Cartilla técnica para el manejo de áreas protegidas OET

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Bosques Tropicales

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1. ¿Qué es un bosque tropical? Aunque la frase “bosque tropical” evoca imágenes de una jungla densa y llena de vapor, en realidad existen muchos tipos de bosques tropicales. Por ejemplo, están los manglares, los bosques húmedos, las sabanas áridas y los bosques secos. De todos modos, el más común es el bosque tropical lluvioso, el exuberante bosque húmedo que se encuentra en los trópicos –el área entre el trópico de Cáncer y el de Capricornio– en América Latina, África, Asia, Australia y Hawai. Gran parte de la información que se presenta en este módulo se puede aplicar a todos los tipos de bosques tropicales, pero la atención se centra en los bosques tropicales lluviosos. Los bosques tropicales difieren de los bosques templados en muchos aspectos (ver Cuadro 1), pero el más sobresaliente es en la cantidad de luz que reciben. Como los rayos del Sol caen directamente sobre esta área durante el transcurso de todo el año, generalmente reciben más luz y experimentan menor variación en la temperatura, con una notable ausencia de la estación invierno. Si bien no hay una definición única de bosque tropical lluvioso, tiene distintas características que lo definen.

Los bosques tropicales reciben generalmente más de 2.500 milímetros de lluvia por año. Son bosques de múltiples estratos: el superior es el estrato emergente, seguido por el dosel, el sotobosque y el piso del bosque. El estrato emergente está formado por los árboles más altos que se asoman por encima de los demás. El dosel, compuesto de las copas de los árboles que se encuentran suspendidas a 100130 pies (aproximadamente 40 metros) por encima del piso del bosque, captura la mayor cantidad de luz. De hecho, solamente el 2-3% de la luz que penetra en un bosque tropical realmente alcanza el piso. Este estrato de dosel abriga el 90% de la vida no bacteriana de un bosque tropical.

El sotobosque está formado por la vegetación umbrófila que crece debajo del dosel (las lianas, las epifitas y las plántulas de los árboles). Las lianas son enredaderas leñosas que se trepan a los árboles en busca de luz. Las epifitas (por ej., helechos, musgos, orquídeas y bromeliáceas) son plantas que crecen sobre los árboles existentes. Las epifitas y


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las lianas son las que le dan al bosque la sensación de densidad. Como los bosques se ven exuberantes, muchos suponen que sus suelos son fértiles. Si bien hay variación en los suelos de los bosques tropicales, la mayoría son en realidad bastante delgados y pobres en la reserva de nutrientes. La alta humedad significa que la mayor parte del mineral soluble desapareció por lixiviación y que la materia se descompone rápidamente. Sin embargo, el bosque tropical es eficiente en cuanto al ciclado de materiales: el ciclado de nutrientes a través del sistema se da hasta cuatro veces más rápido que en otros ecosistemas. El carbono y el oxígeno son devueltos al aire, mientras que el nitrógeno, el fósforo, el calcio y otros minerales vuelven al suelo. Las plantas reabsorben sus minerales rápidamente antes de que se produzca la caída de sus hojas. La mayoría de los árboles tienen raíces delgadas y de poca profundidad, lo que les permite absorber los nutrientes del suelo, que habitualmente se encuentran en la capa superficial.

Para obtener los servicios de polinización, los bosques tropicales dependen de las relaciones entre las plantas y los animales (e insectos), mucho más que sus contrapartes de bosques templados. Las aves, los peces, los reptiles y una variedad de mamíferos (especialmente los murciélagos)

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ayudan a dispersar las semillas ya sea transportándolas en su pelaje o por medio del pasaje por el tracto digestivo al alimentarse de ellas. En los bosques tropicales, las semillas a menudo tienen una cubierta externa mucho más dura, lo que les permite permanecer intactas a lo largo del proceso. Muchas especies vegetales del bosque tropical tienen relaciones muy específicas con los animales, y muchas especies de plantas y de insectos coevolucionaron con las plantas y llegaron a tener funciones especializadas. Por ejemplo, cada especie de la familia de las higueras (Ficus) tiene una especie de avispa que la poliniza. Muchas orquídeas evolucionaron de tal forma que imitan el olor y el aspecto de las avispas hembras y las abejas, con el fin de engañar a los insectos machos para que estos, al intentar aparearse, las polinicen sin advertirlo. Los bosques tropicales son considerados mucho más complejos en términos ecológicos que los bosques templados (ver Cuadro 1). Hay mayor biodiversidad, más especies de árboles clave y relaciones más complejas entre los componentes del sistema, como se aprecia en la relación higo-avispa. Debido a esta complejidad, el sistema es más frágil y tiene más dificultad en recuperarse de un disturbio. Esta característica es también una razón por la cual los árboles tropicales generalmente no prosperan en plantaciones, ya que no pueden recrearse muchas de las relaciones que requieren.


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Cuadro 1. Comparación de los bosques tropicales lluviosos y los bosques templados lluviosos (adaptado de http://quest.arc.nasa.gov/) BOSQUE TROPICAL LLUVIOSO

BOSQUE TEMPLADO LLUVIOSO

Dos estaciones húmedas

Un invierno/primavera húmedo/a prolongado/a, un verano seco

2.500-9000 mm de lluvia anual

1.500-5.000 mm de lluvia anual

Temperatura cálida la mayor parte del año

Temperaturas frías la mayor parte del año

Situado en un cinturón de 3.000 millas (4.800 km) de ancho cerca del ecuador.

Situado en el borde occidental de América del Norte y América del Sur.

En su mayor parte, plantas perennes de hoja ancha, como palmeras, bambúes y helechos árboles.

En su mayoría coníferas, algunas de hoja ancha

La mayor biodiversidad de todos los biomas

La más grande biomasa de todos los biomas.

Cuatro estratos de bosque

Tres estratos de bosque

La mayoría de los animales vive en el dosel

La mayoría de los animales vive en el piso del bosque

Los depredadores de gran tamaño son las víboras y los jaguares

Los depredadores de gran tamaño son los osos y los pumas

Recuperación más lenta luego de un disturbio

Recuperación más rápida luego de un disturbio

En general, suelos más pobres – el suelo fértil se encuentra entre 2-4 cm de profundidad

En general, suelos ricos en nutrientes – el suelo fértil se encuentra hasta 3 m de profundidad

Gran variedad de especies arbóreas

Pocas especies de árboles clave

Muy complejos en términos ecológicos

Menos complejos en términos ecológicos

2. ¿Por qué son importantes los bosques tropicales lluviosos? Quizás la característica más importante que define a los bosques tropicales lluviosos su biodiversidad. Si bien los bosques tropicales lluviosos constituyen solo alrededor del 7% de la superficie terrestre, contienen el 50-80% de las especies vegetales del mundo. Más de la mitad de los 10 millones de especies de plantas, animales e insectos que se estima que hay en el planeta vive en los

bosques tropicales lluviosos. Semejante diversidad se atribuye a las variaciones en la altitud, el clima y el suelo, y a la ausencia de heladas. Costa Rica representa un buen ejemplo de la rica biodiversidad de los trópicos. Aunque el país ocupa menos del 0,01% de la masa terrestre, contiene el 4% de todas las especies vivientes. Costa Rica también alberga más de 9.000 especies


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identificadas de plantas vasculares, y se identifican más cada año. En realidad, solamente el 17,4% del total de especies que se cree que existen en Costa Rica fueron identificadas: 98,8% de los vertebrados y el 60% de los peces, pero menos del 20% de los artrópodos. Esto no sorprende, ya que es representativo de nuestro conocimiento científico general: hay una tendencia a tener mucha más información sobre vertebrados, aun cuando los invertebrados son más numerosos. Los bosques tropicales también ofrecen al mundo una variedad de productos muy conocidos. Diversas maderas de importancia mundial provienen de los bosques tropicales, como la caoba (Swietenia macrophylla), la teca (Tectona grandis), la melina (Gmelina arborea) y el okoumé (Aucoumea klaineana). La producción de madera de troncos en los trópicos fue de 135 millones de metros cúbicos en 2002, cuya mayor parte se exportó desde Malasia, India, Brasil e Indonesia.

Los bosques también proveen una variedad de productos no madereros – látex, ratán y bambú, entre otros–. Por lo menos el 80% de los alimentos del mundo desarrollado deriva del bosque tropical lluvioso: frutas, tales como: coco, naranja, banana, guayaba, ananá y mango; hortalizas y legumbres, entre ellas: choclo, papas, arroz, calabaza y batata; especias, como:

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pimienta negra, canela y clavo.

pimienta

cayena,

Si bien estos productos son cada vez más importantes en los mercados mundiales, para las comunidades que viven en el bosque, la mayoría de ellos ya lo era desde hace años. En los bosques de Asia, África y América Latina habitan tanto comunidades indígenas o nativas, como no indígenas. Muchas de estas comunidades tienen una larga historia de manejo de recursos en el bosque. Por ejemplo, los lacandones, un grupo indígena de ascendencia maya, viven en los bosques centroamericanos desde hace cientos de años. Ellos manejan el bosque y producen madera, frutos secos, bayas y leña, y dependen del bosque para obtener protección, agua y tierra cultivable. También cazan una variedad de mamíferos pequeños, reptiles y aves, que les brindan alimento, productos artesanales o que adoptan como mascotas. Los bosques tropicales también proveen bienes menos visibles en la forma de servicios ecosistémicos. El ecosistema de bosques tropicales es un componente clave del ciclo hidrológico mundial. Por ejemplo, una quinta parte del agua dulce del planeta se encuentra en la cuenca amazónica. A través del proceso de evapotranspiración, las plantas de los bosques tropicales lluviosos devuelven enormes cantidades de agua a la atmósfera y, de esta forma, aumentan la humedad y las precipitaciones y enfrían el aire. Este proceso regula los patrones de lluvias, tanto locales como


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mundiales, lo que a su vez afecta la persistencia y la extensión de los bosques. El bosque también transforma continuamente dióxido de carbono en oxígeno. Más del 20% del oxígeno presente en el mundo es producido en la selva amazónica, de ahí su denominación de “pulmones de nuestro planeta”. La cantidad posiblemente grande de especies no identificadas en el bosque tropical puede también tener implicancias para la salud mundial, ya que muchas de las plantas que se encuentran allí tienen propiedades medicinales. El National Cancer Institute de los Estados Unidos identificó 3.000

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plantas activas contra las células cancerígenas, 70% de las cuales se encuentran en el bosque lluvioso. Entre las plantas más conocidas que tienen propiedades medicinales se encuentran la quinina, una droga antigua utilizada para tratar la malaria; el curare, un anestésico y relajante muscular utilizado en cirugía; y rosy periwinkle, utilizada en tratamientos para la enfermedad de Hodgkin y la leucemia. La investigación actual indica que existen otras drogas potenciales que pueden ser útiles para el tratamiento de enfermedades como la artritis, la hepatitis, la fiebre, la tos y los resfríos.

3. ¿Cuál es el estado actual de los bosques tropicales? En la actualidad, los bosques tropicales están desapareciendo en cifras récord. Se calcula que entre 1960 y 1990 se perdió un 20% de estos bosques (33% en Asia y 18% en África y América Latina). Las áreas más grandes de bosques tropicales lluviosos que quedan se encuentran en Brasil, el Congo, Indonesia y Malasia. Indonesia es un buen ejemplo de las tendencias de deforestación. El país cubre solamente el 1,3% de la superficie terrestre; sin embargo, alberga el 19% de los bosques tropicales remanentes en el mundo. No obstante, desde 1989, más de 20 millones de hectáreas de estos bosques han sido taladas a una tasa de 1,7

millones de hectáreas por año. No se conoce con exactitud la extensión de bosque tropical que se pierde en todo el mundo cada año, pero se calcula que supera los 20 millones de hectáreas. Las mayores amenazas que enfrentan los bosques tropicales son la deforestación, la fragmentación y la degradación. Las acciones que conducen a estas amenazas derivan principalmente de las actividades antropogénicas. La conversión de los bosques a tierra cultivable es la causa más importante de la pérdida de bosques. Como se mencionó anteriormente, muchas comunidades


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que habitan en los bosques o en sus alrededores dependen de ellos para su sustento, lo que incluye la conversión de la tierra, la caza, la tala y la recolección de productos forestales no madereros.

que luego puede llevar a graves inundaciones durante la temporada de lluvias. El incremento de la población también afecta la intensidad de la caza.

Estas actividades a menudo son sustentables si se las realiza a pequeña escala. Hace cientos de años que las comunidades viven en los bosques tropicales de todo el mundo. Sin embargo, a medida que aumenta el número de comunidades y de individuos que los integran, el impacto sobre el bosque va siendo cada vez menos sustentable. Por ejemplo, muchos productores agrícolas practican la agricultura de tala y quema. En este sistema, se talan y se queman los campos y luego se los deja para barbecho cuando los suelos se agotan.

En la actualidad, los individuos consumen más de 5 millones de toneladas de carne de mamíferos silvestres proveniente de los bosques tropicales de América Latina (150.000 toneladas) y de África (4.900.000 toneladas) por año (ver Cuadro 2). En la actualidad, los bosques tropicales están desapareciendo en cifras récord. Se calcula que entre 1960 y 1990 se perdió un 20% de estos bosques (33% en Asia y 18% en África y América Latina).

Como los suelos del bosque tropical son bastante pobres, es necesario practicar la rotación en estos campos con una frecuencia de pocos años. Sin embargo, a medida que crece la población, se deben desmontar más tierras para el sustento de los individuos. Además de la pérdida inmediata de bosque, dicho desmonte puede tener efectos secundarios. Por ejemplo, el bosque se abre por la tala y se seca, lo que conduce a incendios más intensos, que dejan, así, más combustible para futuros incendios. Las áreas que fueron desmontadas también son más susceptibles a la erosión del suelo, lo

Las áreas más grandes de bosques tropicales lluviosos que quedan se encuentran en Brasil, el Congo, Indonesia y Malasia. Indonesia es un buen ejemplo de las tendencias de deforestación. El país cubre solamente el 1,3% de la superficie terrestre; sin embargo, alberga el 19% de los bosques tropicales remanentes en el mundo. No obstante, desde 1989, más de 20 millones de hectáreas de estos bosques han sido taladas a una tasa de 1,7 millones de hectáreas por año. No se conoce con exactitud la extensión de bosque tropical que se pierde en todo el mundo cada año, pero se calcula que supera los 20 millones de hectáreas. Las mayores amenazas que enfrentan los bosques tropicales son la deforestación, la fragmentación y la degradación. Las acciones que conducen a estas amenazas derivan principalmente de las actividades


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antropogénicas. La conversión de los bosques a tierra cultivable es la causa más importante de la pérdida de bosques. Como se mencionó anteriormente, muchas comunidades que habitan en los bosques o en sus alrededores dependen de ellos para su sustento, lo que incluye la conversión de la tierra, la caza, la tala y la recolección de productos forestales no madereros. Estas actividades a menudo son sustentables si se las realiza a pequeña escala. Hace cientos de años que las comunidades viven en los bosques tropicales de todo el mundo. Sin embargo, a medida que aumenta el número de comunidades y de individuos que los integran, el impacto sobre el bosque va siendo cada vez menos sustentable. Por ejemplo, muchos productores agrícolas practican la agricultura de tala y quema. En este sistema, se talan y se queman los campos y luego se los deja para barbecho cuando los suelos se agotan. Como los suelos del bosque tropical son bastante pobres, es necesario practicar la rotación en estos

campos con una frecuencia de pocos años. Sin embargo, a medida que crece la población, se deben desmontar más tierras para el sustento de los individuos. Además de la pérdida inmediata de bosque, dicho desmonte puede tener efectos secundarios. Por ejemplo, el bosque se abre por la tala y se seca, lo que conduce a incendios más intensos, que dejan, así, más combustible para futuros incendios. Las áreas que fueron desmontadas también son más susceptibles a la erosión del suelo, lo que luego puede llevar a graves inundaciones durante la temporada de lluvias. El incremento de la población también afecta la intensidad de la caza. En la actualidad, los individuos consumen más de 5 millones de toneladas de carne de mamíferos silvestres proveniente de los bosques tropicales de América Latina (150.000 toneladas) y de África (4.900.000 toneladas) por año (ver Cuadro 2).

Cuadro 2. Crisis de la carne de animales silvestres Recientemente, la caza de animales silvestres en los bosques tropicales alcanzó niveles alarmantes. Si bien este tipo de caza se practicó durante muchos años, en los últimos tiempos ingresó en una etapa crítica debido al elevado número de animales cazados. Un estudio reciente indica que en América Latina y en África se consumen más de 5 millones de toneladas de carne de animales silvestres por año. Se considera que los niveles de caza en África central son seis veces más altos que lo estimado por los científicos como sustentable para las poblaciones. Diversos factores contribuyen a este crecimiento: las poblaciones humanas se expanden rápidamente, la tecnología da lugar a una caza más


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eficiente y hay mayor acceso a los bosques que en otros tiempos eran inaccesibles. El acceso se ve facilitado en gran medida por los caminos construidos para la tala, la explotación minera y la extracción de petróleo. Estos caminos también aumentan la posibilidad de caza de animales silvestres a mayor escala, ya que la carne puede ser transportada en la carga del camión. La carne de animales silvestres también es el alimento preferido por muchas personas. Pero el quid de la cuestión es la necesidad de proteínas. La carne silvestre es considerada a menudo el medio preferido de satisfacer las necesidades proteicas; en efecto, en las comunidades rurales, la pesca y la caza son las maneras más económicas de hacerlo. La caza intensiva tiene implicancias para el destino de las especies buscadas. Pero también tiene consecuencias a mayor escala, tales como la pérdida de la biodiversidad, de dispersores de semillas y de especies clave en el ecosistema. Dichos cambios en la estructura, la función y la composición del bosque podrían resultar en la alteración del ecosistema y podrían tener serias consecuencias para quienes dependen de él.

Las actividades relacionadas con el uso de los recursos por parte de participantes a gran escala, especialmente la tala y la caza, también producen un impacto sobre el ecosistema de bosque. La tala a gran escala es responsable no solo de una reducción en la cantidad de árboles, sino también de la fragmentación y el daño resultantes de la construcción de caminos para extraer los árboles.

La fragmentación conduce a una reducción en la cantidad de hábitat, que puede disminuir la biodiversidad del área e interrumpir los procesos ecológicos (por ejemplo, aislar a los individuos de sus posibles parejas). Además, estos caminos a menudo abren porciones de bosque, antes inaccesibles, que dejan la posibilidad de asentamiento. Muchas empresas de

explotación forestal practican la entresaca: la remoción selectiva de especies de alto valor, como la caoba. Estos suelen ser los árboles más grandes y los que están en mejores condiciones en el bosque; por lo tanto, su remoción puede afectar enormemente la dinámica del ecosistema. El resultado puede ser rodales de menor diversidad de árboles de poca fuerza, que ofrecerán menos alimento y refugio a la fauna silvestre. Además, la productividad del bosque a largo plazo puede verse comprometida y requerir mayor manejo en el futuro. Como los árboles tropicales tienden a no crecer en grupos, los árboles que se cosechan son buscados y extraídos de cualquier parte del bosque, lo que tiene un efecto de gran alcance. Debido al impacto potencialmente alto que la tala puede producir, muchas empresas utilizan técnicas de manejo forestal sustentables para reducirlo (ver Cuadro 3). El pastoreo extensivo también constituye una razón importante de la


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conversión de la tierra. En muchas áreas del mundo, particularmente en América Latina, se convierte la tierra de bosques a pastizales para la cría de ganado, a menudo con fines de exportar carne vacuna. Pero como el suelo es pobre, la tierra no puede sostener un gran número de animales, por lo que se debe desmontar más tierra continuamente. En la mayoría de los casos, la producción de carne raramente alcanza los 50 kg por hectárea anualmente, mientras que en el norte de Europa el promedio es más cercano a los 600 kg por hectárea por año.

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El mercado mundial también tiene un efecto perjudicial sobre los bosques tropicales debido al aumento en la demanda de una variedad de productos. En la actualidad, si se lo desea, se puede adquirir un surtido de productos animales y madereros desde cualquier parte del mundo. Además, existe una diversidad de productos cosméticos, de vestimenta y artesanales hechos a partir de materiales del bosque. Si bien muchos de estos emprendimientos se conducen de forma sustentable, nuevamente, la cuestión es el uso excesivo.

4. ¿Qué se está haciendo? Los manejadores de recursos han utilizado una cantidad de estrategias generales de conservación para tratar el problema de la pérdida de bosque tropical. Un abordaje, los Proyectos Integrados de Desarrollo y Conservación (PIDC), consiste en tener objetivos relacionados con el desarrollo y la conservación en conjunto. Las metas de estos proyectos son satisfacer las necesidades de las comunidades circundantes a los bosques, a la vez de asegurar que sus recursos sean manejados de una manera sustentable.

Por ejemplo, muchas comunidades de Asia recolectan ratán de sus bosques para venderlo a los mercados internacionales de muebles y cestería. Estos proyectos apuntan a brindar un beneficio económico a las comunidades y a manejar el bosque en forma sustentable. También se establecieron áreas protegidas en muchas partes de los trópicos, aunque solamente 15 de los 70 países con ecosistemas de bosque tropical destinaron tierras para tal protección.


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Cuadro 3. Manejo sustentable de los bosques Uno de los actuales debates en el marco de la conservación y el manejo de bosques es acerca de la viabilidad del enfoque del manejo sustentable de los bosques. Un problema reside en la falta de definición de “sustentable” y en la ausencia de consenso sobre los objetivos de un bosque manejado en forma sustentable. En general, la gestión sustentable de los bosques intenta manejar el bosque de una forma que satisfaga las necesidades actuales de las partes interesadas, así como las necesidades futuras previstas. Algunos científicos creen que el manejo sustentable de los bosques es técnicamente posible solo en ciertos ecosistemas. En los bosques boreales y los templados, los expertos consideran que se dispone de suficiente conocimiento técnico como para evitar las prácticas no sustentables. El manejo sustentable puede lograrse en los bosques, ya que el centro de atención generalmente está puesto en los productos no maderables y no en la producción de la madera. Pero en los bosques tropicales húmedos, los árboles necesitan gran cantidad de tiempo para alcanzar un tamaño de valor comercial y muchos son extraídos por medio de métodos de inapropiados. Además, en muchas áreas de los trópicos húmedos existen presiones económicas y sociales para volver a talar áreas que aún no se recuperaron, reclamos conflictivos por el uso de la tierra y uso excesivo por parte de las comunidades vecinas. En respuesta a estas cuestiones, en algunos lugares se está poniendo en práctica la tala de impacto reducido (TIR). En teoría, los métodos TIR pueden reducir los disturbios en el suelo en un 50%, crear menor abertura de dosel, permitir una recuperación más rápida de los árboles, desperdiciar 50% menos de madera y (en las condiciones adecuadas) tener un costo de 10 a 15% menor que los métodos de tala convencionales. No obstante, muchos científicos aún siguen siendo escépticos con respecto a este método. A pesar de que se gastan millones de dólares por año en la actividad forestal sustentable, aún no hay ejemplos de una tala sustentable en los bosques tropicales húmedos. La mayoría de los proyectos fracasan porque el dinero invertido en el manejo sustentable de bosques y en métodos TIR en general todavía rinde menores ganancias que la tala convencional. Quienes critican este enfoque alegan que la única herramienta que ha protegido realmente al bosque tropical es la creación de áreas protegidas.

También existe una cantidad de medidas de conservación específicamente diseñadas para los bosques. La rehabilitación de los bosques y la restauración ecológica son medidas apropiadas para los que fueron degradados pero que se encuentran bajo cierto tipo de protección. La actividad forestal

comunitaria ha sido efectiva en áreas donde las comunidades locales dependen de los bosques y, por lo tanto, tienen una participación en la sustentabilidad a largo plazo, particularmente donde hay antecedentes de manejo comunitario. En tales casos, las comunidades a menudo trabajan con organizaciones no gubernamentales o con agencias de gobierno para adquirir derechos de uso sobre el área y desarrollar un plan de


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manejo que asegure que sus necesidades serán satisfechas. Otro enfoque, en general combinado con la actividad forestal comunitaria, es la certificación forestal, que implementa un abordaje basado en el mercado. El manejo de los bosques debe someterse a la certificación por parte de uno de los cuatro organismos certificadores para demostrar que las prácticas de manejo que se siguen son sustentables. Así, al vender esta madera, la certificación pasa a ser un bien de capital en el mercado internacional que permite la venta por un valor más alto. Las plantaciones también juegan un papel en la conservación de los bosques, ya que contribuyen a satisfacer la demanda de productos madereros. Es importante destacar, sin embargo, que las plantaciones no son lo mismo que los bosques. Una plantación es un área cultivada

cuyas especies y estructura fueron simplificadas para producir solamente unos pocos bienes, generalmente madera, combustible, resina, aceite o frutas. Un gran porcentaje de plantaciones consiste en una o unas pocas especies de árboles de rápido crecimiento, plantados en bloques homogéneos de la misma clase de edad. Por otro lado, un bosque es un ecosistema complejo, donde la tierra, el agua, la energía y una gran variedad de plantas y de animales interactúan en un sistema dinámico. Las plantaciones no necesariamente ofrecen hábitat para otras plantas y animales y generalmente requieren productos químicos, preparación del suelo y manejo intensivo. Además, debido a su falta de diversidad, tienden a ser propensas a brotes de enfermedades y de plagas.

5. ¿Cuál es el futuro de la situación? Las tasas de deforestación en el mundo varían enormemente; sin embargo, aún los más conservadores estiman que, de continuar las tendencias, dentro de 100 años los bosques tropicales habrán desaparecido (aunque algunos predicen que ello ocurrirá más bien en 30 años). Para detener este grado de deforestación, los esfuerzos de conservación del bosque tropical

deben centrarse en cambiar la forma en que le asignamos valor a los bosques. En la actualidad existe muy poco incentivo económico para que las personas mantengan sus tierras forestales en ese estado, ya que otros usos alternativos, como la agricultura, la cría de ganado y la tala comercial, son más redituables. Si bien la tala sustentable es un nuevo enfoque


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prometedor, no puede competir con las actuales actividades de tala comercial. Se trata de una producción más costosa, que cuenta solamente con un mercado limitado dispuesto a afrontar esos costos extra. Además, en las producciones forestales sustentables se necesitan niveles más altos de conocimiento y de capacidad profesional. Incluso cuando la intención es talar un área en forma sustentable, es difícil asegurar que realmente se utilicen métodos sustentables. La observancia de las reglas es particularmente difícil en áreas lejanas, donde se encuentra la mayor parte del recurso maderero y donde es mayor la necesidad de métodos sustentables. Por lo tanto, sería necesario un cambio en el sistema de mercado para que la actividad forestal sustentable sea un emprendimiento más que genere mayores ganancias. Es necesario desarrollar un mercado más viable para los productos

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madereros sustentables con el fin de reducir el precio y hacer de ellos una opción más atractiva. También es preciso valuar el ecosistema de bosque tropical por los servicios que provee. Es un componente clave en el ciclo hidrológico mundial, por lo tanto afecta los suministros de agua fresca y los patrones de lluvia. El bosque tropical también transforma continuamente dióxido de carbono en oxígeno. Al modificar nuestro sistema de valuación, también debemos tornarnos más eficientes y efectivos en hacer cumplir las normas y reglamentaciones vigentes con respecto al uso del bosque tropical, ya sea en áreas protegidas, en reservas de uso extractivo o en el comercio de fauna silvestre. Esto requerirá entrenamiento y recursos financieros de agentes externos, pero también participación de las comunidades que habitan en los bosques o en sus alrededores.


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Conservación

6. Bibliografía consultada Redford, K. H. 1992. "The Empty forest." Bioscience 42(6): 258-422. Redford, K., H. and S. Sanderson 2000. "Extracting humans from nature." Conservation Biology 14(5): 1362-1364. Robinson, J. and K. H. Redford. 1991. Neotropical wildlife use and conservation. Chicago, IL, The University of Chicago Press. Terborgh, J. 2000. "The fate of tropical forests: a matter of stewardship." Conservation Biology 14(5): 1358-1361.

Proyecto Andes-Amazonia Financiado por la Fundación Gordon and Betty Moore Programa de Política y Ciencias Ambientales – OET Director: PhD Andrew Chek Coordinador: Leandro Castaño Betancur Traducción al español: Jorgelina Brasca Adaptado: Andrew Chek Revisores: Andrew Chek y Leandro Castaño Betancur Diseño: Liliana Jiménez Bernal Este documento se basó en el trabajo de Cheryl Margoluis


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CO ON NSSEERRV VA AC CIIÓ ÓN N: PPA AN NO ORRA AM MA AG GEEN NEERRA ALL 1. Introducción En esencia, la conservación de la naturaleza consiste en asegurar un conjunto representativo de biodiversidad y su persistencia a largo plazo. Comprende una serie de elecciones –dónde asignar recursos limitados, tanto en términos de tipos de actividades como de puntos geográficos. Para emprender la conservación, los planificadores, los responsables de las políticas, los manejadores y otros profesionales deben ser conscientes de los aspectos clave que influyen en ella: las motivaciones que llevan a un individuo a preservar, los vínculos entre

la conservación y otros campos, las condiciones que establecen las funciones del ecosistema y las presiones que amenazan la biodiversidad. También necesitan comprender cómo planificar, diseñar y controlar efectivamente sus intervenciones. Este módulo apunta a cumplir la función de un mapa general de ruta para los profesionales de la conservación. El objetivo no es proporcionar información detallada sobre un tema determinado, sino ofrecer un panorama general de los aspectos y las consideraciones más importantes de la conservación en la actualidad.

2. Motivación Distintos factores motivan a las personas a preservar. Una motivación importante es que los ecosistemas proveen una variedad de servicios y bienes valiosos, como el agua para beber o peces para alimentarse. Algunos servicios son menos perceptibles: por ejemplo, además de madera y sombra, los bosques proveen servicios de filtración

de agua. Es probable que un gran número de servicios todavía no se conozcan. El U.S. National Cancer Institute (Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos) identificó 3.000 plantas que actúan contra las células cancerígenas, de las cuales el 70% se encuentra en el bosque tropical lluvioso.


Conservación

Asimismo, cada día se descubren nuevas especies de plantas y animales en el bosque tropical lluvioso que aún deben ser identificadas e investigadas científicamente. Algunas personas se sienten motivadas a preservar por la recreación. Los turistas practican rafting en los ríos, navegación en el mar, caminatas en el bosque y paseos en los pastizales, entre otras actividades. Otros desean conservar lugares que ofrecen belleza natural,

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que tienen importancia cultural o que albergan encuentros de índole espiritual. Además, a menudo las personas desean conservar un área o proteger una especie, simplemente para saber que existe. Por ejemplo, mucha gente desea proteger los elefantes de África oriental, aun cuando nunca tengan la oportunidad de verlos personalmente, sólo para asegurarse de que estos animales continúen existiendo.

3. Vínculos La conservación es importante, no sólo por las razones mencionadas anteriormente, sino también por su relación con otros temas globales. La salud humana está íntimamente vinculada, de distintas maneras, con los problemas de conservación. Por ejemplo, muchas comunidades rurales toman la precaución de no cortar árboles cercanos a las márgenes de los ríos, ya que dichas acciones podrían afectar sus fuentes de agua limpia. En áreas urbanas, muchas personas tratan de compartir el vehículo o de usar transporte público para reducir la contaminación del aire en la ciudad, ya que puede ocasionar problemas de salud. Además, los cambios que sufre el ecosistema pueden afectar la salud humana. Por ejemplo, cuando se tala un área del bosque tropical lluvioso, es

posible que los huéspedes tradicionales de los parásitos se desplacen. Los parásitos a menudo pasan a huéspedes humanos y, en el proceso, transmiten nuevas enfermedades. Muchas organizaciones conservacionistas se comprometieron más en proyectos de salud para continuar instruyendo a la gente sobre los vínculos entre la salud del ecosistema y la humana. La pobreza también puede verse afectada por la conservación de los recursos naturales. Además de satisfacer las necesidades de subsistencia, los recursos naturales pueden aportar opciones de estilo de vida a las comunidades o, por el contrario, restringirlas. Las poblaciones ricas en recursos tienen más opciones económicas. Muchos eligen vender el recurso del que disponen, como en el caso de la madera, mientras que otros


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prefieren manejarlo a largo plazo con proyectos más sustentables, como la cestería a partir de la extracción de ratán. Las comunidades pobres en recursos naturales pueden encontrarse con opciones más limitadas, ya que a menudo deben comprar o practicar trueque para obtener recursos básicos. Las distintas opciones de manejo y niveles de explotación darán resultados diferentes, pero el acceso a estos recursos y su control pueden, en gran medida, afectar los resultados.

La conservación de los recursos constituye un esfuerzo importante en el área de las ciencias agronómicas. Los recursos genéticos de las plantas para la alimentación y la agricultura necesitan ser preservados para asegurar su sustentabilidad. Por ejemplo, cuatro cultivos –el arroz, el maíz, la papa y el trigo– aportan más de la mitad de la energía alimenticia en el mundo. La pérdida de cualquiera de estos cultivos tendría serias implicancias en la seguridad alimentaria.

El desarrollo económico de un área puede depender de su potencial de conservación. Por ejemplo, las áreas de alto valor de conservación pueden ser transformadas en áreas protegidas donde se pueden emprender proyectos turísticos.

Los recursos naturales, y su conservación, también pueden afectar la seguridad mundial. A medida que los recursos se hacen más escasos, los individuos y los países deben competir para obtenerlos.

En los Estados Unidos, en las áreas circundantes a los parques nacionales, hay hoteles, restaurantes y servicios de guía de turismo con el fin de obtener beneficios del recurso natural. En otras áreas puede haber recursos con potencial farmacológico. Por ejemplo, algunas comunidades de las islas Fiji están trabajando con la universidad local para establecer relaciones con las empresas farmacéuticas interesadas en la prospección biológica en los arrecifes de coral.

El agua potable limpia se está convirtiendo en un recurso escaso en todo el mundo; los científicos especulan con que podría ser un disparador de futuras guerras particularmente en aquellos países que dependen de un solo recurso. Por lo tanto, la conservación continuará jugando un papel importante en muchos aspectos de los acontecimientos mundiales.


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Conservación

4. Conexión entre las condiciones naturales y los desafíos inherentes Existen ciertas consideraciones que los profesionales de la conservación deben tener en cuenta al reflexionar sobre sus prioridades y diseñar proyectos. La siguiente es una lista de las cuestiones pertinentes, resumida de un documento base sobre conceptos clave de conservación:

Escala Diferencias de escala. Las diferencias de escala se encuentran en toda la naturaleza. La escala temporal y espacial de nuestro foco de atención dependerá de la especie, los procesos y los sistemas que se busca preservar, y de la geografía en que se extienden y del tiempo en el que se prolongan (por ej., el jaguar con amplia área de acción frente al cactus sedentario, un lago frente al océano). La escala también es importante al considerar los impactos del manejo, uso o conservación (por ej., el impacto puede ser muy diferente si se tala una hectárea de bosque que es parte de un solo parche de 10 ha o de una reserva de 1.000.000 ha). Sistemas Naturaleza interrelacionada. naturaleza está compuesta de

número de sistemas interrelacionados, de los cuales a menudo tenemos escaso conocimiento; por lo tanto, los cambios en un componente pueden tener efectos de largo alcance y, con frecuencia, impredecibles. Biodiversidad Biodiversidad en todos los niveles. El concepto de biodiversidad, o diversidad biológica, es el núcleo de la conservación. La biodiversidad puede encontrarse en todas las escalas de la organización en la naturaleza, desde los genes hasta los ecosistemas. Biodiversidad desconocida. Muchos grupos son escasamente conocidos en términos de descripción básica y de su función. Los biólogos identificaron y describieron alrededor de 1.700.000 especies, pero cada año se identifican 20.000 nuevas especies. Medición de la biodiversidad. Distintas mediciones de la biodiversidad pueden arrojar como resultado distintos énfasis y prioridades. La medición más comúnmente utilizada es la riqueza o el número de especies; sin embargo, no existe una sola medición que abarque todo. Énfasis en la diversidad

La un

nivel

Genes, especies y ecosistemas. El de biodiversidad en el que


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decidimos concentrarnos afectará nuestras prioridades. Podemos concentrarnos en el nivel genético, que es el que se elige a menudo en agricultura. O podemos hacerlo en cualquier nivel hasta el ecosistema, lo que es cada vez más frecuente a medida que se comprende más acerca de la naturaleza interconectada de las relaciones en el ecosistema. Especies particulares en ecosistemas. Al considerar la diversidad, también es importante tener en cuenta los distintos tipos de especies presentes, ya que algunas de ellas a menudo son consideradas más importantes que otras a los fines de la planificación de la conservación (por ej., especies clave y especies ingenieras del ecosistema) Distribución Tiempo. La biodiversidad puede considerarse a distintas escalas temporales. Por ejemplo, en el término de un año, las poblaciones de especies de un área determinada pueden fluctuar en tamaño debido a la migración; las diversas especies pueden tener distinta longevidad, desde semanas a cientos y cientos de años. Variación geográfica en la diversidad. Hay una gran variación geográfica en la naturaleza. Algunas áreas tienen más especies que otras. En algunos casos, esto es simplemente una función del tamaño: un área mayor generalmente significa más cantidad de especies. Pero ciertos hábitats, como las islas, generalmente mantienen un mayor número de especies. También existe una tendencia geográfica; la biodiversidad aumenta a lo largo de un

Adaptado de Cheryl Margoluis

gradiente latitudinal: desde niveles más bajos de biodiversidad alrededor de los polos terrestres hasta picos de niveles en los trópicos. Especies raras: Cuando se evalúan las distribuciones geográficas, es importante considerar las especies raras. Algunas se concentran en un área, mientras que otras son raras en un área, pero abundantes a una escala mayor. El modo de distribución de una especie puede afectar su supervivencia. Superposición de patrones de diversidad. No es solamente el número de especies el que difiere entre áreas, sino las especies mismas. Por ejemplo, los osos polares se encuentran en el ártico, los monos araña en los trópicos; sin embargo, dentro de ambientes aparentemente similares puede haber diferencias en cuanto a dónde alcanzan su máxima diversidad las especies pertenecientes a distintos grupos (por ej., aves, mariposas, plantas, ranas). Las áreas de superposición de concentración de la diversidad de los distintos grupos con frecuencia son catalogadas como de alta prioridad para los recursos limitados de conservación. Heterogeneidad. Las condiciones ambientales no son uniformes en todo un paisaje; por lo tanto, las especies que habitan las áreas pueden estar distribuidas de una forma heterogénea, según la subyacente abundancia y distribución de los recursos y las características físicas (agua, nutrientes, luz).


Conservación

Área y aislamiento Islas y especies. La distancia que separa a las poblaciones puede afectar su tamaño, estructura y función. Esto incluye no solamente a las islas reales que existen en los cuerpos de agua, sino también a las poblaciones terrestres que están separadas entre sí (por ej., cimas de montañas, fragmentos de bosque, áreas protegidas rodeadas de tierras con otros usos). Las islas naturales también tienden a tener especies raras y endémicas que evolucionaron en situaciones de aislamiento.

Relaciones especiales No-linealidad: umbrales y otros efectos. La naturaleza interrelacionada de un ecosistema significa que existe un número de cambios inesperados y repentinos que pueden ocurrir como resultado de cambios en los componentes del ecosistema (por ej., proliferación de algas a niveles críticos de nutrientes, colapso de las poblaciones de peces por debajo de una cantidad mínima de adultos reproductores). Sistema dinámico Disturbio. Los cambios en la naturaleza pueden darse en forma lenta, rápida, estacional y/o anual. Estos cambios constituyen una parte integral de los sistemas y deberían incluirse en el

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conjunto de objetivos o condiciones de conservación para un área. En las especies presentes dentro de un sistema la tendencia es que hayan desarrollado respuestas a la frecuencia e intensidad naturales de esos disturbios; nuevos cambios en la intensidad o en el alcance del disturbio, especialmente los repentinos (en relación con el tiempo evolutivo o ecológico) pueden originar respuestas drásticas e impredecibles. Evolución. El concepto clave de la evolución es la variación genética sobre la que pueden actuar fuerzas selectivas. Existen cuatro procesos básicos de cambio evolutivo. El primero es la mutación, una modificación de la secuencia del ADN causada por agentes externos o por errores en la replicación del ADN. El segundo es la deriva genética, el cambio aleatorio de la existencia de un gen particular en una población. El tercero es la selección natural o el proceso de supervivencia del más apto. Y el cuarto es la migración, la entrada y salida de individuos de una población. La variación genética es esencial para que las poblaciones se adapten a los cambios; en consecuencia, en los planes de la conservación, es necesario tener en cuenta la preservación de las condiciones que permiten el mantenimiento de los niveles naturales de variación. Movimiento. Muchas especies migran y existen muchos tipos diferentes de migración y a diferentes escalas (por ej., migración continental, en altura). Dichos movimientos deben ser incorporados en los esfuerzos de planificación de la conservación.


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Adaptado de Cheryl Margoluis

5. Las presiones sobre la biodiversidad y sus efectos Los seres humanos dependen de los recursos naturales para la subsistencia y para enriquecer la vida. Pero el uso de estos recursos, aun si se hace en forma sustentable, tiene un impacto. Para lograr el uso y la conservación a largo plazo, resulta vital comprender la manera en que nuestras actividades impactan sobre estos recursos y ejercen una amenaza. Existen varias fuentes importantes de amenazas a la biodiversidad (ver figura 1).

hectáreas de bosque fueron convertidas a espacios agrícolas o urbanos. La conversión de la tierra también se da cuando el propietario percibe un valor más alto por sus tierras una vez convertidas. En muchos países, los gobiernos alientan la conversión de tierras boscosas para un uso más “productivo”, como la agricultura o las actividades de explotación de recursos, como la tala, la minería y la exploración de petróleo.

5.1 Eliminación del ecosistema

Si bien se considera a menudo que la conversión de la tierra afecta los ecosistemas terrestres, también puede afectar los sistemas marinos y los de agua dulce. Muchas áreas marinas son actualmente convertidas en áreas para la acuicultura, o bien dragadas para ganar nuevos terrenos. Los sistemas de agua dulce suelen ser eliminados a causa de la construcción de represas.

Una de las amenazas más importantes para la conservación es la eliminación de ecosistemas completos, fundamentalmente debido a la conversión de hábitat en tierras destinadas a la agricultura. El crecimiento de la población es uno de los factores más importantes que conducen a esta conversión. A medida que crece la población mundial, disminuye la cantidad de tierra cultivable disponible por persona. A su vez, se necesita más tierra para proveer alimentos y recursos básicos. Una población en crecimiento también significa que se destinan mayores porciones de tierra a áreas urbanas. Según el Servicio de bosques de los Estados Unidos (U.S. Forest Service), en la década de 1990, 14,6 millones de

5.2 Degradación del ecosistema Algunos ecosistemas no son eliminados por completo, pero son degradados a causa de la actividad humana. Tal degradación puede darse a partir del uso de un recurso básico, como la tala


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Conservación

selectiva, la extracción de plantas u otras actividades de extracción. La degradación también puede ocurrir a causa de alteraciones al sistema, resultantes de nuestro manejo del ecosistema. Por ejemplo, en muchas áreas la supresión de incendios naturales puede cambiar la composición del ecosistema. La caza excesiva de especies depredadoras en ecosistemas terrestres y marinos o de agua dulce también puede ocasionar la degradación. Algunas prácticas de pesca, como aquella en la que se utiliza cianuro, son especialmente perjudiciales para la salud del ecosistema.

Actualmente, la contaminación es también una causa fundamental de la degradación del ecosistema. Los productos derivados de la industria – como la lluvia ácida, la filtración de aguas residuales, los derrames de productos químicos– todo ello afecta la salud de los ecosistemas. Las especies exóticas, o no nativas, también son responsables de los cambios en el ecosistema. Esto es particularmente problemático si la especie es invasora o una especie exótica que desplaza a las nativas por competencia y puede ocasionar problemas al ecosistema o a la salud humana. Por ejemplo, la mangosta de manchas doradas (Herpestes javanicus (auropunctatus)), que es nativa de Asia oriental, fue introducida en Mauricio, en las Antillas,

en Hawai y en las islas Fiji con el propósito de controlar las ratas. Pero como la mangosta no tiene un depredador natural en las islas, su población sufrió una explosión, lo que causó la extirpación, o la extinción local, de varias especies de aves, reptiles y pequeños mamíferos.

5.3 Disminución eliminación de especies

y

Las presiones se pueden ver no solo a nivel de ecosistema, sino también a nivel de especies. La caza excesiva es una de las mayores amenazas causante de la declinación y la eliminación de las especies En todo el mundo, la carne de animales silvestres y la de pescado ofrecen a las familias un medio de bajo costo para obtener las proteínas que necesitan. Pero a medida que avanza la tecnología –con instrumentos como el radar, los sistemas de posicionamiento global y las armas modernas– la pesca y la caza se vuelven más eficientes y efectivas. Grandes cantidades de peces fueron explotadas hasta niveles considerados como su máximo rendimiento sustentable. Asimismo, la caza para obtener carne de animales silvestres alcanzó niveles críticos en muchas partes del mundo, especialmente en África y Asia. La destrucción del hábitat también representa una amenaza para los animales. De hecho, muchos científicos la consideran una de las principales causas de extinción en la actualidad. Para los animales migratorios, como la


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Adaptado de Cheryl Margoluis

mariposa monarca, o que tienen amplias áreas de acción, como los jaguares, la destrucción del hábitat puede ser particularmente perjudicial. La disminución de las especies también puede ser ocasionada por agentes patógenos introducidos. La alteración del hábitat puede significar la introducción de nuevas enfermedades a las que las especies no están

acostumbradas. Por ejemplo, en toda África, la conversión de hábitat a tierra para agricultura causó preocupación por la transmisión de la fiebre aftosa del ganado vacuno a la fauna silvestre propensa a esta enfermedad, como la jirafa, el jabalí verrugoso y el antílope.

Figura 1. Taxonomía preliminar de las amenazas directas a la biodiversidad (de Salafsky et al. 2002) EJEMPLOS DE AMENAZAS DIRECTAS ESPECÍFICAS AMENAZAS GENERALES a

BOSQUE

SABANA, PASTIZALES, DESIERTOS

B

AGUA DULCE

MARES, OCÉANOS

ELIMINACIÓN DEL ECOSISTEMA C

Conversión a tierra para agricultura

Desarrollo económico

Explotación de elementos del ecosistema

Extracción de minerales

Cambio climático

parcelas donde se aplica tala y quema, granjas, plantaciones, establecimientos agrícolaganaderos

Granjas, establecimientos agrícolaganaderos

Apropiación de tierra para agricultura

Acuicultura

Caminos, represas, áreas urbanas, asentamientos

Caminos, represas, áreas urbanas, asentamientos

Dragado, construcción de diques, rellenado, áreas urbanas

Dragado, construcción de diques, rellenado, áreas urbanas

Tala rasa Industrias papeleras

Alto grado de sobrepastoreo

Extensa derivación de agua

Extracción intensiva de corales, pesca de arrastre, pesca con redes de deriva

Explotación minera, exploración de pozos petroleros

Explotación minera, exploración de pozos petroleros

Explotación minera exploración de pozos petroleros

Explotación minera, exploración de pozos petroleros, explotación minera en el fondo del mar

Incendios de gran magnitud, sequía, huracanes

Incendios de gran magnitud, sequía

Sequía Salinización

Fluctuación de la temperatura, fluctuación del nivel del mar.


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Conservación

EJEMPLOS DE AMENAZAS DIRECTAS ESPECÍFICAS AMENAZAS GENERALES a

Degradación de los ecosistemas c Conversión parcial

BOSQUE

SABANA, PASTIZALES, DESIERTOS

B

AGUA DULCE

MARES, OCÉANOS

Tala selectiva

Pastoreo

Desviación de agua

explotación de corales

Lluvia ácida, químicos tóxicos, basura, lluvia radioactiva

Lluvia radioactiva

Lluvia ácida, aguas residuales, químicos tóxicos, restos flotantes

Aguas residuales, sedimento, sustancias tóxicas, derrame de petróleo, lluvia radioactiva

Turismo, vehículos fuera de caminos, guerra y actividad militar

Turismo, vehículos fuera de caminos, guerra y actividad militar

Embarcaciones comerciales y de recreación, guerra y actividad militar

Turismo de buceo, pesca con cianuro y con explosivos, guerra y actividad militar

Fragmentación, incendios, supresión del fuego, extracción de depredadores

Fragmentación, incendios, supresión del fuego, extracción de depredadores

Cambios en el patrón de salinidad

Descoloramiento de los corales supresión de los depredadores

Introducción o escape de plantas y animales

Introducción o escape de plantas y animales

agua de lastre Introducción o escape de plantas y animales

agua de lastre Introducción o escape de plantas y animales

Sobreexplotación de especies

Caza, recolección

Caza, recolección

Pesca, caza

Pesca, caza

alteración de la migración

Disturbio físico

alteración de la nidificación y de la migración

Alteración de la migración, toma de plantas hidroeléctricas

Alteración de la migración y de la reproducción

Efectos de enfermedades y de la contaminación

Efectos de enfermedades y de la contaminación

Efectos de enfermedades y de la contaminación

Efectos de enfermedades y de la contaminación

Contaminación

Presencia humana

Alteración del ecosistema

Especies exóticas

DISMINUCIÓN Y ELIMINACIÓN DE ESPECIES

Agentes Patógenos

a Amenazas directas en sentido genérico b Ejemplos de amenaza en distintos tipos de biomas C Las columnas no se excluyen mutuamente por completo: por ejemplo, hay obviamente una zona gris entre la eliminación y la degradación del ecosistema.


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Adaptado de Cheryl Margoluis

6. Planificación de la conservación

6.1 Inventario y conocimiento

6.2 Determinación de las prioridades

Una vez que se determinó que un área es un posible sitio de conservación, generalmente se lleva a cabo un inventario biológico, cuyo contenido varía pero, en general, se establecen las características del ecosistema, qué especies están presentes, etc.

Uno de los mayores desafíos en conservación es determinar dónde asignar recursos escasos.

The Nature Conservancy, por ejemplo, utiliza una Evaluación Ecológica Rápida (Rapid Ecological Assessment) para caracterizar la vegetación y los grupos taxonómicos, para producir mapas de base y conducir análisis de amenazas, entre otros aspectos. Del mismo modo, Conservation International tiene un programa de Evaluación Rápida que realiza intensos censos de los ecosistemas a corto plazo.

Los ejercicios de determinación de prioridades son una forma de asegurar la mayor probabilidad de que se logren nuestros objetivos de conservación y se preserve la condición deseada. La priorización generalmente consiste en cierto ranking de criterios considerados importantes, como el número de especies, su rareza, amenazas, etc. El enfoque que elegimos depende de lo que tratemos de lograr. World Wildlife Fund, por ejemplo, priorizó sus objetivos sobre la base de la biodiversidad. Por otro lado, Conservation International le dio prioridad a sus objetivos basados en los hotspots o puntos calientes de biodiversidad: hábitats que albergan especies endémicas actualmente amenazadas.


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Conservación

7. Intervenciones en la conservación Los enfoques de la ciencia de la conservación cambiaron a través del tiempo, lo que se ve cuando recogemos información sobre qué estrategias funcionan, dónde y cuándo. El enfoque utilizado depende en gran medida de las condiciones sociales y ecológicas del área. Por lo tanto, no existe una única receta que pueda resolver todos los problemas de conservación, ni siquiera hay una receta para resolver una categoría de problemas ambientales, como las especies invasoras. Ante cada problema, debemos preguntar ¿qué estrategia sería más eficiente en las siguientes condiciones? En general, los enfoques pueden considerarse en cuatro grandes categorías. (basado en Salafsky et al. 2002, ver Figura 2)

especies y los procesos ecosistémicos, todos se encuentran protegidos. Este abordaje tuvo éxito en muchas áreas, pero también hubo casos en los que no resultó un modelo apropiado. A medida que crecieron las comunidades locales que rodeaban las áreas protegidas, se hizo cada vez más difícil alejar a la gente de estos recursos.

A. Protección directa

En la década de 1970, la United Nations Educational Scientific and Cultural Organization (UNESCO) (Organización Cultural, Científica y Educativa de las Naciones Unidas) desarrolló el modelo del hombre y la biosfera como una variante del modelo tradicional de área protegida. El modelo de la biosfera incorporó las necesidades de las comunidades circundantes por medio de la zonificación del área protegida de acuerdo con diferentes niveles de uso aceptable. Desde ese momento, las áreas protegidas continuaron evolucionando hacia la satisfacción de las necesidades de la situación local.

La protección directa fue uno de los primeros enfoques en conservación. En realidad, uno de los primeros logros del movimiento conservacionista moderno fue la creación de áreas protegidas en los Estados Unidos. La idea era sencilla: simplemente se reserva un área por conservar y se limita y se regula toda la actividad humana que allí se desarrolla. De esta manera, los hábitats, las

En la actualidad, existen distintos tipos de áreas protegidas que permiten una gama de usos diversos: por ejemplo, los parques nacionales generalmente prohíben el uso de recursos pero permiten la recreación, mientras que las reservas extractivas conceden a los grupos participantes derechos de usuario para el uso de recursos específicos.


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Adaptado de Cheryl Margoluis

Cuadro 3. Protección estricta frente a uso Si bien las áreas protegidas fueron parte del movimiento conservacionista desde su comienzo, en los últimos tiempos su papel ha sido objeto de debate. Un intercambio reciente publicado en la revista científica Conservation Biology con respecto al papel del uso que hace el hombre en las áreas protegidas ilustra los aspectos más importantes del debate. Schwartzman, Nepstad y Moreira argumentaron que los seres humanos siempre tuvieron un papel en la naturaleza y que, por lo tanto, se les debería permitir continuar con las actividades en las áreas protegidas, particularmente en aquellas que están rodeadas por áreas densamente pobladas. Sin embargo, Terborgh alegó que el modelo de uso, tal como está presentado, es inestable y que el uso en áreas protegidas tiene impactos inaceptables, aún cuando esté regulado. Robinson y Redford también participaron en apoyo del razonamiento de Terborgh en cuanto a que el uso realmente tiene impactos que no son insignificantes. Finalmente, el hecho de que un área de reserva deba ser estrictamente protegida o se pueda permitir su uso dependerá de las condiciones del área circundante. Por ejemplo, en áreas como la Amazonia, donde trabajan Schwartzman, Nepstad y Moreira, las comunidades tienen una larga historia de uso y manejo de estos recursos; por lo tanto, puede tener sentido incorporar este uso y el conocimiento en el manejo de las áreas protegidas. Sin embargo, dicho uso aún necesita ser modificado para ajustarlo a la situación actual, ya que los niveles históricos de uso eran muy diferentes de los niveles actuales. Y en muchos casos no solo las comunidades locales están interesadas en utilizar los recursos de un área protegida, sino también un número de actores externos, como el sector de tala o las empresas mineras. Además, también es necesario considerar la salud del ecosistema que está fuera del área protegida y su ubicación en relación con otras áreas de protección. Es posible que las áreas que están rodeadas de tierras severamente degradadas de ningún modo resulte el sitio más apropiado para ser áreas protegidas, mientras que las áreas que están circundadas por ecosistemas en buenas condiciones o conectadas con otros espacios verdes pueden ser candidatas más apropiadas para una protección estricta.

B. Cambio de incentivos Actualmente, la mayoría de las amenazas más importantes a la biodiversidad son consecuencia de las actividades que llevan a cabo las poblaciones humanas. Con el fin de reducir estas amenazas, es necesario cambiar los incentivos que motivan estas acciones.

En muchos casos, los incentivos se basan en las necesidades de subsistencia y de sustento. Muchos enfoques de conservación, por lo tanto, se concentran en el diseño de esquemas de generación de nuevos ingresos. Por ejemplo, los proyectos integrados de desarrollo y conservación


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Conservación

(ICDPs en inglés) se basan en la idea de actividades de sustitución: una actividad puede ser sustituida por otra que tenga menor impacto sobre el recurso de interés. En estos casos, se diseñan distintos tipos de proyectos para incorporar las necesidades de las comunidades así como las de conservación. Por ejemplo, en muchas áreas desarrollaron empresas de ecoturismo a pequeña escala, para apartar a las personas de actividades basadas en la extracción de recursos de un área natural. La idea es que las comunidades sustituyan el ingreso que habrían percibido a través de las actividades de extracción con un ingreso basado en actividades de servicio a los turistas (como oficiar de guía de turismo).

Otro tipo de abordaje basado en el cambio de incentivos es el de los pagos directos. La idea sobre la que se basa este método es pagar a las personas para que no utilicen un recurso. Por ejemplo, si una comunidad depende de un ingreso generado a partir de actividades en un bosque cercano, en un escenario de pago directo, podría recibir una compensación igual a la que obtendrían de sus actividades en el bosque. Al hacerlo, seguirían generando el mismo ingreso, pero el recurso no se vería afectado.

Además de los mecanismos basados en establecer cambios a través del incentivo positivo, también están aquellos basados en los incentivos negativos. Un ejemplo conocido es la campaña para boicotear las prácticas de pesca de atún que ponían en peligro a los delfines. Dada la efectividad de esta campaña, muchas empresas cambiaron sus métodos de pesca e incluyeron solamente aquellos que serían considerados “seguros para los delfines”. C. Legislación y políticas La legislación y las políticas aportan la infraestructura legal y social para asegurar que el público adhiera a las medidas de conservación. Existen en todos los niveles: desde el local hasta el mundial. Por ejemplo, en el caso de la caza de fauna silvestre, las leyes locales pueden limitarla a ciertas especies y temporadas de caza. A nivel mundial, existen leyes y políticas para regular la cantidad y las especies de animales que pueden ser comercializadas o vendidas. Además, existen varios mecanismos de litigio y de observancia para asegurar que estas leyes y políticas sean obedecidas. Por ejemplo, en los Estados Unidos, las agencias no gubernamentales a menudo demandan a las empresas que se considera que no han seguido estas reglamentaciones.


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Adaptado de Cheryl Margoluis

Cuadro 2. Aspectos económicos en la conservación Muchos esfuerzos de conservación dependen de subsidios directos otorgados por organizaciones donantes públicas y privadas. Pero, en realidad, existen varios mecanismos de conservación. Entre los abordajes comunes se encuentran: Servidumbre. Una restricción legal sobre la tierra, que limita o prohíbe el desarrollo con el fin de proteger el hábitat. A menudo esto se traduce en un beneficio fiscal u otros beneficios económicos para el propietario de la tierra. Proyectos integrados de Conservación y Desarrollo. Proyectos basados en la idea de actividades de sustitución: la creación de una nueva actividad económica para disminuir la presión sobre las actividades económicas basadas en el recurso en cuestión. Pagos directos. Pagos a individuos u organizaciones para que no exploten un recurso, en contraposición al pago por manejarlo de una manera particular. Permisos canjeables. Permisos que las entidades pueden canjear y que les permiten producir una cierta cuota de contaminación. Canje de deuda por naturaleza. Un mecanismo que le permite a un país o a una empresa negociar su deuda con el acreedor por medio de la financiación de proyectos de conservación de la biodiversidad. Prospección biológica. La búsqueda de información bioquímica y genética en fuentes naturales que puede utilizarse para el desarrollo de productos de aplicación farmacológica, agronómica u otras. Fondos fiduciarios. Activos financieros que están legalmente restringidos a un fin específico y que son administrados por un consejo de administración. Pago por servicios ambientales. Pagos a individuos u organizaciones por el mantenimiento de ecosistemas que proveen servicios ambientales a la sociedad, como el agua limpia. Aranceles por la extracción de recursos. El pago a cambio de la extracción de ciertos recursos. (adaptado de http:guide.conservationfinance.org)

D. Educación y sensibilización pública La mayoría de los esfuerzos de conservación incluyen algún tipo de educación o toma de conciencia ambiental, ya que demostró ser un componente esencial de los proyectos efectivos. Sin embargo, la forma de este componente educativo varía enormemente. Los programas de educación formal pueden incluir cursos de sensibilización ambiental, caminatas

en contacto con la naturaleza para niños o cursos de posgrado de biología de la conservación. Los enfoques informales pueden ser del tipo de campañas de sensibilización pública, como el ejemplo del boicot a la pesca de atún, mencionado anteriormente. En todos los tipos de enfoques educativos, existen numerosos medios para comunicar los mensajes deseados, ya sea a través de libros, sitios de Internet o programas de televisión.


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Conservación

Figura 2. Nombre de los enfoques más importantes (tomado de Salafsky et al. 2002) PROTECCIÓN Y MANEJO Áreas protegidas *

LEGISLACIÓN Y POLÍTICAS Legislación y tratados *

EDUCACIÓN Y

CAMBIO DE INCENTIVOS

SENSIBILIZACIÓN

Educación formal*

c

Emprendimientos de conservación*

Reservas y parques: categorías de UICN I & II (Kenya Wildlife Service) (Servicio de Vida Silvestre de Kenia)

Desarrollo de tratados internacionales (Convención sobre la diversidad Biológica)

Desarrollo de los programas escolares (Fondo Mundial para la Naturaleza Ventanas a la vida silvestre) (World Wildlife Fund Windows on the Wild)

Vinculados por ej., ecoturismo (Salafsky & Wollenberg 2000)

Parques privados (Langholz et al. 2000)

Presión a los gobiernos (Sierra Club)

Enseñanza a los alumnos de posgrado (Jacobson 1990)

No vinculados Por ej., empleos para los cazadores furtivos (Salafsky & Wollenberg 2000)

Acatamiento y organismos de control*

Educación no formal*

Uso de la presión del mercad*

Desarrollo de estándares legales (Convención sobre el comercio de especies amenazadas) control de acatamiento de los estándares (TRAFFIC)

Entrenamiento en medios de comunicación destinado a científicos (Jacobson 1999) extensión al público vía museos (Domroese & Sterling 1999)

Litigios*

Educación informal* c

Prohibición de la matanza de ciertas especies (Convención l para la reglamentación de la caza de la ballena) Manejo de animales utilizados para la producción de pieles (Freese 2000)

juicio criminal (U.S. Fish & Wildlife Service, Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos) demandas civiles (Sierra Club)

Campañas en los medios de comunicación (Greenpeace) Sensibilización de la comunidad (Public Interest Research Groups, Grupos de investigación sobre el interés público)

Restauración de especies y del hábitat*

Acción coercitiva*

Paisajes manejados* b derechos de servidumbres para la conservación (Gustanski 2000) áreas protegidas marinas comunitarias (Parks & Salafsky 2001)

Especies protegidas y manejadas*

Reintroducción de depredadores( U.S. Fish

Implementación de sanciones (U.S. Fish &

c

Confrontación moral* Desobediencia civil (Greenpeace)

Certificación: incentivos positivos (Forest Stewardship Council, Consejo de Manejo Forestal) boicots: incentivos negativos (Rainforest Action Network (Red de acciones para los bosques tropicales lluviosos) Alternativas económicas*

Pagos por la conservación* Pagos en compensación por


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Adaptado de Cheryl Margoluis

PROTECCIÓN Y MANEJO & Wildlife Service) recreación de sabanas y praderas (Stevens 1995; Dobson et al., 1997a) Protección ex-situ* Cría en cautiverio (zoológicos, acuarios y jardines botánicos) banco de genes (Banco de semillas Kew Gardens Millenium)

EDUCACIÓN Y

LEGISLACIÓN Y POLÍTICAS

SENSIBILIZACIÓN

Wildlife Service) acciones militares / cuidado de la naturaleza (Terborgh 1999)

eocsalvajismo/ ecoterrorismo (EarthFirst!)

Desarrollo y reforma de las políticas* Investigación sobre opciones en políticas ( World Resources Institute) promoción de la devolución del control (Wyckoff-Baird et al. 2000)

Communication* Publicaciones ambientales (Island Press) redes en Internet forests.org)

CAMBIO DE INCENTIVOS desempeño (Ferraro 2001) canjes de deuda pornaturaleza (Conservation International) Valores no monetarios* Valores espirituales, culturales, spiritual, cultural, de existencia (Ehrenfeld 1981) vínculos con la salud humana (Meffe 1999)

Las columnas contienen categorías amplias de herramientas. Cada columna contiene cinco enfoques amplios (*) y luego dos ejemplos de estrategias más específicas dentro de cada enfoque. La implementación de cada estrategia implica el uso de herramientas de conservación específicas (no mencionadas). Para cada estrategia, también se brinda un ejemplo de una organización conocida por la aplicación de dicha estrategia y/o una referencia que la describe y la define. La cita de una organización que usa una herramienta no implica que sea la única herramienta que usa o que es el único grupo que la utiliza. a

Esta categoría incluye esencialmente acciones de conservación en tierras manejadas para la producción de recursos naturales que no están encuadradas en las categorías I V de UICN ( World Conservation Union 1994). b

c

Los términos utilizados son los empleados por Fien et al. (1999)

8. Monitoreo y evaluación En materia de conservación, el monitoreo y la evaluación pueden definirse como la colección sistemática y el análisis de datos, usualmente de un proyecto o programa específico. El monitoreo y la evaluación generalmente se usa para comprender los efectos del manejo de un ecosistema. Por ejemplo, a menudo se

los aplica para comprender cómo una intervención está afectando la condición deseada de un proyecto de conservación: en otras palabras, si un proyecto apunta a reducir la presión de caza alrededor de un área protegida, puede controlar la actividad de caza y los niveles poblacionales de una especie animal para determinar si el


Conservación

proyecto es efectivo o no. Esta información puede ser incorporada luego en el manejo del proyecto para asegurar que es factible adaptar el proyecto en la forma necesaria para lograr su objetivo.

Hace poco tiempo que el monitoreo y la evaluación se encuentran incluidos en los proyectos de conservación y aún enfrentan una serie de desafíos. A menudo se los excluye de los planes de conservación hasta una vez que el proyecto ya está en marcha, lo que imposibilita la recolección de datos de

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base. Si no existe un mecanismo para incorporar los datos en el ciclo del proyecto, la información a menudo solo le sirve a los donantes y no para el manejo adaptativo. Muchos proyectos también limitan sus esfuerzos de monitoreo a una evaluación rápida, lo que da solo una instantánea de lo que realmente ocurre, y así se pierden cambios que pueden darse en el sistema. En la actualidad, los esfuerzos de monitoreo enfrentan desafíos adicionales relacionados con la escala, ya que muchas organizaciones están elevando sus puntos de interés a nivel de ecosistema. Por ejemplo, si el proyecto es a pequeña escala, pero el monitoreo es a nivel regional, será difícil discernir el impacto del proyecto en el sistema.


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Adaptado de Cheryl Margoluis

9. Bibliografía consultada Groves, C.R. 2003. Drafting a conservation blueprint: a practitioner’s guide to planning for biodiversity. Island Press, Washington, DC. Redford, K. H., and S. Sanderson. 2000. “Extracting humans from nature.” Conservation Biology 14:1362-1364. Salafsky, N., R. Margoluis, K.H. Redford, & J. Robinson 2002. “Improving the practice of conservation: a conceptual framework and research agenda for conservation science.” Conservation Biology 16 (6), 1469-1479. Schwartzman, S., A. Moreira, and D. Nepstad. 2000. “Rethinking tropical forest conservation: Perils in parks.” Conservation Biology 14:1351-1357. Terborgh, J. 2000. “The fate of tropical forests: a matter of stewardship.” Conservation Biology 14:1358-1361.

Proyecto Andes-Amazonia Financiado por la Fundación Gordon and Betty Moore Programa de Política y Ciencias Ambientales – OET Director: PhD Andrew Chek Coordinador: Leandro Castaño Betancur Traducción al español: Jorgelina Brasca Adaptado: Andrew Chek Revisores: Andrew Chek y Leandro Castaño Betancur Diseño: Liliana Jiménez Bernal Este documento se basó en el trabajo de Cheryl Margoluis


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Conceptos Clave Sobre la Conservación

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1. ¿Qué es la Ciencia de la Conservación? En esencia, la conservación de la naturaleza consiste en asegurar un conjunto representativo de biodiversidad y su persistencia a largo plazo. Comprende una serie de elecciones: dónde asignar recursos limitados, tanto en términos de tipo de actividades como de puntos geográficos. Para emprender la conservación, los planificadores, los responsables de las políticas, los manejadores y otros profesionales deben ser conscientes de algunos conceptos clave de la ciencia que sirven de base a la conservación. Entre las consideraciones más importantes para determinar las prioridades que apuntan a lograr la conservación, se encuentran algunos hechos relacionados con la naturaleza, su distribución, funcionamiento y medición. Este módulo tiene por objeto presentar un panorama general de algunas de las consideraciones clave que deben tenerse en cuenta al establecer prioridades, evaluar políticas o diseñar proyectos de conservación.

1.1 Aspectos transversales Escala. En toda la naturaleza encuentran diferencias de escala.

se

Dichas diferencias pueden tener un papel importante en la determinación de cómo fijar las prioridades. Espacialmente, la escala afecta el centro de atención geográfico. Por ejemplo, podemos concentrarnos en el ecosistema de una laguna o en el del océano Pacífico. La escala temporal también influye en el centro de atención. El período de vida de un insecto puede contarse en días, mientras que el de un mamífero de gran tamaño puede contarse en décadas y el de un árbol, en cientos de años. Una persona que trabaja con insectos generalmente tiene un plan temporal y espacial muy diferente del de quien se dedica a los mamíferos de gran tamaño.


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La escala también es importante por cuanto las especies diferentes tienen distintos requerimientos espaciales. Por ejemplo, para algunas especies, un área pequeña podría representar todo el hábitat, mientras que para otras especies, la misma área es simplemente el hábitat de una población de la especie e, inclusive, sólo parte del área por la que se desplazan en un solo día. Por último, debido a que la naturaleza consiste en sistemas conectados, los impactos a una escala determinada pueden tener implicancias en todo el sistema. Por ejemplo, es claro que talar un solo árbol en un bosque es muy distinto de talar 1.000 árboles; pero los impactos de tales intervenciones dependen enormemente de la escala del ecosistema: por ejemplo, el ecosistema ¿contiene 10.000 o 1.000.000 de árboles en total? La realidad nos dice que cualquier cambio produce un efecto a alguna escala. En la conservación y el manejo, resulta significativa la reflexión acerca de determinar la importancia relativa o el impacto de dicho efecto.

Sistemas. El concepto de un sistema interrelacionado se encuentra en toda la naturaleza. La cadena alimentaria es quizás el ejemplo más conocido de dicho sistema, donde cada uno de los componentes de la cadena está vinculado a varios otros componentes. Un cambio en una especie puede

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afectar potencialmente a muchas otras. Por ejemplo, en el noroeste del Pacífico, en las costas de los Estados Unidos, los cambios sufridos por las poblaciones de estrellas de mar (Pisaster ochraceus) afectan en gran medida los niveles poblacionales de una especie de mejillón, Mytilus californicus. La estrella de mar es un depredador del mejillón; cuando los niveles de la estrella de mar son bajos, el mejillón desplaza por competencia a todos los otros macroinvertebrados intermareales, lo que reduce la biodiversidad del ecosistema. En ecosistemas tropicales, donde los depredadores superiores, como los jaguares, los pumas y el águila harpía, fueron exterminados por los cazadores, los mamíferos de tamaño mediano, como los agutíes, los coatíes, los perezosos y los monos aulladores, tienen niveles poblacionales mucho más altos que en las áreas donde están presentes los depredadores superiores. Tales cambios en los niveles poblacionales pueden tener efectos cascada: por ejemplo, la extracción de un depredador superior y el consiguiente aumento en la cantidad de mamíferos de tamaño mediano, como los herbívoros, puede afectar enormemente las poblaciones vegetales. Las relaciones entre las partes de un sistema biológico pueden ser extraordinariamente complejas. La comprensión del modo en que un sistema responderá a distintas escalas espaciales y temporales se hace más difícil a medida que la cantidad de elementos y, por ende, las relaciones, aumentan. Es un desafío aún mayor si consideramos que la ciencia no


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dispone de un conocimiento acabado de todas las especies. Ambos factores se dan en las regiones tropicales, donde se encuentra la mayor concentración de las especies del planeta, la mayoría de las cuales todavía no han sido descriptas científicamente. Consideraciones específicas Biodiversidad La biodiversidad existe en todos los niveles En el meollo de la conservación yace el concepto de biodiversidad, o diversidad biológica. Definida en términos simples, es la variedad que se encuentra en la naturaleza, desde los ecosistemas hasta los genes. Los genes son los elementos de información que codifican partes de un organismo – la colección específica de genes y su número y disposición es fundamentalmente lo que hace a una araña distinta de un murciélago o de una flor o de un tiburón. Pero existe cierta variación genética incluso dentro de los individuos. Esta variación, transportada como un conjunto disperso en todos los individuos que componen una población de una especie, es la materia prima para la adaptación, de generación en generación, ante condiciones cambiantes –un reservorio adaptativo que se mantiene lleno y se renueva a través de los procesos naturales de mutación. Las especies están conformadas por poblaciones de individuos. Las especies

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son la unidad más común que se usa en conservación. Son siempre genéticamente diferentes entre sí hasta cierto punto, generalmente porque están aisladas de otros tipos similares en lo que respecta a la reproducción. Por ejemplo, las ballenas no pueden aparearse con las algas marinas, algunas especies de ballenas podrían aparearse entre sí, desde el punto de vista físico, pero no producirían crías con vida; otras especies muy emparentadas no se aparean, aun cuando ello es fisiológicamente posible. Estas barreras reproductivas ayudan a definir las especies y crean la divergencia entre ellas a través del proceso gradual de mutación genética, adaptación y deriva genética de sus grupos de genes aislados.

Los ecosistemas son grupos de especies que interactúan y los componentes físicos y químicos de los que ellas dependen. Generalmente, nos referimos a ellos como si fueran sistemas cerrados con límites precisos: por ejemplo, nos podríamos referir al ecosistema de un lago o de un bosque. Si bien esto ayuda a definirlo y a describir los componentes más importantes que nos interesan, es necesario recordar que las especies y los elementos pueden traspasar estos límites, y de hecho lo hacen. Por ejemplo, el agua y el carbono ingresan y egresan de un bosque, como lo hacen algunos pájaros, mamíferos, insectos, semillas y el polen, entre otros componentes. Los flujos de materia y


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energía de este tipo dentro de un ecosistema y entre ecosistemas se denominan procesos del ecosistema y constituyen las conexiones

enormemente importantes que hacen que el ecosistema sea un sistema y no un simple grupo de organismos. Para más detalles sobre los procesos del ecosistema, ver el Cuadro 2.

2. Biodiversidad desconocida Muchos grupos son apenas conocidos, en términos de descripción básica y de función. Los biólogos identificaron y describieron alrededor de 1.700.000 especies, pero cada año se identifican aproximadamente 20.000 nuevas especies. Solo una pequeña fracción de estas nuevas especies fue estudiada en detalle. Las estimaciones actuales del número total de especies que existen sobre la Tierra oscilan entre 3 millones y 100 millones, y los cálculos más aproximados señalan entre 10 y 14 millones. Estas estimaciones varían ampliamente porque se basan en evidencia incompleta o indirecta. Históricamente, la ciencia se concentró en la macro fauna y en la macro flora (por ej., aves, mamíferos, árboles) que en general son más fáciles de encontrar y de estudiar; sin embargo, aún es imposible conocer con exactitud la distribución de todas estas especies en un momento determinado. La mayoría de las especies son pequeñas (como los

insectos); éstas también representan la amplia mayoría de las especies no descriptas hasta el momento. El ritmo al que se descubren las nuevas especies, el conocimiento sobre el número promedio de especies nuevas encontradas cuando se estudian nuevos sitios y el número de sitios que resta evaluar sistemáticamente, todo se combina para brindar estimaciones del número real de especies que se encuentran sobre el planeta. Aun si se consideran las especies ya descriptas, su cantidad total y el conocimiento insuficiente que tenemos sobre muchas de ellas –su papel y sus interacciones– resulta difícil predecir cómo responderán a los cambios los ecosistemas de los cuales ellas son parte. Es como si en la naturaleza tuviéramos una enormemente compleja serie de máquinas interconectadas y le hubiéramos dado nombre solamente a un pequeño porcentaje de las partes, mucho menos a su función; el resto de las partes podemos inferirlo pero no tenemos idea de lo que hacen y a qué


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están conectadas. Así, en muchos casos, nos vemos obligados a usar estimaciones y sustituciones al establecer las prioridades o al planificar, incluso al investigar, los efectos del cambio en el ecosistema.

La riqueza continúa siendo el índice más común de biodiversidad porque es la información más fácil de recoger. Existen diversos niveles de riqueza por considerar, que están ligados a la escala espacial.

Las mediciones de la biodiversidad están fundamentalmente vinculadas a las dimensiones temporales y espaciales y a las escalas. Por ejemplo, se puede hablar de la cantidad de especies que hay en un determinado árbol, en la cima de una montaña, en un lago, país o región; todos estos lugares implican un área definida y un momento (por ejemplo, otoño, la corriente de El Niño de 1983, el período Jurásico tardío).

La biodiversidad alfa es equivalente a la riqueza de especies de un área definida. La diversidad beta se refiere al cambio en la diversidad alfa a lo largo de un gradiente ambiental: el número de especies nuevas que se incorpora a medida que se van agregando nuevos ecosistemas. Por ejemplo, si se encuentran especies completamente diferentes en dos ecosistemas adyacentes, la diversidad beta es considerada alta. La diversidad beta se usa comúnmente en el desarrollo de áreas protegidas con el siguiente criterio: cuanto más alta la diversidad beta, más especies pueden protegerse por unidad de área.

No hay una sola forma de medir la biodiversidad. Las diferentes mediciones destacan las distintas características de la biodiversidad. La cantidad o la riqueza de las especies en un área determinada es un índice importante de la biodiversidad de cualquier espacio dado, aun cuando no logre captar características tales como la abundancia relativa que cada una de las especies presenta. Un área que tuviera tres especies, con una proporción numérica similar (33% cada una) tendría la misma riqueza de especies que una en la cual las proporciones fueran (98, 1, 1%) pero tendría muy distinta uniformidad (abundancia relativa).

Las áreas protegidas que contienen gradientes altitudinales generalmente tienen alta diversidad beta. Finalmente, la diversidad gama se refiere a la riqueza de especies a una escala regional o mayor. La diversidad gama es considerada comúnmente como la suma de la diversidad alfa y de la beta.


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3. Aspectos importantes en la diversidad 3.1 Genes, especies y ecosistemas El nivel de biodiversidad en el que nos concentramos influye en nuestras prioridades. Por ejemplo, en agricultura, al tratar la conservación de cultivos alimenticios, el foco de atención está puesto a menudo en la genética. La mayoría de las organizaciones conservacionistas, sin embargo, siempre se concentraron en las especies; por lo tanto, las especies actúan como representantes de todo el sistema. Tradicionalmente, debido a la relativa facilidad para recoger datos sobre la presencia individual de especies, la mayor parte de los planes de conservación ha considerado el patrón de la biodiversidad en el espacio y en el tiempo.

No obstante, a medida que se van adquiriendo mayores conocimientos sobre la naturaleza interconectada de los ecosistemas y la necesidad de conservar todo el sistema, muchos científicos incluyen procesos (corrientes de agua, ciclado de nutrientes, regímenes de fuego) que son inherentes a los ecosistemas a diferentes escalas, o usan una combinación de mediciones a nivel de especies y de ecosistemas.

Este artículo de base refleja el mayor énfasis que se pone actualmente en los patrones; de todos modos es aconsejable remitirse al Cuadro 2 para mayor información sobre el papel de los procesos del ecosistema.

3.2 Especies particulares dentro de los ecosistemas Al considerar la diversidad, también es importante tener en cuenta los distintos tipos de especies presentes, ya que ciertas especies a menudo son consideradas más importantes que otras a los fines de planificar la conservación. Existe una variedad de términos para describir el papel funcional de distintas especies en un ecosistema. Las especies clave, por ejemplo, son consideradas desproporcionadamente importantes para el mantenimiento y el equilibrio de la integridad de la comunidad. Por lo tanto, los planificadores de la conservación pueden poner énfasis en el manejo de una especie determinada por sobre otras, como las nutrias marinas en el ecosistema del océano Pacífico, ya que han demostrado tener un efecto significativo no sólo sobre sus presas, sino también sobre la biomasa de plantas marinas. Los planificadores también pueden concentrarse en las especies paraguas: aquellas que, al ser protegidas, se


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considera que brindan protección a un gran número de especies coexistentes. Por ejemplo, los planificadores de la conservación en Florida apuntan a proteger el oso negro para, a la vez, brindar protección a aquellas especies que están “debajo de su paraguas”, como las urracas de matorrales, la serpiente índigo y una variedad de especies de halcones. Las especies ingenieras del ecosistema son aquellas que tienen una influencia de gran alcance en su hábitat, que modifican la diversidad local de la flora y de la fauna, como el castor (Castor canadensis). También podemos describir especies según su estatus de distribución. Por ejemplo, las especies endémicas –aquellas que son nativas y están confinadas a una determinada región– pueden constituir una alta prioridad para los esfuerzos de conservación, porque su restringida

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distribución significa que pueden tener una mayor posibilidad de extinguirse. Existen designaciones adicionales que pueden ser útiles para los profesionales de la conservación, que no son ni funcionales ni geográficas. Las especies bandera son especies carismáticas que seducen al público y tienen características que las convierten en buenos símbolos a través de los cuales se pueden dar a conocer problemas de conservación: el oso panda es uno de los mejores ejemplos conocidos. Es importante destacar que las definiciones antes mencionadas no se excluyen mutuamente. Por ejemplo, los casuarios (ratites) son especies clave endémicas de Papúa Nueva Guinea y Queensland del Norte.

Cuadro 1. Dónde y cómo preservar Las distintas prioridades y los diferentes abordajes de las organizaciones conservacionistas pueden llevar a la confusión. Algunas organizaciones tienen focos de interés específicos, como una especie o una ubicación geográfica que están tratando de preservar, mientras que otras tienen un mandato de conservación más general. Dada la multitud de organizaciones conservacionistas que existen, puede ser difícil comprender las diferencias que hay entre ellas. En un artículo recientemente publicado en Conservation Biology, Redford et al. (2003) evaluaron los enfoques y las prioridades de conservación más importantes de las organizaciones conservacionistas. Los autores encontraron que de las 13 instituciones que estudiaron, 12 se centraban en la ubicación geográfica de los esfuerzos de conservación; en otras palabras, en dónde conservar. Entre ellas se encontraban: Global 200 de WWF, Hotspots de Conservation Internacional, las áreas tropicales más importantes de vida silvestre y una amplia definición de prioridades. Nueve organizaciones trataban cómo conservar, lo que incluía la conservación de sitios críticos, conservación de ecorregiones, un enfoque del paisaje y la conservación del sitio. Algunas organizaciones trataban los dos enfoques: dónde y cómo conservar, como la Fundación Africana de Vida


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Silvestre (AWF por su nombre en inglés), el Fondo Mundial para la Naturaleza (World Wildlife Fund - WWF), Conservación Internacional (Conservation International, CI), la Sociedad para la Conservación de la Flora y la Fauna (Wildlife Conservation Society -WCS), The Nature Conservancy (TNC), e English Nature. Las diferencias entre los centros de atención que cada organización elige son, en gran medida, un reflejo de los aspectos de biodiversidad en los que ponen énfasis y sus convicciones acerca de la mejor estrategia para preservar la mayor biodiversidad o la biodiversidad “más importante” o la “más representativa” o la “más amenazada”. Por ejemplo, Conservación Internacional tiene como fin preservar áreas de alta riqueza de especies, de alto endemismo de especies y muy amenazadas por la actividad humana; en consecuencia, ha priorizado sus esfuerzos de conservación según los puntos calientes (hotspots) para especies de varios grupos importantes (plantas, ranas, aves, etc.). Por otro lado, el WWF se concentra en áreas de “niveles excepcionales de biodiversidad”, los que definen como aquellos que tienen un alto número de especies, altas tasas de endemismo, o aquellos con fenómenos inusuales o evolutivos. Esta diferencia en sus objetivos influye en sus prioridades y, por lo tanto, en el modo de generar proyectos de conservación en todo el mundo.

4. Distribución

4.1 Tiempo La biodiversidad puede considerarse a distintas escalas temporales. Por ejemplo, en el transcurso de un año, las poblaciones de una especie en un área determinada pueden fluctuar en tamaño debido a la migración. A escalas temporales más amplias, un área puede cambiar su composición en forma natural, como por ejemplo cuando una zona recientemente quemada es colonizada por malezas y gradualmente, a través de la sucesión, se desarrolla hasta llegar a ser un bosque maduro. En períodos más prolongados, o en “tiempo evolutivo” (generalmente de miles a millones de años), evolucionan nuevas especies y

otras se extinguen poco a poco, lo que altera una vez más la composición de la biodiversidad en un lugar determinado. En efecto, se cree que el 99% de las especies que alguna vez habitaron la Tierra durante los últimos 20 mil millones de años se encuentran extinguidas en el presente. Es importante tener en cuenta que la extinción es un proceso natural a cierta tasa de fondo, pero las tasas actuales son mucho más elevadas de lo que habrían sido de no haber mediado el impacto humano. Por lo general, las especies de un ecosistema se han adaptado a la velocidad, la extensión y la intensidad de los cambios naturales. La alteración artificial de estos parámetros, especialmente cuando ello ocurre rápidamente comparado con el ritmo natural de cambio, como llevar


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repentinamente a la extinción a una o más especies, cambiar los cursos de agua, extraer una cobertura arbórea importante, cosechar un gran número de frutos o introducir una nueva especie (exótica), puede tener consecuencias significativas, incluso drásticas e irreversibles, para el sistema.

4.2 La variación geográfica en la diversidad Es necesario que los profesionales de la conservación sean conscientes de la variación geográfica de la diversidad en la naturaleza y de las implicancias de dicha variación. Algunas áreas tienen más especies que otras. En algunos casos, se trata simplemente de una función del tamaño: manteniendo el resto de los factores constante, un área de mayor tamaño significa en general mayor cantidad de especies, simplemente porque hay más cambios en factores físicos como los suelos, el agua, el clima, lo que a su vez tiene influencia sobre qué especies se dan en dicha área. Pero, si mantenemos el área constante, ciertas áreas naturalmente albergan un mayor número de especies. Por ejemplo, las islas generalmente tienen un número mayor de especies por unidad de área debido a procesos evolutivos ligados a su aislamiento. Del mismo modo, algunas áreas que están a ciertas latitudes contienen más especies; en efecto, existe un gradiente de biodiversidad que va desde niveles más bajos alrededor de los polos terrestres a niveles pico en los trópicos.

Los bosques tropicales son los mejores ejemplos de áreas de alta biodiversidad. En general, contienen mayor cantidad de especies de todos los tipos de organismos más importantes (por ej., aves, mamíferos, anfibios, peces, insectos y plantas) que en las áreas templadas. Solamente representan el 6% de la superficie terrestre, pero albergan más de la mitad de las especies conocidas en el mundo. Por ejemplo, Groenlandia contiene 56 especies de aves nidificantes, el estado de Nueva York, 105; Guatemala, 469 y Colombia, 1.395. Aproximadamente el 30% de las 9.040 especies de aves del mundo se encuentran en la cuenca amazónica y otro 16% en Indonesia.

4.3 Especies raras Al explorar las distribuciones geográficas, es importante considerar las especies raras. Es otro término que está naturalmente ligado a la escala. Algunas especies se concentran en un área, mientras que otras son raras en un área pero abundantes cuando se considera una escala más grande. De este modo, podemos hablar de combinaciones como “raras a nivel mundial pero abundantes a nivel local”, o lo contrario, “raras localmente, pero abundantes a nivel mundial”. La manera en que se distribuye una especie puede afectar su supervivencia. Por ejemplo, las especies


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endémicas son naturalmente más susceptibles a la extinción, en particular si sus poblaciones son pequeñas, debido a que las presiones que sufren (p. ej., degradación o destrucción del hábitat) tienen un impacto desproporcionado. Las que están más dispersas o tienen poblaciones más grandes generalmente corren menor riesgo de extinción a causa de un solo hecho catastrófico. Por ejemplo, si una especie de árbol se encuentra en todo el Amazonas, es menos probable que se extinga a partir de un incendio a pequeña escala que si se encontrara solamente en un único parche de un bosque de unas pocas hectáreas.

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diversidad, los que pueden diferir para distintos grupos. La selva amazónica, por ejemplo, tiene diferentes patrones de máximo endemismo de especies de aves que de mariposas. Este tipo de información es de importancia crítica para la ubicación de áreas protegidas. Las restricciones sobre los recursos disponibles para la conservación a menudo significan tener que elegir un área y no otra; por lo tanto, los patrones de superposición y los datos subyacentes sobre la distribución de especies constituyen la información biológica más importante para los esfuerzos de conservación.

4.5 Bordes y límites 4.4 Superposición de patrones de diversidad Pero también es importante destacar que no es solo el número de especies que difiere entre áreas, sino las especies mismas. Los osos polares se encuentran en el Ártico, los monos araña se encuentran en los trópicos. Si estamos interesados en preservar los osos polares, el centro de atención geográfico es necesariamente diferente del de quien se encuentra trabajando con los monos arañas. Este aspecto es importante cuando se trabaja a una escala menor, ya que las áreas que consideramos homogéneas a menudo contienen distintos parches de

Al pensar en patrones de superposición y en la planificación de la conservación es importante recordar que a menudo es muy difícil marcar una línea definida donde termina un ecosistema y comienza otro. Las distribuciones de las especies suelen cambiar a lo largo de un gradiente en combinación con los cambios en las propiedades físicas subyacentes de un lugar (por ej., los suelos, el agua, la luz solar, la temperatura). De acuerdo con esto, aunque hablemos de los ecosistemas como grupos de especies distintos que no se superponen, la realidad es que a menudo tienen límites indefinidos y comparten algunas especies entre sí. Algunos límites de los ecosistemas parecen tener un borde relativamente bien definido, o rígido, como el que se encuentra entre un bosque y un


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campo. Algunas especies hasta explotan preferentemente dichos márgenes y es común encontrar mayor riqueza de especies allí, ya que las especies de ecosistemas adyacentes se superponen, a menudo en busca de alimento. La mayoría de estas especies no son especialistas de borde y pertenecen a los ecosistemas adyacentes más importantes, representados en este ejemplo por el bosque o el campo. En el caso de los bosques, los bordes pueden caracterizarse por mayor exposición al viento, posiblemente mayor depredación, diferencias en la luz y la humedad, entre otros. Estos efectos pueden llegar hasta bien adentro del bosque (por ej., > 100 m). En este caso, parches muy pequeños de bosque, como un cuadrado de 200 m de lado, realmente no tendrían área interior libre de efectos de margen. A causa de una mayor fragmentación del bosque (por ej., debido a la construcción de caminos y a

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actividades agrícolas) la proporción de borde a espacio interior aumenta drásticamente. Esto es importante porque la mayoría de las especies de un bosque son las denominadas especies del interior del bosque y parecen evitar las condiciones generadas por los bordes. Hay bordes o límites que son evidentes para el hombre, como las líneas de un mapa, pero con frecuencia, incluso generalmente, no significan nada para los animales o las plantas. Por ejemplo, aunque el Parque Nacional Serengeti tiene bordes definidos para el hombre, los leones se desplazan dentro y fuera de los límites del parque. De acuerdo a esto, los planificadores de la conservación deben tener muy en cuenta el contexto externo de un área protegida, especialmente qué actividades humanas se desarrollan allí o lo harán en el futuro.

5. Fragmentación del hábitat en parches Otra característica importante de la naturaleza que se debe considerar en la planificación de la conservación es la fragmentación en parches. Las condiciones ambientales no son uniformes en todo el paisaje. Por ejemplo, hasta un bosque continuo se compone de áreas con diferente

altitud, suelos, drenaje, luz solar y exposición al viento. Estas diferencias influyen sobre qué plantas y qué animales utilizan distintas áreas, ya que cada especie tiene preferencia por una combinación o un parche de hábitat especial. Los parches existen a distintas escalas, como así también a distintos


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“granos”: para un jaguar que ve al mundo en grano grueso, un lago del bosque podría ser un lugar para tomar agua en algunos momentos, ya que se desplaza varios kilómetros en el día, mientras que para una rana y su visión a menor grano, el lago puede ser el lugar donde pasa toda su vida. En este paisaje de parches de distintas escalas y granos, cada especie puede estar distribuida localmente como una metapoblación, o varias poblaciones más pequeñas, conectadas por el intercambio de individuos que se desplazan entre ellas. Este movimiento suele ser importante para la persistencia de poblaciones de individuos. Brinda una combinación de material genético, lo que es importante para la

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adaptación. Además, puede minimizar el impacto de eventos fortuitos sobre una población cualquiera –por ej., el nacimiento de cría compuesta de todos machos – por el intercambio con otras poblaciones. De acuerdo con esto, los esfuerzos de conservación deben incluir no solo los parches favorecidos por una especie dada, sino también la conexión de corredores existentes entre ellos. La conectividad es particularmente importante para las especies que poseen grandes áreas de acción, poblaciones dispersas o hábitos migratorios (por ej., muchos depredadores de gran tamaño, aves, algunos insectos). En los últimos años se ha convertido en un aspecto importante de la planificación en conservación a todas las escalas espaciales.

6. Área y aislamiento 6.1 Islas y especies La distancia entre las poblaciones puede afectar su tamaño, estructura y función. Mucha información que tenemos acerca de las relaciones especie-área deriva de observaciones acerca de cómo colonizan, evolucionan y se extinguen en las islas las poblaciones de plantas y animales. Si bien se arribó a las conclusiones originales a partir de información basada en islas de tierra en el agua, la información también se puede aplicar a todas las poblaciones que están

separadas (por ejemplo, las de las cimas de las montañas o las que están en claros separados que reciben luz solar en un dosel de bosque que, de otra forma, sería continuo). Esta aplicabilidad más amplia de la teoría y de la observación es lo que las hace tan valiosas para la conservación en la actualidad. A medida que el paisaje se continúa fragmentando, estos pequeños hábitats que quedan se convierten en islas separadas de otros hábitats similares, por ejemplo, por un camino o un campo de cultivo. En muchos países, las áreas protegidas cada vez funcionan más como islas de


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hábitat natural rodeadas de “mares” de tierra cuyo uso fue convertido a producción agrícola, al desarrollo urbano o que fueron seccionadas por la infraestructura del transporte. La teoría de la biogeografía de islas, como se conoce esa parte del conocimiento, ayuda en la actualidad a los planificadores a manejar estos fragmentos y a comprender la dinámica y las trayectorias de las poblaciones que se encuentran dentro de ellos y cómo el área y el tamaño pueden afectarlos. Algunas de las principales lecciones aprendidas de las islas que se dan naturalmente son: El número de especies disminuirá con el aumento del aislamiento; en otras palabras, las islas que están más alejadas de la tierra principal, o de la población principal, tendrán menos especies. Las islas más grandes contienen y sustentan más especies, en parte porque contienen más tipos de hábitats y más poblaciones. El endemismo es más común en islas más remotas y dentro de grupos con dispersión menos importante. Estas lecciones aportan algunos lineamientos principales para la creación y el mantenimiento de áreas protegidas. Por ejemplo, las especies tienen menos posibilidades de extinguirse en áreas protegidas más grandes o en aquellas áreas que están conectadas o más cerca de áreas de recolonización que aquellas especies

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que están en áreas pequeñas y muy aisladas. Las islas naturales suelen contener un alto nivel de biodiversidad que evolucionó durante miles de millones de años. Una compleja combinación de aislamiento y contingencia histórica hizo de estas áreas puntos calientes (hotspots) de innovación adaptativa, con frecuencia porque la primera especie colonizadora que llegó a nuevas islas encontró muchos roles ecológicos vacantes, o nichos, y con el tiempo se ocuparon por medio de la radiación adaptativa. Como la colonización o la dispersión desde las islas es limitada y como las especies de islas se adaptaron siempre a las condiciones particulares que encontraban allí, las islas tienden a tener un alto porcentaje de especies endémicas.

Se pueden apreciar ejemplos de este tipo en Indonesia, Madagascar y Hawai. Solo Madagascar tiene entre 8.000 y 12.000 especies vegetales en la isla, de las cuales el 80% se cree que son endémicas, es decir, que no existen en ninguna otra parte del planeta. La biodiversidad de las islas tiende a estar bajo mayores amenazas que sus pares del continente; una razón importante es que las poblaciones de las islas suelen estar limitadas en su capacidad de escapar de las amenazas y a menudo no hay otras poblaciones que puedan recolonizar un área donde se produjo la pérdida de una especie.


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7. Relaciones entre especies 7.1 No linealidad, umbrales y otros efectos La naturaleza interrelacionada de un ecosistema significa que, al manejarlo, puede darse una cantidad de efectos indirectos. Los efectos cascada son aquellos que caen como catarata a través de más de un nivel trófico. Por ejemplo, en una serie de islas de Venezuela donde no había presencia de depredadores de vertebrados, se encontraron mayores densidades de roedores, monos, iguanas y hormigas cortadoras de hojas (10 a 100 veces más que en el territorio continental cercano). Este aumento creó efectos cascada sobre la vegetación de las islas, que resultó en una reducida densidad de renovales y plántulas de los árboles que componen el dosel.

Los ecosistemas también pueden cambiar debido a efectos acumulativos: efectos generados como resultado de diversas cuestiones, posiblemente separadas. Por ejemplo, los cambios que están teniendo lugar en el ecosistema ártico, como los del nivel del hielo, no se atribuyen a una sola causa, sino a un cambio climático, a químicos tóxicos, a la radiación UV-B, a la sobreexplotación de los recursos, a la explotación de recursos no renovables, a la construcción de

represas y los cambios en el curso superior de los ríos y a actividades que se desarrollan fuera de la zona ártica. Además, los efectos individuales pueden tener, a su vez, efectos sinérgicos o que interactúan, lo que dificulta aún más la búsqueda del origen de los cambios. En los ecosistemas también hay desfases espaciales y temporales. Por esta razón, puede ser difícil percibir los impactos directos que tienen nuestras acciones. Un buen ejemplo de este desfase puede apreciarse en las plantas de flores que dependen de la polinización, cuando disminuye el número de polinizadores. Muchas poblaciones de especies polinizadoras están declinando debido a la exposición a pesticidas. Dichas disminuciones a menudo también generan disminuciones en las poblaciones de plantas que dependen de estas especies, pero estos cambios se suelen observar luego de un retardo temporal. La Unión Mundial para la Naturaleza (World Conservation Union) predice que 20.000 especies de plantas con flores desaparecerán en las próximas décadas, en parte debido a las disminuciones en las poblaciones de polinizadores. Por esta razón, los esfuerzos para preservar las plantas también tienen que incluir las amenazas a las especies polinizadoras. Por ejemplo, un estudio sobre la disminución de las especies de muérdago, llevado a cabo en Nueva Zelanda, recomendó


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que los esfuerzos de conservación incluyan el mantenimiento de poblaciones nativas de aves. Los ecosistemas también pueden tener umbrales, o condiciones más allá de las cuales se pueden producir cambios dramáticos y abruptos o repentinos en el sistema y en la forma en que funciona. Por ejemplo, científicos encontraron que en el noroeste de Zimbabue no existía una relación entre la densidad del asentamiento humano y la densidad de la población de elefantes, hasta que la densidad de la población humana llegó a 16 personas por km2. Al llegar a ese umbral, las poblaciones de elefantes desaparecieron. Al parecer, en ese punto, las poblaciones de elefantes se vuelven muy fragmentadas y sus hábitats no pueden incluir el área de acción de la manada de cría. Por ende, los elefantes generalmente abandonan el área completamente, la que se

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convierte en paisaje dominado por el hombre. Entre otros ejemplos, se encuentran las masas de algas, cuando una concentración de nutrientes en su umbral (a menudo por la escorrentía agrícola) resulta en un repentino crecimiento de algas que pueden consumir el oxígeno del agua y matar a otros organismos (por ej., peces) o el colapso de poblaciones de peces donde los adultos reproductores disminuyen por debajo de un nivel mínimo para sostener a una población y esta cae vertiginosamente. Un efecto umbral es un ejemplo de una relación no lineal. Son comunes en ecología y se refieren al caso general en que la relación entre dos factores no cambia en forma constante y proporcional a como varía cada uno.

Cuadro 2. Procesos del ecosistema Tradicionalmente, una gran parte de la planificación de la biodiversidad se ha dedicado al patrón, a la existencia de especies, de poblaciones o de ecosistemas en el paisaje en un momento dado. Estos elementos generalmente son los más fáciles de medir, tales como ubicar una especie de ave determinada como parte de la evaluación de la biodiversidad de un sitio, o la interpretación de imágenes de teledetección para obtener una idea de la composición vegetal. Como resultado, el patrón ha sido el centro de atención dominante en la planificación y en las bases de datos de conservación. En efecto, gran parte de este artículo de base se centra en elementos de patrón. A menudo es más difícil y lleva más tiempo –y por lo tanto se lo hace menos– la evaluación de los flujos con los ecosistemas que componen los procesos que dan vida, que sustentan y que hacen del ecosistema un sistema de partes interactivas. Los procesos conocidos del ecosistema incluyen el ciclado de nutrientes, los ciclados hidrológicos (del agua a través del suelo y de organismos que interactúan con ambos elementos –doseles de los árboles, sistemas digestivos– antes de ser


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devueltos a la atmósfera), secuestro de carbono (el consumo de dióxido de carbono por parte de las plantas y el almacenamiento de moléculas de carbono). Otros procesos importantes, pero que reciben menor atención, incluyen la polinización de las flores, la dispersión de semillas y la formación del suelo. Los procesos del ecosistema en general van más allá e incluyen características de los sistemas naturales, como las inundaciones o los incendios, que influyen en qué especies pueden darse naturalmente allí y a menudo cuáles pueden prosperar gracias a adaptaciones específicas a estos procesos. Las consideraciones clave para la conservación y el manejo son cómo estos procesos, entre otros, se ven afectados por la presencia, la abundancia y la distribución de las especies en un lugar y un momento dados. Por ejemplo, diversas plantas tienen distinta habilidad para secuestrar carbono; distintas coberturas vegetales pueden influir en la cantidad y la ubicación de las lluvias, en cuánta erosión se da y en la extensión de la inundación. La consideración de los procesos, cómo las especies los afectan, cómo los cambios en los procesos se afectan entre sí y a las especies en reacciones en cadena y en cascada complica enormemente tanto la evaluación como el establecimiento de prioridades en la conservación. Sin embargo, el reconocimiento de que los ensambles naturales funcionales de especies incluyen estos procesos difíciles de comprender ha llevado a un énfasis más reciente en ellos como metas a ser incluidas en la planificación de la conservación y su ejecución. Además, durante los últimos 10 a 15 años aumentó el interés en cuáles son los procesos ecosistémicos que brindan beneficios o servicios a los seres humanos. Si bien las estimaciones del componente de “servicio” global que tiene la naturaleza ascienden a billones de dólares por año, muy pocas son reconocidas en los mercados económicos, de modo que la mayoría de los servicios, como la polinización de árboles frutales de explotación comercial, permanecen como “procesos”, considerados valiosos pero difíciles de ser captados por el mercado tradicional. Se brindó más atención en valuar el secuestro de carbono y el agua (calidad, cantidad, permanencia) y hay muchos ejemplos a pequeñas escalas de mercados para estos servicios. Un ejemplo son las comunidades que habitan en las zonas de cursos superiores de los ríos, que negocian la protección de la cobertura de bosques de una cuenca a cambio del pago por parte de las comunidades ubicadas en el curso inferior. Con un mayor énfasis puesto en los servicios ecosistémicos como una razón para involucrarse en actividades conservacionistas, surgió una avalancha de preguntas que buscan comprender, y de ese modo manejar, los mecanismos que sostienen estos servicios. Por ejemplo, ¿las plantaciones de baja diversidad son tan buenas en la provisión de servicios de agua o de captación de carbono como lo son los bosques naturales? ¿La maximización de la protección del agua incluye la compensación de ventajas y desventajas de otros servicios y cuál es su importancia? Existe evidencia bien asentada de que la biodiversidad (medida por la riqueza de especies) puede impactar positivamente en la provisión de servicios ecosistémicos, aunque no siempre. Las líneas de investigación más importantes actualmente apuntan a preguntas como: ¿algunas especies son más importantes que otras en la provisión de servicios? ¿Existen umbrales de cantidad de especies por debajo de los cuales los servicios disminuyen? Estas preguntas también son clave para la conservación; el grado en el que los servicios naturales son “mejores” en la provisión de servicios que los sistemas manejados o los agrícolas agregará más o menos


Conceptos Clave Sobre la Conservación

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peso al argumento en pro de la conservación de estas áreas en un estado y extensión más o menos natural. Mientras tanto, los planificadores de la conservación están abocados a asegurar que en la selección de sitios para la conservación o en el diseño de intervenciones con el fin de consolidar áreas, se tomen en cuenta los modos en que los organismos están conectados entre sí, así como que influyan o estén influidos por el paisaje físico a través de los flujos de materia y energía. La conservación de un individuo, población, especie o ecosistema en un estado natural inevitablemente significa tener en cuenta estas conexiones que a menudo están ocultas.

8. Elementos Dinámicos La mayor parte de los trabajos realizados en conservación consideró elementos de patrón; es decir, cómo los individuos, las poblaciones, las especies y los ecosistemas están distribuidos en el tiempo y en el espacio. Sin embargo, se está dando mayor atención a los procesos. Algunos de estos procesos se destacan a continuación. Para más detalle, ver el Cuadro 2.

8.1 Disturbio La naturaleza es dinámica, desde los genes hasta los ecosistemas. Los cambios en la naturaleza pueden ocurrir en forma lenta, rápida, estacional, anual, predecible o impredecible. Por ejemplo, los cambios más lentos pueden ser resultado de la sucesión, un patrón no estacional, direccional y continuo de extinción y colonización en un sitio. La sucesión puede convertir gradualmente un pastizal en un bosque. También pueden observarse cambios lentos en el aspecto genético, por ejemplo en mutaciones, cuya acumulación y filtración paulatinas en el tiempo llevar a

cambios dentro y entre especies. Por el contrario, los cambios muy rápidos pueden derivarse de disturbios como el fuego o las inundaciones. La mayor parte de la flora y de la fauna en un ecosistema dado se han adaptado a tales disturbios naturales en términos de la frecuencia, la escala y la intensidad del disturbio. Por ejemplo, al caer un árbol en un bosque tropical, se abre un gran claro que genera un espacio abierto que recibe luz solar, donde las condiciones son diferentes del área circundante.

Los disturbios naturales a esta escala son parte del ciclo por el cual se establecen nuevos árboles. Las estaciones pueden ser consideradas como disturbios regulares y periódicos de un tipo –ya sea divididas en lluviosas y secas o frías y cálidas– cada una está ligada a cambios en las condiciones y en los recursos. La migración es una de las formas en que las especies se adaptan


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a dichos cambios, simplemente trasladándose a otros lugares para aprovechar nuevos recursos. La alteración de la frecuencia de dichos cambios, de los momentos en que suceden, de su ubicación o escala, o de la forma en que las especies se acomodan a ellos (por ej., interrupción de las rutas migratorias) afectará al ecosistema. De acuerdo con esto, con frecuencia los conservacionistas tratan de incorporar los disturbios naturales en sus planes para un área y de protegerlos.

8.2 Evolución La evolución es otro elemento dinámico de la naturaleza. La evolución puede definirse de muchas maneras, pero básicamente es un cambio en las propiedades de las poblaciones que trasciende el período de vida de un solo individuo. Los cambios evolutivos acumulados, distribuidos entre diferentes formas, son finalmente responsables de la biodiversidad que hoy apreciamos. La clave de la evolución es la variación genética dentro de las poblaciones y su cambio en el tiempo. Hay cuatro procesos cambio evolutivo:

básicos

del

1) La mutación es la fuente de nuevas variantes genéticas; consiste en una modificación de una secuencia del ADN causada por agentes externos o errores en la replicación de ADN dentro de un individuo y la subsiguiente propagación de esa nueva variante en la población. Las variantes genéticas podrían afectar cualquier parte de un organismo a un grado menor o mayor: por ejemplo, un color, el comportamiento, estructura o proceso fisiológico. Otros procesos moldean la distribución y la persistencia de variantes genéticas particulares, o materia prima, generada por la mutación. 2) La selección natural, o el procedimiento de supervivencia del más apto, por el cual nuevas variantes genéticas que confieren una ventaja sobre sus portadores sobreviven en generaciones subsiguientes en mayores números y, por lo tanto, se reproducen y dispersan. 3) La deriva genética, o el cambio aleatorio de la existencia de un gen particular en una población que resulta de hechos fortuitos (pequeñas poblaciones tienden a experimentar más fluctuaciones fortuitas extremas en frecuencias de genes debido a la deriva genética). 4) La migración, el movimiento de individuos con diferentes variantes genéticas entre poblaciones. Estas fuerzas causan cambios en las frecuencias de las variantes de los genes en las poblaciones y son esencialmente el motor de la evolución. Estos factores significan que es


Conceptos Clave Sobre la Conservación

imposible predecir la trayectoria de la evolución en un momento dado. Por ejemplo, una mutación puede ser beneficiosa en un ambiente, pero perjudicial en otro. La única certeza es que para que ocurran el cambio evolutivo y la adaptación de los organismos debe haber variación genética. Los procesos que disminuyen la variación tienden a disminuir el potencial de evolución. Así, los planificadores de la conservación tratan de incorporar el potencial de evolución a las prioridades y a los diseños: por ej., tratan de mantener la conectividad natural/la migración entre poblaciones, lo que ayuda a mantener la diversidad genética.

8.3 Movimiento El movimiento también es un componente dinámico que debe ser incorporado en la planificación de la conservación. La migración es una de

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las causas más importantes de movimiento en la naturaleza. Algunos de los tipos más importantes de migración incluyen el desplazamiento de animales: Norte y sur (latitudinal) Hacia abajo y hacia arriba de un accidente geográfico (altitudinal) Para tener cría (reproductivo) Durante un cambio de temporadas (estacional)

La migración brinda un claro ejemplo de por qué en la planificación de la conservación es tan importante conectar parches de hábitat y mantener todo el hábitat usado por una población a lo largo de los ciclos de vida de los individuos (Ver Cuadro 3).

Cuadro 3. Migración de las mariposas monarca Cada otoño, las poblaciones de la mariposa monarca, Daneaus plexippus, responden a indicios de temperatura y duración del día, y comienzan su migración para escapar del clima frío y encontrar plantas nutrientes para las larvas (especies de euforbiáceas). Las poblaciones que se encuentran al oeste de las Rocosas migran hacia la costa de California, mientras que las poblaciones que están al este de las montañas migran hacia un bosque de abeto balsámico 70 millas (112,65 km) al oeste de la ciudad de México. Su viaje puede llegar hasta 2.000 millas (3.200 km), de mayor distancia que la migración de cualquier otra mariposa tropical. Cuando están en su hábitat de invierno, los adultos que migran entran en un estado de descanso (diapausa), lo que les permite esperar a ser sexualmente maduros y reproducirse cuando vuelve al norte. Pero actualmente este ciclo se ve amenazado por las actividades de tala en los bosques de abetos de México. La tala no solo destruye su hábitat sino que también aumenta la temperatura general de los bosques. Las mariposas monarca


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son sensibles a los cambios de temperatura. A 60 grados (F) dejan de volar y entran en diapausa. Pero si la temperatura es mucho más alta, continuarán volando; así, no entran en diapausa ni completan su ciclo de vida. Por lo tanto, los planes de conservación dirigidos a proteger a las mariposas monarca deben asegurar que sus hábitats del norte, del sur y del área que conecta los hábitats estacionales estén protegidos. Muchas consideraciones de este tipo son apropiadas para especies de aves que pasan el invierno en los trópicos y se reproducen en América del Norte o en Europa, o a las tortugas marinas que pueden nidificar solamente en una o algunas playas y pasan el resto de sus vidas adultas en el mar

9. Bibliografía consultada Primack, R. 2002. Essentials of conservation biology. Sinauer Associates, Inc, MA. Redford, K.H. et al. 2003. Mapping the Conservation Landscape. Conservation Biology 17(1):116131. Salafsky, N. and R. Margoluis, K. H. Redford, and J. G. Robinson. 2002. Improving the Practice of Conservation: a Conceptual Framework and Research Agenda for Conservation Science. Conservation Biology 16(6):1469-1479.

Proyecto Andes-Amazonia Financiado por la Fundación Gordon and Betty Moore Programa de Política y Ciencias Ambientales – OET Director: PhD Andrew Chek Coordinador: Leandro Castaño Betancur Traducción al español: Jorgelina Brasca Adaptado: Andrew Chek Revisores: Andrew Chek y Leandro Castaño Betancur Diseño: Liliana Jiménez Bernal Este documento se basó en el trabajo de Cheryl Margoluis


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Servicios Ecosistémicos

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1. ¿Qué es un ecosistema? Un ecosistema es un sistema formado por la interacción de una comunidad de organismos con su medioambiente físico. Los límites del ecosistema están definidos según la escala de interés de quien lo observa; por ejemplo, la comunidad de organismos de un solo árbol muerto caído en descomposición o la comunidad de organismos de todo un bosque que contiene árboles en dicho estado. En general, podemos afirmar que un ecosistema está formado por componentes bióticos, o con vida, como los herbívoros, los carnívoros o los productores primarios, así como componentes abióticos, como la temperatura, el agua y los compuestos químicos naturales. Estos componentes están interrelacionados; por ende, un cambio en uno de ellos puede afectar a otros elementos del sistema. La cadena alimentaria constituye un buen ejemplo de la naturaleza interrelacionada de los ecosistemas. Las cadenas alimentarias están compuestas de productores, como las plantas, que convierten la energía del medioambiente en biomasa utilizable; consumidores

primarios, como los herbívoros, que generalmente se alimentan de los productores; los consumidores secundarios, como los carnívoros, que se alimentan de los productores primarios, y así sucesivamente. Un ejemplo simple de una cadena alimentaria se puede apreciar en un ecosistema de bosque de una isla venezolana, donde las plantas son los productores primarios; los roedores, los monos y las iguanas, los consumidores primarios, y los jaguares y las serpientes, los consumidores secundarios. En un experimento controlado se eliminaron todos los depredadores de la isla, lo que condujo a un aumento significativo de los roedores, los monos y las iguanas, y luego a una alta disminución de las plántulas y de los arbustos. Esta alteración del ecosistema demuestra no solo la naturaleza interconectada de los ecosistemas, sino también su efecto cascada.


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Uno de los procesos clave en los ecosistemas que funcionan naturalmente es el ciclado de materiales, que son utilizados por las plantas y los animales para funcionar, crecer y reproducirse. Hay varios ciclos importantes en un ecosistema: el ciclo del nitrógeno, del fósforo, del azufre; pero hay dos de ellos que en la actualidad son controlados de cerca por los manejadores de recursos: el ciclo del carbono y el ciclo hidrológico. El carbono es mencionado la mayoría de las veces en su estado gaseoso, dióxido de carbono (CO2). Se

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trata de un gas traza presente en la atmósfera terrestre, que afecta el equilibrio de calor al absorber la radiación infrarroja. La alteración del ciclo del carbono llevó a un aumento del CO2 en la atmósfera, lo que contribuyó al efecto invernadero, un calentamiento de la Tierra. El ciclo hidrológico es responsable de destilar y distribuir la reserva renovable de agua del planeta. En el presente este es un tema de notable importancia, ya que el agua se está tornando un recurso escaso en todo el planeta y muchas poblaciones del mundo en desarrollo tienen solo acceso limitado al agua potable (ver Cuadro sobre la ciudad de Nueva York).

CUADRO: Ciudad de Nueva York En los últimos tiempos, la ciudad de Nueva York aprendió el valor del ciclo hidrológico. En 1990, el gobierno federal proclamó que todos los suministros públicos de agua superficial deben ser filtrados para quitarles los contaminantes microbianos. Para esta ciudad, eso significó la construcción de una planta de USD$ 6.000 millones para el filtrado del agua que fluye desde su cuenca situada al norte del estado. No obstante, en lugar de crear la planta, la ciudad decidió proteger la cuenca –ubicada en las montañas Catskills– que podía proporcionar los mismos servicios sin costo. Las montañas Catskills proveen a la ciudad de Nueva York el 90% de su suministro de agua. La ciudad invirtió $1.500 millones en la compra de tierras alrededor de los reservorios, en la creación de derechos de servidumbre de conservación, en la implementación de nuevas normas que afectan las actividades de la cuenca y en la creación de más de una veintena de programas de cooperación y de protección de las cuencas. Tres cuartos de la cuenca Catskills/Delaware de la ciudad permanecen forestados.

Una característica central que define los ecosistemas es que son dinámicos. Los disturbios a cierta escala son parte de un ecosistema saludable. La sucesión,

un patrón de extinción y colonización continuo, direccional y no estacional en un sitio, puede ocasionar cambios, a menudo percibidos después de varias


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Servicios Ecosistémicos

décadas, como la conversión de un campo de suelo expuesto en pastizal, arbustal, bosque de pino y finalmente en un bosque mixto de roble-nogal americano. Con tal sucesión de hábitat, las especies que pueden habitar el área cambian de la misma manera y, por lo tanto, lo mismo sucede con las relaciones y los procesos que ocurren en el ecosistema.

estructural ecosistema.

Los cambios originados a partir de disturbios que ocurren en poco tiempo, como los incendios y las inundaciones menores, también son una parte clave de la dinámica del ecosistema.

Es importante destacar que si bien la flora y la fauna están adaptadas a diferentes tipos de cambios en el sistema, ello no significa que puedan resistir cualquier nivel de disturbio. Por lo tanto, los fuegos no intencionales iniciados por la acción del hombre pueden tener efectos devastadores.

El fuego, por ejemplo, juega un papel importante en los procesos del ecosistema al iniciar las sucesiones secundarias; en realidad, muchas especies de bosques dependen del fuego para reproducirse. Las tormentas eléctricas generalmente ocasionan incendios, pero los manejadores de los ecosistemas también pueden iniciarlos como un medio de integrar incendios controlados a un plan de manejo. Por ejemplo, en los Everglades, en Florida, los manejadores utilizan el fuego para reducir los residuos vegetales acumulados, controlar las plantas exóticas, preservar el hábitat para especies nativas y mantener diferentes clases de edad de comunidades vegetales en todo el hábitat. Dicho disturbio regula el flujo de energía y el ciclado de nutrientes y mantiene la edad, las especies y la diversidad

y

genética

de

un

Algunos sistemas adaptados a los disturbios, como los bosques que requieren cierto nivel e intensidad de fuego para estimular el nuevo crecimiento, son alterados cuando se elimina o se reduce el fuego en el sistema.

La alteración puede significar cambios que resultan en un tipo de sistema totalmente nuevo, a veces difícil o imposible de revertir. Paradójicamente, la supresión del régimen de disturbios puede llevar a un disturbio aún mayor con efectos perjudiciales, por ejemplo, los incendios forestales intensos y a gran escala que resultan luego de años de manejo por medio de supresión de incendios dan, como consecuencia, altas cargas de combustible que de otra manera habrían sido quemados en una serie de incendios más pequeños y menos intensos.


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2. ¿Por qué son importantes los servicios ecosistémicos? Los ecosistemas proporcionan una amplia variedad de servicios, algunos de los cuales son más notorios que otros. Por ejemplo, las abejas brindan la miel y los servicios de polinización y los árboles proveen servicios de filtración de agua además de madera y sombra. Los servicios ecosistémicos pueden considerarse como la transformación de

los componentes naturales en bienes valorados por el hombre. Una manera de reflexionar acerca de los servicios ecosistémicos y de tratar de comprender todos los servicios que necesitamos es pensar en comenzar una nueva vida en la Luna (Daily 1997). ¿Qué necesitaríamos llevar con nosotros para crear allí un nuevo ecosistema que nos provea de todos los elementos necesarios para la vida?

CUADRO: Biosfera Pensar en la vida en la Luna es exactamente lo que hicieron los científicos cuando crearon la Biosfera 2. La Biosfera 2 fue el mayor ecosistema de funcionamiento en sistema cerrado, que fue creado para imitar la Biosfera 1: la Tierra. El objetivo era recrear varios ecosistemas para llevar a cabo experimentos y lograr una mejor comprensión de la forma en que funcionan los diferentes ecosistemas y acerca de qué se necesitaría para mantener la vida en otros planetas. La estructura de la Biosfera 2, situada en Arizona, cubre más de 3 acres (1,20 ha), tiene una altura de 91 pies (27,74 m) y está aislada de la Tierra por una cubierta soldada de acero inoxidable de 500 toneladas. Antes de dar comienzo al experimento, se la proveyó de 3.000 especies, que fueron separadas en diversos ecosistemas terrestres, desde el bosque lluvioso hasta el desierto, y en ecosistemas marinos, desde pantanos hasta arrecifes de coral. Los miembros de la tripulación ingresaron en 1991 y permanecieron dentro de la estructura durante dos años. Uno de los mayores desafíos que enfrentó la tripulación fue mantener los niveles de oxígeno. La atmósfera terrestre contiene alrededor de 21% de oxígeno. En teoría, las plantas y las algas que crecían dentro de la Biosfera 2 y su océano debían producir una cantidad semejante. Pero debido a interacciones inesperadas entre el aire, el cemento, el suelo y las bacterias del suelo, la composición atmosférica de la Biosfera 2 resultó ser muy diferente. El nivel de oxígeno cayó, mientras que el de dióxido de carbono (CO 2) se disparó. Este problema terminó convirtiendo a Biosfera 2 en un perfecto laboratorio para el estudio de lo que en la actualidad es un problema ambiental significativo: el efecto invernadero.


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Servicios Ecosistémicos

3. Valuación de los servicios ecosistémicos A medida que aprendemos acerca de los servicios que ofrece cada ecosistema y comenzamos a tomar decisiones acerca del uso de los recursos, nos enfrentamos con el interrogante sobre el valor de estos servicios. Un estudio estimó que el valor de todos los servicios que brinda la naturaleza durante un año sería de entre $16 y $54 billones (Costanza 1997). Algunos de los servicios más valiosos que consideró el estudio fueron la formación del suelo ($17,1 billones/año), que es esencial para la vida vegetal, incluidos los cultivos agrícolas, el suministro y la regulación del agua ($2,3 billones/año) y la recreación ($3,0 billones/año). Como una comparación con los bienes y servicios de reconocimiento tradicional, el estudio citaba el Producto Bruto Nacional de la economía de los Estados Unidos, que es de $18 billones/año. Pero poner un valor a los servicios que brinda la naturaleza no es un proceso fácil; una forma de comenzar a hacerlo es pensar en los servicios de dos formas: utilitarios o no utilitarios.

determinar el valor utilitario de los bienes y servicios. En algunos casos, esto es bastante sencillo. Por ejemplo, se puede calcular cuánto vale la miel determinando el precio de mercado por onza multiplicado por el número total de onzas que tenemos. En este abordaje, sin embargo, se enfrenta una dificultad cuando el valor del servicio no está definido o no es el mismo para todas las personas. Además, los valores deben incluir no solo el valor inmediato para las personas, sino también los valores de segundo y tercer orden, etc. Por ejemplo, si bien podemos calcular el valor de la miel, no podemos determinar con precisión el valor de los servicios de polinización que brindan las abejas, aunque muchos de nuestros cultivos, así como nuestra vegetación silvestre, dependen de estos servicios para su reproducción.

3.1 Valores utilitarios

3.2 Valores no utilitarios

La forma más fácil de comprender el valor de un ecosistema es cuando tiene valores utilitarios. Por ejemplo, ¿cuánta miel que pueda ser vendida en el mercado puede producir una colmena de abeja? A menudo se utilizan los análisis de costo-beneficio para

Los ecosistemas también brindan servicios no utilitarios: los que no se basan en su valor de uso. La siguiente constituye una buena analogía: “los valores utilitarios son para nuestra sociedad como las fábricas, mientras que los valores no utilitarios son como las catedrales, los museos de arte y los


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teatros”. Dichos bienes y servicios son valorados por razones espirituales, culturales y estéticas. Los valores no utilitarios incluyen valores de existencia, o valores de “disposición para pagar”, el valor que las personas le dan a los bienes o servicios simplemente por saber

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que existen. Por ejemplo, muchas personas están dispuestas a proteger a los elefantes de África oriental, aún cuando nunca tengan la oportunidad de verlos directamente, sólo para asegurar que los elefantes continúan existiendo.

Cuadro: Manejo de los ecosistemas El manejo de los ecosistemas en realidad tiene vigencia desde la década de 1930, cuando los ecologistas reconocieron la necesidad de manejar los ecosistemas completos y no solamente a las especies en forma individual. Aldo Leopold reconoció la necesidad de prestar atención a “todo el organismo”, no solo a partes individuales. Sin embargo, el manejo de los ecosistemas es una práctica difundida desde hace muy poco tiempo. Si bien la mayor parte de los profesionales de la conservación concuerdan en la necesidad de practicar el manejo a nivel del ecosistema, al hacerlo confrontan diversos desafíos singulares. El primero de ellos es lograr una profunda comprensión del ecosistema mismo. Los ecologistas deben definir el ecosistema y llegar a un acuerdo sobre sus límites. También deben identificar cuáles son los procesos clave del ecosistema, importantes para su buen funcionamiento, así como los papeles que juegan las especies de particular importancia en el ecosistema. El manejo a nivel de los ecosistemas también genera desafíos sociales y políticos. Por ejemplo, muchos ecosistemas trascienden los límites internacionales, como los bosques húmedos de Guinea, que atraviesan Benin, Costa de Marfil, Ghana, Guinea, Liberia, Sierra Leona y Togo. El manejo de semejante ecosistema requiere cooperación internacional de varios países distintos. El compromiso de las partes interesadas en el proceso de manejo puede ser complicado también, debido a las cifras exorbitantes que hay en juego en ecosistemas de mayor tamaño. Además del manejo real del ecosistema, el monitoreo de este manejo también presenta desafíos únicos, ya que es más difícil detectar cambios a escalas mayores como esta.


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Servicios Ecosistémicos

4. ¿Cuál es el estado actual de los servicios ecosistémicos? Una forma de apreciar mejor los servicios que nos ofrece la naturaleza es dar un repaso a algunos de los servicios utilitarios de los ecosistemas más importantes:

4.1 Ecosistemas de agua dulce (tomado de Postel & Carpenter 1997) El ecosistema de agua dulce provee un importante servicio que se aprecia fácilmente: agua dulce limpia, la base de la vida humana. Cada año se extraen más de 4.430 km3 de agua de las fuentes de agua dulce para consumo humano. Pero, además de proveer agua potable, el sistema ofrece otros bienes utilitarios, como los peces, pieles y moluscos de agua dulce. La pesca deportiva y la caza de aves acuáticas también son actividades de mucho valor: en los Estados Unidos, la producción económica total de la pesca en agua dulce en 1991 superó los $ 46.000 millones, sin incluir el valor de los peces en sí. Los ecosistemas de agua dulce también ofrecen servicios de uso no consuntivos, como la disolución de la contaminación y el transporte.

4b. Ecosistemas marinos (tomado de Peterson & Lubchenco 1997) Los ecosistemas marinos proveen algunos servicios utilitarios visibles: peces, algas marinas, minerales y materiales. Pero el mar también ofrece servicios no consuntivos; por ejemplo, juega un papel importante en los ciclos geoquímicos del mundo, especialmente los ciclos del carbono y del oxígeno. El CO2 de la atmósfera es absorbido por el océano, donde muchas plantas acuáticas lo utilizan para la fotosíntesis, y los animales, para la formación de conchas. Gran parte de este carbono es absorbido luego por el sedimento. Sin este ciclo, los niveles de CO2 del mundo se elevarían, lo que contribuiría al efecto invernadero.

4.1 Ecosistema forestal (tomado de Myers 1997) Los bosques son fuente de numerosos beneficios utilitarios para la sociedad fácilmente reconocibles, como la madera y el papel. También proveen muchos productos forestales no maderables, como látex, materiales para artesanías y alimentos de origen silvestre, particularmente importantes


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para las comunidades que residen en los bosques. Al igual que los otros ecosistemas, los bosques también ofrecen diversos beneficios que no son tan perceptibles. Los bosques evitan la erosión: sin los árboles, el suelo superficial se lava más rápidamente, lo que ocasiona problemas en los ecosistemas acuáticos, además de originar la sedimentación en las represas. En Pakistán, se calcula que la sedimentación en la represa de Mangla redujo su vida útil de 100 años a menos de la mitad (Myers 1997). Por lo tanto, los bosques pueden afectar enormemente el suministro de

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agua. Estos ayudan a regular el ciclo hidrológico tomando la lluvia y devolviéndola a la atmósfera para que el agua pueda ser reciclada (un proceso denominado evapotranspiración). La deforestación altera este ciclo y, por lo tanto, puede tener un impacto sobre los patrones de lluvias locales y, potencialmente, sobre los mundiales. Los bosques también actúan como sumideros de carbono. Cuando se queman, liberan carbono a la atmósfera, lo que contribuye a la generación de gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global (ver Cuadro sobre Secuestro de carbono).

CUADRO: Secuestro de carbono A medida que los árboles crecen, absorben dióxido de carbono a través del proceso de fotosíntesis y almacenan carbono. Este secuestro de carbono, como se lo denomina, puede contribuir en forma significativa a la reducción de los gases de efecto invernadero presentes en la atmósfera. Si bien el secuestro no es un concepto nuevo, recientemente ha captado la atención debido al surgimiento del comercio de derechos de emisión, un enfoque que promueve el secuestro de carbono. A través del comercio de los derechos de emisión, los interesados pueden comprar o vender compromisos contractuales o certificados que representan las cantidades específicas de emisiones de carbono que se les permite realizar, o bien que incluyen reducciones en las emisiones o compensaciones contra las emisiones, como el secuestro de carbono. Si bien este enfoque es nuevo todavía, tiene posibilidades de ser una herramienta costoeficiente para reducir las emisiones en general. Es uno de los mecanismos permitidos por el Protocolo de Kyoto para ayudar a los países a lograr sus metas de reducción de las emisiones. Además de reducir las emisiones en general, el comercio de carbono puede generar ingresos a partir de actividades que anteriormente no atraían ningún rédito adicional, que en muchos casos se está utilizando para ayudar a financiar plantaciones adicionales de vegetación.


Servicios Ecosistémicos

4.4 Ecosistema de pastizales (tomado de Sala & Paruelo 1997) Aunque menos visibles, los ecosistemas de pastizales también proveen a la sociedad bienes utilitarios de consumo, esencialmente los bienes que ofrecen los animales criados en este hábitat: carne, leche, lana y cuero. Pero este ecosistema también genera beneficios utilitarios no consuntivos, al secuestrar grandes cantidades de carbono en forma de materia orgánica en el suelo, lo que contribuye a mantener la composición de la atmósfera. Cuando los pastizales son convertidos a tierras para la agricultura, liberan CO2 y, de este modo, contribuyen al calentamiento global. Sala & Paruelo (1997) estiman el valor del secuestro de carbono en los pastizales en alrededor de $200 por hectárea, lo que es mucho más elevado que el valor de la tierra dado solo por la producción de carne, lana y leche. Los pastizales también proveen un servicio importante: el de mantener un reservorio genético de plantas domesticadas: muchos de nuestros cultivos, como el trigo y la cebada se originaron en los pastizales. Al igual que en los bosques tropicales, todavía se desconocen muchos de los beneficios potenciales de las distintas especies. Cada uno de estos ecosistemas también provee beneficios no consuntivos en forma de turismo y recreación. Por ejemplo, los turistas practican rafting en los ríos, navegación

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en el mar y caminatas en los bosques y pastizales. Además, cada ecosistema brinda beneficios intrínsecos por ser lugares donde se realizan encuentros de índole espiritual, por tener importancia cultural y por ofrecer belleza estética. Cada uno de los ecosistemas mencionados anteriormente también enfrenta una serie de amenazas que pueden alterar los servicios que provee en el presente. Quizás las amenazas más inminentes sean la alteración de los ciclos biogeoquímicos, el cambio climático, la destrucción del hábitat y la introducción de organismos exóticos, toxinas y contaminantes. La mayoría de estas amenazas son causadas por las actividades antropogénicas.

De esta forma, tenemos la capacidad de alterar significativamente los ecosistemas. En el pasado, podíamos sortear las limitaciones a través de nuevas tecnologías; pero, al fin y al cabo, según alegan los críticos, los recursos siguen siendo finitos y es necesario comprender mejor los servicios brindados por los ecosistemas antes de que el cambio sea irrevocable. Todos los usos de los recursos implican una elección y la mayoría de las personas elegirá usar los recursos de la manera en que consideren más valiosa. El desafío reside en que no disponemos de toda la información necesaria para comprender de qué manera nuestras


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decisiones afectarán los recursos. Además, existe un desfase temporal y espacial en las decisiones que tomamos: las personas que toman decisiones no sentirán la mayoría de los efectos en forma directa y es posible que algunos de esos efectos no se

perciban durante años, décadas, o más tiempo. Por lo tanto, muchas de las alteraciones que provocamos al medio ambiente natural ocasionan cambios que no comprendemos en forma acabada.

5. ¿Cuál es el futuro de la actual situación? En el presente no se conoce totalmente el verdadero valor de los servicios que brinda la naturaleza. A partir del reconocimiento por parte de los científicos de esta brecha en nuestra base de conocimientos, esta situación está cambiando. A medida que se adquiere mayor conocimiento, los responsables de las políticas de todas partes del mundo lo van integrando y así van generando sistemas innovadores para proteger y manejar estos servicios.

Por ejemplo, el gobierno de Costa Rica decidió pagar a las personas por los servicios ecosistémicos que brindan sus tierras. Entre los servicios que pueden ser pagados se encuentran la fijación de CO2, la calidad del agua, la biodiversidad y la belleza del paisaje. La meta es que la actividad forestal sea una opción más atractiva del uso de la tierra comparada con otras opciones que tienen mayor impacto. A medida

que adquiramos mayor conocimiento del valor de los servicios ecosistémicos, dichos sistemas de pago se tornarán más fáciles de diseñar y de implementar, lo que hará que las personas se sientan más incentivadas para preservar estos procesos integrales. El problema fundamental en este momento es que los valores de los servicios ecosistémicos no son reconocidos en los sistemas de mercado. No sabemos cómo medir los servicios o asignarles valores de mercado. Por lo tanto, según Daily (1997), los próximos pasos son identificar los procesos y servicios clave en todo el mundo, lograr mayor comprensión de estos procesos, asignarles un valor y controlar cómo se los presta y la importancia que tienen para las personas. Además, se podría poner a disposición del público general la información sobre cada servicio para ayudarlo a tomar decisiones mejor fundadas sobre el uso de sus recursos. Este será un factor clave para asegurar que los servicios sean protegidos en su momento.


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Sustentabilidad y Uso de los Recursos

6. Bibliografía consultada Costanza, R. et al. 1997. “The Value of the World’s Ecosystem Services and Natural Capital,” Nature, Vol. 387 Daily, G. 1997. Introduction: what are ecosystem services? Pages 1-10 in G. Daily, editor. Nature's services: societal dependence on natural ecosystems. Island Press, Washington, DC. Myers, N. 1997. The World’s forests and their ecosystem services. Pages 213-236 in G. Daily, editor. Nature's services: societal dependence on natural ecosystems. Island Press, Washington, DC. Peterson, C. and J. Lubchenco. 1997. Marine ecosystem services. Pages 177-194 in G. Daily, editor. Nature's services: societal dependence on natural ecosystems. Island Press, Washington, DC.

Proyecto Andes-Amazonia Financiado por la Fundación Gordon and Betty Moore Programa de Política y Ciencias Ambientales – OET Director: PhD Andrew Chek Coordinador: Leandro Castaño Betancur Traducción al español: Jorgelina Brasca Adaptado: Andrew Chek Revisores: Andrew Chek y Leandro Castaño Betancur Diseño: Liliana Jiménez Bernal Este documento se basó en el trabajo de Cheryl Margoluis


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Adaptado de Cheryl Margoluis

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1. Sustentabilidad ¿Qué es la sustentabilidad? Ante esta pregunta, existen respuestas encontradas. En realidad, no hay una sola definición, sino que depende en gran medida del contexto en el que se emplea la palabra. Actualmente, en conservación, la palabra sustentable puede usarse para describir condiciones biológicas, sociales o económicas, lo que puede generar problemas ya que muchas personas tienen ideas diferentes de su significado. Parte de la razón por la cual existen tantos significados diferentes de “sustentabilidad” radica en su uso excesivo. La palabra se hizo conocida cuando, en el informe “Nuestro futuro común”, elaborado por la Comisión Brundland de las Naciones Unidas (1987), se mencionó al desarrollo sustentable o “desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades”. En parte en respuesta a este documento, en 1992, se celebró la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) (también conocida como la Cumbre para la Tierra), una reunión de líderes mundiales, organizaciones no

gubernamentales y periodistas. De esta conferencia, surgió la Comisión sobre el Desarrollo Sustentable, que apuntaba a promover políticas de desarrollo sustentable en todo el mundo. A partir de esta reunión, la palabra sustentabilidad se ha vuelto mucho más común y en la actualidad, a menudo se la vincula al desarrollo. En realidad, muchas organizaciones de conservación y desarrollo incluyen en su lista de objetivos al desarrollo sustentable como uno de los más importantes.

Sin embargo, la palabra “sustentabilidad” todavía se encuentra muy poco definida en todas sus aplicaciones. Además, en el abuso que de ella se hace, a menudo es mal interpretada. Frecuentemente, el uso de “sustentable” implica que una actividad no tiene impacto alguno. El “uso sustentable de los recursos” suele dar la impresión de que los recursos pueden ser utilizados sin ningún costo para el medioambiente. En particular en lo relacionado con el desarrollo


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sustentable, hay un optimismo inherente en considerar que si el uso es sustentable, es de poca importancia. Sin embargo, la realidad es que las actividades sustentables igualmente provocan impactos: la palabra simplemente significa que son más compatibles en términos ecológicos. La actividad forestal sustentable igualmente extrae árboles y afecta al ecosistema de bosque; la caza sustentable también mata animales y cambia su estructura poblacional. El hecho es que todo uso produce impactos. Como afirman Redford y Richter (1999), “toda actividad humana que conlleve a una extracción o modificación sustancial de los recursos siempre acarreará consecuencias significativas, a menudo desconocidas y casi siempre inestimables, para uno o más componentes de la biodiversidad, fundamentalmente porque desvía los flujos de materia y de energía.”

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En realidad, la biodiversidad puede preservarse sólo en áreas que no reciben impacto o reciben impacto limitado por parte del hombre. Sin embargo, la mayor parte del mundo está sujeta al uso por parte del hombre. En el ámbito de la conservación, los debates suelen concentrarse en si debemos promover el uso o la preservación. Pero es necesario cambiar el foco de atención de este debate, ya que casi todos los hábitats estarán sujetos a algún tipo de uso y, en consecuencia, a algún tipo de impacto. Necesitamos concentrarnos en determinar lo que consideramos impactos aceptables del uso de los recursos. ¿A qué niveles se vuelve inaceptable el uso de los recursos? ¿A qué nivel decidimos cambiar nuestras decisiones acerca del uso de los recursos? No hay una sola respuesta a estas preguntas, ya que las respuestas dependen en gran medida de los valores de la sociedad.

2. Uso actual de los recursos Una rápida revisión de los recursos más comunes revela que la mayor parte ha sido afectada por la actividad humana y que es necesaria una mayor reflexión con respecto a las compensaciones de ventajas y desventajas involucradas en su uso.

Los recursos naturales renovables son aquellos que la naturaleza puede restablecer y reponer en un período de tiempo razonable –digamos, el período de vida de un ser humano–como la madera, los peces y la fauna silvestre. Las personas suelen suponer que porque un recurso es renovable, su uso es sustentable. De esta forma, el manejo


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de los recursos renovables puede ser más problemático que el de los no renovables, porque los primeros son más vulnerables a un uso excesivo por parte del hombre. La renovación de los recursos sucede si se les da la oportunidad de renovarse (por sí mismos). Si los explotamos más rápidamente de lo que pueden renovarse, se agotan o se degradan. El agua subterránea, por ejemplo, es considerada un recurso no renovable porque, a pesar de que se repone, ello demanda siglos. Además, el uso de recursos naturales a menudo tiene impactos no intencionales (colaterales). Por ejemplo, la obtención de energía térmica solar (que implica la toma de rayos solares a través de colectores) requiere grandes porciones de tierra desmontada. Además, el fluido usado en la generación de electricidad es tóxico y acarrea serias consecuencias para la fauna silvestre si ocurren derrames. El desarrollo de la energía eólica comparte el mismo problema en cuanto a la necesidad de grandes porciones de tierra. La granja eólica promedio requiere 17 acres (6,88 hectáreas) de tierra para producir 1 megavatio de electricidad, lo que equivale a suficiente electricidad como para 750 a 1.000 hogares. Otras fuentes de energía renovable dieron lugar a problemas ambientales completamente nuevos. Las represas, por ejemplo, generan energía, pero también tienen impactos negativos sobre los ambientes acuáticos y terrestres circundantes. La acuicultura, si bien reduce en cierta medida la presión

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de pesca sobre las poblaciones silvestres de peces, en realidad creó problemas adicionales en términos de contaminación y propagación de enfermedades. Es posible que estos impactos sean considerados como de menor importancia que los asociados con formas tradicionales de extracción de energía o modos de pesca; la cuestión es que aún hay un impacto por considerar. Tierra/Suelo. Como recurso, la tierra fue afectada no sólo en la cantidad disponible por persona, sino también en su calidad. Con el crecimiento de la población mundial, la cantidad de tierra agrícola disponible por persona disminuye. En países en desarrollo, la superficie de tierra por persona cayó de 0,3 hectáreas en 1965 a 0,19 hectáreas en 1995. A medida que la tierra se hace más escasa, se la usa más intensivamente, lo que a menudo trae aparejado prácticas de manejo del agua y de la tierra que causan degradación. Hacia 1990, el 38% de la tierra cultivable del mundo se consideraba degradada o sólo tenía una capacidad reducida para sostener la producción vegetal. El 18% de los bosques y el 21% de los pastizales también se consideraban degradados.

Bosques. Entre 1990 y 1995, hubo en todo el mundo una pérdida neta estimada de 56,3 millones de hectáreas de bosques (naturales y plantaciones). En los países en desarrollo, donde se da la mayor parte del cambio en los


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bosques, la pérdida de la cobertura boscosa natural fue de 13,7 millones de hectáreas por año. En el mundo existen solamente tres áreas de bosques de grandes extensiones: en Canadá/Alaska, en Rusia y en el Amazonas. No solamente se están reduciendo los bosques, sino que la calidad de los que quedan también se está modificando. Los bosques se están fragmentando en áreas más pequeñas, lo que afecta sus buenas condiciones (el

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crecimiento y la fuerza de los árboles) y la biodiversidad que puede albergar. La conversión de bosques es impulsada en gran medida por una creciente necesidad de tierra destinada a la agricultura. Un gran porcentaje de la población mundial depende de la agricultura de subsistencia y, a medida que crece la población, también crece la necesidad de disponer de tierra agrícola adicional. Los métodos de agricultura sustentable ofrecen alternativas en algunas regiones, pero este abordaje no siempre es viable (ver Cuadro 1).

Cuadro 1. Problemas en la agricultura La agricultura cambió en forma sustancial en las últimas décadas, debido a la disponibilidad de tecnología avanzada, a nuevas formas de mecanización agrícola y al incremento en el uso de productos químicos. Todo esto llevó a un aumento en la productividad y redujo los riesgos económicos que enfrentan los agricultores de muchas maneras. A la vez, surgieron preocupaciones por la contaminación del agua subterránea, los efectos del uso de productos químicos y la pérdida del suelo superficial y de la biodiversidad. Se dieron varias respuestas a estos cambios y preocupaciones. Muchos agricultores pequeños que se encuentran ubicados cerca de centros mercantiles se volcaron a la agricultura intensiva: un sistema que requiere mayor capital e insumo de mano de obra en relación con la superficie de tierra. Resulta lo opuesto a la agricultura extensiva, que para ser redituable requiere grandes cantidades de tierra y depende más de la fertilidad del suelo, del clima y de la disponibilidad de agua. En general, los altos insumos de capital y de mano de obra de la agricultura intensiva obligan a los agricultores a aumentar los insumos de productos químicos en cuanto a uso de fertilizantes y herbicidas, fungicidas e insecticidas. En términos de conservación, la compensación de ventajas y desventajas consiste en gran medida en la pérdida de áreas más grandes de tierra silvestre en la agricultura extensiva frente al aumento de uso de químicos en la modalidad intensiva. Algunos conservacionistas promueven la llamada agricultura sustentable: un modo de uso intensivo de la tierra con reducida cantidad de insumos químicos. Las explotaciones agrícolas que practican la agricultura sustentable tienden a diversificar y a rotar los cultivos, a usar el manejo integrado de plagas (por ej., mantienen los depredadores naturales de las plagas), cultivos de protección y abono verde. Un estudio reciente del Programa de Apoyo a la Biodiversidad


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(Biodiversity Support Program) indicó, sin embargo, que el hecho de que este enfoque realmente disminuya la cantidad de tierra utilizada depende en gran medida de las condiciones sociales en las que funciona. Por ejemplo, en Guatemala, donde los agricultores no tienen los derechos sobre sus tierras, sino que tuvieron acceso a tierra adicional, los que practicaban la agricultura sustentable en realidad usaron más tierra que los que no la practicaban. Sin embargo, en México, donde los agricultores tienen derechos asegurados sobre sus tierras y tuvieron acceso limitado a tierra adicional, los que practicaron la agricultura sustentable, en efecto, usaron menos tierra. Todos los tipos de agricultura tuvieron que adaptarse al aumento del uso de organismos genéticamente modificados. El uso de estos organismos fue alentado como una forma de incrementar la eficiencia en la producción agrícola, lo que no difiere de la revolución verde de los años 60. Por ejemplo, muchos cultivos en la actualidad tienen genes resistentes a los herbicidas, tales como los que fueron manipulados para incorporarles el gen de una proteína de la bacteria del suelo Bacillus thurigiensis (Bt). Muchos esperan que los cultivos incluso puedan ser intervenidos con el fin de que contengan vacunas y, así, vacunar a grandes poblaciones en forma eficiente y efectiva. Aún se desconocen, en gran medida, los efectos a largo plazo de estos organismos sobre la producción agrícola, la salud humana y la biodiversidad.

Fauna silvestre. A medida que avanza la tecnología de la pesca moderna – con sistemas de radares, sonares y de posicionamiento global– la industria pesquera se hace más eficiente y efectiva. Un estudio de AAAS (Sociedad Norteamericana para el Avance de la Ciencia) realizado en 1999 descubrió que el 44% de las poblaciones de peces eran explotadas a niveles estimados como los máximos de su rendimiento sustentable. Otro 16% era considerado como explotado en exceso y, por lo tanto, se predijo que las capturas futuras caerían. Esto tiene implicancias a largo plazo, ya que muchos peces son capturados antes de que alcancen la madurez y puedan reproducirse. Además, los peces se ven afectados por la introducción de especies exóticas, así como por la contaminación y el escurrimiento de

aguas residuales, por fertilizantes y por actividades industriales. Las aves, los reptiles y los mamíferos también se ven afectados por estos factores, especialmente por la caza. La carne de animales silvestres ofrece a las

familias de países en desarrollo un medio de bajo costo para obtener las proteínas necesarias. En la actualidad los individuos consumen más de 5 millones de toneladas (5.000 millones de libras) de carne de mamíferos silvestres provenientes de los bosques tropicales de América latina (150.000) y de África (4,9 millones) por año (alrededor del equivalente a 20% de la existencia de


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ganado vacuno por año en los Estados Unidos). Diversos factores contribuyen a esta situación: la población humana se está expandiendo rápidamente, la tecnología da lugar a una caza más eficiente y hay mayor acceso a los bosques que antes eran inaccesibles. El mayor acceso se debe, en gran parte a la construcción de caminos para facilitar la tala, la actividad minera y la extracción de petróleo. Estos caminos también aumentan la posibilidad de la caza de fauna silvestre a mayor escala, ya que la carne puede ser retirada en camiones. La carne de animales silvestres también es considerada un medio de preferencia para satisfacer las necesidades proteicas; en realidad, la pesca y la caza son las formas más económicas de las comunidades rurales de hacerlo.

sustentables, es decir, si se los utiliza, finalmente se agotarán; pueden ser reciclados y se pueden realizar inversiones en otros recursos, se puede sostener una tasa determinada de consumo en un período definido de tiempo, pero la oferta de recursos no renovables no puede mantenerse indefinidamente.

La caza intensiva tiene efectos sobre el destino de esas especies deseadas. Pero también tiene implicancias a mayor escala, como la pérdida de depredadores clave, de dispersores de semillas y de otras especies clave fundamentales para el funcionamiento del ecosistema. Dichos cambios en la estructura, función y composición del bosque alteran el ecosistema y podrían tener serias consecuencias para aquellos que dependen de él.

Hacia 1995, 436 millones de personas padecían algún tipo de escasez de agua. Para 2050, esta cantidad se proyecta a 4.000 millones. Se estima que el abastecimiento de agua en el mundo debería crecer en un 22% para satisfacer esas demandas crecientes. La escasez de este recurso también ocasiona tensiones entre los países que dependen de la misma fuente de provisión de agua, como Israel y Jordania.

Los recursos no renovables son aquellos que, o bien no se reponen naturalmente, o bien no pueden ser repuestos durante nuestro período de vida. Son inherentemente no

Los científicos especulan que dicha escasez podría ser la causa de futuras guerras. Esta insuficiencia se combina con la deforestación que se da en todo el mundo. Por medio del proceso de

Agua. Algunos consideran que el agua es un recurso renovable porque puede ser repuesta por la lluvia y la humedad. Si bien esto es cierto para algunos cuerpos de agua, no lo es para todos, especialmente para el agua subterránea. Por esta razón, consideramos que es un recurso no renovable. El 2,5% del agua del planeta es dulce, de la cual el 70% está acumulada en cubetas y glaciares y el 29% en lejanos acuíferos subterráneos. Esto deja un 1% del total de agua disponible en el planeta para el consumo humano.


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evapotranspiración, las plantas devuelven enormes cantidades de agua a la atmósfera, lo que aumenta la humedad y las lluvias y, así, se enfría el aire. Este proceso regula los patrones locales y mundiales de lluvia. En consecuencia, en lugares como la cuenca amazónica, donde se encuentra una quinta parte del agua dulce del planeta, la deforestación podría tener efectos significativos en el abastecimiento mundial de agua dulce. Además de la escasez, la calidad del agua está disminuyendo a medida que se contaminan las fuentes. Mil quinientos millones de personas no tienen agua potable de buena calidad y más de 5 millones de personas mueren por año a causa de enfermedades transmitidas a través del agua. Las causas más importantes de contaminación son los escurrimientos de fertilizantes, las aguas residuales y las actividades industriales. El agua potable es cada vez más escasa y no se conoce ningún sustituto. Por lo tanto, es posible que sea necesario cambiar las otras formas de uso que le damos a este recurso finito. Energía. El petróleo, el carbón y el gas (combustibles fósiles) son las fuentes de energía no renovables más comunes. Si bien se encuentran en desarrollo fuentes alternativas de energía, aún dependemos en gran medida de estas tres fuentes. En realidad, casi todos los productos que utilizamos están hechos de alguna sustancia derivada de combustibles fósiles o dependen de ellos para el transporte requerido en su producción. Por ejemplo, los detergentes, los plásticos, la pintura y las

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fibras sintéticas, todos estos productos son elaborados a partir de combustibles fósiles. Pero esta dependencia tiene un costo. Todos son recursos no renovables y, por lo tanto, su uso no puede ser sostenido indefinidamente. Por otro lado, el uso de combustibles fósiles contribuye significativamente al aumento de los gases de efecto invernadero en la atmósfera y a la generación de la lluvia ácida. El petróleo es la fuente de energía más importante del mundo y, se predice, lo será por lo menos hasta el año 2025. En América del Norte, el petróleo se usa principalmente para el transporte. Sin embargo, el resto del mundo depende este recurso para obtener calor y energía. En los Estados Unidos se consume el 25% del petróleo del mundo, pero este país solamente posee el 3% de las reservas mundiales. Muchos consideran que esta alta dependencia de reservas petrolíferas externas es una debilidad en la seguridad y, por consiguiente, promueven el aumento de las perforaciones en los Estados Unidos. Pero la exploración puede tener graves impactos ambientales y las compensaciones por ventajas y desventajas pueden ser importantes.

Algunos de los impactos más significativos generados a partir de las perforaciones provienen de la infraestructura que se instala para comenzar la exploración: principalmente los caminos y la tala


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para la construcción de tuberías. La perforación puede generar desechos (lodo y detrito de perforación) junto con el agua producida (agua que puede tener elevadas concentraciones de metales, nutrientes y agentes químicos). Cuando el petróleo es traído a la superficie, los gases asociados a menudo son quemados, lo que contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero. Los derrames de petróleo constituyen una preocupación durante todo el proceso, ya que los derrames anteriores demostraron tener efectos potencialmente devastadores para la fauna silvestre. Es necesario prestar más atención a las compensaciones de ventajas y desventajas vinculadas a cualquier nueva operación de perforación, especialmente aquellas ubicadas en áreas ecológicamente sensibles.

El gas natural en principio se usa para la calefacción en los hogares. También es materia prima importante para una cantidad de productos, como la pintura, los fertilizantes, los plásticos y los anticongelantes. En total, alrededor del 23% de la energía consumida en los Estados Unidos proviene del gas natural. El 83% del este gas se produce en el país y el 16% se importa desde Canadá. A esta tasa de producción, se predice que las reservas de gas natural durarán 60 años. Como en el caso del petróleo, algunas de las preocupaciones más

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importantes acerca de la producción de gas natural están relacionadas con la infraestructura necesaria. En los trópicos, las tuberías de gas natural a menudo requieren la tala de grandes superficies de árboles y la creación de nuevos caminos. En cuanto a la producción de gas natural, uno de los problemas es la emanación de gas a la atmósfera y la consiguiente contribución a la emisión de gases de efecto invernadero. El carbón es un combustible importante en los mercados mundiales de electricidad. Actualmente más del 62% de la producción total de carbón se usa para generar el 37% de la electricidad en el mundo. La mayor parte del carbón que se consume en el planeta se usa para la electricidad (64%), aunque se emplean también importantes cantidades para la producción de acero. En Estados Unidos se consumen 1.000 millones de toneladas de carbón por año. Más del 50% de la electricidad producida en ese país proviene de centrales de energía alimentadas con carbón. El uso de carbón genera efectos ambientales significativos, como la destrucción de grandes áreas de hábitat y la sedimentación de cursos de agua. La explotación del carbón también puede producir el drenaje ácido de las minas, que es agua rica en metales que se forma a partir de la reacción química entre el agua y las rocas que poseen minerales que contienen azufre. Esto puede contaminar el agua y afectar la


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reproducción de plantas y animales acuáticos. Residuos. Además de los impactos que produce nuestro uso de la energía, todo el proceso de producción y de

consumo origina residuos. Al tomar decisiones sobre el uso de recursos, es necesario considerar no sólo la sustentabilidad del recurso mismo, sino también la eliminación y los efectos que producen sus residuos.

Cuadro 2. El papel del café en la preservación del mundo Históricamente, el café se cultivó bajo la sombra de diversas especies de árboles. En respuesta a un aumento de la demanda, los agricultores comenzaron a utilizar una variedad de café de mayor rendimiento, pero que era cultivado al sol. En los últimos años, hubo una tendencia a volver a las variedades cultivadas a la sombra, con el fin de crear ecosistemas más sanos que puedan albergar mayor biodiversidad. La creación de sombra también contribuye a mantener los nutrientes y la humedad del suelo, lo que reduce la necesidad de fertilizantes y otros productos químicos. La mayoría de los consumidores apoyan esta decisión; de hecho, cuando Starbucks presentó el café cultivado a la sombra, se vendió rápidamente. Muchas empresas declaraban: “¡Tomar café puede salvar los bosques tropicales!” Si bien el café cultivado a la sombra es realmente una forma de cultivo más compatible con la ecología, es erróneo sugerir que salvará los bosques tropicales. El café cultivado a la sombra también tiene un impacto ecológico; no es un reemplazo del bosque natural, sino más bien una plantación bajo manejo. Sin embargo, entre el café cultivado a la sombra y el cultivado en forma convencional, el primero parece ser un enfoque más compatible con la ecología.

3. Hacia el uso sustentable Muchas personas sienten que la tecnología continuará creando soluciones innovadoras a estos problemas ambientales. Otras alegan que el mercado regulará el uso del recurso a un nivel sustentable. Estos razonamientos tienen sentido en algunos casos: la tecnología y las regulaciones de mercado pueden

ofrecer soluciones a algunos problemas ambientales. Sin embargo, en muchos casos los problemas son mucho más complejos y no existe una solución fácil. Por ejemplo, la tecnología no puede revertir la extinción. Además, como se mencionó anteriormente, muchas de las soluciones tecnológicas que se diseñan


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para solucionar problemas ambientales, en realidad, terminan creando nuevos problemas. Los enfoques de mercado enfrentan desafíos singulares al tratar la reglamentación de los recursos naturales. Por ejemplo, los recursos comunes o de amplio acceso, como el agua o el aire limpios, desafían los mecanismos creados a favor de los derechos tradicionales de propiedad privada. De igual modo, los beneficios de un área como la selva amazónica pueden compartirse en todo el mundo (como el ciclado del agua, el valor de la existencia de especies endémicas) pero los costos de no utilizar la tierra, la madera, etc. los enfrentan en gran medida los brasileños. Si Brasil decide preservar toda la selva, hay grandes posibilidades de que otros países se aprovechen, es decir, se beneficien pero no paguen.

Finalmente, el factor más importante es que el actual uso de los recursos es muy alto. Por ejemplo, aun si quisiéramos volcarnos al consumo de energía solar, la combinación de todas las instalaciones de producción de este tipo de energía en todo el mundo solamente sumaría células solares en número suficiente como para producir alrededor de 350 megavatios, aproximadamente lo necesario para una ciudad de 300.000 habitantes.

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El mismo concepto se aplica a nuestro uso de los recursos renovables. Aun sin definir cuáles serían exactamente los niveles sustentables, es evidente que nuestro consumo es demasiado alto como para que la mayoría de los recursos tengan la oportunidad de renovar su existencia. Es necesario que ocurran varios cambios para alcanzar niveles más sustentables del uso de los recursos. En primer lugar, debemos reducir nuestro consumo y lograr una mayor comprensión sobre las compensaciones de ventajas y desventajas involucradas en las decisiones sobre el uso de recursos. Como se mencionó anteriormente, los seres humanos estamos comenzando a prestar mayor atención a los impactos ocasionados por la utilización de los recursos. Sin embargo, en la parte occidental de los Estados Unidos, en el medio de condiciones de sequía, todavía se riegan abundantemente los jardines con regularidad. En consecuencia, es necesario también cambiar la forma en que valuamos –y pagamos– los recursos. Las investigaciones indican que es más probable que las personas cambien sus hábitos del uso de los recursos cuando se vean directamente afectadas. Además, debemos lograr que las opciones ecológicamente compatibles de uso de los recursos sean más atractivas para los consumidores. En la actualidad, tales opciones suelen ser muy onerosas (por ej., la madera


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con certificación es más cara que la que no fue sometida a ese proceso de evaluación). Un ejemplo de la efectividad de este enfoque de incentivo/castigo es el programa de reciclaje de San José, California, que aumentó la participación en forma significativa, ofreciendo a todos los hogares la información y las herramientas necesarias y multando a quienes excedían los niveles asignados de basura permitida. En 2001, los esfuerzos puestos en el programa dieron como resultado una reducción del 60% en los desechos (645 toneladas de material no depositado en los rellenos sanitarios) y ahorros en los costos de $11.000 por año. También es necesario brindar mejor información a los consumidores. Algunos de ellos no tienen en cuenta los problemas ambientales al tomar decisiones de consumo, porque no son conscientes de los impactos de sus elecciones. Un estudio realizado en Dinamarca indicó, que el 59% de los hombres y el 68% de las mujeres afirmaron, que estarían dispuestos a incorporar los aspectos ambientales en sus decisiones de compra (en este caso, sobre electrónica) si los productos mostraran

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dicha información en los rótulos. Por lo tanto, es necesario que esta información sea visible para alentar a los individuos a incorporar los impactos ambientales en la toma de decisiones. Además de reducir el uso de los recursos en general, es necesario continuar aumentando la eficiencia del empleo que hacemos de los recursos. Por ejemplo, los niveles poblacionales de numerosas especies de peces y mamíferos se redujeron drásticamente debido a la captura incidental, conformada por aquellas especies que son recolectadas incidentalmente junto con la especie objetivo. El avance de la tecnología, así como la mayor sensibilización, pueden continuar incrementando la eficiencia. La mortalidad anual de delfines causada por la captura incidental se redujo de 130.000 individuos en 1986 a alrededor de 1.500 en 2002. Esta reducción se atribuyó a acuerdos internacionales, legislación nacional, avances en la tecnología de pesca y programas de educación pesquera. Con los cambios mencionados, deberíamos empezar a acercarnos a lograr la sustentabilidad y una mayor comprensión de lo que ello significa.


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4. Bibliografía consultada Costanza, R. et al. 1997. “The Value of the World’s Ecosystem Services and Natural Capital,” Nature, Vol. 387 Daily, G. 1997. Introduction: what are ecosystem services? Pages 1-10 in G. Daily, editor. Nature's services: societal dependence on natural ecosystems. Island Press, Washington, DC. Myers, N. 1997. The World’s forests and their ecosystem services. Pages 213-236 in G. Daily, editor. Nature's services: societal dependence on natural ecosystems. Island Press, Washington, DC. Peterson, C. and J. Lubchenco. 1997. Marine ecosystem services. Pages 177-194 in G. Daily, editor. Nature's services: societal dependence on natural ecosystems. Island Press, Washington, DC.

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Versión para pre imprenta, Costa Rica - 2006


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