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Viernes 16.03.18 La Nueva Crónica
LEÓN ROMANO
Un lugar sin el que no se puede entender nuestra historia
Una imagen nocturna del Puente romano de Hospital de Órbigo, iluminado. L.N.C.
Un camino de peregrinaje y un puente de unión entre civilizaciones P. FERRERO
HOSPITAL
DE
ÓRBIGO. El pasado
romano de la provincia leonesa no se concibe sin hablar del Puente de Paso Honroso de Hospital de Órbigo, una construcción milenaria que se ha convertido en la principal insignia de la localidad ribereña y también uno de lo recursos más emblemáticos para el Camino de Santiago, puesto que su trazado recoge las huellas de miles de peregrinos cada año, accediendo al mismo a través de una calzada empedrada que data de las mismas que el puente. Este monumento romano es también un puente de unión de civilizaciones, eras y culturas. Su construcción llegó de la mano de los romanos, en plena época del Imperio. De esta manera se cree que formó parte de la Vía de Aquitania, que comunicaba Asturica con Tarraco y que se utilizaba de ruta de transporte de oro de Las Médulas, donde estaban afincados los astures, a la gran Roma. Pero el Puente romano de Hospital no se conserva hoy día como fue en aquel entonces. Esta construcción dio paso, muchos siglos después, allá por la Edad Media, a la versión actual, aunque fue reconstruido en más de una ocasión. Sin embargo, los esfuerzos recientes por su conservación dan buena cuenta de la relevancia de este imponente y robusto monumento,
uno de los más largos de los que se conservan en el Camino de Santiago, que salvaguarda el río Órbigo a su paso por Hospital. Durante su historia, el Puente romano de Hospital ha sido testigo de diferentes acontecimientos históricos. Uno de los más relevantes es la gesta de Don Suero de Quiñones. Corría el 1432, año Jacobeo, y según la leyenda este caballero leonés, impulsado por el amor hacia una dama esquiva, del que se consideraba preso, retó a otros cuatro caballeros, llegados de diferentes puntos de Europa, a un torneo de justas. Don Suero logró sa-
acto seguido peregrinó a Santiago para depositar la argolla que había llevado al cuello, en señal de amor, durante las justas. Miles de tes-
El Puente romano de Hospital se utilizó para transportar el oro de Las Médulas a Roma tigos dan fe de esta hazaña todos los años sobre el Puente de Hospital, con la fiesta de recreación que celebra en junio esta localidad, que
cipales reclamos turísticos del periodo estival en la provincia leonesa, declarada de Interés Turístico Regional e incluida en la Confederación Europea de Fiestas y Manifestaciones Históricas.. Por último, mencionar que dado que el Puente es la insignia de Hospital, también es utilizado por este municipio como símbolo de solidaridad, y son muchas las noches en las que las 20 luces en arco del empedrado monumento se tiñen de colores en apoyo a diversas causas sociales, además de ofrecer unas maravillosas vistas nocturnas del emblemático puente.
Unvictorioso momento de de la de las el puente, abarrotado, de fondo. P.F. lir la recreación competición y justas se ha con convertido en uno de los prin-
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La necrópolis romana hallada en excavaciones arqueológicas en la zona de la Muela y una lápida hallada en la misma zona.
T. G.
VALENCIA
DE
DON JUAN. Al llegar
a Valencia de Don Juan después de cruzar el río Esla, los ojos se quedan clavados en el majestuoso castillo que da la bienvenida al viajero. Alzado sobre la margen del río se erige el caparazón de una parte muy importante de la historia coyantina pero sus orígenes se remontan mucho más atrás. Al menos hay que retroceder 3.000 años para dar con los primeros vecinos del castro Coviacense, el origen de lo que hoy conocemos como Valencia de Don Juan. Los primeros vestigios de su historia datan de la Edad de Bronce, de la que han aparecido importantes piezas en diversas excavaciones que dan fe de quiénes fueron los posibles primeros moradores de estas tierras. Pero en esas mismas inmersiones arquelógicas en suelo coyantino han aparecido rastros de la época romana, una civilización que utilizó el castro Coviacense para asentarse dado su buen posicionamiento geográfico sobre un cerro y junto al río Astura. Así lo convirtieron en el Coviacense Castrum, las bases también del futuro nombre que toma-
ría la localidad y que aún se conserva, Coyanza, poniendo también el gentilicio al lugar: coyantinos. Donde más objetos de la época romana han aparecido es en la conocida como zona de La Muela y también en lo que hoy ocupa el Jardín de los Patos y la parroquia de los Padres Agustinos, en las inmediaciones del Castillo. En él Museo del Castillo precisamente se puede hacer un recorrido histórico por las épocas más importantes en la historia de la Valencia de Don Juan y en la que no faltan los hallazgos de la época romana. De todos ellos llaman la atención varias lápidas con epigrafía latina, un posible miliario e incluso algunos restos de una posible muralla según recoge el cronista oficial de la ciudad en varias de sus obras, Miguel Ángel Millán Abad. También destacan los innumerables objetos con evidencias de pertenecer a la época romana que fueron hallados en 2009 como es el caso de un cencerro, una pesa de telar con inscripciones latinas, una plato de Terra Segillata Hispánica Tardía, cerámicas, fusayolas, mangos de hueso, monedas, adornos, lápidas e incluso una
De la época romana hay constancia hasta de una posible muralla en Coyanza En 2009 hallaron objetos romanos como el bocado de un caballo
Bocado de un caballo. J. REVILLA
parte del bocado de un caballo que se conserva ahora en el Museo de León. Todos ellos salieron a la luz dejando evidencias claras de vida romana en Valencia de Don Juan que se sumaron a la necrópolis halladas en la zona de La Muela en el año 2001. Allí fueron localizadas tres lápidas con inscripciones latinas. Una de ellas pertenece a una colección particular, otra está en el Museo de León y otra en el Histórico de Madrid. Su gran valor histórico ha sido también objeto de análisis por parte del cronista oficial de Valencia de Don Juan quien ha recogido también la posibilidad de que existiese un asentamiento romano amurallado en el mismo lugar donde se encuentra el primigenio castro Coviacense. Dentro de la fortificación habría además indicios de la existencia de un gran edificio público construido en plena época romana. No hay duda del poderío histórico de Coyanza y de que sin duda su suelo esconde auténticos tesoros fruto de un pasado tan monumental como su presente y su futuro.
Grandeza en todas las épocas de la historia
El Castrum Coviacense, posición estratégica del imperio romano
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Una villa romana que lo fue todo y hoy sólo sirve para tierra de cultivo P.J. ABAJO
La historia cerca de la Vía de la Plata
L A B AÑEZA . Quintana del Marco,
cuya denominación viene del latín ‘Villae rusticu et marcus’ ya denota esplendor histórico. Y es que este lugar próximo a La Bañeza era una zona llena de bosques que estaba poblada por la tribu astur de los Garnes, cuyo cacique era Veronso, y tenían su castro en la zona de Quintana, cuando con la llegada de los romanos sobre el castro se construye la casa de cortes o alcalde. Y de ahí la villa romana de Los Villares que en su día fue una de las más espléndidas de la provincia pero actualmente es un gran campo destinado al cultivo agrícola. Al otro lado del río, donde en la actualidad está el castillo, se construyó un fuerte romano, frente al cual hay un templo dirigido a Jano y otro a Marte. Se hace un puente de tres ojos que cruza el río Jinis y se construyen dos villas, una a cada lado del río. Una de las villas es del exgeneral de Asturica Augusta, Cayo Gerencio Marciano. La otra es del exlegado de Augusta Emerita Claudio Ramunio Vitoriano. En el 598 con el reinado de Recaredo I la villa creció hasta los 1.100 habitantes. Aquí vivía el consejero Augusto Díez cuya casa fue construida en la mitad del fuerte romano y en la otra mitad, donde está actualmente la iglesia de San Pedro, había un cenobio que llegó a fundarse con 12 monjes. Todos estos datos demuestran que Quintana del Marco tiene un pasado histórico más que relevante y que se completó con un hospital-encomienda al lado del río Jamuz, con dos molinos harineros, del siglo XIII. Todo esto fue vendido por Mendizábal a un terrateniente alemán, pero uno de los detalles más destacados de este pueblo es que en él se descubrieron varios mosaicos romanos debajo de los maizales. Uno de estos mosaicos está expuesto en el museo de León, se trata de el Mosaico de Hylas y las Ninfas, reubicado tras su hallazgo en el convento de San Marcos de la capital leonesa. El yacimiento arqueológico de ‘Los Villares’, se localiza al Nores-
te de la población de Quintana del Marco, en la vega del río Orbigo. Descubierto en 1899, poco después se inician las excavaciones arqueológicas encontrándose una serie de estancias de época romana en buena parte pavimentadas con mosaicos. El asentamiento se encontraba muy próximo a la zona de influencia de las ciudades de Clunia y Uxama, con las que pudo estar conectada a través de vías secundarias. No muy alejadas transcurren la Vía de la Plata, la Vía de Asturica a Bracara y, prácticamente junto al yacimiento, los investigadores sitúan la Calzada 26 Ab Asturica Caesaraugustam. La villa romana se desarrolla cronológicamente en el Bajo Imperio
La villa de ‘Los Villares’ está en la Lista Roja del Patrimonio desde marzo del año 2014 Romano, momento al que pertenecen los mosaicos encontrados. No obstante, a tenor de los materiales arqueológicos hallados, es fácil pensar que la ocupación romana del lugar se remonta al siglo I d.C., aunque la villa fue destruida por las invasiones bárbaras del siglo V y tanto sus dimensiones como su estructura definen una explotación agropecuaria de gran importancia. Los Villares representa una de las villas más importantes de la provincia aunque nunca se ha excavado y lo que se conoce es por hallazgos fortuitos. La extensión del yacimiento y la calidad de sus mosaicos hacen pensar que este lugar fue el más excepcional de la provincia. Sin embargo, y debido al desinterés institucional, esta mansión ha sido expoliada y destruida casi en su totalidad al amparo de la concentración parcelaria actualmente no es mucho más que un terreno cultivable.
El mosaico de Hylas y las ninfas de Quintana del Marco. L.N.C.
Detalle del paraje conocido como ‘Los Villares’. L.N.C.
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Un tesoro oculto en el alfoz el alfoz leonés cuenta en Villaquilambre con uno de los principales tesoros romanos de toda la provincia, la Villa Romana de Navatejera. Hace ya más de un siglo, concretamente en 1885, que se tuvieron los primeros indicios de unos restos arquitectónicos que pronto se identificaron como vestigios romanos. Las primeras excavaciones continuaron los dos años siguientes tomando conciencia autoridades y sociedad de la importancia del descubrimiento a la medida que se conocían nuevos restos procediéndose al primer vallado de la zona con el objetivo de proteger y conservar la villa de la mejor forma posible. En ese sentido, se encargó al que por entonces era el arquitecto que se encargaba de la restauración de la Catedral de León, Demetrio de los Ríos,
provincia, sino también la única visitable de cuantas hay en ella. Lamentablemente para toda la sociedad leonesa, esto no ocurre desde hace ya más de una década y es que la villa se encuentra cerrada al público. Unas obras de rehabilitación que no solo no se encuentran finalizadas sino que ni siquiera están licitadas son el motivo para ello. Es el Ministerio de Cultura el titular del yacimiento tras ser declaradas en 1931 ‘monumento histórico artístico’ por el Gobierno Provisional de la República en la que fue la mayor acción por la defensa del patrimonio nacional hasta la fecha y que englobó a otros 20 espacios de la provincia de León. El Ayuntamiento de Villaquilambre mantiene una permanente reivindicación para tratar de musealizar la villa y convertirlo en un referente para la divulgación de la historia romanda de la provincia, si bien aún no ha encon-
Está catalogado como monumento histórico artístico y es de titularidad estatal
Hace más de una década que la villa está cerrada al público pendiente de obras
unas obras que son reconocidas como de las primeras del país de cara a proteger el patrimonio romano y en la que destaca una cubierta hecha de madera y teja que resguarda mosaicos que aún se conservan en muy buen estado y que están datados entre el siglo IV y V si bien se han llegado a encontrar vestigios del siglo I. Es parte de un patrimonio que cuenta con una buena muestra custodiada por el Museo de León, que anexó el yacimiento a principio de los años 90 contando con, entre otros vestigios, una maqueta de lo que fue la Villa Romana en su máximo esplendor así como un busto de Aestas, una representación del verano datada en finales del siglo II o inicios del III de inmenso valor. La Villa Romana de Navatejera fue durante muchos años visita obligada entre leoneses, turistas, colegios y escuelas de toda la provincia y también otras cercanas y es que no solo se trata del yacimiento de estas caracteríriscas más cercana a una capital de
trado los fondos necesarios para convertirlo en realidad. Las obras comenzaron instalando un sistema de drenaje y diversos trabajos para hacer la villa accesible para todos los públicos así como dotarla de los servicios necesarios para poder visitarla si bien la crisis económica dejó la inversión en un segundo plano y aún no ha podido ser licitada la obra final no solo para su reconversión en museo, sino también para la restauración de los textiles y mosaicos y en general la rehabilitación de todos los restos romanos en una actuación que se cifra en torno a los 600.000 euros. Desde el Ayuntamiento se ve éste como el único futuro sostenible del espacio con un modelo claro como el de la Villa de la Olmeda en Palencia en el que mirarse. Un yacimiento con el que si bien Navatejera no puede competir en espectacularidad y riquieza, sí cuenta con determinaados elementos que la diferencia como la existencia de un horno con el que los romanos fabricaban los materiales de construc-
J. A.
LEÓN. A solo un paso de León capital,
Maqueta de la Villa en su máximo esplendor, qwue actualmente se puede visitar
ción de la propia villa como tejas y cerámica así como los restos de una planta en forma de cruz que bien podría documentar la relación con la religión de los primeros cristianos. Una reexcavación permitiría no solo conservar e investigar con más profundidad los restos ya exis-
en el Museo de León. MAURICIO PEÑA
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tentes, sino también abrir la posibilidad de descubrir nuevos en una zona en la que ya desde el satélite se pueden observar indicios de pequeñas murallas que rodean al villa. Una última zona que completaría las tres ya existentes y en la que los investigadores dividen el asen-
tamiento. Una habitacional o residencial en la que se encuentra una mayor parte de restos artísticos, otra destinada íntegramente a las termas de la villa y otra relacionada al trabajo y las labores del campo. Villaquilambre no olvida su pasado romano y a partir de la Villa Romana son muchas las referencias
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en el municipio al mismo. Calles e instituciones llevan nombres que rememoran los inicios del mismo y otras celebraciones miran siempre hacia ese mundo romano que aparece en ferias y fiestas patronales recordando que este pueblo dejó en Villaquilambre una joya escondida que espera resurgir pronto.
La Villa Romana, huella de nuestro pasado
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Viaje a través del tiempo por la Vía Carisa
En la imagen, las intervenciones en el campamento de L.lagüezos durante la campaña estival-otoñal de 2017. E. MARTÍN
L.lagüezos, un recinto castrense de La Carisa ESTEFANÍA NIÑO
VILLAMANÍN. El municipio mon-
tañés de Villamanín guarda una de las vías claves sobre la presencia del Imperio Romano en el norte de nuestro país: la Vía Carisa. Se trata de una vía de conquista efectuada por el ejército en su discurso desde la Asturias Cismontana hacia la Transmontana. Es uno de los trazados más antiguos conocidos en el norte leonés, y fue mejorada en el año 26 antes de Cristo por el general romano Publio Carisio, al que debe su nombre. Publio Carisio fue clave en las guerras cántabras, y decisivo para la derrota de los astures en Lancia y para la posterior conquista de la Asturias transmontana. Desde hace varios años, el Ayuntamiento de Villamanín ha decidido apostar fuerte por esta parte de la historia, y junto a los municipios por donde discurre el trazado –Lena y Aller- aportando los fondos necesarios para ha-
cer varias incursiones arqueológicas sobre el terreno para conocer el papel que jugó en la conquista romana de Asturias. Según explicó la responsable de las excavaciones arqueológicas, Esperanza Martín, las intervenciones en el campamento de L.lagüezos han proseguido su curso durante la campaña estival-otoñal de 2017, con la intención de continuar durante el presente año 2018. Se trata de uno de los recintos castrenses pertenecientes al complejo campamental de la Carisa, al que se unen los campamentos de Curriel.los y La Cuaña y la vía Carisa, infraestructura viaria que partía de Legio (actual León), hasta la línea de costa (posiblemente Noega, en la actual Campa Torres). L.lagüezos en concreto se emplaza en el punto de la cordillera que divide las comunidades autónomas de Castilla y León y Asturias, ejerciendo como punto de inflexión en el
eje montañoso, a la falda del pico Tresconceyos. Su posición geográfica ha llevado a los investigadores del enclave a considerar este enclave como el primero, cronológicamente hablando, del grupo hasta ahora conocido de la Carisa. Las intervenciones llevadas a cabo en el año 2017, que incluyeron una campaña de magnetometría, análisis de datos LiDAR y to-
En concreto, se ubica en el punto que divide Castilla y León y Asturias pografía pormenorizada, han dado como resultado la definición mucho más precisa de este campamento en ambas vertientes, definiendo una serie de fases constructivas y a la sazón, cronológi-
cas, que indican la reiterada ocupación del espacio en diferentes años o campañas, punto este aún por definir en futuras intervenciones. Los materiales arqueológicos obtenidos indican la ocupación de todo el espacio circunscrito por las defensas aún hoy perceptibles en la superficie, incluyendo las emplazadas a menor cota. Se reconocen tanto objetos correspondientes a la acampada en tiendas de campaña en laderas y terrazas como armas (lanzas, pilae, regatones, puñal) e instrumentos de trabajo dentro del campamento: yunques, hoces, tortas de metal… Además, Esperanza Martín detalló que también la investigación acerca del asentamiento de tropas sublevadas en el campamento ha obtenido un fuerte impulso este año 2018. Así, apunta que se han documentado topográficamente un total de 12 refugios construidos con piedra extraída del agger del campamento romano, y en el interior de los mismos, evidencias del establecimiento de tropas nacionales durante largos períodos de tiempo. Los proyectiles indican una perduración del establecimiento en el lugar durante años. Resulta espacialmente significativa la presencia de munición para morteros o acordeones, con los que los soldados mitigarían el paso del tiempo.
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‘La Calzada’, un histórico camino romano con una gran red de puentes VALDELUGUEROS. De todos los cami-
nos utilizados por el hombre peninsular en el pasado, ninguno ha resultado tan duradero y determinante como las vías romanas. Es posible que esos trazados aprovecharan trochas anteriores de cazadores o ganaderos para más tarde servir a los romanos para sus fines de conquista. El Municipio de Valdelugueros cuenta con uno de esos históricos caminos como la calzada romana de Vegarada reconocida desde hace siglos somo ‘La Calzada’. Formando parte de la red viaria de la romanización, éste tramo de la Calzada arranca en el Puente Villarente, donde abandona la Cañada Real y toma el curso del río Porma, para dejarlo en Ambasaguas, punto de unión del Porma y Curueño. A partir de ahí la orilla del Curueño, por los pueblos de Sopeña y La Cándana hasta llegar a Valdepiélago y desde éste punto el trazado de la calzada se hace más evidente, salvando las crecientes dificultades del terreno, y abriendo surco de empedradoy excavación en roca viva, a través de una orografía desmesurada. Su longitud desde el Puente Villarente a Vegarada es de unos 60 kilómetros, de los cuales solo escasos 20 median entre el Puente de los Verdugos considerado como puerta del Municipio de Valdelugueros, y el puerto de Vegarada. Ésta vía pudo ser en un principio sencillamente una vía de tránsito, alcanzando con los romanos rango militar. A estos cometidos se unirían más tarde el religioso, al servir a los peregrinos que acudían a San Salvador de Oviedo durante el medioevo, y al ganadero, por convertirse en cordel cordel de la Mesta, o ramal de la Cañada Occidental Leonesa, hasta su desaparición en 1.836. Los rebaños continuaron transitándola, y la Calzada registró un nuevo cometido de tipo comercial, con el fenómeno de la arriería, que la utilizó durante siglos. En los últimos tiempos había vuelto a ser sencillamente vía de tránsito, colonizada en muchos tramos por la carretera. Su firme, por los restos aún visi-
bles, era de cantos rodados, aunque en ocasiones avanza excavado en la roca, con taludes, con el paso de los siglos, la Calzada primitiva sufrió todo tipo de embates del hombre y elementos atmosféricos, y su firme sufrió la sustracción de parte de sus piedras, incluso pasó a llamarse ‘Camino Real’ con olvido generalizado de sus primitivos constructores. A la Calzada le acompañaron una red de puentes que el Ayuntamiento de Valdelugueros le costó varios años su restauración y todos ellos dentro de su Municipio ofreciendo a los visitantes el poder realizar la ‘Ruta de los Puentes’, Los puentes son: el de ‘Villarias’, ‘La Mocha’, ‘El Ahorcado’, ‘Llano Nevero’, ‘Los Campos de Lugueros’, ‘Pontón de Francamuerta’, ‘La Puente Abajo de Cerulleda’ o ‘La Puente de Arriba de Cerulleda’.
Imagen de la Calzada romana. A. HURTADO
Una de las estampas que se pueden encontrar durante el trayecto. A. HURTADO
Historia viva de las calzadas romanas
ALFREDO HURTADO
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Lancia: un emporio dentro del imperio T.G.
VILLASABARIEGO. El Pico del Castro,
Valdealbura, La Encrucijada, El Praduño, Socesareo y El Talancón. Estos son los nombres que reciben determinadas parcelas dentro del término municipal de Villasabariego. Bajo ellas se escribió la historia de León, la de la ciudad más importante para los astures y un punto estratégico de primer orden para los romanos: Lancia. Sobre esta ciudad astur y romana se ha escrito más de lo que se conoce de la misma realmente y que no es más que una pequeña porción de lo que fue en tiempo romanos. En parte, su popularidad ha ido ligada a la construcción de la autovía que unirá en un futuro las provincias de León y Valladolid, lo cual amenazó con dejar una parte importante de la historia de la provincia sepultada bajo el hormigón como si no hubiesen sido suficientes los años que ha permanecido en el subsuelo. Pero el valor arqueológico de la zona ha podido a cualquier otra cosa y el empeño del Ayuntamiento, vecinos e investigadores ha contribuido a que el legado romano del yacimiento prevalezca. Ahora además la Diputación de León y Promonumenta plantean continuar los estudios de la zona con nuevos proyectos que seguirán desvelando los secretos que entraña la antigua Lancia y permitirán poner en valor todo lo hallado para lo cual precisan del apoyo económico del Ministerio de Fomento que podría aportar el 1,5% cultural. Esto permitiría musealizar los restos del yacimiento de Lancia. El lugar es conocido desde el siglo XIX cuando investigadores como Saavedra y Velázquez Bosco realizaron los primeros estudios arqueológicos sobre el yacimiento. Posteriormente otros investigadores contribuyeron a las excavaciones y estudios posteriores que han sacado a la luz las ruinas de esta milenaria urbe romana de la cual hay constancia de que se mantuvo al menos siete siglos en pie. Consta que dicha población nació ya en época prerromana y es considerada la ciudad más grande que tuvieron los astures pero fue tomada posteriormente entre el 25 y el 26 a.C. por el general romano Publio Carisio en el transcurso de las
Guerras Cántabras. Entonces llegó a ocupar unas 30 hectáreas de extensión entre los terrenos altos de los ríos Porma y Esla. Hay estudios que señalan que llegó a tener 30.000 habitantes según las investigaciones realizadas a raíz de las excavaciones arqueológicas que durante años y años se han llevado a cabo en la zona. Con la llegada del Imperio Romano no se destruyó nada de lo que ya había y Lancia permaneció en pie como testimonio de la victoria de los romanos. Fue en los siglos sucesivos cuando esta urbe comenzó a escalar en importancia dentro del Imperio Romano en Hispania y llegó a contar entonces con construcciones públicas de gran envergadura, una red de alcantarillado y un desarrollo urbano de planta reticular. Este tipo de construcciones indican que el lugar llegó a tener el grado de mu-
Está pendiente saber si Lancia contará con el 1,5% de cultura para poner en valor el yacimiento romano nicipium flavium y de todo ello son visibles los vestigios a día de hoy en el yacimiento donde incluso se pueden contemplar las plantas de lo que en su día fueron las termas o el mercado. Es la envergadura de ambos edificios la que apunta a la grandeza del poblado y en ellos hay evidencias de haber tenido incluso canalizaciones internas de agua o una sala exclusiva para los baños fríos en el caso de las termas. De ambos se puede contemplarse una maqueta en el Aula Arqueológica del Ayuntamiento de Villasabariego, un lugar en el que profundizar en la historia y desde el que poder conocer al dedillo la historia de unas tierras cuya riqueza llevó a convertirlas en un enclave importante en tiempos de Hispania. De Lancia se sabe además que tuvo una necrópolis de incineración de más de 200 tumbas, de época alto imperial, una mutatio o parada de postas, un horno bajomedieval, una zona de horrea y restos de edificaciones vinculadas seguramente con un campamen-
La historia cobra vida cada verano en Lancia gracias a la caracterización del grupo
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to romano. Lancia, que nació con vistas a perdurar y fue enclave de poder del Imperio Romano, no sobrevivió al paso de esta civilización por la provincia de León y con la crisis del Imperio llegó su abandono. Sobre finales del siglo IV o prin-
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cipios del V la ocupación permanente del lugar se abandonó de manera definitiva. El municipio, consciente del valor de su historia, ha ideado una ruta de senderismo que pasa por los cerros de Lancia y que incluye visitas al Aula Arqueológi-
ca y a las ruinas. La ‘PRC-LE 66 Villafañe-Lancia’ pretenden potenciar la grandeza de un Bien de Interés Turístico Cultural (con categoría de Zona Arqueológica según se determinó en 1994) como es el yacimiento de Lancia y poner así en valor los cimientos de la historia de León, provincia en la que los romanos contaron con importantes asentamientos y en la que dejaron un legado que Villasabariego se niega a devolver al subsuelo. En él, posiblemente descansen todavía muchos más tesoros escondidos pertenecientes a la época astur y romana y a ellos es inevitable acudir para conocer nuestra historia. LA HISTORIA A ESCENA
Desde hace cuatro años, cada verano, la compañía ‘La Trébede Teatro’, perteneciente al munici-
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pio de Villasabariego, pone en valor el yacimiento arqueológico de Lancia dándole vida con múltiples representaciones de lo que era entonces la vida romana en el lugar. De este modo en agosto celebran la Feria Astur Romana Aestiva Lancia en el mismo Villasabariego. Es una jornada donde la historia del municipio vuelve a estar vigente y donde astures y romanos salen de las páginas de la historia para hacer revivir lo que en su día fue a quienes se acercan a Villasabariego. Algunos de los eventos más destacados que llevan a cabo son la ruta teatralizada, el taller de lucernas, la lucha de gladiadores, pero además celebran conferencias, conciertos, talleres para niños e incluso una comida que se prepara para todos los asistentes.
Restos de la ciudad romana de Lancia. DANIEL MARTÍN
‘La Trébede Teatro’, que hace un viaje directo al pasado romano. DANIEL MARTÍN
Apenas se conoce un pequeño porcentaje de lo que fue. DANIEL MARTÍN
El origen de nuestra historia
Vista aérea del cerro en el que se asentó la ciudad de Lancia. L.N.C.
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El Puente del Mercadillo, en la imagen, es de origen romano aunque posteriormente fue reconstruido en sucesivas ocasiones. AYTO. CISTIERNA
Del ‘Puente del Mercadillo’ y otras huellas sobre la presencia de Roma ESTEFANÍA NIÑO
LEÓN. El municipio de Cistierna cuen-
ta con múltiples restos históricos que afianzan su peso como barrera natural entre la montaña y la ribera. Restos que abarcan desde el paleolítico hasta los vadinienses, sin olvidarse del Imperio Romano. Precisamente, el Imperio Romano utilizó Cistierna como punto estratégico para el lavado de minerales que se extraían en la zona, muy particularmente el cobre. Actualmente, existen diversos restos que atestiguan la presencia del Imperio Romano en el actual municipio de Cistierna. Muestra de ello son el denominado ‘Puente del Mercadillo’, restos empedrados de diversas calzadas que ascendían a los castros, o el Puente de los Vaiteros. El Puente del Mercadillo se ubica en la carretera que va desde Sorriba
a Modino. Se trata de un puente de origen romano que posteriormente fue reconstruido en sucesivas ocasiones. Su construcción se llevó a cabo para el paso de la Calzada Romana del Esla, construida por los romanos durante la conquista de las tribus cántabras que habitaban la zona. De esa época se conservan aún pequeños tramos empedrados de diversas calzadas que ascendían hasta los castros como los que se divisan entre Valmartino y Quintana de la Peña o en Fuentes de Peñacorada,
Los romanos utilizaron Cistierna como punto estratégico para el lavado de minerales
donde su trazado cumbreante y sus fuertes muros muestran el carácter militar de estas vías. En las inmediaciones del Puente de Mercadillo, periódicamente y, hasta finales del siglo XIX se celebraban mercadillos el día de Santa Catalina. Posteriormente se celebraba en Sorriba y desde 1904 se celebra en Cistierna cada 24 de noviembre. No obstante fue el puente quien dio origen al poblado y al mercado, siendo “mercadillo” un nombre de significado hidronímico, si bien otras fuentes dicen
El denominado ‘Puente del Mercadillo’ se sitúa en la carretera de Sorriba a Modino
que facilitaba el acceso de los mercaderes desde la otra margen del río, y que fue esto lo que le dio realmente su nombre a este puente. Precisamente en el margen derecho del Puente del Mercadillo, se encuentran las ruinas del Hospital de Bernabé, donde pernoctaban los peregrinos que iban a Santiago de Galicia. Actualmente, solo se aprecian algunas ruinas a la orilla del Esla. Según recogen diversas publicaciones, este hospital era el único de cierta importancia que existía en la región. En el siglo XVIII el hospital poseía numerosas fincas en la zona, especialmente en Sorriba y Vidanes y una tabla de pesca en el río Esla, en exclusiva, para ayudar a su sustento. Según estas fuentes, a mitad del siglo XIX ya estaba en ruinas. En la localidad de Santa Olaja de
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En la localidad de Santa Olaja hay otro vestigio: el Puente de los Vaiteros De manera simultánea a las guerras cántabras se construyó la ‘Calzada del Esla’ la Varga encontramos otro puente de origen romano, el Puente de los Vaiteros. Cerca de Santa Olaja pasaba una calzada romana menor, cuyos restos podemos hoy contemplar y que vadeaba su riachuelo a través del “Puente Vaiteros” que es una corrupción del Puente de Viatores o viajeros. CALZADA DEL ESLA
En la imagen, la Cruz de Sorriba en el Camino de Santiago Ruta Vadiniense.
nombre prerromano de los clanes e individuos a las que pertenecían. Después de una larga guerra de con-
quista romana, la tribu de los Vadinienses parece ser que fue obligada a bajar de las crestas de las cor-
AYTO. CISTIERNA
dilleras donde se ubicaban sus castros, para habitar las cuencas del Sella, Esla y alto Porma.
EL PAIS DE VADINIA
Cistierna fue en la protohistoria frontera entre Cántabros y Astures, la lápida de Dovidero príncipe de los Cántabros hallada en Robledo de la Guzpeña atestigua la pertenencia de este territorio a la Nación Cántabra. La tribu asentada en esta zona era la llamada Vadiniense, una de las más conocidas por las casi 85 lápidas funerarias que, como un goteo continuo, siguen apareciendo y otorgan a Cistierna el ser la puerta de entrada al montañoso País de Vadinia. Dichas lápidas, a pesar de estar escritas ya en latín, conservan el
En la fotografía, vista de la calzada romana a su paso por Villayandre. AYTO. CISTIERNA
Herederos de una historia legendaria
De manera simultánea a las guerras cántabras, tuvo lugar la construcción de la denominada ‘Calzada del Esla’ a manos del Imperio Romano, también conocida popularmente como ‘Vía Saliamica’. Se trata de una calzada que, a contracorriente del Esla, ascendía desde Mansilla de las Mulas hasta Riaño, donde se dividía en dos ramales: uno se dirigía a La Liébana y el otro hacia Asturias. De eminente carácter militar, esta vía vertebraba otras laterales que subían hasta los mismos castros y comunicaban con la Cuenca del Cea. En la comarca se conservan algunos tramos que destacan por la dificultad del terreno y la magnitud de la calzada en los tramos del Pajar del Diablo (Villayandre), el Escobio de Remanganes (Crémenes) y San Roque (Las Salas). Desde Cistierna, en su avance al norte pasa al pie de castros prerromanos: Vegamediana, Valdegrija, Verdiago, Valdoré, Argovejo, Las Salas, Corona de Escaro.
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LEÓN ROMANO
La Peña del Castro, vestigio romano en la Montaña Oriental
Descubre una comarca fascinante a través de nuestra historia
ALFREDO HURTADO
LA ERCINA. El recinto prerromano de la ‘Peña del Castro’ en la localidad leonesa de La Ercina fue uno de los bastiones vadinienses de la antigua ‘Regio Cantabrorum’ y en la actualidad, gracias a las actuaciones arqueológicas realizadas en los últimos años, el yacimiento se ha podido recuperar para la primera línea de las novedades culturales y arqueológicas. El Castro como tal presenta dos cinturones de muralla bien definidos y a la vista. Entre cada una de esas dos zonas amuralladas existen tres espacios claramente diferenciados. El primero de ellos,
Los últimos trabajos arqueológicos lo devuelven a la primera línea A finales de cada verano los vecinos representan el asedio romano en la parte inferior del castro, tiene extensión de aproximadamente 1,22 hectáreas, pudiéndose observar en ella un gran derrumbe hacia el oeste. El segundo de los recintos se encuentra a unos 50 metros del primero, tiene unos 4.500 metros cuadrados y justo a continuación de él se encuentra el tercero y último de los espacios que ocupa una extensión de 6.085 metros cuadrados y que, al ser la parte más alta del Castro, hace las labores de acrópolis según diferentes expertos. Las murallas que lo protegen por la vertiene más débil tienen un grosor de entre 2,30 y 2,70 metros siendo éstas estructuras similares a otras del área cántabra de la Montaña Oriental. Por su parte, en el lado norte y sur
Uno de los momentos de la representación del asedio a la Peña del Castro. ALFREDO HURTADO
del Castro no fue necesaria la construcción de grandes muros, ya que las grandes estructuras calizas de la zona (farallones) ejercían de protección natural. Según afirma el responsable de las excavaciones que se están llevando a cabo en la Peña del Castro, Fernando Muñoz, el yacimiento «es un asentamiento prerromano que está situada en el lugar en el que este pueblo pasó para continuar su conquista del territorio según señalan las pruebas del carbono 14 que se han realizado en las excavaciones». Unas pruebas que han permitido «documentar la muralla como estructura defensiva así como el prestigio del poblado a través de sus viviendas, pequeñas cabañas circulares», señalando que también se encontraban «otras cuadradas con zócalo de piedra y parece que hechas con ramas y barro, mientras que el tejado es vegetal como en las pallozas para permitir la salida de humos e impedir a su vez la entrada de aguas». Su vinculación con La Ercina es evidente en la actualidad, ya que sus vecinos se encuentran to-
Los romanos conquistaron esta zona de la Montaña Oriental. A. HURTADO
dos los años a finales del verano en este escenario para llevar a cabo una representación del asedio de los romanos hasta lograr
expulsar a los pueblos que durante siglos habían dominado toda la comarca de la Montaña Oriental Leonesa.
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LEÓN ROMANO
Sobre las entrañas de un pasado romano que vuelve BEMBIBRE. Está claro que cada vez
que la tierra se mueve en el municipio de Bembibre surge un recuerdo. Su pasado romano aflora en ocasiones, como lo ha hecho en las obras de su polígono industrial en San Román de Bembibre y también cuando pretendía hacer una nueva traída de captación de agua desde Bárcena. Y es que su relación con el imperio romano está clara. Primero con la aparición del conocido como Bronce de Bembibre o Edicto de Augusto y tres años más tarde de que se localizara este, con unas monedas que aparecieron en un antiguo enterramiento en el término de San Román. En ese caso fueron dos monedas del siglo III, una de ellas aparecida en el interior de una calavera, y otras dos monedas de vellón. Esos hallazgos vuelven sobre la idea de que Bembibre fuera un asentamiento romano que se mantuvo más tarde en el Medievo sin cambio de ubicación. De hecho, según los historiadores, la moneda más antigua de las aparecidas en 2003 era del emperador Claudio II el Gótico, lo que hace que el enterramiento pudiera situarse cronológicamente en el siglo III d.C. En 2004 se entregaron las piezas al Museo provincial para su restauración. Más tarde se recuperaron para su exposición en el Museo de Bembibre. Ese fue uno de los hallazgos, pero más cercano en el tiempo, en 2012, durante las obras de captación del pantano de Bárcena se localizaron vestigios de un posible asentamiento romano, lo que paralizó las obras en el polígono de San Román de Bembibre. Allí aparecieron restos de tégula romana, teja y muros perimetrales en una franja de unos 50 metros, muy reconocible. Los vestigios declaraban dos estructuras diferenciadas con sus muros perimetrales. Estos hallazgos volvieron la mirada al pasado de un posible asentamiento romano en
la zona. De hecho además del edicto de Augusto y las monedas, aparecidas entre el año 2000 y 2003, también hay un buen número de inscripciones votivas, lápidas romanas, aras, miliarios…que hablan de un claro pasado romano en esta zona. Pero, desde luego, el bronce datado en el 15 a d C es el resto más valioso localizado en la villa del Boeza. El Edicto de Augusto es un decreto imperial desde el que se pretendía poner orden social y jurídico en la zona berciana y que quedó grabado en una placa de bronce que ha regresado del pasado a nuestros días dos mil años después. Se trata de uno de los primeros documentos escritos que se refiere a los pueblos astures. En la tabla se ofrece un ‘premio’ a los susarros, una tribu que se había mantenido fiel a Roma, explica el
escrito, por lo que recibe «inmunidad perpetua y ordeno que posean sin discusión las tierras», dice
Augusto en esa pequeña tabla que también habla, por el contrario, de la tribu de los guigurros, a los que no hace concesiones sino que les obliga a «cumplir obligaciones». Sin duda, el edicto ha sido polémico, primero por su aparición, siempre misteriosa, hasta su permanencia en el Museo de León y no en la comarca, como han solicitado los partidos políticos, aunque en Bembibre se guarda una réplica del bronce para contar su historia.
Bronce de Bembibre y un ara votiva.
Restos localizados cuando se pretendían hacer las obras de captación del pantano de Bárcena.
Un puente hacia la historia
M.I.
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Desvelando los secretos ocultos del Castro de la Peña del Hombre A. CARDENAL
Donde descubrir detalles maravillosos del pasado
PONFERRADA. El Castro de la Peña
del Hombre, situado en la localidad de Paradela de Muces, en el término municipal de Priaranza del Bierzo oculta los secretos de los pobladores de los primeros asentamientos, antes incluso de que la fiebre del oro llegará a la zona con la explotación romana de Las Médulas. Las últimas investigaciones confirman su origen prerromano cercano al 140 a.C y se quiere seguir trabajando para completar el discurso histórico sobre los distintos asentamientos en la zona de Las Médulas, la que fuera la mayor mina de oro a cielo abierto de todo el Imperio Romano. En la excavación llevada a cabo el pasado año 2016 y cuyos resultados fueron publicados el año pasado, reveló patrones similares a otros castros astures de la Segunda Edad de Hierro, como el Castrelín de San Juan de Paluezas o el Cerco de la Corona de Borrenes, por lo que los expertos creen que la ocupación se produjo en una etapa cultural única, no muy dilatada en el tiempo y confirmaron que los pobladores de estos asentamientos no guardaban relación con la explotación romana de Las Médulas.
Conscientes de la importancia que puede tener este yacimiento para la historia del Bierzo, desde el Ayuntamiento de Priaranza del Bierzo se tiene la intención de que los restos puedan ser visitables, una forma de complementar la oferta turísticacon la de Las Médulas. Peña del Hombre se abre paso como un importante enclave prerromano, pero también quiere ex-
El Ayuntamiento tiene la intención de que este importante yacimiento sea visitable plotar su herencia. Las calzadas romanas fueron utilizadas por los peregrinos durante siglos, y Priaranza ha sido uno de los municipios en los que se ha forjado la asociación de municipios del Camino de Invierno que se reforzará con la apertura de un albergue. Y es que el Ayuntamiento está luchando para cuidar y potenciar su patrimonio. Prueba de ellos es que se invertirán 400.000 euros para la rehabilitación de la Casa Colgante del Castillo de Cornatel.
Trabajos en el yacimiento. C.S. (ICAL).
Arqueólogos trabajando en la última excavación realizada en el Castro de la Peña del Hombre. C.S. (ICAL)
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Un mapa de vestigios milenarios de los buscadores de oro lavado de la tierra para sacar las pepitas. Los restos y sedimentos de esvestigios vinculados al pasado roma- tas infraestructuras son claramente no que se están estudiando y docu- visibles en la fisionomía de las monmentando en Vega de Espinareda. Por tañas cercanas a la actual zona de ocio ello, el municipio ha conseguido si- del río Ancares en San Martín. Y a lo largo de los ríos Burbia y Antuarse en el catálogo de referencias de esta apasionante época de la his- cares, existen evidencias de zonas de toria y captar la atención de investi- lavado de oro. Y los montes de Burgadores en ingeniería minera antigua bia enseñan algunos tramos de los canales que conducían el agua hacia las o asentamientos poblacionales. Es cierto que las reseñas romanas minas romanas de La Leitosa, en la de Vega no son tan evidentes o visual- consecutiva comarca de La Somoza mente llamativas como otros grandes berciana. Por otro lado, y por encima de la enclaves en la provincia de León, pero el municipio guarda un sinfín de pe- zona de pinturas rupestres de Piñequeños enclaves de gran importan- ra, se extiende uno de los más imporcia durante la presencia romana en el tantes y extensos castros de la provincia, aún sin exBierzo que comcavar y varios exponen un auténpertos han señatico mapa y catáLa sisionomía de la lado ya la necesilogo de vestigios dad de que se dede los buscadores zona de San martín sarrollen proyecy explotadores de de Moreda desvela tos de excavación oro del Imperio. en la zona para Vega es la puerextracción de oro poder sacar a la ta de entrada a luz toda esa riqueotras explotacioza histórica vincunes romanas de Restos de canales lada al mundo rooro de la zona de mano que tiene Ancares, donde ya desde Burbia a las Vega. está documentaminas de La Leitosa, Los restos del do que se pusiepuente romano ron en funcionaen la Somoza sobre el río Cúa, miento numerodonde sólo el lasas minas, algunas teral de uno de los de ellas semejanCastros, explotacioarcos son restos tes a Las Médude la fábrica prilas, aunque en nes y restos romamaria es otro de menor tamaño. nos por investigar los exponentes del En su paso hapaso romano. cia Ancares, los salpican el municipio El resto del romanos descupuente fue arrasbrieron más zonas en las que la tierra guardaba teso- trado por las aguas a mediados de siros. En el área de Peña Piñera, por glo XX y reconstruido en 1996, conencima de los abrigos rocosos que al- formando ahora un interesante elebergan as pinturas esquemáticas de mento arquitectónico en el que se Sésamo, existe una zona de explota- distingue a parte original y la nueva, ción de oro que se remonta también al pie de la playa fluvial, centro de a la época romana, de la que incluso ocio de referencia en verano en el se extrajo una muestra mineral de oro contorno. visible que ahora está expuesta en el Lo que ya se apunta desde hace un Museo de la Escuela de Minas de Ma- tiempo es que Vega es un terreno con drid. gran potencial para investigadores, También en la zona de San mar- interesados en profundizar en la histín de Moreda, se aprecian zonas de toria de Roma D.M.
Detalle del los restos romanos del puente sobre el Cúa
Lugar en el que se haya el castro de Piñera. JDC
El puente majestuoso como seña de identidad
PONFERRADA. Son cada vez más los
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LEÓN ROMANO
Y los romanos encontraron el mejor balcón en Castro Ventosa M.I.
CACABELOS. Dicen que el primer lu-
gar en el que se aposentaron los romanos fue entre los viñedos de castro Ventosa, en lo alto de Cacabelos, que se dio en llamar Bergidum Flavium. Según los historiadores clásicos Floro y Orosio, fue el último reducto astur conquistado por las legiones romanas y con el que se puso fin a las Guerras cántabras (29-19 d.C.). Según los historiadores, el topónimo Bergidum, de origen céltico y ligur, se refiere a un oppidum,
Cacabelos es un enclave romano con vestigios de unos 30 yacimientos romanos
cabelos, cuyos primeros vestigios de poblamientos se remontan al Paleolítico, se han identificado más de 30 yacimientos de época antigua. Entre ellos destacan Castro Ventosa y La Edrada. El primero de ellos está ubicado en la localidad de Pieros, perteneciente a Cacabelos y situada a dos kilómetros de la villa del Cúa. En concreto está situado sobre un cerro formado por el río Cúa, a 638 metros de altitud. Lo más destacado de este castro es su muralla tardorromana que va alrededor de todo el castro. La magnífica muralla es de la época Bajo Imperial Romana comparable a las de León, Lugo, Astorga o Braga. Cuenta en total con un perímetro de unos 1.200 metros, adaptado a la orografía del lugar y estaba flanqueada por quince torreones defensivos de planta semicircular. La muralla estaba adaptada a la
Fue en esta zona donde se ubicó el centro administrativo de las explotaciones de oro o poblado fortificado en altura, ubicación idónea de Castro Ventosa. Ahí empieza la historia del vino, de la comarca, de Cacabelos y del centro administrativo para los yacimientos romanos que se repartían por el Bierzo. Aunque el de Las Médulas es el más conocido, existen otros como el cercano de la Leitosa, Espinoso de Compludo y Castropodame, que comienzan a ser promocionados recientemente por parte del Consejo Comarcal, pero que han estado olvidados, al calor de la atención que recibían Las Médulas, declaradas Patrimonio de la Humanidad. Pero el término municipal de Ca-
Vestigios del yacimiento de La Edrada.
Murallas de Castro Ventosa.
topografía del terreno, de 4 metros de ancho y 8 de alto, y 15 torreones situados al noroeste. Las puertas de acceso a la ciudad están situadas en los extremos del camino central que atraviesa la meseta castreña, orientadas al Este y Oeste, la Puerta de Sol y la Puerta del Viento, y flanqueadas por bastiones. Esta orientación situa-
ría las calzadillas en dirección a la Vía Augusta y Vía Nova situadas en el llano que se dirigen hacia el Noroeste desde Asturica Augusta a Lucus Augusti y hacia Bracara Augusta, ciudades que se amurallan al mismo tiempo que Bergidum. En el interior del poblado había vides que fueron arrancadas por el al-
calde Alfonso Canedo durante su mandato. Y, aunque el CSIC pretendía desarrollar en el castro, compartido entre Cacabelos y Villafranca un proyecto de excavación y puesta en valor, hasta el momento aquella idea quedó aparcada. El conocimiento científico de Castro Ventosa es bastante preca-
LEÓN ROMANO
Al norte de Cacabelos está el yacimiento arqueológico de La Edrada
Parte de la exposición permanente de vestigios en el Marca. AYTO.
rio por la ausencia de esas excavaciones y las únicas actuaciones que se han hecho en la zona tienen que ver con la conservación, aunque su estado actual delata que ese particular también ha quedado olvidado. Lo único que se ha conseguido es que se facilite la visita con un camino de acceso desde Pieros, que se complementa con un amplio camino de ronda. Desde el castro la vista al Bierzo Bajo es la mejor, proporcionando una panorámica única. La muralla de Castro Ventosa está declarada Monumento Histórico desde 1931 y actualmente protegida como Zona Arqueológica. En Cacabelos, podemos visitar el Museo Arqueológico (MARCA). Dentro del espacio expositivo, distribuido en tres plantas de un edificio de 1892, y situado en pleno Camino de Santiago, nos paramos en la Sala de Astures y Romanos. En ésta se nos muestra la vida cotidiana de los astures, la conquista y romanización y los yacimientos de Castro Ventosa y La Edrada. Al norte de Cacabelos se encuentra el yacimiento arqueológico de La Edrada, que se encuentra enclavado en una llanura entre el río Cúa y la reguera de Argentiñe, donde actualmente se encuentra el cementerio municipal.
Fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1994. Se relaciona con la vida en el Bergidum Flavium del Itinerario de Antonino. Pero su situación, en una zona de llano, manifiesta que era una zona de conexiones viarias importante. Las excavaciones efectuadas en este enclave dieron a luz a una interesante red de aguas, con colectores consistentes para las aguas residuales y domésticas y también para encauzar las que iban a un centro termal que había cerca. Su importancia se enmarca en las épocas Bajo Imperial, Visigoda y Pleno y Bajo Medieval cristiana. El castro estaba ubicado en un cruce de caminos de la Via Augusta y la Via Nova, hacia las importantes ciudades de Asturica Augusta (Astorga), Lucus Augusti (Lugo), y Bracara Augusti (Braga). La ocupación romana se cree que estaría entre los siglos I y V, según los testimonios numismáticos de oro de Augusto encontrados, entre otros. Las causas de su despoblamiento se relacionan, según los historiadores, con las invasiones bárbaras o musulmanas del siglo X y XI. La Edrada ha sido más conocida en los últimos años, cuando la construcción de la parte de ampliación del cementerio fue polémica por encajarse en el castro.
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Donde el pasado romano se percibe a cada paso
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El Castro de Chano, testimonio de la vida romana entre montañas M.I.
PERANZANES. El valle de Fornela
El castro mejor conservado de la provincia
casi se pone fin, con el castro astur de Chano, en el pueblo que lleva el mismo nombre y que pertenece al Ayuntamiento de Peranzanes. Un Centro de Interpretación en forma de pallozas de piedra con teitos de paja, como se cree que sería el castro, nos da la bienvenida a esta estructura de una veintena de construcciones que se pueden identificar a la perfección. Un espacio que fue declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Zona Arqueológica en 1994, por ser uno de los castros mejor conservados de España, aunque el paso del tiempo le ha ido haciendo daño y alguno de ellos ya necesita un soporte para no caer. Según los historiadores, este castro estuvo poblado por los astu-
res entre los siglos I a.C. y I d.C. y con probabilidad este asentamiento castreño estuviera vinculado con las explotaciones auríferas realizadas por los romanos en la zona de los Ancares. Las viviendas podían superar los cinco metros de diámetros y contar con muros gruesos para evitar el frío de unos 60 centímetros de espesor. Se trata de edificaciones redondas, con una única entrada y de uso doméstico se cree, con el hogar como parte central que aún se identifica con una losa de pizarra grande. Se desconoce por qué fue abandonado, aunque la aparición de monedas en alguna de las viviendas parecen ser testimonio de que la partida de sus habitantes debió ser rápida. El castro se nos muestra en lo alto, delimitado por tres zonas de
Imagen de las construcciones visibles en el Castro de Chano.
fosos y con las viviendas muy apelotonadas, dispuestas en una vertiente inclinada. Todas tienen una planta circular muy reconocible y
El yacimiento data de los últimos años del siglo I a. C. y los primeros años del siglo I d. C. Una veintena de viviendas componen el conjunto, declarado Bien de Interés Cultural
están construidas con lajas de pizarra. En los años 90 se realizaron un conjunto de excavaciones que mostraron unas 16 viviendas que se han utilizado para dar cuenta de la cultura castreña en la zona y como reclamo turístico. Por eso se ha realizado el Centro de Interpretación a 400 metros del yacimiento, con la reconstrucción de tres cabañas, una como vivienda, con los muebles que habría en la época en la que fueran pobladas, otra como almacén y otra como recepción. Junto a las réplicas de las cabañas se encuentra la oficina de turismo y la Palloza-museobar, en la que se puede obtener información, degustar productos típicos o pasar una tarde haciendo alguna ruta entre Chano y Guímara, una zona de riqueza ambiental además de histórica.