Cartilla técnica para la conservación de áreas protegidas

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Biodiversidad

BIIO OD DIIV VEERRSSIID DA AD D 1. ¿Qué es la biodiversidad? La diversidad biológica, o biodiversidad, es un tema complejo cuya definición y uso varía según la audiencia y las aplicaciones (Apartado 1). La biodiversidad se refiere más comúnmente a los individuos y a las especies que habitan en una región particular, aunque se la sintetiza como “la variedad de vida sobre la Tierra". Incluye las innumerables especies que se encuentran en el mundo y la variedad de material genético que existe en las especies y entre ellas, la variedad de ecosistemas y los numerosos procesos e interacciones que se dan en la naturaleza (Apartado 2). Una definición técnica es “la variedad y variabilidad natural entre los organismos vivientes, los complejos ecológicos en los que se dan en forma natural y las formas en las que los mencionados organismos interactúan entre sí y con el medio ambiente físico."

La biodiversidad puede encontrarse a muchas escalas, que van desde genes hasta paisajes. Los genes conforman los organismos que, a su vez, constituyen grupos o poblaciones. Todas las poblaciones de un mismo tipo de organismo forman una especie. Los distintos grupos de especies que interactúan entre sí constituyen una comunidad biológica. Una comunidad biológica, junto con su ambiente físico asociado constituye un ecosistema (Apartado 3). Comprender y conservar la biodiversidad significa considerar múltiples niveles de organización y muchas escalas espaciales diferentes (desde locales y regionales hasta mundiales) y escalas temporales (desde una estación hasta cientos o miles de años, o más aún).

2. Diversidad genética Los genes son los responsables de que los organismos sean lo que son: una mariposa, una flor, un árbol. Estas grandes diferencias están determinadas por la diversidad en la cantidad, la

disposición y el funcionamiento de los genes; es decir, el material de codificación que existe en todas las células de cada organismo. Cuanto más similares sean los genes de dos


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organismos, más similares serán esos dos organismos. Incluso, dentro de una misma especie existen algunas diferencias genéticas. Dichas diferencias pueden ser muy evidentes entre poblaciones de una especie que se encuentran separadas, pero casi siempre hay diferencias entre individuos de la misma

población, desde características obvias como el color hasta diferencias más sutiles en el comportamiento o en la función enzimática. La variación genética en todos los niveles (entre especies, entre poblaciones, entre individuos) surge a causa de la mutación. Dicha variación constituye la materia prima que permite que los organismos se adapten a las presiones ambientales a lo largo del tiempo.

Apartado 1: Definiciones comunes de biodiversidad Convención Mundial sobre Diversidad Biológica: La diversidad biológica significa la variabilidad entre los organismos vivientes que provienen de todas las fuentes, incluidos, entre otros, los ecosistemas terrestres, marinos y otros ecosistemas acuáticos y los complejos ecológicos de los cuales forman parte. Esto incluye la diversidad dentro de las especies, entre especies y de ecosistemas. Sociedad de Ecológica de Estados Unidos de Norteamérica (Ecological Society of America): La biodiversidad incluye a todos los organismos, especies y poblaciones, la variación genética entre ellos, y todos los complejos ensambles de comunidades y ecosistemas. También se refiere a la estrecha vinculación entre los genes, las especies y los ecosistemas y su interacción con el ambiente

Apartado 2: Origen de la biodiversidad La biodiversidad surge de un proceso de mutaciones genéticas naturales que se fueron filtrando a través de varias presiones y eventos ocurridos en la historia. Con el paso de las generaciones, algunas variantes genéticas sobreviven y otras no. Por ejemplo, en una camada de cabras, sólo unas pocas crías tienden a sobrevivir, las que pueden evidenciar variaciones en sus características que favorecen la supervivencia (como el grosor del pelaje). Estos rasgos, luego, se heredan y pasan a futuras generaciones. Con el paso del tiempo, se pueden acumular entre los individuos de una especie dada diferencias genéticas tales, que ya no puedan cruzarse y se forman, así, dos nuevas especies. Estas nuevas especies podrían evolucionar a lo largo de miles, o hasta millones de años. Los individuos pertenecientes a una nueva especie ocupan su lugar entre otros organismos dentro del ecosistema, cuya función cambiará en mayor o menor medida,


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según las interacciones en las que estos individuos estén involucrados (por ej. como competidores, depredadores o presa) o los recursos que consuman o que aporten. Los cambios en la fuerza y características de las interacciones entre las especies o de las estrategias en el uso de los recursos correspondientes a las nuevas especies son sólo algunos de los factores que pueden realimentarse para determinar cuáles variantes genéticas de otras especies se verán favorecidas y cuáles no. Por lo tanto, a cierto nivel, la biodiversidad genera biodiversidad, es decir, los individuos que tienen nuevas mutaciones interactúan con los individuos ya existentes y son los eventuales acontecimientos los que moldean qué tendrá éxito y, hasta cierto punto, qué se encontrará finalmente en un área determinada.

Apartado 3: Comunidades, ecosistemas y biomas Una comunidad es un ensamble de poblaciones de organismos que viven e interactúan en un área o hábitat determinado. En los ejemplos de comunidades están incluidos los animales que habitan un tronco en estado de putrefacción o las plantas en el bosque de arce y haya. Un ecosistema es una comunidad de diferentes especies que interactúan entre sí y con su ambiente abiótico de materia y energía. Entre los ejemplos de ecosistemas terrestres en los trópicos se encuentran la selva tropical, la selva tropical estacional y la selva tropical nubosa. Entre los ecosistemas marinos que se encuentran en los trópicos están los arrecifes de coral y praderas de plantas marinas. Un bioma es una región extensa caracterizada por ciertas condiciones climáticas y habitadas por cierto tipo de seres vivos, especialmente vegetación. Cada bioma consiste en muchos ecosistemas cuyas comunidades se adaptaron a diferencias climáticas, de suelo y otros factores ambientales. Entre los biomas continentales más grandes del mundo se encuentran las selvas (tropical, templada y subártica), la tundra, los pastizales (templados y tropicales) y el desierto.

2.1 Diversidad de poblaciones/especies Los mayores esfuerzos de estimación, control y protección de la biodiversidad apuntan a poblaciones/especies. Por ejemplo, muchas acciones de conservación se centran en planes de supervivencia de especies. Una de las

razones de este enfoque es que las especies son más fáciles de comprender, especialmente para quienes no son especialistas, porque son tangibles, más fáciles de definir, de estudiar y de controlar que las comunidades, los paisajes o los genes.


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La diversidad de poblaciones o especies se refiere a la variedad de especies vivientes y a las poblaciones que la constituyen a escala local, regional o mundial.

2.2 Diversidad de comunidad/ecosistema Existe una amplia gama de diversidad en comunidades y ecosistemas en todo el mundo. Esta diversidad se hace evidente, inclusive, en un paisaje determinado, como una montaña, donde la estructura de la vegetación y los tipos de plantas y animales cambian gradualmente, a medida que aumenta la altura. Por ejemplo, las especies de plantas y animales que se encuentran en un bosque bajo y húmedo al pie de una montaña son diferentes de las que se encuentran en las praderas montañosas altas, las que a su vez son distintas de las

especies halladas en desiertos fríos y rocosos en las laderas expuestas y ventosas de la montaña. La diversidad del componente comunidad/ecosistema se refiere a un grupo de diversos organismos, gremios y tipos de parches de hábitats que se dan en el mismo ambiente o área y que interactúan intensamente a través de relaciones tróficas y espaciales bióticas y abióticas (es decir, no vivientes). Estos tres factores principales de la biodiversidad (genético, especies/poblaciones, y comunidad/ecosistema) tienen distintos elementos de composición, estructura y función. La composición es la identidad y variedad de los elementos en cada uno de los factores de la biodiversidad. La estructura se refiere a la organización física de los elementos en la naturaleza. La función incluye los procesos climáticos, geológicos, hidrológicos, ecológicos y evolutivos que actúan entre los elementos.

3. ¿Cuántas especies hay? Los biólogos han denominado y descripto alrededor de 1.700.000 especies, pero todavía se siguen describiendo cerca de 20.000 nuevas especies cada año. Y sólo una minúscula fracción (posiblemente, menos del uno por ciento) de estas nuevas especies fueron estudiadas en detalle. Muchas especies son conocidas a partir de uno o unos pocos especímenes recolectados en un solo

lugar, y se ignora su verdadera extensión geográfica o si todavía existen en la naturaleza. Las estimaciones actuales del número total de especies que existe sobre la Tierra oscilan entre 3 millones y 100 millones, y los cálculos más aproximados están entre 10 y 14 millones. Las amplias diferencias se deben a que las estimaciones se basan en evidencia incompleta o indirecta.


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Históricamente, la ciencia se concentró en la macro fauna y flora (por ej. aves, mamíferos, árboles) los cuales, generalmente, son más fáciles de encontrar y de estudiar. Si bien pensamos que se ha descripto la mayoría de las especies de mayor tamaño y más conspicuas, constantemente nos vemos sorprendidos por nuevos hallazgos. El año pasado, fueron descubiertas nueve especies de lémures y dos especies nuevas de monos tití en Brasil y Madagascar. Se conoce mucho menos acerca de organismos que son más difíciles de estudiar o menos

carismáticos, como las bacterias y hongos, aunque sean importantes en muchos aspectos. Los estudios son incompletos en muchos lugares y para grupos de gran riqueza, como los insectos en las selvas tropicales. Una cálculo básico aproximado sobre hongos indica que existe un número veinte veces mayor de especies que las ya descubiertas, que ascienden a 1.500.000.

4. ¿Cuál es el grupo de especies de mayor diversidad? De las 1.700.000 especies identificadas, cerca de 963.000 son insectos y 270.000 son plantas. El restante 25% de las especies descriptas incluye todas las demás; es decir, hongos, gusanos, corales, microorganismos y muchos otros grupos, así como vertebrados (organismos que poseen columna vertebral, como las aves y mamíferos), los cuales, a pesar del gran interés que despiertan, constituyen solamente alrededor del 3% de las especies descriptas (52.500). Los insectos siguen siendo el grupo más numeroso y menos estudiado. Hace 15 años, E. O. Wilson calculó que, una vez que se

identifiquen todos los insectos, el número total de especies conocidas podría ascender a 5 millones. Pero, debido a estudios conducidos recientemente en dosel en selvas de Perú, en la actualidad, los científicos consideran que el total podría llegar a 30 millones de especies. Independientemente del cálculo final, seguramente existen muchas más especies de las que se han identificado hasta ahora. La mayoría de las especies desconocidas habita en las latitudes bajas de las regiones tropicales del planeta.


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5. ¿Cómo está distribuida la biodiversidad en todo el planeta? La biodiversidad no está distribuida uniformemente en el planeta. Este hecho es importante para comprender cómo funciona la naturaleza y también para determinar el impacto relativo de la interacción humana. La tendencia más drástica de las diferencias de nivel de biodiversidad está dada en el cambio que se produce a lo largo de un gradiente latitudinal. La diversidad de especies terrestres es menor cerca de los polos, aumenta hacia los trópicos, y alcanza el máximo en las selvas tropicales, que ocupan sólo el 6 % de la superficie terrestre del planeta, pero que posiblemente albergan más de la mitad de las especies que hay en el mundo.

Gran parte de esta diversidad se debe al elevado número de insectos. En ciertos sitios del Amazonas, se encuentran entre 1.200 y 1.500 especies de mariposas en algunos parches de sólo varios kilómetros cuadrados. En comparación, se encuentran alrededor de 440 especies de mariposas en toda la costa este de América del Norte y 380 entre Europa y la costa Mediterránea del norte de África. Asimismo, en áreas de igual tamaño en el sur de Alaska (60 grados de latitud Norte) existen 10 especies de hormigas,

en comparación con las 2.000 especies que se encuentran en las regiones ecuatoriales. Pero no es sólo el número de especies de insectos lo que cambia a lo largo de este gradiente, sino que la tendencia se hace evidente también para otros componentes de la flora y la fauna. Los bosques boreales subárticos están caracterizados por una sola especie; pero, una vez más, al trasladarnos a lo largo del gradiente latitudinal, llegamos a selvas tropicales extremadamente diversas. Las selvas tropicales también albergan más especies de aves, mamíferos y plantas que la mayoría de las áreas templadas. Por ejemplo, Greenland hospeda 56 especies de aves reproductivas, el estado de Nueva York, 105; Guatemala, 469 y Colombia, 1.395. Aproximadamente el 30% de las 9.040 especies de aves del mundo se encuentran en la Cuenca del Amazonas, y otro 16%, en Indonesia. Se desconoce la razón por la cual existe este gradiente latitudinal o por qué los trópicos son tan diversos. Mientras que en la tierra se pueden encontrar la mayor cantidad de especies, los mares tienen el más amplio espectro de clases de organismos. La vida animal sobre la tierra está dividida en 18 grandes grupos (conocidos como phyla) que sintetizan todas las


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diferencias mayores (por ej. todos los vertebrados, todos los gusanos, etc.). Los mares tienen estos grupos, más 14 grupos que no se dan en otro lugar (por ej. corales, estrellas de mar, etc.) Los arrecifes de coral son particularmente ricos en biodiversidad, especialmente si consideramos la pequeña área geográfica que cubren. El Capricon Reef (Arrecife Capricornio) en Australia constituye solamente el 3% del Great Barrier Reef (Arrecife Gran Barrera),

pero representa el 72 % de las especies coralinas que se encuentran en el arrecife y proveen hábitat para 859 especies de peces. La diversidad de especies de peces que se encuentra allí puede compararse a la riqueza de especies de plantas que hay en Costa Rica (3-4% del total mundial), aun cuando Costa Rica es cuatro veces el tamaño de los Arrecifes Capricornio.

Apartado 4: La biodiversidad en los trópicos Los mayores niveles de biodiversidad se encuentran en los trópicos. En realidad, la mitad de las especies del mundo se encuentra en los trópicos. Costa Rica constituye un buen ejemplo de la rica biodiversidad de los trópicos. Así, aunque representa menos del 0,01% de la masa terrestre del planeta, viven allí el 4% de todas las especies vivientes. Sólo el 17,4 % de las especies que se cree que existen en Costa Rica fueron identificadas: el 98,8% de los vertebrados, el 60% de los peces, pero menos del 20% de los artrópodos. En Costa Rica también habitan más de 9.000 especies identificadas de plantas vasculares, y cada año se identifican más. Los científicos consideran que parte de la razón por la cual existe tal biodiversidad en Costa Rica es la condición geográfica, ya que comparten su territorio dos costas y una cadena montañosa que ofrecen diversos microclimas. Además, la región tiene temperatura estable durante todo el año y recibe grandes cantidades de energía solar. Pero otra razón por la cual Costa Rica continúa manteniendo altos niveles de biodiversidad es el esfuerzo puesto en la conservación, ya que el 25% de las tierras del país están destinadas a parques, reservas o a algún otro sistema de manejo los recursos naturales.

Una pregunta que los científicos tratan de responder es por qué existe tal variación en la biodiversidad. En los ecosistemas terrestres, las diferencias en los factores ambientales, como variabilidad y valores medios de la temperatura y precipitaciones, la

productividad primaria neta anual y la historia geológica, se correlacionan con el gradiente latitudinal en la diversidad. Sin embargo, dichas correlaciones no explican las causas subyacentes de este patrón.


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Hay hipótesis en pugna que tratan de explicar la mayor diversidad de especies de los trópicos: algunas relacionan la diversidad con la energía solar, la baja variabilidad del clima, y la energía y la estabilidad. Los científicos marinos también tratan de explicar la variación en la diversidad oceánica a través de ciertos factores como la edad, el área, el grado de aislamiento de ciertas áreas, las relaciones con áreas terrestres, la estabilidad y los sedimentos. A escala regional, el número y la distribución de comunidades dentro de un área contribuye a su diversidad biológica. En general, cuanto más grande es el área estudiada, mayor es el número de especies. La relación entre el número de especies y el área de muestreo es uno de los patrones más antiguos y mejor documentados en la ecología de comunidades.

Sin embargo, los científicos consideran que esta relación puede variar según la escala espacial, y de hábitat a hábitat, a una misma escala espacial. Por ejemplo, algunas regiones pequeñas, como las islas tropicales, pueden tener muchas especies, mientras que algunas regiones muy extensas, como los desiertos, tienen relativamente pocas

especies. Ningún proceso por sí solo determina cambios en la riqueza de especies a través de un amplio espectro de escalas; distintos procesos determinan la biodiversidad a distintas escalas espaciales. La distribución de especies varía entre escalas geográficas. Algunas especies pueden encontrarse en grandes áreas, como países o continentes, mientras que otras podrían ocurrir en un solo estanque o un parche de un bosque. Se dice que un área geográfica dada posee un cierto número de especies endémicas, que son aquéllas que se encuentran en ese lugar, y en ningún otro. El endemismo es una medida de singularidad biológica que al combinarse con el número total de especies (riqueza de especies) ofrece un panorama más completo de la diversidad del área. Algunas organizaciones conservacionistas usan la riqueza de especies y al endemismo para cuantificar lo especial e irremplazable de cada área. Un gran número de especies endémicas concentradas en un área relativamente pequeña resulta en lo que generalmente se denomina hotspots (puntos críticos); es decir, áreas en donde es necesaria una atención urgente de la conservación para salvar un alto número de especies únicas (Apartado 5).


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Apartado 5: Centros de endemismo y hotspots biológicos Los hotspots biológicos representan los reservorios de plantas y animales más ricos y más amenazados del planeta. Conservation International, una organización que fue pionera en el uso de hotspots en conservación, considera que los criterios clave para determinar un hotspot son el endemismo (la presencia de especies que no se encuentran en ningún otro lado) y el grado de amenaza. Otras organizaciones incluyen en esta ecuación la totalidad de la diversidad biológica en la región. El endemismo de plantas es el criterio inicial para determinar el estado de hotspot, ya que las plantas sostienen a la mayoría de las otras formas de vida mediante su capacidad de utilizar la luz solar. El grado de amenaza se mide, fundamentalmente, en términos de pérdida de hábitat. Los hotspots que Conservation International ha identificado han perdido, por lo menos, el 70 % de su vegetación natural original. El más crítico de los hotspots perdió más del 90% de su vegetación original.

Las poblaciones e individuos de una especie tienen diferentes necesidades espaciales y se mueven en áreas que a veces son de gran extensión. Algunos organismos pueden requerir los recursos que provee un solo árbol para completar su ciclo de vida, mientras que otros pueden trasladarse enormes distancias. Las razones pueden ser que solamente un área de gran extensión ofrezca suficientes recursos o porque el organismo es territorial. Los jaguares, por ejemplo, tienen un ámbito de acción de más de 50 km2. Otros organismos pueden migrar estacionalmente e, inclusive, diariamente, en respuesta al clima o a las diferencias asociadas a la abundancia de alimento para reproducirse. Muchas especies de mamíferos, aves, peces, reptiles, insectos y otros organismos realizan migraciones anuales de, a veces, cientos o miles de kilómetros (por ej., la mariposa monarca, la tortuga laúd, el ñu africano y el salmón). Pueden darse

otras migraciones a menor escala, como es el caso de muchas aves tropicales que se trasladan desde tierras bajas y bosques nubosos en el transcurso de una estación. Es posible que muchas otras especies programen sus propios movimientos, reproducción o alimentación para coincidir con estas migraciones predecibles o con picos en la disponibilidad de recursos.

Finalmente, si bien algunas especies no se trasladan, se reproducen a largas distancias: muchas plantas y especies marinas sedentarias dispersan sus células reproductivas (gametos) o semillas cubriendo grandes distancias, usando el viento, el agua u otros organismos (por ej. aves, insectos) como medio de transporte.


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6. ¿Por qué es importante la biodiversidad? Los filósofos ambientales y los profesionales de la conservación generalmente separan el valor de la biodiversidad en dos grandes tipos: los valores de mercado y los valores de no mercado. Los valores de no mercado son aquéllos que no están ligados al consumo o uso de las especies. El valor de mercado se refiere a las distintas formas en las que la biodiversidad tiene importancia económica para los seres humanos.

6.1 Los valores de no mercado El valor de la existencia de la biodiversidad se refiere a la importancia que le damos al simple hecho de saber que algo existe en el mundo de la naturaleza, aun cuando personalmente nunca lo lleguemos a ver.

Por ejemplo, muchas personas creen que es importante mantener las poblaciones salvajes de elefantes, aunque nunca lleguen realmente a conocerlas. Los valores estéticos y simbólicos han sido parte de las culturas de la humanidad durante siglos: estos valores se ven reflejados en el uso de las hojas del arce en Canadá, del quetzal en Guatemala y del águila calva en los Estados Unidos. Muchas culturas consideran a ciertas regiones de su tierra natal como sagradas y de acceso prohibido, debido al significado religioso o espiritual que conllevan. La práctica tradicional de preservar tierras veneradas en su estado natural ha servido como una estrategia efectiva de conservación en todo el mundo. El valor intrínseco, es decir, el valor de un objeto más allá de su aporte a otras cosas, también es mencionado con frecuencia como una razón para proteger la biodiversidad.

Apartado 6: El valor de los servicios ecosistémicos para la economía mundial Si tuviéramos que pagar por los servicios que ofrece la naturaleza, ¿cuánto costarían? Un artículo publicado en la revista Nature, elaborado por trece autores, entre los cuales hay ecólogos, geógrafos y economistas, estima este valor entre $16 y $54 billones por año (Costanza et al. 1997). Tradicionalmente, los intereses ecológicos han sido considerados una carga financiera en el desarrollo económico. El estudio de Constanza y sus colaboradores demuestra que las funciones del ecosistema no compiten con los valores económicos. Los autores sostienen que dichas funciones más bien están íntimamente ligadas e influyen positivamente en la economía mundial. Para realizar este análisis, Costanza y sus colaboradores recogieron información de un amplio espectro de estudios sobre el valor de


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una extensa gama de servicios ecosistémicos. Éstos incluyen elementos comunes como la producción de alimentos, materias primas, entretenimiento y el suministro de agua, así como también servicios menos evidentes como la regulación del clima y los gases atmosféricos, el ciclado del agua, el control de la erosión, la formación del suelo, el ciclado de los nutrientes y la purificación de los desechos. Se hicieron cálculos para cada una de las 17 categorías de servicios para toda la gama de ambientes que hay sobre el planeta, incluyendo tanto marinos como terrestres. Las estimaciones de los autores indican que los ambientes costeros, incluidos los estuarios, humedales costeros, las praderas de plantas marinas y algas, los arrecifes coralinos y las plataformas continentales tienen un valor desproporcionadamente alto. Cubren sólo el 6,3% de la superficie terrestre, pero proporcionan el 43% de los servicios ecosistémicos del mundo. Estos ambientes son de particular valor en la regulación del ciclo de nutrientes que controla la productividad de las plantas terrestres y acuáticas. Los autores advierten que la mayor parte del valor de los servicios ecosistémicos está actualmente fuera del sistema de mercado. Es decir, aunque algunos servicios, como la producción de alimentos, el suministro de agua y las materias primas son comercializados en mercados económicos, no ocurre lo mismo con la mayoría de los servicios ecosistémicos. Esto significa que los actuales indicadores de mercado no incorporan adecuadamente el valor de estos servicios. Los autores del artículo reconocen la enorme incertidumbre que despiertan sus estimaciones, pero también sugieren que los valores que obtuvieron probablemente estén subestimados. Ellos explican "Esto se debe a que si se optimizaran los cálculos, por ejemplo, si se estudiaran más profundamente un mayor número de servicios ecosistémicos, probablemente aumentaría su valor". Los autores también advierten que sus estimaciones económicas no tienen en cuenta el hecho de que algunos servicios ecosistémicos son "literalmente irreemplazables".

6.2 Los valores de mercado de la biodiversidad La biodiversidad también tiene valores de mercado, ya que brinda en todo el mundo beneficios económicos al hombre, quien depende de especies silvestres y domesticadas para la alimentación, la medicina, los recursos y los productos industriales. Utilizamos recursos genéticos para proteger los cultivos de plagas y enfermedades. Los

ecosistemas saludables nos suministran servicios vitales e irreemplazables como el almacenamiento de carbono, el ciclado de nutrientes y la protección contra inundaciones. Muchas enfermedades del hombre y de los animales se curan gracias a la extracción o producción sintética de sustancias que han sido aisladas de plantas silvestres.


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Bienes. Los seres humanos dependen directamente de muchas especies para una variedad de usos, como la explotación de la madera, la pesca y la caza de animales silvestres. Nuestros sistemas agrícolas se desarrollaron como consecuencia de que el hombre modificó y mejoró animales y plantas silvestres durante miles de años. La agricultura, la silvicultura y la acuicultura, todas dependen de parientes silvestres de especies domesticadas para poder obtener material genético que aumente la resistencia a enfermedades, la productividad y la adaptabilidad. Por ejemplo, variedades provenientes de Etiopía brindaron protección contra agentes patógenos virales de los cultivos de cebada en California, que tienen un valor de US$ 160 millones por año.

Ciertos medicamentos provenientes de la biodiversidad, derivados de un proceso conocido como "bioprospección" dieron como resultado algunas drogas importantes, como la Vincristina, un extracto de la vincapervinca rosada de Madagascar, que se usa para el tratamiento de la leucemia en niños. En realidad, se investigaron muy pocas especies con el objeto de conocer su utilidad como

alimentos, fibras, combustible y otros bienes no medicinales. Existen muchas más especies con potencial para uso humano. Servicios. Los organismos vivientes aportan una amplia variedad de servicios ambientales beneficiosos para el hombre y otras especies. Las plantas verdes quitan el dióxido de carbono de la atmósfera y reponen el suministro de oxígeno. El fitoplancton mantiene la productividad oceánica y ayuda a regular los ciclos atmosféricos mundiales. Los insectos y pequeños mamíferos polinizan tres cuartos de los cultivos básicos del mundo, así como el 90% de todas las plantas con floración (fanerógamas). La productividad en la agricultura también depende de hongos y microbios que descomponen la materia orgánica muerta y reciclan los nutrientes de las plantas, ayudando a mantener la fertilidad de las tierras cultivadas. Constanza et al. (1997) estimaron recientemente el valor económico combinado de 17 servicios ecosistémicos entre US$ 16-54 billones por año (Apartado 6). En pocas palabras, estamos aprendiendo rápidamente que la economía humana es un subsistema de la economía de la naturaleza que podría colapsar si cualquiera de estos servicios importantes de la naturaleza se viera interrumpido.


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7. Vacíos de conocimiento Si bien se sabe mucho de la biodiversidad, hay por lo menos cinco grandes vacíos de conocimiento. La carencia más grave es que todavía no conocemos el alcance de la diversidad de especies a nivel mundial; es decir, el número de especies que hay en el planeta. Una estimación conservadora de 10 millones de especies en todo el planeta significaría que solamente se identificó el 17% de todas las especies, y que el 83% permanece desconocido para la ciencia. Un segundo vacío que está relacionado con el anterior es lo poco que se sabe de los microorganismos (hongos, bacterias, algas, protozoos) y de su papel en la ecología global. Se han descrito formalmente alrededor de 156.000 especies, de las cuales la mitad son hongos. Sin embargo, los cálculos conservadores actuales del número total de especies de microorganismos ascienden a 1.800.000. Si bien comprendemos el papel de los microorganismos en el reciclaje de nutrientes y en su función como agentes patógenos, quedan vacíos considerables en nuestro conocimiento acerca de la diversidad de especies, funciones ecológicas y del potencial económico de estos taxones. El tercer gran vacío está ligado a las relaciones entre especies dentro de los sistemas naturales. Estudios recientes demuestran que algunas especies, llamadas especies clave, pueden tener mucha más importancia que otras en la composición y funcionamiento del

ecosistema. Un conocimiento más profundo y mejores mediciones de la importancia relativa de las especies probablemente influirían en las decisiones concernientes a qué proteger. El cuarto vacío se relaciona con nuestra capacidad de evaluar, predecir y responder a la degradación bioecológica. La valoración abarcadora de todos los componentes de un ecosistema es una tarea laboriosa y costosa, aún si se la lleva a cabo a una escala limitada. Además, quizás nunca conozcamos lo suficiente para valorar exhaustivamente un ecosistema, dadas todas las especies, interacciones y condiciones cambiantes que se dan en él. Esto ha llevado a la propuesta de establecer bioindicadores: la identificación de ciertas especies cuyos cambios en densidad, comportamiento ecológico o desempeño fisiológico podrían ayudar a medir el estado del ecosistema en su totalidad.

Finalmente, el quinto vacío de conocimiento concierne la pregunta acerca de hasta qué punto y qué cantidad de biodiversidad realmente importa en términos de funcionamiento del ecosistema y del mantenimiento de los procesos que sostienen la vida natural sobre la Tierra, de los que depende la humanidad. Como los ecosistemas llevan adelante colectivamente muchos de los procesos


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que regulan los sistemas del planeta (por ej., la producción de oxígeno, el ciclado del agua, la fertilidad del suelo), necesitamos comprender las consecuencias ecológicas de la pérdida de la biodiversidad. Algunos estudios recientes sugieren que la reducción de la biodiversidad puede alterar tanto la magnitud como la estabilidad de los procesos ecosistémicos, especialmente cuando la biodiversidad se ve reducida a los niveles bajos típicos de sistemas manejados. Resulta difícil determinar si la biodiversidad, por sí misma, es importante para el funcionamiento de los ecosistemas, ya que muchos de los factores que disminuyen la biodiversidad a nivel local, como la

conversión del hábitat, también afectan directamente los procesos ecológicos, y ocultan los impactos más sutiles de la pérdida de especies. Los científicos coinciden en que un número mínimo de especies es esencial para el funcionamiento del ecosistema en condiciones constantes y que, probablemente, sea esencial una mayor cantidad de especies para mantener la estabilidad de los procesos ecosistémicos en ambientes que sufren cambios. Un desafío futuro importante es determinar cómo interactúan y se ponen en práctica la dinámica de la biodiversidad, los procesos ecosistémicos y los factores abióticos entre los distintos tipos de ecosistemas y de procesos.

8. Pérdida de la biodiversidad En este módulo, se trata la biodiversidad en su totalidad. No obstante, toda discusión sobre biodiversidad debe, por lo menos, mencionar el problema de la pérdida de la biodiversidad. Si bien las estimaciones tienen un amplio margen de error, hay consenso entre los científicos en que hay varios millones de poblaciones, y que se extinguen anualmente 3.000 a 30.000 especies. Sobre la base de estas cifras, muchos investigadores sostienen que la tasa actual de extinción es entre 100 y 1.000 veces mayor que los niveles previos a la existencia del hombre y que dentro de

100 años podrían extinguirse 30% o más de las especies del planeta. Así como las selvas tropicales y los arrecifes coralinos hospedan los mayores niveles de biodiversidad, también sufren los mayores impactos de su pérdida. La causa más importante de esta disminución es la pérdida y degradación del hábitat, el cambio climático, la invasión de especies no nativas, la extracción no sostenible de recursos naturales y la contaminación. Para información más detallada sobre este tema, ver el módulo de Pérdida de Biodiversidad.


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Puntos clave para recordar... Hay muchas definiciones de biodiversidad, pero podemos expresarlo sencillamente como la variedad de vida que se encuentra en todas sus formas, niveles y combinaciones. La biodiversidad se da en todas las escalas, desde genes y especies hasta ecosistemas, Se identificaron 1.700.000 especies y, cada año, se identifican alrededor de 20.000 nuevas especies. Las estimaciones actuales del número total de especies sobre la Tierra oscila entre 3 y 100 millones, y los cálculos más aproximados se encuentran entre 10 y 14 millones. Las selvas tropicales y los arrecifes de coral se encuentran entre las regiones más ricas en biodiversidad. El grupo de organismos más

diverso es el de los insectos –se han identificado más de 750.000 especies hasta ahora. La biodiversidad tiene valores ajenos al mercado (como los valores intrínsecos y los estéticos), así como valores que sí están en el mercado (como los beneficios económicos obtenidos a través del uso de recursos y servicios ecosistémicos). La pérdida de la biodiversidad es un problema de conservación importante; se extinguen anualmente entre 3.000 y 30.000 especies. Los científicos no conocen todavía la implicancia de la pérdida de la biodiversidad que ocurre cada año. Hay mucho por aprender acerca del papel de la biodiversidad en la función del ecosistema.

Proyecto Andes-Amazonia Financiado por la Fundación Gordon and Betty Moore Programa de Política y Ciencias Ambientales – OET Director: PhD Andrew Chek Coordinador: Leandro Castaño Betancur Diseño: Liliana Jiménez Bernal


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CO ORRRREED DO ORREESS YY CO ON NEEC CTTIIV VIID DA AD D

1. ¿Qué es un corredor? Si bien el término corredor se usa en diversas formas al hablar de acciones de manejo del paisaje, en este módulo apuntamos a su papel en los esfuerzos de conservación.

intercambio y la recolonización entre hábitats de alta calidad.

A medida que en todo el mundo el hombre continúa modificando el paisaje para satisfacer sus propias necesidades, la fragmentación va en aumento. Este proceso tiene como resultado la formación de parches o islas en el paisaje en lo que había sido un área más extensa de paisaje continuo. (Ver el Módulo de Fragmentación, para más detalles). Dicha condición de paisaje fragmentado puede tener graves consecuencias para aquellas plantas y animales que encuentran allí su hábitat. Una forma de compensar los impactos de la fragmentación es reconectar o mantener las uniones existentes entre los fragmentos. Este abordaje es la base para conectar hábitats con corredores u otro tipo de uniones en el paisaje que permiten el movimiento y, con él, el

Originalmente, un corredor estaba relacionado con la función; es decir, un área que permitía que las plantas y los animales se movieran. Las definiciones actuales, tomadas de la Ecología del Paisaje, también incluyen la estructura: un corredor es una superficie lineal, en contraposición con un parche no lineal. En esta definición ampliada puede estar incluido todo, desde una hilera de árboles a lo largo de los límites de un terreno, una ruta, las líneas de alta tensión, hasta las vías férreas. Este artículo incluye ambas definiciones, pero pondremos más atención en la función de los corredores, ya que nos interesa contestar preguntas como: "¿Qué función cumplen los corredores?” y “¿funcionan los corredores?"


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Corredores y Conectividad

Apartado 1: ¿Funcionan los corredores? Los resultados de los estudios científicos demuestran que: Los corredores mantienen en el musgo una fauna de insectos más diversa. La diversidad de plantas en hábitats conectados se mantiene elevada. La conectividad amortigua los efectos de los depredadores de insectos y extiende, así, la persistencia de los insectos. Los agentes de la polinización se mantienen en mejores condiciones en sistemas conectados. Muchas especies, incluidas el puma, los pequeños mamíferos, las mariposas y las aves utilizan los corredores en situaciones reales. Pero como en muchos de estos estudios no se usaron sitios de control, aún se desconoce el verdadero efecto de los corredores. La gran verdad que se desprende de los estudios es que si bien es preferible la existencia de corredores que conecten fragmentos de hábitat a tener fragmentos aislados, mejor aún es mantener grandes extensiones sin fragmentar.

2. ¿Cuál es la función de los corredores? Los corredores pueden tener variadas funciones en el paisaje, pero, a los fines de la conservación, nuestro mayor interés está centrado en la capacidad de permitir que las plantas y los animales se trasladen entre las diferentes áreas.

Esta función adquiere una importancia creciente a medida que los paisajes se ven cada vez más fragmentados. Para poder trasladarse con éxito entre estos fragmentos, la mayoría de las especies necesitan conexiones cuyo hábitat tenga, por lo menos, los requerimientos

mínimos y en los que no sea posible que el individuo se encuentre con causantes de alta mortalidad, como el hombre y los caminos. Por ejemplo, los carnívoros de gran tamaño a menudo necesitan corredores amplios (en el orden de varios kilómetros) con suficiente alimento, agua, cobertura y muy baja densidad de caminos. La idea de los corredores evolucionó a partir de dos teorías ecológicas muy conocidas: la biogeografía de islas y la teoría de la metapoblación. La primera afirma que el número de especies que puede sobrevivir en una isla está relacionado con el tamaño de la isla y con la capacidad de las especies de migrar


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de la isla y hacia ella. Las islas de gran tamaño que están cerca de otras tienen más especies que las islas más pequeñas y remotas. Un fragmento de hábitat es similar a una isla en cuanto a que sobrevivirán más especies en fragmentos más grandes que permiten el movimiento entre ellos por medio de corredores. La teoría de la metapoblación sostiene que los individuos de una especie se distribuyen en varios parches de hábitat, y como toda población que está en un parche podría extinguirse, la supervivencia de las especies se relaciona con el movimiento de los individuos entre estos parches. De este modo, la conexión de los parches de hábitat puede ayudar a prevenir las extinciones locales y regionales al permitir que continúe la inmigración y recolonización. Los corredores además ofrecen diversas funciones a la vida silvestre. En primer lugar, facilitan los movimientos diarios o estacionales que son importantes para acceder a los recursos y permitir el intercambio de individuos en una población mayor. Los movimientos habituales van desde los traslados diarios de los insectos, las aves y otros organismos, por ejemplo, desde los sitios de alimentación a los de nidificación o de cría, hasta las migraciones estacionales de los ungulados de gran tamaño. En Florida, los pumas constituyen un buen ejemplo de por qué se usan los corredores en el manejo de la vida silvestre, ya que los machos cubren una superficie hasta de 400 km2 por año, aunque ya no existen hábitats apropiados de este tamaño. Estos animales pueden trasladarse entre parches de hábitat a través de

forestaciones en línea de árboles de madera dura que actúan como corredores. En segundo lugar, la conectividad permite que los animales se dispersen de un área o región a otra, por ejemplo, del área de acción de nacimiento al de adultez. Quizás el ejemplo clásico de este hecho lo ofrece el salmón. Este pez eclosiona y permanece en agua dulce durante varios meses o, inclusive, algunos años. Con el tiempo, migra río abajo hacia el agua salada, su territorio de adulto, donde permanece varios años, hasta que vuelve a migrar a los cursos de agua dulce cuando es tiempo de desovar; esta migración puede tener

una distancia hasta de ¡1.000 millas!

Si se establecen corredores que unen y protegen los territorios de eclosión/desove y de la vida adulta, se puede proteger el salmón de las amenazas de la fragmentación del hábitat, de la explotación y de la presencia de instalaciones hidroeléctricas. El movimiento e intercambio de individuos entre remanentes de hábitats también puede brindar a las especies beneficios genéticos. Las poblaciones que están aisladas pueden desarrollar problemas debido a la endogamia. Sin embargo, si los individuos se trasladan entre distintas poblaciones, pueden mantener la variabilidad genética, lo que finalmente resultará beneficioso para cada población, así como para la


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Corredores y Conectividad

metapoblación de la cual forman parte. Los corredores también pueden ser importantes para los procesos ecosistémicos, como la polinización y la dispersión de semillas. Por ejemplo, a medida que el murciélago de nariz larga migra entre México y Arizona, se alimenta del néctar de varias plantas y, a su vez, las poliniza.

entre los murciélagos de nariz larga y un grupo selecto de plantas a lo largo de la ruta migratoria demuestra la importancia de la conectividad a gran escala, no sólo para el murciélago, sino también para el mantenimiento de los procesos ecológicos en varios sistemas que aparentemente están desconectados. La

Los murciélagos dependen estrechamente de especies particulares de plantas como la mimosa, el maguey y el cactus columnar, y éstas dependen, a su vez, del murciélago para su polinización. A lo largo de su ruta migratoria, estos animales requieren un aporte constante de plantas florecidas. La pérdida generalizada del hábitat o la fragmentación a lo largo de su ruta podría interrumpir todo el proceso de migración de murciélagos y, así, afectar severamente a las especies polinizadoras. La relación que existe

diversidad e integridad del ecosistema también se puede beneficiar del mantenimiento de la conectividad del paisaje a través de los corredores. Por ejemplo, Kruess y Tscharntke (1994) encontraron que la fragmentación del bosque llevaba a una menor diversidad de parasitoides de insectos, lo que, a su vez, resultó en mayores y más rápidas irrupciones de insectos plaga en las tierras circundantes destinadas a la agricultura. Los corredores de hábitat que conectan parches de bosque en paisajes de agricultura como éste y otros similares podrían ofrecer hábitats para depredadores que controlan naturalmente muchas plagas de la agricultura.

3. ¿Funcionan los corredores? Lo que se desprende de los estudios sobre corredores entre áreas de reserva es que no deberían ser considerados un sustituto de la conservación de grandes áreas contiguas. Algunas experiencias sugieren que los hábitats que están conectados realmente funcionan mejor que los parches aislados. Por ejemplo, los hábitats conectados mantuvieron

mayor diversidad de fauna en el musgo, la diversidad de plantas se mantuvo a niveles más altos, la conectividad amortiguó los efectos de los depredadores de insectos y permitió, así, una persistencia más prolongada de las especies presa y los agentes de la polinización se mantuvieron en mejores condiciones. Además, muchas


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especies, incluidas el puma, los pequeños mamíferos, las mariposas y las aves, demostraron utilizar los corredores en situaciones reales. Sin embargo, estos estudios revelaron un lado débil, al no lograr examinar el uso de las áreas que no son corredores, y así se plantea la posibilidad de que los organismos que usan los corredores también se trasladen por otras partes

del paisaje. Además, queda sin responder la pregunta de si el movimiento realmente influye en la dinámica poblacional. De este modo, si bien la investigación indica que los corredores se usan para el movimiento, no se desarrolló la base empírica para demostrar que los corredores son necesarios o son el abordaje más efectivo para asegurar la persistencia de las especies.

Apartado 2: Recuperación de la conectividad a escala local y regional en Belize En el Santuario Comunitario de Babuinos de Belize, las poblaciones de monos negros aulladores se estaban reduciendo porque los dueños de tierras talaban el bosque a lo largo del río Belize para hacer la tierra cultivable. Los monos no podían cruzar los campos abiertos que se encontraban entre los parches de bosque. Como disminuyeron las fuentes de alimentos y su capacidad de trasladarse a través del bosque, la población de monos sufrió una grave reducción. Para revertir esta tendencia, en 1985, los 450 residentes que poseían tierras en el Santuario acordaron mantener corredores de bosque aproximadamente de 20 m de ancho a lo largo de los cursos de agua y de los límites de propiedad. También se están implementando a través de campos de cultivo y entre parches de bosque. Entre otros elementos del plan se encuentran la protección de árboles que ofrecen alimento a los monos y la construcción de puentes aéreos sobre los caminos, para que los monos crucen en forma segura. Estas medidas parecen tener éxito, ya que la población de monos negros aulladores fue creciendo paulatinamente con la reconexión del hábitat.

Por lo tanto, todavía no existe evidencia suficiente que confirme la idea de que los corredores pueden mitigar el efecto que la pérdida general de hábitat tiene sobre la biodiversidad. Esto se debe, en parte, a que el hábitat en los corredores –por el hecho mismo de ser corredores– es diferente del hábitat en áreas más extensas; por ejemplo, los corredores sufren los efectos del borde y de las interacciones ecológicas alteradas. Los estudios realizados hasta el presente

sugieren que los esfuerzos de restauración de conectividad que apuntan a una o varias especies clave son los que tienen más probabilidades de lograr cierto nivel de éxito. No obstante, aún para una especie objetivo determinada, el éxito de un corredor está relacionado con su longitud, su ancho y la distancia entre parches del hábitat.


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Corredores y Conectividad

4. Logro de conectividad en diferentes paisajes La conectividad entre ciertas áreas del hábitat puede lograrse protegiendo corredores naturales existentes o "stepping stones" (elementos de ayuda) del hábitat apropiado. Para que esto tenga éxito, los científicos y los manejadores del paisaje deben documentar cuidadosamente los patrones existentes del movimiento de la vida silvestre y evaluar la calidad de hábitat de las áreas propuestas para ser mantenidas como corredores. También deben considerarse como factores en dichos planes los cambios en los movimientos de animales y plantas resultantes de los cambios climáticos.

En otras regiones, fueron eliminados el hábitat natural y los sitios de alimentación y descanso en las rutas migratorias; allí debe restablecerse la conectividad a través de la restauración ecológica. Hasta el presente, la mayoría de los proyectos de restauración apuntaron a la conectividad a escalas local y regional. Aunque es importante a todas las escalas, la restauración de la conectividad interregional posiblemente sea la más exitosa en cuanto a la protección de especies clave como los predadores superiores– y respecto a los procesos ecológicos–

como la migración y el intercambio genético.

4.1 Corredores terrestres El corredor local o a pequeña escala conecta parches de hábitats pequeños y cercanos entre sí para facilitar el movimiento de invertebrados, semillas de plantas, vertebrados pequeños y algunas aves. Esta categoría de corredores puede incluir cortavientos (líneas de árboles o arbustos plantados en los perímetros de campos), setos vivos y otros tipos de "cercos vivos". A esta escala, los corredores son hábitats de borde en su totalidad y, por lo tanto, no son tan útiles para las especies que necesitan las áreas interiores del hábitat. No obstante, pueden tener un impacto significativo en la protección de la diversidad regional. Por ejemplo, en Inglaterra, la remoción de setos vivos que rodeaban los campos contribuyó significativamente a la declinación de la diversidad de aves e insectos en los últimos 50 años. Los corredores a escala de paisaje son más anchos, más largos, y están diseñados para conectar elementos del paisaje más amplios y aislados, como las áreas de bosque, pastizales remanentes o cimas de montañas adyacentes. Los corredores de paisaje


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facilitan los movimientos diarios o estacionales de especies que normalmente están restringidas a hábitats específicos, como las especies de aves de humedales. Este tipo de corredor puede incluir: grandes extensiones de bosque que unen reservas que, de otro modo, estarían desconectadas; selvas en galería a lo largo de cursos de agua o hábitats que siguen gradientes naturales o características topográficas, como cadenas montañosas. Las comunidades ribereñas (de los bancos o las orillas de los ríos) en particular, pueden jugar un papel importante como "corredores naturales" a escala regional o de paisaje. Generalmente son utilizados por la fauna y flora silvestres como conexiones naturales entre áreas altas y bajas. En las zonas áridas, muchas especies dependen de los recursos que proveen estas comunidades. El corredor a escala regional conecta grandes extensiones de tierra que, de otro modo, llegarían a aislarse. Esta escala de conexión es mencionada como la más importante para el mantenimiento de la variabilidad genética de los vertebrados de gran tamaño. Estas uniones pueden ser lo suficientemente extensas como para ser

protegidas como un tipo de área natural en sí misma. El proyecto del Corredor Biológico Mesoamericano (Apartado 5;) ejemplifica la respuesta a la necesidad de dichas conexiones regionales e interregionales.

Existe un amplio debate sobre cuál es el ancho óptimo de los corredores para la vida silvestre. Sin embargo, varios investigadores sugirieron que la proporción ancho-largo debería aumentar al ir de la escala local a la regional. Harrison (1994) recomienda que el ancho mínimo de los corredores debería determinarse sobre la base de los ámbitos de acción de especies de gran tamaño que satisfacen sus necesidades allí. Además, los hallazgos de Woodroffe y Ginsberg (1998) indican que la caza furtiva constituye la mayor amenaza para la viabilidad de los grandes carnívoros, en muchos de los parques nacionales del mundo. Sus resultados implican que los corredores para animales carnívoros que tienen un ancho inferior a un área de acción no serán eficaces para protegerlos de los cazadores furtivos.


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Corredores y Conectividad

Apartado 3: El Proyecto de Corredor Biológico Mesoamericano El Proyecto del Corredor Biológico Mesoamericano es uno de los corredores de conservación más grandes que se hayan propuesto. El plan original se desarrolló en los años 80 como una iniciativa para restablecer un corredor natural para el hábitat de la pantera de Florida. Pero, al analizar las perspectivas de dicho corredor, los conservacionistas se dieron cuenta de que necesitaban tener un enfoque mucho más abarcador, que también atendiera las necesidades de las diversas comunidades existentes a en toda su extensión. En 1992, se lanzó el proyecto revisado en América Central y en el sur de México, con el objetivo de conservar la diversidad biológica a lo largo del corredor y, a la vez, de alentar el desarrollo sostenible. El corredor constituye un proyecto controvertido debido a su enorme tamaño y alcance. La propuesta establece que comience al sudeste de México, continúe a lo largo de la costa atlántica de Guatemala y Belize, pasando por el centro de Honduras, Nicaragua y El Salvador, y descienda por la costa atlántica de Panamá, donde finaliza. En total, el corredor tendrá una superficie de 3.000.000 ha de ecosistemas terrestres y marinos.

4.2 Conectividad marina Hasta aquí nos hemos referido principalmente al tema de los corredores terrestres. Pero la conectividad también es crucial para muchas especies y procesos de agua dulce y salada.

Estos tipos de corredores reciben mucha menos atención que sus equivalentes terrestres. Esto puede deberse al hecho de que los impactos que el hombre ocasiona a los ambientes de agua dulce y salada son generalmente mucho más difíciles de observar. Se realizan esfuerzos para brindar mayor atención a la protección de los mares; actualmente, las áreas marinas protegidas ocupan menos de la mitad de 1% de los océanos del planeta.

Sin embargo, la conservación de los mares todavía es una ciencia bastante nueva, por lo que hay muy poca teoría a la cual recurrir. Si bien los científicos aplican las teorías relacionadas con los corredores terrestres, advierten que los ambientes marinos (Allison et al. 1998) y los de agua dulce son básicamente diferentes. Una de las principales diferencias que surgen de trabajar en el ambiente marino (respecto del terrestre) es que el objetivo de la conectividad es unir poblaciones, no hábitats. Esto se debe, en principio, a que las especies marinas generalmente dependen de distintos hábitats en las diferentes etapas de su ciclo de vida –que a menudo incluye una fase pelágica (océano abierto)–. Esto se denomina población abierta – aquélla que, para el reabastecimiento de su población, depende de la reproducción que sucede en otro lugar.


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Además, las corrientes pueden transportar los huevos y las larvas por largas distancias. Estas características hacen que sea difícil que una reserva pueda proteger todo el ciclo de vida de un organismo, debido a las áreas potencialmente extensas que están involucradas. También hace que la conectividad sea particularmente importante. Por lo tanto, el centro de atención no está puesto tanto en el hábitat, sino en las poblaciones mismas. A menudo las reservas apuntan a cubrir áreas críticas del ciclo de vida, como los sitios de reproducción. Los científicos también sugieren que las reservas estén lo suficientemente cerca como para que las poblaciones residentes

interactúen a través de la dispersión o la migración. Las especies que tienen poblaciones que dependen del reclutamiento para su persistencia (es decir, "poblaciones abiertas") requieren redes de reservas que tengan alta conectividad. Sin embargo, el tamaño de cada reserva y la ubicación y la distancia entre las reservas dentro de la red dependerán de los patrones de dispersión de las larvas y de la conectividad entre las poblaciones en el área.

Apartado 4: Criterios importantes en el desarrollo de redes de reservas marinas 1. 2. 3. 4. 5. 6.

Complementar o suplir el manejo convencional de las especies explotadas. Proteger especies raras o hábitats vulnerables. Salvaguardar etapas críticas del ciclo de vida, por ejemplo, sitios de agregación para el desove o áreas de cría de juveniles. Asegurar las conexiones entre hábitats independientes. Mantener los servicios ecosistémicos, como la función de filtrado del agua llevada a cabo por invertebrados que se alimentan de materia en suspensión en bahías y estuarios. Proveer conectividad entre las reservas para la persistencia de las especies o entre reservas y áreas no protegidas para la repoblación de poblaciones explotadas.

Una de las dificultades más importantes del diseño de corredores y reservas marinas es que los científicos carecen de información suficiente acerca del comportamiento de dispersión y migración de muchas especies. Esta falta de información se debe, en parte, al hecho de que, logísticamente, es difícil llevar a cabo experimentos que

evalúen la conectividad (debido a la inmensidad del océano y a la demanda de equipamiento costoso y altamente especializado). Uno de los recursos alternativos de conectividad entre poblaciones es considerar los patrones de las corrientes. Sin embargo, este enfoque es limitado, ya que las corrientes pueden no revelar las


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verdaderas uniones, si las especies controlan activamente su dispersión pelágica. Por ejemplo, Barber et al. (2000) encontraron que los patrones actuales de las corrientes no podrían explicar los patrones de similitud genética entre poblaciones de camarones en los arrecifes coralinos de Indonesia.

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4.3 Conectividad en agua dulce La atención que se le ha brindado desde siempre al manejo de los recursos de agua dulce se centró en la maximización de los beneficios que el hombre podría obtener de ella. Pero, al hacerlo, a menudo se prestó atención a un solo aspecto de los cursos de agua, ya sea la navegación, la irrigación, la generación de energía, la pesca deportiva o, inclusive, la calidad del agua, sin tener en cuenta el sistema en su totalidad.

Apartado 5: Unión de reservas marinas La conectividad marina es de particular importancia, ya que muchas especies utilizan distintas clases de hábitats en diferentes estados de su ciclo de vida. Algunos científicos en Sudáfrica afirmaron que el Área Protegida Marina DeHoop, en la provincia del Cabo Occidental de ese país, la reserva marina más austral de continente africano, ofrecía un hábitat de decisiva importancia para muchas especies de peces que se trasladaban dentro de la resera y fuera de la ella. Algunas especies, como la herrera del cabo, el dentón del cabo y el sargo narigón permanecían protegidos en la reserva hasta alcanzar la madurez. Esta protección es particularmente importante para aquellas especies como la herrera del cabo, que son muy explotadas. La reserva también ayuda a frenar la fragmentación de hábitats terrestres. Sus tres millas náuticas de ecosistema marino se conectan con un área de 50 km a lo largo de la costa. Además, está contigua a una reserva terrestre que protege la vegetación que se encuentra amenazada y sitios arqueológicos.

Actualmente, se están llevando a cabo algunas iniciativas para restaurar la conectividad en áreas que fueron alteradas. Un buen ejemplo lo constituye la propuesta de modificar o derribar ciertos diques en los Estados Unidos. La investigación demostró que los diques con una característica particular en las áreas de descarga del

vertedero, son más permeables para muchas especies y se demostró que aumentan las poblaciones de muchas especies nativas en la parte superior del río. Además de estos beneficios ambientales, muchos especialistas en manejo consideran que tales modificaciones o desmantelamientos son económicamente beneficiosos. Por


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ejemplo, la evaluación económica del plan para la remoción de dos diques que se encuentran deteriorados sobre el río Elwha, en el estado de Washington, reveló que el costo de $ 100 millones justificaba los 3.000 a 6.000 millones por año en beneficios de no mercado (como los valores de recreación, de existencia y de legado) que brindaría la recuperación del río y

del salmón silvestre. También será necesario el manejo preventivo para proteger los procesos naturales en agua dulce. Los sistemas de ríos que se encuentran intactos, como el Amazonas y sus afluentes en América del Sur, ofrecen una posibilidad de evitar errores costosos e irreversibles que se hicieron en otros lugares.

5. Corredores: incertidumbres y controversias Si bien resulta claro que los corredores ofrecen beneficios potenciales, también se han señalado riesgos. Un problema biológico potencial de los corredores es la transferencia de especies plaga y enfermedades entre parches. Por ejemplo, los científicos advierten que el alce y el bisonte podrían propagar la brucellosis al ganado vacuno a lo largo del corredor que va desde Yellowstone hasta Yukon. Una infestación relativamente menor en una sola área del hábitat podría propagarse rápidamente hacia muchos fragmentos o a todos los fragmentos conectados y causar serios daños en múltiples poblaciones. En el caso de una especie rara, esto podría llevar a la extinción total. Asimismo, los corredores de bosque pueden facilitar la propagación de fuegos naturales de un área de bosque a otra. Como se mencionó anteriormente, a menudo, muchos corredores contienen una cantidad significativa de hábitat

de borde, que puede exponer a la fauna silvestre que se dispersa a lo largo de los corredores a mayores riesgos de depredación por parte del hombre o de otros animales que suelen encontrarse en los caminos que utiliza la fauna silvestre. Pero los riesgos de tal propagación de enfermedades o de incendios son desconocidos hasta ahora. En consecuencia, el tema no es que los corredores ofrezcan riesgos, sino que deberían planificarse teniendo en cuenta estos tipos de riesgos. Los corredores también pueden ofrecer grandes desafíos a los conservacionistas, ya que muchos corredores, por definición, deben cruzar límites internacionales. Por ejemplo, luego de descubrir la similitud genética entre las poblaciones del lince en Montana, British Columbia y Alaska, los científicos tratan de establecer la conectividad entre estas poblaciones.


Corredores y Conectividad

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Puntos clave para recordar...

hábitat también aportan beneficios genéticos a las especies. Los corredores también pueden ser importantes para los procesos ecosistémicos, como la polinización y la dispersión de semillas. Si bien algunos estudios demuestran que los corredores son eficaces, no sustituyen la conservación de extensas áreas contiguas.

Un corredor conecta paisajes fragmentados, lo que permite que las plantas y los animales se trasladen entre estos fragmentos. La conectividad es importante no sólo en ecosistemas terrestres, sino también en sistemas marinos y de agua dulce. Al ser usados por las especies, los corredores ayudan a prevenir su extinción local y regional. El movimiento y el intercambio de individuos entre remanentes del

PPrrooyyeeccttoo A Annddeess--A Am maazzoonniiaa FFiinnaanncciiaaddoo ppoorr llaa FFuunnddaacciióónn G o Gorrddoonn aanndd BBeettttyy M Moooorree PPrrooggrraam maa ddee PPoollííttiiccaa yy C Ciieenncciiaass A Am mbbiieennttaalleess –– O OEETT Director: PhD Andrew Chek Coordinador: Leandro Castaño Betancur Diseño: Liliana Jiménez Bernal


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FRRAAG GM MEEN NTTA AC CIIÓ ÓN ND DEELL HÁ ÁBBIITTA ATT 1. ¿Qué es la fragmentación? Durante las últimas dos décadas, el 50% del bosque original de las áreas tropicales ha sido destruido. Donde en algún momento existían numerosos hábitats diferentes dentro de una extensa matriz de bosque, ahora quedan algunas pequeñas "islas" o fragmentos de bosques. Actualmente, el paisaje está dominado por grandes establecimientos ganaderos, áreas taladas, un entramado de caminos y otras construcciones hechas por el hombre. Esto patrón se está volviendo el dominante en todo el mundo. En efecto, la alteración de los hábitats a causa de la actividad humana es ampliamente considerada como una de las mayores causas de la pérdida de biodiversidad en el mundo.

La fragmentación del hábitat es el proceso por el cual un área extensa de hábitat continuo es reducida y dividida en dos o más fragmentos. De este modo, la fragmentación lleva a la reducción en la cantidad del tipo de hábitat de una región y también aumenta el aislamiento de los fragmentos remanentes. Aunque la fragmentación se estudia más comúnmente en términos de bosque, afecta a todos los tipos de ecosistemas, como las praderas, los pantanos y los arrecifes coralinos.

2. La fragmentación en los ecosistemas terrestres Noss y Csuti (1994) ofrecen una descripción clara y concisa de la forma típica en que se desarrollan los procesos de fragmentación en un paisaje. Gran parte de este módulo se basa en dicha descripción. La fragmentación en los ecosistemas terrestres comienza, generalmente, cuando se genera un claro o una abertura en la vegetación

natural, lo que puede ocurrir, por ejemplo, cuando se abre un camino en un área de bosque prístino para llevar adelante la tala. Luego de esta intervención inicial, la matriz más grande de tipos de hábitat nativos puede permanecer bastante intacta por un tiempo, con pequeños cambios en la composición y abundancia de


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Fragmentación

especies. La actividad humana continúa o aumenta, las áreas abiertas se multiplican o aumentan de tamaño y la conectividad de la vegetación original se ve seriamente interrumpida. En este proceso es clave el acto mismo de penetrar en un área o seccionarla, en contraposición con las actividades que simplemente afectan los bordes de los grandes fragmentos de hábitat. Esta penetración abre un área que estaba cerrada y facilita, así, el acceso a ella, que de otra forma no habría sido posible. El proceso de fragmentación tiene impactos a muchas escalas espaciales. A una amplia escala regional, la fragmentación se da comúnmente cuando las tierras para agricultura o pastoreo separan las áreas que antes estaban conectadas por hábitat natural. Probablemente, la fragmentación más conocida que se da actualmente es la del Amazonas, donde los cálculos revelan que se talan anualmente entre 21.000 km2 y 80.000 km2 (según el cálculo). La fragmentación en las áreas fronterizas como en el Amazonas tiende a ser bastante alta. Otros tipos de fragmentación a escala regional puede llevar hasta cientos de años y, una vez que se dan, el movimiento interregional

se ve imposibilitado limitado.

o

seriamente

A escala de paisaje intermedio (por ej., a escala de un departamento provincial o de un gran municipio) la fragmentación se puede dar en cuestión de décadas o de menos tiempo. La mayoría de los estudios sobre fragmentación se centran en esta escala, por ende, se conoce más sobre los efectos de la fragmentación del paisaje. A esta escala, la fragmentación puede interrumpir movimientos diarios, estacionales o generacionales de la vida silvestre, que son cruciales para acceder a recursos, cambiar entre los lugares de alimentación y de nidificación, migrar entre áreas de acción de verano y de invierno o dispersarse desde las áreas de acción de nacimiento a las de adultez. A escala local, la fragmentación de áreas causada por la presencia de caminos, vías férreas, cercos y elementos similares pueden tener efectos graves en las especies nativas y en los procesos ecológicos. El movimiento de los pequeños vertebrados, los insectos, las semillas de plantas y las esporas dependen en gran medida de la conectividad a esta escala.


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Apartado 1: Efectos de la Fragmentación Algunos de los efectos conocidos de la fragmentación del hábitat son: Disminución de la riqueza de especies de aves, algunos insectos, primates, abejas y termitas Cambios en la composición de comunidades de mariposas y de pequeños mamíferos Cambios estructurales severos en el bosque Cambios en la distribución de los recursos (frutas e insectos) Cambios en las condiciones micro climáticas asociadas con los bordes Efectos negativos sobre la supervivencia de los árboles y la caída de hojas Aumento de la vulnerabilidad y la mortalidad animal.

3. Fragmentación en los ecosistemas marinos Los ecosistemas terrestres y marinos difieren sustancialmente con respecto a los problemas de la fragmentación del hábitat. En parte, esto se debe simplemente a la naturaleza de los hábitats. Los ecosistemas marinos son relativamente abiertos, mientras que los terrestres tienden a tener límites más diferentes. Esto significa que muchas especies marinas tienen hábitats más amplios, por ejemplo, los carnívoros marinos tienen áreas de acción más variables y extensas que los terrestres. Muchas especies marinas tienen, también, distintos requerimientos de hábitat en las diferentes etapas de su ciclo de vida. Por lo tanto, las poblaciones están distribuidas en forma de parches, pero conectadas por corrientes. La fragmentación se produce cuando uno de estos parches o la conexión a ellos se destruye. El método de pesca comercial por

arrastre es una causa común de fragmentación del hábitat en los mares. Este método implica el arrastre desde un bote de un equipo de pesca (una red barredera) por el lecho del mar. Este tipo de pesca disminuye la heterogeneidad del hábitat, reduce la biomasa y la abundancia de especies bénticas (que habitan en el lecho), y puede afectar la disponibilidad del hábitat y de presa de los juveniles. También destruye las rocas y otras estructuras del lecho del mar, que muchas especies usan para protegerse de los depredadores. Debido a todos estos efectos adversos, la pesca por arrastre a menudo está relacionada con la tala en las selvas tropicales.


Fragmentación

Sorprendentemente, este tipo de fragmentación recibe poca atención, quizás porque no es visible. Sin embargo, existen otros tipos más perceptibles de fragmentación que afectan los ecosistemas marinos. Por ejemplo, el desarrollo costero destruyó casi completamente los humedales marinos, incluidos las marismas y los pantanos que se encuentran a lo largo de las costas. Casi la mitad de los manglares se perdieron debido en parte, a la construcción de criaderos de camarones y langostinos y, en parte, porque constituyen una fuente de combustible para las poblaciones costeras en todo el mundo. La fragmentación también afectó los arrecifes coralinos. Éstos "pueden

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considerarse las selvas tropicales de los mares", en cuanto a que albergan una enorme biodiversidad, pero que también se ven amenazados por las actividades humanas. Las prácticas destructivas de la pesca son la causa principal de la fragmentación. El uso de dinamita y bombas caseras es común en muchas partes del mundo; se arroja la bomba al mar y se recogen los peces cuando flotan en la superficie. El cianuro de sodio también se usa como medio de pesca: se vierte un chorro en el arrecife, que obliga a los peces a salir y así son atrapados en la red. El arrecife mismo también adquirió valor, ya que en muchas partes los lugareños rompen pedazos y los venden a los negocios de souvenir, para turistas extranjeros. Todas estas prácticas contribuyen a la fragmentación del arrecife.

4. Fragmentación en los ecosistemas de agua dulce La fragmentación de los hábitats de agua dulce es también bastante diferente de los procesos que suceden en los ecosistemas terrestres. Su causa frecuente es la modificación de los cursos del agua para uso humano. Los mejores ejemplos lo ofrecen la construcción de diques y la alteración de los cursos de agua para la navegación. Los diques no sólo obstaculizan el acceso de los peces migratorios a áreas que se encuentran aguas arriba, sino que también impiden

la recolonización de segmentos de los cursos de agua por parte de especies, cuyas poblaciones locales pueden haberse extinguido por causas naturales o humanas. La navegación de los ríos y las obras de ingeniería invariablemente separan la interacción del curso principal del hábitat circundante y así se fragmentan los ecosistemas en segmentos inviables. La remoción del detrito de los cursos de agua, la estabilización de los bancos de arena y la eliminación de la vegetación


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ribereña (de la orilla o borde) destruyen y fragmentan el hábitat de muchas especies. La eliminación de barreras naturales como las cascadas y el uso de canales para unir cuerpos de agua que anteriormente estaban desconectados también dieron lugar a la invasión de especies no nativas. Tanto los canales, como los barcos que los usan, sirven como medios de transporte de estas especies exóticas, a menudo con consecuencias catastróficas. En los países industrializados, ya se produjo una fragmentación considerable de los ríos. En el tercio norte del planeta (Europa, la antigua Unión Soviética, Estados Unidos y Canadá) las represas, la regulación de los cursos de agua dada por el funcionamiento de embalses, la irrigación y las transferencias entre cuencas alteraron significativamente el 77% del total de la descarga de agua de los 139 sistemas de ríos más grandes. Todos los ríos importantes de los Estados Unidos se encuentran fragmentados; sólo el 2% de los 5’100.000 km de ríos y arroyos del país permanecen inalterados. Pero la fragmentación y regulación de los ríos no es un problema solamente de los países industrializados, sino que se está dando en todo el mundo. La red mundial de hidrovías

creció enormemente en el siglo pasado, desde apenas menos de 9.000 km en 1900 a alrededor de 500.000 km en el presente. La tendencia a regular los ríos fue tan fuerte que una publicación del Worldwatch Institute en 1996 predijo que dos tercios del total de cursos de agua estarían regulados para el año 2000.

Esta fragmentación tiene consecuencias graves para las especies que dependen de su movimiento a lo largo del sistema de agua dulce. En un análisis sobre los peces de América del Norte, Miller et al. (1989), llegaron a la conclusión de que la alteración física del hábitat era la causa más común de extinción (esta causa estaba relacionada con el 73% de las extinciones). En un estudio similar llevado a cabo por biólogos que trabajaban con la fauna de agua dulce de América del Norte, Richer et al. (1997), encontraron que la fragmentación del hábitat era la causa de las reducciones históricas del 16% de las especies de fauna de agua dulce (no de plantas) en peligro y que, actualmente, limita la recuperación del 19% de dichas especies.

5. Efectos de la fragmentación "La vida silvestre se caracteriza por el movimiento y el intercambio, a menudo a una escala de cientos o miles de

kilómetros." La fragmentación interrumpe estos procesos naturales, ya que las poblaciones se dividen, se aíslan


Fragmentación

y se hacen más vulnerables a la extinción y los flujos de los ecosistemas se ven truncados. Los principales efectos de la fragmentación son las barreras y los bordes que crean este proceso y la homogeneización y la posible extinción de especies que resulta de ello.

5.1 Barreras al movimiento Uno de los efectos más graves de la fragmentación es la obstrucción del movimiento entre los parches aislados del hábitat.

La fragmentación, fundamentalmente, crea una barrera para muchas especies que éstas no pueden atravesar. De las muchas barreras que construye el hombre, los caminos son probablemente las más importantes. Las rutas son una característica extendida y creciente de la mayoría de los paisajes. Actúan como un obstáculo que limita la capacidad de un individuo de colonizar (ocupar un parche de hábitat vacío) o de dispersarse (trasladarse para establecer un nuevo ámbito de acción) de su hábitat. Esto puede tener consecuencias calamitosas para la metapoblación, ya que su supervivencia depende de la capacidad de los individuos de compensar las extinciones locales o extirpaciones a través de la inmigración y emigración entre poblaciones.

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Las barreras pueden impedir que un individuo sea capaz de migrar hacia otras áreas cruciales de su hábitat, como los sitios de reproducción. Los caminos también son perjudiciales porque aumentan la mortalidad causada por la colisión con vehículos, modifican el comportamiento de los animales (evasión), alteran el ambiente físico e incrementan el potencial de contacto con el hombre. La distancia entre los fragmentos del hábitat es un factor de decisión importante en cuanto a si una especie se atreverá a trasladarse a otro fragmento. Muchas especies que habitan en el interior de los bosques, incluidos algunos insectos, no cruzan siquiera distancias cortas de áreas abiertas. Los animales que sí se atreven a cruzar estas áreas son vulnerables a la depredación y a los encuentros con cazadores furtivos o con vehículos. Cuando los fragmentos de hábitats están lo suficientemente cerca como para que los pájaros, las mariposas, los murciélagos y otros mamíferos puedan cubrir las distancias que hay entre ellos, puedan "comportarse" como partes de un hábitat contiguo mayor y perder especies mucho más lentamente de lo que se esperaría por su tamaño. De los animales que sí cruzan los parches de hábitat, muchos lo hacen porque su territorio o ámbito de acción puede ser mucho mayor que el tamaño del parche. Esto se da en especies de área de acción amplia, como los carnívoros de gran tamaño (por ej., el jaguar) y los ungulados que migran


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estacionalmente (por ej., los pecaríes), que están entre las especies más amenazadas por la fragmentación del hábitat, en parte, porque son

vulnerables a la mortalidad a causa del hombre y los vehículos al intentar cruzar regiones fragmentadas.

Apartado 2: Fragmentación en Costa Rica Costa Rica tiene más del 20% de su tierra destinada a áreas protegidas y más de 40 iniciativas de corredores propuestas para unir estas áreas. Las áreas protegidas mitigan los efectos de la fragmentación que actualmente está sucediendo en el país, fragmentación que se debe, principalmente, a las actividades agrícolas. Costa Rica es un importante exportador de banana, café, caña de azúcar y carne vacuna, y también viven allí miles de agricultores de subsistencia. Las áreas protegidas son especialmente importantes en ese país debido a los altos niveles de biodiversidad (los más altos por hectárea en el mundo) y el número de especies endémicas que se encuentra en el país. Por ejemplo, el guacamayo escarlata, que fue abundante en Costa Rica en otros tiempos, se encuentra reducido a tres grandes grupos que viven en áreas protegidas separadas por más de 100 km. Una vez que ocurre la fragmentación, se necesita un mínimo de 65 años para la recuperación de la flora en el bosque, y más décadas aún para una recuperación más completa. La investigación actual demuestra que posiblemente algunas áreas no puedan restaurarse, debido a la intensidad con que el ganado vacuno pastorea en laderas de pendiente pronunciada. Costa Rica también tiene arrecifes coralinos que están perdiendo biodiversidad y están amenazados por la fragmentación. Del lado del Pacífico, se han identificado 44 arrecifes importantes, pero sólo dos se encuentran en áreas protegidas. En el presente se están desarrollando estudios para determinar si la retraslocación de coral vivo puede usarse como medio para restaurar estos arrecifes.

5.2 Cambio en la composición de especies: homogeneización y extinción La composición de especies y los patrones de abundancia cambian en los paisajes fragmentados porque, como se señaló anteriormente, algunas especies son más vulnerables a las reducciones del área de hábitat, al

aumento de aislamiento y a otros efectos del proceso de fragmentación. En paisajes seriamente fragmentados (por ej., el Bosque Atlántico de Brasil), las especies adaptadas a los bordes, o las especies de malezas logran dominar. Muchas de estas especies invasoras son exóticas. Noss y Csuti (1994) indican "a medida que las especies cosmopolitas invaden cada vez más regiones, las biotas regionales se homogeneizan y


Fragmentación

pierden su individualidad ¬–un "mestizaje" del paisaje global. Este proceso de homogeneización es una de las formas de empobrecimiento biótico más prominente en el mundo". La fragmentación es una de las causas principales de la declinación de los mamíferos carnívoros, cuya desaparición puede llevar a un aumento en el número de los carnívoros más pequeños que son los principales depredadores de aves y otros vertebrados pequeños. A su vez, los cambios en la abundancia de estos animales pueden tener efectos en la dispersión y germinación de semillas (Terborgh et al. 2001) con posibles impactos posteriores en especies de insectos (algunos de los cuales son vectores de enfermedades humanas o son considerados plagas). Estos "efectos cascada" son un problema común que resulta de la fragmentación del hábitat.

Incluso los grandes bloques de hábitat son propensos a perder algunas especies si son separados de otras áreas similares de hábitat natural. Los estudios de biogeografía de islas en océanos y lagos demostraron que las islas pequeñas no son capaces de sostener tantas especies como las islas grandes de hábitat similar. Los fragmentos de

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hábitat terrestres son similares, en muchos aspectos, a las islas, ya que con el paso del tiempo pierden especies hasta alcanzar un nuevo equilibrio, que dependerá del tamaño del nuevo fragmento, su riqueza y diversidad de especies original y la distancia de los hábitats que pueden proveer nuevos individuos de una especie (es decir, una "fuente de colonización"). La fragmentación depende de muchos factores, sobreviva o no una especie. En general, cuanto más pequeño es el fragmento del hábitat, mayor es la proporción de especies que éste pierde. Por ejemplo, en las islas de Java, Indonesia, pequeños parches de bosque de entre 10 y 40 hectáreas (ha) perdieron hasta el 80% de sus especies de aves originales, comparado a sólo el 25% de pérdida en áreas de bosque de más de 10.000 ha. Ciertas especies serán más vulnerables a la extinción que otras. Las que se extinguirán con más rapidez son aquéllas que dependen de la vegetación nativa, que existen naturalmente en bajas densidades o que requieren grandes territorios. Las poblaciones más pequeñas también tendrán una mayor tendencia a extinguirse, ya que las poblaciones remanentes pueden no ser capaces de reproducirse viablemente (debido a problemas causados, por ejemplo, por la endogamia).


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Apartado 3: Categorías de especies proclives a la extinción Ciertas características hacen que las especies sean particularmente proclives a la extinción. Entre ellas se encuentran: Un ámbito geográfico muy reducido Existencia de una sola o unas pocas poblaciones Población pequeña Tamaño decreciente de población Baja densidad poblacional Gran tamaño corporal Agentes de dispersión ineficaces Especies migratorias estacionales Poca variabilidad genética Requerimientos especializados de nicho Preferencia por ambientes estables y prístinos Formación de agregaciones temporarias o permanentes Evolución en estado de aislamiento y ausencia de contacto previo con el hombre Caza o explotación por parte del hombre Necesidad de una amplia área de acción Relación cercana a especies que se extinguieron recientemente o que están amenazadas

5.3 Efectos de los bordes La fragmentación del hábitat aumenta esencialmente la cantidad del área de borde, en contraposición al área interior o núcleo del hábitat. La creación de estos bordes tiene implicancias importantes en la composición de especies, la estructura de la vegetación y la calidad del hábitat del parche en cuestión. Los bordes generalmente tienen microambientes diferentes de las áreas interiores en términos de luz, temperatura, viento, humedad,

interacciones entre especies y aumento en la incidencia del fuego. Estos bordes, por lo tanto, pueden, potencialmente, causar cambios sustanciales en los parches de hábitats.

La fragmentación puede producir un parche que, por su forma, tenga un gran área de borde y muy poca de núcleo. En una comparación de dos fragmentos de bosque, Temple (1986; citado en Noss y Csuti 1994) encontró


Fragmentación

que un fragmento no tenía hábitat de núcleo (debido a su forma) y que las aves del interior del parche no se reproducían exitosamente. El segundo fragmento tenía aproximadamente el mismo tamaño, pero tenía un área de núcleo de aproximadamente 20 ha y albergaba parejas exitosas en la reproducción de 6 de las 16 especies de aves sensibles a la fragmentación. Los fragmentos que tienen, en esencia, todo borde y nada de núcleo no pueden sostener animales que requieren hábitat de núcleo para sobrevivir (por ej., muchos mamíferos, como el jaguar y el tapir).

Una de las razones más importantes por las cuales los bordes constituyen un problema es que la diferencia en sus microambientes puede afectar las comunidades biológicas y los procesos ecológicos que se dan en el fragmento. Por ejemplo, en un fragmento de bosque, el borde es generalmente más seco y tiene menos cobertura que el interior; así se crean condiciones más favorables para las plantas xerófilas (que requieren muy poca humedad). Los distintos microclimas que se encuentran en los bordes pueden explicar por qué las comunidades de varias especies de escarabajos que habitan fragmentos de bosques de 1 ha y de 10 ha contienen menor cantidad de especies, menor densidad poblacional y, generalmente, escarabajos de menor tamaño con respecto a lo que pasaba en áreas con

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bosques contiguos cercanos. Los bordes también son más susceptibles a la invasión de especies plaga, tanto exóticas como nativas. En los bosques, dichos bordes representan un ambiente rico y perturbado, en el cual pueden prosperar muchas especies plaga, animales o vegetales y luego dispersarse hacia el interior del bosque. Los científicos creen que en algunos casos, el borde puede actuar como una "trampa ecológica" que atrae animales, pero que los hace más vulnerables a las interacciones con especies que pueden dañarlos a ellos o a su cría. Por ejemplo, algunas especies de aves son atraídas al borde constituido por parches de hábitat de bosque y cultivo, pero su éxito reproductivo puede verse disminuido por los altos índices de depredación y por el parasitismo en los huevos. Los cambios micro climáticos causados por la fragmentación tienen más implicancias, ya que crean más condiciones favorables para que se inicien los incendios. En principio, los fragmentos son áreas generalmente más vulnerables, ya que los incendios pueden extenderse desde los campos destinados a la agricultura, que suelen ser sometidos a quemas como parte del ciclo de siembra (sistema de tala y quema). Los fragmentos de bosques pueden ser particularmente susceptibles al daño causado por el fuego después de la tala, cuando se acumula el detrito de madera y otro material orgánico combustible en los bordes de bosque donde los árboles han muerto o han


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sido derribados por el viento. En 1997 y 1998, se quemaron millones de hectáreas de selva tropical húmeda en Borneo, Indonesia, y en la selva Amazónica en Brasil, causadas, en parte, por las condiciones muy secas, la acumulación de detrito después de las prácticas de tala y por incendios inducidos por el hombre. Los bordes resultantes de la fragmentación de hábitat también aumentan la posibilidad de contacto entre las poblaciones de animales

domésticos y salvajes. Las enfermedades de los animales domésticos pueden así propagarse más fácilmente entre los animales silvestres, los que a menudo no son inmunes a ellas. Un aumento en el contacto también fortalece el potencial de que se diseminen las enfermedades de las especies de animales silvestres a las plantas y animales domésticos e, inclusive, al hombre.

6. Reducción de los impactos de la fragmentación Es claro que una de las formas más importantes de mitigar los impactos de la fragmentación es disminuir la fragmentación misma. Esto requiere una reducción de las actividades que la causan – el cambio en el uso del hábitat natural para otros fines. Una vez que se dio la fragmentación, resulta menos claro cómo reducir sus impactos. Se promueve la reconexión o el mantenimiento de uniones existentes como una forma de evitar o compensar los impactos de la pérdida y fragmentación del hábitat. Los propulsores sostienen que tales "corredores" de los hábitats permiten el movimiento de animales y semillas o

esporas de plantas entre hábitats de alta calidad. La idea general es que los hábitats fragmentados pueden funcionar, en cierta forma, como áreas contiguas más grandes si se encuentran conectadas apropiadamente por corredores y otros tipos de áreas de movimiento. Esta conectividad también puede ayudar a prevenir las extinciones locales y regionales, ya que permite que continúe la inmigración y la recolonización entre poblaciones espacialmente separadas. Para mayor información sobre este tema, ver el Módulo de Corredores.


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Fragmentación

Puntos clave para recordar... La fragmentación del hábitat ocurre cuando éste es dividido en dos o más fragmentos y es reducido en su área. En áreas tropicales, el 50% del bosque original fue destruido en las últimas dos décadas. La fragmentación también afecta al océano, particularmente a los arrecifes de coral –"las selvas tropicales del mar". La fragmentación en los sistemas de agua dulce es causada, en gran medida, por la construcción de diques

y la modificación de los cursos de agua navegables para facilitar la navegación. La fragmentación crea barreras, como los caminos, por los cuales muchos animales no pueden pasar. Los bordes de fragmentos de hábitat pueden tener microclimas muy diferentes de los del hábitat ubicado en el interior del fragmento. La única forma de mitigar verdaderamente los efectos de la fragmentación es disminuir las actividades que la ocasionan.

Proyecto Andes-Amazonia Financiado por la Fundación Gordon and Betty Moore Programa de Política y Ciencias Ambientales – OET Director: PhD Andrew Chek Coordinador: Leandro Castaño Betancur Diseño: Liliana Jiménez Bernal


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PÉÉRRDDIIDDAA DDEE LLAA BIIO OD DIIV VEERRSSIID DA AD D 1. Definición de biodiversidad La diversidad biológica, o biodiversidad, es un tema complejo que se define y utiliza en distintas formas, según la audiencia y las diferentes aplicaciones. En pocas palabras, es la variedad de vida que se encuentra en todas sus formas, niveles y combinaciones. La biodiversidad se estudia a distintas escalas, desde los genes y las especies, hasta los ecosistemas. Hasta el momento, los biólogos han identificado y descrito 1’700.000 especies, y se siguen identificando alrededor de 20.000 nuevas especies por año. Los cálculos actuales del número total de

especies que existen sobre el planeta oscilan entre los 3’000.000 y los 100 millones, y las estimaciones más precisas se encuentran entre los 10 y los 14 millones. Existen diferencias en los niveles de biodiversidad que hay en el mundo; las áreas de mayor biodiversidad tienden a estar en los trópicos y en los arrecifes de coral. Para aprender más acerca de por qué esto es así y obtener más información sobre el tema, se aconseja leer el Módulo de Biodiversidad.

2. ¿Cuáles son las causas de la pérdida de la biodiversidad? La disminución de la biodiversidad en el mundo se debe, principalmente, a la pérdida y degradación del hábitat, al cambio climático, a las invasiones de especies no nativas, a la explotación no sostenible de los recursos naturales y a la contaminación. La importancia relativa de estos factores varía entre los ecosistemas. Por ejemplo, el cambio en los usos de la tierra se da más en las selvas tropicales,

donde existe alta demanda de tierras para destinar a la agricultura de subsistencia, y es menos intensivo en las regiones templadas, boreales y Ártica. Por el contrario, la contaminación causada por el depósito de nitrógeno en la atmósfera es más concentrada en las áreas templadas del norte que se encuentran próximas a grandes ciudades. Asimismo, la introducción de especies exóticas está directamente relacionada con la actividad humana –


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Pérdida de la Biodiversidad

se introducen menos especies no nativas en áreas remotas, donde la llegada de viajeros es menos importante.

2.1 Pérdida y degradación de hábitat La tala de bosques, el relleno de humedales, la construcción de diques en ríos o la pesca por arrastre del fondo de los mares alteran, degradan o destruyen el hábitat natural (por ej. el alimento, el refugio, el clima) de las especies que viven en estas regiones. La pérdida y la degradación del hábitat también afectan a las especies indirectamente. Por ejemplo, la pérdida del hábitat provoca cambios en las interacciones complejas que ocurren entre las especies, como la relación depredador-presa.

Casi la mitad del área mundial originalmente cubierta por selvas tropicales sufrió cambios en su uso o se vio seriamente degradada. Gran parte de esta destrucción del hábitat se da en la superficie de 4 millones de km2 de la selva amazónica brasileña. En 1997, se estimó que entre 10.000 y 15.000 km2 de selva no perturbada del Amazonas había sido talada y otra área similar se encontraba seriamente degradada debido a la actividad de tala comercial. Además de la pérdida del hábitat, tal transformación del bosque a gran escala puede alterar los procesos

climáticos locales y regionales a través de la emisión de grandes cantidades de dióxido de carbono. Esta destrucción también puede conducir a la fragmentación del hábitat. La fragmentación se produce cuando los hábitats que ocupan grandes extensiones continuas son divididos en partes por la presencia de rutas, centros comerciales, localidades, establecimientos agrícola-ganaderos, y otras actividades humanas y obras de infraestructura. La fragmentación lleva a la reducción en la cantidad de hábitat, lo que puede disminuir la biodiversidad en una región, pero también puede interrumpir procesos cruciales (por ej., aislar individuos de sus potenciales parejas de apareamiento) y de este modo aumentar el riesgo de extinción. Otros

peligros que ocasiona la formación de fragmentos es la disminución de la cantidad de área de hábitats continuos junto con el aumento de la superficie de los bordes del hábitat. Los bordes pueden tener distintas condiciones microambientales, estructura vegetativa y composición biótica que las áreas interiores. Por ejemplo, los bordes de los bosques en áreas tropicales son a menudo significativamente más cálidos y luminosos y menos húmedos que las zonas internas. Los fragmentos de hábitats inferiores a determinado tamaño contienen mucho más borde en relación con el núcleo y no tienen la capacidad de permitir la existencia de poblaciones que requieren grandes bloques de bosque intactos o en condiciones prístinas.


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Los anfibios y los primates, generalmente, se ven afectados por los efectos negativos de los bordes. Finalmente, dado que las especies tienen requerimientos mínimos de área (por ej. recursos alimenticios, tamaño de territorio) los fragmentos de área pequeños no permitirán la presencia de todo el espectro de especies que sostendría un área de hábitat más grande (por ej., los elefantes y las águilas requieren más que algunas hectáreas para su sostenimiento. La pérdida de algunas especies a partir de la fragmentación puede dar lugar a una cascada de efectos que resulte en una posterior pérdida de la biodiversidad, como en el caso de que desparezca un recurso alimenticio (planta o animal) o que un depredador aumente en número porque su propio depredador desaparece del fragmento. En resumen, los cambios en cantidad, calidad y configuración del hábitat en una región tienen impactos profundos y complejos sobre la biodiversidad.

alterar sustancialmente el hábitat de gran cantidad de animales y plantas. Un análisis reciente de cientos de estudios combinados confirma que el grado de calentamiento global que ya se produjo afectó significativamente a un amplio espectro de especies en todo el planeta; por ejemplo, en el caso de especies que cambian el área de acción a latitudes más altas y frías o cuyas actividades reproductivas de primavera empiezan con anticipación. Los cambios adicionales en la distribución y ecología de las especies son inevitables; el problema es que algunas especies pueden no ser capaces de adaptarse a dichos cambios. Por ejemplo, las mariposas monarcas podrían perder su altamente restringido hábitat de invierno en las montañas de México y las poblaciones de osos polares podrían tener dificultad para encontrar hielo sólido y alimento suficiente. El resultado será más extinciones y cambios drásticos en la composición y estructura del ecosistema.

2.2 Cambio climático A nivel mundial existe consenso científico en que se está produciendo un cambio climático global y que las temperaturas medias anuales pueden llegar a ascender entre 1,4 y 5,8 grados Celsius (aproximadamente 2,5 y 10,4 grados Fahrenheit) en el siglo XXI. El calentamiento global representa una amenaza profunda y creciente para la biodiversidad en todo el mundo. El ascenso de la temperatura llevará al cambio climático que, a su vez, puede

2.3 Invasión de especies no nativas Las plantas y animales que no son nativas de un ecosistema, denominadas comúnmente especies exóticas, pueden causar graves daños a las especies nativas. A menudo, las especies introducidas no encuentran depredadores o enfermedades naturales. A la vez, las especies nativas


Pérdida de la Biodiversidad

raramente tienen los elementos de defensa de las especies introducidas o de las enfermedades que éstas transportan. En consecuencia, las exóticas generalmente propagan enfermedades, depredan a las nativas o las desplazan competitivamente. Con el tiempo, pueden llegar a ocupar gran parte del hábitat disponible. La introducción de la salicaria, el kudzu, y las hormigas rojas es un claro ejemplo de especies no nativas agresivas que causaron impactos sustanciales en América del Norte. El efecto de las especies introducidas es especialmente devastador en hábitats de islas, ya que las especies nativas tienen menos posibilidades de adaptarse, hay menor cantidad de nichos para explotar o de áreas adonde puedan extender sus ámbitos de acción. Por ejemplo, la culebra arborícola marrón virtualmente erradicó todas las aves de Guam y los mejillones cebra depredan y reemplazan los bancos de mejillones.

Los investigadores predicen que estas pérdidas masivas de mejillones nativos causarán un perjuicio económico sustancial a la industria comercial de mariscos de los Estados Unidos. Por la misma razón, este efecto se hace extensivo a los lagos. El aumento explosivo de la perca del Nilo en el Lago Victoria llevó a la extinción de aproximadamente 200 especies de

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vertebrados en menos de una década. Este hecho puede representar la extinción de vertebrados más grande del siglo XX. El impacto de las especies exóticas en la agricultura, acuicultura y otros sectores económicos representa millones de dólares por año, mientras que el impacto en la biodiversidad es inconmensurable.

2.4 Extracción no sostenible La extracción y el comercio ilegal de animales y plantas pusieron a muchas especies en peligro. La extracción a escala industrial de recursos naturales destruye o fragmenta millones de hectáreas de bosques, humedales, océanos y otros hábitats, y amenaza muchas especies de adaptación única. La sobre explotación pesquera a escala regional redujo los estuarios y los hábitats marinos productores de peces y de otras especies en toda la Tierra, y llevó a muchas especies al borde de la extinción. En los bosques tropicales, la caza no sostenible es una causa importante de pérdida de la biodiversidad, que ocasiona lo que se denomina el "síndrome del bosque vacío". Sólo en el Neotrópico los cazadores deportivos y furtivos matan y mutilan casi 60 millones de animales por año (mamíferos, aves y reptiles). Esta práctica de caza afecta enormemente los índices de supervivencia de las especies. Por ejemplo, la caza furtiva ilegal y el comercio de los loros neotropicales se encuentran muy difundidos y constituyen la causa de la mortalidad de muchas especies de loros.


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Apartado 1: Pérdida de biodiversidad en los trópicos Así como la mayor biodiversidad está presente en los trópicos, también lo está la pérdida de biodiversidad. La mayor parte de esta pérdida se debe a la destrucción del hábitat (tala de bosques para la agricultura, explotación de la madera y cría de ganado). Se considera que Costa Rica tiene la más alta biodiversidad por hectárea en el mundo. Si bien ese país tiene por naturaleza altos niveles de biodiversidad, su mantenimiento se debe al compromiso con la conservación; más del 25% de su tierra está destinado a áreas protegidas y se promovió la próspera industria del ecoturismo para atraer turistas (y divisas) a estas áreas. El gobierno de ese país también está trabajando con empresas farmacéuticas para explorar el potencial de la "bioprospección" (investigación de recursos biológicos para uso comercial).

2.5 Contaminación A medida que la población humana crece y consume más recursos, el resultado se traduce en mayor producción de desechos y contaminantes. Algunos efectos de los contaminantes son obvios, como la destrucción de la vida marina y costera que se produjo a causa del derramamiento de petróleo del Valdez, frente a la costa de Alaska, o los problemas de eliminación creados por las 14.329 toneladas de basura que se generan diariamente en la ciudad de Nueva York. Otros efectos no son tan evidentes a corto plazo, como los altos niveles de DDT encontrados en los mamíferos del Ártico, que afectan su capacidad reproductiva.

2.6 El crecimiento de la población humana y otras causas fundamentales de la pérdida de la biodiversidad Aunque la pérdida del hábitat, el cambio climático, las especies exóticas, la sobre-explotación y la contaminación están llevando a la pérdida de la biodiversidad, las causas fundamentales son el crecimiento de la población humana, los patrones no sostenibles de consumo, los conflictos y las desigualdades permanentes en la distribución de la riqueza y de los recursos.

La Tierra tiene más de 6.000 millones de habitantes y nacen más de 200.000 personas por día. Las necesidades humanas básicas de agua dulce,


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alimento, materiales de construcción y combustible representan una demanda sin precedentes de los ecosistemas del planeta. Las crecientes demandas para satisfacer necesidades básicas, junto con el aumento de demanda de más bienes materiales y servicios, directa o

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indirectamente alimentan las amenazas a la biodiversidad. De no obrar cambios importantes, estas amenazas probablemente se intensificarán y nos llevarán a mayor pérdida del hábitat y de la biodiversidad.

3. ¿Con qué rapidez estamos perdiendo especies? Es difícil estimar la actual tasa de extinción, debido al poco grado de certeza que caracteriza a dichos cálculos. En primer lugar, para calcular la tasa actual de pérdida debemos conocer cuántas especies existen. Esto todavía se desconoce, y los desafíos que conlleva una estimación del total de las especies de todo el mundo son sorprendentes. En segundo lugar, es increíblemente difícil observar y documentar la extinción de especies. Es mucho más fácil documentar la existencia de una especie (ubicando un individuo o población) que documentar su desaparición (se debería hacer una búsqueda exhaustiva de todos los hábitats posibles donde podría sobrevivir esa criatura).

De este modo, la mayoría de las extinciones quedan sin registrar. Si bien las estimaciones pueden tener un amplio margen de error, los científicos coinciden en que se extinguen anualmente varios millones de poblaciones y entre 3.000 y 30.000 especies. Sobre la base de estos cálculos y de otras cifras, muchos investigadores sostienen que la tasa actual de extinción mundial es entre 100 y 1000 veces mayor que los niveles anteriores a la existencia humana y que el 30%, o más, de las especies que hay en el mundo podrían extinguirse en los próximos 100 años. Esto significa que la tasa actual de extinción es similar en magnitud a cinco eventos masivos de extinción que ocurrieron en la historia de la vida sobre la Tierra.


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4. ¿Dónde se está perdiendo mayor cantidad de especies? El mayor impacto de la ola actual de extinciones se produce, probablemente, en las regiones de selva tropical y de arrecifes de coral. Las selvas tropicales constituyen el bioma terrestre más rico en biodiversidad, donde se calcula que habitan la mitad de las especies del mundo, y es allí donde se produce con mayor rapidez la pérdida y degradación del hábitat. Los arrecifes de coral son similares en cuanto a riqueza de especies (generalmente más ricos con relación a unidad de superficie que las selvas tropicales) y están sufriendo una degradación generalizada. Aunque cubren sólo alrededor del 0,2 % de la superficie oceánica (las selvas húmedas tropicales ocupan aproximadamente el 6% de la superficie terrestre), contienen hasta un tercio de las especies de peces marinos. La actividad humana ya produjo daños en un 93% de los arrecifes de coral y, posiblemente, destruyó entre un 5 y un 10% de ellos. Con la tasa actual de disminución, podría perderse hasta un 60% en los próximos 20 a 30 años. Pero las mayores pérdidas del hábitat no están restringidas a las selvas tropicales

o los sistemas marinos. Algunos informes del Análisis Piloto de los Ecosistemas Mundiales elaborado por el World Resource Institute (Instituto Mundial de Recursos) (PAGE2000http://www.wri.org/wr2000) indican que, por ejemplo, se perdió más del 50% de los humedales que hay en el mundo – áreas importantes para numerosas especies silvestres, como muchas aves migratorias, peces y plantas, así como para el control de las inundaciones y la purificación del agua, entre otros servicios ecosistémicos. Del mismo modo, los pastizales, como el Cerrado en Brasil, el Páramo Andino, o el Fymbos en Sudáfrica, constituyen importantes reservorios de biodiversidad que cuentan con muchas especies endémicas. La superficie de muchos de estos pastizales se está reduciendo debido a la cambio en los usos de la tierra, principalmente para la explotación agrícola. Un ejemplo notable lo brinda la pradera de pastizales altos (Tallgrass Prairie) en América del Norte, cuya área se redujo de aproximadamente 677.300 km2 a 21.548 km2 ----una disminución casi del 97%...


Pérdida de la Biodiversidad

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5. ¿Cuáles son las consecuencias de la pérdida de especies? Las pérdidas de biodiversidad pueden ser tratadas en términos de su impacto sobre los valores de uso y los de no uso. Desde una perspectiva de no uso, mucha gente valora la variedad, complejidad y originalidad de la naturaleza o la considera como un patrimonio para futuras generaciones y, por lo tanto, tratarían de evitar la pérdida de biodiversidad causada por el hombre, basándose en aspectos morales, estéticos o espirituales. Desde la perspectiva del uso, la pérdida de la biodiversidad significa privarse de los usos actuales o futuros de los recursos que ella ofrece (por ej., plantas medicinales). Además, los cambios en la biodiversidad alteran los procesos del ecosistema y la capacidad de las especies y de los ecosistemas de tolerar el cambio ambiental, lo que resulta en graves consecuencias ecológicas y evolutivas. Estos cambios tendrán impactos profundos y costosos sobre los bienes y servicios que el hombre obtiene de la naturaleza.

próximas décadas. Los cambios más importantes previstos son:

5.1 Consecuencias ecológicas

Estos cambios posiblemente resultarán en una mayor cantidad de modificaciones potencialmente más sustanciales del funcionamiento de los ecosistemas. Según estudios recientes, la menor diversidad a menudo conduce a menor productividad de las

La tendencia actual de los impactos humanos sobre la naturaleza causará consecuencias ecológicas graves en las

(1) importante extinción de especies, que posiblemente resultará en la eliminación de uno o dos tercios de las que existen actualmente; (2) extinción masiva de poblaciones, proporcionalmente mayor que la extinción masiva de especies prevista; (3) invasión de especies exóticas y otras asociaciones de biotas (vida animal y vegetal en una región particular); (4) reducción y homogeneización progresiva de biotas que probablemente afecten procesos básicos de ecosistemas; (5) empobrecimiento biótico general, que posiblemente incluya la declinación de la biomasa global (masa de materia viva); y (6) gran reducción, quizá completa eliminación, de sectores enteros de algunos biomas (importantes comunidades bióticas), especialmente las selvas tropicales, los arrecifes de coral y los humedales, los cuales en el pasado actuaron como centros de diversificación.


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comunidades vegetales, menor retención de nutrientes en los ecosistemas y menor estabilidad del ecosistema. Por ejemplo, experimentos de campo llevados a cabo en pastizales de América del Norte y Europa demostraron que la reducción del número de especies vegetales a la mitad dentro de un área resulta en una pérdida de productividad del 10 al 20%. Tanto los estudios de laboratorio como los de campo demuestran que los procesos de un ecosistema son más variables (es decir, menos estables) en condiciones de menor diversidad. En otras palabras, al reducir la biodiversidad aumentarán las posibilidades de que un ecosistema se vuelva inestable y colapse. Sin embargo, quedan muchas preguntas sin responder en relación con los impactos que la pérdida de biodiversidad produce en el funcionamiento de un ecosistema. Entre las más importantes se encuentran: "¿cuáles son los mecanismos por los cuales la pérdida de biodiversidad impacta en el funcionamiento de los ecosistemas?" y "¿qué importancia tiene la biodiversidad con relación a otros factores que influyen el funcionamiento del ecosistema?"

5.2 Consecuencias en la evolución Los cambios que están sucediendo, así como los que pronosticados en la biodiversidad mundial también afectarán y reducirán ciertos procesos básicos de la evolución, con consecuencias que probablemente

perdurarán durante millones de años. A medida que las especies se extinguen y los nichos quedan abandonados, puede haber una irrupción de especies oportunistas, como los roedores. La pérdida de biodiversidad probablemente continuará siendo más alta en los trópicos. Como los trópicos fueron los "motores" de la evolución y dieron lugar a los orígenes de casi todos los grupos más importantes de invertebrados y plantas, una importante pérdida de la biodiversidad podría alterar sustancialmente los procesos evolutivos.

5.3 Consecuencias para la sociedad Estas predicciones y otros hallazgos recientes advierten de las potenciales implicancias que la degradación del hábitat y la pérdida de la biodiversidad tienen sobre los bienes y servicios ecosistémicos de los cuales depende el hombre. Las especies que actualmente habitan el planeta son los medios que transforman la energía y los materiales, y producen, entre otras cosas, alimento, combustible, fibras y medicinas. También reciclan desechos, generan agua limpia, conducen los ciclos globales que mantienen una atmósfera aeróbica y proveen muchos otros bienes y servicios ecosistémicos.


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Además, la biodiversidad es la fuente de todos los cultivos, de los polinizadores de los cultivos, del ganado y muchos productos farmacéuticos y pesticidas. La viabilidad de nuestros cultivos depende del mantenimiento de una alta diversidad genética que permita, entre otras cosas, el desarrollo de variedades que sean resistentes al surgimiento y la evolución de enfermedades y plagas. A largo plazo, la estabilidad en los alimentos requerirá el desarrollo de nuevos cultivos provenientes lo que ahora son plantas silvestres, porque las enfermedades o las plagas resistentes a pesticidas ocasionarán la pérdida de los cultivos actuales. La pérdida de biodiversidad disminuirá la capacidad de los ecosistemas de proveer a la sociedad de un suministro estable y sostenible de éstos y otros bienes y servicios esenciales.

Sin embargo, muchas de las acciones que realmente perjudican a la biodiversidad, a la vez ofrecen beneficios valiosos a la sociedad, como la tala de árboles y la agricultura extensiva mecanizada. De este modo, la sociedad ahora se encuentra ante nuevos y difíciles dilemas con respecto a los cambios anunciados para el futuro de la biodiversidad, incluyendo la evaluación de las compensaciones entre beneficios actuales y costos futuros (trade offs) del daño ambiental,

y entre los beneficios a algunos pocos y costos para muchos.

5.4 Consecuencias desconocidas Una de las consecuencias más graves de la pérdida de la biodiversidad es que simplemente no conocemos esas consecuencias. Como aún se encuentran especies nuevas a diario, no hay modo de conocer y comprender las conexiones intrínsecas entre especies de un ecosistema. En consecuencia, es difícil predecir los cambios, tanto inmediatos como futuros, que puedan ocurrir a partir de la extinción de especies. Un relato que brindó Gordon Harrison en Natural History ofrece un buen ejemplo de esta telaraña de vida: cuando se utilizó el DDT en un programa de control de insectos en Bormeo, el efecto que pretendía lograrse era la reducción de la cantidad de mosquitos y moscas. Pero la población de salamanquejas que se alimentaban de moscas se envenenó debido a las concentraciones de DDT. A su vez, al alimentarse de las salamanquejas moribundas, los gatos domésticos se enfermaron y murieron a causa del mismo veneno. La abrupta reducción en la población de gatos condujo a un aumento en la población de ratas, que llevó al aumento de otra plaga: la peste bubónica, que era mucho más grave que el problema original. La eliminación de una especie puede tener consecuencias no intencionales difíciles de predecir.


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6. ¿Cuáles son en la actualidad las políticas, reglamentaciones y leyes que conciernen a la biodiversidad? Los mecanismos institucionales y legales que tienen por objeto proteger la diversidad biológica van desde el ámbito local al internacional y pueden ser privados, públicos o una combinación de ambos. A escala local, los particulares y los grupos (por ej., las organizaciones sin fines de lucro) con frecuencia adoptan un papel fundamental en las acciones para conservar la biodiversidad. "The Nature Conservancy" (TNC) es un ejemplo de una organización privada sin fines de lucro cuyo abordaje tradicional se centra en la conservación de especies y sus hábitats, a través de la compra de tierras de pequeña y mediana superficie (por ej., desde decenas a miles de hectáreas). Al reconocer que algunas pequeñas áreas protegidas aisladas a menudo se ven afectadas negativamente por los usos de las tierras circundantes, y que una estrategia más efectiva debe incluir áreas protegidas de mayor superficie que estén conectadas y destinadas a usos compatibles, la organización comenzó a trabajar con propietarios particulares de tierras y con funcionarios públicos a cargo del manejo de la tierra, a los fines de desarrollar e implementar estrategias de conservación a escala regional. Las acciones de conservación incluyen mecanismos como reservas privadas,

servidumbre de conservación y la donación o venta de tierras privadas a agencias públicas con el propósito de protección a largo plazo. Varias organizaciones, entre ellas TNC, comenzaron recientemente a usar las estrategias de conservación de tierras privadas fuera de los límites de los Estados Unidos; por ejemplo, en México, Ecuador y África. Los mecanismos públicos para proteger la biodiversidad en los Estados Unidos generalmente se conocen mejor a nivel nacional, en forma de legislación orientada a proteger animales y plantas silvestres.

Por ejemplo, la ley estadounidense de Especies en Peligro constituye legislación del ámbito federal que limita las acciones de las entidades públicas y privadas que amenacen la continuidad de la existencia de especies en riesgo de extinción. La ley demostró ser efectiva en cuanto al logro de algunos éxitos conservacionistas, más comúnmente en el caso de especies que se encuentran en situaciones de amenaza fácilmente reversible, como la contaminación de huevos de pájaros con DDT.


Pérdida de la Biodiversidad

Muchos países -incluidos Australia, Canadá y varias naciones europeas– sancionaron leyes similares. La legislación también se utiliza como un mecanismo público para proteger la biodiversidad a nivel internacional. La Convención sobre Comercio Internacional de Especies de Fauna y Flora Silvestres Amenazadas (conocida por su sigla en inglés CITES) es un acuerdo internacional entre gobiernos, cuyo objetivo es asegurar que el comercio internacional de especímenes de animales y plantas silvestres no perjudique su supervivencia. CITES prohíbe el intercambio comercial internacional de especies consideradas amenazadas o en peligro y regula el intercambio en otras especies designadas. La legislación

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internacional también apunta a manejar la biodiversidad global a través de la Convención sobre la Diversidad Biológica, el primer acuerdo mundial sobre la conservación y uso sostenible de la diversidad biológica. La Convención tiene tres objetivos principales: conservar la biodiversidad, usar en forma sostenible los componentes de la biodiversidad y compartir los beneficios que surjan del uso comercial y de la aplicación de los recursos genéticos en forma justa y equitativa. Más de 175 gobiernos ratificaron este acuerdo, aunque la implementación en los países signatarios ha sido lenta e irregular. El tratado intensifica las tensiones entre los países industrializados y los países en desarrollo en cuanto al equilibrio entre el desarrollo socioeconómico y la conservación de la biodiversidad (Apartado 2).

Apartado 2: Los desafíos de lograr un equilibrio entre el desarrollo y la biología de la conservación Los esfuerzos para lograr un equilibrio entre las necesidades de desarrollo económico y la biología de la conservación son particularmente intensos en los países en desarrollo, donde la biodiversidad alcanza los niveles más altos y enfrenta los mayores riesgos, pero donde los medios para preservarla son más limitados y las necesidades humanas más urgentes (Maguire 2001). El rápido crecimiento de la población, la pobreza extrema y persistente, la desigualdad social, el mal funcionamiento institucional y las perversas políticas de incentivos condujeron a condiciones económicas inestables que, a su vez, llevaron a la sobreexplotación de la tierra y sus recursos en muchas naciones en desarrollo. Estas condiciones se deben, en parte, a los mercados internacionales, las políticas de desarrollo y de préstamo que transfieren recursos financieros de los países emergentes a los países industrializados y socavan la capacidad de países en desarrollo de manejar en forma sostenida sus recursos naturales y proteger su biodiversidad. La ayuda internacional y los organismos de créditos, como la Agencia de desarrollo Internacional de los Estados Unidos y


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el Banco Mundial, intentan tratar en sus políticas y prácticas la integración de las necesidades humanas y la protección de la biodiversidad. En los últimos años, se desarrollaron nuevos mecanismos de uso de los recursos financieros de los países industrializados para sostener la conservación de la biodiversidad en países en desarrollo, tales como el acuerdo "deuda por naturaleza" que permite que un país reduzca su deuda externa a cambio de destinar tierra a la protección de la biodiversidad. Para atender a los objetivos de la biodiversidad global, en el futuro, se necesitarán mecanismos adicionales para la transferencia de fondos de norte a sur.

7. Brechas en el conocimiento Nuestra mayor brecha en el conocimiento en esta área es cómo atenuar efectivamente las pérdidas de biodiversidad. Como ya se mencionó anteriormente, existen conocidos mecanismos públicos y privados que apuntan a proteger la biodiversidad. Pero, para frenar realmente las pérdidas futuras, debemos aprender cómo reducir la pérdida y degradación del hábitat, el cambio climático, las invasiones por parte de especies no nativas, la explotación no sostenible de recursos naturales y la contaminación; es decir, todos los factores que actualmente conducen a la pérdida de

la biodiversidad. A su vez, todos estos factores están impulsados por actividades humanas y exacerbadas por la creciente población. Por lo tanto, para abordar seriamente la pérdida de biodiversidad, necesitamos comprender cómo modificar nuestros comportamientos para que tengan un menor impacto, y cómo dar cabida a los 78 millones de personas que se suman a la población mundial cada año. Los Módulos de Herramientas ofrecen información detallada sobre los enfoques la eficacia de distintas estrategias de conservación.

Puntos clave para recordar...

biodiversidad, tendremos más conciencia sobre su papel en nuestras vidas...

Si bien la biodiversidad no es un término que usemos muy frecuentemente, en realidad es algo con lo que nos encontramos a diario. Si tenemos presentes algunos aspectos sobre

Hay muchas definiciones de biodiversidad, pero podemos expresarlo sencillamente como la variedad de vida que se encuentra en todas sus formas, niveles y combinaciones.


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Pérdida de la Biodiversidad

Se extinguen anualmente entre 3.000 y 30.000 especies; la extinción significa la pérdida de una especie en todo el planeta. Los factores que ocasionan estas extinciones son la pérdida y la degradación de la biodiversidad, el cambio climático, la invasión de especies no nativas, la explotación no sostenible de los recursos naturales y la contaminación. Aún cuando una especie no llegue a extinguirse, su desaparición en un lugar o la reducción de la cantidad de individuos puede afectar a otras especies y a los ecosistemas en su totalidad por las interacciones y

relaciones de dependencia que hay entre las especies. La eliminación de una especie puede tener consecuencias no deseadas que son difíciles de predecir. La pérdida de la biodiversidad no afecta a las regiones por igual – las selvas tropicales y los arrecifes coralinos han recibido el mayor impacto porque sus hábitats tienen mayor número total de especies y más especies que no se encuentran en ningún otro lugar (especies endémicas). La pérdida de la biodiversidad puede resultar en perjuicios económicos graves plasmados en uso de recursos y servicios ecosistémicos actuales y futuros.

Proyecto Andes-Amazonia Financiado por la Fundación Gordon and Betty Moore Programa de Política y Ciencias Ambientales – OET Director: PhD Andrew Chek Coordinador: Leandro Castaño Betancur Diseño: Liliana Jiménez Bernal

Versión para pre imprenta, Costa Rica - 2006


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