroja a la que no pienso pedir salirLily enrojeció hasta la raíz del pelo, la arrogancia de ese chico no tenía límites, el aire a su alrededor era pesado, el silencio se había hecho, los pocos alumnos que se encontraban en la sala común los miraban curiosos y ella no podía apartar la mirada de esos ojos que tenía tan cerca. La chica se levantó de repente como si le hubiera alcanzado un rayo y él casi cae hacia atrás del sobresalto. -Toma los apuntes- dejó un pergamino con fuerza frente a él en la mesa y se dirigió hacia las escaleras que daban a las habitaciones de las chicas, pero antes de subir se volvió, ya era hora de dejar de hacer el tonto, él tenía razón era una cobarde, ¿Era o no era una Gryffindor? -JamesEl chico la miró todavía aturdido. -Pero ten en cuenta que si no me lo pides, no podré decirte que siY enfiló de nuevo escaleras arriba, James tardó unos segundos en asimilar la información y salió corriendo tras ella. Cuando llegó al pie de las escaleras Lily ya había entrado en su habitación. ¡Maldita sea! No podía subir tras ella, había un sistema contra chicos en aquellas escaleras, ninguno podía poner un pie en ellas sin que se convirtieran en un tobogán que los echaba de allí, lo sabía, ya lo había intentado. -¡Dios siempre se me escapa!- dio un puñetazo al arco de piedra que rodeaba la entrada y apoyó allí la cabeza, de repente sintió una mano en su hombro y al volverse vio la sonrisa de su amigo Sirius, tenía una escoba en la mano. Ya estaba, lo había hecho, ahora se había echado a temblar. Por las barbas de Melín, le había molestado tanto que dejara de incordiarla, y ahora la llamaba cobarde, y era verdad, estaba muerta de miedo. A veces pensaba que era un chico encantador y otras que solo quería reírse de ella, no quería arriesgarse, si realmente se burlaba de ella no creía que pudiera soportarlo. 44


-Lilyyyyyy- unos golpes en la ventana la sacaron de su mundo de pensamientos – abre esta maldita ventana LilyNo quería, ¿qué hacia él allí? pero si no lo hacía levantaría a todo el castillo, si lo pillaban lo expulsarían, y si lo conocía no pararía hasta que ella le abriese o se encontrara de camino a su casa. -¡Estás loco!- abrió la ventana y allí estaba James Potter sobre su escoba, con el pelo aun más despeinado de lo habitual –Te van a pillar, Dios no tienes...No pudo seguir hablando, el chico se había encaramado en la ventana con una maniobra que si hubiera salido mal lo habría hecho caer desde lo más alto de la torre de Gryffindor y la había besado. Por un momento Lily no entendió bien lo que pasaba, era demasiado repentino, inesperado, pero, Dios, parecía que lo había estado esperando toda la vida. James se apartó y la miró a los ojos todavía con la frente pegada a la suya. -Tú me vuelves loco, sal conmigo- había una intensa súplica en aquellos ojos y ella no pudo seguir negando sus sentimientos así que volvió a besarlo por toda respuesta. -¡SEÑOR POTTER!Los dos se sobresaltaron al escuchar la voz de la profesora McGonagall que venía de las almenas por encima de sus cabezas, y al apartarse James casi pierde el equilibrio, Lily lo sujetó de la túnica y ambos miraron hacia arriba. -¡SEÑORITA EVANS! Lo hubiera imaginado de cualquiera menos de usted- la profesora abría mucho los ojos detrás de las gafas de montura cuadrada. Aun en la oscuridad podían ver la fina línea que formaban sus labios. -Los espero a los dos en mi despacho ahora mismo, sin excusas- desapareció y los chicos se miraron, eso sí era mala suerte, aun así los dos sonrieron. James entró en la habitación y salió con Lily resbalando por el tobogán, ya que en cuanto el primero puso un pie en la escalera esta desapareció haciéndolos caer en la sala común con las túnicas revueltas y delante de los pocos alumnos que quedaban, entre ellos Sirius que se apresuró a ayudarlos a levantarse con una gran sonrisa. Remus no se encontraba en la torre aquella noche y Peter ya había ido a acostarse hacía un buen rato. -¿Tengo que dar la enhorabuena?- dijo mirando alegremente a la pareja. -Más bien el pésame, McGonagall ha pillado a tu amigo haciendo el tonto con la escoba, nos espera en su despacho- Pero Lily, aunque intentó asumir su mejor tono de prefecta no lo consiguió, le brillaban los ojos, ya tendría tiempo de preocuparse en el despacho de la profesora. Sirius tenía la boca abierta –pues será mejor que os deis prisa, cuanto más tardéis más tiempo tendrá para pensar, creerme, se de lo que hablo, inventad algo de camino... si... la salvaste... dile que resbaló y la estabas ayudando...- Sirius no dejaba de parlotear mientras los empujaba hacia el retrato de la dama gorda dando ideas

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cada vez más descabelladas, cuando apareció un dragón en su discurso James lo interrumpió. -Diremos la verdad- dijo muy serio –No puede ser tan malo- y dejó allí a su amigo plantado con la boca abierta mientras se dirigía con Lily al despacho. Pero si era tan malo. -Nunca... en mi vida- La profesora daba vueltas por la habitación delante de ellos que habían optado por mantener la cabeza agachada y no interrumpirla, ni siquiera James la había visto nunca tan enfadada, y había estado allí muchas veces. -Te podías haber matado Potter, de noche... volando... y usted... por las barbas de Merlín, la creía más responsable, deberían estar en el tren a sus casas por la mañanaSe paró para mirarlos, los chicos no respondieron sabían perfectamente que merecían la expulsión pero esperaban desesperadamente que McGonagall inventara cualquier castigo, por duro que fuese, solo les quedaban unos meses para terminar sus estudios, la profesora era estricta pero justa. -Bien –dijo intentando tranquilizarse –veo que están debidamente avergonzados de su comportamiento y teniendo en cuenta que les quedan pocos meses para graduarse no los expulsaré, pero debo inculcar en ustedes la gravedad de lo que han hechoLos dos mantuvieron la respiración a la espera del terrible castigo. -Les descontaré 50 puntos a cada uno- los miró fijamente mientras ellos mantenían la mirada en la alfombra como esperando que se atrevieran a contestar y se volvió de nuevo hacia la mesa –y además recibirán un castigo, por separado, el viernes a las nueve quiero verlos aquí para informarles de lo que deben hacer, y por supuesto la salida a Hogsmeade queda anulada para los dos- James estuvo a punto de decir algo, esa sería su primera salida con Lily, pero ésta le pisó el pie por debajo de la túnica y calló, la profesora no se dio cuenta de este detalle-y espero que en el futuro controlen sus muestras de efusividad- se puso frente a ellos de nuevo para concluir su discurso- ¿A quedado bien claro?Los muchachos asintieron y la profesora soltó un largo suspiro, la falta de protesta por parte de los dos la había calmado un poco, sabía que en el fondo eran buenos chicos. Lily Evans nunca había recibido un castigo y debería castigarlos a los dos por igual, y Potter... bueno Potter y sus amigos eran su debilidad, tenía frente a ella a dos de los mejores estudiantes de su casa, no podía arruinar su futuro con una expulsión a esas alturas. -Se que están revolucionados por los exámenes, pero no puedo permitir este tipo de comportamiento, ahora pueden ir a acostarseSalieron de allí todavía con la cabeza baja y se dirigieron a la sala común. -Lo siento- Lily miro al chico que caminaba a su lado, la miraba realmente preocupado –Ha sido culpa mía, a veces hago estupideces46


-No te perdono- la miró sorprendido, no se esperaba eso, ahora que todo estaba tan bien, lo había estropeado antes de empezar, ella se acercó y le plantó un beso en la mejilla –me encantóJames dibujó una sonrisa incrédula en su cara que hizo que Lily tuviera que retener una carcajada y ambos volvieron a la sala común cogidos de la mano.

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Cap11. El castigo Los días pasaron deprisa, a James y Lily parecía que el castigo no les importaba mucho, no podían hacer nada así que decidieron disfrutar el poco tiempo que quedaba. Sus amigos todavía no se podían creer que estuvieran saliendo juntos, los miraban extrañados de que no estallasen a cada minuto y de que Lily ya no se preocupara tanto porque acataran las normas. Por su parte James ya no parecía tan interesado en hacer travesuras cosa que molestaba mucho a Sirius. Dos días después de la charla en el despacho de McGonagall volvió Remus. -¡Lunático! ¿Qué tal? Veo que estas mejor de tu resfriado- dijo James alegremente cuando este entró en la sala común. Todos estaban allí sentados rodeados de apuntes y Sirius los miraba iracundo desde un sillón. Había discutido con James ya que este no quería acercarse a las cocinas con él porque prefería quedarse estudiando ¡Estudiando!, se lo habían cambiado. -Si claro, Madam Pomfrey dice que ya no soy contagioso así que puedo volver a dormir aquí- cruzó una mirada de complicidad con James. -Sería un gran resfriado, normalmente con una poción de pimienta se pasa en unas horas- dijo Berta mirando extrañada a Remus. -Si bueno, es que tengo ciertos problemas con esa poción, parece que soy alérgico a alguno de sus componentes- El chico se encogió de hombros y se sentó en otro de los sillones. Era una historia que habían contado infinidad de veces, no se podían permitir que los demás se enterasen de su “pequeño problema peludo” como lo llamaba James. -Es una pena, me alegro de que estés mejor- dijo Lily sonriéndole. -Gracias Lily- miró a su alrededor y por primera vez desde que había entrado se fijó en la escena. James y Lily estaban sentados uno al lado del otro mientras ella le explicaba algo sobre la redacción que sostenía para que pudiesen ver los dos. Berta estaba intentando terminar un trabajo para Historia de la magia, Peter rebuscaba en su ejemplar de Transformaciones avanzadas en frente de ella. Alice y Martha intentaban encantar una llama azul que bailaba entre ellas para que se desplazara por la alfombra según sus indicaciones. Mary por su parte parecía muy concentrada en un largo pergamino que Remus sospechaba era para defensa de las artes oscuras y Sirius miraba a James con cara de pocos amigos desde el borde superior de su libro de pociones avanzadas. Algo fallaba. -¿Me he perdido algo? Uno desaparece dos días y cambia el orden cósmicoJames y Lily enrojecieron al instante, y los demás reprimieron una risa al ver su reacción. Remus los miraba sin atreverse a creer lo que estaba pensando y entonces Sirius intervino.

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-Lunático amigo, ha pasado algo terrible- todos lo miraron asombrados, Remus el que más –Han raptado a nuestro amigo Cornamenta y lo han cambiado por otro, el que ves aquí no es élTodos rieron, sabían que Sirius estaba molesto, ya se le pasaría, era incapaz de permanecer mucho tiempo enfadado con su mejor amigo, pero Remus continuaba sin entender y miró a Lily en busca de ayuda. -Pues veras Remus...-Lo conseguí- la interrumpió James orgulloso –Estoy saliendo con la chica más bonita del colegio- Lily enrojeció de nuevo- Creo que la conoces, una chica rubita...Lily lo miró haciéndose la ofendida y lo sujeto por la oreja hasta inclinarlo sobre la alfombra en la que estaban sentados. -¡Vale! ¡Vale! Es la pelirroja más bonita que he visto en mi vida y me vuelve loco- Lily pareció satisfecha y lo soltó mientras el grupo estallaba de nuevo en carcajadas. -No lo puedo creer- dijo Remus mirándolos con los ojos muy abiertos -pensé que nunca vería esto-Eeeee yo pensé que confiabas en mí y me apoyabas- dijo James mirándolo con el entrecejo fruncido. -Eso no, me refiero a que alguien pudiese controlarte, ¡incluso estas estudiando!Las risas inundaron de nuevo la sala común. -Felicidades chicos-Gracias Lunático-Es lo único que tengo que saber ¿no? ¿O también tengo la suerte de que atraparan a Canuto?-Eso nunca amigo, si voy a acabar de calzonazos prefiero estar solo- dijo el chico y volvió a su libro, determinado a seguir molesto con James. Remus movió la cabeza de lado a lado y se dirigió de nuevo a la pareja. -Bueno, y ¿cómo es que por fin habéis decidido dejar de hacer el tonto?-Pues resulta que tu amigo hizo el tonto más de la cuenta- le contestó Lily. -¡Por las barbas de Merlín! ¿Qué le hiciste James?49


-Yoooo, nada, menudo concepto tienes de tu amigo- dijo James molesto de que su amigo pensara que podía hacerle algo malo a Lily. -Entonces ¿debo entender que fue una declaración poco habitual?-Fue volando hasta su ventana con la escoba, los dos están castigados, McGonagall los pilló- intervino Peter. Remus soltó un silbido. -Veo que te esmeraste, no te puedo dejar solo, ¿conseguiste que castigaran a Lily?-Tampoco es para tanto Remus solo fue mala suerte, y si te digo la verdad me alegro de que lo hiciera- se puso roja al decir estas últimas palabras. -Creo que a la que han cambiado es a Lily- dijo Berta y todos rieron de nuevo. Finalmente y en contra de los deseos de todos llegó el día del castigo, Lily y James llamaron a la puerta del despacho de McGonagall y recibieron la orden de entrar. Dentro estaba la profesora esperándolos y frente a ella se encontraba Severus Snape que se volvió para dedicarle a James una mirada de odio. -¿qué haces tú aquí?- soltó James demasiado sorprendido para fijarse en la presencia de la profesora. -Eso no es asunto suyo señor Potter, pero está castigado al igual que ustedes dos-Lo siento profesora- el chico reaccionó poniendo cara de inocencia. -Bien, cumplirán su castigo mañana y todos los sábados hasta navidad- los miró y los chicos asintieron –Señor Potter usted irá mañana a la Biblioteca a ayudar a la señorita Prince a ordenar algunos libros, Evans y Snape irán a la sala de trofeos con el señor Filch -Pero...- James no estaba de acuerdo con que Lily tuviera que cumplir el castigo con Snape pero la protesta murió en sus labios ante la severa mirada de la profesora. -Estarán en sus castigos a las cinco de la tarde, pueden aprovechar la mañana para estudiar que les hace mucha falta este año, pueden volver a sus salas comunes, buenas nochesLos tres chicos salieron del despacho y se alejaron por el pasillo en silencio, al llegar al final se separaron, pero antes de que Severus pudiese bajar las escaleras hacia las mazmorras donde se encontraba la sala común de Slytherin James lo sujetó de un brazo. -No me toques Potter- dijo el chico destilando odio y librándose de James. -Como molestes a Lily tendrás que vértelas conmigo- lo amenazó mirándolo incluso con más desprecio de lo que lo hacía él. -Déjalo James- intervino Lily –Severus no va a molestarme, vamosSe alejaron del muchacho que ni siquiera contestó a la amenaza y los vio irse mientras pensaba en lo injusta que era la vida. Ese Potter era un idiota, como podía siquiera pensar que él haría algo que molestara a Lily, la quería demasiado para eso, y ella lo sabía. No se le ocurría que había visto en él, era un arrogante y un estúpido, y nunca la querría, no como él. Se volvió y se encaminó de nuevo a su sala común. 50


La pareja andaba por el pasillo del retrato de la dama gorda cuando James rompió el silencio. -¿Por qué lo habrán castigado?-No lo sé y no me importa- se paró en seco y miró a James enfadada, el muchacho parecía sorprendido – No quiero que lo molestes-Pero Lily, no quiero que te de problemas, Queji...-No me va a dar problemas Potter y me puedo defender sola, ¿quién te creíste para ir amenazando a la gente?-Muy bien–James ya se había enfadado, solo lo había hecho por ella –pues lo tendré en cuenta la próxima vez Evans-¿Cuándo he vuelto a ser Evans?-Desde que yo soy PotterLily se quedó callada mirándolo y el suspiró. -¿Te das cuenta de que nos estamos peleando por Snape y yo solo quería ayudarte?-No es por él, no me gusta lo que has hecho-Está bien- James se acercó y la sujetó de la cintura –La próxima vez dejaré que la todopoderosa Lily se defienda solaElla sonrió otra vez consciente de que había exagerado un poco y pasó sus manos por los hombros de James. -Severus no es tan malo como pensáis, solo un poco diferente-Tampoco tan bueno como crees tú- Lily entrecerró los ojos avisándolo –pero no pienso discutir más por esto, si tú piensas que no pasara nada yo lo acepto, aunque no me hace ninguna gracia que tengas que estar castigada con él-mmmmm, ¿celoso?- Lily sonreía otra vez mientras se acercaba más y le rozaba la nariz con la suya. -De todo el colegio, ahora que tengo lo que más quiero me da miedo perderlo-ejem, ejem... pensáis entrar o me vais a tener esperando toda la noche- la señora gorda los miraba desde su lienzo con una sonrisa pícara en los labios. Los chicos se separaron, Lily le dijo la contraseña y pasaron por el hueco que apareció detrás para llegar a la sala común. -Cotilla- le susurró James a Lily al oído –Mira que estropearme el momentoLily sonrió y le dio un pequeño empujón. -Bueno tortolitos, parece que no fue tan mal- Sirius se acercó a la pareja y cogió a James por los hombros. Su mal humor había desaparecido. -No tan bien amigo, me toca ordenar libros con la urraca todo el sábado-Ten cuidado que no se te resbale ninguno o te lanzará una maldición imperdonable, los quiere más que si fueran sus hijos ¿y mi prefecta favorita?- paso su otro brazo por encima de los hombros de Lily y los empujó suavemente hacia la chimenea donde se encontraban los demás. 51


-El salón de trofeos con Filch- Sirius torció el gesto para poner cara de asco. -Cinco minutos a solas con ese sobran para toda una vida-Por eso no te preocupes, Snape está castigado con ella- dijo James con fastidio. Sirius paró en seco -¿Quejicus?- ya habían llegado a donde estaban los demás y Remus levantó la mirada del libro que estaba leyendo. -¿Te has metido en otro lío?- le dijo a James mirándolo con reproche. -No- contestó Lily por él mientras se dejaba caer en un sillón –Hago el castigo con SeverusRemus no comentó nada pero miró a los chicos y por un segundo sus miradas se cruzaron, ninguno dejaría que nada malo le pasara a Lily, todos eran como hermanos y Lily había pasado a ser parte de sus vidas, para James la más importante.

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Cap12. Castigos separados A la mañana siguiente se levantaron como todos los sábados, en la torre de Gryffindor había una gran algarabía debido a que eran pocas las salidas a Hogsmeade y los alumnos estaban deseando despejarse después de tantos estudios. James y Lily por el contrario parecían abatidos. -Venga, tranquilo Cornamenta, ya vendrá otro día- le dijo Sirius dándole una palmada de apoyo en la espalda mientras desayunaban en el gran comedor. -No es por eso Canuto, no me hace ninguna gracia que Lily haga el castigo con SnapeQue James llamara a Snape por su nombre, en vez del sobrenombre que le habían puesto, indicaba que estaba realmente preocupado. -Tranquilo chico, no se atreverá a hacerle nada, si no ya puede buscar el agujero más profundo, porque de esta no se libra, nadie se mete con mi cuñadita- Sirius ya había superado lo de su relación con Lily y le había cogido incluso cariño, ya que parecía que hacía a su amigo tan feliz. -Gracias Canuto- contestó James con media sonrisa mientras veían acercarse a las chicas que se habían levantado más tarde hoy, cosa rara en ellas. -Hola preciosas- dijo Sirius dirigiéndose a ellas mientras cambiaba el tema rápidamente, Su amigo le había contado la pequeña discusión que habían tenido a causa de Snape y no quería echar más leña al fuego. -Uuuuuaaaaaauuuuu- dijo mirando fijamente a Berta –Hoy están más bonitas de lo habitual-Deja de decir tonterías Black- contestó la chica enrojeciendo un poco, la verdad es que habían tardado más de lo habitual porque se estaban arreglando para la salida, como toda chica eran presumidas, incluso Berta. -Tú dirás lo que quieras, pero a lo mejor te gustaría acompañarme a Hogsmeade hoy- dijo el chico con una de sus mejores sonrisas dibujada en la cara y tendiéndole el brazo a la chica que volvió a enrojecer pero aceptó la invitación, y ante la asombrada mirada de todos sus compañeros ambos se alejaron hacia la puerta. - Si me lo cuentan no me lo creo- dijo Remus mirando todavía a la puerta. - ¿Por qué te extrañas tanto?, Sirius siempre está igual- comentó Lily como de paso mientras besaba a James en la mejilla. -Sí, pero con chicas, no sé cómo decirte, anónimasLas chicas lo miraron sin entender. -Que no le supongan un compromiso, que no formen parte de su grupo- dijo el chico exasperado. -Lo que quiere decir Lunático es que si le dijo algo a Berta es porque va más en serio de lo normal- dijo James a las chicas mientras sujetaba de la cintura a Lily que se había acomodado a su lado.

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-Venga ya, dijo Lily, ese no se toma nunca nada en serio- las chicas estaban sorprendidas ante la información que los merodeadores les estaban proporcionando. -Te sorprenderías- dijo James seriamente y las chicas se miraron como sin saber que pensar del tema. -Bien ya es hora de irnos- anunció Remus y todos se levantaron –Lo siento chicos- dijo mirando a James y Lily. -No te preocupes Remus, nos espera un día de lo más entretenido- le dijo Lily sarcástica, y James torció el gesto en asentimiento ante lo que decía su novia. -Bueno, esta noche nos vemos, si seguís vivos- dijo Mary dando una palmadita de apoyo a Lily que le respondió con una mirada de pena. -Venga animo- dijo Alice mientras se separaban de ellos y se dirigían a la puerta del Gran Comedor por donde habían desaparecido momentos antes Sirius y Berta, para coger los carruajes que les llevarían a Hogsmeade. -Bueno, ahora que estamos solos...-Deberíamos ir a nuestros castigos o se nos hará tarde- dijo la muchacha al chico que había empezado a mirarla con picardía. -¿Te da gusto arruinarme el momento?- parecía fastidiado. -No quiero dar excusas para que nos castiguen de nuevo- dijo la chica mirándolo traviesa –pero después te lo compensaré- le dio un beso en la nariz y acto seguido tiró de él para levantarlo y que la siguiera hacia la salida. En la puerta él la paró tirando suavemente del brazo y la abrazó. -Promete que tendrás cuidado- Lily lo miró avisándole que no pensaba discutir sobre ese tema. -Tú prométemelo, me quedaré más tranquilo-Bien, te lo prometo- La chica se suavizó a ver la preocupación en los ojos de James y tras un rápido beso se separaron, James hacia la biblioteca y Lily hacia el salón de trofeos.

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Cap13. Aventura nocturna Se le había hecho tardísimo, James estaría muy preocupado, pero Filch no los había dejado tranquilos hasta que cada uno de los trofeos de la sala brillaba más que cuando eran nuevos. Y Snape, bueno, prefería no acordarse, no aceptaba su relación con James y no se le había ocurrido otra cosa que declararse. Por las barbas de Merlín, al principio no se le ocurrió que hacer, pero cuando intentó besarla lo había apartado de un empujón y había salido corriendo hacia los jardines. No sabía cuánto tiempo había pasado, pero sabía que era bastante, si Filch la pillaba ahora la castigaría otra vez, por muy prefecta que fuera. Andaba por los pasillos pensando en esto cuando escuchó un ruido que hizo que le cayera todo el mundo encima, la Sra. Norris, la inseparable compañera de Filch estaba en un extremo del corredor por el que ella caminaba y la miraba fijamente. -Es culpa de tu dueño que esté aquí así que no me mires así- le espetó la muchacha con el puño levantado. La gata por su parte se limitó a darse la vuelta e ir en busca de, conserje. -No espera...- pero la gata ya no estaba, maldito bicho, en aquel momento le hubiese gustado saber cuál era el secreto que impedía que el señor Filch pillara a James y sus amigos durante sus numerosas aventuras nocturnas. Los pasos del conserje se acercaban poco a poco, ¿cómo podía moverse tan deprisa?, ya no tenía escapatoria, se resignó a recibir otro castigo, ya nada le importaba, así que se quedó allí parada esperando su destino. De pronto un tirón, y después la piedra fría en su espalda, y esos ojos color avellana mirándola mientras el dedo de James se posaba sobre sus labios para que guardara silencio ¿de dónde había salido?, en seguida se sintió segura, era consciente de que si Filch los pillaba en esa posición serían más razones para castigarles pero no le importaba, entre los brazos de James se sentía mejor y los recientes acontecimientos parecían evaporarse. El conserje apareció en el corredor ante la aterrorizada mirada de Lily, pero James parecía tranquilo, así que ella no se movió. 55


-¿Dónde están pequeña?- El viejo renqueaba por el pasillo acercándose poco a poco a los muchachos mirando a su alrededor. -No se nos escaparán tranquila- y se alejó por donde había venido sujetando su candil en alto mientras la gata los miraba fijamente y emitía un maullido de disgusto. -Venga cariño, vamos- la gata dejó su empeño y volviéndose una vez más antes de cruzar la esquina siguió a su dueño. Los chicos suspiraron al darse cuenta de que habían mantenido la respiración, pero James no se separó de Lily, estaba muy cómodo así, y ella no hizo nada para deshacerse del abrazo del chico. -Siempre pensé que ese bicho puede ver a través de esto- en ese mismo momento la muchacha se dio cuenta de que estaban cubiertos por una fina tela. -¿Qué es esto James?- dijo acariciando la tela plateada que caía sobre su cabeza, era tan fina que parecía hecha de pura agua. -Una capa de invisibilidad, ¿no te extrañó que no nos viera?-Sí, pero estaba demasiado asustada para pensar ¿De dónde la sacaste?-Era de mi padre, con esto podremos volver a la torre ¿Por qué te retrasaste?Los chicos caminaban por el pasillo ahora desierto y James abrió una puerta a su derecha haciendo entrar a Lily. La chica accedió y cuando la puerta estuvo cerrada tras ellos James retiró la capa. -Ese Filch es una pesadilla, no sabía que hubiera tantos trofeos, y la mitad los ganaste tú, podías estarte quietecito de vez en cuando- le dijo dándole un pequeño empujoncito y recordando una placa con su nombre. James por su parte se irguió orgulloso. –Bueno, ya sabes que estás con el mejor chico del colegio-No seas tan presumido, hay más trofeos de Quidditch en esa sala que de cualquier otra cosa-Ann me dirás que no soy el mejor del colegio- dijo el chico acercándose poco a poco a la muchacha que se quedó parada esperándolo. -Pequeño arrogante, no deberías creértelo tanto- James llegó hasta ella y la abrazó. –No pienso soltarte hasta que lo reconozcas-Ummm, quizás no quiera que lo hagas- contestó Lily mirándolo a esos ojos en los que se perdía. -Me gusta esa idea-

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Y la besó, la chica respondió a ese beso, después de la noche que había pasado era como dar agua a un sediento. Lo abrazó con fuerza para acercarlo más a su cuerpo y James participó alegremente del despliegue de cariño de su novia, desde que salían juntos solo se habían dado unos cuantos besos, y la mayoría de las veces los habían interrumpido, en el colegio había poca intimidad, con tantos alumnos corriendo de un lado a otro. Justo en el momento en el que James estaba sopesando las consecuencias de meter su mano por debajo de la blusa de Lily escucharon un ruido en el pasillo seguido de unos pasos renqueantes. James se apresuró a cubrirse con la capa de nuevo mientras arrastraba a Lily junto a él y maldecía al causante de ese jaleo cuando este apareció. Peeves, el poltergeist del colegio atravesó la puerta que se abrió tras él dejando ver al conserje con la cara roja de furia y totalmente cubierto de tinta. -¡MALDITO! ¡VUELVE AQUÍ! DE ESTA NO TE LIBRAS-Conserje vejeteeeee, mírate en el ojeteeeeecanturreó Peeves flotando sobre la sala mientras los chicos se escurrían detrás de Filch hacia la puerta bajo la atenta mirada de la Sra. Norris que intentaba llamar la atención de su dueño. -Ahora te echarán del colegio, cuando le cuente esto a...-Al vejete se le han escapado dos alumnos- dijo Peeves sonriendo maliciosamente. -¿Dónde? ¿Dónde están? ¿Los vistes?- Filch olvidó el tema por el que estaba en el aula ante la posibilidad de pillar a alumnos fuera de la cama. James cruzó una mirada con Peeves desde debajo de la capa y después miró a Lily que estaba totalmente aterrorizada. -El vejete no ha sido amable con Peeves, no debería decírselo- y siguió flotando mientras canturreaba de nuevo su canción, los chicos desaparecieron finalmente por la puerta y salieron corriendo hacia la torre, una vez delante del retrato de la señora gorda se quitaron la capa, e, intentando recuperar el aliento, dieron la contraseña al fastidiado retrato que los dejó pasar a regañadientes. Ya a salvo en su sala común se tiraron sobre el sofá respirando agitados. 57


-¿Por qué no nos delató? Podía vernos ¿verdad?-No estoy seguro de si nos vio o solo nos sintió, de todas maneras prefiere molestar a hacer cumplir las normas, y hoy sabía que a Filch le molestaría que no le dijera nada, no podremos esperar lo mismo otro día-Espero que no nos encontremos otra vez en esta situación-Bueno no ha estado tan mal- dijo el chico sonriendo de oreja a oreja –Yo opino que deberíamos salir más a menudo-No sé que voy a hacer contigo, acabarás expulsado antes de final de curso, o peor, acabaré expulsada yo- dijo levantándose y dirigiéndose a la entrada del dormitorio de chicas –Buenas noches- empezó a subir las escaleras, estaba muy cansada y deseaba con todas su fuerzas acostarse. Habían sido demasiadas emociones por una noche. James se levantó y salió disparado hacia el sitio por donde había desaparecido su novia y puso un pie en la escalera, como él esperaba, esta se convirtió en un gran tobogán por el que Lily resbaló directamente hacia sus brazos. -¡James! ¿Qué crees que...?-No pensarías acostarte sin despedirte- dijo el chico suplicante, con esa mirada que podía derretirle el corazón. -Está bien James Potter, ¿que considera usted una despedida apropiada?-Ya que lo preguntas- Y el chico la besó de nuevo a lo que la muchacha contestó alegremente, tras esto se separaron y cada uno se dirigió a su dormitorio con una sonrisa en sus labios.

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Cap14. El secreto La vida en el colegio continúo como siempre, los chicos estudiaban como locos ya que los EXTASIS estaban cada vez más cerca, James y Lily continuaban con su castigo realizando diferentes tareas, en las que, para alivio de esta última no habían vuelto a coincidir con Snape. La navidad se acercaba rápidamente por lo que los chicos veían por fin el final de su suplicio y todos hacían planes para las vacaciones. El grupo se encontraba en la sala común estudiando mientras fuera, los copos de nieve, acariciaban los cristales de las ventanas. -Cada vez hace más frío- comentó Berta colocando su túnica para que le tapara los píes sentada en la alfombra frente a la chimenea. -Si quieres te doy calor preciosa- le dijo Sirius sonriendo con picardía mientras se levantaba y se sentaba a su lado. Nadie sabía que había pasado en Hogsmeade, ya que los dos habían desaparecido gran parte del día, pero tampoco parecía que hubiese cambiado nada entre ellos. -Déjate de tonterías Black, tengo que terminar esta redacción- contestó la chica fastidiada. -¿Si te ayudo a terminar dejarás que te haga entrar en calor?- el chico puso un brazo sobre los hombros de la muchacha con naturalidad y esta lo miró como si se hubiera vuelto loco. -En tus sueños estúpido, ahora déjame que no tengo paciencia para ti hoy- se levantó y se acomodó más cerca del crepitante fuego que ardía en la chimenea, al lado de Petter que la miró asustado. Los demás rieron con ganas. -Creo que te salió mal la jugada amigo- le dijo James a su amigo mientras intentaba dejar de reírse, ante lo que este se encogió de hombros. -Ella se lo pierde, muchas chicas quieren lo que yo le estoy ofreciendo- dijo con arrogancia el muchacho y Lily movió la cabeza de un lado a otro, nunca cambiaría. -¿Chicos donde anda Remus?, no lo vi en todo el día- preguntó –es raro que no esté aquí estudiandoLos muchachos se miraron por un momento y al fin James respondió. -Está en la enfermería, resfriado- dijo sin mirar a Lily, no quería que viese la mentira en sus ojos, esto le pareció extraño a la chica. -¿Resfriado otra vez?- los miró inquisitiva, no le parecía creíble la excusa que le acababan de dar. -Sí, es un chico algo enfermizo- le dijo Sirius convencido, se le daba mejor que a James mentir –pero pronto estará bien, no te preocupes, en un par de días volverá con nosotrosLily lo miró con los ojos entrecerrados, sabía que los muchachos le ocultaban algo, llevaba tiempo notando las ausencias de Remus, sobre todo desde que ambos eran prefectos, y últimamente tenía la sensación de que eran incluso regulares.

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-Voy a ver qué tal está- dijo resuelta levantándose del sillón donde estaba sentada con James, los chicos la miraron asustados. -No puedes- le dijo James enseguida, y en seguida se arrepintió, ahora ella quería saber porque, y él no podía desvelar el secreto de su amigo, no porque no confiara en la chica, sino porque era Remus el que debía decidir con quien compartirlo. -Y ¿se puede saber por qué James?- como se temía la chica estaba de píe frente a él, con los brazos cruzados y esa mirada obstinada que tanto le gustaba en los ojos. -Pues... porque no le gustan las visitas, cuando está enfermo, ni siquiera nosotros vamos- le dijo Sirius apresuradamente haciendo que el interés de la chica cambiara de persona. -No digas estupideces Black voy a verlo ahora mismo- se dirigió resuelta al retrato donde la intercepto James de nuevo. -Lily no puedes- le dijo suplicante. -Dame una sola razón y me quedaré JamesEl chico se quedó en silencio, mirando al suelo y ella lo rodeó para salir por el hueco dejándolo allí plantado. -Bueno, no creo que sea para tanto- le dijo el pobre muchacho a Sirius y este se encogió de hombros. -Nada la hubiera detenido- dijo sabiamente, la conocían demasiado como para no saberlo. -¿Qué están ocultando chicos?- Berta se levantó y se inclinó con los brazos en jarra sobre Sirius, que seguía sentado en el suelo. -Nada cielo, como puedes pensar eso de nosotros- le dijo Sirius sin moverse del sitio y haciéndose el indignado. La chica siguió mirándolo sin creerse nada de lo que decían. -Si piensas que me engañas estás muy equivocado Black-Yooo- y puso cara de inocente –jamás soñaría con eso cariño- y ante el estupor de la chica le dio un rápido beso, la chica dio un salto hacia atrás sin poder creer lo que acababa de hacer el muchacho. Los demás se quedaron en silencio ante el atrevimiento del merodeador que seguía sonriendo divertido por el asombro de la muchacha. Había conseguido lo que quería, ella dejaría el tema. -¡¡ESTÁS LOCO BLACK!!- por fin reaccionó y estalló -¿QUIÉN CREISTE QUE ERES?- estaba roja de rabia, Peter corrió a refugiarse detrás de un sillón mientras los demás lo imitaban y la chica sacaba su varita poniéndosela debajo de la nariz a Sirius. -Tranquila Berta, esto no hace gracia- dijo muy serio de pronto, no esperaba que la chica reaccionara tan mal –no juegues con estoLos chicos mantenían la respiración, sabían perfectamente que Berta no se calmaría así como así, y no querían ser víctimas de uno de sus maleficios. -No me llames por mi nombre Black para ti soy Parker- cada vez estaba más furiosa, ¿es que ese estúpido no entendía nada? 60


Sirius se dio cuenta de que no conseguiría calmarla, nunca en la vida pensó que se enfadaría tanto, ¿por qué?, no podía ser su primer beso, ¿o sí?, la miró fijamente y con un movimiento rápido atrapó su muñeca, le hizo perder el equilibrio y se situó sobre ella. -¡SUELTAME ESTÚPIDO!- la chica pataleaba sin poder moverse y muerta de vergüenza por la posición en la que había quedado. James estaba a punto de intervenir, su amigo se estaba pasando, Alice lo sujetó de la manga y el chico la miró asombrado, esta solo negó con la cabeza y volvió a mirar la escena. -No hasta que te calmes- la chica seguía negándose a estarse quieta- escúchame ¿quieres?- por Merlín, si que tenía fuerza –LO SIENTOTodos se quedaron quietos, incluso Berta que seguía atrapada por el cuerpo de Sirius con su cara a pocos centímetros de la de él, ¿se estaba disculpando? El gran Sirius Black se disculpaba, James y Peter lo miraban con la boca abierta, nadie dijo nada. Berta lo miraba a los ojos adivinando en ellos la seriedad de la situación, lo decía de verdad, por primera vez en su vida ese chico hablaba en serio. -¿Me escuchaste? Dije que lo siento, no creí que te molestara tanto- ¿por qué no le contestaba?, solo lo miraba fijamente, empezaba a ponerlo nervioso -¿estás bien?–Suéltame- dijo dejando de mirarlo -¿Te has tranquilizado ya?- el chico no estaba muy seguro de que así fuera, podría intentar atacarlo de nuevo, el carácter de Berta era famoso en Hogwarts -¿Me perdonas?Por tercera vez escuchaba una disculpa de esos labios de donde nuca pensó que saldrían tales palabras, a su alrededor solo había silencio, lo miraba de nuevo a los ojos, solo encontró seriedad en ellos, y quizás algo de preocupación, ni un asomo de aquel chico inmaduro que se empeñaba en hacerle la vida imposible. Asintió lentamente y el chico se levantó poco a poco y después la ayudó tendiéndole la mamo que ella aceptó, seguía mirándolo a los ojos, ¿había visto alivio en ellos? ¿Alegría?, se estaba volviendo loca. El chico cada vez estaba más nervioso, ¿por qué lo miraba así? Y ¿por qué no decía nada? Ella le soltó la mano que todavía sostenía y sin decir una palabra se dio la vuelta y subió corriendo a su dormitorio, a los pocos segundos se escuchó un portazo. El chico respiró tranquilo por fin, Alice se acercó a él sobresaltándolo, se le había olvidado que estaban allí sus amigos. -Esta vez fuiste demasiado lejos Black- le dijo mirándolo muy seria. -Lo sé- contestó simplemente el chico, y ante su asombro la muchacha sonrió, se volvió y fue detrás de su amiga. -Están todas locas- dijo mirando a los otros dos merodeadores que seguían detrás del sofá y lo miraban intentando, como él, comprender que había pasado.

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Mientras, Lily se dirigía a la enfermería, seguramente Remus tenía sus razones para no estar en la sala común, pero no creía que fuera un resfriado, tenía una ligera sospecha a la que no quería dar crédito, no hasta que Remus se lo confirmara. Llamó a la puerta y Madam Pomfrey le abrió para ver quien llamaba. -Buenas tardes, me gustaría ver a Remus J. Lupin, me dijeron que estaba resfriado-¿Quién te dijo eso?- La enfermera se puso nerviosa de pronto –No se le puede ver, es muy contagioso-No se preocupe, yo no tengo ningún tipo de alergia que me impida tomar su fantástica poción de pimienta- dijo Lily halagadora, la situación cada vez era más extraña y la enfermera no parecía muy convencida –Por favor, le traigo algo de fruta, según los Muggles viene muy bien para estos casos, estoy muy preocupada por mi amigo- la chica la miraba con ojos suplicantes y la mujer no pudo inventar ninguna excusa mas. -Está bien, pero no podrá quedarse mucho tiempo- se apartó y dejó pasar a la chica que se lo agradeció con una sonrisa. -Señor Lupin, tiene visita, no tarden mucho, necesita descansar- y se marchó a su despacho mientras Lily se acercó a la cama desde la que la miraba un sorprendido Remus. -¿qué haces aquí?- el chico apartó los libros de los que estaba rodeado para dejar un sitio a Lily, su caballerosidad podía más que su asombro. Lily lo miró detenidamente, estaba pálido y sobre su ceja se veía una pomada de color poco agradable que cubría un gran arañazo, aquello no era un simple resfriado. -¿qué es lo que te pasa Remus? Esto no es un resfriado y sabes que no me lo voy a creer- lo miraba seriamente y el chico no tenía por donde escapar, sabía que no podía engañarla, era demasiado inteligente y lo conocía demasiado, suspiró. -No creo que quieras saberlo, me gustaría conservar tu amistad Lily- le dijo mirando la sábana que lo cubría. -No seas estúpido Remus, dime que es- la muchacha insistió, sus sospechas estaban prácticamente confirmadas, los muchachos lo sabían, le dolía que Remus

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pensara que ella le daría de lado, un nuevo suspiro por parte del merodeador le indicó que había ganado, se lo contaría. -Bien, solo lo saben los muchachos y no hubiera querido que tú te enterases porque no es plato de gusto para nadie tener un amigo como yo- esperó a ver si Lily lo interrumpía pero no fue así, por lo que, resignado, continúo –cuando tenía 5 años me atacó un hombre lobo, así que como puedes ver mi situación no es la mejor, ahora entendería que no quisieras acercarte más a mí, solo espero que esto no influya en tu relación con James- el chico guardó silencio a la espera de la reacción de la chica, pero nunca hubiera esperado lo que pasó. Sintió un fuerte golpe en la nuca que le hizo levantar la cabeza mientras se frotaba la zona. -Lily, que...-Eres un idiota Remus- la chica estaba muy enfadada, sus ojos brillaban como si estuviera a punto de llorar, Remus no entendía nada. -Pero... -Esperaba más de ti, nunca creí que fueras tan idiota como tus amigos- el chico cada vez se sorprendía más, ¿de qué hablaba? ¿Le había escuchado bien?-cómo pudiste pensar que me importaría una cosa así, sabes que eres mi amigoUna sonrisa iluminó el pálido rostro de Remus, a su amiga no le importaba, solo se había sentido igual cuando conoció a los merodeadores y estos le demostraron su lealtad de la misma manera que ahora estaba haciendo Lily. Esta lo abrazó sin que el muchacho pudiera siquiera darse cuenta, tan sorprendido lo dejó, por un momento ni siquiera pudo responder al abrazo. -Tranquilo, tu secreto está a salvo conmigo, lo sabes ¿no?-No podía estar en mejores manos- correspondió al abrazo de su amiga, la verdad es que sentaba bien, el apoyo de sus amigos era importante, y lo hacían sentir mejor, pero ese tipo de consuelo no se lo podían dar, era casi... como el consuelo de una madre. En ese mismo momento se abrió la puerta de la enfermería y por ella apareció un sorprendido James Potter que se quedó clavado en el suelo ante la escena que se desarrollaba delante de él. Los chicos se separaron sobresaltados y Remus pudo leer los pensamientos de su amigo justo en el mismo momento en que estos se formaban en su cabeza. -Corna amigo, no es lo que parece, ¿bien? Acércate y te explicaremos- dijo con mucho cuidado. -James... – dijo Lily, pero no pudo continuar, el chico se dio la vuelta y salió de la enfermería, los otros dos se miraron por un segundo. -Corre- le dijo Remus, pero la chica ya estaba en la puerta, salió disparada y corrió por el pasillo, ¿dónde se habría metido James?, seguramente habría ido al campo de Quidditch, si, una vez le había dicho que cuando estaba preocupado lo único que lo ayudaba era volar, se dirigió rápidamente hacia allí deseando encontrarlo. 63


Llego al campo casi sin aliento y como se imaginaba allí estaba él, volando sobre su escoba, incluso enfadado como estaba era una delicia verlo, por un instante se quedó maravillada mirándolo. En las gradas había un grupo de chicas soltando exclamaciones cuando volaba cerca. Lily se plantó en medio del campo para que pudiera verla. El chico la miró pero no hizo gesto alguno por acercarse a ella. La chica comenzó a impacientarse y levantó la mano, James como respuesta hizo un vuelo rasante sobre las chicas y les lanzó un beso, las chicas aplaudieron emocionadas. Lily sintió como le hervía la sangre, comprendía que se pusiera así, pero no le iba a consentir que la pusiera en ridículo, se volvió hacia los vestuarios, apenas había volado, no le gustaban las escobas, y nunca jamás podría alcanzar a James en un vuelo, pero confiaba en que se quedara tan sorprendido que la escuchase, entró y ante el asombro de Sirius que se encontraba allí cambiándose para el entrenamiento cogió una de las escobas. -¿Qué diablos haces?- lo último que esperaba ver allí era a Lily Evans y menos que cogiera una de las escobas del equipo. -Ir por el idiota de tu amigo- dijo furiosa -Pero...- salió corriendo detrás de ella todavía a medio vestir haciendo que las chicas de las gradas soltaran otra exclamación –Lily, ¿estás loca?Pero la muchacha ya había montado en la escoba y dado una fuerte patada al suelo elevándose precariamente. Sirius volvió corriendo a los vestuarios, agarró su escoba y volvió fuera donde emprendió el vuelo, esta ya se encontraba muy cerca de James que todavía no la había visto entretenido con las chicas. -¡¡JAMES POTTER!!- gritó la chica intentando mantener el equilibrio – ¡¡VEN AQUÍ MALDITO IDIOTA!! James se volvió a mirarla totalmente sorprendido, por un momento casi se cae de la escoba al detener la maniobra que estaba realizando. Sirius le pisaba los talones a la chica pero todavía no la había alcanzado. -¿Qué estás haciendo? ¿Te volviste loca?- por un momento olvidó su enfado al verla montada en la escoba, si no se viera tan enfadada seria incluso graciosa, ¿el que debería estar enfadado no era él? ¿Qué quería? Ya le había quedado totalmente claro con lo que había visto en la enfermería, no quería escuchar más. -Ven aquí estúpido, o tendré que ir yo, me vas a escuchar si o si- Lily se quedo parada en el aire intentando mantener el equilibrio. -No quiero escuchar nada, me quedo muy claro, ahora vete- y volvió la escoba para emprender de nuevo el vuelo, entretanto Sirius había llegado donde estaba Lily. -¿qué ha pasado?- dijo el chico asustado mirando a Lily y preparándose por si esta caía de la escoba. -Ha pasado que tu amigo es un completo imbécil, eso ha pasado64


-¿Qué te hizo Lily?- Sirius empezaba a preocuparse de verdad, hacía mucho que esos dos no peleaban así. -Pues me vio con Remus y está pensando estupideces, voy por el- la chica se inclinó sobre la escoba y tomo velocidad para ir donde se encontraba James haciendo otra pirueta. -¡¡¡Lily!!! ¡Es peligroso, espera! – Solo le dio tiempo a ponerse cerca de ella por si caía, no podía detenerla ahora, pero la chica parecía pensar que si lo haría y dio un giro tan brusco que resbaló de la escoba. Sirius iba tan rápido que no pudo detenerse a tiempo. De pronto se encontró suspendida en el aire de nuevo y abrió los ojos, y vio unos ojos azules que la miraban entre divertidos y preocupados, detrás de ellos un chico rubio y apuesto le sonreía. -¿Estás bien?-Sí... gracias- Lily se aferraba a él como si su vida dependiera de ello y se dio cuenta en ese mismo momento, enrojeció hasta la raíz del pelo y el chico soltó una sonora carcajada. -No te preocupes, parecía que necesitabas ayuda y yo pasaba por aquí- le dijo mientras llegaban al suelo y la ayudaba a poner los pies en firme. -¡Quita las manos de la novia de mi amigo Digory!- los dos se dieron la vuelta sobresaltados para encontrarse con un furioso Sirius Black que se acercaba a ellos con paso firme y la escoba en la mano. -Tranquilo Black, no veo a tu amigo muy preocupado ¿no?- dijo señalando a James que aunque había detenido su escoba no se había acercado a ver como se encontraba Lily. Sirius miró a James contrariado, ¿qué le había pasado con Lily? ¿Qué había podido ver para ponerse así? Ella lo miraba furiosa, y si no se equivocaba el estaba haciendo lo mismo desde su escoba. -Yo solo he ayudado a esta encantadora señorita, en vista de que vosotros no parecíais en condiciones o interesados en hacerlo- dijo el muchacho encogiéndose de hombros –pero por lo que veo a tu amigo no le hubiese importado que se estampara contra el suelo-¿cómo te..?-Ya basta de discutir Sirius, te agradezco la preocupación pero veo que a tu amigo le preocupa bien poco lo que tengo que decirle así que me voy, que piense lo que le dé la gana- miró a James ceñuda. -Pero Lily tu sabes cómo es...-Basta, no me interesa que lo defiendas, cuando entre en razón ya hablaremos, no pienso perder ni un minuto más con él- se volvió de nuevo hacia el chico rubio que estaba convenientemente callado mirando la escena y le sonrió -gracias otra vez, soy Lily Evans- le tendió la mano.

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-Amos Digory, encantado- estrechó la mano de la chica ante un sorprendido Sirius que se había quedado sin palabras. -Igualmente, bueno vuelvo al castillo que tengo mucho que hacer- se dirigió de nuevo a Sirius –Si tu amigo entra en razón dile que estoy en la sala comúnEl chico asintió y la despidió con la mano todavía sorprendido. -Hasta la próxima Evans- se despidió el rubio y antes de que Sirius pudiera reponer algo montó en su escoba y salió volando hacia el despejado cielo. Lily lo miró por un momento y después le dirigió una última mirada a James que volvía a hacer piruetas, se dirigió al castillo muy enfadada.

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Cap15. Enfadados. Lily entro en la Sala Común como una exhalación, algunos alumnos de primero, que estaban allí a esa hora, se volvieron al verla pasar pero ella solo les respondió con una mirada iracunda, ante lo que los chicos volvieron a sus actividades para no despertar las iras de la prefecta. Tomo el libro que había estado leyendo antes de ir a ver a Remus a la enfermería y se acomodo en uno de los sillones con tal aura de ira a su alrededor que los alumnos que se encontraban en una mesa cercana se apresuraron a desaparecer. Sus amigos también habían desaparecido, ni sabia donde estaban ni le importaba. Tras echar la última mirada amenazante a la sala que dejaba muy claro que no la molestaran enterró su cabeza en el libro. Miraba atentamente las páginas donde brillantes letras escritas con tinta negra se entrelazaban formando palabras, pero no leía, no podía dejar de pensar en el idiota de James, idiota, esa era la palabra, ¿cómo podía haber pensado...?, ¿y porque no la dejaba explicarse? Era un cabezota y él creía que lo había herido en su orgullo, pues no pensaba decirle nada, ya había hecho suficiente el ridículo, no... -¿Estas bien?- una voz surgió tras el libro que le servía para aislarse del mundo e interrumpió sus pensamientos. Bajó lentamente el libro y se encontró con una chica morena y sonriente. Suspiró. -Claro Tonks disculpa no te vi- haciendo un esfuerzo sobre humano cerro el libro, no quería ser desagradable con la chica, lo coloco a un lado del sillón -solo algún problemilla sin importancia, ¿te puedo ayudar en algo?Tonks la miraba sin creerse una sola palabra ni su tranquilidad, entonces de pronto las puntas de su larga melena se volvieron de un color borgoña y fijo su mirada en el libro que Lily acababa de soltar. -Bueno... yo... – Lily olvidó por un momento sus preocupaciones para centrar su atención en la muchacha, le sonrió para que se tranquilizase y la niña lo hizo al momento contestándole la sonrisa. -Bueno, me extraño verte sola- dijo como si tal cosa –Normalmente estas con esos chicos... ¿cómo les dicen?...-Los merodeadores- Lily volvió a ponerse seria y Tonks la miro extrañada. -¿Te molestó?- la miraba preocupada. -No Tonks- inmediatamente la sonrisa volvió a sus labios- no te preocupes solo estoy cansada, los chicos están entrenando, Remus resfriado y Peter... – de pronto cayó en la cuenta de que nunca le prestaba mucha atención a Peter, realmente ninguno le hacía mucho caso excepto cuando molestaba. Tonks notó el silencio de Lily pero no comentó nada, decidió esperar, sentía que en realidad si le pasaba algo, solo que no la conocía lo suficiente como para preguntar.

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-Peter no sé donde está – concluyo finalmente Lily tras darse cuenta de que se había sumido en sus pensamientos por un momento. -Bueno, ¿Cómo has estado estos días Tonks?, ¿te volvió a molestar Severus?decidió cambiar de tema, no tenía ganas de pensar en el idiota que estaba en esos momentos haciendo piruetas para un grupo de niñas tontas que no cesaban de gritar estupideces. Apartó esa imagen de su mente y se centró en la niña. - No se atreve- la chica parecía contenta de tener tema de conversación con ella y se acomodó en el sillón de al lado tropezando a su paso con el libro que Lily había colocado precariamente sobre el brazo del suyo. - ¡¡¡Perdona!!!- Tonks se apresuro a recoger el libro del suelo ante la sonrisa de Lily y con cara compungida. - No te preocupes no pasó nada...- Es que soy una torpe- la interrumpió la chica que miraba al suelo mientras tendía el libro hacia Lily, pero ésta no lo tomó, se quedo mirándola. Extrañada de que no la liberaran del peso levantó la cabeza para encontrarse a la pelirroja sonriendo. -¿Por qué te disculpas tanto?- no pasa nada, solo es un libro – finalmente lo tomó. -Es que... soy una patosa... siempre lo estropeo todo- Tonks volvía a mirar al suelo y Lily le tomo la cara por la barbilla para que la mirase. - No pienses así- todavía sonreía – todos tropezamos, lo importante es levantarse- Gracias Lily- la chica sonreía de nuevo, de pronto pareció recordar algo y su cara cambió de pronto, Lily se preocupó. -¿Qué pasa?-McGonagall- fue lo único que salió de sus labios antes de saltar por encima de las piernas de Lily y dirigirse corriendo hacia el hueco del retrato, una vez allí frenó en seco, se dio media vuelta tomo el libro que había dejado abandonado, le planto un beso en la mejilla a Lily –¡¡Gracias!! – y desapareció por el retrato dejando atrás a una sorprendidísima prefecta que aun así la miraba con una sonrisa. Volvió a tomar su libro, parecía que su enfado se había ido por un segundo, pero en cuanto Tonks desapareció, volvió con toda su intensidad. Cerró el libro con fuerza y ante los asombrados ojos de los alumnos de primero que la rodeaban, salió de la sala común para dar un paseo por los jardines ¿dónde se habrían metido las chicas? En otro lugar de los terrenos el merodeador que supuestamente estaba sobrevolando el campo de Quidditch había aterrizado seguido de cerca por su mejor amigo. - ¿Qué crees que estás haciendo?- Sirius desmontó de su escoba justo en el lindero del bosque prohibido.

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-¿Yo? ¿Qué estoy haciendo yo? Pregúntale a ella- James estaba furioso, miraba a su amigo como si éste solo lo hubiera seguido para molestarlo. -¡Podía haberse hecho mucho daño y lo sabes!- ahora el que estaba furioso era Sirius, ¿cómo podía su amigo comportarse de esa manera? Nunca lo había visto así. James vaciló ante la afirmación de su amigo, por un momento éste vio cruzar por su rostro una sombra de arrepentimiento, pero en seguida desapareció. -Tú estabas cerca no le habría pasado nada- pero no estaba del todo convencido, evitaba mirar a su amigo a la cara. -Si ya viste como conseguí atraparla, si no llega a ser por Diggory...James lo miró fijamente cuando escuchó el nombre de su rival en el juego y a Sirius no le gustó nada esa mirada. -¿Me vas a contar que ha pasado o tengo que darte una paliza para que reacciones?- Sirius se estaba cansando de la actitud de su amigo, nunca se había puesto así por una chica, no sabía bien cómo afrontarlo, pero si estaba así lo que hubiera hecho Lily debía ser terrible. - Ha pasado... nada ya para que, ¡mi amigo me ha traicionado eso ha pasado!- James comenzó a gritar ante un asombrado Sirius que lo miraba como si no lo conociera. Esto hizo reaccionar a James que se calmó un poco. - ¿De qué hablas Corna? ¿Qué amigo?- Sirius no entendía absolutamente nada, ¿de quién hablaba james?. -Remus...- fue lo único que salió de los labios del chico mientras concentraba su mirada en una piedra de aspecto curioso con la que su pie había tropezado. - ¿Lunático? ¿Te volviste loco?- Sirius lo miraba boquiabierto, ¿cómo lo iba a traicionar Lunático? De todas las personas sobre la tierra, excepto quizás él y Peter nunca jamás se le habría ocurrido, ellos nunca se traicionarían, simplemente era inimaginable esa situación.

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- Si él y Lily...- en cuanto el chico escucho el nombre de Lily enlazado con Remus lo comprendió todo, lo vio tan claramente como si hubiera estado marcado en letras negras sobre el fondo blanco de un inmenso cartel sobre la cabeza de su amigo, vio la palabra celos. Inmediatamente soltó un fuerte golpe en la cabeza de su amigo que la mantenía agachada. - Ei ¿qué crees que...?- se frotaba la cabeza otra vez furioso, pero cuando miró a Sirius, éste estaba más enfadado que él. - Eres un idiota, definitivamente lo eres – y el chico se volvió y montó en su escoba dejando a James allí plantado luchando entre su enfado, su vergüenza y su asombro.

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Cap16. Extrañas coincidencias. - ¿qué tienes Lily?- Berta miraba a su amiga por encima del lomo del libro de transformaciones que tenía delante, ésta miraba el suyo sin mover siquiera los ojos, no había dicho una palabra desde que había llegado a la biblioteca y se había sentado con aire iracundo frente a sus dos amigas. -Nada- fue la escueta respuesta de la chica. Alice y Berta se miraron y entonces ataco la primera. -Lily estás segura...Levantó la cabeza del libro suspirando – No, no estoy segura pero no puedo hacer nada es un idiotaLas dos chicas se miraron de nuevo y después a Lily esperando una respuesta, pero en ese preciso momento entró James con la túnica de buscador y el pelo más revuelto de lo habitual, se quedó clavado en la puerta. Se miraron solo por un segundo, Lily saltó de la silla donde estaba sentada como si quemara. James bajó la mirada, sus zapatos repentinamente habían adquirido un interés especial para el chico, se quedó parado en la puerta, sin saber muy bien que hacer o que decir. Ella pasó a su lado como una exhalación, sin ni siquiera pararse a mirarlo, él extendió una mano hacia ella, pero para cuando fue a tocarla la mirada iracunda de la muchacha hizo que esta quedara congelada en el aire. Lily salió de la biblioteca dejando allí a sus sorprendidas amigas a un James, cuyos remordimientos amenazaban con enterrarlo para siempre. Se dirigió a los jardines, lo había visto en su cara, sabía que se había equivocado, estaba arrepentido, pero no iba a dejárselo tan fácil, ¿cómo se le había podido ocurrir? Tan solo la idea le parecía totalmente absurda, y después no la había dejado explicarse, había preferido ponerse a hacer el tonto, y ella lo había intentado. Ahora le tocaba a él. Continuaba con su reflexión, cuando llegó cerca del lago, siempre se encontraba mejor allí, cuando estaba muy nerviosa por los estudios, o cuando echaba de menos a sus padres iba a allí y se sentaba un rato, ya fuera invierno o verano, y se sentía en paz, como arropada. Pero esta vez no fue así, esta vez alguien estaba ocupando su pequeño rincón de paz, al principio se molestó incluso ¿cómo se atrevía quien fuera a sentarse allí? Ese era su lugar. 71


Pero estos pensamientos la abandonaron totalmente al ver de quien se trataba. ¿Qué hacía ese chico allí? No sabía muy bien si acercarse o no, parecía muy concentrado, con la mirada perdida en el agua cristalina del lago. Se sintió por un momento como si estuviera viendo algo que no debía, y justo cuando iba a marcharse por donde había llegado el muchacho levantó la mirada y la vio. - Evans- El chico la miraba sonriente, su semblante había cambiado completamente. Lily le devolvió la sonrisa pero en alguna parte, en su interior, sentía que el chico escondía algo, esa sonrisa no era del todo sincera. -Ho... hola, discúlpame, no sabía que hubiera nadie aquí- se disculpó sin saber muy bien si irse o quedarse finalmente, el muchacho evitó que tuviera que decidir. -No, discúlpame tú a mí- el chico se acomodó sobre el tronco del árbol que tenia detrás – no te escuche llegar ¿ya te encuentras mejor?Lily frunció el entrecejo -¿mejor?- el chico volvió a sonreír y sus ojos esta vez por fin lo acompañaron emitiendo un brillo divertido. -Sí, una caída desde tan alto no es muy recomendable ¿te lastimaste? Por fin Lily comprendió, no le había dado la menor importancia a la caída, tan enfadada estaba que ni lo había recordado. -No, no, estoy bien, perdona, antes ni te agradecí, soy una maleducadaEl chico negó con la cabeza –No importa, parece que tenías cosas más importantes en mente- miró a su alrededor inspeccionando el terreno -¿quieres sentarte? –ofreció como si estuviera en el salón de su casa y estuviera a punto de ofrecerle un té –Yo me voy ya y parece que venias hacia aquíLily miró al suelo y sonrió, ese chico la había cazado, sabía exactamente a lo que iba porque estaba en las mismas circunstancias, había ido hasta allí a pensar. Se acomodó en el suelo junto a él. -No tienes porque irte, solo... bueno, solo quería pensar un ratoEl chico volvió a mirar al lago y en sus ojos Lily pudo ver algo que no alcanzaba a definir del todo- Sí, este es un sitio estupendo para eso, yo vengo siempre que puedovolvió a mirarla sonriente – casi nunca hay nadie, pero a veces te llevas agradables sorpresas como hoyLily miró al chico, nunca había hablado con él, pero parecía agradable, la mitad del colegio iba tras él, por supuesto la mitad que no formaba parte del club de admiradores de los merodeadores, aunque algunas chicas encontraban tiempo para repartirse entre los dos. Al contrario que a James, nunca lo había visto pavoneándose por los pasillos, no parecía que ni siquiera se diera cuenta del efecto que causaba entre las integrantes femeninas del colegio Hogwarts. -Nunca te había visto por aquí- le dijo finalmente. Y el muchacho sin perder la sonrisa se sacudió las manos llenas de hierba con la que había estado jugando y cruzó los brazos.

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-Yo a ti si, curiosamente siempre llegas antes que yo, así que nunca he querido molestarte, hoy te retrasaste, solo por eso conseguí el sitio-. Sin saber que contestar exactamente se dedico a observar al chico, era muy apuesto, lógicamente no tanto como James (¿por qué pensaba en él sí estaba tan enfadada?), y parecía mucho más maduro, se preguntó que podía haber pasado para que necesitara estar allí. Amos pareció leer su mente porque volvió a sonreír y contestó a la pregunta que no había salido de sus labios. -Todos tenemos problemas, y en este caso las relaciones de pareja dan muchosLily asintió, demasiados dolores de cabeza, por eso nunca había querido tener novio. -No sabía que tuvieras noviaEl chico soltó una carcajada que sorprendió a Lily que lo miró sin entender a que venía su reacción, ante su cara de estupor, Amos decidió explicarse. -Si tengo, desde hace aproximadamente tres añosLily no estaba muy segura de sí preguntar pero la expresión del muchacho la invitó a hacerlo. -¿Y por ella estas aquí? ¿Discutisteis?-Sí y no- contestó tranquilamente. La chica frunció en entrecejo, ¿cómo se podía si y no discutir? El chico la miraba cada vez más divertido. -¿Te gusta entenderlo todo cierto?Lily enrojeció, se había metido donde no la llamaban así que se apresuró a disculparse. -Perdona... no tenía derecho a...Pero el chico levantó una mano para detenerla y negó con la cabeza. -No importa... sus padres se van a vivir a Francia, por eso discutimosLily entonces ganó confianza y siguió preguntando. - ¿Y ella se va con ellos no?-Así es- el chico asintió. -Será difícil para los dos-Si por eso le pedí que se quedara conmigo-¿Y no quiere?- Lily estaba sorprendida, para estar tanto tiempo juntos debían quererse mucho, no comprendía a la chica. -Si quiere, pero sus padres no están tan seguros-¿Pero ya sois mayores no?- Lily no tenía ni la menor idea de quién era la chica, nunca lo había visto acompañado de alguna, por eso no sabía que tenía novia. -Si ella va a nuestro curso-¿Entonces?-No quiere disgustarlos- el muchacho se encogió de hombros y volvió a mirar al lago, Lily perdió allí su vista también, era relajante, por eso iba allí, uno podía mirar el lago durante horas y olvidarse de todo, simplemente contemplar el suave 73


movimiento del agua, perturbado, solo en ocasiones, por el movimiento de alguna criatura misteriosa. -Y estás tratando de encontrar una solución- Amos la miró sorprendido por un segundo y después sonrió. -Exactamente, pero por desgracia se me escapa... ahora tú, ¿qué te paso con Potter?Lily pego un respingo, como si la profesora McGonagall hubiera hecho una pregunta en clase y ella estuviera distraída, se había olvidado por completo de él. -Que es un idiota- su enfado volvió al recordar la vergüenza que le había hecho pasar. El muchacho que tenía enfrente no pudo más que sonreír. -A veces lo somos, sobre todo cuando se trata de la chica que nos gusta- ¿quién se resistía a esa sonrisa? Y sobre todo a que le dieran la razón, así que se tranquilizó y comenzó a explicarle la situación. El chico escuchaba atentamente, lógicamente ella no mencionó en ningún momento el pequeño problema peludo de Remus e inventó una historia sobre una chica que le gustaba, y que ella lo consolaba. Si Amos se dio cuenta no lo demostró y continúo en silenció mientras ella crucificaba a James. -... y por fin, gracias a Merlín apareciste tú o me habría estampado contra el suelo- concluyó. El chico se quedo callado largo rato mientras Lily lo miraba, parecía reflexionar sobre lo que ella había dicho, ella solo esperaba lo que él tuviera que decir al respecto, no sabía porque le había contado todo, a sus amigas no les había dicho nada, la verdad es que no solía contar las cosas, le gustaba solucionarlas ella sola, pero ese niño le inspiro confianza desde que lo vio allí sentado, tan solo, tan pensativo. -Es un idiota- Lily lo miró completamente sorprendida por su respuesta y el chico no pudo más que reírse de su expresión –pero está enamorado de ti, por eso hace el idiotaEn la cara de Lily se dibujó una sonrisa – lo sé, pero igual estoy enfadada- Me parece correcto – Amos pasó los brazos por detrás de su cabeza y cerró los ojos disfrutando de la brisa que venía desde el lago –pero no lo hagas sufrir demasiadoLily lo miró, se levantó del suelo y sacudió su túnica –GraciasEl solo abrió un ojo para mirarla y contestó con una sonrisa en sus labios –Por nada Evans- Se arreglará - y sin decir una palabra más lo besó en la mejilla y se alejó de allí dejando al sorprendido muchacho junto al lago. No sabía por qué lo había hecho, solo que se había sentido bien de repente, ya no estaba enfadada y aquella era su forma de agradecérselo. Se dirigió hacia el castillo tarareando una canción cuya letra no recordaba, era verdad, todo se arreglaría, cruzó las grandes puertas de madera justo cuando la luz del sol comenzaba a desaparecer en el horizonte.

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Cap17. El mapa James Potter, buscador de Gryffindor y uno de los chicos más populares del colegio se encontraba en ese momento sumido en sus pensamientos, la lechucería estaba completamente vacía, la última lechuza rezagada emprendió el vuelo en busca de su comida nocturna, pasando en su camino sobre la cabeza del muchacho . Aunque ya era tarde, se encontraba dentro del límite permitido a los alumnos de séptimo para estar fuera de sus habitaciones, de todas formas, esta no era una cuestión que le importara mucho en aquellos momentos. El chico miraba fijamente el lago, hacía rato había divisado una melena color fuego dirigirse hacia el castillo, no tenía que preguntarse quien era, lo sabía, igual que sabía que había hecho el tonto y quizás había perdido lo más hermoso que le había pasado en su vida. Arrugó el pergamino que tenía en su mano mientras cerraba fuertemente los ojos, y se agachó abrazando sus rodillas, no iba a llorar, pero, aunque estaba completamente convencido de no hacerlo, una lágrima traidora comenzó a rodar por su mejilla. De pronto dio un salto hacia atrás que le hizo caer al suelo al sentir como algo atrapaba esa lágrima y se encontró con una chica, allí agachada frente a él, que lo miraba, ella había pasado su dedo por su mejilla y retirado esa lagrima que él se esforzaba por retener, y ni siquiera la había escuchado llegar. La muchacha fijó sus brillantes ojos verdes en su sorprendida cara y solo abrió los brazos invitándolo con una tímida sonrisa a entrar en su protección, no dijo una sola palabra. James se refugió en esos brazos y lloró como hacía años que no lo hacía, como un niño pequeño, mientras ella solo lo abrazaba y le acariciaba el desordenado cabello. No supo cuanto tiempo estuvo así pero cuando levantó su cabeza la noche se había cerrado sobre ellos. - Lily yo...75


La chica puso sus dedos sobre los labios de él y no lo dejó continuar, no quería disculpas, solo quería olvidarlo todo, estar con él como si nada hubiera pasado, los dos juntos. El chico solo pudo esbozar una sonrisa de agradecimiento pensando que no se merecía esa chica, y la besó. La besó como si fuera la primera vez que lo hacía, la chica lo abrazó sintiendo que era lo que le había faltado durante todo el día, no quería que aquello se volviese a repetir, no creía poder estar tanto rato sin sentirlo cerca de ella otra vez. En ese momento la chica se fijo en el papel arrugado que yacía olvidado en el suelo, lo tomó mirando extrañada a James que asintió con la cabeza. Lily estiró el pergamino, era una carta escrita con una elegante letra, la muchacha la leyó bajo la atenta mirada de James y después lo miró con cara de asombro. -Salgo mañana- es lo único que el chico dijo y ella asintió con la cabeza. James acarició su mejilla y le sonrió tímidamente –Bien ahora tenemos que volverLily miró a su alrededor por primera vez desde que había llegado, ya era noche cerrada, miró a James y este solo sacó una capa de debajo de su túnica. Ambos se taparon con ella y emprendieron el camino hacia la torre Gryffindor. Caminaban despacio y sin hablar abrazados bajo la protección de la capa, los pasillos estaban desiertos y silenciosos, esta vez les sonrió la suerte y Peeves no apareció en todo el camino, atravesaron corredores y bajaron escaleras, a Lily le parecía que el camino de ida había sido mucho más largo, caminaban por sitios que ella no había pisado en los 7 años que llevaba en el colegio, pero sabía que llegarían, James los llevaría hasta la Sala Común. Al torcer una de las esquinas James frenó en seco, Lily se sobresaltó ya que no había visto absolutamente nada y fijó su vista en el oscuro pasillo, algo se movía. -Snape- susurró James y sin decir una sola palabra más tiró de Lily hasta apoyarla en la pared y se quedaron observando la figura que se acercaba lentamente. Lily aguantó la respiración cuando el Slytherin pasó junto a ellos, parecía nervioso, así, visto desde tan cerca, parecía que su palidez se había acrecentado bajo la plateada luz de la luna que se filtraba por los ventanales. El chico no los vio protegidos por la capa de James y siguió su camino mirando cautelosamente hacia atrás una y otra vez. Una vez que el muchacho desapareció tras la esquina por la que ellos acababan de llegar los dos chicos se apresuraron a llegar a su sala común. Nada más entrar y tras un rápido vistazo para comprobar que ningún Gryffindor se encontraba fuera de la cama a esas horas James retiró la capa y se tiró en uno de los sillones situados frente a la chimenea. Lily todavía pensativa por lo que acababa de ver se acomodo en el brazo del mismo sillón. -¿Qué demonios haría Quejicus fuera a estas horas?- James miraba el fuego fijamente. -¿Y qué demonios hacíamos nosotros?- el chico se volvió para mirar a su novia y vio que ésta sonreía, tenía razón, cualquier cosa podía haber llevado al Slytherin 76


fuera de su nido en las mazmorras, aunque era mejor no fiarse de lo que pudiera hacer una serpiente a esas horas de la noche sola por el castillo. Decidió dejar el tema por el momento y la tomó de la cintura para colocarla sobre él, en ese momento solo quería disfrutar de volver a tenerla en sus brazos. -¿Cómo me encontraste?La chica se acomodo en sus brazos y le dio un pequeño beso -Sirius me dijo, no me preguntes como, pero desapareció un momento y volvió diciendo que estabas allíEn la cara del chico se dibujó una sonrisa, no sabía que haría sin su amigo, su hermano, con todo el desastre que era, siempre sabía que tenía que hacer cuando las cosas se ponían feas. La chica frunció el entrecejo y lo miró. -Si sabes como lo hizo ¿verdad?- James asintió mirándola divertido, le encantaba su cara cuando ponía esa expresión, realmente, en su interior, sabía que la había molestado tantos años solo para ver esa cara cada vez que se la cruzaba -Y ¿no me dirás?Él seguía sonriendo sin decir nada y la chica comenzó a desesperarse, ¿cómo podía enfadarla tan rápido?, no era que lo quisiera saber todo ¿o sí?. James veía todo el hilo de sus pensamientos formarse en su cabeza y decidió que era demasiado pronto para enfadarse otra vez con ella, la besó y la levantó poniéndose él también de pie. -Haré algo mejor, te lo enseñaré, espérame aquí- y desapareció por la escalera que conducía al dormitorio de los chicos dejando atrás a una sorprendida Lily, reapareció en lo que parecieron segundos agitando un pergamino en blanco en el aire –Ven, miraLily no tenía ni idea de que podía tener ese pergamino de especial pero lo siguió hasta una de las mesas, él estiró el pergamino en ella, era de buen tamaño, y se podía doblar igual que los mapas de carreteras muggles, no era algo fácil, su padre nunca lo conseguía, sonrió al recordar como su madre lo tenía que hacer siempre con su infinita paciencia después de que su padre lo hubiera desbaratado por completo, siempre se empeñaba en hacerlo él. James la miró –¿Y esa sonrisa?, no es que me queje, es tan preciosa como su dueña, pero todavía no viste nada-No es nada, solo recordé algo- el chico la miraba extrañado, ella se acercó a la mesa y acarició el pergamino –me recordó a cuando salimos de vacaciones, mi padre nunca es capaz de doblar el mapa- se volvió y lo miró sonriente, el chico se acercó y la rodeó con sus brazos desde la espalda. -Sabía que mi chica era la más lista- sacó la varita del bolsillo de su túnica y tocó el pergamino con la punta –juro solemnemente que mis intenciones no son buenas- y ante el asombro de Lily la tinta negra comenzó a brotar del pergamino formando complicados dibujos, en la parte superior aparecieron unas floreadas letras, grandes y verdes, la chica entornó los ojos para leerlas. -Los señores Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta proveedores de artículos para magos traviesos, están orgullosos de presentar, el Mapa del Merodeador77


miró interrogante a James que seguía sonriendo, señaló con el dedo un punto en el mapa y la chica fijó su mirada en él. Dos puntitos muy juntos se encontraban dentro de lo que parecía una estancia circular, bajo ellos rezaba la siguiente inscripción “Lily Evans y James Potter” se volvió totalmente sorprendida para encontrar la sonrisa de él. -¡¡Es Hogwarts!!- El chico asintió y señalo más puntos en el mapa. -Este es el despacho de Dumbledore, como siempre está paseando por él, aquí esta Filch que parece que está de guardia por el pasillo del tercer piso, la Sra. Norris está en el primero, algún día sabré como hace para llegar tan rápido a donde está ese maldito bicho, sobre todo cómo sabe donde está- hizo una mueca que dejaba muy claro que pensaba de ese par, lo que hizo sonreír a Lily –y aquí- señaló un punto encima de una de las torres- está la lechucería, por eso Sirius supo donde estaba-Pero ¿de dónde lo sacasteis?-¿No lo ves?-señaló los nombres que daban cabecera al mapa. Lily abrió los ojos desmesuradamente y James disfrutó de esa reacción como nunca. -Vo... vosotros... ¡¡si es dificilísimo!!- se puso a inspeccionar el mapa más detenidamente, debían de haber utilizado multitud de hechizos sumamente complicados para conseguir crear un mapa así. James la miraba sonriente hasta que decidió que le apetecía que le prestara más atención a él que al dichoso mapa. Pasó la varita por su cintura hasta llegar al mapa y susurró en su oído – travesura realizada- el pergamino comenzó a quedarse en blanco ante la decepcionada mirada de Lily que se había quedado con las ganas de seguir inspeccionándolo, James soltó una carcajada al ver su cara. -Sabía que te pondrías así, pero hoy quiero que me hagas caso a mí, otro día te dejare verlo todo lo que quieras, pero quería que supieras usarlo por si un día te hace falta, está en mi baúl ¿de acuerdo?- Lily asintió y volvió a sonreír mientras pasaba los brazos por el cuello de él. Cuando se fueron a dormir ya casi amanecía, con un último beso se despidieron al pie de las escaleras, James subió a cambiarse de ropa, Sirius se sentó en la cama sonriente nada más verlo aparecer por la puerta. -¿Y?James decidió hacer sufrir un poco a su amigo - Y ¿qué?Sirius le tiró una almohada a la cabeza que James esquivó. -Muy bien, muy bien, ¿qué quieres saber?-¿Lo arreglaste?La sonrisa de James se lo dijo todo así que Sirius saltó de la cama justo encima de él, tirándolo sobre el suelo –¡¡¡Sabía que lo conseguirías!!!-¡¡Para ya Canuto, tengo que vestirme!!- Intentaba quitarse a su amigo de encima sin éxito.

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-¿No te llegó con pasar la noche con ella? No sabía que habíais llegado tan lejosSirius encaramado sobre él se dedicaba a despeinarlo aun más si era posible. -¡No seas idiota Canuto! No es eso, voy a casa- Sirius se quedo serio de pronto. -¿A casa?¿Qué ha pasado?-El chico se levantó y ayudó a su amigo a ponerse en pie. -Están en San Mungo-¿San Mungo? ¿James que ha pasado?- que Sirius llamara a James por su nombre daba una idea de la gravedad de la situación, seguramente otro amigo solo se hubiera preocupado y le hubiera deseado suerte, pero Sirius no, desde que el año anterior se había escapado de casa, la familia de James era la suya, lo había acogido y cuidado como un hijo así que sin esperar la contestación de su amigo se dirigió a su cama vestirse. -Tú no vienes- Sirius se quedó clavado abriendo mucho los ojos, ¿cómo que no iba?, era la primera vez que James no lo trataba como un hermano, nunca hacía distinciones entre los dos, y ese día, en ese momento, ¿lo haría por primera vez?. James se acercó a su amigo y puso las manos en sus hombros –Te necesito aquí amigo, tienes que cuidar de Lily- el chico seguía negándose a aceptar eso. -Remus puede hacerloJames negó con la cabeza y Sirius puso los ojos en blanco poniendo sus manos en la cabeza –¿Todavía estas con eso? Como se te pudo ocurr...-No es eso amigo, solo que ambos sabemos que Remus no puede con Lily, ella no le hará caso, más bien será al revés- entonces Sirius sonrió, era verdad, Lily era una chica lista, había que ser muy cabezota para hacerla cambiar de opinión, y solo él era así. -¿Pero de que hay que cuidarla? Está en el colegio- James se encogió de hombros - Solo sé que si no tengo la completa seguridad de que no le pasará nada no podré estar tranquilo, y eso solo puedes asegurármelo tú, ayer... nos encontramos a Snape-Menuda cosa, ¿sabías que viene a este colegio? Yo sé que es una serpiente, pero creo que para nuestra desgracia cuentan como alumnos- El chico se sentó en la cama mientras su amigo se cambiaba de ropa. -Sí, pero fue cuando volvíamos de la lechucería, y después cuando le enseñe el mapa a Lily no estaba en su habitación, mejor dicho no estaba, no lo vi en el castillo-¡¿Lily vio el mapa?!- Sirius se tiró en la cama con las manos en la cabeza mientras su amigo lo miraba sonriente -¿Sabes que pasara?¡Estamos perdidos! ¡Nos entregará!James continuaba sonriendo mientras su compañero se desesperaba más y más – ¿No lo ves? Su alma de prefecta saldrá a flote, pensará que es peligroso y correrá a contárselo a McGonagall-No exageres Canuto- James le buscaba el derecho a una de sus camisas mientras seguía hablando con su amigo. 79


-¡Cómo que no exagere! ¿Sabes qué pasará si nos pillan?-Lily no hablará- fue lo único que dijo mientras terminaba de anudarse los cordones de sus zapatillas. -¿Estás seguro?- Sirius parecía que por fin se había calmado, si James decía que no pasaba nada es que no pasaba nada, James solo lo miró por toda respuesta. -De acuerdo – el chico se encogió de hombros y volvió a incorporarse en la cama –¿Me avisarás cuando sepas algo de tus padres?-Claro- y el chico agito un pequeño objeto cuadrado que metió en su bolsa- ya me voy, despídeme de los demás- En ese momento miró alrededor- Por cierto, ¿donde está Peter?-No tengo ni idea, quizás fue otra vez a comer a las cocinas y se quedó dormido, esa rata no deja de comer, ya aparecerá-Está bien, pronto nos vemos amigo- y tras abrazar a su hermano salió por la puerta dejándolo allí solo. Sirius pronto tendría noticias, aunque no era muy seguro que fueran buenas, fue hacia su baúl y extrajo de él un pequeño espejo exactamente igual al que James había metido en su bolsa y se tiró de nuevo en la cama mientras le daba vueltas pensativo, justo en ese momento el mundo se le cayó encima. -¡¡¡¡No!!!! ¿¿Tengo que cuidarla??-

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Cap 18. La sorpresa. Los días pasaban lenta y tediosamente para Lily Evans, James no volvía y el pesado de Sirius Black la seguía a todas partes, ya había intentado eximirlo de la estúpida obligación de cuidarla de mil maneras, pero él decía que se lo había encargado su hermano, ¿su hermano? Si claro James le habría dicho algo, pero seguro no esperaba que la siguiera como un perro guardián. Cada vez que se daba la vuelta allí estaba Sirius mirándola, viendo con quien estaba, quien se le acercaba, era desesperante. Después de tres días por fin estalló -¿Quieres dejar de seguirme a todas partes?El chico la miró con el entrecejo fruncido igual que hacía siempre – esto me gusta tanto como a ti Evans, pero tengo que hacerlo- Ya te dije que no es necesario Black, le diré a tu amigo que incluso duermes en mi puerta ¿de acuerdo? Como buen perrito-No lo conseguirás Evans, mi amigo me hizo un encargo y lo cumpliré, puedes ponerte como quierasLily sabía que no lo conseguiría, pero no perdía nada con intentarlo, de pronto se le ocurrió algo y sonrió con malicia, Sirius la vio, no le gustaba esa sonrisa, levantó una ceja. -¿Qué pasa Evans?-Me tienes que cuidar ¿cierto?- el chico asintió, ese cambio de actitud empezaba a ponerlo nervioso –Bien pues se útil al menos- puso en sus brazos los libros que llevaba y se dio la vuelta para entrar al Gran comedor dejando tras de sí un Sirius con la boca abierta, ¿cómo?, ¿Lo trataba de criado?, Si no fuera la novia de su amigo la estrangularía él mismo, con el entrecejo fruncido la siguió dentro de la gran estancia. -¡¡Evans!!- un chico rubio llegó corriendo hasta ella y se paró a retomar el aliento –Hola Black- miró a Sirius de arriba abajo sonriente y después se dirigió otra vez hacia Lily -¿Puedo hablar contigo?-Claro- la chica miró al muchacho que cargaba sus libros y le dedicaba al rubio una de sus más encantadoras miradas de piérdete –espérame con las chicas Black, no tardo nada- e inmediatamente se volvió e hizo una seña al rubio, que miraba a Black totalmente sorprendido, para que la siguiera. Salieron del Gran comedor a los jardines del colegio y se sentaron en un banco, Lily se desperezo y lo miró sonriente. -Pensé que tu novio era Potter-Así es, Black solo me sigue a todas partes, parece que tiene que cuidarme- su cara reflejo una mueca de disgusto que hizo sonreír a Amos –gracias por librarme de él-Potter te quiere mucho, ¿ya arreglasteis todo?-Si todo arreglado, ¿de qué querías hablarme?81


-Pues... - ahora parecía que le costaba decirlo, Lily lo miró con paciencia, dejando que el chico se tomara su tiempo, parecía nervioso, pero no dejaba de sonreír, debía ser algo bueno. -¿Recuerdas que te dije que Enma se iba a Francia?La muchacha asintió con la cabeza, y el chico miró sus manos nervioso, la chica le sonrió para tranquilizarlo. -Bien, pues ya no se va-Me alegro Diggory, pero seguro que me quieres contar algo más ¿no?El chico sonrió y asintió con la cabeza –Llámame Amos, y si hay algo más, necesito contárselo a alguien-Bien Amos lo escucharé, siempre que me llames Lily- la muchacha extendió su mano hacia él -¿trato hecho?El chico estrechó su mano con una sonrisa –trato hecho-Bien con todo aclarado, cuéntame, ¿cómo es que no se va a Francia?Tras un gran suspiro Amos se apoyó sobre sus manos en el banco y se dispuso a explicarlo todo. -Bien pues la situación ha cambiado... Enma está... esperando- la miró de reojo para ver su reacción, pero Lily no terminaba o no quería terminar de entender. -¿Esperando?El chico trago saliva y repitió –Si... esperando... esperando un niñoLily abrió mucho los ojos y el chico esbozó media sonrisa al ver su reacción. -Pero... ¿eso es bueno? ¿O es malo? ¿Estáis contentos?- no sabía bien cómo reaccionar, ¿por qué la elegía a ella para contarle eso? Si casi no se conocían, el chico soltó una carcajada. -Es una buena noticia Lily estamos muy contentosEntonces Lily lo abrazó ante el estupor del chico que tardo unos instantes en reaccionar y contestarle el abrazo–Me alegro Amos-Gracias Lily- en ese preciso momento algo golpeó la cabeza de Amos y ambos chicos se volvieron para buscar el origen, al mirar el castillo se encontraron con un malhumorado Sirius que se apoyaba en una de las ventanas del Gran Comedor y hacía otra bola con un pergamino. Amos estalló en carcajadas al ver la cara de Lily, esta al verlo reírse de aquella manera comenzó a reírse también. -Te cuida muy bien- consiguió articular el chico pese al ataque de risa. -Sí, es mejor que un perro guardián, espero que no sea mi trabajo de historia de la magia- contestó Lily recuperándose poco a poco –Ahora ¿qué haréis?- Pues terminaremos el curso, y después nos casaremos, de todas formas ya pensábamos hacerlo-Me parece una gran ideaEn esos tiempos no era raro que la gente se casara tan joven, desde hacía unos años se notaba en el ambiente algo extraño, como si todo el mundo tuviera prisa por vivir su vida, allí, en el colegio, estaban seguros, pero no era lo mismo en la vida real, 82


el mundo mágico no se encontraba en un buen momento. Desde hacía unos años una organización dirigida por un tal Lord Voldemort amenazaba la tranquilidad de todos. -Bueno, será mejor que vuelva o Black comenzará a ladrar- otra carcajada acompañó ese comentario y ambos chicos se encaminaron de nuevo al castillo. Según entraron en el Gran Comedor Sirius los asaltó con cara de pocos amigos así que Amos se despidió rápidamente y desapareció entre un grupo de Hufflepuff. -Black ¿vas a seguir molestándome?- dijo la chica con los ojos en blanco. -Si Evans, hasta que me quede un soplo de vida lo haré, ¿qué hacías con Diggory?- el chico parecía enfadado y Lily decidió pasar olímpicamente de él. -¿Dónde están mis libros Black?- intentó encaminarse hacia la mesa pero el muchacho le cortó el paso. -No me cambies el temaLily comenzaba a perder la paciencia y no pensaba aguantar un numerito de celos del amigo de su novio, entrecerró los ojos. –Black, esto está comenzando a molestarme-Me importa poco- el chico seguía plantado frente a ella. -¿Sabes Black?- la muchacha sonrió y le hizo señas para que se acercara, el chico se inclinó y ella susurró en su oído –A mí también me importa bien poco lo que pienses tú- y acto seguido pegó un fuerte tirón de la corbata del chico, que inclinado como estaba para escucharla perdió el equilibrio y manoteó en el aire para no caer mientras ella, sonriente, se encaminaba hacia la mesa de Gryffindor donde sus amigas reían a más no poder. Sirius no dejaría que aquello terminara así por lo que, en cuanto recuperó el equilibro, salió disparado tras Lily y la levantó en el aire, la chica a la que había pillado desprevenida soltó un pequeño grito y pataleó en el aire. -¡Black suéltame ahora mismo!- Las chicas reían a más no poder y Remus que se encontraba en otro punto de la mesa Gryffindor acompañado de un emocionado Peter movía la cabeza de lado a lado. -Claro Evans pero te portaras bien-

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-¡Bájame especie de escarabajo pelotero! ¿Quién demonios te pensaste que eres?la chica comenzaba a ponerse colorada, todo el Gran Comedor la miraba, sus amigas dejaron de reírse poco a poco viendo que se acercaba el momento en que Lily perdiera la paciencia de verdad, y a ninguno le gustaría estar allí entonces. Justo en medio de todo aquel jaleo entró James, se acercó despacio a Remus y susurró en su oído. -¿qué pasa?- Remus pego un salto justo donde estaba, no lo había visto entrar tan concentrado en la catástrofe que se comenzaba a formar frente a él. -¿qué tu amigo se volvió loco?James estaba pensando seriamente en si debía intervenir o no cuando Berta reparó en él y le gritó desde el otro extremo de la mesa Gryffindor. -¡Potter!, ¡Será mejor que hagas algo con tu amigo o le queda poco tiempo de vida!Sirius al escuchar esto soltó a Lily, que seguía forcejeando con él, en el suelo y se volvió en busca de su amigo. Ese fue el momento que aprovechó Lily para sacar su varita y encajarla justo bajo la barbilla de Sirius. Todo el Gran Comedor se quedó en silencio al ver a la despeinada pelirroja y a uno de los chicos más populares del colegio en medio de la estancia matándose con la mirada. Duró solo unos segundos pero a los alumnos les parecieron horas, ninguno tuvo tiempo de volverse a mirar si venia un profesor, ninguno pudo si quiera intentar detenerlos, todos estaban paralizados cuando de pronto, en la cara de la chica se dibujó una sonrisa. En el Gran Comedor de Hogwarts nunca se habían visto tantas caras sorprendidas, ni siquiera cuando su amado conserje había entrado hecho un basilisco y ataviado con unos preciosos rulos de color rosa cortesía del chico que estaba parado en ese momento frente a la muchacha. Y nada pudo sorprenderles más que la reacción del chico, contestó a esa sonrisa y haciendo gala de unos exquisitos modales le dedico a la muchacha una floreada reverencia. La chica retiró la varita y solo entonces se dirigió donde estaba su novio, igual de asombrado que los demás y lo tomó de la mano para sacarlo de allí. Las conversaciones fueron reanudándose poco a poco, nadie se acerco a Sirius que, sonriente todavía, se fue a sentar junto a sus amigos. Remus lo miraba como si no lo conociera. -¿Me explicaras qué demonios pasó?- el muchacho tomó un vaso de zumo de calabaza y se acomodó en su asiento. -Ganó- fue lo único que se dignó a decir a sus sorprendidos amigos mientras se dedicaba a tomar tranquilamente su zumo y sus amigos intentaban recuperarse de la impresión. Mientras tanto, en otro lugar del castillo.

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-¿cómo están tus padres?- preguntó la muchacha al chico que la abrazaba como si hiciera meses que no la veía, él solo suspiró y se separó un poco sin llegar a soltarla. -Parece que están estables pero no saben lo que dure-y entonces ¿por qué has vuelto?-Mi padre no quiere que pierda el curso, quiere que termine- puso una mueca de fastidio, se veía que no le hacía ninguna gracia dejarlos en ese momento –y además me hacías faltaLa chica le dedicó una pequeña sonrisa y volvió a abrazarlo, se quedaron largo rato así hasta que un grupo de alumnos de primero pasó por su lado y les recordó que tenían clase, así que juntos se encaminaron hacia el aula de la profesora McGonagall con la esperanza de que sus compañeros hubieran tenido la feliz idea de llevar sus cosas hasta allí.

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Cap 19. El perro, la rata y el ciervo. La Sala Común de Gryffindor se encontraba desierta, desierta a excepción de cuatro muchachos que mataban el tiempo frente al fuego. Sirius y James jugaban al ajedrez bajo la atenta mirada de Peter, mientras Remus, acomodado en uno de sus sillones preferidos echaba miradas sobre su libro muy de vez en cuando al tablero, las chicas se habían acostado hacía un rato, alegando que a la mañana siguiente tendrían que madrugar, pero a los muchachos aun seguían despiertos. -Bueno Canuto ¿cuándo nos contarás que pasa con Berta?- James acababa de ordenar a uno de sus caballos una incursión en el bando enemigo e intentaba distraer a Sirius del juego, inexplicablemente, hiciera lo que hiciera, este siempre le ganaba. El chico contestó sin levantar la cabeza del juego. -¿qué pasa con qué?-Venga Canuto confiesa, la chica está suave como un guante últimamente, no se os ve pelear desde el numerito que montasteis el otro díaEl muchacho hizo una mueca de disgusto –No tengo ni la más remota idea de lo que me hablas Corna, pero si es verdad, ahora está más aburrida- comentó mientras empujaba a una de sus torres para que interceptara el caballo de James. En la cara de Remus se dibujó una sonrisa, aunque no levantó la mirada del libro que tenía en las manos, James vio que su estrategia no estaba dando resultado e intentó otra cosa. -Está bien amigo, pero tú también estás raro- esta vez Sirius si miró directamente a James. -¿Raro?-Si amigo- empujo a uno de sus peones –raro, nunca imaginé que dejaras ganar a una chica-¿Ganar?- James parecía que lo había conseguido, Sirius levantó la cabeza del tablero para mirarlo tras conseguir que uno de sus alfiles masacrara cruelmente al peón que James acababa de mover. -Si ganar, ¿quieres dejar de preguntarme por todo lo que digo? ¿Te lo voy a tener que repetir todo tres veces? Ayer dejaste ganar a Lily- James mando a su reina a internarse entre las filas enemigas en misión suicida confiando en la distracción de Sirius.

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Los labios de Sirius dibujaron una sonrisa y James lo miró sorprendido – ¿ves como estás raro?El chico negó con la cabeza –No mi querido amigo, es la primera vez que una chica me gana de verdadahora el que había perdido completamente la concentración era James, miraba a Sirius como si fuera un escarbato calvo, el muchacho soltó una carcajada mientras Peter miraba alternativamente a uno y otro y después el tablero. Remus había dejado el libro y los escuchaba sin intervenir. –Me distraje, escuché tu nombre y bajé la guardia, ella no, así que me ganó- se encogió de hombros movió uno de sus caballos y se levantó del suelo donde estaban tirados junto a los daños colaterales de la batalla que de desarrollaba frente a ellos. -¡Eh! No hemos terminado amigo-Claro que si, mate- y mientras lo decía ante los asombrados y decepcionados ojos de James, el caballo que Sirius acababa de colocar, pulverizaba al rey de James. Remus estalló en carcajadas por la cara de su amigo mientras Peter aplaudía el golpe de efecto de Sirius y éste otro hacia reverencias para su público. -Oye- Sirius pareció haber recordado algo- me dijiste algo antes de irte que me dejó pensando, ¿Dónde dijiste que habías visto a Quejicus?Los demás dejaron de reírse ante el repentino cambio de tema, Sirius no perdía oportunidad de presumir así como así. -¿Cuándo volvíamos de la lechucería, en el séptimo piso ¿por qué?-¿Qué estará tramando ahora?-A lo mejor solo daba un paseo- Sirius miró a Peter como si se hubiera vuelto más tonto de lo acostumbrado. -No seas idiota Colagusano, ¿quién da un paseo a esas horas de la noche?- el chico se encogió de hombros mientras James sonreía. -¿Nosotros por ejemplo?-Si bueno pero nosotros somos... nosotros87


Por fin Remus entró en la conversación -Es muy raro que estuviera tan lejos de las mazmorras, ¿Tomaste el camino de siempre?- James asintió –No es el camino acostumbrado para ir a ninguna parte, no creo que Snape conozca el atajoPeter intervino de nuevo –¿Por qué no lo va a conocer? Es un atajo de los fácilesSirius volvió a mirarlo –Pues tu siempre te perdías hasta el año pasado, ¿Por qué demonios le buscas tantas excusas?-Yo por nada, solo busco una explicación-Yo te diré la explicación, trama algo- Sirius no iba a dejar pasar la oportunidad de pillar a Snape y hacer que lo castigaran, de debía una. -De acuerdo, tendremos que echarle un vistazo por si acaso, pero ahora es hora de ir a la camaJames y Sirius pusieron la misma cara de decepción mirando a Remus como si fuera una madre estricta, si era verdad que era tarde, pero los chicos no tenían ninguna gana de acostarse. -Vamos Lunático, salgamos a dar un paseíto- Sirius se encaramo en el sillón en donde estaba Remus con mirada suplicante. -¿Te volviste loco?- la cara de Remus era un poema –no chicos… -James también se acerco al sillón imitando a su compañero para dar mayor efecto -no me miréis así… no podemos salir… si nos pillan será terrible… no… ahh, está bien, no puedo con vosotros- se levanto del sillón mientras James y Sirius bailaban a su alrededor y Peter daba saltitos –Un día nos meteremos en un gran lio- puso los ojos en blanco y se metió bajo la capa que su compañero había sacado rápidamente y sujetaba dejándole sitio. -Pero hasta ese momento, no dejaremos de pasarlo bien- sentencio James. En ese mismo momento los otros dos chicos desaparecieron sin que esto pareciera sorprender a sus compañeros ni lo más mínimo, en su lugar un gran perro negro se rascaba la oreja con su pata trasera mientras una pequeña rata se escurría hasta el hueco del retrato. Remus puso cara de fastidio –Canuto a la vuelta tendremos que bañarte, cada vez estoy más convencido de que tienes pulgas- El gran perro miro al vacio donde se encontraban James y Remus y soltó un pequeño gruñido al que el otro chico no presto la menor atención y siguió a la rata que ya esperaba pacientemente. James busco en su bolsillo y saco un trozo de pergamino, agitó su varita sobre él mientras murmuraba las palabras que daban comienzo a todas sus aventuras y lo inspeccionó por un momento –Bien, camino despejadoLos cuatro chicos salieron por el hueco del retrato sin que nadie los viera, de todas maneras, aunque alguien los hubiera visto, nunca hubiera imaginado que eran los famosos merodeadores. ¿Quién podía pensar que unos chicos de séptimo eran capaces de semejante magia?

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Un aullido se escucho a lo lejos en el bosque prohibido, Remus no pudo hacer otra cosa que sonreír al ver como su amigo corría como loco detrás de un asustado Peter que no encontraba raíz donde esconderse, aunque fuera una pequeña rata Sirius era mucho más rápido e inteligente que él. Entonces la capa se levanto y un gran ciervo salió de debajo de ella y troto alrededor del claro donde se encontraban. Miro a sus amigos con cariño, ¿Cómo podía negarles eso? Era una pequeña diversión para ellos, no hacían daño a nadie, y hacían tanto por él, si no hubiera sido por ellos se encontraría completamente solo en las noches de luna llena. Nunca olvidaría el día que sus compañeros le dieron la sorpresa, James se acerco a él y le dijo –Lunático, a partir de esta noche ya no volverás a estar solo- y así fue desde entonces, nunca lo habían dejado. En ese mismo momento el gran perro negro le salto encima tirándolo contra el suelo e interrumpiendo sus recuerdos –¡Canuto para ya!¡ Ni se te ocurra pensar que eres un chucho encantador!¡Quita de encima!Entonces el perro volvió a ser ese chico de mirada alegre y pelo negro que tanto apreciaba –Pero si un chico encantador ¿no lunático?-Ni te lo creas- otro chico cayó sobre ellos mientras intentaba desembarazarse del primero -¡Ah! ¿Os habéis creído que soy un colchón?- quería parecer enfadado pero no podía, simplemente no podía enfadarse con ellos. Un chillido estridente resonó en la noche y los chicos se pusieron alerta inmediatamente, el moreno volvió a ser un perro y adopto posición de ataque mostrando sus blancos colmillos a la vez que James volvía a transformarse en un ciervo. Ambos rodearon a Remus esperando, Peter había visto algo, y conociéndolo sería algo peligroso, parecía un radar para esas cosas, así lograba evitarlas. Los segundos que siguieron parecieron interminables, el silencio los rodeo, casi más espeso que la misma noche, allí, en el bosque prohibido podían esperar cualquier cosa. Entonces, lo escucharon, un sonido rítmico, constante, como si una manada de caballos fuera a pasarles por encima, se acercaba hacía ellos y justo después aparecieron. Sirius se relajo aunque no demasiado, solo lo suficiente para no parecer una amenaza, la cabeza de Remus parecía echar humo pensando como saldrían de aquella, los centauros no siempre eran sociables, y menos con los humanos, Peter opto por no bajar del árbol en el que se encontraba escondido y James siguió en su puesto sin mover la mirada del grupo que había aparecido frente a ellos. -Parece que ya sabemos que era lo que perturbaba la tranquilidad del bosqueUno de ellos dio un paso al frente, parecían tranquilos aunque con ellos nunca se sabía. -Lo lamento Bane, sé que no debería estar aquí- dijo el chico queriendo parecer arrepentido, conocía al centauro, no es que a él le importara lo más mínimo lo que pudiera pasarle a él, los humanos eran demasiado insignificantes para los centauros, pero si interferían en sus asuntos ya era otra cuestión. 89


-No es una de tus noches chico lobo, la luna no se encuentra en su apogeo- eran fastidiosos esos centauros, siempre lo sabían todo. -Lo sé, necesitaba aire fresco-El aire del bosque cura el alma pero puede ser peligroso, te recomiendo que tanto tú como tus amigos volváis al castillo, no es seguro el bosque y ahora menos todavía- el centauro de pelo negro miro al cielo al decir esto. -Eso hare, me iré directo a la cama, gracias por tu recomendación Bane, no armaremos más jaleoEl centauro los miro una vez más y sin contestar siquiera salió del claro seguido del resto de la manada, solo cuando el último de ellos desapareció respiraron tranquilos, sería mejor que le hicieran caso, el paseo había terminado, no era recomendable hacer enfadar a los guardianes del bosque. -¿Cómo se enteran siempre de todo?- Sirius dio una patada a una piedra mientras andaban de regreso al castillo, solo se transformaría de nuevo para entrar sin ser visto. -No tengo ni la menor idea –James inspeccionaba el mapa a la luz de su varita para averiguar cuál era el mejor camino para volver a la Sala Común –pero parece que se dieron cuenta de que no somos dulces animalitos-Algún día tendrían que enterarse, resulta que no es muy común ver a un hombre lobo sin transformar solo en el bosque y acompañado de un perro y un ciervocontesto Remus sarcástico –nos hemos librado por poco, Bane puede enfadarse con cualquier palabra que digamos, parecían preocupados ¿verdad?-La verdad es que si, si es que un centauro puede preocuparse, a veces pienso que deberían vivir en la luna, nun…- James paró en seco mirando el pergamino que tenía en las manos. -¿Qué pasa Corna?- Sirius se acerco a él extrañado. -Snape- fue lo único que dijo el chico y mostro el pergamino a su amigo. -Se que lo echas de menos James pero ¿no podéis dejarlo ni un segundo?- Remus tenía los ojos en blanco otra vez hasta que Sirius hizo que metiera la nariz en el pergamino con lo que consiguió que Peter que iba sobre su hombro callera en él, la rata desapareció entre dos raíces bajo la atenta mirada de James. -Cobarde-Sabes que no le gusta el bosque James-Está bien, está bien pero ahora esto es más interesante, fíjate en esto adorado prefectoRemus dirigió una mirada a Sirius que dejaba claro lo que pensaba él de eso de adorado prefecto y miro donde su amigo apuntaba con la varita, ¿Qué demonios hacia Snape fuera del castillo?

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Cap20. Encuentros en el bosque. La noche era oscura, una figura igualmente oscura se arrastraba de camino al bosque procedente del castillo. El susurrar de su capa apenas se escuchaba al rozar con la hojarasca medio helada del suelo, cualquiera que lo viera de lejos hubiera pensado inmediatamente en un gran murciélago caminando por el bosque, pero… ¿eso era posible?, realmente en Hogwarts casi todo era posible, y en el bosque donde el chico se encontraba en ese momento todavía más. Llego a un pequeño claro y se apoyó contra un árbol a esperar, no le gustaba el bosque y era mejor tener la espalda cubierta, sobre todo si se iba solo como él y si uno pensaba encontrarse con gente de la calaña como la que había ido a ver. A los pocos minutos de estar allí otra figura apareció entre los árboles. -¿La tienes?- la figura que acababa de aparecer estaba totalmente cubierta por una gran túnica negra, su rostro se ocultaba tras una inexpresiva mascara, eso era una de las cosas que Snape no soportaba de esa gente. -Todavía no- El chico frunció el entrecejo sujetando con fuerza su varita, nunca se sabía con ellos, era mejor estar prevenido. -El señor oscuro está perdiendo la paciencia chico- la voz del hombre parecía fastidiada, ya se lo esperaba, era inútil utilizar estos estudiantes, realmente no sabía porque su señor tenía tanta precaución en lo que a Hogwarts concernía. -Lo estoy intentando, pronto la tendré, solo me he encontrado con un pequeño problema-Al señor oscuro le importan poco tus problemas chico, has recibido una orden y debes cumplirla- el aire de superioridad de ese hombre molestaba sobremanera al muchacho, ¿Quién se creía que era? La mitad de esa gente eran unos inútiles. -Te he dicho que ya casi la tengo, no es tan fácil como piensas-Muy bien, más te vale tenerla en nuestro próximo encuentro, o mi señor tomara cartas en el asunto, no te gustaría decirle personalmente que has fracasado- un pequeño escalofrío recorrió la figura encapuchada, Snape reparó en eso pero se abstuvo de hacer ningún comentario. En ese mismo momento un ruido los sobresalto, ambos se volvieron con las varitas preparadas pero solo vieron pasar corriendo un pequeño roedor asustado por la luz de las varitas. El hombre volvió a relajarse, pero Snape continuó en guardia. -Estúpida rata, será mejor que regrese al castillo91


-Está bien, pero recuerda mis palabras, el Señor Oscuro quiere resultados y los quiere pronto- y tras decir esto la figura dio media vuelta sobre sí misma y desapareció en la noche con un ligero chasquido. El chico, otra vez solo en la oscuridad, desapareció entre los árboles, tendría que volver rápido o podía meterse en un lio. En otro lugar del bosque, junto a la cabaña de Hagrid tres de los merodeadores miraban el mapa que James sostenía entre sus manos. -Mirad ya sale del bosque- dijo Sirius levantándose del suelo. -¿Dónde crees que vas Canuto?- Remus lo sujeto de la túnica sin dejar que avanzara un paso más. -A cazarlo ¿Qué creías? Esta vez no se va a salir con la suya- el chico saco su varita dispuesto a dar caza a la serpiente que acababa de escapar del bosque. -Está en los mismos problemas que nosotros si lo pillan, no es recomendable que nos vea-Seguro nos estaba siguiendo otra vez, ¿recordáis la última? ¿Qué parte de, metete en tus asuntos, no molestes que es peligroso no entendió?-Remus tiene razón Canuto, siéntate, lo cazaremos en otra ocasión, ¿Dónde demonios está Peter? Me estoy congelandoEl merodeador se sentó de nuevo con cara de fastidio, sus amigos tenían razón, pero todavía le debía un castigo al pelo grasiento. -El muy cobarde se habrá ido a esconder a la torre y nosotros aquí esperándolo- el chico comenzó a tirar piedrecitas al lindero del bosque. -Todavía no aparece en el mapa, y te aseguro que no está en la Sala Comúndijo James inspeccionando la zona, se quedo mirando uno de los puntitos que allí aparecían cuyo letrero rezaba Lily Evans. -Ahhh ¡creo que le di a algo!- Sirius se levanto corriendo mientras los otros dos lo seguían, ¿Qué podía haber salido del bosque a esas horas? O peor todavía ¿Qué salía del bosque? No todo lo que vivía allí era recomendable encontrárselo, y menos en una noche oscura. El chico se agacho para levantar de la cola una rata que se debatía entre sus manos. -Ya está Colagusano, mira que tardaste en salir, hay que ser torpe para estar justo en la trayectoria de la piedra que tiré- la rata dejo de debatirse y le lanzo a Sirius lo que parecía una mirada amenazante que por supuesto no amedrento al muchacho ni un ápice, los otros dos merodeadores aguantaron las ganas de reír. -Bien chicos, volvamos al castillo, es tarde y tendremos que dormir algo- la voz de la razón se alzo como siempre entre ellos, y aunque lo miraron medio disgustados asintieron y se dispusieron para la vuelta ¿Por qué siempre era más fácil salir que entrar?. Sirius se transformo en un gran perro negro de nuevo dejando caer a Peter que dio un costalazo contra el suelo. 92


–Canuto ten cuidado- lo reprendió Remus, pero este se limito a agachar las orejas y mover la cola rítmicamente en fiel representación de un cachorro de excelentes modales mientras Peter lo miraba con rencor. -Bien chicos, parece que Filch está en el quinto piso, si nos damos prisa podremos coger el atajo del tercero antes de que llegue allí- las palabras de James fueron como una orden, se metieron bajo la capa y los cuatro emprendieron el camino de regreso. En la mente de todos resonaban las mismas preguntas ¿Qué hacia Snape en el bosque?, ¿Por qué solo y sin sus inseparables amigos?, ¿sería verdad que los seguía a ellos?, ¿entonces porque razón había vuelto tan tranquilo sin encontrarlos? Y más importante todavía ¿Cómo sabía que estaban fuera de la torre?. La única vez que los había seguido fue porque Sirius le había facilitado las cosas, un pequeño error por su parte que casi le había costado la vida a Snape. Llegaron a la torre sin incidentes, cosa poco habitual en ellos, una vez allí subieron directamente a la habitación donde podrían hablar tranquilos. Aunque por lo general las habitaciones eran de cinco alumnos, Dumbledore, considerando las condiciones especiales de Remus, había determinado que en la suya quedara una cama libre, así que estarían completamente solos. Curiosamente nadie había preguntado nunca, en los siete años que llevaban en el colegio por esta cuestión, las decisiones del director nunca se cuestionaban, es más, ni siquiera se pensaba en hacerlo. Ya en el dormitorio, Sirius se tiró sobre la cama, mirando el dosel rojo que la cubría con el entrecejo fruncido y formulo una de esas preguntas que le rondaban a todos por la cabeza. -¿Cómo, por las barbas de Merlín, sabía el pelo grasiento donde estábamos?-No tiene manera de saberlo- Remus colocaba su ropa en la silla junto a su cama mientras Peter se acomodaba en la suya y se frotaba las costillas, ¿Por qué siempre salía mal parado él? Entonces uno de los almohadones de Sirius se estampó contra su cabeza. -No seas quejica Colagusano, no fue para tanto-Me lastime Canuto- Peter no pensaba discutir, no estaba de humor esa noche. -Déjalo ya amigo- James zanjó la discusión mandando una de sus almohadas directamente a la cabeza de Sirius –la rata cayó desde muy alto- y esa fue la señal para que se desatara una batalla campal en la habitación. Al cabo de un rato los cuatro estaban en el suelo, James se sentaba sobre Sirius inmovilizándolo mientras Remus y Peter le hacían cosquillas en los pies, punto débil del merodeador que nunca admitiría y los merodeadores nunca divulgarían, pero eso no quería decir que no lo utilizaran en su contra. Los aullidos de Sirius dieron por terminada la pelea puesto que, de seguir así, despertarían a todo el castillo y los chicos se acostaron. Quedaban pocas horas para que amaneciera y, como bien había dicho Remus debían dormir algo, o pasarían la clase de McGonagall roncando, y eso si que no era nada recomendable. 93


Cap21. Despertares. Un rayo de sol entró revoltoso por una de las ventanas de la torre Gryffindor, recorrió el dosel escarlata de una de las camas de la habitación y se coló entre las cortinas yendo a molestar a su ocupante. Este se dio la vuelta refunfuñando, ¿Cómo se había hecho de día tan pronto? no podía ser, era un sueño, si no abría los ojos podía volver a dormir profundamente, si, casi lo tenía, volvía a sentir el viento en su cara, volar era estupendo, se sentía tan libre, tan lejos de las preocupaciones que lo rodeaban que… ¿Un pájaro? ¿Qué demonios hacia un pájaro en su sueño? ¿Y por qué le aleteaba debajo de la nariz? Debía ser alguna variante de snitch que su subconsciente había inventado. Pero hacía cosquillas, el chico todavía dormido frunció el entrecejo, no podía ser que siendo parte de un sueño fuera tan real, manoteó tratando de espantar el pájaro pero, nada más volvió a sujetar la escoba, éste regresó, cada vez era más molesto. Entonces se dio cuenta que el pájaro no era parte del sueño, mataría a Sirius por esto, era un sueño estupendo, dio otro manotazo al aire y escucho una risita, volvió a fruncir el entrecejo, ese no era Sirius, ¿Quién demonios se había colado en su cuarto? Abrió los ojos y la vio. -Buenos días dormilón- la chica, que había estado utilizando una pluma de águila para hacerle cosquillas bajo la nariz, sonreía apoyada en el borde de la cama, todavía sin poder enfocar bien la vista contesto esa sonrisa. -¿Cómo que buenos días? Sigo soñando-No te vas a librar con eso Potter, levántate, los demás ya están abajo- la muchacha intentó poner un tono severo pero tratándose precisamente de él parecía que no le salía del todo bien. Entonces el chico se desperezo tranquilamente mirando por el rabillo del ojo como ella se levantaba y ponía los brazos en jarra en una de sus mejores interpretaciones de severidad, cruzó los brazos bajo la cabeza y esbozo una gran sonrisa. -No es excusa, sigo soñando, es indiscutibleLa muchacha levanto una ceja mirándolo ¿Qué clase de tontería era esa? -James Potter- Entrecerró los ojos y se inclinó hacia delante para parecer más amenazante- levántate de la cama ahora mismo o llegaremos tarde a clase de transformaciones- el chico sonrió y en un alarde de la rapidez que le caracterizaba para ocupar el puesto de buscador en el equipo de su casa tomó a la muchacha de la cintura y la hizo caer en la cama colocándose sobre ella. -Ahhh ¿Qué crees que estás haciendo? ¡Suéltame!- la chica manoteaba intentando librarse mientras el muchacho solamente sonreía. -Sigo soñando porque no puede ser que la chica más bonita del colegio se encuentre junto a mi cama despertándome señorita Evans- Esto hizo sonreír a Lily que dejó de pelear por su libertad, le tomo la cara entre sus manos y le plantó un beso. 94


-No puedo contigo James, en serio llegamos tarde- pero la actitud de prefecta estricta había desaparecido por completo. -De acuerdo, de acuerdo señorita responsable- James puso una pequeña mueca de fastidio y se levantó ayudándola después a ponerse en pie rodeando su cintura con los brazos, apoyo su nariz en la de ella y puso cara de corderito degollado, esa que siempre funcionaba con Remus. -No te hagas el fastidiado James, McGonagall ya está suficientemente enfadada con nosotrosFinalmente el merodeador puso los ojos en blanco y acepto vestirse. -¿No dormiste bien?- Lily acababa de fijarse en las pequeñas marcas que se asomaban bajo sus ojos, el chico la soltó y miro a su alrededor buscando que ponerse. ¿Dormido bien? En la gloria había dormido, y mejor despertado, el problema era, si no se equivocaba mucho, que habían conseguido conciliar el sueño un par de horas antes del amanecer. -Algo así- James se dirigió a la silla donde había abandonado su ropa el día anterior, debería sacar otra túnica, tomó la que se encontraba allí y la sujeto en una mano mientras se volvía de nuevo hacia Lily y la miraba con la ceja levantada – ¿me esperaras abajo, me ayudaras a vestirme o solamente piensas mirar?La pregunta que se estaba formando en la cabeza de la chica desapareció antes de salir de sus labios y se envaro de repente, el color subió a sus mejillas dejándolas de un bonito tono rosado –creo que esperare abajoEl chico que ya se había sacado la parte de arriba del pijama soltó una carcajada –yo no tengo ningún problema en que me ayudes- su cara se transformo de nuevo en esa mascara de pura inocencia que utilizaba tan eficazmente con la profesora McGonagall, pero a Lily no la engañaba. -No gracias, si me cazan aquí tendré bastantes problemas, y no quiero muchos más de los que mi estupendo novio me ha provocado ya- contesto con una cara de inocencia que competía ampliamente con la de él y se dirigió hacia la puerta. El chico la intercepto, le dio un beso y la dejo salir, no sin antes advertirle. -Te dejare ir por esta vez, pero que sepas que eres una tramposa- Lily le contesto el beso con otro y salió escaleras abajo camino de la Sala Común de Gryffindor donde la esperaban sus amigos. En cuanto llego abajo vio que algo no marchaba como debía, freno en seco al pie de la escalera y abrió los ojos lo más que pudo para contemplar la escena que se desarrollaba a su alrededor. -¡SIRIUS BLACK ERES UN REDOMADO ESTÚPIDO!- Berta se encontraba en el centro de la Sala Común totalmente empapada mientras que Sirius sujetaba la varita y la miraba totalmente sorprendido. Peter estaba escondido detrás del sofá y los demás parapetados tras una mesa. -No… Berta yo…95


-¡No me vengas con excusas Black! No es posible que seas tan…-De verdad Berta… no tenía intención…- el chico no sabía cómo explicarse ni que decir. No había querido, no sabía de dónde había salido la chica, el solo intentaba alcanzar a Peter, pero el muy rata se había escondido y justo en la trayectoria del chorro de agua que emanaba de su varita apareció Berta. Lily se arrastro sin ser vista hasta donde se encontraban Remus, Alice, Mary y Katty en completo silencio, habían aprendido a no meterse en las peleas de aquellos dos, pero aun así debían tener cuidado con los daños colaterales. Tiró ligeramente de la manga de Remus sobresaltándolo, no la había visto llegar. -¿Qué ha pasado?- se lo imaginaba, pero era mejor saberlo cuando de esos dos se trataba. -Sirius intentaba despertar a Peter y… bueno, Berta apareció de pronto y ya ves el resultado- susurro el muchacho intentando seguir pasando desapercibido. -Lunático amigo explícale tú- Sirius lo miraba suplicante echando por el suelo sus intentos de no entrar en la discusión, puso cara de resignación y con mucho cuidado se acercó a la muchacha. -Berta… ehh… Sirius no te vioLa chica lo asesino con la mirada –nunca ve nada Remus, ese es el problema, no tiene ningún cuidado, le importa poco a quien alcance con sus tonterías- seguía muy enfadada y escurría la túnica mientras miraba al merodeador con odio – no lo defiendas-Pero…-Déjalo lunático, es una cabezota- Sirius había perdido la paciencia, esta vez no había sido culpa suya –deja que te seque y terminemos con esto- volvió a levantar la varita. -¡Yo! ¡Yo soy una cabezota!- la chica apartó a Remus de un empujón y se planto delante de Sirius clavando un dedo en su pecho –¡como me apuntes con esa varita será lo último que hagas en esta vida Black!-¡Deja de decir tonterías y déjame arreglarlo!- el chico comenzaba a enfadarse de verdad, ¿Cómo podía ser tan testaruda?¿Qué pensaba que le iba a hacer?. -¿Nunca entiendes nada verdad?- ante los asombrados ojos de sus amigos una lágrima, no sabían bien si de rabia o algo más resbaló por la mejilla de Berta, ella se volvió y subió corriendo escaleras arriba atropellando a James que acababa de llegar desde las habitaciones de los chicos. -¿Qué demonios…?- se apartó de un salto para dejar pasar a la chica mientras los demás seguían clavados en el suelo intentando comprender que había pasado. Entonces Lily reaccionó. -¡Llegaremos tarde! Corran yo me ocupo de ella- y los dejó allí mientras desaparecía por las escaleras. -¿Alguien me cuenta que pasó?- James todavía observaba a los demás sin entender absolutamente nada. 96


-Te lo explicaremos por el camino, será mejor que le hagamos caso- y todos se volvieron para salir a la carrera, McGonagall se enfadaría y con razón si llegaban todos tarde, podrían inventar una excusa para ellas dos. Sirius se quedo mirando el hueco de la escalera por un segundo con el entrecejo fruncido, hasta que James lo tomo del brazo y lo saco de allí, la verdad es que no habían dormido lo suficiente como para pensar en ese momento. Entraron en la clase a la carrera justo cuando un gran gato atigrado se escurría entre las piernas de James haciendo que casi tropezara y realizara una entrada triunfal en la clase. -Disculpe profesora- el chico recupero el equilibrio justo antes de estamparse contra el suelo. El gato lo miró y dio unos pasos más hacia el centro de la clase y se transformo en una delgada bruja de aspecto severo. Miro a los chicos que llegaban despeinados y acalorados. -No se preocupe señor Potter parece que todos llegábamos con prisa. ¿Dónde está la señorita Evans?- Remus contesto a su pregunta antes de que cualquiera de los demás pudiera articular una palabra. -Parker no se encontraba bien profesora, se ha quedado con ellaLa profesora los miró por un momento y pareció aceptar la versión de Remus – Muy bien señor Lupin, siéntense, la clase va a comenzar- y dio por zanjada la conversación situándose al frente de la clase mientras los chicos se acomodaban en sus asientos. -Abran sus libros por la página 37, hoy vamos a ver transformaciones en la naturalezaLos alumnos se apresuraron a cumplir la orden de la profesora y se escucho el ruido de pergaminos y libros al abrirse sobre los pupitres. -Hay determinados animales que realizan transformaciones de manera natural, no me extenderé mucho al respecto ya que es un tema que concierne a la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas, pero será interesante ver lo que concierne a esta transformación- la profesora se paseó entre los pupitres de los alumnos seguida por las miradas de todos –quien puede darme un ejemplo de animal transmórficoRemus levanto la mano en el aire, los demás alumnos ni se inmutaron, lo más normal era que alguno de los dos prefectos de Gryffindor respondieran todas las preguntas de la profesora, esta le concedió la palabra y él respondió. -Las moscas camaleónicas es uno de lo más conocido profesora-Muy bien señor Lupin, 5 puntos para Gryffindor- la profesora levantó su varita y las palabras que acababa de pronunciar el merodeador aparecieron en la pizarra, miró a los alumnos -¿se puede saber porque no están tomando apuntes?- y otro revuelo se escucho en la clase cuando los alumnos alcanzaron sus plumas para tomar nota de lo que iba indicando la profesora. En un momento solo se escuchaban las plumas rasgar el papel. 97


Cap22. Vacaciones. Los pocos días que quedaban hasta las vacaciones de navidad pasaron rápidamente, los chicos ya habían terminado sus exámenes, casi sin darse cuenta llegaron al último día de clases, al día siguiente los alumnos partirían hacia sus casas a pasar esas fechas con sus familias. En la Sala Común de Gryffindor el ambiente era relajado, los leones iban de un lado a otro buscando libros perdidos y demás objetos que se desperdigaban a lo largo del trimestre por la estancia. Se escuchaban pequeñas conversaciones y despedidas por todo el lugar, cerca de la chimenea se encontraban los famosos merodeadores. -¿Pasaras por casa este año Lunático?- era más bien una pregunta de cortesía, James sabía que así seria.

El chico jugaba con una pequeña pelota alada que flotaba ante sus ojos, la dejaba escapar apenas hasta que llegaba a la punta de sus dedos para después atraparla, era una costumbre que había adquirido en sus muchos años de buscador, mientras Peter estaba tirado en la alfombra mirando las llamas que devoraban los troncos que ardían en la chimenea de forma permanente preguntándose si realmente cambiaban la leña o era siempre el mismo tronco. Sirius y Remus jugaban una reñida partida de ajedrez mágico en la mesa de al lado, el aludido levanto la vista de la partida justo cuando su alfil masacraba una de las torres de Sirius de forma especialmente sangrienta. -No sé si será recomendable este año Corna, tus padres no se encontraban bien ¿no?-

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James se encogió de hombros y esbozo una sonrisa –Parece que se encuentran mejor, no tienen mucha idea de lo que es, resulto una enfermedad mágica que han padecido pocas personas, pero están haciendo muchos adelantos al respecto y los han mandado a casa, les hará ilusión verte, no sería lo mismo sin ti, ya lo sabesRemus esbozo una gran sonrisa- en ese caso no podrás librarte de mí- todos los años desde su entrada en Hogwarts el chico había pasado parte de las vacaciones de navidad en casa de su amigo, los señores Potter eran gente agradable y siempre lo habían acogido como a un hijo más, y eso que desde hacía dos años habían pasado a tener dos con la llegada de Sirius. -Peter, tu también vienes ¿verdad?- el chico que seguía ensimismado mirando las llamas no escucho a su amigo -¡Colagusano!- Sirius le tiro los trozos de su torre perdida a la cabeza para llamar su atención. -¡Auch!- el muchacho se froto la cabeza y miró a sus compañeros- ¿Qué demonios te pasa?-Te preguntaba si tu también venias a casa para final de año- James guardo la pequeña snitch en uno de sus bolsillos. -Este año no puedo- Los otros tres lo miraron sorprendidos, siempre pasaban juntos esa fecha –Mi tía no se encuentra bien y me toca cuidarla todas las navidadesSus compañeros lo miraron con compasión, conocían a la tía de Peter, una vez lo había acompañado al andén el primero de septiembre. Era una mujer mayor, la hermana de su padre, vivía sola en una gran casa y Peter era su único sobrino, por lo que se sentía en la obligación de formar parte de su educación. Los había repasado uno por uno evaluando si eran compañía recomendable para su querido sobrino, llegando a la conclusión de que definitivamente no lo eran. -Está bien Peter si puedes escaparte solo danos un aviso ¿de acuerdo?-Claro Corna, lo intentare, pero no aseguro nada- en la cara del muchacho se dibujo una sonrisa amarga que señalaba las pocas esperanzas que tenía de que esto fuera así. -¿Qué tienen preparado tus padres para este año?- Sirius ordeno a la única torre que le quedaba viva a internarse entre las filas enemigas en una osada maniobra. -No tengo ni la menor idea hermano, supongo que será un poco lo de siempre, depende de cómo se encuentren. Este año había pensado invitar a las chicas- dijo con precaución mirando atentamente la reacción de su amigo Sirius. -Invítalas, a Lily le hará ilusión verte, se puede morir si no la ves en todas las navidades- el chico ni siquiera levantó la mirada del tablero. -Pero también iría Berta… -James no quería incomodar a su amigo, las cosas seguían tensas, desde aquel día la chica no le dirigía la palabra al merodeador y solamente cruzaba con el miradas de odio profundo, incluso si estaban sentados a la misma mesa utilizaba intermediarios si se veía en la obligación de dirigirse a él. Esto

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estaba empezando a desesperar al chico que cada vez que la veía terminaba de un humor de perros. -No importa, el problema es suyo, yo no le hice nada, no sé porque se pone así, invítalas y que haga lo que quiera-dio por finalizada la conversación enviando a uno de sus caballos en misión suicida, Remus y James se miraron pero decidieron no decir nada más al respecto, habría que hacer algo con esos dos, las cosas no podían continuar así. En ese momento las chicas bajaron de la habitación donde ya habían preparado las maletas, Lily se sentó sobre las rodillas de James el cual dibujó una gran sonrisa en su cara y pasó los brazos por su cintura. Berta tras dirigir su acostumbrada mirada de odio a Sirius se acomodo en la alfombra junto a Petter que la miró un tanto asustado. -¿De qué hablaban chicos?- Preguntó Alice que se había acercado a inspeccionar la partida de ajedrez que Sirius estaba a punto de perder. -Organizábamos las navidades, mis padres celebran una fiesta todos los años por el año nuevo, ¿vendrán?- contestó James mientras hacía cosquillas con su nariz en el cuello de Lily. -Por mi estupendo- dijo Katty mientras se tiraba en uno de los sillones libres como si acabara de realizar una mudanza, Mary la imitó y se sentó a su lado- nunca tengo nada que hacer ese día, mis padres lo pasan juntos, es su aniversario, y nosotros nos las apañamos, no creo poder soportar otra navidad en casa de la abuela- puso cara de terror haciendo reír a los demás. -Bien entonces ¿si contamos con vosotras?- Sirius se esforzaba en remontar la partida pero mucho se temía que iba a ser imposible. -Claro, solo tenemos que avisar a mis padres, las chicas iban a pasar unos días en mi casa, supongo que podríamos pasarnos- contesto Lily intentando hacer caso omiso de las cosquillas que el merodeador le hacía. -Berta ¿tú también?- preguntó James con mucho cuidado, la chica que no había abierto la boca desde que llego lo miró por un momento como reflexionando. -El cabeza de chorlito estará allí ¿verdad?Sirius puso cara de pocos amigos y abandono la idea de ganar a Remus cuando su reina dejo sin cabeza al único alfil que le quedaba –Si señorita Parker, el señor Black vive en esa casa así que estará presente, si no quiere asistir por esa razón está disculpada- en su cara apareció una sonrisa maliciosa. -¿Sirius vive contigo?- Katty estaba sorprendida, igual que las otras chicas, ninguna lo sabía. - Si desde quinto curso, es una larga historia que algún día les explicaremoscontesto el merodeador por James, baste decir que es debido a que desciendo de una de las familias más nobles de magos- dibujo una mueca de asco al pronunciar las últimas palabras.

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- Si crees que tu presencia allí me va a detener Black estas muy confundido, iré donde me plazca, estés o no- Berta volvió a intervenir en la conversación, no iba a dejar que ese idiota le estropeara las navidades. -Me parece perfecto señorita Parker- el chico no pensaba seguir discutiendo con ella, se había prometido que le importaba un pimiento lo que dijera o hiciera esa chica, era totalmente insufrible, entonces, si no le importaba, ¿Por qué lo ponía de los nervios?. -Y aunque no fuera así señor Black- Berta destilaba odio con cada palabra que salía de su boca, ¿Qué se había creído el presuntuoso ese? Estaba cansada de aguantarlo, de tener que soportar todas sus tonterías, si no fuera porque Lily estaba saliendo con James ni se acercaría a él en ningún momento ¿Cómo podía…? ¿Qué se creía…? ¿Por qué demonios…? Ya ni pensaba claro de lo enfadada que estaba y todo era culpa del chico de pelo oscuro que tenía enfrente con esa sonrisa arrogante pintada en los labios. -Haya paz- Remus se había cansado de la discusión y levanto las manos para apaciguar a los dos muchachos, pero justo cuando decía estas palabras su reina comenzó a estrangular al rey de Sirius en un esplendido jaque mate, los chicos miraron por un momento las dos pequeñas figuras, hasta que el rey por fin rindió su ejército, se hizo el silencio y de pronto, incluso Berta y Sirius estaban riendo a carcajadas.

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Cap23. Vernon Dursley Petunia miraba a su hermana por encima de la taza de té que estaba tomando sentada cómodamente en el salón de su casa, toda la familia estaba reunida allí, ¿el motivo?, la presentación oficial del novio de Petunia. Hacía ya unos meses que salía con él, según contaba se habían conocido en el instituto ya que compartían varias clases. El joven rollizo y rubio que se sentaba frente a ellos y en ese momento hablaba con su padre sobre sus ideas de continuar sus estudios en la universidad le echaba miradas de vez en cuando que le hacían pensar a Lily que Petunia ya le había hablado de ella. Cualquiera que los viera juntos diría que hacían la pareja perfecta, los dos miraban a su alrededor con los mismos aires de superioridad, incluso le pareció ver que los dos fruncían igual el entrecejo las pocas veces que se le ocurrió intervenir en la conversación, por lo que Lily dejo de intentarlo. Al cabo de media hora el muchacho, llamado Vernon había monopolizado la conversación mientras Petunia lo miraba con ojos de cordero degollado, a Lily comenzaba a revolvérsele el estómago, de todas maneras, si aquel era el chico que había elegido su hermana, por ella estaba bien. -Si señor Evans, aunque tengo trabajo en la empresa donde trabaja mi padre me gustaría seguir estudiando, hay que superarse a sí mismo- decía el muchacho como por quinta vez al padre de las chicas. -Por supuesto que sí, me parece muy bien de tu parte chico, no hay que conformarse con lo que nos regala la vida-Y ¿a qué se dedica la empresa?-Lily decidió hablar de nuevo ante el temor de quedarse dormida ante el incesante discurso del muchacho. Este la miró como si fuera sacrilegio que hablara con él. -Fabrican taladros, y los venden a empresas importantes-Ah… que interesante- la chica se arrepintió justo después de haber preguntado, ¿Qué le había contado Petunia? Sabía que no podía decir nada sobre el colegio en el que estudiaba, la versión oficial es que se encontraba de intercambio en Francia, y como Lily dominaba bastante bien el idioma nunca había habido nadie que lo cuestionara. -en realidad si lo es…- y el chico se enzarzo en otro monologo sobre las vicisitudes de la venta de taladros, se notaba que al menos entendía el tema. Lily se recostó aburrida sobre el sofá decidida a abstraerse por completo de la conversación, que no le interesaba para nada, mientras Petunia la miraba como con reproche por atreverse a hablarle a su querido novio. Su mente vagó hasta el día después de navidad en el que llegarían sus amigas, las vacaciones en su casa podían resultar tediosas compartiéndolas únicamente con su hermana, sus padres las alegraban porque querían saber del colegio, de lo que había

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hecho o dejado de hacer, pero después de los dos primeros días, en los que ya había pasado el intenso interrogatorio de su madre, todo volvía a la monotonía. Además ahora que Petunia tenía novio ya ni siquiera se la veía por la casa, por supuesto no había hablado con ella, se entero de la existencia del muchacho justo cuando éste, apareció en la puerta. -¿Qué es ese ruido?- esas simples palabras la hicieron volver a la realidad, eso y un codazo de su madre que carraspeo como indicándole algo, Petunia la miraba aterrada. -Debe de ser Argos, disculpen- y se levanto corriendo hacia el origen del ruido que venía de la cocina. -¿Quién es Argos?- Vernon frunció el entrecejo al más puro estilo Petunia y ésta empalideció, su madre salvo la situación como siempre con una sonrisa. -Mi hija Lily tiene un periquito, lo suelta de vez en cuando para que pueda dar un paseo, siempre vuelve y pica en la ventana para que le abranEl chico pareció aceptar la explicación y Petunia comenzó a recuperar el color poco a poco, la conversación se reanudo mientras Lily los escuchaba desde la cocina. Parece que al final no le había contado nada sobre ella, por lo menos nada que tuviera que ver con la magia. Se acercó a la ventana y miró hacia afuera, allí había una pequeña lechuza parda que la miraba directamente, no era Argos como ella había pensado, todavía no habría salido de casa de Berta, abrió la ventana y la dejo entrar. La lechuza entro con un suave aleteo y se planto delante de ella hinchando muy digna el pecho como dando a entender que había hecho un gran trabajo, Lily la recompenso con una gran sonrisa y unas palmaditas en la cabeza mientras desataba la carta que traía atada a una de sus patas. Después se acerco al fregadero y puso algo de agua en el cuenco de Argos así como un par de golosinas lechuciles. El animalito la miro orgulloso y se dedico a tomar lo que la chica le ofrecía mientras esta inspeccionaba el mensaje. 103


Era un simple pedazo de papel: “Te extraño, ¿el 23 por la tarde? Te quiere James” Una sonrisa se dibujo en su cara y aunque dio tres vueltas al trozo de pergamino mirando si había algo más no encontró absolutamente nada, se apresuró a buscar el bolígrafo que usaba su madre para anotar la lista de la compra para contestar con la misma lechuza. -Espera aquí un momento ¿sí?La lechuza la miró y volvió a concentrarse en las golosinas que tenía delante. -¿Le hablas a esos bichos también?- Petunia, con cara de pocos amigos susurraba desde la puerta, después entro y la cerro detrás de sí. -Si Tuney, aunque no te lo creas entienden- la chica suspiró, cualquier cosa que tuviera que ver con la magia, con su mundo, ponía a Petunia de los nervios. -Ya te he dicho que no me digas Tuney, ya no somos niñas- La muchacha atravesó a su hermana con la mirada. -Como quieras, ¿Qué es lo que se te ofrece? No creo que abandonaras a tu Verny por nada ¿no?- Lily no tenía ganas de soportar los ataques de su hermana, hacia un momento se encontraba tan bien. -No quiero que se dé cuenta de nada, ¿de acuerdo? No quiero que piense que soy como tú-Y ¿Cómo soy yo Tuney?- Petunia volvió a mirarla con rabia, pero no objeto nada, había ido a conseguir algo y no iba a pelear con su hermana o podía estropeárselo todo. -Así rara como tú, extrañaOtro gran suspiro salió del pecho de Lily, ¿Por qué Petunia siempre había tenido esa actitud con ella? Recordaba que era así desde antes del colegio, desde que descubrió que podía hacer magia y Severus… bueno esos eran otros tiempos. En cambio Lily nunca había tenido ningún gesto desagradable con ella, los primeros años se había ofrecido incluso a mostrarle lo que aprendía, todas las cosas maravillosas que había en Hogwarts, pero eso parecía molestarla más, por lo que dejo de intentarlo. -Tranquila, no le diré nada, recuerda que no es recomendable que los muggles sepan donde estudio- Petunia pareció tranquilizarse y entonces se fijó en la nota que sostenía Lily, su curiosidad innata pudo con ella. -Es de alguno de esos bichos raros que estudian contigo ¿verdad?-No son bichos raros, son gente normal como yo- la cara de escepticismo que puso su hermana le dio ganas de sacar la varita y hacerle un hechizo aturdidor allí mismo –es de mi novioPetunia abrió los ojos desmesuradamente ¿Qué pasaba? ¿tan raro era pensar que ella pudiera tener novio? 104


-¿Andas con otro bicho como tú?Lily perdió la paciencia –Tuney o dejas de llamarme bicho o soltare la lechuza en medio del salón y a ver cómo te explicas con tu Verny-No serás capaz, te descubrirías-Pruébame hermanita- respondió la pelirroja mientras se volvía y redactaba una respuesta igual de escueta que la nota que había recibido. “Por supuesto, estoy deseando, Con amor Lily” Amarró la nota a la pata de la lechuza ante la desconfiada mirada de su hermana y la soltó después de agradecerle el trabajo por adelantado, la lechuza miró una vez a Petunia con cara de pocos amigos y emprendió el vuelo. -Parece que no le has caído bien- Lily sonrió por la actitud de la pequeña lechuza y su hermana emitió un pequeño ruido de fastidio. -No pensaras traerlo a casa ¿verdad?Por un momento Lily no supo de que hablaba, cuando asimiló lo que decía su hermana volvió a enfadarse. -Y ¿Por qué se supone que no debería hacerlo?- puso los brazos en jarra en esa pose tan suya de prefecta de Hogwarts, pero no logró amedrentar a su hermana, ella se creía en posesión de la razón, y cuando esto era así podía ser incluso más cabezota que Lily. -Porque es igual de raro que tu, a ti te soporto porque eres mi hermana, a él no tengo porque hacerlo-Lo mismo digo de ti y tu Verny, no tengo porque aguantar al cerdito rosado que tienes ahí sentado aburriéndonos a todos con su explicación sobre los colores más utilizados en la fabricación de taladros- Lily estaba enfada de verdad ¿Qué se había creído? No había pensado en presentar a James en casa, pero si quería podía hacerlo, solo no se lo había planteado todavía, ¿Cómo podía pensar que podía prohibirle eso? cuando estaba allí aguantando el tipo con el estúpido que había traído a casa, que si fuera más aburrido dormiría a las flores del jardín. -¡¡Deja de llamarlo Verny!!- Petunia estaba empezando a levantar la voz y ni siquiera la puerta cerrada de la cocina pudo impedir que llegar hasta el salón, se hizo el silencio. -Petunia ¿me llamabas?-¿Has visto lo que has hecho?- le escupió a su hermana entre dientes con todo el odio que pudo acumular. -A saber lo que le has dicho de mi querida hermanita, seguro se te ocurre algo para explicar esto- Lily se sentó tranquilamente en uno de los taburetes de la cocina. -No cielo- dijo en voz alta la muchacha –hablaba con mi hermana nada más, en seguida salimos105


-Tuney, Lily, vengan ya, no es de buena educación irse del salón cuando hay visitas- sentenció su padre en tono de reproche. -Claro papa- y Petunia salió de la cocina sin dejar de mirar a Lily con lo que pensaba de ella claramente dibujado en la cara, esta esperó unos momentos y tras respirar profundamente siguió a su hermana.

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Cap24. Lucy -¡Levanta perro sarnoso!- James tiró de la fina sábana que cubría el cuerpo de su amigo que desde hacía dos años dormía en la misma habitación que él –creo que definitivamente si tienes pulgas- le soltó mientras se rascaba la nuca donde parecía que le había picado algún tipo de insecto. Sirius rezongo en la cama y se dio la vuelta tapándose con la almohada, James se paró un momento a mirarlo y viendo la hora decidió darse una ducha mientras su amigo terminaba de despertar. Llego hasta el baño sin hacer ruido, sus padres seguían durmiendo, la verdad es que era muy temprano, pero era 23 de diciembre y había prometido ir a ver a Lily ese día. Como favor especial a Sirius irían en ese terrible trasto muggle que tenía aparcado en el patio. Abrió el grifo del agua caliente y se inspecciono detenidamente en el espejo mientras pensaba como demonios podía gustarle tanto a su amigo esa maldita motocicleta, era ruidosa, ocupaba mucho sitio y ni de lejos era tan rápida como una escoba o simplemente aparecerse. Pero su amigo estaba enamorado de ese chisme, la limpiaba todos los días con un cariño que no había demostrado nunca, ni siquiera por una mascota, cuando se iban al colegio la dejaba en el garaje arropada con ternura y unos cuantos encantamientos antirrobo, como si alguien fuera a entrar en casa de los Potter. El merodeador se metió bajo el humeante agua y suspiró resignado, bien, irían en Luci, si señores, el chisme tenía hasta nombre, Sirius había trabajado todos los veranos desde tercero para poder comprarla, y todavía lo hacía para cubrir sus gastos, pero no había nada que hacer, le hacía ilusión, y el no era nadie para negarle un placer así a su hermano. Salió de la ducha totalmente relajado, se lió en una toalla y salió de camino a su habitación mientras se secaba el desordenado cabello con una toalla, en el pasillo se encontró con Tinger y le pidió que preparara el desayuno para los dos. El elfo dibujó una gran sonrisa en su arrugada cara y desapareció presumiblemente a cumplir las órdenes de su joven señor. Empujó la puerta de la habitación y se encontró que Sirius estaba justo como lo había dejado. -¡Canuto despierta! Llegaremos tarde- le tiró la toalla empapada que traía en la mano pero el muchacho solo se volvió en la cama gruñendo de nuevo. James puso los ojos en blanco, le había dicho que salir con la hija de la vecina el día anterior no iba a ser buena idea, tenían que madrugar. Se acerco al escritorio y rebuscó entre la pila de ropa que había sobre la silla hasta encontrar sus pantalones del día anterior y allí estaba, en el bolsillo trasero, su varita, casi podía escuchar la voz de Ojoloco, un intimo amigo de sus padres, que le explicaba todos y cada uno de los peligros de llevarla allí. Apuntó a su amigo mientras 107


una maliciosa sonrisa tiraba de sus labios y… -Aguamenti- un chorro de agua helada salió del extremo de la varita yendo a caer justo sobre su dormido amigo, el aullido se escucho por toda la casa. Cinco segundos después James corría escaleras abajo solo con la toalla y un empapado Sirius lo perseguía varita en mano. -¡¡¡TE ARREPENTIRAS DE ESTO!!! ¿QUÉ CLASE DE AMIGO ERES? ¡¡TRAIDOR!!James corría intentado esquivar los hechizos que lanzaba su amigo, que mal despertar tenía –Despertaras a toda la casa Canuto-¡DESDE HOY SOY PARA TI SEÑOR BLACK, MALDITO SACO DE MOCOS DE TROLL!- llegaron a la puerta y el primer merodeador salió a la calle ante la posibilidad de que Sirius destruyera la casa. -¡Cálmate amigo, solo fué un poquito de agua, te hacía falta un baño!- Llegaron hasta la parte trasera de la casa y James vio su salvación, se tiro al suelo rodando y se escondió detrás de la motocicleta negra que se encontraba estacionada allí. -Potter…-La voz de Sirius cambió del griterío que estaba formando a un susurro apenas- aléjate de mi Luci o te arrepentirás de verdad- no dejaba de apuntarlo pero James sabía que allí estaba seguro. -Tranquilo amigo, tenía que despertarte de alguna manera, hace media hora que intento- esta información no convenció a Sirius de ninguna manera, y seguía mirándolo con odio. -Y ¿por esa razón tengo que estar bien de mañana empapado?-Canuto, no sé si lo recuerdes, pero hoy teníamos una cita con Luci, te dije que no debías de haber salido anoche con la hija de los Applewhite-¿Por qué razón Potter?- Una chica rubia estaba apoyada en la verja que separaba el patio del jardín de la casa de al lado observando la escena –creo que antes de meterte con el comportamiento de los demás deberías mirarte un pocoPor primera vez los dos chicos repararon en el espectáculo que estaban dando. Sirius, que seguía con la parte de abajo del pijama parecía un perro mojado apuntando con un palo a James. Este a su vez se encontraba 108


escondido detrás de la motocicleta ¡totalmente desnudo! La toalla había quedado abandonada en el césped bien cuidado que cubría el jardín trasero de su casa. El chico enrojeció automáticamente y comenzó a sentir calor a pesar que era un suave día de invierno, no hacía mucho frio para ser navidad, pero eso no impedía que fuera recomendable llevar algo encima, Sirius por su parte pareció reaccionar, bajó la varita y estalló en carcajadas. -Muy bien Corna, me considero pagado jajaja Sussan ¿No tendrás una cámara fotográfica verdad? Jajaja-Bueno Sussan me refería a que no había debido trasnochar, tenemos cosas que hacer hoy- el muchacho rodeó la motocicleta, prefería quedar del lado de su amigo y así tal vez poder llegar hasta la toalla. -Seguro James, lo lamento Sirius, me la dejé en casa, pero si llego a saber que los encontraría así habría traído una de video- la chica sonreía, conocía a James desde que eran pequeños, incluso se habían bañado juntos de pequeños, le hacía gracia ver como el chico se había puesto como tomate. -Bueno ya está ¿no?- James cada vez se ponía mas colorado- Canuto hermano podías alcanzarme la toalla-Creo que si podría amigo, pero amenazaste a mi Luci, no estoy muy seguro de que me apetezca- Sirius estaba disfrutando del momento, después del remojón su amigo merecía un escarmiento, James lo miró furioso pero se abstuvo de comentar nada, en lugar de eso pronunció alto y claro. -¡Tinger!- y el pequeño elfo, cubierto con un trapo de cocina de cuadros rojos y negros totalmente inmaculado, apareció ante ellos y miró sorprendido a su señor. -Señorito James, no debe andar así con el frio que hace- el chico puso cara de ¡ostras, no me había dado cuenta! Mientras los otros dos se desternillaban de risa. -Lo sé Tinger ha sido un pequeño accidente, ¿te importa pasarme la toalla?- El elfo se apresuró a cumplir su orden y James pudo por fin taparse recuperando un poco de dignidad. -¿Qué les pasa? ¿Nunca vieron a nadie desnudo?- Sussan y Sirius no podían dejar de reír, mientras que el pobre Tinger solo miraba a su señor preocupado pensando que se podía enfermar si seguía ahí plantado con esa temperatura. -El desayuno ya está listo señoritos, deberían entrar a tomarlo, el señorito Sirius también puede enfermar si sigue así mojado, y sus padres ya despertaron-Enseguida vamos Tinger, no te preocupes, Sussan ¿quieres desayunar?- ofreció el chico para ver si conseguía convertir aquello en una situación lo más normal posible. -No gracias James, ya desayune, solo salí a soltar a Floppy y me encontré con la sorpresa- la chica volvió a estallar en carcajadas- la verdad es que es un bonito espectáculo para empezar el díaSirius se sentó en el suelo sujetándose la panza por la risa al ver que su amigo volvía a sonrojarse, y aun así hinchaba el pecho con dignidad, era realmente cómico ver al gran James Potter el terror de las chicas en ese estado. 109


-Muy bien Sussan como quieras, discúlpanos, tenemos prisa- y acto seguido tiró del brazo de su amigo que seguía riendo ¿Cómo podía cambiar de humor de esa manera? Y se dirigió a la casa. -¡Hasta luego Sussan! ¡nos vemos esta noche!- consiguió gritar Sirius antes de que James lo empujara por la puerta de la cocina, la chica los despidió con la mano mientras meneaba la cabeza de lado a lado y sonreía. En la cocina estaban los señores Potter, el padre levantó la cabeza del periódico cuando vio entrar a los chicos por la puerta mientras la madre agitaba la varita con aire distraído susurrando “reparo” una y otra vez. -¿Pero qué demonios…?- al escuchar a su marido la señora Potter se dio la vuelta y miró a los muchachos. -¿Qué hacíais así en el jardín con el frio que hace?- su madre solía ser una mujer agradable, pero más valía no enfadarla, podía ser extremadamente peligrosa, por lo que los dos chicos pusieron su mejor cara de inocencia. -Lo siento mama, ha sido solo un pequeño accidente, ya vamos a vestirnos y salimos- y James empujó a Sirius escaleras arriba fuera de la posible ira de su madre y esta los siguió con la mirada. Una vez en la habitación James le tiró una camiseta en la cara a Sirius – Démonos prisa o habrá que aparecerse y no podrás disfrutar del paseo en tu preciosa Luci-Dijimos que iríamos en ella- el merodeador luchaba por vestirse rápidamente, había dado con su punto flaco –además todavía no sabes de lo que es capaz, el año pasado le hice unos arreglitos- dijo sonriendo orgulloso. -No creo que se compare con una escoba- dijo James fastidiado mientras se enfundaba los pantalones. -En eso estamos de acuerdo amigo, es mejor que una escoba- era imposible discutir con él sobre ese tema. Los dos muchachos ya vestidos cogieron las chaquetas, salieron corriendo y al pasar por la cocina como una exhalación cazando un par de tostadas al vuelo y dando un salto sobre la motocicleta que todavía estaba en el patio. -Muy bien Luci, enséñale a este descreído que eres capaz de hacer- Sirius estaba pletórico de felicidad y el rugido del motor de la moto pareció acompañarlo. Eran tan para cual, pensó James mientras salían disparados hacia la carretera.

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Cap25. La casa Evans La calle estaba desierta, era un tranquilo barrio muggle, con sus farolas, sus papeleras y los coches de los vecinos aparcados en las puertas de sus casas frente a los jardines cuidados con esmero por sus propietarios. Al final de la calle se escuchaba ladrar al perro de los señores Hodgson. Lily estaba sentada en la ventana de su habitación, esperando, se había despertado temprano, James no le había dicho a qué hora llegaba ni como, por lo que ella, siempre eficiente, puso su despertador para que le diera tiempo a estar preparada. En el fondo estaba nerviosa, no sabía porque pero lo estaba, si ya hacía bastante que estaban saliendo ¿Por qué se ponía así solo de pensar en verlo? Como habían cambiado las cosas desde la última vez que se había sentado allí a reflexionar antes de empezar las clases. Su hermana ya no escudriñaba el jardín vecino, desde que comenzó a salir con “Verny” no se la veía mucho por casa, pero Lily estaba segura de que había encontrado otro lugar en donde desplegar sus actitudes detectivescas. Y ella, bueno, solo unos meses antes su principal preocupación era los libros que debía comprar para el nuevo curso y ahora, ahora salía con uno de los chicos más populares del colegio, uno de los famosos merodeadores, buscador del equipo de Quidditch y uno de los mejores alumnos de su curso, y como una idiota estaba sentada en el alfeizar de la ventana mientras lo esperaba muerta de nervios por dentro. La chica sacudió la cabeza pensando en lo tonta que podía llegar a ser cuando un estrépito rompió el silencio de la mañana. En uno de los extremos de la calle, dando la vuelta a una curva especialmente cerrada, apareció una motocicleta irrumpiendo en la tranquilidad de domingo de aquella sencilla comunidad muggle, si miraban por la ventana, ninguno podría descubrir que eran más que dos muchachos dando un tranquilo paseo. Pero la persona que los observaba sabía perfectamente quienes eran, y una sonrisa se dibujó en sus labios mientras los veía acercarse a la casa. Una vez en la puerta Sirius paró el motor mientras daba unas palmaditas en el depósito de la gasolina y acariciaba el manillar. -Muy bien pequeña, lo has hecho muy bien, nuestro amigo no pensaba que llegaríamos tan pronto- esta actitud hizo que James pusiera los ojos en blanco dando un salto desde detrás de Sirius para caer con gracia en el césped del jardín y sacarse el casco que le habían obligado a poner. 111


-Sigo prefiriendo la aparición- es más cómoda, miro el objeto que había tenido que sufrir todo el camino y todavía sostenía en la mano. -No queremos que le pase nada a nuestro Jamy ¿verdad?- el chico imitó a la perfección la voz de la señora Potter ganándose así una mirada de disgusto por parte de su amigo- No está todo como muy… ¿ordenado? Seee sin duda es la casa de EvansEn ese preciso momento sonó un pequeño carraspeo en el piso superior y los muchachos levantaron la mirada para encontrarse que Lily los miraba intentando ponerse seria, era raro verlos sin las túnicas del colegio. -Perdone señor Black, pero no todos vivimos en una pocilga- pero sin embargo la chica sonrió. -Disculpe bella señorita, ¿está llamando pocilga a mi humilde hogar?- siguió la broma James – ¿no podría usted orientarme? Creo que me he perdido, tengo que encontrar una casa donde vive una hermosa pelirroja-Ya paren ¿quieren? No hay quien aguante tanta cursilería de mañana y sin desayunar- se quejo Sirius mientras miraba distraídamente hacia los lados y colocaba sus acostumbrados hechizos antirrobo sobre su adorada Luci. Los otros dos rieron ante el fastidio de Sirius, en cuanto tuviera alguna chica a la vista se le pasaría –¿No desayunaron?¿en que estaban pensando? Esperen que les abro la puerta y comen algo- la muchacha bajó de un salto del alfeizar de la ventana hasta su cuarto y bajó corriendo las escaleras. En el momento de abrir la puerta los chicos ya estaban allí, Sirius se abalanzó sobre ella. -¡Evans!-dijo abrazando a la sorprendida chica –no te haces una idea de lo que te extrañe, no tenia quien me riñera, si es que en el fondo te echo de menos cuando no estás, un poco de autoridad…- la chica se deshizo del abrazo riendo y le planto un beso en la mejilla. -Ya he dicho que te daré de comer, no hace falta que me sueltes toda la historia-Gracias Evans, sabía que podía confiar en ti, ¿el baño?- el chico realizo una florida reverencia y entró en la dirección que le indicaba Lily con el dedo, antes de cerrar la puerta sacó la cabeza –y no hagan cositas en mi ausencia, no quiero ser tío tan pronto- antes de que la chica pudiera contestar cerró con un portazo y una de las zapatillas de Lily pegó en la puerta, desde dentro se escuchó una terrible carcajada. Antes de que la muchacha se volviera de nuevo hacia el chico que quedaba allí se vio en sus brazos recibiendo un beso de esos que tanto había echado de menos. -Te extrañe princesa- Lily puso cara de pocos amigos pero no protestó, lo había extrañado demasiado en los pocos días que habían estado separados. -Si me hubieras extrañado tanto me habrías escrito más- la muchacha se dedicaba a molestarlo, le encantaba hacerlo, era una costumbre que no perdería aunque llevaran mil años juntos. -Si te escribí- James parecía indignado –si no ¿Cómo sabías que venía? -Ahhh, ¿te refieres al trozo de pergamino con tres letras que enviaste? ¿Eso es para ti una carta?- Lily ya había metido las manos por debajo de la camiseta de él y 112


se dedicaba a hacerle unas ligeras cosquillas en la base de la espalda por lo que el chico estaba comenzando a perder la concentración. -Sí, una carta completa, con saludo, asunto y firma- una sonrisa se dibujo en sus labios al ver como Lily arrugaba la nariz, le dio un ligero beso en esa naricita que lo volvía loco, y justo cuando estaba pensando en donde más le sentaría bien un beso a su novia se escucho un aullido desde el final del pasillo. -¡¡¡Evans!!! ¿Y mi desayuno?- Sirius había salido del baño y había entrado hasta la cocina como si fuera su casa. -¡Ya va! ¡Deja de quejarte o te pondré a comer con el perro!- Lily se dio la vuelta ante un decepcionado James que juró en su fuero interno que asesinaría a su amigo en la primera ocasión mientras ella lo arrastraba hasta la cocina, allí Sirius estaba sentado en una silla con los pies sobre la mesa que dominaba el centro de la estancia. Lily al pasar le planto un empujón que le hizo sentarse bien. -Muy bien señorita prefecta, ¿ni en vacaciones descansas?-Ni en vacaciones señor Black- pero la chica sonreía mientras se movía por la cocina buscando cereales, leche y poniendo a calentar pan. -¿y qué nos tiene preparado la prefecta perfecta?Lily se volvió mirando a los dos chicos que estaban sentados en su cocina, con idénticas camisetas, uno apoyado distraídamente sobre sus codos y el otro haciendo equilibrios con la silla -¿yo?-Claro preciosa, hemos venido a visitarte ¿cierto? Tú eres la anfitriona-Perdón, pero pensé que ya que la idea era vuestra también teníais algún plan¿Por qué demonios se le tenía que ocurrir a ella donde ir?. -Pues no prefec, ya hicimos nuestra parte, te honramos con nuestra maravillosa presencia- Sirius puso una de esas sonrisas que traían locas a la mitad de las chicas del colegio. -Conmigo no funciona esa Sirius, guárdatela para las pobres chicas que nos encontremos- se paró un momento a pensar mientras el merodeador la miraba con cara de pocos amigos. -Yo todavía no recibí queja de ninguna de esas pobres chicas-Estoy segura de que tu encanto todavía las tiene ciegas ¿Por qué no vamos a tomar un café? Hay un buen sitio aquí cerca, y después podemos comer algo, pero tendrán que dejar las varitas-¿Dejar las varitas?- los dos chicos pusieron la misma cara de horror al escuchar a Lily. -Si muchachos esto es un barrio muggle, no quiero una amonestación al llegar al colegio- la chica puso su mejor tono de prefecta. -Pero…- Sirius no parecía muy convencido y James se mantenía convenientemente callado, sabía que él perdería con la pelirroja, tenía razón, habían pasado años sin hacer magia fuera del colegio, no pasaría nada por un rato, ahora

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bien, eso no quitaba que no tuviera ninguna gana de dejar su varita, y su única esperanza era que su amigo la convenciera. -No te va a pasar nada, puedes vivir un rato sin magia ¿no?- levantó una ceja como si no pudiera creer lo contrario y James supo que habían perdido. -Es que mi varita…-¿No me digas que el gran Sirius Black no es nadie sin su varita?- era la frase que necesitaba, nadie retaba a Sirius Black sin encontrar respuesta. -De acuerdo- y el muchacho resuelto dejó su varita sobre la mesa, Lily dejó un plato con tostadas frente a él y alcanzó las dos varitas. -Las dejare arriba- y salió por la puerta de camino a su habitación. -¿Siempre es así?-Sirius mordió una de las tostadas fastidiado. -Me temo que si amigo, me temo que siCuando Lily volvió los chicos ya habían arrasado con todo lo que había puesto en la mesa, recogió todo y lo metió en el lavaplatos mientras la miraban curiosos por encima de su hombro. -¿Los guardas sucios?- la chica sonrió, a veces olvidaba que muchos de sus compañeros nunca habían tenido apenas contacto con el mundo muggle. -Es un lavaplatos James, ahí se limpian, es… magia muggle- dijo divertida, y los dos muchachos miraron el electrodoméstico todavía no muy convencidos. -La magia es más rápida- comentó Sirius. -Seguro, pero recuerda que a mis vecinos les podría dar un ataque si ven los platos lavándose solos por la ventana-Les estaría bien empleado por chismosos- terminó la conversación el muchacho convencido. Lily soltó una gran carcajada pensando en la cara que pondría su hermana si llegara a casa y se encontrara los platos saltando solos por la cocina. -Sera mejor que salgamos ya, el ambiente muggle no te hace bien Evans- dijo Sirius un poco extrañado del comportamiento de la chica, así que los tres abandonaron la cocina, para pasar un día sin magia.

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Cap 26. Las amigas de Lily -¿Dónde nos has traído?- Sirius miraba la pequeña iglesia con reticencia –no creerás que nos vamos a poner a rezar ¿verdad?Lily lo miro como si no tuviera remedio y comenzó a caminar por Duncannon Street bordeando el edificio hasta llegar a una puerta secundaria, sobre ella rezaba un cartel “Café in the Crypt” –Dije que iríamos a tomar un café- y resuelta empujó la puerta dando paso a un espacio abovedado en donde se distribuían varias mesas, había poca gente a esa hora y el ambiente era agradable. Se escuchaban murmullos pausados mezclados con el ruido de las cafeteras y los platos. -Estos muggles están locos- comento James mirando a su alrededor -mira donde han ido a poner una cafetería- Sirius asintió muy serio ante la afirmación de su amigo mientras Lily sonriendo los conducía a una de las mesas. -Es un sitio agradable, parece mentira que sean magos- pero no terminó lo que estaba diciendo porque una chica morena, con una melena que le llegaba a la cintura y unos preciosos ojos color pardo la asalto haciendo que casi se callera de la silla. -¡Lily! ¿Dónde te metes? ¡Desde que volviste de Francia no hay quien te vea el pelo!- la muchacha recupero el equilibrio como pudo y contestó al abrazo de su amiga ¿y quiénes son estos dos?Lily dibujo una sonrisa en su rostro mientras veía como Arianna, su compañera de los primeros años de colegio, repasaba con la mirada a los dos chicos. -Permítame presentarme encantadora señorita- Sirius se levantó rápidamente de la silla en la que estaba sentado haciendo que Lily pusiera los ojos en blanco y Ari lo mirara con interés –Mi nombre es Sirius Black, y soy compañero de estudios de LilyLily puso cara de pánico, no había comentado a los chicos que se suponía que ella estudiaba en Francia, pero Ari no se dio cuenta del detalle. -Que bien, entonces también estudias en Francia- dijo la chica quitándole los ojos de encima solo para inspeccionar a James que también se había levantado. -Ambos lo hacemos- James extendió su mano sonriente hacia la muchacha –mi nombre es James Potter- Lily volvió a respirar, parecía que ellos se habían dando cuenta solos del porque Ari no conocía Hogwarts. 115


-¿Donde los tenías escondidos Lily? Me llamo Arianna, pero decidme Ari ¿puedo?- la chica señalo una de las sillas que quedaba libre y Sirius se apresuró a apartarla para ella. -Si Ari, los tenía bien escondidos porque eres un peligro- contesto Lily a su amiga mientras esta se acomodaba –han venido de visita hoy-Que calladito te lo tenías- la muchacha sonriente le dio un pequeño codazo a Lily –en un momento llegaran las demás, no sabía que tu también vendrías hoy-No tenía pensado pero, como ves, no sois difíciles de encontrar- Lily había ido intencionadamente a esa cafetería, sabía que encontraría allí a alguna de sus amigas y por tanto Sirius tendría en que entretenerse, no quería tenerlo sentado a la mesa quejándose como un niño pequeño. -Y ¿este es el famoso James? No tienes mal gusto para nadaLa chica enrojeció hasta la raíz del pelo, Ari siempre había sido así, demasiado directa, al poco de llegar de vacaciones había quedado con sus amigas para poner a prueba su imaginación y contarle la dosis obligada de anécdotas del colegio Frances, no siempre contaba con la imaginación suficiente, pero por lo general sus amigas ponían de su parte haciendo preguntas como locas, la primera siempre si había algún chico, y ¿Cómo no? Al nombrar a James ya no había tenido que inventar mucho más. -Me temo que soy culpable- James tenía una gran sonrisa al ver la reacción de Lily, le encantaba como su gran prefecta podía enrojecer así, no era nada fácil. La camarera llegó, les tomo nota y se fue recompensada por una gran sonrisa de Sirius, el chico no podía evitarlo, era superior a sus fuerzas, mujer a la que veía, mujer a la que sonreía, y por supuesto, a ninguna le molestaba esto. Antes de que llegara el café llegaron el resto de las amigas de Lily y se repitieron las presentaciones, Bridget, una chica rubia de pelo corto y unos ojos donde brillaba una chispa traviesa y Carol con el pelo castaño y cara de no haber roto nunca un plato. Las dos sonrieron contentas ante la idea de pasar un día entretenido y conociendo a los amigos de Lily, eran amigas desde hacía años, pero la pelirroja era muy reservada últimamente. -Bueno mañana es noche buena- comento Bridget mientras daba vueltas a la cucharilla en su café- ¿Qué tienen pensado hacer?-A mi me toca nuevo invitado en casa- Lily puso cara de pocos amigos –Tunney tiene novioLas otras chicas la miraron como si se hubiera tragado un sapo. -¿Tu hermana?- Ari no se lo podía creer, ninguna podía, todas conocían a Petunia desde pequeñas y nunca se les ocurrió con qué tipo de chico podría llegar a salir –¡¡Eso sí es un milagro de navidad!!- todas rieron ante la ocurrencia de Ari. -¿No son un poco exageradas?- Sirius era de la opinión de que toda chica tenía algo que valiera la pena, por lo menos que valiera la pena para alguien.

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-No lo dices en serio- Carol lo miró con los ojos muy abiertos –No conoces a Petunia ¿verdad?-No tengo el placer- El chico comenzó a pensar que había metido la pata, parecía que la hermana de Lily no inspiraba mucha simpatía entre las chicas. -Sirius, mi hermana es… ¿Cómo lo diría?... ¿Especial? Pero cambiemos de tema, la cuestión es que me toca cenar con el entretenidísimo “Verny”- pronunció esta última palabra como si le costara escupirla mientras las chicas aguantaban una risita y los muchachos se miraban dando gracias por no ser el tema de conversación. - ¿Y vosotros chicos? ¿Qué haréis?- Ari miraba a Sirius como si fuera a comérselo cosa que al merodeador le parecía de lo más normal. -Siempre lo pasamos en familia, así que supongo que nos quedaremos en casaSirius asintió a lo que decía su amigo recostándose tranquilamente en la silla. -También vendrán algunos amigos de la familia-¿Vivís juntos?- pregunto Carol curiosa, James sonrío. -Sí, desde hace algún tiempo Sirius vive en mi casa, es una pesadilla tenerlo allídespeino a su amigo que se lo quito de encima provocando las risas de las muchachas. -Bueno chicas ¿Qué tal si comemos?- la táctica de Lily para que las muchachas dejaran de investigar la vida de los dos chicos funcionó y el grupo salió alegremente hacia un restaurante cercano. Pasaron la tarde entre risas y nadie volvió a sacar el tema de Petunia y su flamante novio, en su lugar las chicas se dedicaron a intentar sacar a James todos los detalles que Lily no había querido contarles. Los chicos exibieron sus grandes dotes interpretativas, Sirius incluso articuló algunas frases en francés que había aprendido de una novia francesa que había tenido en quinto curso. James lo dejo disfrutar del día con las chicas, ya que lo había obligado casi a acompañarlo por lo menos que estuviera entretenido. El muchacho no parecía muy molesto con la situación, las tres muchachas lo miraban maravilladas mientras él se dedicaba a contarles lo terrible que era vivir con James y el otro se indignaba con la imagen que estaba dando de él. A la hora de irse a casa el merodeador utilizo como excusa el dejar a la pareja sola para despedirse y se ofreció a acompañar a las chicas. Ari acepto inmediatamente el ofrecimiento y se colgó de su brazo provocando las risas de todos. -¿Sabrás volver?- Lily parecía preocupada por la seguridad del chico, al fin y al cabo ella era la que había insistido en que dejaran las varitas en casa. -No te preocupes cariño tengo buena orientación- cruzó una mirada de complicidad con James que tomó a Lily de la cintura. -Tranquila, llegará, déjalo que disfrute- le susurró al oído. Y así todos se despidieron, Lily prometió quedar con sus amigas otro día y los muchachos que volverían a visitarlas.

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Lily y James vieron alejarse a Sirius con una chica de cada brazo mientras todas reían con alguna ocurrencia del muchacho. Parecía muy cómodo, Lily pensó en aquel momento que podía ser realmente encantador, con todo lo molesto, todo lo inmaduro que parecía, ahora entendía porque medio colegio suspiraba por él, no solo era que fuera atractivo, tenía un encanto personal que era difícil resistir. -Si sigues mirando así a mi amigo voy a ponerme celoso- James le dio un pequeño beso tras la oreja mientras seguía sujetándola de la cintura para que saliera de sus pensamientos. La chica sonrió y le dio un pequeño golpe en el brazo. -No digas tonterías ya me llego con la última-Bueno es que tener a la novia más bonita tiene sus desventajas, a cada rato crees que te la van a quitar- James la abrazó dándole un pequeño beso -¿Vamos?-Si vamos o Sirius llegara antes que nosotros-Me extrañaría mucho la verdad- y el chico acompaño esta afirmación con una carcajada, pero en seguida puso cara de niño travieso –ten cuidado que no tengas que acogerme por esta noche-, tu amiga parecía muy interesada-Ari es así- Lily sonrió, no le molestaba en absoluto, sabía que Ari era así de directa, si le gustaba algo iba a por ello sin avergonzarse. -Entonces se llevara bien con canuto- y antes de que la chica pudiera objetar nada se volvió sin soltarla y comenzó a caminar, en un rato estarían en la puerta de su casa y pensaba disfrutar el paseo lo máximo posible.

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Cap. 27. ¡Suegros! -¿Qué demonios es eso?- Vernon Dursley miraba con cara de pocos amigos la motocicleta que se encontraba aparcada en la puerta de su novia. No es que no le gustaran las motocicletas, pero no alcanzaba a comprender la razón por la cual alguien podría preferirla a un automóvil. No era la elección más práctica, y él, ante todo, era una persona práctica. -Algún desaprensivo la habrá dejado aquí- la muchacha no le dedicaba tampoco la mejor de sus sonrisas al vehículo que ocupaba la mayor parte del patio delantero de los Evans. Justo en ese momento llegaron James y Lily por uno de los extremos de la calle y Petunia levanto la mirada hacia ellos como si le hubiera alcanzado un rayo. Pareciera que pudiera sentir a su hermana llegar desde kilómetros de distancia, la risa cristalina de la chica ante un comentario del muchacho que la acompañaba le hizo sentir un estremecimiento por toda la columna vertebral. -Seguro ella tiene algo que ver- Vernon miró hacia donde Petunia tenia vuelta la cabeza, sus sentidos no eran ni de lejos tan finos como los de ella, que los entrenaba a diario utilizando como conejillos de indias a sus vecinos. No había rumor o noticia que Petunia no conociera antes que nadie, cuando su madre llegaba a decirle que una vecina se había comprado un coche, o que se casaba, ella ya sabía la noticia casi desde el mismo momento que los interesados, por eso le molestaba sobremanera no saber de dónde había salido la motocicleta -¿Crees que sea de ese impresentable?- en realidad James no ofrecía un espectáculo muy alentador para un padre en busca de un chico responsable y serio para su hija, además de que su atuendo no era el más adecuado, ataviado con unos pantalones vaqueros y una camiseta negra, el pelo desordenado y la chaqueta de cuero sobre el hombro, iba dando saltos sobre una pierna mientras Lily reía. De pronto Lily dejo de reír y James casi se cae de boca al suelo de la sorpresa, en vez de eso se encontró cara a cara con el heredero del Gran Imperio de los taladros, que lo miraba como si fuera un elefante con alas. A James, visto desde tan cerca le pareció un enorme león marino. Su cara roja y redonda, con un incipiente bigote que amenazaba con ser un día rico y poblado ayudaba mucho a crear esta sensación. -Buenas tardes- el chico sonrió, pero como su interlocutor seguía mirándolo igual busco a Lily con la mirada, Petunia se adelanto a cualquier cosa que ésta pudiera decir. -¿Quién se supone que eres tú?- James miro a la chica sorprendido, ¿Qué había hecho para que lo miraran así? Pareciera que hubiera entrado en su casa montado en un abraxan o algo por el estilo, se veía de lejos que eran muggles, pero él no tenía pinta de mago en ese momento, así que no veía donde estaba el problema. -Esta encantadora chica es mi hermana, James, Petunia- Lily la miró como si fuera a asesinarla en ese preciso instante, ¿Cómo se atrevía a ser desagradable cuando 119


ella aguantaba a la morsa hinchada que tenia al lado en ese momento?. –El es James Tuney-Encantado- Petunia miraba a James arrugando la nariz. -¿Este es tu noviecito?- la chica hablaba como si James no estuviera allí, cosa que molestaba sobremanera al chico – ¿también es rarito como tú? -Te recomiendo que seas más educada Tuney, no tengo ganas de aguantarte- no se lo iba a permitir y estaba cansada de su aptitud ¿Por qué demonios siempre se comportaba así?. -Este cacharro ¿Qué hace aquí?- señaló la motocicleta cuidadosamente colocada frete a la ventana. -Es de un amigo mío, ni se te ocurra tocarla- Nunca le contestaba, nunca le hacía un desplante. Consciente del mal trago que pasaba su hermana con su situación la consentía e intentaba hacérselo más fácil… pero esa vez había cruzado la línea y Petunia, se dio cuenta. -Vamos VernonY sin decir una palabra más, tomó al chico del brazo y se encamino calle abajo dejándolos allí. Lily suspiró aliviada. -¿Qué fue eso?- James se rascaba la cabeza, todavía no terminaba de encajar el comportamiento de la hermana de la pelirroja. Siempre era igual, Petunia analizaba cada aspecto de su vida para después maltratarlo y destrozarlo sistemáticamente, pero esta vez, por esta vez, no se lo iba a consentir, decidió apartar esos pensamientos de su cabeza mientras volvía a sonreír. -Te dije que mi hermana era encantadora-Espero que tus padres no lo sean tanto- la risa de James le hizo olvidarse de todo lo que había pasado instantes antes, siempre tenía ese efecto sobre ella, lo que en ocasiones podía resultar problemático ahora que los exámenes estaban tan cerca. -Mis padres son un poco más antipáticos entonces-¿Te das cuenta que has dicho que Sirius es amigo tuyo?- James se acomodó sobre la moto –seguro que estará encantado de saber eso. -No se lo dirás,¡ me perdería el respeto!- contesto Lily haciéndose la alarmista. -Entonces tendremos que llegar a un trato- la cara del muchacho era de absoluta seriedad, ¿Qué pretendía pedir? -¿Y qué propone señor cornamenta?- la chica se acomodó en el manillar justo delante de él, esperando a ver qué nueva maldad se le había ocurrido. El chico se acercó tanto que sus narices se rozaron -Seguro que se me ocurre algoNo pudo contestarle puesto que la puerta se abrió de repente y apareció una mujer morena en el umbral. -¿Lily?Y el valiente merodeador se quedo clavado en el suelo. Continuará… 120


De cómo Berta conoció a Sirius Era una bonita mañana de otoño, no hacía calor pero tampoco frio, de esos días que al llenarte los pulmones parece que todo está limpio, una chica caminaba por el lindero del bosque prohibido. Estaba sola, era su primer año en aquel colegio y todavía no conocía a nadie, sus compañeras de cuarto eran chicas agradables, pero ella siempre había sido un poco solitaria y de vez en cuando le gustaba caminar. La muchacha se paró y se sentó en el tocón viejo de un árbol, desde allí podía ver todo el colegio, ese que tanto la maravillaba y asustaba a la vez. Sumida en sus pensamientos miraba el cielo que ese día era completamente azul, cuando de pronto... -¡¡¡cuidado!!!- Una bludger se dirigía hacia ella a toda velocidad, logro agacharse esquivándola por los pelos y se quedo mirando la trayectoria que seguía al internarse en el bosque, tan sorprendida estaba que no vio al chico que le caía encima estrepitosamente. -¡Maldito patán!¡sácate de encima!- el chico que se acomodaba sobre ella sonriente frunció el entrecejo, y un mechón de pelo negro cayo descuidadamente sobre sus ojos azules. -acabo de salvarte-¡acabas de casi matarme idiota!¿quién te has creído que eres?- la muchacha pataleaba para sacarse al niño de encima y este se levantó fastidiado, ¿por qué lo insultaba si la acababa de ayudar? -¡Resulta que esa bludger estaba a punto de atravesarte la cabeza!-La muchacha se levantó colocándose la túnica del colegio, ¿por qué demonios siempre tenía que toparse con cualquier idiota que estuviera en 10 km a la redonda? -¿Y quién la soltó? ¿De quién es la culpa?- le espetó al muchacho que no se dejo intimidar ni un poco por la enfurecida niña de pelo castaño que le dedicaba esa mirada de tremendo odio a la que no estaba acostumbrado. -resulta que fue un accidente niña, ¡deja de molestarme! ¡Solo intente ayudarte!-me apaño bien solita gracias- la chica se volvió para irse justo cuando otro chico llegaba corriendo, se paraba a tomar aliento y se acomodaba las gafas redondas sobre la nariz. -¿qué pasa aquí?¿estás bien?- le dijo a la muchacha que lo miró exactamente igual que a su amigo. -Perfectamente, pero no gracias a tu amigo- y tras dedicarle una última mirada de desdén absoluto se dirigió al castillo todavía con el pelo alborotado, los chicos se quedaron allí plantados mirando cómo se alejaba. -Las niñas están locas-Y que lo digas Sirius y ¿sabes que es lo peor?- el muchacho de ojos azules lo miro. -dime James ¿hay algo peor?-Si amigo, que me parece que está en nuestra clase-

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Los Personajes y situaciones de esta historia son propiedad de JK.Rowling. Las imテ。genes han sido buscadas por internet y no son de producciテウn propia. Autor del fic: Liliana テ]derlin

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