26 Actualidades VIDA
¿Qué es ser guiado por el Espíritu? «Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios» (Ro. 8:14). ¿Qué significa esto en la práctica? Cuando la Biblia habla de ser llenos del Espíritu Santo (Efesios 5:18), no se refiere a una vivencia extática o de un «agregado» al nuevo nacimiento –en el sentido de un bautismo adicional del Espíritu o una segunda bendición–, sino que se trata del derecho total de residencia y dominio del Espíritu Santo en y a través de nosotros. Pablo también menciona el «ser llenos del Espíritu» en contraposición con la ebriedad (Efesios 5:18), teniendo que ver con la obediencia a Dios: «… el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen» (Hch. 5:32, compárese con Efesios 5:8 y ss.). Algunos entusiastas se remiten a Hechos 2:13, cuando en el día de Pentecostés el Espíritu Santo fue derramado sobre los apóstoles: «Mas otros, burlándose, decían: ¡Están llenos de mosto!» Dicho en
otras palabras: »¡Están ebrios!»». Este escarnio no sugiere que los apóstoles estuviesen sufriendo un éxtasis o no pudieran sostenerse, sino que había surgido al escucharlos hablar en diversas lenguas. Esta fue precisamente la aclaración de Pedro (v. 15) antes de llevar a cabo un sobrio discurso que dio en el blanco. Pablo llama al Espíritu Santo un Espíritu de disciplina o prudencia (2 Timoteo 1:7). Además, en Gálatas 5:22 describe la abstinencia como un fruto del Espíritu, palabra que puede ser traducida como «autocontrol». Por ende, ser llenos del Espíritu Santo tiene que ver con el dominio propio y la moderación, o sea, lo opuesto a la ebriedad. Un estado ebrio es en la Biblia una señal del juicio de Dios (Isaías 19:1314; 28:7; 29:9; Jeremías 25:16), mientras que no mantenerse so-
brio es visto como algo malo (Isaías 51:21; 63:6; Nahúm 3:11; Habacuc 2:15; Jeremías 25:27).
La guía del Espíritu Santo EL libro de Hechos de los apóstoles menciona que Pedro, Esteban, Bernabé y otras personas fueron «llenos del Espíritu Santo». En este caso, hace referencia a su prédica, su servicio y su discipulado. Ellos eran guiados por el Espíritu Santo en todas estas cosas (compárese con Hechos 8:29; 10:19; 13:2; 13:4; 16:6-7). Si bien no encontramos la expresión «dirección del Espíritu Santo» o «guía del Espíritu Santo», podemos entenderlo en los diversos acontecimientos. En el primer viaje misionero leemos cómo el Espíritu Santo envía a Pablo y Bernabé (Hechos 13:2). A través de la conexión con Hechos 13:1, podemos deducir