Benemérita Escuela Normal “Manuel Ávila Camacho”
Licenciatura en Educación Preescolar El sujeto y su formación profesional como docente. Mtra. Aneli Galván Cabral
Alumna: Lizeth Guadalupe Gutiérrez Pérez Autobiografía Primer Semestre
Ciclo Escolar 2013 – 2017
A 16 de Octubre de 2013
Mi nombre es Lizeth Guadalupe Gutiérrez Pérez, nací un 9 de Julio de 1994 en Concepción del Oro Zacatecas, mis padres son Eligio Martin Gutiérrez Guillen y María Magdalena Pérez Salas, soy la segunda hija de tres, mis dos hermanos se llaman Jairo Martin Gutiérrez Pérez y Emmanuel Eligio Gutiérrez Pérez. En 1998 cursé el preescolar en un Kínder llamado Luis Pasteur, en el cual solo estuve dos años, fué a esa edad cuando yo dije que quería ser como mi maestra, ella era muy buena con nosotros y se veía que disfrutaba mucho estar con nosotros, recuerdo que me daba indicaciones para que le ayudara a mis demás compañeros y a mí me gustaba hacerlo al igual que cada una de las actividades que nos aplicaba, así como lo menciona Ma. de la Luz Jiménez Lozano y Felipe de Jesús Perales en el libro “Aprendices de maestros” (2007, p. 34), aparece un anclaje en una serie de experiencias relacionadas con modelos que fueron significativos en los trayectos de la niñez, naturalizando la identificación de la docencia mediante el juego, las prácticas de enseñanza, o bien, el proceso de identificación afectiva con los maestros. En los años que estuve cursando la primaria en la Escuela Ignacio Zaragoza recuerdo que por las tardes a mí me gustaba jugar con mis primos, vecinos y mi hermano más chico a la escuelita,
y yo siempre quería ser la
maestra, tantas veces sucedió este juego que mi papá me compró un pizarrón más grande, esto fomentaba más mi gusto por la carrera. Muchas veces me preguntaron que quería ser de grande y yo decía: Yo quiero ser maestra. Al salir de la primaria seguía con la misma idea. Al ingresar a la Escuela Secundaria José Vasconcelos hubo una serie de periodos en los que se mostraban distintos talleres a los futuros egresados de primaria, y yo era de las seleccionadas para impartirles alguno y aunque no fueran tan pequeños me gustaba ayudarlos en las actividades propuestas y fomentaba un nuevo aprendizaje en ellos algo, tal como lo menciona nuevamente Jiménez Lozano y Perales en el libro “Aprendices de maestros” (2007, p. 36),, no solo es transmitir conocimientos, sino compartir y servir a los demás y tener el deseo de ayudar a las demás personas a desarrollar otros conocimientos. En este momento fue cuando dije que no existiría ninguna otra carrera en la cual fuera buena, que me gustara y diera buenos resultados. Al ingresar al CBTis 221 fué cuando se me presentaron una serie de problemas, el
primer conflicto fué que, todas las clases que llevaba eran respecto a la Administración de empresas y en segundo lugar, las ideas falsas por parte de la sociedad, acerca de lo que es ser docente y lo que implica enseñar, y el desacuerdo de algunos amigos, el desprestigio del trabajo de ser docente, tal como se menciona en uno de relatos del libro
“Mi primera experiencia como
docente” de Felipe de Jesús Ramírez (2004, p. 12), “ser maestro no es gran cosa, no hacen nada, solamente se la pasan en huelgas, ganan poco y, por si eso no fuera suficiente deben aguantar a los alumnos ruidosos y groseros”, que opiniones y pensamientos tan mas absurdos escuché, pero a pesar de esto, a mí no me afectaba, pues era lo que yo quería. Hubo un tiempo en el que mi mamá cuidaba a un niño que estaba en primero de primaria y tiempo después a una niña más pequeña, y obviamente convivía con ellos, yo siempre me ocupaba de ayudar al niño a hacer sus tareas o simplemente le enseñaba como escribir, leer y cosas así, esto fué muy importante para mí porque el hecho de estar en contacto con ellos me ayudó a definir cada vez más mi vocación, ya que en mi existía el gusto por trabajar con niños, retomo de nuevo a Jiménez Lozano y Perales (2007, p33). ya que mencionan que muchas veces la elección de la profesión se debe a la existencia de un gusto por convivir con niños, ser el mediador en sus aprendizajes y guiar la nuevas generaciones . Ninguno de mis padres estudiaron esta carrera, pero tengo una prima que estudió esta licenciatura y ahora que ya está ejerciendo su profesión le va bien y eso me motiva, nuevamente Jiménez Lozano y Perales (2007, p35). lo mencionan, muchas veces el contexto en el que se convive o lo que observamos en los miembros de la familia motiva a elegir la profesión. Al egresar del CBTis 221, mi primer obstáculo para lograr lo que quería llegar a ser, era aprobar mi exámen de admisión en la Benemérita Escuela “Normal Manuel Ávila Camacho “en la Lic. De Educación Preescolar, la cual se encuentra en el estado de Zacatecas, llegué a presentarlo con mucho entusiasmo y al ver la cantidad de personas que querían ingresara esta licenciatura empecé a dudar si quedaría o no, y lamentablemente mis malos pensamientos ganaron ya que no logré quedar en un buen lugar y no ingrese a la escuela. En ese momento mi ánimo quedó por los suelos, no sabía qué hacer y al paso de los días me sentí
influenciada por algunos compañeros a estudiar otra carrera y elegí Desarrollo de Negocios, ya que llevaba elementos base desde mi bachillerato, total, me inscribí en la escuela, pagué mi cuota de nuevo ingreso, todo estaba listo para empezar con mis estudios, y surgió la pregunta de mi familia, ¿Estás segura que estudiarás esa carrera? eso no es lo que querías, y fué cuando reaccioné y dije que eso no era lo mío, así que decidí esperar la próxima convocatoria. Antes de que se llegara la fecha para presentar el exámen, yo estudié por mi propia cuenta, repasé temas de la guía que nos habían dado y cuando se llegó el día del exámen yo me sentía nerviosa a pesar de que me había preparado. Al momento de estarlo realizando me di cuenta que si sabía lo que se me preguntaba, pero se llegó la hora de entregar el exámen y a mi aún me faltaba contestar algunas cosas, al final, traté de contestar todo de forma más rápida y mi mente ya decía que no me iban a aceptar. Se llegó la fecha de los resultados y quede en el número 5 de 25, me inscribí y ahora estoy cursando el primer semestre y si antes me gustaba ahora me encanta mi carrera. Me doy cuenta que en realidad yo si tengo vocación, y puedo llamarla vocación natural ya que según Emilio Tenti en su libro El arte del buen maestro (1999, p183), esta vocación es auténtica y deseable y fue lo qué pasó conmigo desde pequeña. Sé que ser docente no es una cuestión
tan
sencilla como cree la sociedad, pues como lo menciona Ferry Gilles en su libro El trayecto de la formación (1990, 45), implica formarse en todos los dominios, múltiples actividades, aspectos de la vida y debe tener dominio de las situaciones nuevas, se debe adaptar al contexto, a los medios, a la sociedad y a los niños en particular, implica tener un trabajo sobre sí mismo. También sé que esta profesión me dará muchas experiencias de las que aprenderé para ser mejor cada día, y lograré propiciar en los niños el interés por aprender, estando consiente del compromiso que he adquirido de la profesión.
Bibliografía. Jiménez, M. de la L. y Perales F. de J. (2007). Aprendices de maestros. La construcción de sí. México: Pomares, UPN, Gobierno de Coahuila. Tenti, E. (1999). El arte del buen maestro. México: Pax. Capítulo 2, contradicciones iniciales. Ferry, G. (1990). El trayecto de la formación. El enseñante entre la teoría y la práctica. México: Paidós.