Especial lucha leonesa: un verano sin lucha

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La Nueva Crónica 24 de julio de 2020

ucha Leonesa

EL PRESIDENTE Ángel Rivero no daría por perdido el año si se sigue avanzando en la creación

de la Federación propia que, como final del proceso, desemboca en unas nuevas elecciones

MAURICIO PEÑA

Rivero: «Si aprovechamos el año para crear la Federación propia no se ha perdido todo» FULGENCIO FERNÁNDEZ

LEÓN. A Ángel Rivero le ha tocado vivir una legislatura tan atípica como excepcional. Los procesos judiciales le quitaron prácticamente los dos primeros años y la pandemia le ha ‘robado’ el último año de su legislatura, totalmente en lo deportivo, aunque no en los despachos, hasta el punto que muestra la cara positiva: «Si al final del año logramos la Federación propia no lo hemos perdido todo»; aunque es consciente de que el hecho de no haber competiciones es un verdadero desastre para este deporte, que vive para ellas.

–Dos años para tomar posesión, el último de la legislatura en blanco... ¿se puede llamar mandato presidencial? –Visto así... La verdad es que todo el proceso judicial anterior le hizo mucho daño a la lucha, tenemos que evitar esa imagen. Y este último año pues ha pasado lo que ha pasado, pero es cierto que ha sido una pena pues teníamos novedades preparadas y todo se ha ido al traste., –¿Año perdido?

–En lo deportivo se podría decir que sí; en otros aspectos hemos seguido trabajando en nuestra idea de sacar adelante el tema de la Federación propia y las cosas algo han avanzado y también está el corro de alcaldes de Valdefresno, que vamos a colaborar con ellos y creo que es una idea muy bonita. –¿En qué punto están las negociaciones para la Federación propia? –La semana pasada hemos realizado una videoconferencia con la directora general y este miércoles se reúne la comisión nombrada por la Federación para seguir avanzando. –¿Está la Federación de Deportes Autóctonos en sintonía para propiciar la segregación? –Aún no he hablado con Verduras, lo haré en breve, pero sí he hablado con gente de su directiva y parece que no va a haber ningún problema, todo lo contrario. Son conscientes de que ellos no han desarrollado las competiciones de lucha leonesa y no lo van a hacer. Y, lo que me parece más importante, la Federación Española ya nos ha enviado un documento en el que

«Hemos remitido a la Junta el protocolo de actuación por si se celebran corros, pero lo vemos muy difícil» «Todas las partes implicadas en la Federación propia se muestran de acuerdo, creo que está cercana» «Las noticias de procesos judiciales y enfrentamientos le han hecho daño a la lucha, habría que evitarlos»

dejan clara la integración futura de la lucha leonesa en esa Federación. –¿Y la Junta? –También. Las negociaciones han fructificado y todo marcha bien. –Y después elecciones... –Eso marca la ley. –Y éste 2020 es año electoral. –Exactamente; y la Junta parece convencida de que se celebren; esperemos que entiendan la situación excepcional que vive la lucha y no nos hagan hacer unas elecciones ahora y otras en unos meses, cuando finalice el proceso de creación de la Federación. –¿Ha perdido toda esperanza de que se celebre algún corro? –Nosotros hemos remitido a la Junta el protocolo de actuación para celebrar los corros si en algún momento lo permiten; pero tenemos que ser realistas y las noticias no parecen muy favorables para que este año veamos competiciones de lucha; es una pena, la Liga por Equipos se presentaba muy bien pero lo primero es lo primero.


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VALDEFRESNO DE LA SOBARRIBA

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La tierra de los mitos que llegan hasta el siglo XXI

Donde la lucha es bandera y pendón FULGENCIO FERNÁNDEZ

LEÓN. La Sobarriba, concretamente

Valdefresno, ha decidido ponerse como apellido «Tierra de Lucha». No les falta razón. Lo ha sido, y mucho, en la batalla diaria por la supervivencia. Lo ha sido, y mucho, en la presencia permanente en la mitología de la lucha leonesa. Durante más de un siglo. Arranca la leyenda, las leyendas, con Tino El Cojo, hombre de tanta pasión por la lucha que cuando regresó herido del tiro en la guerra que le provocó la cojera que llevaba en el nombre no se pudo aguantar y saltó al centro del corro «cuando aún me supuraban las heridas». Pero no estaba solo. Estaba Dionisio, su primo; Gaudencio; El Cristo; después los Molineros de Carbajosa, cinco luchadores como la copa de un pino.Y así, jamás se interrumpió el chorro de buenos luchadores de la Sobarriba, salvo un pequeño lunar en los ochenta. Pero como si el agua de la Sobarriba llevara lucha a finales de los ochenta apareció un grupo de luchadores muy interesantes: Clemente, Lucinio, El Menudín, El Tanque... tan interesante que dos de ellos ya se han integrado en el santoral de las leyendas de este deporte: Clemente Fuertes, El Junco de Tendal; e Iván Alonso, El Menudín de Valdefresno. Cuando este grupo salió y se comenzó a hablar de ellos, la leyenda, Tino, dijo: «Quiero ir a un corro a ver si es verdad que ese Clemente da unas cadriladas a los cables de la luz». Y fue a uno de aquellos corros de Valdefresno que cada año estaban entre los mejores de la Liga y, al final, emitió sentencia El Cojo; «Las da, claro que las da. Hasta los

Las dos últimas leyendas de la lucha de la Sobarriba, Clemente y El Menudín, retirado éste demasiado joven. MAURICIO PEÑA

cables». Los números le dieron la razón. 14 provinciales, 16 ligas, en todas las categorías, han hecho de Clemente la leyenda del siglo XXI. Pero, al igual que Tino fue a ver a Clemente, cuando a Clemente le preguntas por el rival más duro que ha

Un día Tino ‘El Cojo’ dijo que quería «ver a Clemente» para saber que la sangre de la lucha sigue muy viva

tenido en tantos años no lo duda: «Héctor es muy bueno... pero el más duro fue El Menudín». Qué pena que Iván se fuera tan rápido y tan en silencio. Es cierto que ganó dos Ligas, pero El Menudín era luchador para haber marcado una época, como lo fue El Junco.


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LA CUNA

La localidad de la cabecera del Cea ha acogido algunos de los corros con más público de la historia y además entendido, ganando con ello el sobrenombre de Maracaná

Sólo Prioro es ‘El Maracaná’ FULGENCIO FERNÁNDEZ

LEÓN. «En Prioro, o cura o pastor...

y luchador». Lo decía la tradición de este lugar donde lo habitual era ser cura o pastor, una cosa u otra, pero también eras luchador aunque fueras una de las otras dos cosas. En Prioro la lucha —luche, dicen ellos— es mucho más que un deporte. Allí las ordenanzas contemplaban entrenar para defender el honor del pueblo el día de Nuestra Señora, la hacendera arreglar la pradera del corro, la tradición mandaba luchar a los mozos y

no tanto; así era posible que en los años veinte bajaran 120 luchadores hasta Morgovejo para un esperado desafío. Las leyendas de la lucha nacían allí con nombre de pastor, como fue Cres-

En 1987 los hermanos Escanciano hicieron historia al competir 6 en el mismo corro, uno, Agustín, fue campeón

cencio El Pastor, aquel que fueron a buscar a la majada cuando el corro se puso difícil y él fue tirando uno tras otro hasta veinte. Pero, además de las leyendas, todos los mozos eran luchadores, y buenos, como eran cantantes de las rondas. Y buenos. Y la tradición se iba renovando. De unas generaciones a otras y un buen día, en 1987, en el corro de Prioro lucharon seis nietos del pastor Crescenmcio, los seis hermanos Escanciano; y uno de ellos, de los más pequeños, Agustín, se llevó la victoria derrotando en

la final a quien ya comenzaba a ser una leyenda de la época: Anastasio Prieto, El Gato de Taranilla. Pero no solo aportaba luchadores en la hierba. En pocos lugares las gradas se abarrotaban como en Prioro —2.500 o 3.000 personas eran habituales— y además de gente entendida, aunque los de la Ribera se quejaban de que eran «cerrados de la Montaña, de los suyos». La vieja historia. Pero aquellos llenos en la grada le sirvieron a Prioro para ganarse el sobrenombre de El Maracaná de la Lucha, comparándolo con el estadio brasileño de fútbol que más espectadores alberga. Prioro sigue siendo otra historia; bien es cierto que necesitan luchadores que cojan el relevo de El Che. Guti podría hacerlo. Rodri debería hacerlo.

En 1987 los hermanos Escanciano batieron un récord al competir seis hermanos en el mismo corro, de Prioro: Alfonso, Benito, Juan Carlos, Che, Agustín y Chencho.


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GARRAFE El Molinero de este pueblo del Torío fue una de las primeras leyendas de la lucha y

padre de 7 hijos, molineros y luchadores, repartidos por numerosos molinos de la provincia

La leyenda de los siete molinos F. FERNÁNDEZ

LEÓN. El ‘corro de los lunes’ de la Ro-

mería de las Manzanedas siempre tiene un sabor especial. Ya en el mes de septiembre, cuando la competición encara su recta final, con muchos público después de una romería multitudinaria, a la sombra del Santuario... han pasado muchas cosas en este corro, el único que elige un lunes. Allí se han decidido Ligas, allí han tenido muchos luchadores su primera oportunidad, han ganado su primer corro y otros han elegido este lugar para intentar algunas gestas. En este corro de las Manzanedas probó suerte por primera vez Clemente para luchar en pesados; también lo hizo años después Tomasuco o Rubo, saltando de medios a semipesados. Aquí duró una final entre Rambo y Óscar más de una hora y raíz de ella se decidió limitar los tiempos para evitar la repetición de estas situaciones. Y aquí se vivía con relativa frecuencia hace un siglo una situación que se daba muy pocas veces, el desafío de una familia contra todos los presentes. Lo hacía Florencio Díaz, El Molinero de Garrafe, y sus siete hijos molineros: «El Molinero y su familia contra todos», se atrevía a decir. Y es que a este molinero, decía su hermana Pilar, «no había quien le pusiera la espalda en el suelo». Aunque realmente Florencio había nacido en Palazuelo de Boñar, «por las cosas que tenía la vida de entonces, sobre todo la de los molineros, que se movían de un molino de la familia a otro, según las necesidades del trabajo». Florencio, hijo y hermano de luchador, fue uno de los primeros mitos de este deporte ya que había nacido en 1890 por lo que las gestas que se le recuerdan en los años 30, como el Campeonato Pro-

vincial logrado, lo hizo ya con más de 40 años, una edad muy longeva para aquellos tiempos y, recuerda su familia, «cuando puede que ya estuviera enfermo pues falleció en 1939 después de una larga enfermedad». Florencio había sido el gran luchador de las primeras décadas del siglo XX, añadiendo a sus condiciones deportivas « su nobleza, humanidad y buen carácter», según recordaba José A. Robles en su tesis sobre la lucha leonesa, añadiendo que « Destacaba por su envergadura y peso cercano a los noventa kilos pero fue más que un luchador, era un autén-

«No había quien le pusiera la espalda en el suelo», decían en las primeras décadas del siglo XX de Florencio En la Romería de las Manzanedas se atrevía con el reto: «El molinero y sus hijos... a todos»

Florencio Díaz, El Molinero de Garrafe, una de las primeras leyendas de la lucha.

tico atleta y gimnasta capaz de realizar un salto mortal para descolgar con los pies la gorra del techo del molino, desplazarse a pie más de treinta kilómetros para luchar en un corro o coger un costal de trigo de ochenta kilos debajo de cada brazo. Los reconocimientos llegaron hasta ser el primer deportista en ser homenajeado individualmente en un artículo en la prensa de 1929, ya al final de su vida deportiva». Otros luchadores que defendieron el nombre de Garrafe por los corros fueron Chuchi, el campeón de ligeros, Isaac, seleccionado para un Europeo de Luchas Celtas’ u Óscar Viñuela, campeón provincial en el año 2000 derrotando en la final a Héctor El Divino.


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ACEBEDO Tierra

de luchadores para el recuerdo, del forzudo Jandrón a Miguelín

El forzudo, el gladiador y el contador F.F.

LEÓN. Si la historia de la lucha leone-

sa es rica en algo es en historias, personajes, leyendas... pero para que esa historia perviva, se transmita, es fundamental una figura poco definida, el contador de las historias, el animador de los filandones, el tertuliano de lucha en las reuniones. Y en ese campo de los contadores de las historias hay un recuerdo inevitable para un luchador de Acebedo, Miguel Álvarez Lavín, Miguelín de Acebedo, buen luchador, campeón provincial, ganador de corros, pero sobre todo un inagotable pozo de anécdotas y un hombre fiel a la lucha leonesa hasta sus últimos días. La figura de Miguelín al lado de su inseparable amigo Felipe León es un recuerdo imborrable en los corros. Era, además, quien mejor definía a los luchadores en una palabra: un titán, una roca, un escurridizo... Y era de buen pueblo Miguelín, Acebedo, para ser contador de leyendas pues en Acebedo nacieron y lucharon algunas de las más llamativas: Jandrón, El Forzudo, o Quintín Martínez, El Gladiador Romano, además de otros como Lavín, primo del propio Miguelín, Miguel Álvarez Lavín, «campeón provincial en medios en 1966», como le gustaba presentarse a él. Contabas Miguelín con frecuencia la leyenda de Jandrón, El Forzudo. «Alejandro era un poco como Quintín, sólo le gustaba luchar en su pueblo o muy cerca, pero el día de Santiago ver luchar a Jandrón era el espectáculo del pueblo. Llegaba, se sentaba en el medio y decía: ‘que me echen tíos para acá, eso sí, siempre que tuviera el garrafón de vino al lado apara echar un trago cuando lo necesite, que mira si tendría fuerza que le-

vantaba la garrafa con una mano y bebía. Un extraterrestre, y después a tumbar tíos como el que bebe agua, que no es el caso». Lo único malo de la historia es el final de Jandrón, trágico. «Estaban de hacendera, cambiando el tejado de la iglesia y llegó la viga del cumbrial. Varios hombres de fuerza la subían por un lado y él se empeñó en sujetar solo por el otro lado. Era muy orgulloso y aunque veía que no podía no dijo nada, hasta que cayó reventado... Lo bajaron a Riaño pero no hubo solución, así murió Jandrón». El luchador, junto a Miguelín, más recordado fue Quintín Martínez, al

Jandrón se sentaba en el corro, un garrafón de vino al lado y para beber lo levantaba con una sola mano Quintín fue uno de los más grandes, pero no le gustaba luchar lejos de su pueblo, Acebedo

que Olegario Cascos bautizó como ‘El Gladiador Romano’ por su lucha de calidad pero irreductible. El problema, como ya apuntó Miguelín, es que no le gustaba nada salir a luchar lejos de Acebedo. «Dicen que solo bajó una vez más abajo de Cistierna, hasta Mansilla, y ganó». Y en Cistierna protagonizó uno de sus momentos más recordados, la final del Provincial de 1958, ante el todopoderoso Felipe León.Y se llevó la victoria Quintín ante más de 5000 aficionados e inscribió su nombre en el palmarés del año junto a Jesús Rueda, de Carbajosa, y otra leyenda, Cayo de Celis, de Villaobispo.

El inolvidable Miguelín de Acebedo y Felipe León junto al ex ciclista leonés Javier Pascual en el corro de Villafañe.


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VEGAS DEL CONDADO Desde El Barquerín de Secos a El Rápido y El Chopo, de todo

Se podía ser tan bueno, más noble no F.F.

LEÓN. La prueba de la ‘fama’ o de

cómo han calado entre los aficionados algunos luchadores es cómo han unido sus nombres a sus pueblos; no se puede decir el nombre sin que les pongan el apellido de su pueblo. Así a El Chopo siempre le añadirán «de Vegas», a El Rápido «de San Cipriano» o a El Barquerín, «de Secos», por poner algunos ejemplos muy significativos de luchadores de la comarca a la que aquí nos referimos, el municipio de Vegas del Condado, a la comarca de El Condado, que no se puede quejar de no haber tenido buenos luchadores en su historia. Pero decir Vegas es imposible sin añadir a El Chopo; por muchas razones, la primera porque fue un excelente luchador, grande como un chopo de muchos años y, sobre todo, noble como se recuerdan pocos por los corros, a pesar de que no le faltaron rivales que le buscaron las cosquillas a ver si la desesperación lograba lo que no podía el cinto. Fue El Chopo quizás el primer luchador ‘dominador’, el primero que dio el salto de que los campeones ganaran en los años 80 y primeros 90 10, 12 o, como mucho, 15 corros y él ya sumó en 1994 más de veinte con rivales como Julio, Rambo, El Che o El Zorro, por citar algunos; haciéndose además apuestas de cuántos segundos sumaría en todo el corro pues no era la suya una lucha ‘de pesados’, pitaba el árbitro y ya estaba armando la cadrilada. Lo dejó joven, por un accidente en el que murió su padre, para dedicarse a la ganadería. Se le echó mucho de menos. Cercano en el tiempo estaban los recuerdos de otro comarcano de los que no dejaba pasar el tiempo, de ahí que a

Dos de los grandes del Condado, muy recordados, ‘El Rápido’ de San Cipriano y el noble José Luis Ferreras, ‘El Chopo de Vegas’.

Francisco García le pusieran de apodo ‘El Rápido’ de San Cipriano; uno de esos tipos que daban espectáculo, que no regalaban nada y que llevaba con él a unos cuantos chavales del pueblo. Mil historias que contaba en las carreras del taxi con el que se ganó la vida y no hace mucho que se jubiló, cinco minutos an-

Fue El Chopo el primer ‘dominador’, ganador de 20 corros en una Liga muy competida

tes de que las licencias perdieran mucho valor. Siempre fue listo, para todo. El Barquerín de Secos, los 4 hermanos Villayandre, los Cascallana... quedan en el tintero muchas historias del Condado, también de sus corros millonarios con Amor y Miguelín arbitrando. Hasta se desesperó El Chopo.


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POSADA DE VALDEÓN Hubo afición y buenos luchadores en el Valle de Valdeón, con algunas

gestas para el recuerdo, pero la lejanía provocaba que no fueran conocidas lejos de allí Le llamaban ‘el de la camisa rota’ porque se la destrozó caminando por los bosques para poder ir a luchar El valdeonés Quintilo tiró a 15 rivales del Esla, pero aquellas gestas caían en el olvido debido a la lejanía

El corro de Posada de Valdeón siempre propicia una de las estampas más bellas del verano de lucha. FERNÁNDEZ

El cielo siempre está lejos F.F.

LEÓN. «En el pintoresco caserío de Pontón se celebró un corro de aluches entre los más selectos luchadores de Éscaro y Vegacerneja, de los municipios de Riaño y Burón, y un pequeño grupo de luchadores de los pueblos de Soto, Caldevilla y Prada de Valdeón, estos últimos de la ribera del Cares, que llegan al caserío entonando típicos cánticos regionales. Entre los luchadores del Esla los había de excelentes cualidades, para poder tomar parte en un Campeonato Provincial.

Quedó campeón el intrépido luchador de Valdeón Quintilo de la Cuesta, pero también son dignos de elogio sus compañeros Eutimio Gonzalo y Froilán Martínez, El de la camisa rota, llamado así porque había atravesado en compañía de Félix Rojo espesísimos bosques para poder ir a luchar y llegaron con sus ropas destrozadas». Ésta es una noticia de prensa de 1932 y en ella se puede resumir la realidad de la lucha leonesa en el Valle de Valdeón, a la que hubo afición siempre, buenos luchadores también

pero el aislamiento y la lejanía propiciaron que muchas de sus gestas quedaran en el olvido. Esta crónica, firmada por Un espectador, recupera una y deja bien a las claras las dificultades que tenían para acudir a un corro fuera del Valle, lo que Tasio el de Taranilla definió muy bien un año al llegar al corro de Posada: «Qué bonito corro, pero el cielo siempre está muy lejos». No en vano muchos le llamaban filósofo. Y para completar el panorama sirve el final de la noticia: «Terminada

la lucha los del Esla se acomnodan en sus ‘autos’ (en muchos casos bicicletas) y se fueron. Los del Cares contemplaban con agrado la marcha de sus contrincantes y ellos tuvieron que someterse a ruda caminata de 14 kilómetros por caminos malos bajo la oscuridad de la noche». Más claro, agua. Contaba también que Quintilo tiró a 15 rivales y Froilán a 8; suficiente para pasar al imaginario de la lucha, pero no son nombres que se manejen en los recuerdos. La lejanía. Mucho ha hecho por el conocimiento de las historias de los luchadores del Valle de Valdeón los corros que en las últimas décadas organizan desde la Junta Vecinal de Posada, del Real Concejo. Les gusta a los luchadores y a los aficionados y en los homenajes que realizan han dado visibilidad a algunos de estos olvidados, además de ser un escaparate para los locales, que ya los va habiendo. Fue pionero Jesús González, hermano de Guiller, y también de calidad, aunque le tiraba más el fútbol. Con él llegaron los César Sadia, Toño Gonzalo, ahora Rodrigo... Incluso se ha asentado un club, primero fue Prioro-Valdeón, ahora están en el Montaña... avanzan, de la mano de Talí, el panadero, ex luchador y entusiasta como pocos. El cielo ya está más cerca.


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QUINTANA DE RUEDA El

municipio de Valdepolo tiene en Quintana el lugar con mayor tradición histórica en la lucha leonesa, en luchadores y hasta en un cantar de lucha

Una cita fiel con los inicios de la Liga y hasta con un cantar F. FERNÁNDEZ

LEÓN. El ‘corro del Corpus’ en Quin-

tana de Rueda siempre fue un clásico de los inicios de temporada, de tal manera que cuando lo cambiaron porque llegaba excesivamente pronto, podía hacer mal tiempo, lo hicieron nuevamente a los primeros corros de cada año, un lugar esperado después del invierno, un corro para intuir cómo se presenta la temporada, el estado de forma de los luchadores... Y un pueblo en el que siempre está re-

Luis Padierna, uno de los pocos que fue Campeón de España, es el eterno anfitrión del corro de Quintana cibiendo a aficionados, autoridades, federativos, luchadores... el entusiasta Luis Padierna, un histórico de la lucha y el deporte, buen culturalista también, después monitor y siempre aficionado, por más que la vista le ha jugado algunas malas pasadas. Recuerda Padierna como la Cultu y la lucha se dieron la mano en su caso. «Volvía de ver uno de los primeros partidos de la Cultu y había lucha en Mansilla, entré a verla, me gustó el ambiente y como me lo pidió Nano Urdiales me federé y me enganché a los aluches». Y lo fue. Ya tenía 23 años pero se le daba bien a aquel espigado chaval, cur-

tido de las faenas del campo, deportista... tal vez para compensar que se inició tarde también se retiró tarde. «Ya tenía 39 años y me di cuenta de que el físico tiene un límite y me fui... me costó, estuve años sin pisar un corro. No me aguantaba», recuerda Padierna. Coincidió con grandes luchadores, desde su paisano Casimiro Burón, también gran luchador, a los Marcelino Tascón, Baudilio el de Viego, Manolete el de Campohermoso, los Flecha, Timoteo Hidalgo y hasta un joven Juanito Hidalgo... «y

Un vecino de Quintana, el músico Julio Ferreras, compuso un olvidado ‘Cantar de la lucha’, con letra de Toño Llamas sobre todo Bernardo, era buenísimo». Y tiene en su palmarés un curioso título: «Campeón de España. Se celebró un año en Mansilla y tuve el privilegio de ganarlo, con lo que soy uno de los pocos que lo tiene pues no se celebró más». Detrás vinieron otros, como Juanjo Burón Cano, campeón de Liga y excelente deportista... y hasta tienen en el pueblo a un vecino, gran aficionado y excelente músico (Julio Ferreras, ex director del Conservatorio de León) que, junto al poeta Toño Llamas, compusieron música y letra de un ‘Cantar de la lucha leonesa’ tan bello como desconocido. Todo ellos en esta suave Ribera.

La inconfundible figura de Luis Padierna esperando para continuar un combate.


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BOCA DE HUÉRGANO

Se ha incorporado apoyando la lucha de base y la femenina

‘La Villa’, la pasión por querer estar F.F.

LEÓN. Una de las últimas incorporaciones al circuito estival de la lucha leonesa es, a su vez, una de las más singulares y dignas de aplauso. Se trata del ayuntamiento de Boca de Huérgano, ‘La Villa’, que dicen ellos por aquellos lares. Este municipio de la comarca de Riaño y, por tanto, conocedor del mundillo de la lucha aunque, por esas cosas tan extrañas de las fronteras en la lucha la afición por este deporte haya cogido la carretera de Burón, Liegos, Acebedo, Maraña... hasta Lillo y no se haya extendido hacía Boca de Huérgano y las Tierras de la Reina. Sin embargo, el municipio de Boca

Boca ha apostado para que la lucha también coja su carretera desde Riaño ha querido llevar el río de la lucha hacia sus pueblos y lo ha querido hacer apoyando a los más modestos: la lucha de base acompañada de la competición femenina, que evidentemente es la más necesitada de apoyo pues «no acaba de arrancar», sigue habiendo pocos corros y también, justo es reconocerlo, pocas luchadoras. En Boca de Huérgano han encontrado un valedor. Llevan años organizando este corro de base y femenino, en cada temporada lo llevan a un pueblo diferente del municipio y , sobre todo, cuidan con mimo todos los detalles para los pe-

Ariadna Morán es levantada por Isabel Justel después de disputar la final del corro de Boca de Huérgano. MAURICIO PEÑA

queños y las féminas, algo muy reseñable pues no siempre ocurre, más bien se encuentran cada año con algún lugar en el que las condiciones para celebrar un corro no son las más adecuadas. También disfrutan los chavales de la base de citas como la de Boca de

Los corros de base y femenina van rotando por cada uno de los pueblos del municipio

Huérgano, compartiendo espacio y lucha con las campeonas. Y el alcalde de Boca manifestó claramente su intención de seguir apostando por esta fórmula de corros itinerantes por sus pueblos, «para ir sembrando la afición por este deporte tan nuestro».


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VALVERDE DE LA VIRGEN El municipio apuesta por la lucha, masculina y femenina, con un

corro que muchas veces ha ganado la gran luchadora del ayuntamiento, Miriam Marcos

Miriam Marcos en el homenaje que le hicieron poniendo su nombre a la plaza de Montejos del Camino, su pueblo, y practicando su otra pasión, el fútbol sala

Donde reina ‘La reina’ F.F.

LEÓN. Hay apodos en la lucha leonesa que son una definición: El Divino, El Elegante, El Helicóptero, La Cátedra Ambulante... o el que lleva una luchadora del municipio de Valverde de la Virgen: Miriam Marcos, La Niña con Calle de Montejos del Camino, que, por cierto, ya es la Niña con Plaza. Y es que este municipio cercano a la capital, guardián de muchas de las tradiciones de esta tierra, tuvo la buena idea de reconocer lo que era el palmarés más brillante que puede exhibir vecino alguno, y le pusieron su nombre a la plaza del pueblo de Miriam, Montejos del Camino. Enumerar el palmarés de Miriam

Marcos puede ser apabullante pero seguramente no refleja la realidad de esta luchadora –en todos los ámbitos de la vida– «que lo ha ganado todo»; ésa podría ser la única definición que se acerca a lo que es Miriam. Desde que arrancó la Liga Femenina en 2007 «lo ha ganado todo». Ligas, provinciales, corro de las campeonas, ha ganado el mismo día en dos categorías, ha ganado en las tres que hay en femenina... todo. Pero también ha sido una gran abanderada de la lucha leonesa en los Campeonatos de Europa de Luchas Celtas, en los que ganó en sus pesos, en sus modalidades... y no se le ha escapado el trofeo a la Mejor Luchadora del Campeonato.

Miriam Marcos lo ha ganado todo, ha hecho todas las gestas, vencido en todos los pesos el mismo día... Gran triunfadora en los europeos de luchas celtas, su ayuntamiento le ha puesto su nombre a la plaza de Montejos

Y en campeonatos de luchas al cinto. Y en iniciativas solidarias como cuando fue a Togo con Héctor y Clemente –vaya tres– para hacer un campo de deporte y pozos de agua y vivió a la vez los momentos más felices y duros en un mismo viaje. «Nada más llegar me cogió un niño de la mano, se colgó a mí y no se separaba para nada. Quería venir para León, separarme de él al marchar fue de lo más duro que me ha pasado», recordaba esta deportista que también es una destacada jugadora de fútbol sala, deporte en el que destaca casi como en la lucha. Y cuando Miriam habla de lo más duro que ha pasado en su vida sabe de lo que habla pues en el último corro que ha ganado tenía un rival muy difícil, una gravísima enfermedad a la que plantó cara con la misma decisión y la sonrisa que muestra al salir al centro del corro. Y como ha ocurrido prácticamente siempre en la lucha, ‘La niña con calle’, también supo cómo se le saca una cadrilada a la enfermedad. Y se la sacó. Corro para ella.


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VILLASABARIEGO El

municipio que custodia los restos de la gran ciudad de Lancia tiene entre sus luchadores a ‘El Molinero’ del Valle y ‘El Águila Rubia’ de Palazuelo

Dignos defensores de la ciudad de Lancia F. F.

LEÓN. Villasabariego vive a la sombra

de una gran ciudad de nuestra historia, Lancia. Y no le faltan a este municipio excelentes defensores de la memoria de aquella que hoy son restos que esperan quién los excave. Citemos a dos y ya sabremos el nivel que marca Villasabariego, que suele celebrar su corro en Villafañe, que tiene uno de los pocos corros del circuito: Flavio de la Puente, el molinero de Valle de Mansilla, y Frumecio Álvarez, El águila rubia de Palazuelo de Eslonza. Vayamos por antigüedad. Frumencio

La Abadía, es difícil que haya otra comarca mejor: Bernardo, Dionisio Serrano, Gallego Coca, Juanito... era el águila pues propiciaba vuelos con su maña favorita, el voleo. Los aficionados no olvidarán sus enfrentamientos con Felipe León, sin tregua, uno a la cadrilada, otro al voleo, sin descanso. No olvida Frumencio aquella final en Mansilla, siendo muy joven, con Felipe. «Le gané, pero me ganó él a mí más veces que yo a él», aclara este buen paisano que sigue siendo un habitual en los corros. Como no olvida los cinco años que ganó en Riaño. «Se me daba bien». - ¿Fuiste boxeador? - Sí, probé suerte. Llegué a disputar un Campeonato de España, pero lo mío era la lucha. Flavio fue un digno representante de las históricas sagas de molineros, él lo fue

del Valle de Mansilla; y luchador desde niño. Compitió en las tres categorías y con 18 años ya era campeón provincial de ligeros. «En pesados me reventaban, había luchadores que me sacaban más de 50 kilos». Pero Flavio saltó a la fama por un seguido concurso de TVE, ‘El hombre más fuerte de España’, donde quedó segundo, detrás de un levantador de piedras del País Vasco. «En halterofilia quedé segundo y ni siquiera sabía lo que eran las barras, no lo había visto nunca», recuerda Flavio, que reconoce que «fui al concurso sin pensarlo» y muchos espectadores aún recuerdan cómo partió en dos la guía de teléfonos de Madrid. Y los dos coinciden en una cosa: «Si en vez de tomar solo como referencia Villasabariego coges la comarca de la Abadía, no hay otra: Suma a Bernardo y su hermano de Villarmún; Dionisio Serrano, Manuel Gallego Coca, Juanito Hidalgo... y los que se nos olvidan, que aquí luchaba mucha gente, Julio el de Villimer... en fin».

Flavio ‘El molinero’ del Valle en el concurso de televisión y Frumencio ‘El Águila Rubia’ en una de sus ‘batallas’ con Felipe León.


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SANTA COLOMBA DE CURUEÑO

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Un ayuntamiento con pueblos de mucha tradición

Curueño, esencia de una forma de lucha F.F.

LEÓN. Antonio Martínez de Barrio de

Nuestra Señora; El Solitario y molinero de Ambasaguas; El Zazo de Barrio; David, Paco, Toño y Dani González, de Barrillos; Mariano El Guerrero e Ibán El Guerrerín; Marco Antonio, de Barrillos todos; Fernando José Crespo, Socrates de Gallegos de Curueño; Javier Fernández, Rambo y Óscar González, El Zorro, de Ambasaguas; Fernando y Antonio Getino Bayón, de La Mata de Curueño... y hasta Magdalena Getino, la primera mujer en participar en una competición oficial... son algunos de los nombres que podemos recoger en los pueblos del municipio de Santa Colom-

El molinero Solitario, El Zazo de Barrio o Antonio Martínez están en la historia de la mejor lucha leonesa ba de Curueño, un municipio que, a la vista de los nombres reseñados y otros que quedan en el tintero se podría decir que guarda la esencia de una forma de lucha, la del Curueño, de la que en tiempos se habló mucho. Pero la realidad es que El Solitario es el patriarca de los molineros; El Zazo es un grande reconocido por todos los luchadores de su época, especialmente por Nano Urdiales; David y Paco marcaron la mejor lucha con poco peso en pesados; Rambo y Óscar introdujeron de alguna manera el espectáculo, no siempre bien entendido; Antonio Getino era hasta la llegada de Clemente el único luchador capaz de ser Campeón de Liga en dos

Óscar González, El Zorro de Ambasaguas, y Antonio Getino, Getinín de la Mata de Curueño, dos luchadores muy recordados

pesos diferentes; en fin, El Guerrero fue el indiscutible ‘rey de la dedilla’ y su sobrino El Guerrerín, Ibán, ha sido el último gran campeón de la comarca, con siete Ligas en su palmarés y que, curiosamente, este año se planteaba su regreso a la actividad. Y pocos más difíciles de derrotar que

A David y Paco sólo les faltaba peso, Getinín fue campeón en dos pesos y El Guerrerín tiene 7 ligas en ‘casa’

Toño El Jicho –imposible darle una entera– o Fernando José Crespo, al que además de Socrates llamaban El Retorcido. Una comarca que también marcó una época en la Liga por Equipos de la mano del incansable Fernando Getino, un lujo en cualquier parte y buen luchador.


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La Nueva Crónica 24 de julio de 2020

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PUEBLA DE LILLO

Una tierra con un largo anecdotario en su historial luchístico

Un paisano y un largo anecdotario F.F.

LEÓN. Hay corros que parecen pro-

pensos a ser protagonistas del largo anecdotario de la lucha leonesa, inagotable. Uno de ellos parece el Corro de las Nieves de Lillo... «el corro de los tiros», te dirá alguien nada más que lo comentes pues esta cita «está condenada» a que se repita siempre con tintes mucho más épicos de lo que realmente fue, como suele comentar uno de los que estaba allí, el gran Tomás Domínguez: «No fue para tanto, se montó una tremolina, como tantas veces, pero había un guardia joven, que nunca había visto un corro y se puso nervioso. Los

El ‘corro de los tiros’ marca el anecdotario de las citas en Lillo, «pero no fue para tanto», dice Tomás Tomás fue el emblema de este pueblo, El Desconocido la sorpresa y Sindín el campeón enfermo disparos fueron al aire, nada». Cómo para asustar a Tomás, el luchador más representativo de Lillo, el de las batallas épicas con Juanito Hidalgo, el de tantas cosas, como cuando en pleno franquismo, en un Provincial se negó a saludar con la mano derecha el alto y alzó su puño, de militante comunistas, acabó en

manos de la guardia civil. Pero Tomás, ganadero y gran luchador, de tremenda fuerza, es ante todo un paisano, un buen paisano. Otro personaje singular fue Anibal, El Desconocido de Redipollos, aquel que llegó a un corro en la montaña «e hizo una siega de rivales tremenda»!, cuando le preguntaron cuál era su nombre dijo que ‘El desconocido’. Lo de Redipollos lo aclaró un espectador. También en Lillo fue donde Miguelín le hizo un agujero en el suelo a Nano Urdiales para meterle el pie y decirle aquello de «la lucha es así»; en Lillo nacieCorro de lucha que aparece en Susarón, de José Mª Goy. ron algunas de las revueltas más enconadas contra los estamentos oficiales de la lucha; allí dieron un armario de premio, de tres puertas, que ganó Nano Urdiales y fue a por él con la bicicleta. Y como en Vegamián se han quedado sin patria y Lillo es la tierra más cercana es buen momento para acordarnos de Sindín el de Ferreras de Vegamián, el llamado ‘campeón enfermo’. Quedó perdido en el monte durante semanas en la guerra con la secuela de una grave enfermedad pulmonar que le mantenía en cama durante meses. Vivió una mejoría dos años coincidiendo con el Provincial y Gumersindo se llevó los dos títulos a su casa, una gesta difícil Tomás Domínguez, de Lillo; Sindín el de Ferreras de Vegamián, campeón enfermo. de calificar. Digna de Lillo.


La Nueva Crónica Viernes, 24 de julio de 2020

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CISTIERNA La villa que pasó de no tener luchadores a encontrar la forma de fabricarlos

De ‘escaparate’ a ‘fabricona’ F.F.

LEÓN. Si hay un caso curioso en la

evolución de la lucha leonesa en un lugar seguramente sea Cistierna. O tal vez la constatación de que cuando se hacen bien las cosas acaban saliendo bien, dando sus frutos. En las viejas historias de la lucha no aparece ningún luchador destacado de la villa; tal vez alguna referencia a Ángel el caminero pero más bien anecdótica. Y se acabó. Las referencias, numerosas, a Cistierna son como escaparate de gran-

No había ningún gran luchador de la Villa; hoy los 4 primeros de un peso pueden ser de Cistierna, ha ocurrido des corros. En estas páginas se ha hablado, por ejemplo, del Provincial del 58, cuando Quintín ganó a Felipe ante más de 5000 espectadores llegados en autobuses de toda la comarca; hasta la Feve ponía trenes especiales para estas grandes citas. Pero no había luchadores locales, algo muy curiosa. Hasta que en Cistierna arrancó ‘la fabricona’, comenzaron a trabajar muy en serio, desde la base y el club, de la mano fundamentalmente de Héctor de Castro. Y unos años más tarde nos encontramos que, por ejemplo, es habitual que tres de los cuatro primeros clasificados en la categoría de medios defienden los colores de Cistierna: Moisés Vega, por supuesto; Samuel Sánchez; Lixer Campos, salido de allí; Sergio Gon-

Santi El Míster, uno de los primeros campeones salido de la fábrica. MAURICIO PEÑA

zález, Alberto Novoa, Marquiegui, que lo ha dejado... todos ellos habituales en la cabeza de la clasificación. Y en semipesados siempre está por ahí La Perla, Rodri, uno de esos luchadores capaz de todo, del que siempre se espera más y, seguramente, acabará por darlo. Pero ellos son los actuales; en medio han estado otros que no deberíamos olvidar porque han sido importantes: Santiago Fernández, El Míster, no lo olvidemos, ganador de dos Ligas en ligeros; el otro Vega, Ángel, La Computadora, una pena que lo dejara tan pronto, como lo fue el adiós de Carlos Bravo cuando mejor lo estaba haciendo, ganando corros...Y más atrás aquellos pioneros, Chucho Riaño —el padre de Bea— o Javi Cuesta, una de las víctimas de la no existencia de semipesados. Y hablando de Bea es bueno recordar que Cistierna también aporta dos campeonas femenina, Bea, y Cecilia, La Ciclón de Yugueros.

Moisés Vega, ‘La Roca’, en la foto luchando con Rubo, se ha convertido en el gran dominador de medios. MAURICIO PEÑA


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La Nueva Crónica 24 de julio de 2020

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BOÑAR Es el único ayuntamiento que habitualmente celebra dos corros –San Roque y el

de la feria de El Pilar– y con el segundo de ellos cierra la competición de la regularidad

Muchas esperanzas tienen en Boñar en Cristian, de momento las alegrías se las da Tomasuco el de La Vecilla.

El Pilar y cierra la lucha F.F.

LEÓN. «Por favor, los ya campeones de Liga salgan al centro del corro para la fotografía para la perpetuidad»; suelen ser las últimas palabras de la megafonía de los corros para despedir el año en el Corro del Pilar de Boñar, habitualmente la última cita de la Liga de Verano, aunque en alguna edición se celebró otro posterior en alguna Casa de León, pero no parece lógico jugarse una Liga, que ocurrió en ligeros, a muchos kilómetros de León. Con este corro del Pilar hace doblete Boñar, siendo el único pueblo que organiza dos corros, este de cierre y el del 16 de agosto, San Roque, otra cita de gran tradición en la Era de Moro. Había sido Boñar otro de esos pueblos

«escaparate», con corros para la historia, algunos finalizados a oscuras y altas horas de la madrugada, pero tampoco había tenido grandes luchadores propios, tan solo unos pocos de cierto nivel, no campeones. Pareció llegar a solucionarlo Álvaro Sánchez, Alvarito, un luchador que ganó corros pero lastrado por su poco peso. Poco a poco lo fuimos perdiendo pues sus éxitos en judo, a nivel nacional, le fueron alejando de la lucha e involucrándose cada día más en el judo. Con la ‘depresión’ de su ausencia irrumpió en la lucha el joven Cristian González, un portento físico y un chaval que entrena como pocos, pero se le han torcido las dos últimas ligas. En 2018

Muchas esperanzas tienen en Boñar en Cristian, pero se le han torcido dos temporadas aunque todavía es joven Tomasuco, con ‘doble nacionalidad’ con La Vecilla, es quien ha protagonizado los últimos corros en Boñar

se empeñó en luchar en semipesados y cuando ya vio que no podía, en agosto, subió a pesados y protagonizó una espectacular remontada al líder, Omar Liquete, al que recortó cincuenta puntos a base de ganar corros... pero cuando lo tenía a dos puntos algo le ocurrió, perdió corros inexplicables, con rivales ‘no directos’, como Goyo el de Villamuñío... Y perdió la Liga. El año pasado se lesionó y el trabajo le impedía ir a muchos corros... año casi en blanco. Mientras ‘cuaja’ Cristian, Boñar se entrega a Tomasuco, con doble nacionalidad con La Vecilla, pues su padre, Ramiro, tiene un bar en Boñar y él pasa allí mucho tiempo. Vibra el corro con él y las peñas gritan ¡Uco, Uco!


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