18 PARTE 2
Pablo sabe que Israel no fue rechazado para siempre, sino solo apartado por un tiempo, y que Dios escucha las oraciones.
de Norbert Lieth
La historia de la salvación de Dios con Israel, la Iglesia y las naciones
Así como en el capítulo 9 de Romanos, Pablo comienza el capítulo 10 con una confesión personal sobre su pueblo.
Israel, objeto de oración “Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación. Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios” (Ro. 10:1-3). En la Biblia se nos pide que oremos: por todas las personas. Por los que están en el poder, por los hermanos en la fe, por los que sufren, los enfermos y los perseguidos, por los proclamadores, por el curso de la Palabra de Dios (1 Ti. 2:1; Ef.
6:18-20; Col. 4:3; 2 Ts. 3:1; He. 13:3; Stg. 5:16). Pero Pablo es también un ejemplo para que oremos por Israel– sabe que Israel no fue rechazado para siempre, sino solo apartado por un tiempo, y que Dios escucha las oraciones. Por desgracia, gran parte de esto se ha perdido en el cristianismo. ¿Cómo debe ser la oración por Israel? - No se trata de ser militarmente fuerte, de tener victoria sobre sus enemigos y su aniquilación. Tampoco se trata de que a Israel le vaya bien económicamente y produzca más premios Nobel. No, solamente se trata de lo espiritual; se trata de reconocer la justicia en Cristo. Vemos en las palabras de Pablo que se trata de una oración fraternal con la que todo creyente puede orar. En la palabra “hermanos” veo también el llamado a la Iglesia para orar
por Israel. Debe provenir de un corazón sincero y convertirse en una súplica. Debe ser orientado solo para la salvación de Israel, para que reconozca y acepte la justicia en Cristo. Debemos tener en cuenta para ello la necesidad espiritual de Israel. Al tratar de establecer su propia justicia porque no cree en Jesús, tampoco percibe la justicia de Dios. Por eso el versículo 4 dice: “Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree”.
La importancia de Jesús para Israel “(…) porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree. Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas. Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu cora-