Huelga 1954: 60 años por el camino de mayo

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HUELGA 1954:

60 a単os

por el camino de mayo


En abril de 1954 miles de obreros y obreras en Honduras vivían sin respeto a sus derechos laborales, humanos y políticos, con jornadas de trabajo de más de 12 horas, las mujeres no tenían ningún peso en la vida pública, las transnacionales definían sin oposición a los gobernantes y la marginación tenía en el atraso y abandono a más del 70 por ciento del territorio nacional, un mes después todo había cambiado, el país había cambiado para siempre.


La historia desde adentro

Entre el 1ro y el 2 de mayo de 1954, los trabajadores bananeros de Honduras se fueron a una huelga que, después de un semana, cubriría el país en un gran alzamiento que involucraría a casi la totalidad de los trabajadores del país. Nunca los huelguistas se imaginaron que estaban partiendo la historia de Honduras y formando un movimiento social sin precedentes.

"Para entender este fenómeno, hay que recordar lo que eran los monopolios bananeros que, como la Unidad Fruit Co. y la Standard Fruit Co., no sólo dominaban la economía de Honduras y el Caribe, sino que eran un "Estado dentro del Estado", ponían y quitaban presidentes, controlaban el Congreso Nacional, y las leyes estaban a su servicio. Los trabajadores sufrían una explotación sin límites, no gozaban de ningún derecho laboral o social. El país estaba sometido desde hacía 25 años a una terrible dictadura que no permitía libertades políticas y no habían elecciones." "Carias, más por la presión de las luchas en el contexto internacional, cede el poder a Juan Manuel Gálvez, viejo abogado de la United Fruit. Se inició así una leve apertura política que aprovechan los trabajadores e intelectuales progresistas. En 1948 se organizan en un partido político, el Partido Demócrata Revolucionario Hondureño (PDRH) que el 10 de abril de 1954 daría origen a la reorganización del Partido Comunista de Honduras (PCH)."


"Para 1953, en Honduras se presentaban dos coyunturas favorables a las luchas de los trabajadores. Por un lado, las compañías bananeras, para salir de una crisis en el cultivo y exportación del banano, estaban reorganizando las formas de trabajo y de pago: se cambiaban las jornadas de trabajo, se rebajaban los salarios, se acentuaba la explotación. Al mismo tiempo, el país entraba en un año electoral. Para octubre de 1954, se debería de convocar a elecciones de Presidente. En el seno del partido gobernante, el Partido Nacional, se inició una disputa por el poder político, entre los seguidores de Carias y Gálvez que intentaba reelegirse y continuar con un "reformismo en el Estado". La oposición se reorganizaba alrededor del Partido Liberal y su candidato Ramón Villeda Morales. La lucha política y por reivindicaciones económicas se agudizó. Por un lado los trabajadores pedían salarios, un código de trabajo, seguridad social, y el pueblo en general pedía "elecciones libres".

"En el Progreso, los trabajadores formaron un "pequeño gobierno" que el gran novelista social Ramón Amaya Amador, autor del libro "Prisión verde", catalogó de "Comuna de Paris en embrión". Los trabajadores formaron comités de apoyo, de vigilancia y la ciudad empezó a ser dirigida por los obreros en huelga."

"El 9 de julio, se logra terminar la huelga firmando un acta que no cumplía con lo que los huelguistas querían. Pero aún con la represión y la traición, la huelga logra, en lo general, sus objetivos. El Partido Nacional en el poder entra en crisis y le es imposible seguir gobernando, aún imponiendo una dictadura con Julio Lozano Díaz que sustituye a Gálvez que se retiró "por enfermedad", después vendría un golpe militar reformista y convoca a elecciones que les gana a la oposición con Villeda Morales." "Villeda Morales aprueba en 1959 un Código de Trabajo, legaliza el sindicalismo, da el seguro social y una reforma agraria. Los estudiantes ganan la autonomía de la Universidad Nacional y las mujeres su derecho al voto. Nace todo un marco jurídico y una Constitución de avanzada. Eso son los logros de este alzamiento popular." - Tomás Erazo Peña, militante político, testigo y parte de la huelga de 1954


La huelga del 54 y su impacto en el derecho a la tierra La huelga de los obreros agrícolas de 1954 es el antecedente inmediato de la REFORMA AGRARIA en Honduras. La fuerza generada por el movimiento obrero organizado en Latinoamérica llevó a los gobiernos nacionales a impulsar proyectos de repartición de la tierra. Es así como a partir de las Leyes de Reforma Agraria de 1962 y 1972 el gobierno comienza un plan de colonización en las zonas del Aguán y Nueva Palestina. En el período comprendido entre 1962 y 1989 el gobierno hondureño reparte 380 mil hectáreas de tierra, fundando de esta forma las Cooperativas y Empresas Asociativas Campesinas, liberando presión sobre las tierras del resto del territorio y ampliando el derecho a la tierra para los campesinos hondureños. El abandono por parte del estado de la reforma agraria a partir de los 80s, antes expresado en asistencia técnica y acceso a créditos, devino en la quiebra de las Cooperativas y las Empresas Asociativas Campesinas, favoreciendo de esta forma la reconcentración de la tierra a través de compras irregulares y desalojos forzosos por parte del sector empresarial agroindustrial y exportador. Es de esta forma que luego de la Contra-reforma agraria (Proyecto contenido en la Ley para la Modernización y el Desarrollo del Sector Agrícola de 1992) las tierras antes reformadas, vuelven a concentrarse en pocas manos; en 1993 un solo empresario agroindustrial tenía el 53% de las tierras productivas del Aguán.

La lucha campesina no se ha detenido, en el 2008 las cosas parecían cambiar para mejorar, cuando en el gobierno de Manuel Zelaya se aplicaron varias reformas que permitirían a los sectores campesinos recuperar la tierra que se le había sido arrebatada. Estas reformas se detuvieron el 28 de junio del 2009, mismo día del Golpe de Estado. De este entonces se ha desencadenado un conflicto agrario que le ha costado la vida a más de 100 campesinos y campesinas.


Ante esta situación es fundamental volver al camino de mayo. La redistribución de los recursos tierra, agua y tierra son cardinales en tanto son medios imprescindibles de vida. La transformación agraria y el fortalecimiento de la empresa campesina del sector reformado es un acto de justicia social que a su vez contribuye a mejorar la producción y productividad del sector agropecuario y el desarrollo económico, social y cultural de Honduras junto al resto de productores agrícolas. El movimiento social, los Partidos Políticos y en definitiva el Estado hondureño deben contribuir a la recuperación de la vocación social de los recursos naturales y la tierra.

Participación política de las mujeres El Derecho al Voto de la mujer, El Derecho de la mujer a pertenecer a organizaciones Sindicales, El Día Nacional de la Mujer y el fortalecimiento de diversas organizaciones como la Federación de Asociaciones Femeninas de Honduras (FAFH - 1954) y el Colegio Profesional Superación Magisterial de Honduras (COLPROSUMAH - 1961) fueron logros que la Huelga de Trabajadores de 1954 dejó a la población hondureña mediante.


Desde 1924 con el boletín “Cultura Femenina” se denunciaba la falta de regulación de las actividades laborales. Siguiendo esa línea en 1930 celebraron en San Pedro Sula la primera Asamblea Nacional de Mujeres en la cual se discutió sobre la regulación de la jornada laboral, pago de días festivos, remuneración de vacaciones, protección a la maternidad y condiciones salariales más justas. En esta Asamblea se acordó presentar al Congreso Nacional la propuesta de crear el Código del Trabajo sin embargo esta fue rechazada. Fueron las organizaciones de mujeres que iniciaron una ola de protestas contra el régimen de Tiburcio Carias pidiendo su renuncia. En las protestas del 29 de Mayo de 1944 mujeres como Visitación Padilla, Enma de Bonilla, Argentina Díaz Lozano, Carlota de Valladares, al frente de mujeres de diversas clases sociales se enfrentaron públicamente contra el régimen. La prolongada dictadura de Carias, la represión ejercida por el gobierno de Juan Manuel Gálvez y la sobre-explotación de la mano de obra bananera bajo el monopolio de compañías norteamericanas en la costa norte del país, dan paso a la Huelga de 1954, en la que las mujeres tuvieron una participación protagónica formando parte de los comités de huelga y organizando la ayuda externa para soportar la huelga.

En la actualidad, los avances han sido lentos y muy pocos. En política la mujer ha logrado que se establezca un 40% de participación en planillas para cargos de elección públicos con la Ley de Igualdad de Oportunidades, sin embargo no ha tenido mayores efectos sobre la vida política de las mujeres. Las organizaciones feministas son mal vistas por el Estado que sigue utilizando la Religión para argumentar su machismo. Las mujeres campesinas, representando los hogares rurales más del 60% en Honduras, han sido olvidadas por las políticas públicas. La oferta de trabajo para estas es de apenas un 22.5% comparado con el 75% para los hombres. También las mujeres campesinas han tenido un débil acceso al crédito institucional o formal, sólo el 1% posee títulos de tierras. Aunado a esto, Honduras tiene la tasa de embarazos adolescentes más alta de Centro América, situación que tiene mayor incidencia en el área rural que en el área urbana (21.3 contra 13.8 respectivamente). Las mujeres sufren violencia, un reducido acceso a los derechos de salud, educación, trabajo, discriminación en los espacios de toma de decisiones y exclusión en el marco legal. Para poder seguir las huellas que las mujeres valientes impusieron desde antes de La Huelga 54, es imperante se denuncie públicamente que la situación que vivimos es culpa de un Estado que sigue replicando una cultura machista soportada por la iglesia. Las mujeres debemos organizarnos para exigir los derechos que nos competen e impulsando por que se rompan las desigualdades de género, haciendo énfasis en nuestras necesidades, intereses y aspiraciones. La Ciencia y la Cultura deben ser los argumentos que un Estado justo lleve de la mano para el bienestar de todos y todas.


Vanguardia Revolucionaria, un medio de comunicación de los trabajadores y trabajadoras Al igual que el calor del Caribe le da fuerza a los huracanes, así el calor del primero de mayo inició el vendaval de la fuerza obrera de los enclaves bananeros.

Por toda la costa norte los aires que exigían aumento salarial y mejores condiciones laborales se encontraban con el ardor de la explotación. Desde algunos años atrás se difundía en la zona bananera ideas revolucionarias mediante el Periódico Vanguardia Revolucionaria editada por el Partido Democrático Revolucionario Hondureño (PDRH). El Vanguardia hizo una labor admirable, en el sentido de ayudar a organizar a más de 35 mil trabajadores con representación de distintos distritos bananeros: Tela, Cortes, El Progreso, La Lima y Batán. A la vez, de hacer eco de su voz al denunciar los atropellos contra la clase obrera y su continua explotación. Jamás en la historia de Honduras un periódico hizo tanto como Vanguardia Revolucionaria para impulsar la lucha y la organización de los trabajadores. Ese fue el papel de este impreso, además, su faena iba más allá de los trabajadores bananeros, porque orientaba a todo el pueblo hondureño. Es cierto que su difusión no era muy alta (en relación de los periódicos hegemónicos), pero a donde llegaba despertaba a la población.


Se lograban distribuir 7 mil periódicos semanales, todos movilizados de forma clandestina hasta las manos de los y las trabajadoras. En estos se llamaba a organizar sindicatos, se exigían jornadas laborales de 8 horas, seguridad social y pago doble de días festivos.

Vanguardia fue insistente en la organización de los trabajadores, y eso fue inculcándoles un deseo manifiesto de organizarse. Entonces, los agentes de vanguardia se encargaban, a veces, de reunir a los trabajadores de manera clandestina y desarrollar platicas y discusiones que servían a la formación y a la organización. La difusión del periódico traía como consecuencia el interés de la clase obrera para manifestar su protesta y su situación de vida al grado que, cuando Vanguardia comenzó a circular, los obreros se atrevieron a hacer cartas para el periódico y empezaron a denunciar lo que estaba ocurriendo. El objeto, más a allá de informar y denunciar las injusticias de aquel momento, Vanguardia se presentó como un espacio para preparar, organizar y orientar a los trabajadores para que iniciaran la lucha por sus verdaderas reivindicaciones; en ese momento la única labor era organizativa. Nunca como entonces un medios de comunicación fue una parte tan orgánica y funcional para el proceso de organización popular y el despertar de conciencia de la realidad en la población. Hoy a sesenta años la tecnología permite mayores posibilidades desde las herramientas de comunicación y es necesario adoptar la doble función de los medios de comunicación (video, redes sociales, internet, etc) que deben informar y ayudar a organizar.


La huelga del 54 y su impacto en la organización estudiantil El ambiente de tensión social generado por la Huelga del 54 devendría en el impulso de otros movimientos sociales. Tal fue el caso del movimiento estudiantil, el cual, motivado por las iniciativas huelguistas, se consolidó alrededor de la organización estudiantil universitaria. Es de esta forma que en 1957, miles de estudiantes salen a la calle a exigir autonomía y presupuesto para la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Producto de este movimiento la UNAH adquiere autonomía académica y financiera y accede a recibir el 6% del presupuesto público del Estado hondureño. Indudablemente, existe un antes y un después del movimiento del 57 en cuestión de desarrollo académico de las instituciones educativas hondureñas. Previo a la autonomía, las políticas académicas y financieras universitarias dependían exclusivamente de la voluntad de los gobernantes o dictadores de turno. Es más; la Universidad en su situación de abandono y subdesarrollo seguía siendo (desde 1869) apenas un edificio anexo a la iglesia La Merced. Hoy en día, la UNAH atiende a una población estudiantil de más de 80,000 estudiantes en 10 sedes en todo el país.


Desde 1957 hasta 2006, el movimiento estudiantil había logrado mantener una representación tanto en los órganos autónomos como en los órganos de gobierno universitario. La falta de coordinación, capacidades técnicas y un incremento en la confrontación política interna devino en la pérdida de representación de estos espacios. A partir del presente año, desde los estudiantes ha surgido un Proyecto de Organización Estudiantil con miras a recuperar estos espacios perdidos. Más allá de la Universidad, el contexto de la educación hondureña sigue viviendo una situación precaria, con una cobertura educativa promedio de apenas el 30% y con una de las peores condiciones en calidad educativa de la región. Será necesaria la organización un movimiento estudiantil que se plantee una respuesta ante este escenario, tomando como ejes la expansión de la cobertura educativa, el mejoramiento de la calidad a todos los niveles y la recuperación de la vocación social y académica del sistema educativo nacional. .


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