9 minute read

PESOS

Next Article
Staff

Staff

Bravuconadas El golpismo social a la 4T

Mario Bravo

El pasado domingo 27, el subsecretario LópezGatell o el “Doctor Muerte” como muchos lo conocen, tuvo a bien, en su faceta política que ha pretendido construir sobre la supuesta base de su calidad “científica”, en el programa propagandístico de la 4T Chamuco TV, conducido por Rafael Barajas, monero de La Jornada, la siguiente afirmación: “Me gustaría aprovechar para hacer una especie de alerta o por lo menos que quede registrado: este tipo de generación de narrativas de golpe, a veces se ha conectado en Latinoamérica con golpe de Estado, y esta idea de los niños con cáncer que no tienen medicamentos, cada vez lo vemos más como una campaña más allá del país, de los grupos de derecha internacionales que están buscando esta ola de simpatía de la ciudadanía mexicana, ya con una visión casi golpista”. La falta de sensibilidad y de oficio del subsecretario Muerte, así como por el enojo social y el tratamiento de los medios de comunicación a su irreflexiva declaración, un par de días después debió recular a sus dichos y rectificar sobre el legítimo derecho de los padres con hijos menores con cáncer a reclamar los medicamentos. Pero la flecha ya había salido del arco de la bocaza del funcionario cuatrotero.

Los paleros del programa, particularmente Rafael Barajas, hablaron de una telenovela construida por los enemigos del gobierno en torno al tema de los medicamentos oncológicos para niños con cáncer. Esos perversos menores que se prestan a los malévolos juegos de sus aspiracionistas padres y la gran conspiración de la derecha internacional en contra de la 4T. Ja.

Después del 6 de junio, el régimen despertó de su sueño del 2018, de que los 30 millones eran para siempre. Se les fueron más de 14 millones, desencantados, de una “transformación histórica” convertida a una mera revuelta personal, de amargura y frustraciones acumuladas, de un solo personaje.

Sí. Los electores en México redefinieron sus objetivos y metas para el país. De ninguna manera pretenden una vuelta al pasado inmediato, pero tampoco quieren un gobierno de ocurrencias, de desatinos e incompetencia. Las grandes promesas de la 4T fueron eso, promesas de campaña (“prometer no empobrece, dar es lo que aniquila…”, reza el refrán), al pasar al momento de cumplir, salió a la vista el tamaño de sus capacidades, y ciertamente quedaron muy lejos de lo ofrecido a los mexicanos. Así se inició el proceso del cambio, aunque la lectura justificativa de los cuatroteros es el inicio de (ooootro) golpe blando, orquestado por el conservadurismo revanchista y “moralmente derrotado”.

La grave situación que atraviesan miles de familias con enfermos de males crónicos sea cáncer, diabetes, hipertensión, niños o adultos, debe obligar a las autoridades de este país a su debida atención y seguimiento, haciendo efectivos sus derechos humanos que les garantizan no sólo los convenios o acuerdos internacionales, sino la Constitución y las leyes nacionales. Los pretextos y aclaraciones a tres años de este gobierno ya no tienen cabida en el ánimo de la sociedad, ni en su tolerancia y comprensión.

El pueblo bueno en el que se refugió el presidente López al inicio de su gobierno, ciertamente, no es tonto ni dejado, se informa y conoce bien sus derechos y los caminos que debe transitar para abrirle los ojos a un gobierno que se dice atento a las necesidades populares, su “primero los pobres” es una declaración que hoy no sabe como manejarla en su significado y responsabilidad. Al principio de su administración, el presidente López dijo que “gobernar no tenía mucha ciencia”, él pensó que el 1º de julio del 2018, los mexicanos le habían firmado un cheque en blanco para gastarse ese capital político en lo que se le ocurriera. No. Se lo firmaron, pero no en blanco. Era para acabar con la corrupción, abatir la inseguridad y la violencia en el país, para crecer al 4% anual, para tener un sistema de salud del primer mundo, mejor educación en todos los niveles, vamos hasta para apoyar la ciencia y la cultura nacionales. Pero AMLO entendió mal, o sólo fue perverso y maquiavélico.

El presidente asumió que con los 30 millones de votos podía atraerse para sí todo el poder político, para eso, podía desmantelar las instituciones nacionales y asumirse como un gobierno unipersonal, borrando de la escena pública a todo aquél político de su gabinete morenista o no, que insinuara siquiera un intento de iniciativa. Salvo los contados personajes que el propio presidente ha admitido figurar (Claudia Sheimbaum, Marcelo Ebrad, Crescencio Sandoval, Santiago Nieto, Hugo López-Gatell) el resto de los integrantes del gobierno federal, están en la penumbra de la “transformación”.

Junto a este ególatra ejercicio político, al presidente López, se le puso usar sus 30 millones, en un aeropuerto reconvertido, una refinería inundable y un tren sobre un tesoro arqueológico y devastador del medio ambiente. Para ello no tuvo empacho en desatender la pandemia de covid-19 con sus 233,580 muertes reconocidas por las autoridades sanitarias, amén del señalado desabasto de medicamentos y material de curación y servicios clínicos y hospitalarios. Su política de combate al crimen organizado de “abrazos no balazos”, tienen al país en un promedio de 97 muertes violentas diarias, lo que un mero cálculo aritmético nos dará la espeluznante cifra de más de 106 mil muertes, con un crecimiento significativo de feminicidios entre ellas. La lucha contra la corrupción, que tanto pregona un día sí y otro también en sus mañaneras, y que afirma el presidente que va “requetebien”, ya le costó el trabajo a su secretaria de la Función Pública, pensamos que como un reconocimiento a su incansable labor en la materia.

Ya no hablemos de la educación pública, los apoyos a la ciencia, la cultura y el desarrollo tecnológico, áreas francamente abandonadas por el interés de la Cuarta Transformación.

Todos estos argumentos en alguna medida nos explican las razones de ese ingrato “golpismo social” reflejado hace apenas un mes y que busca más caminos para expresarse, y lo hará pronto.

mario.bravo58@hotmail.com

Se agudiza precariedad laboral para trabajadoras del hogar por pandemia

Aunque la labor de las trabajadoras del hogar en México ha sido importante antes y durante lo que va de la pandemia, sus condiciones laborales precarias se agudizaron ya que las y los empleadores no respetan sus derechos ni cumplen con lo establecido en las normativas vigentes, lo que las deja en una situación de vulnerabilidad ante la crisis sanitaria, coincidieron investigadoras del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir (ILSB).

Al participar en el conversatorio virtual Trabajadoras del hogar en México, explicaron que el trabajo del hogar se posiciona como otros servicios en la primera línea de batalla contra la pandemia ante el incremento de las necesidades de limpieza y del cuidado al interior de los hogares, sin embargo en muy pocos casos se les ha proporcionado equipo de protección o seguridad social para evitar que se contagien.

En suma las trabajadoras del hogar, dijeron, padecieron diversas dificultades como despidos injustificados, disminución de su salario, aumento de actividades de limpieza o de horas laborales sin que eso significara un mayor ingreso o pago de horas extras, lo que prueba que si bien su trabajo es reconocido en las leyes aún es necesario un cambio cultural en la sociedad para que su labor deje de ser considerado: “un favor que puede ser condicionado”.

Detallaron que en México antes de la pandemia un 52% de las trabajadoras del hogar se encontraban en situación de pobreza mientras que en lo que va de la pandemia un 70% de las trabajadoras declararon haber sufrido alguna afectación a sus laborales. Cuestiones en las que las autoridades mexicanas deben trabajar, ya que hay más de 2 millones de mujeres que se dedican a esta labor en el país.

“Estamos en un país donde lamentablemente gran parte de la población se encuentra trabajando de manera informal y un primer paso para avanzar a la formalidad es tener estos tipos de espacios para analizar qué se puede hacer. Hasta antes de la pandemia una de cada 3 trabajadoras del hogar eran jefas de familia y su ingreso principal era su labor”, agregó la investigadora del ILSB, Indra Rubio.

Resaltaron que de manera histórica la carga del trabajo de cuidado recae sobre las mujeres y puede ser remunerada o no, pero en ambas las condiciones son precarias y no les alcanza para tener una vida digna ni para ellas ni para sus familias. Situación que genera más brechas de desigualdad y otras problemáticas, por ello la ratificación del Convenio 189 en julio de 2020 marcó un avance para que las trabajadoras del hogar ejercieran sus derechos en el país.

“¿Qué pasa cuando un Estado se compromete y firma un Convenio de esta naturaleza? pues que estos compromisos empiezan a volverse leyes y estas leyes deben comenzarse a cumplir poco a poco y no se hace de un día para el otro. Es necesario que más empleadores garanticen el derecho de las trabajadoras del hogar a los servicios de salud y así se visibilicen qué otros mecanismos se deben generar para atender las necesidades de ellas”, explicó la directora ejecutiva del ISBL, Friné Salguero.

Para Friné Salguero el “trabajo en casa es trabajo y es trabajo digno” y es necesario que éste posea la firma un contrato, un salario suficiente, vacaciones, entre otros elementos, para que las trabajadoras del hogar dispongan de manera plena de la garantía de sus derechos laborales.

En opinión del titular de la Unidad de Incorporación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Luis Gerardo Magaña Zaga, desde que inició el Programa Piloto de Incorporación de las Trabajadoras del Hogar al sistema de salud han habido grandes avances como que ellas tuvieran acceso a los mismos servicios médicos que cualquier otra persona trabajadora, lo que resultado en que 32 mil 899 trabajadoras del hogar se incluyeran al programa hasta mayo de este año.

“Este programa está llegando a más de 85 mil personas, entonces ese es el tamaño del alcance de los resultados que se tienen y sé que probablemente cuando se compara con el tamaño de la población de las trabajadoras del hogar no pareciera mucho, pero hay que ver nuestro contexto, estas cifras representan nueve veces más de lo que se tenía asegurado en el esquema anterior y si seguimos con este ritmo de afiliación seguramente vamos a conseguir buenos resultados”, añadió.

Aclaró que las y los empleadores deben entrar a la página del IMSS y llenar un formulario para asegurar a una trabajadora del hogar en el programa, un proceso que tarda entre 5 o 7 minutos. “Con esto están cumpliendo con su obligación de ayudar y reconocer los derechos de las personas trabajadoras del hogar”.

En sus palabras el IMSS debe seguir colaborando con las organizaciones de la sociedad civil, los organismos internacionales, la sociedad civil y las mismas trabajadoras del hogar para impulsar el pleno respeto a los Derechos Humanos de las personas trabajadoras del hogar y así éstas gocen de condiciones dignas para desarrollar sus actividades.

Al respecto esta agencia documentó que el Programa del IMSS logró que a mayo de 2021, 30 mil 296 personas fueran incorporadas, entre ellas trabajadoras, trabajadores, sus familias o personas dependientes.

Estas cifras sólo representan 1.2% de las 2.4 millones de personas que hasta 2019 laboraban en este sector, la mayoría de las beneficiadas por el programa fueron las adultas mayores y hombres cuando el trabajo del hogar se caracteriza por tener mayor presencia de mujeres.

Llamaron a que la sociedad civil contribuya para generar un cambio cultural en el país respecto a la labor de las trabajadoras del hogar, que las leyes sean cumplidas y que las y los empleadores cumplan con sus responsabilidades.

This article is from: