1= Acerca de la situación social y cultural. Condiciones para el arte temporáneo en nuestros días en Mendoza
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En el lapso que va desde la última década del siglo pasado a nuestros días, Mendoza atraviesa cambios sustantivos en lo que concierne a aspectos políticos y económicos ligados al desarrollo cultural. Políticamente la década menemista dejó una impronta en la cultura que en la provincia implicó una asociación con el turismo como meta para conseguir filiaciones al proyecto neo-liberal que permitieran un desarrollo de los circuitos económicos y empresariales ligados al mismo. Esto produjo consecuencias tanto en la clase de trabajadores artistas, como en el rol que asumieron en sus decisiones exhibitivas y; en esa dinámica, consecuencias en el funcionamiento estético de las obras. Las prácticas desarrolladas por los artistas locales suponen de aquí en más, una poética de autor que trabaja con conceptos que parten de una base en las preocupaciones sociales que los insertan en el medio del cual se forman y en el cual hablan; prácticas forman parte de los discursos que trabajan las preocupaciones o cuestionamientos del arte local y que si bien son proyectos que tienen sus antecedentes mediatos en los debates de la modernidad, también pueden ser leídas como documentos conceptuales, con figuras retóricas propias, cuyos sentidos nos permiten una nueva manera de ver el arte situándolo al nivel de las comunicaciones que nos rodean en la actualidad. Cuáles son los rasgos característicos de la nuevas propuestas de arte? La mixtura entre la tradición culta, la estética de las bellas artes emanada de los centros de formación, las artes patrocinadas desde los nuevos centros culturales patrocinados por los sectores bodegueros y/o privados y las practicas de artes sociopolíticas. Esta divergencia implicó y aún en la actualidad
Zapping, 3d y Espiral
“Si la calidad no alcanza (nunca alcanza), habrá que distribuirse, encogerse, acomodarse… Arrimarse Y sí, el lápiz vuelve a complicarse Apilarse Condimentarse Reprobar La duda, la computadora, la despedida, un antifaz, vino, mandarinas… …La línea continúa su camino hacia la perdición La multiplicidad se estanca y posa por largos minutos Aburrida, se dirige a otra dirección.” Fernando Guevara
Flores de origami para regalar… Las nociones de lo bello y lo decorativo muchas veces se han contrapuesto en la lectura de las propuestas artísticas. En la tradición culta, la de la estética de las artes visuales, lo bello sería algo más profundo y elevado que lo artificial o decorativo. Con el paso del tiempo, esta tradición fue de alguna manera cuestionada por los imperativos del desarrollo industrial asociado al capitalismo y al lenguaje del consumo. Así lo artificioso o decorativo logró ocupar en algunas lecturas intelectuales oficiales de la tradición estética un puesto de consenso que la realidad diaria y coyuntural de las sociedades pos-industriales reafirmaba.
La dicotomía se empezaba a disolver para asegurar un dominio ya sea de una u otra categoría, sobre el público en general y por ende sobre su aceptación por parte de los distintos sectores sociales en los que las mismas desempeñan papeles encontrados. Así el artificio que pone a prueba lo decorativo es el doble cuestionamiento de las miradas encontradas de estos sectores, de su posibilidad de interpretar: la forma y el contenido; la percepción y la idea; la apertura al espacio de las cosas que enfrentamos y al espacio del disenso que ellas mismas provocan. En este trabajo Patricia Benito reflexiona sobre la sensibilidad de lo cotidiano, sobre las tradiciones manuales, esas que son la antesala de un proyecto del hacer hoy puesto entre paréntesis por los nuevos lenguajes tecnológicos y la manufactura industrial. En el contexto de la apertura del Festival Nacional de Cine Independiente, BAFICI-MZA, estas circunstancias de infraestructura, son las mismas que el cine en definitiva aprovecha y que ya forman parte de su historia como lenguaje, de su propio medio o como
dice Alan Badieu, la “puesta en movimiento de una idea”; la misma idea que transforma su fin práctico en una forma de sobrevivencia del presente. La artista, en este caso, propone la puesta en movimiento de la dicotomía de una idea, la que proviene de la noción acerca de lo decorativo entendido como superficial. El par artedecoración se ubica en una nueva posición, ya no para intelectualizar teóricamente sus alcances, sino para presentar una realidad sensible que cuestiona los paradigmas del valor que le damos a lo bello. Algunas preguntas que aparecen en esta operación son ¿cómo al disponer los elementos se altera el orden del producto obtenido? ¿cómo los materiales pueden interrogarnos a su vez por el orden de lo reconocido como arte?¿porqué las flores son tan bellas y tan aberrantes en su insistente presencia? En definitiva un cuestionamiento sutilmente grosero sobre la significación y sus aportes a la construcción de nuestra subjetividad.
M. FORCADA, artista visual