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NÍTIDO
Bvlgari alumbra un nuevo futuro para un clásico circular, que deslumbra con su compromiso por la sostenibilidad.
Por STEPHIE RAMÍREZ
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En 1999, la legendaria casa joyero romana creó su colección B.zero1 para recibir un cambio anual histórico con un radiante círculo como emblema de los nuevos comienzos. 23 años después, la infinita espiral, traducida en cualquier idioma, reaparece con dos olas de brillo en su diseño, declarando que la llegada de otro milenio no es el único propulsor para renacer de manera deslumbrante con más fuerza que nunca. Familiarizados con la fantasía sobre los diamantes como el mejor amigo de una chica en la era de Marylin Monroe, hoy la gema de las 4C no sólo deslumbra por su opulencia palpable, sino por su diafanidad en una era donde reina la transparencia. Y la sostenibilidad, el verdadero diamante en bruto, ha sido la piedra que la firma, miembro del Consejo de Joyería Responsable desde el 2006, continúa puliendo, afrontando cada fricción con sus diversos desafíos. Empezando por el proceso de extracción, pasando por cada etapa de su cadena de suministro, existe un compromiso inherente por la responsabilidad social y ambiental donde ninguna pieza queda exenta de garantías, como lo es la Certificación de Cadena de Custodia (CoC) renovada en 2018 y el Proceso Kimberly, como el norte de la brújula dentro de una industria donde urge un sistema de autorregulación para restringir el comercio de diamantes de guerra. De esta manera, la política medioambiental de Bvlgari se alinea con la visión de LIFE del conglomerado LVMH, donde la responsabilidad es el nuevo lujo, abriendo camino para que B.zero 1 resurja una vez más como símbolo del ethos contemporáneo, reinventando un código con otro acercamiento hacia las leyendas del pasado para ver surgir a otras con mucho futuro. bvlgari.com
B.zero1 se confirma como el ícono de aquellos que viven la vida a su manera y tienen el coraje de enfrentar desafíos y convenciones.