Impreso por morellana el 3/18/2005 a las 10:03:52 PM horas
LA PRENSA GRÁFICA
D O M I N G O 2 0 D E M A R Z O D E 2 0 0 5 , S A N S A LVA D O R , E L S A LVA D O R , C . A .
AÑO 7 N.° 354
2 EL JUICIO MÁS DIFÍCIL DEL SIGLO XX
7
¿QUIÉN ES ÁLVARO SARAVIA?
12
MONSEÑOR URRUTIA: “ESPERAMOS TENER LA BESTIFICACIÓN ESTE AÑO”
15
ROMERO, MARCA NO REGISTRADA
25 AÑOS PREGUNTANDO POR
ROMERO UN CRIMEN SIN RESOLVER, UN AUTOR INTELECTUAL JUZGADO EN ESTADOS UNIDOS, UNA DIFÍCIL CAUSA DE CANONIZACIÓN Y UNA IMAGEN, LA DE SUS LENTES DE CONCHA, QUE SE IMPONE A LOS CRITERIOS ESTÉTICOS. ROMERO ESTÁ MÁS CERCA DE SER SANTO, Y SU POLÉMICA NO CESA.
Impreso por wcarranza el 3/18/2005 a las 9:14:32 PM horas
REPORTAJE
EL JUICIO 1917
1980
2005. Se cumplen
ya 25 años del asesinato en San Salvador del arzobispo Óscar Arnulfo Romero. Hay quien hoy afirma que la guerra civil comenzó realmente con aquel balazo certero en el pecho de una sotana. Hay quien considera que Romero fue una víctima más, como tantas otras castigadas por sus ideas políticas. Hay quien asegura que fue un mártir, un hombre de fe que desde hace un cuarto de siglo, lo sepa o no el Vaticano, es el San Romero de América. Es, sin duda, un crimen sin resolver. El de mayor valor simbólico de nuestra historia reciente. POR METZI ROSALES MARTEL Y CLAUDIA CONTRERAS
2 | ENFOQUES | DOMINGO 20 DE MARZO DE 2005 | LA PRENSA GRÁFICA
FOTO DE LA PRENSA/MAURO ARIAS
MÁS DIFÍCIL DEL SIGLO XX
IMÁGENES. Mural en una de las paredes del Hospital La Divina Providencia, a unos metros de donde fue asesinado monseñor Óscar Arnulfo Romero.
Que este cuerpo inmolado y esta sangre sacrificada por los hombres nos alimente también paradar nuestro cuerpoy nuestra sangre al sufrimiento y al dolor...” A los pocos segundos de terminar la frase, el arzobispoÓscar ArnulfoRomero hizounamago derecoger una ostia del cáliz. Eran las 6:20 de la tarde del 24 de marzo de 1980.Cerca de 30 personasestaban reunidas en la capilla del Hospital La Divina Providencia esa tarde. La invitación a la misa del primer aniversario de muertede SaraMeardi dePinto habíasido publicadaa gran tamaño en los dos vespertinos de esa fecha. Jorge Pinto, hijo de la fallecida, llegó al lugar a las 5:40 de la tarde, se arrodilló y rezó. Cerca de 30 minutos después,el coronel Manuel AntonioNúñez, amigo de lafamilia, tomó asiento enla primera banca,al costado izquierdo de la entrada principal, tras ver de lejos a Pinto y a Napoleón González. A los cinco minutos, Eulalio Pérez,un fotoperiodista deEl Diariode Hoy yde la agencia United Press (UPI), emuló a Núñez. Se sentó en la segunda banca, a la derecha de la entrada, y sacó una cámara y un flash de su bolsón. El día anterior no había podidoacudir ala homilía enla Catedral,y necesitaba fotos para la agencia. Había pedido permiso en el diario para ausentarse esa tarde. María deLuz Cueva, religiosa mexicanay directora delhospital, escuchabaa Romerodesdela partelateral izquierda del AltarMayor, junto a sor Maríade la Santísima Trinidad. En la cocina del hospital, Pedro Lemus,un chicode13 años,degustabasucena. SorMaría del Carmen Rivera (que falleció en 1984) y la hermana María Ávalos lavaban lostrastes. Una detonación paró repentinamente la misa. El caos y la confusión invadieron la capilla. A Jorge Pinto, propietario del periódico “El Independiente”, lo rodearon algunos amigos. Pensaron que el atentado era contra él. Sor Trinidad dirigió su mirada hacia la
“
entradaprincipal yno vioanadie. Lomismo leocurrió al coronel. Solo vieron moverse a Eulalio, que se levantó rápidamentedel pisoy comenzóa activarel obturador. Esto hizo que las monjas lo retuvieran durante cuatro horas en el recinto. Su actitud les pareció sospechosa.Pedro,sorRivera ylahermanaÁvalosvieron un vehículo rojo que salía a toda velocidad del lugar. “Yo creo que monseñor (sí) lo ha de haber visto, porque elcarro separqueó enfrente”,sugirió Maríade Luz Cueva en su declaración judicial, días después, pensando en el asesino. Tal vez sea así. En todo caso, ese rostro sigue siendo un misterio 25 años después.
LA BALA PERDIDA Romero no recibió el balazo en el corazón, como se comenta a menudo. “Se encontró abundante sangre con coágulos en tórax, de aproximadamente tres litros. La causa de la muerte: hemorragia interna”, reza el reconocimiento forense practicado por el doctor Pedro Chavarría a las 10:55 de la noche de aquel día, según consta enel folio 2 dela causa n.º 134,que aún está en “sobreaveriguar la muerte de Monseñor Romero”. Se podría decir que fue, desde sus inicios, un caso predestinado a caer en sombras. “No se encontraron huellas, ni señales que ayuden al esclarecimiento del hecho investigado”,resumía dosdías despuésdel crimen, el 26 de marzo, el doctor Atilio Ramírez Amaya, juez Cuarto de lo Penal, el primero a cargo del caso. Recientemente,RamírezAmaya harecordadola“inadecuada reunión de evidencias por la Guardia Nacional, la faltade recolección dehuellas digitales yla imprecisión sobre la autopsia realizada”. Cuando los investigadores llegaron al lugar de los hechos, las monjas de La Divina Providencia habían
limpiado la sangre, y el día del asesinato, según el folio 37, nadie quiso dar información al sargento Julio Alberto Morales Chávez y a los detectives José Lázaro Moreno y Mario Saúl Merino, de la Policía Nacional. El día 25 tampoco fue fructífero para los investigadores: los vecinosdijeron nosaber nada. Erauna épocade ver, oír y callar. En el expediente consta que Napoleón González, dueño del periódico“La Crónica” y testigo, nunca asistió a las tres citaciones para declarar. Su familia denunció su desaparición tres días después del asesinato. Se presume que fue secuestrado. El 26, los policías establecieron que la distancia desde donde disparó el homicida era de 31 metros. El entonces fiscal general, Guillermo Antonio Guevara
1980
Óscar Romero es nombrado doctor Honoris Causa en la Universidad de Lovaina, en Bélgica.
Lacayo, asignó al doctor Tomás Alfonso Ayón y al bachiller Juan Gilberto Cardona Jiménez como fiscales delcaso, yestos pidieronque setomaran fotografíasde todos los ángulos de la capilla, se citara a Jorge Pinto y se practicara peritaje balístico en las esquirlas. El proyectil quedó incrustado en la quinta costilla. El coronel Núñez dijo en su declaración haber escuchado “una detonación calibre 22 Homet o 25-20 blindado”. En el folio 35, del 15 de abril de 1980, la conclusióndel peritajedice:“Imposibledeterminar aquécalibre pertenecen (dos esquirlas de blindaje y una de plomo). Se supone que eran calibre 22 ó 25”. No hay calibre, no hay arma. Ciento cuatro folios después aparece archivada la partida de defunción de Óscar Romero. Los años que siguieron al asesinato continuaron
LA PRENSA GRÁFICA | DOMINGO 20 DE MARZO DE 2005 | ENFOQUES |
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REPORTAJE
EL JUICIO 1917
1980
2005. Se cumplen
ya 25 años del asesinato en San Salvador del arzobispo Óscar Arnulfo Romero. Hay quien hoy afirma que la guerra civil comenzó realmente con aquel balazo certero en el pecho de una sotana. Hay quien considera que Romero fue una víctima más, como tantas otras castigadas por sus ideas políticas. Hay quien asegura que fue un mártir, un hombre de fe que desde hace un cuarto de siglo, lo sepa o no el Vaticano, es el San Romero de América. Es, sin duda, un crimen sin resolver. El de mayor valor simbólico de nuestra historia reciente. POR METZI ROSALES MARTEL Y CLAUDIA CONTRERAS
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FOTO DE LA PRENSA/MAURO ARIAS
MÁS DIFÍCIL DEL SIGLO XX
IMÁGENES. Mural en una de las paredes del Hospital La Divina Providencia, a unos metros de donde fue asesinado monseñor Óscar Arnulfo Romero.
Que este cuerpo inmolado y esta sangre sacrificada por los hombres nos alimente también paradar nuestro cuerpoy nuestra sangre al sufrimiento y al dolor...” A los pocos segundos de terminar la frase, el arzobispoÓscar ArnulfoRomero hizounamago derecoger una ostia del cáliz. Eran las 6:20 de la tarde del 24 de marzo de 1980.Cerca de 30 personasestaban reunidas en la capilla del Hospital La Divina Providencia esa tarde. La invitación a la misa del primer aniversario de muertede SaraMeardi dePinto habíasido publicadaa gran tamaño en los dos vespertinos de esa fecha. Jorge Pinto, hijo de la fallecida, llegó al lugar a las 5:40 de la tarde, se arrodilló y rezó. Cerca de 30 minutos después,el coronel Manuel AntonioNúñez, amigo de lafamilia, tomó asiento enla primera banca,al costado izquierdo de la entrada principal, tras ver de lejos a Pinto y a Napoleón González. A los cinco minutos, Eulalio Pérez,un fotoperiodista deEl Diariode Hoy yde la agencia United Press (UPI), emuló a Núñez. Se sentó en la segunda banca, a la derecha de la entrada, y sacó una cámara y un flash de su bolsón. El día anterior no había podidoacudir ala homilía enla Catedral,y necesitaba fotos para la agencia. Había pedido permiso en el diario para ausentarse esa tarde. María deLuz Cueva, religiosa mexicanay directora delhospital, escuchabaa Romerodesdela partelateral izquierda del AltarMayor, junto a sor Maríade la Santísima Trinidad. En la cocina del hospital, Pedro Lemus,un chicode13 años,degustabasucena. SorMaría del Carmen Rivera (que falleció en 1984) y la hermana María Ávalos lavaban lostrastes. Una detonación paró repentinamente la misa. El caos y la confusión invadieron la capilla. A Jorge Pinto, propietario del periódico “El Independiente”, lo rodearon algunos amigos. Pensaron que el atentado era contra él. Sor Trinidad dirigió su mirada hacia la
“
entradaprincipal yno vioanadie. Lomismo leocurrió al coronel. Solo vieron moverse a Eulalio, que se levantó rápidamentedel pisoy comenzóa activarel obturador. Esto hizo que las monjas lo retuvieran durante cuatro horas en el recinto. Su actitud les pareció sospechosa.Pedro,sorRivera ylahermanaÁvalosvieron un vehículo rojo que salía a toda velocidad del lugar. “Yo creo que monseñor (sí) lo ha de haber visto, porque elcarro separqueó enfrente”,sugirió Maríade Luz Cueva en su declaración judicial, días después, pensando en el asesino. Tal vez sea así. En todo caso, ese rostro sigue siendo un misterio 25 años después.
LA BALA PERDIDA Romero no recibió el balazo en el corazón, como se comenta a menudo. “Se encontró abundante sangre con coágulos en tórax, de aproximadamente tres litros. La causa de la muerte: hemorragia interna”, reza el reconocimiento forense practicado por el doctor Pedro Chavarría a las 10:55 de la noche de aquel día, según consta enel folio 2 dela causa n.º 134,que aún está en “sobreaveriguar la muerte de Monseñor Romero”. Se podría decir que fue, desde sus inicios, un caso predestinado a caer en sombras. “No se encontraron huellas, ni señales que ayuden al esclarecimiento del hecho investigado”,resumía dosdías despuésdel crimen, el 26 de marzo, el doctor Atilio Ramírez Amaya, juez Cuarto de lo Penal, el primero a cargo del caso. Recientemente,RamírezAmaya harecordadola“inadecuada reunión de evidencias por la Guardia Nacional, la faltade recolección dehuellas digitales yla imprecisión sobre la autopsia realizada”. Cuando los investigadores llegaron al lugar de los hechos, las monjas de La Divina Providencia habían
limpiado la sangre, y el día del asesinato, según el folio 37, nadie quiso dar información al sargento Julio Alberto Morales Chávez y a los detectives José Lázaro Moreno y Mario Saúl Merino, de la Policía Nacional. El día 25 tampoco fue fructífero para los investigadores: los vecinosdijeron nosaber nada. Erauna épocade ver, oír y callar. En el expediente consta que Napoleón González, dueño del periódico“La Crónica” y testigo, nunca asistió a las tres citaciones para declarar. Su familia denunció su desaparición tres días después del asesinato. Se presume que fue secuestrado. El 26, los policías establecieron que la distancia desde donde disparó el homicida era de 31 metros. El entonces fiscal general, Guillermo Antonio Guevara
1980
Óscar Romero es nombrado doctor Honoris Causa en la Universidad de Lovaina, en Bélgica.
Lacayo, asignó al doctor Tomás Alfonso Ayón y al bachiller Juan Gilberto Cardona Jiménez como fiscales delcaso, yestos pidieronque setomaran fotografíasde todos los ángulos de la capilla, se citara a Jorge Pinto y se practicara peritaje balístico en las esquirlas. El proyectil quedó incrustado en la quinta costilla. El coronel Núñez dijo en su declaración haber escuchado “una detonación calibre 22 Homet o 25-20 blindado”. En el folio 35, del 15 de abril de 1980, la conclusióndel peritajedice:“Imposibledeterminar aquécalibre pertenecen (dos esquirlas de blindaje y una de plomo). Se supone que eran calibre 22 ó 25”. No hay calibre, no hay arma. Ciento cuatro folios después aparece archivada la partida de defunción de Óscar Romero. Los años que siguieron al asesinato continuaron
LA PRENSA GRÁFICA | DOMINGO 20 DE MARZO DE 2005 | ENFOQUES |
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REPORTAJE
1942 Óscar Romero fue ordenado sacerdote en Roma (Italia). En 1943 se licenció en Teología en la Universidad Gregoriana. Posteriormente fue párroco en diversas localidades de San Miguel.
El 23 de septiembre de 1993, María Julia Hernández, directora de la oficina de Tutela Legal del Arzobispado de San Salvador, y Tiberio Arnoldo Romero, hermano de Romero,
denunciaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que el Estado salvadoreño “violó los derechos de la vida, a las garantías judiciales y a la protección judicial de la víctima”, así como “el deber de respetar y garantizar los derechos humanos consagrados en la Convención Americana sobre Derechos Humanos”. Tras muchas peticiones del CIDH, empeñado en contar con alguna ayuda para esclarecer el caso, el Estado salvadoreño reaccionó finalmente y pidió a la CIDH que archivara el expediente, por
FOTO DE LA PRENSA/MAURO ARIAS
considerar que la ley de amnistía (promulgada el 30 de marzo de 1993), adoptada tras la publicación del Informe de la Comisión de la Verdad, tuvo por objeto “asegurar la paz y preservar los derechos humanos”.
4 | ENFOQUES | DOMINGO 20 DE MARZO DE 2005 | LA PRENSA GRÁFICA
FOTO DE LA PRENSA/ARCHIVO
INSTANTÁNEA. Romero, pocos instantes después del disparo que le segó la vida. Pese a los intentos por auxiliarlo, ya estaba muerto.
INTERAMERICANA
’’
Informe de la Corte Suprema de Justicia, en alusión al motorista.
entre interrogatorios a los mismos testigos y revisiones de registros migratorios, sumando folios a un expediente que actualmente incluye 11 gruesas carpetas y cerca de 2,000 páginas, pero que no arroja conclusiones. “Laparticipación delincuencialnoseha podidoestablecer, ya que los testigos que declaran en el proceso no mencionan nombres, ni número de placas de vehículo desde donde se dice hizo el disparo”, rubricó el entonces fiscaldelcaso,RicardoMarcialZelaya, enelfolio1154,el3 de septiembre de 1984. La guerra recrudecía y, como aceptael actualpresidente dela CorteSuprema deJusticia, Agustín García Calderón (ver entrevista en página 6), el sistema judicial se mecía al ritmo de la polarización. En1987,elcoronel retiradoAdolfoMajanosentenció: “La Fuerza Armada condena este repudiable hecho”. El caso se estaba, inesperadamente, abriendo, y salpicaba indirectamente al estamento militar. Un año antes, en 1986, el gobierno de Napoleón Duarte había creado la Comisión Investigadora de Hechos Delictivos (CIHD) y su primer testigosobre el asesinato deRomero era Amado Antonio Garay Reyes. Un motorista. El motorista que conducía el carro rojo desde el que salió el disparo.
EL HOMBRE BARBADO Segúnel testimonio,incluido enelexpediente yrepetido hasta la saciedad, Amado Garay condujo aquel día hasta una casa conportón negro, en la colonia SanBenito, e hizo sonar la bocina. El capitán Álvaro Saravia, su jefe, entró en la residencia. Él parqueó el carro y comió del palo de marañonesjaponeses queestabajuntoa lapuerta.Horas después, Saravia lo llamó, le señaló un vehículo rojo, de cuatro puertas,y ledijo: “Manejáese carro”.Luego leordenó: “Seguí a ese carro que está adelante”. El 19 de noviembre de 1987, cuando Garay rindió su testimonioante laFiscalía,no recordólamarca,ni elaño del carroal quetuvo queseguir, perosí dijoque enel interiordel carrorojo“había unhombrebarbado,como de25
años, bien parecido, alto, delgado, pelo liso y con entradas en la frente, a quien no conocía”. Siete años, siete meses y 24 días después del crimen, el motoristarelató cómosiguióel vehículoquesu patrónle había señalado. Dieron “muchas vueltas”, dijo, por la colonia Miramonte, hasta llegar a un portón negro en el que elcarro de adelantedesapareció. El hombrede atrás, el barbado, comenzó a darle órdenes. Le pidió que siguiera la calle adoquinada que conducía a una iglesia y que diera la vuelta al carro. Amado lo hizo y detuvo el vehículo “como a tres o cuatro metros antesde llegar al frente de la iglesia”, según reza su declaración en el folio 271. “No, párese frente a la iglesia”, le dijo el barbado. A través de las puertas abiertas, Garay vio a un sacerdote que celebraba misa. El barbado le dijo que hiciera como que arreglaba algo en el carro. Amado urgó en la palanca de velocidades. Mientras levantaba el hule inferior de la palanca, escuchó una detonación fuerte y vio que el barbadosostenía unfusilconambas manos,endirección al interior de la iglesia. Sintió olor a pólvora y escuchó gente que gritaba en la capilla. “Camine despacio,tranquilo”, ledijo eltirador. Garay había dejado el motor encendido y condujo hacia el centrode lacapital.Variashoras despuésllegaronala casaen San Benito. “Misión cumplida”, dijo el barbado a Saravia. Este respondió: “Entremos, vamos a oír las noticias”.
TESTIMONIOS CONTRADICTORIOS La Comisión Investigadora había contactado a Garay a través de Migración, y le aseguró absoluta protección como testigo. Años después el presidente de esta comisión y ministrode Justiciade entonces,Julio Samayoa,afirmó que la referenciaa Garay vino dada poruna agenda decomisada a Saravia en la finca San Luis en mayo de 1980, y en la que la Comisión conoció el “plan pina”, considerado como el plan de asesinato de Romero. Ensudeclaraciónde1987, elmotoristacontócuálera
su relacióncon ÁlvaroSaravia, conlos guardaespaldas desu patrón,Nelson Moralesy NelsonGarcía, ycómo el 27 de marzo de 1980 llevó a Saravia a una “casa que parecía castillo situada frente al Canal 2, esquina opuesta al Círculo Deportivo Internacional”. Allí vio, asegura, al mayor Roberto d’Aubuisson, que esperaba en la puerta principal a Saravia. El capitán le dijo, supuestamente, “ya hicimos lo que habíamos planeado de la muerte de Monseñor Romero”. El mayor le respondió: “No, hombre, no lo hubieran hecho todavía”. “Como usted ordenó que lo hiciéramos, por eso lo hicimos”, contestóSaravia, siempre segúnel testimonio de Garay. Meses después, Garay logró salir del país. Eltestimonio, sinembargo,nuncasirvió paraqueel proceso judicial salvadoreño encontrara rumbo. En 1985, la religiosa María del Socorro Iraheta Flores había declarado que el 24 de marzo de 1980, tras el disparo, mientras atravesaba el parqueo hasta llegar a la iglesia, “observó a un sujeto que estaba inclinado hacia el interior de un carro, y que la volvió a ver hasta quedar uno frente a otro como a una distancia de cinco metros de distancia”. En fracciones desegundo siguió corriendo hacia la capilla donde encontró a Romero en el suelo. En1982, segúnelrelato deIraheta,vio entelevisión a Roberto d’Aubuisson y aseguró que su cara le recordaba a aquella persona que encaró por segundos en el parqueo, “la que hacía como que guardaba algo cuando sucedió la muerte de Monseñor Romero”. La religiosanopudo afirmarsisetratabacon certezadelmayorD’Aubuisson, peroel señalamientose hizopúblico en 1985 y se incorporó al proceso. Ellíderarenero, queyaeradiputado, sedefendióen los medios de comunicación y aseguró que estaba en San Miguel el día del crimen, en una reunión del Estado Mayor. Recalcó que la difusión de ese testimonio era una táctica para “polarizar la situación actual y favorecer a la Democracia Cristiana”. En 1987, cuandoGaray habló, nadie tuvoen cuenta el testimonio contrario de la religiosa. Se emitió una ordende detencióncontra elcapitánÁlvaro RafaelSaravia Merino precisamente el 24de marzo, por el delito de homicidio agravado tipificado y se libró a D’Aubuisson de cargos por ocupar un cargo legislativo. El 19 de diciembre de 1988, sin embargo, la justicia dio la vuelta. La Sala de lo Constitucional declaró sin efecto la acusación contra Saravia, e inhabilitó la declaración de Garay por haberse presentado “siete años, siete meses, 24 días después” del delito. La sala resolvióque nohabía“fundamentolegal paraladetención” de Saravia. También señaló la contradicción entre el testimonio de Garay, que decía haber estado siempre en el interior del vehículo, y el de Iraheta Flores. La CorteSupremaresolvióqueel testigonoera“másque un encubridor del hecho, motivo por el cual su declaración no tiene ningún valor probatorio”.
EL APELLIDO REGALADO Lacomisión creadaporDuarte continuóapesar detodo sus pesquisas y se siguió apoyando en la agenda de Saravia y las palabras de Garay para levantar acusaciones. El gobierno de la democracia cristiana, que por años usó como arma contra D’Aubuisson su posible
FRESNO: LA JUSTICIA LEJANA l 22 de julio de 2001 el “Miami Herald” fue el testimonio de Amado Garay, ex motorista de publicó “Scores acused of atrocities Saravia, que dijo haber transportado al francotiracommitted in other countries are quietly dor de Romero a la iglesia, y el testimonio experto living inUnited States” (Acusadosde code Terry Karl. La politóloga Karl, profesora en la meter atrocidades en otros países silenUniversidad de Stanford, esclareció sobre la ideociosamente viven en Estados Unidos). El informe logía y praxis de los grupos armados de la época. periodístico incluía entre una larga serie de latiCon estos datos, el juez Oliver Wanger, de la Corte noamericanos al capitán Álvaro Rafael Saravia MeFederal del Distrito de Fresno, encontró a Álvaro rino, con residencia en Florida, como presunto Saravia responsable por su participación en el aseresponsable del asesinato de monseñor Óscar Rosinato de Romeroy le condenó apagar $10 millones mero Galdámez, en marzo de 1980. al demandante, “un familiar del arEl Centro para la Justicia y la Reszobispo”, como indicó escuetaPRUEBAS ponsabilidad (CJA, por sus siglas en mente la firma de abogados. inglés), un organismo dedicado a los “La prueba demuestra que hubo un El tribunal californiano derechos humanos y cercano al caso régimen en el poder en El Salvador, no dispuso para su fallo salvadoreño, tomó nota. En unos (...) controladopor elejército. Elgode más pruebas de las meses, ayudó a recopilar pruebas e bierno perpetró violaciones sisteque la Fiscalía o los identificó la última residencia legal máticas de derechos humanos”, jueces salvadoreños de Saravia en el valle de California. concluyó el juez Wanger el 3 de septienen hoy en su poder. Así el caso cobró jurisdicción. tiembre pasado al declarar culpable Esta organización humanitaria, con a Saravia. El portavoz de la firma que sede en San Francisco, se apoyó en la firma de abosirvió el proceso, Russell Cohen, recalcó que el juigados Heller Ehrman White & McAuliffe LLP, y cioes “unejemploparacontrarrestar laimpunidad presentó la demanda contra Álvaro Saravia en y llevar justicia (...) en El Salvador”. 2003. Se amparaban en la Ley Federal de Demandas Elo losdemandantes, aúnen anonimato,permanece Civiles para Extranjeros (“Alien Tort Claims Act”) protegido bajo el nombre genérico “Joe Doe”. Los y la Ley para la Protección de Víctimas de Tortura abogados del CJA, que no comentan ni sexo, ni nacio(“Torture VictimProtection Act”) deEstados Uninalidad, ni número de su o sus protegidos, aseguran dos que permiten demandar a nacionales de otros que aún existe una lista de 10 salvadoreños más acupaíses por asesinatos extrajudiciales y torturas cosados de distintos delitos y que residen en Estados metidos en el extranjero. Unidos. Afirmanque, en estos casos,están recabanLa pieza más fuerte del CJA para acusar a Saravia do pruebas para acusarlos en el futuro.
E
FOTO DE LA PRENSA/MAURO ARIAS
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Amado Garay no es más que un encubridor del hecho, motivo por el cual su declaración no tiene ningún valor probatorio.”
ARCHIVADO. La causa n.º 134-80 lleva archivada poco más de un lustro. El asesinato del arzobispo de San Salvador sigue en “sobreaveriguar”.
vinculación al caso, quería encontrar a ese francotirador “alto, de frente amplia con entradas, pelo negro y barba negra, como de 25 años, delgado, de 1.70 metros, moreno claro y sin señales especiales”. Se comenzó a recabar fotografías que cumplieran con la descripción y que correspondieran a contrastados buenos tiradores, vinculados muchos de ellos al entornode ARENA.Se depuraronhasta seleccionarocho. En 1989, Garay las fue descartando hasta elegir dos, una de ellas la del odontólogo Héctor Antonio Regalado, durante años considerado popularmente como uno de los posiblesfrancotiradores alos quese atribuyeel único disparo hacia la capilla de La Divina Providencia. El ministro de Justicia Samayoa pidió que se le localizara, peronofue citadoadeclararhastados añosdespués,en 1991. Nunca fue imputado. “Yo doy clases de tiro”, comenta Regalado a Enfoques; y sobre la posibilidad de que efectivamente le hubieran pedido asesinar a Romero, añade: “Me he hecho la pregunta, y si me hubiera tocado a mí, no hubiera tenido el valor”. Monseñor Gregorio Rosa Chávez descarta la posibilidad de que Regalado apretara el gatillo. “Todos nuestros datos indican que él no fue responsable”, afirma. Regalado cuentaque en mayode 1980 “estabaen Guatemala, leyendo sobre seguridad”. Tres años después trabajó como parte de la seguridad de Roberto D’Aubuisson.Hasta 1986.Aseguraquelo dejó,precisamente, porque no soportaba la presión que recaía sobre D’Aubuisson por el caso Romero. LlególaPaz. Enmayode1993,la CámaraPrimerade lo Penal de la primera sección del centro confirmó el sobreseimiento a favor del capitán Saravia, por falta de pruebas contundentes. Dos meses antes, la Comisión de la Verdad había resuelto que sobre el asesinato de Monseñor Romero “la Corte Suprema de Justicia asumió un rol activo que resultó en impedir la extradición
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1942 Óscar Romero fue ordenado sacerdote en Roma (Italia). En 1943 se licenció en Teología en la Universidad Gregoriana. Posteriormente fue párroco en diversas localidades de San Miguel.
El 23 de septiembre de 1993, María Julia Hernández, directora de la oficina de Tutela Legal del Arzobispado de San Salvador, y Tiberio Arnoldo Romero, hermano de Romero,
denunciaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que el Estado salvadoreño “violó los derechos de la vida, a las garantías judiciales y a la protección judicial de la víctima”, así como “el deber de respetar y garantizar los derechos humanos consagrados en la Convención Americana sobre Derechos Humanos”. Tras muchas peticiones del CIDH, empeñado en contar con alguna ayuda para esclarecer el caso, el Estado salvadoreño reaccionó finalmente y pidió a la CIDH que archivara el expediente, por
FOTO DE LA PRENSA/MAURO ARIAS
considerar que la ley de amnistía (promulgada el 30 de marzo de 1993), adoptada tras la publicación del Informe de la Comisión de la Verdad, tuvo por objeto “asegurar la paz y preservar los derechos humanos”.
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INSTANTÁNEA. Romero, pocos instantes después del disparo que le segó la vida. Pese a los intentos por auxiliarlo, ya estaba muerto.
INTERAMERICANA
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Informe de la Corte Suprema de Justicia, en alusión al motorista.
entre interrogatorios a los mismos testigos y revisiones de registros migratorios, sumando folios a un expediente que actualmente incluye 11 gruesas carpetas y cerca de 2,000 páginas, pero que no arroja conclusiones. “Laparticipación delincuencialnoseha podidoestablecer, ya que los testigos que declaran en el proceso no mencionan nombres, ni número de placas de vehículo desde donde se dice hizo el disparo”, rubricó el entonces fiscaldelcaso,RicardoMarcialZelaya, enelfolio1154,el3 de septiembre de 1984. La guerra recrudecía y, como aceptael actualpresidente dela CorteSuprema deJusticia, Agustín García Calderón (ver entrevista en página 6), el sistema judicial se mecía al ritmo de la polarización. En1987,elcoronel retiradoAdolfoMajanosentenció: “La Fuerza Armada condena este repudiable hecho”. El caso se estaba, inesperadamente, abriendo, y salpicaba indirectamente al estamento militar. Un año antes, en 1986, el gobierno de Napoleón Duarte había creado la Comisión Investigadora de Hechos Delictivos (CIHD) y su primer testigosobre el asesinato deRomero era Amado Antonio Garay Reyes. Un motorista. El motorista que conducía el carro rojo desde el que salió el disparo.
EL HOMBRE BARBADO Segúnel testimonio,incluido enelexpediente yrepetido hasta la saciedad, Amado Garay condujo aquel día hasta una casa conportón negro, en la colonia SanBenito, e hizo sonar la bocina. El capitán Álvaro Saravia, su jefe, entró en la residencia. Él parqueó el carro y comió del palo de marañonesjaponeses queestabajuntoa lapuerta.Horas después, Saravia lo llamó, le señaló un vehículo rojo, de cuatro puertas,y ledijo: “Manejáese carro”.Luego leordenó: “Seguí a ese carro que está adelante”. El 19 de noviembre de 1987, cuando Garay rindió su testimonioante laFiscalía,no recordólamarca,ni elaño del carroal quetuvo queseguir, perosí dijoque enel interiordel carrorojo“había unhombrebarbado,como de25
años, bien parecido, alto, delgado, pelo liso y con entradas en la frente, a quien no conocía”. Siete años, siete meses y 24 días después del crimen, el motoristarelató cómosiguióel vehículoquesu patrónle había señalado. Dieron “muchas vueltas”, dijo, por la colonia Miramonte, hasta llegar a un portón negro en el que elcarro de adelantedesapareció. El hombrede atrás, el barbado, comenzó a darle órdenes. Le pidió que siguiera la calle adoquinada que conducía a una iglesia y que diera la vuelta al carro. Amado lo hizo y detuvo el vehículo “como a tres o cuatro metros antesde llegar al frente de la iglesia”, según reza su declaración en el folio 271. “No, párese frente a la iglesia”, le dijo el barbado. A través de las puertas abiertas, Garay vio a un sacerdote que celebraba misa. El barbado le dijo que hiciera como que arreglaba algo en el carro. Amado urgó en la palanca de velocidades. Mientras levantaba el hule inferior de la palanca, escuchó una detonación fuerte y vio que el barbadosostenía unfusilconambas manos,endirección al interior de la iglesia. Sintió olor a pólvora y escuchó gente que gritaba en la capilla. “Camine despacio,tranquilo”, ledijo eltirador. Garay había dejado el motor encendido y condujo hacia el centrode lacapital.Variashoras despuésllegaronala casaen San Benito. “Misión cumplida”, dijo el barbado a Saravia. Este respondió: “Entremos, vamos a oír las noticias”.
TESTIMONIOS CONTRADICTORIOS La Comisión Investigadora había contactado a Garay a través de Migración, y le aseguró absoluta protección como testigo. Años después el presidente de esta comisión y ministrode Justiciade entonces,Julio Samayoa,afirmó que la referenciaa Garay vino dada poruna agenda decomisada a Saravia en la finca San Luis en mayo de 1980, y en la que la Comisión conoció el “plan pina”, considerado como el plan de asesinato de Romero. Ensudeclaraciónde1987, elmotoristacontócuálera
su relacióncon ÁlvaroSaravia, conlos guardaespaldas desu patrón,Nelson Moralesy NelsonGarcía, ycómo el 27 de marzo de 1980 llevó a Saravia a una “casa que parecía castillo situada frente al Canal 2, esquina opuesta al Círculo Deportivo Internacional”. Allí vio, asegura, al mayor Roberto d’Aubuisson, que esperaba en la puerta principal a Saravia. El capitán le dijo, supuestamente, “ya hicimos lo que habíamos planeado de la muerte de Monseñor Romero”. El mayor le respondió: “No, hombre, no lo hubieran hecho todavía”. “Como usted ordenó que lo hiciéramos, por eso lo hicimos”, contestóSaravia, siempre segúnel testimonio de Garay. Meses después, Garay logró salir del país. Eltestimonio, sinembargo,nuncasirvió paraqueel proceso judicial salvadoreño encontrara rumbo. En 1985, la religiosa María del Socorro Iraheta Flores había declarado que el 24 de marzo de 1980, tras el disparo, mientras atravesaba el parqueo hasta llegar a la iglesia, “observó a un sujeto que estaba inclinado hacia el interior de un carro, y que la volvió a ver hasta quedar uno frente a otro como a una distancia de cinco metros de distancia”. En fracciones desegundo siguió corriendo hacia la capilla donde encontró a Romero en el suelo. En1982, segúnelrelato deIraheta,vio entelevisión a Roberto d’Aubuisson y aseguró que su cara le recordaba a aquella persona que encaró por segundos en el parqueo, “la que hacía como que guardaba algo cuando sucedió la muerte de Monseñor Romero”. La religiosanopudo afirmarsisetratabacon certezadelmayorD’Aubuisson, peroel señalamientose hizopúblico en 1985 y se incorporó al proceso. Ellíderarenero, queyaeradiputado, sedefendióen los medios de comunicación y aseguró que estaba en San Miguel el día del crimen, en una reunión del Estado Mayor. Recalcó que la difusión de ese testimonio era una táctica para “polarizar la situación actual y favorecer a la Democracia Cristiana”. En 1987, cuandoGaray habló, nadie tuvoen cuenta el testimonio contrario de la religiosa. Se emitió una ordende detencióncontra elcapitánÁlvaro RafaelSaravia Merino precisamente el 24de marzo, por el delito de homicidio agravado tipificado y se libró a D’Aubuisson de cargos por ocupar un cargo legislativo. El 19 de diciembre de 1988, sin embargo, la justicia dio la vuelta. La Sala de lo Constitucional declaró sin efecto la acusación contra Saravia, e inhabilitó la declaración de Garay por haberse presentado “siete años, siete meses, 24 días después” del delito. La sala resolvióque nohabía“fundamentolegal paraladetención” de Saravia. También señaló la contradicción entre el testimonio de Garay, que decía haber estado siempre en el interior del vehículo, y el de Iraheta Flores. La CorteSupremaresolvióqueel testigonoera“másque un encubridor del hecho, motivo por el cual su declaración no tiene ningún valor probatorio”.
EL APELLIDO REGALADO Lacomisión creadaporDuarte continuóapesar detodo sus pesquisas y se siguió apoyando en la agenda de Saravia y las palabras de Garay para levantar acusaciones. El gobierno de la democracia cristiana, que por años usó como arma contra D’Aubuisson su posible
FRESNO: LA JUSTICIA LEJANA l 22 de julio de 2001 el “Miami Herald” fue el testimonio de Amado Garay, ex motorista de publicó “Scores acused of atrocities Saravia, que dijo haber transportado al francotiracommitted in other countries are quietly dor de Romero a la iglesia, y el testimonio experto living inUnited States” (Acusadosde code Terry Karl. La politóloga Karl, profesora en la meter atrocidades en otros países silenUniversidad de Stanford, esclareció sobre la ideociosamente viven en Estados Unidos). El informe logía y praxis de los grupos armados de la época. periodístico incluía entre una larga serie de latiCon estos datos, el juez Oliver Wanger, de la Corte noamericanos al capitán Álvaro Rafael Saravia MeFederal del Distrito de Fresno, encontró a Álvaro rino, con residencia en Florida, como presunto Saravia responsable por su participación en el aseresponsable del asesinato de monseñor Óscar Rosinato de Romeroy le condenó apagar $10 millones mero Galdámez, en marzo de 1980. al demandante, “un familiar del arEl Centro para la Justicia y la Reszobispo”, como indicó escuetaPRUEBAS ponsabilidad (CJA, por sus siglas en mente la firma de abogados. inglés), un organismo dedicado a los “La prueba demuestra que hubo un El tribunal californiano derechos humanos y cercano al caso régimen en el poder en El Salvador, no dispuso para su fallo salvadoreño, tomó nota. En unos (...) controladopor elejército. Elgode más pruebas de las meses, ayudó a recopilar pruebas e bierno perpetró violaciones sisteque la Fiscalía o los identificó la última residencia legal máticas de derechos humanos”, jueces salvadoreños de Saravia en el valle de California. concluyó el juez Wanger el 3 de septienen hoy en su poder. Así el caso cobró jurisdicción. tiembre pasado al declarar culpable Esta organización humanitaria, con a Saravia. El portavoz de la firma que sede en San Francisco, se apoyó en la firma de abosirvió el proceso, Russell Cohen, recalcó que el juigados Heller Ehrman White & McAuliffe LLP, y cioes “unejemploparacontrarrestar laimpunidad presentó la demanda contra Álvaro Saravia en y llevar justicia (...) en El Salvador”. 2003. Se amparaban en la Ley Federal de Demandas Elo losdemandantes, aúnen anonimato,permanece Civiles para Extranjeros (“Alien Tort Claims Act”) protegido bajo el nombre genérico “Joe Doe”. Los y la Ley para la Protección de Víctimas de Tortura abogados del CJA, que no comentan ni sexo, ni nacio(“Torture VictimProtection Act”) deEstados Uninalidad, ni número de su o sus protegidos, aseguran dos que permiten demandar a nacionales de otros que aún existe una lista de 10 salvadoreños más acupaíses por asesinatos extrajudiciales y torturas cosados de distintos delitos y que residen en Estados metidos en el extranjero. Unidos. Afirmanque, en estos casos,están recabanLa pieza más fuerte del CJA para acusar a Saravia do pruebas para acusarlos en el futuro.
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FOTO DE LA PRENSA/MAURO ARIAS
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Amado Garay no es más que un encubridor del hecho, motivo por el cual su declaración no tiene ningún valor probatorio.”
ARCHIVADO. La causa n.º 134-80 lleva archivada poco más de un lustro. El asesinato del arzobispo de San Salvador sigue en “sobreaveriguar”.
vinculación al caso, quería encontrar a ese francotirador “alto, de frente amplia con entradas, pelo negro y barba negra, como de 25 años, delgado, de 1.70 metros, moreno claro y sin señales especiales”. Se comenzó a recabar fotografías que cumplieran con la descripción y que correspondieran a contrastados buenos tiradores, vinculados muchos de ellos al entornode ARENA.Se depuraronhasta seleccionarocho. En 1989, Garay las fue descartando hasta elegir dos, una de ellas la del odontólogo Héctor Antonio Regalado, durante años considerado popularmente como uno de los posiblesfrancotiradores alos quese atribuyeel único disparo hacia la capilla de La Divina Providencia. El ministro de Justicia Samayoa pidió que se le localizara, peronofue citadoadeclararhastados añosdespués,en 1991. Nunca fue imputado. “Yo doy clases de tiro”, comenta Regalado a Enfoques; y sobre la posibilidad de que efectivamente le hubieran pedido asesinar a Romero, añade: “Me he hecho la pregunta, y si me hubiera tocado a mí, no hubiera tenido el valor”. Monseñor Gregorio Rosa Chávez descarta la posibilidad de que Regalado apretara el gatillo. “Todos nuestros datos indican que él no fue responsable”, afirma. Regalado cuentaque en mayode 1980 “estabaen Guatemala, leyendo sobre seguridad”. Tres años después trabajó como parte de la seguridad de Roberto D’Aubuisson.Hasta 1986.Aseguraquelo dejó,precisamente, porque no soportaba la presión que recaía sobre D’Aubuisson por el caso Romero. LlególaPaz. Enmayode1993,la CámaraPrimerade lo Penal de la primera sección del centro confirmó el sobreseimiento a favor del capitán Saravia, por falta de pruebas contundentes. Dos meses antes, la Comisión de la Verdad había resuelto que sobre el asesinato de Monseñor Romero “la Corte Suprema de Justicia asumió un rol activo que resultó en impedir la extradición
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REPORTAJE
“La justicia actual está preparada para el caso Romero” ciónde laleynotenga rigorenunárea. Otracuestiónes quién es responsable por ello.
POR JOSÉ LUIS SANZ l presidente de la Corte Suprema de Justicia, AgustínGarcíaCalderón, niegaqueelsistema judicial salvadoreño esté pecando de omisión en el caso de Monseñor Romero, y compromete su palabra en el caso de que se revitalice el proceso. La falta de pruebas, dice, es el principal obstáculo.
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Erróneamente se suele atribuir a la ley de amnistía la responsabilidad de que el caso no esté abierto. Laley deamnistíano haobstruidolajusticia enningún momento,ymenosaúnen elcasoRomero.Entodocaso, quien debeestablecer cualquier acción sobreun caso de este tipo es el correspondiente juez de lo Penal.
¿Considera el caso Romero ejemplo de impunidad? La justiciano ha podido establecerresponsables, desde luego; aunque el caso tuvo la investigación debida.
¿Qué haría falta para la reapertura del caso? Que el juez correspondiente lo determine. Los procedimientossalvadoreñosnose separanmuchodelosde
¿Las razones por las que no se ha esclarecido son en mayor medida políticas, policiales o jurídicas? Son razones propias de la sociología del país. Hay que admitir que en 1980 teníamos una justicia totalmente deficitaria. Lo dijo la Comisión de la Verdad y lo sabíamos todos. Ahora los elementos de lucha contra la impunidad han mejorado notablemente.
Agustín García Calderón.
La preguntaes por qué lajusticia de posguerrano ha sido capaz de enmendar las carencias de entonces. Se ha tratado de atraer las pruebas para imputar, pero los autores pertenecían a una estructura organizada y secuidaron deprotegerse. Hansidolas razonesobjetivas las que han impedido acceder a mayores pruebas.
países como México o Chile, que están viviendo casos de revisión histórica. La tutela y la conciencia de que las víctimas tienen sus derechos son las mismas. Pues acabade emitirse unfallo contraEl Salvador por falta de protección judicial, en el caso de las hermanas Serrano. ¿Están otros haciendo lo que la justicia salvadoreña no ha sido capaz de hacer? No creo que ese fallonos descalifique, sino que habla de la transparencia de la justicia salvadoreña. La Corte, desde que acepta un caso, lo hace porque asume que no hay garantías judiciales en el país de origen, y en este caso tenemos las mismas pruebas. Laprotección nodepende solodel juez,pero entodo caso,en temasde derechoshumanos losorganismos internacionales normalmente son más liberales o modernos al aceptar el elemento probatorio. ¿Le gustaría que el caso Romero se reabriera? Me gustaría, como abogado y juez, que no hubiera ningún tipo de impunidad en El Salvador. ¿Está en condiciones de garantizar que, si se reabriera el caso, el sistema judicial salvadoreño sería capaz de resistir posibles presiones políticas? Puedogarantizarqueel casotendríaeldesarrollojurídico debido, como lo esperansus partes. La justicia actual de El Salvador está preparada para el caso Romero y para cualquier otro.
¿Está el sistema judicial por el esclarecimiento? A todo sistema judicial le ofende y daña que la aplica-
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En este momento, cuando todavía hay diputados, líderes de la época que están vivos, El Salvador todavía no está preparado para pasar la factura. Francisco Bertrand Galindo, en referencia al motorista de Saravia.
desde los Estados Unidos, y el posterior encarcelamiento en El Salvador del ex capitán Saravia. Con ello se asignaba,entreotrascosas, laimpunidadrespectodela autoría intelectual del asesinato”.
EL DEBATE Y LAS HERIDAS En septiembrede 2004, enFresno (California),una organización estadounidense de derechos humanos acusóenun juiciocivilalcapitánÁlvaroSaravia queseencuentra desde hace años en paradero desconocido. Su carta legal más fuerte era el testimonio de Amado An-
Es nombrado Obispo de la Arquidiócesis de San Salvador. Al mes, asesinan a Rutilio Grande.
FOTO DE LA PRENSA/CORTESÍA EQUIPO MAÍZ
1977
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tonio Garay Reyes, desestimado en El Salvador. En los Estados Unidos, Garay relató una vez más lo que recoge el expediente salvadoreño, pero esta vez sí recordó la marca del vehículo que su patrón le había ordenado seguir, un jeep Cherokee, y agregó que antes de partir Saravia le dijo al barbado: “Es mejor disparar en la cabeza porque puede que tenga un chaleco antibalas. Tienes que asegurarte de que esté muerto”. Añadió que, antes de llegar a la capilla, el barbado le comentó: “No puedo creer que voy a matar a un sacerdote”. Saravia fue condenado (ver nota aparte), y en El Salvadorla polémicavolvióa saltara laspáginasde losperiódicos. El presidente Antonio Saca, como sus antecesores, reivindicóla ley deamnistía no solocomo textolegal, sinocomo puntodequiebre enla historia.“No sedebehurgarenlas heridasdelpasado”,insistió.Voces de izquierda y eclesiales celebraron el fallo. “Reabrir las heridas no es algo que nos lleve a una reconciliación”, señala ahora Francisco Bertrand Galindo, ex ministro y secretario jurídico de la Presidencia durante el gobierno de Francisco Flores. El jurista acepta que hablar del caso en términos jurídicos implica hablar de hechos delictivos de la época, de la fragilidad de la institucionalidad del país y del mal manejo que se hacía de los procedimientos policiales. Lo reafirma Claudia Hernández, del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana (IDHUCA): “La investigación de ese caso estuvo
afectadadebido alacargapolítica, bastantesevidencias estuvieron contaminadas”. Óscar Arnulfo Romero vivió y murió en un tiempo y unas circunstancias quebrados. En las últimas semanas, había recibido repetidas amenazas. Unos días antes del asesinato, según Carlos Girón Cortez, empleado de la Basílica del Sagrado Corazón en aquellos años, luego de que Romero celebró la misa de Mario Zamora Rivas enesa iglesia, encontraron en el lugar 72 candelas de dinamita en un maletín. “En aquel momentoa soldados y aguerrilleros les achacaban muchos delitos sin respuesta alguna”, afirma Bertrand Galindo, según el que en “el nuevo El Salvador, esos crímenes no quedarían en impunidad”. Especialistas en Derecho de la UCA le toman la palabra y adelantan que están esperando el momento indicado para reabrir el caso de Romero. “La última palabra no está dicha”, afirma Pedro Cruz, abogado delIDHUCA.Aseguraque existenalegatosparareabrir el caso y refutar la posible prescripción. “En este momento, cuando todavía hay diputados, líderes de la época que están vivos, El Salvador todavía no está preparado para pasar la factura a sus antiguos líderes”, resuelve por el contrario Bertrand Galindo; 25 años después, después de pasar por las manos deal menos10 fiscales,bajo laadministración de más de ocho fiscales generales distintos, es difícil aseverar si el de Óscar Romero es un caso cerrado.
Impreso por wcarranza el 3/18/2005 a las 9:07:30 PM horas
PERFIL
FOTO DE LA PRENSA/COR TESÍA CORO NEL ÓSCAR ALBERTO LE ÓN LINARES
1917
Nace en Ciudad Barrios, San Miguel, el 15 de agosto, Óscar Arnulfo Romero y Galdámez.
FUERZA AÉREA. En 1966 Álvaro Saravia (derecha) ingresó a la Escuela Militar. En 1972 se convirtió en piloto.
¿QUIÉN ES ÁLVARO
SARAVIA?
El 3 de septiembre de 2004, el capitán Álvaro Saravia fue condenado por una corte estadounidense en Fresno, California, por el asesinato de Monseñor Óscar Romero. La sanción pecuniaria de 10 millones de dólares que tiene que pagar a los demandantes como resarcimiento de daños morales es la única que hasta el momento se ha dictado por el magnicidio del arzobispo. POR METZI ROSALES MARTEL Y CHRISTIAN GUEVARA GUADRÓN l “Chele Saravia” o la “Cuca Rusa”, como le llamaron sus amigos desde la infancia, saltó a la fama el 7 de mayo de 1980. En esa fecha el ex capitán de la Fuerza Aérea salvadoreña fue capturado en la finca San Luis, en Santa Tecla, junto con otros militares retirados. El coronel Adolfo Majano, miembro de la junta revolucionaria de gobierno,sospechaba queungrupode militaresyciviles planeaba allí un golpe de Estado. En ese lugar, el ex capitán Álvaro Rafael Saravia Marino, hijo de Álvaro Marino, ex ministro de Haciendaenladécadadelos 70,seencontróconunode sus ex compañerosde armas: el entoncesmayor Óscar Alberto León Linares, que iba al mando de uno de
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los dos contingentes militares. El otro, dirigido por el entonces capitán Roberto Rodríguez Sosa, decomisó, además de armas, la agenda de Saravia, que ahora es parte del expediente judicial del caso Romero. En ella encontraron nombres de prominentes empresarios que en aquel momento apoyaban la causa de Roberto D'Aubuisson, así como una lista del equipo necesario para el “operativo pina”, supuestamente el usado para asesinar al arzobispo.
EL ESTUDIANTE Saravia estuvo en las aulas del Externado hasta primer curso. Fue compañero allí de algunos de los más destacados empresarios actuales del país. Eran los tiempos en quelos hijosvarones delas familiasmás adineradas
del país se sentaban en los pupitres del colegio jesuita. Cuando Saraviaiba a quinto grado,D'Aubuisson estudiaba segundo curso en el mismo colegio. Orlando de Sola era entonces alumno de primero. Ricardo Zamora, que se convirtió años después en el juez del asesinato de Romero en los años 80, cursaba sexto grado. Pero De Sola asegura haberlo conocido tiempo después, a través del mayor D'Aubuisson “durante laguerra”.“Yonofrecuentaba amilitares,loquenos unió fue la agresión del Frente (FMLN). Yo era del Frente Amplio Nacional de la ANEP (FAN), pero Saravia no se metía en eso”, explica. El padre Miguel Estrada, quienfue profesor del ExPASA A LA PÁGINA 10
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ENTREVISTA
2005
FOTO DEL ARCHIVO PERSONAL DE FRANCISCO CAMPOS
Monseñor Óscar Arnulfo Romero, quien ingresó muy joven al Seminario Menor de San Miguel con los PP. Claretianos, es aún un símbolo de admiración y devoción. Cercano a la beatificación.
LA CONMOCIÓN. Durante el conflicto armado, varios religiosos fueron asesinados. En 1989, seis sacerdotes jesuitas se sumaron a la lista.
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El juicio contra Álvaro Saravia en Estados Unidos, en el que se le declara culpable, tiene valor moral, pero nada abona a la verdad del proceso de canonización; todo lo que allí se dijo ya lo sabíamos y lo habíamos demostrado.
de manera genérica “tirano”, pero para el Vaticano no es importante saber quién fue. Debe ser importante para la justicia civil, pero nosotros ya perdonamos a quien lomató. Loimportante eneste juicio,para nosotros, es por qué lo mataron.Y en ese sentido, el “tirano” puede ser una personaque representa a un sistema, a un conglomerado de personas.
¿Y qué representan entonces el o los asesinos? El odio a la fe, es decir, a la justicia, a la dignidad de la persona humana. En estetipo decasos, ¿se apoyala Iglesiaen investigaciones judiciales? Nos apoyamos en el proceso judicial salvadoreño. ¿Han usado el juicio contra Álvaro Saravia, en Estados Unidos, en el que se le declara culpable del asesinato y vinculado a la extrema derecha? Ese juicio tiene valor moral, pero nada abona a la verdad del proceso de canonización; todo lo que allí se dijo ya lo sabíamos y lo habíamos demostrado. ¿Cree más probable lacanonización mientras viva Juan Pablo II? Sería ideal, porquesabemos la simpatía queel Papa Juan Pablo II siente por el arzobispo. Para el Sumo Pontífice, Monseñor Romero es un mártir, pero respeta los procedimientos jurídicos.
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¿Quégrado deaceptación tieneentre lossalvadoreños la posibilidad de que Romero sea santo? Normalmente, Monseñor Romero es más aceptado por los pobres, pero hay cada día más gente de clase media y gente adinerada que también lo acepta y no lo expresa por temor. ¿Temor a qué? Hay polarización en este tema, lo queramos aceptar o no. Muchos piensan que aceptar el pensamiento de Romeroes aceptarun pensamientode izquierda,incluso muchos católicos pueden pensarlo. ¿No es así? Aceptar el pensamientode Romero es aceptarel de la Iglesia, y es además hablar de evangelio y compromiso social de la Iglesia. ¿Entonces usted cree que beatificarlo no dividirá? Notienepor qué.Comodecimosen laIglesiacatólica: “Roma locuta, causa finita”. Ha hablado Roma, y ya no hay problema. Por otro lado, tenemos que aprender a acercarnos a Romero desde la fe. Si me acerco desde la ideología y desde el partido político, lo voy a ubicar en la oposición, claro. ¿Y qué hace la Iglesia católica al respecto? Invitarnos a todos a acercarnos al pensamiento de Monseñor Romero. A Romero, si te le acercas desde la fe, el evangelio, el magisterio social, lo entiendes; si te le acercas desde tus necesidades humanas, sociales,económicas,lo entiendes.Poresoel pobre,elque padece, elque sufrelo entiende ylo sientetan cercano. Porque no hizo otra cosa que tenderles la mano ¿Y frente a quienes rechazan a Romero? Solamente se puede educar un corazón dócil y hay que saber esperar. Todavía hay gente que después de 2005 años no acepta a Jesucristo.
Impreso por wcarranza el 3/18/2005 a las 9:03:51 PM horas
ANÁLISIS
ROMERO, MARCANOREGISTRADA Su rostro se estampa en camisetas, afiches, banderas y grafito. Su figura ha inspirado obras de teatro, libros, pinturas... hasta películas de Hollywood. Su nombre es razón de fe, motivo de debate y enseña política. A 25 años de su muerte, Óscar Arnulfo Romero es, a un tiempo, de todos y de nadie. Los derechos de propiedad de su imagen aún no se han definido. POR JULIO MARENCO
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1980
tituras... ahí tienen una colección de biografías en distintos idiomas. Ahora, pues, seguimos con nuestro trabajo, cada quien a lo suyo.” Pero si la familia dice no haber percibido un centavo en regalías por el uso de imagen de Óscar Romero, entonces¿quién? Ladirectora detutela legal del Arzobispado, María Julia Hernández, asegura que nadie. Según ella, los libros, afiches y todo el material que el arzobispado ha producido y vendido sobre Romero hasta el momento apenas ha cubierto los gastos de producción de los mismos.
FOTO DE LA PRENSA/ARCHIVO
¿Tú eres de El Salvador, de donde es el mártirRomero?”,me preguntóunoficial migratorio hace un par de años en el aeropuerto internacional de Miami. Cuando le respondí que sí, continuó: “Era un gran hombre,un santo”,me aseguró,con evidente acento cubano, mientras me sellaba el pasaporte. Óscar Arnulfo Romero, Monseñor Romero, es 25 años después de su asesinato quizá el salvadoreño más universal, una figura romántica clásica, muerto por sus ideales, en una época convulsa, oficiando misa, con el pecho atravesado por una bala. Venerado y detestado entre nuestras fronteras, su figura ha dado la vuelta al mundo. Si se hace una búsqueda en el popular buscador de internet Google, la clave “Monseñor Romero” arroja cerca de 70 mil resultados (casi dos mil más que si se pregunta al buscador por el “Mágico” González), con sitios web en varios idiomas que incluyen reproducciones en audio de sus homilías, su obra escrita y numerosas galerías de imágenes y foros de discusión. Romero está en red. Y fruto inevitable de esa popularidad, nunca mejor dicho, por la identificación que según los mismos responsables de su canonización ha logrado entrelas clases máspopulares, la imagende Romero, usada en estampitas que se venden en la entrada de la cripta de la Catedral Metropolitana a cincuenta centavos o un dólar; en afiches que rondan los dos dólares; en camisetas que, dependiendo del lugar, cuestan entre cinco y diez dólares; y en casi cualquier tipo imaginable de mercadería, es rentabilizada casi por cualquiera que lo quiera. “Nosehaencontrado nada,derechosdeautorni distintivos comerciales, bajo el nombre Monseñor Romero”, asegura la directora del registro de propiedad intelectual del CNR, Marta Evelyn Menjívar. Demomento,aunqueseespera queesocambieenel momento de su posible canonización, cualquiera puede de momento lucrarse con la imagen de Romero y de eso son muy conscientes sus únicos dos hermanos vivos: Tiberio y Santos Gaspar. “Nosotros siempre hablábamos de cómo se estánlucrandoconlaimagen demihermano,peroahí lo dejamos”, dice Santos Gaspar, el hermano menor. “Yo a veces decía que está bien que alguien lo esté haciendo. Ahíen la UCA tienenel Centro Monseñor Romero. Yollevé ahí un tocadiscos,unas par-
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La familia Romero no necesita eso. Vivo de mi profesión. No sé quién está haciendo libros. Solo lo sé cuando salen, y los compro para ver qué han escrito sobre él.” Tiberio Romero, hermano de Monseñor Romero .
El 17 de febrero envía una carta al presidente Carter en la que se opone a la ayuda militar estadounidense.
EL PAPA Y LA VIRGEN VENDEN La venta de derechos de imagen de figuras religiosas no es nueva. Gran parte de los gastos de la última visita del Papa Juan Pablo II a México, en 2004, se financió precisamente con la venta de sus derechos de imagen a una marca de papitas fritas y a otra de bebidas gaseosas. “Vivimos en una época de publicidad y somos hombres de esta época”, declaró entonces el nuncio apostólico en México, Justo Mullor. Además, el Vaticano posee los derechos exclusivos de publicación de los escritos y libros del Papa. También en México, la basílica de Guadalupe vendió los derechos de imagen de su Virgen a una empresa de transferencia de remesas de Estados Unidos a México, a cambio de 12.5 millones de dólares, en una operación por demás polémica. En El Salvador,de momento, nadie seplantea, o admite hacerlo, esa posibilidad. El otro hermano de ÓscarRomero, Tiberio, diceno querersaber nada sobre el tema. “La familia Romero no tenemos necesidad de eso. Vivo de mi profesión. Todo eso no me interesa. No sé quién está haciendo libros sobre él. Solo lo sé cuando salen, y los compro para ver qué han escrito sobre él.” Santos Romero tampoco ha visto, desde luego, uncentavo deesasventas.“Cuando publicabanun libro, cualquiera se lucraba de eso. Ni siquiera nos contaban (cuandolos publicaban).De hechoyo me di cuentade varios librosporque un amigome contó. Entonces, lo buscaba y lo compraba. Así tomaron otros su negocio”, dice. A las puertas de la canonización, cuando la imagen de Monseñor Romero presumiblemente tomará un auge aún mayor, su rostro sigue siendo de nadie... y de todos. A pesar de que la Iglesia recomienda que mientras dure lacausa de su proceso de canonización, el culto a Romero, entre la feligresía católica, se reduzca a lo privado, la devoción a Romero no lo cumple. El asesinado arzobispo es para muchos ya un santo popular sin necesidad de que el Vaticano lo eleve a los altares y, por eso mismo, su culto es, para gusto de unos y disgusto de otros, ya evidentemente público.
LA PRENSA GRÁFICA | DOMINGO 20 DE MARZO DE 2005 | ENFOQUES |
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Impreso por wcarranza el 3/18/2005 a las 9:02:54 PM horas
SEMANA
2 [ LA CIFRA ]
FORO El asesinato de Monseñor Romero el 24 de marzo de 1980 sigue siendo uno de los casos más complicados y delicados para la justicia salvadoreña, y mantiene a población y fuerzas políticas en dos bandos opuestos. www.laprensagrafica.com ¿Qué piensa de que la figura de Óscar Romero, llamada a ser universal y de unión, divida a los salvadoreños?
[ LA NOTA ]
Santo desbloqueo
DE ABRIL
Por razones litúrgicas, el 25 aniversario del asesinato de Óscar Romero, que coincide con las celebraciones de Semana Santa, se conmemorará oficialmente a comienzos del mes de abril. Los eventos principales, que se celebrarán en sábado incluirán actos ecuménicos, culturales y artísticos.
“Fue un buen hombre con relativas buenas intenciones. Hay que ver si eso amerita la canonización.” Rolando Alvarenga, JEFE DE FRACCIÓN DE
ARENA,
ante la noticia del desentrampamiento en Roma de la causa de Romero.
“¿No es suficiente milagro que su figura siga viva en el pueblo de El Salvador?” Extracto del editorial de la revista “Mensajero”, EDITADA POR LOS JESUITAS EN
ESPAÑA,
como argumento para afirmar que no debería existir ninguna justificación para que el Vaticano no nombre santo a Óscar Romero.
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Tras de cinco años de espera en los que se tuvo poca información sobre lacausa de canonización de Óscar Arnulfo Romero, a principios de la semana pasada se supo queen septiembre de 2004 se superó elprincipal obstáculo para queel arzobispo salvadoreño suba a los altares. Monseñor Vicenzo Paglia, postulador del proceso en Roma, reveló además la causa del estancamiento: la Congregación para la Causa de los Santos había transferido el expediente del caso a la de la Doctrina de la Fe, que examinó minuciosamente los escritos yhomilías de Romero hasta dictaminarque era teológicamente idóneo, que no tuvo un mensaje político y que no se enmarca en la Teología de la Liberación.
Editores: Dutriz Hnos., S.A. de C.V. Editor Revista Enfoques: José Luis Sanz. Redactores: Metzi Rosales Martel, Carlemy Salinas y César Castro Fagoaga. Editor gráfico: Enrique Contreras. Diseñadores: Wilson Carranza y Magno Atilio Orellana. Escríbanos a: Urbanización y bulevar Santa Elena, Antiguo Cuscatlán, La Libertad. Correo electrónico: enfoques@laprensa.com.sv Teléfono: 241-2656. Fax: 289-1766. Los textos para la sección Buzón deberán ir acompañados del nombre completo y DUI del firmante. Las cartas y colaboraciones podrán ser editadas por razones de claridad y espacio.