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5è A “Zombis en la escuela” Carla Serradell i Franquesa

“Zombis en la escuela”

Carla Serradell i Franquesa / 5è A LLENGUA CASTELLANA_PROSA

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Hace unos años, una escuela como otra cualquiera se hizo muy famosa por algo que ocurrió. En esa escuela estudiaban Clara, Marc, María, Miguel y Marta. Clara era muy valiente, no tenía miedo; era divertida, bromista y juguetona. También hacía gimnasia, era deportista, se cuidaba y tenía muchos amigos. Marc era el mejor amigo de Clara, era divertido y acompañaba a Clara en sus locuras. Era deportista, tenía buenas ideas, era inteligente y jugaba al básquet. María era tímida y daba buenos consejos. Era buena amiga de Clara, estaba siempre distraída, era muy golosa, no hacía deporte, le gustaban las manualidades y le encantaba el inglés. Miguel era el que fingía ser muy musculoso y valiente, pero en realidad era un miedica. No le caía bien a nadie y siempre estaba pensando en él, los demás no le importaban. Marta era muy dulce, siempre les hacía regalitos a todos y a todos le caía bien... menos a Miguel. Ella odia a Miguel, y le hace bromas continuamente con Clara, Marc y María.

Todo empezó en la cafetería. Clara, Marc y María fueron juntos, como siempre. - ¡Por fin es la hora de comer! –dijo Clara. Y María le contestó: –¡Sí, tengo tanta hambre…! - Chicas –Miguel dijo– ¿Sabéis que hay de comer? - Creo que se puede elegir ensalada con pollo o pizza– le contestó Clara. - Ayer comí pizza, así que voy a querer ensalada con pollo– afirmó María.

Clara y Marc evidentemente también quisieron lo mismo que María. Lo fueron a buscar y vieron que la mayoría de gente cogió pizza. Sólo 32 personas de 208 tomaron ensalada con pollo. Mientras comían, Marta se acercó hasta la mesa donde estaba Clara y les dio un regalito a los tres. Mientras, Miguel estaba chuleando de sus músculos. Al cabo de unos minutos, la gente que comió pizza empezó a evolucionar: ¡Su piel era verde!

76 - ¡Qué está pasando! -gritaron las pocas personas que no comieron pizza. ¡La gente se había convertido en zombi! Todos los zombis los perseguían y los humanos empezaron a correr por los pasillos. Entraron todos en diferentes clases; Clara, Marc, María, Miguel y Marta entraron en la misma aula junto a 5 personas más. Miguel empezó a gritar como un loco. - ¡¡¡Aaaaaaaaaaah!!! ¡Vieron a personas que se tiraban por las ventanas! La directora se fue a su casa muy asustada. No sabían qué hacer, los zombis lo destruían todo, y dejaban manchas verdes cuando pisaban. En la clase donde estaba Clara, Marta intentó motivarlos a todos, pero hasta ella estaba asustadísima. Pasaron unos minutos, y al pasar un rato, a Marc se le ocurrió una gran idea. - ¡Clara, tengo una idea! –gritó Marc muy entusiasmado–. Tenemos que llegar hasta la clase de ciencias, una vez allí vamos a hacer una pócima para curarlos -le explicó Marc. - ¡Que buena idea! Pero vamos a necesitar la ayuda de María, Marta y Miguel, solos no podremos –dijo Clara.

Les contaron la idea, pero María no sabía si aceptar o no. Marta dijo que sí, pero Miguel se quería ir a su casa. Al final los convencieron a todos. El pasillo estaba lleno de zombis. Abrieron la puerta y Clara, con sus habilidades de gimnasta, empezó a hacer volteretas para distraer a los zombis, así los otros podían llegar fácilmente al aula de ciencias. Cuando llegaron, Marc, con un poco de la ayuda de todos, hizo la pócima. Cuando estaban a punto de terminar, a Marta se le ocurrió hacerle una broma a Miguel. Se lo contó a Clara y a María y las dos estaban emocionadas con la idea. Cogieron líquidos del laboratorio y se los echaron encima a Miguel diciéndole que era una pócima con la que cuando se fuera a dormir su piel se pondría de colores. Así reaccionó él:

- ¡Nooooo! ¡Voy a parecer un arcoíris! ¡Nooooooooo! –Y empezó a llorar. Ellos, al contrario, se estaban riendo a carcajadas. Cuando ya se habían reído lo bastante, le dijeron que era una broma, que cuando se fuera a dormir, su piel no se pondría de colores. Entonces, Marc terminó la pócima, sólo faltaba tirársela encima a los zombis.

Así lo hicieron, con miedo, pero lo hicieron. Los zombis se tomaron la

pócima y, otra vez, empezaron a evolucionar, y al fin se convirtieron en humanos como antes. Por cierto, un zombi le tocó el brazo musculoso a Miguel y el músculo explotó: ¡era un globo! Entonces vinieron los periodistas, esa escuela es leyenda.

Y hasta aquí el cuento, y si no me crees, tú mismo lo puedes ir a ver.

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