Anarella VĂŠlez Osejo
Iluminadas
Ilustraciones por Rigoberto Paredes VĂŠlez
PรกGINAs D
De COLOR
Anarella VĂŠlez Osejo
Iluminadas
000 R15 C. H. Vélez Osejo, Anarella Iluminadas / Anarella Vélez Osejo. --Tegucigalpa: Ediciones Librería Paradiso / [Ediciones Guardabarranco],[2016] 64 p. ISBN: 1.-Colección Poesía
Iluminadas Primera Edición, Junio 2016 Colección Poesía Teléfono: 2237 0337 Autora: Anarella Vélez Osejo Diseño y Levantamiento de Textos: Lisa Marie Sheran Ilustraciones Portada e Interiores: Rigoberto Paredes Vélez Portada: Andrea Fonseca Chahin Impreso por: Editorial Guardabarranco No está permitida la reproducción, total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o cualquier otro medio, ya sea electrónico, mécanico, virtual, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo de los titulares del autor.
Sobre la autora Anarella Vélez Osejo nació en Honduras. Historiadora, ensayista, promotora cultural, editora y catedrática universitaria. Perteneció a los grupos literarios: Paíspoesible, La coperacha, Las de Hoy, ColectivoLetraEle y Taller de poesía Alicanto. Ha sido fundadora del proyecto editorial Ediciones Librería Paradiso. Colaboradora en las revistas Alcaraván, Galatea, Paradiso, Paraninfo, Imaginaria, Nostos, Lastiri, Revista Científica de la UNAH, entre otras. Columnista de Diario Tiempo; dirigió el programa radial Letra de Mujer en la radio comunitaria RDS, 2015. Ha participado en diferentes congresos de Historia y Sociología, en Costa Rica, Guatemala, Nicaragua, El Salvador, México y Perú. Premio A Cuatro Voces de la ANDEH, 2011. Publicó el poemario Todas las voces en 2013. Compiladora de Sihuatán, antología de cuentistas hondureñas, 2014; compiladora de la Antología de narradoras hondureñas, 2016. Sus poemas están incluidos en Honduras: Pluma y Golpe, Antología de poesía resistente escrita por mujeres (20092013), preparada por Lety Elvir, en Voces de la ANDEH, antología de poesía preparada por Elisa Logan, 2014; Las de Hoy, Selección de Poesía, 2014, antología del movimiento poético Las de Hoy; Women´s poems of Protest and Resistance Honduras (2009-2014). Su narrativa ha sido publicada en la Antología de narradoras hondureñas, 2016. Iluminadas es el segundo libro de poesía que Anarella publica.
Para Rigoberto AndrĂŠs, Penny y Fernando Antonio.
Índice Sobre la autora 7 Criolla Rebelde 12 Clementina 13 Secreta voz que me arropa 14 Visitación Padilla 15 Petición a Alejandra Pizarnik 16 Perséfone 18 Ana María 19 Iluminadas 20 Suzanne Nebout 21 Justicia para Jantipa 22 Barca de pesca 23 Sulpicia 24 Porcia 25 Fortuna 26 Dido 27 Safo 28 Alas de sangre y de vacío 29 Sustancia incontenida 31 Mujer huyendo de la muerte 32 El espejo del silencio se detiene en tí 33 Cristine De Pizan 34 Frágil amante 35 Convoco a Fedra 36 Verena 37 Chalchihuiltlicue 38 Helena 39 Penélope 42 Amor y ritmos trastornados 43 Dolores 44 Coatlicue 45 Nana 46
Elegía por Iris 47 Fragmentos 48 Acorazada 49 En este paraíso subvertido 50 Tonantzin 51 Palabras para las hermanas Miranda 52 ILUSTRACIÓN 53 Signo perfecto en la piedra 54 Ixbalamque 55 Eva 56 Como luz en la llanura yerma 57 Renacida 58 Eres Trópico Delmira 59 1954, 13 de Junio 60 Óleo vital 61 Como Miel en Selvas Fieras 64 Libertarias 65 Rosa Parks 66 Preciosistas 67 Revuelta Contra la Vida Sometida 68 Si la Teoría Queer te hubiese socorrido 69 Petronila Barrios 70 Frida Kahlo 71 Elegía por Berta Cáceres 72
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Criolla Rebelde A Josefa Lastiri Lozano
Allí estás, criolla rebelde, en mi ventana, cambias como luz de madrugada, del sacramento al contrato personal, allí estás, con tu voz de subversiva enamorada, y no te apagas, a pesar del santuario, en los días de furiosas batallas, te entretejes, amante, asumes la utopía como se acepta el canto de /los pinos, ¿Conciencia obligada de la muerte? Te recuerdo: la América emancipada fue tu sueño; la hora de los cínicos guardianes del pasado aún espanta. Vibrante das la vuelta hacia el futuro. Todo lo entregas, vida y hacienda, y allí estás, empeñada en alcanzar tu destino, como una mano que se ciñe a la cintura de /quien ama objeta de la obscura barbarie, exprimida por la moral del fango, emerges del escándalo a la seducción. En tus noches de vigilia, cimentas la matria, de norte a sur, para ti el amor y la lucha son lo mismo, tu, que amas la libertad del libertario, allí estás.
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Clementina
Elegía para Clementina Suárez Fuego que inventa la poesía. maestra maga de la palabra, pasión poeisis, pasión justicia, la paz, luz de diamante penetrante, la libertad, tu boca hija madre. Emergiste mariposa, luciérnaga, ungiste con tus versos nuestros destinos, corazón sangrante, templo de fuego, desilusiones y anhelos secretos, te hicieron crecer como la hierba, romper el espejo, tu casa con rimas y vientos levantaste son señales de danzas fantásticas y están aquí, ahora para mi, tus brazos son olas inasibles que levantan andamios de esperanza, tu, la combatiente, la barda, hueste de poetas eres.
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Secreta voz que me arropa Para Alfonsina Storni
Me desnudo ante ti, como una letanía de mi tierra muerta, triste caricia en bosque de Ahuehuetes, capullo que cae de una rama yerma buena para los juegos perdidos, secreta voz que me arropa, adolorida como las calles que deambulo, sombra que me penetra y canta, tregua en mi camino hacia el averno, furia que estalla en estos versos. Vago por esta ciudad, océano, desierto, tu verbo, misterioso, húmedo, sedicioso, me recorre, se encumbra como flor bajo tormenta: desilusión y esperanza resuenan transparentes, fruto para gozar, sabia roja, perfumada, memoria desnuda en este invierno.
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Visitación Padilla Epitafio
Hija de labradores, Hilario y Lupares fueron sus nombres. Hoy tu mirada es mi mirada en el tiempo, portento y misterio en ti se juntan, textura solar en las calles obscuras de /Tegucigalpa, maestra, brujita, nocturnal, por ti vivo, a cada una diste lo que corresponde, Alda de carne y hueso, circundas nuestros días, antípoda del reposo, de la espera, artesana incansable de la obra libertaria de las multitudes, memoriosa, remontas las alturas, transformas, apasionada, amorosa, tierna, la sed de paz, en lucha tenaz, de vida o muerte. alba y refugio, sucumben las tinieblas a tu paso, raíz profunda, Ancestra, Choncita, como suave brisa llegas hasta mí. En medio del paisaje alguien, como yo, acopia la cosecha.
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Petición a Alejandra Pizarnik Háblame del tiempo que se detuvo en ti, en este texto que quiero escribir, virgilia en la oscuridad, corazón del misterio de la noche, cura imposible eres de la risa y el vacío, alienada para siempre, conciencia-aroma-enamorada, huir de las manías, de la absurda razón, continua confusión/lucidez, tus versos: tempestad desatada. Aquí estoy, paso hacia la nada, al inicio de esta era que es como un boceto de la muerte, ¿no ves que para mi es extraño este calvario? El hielo a tu paso se torna lluvia escandalosa, sumergida en la sima, veo que caes como hoja de eucalipto, sigo tus pasos como tu sombra, a las seis de la tarde, por una calle tan desierta, y el viento te levanta hasta mi ventana.
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Perséfone Amor mío bésame, que tu piel sea mi equipaje entrelazarte en un abrazo marino en mi camino eres obsidiana obscura, nocturna como el miedo al miedo desatas el fuego de la tierra el agua del aire exultas llega a ti celebrando el halo de la luna anclada en el camino del azul fundirme con el sol quiero para encontrarme contigo amiga, estrella de mi ruta hacia la nada.
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Ana María Retorcías las manos, suficientes, agotadas en si mismas, tu, que del amor una quimera hiciste, no olvidas la dulzura de los amaneceres cuando dos se aman, te dispones, junto a otras manos, que inquieren materiales inflamables, extractos esenciales a los explosivos, con esa añoranza furiosa de tu pecho, trozo de tela, mecha incendiaria, botella que se romperá en miles de estrellas, ácido sulfúrico, clorato de potasio, en reacción exotérmica, --como tu íntima ternura-contra las normas, esas que nos exigen cumplirse contra viento y marea, demoler toda ley impracticable para fundar de nuevo este mundo Ana María, tu corazón palpita intermitente a pulso con el universo.
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Iluminadas Implacables con la vida, tolvaneras, alondras, mariposas, memoria de las flores otoñales, otrora cautivas, síncope dilatado son, anarquía en las siluetas, pasión que se funde con las piedras, germinan selva con Frida y Pizarnik, hechizadas por el color y la palabra, habitan un tiempo desierto, retan la mentira del amor platónico, y el regocijo intemporal, delirio por la devoción ilícita, alborotadas, reclaman la alianza de artistas ensoñadas, auténticas, transforman el paisaje, reales, meditan la miseria, enuncian el placer, trasminadas se plantan en este mundo, humanas, habitar el paraíso quieren, subversivas, en las tinieblas, fabuladoras, en la penumbra, encolerizadas, al alba. atentan al enfocar el objetivo, locas, hacia la nueva utopía caminan, y son tantas, tan hermosas, no podrán marginarlas, aquí están, vivitas y peleando, ellas, las iluminadas.
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Suzanne Nebout Lo digo: fuiste infeliz. Jodida por la vida vencida follada por Céline invariablemente calada de sudor revolcada en su lecho, del deseo carnal presa, mórbida, torturada, insomne, mortero de obús, cadáver en su escuela, vela en el mástil de su barco, primavera a la deriva, en las noches de desvelo, surges de la bruma, y te miro deshojada, quebradiza, en los cuerpos de otras, de todas, las mujeres abusadas a la orilla del mar en el que tú gimes.
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Justicia para Jantipa En el lecho de Sócrates, concubina, rechazo radical de apariencias, vida conyugal y martirio, la misma cosa. Entre la ironía y el silencio, el filósofo hablaba con sus pares, para ti, taciturno, hielo y cardos. Tú insumisa, rebelde crónica, te revelaste airada, del trueno a la lluvia, amante inapropiada, socavaste las pautas, descalificada, difamada, criticada, y urdida trama fue tu paso por la historia.
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Barca de pesca Para Pompeya Paulina
Mi barca de pesca eres, Pompeya Paulina, al borde del cielo yaces como una ola, asolada por la impiedad del tirano, deseo, como tú, soterrar el odio y el cetro al que se aferra. Después de la muerte, nada queda que poseas, tu, piadosa sin medida, acre existencia a la sombra de Séneca, tu caro y ofendido esposo, custodia leal de sus silencios. Desdichada, la inmolación fue tu manto, la sangre fluye, agraz nada te ata a esa vida quebrantada, gravitas en un mundo gestado por los apetitos de los hombres, mar abierto sin medida, lánguida en el vacío de la aterciopelada Roma no hubo quien te resguardara de la violencia, del ardid repugnante. Bocaccio te descifra, entre mil seis mujeres, entrañable como ninguna, bondadosa como pocas, Pompeya Paulina.
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Sulpicia Cortejada por Afrodita y Venus. Cadenas de ausencia, llanto y furia, amor y poesía eres, piel y manos, en combate mortal contra el silencio hoy tu palabra perdura y me llama. Sulpicia, guardaré este día por ti, en el parnaso que habitas, sepulcro de mordazas, guía tu voz el inconstante Cupido, en primavera perpetua transmuta tus rimas, discutida, mujer–manzana–serpiente, cantora intemporal, el cuerpo y el alma del que amas lira es, asedias la vida y la muerte, hálito en la boca de Augusto delirio excitado, señal de vida, tu colosal voz es el aliento de las Diosas.
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Porcia Extraña gloria, vaya forma de quitarte la vida, conocer la intriga magnicida, como si de suspiros de serellas se tratara, así, no de otro modo, el luto entró en tu casa, la verdad te arrasó, humo rojo, entre las ruinas de Roma tu corazón puro, limpio, amapola en medio de la guerra. Niña encandilada por la filosofía, sombría dicha te sonrió, de tu magia presa, pequeña y dulce, agónica confidente del implacable Bruto. Atada a tu deseo, amaste su piel, su sangre, cuerpo y espíritu cansado, volcán inverso, ascuas ardientes devoraste, cautiva del sabor de la venganza el fuego te consume.
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Fortuna En lunática fiera me conviertes, Suerte, si te encuentro, te invoco ante los juegos amorosos, engañosa te veo si desfavorable te presentas, pienso que me sonríes, y las cruces hago ante tu opuesto, infortunio, en la oscuridad te sueño, luz, alegría. Para mi ellas-otras-todas, del amor sacrificial la máscara adoptas, garras y dientes, sombras y estrellas, monoándrica, fanática y feliz, sonreí al oropel, a la maternidad, negocios tramposos me trajiste, siento en el pecho el miedo atroz al drama, cómo me has perdido fortuna!
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Dido Alegría y desgracia a un tiempo, la inmortal, la trágica, Reina de Cartago, siento tu corazón, frágil, inútil evadir a Siqueo, afligida por su lujuria inagotable, encubierta como un tesoro en aquel jardín de las delicias, luz perdida en las sombras bajo el cielo de Birsa. Dido, la perseguida, Juno y Venus en alianza infernal, tu también tuviste tu Yago, Pigmalión. revolcarte quieres en la sangre de Eneas, el divino, beber el licor que encontraste en él, él es tu destino, su suerte es la tuya. Huido de su patria asolada. Al nombrarlo habla tu corazón, la pasión te deslumbra, desesperada y sola, desnuda y demente, te clavas una espada en el corazón, Y fuiste para siempre caminante sin tregua. Ave fénix. Y vuelves a comenzar y a comenzar
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Safo Nada te fue extraño, incautada por la historia, convocada concentración del deseo, reina en tablero de ajedrez, transitaste contra corriente, en ti veo el otro lado del sol, obsequiada por Apolo, fruta prohibida y alucinante eres, ámbar y almizcle, desasosiego permanente, mujer. Trasmina la visión de tu vida, agua turbulenta, mar embravecido y quieto, deslizas tus dedos por cuerpos encriptados Sexo y amor, no hay más, placer y culpa en tus ojos, el deseo y la ternura tus territorios son, en la contemplación de ritos fervorosos, Para ti, nuestra Diosa del viento. Recibir y entregar, belleza absoluta, Albedrío azolvado de los cuerpos desnudos, Rocío en el Hades, Vida y muerte en tus ojos, tu canto me alivia, lo cotidiano está ahí, amor y verbo se unen en tí, nada, nada te fue extraño.
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Alas de sangre y de vacío Para George Sand
Alguien como yo se adentra en tus cenizas te escucha, impulsada por la libertad, poseída por tus sueños. París, ciudad abierta a tus pasiones, los siglos son tus alas de sangre y de vacío. Yo lo sé: la restauración te alcanza inversamente, la rebeldía te apuntala, amadora indomable, abnegada feroz por el piano de Liszt. Sin apelación fuiste condenada, sin ojos, sin boca, sin canto, proscrita de Nohant, Alguien como yo irrumpe en tu cosmos, inquieta, loba sedienta, con el corazón a cuestas, abatida por el peso de tus sentidos, en el mundo lóbrego y musical de Chopin, no requieres más, tu fuego me aviva mientras miro las nubes.
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Sustancia incontenida Para Virginia Woolf
Eres sustancia incontenida, Virginia, fraguada internamente, infancia, inasible, frágil, entregaste, pues no cabías en ella, tu habitación propia, silenciosa, hermosa, voluble, colorida, para hacer el amor entre libros, contigo aprendimos que el tiempo lluvioso, y los cielos grises también nos permiten gozar, que el paisaje visto desde nuestra ventana, a solas, aviva las ansias de saber, la mujer, pecho contra pecho, centro del poema, preguntas y respuestas en danza al vuelo, preguntas y respuestas, cadera contra cadera, besos contra besos en el pelo, en la espalda, cayendo despacio, nos miras, más allá del rio sin fondo, que fue tu lecho, desde tu entraña desangrada, brota un mosaico impenetrable de sencillas /cosas, abrazo entre volcán y lava tu caligrafía pasional nos descifra.
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Mujer huyendo de la muerte Para Csherezade
Mujer huyendo de la muerte, Homay, hija de Bahman, cuerpo de sol y luna, verdad en un y mil sueños tu martirio adoptó el nombre de Sultán de Shahriar. Cada noche te encuentro en esos cuentos que en liberación tornaste, con la palabra de amor apasionado arrebatas la apariencia al arcoíris rompes el silencio y tu canto es tormenta en medio del odio masculino. Existencia pulcra das a la sabiduría en la esclava Surrumuth y la necedad en Nurudín así sellaste la loca adicción a la venganza.
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El espejo del silencio se detiene en tí Para Simone De Beauvoir
En esta mañana de abril, te pido, acércate a mi, entonces, te muestras como eres, Poligénica. Repartes tu luz, dispendiosa: para las que se creen felices en su mundo de cocinas y almíbar, para las que habitan la mar en rebeldía, para las atentas a los signos de estos tiempos, para las que buscan la aurora con buena brújula, para las que se mueven en el espacio existencialista para las que sueñan con un mundo nuevo, para las poliándricas emancipadas, para las decapitadoras de falos, para las engendradoras, para las buenas esposas, para las buenas niñas burguesas, para aquellas, las cultivadoras de jardines, para las artesanas de la palabra, del color, de la música, para las pornolectoras, para las amadoras, las obreras que salen de sus pozos oscuros, el espejo del silencio se detiene en tí, tornar a nuestras ancestras, en Argelia, Cuba, América, hoy agradezco tus sueños transgresores, que me desgarran, contigo rompo los atávicos lazos del /pasado, y le pongo cabellos luminosos al futuro.
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Cristine De Pizan Quiero tu melodía, hermana, eres mis ojos, y la mirada de las olvidadas, en este bosque de espinas en primavera, me devuelves sus vidas angustiadas, en tu Ciudad de Damas están Dido, Porcia, Sulpicia, que en almohada de piedra soñaron con Eros, Apolo, Ares. Vivir y morir así, déjame habitar el templo de la ciencia que erigiste, y ser más rocío que hierba, mejor que las palabras sencillas, tus ideas: cuchillos y caricias, tu voz casi rota, casi distanciada, de los amores que se entregan frescos, como las flores, a pesar de mi-tu avidez de memoria, absorta en el hueco de la noche, la penumbra prevalece y adquiere vida propia, mediste tu fuerza con la Historia, medieval y moderna y posmoderna, y estás en mí, en todas.
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Frágil amante Para Ofelia
Lúgubre demencia entre blancas magnolias, bañada de luz y de sombras, tu cuna es la imaginación, alma que disuelve intensos desafíos, frágil amante, Eres y no eres, estás y no estás, te mueres en un torbellino de odio, poder, nostalgia, angustia, y como si de rubíes y perlas se tratara, tu mirada, zafiro en el viento, refleja sueños milenarios. Con Hamlet, embravecido mar te vuelves, el esmalte de tu piel de alabastro se esfuma. Waterhouse y Siddall matizaron tu delirio, zumbando entre las aguas del rio, divina desciendes, del sauce aquel te desgajas, entre flores amarillas y azules, en el verde de esas aguas sumergida, eres caracol que trepa por nuestras húmedas mentes. Juego brutal urdido por Shakespeare, víctima mortal, un sendero celeste se abre para ti, luz luciérnaga cielo enloquecido, Ofelia.
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Convoco a Fedra Lucrecia Borgia
En el medio de la noche te veo, amos y señores se apropian de tu cuerpo, de la primavera al otoño, amaneceres de antojos, de miradas distantes, de apegos frenéticos, sórdidos, de pasiones inquietantes a la orilla del océano, de amores prohibidos. Poseída fuiste por todos. Humillante unión de carnes, huesos y sangre, naturaleza desnaturalizada, pervertida, de la ignominia víctima, contigo me arrojan a la hoguera de la historia, tu soledad perpetua traspasa el tiempo y la vuelvo mía, llega hasta nuestras ignoradas camas, la vigilia es el sendero del espanto, desfallezco contigo en la verdosa noche, trémula en el silencio, y fulgor en los llanos. Convoco a Fedra, tu compañera de transgresión y desafío, a repartir cardos y ortigas en tu nombre. Tergiversadas, adoramos, contigo, a Eros, quien tuerce, certero, mi sino.
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Verena
Ella tenía una manera de considerar la vida que a él le parecía una ofensa personal. - Henry James No tardes, Verena, que te deterioras y mueres. Tú sabes, mi piel palpita con la tuya, los demonios deambulan por esas calles, y te desean, eres miel, eres sol, los encuentras en esos parques, ávidos de tus caderas, los mides en los actos brutales, buscan tu corazón, ellos, los que se instalan en las iglesias, no te aman como si fueras la aurora, Luzbel y compañía, te odian por lo que eres, flecha, sufren esos mercaderes tu presencia, en los medios no parecen esa cosa tenebrosa, desde ahí viven sus partos oscuros, el pánico de su aroma invisible te persigue, tú, que todo lo tienes, que todo lo pierdes, día tras día, noche a noche así, te amaré con soberbia humildad Como a las notas de Piazzola en un Tango.
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Chalchihuiltlicue Inquietas mi sentir, cuando alteras los ríos, los mares te adivino con los ojos cerrados, surges desde la bruma, silenciosa, te busco en la música de la lluvia, te siento arcoíris, sol, llovizna, tu voz malva llega, profunda, a mi golpea las sílabas en un perfecto juego, luz y tiniebla veo ahí, colibríes en vuelo sobre tus senos de cobre, desesperados buscan el sur en tu cuerpo, ninfas encarceladas en el océano, de lo nuevo a lo más nuevo, vertedero global de plástico, y te encuentro mutilada, herida, y pienso en ti pausadamente, en esa isla que se mueve a tu antojo, en una proximidad esquiva, y te amo y me amas, tan cerca y tan lejos de mi pecho, dosificas la vida, si vienes como brisa, dosificas la muerte, si a mi llegas como un diluvio, en este mundo conjurado contra tu existencia, estás, intensa como el rumor perenne de las olas.
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Helena Donde acaba el espacio, y surge la vida, y un mar de fuego emerge, donde comienza y prosigue la muerte, Ahí estás tú, Helena, ebria y silenciosa, en cada mujer un hombre boca humedecida, un hombre en cada mujer, con los ojos intensos, entregada en furioso beso, momentos en que luna y sol son lo mismo. y nos cuentas, estatua temblorosa, cambiada, violenta, cómo crecen los helechos, cómo flotan eternamente, y cómo enciende la imaginación devoradora, vestida de azul infinito y finges que caminas, con piedras tristes en los zapatos, un mundo de parcas se abre ante ti, tú no eres la peor de todas, mujer poderosamente sola, cantas en cada colina, entusiasmada en la flor heroica, en el río de ensueño, ahí estás tú, Helena.
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Penélope Para Penny
Soy el mar en ocaso, pálida, anhelante, espero al que amo, vestida de húmeda noche, lento tejo y destejo, nadie me vio desde alguna ventana, aprobar a los que me asedian, cervatilla de caza, triste como la muerte, insomne, el deseo es viñedo y olivar, las costumbres me hieren, hoy, siempre, sueño con la playa que me acercará a la nave del que aguardo.
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Amor y ritmos trastornados Para Diotima
Hasta mí llegan las disonancias de los filósofos, amor y ritmos trastornados, salpicados por el fuego de los griegos, te plantas en El Banquete como hiedra colgante del jardín de Babilonia, elevada, superior amor, separada de los cuerpos, blancos, morenos, aquellas viejas mentes, en organismos aún más viejos, te engendraron, desde entonces errante por el mundo vagas, morir no puedes, Diotima, desnuda pasión nos legaste, en tu boca hincaron lo que decir querían para que mis oídos escuchen lo que anhelan, belleza física no urge, decían, sabiduría, no me abandones, conquístame, gemían carácter, inteligencia, eros, philia, las cuentas de tu collar son Ah, Diotima, engullida fuiste en el vertiginoso ágape Ideado por Platón.
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Dolores
Para Dolores Bedoya, libertadora Tu nombre, Dolores, esculpido está en mi historia, volverme tu reflejo, hoja lozana en primavera, corazón fiero abierto a la esperanza, planté para tí lirios y claveles, que vibren a tu paso, para revivirte, que sean ellas las testigas del aroma de tu ejemplo de tu rostro que es mi alumbre para que a ti, Dolores, no te lleve el viento y en mi jardín, en este día en que la vida es mía, tu presencia sea pájaro, hierba húmeda, cuerpo sitiado por la luz, ola levantada contra el desamparo del tiempo.
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Coatlicue No me basta con verte de rodillas en las páginas de un libro, o en los muros de coleccionistas mezquinos, te busco en el embrión de la especie, larva, ritmo y susurro, sentirte en el viento del sur surgís como el pensamiento esencial, recóndito, así debe ser, mi aterciopelada guerrera, transmutada en mujer-brisa, falda de serpientes, trenzada diosa madre, tu hijo sol juega con el calor como un niño. Huitzilopochtli, Pudiera ser que la venganza urdida con Coyolxauhqui, forjada luna, hermanas, hermanos, estrellas centelleantes, liberadas en mi alma, hoy cruzan mi destino.
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Nana Yo tuve una nana que me cuidó cincuenta y dos años ella me enseñó a hablar Madre-hija de mi palabra Imagen azul en mi memoria siento el suplicio de tu existencia ardiente, No te irás de mi luz helecho rosal bonsái eres mi mar azulito En los cambios de la vida En lo que permanece inmutable En el modo que veo la sombra-luz Nana gratitud y agua y tierra y raíz.
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Elegía por Iris
a Iris Suyapa Pineda Van Dyke, mi amiga. Te sueño con guirnalda de laurel coronada, como aquellas griegas, en un boscaje de lirios y de helechos. La amistad para ti fue templo elegido, fuimos dos lunas en el mismo cielo, idénticas y distintas, apacibles, cercanas, espejos mágicos la una de la otra. Nuestro afecto perlado de gotas de mar, amparado por tu mirada acompasada y divina, por el oro acrisolado de tus ojos, buscó siempre la fragancia de lo eterno. el egoísmo, la traición: campos vedados, conociste y amaste, como Dido a Eneas. Hermética ante la hostilidad, sorescense en la desdicha, con el verde profundo de la contemplación. Te llamas Iris, sencilla como el pan de cada día, atendiste a las ancestras, confidente estoica, que mi devoción por ti, trascienda a nuestros días.
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Fragmentos A Rosario Castellanos
La palabra tomaste de las buganvilias y los eucaliptos moldeadas, una a una, en soledad mortal, así, las metáforas en tus versos florecieron, mujer habitada, poblada de dioses insaciables, te suspendiste entre el cielo y la tierra tu, columna vertebral de mi universo, para quien el deseo fue pájaro o insecto, te veo vacía, sin nada, una mirada, un rostro, frente al espejo aniquilada, tus fragmentos están aquí, los conozco, están en estas calles, me sorprenden, por su juego infinito, de señales y signos, estás en el aire como la hoja de un helecho separada de su tallo.
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Acorazada
Para Tania, Haydée Tamara Bunke Bíder Con todo, sigues aquí, como el agua que fluye, miel, luz, libertad insobornable, Haydée Tamara Bunke Bíder acorazada en ti, almíbar y furia, los vendavales de la matria, me sustentan, tu miedo atroz, brutal, rosa de los andes, tu ausencia está tatuada en el aire, del otro lado de la vida. Quiero hablar, de la luz del futuro que se fija en tu mirada, de tu lecho en la jungla, de la azulita luna que te invade, de ese fiero lugar en el que te preguntaste, cual curada de espantos, ¿Nada será mi nombre alguna vez? ¿Nada dejaré en pos de mí en la tierra? Te equivocaste, tu limpio ejemplo me inunda con la fuerza de una roca, y sos mis ojos, y sos mis manos, caricia al despertar cada mañana.
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Iluminadas - Anarella Vélez Osejo
En este paraíso subvertido Para Mirra
Te siento como aire seco, como sumo de verano, como la sangre sendero de la historia, el ritmo en el sonido del incesto, el enorme artificio, inmemorial Mirra. Afrodita, la dulce mensajera de lo dioses, medida de la impiedad divina, volverte golondrina, soñaste, ser la última rosa en la tierra desolada de Ciniras, en el Olimpo sentenciada fuiste. Es así como nace tu hijo, escultura viva, única, bosque masculino: Adonis, mancebo al que amamos, tan perfecto, que su gracia cala, festín de humanas y diosas, perpetua pecadora, me regocijo en el culto ciego al casi dios y me sorprende, cansada, en este paraíso subvertido.
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Iluminadas - Anarella Vélez Osejo
Tonantzin
Elegía para mi madre Gloria Osejo Paz Tonantzin, madre, Tu amor aún tiñe mis días Compañera, gimo por tu ausencia Mi señora del viento y el sol útero de fuego y agua, mi hermano y yo, tal como Hunahpú e Ixbalanqué, somos jade y sangre, bajo el cielo del sur, Somos el eco de tu palabra, frescura súbita en medio de la hoguera sorteaste la edad de las tinieblas contra alacranes y reptiles cura a las mujeres diste araste en arenas prohibidas argucias para mejorar la vida, cuestas y breñales ponzoñosos, tercamente venciste, te sigo, amiga, hermana, te recuerdo como tierra firme, cielo iluminado, eres veranera en flor hasta hoy.
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Palabras para las hermanas Miranda Perfecto fuego vivo a mi piel enlazadas, tenaces, signadas cual volcanes. Guazapa, Izalco, Conchagua, Usulután, marcan sus pechos, y alimentan la hoguera de mi tiempo, hay días que son el surco de mi cielo, y son tierra, lluvia negra, fértil lunas plateadas, hembras legendarias son. El espanto, primitivo y poderoso, les dio, como a mí, voz y sustento, imploran albedrío ante el vacío. Águila y Venus en agitadas datas. María de los Ángeles, Manuela, desesperadas por ser luz, romper las ataduras para aliviar aquel tormento, Ser praderas libres, verdes como esmeraldas, vislumbraron otra vida, látigo y convento fue el castigo y tumba de los sueños En las noches lúgubres del tiempo, sus vidas transmutaron en herida nuestra historia.
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Signo perfecto en la piedra Para Ana Irbazú
Yo soy la tinta que describe, a pesar de mí misma, la tragedia: cómo las diosas cimentaron tus días, signo perfecto en la piedra del andamio de mi vida. De nuestras letras, primigenia señal, pájaro de la muerte en el ocaso ondulante, las negras plumas de tus alas forjaron nuestra sórdida historia. Puedo sentir, como siento la luz de la mañana, la serpiente venenosa del luto, la herida incurable que te marca, el perfil del soberano, cruce entre palmera y alondra, de aquel que veneraste víctima de los de siempre, te veo, con los ojos cercanos de una hermana.
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Ixbalamque Hay noches en que te sueño grandiosa, siento tu espíritu y tu cuerpo perdido en el tiempo, mensajera de los rayos de Ixchel, te veo subir al cielo de azul infinito, colibríes y quetzales te acompañan. En el inframundo, guerrera infalible, cumpliste tu destino De las solitarias recibo el deseo de amarte, De ellas, de las que buscan la eternidad, en noche intensas en la que estallan en risas alocadas, en la que somos nosotras, de manos ardientes y bocas, manantiales de indecibles presencias. ¿Acaso no eres elemento necesario a los misterios profundos de la devoción por la vida? Grabada te llevo en el alma, entras en mí como las olas del mar, madre luna protectora intensa, profunda, saludas a los astros te escucho como el latido del viento y la lluvia te digo quedamente, eres la medida de mi firmamento.
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Eva Árbol y serpiente forjaron tu destino, bello y magnífico como el Ceibo, frondoso como el Algarrobo. Color y paisaje del día y la noche, fragancia remota que te llama, de allí manaron robusto verde erguido sobre el pétreo monte en el Edén como el trono de Dios. A su sombra recibiste el fatal convite, con sus frutos conquistaste la conciencia, la vergüenza la mentira de la inmortal escuchaste. Alfa y Omega tu carácter vengarán. No te alimentarás más del árbol de la vida. Ya no tendrás la armonía de la tierra materna, el exilio eterno, del vergel fue el castigo y todavía.
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Como luz en la llanura yerma Para Simetha
Leo tu historia, Simetha quiero develarte, decir a todas que tu castigo es una fruta podrida, que Llegas a mi como luz en la llanura yerma, y me penetra como el fuego. Eres como una luminaria que me abraza, libertad que arrasa por impura, la desobediencia te incendió despacio, lo dijo Zeus, con su palabra adormecida, eres ofrenda redonda, perfumada, deliciosa sonora armonía eres, te valida la mirada divina, su emoción es simiente, Delfis, Tegucigalpa, erotismo y poesía, En ti, en mí, la razón aun reposa.
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Renacida Para Hipatia
He conocido tu encanto cazadora de sabiduría me he sentado a tu lado y he visto los tiempos corrompidos por la mano de dioses y hombres en que el sol no derrama su luz y entonces reaprendes a vivir y oigo tu voz lejana y siento tus manos deslizarse por mi cabeza y te digo: llegará el día en que re habitarás nuestras casas renacida.
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Eres Trópico Delmira Para Delmira Agustini
Junto a mi corazón duerme tu poesía, lago quieto o proceloso mar, eres trópico Delmira, delicada y brutal, niña ácrata, te siento llorar, gemir, alguien, quizá tu padre, más cerca de ti que ninguno, te animó , para salvarte, a creer en ti, poesía. ¿Alfonsina y Gabriela, Rubén Darío, José Asunción Silva, José Martí? socorro y escuela, orfebre de la palabra, abierta al latido acompasado de tu tiempo, piedra en el zapato de los simples eres, la locura cara a cara viste, como un sol deslumbrante y fiero, tus versos me llegan con olor a primavera.
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1954, 13 de Junio para Frida Kahlo
Venadita, mestiza desafiante, avisada y soñadora perforada por unos cuántos piquetitos, celebraste la herencia aborigen, original y heroica en la vorágine revolucionaria, con saco, corbata, chaleco y cachucha tu vida fue siempre un riesgo, resguardada por los muros azules de tu casa en Coyoacán, retrataste tus rostros, tus cuerpos de todas las maneras, contra toda pretensión de la moralidad mojigata, atrevida y libre, impelida al universo del dolor por los laberintos de tu cuerpo, columna vertebral, costillas, pelvis, desde la inmovilidad, enclaustrada en ti misma, y la pasión desatada Diego ateo-comunista-polígamo luminosa y sorprendente, atuendo y joyas imaginativas prácticas pictóricas amorosas fueron tu resistencia torbellino, espléndida alegría primavera selvática y furiosa eres 1954, 18 de junio, golpe de estado en Guatemala 1954, 20 de junio, pensabas «¿hasta cuándo?» y decías, «!Basta Ya!» 1954, 13 de junio árbol de la esperanza mantente firme.
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Óleo vital
Para Sayda Bulnes, Soprano Fluido puro es tu voz, virtud que apremia lo perfecto. Sayda, óleo vital, como las rosas del aire me saludas, te escucho. Las notas musicales recuperan su libertad y enciendes los luceros al atardecer, en tu canto los versos de Paredes refulgen como el calor solar, como furioso oleaje me penetran. No necesitas tierra a la cual anclarte para vivir, tu guitarra una y otra vez te da la mansedumbre y la fuerza esencial para crear, selva florecida, viento puro y cristalino, fluido puro es tu voz.
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Como Miel en Selvas Fieras para Rosa Luxemburgo
Como miel en selvas fieras eres Rosa, alas poderosas te llevan a la cima de la vida, cuando ella, la de ojos grandes, detona en llamas, eres la raíz roja que golpea mi mirada, otro tiempo pensaste, Reforma o revolución, navidad en el asilo de noche Para qué sirve la política colonial? voluntad lúcida para describir el canto de sirenas, La palabra es tu arma, se resguarda en el verde de los tiempos sangre cambiada, removida tu palabra es fuego, inconfundible, se distingue en el grito, simiente rebelde feminista, creo en ti, gota de rocío en las magnolias, tu pensamiento es aire puro y anima como el vino, socialismo o barbarie dijiste, ahí está tu desafío a la muerte, tu epitafio.
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Libertarias Ancestras, las imagino libres coloridas como el Guanacaste las raíces de su pensamiento, me llegan, desde tiempos arcanos, como la suerte del universo, diosas agitadoras, dulces y tristes, son el rostro de mis heridas en estos días, a veces, son la música que irrumpe, como golpes de viento enfurecido, cuando se levantan contra el engaño, provisoras son, como rayos de sol, con máscaras de orquídeas las veo, siguen aquí. Al oído me llegan sus pócimas salvadoras, su queja contra el apocalipsis, su voz contra las normas excluyentes. Sus manos acarician mi destino, su andar diseña mi camino, tan erguidas, tan absolutamente diversas, tan perfectas.
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Rosa Parks Tu nombre, Rosa, me hace imaginarte coronada de pétalos, manos enramadas, pienso en tus ojos, y tu mirada incendiaria se une a la mía, siento tus pasos y suenan a djembes lejanos, tu fe, piedra milenaria, me llega en la penumbra, en busca de luz – igualdad. Mutilada, no lloras, tus labios pronuncian la sed de vida libre. El Apartheid sobre espinas, como espiral podrido, abominable, expusiste, Así ganaste la esperanza de un tiempo preñado de futuro.
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Preciosistas Feministas avant la lettre, operación mágica contra la ginofobia cientos de años pasaron, reveladas en manifestación litúrgica, ¿Dónde he visto los semblantes masculinos de estos y aquellos días? Cuando vieron sus impulsos contra el falo De su boca irrumpió al unísono: el matrimonio y la propiedad sexual son nuestra fortuna. Ellas, selva liberada, a Moliere misógino, aquel que las llamó Précieux ridicule, respondieron: está fuera del tiempo, Monsieur, su risa y su canto alzaron, su grandeza decanta mi memoria, y hace renacer la rosa cada día.
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Revuelta Contra la Vida Sometida Para Manuela Saenz
Desafiante ante la oscura noche, Me recuerdas a las leonas cuando aman, leo tu historia y me encuentro revuelta contra la vida sometida. Manuela, tus dĂas son como la miel que destilan los lirios la voluntad fue tu signo jinete de la libertad junto a BolĂvar triste y alegre, como las nubes que nos traen la lluvia y el trueno sigo el eco de tus pasos y tu nombre pronuncio para que el tiempo no falsee tu rostro.
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Si la Teoría Queer te hubiese socorrido Para Edith, mujer de Lot
Avizorar el pasado, hurgar en la historia sin ningún miedo, adentrarse, ávida, en tu ciudad laberinto de arena, ceniza y azufre si la teoría Queer te hubiese socorrido, como la luz de las estrellas y la luna, habitante eterna de Sodoma y Gomorra, con Lilith habrías fundado una nueva estirpe de insumisas cuando giraste otra existencia buscabas, presa de deseos archiconocidos eróticos, libidinosos, prohibidos a tus pares, tu mirada es el eco del fuego, tu última batalla es río estelar que llega a nosotras, ganada al recorrido del tiempos.
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Petronila Barrios El tiempo me devuelve tu imagen, llegas a mí como una lágrima que se vuelve rabia lo otra mitad de aquél sin tacha y sin mancha, eres gota endurecida por la arena de siglos, erguida frente a mí, te vuelves piedrecita en la palma de mi mano, como en un paisaje devastado, lunar. triste sino, el tuyo, albedrío volátil y magnífico, sabia como nuestras ancestras, abrazaste en cuerpo – rostro – nombre de la federación, cascada de rocas mutiladas en este continente acostumbrado a la sangre, eres son justo y libre, como un grito abierto que irrumpe por todos los rincones de mi casa.
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Frida Kahlo A mi madre le debo el conocimiento y el respeto por la vida y la obra de Frida Kahlo. Frida murió en aquellos años en los que ella estudiaba medicina en México D.F. y hasta ella llegó el mito de la pasión amor de Frida por Diego que años más tarde me comunicaría. El reconocimiento hacia esta mujer extraordinaria se galvaniza cuando visité su casa de Coyoacán durante un inolvidable viaje a esa ciudad, en 1980, entonces el poeta Rigoberto Paredes y yo recorrimos sus jardines y habitaciones con la mirada propia de dos enamorados. Hice una segunda visita a esa casa museo 22 años después: esta vez la finalidad era la de compartir aquella experiencia con nuestros hijos, Rigoberto Andrés y Fernando Antonio. La contemplación de el hogar de Frida se había transformado en amor hacia la artista. En esta ocasión percibí las dimensiones del dolor que transversalizó su existencia. La morada en la que nació y en la que sufrió poliomielitis cuando aún era una niña, que la protegió tras el infortunado accidente en el que casi pierde la vida y cuyas secuelas las sufrió a lo largo de su vida, y en la que vivió con Diego de Rivera, la pasión de Frida. La piedra volcánica que usó el arquitecto O´Gorman en la remodelación de los jardines y las habitaciones de la casa azul, me hizo pensar en la materia con la que se cimentó el espíritu de la pintora mexicana, su fuerza y decisión de trascender a su circunstancia por medio de la pintura. Cuando te encuentras ante la obra de Frida, se asume, irremediablemente, que ella fue coherente con todo en lo que creía. Particularmente con la idea de la relación entre la belleza y la verdad, por eso se pintó a si misma, su pintura le permitió superar su larga enfermedad y los prejuicios sociales como una manera de insertarse en su tiempo.
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Elegía por Berta Cáceres Hija de Austra Berta Flores, de Ilanquipuca de Ixchel e Ixbalanqué Te siento flor vestida de playa de marejada de sol Te siento mineral manos de lluvia de primavera de Camino Te siento Mesoamérica Brisa en mi memoria En mi Piel En mis venas Te siento luz Llegas a mi como el viento como llamarada como tsunami Te siento todas las raíces Todos los ríos Todas las fogatas Todas las lunas Savia y sustancia, arcoíris y origen de La Esperanza te siento cuna eres antes, hoy, después, mientras te sigo, Icelaca cuida tu tiempo y el mío.
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Iluminadas se termin贸 de imprimir en los talleres gr谩ficos de ediciones Guardabarranco, Tegucigalpa, Honduras. Tel.: 2238-6280 En el mes de mayo de 2016 Su tiraje consta de 500 ejemplares
PoesĂa liberada de la servidumbre del sentimentalismo, poesĂa sometida a la memoria, a la historia, al arte. Sin duda estamos ante la obra de una autora que ha entendido que no hay experiencia decisiva sino en la obra acabada.