Revista de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas Nº 3. 2007. ISSN 1856-7878. p.p: 303-316
REPRESENTACIÓN DE LA VIOLENCIA EN AMÉRICA LATINA* Felipe A. Caballero R. * Resumen La violencia en América latina constituye una fuente inagotable de interrogantes pero lo más sorprendente no es solo, el amplio espacio en que se perfilan investigaciones, ni las variadas manifestaciones culturales en que se plasma ese rasgo curioso en que se desenvuelve el comportamiento de Latinoamérica. Lo más sorprendente es observar como la mirada trasatlántica recubre con signos de la barbarie lo que en nuestros suelos acontece como hecho social. Se mira, a los venezolanos, a los colombianos, a los peruanos y en latinoamericanos corno seres bárbaros y esto significa, ni más ni menos incivilizados. Pueblos, mas que ciudades, vástagos mas que ciudadanos empieza a especular, a articular, la idea de que la violencia es algo constitutivo, que hay una predisposición y se busca si es hereditaria. Un escenario que sirvió para esta discusión ocurrió en Hamburgo en noviembre de 1989, donde se desarrollo un evento que tenia por titulo “La Violencia y regulación de conflictos en América Latina “. En este encuentro se abordaron episodios de momentos históricos de algunos países de América Latina y se enunciaron premisas que intentaban explicar el fenómeno de la violencia. De allí entonces, este trabajo que persigue puntualizar algunos aspectos que fueron expuestos y que merecían ser destacados para el debate y la discusión. Cabe aquí recordar una experiencia que vivió el antropólogo Claude Levi-Strauss; cuando fue a Brasil a iniciar sus investigaciones. Levi-Strauss llega a Brasil imbuido en las ideas de que la civilización occidental es la fuente de la cultura y la ciencia que la cultura de los “indígenas”, no tenia esos rasgos de verdad y progreso -ostenta occidente, sin embargo, su descubrimiento es que en esas etnias se desarrolla una cultura que posee una articulación simbólica, sólida y formidable. Esta indicación nos sirve como parábola para indicar la necesidad de rediscutir lo que es la violencia en América Latina. Palabras clave: Violencia, América Latina, Regulación. * Recibido: 29-6-07
Aceptado: 14-8-07
* Psicólogo. Criminólogo. Magíster en Ciencias Políticas. UC. Instituto de Investigaciones Penales y Criminológicas. Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas. Universidad de Carabobo. Doctorante en Ciencias Sociales UC. Fcaballe.felipe@gmail.com.
303
Representación de la Violencia en América Latina. Felipe A. Caballero R.
REPRESENTATION OF THE VIOLENCE IN LATIN AMERICA Abstract The violence in Latin America constitutes an inexhaustible source of queries, but him but surprising it is not alone, the wide space in that the investigations, neither the varied cultural manifestations are profiled iii that that curious feature is captured in that the behavior of the Latin Americans is unwrapped. Him but surprising it is to observe as the transatlantic look it recovers with signs of the barbarism what happens as social fact in our floors. It is looked, to the Venezuelans, to the Colombians, to the Peruvians and in general to the Latin Americans as terrible beings and this means, neither but neither less, but 1 eat incivilizados. Towns, but that cities, offspring’s but that civic and this way, you begins to speculate, it is necessary to articulate, the idea that the violence is something constituent, that there is a bias and it is looked for if it is hereditary. A scenario that was good for this discussion happened in Hamburg in November of 1989, where you development an event that had for 1 title “The Violence and regulation of conflicts in Latin America.” In this encounter episodes of historical rnoments of sorne countries of Latin America were approached and premises were enunciated that tried to explain the phenomenon of the violence. Of there then, this work that pursues to remark sorne aspects that were exposed and that they deserved to be outstanding for the debate and the discussion. It is necessary here to remember an experience that the anthropologist lived Claude Levi-Strauss, when he went to Brazil to begin his investigations. Levi-Strauss arrives in Brazil imbued in the ideas that the western civilization is the source of the culture and the science and that the culture of those “indigenous”, he/she didn’t really have those features and 1 progress that shows occident, however, its discovery is that in those ethos’s a culture is developed that possesses a symbolic, solid and formidable articulation. This indication is good us as parable to indicate the rediscounted necessity what is the violence in Latin America. Key words: Violence, Latin America, Regulation
304
Revista de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas. Nº 3. 2007
INTRODUCCION En Hamburgo, en noviembre de 1989, se llevó a cabo un evento que tuvo como contenido “La Violencia y regulación de conflictos en América Latina”. Allí se congregaron más de cien investigadores, de Europa y América, quienes expusieron unos trabajos destinados a interpretar ese fenómeno particular de la violencia. Parte de esas ponencias fueron editadas, 18 de ellas escritas por europeos, fundamentalmente alemanes y 13 por americanos. Ahora bien, lo interesante de esos trabajos, es que los mismos hacen una descripción de una historia impactante, desgarradora, que leídas desde este suelo, desde este espacio, aparecen increíbles que esas situaciones se pudieron haber dado. Acontecimientos que forjaron la historia de países vecinos, a quien nos une lazos entrañables, son sin embargo episodios y procesos vividos, que han estado cubiertos de un manto de desconocimiento y olvido y esa oscuridad que se ha cernido sobre esas historias, ha retrazado el levantamiento de un cuerpo consistente sobre lo que vive en la actualidad cada uno de nuestros países latinoamericanos. Los trabajos hacen referencia a diversos tópicos que han sucedido o acontecen en algunos países, el caso del conflicto de Colombia, de Perú, de América central. de la violencia en Chile y Argentina, de las experiencias policiales en Brasil para combatir la delincuencia, de las pandillas juveniles en Cali, sobre el papel de las fuerzas armadas, el fenómeno de Chiapas, sobre la violencia contra la mujer, sobre los paramilitares y escuadrones de la muerte, las altas tasas de criminalidad en algunas ciudades de América latina, sobre el papel del Estado y una especial atención sobre la literatura, que aborda desde diversas perspectivas la violencia y sus causas. Como se puede observar, se tocan puntos cruciales de la realidad en Latinoamérica, de allí entonces que nuestro propósito vaya en el sentido de discutir algunos puntos que permitan hacer una lectura sobre la interpretación de la violencia. ¿LOS SIGNOS DE LA BARBARIE? Para los lectores de notas sobre la resolución de conflictos, la noción de “sociedad civil”, connota un régimen en el cual se vislumbra una serie de pasos a través del cual, se puedan dirimir diferencias, que en el mejor 305
Representación de la Violencia en América Latina. Felipe A. Caballero R.
de los casos, ambas partes puedan obtener algún beneficio y que la intemperancia tenga como base, ajustarse a unas reglas, concebidas como justas para todos. Lo contrario de esta posibilidad social, conllevaría a la “sociedad incivil”, en la cual, las reglas no son acogidas, dando lugar, a comportamientos desusados, que son antecedentes de cuadros de violencia posteriores. Esta rubrica de la utilización de la violencia, que se suscita en un conglomerado social, da lugar, a que sé la semantice perfectamente, como un estado de barbarie. Pues bien, esta significación es a la que fácilmente puede concluir, cualquier ciudadano europeo o anglosajón, cuando escucha el relato de algún acontecimiento vivido en América latina, que en algún momento es abordado por algunos ponentes de la conferencia en Hamburgo, sobre todo, cuando se interroga, si la violencia es algo constitutivo de Latinoamérica. En el trabajo de Wolfgang Gabbert, comienza con el relato de un hecho ocurrido en 1997 en el Estado de Chiapas, se trata de la “matanza de Acteal”. Alrededor de 90 hombres armados, se acercan al campamento y “Sin previo aviso, empezaron a disparar con armas de alto calibre a los habitantes indefensos que en ese momento estaban reunidos en la ermita católica orando por la paz en la municipalidad. Este ataque provocó la muerte de 45 personas, entre hombres, mujeres y niños” (l). La investigación que siguió a este caso, estuvo enmarcada por contradicciones pues la oficialidad atribuía a la intolerancia de la idiosincrasia indígena, pero en el marco de las luchas llevadas a cabo por el Ejercito Zapatista, estas acciones tenían indicios de haber sido estimuladas por el Ejercito, el PRI y los paramilitares (2). El episodio de las matanzas es algo que se encuentra en la historia de algunos países de Latinoamérica y a pesar de que estos hechos revisten un carácter sanguinario, incompresible en sí mismo, cuando se trata de victimas que son asesinadas en un encuentro, donde las mismas no estaban armadas. Estos hechos se inscriben dentro de un contexto, bien, que este matizado por el enfrentamiento político o bien, que el mismo ocurra por un “ajuste de cuenta”, entre bandas o personas rivales. En las ponencias del encuentro en Hamburgo, hay dos trabajos donde se debate la consideración de si la violencia es algo constitutivo de Latinoamérica. La primera de ellas es de Hans Werner Tobler, que comienza indicando que resulta inexorable, concebir la violencia como algo intrínsico, a la historia de esta parte del continente, para ello recuerda la revolución mexicana. Sin embargo, rápidamente, en una forma diremos 306
Revista de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas. Nº 3. 2007
que tímida, enarbola la tesis de que sin embargo, a escala global, la violencia ha sido el signo de su desenvolvimiento y para ello cita algunos momentos en la historia de Asia, con el Jemeres rojo, la época de Stalin, en África etc. Decimos que esta reflexión es tímida, por cuanto, Europa vivió dos guerras mundiales, sin mencionar, la propia experiencia alemana, de la primera mitad del siglo XX, cuando el ascenso de Hitler, paso por un exterminio del movimiento comunista que tenía una sólida presencia en Alemania, que no resulto solo de un hecho de la confrontación política, sino que la misma, era enarbolada abiertamente por Hitler en sus alocuciones, donde también, concebía el aniquilamiento de los judíos. De tal manera, que esta apreciación de Tobler, sobre el carácter constitutivo de la violencia en Latinoamérica, es más el efecto de una cultura de país dominante, hegemónico, que una apreciación investigativa seria. Tobler se remonta a finales del siglo XIX, donde los países latinoamericanos una vez que logran su independencia, se sumergen en luchas violentas de toda índole y cita como testimonio a los viajeros extranjeros que relataron “...las más variadas modalidades de la violencia” (3). Esta puntualización aunque cierta, ciñe significativamente una nomenclatura a Latinoamérica como violenta, puesto que si se hiciera la misma revisión de Europa en el siglo XIX, encontraríamos también, los caracteres violentos de su desenvolvimiento social. Tobler pasa a señalar algunas causas que podría explicar, esas modalidades de la violencia. La que adquiere una mayor fuerza, es la referente al “modo particular hispanoamericano de dominio colonial”, que aunque no lo esclarece, establece como diferente la que se ejerció en Norteamérica. Pero incorpora una tesis que ha tenido un aire fantasmal, y es la referente a una herencia hispánica y a una predisposición a la violencia por parte de los latinoamericanos. Tobler desecha ambas ideas como explicaciones de la violencia, sin embargo, las menciona, porque las mismas han tenido un peso muy importante en las ideas de los investigadores de la realidad latinoamericana. El segundo trabajo que hace la consideración sobre el carácter constitutivo de la violencia en Latinoamérica, es el de Karl Kohut titulado “Política, violencia y Literatura”. Kohut toma como referencia un trabajo del chileno, Areil Dorfman quien escribió un texto titulado “La imaginación y violencia en América” en 1970, allí Dorfman, citado por Kohut señala: “Decir que la violencia es el problema fundamental de América y del mundo es solo constatar un hecho” (4). Kohut hace un ensayo donde analiza este papel de la violencia y su definición, acude a 307
Representación de la Violencia en América Latina. Felipe A. Caballero R.
diversos autores para marcar con precisión esta problemática. Volviendo a Dorfman, para este la violencia es algo constitutivo, sin embargo, abrigaba la posibilidad de un cambio, por ello, Kohut critica su ambigüedad al respecto. Acoge luego, una reflexión que Ernesto Sabato señala en su texto “Sobre héroes y tumbas y Abaddón”, que considera opuesta a la de Dorfinan: “Para Sabato, el latinoamericano no es, por causas históricas y sociales una variante humana particularmente violenta, sino que es violento en tanto ser humano que entra en la oscura teología del mal” (5). Esta opinión de Sabato, puede ser leída desde una perspectiva psicoanalítica recordando el trabajo de Freud, sobre “El Malestar de la Cultura”, que proporcionaría elementos que se sumarian al estudio del contexto social en que se dan los hechos violentos en América. Kohut hace mención de tres autores que desarrollan unas narrativas en donde reflejan o se inscriben dentro de la realidad tormentosa de América en esos momentos, correspondientes a tos años 70 y 80 del siglo XX. Estos escritores son Julio Cortazar, Ignacio de Loyola Brandao y Mempo Giardinelli. Estas narrativas con sus diferencias, apuntan a una descripción del terrorismo del Estado y el papel de las guerrillas para enfrentar los abusos del poder. Con esto, se desplaza entonces, la consideración de la violencia como algo hereditario o consustancial, a mostrar que la misma se inscribe dentro de una dinámica donde sectores de las clases hegemónicas a través del Estado, ejercen una violencia para conservar sus intereses. La noción de “naciones bárbaras”, a la que se apela para asir de manera rápida una definición de los sucesos acontecidos en Latinoamérica, no es más que un código construido en las naciones que se autodenominan como “sociedades civilizadas”, para ideológicamente desplazar su verdadera praxis hegemónica y su responsabilidad en las causas de esos fenómenos que producen indignación. Hay un texto de la Argentina Nancy Caro Hollander (6), que describe la experiencia vivida por diez psicoanalistas en los países del cono sur, cuando se instalaron las juntas militares. De esas historias se destaca la de Marie Langer, una psicoanalista Austriaca, que integró el Instituto de Psicoanálisis de Viena fundado por Freud. Pues bien, cuando ocurre la ocupación nazi, esa situación la pone ante la disyuntiva de tener que huir hacia Francia y luego a España, porque la persecución a la que estaban sometidos estos profesionales, por sus ideas y practicas, los colocaba ante la disyuntiva 308
Revista de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas. Nº 3. 2007
de proseguir con su praxis, deformándola a fin de que no constituyera una amenaza a la institucionalidad nazi o de huir. Toma la segunda opción y se va a España, donde se desata la guerra civil y se traslada definitivamente a Uruguay y luego Argentina. En esta nueva perspectiva, se une a otros profesionales que dan lugar a la fundación de la Asociación Psicoanalítica Argentina. Una vez que se instalan los militares en el poder, en los años 70, da comienzo a un instigamiento y persecución de profesionales que por sus ideas, eran considerados subversivos y es así, que Marie Langer, pasa a integrar la lista de la triple A, (escuadrón de la muerte, auspiciado por la Junta Militar), por lo cual, tiene que abandonar el país. repitiéndose la misma historia que le había sucedido en Austria, a la llegada de los nazis. De tal manera que las practicas bárbaras, se repiten a ambos lado del atlántico. LA VIOLENCIA CONTRA LOS DESCAMISADOS La conceptualización sobre la violencia, sobre todo aquella animada por establecer una tipología definitiva, en el sentido que su utilización sea aplicable a todo hecho concebido como violento, choca inexorablemente con las realidades muy particulares en los países latinoamericanos. Luís Gerardo Gabaldón, investigador de la UCAB, participante en la conferencia en Hamburgo, establece dos parámetros para comprender la violencia. Una de ellas, la considera como Macroestructural donde “.. la violencia puede ser vinculada a la opresión política y económica, a la presencia de grandes desigualdades” (7) y la otra vertiente seria la micro estructural, que se remite a la coacción interpersonal, es decir, circunscribiéndose al ámbito individual. Del mismo modo se hallan otras apreciaciones, que disciernen la violencia como estructural, institucional y personal. Ahora bien, la historia impactante y sobrecogedora, es que la vida de nuestros países, ha girado entorno al hecho social del predominio salvaje de un sector muy reducido de la población en contra de la gran mayoría, que despliega innumerables conductas de sobrevivencia, para surtirse de lo muy poco y poder acceder a unos beneficios que muchas veces se encuadran dentro de los ilícito. En el texto que anteriormente mencionamos de Nancy C. Hollander, describe una escena en la que una psicoanalista Chilena, en los momentos tormentosos que antecedieron a la caída de Salvador Allende, no creía que los militares pudieran fraguar un golpe de Estado, indicando que el país se había caracterizado durante muchos años por una institucionalidad, sin embargo, la realidad dictamino todo lo contrario, 309
Representación de la Violencia en América Latina. Felipe A. Caballero R.
cuando ocurre el golpe de Estado en 1973. Pero estos sucesos sin embargo no eran nuevos en la historia de Chile. Gabriel Salazar en su ponencia en el encuentro, hace un trazado por la historia de Chile, que estuvo marcada desde sus inicios por la acción de “los mercaderes extranjeros” y que estuvo sustentada por .la dictadura de O’Higgins (1817-1823) y del régimen civil autoritario que le sucedió (1830-1924)” (8). Salazar agrega que la sociedad chilena hacia 1920, mostraba los signos de que la violencia era un modo estructural, expresado en la crisis de la familia popular, en el aumento del alcoholismo, la prostitución y la delincuencia y por la aparición de formas extremas de violencia social (asaltos sangrientos) y política (represión política militar con las masacres de 1890, 1891, 1901, 1905, 1906 y 1907). Esta descripción de la forma en que la violencia se ha materializado como arma por sectores de la sociedad chilena adquiere a partir del golpe de estado una dimensión más siniestra. Claudia Rojas Mira, hace una exposición de un hecho que entre muchos ocurrió en esos años, concerniente al hallazgo en 1978, en un lugar denominado “Hornos de Lonquén”, de los restos de 15 hombres desaparecidos en octubre de 1973. El 7 de octubre, por la noche, 11 personas pertenecientes a familias campesinas son detenidos sin mediación judicial y son conducidos por “Carabineros” y ese mismo día, son también detenidos 4 jóvenes que se encontraban en una plaza. Pues bien, estas personas desaparecen y a pesar de los esfuerzos realizados por sus familiares no logran encausar una averiguación sobre estas desapariciones, hasta que se encuentran sus cadáveres en esos hornos. La investigación se abre y el capitán que dirigía a los carabineros, declara que en efecto ellos habían detenido a estas personas, pero cuando se conducían al cuartel, uno de los prisioneros les informó, que en esos hornos, se hallaba un arsenal de armas y cuando se dirigían a ese lugar, fueron repelidos por un grupo armado, dando muerte a todos los detenidos, sin producirse bajas entre los uniformados y ante el temor de represalias de los familiares, decidieron enterrar a esas personas. Esta versión es sin embargo, cuestionada, puesto que el examen forense determino que los cuerpos no tenían señales de perforación de balas, lo que indica, que fueron sujetos a torturas. Por otra parte, los restos de estos desaparecidos no fueron entregados a sus familiares, sino que fueron retirados y enterrados en un cementerio; a demás que el lugar donde fueron hallados, fue destruido en 1980, a fin de que no se convirtiera en lugar de recuerdo y memoria de lo allí sucedido. Esta manifestación de la violencia política, se registra también en Argentina y Uruguay, cuando se instalas las juntas militares. 310
Revista de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas. Nº 3. 2007
Cuando se intenta establecer una clasificación sobre la violencia, la misma establece discriminación entre aquella denominada Macro estructural o microestructural, como si entre ambas hubiese una diferenciación en cuanto a las causas que la originan. En la década de los años 70, se suceden los golpes de estado en el cono sur, que surgen como respuesta ante la inminencia de que sectores políticos adversos a las clases sociales dominantes, puedan ascender al poder y que pondría en peligro sus intereses. Pero podemos encontrarlo en otros países americanos esta misma circunstancia. En Colombia a finales de los años 40, emerge en la escena política un personaje que interpreta y recoge el sentimiento y sufrimiento de los sectores sociales desposeídos, del campo y de la ciudad, pues bien, este personaje, Jorge Eliécer Gaitán es asesinado y la lucha que encendió duro 16 años. que costó la vida a 300.000 personas. Estas luchas estaban relacionadas como lo describe Laura D. Von Mandach y Cristóbal Kay a la lucha por la tierra, de las masas campesinas, no solo en Colombia sino en toda América, al sur del Río Bravo, hasta la Patagonia, frente a los intereses de una clase reducida y hegemónica en la vida política y social. Hoy en día se libra en Colombia una guerra civil, que tiene sus antecedentes en la Masacre de Marquetalía en 1964, donde fueron asesinados miles de campesinos y que dio origen, a las Fuerzas Armadas revolucionarias de Colombia (FARC). Historia semejante se halla en América central, en Guatemala, cuando en 1954, bajo el gobierno de Jacobo Arbenz, decide implementar la reforma agraria y procede entre otros aspectos a expropiar la United Fruti Company y de una minoría terrateniente, pues bien, la CIA organiza una operación denominada “Éxito” y es derrocado Arbenz y a partir de ese momento, se genera una guerra entre los sectores campesinos y los grupos étnicos, ante los sucesivos gobiernos, hasta el cese de las hostilidades en 1996. En el Salvador, en 1932 se sucede un levantamiento campesino, donde son asesinados entre 30.000 y 40.000 personas, que refleja una dura lucha por la esperanza de un grueso importante de la población, que adquiere una nueva connotación cuando en 1982, se decreta la reforma agraria, que desata una espiral de violencia entre los campesinos y los terratenientes, que culmina en 1992 con los acuerdos de paz. Del mismo modo, se encuentra esta lucha en Nicaragua, que durante todo el siglo XX, estuvo marcada por una dictadura y posesión de un sector social en contra del grueso de la mayoría del país, fundamentalmente campesino, que tuvo su colapso en 1979, con el triunfo de la Revolución Sandinista, que tuvo sin embargo, una fuerte presión de los Estados Unidos, al financiar y propiciar 311
Representación de la Violencia en América Latina. Felipe A. Caballero R.
el surgimiento de los denominados “Contra”, que lograron desestabilizar el país. En 1990, se firma el acuerdo de paz y el proceso electoral, donde pierden los Sandinistas y una consecuencia de ello, fue que se hizo una contrarreforma y es así como los terratenientes recobran sus tierras, volviendo a la situación que había originado los actos de violencia, durante el siglo. El caso peruano en las conferencias de Hamburgo, cobra un especial interés. Volkmar Blum, aborda en su trabajo lo relativo a la aparición de Sendero Luminoso, que comienza en 1980, cuando se queman las actas electorales, de las primeras elecciones que se realizaban después de 22 años de gobiernos militares. Esa zona de Ayacucho, es un lugar habitado por campesinos y una población étnica, que ha estado sometida a una dura situación social y económica, por los terratenientes y su prestancia ante los diversos gobiernos de turno. Cuando ocurren los sucesos de la quema de las urnas electorales, Sendero Luminoso, aparece como una organización orientada a preservar y defender los derechos de esta población humillada por décadas y así entonces logran una gran simpatía entre la población. El líder de este movimiento es Abimael Guzmán, que para ese entonces, era decano de la Facultad de Letras de la Universidad de Ayacucho. Los enfrentamientos que se dan, cobran una característica sangrienta, donde los campesinos son objeto de parte y parte de múltiples atentados, esto dio origen a un desplazamiento de la población en mas de 500.000 personas, que trae como consecuencia su inserción en la periferia de los grandes centros urbanos, y el surgimiento discursivo, de una exclusión, que conlleva a que desarrollen diversos comportamientos antisociales para lograr su sobrevivencia. Algunos de los sectores desplazados volvieron a Ayacucho, pero la dinámica social que se genera, descansa en la desconfianza, en el temor, el no aceptar la autoridad, porque la misma es la que estuvo involucrada en las desapariciones y asesinatos. Una vez que cesan, los enfrentamientos armados y se firman los acuerdo de paz o se vuelve al régimen democrático, en muchos de estos países, empieza ha ocurrir una violencia y una alta criminalidad. Casos extremos lo representan los altos índices de homicidios registrados en Guatemala y El Salvador, cuyo estudio desde el punto de vista de Gabaldon correspondería a la violencia microestructural: “..ejercicio de la coacción interpersonal en encuentros de distinta naturaleza que, en función de valores, situaciones o percepciones de los actores envueltos en el encuentro, generan respuestas de diversa intensidad y consecuencias” (9). 312
Revista de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas. Nº 3. 2007
Ciertamente el registro de estos hechos no se encuadra, dentro de las luchas campesinas que se habían librado, o de el escenario de protestas por reivindicaciones, pero estos hechos ocurren precisamente en países como El Salvador y Guatemala, que habían salido de cruentas manifestaciones de violencia, donde la autoridad ha perdido su estatus de legitimidad por cuanto el Estado, libro la violencia por un lado, y por otro, se muestran impunes los delitos que fueron cometidos, como es el caso de las Comisiones de la Verdad, que en los países centroamericanos se establecieron y que no condujo a las sanciones correspondientes, igualmente ocurrió en los países del cono sur, que condujo a la amnistía o cierre de las investigaciones. El Investigador Chileno Gabriel Salazar aporta una interesante tesis para abordar estos hechos violentos. Cuando hace referencia a lo que ha venido sucediendo en Chile una vez que se retoma a la democracia, en donde ha ocurrido un desplazamiento simbólico, de la expresión estructural al campo subjetivo: “El conflicto social, que había sido estructural, colectivo y político entre 1938 y 1973 (en Chile), se tomó esencialmente subjetivo y psicosocial después de 1980. La subjetivación individual del conflicto volcó la violencia sistemática hacia el interior de los mismos sujetos afectados, desde donde no podía salir sino convertida en violencia familiar, social, delictuosa y grupal, con la frecuencia y agresividad suficiente como para que el sistema desarrollara y contrapusiera un sistema policial y de seguridad ciudadana “conveniente”, legitimándose a sí mismo” (10). Esta consideración propuesta por Salazar, inserta esos episodios de violencia “de coacción interpersonal”, como lo concibe Galbaldón, dentro del escenario de la estructura en general. Si miramos por un momento el caso venezolano, los índices de criminalidad después de 1989, adquieren una dimensión cuyas articulaciones las encontramos, con la perdida de referencia del Estado como órgano para implementar la justicia, donde la esperanza de satisfacción de los problemas cotidianos, sufre de desaliento, por cuanto la dinámica de la vida social, esta marcada, por el privilegio de unos pocos, versus los de la mayoría. Incluso el “Ajuste de cuentas” que ha pasado a engrosar la causa de los homicidios perpetuados, podría entenderse como una reivindicación del honor que hay que conferirle a las transacciones entre las personas y que su violación tendría serias consecuencias. Puesto que el venezolano ha visto, casos de corrupción donde los delitos no son juzgados o las violaciones de entidades privadas no se les sigue el curso, esto enmarcado en lo que se conoce como delito de cuello blanco que en definitiva trae consecuencias, no para un individuo, 313
Representación de la Violencia en América Latina. Felipe A. Caballero R.
sino para la población en general, entonces, bajo esta perspectiva los ajustes de cuenta podría entenderse como una medida de justicia y en ella, también se podría incluir al de los linchamientos. EL ESTADO: ¿DÉBIL O FUERTE? El papel del Estado, entorno al abordaje de la violencia, es de vital importancia por cuanto su dinámica y desenvolvimiento, posibilita o restringe, dirimir los conflictos a través de la violencia. Hemos visto que en la historia de América latina, el papel del Estado ha estado sujeto a los intereses de una clase dominante. Una vez que se dan los procesos de independencia, el caudillismo toma el ejercicio de la hegemonía que antes tenían los colonizadores. Posteriormente se van constituyendo los Estados, pero ocurre que su orientación se articula con la orientación de sectores dominantes de la sociedad, de tal manera que el Estado no pasa a representar a toda la población, sino a una parte de ella y para colmo, que representa solo una minoría. En algunos de los expositores del evento en Hamburgo, hablan sobre el estado y se conducen en pensar si el Estado ha sido débil o fuerte, cuando realmente no se trataría de la consistencia del estado, sino que el mismo, no termina por representar y conservar los intereses de la mayoría. Marianne Braig expone dos aspectos sobre las debilidades del Estado. El primero de ellos, tiene que ver con la capacidad de legislar y el segundo sobre la deficiencia en sancionar a los agresores. Curiosamente la experiencia Venezolana, ha transitado más bien, por una gran capacidad de legislación, pero el desaliento que se palpa, es que hay una lenta sanción contra quienes cometen delitos. Los procesos que se llevan a cabo, corresponden en su mayoría a delitos contra las personas, pero no así contra quienes dañan o atentan contra el desenvolvimiento económico y social. Podemos aquí recordar, lo que sucedió en el caso Recadi en 1986, o la crisis bancaria de 1994, donde hubo unos delitos que tuvieron una consecuencia, no ya individual sino colectiva. Frente a circunstancias como las indicadas, no se trataría de debilidad o fortaleza del Estado, sino de una ausencia del mismo para enfrentar estos episodios. El Estado aparece como una instancia distante del ciudadano común y corriente, de allí que el ejercicio de la administración pública, no sea observado como el mecanismo idóneo para la búsqueda de respuestas que satisfagan las demandas sociales. En esta perspectiva la corrupción se transforma en el mecanismo o desenvolvimiento inmediato para resolver cualquier eventualidad, es como ir en un canal de circulación y conducirse por el 314
Revista de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas. Nº 3. 2007
hombrillo, para llegar más rápido, pero el mecanismo de la corrupción es la constitución de la ilegitimidad como condición de intercambio social, pues permite un logro, que por los canales institucionales no se obtiene. De tal manera que el Estado aparece entonces como algo distante y abstracto. La práctica de esta ilegitimidad social, se manifiesta en innumerables escenarios de la vida, que hace de instancias como la policial, un órgano al que se recurre poco para la búsqueda de ayuda o ante el cual, se ensayen artificios externos a su funcionalidad para lograr su eficiencia. Sobre este punto hallamos la experiencia relatada por Ignacio Cano del caso Brasileño (11). Ocurre que el gobierno de Rió de Janeiro entre 1994 y 1998, estableció un premio a la bravura, incrementando el salario en un 150% a los agentes que participaban en enfrentamiento armado con sospechosos, de tal manera que se duplicaron el numero de civiles muertos en los años que duró esta medida. La otra experiencia es la que se realizó en Sao Pablo en 1998, en sentido contrario a la practicada en Rió, aquí se trataba de retirar a los agentes policiales que participaran en enfrentamientos armados con victimas fatales. El resultado es que hubo un incremento de detenciones sin consecuencias fatales. Las conclusiones a las que llega Cano son las siguientes: “La consecuencia más clara de este ejemplo es que, más allá de la inercia histórica e institucional, las políticas públicas pueden modificar el comportamiento de los agentes policiales. Específicamente, cuando consiguen unir los objetivos institucionales con los intereses particulares, corno ocurría en el caso de los grupos paramilitares y los escuadrones” (l2). Este articulación, de los intereses institucionales con los individuales, es lo que carece el Estado como representación simbólica y es por ello, que su ejercicio aparezca débil, solo el ciudadano lo ha visto fuerte, cuando ha sido utilizado por las juntas militares, para la persecución de los disidentes políticos o para la represión de los sectores populares y de los excluidos. La violencia ha pasado ha constituirse en una praxis en América Latina y las razones que la soportan están inmersas en el desenvolvimiento social de cada uno de nuestros países, John Keane plantea que “. .para comprender semejantes conflictos ya no se puede aplicar las antiguas categorías de lucha de clases, rebeldía juvenil o liberación nacional” (l3), ciertamente han dominado nociones que se han extrapolado sin tener la adecuada contextualización, pero las desigualdades a las que han estado sometida la población en Latinoamérica, ha sido el escenario en donde 315
Representación de la Violencia en América Latina. Felipe A. Caballero R.
han surgido la violencia como respuesta. Hay por otra parte, una situación a la que han estado sometidas nuestras naciones y es a la dependencia no ya como en la época de la colonia, con ejercito, pero si, en una constelación de dependencia abrumadora para nuestra vida económica y social. CITAS (1) Klaus Bodemer; Sabine Kurtenbach y Kalus Meschkat. (2001). Violencia y regulación de conflictos en América Latina.; Nueva Sociedad.. Caracas. Venezuela. pág. 111 (2) Idem. pág. 112 (3) Hans Werner Tobler. (2001) Un siglo de violencia? Apuntes de un Historiador. En Violencia y regulaciones de conflictos en América Latina. Nueva Sociedad. Caracas. Venezuela. pág. 16. (4) Karl, Kohut. (2001) Política, violencia y literatura. En Violencia y regulaciones de conflictos en América Latina. Nueva Sociedad; pág. 39. Caracas. Venezuela. (5) Ídem. Pág. 52 (6) Holainder, Nancy. (2000). Amor en los tiempos del Odio. Edc. Horno Sapiens. España. (7) Gabaldón, Luís Gerardo. (2001). Desarrollo de la criminalidad violenta en América Latina. En Violencia y regulación de conflictos en América Latina. Nueva Sociedad. Caracas. Venezuela. Pág. 140 (8) Salazar, Gabriel. (2001). Origen y motivos de la violencia urbana en Santiago y Rancagua. En Violencia y regulación de conflictos en América latina Caracas. Venezuela. Pág. 9 1 (9) Gabaldón, Luís Gerardo. Desarrollo de la Criminalidad violenta en América Latina. Op. Citada. Pág. l39 (10) Salazar, Gabriel. Obra citada. (11) Caro, Ignacio. (2001). Policía, paramilitares y escuadrones de la muerte en América latina. En Violencia, regulación de conflictos en América Latina. Nueva Sociedad. Pág. 230 (12) Idem. Pág. 23l (13) Keane, Jhon. (1996) Reflexiones sobre la Violencia. Alianza Editorial. España. Pág. 114 316