TEMADELDÍA
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La energía con la que Munguía Payés inició condenando el caso también fue diluyéndose, suavizándose, y terminó casi por retractarse en las etapas finales del proceso judicial.
WWW.LAPRENSAGRAFICA.COM Jueves 23 de abril de 2015
INFORME HONDURAS
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En diciembre de 2014, en una entrevista con este periódico, el delegadoregional parael TriánguloNorte (Guatemala,Honduras y El Salvador) de la Agencia Estadounidense para el Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego, conocida como ATF, Harry Peñate, explicó cómo funciona su base de datos: ATF tiene capacidad de rastrear casi cualquier arma que haya sido fabricada en Estados Unidos. Pueden saber quién la fabricó, dónde se vendió, quién la compró y hacia dónde fue exportada, entre otros detalles. Peñate dijo, entonces, que también pueden acceder a información del Ministerio de Defensa de Estados Unidos, quienes realmente tienen la base de datos de armas de guerra en todas sus modalidades: fabricación, venta y donación. Y es a esta base de datos a la que los investigadores salvadoreños han acudido en el caso de las granadas M-67 y otros de armamento de guerra de años recientes. Investigadores relacionados con el proceso de las granadas han asegurado que ATF confirmó que los lanzacohetes encontrados en Honduras pertenecen a los inventarios de la Fuerza Armada salvadoreña, y que no existe otra posibilidad más que hayan salido de los almacenes militares hacia las manos de los narcos en Honduras. El delegado de ATF explicó también algo que personas relacionadascon lasarmasde guerrasabendesobra: lasgranadas M-67 o los lanzacohetes Law no poseen un número de serie propio, sino de lote, que puede significar, por ejemplo, que haya 300 granadas con el mismo número de lote. El número de lote está sobre el cuerpo del arma. Lo que parece tan claro en el oficio SEGUNDA PARTE confidencial 0533, el que certificó en Honduras que los lanzacohetes encontrados en el allanamiento pertenecían a la Fuerza Armada, fue meses después negado por el mismo Munguía Payés durante el juicio contra los militares acusados de traficar granadas y armas. El funcionario se escudó en que era imposible asegurar que esos lanzacohetes encontrados a un apéndice del cartel del Milenio hayan sido traficados desde las entrañas de la institución que él dirigía. Lo que Munguía Payés literalmente declaró el 1.º de octubre de 2013, durante el primer juicio contra los militares, fue: “Supe que en Honduras se encontraron unos Law con número delotes de los quenosotros teníamos, perono necesariamente eran de los lotes nuestros. Tomé contacto con autoridades de Honduras para verificar si coincidían algunos lotes quenosotrosteníamos ysupequecoincidían, peronosignificaba que procedían de nuestros lotes, puesto que los cohetes no tenían número individual, solo número de lote. Ellos también tenían cohetes con los mismos números de lotes nuestros porque estos fuerondistribuidos (donaciones en el caso de El Salvador) en toda Centroamérica por Estados Unidos durante el período de guerra”. Horas antes de rendir esa declaración, Munguía Payés dijo ante diversos medios de comunicación, evidentemente molesto por la espera: “Parece que siempre hay irregularidades en estas audiencias. Es la tercera vez que vengo y veo frustradas mis intenciones de colaborar con la justicia”. No consta en ninguna parte del proceso judicial contra Banegas Ciles que las autoridades hondureñas comprobaran que esos lanzacohetes tuvieran el mismo número de lote de los que Honduras recibió en los setenta u ochenta. Es más: nunca se hizo un análisis de los números de lote para comprobar a nombre de quién estaban registrados. El único examen al que las armas fueron sometidas fue para saber si funcionaban o no. Y sí, funcionaban. Cuestionado al respecto, Peñate manifestó en diciembre de 2014: “También le digo, que hay lotes que fueron específicamente a un país y también hay lotes que fueron a países diferentes”. Al insistir sobre el punto, el delegado de ATF co-
LA FAES Y EL NEGOCIO DE VENDER ARMAS
INFORME EL SALVADOR
ALLANAMIENTO
17/03/2011 f Documentos oficiales en San Pedro Sula y San Salvador demuestran que 14 de los cohetes Law encontrados en la bodega de Río Bermejo pertenecían a la FAES. La estructura de narcos era controlada por el mexicano Juan Carlos Nava Valencia, que cambió su nombre a Marco Antonio Ortiz Morales.
mentó: “Muchos de estos casos son activos, no tengo la libertad para darte la información. Eso ha pasado, pero también ha pasado que ha sido solo para un país”. El último año que El Salvador recibió lotes de granadas M-67 de parte de Estados Unidos fue en 1991, en agosto, según documentación oficial del Ministerio de Defensa a la que este periódico ha tenido acceso. El Departamento de Inteligencia Militar es conocido, en la jerga interna y en documentos oficiales, simplemente como “el CII”, es decir, el Conjunto II. De ahí que el oficio 0533 proviniera,con clasificaciónconfidencial incluida,con esacoletilla. Munguía Payés no solo pasó por encima de sus mismos informes internos. También sobre lo que declararon sus mismos subalternos del CII. Durante el juicio, un oficial militar perteneciente a esa unidad relató que entrevistó a varios de los militares arrestados entre 24 y 48 horas después de que encontraron enterradas las granadas en Tapalhuaca. Es decir, entre el 28 y el 29 de abril de 2011. El oficial dijo que tres de los militares detenidos admitieron que habían sacado armamento en diciembre de 2010, enero y abril de 2011 y que recibieron una paga entre los $500 y $900 a cambio de ello. Entre las armas que admitieron haber sacado había “15 lanzacohetes Law”. Eso consta en el expediente del juicio contra los militares, un documento oficial. Sin embargo, la jueza de Sentencia de Zacatecoluca decretó que “no se había comprobado”que los lotes fueran los mismos encontrados en otro país, ya que en el período de la guerra “varios países recibían los mismos lotes”. La única persona que afirmó tal cosa en el juicio fue el ministro Munguía Payés. No hubo un solo testigo más que secundara tal aseveración. Varios militares consultados por aparte, y no relacionados con este caso, han coincidido precisamente en lo contrario. “Es la primera vez que oigo eso, los lotes casi siempre venían para un solo país, es raro que varios países tengan el mismo lo-
te”, dijo uno de estos militares de larga experiencia, que estuvieron durante el conflicto en contacto con ese tipo de armas.
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Las peticiones de entrevistas se han acumulado en el Ministerio de Defensa. Este periódico ha solicitado, vía telefónica y por correo electrónico, desde el pasado 16 de marzo, una entrevista con el ministro Munguía Payés. Pero nada. Hace dos semanas, el jueves 9 de abril, Munguía Payés reapareció públicamente en un evento con militares estadounidenses. Se buscó nuevamente hablar con él, preguntarle por los recientes casos de granadas industriales lanzadas contra puestos de la Policía, de los cohetes Law encontrados en Honduras, del C4 vendido por militares de alta, pero el ministro no accedió a una entrevista. Habló brevemente, sin embargo, de lo que él cree es una campaña contra la Fuerza Armada. Dijo que no todas las armas de guerra que se encuentran, algunas usadas por las pandillas para atentados, pertenecieron a la Fuerza Armada. “Pero bueno, la gente algunas veces no entiende y hay mucha morbosidadeneso, yquecualquierfusil queencuentrancomo que perteneciera a los inventarios de la Fuerza Armada y no es cierto, nosotros hemos perdido nada más 17 fusiles”, dijo entonces el general de División.
*ESTE REPORTAJE FUE REALIZADO CON EL APOYO DE LA INICIATIVA PARA EL PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN EN LAS AMÉRICAS DEL INTERNATIONAL CENTER FOR JOURNALISTS (ICFJ) EN ALIANZA CON CONNECTAS.
LEA MAÑANA: Pandilleros de la MS usaron granadas de la FAES para ataques