número 2, abril 2007
“E “L s ho et ra ’s d da e b nc aila e” r”
a magazine about people and their cities exclusively for vueling passengers
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DANCING Dancing is the perfect union of matter (the body) and spirit with the music and its physiological element: rhythm. Rhythm lies in our nature: our heart and lungs need rhythm to work properly, our arms and legs tend to move rhythmically when we walk, and the nutritive process requires a constant rhythm. Dancing is vital: it regulates the nervous functions, it strengthens the will, it widens the imagination and harmonises the body’s faculties. Modern dynamics can help us understand our body, its order and its proportions. Let us find freedom again.
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La danza es la perfecta unión de la materia (el cuerpo) y del espíritu con la música y su elemento fisiológico: el ritmo. El ritmo está en nuestra naturaleza: el corazón y los pulmones necesitan ritmo para funcionar, nuestros brazos y nuestras piernas tienden a moverse rítmicamente al andar, el proceso de nutrición reclama ritmo constante. La danza es un principio vital: regulariza las funciones nerviosas, fortalece la voluntad, desarrolla la imaginación y armoniza las facultades corporales. Encontremos dentro del dinamismo moderno un retorno al conocimiento del cuerpo, de su orden y de su proporción. Encontremos otra vez la libertad.
A thought from Coco Comín, dance teacher and choreographer. Escola de Dansa i Comèdia Musical. Ferran Carbonell 36 – local 2, Barcelona. www.cococomin.com Una reflexión de Coco Comin, maestra de danza y coreógrafa. Escola de Dansa i Comèdia Musical. Ferran Carbonell, 36 – local 2, Barcelona. www.cococomin.com
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SUMARIO - CONTENT
10 – HELLO! Seis personas en Valencia nos cuentan sus planes 16 – BUENAS NOTICIAS Para gente a la que le gusta bailar el chachachá 22 – VIDA VUELING Siete historias de altura 24 – LISBOA A las 7.40 – 15.26 – 19.57
Mira a tu alrededor: el mundo siempre está cambiando; la Tierra gira con cada segundo que pasa; la gente va de un lado a otro. Ling es una invitación al movimiento. No te quedes quieto.
OPEN YOUR MIND Look around you. The world spins, things change, people go from one place to another. Ling is about things that move. Don’t get left behind.
31 – ON THE OTHER SIDE What’s behind that blue Lisbon door? 34 – EYE VIEW Un día en la vida de tres floristas 36 – MI MUNDO Las cometas son para los niños, ¿o no? 38 – THE EXCHANGE Ella es valenciana y vive en Madrid. Él es madrileño y vive en Valencia 44 – FLAMENCO MADE IN JAPAN Un fotorreportaje con salero
let’s dance
ROMPE TUS PREJUICIOS
56 – OLD SCHOOL resistance At Madrid’s La Carroza Real, the elderly dance until dawn 62 – WHAT music gets you dancing? ¿Qué canción te hace bailar? 64 – LOS PIES EN EL CIELO Una entrevista con Marta Arenas, campeona del mundo de breakdance 70 – LA CABEZA DE LOS REYES Un cuento de Francisco Casavella 80 – 9 PEOPLE Spotted in Amsterdam’s Dam Square 81 – EXPERIENCIAS A guide which is not a guide. Una guía que no es una guía
A MAGAZINE ABOUT PEOPLE AND THEIR CITIES exclusively for vueling passengers
91 – HOW TO Do the moonwalk 92 – el gusto del macaron El escritor Mathias Enard invita al postre perfecto 95 – LA GRAN VIDA La primera aventura de Mayer Aramburu 96 – PASATIEMPOS Your journey will never be the same again. Tu viaje nunca volverá a ser igual 98 – EQUIPO We are Ling LING
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seis personas nos cuentan su presente y su futuro, una tarde en la plaza de la catedral de valencia
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entrevistas de maite fernández fotografías de esperanza moya
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Para gente a la que le gusta bailar el chachachá
Abre la guía telefónica... pero no para llamar Un aristócrata de Lisboa, Luis Carlos de Noronha Cabral Da Camara, fue al notario cuando tenía 29 años, abrió la guía telefónica delante de él y señaló a 70 personas al azar. Acto seguido dijo que esas personas serían sus herederos. El notario asegura que le hizo “algunas preguntas para averiguar su salud mental”, pero que Noronha Cabral Da Camara resultó perfectamente consciente de sus actos. Ahora, con 42 años, el excéntrico millonario acaba de morir y, según su abogado, la mayoría de las 70 personas que han sido contactadas “cree que se trata de una broma de mal gusto”. Sí, pues, como para haber cambiado de teléfono.
Los extras también montan escenas Los vecinos del casco viejo de Santiago de Compostela eran testigos del rodaje de una película italiana hasta que el productor milanés tuvo un altercado con uno de los extras gallegos. Éste se sentó en medio del rodaje, dijo que se sentía incomprendido y se declaró con ganas de “mandalo todo ao carallo, falando mal e pronto”. ¿La razón? La empresa proveedora del catering, que sólo servía crudités, vol-au-vents de salmón y canapés experimentales. Se necesitaron dos traductores para comprender que el pobre sólo pedía “ni que sea unos centollitos, unas nécoras, unos percebinhos...”.
Sinceridad ante todo Los más veteranos de Andalucía, especialmente los de Huelva, han oído hablar de El Gangui (al menos por la frase hecha “sabes más que El Gangui”). El susodicho es un entrañable vendedor ambulante, muy conocido en ferias y romerías, que todavía hoy se deja ver por allí. Para animar a la clientela, El Gangui se presenta con esta célebre frase: “He aquí uno feo pero honrao”. Honestidad brutal, como se suele decir.
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No need for new sayings Various scientists and linguistic experts believe that language will evolve to include new weather terminology during this period of climactic change. Lleonard Jiménez, from the Centre of Linguistic Promotion in Alzira (Valencia), claims that several age-old sayings are already becoming irrelevant and inapplicable, like the Valencian saying “Cel a borreguets, aigua a canterets” (which can loosely be translated as “sky full of fluffy clouds, water by the jug-full”). Jiménez, however, defends the validity of these sayings claiming they were borne of experience, “and that is good science”.
Jerónimo rima con todo (y no sólo con sinónimo) Una sevillana ha pedido el divorcio de su marido, el madrileño Jerónimo R. P., por lo que ella considera una insoportable afición a decir frases hechas en rima. Amparo S. L., la demandante, explica que “después de 20 años oyéndole decir a todas horas ‘que no te enteras, Contreras’, o ‘que soy del foro, Telesforo’, pensé que, o me divorciaba o pasaría una barbaridad”. Hoy, Amparo S. L. vive feliz, mientras que Jerónimo ha rehecho su vida con una parisina que, cuando él tiene razón, le contesta: “Ça colle, Anatole”, “comme de juste, Auguste”.
There’s no fooling them According to the British magazine Nature, monkeys are able to understand the concept of justice and will refuse to co-operate with humans if they believe an injustice has been committed. This conclusion was arrived at after a series of experiments in Amsterdam where two groups of monkeys were given tokens to exchange for food. The first group were given bananas in exchange; the second group kicked up a huge fuss when they realised they were only given cucumbers in exchange for the very same tokens.
LA HISTORIA DETRÁS DEL ANUNCIO Regalo troncos y rocas para reptiles Este anuncio apareció el domingo 4 de marzo en una conocida página web: “Hace tiempo que ya no tengo mi mascota (una tiliqua: lagarto de lengua azul), pero sigo conservando los troncos, rocas y cabañitas suyas (aunque no os lo creáis, todas esas cosas costaron su dinerito). El terrario ya no lo tengo. Voy a hacer mudanza a mediados de abril y, si a nadie le interesa, todo lo tiraré a la basura. Si os interesa, enviadme un SMS al teléfono [tal] y os llamo yo en cuanto pueda. Sé que no es gran cosa, pero quizá a algún reptil le pueda venir bien...” Es la historia de Judith Perera; su historia detrás del anuncio: “Hace unos ocho años compré un lagarto de lengua azul para regalárselo a mi pareja. Sinceramente a mí me daban un poco de repelús esos bichos y me costó decidir: sólo tenía claro que quería un reptil tranquilo, nada agresivo, que no creciera en exceso y comiera de todo. La dependienta me puso en la mano un lagarto pequeñito parecido a una serpiente con cuatro patas (una tiliqua sincoides). Lo primero que hizo el animal fue mearse en mi mano, y pensé: ‘Se ve que ha cogido confianza... ¡Me lo llevo!’. Y así fue como nos llevamos a la Tili. Normalmente estaba en el terrario, pero cuando estábamos tirados en el sofá viendo la televisión, la dejábamos con nosotros. Comía de todo, desde comida de gato a insectos vivos. Tuvimos que contratar a un canguro cuando decidimos irnos de vacaciones a Londres: la familia y los amigos aceptarían cuidar a un perro, pero ¿un lagarto? ¡Se ve que no! La relación con mi pareja acabó y yo me quedé con la Tili. Pero ya se sabe: mientras tienes pareja te quedas más en casa, pero a la que te quedas sola, es lo último que quieres hacer. Tenía previsto irme de vacaciones otra vez y pensé que lo mejor para la Tili y para mí sería llevarla a un sitio donde pudieran cuidarla siempre. Después de mucho buscar encontré un centro dedicado a la rehabilitación de reptiles y anfibios, y allí llevé a mi Tili. De eso ya hace dos años. El terrario lo desmonté y lo tiré, pero seguí guardando rocas, troncos y cabañas, hasta que un día pensé en regalarlo todo”. Al cierre de esta edición, a Judith le habían llamado dos chicos, uno con una iguana y otro con peces exóticos. Entre ambos se repartieron los últimos objetos de la Tili.
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CINE PARA ESCUCHAR CON LOS CASCOS PUESTOS –Vamos a ver Dreamgirls –dijo él–. The Supremes molan. –Beyoncé no me gusta –respondió ella–. –Ganó dos Oscar –insistió él–; la peli, quiero decir. –Mmm. Mejor alquilamos una. –¿Un musical? –¿Tienes ganas de bailar? –Digamos que sí. Concha López Nieto, directora de cortometrajes, 30 años, en Sevilla, recomienda: The Rocky Horror Picture Show, de Jim Sharman (Reino Unido, 1975) “Aquéllos que no la hayan visto ya están tardando, porque se estrenó hace más de 30 años y es de las películas más divertidas, transgresoras, irreverentes y provocadoras de todos los tiempos. Argumento: Rocky Horror es un hombre perfecto, creado por un científico loco, cuyo medio cerebro pertenece a un delincuente juvenil. A partir de ahí, todos a cantar y a bailar. Es como Mary Poppins: una tipa chiflada que vuela, canta y baila bajo un paraguas, pero a lo bestia. La recomiendo totalmente.” Miki Esparbé, MC y productor musical, 22 años, en Barcelona: 24 Hour Party People, de Michael W i n t er b o t t om (R ei no U n i d o Francia-Holanda, 2001) “Manchester, mediados de los 70. La ciudad aún no se ha convertido en Madchester, pero la crisis económica ya la ha puesto en camino. The Buzzcocks, su grupo de rock más emblemático, está al borde de la disolución, y no acude a un concierto donde las estrellas son los Sex Pistols. Allí van también los que después formarían Joy Division (más tarde New Order), Morrisey (futuro líder de The Smiths), y un reportero de TV (Tony Wilson) que, entusiasmado por esta música y lo que significa para su época, formaría el fundamental sello Factory. Y ésta es sólo la primera parte de la cinta...” Jorge Arrunátegui, economist, 37 years old, in Madrid: Theremin: An Electronic Odyssey, by Steve M. Martin (USA 1993) “At the end of the 20s, León Theremin created a machine that made a high pitched noise if someone put their hands in the electronic waves that it radiated. On tour in New York, he managed to fill the Carn-
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egie Hall, install a laboratory of electronic instruments, fall in love with his adolescent muse and then become the first superstar of electronic music. However, he was kidnapped by the KGB, taken back to Russia and forced to develop spy gadgets. This documentary was awarded the Sundance prize in 1994 and reminds us that truth is stranger than fiction.” Eduardo de Vicente, crítico de cine, 43 años, en Barcelona: Víctor o Victoria [Victor/Victoria], de Blake Edwards (Estados Unidos, 1982) “Una delirante comedia del director (Blake Edwards) y el músico (Henry Mancini) de La pantera rosa que consigue hacer creer un argumento imposible. En el París de los años 30, una mujer decide hacerse pasar por un cantante que se disfraza de mujer para conseguir el éxito. Un norteamericano se enamora de ella y pretende descubrir sus secretos. Fue nominada a siete Oscar, pero la comedia no tiene suerte en la Academia.”
What did Eva Benito do with 10 euros in Alicante? The first thing she bought was a book: Songs and Poems by Bertolt Brecht. Second hand, of course. And the pocket edition. It cost her 6€ at the Dante Bookshop at 11 Salamanca Avenue. Then she bought some tuna bread, which had tuna, onion, peppers, tomato and pine nuts in it. The pine nuts weren’t whole, they were sliced into tiny pieces, like in crocanti. In some places it’s made with raisins too. Anyway, the tuna bread cost 90 cents at the Rojas bakery at 19 Bono Guarner Street. The bread made her thirsty so she bought a glass of beer for 1.10€ at the La Pareta bar at 2 Ángel Lozano Street. She still had 2€ left so she decided to buy two badges, one of José Luis López Vázquez and the other of Lola Flores for a friend who’s a fan. She bought them in PuntoPop at 21 Colón Street.
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MY NICKNAME IS... CARAOSCURA “Cuando retomé mi carrera musical en solitario (antes había fundado Los Mártires del Compás), necesitaba un nombre. Mi canción más famosa es ‘El Blues del Arapajoe’, en el que el protagonista es el Gran Jefe Caraoscura, un dios loco. Como yo también tengo la tez morena, y algo de ese espíritu guerrillero, se me quedó el nombre de Caraoscura. Mucha gente de mi entorno me conoce por José, mi nombre de pila, pero es cierto que en el ambiente artístico se me conoce por Caraoscura; incluso los que no me conocen personalmente. Ahora estoy al cante con El Pájaro, un guitarrista sevillano, con quien trato de difundir otra visión del flamenco por las salas de Sevilla. A mí me aburre el formato canción, los temas que ya están hechos y siempre son iguales. Soy rápido improvisando, por eso lo hago, y así voy variando las canciones, porque cuando me aburro lo que transmito es aburrimiento. Pronto espero grabar un disco independiente. El disco de José, el Caraoscura.”
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El reciclaje es un asunto familiar
“Entre la basura siempre hay riqueza.” Así recuerda Mikel Treviño las palabras de su padre, Enrique, fundador de Reydesa Recycling, la empresa familiar que en su época fue pionera en España en el reciclaje de vehículos en desuso. La compañía siempre ha funcionado en el País Vasco, primero en Vizcaya y ahora en Álava. “Con el metal de tres coches desguazados se puede fabricar uno nuevo”, asegura Mikel, quien, a sus 35 años, sabe casi todo sobre los usos que se le puede dar al hierro de ciertos artefactos que ya no son útiles según los propósitos para los que fueron creados. Mikel es ahora el director de Reydesa Recycling, y sabe que, además de riqueza material, la empresa de su familia ayuda a mantener limpio el medio ambiente, “cambiando las malas costumbres de los antiguos vertederos de chatarra”.
Rubén Márquez es fanático de Madonna Es peluquero, vive en Madrid y su sueño es que Madonna le autografíe su disco fetiche: un vinilo de Something to Remember. Por eso pasó horas frente al hotel donde Madonna se hospedaba cuando la gira Blond Ambition pasó por Madrid. “Ella es inalcanzable”, suspira Rubén, pero aun así no se dio por vencido y en agosto de 2006 intentó acercarse nuevamente a la reina del pop, esta vez en Roma. “Madonna presentaba Confessions on a Dance Floor y yo usé la tarjeta Vueling para llegar: tenía 900 puntos acumulados (2€ de compras equivalen a un punto para volar) y usé el dinero en efectivo para alquilar una habitación junto al hotel donde estaba ella: el Le Grand, frente a la plaza de la República.” Esa noche, Rubén disfrutó del concierto en el Estadio Olímpico y volvió feliz a su peluquería en Madrid, donde de vez en cuando recomienda a sus clientas peinarse “estilo Like a Virgin”.
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Un récord en Madrid 100.582. Dilo otra vez: cien mil quinientas ochenta y dos. Personas. En un solo mes. Ésa fue la cantidad de pasajeros que durante febrero despegaron con Vueling desde Madrid, una cifra memorable porque la empresa nunca había llegado tan alto en la lista de ventas de Barajas, por encima de easyJet y Ryanair. El informe de tráfico de pasajeros dice que Vueling escaló cinco puestos desde septiembre del 2006.
María José Llerena, viajera a la carta “Viajar sin planificarlo puede convertirse en un vicio saludable”, dice María José, que se reconoce aficionada a una técnica de vuelo que ella misma ha bautizado como “viajes a la carta”. La técnica consiste, dice, en “cambiar un fin de semana de marcha por uno de viaje”. Su primera tentación fue Milán. María no conocía esa ciudad hasta que una tarde, navegando por Internet, descubrió que podía volar a Milán por menos de 50 euros. “De pronto me pareció que Milán podía ser un lugar fantástico”, dice. Y eso para empezar, porque hoy se ha convertido en un juego que comparte con amigas. “Nos juntamos, revisamos las listas y allí mismo elegimos. ¿Adónde vamos este finde, a Sevilla o a París? El juego está en que no nos salga más caro que salir a cenar por Madrid.”
Soner Zatorsky era un fan del Inter de Milán Y soñaba con ver un derby entre el Inter y el AC Milán, los dos clubes de fútbol más famosos de esa ciudad. Soner es suizo, pero vive en Valencia, donde trabaja como comercial. Un día, su jefe y mejor amigo, Pablo, le prometió regalarle dos entradas para el derby milanés siempre y cuando él se hiciera cargo de los billetes de avión y de los trámites en el célebre estadio de San Ciro. Unos días después le decía a Pablo, eufórico: “¡Ya está! En dos meses estaremos en Milán, en asientos de lujo”. Pero eso no fue lo más importante en la vida de Soner Zatorsky. Ya en el aeropuerto, conoció a Claudia, una chica italiana que después sería su novia. A Claudia también le gusta el fútbol. Es fan del AC Milán, por tanto rival de Soner cuando siguen los resultados del calcio. Cosas que pasan.
Jennifer Kim volará gratis toda su vida
Primera base en París El 16 de mayo, Vueling se convertirá en la primera aerolínea española en fijar una base fuera de España. Para ser exactos, en el aeropuerto Charles de Gaulle de París. ¿Qué significa esto? Que se triplicará la actividad de la aerolínea en esa ciudad, y que por primera vez unirá ciudades europeas que no son españolas. Por ejemplo, aparte de las habituales conexiones París-Madrid y París-Barcelona, Vueling unirá París con Milán, con Ámsterdam, y también con Sevilla, las tres primeras de una larga lista de rutas que, con este ritmo, no tardarán en llegar.
Sí, to-da-la-vi-da. Hubo que repetirlo, porque cuando Jennifer se enteró de que era la ganadora del sorteo Golden Billete de Vueling, sencillamente no lo podía creer. Fue seleccionada entre 340.000 personas y el 13 de febrero le dieron la noticia. “Ahora mis padres temen que me venga a vivir a España para disfrutar del premio”, dice Jennifer, que tiene 20 años, es norteamericana de origen coreano, y vive en Granada gracias a un programa de intercambio con la Universidad de California. “Quiero visitar Bilbao, Santiago y el norte de Europa: Bruselas o Ámsterdam. Además podré volar a los nuevos destinos que se incorporen. Total, tengo toda la vida.”
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Lisboa 7.40 Largo do Chiado (Metro Baixa-Chiado)
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Lisboa 19.57 Fotos Ant贸nio Nascimento
ant贸nio nascimento (1975) is a photographer for Blue Travel Magazine. He lives in Lisbon. ant贸nio nascimento (1975) es fot贸grafo para Blue Travel Magazine. Vive en Lisboa.
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photography by ant贸nio nascimento
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Meet Senhor Acácio. He is 74, and every day, he wears Os presentamos al senhor Acácio, un hombre de the same blue bow tie. Senhor Acácio is a plaster sculptor, and this is his workshop on Rua dos Cordoeiros in Lisbon. His life’s work is hanging from the ceiling, piled up against the walls and spread over the remaining space, leaving only a narrow corridor for you to move around in.
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74 años que difícilmente abandonará su pajarita azul. Éste es su taller de esculturas de yeso en la Rua dos Cordoeiros, en Lisboa, donde podréis apreciar su obra muy de cerca, como en la más íntima sala de exposiciones. En su pequeño taller, las esculturas ocupan todo el espacio (el techo, las paredes, ¡todo!), excepto un estrecho corredor por donde él se mueve.
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A day in a flower shop. See the world through the eyes of three people who
spend their time between colourful flowers and sweet smells. Let these three florists tell you with their own pictures what a day in their lives looks like
Alicante
Bruselas
Barcelona
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veo, veo. ¿qué ves?
Un día en una floristería. Mira a través de los ojos de tres personas cuyos días transcurren entre flores de mil colores y olores de primavera. deja que estos tres floristas te cuenten con sus propias imágenes qué pinta tiene un día de sus vidas
Verónica · BUCCARO · Alona, 24 · Tel. +34 966146566
Thierry · THIERRY BOUTEMY · 404 avenue Louise 1050 · Tel. +32 026493949
Annabel + Aurora + Maite · ANNABEL · Gran de Gràcia, 123 · Tel. +34 932183480
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Mu ndo
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TEAM BOLAU QUE CORRA EL AIRE
Los fines de semana con buen viento, cuatro amigos van a la playa. No quedan para tomar el sol ni para jugar a las palas, sino para mirar el cielo. ¿Y qué hay en éste que valga la pena mirar? Muchas cosas, pero especialmente una de ellas, colorida, rápida y hábil: una cometa. Sus cometas. En el Team Bolau de Bilbao son expertos en estos artilugios que cosen el cielo y la tierra con puntadas invisibles. “Somos Team Bolau, un equipo de vuelo de un modelo de cometa que se llama Revolution. Nuestro equipo está formado por cuatro miembros en su núcleo, y también por muchos amigos y conocidos. Los cuatro somos Tonet, Fernan, Jose y Xabier. En un encuentro nos podemos llegar a juntar 200, aunque dependerá de la importancia de la fecha. ¿Cómo se empieza en esto? Bueno, un día estás en la playa y a lo lejos ves a alguien haciendo virguerías con una cometa. Te dices: quiero hacer lo mismo que ese tío. Te acercas a él, preguntas, y ahí empieza todo.”
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hemos llegado a quitar gorras o sombreros. Incluso se puede dar de comer a una persona o pintar un cuadro con una Revolution, que es extremadamente precisa. Cuando nos juntamos en la playa, en los entrenamientos, bromeamos continuamente sin perder la concentración. Nuestro próximo evento es el 13, 14 y 15 de abril en el X Festival Internacional de Cometas de Valencia. Esperamos que nos vengáis a ver. Mientras, como nos decimos nosotros, que corra el aire y estad al kite.” www.bolau.org Clubes y agrupaciones interesantes a hello@lingmagazine.com
FOTO de FERNANDO VILLAVERDE Y OVIDIO TARRAGÓN
“Se vuela por placer y por competición. Dos de los miembros de Bolau son subcampeones de España 2005 y 2006 de vuelo sincronizado. Como la exhibición es espectacular, siempre hay personas que se acercan por curiosidad y acaban interesándose. También está el típico que cree que las cometas son una cosa de niños, pero es por desconocimiento. Cuando le explicas un poco y ve realmente el vuelo de las cometas en equipo, o acude a un festival, la mentalidad cambia.” “Entrenamos los findes. Quedamos sobre las 10.30, desayunamos en el bar de siempre, comentando nuestras cosas. Después ya vamos a nuestra zona de vuelo preferida, y valoramos el viento y la cometa adecuada. Si no hay viento, hablamos del equipo, de las competiciones, o comentamos detalles con otros cometeros...” “Todos somos de Bilbao. Esa fama de que los bilbaínos somos chulos... [risas] Bueno, es una leyenda urbana. Pecamos un poco de fanfarrones, eso sí te lo vamos a reconocer, pero sin malicia. En general (y no lo decimos nosotros, sino la gente que nos conoce), somos nobles, hospitalarios y buenos anfitriones.” “El sitio donde más nos gusta entrenar es la playa de La Arena, en Muskiz, Bizkaia. No podemos quejarnos: la verdad es que casi siempre tenemos buenas condiciones. El ideal en nuestra zona habitual de entrenamiento es el viento norte laminado, fuerza 2,5. Una auténtica delicia; te permite realizar todo tipo de movimientos. Las cometas Revolution que usamos nosotros rondan los 250€, pero las hay de todo tipo, precios y necesidades.” “Con las cometas es fácil interactuar con el público; siempre surgen situaciones graciosas. Seguimos a la gente con la cometa; la apoyamos en su mano o en su cabeza, y
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Ella es valenciana y vive en Madrid. Él es madrileño y vive en Valencia. Aquí comparten sus experiencias Mar Gonga Bolta tiene 23 años, es valenciana y se mudó a Madrid hace tres años. Pedro Parralejo Muñoz tiene 35, es madrileño y lleva viviendo en Valencia ocho años.
Mar Yo llevo casi tres años en Madriz. Pedro ¿... driz? M Esto se me pegó aquí. P Como a mí aquí el “che nano”. M Exacto. Antes vivía en Londres, pero los estudios de teatro me salían demasiado caros. Y como Barcelona era demasiado cara también, pues al final acabé en Madriz. P ¿Y por qué no en Valencia? M Bueno, en Valencia la única escuela que me parecía interesante era la Escalante, pero la verdad es que no me gusta Valencia para vivir. Me parece una ciudad gris. Madrid tiene como más color. P Eso es imposible. ¿En la Tierra de las Flores, el País de la Ilusión? M Ya, pero quedan cada vez menos cosas bonitas. Y tú, ¿por qué te mudaste? P Pues lo mío es lo típico: chico conoce chica, chico y chica se enamoran, y ya se sabe... uno hace lo que sea. En fin, dejé todo y me vine a Valencia. M Ah, ahora entiendo , tú ves Valencia bonita porque la miras con ojos de amor. P Eso sí. Ocho años llevo ya, y no me quejo. Menos ruido, más sol, más tranquilidad. M Bueno, pero no le veo las mismas posibilidades que a Madrid o Barcelona; aquí no te acabas nunca todo lo que hay para hacer. Y Valencia se ha estancado con los años en ese sentido. P Pero el nivel de vida en relación con otras grandes ciudades es más alto, económicamente hablando. Los sueldos son iguales, pero la vida es más barata. M La vivienda es más barata, eso sí. Bastante más. Yo pago por un piso de 30 metros lo que pagábamos entre tres por uno de 90 metros en Valencia.
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P Yo vine en buen momento. Tengo 100 metros, y ¿cuánto crees que me costaron? Menos de 60.000 euros. M Por un cuchitril aquí, ¡seguro! Eso, y la playa, son las únicas cosas que me gustan más de allí. P No están mal tus gustos. Pero alguna cosa más hay: la paella, las Fallas, el buen humor y el parlar valencià. M Las Fallas no me las pierdo nunca. Son cuatro días muy intensos. Eso en Madrid no hay, no de esa manera. Las fiestas de aquí son borrachera y conciertos. P Ja, ja, ja. Bueno, pero borrachera hay en todas partes, no nos engañemos. M Eso sí, pero si va acompañada de más cosas, mejor. P ¿Qué cosas? M No sé, supongo que la tradición no se está adaptando a los jóvenes; y en las Fallas, sí. En las Mayas de Madrid sólo se ven viejos y niños que van más porque sus padres les visten. En las Fallas ves gente que ha ido por gusto, de todas las edades. P Es la diferencia entre unas fiestas y una gran fiesta. M Yo creo que las fiestas también tienen que ir evolucionando para poder permanecer. Aunque la vida nocturna de Madrid no la tiene Valencia, ¡eso sí que no se extingue aquí! P Eso sí que lo echo de menos. Aquí no encuentro mi estilo. Se lleva principalmente el “chunta chunta chunta”. M Sí, pachanga y chumba chumba. P A ti te recomiendo la Coquette. Es mi preferido. Buena compañía, conciertos en vivo... M Gracias, iré. El Carmen en Valencia estaba genial antes, pero están cerrando los bares, se está muriendo.
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Mi barrio favorito de Valencia es Benimaclet. Allí viven los estudiantes, los inmigrantes y los abuelos
P Está muerto ya. M Yo aquí veo la diferencia entre El Carmen y Lavapiés. Lavapiés es cultura, colores, variedad, tapeo, cañas, felicidad. P Tapeo, mmm... cuánto lo echo de menos. M La calle Argumosa está repleta de bares y todos son chulísimos. Vas por El Carmen y está vacío, es como peligroso. Lavapiés está 24 horas al día lleno de gente. Y ahora está de moda porque es lo bohemio de Madrid. Hay mucha vigilancia. Mi barrio favorito de Valencia es Benimaclet. Allí viven los estudiantes, los inmigrantes y los abuelos; hay bares chulos; es un ambiente joven y de barrio. Hay mucha vidilla. El bar Glop allí está bien. Y el Drac, que es de tapeo. Y hay un tipillo que se llama Hamid que hace unos bocatas increíblemente buenos. P Yo en Madrid salía en Malasaña y sitios así. Era de buen rollo. Sobre todo, no había maldad en las personas. Aunque no nos conociéramos, éramos amigos. M Eso sigue así. La gente por la noche es muy abierta, en plan buen rollo. Por lo menos en Chueca y Lavapiés. ¿Conoces La Vía Láctea? P ¡El mío! Allí encuentras todo tipo de personas ilustres cantantes, directores de cine... en mi época conocí a muchos. Rosendo, Silvio Rodríguez, Aute, Luz Casal... ¿sigo? M Sí, durante La Movida era muy ilustre. Era todo una institución. Yo te recomiendo también la Sidrería, en la calle Farmacia. Es muy curiosa, porque tienes que subir al tercero. La botella cuesta tres euros. P Veo que te mueves por lugares muy interesantes. Me haces recordar muchos buenos momentos. ¿De qué trabajas? M Soy actriz. P ¡Ah! Yo soy un poco actor; bueno, payaso. Me gusta reír. M Reír alarga la vida. ¿Qué te parece la naturaleza en Valencia?
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P Pues la verdad, creo que en Valencia no se tiene en cuenta eso. No hay parques, y verde, cada vez menos. Madrid es distinto. M Sí, Madrid es un pulmón. P Yo soy más bien ecologista y deportista. Echo de menos la montaña. M Yo voy al Retiro los domingos, a patinar, hacer tai chi, malabares... P En Madrid tienes La Pedriza. M ¡Aún no he ido! Pero lo tengo pendiente. P Es la formación granítica más grande de Europa. La conozco de punta a punta, palmo a palmo, pues allí solía ir todos los días a escalar. No te decepcionará. M Para comer recomiendo El Granero de Lavapiés. ¡Un vegetariano buenísimo! Para buen precio, El Tigre: te tomas una cerveza y te ponen un plato enorme de tapa gratis. Con dos cervezas, cenas. P Yo no. M Je, je, je. Bueno, tú, con cinco. P ¿No echas de menos el mar? M Lo echo muchísimo de menos. Es la razón por la que no podría quedarme a vivir siempre aquí. Necesito el mar cerca. ¿Sabes de qué me acabo de acordar? Muy cerca del Tigre, en la calle que va paralela, está La Barraca, un restaurante valenciano donde hacen los mejores arroces. ¡Es Valencia en Madrid! Madrid en Valencia, que yo sepa, no hay. Teniendo puchero, ¿para qué van a hacer cocido madrileño? P ¿Madrid te parece muy pijo? M ¡Para nada! Hay sitios pijos, claro, como en todas partes. Kapital y Pachá son discotecas pijas. Y si sales por Huertas, hay bastante gente pija también. P De discotecas, yo suelo ir a La Indiana. Tía, es la discoteca más pija de toda Valencia. Escualos, gente guapa, y caro, muy caro.
Lavapiés area Quintessential Madrid, though it has recently begun to reflect the many cultures that now live together in Spain. Packed with restaurants and authentic tapas places and there’s always a lot going on in the many fringe theatres and music bars in the area. Argumosa Street One of the most atmospheric areas to enjoy being outside. In the heart of Lavapiés, it is filled with outdoor bars and cafes that all flow into one big outside extravaganza. Malasaña area Important (and influential) cultural and nocturnal activity with a young, alternative and wealthy crowd. Chueca area Known as one of the largest and most famous gay areas in Spain. A multi-cultural, multiracial, multi-sexual atmosphere... for the open-minded. La Vía Láctea Bar. Velarde 18. Metro Tribunal. Tel. +34 914467581.
Marisa Restaurant and Cider House, 3rd floor, 2 Farmacia Street (Asturian Centre)
M Ja, ja. Conozco la pijilla de Valencia... el Woody, por Blasco Ibáñez, es una discoteca, y hay bares y pubs alrededor. Es la zona Woody. Más pijilla. P Yo sigo con lo mismo. Muy clásico , rock & roll, blues y jazz. M ¿Adónde vas para escucharlo? P En Valencia sólo hay un pequeño café, donde apenas vamos los cuatro carrozas. M ¿Ves como en Madrid está mejor? P Para fiesta de la mía, sí. ¿Pero para vivir? No lo tengo tan claro. M Depende de cómo quieras vivir. P Yo he vivido en Madrid más de 20 años. Después de sólo un año en Valencia, ya no quería volver. Y no volvería. M Yo prefiero pagar más de piso y tener teatro, arte, talleres, actuaciones, bares con música en vivo de mil estilos... P Pero no se puede tener todo.
La Pedriza One of the most spectacular landscapes near the city, peppered with thickets of rosemary, thyme and rockrose. El Tigre Tapas bar. Infantas 28. Tel. +34 915320072.
La Barraca Valencian Restaurant, Reina, 29. Tel. +34 915327154.
kapital Nightclub. Atocha 125. Tel. +34 914202906.
VALENCIA Escalante School of Theatre Landerer 5. Tel. +34 963912442. www.escalantecentreteatral.com
Pedro Parralejo, from Madrid, recommends his favouri-
Fallas Figures made of wood and papier maché representing satirical versions of current celebrities, which are then burnt in the streets at midnight on the 19th and 20th March on Saint Joseph’s Day. Carmen area An area built for the millennium that blends with the old centre of Valencia and was built within the old Muslim (6th century) and Christian (14th century) walls. Benimaclet area A separate town until 1878. Today it’s one of the most traditional areas where you are most likely to hear everyone speaking Valenciano. Bar Glop Plaza Benimaclet 3.
te places in Valencia.
Tel. +34 963626408.
Two people enjoying each other’s cities Mar Gonga, a Valencian girl who lives in Madrid, recommends her favourite places in her adopted city.
Palau de la Música Paseo Alameda 30. www.palaudevalencia.com
MADRID Las Mayas (The Daisies) Celebration of the arrival of spring on the first Sunday of May. Girls and their mothers prepare the “Daisy altar”, with flowers and shawls to show off the young maidens, according to tradition. La Coquette Blues Bar Torrecilla del Leal 18. Tel. +34 915308095.
The city of Arts and Sciences A cultural and entertainment complex at the mouth of the Turia river. You will find the L’Hemisfèric, the Prince Philip Museum of Sciences, l’Oceanogràfic and the Queen Sophie Palace of Arts. La Indiana Nightclub. San Vicente Mártir 95. Tel. +34 963845051.
Woody Nightclub. Menéndez y Pelayo, 25. Tel. +34 963618551. www.woody.es
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o c n e flmaam de in
japan
A photo story by Lourdes Segade
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La pasión por el flamenco se expande por el mundo: sólo en Japón hay más de 80.000 personas aprendiendo a tocar, cantar y bailar la música sureña española. Las mujeres que aparecen en este reportaje fotográfico son –en su mayoría– esposas de ejecutivos japoneses que aprovechan sus largas estancias en Barcelona para aprender flamenco. Todas son alumnas de la academia que tiene el Grupo Artístico Tarantos en esa ciudad, con excepción de la profesora (y bailaora) Junko Watabe.
The passion for Spanish flamenco has spread over the world: in Japan alone there are more than 80,000 people learning to play, sing and dance to the music from southern Spain. The women in this photo story are mainly the wives of Japanese executives who accompany their husbands on business trips to Barcelona, and use the opportunity to learn some flamenco. All of them are students at the Tarantos Artistic Group taught by flamenco expert, Junko Watabe.
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Lourdes Segade empezó a disparar su cámara cuando estudiaba Publicidad y RR. PP. en Barcelona. Desde entonces, reportajes de todo tipo han pasado por su objetivo y han sido publicados en revistas españolas e internacionales.
Otros lugares donde aprender f lamenco: GRANADA: Escuela Superior de Arte Flamenco · Palencia, 35 B/4 bajo · Tel. +34 958084138 · MADRID: Escuela de Elena Andújar · Calle del Águila, 25 · Tel. +34 913650120 · JEREZ: Centro de Baile Jerez · Rusia, 47 · Tel. +34 956140406 · PARÍS: La Trianera, Quai de Bourbon, 19 · Tel. +33 143294574 · ROMA: Caterina Lucia Costa · Via Enrico Glori, 48 · Tel. +39 93355400184 · SEVILLA: Museo del Baile Flamenco · Manuel Rojas Marcos, 3 · Tel. +34 954340311 · www.museoflamenco.com
Lourdes Segade regularly publishes her pictorials in Spanish and international magazines.
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d l O o o h c S MADRID
e c n a t s i s e R (INSIDE LA CARROZA REAL) What happens when a dedicated clubber spends a night on a dancefloor where everybody else is 50 years older than her? Samara Kamenecka finds out
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“Would you like
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” to dance
I hear, as I nurse my whisky and Coke, perched on the edge of a low, red chair. I look up to see a handsome man in his mid-60s, mischievously smiling down at me, his brown eyes shining from behind old-fashioned, metal-rimmed glasses. His grey suit and navy tie seem quite formal, as if he had come directly from work, but he has a debonair look about him, and his hair, which matches his suit, sparsely covers his freckled head. “Absolutely!” I reply, jumping to my feet and weaving with him between the many tables towards the dance floor. Finding a space between a dozen other couples, plus a few
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women dancing with their girlfriends, we dance to a bit of merengue, then some cha-cha-cha, and finally a pasodoble. My new friend, Jose Manuel, holds me a little too close and counts aloud with the music, saying insistently, “Follow my lead! Just move from your waist down!” When I comply, I’m rewarded with a very enthusiastic “Olé! Olé!”. Olé indeed. Welcome to La Carroza Real. Located in Madrid’s city centre, this venue, which caters to a very mature crowd, is class personified. Created in 1982 by Jose Luis Montero, a businessman from Zamora, the nightclub is far from being the only one of its kind. Dance halls for seniors are nothing new; however,
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La Carroza Real is unique in that it combines a DJ with live music, and is open, and crowded, five nights a week. It is an extremely refined venue catering to an equally refined crowd. An unpretentious staircase leads revellers down to a spacious, dimly lit room with a deep red decor. The mirrored dance floor, flanked by various columns, holds court in the centre while elegant tables and chairs, low to the floor and draped in red fabric, surround the dance floor on either side. It is decadent without being ostentatious, lavish without being over the top. And it’s packed. At one end of the room is DJ Antonio, a gentleman perhaps in his 60s, responsible for selecting the non-stop tunes, and though the music may be mellow, there are always at least halfa-dozen couples on the dance floor. A variety of Cuban Sonbased rhythms has people dancing the cha-cha-cha, until Latin music leads to a burst of merengue, followed by a bit of guajira. Opposite the DJ booth is a small stage where the band PK2, (pronounced PeKaDos, or ‘sins’ in English) not only breathes new life into old hits but also brings a palpable sexiness to the venue. The two lead female singers, clad in silver sequins, add a sultry spin to music, providing just the right background for a night of sins, as they shake their maracas and the sound of the saxophone resonates throughout the room. Forbidden pleasure certainly seems to be the theme of the night. “And every other night for that matter” says Pablo, one of the maitre ’ds, who is in the same age range as the guests and dressed in a sophisticated, classic suit. Tonight’s Thursday, and I only see one other person on duty. The maitre d’s oversee the venue to make sure that nobody gets rowdy and that everyone is having a good time. On the weekend I’m told that there are at least half a dozen of them working, as the place gets extremely crowded. This comes as no surprise, as La Carroza Real has a reputation for being the hottest spot in town for the 55-plus crowd: it’s where clients get cosy, where the masses mingle and where couples can be seen kissing in the corner – some of whom should probably know better. “We get a lot of clients who are divorced, separated, widowed... and many who are married. And though the majority might be a bit older,” Pablo tells me, with a youthful glint in his eye, “they still know how to let their hair down.” I thank Pablo for his time and leave him to return to Jose Manuel’s arms on the dance floor... and then immediately see what Pablo means: just as I’m concentrating on my pasodoble steps,
“This is the best nightclub by far, it’s pure class,” he said, between puffs on his strong cigar
Jose Manuel’s hand slowly moves from my back lower and lower until it’s on my ass, jolting me back to reality.
It takes at least three more songs to convince him to take a breather. At this point, there are so many people on the dance floor that we can’t avoid bumping into them when we try to leave, as couples spill onto the floor to dance next to their tables. When Jose Manuel and I finally sit down, he tells me that he
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runs a company located just outside Madrid in Las Rozas, and that he divorced his wife ten years ago, with whom he has three children. And he’s not only a regular at La Carroza Real (he greets all of the waiters by name), but a ladies man as well – I catch him winking at a table of women seated behind us. “This is the best nightclub by far, it’s pure class,” he says, between puffs on a strong cigar. “It’s very, very tranquilo. There’s never any trouble, no one gets rowdy or out of hand, it has the best live music in all of the city, and the women,” he continues, breaking into the same naughty smile that he first greeted me with, “the women are very attractive.” I excuse myself and go to the Ladies Room to freshen up. I stand in front of the mirror next to four or five other women. I have traded in my typical nightclub-tube-top and mini-skirt uniform for something more suitable, but my long, grey
knit dress doesn’t hold a candle to the others, who look extremely stylish in their evening ensembles, fine jewellery and perfectly coiffed hair. The women chatter away like
schoolgirls, talking about their latest encounters of the evening between youthful giggles. Two of them I recognise from their stylish moves on the dance floor. “Are there any other nightclubs like this one you can recommend to me?” I ask them both. “Oh yes,” say Aida and Maria Jesus, almost in unison. Aida continues, “But this club has the best music and the most friendly people. Everyone comes here.” Both women are in their early 70s, widows, and regulars at La Carroza Real. “Come with us,” they say, leading me out of the crowded bathroom. They take me to the bar, where we order more drinks, and then to their table, where two gentlemen are waiting patiently. Aida and Maria Jesus quickly sit down beside the men, and I take a seat at the end of the table. Aida struggles to remember the men’s names. Aurelio and Juan quickly introduce themselves to me, and the four of them chat nervously together, until Juan and Aida excuse themselves to squeeze onto the packed dance floor. I stifle a yawn and look at my watch. It’s almost three o’clock in the morning and the place will close soon – though at weekends it’s open until five. I blow a kiss to Jose Manuel, who is sitting with three women at a table across the room. PK2 turns up the music, and a seductive tune drifts from the speakers. Waiters in classic black-and-white uniforms bustle between the tables, removing glasses and emptying ashtrays. A cloud of smoke hangs just below the ceiling. Everywhere I look, people are kicking back and enjoying themselves. And so they dance on.
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Both women are in their early 70s, widows, and regulars at La Carroza Real. “Come with us,” they say, leading me out of the crowded bathroom
La Carroza Real · Calle Flor Baja, 6 · Metro Santo Domingo, Plaza España · Open: Wednesday, Thursday and Sunday from 21 to 3h; Friday and Saturday from 21 to 5h · Live music every night, canapés and raffles on Thursdays · Entrance: Wednesday, Thursday and Sunday 3€ ladies (1,50 with VIP pass) and 8€ men; Friday and Saturday, afternoon 7€ ladies and 10€ men; night 8€ ladies and 11€ men
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WHAT
m u s i C gets you
¿QUÉ CANCIÓN TE HACE BAILAR?
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dancing
“Teniendo en cuenta que lo que más me gusta hacer es bailar, he ido buscando siempre la mejor alternativa. El rock no estaba mal, el techno inspiraba, el hip-hop ofrecía muchas posibilidades... pero no me satisfacían totalmente. Al final encontré a Krishna y bailar mientras canto Hare Krishna ¡es sin duda lo máximo! Lo recomiendo a todo el que necesite experiencias intensas que le den un sabor a la vida.” Sol, MÁLAGA
“I was on a train in South America, and was repeatedly woken up by a short man sitting behind me uttering what seemed to be the only five words he knew in English: Let Me Do My Thing. Weeks later I heard the original by Los Dinámicos Exciters, and it blew my mind. I was in a bar in Bolivia and asked the manager to put on the song over and over again –I couldn’t get enough, and I still can’t. I love dancing to the sound of Panama!” Axel, IBIZA
“My dancing song is Don Pizzica by Officina Zoe’, because I have never needed a song as much as this one. It was a couple of years ago: I had just returned from a trip, I was confused and desperate and happy... and I needed this song to breathe! I ran around the city for a whole day trying to find the CD, and bought it although I couldn’t really afford it. I ran home and just danced, stomped and jumped around my flat, banged on pots, forgot everything around me until I was completely exhausted and the neighbours were standing in front of my door, demanding I put an end to this madness.” Andrea, ROME
“Yo no puedo parar de bailar en cuanto oigo Lust For Life, de Iggy Pop, o Are You Gonna Be My Girl?, de los australianos The Jet. Son dos canciones prácticamente iguales aunque de muy diferentes épocas y personajes. Me encanta el ritmo, los golpes del bajo y la batería... Nada más oír los primeros cuatro acordes, comienzo a mover todo el cuerpo, a saltar y a agitar la cabeza.” Sergio, BARCELONA
“The Final Countdown by Europe. This song means dancing like there was no tomorrow, putting all emotions into rhythm and movement. It’s like running for your life.” Guy, BRUSSELS
“IS THIS LOVE, DE BOB MARLEY, PORQUE APARTE DE SER UNA CANCIÓN ROMÁNTICA TE PONE DE BUEN ROLLO.” PETER, BRUSELAS “Jump, de Girls Aloud. De la película Love Actually. Es muy marchosa... y claro, me recuerda al baile de Hugh Grant.” Alberto, JEREZ
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“My dancing song is Beat It by Michael Jackson, because, 18 years after learning the choreography, my muscles still remember it. And it’s even more fun when you sing it in gibberish because you don’t know the real words!” Audrey, PARIS
“Me voy a quedar con la archiconocida Lucky Lucky Twice porque se trata de una canción que, además de invitar a bailar, transmite cantidad de energía positiva. Si te encuentras desanimado, te arranca una sonrisa y te hace ver la vida de otro modo. Y si te encuentras bien, con ella alcanzas el peldaño del calificativo fenomenal.” Paula, SANTIAGO “The Kite by De Vlieger is a song about a boy who wants to send a letter to his mother in heaven with a kite, sung by a folk singer. We love it because we can all sing it together.” Marieke, AMSTERDAM
“La Bohème, de Charles Aznavour, porque es de una época divertida que, como dice la canción, los menores de 20 años no han podido conocer.” Émile, PARÍS
“Hay muchas canciones que me ponen a pegar saltos, esté donde esté. Una de ellas es Standing in the Way of Control, de Gossip: punk neoyorkino, mensaje feminista y una voz potentísima, la de Beth Ditto, heredera de la garra de las grandes de la Motown, una mezcla explosiva e irresistible. Ha sido uno de los temas más pinchados en el año 2006 gracias a la maravillosa remezcla de Soulwax.” Mamen, PALMA DE MALLORCA
“Destroy Everything You Touch, de Ladytron. Esta canción tiene el efecto de un avión y al mismo tiempo es como la vida, destructiva y creativa. Me viene a la mente cuando pienso en el futuro y me entran ganas de comerme el mundo.” Vicente, ALICANTE
“A mí me hace bailar cualquier canción de Kylie Minogue, pero, si tengo que elegir, me quedo con la de Come Into My World, porque aparte de que tiene ritmo me hace sentir como una auténtica reina.” Eloi, VALENCIA
“No sé bien si me hace bailar, pero sí ponerme alerta y no poder evitar chasquear los dedos y seguir el ritmo con el pie: Sexual Healing, de Marvin Gaye. Se pega casi a la piel y es puro groove.” Javier, BARCELONA
“Crazy In Love, de Beyoncé, porque me mola el ritmillo que tiene. Cuando la oigo no me puedo estar quieta, tengo que bailar. Y es curioso porque ¡no me gusta Beyoncé!” Patricia, MADRID
“Superfreak, de Rick James, porque es muy simpática y marchosa y es inevitable ponerse a bailar como un freak cuando la escuchas.” Fernando, VALENCIA
“Pues mira, así a bote pronto... Standing In The Way Of Control, de Gossip. Lo tiene todo: unas bases de bajo contundentes, que marcan perfectamente el ritmo. Una batería new wave punk perfecta, un elemento soul cojonudo en la maravillosa voz de Beth Ditto y toda la contundencia punk de sus orígenes riot grrrl. Si después de esto no mueves los pies, es que estás muerto, macho...” Juanma, GRANADA
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s e i p s o l o e i c Len el u D. Riez e Mar t a d a t is v re Una ent o Café s de C o c a fí a r g o Fot
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¿Cuándo empezaste a bailar? Empecé en septiembre de 2005, porque un amigo mío bailaba y a mí me llamaba mucho la atención. Una tarde le acompañé a la plaza del mercado de Vilanova, que es donde vivo, y allí había otro chico que era bueno. Lo que vi me gustó tanto que me apunté a clases. Lo primero es aprender unos movimientos básicos, para después poder desarrollar tu propio estilo. Ahora bailo en un grupo que se llama Under Construction.
Marta Arenas tiene 17 años y es una de las campeonas del mundo de breakdance. Sentadas en el suelo –dónde si no–, la escucho mientras habla sobre el baile, la calle, los amigos y la adolescencia: como dicen los padres, esa “edad muy mala”
¿Cuántos sois? Siete. Vivimos en ciudades diferentes, pero quedamos en Cañellas, un pueblo cerca de Vilanova i la Geltrú, donde da clases Jose, el profe. Los fines de semana entrenamos en Castelldefels. ¿Cuántos años tenéis? De 24 a 15 años, el más joven. Yo tengo 17. Ensayamos con los campeonatos en la cabeza, pero sobre todo para mejorar, para ver si te sale lo que ayer no te salía. ¿Cómo vais a esos campeonatos? Vamos en tren. Uno del grupo tiene coche, a los más pequeños nos pasan a buscar. Si es lejos, en avión. Y esto lo paga vuestro propio bolsillo, claro. O el de los padres… [Sonrisa] Sí, sí. Me gasté los ahorros y el dinero de mi cumpleaños en un viaje.
¿Es difícil conseguir un patrocinador que os pase material de ropa o dinero para viajes? No, difícil no es, pero te tienen que ver, “descubrirte”, que se dé la casualidad. Ahora mismo no tenemos. Sobre todo estaría bien dinero para viajes, ¿no? Ropa, tira uno con lo que puede... [Rápida] No, no, eso no. Para los b-boys y las b-girls, la ropa es importante. Siempre hay que ir bien vestido (según tu criterio), también cuando se baila. Las bambas, sobre todo; todo se mira mucho. A veces una ayuda de ropa la valoras más que nada. Hombre, si pueden ser las dos cosas, genial, [risas] pero aún no es el caso nuestro.
Por cómo vistes, ¿sientes que te han mirado alguna vez como “la rara”? No, mis amigos no me juzgan por cómo visto. Habrá a quien le guste y a quien no; tampoco visto nada raro. A veces voy con la gorra, mira, me la compré ayer y me gusta ponérmela; pero todo bien, normal, con mis tejanos y mi camiseta. ¿Cómo es tu colla? [pandilla, en catalán] Mis amigos... A ver, tengo dos grupos de amigos. Los de mi colegio y mi grupo. Mi grupo, con los que bailo, son realmente mis amigos. Que si estoy mal, se lo explico a ellos. ¿Más que a los de tu cole? Sí, porque con mi grupo estoy siempre, salgo con ellos. Mira, desde hace un año mi vida ha cambiado totalmente, por lo del baile. Y los amigos de antes no me entendieron ni apoyaron. Yo hace tiempo que no tenía una cosa tan clara, que estaba tan
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contenta con una decisión. Me pierdo cosas, pero estoy con mi grupo, que es la gente que me quiere, y siempre está esa amistad que nos une. ¿Separa el hecho de que un amigo no baile? Hombre, yo estoy aquí ahora hablando contigo y mis amigas del cole, que son con las que he venido a Barcelona, están mirando tiendas igual, o cuando van al cine, pues yo tengo que bailar; ellas también se podrían quejar de mí, “que no viene la Marta otra vez”, pero eso no nos separa. ¿Cómo fue lo del campeonato del mundo? Ganamos la categoría de dos contra dos, de chicas, que es una categoría que antes no existía. Bailé con Movie, una chica de Barcelona, de 24 años (yo cuando bailo soy Sissi Boogie). Primero ganamos la final de España, y el premio era ir a la de Alemania, en Braunschweig. Era la primera vez que hacían dos contra dos de chicas. También era la primera vez que viajaba fuera, que subía en un avión... ¿Notasteis en Alemania ese ambiente de tensión, como en las pelis? Sí... No son nervios, hay una competitividad muy fuerte. No es mi caso, pero había chicas... una que ya le había ganado a la otra antes, historias; pero yo era novata. Lo que es una suerte. Claro, cero presión. ¿Qué recuerdas de aquella tarde? Hubo suerte, siempre tiene que haber un poco, je, je. Mi compañera, siempre lo voy a decir, es de las mejores del mundo. Es mi ejemplo a seguir, y me gustaría ser como ella. Es una persona honesta, muy sincera, amistosa, me apoya para mejorar. No está en mi grupo (soy la única chica del grupo). Si hubiéramos perdido, no pasaría nada; íbamos a pasarlo bien. No podíamos creer que hubiéramos ganado. ... Acabamos el pique contra Suecia, los jueces nos señalaron, nos miramos una a la otra, me acordé de las tardes en las que estamos en la calle pasando más frío que un tonto y haciendo siete veces la misma coreografía, nos abrazamos... El premio de Alemania era ir al Red Bull BC1 de Brasil, para una exhibición amistosa España-Brasil. ¿Hay muchas chicas en esto del breakdance? Poco a poco subimos fuerte, y espero que las categorías femeninas se generalicen, para que las chicas se animen más. Cuando hay un uno contra
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uno con chicos, ellas se echan más para atrás. Pero ahora hay chicas que pueden ganar a muchísimos b-boys. Buenísimas. Es un mundo sin machismo, hay respeto. Faltan muchos años, ¿pero no tienes miedo de que la vida empuje (el trabajo, bodas, niños) y el grupo desaparezca? A ver, yo sé que no puedo estar con cuarenta años bailando, pero siempre vamos a estar unidos, aunque uno se tenga que ir a trabajar o lo que sea, como de hecho es el caso: todos estudiamos y la mitad trabaja. Siempre vamos a ser amigos. Cuando no pueda tener el baile... Bueno, todo lo que sube baja, y todo lo que empieza tiene que acabar. Pues ésa es una reflexión madura. A veces uno piensa que va a estar así toda la vida. Qué va, yo sé que voy a tener que parar, el cuerpo no aguanta. Pero hasta que el cuerpo aguante, intentaré enseñar todo lo que pueda; igual que yo he seguido el camino de otros. ¿Qué te han enseñado los viajes? He conocido a los mejores, y ves que suelen serlo siempre por técnica, práctica y paciencia. Para mí, los viajes han supuesto una experiencia personal inimaginable, me han motivado a hacer cosas nuevas y a ver el baile de otra manera.
“Tener buenos profesores, gente en la que fijarte, es importante en la vida” Y el baile, ¿qué enseña? El baile enseña que las cosas no se construyen ni consiguen en un momento. Vale, habrá algo que te saldrá a la primera, pero no es lo más normal. Vas a necesitar repetición, paciencia... y cuando lo consigues, mira, Jose; mira, Ray; Pablo, mira lo que me ha salido, y estás súper contenta. “Uala Marta, qué bien, felicidades”. Yo he tenido la suerte de haber tenido muy buena base. Desde un principio he tenido a mi grupo día a día, enseñándome y corrigiéndome. Hay quien tiene que aprender solo, o tirando de vídeos. Tener buenos profesores, gente en la que fijarte, es importante en la vida. ¿Cómo te ves en diez años? Siendo fotógrafa o diseñadora gráfica, bailando.
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¿Tu sueño es ser la mejor? No. Es sentirme a gusto con lo que hago, y ver que he mejorado con el tiempo. Yo no me veo la mejor de nada. Acabo de empezar, y estoy aquí [señala su pecho] cuando esto acaba aquí [estira el brazo hacia arriba tanto como le da]. ¿Cuál es tu camino ahora mismo? Cole, estudiar diseño y entrenar. Mis padres están tranquilos con esto, creo que les gusta que baile. Han visto el cambio que he hecho; estudio, tengo una disciplina. Y tengo unos amigos que a mis padres les gustan. A mi abuela también le gusta: cuando me vio en TV3 se puso como loca. Está en el hospital, y estoy deseando enseñarle esta entrevista. ¿Tienes hermanos? Tengo un hermano más pequeño. Nunca le he propuesto ir a bailar conmigo, a él le gusta el fútbol, somos diferentes. Siempre estamos peleaos, pero nos queremos mucho. Nunca me lo ha dicho con palabras, pero sé que se alegra por mí.
Pues ahora que las calles son sólo de los coches... Te echan muchas veces, aunque estés sin estorbar ni molestar. Cuando subo a Barcelona entreno en Les Corts, pero me gusta vivir en un pueblo pequeño, es más tranquilo. Para ir a una ciudad grande siempre hay tiempo. Cuando llegué de Alemania llevaba un cartel muy grande que me dieron, como una especie de cheque enorme donde ponía que me iba a Brasil, y mi madre me dijo: “Tú a Brasil no te vas; ve y que te cambien el premio por un chándal”.
mi madre me dijo: “Tú a Brasil no te vas; ve y que te cambien el premio por un chándal”
Es que los hermanos son así. [Risas] Ya. En el cole yo sé que le preguntan, me lo dijo. También hay una niña en Cañellas, donde bailo, que vino un día y me dijo: “¿Me firmas la carpeta?”. La tenía toda llena de fotos mías bailando... [Silencio] Me impresionó muchísimo. Después me dice: “Mira, ya me sale este paso”. A mí me emociona. Me abre los ojos. Y me ayuda a seguir para adelante, mejorando y entrenando sin parar. Claro que ven la parte buena, no todos entienden que también son muchas horas de palo. Sí... Estamos siempre bailando en la calle, pasando frío, con el suelo lleno de mierda, levantándonos pronto y sacando ratos de donde sea, te quedas sin sábados ni domingos, te haces daño, te echan de la calle. Ahora nos han dejado una sala, pero... Al principio da un poco de vergüenza estar en la calle, te miran mucho. Habrá quien piense que sólo somos cuatro locos revolcándonos, pero no hacemos daño a nadie y tenemos claro que es lo que nos gusta. El break es una cosa que se baila en el suelo, en la calle, es de donde viene y ahí es donde tiene que ser.
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¿Un chándal? [Risas] Estaba obsesioná con el chándal, así que le traje tres de Brasil. Y cuando llegué de allí: “Ya no te vas más, ¿no?”. ¿Y ese tópico de “los jóvenes lo tenéis todo tan fácil”? Es que nos han educado en un ambiente de bienestar. Vale, las cosas parecen fáciles de conseguir, pero sin ninguna estabilidad. Además, te mandan lo que tienes que hacer: tienes que tener un coche, un piso... Te dicen: “Cómprate un piso”. Hostia, ¡pues no me pongas esos precios! Todos van a la peseta. A ningún partido le interesan los jóvenes. ¿No somos el futuro?
¿Cómo ves a los de tu generación? No se puede juzgar y poner una etiqueta. Pero creo que los de 15 a 20... lo tenemos súper difícil. Es muy duro. También ves gente que no hace nada en todo el día, están desganaos. Cada uno elige lo que quiere, y más tarde o más pronto te das cuenta de que la has cagado, yo creo. Yo no puedo decir cómo es mi generación. Pero sí tengo la impresión de que todo va demasiado rápido, no te da tiempo de asimilarlo todo. Sientes la sensación de “uf, esto va a ser difícil”. Yo no sé cómo me lo voy a montar, y sé que mis padres, que los quiero un montón, me van a ayudar en lo que puedan, pero a este paso me quedo en casa hasta los 35 años. Ahora he hecho los 17, pero justo ayer estaba hablando con una compañera mayor que yo y me dijo que ella, ganando 800 euros, no puede pagarse un piso, comida, el coche, el teléfono, ni de coña, tiene que hacer tope equilibrios. Eso sí es breakdance. Ya ves [sonrisa agridulce].
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Breakdance, also known as breaking, b-girling or b-boying, is a street dance style that evolved as part of the hip hop movement that originated among African American and Latin American youths in the South Bronx of New York City during the early 1970s. It is arguably the best known of all hip hop dance styles. A breakdancer is also known as a breaker. Breaking was born when street corner DJs would take the breakdown sections (or “breaks”) of dance records and string them together without any elements of the song per se. This provided a raw rhythmic base for improvising and further mixing, and it allowed dancers to display their skills during the break.
Put your dancing shoes on! Learn to breakdance AMSTERDAM: Solid Ground Movement · Osdorpplein, 6 · www.solidgroundmovement.nl · SEVILLA: Sevilla Dance Center · Conde de Torrejón, 9 · www.sevilladancecenter.com · VALENCIA: Estudio8 · Paseo de la Pechina, 67 · www.estudio8valencia.com · ROMA: Associazione Italiana Danzatori · Via Innocenzo X, 2 · www.aidonline.it · PARIS: Sarl Break Dance Crew · 127 Rue Amelot · www.breakdance.fr
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LA CABEZA DE LoS REYES Un cuento de Francisco Casavella Ilustración de Adrià Fruitós
FRANCISCO CASAVELLA (Barcelona, 1963) es uno de los más importantes narradores españoles contemporáneos. Ha publicado las novelas El triunfo, Quédate, Un enano español se suicida en Las Vegas, El día del Watusi (traducida a cinco idiomas) y El Secreto de las Fiestas.
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“Mira por el catalejo, Martín”, dijo Welldone. “Ahí, en aquello que parece un punto de humo más allá de la colina, está el palacio del príncipe Carlos y la posada ‘El oso feliz’”
uando la d iligencia tomó la senda junto al mar con irritantes sacudidas, el señor de Welldone hizo detenerse al cochero con dos golpes en la compuerta. Sin decir nada a Martín, su único compañero de viaje, Welldone saltó a tierra, libró su capa al ímpetu del viento, se caló el tricornio y sacó un catalejo de entre la ropa. Divisó el mar: ni una nave, ni un signo de vida en esas aguas violentas. Enseguida, Welldone varió su campo de observación y algo le impresionó en el horizonte. Martín asomó la cabeza por la ventanilla y miró donde apuntaba el catalejo para descubrir un páramo infecundo, ciénagas, un camino como una serpiente de fango y, en la cola de la serpiente, sobre una colina, el único signo de vegetación en todo el paisaje: un árbol encorvado por la constancia del viento. Pese a todo, el señor de Welldone se hallaba entusiasmado. Mientras se reía del susto que a Martín le había ocasionado el gañido siniestro de una gaviota al posarse en lo alto de la diligencia, Welldone, con un ademán del brazo, pidió a su compañero que se acercara. En los últimos años, Martín había sentido todas las intemperies de Europa, pero fue al acercarse a ese acantilado, barrido por un viento lacerante, amo y señor de cualquier existencia entre el cielo de plomo y el barro inhóspito, cuando una voz que venía de dentro le habló por primera vez de nostalgia. Su tierra se le antojó un paraíso, y eso era en verdad mucho antojo. Allí era también primavera, el deshielo se había consumado y las tardes declinaban con lentitud inconcebible; sin embargo, el clima imponía a esas tierras una humedad gélida que se anclaba con dolor en todos los huesos. Cada habitante de este muladar, pensó Martín, sentirá hora tras hora que no somos más que eso, huesos, esqueletos quejumbrosos que simulan con pena el trabajo diario, que fingen alimentarse y procrean nuevos esqueletos que crecen entre lamentos. –Ya estás pensando en muerte y ceniza. Se te arquean las cejas de un modo curioso cuando reflexionas sobre calamidades. Y se te arruga la frente sin remedio. ¡Cuánto mejor sería que le dieses buenas ocasiones a la hora presente de una vez por todas! Como no era la primera vez que el señor de Welldone invocaba el “carpe diem”, Martín siguió con su melancólico proceso. ¿Qué les había llevado hasta ese Norte temible? Cuando salieron de Italia, la idea de Welldone era introducir en uno de aquellos principados un nuevo proceso para teñir sedas y lanas adornadas con los dibujos que ideaba el propio Martín. La necesidad del gusto, la demanda de los pudientes, reclamaba esas mejoras. Y
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si los príncipes no llevaban a cabo ese proceso, otros lo harían por afán de lucro. Welldone decía conocer métodos secretos que iban a permitir la construcción de laboratorios cuyos productos maravillarían al mundo. Una vez alcanzada la gratitud de reyes, príncipes o grandes duques por la prosperidad que Welldone y Martín hubieran proporcionado a sus tierras, ellos habrían de instalarse junto a sus protectores en cómodos palacetes. Martín buscaría entre la nobleza local a la mujer que anhelaba y el señor de Welldone seguiría avanzando en sus investigaciones. Lo cierto es que no habían conseguido que nadie les recibiese. Junto al acantilado que tanto invitaba a precipitarse en él y acabar de una vez con todo, Martín recordaba que ni siquiera recibieron negativas a su plan. El silencio era la respuesta común a las largas misivas de Welldone. Y ese silencio no sólo llegó de príncipes y reyes, un hecho que desalentaba, pero era razonable. Hubo también silencios de ministros y validos; silencios de favoritas que hubieran podido entretener con el asunto a su amante, mientras éste se vestía. Era un silencio definitivo que alcanzaba también a los cortesanos que, aun creyéndoles farsantes, hubieran podido recomendar maliciosamente la innovación que presentaba Welldone para que alguno de sus rivales cayera en el ridículo por proteger tales delirios. Habían sido muchos los vividores que habían recibido en los últimos tiempos la cordialidad de la aristocracia. Esos viajeros se decían sabios en filosofía arcana, alquimia, astrología, hipnotismo y otros conocimientos aprendidos en lejanas regiones o en escuelas reservadas para unos cuantos elegidos. Lo único que en verdad conocían eran los resortes de la vanidad que mueve el mundo, la intrincada burocracia que abría puertas y salones y, sobre todo, la traición, el deshonor, el robo, la estafa y la impostura. En todas las cortes europeas se habían dado casos de máximo bochorno entre los nobles más crédulos. Algunos habían llegado a perder un buen pedazo de sus rentas y se habían ganado un sobrenombre de por vida: el imbécil. Si uno miraba las cosas de frente, ellos mismos, Welldone y Martín, parecían otra pareja de charlatanes. Los dibujos perfectos de máquinas y edificios que Martín diseñaba, la fastuosa retórica de Welldone, aunque fuesen verdaderos y bien intencionados, despedirían ese aroma conocido de farsa ante las narices escarmentadas de los antiguos protectores. De ahí el silencio. Por eso, habían cruzado Europa hasta llegar a esa península de Jutlandia, a ese principado de Schleswig-Holstein olvidado de Dios. Y Dios no le habría dado la espalda sólo por ser nido de luteranos, sino porque al hacer esas tierras no logró, desde luego, ninguna proeza. Nada y un árbol corcovado. –Mira por el catalejo, Martín. Ahí, en aquello que parece un punto de humo más allá de la colina, está la ciudad de Schleswig, y en ella el palacio del prí ncipe Carlos y la posada “El oso feliz”. –Al mirar por el catalejo y no ver nada, Martín se preguntó si algo era verdad. Al menos, lo de la posada. Necesitaba comer y descansar. El señor de Welldone seguía exponiendo sus planes–: Tras un tiempo de preparación, unos detalles que necesito culminar, iniciaremos el asalto al palacio. Como dijo el inglés: “Si vivimos, vivimos para pisar la cabeza de los reyes. Si morimos, hermosa muerte si con nosotros mueren príncipes”. Como podrás imaginar, utilizo las palabras del inglés en sentido figurado. Déjame hacer a mí. Una vez, Julio César me confesó que era mucho mejor estratega que él. Martín no hizo demasiado caso. El señor de Welldone a veces decía cosas como ésa.
Welldone y Martín subieron una escalinata idéntica a la del Palacio de Catalina en San Petersburgo y recorrieron una imitación del salón de los espejos de Versalles hasta llegar al típico saloncito chino de todos los palacios europeos LING 73
Aún tardaron una jornada en llegar a la pequeña ciudad de Schleswig. Una vez allí, no les costó nada encontrar la posada “El oso feliz”, cuyo interior se le antojaba a Martín un lugar hecho para nadie, como casi todo en aquella región. Martín se sorprendía de aquel silencio y de aquella limpieza, acostumbrado como estaba a las posadas meridionales donde los huéspedes se agolpaban en las largas mesas y berreaban, los criados iban y venían, las taberneras esquivaban pellizcos, y todos se unían más tarde en una batalla campal contra achaques nocturnos, pulgas y chinches. En “El oso feliz”, el posadero, alto, gordo y rubio, sólo necesitaba cruzar con las mozas a su servicio una mirada bonachona para que ellas, también rubias y rellenas, obedeciesen sus órdenes. Esas criadas parecían dispuestas a agradar en todo a los escasos viajeros que llegaban al lugar, pero sin darse ni mucho menos el aire fingido o evidente de rameras que exhibían en las ciudades del sur. La habitación de Martín era muy amplia: en Nápoles o en Barcelona, por ejemplo, se hubiese tenido que amontonar en una covacha sin ventanas con una docena de hombres y hasta con algún burro y dos o tres gallinas. La cama era inmensa y de sábanas blanquísimas. –Este lugar en invierno tendrá la misma imagen de la cama. Una extensión blanca. Meterse en ese embozo será como una muerte serena –en eso entretenía Martín sus pensamientos al tiempo que se prometía renovar su triste talante–. Lo verdaderamente extraño vino después. El señor de Welldone, una vez se hubo distinguido como persona de importancia al modo en que siempre lo hacían sus elegantes maneras y, en este caso, un alemán aristocrático, mandó subir a su alcoba el gran baúl al que llamaba “laboratorio portátil”, pagó al cochero con lo que Martín calculaba últimas monedas y dio órdenes estrictas al posadero: durante el tiempo en que estuviese allí alojado, comería guisantes y pan, y bebería agua y leche hervida. Nadie, bajo ningún motivo, debería molestarle. Cualquier aviso sería transmitido a su ayudante, quien, por si no lo habían adivinado, era el excelente señor Martín de Viloalle de Galiburgo, el gran ducado que, como el posadero sabía muy bien, se halla entre Suiza, Italia, España y Francia, allí donde todos los habitantes son artistas y profesan, cómo no, la doctrina de Lutero. El posadero respondió que quién no conocía ese magnífico gran ducado. Ya había hospedado en su humilde casa a otros señores de esa importante nación. Martín hubiera debido reírse. Sin embargo, no podía dejar de temblar ante el presagio de que hubiese alguien en aquella ciudad con la noticia de la inexistencia del Gran Ducado de Galiburgo, un hecho que, antes o después, desencadenaría un rumor del todo cierto: los huéspedes no tenían con qué pagar su estancia. Martín decidió que si iban a molerle a palos no sería con el estómago habitado por unos míseros guisantes. Así que le dijo al posadero que sus hábitos, a diferencia de los del señor de Welldone, incluían un régimen de cordero y vino abundante. Durante las semanas siguientes, Martín no tuvo tiempo para el desasosiego que conlleva la incertidumbre. Enseguida supo que era la vista, el tacto, el oído y el habla del señor de Welldone. Y también su recadero infatigable. Cada mañana encontraba bajo su puerta una misiva firmada por Welldone con las instrucciones para ese día. Fue ése el modo en que ordenó a un carpintero de la ciudad cortar unos tablones de unas dimensiones determinadas, buscó en callejas pequeños fragmentos de vidrio y, lo más importante, se dedicó a dibujar los edificios y plazas de Schleswig, así como, desde una distancia prudente, y desde varios ángulos, el notable palacio del príncipe Carlos. Los lugareños empezaron a formar corros en torno a Martín cuando se disponía a dibujar. Le llamaban, según creyó entender, “el pequeño Durero”, dada la fama de ese antiguo pintor en aquellas tierras y las enojosas diferencias de tamaño entre Martín y los nativos. Una de las principales familias de la ciudad envió a un criado para que Martín pintase el retrato de una de sus hijas. Martín creyó que aquélla era la ocasión que había estado buscando para intimar con las herederas locales y un modo de pagar la suma cada vez más alta que debían al posadero. Sin embargo, no tuvo más remedio que acatar la regla principal que
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“¡El rey no conocía el hielo!”, exclamó el niño. “En efecto, Alteza, sois mucho más sagaz que el rey de Siam, que ni conocía el hielo ni concebía el conocerlo”
el señor de Welldone le había escrito en su primera misiva: “Rechaza todo lo que no pidamos”. Y así fue como, siguiendo el discurrir absurdo de la naturaleza humana, toda la población de Schleswig insistió en que Martín les retratase ofreciendo a cambio un dinero importante. Martín tomó la iniciativa de dibujar dos veces la misma casa y regalar uno de los dibujos a la familia. De ese modo, su popularidad creció, así como su desgana al obligarse a rechazar invitaciones a almuerzos, tés y cenas en las reuniones de notables. Esa obstinación casi se vuelve revuelta cuando, una mañana, Martín encontró con las instrucciones de cada día, entre las que se incluía una bastante misteriosa: “¿Recuerdas Venecia? ¡Dibújala!”, y la orden de encargar un espejo que habría de pagar con dos pequeños diamantes que contenía la misma carta. Martín pasó un mal rato ante el espejero, el artesano menos indicado para irle fascinando con falsas alhajas. Aquel hombre no tardó mucho en cruzar su taller para cortar con los supuestos diamantes unos cristales inservibles. Al ser arañados por el diamante, los cristales se abrieron como el Mar Rojo al paso de Moisés. El espejero volvió con mil zalamerías, los lugareños murmuraron sobre la riqueza de los extranjeros y el señor de Welldone siguió encerrado unos días más. Mientras la estación veraniega llegaba, en el cielo de plomo ya asomaban los azules y Martín supo que en Schleswig era posible recibir la luz del sol; él ya se había convertido en un personaje familiar en la población. Como es habitual también en la especie humana, en cuanto le conocieron, los habitantes de Schleswig dejaron de hacerle caso. Era el señor de Welldone quien se había vuelto el centro de los rumores: a él le llegaban invitaciones para el té y propuestas de matrimonio con hijas de las que se adjuntaba retrato. Martín deslizaba esas ofrendas cada noche bajo la puerta del maestro y hasta cierto punto le aliviaba que Welldone se mantuviera fiel a sus propias órdenes rechazando cualquier tentación a salir de la mazmorra en la que él mismo se había encerrado. Por la mañana, Martín encontraba bajo su puerta, en buen papel y con el lacrado de su sello, lo que suponía amables negativas. Así llegó la mañana en la que una carroza se detuvo ante “El oso feliz”. Se abrió la puerta, cayó el estribo, descendió Friedrich y las camareras se pusieron a gritar y a arañarse la cara como si fuesen ménades. El posadero le explicó a Martín más tarde que Friedrich era el más bello de los pajes del príncipe Carlos y cantaba estupendamente. De vez en cuando, abría la ventana de su estancia en el palacio y entonaba unos gorgoritos. Las lugareñas más jóvenes, y hasta las niñas, abandonaban en ese momento cualquier labor y corrían hasta el pie de la ventana desde la que llegaba el canto de Friedrich. Pero no llegaban a escucharle, porque sus mismos gritos ahogaban el canoro sonido. Cuando creía que había suficiente, Friedrich sacaba un pañuelo de la vuelta de la manga, lo besaba y lo dejaba caer para que las mozas se partieran la cara por conseguirlo. En un pésimo francés, una mueca de desdén tras un rostro empolvado, Friedrich ordenó a Martín que le anunciase al señor de Welldone. Ante la negativa de Martín, emitida con no pocas ganas, Friedrich informó que la magnanimidad de su señor les permitía acabar lo que estuvieran haciendo, pero que desde ese momento podían considerarse personas non gratas en el principado de Schleswig-Holstein.
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A pesar de ese embarazoso inconveniente que añadía nerviosa fatalidad a la confusión de Martín, a la mañana siguiente encontró dos misivas que debía entregar en palacio. Estaban dirigidas a los hijos del príncipe Carlos. Martín pidió al posadero su mejor caballo sin hacer caso de las inquietudes de su anfitrión sobre la cantidad que debían. Una vez allí, habló con soldados y jefes de guardia, esquivó con precisión un laberinto no demasiado complicado de criados y entregó al fastuoso Friedrich las cartas dirigidas a los hijos del príncipe. –¿A sus hijos ha dicho? ¿Al príncipe heredero Otto y a su hermano Hans? –las preguntas de Friedrich eran habladas, pero la entonación parecía de ópera bufa. Y cuando Martín ya se despedía con una reverencia más que forzada, oyó cómo Friedrich entraba en un salón y repetía, aunque esta vez admirándose–: ¡Ha dicho a sus hijos! Cuando Martín abandonaba a buen paso el patio de armas, fue interceptado por el veloz Friedrich, que, sin contener el jadeo de una respiración alterada, ni las risas, le informó que el príncipe heredero Otto y su hermano Hans recibirían con mucho gusto al señor de Welldone esa misma tarde. Una carroza iría a buscarles. No hacía falta decirlo, pero les rogaba puntualidad, porque a los príncipes les gustaba seguir un horario muy estricto que no debía ser alterado en ningún caso. Y Friedrich se fue riendo. Con la noticia de la recepción, el señor de Welldone salió al fin de su estancia, vestido con sus mejores galas. Parecía más joven que cuando entró: tan delgado como siempre, el descanso y la rutina habrían apaciguado su ánimo y suavizado sus facciones. Se ajustó la peluca ante Martín para que éste, que también iba de punta en blanco, le diera su visto bueno. Martín le preguntó si debía auxiliarle en lo que iban a hacer, fuera lo que fuese. Welldone replicó que no hacía falta, pero que sería bueno que los príncipes supieran que formaban una sociedad. Una carroza del príncipe fue a buscarles a la hora fijada. Los criados del mesonero cargaron con cuidado el baúl que Welldone les había indicado. En todo el trayecto hasta palacio, Welldone sólo mudó un semblante ensimismado para decir: –Uno intenta enmendar durante la edad madura los errores de juventud. ¿Y cuánto dura la madurez, Martín? Porque a medida que uno cree enmendar aquellos errores, la juventud empieza a parecernos eterna. Al llegar, Welldone insistió en que, pese a su ligereza, el baúl debía ser cargado por dos criados. Era imprescindible mantenerlo horizontal. Muy pronto, Welldone y Martín formaron parte de una comitiva que subió una escalinata idéntica a la del Palacio de Catalina en San Petersburgo y recorrió una imitación del salón de los espejos de Versalles hasta llegar al típico saloncito chino de todos los palacios europeos. La ridícula pretensión de los pequeños príncipes que imitan a los grandes como la nobleza imita a los pequeños príncipes y la plebe, según su capacidad, imita a la nobleza. En el salón chino, en sendos tronos de terciopelo rojo con molduras doradas que remataba el escudo heráldico de los Hesse, el príncipe Carlos y la princesa sonreían. A ambos lados, formando un círculo que rodeaba el salón, los cortesanos de Schleswig, alguno de ellos sin dejar escapar un susurro al oído de su compañero o una risita. En el centro del salón, con casacas y calzones dorados, con pelucas doradas, se sentaban en sillitas doradas dos niños: uno tendría cinco años, el otro apenas tres. El más pequeño, con el dedo pulgar en la boca, dormía plácidamente. El paje Friedrich salió del círculo de cortesanos mediante un arácnido paso al frente y le hizo una exagerada reverencia al príncipe Carlos. El príncipe, sin dejar de sonreír, movió la cabeza con un leve ademán. –Como podéis comprobar, señor de Welldone, el más joven de nuestros príncipes, su alteza Hans Günter Joseph de Hesse-Phillips-Barchfeld, se halla inmerso en este momento en asuntos de la máxima importancia que le impiden atenderle –el círculo cortesano empezó a reír, como si silbase, en prevención de que el príncipe durmiente no despertase–: Sin embargo, el príncipe heredero a quien habéis pedido, no sin cierta impertinencia, recepción inmediata, ha dispuesto todo en su alta magnanimidad para que el señor de Welldone diga todo aquello que deba decir y haga lo que ha venido a hacer. El príncipe heredero espera que todo lo que digáis y acaso mostréis, sea lo que sea, valga un ápice del tiempo que le estáis haciendo perder. ¿O me equivoco, Alteza? El príncipe heredero Otto se invistió de inmediato en el papel que le había sido concedido en aquella comedia. Sonrió a Friedrich con una complicidad que denotaba una inteligencia despierta y luego se dirigió a Welldone, sin evitar que
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“Barcos que parecen lunas y no tienen velas. Hombres con gorras rojas. No hay carrozas, no hay carros tirados por bueyes”. Su padre, el príncipe Carlos, dijo: “Venecia”
la risa se le escapase de los labios, con una dicción impostada a la de un ogro de los cuentos que esas noches le debía estar contando su aya: –No me hagáis perder el tiempo… El tiempo es oro… –y toda la corte rió en voz baja la ocurrencia del niño, mientras las piernas de Martín empezaban a temblar–. –Martín, por favor, abre el baúl y entrégame el objeto rojo para que el príncipe heredero Otto de Hesse lo examine. Entretanto... –ahí Welldone saltó de su perfecto francés a su alemán no menos perfecto–: ... os suplico, por favor, que me deis permiso para contaros algo... –No hagáis que pierda el tiempo... –repitió el príncipe heredero y volvió la mirada hacia su padre entre las risas, ahora forzadas, de los cortesanos. El príncipe Carlos chistó con severidad y el silencio se hizo absoluto. El rostro de Welldone se mantuvo impávido, antes de hablar, mientras habló y cuando hubo finalizado su discurso: –Os contaré, Alteza, la historia del embajador que cada tarde iba al palacio del rey de Siam, el exótico reino de Oriente, como bien sabe su Alteza. El motivo de esa visita diaria era relatarle al rey las particularidades de su país natal, que era Holanda. El rey de Siam, como buen gobernante, era hombre curioso y ansiaba saber lo que ocurría en otras tierras. Así, el embajador le contaba una tarde cosas del funcionamiento de la flota holandesa, otra tarde le contaba el modo de cultivar tulipanes y otra tarde lo fascinaba con la descripción de la hermosura de las mujeres de su país. El rey le escuchaba en silencio y al acabar la recepción le invitaba a volver al día siguiente. Pero aconteció un día en que el embajador empezó a contar que algunas veces, en Holanda, el agua se endurecía tanto en la estación fría del año que los hombres caminaban encima. Esa agua endurecida, le dijo, soportaría hasta el peso de un elefante, en el caso de que en Holanda hubiese alguno. Cuando el embajador dejó de hablar, el rey se levantó, señaló la puerta de la estancia y dijo: “Hasta este momento he creído las cosas extrañas que me has relatado, porque vi en ti un hombre sensato y de honor. Pero ahora estoy seguro de que mientes”. En el salón chino de palacio continuó un silencio que sólo fue interrumpido por los pasos de Martín al trasladar una caja de madera, roja y alargada, con una rueda de metal en un extremo y un cristal en el otro. Mientras Welldone invitaba al pequeño príncipe a mirar por uno de los extremos de la caja, allí donde estaba el cristal, el niño dio un salto en la silla y casi gritó: –¡El rey no conocía el hielo! –En efecto, Alteza, sois mucho más sagaz que el rey de Siam, que ni conocía el hielo ni concebía el conocerlo. Ahora, si sois tan amable, mirad por el orificio de esta caja. El niño acercó la mirada a la caja de madera. Enseguida, como si temiera que le tomasen por ignorante, levantó la vista y se dirigió a Welldone. –Es Schleswig. Es nuestra ciudad. Y veo este palacio. –En efecto, Alteza. Seguid mirando. Mientras el niño miraba, Welldone giró la rueda que se encontraba en el otro extremo de la caja. El niño volvió a asomarse y disimuló cierta turbación al decir:
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“El principal motivo que me impulsa a importunaros es semejante a la prudencia que me dicta mostrarle este instrumento a su Alteza, el príncipe heredero, y no a vos. Lo
–En Schleswig se hace de noche, pero las luces de palacio siguen iluminadas. En una de las ventanas de palacio, un niño mira por una caja. –Así es, Alteza. ¿Y qué ve el niño? El príncipe heredero se adentró de nuevo en el secreto de la caja. Su emoción era tanta, que no supo percibir, como Martín, que Welldone había hecho una trampa. Esa linterna mágica que estaba mostrando y que, desde luego, no era ninguna novedad, había sido construida con los bocetos que él había dibujado. La pregunta “¿Y qué ve el niño?” era una estratagema para cambiar de imagen, ya que el niño dibujado no veía nada, nadie podía adentrarse en su mente. Martín recordó una de las mil órdenes de Welldone durante aquellas semanas: “¿Recuerdas Venecia? ¡Dibújala!”. –El niño está viendo una ciudad en el mar –dijo entonces el príncipe heredero–. El niño está viendo barcos que parecen lunas y no tienen velas. Hombres con gorras rojas parecen guiarlas con palos. El niño está viendo un gran palacio y grandes torres a lo lejos que acaban en punta. No hay carrozas, no hay carros tirados por bueyes, ni caballos... –Venecia... –era la voz del príncipe Carlos. Martín pensó que el príncipe, a diferencia del rey de Siam, se apresuraba a decirle a Welldone que él sí sabía lo que era el hielo. –En efecto, Majestad –era la primera vez que Welldone se dirigía al príncipe–. –Estoy seguro –dijo entonces el príncipe– de que sois el mismo Welldone que me ha escrito en múltiples ocasiones con la idea de elevar factorías donde se teñirían sedas y lanas de magníficos colores con las que nadie podría competir. –Ése soy, majestad. Lo grande sólo puede volverse pequeño” –¿Y por qué me ofrecéis lo que parece una empresa tan ventajosa precisamente a mí, que soy el príncipe de un pequeño territorio y no a Federico de Prusia o a Catalina? –No sólo lo he hecho, Majestad, porque vuestro amor a la paz y a la prosperidad de los súbditos que gobernáis ha cruzado las fronteras de toda Europa. El principal motivo que me impulsa a importunaros es semejante a la prudencia que me dicta mostrarle este instrumento a su Alteza, el príncipe heredero, y no a vos. Lo pequeño puede ser grande. Lo grande sólo puede volverse pequeño. –¿Es eso una impertinencia? –preguntó el príncipe, cuya expresión no dejaba mostrar reacción alguna a las palabras de Welldone. –No, Majestad, la impertinencia viene ahora, si me permitís un pequeño experimento. Martín, acércame la otra caja. Martín se acercó hasta el baúl y sacó de allí otra linterna mágica, idéntica en todo a la que el príncipe heredero tenía entre las manos, pero de color azul. Martín obedeció un gesto de Welldone y la acercó al príncipe Carlos. El príncipe Carlos miró entonces por ella ante la curiosidad de la corte. ¿Qué imagen le tendría reservada Welldone? Se escucharon rumores en el salón chino, se lanzaron conjeturas: palacios magníficos, enigmáticos lugares, una batalla famosa... El príncipe Carlos levantó la cabeza de muy mal humor y tiró al suelo la caja. –¡Sabéis perfectamente que aquí no hay nada! ¡Es una caja vacía!
pequeno puede ser grande.
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En silencio, Welldone recogió la caja azul del suelo de mosaico chino y se acercó con ella a las sillitas de los príncipes. El pequeño seguía durmiendo con el dedo en la boca. El mayor ya había aprendido el funcionamiento de la caja y hacía girar él mismo la rueda para ver su ciudad, y cómo anochecía en su ciudad, y cómo, tras las ventanas de palacio, un niño miraba por la caja para ver el Gran Canal de Venecia con la iglesia de Santa María della Salute. Welldone cogió delicadamente la caja roja que el niño tenía entre las manos y la sustituyó por la azul. El niño miró por ella. Luego anunció: –En Venecia es de noche y todos duermen ya. El príncipe Hans, a su lado, se sacó el pulgar de la boca y murmuró: –Yo no, yo sueño... De inmediato, como si sus palabras fueran una tétrica sentencia, el más pequeño de los príncipes despertó y se puso a llorar. Su hermano dejó la caja en el suelo y le dijo: –No tengas miedo. Sólo es algo que ve un niño... El círculo cortesano aplaudió el generoso acto del príncipe para con su hermano. La mirada del príncipe Carlos, hasta llegar a la cabeza gacha y respetuosa de Welldone, pareció cruzar las salvas del entusiasmo de los que le rodeaban. Welldone acentuó su reverencia. El príncipe afirmó con la cabeza antes de anunciar: –Trasladaos a palacio mañana, Welldone, y hablaremos. Supongo que al menos podréis enseñarme a no ser el rey de Siam. O no del todo. Y Martín supo entonces que no sabía muy bien qué era él, ni mucho menos qué pretendía el señor de Welldone, pero se convenció de que en modo alguno eran estafadores.
“Trasladaos a palacio mañana, Welldone”. Martín supo que no sabía muy bien qué era él, menos qué pretendía el señor de Welldone, pero se convenció de que en modo alguno eran estafadores LING 79
A Japanese tourist is busy taking pictures of the monuments, people on bicycles, and the trams, while pointing out things to his Japanese companions.
A girl struggles with a huge bag and a bike. The bag is too heavy for her to carry, so she puts it on the bike and pushes it. The bag keeps falling off, but like Sisyphus she continues her efforts.
One of those living statues, dressed as a knight. It’s raining a bit and there are not many people around, so he soon packs up and goes home.
Texts by Bonny Vrielink Illustrations by Katja Enseling
A man tells his friend on the phone that “last night was great, but oh ma n, I have a headache!” W hen the sun breaks briefly through the clouds, he moans and turns his head.
A little boy with a red hat wants t o fe e d t he pigeons, but he gets scared when they come close. So he runs around the square, wav i ng h is short arms, and scares them away instead.
A man runs for the tram. The wind keeps turning his umbrella around, and when he reaches his tram, he throws it in the bin.
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A woman tries to cover her head with an umbrella while cycling hard, but her little baby girl on the back gets wet and cries.
seen on Dam Square in Amsterdam, on a Saturday between 13.50 and 14.15
A young woman, dressed fashionably and carrying six shopping bags. She opens one of the bags and peeks inside, smiling, before walking determinedly towards the next shop.
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An elderly lady slowly makes her way towards a bench on the other side of the square. She doesn’t walk that well and gets an noyed by the people rushing past. When she finally reaches her bench, she sits down and smiles blissfully.
EXP ERIEN CIAS Aquí y allí, esto es una guía. Esto no es una guía. ¿En qué quedamos? Bueno, es una guía porque contiene lugares y direcciones. Pero no es una guía, porque hemos intentado que sea mucho más que eso; el pequeño secreto a voces, el consejo de un señor mayor, la calle por la que no se te ocurriría girar. Nadie paga por salir aquí, y no buscamos necesariamente lo más nuevo. Buscamos simplemente lo que nos gusta, que es lo que creemos que te gustará a ti. Here and there this is a guide. This is not a guide. It’s a guide because it contains places and addresses. But it’s not a guide because we have tried to make it so much more than that; a whispered secret, the advice of an old man who sits on the same bench every day, a walk down the backstreet that you never dared enter. The information is never paid for, and isn’t the newest, slickest or copied from press releases. We simply look for what we like in our cities, because we think it is what you’ll like, too.
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ALICANTE
Un vergel con vista al mar El parque La Ereta corona la ciudad; lugar ideal para perderse. Su encanto reside en su arquitectura caprichosa, un contraste de atrevidas edificaciones en un lugar salvaje. Rincones mágicos donde los divanes sustituyen a los bancos y los biombos gigantes ocultan obras de arte, mientras se toma café. Si te apetece contemplar el mar, puedes hacerlo desde la parte baja del monte Benacantil. El surrealismo del recorrido termina con la posibilidad de visitar el castillo que “observa” este parque. Aunque se conozca este vergel en la ciudad del mar, siempre apetece redescubrirlo. Centro histórico, en la ladera del monte Benacantil · De 8 a 21h en invierno y de 8 a 24h en verano ÁMSTERDAM
Cuestión de edad La calle Sint Olofsteeg, en pleno Barrio Rojo, es una de las más antiguas de Ámsterdam. En ella se encuentra el restaurante Haven van Texel, que debe ser casi tan antiguo como la calle. Tiene una terraza desde la que disfrutar de preciosas vistas a los canales más viejos de la ciudad, una atmósfera en la que parece que el tiempo se haya detenido y una angosta escalera que une la cocina con el comedor (por esta razón, las camareras suelen tener menos de cincuenta años). La comida es alemana, fresca y tradicional, como el kipsaté (saté de pollo, esa salsa tailandesa adoptada por los holandeses para sus barbacoas) y todo tipo de deliciosas sopas. St. Olofssteeg, 11 · Tel. +31 0204270768 · www.havenvantexel.nl BARCELONA
Un cuento entre copas Que el buen arte no precisa escenario lo saben bien en el bar Astrolabi, el único bar de piratas que hay en el pintoresco barrio de Gràcia. Tampoco hay micrófonos, pero de vez en cuando se cuelan actuaciones de nuevos cantautores, soñadores o idealistas apátridas que encuentran su rincón en un pequeño bar de gran carisma. No te descuides, que
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si te presentas con una guitarra podrías acabar protagonizando una de las imprevisibles noches astrolábicas. Y si no la llevas... también. Hay copas, versos, fantasmas, poetas y actrices, todas las noches. Más que bohemia, autenticidad. Martínez de la Rosa, 14 · Muy cerca de la plaza Rius i Taulet BILBAO
Pintxos abstractos Domingo por la mañana, de pinchos por las Siete Calles de Bilbao. Panorama: gente con el suplemento dominical bajo el brazo, pelis piratas de los top mantas, terracitas... El ambiente se desplaza a la calle Santa María y Barrencalle, donde los paseantes van rebotando de bar en bar cumpliendo el sagrado ritual del txikiteo. Los sabrosos martianitos azules del Txomin Barullo, la croqueta del Txiriboga, el plato de rabas, los pintxos del Gatz y, finalmente, el Irrintzi, “el bar de los pintxos abstractos”. En el Irrintzi acabarás deglutiendo alguna de sus ingeniosas exquisiteces: morcilla batida con huevo frito batido... en copa, para beber. Brochetas de cerdo con salsa de piña amostazada, pulpo delicioso, sushis de harakiri. Y todo entre rastas y tatuajes junto con rulos y chapelas; y minimalistas paredes blanquitas y muebles muy pop de diseño compartiendo espacio con la tradicional piedra vasca. Santa María,8 · Tel. +34 944167616 BRUSELAS
Un laberinto para bibliófilos La diminuta Galerie Bortier es un microcosmos dedicado casi exclusivamente a las librerías de viejo que sorprende por su halo de atemporalidad. Un limbo para flâneurs y curiosos bibliófilos. Una vez dentro de esta maravilla arquitectónica de estilo barroco, revuelve entre los cajones y las estanterías: allí encontrarás desde un ensayo de magia de mediados del siglo XIX hasta una insólita carta de Louis-Ferdinand Céline mecanografiada, sin olvidar los libros de bolsillo a precios insuperables. Cuando hayas satisfecho tus pesquisas literarias, visita la sala de exposiciones de artistas contemporáneos, que destaca por su ca-
lidad y un ambiente familiar y friendly, favorecido por la presencia de habituales que se reencuentran en cada vernissage. Un laberinto donde perderse, que rezuma charme y savoir faire por todos los costados. Rue de la Madeleine 55, a pocos metros de la Grand Place · Tel. +32 022796434
GRANADA
El Castigador tiene doble personalidad El Punisher es un local que, además de ofrecer las suculentas tapas granadinas, tiene un plus de autenticidad: el bar fue montado por dos hermanos que, en un principio, trabajaban codo a codo en su esmerado servicio al público. Pero tras varias disputas graves sin arreglo, y en lugar de decidirse a cerrar el negocio, decidieron dividir el bar en dos y montar una barra a cada lado del local. Sí, sin pared de por medio; de tal forma que, al entrar, encuentras dos negocios en uno: dos barras, dos camareros, dos cajas registradoras diferentes. Los menús apenas se distinguen. ¿Con cuál quedarse? En pleno centro, muy cerca del Corte Inglés IBIZA
Hierbas, las artesanales Las hierbas artesanales más buenas de la isla se sirven en Ca n’Aneta, al norte del municipio de Santa Eulàlia, en el pueblo de Sant Carles. Centro de reunión del pueblo, esta casa payesa (campesina), además de servir ese licor anisado hecho con tomillo o romero, conserva los buzones donde los hippies de los 70 recibían su correspondencia (aún hay residentes que reciben su correo allí). Si conseguís una de las dos mesas que hay en la calle, podréis degustar unas hierbas con hielo mientras veis el ir y venir de los residentes del pueblo. Y si coincidís con Aneta, la dueña, quizá os cuente alguna de sus anécdotas con los personajes de esa época; algunos, hoy, conocidos artistas. La mejor temporada para tomar algo en Ca n’Aneta es en primavera. Centre de Sant Carles de Peralta, Santa Eulàlia · Tel. +34 971335090 JEREZ
Un bar lleno de palabras “Callarse, que tengo el bar lleno de palabras”. ¡Vaya frase de antología! La dijo un camarero de La Moderna un día en que había overbooking en el local, y las risas se contagiaron. Si toda ciudad tiene un rincón mágico, La Moderna es ese sitio perfecto en Jerez. Es un bar con so-
lera, donde hay sitio para todos: clientes de toda la vida y jóvenes curiosos. Abre al mediodía y por las noches. Sus ganchos son la cerveza fría, las tostás del desayuno y sus deliciosas tapas acompañadas por un buen jerez, para entonar el cuerpo. Los hermanos Atilano y Fernando Pacheco son los dueños de este clásico adornado con viejos carteles de bodegas y, ¡sorpresa!, la muralla de Jerez pasa por dentro del local. Al principio de la calle Larga, s/n, la más conocida de la ciudad LISBOA
Apunta y dispara Este urinario art nouveau es como una faja de La Perla: por su poco (algunos dirán “nada”) atractiva función, mucha gente no aprecia su belleza; lo cual es una pena, la verdad, porque el urinario es una preciosa obra de arte que nos invita a mirar al pasado. Los hombres deberían honrar siglos de tradición y usarlo: es una experiencia interesante. Chicas, sacad las cámaras y preparaos para unas buenas risas. Urinario · Tra-
MÁLAGA
Jorge + Nuria = Cincoechegaray Jorge quería poner una tienda de discos, y Nuria, una de libros. Buscaron un local céntrico y llamaron a Pablo para que les hiciera el diseño de interiores, acogedor y bonito. El Cincoechegaray (queda en la calle Echegaray, número 5) tiene sofás que invitan a ojear una novela antes de pagarla o escuchar un disco sin tener que esperar a llegar a casa; de paso, te sirven un café. Venden libros, compactos, vinilos, DVDs musicales, y organizan conciertos acústicos, charlas y exposiciones. El lugar perfecto para los amantes de la música y la literaturaespecializada. Si no tienen lo que quieres, te lo buscan. Son así de majos. Echegaray, 5 · Tel. +34 952609352 · www.cincoechegaray.com
vessa do Funil / Rua do Chão da Feira, muy cerca del Castelo de São Jorge
MADRID
El mejor “chino” está bajo tierra La más auténtica com ida ch i na en Madrid se encuentra escondida junto al parking de la Plaza de España, en un restaurante –literalmente– underground. Digno de Blade Runner, este minúsculo local con apenas cinco mesas (que no tiene ni nombre) hace que se formen colas de clientes a todas horas. No es de extrañar, dada la gran calidad y el buen precio de su comida, genuinamente china. Por 10€ puedes pedir unas espectaculares bolas de sésamo, sopa de wan-tun, una ensalada de verdura china (de nombre intraducible) y vermichelis. Probablemente no puedas ni acabar, pues aquí las raciones escapan a los raquíticos platos de la haute cuisine moderna. Ah, si la hora te gana, también ofrecen takeaway. Restaurante chino subterráneo · Debajo de Plaza de España · Para entrar, buscar la señal de Parking en el cruce de Gran Vía con Plaza de España
MALLORCA
Los placeres del pasado En el Jaç puedes tomar una copa como si estuvieras en una casa payesa (campesina) del siglo XIX, con paredes blancas de cal, encimeras de barro, ramas de árbol y una grandiosa tinaja en medio, presidiendo el espacio. Cuando Miquel Adrover volvió de Nueva York, montó este bar de estilo rústico en plena Lonja. Nada lo identifica por fuera, pero una vez dentro, la luz tenue y el ambiente relajado te transportan a otra época, cuando ciertos placeres se disfrutaban con más calma. El mismo Adrover sirve las copas y pincha buena música. Un lugar para dejar volar la imaginación. Vallseca 13, Palma LING 83
MENORCA
Comida casera a la orilla del mar Situada en el pequeñísimo y encantador pueblo de Es Grau, a seis kilómetros de Maó, la taberna Can Bernat (en casa de Bernat) es conocida por su cocina casera y sus buenos precios. Es la combinación perfecta de tapas tradicionales, trato amable, y ambiente sencillo y acogedor. Además, tiene el mar enfrente y una terraza en la que es un placer sentarse los días de sol. Lo mejor en este lugar es compartir varios platos de la increíble cantidad de tapas que tienen. Están muy bien las patatas al horno con tomate natural, los pescados, las salchichas picantes y la carne en salsa. De postre, un mix de tartas. Todas son también caseras, y muy buenas. S’Arribada, 18, pueblo de Es Grau · Tel. +34 650974685 MILÁN
Visiones de altura Cuando la hora punta empiece a devorar el asfalto y tus pulmones se resientan, busca al anciano. Lo encontrarás en la pequeña puerta de hierro al lado del Palacio de la Trienal, cerca del Just Cavalli Café. Ese anciano es el guardián del ascensor que te llevará a los cielos, lejos de la muchedumbre, hasta un precioso lugar a 108 metros de altura, donde podrás ver la puesta de sol milanesa, el momento en que la ciudad deja de ser una urbe industrial para convertirse en un nightclub gigante. La vista sólo es comparable al silencio, que podrás disfrutar en muy pocos lugares de la metrópolis. Torre Branca · Viale Alemagna, Metro Cadorna · Miércoles: 10:30-12:30 / 16-18:30; sábados 10:30-13 / 1518:30 / 20:30-24; domingos 10:3014 / 14:30-19h PARÍS
La banda sonora de Châtelet Un par de acordeones, bajos y clarinetes, un guitarrista y un sitar. Son un grupo de músicos folk de Europa del Este que ejecutan la música perfecta para la banda sonora de Châtelet, la estación de metro en perpetua efervescencia, esa improvisada pasarela parisina donde es tan fácil que te pierdas como que pierdas
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la cartera. Justo en la entrada de SaintOpportune, los músicos entonan profundos y afligidos himnos, tal vez como consecuencia de los pocos céntimos que el gentío les va lanzando. ¡Vamos, no seáis tacaños, que la música es bastante buena! Músicos en Châtelet · Metro Châtelet, entrada Saint-Opportune · Sábados por la tarde y en ocasiones durante la semana ROMA
El cielo de los helados El cielo en la tierra está hecho de leche, fruta y azúcar. En Giolitti vienen sirviéndose los más sabrosos y naturales helados desde hace más de cien años. Puedes estar seguro de que siempre estarán recién hechos, cada nueva tanda no dura más de una hora. El camarero lleva trabajando allí desde que tenía catorce años, y la viuda del fundador pasa la mayor parte del día en el salón de la heladería charlando con los melindrosos miembros del Parlamento que paran de vez en cuando para un postre rápido. Via Uffici del Vicario, 40 · Cerca del Panteón SANTIAGO DE COMPOSTELA
París-Dakar, el otro camino La tercera meca del peregrinaje cristiano, después del Vaticano y Jerusalén, no es el punto y final para el alma del visitante: tras el camino de Santiago, empieza un nuevo reto: el París-Dakar. Pero no se trata de caminar miles de kilómetros sobre las dunas del desierto bajo un sol calcinante, sino de tener preparado el estómago para recibir con honores al mejor pulpo de la costa gallega, aderezado con exquisitos vinos del país. El escenario es la rúa do Franco, una calle de la zona vieja compostelana que comienza en el bar París y termina en la cervecería Dakar. El objetivo es tomar una copa de vino en cada uno de los más de cuarenta bares que ocupan esta calle. Cuenta la leyenda que alguien lo consiguió una vez y sobrio-vivió: así me lo contó un vecino, que a su vez lo había escuchado del amigo de su hermana, la cual oyó la narración de boca de su novio, al que se lo contó su cuñado... Rúa
do Franco, desde el bar París hasta la cervecería Dakar · Débiles de espíritu, abstenerse LISBOA
Cenar en Buenos Aires Cenar en el Buenos Aires no es precisamente fácil. Primero tendrás que encontrarlo y, casi de inmediato, decir adiós a las espectaculares vistas de Lisboa que pueden verse desde las escaleras que llevan a este restaurante. Después tendrás que conseguir una mesa. El Buenos Aires es muy pequeño, así que se tratará de una cuestión de suerte, o de reservar previamente. Pero una vez te hayas sentado, podrás saborear las mieles del éxito. La comida es deliciosa, desde su sabroso bistec argentino hasta sus pecaminosos postres, que harán que te sonrojes. Y si todo esto no es suficiente, el cálido ambiente hará que te enamores del lugar. Calçada Escadinhas do Duque, 31 B · De lunes a sábados de 18 a 1h · Tel. +35 1213420739
SEVILLA
El ritual del desayuno Es lo que más echan de menos sus habitantes cuando se van a vivir fuera, porque en Sevilla sí que se desayuna bien, con tiempo, calma y generosidad. Precisamente ésta es la especialidad de La Estrellita, un local que sólo abre para servir desayunos. En su carta de tostadas se encuentra una pieza reina, la gema de las mañanas de Triana: la tostada de jamón. Es posiblemente la mejor de la ciudad, mítica como pocas. Por lo demás, La Estrellita es también un punto de referencia en el que confluyen tanto los más madrugadores como los noctámbulos; los jóvenes como los mayores. A las ocho de la mañana, o a las once, un desayuno como la naturaleza manda. San Jacinto, 10 VALENCIA
Locos por el chocolate Unos deliciosos buñuelos de calabaza acompañados por una gran taza de chocolate caliente que pondría los dientes largos hasta al mismísimo Willy Wonka. Eso y más ofrece la chocolatería Santa Catalina, todo un clásico en Valencia, que además es uno de los sitios con más solera de la ciudad. El olor del chocolate impregna cada rincón de la estrecha callejuela donde está situada, en pleno centro histórico. Es normal que al pasar por allí a uno se le haga la boca agua. Bueno, eso si el chocolate es lo tuyo; si no, también puedes disfrutar las horchatas de la tierra con sus indispensables fartons (una especie de brioche, típico de Valencia). Plaza de Santa Catalina, 6 · Barrio de Ciutat Vella VENECIA
Vida y muerte en el Lido Bet ha-Khaiim, la casa de los vivos, es como se llama este cementerio judío en hebreo. Pero lo que está vivo aquí es la naturaleza: la vegetación ha proliferado a sus anchas, y las lápidas (las más antiguas datan del siglo XIV) están medio cubiertas de tierra y maleza, dando al lugar el aspecto de un jardín encantado. El viejo cementerio del Lido se ha
recuperado y abierto recientemente al público curioso por rastrear la historia judía de Venecia, descifrar las lápidas profusamente adornadas o simplemente darse un respiro en la zona más tranquila de la ciudad. Coge los barcos Nº 1 o Nº 14 al Lido, desde San Zaccaria, cerca de San Marco · Paseo de quince minutos hasta el cementerio ÁMSTERDAM
Chao, croqueta, buenas noches Si lo tuyo es el individualismo y la audacia, Your Cup of T es tu tienda. Allí podrás diseñar tu propio estampado y confeccionar prendas de ropa únicas: camisetas, jerséis, medias, bolsos o cualquier cosa sobre la que se pueda estampar. Si te falta imaginación, elige uno de sus originales diseños o, sencillamente, deja que te recomendemos un par de ideas: “Doei, kroket, welterusten” (Chao, croqueta –alude a la croqueta holandesa–, buenas noches) o “Lekker Ding” (Guapo/guapa; como para mostrárselo a alguien por la calle, en plan piropo, o autopiropo). Westerstaat, 77 sous · Tel. +31 0645952677 · www.yourcupoft.com BARCELONA
El Gaudí que no conoces Creedlo o no, pero hay un Gaudí desconocido en Barcelona. Hace unos meses se permitía de nuevo el acceso al último piso de La Pedrera. Llevaba diez años abierto, pero nunca estuvo tan bonito como ahora, con su renovación de décimo aniversario. Es la buhardilla –les golfes, en catalán–, y aún conserva ese aire melancólico de lo que ha sido construido para no ser mostrado. Os recomendamos ir entre semana, por la mañana. La luz es tenue, ya que sólo entra por los ventanucos que hay cada tanto. Los sonidos suenan diferente. Si tienes la suerte de no coincidir con nadie –difícil, pero ¿quién sabe?–, vas a entender, sin que nadie te explique nada, muchas cosas de Gaudí. Provença 261-265 · Lunes a domingo, de 10 a 20h · Entrada, 8 euros
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MADRID
Si quieres pasear, olvídate de Retiro El Parque de la Quinta de los Molinos es un gran desconocido, incluso para muchos madrileños (que suelen acudir en masa al explotadísimo Retiro). Lejos del centro, la Quinta asegura un silencio real al paseante, sólo interrumpido por el ruido del agua de su encantador (e impoluto) lago, y el pasar de las páginas de periódicos de los pocos que conocen este parque casi secreto. La Quinta siempre ofrece una sombra en la que cobijarse, sea bajo una de sus 42 especies de árboles (desde el abedul hasta la yuca) o a la vera de su molino auténtico, último vestigio de este espacio señorial. Te sentirás un privilegiado. Alcalá con 25 de Septiembre · Metro Suanzes MILÁN
Buffalini a primera hora Tienes calor y estás sudado: has bailado, has gritado en las orejas de la gente y derramado varias copas. Por fin es domingo por la mañana, el sol está a punto de salir, y estás demasiado cansado y muy, muy hambriento. No te preocupes, Mimmo y Rosa te cuidarán. Hacen guardia día y noche en su pequeño quiosco verde, próximo al estadio San Siro, y sirven deliciosos buffalini, esos sándwiches con mozzarella de búfala, recién traída de Salento, al sur de Italia. Te alegrarán el día, a cualquier hora. P iazza Melozzo Da Forlí, al final de la Via Morgantini PARÍS
Sólo entre amigos Durante el día, Chez Georges, con su interior lúgubre y su clientela algo beoda, parece fuera de lugar entre las tiendas chic y los ostentosos hoteles de Saint-Germain-des-Prés. Al anochecer, el ambiente es menos casero, pero se acerca mucho más a un lugar donde a uno le apetecería tomar algo. El piso inferior siempre está atestado y los parroquianos salen de vez en cuando a la rue des Canettes en busca de un poco de aire fresco y espacio para moverse. Pero es realmente abajo, en el sótano, donde se encuentra el auténtico París,
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y donde la gente bebe y se pasa botellas de vino para rellenar los vasos sin saber muy bien qué botella pertenece a quién. Chez Georges es un lugar para los amigos, tanto para encontrarte con los tuyos como para hacer nuevos. Rue des Canettes, 11 · Metro Mabillon · Todo el día hasta tarde ROMA
Cinema Paradiso Su reducido espacio puede hacer que parezca un puesto de rastro, pero en realidad se trata del secreto cinematográfico mejor guardado de Roma. Olvida las palomitas y el Dolby Surround. Raramente encontrarás a más de cinco personas en sus veinte metros cuadrados. Este cineclub se caracteriza por su espíritu independiente y está especializado en producciones latinoamericanas. Por muy pocos euros, podrás ver de todo, desde cine clásico a dibujos animados. Hasta los expertos en cine más recalcitrantes se sorprenderán ante las extrañas gemas de su programación. Grauco Cineclub · Via Perugia, 34 · Metro A (S. Giovanni) · Tel. +39 0670300199 · Precio de entrada: 2,50 a 5 euros VALENCIA
Se abre el telón ¿Quieres un teatro diferente? El de los Manantiales no es un teatro cualquiera. Es una sala alternativa con producción propia, donde se programan espectáculos (también de danza, y de géneros fusionados e inclasificables) que no dejan indiferente a nadie. El Teatro de los Manantiales no es nuevo: cuenta con diez años de premiada trayectoria y muchas obras en su currículum (propias y de grupos invitados, de dentro y fuera del país). Es un proyecto comprometido con creadores de distintas disciplinas, y uno de los pocos espacios que quedan reservados a la originalidad y la libertad de expresión (artística). Sólo apto para espectadores arriesgados. Alcira, 9 · www.teatrodelosmanantiales.com
ALICANTE
a park with a view The Ereta park is the crown jewel of the city; an ideal place to lose yourself. The daring architecture is a wonderful contrast to the wildness of its surroundings. There are magical hidden corners where divans substitute benches and giant screens hide works of art while you relax and have a coffee. If you want to enjoy the sea air, you can do so from the lower part of the Benacantil mountain. And at the end, you can even visit the castle that overlooks this surreal park. Although this orchard is well known within the town, there’s always something new to discover. Historic Centre, on the side of Monte Benacantil, from 8am to 9pm in winter and 8am to midnight in summer AMSTERDAM
A matter of age The Zeedijk, in the middle of the red light district, is one of the oldest streets in Amsterdam and home to the Haven van Texel restaurant, which must be nearly as old as its address. It has a terrace, a great view over one of the city’s oldest canals and the atmosphere of a place where time stopped decades before, with a steep and narrow staircase leading from the kitchen to the dining room (the staff have to be quite nimble). The food, while fresh as this morning’s coffee, is traditional Dutch, such as kipsate (chicken sate) and many kinds of delicious soups. St. Olofssteeg 11 · Tel. +31 0204270768 · www.havenvantexel.nl BARCELONA
A tipple and a tale Good art doesn’t require a stage. So say the Astrolabi, the only pirate bar in the picturesque quarter of Gracia. There are no microphones, but there are always loads of great shows of singer-songwriters, dreamers and stateless idealists who meet at this charismatic little corner of the world. But watch out, if you turn up with your guitar, you might find yourself starring in one of these unpredictable and astrolabic nights of fun. And if you don’t take it along... well, you probably will anyway. There are drinks, verses,
ghosts, poets and actresses every night. More than bohemian... authenticity itself. Martinez de la Rosa, 14 · Very near to Plaza Rius i Taulet LISBON
Peeing Passé This Art Nouveau urinal is like a La Perla girdle: because of its unattractive purpose, people do not appreciate its beauty; which is a shame, really, because the Urinol is a lovely piece of art that also provides a glimpse into the past. Men must honour centuries of tradition and have a go: it’s a very interesting experience. And ladies, take out your cameras and prepare for a laugh. Travessa do Funil / Rua do Chão da Feira, very close to the Castelo de São Jorge
plate of rabas and pintxos from Gatz and finally, the Irrintzi, the abstract pintxos bar. At the Irrintzi you will find yourself tucking into one of their exquisite, genius inventions: black sausage with scrambled egg... in a glass, to drink! Pork brochette with mustard and pineapple sauce, delicious octopus, harkiri sushi. And all this among dreadlocks and tattoos, together with hair curlers and handbags; its minimalist white walls and designer pop furniture beautifully contrasted with traditional Basque stone walls. Santa Maria 8 · Tel. +34 944167616 BRUSSELS
A booklover’s labyrinth The tiny Galerie Bortier is a microcosm dedicated almost exclusively to old books that are remarkable for their timelessness. A limbo for flâneurs and strange bibliophiles. Once inside this marvellous Baroque style building, lost among drawers and stacks of shelves, you will find all manners of delights from mid-14th century spells to unique typed letters from Louis-Ferdinand Céline, as well as pocket books at unbeatable prices. Once you have satisfied your literary curiosity, visit the exhibition room for contemporary art noteworthy for its high quality and friendly atmosphere and favoured by local artists who meet there for private openings. A labyrinth in which to lose yourself completely, oozing charm and savoir faire from every pore of its walls. Rue de la Madeleine 55, a few metres from the Grand Place · Tel. +32 022796434 GRANADA
The Punisher has a double personality
BILBAO
Abstract Pintxos Sunday morning and you’re off eating pintxos in Bilbao’s famous Siete Calles area. On Santa Maria and Barrencalle, people swagger from bar to bar on their ritualistic Txikiteo (eating pintxos and drinking Txakoli wine). The delicious potato croquettes from Txiriboga, a
The Punisher is a bar that, aside from offering succulent Granadan tapas, wins extra points for authenticity; the bar was set up by two brothers who at first worked harmoniously side by side, serving their public with pride and professionalism. However, after a serious and irreconcilable row, instead of closing down the business, they decided to divide the place in two and build a bar at each side of the venue, making it two businesses in one space. True, there is no wall between the
two but there are two bars, two waiters, two tills. Even the menus are different. Oooh, so how do you choose which one to order from? Right in the centre, very close to Corte Inglés IBIZA
Herbs and handicrafts The island’s best herbal drinks are served at Ca n’Aneta in the north of the area of Santa Eulalia, in the town of Sant Carles. As the town’s meeting point, this country house not only serves a wonderful aniseed liqueur made with thyme or rosemary, but it has conserved the post boxes where the 70s hippies used to receive their letters (there are still residents who receive their post here). If you manage to get one of the two tables outside on the street, you can try some herbal drinks with ice whilst watching the town’s residents go about their to-ing and fro-ing. And if Aneta the owner happens to be there, she can tell you one of her anecdotes about some crazy character from those bygone days, some of who are now well-known artists. Spring is by far the best time to enjoy a drink at Ca n’Aneta. Sant Carles (Santa Eulalia), opposite the town church · Tel. +34 971335090 JEREZ
A bar full of words “Shut up, I’ve got a bar full of words already!” What an excellent phrase! It was said by a waiter in the La Moderna one day when the place was over-rammed and it got everyone laughing. If every town has a magic place, La Moderna is this place in Jerez. It’s a bar with lots of character, where there’s always room for everyone; locals and new-comers alike. It opens at lunchtime and at night. Highlights include its cold beer, breakfast toast and its delicious tapas which come with a great Jerez wine to get you in the mood. The brothers Atilano and Fernando Pacheco are the owners of this classic place decorated with old posters from bodegas and amazingly the marvellous Jerez mural goes straight through the bar itself! At the beginning of the calle Larga
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MADRID
The best Chinese is underground The most authentic Chinese food in Madrid is hidden under the Plaza de España car park, literally underground. As if straight out of Blade Runner, this tiny place with only a handful of tables (and not even a name) has queues of people waiting at all hours of the day. But the great quality, genuine Chinese food and low prices make it well worth the wait. For 10€ you can order spectacular sesame balls, wan-tun soup, a Chinese vegetable salad (with an untranslatable name) and fried noodles. You probably won’t be able to fit that all in as the helpings are by no means of haute cuisine proportions. They also offer take away. Underground Chinese Restaurant · Plaza de España · To find it, look for the car Park sign at the Gran Via MALAGA
Jorge + Nuria = Cincoechegaray Jorge wanted to set up a record shop, and Nuria a bookshop. They looked for a central shop to fit them both, and called on Pablo to do a nice cosy interior design. The Cincoechegaray (it’s on Echegaray street, number 5, hence the name) has cushy sofas that invite you to pick up a book and leaf through it before buying it or listen to some music without having to wait until you get home, and all while having a nice cup of coffee. They sell books, CDs, records, music DVDs and they organise acoustic concerts, talks and exhibitions. It’s the perfect place for music lovers and fans of specialised literature. If they haven’t got what you’re looking for, they will go and find it. That’s how cool they are. Echegaray, 5 · Tel. +34 952609352 · www.cincoechegaray.com MAJORCA
Past pleasures Having a drink at the Jaç is like going back in time and sitting in a country house from the 14th century, with whitewashed walls, clay counters, wooden beams and a huge earthenware pot right in the centre of the room. When Miquel Adrover returned from New York to his
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native home, he set up this rustic bar in Lonja. There was nothing special about it from the outside, but inside, the faint light and relaxed atmosphere took him back to another age, when pleasures were enjoyed to the full. Adrover himself serves at the bar and plays great music. A place to let your imagination run wild. Vallseca 13, Palma MENORCA
Homemade food right on the seashore Situated in the charming little village of Es Grau, six kilometres from Maó, the Can Bernat tavern is known for its homemade cooking and good prices. It’s the perfect combination of traditional tapas, friendly service and a simple and welcoming atmosphere. The sea is directly opposite and there is a wonderful terrace where it is a pleasure to sit on a sunny day. The best thing about this place is sharing various dishes of the incredible quantity of different tapas they offer. Particularly good are the oven potatoes with fresh tomatoes, the fish, spicy sausages and the meat with sauce. For dessert, try the mix of cakes. S’Arribada, 18, in the town of Es Grau · Tel. +34 650974685
MILAN
Milano heights When the rush hour starts devouring the tarmac and your lungs, find the old man. He stands at the small iron gate next to the Triennale Palace, close to the Just Cavalli Café. The old man is the master of the lift that takes you up, away from the crowds, to a beautiful spot 108 metres over the city from where you can watch the sunset and Milan’s daily metamorphosis from a working machine to a huge nightclub. The view is only matched by the silence you will enjoy in few other places in the city. Torre Branca · Viale Alemagna, Metro Cadorna · Wednesdays: 10:30am12 :30pm / 4-6:30pm; Saturdays 10 :30am-1pm / 3-6:30pm / 8:30midnight; Sundays 10:30am-2pm / 2:30-7pm PARIS
The makeshift grandstand A pair of accordions, double basses and clarinets, plus a guitarist and zither player. The group of Eastern European folk musicians provide the perfect soundtrack for the Châtelet, the metro station crawling with life of every Parisian variety where you’re just as likely to lose your way as to lose your wallet. Standing just inside the Saint-Opportune entrance, they belt out profound and sorrowful anthems for whatever centimes the huge crowd gathering on the wide staircase throws them. Châtelet Singers · Metro Châtelet, entrance Saint Opportune · Saturday afternoons and occasionally throughout the week ROME
Ice cream heaven In go fruit, milk and sugar. Out comes heaven on earth. Giolitti’s has been serving ice cream with real and natural flavours in their 19th-century parlour for more than a hundred years. You can always be sure it is fresh, because a newly-made batch rarely lasts an hour. The middle-aged waiter has been working there since he was 14, and the founder’s widow still spends most of her day in the parlour, chatting with the notori-
ously picky members of the Italian Parliament who stop by for a quick dessert. Via Uffici del Vicario 40 · Close to the Pantheon SANTIAGO DE COMPOSTELA
Paris-Dakar, the new pilgrimage The third Mecca of the Christian pilgrimage after the Vatican and Jerusalem and famous as the final point of the Camino de Santiago, now presents a new challenge – The Paris-Dakar! But you don’t have to walk thousands of kilometres through the desert under a scorching sun, but rather prepare your stomach for the time of its life, with the best of Galician octopus, accompanied by exquisite wines from the region. The place to be is the Rúa do Franco, a street in the old part of the town which starts in the bar Paris and ends up in the Dakar beer house. The objective is to have a glass of wine in each of more than forty bars on this street. As the story goes, only one has ever managed to do it and survive: or so I was told by a neighbour, who was told by his sister’s friend, who heard it from her boyfriend, who received the news from his brotherin-law... Rúa do Franco, from the bar París to the Dakar beer house · Not for the faint-hearted
SEVILLE
The breakfast ritual It’s what the residents of this place miss the most when they go to live abroad, because in Seville, they really know how to have breakfast – slowly, calmly and generously. This is exactly La Estrellita’s speciality, a bar that only opens at breakfast time. On their toast menu, you can find a real queen of a breakfast, the crown jewel of mornings in the Triana area: the tostada de jamón, aka ham toast. It is quite possibly the best in the city and has attained almost mythical status. For others, La Estrellita is a point of reference where late-nighters and early birds flock, both young and old. Be it eight in the morning, or eleven, have breakfast as nature intended. San Jacinto, 10 VALENCIA
Chocolate mad Delicious pumpkin doughnuts accompanied by a big cup of thick hot chocolate that would put even Willy Wonka to shame. This and so much more is what the Santa Catalina Chocolaterie, one of the city’s most characterful places, has on offer. The smell of chocolate penetrates every corner of this narrow street right in the centre of classic Valencia’s old town. It’s quite normal to be walking past and be struck by a sudden watering of the mouth. If chocolate is not your thing, however, you can enjoy a glass of their fabulous horchata (a tiger nut milk drink) instead. Plaza de Santa Catalina, 6 VENICE
Life and death on the Lido Bet ha-Khaiim, House of the Living, is what the Jewish Cemetery is called in Hebrew. What is alive and well here is nature: vegetation has grown rampant, and the tombstones, the oldest of which date back to the 14th century, are half submerged in the earth, giving the place the atmosphere of an enchanted garden. The old cemetery on the Lido has only recently been recovered and opened to visitors curious to trace Venice’s Jewish history, decipher lavishly
adorned tombstones or simply take a deep breath in the city’s quietest spot. Take the Nº 1 or Nº 14 boats to the Lido from San Zaccaria, near San Marco · It’s a 15 minute walk to the cemetery AMSTERDAM
Good bye, croquette, and good night If your thing is individuality and bold statements, Your Cup of T is your shop. You design your own print for your oneof-a-kind t-shirt, sweater, panties, bandana or anything else that can be printed on. If you lack imagination, choose one of their original designs or simply go for one of our suggestions: “Doei, kroket, weltrusten” (bye, croquette, goodnight) or “Lekker Ding” (tasty thing). Westerstaat, 77 sous · Tel. +31 0645952677 · www.yourcupoft.com BARCELONA
The unknown Gaudí Believe it or not, there is an unknown Gaudí space in Barcelona. Only a few months ago the top f loor f lat in the Pedrera building was re-opened. It was open for 10 years but it was never as beautiful as it is now, after its 10th anniversary make-over. It is a true garret, les golfes in Catalan, and it still has that melancholic air of a flat built never to be shown. We recommend you go on a weekday in the morning. The light is faint and dreamy as it only comes through little windows sparsely placed around the room and sound somehow resonates differently at that time. If you’re lucky enough to see it with noone else around–difficult, but you never know–you will begin to understand so much more about Gaudí, without even needing to dip into your guide books. Provença 261-265 · Monday to Sunday from 10am to 8pm, 8 euros entrance LISBON
Dinner in Buenos Aires Dining at the Buenos Aires is not supposed be easy. First, you have to find it, and break away from the stunning
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views of Lisbon that you have from the stairs leading up to the place. Then, you have to get a table. The Buenos Aires is tiny, so luck or previous reservations are essential. But once you’re seated, you can reap the rewards of your efforts. The food is delicious – from the juicy Argentinean steak to the desserts so sinful they will make you blush. And if that were not enough, the warm atmosphere will make you fall in love with the place. Calçada Escadinhas do Duque 31 B · Monday to Saturday from 6pm to 1am · Tel. +35 1213420739
MADRID
If you fancy a walk, forget the Retiro The Quinta de los Molinos Park is unknown to many, even to people from Madrid itself (who tend to head down to the over-exploited Retiro Park). Far from the centre, the Quinta assures its visitors a peaceful walk, only to be interrupted by the sound of water rippling in its charming (and unpolluted) lake, and the rustle of newspapers of the few people who are clever enough to come here for their peace and quiet. There is always shade under one of its 42 different tree species (from birches to yuccas) or on the bank of its authentic mill, the last vestige of this once-stately space. You will feel truly privileged to be here. Alcala street crossing 25 de Septiembre · Metro Suanzes MILAN
Early-morning buffalini You’re hot and sweaty, you’ve danced, shouted in people’s ears and spilled drinks. And now it’s Sunday morning, the sun hasn’t come out yet, and you’re just a little tired and very, very hungry. Don’t worry, Mimmo and Rosa will take care of you. They stand in their little green kiosk close to the San Siro stadium night and day and serve delicious buffalini, sandwiches with buffalo mozzarella coming fresh from Salento in Southern Italy. It will make your day, anytime. Piazza Melozzo Da Forlí, off Via Morgantini PARIS
For friends only By day Chez Georges, with its sombre interior and mottled, wine-soaked clientele, looks out of place amidst the chic shops and swanky hotels of SaintGermain-des-Prés. After dark it looks no more at home, but it does look a whole lot more like somewhere you’d want to be. The ground floor is always packed and the revellers pour out onto the rue des Canettes for a bit of air and room to move. But it’s really downstairs, in the cavern, where untamed Paris lives on, drinking wine by the bottle from stubby glasses without knowing which
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bottle belongs to whom. Chez Georges is a place for friends–both for meeting the ones you have and for making new ones. 11 rue des Canettes, 6th arrondisement · Metro Mabillon · All day till late ROMA
Cinema Paradiso The tiny space may resemble a flea market, but actually it is Rome’s best-kept cinematographic secret. Forget popcorn and Dolby surround sound. You will rarely find more than a handful of people in the 20-square-metre space. Instead, the independently-run cineclub screens international films, specialising in Latin American productions. For a handful of small coins, you can see everything from classics to cartoons, and even film experts will be surprised by the obscure gems to be found in their programme. Grauco Cineclub · Via Perugia 34 · Metro A (S. Giovanni) Tel. +39 0670300199 · from 2.50 to 5 euros VALENCIA
The curtain is drawn Do you want a different kind of theatre? Well, the Manantiales is no ordinary theatre. It’s an alternative space with its own productions, where they put on shows (theatre, dance and interdisciplinary and unclassifiable genres) that leave no audience member untouched. The Manantiales Theatre has been open for 10 years, and put on several productions (both in-house and with invited groups from Spain and other countries) and been awarded several prizes. It is a project with directors from various disciplines, and is one of the only places that focuses on originality and freedom of expression. Only for those willing to expand their minds. Alcira, 9 · www.teatrodelosmanantiales.com
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Moonwalking is best done in socks and on a polished floor. Stand with your feet close together, the left foot slightly ahead of the right.
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Put all the weight on the toes of your right foot and slide your left foot back smoothly. Make sure your left leg is straight.
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5 moonwalk Now slide the right foot back, making sure it stays firmly on the floor.
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Raise the heel of the right foot, as if you were taking a step forward. Bend your right knee.
Once the left foot is back all the way, put your right heel down by straightening the leg. At the same time, put the left heel up by bending the knee, and shift your weight to the left foot.
Practise the move again and again. And before you show it off on a dancefloor, check with the man in the mirror. Oww!
The perfect move to show off in the disco heaven of Nostalgia, Rue de la Fourche, 49, Brussels. Smell the glittery glove! • Costume in Milan Torriano, Via Mercato 5, Tel. +39.02 86.65.19 Closed Sunday and Monday Morning • Plastic Surgery in Malaga Belliance Clinic, Tel.+34 902 23 55 42, www.belliance. com – various clinics in and around Malaga • Dancing shoes in Madrid Calzados de Arte Fyl, Duque de Fernán Nuñez, 5 (frente a la Academia “Amor de Dios”), Tel. +34 91 527 57 13 • Hip hop school in Amsterdam Solid Ground Movement Osdorpplein 6tel:020-4107701 (Rashida) www.solidgroundmovement.nl LING 91
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un sabor de parís
EL GUSTO DEL MACARON Un recuerdo de Mathias Enard Ilustración de Tamara villoslada
Era un pastelito redondo, de dos capas de merengue separadas por un hilo casi líquido de mermelada, de proporciones perfectas, liso, casi un juguete. “No es para niños”, me decían, atizando mi deseo con misterio. ¿Cómo un dulce no podía ser para niños?
París era una fiesta, decía Hemingway describiendo sus andazas de rompesuelas en la capital francesa a principios del siglo pasado. Yo iría más lejos: París es una fiesta redonda, de textura muy suave y colores abigarrados. Dulce, pero no demasiado. Perfumada, pero sin llegar a tapar el sabor de almendra que constituye su esencia. Una fiesta afable, lujosa, brillante. Como un macaron. De pequeño veía aquel pastelito en el escaparate de Ladurée, cerca de la Place de la Concorde, rue Royale, volviendo del parque des Tuileries; contemplaba las cajitas adornadas con lazos, los numerosos tonos –rosa, ocre, blanco– que mi imaginación asociaba con los gustos correspondientes, chocolate, vainilla, frambuesa, sin llegar nunca a probarlos, porque una mano me empujaba hacia adelante, hacia casa, rompiendo de inmediato este sueño de gula infantil. Se trataba de un pastelito redondo, de dos capas separadas por una raya más oscura pero traslúcida, de proporciones perfectas, liso, casi un juguete. El macaron se me escapaba siempre. “No es para niños”, me decían, atizando mi deseo con misterio: ¿cómo un dulce podía no ser para niños? ¿Era picante? ¿Llevaría alcohol, licor, alguna sustancia prohibida? Llegué incluso a soñar con macarons. En esos sueños me introducía repentinamente en la pastelería y allí, en medio de los espejos dorados, sen-
tado sobre una nube blanca como los angelitos en los frescos de la bodega, los probaba todos. Uno después de otro. Los grandes. Los pequeños. Los medianos. Los de color café. Los azules y los verdes, que mi niñez no sabía asociar con ningún sabor concreto. Los rojos. Todos. Desgraciadamente, la memoria es injusta y no recuerdo con exactitud cuándo los disfruté por primera vez. Lo más seguro es que fuese en la adolescencia: cuando algunos se van a cazar un león, alguna fiera para hacerse hombres, yo me fui a comprar un macaron de Ladurée. Me gustaría poder contaros que aquélla fue mi primera decisión de adulto principiante; deciros que robé el dinero de ésa, mi primera compra, a un compañero de clase, odiado por su éxito con las chicas; no os puedo asegurar que fue así. Sólo queda el gusto, la sensación inmensa del primer mordisco en estos hondos labios de merengue separados por un hilo casi líquido de mermelada, labios lisos, espesos, duros al principio pero suaves, tan suaves después que se derretían en mi boca invadiendo mi paladar de almendra y azúcar rematados con un toque ligeramente ácido de frambuesa, la sensación de una entrañable rugosidad en la lengua que dejaba paso al más perfecto fluir, como la piel viva de un albaricoque mágico. La alianza de la forma perfecta y del gusto más sutil, más frágil, más suave que se podía probar jamás. Y delante de la noble pastelería, lo más seguro es que me pusiera entonces a reír, a correr, a reír corriendo por las calles, a correr hasta cruzar la Place de la Concorde, hasta llegar al Sena, hasta detenerme y gritar, gritar hacia el Louvre, hacia NotreDame, que era yo el Rey del Mundo, yo y nadie más, y que éste era redondo, como París mismo. Mathias Enard (Francia, 1972) es escritor. Autor de las novelas La perfección del tiro, Remontando el Orinoco y Manual del perfecto terrorista. En 2004 obtuvo el prestigioso premio de los Cinco Continentes de la Francofonía.
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LA
GRAN
Tres mil euros
VIDA
Escribe Mayer Aramburu –Mayer, mi silla. –Su silla. Se la traigo mientras usted me espera justo aquí, Soledad. Tengo 31 años, las llaves de un Jaguar XJ Executive en el bolsillo y cada vez menos paciencia. Estoy en Santiago de Compostela, es la una del mediodía, oh, Dios mío, huele a caldeirada, pero ahora sólo puedo pensar en llevar rápido la silla de ruedas de esta señora de 74 años, rica, alta, aristócrata, que me sigue con la vista desde lejos. ¿Cómo se llega hasta aquí? Soledad era la catedrática más veterana de la facultad de Bellas Artes donde estudié. Cuando se jubiló, yo ya llevaba cinco años trabajando por mi cuenta. Un día vino a buscarme y le abrí la puerta sin siquiera recordar su nombre. Su cara sí, por supuesto. Salía con mucha frecuencia en las revistas de arte e incluso en las de corazón. Me hizo la propuesta a bocajarro. “Recuerdo que eras una gran alumna. Válida, con carácter y criterio. Como quizá sabes, soy coleccionista de arte, y viajo mucho. Empiezo a necesitar a alguien que me acompañe. No tengo miedo, marido ni hijos. Te pagaré tres mil euros al mes”. Al contratarme, olvidó mencionar dos pequeños detalles. El primero, que era una cleptómana hábil, con dedos como telas de araña. El segundo, que padecía el síndrome de Tourette, lo que le llevaba a arranques de mala leche muy aparatosos. Este síndrome, para quien lo desconozca, es un trastorno que abre las puertas a una peligrosa desinhibición mental para frases inapropiadas. Lo descubrí enseguida, en una galería de Madrid, cuando vi cómo Soledad se metía un cenicero en el bolsillo, para gritarle poco después al secretario de la galería, mientras yo abría mucho los ojos, la empujaba hacia fuera como podía y ella continuaba balbuceando “sus muertos más frescos”. Atónita, le pedí explicaciones en cuanto subimos al coche. “Pierdo el control cuando me pongo muy nerviosa. ¿Has visto ese mosaico de Adriana Varejão?”. “No voy a poder seguir”, le dije. Entonces se sinceró: “Estoy sola. Si me acompañas estos últimos años, te pondré en mi herencia”. Hoy necesita su silla de ruedas (no siempre, sólo cuando quiere descansar), pero no son buenas noticias, sólo cansancio. A sus 74, tiene más mecha que yo. Galicia es uno de sus destinos preferidos. Le pierde la tarta de Santiago de la Casa Mora, aunque las almendras le fastidien la dentadura. Yo la miro con disimulo, me alegro de ser joven y saco a Vermeer de tema, que siempre fija y da esplendor. –Qué calvario –dice, pero sigue mordiendo. Acabamos de cenar y cada una sube a su suite. Me siento en la cama, abro un libro sobre Richter. Me quedo frita en un minuto. Vestida, con los zapatos encima de la colcha, como si fuera fin de curso. Sueño con centollos escalando el Obradoiro. Sueño con que leen la herencia, y se lo ha dejado todo a su perro carlino Beuys.
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