1 minute read
LÍNEAS MAESTRAS
A través de un estilo muy personal, basado en la ansiedad del gesto, Ignacio Lobera crea nuevos horizontes que trascienden las fronteras del arte.
Por JAVIER QUESADA
Advertisement
Las que creíamos perversas, uno de sus más recientes proyectos, revisa el concepto de femme fatale a lo largo de la historia cuestionando a través de tres series de dibujos el abuso de los antiguos clichés femeninos.
Un artista no se mueve entre dos aguas, sino entre siete, diez o diecisiete manantiales, ríos, océanos y hasta llaves de paso. Un artista, hoy, tiene que saber que las fronteras no existen y, si existen, es para saltárselas conceptual y geográficamente hablando», explica Ignacio Lobera (Logroño, España, 1989). Por eso, explora todos los formatos, desde el pequeño al grande, pasando por la instalación; transgrede géneros —indaga en el eterno femenino, bajo la mirada y la moral tradicionalmente masculinas—; no tiene miedo al tabú de lo «comercial» —al contrario: ha colaborado con diversos medios y diseñado portadas para clásicos contemporáneos, como Virginia Woolf o Fernando Pessoa— y, tras varias residencias en la Montresso Art Foundation en Marrakech, actualmente prepara su primera exposición en solitario con motivo de la ampliación de esta fundación suiza. «Se trata de una especie de Pompidou à la marocaine, destinado no a coleccionistas sino a nómadas globales», explica. Porque el arte, hoy, no es sólo para una élite, sino para todos. ignaciolobera.com
Ignacio Lobera ha logrado lo más difícil para un artista: tener su propio estilo, sin ser cautivo de él. El protagonismo de la línea, la economía de medios y una estética muy reconocible (y perturbadora) son sus armas de seducción para cautivar al espectador.