CHUPACOTO SANTUARIO DE LOS HUAYLAS Valiéndome de las Santas Escrituras Bíblicas, doy inicio a este relato informativo de un viaje muy rápido realizado a Huaylas, hoy distrito de Huaylas de la provincia del mismo nombre, cuya capital es la ciudad de Caraz, en el hoy Departamento de Ancash. El Evangelio según San Lucas 10, 21-24 nos dice: En aquel momento Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar". Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: "¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven! ¡Les aseguro que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron!". Como coincidencia es el evangelio que la Iglesia fundada hace 2000 años ha programado para hoy, 30 de noviembre del 2014. Y es que 4 días antes, hice un viaje relámpago al pueblo de Huaylas, tierra natal de mi esposa Juana Etelvina, hija de Leoncio Chincha Villanueva y María Lía Mejía Collas, los dos también naturales de ese hermoso lugar. Allí se estaba celebrando que hace 115 años, durante el gobierno del presidente Eduardo Romaña, la villa de Huaylas fue elevada a la categoría de Ciudad. En los distintos actos realizados conmemorativos se podía notar la participación masiva de la población residente en Huaylas así como de los turistas que había llegado por esas fechas. El programa fue muy nutrido, con exhibiciones de danzas folclóricas, la cuales me recordaron a las de Cajamarca. Este es un hecho un poco anecdótico sobre la cultura de identidad de los profesores, sin embargo, los esfuerzos son muy destacables y sobre todos los de la municipalidad lo que muestra a leguas un trabajo muy exitoso del alcalde y los regidores y la coordinación con las demás autoridades del distrito. Mi primera visita a este lugar data de hace unos 22 años, cuando participé con entusiasmo en la Fiesta religiosa y folclórica en honor de la Patrona de las Cosechas, Santa Isabel, quien junto a la Virgen María se exhibe en una sola imagen representando el encuentro de la Visitación. Los miles de turistas, venidos de todo el mundo, observan hermosas estampas folclóricas, entre las que destacan el desfile de Barcos, los Incaicos, los Chapetones, los Caballos Danzas y los Pashas hombres y mujeres disfrazados con máscaras de
infinidad de personajes y capas y caperuzas de diferentes colores y portando su respectivo látigo de unos dos metros y medio de largo y confeccionado de cuero de res tejido, que al son de por al menos una decena de las mejores bandas del medio y dos o tres orquestas, bailan frenéticamente y sin cansancio por espacio de 10 días, siendo el día principal el 8 de Julio. Desde el “rompe”, que es el día 6, se pueden apreciar hermosos castillos y un gran consumo de cerveza otros licores nacionales y extranjeros. Los hijos huaylinos repartidos en todo el mundo regresan para participar en esta fiesta como agentes, mayordomos, braceros, colaboradores o simplemente como visitantes. No falta la rica Chicha de maíz, Cuy con papa cashqui, Locro cashqui, Caldo de gallina, queso, Cancha de maíz terciopelo, etc. Esta fiesta tiene características especiales, el sacrificio que se hace en otros lugares rezando, velando, rapando o peregrinando, en este lugar se resume bailando. Lógicamente dentro de la fiesta están programadas varias misas, ofrecidas por sus respectivos mayordomos, y una procesión muy solemne, pero estas actividades se ven minimizadas frente a la procesión de danzas y la presentación de cada uno de los barrios que pasa por el proscenio principal, actualmente construido de forma permanente frente a la municipalidad, durante los tres días principales y donde se califica y se premia la participación y la exhibición de las diferentes estampas folclóricas presentadas.
Chupacoto es el monumento histórico más importante de la cultura Huaylas y, más adelante, el Centro Ceremonial y Administrativo de Hatun Huaylas Inca. Durante las dos décadas que he visitado este lugar, siempre he acudido al morro de Chupacoto para visitar a familiares e incluso cargar el barco del barrio Delicado que todos los años sale de ahí, pero por falta de información, equipos adecuados, mi propia dejadez y las leyendas que se tejen, no había visitado y registrado las importantes piezas de este monumento histórico por lo que ahora considero a Chupacoto como el monumento histórico más importante de la Nación Huaylas y que al ser sometido por el Imperio de los Incas, se convirtió en el principal centro ceremonial y de administración de Hatun Huaylas. Son tan claras las evidencias de la existencia de este importante monumento histórico que debe ser declarado Patrimonio cultural de la Región Huaylas. Es evidente que en esta región se desarrollaron dos culturas muy definidas: Chavín, en el lado oriental del Huascarán, y Huaylas (Recuay), en lado occidental y mucho antes que la otra. La Cultura Chavín, según la información existente, trabajó la piedra con gran esmero (destacando el Lanzón de granito, las Cabezas Clavas, la Estela de Raimondi, etc.) mientras que la Cultura Huaylas no exhibe hasta la actualidad templos o vestigios por cuanto no se han identificado lugares y restos arqueológicos y los que están identificados, no se ponen en valor. Esperemos que las autoridades locales, regionales y nacionales
prioricen este trabajo por el bien de los pueblos del Callejón de Huaylas y se reafirme la identidad huaylina en la Región Huaylas. Chupacoto, sometido al Imperio Incaico por Túpac Yupanqui (el Inca Conquistador) pasa a ser centro administrativo y ceremonial de los incas, al igual que Aypate, Calvas, Caxas en Ayabaca, Huancabamba y Loja. El abandono y semi-destrucción del monumento arqueológico es muy probablemente resultado de la guerra civil entre los quiteños de Atahualpa y las huestes de Huáscar en 1532 y 1533 y el posterior saqueo de los españoles. Este templo exhibía portadas diseñadas y construidas por los ingenieros y arquitectos incas. Los vestigios están a la vista. Las autoridades exhibieron una cabeza clava muy pequeña encontrada por un lugareño, pero no se han exhibido las inmensas piedras de la arquitectura inca que actualmente son usadas como asientos durante las corridas de toro o utilizadas por pobladores para la construcción de sus viviendas. Otras piedras han sido utilizadas en las represas y canales y la piedra inca que, según fui informado, estaba en la puerta de la catedral hasta la década ’70, fue a parar hasta Caraz.
Acompañado por mi hija, la Dr. Fiorella Illary Castillo Chincha, médico de profesión y descendiente de antiguas familias ayabaquinas y huaylinas, hicimos un registro rápido del denominado Morro de Chupacoto y pudimos encontrar no solo el registro de las piedras incas sino los muros de este monumento con piedras clavas no trabajadas en la misma posición de las Chavín. De igual manera, registramos la reciente destrucción de gran parte del monumento y la construcción de algunas viviendas en la parte baja del monumento. Es muy probable que por el desconocimiento del valor de estos vestigios arquitectónicos, éstos hayan sido enterrados y cubierto con cemento. Bajando unos trescientos metros, se aprecia con toda claridad la llegada del Qhapaq Ñan (Camino del Inca) al Santuario, el cual al haber sido declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad las autoridades, comunidad Campesinas y sociedad civil de Huaylas y la región tienen el compromiso de apoyar en su mantenimiento y preservación. Muy cerca al morro y detrás del Colegio “Emiliano Haro Collas”, se aprecian un grupo de viviendas ubicadas donde vivía el curaca Tocash, padre de la ñusta huaylina Contarguacho quien fue la madre de Inés Huaylas Yupanqui, hija del Inca Huayna Cápac, hermana de Huáscar y Atahualpa y madre de la primera mestiza del Perú Francisca Pizarro Yupanqui. Es toda una historia que por dura que fuera requiere ponerla en valor en un museo de sitio que esperamos impulsar.
Qhapaq Ñan en el barrio de Suyo, llegando al Santuario de los Huaylas de Chupacoto. Felizardo Castillo Castillo. Bachiller en Historia, Filosofía y Ciencias Sociales y Licenciado en Filosofía y Ciencias Sociales